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  • 8/14/2019 Patricia Seed Colonial Postcolonial

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    ESTUDIOS. Revist de Investigaciures Literarias. Ao 4, Nr 8. Caracas' juldic,l9%,p.7-29

    EL DISCURSO COLONIAL Y POSTCOLONIALPerncr SEsoUniversidad Rice

    A partir de los ltimos aos de la dcada de los ochenta, los historiadores yanhoplogos han empezado a tenermayorconciencia de la maneracmo sus etnografiase historias han sido modeladas por los atificios retricos y literarios. De manerasimultnea, entre los crticos literarios ha crecido el inters por emplear la teoraanuopolgica y los hechos histricos para formular nuevas interpretaciones de lostextos que haban sido considerados radicionalmente como de "aha cultura". Todoesto ha dado como resultado una etapa extraordinariamente interdisciplinaria. Iscrticos literarios leen historia y anfopologa" Los antr,oplogos culturales elaboransofisticadas opiniones sobre tericos literarios como Mijail Bajtn, Roland Barthes yJacques Denida. Y an los historiadores comienzan a interesase poco a poco por loque se ha amado "hisoria cultural",una forma de anlisis cultural menos desarolladaque ya se ha puesto en prctica en los campos de la antropologa y de la crticaliteraria .lEn el marco de esta serie de discusiones en curso, una de ls corrientes que haa6aido un creciente inters entre latinoamericanistas, africanistas y orienalistas esuna emergente crtica interdisciplinaria del colonialismo conocida como el discunocolonial. Is estudios sobre el discurso colonial se han originado debido a la confluenciade dos factores: por una parte, la insatisfaccin producida por las limitaciones de lascrticas existentes sobre el dominio colonial y por la otra, el movimiento intelectralcontemporneo conocido comopostestructuralismo. Ambos han dedicado sus esfuerzosa repensar y revalorar la experiencia colonial europea en campos fan diversos como elde la crtica literaria, el de la hisoria y el de la anropologa.El descontento con las crticas radicionales sobre el colonialismo sugi a raz deuna creciente toma de conciencia sobre la desoladora uniformidad que cafactriza amuchos libros histricos y antropolgicos que versan sobre los imperios coloniales yt V* R.get Cl"at" r,Cultwal Hbtory, traducido al ingls por Lydia G. Cochrane (Ihac, N.Y.,; ComellUniversity Press, 1988). Traducin del ingls Victori Fmnde

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    sus sucesores postcoloniales. No importaba si el tema a tratar era Africa, Latinoamricao (con menor frecuencia) Asia, o si el poder colonizador en cuestin era Gran Bretaa,Espaa, Francia, Alemania, Portugal, Holanda o Blgica, las versiones de losanroplogos e historiadores acerca de lo que pas consistieron en su mayora en relatossobre la heroica resistencia con que los nativos defendieron su suelo, o bien en unrecuento manipulado en el cual los objetivos coloniales se presentaban al servicio delos intereses de la comunidad nativa o, en todo caso, alguna combinacin de estas doslneas narrativas.2A finales de la dcada de los ochenta, estos relatos de resistencia empiezan apercibirse como versiones mecnicas, homogeneizantes e inadecuadas de los encuentrosentre colonizadores y colonizados.3 En la medida en que las narrativas de resistenciao de adaptacin empiezan a perder credibilidad, emerge un importante movimientointelectual asociado a pensadores que se agruprn vagamente como postestructuralistas,cubriendo un amplio espectro de posturas tericas que van desde Jean-Frangois Lyotard,Roland Barthes, Jacques Derrida, Giles Delcuze y Flix Guattai hasta Michel Foucaulty Richard Rorty.a Uno de los temas ms acuciantes que atraviesa las obras de estosescritores es el cuestionamiento de la nasparencia del lenguaje como vehculo decomunicacin. Las palabras, las oraciones y las frases pueden tener ms de un significadot l,asagadelas"armasdelosdbiles"continaenelbrodeJamesScott,DomitwtionandArtsofResistarce:HiddenTranscripts (New Haven, Conn,: Yale Univenity Press, 1990). Vertambin la revisir de TygmuntBaumar de esta obra'How e Defeated Answered Back", New YorkTitnes Literary Supplenent,ll de

    enero de 1991, p.7.3 JohnyJeanCamaoffllamanaestaespeciederelatos"challengeandriposte"('retoyrespuesu'). Consultrsu trabajo prximo a publicarse, Of Revelation and Revolution: Chrbtianity and Colonialism in SouhAfrica (Clticago, III,: University of Chicago Press.' Jean Frangois Lyotard, Th Posmodern Condition, traducido al ingls por Geoff Bennington y BrianMassumi (Minneapolis: University of Minnesot Press, 1984); Roland Barthes, Image, Musc, Text,traducido por Stephen Hear Q'{ew York: Hill and Wang, 1977); Jacques Derrida, Of Grarwttatology,traducido por Gayatri Spivak (Baltimore, Md.: John Hopkins University Press, 1976); Derrida, Wriuingand Difference,aaducido por Alan Bass (Chicago IIL; University of Chicago Press, 1978); Giles Deleuzey Felix Guattari, Kfla: Toward a Mnor Lileralue, traducido por Dara Polan (Minneapos: UnivenityofMimesota Press, 1986); Michel Foucault,Order ofThings Q.{ew York: Random House, 1970); andRichard Rorty, P hilosophy and the Mbror of Nature (Pricenton N.J. Princenton University Press, 1979).Para consultar la introduccin hisrica de esras propuestas en los Estados Unidos ver la introduccin deJonaanArac a su coleccin editada,PostmodernismandPoltics Qttimteapolis: University of MinnesotaPress, 1986). Entre las obras secundarias se incluyen la de Ionathan Cdler, On Deconstruction Qthaca,N.Y.: Comell Univenity Press, 1982); Jonathan Arac and ChrisropherNorris, Derrida (Cambridge Mass.:Harvard Univenity Press, 1987); John Raichman, Michel Foucault: Tlte Freedom of Philosophy $.lewYork: Coiumbia University Press, 1985); Herbert Dreyfus y Paul Ravinov, Miche Foucault: BeyoStructuralismandllertnneuics,2da. edicion (Chicago, III.: UniversityofChicago Press, 1983); y HaydenWhite, Tropics of Dbcowse: Essays rz Cuttural Critic'sm (Baltimore, Md.: John Hopkins UniveniryPress, 1978).

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    y ms de una interpretacin simultneamente. La forma cmo las palabras soninterpretadas y entendidas esti determinada por su contexto; no obstante, la comprensinde tal contexto depende de la interpretacin o raduccin de las palabras o frases encuestin. Dentro de este esquema, el reconocimiento de lo que los tericos llaman elcwcer polismico del lenguaje (a posibilidad de que una palabra posea mltiples yan contradictorios sentidos) ha abiero la puerta a un amplio abanico de posibilidadesinterpretativas para la historia literaia y para la antropologa. En este telreno' elconocimiento de las prccas culturales de una sociedad ha venido ajugar un papel decreciente imporfancia hasta convertise en el punto focal de la discusin pra proponeruna mayor apertura de posibilidades interpretativas para las palabras, omciones y frasesde una poca o cultura dada.

    El d.iscurso colonial se ha dedicado, por lo tanto, a redieccionar las reflexionescrricas contemporneas sobre el colonialismo (y su consecuencia posterior) hacia ellenguaje usado por los conquistadores, los administradores imperiales, los viajeros ylos misioneros. Ya que fue a favs de la lengua -la retrica, las figuras del lenguajey las formaciones discursivas- cmo los europeos se han entendido y gobemado,tanto a s mismos como a los pueblos por ellos somedos en ultramar. Los escritores,al reflejar el marco lingstico sobre el cual se elabor la poltica del dominio colonial,han puesto de relieve las limitaciones de los discursos polcos europeos, as comotambin han resaltado la manera en la que el carcter polismico del lenguaje ha dotadoa los pueblos na[ivos de los tenitorios colonizados de la capacidad de apropiarse yr.ransformar los discursos de los colonizadores. Una crtica articulada con el lenguajede los movimientos de indepcndencia y dcl nacionalismo postcolonial, denominadodiscurso postcolonial, ha estdo examinando la forma cmo los discursos populares,"la aha literatura" y la poltica panfletaria han ccrstruido todo el vocabulariopostcolonial y nacionalista. Pero poco importa si el foco de la discusin emerge de lasituacin colonial o postcolonizrl; lo que hay que destacar es que la preocupacin centralde estos estudios ha sido el tarnu lingsco a travs del cual necesit ser ledo todolenguaje poltico del colonialismo, incluyendo sus reacciones y sus liberaciones.Para los crticos del colonialismo son dos los afractrvos principales de las propuestaspostestructualistas. El primero es el cuestionamiento que hace el estructuralismo alhumanismo radicional "por medio del desenmascaramiento de su hroe, el autor comosujeto soberano, portado; de autoridail, legimidad y poder".s Algunos comentarisiashan resaltado la afinidad entre el desenmascaramiento del hroe del humanismo erropeo

    5 Ver el captulo de la obra de Barthes "The Death of the Autho/', en Innge, Music,Text,l42-48; MichelFoucaulr.IhAclaeologyofKnowledge,trtductdoalinglsporA.M.SheridanSmith(NewYork: Harperand Row, 1962), Captulo 2, especialmente pp.38,221-23; y "Qu'est-ce qu'un auteur?" B ulletin de IaSocite Francabe de Phitosophie 63 ,no.3 (1969): ?5-95, pubcado en ingls como'What is anAuor?"enTextua Stratagtes, editado por Iosu V. Harari (thaca, N.Y.: Comell University Press, 1979).

