manuel ponce

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University of Texas Press is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Latin American Music Review / Revista de Música Latinoamericana. http://www.jstor.org La problemática de la positión socio-política del compositor en la música nueva en Latinoamérica Author(s): Gerard Béhague Source: Latin American Music Review / Revista de Música Latinoamericana, Vol. 27, No. 1 (Spring - Summer, 2006), pp. 47-56 Published by: University of Texas Press Stable URL: http://www.jstor.org/stable/4121695 Accessed: 28-09-2015 20:07 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 200.3.154.147 on Mon, 28 Sep 2015 20:07:11 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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Page 1: Manuel Ponce

University of Texas Press is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Latin American Music Review/ Revista de Música Latinoamericana.

http://www.jstor.org

La problemática de la positión socio-política del compositor en la música nueva en Latinoamérica Author(s): Gerard Béhague Source: Latin American Music Review / Revista de Música Latinoamericana, Vol. 27, No. 1 (Spring

- Summer, 2006), pp. 47-56Published by: University of Texas PressStable URL: http://www.jstor.org/stable/4121695Accessed: 28-09-2015 20:07 UTC

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Gerard Behague Ponencia presentada en el Tercer Foro de

Compositores del Caribe, SanJuan, Puerto Rico (octubre 1990)

La problemitica de la

posici6n socio-politica del

compositor en la mtisica nueva en Latinoambrica

La visi6n etnoc6ntrica europea del mundo

y de la cultura tuvo una influencia muy negativa para el desarrollo de la

mfisica de tradici6n culta en Latinoamerica durante el siglo XX. Ademis de

las consecuencias nefastas de la colonizaci6n, esta visi6n ha impedido du- rante casi todo el siglo una verdadera comprensi6n por parte de los

compositores de la necesidad de una conscientizaci6n de su posici6n est6tica-

politica relativa a su arte y a su funci6n de artista. Tratare aqui de plantear algunos puntos de esta situaci6n, con el intento de subrayar la importancia de esta toma de conciencia, recurriendo a varios ejemplos de conocidas

personalidades de la composici6n latinoamericana del presente siglo. Heredamos de la visi6n europea el concepto de que la mfisica culta/

artistica/seria tiene su propio sentido 16gico, inherente. La idea del arte

por el arte cre6 la ilusi6n de que el compositor era un ser aparte, totalmente desvinculado de cualquier referencia no musical. Esta creencia no solamente

distanci6 muchos compositores de su realidad cultural pero tambiin

represent6 la base de muchas fallas tragicas de vidas artisticas enteras. El condicionamiento fue, por lo general, de tal magnitud que se puede generalizar en el sentido de que pocos fueron los compositores que cuestionaron las referencias bisicas de sus actividades como creadores, por lo menos hasta los afios 60. En realidad, hay muchos casos en los anales de la historia de la mvisica en Latinoamerica del siglo XX de

compositores cuyos nombres son todavia mencionados pero cuya obra

refleja casi totalmente la sumisi6n esclava a la est6tica e ideologia impuestas de afuera y de arriba. Ir6nicamente, se sigue mencionando estos nombres como casos positivos y ejemplares de perfecta imitaci6n del academicismo de los moldes europeos de tecnica de composici6n. Estos casos constituyen, para muchos, ejemplos del arte civilizado alcanzado por algunos de los

paises latinoamericanos. La mentalidad del colonizado fue tal que

Latin American Music Review, Volume 27, Number 1, Spring/Summer 2006 C 2006 by the University of Texas Press, P.O. Box 7819, Austin, TX 78713-7819

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compositores e historiadores de la muisica alabaron los que tenian la habilidad de dominar las t&cnicas de composici6n europea. O sea, se valorizaba la habilidad de la perfecta imitaci6n tecnica y estatica, sin siquiera darse cuenta de la imposici6n colonialista. Por ejemplo, los casos Enrique Soro y Alfonso Leng de Chile, Jose Maria Valle Riestra de Peru, Alberto Williams de Argentina, hasta cierto limite Manuel Ponce de Mexico, Fran- cisco Braga, Glauco Velisquez y Henrique Oswald de Brasil, entre muchos

otros, contribuyeron poco a la creaci6n artistica verdaderamente latinoamericana, por un total desplazamiento y desarraigo estetico y una falta desastrosa de auto-critica estetica y de identidad sociocultural.

