los lares apagados

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUAEMALA CENTRO UNIVERSITARIO DE OCCIDENTE PEM. MATEMATICA Y FISICA CURSO: LENGUAJE I SECCION: “B” TEMA: LOS LARES APAGADOS BARRIOS HERRERA CARLOS ROBERTO (2012011878) LOS LARES APAGADOS CAPITULO I Bartolomé Yat era carpintero, el creció entre el ruido de serruchos debido a que su abuelo paterno fue uno de los mejores carpinteros de aquella época. Su padre quería que Bartolomé Yat siguiera los pasos pero este se inclinaba por el olor a pinos y estar en los bosques y el gran amor que le tenía a la tierra y los deseos de labrarla. Bartolomé cuando aun era adolecente era un muchacho del cual aprendió de un banonel que le enseñaba más que su padre propio y del cual aprendía cosas nuevas cada día. Bartolomé un joven con la duda de conocer más le decía al anciano que le enseñara y este respondía que preguntara. El joven preguntaba al anciano sobre los dioses de ese lugar y como estos se podían manifestar o si estos se podían ver a lo que el banonel respondía con jubilo y voz tranquila que no se podía si no solo se podían sentir y que todo aquel que intentara descubrir el secreto de los dioses será destruido por los mismos. El anciano entra a su rancho y saca dos guacalitos y le da a Bartolomé y este pregunta ¿Lo que tomamos es espíritu? Y el anciano solo tomo y no respondió. Luego Bartolomé miro hacia el sol y este después agacha la cabeza al lo que el banonel dice “Los dioses nos alegran con sus luz pero si se le ve nos dejaran ciegos” luego el anciano le da mas Boj y toman para después decir toma tus tres guacalitos de andes de cada comida o en cualquier actividad pero siempre respeta esa medida. Así continuaron hablando y el banonel siguió instruyendo a Bartolomé con sus sabias lecciones sobre los dioses de aquel entonces y como estos eran, en eso surgen cosas inesperadas como el temblor de la tierra a lo que el anciano dice estos pueden ser los poderes de los dioses. Después de beber bastante boj el banonel se dispuso a seguir enseñando al joven y este le conto episodios que había recorrido y como estos le había instruido. Ya cuando el banonel se disponía a despedirse le dice a Bartolomé que el merecía las enseñanzas, Bartolomé Yat pregunta si para conocer mas tendría que dejar el oficio de su padre y este responde que esos eran oficios del hombre. Y que la tierra le iba a enseñar

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Page 1: Los  lares apagados

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUAEMALA CENTRO UNIVERSITARIO DE OCCIDENTE PEM. MATEMATICA Y FISICA CURSO: LENGUAJE I SECCION: “B” TEMA: LOS LARES APAGADOS BARRIOS HERRERA CARLOS ROBERTO (2012011878)

LOS LARES APAGADOS

CAPITULO I

Bartolomé Yat era carpintero, el creció entre el ruido de serruchos debido a que su abuelo

paterno fue uno de los mejores carpinteros de aquella época. Su padre quería que Bartolomé

Yat siguiera los pasos pero este se inclinaba por el olor a pinos y estar en los bosques y el

gran amor que le tenía a la tierra y los deseos de labrarla.

Bartolomé cuando aun era adolecente era un muchacho del cual aprendió de un banonel que

le enseñaba más que su padre propio y del cual aprendía cosas nuevas cada día. Bartolomé un

joven con la duda de conocer más le decía al anciano que le enseñara y este respondía que

preguntara. El joven preguntaba al anciano sobre los dioses de ese lugar y como estos se

podían manifestar o si estos se podían ver a lo que el banonel respondía con jubilo y voz

tranquila que no se podía si no solo se podían sentir y que todo aquel que intentara descubrir

el secreto de los dioses será destruido por los mismos.

El anciano entra a su rancho y saca dos guacalitos y le da a Bartolomé y este pregunta ¿Lo

que tomamos es espíritu? Y el anciano solo tomo y no respondió. Luego Bartolomé miro hacia

el sol y este después agacha la cabeza al lo que el banonel dice “Los dioses nos alegran con

sus luz pero si se le ve nos dejaran ciegos” luego el anciano le da mas Boj y toman para

después decir toma tus tres guacalitos de andes de cada comida o en cualquier actividad

pero siempre respeta esa medida. Así continuaron hablando y el banonel siguió instruyendo

a Bartolomé con sus sabias lecciones sobre los dioses de aquel entonces y como estos eran,

en eso surgen cosas inesperadas como el temblor de la tierra a lo que el anciano dice estos

pueden ser los poderes de los dioses. Después de beber bastante boj el banonel se dispuso

a seguir enseñando al joven y este le conto episodios que había recorrido y como estos le

había instruido.

