mançano fernandes - 27 años del mst en lucha por la tierra
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27 años del MST en lucha por la tierra1
Bernardo Mançano Fernandes2
Introducción
El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) fue fundado en 1984, pero el
proceso de gestación en la formación del Movimiento comenzó cinco años antes. En este artículo,
buscamos analizar el MST en sus 27 años de lucha por la tierra para comprender su proceso de
formación, comenzando por su gestación. No fue el espacio geográfico la cuna del MST, sino una
relación social denominada lucha por la tierra, que aquí se comprende como una política pública
que solamente los movimientos campesinos pueden llevar a cabo. Política que impulsa a las
políticas de reforma agraria y que se desdobla en otras políticas públicas conforme la correlación
de fuerzas entre los movimientos sociales y los gobiernos. El MST no nació en Rio Grande do
Sul, como muchos piensan, el MST nació en Brasil, en las diversas luchas por la tierra,
acompañada y bendecida por la Comisión Pastoral de la Tierra.
La acción moldea al sujeto que la encarna. Del mismo modo, la lucha por la tierra avanza
ajena a la existencia –o no- de un plan de reforma agraria. La lucha por la tierra es una lucha
popular y la reforma agraria es una política pública de competencia del Estado. La lucha por la
tierra se comprende por dos manifestaciones políticas principales: la ocupación de la tierra, que
ocurre diariamente y constituye la forma principal de acceso a la tierra en Brasil (Fernandes,
2000; Leite, 2004), y las marchas de diversos movimientos campesinos para presionar al Estado
en la realización de políticas públicas, como por ejemplo las políticas de créditos, de educación y
vivienda, que ocurren periódicamente. El avance de la lucha por la tierra ha mantenido la reforma
agraria en la agenda política del estado; sin embargo, hasta el momento el Estado no ha sido
competente para efectivizar una política de reforma agraria capaz de quebrar la estructura
1 Traducción: Lucas Benielli. Para lectura de los alumnos de Historia de América III (cát. Schneider), UBA, FFyL.2 Geógrafo, profesor de los cursos de Posgrado y Grado en Geografía de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Estatal Paulista (UNESP), campus de Presidente Prudente. Asesor del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin-Tierra (MST). Coordinador del Grupo de Trabajo Desarrollo Rural en América Latina y Caribe del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). [email protected]
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latifundista. Evidentemente que la participación del Estado en este proceso es fundamental. Pero
no es determinante ni crítica. El Estado avanza por el empuje de los movimientos campesinos.
Demostraremos esta cuestión, analizando el proceso de formación del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y las acciones de diversos gobiernos, desde la dictadura
militar al gobierno de Lula. Este conflicto lo constituye la cuestión agraria brasilera, basada en
una estructura latifundista concentrada y una agricultura moderna, así como la paradoja de la
exclusión de los movimientos campesinos en la elaboración de políticas públicas para el
desarrollo rural, al mismo tiempo en que sus acciones promueven la resocialización y los
derechos básicos de la ciudadanía.
El Estado ha tratado la cuestión agraria solamente con políticas coyunturales conforme el
poder de movilización de los movimientos campesinos. La razón de esta postura se debe al
control político del Estado por los ruralistas, que han impedido el desarrollo de la agricultura
campesina en Brasil. Este monopolio político determinó las condiciones para que la
modernización de la agricultura mantuviese la estructura concentrada de propiedad, impidiendo a
los campesinos el acceso a la tierra. Analizaremos estas realidades en las últimas cuatro décadas,
definiendo cuatro períodos de formación y territorialización del MST.
El proceso de territorialización está compuesto por las ocupaciones de tierra y la
conquista de asentamientos rurales. Estos lugares se convierten en territorios donde el
campesinado se re-crea y reproduce la lucha por la tierra; dicho proceso es permanente y
constituye el eje de nuestro análisis. Definimos el primer período como la gestación del MST,
que precede a su fundación: este momento es fundamental para comprender las bases de su
proceso de formación. El segundo período fue definido tomando como referencia sus acciones a
escala nacional y la consolidación de la estructura organizativa; en esta fase, el MST configura su
forma de organización y se establece en todas las regiones brasileras. En el tercer período
analizamos su institucionalización, cuando el MST se torna el principal interlocutor del gobierno
federal en relación con la reforma agraria y es reconocido internacionalmente. Definimos el
cuarto período a partir del proceso de mundialización de los movimientos campesinos con la
creación de Vía Campesina. Desde la segunda mitad de la década de 1990, la lucha por la tierra y
la reforma agraria adquieren connotación internacional, tanto por la creación de la Vía
Campesina como por la política de reforma agraria de mercado del Banco Mundial.
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1. Gestación y nacimiento del MST
En 1964, el gobierno de la dictadura militar elaboró el Estatuto de la Tierra: este fue el primer
documento que trató la reforma agraria en la historia de Brasil. El objetivo del gobierno no era
aplicar la ley, sino controlar los conflictos por la tierra. La política agrícola que tenía como
referencia el modelo de la denominada “Revolución Verde” no contemplaba la agricultura
campesina, atendía solamente la expansión de la agricultura capitalista. Una medida para intentar
minimizar los conflictos fue la implantación de proyectos de colonización, por medio de la
migración dirigida de campesinos hacia Amazonia. Sin embargo, esta política no disminuyó los
conflictos por la tierra en las regiones del Sur, Sudeste y Nordeste del país. Los gobiernos de la
dictadura militar reprimieron violentamente las acciones de los trabajadores que reivindicaban
sus derechos, tales como el acceso a la tierra y mejores condiciones de trabajo. Hacia el final de
la segunda mitad de la década de 1970, después de 15 años de fuerte represión política de la
dictadura militar, los trabajadores del campo y de la ciudad intensificaron sus luchas para
reconstruir la democracia y conquistar sus derechos.
En el campo, a partir de la actuación de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), nacieron
experiencias de lucha por la tierra que gestaron el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin
Tierra (MST). Las luchas campesinas para permanecer en la tierra, principalmente por la
resistencia de los colonos3 en Amazonas, por medio de los sindicatos de trabajadores rurales, o
bien para conquistar la tierra -especialmente las ocupaciones de tierra en el Nordeste y en el
Centro-Sur-, componen las diferentes formas de resistencia del campesinado brasilero. Estas
acciones mantuvieron en la agenda política la cuestión de la reforma agraria, que había sido
sofocada con el golpe militar de 1964.
En la ciudad, las huelgas de los metalúrgicos, profesores, bancarios y otras categorías
reunidas en la formación de un movimiento sindical auténtico crearon la Central Única de los
Trabajadores (CUT). En la década de 1980, las luchas populares de los movimientos y de los
sindicatos por las conquistas de sus derechos, así como por el restablecimiento de la democracia,
se convirtieron en las banderas de lucha que fundaron y transformaron al Partido de los
Trabajadores (PT) en uno de los partidos brasileros más importantes.
3 La palabra en portugués es posseiro, que refiere a un individuo que ocupa de hecho una porción de tierra sin contar con títulos de propiedad; de todas sus acepciones y posibles traducciones, consideramos que “colono” es el término que más se acerca en el sentido del texto. (N. del T)
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Estas distintas fuerzas nacieron casi simultáneamente en espacios políticos diferentes,
interactivos y autónomos, cada cual con su estructura organizativa. Más allá de sus orígenes
formados en el seno de las luchas de clases, estas organizaciones tenían en común por lo menos
un principio: la defensa de los derechos y de los intereses de los trabajadores. Con la fundación
del Partido de los Trabajadores, se creó un espacio para reunir los proyectos políticos de los
diferentes segmentos de las clases. En la década de 1980, los movimientos campesinos y la
Comisión Pastoral de la Tierra, con el apoyo político del PT, más que reincorporar en la agenda
política la cuestión de la reforma agraria, transformaron la lucha campesina en una de las
principales formas de acceso a la tierra.