Asimismo, se habl6 durante la primera mitad del siglo de la necesidad del desarrollo de profesionalismo musical siempre en relaci6n al concepto europeo de este profesionalismo. Para tal, varios muisicos, profesores y compositores europeos se trasladaron a Latinoamerica o fueron contratados

para que los latinoamericanos tuvieran una base mis s6lida de los valores musicales de las metr6polis. Son los casos de Rodolfo Halftter en Mexico, Jos6 Ardevol en Cuba, Holzmann y Sas en Perui, Koellreutter en Brasil,

Juliin Bautista, Jacobo Ficher y Guillermo Graetzer en Argentina, entre otros. Aunque la influencia considerable de estos muisicos haya sido muy beneficiosa como modelo de composici6n contemporinea y para el adiestramiento en la teoria y las tecnicas tradicionales de composici6n, tambien tuvo la consecuencia inmediata de fortalecer en los medios acadcmicos y profesionales la ideologia cultural-estetica que Ilevaban o trafan con ellos. Las frecuentes peregrinaciones de compositores a los centros europeos para estudios avanzados con pedagogos famosos tambien resultaban de la convicci6n que la habilidad en el oficio y la competencia en conocimiento y tratamiento de la composici6n superaban cualquier otra consideraci6n. En los afios 20 empezaron sobretodo los viajes y residencias en Paris (con la adherencia total a lo que algunos franceses llaman la

"Boulangerie"). Entre muchos compositores latinoamericanos, estuvo Heitor Villa-Lobos cuyo sentido de libertad lo hizo declarar al Ilegar a Paris en

1923, "yo no vine a aprender nada, vine a mostrar lo que he hecho como

compositor". Esta fue una actitud en realidad totalmente nueva que puede ser interpretada de varias maneras, pero que bisicamente afirmaba la esencia de una conciencia estetica Uinica (oriunda de su propia cultura) y tal vez la intuici6n de que, frente a la dominaci6n europea tradicional, el

compositor latinoamericano si podia ofrecer algo diferente e igualmente vilido. Desafortunadamente, este caso fue una de las pocas excepciones.

La ideologia marxista socialista interpreta el nacionalismo musical que domin6 la escena de la muisica culta en Latinoamerica durante la primera mitad del siglo, y las emulaciones de las varias corrientes de muisica europea durante la misma 6poca, como consecuencias del mismo fen6meno: el colonialismo musical. Leonardo Acosta, en su libro Mzisica y descolonizacidn (1982) (que me parece muy atractivo aunque desigual en sus varios capitulos

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y demasiado parcial), intenta describir algunos de los mecanismos utilizados

para la colonizacion de la mdsica y los ejemplos a los que recurre son bastante convincentes cuando trata de muisica popular o "seudo popular", segun su propia terminologia, la muisica de consumo y las m6isicas tradicionales del Tercer Mundo, considerando en el proceso del mercantilismo musical capitalista. Su estudio aborda, de forma muy s61ida y critica, varias cuestiones hist6ricas del proceso de comercializaci6n de la

mfisica y de los fen6menos de la penetraci6n y colonizaci6n culturales que ejercen los medios de difusi6n masiva de los centros de la industria musi- cal contemporinea. Tambi6n su interpretaci6n, a grandes rasgos, de los antecedentes del colonialismo musical en el mundo occidental, contiene factores verdaderamente significativos. Los aspectos problematicos de la

m6sica contempordnea se resumen, para 61, a los siguientes:

1. la comercializaci6n y el colonialismo musical, principalmente a trav6s de los medios de comunicaci6n masiva

2. la polarizaci6n misica culta-mlisica popular 3. la eventual destrucci6n de las mlisicas folkl6ricas, o su posible revitalizaci6n

4. la relaci6n entre la obra artistica y el pfiblico, problemitica que afecta muy particularmente a la midsica elaborada mediante las mas nuevas t6cnicas de composici6n (287)

De estos cuatro puntos, el iIltimo nos interesa particularmente en el ambito de este Foro de Compositores Caribefios y Latinoamericanos. Leonardo Acosta reconoce que este es un tema que escap6 a su estudio por estar

