Lesson 2 - Era Overview: Foundations of World History, Prehistory–300 C.E.

Section 1 - Introducción

Hace unos 50,000 años, según una teoría aceptada por muchos, nuestros primeros antepasados comenzaron a emigrar de África. Durante miles de años, los descendientes de esos humanos físicamente modernos se extendieron por Asia, Australia y Europa. Remplazaron a las poblaciones de seres humanos más primitivos. Así, según dice la teoría, fue como todos los humanos tuvieron su origen en África.

No todos los científicos están de acuerdo sobre los orígenes del género humano. Sin embargo, todos estarían de acuerdo con una afirmación. En casi todos los medios que encontraron, prosperaban ya humanos modernos.

Hace unos 10,000 años, los humanos comenzaron a asentarse. Adoptaron la agricultura, empezaron a cultivar y criaron animales para alimento y ropa. Las poblaciones crecieron. Unos 5,000 años más tarde, aparecieron las primeras ciudades, y con ellas las primeras civilizaciones. Con el tiempo, algunas civilizaciones avanzaron hasta convertirse en imperios poderosos. En cada paso de esta progresión, los pueblos de la antigüedad tenían en común ciertas características. Seguían a sus líderes, realizaban actividades económicas y formaban estructuras sociales.

Por medio de sus avances, estos pueblos antiguos sentaron los fundamentos de la historia universal. La suya es una historia de cómo los seres humanos colonizaron los continentes y luego desarrollaron sociedades cada vez más complejas y avanzadas, que interactuaban entre sí en multitud de formas. Como vas a ver en esta lección, su historia comienza con los humanos como cazadores-recolectores.

Temas Interacción cultural El paso de la cacería y la recolección a sociedades más complejas produjo un aumento enorme en el intercambio de conocimientos culturales.

Estructuras políticas Las estructuras políticas se hicieron más complicadas a lo largo de los tiempos antiguos, pasando de pequeñas unidades familiares a imperios extensos.

Estructuras económicas Las economías antiguas pasaron de depender de la cacería y la recolección a depender de la agricultura complementada con el intercambio y el comercio.

Estructuras sociales La estructura social humana cambió: La igualdad básica entre los grupos de cazadores y recolectores se convirtió en la jerarquía de las sociedades estatales complejas.

Interacción humanos-medio ambiente El impacto humano sobre el medio ambiente se intensificó a medida que las sociedades iban pasando de la cacería y la recolección a la agricultura.

Section 2 - Sociedades de cazadores-recolectores

Se estima que los primeros seres humanos aparecieron en la tierra hace unos 2.5 millones de años. Durante casi todo ese tiempo, los humanos vivieron como cazadores-recolectores. Cazaban animales y recogían plantas comestibles. Era una existencia sencilla. Los primeros humanos modernos, que hace 30,000 años ya habían poblado gran parte del globo, persistieron en la vida de cacería y recolección. En esa época estaba terminando la última Edad de Hielo. El clima de la

tierra estaba cumpliendo un ciclo de períodos cálidos y períodos fríos. Los niveles de los mares subían y bajaban. En grandes extensiones de la superficie terrestre, diferentes formas de vegetación aparecían y desaparecían. Los humanos sobrevivieron adaptándose a este medio cambiante. Ellos, como el medio ambiente, también cambiaron con el tiempo.

La autosuficiencia en la Edad de Piedra Hoy todavía existen algunos grupos de cazadores-recolectores. No reflejan la amplia diversidad de las sociedades antiguas de cazadores-recolectores, pero su modo de vivir ofrece pistas sobre los primeros humanos modernos del pasado lejano. Esas pistas, unidas a indicios reunidos por arqueólogos, sugieren que en las economías de cacería y recolección la gente era autosuficiente en gran medida. Conseguía sus propias fuentes de alimento y se mudaban de un lugar a otro según fuera necesario para mantenerlas. Vestían la piel de los animales que habían matado para comer. Vivían en cuevas o construían albergues de los materiales que hubiera a la mano, como árboles, ramas y pieles de animal. Hacían herramientas de madera, hueso, cuernos y piedra.

La mayor parte de los materiales que usaban los antiguos cazadores-recolectores se ha desintegrado con el paso de los años. La que ha sobrevivido mejor es la piedra. Cuando los arqueólogos excavan en sitios que fueron habitados por cazadores-recolectores, casi todas las herramientas y demás reliquias que encuentran son de piedra. Esto explica el nombre dado al período entre la aparición de las herramientas de piedra y la de herramientas de metal más tarde. Los arqueólogos lo llaman la Edad de Piedra. La Edad de Piedra comenzó hace unos 2.5 millones de años. Los arqueólogos la dividen en dos períodos principales: el Paleolítico (“Antigua Piedra”) y el Neolítico (“Nueva Piedra”).

Herramientas de la Edad de Piedra Cuando los arqueólogos encuentran herramientas de piedra, las aprovechan para conocer mejor al grupo que las produjo. Estudiando las herramientas de un pueblo antiguo, pueden juzgar el grado de avance de la comunidad. La “caja de herramientas” de los primeros cazadores-recolectores traía hojas de piedra: trozos de piedra cortante que servían como cuchillos para despedazar anímales. Para producirlas, se golpeaba una piedra grande con otra del tamaño de un puño para sacar hojas de la primera.

Después de quitar varias hojas de piedra, lo que quedaba de la piedra original tenía un borde desigual y cortante. Esta herramienta de piedra pudo servir para picar, para cortar madera, cascar nueces o abrir huesos para comer la médula. Quizá se empleó para cavar, lo cual sería útil en la recolección de raíces comestibles. Ambos tipos de herramienta servían también como armas para la cacería o para pelear.

La manera de hacer herramientas se transmitía culturalmente. Es decir que pasaba de una generación a la siguiente. De este modo se convirtió en parte de la cultura de la banda de cazadores-recolectores. La cultura de un grupo son las creencias, prácticas y tradiciones que tienen en común.

Durante buena parte de la Edad de Piedra, las técnicas para hacer herramienta avanzaron lentamente. Los arqueólogos identifican pocas diferencias en el diseño de las herramientas hechas durante esa época. En cambio, cerca del final del período Paleolítico ocurrieron algunos cambios notorios. Un adelanto fue el desarrollo de herramientas compuesta, como la lanza. Esta combinaba una punta filosa con un palo largo de madera para lanzar o hundir. Empezaron a verse otras herramientas con diferentes usos específicos. Por primera vez, los cazadores-recolectores comenzaron a usar agujas, muchas de ellas hechas de hueso, para coser su ropa. Las hojas burdas se trabajaban más hasta convertirlas en hojas más delgadas y puntas de flecha.