Cuando las familias sin-tierra realizan una ocupación, conquistan la tierra y organizan una
nueva ocupación, están formando un movimiento campesino; y, al mismo tiempo, están
conquistando nuevos territorios. Esta lectura de la lucha por la tierra nos permite entender que la
forma de organización social y el territorio son partes indisociables de la lucha campesina. Es por
esta razón que denominamos este texto como de formación y territorialización del MST. Las
experiencias construidas en la lucha y la historia de otros movimientos campesinos, como por
ejemplo las Ligas Campesinas, fueron referencias que sirvieron de base para la formación del
MST.
Comenzamos nuestro análisis al respecto de la formación del MST, definiendo este
primer momento de su existencia como un preludio, porque antecede a su fundación. Las
experiencias construidas en esta etapa determinaron la forma actual de organización del MST; la
creación de comisiones, sectores y coordinaciones definieron el modelo de su estructura
organizativa. Esta fue una fase embrionaria, a la que denominamos como gestación y nacimiento
del MST. Este momento es comprendido por las luchas que formaron al MST y que ocurrieron en
el período de 1979 a 1985.
La definición de este momento es necesaria para que el origen del MST no quede
reducido solamente al año 1984, cuando se fundó en el marco de su primer encuentro, pero que
no fue determinante en la constitución de estrategias políticas coyunturales para su formación.
Fue recién en el primer congreso que los campesinos definieron políticas de acción que
incorporaron a la territorialización como uno de sus objetivos principales. Por lo tanto
consideramos en nuestro análisis el período iniciado en 1979, cuando ocurrieron las primeras
ocupaciones organizadas, de la que surgieron los liderazgos que fundaron el MST en 1984 y
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organizaron su primer congreso en 1985, constituyendo de esta forma uno de los movimientos
campesinos más importantes del mundo. De este modo, cuando hablamos del MST en los años
que anteceden a su fundación, nos estamos refiriendo al momento de su génesis.
A partir de 1979, en cinco estados del Centro-Sur de Brasil (Rio Grande do Sul, Santa
Catarina, Paraná, São Paulo y Mato Grosso do Sul) tuvieron lugar ocupaciones de tierra y luchas
de resistencias de colonos y de arrendatarios para permanecer en la tierra. Las experiencias de
estas luchas fueron reunidas por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) y, en junio de 1982, en
el municipio de Medianeira (estado de Paraná), se realizó el primer encuentro para discutir el
crecimiento de la lucha por la tierra.
Las luchas que generaron el MST fueron tanto de colonos como de arrendatarios que
resistían en la tierra o expulsados que ocupaban latifundios. Fueron los colonos expulsados de las
tierras indígenas en el oeste de rio Grande do Sul que ocupaban haciendas en la región; la
resistencia de los colonos de la Hacienda Primavera en el oeste del estado de São Paulo que
estaban siendo expulsados de sus campos, por causa de la expansión de la ganadería. Esta región
limita con el este del estado de Mato Grosso do Sul, donde también los arrendatarios perdían sus
áreas con la expansión de la ganadería. En el sudoeste de Paraná, con la construcción de la
hidroeléctrica de Itaipu, miles de familias campesinas fueron alcanzadas y quedaron
desamparadas. En el oeste de Santa Catarina, familias campesinas con poca tierra, con el apoyo
de la Diócesis de Chapecó, ocuparon una hacienda que estaba por ser expropiada. La Comisión
Pastoral de la Tierra promovió los encuentros de esos campesinos y constituyó una articulación
para superar el aislamiento. En este tiempo, los campesinos sin-tierra vivían la represión del
gobierno militar. Una lucha histórica de este período fue el acampe Encrucijada Natalino, cuando
el gobierno militar no escatimó esfuerzos para abortar el nacimiento del MST.
En Septiembre de ese mismo año se organizó un nuevo encuentro en Goiânia (Estado de
Goiás), donde los campesinos de todas las regiones del país formaron una comisión provisoria
para la creación de un movimiento campesino de escala nacional. Todavía, en el año 1983, otros
dos encuentros fueron realizados hasta la fundación del MST, en el 22 de Enero de 1984, en el
municipio de Cascavel (Paraná), cuando realizó su 1º Encuentro Nacional. Un año después, el
MST realizó su 1º Congreso Nacional con representantes de 23 de las 27 unidades federales. El
crecimiento del MST siempre estuvo asociado directamente a su territorialización. Este proceso
comenzó en el período de 1979-1985. Crecer también significaba organizarse nacionalmente: en
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sus comentarios de coyuntura política e histórica, los sin tierra comprendían que un movimiento
campesino organizado en escala local o regional tendría menos posibilidades de enfrentamiento
con las fuerzas adversarias.
La expansión del MST, por otras regiones brasileras, ocurrió a causa de la reproducción
de las ocupaciones de tierra, de las experiencias construidas en su génesis y también de contactos
con liderazgos de movimientos campesinos que habían sido sofocados por la dictadura militar o
que fueron transformados en sindicatos. Los nuevos líderes que nacieron con las primeras
ocupaciones del MST buscaron vincularse con los antiguos liderazgos de las Ligas Campesinas,
la Unión de los Labradores y Trabajadores Agrícolas de Brasil (ULTAB) y el Movimiento de los
Agricultores Sin Tierra (MASTER)4. Estas referencias sirvieron para que el MST definiera sus
principios organizativos. Algunos de los principios creados en este proceso de aprendizaje son:
formación de coordinación y dirección colectiva como instancias políticas de decisión; autonomía
política; disciplina y respeto a las decisiones de las instancias políticas; formación educacional
permanente; jamás separar la lucha económica de la lucha política5; la organicidad debe vincular
siempre la base con la dirección. Las experiencias y los principios determinaron el modelo de la
estructura organizativa del MST, que será analizada a continuación.
2. Territorialización y consolidación del MST
Denominamos el segundo momento de la formación como de territorialización y consolidación
del MST. En este período, el MST se territorializó en todos los estados de las regiones Sudeste y
Nordeste. También realizó sus primeras ocupaciones en el Estado de Goiás, en la región Centro-
Oeste y en Rondonia, en Amazonas. Este período es comprendido por las luchas que ocurrieron
en los años 1985 a 1990: en este lapso, el Movimiento también definió su estructura organizativa
y, por el hecho de estar presente en todas las regiones del país, se consolidó como movimiento
nacional.
4 La ULTAB es la Unión de los Labradores y Trabajadores Agrícolas de Brasil, una asociación clasista compuesta por campesinos y asalariados rurales, organizada por el Partido Comunista Brasilero. Existió desde 1954 hasta 1963, cuando fue transformada en sindicato, conformando la Confederación de los Trabajadores en la Agricultura (CONTAG), fundada en noviembre de 1963. El MASTER es el Movimiento de los Agricultores Sin Tierra, fundado en Rio Grande do Sul, al inicio de los años 60, sobre la influencia del Partido Trabajador Brasilero (PTB). (Stedile y Fernandes, 1999). 5 Este es un principio que determina la identidad del MST. No separar la lucha económica de la lucha política significa que aún después de asentadas, algunas familias sin tierra continúan organizando ocupaciones de tierra, lo que promueve la territorialización del MST.
