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Peris-Viñé 1 CONCEPCIONES ONTOLÓGICAS EN BLOOMFIELD Y EN CHOMSKY Luis Miguel Peris-Viñé Universidad de Granada [email protected] Abstract We pay attention to the conception of the linguistic theories expressed in two moments of the production of Leonard Bloomfield and Noam Chomsky: on one hand, An Introduction to the Study of Language (1914) and Language (1933) of Bloomfield, and on the other hand The Logical Structure of Linguistic Theory (1955) and Aspects of the Theory of Syntax (1965) of Chomsky. We call Bloomfield-A to the conception exposed mainly in the work of 1914, Bloomfield-B to the exposed mainly in the work of 1933, Chomsky-A to the exposed mainly in the work of 1955 and Chomsky-B to the exposed mainly in the work of 1965. Our objective is to contrast the usual image of such conceptions with the corresponding texts and especially the image that Bloomfield-B has of Bloomfield-A and the image that Chomsky-B has of Chomsky-A. Against Bloomfield-B, Bloomfield-A was not the beginning of the position developed in Bloomfield-B. Likewise, against Chomsky-B, Chomsky-A was not the beginning of the position developed in Chomsky-B. I distinguish between proposed conception and effective conception. Although the proposal of Bloomfield-A is mentalistic, its effective realization is far from being such. Although the proposal of Bloomfield-B is antimentalistic, its effective realization could need a materialistic mentalism. The mentalistic proposal of Chomsky-B lacks an effective realization, that which, together with its possible equivalence with Chomsky-A, could make us conclude that Chomsky-B is only mentalistic as long as proposal. Keywords : Bloomfield, Chomsky, ontology, linguistic theories ¿Qué clase de teoría es una teoría lingüística? ¿En qué medida esto vienen determinado por los lingüistas, por sus concepciones, por su práctica? ¿En qué medida viene determinado por la naturaleza de los objetos a los que las teorías se dirigen? ¿Podemos llegar al mismo tipo de teoría partiendo de distinto tipo de objetos? ¿Podemos saber cuál es el tipo de objetos propio de una teoría si atendemos a lo que sus autores afirman al respecto? ¿La naturaleza de una teoría viene determinada por las afirmaciones metateóricas que sus autores incluyen en ella o por sus afirmaciones teóricas? A lo largo del siglo XX se han producido aportaciones muy contundentes, determinantes, de la configuración de las teorías lingüísticas. En mi opinión, las más importantes de tales aportaciones han estado referidas al tipo de objetos a los que la lingüística debe o puede dirigirse. Es decir se ha tratado de aportaciones basadas en distintas opciones ontológicas. Algunas de tales opciones se articulan en concepciones ontológicas elaboradas, otras en pinceladas aisladas, unas

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    CONCEPCIONES ONTOLÓGICAS EN BLOOMFIELD Y EN CHOMSKYLuis Miguel Peris-ViñéUniversidad de Granada

    [email protected]

    AbstractWe pay attention to the conception of the linguistic theories expressed in two moments of theproduction of Leonard Bloomfield and Noam Chomsky: on one hand, An Introduction to theStudy of Language (1914) and Language (1933) of Bloomfield, and on the other hand TheLogical Structure of Linguistic Theory (1955) and Aspects of the Theory of Syntax (1965) ofChomsky. We call Bloomfield-A to the conception exposed mainly in the work of 1914,Bloomfield-B to the exposed mainly in the work of 1933, Chomsky-A to the exposed mainly inthe work of 1955 and Chomsky-B to the exposed mainly in the work of 1965. Our objective isto contrast the usual image of such conceptions with the corresponding texts and especially theimage that Bloomfield-B has of Bloomfield-A and the image that Chomsky-B has ofChomsky-A. Against Bloomfield-B, Bloomfield-A was not the beginning of the positiondeveloped in Bloomfield-B. Likewise, against Chomsky-B, Chomsky-A was not the beginningof the position developed in Chomsky-B. I distinguish between proposed conception and effectiveconception. Although the proposal of Bloomfield-A is mentalistic, its effective realization is farfrom being such. Although the proposal of Bloomfield-B is antimentalistic, its effectiverealization could need a materialistic mentalism. The mentalistic proposal of Chomsky-B lacksan effective realization, that which, together with its possible equivalence with Chomsky-A,could make us conclude that Chomsky-B is only mentalistic as long as proposal.

    Keywords: Bloomfield, Chomsky, ontology, linguistic theories

    ¿Qué clase de teoría es una teoría lingüística? ¿En qué medida esto vienen determinado por loslingüistas, por sus concepciones, por su práctica? ¿En qué medida viene determinado por lanaturaleza de los objetos a los que las teorías se dirigen? ¿Podemos llegar al mismo tipo de teoríapartiendo de distinto tipo de objetos? ¿Podemos saber cuál es el tipo de objetos propio de unateoría si atendemos a lo que sus autores afirman al respecto? ¿La naturaleza de una teoría vienedeterminada por las afirmaciones metateóricas que sus autores incluyen en ella o por susafirmaciones teóricas?

    A lo largo del siglo XX se han producido aportaciones muy contundentes, determinantes,de la configuración de las teorías lingüísticas. En mi opinión, las más importantes de talesaportaciones han estado referidas al tipo de objetos a los que la lingüística debe o puede dirigirse.Es decir se ha tratado de aportaciones basadas en distintas opciones ontológicas. Algunas de talesopciones se articulan en concepciones ontológicas elaboradas, otras en pinceladas aisladas, unas

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    son formuladas explícitamente, otras son asunciones implícitas, etc. Parecería natural pensar queopciones distintas sobre el tipo de objetos a los que la lingüística se dirige determinan diferenciasen la teoría y en la práctica de los lingüistas. O, si se quiere, que si analizásemos la teoríadefendida por un lingüista o la práctica guiada por ella identificaríamos sin error la concepciónontológica propia de ese autor. Podríamos pensar incluso que este procedimiento es tan diáfanoque las reflexiones o informes de segundo orden, metateóricos, de los autores sobre sus propiasteorías y prácticas revelan sin error o distorsión sus concepciones ontológicas. Las concepcionesontológicas más extendidas en la lingüística del siglo XX son herederas de las concepcionesmantenidas en las discusiones medievales sobre los universales: nominalismo (no hayuniversales, y los términos que los nombran se refieren a semejanzas sensibles entre particulares),conceptualismo (los universales son mentales) y realismo (los universales son reales, aunque nifísicos ni mentales). Sabemos que las concepciones ontológicas se articulan siguiendo pautasepistemológicas y metodológicas diversas.

    En este trabajo me ocuparé de las concepciones ontológicas de los dos lingüistas másinfluyentes del siglo XX, Leonard Bloomfield (1887-1949) y Noam Chomsky (1928 - ), y enconcreto de las concepciones expresadas en dos momentos de la producción de cada uno de ellos,y recogidas paradigmáticamente en dos de sus obras: por un lado, An Introduction to the Studyof Language (1914) y Language (1933) de Bloomfield, y por otro lado The Logical Structure ofLinguistic Theory (1955) y Aspects of the Theory of Syntax (1965) de Chomsky. Lasconcepciones ontológicas asociadas a estas obras pueden ser entendidas desde el trasfondo de losmencionados nominalismo, conceptualismo y realismo. Llamaré Bloomfield-A a la concepciónrecogida principalmente en la obra de 1914, Bloomfield-B a la recogida principalmente en la obrade 1933, Chomsky-A a la recogida principalmente en la obra de 1955 y Chomsky-B a la recogidaprincipalmente en la de 1965. Tanto Bloomfield-B como Chomsky-B son muy conocidas,mientras que Bloomfield-A es poco conocida y Chomsky-A es generalmente mal interpretada.Antes de detenerme en cada una de estas concepciones presentaré sus divergencias másllamativas y algunas sorprendentes opiniones sobre su equivalencia.

