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María Eugenia Bozzoli de Wille LA MEDICINA ABORIGEN AMERICANA Summary: Amerindian medicine is analyzed by answering a standard set of questions about the persons in charge of healing, the diseases they tried to cure, the kinds of health problems preva- lent among the population, the degree of knowled- ge attained, and the extent to which this knowled- ge was incorporated into modern medical science. Resumen: Se analiza la medicina aborigen ame- ricana contestando las siguientes preguntas: quié- nes curan, qué curan o tratan de curar, qué enfer- medades padecían los aborígenes, qué grado de co- nocimiento alcanzaron y cuáles de estos conoci- mientos pasaron a la ciencia médica moderna. Cuando un especialista médico de nuestra ac- tual sociedad, preparado en la tradición científi- ca europeo-americana moderna, mira el complejo médico precolombino, por lo común él se intere- sa en los siguientes temas: l. Hombres y mujeres dedicados a curar: quiénes son, qué hacen. 2. Qué condiciones del cuerpo curan o tratan de curar, cuál es su ámbito de acción. 3. Qué enfermedades o malestares físicos o psí- quicos, reconocidos al presente en su propia tradición científica, afectaron a los indígenas hasta el siglo XVI. 4. Qué grado de conocimiento alcanzaron los abo- rígenes en materia médica (definiendo conoci- miento según lo que la profesión médica moder- na entiende por conocimiento médico). 5. Qué conocimientos (en el sentido médico mo- demo) alcanzados por los indígenas al siglo XVI se incorporaron a la ciencia médica moder- na. Sobre el primer punto, quiénes son los hombres y mujeres que se especializaron en atender las en- fermedades, y en qué consistía su trabajo, nuestro indagador moderno se encuentra con algo que lla- man chamanes, magos, brujos, hechiceros, adivi- nos, sacerdotes, herbolarios y parteros. Aquí se podrá notar que desde el primer momento de la historia humana las enfermedades y su curación se convirtieron en la especialidad de ciertos indivi- duos de ambos sexos, que sin embargo tenían a su cargo otras especialidades que nosotros no con- sideramos "médicas" . Tanto entre los indios nómadas como en los sedentarios aldeanos, como en aquellos de las civi- lizaciones, al médico se le hacía pasar por un en- trenamiento más o menos largo; además se tuvo la convicción de que el aprendizaje no terminaba con la ceremonia de iniciación o "graduación". En los grupos más sencillos la enseñanza se basaba en una relación prolongada entre el maestro y el pupilo equivalente a la de padre e hijo. En los gru- pos civilizados de Méjico y Perú se puede hablar de escuelas. No obstante esta convicción o requisi- to de adiestramiento, nunca estuvo excluida la convicción de que era algún designio sobrenatural el que permitía al candidato entrenarse. Por lo ge- neral el que aprendía no ejercía sino como ayudan- te, hasta que sus maestros murieran. Hay que ha- cer notar que la idea de especializarse está presente aún en grupos pequeños de la más sencilla organi- zación social, donde se dividen las tareas por edad, experiencia y por requisitos distintos de cada una. En una civilización esto se acentúa. Por ejemplo en México se podían distinguir los especialistas en las drogas, los cirujanos, ortopedistas, los especia- listas en nacimientos, en las vías digestivas, urina- rias, etc., los herbolarios (farmacéuticos). (En Te- Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXIV (59), 79-84, 1986

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Page 1: LAMEDICINA ABORIGEN AMERICANA - inif.ucr.ac.cr de Filosofía UCR/Vol. XXIV/No.59/La Medicina...de los herbolario s a todos los confines de Mesoa-mérica). En Méjico había una especie

María Eugenia Bozzoli de Wille

LA MEDICINA ABORIGEN AMERICANA

Summary: Amerindian medicine is analyzedby answering a standard set of questions about thepersons in charge of healing, the diseases theytried to cure, the kinds of health problems preva-lent among the population, the degree of knowled-ge attained, and the extent to which this knowled-ge was incorporated into modern medical science.

