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Aproximación personal a Manhattan. Calles, vistas fotografiables, un recorrido a vuelo de pájaro por esta maravillosa ciudad, según la experiencia personal de un amante de esta metrópolis y su arquitectura. Consiga un buen mapa de bolsillo y planee sus rutas exploratorias. ULTIMA ACTUALIZACION: 2011TRANSCRIPT
Start spreadin’ the news, I’m leaving today. I want to be a part of it:
New York, New York (Canción compuesta por John Kander, con letra de Fred Ebb, inmortalizada por Frank Sinatra) Actualización 2011 Advertencia: El servicio de Información Turística Personalizada de PONDO®, una división de PONDO® Diagnostic Systems, Inc., no se hace responsable por cambios de última hora en las descripciones arquitectónicas, de horarios, vías, rutas o veracidad de los datos históricos aquí consignados. En todas las descripciones se enumeran puntos de referencia, que pueden visitarse a fondo o no, de acuerdo al gusto del consumidor. Los sitios señalados con *asterisco* representan lugares de gran interés artístico, histórico, gastronómico, o simplemente visual. Aunque algunos recorridos son ordenados y claros, fácilmente se puede caer en la tentación de salirse del camino y visitar calles alternas, que auguran sorpresas interesantes. Esta guía se debe acompañar de un buen mapa, de los cuales hay muchas versiones actualizadas. Se consiguen fácilmente, entre otras, en puntos de información turística, aeropuertos, centros comerciales y kioscos. En muchos sitios hay además una pequeña revista llamada CITY GUIDE, usualmente gratis, con información actualizada de restaurantes, exhibiciones, espectáculos, etc. Tampoco puede imputarse responsabilidad alguna por extravíos de objetos personales o de la persona misma…
Manhattan es una isla: la rodean al norte el río Harlem, al oriente y occidente los
ríos East y Hudson, que confluyen al sur de la isla. Está orientada casi en
sentido Norte - Sur. La base está al norte, cerca al Bronx, la punta al sur, en la
confluencia de dos ríos que están al oriente y occidente de la isla de Manhattan.
Manhattan tiene entonces un río a cada lado derecho e izquierdo: al este se
encuentra el río adecuadamente denominado East River, al oeste el río no se
llama West, sino Hudson. Algunas convenciones comúnmente utilizadas en Manhattan: Uptown, que
equivale a Norte, Downtown a Sur. Midtown Manhattan se refiere a una zona
«media», comprendida más o menos entre las calles 50 y 14. Lower Manhattan
es más al sur, hacia el World Trade Center, más o menos desde la calle
Chambers (donde queda el City Hall, que traduce algo así como la alcaldía)
hasta la punta de Manhattan. El Central Park es el pulmón de la ciudad, no es realmente «central», sino que
está un poco al norte de la isla (entre las calles 59 y 110). La zona que está
entre Midtown y el Central Park debe tener algún nombre, el cual es
desconocido para este servicio de información turística. Su falta de mención en
diferentes guías sugiere que, si tiene nombre, probablemente carezca de
importancia o sea poco usado. Más al norte del Central Park está Harlem, un barrio famoso por su comunidad
afroamericana o african-american (no es políticamente correcto decirles negros,
mucho menos niggers -politically correct se abrevia PC, se pronuncia la sigla en
inglés «pi-ci», y es una de las muchas siglas que usan los estadounidenses para
comunicarse con abreviaturas, probablemente en el afán por hablar más rápido).
Más al norte está el Bronx, uno de los Boroughs de la ciudad de Nueva York.
NY tiene varios borough, que son algo así como «ayuntamientos», de
importancia puramente electoral: Bronx, Queens, Brooklyn, Manhattan, son los
Boroughs, no se si haya más. Aunque algunos creen que marlborough era un
antiguo ayuntamiento neoyorquino, realmente es una marca de cigarrillos que
perdió la ugh final. Creo que Staten Island es otro Borough, pero ¿acaso
importa? En cada uno de estos boroughs hay otras divisiones, que deben ser el
equivalente a barrios, algunos son llamados districts. Harlem, por ejemplo es
uno de los «barrios» o distritos de Manhattan. De todas maneras, no es
recomendable ir a Harlem, a menos que se tenga una piel negra (en lenguaje
PC se diría algo así como piel favorecida desde el punto de vista melanótico).
Tiene importancia histórica, y mucha importancia en la historia del Jazz, pero no
es la zona de mayor interés turístico. Esta última aseveración debe tomarse
como una recomendación general, pues las diferentes zonas de NY pueden
cambiar en forma drástica a lo largo de los años. Algunas regiones que aquí se
describen como «peligrosas» pueden transformarse en áreas residenciales o
comerciales, y viceversa. Esta es una buena razón para desconfiar de esta guía
y preferir otras, como las siempre actualizadas (y gratis) City Guide, de fácil
consecución. El Bronx tiene fama por su Zoológico, pero también es conocida como una zona
poco favorecida desde el punto de vista turístico. (De nuevo, en algún momento
fue así, eso puede haber cambiado). Aunque es probable que esta fama haya
sido exagerada por la industria cinematográfica, parece mejor no averiguarlo en
carne propia (referencia: Fort Apache The Bronx, película de 1981, dirigida por
Daniel Petrie, protagonizada por Paul Newman, q.e.p.d.). Si hay interés específico en los animales (diferentes a los bípedos), se puede
visitar mejor el Zoológico de Niños (Children’s Zoo), convenientemente ubicado
en el Central Park, hacia su extremo sureste, cerca a la quinta avenida, a la
altura de la calle 62, ± una cuadra (otras opciones incluyen sintonizar el canal
Discovery, suscribirse a National Geographic, visitar el Museo de Ciencias
Naturales... ver sección Museos). Otros «barrios» de Manhattan son: Chinatown, que puede dejarse para una
visita escoltada- para algunos sólo vale la pena ver la «fachada», una
gigantesca estructura que parece un arco de triunfo cuyo estilo arquitectónico
es, como podría esperarse, ¡chino!
Hay una puerta igual en cada barrio chino del mundo, por lo cual hay quienes
opinan que con ver una se han visto todas (Algunos restaurantes bogotanos,
como La Gran China, el Mandarín, o la Casa China pueden reproducir bastante
bien -y en forma más que suficiente- el ambiente asiático. A propósito, en
lenguaje PC, no es correcto decirles «orientales» a todos los que nos parecen
«ojirayados» [término claramente no PC], lo apropiado en ese caso -no sé por
qué-, es asian, que obviamente traduce asiático). Definitivamente «ojirayado» es
politically incorrect, así como el conocido «chino» utilizado en forma genérica en
español, que tendría equivalentes igualmente incorrectos como chink, o jap.
Aunque definitivamente esta última información no es muy turística, esta guía
también ha sido usada por viajeros-estudiantes, por lo que es importante
recordar que casi cualquier ambiente universitario en NY será multicultural, lo
cual significa que habrá compañeros de estudio que puedan ser calificados con
estos apelativos, por lo que puede resultar útil saber la forma «apropiada» de
usarlos. En casos aislados, y según la clase de compañero(a), podría ser
completamente necesario utilizar chink, pero en un contexto cuasibélico, que
probablemente requiera de conocimientos en artes marciales o en el arte de la
fuga (no precisamente el musical, referencia a Johann Sebastian Bach).
Si el apelativo es precedido de términos como fucking (como en fucking chink),
los límites de lo correcto ya habrán sido superados hace tiempo. Para cerrar el
capítulo del barrio chino, también podría ser suficiente con ver la película del
mismo nombre, protagonizada por Jack Nicholson y Faye Dunaway, dirigida
nade menos que por Roman Polanski (1974). Algunos turistas con espíritu
aventurero se han adentrado en el barrio chino y han descubierto algunas
curiosidades interesantes. La leyenda urbana dice que hay otros que no han
podido narrar su aventuras, pues la última vez que los vieron con vida fue
cuando cruzaron la puerta china... Otro distrito es SoHo, que es la abreviatura de South of Houston, lo que Significa «al sur de la calle Houston», por su evidente relación geográfica con esta calle. Hay un distrito homónimo en Londres. Contrario a lo imaginado,
esta calle no se pronuncia «jiuston», como la ciudad del estado de Texas, sino
«jouston», o también parecido a house. SoHo es un barrio bohemio, interesante
desde el punto de vista cultural. Hay una sucursal del famoso museo
Guggenheim en SoHo (exactamente en 575 Broadway). También en SoHo hay
buenos sitios para oír Jazz, si hay interés en este género musical.
Greenwich Village (se dice algo así como «grinich vilich»), es otro barrio
bohemio y pintoresco; La escena del Jazz tiene por lo menos tres sitios
infaltables, de gran relevancia en la historia de este género musical:
Blue Note, en 131W 3rd St (entre 6th Ave & MacDougal), Birdland (315 W 4th St
(entre 8th y 9th St) y The Village Vanguard en 178 7th Ave (cerca a 11th St).
Están también East Village, Little Italy (aunque cada vez queda menos de este último «distrito», pues Litte Italy ha sido consumido por el barrio chino, lo
cual, como podría esperarse, ha generado algunas asperezas entre italianos y
chinos, excusa para hacer películas de acción), Upper East Side, Lower East
Side, West Side (como en West Side Story), Tribeca (que significa Triangle
Below Canal, por la calle del mismo nombre), etc.