    La posición de Bloomfield-A es que “the [linguistic] phenomena themselves, withoutconsideration of their mental significance are unintelligible” (Bloomfield 1914:71). Por elcontrario la posición de Bloomfield-B es que “we can pursue the study of language withoutreference to any one psychological doctrine” (Bloomfield 1933: vii). Pero, sorprendentemente,en Bloomfield-B se opina que la obra de 1933 “is a revised versión of the author’s Introductionto the Study of Language, which appeared in 1914” (Bloomfield 1933: vii). ¿Cómo valorar esasdos posiciones a la luz de esta opinión de Bloomfield sobre su propia obra? Por su parte, laposición de Chomsky-A es que “It is true that many philosophers have given up, as a generalrequirement for significance, the kind of reduccionism that our restatement of Bloomfield’sprogram has as its goal (...) However, I do not believe that this is relevant to Bloomfield’santimentalism” (Chomsky 1955:86). De hecho, si el reduccionismo no es válido y encontramosun nuevo criterio, es decir “If it is followed by a new analysis of "significance", then if this is atall adequate, it seems to me that it will rule out mentalism for what were essentially Bloomfield’sreason, i.e., its obscurity and inherent untestability.” (Chomsky 1955:86). Frente a esta posición,

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    1 Sobre la posición de Bloomfield en esta primera etapa cf. Kess (1983) y Esper (1968).

    la posición de Chomsky-B es que “Una gramática de una lengua pretende ser una descripción dela competencia intrínseca del hablante-oyente ideal. (...) Para el lingüista, como para el niño queestá aprendiendo la lengua, el problema es determinar con los datos del uso el sistema de reglassubyacente que el hablante-oyente domina y del que se vale en la actuación concreta. De ahí que,en sentido técnico, la teoría lingüística sea mentalística, ya que trata de descubrir una realidadmental subyacente en la conducta concreta.” (Chomsky 1965:6). Pero, sorprendentemente, enChomsky-B se opina que en Chomsky (1955) “se insistía en la lengua-I [la lengua interiorizadamental], aunque no se usaba el término.” (Chomsky 1986: 44, nota 17), y que esa obra de 1955incluye un primer intento de elaborar una gramática universal que describa el estado inicial dela facultad mental del lenguaje (ver Chomsky 1986: 62-63, nota 28). Es decir, en opinión deChomsky-B su obra de 1955 es tan mentalista como su obra de 1965 u otras posteriores. ¿Cómovalorar aquellas dos posiciones a la luz de esta opinión de Chomsky sobre su propia obra?

    Mi interés al ocuparme de las obras mencionadas será el de evaluar la interpretación usualque se hace de sus posiciones ontológicas, considerando igualmente la interpretación que lospropios autores realizan de sus teorías. Para ello distinguiré entre concepciones propuestas yconcepciones efectivas, y defenderé que las interpretaciones usuales de las obras de Bloomfieldy de Chomsky, realizadas desde la filosofía de la lingüística, se han ocupado de sus concepcionespropuestas más que de sus concepciones efectivas. Los instrumentos a los que apelaré serán elanálisis conceptual de los textos, la interpretación de la práctica de los lingüistas y el análisislógico reconstructivo de las teorías.

    Bloomfield-APara Bloomfield (1914) el lenguaje es un complejo de asociaciones de experiencias yproferencias sonoras, cambiantes en el tiempo y condicionadas socialmente. Para él los hechosdel lenguaje son hechos de psicología social. (Ver Bloomfield 1914:198)1

    A Bloomfield (1914) le preocupa la base mental y la base física del lenguaje, y trata demostrar su vinculación. “The word is thus psychologically a complicative association of thoseperceptual and emotional elements which we call its meaning or experience-content with theauditory and motor elements which constitute the linguistic symbol.” (Bloomfield 1914:66-67).“Man’s mind and his expressive activity have developed in indissoluble connection. In the animalworld, as we know it, the evolution of one phase without the other is inconceivable. This, indeed,is why it is impossible to set up a strictly logical definition of language as oppossed toexpressive movement in general. Language is the form of expressive movement adequate to thementality of man. This mentality is defined no less that man’s language in the aphorism that‘Man is a speaking animal’.” (Bloomfield 1914: 16). Para Bloomfield (1914), por un lado, lamente humana no puede concebirse sin el habla, y, por otro lado, el estudio del lenguaje requiereconsiderar los procesos mentales que subyacen a su uso. Para él los fenómenos lingüísticos serían

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    ininteligibles sin la consideración de su soporte mental. (Ver Bloomfield 1914:71)

    El desarrollo del lenguaje (tanto desde un punto de vista filogenético como ontogenético)se produce de la mano de un análisis de las llamadas experiencias totales, las experienciasprelingüísticas del mundo exterior que compartimos con ciertos animales de orden superior. Setrataría de un proceso de asimilación de relaciones de expresión a relaciones de experiencia. “Therelation of the elements of a sentence to each other has a distinctive psychological tone. It iscalled the logical or discursive relation. It consists of a transition of the attention from the totalexperience, which throughout remains in consciousness, to the successive elements, which areone after another focused by it.” (Bloomfield 1914:60). Es por tanto el lenguaje el que permiteel análisis y diversificación de ese trasfondo que es la experiencia total, lo cual quedaríaexpresado mediante las diversas manifestaciones o recursos lingüísticos.

    En Bloomfield-A se aboga por una estrecha vinculación entre lingüística y psicología. Enla obra de 1914 se concibe la lingüística como una ciencia ocupada de procesos mentalessocialmente condicionados: “The relation of linguistics to psychology is, on the one hand,implied in the basic position of the latter among the mental sciences. These sciences (...) demand(...) a constant psychologic interpretation. (...) In describing an analogic or semantic change, forinstance, linguists most usually outline the conditions of mental predisposition which broughtit about. If they do not do this in terms of scientific psychology, they will resort to rationalizing‘popular psychologiy’, -- to such explanations as that the new form was desired for greater‘clearness’ or ‘convenience’. As language is in its forms the least deliberate of human activities,the one in which razionalizing explantions are most grossly out of place, linguistics is, of all themental sciences, most in need of guidance at every step by the best psychologic insightavailable.” (Bloomfield 1914:322-323)

    Pero, por otro lado, también la “psychology makes a wide use of the results of linguistics.Modern psychology recognizes two sources of information. The one is introspective analysisunder the control of mechanical (experimental) devices which record the physical correlates ofthe mental process. The information so obtained applies to the activity of the individual humanmind. This activity is always conditioned (...) on past experiences which in themselves areproducts of mental action of the other individuals. Thus, when one speaks a sentence, the formit takes is due to (...) a series of connected mental processes extending indefinitely back into timeand occurring in an indefinite number of individuals. Such mental process, then, as thoseinvolved in the utterance of speech cannot find their explanation in the individual (...) They areproducts of the mental action not of a single person, but of a commnunity of individuals. Theseproducts (...) are the data which make possible the second phase of psychology, social psychology(...) As language, moreover, is less subject than (...) other activities to individual deliberateactions which interfere with the communal nexus, it is the most important domain in the studyof social psychology.” (Bloomfield 1914:322-324)

    La psicología científica a la que se recurre en Bloomfield-A para fundar el análisislingüístico fue la desarrollada por Wilhelm Wundt (1832-1920), uno de los autores más

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    influyentes en el desarrollo de la psicología moderna. Proponente de la introspección como unmétodo de trabajo, defendió no obstante el control experimental de sus resultados. Wundt seinscribe en la corriente mentalista y es visto como un precursor de la psicolingüística. Bloomfieldadoptó de Wundt el propósito de derivar las características del lenguaje de principiospsicológicos. Su psicología de los pueblos pretendía trazar el desarrollo espiritual del hombre entanto que formando parte de un grupo.

    Hasta aquí he tratado de reflejar la concepción del lenguaje y de la lingüística propia deBloomfield-A tal y como queda expresada en sus propuestas de investigación. Podríamosreferirnos a ella como su concepción propuesta. Pero ahora quisiéramos comprobar cómo y enqué medida lleva a cabo esas propuestas, es decir cuál es lo que podríamos llamar su concepciónefectiva. Si para conocer su concepción propuesta hemos atendido a sus reflexiones metateóricas,para conocer su concepción efectiva debemos atender a la práctica lingüística de Bloomfield.

