new im.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de...

9
IM.° 65 • 1." semestre • 1989 SUMARIO EDITORIAL 1 TEMAS El Quebrantahuesos en el Pirineo Es- pañol. Rafael Heredia Armada, 2 Endentemos y nlras plantas de la Cor- dillera Cantábrica. Carlos Aedo y Gonzalo Moreno. 10 La lagartija serrana de la Sierra de Credos. Daniel Palón Domínguez. 16 Peces, anfibios y reptiles del Parque Natural de la Albufera de Valencia. Francisco Gómez, Salvador Sánchez y Salvador Peiró. 20 Introducción a la Etnohotánica. Die- go Rivera y Concepción Obón. 28 Torrentes y aludes, la montaña en mo- vimiento. Leopoldo Rojo. 36 La electrocución de aves en las líneas eléctricas. Antonio Mííjica y Juan Jo- sé Negro. 40 COMUNIDADES AUTÓNOMAS Castilla y León: Las salinas de Villa- fáfila, Revellinosy VHIarrín. Jesús Pa- lacios y Mariano Rodríguez. 46 Castilla y León: Identificación de las Monteses. Jesús Losa Huecas, 51 Andalucía: Cíeomorfolog/a y paisajes del Parque Natural de la Sierra María (Almería). Manuel Colón y Fernando Díaz. 55 PARQUES NACIONALES Bayerischer Wald. El Parque Nacional del Bosque de Baviera. Dr. Hans Bi- beiriether. 59 Parques europeos y población local. Theo Burrell. 64 La Argentera, Parque Natural italia- no. Palrizia Rossi. 69 • _ j J r .... jjm'jmfil Él" m Lince ibérico [Foto A. Manzanares} La Federación de los Parques Nacio- nales y Naturales de Europa. Egide Moreau. 74 PUNTO DE ENCUENTRO «Sinfonía Pastoral». Rapaces españolas: El Alimoche. Ja- vier Viñuela. NATURALEZA, SOCIEDAD. CULTURA Las expediciones botánicas españolas durante los siglos XV1I1 y XIX. San- tiago Castroviejo. La expedición botánica de Pehr Lo- fling a Venezuela. Francisco Pelayo López. La expedición botánica a los Reinos de Perú y Chile. Antonio González y E. González. Separata: Forum: Apuntes de ecología urbana. Eduardo Crespo. Atalaya; Dromedarios: Barcos del de- sierto. María José López Grande. Del cero al infinito: Impresiones de un viaje por el norte de Chile. Teresa Val- derrama y Luis Vadillo. Monos de Bali. Comportamiento so- cial de los macacos en libertad. Ana Paloma Aranda. S.O.S., La selva tropical desaparece. Andrés Ceballos. Agora: En torno al Medio Ambiente. Pedro Martínez. Panorama legislativo: La nueva Ley para la Conservación de la Naturaleza en España, Vicente Hernández. Anaquel. PUNTO DE FUGA Bernardo Rodríguez Lara, 78 80 83 S7 90 94 100 110 118 124 126 130 134 136 IHKH'MIH Ramón Hernández, SECRETARIA DE DIRECCIÓN María Jesús Gon?ale? Alvarez. DISEÑO V MAQUFTACIÓN Jaime Bas Fuente. DIBUJANTES Pedio Martín de Santos, Bernardo Rodrigue? Lara. CONSEJO EDITORIAL Santiago Marracó Solana, José Antonio Frrcjífi Viüaçiçros, Fernanda Estilado Gome/, Cosme Morillo Fernández. Antonio Novas Garcia COMITÉ ASESOR Jorge Aguiló, Pedro Altamía, Femando Asilaba, Ángel Barbero. Mijliel Ángel Barón, Joan Manuel de Benito, Emilio Blanco, Gabriel Catalán, Andrés Ceballos, Pedro Ceballos. Eduardo Crespo, Antonio Franco, Borla Heredia, Eugenio Laborda, José Manuel Manilas, Luis Mariano González, Pedro Martínez Garrido, María de ía Concepción Marlíttcz Muidlo, Jote luis Montero de Buidos, Ramón Montoya, Adolfo Mtiuiï. Mariano Muflí? t>a?aT Rafael Notario, .Suan Carlos Orella, Juan Perales, Francisco Rodríguez, Leopoldo Rojo, Néstor Romantk, José María Ruiz Dana. Alberto Rui/ de Larraineudi, Agustín Sánchez, Mariano F. Tobes, Leandro Ternto, Antonio Troya, José Manuel Vá/qtie?. Ricardo vele? REDACCIÓN V ADMINISTRACIÓN Gran Vía de San Francisco, J5-4I, 28005 MADRID. Tel. 266 82 00, TARIFAS DE SUSCRIPCIÓN España, 1.000péselas al anu. Extranjeiu, 1.150 pesetas al año. La reproducción lotal o parcial de los trabajos tjue figuran en este numeró habfíi ttc wr picvianieiiie autorizarla por la Dirección de t.™ publicación. Edita: ICONA N .I .P .O.: Í Í 4 8 8 007 -X l S.S.N.: Ú2IC-3I50Í D. L.: M «065 1971 Imprime: EORAF, Ü. A .

