paul mccartney [playboy interview]

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ENTREVISTA y una entrevista con un ex-beatle y su esposa, en la que nos hablan con gran sinceridad de la ruptura del grupo, de la muerte de lennon, de yoko ano, de su vida, su dinero y su música Erase una vez) allá en los sesentas) una asociación que) además de ser el corazón de un increfble :;onjunto de rack) creó un número inusitado de can- ciones) buenas .y de éxito) en un estalli- do de creatividad pocas veces visto en el mundo de la música moderna. Una asociación formada por dos personas que se amaban y odiaban a un tiempo. Una de las dos) john Lennon) lleva muerta casi cuatro años. La otra) Paul McCartney) !ras toda una vida apare- ciendo en las primeras páginas) sigue siendo un enigma en muchos aspectos) pues siempre fue el Beatle que hablaba más y decía menos. Por eso) cuando la periodista independiente Joan Good· man, que llevaba un año manteniendo periódicas charlas informales con Paul .y su mujer Linda) se ofreció a concre- tarlas en una entrevista para nuestra revista) aceptamos de inmediato. Pero) veamos las breves biografías de nuestros entrevistados: Paul nació el 18 de junio de 1942 y es hyo de un tratante en algodón y una enjermera. Su padre jue un músico afiCionado .y su madre murió cuando él tenía 14 años. A los 1 5 comenzó a escribir can- ciones .y conoció ajohn Lennon) unién- dose al grupo de éste) los Quarrymen) aportando al mismo una cierta técnica) pues el padre de Paulle había enseña- do armonía. Se consideraba que Paul y john eran las dos caras de una misma moneda: john duro y ácido) Paul blan- do .y sentimental. Y si bien Lennon era el líder del grupo que los llevó a la jama) los Beatles) McCartney era la fuerza que lo arrastraba. En 1969) unos días antes de que Lennon se casase con Yoko Ono) McCartney lo hizo con Linda Eastman) una fotógrajo de Nueva York especiali- zada en el rack) que ya tenía una hya) H eather) de un primer y breve matri- monio. Hya de un abogado jamoso (y equivocadamente tomada por una de las herederas de la fortuna de la East- man Kodak)) Linda se convirtió en la fotógrafo de las grandes estrellas del rack. adoptó a Heather) tras lo que la pareja tuvo dos hijas) Mary .y Stella y un hijo) james. Linda cons- tru.yó alrededor de su jamilia una vida «ordinariw») medio rural (tienen gran- des terrenos en Sussex .y Escocia) medio urbana) mantenida por la gran fortu- na del músico. Tras un año de no hacer nada después de la ruptura de los Beatles) McCartney «se dio una bo- fetada a mismo» y formó un nuevo conjunto) los Wings) haciendo con él lo que había querido hacer con los Beatles en el momento de la separación: dar conciertos y hacer giras. A pesar de las quejas de sus colaboradores por el ca- rácter mandón de Paul .y la jalta de experiencia de L inda) el grupo conoció un gran éxito. En estos días) los McCartney vuelven a ocupar las páginas de la prensa por sus apariciones promocionando la pelí- cula Give M y Regards to Broad Street, escrita por Paul y en la que tanto él como su esposa Linda tienen papeles estelares. Y esta es la entrevista que la perio- dista tuvo) en diversas sentadas y luga- res) con un hombre que) habiendo sido un mito en la música moderna) supo remontar su peor momento para volver a encontrar un lugar en el panteón de losjamosos. Aunque sujamilia sabe se- parar al Paul McCartney superstar del Paul McCartney hombre: «En casa) Paul es papu») dice Linda) (pero cuando james lo ve por la tele) dice: está Paul M cCartnei)). "Me hubiera gustado que los Beatles no se hubieran sepa- rado jamás. Yo quería que volviésemos a encontrar nuestra forma, volviésemos a hacer música". "Estaba en un hotel japonés con los niños, sin saber lo que iba a pasar. Estaba tan asustada por Paul, no sabía 1'0 que le podían estar ha- ciendo". "Lo cierto es que jamás me llevé bien con Yoko. Fue John quien se llevó bien con ella. Solo he empezado a co- nocerla tras la muerte de John". "No tenemos todos esos mi- llones que dicen los periódi- cos. Lo mucho que Paul gana es una de las cosas que siempre aparecen en las co- lumnas de chismes". 21

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ENTREVISTA

y una entrevista con un ex-beatle y su esposa, en la que nos hablan con gran sinceridad de la ruptura del grupo, de la muerte de lennon, de yoko ano, de su vida, su dinero y su música

Erase una vez) allá en los sesentas) una asociación que) además de ser el corazón de un increfble :;onjunto de rack) creó un número inusitado de can­ciones) buenas .y de éxito) en un estalli­do de creatividad pocas veces visto en el mundo de la música moderna. Una asociación formada por dos personas que se amaban y odiaban a un tiempo. Una de las dos) john Lennon) lleva muerta casi cuatro años. La otra) Paul McCartney) !ras toda una vida apare­ciendo en las primeras páginas) sigue siendo un enigma en muchos aspectos) pues siempre fue el Beatle que hablaba más y decía menos. Por eso) cuando la periodista independiente Joan Good· man, que llevaba un año manteniendo periódicas charlas informales con Paul .y su mujer Linda) se ofreció a concre­tarlas en una entrevista para nuestra revista) aceptamos de inmediato.

Pero) veamos las breves biografías de nuestros entrevistados: Paul nació el 18 de junio de 1942 y es hyo de un tratante en algodón y una enjermera. Su padre jue un músico afiCionado .y su madre murió cuando él tenía 14 años. A los 1 5 comenzó a escribir can­ciones .y conoció ajohn Lennon) unién-

dose al grupo de éste) los Quarrymen) aportando al mismo una cierta técnica) pues el padre de Paulle había enseña­do armonía. Se consideraba que Paul y john eran las dos caras de una misma moneda: john duro y ácido) Paul blan­do .y sentimental. Y si bien Lennon era el líder del grupo que los llevó a la jama) los Beatles) McCartney era la fuerza que lo arrastraba.

