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II Congreso Centroamericano de Numismática 1

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Ponencias sobre Numismática. Estudio de las monedas y los billetes.

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Page 1: Memoria  II  Congreso  Centroamericano de Numismática

II Congreso Centroamericano de Numismática

Índice

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II Congreso Centroamericano de Numismática

ÍndicePrograma general __________________________________________________ 3

Estrategias educativas para hacer divertida la Numismática. Jocelyn Rey (Costa Rica). _____________________________________________ 6

Influencia de Francisco Morazán en la moneda centroamericana. Roberto Jovel y Manuel Chacón. _______________________________________ 9

Las primeras acuñaciones de la moneda de ¼ de real en la Audiencia de Guatemala. 1793 – 1796. Alfonso Pérez-Longo (Guatemala). ___________________________ 39

La moneda de Costa Rica 1840-1850. Tomás Dueñas L. (Costa Rica). ________________________________________ 55

Análisis de emisiones: de las variaciones a las sub-emisiones. Estudio de emisiones con técnicas estadísticas y análisis inferencial.

Rodrigo Figueroa (Costa Rica). _________________________________________ 67

Progreso y cultura: Iconología del papel moneda de Costa Rica en el período liberal. Leonardo Santamaría (Costa Rica). _____________________________________ 85

La creación de la nueva moneda en Costa Rica y el Patrón de Oro. José Carranza (Costa Rica). __________________________________________ 97

Relatoría del 2º Congreso Numismático Centroamericano Roberto Jovel (El Salvador). ___________________________________________ 98

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II Congreso Centroamericano de Numismática

II Congreso Centroamericano de NumismáticaEric M. Capra Ramos

Programa de actividades

Miércoles 24 de setiembre del 2014

Conversatorio de apertura al Congreso: La educación y la proyección numismática

Cuento Ilustrado La Vuelta al Mundo en 80 Monedas. Indyra Mendoza (Honduras).

Sala Lúdica Museo Numismático del Banco Central del Ecuador Carlos Iza (Ecuador).

Estrategias educativas para hacer divertida la Numismática. Jocelyn Rey (Costa Rica).

Co.Nu.Vi Comunidad Numismática Virtual. Marcelo Gryckiewicz (Argentina).

Jueves 25 de setiembre del 2014

Conferencia Inaugural: Influencia de Francisco Morazán en la moneda centroamericana. Roberto Jovel y Manuel Chacón.

Las primeras acuñaciones de la moneda de ¼ de real en la Audiencia de Guatemala, 1793 – 1796. Alfonso Pérez-Longo (Guatemala).

Las amonedaciones de Sandino. Alan Luedeking y Rivo Molina (Nicaragua).

Del genio de la libertad a la “india parada”. José Vargas y Manuel Chacón (Costa Rica).

Del Estado a la República de Costa Rica: emisiones de monedas 1840-1850. Tomás Dueñas L. (Costa Rica).

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II Congreso Centroamericano de Numismática

Análisis de Emisiones: de las variaciones a las sub-emisiones. Estudio de emisiones con técnicas estadísticas y análisis inferencial. Rodrigo Figueroa (Costa Rica).

Progreso y cultura: Iconología del papel moneda de Costa Rica en el período liberal. Leonardo Santamaría (Costa Rica).

Presentaciones de libros

El Colón salvadoreño: Desde su nacimiento en 1892 hasta su desaparición en 2002. Autor: Roberto Jovel (El Salvador).

Billetes Bancarios de Honduras (1850-1950). Autor: Gilberto Izcoa (Honduras).

Homenaje póstumo al coleccionista Eric M. Capra Ramos y presentación de su libro Papel moneda en tiempo de Guerra, a cargo del Sr. Tomás Dueñas L.

Viernes 26 de setiembre del 2014

Medallas de Costa Rica: primer inventario fotográfico. José Vargas y Manuel Chacón (Costa Rica).

Medallas de proclama a los Reyes de España en Centroamérica. Roberto Jovel (El Salvador).

Identificación de macuquinas. Óscar De la Cruz (Costa Rica).

Monedas encontradas en el puerto de Nombre de Dios y la barra de plata encontrada en el Camino Real, Panamá. Nicolás Liakopulos (Panamá).

Las fichas de Esquila en Argentina, auge y caída. Marcelo Gryckiewicz, Sergio Mandingorra. (Argentina)

Las características oligodinámicas de los metales utilizados en la fabricación de las monedas de Costa Rica. Carlos Brilla y Roberto Brilla (Costa Rica).

La vuelta a la Argentina en 8 Fichas. Marcelo Gryckiewicz (Argentina).

Taller: Guía básica para la fotografía de objetos numismáticos. Rodrigo Rubí (Costa Rica)

Recorrido por el centro histórico de San José, a cargo del cronista y arquitecto Andrés Fernández

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Sábado 27 de setiembre del 2014

La creación de la nueva moneda en Costa Rica y el Patrón de Oro. José Carranza (Costa Rica).

Los boletos de café de Costa Rica. Hansel Chavarría (Costa Rica).

Boletos de café de Julio Sánchez Lépiz. Guillermo Marín (Costa Rica).

Boletos que se usaron en la zona de la Unión de Cartago. Juan Carlos Solano (Costa Rica).

Feria Numismática

Conferencia de cierre: Las amonedaciones de Carlos III en Guatemala. Carlos Jara Moreno.

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Estrategias educativas para hacer divertida la numismática

Jocelyn Rey C. Coordinadora del Departamento de EducaciónFundación Museos del Banco Central

¿Por qué esta ponencia?

En el trabajo cotidiano he notado que al mencionar las monedas y billetes al público le atrae pero más por un valor económico que por su valor real.Para la mayoría de las personas numismática es un término desconocido y para otros resultará aburrido pensar en la historia de las monedas, billetes y medallas. Es aquí donde vale la pena preguntarnos: ¿Para que incentivar el coleccionismo de monedas, billetes o medallas?

El coleccionismo es una afición que consiste en agrupar y organizar objetos de una determinada categoría.

Al iniciar una colección se abre toda una gama de beneficios, empezando por establecer un interés por un tema determinado. Esto conduce a una construcción de la identidad y a la selección de temas afines.

El llevar controles, ordenar y mantener las colecciones contribuye a la disciplina y la concentración. Esta puede ser una afición que si se maneja de manera adecuada puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades y actitudes muy positivas, como por ejemplo: constancia, orden, paciencia, memoria, responsabilidad, organización, constancia, memoria, etc.

Pedagógicamente el coleccionismo es una herramienta en varios aspectos: Es motivante ir cumpliendo etapas de búsqueda y recolección. En los niños, el coleccionismo les ayuda a fomentar las relaciones de intercambio

y el contacto personal. Promueve la concentración y atención, así como mayor memorización y

organización.

Y aunado a todo lo anterior, el coleccionar puede ser una forma de acercamiento con nuestros hijos. Se pueden generar espacios para compartir, promover hábitos, a perder y ganar, a organizar objetos, y sobre todo a adquirir responsabilidades.

En el tema de coleccionismo encontramos una gran gama de posibilidades. Nos puede apasionar guardar fotografías antiguas, cromos, platos, monedas y billetes.

Hoy nos compete como enganchar generaciones actuales hacia el coleccionismo, a encontrar en las monedas y billetes una combinación entre aprendizaje y distracción.

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Algunas ideas son:

1. Narración de cuentos

Históricamente, el cuento es una de las especies narrativas donde se integran valores estéticos, éticos, psicosociales y didácticos. La narración de cuentos posee una serie de virtudes. Entre ellas: estimular la imaginación, pensar creativamente, adquirir vocabulario nuevo y entrenar la buena escucha.

El acto de la narración oral escénicamente implica tener la posibilidad de visualizar al público y visualizarse uno mismo mientras narra. Como observamos con Nidia un objeto como el billete del peso se convierte en algo vivo. El personificar permite establecer un contacto diferente y nos puede provocar emociones de miedo, alegría, tristeza, asombro o curiosidad. El sólo esperar el desenlace nos crea expectativa y entonces queremos ver el peso real, el de la sala numismática. Importante mencionar la moraleja: como debemos cuidar los billetes.

Los cuentos muestran la visión de un mundo, que invitan a la introspección así lo refiere Brasey (1999), “El cuento es un espejo mágico en el que se nos invita a sumergirnos para reconocernos, ha de servir para despertar en el público el amor por su terruño, por su raza, por las artes, por el idioma entre otros”.

2. Guías teatralizadas

En los últimos años hemos escuchados de visitas a museos o a sitios patrimoniales acompañados por actores y actrices. Esta es una aplicación del teatro muy interesante que bien podría utilizarse para observar objetos numismáticos asociados a sucesos históricos. El teatro permite revivir historias y nos provoca sentimientos asociados a nosotros mismos.

Un actor bien podría trasladarnos a sitios y situaciones que se liguen con imágenes en los objetos, sería interesante que los actores utilicen estos elementos tal y cómo se usaban en su momento. Crear un comisariato o pulpería sería el marco perfecto para una representación.

3. Música

El escuchar música asociada a diferentes épocas podría resultar un viaje en el tiempo. ¿Que se escuchaba en otros tiempos?, ¿Cómo ha cambiado la vida desde aquel momento en que se utilizó el peso? La música también forma parte de la vida cotidiana y por ende del uso de las monedas y billetes.

4. Talleres

En talleres se podría trabajar la parte plástica. ¿Cómo se diseñó o cómo se escogieron los elementos que conforman las monedas o billetes? En nuestra práctica es una pregunta frecuente. En talleres de diseño, pintura o dibujo se podría abordar estos temas. Uno aplicado en los MBCCR es el rellenar un billete sin terminar. Los participantes pueden seleccionar personajes, lugares, montos e inclusive idear el nombre de su propio banco para distinguir su billete.

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5. Juegos de descubrimiento y comparación

El comparar cosas y descubrir siempre capta la atención y nos encanta… es un reto. Detalles, colores, similitudes o diferencias nos lleva a sacar deducciones. Al deducir estamos automáticamente ejerciendo una cognición y por ende extrayendo información.

6. Recursos muy actuales

Hoy en día tenemos otros elementos que nos permiten acercar al público a estos objetos tan valiosos: videos, juegos interactivos, pantallas táctiles, entre otros. Casi que cualquier información de los objetos numismáticos se pueden traducir y hacerlos llegar a públicos de cualquier edad.

En conclusión, la numismática nos permite adentrarnos en diversos mundos. El uso del papel moneda y las monedas han estado asociados a modos de vida muy diversos. Circunstancias políticas, económicas e ideales de momentos históricos quedaron plasmados en ellos y por eso es tan valioso que las nuevas generaciones conozcan y reconozcan su valor. Ese es nuestro papel.

Bibliografía:

Bressett, Kenneth, ed. Una guía de monedas de Estados Unidos. GA: Whitman Publishing, n/a http://www.peques.com.mx/el_coleccionismo_en_los_ninos_y_sus_beneficios.htm

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Influencia de Francisco Morazán en la moneda centroamericana.

Roberto Jovel NumismáticoEl Salvador

Manuel ChacónCurador de NumismáticaFundación Museos del Banco Central

Introducción

El nombre de Francisco Morazán es muy conocido por los centroamericanos; en cambio, su influencia sobre la moneda en los cinco países que inicialmente conformaron a la República Federal de Centroamérica no es suficientemente conocida por los numismáticos de la región. La imagen de Morazán es percibida en forma distinta por sus partidarios y por sus detractores; sin embargo, su liderazgo en la formación de la patria centroamericana no ha pasado desapercibido.

Se ha realizado un trabajo conjunto de investigación acerca de la influencia que tuvo Morazán sobre la aparición o desaparición de la moneda durante su vida pública, así como la que ha tenido en forma póstuma1. Durante la vida pública del caudillo, fueron numerosos en los cinco países los eventos en que tuvo actuaciones decisivas sobre la emisión del circulante; después de su muerte, dos de los países hicieron acuñar monedas y billetes para honrar su memoria: El Salvador y Honduras. La investigación abarca desde el momento inmediatamente posterior a la independencia centroamericana de España a partir de 1821, y se refiere a las actuaciones de Morazán tanto en su carácter como funcionario de su país natal – Honduras – como en su calidad de presidente de la Federación Centroamericana o como Jefe de Estado en otros países de la región (Honduras, El Salvador y Costa Rica), o como ciudadano individual o en asociación con parientes y amigos.

Esta ponencia, sin embargo, se refiere solamente a las actuaciones de Morazán en relación con la moneda antes de su muerte en Costa Rica en 1842.

Morazán en el Gobierno del Estado de Honduras

Francisco Morazán surgió en el escenario político de su país en septiembre de 1824 al alcanzar el cargo de Secretario General del Gobierno de Honduras que presidía don

1 Al respecto, véase Jovel, Roberto, y Chacón, Manuel, Influencia de Francisco Morazán sobre la moneda Centroamericana, San Salvador, 2014.

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Dionisio Herrera; dos años más tarde, en abril de 1826 fue electo como presidente del Consejo Representativo del Gobierno.

Cuatro fueron los temas relacionados con la numismática en los que hubo de actuar Morazán durante su participación en el gobierno de su país. En primer lugar, la lucha por eliminar monedas falsas de la circulación en el Estado hondureño; segundo, el contramarcado de monedas legítimas para distinguirlas de las piezas falsas; tercero, la acuñación de monedas hondureñas imitando el diseño de la Federación y, cuarto, el eventual establecimiento de una ceca provincial de la Federación en Tegucigalpa.

Durante aquellos años Honduras estaba enfrentando, al igual que otros de los Estados de la región, una escasez importante de medio circulante y la falsificación frecuente del numerario, con repercusión negativa sobre el comercio. A principios de octubre de 1824, el Congreso hondureño decidió contramarcar con una corona las monedas de buena ley que trajesen los particulares para examinar y con ello proveer una contraseña de legalidad. En diciembre del mismo año, por intermedio del Secretario General del gobierno, cargo que ya desempeñaba Morazán, designó a los encargados para realizar la operación de examen y contramarcado de las monedas, empleando punzones con la marca que se usaba anteriormente para indicar el pago del Quinto Real a la Corona española. Se contramarcaron así monedas macuquinas acuñadas originalmente en Tegucigalpa, Comayagua, León y otras localidades (Véase la Figura 1).

Figura 2-1. Moneda de 4 Reales acuñada en León, Nicaragua en 1824con la contramarca del Quinto Real puesta en Honduras en 1825

Posteriormente, Morazán gestionó ante el Gobierno Federal para que se autorizase el establecimiento en Honduras de una ceca provincial de la Federación. De hecho en enero de 1825 Morazán dio cuenta haber recibido comunicación desde Guatemala en el sentido de que “ha continuado la solicitud de los instrumentos y demás utensilios necesarios para el cuño y que ya se está fabricando la maquinaria para acordonar, única que puede ser de fácil transporte y que sugiere que el volante y el árbol de corte no sea fabricado en Guatemala”2. En la misma comunicación, Morazán señalaba que el Gobierno había recibido del ciudadano Miguel Valladares muestras de monedas con el diseño de la Federación que podrían acuñarse en el Estado.

2 Castillo Flores, Arturo, Historia de la Moneda de Honduras, Banco Central de Honduras, Tegucigalpa, 1974.10

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Dichas piezas, que Morazán habría tenido en sus manos, fueron las monedas provisionales con denominación de 1 y 2 Reales que fueron acuñadas con fecha de 1824 y 1825 y que llevan las iniciales NR y JD, las que fueron posteriormente prohibidas por la Federación debido a su diseño burdo que las hacía falsificables (Véanse las Figuras 2, 3 y 4 a continuación que corresponden a piezas de la colección del distinguido numismático norteamericano Dr. Richard Stuart)3.

Figura 2. Moneda de 1 Real de la Federación, acuñada en Honduras en 1824

Figura 3. Moneda de 2 Reales de la Federación, acuñada en Honduras en 1825

Figura 4. Moneda de 2 Reales de la Federación, acuñada en Honduras en 1825

Luego de lo anterior, el gobierno hondureño – por intermedio de Morazán – continuó con las gestiones para lograr del Gobierno Federal la fabricación y el envío de los troqueles adecuados para acuñar las monedas. Sin embargo, ni los troqueles ni la maquinaria para acuñar llegaron a Honduras, sino hasta varios años más tarde.

Morazán durante la Guerra Centroamericana3 Jara, Carlos, Central American Provisional and Provincial Mints, Santiago de Chile, 2007.

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En 1827 se inició la guerra centroamericana, debido a que el Presidente Federal, Manuel José Arce, depuso al legítimo Jefe de Estado de Guatemala, situación que generó el rechazo de los demás Estados. El Jefe interino del Estado de El Salvador, Mariano Prado, decidió en marzo de aquel año invadir territorio guatemalteco para restaurar a las autoridades legítimas, pero fue derrotado en los alrededores de la capital guatemalteca. Durante el año se sucedieron diversas invasiones infructuosas a territorio salvadoreño.

En noviembre, el ejército de la Federación efectuó una invasión a Honduras con el fin de deponer al Jefe de Estado Herrera por estar alineado con los salvadoreños en contra del Presidente Federal Arce, y tomó la plaza de Comayagua. Morazán fue capturado por los Federales pero logró escapar hacia Nicaragua. Con ayuda económica y de tropas provistas por Nicaragua y El Salvador Morazán organizó un pequeño ejército con el cual derrotó al ejército Federal en la batalla de La Trinidad, lo que dio inicio a su ascendente carrera militar y política. A continuación, tomó posesión como Jefe Estado el 27 de noviembre y se alió con los salvadoreños para combatir a Guatemala y la Federación4.

En marzo de 1828 nuevamente el ejército combinado Federal y guatemalteco invadió El Salvador y puso sitio a San Salvador, lo que habría de durar siete meses, hasta finales de septiembre de dicho año. Durante mayo la situación salvadoreña se tornó crítica por el asedio, y la Asamblea Nacional decidió acuñar moneda provisional tomando en préstamo para ello las joyas de las iglesias y de las familias adineradas y con ello financiar el pago del ejército, creándose con ello la primera de las dos monedas obsidionales o de sitio que se conocen en la historia numismática centroamericana5.

Al enterarse Morazán en Comayagua sobre el sitio impuesto sobre San Salvador, decidió marchar en su ayuda con tropas de Texiguat, depositando el mando del Estado hondureño en las manos de Diego Vigil el día 30 de junio, entrando por el lado de San Miguel.6 Allí, las fuerzas de Morazán derrotaron al ejército Federal en la famosa batalla de Gualcho el día 6 de julio. Al conocerse los detalles de Gualcho, los salvadoreños contra-atacaron a las fuerzas sitiadoras de San Salvador, y derrotaron a las tropas guatemaltecas en batallas sucesivas los días 24 de agosto y 18 de septiembre, apoderándose además de los dineros que se les enviaban desde Guatemala. El combinado ejército federal y guatemalteco, desmoralizado por las derrotas y falto de recursos, decidió rendirse ante los salvadoreños el 20 de septiembre, rompiéndose así el sitio de San Salvador.

Morazán entró victorioso a San Salvador el 23 de octubre donde fue recibido con honores por el Jefe de Estado Mariano Prado y el pueblo de la capital. Ambos líderes planearon entonces continuar la guerra contra la Federación y el Estado de Guatemala. En noviembre les enviaron un ultimátum exigiendo se depositara la Jefatura del Estado guatemalteco en alguno de los Consejeros del año 1826 y que se llamase a elecciones 4 Zamora Castellanos, Pedro, Vida Militar de Centro América, Ciudad de Guatemala, 1924.5 Los detalles acerca de esta primera acuñación obsidional, realizada en San Salvador, se consignan en Jovel, Roberto, Historia de la moneda salvadoreña en el siglo diecinueve, Volumen I, páginas 43 a 49, San Salvador, 1999.6 Véase Bustamante, Gregorio, Historia militar de El Salvador, desde la independencia hasta nuestros días, 1821-1935 , páginas 13 a 16, y Montúfar, Lorenzo, Reseña histórica de Centro América, Tomo I, páginas 41 a 44, Tipografía El Progreso, Guatemala, 1878.

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libres para establecer autoridades legítimas. Dicho ultimátum fue rechazado. Prado y Morazán organizaron el llamado Ejército Aliado Protector de la Ley, compuesto por 2,000 efectivos salvadoreños y hondureños y cuyo mando recayó en Morazán, penetrando a territorio guatemalteco a fines de diciembre.7

Cabe señalar que, si bien Morazán no intervino en la acuñación de la moneda provisional salvadoreña de 1828 – la denominada “moneda de Prado” – si se valió de tales monedas para financiar al menos en parte la campaña contra Guatemala. Se presentan a continuación imágenes de ampliadas dichas monedas provisionales salvadoreñas de plata, empleadas tanto durante el sitio de San Salvador como para financiar la campaña posterior contra Guatemala (Figuras 5 a 7).

Figura 5. Imagen ampliada (al 200%) del anverso y reverso dela moneda provisional salvadoreña de ¼ de Real acuñada en San Salvador en 18288

Figura 6. Imagen ampliada (al 150%) del anverso y reverso deLa moneda provisional salvadoreña de 2 Reales acuñada en San Salvador en 1828

7 Véase de nuevo, Bustamante, Gregorio, Op. Cit, páginas 16 y siguientes.8 Las imágenes de estas monedas obsidionales provisionales salvadoreñas pertenecen a la colección del distinguido numismático norteamericano Dr. Richard Stuart.

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Figura 7. Imagen ampliada (al 150%) del anverso y reverso de

la moneda provisional salvadoreña de 4 Reales acuñada en San Salvador en 1828

El Ejército Aliado Protector de la Ley ingresó a territorio guatemalteco en enero de 1829, y el 5 de febrero se reinstaló en la misma Antigua Guatemala el gobierno del Estado de Guatemala que había sido depuesto anteriormente por Arce. Se produjeron varias batallas entre los dos ejércitos, y el 7 de abril el Ejército Aliado puso sitio a la capital guatemalteca y de la Federación. Dos días más tarde, las tropas de Morazán habían ocupado el edificio de la Universidad, y las iglesias de la Merced, San Francisco y Santo Domingo. Al día siguiente se libraron intensos combates callejeros y Morazán se acercó a la plaza principal. Los días 11 y 12 se sostuvieron conversaciones entre ambos bandos que condujeron finalmente a la capitulación del Jefe de Estado Mariano Aycinena. Morazán ocupó la plaza el 13 de abril, restableció a las autoridades del Estado de Guatemala que había depuesto el Presidente Federal Arce y del Gobierno Federal, retornando posteriormente a su natal Honduras para reasumir su cargo como Jefe de Estado.

Morazán, como comandante general del Ejército Aliado Protector de la Ley durante la campaña contra Guatemala fue, de hecho, quien detonó la acuñación de la moneda provisional guatemalteca de 1829 con valor de 1 Real. Los antecedentes y pormenores de tal acuñación de la segunda moneda obsidional o de sitio que haya existido en la historia de Centroamérica, se describen a continuación.9

La guerra de la Federación y del Estado de Guatemala contra los demás Estados se financió en 1827 con fondos provenientes del erario federal. Al año siguiente, el gobierno del Estado guatemalteco tuvo que hacerse cargo de los gastos bélicos por haberse agotado los fondos de la Federación. Para ello, durante el sitio de San Salvador y ante la prolongada resistencia de los salvadoreños, la Asamblea guatemalteca impuso préstamos forzosos sucesivos a los ciudadanos pudientes del Estado, por montos que excedieron de 100,000 pesos en su conjunto10. Cuando aquellos préstamos forzosos se tornaron insuficientes la Asamblea guatemalteca se vio forzada a solicitar de las iglesias donaciones de alhajas de plata “que no fuesen necesarias para el culto, debido al actual

9 Este tema de singular importancia histórica y numismática fue descrito inicialmente en Jovel, Roberto, Monedas de necesidad de Guatemala, siglos diecisiete a diecinueve, páginas 31 a 46, San Salvador, 2001.10 Véase Folio 382, Expediente 79643, Legajo 3485, Signatura B 10.8, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala.

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estado en que se halla la nación con respecto á la guerra que sostiene contra San Salvador (…)”11.

Luego de que el Ejército Aliado sitió a la capital guatemalteca en febrero de 1829 no podía entrar a ella metal alguno procedente de las minas de plata, y los fondos para el pago de los sueldos de las tropas así como para realizar transacciones comerciales elementales comenzaron a escasear en forma creciente. El gobierno del Estado se vio forzado a pedir nuevamente a las iglesias joyas y alhajas adicionales que pudiesen tener para acuñar con ello monedas de necesidad. Al respecto, don Benito Muñoz – Fiel de la Casa de Moneda en aquella época – en una comunicación fechada el 15 de febrero de aquel año, describe las monedas que se estaban acuñando:12

La moneda provisional que el Govno. Supremo del Estado ha tenido por conveniente mandar batir, deberá ser del mismo tamaño y peso que la de á real corriente, con sola la diferencia de que en el anverso debe llevar esta inscripción Estado de Guatemala 1829; y en el reverso esta otra Moneda Provisional con la inicial del nombre del Ensayador. Estas inscripciones irán con todas las letras, sin abreviatura alguna.La ley de esta moneda deberá ser la de nueve dineros.

La imagen siguiente muestra la moneda provisional guatemalteca que se acuñó en aquella ocasión, y que se trata sin lugar a dudas de una pieza del tipo obsidional o de sitio, la segunda de que se tiene conocimiento hasta ahora para Centroamérica, y que habría sido causada por el asedio del ejército de Morazán.

Figura 8. Imagen ampliada (al 200%) de la moneda provisional de 1 Real acuñada durante el sitio de Guatemala en 1829

Esas monedas tuvieron una breve duración, por cuanto ya el día 16 de abril – apenas tres días después de que Morazán hubo tomado la plaza – el Fiel de la Casa de Moneda recibió orden del Ministro de Hacienda para suspender y no continuar la acuñación.13 Con posterioridad, se recogieron y fundieron las cerca de 100,000 monedas de 1 Real que habrían sido acuñadas y han quedado muy pocas en manos de los coleccionistas particulares.

11 En Folio 3, Expediente 79643, Legajo 3485, Signatura B 10.8, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala.12 Véase el Expediente 84518, Legajo 3617, Signatura B 94.1, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala. 13 Véase la Comunicación del Ministro de Hacienda y Secretario General del Gobierno Supremo del Estado al Fiel de la Casa de Moneda, del 16 de abril de 1829, en Expediente 32407, Legajo 1396, Signatura B 94, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala.

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La moneda provisional salvadoreña acuñada en 1829 fue utilizada por parte del Ejército Aliado Protector de la Ley, comandado por Morazán, en su campaña contra Guatemala. En efecto, téngase en cuenta que en enero de 1829 las finanzas del Estado salvadoreño estaban en posición muy difícil debido a los elevados gastos de la guerra que duraba ya dos años, y debía además financiar la campaña contra la Federación y el Estado de Guatemala proveyendo los fondos necesarios para pagar los sueldos de la tropa y otros gastos asociados. En ese mismo mes se celebraron elecciones y la Jefatura del Estado recayó en José María Cornejo y la Vice-jefatura en Nicolás Espinoza. La Asamblea del Estado salvadoreño hubo de tomar diferentes providencias para levantar los fondos requeridos tanto para la guerra como para la reconstrucción del Estado luego de las acciones militares del año anterior, mediante empréstitos forzosos que fueron garantizados con los ingresos futuros del tabaco y del aguardiente.14

En documentos oficiales enviados desde territorio guatemalteco en los primeros días de marzo, Morazán escribió varias misivas al Jefe del Estado salvadoreño, José María Cornejo, haciéndole ver que requería urgentemente de fondos para financiar al Ejército Aliado Protector de la Ley justo en momentos críticos para la campaña contra Guatemala15.

Las comunicaciones de Morazán fueron recibidas oportunamente en San Salvador, y en un decreto aprobado por la Asamblea Legislativa salvadoreña se expresó “Que el Ejecutivo del Estado se halla escaso de recursos pecuniarios para emprender la marcha sobre Guatemala en ocasión que sus operaciones se hallan (sic) tan avanzadas que es probable se obtenga un completo triunfo; que esto es necesario para el completo restablecimiento de la Constitución Federal, cuyo objetivo se ha propuesto en la presente guerra, y que todos los sacrificios hechos anteriormente vendrían a ser casi inútiles sin este paso”. Para el envío de los fondos requeridos se habría reabierto la ceca provisional de San Salvador y se habrían acuñado monedas de 2 Reales con designación del año 1829 (Véase la imagen de dicha moneda en Figura 9).