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    occidenlal y el desenmascaramiento del hroe del imperialismo como pertengcientes auna lnea comn de pensamiento.d El segundo gran atractivo del postestructualismodescansa sobre el desplazamiento de la "intencin" del autor o "significado original"como punto central de reflexin, permitiendo as a los crticos literarios y a otrosespecialisras aborda el anlisis a partir de las maneras cmo las distintas comunidadestextuales se apropian y usan el texloJ Esa evolucin ha tenido dos efectos relevantes.El primero ha sido el de socavar la tendencia a acepar juicios normativos que se basanen la cercana de la interpretacin, lo que los crcos suponen que fue la intencin delos auores originales del documento colonial. El efecto corolario de esta crtica hasido la apertura al examen de las formas de cmo la recepcin y apropiacin de untexto por parte de los pueblos colonizados ha sido configurada atendiendo a unaexperiencia social y poltica diferente de aquella que pretendieron los autores del textoo sus intrpretes ortodoxos de la "alta cultura". Si los crcos e historiadores tuvienrnque connuar insistiendo en Ia primaca de lo que la "aha cultua" o la crtica imperialconsidera que fue la intencin original del autor, entonces lo que los intrpretes de lasculturas colonizadas han hecho de odo ello se seguira considerando como perdido,desechable o simplemente ingenuo, sin importancia o como una "lectua deficiente".Tanto el postestructuralismo como cl discuso cokrnial comparten una afinidad conun tercer conjunto de discusos contemporncos, aqucllos que versan sobre elfeminismo. Ls Fes critican el sujeto tradicional dcl humanismo; pero con la crticafeminista se ve atacado como una forma sexuada: cl discurso patriarcal. Adems, ladenuncia de los defensores del discuso colonial pcrmitc habla a los nativos con suspropias voces; lo cual ha tenido resonancia en el rcclamo fcminista de permitir a lasmujeres hablar con su propia voz. Como resultado dc las discusiones del discursocolonial y posrcolonial ha atrado una candad considcrable de mujeres prominentes,entre quienes se destacan Gayatri Spivak.S Tanto cl discuso feminista como eli . k,'Deccnstructing Historiography",subaltern Stwlis lV,crtiudoporRanajitGuh (Delhi:Oxford Univenity Press, 1985), ver especialmente p. 337.7 l .liferencia crica que existe entre la recepci&r de los lcxtos litcrurios por comunidades de lectorcs yaquella recepcin proveniente de los sujetos del poder irnpcrial. C'omo lo ha sealado Homi Bhabha, eldiscuso colsrial no slo es apropiado por las comunidadcs tcrtuslci. sino que apela a alguien (o a una

    ccnunidadespecfica). ParalapropuestadeBhabha,yoarotarluadcmsqueestediscursosemantienepor el ejercicio de la fuerza por medio de los ejrcitos, inquisicioncs, policla secreta y crceles, todo locual le provee de un madz cqnpletamente diferente. dcstratai

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    postcolonial han ido ms all del simplereclamo de "dejar hablarala mujero al nativo",desanollando una perspectiva que critica la celebracin ingenua de las voces feministasonacionalistasqueserepreSentanasmismascomo..provenientesdeabajo''.9Los inicios del campo del discurso colonial se identifican generalmente con lapublicacin de la obra Orientalism (1978) de Edwad Said, que represent un ataquesistemtico pero efectivo de las formas de cmo los escritores occidenfales y los oficialescoloniales haban venido construyendo su saber sobre el Meo Oriente y del Orientedesde frnales del siglo XVItr.l0 La denuncia de Said del exotismo, erotizacin yromantizacin de los "otros" remotros del Medio Oriente y su crtica al reduccionismode las representaciones europeas de pueblos que han venido produciendo sus propiasrepresentaciones a travs muchos siglos, provoc una considerable conmocin . Comoera de esperarse, su libro tuvo un impacto definitivo en los estudios sobre el MedioOriente pero tambin atrajo el inters general sobre esas tres discipnas acadmicastradicionales, la teora literaria, la antropologa y, ms recientemente, la historia" [publicacin de Orientalismllev a un renacimiento del inters por la poderosa acusacinque Franz Fanon hizo del colonialismo en Black SkinWhite Masks (I952),que desdeentonces ha sido reeditado con una nueva introduccin de Homi Bhabha, un tericolder en el campo del discurso colonial.llllasta el momento presente, el libro de Said y el resurgimiento de las ideas deFanon han tenido su mayor impacto sobre la teora literaria y la anropologa. Lostericos literarios (entre quienes se encuentra Said) se han preocupado histricamentepor las propuestas sobre la representacin textual y, en consecuencia, encuentran famiarla aproximacin textual de Said a pesar de lo novedoso de la materia. Paa la

    thThirdWorld (London: Zed Books, 1986); y tambin las propuestas temticas de Inscriptions, nrmeros34(1987-88)y5(1989). VertambinTrinhT.Minh-ba,Wornan,Native,Other:WritingPostcolonialitya d F emin ism @loomin gton: Indiana University Press, I 9 89).e Porejernplo, lraAhmed "FeminismandCross-Culturallnquiry:TheTermsofheDiscouneinlslam,"en Coming to Terms: Feminbm, Theory, Politics, editado por Elizabeth Weed (London:Routledge,Chapman, Hall, 1989), 143-51. Vertambin Homi K. Bhabha,'Disserni-Nation:Time, Narrative, and theMargins of the Modem Nation", en su coleccin editada Natbn and Nanation (London: Routledgc,t990),29t-322.t0 &lward Said,Orientalism (New York: Random House, 1978). Aunque Fredric Jamess sostiene en suprlogo a la venin inglesa de Ca liban and Other Essays que la obra de Roberto Femndez Rermar fueelequivalentelatinoamericano de OrintalbmdeSaid, sus simrudes tienen sloque ver con sus posrarcrlticas. Al contrario de Said, Femrdez Retamar no se maneja con las prcticas discusivas. Ver Cratd Other Essays, prlogo de Frcdric Jameson, traducido por Edward Baker (Mirmeapos: Univenity ofMinnesota Prcss, 1989)i.r FrantzFanon,Peau4oire,nusqwsblancs(Pais:EditionsdeSeuil,lg52),traducidoalinglsoriginalmartepor Charles L Makham como Black Skin,White Masks (New Yok: Grove, 1967). El prlogo de HomiBhabtra fue publicado en 1986 en l.ondres en la edici&r de Pluto Prcss bajo el mismo dtulo. k opinin deque el discurso colonial ernpieza con Fanon y no con Said ha sido discutida ms recienternenrc porBenita Parry e

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    antropologa, como disciplina que se ha decado histricamente a la representacinde los oEos pueblos, este tema de discusin era bien conocido -la construccin de lascomprensiones de los otros culturalmente cruzados- pero la aproximacin textualfue aceptada pronto como un nuevo y fructfero ngulo desde el cual se podia abordarlos estudios anropolgicos.l2 En historia, la propuesta de Said ha sido adoptadaprincipalmente por los historiadores del Medio Oriente y por los del Sur de Asia haciaquienes l orient explcitamente la discusin de este tpico.l3 En pocas ms recientes,su propuesta se ha vuelto importante tambin para el estudio de la historia africana"Entre los latinoamericanistas el creciente inters por los documentos coloniales preceseguir tambin las mismas corrientes disciplinarias, apareciendo primero ente lostericos literarios, despus entre los antroplogos y ms recientemente, entre loshisoriadores.Literatura