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El MST se territorializa por medio de la ocupación de la tierra. La ocupación es una forma
de enfrentamiento, resistencia y recomposición del campesinado. Tal como señalamos en la
primera parte del texto, las luchas que generó el MST fueron, simultáneamente, realizadas por
colonos y arrendatarios para permanecer en la tierra o por expulsados que ocupaban latifundios.
Las luchas del segundo momento de formación del MST fueron predominantemente de
trabajadores rurales asalariados, que ocupaban tierras para librarse de las relaciones de mercado;
a su vez, las luchas realizadas a partir del tercer momento de formación del MST contaban en
parte con la participación de trabajadores de origen urbano6, por lo que eran luchas que
promovían la resocialización de trabajadores que nunca tuvieron tierra.
Cuando un grupo de familias comienza a organizarse con el objetivo de ocupar la tierra,
desarrolla un conjunto de procedimientos, definiendo una metodología de lucha popular. Esta
experiencia tiene su lógica construida en la praxis. Dicha lógica tiene como componentes
constitutivos la indignación y la revuelta, la necesidad y el interés, la conciencia y la identidad, la
concepción de tierra de trabajo contra la de tierra de negocio y de explotación, el movimiento y la
superación.
La formación de un grupo de familias comienza con el trabajo de base: este es un proceso
continuo de la lucha por la tierra. De las luchas ocurridas en el período de gestación del MST, se
formaron diversos liderazgos que iniciaron los trabajos de base en otras regiones del país, por
medio de la creación de espacios de socialización política. Este espacio posee tres dimensiones:
espacio comunicativo, espacio interactivo y espacio de lucha y resistencia. Lo primero es el
espacio comunicativo, construido desde las primeras reuniones. Es el momento de la
presentación, de conocerse y de la definición de los objetivos de la lucha, el inicio de una
experiencia de transformación de sus realidades.
Es también el punto de partida para la creación del espacio interactivo. Este, dependiendo
de la metodología, se realiza antes, durante o después de la ocupación de la tierra, que se
constituye en un espacio de lucha y resistencia. El espacio interactivo es un proceso continuo de
aprendizaje. El sentido de la interacción está en los intercambios de experiencias, en el
conocimiento de las trayectorias de vida, en la concientización de la condición de expropiados y
explotados, en la construcción de la identidad sin-tierra. El contenido de las reuniones de los
trabajos de base es la recuperación de las historias de vida vinculadas al desarrollo de la cuestión
6 Ver Lima y Fernandes, 2001.
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agraria. Hacen análisis de coyuntura, de las relaciones de fuerzas políticas, de la formación de
articulaciones y alianzas para el apoyo político y económico.
Este es un proceso de formación política, generador de la militancia que fortalece la
organización sociopolítica del MST. Todos estos procesos, prácticas y procedimientos colocan a
las personas en movimiento, en la construcción de la conciencia de sus derechos, en busca de la
superación de la condición de expropiadas y explotadas. La superación de sus realidades
comienza con la deliberación sobre la participación en la ocupación de la tierra. Dicha toma de
decisión tiene como presupuesto que solamente con esa acción podrán encontrar solución para el
estado de miseria en que viven.
Cuando ocupan la tierra o acampan en los márgenes de las rutas, los sin-tierra se
presentan a la sociedad, dimensionan el espacio de socialización política, interviniendo en la
realidad, construyendo el espacio de luchas y de resistencia. Conquistando la tierra, en la
conformación del asentamiento, transforman el espacio en territorio, recreando el trabajo familiar
y reproduciendo la lucha por la tierra por medio del trabajo de base en la formación de nuevos
grupos de familias.
Las reuniones realizadas en los trabajos de base son espacios generadores de sujetos
construyendo sus propias existencias. Estas reuniones pueden durar uno, tres, seis meses o
incluso años, dependiendo de la coyuntura. Pueden abarcar un municipio, varios municipios o
hasta más de un estado en áreas fronterizas.
La ocupación, como forma de lucha y acceso a la tierra, no es un hecho nuevo. Es una
constante en la historia del campesinado. Desde el principio de su formación, los campesinos en
su proceso de creación y re-creación ocuparon tierra. En las últimas cuatro décadas, los colonos y
los sin-tierra constituyen los sujetos principales de esta lucha. Los colonos ocupan tierra,
predominantemente, en las parcelas de los frentes de expansión, en las áreas fronterizas. Con la
territorialización del capital, ocurren los procesos de expropiación de esos campesinos,
desarrollados principalmente por la falsificación de documentos de posesión de tierra7 por parte
de latifundistas y empresarios. Los sin-tierra ocupan tierras, predominantemente, en regiones
donde el capital ya se territorializó. Ocupan latifundios –propiedades capitalistas-, tierras de
negocio y explotación –tierras desocupadas o de propiedad falsificada-. Las luchas por fracciones
del territorio –los asentamientos- representan un proceso de territorialización en la conquista de la
7 Esta acción de falsificar documentos de propiedad tiene en portugués el término de grilagem; a su vez, se denomina grilero a quien lo realiza, asociado a los latifundistas y empresarios del agro. (N. del T.)
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tierra de trabajo contra las tierras de negocio y de explotación. Esta diferencia es fundamental,
porque el falsificador, el latifundista, el empresario llegan hasta donde se encuentra el colono; los
sin-tierra están o llegan hacia donde están el falsificador, el latifundista o el empresario.
En el curso de sus experiencias, los sin-tierra pasaron a combinar varias formas de lucha,
que suceden de manera separada o simultánea a las ocupaciones de tierra. Las constituyen las
marchas o caminatas, las ocupaciones de edificios públicos y las manifestaciones en frente a los
centros bancarios. Dichos actos intensifican las luchas e incrementan el poder de presión de los
trabajadores en las negociaciones con los diferentes órganos del gobierno. Debido al desarrollo
de los procedimientos de las prácticas de luchas, se pueden definir dos tipos de ocupación:
ocupación de un área determinada y ocupación masiva. La diferencia principal está en el hecho
de que, en el primero, el criterio para la movilización y organización de las familias es el tamaño
del área; dependiendo de este, puede tratarse de una ocupación de grupos pequeños o numerosos
–masificando la lucha-. En el segundo, la movilización y la organización tiene como criterio
asentar a todas las familias sin-tierra, ocupando cuantas áreas fueran necesarias.
En el primer tipo, la ocupación se realiza con el objetivo de conquistar únicamente el área
ocupada. Por lo tanto, las familias se movilizan y organizan para reclamar la tierra ocupada; en
caso de que exista un remanente de familias, se inicia una nueva lucha para conquistar otra área.
La lógica de su organización es movilizar conforme las áreas reclamadas. Esta lógica cambia sin
embargo con las ocupaciones masivas. En este caso, los sin-tierra superan la condición de
permanecer limitados al tamaño del área reclamada: el sentido de la ocupación dejó de ser
solamente por la conquista de un espacio determinado, y pasó a ser el asentamiento de todas las
familias, de manera tal que una ocupación puede resultar en varios asentamientos.
Esta forma de organización intensificó la territorialización de la lucha. El criterio
principal para asentar a las familias no es más el límite territorial, sino el tiempo y las formas en
que estas participan en la lucha. La ocupación se transformó en una lucha continua por la tierra,
en un rehacerse constante, conforme las familias que se van asentando otras nuevas se unen a la
lucha. De esta manera, a medida que se van conquistando fracciones de territorio, van sumando
más familias a los grupos remanentes.