Figura 9. Imagen ampliada (al 150%) de la moneda provisional 14 Fueron numerosos los decretos emitidos por la Asamblea salvadoreña durante ese año para poder financiar los gastos corrientes y las inversiones que hubo de requerir la reconstrucción, así como para cubrir los gastos de guerra en Guatemala. Al respecto, véanse los detalles en Jovel, Roberto, Historia numismática de El Salvador en el siglo diecinueve, Volumen I, Op. Cit., páginas 49 a 52.15 Véanse dichos documentos en Expedientes 56935 y 56937, Legajo 2431, Signatura B, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala.

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de 1 Real acuñada en San Salvador en 1829 para uso en la campaña contra Guatemala

Esa nueva moneda provisional, junto con la acuñada durante el sitio de San Salvador en 1828, habría sido la empleada para pagar el sueldo de los soldados del Ejército Aliado Protector de la Ley que comandó Morazán en su campaña contra Guatemala. Esta segunda moneda provisional salvadoreña habría sido del tipo de necesidad solamente – y no obsidional o de sitio como si lo fueron la salvadoreña de 1828 y la guatemalteca de 1 Real de 1829.

Durante su estadía en Ciudad de Guatemala, antes de regresar a Honduras, en julio de 1829 Morazán efectuó gestiones ante el Gobierno de aquel Estado para reactivar la fabricación de los troqueles que serían usados por el gobierno hondureño en la acuñación de monedas de la Federación en la ceca de Tegucigalpa16. Adicionalmente, en octubre del mismo año, el gobierno de Guatemala autorizó la entrega de la maquinaria necesaria para la acuñación de monedas fraccionarias en Honduras, ceca que comenzó su operación a principios de agosto de 1831, cuando se acuñaron las primeras monedas de la Federación con denominación de 1 y 2 Reales17 (Véanse las Figuras 10 y 11).

Figura 10. Imagen ampliada (al 150%) de la moneda Federal con denominación de 1 Real acuñada en la ceca de Tegucigalpa con fecha de 1830

Figura 10. Imagen ampliada (al 150%) de la moneda Federal con denominación de 2 Reales acuñada en la ceca de Tegucigalpa con fecha de 1831

16 Véanse las comunicaciones respectivas en Expediente 84520, Legajo 3617, Signatura B, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala.17 Véase Zelaya, Manuel A., Apuntes para la historia de la moneda en Honduras, páginas 24 y 25, Tegucigalpa, 1958.

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Morazán en su primer período de la Presidencia de la Federación Centroamericana

En elección realizada en junio de 1830 Morazán fue electo como Presidente de la Federación. Ante esa elección, renunció a su cargo como Jefe de Estado de Honduras, y depositó el mando en manos del Vice Jefe Diego Vigil. El 16 de septiembre, Morazán tomó posesión del cargo en Guatemala, y en su discurso de aceptación expresó: “El Pueblo Soberano me manda colocarme en el más peligroso de sus destinos. Debo obedecer y cumplir el solemne juramento que acabo de prestar. Ofrezco sostener la Constitución Federal que he defendido como soldado y como ciudadano”. 18

Mientras Morazán ostentó la Presidencia de la Federación se presentaron diferentes ocasiones en las cuales directa o indirectamente originó la emisión de moneda de necesidad en El Salvador y además tuvo actuaciones en su carácter personal que también tuvieron relación con la moneda tanto en aquel Estado como en otros de los que componían la Federación.

La primera de ellas se produjo siendo Jefe de Estado José María Cornejo en El Salvador, cuando las finanzas públicas se encontraban en un estado aflictivo debido a los gastos de la guerra centroamericana. Para colmo, en 1831 se produjeron en el país sismos de gran intensidad que destruyeron parcialmente la capital de San Salvador y otras localidades vecinas. Para poder afrontar los gastos de la reconstrucción, la Asamblea Legislativa salvadoreña aprobó un decreto elevando el monto de los impuestos sobre el tabaco19, fondos que estaban destinados para financiar el presupuesto de la Federación. Con ello se generó un conflicto entre la legislación federal y la salvadoreña. La Asamblea salvadoreña consideró que la Federación estaba interfiriendo en los asuntos internos del Estado e instruyó al Jefe de Estado Cornejo que promoviese una reforma a la Constitución Federal, por considerar que ésta dejaba a los Estados sin las rentas necesarias y porque contenía algunas deficiencias de carácter político.20

El 12 de diciembre, el Congreso Federal aprobó un decreto autorizando en forma extraordinaria a Morazán levantar un ejército de “hasta 4,000 hombres de fuerza veterana” y a contraer préstamos voluntarios hasta por 200,000 pesos o exigir préstamos forzosos por un monto similar.21 Además, el día 20 de diciembre, Morazán expidió un decreto gubernativo – con el que pretendía contrarrestar el problema con el Estado salvadoreño – en el que se decidía que “El Gobierno Federal se traslada dentro del

18 Véase el portal web http: www.historiadehonduras.hn/Presidentes 19 Véase el Decreto legislativo de 6 de mayo de 1831 aprobando vender Tabaco a 6 pesos la libra , en Decretos de la Asamblea Legislativa del Estado 1830-1831, y del Congreso Federal de la República 1831, Colección Víctor Jerez, Biblioteca Florentino Idoate, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, San Salvador.20 Véase Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones Cronológicas, 1810-1871, página 216, San Salvador, 1943.21 Decreto del Congreso Federal de la República de Centro-América, emitido el 12 de diciembre de 1831 , en Leyes Federales 1830 a 1836, Rollo de Microfilm No. 8, Archivo General de la Nación, San Salvador.

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término de quince días á la Ciudad de San Salvador”.22 Ante esa situación, la Asamblea Legislativa de El Salvador, emitió un decreto el día 7 de enero de 1832 mediante el cual desconocía el pacto federal y asumía soberanía plena sobre su territorio. Además, teniendo en cuenta que no contaba con los recursos suficientes para una guerra, decidió restablecer la ceca provisional de San Salvador para acuñar moneda provisional de baja ley.23

Con base en dicha providencia legal, el gobierno de Cornejo hizo acuñar la segunda serie de sus monedas provisionales, que incluyó piezas de plata con la denominación de 2 Reales y una ley de 0.750 (Véase la imagen de dicha moneda en la Figura 11).

Morazán, con tropas federales y refuerzos hondureños y nicaragüenses, atacó y venció al ejército salvadoreño en Jocoro, a mediados de marzo, y luego tomó San Salvador e hizo prisionero a Cornejo el 29 de marzo, poniendo fin a la rebelión salvadoreña. Morazán organizó nuevos comicios en El Salvador, resultando electo Mariano Prado como nuevo Jefe de Estado. La situación fiscal salvadoreña continuó de mal en peor en los años subsiguientes, por lo que fue necesario imponer préstamos forzosos a los particulares lo cual generó numerosas protestas, y Prado se vio forzado a entregar el mando en febrero de 1833 en manos de Joaquín de San Martín, el Vice-Jefe del Estado.24

Figura 11. Moneda provisional salvadoreña de 2 Reales (aumentada al 150%) acuñada en 1832para financiar gastos bélicos contra la Federación

Sin embargo, Morazán consideró que el relevo del mando en el Estado salvadoreño – aunque legal – no podía llevarse a cabo sin que antes se declarase como reos a las autoridades del antiguo gobierno. Acto seguido invadió territorio salvadoreño. Previo a la nueva invasión de Morazán, ante las dificultades financieras del fisco, la Asamblea salvadoreña decretó el 1º de enero la reapertura de la ceca provisional de San Salvador, con la condición de que ello representase utilidades al Estado.25 Así, cuando el gobierno de San Martín se vio forzado a levantar un ejército para defender el territorio ante la invasión de Morazán, acuñó moneda de necesidad con la denominación de 1 Real y con fineza de solamente 0.633, para financiar la campaña (Véase la Figura 12).22 Decreto gubernativo emitido por el Presidente de la República el 20 de diciembre de 1831 , en Leyes Federales 1830 a 1836, Rollo de Microfilm No. 8, Archivo General de la Nación, San Salvador.23 Véase Libro de Decretos de 1832 y 1833, Rollo de Microfilm MI-3, Archivo General de la Nación, San Salvador.24 Véase Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones cronológicas, 1810-1842, Op. Cit., página 232.25 Decreto de 1o de enero de 1833 que restablece el cuño provisional de San Salvador , en Libro de Decretos de 1832 y 1833, Rollo de Microfilm MI-3, Archivo General de la Nación, San Salvador.

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Figura 12. Moneda provisional salvadoreña de 1 Real (aumentada al 150%) acuñada en 1833para financiar gastos bélicos contra la Federación

Cuando ya el ejército federal se encontraba dentro de territorio salvadoreño en abril, y justo antes de entrar en batalla, se realizaron conversaciones entre las partes y se llegó al acuerdo de celebrar elecciones para elegir al Jefe del Estado salvadoreño y demás autoridades26. Las elecciones se realizaron en junio de ese año y salieron electos San Martín como Jefe de Estado y Lorenzo González como Vice Jefe. Cuando el Congreso Federal se enteró del resultado de las elecciones, declaró que la convocatoria había sido hecha en forma anticonstitucional. Ello no obstante, el 1º de julio la Asamblea Legislativa salvadoreña declaró legalmente electos a San Martín y a González.

Hacia octubre del mismo año, San Martín hubo de enfrentar algunos levantamientos internos en su contra que, si bien fueron sofocados oportunamente, le dejaron en una situación política muy frágil, y el erario en una posición de grave escasez.27 Ello coincidió con la decisión del Congreso Federal, animada por Morazán, de designar a la ciudad de Sonsonate como sede para su próxima sesión ordinaria. Los salvadoreños interpretaron dicha decisión como forma para derrocar al Jefe de Estado.

El Gobierno Federal se instaló en Sonsonate en febrero de 1834, pero acto seguido Morazán expresó que en dicha ciudad no se disponía de las facilidades necesarias para su gobierno, por lo que se precisaba trasladar el Distrito Federal a San Salvador. La Asamblea salvadoreña aceptó esa propuesta de Morazán, teniendo en consideración la débil posición del gobierno de San Martín, y la sede federal se trasladó a San Salvador en junio siguiente. Para ello, se celebró una reunión entre Morazán y San Martín, en que ambos acordaron dejar de lado las hostilidades anteriores entre ambos. Ello no obstante, San Martín no se encontraba cómodo teniendo la sede federal en San Salvador, y organizó secretamente al ejército para atacar a Morazán. Éste se defendió exitosamente, y el 23 de junio venció a los salvadoreños, y capturó e hizo exiliar a San Martín.28

Mientras se producía el traslado de la sede federal hacia El Salvador, San Martín – con objeto de disponer del circulante necesario ante un eventual enfrentamiento con Morazán

26 Véase Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones Cronológicas 1810-1871, Op. Cit., páginas 235 y 236. 27 A fines de 1833 el gobierno de San Martín, con el propósito de financiar los gastos para sofocar esas rebeliones internas, hizo acuñar una segunda serie de monedas provisionales con denominaciones de ½ y 1 Real, con fecha de ese mismo año, que no tiene relación con las actuaciones de Morazán. Detalles al respecto pueden ser obtenidos en Jovel, Roberto, Historia numismática de El Salvador en el Siglo Diecinueve, Volumen I, Op. Cit., páginas 66 a 68.28 Vidal, Manuel, Nociones de Historia de Centroamérica, página 206; Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones Cronológicas 1810-1871, Op. Cit., página 246,

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y la Federación – hizo acuñar una tercera serie de monedas provisionales, con denominaciones de 1 y 2 Reales, fineza de 0.633 y fecha de 1834 (Véase la Figura 13).

Figura 13. Moneda provisional salvadoreña de 2 Reales (aumentada al 150%) acuñada en 1834para financiar gastos bélicos contra Morazán y la Federación

Negocios personales de Morazán en Honduras y Costa Rica

Morazán terminó su primer período como Presidente de la Federación y entregó el mando el 16 de septiembre de 1834, regresando a su país de origen y dedicándose al menos temporalmente a diversas actividades de carácter comercial, mientras podía retomar su vida política.

En esa ocasión Morazán entró en estrecho contacto con Marcial Bennett, ciudadano inglés muy conocido en aquella época y considerado como uno de los explotadores de la riqueza natural de los Estados centroamericanos. Morazán retuvo los servicios de Bennett como agente para realizar diferentes transacciones personales, familiares y comerciales; por ejemplo, le aprovechó para cubrir los costos de la educación de Antonio Travieso, su hijo adoptivo, en Inglaterra.29 En noviembre de 1834, Morazán llegó a un acuerdo con el gobierno de Honduras para cortar y extraer madera de caoba en el norte del país asumiendo el arreglo que existía entre el gobierno y Bennett. El 14 de abril de 1835 Morazán firmó un contrato con el Jefe Supremo del Estado de Honduras, Joaquín Rivera, para proporcionar maquinaria de acuñar moneda a Honduras, que haría venir desde Inglaterra en compañía con Bennett.30

En diciembre del mismo año, Morazán viajó desde Comayagua a San José de Costa Rica para tomar posesión de un lote de tabaco que había adquirido de la Federación, a razón de un real por libra si pagaba en efectivo o al doble si pagaba al crédito, y hasta por un valor de 34,000 pesos.31 El precio de venta de dicho tabaco era extremadamente bajo si se considera que, en la misma Costa Rica, el tabaco se cotizaba a razón de cuatro reales por libra.

29 Véase Gallardo, Miguel Angel, Papeles Históricos, Documento FM-42, Gastos de Estevan (sic) Travieso pagados por M. Bennett, páginas 150 -151, 6 Volúmenes, San Salvador y Santa Tecla, 1954 a 1963.30 Véase el Documento No 8, en Griffith, William, The Personal Archive of Francisco Morazan, páginas 220 a 222, Middle-American Research Institute, Tulane University, Nueva Orleans, 1977.31 Véase Guier, Enrique, El General Morazán, página 72, Librería e Imprenta Atenea, San José, 1963.

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Morazán en su segundo período de la Presidencia de la Federación Centroamericana

Con posterioridad a la firma de la contrata antes citada, Morazán asumió la Presidencia de la Federación por un segundo período, estableciéndose en San Salvador donde había sido fijado el Distrito Federal.

Morazán tuvo actuación solamente tangencial en la emisión de la última serie de monedas provisionales salvadoreñas en 1835, pero apoyó de forma decidida y positiva su producción, habiendo intentado incluso establecer un cuño federal en San Salvador. Después de acuñadas dichas monedas provisionales, el ejecutivo y el congreso Federales continuaban preocupados por la circulación de ese tipo de moneda, que por tener un diseño burdo facilitaba la falsificación. Así, el 17 de mayo de dicho año, el Congreso autorizó al Ejecutivo Federal a buscar un acuerdo con el Estado del Salvador para lograr “la pronta amortización de la moneda provisional”.32 Días más tarde, el 30 de junio, un segundo decreto federal señalaba que al acuñar moneda provisional los Estados de Honduras y El Salvador habían infringido el artículo 69 de la Constitución Federal al no tener dichas monedas la ley, el peso y tipo legales, lo que había creado problemas en los Estados, y daba lineamientos para proceder a su desmonetización.33

Con base en dicho decreto federal, y teniendo en cuenta que el gobierno del Estado salvadoreño no disponía de los fondos necesarios para amortizar por si solo la moneda provisional, la Federación suscribió una contrata con el ciudadano Cruz Lozano para que proveyese los fondos requeridos, cobrando un 20 por ciento del monto que se rescatara al reacuñar dicha moneda. Cruz Lozano era pariente político de Morazán, en razón de su parentesco de sangre con doña María Josefa Lastiri Lozano, con quien Morazán contrajo nupcias en diciembre de 1825. Además, fueron numerosas las ocasiones en que ambos personajes realizaron diversos negocios y actividades comerciales. De hecho, con fecha 6 de enero de 1836, Morazán y Cruz Lozano suscribieron un contrato para establecer una empresa de comercio, para la compraventa de grana y otros productos.34

El proceso de recepción y canje de la moneda provisional salvadoreña se realizó entre diciembre de 1835 y principios de enero de 1836, tanto en el Distrito Federal de San Salvador como en el resto del Estado del Salvador35.

El Gobierno Federal efectuó arreglos con el gobierno del Estado de Guatemala para fundir y reacuñar la moneda provisional salvadoreña, y para efectuar con el producto de la misma diversos pagos a diferentes personas. En septiembre de ese año, la Casa de

32 Folio 6 del Expediente 92814, Legajo 4126, Signatura B 5.7, Archivo General de Centro América, Guatemala.33 Folio 12 del Expediente 92814, Legajo 4126, Signatura B 5.7, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Guatemala.34 Véase el Documento No 16, en Griffith, William, The Personal Archive of Francisco Morazan, Op. Cit, página 232.35 Véase Jovel, Roberto, Historia numismática de El Salvador en el Siglo Diecinueve, Tomo I, Op. Cit., página 90.

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Moneda de Guatemala concluyó la reacuñación de la moneda provisional salvadoreña e hizo los pagos correspondientes, incluyendo la entrega de 5,834 Pesos y 7 Reales a Cruz Lozano en representación del 20 por ciento del costo de la desmonetización, como consta en el informe pormenorizado presentado por don Benito Muñoz, Director de la Ceca de Guatemala, al Director General de Rentas del Estado de Guatemala.36

Durante el resto del mismo año, se produjo una nutrida correspondencia entre Morazán y Cruz Lozano, mediante la que puede determinarse que ambos estaban realizando la compra-venta de diversos productos, empleando los fondos que había provisto inicialmente Morazán y el producto de negocios subsiguientes realizados por Lozano, por monto de varios miles de pesos.37

A fines de ese año llegó a Omoa la maquinaria inglesa para acuñar moneda para el gobierno de Honduras, como consta en una carta de 26 de diciembre escrita por Miguel Cubas a Morazán que incluía un inventario de las piezas pertenecientes a la maquinaria de acuñación.38 A mediados de junio de 1837 llegaron a Comayagua los tres operarios para la maquinaria del cuño contratados por cuenta de Morazán, señores Guillermo Rastrick, ingeniero civil, Eduardo Beanes y Rubén Partridge; en efecto, en comunicación del 25 de junio de aquel año, suscrita desde Guayavillas – la mina de oro cercana a Tegucigalpa que tenía Bennett en funcionamiento luego de haberla adquirido mediante acuerdo con Ramón Vijil, perteneciente al clan Lastiri-Morazán – Bennett informó a Morazán de la llegada a Honduras de la maquinaria para la casa de moneda.39

Aparentemente, el gobierno hondureño no había decidido todavía si la sede de la casa de moneda en la que se instalaría la maquinaria traída por Morazán quedaría en Tegucigalpa o en Comayagua, lo que – sumado al hecho de que no habían llegado todas las partes requeridas en el embarque inicial desde Inglaterra – estaba retrasando la conclusión del proyecto.40 A mediados de agosto, el encargado del traslado de la maquinaria para el cuño hacia Comayagua, sugirió al Ministro General del gobierno hondureño que se pospusiera el traslado de la misma hasta la estación seca siguiente, en atención a las dificultades que presentaba la navegación en el río Ulúa durante la época de lluvias. El gobierno aceptó la sugerencia y ordenó a las autoridades locales de Omoa que conservasen las piezas del cuño con sumo cuidado para evitar su deterioro por la humedad.41

En 1838, continuaba la indefinición acerca de la sede para la casa de moneda por parte del gobierno hondureño. Fue preciso que la misma Asamblea Nacional, para resolver la continuada competencia entre Tegucigalpa y Comayagua por la definición de la sede de 36 El informe elaborado por Benito Muñoz y el texto de la comunicación oficinal con que las autoridades del Estado de Guatemala remitieron dicho informe al Gobierno Federal, están incluidos en el Expediente 44049, Legajo 1922, Signatura B 108.5, Archivo General de Centro América, Guatemala. 37 Documentos FM-23 a 26, en Gallardo, Miguel Angel, Papeles Históricos, Volumen I, Op. Cit., página 143 a 144.38 Véase Gallardo, Miguel Angel, Papeles Históricos, Op. Cit., Documento FM-40, páginas 149 y 150.39 Documento No 24, en Griffith, William, The Personal Archive of Francisco Morazán, Op. Cit., páginas 240 y 241.40 Documento No 26, en Griffith, William, The Personal Archive of Francisco Morazán, Op. Cit., página 243.41 Véase Documento 42, Nota 32, Año 1837, Archivo Nacional de Honduras, citado por Castillo Flores, Arturo, Historia de la Moneda de Honduras, Op. Cit., página 83.

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la casa de moneda, decidiera que se llevaría a cabo un plebiscito entre los ciudadanos.42 La decisión del mismo fue favorable a Tegucigalpa, por 188 votos a favor y dos para Comayagua.43 La maquinaria de la casa de moneda se deterioró durante el largo período de espera, de manera que nunca fue instalado ni utilizado, y Morazán y Bennett perdieron la inversión realizada.

A partir de 1939, año en que terminaba el segundo período de la Presidencia Federal, el tema de la instalación de la casa de moneda de Honduras seguramente perdió importancia en la agenda personal y política de Morazán, por cuanto se produjeron diversos acontecimientos que afectaron directamente a la integración centroamericana. A principios de enero se produjeron rebeliones por parte de diversos Departamentos en Guatemala en contra del gobierno de ese Estado; a principios de febrero, el ejército de indígenas comandado por Rafael Carrera tomó por la fuerza la capital, asesinó al Vice-Presidente Federal José Gregorio Salazar, y depuso al Jefe de Estado Mariano Gálvez.44

Casi simultáneamente los vecinos de Quetzaltenango decidieron aprovechar la oportunidad de separarse del Estado de Guatemala con quien tenían una larga serie de inconvenientes,45 establecieron en forma provisoria el Estado de Los Altos, y solicitaron reconocimiento y protección a las autoridades de la Federación Centroamericana.46 El nuevo gobierno de Los Altos incluía personajes muy cercanos a Morazán, quien prontamente les ofreció su ayuda y protección.

El sucesor de Gálvez como Jefe de Estado en Guatemala solicitó la ayuda de Morazán para combatir a Carrera. Ante ello, Morazán se trasladó a Guatemala a la cabeza del ejército federal para combatir a Carrera. El 30 de marzo atacó a Carrera y este se retiró a las montañas. El 16 de abril, un numeroso grupo de guatemaltecos pidieron a Morazán que asumiera el poder en Guatemala, y éste lo rechazó47. En mayo, lugartenientes de Morazán derrotaron sucesivamente a la gente de Carrera en Amatitlán, Jutiapa y Mita. Sin embargo, Carrera logró reponerse de las derrotas iniciales y atacó nuevamente la capital, produciéndose numerosas batallas que ganaron unos y otros alternativamente. Estando ausente Morazán del cargo y de la sede del Gobierno Federal, mientras atendía el problema político-bélico de Guatemala, se produjeron diversas circunstancias en los demás Estados que eventualmente condujeron a la ruptura de la Federación. El Estado de Nicaragua decidió escindirse de la Federación el 30 de abril, alegando la necesidad de que la Federación efectuase reformas de importancia en su Constitución. El Congreso Federal aprobó el 30 de mayo un decreto mediante el que permitía a los Estados miembros “constituirse del modo que tengan por conveniente, conservando la forma

42 Véase el Decreto de 30 de junio de 1838 emitido por la Asamblea Nacional de Honduras.43 Véase el Documento 28, Legajo 719, Paquete 44, Archivo Nacional de Honduras, Tegucigalpa, citado por Castillo Flores, Arturo, Historia de la Moneda de Honduras, Op. Cit., página 84.44 Marure, Alejandro, Efemérides de los Hechos Notables acaecidos en la República de Centro-América, desde el año de 1821 hasta el de 1842, páginas 101 y 102, Guatemala, 1844.45 González, Jorge H., El Estado de Los Altos, en Asociación de Amigos del País, Historia General de Guatemala, Tomo IV, Desde la República Federal hasta 1898, Versión CDROM, Guatemala, 1999.46 Benítez Porta,Oscar, Guatemala y el Estado de Los Altos, páginas 148 a 152, 1ª Edición, Imprenta Aries, Guatemala, 1998.47 Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones Cronológicas 1810-1871, Op. Cit., página 271.

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republicana popular, representativa y división de poderes.” 48 Ante ello, el Congreso nicaragüense respondió el día 11 de junio, señalando que “el expresado decreto no satisface sino en parte los votos de los Pueblos que anhelan porque la Constitución de 22 de noviembre de 824 deje de regir en todas sus partes, como demaciado (sic) depresivo de la libertad e independencia de los Estados.” 49

El Congreso Federal, luego de imponerse de lo anterior y de la grave crisis política que ello causaba ante las reformas constitucionales, teniendo en cuenta el limitado tiempo de que disponía para discutirlas antes de cerrar sus sesiones – y seguramente teniendo en consideración la ausencia del Presidente y Vice-presidente de la Federación – decidió el 25 de junio prorrogar sus sesiones hasta el 20 de julio de ese mismo año.50 En sesiones posteriores, el Congreso Federal sometió a votación un proyecto tendiente a declarar la independencia y soberanía de los Estados para que posteriormente éstos formasen un nuevo pacto federal. Dicho proyecto fue rechazado en una cerrada votación. Previo al tema anterior, el Congreso Federal aprobó la formación del Estado de Los Altos51, y el mismo Francisco Morazán firmó el decreto ejecutorio después de reasumir el cargo de Presidente Federal luego de haber regresado de su campaña contra Carrera.

La presencia de Morazán en San Salvador y en su cargo fue insuficiente, sin embargo, para frenar la situación del rompimiento de la Federación. El 20 de julio, el Congreso Federal – mediante sendos decretos – convocó a la elección de las nuevas autoridades federales que deberían tomar posesión en 1839 para sustituir a las actuales y dio por cerrado el undécimo congreso.

En Honduras el 26 de octubre una Asamblea Constituyente reunida en Comayagua decretó que dicho Estado era libre, soberano e independiente. El 5 de noviembre, se amplió dicha decisión mediante el decreto siguiente: “El Estado libre y soberano de Honduras es independiente del antiguo Gobierno Federal, del de los demás Estados, y de todo otro gobierno o potencia extrangera (sic) ” 52. Por su parte, el Congreso Constituyente de Costa Rica decretó el 14 de noviembre que reasumía su soberanía como Estado libre e independiente, y que eventualmente designaría sus delegados para “contejer (sic) el pacto federal, liga o unión con los otros Estados”.53 El 28 de diciembre de 1838 tomó posesión en Quetzaltenango el licenciado Marcelo Molina como primer Jefe del Estado de Los Altos.

La acción coordinada del Ejército Federal encabezado por Morazán con la División Auxiliar de Los Altos rindió sus frutos hacia fines del año. El ejército de los montañeses de Carrera fue sitiado y superado numéricamente por los altenses y se produjo una tregua para negociar, que resultó en un tratado suscrito el 23 de diciembre de aquel año, mediante el cual se puso fin a la guerra.

48 Véase Benítez Porta, Oscar, Guatemala y el Estado de los Altos, Op. Cit., páginas 174 y 17549 Véase nuevamente Valenzuela, Gilberto, Bibliografía Guatemalteca, Op. Cit.50 Véase el decreto federal de 5 de junio de 1838, en Folio 2, Legajo 166, Expediente 3478, Signatura B10.2, disponible en Archivo General de Centro América (AGCA), Ciudad de Guatemala.51 Benítez Porta, Oscar, Guatemala y el Estado de los Altos, Op. Cit., página 176.52 Marure, Alejandro, Efemérides de los Hechos Notables acaecidos en la República de Centro-América, desde el año de 1821 hasta el de 1842, página 110, Op. Cit.53 Véase de nuevo Marure, Alejandro, Efemérides de los Hechos Notables acaecidos en la República de Centro-América, desde el año de 1821 hasta el de 1842, página 110, Op. Cit.

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El 1º de febrero de 1839 Morazán concluyó su segundo período en el cargo de Presidente de la República Federal de Centro América, fecha que se considera el momento en que quedó disuelto de hecho el pacto federal de 1824 y en que llegó a término la misión legal de los encargados del Poder Ejecutivo de dicha república. 54

Morazán como Jefe de Estado en El Salvador

Los gobiernos conservadores de Honduras y Nicaragua consideraron apropiada la oportunidad de la ruptura del pacto federal a principios de 1839 para acabar con los ideales unionistas de Morazán, especialmente teniendo en cuenta los rumores que por entonces corrían acerca de que Morazán pudiese asumir en breve la jefatura del Estado salvadoreño. En aquel momento El Salvador y Los Altos eran los únicos Estados que se mantenían fieles al pacto federal y promovían con fuerza su restablecimiento55. Guatemala se encontraba en una posición débil debido a sus divisiones internas y a la reciente secesión de Los Altos.

