mayoral, jose antonio - figuras retóricas

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TEORÍA DE LA LITERATURA Y LITERATURA COMPARADA FIGURAS RETÓRICAS islliil 111 1111111

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José Antonio Mayoral - FIGURAS RETÓRICASEl tradicional concepto de figura, junto con los conceptos de Metaplasmo y Tropo, substituidos a veces en el ámbito del primero, ha constituido desde su acuñación en la antigüedad greeolatina uno de los pilares fundamentales sobre los que se ha venido formando un ingente entramado que, a lo largo de más de veinte siglos, han configurado el cuerpo central de la doctrina retórica -y poética- de la Elocución. Aunando la rica herencia doctrinal legada por dicha tradición con algunos de los planteamientos más recientes en el ámbito de los estudios neorretóricos contemporáneos, en los diferentes capítulos de la presente obra se propone un intento de sistematización, de este inmenso Corpus de artificios Iingüíslico-discursivos, codificados y transmitidos secularmente bajo la denominación general de figuras retóricas. José Amonio Mayoral y Ramírez es profesor titular de Teoría de la Literatura en la Universidad Complutense de Madrid. Es editor de los volúmenes Pragmática de la comunicación literaría (1987) y Estética de la recepción (1987), traductor de ¡os libros La semántica funcional, de C. Germain ( 1986) y Casos y funciones, de G. Serbat (1988), y autor de trabajos como "Creatividad léxica y lengua poética" (1982,1983, 1985), "Sobre 'estructuras especulares' en el discurso en verso" (1989), "Plurilinguisme y discurso poético” ( 1990), "Sobre estructuras comparativas en el lenguaje poético de los siglos XVI y XVII” (1992), "Breves notas sobre fenómenos de Hipálage en el discurso poético de los siglos XVI y XVII" (1994).ÍNDICEIntroducción Capítulo 1. Concepto de FIGURA, su lugar en la doctrina de la ELOCUCIÓN RETÓRICA 1.1. La Elocución retórica y sus partes. Cualidades de la elaboración lingüística del discurso: «virtudes y vicios» 1.1.1. Virtud gramatical: Pureza o Corrección idiomática1.1.2. Virtudes retóricas: Claridad, Ornato y Decoro 1.2. F,1 concepto de Figura en la doctrina del Ornato 1.3. Clasificaciones tradicionales de los artificios del Ornato retórico1.4. Clasificaciones propuestas en los últimos años 1.5. La clasificación adoptada en la presente obra Capítulo 2. FIGURAS FONOLÓGICAS L LICENCIAS FONOLÓGICAS 2.1. Licencias fonológicas o Metafonemas 2.2. Corrección fonológica, Barbarismo y Metaplasmo 2.3. Metaplasmos y categorías modificativas 2.3.1. Metaplasmos por adición de fonemas o sílabas2.3.2. Metaplasmos por supresión de fonemas o sílabas2.3.3. Metaplasmos por inversión de fonemas o sílabas 2.3.4. Metaplasmos por sustitución de fonemas o sílabas2.4. Licencias relacionadas con la constitución prosódica de las palabras: desplazamientos acentualesCapítulo 3. FIGURAS FONOLÓGICAS IL EQUIVALENCIAS FONOLÓGICAS 3.1. Equivalencias fonológicas o Isofonemas: Figuras de repetición en el nivel fónico3.2. Una tipología provisional de Equivalencias fonológicas 3.2.1. Equivalencias fonológicas «débilmente codificadas»3.2.2. Equivalencias fonológicas «fuertemente codificadas»3-2.3. Otros fenómenos de Equivalencia fonológica3.3. Efectos fonoacústicos y fonosemánticos relacionados con los fenómenos de Equivalencia fonológicaCapítulo 4. FIGURAS MORFOLÓGICAS L LICENCIAS MORFOLÓGICAS4.1. Licencias morfológicas o Metamorfemas 4.2. Corrección morfológica, Solecismo y Figura 4.3. Para una ordenación de las Licencias morfológicas 4.4. Licencias relacionadas con la constitución morfológica de las palabras: flexión y derivación 4.4.1. Morfología flexiva, 83; 4.4.2. Morfología derivativa4.5. Licencias relacionadas con los contextos de las palabrasCapítulo 5. FIGURAS MORFOLÓGICAS II¡ EQUIVALENCIAS MORFOLÓGICAS 5.1. Equivalencias morfológicas o Isomorfemas; Figuras de repetición en el nivel morfológico 5.2. Una posible ordenación de Equivalencias morfológicas 5.2.1. Equivalencias morfológicas basadas en la repetición de morfemas: flexivos y derivativos5-2.2. Equivalencias morfológicas basadas en la

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  • TEORA DE LA LITERATURA Y LITERATURA COMPARADA

    FIGURASRETRICAS islliil111 1111111

  • Jo s A m o n io M a yo ra l y R am rez es p ro feso r t itu la r d e T eora d e la L ite ra tu ra en la U n iv e rs id ad C o m p lu te n se d e M a d r id . Es

    e d ito r d e lo s v o lm en es Pragmtica ilc la comunicacin iterara (1 9 8 7 ) y Esttica ele ijrccep cicm (1 9 8 7 ), t ra d u c to r de

    os lib ro s La semntica funcional, d e C . G erm a in ( 1986) y Casos y funciones, de G . S e rb a t (1 9 8 8 ), y au to r de trab a jo s com o " C re a tiv id a d l x ic a y le n g u a p o tic a" (1 9 8 2 ,1 9 8 3 , 1985 ), "S o b re

    'e s t ru c tu r a s e sp e c u la re s ' en e l d isc u rso en v erso " (1989 ), "P lu r i lin g u ism e y d isc u rso p o t ic o ( 1990 ), "S o b re e stru c tu ra s

    co m p a ra t iv a s en el le n g u a je p o tic o d e lo s s ig lo s XVI y XV II (1 9 9 2 ) , "B reves n o ta s so b re fen m en o s d e H ip la g e

    en e l d isc u rso p o tico d e lo s s ig lo s XVI y XVII" (19 9 4 ),

    El tra d ic io n a l co n cep to d e figura, ju n to con los c o n cep to s de Metaplasmo y Tropo, su b s titu id o s a v eces en el m b ito del

    p r im e ro , ha c o n stitu id o d e sd e su ac u ac i n en la an tig ed ad g r e e o la t in a un o d e los p ila re s fu n d am e n ta le s so b re lo s qu e se h a v en id o fo rm an d o un in g e n te en tram ad o q u e , a lo la rg o de m s d e v e in te s ig lo s, h an co n fig u rad o e l c u erp o cen tra l d e la

    d o c tr in a re t r ic a - y p o t ic a - d e la Elocucin. A u n an d o la rica h e re n c ia d o c tr in a l le g ad a p o r d ich a trad ic i n con a lgu n o s de lo s p lan te a m ien to s m s rec ien te s en el m b ito d e lo s e s tu d io s n eo rre t r ic o s c o n tem p o rn eo s , en los d ife ren te s c ap tu lo s de

    la p re se n te o b ra se p ro p o n e un in ten to d e s is tem atiz a c i n , d e e ste in m en so Corpus d e a rt if ic io s I in g s lico -d iscu rs iv o s ,

    c o d if ic a d o s y tra n sm it id o s se c u la rm en te b a jo la d en o m in ac i n g e n e ra l d e figuras retricas.

    ArmauirumqueArmauirumque

  • FIGURAS RETRICAS

    Jos Antonio Mayoral

  • NDICE

    Introduccin ........................................................................................ 11

    C ap tu lo 1. C o n c e p t o d e f ig u r a , s u l u g a r e n l a d o c t r i n a d e l aELOCUCIN RETRICA ......................................................... 15

    1.1. La Elocucin retrica y sus partes. Cualidades de la elaboracin lingstica del discurso: virtudes y vicios .................... 151.1.1. Virtud gramatical: Pureza o Correccin idiomtica, 18;

    1.1.2. Virtudes retricas: Claridad, Ornato y Decoro, 20.1.2. F,1 concepto de Figura en la doctrina del Ornato .................... 271.3. Clasificaciones tradicionales de los artificios del Ornato retrico 321.4. Clasificaciones propuestas en los ltimos a os......................... 341.5. La clasificacin adoptada en la presente obra............................ 35

    C aptu lo 2. Fig u r a s f o n o l g ic a s l licen cias f o n o l g ic a s ......... 412.1. Licencias fonolgicas o Metafonemas ...................................... 412.2. Correccin fonolgica, Barbarismo y Metaplasmo ................ 422.3. Metaplasmos y categoras modificativas .................................. 44

    2.3.1. Metaplasmos por adicin de fonemas o slabas, 4 5 ;2.3.2. Metaplasmos por supresin de fonemas o slabas,48; 2.3.3. Metaplasmos por inversin de fonemas o slabas, 53; 2.3.4. Metaplasmos por sustitucin de fonemas o slabas, 54.

    2.4. Licencias relacionadas con la constitucin prosdica de laspalabras: desplazamientos acentuales ....................................... 56

    C aptu lo 3. Figuras f o n o l g ic a s il eq u ivalen cias f o n o l g ic a s 593.1. Equivalencias fonolgicas o Isofonemas: Figuras de repeticin

    en el nivel fnico ........................................................................... 593.2. Una tipologa provisional de Equivalencias fonolgicas ....... 60

    3.2.1. Equivalencias fonolgicas dbilmente codificadas, 6 1 ;3.2.2. Equivalencias fonolgicas fuertemente codificadas 68; 3-2.3. Otros fenmenos de Equivalencia fonolgica, 73 .

    3.3. Efectos fonoacsticos y fonosemnticos relacionados con losfenmenos de Equivalencia fonolgica....................................... 75

    Captu lo 4. F igu ras m o r f o l g ic a s l licencias m o r f o l g ic a s . . . . 7 94.1. Licencias morfolgicas o Metamorfemas .................................. 794.2. Correccin morfolgica, Solecismo y Figura .......................... 804.3. Para una ordenacin de las Licencias morfolgicas ................ 814.4. Licencias relacionadas con la constitucin morfolgica de las

    palabras: flexin y derivacin .............................*...................... 82

  • 4.4.1. Morfologa flexiva, 8 3 ; 4.4.2. Morfologa derivativa,9 1 .

    4 .5 . Licencias relacionadas con los contextos de las palabras . . . 95

    Captu lo 5. F i g u r a s m o r f o l g i c a s i i e q u iv a l e n c ia s m o r f o l g ic a s .................................................................................... 9 9

    5 .1 . Equivalencias morfolgicas o Isomorfemas; Figuras de repeticin en el nivel m orfolgico......................................................... 9 9

    5.2. Una posible ordenacin de Equivalencias morfolgicas . .. 1005.2.1. Equivalencias morfolgicas basadas en la repeticin de

    morfemas: flexivos y derivativos, 1 0 1 ; 5-2.2. Equivalencias morfolgicas basadas en la repeticin de palabras, 10 8 ; 5.2.3. Equivalencias morfolgicas por juegos de palabras, 1 16 .

    Captulo 6. Fig u r as sin t c tic as l licencias sin t c t ic a s .............. 1256 .1 . Licencias sintcticas o Metataxis ................................................. 1256.2 . Correccin sintctica, Solecismo y Figura.................................. 12 66.3 . Hacia una clasificacin de las Licencias sintcticas .............. 12 6

    6.3.1. Licencias sintcticas por Adicin de constituyentes,127; 6.3.2. Licencias por Supresin de constituyentes,13 9 ; 6.3.3. Licencias por Permutacin de constituyentes, 145 .

