movimiento 15-m ¡cuidado - dialnet.unirioja.es · sofia de roa be aware, the citizen comes¡ ......

14
06 ¡CUIDADO MOVIMIENTO 15-M 14 Mayo 2011. Jornada de Reflexión de las Elecciones Municipales y Autononómicas en España.

Upload: hoangkhanh

Post on 20-Sep-2018

212 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

06

¡CUIDADOMOVIMIENTO 15-M

14 Mayo 2011. Jornada de Reflexión de las Elecciones Municipales y Autononómicas en España.

EN PO

RTAD

A

QUE VIENE EL CIUDADANO

!La indignación se ha hecho pública. Durante el último mes y medio, ríos de tinta, imágenes y vídeos tratan de analizar el fe-nómeno del 15-M, un movimiento que ha irrumpido en la vida pública sorprendiendo a propios y extraños sin poder atisbar aún las consecuencias del mismo. Sus acciones continúan a pie de calle y el gran salto hacia abajo trata de consolidarse en los barrios y pueblos, donde las administraciones locales podrán jugar un papel clave a la hora de ofrecer al ciudadano la oportunidad de participar más activamente en el sistema político, social y económico.

07

Sofia de Roa

Be aware, the citizen comes¡The anger has become public. Over the last two months, text, images, and videos try to analyze the 15M movement, phenomenon that burst in the public life sur-prisingly without knowing yet its consequences. Its actions goes on trying to settle down on the neighborhoods through the local people. Now the local civil service has the clue to offer to the citizen the opportunity to participate actively in the politic, social and economic system.

Keywords: Media, politics, mobilizations, protests, demonstration, assembly, citizenship.

8

Se trata de personas diferentes que son capaces de dejar de lado sus diferencias para trabajar en co-

mún, sistema que choca, por ejem-plo, con el parlamentario donde el

debate surge del enfrentamiento.

Se trata de un acto de desobediencia civil, una forma de disidencia desarrollada especialmente por ciuda-danos en defensa de los derechos civiles y políticos. Consiste básicamente en una quiebra consciente de la legalidad vigente con la finalidad de suplantar la nor-ma transgredida por otra que es postulada como más acorde con los intereses generales. Intereses que, no obstante, han de ser identificados a través de un pro-cedimiento democrático de formación de la voluntad, que finalmente tendrá que llegar por parte del repre-sentante público.

Se trata de una revolución que no ha producido un cambio violento en las instituciones políticas, econó-micas o sociales por el momento, pero sí un cambio radical en la manera de relacionarse, de comunicarse y de intercambiar información. El ciudadano, hasta ahora adormecido o desquiciado ante su incapacidad de influir en su futuro, ha despertado ante una reali-dad presentada como inmutable, y reclama más espa-cio dentro del debate público. Reclama autoridad y se niega a ser requerido cada 4 años para otorgar un voto a una lista cerrada, que el político toma como un che-que en blanco, o a ser considerado simplemente como parte de datos agregados sin más. Pide capacidad de influir en la vida pública como modo de sanar una democracia que se considera enferma.

Los estudios de opinión lo llevan advirtiendo desde hace meses: la clase política y la economía son dos de las mayores preocupaciones de los españoles. Así se respira en el ambiente, en las casas, en los bares y por su puesto en los gabinetes de comunicación y despa-chos corporativos. Crisis económica, crisis de valores, o crisis de líderes son cuestiones que no nos pillan desprevenidos y motivos sobran para estar indigna-do. Desde el minuto uno de comienzo de la acampada, la Puerta de Sol de Madrid se engalanó de miles de ingeniosos mensajes que hablaban por sí solos sobre la causa de la desobediencia, y los cánticos que se re-petían bien directos: “No nos representan”. “Tienen toda la razón” se leía en alguno de los foros internos de la policía, publicado durante la primera semana de acampada. Algunos otros se pueden leer en los desta-cados de este texto.

Las principales reivindicaciones son de perogrullo. Se solicita el acceso a una información veraz, se exige transparencia pública para poder acceder a datos ad-ministrativos sin mediación política, se solicita una ley electoral que considere todos los votos por igual, se exige una separación de poderes real, se exige acabar con la corrupción pública y se proponen multitud de ideas y propuestas que se saben viables para cambiar el rumbo del actual sistema en cuanto a sanidad, edu-cación, medio ambiente, política fiscal, laboral, me-dios de comunicación, etc., y en definitiva, se propone una regeneración democrática de abajo a arriba que fomente el debate público, otorgue al ciudadano un puesto y una voz en la construcción de la realidad, y su participación activa dentro de los espacios públi-cos. Desean que la plaza vuelva a ser un punto de en-cuentro ciudadano, puesto que se cree que éstas han perdido su significado convirtiéndose poco a poco en lugares de paso en vez de lugares comunes, conse-cuencia quizá del individualismo galopante que rom-pe con los lazos sociales y con la idea de comunidad.

Igualmente, el contexto social justifica la indignación y anima a la protesta. El estallido de la burbuja inmobi-liaria, los recortes sociales y el declive de la economía que sitúa el número de parados en casi cinco millones - el 40% entre los jóvenes -, describen solo parte de la situación pero, como detonantes recientes no se puede olvidar la conocida como Ley Sinde, considerada an-tidemocrática por aquellos que desencadenaron pro-testas on y off-line y que consiguieron sonrojar a una Ministra de Cultura, generando un debate ciudadano y un interés por tratar de comprender en qué consistía la polémica ley.