Tribeca es un ejemplo de un barrio o distrito que ha evolucionado en forma
favorable. Desde hace unos años se ha cotizado, en parte gracias a la iniciativa
de uno de los actuales habitantes de Tribeca, nada menos que el actor Robert
de Niro, quien ha promovido el festival de cine independiente de Tribeca. En
ese barrio ahora viven muchos «ricos y famosos», razón por la cual hay turistas
que se pasean por las calles de Tribeca, con la esperanza de cruzarse con
Robert de Niro... En Manhattan, Crosstown es cualquier cosa en dirección Este - Oeste. Hay rutas
de buses que van «crosstown», por ejemplo, así como rutas Uptown o Lower
Manhattan, por lo que esta información sí es útil. Las calles pueden tener números o nombres, lo que puede prestarse a
confusión. Por ejemplo, la avenida 3a, luego las avenidas Lexington, Park y
Madison, y la siguiente no es la 7a, sino: ¡la quinta! Se espera que después de poco tiempo uno se acostumbre a utilizar los nombres de las calles más comúnmente transitadas. En caso contrario vale la pena tener a mano un mapa de calles para no perderse. Hay una serie llamada Streetwise Manhattan (también hay Streetwise Chicago, Streetwise Philadelphia y muchas otras de las ciudades grandes) que es
conveniente por su pequeño tamaño, aunque no tan pequeño precio. El
Streetwise Manhattan es un poco más grande que el tamaño bolsillo, pero todos
estos mapas de Streetwise son prácticos, portátiles, plegables, durables y se
consiguen relativamente fácil. La conocida marca de libretas de apuntes
Moleskine tiene ediciones especiales dedicadas a ciudades, una de las cuales
es de Nueva York. En esa libreta hay información práctica, como los números
telefónicos de sitios para arrendar automóviles (aunque casi nadie quiere lidiar
con manejar en Manhattan, no es fácil conseuir dónde aparcar, y los
parqueaderos son costosísimos), tablas de conversión de medidas para los que
no están familiarizados con la yarda, la pulgada o la milla, o no entienden la
escala Fahrenheit de temperatura ni saben como convertirla a la escala Celsius,
también hay tablas de tallas de ropa y zapatos para los compradores, mapas del
sistema de metro y planos de las calles de Manhattan, además de mucho
espacio para hacer anotaciones que se pueden clasificar en sitios de interés,
respaturantes, sitios de compras, museos, etc y que pueden ser útiles a la hora
de hacer guías turísticas que sirvan a uno mismo o a otros.
Casi todas las streets vienen en números, pero hay muchas zonas en las que
llevan nombres. Lo que es una «regla» es que las calles (Street) vayan en
sentido este - oeste, las avenidas (avenues) tienen sentido sur a norte. Las
avenidas (avenues), van numeradas en forma progresiva desde el East River
hasta el Hudson. La First Avenue queda pegada al East river, pero - ojo- como
la isla de Manhattan es de forma irregular, hay partes de la isla que son más
anchas, en las que hay más avenues al este de la First ave. Estas avenidas no
llevan la denominación East, como sucede con algunas calles del oriente de
Bogotá, sino que pueden tener nombres, por ejemplo, York Ave o East End Ave,
ambas más al este de la First Ave.
En el «distrito» conocido como East Village, hay cuatro avenidas con nombres
de letras del alfabeto (ABCD). En esta zona también pueden encontrarse calles
(Streets) con nombres de letras, logrando así un área cuadriculada conformada
por avenues y streets, todas con nombres de letras, lo que ha hecho que a este
lugar o distrito se le llame Alphabet City. Queda en la parte baja del East Side,
que se conoce como Lower East Side, denominación adaptada el español como
Losaida, otra manera de llamar a esa zona, nombre que además es el que se le
ha dado a la Avenida C (Losaida Ave), dada la herencia puertorriqueña del
barrio. La clave es nunca ir a esa zona, si no se quiere morir allí, tiene bastante
mala reputación, como de barrio de mala muerte. No hay más que saber de
Alphabet City, simplemente no ir (de nuevo, algunas referencias recientes
sugieren que la zona ha mejorado y ha mostrado progreso y disminución en sus
índices de criminalidad, pero ¿quién quiere ir a verificarlo?). Una buena forma de aproximarse a la anatomía de Manhattan es verla desde
una gran altura, como por ejemplo desde el observatorio del piso 86 del Empire
State Building. Este edificio icónico se encuentra sobre la quinta avenida, la
famosa Fifth Avenue, a la altura de la street 34. Esta avenida es un buen punto
de referencia, hay varios edificios pintorescos, museos, uno de los bordes del
Central Park está sobre esa avenida, y lo más importante, la quinta avenida
«parte» la isla en dos mitades: East y West. Todas las direcciones que quedan
al este de la quinta avenida comienzan con la letra E o East, y al otro lado las
West. Las streets que cruzan de este a oeste se denominan con E o W según
del lado de la quinta avenida en que estén. Esto sirve para ubicar direcciones.
Por ejemplo, 249 W 14th Street, significa que hay que ubicar la street 14 con fifth
ave, y comenzar a caminar por la 14 hacia el río Hudson (es decir, hacia el W u
oeste). El número 0 W 14th St. sería la esquina occidental de la 14 con quinta
avenida, y progresa hacia el occidente, creo que la medida es en yardas, 249,
desde esa esquina. Como en otras ciudades, los números impares van a un lado
(en este caso no sé si al costado sur o norte), los pares al lado contrario. Si la
dirección fuera 249 E 14th St, se comienza en la misma esquina, pero se camina
hacia el East River, el mismo número de pasos que se recorrería en el ejemplo
West. Por ser impar, estaría en la misma acera que la 249 W 14th St. Volvamos al Empire State Building, que, a propósito, está abierto todos los días.
En el primer piso siempre ponen un aviso de la visibilidad que hay cada día, en
millas o en kilómetros. En las calles que rodean al Empire State se hace la fila
para entrar, que puede ser de un par de horas... siempre aparecen unos
personajes con chalecos «oficiales» del edificio, que ofrecen las boletas para
entrar, que pueden tener precio diferencial para adultos y niños (en casi todos
los sitios donde hacen esta diferencia, «niño» (child) significa hasta los 12 años).
Algunos de estos personajes incluso pueden tratar de favorecer a un turista,
sugiriendo que el menor que lo acompaña tiene 12 años, incluso cuando sea
obvio que tiene unos 16. Nadie verifica la edad, así que muchos se acogen a
esta buena oferta callejera. Estos mismos vendedores callejeros también
ofrecen saltarse la fila por la no despreciable suma de US$50. De vez en cuando
caen algunos turistas, incluso aquellos que han comprado la boleta con
anterioridad o los que tienen pases como el City Pass o el NY Pass, sistemas de
bonos o tarjetas que resultan interesantes pues incluyen entrada a una gran
cantidad de sitios. Digo caen, pues, aunque pasan por delante de una fila muy
larga a una «preferencial», lo común es que los que deciden hacer la fila se los
vuelven a encontrar más adelante, sólo que los que no han pagado el precio
adicional tienen, cada uno, US$ 50 más en sus bolsillos para gastar, por
ejemplo, en postales, sacos, llaveros u otros recuerdos, que siempre están en el
camino de quienes salen de una atracción, en los convenientemente ubicados
almacenes de recuerdos. Construido en 1931 por el arquitecto William Lamb, se
calcula que unas doce mil personas lo visitan a diario (lo cual explica las filas
para acceder a la terraza).
Abren hasta tarde (medianoche), y está cerrado sólo unos pocos días de fiestas
nacionales locales. Tiene una terraza abierta que rodea a todo el edificio, lo que
permite visualizar los cuatro puntos cardinales de la isla de Manhattan. La
siguiente descripción de lo visto hacia los puntos cardinales incluye algunos
«viajes» hasta el nivel del piso, en un estilo algo confuso, pero definitivamente
original (mapa en mano, lectura pausada y verá que no se pierde). Al norte: Se encuentra el Central Park. Más hacia el horizonte, el río Harlem-
que realmente no se vé desde el Empire State sino en días maravillosamente
soleados, y luego el Bronx. Si se mira al norte, el occidente queda a la izquierda
(cosa que sabe cualquier Boy Scout), en donde está el río Hudson. A la derecha,
es decir al oriente, el East River. Entre el Central Park y el Empire Estate, está
el Rockefeller Center, también sobre la quinta avenida, una mole blanca famosa
por su pista de patinaje (Skate Rink), al aire libre, en un nivel un poco más bajo
que la plazoleta que le sirve de base al edificio. En el lobby del edificio estuvo en
una época un gigantesco y muy famoso mural del mexicano Diego Rivera, pero
el mismo Sr. Rockefeller lo hizo quitar, por sus alusiones comunistas, que
incluian el retrato de Lenin. En las estaciones diferentes al invierno, en el sitio de
la pista se colocan mesas, y se encuentra habilitado un café bastante popular.
En un café como éste, (casi en cualquier buen café de NY, por ejemplo en la
cadena Lindy's) es posible comer Cheesecake New York Style, algo que hay que
probar por lo bueno. Es común que la porción sea como de dos libras (por lo
menos así lo parece), así que si no es amante del cheesecake, puede pensar
que los 10 dólares que le puede costar semejante pedazote no valgan la pena.