Upload: others

Post on 17-Oct-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

I M . ° 6 5 • 1." semestre • 1989

SUMARIO

EDITORIAL 1

TEMAS El Quebrantahuesos en el Pirineo Es­pañol. Rafael Heredia Armada, 2 Endentemos y nlras plantas de la Cor­dillera Cantábrica. Carlos Aedo y Gonzalo Moreno. 10 La lagartija serrana de la Sierra de Credos. Daniel Palón Domínguez. 16 Peces, anfibios y reptiles del Parque Natural de la Albufera de Valencia. Francisco Gómez, Salvador Sánchez y Salvador Peiró. 20 Introducción a la Etnohotánica. Die­go Rivera y Concepción Obón. 28 Torrentes y aludes, la montaña en mo­vimiento. Leopoldo Rojo. 36 La electrocución de aves en las líneas eléctricas. Antonio Mííjica y Juan Jo­sé Negro. 40

C O M U N I D A D E S A U T Ó N O M A S Castilla y León: Las salinas de Villa-fáfila, Revellinosy VHIarrín. Jesús Pa­lacios y Mariano Rodríguez. 46 Castilla y León: Identificación de las Monteses. Jesús Losa Huecas, 51 Andalucía: Cíeomorfolog/a y paisajes del Parque Natural de la Sierra María (Almería). Manuel Colón y Fernando Díaz. 55

PARQUES NACIONALES Bayerischer Wald. El Parque Nacional del Bosque de Baviera. Dr. Hans Bi-beiriether. 59 Parques europeos y población local. Theo Burrell. 64 La Argentera, Parque Natural italia­no. Palrizia Rossi. 69

• _ j J r .... j j m ' j m f i l Él"

m

Lince ibérico [Foto A. Manzanares}

La Federación de los Parques Nacio­nales y Naturales de Europa. Egide Moreau. 74

P U N T O D E ENCUENTRO «Sinfonía Pastoral». Rapaces españolas: El Alimoche. Ja­vier Viñuela.

NATURALEZA, SOCIEDAD. CULTURA

Las expediciones botánicas españolas durante los siglos XV1I1 y XIX. San­tiago Castroviejo. La expedición botánica de Pehr Lo-fling a Venezuela. Francisco Pelayo López. La expedición botánica a los Reinos de Perú y Chile. Antonio González y E. González. Separata: Forum: Apuntes de ecología urbana. Eduardo Crespo. Atalaya; Dromedarios: Barcos del de­sierto. María José López Grande. Del cero al infinito: Impresiones de un viaje por el norte de Chile. Teresa Val-derrama y Luis Vadillo. Monos de Bali. Comportamiento so­cial de los macacos en libertad. Ana Paloma Aranda. S.O.S. , La selva tropical desaparece. Andrés Ceballos. Agora: En torno al Medio Ambiente. Pedro Martínez. Panorama legislativo: La nueva Ley para la Conservación de la Naturaleza en España, Vicente Hernández. Anaquel.

P U N T O DE FUGA Bernardo Rodríguez Lara,

78

80

83

S7

90

94

100

110

118

124

126

130 134

136

I H K H ' M I H

R a m ó n H er nández ,

S E C R E T A R I A DE DIRECCIÓN

Mar ía Jesús G o n ? a l e ? Alvarez .

D I S E Ñ O V M A Q U F T A C I Ó N

Ja ime Bas Fuen te .