9

EN PO

RTAD

A

Y es que cuesta entender el sistema, es dificultoso entender una sociedad tan compleja y fragmentada como la actual y más cuando el debate público que ofrecen los políticos, basado en medios y en declara-ciones, se presenta carente de ideas y de propuestas claras, y gana en acusaciones, descalificaciones y en el clásico “y tú más” entre los dos grandes partidos. Igualmente, los casos de corrupción generalizada han escandalizado a los indignados, pero hay más. Nada viene de la nada. Son personas heterogéneas que, de manera espontánea, y desde hace tiempo trataban de movilizar a los demás en una sociedad donde mani-festarse estaba infravalorado debido a su poca reper-cusión y efectividad real. La sociedad parecía sumida en un estado de abulia. Los propios partidos políti-cos y los sindicatos demostraban su incapacidad a la hora para movilizar a los ciudadanos con ilusión, y muchas de las manifestaciones de años atrás han sido desoídas, ignoradas, calladas o reprimidas sin efecto alguno por lo que, esta forma de protesta devenía en desesperanzadora hasta el 15-M.

“Les gusta cuando callamos porque estamos como ausentes”.

No obstante, las movilizaciones contra la guerra de Irak, el 13-M en 2004 y la aparición del “pásalo” vi-sibilizaron la potencia de una ciudadanía conectada. El colectivo “V de Vivienda” en 2006 constató su ca-pacidad de movilizar. Los jóvenes antibolonia en 2009 generaron una red de trabajo en común que fue uno de los orígenes de la agrupación “Jóvenes Sin Futu-ro”, un colectivo que irrumpió con fuerza en la escena pública y el 7 de abril de este mismo año convocaba las primeras manifestaciones apoyadas por miles de personas bajo el lema “Sin casa, sin curro, sin futuro”. El estallido de primavera árabe alentó también a los españoles a seguir su ejemplo, al igual la revolución islandesa.

El fenómeno wikileaks enseñó al mundo cómo algu-nos gobiernos mienten sistemática e impunemente a los ciudadanos, y las acciones del grupo Anonymus colaboran con sus acciones a creer en la idea de que es posible cambiar el rumbo de nuestra sociedad. Gru-pos en la red como Social Party, Sin noticias de Islan-dia, Asociaciones de Parados, Afectados por la Hipo-teca, y otros similares compartían contrainformación en red que, poco a poco, calaba entre los internautas generando una toma de conciencia sobre la capaci-dad individual para cambiar el entorno. Malestar.org se creó en facebook a partir de una iniciativa indivi-

dual en febrero para organizar acciones de protesta en la vía pública en casi 50 ciudades españolas con el objetivo de animar a los ciudadanos a despertar-se. Así lo hicieron cada viernes hasta el pasado 13 de mayo. Libros como “Indignaos!” o “Reacciona” y su repercusión mediática también han hecho mella como antecedentes recientes. Tampoco se puede olvidar el trabajo de distintas ONGs y movimientos como el Foro Social Mundial, que llevan años denunciando acciones gubernamentales y ofreciendo alternativas al sistema, defendiendo que no hay que conformarse con lo que hay. Las mesas de convergencia ciudadana en los barrios también han hecho su trabajo a la hora de empoderar al ciudadano, reforzando la necesidad de debate público, pero era la Red la que ofrecía la tecnología como nueva herramienta para el ejercicio de la acción política y, en este caso, como forma de canalizar esta indignación. Era en la Red donde se ge-neraba el caldo de cultivo, donde se escuchaban voces claras de disconformidad a la vista de todos, pero sin que ningún gabinete político se percatara o le diera importancia.

“ERROR 404: DEMOCRACIA NOT FOUND”La crisis de control tecnológico no nos deja atisbar hasta qué punto internet está revolucionando la so-ciedad. En la red se puede declarar el desacuerdo, criticar, implicarse, difundir y sobre todo organizarse. Los internautas indignados se comunican entre ellos y para la sociedad sin controles de los gobiernos ni del mercado. Personas que no se conocen crean comuni-dad, comparten y difunden temas, mensajes muchas veces ausentes en los medios convencionales de ma-nera instantánea y viral. No buscan en ello rentabili-dad económica ni especial cobertura favorable a una política concreta. Esta movilización en red ha consoli-dado identidades que chocan con la anemia y la apa-tía del tejido social, la sociedad civil y los movimien-tos ciudadanos existentes, esperando que, a partir de ahora, tomen una posición más fuerte ante la esfera pública, dominada por políticos y periodistas.

Este movimiento en red ha ido alterando el status quo de la opinión pública cuestionando el sistema, e in-tentando controlar o influir a quien dirige el Estado ante una situación que se define como injusta, es decir, poco a poco se ha roto con la idea de que la realidad es inmutable: argumento previo del inmovilismo. Así, se ha ido generando la creación de una conciencia co-lectiva de que existen posibilidades, recursos e indivi-duos para alterar el aquí y el ahora.