Ya cuando el banonel se disponía a despedirse le dice a Bartolomé que el merecía las

enseñanzas, Bartolomé Yat pregunta si para conocer mas tendría que dejar el oficio de su

padre y este responde que esos eran oficios del hombre. Y que la tierra le iba a enseñar

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verdaderamente lo que el necesitaba aprender. Y dijo He de amarla!.. Este también

aprendió que las criaturas a las que se refería el banonel eran los arboles de los cuales se

extraía la madera que su padre usaba.

Este después va con su padrino y el cual le ofrece mas boj a lo que este se niega ya que ya

había bebido sus tres guacalitos y recordó lo que el banonel le dijo que siempre recordara

esa condición. Ya cuando llega a casa se sienta Bartolomé y se sirve de los alimentos pero

este con la cabeza agachada y con la misma avidez que le poseyera toda la mañana.

CAPITULO II

Ya en el taller de su padre Bartolomé miraba como su padre trabajaba y se dispuso a decirle

y le dice padre necesito decirte algo y el padre responde Dila. Padre yo no siento afecto por

este oficio y quiero se labrador de tierra como los son los antepasados mi madre, el padre

no respondió nada y siguió trabajando dando soplidos a la madera tratando de no responder.

Ya en loa tarde Gregorio Yat va con su padre a contarle lo sucedido y este le sirve sus

guacalitos de boj, y empezaron a beber y le dice mi hijo tiene que ser carpintero al igual que

su padre porque el será el encargado del taller y seguirlo teniendo como uno del os mejores

y el compadre responde. Pero esos no son los deseos de mi ahijado y si a un joven se le niega

eso saber que puede suceder responde este. Gregorio Yat se levanta y toma su ultimo trago

y se va con el sacerdote de confianza y le cuenta, mientras esto sucedía Bartolomé le fue

a contar a su madre y esta feliz pero decidió no opinar ya que en ese caso los hombre

decidían lo que iba a pasar. Después Gregoria regresa saludando a sus amigos y conocidos

que se encontraba en su trayecto.

CAPITULO III

Según las categorías sociales, Gregorio Yat trataba de vivir como los ladinos pero Gregoria

al igual que su mujer eran auténticos kecchí y por sus apellido (Yat-Caal) los mas

emblemáticos entre los indígenas de aquel entonces. Su casa con una grande sala en el cual

se podían encontrar altares a dioses y a la Trinidad Divina con grandes comodidades,

grandes cuartos en el cual también se podían encontrar las hijas de Gregoria Yat con ojos

achinados y tez morena. Y Bartolomé de cuerpo recio y color de piel obscura hasta

semejarse las tierras de sembradura.

CAPITULO IV

Page 3: Los  lares apagados

Ya pasadas unas semana y Bartolomé no recibía respuesta de su padre acudió a su padrino

le conto y le dijo que hablara con su padre sobre el terrenito que este quería este

responde No quiere porque dice tu eres el único y que el terreno dejara tanto dinero para

mantener a la familia cuando el falte y además que no tiene el dinero suficiente y Bartolomé

responde pero a mi no me gusta y el padrino pero tu padre no quiere y Bartolomé colérico

responde Bueno. Ya en la noche Bartolomé despide a sus padres con un beso en la mano, al

día siguiente buscan a Bartolomé pro este ya no estaba.

CAPITULO V

Bartolomé trabajaba en una finca desde hace 6 meses como carpintero pero ya que este era

alfabeto teníamás oportunidades que la de los demás peones. Cuando algún caporal o líder

de la finca faltaba inmediatamente se mandaba a llamar a Bartolomé Yat para dirigir a los

peones, este poco a poco fue aprendiendo cosas nuevas pero siempre con dificultades para

entender el idioma con que hablaban los alemanes y este pedía que le hablaran en castellano

porque no entendía. Y decía a ellos se les hace mas fácil aprender nuestras lenguas pero

nosotros también tenemos que aprender sus lenguas pero por desgracia toda enseñanza es

pagada no como lo hacia el banonel conmigo.