La ocupación de un área determinada se puede transformar en una ocupación masiva, no
sólo por la cantidad de familias que participan, sino también por el desdoblamiento de la lucha.
Esto ocurre cuando, luego de la conquista de la tierra reclamada, se pasa a tener conocimiento de
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un conjunto de áreas que pueden ser conquistadas y de la perspectiva de reunirse diversos grupos
de familias en una misma ocupación. Por lo tanto, es importante destacar que la masificación no
tiene sólo un sentido de cantidad, sino también de cualidad. Esta es fruto de los trabajos
realizados en los espacios de socialización política, que ocurren por medio de la difusión de
núcleos, sectores y comisiones, con el objetivo de fortalecer el movimiento.
Con esas prácticas, los sin-tierra se reúnen en un movimiento social. Superan las bases
territoriales y las fronteras oficiales. En la organización de la ocupación masiva, ellos agrupan
familias de varios municipios y de más de un estado en el caso de las áreas fronterizas. De este
modo, rompen con localismo y otros intereses que puedan impedir el desarrollo de la lucha por
los trabajadores. Así, los criterios de selección de las familias que pueden ser asentadas no se
restringen a sus procedencias. Las personas que integran las comisiones de selección precisan
considerar como criterio, entre los determinados por el gobierno, la historia de la lucha.
En la concreción de las ocupaciones, los sin-tierra pueden llevar a cabo diferentes formas
de establecimiento. Existen experiencias en que se ocupa una franja de terreno y se prosigue con
las negociaciones, reclamando la desapropiación del área. En otros casos, ellos dividen la tierra
en lotes y comienzan a trabajarla, o bien demarcan una única área y cultivan de manera colectiva.
Por más que se posea algún tipo de planificación, la espacialización de la lucha por medio
de la ocupación de la tierra es siempre un devenir incierto. Contiene el sentido de las posibles
transformaciones incesantes, cuando las coyunturas construidas se disuelven o se relacionan
formando otras nuevas, superándose o retrocediendo. Por lo tanto, por más que los sin-tierra
hayan construido experiencias diversas y posean el know-how, la concreción de una ocupación
nunca es un hecho completamente conocido, ya que cada una tiene sus singularidades y surgen
nuevos desafíos.
A mediados de la década de 1990, el MST estaba organizado en 23 unidades federales y
constituía el principal movimiento campesino en la concreción de ocupaciones de tierra. Las
ocupaciones crecieron y fueron una forma importante de presión política para la multiplicación
del número de asentamientos implantados. El avance y retroceso de las ocupaciones de tierra se
correspondió a su vez con el avance y retroceso de los asentamientos implantados. En una
investigación que realizamos en 1998, constatamos que el 83% de los asentamientos creados en
13 estados eran resultados de ocupaciones de tierra. Las políticas gubernamentales para la
cuestión agraria, durante toda esa década, fueron de carácter compensatorio, implantando
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asentamientos en áreas de conflictos o en la región donde el gobierno posee stock de tierras. Esta
política de implantación de asentamientos ha sido denominada “reforma agraria”.
A medida que la lucha por la tierra avanzaba, la lucha por la reforma agraria sufría un
reflujo. 1985 es el primer año de la redemocratización de Brasil, después de 20 años de dictadura
militar. El presidente Sarney presentó, entonces, el Plan Nacional de Reforma Agraria con la
promesa de asentar 1.400.000 familias. En 1989, al final del gobierno de Sarney, apenas 84.852
familias fueron asentadas. Este resultado fue más el fruto de las ocupaciones de tierra realizadas
principalmente por el MST que de las acciones del gobierno federal. Desde el inicio de la gestión
estatal, el MST mostró su descrédito con respecto a la reforma agraria. Su objetivo era tornarse
un movimiento nacional para intensificar la lucha por la tierra, considerada por el MST como la
medida más eficaz para la creación de asentamientos rurales.
En 1988, con la elaboración de la nueva Constitución, el grupo de la magistratura
vinculado a los ruralistas -compuesto por los diversos sectores del agronegocio-, se valió de una
estrategia para impedir la ejecución sumaria de la reforma agraria. Esta fue aprobada en el tercer
parágrafo del artículo 184 de la Constitución, donde los ruralistas hicieron constar el siguiente
texto: “Cabe a la ley complementar y establecer procedimiento contradictorio especial, de rito
sumario, para el proceso judicial de la expropiación”. Solamente en 1993, con la aprobación de la
ley 8.629, pasó a existir una regulación para la expropiación de tierras. Sin embargo, aún con la
existencia de esta nueva ley, los ruralistas todavía pueden impedir la expropiación de tierras,
inventariando los procesos expropiatorios, consiguiendo incluso revertir situaciones en procesos
ya asignados por el Presidente de la República.
Este segundo período de formación del MST fue un momento de definiciones importantes
que establecieron su identidad política. Un desafío para la consolidación del MST, en tanto
movimiento campesino autónomo, era expandir las alianzas políticas con otras organizaciones sin
crear relaciones de dependencia. Dicha cuestión fue debatida en el 2º Encuentro Nacional,
realizado en diciembre de 1985. En cada estado que el MST se organizaba y procedía con las
ocupaciones, creaba a su vez articulaciones de apoyo a la lucha por la tierra. En algunas
ocasiones, las instituciones que componían dichas articulaciones querían establecer las acciones
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del movimiento8. Para superar esta situación, el MST decidió invertir en la formación permanente
de líderes capaces de dirigir las luchas del Movimiento en el estado.
La formación de liderazgos juveniles fue acompañada de la construcción de una cultura
para la formación de la identidad política de los sin-tierra. En el 3º Encuentro Nacional, realizado
en 1987, el MST escogió uno de sus símbolos principales: la bandera. En ese evento, definieron
la apertura de un concurso interno para la elaboración del himno del MST, que fue elegido en
1989, durante la realización su 5º Encuentro Nacional. La bandera y el himno del MST son
símbolos presentes en los territorios campesinos construidos por los sin-tierra. Ellos son
indicadores de organicidad9 del Movimiento, pues están presentes en las reuniones sectoriales, en
los establecimientos de las cooperativas y escolares, en las ocupaciones, en los campamentos y en
los asentamientos. Son marcas de la identidad territorial de este movimiento campesino.
Otro elemento importante de la cultura política del MST son las palabras de orden. Una
frase que adquiere, en su significado, el sentido de la lucha. La construcción de esas palabras es
el resultado de la acción de los sin-tierra y son creadas en los encuentros estatales o nacionales. A
medida que se altera la coyuntura política de las acciones del MST, van surgiendo nuevas
palabras. Presentamos a continuación el conjunto de las principales palabras de orden utilizadas
por el MST desde su génesis. Ellas representan los momentos y las preocupaciones respecto del
desarrollo de la lucha campesina: la ocupación, la resistencia, la conquista, el fin del latifundio, la
amplitud de la lucha por la reforma agraria como condiciones esenciales para la construcción de
la democracia.
En mayo de 1990, el MST realizó su 2º Congreso Nacional, que tuvo como tema: Ocupar,
Resistir, Producir. Estas palabras, denominadas palabras de orden son utilizadas como
referencias en las luchas y están cargadas de sentidos. La ocupación, la resistencia y la
producción son tres elementos de un continuum que también significa “producir, ocupar, resistir”
o bien “resistir, ocupar y producir”. De 1979 a 1983, la palabra de orden era Tierra para quien la
trabaja. Esta palabra fue creada por una campaña de la Iglesia Católica en defensa de la creación
8 Este fue un momento difícil de la formación del MST. Las articulaciones se componían de sindicatos rurales y urbanos, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales y pastorales de las iglesias. En algunos estados, las articulaciones fueron deshechas porque el MST no aceptaba la intervención en su poder deliberante. Solamente después de diversos conflictos y divergencias, las organizaciones y el MST lograron consolidar dichas articulaciones de lucha por la tierra.9 Organicidad es una condición política. Ella es representada por los grados de vinculación de las familias sin-tierra con el MST. Cuanto mayor la participación de las personas en los sectores de actividades y en las instancias de representación política, mayor es la organicidad del Movimiento.