Resumen: Se analiza la medicina aborigen ame-ricana contestando las siguientes preguntas: quié-nes curan, qué curan o tratan de curar, qué enfer-medades padecían los aborígenes, qué grado de co-nocimiento alcanzaron y cuáles de estos conoci-mientos pasaron a la ciencia médica moderna.

Cuando un especialista médico de nuestra ac-tual sociedad, preparado en la tradición científi-ca europeo-americana moderna, mira el complejomédico precolombino, por lo común él se intere-sa en los siguientes temas:

l. Hombres y mujeres dedicados a curar: quiénesson, qué hacen.

2. Qué condiciones del cuerpo curan o tratan decurar, cuál es su ámbito de acción.

3. Qué enfermedades o malestares físicos o psí-quicos, reconocidos al presente en su propiatradición científica, afectaron a los indígenashasta el siglo XVI.

4. Qué grado de conocimiento alcanzaron los abo-rígenes en materia médica (definiendo conoci-miento según lo que la profesión médica moder-na entiende por conocimiento médico).

5. Qué conocimientos (en el sentido médico mo-demo) alcanzados por los indígenas al sigloXVI se incorporaron a la ciencia médica moder-na.

Sobre el primer punto, quiénes son los hombresy mujeres que se especializaron en atender las en-fermedades, y en qué consistía su trabajo, nuestroindagador moderno se encuentra con algo que lla-man chamanes, magos, brujos, hechiceros, adivi-nos, sacerdotes, herbolarios y parteros. Aquí sepodrá notar que desde el primer momento de lahistoria humana las enfermedades y su curaciónse convirtieron en la especialidad de ciertos indivi-duos de ambos sexos, que sin embargo tenían asu cargo otras especialidades que nosotros no con-sideramos "médicas" .

Tanto entre los indios nómadas como en lossedentarios aldeanos, como en aquellos de las civi-lizaciones, al médico se le hacía pasar por un en-trenamiento más o menos largo; además se tuvola convicción de que el aprendizaje no terminabacon la ceremonia de iniciación o "graduación".En los grupos más sencillos la enseñanza se basabaen una relación prolongada entre el maestro y elpupilo equivalente a la de padre e hijo. En los gru-pos civilizados de Méjico y Perú se puede hablarde escuelas. No obstante esta convicción o requisi-to de adiestramiento, nunca estuvo excluida laconvicción de que era algún designio sobrenaturalel que permitía al candidato entrenarse. Por lo ge-neral el que aprendía no ejercía sino como ayudan-te, hasta que sus maestros murieran. Hay que ha-cer notar que la idea de especializarse está presenteaún en grupos pequeños de la más sencilla organi-zación social, donde se dividen las tareas por edad,experiencia y por requisitos distintos de cada una.En una civilización esto se acentúa. Por ejemplo enMéxico se podían distinguir los especialistas enlas drogas, los cirujanos, ortopedistas, los especia-listas en nacimientos, en las vías digestivas, urina-rias, etc., los herbolarios (farmacéuticos). (En Te-

Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXIV (59), 79-84, 1986

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nochtitlán había incluso una calle especializada enboticas que expendían hierbas, jarabes, ungüentos,aguas, emplastos, remedios, conseguidos en viajesde los herbolario s a todos los confines de Mesoa-mérica). En Méjico había una especie de medicinamilitar para los heridos en guerras; en Perú la aten-ción a soldados podría ser, si no el origen, por lomenos un estímulo a la especialidad de los trepana-dores de cráneos. Sin embargo, el médico o la mé-dica podría entender o hacer algo de todo, por loque para los primeros europeos en América estosespecialistas eran a veces sabios médicos, perocasi siempre sólo adivinos o hechiceros que teníanpacto con el demonio, pues antes de tratar unaenfermedad siempre usaban algún tipo de oráculo,y se consultaban además por cosas perdidas, pro-nósticos del tiempo y profecías en general.