La Búsqueda de alimentos Los cazadores-recolectores sobrevivían gracias a los recursos naturales —las plantas y los animales— que encontraban en su alrededor. Usaban las herramientas para recoger, cazar, pescar y atrapar esos recursos. En las zonas forestales de Europa, por ejemplo, los primeros humanos modernos recogían frutas, nueces, raíces y semillas silvestres. En las praderas y llanuras abiertas crecían granos silvestres al lado de arvejas, frijoles y otras plantas silvestres. Entre los animales de caza había conejos, venados y cerdos salvajes.

Para mantener viva una economía de caza y recolección, estos primeros humanos modernos tenían que movilizarse. Es decir, tenían que poder mudarse de lugar con rapidez y frecuencia. Los cazadores-recolectores iban de un lugar a otro en una búsqueda continua de alimento.

Buen parte de sus traslados se relacionaban con las migraciones estacionales de los animales de caza que buscaban. Seguían las manadas de venados y otros animales a medida que pasaban de un terreno de pastoreo a otro. Llegaban a pie a las costas y ríos en la temporada en que se reunían allí los peces para producir y depositar huevos. Viajaban a los lagos y pantanos cercanos cuando era hora de que las aves migratorias se detuvieran allí a comer.

La recolección de frutas, nueces y otras fuentes de alimento vegetal también dependía de las estaciones. Y requería cierto grado de movilidad. La capacidad de mudarse de un lado a otro con las estaciones tenía sus limi¬taciones. Los cazadores-recolectores no podían darse el lujo de acumular posesiones. No tenían animales de carga para llevar sus paquetes de objetos de un lugar a otro, sino que tenían que cargar todo ellos mismos. Por esta razón, llevaban consigo solo unas pocas herramientas, armas y otros objetos.

La movilidad era clave para el estilo de vida basado en la cacería y la recolección. No obstante, los cazadores-recolectores que vinieron después mantenían “lugares centrales”, es decir sitios dentro de su territorio a los cuales regresaban continuamente. Estos campamentos de base generalmente se encontraban en alguna zona rica en recursos, quizá al borde de un mar o un río o cerca de fuentes conocidas de alimento o combustible. Allí dormían, fabricaban sus herramientas, preparaba sus comidas y participaban en actividades sociales.

Interacciones entre y dentro de los grupos Las bandas de cazadores-recolectores estaban formadas ante todo de grupos emparentados, descendientes de un mismo antepasado. Su tamaño variaba de 30 a 50 personas. Compartían los alimentos y trabajaban juntos por alcanzar objetivos comunes. Su economía se basaba en la división de labores. Los hombres se dedicaban a la cacería y las mujeres a la recolección. Con todo, los miembros de una banda de cazadores-recolectores generalmente gozaban del mismo estatus dentro del grupo. Carecían de un verdadero gobierno, pues no había un individuo con el poder político. Sin embargo, sí tenían líderes. Estos probablemente eran los ancianos con la experiencia que eran personalmente necesaria para merecer el respeto del grupo.

Los cazadores-recolectores recorrían zonas grandes para explotar los recursos naturales. El territorio que abarcaban típicamente en un año sería de 50 a 100 millas de diámetro. A veces sus traslados estacionales los ponían en contacto con otros grupos. Es posible que intercambiaran bienes con esos grupos, pero la competencia entre ellos también podía dar origen a choques por los escasos recursos. Entonces las herramientas se habrían convertido en armas.

Complejidad social creciente Hacia finales del período Paleolítico, unas comunidades de cazadores-recolectores se estaban haciendo más complejas. Exhibían características que las distinguían de los grupos tradicionales de cacería y recolección. Sus poblaciones eran más numerosas. Sus campos de base eran más grandes y tendían a convertirse en asentamientos casi permanentes. Se inventaron equipos para procesar alimentos y sistemas para guardarlos y preservarlos. Es posible que unos cazadores-recolectores hayan sembrado semillas silvestres para reforzar sus fuentes de alimento. El siguiente paso para estas sociedades más adelantadas era comenzar a trabajar la tierra.

Section 3 - Los comienzos de la agricultura

En regiones que tenían abundancia de recursos, aparecieron sociedades complejas de cazadores-recolectores. Los grupos que vivían en aldeas en tales zonas no tenían gran necesidad de movilizarse. Casi todo lo que necesitaban para la subsistencia básica se encontraba en la localidad.

Una de estas regiones se encontraba en el sureste de Asia, en la región conocida como el Creciente Fértil. Este arco de tierra se extendía de la costa oriental del Medi¬terráneo, por el sur de Anatolia (Turquía) y hacia el sur hasta el golfo Pérsico. Aquí aparecieron los primeros agricultores hace unos 8,000 a 10,000 años.

De la cacería y la recolección a la agricultura La parte occidental del Creciente Fértil, cerca del mar Mediterráneo, ofrecía abundancia de recursos naturales. Allí se establecieron sociedades pequeñas de cazadores-recolectores, que cazaban principalmente gacelas pero también mamíferos más pequeños y aves. Recogían frutas, tubérculos y semillas, especialmente las semillas de pastos silvestres.

Más hacia el este en el Creciente Fértil, en las estribaciones de los montes Zagros, otros cazadores-recolectores llevaban una vida más móvil. Allá llegaban cabras, ovejas y bovinos silvestres en sus migraciones de la primavera que los llevaban de las tierras bajas a las altas siguiendo el patrón de maduración de los pastos silvestres. Los cazadores-recolectores andaban tras de ellos, cazando los animales y recogiendo las semillas de los pastos.

Esos pastos eran el ingrediente clave en la importantísima transformación de la cacería y la recolección a la agricultura y la cría de animales. Las primeras plantas domesticadas eran pastos, especialmente los cereales de grano grande: el trigo y la cebada. Las cabras, ovejas y bovinos que se alimentaban de los pastos silvestre vinieron a ser los primeros animales domesti¬cados (con excepción del perro, que ya llevaba miles de años conviviendo con el hombre).Los grupos que habitaban el Creciente Fértil también domesticaron cerdos.

La domesticación es un proceso biológico en el cual las caracteristicas físicas de las plantas y los animales silvestres van cambiando como resultado de la intervención humana. Es probable que el cambio tome cientos de años o más.

El siguiente ejemplo sugiere cómo los cazadores-recolectores pueden haber comenzado a domesticar el trigo. Si había dos variedades de trigo silvestre, uno dejaba caer sus semillas al tocarlo. Esto dificultaba su cultivo. Los cazadores-recolectores aprendieron a recoger solamente la variedad que conservaba sus semillas. De esta manera, podían cosechar el trigo cortando los tallos y llevándolos a su aldea para procesarlos. Guardaron parte de la semilla y más tarde la sembraron con la intención de aumentar los recursos en el bosque. Como resultado, solamente esa variedad de semilla empezó a predominar en las masas de trigo silvestre que brotaban en la localidad. Mediante este proceso, los cazadores-recolectores alteraron, sin proponérselo, las características generales del trigo en su territorio.