En 1969) unos días antes de que Lennon se casase con Yoko Ono) McCartney lo hizo con Linda Eastman) una fotógrajo de Nueva York especiali­zada en el rack) que ya tenía una hya) H eather) de un primer y breve matri­monio. Hya de un abogado jamoso (y equivocadamente tomada por una de las herederas de la fortuna de la East­man Kodak)) Linda se convirtió en la fotógrafo de las grandes estrellas del rack.

McCartn~y adoptó a Heather) tras lo que la pareja tuvo dos hijas) Mary .y Stella y un hijo) james. Linda cons­tru.yó alrededor de su jamilia una vida «ordinariw») medio rural (tienen gran­des terrenos en Sussex .y Escocia) medio urbana) mantenida por la gran fortu­na del músico. Tras un año de no

hacer nada después de la ruptura de los Beatles) McCartney «se dio una bo­fetada a sí mismo» y formó un nuevo conjunto) los Wings) haciendo con él lo que había querido hacer con los Beatles en el momento de la separación: dar conciertos y hacer giras. A pesar de las quejas de sus colaboradores por el ca­rácter mandón de Paul .y la jalta de experiencia de L inda) el grupo conoció un gran éxito.

En estos días) los McCartney vuelven a ocupar las páginas de la prensa por sus apariciones promocionando la pelí­cula Give M y Regards to Broad Street, escrita por Paul y en la que tanto él como su esposa Linda tienen papeles estelares.

Y esta es la entrevista que la perio­dista tuvo) en diversas sentadas y luga­res) con un hombre que) habiendo sido un mito en la música moderna) supo remontar su peor momento para volver a encontrar un lugar en el panteón de losjamosos. Aunque sujamilia sabe se­parar al Paul McCartney superstar del Paul McCartney hombre: «En casa) Paul es papu») dice Linda) (pero cuando james lo ve por la tele) dice: ~~hí está Paul M cCartnei)).

"Me hubiera gustado que los Beatles no se hubieran sepa­rado jamás. Yo quería que volviésemos a encontrar nuestra forma, volviésemos a hacer música".

"Estaba en un hotel japonés con los niños, sin saber lo que iba a pasar. Estaba tan asustada por Paul, no sabía 1'0 que le podían estar ha­ciendo".

"Lo cierto es que jamás me llevé bien con Yoko. Fue John quien se llevó bien con ella. Solo he empezado a co­nocerla tras la muerte de John".

"No tenemos todos esos mi­llones que dicen los periódi­cos. Lo mucho que Paul gana es una de las cosas que siempre aparecen en las co­lumnas de chismes". 21

t PLAYBOY: Han pasado casi cuatro ¡ años desde que murió John Lennon y !: aún no ha hablado en serio de su re­;:¡ lación con él y de lo que significó su 5111 muerte para usted. ¿Puede hacerlo ya?

PAUL: Es ... es demasiado difícil. .. es di­fícil hablar de eso. Siempre he pensa­do que, si quería decir algo de J ohn, tendría que pasar días hablando de él, y contarlo todo. O no decir nada. LINDA: Opino igual. PAUL: Sé que a George y Ringo les re­sulta imposible hablar de ello. PLAYBOY: ¿Cómo se enteró de la muerte de John? ¿Cuál fue su prime­ra reacción? PAUL: Mi manager me llamó a prime­ra hora de la mañana. Linda había llevado a los niños a la escuela. LINDA: Volví de llevarlos, vi la cara de Paul y ... iuffl, fue horrible ... aún ahora, cuando pienso en ello ... PAUL: Era una locura. Dijimos lo que todo el mundo decía, nos parecía ho­rroroso. Fue como lo de Kennedy. El mismo momento de horror, ya sabe. Uno no puede aceptarlo, al menos yo no pude. Ni puedo. LINDA: A todos nos dejó anonadados para el resto de nuestra vida. Nunca lograremos comprenderlo. PAUL: Vimos las noticias por la tele, sentados con los niños, y nos pasamos toda la tarde llorando. Realmente, no podíamos aceptarlo. LINDA: Aún ahora, nos echamos a llo­rar cuando escuchamos las canciones de John; no podemos evitarlo. Nos ponemos a llorar. No hay palabras .. : creo que voy a echarme a llorar. PLAYBOY: ¿Recuerda su última con­versación con J ohn? . PAUL: Sí, y es reconfortante; es algo que me consuela, porque creo que fue muy triste que nunca nos pusiéra·· mos a charlar seriamente, para arre­glar nuestras diferencias. Pero, afortu­nadamente para mí, la última conver­sación que mantuve con él por teléfo­no fue maravillosa y no tuvimos el menor roce. Y podría muy bien \J.aber sido una de las otras llamadas, cuan­do nos gritábamos el uno al otro y acabábamos por colgar de golpe. PLAYBOY: ¿Recuerda de lo que ha­blaron? PAUL: Fue una conversación muy feliz sobre su familia y la mía. Estaba dis­frutando mucho de la vida. Sean era una gran par.te de ella. Y pensaba en volver a su carrera. Recuerdo que me dijo: «iOh, Dios! Soy como la tía Mimí, trasteando por aquí en mi bata, ali­mentando a los gatos, cocinando y preparando el té. iEsta ama de casa quiere tener una carrera!» Había lle-