    Captulo 7. Fig u r as sin tc tic as il e quivalen cias sin t c t ic a s . 1597 -1 . Equivalencias sintcticas o Isotaxis. Figuras de repeticin en

    el nivel sintctico ............................................................................... 1597 .2 . D istribucin de elem entos categorial y funcion alm ente

    equivalentes ........................................................................................ 16 07.2.1. Plurimembracin de desarrollo horizontal, 16 1 ;

    7.2.2. Plurimembracin de desarrollo horizontal y vertical, 165.

    7.3 . D os esquem as de sim etra d istribucional: Paralelism o yEspecularidad ................................................................................... 168

    7.4. O tros fenm enos de Equivalencia distribucional ................... 17 2

    Captulo 8. Fig u r as textuales l licen cias textuales ................... 1758 .1 . Licencias textuales o Metatextemas ............................................ 1758.2. Una posible clasificacin de las Licencias textuales .............. 177

    8.2.1. Licencias textuales por Adicin, 178 ; 8.2.2. Licencias textuales por Supresin, 19 4 ; 8.2.3. Licencias textuales por Permutacin, 197 ; 8.2.4. Licencias textuales por Sustitucin, 198 .

    Captulo 9. FIGURAS TEXTUALES II: EQUIVALENCIAS TEXTUALES. ... 2059 .1 . Equivalencias textuales o Isotextemas. Figuras de repeticin

    en el nivel te x tu a l.............................................................................. 2 059.2. Una clasificacin provisional de Equivalencias textuales ... 2 08

    8

  • 9.2.1. Equivalencias textuales no condicionadas estrficamente, 208; 9.2.2. Equivalencias textuales vinculadas a ciertas formas estrficas, 214.

    C aptu lo 10. Fig u r as se m n ticas i: licen cias se m n t ic a s ............. 2 2 310.1. Licencias semnticas o Metascmcmas ................................... 22310.2. Una posible clasificacin de los Tropos .............................. 226

    10.2.1. Tropos de la serie metafrica, 228; 10.2.2. Tropos de la serie metonmica, 241.

    Captulo 11 . Figu ras se m n ticas ii: e q uivalen cias se m n t ic a s 2 5511.1 . Equivalencias semnticas o Isosememas. Figuras de repeti

    cin en el nivel semntico......................................................... 25511.2 Equivalencias semnticas por Sinonimia .............................. 25611.3. Equivalencias semnticas por Anttesis.................................. 262

    Captulo 12. F ig u r a s p r a g m t ic a s .................................................... 27512.1 Retrica y Pragmtica: Estructuras enunciativas de carcter

    simulado o fingido .................................................................. 27512.2. Una posible clasificacin de las Figuras pragmticas............ 27712.3. Figuras que suponen la instauracin de un marco enuncia

    tivo en el espacio del texto .................................................... 27812.4. Figuras vinculadas con las Funciones Expresiva y Apelativa 285

    12.4.1. Figuras vinculadas con la Funcin expresiva, 285;12.4.2. Figuras vinculadas con la Funcin apelativa,294.

    ndice de trminos ................................................................................... 301

    Bibliografa ............................................................................................ 307

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  • INTRODUCCIN

    Y as por no salir de mi intento, descubrir en algunas partes las figuras que se hallaren, declarndolas extendidamente.

    Fernando de Herrera, Anotaciones.

    Para empezar, debo advertir que el presente volumen en modo alguno pretende identificarse con un Manual de retrica, en la lnea de obras tan conocidas como la monumental sntesis clsica de Lausberg (1960), constituida en punto de referencia de obras posteriores. Pinsese, entre las muchas referencias que cabra citar, en Plett (1971), Spang (1979), Mortara Garavelli (1988), Albaladejo (1989), obras en las que, en mayor o menor medida y de forma ms o menos abar- cadora, se realiza una exposicin sistemtica de las grandes unidades o bloques temticos en que se articula el Corpus doctrinal, sobremanera complejo, de la retrica clsico-occi- dental, tal como qued constituido en la antigedad grecolati- na y se ha venido transmitiendo a lo largo de una tradicin multisecular.

    Considerado en relacin con obras como las arriba citadas, el alcance de este volumen va a ser mucho ms limitado,

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  • por cuanto que su contenido, como el propio ttulo indica, quedar restringido a la exposicin de una parte, importante si se quiere en el Corpus retrico general, pero parte al fin, de una de sus grandes unidades temticas: la que corresponde a los apartados o captulos ms ampliamente difundidos de la doctrina de la Elocucin en todas las pocas: los dedicados a los artificios generales del Ornato, sintetizados normalmente en los trminos Tropo y Figura.

    Para la justa comprensin de lo que se acaba de decir, debe tenerse en cuenta que la limitacin temtica a que me he referido slo tiene pleno sentido desde la perspectiva de una concepcin amplia de la Retrica, su objeto y partes, en la forma en que qued establecida, por ejemplo, en las Institutiones oratoriae de Q uintiliano, y se suele presentar en obras como las anteriormente mencionadas. No lo tendra, en cambio, desde la perspectiva de una concepcin restringida, tarda, en la que todo el Corpus doctrinal de la antigua Ars bene dicendi vino a quedar reducido prcticamente a la exclusiva doctrina de la Elocucin, en la forma en que se generaliza en buena parte de tratados o manuales publicados a partir de la segunda mitad del siglo XVI, en los que, como bien se recordar, los clsicos conceptos de Tropo y Figura acabaran constituyndose en el fundamental y nico objeto de la doctrina retrica transmitida en dichas obras (Rico Ver- d: 1973). Claro ejemplo de tal reduccin doctrinal lo tenemos en los tratados de dos autores espaoles de los siglos XVI y XVII que van a ser punto de referencia constante a lo largo de estas pginas: el Organum dialecticum et rhetoricum / Tratado de dialctica y retrica de F. Snchez de las Brozas (1579) y la Elocuencia espaola en arte de B. Jimnez Patn (1604 y 1621).

    Volviendo al contenido del presente volumen, tras las aclaraciones precedentes, debo decir que varios han sido los objetivos que han guiado la elaboracin y exposicin del mismo.

    Fin primer lugar, teniendo presentes algunas de las lneas de la investigacin contempornea en el mbito de los estudios retricos (Leech: 1966; Todorov: 1967; Grupo : 1970; Plett: 1977, 1981, 1985; Lpez Garca: 1981, 1985; entre otros muchos que cabra citar, y de los que en todo momento

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  • me sentir deudor), me he propuesto presentar, a lo largo de los diferentes captulos, una muestra que pueda resultar suficientemente representativa del ingente, a la par que sumamente rico, Corpus de artificios lingstico-discursivos codificados secularmente bajo el mbito general de los clsicos trminos Tropo y Figura. Si he dicho una muestra representativa, es porque en la sistematizacin de los grupos de fenmenos que se propone a lo largo de estas pginas, en modo alguno he pretendido alcanzar el grado de exhaustividad propio de un diccionario. En tal sentido, el lector interesado puede completar su informacin con la consulta de obras bien asequibles como son el propio Manual de Lausberg (1960) o los Diccionarios de Lzaro Carreter (1971), Dupriez (1980), Morier (1981), Beristin (1985), Marchese-Forradellas (1986), Marcos Alvarez (1989).

    En segundo lugar, dado que nuestro conocimiento actual de la gran mayora de los fenmenos o artificios retricos descritos y catalogados bajo los citados trminos sigue estando basado, fundamentalmente, en un fondo doctrinal comn de definiciones, clasificaciones, terminologas, etc., que en modo alguno debe desconocerse y menos an dar por superado- , he optado por atenerme de modo regular a la que cabe considerar como doctrina tradicional. Y nada ms adecuado, a mi ver, para reflejar dicha doctrina que recurrir al rico arsenal de definiciones y caracterizaciones de cada fenmeno formuladas en la obra de algunos de nuestros grandes tratadistas de los Siglos de Oro. As, siguiendo el buen ejemplo de nuestros colegas franceses, a quienes no se les caen de las manos su Du Marsais y su Fontanier cuando de Retrica se trata (vase, sin ir ms lejos, la reciente obra de Molino-Gardes Tamine: 1987), a lo largo de estas pginas, junto a la obligada mencin de los prrafos de la obra de Lausberg a propsito de cada fenmeno, ser constante la referencia a la obra gramatical de A. de Nebrija y G. Correas; a la obra retrica de F. Snchez de las Brozas y B. Jimnez Patn y, como no poda ser menos, a la gran sntesis doctrinal potico-retrica representada por las Anotaciones a la poesa de Garcilaso de F. de Herrera.

    En tercer lugar, junto con la exposicin doctrinal contenida en la definicin y caracterizacin de los fenmenos representados por las distintas figuras, me ha parecido conveniente

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  • mostrar el funcionamiento real de los mismos -su operatividad efectiva en los textos, si se me permite decir as en un Corpus de ejemplos que fuera lo ms homogneo posible, desde una perspectiva no slo genrica, sino tambin cronolgica. A tal fin, he optado por restringir todos los ejemplos, salvo algn caso excepcional que se dir en su lugar, a las distintas modalidades del discurso potico de los siglos XVI y XVTI, representadas en los autores y obras que figuran en el apartado 1 de la Bibliografa final.

    En cuarto lugar, el hecho de que en el presente trabajo se trate de reflejar, de forma preferencial, la doctrina retrica en la forma en que aparece formulada por nuestros tratadistas de los siglos ureos, no quiere decir que se haya prescindido de las varias e interesantes aportaciones que sobre estas cuestiones se han venido publicando en las ltimas dcadas. Antes me he referido a algunas de ellas, que completo ahora con algunas referencias ms: Leech (1966, 1969), Todorov (1967), Grupo (1970), Plett (1977, 1981, 1985), van Dijk (1978), Suhamy (1981), Morel (1982), Bacry (1992), sin olvidar en el mbito espaol a M artnez (1975), Spang (1979), Lpez Garca (1981, 1985) y Pozuelo Yvancos (1988). Como ya hice notar anteriormente, las presentes pginas son deudoras, y en mucho, de los planteamientos y aportaciones de estos trabajos y de otros muchos que podrn reconocerse en la bibliografa que cierra el volumen. La particular forma en que aparecen ordenados y sistematizados los artificios retricos seleccionados en los distintos apartados de los captulos, es muestra ms que evidente de mi deuda con algunos de tales planteamientos.

    No puedo concluir esta breve Introduccin sin expresar mi agradecimiento a la Editorial Sntesis y al Director de la presente Coleccin, D. Miguel ngel Garrido Gallardo, por haber tenido la gentileza de invitarme a participar en la misma con un tema, precisamente, como el de Las figuras retricas, que tanto me viene interesando desde hace varios aos.

    14

  • 1 .

    CONCEPTO DE FIGURA. SU LUGAR EN LA DOCTRINA DE LA ELOCUCIN

    RETRICA

    1.1. La Elocucin retrica y sus partes. Cualidades de la elaboracin lingstica del discurso: virtudes y vicios

    El tradicional concepto de Figura, y en menor medida los de Metaplasmo y Tropo, subsumidos a veces en el mbito del primero, ha constituido desde su acuacin en la antigedad clsica uno de los pilares fundamentales sobre los que se ha venido formando un rico entramado de artificios lingstico- discursivos que, a lo largo de ms de veinte siglos, han configurado el cuerpo central de la doctrina retrica y potica, cabe aadir de la Elocucin. Dada tan especial relevancia, no ha de extraar que dicho concepto acabara identificndose, en tratados y manuales de poca tarda, con el nico Corpus doctrinal superviviente de la clsica Ars bene dicendi, como se ha sealado repetidamente (Genette: 1970).

    Pero al margen de los avatares y resultados de ese proceso de reduccin doctrinal, que no hacen al caso para el presente propsito, nuestro inters se va a centrar por el momento en el intento de delimitar el concepto expresado por el trmino

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  • Figura, situndolo en el mbito de la doctrina general de la Elocucin, desde la perspectiva de una concepcin amplia de la Retrica, tal como aparece expuesta en la sistematizacin de Lausberg (I960), por ejemplo, y en algunos manuales recientes (Mortara Garavelli: 1988; Albaladejo: 1989).