En Mesoamérica, a la llegada de los españoleshabía en algunas ciudades establecimientos para in-curables, anormales, minusválido s, sospechosos decontagio, etc. También había jardines o viveros deplantas medicinales que se distribuían gratuitamen-te a solicitud de pacientes o por prescripción delespecialista, y por lo menos en el caso del jardín deMoctezuma, se llevaba registro de los efectos. Demanera que la civilización mesoamericana tenía,aunque en forma muy incipiente, alguna políticao sistema de salud pública.

En alguna medida se puede hablar de logros enla medicina indígena, defíníendo tales logros se-gún criterios modernos. Sin embargo, no debemosolvidar que aun en las altas civilizaciones andinasy mesoamericanas, la farmacopea y la terapéuticaque nosotros consideraríamos "razonable", se die-ron en el contexto de una medicina chamánica.

Puede haber variadas respuestas a la preguntade por qué las sociedades del pasado respondieron

al fenómeno de la enfermedad con el fenómenodel chamanismo, sea en todas las manifestacionesde ese complejo, o sea sólo en algunas de sus ea-racterísticas. Una de esas respuestas es que si lagente tiene problemas, recurre a individuos a losque atribuye poder. El chamán es un hombre ouna mujer que posee una o varias cualidades que lasociedad valora, de ahí su poder. Esta respuestanos dice que el chamán cura porque tiene poder, yno al revés. La facultad de curar no le da el poder,sino que el poder es el que origina que pueda lo-grar algunas curaciones y establecer así su papel.Otra respuesta nos dice que los estados psíquicosen que entran ciertas personas las hacen postularotras realidades paralelas a las que nosotros consi-deramos cotidianas y normales. Al tratarse lo per-cibido como real, sin embargo oculto o de difícilacceso para el común de las personas, convierteesas experiencias, que tampoco son bien compren-didas, en la causa de lo que en este mundo ocurraque no tenga explicación fácil. Nos vamos a ex-tender un poco en una tercera respuesta. El chama-nismo agrupa un conjunto de fenómenos que fueeficaz en aliviar la gran ansiedad provocada por di-versos aspectos de la vida cotidiana de poblacionesantiguas. Aliviar la ansiedad que provocan las do-lencias es ya un buen paso en las curaciones. Dare-mos un ejemplo con el chamanismo talamanquei'io,porque responde a la ansiedad provocada por con-flictos con grupos ajenos, por conflictos entre pa-rientes y por el mundo de la selva del que depen-día gran parte del sustento. En Talamanca se con-sideraba que la enfermedad la provocan espíritusanimales y sei'iores que mandan en la vida animal.Al estudiar sus conceptos de enfermedad, nosva resultando una interrelación de aspectos quepodemos esquematizar como sigue:

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Enfermedadasociadacon

Animalsilvestreque no se come(enfermedades másleves)

Animalsilvestreque se come(enfermedadesgraves)

LA MEDICINA ABORIGEN AMERICANA

Su tratamientoresuelve

Conflictos depertenencia o deidentidad en elgrupo social propiocon extraños; sepa-ración cultura Inaturaleza

Conflictos provocadospor las obligacionesrecíprocas en treparientes consan-guíneos o afinesInteracción ambiguaentre cultura ynaturaleza

Conceptos tradicionalesinvolucrados

Formas de contraminaciónritual:[ña]; /ó/. /bkLu/(parásitos, hemorragias,anemias, afeccionesde la piel, desmayos)

[nai' dwe/(enfermedad de la danta).Duelen la cintura y lascaderas. defecación ymicción se interrumpeno se combinan consangre; hinchazón, etc.