D I B U J A N T E S

P e d i o Mar t ín de S a n t o s , B e r n a r d o Rodr igue? Lara .

C O N S E J O E D I T O R I A L

Sant iago M a r r a c ó So l ana , José A n t o n i o F r rc j í f i Viüaçiçros , F e r n a n d a Es t i l ado G o m e / , C o s m e Mori l lo Fe rnández . A n t o n i o N o v a s Garc ia

C O M I T É ASESOR

Jo rge Agui ló , P e d r o A l t a m í a , F e m a n d o Asi laba , Ángel B a r b e r o . Mijl iel Ángel Barón ,

J o a n Manuel de Benito, Emi l io B lanco , Gabr ie l Ca ta l án , André s Cebal los , P e d r o Ceba l l o s .

E d u a r d o C r e s p o , A n t o n i o F r a n c o , Bor l a Hered ia , E u g e n i o L a b o r d a , José Manue l Mani l a s , Luis M a r i a n o Gonzá lez , P e d r o

Mar t ínez G a r r i d o , M a r í a de ía Concepc ión Marl í t tcz M u i d l o , J o t e l u i s M o n t e r o de

Buidos , R a m ó n M o n t o y a , Ado l fo M t i u i ï . M a r i a n o Muflí? t>a?a T Rafael N o t a r i o , .Suan

Ca r lo s Ore l la , J u a n Pera les , Francisco Rodr íguez , Leopo l do R o j o , Néstor R o m a n t k ,

José M a r í a Ruiz D a n a . A lbe r to R u i / de L a r r a i n e u d i , Agus t í n Sánchez , M a r i a n o F .

Tobes , L e a n d r o T e r n t o , A n t o n i o Troya, José Manue l Vá /q t i e? . Ricardo ve le?

R E D A C C I Ó N V A D M I N I S T R A C I Ó N

G r a n Vía de San F ranc i sco , J 5 - 4 I , 2 8 0 0 5 M A D R I D .

Tel. 266 82 00,

T A R I F A S DE S U S C R I P C I Ó N

E s p a ñ a , 1.000péselas al a n u . Ex t r an j e iu , 1.150 pesetas al a ñ o .

La r ep roducc ión lo ta l o parcial de los t r aba jos tjue f iguran en este n u m e r ó habfíi ttc wr

p icvianie i i ie au tor izar la por la Dirección de t . ™ publ icac ión .

E d i t a : I C O N A N . I . P . O . : Í Í 4 8 8 0 0 7 - X l S .S .N. : Ú 2 I C - 3 I 5 0 Í D . L . : M «065 1971 I m p r i m e : E O R A F , Ü . A .

Page 2: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

PECES, ANFIBIOS Y del Parque Natural de la Albufera de Valencia

Page 3: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

REPTILES

FRANCISCO GÓMEZ CARUANA SALVADOR SÁNCHEZ ARTAL Biólogos

SALVADOR PEIRO GÓMEZ Fotógrafo científico

El renombre que tiene en los medios científicos y natu­ralistas la Albufera de Valencia y su inclusión en la cate­goría A (de interés preferente) en el proyecto internacio­nal MAR como tercera zona húmeda de España, se debe, sin duda a su gran importancia para las aves como área de nidificación, de invernada o como «parada y fonda» casi obligada en los movimientos migratorios.

Este aspecto anterior ha hecho que todos los demás re­lacionados tanto con su flora como con su fauna hayan quedado un tanto ensombrecidos. Aquí nos proponemos dar una rápida visión sobre los peces continentales, anfi­bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio­nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera, pretendemos contribuir a diversificar los motivos de interés del recientemente creado Parque Natu­ral de la Albufera de Valencia.

Los peces, anfibios y reptiles tienen muy poco en co­mún, aunque todos ellos son vertebrados poiquilotermos, o sea, de los denominados incorrectamente de «sangre fría». Lo más adecuado, es decir, que son de temperatura variable, ya que no tienen eficaces mecanismos fisiológi­cos de regulación térmica. Si bien esto les hace depender muy directamente del clima local, poseen, por el contra­rio, la ventaja de que pueden vivir con mucha menos ener­gía que las especies de mamíferos y aves de similares pe­sos y tamaños.