    A tal fin, cabe empezar recordando que el Corpus doctrinal de la antigua Retrica, segn qued fijado en las Institutiones de Quintiliano y se ha venido transmitiendo tradicionalmente, se suele presentar estructurado o articulado en cinco grandes bloques temticos, que se corresponden en lo fundamental con las cinco partes cannicas del proceso general de elaboracin y emisin del discurso. La primera parte de dicho proceso, la que corresponde a la elaboracin, est constituida por las siguientes operaciones:

    1) Invencin (lat. Inventio, gr. Heuresis): bsqueda y seleccin de los materiales temticos apropiados a cada gnero de discurso.

    2) Disposicin (lat. Dispositio, gr. Taxis): estructuracin y distribucin de los materiales temticos seleccionados en la Invencin.

    3) Elocucin (lat. Elocutio, gr. Lexis): elaboracin lings- tico-discursiva de los materiales seleccionados y estructurados en las operaciones precedentes.

    En la segunda parte del proceso, la destinada a la emisin- recepcin, intervienen estas otras operaciones:

    4) M em oria (lat. Memoria, gr. Mneme): conjunto de recursos y tcnicas de memorizacin del discurso.

    5) Pronunciacin y Accin (lat. Pronuntiatio y Actio, gr. Hypocrisis): realizacin del discurso mediante la voz y los gestos (Lausberg, 255).

    En el desarrollo de este proceso verdadera programacin discursiva, suele decirse-, la doctrina correspondiente a la Elocucin, que es la parte que ms directamente importa a los fines de este trabajo, representa un vasto conjunto de reglas

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  • o instrucciones, concebidas y destinadas a guiar la elaboracin lingstico-discursiva de los materiales temticos hallados y seleccionados en las operaciones de la Invencin y organizados posteriormente en las operaciones de la Disposicin (Lausberg, 453).

    En la sistem atizacin realizada por el citado autor, el Corpus doctrinal de esta parte aparece organizado en los dos apartados siguientes: en primer lugar, el extenssimo dedicado a las grandes cualidades de la elocucin o, si se prefiere en trminos clsicos, las virtudes generales de la elocucin, y los correspondientes vicios ( 458-1077), y, en segundo lugar, el muy reducido dedicado a los gneros de la elocucin o teora de los estilos ( 1078-1082), apartado ste que no se tendr en consideracin en estas pginas.

    Como se habr observado, en la parcelacin temtica de Lausberg a que se acaba de hacer referencia, la doctrina central de la Elocucin est articulada, fundamentalmente, en torno a un conjunto de cualidades generales del discurso, tradicionalm ente designadas con el significativo trm ino de Virtutes ( 458-460). Dicho de forma muy elemental, y simplificada en exceso, en el conjunto formado por tales virtudes se representa, a lo largo de toda la tradicin clsica y cla- sicista, un ideal de perfeccin en el conocimiento y dominio del cdigo idiomtico por parte de oradores y poetas -o de hablantes cultos en general, ideal que debe presidir toda actividad discursiva, y, de modo particular, la actividad discursiva vinculada con la prctica literaria y, sobre todo, potica.

    Aunque el conjunto de las virtudes de la elocucin vara notablemente de unos autores a otros, el sistema ms comnmente aceptado est formado por:

    1) Una virtud gramatical: Pureza o Correccin idiomtica.2) Tres virtudes retricas: Claridad, Ornato y Decoro

    (Lausberg, 460).

    A dichas virtudes, as como a sus correspondientes vicios, se referirn constantemente gramticos, tratadistas de Retrica y hasta tratadistas de Potica de todas las pocas. Entre los autores espaoles de los siglos XVI y XVII cuya doc

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  • trina se seguir de cerca en este trabajo, cabe citar como ejemplo el siguiente testimonio de Jimnez Patn, quien, tras definir la Elocucin y sus partes, dice apelando a la autoridad de Cicern: son cuatro las cosas principales que se han de guardar en la elocucin, a saber: que se hable en castellano puro, con claridad, con ornato y a propsito (71).

    Pasemos a considerar m uy brevemente algunos de los aspectos ms destacados de ese ideal de perfeccin elocutiva representado por el conjunto de las citadas virtudes, con la nica finalidad de situar en su justo lugar el concepto de Figura que, junto con los de Metaplasmo y Tropo, constituye el objeto fundamental de este volumen.

    1.1.1. Virtud gramatical: Pureza o Correccin idiomtica

    El fundamento de la perfeccin elocutiva lo constituye la primera de las virtudes citadas: la designada habitualmente con los trminos de Pureza o Correccin idiomtica (lat. Latinitas, gr. Hellenismos) (Lausberg, 463), el castellano puro de que hablan nuestros tratadistas del periodo ureo. Su consecucin y dom inio estn encomendados al Arte de la Gramtica, entendida sta en la concepcin que reflejan las lapidarias formulaciones clsicas de Ars recte dicendi o, en trminos de Quintiliano, Recte loquendi scientia (I, 4, 2), perpetuadas secularmente, y en las que el adverbio recte correctamente concentra todo el sentido de la orientacin normativa que caracterizar a la tradicin gramatical hasta fechas recientes.

    Ahora bien, cmo determinar el mbito de operatividad de dicha virtud? Como es sabido, a lo largo de toda la tradicin se ha operado generalmente con dos unidades bsicas de descripcin gramatical: palabra y oracin, hecho claramente expresado por Nebrija, por ejemplo, cuando declara: Todo el negocio de la Gramtica, como arriba dijimos, o est en cada una de las partes de la oracin, considerando dellas separadamente, o est en la orden y juntura dellas (211). Pues bien, ser sobre el mbito de tales unidades sobre el que recaern las normas de la gramtica encargadas de velar por la correccin lingstica en la prctica discursiva de los hablantes. En el mbito de la unidad palabra (lat. in verbis singulis), la correc-

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  • cin se manifestar tanto en su componente fnico (significante), como en su componente semntico (significado); en el m bito de la unidad oracin (lat. in verbis coniunctis), la correccin se har patente en el nivel propiamente gramatical, en sus vertientes morfolgica y sintctica.

    Fijadas las bases de la correccin idiomtica, resulta obligado hacer referencia a los vicios que, a juicio de gramticos y rtores, atentan contra el ideal de perfeccin elocutiva asignado a esta virtud. En estricta correspondencia con las dos unidades bsicas sealadas: palabra y oracin, los vicios contra la citada virtud aparecen tipificados desde antiguo bajo los trminos clsicos de Barbarismo y Solecismo, respectivamente (Lausberg, 470), a los que tanto Nebrija (211-212) como Correas (386-387) dedicarn sendos captulos de sus Gramticas, siguiendo en esto las pautas fijadas por los gramticos de la tarda latinidad (p. ej. Donato, 392-394). Como ambos conceptos van a ser objeto de tratamiento ms pormenorizado en captulos posteriores, slo dir brevemente ahora que bajo el trmino Barbarismo queda englobada toda forma de incorreccin que afecte a la palabra en cuanto unidad aislada, y bajo el trmino Solecismo, toda forma de incorreccin que afecte a la juntura de las palabras en la unidad oracin.

    Los vicios representados por los conceptos anteriores sern objeto de constantes censuras, por parte de gramticos y rtores, siempre que se consideren reflejo de un deficiente conocimiento del cdigo de la lengua. No obstante, a juicio de los mismos tratadistas, pueden existir especiales situaciones discursivas en las que las manifestaciones de tales vicios pueden llegar a ser toleradas, por obra y gracia de una particular Licencia. De suerte que, como advierte el propio Nebrija, si por alguna razn se pueden excusar (211), Barbarismo y Solecismo perdern circunstancialmente su condicin de vicios censurables y adquirirn el estatuto de una nueva categora, segn la cual quedarn tipificados bajo las tambin clsicas denominaciones de Metaplasmo y Figura, respectivamente (Lausberg, 471). Ahora bien, ante semejante circunstancia cabe preguntarse: cules son las razones que pueden llegar a permitir tal cambio de estimacin sobre un mismo tipo de fenmenos? La respuesta suele ser unnime en el sentir de los autores: razones artsticas de Ornato, en general, o razones

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  • mtricas, en particular, o, si se prefiere, razones superiores propias del arte verbal. Recurdese que as lo haba sancionado Aristteles, refirindose a estos precisos fenmenos, al considerar la elocucin potica como un tipo de elocucin que incluye la palabra extraa, la metfora y muchas alteraciones del lenguaje, con la conclusin de todos conocida: stas, en efecto, se las permitimos a los poetas (Potica, 1460b).

    Como se habr podido observar, de la doctrina que se acaba de resumir convendr retener un hecho de particular importancia para comprender el justo alcance de los fenmenos tipificados mediante los conceptos de Metaplasmo y Figura, en la tradicin tanto gramatical, como retrica y potica: su identificacin con la prctica de la incorreccin o, ms especficamente, de la infraccin de reglas de naturaleza fnica y gramatical, aunque, eso s, tolerada por Licencia en determinadas situaciones discursivas.

    Una vez delimitado el alcance de la primera de las virtudes de la elocucin: la Correccin o Pureza idiomtica, trataremos de ver, muy brevemente tambin, el alcance de las tres virtudes propiamente retricas, y su particular aportacin al ideal de perfeccin elocutiva que encarnan.

    1.1.2. Virtudes retricas: Claridad, Ornato y Decoro

    El objetivo asignado a la virtud de la Claridad (lat. Perspicuitas, gr. Sapheneia) se cifra en conseguir una fcil inteligibilidad del discurso. En una de sus referencias a esta virtud dice Herrera: Perspicuidades, facilidad de la oracin para entendimiento de las cosas que se tratan en ella (349). Pero tanto o ms que la precisa definicin, merece destacarse su estimacin en tanto que cualidad general del discurso potico, expresada as por el poeta en otro lugar: Es importantsima la Claridad en el verso; y si falta en l, se pierde toda la gracia y la hermosura de la poesa, y bien se ve en Virgilio que el hilo del parlar y la textura y coligamiento de las dicciones lo hacen clarsimo; porque las palabras son imgenes de los pensamientos (342). El testimonio del ideal de claridad potica expresado por Herrera, en sus comentarios a la poesa de Garcilaso, aparte de su valor en s mismo, est pensado en funcin del contrapun-

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  • to que representarn ms adelante las palabras de Salcedo Coronel sobre el polo opuesto, la oscuridad potica, en su comentario a la poesa gongorina.

    En relacin con las dos unidades bsicas de descripcin gramatical, palabra y oracin, las normas o instrucciones destinadas a alcanzar los objetivos especficos de esta virtud, de modo satisfactorio, deben guiar: a) la seleccin de vocablos propios, esto es, vocablos pertenecientes al lxico patrimonial y consolidados por el buen uso, en el primer caso; y b) la formacin de construcciones sintcticas cuyos constituyentes aparezcan siempre bien delimitados y ordenados, para su fcil comprensin, en el segundo.

    l vicio contra esta virtud es designado con el trmino Oscuridad (lat. Obscuritas) (Lausberg, 1067-1070), y est representado fundamentalmente por los fenmenos de Anfibologa o ambigedad, tanto lxica como sintctica (gr. Amphibolia), esto es, el empleo de unidades lxicas o estructuras sintcticas susceptibles de una doble interpretacin (Nebrija, 219; Correas, 405). En el mbito de la palabra, la Oscuridad puede originarse tambin por el empleo en el discurso de vocablos impropios, en cuya categora se cuentan: sinnimos inexactos, arcasmos, neologismos, dialectalismos, tecnicismos y tropos (Lausberg, 533, 1068). Los autores suelen referirse de forma especfica a estos fenmenos de impropiedad lxica con el trmino Acirologa (Nebrija, 217; Correas, 404-405).