El 18 de enero de 1839, los Estados de Honduras, Nicaragua y Costa Rica suscribieron un tratado de alianza ofensiva y defensiva, en la ciudad de Comayagua, que permitió que un ejército combinado de los dos primeros invadiera el territorio salvadoreño. El gobierno federal a cargo interinamente de Diego Vigil y el Jefe de Estado salvadoreño encomendaron la defensa del país a Morazán – en carácter de General en Jefe del ejército salvadoreño – quien, tan pronto se enteró de la invasión, regresó de Guatemala a marchas forzadas con sus principales lugartenientes y con los soldados de nacionalidad salvadoreña pertenecientes al ejército federal. A principios de marzo, las tropas salvadoreñas al mando del mismo Morazán totalmente derrotaron a los invasores en la batalla del Espíritu Santo, y éstos se retiraron a sus países de origen.56

Francisco Morazán fue electo como Jefe de Estado de El Salvador en las elecciones celebradas en julio.57 Las reacciones de los Estados vecinos no se hicieron esperar. Un grupo de hombres apoyados por Carrera se sublevó en Sonsonate y fue derrotado por tropas salvadoreñas ese mismo mes; inmediatamente después tropas hondureñas invadieron nuevamente territorio salvadoreño; y Nicaragua suscribió un convenio de alianza con Guatemala para hacer la guerra a El Salvador.58

54 Marure, Alejandro, Efemérides de los Hechos Notables acaecidos en la República de Centro-América, desde el año de 1821 hasta el de 1842, página 111 y 112, Op. Cit.55 Levene, Ricardo, Historia de América,Tomo VIII, Independencia y organización constitucional, página 255, Jackson Editores, Buenos Aires, 1951.56 Véase Bustamante, Gregorio, Historia Militar de El Salvador, desde la Independencia de Centro América hasta nuestros días, 1821-1935, Op. Cit., página 22.; Marure, Alejandro, Efemérides de los Hechos Notables acaecidos en la República de Centro-América, desde el año de 1821 hasta el de 1842, Op. Cit., página 112; y Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones Cronológicas, 1810-1842, Op. Cit., páginas 278 y 279.57 Véase Leistenschneider, María y Freddy, Historia, Períodos Presidenciales y Constituciones Federales y Políticas de El Salvador, Colección Antropología e Historia No 17, Administración del Patrimonio Cultural, San Salvador, página 12.58 Monterrey, Francisco, Historia de El Salvador, Anotaciones Cronológicas, 1810-1842, Op. Cit., páginas 282 y 283.

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El día 16 de septiembre Morazán se encontraba en Suchitoto, cuando se produjo un levantamiento interno en San Salvador, aparentemente en complicidad con el jefe de Estado de Honduras. Los rebeldes hicieron prisionera a la familia de Morazán, amenazando con ejecutarlos si éste atacaba la ciudad. En una acción relámpago personalmente dirigida, Morazán retomó San Salvador y recuperó ilesa a su familia el 18 de dicho mes.59

El Jefe de Estado hondureño se enteró del levantamiento en contra de Morazán en San Salvador y no sabiendo de la victoria posterior de éste, declaró nuevamente la guerra e invadió El Salvador el 22 de septiembre, llevando un ejército de cerca de 2,000 hombres. Morazán, si bien contaba solamente con 700 hombres, avanzó sigilosamente a marcha forzada y derrotó completamente a los hondureños.60

Marcial Bennett, con quien Morazán tenía el negocio de la extracción de madera preciosa en la costa norte de Honduras así como el referente al suministro y puesta en marcha de la casa de moneda para Honduras, murió en Belice en octubre. Ante ello, y teniendo en cuenta el monto de dichos negocios, algunos de los cuales se encontraban todavía sin liquidar, Morazán buscó infructuosamente nuevos socios para atender dichos negocios.

A finales de aquel año se produjo en San Salvador un incidente por la llegada de monedas febles provenientes de la Confederación Peruano-Boliviana61, cuyo contenido de plata no se ajustaba a las normas vigentes en Centroamérica, y ante lo cual Morazán hubo de actuar para responder al descontento de la población. Ello vino a superponerse sobre la calamidad generada por el terremoto que ocurrió el 1º de octubre de dicho año y que destruyó parcialmente a San Salvador, por lo cual la sede del gobierno de dicho Estado hubo de trasladarse temporalmente hacia Cojutepeque, lugar desde donde Morazán despachaba los asuntos de Estado en los meses posteriores.

Un comerciante de nacionalidad costarricense con residencia habitual en San Salvador, don Yanuario Blanco, recibió el pago – por un envío de añil hacia Perú – en monedas de la recientemente establecida Confederación Peruano-Boliviana. Tales monedas hicieron su irrupción en los mercados salvadoreños, fueron encontradas como “falsas” debido a su insuficiente contenido de plata, y fueron rechazadas por los comerciantes quienes además solicitaron la intervención del gobierno para resolver el problema. Morazán emprendió diversas acciones que incluyeron informar ampliamente al público salvadoreño acerca del incidente; envió rápidamente un informe del tema al gobierno del vecino Estado de Nicaragua, e instruyó al Secretario General del gobierno salvadoreño que se dirigiese formalmente a las autoridades del Estado de Guatemala – a pesar del estado de tirantez existente entre ambos gobiernos – solicitando realizar un ensaye de las monedas por parte de la Casa de Moneda de Guatemala. Los ensayadores Benito Muñoz y Apolinario España de la Casa de Moneda de Guatemala realizaron los ensayes de las monedas y emitieron un dictamen que62, luego de recibirse y teniendo en cuenta que en aquellos momentos escaseaba la moneda en el Estado debido no solo a las necesidades de la reconstrucción de la capital luego del terremoto de octubre así 59 Véase de nuevo Zamora Castellanos, Pedro, Vida Militar de Centro América, Op. Cit., página 170.60 Véase Bustamante, Gregorio, Historia Militar de El Salvador, Op. Cit., páginas 23 y 24.61 El tema de la moneda feble peruana ha sido ampliamente estudiado y publicado en el pasado reciente. Véase Flatt, Horace, The Coins of Independent Peru, Volúmenes III, IV y V, Texas, 1994, 1995 y 1997.62 Véase de nuevo El Tiempo, edición 59, Guatemala, 19 de diciembre de 1839.

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como también por los preparativos bélicos contra Guatemala, permitió emitir un decreto fechado el 13 de enero de 1840 fijando el verdadero valor de las monedas de Arequipa, Cuzco y Bolivia, con el texto siguiente63:

Art. 1º. Las monedas de Arequipa, de a cuatro reales, acuñadas el año de 1838, las de a dos reales de 1838 y de a medio de 1837, correrán en el Estado por tres cuartas partes de su valor nominal, es decir, que los cuatros valdrán tres reales; los doses, uno y medio real; los reales, tres cuartillos de real; y los medios en igual proporción. Lo mismo se entenderá de los cuatros y reales de 1830 acuñados en Bolivia, y de los cuatros del Perú y doses del Cuzco de 1838.

Además de lo anterior, como circulaban en El Salvador otras monedas fraccionarias sud-americanas que tenían ley y fineza adecuadas, el gobierno de Morazán decidió resellarlas para dar a conocer al público su validez y que pudiesen transarse por su valor nominal. Para ello, empleó el escudo de armas del Estado, constituido por un volcán y añadiéndole la fecha en su base (Véase la imagen a la derecha). Nótese que si bien el resello indica el año de 1839, en realidad el contramarcado se produjo a principios de 1840, y el año solamente indica cuándo se preparó el punzón para el resello.

En aquella ocasión se resellaron monedas según la lista que aparece a continuación, de acuerdo con el catálogo de Krause,

Denominación Estado # KM Años½ Real Chile 90 1833-18341 Real Perú, Lima 145.1 1826-18362 Reales Perú, Lima 141.1 1825-18362 Reales Sud Perú, Cuzco 169.1 1837

8 Reales Sud Perú, Cuzco 170.2 1837

Figura 14. Imagen ampliada al 200% de moneda de 2 Reales de 1830acuñada en Lima, Perú, y resellada en 1840 en San Salvador

Mientras sucedía lo anterior, Carrera estaba preparando un ataque contra el Estado de Los Altos, que tuvo finalmente lugar en diciembre. Luego de rápidas batallas, Carrera entró victorioso a Quetzaltenango a fines de enero de 1940, poniendo fin a la breve

63 Véase Decretos de la Asamblea Constituyente y Decretos del Jefe del Estado del Salvador, 1840, en Colección Víctor Jerez, Biblioteca Florentino Idoate, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, San Salvador.

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existencia del Estado de Los Altos, sin que Morazán hubiese podido haber hecho algo desde San Salvador para evitarlo.64

Cuando Morazán se enteró de que Carrera había recuperado para Guatemala el Estado de los Altos, comprendió que para reconstruir la unión Centroamericana no le quedaba más remedio que enfrentarse contra aquel país. Así, en los primeros días de marzo de aquel año armó un ejército e invadió Guatemala con el propósito de tomar la capital, lo que logró brevemente, pero al retornar Carrera con su ejército desde Quezaltenango, tuvo que abandonar la plaza precipitadamente y retirarse a San Salvador. Luego de dicha derrota, en los primeros días de abril Morazán decidió exiliarse fuera de Centroamérica junto con algunos de sus colaboradores.

Morazán como Jefe de Estado en Costa Rica

Braulio Carrillo llegó por segunda vez al poder en Costa Rica en mayo de 1838, producto de un golpe de estado, pero esta vez en calidad de dictador. “Bajo su gobierno, la transformación institucional se aceleró notablemente; no en vano se ha dicho que con él empezó a cobrar forma un verdadero Estado nacional.”65 Ya para el mes de mayo en Costa Rica, poco después del golpe de estado que instauró en el poder a Braulio Carrillo, se instaló una asamblea constituyente que declaró, en noviembre, el estatus de libre, soberano e independiente para dicho estado. La separación de la República Federal significó para Costa Rica recuperar su soberanía. Los símbolos de la Federación, incluyendo la bandera, el escudo y las monedas, representaban el sometimiento a esa entidad; por ello, inmediatamente después de separarse, Costa Rica estableció los reglamentos para emitir monedas con los símbolos que representarían su nuevo estatus político.

Así, el 10 de diciembre de 1839 Braulio Carrillo emitió el Reglamento de Hacienda, en el cual se reorganizaba la planta de empleados de la Casa de la Moneda. En el artículo 16 de dicho Reglamento se fijaba el peso y tipo de las monedas de oro y plata que se acuñarían, en la forma siguiente: 66

“El tipo de moneda representará en el anverso las armas y leyenda del Estado conforme al Decreto de 2 de noviembre de 1824; presentándose en el reverso un árbol que figure al de café en el oro y al de tabaco en la plata; e inscribiéndose en la parte superior los números que indiquen la ley de la plata o del oro, según sea la moneda, y al pie las letras del ensayador y el año de la monedación en números, unos y otros arábigos.”

Estas monedas no se acuñaron sino hasta 1842, sin embargo, y el escudo que finalmente llevaron fue diferente del establecido en el Reglamento. El 21 de abril de 1840 el Gobierno de Carrillo dispuso que “(...) disueltos los lazos federativos que unieron este Estado a los

64 Tarracena Arriola, Arturo, Los Altos de Guatemala, Capítulo XI, El Desmantelamiento del Estado de Los Altos, Op. Cit, página 267 a 270.65 Pérez, Héctor, Breve Historia Contemporánea de Costa Rica, página 42, Fondo de Cultura Económica, México, 1997.66 Gurdián Montealegre, Raúl, Contribución al estudio de las monedas de Costa Rica, página 26, Litografía e Imprenta Lil, S.A., San José, Costa Rica, 1997.

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demás de Centro América, y recobrada su soberanía, es ya impropio el uso del pabellón y armas nacionales (de la Federación)”; por lo tanto, acordó que “el escudo de armas del estado será una estrella radiante, colocada en el centro de un círculo de fondo celeste y con la inscripción en la circunferencia de Estado de Costa Rica. El pabellón del Estado constará de tres franjas horizontales, blancas la superior e inferior, y azul celeste la del centro, en la cual irá dibujado el escudo.” Además se dispuso que la moneda llevara el mismo escudo. 67

En noviembre de 1841, debido a la escasez de moneda y a la circulación de moneda de baja ley, el Gobierno de Carrillo ordenó habilitar, mediante un resello en forma de estrella, toda la moneda de plata extranjera que circulaba, con valores de ½, 1, 2, 4 y 8 reales. Esa fue la primera vez que se acuñó el nuevo escudo del Estado en las monedas para garantizar su calidad e identificarlas como propias del Estado de Costa Rica. Además, se les hizo una perforación cónica para extraer una porción de metal que el Gobierno se dejó como cobro por el trabajo de habilitación (Véase la Figura 7-1). En diciembre del mismo año, se acordó resellar con la estrella la moneda de oro acuñada en el Estado que tuviera el escudo de armas de la República Federal, pero sin perforarla. De estas monedas sólo se conocen con resello las acuñadas en Costa Rica en 1837, de cuatro y dos escudos.68 El resello de las monedas de la época de la República Federal debió constituir un acto simbólico muy importante para los costarricenses, pues imponía el escudo del nuevo Estado sobre la moneda de una entidad que representó el sometimiento y de la cual se consideró haber obtenido total independencia y soberanía.

Figura 7-1. Imagen ampliada al 150 por ciento del resello denominado “Estrella de Carrillo”puesto en Costa Rica en 1841 sobre una moneda de 8 Reales de la Federación Centroamericana

acuñada en Guatemala en 1825

De acuerdo con el Reglamento del 10 de diciembre de 1839 y la disposición del 21 de abril de 1840, en 1842 se acuñarían nuevas monedas. El nuevo tipo de moneda sería acuñado en oro y plata. Las de oro tendrían grabado por un lado (anverso) un escudo en 67 Gurdián Montealegre, Raúl, Contribución al estudio de las monedas de Costa Rica, Op. Cit. (los paréntesis son nuestros).68 Gurdián Montealegre, Raúl, Contribución al estudio de las monedas de Costa Rica, Op. Cit., páginas 26-27.

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forma de estrella de seis puntas, que indicaba la existencia de un estado libre y soberano; y por el otro lado (reverso) una planta de café, producto que empezaba a mostrarse como importante alternativa económica. Las monedas de plata tendrían grabado, por un lado, el mismo escudo de estrella y, por el otro, una planta de tabaco, producto que – durante las tres décadas posteriores a la independencia de España – continuó siendo uno de los principales productos costarricenses de exportación (Véase la Figura 7-2).

Figura 7-2. Imagen ampliada al 200 por ciento de la moneda de plata de medio Real acuñada en Costa Rica en 1842

En abril de 1842 – a instancia de algunos enemigos de Carrillo – llegó al puerto de Caldera el General Francisco Morazán, último presidente de la ya desarticulada República Federal de Centroamérica, con sus tropas, abrigando la idea de reconstruir la Federación.

Ante esta situación, Carrillo envió un contingente armado para combatirlo, a cargo de Vicente Villaseñor, quien decidió traicionar a Carrillo y aliarse con Morazán en el llamado “Pacto del Jocote”, que fue firmado el 12 de abril de 1842. Con ayuda del ejército costarricense y el apoyo de una parte de la élite política opuesta a Carrillo, Morazán se hizo del poder y envió a Braulio Carrillo al exilio, quedando a cargo de la jefatura del estado y asumiendo el compromiso de convocar a una Asamblea Constituyente.

El 20 de abril de 1842, a pocos días de haberse instalado Morazán como General Jefe Supremo Provisorio del Estado de Costa Rica, uno de sus primeros decretos, el número 569, restableció el pabellón, las armas y el tipo de moneda de la República Federal y, por consiguiente, eliminó los que estaban vigentes y habían sido establecidos por Carrillo. Ello se basó en la idea de restablecer aquella entidad a partir de Costa Rica, y en el hecho de que ninguno de los otros estados centroamericanos “cambiaron el pabellón i armas, bajo las cuales estuvieron unidos formando un solo cuerpo: (y) que dichos emblemas son otros tantos vínculos que los unen todavía, o por lo menos los designan en el exterior como pertenecientes a una misma familia (...)” Los artículos de dicho decreto señalan literalmente: 70

69 Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Congreso. Signatura 1040, 1842.70 Op. Cit. (los paréntesis son nuestros).

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"Art. 1°. Se deroga el decreto de 21 de abril de 1840 que designaba el pabellón, escudo de armas i tipo de moneda que debía usarse en los estados.Art. 2°. Se restablece el pabellón, escudo de armas i tipo nacionales, que estaban en uso antes del citado decreto."

Dos días después de derogados los decretos de Braulio Carrillo, se ordenó la acuñación de monedas con los troqueles existentes en la Casa de Moneda de Costa Rica, que contenían los grabados representativos de la República Federal.71

Si bien, no existen acuñaciones con fecha 1842 en las monedas de 8 escudos y de 8 reales, el “Cuadro de las monedas acuñadas en la República, desde el año 1829 a 1882, según libros de la Casa de Moneda”, elaborado por Manuel A. Quirós en 1883, y reproducido por Murillo72, señala los montos, en pesos, acuñados para 1842, de lo cual se desprende que se fabricaron onzas (8 escudos), escudos, medios reales y pesos (8 reales). Esto lleva a pensar que las acuñaciones de 8 escudos y 8 reales se realizaron con troqueles que contenían fechas de la década de 1830; y que, además, probablemente en ese año se acuñaron monedas de ½ real y 1 escudo con emblemas de la República Federal, también con fechas de la década de 1830, aparte de las que sí se acuñaron con fecha 1842 durante el gobierno de Braulio Carrillo, con emblemas distintos, tal y como fue señalado páginas atrás. Para complementar estos datos, se incluye el cuadro 5-1 siguiente:

Cuadro 7-1. Detalles de las acuñaciones realizadas en 1842en la Casa de Moneda de Costa Rica

Denominación Monto,en Pesos

Número de piezas*

Posible año grabado en la

pieza**Onzas (8 Escudos) 3,600 225 1837Escudos 20,895.25 10,447 1842 y 1833Pesos (8 Reales) 608 608 1831½ Reales 1,638 26,208 1842 y 1831

Fuente: elaboración propia con base en: “Cuadro de las monedas acuñadas en la República, desde el año 1829 a 1882, según libros de la Casa de Moneda”, elaborado por Manuel A. Quirós en 1883. Reproducido por Murillo, Op.Cit, p. 197.*Cálculo realizado con base en las conversiones correspondientes de cada denominación en relación con el peso**Posible año establecido con base en los últimos años grabados en las monedas de la década de 1830, acuerdo con las denominaciones emitidas por Quirós para 1842

A finales de abril de 1842, el nuevo gobierno de Francisco Morazán acusó al ex jefe de Estado Braulio Carrillo de haber disminuido clandestinamente la ley de la moneda de oro de 1 escudo, fechada 1842. Dicha alteración detectada fue considerada un fraude escandaloso al fijar sobre dichas monedas una ley más alta que la que realmente tenían,

71 Murillo Rivera, Jorge, Historia de las monedas de Costa Rica. Catálogo Numismático, página 53, EUNED, San José, Costa Rica, 2004.72 Ibid, página 197.

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destruyendo su propio crédito y comprometiendo la libre circulación tanto interna como externa. Por esta razón, se ordenó al fiel de moneda que arreglara la situación73, de lo cual se concluye que la corrección se realizó en las nuevas emisiones de monedas de 1 escudo, que se supone fueron hechas en 1842 utilizando antiguos troqueles con los emblemas de la República Federal, como una forma de agilizar el proceso de aplicación de las nuevas disposiciones de Francisco Morazán, como quedó señalado.

En el mes de julio de 1842 se reunió la Asamblea Constituyente que proclamó formalmente a Francisco Morazán como jefe de estado y lo autorizó para reorganizar la República Federal. En este sentido, lo primero que hizo fue organizar un ejército para invadir Nicaragua, lo cual provocó el rompimiento de relaciones de los demás Estados de Centroamérica con Costa Rica, agrupados en una confederación contra la amenaza de Morazán. Para financiar ese proyecto bélico Morazán impuso un empréstito interno, hecho que molestó a las clases propietarias. Esa situación generó un levantamiento armado contra Morazán el 11 de setiembre, que culminó con su fusilamiento el 15 de ese mismo mes. 74

Después de Morazán, las nuevas emisiones monetarias realizadas a partir de 1843 y hasta 1850, se hicieron utilizando el tipo de la República Federal Centroamericana (Véase la Figura 7-3).

Con su muerte, la dirección del gobierno fue asumida de manera provisional por José María Alfaro. En 1843 se eligió una Asamblea Constituyente que empezó a redactar la nueva Constitución, que fue emitida en 1844. En ella se declaraban disueltos los vínculos con la República Federal, aunque en el artículo 45 se establecía lo siguiente: “El Estado es uno de los que componen la República de Centroamérica y concurrirá con sus Representantes electos popularmente a formar el nuevo pacto de asociación general cuando en este respecto estén de acuerdo los demás estados.” 75

Figura 7-3. Imagen ampliada al 200 por ciento de moneda de plata de Medio Realacuñada en Costa Rica en 1843

73 Ibid, páginas 53-54.74 Pérez, Héctor. Op. cit., pp. 45-46.75 Aguilar Bulgarelli, Óscar, Evolución político constitucional de Costa Rica (síntesis histórica), página 44, Lehmann Editores, San José, Costa Rica, 1988.

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Hasta 1847 Costa Rica mantuvo una actitud de cautela respecto de los procesos políticos que se estaban dando en Centroamérica. De ahí surgió la idea de participar en una eventual unión centroamericana. Esta situación explica el hecho de que durante ese período se mantuvieran vigentes las monedas con los símbolos de la República Federal, y que el resello de 1846, sobre moneda macuquina, tuviera en el anverso el símbolo de los volcanes de la Federación con la leyenda “Repub. Del Cent. De Amer.”, y en el reverso el grabado de un árbol (Véase a continuación la Figura 7-4).

Figura 7-4. Imagen ampliada de resello Costarricense de 2 Reales, aplicado en 1846sobre moneda macuquina de Potosí

Los cuadros 7-2 a 7-3 señalan los años en que se acuñaron monedas en Costa Rica con los símbolos de la República Federal, con fecha posterior al fallecimiento de Francisco Morazán:

Cuadro 7-2. Monedas de oro emitidas con símbolos federales en Costa Rica, 1843-1850

Denominación4 Escudos 2 Escudos 1 Escudo ½ Escudo

1849 184318461850

1844184518461847184818491850*

18431846184718481849

Fuente: elaborado con base en Murillo, Op. Cit., p. 199. *Reportada no confirmada

Cuadro 7-3. Monedas de plata emitidas con símbolos federales en Costa Rica, 1843-1850Denominación

2 Reales 1 Real ½ Real ¼ Real1849 1848

1849184318451846184718481849

1845

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Fuente: elaborado con base en Murillo, Op. Cit., p. 199.

Influencia póstuma de Morazán

Tanto El Salvador como Honduras decidieron honrar a Morazán por su trayectoria como dirigente político de Centroamérica en forma póstuma. El Salvador lo hizo incluyendo su busto en las monedas fraccionarias a partir de 1889 y hasta el año 2000 en que dolarizo su economía y dejó de lado la moneda propia. Honduras, antes de adoptar su nueva moneda a partir de 1931, estuvo considerando la posibilidad de usar el nombre de Morazán para ella, pero al final decidió a favor del cacique Lempira; además, puso su imagen en los billetes con denominación de 5 Lempiras y emitió monedas conmemorativas de oro para celebrar el bicentenario de su nacimiento en 1992.

Se presentan en seguida las imágenes de algunas de dichas monedas salvadoreñas.

Figura xx. Moneda salvadoreña de 1 Centavo de 1889 (aumentada al 200%)

Figura 6xx. Moneda salvadoreña de 1 Centavo de 1947 (aumentada al 200%)

Figura 6xx. Moneda salvadoreña de 2 Centavos de 1974 (aumentada al 200%)

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Figura xx. Moneda salvadoreña de 3 Centavos de 1889 (aumentada al 200%)

Figura xx. Moneda salvadoreña de 5 Centavos de 1950 (aumentada al 200%)

Figura xx. Moneda salvadoreña de 5 Centavos de 1999con acabado brillo de espejo (aumentada al 200%)

Figura xx. Moneda salvadoreña de 10 Centavos de 1951 (aumentada al 150%)

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Figura xx. Moneda salvadoreña de 10 Centavos de 1987con acabado brillo de espejo (aumentada al 150%)

Figura xx. Moneda salvadoreña de 25 Centavos de plata acuñada en 1944 (aumentada al 150%)

Al establecerse el Banco Central de Honduras en 1950, el primer billete que se acuñó llevó la imagen de Morazán en el anverso, escogiéndose la denominación de 5 Lempiras para ello76; a partir de la emisión de 1953 el reverso llevaría una imagen de la batalla de la Trinidad, uno de los primeros y mayores éxitos militares de dicho personaje (Véase la imagen de dicho billete, en su edición de 2003, en la figura xx a continuación).

76 Véase Breve reseña histórica sobre el diseño de los primeros billetes emitidos por el Banco Central de Honduras , en el portal web de dicho banco, http://www.bch.hn/

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Figura xx. Anverso y reverso de billete hondureño de 5 Lempiras de 2003, reducido al 75%

Además del homenaje anterior, el Banco Central de Honduras – con ocasión del segundo bicentenario del nacimiento de Morazán en 1992 – hizo acuñar sendas monedas conmemorativas de oro, con las denominaciones de 200 y 500 Lempiras, con acabado brillo de espejo, como se muestra en la figura xx.

Figura xx. Monedas hondureñas de oro conmemorativas del Bicentenario del nacimiento de Francisco Morazán (aumentadas al 150%)

Las primeras acuñaciones de la moneda de ¼ de real en la Audiencia de Guatemala, 1793 – 1796.

Alfonso Pérez Longo, 2014

Introducción

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La historia y el conocimiento de las primeras acuñaciones de un Cuarto de Real en la Casa de Moneda de Guatemala,es de suma importancia, tanto para comprender su función monetaria a finales del siglo XVIII como su importancia en la numismática.

En ambos campos ha existido un vacío en su conocimiento, pese a que diferentes autores han hecho sus aportaciones en este tema, pero no profundizaron en lo esencial, como por ejemplo datos de sus acuñaciones y la diferencia entre el cuartillo acuñado en Casa de Moneda de Guatemala de los demás cuartillos Anepígrafos hispanoamericanos.

Mediante la transcripción y estudio de documentos inéditos del Archivo General de Centroamérica, ubicado en la Ciudad de Guatemala, se logra obtener importantes datos, que ponen al descubierto toda la operación de la labor de cuartillos entre los años 1793 y 1795.

Acuñaciones de las Cecas americanas y sus diferencias y similitudes con el cuartillo de la Casa de Moneda de Guatemala.

Las acuñaciones de cuartillo de Colombia.

Sin lugar a duda estas acuñaciones son las más importantes de estudiar y comparar con las acuñaciones de la Audiencia de Guatemala, por lo que es a la que más investigación se le dedica.

En primer lugar por la confusión que se ha generado al considerar que las acuñaciones de Casa de la Moneda de Guatemala existía dos tipos: El ¨Cuartillo Ancho y el Cuartillo Estrecho, lo cual ha sido un error, ya que como veremos a continuación en Guatemala solo se Acuño el cuartillo ¨estrecho¨. Un factor que ha influido mucho en mantener la falsa creeencia de la la acuñación del Cuartillo Ancho en Guatemala , es que el numismatógrafo brasileño Kurt Prober lo menciona en su obra ¨Historia Numismática de Guatemala¨ del año 1957, una obra muy difundida y consultada.

Cuartillos colombianos de Catillo Ancho:

La conocida obra y referente de la numismática colombiana, Casa de la Moneda de Barriga Villalba, nos da un amplio y documentado detalle de las acuñaciones de cuartillos colombianos.

Existen dos tipos de acuñaciones básicas de cuartillo ancho: Macuquina y Moneda grafilada.

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Los cuartillos Macuquinos fueron acuñados desde 1627 a 1756 en la Casa de Moneda de Santa Fe.

Los cuartillos de moneda grafilada se acuñaron desde 1756 hasta 1791, fue una basta acuñación, un interesante cuadro con datos de acuñaciones de estos cuartillos entre 1756 a 1771 se publica en la mencionada obra de Barriga Villalba( pag.50 del tomo 2), en 14 años que se reporta acuñación de plata, 10 años se acuñó solo cuartillos y en los otros 4 años Cuartillos y otras denominaciones(principalmente de 8 reales). A manera de demostrar la cantidad de cuartillos acuñados solo sumando los 10 años de acuñaciones de cuartillos da un total de 5,399 marcos, que equivale a un total de 1,468, 528 Monedas de un cuartillo! Aun faltaría sumar la cantidad proporcional de los otros 4 años y las acuñaciones entre 1771 y 1791. Por si fuera poco también se considera que hubo acuñaciones en la Casa de Moneda de Pompayán por una orden del año 1782.