LOS PECES

L A pesca, tanto comercial como deportiva, ha teni­do desde hace muchos años una importancia re­lativa en el área de la Albufera de Valencia y con­

cretamente en el propio lago, donde se han desarrollado muchas artes tradicionales, algunas de ellas muy peculia­res e ingeniosas; pero no sólo los peces objeto de las ac­tividades recreativas o profesionales son motivo de inte­rés, pues viviendo junto a estas especies hay otras de gran importancia desde el punto de vista faunístico.

Podemos considerar que, en general, la fauna ictiológi­ca del lago pertenece a dos filiaciones distintas, consecuen­cia de su propio origen y evolución. Hay especies de claro carácter continental, mientras otras son de filiación o pro­cedencia marina. Bajo otro punto de vista, los peces de la zona se reparten en tres grupos de biotipos diferentes que veremos ahora . Quede bien entendido que en la Natura­leza no se presentan casi nunca límites precisos y que, cuando incluimos a un pez en un determinado habitat, só­lo estamos indicando que allí existen mayores posibilida­des de localizarlo que en otros.

Los canales o acequias que afluyen al lago son muy di­versos entre sí con respecto a su longitud, anchura, pro­fundidad, vegetación, naturaleza de las aguas que contie-

En el l a g o d e la A l b u f e r a d e V a l e n c i a , lo m á s s i n g u l a r d e es te P a r q u e N a t u r a l ,

la p e s c a ha c o n s t i t u i d o u n a a c t i v i d a d t r a d i c i o n a l d e s d e a n t a ñ o .

( F o t o : S a l v a d o r Pei ró) i

21

Page 4: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

Cobitis maroccana, p r e s e n t e e n a l g u n o s c a n a l e s d e la A l b u f e r a .

( F o t o : S . P a i r ó !

Valencia hispánica (Macho de sámame!, p e í e n d é m i c o v a l e n c i a n o en gi

p e l i g r o d e e x t i n c i ó n , a n t a ñ o m u y a b u n d a n t e e n t o d a el á r e a .

( F o t o : F r a n c i s c o G ó m e z )

A r t e s t í p i c a s para p e s c a cíe la a n g u i l a . L a g o oe la A l b u f e r a .

( F o t o : S. Pei ró)

nen o la velocidad con que discurren las mismas. Todo es­to condiciona, en gran medida, a los peces que pueden vi­vir en ellos. Quizá sean los de mayor interés aquéllos cu­yas aguas, que nacen en manantiales o «ullals» , se man­tienen limpias y frescas durante todo el año, están dota­das de una cierta corriente y un relativamente elevado con­tenido de oxígeno disuelto. En estas acequias es donde en­contramos más diversidad de especies, entre las que figu­ran algunas que ya han desaparecido del resto del Parque.

Dentro de los ciprínidos abunda el cachuelo o «madri-11a» (Leuciscus pyrencticus) y también podemos encontrar, aunque con menos frecuencia, al barbo común o «barb» (Barbus bocagei). Los cobítidos están representados por las colmillejas o «rabossetes» (Cobitis maroccana), pece-cillos alargados, casi anguiliformes. que se suelen enterrar en e! cieno del fondo de los cauces. Entre los blénidos, en principio peces típicamente marinos, encontramos a su único representante fluvial en nuestro país, el fraile o «ro­bo ssot» (Blennius fluviátil is).

El lugar del Parque donde capturábamos a esta especie, una acequia de aguas limpias alimentada por un manan­tial, ha sido desecado recientemente al construirse un ma­tadero en sus proximidades, lo que nos hizo temer lo peor; por fortuna, en la primavera de 1986 se pescaron algunos ejemplares en la misma Albufera. Ai pejerrey o «moixo-net» (Aiherina boyeri), pequeño aterínido de aspecto de-

22

Page 5: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

licado, también lo encontramos en estos biotopos. Pero la especie más detectable desde el punto de vista faunísti-co es el «sámame» (Valencia hispánica); se trata de un in-terensantísimo endemismo ibérico perteneciente a la fami­lia de los Ciprinodónticos, que sólo hemos podido locali­zar en algunas acequias de Suècia, Sollana y El Romaní . Sin duda, es la especie de pez ibérico que se encuentra en mayor peligro de extintición, pues actualmente la totali­dad de su distribución geográfica se circunscribe a unas pocas localidades de la zona costera comprendida entre el delta del Ebro y las marjales de Pego y Vergel, al norte de la provincia de Alicante.