/aLim/ (reumatismo)Espíritus en forma deaves que vuelan bajo oviven en el suelo o cercade él o demamíferosarbóreos

setsu»¡ (bucurú)Pérdidas súbitas delconocimiento y enfer-medades con fuerteshemorragias

/TwaLiIl/ (influenza,gripe)[didwe] (fiebresintermitentes

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Técnicas de caza del animalcuyo espíritu es laenfermedad

No se molesta, no se toca,no se come, se evitatotalmente

Lanza larga, cazador debeacercarse, apuntarle alcorazón. Se trata delanimal más sujeto a reglasde cacería, de preparacióny distribución dela carne

Trampa de cuerda olazo y arma corta (lanceta,puñal) para remataral animal amarrado

Cerbatana.enfermedad asociada conel dueño de lospajaritos

Las gripes, pulmoníasfiebres intermitentes seasocian con la pesca./didwe/ se asocia especí-ficamente a la pesca comunalcon barbascos.

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Sin duda la actividad de la cacería es muy pro-vocadora de ansiedad por los accidentes, los ani-males que contagian al hombre sus parásitos, elriesgo de ser calificado socialmente como mal ca-zador, etc. El chamanísmo incluye técnicas e ideo-logía apropiadas para aliviar esa ansiedad.

Las tres respuestas anteriores no agotan las ex-plicaciones de por qué se recurre al chamanismo;solamente son ejemplos; todas las respuestas da-das hasta hoy tienen algo de razón, no son exclu-yentes.

Hasta aquí hemos tratado de dar una idea so-bre como puede percibir el indígena sus propiasenfermedades. Ahora trataremos de describir loque un especialista médico nuestro podría per-cibir.

En el punto 3, las enfermedades o malestaresfísicos o psíquicos que afectaron a los indígenas,según la definición moderna de dichos males ocondiciones, han llamado la atención del observa-dor: (I) aquellas enfermedades como la sífilis,benigna en los indios y trágica para los europeos;(2) condiciones genétícas diferentes para algúngrupo indígena, tales como albinismo en los cu-nas, el pie equino en bandas sirionó, la adapta-ción del oído en un grupo íroqués que les da laventaja de no sentir vértigo; la mayor frecuenciade infecciones del oído medio en indígenas; y(3) sistema inmunológico que carecía de defensaspara la mayor parte de las afecciones gripales, elcrup, la viruela, el sarampión, la lepra, el cólera,tracoma, escarlatina, paperas, tifus, difteria y va-rias fiebres, enfermedades que en el siglo XVIdiezmaron cada grupo indígena en cifras superio-res al 50 por ciento y hasta de 100 por ciento enmuchos casos; (4) otras enfermedades que se con-virtieron en un problema mayor para el indígenadespués de la Conquista que lo que habían sidoantes de llegar los europeos, tales como la tuber-culosis y el paludismo; (5) ha interesado detectarcondiciones patológicas en lo que queda del pasa-do indígena: (a) en los restos esqueléticos, porejemplo, notar fracturas con o sin consolidación,reumatismos crónicos, artrosis, manifestacionespiógenas, tuberculosas o sífíhtícas; notar que lostumores óseos suelen ser benignos y los malignossuelen estar ausentes; examinar patologías enmomias, como en las peruanas, donde se ha iden-tificado osteoporosis, mastoiditis, artritis, perodonde no se observa raquitismo; (b) en los idiomasse obtiene información, como en los mesoameri-canos, que tienen términos para acidez gástrica,