    En el mbito de la juntura de palabras en la oracin, los fenmenos de Oscuridad pueden venir motivados por hechos de muy diversa naturaleza. Junto a los hechos de ambigedad sintctica, suelen enumerarse tambin toda suerte de complicaciones de ndole sintctica, sobre todo las debidas a fenmenos como la Elipsis, el Hiprbaton, etc., que pueden llegar a alterar de forma imprevisible la composicin de los constituyentes implicados, o sus relaciones, hasta el punto de dificultar sobremanera la inteligibilidad de los mismos. Gramticos y rtores se refieren a tales complicaciones sintcticas con trminos tan expresivos como Snquisis (lat. Mixtura verborum) confusin sintctica (Nebrija, 223; Snchez Brcense, M inerva, 424-425; Herrera, 342-343; Correas, 411) y Cacosn- teton mala composicin sintctica (Nebrija, 219; Jimnez Patn, 107; Correas, 408-409). A estos y otros fenmenos

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  • generadores de Oscuridad elocutiva se refiere Correas bajo epgrafes como Especies de la escuridad y Especies del desorden (404-411), donde no faltan menciones, reprobatorias claro est, a frmulas bien conocidas de la sintaxis gongorina, tildada precisamente de oscura en tantas ocasiones por parte de todos sus detractores, como bien se sabe.

    Los fenmenos de Oscuridad elocutiva, a pesar de las severas censuras de que suelen ser objeto por parte de los gramticos, tambin pueden ser tolerados mediante particular licencia en ciertas clases o modalidades discursivas, con el consiguiente cambio de estimacin. Segn habr ocasin de ver ms adelante, varias figuras (Zeugma, Hiprbaton, etc.) y ciertos artificios de gran tradicin en el discurso potico ( Versus rapportati, por citar un ejemplo) pertenecen, estrictamente hablando, a esta categora de fenmenos. Como contraste con los reprobatorios juicios de Correas sobre los ejemplos gongo- rinos -dejo de lado naturalmente toda referencia documental a las polmicas surgidas en torno a la difusin de las obras emblemticas del gongorismo: Las Soledades y El Polifemo-, he aqu, como muestra de estimacin positiva de la Oscuridad potica, las siguientes palabras de Salcedo Coronel, tomadas de su comentario a las Soledades: La Oscuridad lce el mencionado autor- procede de la ambigedad de las voces, figura que llaman homonimia; o la que nace de la construccin, a que dicen anfibolia... Y aunque estas figuras las ponen los gramticos entre los vicios de la oracin, como opuestos a la perspicuidad de ella, no siempre son viciosas, antes usadas cuerdamente la ilustran y hermosean, y as las usurparon los mejores autores de la antigedad, y no menos felizmente que ellos nuestro poeta... {apudI-zaro Carreter: 1966, 51-62).

    Como se habr podido intuir por las breves referencias aducidas, en especial las de Herrera y Salcedo Coronel, las cuestiones lingstico-discursivas atingentes al par de conceptos representados por los trminos Claridad (virtud)/O:tt- ridad (vicio), afectan a problemas de gran inters en las teorizaciones gramaticales, retricas y poticas de los siglos ureos, origen de conocidas polmicas, sobre las que no me es posible detenerme en este lugar, que cerrar con estas palabras de T. Albaladejo: Sobre la oscuridad retrica y literaria existe una importante tradicin terico-preceptiva que comienza en

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  • la antigedad clsica y llega a constituir en la Teora literaria renacentista y barroca un punto de atencin verdaderamente central en las discusiones sobre el estilo (1989, 125, con referencia a varios trabajos de A. Garca Berrio [1977, 1980, 1988], citados en nota ad locum).

    La segunda de las virtudes retricas, la designada con el trmino Ornato (Iat. Ornatus, gr. Cosmos) (Lausberg, 538- 540), centra su objetivo en la adecuada exornacin del discurso, segn variados parmetros fijados por la virtud del Decoro, en estricta correspondencia con una teora de los gneros elo- cutivos o tipos de discursos y sus respectivas modalidades estilsticas. Para un cumplim iento satisfactorio de las ricas potencialidades de esta virtud elocutiva, la ms codiciada, por ser la ms brillante y la ms efectista, a decir de Lausberg ( 538), se requiere, quiz ms que en ninguna otra, no slo el ms alto grado de dominio del cdigo idiomtico, sino tambin el ms amplio conocimiento de los recursos expresivos que cabe extraer de sus diferentes niveles.

    El concepto de Ornato, ocioso resulta recordarlo, es uno de los conceptos de mayor valor y trascendencia en la doctrina retrica y potica heredada del pensamiento clsico. Como bien es sabido, sobre dicho concepto se fundamenta, desde Aristteles y a lo largo de toda la tradicin clasicista, la concepcin del discurso literario en general, y potico en particular, como una variedad de discursos cuyos rasgos o propiedades, frente a otras modalidades discursivas, quedan sintetizados precisamente en la lapidaria expresin de sermo ornatus (Albaladejo: 1989, 128 y bibliografa all citada). En ntima relacin con esta concepcin ornamental hay que situar, asimismo, la usual caracterizacin del propio discurso literario, comn a la Retrica y a la Potica, como una modalidad discursiva que se aparta, en mayor o menor grado, de los usos del comn hablar, en la medida en que los variados artificios exornativos son considerados otros tantos fenmenos que actan en contra o al margen de las normas o reglas gramaticales. Las referencias a la conjuncin de ambos hechos: exornacin y desviacin, cuando de lenguaje potico se trata, son frecuentes en la generalidad de los tratadistas. Basten, como testimonio, estas palabras de Herrera, en las que comentando

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  • una Perfrasis usada por Garcilaso, declara: Figura que ilustra y adereza mucho la oracin, porque se aparta del comn uso de hablar (411). Dado que no es este lugar para desarrollar por extenso viejas y discutidas cuestiones relacionadas con esta caracterizacin del discurso literario como desviacin de los usos lingsticos fijados por la norma gramatical, que se ha perpetuado hasta nuestros das, puede completarse lo que aqu slo ha quedado apuntado con las siguientes referencias: Lzaro Carreter: 1973, 193-206; Aguiar e Silva: 1982, 41-45; Morel: 1982, 23-24; Albaladejo: 1989, 128-139, entre las muchas que cabra aducir.

    Los medios para materializar la finalidad exornativa asignada a esta virtud elocutiva, estn constituidos por los ricos inventarios de estructuras o artificios lingstico-discursivos establecidos, definidos y ejemplificados con las convenientes citas de los auctores elevados a la categora de modelos constantes desde la poca clsica y en el transcurso de la tradicin. Tales artificios exornativos estn representados, bsicamente, por distintos grupos de fenmenos integrados y ordenados bajo las categoras generales expresadas, en sntesis, por los conceptos y trminos siguientes:

    1) En el mbito de la palabra:a) Metaplasmos y otros varios artificios de naturaleza

    fnico-grfica, yb) Tropos y otros diversos fenmenos de naturaleza

    lxico-semntica;

    2) En el mbito de la juntura de palabras en la oracin:a) Figuras: fenmenos morfo-sintcticos, semnticos

    y pragmticos, restringidos normalmente a los lm ites de la oracin o, ms precisamente, del enunciado, y

    b) Composicin: fenmenos que afectan, por un lado, a la constitucin global del discurso, sus partes y sus distintos grados de elaboracin, y, por otro lado, al orden de las palabras en la progresin del mismo (Lausberg, 911). Estos ltimos fenmenos, por trascender con mucho el mbito especfico de las tradicionales Figuras, quedarn excluidos

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  • de nuestro actual propsito. En Lausberg ( 912- 1054) podr encontrarse una completa y detallada exposicin de los mismos.

    Los vicios contra la virtud del Ornato, dicho sea de modo sumamente simplificado, quedan polarizados en los conceptos: defecto/exceso, conceptos que remiten por igual a lo que podemos considerar un uso inadecuado de los recursos exornativos, segn lo que debe tenerse por apropiado en cada caso concreto (Lausberg, 1071-1073). En este punto conviene tener presente que en la doctrina retrica y potica se cuenta desde antiguo con una serie de parmetros y normas estrictas de adecuacin entre los virtuales contenidos y su expresin lingstica, regulados por la virtud del Decoro, que tienen su ms clara expresin en las correspondencias entre los distintos gneros de discursos, retricos y poticos, y las particularidades lingsticas que pueden exhibir unos y otros. Algunas de las cuestiones aludidas merecern mayor atencin en los prrafos que siguen.

    La ltima de las virtudes de la elocucin, la designada con los trminos Decoro o Conveniencia (lat. Aptum, Decorum, gr. Prepon) (Lausberg, 1055-1062), presenta diverso alcance segn los distintos tratadistas, tanto en el marco de la Retrica como de la Potica. Bajo los citados trminos se agrupa, en principio, un conjunto de propiedades que ataen a la constitucin del discurso, por un lado, y al conjunto de relaciones entre el discurso en s y los diversos factores o circunstancias presentes en el proceso de su emisin-recepcin, por otro. En el primer caso suele hablarse de decoro interno. Su principal objetivo es lograr una perfecta integracin y armonizacin entre las partes constitutivas del discurso. En el segundo caso, llamado decoro externo, el objetivo est centrado en determinar una adecuada correspondencia entre el discurso en s, considerado tanto en sus contenidos como en su materializacin lingstica, y los factores que intervienen en su emisin-recep- cin (Lausberg, 1057). En palabras de Jimnez Patn, ambas acepciones del concepto de Decoro, vertido en la expresin hablar a propsito, son resumidas en la siguiente formula

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  • cin: Qu es lo que se trata, para no salir de la materia [decoro interno], quin lo trata, ante quin, dnde y cundo [decoro externo] (76-77), sntesis apretada del extenso captulo que Quintiliano, apoyado en Cicern, dedica a esta virtud elocuti- va, que, a su juicio, es la ms necesaria de todas (XI, 1).

    Los vicios contra el Decoro prevenidos o censurados por los tratadistas, son, segn los aspectos que se acaban de sealar, de naturaleza mltiple (Lausberg, 1074-1077). Me limitar a sealar unas circunstancias concretas.

    El decoro interno puede verse afectado por diversos grados de inadecuacin entre los contenidos del discurso y su expresin lingstica, hecho estrechamente vinculado con la doctrina de los gneros de la elocucin o teora de los estilos, como ya se ha dicho en ms de una ocasin. La clsica triparticin temtico-estilstica en estilos noble, medio y humilde (o alto, medio y bajo) obliga a respetar estrictas reglas de correspondencia entre contenidos y expresin lingstica no siempre logradas con xito, si no acatadas, por parte sobre todo de los poetas, a los que ya Aristteles haca beneficiarios de toda suerte de concesiones y licencias (supra, 20). Entre los fenmenos de esta vertiente de inadecuacin elocu- tiva destacan los tipificados en las dos situaciones siguientes:

    a) Rebajamiento lingstico de contenidos altos o nobles, hecho que se manifiesta sobre todo en la seleccin de un lxico considerado de condicin baja o humilde para referirse a dichos contenidos, fenmeno designado con trminos como Meiosis o Tapinosis (Nebrija, 218; Correas, 407); o, en caso contrario.

    b) Enaltecimiento lingstico de contenidos bajos o humildes, mediante la utilizacin de un lxico considerado de condicin alta o noble para referirse a los mismos, fenmeno denominado con el trmino Auxesis (Correas, 425). A ambos fenmenos se refiere Herrera con su habitual precisin y erudicin (428).