En un segundo tipo de acequias, con elevada cantidad de materia orgánica, cierto grado de contaminación y de­ficiencias periódicas de oxígeno disuelto, hay una fauna ic­tiológica muy similar a la que habita también en la Albu­fera propiamente dicha. De hecho, algunos de estos gran­des canales como las acequias de La Reina, Obera o Dre­ta, cuando desembocan, dejan sentir la influencia de sus aguas hasta bastantes metros hacia el interior del lago.

Por las orillas abundan las gambusias o «ingeniers» (Gambusia affinís); estos adaptables pececillos proceden­tes de Norteamérica fueron introducidos en nuestra Pe­nínsula hace unos cincuenta años para contribuir a la lu­cha contra el paludismo, ya que, por su carácter larvívo-ro , destruyen gran cantidad de mosquitos transmisores de esta enfermedad. Sin embargo, han causado importantes desequilibrios ecológicos compitiendo ventajosamente con peces autóctonos de pequeño t amaño (por ejemplo, los ci-prinodóntidos), a los que han desplazado de muchos biotopos.

Otras especies importadas , en este caso del continente asiático, también son muy frecuentes en las aguas del la­go. Se trata de peces rojos o carasios (Carassius auratus) y las carpas (Cyprinus carpió), ambas pertenecientes a la familia de los Ciprínidos y l lamadas genérica y errónea­mente «tencas» en esta zona. Sin duda, entre los peces de cierto t amaño , las carpas son los más abundantes en la Al­bufera; se encuentra la forma común salvaje y también otras variedades conseguidas por selección, como la deno­minada carpa real. Además, estas razas se pueden cruzar entre ellas, e incluso con los carasios, dando origen a una gran cantidad de formas intermedias de difícil deter­minación.

También podemos localizar aquí a varias especies de mújoles o «llissas». Estos peces reparten su existencia en­tre las aguas continentales y marinas en las que nacen. Son ágiles y veloces nadadores , y se desplazan formando gru­pos muy bien cohesionados. C o m o en algunas localidades se les aprecia para el consumo son objeto de pesca comercial.

# Todas las especies se parecen mucho entre sí. Quizá el

que más abunde sea el cabezudo o «Hissa cabuda» (Mugil cephalus), que es el que puede alcanzar mayor tamaño y uno de los más estimados desde el p u m o de vista culina­rio. Algo menos frecuentes son la lisa o «Ilissa de cap blanc» (Chelort labrosus), el capitán o «Ilissa de cap ne­gre» (Liza ramada), la galúa o «Ilissa de cap chiquet» (Li­za saliens) y el galupe o «Ilissa galtirrotja» (Liza auraía); mientras que a la caluga o «Ilissa morruda» (Oedalechius labeo), que es la especie de menor t amaño , no la hemos encontrado nunca fuera del ambiente marino.

Ot ro pez que se encuentra también en el lago, aunque, según los pescadores, en mucha menor abundancia que ha­ce unos años, es la anguila (Anguilla anguilla). Esta espe­cie de aspecto serpentiforme tiene gran importancia desde los puncos de vista pesquero y culinario en la zona. Su bio­logía es muy interesante y aún no está completamente des­velada. La reproducción tiene lugar a gran profundidad en las aguas atlánticas del Mar de los Sargazos. De sus puestas nacen unas larvas comprimidas lateralmente de­nominadas leptocc falos, ya que fueron consideradas por los científicos en un principio como especie distinta.

Llevan una vida pelágica, cerca de la superficie del mar , hasta completar un largo viaje a Europa de unos dos años de duración. Posteriormente su morfología cambia, pa­sando a ser cilindricas; son las conocidas angulas, que pe­netran en las aguas dulces del Parque por los emisarios o «golas» del Pujol, Perellonet y Perelló, donde se las cap­tura, pues tienen muy alta cotización. E n la zona, se lla­ma «anguila pasrurenca» a la que aún es inmadura y «an­guila maresa» a la que ha completado su desarrollo en las aguas dulces o salobres y se dirige a los centros de puesta al otro lado deí Atlántico.

Entre los peces que en nuestros días son capturados ra­ramente en la Albufera, destaca por el aprecio que sien­ten por él los pescadores, tanto profesionales como depor­tivos, y los gastrónomos, la lubina o «llobarro» (Dicen-iharchus labrax). Esta gran especie depredadora, hace tan sólo unos veinte años muy abundante , nace en el mar y penetra en las aguas dulces o salobres próximas al litoral.