    El inters por el discurso colonial en Latinoamrica se percibe ms vvida yextensamente en el campo de los estudios literarios . Uno de los primeros excelentesestudios en este terreno es Colonial Encounters de Peter Hulme. 14 Los primeros doscaptulos revisan las categoras del "canbal" inventada en los discursos espaf,olessobre el Nuevo Mundo a finales del siglo XV, trmino que se volvi sumamenteproblemtico a la hora de definir a las sociedades que realmente encontraon. El"canbal" se transform en una marca ideolgica que separaba la frontera entre los"salvajes" nativos y los europeos "civilizados", y que provea jusficacin para el12 C"o.ge E. Marcus y Michael Fischer, Anthropology as Culturat Crtique (Chicago Ill.: University ofChicago Press, 1986); James Clifforl y Georye E. Marcus, Writng Culture: The Poetics and Politics ofEtlnographty @erkeley y Los Angeles: University of Califomia Press,l986), publicado en castellanocqno Relricas de Anrropoloya (Madrid:Ediciones Jucat, 1991); y James Atfford,Thz Pred.canwnt ofCulture (Canbndge, Mass.: Harvard University Press, 1988).r3 T'mothy Mitch ,Colonzing Egypt: OrientalbmReconsidered(Cambridge: Cambridge University Press,

    1988). Muchos de los afculos y revisiones importantes en este campo han sido pubcados en el diarioMiddle Eastern Research and Inhrnnlion ProjecL Para un resruncn del impacto de Orientalbm enlosestudios del Medio Oriente en toda la pasada dcada ver Kharuin (1988).raVertambin la excelenre y pionera obra de Rolena Ad

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    dominio de estos mismos europeos cuyo rito religioso de la comunin evitabacuidadosamente el uso del trmino canibalisma. El tema del canibalismo aparece enlas angusosas fantsas de Robinson Crusoe, (donde imagina ser devorado) y en elanagramadeCallbnenLaTempestad. Los tres captulos siguientes deHulmeexploranla paradoja central de los primeros encuentros entre los ingleses y los indios: lasuperioridad de la tcnica blica de los ingleses en contraste con su incapacidad paraalimentase con su consecuente dependencia de la hospitalidad nativa para la provisinde alimentos. Tenemos tres diferentes interpretaciones de esta paradoja de la superioridadtcnica y dependencia fsica en LaTempesrcd, en los relatos de John Smith de Pocahontasy en Robinson Crusoe.En LaTempestad,la magia de Prspero, como las armas y lasmaquinaciones europeas, opera slo durante la colonizacin. Prspero, como Crusoey como los colonizadores de Virginia, usa su magia (o la superioridad tcnica occidental),no pam producir comida, sino para cambiar su relacin con los nativos: de invitado aamo. Transformndose a s mismos en los seores de la tierra por medio de la magia,estos europeos tmbin convierten (o imaginan que convierten) a los nativos en manode obra paraproducir sus provisiones alimenticias (pp.131-32). Cuando seles confrontacon el rero de la hospitalidad, de la cual dependa su supervivencia en Virginia, losnarradores ingleses relatan uniformemente est prdida de la hospitalidad como la"traicin india". Hulme sugiere, sin embargo, que ello represent una "eventual prdidade paciencia conjuntamente con un adverso descalabro en la economa" (p.130), yaque los ingleses demostraron poca inclinacin para corresponder recprocamente a lahospitalidad o para aprender cmo alimentase. Al analizar la popular narrativafolclrica inglesa del siglo XVIII de Inkle y Yarico, Hulme demuestra cmo la visinsentimental de los caribes fue no obstante destruida para justificar el exilio y laexterminacin britnica de los caribcs navos de St. Vincent. En las nanavas briunicasque hablan de sus guerras contra estos caibcs racialmente mezclados, los caribes"originales" se transformaron en las vctimas pacIicas de la usurpacin negra, unajustihcacin para la intervencin brit'nica contra estos usurpadores. Pero los britnicosno tenan intencin de restituir estas tierras a sus legtimos dueos caribes. Despus deser derro[ados por una fuerza expedicionaia de diecisiete mil soldados,los caribesnegros de St. Vincent fueron forzados a establecerse en una isla fuera de la costa deHonduas, y la tierra fue tomada por los colonizadores britinicos. Hulme demuestracmo el uso del trmino "canbal", como justilicacin de la conquista etuopea, sedesplaz del campo del "salvajismo", para convertirse en un concepto nostgico delsiglo XVIII para nombra a los originarios (y extintos) dueos. SuColonal Encounterses una obra modelo sobre el discurso colonial que combina el ansis textual con unprofundo conocimiento de la antropologa cultural y la historia.

    Una crca menos sofisticada en la dimcnsin poltica de las historias de la conquistaes Discarsos narrativos de la conquista: mitificacin y emergencia de Beariz Pasf.or.l3

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    Pastor se concentra en cinco textos muy conocidos del siglo dieciseis. El Diario deCristobal Coln, las Cartas dc Relacin de Hernfti Corts, Los Naufragios de AIvaNez Ca&za de Vaca, varias versiones de la expedicin de Lnpe de Aguirre y elpoema pico de Alonso de Ercilla, La Araucsna. En cada obra (y para varios texosmenos conocidos), describe la posicin del narrador, su descripcin de la nahfaleza,su relacin con ella y su visin de los navos. Al establecer un contraste entre lasnarrativas heroicas y picas de Corts y Coln con los juicios, fracasos y rebeliones deCabeza de Vaca, Fray Marcos de Nizza, Lope deAguine y Alonso de Ercilla, Paslor sepropone locafizar los discusos crticos dentro de los relatos de fracaso y de rebelin.En las narrativas de fracaso, el enemigo principal no son los nativos, sino el medioambiente, y la brsqueda de oro es reemplazada por la bsqueda de metas ms cotidianascomo la comida, ropa y agua. Pastor sostiene que las narrativas del fracaso empiezana criticar los modelos ideolgicos y literarios resaltando la incapacidad de losexploradores para conseguir los maavillosos objevos que buscaban. Los relatos derebelin, como ella los cataloga, tal como el de Lope de Aguirre, empiezan con elfracaso y terminan denunciando "la realidad de violencia, rivadades, injusticia ycom:pcin" que existe en las expediciones de la conquista (pp. 294-298). Pastorconsidera este modelo radicalmente opueslo al modelo heroico (p.307), porque en lasnarrativas de rebelin el terror catico sustituye al orden pico (p.309) y el rebelde sedistancia a s mismo explcitamente de las formas de auoridad representadas por elRey y sus representantes (p.312). Pasor plantea que el relato de Ercilla de la expedicincontra los araucanos, en la que los guerreros nativos estn dotados con los rasgos delos caballeros espaoles y las mujeres nativas son vislas como las damas de las hisoriasde caballera, es la narrativa ms crtica de todas, porque condena la prdida de losvalores heroicos y la transformacin de los conquistadores en ambiciosos encomenderos.Slo se puede sualizar la victoria sobre los nativos si se impone el regreso de losvalores heroicos tradicionales (p.413). El problema, con todas esas formas de crticaidentificadas por Pastor, es que ellas se manenen claramente dentro de los lmitesestablecidos por la ortodoxia poltica espaola del siglo dieciseis. La crtica alencomendero usurpador juega en la crtica espaola tradicional como el tpico lamentopor la prdida de un imaginario y primigenio mundo menos materialista. An Aguinejusfica su propia rebelin en trminos de la decadencia del vasallaje y otros valores einstinciones polticas espaolas tradicionales. Estas crticas estn as moldeadas porun deseo nostlgico y reaccionario del regreso a los valores tradicionales medievaleshispnicos, que se supone fueron la causa del xito de las primeras expediciones de laconquisla" Pero al caracterizar estas nurativas como de fracaso o rebelin, se mantieneuna perspectiva totalmente europea: ellos fallan o se rebelan contra las ambicioneseuropeas. Como todo discurso orienLalista, los nativos de estas narrativas siguen siendouna hoja en blanco sobre la cual estn inscriras unto las frustraciones como las nostalgias