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de una política de reforma agraria. En 1984, la palabra de orden fue La tierra no se gana, la
tierra se conquista: esta palabra marcó su 1º Encuentro Nacional. En los años 1985-1989, fueron
Sin reforma agraria no hay democracia y Ocupación es la única solución, las que representaban
el descrédito del MST al Plan Nacional de Reforma Agraria. En 1995, en la realización del 3º
Congreso, el MST utilizó la palabra de orden Reforma Agraria: una lucha de todos, y durante el
4º Congreso la palabra Por un Brasil sin Latifundio.
Los símbolos del MST se tornan, en la cotidianidad de las familias sin-tierra, en un
lenguaje determinante de una práctica política contrapuesta a los discursos oficiales del Estado.
Forman parte de la cultura campesina producida por las familias vinculadas al MST que
participan de sus comisiones, sectores y núcleos. La creación de su cultura10 en el proceso
constante de territorialización delineó y consolidó la estructura organizativa, cuya forma
mantienen hasta la actualidad.
Este conjunto de acciones -formación permanente de liderazgos que fortalecieron la
organicidad y garantizaron la territorialización del MST, creando autonomía política y una
cultura de resistencia campesina- explica el proceso de consolidación del MST. El Movimiento
estaba fortalecido, puesto que había creado una red en escala nacional. A causa de esto, estuvo
mucho mejor preparado para resistir a las formas de represión del Estado. En este momento de su
formación, el MST enfrentó diferentes desafíos en la relación con el Estado. En 1989, tuvo lugar
la primera elección directa para Presidente de la República después de dos décadas de dictadura
militar y una elección indirecta. En ese año, fue elegido el Presidente Fernando Collor, que sufrió
la destitución de su cargo en octubre de 1992 por el Congreso Nacional, acusado de participar de
diversas formas de corrupción. Collor fue sustituido por el Vice-Presidente Itamar Franco que
gobernó hasta 1994. El gobierno de Collor reprimió violentamente al MST, apoderándose de
secretarías y deteniendo a líderes en diversos estados, provocando un reflujo del movimiento.
Este retroceso limitó el proceso de territorialización, ya que descendió el número de
ocupaciones. El MST invirtió en la organización interna de los asentamientos, estructurando un
sistema cooperativista, ampliando las dimensiones de sus acciones. Este procedimiento fortaleció
al MST y, con el fin del gobierno de Collor, ellos presentaron al nuevo presidente un conjunto de
medidas para viabilizar la reforma agraria y el desarrollo de la agricultura campesina, como
políticas de crédito y de creación de infraestructura social en los asentamientos rurales. Este fue
10 Una página web interesante, con muchas informaciones sobre la cultura de los sin-tierra es www.landless-voices.org, de la Escuela de Lenguas Modernas de la Universidad de Nottigham.
13
también un momento singular en la historia del Movimiento, ya que Itamar Franco fue el primer
presidente en recibir al MST para negociar.
3. Territorialización e institucionalización del MST
Denominamos el tercer momento de la formación como de territorialización e
institucionalización del MST. Este período posee dos partes, una que puede ser definida y otra
que no, a causa de la naturaleza y especificidad de la estructura organizativa del MST.
La territorialización es la parte que puede ser definida y que abarca los años 1990-1999:
en este lapso, el Movimiento se territorializó en la región Centro-Oeste, Distrito Federal (1992),
en Mato Grosso (1995) y en la región Amazónica, en los estados de Pará (1990) y Tocantins
(1999).
La parte del período que no puede ser definida es la institucionalización. Su indefinición
puede explicarse por el hecho de que aún está en desarrollo, y por causa de que su estructura
organizativa es múltiple –es decir, está compuesta de muchas formas de organización-; plural por
la diversidad de esas formas; híbrida, por mezclar esas formas que tienen partes homogéneas
dentro de una estructura heterogénea. Esta parte del período comenzó al inicio de la década de
1990 con la ampliación de su estructura organizativa y continúa en expansión. Desde entonces,
fueron creados los sectores de Género y Salud, el colectivo de Cultura, los núcleos de base, la
Confederación de las Cooperativas de Reforma Agraria de Brasil (CONCRAB), el Instituto
Técnico de Capacitación e Investigación de la Reforma Agraria y la Escuela Nacional Florestan
Fernandes. Las otras instancias y sectores fueron creadas en el período de consolidación del
MST. A continuación, presentamos la estructura organizativa del MST:
Estructura organizativa del MST
14
Instancias de representación Congreso Nacional Encuentro Nacional Coordinación Nacional Dirección Nacional Encuentro Estatal Coordinación Estatal Coordinación Regional Coordinación de Asentamientos Coordinación de Acampamientos Núcleos de Base
Organizaciones vinculadas Asociación Nacional de Cooperación
Agrícola (ANCA) Confederación de las Cooperativas de
Reforma Agraria de Brasil (CONCRAB) Instituto Técnico de Capacitación e
Investigación de la Reforma Agraria (ITERRA)
Escuela Nacional Florestan Fernandes
Sectores de actividades Secretaría Nacional Secretarías Estatales Secretarías Regionales Sector de Frentes de Masas Sector de Formación Sector de Educación Sector de Producción, Cooperación y
Medio Ambiente Sector de Comunicación Sector de Finanzas Sector de Proyectos Sector de Derechos Humanos Colectivo de Relaciones Internacionales Sector de Salud Sector de Género Colectivo de Cultura Colectivo de Mística
La estructura organizativa del MST es un proceso que se transforma en su propio
movimiento. Tiene carácter informal y formal, así como una amplitud que garantiza los trabajos
en todas las dimensiones sociales, económicas, ambientales y políticas. Su cualidad está en su
movimiento, en su versatilidad y flexibilidad.
La institucionalización del MST es comprendida en carácter amplio. Posee el sentido de la
creación. Su competencia en crear diferentes formas e integrarlas le concede el reconocimiento
por parte de todas las demás instituciones. El gobierno federal y los gobiernos estatales y
municipales reconocen al MST como uno de los principales movimientos campesinos del país y
se reúnen y negocian reclamos y propuestas. Las instituciones patronales también tienen ese
reconocimiento, pero no reconocen el MST como institución. De hecho, el MST puede ser
reconocido como un movimiento campesino y como una institución. Esta es una cuestión política
de definición del concepto de institución. Si nos referimos al proceso de creación de la
legitimidad y del reconocimiento de sus causas y acciones por gran parte de las instituciones de la
sociedad, como Iglesias, partidos políticos, sindicatos, gobiernos y organizaciones no
15
gubernamentales, el MST es una institución política. Sin embargo, si nos referimos a una
institución oficial en los términos de la ley, el MST es apenas un movimiento campesino.
Es por esta razón que el MST creó una estructura organizativa múltiple, plural e híbrida.