Tanto la acuñación del Castillo y León, se pudiera creer que son iguales al escudo de las monedas de plata de las monedas de 8 Reales de Colombia de esa época, que solamente son 3: 1759,1762 y 1770, pero son diferentes. Fueron punzones tallados específicamente para estas acuñaciones, pero muy similares en tamaño y diseño, por lo que definitivamente corresponden a esa época.

Cabe mencionar que en la publicación No.131 (abril del 2009) de Notas Numismáticas, editado por José Emilio Restrepo, connotado numismático colombiano, en un artículo de la página 9 escrito por José Serna Restrepo, proporciona una interesante clasificación por tipos del Catillo Ancho, describiendo 6 tipos del mismo, que toma en cuanta combinación de variantes de León y el Castillo.

Para finalizar y dilucidar cualquier duda sobre la atribución del cuartillo Ancho a Colombia, mencionaremos que consultada la amplia documentación de Casa Moneda de Guatemala contenida en el fondo documental del Archivo General de Centroamérica, no hay reportes de acuñación de cuartillo previo al año 1793, por lo queda descartada totalmente acuñaciones de ¨castillo Ancho¨.

Acuñaciones de Cuartillo Estrecho de Colombia:

Lamentablemente el libro mencionado de Barriga Villalba no hace la diferenciación de ambos tipos de castillo y publica únicamente fotos del cuartillo ancho. Si embargo en la publicación que también mencionábamos de Notas Numismáticas editado por José Emilio Restrepo se hace referencia a las mismas, incluso mencionan dos tipos, uno con un Castillo y León pequeño(tipo 2-2 No.1) según su clasificación), diferente al encontrado en Guatemala y otro exactamente igual al encontrado en Guatemala(tipo 2-2 No. 2).

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Otra evidencia de la acuñación de este tipo de cuartillo estrecho en Colombia es la presencia de las matrices enviadas a Colombia en base a la Real Cedula de 1789, exhibida en el Museo Numismático, que muestran claramente el Castillo estrecho y corresponde exactamente a la descripción de las matrices recibidas en Guatemala, esta información fue obtenida y proporcionada por el numismático chileno Carlos Jara.

Por el momento no se ha podido establecer una diferencia entre estas acuñaciones colombianas y las realizadas en la Casa de Moneda de Guatemala, tienen el mismo diseño de Leones , Castillos y grafilas. Ambas carecen de cordón.

Acuñaciones de Cuartillo anepígrafo de Casa de Moneda de Potosí:

En este caso seremos muchas breves, ya que las evidencias numismáticas y documentales encontradas son bastante concluyentes. Inicialmente se logró comprobar la recepción de la cédula Real de 1789 donde manda acuñar los cuartillos, únicamente con León, Castillo y Grafila, dicho de otra forma, que manda acuñar los cuartillos anepígrafos.

Ahora bien, lo concluyente para tipificar a los cuartillos de esta Casa de Moneda es que todos muestran cordón. Los Leones y Castillos son iguales a los encontrados en los cuartillos de Guatemala y de Colombia, por lo que la presencia de cordón resulta ser la única característica que los diferencia e identifica.

Acuñaciones de Cuartillo Casa de Moneda de Santiago, Chile.

Al igual que el caso anterior dedicaremos menos espacio a este tema, ya existe una plena identificación de los mismos, además que no son del tipo anterior ya que llevan acuñada la fecha (, por ello no quisimos titularlo ¨anepígrafo¨ para evitar confusiones. Además el Castillo es bastante pequeño en relación a las otras Casas de Moneda, este proviene del punzón del castillo de la moneda de 4 Reales, esta información la proporciona Carlos Jara en su artículo publicado en el 2010 titulado los ¨Cuartillos Coloniales de Chile¨. Este Cuartillo se acuño en la Casa de Moneda de Santiago entre 1792 y 1795.

Mencionarlo es importante ya que durante muchos años causo confusión por haberse catalogado erróneamente como de Guatemala en el Catálogo editado en Ciudad de Guatemala por Felipe Siliezar en el año 1976, donde colocaba una foto de un Cuartillo chileno de 1793 y reportaba este año y el de 1795 como piezas raras.

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Detalle de la labor de cuartillos en Casa de Moneda de Guatemala:

1. Comprobación del tipo del cuartillo de Guatemala:

Auto 12 de febrero de 1,793.

LEGAJO 13,EXPEDIENTE 266. SIG A3

Mediante el análisis de la información proporcionada en este Auto, queda definitivamente comprobado el tipo de cuartillo que se acuño en Guatemala, el siguiente fragmento de dicho nos ilustra al respecto:

¨... sobre la nueva fábrica de Quartillos monedas……

.: Luego que reciba vuesta excelencia un Cajón forrado en encerado que se le remite en esta ocasión por la vía de la Havana con destino a esa Real Casa de Moneda dispondrá vuestra excelencia se pase al Superintendente de ella advirtiéndole incluye tres troqueles con las Matrices de dos castillos y dos Leones, y sus grafilas; y dos muestras en plata, y ocho en estaño todo correspondiente a la nueva Moneda de Quartillos, mandada labrar en esos Dominios por Real Orden de treinta de abril de mil setecientos ochenta y nueve en lugar de la Macuquina para facilitar el comercio y cómodo uso de esos vasallos; y asimismo dos Dinerales del peso que ha de tener esta moneda.

Como podemos ver , resaltado en negrilla, se reciben las matrices de Leones, Castillos y grafilas, o sea 3 elementos que son los únicos presentes en el cuartillo anepígrafo acuñado en la Casa de Moneda en Guatemala que circulara oficialmente en Centroamérica, vemos que además de carecer de inscripciones ,tales como: fecha, ceca y valor(1/4), también carece de cordoncillo. Esto último es muy importante resaltarlo, pues es una diferencia básica con el Cuartillo de Casa de Moneda de Potosí que si contaba con cordoncillo. En Guatemala durante la época colonial en la Casa de Moneda nunca se colocó cordoncillo en los Cuartillos, incluso tampoco se hizo durante el periodo de la Federación Centroamericana, fue hasta 1859, ya fundada la República de Guatemala en época del Presidente Rafael Carrera cuando se le coloca cordón, tipo estría, al Cuartillo.

Es comprensible que la colocación del cordoncillo a una moneda tan pequeña requería de la maquinaria adecuada y específica para dicha labor, que en para una Casa de Moneda pequeña como la de Guatemala, se le dificultaba contar con la misma, además, dado lo riguroso de la legislación en esta materia durante la época colonial, se requería que ello fuera ordenado específicamente además de enviar la matriz con el diseño preciso a utilizar en el cordoncillo.

Es también igual de importante hacer notar que en las colecciones consultadas en Guatemala únicamente se encuentran cuartillos anepígrafos sin cordoncillo.

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Por ultimo en lo referente a este Auto, cabe señalar que fue despachado a todas partes del reino de Guatemala, para asegurar que se aceptara sin ningún problema y haciendo ver en los mismos despachos sus características, reproduciendo en todos ellos el párrafo que citamos, en el que se menciona la recepción de las matrices, en el apéndice publicamos algunas transcripciones de estos despachos que fueron enviados a las siguientes ciudades y departamentos: Baja y Alta Verapaz, Cobán, Petén, Quetzaltenango, Sololá, Totonicapán, Suchitepéquez, Chimaltenango, Antigua Guatemala, Mazatenango, Escuintla, Sonsonate, Chiquimula e Izabal.

2. Reparación y Elaboración de Volante para la fabricación de Cuartillos.

En la documentación de Casa de Moneda(LEG. 1733 Expediente 27855, Sig.A.3)que se logró localizar y trascribir mucha documentación sobre la operación de cuartillos,entre ella, es notorio las penurias que causó la primera labor cuartillos, entre ellas fue la utilización de los Volantes, en esta documentación están cartas del Grabador, Pedro Garci Aguirre, el Superintendente Jossef Díaz Gonzales y el Director de Casa Moneda, Thomas Muños, en las que a inicio del año 1794 se acuerda reparar el volante utilizado en las acuñaciones del año anterior, para ilustrarlo colocamos a continuación la carta del Grabador Pedro Garci Aguirre:

¨ Sobre quitar un defecto observado en el volante y construcción de uno nuevo.

El Gravador Principal a observado, que el Bolante no puede proporcionar una regular acuñación, por hallarse mui desproporcionado el brazo, y mucho más las volas, pues siendo estas de plomo, y teniendo trece años de servicio, ya se hallan sumamente destropeadas; esto hace tiempo lo hice presente, como consta en el espediente de composturas de Bolantes: en esta inteligencia podrá vuestra señoría mandar lo que estime más oportuno para su reparo. Real Casa de Moneda 27 de marzo de 1794.

Firma Pedro Garci Aguirre.¨(2)

Para octubre del mismo año,1794, encontramos la constancia de que se había elaborado un volante nuevo específicamente para la acuñación de cuartillos, cuyo costo fue de 543 pesos con 2 Reales, veamos el siguiente documento de carácter contable:

¨ Señor Superintendente.

Don José Mandía, Guarda Materiales de esta Real Casa de Moneda presenta a vuestra señoría la quenta y Relación Jurada de los Gastos que a causado la hechura del nuevo Bolante de Acuñar quartillos, como se demuestra por los recibos y planillas que acompaño, asciende a quinientos quarenta y tres pesos dos reales que no allandose en ella reparo alguno, se a de servir vuestra señoría mandar se me reintegren.

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A vuestra señoría suplico se sirva hacer como pido.

José Mandía.

Real Casa de Moneda 13 de octubre de 1794.

Pase a la Contaduría.¨

3. Muestras de Moneda enviadas a Casa de Moneda de Madrid.

Legajo 1734, expediente 27,885

Existe evidencia de elaboración de pruebas de acuñaciones hechas den Casa de Moneda de Guatemala y remitas a España, la misma se comprueba con el informe titulado: Su Majestad encuentra buenas las muestras de Moneda acuñada en Guatemala y dicta providencia a Guatemala. En Dicho informe , contenido en el legajo Numero 1734, se hace mención que se enviaron 7 monedas a España. 6 correspondían a las denominaciones de la moneda acuñada en plata : ¼ Real, ½ Real, 1 Real, 2 Reales, 4 Reales y 8 Reales, asumimos que alguna moneda llevaba duplicado para cuadrar con las 7 piezas mencionadas.

Lamentablemente para el presente estudio del cuartillo, en el informe no hace referencia individual a cada denominaciónón, pero si queda claro que la calidad esperada de las muestras era buena pero debía de mejorar, veamos la transcripción de documento:

¨ Año 1794.

Su Majestad encuentra buenas las muestras de moneda acuñada en Guatemala, y dicta providencias para mejorarla.

Las siete monedas de plata libradas en esa Casa en 8 de Agosto y 7 de Diciembre del año próximo pasado, que vuestra señoría remitió en una caxita con carta de 2 de enero de este año No. 32. Y respectivos planos, se han reconocido en la Casa de Moneda de Madrid, y se han encontrado aregladas en todas sus partes; pero quiere Su Majestad que vuestra señoría cuide haya buenos operarios, e instrumentos; pues se advierte que estos se hallan defectuosos, y aquellos carecen de habilidad. Prevengolo a vuestra señoría de su Real Orden para su inteligencia, y cumplimiento. Dios guarde a vuestra señoría muchos años. Aranjuez 24 de Junio de 1794.

Gardoqui.

Real Casa de Moneda 19 de noviembre de 1794.

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Archivese por duplicado.

Ante mí

Jossef Díaz Gonzales.

Señor Superintendente de la Casa de Moneda de Goatemala.¨

4. Primera Labor de Cuartillos:

Inicia en Agosto de 1793.

Legajo 1733, expediente 27859

La entrega de plata para acuñarse, que se conoce como Cargo, fue hecha el 21 de agosto de 1793, el total de plata entregada fue de 1721 marcos con seis Ochavas( 1,721.093 marcos), de la cual la mayoría(2/3 partes) era enrielada y el resto(1/3 parte) en cizalla, ver los datos detallados en cuadro. No se encontró las entregas parciales diarias de las acuñaciones. El informe de toda la labor, que se conoce como data, se hace hasta el 15 de enero del año siguiente, 1794.

4.1. Monto de Cuartillos Acuñados.

En informe del 15 de enero del año 1794 se reportan 1191Marcos con 6 onzas y 2 ochavas (1191(6/8+2/64)=(48/64+2/64)=(50/65)= 0.78125

1191.78125 marcos,

Tanto para el cálculo del rendimiento del marco acuñado y del feble, lo hacemos en base a la regulación vigente de la época que correspondía a 68 reales por marco, equivalente 272 cuartillos (68 x 4) , los cálculos son los siguientes:

Acuñado: 1,191.78125 marcos X 272 = 324,165 cuartillos.

Después de analizar los documentos que dan cuenta de todas las dificultades de la operación de acuñación de cuartillos y las demás operaciones complementarias, no es de extrañar que no haya otra entrega de plata en lo que restaba del año(1793) , la única fue la referida del 21 de agosto, dicha labor les ocuparía el resto del año o sea 4 meses y fracción para poderla acuñarla en su totalidad.

Los datos proporcionados por el Director de Casa de Moneda de Guatemala, Thomas Muñoz, son muy reveladores e interesantes, reporta acuñados 1,191 marcos, que representan solo el 69 % de lo entregado!!!, eso es una prueba rotunda de lo dificultoso de la operación.

5. Perdida reportada en el labor de acuñación año 1793:

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Otro dato interesante que muestra lo trabajoso de la operación de fabricación de cuartillos es la cizalla devuelta después de terminada es tan alta como la cizalla recibida. El 21 a agosto, junto con la plata enrielada se reciben 585.515 marcos de cizalla para ser fundida y enrielada, para acuñarse junto con los 1135.marcos ya enrielados, que dio un total de 1,721. Durante e l proceso de acuñación se vuelven a generar 514 marcos de cizalla que representa el 43% respecto a los marcos acuñados que fueron 1,191, una cifra muy alta, pero era de esperarse, dado que era una operación nueva y también por lo complicado que ha de haber resultado la fabricación de más de 300,000 cospeles tan pequeños y la posterior dificultad de su acuñación.

La cizalla , es metal y se podía volver a fundir y procesar, pero todo ello llevaba un costo y al final contribuía a aumentar los gastos. Ahora en sí la merma, que es perdida de material o sea de plata, se reporta en un total 14 marcos 5 onzas y 4 ochavas( 14.6875 marcos) para toda la operación ,que en relación a lo acuñado, 1,135.578 marcos corresponde al 1.293 %.

Es muy ilustrativo la siguiente transcripción, en la que se publica de todo el costo de la labor de cuartillos de esta partida, que finalmente concluye en que no hubo ganancia alguna en la misma, al contrario se tuvo una pérdida de 36 pesos con 6 reales, razón por la cual se proponen una serie de medidas que en se abordan en la siguiente sección.

Veamos el cuadro final de cuentas de la labor de acuñación de cuartillos del año 1793:

Legajo 1733, expediente 27864

Por la Contaduría de esta Real Casa, se ha hecho liquidación de los gastos erogados en la Labor de 1,158 marcos 2-2- ochavas, de Plata, que en virtud de Real Orden se hisieron en moneda de quartillos, cuyo primer menor es como sigue:

Por jornales pagados en la fundición según quenta del Guarda Materiales…………022.0.

Por carbón y otros gastos…………………………………………………………………006.4…

Por el valor de 12 marcos de Plata que tuvieron de merma los 1,158 marcos 2-2 ochavas entregados al fundidor para enrielar……………de 8 pesos……………………… 096.00

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Por 511 pesos 1 % real que se erogaron en las oficinas del Fiel en pagos de Jornales….511.%

635.6

Suma del (frente)…………………………………………………………………………635.6

Por 130 cargas de leña que se consumieron en recosimientos fundiciones de sisayas y demás operaciones……………………………………………………………….a 2 reales… 032.4

Por carbón, sal, y merina de azogue en el lavado de tierras……………………….006.0

Por 14 marcos 5-4 ochavas de plata que dio de merinas el Fiel en 1,721 marcos 0-6 ochavas de Plata a que asendieron los rieles, y sisayas, que se le entregaron a 8 pesos y 117.4

Sin incluir lo gastado en el Bolante nuevo………………………………… …..791.6

Troquelería, y otros varios fierros, por considerarse servibles para lo subsesibo, asiende el total de gastos a setecientos noventa y un pesos seis reales.

Produción o utilidades que ha rendido dicha Labor por 595 pesos 7 reales que correspondieron al ramo de 16ª sexta parte………………………………………………………………595.7

Por 144 pesos 3 reales que tocaron al extraordinario………………………….. 144.3

Por 14 pesos 6 reales que resultaron de feble…………………………………. 014.6 755.

036.6

Por manera que siendo lo gastado setecientos noventa y un pesos seis reales y la utilidad de todos ramos setecientos cinquenta y sinco pesos resultan de efectiva perdida treinta y seis pesos seis reales. Contaduría de Real Casa de Moneda 20 de marzo de 1794.

Argüello.

6. Solicitud de Aumento en las regulaciones del Feble

LEGAJO 1733 EXPEDIENTE 27864 Sig. A3

La ley vigente de talla era un máximo de 34 granos de Feble o Fuerte por marco, en la amonedación de medios reales que se aplica a la acuñación de cuartillos ya que al momento de autorizar su acuñación no se estipula. En la medida que la Casa de moneda pudiera aprovechar esta reglamentación,al máximo, sea los 34 gramos máximo de feble, la utilidad que podría generar era mayor, lo que se conoce como braceaje.

Por esta razón se propone un aumento en feble en las regulaciones de 6 granos, o sea subirlo a 40 granos por marco. A mayor denominación de moneda menpo

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era el feble permitido, por ejemplo en el caso de la moneda de 1 Real el máximo permitido era de 18 granos por marco.

Veamos el siguiente documento que es una carta del Juez de Balanza dirigido al superintendente de Casa de moneda:

Legajo 1733, expediente 27864

¨ Porque aun con el más prolijo cuidado no se pudiera conseguir sacar las monedas de oro y platta en el justto peso que advierte el Capítulo 16 de las Ordenanzas con que se govierna esta Casa, permite la Ley 29 folio 21 del Libro 5 de muestras municipales, de fuertes y feble en el marco de oro medio tomin, o seis granos que es lo mismo, y en el de platta tomin y medio. Esto se corrobora también en el Capítulo 18 de las indicadas ordenanzas, ampliando el que en el todo del marco de medios reales se tolere, pero su mayor dificultad en el ajustte hasta treinta y quatro granos escasos.¨

Esta carta genera una discusión interna en Casa de Moneda, seguramente en plena labor de los cuartillos, pues la serie de documentos encontrados están fechados en el mes de septiembre de 1794, como vemos en carta de respuesta al Juez de Balanza, el ensayador principal Manuel Sanchez, considera que no es difícil sujetarse a dicha reglamentación que permite un máximo de 34 granos por marco, veamos este fragmento escrito por el ensayador mencionado dirigido también el superintendente:

¨ En vista de lo que el Juez de Valanza expone en su presente sobre el feble que podrá tolerarse en las monedas de quartillos halla el Ensayador que por el mayor número de piezas que contiene el marco, debería permitirse más feble, o fuerte que 34… que se pasan en medios y reales; pero no siendo difícil, el sujetarse a los referidos 34, que previene la Ordenanza sea del agrado de vuestra señoría, podrá mandar al Juez de Valanza, no permita mas feble, ni mas fuerte que el prefinido en las Ordenanzas que rigen esta Casa, respecto a que la Real Orden, que manda fabricar esta nueva moneda, no haze mensión sobre el particular.

Es quanto puedo exponer, en cumplimiento del decreto de vuestra señoría. Nueva Guatemala 19 de septiembre de 1793.

Manuel Sánchez.¨

La polémica continua, en respuesta a la anterior carta el Director de Casa de Moneda, Thomas Muñoz refuta lo indicado por el ensayador, solicitando al menos seis granos más de tolerancia basándose en su experiencia de varios años al frente de la institución, es muy esclarecedor la carta por la cual la publicamos en su totalidad:

¨El Fiel de Moneda cumpliendo con lo que vuestra señoría manda, dice: que ha visto lo que el Juez de Balanzas expone en su escrito, igualmente el Ensayador en su informe, me parece mui justo el que a inserto, o lleve de que se trata se le dispensasen, aunque fueran solo seis granos, a más de los treinta y quatro,

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porque este permiso de treinta y quatro, se fundó sobre la dificultad que hay en tanto número de piezas luego con mas razón en los quartillos debe haver alguna dispensa mas; Sin embargo de que dice el Ensayador, que no es difícil sujetarse a los treinta y quatro; yo digo que si lo es, y quien me hace decirlo, es, la práctica de tanto año, y lo que hace maior esta dificultad, es, la inopia de instrumentos, pues en el día a fuerza de industria, se hace lo que se hace malmente, este punto que defiendo es para lo foturo, porque considero que faltando un,… se ha de hacer mas penosa la Labor de quartillos. Thomas Muñoz, y un Diego Quesada

Es quanto en este asumto tengo que informar a vuestra señoría. Real Casa de Moneda 23 de septiembre de 1793.

Thomas Muñoz.

Real Casa de Moneda 25 de septiembre de 1793.¨

A fin de poner en orden esta polémica, ella termina momentáneamente con carta del Contador Arguello, quien clarifica que al estar expuesto en la ordenanzas los informes deben sujetarse a lo indicado en ellas, o sea a los 34 granos de feble, por lo queda sentado que los reportes de la operación de cuartillos de ese año, 1793, se hará conforme esa regulación, veamos este fragmento de la resolución del Contador:

¨….respecto a las presentes circunstancias, y en atensión, a que la Real Orden nuevamente recibida para la acuñación de moneda de quartillos, no da reglas ni menciona cosa alguna, sobre el fuerte, o feble, que esta debe llevar, a la Contaduría le parece el que para la actual lavor de que se trata se deven sujetar a los prefinidos treinta y quatro granos (o en lo que fuere posible) conforme lo previenen las ordenanzas, y expone en su informe el Ensayador, y que para en lo subsesibo, si vuestra señoría lo tuviere a bien, podrá dar quenta a su Magestad para que sobre el particular resuelva lo que fuere de su Real agrado. Contaduría de Real Casa de Moneda 27 de septiembre de 1793.

Argüello.¨

Un último análisis sobre la utilidad de la Casa de Moneda, o sea el braceaje, que le podrían haber generado la utilización máxima del feble permitido por marco, que como ya anotamos era de 34 granos, lo podemos calcular en base al peso del marco en granos que era de 4,068. Si le restamos los 34 granos permitidos de feble tenemos un dato de 4,034 granos, ahorrando el valor de 2 cuartillos( el peso de un cuartillo es 17 granos-el peso exacto según regulaciones era 16 16/17 granos= 16.94 granos). Si esta utilidad se aplicara a todos los marcos producidos, 1,191, se podría haber tenido una ganancia adicional de 2,382 cuartillos equivalentes a 74 pesos. Si se hubiera aprobado el aumento de feble de 6 granos esto hubiera representado una utilidad de 88 pesos. Vemos pues que no era muy

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significativo el aumento a 40 granos de feble por marco, representado la ganancias de braceaje.

7. Solitud del Superintendente Casa de Moneda para Bajar Ley de cuartillos y elaboración de Octavos.

Legajo 1734, expediente 27,882

Justamente un año después de la polémica suscitada en Casa de Moneda, que de alguna forma pronosticaba el fracaso de la acuñación de cuartillos, se hacen nuevas solicitudes a España para tratar que una nueva labor de los mismos no resulte nuevamente en pérdida, ya se tenían los resultados mostrados el 20 y 21 de marzo del año que transcurría, 1794, que claramente ponía al descubierto las cifras ¨en rojo¨ seguro fue un hecho preocupante ,es así como el 2 de septiembre del mismo año se hacen estas dos propuestas, con objetivos diferentes , la baja de ley era la principal pues pretendía aumentar las utilidades de Casa de Moneda. Cuando se trata de justificar ambos proyectos, se hace argumentado que tanto el Cuartillo de baja ley como el propuesto octavo, se justificaban pues es una moneda provincial, un caso parecido al de los Moclones en el siglo XIV, queriendo dar a entender que era una moneda poco importante para la Corona, que seguramente tampoco se usaría para pago de impuestos ni seria enviada a España.

La solicitud de fabricación de octavos y bajar la ley en los cuartillos fue hecho en conjunto, en solicitud del 2 de septiembre del año 1794, para una mejor comprensión analicémoslas por separado:

7.1. Solicitud de Baja de Ley:

Las ordenanzas vigentes para Casa de moneda en el año de 1793, mandaban una ley de 11 dineros para la acuñación de plata, lo que equivale a una fineza de 916.6 milésimas (11/12= 0.916), ya que la plata 1,000 mi eran 12 dineros. Dadas las perdidas obtenidas en la primera labor de cuartillos, se propone bajar a 10 dineros la ley en los cuartillos, igual se proponía en los octavos de ser aceptada esa propuesta, ello daría una fineza de 833.3 833milésimas( 10/12=0.833) , que representaría una mayor utilidad para Casa de Moneda, el siguiente párrafo de la solicitud en mención nos ilustra muy bien al respecto:

Legajo 1734, expediente 27,882

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¨Siendo, como son los quartillos, una moneda Provincial, que solo debe jirar en la América, y que corre solamente en el comercio más infimo, y menudeado de las tiendas, en el de los comestibles, mandados y limosnas, y otros semejantes pequeños usos, creo no resultará inconveniente de su baja de ley¨

Y posteriormente continúa:

¨ Para demostrar mi pensamiento he acuñado las muestras que dirijo a vuestra señoría de quartillos, y octavos de la misma ley de diez dineros, de que resulta la utilidad de un diez por ciento, además de la del Braceage, y la que puede producir el Feble; cuya utilidad podrá agregarse al fondo de la Casa, para que aumente el ramo de Décima Sexta parte, deduciéndose antes el extraordinario actual, de quatro granos, que está mandado se lleve por cuenta separada.¨

Cabe comentar que dicha solicitud fue bastante osada, pues era muy difícil que la Corona Española, autorizara una ley baja de moneda, mientras que en todos su dominios solo corría la ley de 11 dineros.

7.2. La moneda Octavo, una propuesta para eliminar las ¨tablillas¨.

LEGAJO 1733 EXPEDIENTE 27864 Sig. A3

La buena aceptación de los cuartillos puestos a circulación desde inicios de año 1794, motiva a que el 22 julio de julio del mismo año, se haga la solicitud para la acuñación de Octavos, que deberían de tener la mitad de peso de un cuartillo, para lo cual se ordena al grabador Pedro Garci Aguirre abrir troqueles para elaborar 8 piezas, 4 de los cuales, se enviaron a España junto con la propuesta y los restantes 4 se quedarían en resguardo en Casa de Moneda, a manera duplicado. A continuación adjuntamos el fragmento del documento que lo respalda:

Legajo 13, expediente 27,882

¨ Respecto a que los quartillos están corriendo con gusto de las gentes y sin repugnancia ni aun de los indios que por lo común extrañan toda novedad: la fundición de octavos facilitará más el giro del menudeo en las tiendas y para las cosas de comer con cuio objeto se extablecieron los quartillos propóngase a su magestad la acuñación de octavos, a cuio fin se acuñarán ocho, haciendo para ello el Gravador principal los troqueles en los mismos términos que le he prevenido; y quedando en el enserramiento quatro de los enunciados octavos remítanse otros quatro con testimonio de este expediente por principal y duplicado a que también acompañarán igual número de quartillos; cuios signos y tamaño se variará por el mismo Gravador para que guarden entre sí correspondencia estas monedas en caso de que su Magestad tenga a bien aprobar el pensamiento. Robledo.¨

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En poco más de un mes después de la carta anterior, se eleva la formal solicitud a España para la elaboración de Octavos, ratificando que se envían las mencionadas muestras y aclarando que se cambió el tamaño de los signos, o sea del castillo y del león tanto del cuartillo como las muestras de cuartillo como del Octavo para poder diferenciar uno del otro y como lo dice el texto ¨guarde uniformidad¨, o ¨correspondencia¨ ,como leímos en la cita de la carta anterior confirma también la correspondencia del peso, ¨dos octavos, lo de un cuartillo¨, también en el mismo documento se argumenta que ¨…(los octavos) se recibirán con gusto como ha sucedido con los cuartillos, que están corriendo, sin repugnancia aun entre los indios, que son los que más resisten toda novedad….¨

Otro aporte importante de este documento es el esclarecimiento de la subdivisión que existía del Real a nivel de las tiendas, pues queda claro que el Real se subdividía en 16 partes o signos, para lo cual se utilizaban tablillas, pues hacía referencia a la forma en que se llevaba, que era en pequeñas tablas, en las que se hacían las marcas correspondientes para llevar las cuentas, sobre todo en las compras pequeñas y en fracciones, ello en algún momento substituía la moneda pequeña, medios y cuartillos; este sistema, según reporta el documento ocasionaba muchos problemas, que haciendo referencia al uso de tablillas textualmente se reportaba lo siguiente: ¨. ..y en esto hay muchos errores, engaños o trabacuentas que dificultaban el Jiro….¨

La implantación de los octavos vendría a reducir el uso de tablillas y como se indica en el documento ¨…con los octavos se lograra desterrar a lo menos, la misad de los signos en los que se subivide el real en las Pulperias, Plazas, y tiendas de comestibles….¨

Para comprender lo anterior, hay que indicar que tablilla al tener 16 signos o subdivisiones, cada 2 signos equivalía a una Ración, el medio real equivalía a 8 raciones, el cuartillo dos raciones, el Octavo vendría a substituir la ración.