indigestión, cólicos intestinales, constipación yotras afecciones digestivas. Los idiomas indígenassuelen distinguir tipos de úlcera: reciente y san-grante, antigua, grande, supurada, fístulosa; tiposde herida: escoriacíones, heridas contusas, por elobjeto que las causa: por espina, lanza y otrosobjetos punteagudos; (c) algunas estatuillas meji-canas muestran prurito anal y hemorroides. al-gunos ceramios presentan casos posiblemente deascitis; el Dios Ehecatl se presenta con una tortí-colis crónica; la cerámica mochica del Perú es es-pecialmente ilustratíva; (ch) en los códices se iden-tifican epidemias con vómitos, afecciones de lapiel, ictericias, epilepsia, bocio, obesidad, caque-xias posiblemente causadas por infecciones cróni-cas más que por falta de alimentos. El códiceBorgia representa al Dios dimorfo Xolotl Nana-huatizin, de los partos gemelos, nacimientos mons-truosos y abortos. Se le atribuía la sífilis. En unode los dibujos aparece con los ojos llenos de pus,los miembros torcidos y el cuerpo cubierto deúlceras. En otras planchas del códice coquetea conXochíquetzal, diosa del amor y las prostitutas,de donde uno puede inferir que algo sospechabanlos aztecas sobre la transmisión de la sífilis. (EnCosta Rica, en dibujos que los talamanqueñoshacen actualmente, una de las representacionesdel reumatismo es un niño absolutamente defor-me).

El especialista médico moderno también seinteresa en las costumbres indígenas que afectanal cuerpo, como por ejemplo, en las deformacio-nes craneanas, las mutilaciones dentarias, de lanariz, los labios, las extremidades (dedos o más),el tatuaje, el sacrificio humano, las ofrendas desangre, la ingestión ritual de drogas, y así sucesi-vamente.

El cuarto tema planteado se refiere al grado deconocimiento alcanzado por los indios. El indaga-dor moderno lo que suele hacer aquí es enumeraro experimentar la flora médica, la materia médicaanimal y la mineral, y se puede detener en todoslos medicamentos utilizados, o en tratamientostales como el frecuente ayuno, los baños de vapor,el aislamiento del enfermo, y prácticas semejan-tes. Básicamente el investigador actual juzga elgrado de conocimiento por la eficacia de los trata-mientos. He visto un trabajo en que el investiga-dor se formula varias hipótesis de índole bioquí-mica para explicar como fue que los indios llega-ron a darse cuenta que la sal era un ingredientedel que no se debe abusar. La sal suele ser elirni-

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nada de todas las dietas que recetan grupos que sedistribuyen desde Alaska hasta el Cabo de Hornos,yeso incluye nuestros indios, que no sólo la elimi-nan de las dietas por enfermedad, sino de todaslas dietas con carácter ritual, por ejemplo las delos duelos, el parto, la pubertad y la cacería. Paralos guatusos además era prohibido comer cualquieranimal marino.

El investigador con poco que busque se perca-tará que los indios tenían un conocimiento prác-tico de la anatomía humana -la que es visible alojo- mucho más intenso y vivencial que lo que tie-ne el común de nosotros. Casi todos los grupospracticaron alguna vez el sacrificio humano, toma-ron las cabezas u otras partes del cuerpo comotrofeos de guerra, esculcaron en los órganos delcadáver los efectos de la hechicería, buscaron loscálculos para utilizarlos a su vez como materia mé-dica, presenciaron directamente el proceso de na-cer y de morir, extrapolaron de la anatomía ani-mal y generalizaron a la humana, en fm, el cuerpohumano fue y es aún entre los indios un foco delmayor interés. El Códice Badiana, una de las mássignificativas fuentes sobre la medicina azteca,atestigua muchos conocimientos basados en granexperiencia y afinado poder de observación. Porejemplo, el pronóstico de una muerte cercana, enla opinión del autor Fiz Antonio Femández, mé-dico argentino, es magistral y digno de figurar allado de las páginas de Hipócrates (A n tropo logia,Cultura y Medicina lndigena en América, 1977:137: En el C. Badiana se lee:" un buen médicosabe predecir, de acuerdo con los ojos y la narizdel enfermo, si éste vivirá o morirá. De acuerdocon el examen, si los ojos están inyectados de san-gre es un signo de vida; en cambio, si están páli-dos y exangües, la curación es incierta. Los signosde muerte son, un cierto color negruzco en el me-dio de los ojos, el enfriamiento, la contracción ola depresión en el vértice de la cabeza, los ojos seensombrecen y pierden su brillo, la nariz aparecefina y afilada como una varilla, las mandíbulasse ponen rígidas, la lengua fría, los dientes suciosde tártaro e incapaces de moverse o de abrir (laboca). El cerramiento de los dientes y el escurrí-miento de una sangre oscura o muy pálida despuésde una incisión anuncian la muerte próxima. Ade-más la cara se pone lívida o ceniza, su expresiónse modifica sin cesar. En fm el enfermo se deslizade uno a otro lado, emitiendo continuamente pa-labras incomprensibles, como un loro ... Se puedefrotar el pecho con madera de pino triturada ymojada, o punzar en diversas partes con un hueso