    Bloomfield (1914) es un estudio descriptivo y clasificatorio de diversos aspectos delenguaje (formas, morfología, sintaxis, cambios en el lenguaje, enseñanza) y está realizadohaciendo uso de procedimientos de comparación dentro de un mismo lenguaje y también entrelenguajes distintos. El acercamiento a algunos de esos aspectos o recursos lingüísticos está hechodesde el punto de vista de su dependencia o procedencia de procesos psicológicos. Veamosalgunos ejemplos.

    Nos dice Bloomfield (1914:60 ss, 110) que la relación entre sujeto y predicado, así comola relación entre otros componentes de la oración, tiene como base psicológica el paso de laapercepción de un elemento de la experiencia a otro, llamándose sujeto al elemento focalizadoen primer lugar y predicado al elemento focalizado más tarde. De modo similar las proferenciasde carácter exclamativo, declarativo e interrogativo son concebidas en tanto que expresión decondiciones o estados psíquicos correspondientes: excitación, intención comunicativa eincertidumbre (Ver Bloomfield 1914:70, 90-92). Las palabras abstractas de cualidad y acción,de las que no tenemos experiencia alguna salvo en conexión con objetos, y su soporte mental soninterdependientes, en el sentido de que el desarrollo de lenguaje que supuso la aparición de talespalabras fue “at the same time a development of the mind: the conceptual values of our wordsof quality, action, and relation would be impossible without these words (p. 65), just as the lattercan exist only as the result of a definite mental-linguistic development.” (Bloomfield 1914:119).La distribución del acento fonético (mediante un alteración en el volumen, la entonación, etc.)sería una manifestación del acento emocional, de modo que “the emotionally dominant elementsof the sentence receive higher stress than all others.” (Bloomfield 1914:50). Ver tambiénBloomfield (1914: 170) De igual modo nos dice Bloomfield (1914:204) que “it has beensuggested that phonetic change is due to increasing speed of the process of articulation, which,it is said, accompanies the increasing rapidity of the mental processes due to the advance ofculture and the general development of man’s intellectual powers. This explanation is in itselfplausible (...) So much we can safely say: that sound change, altogether, is an evolutionaryprocess, a phenomenon of the historic change of man’s physical and mental organization andhabits.” Finalmente cabe reseñar que Bloomfield (1914:256-258) se compromete a trazar las

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    2 “Writing is not language, but merely a way of recording language by means of visiblemarks.(...) In order to study writing, we must know something about language, but the reverseis not true.” (Bloomfield 1933: 21). En Bloomfield (1939:21-25) se insiste en distinguir ellenguaje de alguno de sus sustitutos tales como la escritura.

    características mentales de una nación a partir de los rasgos de su lenguaje, si bien, comopodemos comprobar, no pasa de identificar algún fenómeno recurrente apreciado antes y despuésdel cambio de lengua producido en una región determinada a lo largo de una etapa históricadilatada (ciertas peculiaridades fonéticas, o de estructuración de la frase, etc.)

    Pues bien, después de repasar estos intentos de fundar el lenguaje en factores mentalespuede decirse que a lo más que llega Bloomfield (1914) es a indicar cómo se expresan ciertosprocesos o acontecimientos mentales mediante el lenguaje o cómo esos procesos se reflejan enciertos rasgos de las proferencias de los hablantes. Podemos incluso tomar el juicio que aBloomfield (1933:435) le merece las explicaciones psicológicas del cambio semántico propuestaspor su maestro Wundt y dirigirlo hacia Bloomfield (1914): son meras paráfrasis del resultado delcambio que dejan la cuestión exactamente donde estaba. En definitiva, Bloomfield-A no nos dicecómo derivar (en algún sentido específico de ‘derivar’) tales rasgos lingüísticos de lasproferencias a partir de los acontecimientos mentales correspondientes, que es lo que cabríaesperar si realmente desarrollara de modo efectivo una concepción mentalista de la lingüística.Por tanto, podemos concluir que la concepción mentalista propuesta en Bloomfield-A no es unaconcepción que se realice de modo efectivo.

    Bloomfield-BAtendamos ahora a la concepción propuesta en Bloomfield-B. En ella encontramos, igual queen Bloomfield-A, un interés por precisar la naturaleza de la lingüística, un lugar privilegiado paralas reflexiones sobre fundamentación metalingüística.

    Para Bloomfield-B la lingüística es una ciencia empírica. Por otro lado “la ciencia sólose ocupará de hechos accesibles en su momento y en su lugar a todos y cada uno de losobservadores (conductismo estricto), o sólo de hechos localizados mediante las coordenadas deespacio y tiempo (mecanicismo); o que la ciencia empleará solamente los enunciados inicialesy predicciones que conduzcan a operaciones prácticas definidas (operacionalismo) o solamentetérminos tales que se deriven por medio de una definición rígida de una serie de términoscotidianos concernientes a acontecimientos físicos (fisicalismo).” (Bloomfield 1939:34). Lafusión de estas cuatro concepciones cifraría el método científico. El estudio del lenguaje debeproceder siguiendo las pautas inductivas del método científico, lo cual exige que se concentresobre los lenguajes concretos y ponga en cuarentena la gramática universal.

    El objeto de la lingüística no es sino el lenguaje, y éste no se identifica con lo escrito2,con la literatura, o con el habla correcta socialmente. Al identificar el objeto de la lingüísticaBloomfield (1933: cap.2) intenta separar la paja ("visible marks") que recubre al lenguaje para

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    quedarnos con el grano analizando un acto de proferencia de habla ("act of speech-utterance").Análisis que deberá proceder a partir de la observación de dicho acto de habla. La equiparacióndel lenguaje con lo oral está apoyada en las convicciones nominalistas o fisicalistas según lascuales la ciencia debe ocuparse exclusivamente de lo dado en el espacio y en el tiempo. Por suparte, fueron las convicciones nominalistas y empiristas las que condujeron a Bloomfield aplantear la identificación del objeto de la lingüística mediante la observación de actos deproferencia de habla, entendiendo observación como ‘captación del movimiento de objetosmacroscópicos en un tiempo’. Para Bloomfield, lo que no es observable cae fuera del ámbito dela ciencia y por consiguiente de la lingüística.

    Si observamos los eventos que tienen lugar en torno a un acto de proferencia podremosagruparlos en tres partes que además se suceden en el tiempo:

    A. Eventos prácticos previos al acto de hablaB. HablaC. Eventos prácticos posteriores al acto de habla

    Pensemos ahora en un acto de habla concreto y dispongámonos a observarlo: “Suppose that Jackand Jill are walking down a lane . Jill is hungry. She sees an apple in a tree. She makes a noisewith her larynx, tongue, and lips. Jack vaults the fence, climbs the tree, takes the apple, bringsit to Jill, and places it in her hand. Jill eats the apple.” (Bloomfield 1933:22). Los eventosprácticos previos, los A., consisten en estímulos prácticos para el hablante (S) y darán lugar alruido del habla como reacción lingüística (r) del hablante; los eventos prácticos posteriores, losC., son acciones realizadas por el oyente al recibir el estímulo lingüístico (s) consistente en elruido de la reacción lingüística del hablante, es decir, los C. constituyen la respuesta práctica deloyente (R). A la lingüística sólo le compete los eventos de B. Por consiguiente, la identificaciónde su objeto de estudio procederá de la observación de los eventos de B. “Thanks to the scienceof physiology and physics, we know enough about the speech-event to see that it consists of threeparts.” (Bloomfield 1933:25)

    B1. Formación de ondas sonoras en el aparato fonador del hablanteB2. Propagación de las ondas sonoras a través del aireB3. Recepción de las ondas sonoras por el sistemas auditivo del oyente

    El paso de B1. a B3. es en el que la reacción lingüística del hablante se convierte en estímulolingüístico para el oyente. Esta sucesión de eventos lingüísticos y no lingüísticos en un acto deproferencia podemos representarla del siguiente modo:

    Como podemos apreciar de esta descripción de los eventos de B., la identificación del objeto dela lingüística procede de la ‘captación del movimiento de objetos macroscópicos en un tiempo’,pues, según parece, en esto consiste ‘observar’ para Bloomfield. Así pues, el lenguaje, el objeto

    S r ................ s R

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    de la lingüística, consiste en los eventos físicos observables r y s. Observar tales eventos essuficiente para conocer el lenguaje humano.