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    de los europeos por la prda imaginaria del Edn de su propio pasado.ls obras de Hulme y de Pastor comparten la preocupacin por el perodo histricoen el cual fueron producidos los textos literarios de la conquista. Ambos se.distanciande la generacin anterior de los "Nuevos Crcos", quienes negaron la existencia deun contexto histrico o poltico. Pasor y Hulme demuestran adems un compromisopara desarrollar crticas literarias del contexlo colonial en las cuales estos textos fueroncreados.Los dos texos que Hulme anal iza, Robinson Crwoe deDantelDefcr', y LaTempestadde William Shakespeare, han sido vistos a partir de entonces como parte del canonliteraio. Los ataques al canon lilerario se basan generalmente en consideracionessobre caractersticas de gnero, tnicas o raciales de los autores de los libros que estndentro del canon. Siguiendo a Said, Hulme recuerda a los lectores el subtexto polticode cada obra que est dentro del canon, el cual no emana de la biografa del autor 0aleuana comn acerca de la raza, clase y gnero) sino de la postura poltica e histricadel estado en el que los textos fueron compuestos. De este modo,los gustos literaiosque se guardaron como reliquia en el caron podran reflejar el deseo de una cierfaimagen del imperio. No odas las obras canonizadas de la literatura inglesa de lossiglos XVII Y XVIII reflejan estras preocupaciones imperiales, pero una gran cantidadde ellas lo hace, lo que sugiere un fuerte nexo entre las relaciones de la autoridadculnral y la poltica-Antropologa

    Como muchos crticos han sealado, la crtica de Said al proceso mediante el cualAsia y el Medio Oriente fueron representados por Occidente, descansa nicamente ensu lectura de las obras de Occidente, de la filosofa continental y del canon terarioeuropeo.15 A pesar del reclamo de Said para que la voz del "otro" sea oda, este autorno analiza ni cita siquiera ningn texto que verdaderamente haya sido compuesto porescritores del Medio Oriente o Asia. Tampoco procede a da el paso adicional necesariopanl mostrarcmo o porqu tales textos diferan de aquellosproducidos en Occidente.l6En otas palabras, l no explica cmo las distintas perspectivas o cosmovisionesfuncionaon entre las cultrras por consiguiente, no proporciona ninguna base parala dinmica del conocimiento del cruce cultual. En antnopologa, la disciplina quems se interesa por las polticas y ticas que representan las perspectivas de las otras Jamo Cliffod, TIu Pncancnt of Cultwc (Cunbridge, Mass.: Harvard Univenity Prcss. 1988), 55'76"t6 lbd. l- defensa de Said conta sus crlticas en antropologfa pueden encontranc cn "Reprcsenting thcColonizd", Crirical I aquiry 15 (1989):205-25.

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    culturas, el reto de proveer un modelo o esrategia para la traduccin del cruce cultualo para representar a los otros culturalmente diferentes era ya una bsqueda en elmomento en que el libro de Said se public. Pae de estos esfuerzos aparecieronpublicados como una serie de etnografas experimentales, algunas escritas comoOitogot y oEas producidas en colaboracin con varios de autores.lTLas diferentes esnategias para representar a otra cultura constuyen la parte medularde una cantidad de obras recientes sobre antropologa latinoamericana, incluyendo laobra precursorashamanism, Colonialism, and the Wild Man de Michael Taussig. Esteestudio ataca Ia "ficcin objetivista" requerida por la escritura histrica mientrasproduca un relato del tenor que acompa el "boom" del caucho en la regin dePutamayo, Colombia. Taussig rompe con el andinismo (la antropologa local, variantedel orientalismo)18, el cual ha roto la estabilidad y coherencia de las sociedades (y susformas de representacin) en la Regin Andina a ravs de la descripcin de una culturafragmentada en la que el colonialismo (tenor) y la sanacin (shamanismo) resultanmutuamente conFadictorios, discursos fracturados que estn extendidos entre mltipleslocalidades. De este modo, Taussig va ms all de la voz del Otro, mostrando que nila voz del Occidente (colonialismo) ni las voces de los nativos pueden ser relxesentadascomo monolticas, localizadas regionalmente o como sistemas estables de sentido.Esta corriente de la antropologa se entrecruza tambin con una conciencia altamentepolitizada del contexto local e intemacional en el cual se realiza el fabajo de campo;una toma de conciencia paralela a la designacin del cann literaio basado en lascondiciones polticas que prevalecen en la metrpolis. El ms reciente volumen deGeorge Stocking sobre la historia de la antropologa, Colonial Situations, recopilaalgunas de las ms importantes reinterpretaciones actualizadas del contexo polticoimperial de las tempranas etnografas del siglo XX.l9 Uno de estos estudios esUnfinished Conversations de Paul Sullivan, que es una revaloracin crca del contextopoltico de las excavaciones arqueolgicas y trabajo etnogrfico sobre los mayas enlos aos treinta. El autor describe cmo Sylvanus Morley, uno de los primerosarquelogos que nabajaron en las ruinas mayas de Chichen Itz, llev a cabo unreconocimiento en tiempos de guerra para la inteligencia naval norteamericana al mismotiempo que trabajaba como antroplogo. Cuando Franz Boas conden el uso quehaca Morley de la antropologa, no fue Morley sino Boas quien fue censurado por latt Mlripl"r ejemplos de estas etnografas pueden verse en Anlhropology as Cultural Critiquz de Marcusand Fisher.It Orin Sram,'Missing rhe Revolurion: Anthropologisrs and the New Warin Peru" Cultural Anthropology6 (1991):63-91.re George Srocking Colonial Stuations,vol. T de la serie Historia de la antropologa (Madison: Univenityof Wincorsin Press, 1991). Un trabajo anlerior es la coleccin de Tall Assad Anllvopology and the

    ColonialEncounfer (New York: llumanities Press, 1973).l6

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    Asociacin Americana de Annopologa (pp. 131-36). Con la llegada de la SegundaGuerra Mundial y la creciente tensin entre los oficiales mexicanos y los jefe mayassobre la reforma agraria, Morley y su colaborador instutucional, la Institucin Carnegie,se retiraon de Chichen ltz Gtp.152-53).Sullivan explica los mayas con el argumento que Michael Herzfeld ya habadesarrollado complelamente en Anthropology through the Looking Glass: CriticalEtnography in the Margins of Europe.z0 Hetz feld sostena que la visin occidental deGrecia haba sido moldeada por una especie de orientalismo cuya focalizacin sobrelas ruinas antiguas, tles como el Pafenn, haba oscurecido la situacin poltica delos griegos contemporneos. Interesados en crear un pasado mtico, los occidentaleshaban ignorado o desatendido el presente. Tendencias similares se pusieron en prcticapara recuperar los lugares arquelgicos en la pennsula maya. El diecor del planarqueolgico para desentena Chichen Itz lo describi en los aos treinta como unproyecto esttico para restaurar la belleza de los edificios originales, pero dejndolosparcialmente en ruinas como para hacer patente la distancia temporal entre el presentey el pasado (p. 83). El efecto de semiterminado recordara a los visitantes que deberiansimpatizar ms con el pasado remoto que con los descendientes contemporneos,haciendo as de las ruinas un monumento de exotismo orientalista.Una segunda consecuencia de esta tendencia orientalizante fue la eliminacinconsciente o inconsciente de las referencias a los conflictos polticos contemporneosde los estudios arqueolgicos y etnogficos. Sullivan recuerda las conocidas crticasbasadas estrictamente en los estudios comunitaios, como aquellos de RobertRedfieldcuando comenta que estas comunidades mayas " no enm las encapsuladas clulassociales , pequeas, homogneas, llenas de sentido, imperturbables y orientadas haciala familia pertenecientes a un pasado humano mis placentero que Redheld imagin ...sino los descendientes desheredados de los imperios coloniales y los rabajadores amedio empo en la economa capitalista mundial" (p.158). Para ser ms precisos,estas comunidades estaban enfrascadas en una batalla militar continua porindependizarse del gobierno central de la ciudad de Mxico.Los antroplogos y arquelogos que trabajaron en laregin durante los aos treintaomitieron cualquier referencia a la demanda de armas por parte de los lderes mayas acambio del acceso de los lugares arqueolgicos sagrados. Sullivan describe cmo Morleylleg a Yucatiin durante la rebelin maya cona el dominio del gobierno nacional. Eltraductor local que ley la primera carta del comandante rebelde maya que conEolabaun lugar clave tradujo el reclamo de armas del rebelde en una comunicacin escritaLa segunda carta pidiendo armas fue raducida como una solicitud con una categora20 Michael Herdeld, Anthropology tlvough the Looking Class: Critical Etnography ia ttu Marghs ofEurope. (Cambridge Univenity Press, 1987).