"ajeno a los temas centrales" de su libro. Las relaciones entre la obra artistica

y el puiblico no han dejado de preocupar a todos los compositores (tal vez con la excepci6n de Milton Babitt, conforme su articulo de 1958: "Who cares if you listen?" ("jA quien le importa si Ud. escucha o no?"). Estas relaciones estan intimamente vinculadas con el factor de la relaci6n de la

mfisica con la ideologia. El hecho de que el fen6meno mas significativo en America Latina durante

la primera mitad de este siglo fue el ripido crecimiento del nacionalismo en el desarrollo social y politico del continente, tambien muy presente en la

mfisica como aspecto de la cultura y realmente como cultura, se explica no solamente como resultado de un cierto colonialismo. Sugiere tambien el deseo de los compositores de alcanzar el reconocimiento de sus compatriotas y el de sus colegas mas alla de las fronteras de su pais. La ideologia nacionalista ha sido frecuentemente el blanco de criticas y discusiones pol6micas, supuestamente por ceder a la presi6n de la "16gica imperialista" al favorecer

composiciones folklorizantes con un fin comercial, cultivando un "exotismo

para turistas" para consumo tanto de las metr6polis como de las propias sociedades locales. Consideraciones socio-musicales muy a menudo explican la actitud de muchos compositores latinoamericanos hacia el nacionalismo

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musical. El examen del entorno social de un compositor dado revela muchas veces su forma deliberada de evitar brechas entre 1 mismo y las condiciones artisticas dominantes en su ambiente. Razones politico-sociales han dictado en muchos casos la necesidad de no enajenarse deliberadamente de las tradiciones musicales locales. Ademais de la consideraci6n de la comunicaci6n de su obra con su pfiblico, el compositor puede haber estado convencido de

que podia ganar reconocimiento internacional s6lo como traductor de su

propia cultura y no como imitador de la europea. Es importante recordar

que las figuras mas internacionalmente conocidas del nacionalismo musical latinoamericano no han sido exclusivamente nacionalistas, sea un Carlos

Chivez, un Villa-Lobos o un Alberto Ginastera. Chavez, como Villa-Lobos, Ileg6 a creer que el arte debe ser nacional en su caricter, pero universal en su fundamento y debe llegar a todo el pueblo (en una carta a Garcia Morillo). Villa-Lobos, por otro lado, sinti6 tamafia afinidad con la muisica del pueblo brasilero y le importaba tanto ser identificado con la misma que lleg6 a declarar: "Yo soy el folklore. Mi muisica es tan folkl6rica como la que viene del alma del pueblo". Y Ginastera, aunque estuviera opuesto al nacionalismo

folkloristico, tuvo siempre el afin de ser apreciado y reconocido como com-

positor eminentemente americano. La relaci6n de la obra del compositor con el pfiblico en tales casos no implica necesariamente concesiones de orden

composicional. Las muisicas de Chavez y Villa-Lobos fueron reconocidas en su tiempo por europeos y norteamericanos como esencialmente no europeas, no solamente por su exotismo (dentro de una 6ptica europea) pero, a la larga, por su sentido de aporte internacionalista y por su intenci6n social progresista. Hay que reconocer, sin embargo, que la mayoria de obras nacionalistas latinoamericanas fracasaron por no haber conseguido ultrapasar un cierto

provincianismo sin mayor alcance. Sin duda una de las posibles razones es la consideraci6n de la relaci6n entre la obra y el pfiblico.

Por otro lado, habia desde el principio del siglo una franca oposici6n frente al dominio de la corriente nacionalista. Al adherir a las mais avanzadas tecnicas y estetica de su tiempo (surgiendo todavia de Europa), la actitud de muchos compositores fue el resultado de la convicci6n de

que el nacionalismo estaba produciendo obras de dudosa calidad y que rebajaba la mfisica del continente a un ficil regionalismo ex6tico. Entre la mayoria de estos compositores ha prevalecido el eclecticismo, a traves del cual esperaban que la calidad intrinseca de sus obras fuera reconocida a trav&s de medios externos, por el puiblico nacional y el internacional. En casos como los de Juliin Carrillo de Mexico, de Harold Gramatges de Cuba en su primera fase, Roque Cordero de Panama, Domingo Santa

Cruz, Acario Cotapos, y Alfonso Letelier de Chile, yJuan Carlos Paz de

Argentina, la preocupaci6n con el p6iblico no podria haber sido una

consideraci6n fundamental, pues, de ser asi, no habrian sentido estos creadores la libertad necesaria para sus varios experimentos, en t&cnica o est6tica.