10

FINALMENTE LA RED FUE LA PLAZAUn grupo de jóvenes alarmados por el pasotismo so-cial ante el deterioro de los sistemas democrático y mediático que favorecía la salida de la crisis por la derecha se propuso sacar a la gente a la calle. Sabían que no sería trabajo fácil y se resignaban pensando en el resultado. En febrero crearon Democracia Real Ya (DRY), un grupo de facebook al que poco a poco se adhirieron más y más internautas. Pronto DRY descentralizó sus acciones en decenas de grupos por ciudades focalizando los mensajes por territorios, consiguiendo más eficacia y canalizando mejor la co-laboración individual y la ayuda de personas que des-de cualquier rincón se animaban a ayudar difundien-do videos, y actuando a pie de calle. Se generó así un modo de trabajo en red simultáneo, a tiempo real, en pie de igualdad y generando respuestas inmediatas. En tres meses logró que muchos blogs, webs, y artícu-los de opinión alentaran la llamada a la convocatoria. Así, el pasado 15 de mayo sacó a la calle alrededor de 80 mil personas en casi 50 ciudades españolas bajo el lema “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Se confirma: Internet es el mejor aliado para desarrollar potencialidades en los ciudadanos en una sociedad impermeable ante la movilización y la protesta. A partir de ese momento los simpatizantes en la Red crecían de manera exponencial.

Esa misma noche un grupo de unos 40 jóvenes deci-dieron pasar la noche en la plaza para continuar la protesta y elaboraron el manifiesto “¿Quiénes somos?.Al día siguiente, ya en la madrugada del martes 17, las fuerzas de seguridad desalojaron la pequeña acampa-da y este hecho provocó que la protesta cobrara un

cariz emocional. La actuación de las fuerzas de segu-ridad consiguió que mucha más gente apoyara la pro-testa en solidaridad con los acampados y la tarde del martes, miles de ciudadanos se reunieron el la Puerta del Sol avalando la legitimidad de la manifestación. A las 22:30h de esa misma noche se decidió acampar indefinidamente, y la Puerta del Sol se convirtió en la Plaza de la Solución. A partir de ese momento comen-zó un desfile de personas portando mantas, cartones, comida, ordenadores, mesas, etc., y todo tipo de ma-terial necesario para instalar una gran acampada. Se identificaron las primeras necesidades, se crearon las primeras comisiones y empezaron las asambleas.

“Nuestros sueños, no caben en sus urnas”

En los siguientes días el movimiento crecía. El eco me-diático inicial fue más bien tímido pero pronto ocupó las portadas nacionales, convirtiéndose en foco de no-ticia internacional con un eco mediático que dura hoy. La repercusión de estos primeros momentos provocó un estallido de acampadas en diferentes lugares del mundo en solidaridad y apoyo al movimiento, llegán-dose a contar 706. De igual modo, crecían las comi-siones y los servicios de organización que se genera-ban en la acampada Sol: guardería, enfermería, legal, alimentación, comunicación, respeto, limpieza, medio ambiente, política a corto plazo, por nombrar sólo algunas. Se creó un periódico, una radio propia, red telefónica interna y así la Puerta del Sol y el resto de acampadas en 60 ciudades españolas se convertían en miniciudades que vislumbraban la organización y la seriedad de los acampados. Todo en clave pacífica, rei-vindicativa, cultural, y en un entorno de debate públi-co en busca del consenso en la búsqueda de respuestas a su malestar. Un ejercicio de ciudadanía en toda regla. A una semana de acampada, el movimiento dio un paso más y se extendió a los barrios y pueblos, donde el apoyo fue muy alto, también influído por el brutal desalojo que se produjo en Barcelona el pasado 28 de Mayo, y donde ahora se consolida el movimiento.

Así, el sistema en red ha sido el que se ha trasladado a la vida real en forma de acampadas en plazas públicas de diferentes ciudades del mundo: horizontal, abierto, transparente, heterógeneo, sin líderes a los que diri-girse (y a los que atacar), y organizado sin estructura en un modelo asambleario que encauza el debate y la reflexión con el objetivo de que sean recogidos por los representantes públicos como parte del sentir de la ciudadanía, de abajo a arriba.

Animando a la movilización. Pamplona Abril 2011. Malestra.org

11

EN PO

RTAD

A

Comenzaba un proceso de deliberación colectiva que sigue activo.

La solidaridad entre las personas que se acercaban al campamento con material y ayuda para la superviven-cia del movimiento, deja ver las ganas de cambio y la profesionalidad de los “indignados”. Aunque apoya-da por diferentes sectores generacionales, desde niños a ancianos, se trata de la generación más preparada de la historia del país la que sustenta el movimiento, los jóvenes. Personas que ven cómo se les niega un futuro que se planteaba inmejorable. Profesionales, muchos de los cuales no han encontrado su lugar en el merca-do de trabajo o un puesto adecuado a su formación, y han volcado su energía en el surgir de las acampa-das y las movilizaciones: más de 100 abogados traba-jaban en la comisión legal en Madrid y cerca de 40 diseñadores gráficos y expertos en comunicación au-diovisual dedicaban horas interminables para crear la imagen del movimiento, por apuntar sólo unos datos. También abundan arquitectos, periodistas, psicólo-gos, traductores, economistas, informáticos, etc., que apoyan el 15-M dando su fuerza de trabajo por una causa. Este sentimiento de utilidad y de satisfacción por poder poner en marcha un movimiento social, político y participativo en busca de un futuro mejor daba empuje a todos los que colaboraban activamen-te. Se trata de personas diferentes que son capaces de dejar de lado sus diferencias para trabajar en común, sistema que choca, por ejemplo, con el parlamentario donde el debate surge del enfrentamiento. Seguro que muchos políticos y empresarios han pensado o debe-rían pensar en incorporar en sus equipos a personal de la acampada.

Se trata de buscar actores reconocidos como válidos y en-

contrar la oportunidad política de canalizar las propuestas; fomen-

tar el debate creado fortaleciendo y creando nuevos mecanismos de

participación democrática con un único objetivo: mejorar y equili-

brar las relaciones de poder entre gobernantes y gobernados.