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    mucho ms vaga, "contrabando". Ia peticin posterior de armameno se convifi enel continuo tema de las comunicaciones enEe mays y antroplogos. Ya en 1971 se lespidi a los exploradores que buscaban manuscrifros "antiguos" que proveyeran armas acambio de la observacin de viejos bros (p.194). Desafornrnadamente Sullivan noexplor la dinmica poltica de la mala traduccin, limitndose a una explicacinmecnica de cmo la mala traduccin se entendi como "ignorancia recproca" (1l l).Otos dos antroplogos que trabajaron en la regin, Robert Redfield y su asistentedecampoAlfonso Villa, tmbin se abstuvieron en sus etnografas de cualquier mencina las demandas mayas de armas y omitieron cualquier descripcin del conflico polticoque ocurra alrededor de su sitio de fabajo. Dijeron simplemente que los mayas queranarmas, y que los anoplogos deseaban que los mayas escribieran autobio$rafas (p.75).Mientras que Redfield y Morley elaboraban el presente etnogrfico para idializalo,el propio Sullivan romantiz el pasado, presentando relaos nostlgicos acerca del felizperodo anterior al acuerdo de las relaciones enBe los anroplogos y los informantesnativos (p'p. 172-78, I97 -W).Morley (quien aparentemente no aprendi la lengua maya)necesit de un Eaductor ste ltimo aadujo los "deseos" y "requerimientos" deMorley con una palabra maya yucateca que significaba "anhelo", la cual tieneconnotaciones sexuales (p.110). Aunque probablemente Morley no estaba conscientede las connotaciones sexuales de la raduccin maya, los lderes mayas, tratando deinfluir en el nimo de los antroplogos, emplearon la retrica del sentimieno y delamor (p.ll8). Sullivan describi los modernos nexos monetarios entre el rabajo decampo y los informantes (pago previo por entrevistas, salario por historia o por hora),lo que ha llevado a que los mayas tengan una nueva conciencia de su presencia en lasetnografias extranjeras, por ende, el cambio de la retrica del sentimieno por elmejor comprador exranjero de sus hisorias (pp. 197-99).Historia

    En el campo de la historia, el discurso colonial y posrcolonial ha sido inspirado porun grupo de hisoriadores del este de la India que escriben puaSubaltern Studies,wapuUlicciOn fundada y editada desde hace siete aos por Ranajit Guha.2l A medidaque esta nueva propuesta se expanda hacia otras disciplinas, surgieron nuevosproblemas con el enfoque de Said sobre el discurso colonial. Said haba afirmado msque demostrado que exista un mecanismo por el cual el saber sobre otra cultura se2r Sufultcrn Stuies I,editada por Ranajit Guha @elhi:Oxford Univenity Prcss. 1982). Et iimo volumeabajolaedicinde SuhkerStudisyI(1989I Vertmbinmirevisi&rsob'reelimpactoposlestrucalist

    ob're l hisori del Tercer Mundo 'Postestructualism in Postcolonil History" ptximo a pubcarse caT u M aryland H ist or ian.l8

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    raducaen ejercicio de poder sobre ella-z El grupo que lideriza los estudios subalternos,por el conrario, ha producido una variedad de anlisis que especifican para la India losmecanismos mediante los cuales las prcticas retricas inglesas, incluyendo la reescrituadel pasado hind, fueron implementadas en el sistema legal y poltico colonial hind.23An ms signilicativo para este campo ha sido la crrica de los estudios subalternoshacia la retrica y prccas de los movimientos nacionalistas de independencia.2aEmpezando con la obra pionera de Guha Elemcntary Aspects of Peasant Insurgency(1983), los miembros del movimiento de estudios subalternos han liderizado elmovimiento del discurso postcolonial.2sEntre los historiadores de Africa y Lanoamrica, el discurso colonial y postcolonialha generado una serie de recientes alculos y ponencias, pero no odava libros. Loshistoriadores africanos han reevaluado el lenguaje de la salud y el traoajo en ladocumentacin colonial y han generado una interesante discusin de la lucha polticasobre la construccin del pasado y la escritura de la historia en los estadosposrcoloniales.26 Los historiadores latinoamericanos han desarollado recientementedos lneas de trabajo: el reexamen de los desvos retricos y conceptuales (incluyendoel orientalismo) de las crnicas de viaje erropeas y americanas sobre Latinoamnca,yla revaloracin de los conceptos coloniales y postcoloniales de orden.272 L confusin entre las prcticas rerarias y sociales de poder es comrn para muchos postestructuralistas,ente ellos Derrida en su captulo de "Violence of he lue/' en Of Granututology. Yer ambin loscoriceptossimilaresenJacquesLcanen Ecits:ASeleclion,traducidoporAlanSheridan(NewYort:Nortor, 1977) y arn *I, Piere Rivre'de Michel Foucau, traducido porFrank Jellinek (Lincoln: Univeniryof Nebraska Press, 1982).23 Ver Ranajit G'sha,A Rule of Property for Bengal (DeJhi: Orient l.ongnran, 1981) y su recieile e influyenteardculo "Dominance without Hegemony" en Sualtern StudiesYl (New York: Oxford Univenity Press,1989). Los crticos literarios Homi Bhabha y Gayatri Spivak tambin comparten un inters en lrepresentacin (y cornprensin) de la voz del otro en la escritura hisrrica acerca de la India durante elperodo del dominio britnico as como tambin la meta comn de rcinterpretar esa historia a l luz delpostestructuralismo contemporneo. Bhabha es panidario de [can, Derrida, Foucult y Freud (ncluyendoel discuno del psicoansis), Spivak favorcce primordialmente la deconstruccin derrideana.2'VerRajanitGuha'TheProseof Counter-Insurgency"en Selectedsubalternsttdes,editadoporGuhayGaytari Spivak (New Yo*: Oxford University Press, 1988); l biografa de Maharma Ghandi por Guhaprxima a editarse; y Partha Chaterjee, NationlismThought at the Colonial lllorld:(London: Zed,1e86).t El*-i*rodeesracoleccinfueinspiradopor laobrdeGuhaE/ttunlaryAspectsofPeasatlnsurgency(Delhi: Oxford Univenity Press, 1983). Otros libros postcoloniales incluyenNationandNarration,etzdopor Hcni Bhabha y Gayatri Spivak, Th PosrColonial Critic, ediudo por Sarah Harasym (I-ondon:

    Routledge, 1990).t Frcd".i"k Cocper, 'From Free Labor to Family Allowances: Labor ad African Society in CotonilDiscourse", r{nrarican Etnologbt 16 l.{e 4 (1989):745{5; Randall Packad "'The Healthy Reserve' ande 'Drcssed Native': Discourses or Black Health and the l:nguage of Legitimation in Sorth Africa",

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    Los latinoamericanistas estn tambin interesados en otra esfera histricasignificativa para los discursos coloniales y postcolonialgs, esto es, la revisin de lahistoria de las Filipinas llevada a cabo por un grupo de graduados del Ateneo de laUniversidad Jcsuiu de Manila, entre quicncs se encuentfan Reynaldo Ileto y VicenteRafael. Sus libros, que aqu revisamos, dcmuestran las disntas aproximaciones de laindependencia y del colonialismo espaol.El libro de Vicente Rafacl, Contracting Colonialism: Translation and ChristianCo nversio n in Tagal o g So c ie ry unde r E ar ly Spanish Rule, exarnina dieciocho gramricascoloniales de los tagalog, confcsiones y catecismos escritos principalmente por losmisioneros espaoles de los siglos XVII y XVIII. Tiene el propsito de contrastar lamanera en la que los cspaoles impusieron la religin con las formas cmo la sociedadragalog se apropi de ella. Rafael cxamina la taduccin de los conceptos lingsticosy religiosos, y comienza observando que la Eaduccin significaba "conversin". Elcompara las gramcas de base latina que los espaoles escribieron para aprender eltagalog con un libro de instruccin dcl siglo XVII hecho por un fagalog para ensear elcistellano. El autor tagalog soslaya lar categoras gramaticales castellnas (sustantivos,pronombrcs, verbos) para privilegiar la naracin como primer paso en el aprendizajede un idioma. En vez de conjugar los verbos, l entiende las formas verbales espaolascomo la intencin dc un hablante ragalog de dccir "nosotros" o "ella"' El rando deinstruccin tagalog a veces subordina la traduccin exacta dcl significado de las palabrascastellanas al ritmo del tagalog (p.62).