22 gado ese momento para él, estaba a

punto de sacar Double Fantasy. PLAYBOY: La impresión general que dio usted en el momento de la muer­te de John, al público, fue de que no le importaba demasiado y vemos que no fue asÍ. ¿Es típico en usted el no mostrar demasiado sus emociones, el guardarlas en su interior? LINDA: Tiene usted razón, él es asÍ. PAUL: Cierto. Mi madre murió cuan­do yo tenía 14 años. Es una edad muy mala para perder a la madre, pues es cuando uno se enfrenta con la pu­bertad ... LINDA: Cuando se están pasando por todos los problemas del crecimiento, ¿cómo puede un nÍllo perder a su ma­dre y seguir adelante? PAUL: No es fácil. Uno est~ empezan­do a ser un hombre, a mostrarse como un macho. En realidad, esta fue una de las cosas que nos unió mucho a J ohn y a mí; él perdió a su madre cuando tenía 1 7 años. La forma en que nos enfrentamos con eso, a aque­lla edad, fue reírnos de la situación ...

liLa última conversación que mantuve con él

fue maravillosa. y podría haber sido

una de las otras, cuando nos

colgábamos".

no en nuestros corazones, pero sí cara afuera. Era un pacto entre nosotros. Cuando alguien preguntaba: «¿y cómo está tu madre?», John contesta­ba: «Murió». Sabíamos que aquella persona se iba a sentir muy molesta y era como gastarle una broma. Al cabo de los años, el dolor fue dismi­nuyendo. Realmente, eso creó un lazo entre nosotros, un lazo muy fuerte, por lo que recuerdo. Luego nos uni­mos profesionalmente y, cuando nos convertimos en un equipo de escrito­res, creo que ayudó a darnos confian­za y a crear una intimidad entre no-: sotros. Lo cierto es que éramos muy buenos compañeros ... hasta que los Beatles empezaron a separarse y llegó Yoko. PLAYBOY: y fue entonces cuando em­pezaron los insultos y las peleas. ¿Cómo se inició todo? ¿Se sintió heri­do por John? PAUL: No se puede llamar herido; fue más bien algo así como unos viejos amigos que se separan cuando uno de ellos se casa. Se había enamorado y

ninguno de nosotros fue lo baStante estúpido como para decirle: «Oh, no deberías estar enamorado de ella». Nos dábamos cuenta, pero eso no dis­minuía el dolor que nos producía el que nos estuvieran echando a un lado. Más tarde, recuerdo que dije: «Dejémosle pista libre, démosle tiem­po con Yoko». Yo quería que tuviera su hijo, que se trasladase a Nueva York, que hiciera todas las cosas que quería hacer, aprender japonés, pro­bar cosas nuevas ... PLAYBOY: Pero, en aquel tiempo no lo entendía, ¿verdad? PAUL: No. En aquel tiempo tratamos de entenderlo, pero lo que pasaba es que, a la menor crítica, les hacíamos mucho daño. El otro día estaba mi­rando mi segundo álbum en solitario, Ram, y recuerdo que sólo había en él una pequeña referencia a John. Nos había estado dando muchos sermo­nes y yo ya estaba bastante harto, así que en una canción escribí: «Demasia­da gente que da sermones», o algo asÍ. Era una pequeña pulla contra John y Yoko. No había nada más so­bre ellos. Bueno, estaba .aquello de «Tuviste tu momento de suerte y lo rom piste en dos» ... LINDA: En la misma canción. Lo en­tendieron. PAUL: Pero ellos se lo tomaron muy mal... LINDA: Creyeron que todo el álbum era sobre ellos. Y se enfadaron. PAUL: Sí, ese era el tipo de cosa que sucedía. Hacían un mundo de una tontería y nos devolvían la pelota en su siguiente disco. Entonces nos que- : jábamos: iHey, nosotros os dedicamos un dos por ciento y vosotros nos de­volvéis un doscientos por ciento!» ... era una locura. PLAYBOY: En la mayoría de las entre­vistas John decía que no echaba a fal­tar a los Beatles. ¿Lo creía usted, cuando decía esto? PAUL: No sé. Creo que era sincero. Al­guien como J ohn desearía acabar el período Beatles para comenzar el pe­ríodo Yoko. No querría que uno inter­firiese con el otro. Como estaba con Yoko, cualquier cosa de los Beatles tendía, inevitablemente, a ser una in­trusión. Pienso que estaba tan intere­sado en su nueva vida que no nos echaba en falta. PLAYBOY: ¿Alguna vez trató de averi­guar qué pensaba de eso, o de usted? PAUL: Yo creía que había algo entre nosotros, pero cuando hablan mal de uno en público, se empieza a dudar. Yo me decía: «Es puro cuento, a J ohn lo conozco biem>, pero los insultos unidos al resentimiento... La cosa He-

~ gó a ser un verdadero número. ,. O PLAYBOY: ¿Fue bueno para la mUSlCa = el modo en que se atacaron el uno al pi otro? Al PAUL: Sí. Esa era una de las mejores