De allí la interpretación de que podían haber circulado cuartillos partidos por mitad, de lo cual no se encontró documentación que lo avalara, ello se consideraba un delito, cualquier alteración como sería el cercenamiento de moneda.

1 Real= 16 signos(o rallas) =8 raciones= 16 Medias Raciones

¼ Real= 2 Raciones

1/8 Real = 1 Ración

Media Ración=1 signo o ralla.

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Se haberse entonces aprobado el Octavo, substituiría hasta la ración, dejando únicamente la ½ Ración vigente a eso refiere el documento con que se desterraría la mitad de los signos en las tablillas.

Por último es muy ilustrativo lo que se menciona en este documento sobre la substitución del cacao por los octavos: ¨

¨Se proveherá también con ellos de una moneda que extinga en mucha parte, el uso de los granos del Cacao, que es otro signo que se acostumbra, por falta de un pequeño numerario¨.

8. Acuñaciones de cuartillos años 1794 y 1795.

Resumen de 3 años de acuñaciones.

Legajo 1739, Sig.A3.

Según libranza del 16 de junio del año 1794, le acuñaron 394 marcos exactos que genera una cantidad de 107,168 monedas de cuartillo.

Referente al año 1795, en libranza fechada 8 de agosto del mismo año se reporta la labor de cuartillos de 229 marcos, 1 onza y 3 ochavas que corresponden a 62,335 monedas de cuartillo.

En Resumen los 3 años de acuñación representaron 493,668 monedas de cuartillo

9. Real Orden del 30 agosto de 1795

Barriga Villalba, A.M. Historia de la Casa de la Moneda, Publicaciones del Banco de República, Bogotá 1969.(Tomo II,pag.87.)

Esta Real orden es muy importante para el presente estudio, ya que pone de manifiesto las dificultades de las acuñaciones de los últimos 3 años, de 1793 a 1795.

Inicialmente autoriza el aumento de fuerte o feble por marco acuñado de 34 a 50 granos, lo que permitirá en lo sucesivo el poder obtener mejores ganancias a las Casas de Monedas.

Además de lo anterior también permite un grano de diferencia en le peso unitario de cada moneda, lo cual beneficia en cuanto a la tolerancia de peso y ayudara en lo sucesivo a permitir esa variación y evitar con ello fundir monedas que no llegaran al peso exacto.

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Ya por último, muy importante en materia numismática, es que ordena la colocación de fecha, ceca y valor. Lo cual ya se aplica para las acuñaciones de 1796, año en el que fue recibida.

Para ilustrarlo mejor citamos textualmente la última parte de esta Real Orden:

¨…. Y para evitar la falsificación de los cuartillos como ha sucedido en el Reyno de Guatemala, ha resuelto igualmente S. M.( Su Majestad) que en el lado principal de ellos(que es el castillo) se ponga la letra inicial de la Casa donde se labra, a la derecha; el valor de la moneda a la izquierda, y el año en que se acuña al pie……¨

Las monedas de Costa Rica 1840-1850

F. Tomás Dueñas Leiva

Introducción

Las décadas de 1840 y 1850, son de las más profusas en las emisiones de monedas de Costa Rica. El desarrollo de la agricultura comercial del café y su vinculación al mercado mundial, marcaron en estas décadas el inicio de actividades comerciales tanto externas como internas que requirieron cada vez más de numerario que la Casa de Moneda de Costa Rica no pudo suplir en su totalidad, a lo cual se unieron circunstancias políticas en el proceso de transición

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de estado a república, que generaron monedas con diversos grabados en concordancia con los proyectos políticos vigentes en cada momento.

Por las razones anteriores, podemos decir que estas décadas se nos presentan como heterogéneas en la emisión de monedas, acuñadas y reselladas por la Casa de Moneda de Costa Rica, a lo cual se sumó autorizaciones gubernamentales que permitieron la circulación de monedas extranjeras, sin necesidad de ser reselladas, a la par de las nacionales.

La presente ponencia hace un recorrido por esta diversidad de emisiones y tipos monetarios, tratando de vincular los mismos con las circunstancias y contextos políticos y económicos que se relacionaron con su emisión.

Las circunstancias del comercio internacional en el período 1840-1850

Para el caso de Centroamérica en general y Costa Rica en particular, el advenimiento de la independencia implicó un cambio sustancial no sólo en la definición del camino a seguir como estados independientes, sino en la búsqueda de actividades económicas que pudieran sustentar la construcción de los nuevos estados, a través de la vinculación al mercado mundial. El poder económico y comercial de este período estaba en manos de Gran Bretaña, por lo que se estableció una relación formal de intercambio de mercancías, primero con los estados y después con repúblicas centroamericanas, sobre la base de un proceso de internacionalización del capital, producto de la Primera Revolución Industrial.77

Los productos con los que Centroamérica intentó vincularse al mercado mundial, en los años posteriores a la independencia, obtenida en 1821, muchos herencia de la economía colonial, tales como la zarzaparrilla, las maderas, los metales preciosos, los tintes naturales, el tabaco y otros, no representaron un atractivo para el mercado británico78, y si bien se exportaron a este, la inversión extranjera privada directa era mínima, y el peso y demanda de los productos centroamericanos fue decayendo hacia la década de 1840. No fue sino con el cultivo comercial del café, con el que las circunstancias empezaron a variar, cultivo y comercialización en el que Costa Rica tuvo una incorporación temprana hacia la década de 1840 y que seguirán otros países centroamericanos, aunque de manera más tardía.

El predominio de Gran Bretaña en el comercio exterior centroamericano hasta mediados del siglo XIX, fue el resultado de la hegemonía británica en el comercio, las manufacturas y las finanzas internacionales ya que ofrecía el mejor mercado para los productos centroamericanos, productos manufacturados para los mercados internos y grandes facilidades para las transacciones comerciales y la 77 Quesada, Rodrigo. Recuerdos del Imperio: los ingleses en América Central (1821-1915). Heredia, Costa Rica. EUNA, 1998, p. 87.78 Op. Cit.

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obtención de créditos. Inglaterra alentó a los países extranjeros a utilizarla como centro internacional del comercio mundial.79

Lo cierto es que, en este período, el capitalismo comercial británico va a moldear y a orientar el curso del crecimiento del sector exportador centroamericano, en el marco de una relación asimétrica en la que la Corona Británica establecerá las condiciones no sólo de las relaciones económicas, sino también políticas, y definirá también la forma en que Centroamérica se vinculará con el resto del mercado mundial80, situación de la que Costa Rica no escapará.

Costa Rica, la vinculación al mercado mundial y la situación monetaria 1821-1850

Para el caso de Costa Rica, desde que obtuvo su independencia en 1821, la búsqueda de un producto que nos vinculara con el mercado mundial hizo que se experimentara con diversas opciones como el tabaco, el palo Brasil, la caña de azúcar y la minería en los Montes del Aguacate; pero será el café el que nos incorporará, especialmente después de la década de 1840, a las grandes corrientes del comercio internacional. Este producto aportó las divisas necesarias para el sustento material del naciente Estado.

Según Jorge León, después de 1821 “…mediante el uso de monedas de oro y plata como pago de productos exportados –primero el tabaco y el palo brasil, y luego más abundantemente por el café-, se facilitó mucho el comercio. También contribuyó a aumentar la circulación de metálico en las primeras dos décadas posteriores a la independencia, la explotación de minerales del Aguacate; aunque mucha de esa producción de oro salió inmediatamente para cubrir el déficit de la balanza comercial. En las décadas de 1820 y 1830, el bajo grado de monetización no permitió ampliar mucho la actividad comercial, pues lo escaso de las exportaciones obligaba a cubrir parte importante de las importaciones con metálico”81

Si bien, en la década de 1840 el café se encontraba en su etapa inicial de exportación, los productos exportados no generaban suficientes divisas y la demanda de bienes importados había crecido, la circulación monetaria ya mostraba una heterogeneidad de monedas procedentes de distintos países americanos y europeos, lo que podría indicar una creciente vinculación con los mercados internacionales.

En 1833, Jorge Stiepel, comerciante alemán residente en San José, se convirtió en el primer empresario cafetalero al realizar los primeros envíos de este producto 79 Naylor, Robert A. Influencia británica en el comercio centroamericano durante las primeras décadas de la independencia (1821-1851). USA: Robert A. Naylor, 1988, p. 176.80 Quesada, Op. Cit., p. 88.81 Citado por: Díaz Arias, David y Viales Hurtado, Ronny. “El impacto económico de la independencia en Centroamérica, 1760-1840. Una interpretación”. En: Díaz Arias, David y Viales Hurtado, Ronny (editores). Independencias, estados y política(s) en la Centroamérica del siglo XIX. Las huellas históricas del bicentenario. San José, Costa Rica: Centro de Investigaciones Históricas de América Central, 2012, p. 42.

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a Chile, lo que se convierte en un aliciente para que otros empresarios costarricenses inicien la aventura comercial del café para la exportación. Así se incorporarán a esta actividad personajes como Mariano Montealegre, Vicente Aguilar, Juan Rafael Mora Porras, Manuel Aguilar, Felipe Molina y otros.82

El mercado para el café costarricense será, desde el principio, el europeo, en donde Chile se convierte sólo en un paso hacia el viejo continente, no siendo un negocio muy rentable para el productor costarricense por la gran cantidad de intermediarios en el proceso de exportación.83

Esta situación va a cambiar a partir de 1843, cuando Costa Rica inicia relaciones comerciales directas con Inglaterra, cuando William Le Lacheur exporta directamente a Inglaterra en la nave “The Monarch”, un cargamento de café propiedad de Santiago Fernández quien asume el pago del café de otros productores para completar la carga del barco, 5505 quintales, y asume el riesgo de la exportación. En 1845, Le Lacheur regresa a Costa Rica, los productores reciben su pago y vuelven a exportar parte de su cosecha. Los primeros cafetaleros de nuestro país tuvieron que financiar ellos mismos en los inicios las exportaciones a Inglaterra.84

Al poco tiempo, comienza a entrar en juego el crédito inglés, con lo cual las exportaciones se vuelven más estables y aumentan su volumen. Los ingleses financian a productores de café y estos a su vez conforman sociedades que manejan créditos de casas consignatarias de Londres y Liverpool para financiar a otros productores. Aparecen así, después de 1844, sociedades como las de Fernández y Montealegre, Mora y Aguilar, Fernández y Salazar, Cañas y Montealegre y Mora y Ferrer.85 La exportación de café y la llegada de estos créditos, permitirá la monetización de la economía costarricense y un crecimiento del mercado interno por el aumento del poder adquisitivo de la población y la llegada de productos importados.

La consolidación de la exportación de café en la década de 1850 produjo un ingreso constante de divisas, con lo que, según Jorge León, acabó con el apremiante problema de la escasez de metálico para realizar las transacciones comerciales86

Así, por ejemplo, en 1851, se establecieron los valores de monedas de oro de distintos países con respecto al peso costarricense quedando este fijado de la siguiente manera87:82 González García, Yamileth. Continuidad y cambio en la historia agraria de Costa Rica. San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1985, pp. 179-180.83 Ibid, p. 180.84 Ibid, pp. 180-181.85 Ibid, p. 182.86 León Sáenz, Jorge. Evolución del comercio exterior y el transporte marítimo de Costa Rica. 1821-1900. San José, Costa Rica: EUCR, 1997, p. 304. 87 Laporte Soto, Gilbert (1952). “Tipos de cambio extranjeros durante la vigencia del patrón bimetalista”. En: Revista de la Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica, diciembre de 1952. pp. 81-82.

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La libra esterlina o soberano inglés……………………………….5 pesos 2 realesEl águila norteamericana……………………………………..……10 pesos 4 realesLas piezas de oro francesas de 20 francos……………………… 4 pesos 2 realesLas piezas de oro de 10 Gulden, Holandesas y Belgas………….4 pesos 2 realesEl Luidor de Hannover…………………………………………….....4 pesos 2 realesEl Fredericdor de Prusia……………………………………………..4 pesos 2 reales

El establecimiento de estos tipos de cambio se llevó a cabo en el contexto de la firma de una serie de tratados de paz, comercio, amistad y navegación con países como Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Países Bajos y Bélgica, entre otros.Con la colocación exitosa del café en el mercado internacional, y el afianzamiento de los lazos comerciales con Gran Bretaña, Costa Rica experimentó una serie de beneficios derivados de las relaciones con la potencia del momento.88

Las monedas de Costa Rica en las décadas de 1840-1850

Las monedas de “Carrillo”

El estadista Braulio Carrillo, llegó por segunda vez al poder en mayo de 1838, producto de un golpe de estado, pero esta vez en calidad de dictador. En junio del mismo año, la Asamblea, reunida en sesiones extraordinarias, reconoció a Carrillo como Jefe Supremo del Estado. “Bajo su gobierno, la transformación institucional se aceleró notablemente; no en vano se ha dicho que con él empezó a cobrar forma un verdadero Estado nacional.”89

Carrillo separó a Costa Rica de la República Federal Centroamericana, lo que significó para este Estado recuperar la soberanía. Los símbolos de la Federación, entre ellos la bandera, el escudo y las monedas, representaban el sometimiento a esa entidad; por ello, después de separarse una de las primeras acciones de Costa Rica consistió en establecer los reglamentos para emitir monedas con los símbolos que representaran su nuevo estatus político.

El 10 de diciembre de 1839 Carrillo emitió el Reglamento de Hacienda, en el cual se reorganizaba la planta de empleados de la Casa de la Moneda. En el artículo 16 fijaba el peso y tipo de las monedas de oro y plata que se acuñarían.90

En noviembre de 1841, debido a la escasez de moneda y a la circulación de moneda de baja ley, el Gobierno de Carrillo ordenó habilitar, mediante un resello en forma de estrella, toda la moneda de plata extranjera que circulaba, con valores de ½, 1, 2, 4 y 8 reales. Esa fue la primera vez que se acuñó en las monedas el nuevo escudo del Estado para garantizar su calidad e identificarlas como propias del Estado de Costa Rica. Además, se les hizo una perforación cónica para extraer una porción de metal que el Gobierno se dejó como cobro por 88 Díaz Arias, David y Viales Hurtado, Ronny. Op. Cit., p. 44.89 Pérez, Héctor. Breve Historia Contemporánea de Costa Rica, Op. cit., p. 42.90 Gurdián Montealegre, Raúl. Op. cit., p. 26.

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el trabajo de habilitación. En diciembre del mismo año, se acordó resellar con la estrella la moneda de oro acuñada en el Estado que tuviera el escudo de armas de la República Federal, pero sin perforarla. De estas monedas sólo se conocen con resello las acuñadas en Costa Rica en 1837, de cuatro y dos escudos.91 El resello de las monedas de la época de la República Federal debió constituir un acto simbólico muy importante, pues imponía el escudo del nuevo Estado sobre la moneda de una entidad que representó el sometimiento y de la cual se consideró haber obtenido total independencia y soberanía.

En 1842 se acuñaron las nuevas monedas, según el Reglamento del 10 de diciembre de 1839 y la disposición del 21 de abril de 1840. El nuevo tipo de moneda sería acuñado en oro y plata. Las de oro tendrían grabado por un lado (anverso) un escudo en forma de estrella de seis puntas, que indicaba la existencia de un estado libre y soberano; y por el otro lado (reverso) una planta de café, producto que empezaba a mostrarse como importante alternativa económica.

Las monedas de plata tendrían grabado por un lado el escudo de estrella, y por el otro una planta de tabaco, que durante las tres décadas posteriores a la separación de España continuó siendo uno de los principales productos de exportación.

Francisco Morazán en Costa Rica y la vuelta a la emisión y uso de las monedas del tipo Federal

En abril de 1842 llegó al puerto de Caldera, con sus tropas, el General Francisco Morazán, último presidente de la desarticulada República Federal de Centroamérica, instado por varios enemigos de Braulio Carrillo, pero con la idea de reconstruir la República Federal. Ante esta situación, Carrillo envió un contingente armado para combatirlo, a cargo de Vicente Villaseñor, quien decidió traicionar a Carrillo y pactar con Morazán en el llamado “Pacto del Jocote”, firmado el 12 de abril de 1842. A partir de ese momento Morazán quedó a cargo de la jefatura del estado y asumió el compromiso de convocar a una Asamblea Constituyente, por lo que Braulio Carrillo tuvo que salir del territorio.

El 20 de abril de 1842, a pocos días de haberse instalado Morazán como General Jefe Supremo Provisorio del Estado de Costa Rica, uno de sus primeros decretos, el número 592, restableció el pabellón, las armas y el tipo de moneda de la República Federal y, por consiguiente, eliminó los establecidos por Carrillo.

En el mes de julio de 1842 se reunió la Asamblea Constituyente, proclamó a Francisco Morazán jefe de estado y lo autorizó para reorganizar la República Federal. En este sentido, lo primero que hizo fue organizar un ejército para invadir Nicaragua, lo cual provocó el rompimiento de relaciones de los demás Estados de

91 Gurdián Montealegre, Raúl.. Ibid, pp. 26-27.92 A.N.C.R. “Restablecimiento del escudo, pabellón y tipo de moneda de la República Federal”. Serie Congreso. Signatura 1040, 1842. Decretos expedidos por el Gobierno Provisorio del Estado de Costa Rica, decreto N° 5.

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Centroamérica con Costa Rica, agrupados en una confederación contra la amenaza de Morazán. Para financiar ese proyecto bélico Morazán impuso un empréstito interno, hecho que molestó a las clases propietarias. Esta situación generó un levantamiento armado contra Morazán el 11 de setiembre de 1842, el cual terminó con su fusilamiento el 15 de ese mes.93 Durante el gobierno de Morazán, si bien se decretó la vuelta a las monedas federales, no se acuñaron monedas de este tipo, dado su corto período como Jefe de Estado.

La dirección del gobierno fue asumida de manera provisional por José María Alfaro y posteriormente, en 1844, por José Rafael Gallegos. Hasta 1847 Costa Rica mantuvo una actitud de cautela respecto de los procesos políticos que se estaban dando en Centroamérica. De ahí surgió la idea de participar en una eventual unión centroamericana. Esta situación explica el hecho de que, entre 1843 y 1848, se mantuvieran vigentes las monedas con los símbolos de la República Federal, y que el resello de 1846, sobre moneda macuquina, tuviera en el anverso el símbolo de los volcanes de la Federación con la leyenda “Repub. Del Cent. De Amer.”, y en el reverso el grabado de un árbol.94

Durante 1843, se acuñaron monedas de oro del tipo federal en denominaciones de ½, 1 y 2 escudos; y de plata de ½ real, apareciendo como ensayador la inicial “M”, la cual probablemente se refiere a Miguel Mora, ensayador en la segunda administración de Braulio Carrillo. En 1844 se acuñó moneda de 1 escudo tipo M. Si bien Jorge Murillo plantea que la inicial “M” puede referirse a Manuel Castro Araya95, lo cierto es que este era grabador y por tanto no le correspondía certificar la ley y calidad de la moneda.

Durante el período de Gallegos, (1844-1846) entraría en escena uno de los ensayadores más importantes de Costa Rica y director de la Casa de Moneda: Juan Barth, por lo que a partir de 1844, las monedas tendrían como inicial de ensayador “B” o “JB” se acuñaron monedas de ½ escudo en 1846; 1 escudo en 1845 y 1846; y 2 escudos en 1846. En plata se emitirían monedas de ½ real en 1845, tipo B; 1846; así como la única moneda de ¼ de real acuñada en Costa Rica, con fecha 1845.

No obstante, a pesar de que circulaban monedas del período 1828-1845, el circulante monetario era insuficiente. Por tal razón, en 1845 y 1846 se autorizó nuevamente, mediante resellos, la circulación de monedas de otros Estados.

93 Pérez, Héctor. Op. Cit. , pp. 45-46..94 Cfr. Chacón Hidalgo, Manuel. Del Estado ala República. La moneda y la política en Costa Rica 1821-1850. San José, Costa Rica: Banco Central de Costa Rica, 2000.95 Murillo Rivera, Jorge. Historia de las monedas de Costa Rica. Catálogo Numismático. San José, Costa Rica: EUNED, 2004, p. 199.

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El resello de 1845 se realizó sobre monedas españolas de 2 reales, llamadas pesetas, en cuyo anverso aparecía el torso de una mujer con las inscripciones “Costa Rica” y “2 R.”; en el reverso, se observaba un círculo con un árbol al centro y la inscripción “Habilitada por el Gob”.

El resello de 1846 se hizo sobre moneda macuquina, aunque también existen, en menor medida, monedas del tipo redondo, con resello. En el anverso se les colocó un resello circular compuesto por tres volcanes y un sol en el cenit, además de una inscripción que decía “Repúb. del Cent. de Amér. 1846”; en el reverso tenía el grabado de un árbol y la inscripción “Habilitada en Costa Rica JB”.

En 1846, José Rafael Gallegos, electo jefe de estado en 1844, fue separado del poder por un golpe de estado y fue declarado como jefe provisorio, por segunda vez en la década, José María Alfaro. Posteriormente, se convocó a una nueva Asamblea Constituyente, la cual elaboró la Carta Magna que entró en vigencia en 1847. Para conmemorar las “reformas” de 1846 (el golpe de Estado a José Rafael Gallegos, ocurrido el 7 de junio) y la nueva Constitución de 1847, se emitió una moneda de un real, en cuyo anverso llevó el grabado de una “joven india” y en el reverso una mata de café. El Gobierno estimó una cantidad de estas monedas para ser repartidas entre el pueblo, por medio de los curas, en las diferentes cabeceras de los cinco departamentos del Estado, el día 7 de marzo de 1847, día de la jura de la Constitución. Además, en 1847 también se acuñaron monedas de ½ escudo; 1 escudo y ½ real del tipo Federación.

El establecimiento de la República y el nuevo tipo de moneda

El restablecimiento de la República Federal que esperaba Costa Rica nunca se llevó a cabo, y Guatemala fue el primer Estado de Centroamérica que se erigió en República, en 1847.

En 1847 se realizaron elecciones en Costa Rica. El doctor José María Castro Madriz fue electo jefe de estado y el 30 de agosto de 1848 se emitió el decreto que establecía la República, sancionado el 31 del mismo mes, con el cual Costa Rica descartaba cualquier posibilidad de volver a formar parte de la República Federal de Centroamérica y el 29 de setiembre de 1848 se emitió el decreto en el que se designaban los nuevos pabellón, escudo de armas de la República y tipo de moneda.

El anverso de las monedas presentaría el nuevo escudo de Costa Rica, en el cual se resaltaba su condición ístmica, con mares a ambos lados que facilitaban el comercio, y la leyenda “República de Costa Rica”, que indicaba su sistema de organización política.

El reverso de las monedas de oro tendría la imagen de una india descansando sobre el brazo izquierdo, apoyada en un pedestal cuya inscripción decía: “15 de Setiembre de 1821”. De esta manera se proyectaba a Costa Rica como un país con casi treinta años de vida independiente y con un pasado común al resto de

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Estados centroamericanos, específicamente Guatemala, República que ya había logrado el reconocimiento del gobierno de Inglaterra, con el que había establecido convenios comerciales y de amistad.

Así, tanto en las monedas de plata como en las de oro se rescataron elementos importantes para reforzar la búsqueda del reconocimiento diplomático como República independiente por parte de las principales potencias extranjeras, y firmar tratados de comercio, amistad y navegación.

Para la recién fundada República, a partir de 1850 se acuñaron monedas, según el decreto de 1848, de oro de media onza (1850), y medio escudo (1850, 1851, 1853,1854,1855) y de uno (1850, 1851, 1853, 1855, 1864) y dos escudos (1850, 1853, 1854, 1855, 1858, 1862, 1863); y de plata en denominaciones de un dieciseisavo (1850, 1855, 1862), un octavo (1850, 1853, 1855) y un cuarto de peso (1850, 1853, 1855). Si bien, tanto las monedas de plata como las de oro tenían en el anverso el escudo de la República establecido en 1848, se diferenciaban en que en las de plata aparecían en el escudo los “trofeos de guerra”.

Las monedas de transición: emisiones normales y el resello del “león pasante”

Mientras se enviaban a hacer los troqueles para fabricar moneda con los nuevos grabados, los cuales llegaron en 1850, entre 1848 y 1850 se acuñaron monedas de oro y plata con los símbolos de la Federación, debido a la necesidad de dotar a la economía de circulante para las transacciones. En oro se emitieron monedas de 1 escudo, con fecha 1848, 1849 y 1850; y de ½ escudo para los años 1848 y 1849. En plata se emitieron monedas de 1 y de ½ real con fechas 1848 y 1849; y de 2 reales fechada 1849.

En 1849, se emitió la primera moneda que expresaba el nuevo título de República de Costa Rica. Se trató de una moneda de un real, igual a la emitida para conmemorar la Carta Magna de 1847, llamada popularmente “Mariquita”, con la diferencia de que la orla del anverso tenía la leyenda “República de Costa Rica”, y la del reverso “América Central”. Con esta emisión se ratificaba el rompimiento con la transmisión de los símbolos federativos, pero se continuaba ubicando a Costa Rica como parte de América Central. También se emitieron “mariquitas” con fecha 1850.

Como un mecanismo para dotar de circulante a la economía, pero en nuevas circunstancias políticas de tipo republicano y en un contexto de rompimiento definitivo con la posibilidad de una restitución de la República Federal Centroamericana, a partir de 1849 se resellaron una serie de monedas con la figura de un “león pasante”

Así, las monedas de plata emitidas en 1849, excepto las “Mariquitas”, al igual que las acuñadas en años anteriores, con un valor de 2, 1 y de ½ real, fueron

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reselladas ese mismo año con la figura de un león pasante encerrado en un círculo de 5 milímetros de diámetro y con la leyenda: “Habilitada por el Gobierno”.

Posteriormente, en 1850, las monedas inglesas de one shilling, equivalentes a 2 reales, y las de six pence, equivalentes a 1 real fueron reselladas con la imagen de un león pasante de 6 milímetros; y, en 1857, se aplicó también en monedas de oro de ½ y 1 escudo del tipo de la Federación Centroamericana.

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ANALISIS DE EMISIONES MONETARIAS: DE LAS VARIACIONES A LAS SUB EMISIONES.

Estudio de emisiones con técnicas estadísticas y análisis inferencial.

Rodrigo Figueroa González

Introducción

El propósito del siguiente trabajo es la exploración de una nueva forma de abordar el estudio de las monedas, partiendo del estudio de las emisiones de monedas metálicas tradicionales, con el fin de comprender de una manera más cabal el fenómeno monetario, desde el punto de vista numismático. Se pretende lograr la creación de un “perfil” o “imagen” real y efectiva de ese fenómeno masivo que constituye una emisión monetaria. Aunque el título podría sugerir un riguroso enfoque estadístico matemático, en realidad no se llega a ese nivel o rigor científico intencionalmente, ya que pretendemos invitar a las y los numismáticos a atreverse a hacer estudios monetarios grupales los que si bien es preferible llevar a los rigores de la ciencia estadística y por ende matemática, los estudios se pueden realizar de manera más simple y empírica, siempre y cuando exista un mínimo de rigor en las observaciones, clasificaciones y cuantificaciones que deben quedar debidamente registradas. Por tanto, lo importante de este trabajo es el esbozo del enfoque metodológico, el que se manejará de una forma más intuitiva y práctica, pero susceptible en entregas posteriores de ser abordada con todas las fórmulas y rigurosidad matemática y estadística debida.

Moneda

Debemos empezar aclarando lo que entenderemos aquí por moneda, ya que este término podría crear malentendidos con disciplinas como la Economía para la cual la moneda es el “instrumento aceptado como unidad de cuenta, medida de valor y medio de pago” aparte del “conjunto de signos representativos del dinero circulante de en cada país” de acuerdo al DRAE. En la disciplina mencionada, una emisión monetaria “es la cantidad de billetes y monedas que circulan en la economía”, además se habla de “oferta monetaria”, “mercado monetario”, “equilibrio monetario”, “doctrina monetarista”, “control monetario”, “base monetaria” y hasta de “política monetaria” (García Soto, Ronald; Moneda, banca y política monetaria. EUNED, 1ª. Ed. 2004.) y todo eso tiene poco que ver con la monedas redondas que andamos en nuestros bolsillos al igual que la “moneda electrónica” o la más reciente “moneda virtual” .