A pesar de la ilusión y de la energía del movimien-to entre sus miembros, sus debilidades, las amenazas propias de cualquier movilización política, y las difi-

cultades a las que todavía hoy se enfrenta no son pocas ni fáciles de resolver y continuamente ponen a prue-ba la fuerza del movimiento. Se trata de un ataque al sistema que rige nuestros gobiernos, y como tal, ante una amenaza de estas características va a tratar de de-fenderse sin piedad, y el 15-M ha de enfrentarse a una campaña de desprestigio casi continuamente.

En primer lugar, el poder de los medios de comunica-ción condicionaría la fuerza del movimiento de cara a la opinión pública. Cualquier chispa de violencia o gota de alcohol podría deslegitimar la movilización, aunque desde el primer momento el comportamiento de los acampados fue ejemplar: limpio, ordenado y respetuoso. Los medios se volcaron con el movimien-to en contraste con el silencio de los primeros días de protesta. Una explosión de reporteros en busca de de-claraciones, notas de color, información y carnaza casi 24 horas al día, desde el miércoles hasta el domingo electoral, rodeaba a los acampados en Sol. No olvide-mos que en ese momento nos encontrábamos ante la inminente celebración de unas elecciones.

¿Quiénes somos?Somos personas que hemos venido libre y vo-luntariamente, que después de la manifesta-ción decidimos reunirnos para seguir reivin-dicando la dignidad y la conciencia política y social. No representamos a ningún partido ni asociación. Nos une una vocación de cambio. Estamos aquí por dignidad y por solidaridad con los que no pueden estar aquí.

¿Por qué estamos aquí? Estamos aquí porque queremos una sociedad nueva que dé prioridad a la vida por encima de los intereses económicos y políticos. Aboga-mos por un cambio en la sociedad y en la con-ciencia social. Demostrar que la sociedad no se ha dormido y que seguiremos luchando por lo que nos merecemos mediante la vía pacífica. Apoyamos a los compañer@s que detuvieron tras la manifestación, y pedimos su puesta en libertad sin cargos. Lo queremos todo, lo que-remos ahora, si estás de acuerdo con nosotros: ¡ÚNETE! Es mejor arriesgar y perder que per-der por no haber arriesgado.

MANIFIESTO

12

La ciudadanía movilizada desplazó la agenda de campaña, a menos de una semana de la cita de los es-pañoles con las urnas en los municipios y las autono-mías. El movimiento fue acusado de tratar de influir en el voto y de estar movido por diferentes partidos políticos. Incluso la paranoia de algunos medios y pe-riodistas llegó a tal punto, que se atrevieron a señalar que los indignados estaban adiestrados por miembros del entorno de la banda terrorista ETA. Sin embargo, las personas movilizadas reúnen una muy diversa heterogeneidad de ideas políticas que hacían perder fuerza a ese mensaje,y se pudo demostrar el carác-ter apartidista del movimiento que iba más allá de la campaña electoral, reconociendo que la fecha elegida, lógicamente, había dado una mayor visibilidad a la movilización. Los indignados no quieren que nadie abandere el movimiento.

“No somos antisistema, el sistema es antinosotros”

“¿Qué querrán?”, se preguntaban. Desde los medios se exigía propuestas, definiciones, datos, y esto pro-vocaba cierta tensión entre los acampados, ya que la coordinación de la información era difícil de canalizar entre tantas personas que participaban y que se unían al movimiento constantemente. El objetivo princi-pal era permanecer unidos. Por otro lado, las trabas que entorpecían el proceso muchas veces relativas al propio sistema abierto y asambleario, o quizá las des-confianzas que surgían debido a rumores sobre la pre-sencia de infiltrados en las acampadas, ralentizaban las decisiones, y estas contradicciones se convertían en acusaciones de desorganización y falta de rumbo.

No muchos conocían los nombres de quién trabaja-ba a su lado en los campamentos. Con la cantidad de comisiones y asambleas resultaba imposible que todo el mundo participara en todo y se enterara de todo. El cansancio también hacía mella entre los acampados y la presión mediática era constante. Pero, ¿cómo se puede exigir respuestas ante la indignación, cuando los responsables, los encargados de gobernar se han mostrado incapaces?. Desde algunos frentes se exigía a los indignados más acciones y decisiones que a los propios políticos.

El fin de semana preelectoral y la jornada de reflexión nos dejaron unas imágenes difíciles de olvidar que dieron la vuelta al mundo. Miles de personas se re-unieron en las diferentes plazas retando a la Junta Central Electoral que había prohibido la concentra-ción en Sol, coreando al unísono una vez más la frase que une el sentir común de los ciudadanos reunidos: “No nos representan”.

Cuando la cita con las urnas pasó, y se analizó la es-casa influencia en las mismas, la afluencia de medios descendió drásticamente. Desde el lunes postelecto-ral por la mañana la atención mediática barnizaba el movimiento con un matiz paternalista que calificaba al movimiento de utópico. Ahora se trataba de jóve-nes hippies en busca de un mundo ideal. También se remarcaba la pérdida de apoyos al movimiento de manera repentina, ya que se apuntaba el descenso de afluencia comparado con las grandes cifras del fin de semana. El frente de los comerciantes colindantes con la Puerta del Sol, afectados por las concentraciones, también se atizó a partir del lunes, aunque desde la acampada se dialogó con el colectivo y se comprobó

13

EN PO

RTAD

A

que el malestar y los datos sobre las pérdidas de ven-tas no eran los que se anunciaban. Los pocos casos de violencia acaecidos por personas ajenas al movimien-to también fueron difundidos por doquier, al igual que los problemas de coordinación interna. Y así, mu-chas veces era la anécdota la que protagonizaba las informaciones.