    Rafael describe la apropiacin tagalog del discuso espaol como una manera de"pescar", tomando prestada esta analoga de una novcla popular dcl siglo XIX. Loshablantes navos dcl tagalog tomaron las palabras espaolas no traducidas como"Cristo", "Dios" e "Iglesia", no como trminos sagrados, sino como irrupcionesintraduciblcs dentro de su propio discuso (p.ll5). Estas palabras extranjeras fueronAnerican Etnolo,grst 16 Ne 4 (1989): 86-703; John Lonsdale, 'African Pasrs in Africa'sFuture" ,CanadanJowrwl ofAfrican StudieslRevu Canadienne des Etudes Afrcaincs23 (1 989):126-46;Preben Kaarsholm,"The Past as Barrlefield in Rhodesia and Zmbabwe:The Struggle of Competing Nationasms over Historyfrom Colonizarion to lndependence",Culture and Il'story (1989):85-10 y Fritz W. Krammer' 'TheOthemess of the Europcan",Cultwe and IIstory 6 (1989'):107-23." Grun parre de esta obra puede ser encontrada en artculos, ponencias y tesis no pubcadas. Ver, porejemplo, PeterMason, "Porrrayal and Betrayal: The Colonial Caze in Sevenleeth-Century Braz'i",Cultureand II istory 6 (1959):31 -62. Ver rambin Wilam Taylor, "Mexico as Orient: Introduction to a History ofAmerican and British Represenlations s.ince 1921" y Ricardo Salvatore "Yankee Merchmts Narrtives:Visions of Social Order in l-an America and the U.S., I 800- I 870", trabajos ledos en las conferencias dela Asociacin de Esrudios ltinoamericanos, 4-, Abril 1991, Crystal City, Virginia. Tambin AlexandraDavid, "The Quesr for Pub[c Order", trabajo ledo en la rernin de la Asociacin Histrica Suroccidenul,28-3l,mazn 1989, Fort Worrh; y Pamela Voekel, "Forging the Public: Bourbon Social Engineering inIte Colonial Mexico" tesis M.A. Universidad de Texas en Austin.

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    "pescadas" dcl discurso espaol para producir una cadena de asociaciones eintcrprctacioncs no rclacionada con la consruccin espaola de la relacin de laspalabras con su refcrcnte. El uso de conccptos no taducidos por parte de los espaolesles serva a los hablurtes dcl ragalog para justifica la retencin de palabras que nopodan ser taducidas cxaclamcnte al castellano (pp. lll-15).Al taducir las palabras necesarias para explicar los ritos crisanos, los misionerosespaoles usaron palabras dcl tagalog que acarreaban consigo otras connotaciones,permitiendo otros significados distintos a los que queran los misioneros. Por ejemplo,la Hostia (vico) dada en cl sacramento de la extrcmauncin se transform en tagalogen la comida que uno toma para un largo viaje, un conccpto que concuerda con la ideade la expericncia del mundo cspiritual (p.l l8). El vocabulaio usado para la confesincrc un especro an ms amplio de posibilidades intcrpretavas. Los misionerosespaolcs se qucjaban de que las confesiones de los tagalog tendan a convertirse endiscursos labernticos sobre una vuicdad de temas inconexos en vez de una respuestadirecta a las prcguntas dcscadas por el misioncro. Rafael sosene que esta frustracinexprcsada por los misioneros espaoles con respecto a su incapacidad para controlar eldilogo confesional sc produjo como resuhado del uso de la frase "uteng na lob"para describir la dcuda dcl hombre con Dios. Esta frase se emplea para pedir perdn,pcro tambin significa pcdir rcbaja, discuti precios y ser evasivo. Rafael sugiere quedcbido a quc los misioncros usaron la palabra urgalog para pedir perdn dentro delconccpto de " utang na lob" , los ugalog entendicron la confesin como un modo deregatcar ante cl saccrdof.e con respccto a la dcuda que ellos tenan con una autoridadms alta. Esta perspccva llcv a una espccie de discurso laberntico del que losmisioneros se qucjaban sin comprcnder (pp.132-22).Los misioncros entendieron la falta de comprensin de los requisitos para laconfesin por parte de los nativos como cvidencia de su falta de inteligencia, suinfantilidad o una aprchcnsin insuficicnte de la sutileza docrinal (p.87). Rafael sugiere,sin embargo, que los ragalog tenan su propia forma de apropiacin de los signoscristianos. El carcter polismico dcl lenguaje scalado por los postestructurastas Qacapacidad de las pzrlabras pafiI tener simultneamente ms de un significado ) permiteen este caso a la socicdad tagalog apropiarse del discurso religioso espaol de formadistinta a aqucllas que los conquistadorcs pretcndan.La obra de Reynaldo lleto Pasyon and Revolution: Popular Movements inPhilippines 1840-1910, nos da tambin un lcido ejemplo acerca de la plascidad dellenguaje. La preocupacin bsica de Ileto es entender cules fueron las categoras desentido propias de los campesinos tagalog de los siglos XIX y XX y cmo ellasconfiguraron las percepciones tagalog de indcpendencia y su participacin en la luchaanticolonial. Esta aproximacin lo llev a usa los materiales tagalog en vez de lasfuentes tradicionales en idioma espaol y en ingls. El uso que l hace de un vocabulario

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    no colonial refleja su sensibidad por la forma cmo el lenguaje acarrea la historiasemntica e interpretativa de sus hablantes y cmo adems construye una manera derelacionase con el mundo diferente de la que proporcionaban los lenguajes coloniales,hubiese sido el espaol o el ingls.Para expcar la enorme popularidad de los movimienf,os nacionalistas de los siglosXIX y XX, Ileto muestra la experiencia de los campesinos hablantes de tagalog sobrede las representaciones damticas de la Semara Santa, denominadas I Pasin deCristo (representaciones recitadas aprendidas de memoria y repetidas durante todo elao), modelaron su comprensin de la lucha anticolonial. A pesar de que loscolonizadores espaoles usaron la obra para inculcar la lealtad a Espaa y a la iglesiacatlica, la sociedad filipina trgalog encontr'en la versin popular de la obra de lapasin el lenguaje para articular sus propios valores e ideales: para expresar sus protestascontra los opresivos convenlos de frailes y conEa los agentes del estado y para demosfar

    el derazgo de un Cristo pobre e iletrado, de origen humilde cuyos soldados son, enpalabras de la obra, "la gente pobre y humilde sin valor en la tierra" (p.23). Lapopularidad masiva del movimiento independensta entrc los campesinos ragalog tuvosus orgenes en las ideas de nacionalismo e independencia expresadas en el ioma dela Pasin.Ileto seala adems que el momiento independentista no fue comenzado por laseducadas y occidentalizadas lites, sino que surgi de una sociedad secrcta tagalogfundada por un empleado autodidacta perteneciente a la clase media baja llamadoAnds Bonifacio. En su manifiesto, que circul ampliamente, usaba un lenguaje similaral que caracterizaala representacin de la Pasin en Semana Santa al describirlaocupacin espaola de las Filipinas (pp.103-9). Por ejemplo, un poema tagalog delhermano Bonifacio, yuxtapone el doloroso discuso que tiene un muchacho al separarsede su familia con el dilogo de la Pasin enre Cristo y la Virgen para hablar de laindependencia de las Filipinas de Espafla @p. 128-30). Eventualmente, Bonifacio fuecapturado y ejecutado por el lder de una faccin independensta rival, pero el lenguajede la independencia-Pasin sobrevivi a aquellos que lo crearon (pp. 138-39).Ileto muestra tambin cmo la instucin religiosa espaflola de la hermandad 0acofrada) con sus ritos iniciticos y su nfasis en la oracin se convirti en el modelopwa organizar los movimientos nacionalistas populares contestafarios, primero deldominio espaol, y despus del norteamericano. Los himnos y oraciones de estascofradas, conocidas despus como hermandades o Kapunan, revelan una visin delmundo dominado por las ideas de ransformacin , contol dellob (corazones o almas)y valor para enfrentar el sufrimiento. Su meca fue ms terrenal que del parasoulEaterreno; ella traeria el fin de toda clase de opresin mundana, incluyendo losimpuestos y el trabajo forzado.l creencia en estos objevos como la verdadera meta de la independencia llev a22