Por otra parte, cuando la porción es así de grande, puede ser buena excusa
para compartir… En la plazoleta frente al Rockefeller Center solía haber un interesante almacén
de la casa fotográfica Nikon, en donde se exhibían algunos de los últimos
adelantos tecnológicos de esa firma. Sólo caminando hacia allí se puede
verificar cuál almacén ocupa ahora ese privilegiado lugar. En los últimos años
está Lego, el famoso juego de piezas de armar. Las vitrinas del almacén
incluyen ingeniosos modelos, uno de ellos precisamente del Rockefeller Center,
pero también hay dragones, castillos y otros interesantes. Recientemente, se
abrió un observatorio en la azotea del Rockefeller Building, llamado Top of the
Rock, desde donde se pueden ver también muy buenas vistas de la ciudad. Si le interesan las alturas, puede subir a ambos edificios, pero, en general,
puede ser suficiente con uno solo de los miradores. El del Empire State es más
clásico. En el edificio del Rockefeller Center están los estudios de la cadena de
televisión NBC, y hay recorridos para turistas que permiten ingresar a alguno de
los porgramas que allí se graban, especialmente las comedias que graban en
vivo, frente a una audiencia. Es el caso de 30 Rock, comedia que hace alusión a
la dirección, de este edificio.
Casi justo enfrente frente al Rockefeller Center (cruzando la quinta avenida
hacia el oriente) se encuentra la famosa Catedral de San Patricio (Saint
Patrick’s), con dos reconocibles torres de estilo gótico -siglo 13 al 15. Su vista
desde el Top of the Rock es sencillamente fascinante. Las torres miden como 90 metros de altura (algo así como 330ft.) Esta catedral
se encuentra sobre la quinta, y su parte más posterior (La capilla de Nuestra
Señora) llega hasta Madison Avenue. Por si hay interés en conocer al santo que
le dá nombre a esta catedral: al entrar se pasa el vestíbulo y se camina por la
nave, antes de llegar al santuario se encuentra la estatua de San Patricio a la
izquierda, como en la base del crucero Norte de la catedral (el púlpito está a la
derecha). Si se sigue por el lado norte del Santuario, se encuentra el Gran
Órgano, que tiene como ocho mil tubos. Hay que visitar St. Patrick’s para decir que se estuvo en NY. Esta visita se hace a pie: a menos que el turista sea un
deportista extremo, no se recomienda saltar desde la azotea del Rockefeller
Center (Top of the Rock), actividad que muy seguramente está prohibida por las
autoridades locales.
Otra vista conocida de este vecindario es una escultura del dios mitológico Atlas,
que sostiene un gigantesco globo terráqueo sobre sus hombros. Esta versión del
globo está hecha de unos aros. Querer tomarse una foto al lado de la estatua
pone en evidencia a cualquier turista. Desde los pies de Atlas, al darle la espalda
al dios mitológico, se ve la iglesia de San Patricio, patrono de los irlandeses y
sus descendientes, que abundan en esta ciudad. Volvamos al observatorio del Empire State. (Hay un observatorio más pequeño -
aunque más alto- en el piso 102, pero la vista es mejor desde la terraza abierta,
porque el otro observatorio es estrecho y un poco claustrofobizante. Tiene una
tarifa adicional, pero es, como decimos en Colombia, un «tumbe». Una de las
acepciones de to stiff hace referencia a lo mismo, una especie de estafa. Si se
sufre además de agorafobia, es mejor no pensar siquiera en subir al Empire
State o al Top of the Rock.)
Después de ver la vista desde la fachada norte, se puede examinar la del
occidente (West). Para esto, si se mira hacia el Central Park, se puede caminar
ahora hacia la izquierda, hasta quedar en la fachada perpendicular a la que se
acaba de examinar. A este lado no hay mucho que ver, está básicamente el río
Hudson, y al otro lado del río, el estado de New Jersey. Muchos de los que
trabajan en NY viven en ese estado, y viajan todos los días hasta Manhattan, lo que en ingles se llama «conmutar». To commute significa ir de NJ (o de otros sitios fuera de NY) a NY, (aplica, por supuesto, para otras
ciudades, pero decir que uno «conmuta» entre Chía y Bogotá resulta
verdaderamente esnobista) y el verbo puede ser utilizado con frecuencia
inusitada en las conversaciones diarias, algo tan natural como hablar de un
trancón en Bogotá (I commute, do you commute? Do you prefer to commute, I
shall commute...) New Jersey tiene de interesante que es el estado en donde
queda la fábrica de Helados Häagen Dasz, dato que también puede ser tema de
conversación - o de glotonería. Entre los sabores recomendados están
Macadamia Nut Brittle y Caramel Cone Explosion, pero si se prefieren los
frutales, no hay que perderse el Cherry Vanilla, o el Mango Sorbet.
En New Jersey hay otras atracciones, como algunos parques de diversiones, el
Six Flaggs es uno de los más conocidos, donde solían estar dos montañas rusas
aterradoras, una de ellas, The Shockwave, donde los pasajeros van apenas
apoyados en un sillín, de pie, con varias vueltas completas. Después de
sobrevivir a The Shockwave, se puede hacer la fila para la Great American
Scream Machine, otra experiencia fantástica, para los amantes de este tipo de
atracciones. Sin duda, el parque debe haber evolucionado con las décadas
transcurridas desde mi última visita, por lo que puede ser útil buscarlo por la red
y averigur, entre otras, si aún existe. Solía haber justo al lado del parque un
zoológico abierto, de esos que uno puede recorrer dentro de su automóvil. Esto
implica alquilar un auto, aunque se consiguen recorridos en buses que lo llevan
desde Manhattan y lo traen de vuelta.
La otra atracción muy importante de NJ es la relacionada con las compras. Hay
un centro de descuentos (outlet) de la línea Prime, igual a la que existe en
muchos otros estados, y se encuentra el outlet más grande de la región, Jersey
Gardens Outlet Mall, con más de 250 almacenes con ropa y zapatos de marca a
unos precios increíbles. Este mall o centro comercial tiene la ventaja de ser
fácilmente asequible, usando el transporte público de New Jersey. Para ello, hay
que dirigirse al Port Authority Bus Terminal, queda en la 8th Ave entre las calles
W40 th y W41th Street, en la zona conocida como el Garment District, donde en
un tiempo hubo muchas fábricas de ropa (de ahí el nombre, si se quiere saber
más de la historia del diseño y comercialización de ropa, probablemente el sitio
para ir sea la caseta de información localizada en la W39 St con 7th Ave, fácil de
identificar por la escultura alusiva, una aguja de coser que atraviesa un
gigantesco botón. En esa zona puede encontrar vitrinas de marcas famosas
como Liz Claiborne, Oscar de la Renta, Donna Karan, Calvin Klein, etc, pero el
declinar de la fabricación local por su traslado a fábricas o maquilas asiáticas o
tercermundistas ha hecho que actualmente no haya mucha moda en el Garment
District, Garment Center, Fashion Center o cualquiera de los nombres con los
que se llama a este distrito).
Bueno, de nuevo a el Port Authority Bus Terminal , que es una mole de varios
pisos desde donde salen y a donde llegan buses interestatales. A pesar de su
tamaño, no es difícil ubicarse: en el bloque que queda hacia la calle 40, se
encuentran varios puntos de información, y se puede uno dirigir a las taquillas,
relativamente fáciles de identificar. Hay que buscar la taquilla para el bus # 111
de NJ Transit (en uno de los puestos de información que están dentro del edificio
le pueden decir dónde queda). El viaje de ida y vuelta cuesta alrededor de
US$10 (precio sujeto a verificación), y también es fácil encontrar el paradero de
donde sale el bus, es un piso arriba de la taquilla. Se hace la fila en la puerta
identificada con el número del bus. El viaje es de unos 40 minutos, llega a
directamente al mall, 651 Kapkowski Rd, en Elizabeth, NJ 07201. En el mismo
sitio donde uno se baja del bus, que es en una de las entradas del centro
comercial, puede uno subirse con las compras para el regreso. Dependiendo de
la estación, el horario es desde las 10:00 am hasta las 7:00 u 8:00 pm. Es
conveniente confirmar el horario del centro comercial, el de los buses se puede
obtener en la terminal o descargar por internet. Garantizado: la billetera, que
llega llena, sale vacía. Los precios son MUY buenos, un comprador que se jacte
de serlo debería visitar el Jersey Gardens Outlet Mall. No es buena idea cargar
con cámaras o equipos sofisticados de vídeo, probablemente ese día no los
vaya a usar. Un morral o maletín para cargar las compras, en cambio, puede ser
una buena idea. Mejor aún, un morral dentro del cual quepa una tula doblada,
para llenarla al final del día... De vuelta al mirador: mirando (¿qué otra cosa se hace desde un mirador?) al
occidente desde arriba se puede observar a la derecha la calle 34 (W), que
bordea la fachada norte del Empire State, hasta que llega al río. A la izquierda
de esa calle, justo al lado del río, queda un famoso centro de convenciones,
llamado Jacob Javitz Convention Center, al que no vale la pena ir. Es suficiente
con identificarlo desde arriba del Empire State. De hecho, es suficiente si ni
siquiera se le identifica, pues tampoco tiene nada interesante desde el punto de
vista arquitectónico. El único interés en visitarlo sería si se está haciendo un
viaje de estudios, a una convención o congreso organizado en ese centro de
convenciones. Entre el río y el Empire State hay otros edificios sin mayor
importancia, como el de Macy’s (aunque Macy’s es un buen sitio para ir de
shopping frenzy y tiene el dudoso privilegio de ser el primer y más grande
almacén de departamentos de los Estados Unidos, Macy's queda en la W 34th
con 6th Ave), y el Madison Square Garden, famoso porque no es muy cuadrado
sino que es un edificio de base circular, lo que hace confuso - o aparentemente
ridículo- su nombre de square. Otro motivo para practicar el inglés en una
conversación, aunque el tema no da para mucho más de 47 segundos: Did you
know that the Madison Square Garden is not a square but a circle? Yes (Fin de
la conversación).