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La posicidn socio-politica del compositor : 51

Las decadas de 1930 y 1940 en la muisica latinoamericana fueron el comienzo de una nueva era, una era de conocimiento de algunas de la tendencias progresistas de la composici6n europea del siglo XX y de esfuerzo consciente por seguir o asimilar esas tendencias. Propiamente dicho, el siglo en la miisica latinoamericana parece comenzar en los primeros afios de la

decada de 1930. Este periodo presencia la creaci6n de grupos o asociaciones

que proponian la modernizaci6n de la composici6n del continente, a fin de sincronizar su desarrollo con el de Europa. El Grupo Renovaci6n y la

Agrupaci6n Nueva Muisica en Argentina, el Grupo de Renovaci6n Musical en Cuba, la Asociaci6n de Compositores y el Instituto de Extensi6n Musical en Chile, la organizaci6n Muisica Viva en Brasil, y en menor grado los Conciertos de los Lunes y el Instituto Nacional de Bellas Artes, para citar

s61o algunos ejemplos, fueron organismos dedicados de diversos modos a

poner al dia la mitsica academica de sus respectivos paises. Esta epoca vio asimismo el surgimiento de los primeros criticos abiertos del nacionalismo musical. Quizais el censor mas severo fueJuan Carlos Paz, quien consideraba

que los compositores nacionalistas trabajaban con un material "muerto" y de esta manera habian causado la paralizaci6n de la composici6n latinoamericana. Por otra parte, atribuia la "inservible" producci6n de tales

compositores a su considerable retraso en familiarizarse con las tecnicas renovadoras ya desarrolladas en todas partes en el siglo XX.

Para el propio Paz, sin embargo, lo importante era sobretodo el cono- cimiento de la t&cnica y no las implicaciones esteticas de diversos estilos

que e1 mismo minimiz6 en sus obras. Estas observaciones me Ilevan a los dos filtimos puntos importantes para nuestro enfoque:

1. la relaci6n de la m6sica como creaci6n con la ideologia socio-

politica de los creadores

2. las sefiales ideol6gicas de las esteticas derivadas o sustentadoras de la muisica nueva. (Acosta 1982, 290)

Leonardo Acosta destaca dos causas que aceleraron el proceso de evoluci6n interna de la mi-sica occidental: por un lado el "descubrimiento" de las mi-sicas del Ilamado Tercer Mundo, y, por otro, "la irrupci6n de las nuevas tecnologias electr6nicas, que posibilitaron la utilizaci6n de nuevas fuentes sonoras: el

empleo de la banda magnetof6nica y de computadoras y, consecuentemente, la invenci6n o aplicaci6n de metodos matemiticos a la composici6n musical

y de nuevas grafias o notaciones musicales, entre otras cosas" (290). Los partidarios del concepto del arte por el arte afirmaron muy

enfiticamente que la muisica en si misma nada tiene que ver con ideologia, con el argumento falaz que una misma

mt-sica puede ser utilizada con fines ideol6gicos distintos y hasta contrarios. Es evidente que el significado de la misica es extra-musical. Como bien dijo el etnomusic6logo ingl&s, John Blacking, la expresi6n de relaciones tonales en las estructuras de

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sonidos es secundaria en comparaci6n con las relaciones extra-musicales

que estas estructuras representan (1973, 25). El contexto social se define no solamente como identidad socio-cultural que corresponde a valores

especificos del grupo social del compositor, pero, ademais, de la posici6n politica-ideol6gica del mismo. Por politica entiendo la visi6n te6rica basica del orden social en que se incluyen las relaciones de poder entre los actores sociales de un grupo determinado y las funciones de estos actores en la red de interacci6n. Negar la posici6n ideol6gica del compositor equivale pues a negar sus atribuciones como ser social. Esta posicion es la que determina sus decisiones frente a varias opciones artisticas y estilisticas. Las determinantes estilisticas son esencialmente socio-politicas, ya que los

parimetros estilisticos responden a una visi6njerarquica simb61lica del orden social. El antrop6logo marxista norteamericano, Charles Keil, declar6 du- rante una de sus inspiraciones:

La gran fuerza que da forma a la muisica y a su sentido es la desigualdad social, especificamente como se manifiesta simultineamente en cuatro direcciones: la dominaci6n de hombres sobre otros hombres, de hombres sobre la naturaleza, de hombres sobre mujeres, y de algunas sociedades sobre otras sociedades. Entre los pueblos primitivos que quedan, los que han

conseguido mantener su igualdad social, natural y sexual, yo tomo por hecho

que la "muisica" es una parte vital de este mantenimiento. En realidad, en estas sociedades lo que Ilamamos mfisica-danza-ritual-religi6n-ecologia parece estar fusionado en un minico sistema homeostitico, simbolizando nada y todo. (1979)