    Entre los vicios sealados en relacin con el considerado decoro externo, merece especial referencia el caso concreto

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  • de la insercin, en un discurso dado, de temas o expresiones de naturaleza o sentido escatolgicos, esto es, toda referencia o mencin de contenidos, palabras o expresiones de carcter srdido y obsceno, objeto siempre de muy severas reprobaciones. Tambin en este punto procede recurrir a la doctrina expresada por Herrera, quien se refiere a estos particulares fenmenos en varios lugares de sus Anotaciones, no slo para definirlos o caracterizarlos en cuanto tales, sino para emitir contra los mismos muy airadas censuras. Los dos aspectos del fenmeno quedan sintetizados as: cuando se tuerce el sermn a entendimiento torpe o por la juntura de las voces que hagan mal sonido (fenmeno conocido con los trminos Cacfaton, Cacnfaton o, en romance, Gazafatn, tratado ms adelante, pp. 76-77), o por la misma significacin (fenmeno designado con el trmino Escrologa) (Herrera, 322; Correas, 407- 408, 409).

    Como en anteriores ocasiones, hay que hacer notar tambin en este lugar que los vicios contra el Decoro representados por los fenmenos lingstico-discursivos a que se acaba de hacer referencia, son asimismo susceptibles de ser tolerados mediante especial Licencia en determinadas situaciones discursivas, esto es, siempre que medien razones superiores propias del arte verbal. Y si no, ah estn para confirmarlo los constantes y abundantes testimonios en la obra de poetas de todo lugar, poca y condicin. Hasta en la poesa del Prncipe de los poetas castellanos, Garcilaso, que le hace perder los papeles a Herrera en sus comentarios en ms de una ocasin.

    1.2. El concepto de Figura en la doctrina del Ornato

    La sucinta presentacin de la doctrina de las cualidades generales de la elocucin, en los clsicos trminos de virtudes / vicios, permitir establecer ms fcilmente el alcance del concepto de Figura y, sobre todo, determinar el lugar que ha ocupado tradicionalmente en el corpus doctrinal elaborado en torno a la virtud del Ornato.

    En relacin con ambos aspectos, cabe decir, en primer trmino, que el concepto de Figura, como ya se habr advertido

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  • en prrafos anteriores, es un concepto cuyo alcance puede ser delim itado, en principio, en relacin con los conceptos de Metaplasmo y Tropo, por un lado, y con el de Composicin, por otro. En segundo trmino, el lugar preciso de tales conceptos en la doctrina general de la Elocucin se inscribe en el marco especfico de los objetivos asignados a la virtud del Ornato, virtud cuya operatividad y sobre todo finalidad es indisociable de la operatividad y finalidad asignadas a las dems virtudes, tanto en el caso de secundarlas como en el de contravenirlas. Veamos estos aspectos con ms detenimiento.

    En primer lugar, en relacin con los conceptos de Meta- plasmo y Tropo, bajo los que se agrupan fenmenos limitados a la unidad palabra, en sus vertientes de significante y significado, respectivamente, y en relacin con el concepto de Composicin, bajo el que se engloban fenmenos que afectan a la progresin del discurso en su totalidad, el concepto de Figura (gr. Schema) designa, en su acepcin ms comnmente aceptada, conjuntos de fenmenos que afectan al dominio de las reglas de la gramtica y, especficamente, a su unidad bsica tradicional: la oracin.

    En segundo lugar, los conceptos de Metaplasmo, Figura y Tropo, considerados en su conjunto, constituyen un sistema bsico de niveles lingsticos: fnico-grfico, morfosintctico y lxico-semntico, en el que se definen, sistematizan y ordenan clases ms o menos extensas y complejas de fenmenos retricos, en estrecho paralelismo con los niveles que definen, sistematizan y ordenan clases de fenmenos comparables en el dominio de la gramtica de las lenguas naturales, constituida tradicional mente en constante punto de referencia (Morel: 1982, 25). No ser preciso recordar a este propsito la estrecha relacin de ambos sistemas, expresada bien claramente en las definiciones de las dos Artes, perpetuadas por la tradicin: Gramtica como Ars recte dicendi y Retrica como Ars bene dicendi. En su sentido originario de Tcnicas, ambas Artes dicendi tienen como comn objetivo la sistematizacin de reglas destinadas a proporcionar un perfecto conocimiento del cdigo idiomtico y un adecuado adiestramiento en el uso del mismo, que permita a los hablantes el mayor grado de eficacia en las diferentes situaciones de la prctica discursiva. La diferencia especfica de las mismas viene expresada por los adverbios recte

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  • y bene, que responden, en cada caso, a los ideales de perfeccin representados por las virtudes elocutivas: Correccin de la elocucin (recte); Claridad, Ornato y Decoro (bene).

    En tercer lugar, los conjuntos de fenmenos lingstico- discursivos agrupados bajo la terna de conceptos Metaplasmo, Figura y Tropo, aparecen definidos, desde las formulaciones ms tempranas, como fenmenos que en los respectivos niveles: fnico, morfosintctico o lxico, representan grados ms o menos intensos de modificacin, desvo o infraccin de las que cabe considerar reglas de buena formacin de las unidades correspondientes a los mismos niveles en el dominio de la Gramtica. Ahora bien, como se ha visto en la exposicin de la doctrina de las virtudes de la elocucin, las modificaciones, desvos o infracciones de las reglas gramaticales representadas por tales fenmenos, dentro de su condicin primaria de vicios, pueden ser objeto de una doble consideracin y, lo que es ms importante, de una doble estimacin. Si tales fenmenos se producen de modo espontneo, como resultado de un conocimiento deficiente del cdigo de la lengua o de un uso descuidado por parte de los hablantes, sern objeto siempre de recriminaciones de gramticos y rtores, por atentar contra la ms elemental de las virtudes elocutivas: la correccin. Pero si los mismos fenmenos son producidos de modo consciente y deliberado, justificado por determinadas situaciones discursivas, perdern circunstancialmente su condicin de vicios, sern tolerados por una particular Licencia y pasarn a ser objeto de una estimacin de signo contrario. La precedente distincin, de capital importancia para comprender adecuadamente la doctrina tradicional del Ornato y sus artificios exor- nativos, aparece bien claramente expresada en las siguientes palabras de Q uintiliano: Toda figura -d ice sera vicio si fuese casual y no buscada con estudio. Y se aade a continuacin: Pero por lo comn se defiende por la autoridad, antigedad, costumbre y muchas veces tambin por cierta razn(IX, 3).

    Lo dicho hasta aqu permitir comprender ms adecuadamente el justo sentido de los diversos rasgos o componentes nocionales que han intervenido normalmente en las definiciones del concepto de Figura, en el sentido restringido que se ha mantenido hasta ahora, tal como se ha venido formulando a

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  • lo largo de toda la tradicin, con muy escasas diferencias entre los autores: el tratarse de una clase de fenmenos de naturaleza gramatical, 1) que constituyen cierto grado de modificacin, desvo o infraccin respecto de la norma gramatical; 2) a los que la norma retrico-potica ha asignado desde siempre una clara funcin exornativa del discurso; y 3) no producidos de forma espontnea, sino consciente, deliberada e intencional, encaminada siempre a la consecucin de determinados efectos en el receptor del discurso (p. ej., persuasin, delectacin) (Morel: 1982, 15, 23-24).

    La distinta adscripcin de los autores al mbito de la Gramtica, la Retrica o la Potica, mbitos que ha compartido tradicionalmente el concepto de Figura, puede privilegiar en ocasiones unos componentes sobre otros, pero en ltima instancia es la conjuncin de los tres la que mejor dar cuenta de su concepcin ms generalizada a lo largo de la tradicin. Dicha concepcin es la que aparece expuesta, con mayor o menor grado de precisin y explicitud, segn se ver despus, en la obra de los tratadistas espaoles que servirn de punto de referencia a estas pginas: Nebrija y Correas (en el mbito de la Gramtica), Snchez de las Brozas y Jimnez Patn (en el de la Retrica) y Herrera, Lpez Pinciano, Carvallo y Cascales (en el de la Potica). Como es de esperar en autores partcipes de una misma tradicin doctrinal, las definiciones del concepto de Figura aparecen formuladas en muy similares trminos en los autores citados (Nebrija, 216; Correas, 375; Brcense, 337; Jimnez Patn, 95; Herrera, 411; Lpez Pinciano, III, 53; Carvallo, II, 148; Cascales, 109), hecho que es comn a tratadistas de todas las pocas y lugares. Por tal razn, me limitar a aportar como sntesis de estas consideraciones y sin mayor comentario, una breve muestra de definiciones formuladas en los mbitos de las tres Artes mencionadas, en donde seguir el orden de menor a mayor grado de explicitud.

    La definicin ms escueta se debe a Cascales (mbito de la Potica), formulada como sigue: Es la figura cierta manera de hablar apartada del uso comn y ordinario (1617, 109). Mayor precisin y explicitud presenta la definicin ofrecida por Jimnez Patn (mbito de la Retrica), en la versin corregida y aumentada de su Elocuencia, publicada en el Mercuus Trimegistus, que reza as: Figura, que en griego se dice esque-

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  • ma [schema], es cierta conformidad de lo que se habla, apartado del comn lenguaje y ordinario modo de hablar. Por la cual conformidad la razn bien concertada se muda en otro cierto modo con particular adorno y virtud (1621, 79v-80r). El grado mximo de precisin y explicitud corresponde al Maestro Correas (mbito de la Gramtica), quien se expresa del siguiente modo: Es pues figura postura nueva, diferente de la regular y ordinaria, en la diccin y oracin, hecha por necesidad o acaso, o con cuidado y gusto particular por elegancia y hermosura; y es como si dijsemos una cierta irregularidad de la regla comn de hablar, sufrible por uso y autoridad, y aun agradable, si no pasa los lmites de la razn, como se halla en los buenos autores; mas, si excede, es vicio intolerable, como en los malos (1626, 375).

    Como complemento de las definiciones que se acaban de presentar, no estarn de ms unas cuantas observaciones del gramtico Correas, que entresaco del primero de los captulos que el citado autor dedica a las Figuras (374-375). As, en relacin con el propio concepto de Figura, Correas hace referencia al doble alcance con que se ha manejado dicho concepto por parte de los autores, tomado ya en una acepcin amplia, abar- cadora de todos los fenmenos o artificios lingstico-discursi- vos del Ornato elocutivo: fnicos, morfosintcticos y lxicos, ya en una acepcin ms restringida, limitada slo a fenmenos de naturaleza morfosintctica, como se ha visto en las pginas precedentes (Lausberg, 601). En palabras del autor: A esta variedad de hablar figurada, con palabra general que todo lo abraza, la llamaron los griegos Esquema (Schema), los latinos Figura, y as nosotros, y la dividieron en tres gneros: meta- plasmo, tropo, esquema (375). En lo que respecta a la naturaleza de las figuras, sus variedades y nmero, sigue diciendo el citado autor: la s figuras, unas son de la construccin o sintaxis y stas pertenecen derechamente a la Gramtica, aunque tambin a la Retrica, y son las menos; otras, de la sentencia [= oracin] y su entorno, que tocan a la Retrica y Oratoria, y stas son casi infinitas, y sin casi, porque hasta ahora no se les ha dado cabo; otras son de la diccin [= palabra], que conviene a las dos, Gramtica y Retrica, y todas a la Potica, y son lim itadas, contenidas en el metaplasmo; todas las otras, en el tropo y esquema (375).

  • 1.3. Clasificaciones tradicionales de los artificios del Ornato retrico

    Determinado en sus aspectos ms relevantes el concepto de Figura, me referir brevemente a algunos de los parmetros ms frecuentemente manejados en las clasificaciones tradicionales de los fenmenos del Ornato elocutivo, en general, y de las Figuras, en particular (dejando de lado, claro est, los casos de meras listas, como ocurre, por ejemplo, en Nebrija, 216- 224).