Lo que no muchos saben es que la palabra square (literalmente, cuadrado) se
usa también para referirse a un parque o plazoleta, por lo cual no es ilógico que
el Madison Square Garden no sea cuadrado. Hay muchos squares en NY,
algunos de forma triangular, trapezoidal o cuadrada. Muy cerca de Macy's (W32
con 6th Ave) hay un espacio de forma más o menos triangular (que resulta del
cruce del recorrido oblicuo de la avenida Broadway) llamado Greely Square, por
ejemplo. Frente a esta plazoleta queda el Manhattan Mall, un pequeño centro
comercial que tiene en su planta baja a otro famoso almacén «de
departamentos», JC Penney. El cruce de la avanida oblicua produce, realmente,
dos áreas triangulares, la que queda un poco al norte de Greely Square,
compartiendo su vértice pero en orientación opuesta, se llama Herald Square.
Estas pequeñas plazoletas son espacios públicos, donde a veces hay sillas o
bancas para sentarse a descansar luego de un frenesí de compras. En la planta baja del Madison Sq. Está la Penn Station, sitio de llegada y partida
de trenes interestatales. Algunos buses también llegan o salen de allí, aunque,
como se mencionó, los buses interestatales tienen su propia terminal, la Port
Authority Bus Terminal. Muy cerca a Penn Station queda B&H, el almacén de
artículos fotográficos (y otros aparatos electrónicos) más grande que uno pueda
imaginar. Atendido por judíos ortodoxos, se consigue prácticamente cualquier
gadget a muy buen precio. Los de B&H no aportaron un dime para esta guía
turística, por lo cual su dirección no se incluye, puede consultarse en internet. Los que viajen en semana santa deben tener en cuenta que para los
judíos ortodoxos esa semana suele coincidir con la fiesta que conmemora el
éxodo, Pesaj o Passover. Se menciona aquí porque es la única semana del año
en la cual B&H se encuentra cerrado al público. Está bien, B&H queda en la
esquina de la 9th Ave con W34th St. Otros almacenes de fotografía (y de
equipos electrónicos diversos) son Adorama, en la 42W 18th St (también, por la
misma razón, cerrado en semana santa) y 42 St Photo, que, curiosamente, no
queda en la 42 sino entre la 35 y 36 St, sobre la quinta avenida (378 5th Ave).
Por ser de libaneses, este último si abre durante la fiesta judía.
Siguiendo hacia el río Hudson, pero por la 14 entre las avenidas 9 y 10, se
puede llegar al Meatpacking District, antigua zona de carnicerías que se fueron
quebrando, quedaron unos galpones inmensos que recientemente han
resurgido, los han remodelado en su interior y ahora el sitio es de interés
turístico por su actividad nocturna, con una gran cantidad de bares y
restaurantes gourmet que hacen que una visita nocturna valga la pena. Casi
cualquier neoyorquino sabe dar indicaciones precisas para llegar al Meatpacking district. También desde hace algunos años se hizo una restauración de una
antígua línea férrea (que, entre otras, servía para transportar a los animales
hacia y desde las carnicerías de este distrito). Como esta línea transcurría por
una vía elevada, se le llamaba Highline, más precisamente Chelsea Highline por
el distrito que cruza. Constituye ahora una especie de parque elevado, al que
cada vez le agregan un poco más en la restauración, y consta de varias cuadras
caminables, desde la altura de Gansevoort St hasta la 20, con un interesante
desarrollo comercial y turísico.
De nuevo, desde el Empire State, seguramente será más interesante la vista
hacia el sur, que también se puede recorrer desde la terraza, siempre
caminando hacia la izquierda, que desde arriba sería como en el sentido
contrario a las manecillas del reloj, counterclockwise, o anticlockwise, este último
término más común entre los británicos: Hacia el horizonte se encuentra la confluencia de los ríos Hudson e East, sobre
la cual se encuentra una pequeña isla en donde está la muy famosa Estatua de
la Libertad. Ésta se encuentra un poco a la derecha de esta vista panorámica, es
decir, al suroccidente. Si la mirada sigue hacia la derecha u oriente, se
encuentra con las también muy famosísimas torres gemelas, parte del World
Trade Center. Es posible subir a su observatorio, el cual también ofrece una
vista espectacular del extremo sur de Manhattan (hasta aquí se asume que no
existe miedo a las alturas, por supuesto). Cerca a la base de las torres, hacia el
sur y sobre el Hudson, hay una vía peatonal que ofrece una vista apacible de
New Jersey (Actualización: a partir del 9/11 del año 2001, gracias a la empresa
de demoliciones Al Qaeda, las torres desaparecieron. Lo que queda allí es un inmenso agujero que no tiene interés turístico sino por la curiosidad de conocer la magnitud del acto terrorista, aunque obviamente es más
dramático el efecto si se conoció el estado previo, con torres. Esa zona se llama ahora Ground Zero, y se encuentra en desarrollo, no sin ciertas controversias en
cuantro a lo que finalmente va a quedar allí, un nuevo edificio más alto que las
torres, un parque conmemorativo y hasta una mezquita se han incluido en las
propuestas. En los siguientes años seguramente dejará de existir el agujero
(aunque el «hueco» histórico y psicológico persista) y habrá algunas
edificaciones intersantes de visitar).
La vía peatonal sigue allí, se llama The Esplanade, pero es mucho mejor otra
que se llama The Promenade, descrita más adelante. Detrás de Ground Zero,
después de atravesar el agua, se encuentra la isla Staten Island. Hay un ferry
que lleva a Staten Island, que tiene un módico precio (en una época era de 25
centavos, pero actualmente es gratis, de lo cual he sido testigo en los últimos
viajes) y que permite una bastante buena vista de la estatua de la Libertad,
mucho más barata, sin la cola de varias horas que habría que hacer para
conocer la dichosa estatua de cerca). Además del ferry, la única alternativa para
llegar Staten Island es hacer un largo recorrido por Brooklyn y cruzar el puente
colgante Verrazano- Narrows. El puente es igual a uno mucho más famoso, el
Golden Gate, en la bahía de San Francisco, al extremo oeste del continente. De
hecho, pocos saben que el Verrazano- Narrows es incluso más largo que el
Golden Gate (¿Quiere practicar inglés..?)
Como el ferry va a Staten Island y no a la Estatua, no se puede bajar a visitarla -
a menos que salte y nade- pero, según dicen los que han estado parados en o
sobre la estatua, no hace mucha diferencia verla al pasar de largo (saltar y nadar
no son opciones legalmente aceptadas, así que no son una recomendación
explícita de esta guía).Un regalo del gobierno francés, del arquitecto Frederic
Bartholdy, sus 350 piezas fueron transportadas desde Francia y armadas
localmente. A propósito, desde hace algunos años el mirador al que se subía
por dentro de la estatua se encuentra cerrado, otra razón para no ir. En el viaje
de vuelta del ferry, se le puede ver otra vez. La vista de Manhattan desde este
ferry también es altamente recomendable y fotografiable, es impresionante ver
cómo los edificios parecen ir creciendo desde la base de la isla. Cerca al puerto
de salida de este ferry queda la zona de los puertos, como hacia la base del
puente de Brooklyn, de muy interesante arquitectura. El pier 17 es famoso pues
tiene un centro comercial donde se consiguen toda clase de recuerdos del viaje.
En 11 Fulton St, esquina de Front St, está el South Street Seaport Exhibition
Centre, donde tuve la feliz oportunidad de ver la sorprendente exhibición
anatómica Bodies, del controvertido Günther von Hagens. Si está allí, es
imperdible.
Como dato turístico útil, existen varias empresas de buses que hacen recorridos
por la ciudad, algunos paquetes ofrecen la posibilidad de usar los buses un par
de días. La idea de este sistema hop on- hop off, que traduce casi literalmente
«súbase y bájese» es que uno puede hacer todo el recorrido sin bajarse, o subir
y bajar cuantas veces quiera (a veces durante dos días o más) en cualquiera de
las muchas estaciones a lo largo del recorrido. Los guías de los buses suelen
tener información interesante a lo largo de los recorridos. Algunos buses
incluyen recorrido hasta los claustros (Cloisters) del MMA. En la base del Empire
State Building se encuentra, precisamente, una de las principales estaciones de
estos buses. Algunos de los trayectos aquí descritos pueden hacerse primero en
estos buses, siempre le entregan un mapa con los paraderos y se puede uno
bajar en una estación y caminar hasta la siguiente, subir en el siguiente bus de
la misma empresa, repetir estaciones, etc. Con tantas posibilidades su costo no
resulta tan alto como pueda parecer en la primera impresión (unos US$60.oo por
persona- verificar precios). Empresas como Grey Line también tienen venta
callejera de pasajes, por ejemplo en Times Square (tampoco es cuadrado), entre
la 46 y 47 St, 1560 Broadway. Esa empresa tiene un centro de visitantes
(Visitor's Center ) en 777 8th Ave, donde también se consiguen viajes en barco
alrededor de la isla, como el NYC Midtown Cruise, una hora y media de recorrido
que sale del Pier 78, localizado en 455 12th Ave. Hay muchas empresas
similares, con ofertas diversas, algunas también con recorridos nocturnos (los
cuales no permiten bajarse) o con opciones de tres días de uso ilimitado de sus
buses. Muchas también ofrecen la posibilidad de comprar por internet, pero, en
la experiencia de este servicio de información turística, ésto no suele ser
necesario.