No obstante, la escasa representatividad de la asam-blea generaba un distanciamiento con la masa de per-sonas que apoyó la protesta durante el fin de semana. También debido a que muchas de las propuestas cali-ficadas como “trasnochadas”, aunque no aprobadas en asamblea, eran difundidas y creaban confusión: que si abolir las corridas de toros, que si volver a per-mitir fumar en los bares, entre otras, distorsionaban el mensaje de los objetivos principales que se consen-suaron en la comisión de mínimos: reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real; lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política; separación efectiva de los poderes públicos; y creación de mecanismos de control ciudadanos para la exigencia efectiva de responsabilidad política. Ade-más, el tinte “turístico” que tomó la revolución como producto de visitantes y curiosos, tampoco beneficia-ba a la imagen de la acampada.

Por otro lado, cada vez más artículos de opinión apuntaban que muchas de las propuestas más bien eran viables y desde las redes sociales el apoyo seguía siendo muy fuerte, convirtiéndose cada día en uno de los temas más comentados. Igualmente los apoyos in-ternacionales continuaban creciendo y todas las accio-nes y convocatorias e información oficial hacía arder la red entre los simpatizantes del movimiento.

“No hay pan, para tanto chorizo”

Por su parte, la reacción de la clase política hasta el momento deja mucho que desear y no son suficien-tes. Los guiños al 15-M por parte de los políticos han aumentado sobre todo entre las declaraciones oficia-les. A pesar de ello, los intentos de acercamiento van llegando hasta el punto de que las reivindicaciones han entrado al Congreso de los Diputados en forma de consenso sobre la creación de una próxima Ley de Transparencia Pública y del compromiso de abrir un debate sobre la creación de mecanismos de control democráticos fiables. No obstante, la constatación de que el 15-M se mantiene dentro del discurso público y de los propios políticos, confirma la importancia del

levantamiento ciudadano. Y es que, cuando los éxitos del movimiento son claros, no hay más remedio que reconocerlo y no quedar en una evidencia irreparable. A pesar de ello, en cuanto hay oportunidad, se intenta demonizar la protesta. No se puede estar con todos los bandos en función del clima de cada día.

Desde el inicio, este movimiento ha tratado de ser ca-pitalizado en diferentes ocasiones tanto por partidos como por políticos particulares de una manera erró-nea. Estos ya no son creíbles, y cualquier atisbo de in-terés o de falsedad que sea detectado por el ciudada-no, costará más al político que el no hacer nada. Otros lo han obviado, o incluso no sólo lo han criticado si no que lo han ridiculizado. En un principio, el miedo a perder votos ante las inminentes elecciones del 22-M, hizo tambalear a todos. Más tarde el PSOE reconocía el derecho de protesta y tímidamente justificaba las razones: “Si tuviera 25 años estaría en Sol”, declaraba esos días Zapatero haciendo ver que se trataba de una acción de histeria juvenil. El PP criminalizaba el mo-vimiento sin tapujos: “Esto es democracia y no lo de Sol”, espetaba Esperanza Aguirre tras ganar las elec-ciones en la sede de la madrileña calle Génova. Por su parte, IU trató de asumir en su discurso las ideas que promulgaba el movimiento e hizo señales a los acampados en vano. Su cabeza de lista, el diputado Cayo Lara, acudió a una de las protestas apoyada por el 15-M para parar un deshaucio en un barrio de Ma-drid, y fue recibido a golpe de gritos contra su perso-

Gru

po d

e m

anife

stan

tes

en V

iena

(Aus

tria

)

14

na. “Como ciudadano tengo derecho y llevo luchando muchos años por estos temas”, argumentaba. Pero ese gesto fue tomado como una provocación ante los in-dignados que consideran que el político ha de trabajar desde la asamblea y que, en este caso, el trabajo al que aludía el representante no ha calado entre los ciuda-danos.

“Lo llaman democracia y no lo es”

No hay mayor ciego que el que no quiere ver. Todavía parece que no quieren darse por aludidos ante esta gran llamada de atención para que cambien de acti-tud y comiencen a manifestarse a favor esta parte de la ciudadanía descontenta, asumiendo cambios reales en la legislación. Son ellos los que han de tomar como suya la voluntad de la ciudadanía y son ellos los que están en el punto de mira del movimiento.

¿Es rentable dar la espalda al ciudadano, infantilizar a una sociedad que ha evolucionado con las nuevas tecnologías y pide cambio a golpe de protesta? Final-mente, el político no podrá ser ajeno a las peticiones ciudadanas y tendrá que asumir la responsabilidad de rendir cuentas al ciudadano y exponerse al castigo sobre sus decisiones para ganarse la confianza de los indignados. No queda otra alternativa para atender lo que se pide desde las calles. El político tendrá que demostrar sus intenciones con honestidad, con voca-ción real de servicio público, y sin miedo, ya que de lo contrario el que se encontrará sin curro y sin futuro, o al menos sin apoyo, será aquel que no sepa rejuvene-cerse.