Después Bartolomé fue aprendiendo frases que sus patrones decían, así que esto le

facilitaba cuando llegaban sus invitados de los patrones y escuchaba decir que Bartolomé

era un joven muy inteligente. A Bartolomé Yat no le intimidaba los corpulentos cuerpos de

los patrones a que el también era así y con una gran agilidad y mas joven.

Después Bartolomé se mira en el espejo con un gran asombro de verse con traje y mirar a

los demás invitados y como estos ya estaban caídos por beber tanto. Ya finalizada las fiesta

organizada por los patrones este se vuelve a ver en el espejo y con las copas de vino que

este serbia una señora rubia que estaba ahí lo empezó a interrogar diciéndole: que si el era

indio a lo que este responde que si por sus padres y hermanos. Así continuo la señora rubia

interrogándolo por varias veces y a Bartolomé le frustraban pero que respondía

cortésmente a cada una de ellas, y después este sale dejando sola a la señora.

CAPITULO VI

Page 4: Los  lares apagados

Otra noche el patrón de Bartolomé entra y le pide una cerveza y este se sorprendió al

encontrarlo leyendo y le dice ¿Qué lees Bartolomé? Y este responde que es una monografía

sobre el cultivo de café pero su patrón le intenta quitar la revista que lee y este se opone.

Al día siguiente ya mas tranquilo el patrón lo llama y le regala 5 quetzales y este los guarda

feliz en su baúl en el cual guardaba desde que había ingresado a la finca de los alemanes.

Pero este tenia que gastarlo a veces en su ropa o perfumes que el veía que los ladinos se

echaban.

Luego llega una sobrina de don Volman llamada Ethel una mujer fuerte y linda que llegaba de

la ciudad, y que se daba a conocer como una persona con cordial con toda su gente. Cuando

se supo la noticia que la sobrina de Volman había llegado empezaron los murmuros en la

pequeña hacienda, en las cantinas, sobre Ethel y se decía que afortunado aquel que se lleve

a Ethel porque este se quedaría con todo el dinero de Don Volman.

Ethel era una mujer coqueta en todo sentido y esto provoco ira en las alemanas que ahí

residían y fueron a contarle al patrón y este responde que Ethel por ser una mujer de

primera excitaba a todos los hombres de ahí y provocar la envidia de las mujeres.

Bartolomé Yat esto le importaba y se hacia el indiferente a todo esto, y Ethel que le

gustaba a cabalgar en caballo en las montañas, pero sobre todo esto se decía que a la

muchacha le gustaba besarse con todos los hombres de ahí de la hacienda. Un día Ethel

quiso ir a practicar tiro con rifle

La muchacha tiro pero su puntería no era tan buena y se sentó y le dijo a Bartolomé tira tú

y le dio el rifle que su tío le había dado y Bartolomé responde Ná si permite tirare con el

mío y la muchacha se ríe en señal de burla. Bartolomé dispara y da tanto disparos en el

blanco como pudo y a Ethel se le borro esa sonrisa que la marcaba. Después la muchacha le

dice que se sentara con ella a la par pero esto no hizo nada luego le dice Tienes dominio

Propio y Bartolomé por primera vez sonrió con una ama de la hacienda. Pero luego esta le

dice Lastima que seas un indio, este agacha la cabeza y da paso de vuelta a la hacienda y

Ethel quiso hablarle pero este ya no contesto.

Luego Ethel le dijo que si no quería ser un gran hombre y ya no ser mas criado de su tío

este responde humildemente “tal vez” Luego Ethel le interrogo a Bartolomé sobre su vida y

le explico como era USA y así este se emocionaba por lo que decía Ethel. Luego con burla

ella decía exclamaciones a Bartolomé incomodaban. Ya de regreso ella le pregunto ¿Tienes

novia? ¿No te casaras? Y este respondió todo a su tiempo

CAPITULO VII

Page 5: Los  lares apagados

Un día botaban arboles y estos eran codiciados por lo hombres de l lugar y los extranjeros

y al mando de todo esto estaba Bartolomé Yat el cual era encargado de indicar a los peones

fuertes y corpulentos el botar de los arboles, pero este se sentía mal ya que siempre había

querido a la tierra y recordaba lo que le sabio banonel le decía “la tierra necesita arboles” y

así mismo temía el enojo de los dioses del lugar. El cada árbol botado sentía que le

arrancaba algo a la tierra que los arboles eran santos y sentía que violaba los derechos de

toda la vegetación del lugar.