Cuando nos refiramos en estas páginas a monedas y algunos términos derivados de esta palabra como monetario o monetaria, estaremos hablando de los objetos metálicos mayoritariamente redondos, que se han utilizado tradicionalmente y se utilizan aún hoy en día para el intercambio comercial, diferenciándola inclusive tajantemente del “papel moneda” o billete, aún cuando éstos sean objeto de estudio por la misma disciplina numismática.

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Emisión monetaria

Entenderemos a su vez por “emisión”, a una acuñación monetaria, en el sentido esbozado, puesta oficialmente en circulación intencionalmente o no por el ente emisor. Las monedas costarricenses de 500 colones del año 2003 KM 239.2, con números “delgados”, fueron puestas en circulación en principio, sin la voluntad expresa del emisor, el Banco Central de Costa Rica (BCCR), aunque el acto mismo de ponerlas a circular “por error” legalizó el hecho (Ley no. 7558, nov. 1995, Art. 44. “El Banco Central tendrá el derecho exclusivo de la emisión de billetes y monedas en el territorio nacional. Ni el Estado ni ninguna otra persona, natural o jurídica, podrá emitir billetes, monedas ni otros documentos o títulos que puedan circular como dinero.”) (García, óp. cit. pp. 172). Por otra parte, las monedas costarricenses acuñadas en la Administración Tinoco de 50 céntimos de colón de 1918, nunca circularon sin el resello de 1923, y por tanto no fueron emitidas o puestas en circulación tal como se acuñaron originalmente, y por tanto no existió una emisión de de 50 céntimos 1918, aunque sí una acuñación. Aclaramos que una acuñación podría ser abordada con el método indicado en estos apuntes.

Llegados a este punto, debemos hacer una última aclaración con respecto a lo que entendemos por emisión. Algunos autores, como don Raúl Gurdián Rojas (Gurdián Rojas, Raúl y Gurdián Montealegre Raúl. Contribución al estudio de las monedas de Costa Rica. 2ª. Ed. LIL, 1997), don Otto Prestinary Gotay (Ciento cincuenta años de independencia, 1821-1971, Colección de monedas del Banco Central de Costa Rica, Folleto editado por el BCCR, 1971) y don Jorge Murillo Rivera (Murillo Rivera, Jorge. Historia de las monedas de Costa Rica. BCCR-EUNED, 2005), han entendido por emisión (aclaramos que no hicieron enunciado formal en este sentido, sino que manejaron el concepto de esta manera) como el conjunto de tipos de monedas autorizadas por un decreto, de forma que pueden haber varias denominaciones o valores acuñadas incluso en diferentes años, incluidas en la misma emisión. Esta manera de agrupar las emisiones lo denomino enfoque legalista, por estar basado en las leyes, decretos o acuerdos de autorización de las emisiones. Otra modalidad de organizar las emisiones es el seguido por el Standard Catalog of World Coins (8) que utiliza lo que podemos denominar método de clasificación o numeración KM (Krause – Mishler), que reúne bajo un mismo número varias emisiones de diferentes años de acuerdo a la matriz utilizada en ellas, por lo que llamamos a este enfoque matricial, aunque no se sigue una línea estricta en este sentido y se guían no pocas veces más por el metal utilizado que por la matriz (por ejemplo las monedas KM#188.1 de 25 céntimos 1976-78, KM#189.3 de 50 céntimos 1976-78, y KM#210.2 de 1 colón 1989, monedas de Costa Rica, aunque fueron clasificadas conjuntamente con acuñaciones de otros años, utilizaron matrices diferentes con respecto al resto del grupo). En este sentido las emisiones de 50 céntimos de colón de 1982, 1983 y 1990, todas llevan por número KM 209.1, aun cuando en 1984 se emitió la KM 209.2.

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Sin embargo, estos enfoques son poco prácticos desde nuestro punto de vista, ya que no manejan cada acuñación por separado, y cada acuñación y emisión tienen su comportamiento particular, aunque se utilicen las mismas matrices. Otra manera de abordar el asunto de las emisiones, fue el método utilizado en 1996 por don Raúl Gurdián Montealegre (Gurdián, óp. Cit.), sin declararlo explícitamente, pero evidentemente es el esquema con el que organizó sus dos catálogos, el “Catálogo de las monedas de uso corriente (1951- 1995)” y el “Catálogo de las Monedas conmemorativas de Costa Rica”, elaborados como complemento y continuación del desarrollado por su padre, y agregados a la 2ª edición junto con el ensayo “Breve historia del Colón”. Este enfoque lo llamamos denominativo, por estar organizado según el tipo de moneda según su valor y su año de acuñación. De esta manera, cada tipo de moneda identificado por un valor y un año específico constituyen en este estudio una emisión, y este enfoque es el que seguimos en nuestro estudio.

Una acuñación puede emitirse o ponerse en circulación a lo largo de varios años, como el caso de la emisión costarricense de 100 colones año facial 2007 (KM207a) que todavía al momento de escribir estas líneas continúa saliendo al mercado, siete años después. De hecho, se ha introducido una nueva política en Costa Rica por el BCCR, donde la fecha de la acuñación sólo indica el año nominalmente, rompiendo con una tradición centenaria en nuestro país, aunque podríamos decir milenaria si consideramos la historia de Occidente, de indicar el año real de acuñación en la moneda. De acuerdo a la página web de la nueva Casa de Moneda de Costa Rica (Mint of Costa Rica), varias acuñaciones con fechas 2007 y 2008 fueron elaboradas por dicha casa, aunque ésta abrió sus puertas hasta el año 2010. Esta práctica que muy probablemente será copiada por otros entes emisores, implica un duro golpe para los amantes de las monedas, ya que la acuñación con una fecha determinada se fabrica en el trascurso de varios años, reduciendo la oferta monetaria para colección. Denominaremos este desafortunado tipo de acuñación como “discontinua”, y que se caracteriza entonces por acuñar la o las casas de moneda en diferentes años o períodos monedas con el mismo año denominativo.

Regresando a nuestro enfoque, para aclarar nuestro punto y a modo de ejemplo, los tipos de monedas reunidos bajo el término KM 209.1 o sea las monedas de 50 céntimos de Costa Rica de los años 1982, 1983 y 1990, se tratan y consideran como emisiones separadas, y podríamos denominarlas KM# 209.1-1982, KM# 209.1-1983, y KM# 209.1-1990. La de 1984 que utilizó otra matriz tiene como número KM# 209.2.

Nos permitiremos un pequeño desvío en nuestro curso para considerar un asunto que si bien no está directamente relacionado con nuestro estudio, si es una noticia refrescante en el medio numismático. Haremos presentación de la moneda que suponemos será clasificada en el futuro con el número KM209.3, con valor nominal de 50 céntimos de colón costarricense, del año 1982. Esta moneda, suponemos basados en alguna evidencia recogida, fue acuñada por la misma ceca que acuñó la emisión “normal” del mismo valor y año, la KM209.1-1982, la

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Casa do Moeda do Brazil (desafortunadamente todos los registros relativos a dicha emisión en Costa Rica fueron eliminados por el BCCR). En un apéndice al final del estudio incluimos la descripción completa de la “nueva” moneda de 1982, así como otros detalles sobre su hallazgo y que al igual que la moneda de 500 colones del 2003 mencionada anteriormente, fue puesta en circulación “por error” por el BCCR, de lo que damos fe, ya que así fue como la localizamos. ¡Ahora tenemos una nueva moneda que incluir en nuestras colecciones!

Análisis de emisiones monetarias

Toca definir qué entendemos por análisis de una emisión monetaria. Se trata de estudiar el fenómeno monetario desde un punto de vista un tanto inusual para la Numismática, ya que lo típico es la consideración del cospel o moneda como un fenómeno separado e individual, donde se evalúan sus características, principalmente su calidad o estado de conservación, con respecto al tipo o modelo ideal, entendido éste como la moneda acuñada no circulada, y que cumple los estándares (la mayoría de las veces teóricos) de alineación, centralidad, calidad de laminado, pulido y perfecto troquelado (con el troquel ideal por supuesto). Sin embargo podemos entrever el problema de este sistema, porque una moneda no circulada puede incluir desviaciones del patrón ideal, lo que comúnmente se clasifica como errores o variaciones en Numismática, y que se ha reconocido desde hace bastante tiempo. El descubrimiento y reconocimiento de errores y variaciones dentro de una emisión, se trata usualmente de la misma manera individualizada, y en algunos países hay quienes únicamente coleccionan este tipo de monedas especiales. En el análisis de emisiones se pretende estudiar el fenómeno monetario desde el punto de vista de la totalidad.

Los criterios o normas usuales en la Numismática son apriorísticos, o sea, se definen de antemano los criterios de clasificación y búsqueda. En cambio, el análisis de emisiones es un enfoque aposteriorístico, ya que como primer paso se debe observar una muestra significativa de la emisión tal cual, y en base a esa observación o estudio más o menos objetivo, se definen los criterios de clasificación, estableciendo patrones de organización en base a las similitudes y diferencias encontradas. La ventaja de este enfoque es que nos permitirá definir objetivamente la calidad numismática de la emisión y definir los criterios para establecer lo que es coleccionable tanto desde el punto de vista de los preciosistas o coleccionistas de la moneda ideal, como de aquellos que se lanzan a la búsqueda de las aberraciones, o sea el coleccionista de errores y variaciones, posibilitando tender un puente entre ellos, al introducir un nuevo concepto: las sub-emisiones.

Una sub-emisión vendría a ser una variación, pero que numéricamente representa un porcentaje significativo de la emisión, pudiendo ser en algunos casos millones de monedas que se agrupan o cobijan bajo su alero. La sub-emisión es un conjunto significativo de monedas de una emisión que comparten una o más características que la diferencian del resto de la emisión, siendo este rasgo más o menos sutil o notorio. Constituye por tanto una partición de la emisión.

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Lo que nos proponemos en este estudio es revisar la posibilidad para la Numismática de los estudios o consideraciones desde un punto de vista grupal o de conjunto, de manera que podamos evaluar y comprender las verdaderas características de una emisión o acuñación, lo que denominaremos perfil o imagen de la emisión, y para lograr esto nos proponemos efectuar un estudio de calidad o más precisamente lo que en el campo de la Ingeniería Industrial se denomina un estudio de control de calidad. Más específicamente, efectuaremos un estudio del tipo denominado “inspección final del producto”, lo cual Acuña define como “la acción mediante la cual se revisan, al final de la línea de producción, las unidades producidas…” (Acuña, J.; Control de Calidad. Un enfoque integral y estadístico.; Ed. Tecnológica, 2012). Aunque usualmente el propósito de estos estudios es la detección de producto defectuoso para su reparación o eliminación, en nuestro caso, lo defectuoso usualmente no es sinónimo de no utilizable o disfuncional, y monedas con grandes daños o defectos son capaces de cumplir con su propósito primordial como medio de pago, pero además podrán en la mayoría de los casos aportar información de la emisión, y por ello no hay moneda mala bajo este enfoque.

El análisis de emisiones se trata por tanto de una evaluación de la calidad del producto acuñado y emitido, pero con visión de conjunto. Se observa lo hecho y además su devenir o transcurso, o sea su desempeño y a partir de allí se sacan las conclusiones. Esto nos conduce a una confrontación con los estándares usuales de calidad numismática, ya que éstos han tenido a la fecha una finalidad diferente ciertamente, pero muy limitante a la vez. ¿Será posible que una emisión de 8000 millones de monedas de un centavo usamericanos (término acuñado por don Armando Vargas en su libro “El lado oculto del Presidente Mora”, ya que todos los nacidos al poniente del Atlántico somos americanos) solo se pueda tener en el coleccionador una monedita en el caso de los preciosistas?

Para lograr el propósito esbozado, debemos recurrir a las técnicas de estudio de fenómenos masivos o grupales, en el entendido de que no es posible evaluar todas y cada una de las monedas de una emisión, dado el tamaño monstruoso de las emisiones monetarias modernas de decenas de millones en un país pequeño como Costa Rica, con una población pequeña relativamente, cuando no de centenas o miles de millones en algunos países, eso en el caso de moneda circulante, o la imposibilidad de reunir suficientes monedas de un tipo determinado, como cuando consideramos emisiones descontinuadas más o menos antiguas. Para ambos casos, el problema radica en lograr juntar un conjunto de monedas lo suficientemente significativo para poder hacer un estudio grupal de cierta validez. Nos enfrentamos acá a los problemas que revisa, considera y resuelve la Estadística.

Calidad numismática y calidad monetaria

Hemos propuesto que el análisis de emisiones es un estudio de calidad monetaria, porque la Numismática al fin de cuentas tiene obsesión por este tema y es el eje de su quehacer. Sin embargo la visión de esta disciplina tiende a ser limitada y

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restrictiva. Para poder abrir los horizontes numismáticos, debemos abrirnos a nuevas concepciones y nuevas maneras de ver el fenómeno monetario.

Estamos obligados a explorar, aunque brevemente, lo que es o se entiende por calidad de rigor. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) define calidad como la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor”. Esto nos coloca ante una valoración o jerarquización siguiendo criterios, normas o juicios más o menos subjetivos. Por ejemplo, los sistemas nobiliarios, de apartheid, heráldica, estratificación social, son al fin de cuentas sistemas de valoración de calidad personal basados en criterios arbitrarios y en nuestra opinión errados.

Para hacer un estudio de calidad de monedas emitidas, tenemos que afrontar el problema que genera el coleccionismo, o sea esa parte que justifica y sostiene en última instancia todo el andamiaje numismático. Las monedas más valoradas y buscadas son las que no circularon o que prácticamente no lo hicieron. Existen razones de peso para este fenómeno: estas monedas que no han circulado o han circulado poco no han sido deformadas con el ir y venir de las transacciones comerciales, conservando las características primordiales de la moneda, la belleza de sus diseños más claramente sin lugar a dudas. Pero esto tiene su lado oculto.

El coleccionismo y su trampa han sido desenmascarados magistralmente en la serie de películas Toy Story de los Estudios Pixar (USA), particularmente la número 2, en donde el juguete nuevo y empaquetado coleccionable se contrapone al juguete usado y desgastado, pero que ha cumplido y cumple todavía con el propósito para el cual fue creado. La misma dialéctica ocurre con la Numismática, en donde invariablemente se sobrevalora la moneda no circulada y se tiene como paradigma o ideal. Sin embargo, son las monedas circuladas, sometidas al “tear and wear” normal (como medio de cambio) o anormal (como herramienta, proyectil u otros muchos usos asombrosos), las que pueden contar la verdadera historia de una emisión. (10) La moneda circulada tiene su encanto: tiene historia y pequeños jirones de alma arrancada de los innumerables usuarios. En el análisis de emisiones debemos recurrir a las monedas circuladas para poder observar el verdadero comportamiento o devenir de la emisión en todos sus aspectos, y que solo la prueba iniciática de la puesta en circulación pone en evidencia.

El análisis de emisiones, es por tanto una herramienta para obtener información objetiva de la emisión, permitiendo el establecimiento, de existir, de lo que aquí llamaremos sub-emisiones, o sea la identificación y cuantificación de los patrones reales de acuñación que fueron desarrollados, y que permite darnos cuenta de pormenores que en algunas ocasiones pueden llevarnos a cambiar nuestra idea del o de los modelos de referencia de la misma, porque podemos encontrar que en algunos casos tenemos más de uno.

La calidad monetaria es la calidad que presentan las monedas como producto de las medidas adoptadas por el ente emisor o banco central en la mayoría de los

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casos, quien en es el responsable de todo lo relacionado con la emisión de las monedas. El banco central, al menos desde el siglo pasado, decide los qué, cómo, cuánto, cuándo y por qué de las monedas, y por tanto es el responsable en su totalidad de la emisión, aun cuando subcontrate la confección del diseño de matrices y troqueles, o la elaboración o producción de las monedas.

A pesar de que el ente emisor no pocas veces presta atención especial a los coleccionistas numismáticos con emisiones conmemorativas, o con emisiones “proof” paralelas a la normal (algo usual en el pasado no tan lejano), lo cierto del caso es que su objetivo dista mucho del enfoque numismático. Los problemas de costos - beneficios asociados a una emisión, así como su funcionalidad son sus prioridades. No podemos olvidar además que las decisiones las toman no pocas veces tecnócratas burocratizados, a los que poco interesan esos cospeles o moneditas que desvelan a los coleccionistas. Adicionalmente, con el abandono de los metales preciosos en la confección de las monedas, el valor de las mismas es cada vez menor y por tanto su calidad interesa menos, ya que su durabilidad efectiva no pocas veces es de tan solo unos pocos años porque “el principal problema consiste en la desvalorización constante de nuestro signo monetario…” (Gurdián, óp. Cit. pp. 4) Dado el bajo valor nominal relativo de las monedas, hoy en día no es razonable esperar falsificaciones que comprometan el valor de las mismas como sucedía en el pasado no tan lejano.

Por otra parte, la calidad de las monedas no es precisamente la principal preocupación para las casas de moneda o fabricantes, ya que su interés primordial, sin excepción, es la obtención de ganancias para los accionistas, y este criterio, por tanto, se coloca por encima de la calidad de la moneda, la que como apuntamos de todas maneras desvela cada vez menos a los emisores. Además los procesos son cada vez más tecnificados, y en las producciones masivas los estándares de calidad se limitan a cumplir con requisitos básicos mínimos, y no con los deseables para los numismáticos.

De acuerdo al BCCR, se acuñan 500.000 cospeles por troquel, para garantizar la calidad de las monedas. En una emisión de 300 millones de ellas (emisión total de monedas de 10 colones con año facial 2008, según la misma fuente), si hipotéticamente el fabricante por un pequeño “descuido” troquela 600.000 cospeles con cada troquel, eso implicaría la utilización de 100 troqueles menos, y un nada despreciable ahorrito. Si por alguna razón, los cospeles vienen de fábrica con un pulido de grado ligeramente inferior, indudablemente las monedas saldrán un poquitín diferentes por factores ajenos a la casa de acuñación. ¿Pueden o quieren los emisores controlar estas cosas? ¿Afecta esto a los usuarios finales? La respuesta a ambas preguntas es un no rotundo por supuesto. Pero en esta situación donde podríamos percibir una crisis monetaria los amantes de la numismática, podríamos entrever una oportunidad de agrandar el repertorio por emisión.

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Por último, a los usuarios de las monedas, o sea el público en general solo le interesa la calidad monetaria en el tanto que el valor transaccional sea garantizado, aunque la moneda esté bastante deteriorada. Esto tiene un límite por supuesto, y una moneda de 5 colones costarricenses actuales que más o menos equivale a un devaluado centavo de U$ dólar de hoy en día, y con los que no se puede comprar absolutamente nada, sea en Costa Rica o en USA, y su costo de acuñación difícilmente justificaría su utilización. Hasta los niños y niñas de escuela se percatan de su valor casi nulo y no se agachan a juntarlos.

Subemisiones: reconsiderando las variaciones y los errores.

En numismática las monedas se clasifican según su calidad, siendo el criterio principal su grado de desgaste, aunque para efectos de la fijación de su precio, se consideran otros aspectos como antigüedad y abundancia o escasez relativa. Pero aparte de dicha clasificación, se ha reconocido el hecho de que en las producciones masivas de monedas se producen desviaciones o anomalías con respecto al patrón ideal de moneda establecido. Lo que nunca se ha hecho es cuantificar el fenómeno. Cuando una desviación se repite lo suficiente para representar porcentajes significativos de la emisión, estamos ante lo que en este estudio denominaremos sub emisiones, o sea, segmentos o particiones de la población o emisión total con un peso o porcentaje importante y notorio, lo que en otros ámbitos llamaríamos minorías.

En Costa Rica por ejemplo, todas las monedas del período comprendido de 1935 a 1980 de las denominaciones de 1 y 2 colones, así como las de 0,50, y 0,25 céntimos de colón, con la excepción de las monedas de 0,25 céntimos de los años 44, 45, 46 y 1982, tienen subemisiones reconocidas por los catálogos de Gurdián, Murillo, el Standard Catalog of World Coins y todos los coleccionistas. Nos referimos aquí a las particiones de estas denominaciones generadas por el hecho de haberse acuñado en el canto de las monedas las letras correspondientes al emisor, BICR en 1935, BNCR en 1948 y BCCR desde 1954. Dependiendo de cómo entrase el cospel en la máquina acuñadora del canto, las letras salían invertidas con respecto al anverso o cara con el escudo nacional, proceso totalmente aleatorio. Este hecho no se ha cuantificado pero podemos suponer que había un sesgo en la distribución y que nunca se acercó a una distribución 50-50 (%), ya que Gurdián Rojas menciona para las emisiones de 1935 y 1937 que la monedas tienen en el canto “en bajo relieve las letras del banco emisor, en muchos casos invertidas” y Gurdián Montealegre menciona en una nota que “en todas las monedas con iniciales en el canto, se presentan casos de estas iniciales invertidas con respecto al anverso”. (Gurdián, op. cit. pp. 79 y 116) Las monedas con letras invertidas en el canto que mencionamos, constituyen sin lugar a dudas subemisiones que deben oscilar entre un 10 y un 30% del total de monedas acuñadas para cada caso, o sea grupos significativos numéricamente.

Otro caso descrito indirectamente en los catálogos costarricenses lo constituye la emisión costarricense de 1923, en la cual se resellaron las monedas de 25 céntimos de peso de emisiones previas, revalorándolas en 50 céntimos debido a

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la pérdida de valor del colón. Se acuñaron por error monedas con los resellos invertidos, o sea se alimentaron las monedas invertidas en la máquina acuñadora, hecho no cuantificado nuevamente, pero reconocido por los entendidos. En una muy pequeña muestra del autor de estas líneas, de un total de 32 monedas (muestra aleatoria recolectada por mi abuelo), una presenta la inversión, lo que nos da una ligera idea de la magnitud del fenómeno, situándolo alrededor de un 3% (este es un cálculo burdo sin aplicar las debidas operaciones de cálculo estadístico para determinar las desviaciones o rango de razonabilidad). ¿Será este caso una subemisión, una variante o un error? Uno de los problemas de las subemisiones lo constituye el dónde trazar la línea divisoria, o sea cuándo podemos comenzar a hablar de subemisiones y cuando de variaciones. Debemos tratar de aclarar esta situación.

Aquellas monedas que presentan anomalías únicas e irrepetibles son conocidas como “errores”, o sea, nunca habrá dos “errores” idénticos. No existen los gemelos en materia de” errores” numismáticos y corresponden las más de las veces a defectos en la fabricación del cospel, las monedas en bruto sin acuñar o a problemas con el troquelado relacionados principalmente con el desajuste de los equipos, problemas de alimentación a la troqueladora u otros al menos desde que la fabricación de monedas se ha industrializado.

Las variaciones corresponden a las desviaciones producidas por la elaboración más o menos defectuosa de los troqueles en relación con la matriz, al menos esto es lo que se admite usualmente, aunque creemos que en muchas ocasiones problemas de procesamiento están involucrados, más de lo que se reconoce hoy en día. Normalmente este tipo de fenómenos no son cuantificados, ya que a nivel productivo son irrelevantes, tanto para el fabricante o acuñador como para el emisor, no así para algunos coleccionistas de monedas “raras”. Sin embargo, casi siempre se asume que son poco abundantes.

Sin embargo, esta suposición no tiene ningún sustento real, ya que hasta la fecha no se han hecho estudios para cuantificar este fenómeno. Un caso interesante lo constituyen las emisiones especiales “proof”, desviación o variación creada ex profeso y casi siempre con fines numismáticos. En el caso costarricense, existen cuatro casos de estas acuñaciones “especiales” del tipo “proof” para monedas de curso normal, en los años de 1889, 1937, 1948 y 1976, y sólo las de este último año debidamente cuantificadas de acuerdo a Gurdián Rojas y Gurdián Montealegre (Gurdián óp. cit., pp. 74, 80, 82, 124-25, 139). Es notorio el hecho de que constituyen emisiones minúsculas de un 2% máximo de la emisión normal, si nos basamos en de la lista de moneda divisionaria acuñada (existe una cierta inconsistencia numérica con lo mencionado en el catálogo de monedas de Gurdián Montealegre, que creemos se debe a la mención de los 5000 paquetes de cuatro monedas “proof” sellados en cajitas (Gurdián, op. cit. pp. 124-125), ya que no coinciden los números). ¿Podemos considerar estas monedas proof del 76 subemisiones? Dado su limitado número, creemos que no y deberían clasificarse como variaciones.

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Cuando estudiamos muestras de monedas, podemos encontrar algunos casos en que una variación representa porcentajes significativos de la acuñación. Lo que estamos enfrentando es un fenómeno que cambia las perspectivas usuales de la numismática y nos introduce a considerar lo que aquí denominaremos como sub emisiones, o sea acuñaciones con características particulares o especiales con una o varias diferencias con respecto al modelo ideal de moneda para la emisión ¿Cuál deberá ser el porcentaje mínimo para definir una sub emisión? Tentativamente proponemos como parte aguas el 5% de la emisión total. Por debajo de ese porcentaje hablaremos de variaciones y por encima de sub emisiones. Las sub emisiones en nuestra opinión serían viables para los coleccionistas tradicionales, dado que se admiten los descuidos no cuantificados de don Guillermo Witting de 1886 y 1887 en las monedas de 25 centavos de peso costarricenses, donde en unas monedas coloca primero las letras del ensayador y luego la ley, y en otras monedas del mismo año los mismos datos en orden invertido es aceptable para considerarse coleccionable por todos. ¿Por qué una sub emisión no lo sería? Los errores y las variaciones, o sea desviaciones del patrón o modelo con porcentajes muy pequeños, quedarían para el buscador y coleccionador de rarezas.

El análisis de emisiones en última instancia busca identificar y cuantificar las submisiones, las variaciones y los errores numismáticos, o sea la comprensión real y total de la emisión desde el punto de vista numismático. Esta comprensión permitirá sin lugar a dudas ampliar los horizontes y perspectivas de los coleccionistas.

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Las muestras y el análisis de emisiones

Como se apuntó anteriormente, el tamaño cada vez más grande de las emisiones imposibilitan el estudio o revisión de totalidad de las poblaciones monetarias, lo que nos lleva al problema del muestreo, o sea, los estudios o análisis parciales, los cuales se pretende que logren tener la mayor representatividad posible del fenómeno en consideración, o sea, que reflejen lo más fielmente o más aproximadamente el comportamiento de la totalidad. Esto se consigue si las muestras son aleatorias y se reúnen con la menor o de ser posible ninguna intervención de criterios subjetivos de selección que podrían sesgar la muestra. “La eficiencia y la eficacia del muestreo depende totalmente de la aleatoriedad y representatividad de la muestra usada para la inferencia.”(Acuña, pp. 403)

La recolección de las monedas podría hacerse de varias maneras y en momentos diversos. Una manera sería que los fabricantes o los emisores permitieran la recolección de un pequeño grupo de monedas de cada lote acuñado, y puestas a cargo de algún instituto de estudios numismáticos, los cuales en no pocos casos, son inexistentes sobre todo en países en vías de desarrollo, aparte de tener que solventar casi con seguridad algunos escollos legales, lo que posiblemente imposibilitaría esta opción.

Otra manera sería la recolección de monedero, o sea, agrupar las monedas que se obtienen por la vía de las transacciones comerciales en que se participe, siendo el único requisito o criterio la recepción misma de las monedas, aunque sería preferible coordinar las acciones de varias personas ya que de otro modo se podría correr el riesgo de introducir un sesgo “regional”. El principal problema con monedas circulantes, es que la emisión puede terminar siendo puesta en el mercado en el trascurso de varios años, o sea, monedas con el mismo año nominal saliendo al mercado en diferentes años calendario y podría correrse el riesgo de no tener acceso a la totalidad del universo muestra, o la nueva modalidad ensayado por el BCCR de la producción nominal extendida por períodos de varios años, lo cual está implementando en las últimas emisiones. Si se supiera cuando ha concluido la entrega de la emisión por parte del ente emisor, se tendría al menos la certeza de que se podría intentar representar eventualmente toda la población monetaria. Sin embargo, este sistema de colección de monedas y acumulación representada por el tradicional chanchito tiene el inconveniente de que podría requerir períodos o ciclos muy largos para lograr garantizar la representatividad y la aleatoriedad deseadas.