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de águila o de puma. Si no siente nada (el enfer-mo) esto es síntoma inequívoco de que sobreven-drá la muerte.

Lo que podemos afirmar es que el nivel de co-nocimientos era en los Andes y en Méjico equiva-lente al de la Europa del siglo XVI.

El quinto punto, qué conocimientos se consti-tuyen en antecedentes directos de nuestra propiamedicina, posiblemente sólo los elementos de ori-gen vegetal, que ampliaron los fármaco s europeos,fueron parte de la historia médica moderna. Algu-nos tuvieron tal éxtio que incluso fueron objetode novelas y poesía, como es el caso de la quina.Con respecto a otros, como la zarzaparrilla, queestuvo de moda por casi tres siglos para tratar lasífilis, al fm se demostró su ineficacia. Sin em-bargo, los estudios iniciados desde el siglo XVIsobre la flora médica indígena continúan y son delmayor interés en la actividad cientídica actual.

Nicolás Monardes, médico sevillano, publicóen 1545 "Las cosas que se traen de nuestras In-dias Occidentales que sirven en medicina". Felipe11, en 1570 envió su médico de cámara FranciscoHernández a México, con el título de Protorné-dico de Indias, con la misión de colectar, recono-cer y probar las plantas medicinales. Estudió3.076 plantas. Fray Bemardino de Sahagúm en-señó medicina azteca a partir del 1536 en el Cole-gio de Santa Cruz (Tlaltelolco).

Además de la flora, puede haber otros ejem-plos: Es probable que en España se adoptaron ade-más algunas técnicas de curar heridas, porque amenudo los españoles ponían a sus soldados heri-dos en manos de especialistas indígenas en prefe-rencia a ponerlos en manos de especialistas españo-les, pero éstos a su vez han de haber tomado notade qué era 10 que hacían los indios con las heridasque resultaba más eficaz.

Algunos elementos que hoy día se consideranadelantos, no fueron percibido s así por la medici-na o sociedad europea, incluso hasta recientemente.Tenemos un ejemplo en Costa Rica. Aún algunosmédicos aborígenes nuestros aplican una técnicaanticonceptiva con éxito. Sin embargo, durante lacolonia y en el siglo pasado y hasta antes de1950, se persiguió con la Ley esa práctica, que pornuestra tradición europea era juzgada pecaminosae inmoral. Tal vez se pudo haber aprendido másde los indígenas, pero siempre se ha dicho y se si-gue diciendo que su medicina es del demonio. Pue-de ser que haya más ejemplos aquí y allá de algúnantecedente directo; sin embargo, no se considera

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importante el papel de la medicina indígena co-mo antecedente de la actual. Si la eficacia del sis-tema indígena se va a medir por índices demorbimortalidad, en el momento de la Conquis-ta la medicina europea estaba en un nivel seme-jante al de la indígena; ambas eran medicinas pri-mitivas. La mayor parte de los antecedentes direc-tos científicos de la medicina moderna no estánen la Europa del sigloXVI sino en los siglosXVIIIy XIX. No resulta útil tratar a la medicina preco-lombina como antecedente precientífico y menoscientífico del complejo médico actual. Se tratade fenómenos diferentes; cada uno tiene que serevaluado, menos por comparación de uno conotro, y más por sus características independien-tes.