En un momento inesperado se cruzo Ethel el cual paso delante de los peones y está miro a

Bartolomé y aso cerca y no sonrió como solía hacerlo con los demás hombre del lugar, y el se

vio turbado por la presencia del Ethel y dijo ¿Qué me falta? Y pensó que ella algún día se

iba a casar como las personas de su categoría el cual iban a procrear tener herederos.

Después sonaron las campanas y todos lo peones salieron hacia la hacienda, en eso vuelve a

pasa Ethel y detrás de ella dos hombres uno joven y otro viejo y el mayo le señala con el

pulgar y Bartolomé acaso Ethel se casara con el alemán. Ethel se casó y hubo fiesta y

Bartolomé como ya era costumbre se torno entre los servidores del lugar. Este miraba al

alemán y decía este es ahora el dueño de la muchacha mestiza pero el no tiene lo que yo

tengo decía el en suspiros.

CAPITULO VIII

Luego Bartolomé Yat aceptaba todo con resignación a todo lo ocurrido después de días

laboriosos solo llegaba a recostarse pero este se sentía muy cansado y pensaba que talvez

algún bicho venenoso lo pudo haber picado pero no este solo se aferraba en lo más profundo

de su corazón. Ya hacia tiempo que Ethel no estaba y para Bartolomé desde su partida la

hacienda había quedado desierta, pero además este solo pensaba en lo que la muchacha le

había dicho antes de irse “partir”

Después este recordó las enseñanzas del banonel y regreso al pueblo y compro 4 velas y

subió a la montaña y ahí se encontró con cenizas las cuales barrió para luego hacer sus

clemencias y pedir perdón a los dioses de todos sus pecados.

Ya de regreso paso a hospedarse con un amigo del pueblo, el cual apreciaba mucho a

Bartolomé, ahí se encontraban sus tres hijas, dos de ellas ya casada y la mas pequeña aun

entrando a la juventud. El amigo de Bartolomé le dice a la hija menor que le sirva dos

guacales a Bartolomé ella con gusto los sirve. Después se pusieron a platicar y el anciano le

dice que si se iba air a lo que responde No y si lo hacia iba regresar algún día. Se despidió

Page 6: Los  lares apagados

Bartolomé Yat y el padre le dice a su hija menor que algún día Bartolomé iba a regresar y

que ella se iba a ir con el a donde este la llevase y la joven no contesto y solo miro al

anciano.

CAPITULO IX

Bartolomé construyo su rancho en el cual los muebles los hizo con sus propias manos todo lo

que ahí estaba con esfuerzo dejando lugar y espacio para sus animales, y después se

preparaba para las lluvias de invierno pero estas se adelantaron y siempre con el temor a

inundaciones este construyo su rancho fuerte y seguro. Después Bartolomé viendo las

lluvias fuertes decía malos malos los dioses que no paran las lluvias y salió y fue a cortar

leña y regresa y le dice a su mujer que el fuego nunca se apagara en ese lugar.

Después este se recostó sobre su cobertizo junto a su mujer escuchando el ruido de la

lluvia tan fuerte, luego los animales domésticos del lugar empezaron a refugiarse en la casa

y la mujer sale y empezó a sacarlos, en eso interviene Bartolomé diciendo los animales tiene

derecho también a cuidarse, después se escucha un rasguido en la puerta y este sale y

aparece su caballo el cual el cuidaba como a un hijo y loe entra y lo lleva hasta la cocina.

Después a la casa de Bartolomé empezaron a llegar los animales salvajes de todo tipo hasta

los mas extraños, al día siguiente este se les acercaba y estos no hacían por huir del lugar

seguidamente en el tapanco Bartolomé se encuentra con una víbora el cual el no temió sin

importarle el riesgo que esto conllevaba tenerla ahí.

Los animales salvajes empezaron a morir y Bartolomé y su mujer empezaron a sacrificar a

sus gallinas para sustentar la comida de todos lo días y así se olvidaron de todas esas

bestias que ahí convivían con ellos en la pequeña choza. En unos de los aires fuertes se llevo

las laminas dejando así solo la cocina como un lugar seguro para estar.