Porque puede lidiar con las organizaciones más hostiles y con las aliadas, expandiendo las
posibilidades de relaciones y conflictos. De este modo, el MST, aun estando al margen de los
espacios de decisión de las políticas de desarrollo rural, consigue intensificar el proceso de
resocialización de la población sin-tierra. Su carácter multidimensional posibilita tanto estar
presente en diversos espacios políticos, como crear otros nuevos.
Actualmente, la estructura organizativa del MST tiene tres partes interactivas: las
instancias de representación, los sectores de actividades y las organizaciones vinculadas. Las
dos primeras partes son resultado de una amplia reflexión al respecto de las formas de
organización de los movimientos campesinos11. Estas partes representan la multidimensionalidad
de la organización campesina integrando los foros de decisión con las actividades vitales para el
desarrollo de la lucha. La tercera parte mantiene la forma tradicional de las instituciones que
están registradas bajo la órbita del gobierno.
Las instancias de representación política reúnen diferentes espacios, que son formados por
diversas modalidades: núcleos, coordinaciones, direcciones, encuentros y Congresos Nacionales.
Los núcleos son formados por las familias sin-tierra en los campamentos y asentamientos. Los
asentamientos y campamentos eligen sus coordinaciones, las que eligen a su vez a las
coordinaciones regionales, éstas a las coordinaciones de las instancias superiores y así
consecuentemente. Los coordinadores indican, entre sus miembros, los integrantes de la dirección
en sus escalas respectivas. Los núcleos, las coordinaciones y las direcciones son los foros
políticos por excelencia del MST.
Los encuentros y el Congreso Nacional son momentos de definiciones de las políticas
coyunturales y estructurales. Los encuentros se realizan en todas las escalas de organización del
MST. Con excepción del encuentro nacional, realizado cada dos años, los encuentros locales,
regionales y estatales son realizados anualmente. Son espacios de decisiones políticas que
determinan las acciones del Movimiento y culminan con la realización del Congreso Nacional
cada cinco años. Son también espacios de confraternización, de intercambio de experiencias y de
diseminación de la cultura campesina.
11 Ver Stedile y Fernandes, 1999.
16
De los núcleos de base al Congreso Nacional del MST, existen las coordinaciones y
direcciones en diferentes niveles y escalas. Los principales foros de decisión de planeamiento de
políticas son los encuentros y los congresos. La participación en estos espacios ocurre por la
inserción del sujeto en el Movimiento y de su reconocimiento por los colectivos. Una instancia
elige o indica los miembros de otra instancia en nivel superior. La puerta de entrada en ese
proceso son los núcleos de base de un campamento o asentamiento.
En estos diferentes espacios se deliberan las políticas ejecutadas por los sectores de
actividades y secretarías. Los sectores y las secretarías tienen carácter administrativo y ejecutivo
y son responsables por la realización de proyectos de desarrollo socioterritorial en los
asentamientos y campamentos. Los sectores también están articulados en diferentes escalas: en
este sentido, por ejemplo, el Sector de Educación está organizado desde la escala local, en el
campamento y en el asentamiento, a las escalas regionales, estatales y nacional. Los sectores
mantienen relaciones con gobiernos en estas escalas para el desarrollo de políticas públicas
dirigidas a los campamentos y asentamientos.
Las organizaciones vinculadas y los colectivos son transversales a la estructura
organizativa. Por ejemplo, los colectivos de Cultura y de Mística son formados por miembros de
varios sectores e instancias, aunque también posean sus miembros efectivos, que son los
cantantes y coordinadores de místicas que viajan a diversas regiones del país, animando los
encuentros del MST. Otro ejemplo es el Colectivo de Relaciones Internacionales que cuenta con
la contribución de miembros de varios sectores y especialmente de la coordinación nacional.
También en los trabajos realizados en los sectores están presentes las organizaciones
convencionales en la interacción de los proyectos de desarrollo agropecuario, educacional, salud
e infraestructura, entre otros.
El Colectivo de Mística es un espacio de socialización de la cultura campesina, del
lenguaje simbólico en que son representadas las luchas, las conquistas y las derrotas. Esta
actividad se compone por los símbolos de MST y de las organizaciones que lo apoyan, de Brasil
y de otros países que mantienen relaciones con el Movimiento. La tierra, las banderas, los
himnos, la cruz, las herramientas de trabajo, los alimentos, los libros y las personas son
componentes de este momento en que la comunicación es realizada por gestos que ejemplifican
la trayectoria de los campesinos sin-tierra.
17
La Asociación Nacional de Cooperación Agrícola (ANCA), la Confederación de las
Cooperativas de Reforma Agraria de Brasil (CONCRAB), el Instituto Técnico de Capacitación e
Investigación de la Reforma Agraria y la Escuela Nacional Florestan Fernandes son
organizaciones vinculadas que se enfocan en las políticas de desarrollo del MST. En estos
espacios se elaboran políticas agrícolas e investigaciones tecnológicas del modelo de desarrollo
de la agricultura campesina, teniendo como referencia la agroecología. Estas acciones ocurren
por medio de la investigación y de la formación política y técnica que garantiza la cualificación
de las familias campesinas, que destaca al Movimiento como uno de los mejores organizados.
De este modo, el MST, en su estructura organizativa, reúne diferentes dimensiones,
fortaleciendo su organización pero también creando enormes desafíos. Uno de los principios del
MST es la lucha contra el capital. En este sentido, el Movimiento viene enfrentando el desafío de
intentar construir nuevas experiencias capaces de superar las relaciones sociales aisladas del
trabajo familiar campesino, sin reproducir las relaciones capitalistas. Este principio es una marca
de su identidad política: considerándolo es que comprendemos los avances y reflujos del MST.
Es lo que lo torna admirado, odiado y criticado por algunos gobiernos, muchos políticos y
diversos intelectuales12.
En las elecciones de 1994 y 1998, Fernando Henrique Cardoso fue electo presidente,
siendo que en su primer mandato realizó la política más amplia de implantación de asentamientos
rurales en la historia del país. En este período, el gobierno defendía la tesis de que no había más
latifundios en Brasil y que no existían tantas familias sin-tierra13. De este modo, creía que
asentando solamente a las familias acampadas, el problema agrario sería resuelto.
Sin embargo ocurrieron las masacres de Corumbiara, en Rondónia, 1995, y de Eldorado
dos Carajás, en Pará14, en 1996, junto al crecimiento de las ocupaciones de tierra. Durante su
12 Un ejemplo es la crítica contundente de Navarro, 2001. El autor fue asesor del gobierno de Cardoso y, a partir de una visión lamentable del MST, realiza un análisis fragmentado, destacando la obviedad de su carácter político. El contenido tedioso del artículo, hasta este momento, no tuvo repercusión en el medio científico, recibiendo apenas un contrapunto de Horácio Martins de Carvalho, publicado en el mismo libro, como la rápida y repetitiva respuesta de Navarro.13 Cardoso, 1991, pág. 10.14 La denominada Masacre de Eldorado fue perpetrada por la Policía Militar brasilera en abril de 1996, en respuesta a una marcha pacífica de más de mil campesinos organizados por el MST, y dejó el saldo de 19 muertos, más otros dos al día siguiente, así como varios heridos. Al respecto, puede consultarse el artículo de João Pedro Stedile en http://www.todoamerica.info/noticia/la-masacre-de-caraj%C3%A1s-y-el-pacto-del-latifundio-con-el-poder-judicial (N. del T.)
18
primer mandato, que pasó de 20 mil familias en 1994, a 76 mil familias en 1998, el gobierno de
Fernando Henrique Cardoso vio su tesis caer por tierra.