    Se sigue que lo importante sobre el lenguaje es que se trata de un medio de transmisiónde estímulos que conducen a respuestas, un medio que no interfiere en la sucesión de estímulosy respuestas en que consiste nuestra conducta. Por ello, los estímulos prácticos S de Jill lleganfinalmente a Jack en forma de estímulos lingüísticos s y logran su efecto en la reacción prácticaR (Jill no necesita, ante sus estímulos S, desarrollar la reacción práctica R, sino la reacciónlingüística sustituta r, al igual que Jack no necesita captar directamente los estímulos S delcuerpo de Jill, sino los estímulos lingüísticos sustitutos s). Bloomfield parece razonar delsiguiente modo: la conducta puede ser comprendida en términos de secuencias de estímulosprácticos S y de respuestas prácticas R sin considerar el lenguaje, por tanto la consideración dellenguaje no debería modificar esa comprensión; si pese a ello queremos estudiar el lenguaje,entonces lo haremos en términos de secuencias de estímulos y respuestas lingüísticos pero quefuncionen como sustitutos de los estímulos y respuestas prácticos, es decir, como captadoresdirectos y transmisores asépticos de estímulos y respuestas prácticas. Para Bloomfield (1933:26) “the gap between the bodies of the speaker and the hearer – the discontinuity of the twonervous systems – is bridged by the sound-waves.”

    Del diagrama que representa los actos de proferencia de habla es bien conocida, segúnBloomfield, la porción r ......... s, es decir, la porción de la que se ocupa la lingüística: ondassonoras que se transmiten y se recogen en el oído. Pero resultan oscuras las porciones

    E s decir, “we do not understand the mechanism which makes people say certain things incertain situations, or the mechanism which makes them respond appropriately when these speech-sounds strike their ear-drums. (...) These mechanisms are studied in physiology and, specially,in psychology. To study them in their special bearing on language, is to study the psychology ofspeech, linguistics psychology. In the división of scientific labor, the linguistic deals only withthe speech-signal (r........s); he is not competent to deal with problemes of physiology orpsychology. ” (Bloomfield 1933:31-32)

    Este reparto de tareas entre psicología y lingüística debería ser considerado evidente,aunque “many of the older linguists ignored this; they vitiated or skimped their reports by tryingto state everything in terms of some psychological theory.” (Bloomfield 1933:32). Para no caeren este error será conveniente conocer las principales teorías psicológicas sobre la conducta, yen especial de la conducta lingüística, es decir, sobre las conexiones entre estímulos (S y s) yrespuestas (r y R). El principal reto de tales teorías es la explicación de la variabilidad de lasrespuestas (lingüísticas).

    Nuestro autor nos presenta dos teorías o concepciones psicológicas sobre la conducta

    S r y s R

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    3 Hymes/Fought (1975:107) opinan que esta posición, es decir, el rechazo del mentalismo “isfurther to be distinguished from Bloomfield’s physicalism, i.e., the belief that physical causes canbe imputed to all effects (observed or unobserved)”. Sin embargo, esta opinión no pareceacertada, pues para Bloomfield lo característico del mentalismo no es que postule entidadesinobservables, sino que postula entidades no materiales o no físicas.

    4 Compárese estas afirmaciones de Bloomfield (1933) con la siguiente cita de (Bloomfield1914:72): “no language has the character of a set of sounds in some way logically derivable fromthe experiences which they express.”

    5 En Chomsky (1955) también se tendrá especial cuidado al proponer que la intuición delhablante sobre la gramaticalidad opere como indicativo de la adecuación externa de lasgramáticas.

    en general y sobre la conducta lingüística: el mentalismo y el materialismo (o mecanicismo). Elmentalismo explica la variabilidad de la conducta humana merced a la existencia de “some non-physical factor, a spirit or will or mind (...) that is present in every human being. This spirit,according to the mentalistic view, is entirely different from material things and accordinglyfollows some other kind of causation or perhaps none at all. Whether Jill will speak or whatwords she will use, depends, then, upon some act of her mind or will, and, as this mind or willdoes not follow the patterns of succession (cause-and-effect sequences) of the material world, wecannot foretell her actions.” (Bloomfield 1933: 32-33)3. Por contra, el materialismo explica lavariabilidad de la conducta humana por la complejidad de los sistemas de estimulación yrespuesta de los individuos, pero complejidad constituida siempre en términos de conexionescausa-efecto y en las que la causa será física; nuestro desconocimiento de las conexiones causa-efecto que articulan esos sistemas nos hace hablar de variabilidad, pero la variabilidad no es talsi por ello entendemos espontaneidad sin causa. “Human actions, according to the materialisticview, are part of cause-and-effect sequences exactly like those which we observe, say in the studyof physics or chemistry. (...) We could foretell a person’s actions (for instance, whether a certainstimulus will lead him to speak, and, if so, the exact words he will utter), only if we knew theexact structure of his body at the moment, or, what comes to the same thing, if we knew the exactmake-up of his organism at some early stage - say at birth or before - and then had a record ofevery change in that organism, incluiding every stimulus that had ever affected the organism.”(Bloomfield 1933:33)4. “The part of the human body responsible for this delicate and variableadjustment, is the nervous system. (...) [Pero] The working of the nervous system is notaccessible to observation (...) Therefore the psychologist must resort to indirect methods ofapproach.” (Bloomfield 1933:33-34). El principal tipo de tales métodos indirectos para el estudiodel sistema nervioso sería la experimentación científica, dirigida a relacionar centros cerebralescon la fisiología del habla. Aunque otro de tales métodos puede ser la introspección, ésta debeaplicarse con sumo cuidado para no caer a través suya en las ciénagas del solipsismo, pues “isa mistake, for instance, to suppose that language enables a person to observe things for which hehas no sense-organs, such as the workings of his own nervous system.” (Bloomfield 1933:34)5.

    El rechazo del mentalismo (y del solipsismo), y la defensa del materialismo

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    6 En Weiss (1931) se analizan algunas concepciones solipsistas de interés para la psicología,tratando de mostrar su falta de apoyos.

    (mecanicismo o conductismo) es, para Bloomfield, en cierto sentido, equivalente a la adopcióndel método científico: “it may be stated as a principle that in all sciences like linguistics, whichobserve some specific type of human activity, the worker must proceed exactly as if he held thematerialistic view.” (Bloomfield 1933:34 Esto es lo que ocurriría ya en psicología gracias a laconcepción no-animista de la conducta de Albert Paul Weiss, al que Bloomfield llegó a apreciaren gran medida6.

    La consideración del significado es pertinente para la comprensión de la fundamentaciónde la lingüística propia de Bloomfield-B, por ser un ámbito de discusión en el que se muestra suparticular concepción del carácter científico de la lingüística y su rechazo de las tesis mentalistas.Si recordamos los componente de un acto de proferencia (situación estimulativa del hablante,habla y respuesta del oyente) entenderemos la definición de significado de una forma lingüísticaque se nos ofrece en Bloomfield (1933:139): es “the situation in which the speaker utters it andthe response which it calls forth in the hearer.”; o la que se nos ofrece en Bloomfield (1933:27):“the meaning consists of the important things with which the speech-utterance (B) is connected,namely the practical events (A and C).”