Con el tiempo, los cazadores-recolectores en el Creciente Fértil empezaron a tomar estas decisiones intencionalmente.

• Seleccionaban plantas, lo mismo que animales, que tenían características favorables. • Hace unos 9,000 años, estaban cultivando trigo: preparaban la tierra, sembraban la semilla y luego la cosechaban. También cultivaban cebada, lentejas, garbanzos, arvejas y frijoles. • Construyeron estructuras fuertes para almacenar sus alimentos. • Cerca de sus campos, construyeron casas, que en su conjunto formaban una aldea de agricultores. • Posiblemente continuaron cazando y recolectando, pero con el tiempo, la mayoría recurrieron solamente a sus plantas y animales domesticados para satisfacer sus necesidades básicas. • Eran sedentarios, es decir que permanecían en un lugar, en asentamientos permanentes que habitaban todo el año. • Se habían convertido en agricultores y ganaderos.

Más tarde, unos grupos se alejaron de los centros de agricultura para adoptar el pastoreo como modo de vida. En los pastizales del Creciente Fértil, vivían con sus manadas de ovejas, cabras y bovinos

domesticados. Se desplazaban periódicamente con sus manadas cuando estas iban en busca de pastos nuevos. Los que establecieron una economía productora de alimentos en esta forma se llaman pastores nómadas. Los nómadas del Creciente Fértil probablemente preferían la vida en los espacios abiertos a la vida en las aldeas de agricultores.

Por qué apareció la agricultura Los conocimientos ampliados sobre cómo domesticar plantas y animales es solo uno de los motivos citados por los especialistas para explicar por qué la agricultura comenzó en ese momento. También señalan el desarrollo de tecnologías nuevas para la recolección, procesamiento y almacenamiento de alimentos. Otro factor importante es el clima. La última Edad de Hielo terminó hace unos 11,500 años. En adelante, el clima de la tierra se mantuvo generalmente estable. En el Creciente Fértil y otras regiones donde comenzaron la agricultura y la ganadería, el clima se hizo favorable, o sea más cálido

y lluvioso. Un motivo más del auge de la agricultura fueron las presiones demográficas. Al ir aumentando las poblaciones, los cazadores-recolectores vieron la necesidad de ampliar sus fuentes de alimentos, y esto lo conseguían con la agricultura y la ganadería.

La agricultura se extiende En 10,000 A.E.C., casi todos los humanos eran cazadores-recolectores. Para 1 E.C., la mayoría eran agricultores y ganaderos o pastores. El paso de la cacería y la recolección a la agricultura, una vez que comenzaba en algún lugar, tardaba cientos o miles de años. Durante la transición, los grupos adquirían los recursos que necesitaban mediante una combinación de cacería, recolección, agricultura, ganadería y pastoreo.

La agricultura hizo su primera aparición en el Creciente Fértil hace unos 9,000 años. De allí se extendió por difusión cultural a Egipto, Europa y la India. Es posible que los pastores nómadas, algunos de ellos agricultores y ganaderos hábiles, hayan llevado la agricultura a esos lugares. Estos pueblos movilizados viajaban libremente de su territorio de origen a cualquier lugar donde hubiera pastos para alimentar a sus manadas. Otra manera como se propagó la agricultura fue por la migración de los pueblos agricultores.

Hace ya unos 8,000 años, se estaba cultivando el arroz y el mijo en China. Hace 5,500, se estaba cultivando maíz en las Américas, seguido unos mil años más tarde por la cría de llamas. Parece que la agricultura surgió inde¬pendientemente en estos dos lugares, así como en África al sur del Sahara y en otras regiones.

Repercusiones del paso a la agricultura El paso a la agricultura dio comienzo al período Neolítico, o Nueva Edad de Piedra. Los pueblos neolíticos idearon nuevas tecnologías para alimentar a la población cada vez más grande. Fabricaron herramientas de piedra mejores, como el arado con hojas de piedra para labrar la tierra. Crearon la alfarería para hacer ollas donde pudieran guardar el alimento, y las decoraron con estilos propios. Con el tiempo se inventaron la rueda, que servía como base giratoria para la alfarería y fue un adelanto insigne en la transportación.

La expansión de la agricultura alteró la relación de las personas con el medio ambiente. En vez de sacar recursos de un territorio extenso, como hacían los cazadores-recolectores, los agricultores cultivaban un área pequeña intensivamente. En las zonas boscosas, despejaban la tierra con métodos de tala y quema. Cortaban los árboles y prendían fuego a la vegetación que quedaba.

El auge de la agricultura también tuvo un impacto social importante. La densidad demográfica, o sea el número de personas en una unidad de área, subió cuando grupos emparentados en las aldeas agrícolas se juntaban. Los humanos, que ahora eran sedentarios, empezaron a acumular bienes, a veces intercambiándolos por los excedentes de sus cosechas. Estos eran no solamente objetos prácticos como ollas y piedras para moler, sino también cuentas y pulseras hechas de conchas y piedras preciosas importadas. La posesión de tales bienes de lujo traía respeto e indicaba la riqueza de una familia, igual que la cantidad de tierra que cultivaba o el tamaño de sus rebaños.

La riqueza dotaba a los individuos de poder. Los distinguía de los demás. En vez de aquella igualdad que caracterizaba a las sociedades de cazadores-recolectores, las aldeas de agricultores se fueron estratificando. La gente se dividía en grupos por su estatus, que dependía en gran parte de su riqueza.

El paso de la cacería y la recolección a la agricultura se llama la Revolución Agrícola. Algunos especialistas se refieren a ella como la Revolución Neolítica para sugerir que sus repercusiones iban más allá de la agricultura y la ganadería. Cualquiera que sea el nombre, el hecho es que este cambio ciertamente fue revolucionario. Hasta entonces, los avances en el conocimiento se quedaban dentro de cada cultura aislada de cazadores-recolectores. Ahora las innovaciones tecnológicas y sociales se podían transmitir fácilmente no sol de una generación a otra sino de una cultura a otra.

Section 4 - El auge de las civilizaciones

Los asentamientos que surgieron durante el período Neolítico crecieron en cuanto a población y complejidad social. Las aldeas se transformaron en pueblos. Con el tiempo, los pueblos fueron ciudades. En algunos valles de los grandes ríos del mundo, los humanos dieron el siguiente paso, que en realidad era un salto enorme. Desarrollaron las primeras civilizaciones.

Características de una civilización Una civilización es una sociedad compleja y muy organizada. Esta definición, sin embargo, es poco para el historiador Michael Cook. Él declara que “el término civilización sugiere que hay de hecho un salto cuántico en materia de complejidad”.