    Como se ha dicho ms arriba y se acaba de ver reflejado en la cita de Correas, los conceptos representados por los trminos Metaplasmo, Figura y Tropo han configurado, tradicionalmente, un sistema bsico de niveles lingstico-retricos en los que, a travs de ulteriores divisiones y subdivisiones, muy variables en amplitud segn los tratadistas, se han definido y ordenado en series o conjuntos ms o menos extensos los fenmenos del Ornato elocutivo. Prescindiendo por el momento de las constantes fluctuaciones, entre autores de todas las pocas, en la fijacin de lmites claros y precisos entre los conceptos de Tropo y Figura, por no hablar de los numerosos fenmenos fronterizos entre ambos dominios (Lausberg, 601), cabe recordar que un sistema tripartito como el formado por la terna de conceptos anteriores es el adoptado, por ejemplo, por un autor como el gramtico Donato (395-402), de tan decisiva y duradera influencia en gramticos posteriores (baste pensar en el propio Nebrija, por citar un ejemplo de particular relieve). En el nivel de las Figuras, se cuenta adems con la temprana y muy generalizada distincin entre:

    1) Figuras de palabra (lat. Figurae verborum o elocutionis, gr. Schemata lexeos), que constituyen grupos de fenmenos de naturaleza dominantemente formal, morfolgicos y sintcticos, y

    2) Figuras de pensamiento o sentencia (lat. Figurae sententiarum, gr. Schemata dianoias), que agrupan series bastante heterogneas de fenmenos de naturaleza sintc- tico-semntica e incluso pragmtica que, trascendiendo normalmente los lmites gramaticales de la propia unidad oracin (lat. Sententia) que les sirve de denomina

    32

  • cin, habra que relacionar ms bien tanto con el acto de Enunciacin como con la constitucin global de los Enunciados (Lausberg, 602; Desbordes: 1986).

    El referido sistema de niveles lingsticos se complementa con un segundo sistema de ordenacin, el formado por las cuatro categoras modificativas constitutivas de la Quadripartita ratio de Quintiliano (I, 5), conocidas con los trminos:

    1) Adicin (lat. Adiectio, gr. Pleonasmos).2) Supresin (lat. Detractio, gr. Endeia).3) Permutacin o Inversin (lat. Transmutatio, gr. Anas-

    tropbe).4) Sustitucin (lat. Immutatio, gr. Enallage), con bastantes

    fluctuaciones terminolgicas en la serie griega (Lausberg, 462; Desbordes: 1983).

    Tales categoras representan, como los propios trminos dan a entender, un conjunto de operaciones bsicas de modificacin que, actuando ya sobre la palabra, considerada aisladamente (in verbis singulis), ya sobre la juntura de las palabras en la unidad oracin (in verbis coniuncits), marcan precisamente la transicin del dominio de la Gramtica al de la Retrica, hecho que cabe representar de forma esquemtica del modo siguiente:

    Dominio de la Gramtica Dominio de la Retrica

    Niveles lingsticos: Palabra

    Nivel fnico

    Nivel lxico: Oracin

    Nivel gramatical:

    Categoras modificativas:

    Adicin, Supresin,Inversin, Sustitucin Metaplasmos Sustitucin Tropos

    Adicin, Supresin,Inversin, Sustitucin Figuras:

    de palabra de pensamiento

    33

  • La combinacin de ambos sistemas, niveles lingsticos y categoras modificativas, constituye un entramado de principios bsicos de clasificacin o, si se prefiere, un marco conceptual que ha mantenido su vigencia de forma bastante estable en el transcurso de los siglos. Ms an, sigue estando presente, en mayor o menor grado, en buena parte de los replanteamientos llevados a cabo en las ltimas dcadas y lo estar, como es natural, a lo largo de estas pginas. Dicho marco conceptual, por lo dems, ha mostrado ser lo suficientemente flexible como para permitir a tratadistas de todas las pocas satisfacer hasta la saciedad ese furor taxonmico de que hablaba Barthes (1970, 218).

    1.4. Clasificaciones propuestas en los ltimos aos

    Desde la ya un tanto lejana aparicin del Manual de retrica literaria de H. Lausberg (1960), monumental obra que representa la gran sistematizacin moderna del Corpus doctrinal de la Retrica clsica, no han dejado de sucederse hasta el presente numerosos replanteamientos clasificatorios de los clsicos fenmenos lingstico-discursivos del Ornato, tradicionalmente definidos e inventariados mediante el conjunto de categoras a que se ha hecho referencia en el prrafo anterior, conjunto de categoras ahora enriquecido con las aportaciones terico-anal- ticas de diferentes orientaciones de la moderna Lingstica. Tales replanteamientos, entre los que cabe citar Leech (1966), Todorov (1967), Grupo (1970), van Dijk (1978), Plett (1977, 1981, 1985), Spang (1979), Suhamy (1981), Morel (1982 ), Lpez Garca (1985), M ortara Garavelli (1988), Pozuelo Yvancos (1988), Bacry (1992), han venido delineando y perfilando, desde sus particulares enfoques, interesantes elementos de juicio, con los que resulta posible emprender hoy formas de aproximacin ms ajustadas al sumamente rico, a la par que complejo, arsenal de los fenmenos de la Elocucin. Como los trabajos a que remiten las referencias anteriores son bastante asequibles, voy a renunciar en este lugar a una exposicin del contenido de los mismos, exposicin que, por otra parte, resulta fcilmente recuperable en trabajos como los de Plett, Morel, Pozuelo Yvancos o Mortara Garavelli.

    34

  • Cerrar estas pginas introductorias con la exposicin, a grandes rasgos, de los principios generales que van a servir de fundamento terico-analtico a la sistematizacin de las Figuras que se propondr en los distintos captulos del presente volumen.

    Debo hacer notar, en primer trmino, que el concepto de Figura que se va a manejar en estas pginas, como el propio ttulo del volumen viene a revelar, estar tomado en su ms amplio sentido, como designacin general de todos los fenmenos tradicionales del Ornato, tal como apuntaba Correas, y se revela en denominaciones tan generalizadas hoy da como las de lenguaje figurado (cf. por ejemplo, Albaladejo: 1989, 134), sentido figurado (Tamba-Mecz: 1981), etc. Con dicho trmino, por tanto, se designarn conjuntamente las clases de fenmenos repartidos tradicionalmente entre los clsicos conceptos de Metaplasmo, Tropo y Figura, adems de algunos otros vinculados usualmente a la doctrina de la Composicin.

    En segundo lugar, ante las interesantes aportaciones que suponen cada uno de los planteamientos clasificatorios propuestos en los trabajos a que se ha hecho referencia ms arriba, muchas son las opciones que se ofrecen en el momento actual - y todas, sin duda, muy valiosas-, a la hora de emprender una exposicin ms o menos detallada y completa del Corpus general de las Figuras retricas. Sin dejar de reconocer el indudable valor de todas esas aportaciones, de las que justo es decirlo- me sentir deudor en todo momento, he optado por seguir como marco de clasificacin y ordenacin general de todo el Corpus doctrinal recogido en el presente volumen, el modelo terico-analtico diseado por H. E Plett en sucesivos trabajos (en especial, 1977, 1981, 1985), modelo que, segn declara el autor, trata de desarrollar los resultados de propuestas precedentes, de mejorarlos y, si fuera necesario, de corregirlos (1981, 158). Entre las razones que me han inducido a tal opcin, debo decir que, cotejando los diferentes planteamientos referidos, creo que el modelo propuesto por dicho autor, sin ocultar sus evidentes limitaciones, es tal vez el que por el momento presenta mayor capacidad analtica e integradora, hechos dignos de ser tenidos en consideracin

    1.5. Clasificacin adoptada en la presente obra

    35

  • cuando se trata de poner orden en un conjunto de fenmenos lingstico-discursivos de tan desmesuradas proporciones.

    Los principios en los que se articula dicho modelo, que remiten en no pocos aspectos como no poda ser menos a la doctrina tradicional de la Elocucin resumida anteriormente, aparecen sintetizados por el autor (1981, 158-160; 1985, 62-65) en las hiptesis que resumo a continuacin:

    1) Toda Figura retrica ser considerada una unidad lingstica que constituye un desvo. Segn este postulado, la Elocucin retrica podr definirse, por tanto, como un sistema de desvos lingsticos.

    2) Siguiendo el modelo semitico elaborado por Morris (1938), Plett propone distinguir tres clases de desvos:

    a) Desvos en el mbito de la Sintaxis, esto es, en la relacin signo-signo.

    b) Desvos en el mbito de la Pragmtica, esto es, en la relacin signo-emisor / receptor.

    c) Desvos en el mbito de la Semntica, esto es, en la relacin signo-modelo de realidad.

    A cada uno de los dominios anteriores corresponder, segn el autor, una clase de figuras retricas:

    a) Figuras (semio-)sintcticas.b) Figuras pragmticas.c) Figuras (semio-)semnticas.

    r

    La primera clase de figuras presupone la presencia de un modelo de gramtica; la segunda, de un modelo de comunicacin y la tercera, de un modelo de realidad. El alcance del concepto de desvo deber medirse, segn lo que se acaba de proponer, en funcin de los modelos a que se ha hecho referencia, esto es, un modelo de gramtica, de comunicacin y de realidad, respectivamente.

    3) El modelo (semio-)sintctico de las figuras comprende dos vertientes:

    a) Las operaciones lingsticas.b) Los planos o niveles lingsticos.

    36

  • Las operaciones lingsticas se dividen en dos categoras principales:

    1) Operaciones que suponen la transgresin de una norma (Licencias), representadas por las tradicionales categoras modificativas de Adicin, Supresin, Permutacin y Sustitucin.

    2) Operaciones que suponen un reforzamiento de dicha norma (Equivalencias), constitu idas por todas las manifestaciones del principio de repeticin o de recurrencia.

    Los planos o niveles lingsticos considerados son los siguientes: fonolgico, morfolgico, sintctico, textual, semntico, grafemtico. El modelo funciona de tal manera que cada operacin lingstica es proyectada en cada plano lin gstico con el fin de generar unidades lingsticas de carcter secundario, es decir, las Figuras. Los modos operativos funcionan como modos de transformacin, esto es, transforman en determinados puntos del texto la norma lingstica primaria (gramatical) en norma secundaria (retrica).

    Las figuras de la clase (semio-)sintctica pueden quedar integradas en el siguiente diagrama (1981, 160; 1985, 64):

    l a conjuncin de operaciones y niveles lingsticos representada en el Diagrama 1, se completa en Plett (1985, 65) con

    37

  • la especificacin de las dos series de categoras bsicas de Figuras que se proponen en las columnas del Diagrama II, series cuyas denominaciones, formadas con los prefijos Meta- / Iso-, respectivamente, parten de la adopcin de los trminos Metbole, en el alcance que le confiere el Grupo (1970, 62), como designacin general de las operaciones que suponen un desvo, e Isotopa, en el sentido amplio propuesto por Ras- tier (1972, 110), como denominacin general de las operaciones de equivalencia.

    DIAGRAM A II

    "^Operaciones II Niveles

    Violacin de las reglas: Metboles

    Refuerzo de las reglas: Isotopas

    1. Fonolgico Metafonemas Isofonemas

    2. Morfolgico Metamorfcmas Isomorfemas

    3. Sintctico Metataxis Isotaxis

    4. Textual Metatextemas Isotextemas

    5. Semntico Metasememas Isosememas

    6. Grafemtico Metagrafemas Isografcmas

    Expuestas las grandes lneas del modelo terico-analtico diseado por Plett, adoptado como marco de referencia en la clasificacin y ordenacin de las Figuras que se va a llevar a cabo en el presente volumen, slo me resta indicar unas breves anotaciones antes de pasar a su desarrollo en los respectivos captulos.