    Consideremos indistintas las perspectivas del hablante y del oyente, y limitémosnos ala del hablante. Ahora bien, dada la definición de significado que maneja Bloomfield y queacabamos de recoger, en el significado de una expresión se incluyen cualesquiera objetos deluniverso del hablante, y dado que el modo adecuado de acceder a tales objetos del universo delhablante es el conocimiento científico de los mismos, se sigue que: “In order to give ascientifically accurate definition of meaning for every form of a language, we should have to havea scientifically accurate knowledge of everything in the speakers’ world.” (Bloomfield 1933:139).Pero puesto que el “actual extent of human knowledge is very small, compared to this” (Ibidem),el estudio del significado adolece de grandes deficiencias, “is therefore the weak point inlanguage-study, and will remain so until human knowledge advances very far beyond its presentsstate.” (Bloomfield 1933:140). Pero la situación es aún más grave que la que cabe imaginar apartir de tales deficiencias de nuestro conocimiento, pues incluso con el avance del conocimientocientífico quedaría todavía por explicar las razones por las que una misma situación práctica noconstituye el mismo estímulo (significado) para distintos hablantes. Para Bloomfield lasdiferencias proceden de las diferencias de estado corporal de los hablantes, que incluye “thepredisposition of his nervous system, which results from all of this experiences, linguistic andother, up to this very moment - not to speak of hereditary and pre-natal factors.” (Bloomfield1933:141)

    En Bloomfield-B se rechaza que la psicología mentalista sea una solución a estosproblemas surgidos al definir el significado. Los mentalistas creen que: “prior to the utteranceof a linguistic form, there occurs within the speaker a non-physical process, a thought, concept,

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    7 “Bloomfield is probably best known today for a position he never held at all: the ‘rejectionof meaning’.(...) The issue, for Bloomfield, was no between presence and absence of meaning,but between ists proper and improper use.(...) What he rejected was not meaning, but what hecalled ‘mentalism’, meaning thereby the imputation of a causative role to unobservable factors.”(Hymes/Fought 1975:106-107) En ocasiones, Bloomfield se lamentaba de que se le atribuyesela pretensión del estudio de la lengua prescindiendo del significado (Cf. Lepschy 1966: 121, nota29)

    image, feeling, act of will, or the like, and that the hearer, likewise, upon receiving the sound-waves, goes through an equivalent or correlated mental process. The mentalist, therefore, candefine the meaning of a linguistic form as the characteristic mental event which occurs in everyspeaker and hearer in connection with the utterance or hearing of the linguistic form. The speakerwho utters the word apple has had a mental image of an apple, and this word evokes a similarimage in a hearer’s mind. For the mentalist, language is the expressions of ideas, feelings, or voli-tions.” (Bloomfield 1933:142). Para Bloomfield (1933:142) las imágenes mentales “are merelypopular terms for various bodily movements”, movimientos del cuerpo y movimientos deórganos del cuerpo (ya produzcan estos sonido o no). En realidad, opina Bloomfield (1933:143-144), puesto que “these are all we have to work with, the mentalist in practice defines meaningsexactly as does the mechanist, in terms of actual situations” y no en términos de imágenesmentales.

    Ante las dificultades al definir los significados e identificarlos como algo constante, notenemos otra salida para abordar su estudio que suponer “that each linguistic form has a constantand specific meaning” (Bloomfield 1933:145)7: “Since we have no way of defining most meaningand of demostrating their constancy, we have to take the specific and stable character of languageas a presupposition of linguistic study, just as we presuppose it in our everyday dealings withpeople. We may state this presupposition as the fundamental assumption of linguistics (...)namely: In certain communities (speech-communities) some speech-utterances are alike as toform and meaning.” (Bloomfield 1933:144)

    Valoraciones no ortodoxasVeamos ahora la opinión que en Bloomfield-B se tiene sobre Bloomfield-A. En el Prefacio deBloomfield (1933) se nos dice que esa obra es una versión de Bloomfield (1914), en la medidaque las dos tratan asuntos generales sobre el lenguaje y por eso ambas constituyen así una faseprevia y necesaria para estudios más específicos. El propio Bloomfield (1933: vii) señala unadiferencia entre las dos obras, aunque no parece conferirle gran importancia: “In 1914 I based thisphase of the exposition on the psychologic system of Wilhelm Wundt, which was then widelyaccepted. Since that time (...) we have learned (...) that we can pursue the study of languagewithout reference to any one psychological doctrine”. Para Bloomfield la diferencia entreBloomfield (1914) y Bloomfield (1933) estaría en que en Bloomfield (1933) renunció a usarfundamentos psicológicos en su estudio del lenguaje, pero sorprendentemente no aprecia que esosea una diferencia fundamental.

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    Pero en realidad, como hemos podido apreciar con la exposición precedente, la diferencia entrelas propuestas de ambas obras es mayor que lo que trasluce esta opinión de Bloomfield. No escierto que Bloomfield (1933) sea una versión de Bloomfield (1914). Hemos visto que laconcepción propuesta en Bloomfield-A es mentalista mientras que la concepción propuesta enBloomfield-B es antimentalista y nominalista. Así pues las diferencias entre ambas concepcionesson manifiestas.

    Ahora bien. Nótese que Bloomfield (1933) señala la existencia de dos corrientespsicológicas pertinentes para el estudio de los mecanismos implicados en la conducta lingüística,la mentalista y la mecanicista o materialista, y que a la vez nos advierte que hará suya la asunciónmaterialista de la no existencia de componentes mentales en la conducta lingüística. Pero alguienpodría apreciar en esto una contradicción. ¿Cómo puede rechazarse la fundamentaciónpsicológica mentalista, es decir, promoverse la autonomía de la lingüística respecto de lapsicología y, a la vez, profesarse la doctrina psicológica mecanicista o conductista? La idea deque en Bloomfield (1933) se desarrolla la lingüística independiente de cualquier doctrinapsicológica no es creible. Efectivamente se trata de una contradicción o inconsistencia, aunquenuestro autor no la percibe como tal, pues para él la adopción del mecanicismo o conductismo(o materialismo) no es sino una consecuencia directa de la aplicación del método científico alestudio de la conducta humana o, dicho de otro modo, “that mechanism is the necessary form ofscientific discourse” (Bloomfield 1933:vii).

    Y es que la adopción del materialismo en Bloomfield 1933 supone la adopción de unaposición psicologista de fondo. De modo que si en Bloomfield-A se aboga por la psicología deWundt en Bloomfield-B se aboga por la psicología de Weiss. Bloomfield abandonó la psicologíamentalista de Wundt y adoptó la psicología conductista de la época. En ambos casos nuestroautor está proponiendo una dependencia de la lingüística respecto de la psicología, pues suconcepción de la lingüística depende de su concepción de la psicología. Además, téngase encuenta que en Bloomfield (1933) la lingüística no se ocupa sin más de sonidos y ondas, deseñales de habla, sino de sonidos y ondas que son estímulos y respuestas lingüísticas. Es decirla lingüística sería una ciencia de la conducta lingüística, lo cual exige poner en juegocompromisos o asunciones relativos a la base de esa conducta para lograr su explicación. Laasunción de Bloomfield (1933) al respecto es que no existe una explicación mentalista de losactos de habla, como tampoco existe explicación mentalista de ningún otro tipo de conductas.La única explicación sería materialista y en términos de secuencias de estímulos y respuestas.Pero esta, insisto, es una asunción psicológica. Para que la argumentación de Bloomfield (1933)contra la base psicológica de la lingüística sea convincente no basta con que le impida a éstaocuparse de las fases estímulo práctico-respuesta lingüística y estímulo lingüístico - respuestapráctica al tiempo que le asigna la fase respuesta lingüística-estímulo lingüístico, sino quedebería convencernos de que para conocer esta fase respuesta lingüística-estímulo lingüístico nonecesitamos partir de las peculiaridades mentales de los hablantes. Esta situación la podemosinterpretar como que para Bloomfield el estudio del lenguaje va de la mano del estudio de lamente, tanto en la etapa A como en la etapa B. Tanto en la etapa A (en lo referente a suconcepción propuesta) como en la etapa B (en lo referente a sus asunciones implícitas en su

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    concepción propuesta) se require el concurso de la mejor psicología para entender los fenómenoslingüísticos. En Bloomfield-B no es que el estudio de la mente no sea pertinente para el estudiodel lenguaje, sino que el estudio de la mente es concebido bajo las directrices de la psicologíaconductista. O, dicho de otro modo, la coherencia interna de la concepción propuesta enBloomfield-B podría requerir una realización mentalista.