El extremo izquierdo de la vista desde el Empire State nos permite observar la
quinta avenida (Fifth Ave) en primer plano. Esta avenida no cruza Manhattan de
un extremo al otro, se interrumpe a la altura de la calle 7, en el parque conocido
como Washington Square, una zona interesante por su población de jóvenes Universitarios (de NYU), mucho ambiente tipo flower power de los años sesenta,
con bastantes personajes de aspecto «hippie», varios de los cuales pueden
encontrarse en un permanente estado de intoxicación alcohólica, de drogas
alucinógenas o ambas. Mejor dicho, un parque de «drogos» (otro término no PC,
posiblemente su traducción «pi ci» sería personas favorecidas desde el punto de
vista farmacoadictivo, o con procesos mentales realzados con sustancias
psicoactivo-alucinógenas) aunque en horas normales no suele haber agresividad ni es una zona realmente muy miedosa. Hay mucho estudiante, y
varios personajes dispuestos a dar espectáculo público por unas monedas,
como magos, músicos, tragafuegos, malabaristas, etc. Si se camina por
Washington Square, hay bastantes posibilidades de ver cosas interesantes y
pintorescas, y es un camino habitual para llegar a pie a Soho. Washington
Square es una estación habitual de los buses turísticos mencionados, una buena
oportunidad para bajarse a caminar y buscar a pie otra estación del bus turístico
(no existe conflicto de interés con estas compañías, ninguna de las cuales (New
York Sightseeing Gray Line, City Sights NY, etc) aportó un centavo (penny) para
esta guía. En Washington Square hay un arco del triunfo que lo hace fácil de reconocer. Al
sur de Washington Square, no se continúa la quinta avenida, su equivalente es
una avenida conocida como West Broadway, que sigue hasta el WTC (Ground
Zero). Una de las calles laterales que salen de Washington Square se llama La
Guardia Place. Si se caminan unas dos cuadras y media por esa calle,
alejándose de Washington Square, y dirigiéndose hacia W Houston, pero antes
de cruzar esta última avenida (si la cruza, La Guardia Place cambia de nombre y
se llama W Broadway) Entonces, antes de que cambie de nombre, sobre la
acera derecha, se encuentra un local nada pretencioso, limpio y decorado con
cientos (bueno, no tantos) de recortes de periódico donde alaban esta cadena
de restaurantes llamada Five Guys Burgers. Si, hamburguesas, pero sabrosas,
jugosas, frescas y con papas bien hechas. Una empresa familiar muy tradicional,
de la más típica comida rápida norteamericana, la hamburguesa, pero muy, muy
superior a la mucho más conocida cadena McDonald's, sólo que sin el sabor a
cartón que caracteriza a éstas últimas. Si alguien quiere comerse una buena
hamburguesa «gringa» (término no PC), bien vale la pena ir a Five Guys,
empresa que tampoco tiene vínculo comercial alguno con esta guía.
Otra vez de vuelta a la terraza-mirador, donde estábamos contemplando parte
de la vista hacia la punta de la isla de Manhattan e iniciábamos el recorrido,
siempre girando en el sentido contrario a las manecillas del reloj: al fondo y un
poco a la izquierda, el río East, atravesado por los impresionantes puentes de
Brooklyn y Manhattan -en plan puramente voyeurista, vale la pena ir hasta el
puente de Brooklyn, reconocido por su estructura en piedra, y cruzarlo a pie. En
el camino hacia Brooklyn sobre el puente, al darse la vuelta se observa una
buena vista de la arquitectura de Manhattan, enmarcada en una red de alambres
de acero, que sostienen al puente. Al otro lado del puente está Brooklyn. Si se
cruza el puente a pie, se puede ir a la derecha y regresar nuevamente hasta la
orilla del East River, desde donde hay una vista fantástica de la isla de
Manhattan, en un sector conocido como Brooklyn Heights. Allí hay una vía
peatonal con bancas y una espectacular vista, que invita al paseo, esta vía se
conoce como The Promenade, es una ocasión perfecta para momentos de
reflexión y para buenas fotos de Manhattan. El Manhattan Bridge es el siguiente puente sobre el East River, se reconoce por
su estructura metálica azul, está bastante cerca del Brooklyn Bridge, casi, casi
paralelos. Lo que queda al otro lado de ambos puentes es Brooklyn, a donde no
hay necesidad de ir, excepto para visitar Brooklyn Heights. Puede ser un poco
confuso llegar y salir de Brooklyn Heights, por lo que se recomienda llevar un
mapa de bolsillo como el mencionado, y planear con anticipación la ruta o el acceso por subway: se toma el 8th Ave Express, línea A (azul), hasta la estación
High Street Brooklyn Bridge, se busca la calle Cranberry y se camina hacia el
norte, o se toma la línea 2 o 3 (roja), esa es el 7th Ave Express, hasta la
estación Clark St, se toma la calle del mismo nombre hacia Brooklyn Heights, en
busca de the Promenade. El autor no se responasbiliza por cambios en las rutas
realizados por MTA (Manhattan Transit Authority), por lo que se recomienda
verificarlas. Antes de dejar la fachada sur, se puede ver en un primer plano un edificio que
parece un triángulo alargado y aplanado, se llama el Flatiron, una de sus
fachadas es diagonal, corresponde a la gran avenida diagonal de Manhattan,
llamada Broadway. Un poco al W de la esquina frente al Flatiron (por la 23 W
St.) está The Toy Center, de interés para quien quiera comprar: juguetes. Frente
al almacén, sobre la acera, un bonito reloj que también es considerado como un
ícono. El parque está rodeado por varios edificios de interés histórico y
arquitectónico. El New York Life Builiding, fácil de identificar por su cúpula
poliédrica dorada, también visible desde la terraza desde donde hemos hecho
viajes recurrentes al suelo. Inspirado en la catedral de Salisbury, fue diseñado
en 1926 por Cass Gilbert, el mismo diseñador (como se nota por el estilo de la
cúpula) del edificio Woolworth (233 Broadway), otro ícono de Manhattan, pero de
cúpula verde, donde solía quedar el estudio de Columbia Records, allí se hizo
una de las primeras grabaciones de jazz, con la Original Dixieland Jass Band (en
ese entonces, se escribía con doble ese).
El Flatiron es un bonito edificio, cuando lo terminaron, en 1902, era uno de los
más importantes rascacielos del sector. Su estilo pretendía evocar al de un
palacio renacentista de bellas artes en vertical, según el arquitecto de Chicago
que lo diseñó, Daniel Burnham. Su vértice apunta a otra plazoleta, precisamente
Madison Square. Puede ser motivo de confusión NO encontrar en esta plazoleta
al ya suficientemente mencionado Madison Square Garden, pero, qué le vamos
a hacer, no está allí. Madison Square (nombre que honra al cuarto presidente
de los Estados Unidos, John Madison) es un poco más amplia que otras
plazoletas, tiene una caseta donde se consigue comida rápida (perros calientes,
hamburguesas), que se pueden comer en las bancas del parque, donde hay
otros edificios interesantes. Ya no se denomina al barrio o al distrito Madison
Square, como solía hacerse. Sin embardo, sí se conoce como NoMad (por North
of Madison Square Park) al distrito que queda justo al norte de esta plazoleta,
que si tiene forma cuadrada. Por supuesto, desde allí también se vé el Empire
State Building, si se le da la espalda al Flatiron. Precisamente, las oficinas más
costosas del Flatiron son las que tienen una ventana por donde se vé el Empire
State. A menos que conozca al dueño de una de estas oficinas, el Flatiron, ícono
de Manhattan, no se puede visitar por dentro. A partir del Flatiron, por la quinta
hacia la punta de Manhattan, comienza lo que se conoce como la Ladies'
Historic Mile, cuyo nombre se deriva de que en ese distrito comenzaron los
almacenes donde las mujeres hacían sus compras. En la época llamada Guilded
Age, nombre sarcástico que hace referencia a un delgado baño de oro en
contraposición a un objeto de oro macizo, denominación que se atribuye a Mark
Twain como burla a los multimillonarios ostentosos que comenzaron a hacer
grandes mansiones (como las de Newport, en el estado de Rhode Island) como
resultado de la época de mayor crecimiento industrial y económico, pero
haciendo además alusión a lo superficiales que podían ser. En todo caso, darle
un nombre que sugiera que las mujeres sólo están interesadas en las compras
no parece muy PC y resulta, cuando menos, curioso. La idea de darle
connotación histórica es preservar la belleza arquitectónica de los edificios de la
zona (como su principal representante, el icónico Flatiron Building) y recuperar el
distrito para que vuelva a tener importancia turística y comercial. En la esquina
opuesta al Flatiron, en la manzana que linda, por un lado, con la 23 y en el otro
con la quinta (realmente con el cruce oblicuo de Broadway), se encuentra, a
partir de septiembre de 2010, una sucursal de un mercado italiano de Turín,
llamado Eataly. Un mercado gourmet italiano, donde se consigue todo tipo de
delicias para llevar o para consumir en el mismo sitio. Además de mercar, allí se
puede comer. Tienen toda clase de productos italianos, quesos, carnes,
legumbres para cocinar en casa. Preparan emparedados deliciosos y tienen
mesas donde se puede uno sentar y ordenar diferentes tipos de platos, tablas de
quesos o de jamones, se puede acompañar de una copa de vino (mejor aún, de
botella, que resulta más económico que la copa sola), y diferentes platos. El
mercado tiene secciones especializadas de diferentes comidas, pasta, postres,
café tostado a la italiana, pero además tienen una amplia variedad de cervezas
italianas, utensilios y electrodomésticos para cocineros, aceites de oliva y hasta
verduras, carne y pescado fresco. La clave para conseguir mesa es llegar
temprano, pues la espera para una mesa puede ser de un poco más de una
hora si se llega en hora pico. También se pueden comprar viandas para comer
en algunas de las sillas del Madison Square Park, con la vista descrita, en una
especie de picnic urbano. Si se visita NYC y se tiene gusto por la buena mesa,
no debería faltar una (o varias) visitas a Eataly, cuyos dueños ni siquiera se
imaginan que los menciono en esta guía. Casi siepre hay cupo en la maleta para
traer algunas de estas delicias bien empacadas...