    Debo indicar, en primer lugar, que el orden de los captulos seguir el orden de los niveles lingsticos reflejado en los Diagramas I y II, con exclusin, como ya se habr observado, del nivel grafemtico. Dicha exclusin se debe fundamentalmente al hecho de que en el corpus de ejemplos seleccionados para el conjunto de los captulos -lim itado, como ya se dijo, al discurso potico de los siglos XVI y X V II-, no he encontrado el material adecuado, suficientemente diferenciado, para representar de forma plausible la doble vertiente de esta catego

    38

  • ra de fenmenos (Metagrafemas e Isografemas), de tan alta funcionalidad, sin embargo, en ciertas corrientes poticas de la poca moderna.

    En segundo lugar, las categoras de Figuras correspondientes a los diferentes niveles lingsticos se presentan desdobladas en dos captulos, segn la distincin bsica entre las series de fenmenos considerados Licencias o Metboles (partes impares), o Equivalencias o Isotopas (partes pares), salvo en el caso de las figuras pragmticas que aparecen agrupadas en un solo captulo, el 12.

    En tercer lugar, ante la intrincada maraa terminolgica heredada de la tradicin, en la que de forma aparentemente indiscriminada o con sutilsimos matices, muy difciles de discernir a veces, se alternan trminos de procedencia griega, latina y hasta romance, en la denominacin de las Figuras se dar prelacin a los trminos que parezcan ser ms difundidos en cada caso, sean griegos, latinos o romances, acompaados de otra u otras denominaciones con las que alternen normalmente, siguiendo en este punto las pautas de Lausberg. Para facilitar la localizacin de los trminos utilizados en cada caso, stos aparecen ordenados en el ndice que figura al final del volumen. Por otro lado, dado que no ha sido mi pretensin, como ya se dijo, agotar el inventario de fenmenos tipificados como Figuras, tarea que aparte de prcticamente imposible estara fuera de lugar en una obra como la presente, el lector interesado puede ampliar su informacin en los ndices de trminos (latinos, griegos y franceses) del volumen tercero del Manual de Lausberg, que podr completar adems con los varios Diccionarios que figuran en la bibliografa.

    Por ltimo, por recomendacin encarecida de la Editorial, se ha debido prescindir del uso de notas a pie de pgina, tan necesarias a veces para completar lo dicho en el cuerpo del texto, cotejarlo con otras posiciones u opiniones, proporcionar informaciones bibliogrficas de carcter complementario, etc. Con el fin de no renunciar a esta ltima funcin, las referencias que se han considerado necesarias aparecen insertas en el texto con indicacin entre parntesis de la fecha de publicacin as como las pginas, si el caso lo requiere.

    39

  • 2 .

    FIGURAS FONOLGICAS I: LICENCIAS FONOLGICAS

    2.1. Licencias fonolgicas o Metafonemas

    Bajo la denominacin de Licencias fonolgicas o Metafonemas, segn la terminologa adoptada por Plett (1981, 1985), se va a considerar un conjunto de fenmenos que suponen diversas alteraciones o modificaciones regladas, que afectan a la constitucin fonolgica (y grfica) de las palabras en unos contextos discursivos bien definidos y concretos. Dichas alteraciones pueden afectar tanto a unidades fonemticas: vocales y consonantes, en tanto que elementos constitutivos de unidades silbicas, como a unidades prosdicas, en particular el acento.

    Esta clase de fenmenos, como hubo ocasin de ver pginas atrs, ha venido siendo definida, sistematizada y transmitida desde antiguo, tanto en la doctrina gramatical como retrica y potica, bajo la denominacin general de Metaplasmo (Lausberg, 479), trmino griego cuyo equivalente latino- romance, ms asequible a una comprensin inmediata, es el de Transformacin, como la mayora de los autores se apresura a sealar. As lo hacen notar, por ejemplo, dos de nuestros

    41

  • gramticos de mayor autoridad en la tradicin gramatical del periodo clsico: A. de Nebrija y G. Correas, en los captulos correspondientes de sus respectivas Gramticas, y cuya doctrina en este punto va a servir de base en el desarrollo del presente captulo.

    2.2. Correccin fonolgica, Barbarismo y Metaplasmo

    De acuerdo con la tradicin gramatical y retrica de la tarda latin idad, tan bien reflejada por los autores espaoles mencionados, el concepto de Metaplasmo, como ya se dijo (supra, 19-21), es un concepto estrechamente vinculado con los conceptos de correccin lingstica (Pureza) e incorreccin lingstica (Barbasmo). En relacin con los trminos precedentes, cabe recordar los aspectos fundamentales sealados anteriormente, que resumen las siguientes palabras de Nebrija, quien dedica a estas cuestiones los captulos 5 y 6 del libro IV de su Gramtica. Si en alguna palabra -d ice el citado autor- no se comete vicio alguno, llmase lexis, que quiere decir perfecta diccin. Si en la palabra se comete vicio que no se pueda sufrir, llmase barbarismo (211). Dicho vicio se puede cometer tanto en la pronunciacin como en la escritura aadiendo o quitando o mudando o transportando alguna letra o acento en alguna palabra.

    Definido el concepto de Barbarismo, trmino, griego a su vez, con el que se suele designar toda suerte de incorrecciones que afectan, como se acaba de ver, a la correcta configuracin fonolgica (y grfica) de las palabras en el uso espontneo de la lengua, sigue precisando Nebrija: Si se comete pecado que por alguna razn se puede excusar, llmase metaplasmo, que ms adelante definir como mudanza de la acostumbrada manera de hablar en alguna palabra, que por alguna razn se puede sufrir, y llmase en griego metaplasmo, que en nuestra lengua quiere decir transformacin, porque se trasmuda alguna palabra de lo propio a lo figurado (213).

    No difiere mucho de lo dicho por Nebrija el tratamiento de estos mismos fenmenos por parte de los maestros B. J imnez Patn en el captulo segundo de su Elocuencia espaola en arte, y G. Correas en los captulos 78 y 79 de su Arte de la

    42

  • lengua espaola castellana, partcipes ambos de una misma tradicin doctrinal.

    Los puntos bsicos de la doctrina expuesta por Nebrija y recogida posteriormente por Jimnez Patn y Correas, radican en los dos polos entre, por un lado, el ideal de correccin idiomtica, en el mbito de la palabra como unidad autnoma (Lexis), ideal de correccin que constituir, segn sus propias palabras todo el negocio de la Gramtica (211), y, por otro, la realidad de la incorreccin lingstica referida a dicho mbito (Barbarismo) -que bien se podra traducir por el trmino, ms generalizado en la concepcin normativa de la gramtica, de Vulgarismo sin ms, vicio censurable en el uso espontneo de la lengua, en las prcticas discursivas de la vida diaria.

    Entre ambos polos, se establece un espacio de permisividad a la prctica de la incorreccin lingstica, siempre que sta est motivada por ciertas razones especiales, que no sern otras que las vinculadas a lo que se puede considerar como uso artstico del lenguaje. En tal caso, las posibles infracciones del cdigo idiomtico, utilizadas de forma consciente y voluntaria en unos contextos discursivos determinados, pasarn a constituir una clase particular y especfica de fenmenos fonolgicos (y grficos), que sern tipificados bajo la denominacin general de Metaplasmos y justificados discursivamente por exigencias mtricas o por razones de ornato potico, como expresamente se dice en el Ars grammatica de Elio Donato, que tan decisiva influencia ejercera en la tradicin gramatical posterior: Metaplasmus est transformatio quaedam recti solutique sermonis in alteram speciem metri ornatusve causa (395) (subrayado mo). A partir de aqu se comprender que tal clase de fenmenos, denominados indistin tamente como Metaplasmos o como Licencias poticas, se incorpore habitualmente a las reflexiones que sobre el lenguaje potico suelen insertarse en los tratados de teora potica (entre los espaoles, puede verse, por ejem plo, en Lpez Pinciano, II, 130-131; Carvallo, I, 194; Cascales, 102-103), aunque no con la sistematicidad y exhaustividad de los tratados gramaticales. Este hecho confirma claramente el tipo de discurso: el discurso literario y, ms particularmente, el discurso potico, como el mbito al que quedar restringida la verdadera operatividad de tal clase de fenmenos.

    43

  • Tras la delimitacin del alcance del concepto de Metaplasmo, tal como aparece formulado en la doctrina retrico-gra- matical de Nebrija, se presentar a continuacin el inventario de fenmenos sistematizados bajo dicha denominacin, inventario que qued establecido en la obra de los gramticos y rtores de la tarda latinidad (Halm: 1863; Keil: 1857-1878), y recogido y transmitido fielmente por la tradicin posterior. Como complemento de la doctrina gramatical expuesta, resultar siempre instructiva la consulta de las explicaciones y, ms an, de los juicios de valor emitidos por F. de Herrera en sus Anotaciones a la poesa de Garcilaso, como muestra muy elocuente de la valoracin de que es susceptible el funcionamiento de tal clase de fenmenos en el mbito especfico del discurso potico.

    En la clasificacin de los tipos de Metaplasmos que afectan a unidades segmentales o fonemas, y su integracin en unidades silbicas, en la palabra, se tendrn presentes los dos criterios clsicos siguientes:

    a) Las operaciones correspondientes a las cuatro categoras modificativas que, como ya se dijo (vase ms arriba, 33), sirven de base de sistematizacin y clasificacin de una gran parte de los fenmenos del Ornato: operaciones de Adicin, Supresin, Inversin o Permutacin y Sustitucin de elementos.

    b) La fijacin de tres lugares correspondientes a: slaba inicial, slaba interna y slaba fin al de la palabra, en tanto que unidad susceptible de sufrir las alteraciones producidas por la operatividad de las citadas categoras modificativas.

    La combinacin de ambos criterios permite establecer los grupos que se detallan a continuacin (Lausberg, 481-495; Nebrija, 213-215; Correas, 388-395):

    1) Metaplasmos por adicin de fonemas o slabas:a) en posicin inicial de palabra: Prtesis;

    2.3. Metaplasmos y categoras modificativas

    44

  • b) en posicin interna: Epntesis;c) en posicin final: Paragoge.

    2) Metaplasmos por supresin de fonemas o slabas:a) en posicin inicial de palabra: Afresis;b) en posicin interna: Sncopa;c) en posicin final: Apcope.

    3) Metaplasmos por inversin de fonemas o slabas, sin especificacin de posicin: Mettesis.

    4) Metaplasmos por sustitucin de fonemas o slabas, sin especificacin de posicin: Anttesis (o Antitescori).

    A los grupos de fenmenos sealados es usual aadir los conocidos tradicionalmente como Licencias mtricas, esto es, los fenmenos de Diresis, Sinresis y Sinalefa, dado que en los mismos se ven alteradas de alguna manera las combinaciones silbicas en casos de diptongo, hiato o juntura entre palabras, as como todos los fenmenos de alteracin de la posicin regular del acento en las palabras debida fundamentalmente a razones mtricas.

    Se presentarn a continuacin unas cuantas series de ejemplos que, aunque limitadas por necesidad a grupos muy reducidos, permitan observar el funcionamiento real de este tipo de fenmenos en la prctica potica. En este punto no estar de ms recordar el hecho, sealado por Lausberg, de que la mayor parte de los Metaplasmos tiene una firme tradicin literaria dentro de uno u otro gnero literario (en especial, en la poesa) ( 479). Por otro lado, siempre que sea posible, se aducirn fragmentos textuales en los que se d la presencia de los respectivos pares de palabras: la forma cannica, sancionada por la Gramtica, y la forma modificada o Metaplasmo, con el fin de poner de relieve ms claramente su motivacin en la secuencia discursiva en la que aparece integrada.

    2.3.1. Metaplasmos por adicin de fonemas o slabas

    Siguiendo el orden fijado en la clasificacin precedente, se presentarn en primer trmino ejemplos de los tipos de Meta- plasmos producidos por adicin de fonemas o slabas.