    Otro tipo de reflexión no ortodoxa sobre Bloomfield-B es la relativa al tipo dementalismo que podría casar con su concepción de la ciencia. Bloomfield (1933) rechaza unmentalismo voluntarista e individualista, pero quizás pudiera aceptar un mentalismo materialista.Téngase en cuenta que Bloomfield adoptó una posición antimentalista bajo la influencia delpsicólogo conductista Albert Paul Weiss y del maestro de éste, Max Meyer, quien proponía lanaturalización de la psicología. La idea expresada por Bloomfield (1933) es que no existe unpunto intermedio o de intersección entre mentalismo y materialismo: la aceptación de ésteequivale al rechazo de aquél. Sin embargo existen posiciones que se oponen a esta excisión,posiciones que tratan de proporcionar una base material a los procesos mentales; es el caso delmentalismo propio de la corriente chomskyana. En relación a esta variedad de posicionesmentalistas, Katz (1964:206) opina que “Bloomfield criticó, no el mentalismo en el sentidocontemporáneo del término, sino una concepción altamente teologizada de mentalismo, con lacual muy pocos de los que hoy se consideran mentalistas desearían identificarse (...) Bloomfieldclaramente critica el mentalismo por hacer imposible la predicción y la explicación de laconducta lingüística en términos de leyes causales.” Esto hace, desde la perspectiva de Katz(1964), que la critica de Bloomfield al mentalismo no afecte al mentalismo de la corrientechomskyana en la que él mismo se sitúa. Es decir, que alguien podría ser antimentalista en elsentido que lo es Bloomfield (1933) y a la vez mentalista naturalizado en el sentido que lo esChomsky (1965). En mi opinión el desarrollo de esta reflexión sobre la discusiónantimentalismo/mentalismo en el entorno de las obras de Bloomfield y Chomsky podría arrojaruna nueva luz a la comprensión de la historia y fundamentación de la lingüística del siglo XX.Sin embargo, e independientemente de cuál haya llegado a ser la concepción del lenguaje de lacorriente chomskyana, el juicio de Katz (1964) resulta chocante al comprobar cómo Chomsky(1955:86) apoya las críticas de Bloomfield al mentalismo. (Ver más abajo)

    Fijémosnos ahora en las situaciones en las que sólo actua un usuario del lenguaje. Encontraposición al uso más frecuente del lenguaje en las interlocuciones entre varios hablantes,la consideración de las situaciones en las que sólo actúa un usuario del lenguaje conduce aconclusiones especiales. En tales situaciones no observaremos (oiremos) que nadie habla, sóloveremos los sucesos prácticos que acontecen, es decir, sólo identificaremos los estímulos y lasreacciones no lingüísticas S y R. No habría nada, nos viene a decir Bloomfield (1933), quedelatara que estamos ante un usuario de un lenguaje humano. Sería una conclusión coherente paraalguien que trate de identificar el objeto de la lingüística mediante la observación de losmovimientos de objetos macroscópicos en un tiempo. Esa es también la conclusión a la que sellegaría al observar la conducta de los animales: actúan pero no poseerían lenguaje. De hecho“the lone Jill is in much the same position as the speechless animal” (Bloomfield 1933:24). Pero

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    8 A decir verdad, Bloomfield no logra separar con claridad el lenguaje humano del supuestolenguaje animal.

    al poco de realizar esta afirmación, Bloomfield (1933:27) parece retractarse: “Up to a certainpoint, some animals respond to each others’s stimuli. (...) [Pero] Human speech differs from thesignal-like actions of animals, even of those which use the voice, by its great differentiation. (...)Man utters many kinds of vocal noise and makes use of the variety: under certain types of stimulihe produces certain vocal sounds, and his fellows, hearing these same sounds, make the appro-priate response. To put it briefly, in human speech, different sounds have different meanings. Tostudy this co-ordination of ceartain sounds with certain meanings is to study language.”8.

    Ahora bien, si lo social es consustancial al lenguaje ¿puede darse el lenguaje en unusuario en silencio y sin interlocutor? En estas situaciones, nos dice (Bloomfield 1939:43) que“Según el punto de vista popular se supone que no permanece ningún movimiento en absoluto.[aunque] Para adoptar esta visión tendríamos que abandonar todas las suposiciones básicas dela física; pero más bien debemos suponer que los movimientos del habla (...) quedan reemplaza-dos por movimientos internos. Este habla interna corresponde al cuerpo principal del sistema deacciones vagamente deslindado que en el lenguaje cotidiano denominamos ‘pensamiento’.” Esdecir, la respuesta viene a ser que en tales casos se da el lenguaje tanto si observamos susmanifestaciones (por tratarse de movimientos externos) como si no las observamos (por tratarsede movimientos internos); además, esto último es una consecuencia del materialismo científicocontrario al mentalismo. Esta respuesta asume que la transmisión de información en forma desecuencias de estímulos y reacciones puede darse en un mismo hablante (al “talking to oneself”)y además no conllevar proferencias sonoras (al “think in words”). Es decir, la transmisión deinformación puede ser concebida de manera abstracta: “Closely connected with the relaycharacter of speech is its abstraction. The relays of speech, between the practical stimulus andthe practical response, have no immediate practical effect. (...) In this lies the value of talking tooneself or thinking.” (Bloomfield 1933:28). Pero nótese que en esta respuesta de Bloomfield noqueda claro qué hay que entender por ‘movimientos internos’; además, y dejando a un lado esacuestión, no se mantiene ni la exigencia de la observación como criterio guía para identificar elobjeto de la lingüística ni la equiparación del lenguaje con lo oral. Recuerdese que estas son lasdos premisas de las que Bloomfield (1933) parte al abordar la identificación del objeto de lalingüística. Por tanto, no parece que en este punto haya logrado ser muy coherente con susprincipios. Por otro lado, y sin entrar a enjuiciar tales convicciones, podemos preguntar por quéel lenguaje debería ser equiparado a su manifestación oral si, como opina Bloomfield (1933), noes equiparable a su manifestación escrita. ¿Por qué considerar que lo escrito es una meramanifestación y que lo oral es propiamente el lenguaje? Antes bien, el lenguaje debería estudiarse(y, si lográramos tal cosa, cabría identificarlo) independientemente de cualesquiera de sus formasde expresión, abstrayendolo de esas formas que lo manifiestan, que lo exteriorizan. Esta pareceincluso que es su conclusión tras el análisis del caso del usuario fuera de un acto de interlocución,un usuario que piensa y no habla. Pero, claro, aceptar esta indiferencia en cuanto al carácter demanifestación de lo escrito y de lo oral, o, en general, defender que el lenguaje es diferente de

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    cualesquiera de sus manifestaciones físicas, podría conducir a alguna forma de mentalismo o derealismo, lo cual no sería del agrado de nuestro autor.

    Las convicciones empiristas llevaron a Bloomfield (1933) a rechazar términos abstractosy términos generales, pues tales términos no conectan directamente con lo observable y losenunciados que los incluyan serán inverificables. Pero aparte de las convicciones, en la prácticacomo lingüistas, Bloomfield y sus seguidores, dieron entrada a la consideración de procesos noobservables (como la supuesta ordenación en la aplicación de ciertas reglas de formación delplural) y entidades teóricas y abstractas (como ‘fonema’, ‘oración’, ‘transformación’ entre otrosmuchos). La justificación de esa práctica se cifró en el carácter de ficción útil que tendrían talesprocesos y entidades: “The device of useful fictions, thus, enables to Bloomfieldian linguist toretain his belief in nominalism, and thereby his materialist conception of language. At the sametime this notion allows him to use whatever abstract term he wishes in his descriptive work.”(Botha 1992:22). La adopción coherente de este recurso a la ficción útil o conveniente en lainvestigación debería dar lugar a una redefinición de los objetivos de la investigación enlingüística. El desarrollo de esta redefinición y su valoración en la obra de Bloomfield,contrastándola con su puesta en práctica, podría poner a una nueva luz el carácter empirista desu posición.

    Chomsky-AEn Chomsky-A los problemas centrales que la lingüística descriptiva debe afrontar son tres: laconstrucción de gramáticas para lenguajes particulares, la formulación de una teoría general dela estructura lingüística de la cual las distintas gramáticas sean ejemplificaciones y la justificacióny validación de los resultados.