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    la resistencia continua de los campesinos tagalog ante la ocupacin norteamericana enel sudeste de Luzn. Los lderes filipinos hispanizados que colaboraban con los EstadosUnidos tenfun muy poco inters en la solidaridad social y la movilizacin masiva, queeran los ideales del movimiento independentista Katipunan (hermandad), y estabanms preocupados por la captura de fuerza laboral. De este modo, la resistencia aldominio norteamericano fue iniciada y dirigrda por individuos de estrato social bajo ycon una educacin mnima, que crcyeron en el sistema de organizacin social Katipunancomo la esencia de la madre patria (pp. 215-16). Macario Sakay, lder de uno de estosmovimientos, describi estos filipinos opulenlos como personas motivadas por el amora la riqueza, el conocimiento y el poder, y carentes de compasin por otros cenfndoseen la dinmica emocional de la obra de la Pasin. Sus corazones (lob) eran duros,una alusin a la dureza del corazn de Judas en la conocida obra(p.222). Los crticosque han etiquetado las revueltas de 1902 como "bandolerismo" o fanatismo religiosono les otorgan cdito a estos grupos como portadores de una visin poltica diferenteacerca de lo que significaba el movimienfo de emancipacin (pp. 225,227). Sakay fueeventualmente forzado a rendirse con la promesa de que no se le hara dao. Fuesumariamente juzgado y ejecutado. Los lderes "nacionalistas" de la asamblea 1907fueron entonces elegidos por el mismo 3 porciento que representaba la lite nativa(p.244). Pasyon and Revolutonilttstra cmo las comunidades campesinas se apropiaronde los textos religiosos e instuciones espaolas para dar forma a un modo decomprensin y de accin que era to[ahente distino de aquel que ss proponan lasautoridades coloniales. El libro se distancia de la comprensin comn del nacionalismofilipino como la mano de obra de la clase alta nativa hispanizada, argumentando, por elcontrario, que este grupo etesco silenci las voces campesinas para preservar la imagende unidad nacional contra el dominio colonial. Los estudios sobre el discursopostcolonial, tales como el de Ileto, van ms all de la propuesta de Said acerca de"dejar hablar al riativo", para llegar a un examen crtico de la poltica interna delanticolonialismo.

    Ia perspectiva crtica de Ileo sobre los movimientos nacionalistas es compartidapor los estudios acadmicos de Africa y del Sur de Asia. Estas obras focalizancrticamente las prcticas retricas y polticas de conocidos lderes nacionalistas comoMahatma Gandhi, Jawaharal Nehru y Jomo Keniatta.2s Examinan cmo, en oposicinal dominio colonial, los lderes nacionalistas han inventado algo llamado como a"sociedad tadicional" a avs de sus prcticas de renombrar pueblos, villas y pasescreando nuevos rituales y ceremonias pblicas. Estas instituciones nacionalessupuestiamente autnticas, fueron, sin embargo, pastiches no reconocidos de elementoscoloniales e indgenas remodelados con propsitos polticos . De este modo,los lderes2t Ver noas 22,24,26 y 26.

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    nacionalists han rcclamado la autcnticidad de "hablar como nativo" o "habla desdeabajo" parajustificar sus propias posturas polticas que son generalmente excluyentes.Lo que los lderes nacionalistas excluyen sistcmticamente (tanto en el terreno polticocomo en el intclectual) es de un intcrs considcrable para estos crticos, tenicndomuchos de ellos que elaborar sus crticas dcsde el exilio polco.Las crticas de la construccin retrica y poltica de las comunidades indgenas enla era postcolonial hechas por los antroplogos lanomericanistas estn aticuladas aestas crticas postcoloniales sudasiticas y africanas. Michel Taussig, por ejemplo,deconstruye la conocida mitologa occidcntl acerca del shamanismo indgena y lasanacin mostrndolo no como un discurso indgcna "autntico", sino como unoelaborado como reaccin al colonialismo. La antroploga brasilea Alcida Ramosrevisa crcamente las cslratcgias rctricu cmplcadas por los paicipantes del debatebrasileo sobre el estado de los indios dcl Amazonas. Muesta cmo los lderesindrgenas, los antroplogos (naLivos y cxtranjcros) y los polcos brasileos, construyencada uno una retrica y una semiologa de la idcntidad "indgcna" cn una lucha por lainfluencia poltica que algunas veces no se anicula con las mismas comunidades.29 Deeste modo, la frontcra entc cl discuso colonial y cl postcolonial no est siempre biendefinida. 1-anto Taussig como Ramos analizan las dimcnsiones coloniales del discunopoltico en la cra postcolonial.Gran parte de la escritura de anroplogos, historiadores y crcos literarios, a quienesse ha agrupado bajo cl nombre de "Gcnte del Tcrcer Mundo", adopun una postua quedefiende a aquellos con quienes han estado estudiando y trabajando. Por lo tanfo, sonreacios a critica las formas posndepcndcnstas dcl nacionalismo. La aprehensindel pasado colonial propio a travs dcl discurso colonial ha dcmostrado ser mssimpca para muchos acadmicos nacidos y cducados cn Occidente. En consccuencia,las crticas al discurso nacionalista postcolonial han sido desarrolladas principalmentepor acadmicos nacidos en la India, Filipinm y Africa. Slo recientemenl.e algunas deestas crticas han sido publicadas por acadmicos dcl Primcr Mundo y ellos tienden atratar los discursos occidcntrlcs accrca de los cstados postcolonialcs.30 Los primcrostericos en el campo del discurso colonial -Said, Spivak y Bhabha- enen unaposicin ambivalente ente cl Primero y el Tercer Mundo: nacidos y educados enlugares como Palestina y Bengala, han hccho sin embargo sus logros acadmicos enoccidente. Hablan desde el Occidcnte, pero no son de 1. No obstante, en virtud de sut' Alcidu Ramos. "Ind.ian voices: Conuct Experienced and Expressed," en Rethinking History and Myth:Indigenous Perspectives on th Past, editado por Jonathan Ilill, 214-34 (Urbana: University of IllinoisPress, 1988); y Ramos, "Indigenismo de Resultados" RevistaTempo Brasileiro,ne 100 (1990): 133-50.r Prcbcn Kaarsh,;lm, "'lhe Past as Battlefield", Culture and tlbrory 6 (1989):85-106; and Nancy Vogeley"Coloni Discourse in a Postcolonial Context: Ninereenth Century Mexico" trabajo presentado en elencuentro de la Asociacin de Estudios Latinoamericanos. Miami, 4-6 Dec. 1989. Ver umbin nota 28.

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    reputacin y larga rcsidencia en Occidcnte no pertenecen ms al Oriente. De estemodo, su contribucin a la configuracin dcl campo ha surgido dentro del mismocontexto de la internacionalizacin que ellos intenLan estudiar.La atraccin del postestructuralismo occidental para aquellos del Tercer Mundo ypara aquellos que se encucntran en la fronf.era enlre el primero y el Tercer Mundo no hasido el sttus dcl que gozan en Occidcnte, como muchos pudieran suponer. Ms biensu internacionalizacin proviene de la apropiacin y manipulacin de sus ideas por lascomunidades textuales fuera de Occidente, comunidades que han enconado en suatque al humanismo tradicional y al reconocimiento de la plasticidad de las poderosasresonancias dcl lenguaje con las crticas que ya han sido desarrolladas en sus propioscontextos polticos y culturales.Conclusin

    El movimicnto intcrdisciplinrio asociado con el discurso colonial y postcolonialesui teniendo un impacto significativo sobre un gran nmero de disciplinas acadmicasoccidentales con las cualcs comparte las crticas postestructuralistas del lenguaje. Elmovimiento comparte un inters comn ya sea sobre el lenguaje poltico o sobre loscontextos polticos del lenguaje litcruio con estos otros dos campos, el nuevOhistoricismo literario y la tcora poltica. La miis angua de estas corrientes (que datade 1980) es el "nucvo historicismo litcrario", un esfuerzo para moldear el estudio dellcnguaje dento de la literatua cannica inglcsa (Shakespeare, Marlowe, Johnson) enla selecta cultura poltica isabclina.3l El discurso colonial ^)rnparte con el nuevohistoricismo litcreio el intcrs en subsumir una cantidad mr)'ur de discusos bajo ladcnominacin de lcnguaje polco, por cjemplo, opsculos rclgiosos, tratados polticosy an corrcspondcncia ordinaria. Los dos campos comparten fambin el inters por" El trino nuvt hi:toricuna fue primcro aplicado al movimiento de los aos cincuenu y sesenta que

    buscaba wrir la hisroria litcraria y la crca literaria dentro de una disciplina convencionalmente definidde la literatura. Vcr Wesley Morns,Toward a New Histoticbm (Princeton, N.J.: Princeton UniversityPrcss, 1972) 14-78, y Roy Ilarvey Pearce, /y''tstoricsm Once More (Princeron N.J.: Princeton UnivenityPress, 1969),6-63. I ms recienre popularidad del trmino se atribuye generalmente a la intoduccirde Srcphen Greenbla a la coleccin Power au1the Power of Forms inthe Reinaissance (Norman Univenityof Oklahoma Press, 1982). Su ensayo critica el historicismo temprano por no percibir el rcxto en lacompleja articulacin con la cultura que lo produjo. Para otras proPuestas programticas del nuevohisroricismo, ver Jonathan Dollim