La siguiente vista (de vuelta a la terraza del Empire State) es al este, justo sobre
el East River. El puente que le sigue al de Manhattan es el de Williamsburg,
luego el Roosevelt, el cual cruza sobre la isla del mismo nombre. Esta isla está
en el río East, y separa Manhattan de Queens. A Queens se le conoce por ser
colonia latina, no hace falta ir por esos lados, excepto si se quieren protagonizar
escenas similares a las cinematográficas (Scarface, dirigida por Brian de Palma,
protagonizada por Al Pacino en 1983). Como dato incidental, no es «politically correct» la denominación Latin. Para
ese grupo étnico, se debe decir Hispanic. Al mirar al este, es imposible no ver el
más hermoso edificio de Manhattan (para algunos gustos), una impresionante
estructura metálica rematada por una corona espinosa, que parece querer
arrancarle gritos al cielo metropolitano. Resultó ser también el preferido de mi
escritor favorito en inglés, el fallecido Kurt Vonegut Jr. El Edificio Chrysler, de
William van Allen, se pone casi en primer plano al mirar hacia el noroeste, es
como un cetro Art Deco que termina en aguja, que hace honor a su
denominación genérica de rascacielos o Skyscraper. En la base del Chrysler
Building (405 Lexington Ave) hay un restaurante de alto precio donde se come
muy buena carne. Cerca de allí, en la intersección de la E 42St y Park Ave,
queda la estación de trenes más famosa, (y la más grande del mundo en
número de plataformas), Grand Central Terminal (no se llama Grand Central
Station, que se refiere a la estación del Subway que llega allí mismo). En el
centro de Grand Central está una gran caseta de información, sobre la cual
cuelga un muy famoso reloj de cuatro caras, hecho de ópalo y avaluado en
varios millones de dólares. Por fuera, hay otro reloj que vale la pena conocer, de
Tiffany, rodeado de algunos dioses de la mitología griega. El techo es muy alto y
abovedado, decorado con parte de la esfera celeste y con bellos dibujos de
varias constelaciones, las que se encuentran entre marzo y octubre, con unas
2500 estrellas dibujadas con gran precisión astronómica. Dentro de la terminal
hay restaurantes y galerías. Cerca a uno de sus restaurantes más conocidos, el
Oyster Bar, hay un corredor al que se le llama Whispering Gallery, por sus
propiedades acústicas. Se supone que una persona que susurra cerca a una de
las columnas puede ser oída claramente al otro extremo de la galería, debido a
la forma como se transmiten las ondas por las cúpulas y bóvedas. Muchas
películas han usado la Grand Central como escenario. Sin embargo, la muy
recordada imagen de Marilyn Monroe con su vestido blanco levantado por el
viento de uno de los trenes subterráneos en la película «La comezón del séptimo
año» no fue filmada en Grand Central, como muchos creen, sino a unas cuadras
de allí, en Lexington Ave (al final, la escena definitiva que se vió en la película
fue una tomada en un estudio de grabación).
Y de vuelta al mirador: el primer plano extremo (mirando por el borde el edificio)
de esta vista sería la quinta avenida, que está sobre la fachada east del Empire
State. La densidad o profusión de edificaciones da una clara idea de lo que
significa la palabra metrópolis. Si se hace una visita más terrenal, bajando al
nivel del suelo, se puede hacer un recorrido aleatorio por varios sitios de interés:
Existen varios museos en NY, todos ellos muy interesantes. Algunos de los
museos tienen un día a la semana en el cual el precio por visitarlos es una
donación voluntaria. Esta es una información que algunos consideran útil, pues
en lugar de pagar diez, quince o más dólares en cualquier día, al ir en día de
donation se puede dar un dólar. Lo que se ahorra se puede usar para consumir
una Quarter Pounder with fries and coke en cualquier restaurante de comida
típica de la cadena Mc Donald’s. (Por menos de US$3, se pueden recargar
baterías calóricas en los «exclusivos» Le Car – carro de perros calientes con
mostaza). En los museos que tienen esta modalidad, es fácil encontrar esta
información en los sitios de internet o en la puerta de entrada. El New York Pass
(www.newyorkpass.com) ofrece descuentos para varios museos y otras
atracciones neoyorquinas por uno o varios días, también se consigue en el
Planet Hollywood de la calle 45 (1540 Broadway). En el sito de internet
descrito es fácil comprar estos pases, que se jactan, con justicia, de ser los más
completos. Tienen varias modalidades según el número de días que se quieran
usar. Aunque parecen costosos, lo cierto es que el mayor beneficio del New
York Pass se ve cuantas más atracciones se visite. Es un «todo incluido» de
verdad, pues las entradas a una gran cantidad de museos y otras atracciones
(como subir al Empire State Building) están incluidas en el precio. No es factible
que los envíen a una dirección de apartado postal (PO Box), pero si tiene un
contacto que pueda enviarle los pases, que incluyen un folleto informativo con
todo lo que se puede ver con ese pase, es buena idea solicitarlos con
anticipación. Si los compra por la red, puede también imprimir el correo de
confirmación de la compra y reclamar los pases personalmente en Times
Square, precisamente en el lobby de Planet Hollywood, en la dirección anotada
arriba. Hay que hacer fila para reclamar los pases que muchos visitantes de
todas partes del mundo compran para reclamar allí. Usualmente abren a las
10:00, desde antes ya hay gente haciendo la fila para aprovechar los pases que
ya compraron. El pase se activa con la primera atracción que se visite, y dura los
días consecutivos que usted haya adquirido. Si, por ejemplo, compró un pase de
tres días y lo reclama un domingo, en el momento en que visite el primer museo
o atracción con el pase, que puede ser el lunes siguiente, comienzan a contar
los tres días. El día cuatro a partir de su primer uso, el pase estará vencido, sin
importar si sólo lo usó una vez. Por eso, hay que planear sus actividades, pues
si alcanza a entrar a varias en un mismo día, obtendrá mayor beneficio del costo
del New York Pass. El pase no permite repetir atracción. Si ya subió con el NY
Pass al Top of the Rock, por ejemplo, el mismo pase no le permite el ingreso a la
misma atracción. Por la misma razón, el pase es personal, sólo vale para una
persona, una entrada, aunque podría suceder que dos personas lo usen, pero
en diferentes sitios (uno va a un museo, el otro a uno diferente). El pase tiene
una vigencia de un año, si no lo usa. Es decir, se puede comprar y reclamar y no
usar sino hasta meses después, en el momento en que se use por primera vez,
se activa por el tiempo que haya comprado. Aunque parezca como publicidad
pagada por NY Pass, no existe vínculo comercial alguno con esa empresa. Es
una buena idea, que al final, si se usa mucho, resulta más económica que pagar
en cada sitio una boleta. Casi todos los sitios de interés mencionados en esta
guía, que requieran de boleta, están incluidos en el NY Pass: museos,
miradores, etc. Por ejemplo: MMA, Empire State Building, Top of The Rock,
MoMa, Children's Zoo, WMAA, AMNH, Estatua de la Libertad, Ellis Island,
Bodies, Madame Tussauds, Guggenheim, etc.