    La manera de abordar el tema de la justificación de las gramáticas depende claramentede la concepción que se tenga de lo que es una gramática. “A grammar of a particular languagecan be considered, in what seems to me a perfectly good sense, to be a complete scientific theoryof a particular subject matter, and if given in precise enough form, a formalized theory. Anyinteresting scientific theory will seek to relate observable events by formulating general laws interms of hypothetical constructs, and providing a demonstration that certain observable eventsfollow as consequences of these laws. In a particular grammar, the observable events are thatsuch and such is an utterance of the language, and the demostration that this events is aconsequence of the theory consists in stating the structure of this predicated utterance on eachlinguistic level, and showing that this structure conforms to the grammatical rules, or the laws,of the theory. The grammar thus gives a theory of these utterances in terms of such hypotheticalconstructs as the particular phonemes, words, phrases, etc. of the language in question.”(Chomsky 1955:77). Es decir, una gramática sería una teoría científica empírica, que se ocupade eventos observables, formulando leyes para explicarlos y predecir su existencia; e incluso

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    9 Aunque aquí se nos dice que una gramática es una teoría que explica, Chomsky (1955:78)señala como teoría a la que una gramática se parecería aquella parte de la química teórica quedescribe todos los compuestos químicos posibles a partir de nociones teóricas como ‘electrón’,‘valencia’, etc.

    10 Por otro lado, el cumplimiento de las condiciones externas por parte de las gramáticasconstituye a su vez una condición para la teoría lingüística: “The general theory must meet thecondition that all grammars to which it leads must satisfy whatever external criteria of adequacywe can establish.” Chomsky (1955:80-81)

    11 Un caso general, muy importante, en el que se puede apreciar cómo el cumplimiento de lascondiciones externas de adecuación llega a determinar qué análisis gramatical elegir es aquel enel que se trata de decidir si una gramática debe incorporar o no un nivel de representaciónsintáctica transformacional. Para Chomsky (1955) la introducción de un nivel transformacionalestá justificada porque la gramática resultante da cuenta de las intuiciones de los usuarios, cosaque no logran las gramáticas cuyo componente sintáctico sólo contiene un nivel de representaciónsintagmático. (Cf. Chomsky 1955:293-306)

    puede llegar a presentarse como una teoría formalizada9.

    Pero si una gramática es una teoría científica empírica entonces su justificación debedescansar, en parte, en el cumplimiento de ciertas condiciones externas de adecuación queindiquen cómo debe relacionarse una gramática con los datos10. Cuando Chomsky (1955) tratade aclarar en qué consisten esas condiciones externas de adecuación nos dice que las mismasestán cifradas en la intuición de los hablantes nativos: “the sequences generated by the grammaras grammatical sentences must be acceptable, in some sense, to the native speaker, and theprocesses described must conform somehow to his “habits.”(...) The speaker’s intuition aboutform (sometimes misleadingly spoken of as “semantic”) poses, for each language, conditions thatmust be met by linguistic theory. And, broadly speaking, we will regard a linguistic theory assuccessful if it manages to explicate and give formal justification and support for our strongintuitions about linguistic form within the framework of an integrated, systematic, and internallymotivated theory.” (Chomsky 1955:101)11. Los intentos de encontrar correlatos a la intuición delos usuarios, correlatos conductuales o correlatos estadísticos, no serían satisfactorios. Laintuición de los usuarios permanece como criterio último, si bien, Chomsky (1955: 103) nosadvierte que aunque en la intuición se cifran las condiciones externas de adecuación “this notmean that linguistic theory itself is based on intuition, that “intuition” and such notions appearin its basis of primitive terms.”

    Sin embargo, las condiciones externas no son suficientes para evaluar (o validar) lasgramáticas, incluso si éstas presentan una caracterización formal (ver Chomsky 1955:82).Porque una gramática formal podría satisfacer las condiciones externas estipuladas pero, porejemplo, estar integrada por listas o repertorios en lugar de por caracterizaciones generales, opodría mostrarse equivalente a otras gramáticas que también satisficiesen las condiciones

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    12 Chomsky (1955:83-84) nos advierte de la existencia de cierta vaguedad en expresionescomo ‘formal’ o ‘justificación formal’. La vaguedad procede de que ‘formal’ cabe usarlo envarios sentidos: en un primer sentido ‘formal’ quiere decir riguroso, claro; en un segundo sentidoquiere decir que se sigue de una teoría abstracta y general de la estructura lingüística; yfinalmente en un tercer sentido ‘formal’ quiere decir opuesto al significado, que se ocupa de laforma y de la disposición de los símbolos. Los ejemplos de procedimientos distribucionalespodrían ser tomados como formales por el primer sentido, aunque no lo son por el segundosentido. Para nuestro autor el interés está en construir gramáticas formales en los tres sentidosconsiderados de ‘formal’.

    13 Ejemplos de términos primitivos serían ‘precede’. ‘es fricativa’. Cf. Chomsky (1955:85)

    externas, con lo que no sabríamos por cuál optar12. De ahí que una gramática, además desatisfacer tales condiciones externas, deba ser compatible o conformar con la teoría lingüísticageneral. Podríamos hablar, por tanto, de un tipo de condiciones diferente, de condiciones internasde adecuación; es lo que en Chomsky (1957:68) se denominó condición de generalidad.:“Whether or not we can determine grammars to uniqueness in this manner depends on howlimiting are the conditions of adequacy and how stringent is the formulation of the general theory(which can in a sense be regarded as the definition of “language”).” (Chomsky 1955:81)

    Así pues “the problem of justification and that of constructing a general theory oflinguistic structure are, in part at least, essentially the same” (Chomsky 1955:85). ¿Cuáles sonlas vías por las que la teoría general permite la justificación de las gramáticas? Acabamos demencionar algunas: la formulación de condiciones de adecuación tanto externas como internas(exigiendo estas últimas la definición precisa de la forma de las gramáticas). Pero existen otrasvías.

    Una de tales vías de justificación de las gramáticas es aquella por la que la teoría generalarticula un sistema de nociones en términos de las cuales las gramáticas se formulan y se aplican:“The general theory will ultimately assume the form of a system of definitions, in which"phoneme", "word", "sentence", etc., are defined, and their general properties and interrelationsspecified.” (Chomsky 1955:85). Pero, además, la teoría general debe garantizar que unagramática, formulada mediante tales nociones, pueda aplicarse, es decir, “it must be framed interms of notions whose applicability can be determined in particular cases.” (Chomsky 1955:86).El logro de este objetivo supone en el caso de Chomsky (1955) un cierto tipo de operacionalismoy de antimentalismo. Si pretendemos que las nociones de la gramática sean aplicables, el sistemade definiciones de tales nociones incluido en la teoría general “must be based on some set ofprimitive, undefined terms.” (Chomsky 1955:85)13. De ese modo, si además suponemos “that weknow how apply the primitive notions of this general theory to actual languagematerial”(Chomsky 1955:85) es evidente que la aplicabilidad de esos términos primitivos setransmitirá a las nociones de la gramática definidas sobre ellos. Este programa le parecedemasiado fuerte a Chomsky (1955) aunque lo acepta como «objetivo marco»: “The form of atheory that we have just described, where every notion appearing in the theory is completely

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    14 No obstante podríamos aceptar que Chomsky (1955) iría contra el «primer dogma delempirismo», el de la distinción analítico-sintético. Y esto en la medida que la justificación de unagramática particular no es posible sin atender a condiciones internas de adecuación, las queproporciona la teoría general, es decir, en la medida que una gramática no contiene enunciadosanalíticos, enunciados confirmados en cualquier caso. La exigencia de condiciones de adecuacióntanto externas como internas supondría el rechazo de la distinción analítico-sintético. Pero si estoes así, y si como opina Quine (1953) ambos dogmas son idénticos en sus raíces y se sostienenuno al otro, Chomsky (1955) debería también rechazar claramente (con menos tibieza) elreduccionismo operacionalista.

    analyzed in terms of a set of a operational primitives, is a very strong one. A broader conceptionof the role of theoretical terms in scientific theory can be given. But it seems to me that this isa correct way to state the goal of that aspect of linguistic theory that we are here considering.”(Chomsky 1955:85)