cosas de Lennon y McCartney, el ele­mento competitivo en el equipo. Era estupendo, pero resultaba difícil de aguantar. Probablemente esa es una de las razones por las que los equipos acaban quemándose. Y, naturalmen­te, al encontrar una mujer fuerte como Yoko, John cambió. LINDA: Si, pero con uno de esos cam­bios uno se pierde a sí mismo. PAUL: Creo que eso es lo más critica­ble, que John dejó de ser él mismo. Me metía mucho con él por eso. (Paul sale de la habitación para contestar a una llamada telefónica) LINDA: Lo triste es que tanto John como Paul tenían problemas, pero se querían mucho y ... ¡Oh, cómo se po­drían haber ayudado! ¡Si hubieran lo­grado entenderse! PLAYBOY: Pero, ¿no estaba claro que John sólo quería trabajar con Yoko? LINDA: No, sé que Paul deseaba deses­peradamente volver a escribir con John y que John deseaba desespera­damente volver a escribir ... desespera­damente. La gente decía: bueno, se está ocupando de Sean, cuida la casa y todo eso, pero él no era feliz. No po­día escribir yeso lo enloquecía. Y Paul podría haberle ayudado ... con fa­cilidad. (Paul regresa) PLAYBOY: ¿Ha variado la relación de los McCartneys con Yoko tras la m uerte de J ohn? LINDA: ¡Sin comentarios! Bromeo, eso es lo que ella contestó. PAUL: Cuando alguien le preguntó a Yoko si los Beatles la había ayudado tras la muerte de John, ella contestó: «Sin comentarios». LINDA: A pesar de que Ringo tomó el avión para venir a verla y los demás la llamamos. PAUL: Lo cierto es que jamás me llevé bien con Yoko. Fue J ohn quien se lle­vó bien con ella... ahí está todo el caso. Lo raro es que sólo he empeza­do a conocerla tras la muerte de J ohn. Quería saber si podía ser' de al­guna ayuda, se lo debía a mi viejo amigo. Al principio me molestó un poco su actitud de: «No quiero ser la viuda del ano». Yo me dije, «bueno, pues que te den morcilla». Pero luego pensé que acababa de pasar por la tragedia de su vida y yo me estaba mostrando duro e insensible. Comen­cé a entender por lo que estaba pa­sando ya ver algo más que mi propio punto de vista.

24 PLAYBOY: ¿Hablaron de John?

PAUL: Sí. De hecho, lo que más me ayudó después de que él muriera fue el hablar con Yoko. Me dijo que él... que realmente me quería mucho. Sí, eso fue muy importante. PLAYBOY: Cuando escribían juntos, ¿envidiaba usted lo listo que él era? PAUL: No. Lo que admiraba era su in-­genio para las respuestas rápidas. Pero no era cuestión de envidia, cada uno de nosotros era tan bueno como el otro. LINDA: Son los críticos los que dicen: «Bueno,John es el que tiene la lengua cortante, Paul es el sentimentab>. John era cortante, pero también era senti­mental. Y Paul era sentimental, pero podría ser muy cortante. Eran más parecidos que diferentes. PAUL: El como escribía yo dependía de mi estado de ánimo. ¡Sólo podía ser cortante y agudo si estaba de mala leche! (Risas). Entonces estaba a la al­tura de John. El podía ser tan malva­do como quisiera y yo estaba a su al­tura.

"Cuando los cuatro estábamos jun tos

éramos decididamente mejores que los cuatro

individualmente. Estábamos muy

unidos ... JI.

LINDA: Probablemente él escribió mu­chas canciones que la gente cree que escribiste tú y estoy segura de que hay canciones que se cree que fueron es­critas por John pero que en realidad las escribiste tú. PAUL: Así es. Por ejemplo, hace.poco vi un escrito en que se hablaba mal de George y de su contribución a los Beatles. Y lo cierto es que sólo hay cuatro personas que sabían lo que realmente eran los Beatles. PLAYBOY: ¿Le molesta aún cuando al­guien ataca a uno de los cuatro? PAUL: ¡Claro! Por ejemplo, no hay que tomarse a George tan a la ligera. Ni a . Ringo. Claro que todo depende si uno mira a la' superficie o debajo de ella. En la superficie, Ringo era un batería más, pero había mucho más en él. Por ejemplo, no se habría hecho Q,ue noche la de aquel día sin él. Tenía una habilidad para inventarse frases, para cambiar el sentido de las palabras. Y eso es bueno, pues los letristas traba­jan con palabras. Y no es lo único que hacía, eso es sólo la punta del iceberg.

PLAYBOY: Entonces, ¿está usted de acuerdo en que el total de ustedes cuatro era superior a la suma de las partes? PAUL: ¡Oh, sí, desde luego! PLAYBOY: La mayoría de los artistas que han formado parte de un conjun­to insisten en que su labor en solitario es igual a la que hacían en equipo ... PAUL: Cuando los cuatro estábamos juntos éramos decididamente mejores que los cuatro individualmente. Una de las ventajas es que llevábamos jun­tos mucho tiempo, estábamos muy unidos, casi como una familia, así que nos comprendíamos unos a otros. Eso nos hacía muy buenos. Sólo fue hacia el final, cuando los negocios se metie­ron por en medio ... PLAYBOY: Cuando usted y John aún pasaban estrecheces, antes de compo­ner una canción se decían: «Vamos a escribir para un coche, vamos a escri­bir para una casa», ¿qué es lo que se dice ahora? ¿Hay algo que aún desee? ¿No ha perdido algo importante? PAUL: Sí, creo que he perdido la am­bición. Ya sabe, el hambre. Y quizá sea bueno para el galgo el ser flaco, quizás así corra más. LINDA: Pero Picasso no pasaba ham­bre. PAUL: Bueno, quizá no sea tan impor­tante el pasar hambre, esa es una de esas teorías artísticas ... Picasso no pa­saba hambre y hay muchos artistas que no han perdido nada al aburgue­sarse. PLAYBOY: Es obvio que se muestra us­ted ambivalente en este tema. PAUL: Es algo que me resulta confuso. Para mí el cambio no estuvo sólo en el aburguesamiento, sino también en el fin de los Beatles. Por eso yo no digo que haya perdido mi mordiente por haberme aburguesado, sino que ha sido por faltarme los Beatles. La falta de esas grandes cajas de reso­nancia que eran J ohn, Ringo y Geor­ge, el no poder hablar con ellos de música. El no tener a otros tres gran­des talentos a mi alrededor ... PLAYBOY: Parece estar usted con mu­chas ganas de hablar francamente. Y, aunque se trate de la ruptura más co­mentada en la historia de la música, creemos que jamás hemos oído un comentario directo de usted al r~spec­too Díganos, Paul, ¿quería usted· o no que los Beatles continuasen? PAUL: En lo que a mí respecta, sí. Me hubiera gustado que los Beatles no se hubieran separado jamás. Yo quería que volviésemos a actuar en locales pequeños, para así encontrar nuestra forma de nuevo y volver a hacer mú­sica. A hacer música, simplemente, y