La aplicaci6n de este analisis simb61lico de la mtisica

se puede intentar

aplicar igualmente a las sociedades no igualitarias que representan la gran mayoria de estructuras sociales contemporineas.

jPodriamos especular que lo que da sentido a la mfisica nueva de nuestros

paises es precisamente la desigualdad social de los pueblos? MDe que manera

y hasta qud punto la ideologia de la mfisica nueva simboliza la lucha de clases contra la hegemonia socio-politica? Creo que, como punto de partida idealista, habria que contestar afirmativamente a estas dos preguntas. Por mas minoritario que sea el segmento de la sociedad que representa los creadores y consumidores de misica nueva, y por mas elitista (en tdrminos

puramente sociol6gicos), existe en funci6n de la estratificaci6n social.

Ademas, por su propia ideologia de innovaci6n, la mfisica nueva ha luchado

y sigue luchando contra el establishment. En tdrminos sociopoliticos, el

preconizar sistemaitico de cambios esteticos representa indudablemente una toma de conciencia hacia un nuevo orden conceptual. Por ser nuevo este orden necesariamente cuestiona el conformismo y la continuidad cul-

tural artistica y lo hace a traves de sus propios c6digos simb61icos de comunicaci6n. Se ha dicho, y, lo que es mas serio, se ha creido en realidad, que la mdisica es ideol6gicamente neutra, por carecer de valores semanticos.

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La posici6n socio-politica del compositor : 53

Otra vez, tal concepto resulta de la creencia de la autonomia del arte.

Contextualmente, sin embargo, es totalmente irreal esta posici6n, pues ya sabemos que el sentido de la expresi6n musical no puede existir en el abstracto ya que depende de un contexto socio-cultural. Y la subjetividad o alto grado de individualidad de los compositores de vanguardia no

contradice, en mi juicio, la necesidad (y la existencia real) de este contexto. Para cerrar la brecha entre el puiblico y las formas de muisica mas avanzadas, "no basta con elevar el nivel de informaci6n [del puiblico]", dice Acosta.

"El paso decisivo", piensa 61, "consistiria en hallar un lenguaje comuin... Corresponderia a los compositores, principalmente, la tarea de encontrar

puntos de partida para la creaci6n de este nuevo c6digo, lo que implicaria una actitud, de su parte, de acercamiento al pfiblico, sin renunciar por ello a

ninguna de las nuevas conquistas sonoras". (294)

Esta propuesta me parece demasiada ut6pica y no corresponde a la realidad de la correlaci6n entre la estructura musical y la ideologia. Esta correlaci6n se define conceptualmente por las asociaciones que el creador establece, dentro de su marco de percepci6n y de sus referencias o circunstancias socio-politicas, entre estructura musical y posicionamiento ideol6gico. Este posicionamiento explica los cambios a veces radicales por los cuales pasan muchos

compositores. Si, de hecho, la misma midsica puede ser utilizada con fines

ideol6gicos distintos, lo que realmente determina esta correlaci6n se encuentra en la posici6n politica-idealista del compositor y sus componentes, como el simbolismo que aplica a ciertas estructuras o gestos puramente musicales y los contextos sociales en que su

mfisica participa. En realidad, aunque la musica como sistema de sonidos pueda ser apolitica, sus connotaciones

ideol6gicas la vinculan con factores tales como el lugar, el tiempo y la coyuntura hist6rica de la cual forma parte. En estos casos, la mfisica funciona como sistema de c6digos ideol6gicos. Acosta ve el problema de las nuevas

miusicas "de avanzada" como la carencia de un c6digo, o de una "convenci6n

compartida" (p. 293). Opina ~1: "nos hallamos ante corrientes y esteticas musicales que a veces se contraponen y niegan mutuamente, pero que comparten un mismo deficit: la inexistencia de un puiblico amplio que pueda apreciarlas". A mijuicio, la falta de un puiblico amplio no niega la fuerza de la miusica como medio expresivo de ideologia, porque veo la posici6n del com-

positor innovador como el portavoz de ideas que se encuentran en el extremo de los limites de un sistema musical como comunicaci6n. La receptividad de sus ideas creadoras depende de d6nde se coloca dentro de estos limites. Si se encuentra mas en el centro del sistema, tendra mayor recepci6n. En un extremo tendra resistencia por el hecho que sus ideas composicionales y est6ticas tienden a desafiar los cainones de su tradici6n, evidentemente de

mis facil receptividad. Hay que reconciliar, por lo tanto, el llamado ddficit

que no es sino el resultado natural de una posible contradicci6n entre innovaci6n y receptividad de la misma.