El tercer biotopo característico en que hemos dividido la zona del área de la Albufera, con respecto a los peces, está constituido por las aguas salobres de los canales emi­sarios o «golas» y del lago artificial de la Dehesa o «es­tany del Pujol». La salinidad de estos medios varía mu­cha según la época del año y eí cierre o apertura de las compuertas que poseen las «golas», según los imperativos del cultivo del arroz. .

Además de los mújoles, lubinas, gambusias y anguilas ya mencionados, también localizamos en estas aguas pe­jerreyes o «moixós» (Atkerina hepse(us), algo mayores que los otros aterínidos que vimos antes. Esta especie se da mucho en el lago artificial. En las orillas de este últi­mo encontramos, con mayor o menor abundancia según los años, al «faitee» (Aphamus iberus), otro interesante ci-prinodóntido endémico de nuestro país, y a un pequeño góbido, Pomaíoschisius microps, propio de estos ambien­tes salobres.

Muchos peces marinos pueden penetrar de forma más o menos accidental a través de las «golas» y se han llega­do a encontrar, incluso, en la misma Albufera; tal es el caso de la herrera (Lithognatus mormyrus/, la palometa (Lichia glauca), la dorada (Spams auraius), algunos sar­gos (Diplodus) y lenguados (Solea),

En relación con los encuentros ocasionales, menciona­remos a otras especies fluviales que viven en las cuencas del Turia y del Júcar, y que también se pueden localizar dentro de los limites del Parque, como sucede con el black-bass (Miçropterus saímoides), especie depredadora muy voraz procedente de Norteamérica e importada por su in­terés para la pesca deportiva. Otro pez que hemos captu­rado en algunas acequias de aguas limpias y corrientes es el gobio de río (Gobio gobio/, ciprínido originario de Cen-

23

Page 6: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

t roeuropa e introducido hace unos quince años en los ríos Turia y Júcar. Algunos pescadores afirman haber consta­tado la presencia del lucio (Esox lucias) en algunos cana­les de gran tamaño, cosa que no hemos podido confirmar.

En el triste capítulo de las desapariciones, algunas es­pecies de gran interés faunístico que hace unos cincuenta años estaban bien representadas en el área, como la aguja de río o «agulleta» (Syngnathus abaster), o incluso que eran verdaderamente abundantes, como el espinoso o «ar­mat» (Gasterosteus aculeatus), hace ya más de quince años que no las hemos podido localizar en la zona, a pesar de nuestras frecuentes comprobaciones sobre el terreno.

Con respecto a la ictiofauna del Parque, podemos con­cluir que son precisamente las especies de mayor interés faunístico y pesquero las que más han padecido todos los efectos de las alteraciones sufridas por el medio; unas han quedado refugiadas en aquellos lugares menos modifica­dos, como son las zonas próximas a los pocos «ullals» o manantiales que aún perduran, mientras que otras han vis­to reducidas sus poblaciones de una manera paulatina pe­ro constante. Se produce, pues, el fenómeno curioso de que son precisamente los peces introducidos los que más abundan, tanto por el número de sus efectivos como la cantidad de biomasa que representan.

Esta indeseable situación es debida a varias causas, to­das derivadas de las acciones humanas en un medio tan an-tropógeno: la falta de una regulación más comercial de la pesca; la modificación radical y, en muchos casos, la des­trucción total de los diferentes biotopos; la contaminación de las aguas de muy diverso origen y la introducción de especies exóticas de forma incontrolada. Esto último no sólo se refiere a los peces, sino también al cangrejo ame­ricano, cuya masiva presencia en muchos enclaves no du­damos que debe de afectar a toda la ecología del área; su gran resistencia a condiciones acuáticas adversas y su pe­culiar ciclo biológico han desembocado en su rápida dis­persión por aguas de casi toda la Comunidad Valenciana.