~ todo lo demás sería secundario. Pero • fue John el que no quiso. Una madru· = gada, le dijo a Allen Klein (el nuevo ;: manager que Yoko y él se habían bus·

cado) que no quería continuar. LINDA: Y Allen le dijo a John: «No se lo digas a los otros ... » No sé si debe­ríamos contar esto. PAUL: Ajá, no sé si nos está permitido contarlo ... pero lo cierto es que Allen les dijo: «No se lo digáis hasta que hayamos firmado el nuevo contrato vuestro con la Capitol». LINDA: No se si deberíamos ... PAUL: Es la verdad. LINDA: Es la verdad ... PAUL: Aunque no debamos contarlo, lo vamos a contar, pues es la verdad. Yeso era justo antes de la mañana en la que yo iba a proponer: «Volvamos a unirnos, chicos, toquemos en clubs pequeños y ... » Fue entonces cuando John dijo ... LINDA: Sus palabras exactas fueron: «Creo que eres tonto». PAUL: y Añadió: «No iba a decíroslo hasta que hubiera firmado con la Ca­pitol, pero voy a dejar el grupo». y así era! el gato entre las palomas. PLAYBOY: Se dice que usted se vengó siendo el primero en dar la noticia, a pesar de que todos habían decidido dejar pasar un tiempo. PAUL: Dos o tres meses más tarde, cuando estaba a punto de salir mi dis­co en solitario, me hicieron unas pre­guntas para la contraportada del ál­bum y, entre las cosas que respondí estaba el que nos habíamos separado. Era para el álbum, pero lo usaron como noticia. Y a John eso le hizo daño. LINDA: John quería ser quien anuncia­se la ruptura, pues era idea suya. PAUL: Quería ser el primero en decir­lo, pero yo no me daba cuenta de que le fuera a hacer daño el no serlo; ni creía importante quien la diera. PLAYBOY: Lo que John dijo es que le costaba perdonarle a usted el que usa­ra la ruptura como una promoción publicitaria para su primer disco en solitario. PAUL: Pensé que ya era hora de que alguien dijera la verdad. De acuerdo, fue una estupidez, pero creí que al­guien tenía ya que decirlo. No me gustaba seguir engañando a la gente. PLAYBQY: Aparte de esto, ¿le afectó emocionalmente la ruptura? PAUL: Lo cierto es que, por un tiem· po, no pude soportarla. PLAYBOY: ¿Por qué? ¿No la veía ve­nir? PAUL: Jamás había pensado en una separación. Nuestro manager, Neil

26 Aspinall, tuvo que leernos el docu-

mento oficial por el que se disolvía la sociedad. Se le quebró la voz. Y en­tonces nos dimos todos cuenta de las consecuencias de lo que estaba pasan­do. Yo pensé, «iDios mío, realmente hemos roto los Beatles! iMierda!» PLAYBOY: ¿y qué pasó entonces? PAUL: Por primera vez en mi vida me veía en la basura. Sí, un trabajador en el paro me hubiera dicho: «iHey, si tienes todo ese dinero, las cosas no te van tan mal como a mí». Pero no era cuestión de dinero. Era una sensación de vacío, que jamás antes había senti­do. Hasta ese momento había sido un chuleta y era la primera vez que per­día la confianza en mí mismo. Fue un terrible golpe y no creía que la culpa fuera mía. PLAYBOY: ¿Qué es lo que le hizo recu­perarse y formar los Wings? PAUL: El tiempo, que todo lo cura. Uno de los golpes peores de la separa­ción era el ya no tener un conjunto ... recuerdo que John tuvo una reacción idéntica. Ya sabe, era el pensar: «¿y

"Nuestro manager N eil Aspinall,

tuvo que leernos el documento oficial

por el que se disolvía la sociedad. Se le quebró la voz ".

cómo voy a sacar ahora mis cancio­nes?» PLAYBOY: ¿Fueron los Wings el pri­mer paso hacia la recuperación? PAUL: Ajá. La respuesta a perder un trabajo es buscarse otro. No es muy satisfactoria, pero es la única. Así que pensé que me agarraría a cualquier trabajo, a lo que fuera, con tal de ha­cer algo. LINDA: Considerando que me pediste que formase parte del grupo, está cla­ro que estabas dispuesto a aceptar cualquier cosa ... PLAYBOY: ¿Quería usted estar en el grupo, Linda? LINDA: Jamás había pensado en ello, como tampoco había pensado en ser fotógrafo. Pero siempre he creído que podría hacer algo que me gustara. PAUL: En cualquier caso todo fue bien. Logramos preparar canciones, las canciones que alguna gente creyó que no eran tan buenas como las de antes, que eran demasiado comercia­les. Pero mi actitud era: lo lamento, es lo mejor que puedo hacer ahora.

Lo cierto es que nos ayu.dó a v,olv~r. , PLAYBOY: Mirando haCIa atras, cesta orgulloso ahora de esa música? PAUL: Yo pensaba que todo lo de los Wings era música de segunda clase, pero empecé a encontrarme con chi­cos jóvenes que me decían: «Un mo­mento, no puede hablar así de su trabajo. A mí me gustan tal y cual canción». PLAYBOY: Aparentemente, John se enfrentó a la locura de esos momen­tos experimentando con la heroína. ¿Sabe algo al respecto? PAUL: No, nunca lo vi drogado de he­roína. LINDA: Debía ser cuando estaba a so­las con Y oko. PAUL: Sí. Yo creo que John y Yoko es­taban tan enamorados, que comenza­ron a añadir locuras al amor normal, para hacer las cosas por todo lo gran­de. Y por lo que nos han dicho, eso incluía a la heroína. Es decir que si lo atrevido era ir desnudos, ellos iban desnudos, y si lo atravido era tomar heroína, ellos la tomaban. PLAYBOY: ¿y usted nunca la tomó? PAUL: No. PLAYBOY: Pero usted no desconoce el tema de las drogas ... PAUL: Nunca hablo de la marijuana si se va a publicar. ¿Por qué? Porque tengo cuatro chicos y no quiero que parezca que la estoy recomendando. Porque no es cierto. Pero después de mi última detención en Barbados, con toda esa gente deciéndome: «Niño malo, no tendrías que hacer eso», creo que, como un hombre de 42 años que soy, tengo derecho a la ré .. plica.