Tiempo después las lluvias seguían y la escases de comida era notable en el lugar, la mujer

cocinaba lo poco que le quedaba en el lugar solo veía como el frijol, maíz arroz se iban

consumiendo a su paso. Un día la mujer se puso mala y empezó a vomitar a lo que Bartolomé

dice que se recostara y cerrara los ojos y ella solo sentía cuando este le pasaba la mano en

la frente y solo sentir como estaba de fría. Un día Bartolomé dispuso ir a la hacienda

construyendo una balsa pero este regreso sin noticia gratificante alguna.

CAPITULO X

Page 7: Los  lares apagados

Era noche-buena y en la hacienda había árbol de navidad y como siempre se le llamo a

Bartolomé para ir a servir pero este uso pretexto diciendo que estaba enfermo, y se quedo

en casa son su mujer la cual la miraba con ternura porque al borde de la muerta aun estaba

con el después del fuerte temporal que habían pasado y que fuesen rescatados por el

patrón, pero no todo era felicidad ya que la mujer había perdido al primogénito de

Bartolomé antes de nacer.

Bartolomé Yat lo había perdido todo, ya no le quedaba nada ni sus animales domésticos,

este pensó que iba a regresar a Coban son sus padre presentarles a su mujer, pero luego

reflexiono que esto era dejarse vencer y mejor se recostó en su cama a beber boj. Llega su

mujer sin ser llamada le dice que fueran a orar y el respondió que no que fuese ella solo y

que el Señor lo perdone. Ya acostado sonó la puerta y este grita desde su cama ¿Quién es?

Y era su amigo Juan el cual le conto que se había peleado. Pero este no sabia que este era

malo y le dio lugar en su casa, después se llego a los rumores que Bartolomé y su mujer

encubrían al malhechor y estos fueron llevados a la cárcel y ahí pasaron días, después le

llega la noticia Bartolomé que su mujer había sido liberada gracias a la ayuda de un alemán y

esta regreso a la hacienda, pero Bartolomé fue sentenciado por encubrimiento, Después

este es liberado y decía No hay Justicia.

CAPITULO XI

Cuando Bartolomé fue liberado este se dirigió a buscar a su mujer pero no la encontraba y

no tenia dinero se dispuso a camina y en el camino le regalaban tortillas con chile. En el

camino se encuentra con un caporal ladino le dice Bartolomé cuando saliste y este no

responde y dice ¿Dónde esta mi mujer? Y el caporal responde tu mujer ya no esta en la

hacienda y Volman ya se ha ido al extranjero y hay nuevo patrón. Bartolomé pensó a no esta

mi mujer ahí y mi patrón ahora en donde viviré, siguió buscando a su mujer pero no la

hallaba. Luego pregunto y le dijeron que se había ido para el pueblo, va y llega al pueblo y en

una casa mira a su mujer pero cerca de ella un gran alemán y ella preparaba una limonada

para su patrón, Bartolomé se acerca y le dice vengo por ti pero esta no responde después le

dice que no regresara con el y que ahora esta mejor, Bartolomé insistente le dice prefieres

al extranjero que a mi y la mujer solo responde vete antes de que el patrón te vea y

Bartolomé solo la mira y dice cuando la mujer quiere a otro es inútil y solo se da la vuelta y

camina lentamente.

CAPITULO XII

Page 8: Los  lares apagados

Tras un rato de marcha se sentó sobre una piedra y empezó a recordar sobre el Volman,

Ethel y sobres sus hermanos y sus padres pero el pensamiento sutil fue hacia el banonel el

cual le instruía grandes consejos. Cuando caminaba bajo las tinieblas miro venir a un hombre

ladino acompañado y este se detuvo y el hombre ladino lo alumbro con una lámpara en la cara

y dijo nos volvemos a encontrar y Bartolomé responde así es. Este hombre era un empleado

de la hacienda no con buenos pensamientos ya que intento violar a la que fuese su mujer y

ultrajar sus bienes que aquel poseía.

Este le dijo te llevare a la cárcel de nuevo y Bartolomé responde yo ya he pagado lo

suficiente, y el Aladino golpea a Bartolomé con una cuerda y este cae y los hombre que

acompañase a el ladino lo golpearon pero este por ser fuerte logro escapar y llegase a lo

alto de la montaña y todo golpeado y herido se recostó y escondió entre los matorrales y

espero por una hora, así lo hizo otra hora mas, después escucho un estruendo y escucho una

voz sigilosa que dijo “ No volváis hasta que la tierra sea nuestra” y así lo hizo Bartolomé

Yat.

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