En su segundo mandato, el gobierno de Cardoso cambió de estrategia y desarrolló una
política agraria extremadamente represora, criminalizando la lucha por la tierra y elaborando una
política de mercantilización de la tierra. De este modo, en 2001 creó dos medidas provisorias: una
en que decretaba el no asentamiento de las familias que participaran de las ocupaciones de tierra,
y otra que determinaba el no reconocimiento gubernamental de las tierras ocupadas durante el
lapso de dos años, en el caso de ser ocupadas una vez, y por cuatro años aquellas ocupadas más
de una vez. Creó un registro en el Correo de las familias interesadas en ser beneficiadas por la
política de asentamientos rurales; en esa época, se registraron 839.715 familias.
Fundó a su vez el Banco de la Tierra, una política de crédito para la compra de tierras y
creación de asentamientos. En el segundo mandato de Cardoso, esta política creció en detrimento
de las expropiaciones. También destruyó la política de crédito especial para la reforma agraria,
creada durante el gobierno de Sarney, y la política de asistencia técnica, perjudicando cientos de
miles de familias asentadas, intensificando el empobrecimiento. Además cortó los fondos para la
política de educación en los asentamientos, que fue creada a partir de un conjunto de acciones del
MST. De 1999 al 2002, el MST y otros movimientos experimentaron un enorme reflujo en la
lucha por la tierra. Este era el segundo reflujo experimentado desde el retorno de la democracia
brasilera y las elecciones libres para presidente.
Esta realidad produjo por lo menos dos resultados: 1) el crecimiento del número de
familias acampadas, que en 2004 llegó a 180 mil familias; 2) la precarización de los
asentamientos que fueron implantados como proyectos incompletos, que, además de no contar
con infraestructura básica, la mayor parte tampoco recibió crédito agrícola y de inversión, lo que
provocó la descapitalización de cientos de miles de familias.
El gobierno de Fernando Henrique nunca tuvo un proyecto de reforma agraria. Durante
los dos mandatos de su gobierno, la mayor parte de los asentamientos establecidos fueron
resultados de las ocupaciones de tierra15. Sin embargo, en su segundo mandato, promovió la
“judicialización de la lucha por la tierra16”, cuando criminalizó a las ocupaciones y los
movimientos campesinos entraron en reflujo y, en consecuencia, disminuyeron las ocupaciones 15 Fernandes, 2000. Pág. 301; Leite, 2004, Pág. 43.16 Esta expresión es relativa a la fuerte presencia del Poder Judicial, decretando arrestos de liderazgos sin-tierra, incluso de manera preventiva, como ocurrió en la región de Pontal de Paranpanema, en el estado de San Pablo. Al respecto, ver Fernandes (1997;2003).
19
de tierra, así como el número de asentamientos establecidos. Para garantizar las metas de la
propaganda del gobierno, el Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA), “clonó” asentamientos
creados en gobiernos anteriores o creados por gobiernos estatales y los registró como
asentamientos creados en el segundo mandato de Cardoso. Esta táctica supuso un desorden
general, de modo que en 2003, ni el mismo INCRA conseguía afirmar, con certeza, cuántos
asentamientos habían sido creados de hecho.
MST y Vía Campesina: mundialización del movimiento campesino y de los conflictos
Entre los elementos nuevos de este período de formación del MST, están la escala internacional
de espacialización de la lucha campesina y sus líneas políticas. La territorialización del
agronegocio se intensificó y constituye una amenaza al proceso de territorialización del
campesinado en diversos países. A partir de mediados de la década de 1990, el MST amplió sus
relaciones con movimientos campesinos de otros países. Esta fase de formación se inicia en 1996,
cuando el MST se afilió a Vía Campesina. Dicha articulación de movimientos campesinos fue
creada en 1992 por diversas organizaciones de Asia, África, América y Europa. Vía Campesina
está en proceso de formación, posee 61 movimientos campesinos afiliados y tiene registros de
otros 125 que están solicitando afiliación17. La estructura de Vía Campesina es formada por la
Conferencia Internacional –espacio de deliberación política-, por la Comisión Coordinadora
Internacional, las Comisiones Políticas, la Secretaría Ejecutiva y por los movimientos campesinos
vinculados. Las Comisiones Políticas actúan en las líneas presentadas, elaborando documentos
que incluyen las manifestaciones de los movimientos campesinos de diversas partes del planeta.
También participa de debates y protestas junto a otros organismos internacionales.
El surgimiento de Vía Campesina fortaleció los movimientos campesinos, desarrollando
luchas conjuntas a escala mundial. En junio de 2004, el MST organizó la 4º Conferencia
Internacional de Vía Campesina. En Brasil, están vinculados a Vía Campesina –además del MST-
el Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), el Movimiento de los Afectados por las
Represas (MAB), la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) y el Movimiento de Mujeres
Campesinas (MMC).
Las líneas políticas defendidas por Vía Campesina son: Soberanía Alimenticia y
Comercio Internacional; Reforma Agraria y Desarrollo Rural; Género y Derechos Humanos;
17 Al respecto de la formación de Vía Campesina, ver Desmarais, 2001. Sobre su composición ver Fernandes, 2004.
20
Agricultura Campesina Sustentable; Biodiversidad y Recursos Genéticos. Vía Campesina
concibe: la soberanía alimenticia como derecho de los pueblos, de sus países y uniones de estados
para definir sus políticas agrícolas y alimenticias, sin dumping18 a otros países; que las políticas
agrícolas deben ser duraderas y sustentable, determinadas por las organizaciones nacionales y por
los gobiernos, suprimiendo el poder de las corporaciones multinacionales; de la misma forma, las
negociaciones agrícolas internacionales deben estar bajo control de los estados, sin intervención
de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Vía Campesina realiza la Campaña Global por
la Reforma Agraria, que alcanzó reconocimiento en ámbitos diversos, como organizaciones
campesinas, organizaciones no gubernamentales, gobiernos y organismos internacionales. Esta
campaña ha fortalecido la resistencia internacional a las políticas de mercado de tierras y
movilizado el apoyo internacional. El desarrollo rural tiene entre sus principales metas la unidad
familiar, con participación predominante de mujeres y jóvenes. En este plano están asociadas
políticas agroecológicas para la garantía de la biodiversidad y protección de los recursos
genéticos.
Vía Campesina ha actuado organizadamente en diversas partes del mundo. Algunos
ejemplos son: la organización de movilizaciones de protesta durante las reuniones de la OMC, en
Ginebra, Suiza, en 1998, en Seattle, EEUU, en 1999, y en Cancún, México, en 2003. En estas
protestas, los campesinos exigieron la salida de la OMC de las negociaciones agrícolas. En estos
años, los movimientos campesinos innovaron al realizar, al mismo tiempo, movilizaciones
conjuntas en varias ciudades del mundo. La creación de esta red de movimientos propició una
mayor resistencia a las políticas neoliberales y al avance del agronegocio sobre los territorios
campesinos. Vía Campesina se constituyó como la interlocutora principal de los movimientos
campesinos en las negociaciones de políticas a escala internacional y nacional.
La coyuntura política y económica –en las escalas mencionadas- cambió
significativamente. En el caso de Brasil, el avance de las políticas neoliberales, con el desempleo
estructural, la desregulación y eliminación de los derechos de los trabajadores, la privatización de
gran parte de las empresas estatales, provocaron un enorme reflujo en los movimientos sindicales
y campesinos y determinaron las políticas del Partido de los Trabajadores (PT)19. En este
contexto, en 2002, el PT, en una coalición de fuerzas políticas desde la izquierda a la derecha, 18 El término “dumping” refiere, en el contexto del comercio internacional, a una fijación abusiva de precios, cuando un producto determinado se exporta a otro país a un precio inferior al que se cobra en su mercado o por debajo del costo de producción, en general garantizado por una legislación laboral que avala este mecanismo. (N. del T.)