Si alguien me hubiera dicho en los sesentas que, veinte años más tarde, aún estaríamos hablando sobre si la yerba es peor que esto o que aquello yo me hubiera reído. Si se empieza la lista de lo más peligroso con la heroí­na o la morfina, pues sabemos que de eso no hay salida y hay que ser un sui­cida para meterse en esa droga, creo que la marijuana está al final de la lis­ta. La cocaína está por encima de ella en peligrosidad. Yo antes tom?-ba coca (mide sus palabras), pero se convir­tió en algo muy de moda entre los ejecutivos y no soportaba... el meter­me en los lavabos con esos tíos raros. Y estoy convencido de que tanto el valium como el librium están por en­cima de la marijuana. Para mí, la yer­ba es menos fuerte que el whisky. Eso no quiere decir que sea un propagan­dista de la marijuana. No lo soy, sólo digo que esto es lo que yo creo. Y en Barbados, en donde me encontraba de vacaciones, estaba en mi cuarto sin

meterme con nadie y sin que me vie­se nadie, excepto un criado.

Claro que hay cosas con las que, en comparación, la marijuana es peor, por ejemplo el aire. Yo aconsejo el aire y el agua, el zumo de naranja ... y aconsejo una buena dieta vegetariana. Pero cuando van a publicar lo que di­ces, te colocan entre la espada y la pared; te hacen parecer como el alto sacerdote de la yerba. Yeso es estúpi­do, pues yo puedo fumar yerba o de­jarla. y me detuvieron en el Japón por tenerla. Allí me pasé días sin ella y no tuve síndrome de abstinencia. Nada. PLAYBOY: Nunca ha hablado de su de­tención en Japón por posesión de dro­ga. ¿Qué tal fue? PAUL: Fue un infierno. Mi detención apareció en todas las televisiones. Pero había visto El puente sobre el Río Kwai y sabía lo que tiene que hacer un prisionero de guerra: mantenerse de buen humor, pues es lo único que le queda a uno. Así que eso es lo que hice. Recuerdo que lo que más temía es que me violasen y estuve durmien­do con la espalda contra la pared. Además, dormí durante una semana con el traje verde con el que me ha­bían detenido, pues no sabía que uno podía pedir que le cambiasen la ropa. PLAYBOY: ¿y qué tal lo pasó usted, Linda? LINDA: Miserablemente. Estaba en un hotel japonés con los niños, sin saber lo que iba a pasar. Estaba tan asusta­da por Paul, que no se cómo explicar­lo. Con la imaginación enloquecida. No sabía lo que le podían estar ha­ciendo. ¿y por qué? Por casi nada, pues la marijuana no es como las bombas, el asesinato o la Mafia. No creo que el fumar sea un pecado, pero no quería que fuéramos unos mártires de la marijuana. PLAYBOY: Sus problemas legales por la yerba son una cosa, pero los pro­blemas legales que rodean a la Apple, que impiden que se arreglen los asun­tos económicos de los Beatles, ya son de otra dimensión. ¿Se solucionará al­guna vez el problema de su antigua

. empresa?

. LINDA!iQué prisa tiene! iPero si sólo han pasado 15 años! (Risas.) PAUL: Resulta obvio que deberíamos haber resuelto ya los asuntos de los Beatles ... aunque sólo sea por mante­ner nuestra propia cordura. Pero a lo largo de los años han habido dema­siadas piedras en el camino. En una ocasión J ohn se presentó y nos pidió un prestamo de un millón de libras ... eso nos dejó a todos con la boca abierta y se canceló la reunión. En

otra habíamos llegado al Hotel Plaza de Nueva York para la sesión de la gran disolución. Las mesas estaban cubiertas con tapetes verdes, como en la Conferencia de Ginebra, y había millones de documentos para que los firmásemos. George llegaba de una gira, yo había llegado especialmente para. aquello desde Inglaterra, creo que Ringo también... iy J ohn no se presentó! iNo quería cruzar el parque, para venir! George lo llamó por telé­fono y le gritó: «iQuítate esas jodidas gafas oscuras y ven aquí!» Pero no vino. Había demasiadas piedras en el cami­no y, para ser sinceros, no siempre las pusieron John y Yoko. Obviamente, ellos acusaron a mi bando de obstruc­cionismo. Todos nos hemos acusado y este lío es algo que nos hace poner paranoicos. Como se puede imaginar, es un montón de dinero. LINDA: Con todos esos abogados, con­sejeros y otros parásitos, lo cierto es que hemos estado pagando muchas mansiones y muchas piscinas. Y lo que Paul ha estado diciendo, durante todo el tiempo, es: «Dividámoslo en cuat~o partes, por favor». Hagamos eso en lugar de tenerlo en una sola hucha, en la que sólo meten mano los abogados, dividámoslo y sigamos vi­viendo. A Paul no le importaría no recibir nada, con tal de que los aboga­dos no siguieran aprovechándose. Nos irrita ser los tontos de esta his­toria. PLAYBOY: Afortunadamente para us­tedes, la mayor parte de su dinero les viene de su propia compañía musical y no de Apple, ¿verdad? PAUL: De eso y de los discos que gra­bamos. Más o menos por partes igua­les. La empresa editora de música que tenemos es fabulosa. Y se lo de­bemos al padre de Linda (Lee East­man) y a su hermano J ohn. El padre de Linda es un genio para los m!go­cios. Me dijo: «Si vas a invertir, hazlo en algo que conozcas o perderás una fortuna. Invierte en música». Cuando reconocí que tenía razón me pregun­tó qué tipo de música me gustaba. Y el primer nombre que se me ocurrió fue Buddy Holly. De modo que Lee buscó al hombre que tenía los dere­chos sobre la música de Buddy Holly y se los compró para mí. Y ya estuve en el negocio de la edición musical. Lo raro es que jamás fuí propietario de lo que nosotros escribíamos; es algo que siempre van comprando y vendiendo. Alguien es el dueño de YesterdaYJ no yo. Pero por lo demás, hemos sido muy afortunados. PLAYBOY: ¿y no ha tenido nada que