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54 : Gerard B hague

Contrariamente al pensamiento marxista, no concibo las tecnicas de

misica nueva como lenguaje universal que "solo podra lograrse, parad6jicamente, en un contexto nacional". Tal opini6n resulta, otra vez, de la ambigiiedad general entre tecnica y estetica, con el agravante de que se da mayor importancia a la tecnica para definir una estetica. Cualquier tecnica puede ser puesta al servicio de un contexto nacional que tenga alguna afinidad con una estetica determinada. Felizmente, hay un mayor n6mero de opciones que la simple muisica enraizada en la propia tradici6n dominante del compositor. No quiero decir con eso que el compositor latinoamericano deba rechazar las ensefianzas de su legado hist6rico. En

verdad, ni aunque quisiera, podria conseguirlo y mantener al mismo tiempo su propia identidad. Pero si, hay que hacer hincapie que por mas esotirico que pueda parecer su lenguaje, su estetica, y por lo tanto su ideologia, tiene

que reflejar sus propias circunstancias socio-culturales. Tomemos un ejemplo. El compositor brasilero Marlos Nobre ha venido

desarrollando desde los afios 60 una est6tica muy pareja con una concepci6n sofisticada basada en las mas contemporineas tecnicas pero sin dejar de

preocuparse por una cierta forma expresiva de identidad nacional. Esta identidad ha tomado varias formas simb61licas, como, por ejemplo, su exuberancia musical, su predilecci6n hacia una orquestaci6n colorida y el uso innovador de percusi6n. El impulso ritmico en su m6isica parece derivada inconscientemente de su contacto diario con la ritmica de las

practicas religiosas populares. Al menos, e1 mismo reconoce esta afinidad

que resulta en una intensidad dramitica proyectada a traves de efectos timbricos muy especiales y dinimicas muy contrastantes. Ademas, ciertas asociaciones del compositor con la historia musical de su propio pais representan indudablemente una identificaci6n vilida. La energia de la

misica de Villa-Lobos en su incansable buisqueda de nuevos efectos sonoros

y la osadia de algunos de sus experimentos han sido elementos de herencia

s6lida para Nobre. Claro que estos elementos encuentran sus expresiones en tecnicas totalmente diferentes a las de Villa-Lobos, sin embargo no dejan de tener una cierta continuidad caracteristica. Uno de los ejemplos mis significativos en este sentido es la obra Unkrinmakrinkin (1964) para so-

prano, instrumentos de viento y piano, que combina un lenguaje atonal serial con cierto sabor ritualistico indigena. El texto, en dialecto indio

xucurni, es un conjuro ritual de origen tribal, recordando las frecuentes invocaciones indigenas amaz6nicas villa-lobianas. Sin embargo, Nobre utiliza el texto fundamental para efectos sonoros, pues la linea vocal no muestra conexi6n con la

mfisica tradicional indigena. El segundo

movimiento de la obra, subdividido en distintas estructuras parcialmente aleatorias, despliega un tratamiento libre y delicado de los materiales, sin

pulsaciones fijadas. El estilo atonal esta limitado fundamentalmente a los intervalos de segundas, s~ptimas y novenas. La primera estructura vertical utiliza s61o dos notas de la serie; la segunda aumenta a cuatro; y asi por

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La posicidn socio-politica del compositor : 55

delante hasta la sexta estructura con las doce notas. Otra obra posterior de Nobre, Rhythmetron (1968), para 38 instrumentos de percusi6n (tocados por diez percusionistas), denota un sentido "nacional" de baile ritualistico

aunque sea una obra experimental. No solamente utiliza algunos instrumentos tradicionales brasileros, pero a traves de una polirritmia de acentos que quiebran constantemente la regularidad metrica, crea una

energia coreogrifica que recuerda, de lejos, los maracattis de Recife y las escuelas de samba de Rio. Creo que aqui tenemos obras perfectamente vinculadas a tecnicas de vanguardia de la epoca, pero sin embargo de sentido nativo inconfundible.