El 15-M ha puesto sobre la mesa no sólo la incompe-tencia de los políticos actuales a la hora de responder ante las necesidades de los representados o la falta de decisión de los líderes, sino también la obsolescencia de los propios partidos, jerarquizados rígidamente de una manera que choca frontalmente con la sociedad en red de hoy. Asimismo, la falta de debate interno que transmiten rechina contra el proceso de delibera-ción colectiva llevado a cabo en las asambleas y en la red. La necesidad de renovación política es urgente y necesaria. Lo mismo les pasa a los sindicatos que tam-poco han demostrado saber estar a la altura de las di-fíciles circunstancias por las que muchos trabajadores y familias atraviesan, ni tampoco conjugar a su favor la negociación colectiva junto con políticos y empresa-rios. Renovarse o morir, esa es la cuestión, cuestión de tiempo quizás.

Aun así, ante la falta de apoyo social, político y a veces mediático, el movimiento ha tomado forma. A pesar de las dificultades y de que el campamento en Sol se convertía en un fin en si mismo y pasó por momentos tautológicos, finalmente se decidió levantar el mismo el pasado día 12 de junio, dejando un punto de infor-mación permanente. Y la cascada de movilizaciones continúa.

“España en pie, una Islandia es”

No había día en que no se detectaran escenas de pro-testas y caceroladas que perseguían a representantes públicos, que hacían ver que el movimiento no termi-na con el fin de la acampada. El día de la investidura de los alcaldes vencedores del 22-M, miles de perso-nas protestaron ante las sedes municipales, sobre todo en las que se salieron ganadores políticos corruptos. La presión continuaba y se vivieron varios actos de tensión que se aprovechaban, no para denunciar cier-tos abusos por parte de las fuerzas de seguridad, sino para tildar de violentos a los manifestantes. Pero, ¿no es lo mismo afirmar que el 15-M es violento, que de-cir que todos los políticos son unos chorizos?. En esos primeros días tras el levantamiento de la mayoría de las acampadas, igualmente le tocó sufrir una protes-ta al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, una noche, de paseo con su mujer y su hijo, cuando fue acechado por un grupo de personas que le incrimina-

¿Cómo se puede exigir respuestas ante la indignación, cuando los

profesionales, los encargados de gobernar se han mostrado

incapaces?. Desde algunos frentes se exigía a los indignados más acciones y decisiones que a los

propios gobernantes.

15

EN PO

RTAD

A

ban por cancelar la celebración de conciertos durante las fiestas del madrileño barrio de Chueca con motivo del día del Orgullo Gay. Él se indignó profundamen-te, pero días más tarde se reunió con el colectivo para tratar de llegar a un acuerdo.

Los actos que seguían visualizando el malestar se multiplicaban en las calles y hasta el Príncipe Feli-pe y el Ministro de Educación fueron increpados a las puertas de la Universidad Autónoma de Madrid, por un grupo de ciudadanos que apoyaba la República y coreaba gritos en contra de la mercantilización de la educación. Emilio Botín, presidente del Banco San-tander, igualmente ha vivido momentos de críticas y ha sido acusado como uno de los culpables de la situación actual por parte de jóvenes, e incluso desde dentro de su junta de accionistas protagonizadas por sus propios socios. También asistimos a la paraliza-ción de los primeros desahucios (a día de hoy ya son 12, en Valencia, Barcelona, Madrid o Málaga), pero fue de nuevo el 14 de junio en Barcelona cuando tras el resultado de las protestas protagonizadas frente al Parlament, el 15-M saltaba de nuevo a primera plana.

Aquella madrugada, centenares de simpatizantes decidieron pasar la noche frente al Parlament para tratar de impedir la aprobación, al día siguiente, de unos presupuestos que presentaban drásticos recor-tes sociales en educación y sanidad. Congregados a sus puertas, jóvenes, y no tanto, trataron de impedir el acceso al mismo al grueso de los diputados. Poco a poco, la tensión aumentaba al igual que el número de ciudadanos que se unía a la protesta, y algunos de los diputados finalmente fueron empujados o rociados de pintura además de abucheados. En último lugar, se dieron incidentes de violencia que provocaron varias cargas por parte de los Mossos d´Esquadra. A pesar de que no trascendieron, aunque sí que hubo heridos, y de que el movimiento se desvinculó de los actos de intimidación, estos hechos se presentaron ante la opi-nión pública como actos de violencia intolerables y como un ataque a las instituciones que representan a todos los españoles, sobre todo debido a las declara-ciones de los representantes políticos. “Se trata de una guerrilla urbana”, declaraba sin tapujos Felip Puig, Conseller de Interior de la Generalitat de Cataluña, minutos después de los incidentes.

Una vez más, se trataba de un intento de fracturar el movimiento con el uso parcial de estos brotes de vio-lencia por parte de políticos y medios afines. Una vez más, los ciudadanos movilizados deberían demostrar

su civismo y la intención pacífica de sus protestas. Y una vez más, el movimiento 15-M exhibió de nuevo su poder de convocatoria.

La protesta del 19-J congregó entre 150 mil y 300 mil personas

en toda España, con una repercu-sión internacional que provocó manifestaciones en 98 ciudades

de todo el mundo.