Por último, cuando una emisión es sacada de circulación por la razón que sea, lo que se conoce como desmonetización de acuerdo al BCCR, y se convoca a la remisión de monedas por el ente emisor, las muestras que se puedan recolectar tienden a ser representativas y aleatorias, o sea difícilmente se puede obtener mejores muestras, aunque presentarán el problema del desgaste monetario, reduciendo el atractivo para los numismáticos, aunque a su vez nos brindan información fidedigna del comportamiento del metal así como del diseño de los troqueles ante el uso . Hoy en día este enfoque enfrenta algunas amenazas

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serias, principalmente el reciclado monetario con el fin de recuperar metales, razón por la cual se están destruyendo las monedas que antiguamente el emisor se veía obligado a retener en bodegas y que promete en años venideros la alteración del mercado numismático usual, aumentando los costos de las monedas, y aumentando la dificultad de su obtención para los futuros iniciados a la numismática. Los chanchitos serán en el futuro los salvadores de los coleccionistas. Otro problema es que para analizar una denominación específica tal como hemos propuesto, obliga a la separación de monedas de características similares que se desmonetizan simultáneamente, o de un conjunto grande de ellas, lo que agranda el trabajo y la dificultad de los estudios.

El problema de la aleatoriedad de las muestras no es gran cosa, ya que con la técnica del “monedero” podemos lograrla, sin embargo, el problema de la representatividad es más complicado, ya que las muestras dependerán del tamaño de la población y éstas cada vez se vuelven más y más grandes.

Otro problema a futuro vendrá a ser la posible desaparición de la moneda misma, al ser sustituida por los cada vez más presentes y efectivos medios de pago o transacción electrónicos, lo que podría al cabo de dos décadas eliminar las monedas metálicas y los billetes que tanto apreciamos los numismáticos.

Finalmente el cada vez menos significativo papel de las monedas en las transacciones y la poca expectativa de vida de las mismas por las constantes pérdidas de valor o devaluaciones, como ha sido el caso de casi toda Latinoamérica, continuarán presionando y forzando la utilización de metales o aleaciones de más baja calidad, lo que hará más difíciles los estudios masivos de monedas por simple deterioro o destrucción de la misma.

Análisis inferencial y las emisiones

Inferir es “sacar una consecuencia o deducir algo de una cosa” de acuerdo al DRAE. La inferencia implica un razonamiento de tipo deductivo y un ejercicio imaginativo y hasta creativo. Podríamos decir que la inferencia es la base de la civilización y cuidado si no es lo que diferencia a los seres humanos de los animales, el pecado original mismo. La inferencia permite ver y proyectarse en el futuro, así como proyectar cualquier tipo de cosa para crear los cambios.

Las esencia misma de la Estadística es fundamentalmente el análisis inferencial, o sea, ejercitar el proceso por el cual se extrapola o aplican las conclusiones derivadas de la información que se tiene o se dispone, que casi siempre y en prácticamente todos los casos será parcial, para predecir el comportamiento de la población total. Se proyecta o deriva la información disponible en la población o universo objeto de estudio. Los humanos como especie somos apostadores y hemos refinado el arte, pero no siempre obtenemos los resultados esperados, porque la información no era representativa. La estadística es un esfuerzo por validar la información fuente, de manera que las conclusiones sean lo más aproximadas a la realidad y por tanto los más valiosas posibles. Si se evitan los

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amañamientos o sesgos a la hora de recabar información, se aumentan las probabilidades de éxito en las predicciones del comportamiento del sistema.

Pretendemos en este estudio esbozar un nuevo método de abordar el estudio de las monedas, para ampliar los horizontes de la Numismática, tomando prestadas algunas técnicas o trucos de la estadística. No nos meteremos en todo el rigor del estudio probabilístico, por razones de tiempo, aunque creemos que dejaremos sentada la base y la validez del enfoque.

Con algunos ejemplos concretos, trataremos de lograr aclarar el método y los posibles alcances del mismo.

Método básico para el análisis de emisiones

La realización de un análisis o estudio de una emisión es en realidad algo simple, pero no necesariamente fácil. Requiere cuidado, sagacidad y mucha paciencia por parte del investigador.

A continuación detallamos los pasos a seguir para la realización de un análisis de una emisión monetaria, constituyendo los siete primeros pasos la base fundamental y los dos siguientes opcionales pero muy convenientes para dar más rigor al estudio.

1. Establecimiento de la emisión a estudiar2. Selección de una muestra (aleatoria)3. Observación cuidadosa y desprejuiciada (se debe tomar nota de

cualquier característica especial por pequeña que sea)4. Se conforman agrupaciones (clasificación) de acuerdo a las

observaciones anteriores5. Se cuantifican los grupos (conteo)6. Revisión (vuelta al paso 3)7. Anotación y registro8. Comparación con datos o información previa disponible9. Cálculos estadísticos y publicación (opcional)10.En base a los pasos anteriores se establece la cualificación

numismática: subemisión, variación, error.

Estudios básicos de varias emisiones costarricenses

1. EMISIÓN 25 CÉNTIMOS DE COLÓN 1924 (CR KM 168)

La emisión de 25 céntimos de 1924 ha sido muy poco estudiada, sobre todo desde el punto de vista de las características de las monedas y troquelado, y únicamente se han reportado como variantes los ensayos en latón mencionados tanto por Gurdián como por Murillo, y que obviamente nunca circularon y que en sentido estricto no son monedas (Gurdián, óp. cit. pp. 79; Murillo, óp. cit. pp.210). Extrañamente el decreto que autorizaba la emisión fue el Decreto #1 de 19 de

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enero de 1924 (Murillo, óp. cit. pp. 158-9), y ambos autores reportan pruebas del año 1923, lo cual indicaría que la Casa de la Moneda de Costa Rica, ya venía preparando las matrices y troqueles desde antes, o que se utilizaron, al menos para el anverso, algunos troqueles antiguos no utilizados previamente (de finales del S. XIX o inicios del S. XX). En fin, quizá sea posible dilucidar esta inconsistencia con más investigación.

Lo que sí tenemos por cierto, es que dicha emisión utilizó plata reciclada (los que consideran que el reciclado o la reutilización son conceptos nuevos, deberían reconsiderar sus posturas, ya que no sólo en el campo monetario, sino en muchos otros se aplicaban estas prácticas desde mucho tiempo atrás) fundiendo monedas antiguas de diez y cinco céntimos, las que no permitían el resello por lo delgadas, así como algunas de otras denominaciones mayores que presentaban un desgaste considerable. Este hecho sumado a la decisión de rebajar la calidad de la plata a utilizar explica algunas cosas que encontramos en nuestro estudio de esta emisión, principalmente defectos de laminación.

Para el estudio de esta emisión de 1924 se utilizó una muestra de 65 monedas recolectadas al azar, y por tanto, cumple con nuestros requisitos. A pesar de no ser muy grande, debemos recordar que la emisión total fue de 1.340.000 monedas lo que nos ayuda con el problema de la representatividad de la muestra. Las monedas presentan diversos grados de desgaste, ya que la totalidad fue moneda circulada que se desmonetizó hace más de 60 años.

El primer aspecto que consideraremos será el diámetro de las monedas de 1924. Los catálogos reportan 23 mm que era la medida indicada por el Decreto #1 de 1924 mencionado y una página web (colnect.com) indica 22mm. Sin embargo, ninguna de las 65 monedas de la muestra tiene esas medidas, siendo el tamaño real 22.5mm (medición con pié de rey). Este hecho se repite invariablemente con todas las monedas de 25 céntimos acuñadas en el S XX hasta 1982, con la excepción de las monedas de los años 1944, 45 y 46, que son las únicas que efectivamente miden 23 mm.

El desgaste principal de las monedas aparece en el anverso, perdiéndose progresivamente el diseño del escudo del mismo por ser la parte más elevada o resaltada de la moneda. Sin embargo no se detectan variaciones en cuanto al diseño del troquel. Los reversos o “coronas” como se denominan popularmente en Costa Rica, tienden a mantenerse completas, perdiéndose o desgastándose un tanto las partes más elevadas, pero conservando las principales características en general.

Se encontraron 15 variaciones, la mitad aproximadamente del tipo “cuño roto”, o sea líneas delgadas de excesos de metal en ambas caras, y la otra mitad con problemas asociados a los números que se agregan a la matriz, o sea, en el anverso el 2 y el 4 principalmente, aunque encontramos algunos cambios en el 1 y el 9, debidos posiblemente al desgaste durante el troquelado. En el reverso encontramos problemas en los números de la ley de la plata, o sea el 650, donde

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encontramos troquelado defectuoso, cambios en la separación de los números y marcas.

De las 65 monedas de la muestra, ninguna corresponde al modelo teórico ideal, y todas sin excepción incluyen algún tipo de desviación o variación, y muchas de ellas incluyen al menos dos variaciones simultáneamente o un error junto con variación.

Encontramos errores de tres tipos básicamente: el primero de rajaduras o fracturas pudiendo llegara hasta una fosa, el segundo de la aparición de manchas debidas a la mezcla defectuosa de los metales, creando patrones bimetálicos y por último encontramos manchas de lo que consideramos un tipo de oxidación de color terracota más o menos anaranjada.

Debemos indicar que en un porcentaje elevado, se presentan variaciones combinadas, o sea que se presentan simultáneamente dos “defectos”, uno en cada cara, aunque se pueden dar dos simultáneamente en la misma cara.

Se identificaron 6 subemisiones, la más grande representa el 20.5% y la más pequeña el 5.5%. Se reconocen 6 variaciones y dos errores hasta tanto no se identifiquen otras monedas con características similares a estas últimas.

2. EMISIÓN 50 CÉNTIMOS 1984 (CR KM 209.2)

Esta emisión está respaldada por una acuñación y fabricación de cospeles muy estable. Se encuentran pocos defectos o variaciones. Se reporta en los catálogos como moneda de acero inoxidable, pero si descascara el recubrimiento amarillento de níquel por alguna razón, el interior de la moneda oxida como el acero normal, por lo que concluimos que no fueron nunca de acero inoxidable (de hecho, es una insensatez recubrir el acero inoxidable, ya que aumenta su costo pero no sus beneficios, situación que creemos se repite en varias si no todas las declaraciones de acero inoxidable “recubierto” reportadas en las emisiones costarricenses, y que posiblemente se indicaron de esa manera para ganar la licitación). La dimensión nominal en catálogos es 19mm, pero la real es de 18,6mm (medición con pié de rey).

Del estudio de tres muestras de 250 monedas cada uno, encontramos la emisión dividida en dos subemisiones, lo que pareciera deberse a un cambio sutil pero persistente en los troqueles, divididas en proporción 60-40 %. Encontramos variantes en cada subemisión, de características similares en ambas subemisiones lo que nos lleva a concluir que son producto del troquelado y no de los troqueles. Además, hemos encontrado variantes con las mismas características en las emisiones de 1 y 2 colones (CR KM 210.2 y 211.2) del mismo año, que fueron elaboradas por la misma casa de moneda (Royal Mint de Gran Bretaña), en cospeles de características similares, lo que refuerza lo anterior.

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3. Emisión 10 colones 2008 (cr km 228b)

La emisión de 10 colones año nominal 2008 (de acuerdo a la página web de la empresa Mint of Costa Rica, la cual entró en operaciones en el 2010, ellos acuñaron monedas de esta emisión) la incluimos por razones especiales, siendo la más importante que pone en evidencia que los problemas de calidad monetaria pueden comenzar antes de empezar a acuñar, haciendo honor al viejo adagio de que “lo que mal empieza, mal termina”, comenzando los problemas de esta emisión desde la etapa del diseño de la matriz o concepción misma de la moneda, y además pone en evidencia el descuido y falta de amor de algunos tecnócratas administradores de los bienes públicos, que con su descuido permitieron la salida de la peor moneda desde el punto de vista de diseño de la historia costarricense.

Se estudió una pequeña muestra de 100 monedas, pequeña en relación al tamaño de la emisión: 300 000 000 millones de unidades.

Encontramos que las monedas de tipo “ideal” constituían tan solo el 4% del total, un 48 % presentan ligera excentricidad del anverso en relación al centro de la moneda y un 37 % están centradas pero con deformación del canto, que las hace aparecer como falsamente excéntricas. Un 7% presenta doble excentricidad.

4. Un caso especial: emisión # 2 1982 50 céntimos

Esta emisión suponemos constituye en realidad una prueba de acuñación rechazada, ya que nunca fue descrita ni descubierta mientras dichas monedas circularon, lo que nos lleva a asumir que su número es muy reducido, quizá unas 500 monedas máximo. Sin embargo constituye una emisión por derecho, ya que fue puesta en circulación por el Banco Central de Costa Rica.

La primera moneda de esta pequeña emisión fue descubierta accidentalmente entre un pequeño grupo de monedas del mismo año en una alcancía, llenada con moneda circulada. Posteriormente se localizaron unas pocas más, y varias presentan las marcas usuales de la moneda circulada.

De la inspección de la moneda obtenemos que el reverso es idéntico al de la emisión usual de ese año, por lo que concluimos que es de factura brasileña al igual que la emisión ordinaria. Además encontramos similitud en cuanto al diseño del anverso con las monedas del año 1985 de factura brasileña también, lo que refuerza lo anterior.

El motivo del rechazo creemos se debió a la forma sui géneris del primer volcán, forma hiper estilizada para un pico volcánico, pero de características muy similares a los cerros que rodean la ciudad de Río de Janeiro, lugar probable de habitación del grabador en la época en que fue confeccionada la moneda. Además presenta un tanto de irregularidad en el tamaño de las estrellas.

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La ficha técnica sería idéntica a la descrita por Gurdián (op. cit. pp128), debiendo agregarse para la descripción del anverso que el diseño del escudo es diferente y que la acuñación sería desconocida aunque existiría el estimado indicado arriba.

Nota aclaratoria

Las limitaciones de tiempo y espacio generaron que en este informe no se incluyan imágenes como material adjunto. En caso de si alguna persona deseara ampliar sobre las emisiones mencionadas anteriormente, y/o acceder a imágenes de las mismas, puede ponerse en contacto con el autor a esta dirección: [email protected]

Conclusiones

El análisis de emisiones (AE) es un enfoque moderno de estudio del fenómeno monetario de cara a la actividad numismática, que permitirá el establecimiento del verdadero perfil o imagen de las emisiones, siempre y cuando se cuente con muestras representativas

Una apropiada clasificación producto del AE, cuyos principios básicos han sido esbozados aquí, permitirá establecer un adecuado ordenamiento numismático en subemisiones, variaciones y errores.

Establecida la clasificación numismática, las y los numismáticos contarán con información para definir su perfil como coleccionista y eventualmente ampliar y enriquecer los horizontes de su quehacer.

El AE se puede realizar con muestras de cualquier tamaño, sin embargo, debemos tomar en consideración que el análisis inferencial tendrá más validez cuanto más significativa y “pura” sea la muestra.

El AE permite adicionalmente establecer vínculos y relaciones con emisiones “hermanas” (mismo cuño, mismo año, mismo metal base de los cospeles de diferentes denominaciones), lo que ayudará a la verdadera comprensión de algunos fenómenos numismáticos producto principalmente del troquelado.

Es muy importante el establecimiento de un banco de muestras de las emisiones, de manera que en un futuro puedan ser estudiadas por los interesados antes de que desaparezcan por factores tales como dispersión, reciclado de metales u otros. Algunos perfiles posiblemente ya se perdieron para siempre, pero hay muchos que se pueden salvar.

El internet puede y debe utilizarse como fuente de información numismática y quizá algún día se pueda establecer un banco de datos o muestras virtuales, estableciéndose criterios de identificación numismática, lo que a su vez podría servir para la debida protección de los numismáticos y sus tesoros.

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Bibliografía

Acuña, J. (2012). Control de calidad. Un enfoque integral y estadístico (4ta ed.). San José, Costa Rica: Editorial Tecnológica.

Cuhaj, G. S., & Thomas, M. (2013). Standard catalog of world coins (1901-2000) (40th ed.). USA: Krause Publisher.

García, R. (2004). Moneda, banca y política monetaria. San José, Costa Rica: EUNED.

Gómez, M. (2007). Elementos de Estadística descriptiva. San José, Costa Rica: EUNED.

Gurdián, R. (1996). Contribución al estudio de las monedas de Costa Rica. San José, Costa Rica: LIL.

Murillo, J. (2005). Historia de las monedas de Costa Rica. San José, Costa rica: EUNED.

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Progreso y cultura: Iconología del papel moneda de Costa Rica en el período liberal

Leonardo Santamaría MonteroInvestigador independiente

I

El estudio de la cultura siempre se ha abordado desde diversas perspectivas de las ciencias sociales y las llamadas disciplinas humanísticas. Para ello se analiza, entre otros documentos, literatura, actas, discursos o imágenes. En el caso del análisis que veremos a continuación, he consultado textos e imágenes. Así, mi exposición se limitará al análisis de una imagen en específico. Partiendo de ella, trazaré una línea histórica a través de la revisión de imágenes, textos e ideas anteriores y contemporáneas de nuestro caso de estudio. Como objetivo general buscaremos acceder a una aproximación del significado que tuvo esta imagen para la cultura de su época, o al menos, a un esbozo del programa intelectual que produjo tal imagen.

Ahora bien, ¿cuál metodología fue utilizada para esta investigación? La iconografía e iconología panofskiana, misma que fue separada, por decisión metodológica, en tres grados de análisis (Panofsky, 1925)96: descripción pre-iconográfica97, análisis iconográfico98 y síntesis iconológica99. Respecto del desarrollo de mi análisis, será expuesto sin evidenciar los grados del método, pero respetando el orden.

Aunada a la iconología, la numismática se constituye para nuestra investigación como una herramienta vital para un análisis integral del caso a comentar. De este modo, ambas aproximaciones al caso de estudio fueron empleadas conjuntamente en los tres grados de estudio. Relativo a la numismática, principalmente he revisado bibliografía costarricense publicada por el Museo de Numismática. Además, he consultado catálogos de papel moneda internacional, específicamente los tomos correspondientes a la época que compete a nuestro estudio, mismos que funcionarán para la Historia del estilo e Historia de los tipos.

96 On the Relationship of Art History and Art Theory: Towards the Possibility of a Fundamental System of Concepts for a Science of Art (2008).97 Esta es la primera parte del método, donde se debe de describir lo que observamos sin caer en un formalismo total, sino que se deben de identificar los objetos representados. Esta fase deberá de verse revisada por una Historia del estilo.98 Esta es la segunda fase del método, donde se debe de identificar los temas representados, ya sean historias, alegorías o mitos. Esta fase debe de ser revisada por una Historia de los tipos, donde el investigador debe de consultar, además de imágenes, fuentes literarias relativas al tema identificado.99 Esta es la tercera y última fase del método, donde se contraponen las dos fases anteriores, además del contexto de la época, buscando la mayor aproximación hacia el significado original de la obra. Esta fase debe de ser revisada por una Historia de las ideas.

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II

Francia Republicana… gran metrópoli del mundo culto, de esa maestra insigne del género humano –nación a la cual nosotros los costarricenses profesamos hondo y filial cariño y somos los primeros en rendir pleito homenaje en orden a ciencia, arte y literatura. Inglaterra- señora absoluta de los mares- reservada, adusta, sagaz, calculadora hasta el exclusivismo; Francia –arbitra suprema del mundo intelectual- amable, culta, espiritual, emprendedora, generosa hasta la prodigalidad. Londres se nos antoja un gigantesco bazar; en Paris vemos una excelsa cátedra abierta a todos los pueblos de la tierra. ¡Admiramos a Cartago; pero nuestro ideal es Atenas! (Boletín de Escuelas Primarias, 1896, 24 de agosto. En Quesada, 2007, pág. 81)

Como antes se mencionó, esta investigación se centra en el análisis de un ejemplar de papel moneda. Podría parecer inusual el hecho de realizar un abordaje iconográfico e iconológico, comúnmente utilizado en obras de arte, sobre un objeto supuestamente banal y masivo como lo es un billete. Sin embargo, nosotros entenderemos al papel moneda como un soporte no solo visual, sino también conceptual, en el cual se imprime tinta, pero además la ideología de un momento histórico y de un círculo social defensor de tal ideología.

Sin duda alguna todo diseño de papel moneda es un ejemplar único e igual de valioso culturalmente con respecto a los demás. Mas podríamos hablar de casos especialmente particulares, como lo es el reverso del billete de 1 colón producido por el Banco Anglo Costarricense entre los años de 1903 a 1917 (Fig. 1). Decimos esto, porque la imagen que se nos presenta inmediatamente nos remite a una cultura totalmente ajena a la Centroamérica de albores del siglo XX. Pero por ahora no mencionaremos el contexto de este billete y nos enfocaremos en la imagen como tal: ¿Qué estamos viendo?

La paleta de colores utilizada: verde, gris y negro; se presenta en diversas tonalidades sobre un fondo blanco. Además, las dimensiones de este billete corresponden a un rectángulo, muy similar al formato utilizado actualmente100. Sobre las imágenes representadas, en el caso del anverso101 vemos en el centro y dentro de un ovalo, el rostro de un hombre; sobre este, una tipografía donde podemos leer “EL BANCO ANGLO COSTARRICENSE”, letras ubicadas en el centro de dos cifras numéricas impresas en rojo en idénticas “070664”; junto al hombre del retrato, vemos dos números “1”, diseñados con un afán decorativo y rodeados de complejas tramas encerradas en una figura similar a una flor. Es este mismo diseño del “1” dentro de esta especie de flor lineal, el que podemos encontrar en las cuatro esquinas del billete, pero en este caso fueron colocadas 100 Sobre las dimensiones del papel moneda, es importante recordar que los primeros vales emitidos en Costa Rica durante el siglo XIX fueron diseñados con un formato cuadrado o rectangular con mayor longitud en el ancho respecto al alto; de este modo, el billete que acá analizamos corresponde a una evolución de estos primeros billetes, siendo parte de la tendencia a nivel de formato que se mantuviera desde la segunda mitad del siglo XIX, todo el siglo XX e inicios de siglo XXI.101 El anverso del billete solo será mencionado en la fase pre-iconográfica, debido que el presente análisis se concentrará en el diseño del reverso.

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con orientación diagonal en la sección superior. Además, el diseño de este ejemplar está cargado de numerosos patrones decorativos constituidos por tramas tanto en tonos grises como en matices coloridos.

Ahora, girando el billete y observando su reverso, podemos ver un diseño menos saturado y con una composición más armoniosa. Destacando en el centro la figura de un hombre desnudo a excepción de un par de sandalias y un sombrero con lo que parecieran ser alas, además de sostener una especie de bastón entre sus manos. Este hombre se presenta sentado en una máquina y mirando hacia la esquina superior derecha del rectángulo. Bajo él se coloca la misma leyenda con las palabras “BANCO ANGLO COSTARRICENSE”, también se repite el mismo diseño del número “1” dentro de un patrón decorativo lineal. Al igual que en el anverso, el reverso cuenta con diversos diseños decorativos; mas en el caso del segundo vemos como la composición deja más espacios libres respecto al primero. Finalmente podemos observar hacia el centro en el inferior del rectángulo las palabras “AMERICAN BANK NOTE COMPANY”.

A nivel de diseño, vemos como la imagen es producto de la impresión de un grabado probablemente en metal, el cual, obedeciendo a la naturaleza de esta técnica artística, se compone de líneas que dibujan las formas mediante el uso de tramas para lograr el efecto de volumen y perspectiva. Asimismo es evidente como la figura de este hombre desnudo responde a un estilo naturalista, pero esto no es todo, sino que el estilo utilizado también nos remite a cierta idealización de la figura humana, respondiendo a cánones de proporciones académicos. Estos rasgos, y tomando en cuenta el período histórico en que nos hemos ubicado, nos revela que el grabado original posiblemente fuese realizado por un artista formado bajo los cánones de la Academia francesa o bien la inglesa102.

Si bien es cierto, a la hora de revisar los antecedentes artísticos de la época nos encontraremos con el impresionismo y las numerosas vanguardias de finales del siglo XIX e inicios del XX. Sin embargo, nuestro caso pertenece a la tradición artística imperante, misma que se mantenía como el estilo oficial de las grandes academias y salones de Europa y América. Por otro lado, la mirada del hombre representado apunta hacia la esquina superior derecha y el diseño de su postura proyecta una cierta sensualidad, lo cual evidencian una influencia romántica en el estilo del diseñador de este grabado.

Ahora, volviendo a lo que hemos identificado, habíamos señalado a un hombre desnudo el cual calzaba un par de sandalias con alas, un sombrero también alado y sostenía una especie de bastón entre sus manos. ¿Quién es?

102 En relación al diseño de este billete, podemos compararlo con ejemplares contemporáneos de otras regiones americanas y así constatar que se obedecía a un estilo internacional. Inclusive la mayoría de estos billetes no eran diseñados ni impresos en sus países de emisión, sino que eran producidos en el extranjero, siendo los sitios más acostumbrados –al menos en el caso costarricense- Inglaterra y Estados Unidos de Norteamérica. Como ejemplo de este fenómeno, el ejemplar que analizamos, el cual fuese realizado por la compañía norteamericana American Bank Note Company, firma neoyorquina, la cual llegase a imprimir billetes para 115 países alrededor del mundo, entre ellos Costa Rica.

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Realizando un breve repaso por la historia del arte descubrimos que estos atributos caracterizan al dios griego Hermes103. No obstante, estos atributos también podrían caracterizar una alegoría a este dios. Por ello, debemos consultar las fuentes clásicas donde se describe a Hermes, para constatar así que este es el personaje que vemos en nuestro billete, o bien una caracterización del mismo. En este caso nos remitiremos a imágenes, de la misma manera que a texto. Iniciando con bases escritas, utilizaremos como referencia descriptiva algunos textos del reconocido autor griego conocido como Homero.

En el himno homérico a Hermes se relata el momento en que el joven dios decide fabricar sus sandalias, las cuales necesitase para robar, ágil y sigilosamente, el ganado de su hermano Apolo104. Además en la Odisea, texto también de Homero (ed. 1927, pág. 330), se describe la velocidad y capacidad de volar que posee el calzado especial de Hermes: “… al punto ató sus pies áureos divinos talares, que le llevaban sobre el mar y sobre la tierra inmensa con la rapidez del viento, y tomó la vara con la cual adormece a los ojos de los hombres que quiere o despierte a los que duermen”. Sobre tal bastón, podemos encontrar su origen hacia el final del himno homérico a Hermes, esto en el momento que Apolo decide confiar en el joven Hermes y obsequiarle una pequeña lanza de madera.

Gloria habrá para ti y para tu madre entre los inmortales: voy a decírtelo sinceramente: sí, por este dardo de cornejo, yo te conduciré glorioso y feliz a los inmortales, te haré espléndidos presentes y no te engañaré jamás. (…) te haré mensajero de los inmortales y de todos los hombres, caro y honorable a mi corazón; y te daré luego la hermosísima varita de la felicidad y de la riqueza, áurea, de tres hojas, la cual te guardará incólume, siendo poderosa para todos los dioses en virtud de las palabras y acciones buenas que declaro haber aprendido de la voz de Zeus. (págs. 549-550)

Tras corroborar que los atributos presentes en el billete corresponden con lo descrito en las fuentes clásicas, hemos de realizar otra comprobación, pero en este caso será determinada por la comparación con representaciones plásticas anteriores de la figura de Hermes o Mercurio. En primer lugar, revisaremos representaciones del dios Hermes que fuesen producidas durante la Grecia clásica. Por ejemplo, podemos ver el caso de una cerámica roja, en la cual se presenta a Hermes vistiendo una túnica, barbado y con largos cabellos, con el caduceo en su mano izquierda y calzando un tipo de botas aladas; por otro lado, también consultaremos una escultura contemporánea de esta cerámica, en la cual la figura de Hermes es representada totalmente desnuda, con un sombrero alado y sandalias con los mismos atributos. En el caso medieval, tomaremos como referencia un manuscrito de hacia el siglo XV en el cual se representa a Mercurio en el libro Liber introductorios de Miguel Escoto105, revisando este ejemplo, vemos como ya la imagen de Mercurio no responde a un estilo naturalista ni busca la 103 Mercurio para los romanos.104 “Una vez que hubo gavillado una brazada de ramas lozanas, ató firmemente bajo sus pies las ligeras sandalias con la misma hojarasca que el ilustre Argicida había arrancado para encubrir su ruta desde Pieria, como el que se apresura por un largo camino usando sus propios recursos.” (ed. 1927, Homero, pág. 543)105 Manuscritos en donde se representan a los dioses clásicos a través de la copia de manuscritos árabes y reproduciéndolos siguiendo patrones nuevamente europeos.