    45

  • Como ejemplos de Prtesis, es decir, de palabras cuya constitucin fonolgica se ve incrementada por la adicin de una slaba en posicin inicial (Nebrija, 213; Correas, 388), cabe proponer pares de unidades como los que se aducen a continuacin. En tales pares, aparece en primer lugar la que cabe considerar forma cannica seguida de la correspondiente forma modificada. En los textos poticos de los siglos XVI y XVII es usual encontrarse con pares de palabras como: bajar- abajar, consolar-aconsolar, esparcir-desparcir, jaropar-ajaropar, llegar-allegar, matar-amatar, mostrar-amostrar, sosegar-asosegar, tapar-atapar, etc., de los que pueden ser muestra secuencias textuales como las que siguen, tomadas de Garcilaso, en las que se produce la alternancia del par mostrar-amostrar:

    (1) a. ... y poner fin a las querellas que usas,con que de Pind ya las moradoras se muestran lastimadas y confusas. (99)

    b. ... y a mi majada arribars primeroque el cielo nos amuestre su lucero. (205)

    El fenmeno de Epntesis, esto es, Metaplasmo producido por la insercin de un fonema o slaba en posicin interna de palabra (Nebrija, 213; Correas, 389), est representado por dobletes como los correspondientes a formas verbales como vi-vide, vio-vido, etc., comentadas las segundas por Herrera en sus Anotaciones (500, 443), as como las formas nominales: crnica-cornica (y derivados), Inglaterra-Ingalaterra, etc., de documentacin bastante temprana en la literatura castellana y de muy amplia difusin en los textos de los siglos ureos. He aqu unas breves secuencias en las que aparecen insertas las formas del par Inglaterra-Ingalaterra:

    (2) a. No pudiendo caber Francia en s mismaocupaba otros reinos; Inglaterra alegre retozaba con el cisma.(B. L. de Argensola, I, 61)

    b. Por vos, Ingalaterradescansa y nos descansa de la guerra.(Quevedo, 287)

    46

  • A los ejemplos sealados tal vez cabra aadir las formas de Marte, dios latino de la guerra, y su variante epenttica Mavorte, de uso exclusivamente potico ya en latn, rescatada por los poetas de los siglos XVI y XVII, tal como muestra el siguiente fragmento de Soto de Rojas:

    (3) Oh t, Mavorte horrendo,del mundo asombro y deste cielo estruendo -dijo el rapaz lisonjeando a M arte- ...! (484)

    Frente a los ejemplos representativos de los fenmenos de Prtesis y Epntesis, que constituyen en general inventarios de formas bastante reducidos, los correspondientes al fenmeno de Paragoge, Metaplasmo consistente en la adicin de un fonema o slaba en posicin final de palabra (Nebrija, 214; Correas, 389-390), forman un paradigma de formas mucho ms nutrido, que, en no pocos casos, se remontan a los primeros testimonios literarios y que, en buena medida, perviven en el lenguaje potico hasta el Romanticismo. Entre las formas paraggicas ms usuales en los textos poticos del periodo ureo cabe destacar, entre otros, pares de palabras como los siguientes: altivez-altiveza, atroz-atroce, domestiquez-domesti- queza, escasez-escaseza, esquivez-esquiveza, estrechez-estrecheza, feliz-felice, Helicn-Helicona, infeliz-infelice, inters-interese, mies-miese, palafrn-palafreno, pez-pece, veloz-veloce, etc. Como muestra de la presencia en los textos de ambas posibilidades de realizacin de una misma palabra, puede repararse en estas dos secuencias de Herrera, en las que alternan las formas del par veloz-veloce:

    (4) a. ... veloz al dao y al remedio tardofui, por donde A m or mi afrenta quiere. (209)

    b. O la ligera garza levantandomire al halcn veloce y a trevido,... (446)

    Con el conjunto de Metaplasmos producidos por adicin de fonemas o slabas, suele relacionarse el fenmeno de Di

    47

  • resis (Nebrija, 214; Correas, 391-392), fenmeno mtrico que afecta de manera especfica al cmputo silbico en el discurso en verso, mediante el cual las dos vocales constitutivas de un diptongo (generalmente creciente) se realizan como dos ncleos silbicos distintos. El efecto resultante es, por tanto, la incrementacin de la constitucin fonolgica de la palabra en una slaba ms. Este hecho suele marcarse en la escritura potica mediante el signo grfico conocido con el mismo nombre () sobre la semiconsonante o semivocal correspondiente. Dado que la prctica de esta licencia mtrica es constante en la actividad potica de todas las pocas, me contentar con presentar una breve ilustracin de la misma en estos dos ejemplos:

    (5) a. No pareci jineta que quisieseacechar soles tras de vidriera (= vi-dri-e-ra). (Villamediana, 454)

    b. Envidiosas las aves,sindole su hermosura envidia al suelo, con mil ecos suaves (= su-a-ves) coronan de alabanzas sol y cielo...(Carrillo, 122)

    2.3.2. Metaplasmos por supresin de fonemas o slabas

    En este apartado se presentarn algunos ejemplos de los Metaplasmos correspondientes al segundo grupo, es decir, aquellos en los que las unidades de base se ven modificadas por la supresin de fonemas o slabas en una de las tres posiciones de referencia: inicial, interna o final. Como se ha indicado, tales fenmenos aparecen designados en la tradicin gramatical y retrica con las denominaciones de Afresis, Sncopa y Apcope, respectivamente.

    El fenmeno de Afresis, esto es, la delecin de un fonema o slaba en posicin inicial de palabra (Nebrija, 213; Correas, 388-389), viene representado en el discurso potico por pares de palabras como: ahora-hora (con las variantes agora-ora), anatoma (con la variante anotoma)-notoma, aplacar-placar,

    48

  • asamblea-samblea, efmero-fmero, ejecutar-jecutar (y derivados), enaguas-naguas, enamorado-namorado, enhorabuena- norabuena, enhoramala-noramala, enojoso-nojoso, hermano- mano, etc., de los que selecciono estos dos ejemplos del par enamorado-namorado, tomados de Boscn:

    (6) a. Qu gusto debe ser un caimientocon un cierto desmayo enamorado, ... (569)

    b. Ser, pues, malo all tratar de amores, viendo que Apolo, con su gentileza, anduvo namorado entre pastores? (533)

    Entre los fenmenos de Sncopa, o la delecin de un fonema o slaba en posicin interior de palabra (Nebrija, 214; Correas, 389), cabe sealar pares de alternancias como crudeza-crueza, espritu-espirtu, experimentar-exprimentar, etc., a los que se pueden aadir las distintas variantes del nombre propio de la mitologa clsica Anaxrete (Anajrete)-Anaxarte (Anajarte), y de los que se pueden retener ejemplos como stos de Herrera, en los que figuran las formas del par espritu-espirtu:

    (7) a. ... a los que t, Seor, eras escudo,de tu espritu estaban confortados. (261)

    b. Lazos purpreos, lcidos manojos,en cuyo cerco Am or mi espirtu inflama. (509)

    En el conjunto de palabras sincopadas destaca el grupo representado por alternancias de formas verbales como dire- des-dierdes, furedes-fuerdes, gurdate-guarte, oyredes-oyerdes, pudiredes-pudierdes, quieres-quies, quisiredes-quisierdes, vire- des-vierdes, y similares, formas verbales documentadas desde fechas tempranas y de relativa difusin en el discurso potico de los siglos XVI y XVII. He aqu dos secuencias textuales, de Fray Luis y San Juan de la Cruz, en las que alternan el par vi- redes-vierdes:

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  • La seleccin de la forma diz que, que aparece en el verso 1076 de la gloga II, ha sido con el fin de reflejar en este punto uno de los juicios ms severos de Herrera en sus Anotaciones, cuando comenta a propsito de la misma: En vez de dicen que. Apcope indigna de usar en tan ilustres versos (534).

    Como forma particular de realizacin del fenmeno de Apcope en el discurso potico de los siglos ureos, hay que considerar el artificio conocido como versos de cabo roto, difundido en manifestaciones poticas de carcter jocoso-bur- lesco. Dicho artificio consiste en el corte arbitrario de la ltima slaba del verso, con lo que la Rima se establece en las slabas penltimas de las respectivas palabras (Lzaro Carreter, Diccionario, s.v. Rima). De entre los numerosos textos que podran aducirse de este artificio, selecciono el siguiente de Cervantes:

    (12) Soy Sancho Panza escud- del manchego don Quij-; puse pies en polovor- por vivir a lo discr-; que el tcito Viliadi- toda su razn de est- cifr en una retir-, segn siente Celest-, libro, en mi opinin, div-, si encubriera ms lo hum-. (II, 232)

    Relacionadas con este tipo de Metaplasmos por supresin, suelen considerarse las licencias mtricas conocidas con las denominaciones de Sinresis y Sinalefa.

    En el primer caso, se trata de un fenmeno inverso al de la Diresis, considerado en el prrafo anterior, consistente en la realizacin monosilbica de dos vocales en hiato, por razones de cmputo silbico en una secuencia versal (Nebrija, 214; Correas, 392).

    En su anotacin al v. 9 del Soneto VII de Garcilaso:

    (13) Yo haba jurado nunca ms meterme, ...(43)

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  • seala Herrera a propsito de haba (= ha-bi): Este verbo es bislabo por la sinresis o contraccin, que es juntamiento o encogim iento de dos slabas en una; y de esta suerte hay muchos versos en Garcilaso (334), observacin que se puede hacer extensiva a la totalidad de los poetas de los siglos XVI y XVII, en relacin con dichas formas verbales del imperfecto de indicativo (-a = -id). He aqu otros ejemplos que pueden servir como ilustracin de este fenmeno;

    (14) a. Hermoso sol luciente,que el da traes y llevas, rodeado de luz resplandeciente,...(L. de Len, 749)

    b. Si los trofeos al tmulo debidosaqu hubieran de estar todos colgados,...(Quevedo, 312)

    El fenmeno conocido como Sinalefa consiste en la realiz' cin monosilbica de las vocales final de una palabra e i n i c i a l de la palabra siguiente (Nebrija, 214; Correas, 392). Dado que se trata de un fenmeno mtrico bien conocido, aducir este solo ejemplo de Garcilaso, que corresponde a los versos in iciales del Soneto XII:

    (15) Si para refrenar este deseo loco, imposible, vano, temeroso,y guarecer de un mal tan peligroso, que es darme a entender yo lo que no creo, no me aprovecha verme cual me veo, o muy aventurado o muy m edroso,... (48)

    soneto que, a juicio de Herrera, presenta muchas sinalefas.

    2.3.3. Metaplasmos por inversin de fonemas o slabas

    La categora modificativa general de permutacin de e le mentos presenta su materializacin concreta, en el mbito de

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  • los Metaplasmos, en el fenmeno denominado Mettesis, esto es, la inversin o trasmutacin de fonemas o slabas en el interior de la unidad palabra (Nebrija, 215; Correas, 394). En las formas de realizacin de tales inversiones se pueden dar distintas modalidades. As, por un lado, se puede hablar de Mettesis sencillas, cuando slo cambia de lugar un fonema o slaba; Mettesis recprocas, cuando se produce un intercambio de posicin en la palabra de dos fonemas o slabas. Por otro lado, cabe hablar tambin de Mettesis en contacto, las producidas entre fonemas o slabas contiguos, y Mettesis a distancia, en el caso contrario (Lzaro Carreter, Diccionario, s.v.).

    Por lo que respecta a la insercin de este tipo de formas en el discurso potico, cabe hacer las mismas observaciones y distinciones formas cultas/formas vulgares que se hicieron anteriormente a propsito de los fenmenos de Apcope. Como muestra de formas metatizadas usuales en el d