La cita estaba prevista para el 19 de junio. Era un momento crucial del que dependía, en gran parte, el futuro de este movimiento. DRY convocaba contra el Pacto del Euro, al ser considerado como una reforma ejecutada a espaldas del ciudadano y una nueva agre-sión contra el bienestar de las clases medias y bajas europeas, debido a los nuevos recortes que el pacto implica. Se trataba, una vez más, de no permitir que los gobernantes dieran más facilidades para modificar las leyes al Fondo Monetario Internacional o al Banco Central Europeo que a los ciudadanos, que desde la calle se exigen cambios, considerados de sentido co-mún. En Madrid comenzó por la mañana y fue apo-yada por las 58 asambleas barriales que forman el 15-M, y se unió a la marcha convocada ya tras la huelga general del pasado septiembre, por la Coordinadora de Asambleas de Trabajadores de Barrios y Pueblos de Madrid como muestra de apoyo al trabajo que se está haciendo en estas áreas. Seis columnas partieron desde diferentes puntos de la región y se unieron en la madrileña plaza de Neptuno. Por la tarde secundaron en el resto de ciudades y al final del día se confirmaba el éxito de esta segunda gran jornada de movilización.

16

Nuevamente, el movimiento 15-M hacía historia con-gregando en las calles de las principales ciudades es-pañolas entre 150 mil y 300 mil personas y con una re-percusión internacional que provocó manifestaciones en 98 ciudades fuera de España. No se registró nin-gún incidente y todas transcurrieron en un ambiente pacífico, festivo y reivindicativo. El 19-J demostraba la energía que emana del 15-M. Ante el evidente apo-yo social recibido, su carácter no violento, y el ánimo de los simpatizantes para continuar promoviendo el cambio político, social y económico se confirma que el movimiento no para, se mueve. La unión y la determi-nación de los indignados es la fuerza motora que im-pulsa y, seguramente, jugará un papel determinante de cara a las próximas elecciones generales.

“Vamos despacio porque vamos lejos”

Y siguen. Ya el día 21 de junio, tres mil personas pasa-ron la noche, esta vez, frente al Congreso de los Dipu-tados en Madrid para tratar de frenar la aprobación de la reforma laboral. Acampadas itinerantes, manifesta-ciones, caceroladas, y performance siguen llamando a los ciudadanos a tomar la calle. Las asambleas se si-guen celebrando en los barrios y cada 15 días en la Puerta del Sol, esperando una multitudinaria que se celebrará el próximo 23 de julio coincidiendo con la llegada de la marcha popular indignada, que ahora re-corre España trasladando las propuestas de todos los puntos por los que pasa, y dejando ver que el movi-miento sigue vivo. También se ha celebrado en la ma-drileña plaza un Debate sobre el Estado de la Nación pararelo al celebrado en el Congreso, para evidenciar la falta de representatividad que denuncian los indig-nados y para demostrar que la ciudadanía sigue orga-nizándose y trabajando propuestas que consigan calar en las instituciones mejorando el sistema democrático.

No faltan ideas ni ganas de seguir adelante. Sobre la mesa ya se plantea la convocatoria de una huelga ge-neral y de la celebración de un referéndum orientado a cambiar la Constitución. Este verano llega cargado de deberes para los indignados. Principalmente, se tra-tará de conseguir una mayor repercusión en Europa y en el resto del mundo. A pesar de que países como Colombia, Marruecos, Bielorrusia, Panamá, Turkía, Polonia, Noruega, Austria, México y un buen número más de países apoyan el movimiento y les ha alentado a emular la lucha en la calle, se sabe que el impulso internacional es necesario, así como elevar a una di-

mensión europea el debate político público. Por ello, se espera que el próximo 15 de octubre, fecha prevista para una tercera gran movilización mundial, el movi-miento se convierta en un fenómeno global.

“MÁS PODER LOCAL”Mientras tanto, en asambleas se definen los próximos pasos desde esta posición de fuerza que se ha alcan-zado tras el 19-J. Ahora el movimiento en los barrios y pueblos toma forma, ya que quizás es en los barrios donde más se nota el paro, los desahucios, las hipote-cas, el deterioro de la educación y la sanidad, y don-de más están golpeando las políticas llevadas a cabo desde el comienzo de la crisis. Las asambleas locales son una iniciativa seguida por cientos de personas decididas a regenerar sus barrios desde abajo, con la idea de penetrar con sus iniciativas en las organiza-ciones tradicionalmente unidas al movimiento ciuda-dano, como pueden ser las asociaciones de vecinos. Estos son órganos tradicionales de lucha ciudadana, que tuvieron un relevante papel durante la Transición española, pero que han perdido confianza y han ido languideciendo. También se espera que se fortalez-ca esta forma de lucha y acción en otros centros de trabajo para tratar así de buscar actores reconocidos como válidos y encontrar la oportunidad política de canalizar las propuestas y fomentar el debate creado, fortaleciendo y creando nuevos mecanismos institu-cionales de participación democrática con un único objetivo: mejorar y equilibrar las relaciones de poder entre gobernantes y gobernados.

Los representantes locales debe-rían fomentar este trabajo de los representados y ayudarles absor-

biendo su contribución y , en definitiva, otorgarles la oportuni-dad de gestionar los espacios pú-

blicos y hacerlos más abiertos y participativos.

En este punto los ayuntamientos y las administracio-nes locales pueden jugar un gran papel. Se trata de fomentar el poder local, otorgando a los ciudadanos desde el primer escalón la oportunidad real de par-ticipar. Desde estos órganos asamblearios, creados espontáneamente por los vecinos, se han creado co-mités de enlace entre barrios por distrito para mejorar el intercambio de información, se han organizado bri-

17

EN PO

RTAD

A

gadas vecinales para luchar contra redadas racistas, se han preparado recogidas de firmas para promover iniciativas legislativas populares y exigir acceso a da-tos sobre ocupación de suelo, para obtener nuevos espacios públicos. Igualmente se han aprobado inicia-tivas para ejercer control fiscal en los ayuntamientos, pedir la participación efectiva en los plenos municipa-les, o para solicitar la construcción de bancos y fuentes en las plazas públicas, así como la ejecución de actos culturales por parte de los vecinos.