Un “salto cuántico” fue el desarrollo de la escritura. Antes de surgir la primera civilización, no había escritura. Los nombres de personas, lugares y sucesos no se anotaban. Los humanos tenían los instrumentos necesarios: palos y pinceles, tintas y pinturas. Pero les hacía falta algo mucho más abstracto. Para adquirir la escritura, una sociedad tenía que encontrar la manera de representar el lenguaje hablado con símbolos visuales. Cada una de las primeras civilizaciones grandes en el mundo logró hacerlo.

Las civilizaciones antiguas tenían otras características en común además de la escritura. Una era la geografía. Las civilizaciones antiguas aparecieron en los valles fluviales, o valles de los ríos, donde el acceso al agua y los suelos fértiles hacía mucho más productiva la agricultura.

Otra característica de las civilizaciones antiguas eran las ciudades grandes. Al contrario de las aldeas agrícolas, habitadas por familias emparentadas, las ciudades atraían una amplia mezcla de personas de la región circundante. El sistema social urbano usualmente se fue transformando en una jerarquía, es decir una clasificación de los grupos de personas por rangos según su importancia, estatus o poder. Una persona, el rey (o rey-sacerdote), ocupaba el rango superior.

En la mayoría de las ciudades había grandes estructuras públicas, como palacios para los reyes y templos para los sacerdotes, además de mercados para el intercambio de bienes. Típicamente, los gobernantes manejaban la economía, financiando las actividades del estado con impuestos a los agricultores, comerciantes y artesanos, o bien obligando a la gente a trabajar por el estado.

Por qué surgieron las civilizaciones Cada una de las primeras civilizaciones principales se desarrolló a su propio modo. Los especialistas no han encontrado una causa única que explique por qué surgieron, sino que citan varios factores que se conjugaron para hacerlas realidad.

• Acceso al agua Los estados complejos se formaron gracias, en parte, al éxito de la agricultura. El riego cumplió un papel clave en ese éxito. Las primeras civilizaciones se desarrollaron en los valles fluviales, donde los agricultores construían canales y otras estructuras para llevar el agua del río a sus campos o para almacenar el agua de las inundaciones. El acceso fácil al agua mejoró mucho el rendimiento de las cosechas, es decir la cantidad de alimento que se podía producir por acre. La abundancia de alimentos hizo crecer las poblaciones. Los asentamientos terminaron por transformarse en ciudades.

• Gobierno A medida que crecía la población de un asentamiento, su sociedad cambiaba en varios aspectos. Uno de ellos tiene que ver con el gobierno. Unas sociedades remplazaron el mando de los ancianos con el mando por parte de una autoridad central: el estado. El estado, dirigido por el rey y una multitud de funcionarios preparados, estaba más capacitado para organizar y coordinar las actividades de una sociedad que se hacía cada vez más compleja.

• Defensa Las comunidades crecientes competían entre sí por los recursos. La competencia podía llevar a conflictos. Con miras a defenderse, los asentamientos grandes se rodearon de muros para detener a los invasores. A veces, los reyes alcanzaban su poder gracias a su éxito en batallas. Pero se hacían responsables no solo por la defensa de la sociedad sino por su prosperidad también.

• Trabajos especializados Con los avances en la agricultura, se hizo posible cultivar más de

lo que la sociedad consumía, lo cual significaba que no todos tenían que dedicarse a la agricultura. Los alimentos sobrantes servían para alimentar a quienes decidieran especializarse en otros ámbitos y dedicarse a ellos de tiempo completo. Estos se hicieron artesanos y guerreros, además de sacerdotes o funcionarios del gobierno.

• Comercio Unos se hicieron mercaderes, o comerciantes. Los asentamientos que iban creciendo descubrían que no podían producir todos los recursos que su gente necesitaba o deseaba. Se dedicaron a intercambiar con lugares distantes para conseguir no solamente lo necesario, como materias primas, sino también bienes de lujo. El caudal constante de bienes que llegaban a los asentamientos ayudaba a su crecimiento y.

Section 5 - Civilizaciones en los valles fluviales

Las primeras civilizaciones se formaron en los valles de los ríos, donde los suelos fértiles producían cultivos abundantes. Esa productividad, y los sobrantes que generaba, cumplieron un papel importante en el desarrollo de sociedades complejas. Unos 5,000 años después que los agricultores empezaron a labrar las tierras del Creciente Fértil, esa región dio origen a la primera civilización del mundo, en Mesopotamia. De allí, los contactos comerciales pudieron difundir el concepto de la civilización a Egipto y al valle del río Indo. Tal como sucedió con la agricultura, China parece haber desarrollado su primera civilización en un valle fluvial independientemente de las demás.

La civilización de Mesopotamia Alrededor de 3500 A.E.C., la primera civilización del mundo apareció en Mesopotamia. Esta región se encontraba en la parte oriental del Creciente Fértil. La región está atravesada por dos ríos, el Tigris y el Éufrates. Mesopotamia significa “la tierra entre los ríos”.

Unos 2,000 años antes, comenzaron a llegar al valle fluvial agricultores que venían de las estribaciones de los montes Zagros. En el valle caía poca lluvia, pero sus suelos eran fértiles. Los agricultores descubrieron que si desviaban el agua del río por canales hasta sus campos, podían producir muchos más cultivos que en los montes. Algunos de estos cultivos eran trigo, cebada y dátiles. Su éxito se redobló cuando agregaron el arado, la fuerza de los animales y carretas con ruedas.

Ya en 3000 A.E.C. habían aparecido varias ciudades estado en el sur de Mesopotamia en una región conocida como Sumeria. Estos centros urbanos independientes dominaban las tierras agrícolas y de pastoreo que las rodeaban.

Las ciudades de Sumeria se formaron alrededor de templos. El templo se convirtió en la entidad central que manejaba los asuntos de la ciudad. La economía la manejaban los reyes-sacerdotes y sus funcionarios. El grano producido por los agricultores iba a los depósitos del

templo y de allí se redistribuía al pueblo. El templo guardaba para sí una parte de las cosechas para financiar la construcción y el mantenimiento de canales, templos y murallas de la ciudad. Con los excedentes de las cosechas también se pagaba por armas. Las ciudades estado de Sumeria se peleaban con frecuencia por la tierra y el agua.

Los sumerios se inventaron un sistema de escritura conocido como escritura cuneiforme. Sus símbolos, como dibujos, se formaban presionando una tableta de arcilla blanda con un instrumento que dejaba una señal en forma de cuña. Cuneiforme significa “en forma de cuña”. Los funcionarios sumerios emplearon la escritura cuneiforme primero como manera de llevar la cuenta de granos, animales, herramientas, trabajadores y mucho más. Otras tablas posteriores muestran ventas de propiedades, poesías y descripciones de victorias en el campo de batalla. Aun después que se acabó Sumeria, la escritura cuneiforme siguió difundiéndose por toda Mesopotamia, lo mismo que la cultura sumeria.