Si existe interés por el arte moderno americano, el Whitney Museum of American
Art (WMAA) queda en la East 74th St. con Madison Avenue. No tiene espacio
para ampliarse, por lo que están considerando su traslado a una sede más
amplia, aunque aún (en el momento de escribir esta guía) no se ha decidido
dónde quedaría. Algunas de las obras más famosas de Frida Kahlo (originales,
por supuesto), hacen parte de la colección permanente del WMAA. Madison es
la primera avenida al este de la Fifth ave, y es reconocida como avenida
«elegante» en algunos de sus segmentos, tiene interesantes y elaboradas
vitrinas, con algunos anticuarios dignos de ver - sólo entrar si se tiene una
cuenta en yenes o en petrodólares. Madison se extiende hacia el norte hasta un
puente del mismo nombre, que cruza el río Harlem, y hacia el sur llega hasta un
parque convenientemente llamado Madison Square Park, en el que confluyen la
quinta avenida y Broadway, en su curso diagonal. (Esta es la misma esquina en
donde está el edificio Flatiron, descrita arriba.) Si se sigue por Broadway hacia el
sur, se llega a Union Square, luego Bway toma un curso más recto, paralelo al
de las otras avenidas. Al fondo (sur), Ground Zero. Si encuentra las torres
gemelas del World Trade Center, o acaba de entrar en un universo paralelo, o
ha logrado hacer un viaje al pasado. Si se continúa por Bway hacia el sur,
eventualmente se cruza la calle Houston. Al cruzarla, significa que se está al sur
de la calle (St)Houston: al occidente (derecha si se mira hacia el sur) está
SoHo, al oriente queda Little Italy. Siguiendo por Bway al sur se cruza otra street
importante, Canal. TriBeCa no es sólo el nombre de un festival de cine, sino de
un barrio residencial de muy alto costo, su nombre es una abreviatura que
describe la forma geométrica de la zona y su relación con Canal St.: Triangle
Below Canal. Más adelante, se encuentra sobre la calzada izquierda el City Hall, luego de
cruzar la Chambers St, la misma que delimita el extremo norte de Lower
Manhattan. Si se cruza a la izquierda por Park Row, frente al City Hall, se puede
llegar a la desembocadura del Brooklyn Bridge. Si no hay suficiente espíritu de aventura como para cruzarlo completamente, se puede avanzar a pie por lo
menos una tercera parte de su longitud, y regresar. En el camino de regreso se
puede confirmar que la vista ya descrita es imponente. La silueta de los edificios
de cualquier ciudad se llama Skyline, palabra de difícil traducción. El Skyline de
Manhattan visto desde el puente es digno de fotografiar. Para una mejor vista de
este Skyline, hay que cruzar el puente de Brooklyn. En su extremo sur, luego de atravesar el East River, hay un túnel que se bifurca - si se toma el lado derecho se llega a Brooklyn Heights, donde está The Promenade, una vista
verdaderamente magnífica. Otra vez en Broadway con city Hall, si no se desvía hacia el Brooklyn Bridge, se
cruza Fulton St, la cual se puede tomar a la derecha (W) para llegar a Ground
Zero, o cruzar para seguir hasta la Bolsa (American Stock Exchange), casi al
frente de Wall St. A la altura de Fulton, está St. Paul, una Capilla que se vé
minúscula, casi a punto de ser aplastada por las moles vecinas. Una vista similar
es la de Trinity Plaza, Bway con Wall St. Detrás de Ground Zero, hacia el oeste,
se cruza West St, se llega al World Financial Center, en donde hay un centro
comercial con sitios baratos donde se puede tomar un café o algo más
sustancioso. Detrás, más hacia el río, se encuentra Battery Park City, y sobre el
Hudson, una vía peatonal conocida como Esplanade, con una vista ya descrita
del estado de New Jersey. Si se va por West St hacia el sur, hacia la punta de
Manhattan (o si se sigue por Bway hasta que se termina esta avenida) se llega
al Battery Park, precisamente la punta sur de Mahnattan, en la confluencia de
los ríos East y Hudson. Si se observa una fila de unas quinientas mil personas, ésa es la fila para el ferry que va a la estatua de la libertad. Sin exagerar, hay
días en los que la fila puede tardar tres horas o más para lograr montarse en el
dichoso ferry. Por esa razón, existe la alternativa de ver la dichosa estatua sin
tanta cola, con la salvedad de no poder bajarse en el montículo que le sirve de
base, como se describió arriba. Una isla pequeña aún, cerca a la de la estatua
de la libertad, es Ellis Island, sitio donde solían llegar los inmigrantes al país, y
donde hay un museo que algunas personas consideran interesante. De Battery Park al East, se origina South St. En el sitio de su origen, está el
Ferry que lleva a Staten Island, de módico precio, el cual navega bastante cerca
de la estatua. Es recomendable y fotografiable la vista del skyline de NY desde
la popa (atrás) del Ferry. En pocos minutos se pasa por el lado de la Estatua de
la libertad (ir a estribor ¿lado derecho? del ferry cuando se va hacia Staten
Island, lado izquierdo en el viaje de regreso a Manhattan). Aunque en Staten
Island hay sitios de interés y algunos buenos restaurantes, este guía turístico no
los conoce. El ferry se desocupa en Staten Island, hay que bajarse y subirse de
inmediato en el ferry que va de regreso, básicamente se cruzan varias escaleras
y corredores para abordar el ferry de vuelta, para una segunda oportunidad para
ver la estatua y el skyline de Manhattan, en caso de haber confundido babor y
estribor o popa y proa en el primer viaje. De hecho, la vista de Manhattan desde
el ferry es similar a la que se observa desde Brooklyn Heights, aunque esta
última es mejor. Como el paseo del ferry es relativamente corto, si se pretende
usar la vista como fondo para un momento de reflexión, su reflexión debe ser
más breve si se hace en ferry que si se hace en The Promenade, aunque es más difícil encontrar the Promenade que el puerto del ferry. ¿Cara o sello? Si se sigue por South St se llega al South St Seaport, un mercado de puerto algo
pintoresco. Al frente, en el puerto 17 (Pier 17) el Pavillion, un centro comercial y
de restaurantes que puede ser agradable, cerca a la base del Brooklyn Bridge,
que ofrece otra interesante vista de este puente. En el centro comercial hay una
gran plazoleta de comidas, no especialmente gourmet, pero suficiente para
quedar satisfecho luego de una jornada de turismo peatonal.
Un rápido recorrido por algunas de las calles de Lower Manhattan,
especialmente en la región cercana al WTC, puede ser interesante por la
sensación de hormiga que se obtiene, al estar caminando entre una verdadera
jungla de concreto. Si regresamos al punto en donde se inició el recorrido sur de Broadway, pero
seguimos al norte, se cruza en forma diagonal la avenida sexta. Entre las calles
34 (la misma donde está el Empire State, pero en la quinta) y 41 (ambas W), se
encuentra el barrio conocido como Garment District (Uno de sus puntos de
referencia es el Jacob Javitz Center mencionado arriba). Es el centro de diseño
de modas, también descrito antes. En la 34 con BWay está Herald Square,
¿recuerdan?
En la 41 W está Times Square, una famosa esquina de NY, con una densidad
de gente impresionante. Se calcula que, cada año, Nueva York es visitada por
unas 47 millones de personas. A Times Square lo visitan 37 millones de
personas al año. Sus reconocidas vallas iluminadas en todas las fachadas, como
en un estilo Blade Runner (referencia a la extraordinaria película de ciencia
ficción dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Harrison Ford, con Rutger
Hause, Sean Young, Daryl Hannah y Edward James Olmos) que le han dado
fama a esta zona. En Times Sq hay unos sitios en donde se consiguen boletas
para casi cualquier espectáculo de NY, uno de los motivos para que tantas
personas visiten el lugar. Usualmente los espectáculos (teatro, ópera, obras tipo
Broadway) están vendidos con muchos meses de anticipación, pero en las
taquillas de Times Sq se encuentran boletas que han sido devueltas o
sobrantes. Aunque es necesario hacer colas interminables, es posible encontrar
buenas oportunidades de ver obras interesantes. Entre ellas, algunas que llevan
décadas en Broadway, como El fantasma de la ópera (The Phantom of the
Opera). Las producciones de Broadway suelen ser espectaculares y fastuosas, y
duran muchos años en cartelera cuando son exitosas, como las de Andrew
Lloyd Weber (Cats, por ejemplo) y otras. Una muy exitosa y recomendable es la
versión teatral de la película de Disney The Lion King, una historia reconocida
con una coreografía magnífica, en el Minskoff Theater, 200 W 45th St, en el
corazón de Broadway. La denominación off Broadway no es sólo geográfica: las
obras de esta denominación no se refieren exactamente a aquellas que no
quedan en la zona de Broadway, que es muy extensa, sino a aquellas que se
presentan en teatros más pequeños. El límite de sillas es algo así como 500.
Entre 99 y 499 sillas, se considera un teatro off Broadway, sin importar si queda
exactamente sobre la avenida Broadway. Un ejemplo muy recomendable es la
obra Blue Man Group, que ha sido tan famosa que ahora se presenta
simultáneamente en varias ciudades de Estados Unidos, con algunas
presentaciones en otros países. Blue Man Group es un espectáculo posmoderno
que lleva décadas presentándose en Astor Place Theater (434 Lafayette St,
cerca a Union Square, que es donde se cruzan Broawday y la cuarta avenida).
A partir de la 41, sobre el costado W, está el Theater District. Bway sigue al
norte en un curso oblicuo, hasta llegar a Columbus Circle, en la esquina
suroccidental del Central Park.
En la confluencia de Bway y Eight Ave en Columbus Circle, está el Visitor´s Center, en donde se obtiene información turística casi tan completa como la de
esta guía (y con seguridad menos confusa). Bway sigue oblicua hacia el norte,
cruza Columbus Ave, avenida completamente desconocida para mí, excepto
porque el cruce de Bway con Columbus queda cerca al Lincoln Center, un
reconocido centro cultural y sala de conciertos, vecino de la muy famosa Juilliard
School of Music. En la vecindad de Bway, al sur del Central Park, hay algunos edificios dignos de
visitar. Si se camina de sur a norte por Bway, y se toma a la derecha (E) por la
57 St, se cruza la Seventh Ave, y, cerca a la esquina, sobre la calzada sur, se
encuentra la muy famosa sala de conciertos Carnegie Hall. Es posible ver a
reconocidos intérpretes de diversos géneros musicales, y las boletas para esos
eventos se pueden a veces conseguir en: Times Sq.
Si se sigue por la 57 hacia el E (East River) se cruza la sixth ave, luego se
encuentra la quinta. Al cruzar la quinta, cerca a la esquina se encuentra la
Trump Tower, un edificio extravagante, clásico demostrativo del estilo «no sé en
qué mas gastarme la plata», característico del Sr. Trump. Paredes de Mármol
Rosa, con una cascada en su interior, abierta al público. La quinta es una
avenida digna de caminar, tiene vitrinas fascinantes, con las mejores marcas: E.
Zegna, S. Ferragamo, Gucci, Cartier... todo al alcance de bolsillos tipo Trump. Por la quinta hacia el Sur (alejándose del Central Park) se camina hasta
la 53, en donde se hace un cruce a la derecha (W), para buscar el MoMa,
Museum of Modern Art, con una buena colección de obras modernas, entre las
que se destacan algunas de la serie Jazz de Matisse, la Mujer mirándose al
Espejo de Picasso y muchas otras. (Este Servicio de Información Turística
Personalizada no se responsabiliza por cambios en las colecciones
permanentes de los museos). Los amantes del arte moderno no pueden dejar de
visitar el MoMa, incuido en su NY Pass.