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ver en el éxito sus conocimientos so­bre música popular? PAUL: Un poco. Tenía muy buenas vi­braciones y estaba muy enamorado de mi empresa, lo que siempre ayuda. En cualquier modo, se ha convertido en la más importante editora inde­pendiente de música, así que es un buen negocio. PLAYBOY: También le ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo, ¿no es así? LINDA: No tenemos todos esos millo­nes que dicen los periódicos. Lo mu­cho que Paul gana es una de las cosas que siempre aparece en las columnas de chismes de los diarios, y siempre

son exageraciones. PLAYBOY: Una de las últimas cosas que John Lennon aceptó hacer para nuestra revista fue repasar sus cancio­nes y compartir con nuestros lectores los recuerdos que de ellas tenía. ¿Querría usted hacer lo mismo con algunas canciones de los Beatles? PAUL: De acuerdo, pero será lo que se me ocurra en el momento ... PLAYBOY: Comprendido. ¿Qué le re­cuerda una 'de sus primeras cancio­nes, L ove M e Do." PAUL: Fue la primera canción que gra­bamos. Nuestra primera audición se­ria. Recuerdo que John tenía que can­tarla, pero cambiaron de idea y me la.

PAUL McCARTNEY: 15 años sin los Beatlés

Desde que los Beatles· se sepa-- r.8.ron, hace ya 151argos años, Paul

MacCartney no ha cesado sus ac­tivigadesartísticas. En 1970 publi­có su primer álbum en solitario, ti-

·.··tulado· simplemente McCarthey, y h?staahqra conla ayuda dela casi secuestrada Linda ha editado 14 nuevqs álbumes, ha realizado gi­ras alrededor del mundo con su ya desaparecido grupo Wings, co­labórp.do con otros artistas corrío Stevie Wonder y Michael ]ackson, y compuesto . varias bandas sono­ras, siendo Give My Regards To Broad Sireets, su más reciente pro­ducción discografía, la primera en la que se atreve (tras el magnífico triple en directo Wings Over Ame­rica) a interpretar antiguos hits de los Beatles como Yesterday, Ele-

anor Rigby y TbeLong And Win:. ding Road.

Desde aquel reconfortante· Mc­Cartney (para algunos criticas una de las "otras" ráZones de ladisÚ"' lución dé los Beatles) hay de·todo en estos 13 álbumes. Realmente buenos como Ram, Tug OIWaf, Wild Lite, London· Town, PipesOt Pea ce, además de los ya citados. Mediocr€s como Band On The Run, MacCartney Ir y Red Rose Speedway y finalmente bastante decepcionantes comoBack To· The Egg y Venus And Mars. Discos to­dos ellos en .10s que ha quedado patente lo que sin duda es Paul McCartney: el ex-cantante de los Beatles ... yeso ya es suficiente.

Jordi Tarda

hicieron cantar a mí, porque querían que John tocase la armónica. PLAYBOY:I Wanna Be Your Man. PAUL: La escribí para que la cantase Ringo en uno de nuestros primeros álbums. Pero acabamos por dársela a los Stones. Nos encontramos con Mick y Keith en Charing Cross Road y Mick nos dijo: «¿Tenéis alguna can­ción?» Y le contestamos: «Llevamos una aquí». Creo que George fue el que les consiguió su primer contrato. Dimos su nombre a la Decca, porque la Decca había hecho una pifia al re­husarnos a nosotros, así que trataron de no quedar tan en ridículo pregun­tándole a George si conocía a algún otro grupo y él les dijo: «Bueno, hay un grupo que se llaman los Stones». De todos modos, J ohn y yo les dimos la primera canción con la que llega­ron a las listas de éxitos. Es algo que ahora callan, pero es la verdad. PLAYBOY: Pero, ¿no es verdad que us­tedes también tomaban cosas de otros grupos? PAUL: Ya lo creo, éramos los mejores ladrones de canciones. Unos plagiado­res extraordinarios. PLAYBOY: Can't Bu.y Me Lave. PAUL: Si no recuerdo malla grabamos en Francia, fuimos a la Odéon en Pa­rís. Y nos sentimos muy orgullosos porque Ella Fitzgerald la grabó tam­bién, aunque no nos dimos cuenta de lo que realmente significaba. PLAYBOY: H elP! PAUL: J ohn la escribió ... bueno, la hici­mos J ohn y yo, en aquella casa de Weybridge, para la película. Creo que el título surgió por pura desespera­ción ... PLAYBOY: You've Got to Hide Your Love Away. PAUL: Ese era John haciendo de Dy­lan ... muy influenciado por él. Si la escuchan bien, verán que canta como Bob. PLAYBOY: Nowhere Man. PAUL: Ese fue John tras una noche de juerga, al alba. Creo que, en ese mo­mento de su vida, se estaba pregun­tando a donde iba ... PLAYBOY: Taxman. PAUL: George escribió esa y yo toqué la guitarra. La escribió muy cabreado, tras descubrir a lo que se dedicaban los inspectores de Hacienda. Nunca antes se había imaginado lo que le podía suceder al dinero de uno. PLAYBOY: De las canciones que escri­bió usted solo, es obvio que Yesterday fue su mayor éxito. ¿De dónde sur­gió? PAUL: De la cama. Yo tenía un piano al lado de la cama y ... debí soñarla,