El sur de Mesopotamia producía abundante arcilla, granos y lana, pero poco más. Intercambiaba con otras zonas de la región del Creciente Fértil para conseguir maderas duras, piedra, cobre, oro y piedras semipreciosas. También se hacía intercambio interregional para adquirir lujos de lugares tan distantes como el oeste de Anatolia y el valle del río Indo. Es posible que los principios importantes de la civilización se hayan difundido por esta y otras rutas comerciales, llegando a Egipto a mediados o fines del siglo 4 A.E.C.

La civilización egipcia Egipto, país desértico, se ha llamado “el regalo del Nilo.” El río Nilo brota en las montañas de África oriental y fluye de sur a norte hasta desembocar en el mar Mediterráneo. En tiempos del Neolítico y después, las aguas del río Nilo se desbordaban todos los veranos. Las aguas de inundación depositaban aluvión en las tierras circundantes.

Después de 5000 A.E.C, la agricultura hizo su aparición en el valle del Nilo, importada del Creciente Fértil. Los agricultores egipcios cultivaban cebada y trigo, ambos cereales, así como la planta de lino, cuyas fibras tejían para formar tela de lino. Regaban los cultivos desde cuencas naturales que retenían parte de las aguas de las inundaciones anuales. Allí también criaban bovinos, cabras, ovejas y cerdos.

Con el aumento en la producción de alimentos vino un crecimiento notable de la población. Para finales del siglo 4 A.E.C., algunas aldeas agrícolas se habían agrandado hasta convertirse en ciudades. Las ciudades egipcias, al contrario de las sumerias, no se convirtieron en estados independientes, cada uno con su propio rey. Las ciudades principales se levantaron en la región del delta, conocida como el Bajo Egipto, donde el Nilo se dividía en ramas que desaguaban en el mar.

En el resto de esta tierra antigua, conocida como el Alto Egipto, varias bandas numerosas competían por el poder. Alrededor de 3100 A.E.C., un líder llamado Menes tomó el control del Alto Egipto y luego conquistó el Bajo Egipto, unificando al país por primera vez. Fue así como el rey Menes dio comienzos a la primera dinastía egipcia. Una dinastía es una serie de gobernantes que vienen de la misma familia.

Ya para tiempos de Menes, los sacerdotes habían desarrollado su propio sistema de escritura, llamado jeroglíficos. Jeroglífico significa “talla sagrada”, Los escribas, especialistas en el arte de la escritura, se valían de jeroglíficos para llevar registros y comunicar información. Tallaban los jeroglíficos en los muros de piedra de templos y sepulcros, lo mismo que en metal, madera y arcilla. Pero además, los escribían con pincel y tinta en un material parecido al papel llamado papiro, que se hacía de juncos.

Más tarde, a los reyes egipcios les decían faraones. El faraón era un monarca absoluto, es decir un gobernante con poder ilimitado. Por tradición, el faraón era dueño de toda la tierra de Egipto. Como resultado, por medio de los oficiales de su palacio (muchos de ellos escribas), administraba no solamente el gobierno sino también la economía.

Los agricultores pagaban a los oficiales parte de sus cultivos a manera impuestos. Luego, ese grano sobrante se repartía a los no agricultores, reteniéndose una parte para costear los proyectos de obras públicas. El gobierno también cobrara impuestos en forma de trabajo forzado a fin de realizar esos proyectos. Por ejemplo, reclutó a los aldeanos y artesanos para construir las gigantescas pirámides de piedra en Giza a mediados del siglo 3 A.E.C.

La civilización en el valle del Indo Después de 3000 A.E.C., en lo que hoy es Pakistán, se desarrolló una nueva civilización dentro y cerca del valle del río Indo. El río nacía en las altas montañas del Himalaya y fluía al sur pasando por llanuras semiáridas hasta el mar Arábigo, que es parte del océano Índico. Cuando se desbordaba cada verano, el río depositaba una capa de aluvión fértil que facilitaba mucho la labranza del suelo.

Esa tierra atrajo agricultores, quienes edificaron aldeas y, con el tiempo, ciudades. El área de inundación del Indo se extendía hasta lejos del río. Gracias a su planicie de aluvión grande, la civilización el valle del Indo se extendió por una zona más grande que la de Mesopotamia o Egipto.

El Indo se desbordaba con frecuencia hasta gran profundidad. Por eso, los agricultores situaban sus asentamientos en las tierras altas y los rodeaban con barreras de piedra o tierra. Sembraban trigo y cebada cuando las aguas inundadas se retiraban. En algún momento, empezaron a cultivar algodón. Unos historiadores piensan que en la estación seca regaban sus cultivos con una red de canales de riego. La gente también domesticaba bovinos y otros animales, entre ellos probablemente elefantes.

La cultura del valle del Indo desarrolló un sistema de escritura, pero los especialistas no han tenido mucho éxito en descifrarlo. Por esta razón, saben mucho menos sobre la antigua región del río Indo que sobre Mesopo¬tamia o Egipto. Sus descripciones de la civilización se basan en gran parte en su estudio de las ruinas de las ciudades y otros asentamientos en el valle del Indo.

Los estudios revelan que la civilización del valle del Indo abarcaba unas 100 aldeas y varias ciudades amuralladas. Dos ciudades grandes, Harappa y Mohenjo-daro, dominaban la región.

Harappa y Mohenjo-daro reflejaban la organización y complejidad que son características clave de una civilización. Cada una estaba formada por dos secciones: un alcázar, o fortaleza, elevada y un área residencial más baja. Ambas tenían murallas alrededor. En el alcázar, los miembros de la clase gobernante probablemente despachaban sus asuntos políticos y cumplían ritos religiosos. En la ciudad residencial más abajo, la gente vivía en casas de ladrillo conectadas por una serie de calles bien ordenadas. Las casas más finas tenían pozo de agua y cuarto de baño que desaguaba en el sistema de alcantarillado de la ciudad.

En la ciudad de abajo vivían los tenderos, comerciante, escribas y artesanos. Los artesanos fabricaban variedad de objetos, entre ellos adornos y armas de metal, cerámicas finas y tela de algodón. Los textiles de algodón y las cuentas de piedras semipreciosas eran bienes de exportación que gustaban mucho. Las mercancías del valle del Indo se dirigían al noroeste sobre las montañas hasta Irán y más tarde también por barco cruzando el mar Arábigo y pasando por el golfo Pérsico a Mesopotamia.

La civilización china Dos sistemas fluviales dominan el territorio chino. Los dos fluyen en dirección general de oeste a este pero con una serie de curvas que siguen los contornos del paisaje. El Huang He (juang je), o río Amarillo, está en el norte. El Chang Jiang, o río Yangtzé, está en el sur. La civilización china surgió en los valles de ambos ríos aproximadamente al mismo tiempo.