21
eligió a Luis Ignacio Lula da Silva como presidente de Brasil; en las elecciones de 1989, se
postuló por primera vez y en las elecciones de 2002, Lula disputó por cuarta vez y venció.
A partir del inicio de la década de 1990, la cuestión agraria pasó a ser constituida por
nuevos elementos. El latifundio dejó de ser el principal problema para el desarrollo de la
agricultura campesina. Ahora, el agronegocio con toda su potencialidad se tornó uno de los
principales desafíos para la lucha por la tierra y para la reforma agraria. Para combatir a las
ocupaciones de tierra, la política creada por el agronegocio fue la Reforma Agraria de Mercado.
Fue una tentativa de suprimir la lucha popular del campo de la política y orientarla al terreno del
mercado, que está bajo el control del agronegocio.
Las ocupaciones de tierra perjudican profundamente dicha lógica y, por esta razón, el
agronegocio invierte ferozmente en la criminalización de la lucha por la tierra, presionando al
Estado para impedir la espacialización de esta práctica de lucha popular. El control del territorio
y de las formas de acceso a la tierra tiene como objetivo la mercantilización de la reforma agraria.
Al capital no le importa ser el dueño de la tierra, lo que le importa es que la forma de acceso sea
mediante las relaciones de mercado, de compra y venta. El control de la propiedad de la tierra es
uno de los triunfos del agronegocio. Es fundamental que la tierra esté disponible para contribuir a
la lógica rentista.
Por esta razón, las ocupaciones de tierra son una afronta al agronegocio, porque esta
práctica secular de lucha popular se encuentra fuera de la lógica de dominación de las relaciones
capitalistas. Así, el sacro agronegocio busca demonizar los movimientos socioterritoriales que
ocupan permanentemente la tierra. En la última década, el espacio político más utilizado fue la
judicialización de la lucha por la tierra, en donde el Poder Judicial se presenta como una barrera
infranqueable a los sin-tierra. Para no manchar su imagen, el agronegocio busca desarrollar
políticas de crédito o subvenciones de arrendamiento, de modo de atraer a los ocupantes de tierra
hacia el territorio del mercado.
A cada año, el agronegocio se territorializa con mayor rapidez y desterritorializa la
agricultura campesina. El empobrecimiento de los pequeños agricultores y el desempleo
estructural agudizan las desigualdades y no deja a la resistencia campesina otra salida que no sea
la ocupación de la tierra como forma de resociabilización. Las ocupaciones de tierras del
19 Ver “Partido de los Trabajadores” (1998). Merece destacarse el hecho de que las críticas que el PT realizaba a las políticas del gobierno de Cardoso, acusándolo de una inserción subordinada del país a la economía internacional, se transformó en políticas del propio PT.
22
agronegocio comenzaron en las regiones donde esta forma de desarrollo controla la mayor parte
del territorio, concentrando riqueza y aumentando la miseria. Este es el nuevo contenido de la
cuestión agraria en la primera década del siglo XXI.
Para intentar evitar el enfrentamiento con los campesinos, el agronegocio busca
convencerlos de que el consenso es posible. Sin embargo, las reglas propuestas por el
agronegocio son siempre a partir de su órbita: el mercado. El campesinado es un grupo social
que, más allá de las relaciones sociales en que se despliega, posee siempre la ventaja de habitar el
territorio rural. Ante cada ocupación de tierra, se amplían las posibilidades de lucha contra el
modo capitalista de producción. Puede fortalecerse cada vez más si consigue enfrentar y superar
las ideologías y estrategias del agronegocio, si consigue construir sus propios espacios políticos
de oposición al agronegocio y se mantiene su unidad socioterritorial.
La cuestión agraria tiene como elementos principales la desigualdad, la contradicción y el
conflicto. El desarrollo desigual y contradictorio del capitalismo generado, principalmente, por la
renta capitalizada de la tierra, provoca la diferenciación del campesinado y consecuentemente su
destrucción y re-creación. En este proceso, ocurre la concentración de la tierra y la lucha por
poseerla, produciendo implacablemente el conflicto. Este proceso es inherente al capitalismo,
constituye parte de su lógica y de su vida. Es, por lo tanto, insuperable. O se convive con él,
administrándolo políticamente, buscando minimizar sus efectos devastadores, productores de
pobreza y miseria, o se supera el capitalismo. Esta comprensión del proceso se denomina
Paradigma de la Cuestión Agraria20.
En la década de 1990, surgió una nueva corriente teórica respecto del problema agrario.
Esta corriente, denominada Paradigma del Capitalismo Agrario21, busca desconsiderar la
existencia de la cuestión agraria como problema irresoluble en el capitalismo. Partiendo de este
presupuesto, propone una solución por medio de la integración de los campesinos al mercado y al
capital. A partir de estas condiciones y con la ejecución de políticas desarrolladas por el Estado,
sería superado el problema agrario del capitalismo. Este paradigma tuvo una fuerza política
extraordinaria. Más allá de crear nuevos conceptos de contenidos eufemísticos, como agricultura
familiar para sustituir el concepto de agricultura capitalista, generó una comprensión lineal al
respecto del desarrollo de la agricultura y contribuyó a la creación de nuevos movimientos
campesinos, denominados movimientos de agricultores familiares, como por ejemplo la
20 Al respecto de este paradigma, ver Fernandes, 2001.21 Al respecto de este paradigma, ver Abramovay, 1992.
23
Federación de los Trabajadores en la Agricultura Familiar de la Región Sur (FETRAF-Sul),
vinculada a la Central Única de los Trabajadores (CUT).
Consideraciones finales
Nuestro objetivo en este trabajo fue el de presentar un aspecto muy poco tratado en los estudios
sobre el campesinado brasilero: su protagonismo determinante en los resultados del proceso de
resocialización que ha determinado la calidad de vida de muchas familias. En este texto,
reafirmamos el debate al respecto de que el Estado actúa por el empuje de los movimientos
campesinos. Esta conclusión tiene dos sentidos; uno que reafirma el papel protagonista de los
movimientos campesinos, pero que también apunta sus límites en defender sus derechos e
intereses frente a la potencia del agronegocio; y otro que revela el poder de la agricultura
capitalista en controlar gobiernos para realizar su modelo de desarrollo y controlar territorios.
Analizamos estos procesos, tomando por eje la formación del MST, que aunque sea el
movimiento campesino mejor organizado, sus acciones han conseguido apenas cambios
coyunturales. Este hecho revela la complejidad de la cuestión agraria y su indeterminación. Los
procesos de territorialización del movimiento campesino y del agronegocio están generando
nuevos conflictos y definirán la cuestión agraria de este nuevo siglo. Este será el nuevo contenido
de la cuestión agraria, ahora mundializada por las trasnacionales y por los movimientos
campesinos.
Esta es una referencia importante que los movimientos campesinos y sus estudiosos
deberán tomar para comprender mejor y buscar explicar los nuevos conflictos del campo y la
ciudad.
Anexo. Ocupaciones de tierra en Brasil entre 1988 y 200922.
22 Extraído de “El MST en el marco de la cuestión agraria brasileña. La experiencia histórica del asentamiento São Benito”, tesis doctoral de Bruno López Aretio-Aurtena, Universidad de Castilla (España), 2012. (N. del T.)
24
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