LOS ANFIBIOS

De las siete especies de anfibios que hemos encontrado en tierras valencianas, sólo tres tienen poblaciones apre­ciables dentro de los límites del Parque Natural . Quizá el gallipato o «aufegabous» (Pleurodeles waltl), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), el sapillo moteado (Pelody-tes punctatus) y con más fundamento el sapo partero (Aly-tes obsirelricans), que formaron en otro t iempo parte de la fauna de la zona, y aún es posible que se puedan en­contrar ocasionalmente en el área; pero las únicas espe-

24

Page 7: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

A u n r e l a t i v a m e n t e f r e c u e n t e en o t r a s z o n a s cié m a r j a l c o s t e r o ,

e l g a l á p a g o e u r o p e o ÍEmys orbicufortsl es m u y ra r í j en el a t e a

d e ¡a A l b u f e r a . ( F o t o : S . Pei ró)

cies que, en realidad, tienen importancia por su número y porque sus ejemplares participan en muchas relaciones ecológicas, son el sapo corredor (Bufo calamita) y el sapo común (Bufo bufo), ambos denominados localmente «gra-nots» y, sobre todo , la rana común o «granota» (Rana pe-rezi), que, a pesar de que sus poblaciones han disminuido mucho en los últimos veinte años, aún sigue siendo fre­cuente en los lugares donde se encuentra agua con un cier­to carácter permanente.

LOS REPTILES

Si bien el clima de la zona, con nn largo, cálido y seco período estival, no favorece la vida de los anfibios, es, por el contrario, adecuado para la existencia de una gran can­tidad de reptiles de muy diversas especies.

Un lugar dentro del Parque donde se puede apreciar muy bien la zonación ecológica de pequeños saurios es la Dehesa de la Albufera. A pesar de que la urbanización y la alTuencia masiva de visitantes en los días festivos han alterado muchos enclaves, aún quedan retazos donde se puede verificar este fenómeno de selección de habitat; aun­que, como ya mencionamos al t ratar de la repartición de los peces en los diferentes biotopos, en la Naturaleza no suele haber límites precisos, ni normas de estricto cumpli­miento, por lo que deberemos hablar con más propiedad de zonas de preferente localización de los distintos reptiles.

En los lugares más próximos al mar, en dunas de are­nas sueltas y matas de vegetación dispersas, encontramos a un interesante endemismo ibero-nortealricano: la lagar­tija colirroja (Acanthodactylus erythrurus). Alejándonos un poco más de la costa marina, la vegetación se hace al­go más densa y empie/.a a ser frecuente la pequeña lagar­tija cenicienta (Psammodromus hispanicus); en la zona he­mos hallado ejemplares con dos diseños diferentes, el tí­pico manchado y otro casi uniforme; en este caso, se tra­ta de una especie endémica de la Península Ibérica que ha llegado a colonizar parte del área mediterránea francesa.

Cuando nos desplazamos hacia el interior, donde el ma­torral alcanza su mayor densidad, y también en el propio sotobosque del pinar, la especie que más abunda es la la­gartija colilarga (Psammodromus algirus), esbelta y ágil, a la que, en ocasiones, sorprendemos tomando el sol en­caramada sobre los arbustos.

En las construcciones de la zona, incluyendo la infraes­tructura abandonada de la urbanización, aunque también en los troncos de árboles y arbustos, son frecuentes dos pequeños saurios, de los más antropófilos de nuestra her-petofauna, la lagartija común o «sargantana» (Podareis hispánica), activa de día, y la salamanquesa común o «dra­gó» (Tarentola mauritanica), gecónido de preferente acti­vidad crepuscular y nocturna. Por el contrario, es muy ra­ro encontrar dentro de los límites del Parque a la sala­manquesa rosada (Hetnidactyius turcicus).

2b

Page 8: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

Uno de los lacértidos cuyas poblaciones han disminui­do de una manera más acelerada es el llamativo lagarto ocelado o «fardacho» {Lacerta lepida). Tenemos anota­das tan sólo una decena de observaciones en los últimos cinco años en todo el área.

Entre los reptiles raros en la zona, hemos de mencionar el anfisbénido culebrilla ciega o «serpeta» {Btanus ciné­reas/, con un único ejemplar capturado en 1979 y al es­cindido eslizón ibérico o «lluenta» (Chalcides bedriagai), con siete ejemplares localizados en junio de 1981 y otros dos en el verano de 1986, después de un pequeño incen­dio. Como ambas especies acostumbran a aparecer muy discretamente, es posible que sean más frecuentes de lo que parecen.