Los primeros agricultores se sintieron atraídos al fértil suelo amarillo, conocido como loess, que cubre la amplia planicie del río Amarillo. El río es turbio por el aluvión amarillo que trae y que le da su nombre. Los agricultores del valle cultivaban mijo, un cereal, con agricultura de sequío en vez de riego. Para compensar la falta de lluvia, sembraban mijo, que es resistente a la sequía, y aprendieron maneras de conservar la humedad de la tierra.

Los asentamientos agrícolas que aparecieron en el valle crecieron en población y complejidad. Ya para 2000 A.E.C. aproximadamente, varios de ellos reflejaban las características fundamentales de una civilización. Dentro de centros grandes rodeados de murallas defensoras, los artesanos se especializaban en la elaboración de cerámicas y en la talla del jade, una piedra semipreciosa. También trabajaban el cobre y, más tarde, el bronce. Las sociedades evolucionaron alrededor de una jerarquía, que tenía en su cumbre una minoría privilegiada cuyos miembros podrían darse el lujo de adquirir bienes de lujo traídos por los caminos de largas distancias.

La dinastía Shang llegó al poder en el valle del río Amarillo alrededor de 1600 A.E.C. Es posible que los shang sean simplemente una entre varias civilizaciones chinas antiguas. Sin embargo, es el primer estado histórico de China; es decir que los shang fueron los primeros que dejaron constancia de la historia de su dinastía empleando para ello un sistema formal de escritura.

Su escritura estaba formada por pictogramas que representaban objetos e ideas. Aparecía en vasijas de bronce, sedas y tiras de bambú unidas con hilo. También aparecía en lo que se llamaban huesos oraculares. Estos huesos de ganado y conchas de tortuga cumplían un fin especial. Los adivinos shang (personas que emplean la magia para predecir el futuro) hacían primero una pregunta y luego aplicaban calor a los huesos, con lo cual se agrietaban. Entonces el adivino interpretaba las grietas con el fin de predecir el futuro.

Una pregunta típica tenía que ver con la salud del rey o el éxito dela guerra, la cacería o las cosechas. En cada hueso oracular, se escribían la fecha y la pregunta, y a veces la interpretación. Es así como los huesos oraculares constituyen una fuente importante de información histórica sobre China antigua.

La civilización surgió de un modo parecido en el sur, en el valle del río Yangtzé. Dentro del entorno agrícola surgieron ciudades amuralladas con sociedades jerárquicas. En esta región de China más cálida y húmeda, se cultivaba arroz en vez de mijo y los agricultores desviaban el agua de los ríos según la necesidad para regar sus cultivos.

Los especialistas en China se refieren a la serie de estados complejos que se formaron a lo largo del Yangtzé como la civilización Changji¬ang. Una ciudad muy importante en esta civilización era Sanxingdui. En talleres afuera de las enormes murallas de esta ciudad, los artesanos elaboraban variedad de objetos de arcilla, jade, marfil, turquesa y bronce. Los bronces son especialmente admirables. Uno de ellos, una estatua de un varón coronado, mide más de 8 pies de altura. Otra, un árbol esculpido con hojas, retoños y fruta y con un pájaro posado en cada rama, se eleva a una altura de 13 pies.

Section 6 - Imperios antiguos

La historia antigua está repleta de imperios. En un imperio, un mismo gobernante manda sobre varias tierras o pueblos distintos.

Los imperios antiguos se desarrollaban típicamente cuando un estado poderoso conquistaba a sus vecinos más débiles. Alrededor de 2350 A.E.C. en Mesopotamia, Sargón de Akkad formó el primer imperio del mundo. Pero el más famoso de los imperios antiguos es probablemente el Imperio Romano. Roma y el Imperio de Atenas, otro estado anterior, también del Mediterráneo, existieron en lo que se conoce como una edad clásica. El gobierno, las artes y las ideas generadas por estas civilizaciones tuvieron un impacto

duradero sobre la historia y las culturas universales. También se vivieron edades clásica en China bajo la dinastía Han y en India bajo las dinastías Maurya y Gupta.

El Imperio Ateniense Grecia es una península montañosa que sobresale hacia el sureste del continente europeo al mar Mediterráneo. En tiempos antiguos, surgieron muchas ciudades estado en el continente y las islas griegas.

Los griegos se decían a sí mismos helenos. Tenían todos el mismo origen étnico, las mismas costumbres y el mismo idioma básico. Sin embargo, las ciudades estado preferían ser independiente, si bien se juntaban políticamente ante la amenaza de alguna potencia exterior o cuando las obligaba una ciudad estado dominante.

Una de estas ciudades estado era Atenas. Allí, en 508 A.E.C., apareció la primera democracia en el mundo. Los atenienses valoraban mucho su libertad, tanto personal como política, y diseñaron un gobierno que la protegiera. La suya era una democracia directa: los ciudadanos participaban directamente en el manejo de su estado. Las mujeres, los extranjeros y los esclavos quedaban excluidos de la ciudadanía. Todos los demás mayores de 20 años tenían derecho de votar en la asamblea popular y de pronunciar discursos allí sobre políticas públicas. También podían elegir los magistrados, o funcionarios que ejecutaban las decisiones tomadas en la asamblea.

Pericles, general y líder de la democracia ateniense, ofreció esta idea del gobierno de su ciudad estado:

Nuestra constitución no copia las leyes de los estados vecinos, sino que nosotros somos modelo para otros que nos imitan. Su administración favorece a los muchos, no a los pocos; por eso se llama una democracia. Si miramos a las leyes, estas ofrecen justicia igual para todos…—Pericles, “Oración fúnebre”, 430 A.E.C.

Atenas y sus libertades democráticos se vieron amenazadas de guerra durante toda la edad clásica. En 490 A.E.C., el Imperio Persa del sureste de Asia invadió a Grecia, pero el ejército ateniense logró repelerlo. Diez años más tarde, los persas atravesaron el mar Egeo y atacaron de nuevo. De nuevo fueron derrotados, esta vez por un grupo de ciudades estado encabezados por Atenas y su vieja rival Esparta. La armada ateniense, que dominaba los mares alrededor de Grecia, cumplió un papel clave en la victoria.

En 478 A.E.C., Atenas formó una alianza con varias ciudades estado de la costa y las islas del mar Egeo. Su objetivo era defenderse contra más invasiones persas y atacar los baluartes persas en la región. Atenas, con su poderosa armada, asumió el mando. Decidió qué estados darían barcos o dinero para respaldar lo que los historiadores llaman la Liga de Delos.

La Liga de Delos llegó con el tiempo a contar unos 200 miembros, con Atenas firmemente al mando. Para la década de 440 A.E.C., las contribuciones de la mayoría de las ciudades estados tomaban la forma de tributo, es decir un pago hecho en señal de sumisión, que se enviaba al Tesoro ateniense. Lo que comenzó como una alianza de había convertido en un Imperio Ateniense.