(continúa en pág. 87)

ENTREVISTA (viene de la pág. 30)

porque me levanté de la cama, puse las manos sobre las teclas y tenía una tonada en mi cabeza. Allí estaba, completa. No podía creérmelo, fue demasiado fácil. De hecho, pensé que la habría oído en alguna parte, de modo que pasé semanas tocándola a la gente y preguntándoles si la cono­cían. Y me decían: "No, pero es buena". PLAYBOY: Cuando escribía algo, 2te­nía dificultades para decidir quién la iba a tocar y quién a cantar? ¿o que­ría usted cantar sus canciones? PAUL: Normalmente uno cantaba sus canciones y uno to­caba lo que com­ponía.

PLAYBOY: Tomorrow Nevei KnOW5.

PAUL: Esa fue una de las frases raras de Ringo. J ohn es­cribió la letra a par­tir de la versión de Timothy Leary de El libro tibetano de los muertos. Era una -es­pecie de Biblia para todos los pasados psicodélicos. Esa sí que fue una canción del LSD, probable­mente la única. La gente siempre ha pensado que Lucy in the Sky with Diamonds lo era, pero no qui­simos hablar del LSD con ella. Se basó en un dibujo que trajo de la escuela el hijo de John: Lucy era una chica de su cole y nosotros nos diji­mos que era un gran título. Y escribi­mos una canción psicodélica en base a eso. Pero así eran las cosas en aque­llos días: como todo eso que se dijo del álbum Abbey Road. .. que si Paul es­taba muerto porque iba descalzo. Fue una época en que se fijaban mucho en nuestras letras, leyendo en ellas entre líneas más de lo que habíamos escrito. Y como no nos molestamos en negarlo ... PLAYBOY: ¿El tomar LSD influenció en los que escribían? PAUL: Supongo que sí. Supongo que todo influye. Entonces era una época psicodélica, de modo que estábamos en esas. Pero jamás usamos el LSD para trabajar. Nunca.

PLAYBOY: ¿y qué me dice de Lovely Rila' . PAUL: Esa sí que era mía. Estaba basa­da en una vigilante de parquímetros americana. Y, como muchas de mis canciones, la hice en plan de broma ... jaunque luego las tomen en serio! La idea de que una de esas vigilantes fue­ra sexy era una broma en aquellos días. Aunque, ahora que lo pienso, he visto algunas que ... PLAYBOY: Se está usted relamiendo ... PAUL: Bueno, ¿no es así como se ha­bla en PLAYBOY? PLAYBOY: De acuerdo. Ha quedado claro que a usted le encanta trabajar acompañado. Es como si necesitase a alguien, para ser totalmente creativo,

¿no? PAUL: Bueno ... PLAYBOY: Por ejemplo, antes nos ha dicho que echaba a faltar a esas tres grandes cajas de resonancia: J ohn, George y Ringo. ¿A quién usa hoy en día como caja de resonancia? PAUL: A mis hijos. Toco una canción nueva en el piano y, si es realmente buena, veo que los chicos la captan y comienzan a canturreada. PLAYBOY: ¿Qué nos dice de los otros cantantes/ compositores con los que ha colaborado? ¿Qué tal cajas de reso­nancia han sido? PAUL: ¿Se refiere a Stevie Wonder y MichaelJackson? Me encantó trabajar con ellos, pero no fue lo que yo lla-

maría una colaboración seria. Fue más bien cantar uno en los discos del otro. Jamás nos sentamos a trabajar juntos, por eso no ~e tomo estas co­sas demasiado en seno. PLAYBOY: ¿No toma usted a Michael Jackson en serio como compositor? PAUL: No, no lo admiro demasiado como compositor, porque no ha he­cho ,gran cosa. Me gusta má~ Stevie W onder. Y a Stephen Sondhelm. Prb­bablemente sea uno de los mejores. PLAYBOY: ¿El Sondheim de los musi­cales de Broadway? PAUL: Sí. Mire, cuando comenzamos con eso de Lennon-McCartney, ya sabe: todo a medias, ratificado con un apretón de manos, para mí era co­

mo una aventura a lo Rodgers y Ham­merstein, ese tipo de colaboración de Nueva York apo­rreando el piano, creando una can­ción y yéndose a Ca­lifornia a emborra­charse. Eso siempre me atrajo: creía que Lennon y McCart­ney se iban a con­vertir en los Rod­gers y Hammerstein de los sesentas.

PLAYBOY: Entonces, ¿hay una parte de usted que aún está buscando un nuevo com pañero... alguien con quien pueda escribir del modo en que lo hacía con John?

PAUL: No busco ... No, porque tampoco busqué a J ohn. Pero creo que si me en­contrase con alguien

con quien me gustase escribir, desde luego que no iba a negarme a ello. Me gusta la colaboración, pero el tipo de colaboración que tuve con J ohn ... es difícil imaginar a alguien que al­cance ese estándar. Porque aquel chi­co no era ningún holgazán ... ¿Sabe?, era demasiado. Quiero decir que no me imagino a nadie que, cuando yo cante «It's getting better all the time» (Cada vez todo va mejor), vaya a con­testarme con esa frase legendaria de Getting Better~ que se inventó John (canta): «It couldn't get much worse» (No puede empeorar mucho más). Una encantadora frase sardónica en esa canción superoptimista. Típico de John. D 87