Un ejemplo muy caracteristico de una obra experimentalista de sentido

socio-politico muy agudo es la obra Beba Coca-Cola (1966) del brasilero Gilberto Mendes. Llamada ir6nicamente "Motete en Re menor", como desafio a la tradici6n, esta obra utiliza el texto del poeta concreto de

vanguardia, Decio Pignatari. La obra explora la estructura s6nica de silabas

separadas, que proporcionan la fuente sonora de la obra.

Beba coca cola babe cola beba cocababe cola cacocacocola cloaca

Efectos microtonales se combinan con conversaci6n, canto, grito y vocerio. La secci6n final de la pieza requiere una escena teatral durante la cual los cantantes despliegan una tira que lleva la palabra "cloaca", que parece una forma alterada de "coca-cola", pero que realmente significa "cloaca", o sea, "coca-cola" y "cloaca" son cosas semejantes, en un gesto obviamente critico, anti-propagandistico y anti-imperialista, semioticamente sin ninguna duda.

Podriamos multiplicar los ejemplos que denotan una conciencia socio-

politica muy clara, expresada a trav&s de distintas tecnicas de composici6n vanguardistas, sin que el mensaje sea menos manifiesto y, por lo tanto, de

ningiun modo menos eficaz. La famosa (en Brasil) obra Elegia Violeta para Monsenhor Romero (1980), deJorge Antunes, sobre el cruel asesinato por la derecha salvadorefia del arzobispo Don Oscar Romero, puede servir de

ejemplo del deseo (y el derecho) de expresar en terminos mis universales

algunos de los problemas sociales mis fundamentales. Compuesto en Is- rael para un coro infantil del Kibutz Hatzerim y del Conservatorio de Beer- Sheva, piano y orquesta, la obra rinde homenaje a los mairtires de ayer y hoy que lucharon por la dignidad humana y la justicia social. Para tal Antunes seleccion6 varios textos, desde los salmos de David, trozos de la declaraci6n universal de los derechos humanos, frases del Che Guevara y miximas de Don Romero. Toda la temitica de los textos, sin embargo, gira alrededor de la frase "!No se mata lajusticia!" que fue la respuesta de Don Romero a un periodista brasilero de televisi6n que le preguntaba si no temia las constantes amenazas de muerte que habia recibido por su

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56 : Gerard Bhague

posici6n en defensa del pueblo. Para el tratamiento dramitico del texto, el

compositor sigue su teoria cromof6nica (correlaciones de color y sonido), en este caso el color morado claro ("violeta") es, para l1, el propio dolor, el

propio sufrimiento. A este color corresponde, en su esquema, la nota mi, alrededor de la cual toda la obra gira. Cada una de las seis secciones de la obra es una variaci6n alrededor de esta nota y sus harm6nicos, explotando todos los parametros del sonido. De un intenso dramatismo, la obra de Antunes result6, seguin me dijo, del ambiente inspirador de su experiencia en Israel en el Kibutz: el colectivismo, el idealismo, la igualdad, la auto- realizaci6n, el socialismo y el liberalismo (sin olvidarse, sin embargo, del

problema palestino). Por consiguiente, solamente podemos llegar a la conclusidn de que la

consciencia socio-politica del compositor de muisica nueva en Latinoamerica

y el Caribe puede y debe expresarse con todos los medios estilisticos disponibles y auin por crearse. Estos medios no representan nada mas que las herramientas de esta expresi6n. Segin el gran compositor chileno Gustavo Becerra, "el crisol en el que toma forma la midsica del futuro es nada menos que el mundo entero". Indudablemente, la

mtisica nueva

latinoamericana esta aportando a este proceso su propia contribuci6n que viene del desarrollo estetico basado en una autentica conciencia existencial en que su dimensi6n socio-politicajuega un papel de esencia trascendental.

Referencias Bibliogr~ficas

Acosta, Leonardo 1982 Mdsica y descolonizacidn. La Habana: Editorial Arte y

Literatura. Babbitt, Milton

[1958]1966 "Who Cares If You Listen'?" In The American Composer Speaks, compilado por Gilbert Chase, 235-44. Baton Rouge: Louisiana State University Press.

Blacking, John 1973 How Musical Is Man ? Seattle: University of Washington Press.

Keil, Charles 1979 "Marxism as a Context for a Symbolic Analysis of Music".

Ponencia presentada en la conferencia anual de la Society for Ethnomusicology.

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