Atenas continuó extendiendo su imperio. En respuesta, Esparta juntó su propia alianza de ciudades estado griegas. En 431 A.E.C., Esparta atacó a Atenas, dando comienzo a la Guerra del Peloponeso. Cuando por fin terminó en 404, la armada ateniense estaba destrozada y Esparta había asumido el mando en Grecia.

En el siglo que siguió, Atenas logró una fuerte recuperación e incluso restauró su imperio.

Pero el fin de su poder llegó en 338, cuando un ejército del reino de Macedonia, vecino del norte, conquistó a toda Gracia. Sin embargo, la cultura griega no desapareció. Un rey macedonio, Alejandro Magno, invadió al Imperio Persa y capturó tierras que se extendían de Egipto hasta la India en el oriente. Fundó ciudades nuevas en esas tierras, y los griegos y macedonios que se establecieron en ellas llevaron el helenismo —el idioma, las costumbres y la filosofía griegos— por buena parte del imperio de Alejandro.

El Imperio Romano Las ciudades estado griegas siguieron funcionando hasta que, en el siglo 2 A.E.C., los aplastó una nueva potencia mediterránea. El Imperio Romano comenzó como una ciudad estado en el centro de la península italiana. Tuvo un crecimiento sostenido en medio de agresiones militares y seguiría extendiéndose durante unos 400 años. La conquista romana de la región mediterránea hizo de Roma un imperio, aunque los romanos seguían pensando en su país como una república. Una república es un sistema de gobierno en que el pueblo manda por medio de representantes.

Los romanos habían fundado la república luego de destronar a su rey en 509 A.E.C. resolvieron gobernar a la República Romana de acuerdo con leyes. Alrededor de 450 A.E.C., para asegurar los derechos de todos los ciudadanos en los tribunales, los romanos compilaron su primer conjunto de leyes escritas, las Doce Tablas.

El sistema republicano de Roma tenía tres componentes principales: asambleas populares, magistrados y el Senado. En las asambleas, los ciudadanos varones votaban por las leyes y elegían magistrados para ejecutar las leyes. Al principio, los magistrados escogían a los miembros del Senado, quienes escribían la legislación y manejaban los asuntos exteriores. Más tarde el Senado, que se había hecho mucho más poderoso, cortó sus lazos con los magistrados y las asambleas. Años después, el Senado entregó gran parte de su autoridad al emperador.

Durante buena parte del período republicano tardío, Roma fue un imperio. El ejército tenía una influencia profunda en la sociedad romana. Se esperaba que todos los ciudadanos cumplieran su deber de soldado. Los líderes del estado venían en gran parte del ejército. La principal política exterior de roma era ampliar sus fronteras por medio de conquistas.

Roma estaba en guerra constantemente. Algunos conflictos principales fueron las tres Guerras Púnicas, que comenzaron en 264 A.E.C. y terminaron en 146 A.E.C. con la destrucción total de la ciudad estado de Cartago en el norte de África. Luego vinieron las guerras de expansión en Anatolia, Siria, Galia (Francia) y Britania; batallas en la frontera con los pueblos germanos; y varias sublevaciones de esclavos así como guerras civiles. Una guerra civil terminó cuando el rebelde Julio César derrotó a Pompeyo el Grande. César se declaró gobernante único de Roma. Después de su asesinato en 44 A.E.C., su sobrino nieto Octaviano llenó el vacío del poder.

En 27 A.E.C., Octaviano se convirtió en el primer emperador oficial. Tomó el título de Augusto, que significa “majestuoso”. Bajo Augusto y los aproximadamente 15 emperadores que lo sucedieron, la región del Mediterráneo disfrutó un período de tranquilidad relativa conocida como la “Pax Romana” o “Paz Romana”. Los romanos, grandes constructores de carreteras, extendieron su red de vías a los territorios conquistados. Esto facilitó el traslado de tropas a las colonias romanas. También promovió el intercambio y la difusión de la cultura y las ideas romanas por todo el imperio. Roma también extendió sus derechos de ciudadanía a los pueblos conquistados, con lo cual ayudó a integrarlos dentro de la sociedad y el gobierno romanos.

Los tiempos de calma terminaron hacia finales del segundo siglo E.C., cuando el imperio fue azotado por períodos de guerra civil y rebelión militar. La inestabilidad se agravó con una serie de emperadores de poca duración. A finales del siglo 3, el emperador Diocleciano dividió el imperio en dos mitades: la oriental y la occidental. La “Paz Romana” se acabó para siempre en el siglo 4, cuando una serie de pueblos germanos migratorios cruzaron la frontera y comenzaron a apoderarse de las tierras romanas. En 476, estos pueblos pusieron fin al Imperio Romano Occidental.

La dinastía Han Los Han llegaron al poder en 206 A.E.C., después de derrocada la dinastía Qin (chin) en una guerra civil. Solo 15 años antes, los Qin habían unido a toda China bajo un mismo emperador. Los Han gobernaron dos siglos, perdieron el control del año 9 hasta aproximadamente el 25 E.C., y luego gobernaron otros dos siglos. En el primero de estos períodos, llamado el Han Occidental, la capital estaba en Chang’an. El segundo período se llama el Han Oriental, cuando la capital pasó a Luoyang, más el oriente, sobre el río Amarillo.

Los Qin habían unificado a China después de un largo período de guerra entre estados rivales. Una meta del gobierno Han era mantener la estabilidad de China. Con este fin, Han necesitaban funcionarios leales y capaces que administraran el gobierno, especialmente en las provincias más alejadas. Los Han establecieron centros para formar funcionarios-eruditos sobre la base de las enseñanzas de Confucio, un filósofo nacido a mediados del siglo 6 A.E.C. Esas enseñanzas resaltaban la conducta correcta y la conservación de las costumbres y valores tradicionales.

Otra meta era agrandar el imperio. El ejército Han, armado con la ballesta de invento reciente, adquirieron territorio nuevo en varias direcciones. Al norte alejaron al temible pueblo Xiongnu (Sí-ong-nu) conocido también como los hunos, de la Gran Muralla que abrazaba la frontera china. Al noreste, los Han colonizaron parte de la península coreana. Al sur tomaron posesión de tierras costeras bien adentro de Vietnam. Al oeste, lograron controlar las vías de caravanas que atravesaban Asia central.

Como resultado de la expansión hacia el oeste, los Han abrieron el comercio inter¬regional alrededor de 100 A.E.C. Exportaban principalmente seda, de la cual parte llegó tan lejos como Roma. Las rutas comerciales a través de Asia recibieron el nombre del Camino de la Seda. El Camino de la Seda también llevaba bienes e ideas hacia el este, al interior de China, por ejemplo el budismo (una religión que llegó de la India en tiempos de la dinastía Han Oriental.