Muchos barrios recuperan sus fiestas populares y en-cuentros vecinales promovidos desde las asambleas con el objetivo de mejorar la relación entre los vecinos. También se han concretado y puesto fecha a multitud de manifestaciones a favor de mejoras en la sanidad, contra la financiación de la visita de la próxima visita del Papa, contra las privatizaciones de empresas pú-blicas, o en defensa de familias en proceso de desahu-cios injustos. Incluso se está estudiando la manera de llevar a juicio a los responsables de este desaguisado llamado crisis, como actores políticos o económicos, de la misma manera que se está haciendo en Islandia.

Como sea, los representantes locales deberían fomen-tar este trabajo de los representados y ayudarles ab-sorbiendo su contribución y, en definitiva, otorgándo-les la oportunidad de gestionar los espacios públicos y hacerlos más abiertos y participativos.

“No estamos locos, que sabemos lo que queremos”. Con esta frase terminaba la asamblea del pasado día 12 en Sol. Y es que, en definitiva, el 15-M es un ejemplo de civismo pacífico y, quizás, lo más impor-tante de este movimiento sea el propio proceso que ha generado en su búsqueda de cambios concretos y visibles. Aún no se puede saber si el 15-M acabará constituyéndose como un contra-poder permanente o se organizará como un poder constituyente que trate de transformar las estructuras del Estado como se ha mencionado. Lo que sabemos es que sí ha iniciado un proceso de deliberación colectiva que ha disparado el debate sobre asuntos públicos entre personas de toda condición, despertando el interés por asuntos políti-cos y la necesidad de estar informado. El ciudadano está vivo y actúa cuando se juega con su vida.

Cada persona que apoya el movimiento independien-temente de su nivel cultural o educativo, se ha dado cuenta de que es capaz de hablar política de la misma manera en que puede hablar de lo que le interesa, le rodea y sobre todo le afecta. Porque no sólo se siente indignado y se queja, sino que reflexiona y actúa. Ha surgido un ciudadano que ya no será reactivo, sino activo, más informado y, por lo tanto, menos manipu-lable. Tras el 15-M aparece un vecino en alerta perma-nente que vigilará al poder. Se ha aprendido lo que es el activismo político y social y, a partir de ahora, mu-chos de los movilizados permanecerán en un estado de rebelión continua, cuestionando a los representan-

18

EN PO

RTAD

A

tes públicos, lo que es un logro. El ciudadano pide la palabra. Ha tomado conciencia de la realidad, y no va a aceptar todo lo que venga sin una crítica constructi-va propia. No se trata de ejercer ciudadanía 24 horas al día, pero sí de dedicarle ciertos momentos mantenidos en el tiempo y no relegar esta función a un momento de voto concreto que llega cada cuatro años. Se trata de una toma de poder que reforzará la sociedad civil como actor político. Los primeros estudios de opinión realizados sobre el impacto del 15-M en la sociedad muestran un balance positivo para el movimiento. El informe IOP de Simple Lógica, realizado sobre una muestra de 1000 personas, sitúa el apoyo a la movilización en un 73,3%. El estu-dio realizado por Cocktail Análisis sobre una muestra de internautas, sitúa el respaldado al movimiento en un 83,4% de los encuestados. El conocimiento del fe-nómeno es casi unánime en el mundo virtual, ya que un 97,5% ha oído hablar del 15-M. Otra encuesta que se ha hecho pública estos días es la de Metroscopia para el diario El País. Según este estudio es casi unáni-me (90%) la demanda que los partidos deben introdu-cir cambios en su forma de funcionar para prestar más atención a lo que demanda la ciudadanía.

Por tanto, mientras se esperan respuestas claras y ac-ciones concretas por parte de los representantes, en la calle y en la Red seguirá bombeando el espíritu de Sol al resto del mundo y es que, aquellos que siguen to-mando las calles no están dispuestos a volver a casa con las manos vacías. Políticos y partidos deberán

convivir con esta sociedad emergente. Muchos inves-tigadores, analistas y estudiosos adelantados avecina-ban un cambio de sociedad, la necesidad de un cam-bio de mentalidad, de romper con la anterior y dar paso a la sociedad digital, a la verdadera sociedad del conocimiento y de la información, con la consiguiente necesidad de adaptarse a los nuevos medios de comu-nicación y de relaciones personales. También son mu-chos los intelectuales y científicos que aseguran que el sistema actual está herido de muerte, agotado y que, por tanto, se necesita otra forma de hacer política y un cambio inevitable en las reglas del juego. Se trata de reivindicar el valor de la política, de exigir reformas profundas en el deteriorado sistema democrático y re-vertir la reconocida crisis de representatividad. Esto es un camino largo, pero permaneciendo unidos los ciudadanos tienen herramientas para llevarlo a cabo y son conscientes de que sólo entre todos se pueden conseguir avances sociales.

¿Será posible el cambio que exige gran parte de la so-ciedad? Todavía no se ha entrado al debate profundo sobre las cuestiones mínimas que se plantean, que son obvias. Sólo hace falta voluntad. El ciudadano espera, pero no sentado.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Sofía de RoaLicenciada en Periodismo. Coordinadora del Pro-grama Ciencia y Sociedad de la Universidad Rey Juan [email protected]

�������������������������������������