Seguramente son las poblaciones de quelonios o tortu­gas, entre los reptiles, las más afectadas por la presencia humana. Las tortugas de tierra hace ya mucho tiempo que desaparecieron del área, mientras que ambos galápagos de distribución ibércia, el europeo (Emys orbicularis) y el le­proso (Mauremys lerposa), son muy escasos y siempre nos queda la duda de si los ejemplares hallados son nativos de la zona.

Si, en general, los anfibios y reptiles han sido vistos tra-dicionalmente como seres repugnantes, peligrosos e inde­seables; sin duda alguna, son las serpientes las que conci­tan en mayor grado el rechazo de las gentes. Entre las cu­lebras no acuáticas, la que con más frecuencia encontra­mos, muchas veces atropellada en las carreteras locales, es la culebra bastarda o «serp pardalera» (Malpolon mos-pessulanus), la mayor serpiente de nuestra fauna; aunque en el Parque no suelen crecer mucho, pues normalmente

es eliminada antes de que alcance una avanzada edad. El mayor ejemplar estudiado por nosotros fue una hembra localizada frente a la Estación «Mata del Fang» en abril de 1979 que medía 221 cm. A pesar de que se trata de una especie venenosa, por la disposición de su aparato inocu-tador, no suele ser peligrosa para las personas.

Otras culebras localizadas, aunque siempre de manera escasa, son la culebra de herradura (Coluber hippocrepis), la culebra de escalera (Elaphe scalaris) y la coronela me­ridional (Coronela girondica), las tres muy ubiquistas y, por tanto, sin preferencias de biotopo dentro de la zona.

Cerca de las acequias, en las orillas de la propia Albu­fera y en los arrozales, es muy fácil sorprender a la cule­bra viperina o «serp d 'aigua» (Natrix maura). Se trata, con mucho, del ofidio más abundante en el Parque. Co­mo dato significativo podemos indicar que, después de las graves inundaciones de octubre de 1982, en un t ramo de unos cuatro kilómetros de una carretera de la zona afec­tada, contabilizamos en dos días 1.032 culebras viperinas muertas y 343 aún vivas, en tanto que de otra especie tam­bién abundante , como es la culebra bastarda, tan sólo en­contramos dos ejemplares.

La otra serpiente acuática de distribución en nuestro país, la culebra de collar (Natrix natrix), también se loca­liza en el área, pero en número relativamente muy escaso.

Aunque para muchas personas que habitan la zona y, más aún, para ¡os paseantes ocasionales, todos los ofidios son peligrosas víboras, lo cierto es que los pocos ejempla­res de víboras hocicudas o «sacres» (Vípera latastei) que hemos observado, lo fueron siempre en el o toño , después

P u e b l o d e El P a l m a r v v i s t a pa rc ia l de la A l b u f e r a y a r roza les . ( F o t o : S . Pe i ró)

26

Page 9: New IM.° 65 • Él 'jmfil · 2016. 3. 6. · bios y reptiles que viven en la zona, fruto de observacio nes que venimos realizando desde hace más de diez años. De esta manera,

La lagar t i j a co l i r ro ja es u n a d e las e s p e c i e s d e v e r t e b r a d o s m á s r e p r e s e n t a t i v a d e

la z o n a d u n a r . ( F o t o ; S. Pe i ró)

Á r e a d e la D e h e s a c o n d u n a s e s tab i l i zadas y p i n a d a al f o n d o .

( F o t o : S . Pei ró)

de grandes inundaciones, por lo que debe tratarse de in­dividuos arrastrados por las aguas procedentes de las tierras del interior.

Hemos visto un grupo de habitantes del Parque de la Al­bufera que suele permanecer oculto bajo el agua o se de­senvuelve a ras de tierra. No son quizá tan llamativos ni vistosos como las aves, pero si los observamos con obje­tividad e interés descubriremos en cada uno pequeñas ma­ravillas. A la hora de organizar la recuperación o conser­vación del área, al igual que en tantas otras protegidas, convendría tener en cuenta también a estas especies. El que el día de mañana sigan correteando largartijas y ser­pientes, o el que por el lago vuelvan a nadar especies úni­cas como los «samarucs» o los interesantísimos espinosos, es un reto que desde hoy debemos aceptar.

Lacerta lepida. R a r o r e p r e s e n t a n t e d e la D e h e s a .

F. G., S. S. y S. P.

27