Durante el segundo período Han, la población china creció. El gobierno quiso aumentar la producción de alimentos animando a los agricultores a salir del valle del río Amarillo, que ya estaba densamente poblado. Para ayudarles a establecerse en las tierras de la frontera en el norte, los Han les brindaba terrenos y casas. Otros agricultores migraron hacia el sur para dedicarse al cultivo del arroz en el valle del río Yangtzé que estaba menos poblado y donde el gobierno construyó obras de riego. Los avances en la ferretería dieron otro empuje a la agricultura. Se podía labrar mejor la tierra con hojas de hierro en los arados en vez de hojas de madera o piedra.

La dinastía Han le dio a China unos 400 años de seguridad y progreso. China bajo los Han alcanzó un tamaño casi igual al del Imperio Romano. El ideal confuciano se arraigó y se convirtió en ancla permanente de la sociedad china. Hoy, cuando los chinos se refieren a la cultura china tradicional, se están refiriendo a un modo de vida que se desarrolló bajo la dinastía Han.

El Imperio Maurya y el Imperio Gupta Los historiadores siempre han descrito la era del Imperio Gupta (320–535 E.C.) como la edad clásica de la India. Sin embargo, muchos consideran que el Imperio Maurya (321–185 A.E.C.) fue un período clave en la historia de la India. Los jefes de ambos imperios unificaron buena parte del sur de Asia desde su propia tierra en el valle del río Ganges en el norte de la India.

El líder más admirado del Imperio Maurya fue su tercer rey, Asoka. Asoka se propuso ampliar el imperio, pero lo detuvo una masacre. La matanza (perpetrada por sus tropas) de muchos miles de personas del reino de Kalinga en la costa oriental tuvo un efecto profundo sobre Asoka. Se convirtió al budismo, religión de paz, y juró conquistar, no por la fuerza militar sino por las enseñanzas morales del dharma.

Asoka despachó misioneros budistas por todo el imperio y también al sureste y el centro de Asia. Instituyó la tolerancia religiosa en la India, dando apoyo a grupos tanto budistas como no budistas. Asoka también emitió edictos que expresaban su filosofía. Estos decretos se tallaban en pilares de piedra. Mediante estos y otros actos y políticas, Asoka se esforzó por unificar a los muchos pueblos diversos que componían su imperio.

Terminado el reinado de Asoka, el Imperio Maurya se deshizo gradualmente. Los gobernantes del siguiente gran estado indio, el Imperio Gupta, mantuvieron la política de tolerancia religiosa de Asoka, pero no siguieron su ejemplo en lo que respecta a conquistas. Recurrieron a la fuerza militar para adquirir territorio. El ejército gupta, compuesto de arqueros a caballo, un cuerpo de elefantes y soldados a pie, tuvo grandes éxitos de batalla.

La agricultura y el comercio interregional ayudaron para que los Gupta pudieran construir un imperio de paz y prosperidad. Parece que el estado ayudaba a los agricultores proveyendo obras de riego, aunque les quitaba parte de sus cosechas como impuesto. Para esta época, el secreto de la producción de seda había llegado de China a la India, y el tejido de la seda estaba prosperando. Mientras el Imperio Romano Occidental declinaba, los comerciantes guptas vendían sedas costosas el Imperio Romano Oriental, o Bizantino. También acentuaron su comercio con el sureste de Asia.

Los emperadores guptas dedicaron parte de su riqueza a apoyar las artes y las ciencias. Por lo menos uno de ellos mantuvo a varios eruditos en su corte. El arte religioso se extendió mucho. Aparecieron imágenes de Buda en diferentes formatos, entre ellos esculturas de cobre y murales pintados llenos de colorido. La literatura sobre temas religiosos también se popularizó, lo mismo que diversos dramas y poesías de tipo no religioso. Los matemáticos guptas en el siglo 5 conocían el concepto del cero y empleaban el sistema decimal. Para finales de aquel siglo, los astrónomos indios habían calculado pi y habían determinado que la Tierra gira sobre su eje y rota alrededor del Sol.

Resumen

En esta lección aprendiste sobre el desarrollo de las sociedades de cazadores y recolectores, los comienzos de la agricultura y el auge de las civilizaciones antiguas.

Interacción cultural La mayor parte de los conocimientos culturales acumulados por cazadores-recolectores se quedaba dentro del grupo. Los agricultores y pastores tenían más interacción con gente de afuera. Los conocimientos agrícolas aparecieron primero en el Creciente Fértil y de allí se extendieron a Egipto, Europa y el valle del río Indo. Los grandes principios de la civilización se difundieron de modo parecido, aunque también surgieron civilizaciones en varios lugares independientemente. Las sociedades complejas intercambiaban elementos de sus culturas, muchas veces lo largo de las rutas comerciales. De este mudo se extendió el budismo desde la India hasta China.

Estructuras políticas Las estructuras políticas se hicieron cada vez más complejas en la antigüedad. Los ancianos actuaban como líderes de los grupos de cazadores-recolectores y las aldeas agrícolas. Muchas civilizaciones buscaban su liderazgo en reyes-sacerdotes y un grupo de funcionarios que ejecutaban las políticas del gobierno. Surgieron estaos fuertes y algunos, mediante la conquista de tierras vecinas, llegaron a ser imperios.

Estructuras económicas Los primeros humanos sobrevivían cazando animales y recogiendo plantas. El desarrollo de la agricultura, marcada por la domesticación de plantas y animales par alimento, llevó a un aumento en la producción de alimentos. Gracias a los excedentes, algunos miembros de la sociedad podían dedicarse a actividades diferentes de la agricultura, entre ellas el comercio. La agricultura continuó siendo la base de la economía aun en los estados e imperios más grandes. El intercambio comercial les traía los bienes que necesitaban así como artículos de lujo.

Estructuras sociales Las sociedades de cazadores-recolectores y de aldeas antiguas se componían de grupos o familias emparentadas, y todos los miembros tenían más o menos el mismo estatus. En general, los hombres se dedicaban a cazar y las mujeres a recoger. Las ciudades atraían poblaciones mucho más grandes que venían de grupos diversos en la región vecina. En estados complejos así, las sociedades fueron formando jerarquías, muchas veces basadas en las diferencias de estatus económico.

Interacción humanos-medio ambiente La movilidad era característica clave de los cazadores-recolectores. Estos podían trasladarse de lugar en lugar, conservando su acceso a plantas y animales que les servían para alimento, ropa y vivienda. Los agricultores permanecían en un lugar y se inclinaban a establecerse en zonas con recursos abundantes. Despejaban el terreno cerca de sus aldeas para sembrar. Las primeras civilizaciones aparecieron en los valles de los ríos, donde los suelos fértiles y el agua de riego les permitía cultivar alimentos en abundancia. Las herramientas, como el arado, también incrementaron la producción de alimentos.