En las civilizaciones antiguas y en las socieda-des primitivas, el fenómeno salud-enfermedadno se puede separar analíticamente de la religión,la economía, el arte o cualquier otro aspecto so-ciocultural en que nosotros solemos dividir la cul-tura moderna. No es que estemos diciendo que ennuestra sociedad estos otros aspectos no se vincu-len a la medicina, obviamente sí están vinculados,pero no del mismo modo que en las sociedadesarcaicas. En la nuestra sí podemos separar un líderpolítico, de un médico, de un sacerdote, o una ce-remonia religiosa del ritual de un cónclave médico,pero tal cosa casi nunca es posible hacerla en lassociedades donde se desarrollaron lo que nosotrosdenominamos medicina primitiva. Porque es con-forme a nuestras propias categorías analíticas quenosotros separamos un grupo de conductas y deideas y las nombramos la medicina de esa socie-dad, o su religión, su arte, su guerra, su economíao su política. Pero en cuanto profundizamos nosdamos cuenta que separar las cosas de ese modono nos conduce a la comprensión del fenómeno.

En Occidente la tradición científica acostum-bró a la sociedad nuestra a dividir los fenómenosen dos grupos, los que eran de la naturaleza y porlo tanto susceptibles de ser tratados conforme ateorías y métodos aplicables a algo que se conocecomo "la realidad", y los que estaban más alláde lo real o lo natural, y por lo tanto tratablessegún procedimientos distintos. Las sociedadesaborígenes no concibieron una separación tajanteentre lo natural y lo sobrenatural, entre cuerpo yalma, entre el mundo del hombre y el de los dio-ses.

Estas sociedades ligan los fenómenos entre sí,los interrelacionan muchísimo más que nosotros.Esto no ocurre así porque carezcan de actitudescientíficas. La potencialidad para la ciencia estáen el hombre desde el momento en que utilizóel fuego. Pero en la sociedad arcaica los alcancesde índole científica se enmarcan en una cosmovi-sión muy diferente a la nuestra de hoy día. Enella la causalidad que nosotros llamamos naturales la inmediata; pero más allá de ésta siempre es-tá la que nosotros llamamos sobrenatural o meta-física y ellos suelen llamar la original o primera.Nosotros prescindimos de esa casi siempre y elloscasi nunca. Nosotros ya no les tememos a esascausas y ellos sí las temen. Nosotros no tratamosde vencerías, y ellos sí lo intentan.

Si comprendemos que esas categorías que no-sotros llamamos lo natural y lo sobrenatural sereconocen pero no se desligan en las primeras so-ciedades humanas, entonces podemos volver alos puntos 1 y 2 de esta conferencia, el tema delos especialistas en la medicina aborígen y suspropios conceptos. Hemos propuesto que la me-dicina aborígen se mantuvo por milenios principal-mente por su carácter psicoterapéutico. Hemos te-nido cuidado de señalar que esto no impidió quedesarrollara elementos denominados "racionales"u "objetivos" en medicamentos y procedimientospreventivos o curativos. Un investigador en Esta-dos Unidos cuantificó lo que las sociedades indí-genas en ese país sabían de plantas medicinales,yeso no difiere de lo que esas sociedades sabíanen América Latina. En 48 sociedades norteame-ricanas, el investigador (Daniel E. Moerrnan,1979, Anthopology of Symbolic Healing, Current

Anthropology 20 (1): 59-93) registró 4869 ma-neras medicinales de usar 1305 especies (564géneros, 119 familias). Pero aún así los indiosjuzgan más importantes en la curación sus cantos,piedrecítas, danzas, u otros objetos y procedi-mientos simbólicos..Moerman explica esta actitudindígena diciendo que los símbolos tienen conse-cuencias fisiológicas por la comunicación entrela corteza cerebral y el hipotálamo; nosotrosproponemos que, aun si no tuvieran esta conse-cuencia, los símbolos son la base de una coheren-cia social que también los enfermos necesitan parasanar.