Si el sentido de orientación funciona, muy fácilmente se encontrarán desde aquí
algunos puntos de referencia previamente citados, como la iglesia St Patrick’s, y
el Rockefeller Center. Si en vez de cruzar a la derecha por la 53 cruza a la
izquierda, va a cruzar primero Madison y luego Park Ave. En Park Ave, entre 53
y 52, está un edificio de interés en la historia de la arquitectura, el Seagram, del
arquitecto Mies van der Rohe. Al frente, Lever House, en cuya base está la
controvertida escultura Virgin Mother, del aún más controvertido Damien Hirst.
(actualización 2011: la Virgin Mother no está allí, no encontré información acerca
de a dónde fue trasladada) De nuevo a Trump Tower, a caminar la quinta, pero hacia el Norte, hacia el
Central Park: Como a dos cuadras de Trump Tower, está la 59, esquina del
parque. Aquí se encuentra el Hotel Plaza, en una esquina privilegiada: quinta ave con Central Park South. Frente al plaza, una estatua ecuestre, originalmente
en bronce, pero, según la leyenda, fue mandada a «dorar» (Guilded) por Ivana
Trump, una de las ex esposas de Donald, pues no le gustaba la vista desde su
ventana con la estatua, otro ejemplo de no saber qué hacer con la plata. En el
primer piso del Plaza, un elegante café- restaurante, que puede ser visto desde
las ventanas, si no hay presupuesto para usar sus servicios. En la esquina frente
a la mencionada estatua ecuestre dorada, uno de los almacenes de Apple, un
interesante diseño en forma de cubo de cristal, en cuyo interior parece flotar la
famosa manzana. Es la entrada al almacén, al cual se llega por una escalera o
por un ascensor (descensor, en este caso) con paredes trasnparentes, el
almacén, en el mismo estilo de los almacenes de esa empresa, es subterráneo.
El Parque está delimitado en el lado sur y Norte por las Ave Central Park South y
North, en el oeste, por la CP West, y en el Este por: La quinta avenida (¿acaso
alguien pensó que sería Central Park East?). El parque tiene varios lagos
artificiales, el más grande se llama The reservoir, famoso en escenas
cinematográficas, por la pista de «jogging» que tiene a su alrededor (ver Woody
Allen, varias de sus obras. Y por sobre todo, ver Manhattan, una de sus más
bellas películas, un verdadero homenaje cinematográfico a esta ciudad).
El Zoológico infantil queda cerca al extremo sureste del parque. A la altura de la
calle 70 E, se encuentra The Frick Collection, la casa de Henry Clay Frick, un
coleccionista de arte. El patio de la casa da sobre la quinta, en la calzada frente
al Central Park. El museo es una deliciosa muestra de arte europeo, incluye
muebles y cerámicas y muchos otros objetos. Los salones están en la forma
como el Sr Frick los usaba, con una exuberante muestra de las obras que
decoraban su casa. Entre las cosas dignas de ver están las esculturas y bronces
miniatura, la porcelana francesa y por supuesto, las tres obras del «maestro de
la luz», sobra decir que es uno de mis favoritos: Vermeer, que, considerando
que se conocen como una docena -en total- de ese espléndido pintor holandés,
constituyen unas verdaderas joyas. En el Metropolitan Museum of Art hay
también obras de Vermeer, creo que dos. Es decir, de las pocas obras de
Vermeer que existen en el mundo, en Manhattan hay cinco. Las calles que delimitan los costados sur y occidente del parque son: Central
Park South y West, respectivamente. El mueso metropolitano de arte MMA,
queda sobre la quinta avenida, es absolutamente impresionante la cantidad de
obras de todos los periodos que tiene. La sección de Egipto es magnífica,
entrando a la derecha, luego de cruzar sarcófagos múltiples con oro y lapislázuli
en cantidades, además de paredes enteras de jeroglíficos, se llega al Templo de
Dendur, un pedazo de Egipto antiguo trasladado piedra por piedra hasta un
interior que suele producir suspiros y exhalaciones de emoción, para los
sensibles.
Hace poco abrieron al extremo opuesto al egipcio las galerías romanas y
griegas (entrando a la izquierda), también dignas de visitar. La visitar la «nueva»
ala Americana (American Wing) fue abierta en mayo de 2009. A menos que se
cuente con algo así como una semana para visitar una y otra vez al MMA,
recomiendo que el recorrido se haga con objetivos puntuales, pues la cantidad
de cosas para ver sobrepasa la capacidad humana. Al entrar al museo se puede
consultar cuáles exposiciones hay, y en diferentes mapas se pueden encontrar
obras, períodos o colecciones que sean de su interés. En la sala de
instrumentos, por ejemplo, hay una bella colección de violines, incluyendo varios
Stradivari, que siempre vuelvo a visitar. En la última versión de mi conferencia
«El Alma del violín», (ver Scribd) incluyo una fotografía que tomé en el MMA, de
una vitrina que contiene un violín Amati de 1565, uno fabricado por Joachim
Tilke en 1685, y tres del gran Antonio Stradivari: The Gould, de 1693, The
Francesca, de 1694 y The Antonius, fabricado en1717. Las vidrieras de Tiffany,
las obras de los flamencos (Memling, van der Weyden, tantos otros) y Vermeer
son, personalmente, otras obras dignas de visitar en el MMA. Pero también hay
un bellísimo jardín de esculturas, muchas obras de Rembrandt y otros clásicos.
Hay una terraza que ofrece una vista interesante de los edificios que rodean al
Central Park, además de unas esculturas importantes, una de ellas del mestro
Rodin. De nuevo, las exhibiciones especiales pueden consultarse en la entrada.
En algunas de mis visitas he visto exhibiciones de Picasso, van Gogh, Magritte y
Miró, entre otros. Para el verano de 2009 se ha anunciado una exposición
especial sobre la primera pintura de Miguel Ángel, otra de la caligrafía islámica,
una más de arte de la dinastía china Ming, una colección de obras de África y
Oceanía y una retrospectiva de Francis Bacon, entre muchas otras. Hay para
todos los gustos. Reproducciones de todas las obras y mucho más en el
Museum Shop del MMA , que también puede requerir horas para visitarlo y para
hacer compras.
Si usó el metro para llegar al museo MMA, seguramente lo hizo por la línea
verde, por Lexington Ave. Se puede bajar en la 89 St. Busca Park, Luego
Madison y luego la quinta, costado oriental del Central Park. En Madison con E
89th (es East por estar antes de la quinta avenida) está una sucursal de Williams
& Sonoma, famoso almacén para cocineros profesionales y aficionados. Por
supuesto, hay otros Williasm & Sonoma, cuyas direcciones no recuerdo, pero
éstas son fáciles de encontrar en la red. Sobre la quinta avenida también esta el museo Guggenheim, obra arquitectónica
imponente, muestra del ingenio de Frank Lloyd Wright, quien la concibió como
una espiral infinita hacia el cielo. Precisamente, en el verano del 2009 está
prevista una exposición en el Guggenheim de los increíbles proyectos de este
magnífico arquitecto, conmemorativa de los 50 años de la creación de este
edificio. Vale la pena recorrer este edificio espiral desde su planta superior
(primero se sube por ascensor, se baja por una rampa espiral). No se pueden
tomar fotos de las obras, y sólo se pude usar la cámara en algunos puntos
seleccionados del edificio. Tiene una colección permanente muy buena, la
Galería Kandinsky y la colección Thannhauser (No confundir con la ópera
Tannhäuser), siempre con exposiciones interesantes. Pero al salir del MMA, antes de llegar al Guggenheim, se encuentra la Neue
Gallerie (1048 Fifth Ave) un edificio creado por los mismos arquitectos de la
Biblioteca Pública de NY, vale la pena revisar lo que se expone allí. Es una
galería pequeña, pero en una de mis visitas tuve la fortuna de encontrarme con
una exposición de arte vienés, con varias de mis obras favoritas de Klimt. Casi a la misma altura del MMA, pero al extremo opuesto del Central Park, el
Museo de Historia Natural AMNH, donde hay una interesante colección de
huesos de dinosaurios, para los aficionados al tema. La comedia
cinematográfica «Una Noche en el Museo» puso a este museo en la memoria
reciente del público. El café es conocido por el modelo en fibra de vidrio y en
tamaño natural de una ballena azul, cuyas dimensiones lo hacen a uno sentir
como el plankton del que se alimenta este mamífero. Por detrás del AMNH hay
varios sitios para comer, como el Uno Chicago Grill, en Columbus Ave con W81
St, Columbus es la que va por el costado posterior del Museo. En el vecindario,
a pocas cuadras de este museo, hay otra calle con varios sitios para comer,
Amsterdam Ave. A la altura de la 83, está good enough to eat, por ejemplo, un
pequeño y acogedor lugar con una buena variedad de comida bien preparada.
La línea roja del metro tiene una estación en la calle 79, que puede ser
conveniente si se quiere llegar por el sistema de transporte masivo al museo de
historia natural. Precisamente en la estación de la calle 79 con Broadway, se
encuentra una sucursal de una cadena de almacenes de ropa de marca a buen
precio, un outlet para vestirse bien, llamado Filene's basement, aunque muchos
de estos locales no son ya en los sótanos, lo que explicaba su nombre original.
Nueva York nunca termina de sorprender. Siempre hay datos por actualizar.
Hasta el próximo viaje…
…It’s up to you- New York, New York! (Kander & Ebb).