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misma finalidad que el caso griego, dando como resultado una combinación iconográfica y religiosa, debido a que el mismo dibujo de Mercurio representa al dios oriental Nabu; además, la vestimenta de este caso se nos presenta confusa, debido a que más que un dios clásico o babilónico, podría parecer que este manuscrito representa a un sacerdote cristiano. Finalmente, nos referiremos a dos casos del Rinascimento italiano; en primer lugar, veremos cómo en un grabado del autor conocido como Baccio Baldini, se representa a Mercurio volando sobre una especie de carreta; a nivel estilístico el diseño mantiene cierta herencia gótica, pero recupera los atributos clásicos que caracterizaban al dios Hermes, siendo estos el caduceo, su sombrero y botas aladas. Sin embargo, no será hasta el Cinquecentto106 cuando el arte europeo recuperará totalmente las tradiciones representativas originales de la Grecia clásica, como ejemplo de ello podemos ver el fresco ubicado en la villa Farnesina en Roma, donde en una de las enjutas de la sala principal se representa al dios Mercurio, el cual se presenta totalmente desnudo y portando sus atributos que los caracterizan como dios clásico: su sombrero alado, el bastón regalado por Apolo y las alas en sus pies.

Posterior a esto, el arte francés asumió los valores del estilo renacentista y los utilizó como las bases de su Academia de Bellas Artes, academia que se convirtió en la norma oficial del arte europeo. Noción de arte, estilo y temáticas que fueron importadas a América durante el proceso de conquista y colonia, así como oficializadas durante el siglo XIX por parte de los nacientes estados-nación.

Hasta ahora nos hemos asegurado de constatar que el personaje que vemos en el billete de 1 colón corresponde a Hermes, pues cumple con la iconografía clásica de este dios grecolatino, empero evidentemente esto no nos bastará para determinar qué simboliza la figura de esta deidad europea en un ejemplar de papel moneda perteneciente a un país centroamericano de inicios del siglo XX. Además, al consultar fuentes clásicas, medievales y modernas, nunca se hace mención de algún Hermes o Mercurio que esté sentado sobre una imprenta; esto por razones obvias, debido a que esta clase de imprenta corresponde a la maquinaria utilizada durante la segunda mitad del siglo XIX. Por ejemplo podemos comparar la imprenta grabada en el billete, con un ejemplar de una máquina de imprimir fabricada por la marca alemana Köenig & Bauer durante el siglo XIX.

¿Por qué se utilizó la efigie de Hermes sentado sobre una imprenta en el billete de 1 colón producido para el Banco Anglo Costarricense entre los años de 1903 a 1917? Para responder a esta pregunta dejaremos por un momento al arte a un lado y nos enfocaremos en el estudio de dos ámbitos en los cuales no hemos ahondado: filosofía y política.

Independiente desde 1821, pero oficialmente República hasta 1848, durante la segunda mitad del siglo XIX Costa Rica se presentó ante el mundo como un Estado moderno, lo cual facilitó su incorporación dentro del mercado mundial, respectivamente como país agroexportador (Taracena, 2000, pág. 300). Con un

106 Siglo XVI.

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especial interés en las relaciones internacionales y la cotización de su café en los mercados europeos, el Estado costarricense diseñó un modelo político basado en el liberalismo económico (Salazar, 1990, págs. 14-15):

La democracia liberal, considerada como competencia entre élites o grupos notables por conquistar el poder político sin mucha participación popular, al igual que cualquier otro tipo de régimen democrático, necesita legitimar la dominación política de un grupo o clase social sobre el resto de la sociedad. (pág. 247)

Por ello, el modelo económico liberal no sólo exigía ciertas condiciones políticas y jurídicas, sino un programa institucional que respaldara los intereses de la élite gobernante. Asimismo, la educación, la prensa escrita y las artes eran vistas como herramientas del Estado para procurar el control de la población y mantener la estabilidad política.

Ahora, ¿cuál fue la ideología que impulsó las políticas socio-culturales promulgadas por el gobierno costarricense hacia inicios del siglo XX? En el nivel ideológico, la élite económica y política costarricense estuvo fuertemente influenciada por el positivismo social (Quesada, 2007, pág. 75). Esta escuela filosófica se derivó de las teorías del francés Auguste Comte (1798-1857), principal ideólogo del positivismo y autor del Discurso sobre el espíritu positivo (1844), texto fundamental para comprender el pensamiento positivo. Con respecto a la cultura, el positivismo identificó una cultura universal, en consecuencia las sociedades fueron vistas de manera jerárquica, es decir, “… según esta ideología y por medio de un proceso gradual de cambio, la sociedad iba a transitar por la senda del progreso para pasar de la ‘barbarie’ a la ‘civilización’, pero para lograrlo era necesario la consolidación de un estado fuerte que controlara la anarquía social” (pág. 75). En efecto, los gobiernos costarricenses de la década de 1890 se caracterizaron por un evidente autoritarismo. Por otro lado, el modelo cultural imitado por varios gobernantes latinoamericanos liberales correspondía a una versión idealizada, universal en el sentido positivista, de Europa y los Estados Unidos de América (Nahuelpán, 2007, pág. 161).

Destaca, durante este periodo un enorme interés por parte del Estado costarricense en estimular las artes y el forjar una cultura nacional. Por supuesto, debemos entender cultura bajo los preceptos positivistas antes expuestos, ya que el modelo promulgado por el Estado estuvo siempre vinculado a un ideal europeo. En otras palabras, el gobierno de Costa Rica pretendió educar y moralizar a la sociedad a través de un programa de políticas culturales con un objetivo esencialmente europeizante. 107 Las ideas de modernidad, progreso, orden y cultura, fueron comunes en los discursos políticos que justificaron el modelo de 107

Las ciudades y especialmente las capitales latinoamericanas, estuvieron en el epicentro de las transformaciones y la modernización como representación de la nación y de ese ideal moderno de transformación. Entre más se asemejaran a las capitales europeas, casi como una fórmula mágica, sus elites pensaban que podían tener el pase seguro para engrosar las filas anheladas y dichosas del mundo civilizado. Las burguesías dominantes procuraron que la fisonomía edilicia creara el fiel reflejo de un país próspero y moderno, o mejor dicho la fachada de esa idea, que más bien fue localizada y selectiva geográficamente. (Quesada, 2007, pág. 76)

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país defendido por la élite gobernante (Salazar, pág. 21). Así, la instrucción pública, el saneamiento, el urbanismo, la arquitectura y las artes oficiales de fin de siglo, reflejaron el clímax de un proyecto nacional gestado desde el extenso gobierno autoritario de Tomás Guardia Gutiérrez (1831-1882). 108 Un proyecto nacional que evidentemente se sirvió de las artes para crear una cultura costarricense oficial (Díaz, págs. 59-67), pero ¿por qué de las artes? A continuación citamos las palabras de Comte (1844, pág. 15), mismas que esclarecen la utilidad de las artes para una sociedad positiva:

Pues el arte no será ya entonces tan sólo geométrico, mecánico o químico, sino también y sobre todo político y moral, ya que la principal acción ejercida por la Humanidad debe consistir, en todos aspectos, en el mejoramiento continuo de su propia naturaleza, individual o colectiva, entre los límites que indica, como en todos los demás casos, el conjunto de las leyes reales. (Comte, 1980, págs. 44-45)

¿Mejoramiento de su propia naturaleza? Como indicamos con anterioridad, la noción positivista de progreso se orientaba hacia una ascensión cultural cuya cima estaba constituida por las tradiciones culturales europeas, específicamente los valores establecidos por la ciencia positivista comtiana, 109 en contraste con la supuesta barbarie y atraso característicos de los pueblos aborígenes americanos, africanos o asiáticos (Nahuelpán, pág. 161). De este modo, para lograr avanzar hacia el progreso cultural, una sociedad decidida por asumir el espíritu positivo tenía que “… organizar una llamada directa y sostenida al buen sentido universal, esforzándose desde ahora en propagar sistemáticamente, en la masa activa, los principales estudios científicos propios para constituir en ella la base indispensable de su gran elaboración filosófica” (Comte, pág. 103).

Costa Rica, al igual que muchas naciones latinoamericanas, asumió la ruta positivista para construir el Estados a partir de políticas liberales, siguiendo un programa cultural basado en modelos europeos y con un especial énfasis en las relaciones exteriores.

108 El 27 de abril de 1870 el coronel Tomás Guardia con un grupo de decididos partidarios tomó el cuartel de Artillería de San José. La revolución se extendió con éxito a las demás provincias, y el licenciado Bruno Carranza fue proclamado Presidente Provisorio de la República… En el acta revolucionaria del 27 de abril de 1870 se dice: Se convocará, con la mayor prontitud posible, y a más tardar dentro de tres meses, a una Asamblea Constituyente, la cual ejercerá todas las funciones legítimas que crea necesarias… Una vez instalada la Asamblea Constituyente, el presidente Carranza presentó su renuncia irrevocable, la cual le fue aceptada. Ese mismo día y ante la Asamblea Constituyente, don Tomás Guardia recibió el mando de manos del licenciado Bruno Carranza. (Salazar, pp. 22-25)

Guardia dejó el poder hasta el 1882, año de su fallecimiento.109

Considerado luego especialmente en cuanto al Orden, el espíritu positivo le ofrece hoy, en su extensión social, poderosas garantías directas, no sólo científicas, sino también lógicas, que podrán juzgarse pronto como muy superiores a las pretensiones vanas de una teología retrógrada, cada vez más degenerada, desde hace varios siglos, en activo elemento de discordias, individuales o nacionales, e incapaz en delante de contener las divagaciones subversivas de sus propios adeptos. Atacando al desorden actual en su verdadero origen, necesariamente mental, constituye, tan profundamente como es posible, la armonía lógica, regenerando primero los métodos antes que las doctrinas, por una triple conversión simultánea de la naturaleza de las cuestiones dominantes, de la manera de tratarlas y de las condiciones previas de su elaboración. (Comte, 1980, pp. 75-76)

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Este periodo se caracterizó por una serie de proyectos gubernamentales relacionados directa o indirectamente con las artes, mismos que a su vez complementaron programas tanto urbanísticos como arquitectónicos. 110 El Monumento a Juan Santamaría (1891), el Monumento Nacional (1891-1895), la Escuela Nacional de Bellas Artes (1897), el Teatro Nacional (1897), 111 la Biblioteca Nacional (1906-1907), la estación del Ferrocarril al Atlántico y el edificio de los Correos y Telégrafos, son algunos ejemplos de obras producidas por el Estado durante la época.

Un ejemplo claro del programa cultural promulgado por el Ejecutivo fue la inauguración del Teatro Nacional. 112 iniciando con el Himno Nacional, seguido de La Marsellesa y como obra estelar, la ópera Fausto del compositor francés Charles François Gounod, basada en el libro homónimo del autor alemán Goethe e interpretada por un grupo de artistas franceses. Además, las presentaciones con intención europeizante que se realizaban en el Teatro Nacional, aunado al diseño arquitectónico de dicho inmueble, el cual se nos presenta como una suerte de monumento a Europa.

Bajo esta perspectiva, es claro como la Costa Rica de la época buscaba proyectar al máximo su alto nivel cultural. Por otro lado, en consecuencia de la gran importancia que había asumido el comercio internacional del café, Costa Rica había ingresado al mercado internacional, y sin lugar a dudas esta era una oportunidad para demostrar su ascenso cultural, por ello, el papel moneda asumía un rol fundamental, no solo para la moralización de la población, sino también como un medio de proyección internacional. Por ello, como mencionamos antes, los billetes de la mayor parte de países latinoamericanos seguían un modelo similar a nivel de diseño, esto porque muchas de estas naciones también eran gobernadas económica y políticamente por intelectuales liberales y seguidores del positivismo; comprando cada banco los diseños de su papel moneda a compañías estadounidenses, las cuales les ofrecían la esencia del arte europeo113. De esta

110 Con respecto a la situación económica de la época, el historiador de la economía Jorge León Sáenz (2010, pág. 3) indica:

La década de 1890 inició con una economía en rápido crecimiento, motivado por dos elementos: primero un fuerte aumento del precio del café entre 1888 y 1896, que llegó a duplicarse respecto a sic. nivel al que había llegado después de una importante caída entre 1880 y 1887; y segundo, por el rápido crecimiento de la exportación bananera, que de ser casi inexistente en 1880, alcanzó la exportación de más de un millón de racimos en 1890 y se triplicó hasta tres millones en 1899. Ambos factores dieron dinamismo a la economía en los primeros 7 años de la década, en la cual a la expansión del consumo privado en esta época, se sumó la del Estado, que una vez concluido el ferrocarril al Atlántico en 1890, dirigió su interés hacia la inversión en edificios públicos (Teatro Nacional, Asilo Chapui) y de educación, así como a otras obras públicas.

111 Es menester señalar que la gran mayoría de artistas contratados para la realización de estas obras fueron europeos, tanto los productores de los monumentos referidos como los autores de las copias de yesos y dibujos comprados para la Escuela Nacional de Bellas Artes fueron franceses. El director de la Escuela Nacional de Bellas Artes fue un pintor español, y los constructores y decoradores del Teatro Nacional fueron italianos.112 21 de octubre de 1897.113 Podemos mencionar al pintor, dibujante y grabador estadounidense Asher Brown Durand (1776-1886) perteneciente a la Escuela del río Hudson, quien trabajó junto a su hermano para la American Bank Note Company desde la primera mitad del siglo XIX. Específicamente se le adjudica a Durand la iniciativa por incluir diseños alegóricos de temática clásica en los prototipos de los billetes del American Bank Note Company. Sobre el estilo de este artista, es evidente su formación

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manera, Costa Rica buscó posicionarse como una nación desarrollada y conocedora de la cultura universal, ejemplo de ello, las imágenes de la mitología clásica y las alegorías a los diversos símbolos del Orden y el Progreso.

Tras esta contextualización de la ideología que dominaba en la élite costarricense de la época, podemos preguntarnos nuevamente: ¿Por qué se utilizó la efigie de Hermes sentado sobre una imprenta en el billete de 1 colón producido para el Banco Anglo Costarricense entre los años de 1903 a 1917?

Ubicándonos en una sociedad que abogaba por la búsqueda del Orden y Progreso, este ascenso social se veía marcado por distintos valores, ciencias, disciplinas y atributos que, según esta ideología, caracterizaban a las culturas civilizadas. Dando esto como resultado una serie de valores e ideas que fueron materializadas mediante imágenes, las cuales fueron representadas figurativamente mediante alegorías. Alegorías que se remontan a una tradición artística antiquísima que data del arte griego, por ello, el academicismo del siglo XIX había utilizado esta herencia clásico-renacentista, para hacer tangibles diversos valores bases de la ideología liberal, tales como: progreso, industria, comercio, agricultura seguridad, ciencia, artes, invención, entre otros. Y es que en el caso de nuestro billete a analizar, es cierto que la figura que vemos corresponde a la del dios Hermes, pero en este caso no simboliza a esta deidad como tal, sino que su imagen es una alegoría. ¿Cómo afirmar esto? Para esto, hemos de señalar varios aspectos; en primer lugar, entre los diversos atributos de Hermes se encuentra el don de la invención, el cual se ejemplifica en el himno homérico, cuando el recién nacido decide salir de su casa y al ver una tortuga 114

inmediatamente piensa en hacer una cítara con ella115, además cuando decide fabricarse sus sandalias para no hacer ruido116, y así existen numerosos mitos que confirmar la capacidad de este dios para imaginar y producir cosas; en segundo lugar, Hermes se encuentra sentado sobre una de las imprentas más modernas de la época, máquina que representa la Revolución Industrial, la era de la reproductividad técnica, la información y el comercio; y en tercer lugar, se cuentan con ejemplos contemporáneos117 donde Hermes es utilizado como alegoría, ya sea para representar al comercio, la invención, la industria u otros valores.Regresando al contexto costarricense, encontramos varias representaciones plásticas de Hermes como parte de la ornamentación de edificios públicos. Así es

académica, pero también resalta una alta influencia romántica en su obra. Diferenciando su producción entre pinturas cargadas de color y con una actitud preponderantemente romántica; por otro lado, sus grabados comerciales se mantuvieron apegados a un marcado academicismo neoclasicista.114 “Allí encontró una tortuga y con ella adquirió un inmenso tesoro: Hermes, en efecto, fue quien primeramente hizo que cantara la tortuga, que le salió al encuentro en la puerta exterior, paciendo la verde hierba delante de la morada y andando lentamente con sus pies” (Homero, pág. 541).115 “Como cuando un pensamiento fugaz atraviesa por el ánimo de un varón al que asedian múltiples preocupaciones o como cuando saltan desde los ojos las miradas chispeantes, así pensaba a la vez la palabra y la acción el glorioso Hermes. Una vez que cortó en sus justas medidas tallos de caña, los atravesó, perforando el dorso, a través de la concha de la tortuga. Alrededor tendió una piel de vaca, con la inteligencia que le es propia, le añadió un codo, los ajustó a ambos con un puente y tensó siete cuerdas de tripa de oveja, armonizadas entre sí.” (pág. 542)116 “Tiró en seguida las sandalias sobre la arena del mar y trenzó otras que sería difícil explicar o entender, ¡cosa admirable!, entrelazando ramos de tamarisco con otros que parecían de mirto.” pág. 543)117 Destaca el diseño de un billete chino del mismo año que el billete costarricense, en el cual se representa un Hermes sentado junto a una máquina. Además existen diversos diseños realizados en Estados Unidos entre los siglos XIX y XX en donde se representa a Hermes en diversas alegorías.

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como en el Teatro Nacional estuvo por varios años un tondo del pintor italiano Paolo Serra titulado El comercio (1897), imagen que nos presenta una mujer portadora de los atributos de Mercurio, representando dicho valor estandarte de la ideología liberal. Por otro lado, destacan las dos figuras que coronan la fachada de la estación del Ferrocarril al Atlántico, entre las cuales se encuentra el mismo dios griego. Asimismo, nuevamente en el Teatro Nacional, pero hacia 1912, se reemplazó el medallón pintado por Serra para exhibir una obra del español Tomás Povedano y Arcos, primer director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, quien representó también El comercio (c. 1912), pero que a diferencia del italiano, Povedano sí representó al Comercio con la efigie del dios Hermes como tal. Por último, debe resaltarse el programa decorativo presente en el edificio de Correos y telégrafos de Costa Rica, donde sin duda alguna Hermes es protagonista.

III

Finalmente, tras haber analizado iconográfica e iconológicamente el diseño del reverso del billete de 1 colón producido por el Banco Anglo Costarricense hacia 1903, es evidente como esta imagen representa a parte de la élite costarricense de la época. Así, los valores del espíritu positivo fueron asumidos por los estrechos círculos sociales, que controlaron la política y economía por varias décadas, quienes plasmaron su ideología en los distintos proyectos nacionales orquestados como respuesta a sus intereses comunes.

Hermes fue representado junto a una imprenta como alegoría al creciente comercio costarricense que desde la segunda mitad del XIX perfilaba a Costa Rica como un país agroexportador que se europeizaba cada día más, todo con el objetivo de ascender en el mercado internacional y reforzar la economía de la nación, o más específicamente, de la oligarquía intelectual y los jerarcas políticos con ideología liberal.

Del mismo modo, no podemos ignorar el claro valor simbólico otorgado por la élite josefina a la figura de Hermes, pues su presencia en determinadas obras nacionales nos permite establecer una conexión del dios con diversos valores propios del positivismo social. Es decir, más allá de la representación formal de la estética europea o de la tradición cultural griega, Hermes significó un emblema del Progreso para los círculos sociales empapados por la versión latinoamericana y liberal del positivismo. Ubicado en la escalinata del monumento más importante de todo el siglo XIX, el Comercio de Serra se vincula con la exportación de Costa Rica a Europa, y el Comercio de Povedano representa los beneficios obtenidos por el mismo. Encabezando la entrada a la estación del Ferrocarril al Atlántico, vía de transporte clave para el progreso económico costarricense, Hermes también simboliza la abundancia a través del motivo de la cornucopia. Finalmente, la utilización de la efigie del dios en el diseño ornamental del edificio de Correos y telégrafos de Costa Rica, institución vital para la comunicación y el comercio, termina de corroborar nuestra hipótesis que identifica a Hermes como un símbolo de la época relativo a distintos valores de origen positivo.

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La creación de la nueva moneda en Costa Rica y el Patrón de Oro96

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II Congreso Centroamericano de Numismática

José Carranza

Presentación adjunta en página web: www.museosdelbancocentral,com

Relatoría del 2º Congreso Numismático Centroamericano

Roberto Jovel

Este segundo Congreso Centroamericano de Numismática se llevó a cabo doce años después del evento similar anterior, y durante el mismo fue posible para los participantes conocer el estado de avance en el conocimiento de la historia numismática de la región centroamericana, al presentarse por parte de diversos ponentes los resultados de las más recientes investigaciones y análisis realizados tanto en sus países de origen como en trabajos sobre temas comunes que abarcan a toda la región o a varios países de la misma.

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II Congreso Centroamericano de Numismática

Resultó evidente para los participantes que si se desea obtener un adecuado conocimiento de diversos temas de numismática es preciso analizar las vinculaciones de tipo histórico, social, económico y políticos existentes en los países durante la época republicana, además de examinar situaciones y temas de la época Colonial e inmediatamente posterior a la independencia de España en 1821 que afectaron simultáneamente a toda la región.

Igualmente obvia fue considerada la necesidad de que eventos de este tipo sean realizados con mayor frecuencia, sin permitir que transcurra tanto tiempo entre uno y otro, para facilitar la puesta al día de la información y estudios en proceso, y apuntalar la cooperación entre investigadores de los diversos países. Al respecto, se mencionó que – si bien es preciso dar un tiempo prudencial para permitir el avance de las investigaciones y con ello dar lugar a avances de significación en las mismas antes de publicitar los resultados – una frecuencia de una vez cada 2 ó 3 años para este tipo de evento sería lo ideal.

En ese mismo orden de ideas, destacó la idea de recomendar que estos eventos se lleven a cabo en forma rotativa entre los países, por cuanto ello permitiría a los participantes conocer con mayor profundidad la temática de cada país sede, por una parte, y ampliar el espectro de participación de los interesados en la numismática, por la otra. Se sugirió que los países de las sedes de eventos anteriores brinden su experiencia y asesoría al siguiente país que organice el siguiente evento.

De igual manera, parece existir consenso en que algunos temas de interés común entre los países sean abordados y analizados en forma conjunta, generando así esquemas de cooperación mutua entre los investigadores con el propósito de asegurar el mejor éxito en los resultados.

En cuanto al contenido sustantivo del Congreso, cabe señalar que, si bien todas las actividades y presentaciones fueron de la más alta calidad científica y estética, algunas de ellas destacaron por la importancia de los resultados que describían y por el interés generado entre los participantes. Entre ellas, cabría destacar las siguientes:

- Los resultados – si bien interinos al necesitar de mayor investigación – en torno a las acuñaciones de moneda por parte de Augusto César Sandino en Nicaragua, tema de importancia y gran significado, elaborado por los distinguidos numismáticos nicaragüenses Alan Luedeking y Rivo Molina;

- La investigación sobre los cuartillos anepígrafos acuñados en Guatemala a fines del siglo dieciocho, presentado por el distinguido colega guatemalteco Alfonso Pérez Longo;

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II Congreso Centroamericano de Numismática

- Los varios trabajos y análisis sobre moneda republicana costarricense a partir de la independencia, cuyos resultados fueron presentados por los eminentes numismáticos Tomás Dueñas, Manuel Chacón y José Vargas;

- El análisis de la influencia de Francisco Morazán sobre la moneda centroamericana a partir de la independencia, elaborado y publicado a distancia en forma colaborativa por Manuel Chacón de Costa Rica y Roberto Jovel de El Salvador;

- El tema relacionado con la iconología del papel moneda costarricense durante el período liberal, tratado en forma magistral por Leonardo Santamaría;

- De gran relevancia fueron también las presentaciones hechas sobre el inventario fotográfico de las medallas acuñadas en Costa Rica, presentado por José Vargas y Manuel Chacón, así como el trabajo y publicación sobre las medallas de proclama de los reyes de España en la Audiencia de Guatemala, que fue presentado por Roberto Jovel;

- Gran interés generó también la ponencia presentada por Nicolás Liakopulos de Panamá en relación con las monedas y la barra de plata encontradas en el Camino Real de aquel país;

- Las guías para la identificación de moneda macuquina, su lugar y fecha de acuñación, la denominación, y otras características, presentada en forma de “primer” por el distinguido numismático costarricense Oscar de la Cruz, trabajo que mereció el interés y aprecio de los participantes;

- La descripción de las características de las fichas de esquila y otras actividades productivas en la Argentina, presentado por el distinguido numismático Marcelo Grykiewitz;

- El breve taller sobre fotografía de objetos numismáticos dirigido por don Rodrigo Rubí de Costa Rica, que fue considerado por los participantes como extremadamente útil para apoyar los trabajos de investigación y publicación numismática en la región;

- El libro que sobre el tema de los billetes emitidos por bancos privados en Honduras entre 1850 y 1950, elaborado por el distinguido numismático de aquel país, Gilberto Izcoa, que entendemos será seguido en breve por otro trabajo similar acerca de las emisiones de billetes hechas por el Banco Central de Honduras a partir de su fundación en 1950;

- El original e interesante trabajo sobre las características oligodinámicas de los metales comúnmente usados para acuñar monedas en Costa Rica, presentado por el Dr. Roberto Brilla, que vino a iluminar un tema poco conocido sobre la numismática, y que además abre nuevas avenidas para la investigación;

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II Congreso Centroamericano de Numismática

- La presentación y el libro sobre la historia y las características del Colón salvadoreño, desde su nacimiento en 1892 hasta su desaparición 110 años más tarde (en 2002) debido a la dolarización de la economía de dicho país, presentado por Roberto Jovel;

- El interesante trabajo sobre la adopción del patrón del oro en Costa Rica en 1896 y el nacimiento del Colón como nueva moneda, elaborado y presentado por el distinguido numismático José Carranza;

- La conferencia sobre la presencia de Agustín de Iturbide, emperador de México, en la numismática centroamericana, llevada a cabo por el distinguido numismático nicaragüense Alan Luedeking;

- Gran interés generaron también los trabajos realizados en Costa Rica para definir metodologías de identificación, ubicación y datación de las fichas o boletos de fincas de café y otras actividades, al destacar la relevancia de esta rama tan importante de la numismática que no ha recibido toda la atención y relevancia en la región, cuyos resultados fueron presentados por los numismáticos costarricenses Hansel Chavarría y Juan Carlos Solano;

- La presentación hecha por el distinguido numismático chileno Carlos Jara durante la sesión de clausura sobre el tema de las acuñaciones de monedas guatemaltecas bajo el reinado de Carlos III, que amplió el trabajo previo ya publicado del autor sobre las acuñaciones en la Casa Real de Moneda de Guatemala, tema sobre el cual se espera sea seguido en el futuro cercano de análisis similares sobre los monarcas que le sucedieron.

Los participantes en el Congreso expresaron su satisfacción por la amplitud y detalle con que se trataron los diversos temas de la numismática Centroamericana: en primer lugar, atendiendo tanto la moneda como las medallas, las fichas y el papel moneda; en segundo, abarcando tanto el período Colonial español como el período posterior republicano independiente; en tercero, abordando temas y subtemas de interés de alcance tanto nacional como regional.

Igualmente, los participantes expresaron su satisfacción al haberse incluido temáticas afines y asociadas para dar un más amplio, mejor y modernizado tratamiento a la numismática en la región, entre las cuales cabe destacar las formas para atraer nuevos y más participantes en la numismática. Cabría destacar en tal sentido la elaboración de cuentos y representaciones en torno a la moneda, tales como (i) el video sobre la vuelta al mundo en 80 monedas desarrollado por la colega Indira Mendoza de Honduras; (ii) el cuento sobre las experiencias de un billete a su llegada desde Inglaterra a Costa Rica, narrado por la Srta. Nidia Valverde; (iii) la presentación de estrategias educativas para hacer más entretenida la numismática, hecha por Doña Joselyn Rey de Costa Rica; (iv) la presentación de la experiencia ecuatoriana del desarrollo de la sala lúdica del

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II Congreso Centroamericano de Numismática

Banco Central de aquel país, hecha por el distinguido Curador del Museo Numismático, herramienta muy útil para promover el tema de la numismática entre los niños y jóvenes; (v) la aplicabilidad de la herramienta de Internet denominada Comunidad Numismática Virtual para el desarrollo de la numismática en la región; y (vi) la aplicación de técnicas estadísticas y análisis diferencial para la definición y estudio de emisiones de monedas, elaborado por Rodrigo Figueroa de Costa Rica.

Para concluir cabe señalar que los participantes expresaron su unánime reconocimiento a los organizadores del evento – tanto institucionales como individuales – por la excelente labor de planificación, organización y puesta en marcha del Congreso. En tal sentido, se deben especiales agradecimientos tanto a los Museos de Costa Rica, entidad del Banco Central de Costa Rica, como a Don Manuel Chacón y su grupo de colaboradores, quienes no escatimaron esfuerzos por asegurar el éxito del evento. Vaya para ellos un especial voto de reconocimiento, agradecimiento y aplauso!

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