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    los discursos coloniales con dos de los primeros ensayos de mayor influencia quesobre el tema colonial se hayan escritol2 pero ellos difieren en sus objevos ltimos.El nuevo historicismo literario se preocupa en ltima instancia por el cann literario,mientras que los escritores del discuso colonial buscan la comprensin de la dinmicade la situacin colonial.El fenmeno concomitante que surge es el estudio del uso del lenguaje en la cienciapoltica. Aqu la mayor atencin se dirige a un canpo que puede considerane como elsucesor del siglo veinte del discurso colonial, es decir, las relaciones internacionales.Pero la discusin sobre el uso del lenguaje en las relaciones internacionalescontemporneas difiere considerablemente, cenEiindose en aspectos tales como ellenguaje usado en las discusiones sobre la guerra nuclear, un scurso idealmentepropicio para el anlisis postestruturalista en el sentido de que no tiene un referente"verdaderamente real". 33

    Lo que distingue el anlsis del discurso colonial y postcolonial de estas discusionesemergentes en la ciencia poltica es el de focazar una cicunstancia hisrica diferente,la de la autoridad imperial y sus consecuencias, las situaciones "coloniales" y"postcoloniales". Otra cosa que tambin separa el campo del discurso colonial de lasoFas dos crcas postestructuralisras del lenguaje poltico es la necesidad de considerarlas perspectivas de los diferentes lenguajes y culturas. De esta manera, las propuestasde traduccin y/e (in)comprensiones por el cruce cultual compcan los problemasgenerales de la transparencia ngtstica, otorgndole a la antropologa cultural unlugar ms cenFal en este campo interdisciplinario. El aspecto del cruce cultural esin ttu English Renabsance @erkeley and ls Angeles Univenity of Cafomia Press, 1975); StevenMullanery "srrange Things, Gross Terms , Cuious Customs: The Reheanal of Cultures in he LateRenaissance," R epresenlatiors I (1983):40-67; Jonathan Goldbeqg , Jarns I a the P olitics of Leratw'e:lohnson, Slnkespeare, Dotne, atd Their Contemporaries (Baltinore, Md.: Jolttts Hopkint UniversityPress, 1983); aGreenblat,'Krnglarand Harsne$'s Devil's Ficcior," anForms andPower, y Greenblat,Renaissance Self Fashioning: FromMore to Slwkespeare (Ctricagotr: Univenity of Chicago Press, 1980).Un esfuero recient*: por ampar las aproximaciones al discurso colc'rial que se basan en los principiosdel nuevo historicismo es Macropoltics of Nineteenlh-Centur Lilerature :Natbnlbm, Exotism,Imperialbm, editado por Jonathan Azac y Harriet Ritro (Philadelphia: Univenity of Pensylvania Press.l99l).t Ver Mullaney "strange Things"; y Greenblatt, "lnvisible Bullets: Renaissarce Authority and itsSubversion,Henry IV and Henry V", er Dollimore and Sinfield, Poliical Slakspeare ,1841.33J. Fisher Salqn on. Dbcourse and Reference in tlw Nuclear Aga (Norman: Univenity of Oklahoma Press,1988), Wiiam E. Connolly, editor del peridico PolircalTheory from 1984 to 1990; Michael J. ShapiroThe Potitics of Representation: Writing Practices n Biography, PhotograPhy, at Policy Analysis(Madison: Univenity of Wincqsin Press, 1988)t y Shapiro, Language ard Political Understanding:Ttt Politics of Dbcourse Pract'rces (New Haven, Coon., Yale Univenity Press, l98l). Una bueracoleccin de pubcaciqtes recientes en esta materia es Inlertulionalllntertextul Relatons: PoslnodcrmReading ofWorldPolitics, editado porJames DerDeriany Mictraell. Shapiro (-exingon Mass.: l,exingtonBooks. 1989)

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    tambin el rasgo ms relevante de las crticas del lenguaje colonial y postcolonial.34Mientras que se di-fiere en el nfasis en las distintas discipnas, esta focalizacin en ellenguaje, que ha sido usada, para la representacin de otros pueblos en el contextopoltico del colonialismo y el postcolonialismo, ha producido fuertes crticas en lasiorr* en las cuales el poder poltico se ha constituido y mantenido sobre los "otros".Lo que todas estas obras hacen en distinta medida es cumplir con una de las funcionesde la crtica: afirmar una idea acecade las disciplinas humansticas -historia, crticaliteraria, antropologa cultural- como algo ms que un conocimieno decorativo, esdecir, un conocimiento crtico de las relaciones de autoridad dentro de una sociedad-La meta de esta crtica en cada una de estas sciplinas es diferente: relacioneseconmicas de autoridad, relaciones culturales de auOridad (el canon), relacionespolticas convencionales de autoridad. Pero se mantiene el objetivo bsico de la crtica-las relaciones de autoridad en los estados coloniales y postcoloniales- y es de estemodo como puede llevarse a cabo una empresa de crtica cultural en la era postcolonial.Algunas disciplinas, tales como la antropologa y la crtica literaia, estn msinctinadas a llevar a cabo una auto-crtica de las agendas polticas de su propia discipnaLos crticos liteftrios atacan Ia idea y la pncca del canon, mientras que los anroplogostienden a considera la posicin de los nabajadores de campo con respecto a los sujetosnativos. De los invesgadores de estas tres disciplinas, son los historiadores los quehan estado relavamente ms reacios a considera cualquier forma de reflexin oauto-reflexin crca de sus prcticas'Tanto los movimienos del discurso colonial como del postcolonial significan unrenacimiento de la poltica y su regreso al centro del debate intelectual despus dedcadas de haber sido relegada a una posicin secundaria en estas esferaspredominantement sociales y culturales de la hismria, de la antropologa y de la teoraliteraria. Sin embargo, este reciente corpus de trabajo, no significa el regreso a laspropuestas polticas en historia, teora literaria o antropologa cultural que prevelecierondurante la poca de los cincuenta. Ms bien, el renacimiento del inters por la polcaque ha permeado estas tres disciplinas estil ocurriendo en un contexto histrico diferente,y consecuentemente tiene una inflexin intelectual diferente. La preocupacin por "lasvoces que provienen de abajo", un legado de la historia social y de la antropologainterprefava de los aos sesenta y setenta, an persiste. Pero la preocupacin por ellenguaje y la rerica, la ca y las esfategias para representar a los otros anopolgicos,a .a influencia de la antropologa en el nuevo historicismo se puede ver er luis Montrose, 'The Purposeof Playing: Reflecfions qr a Shakespearean Anrhropology", Htios 7 (1980): 51-74. Para una crtica dela anrropologa rerria en el estilo antropolgico, ver Aijaz Ahman, 'Jameson's Reoric of Othemessand e 'Narisal Allegory'," Socl T:rs Ne 17 (1987):3:27 . Para una cica a los tericos literarios quc

    no han incorporados tales perspectivas ver Richad Roth'The Colonial Experience and Its PostmodemFar'. Salntagundi, n'Q 85 (1989):248-5.27

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    o aquellos que representan histricamente a los oEos de culturas remotas, son cuestionescruciales y sin precedentes con los cuales debe luchar este nuevo Fabajo. No repemosel pasado, como reclamaba Santayana, slo lo reinventamos continuamente.3s(Traducin del ingls: Victoria Femndez)

    5 l, id"" de que cualquier repeticin no importa cun itlntica sea, siempre conlleva una diferencia que esreconociblemenle postestructuralista. Ver Jacqu es Derida Limited Inc. (Baltimore, Md.: John HopkinsUniversity Press, 1977).28

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    BibliografaColonial Encounters: Europe and the native Caribbean, 1492-1797. PorPeterHulme.Nueva York y Londes: Rougledge Chapman y Hall, 1986.Dscursos narrativos de la conquista: Mitifcacin y emergencia.Por Beariz Pastor.Segunda edicin. Hanover, N.H.: Ediciones del Norte, 1988.Unfinished conversations: Mayas andforeigners Between twoWars.PorPaul Sullivan.NewYork: Knopf, 1989. Bcrkelcy y LosAngelcs: University of CalifomiaPress, 1991,.Contracting Colonialism: Translation and Christian Conversion in Tagalog Societyunder early spanish rule. Por Vicente Rafael. Ithaca, N.Y.: Cornell University hess,1988.Pasyon and revolution: Popular movements in the Philippines,l840-1910. Por ReynaldoIlcto. Quezon City: Atcneo dc Manila University Press, 1979.

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