    Chomsky (1955) parece aceptar las críticas vertidas por Quine (1953), entre otros, contralo que éste llama reduccionismo radical, el «segundo dogma del empirismo», “que sostiene quetodo enunciado con sentido es traducible a un enunciado (verdadero o falso) acerca deexperiencia inmediata.” Quine (1953:72). Sin embargo, ello no le impide preocuparse deestablecer cuál debe ser la base de nociones de la gramática (analizables operacionalmente). (Cf.Chomsky 1955:85-99). Y al hacerlo se muestra muy próximo a aquellos planteamientos de Harris(1951) que podríamos considerar como operacionalismo distribucional14. Los planteamientosreduccionistas de las nociones teóricas a las nociones observacionales han estado ligados aconcepciones antimentalistas en lingüística. Bloomfield (1933) sería un caso de reduccionistay de antimentalista. Pues bien, según Chomsky (1955:86) el rechazo del reduccionismo radicalno debe conllevar la aceptación del mentalismo: “It is true that many philosophers have given up,as a general requirement for significance, the kind of reduccionism that our restatement ofBloomfield’s program has as its goal (...) However, I do not believe that this is relevant toBloomfield’s antimentalism, or to the approach to linguistic theory that we have outlined. Thefact that a certain general criterion of significance has been abandoned does not mean that thebars are down and that "ideas"and "meanings" become proper terms for linguistics.” De hecho, siel reduccionismo no es válido y encontramos un nuevo criterio, es decir “If it is followed be anew analysis of "significance", then if this is at all adequate, it seems to me that it will rule outmentalism for what were essentially Bloomfield’s reason, i.e., its obscurity and inherentuntestability. Thus Quine rejects reductionism, suggests an alternative, and rejects mentalism.”(Chomsky 1955:86). La aceptación del mentalismo supondría renunciar a “haveunambiguous, cross-culturally valid tests for applying the undefined notions to data.” Chomsky(1955:86). Este sería el camino si aceptáramos como nociones primitivas la de intuición o la designificado. Si estas nociones constituyen la base para la lingüística, tal y como nos ofrece elmentalismo, entonces, se nos viene a decir, la lingüística como ciencia no es posible. Así pues,el mentalismo que Chomsky (1955) rechaza es aquel que impediría la aplicación efectiva de lagramática, en definitiva, el que impediría la justificación de la gramática, y para él a elloconduciría el intento de estudiar la estructura del lenguaje desde el significado.

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    15 Lo que separa a Chomsky (1955) de la corriente estructural, a la hora de establecer la basede la lingüística, parece ser su exigencia de condiciones internas de adecuación para lasgramáticas, y en concreto la inserción del análisis gramatical en una teoría lingüística general.Sin embargo, la importancia de esto último parece a veces que no es captada por el propioChomsky; por ejemplo, tras recapitular lo dicho sobre la teoría lingüística general (diciendo:“The notions that enter into linguistic theory are those concernd with the physical properties ofutterances, the formal arrangement of parts of utterances, conformity of utterance tokens (asdetermined by the pair tests), and finally, formal properties of systems of representation and ofgrammars.” (Chomsky 1955:127)) comenta: “We will refer to linguistic analysis carried out inthese terms as "distributional analysis"This usage seems to me to correspond to the practice ofwhat has been called distributional analysis.” (Chomsky 1955:127)

    La pregunta por la base de la lingüística, por el tipo de términos primitivos, está puestodavía por contestar. La propuesta de Chomsky (1955) es que dicha base podremos obtenerlasi el análisis operacional se realiza mediante el llamado paired utterance test (el test de lasproferencias emparejadas) o una versión genérica del mismo. Dicho test nos permitiría distinguirentre dos elementos lingüísticos distintos, y, por tanto, nos permitiría clasificar las muestras deelementos lingüísticos en tipos de elementos lingüísticos. Así, nos permitiría distinguir entreproferencias distintas, y, por tanto, nos permitiría la clasificación de muestras de proferenciasen tipos de proferencias. Si analizáramos las oraciones en secuencias de fonos (segmentosfonéticos) podríamos utilizar dicho test para derivar la noción de secuencia tipo de fonos a partirde la noción de muestra de secuencia de fonos. Si, además de en fonos, analizáramos nuestrasoraciones mediante otro tipo de nociones, a ellas igualmente podríamos aplicar dicho test. Esoes lo que sucede si para la descripción de las oraciones se continúa usando fonemas, morfemas,palabras o sintagmas. Así, “The next step in the development of linguistic theory is the definitionof the notion "phoneme". The major research in structural linguistics has been devoted to thisproblem, which lies outside the scope of our investigations.” (Chomsky 1955:98). A partir deaquí, el análisis lingüístico se concibe como el proceso en el que se asocia a una oración concretaun conjunto de representaciones, una para cada nivel de representación lingüística. Y unagramática, entonces, se organizará en esos niveles de representación. Pero la descripciónfonémica no sólo es el «siguiente paso», sino que en ella se cifraría la naturaleza objetiva yempírica de la lingüística, en la medida que “Exactly what foundation should be chosen forlinguistic theory naturally depends on what sort of phonemic theory is adopted. With the rise ofacoustic phonetics, it seems likely that acoustically defined properties, the paired utterance test,and an operational account of segmentation might provide an objetive and empirical foundationfor linguistic theory.” (Chomsky 1955:98)

    Así pues, en Chomsky-A, la fundamentación empírica de la lingüística sería posiblemerced a la consideración de propiedades acústicas y a la aplicación de procedimientosoperacionales de segmentación y distinción, los cuales permitirían determinar la conformidadentre secuencias. Pero, nos preguntamos, ¿acaso esto no fue ya defendido en Harris (1951), lainfluyente obra del maestro estructuralista de Chomsky? 15

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    Chomsky-BLa fuente de información para la formulación de la gramática sigue siendo en Chomsky-B, igualque en Chomsky-A, la intuición lingüística expresada en los juicios de los usuarios del lenguaje.La intuición del usuario expresa su conocimiento tácito del lenguaje aunque no de formainmediata: el lingüista debe diseñar la producción de esos juicios para evitar la evasividad delconocimiento que expresan. Esta fuente de información no parece que pueda ser sustituida porotra más objetiva o de mecánica inductiva. (Ver Chomsky 1965:19-24). A quienes considerenque los juicios de los usurarios son innecesarios y se limiten a los datos del lenguaje en sí, se lesadvierte que “la selección de una gramática para una lengua específica L no será nuncadeterminada por los datos sacados de L solamente.” (Chomsky 1965:40)

    En Chomsky-B, igual que en Chomsky-A, se considera que la justificación de lasgramáticas procede de dos tipos de condiciones o motivos, los externos y los internos: “lagramática está justificada por motivos externos, sobre la base de la correspondencia con loshechos lingüísticos, [pero además] la gramática está justificada por motivos internos, sobre labase de su relación con la teoría lingüística” (Chomsky 1965:27). Pero pese a esta coincidencia,existe una diferencia respecto de Chomsky (1955) y (1957): a estas dos vías de justificación sele añade algo. Lo que Chomsky-B añade a lo propuesto en Chomsky-A respecto de lajustificación de las gramáticas se introduce usando una nueva terminología: se habla deadecuación descriptiva para referirse a la propiedad de las gramáticas que las hace describircorrectamente la competencia intrínseca del hablante nativo, y se habla de adecuación explicativapara referirse a la propiedad de la teoría general por la que logra seleccionar una gramáticadescriptivamente adecuada sobre la base de los datos lingüísticos (o sea sobre la base de laintuición de los hablantes). Así pues, una gramática estará justificada por motivos externos enla medida que sea descriptivamente adecuada, y a la inversa (ambas nociones son equivalentes);mientras que una gramática estará justificada por motivos internos en la medida que seaseleccionada por la teoría lingüística general. Pero hasta aquí no aparece un añadidoverdaderamente importante a lo dicho en Chomsky (1955) y (1957). No obstante hay unadiferencia de fondo, y es que en Chomsky-B hay una oposición clara a la posibilidad de emplearcriterios operacionales para la determinación de los valores de las nociones de la gramática enel proceso de descripción de la intuición o competencia del hablante, es decir hay una oposiciónal operacionalismo del texto de (1955). (Ver Chomsky 1965:19-20 y 1955:85-99).

    Pero el añadido verdaderamente importante a lo propuesto en Chomsky-A consiste enconsiderar que la teoría lingüística general es una teoría del proceso de adquisición de la lengua,concretamente de la base o precondición que el aprendiz posee y que permite y guía suaprendizaje: “para aprender una lengua, el niño debe tener un método para inventar una gramáticaapropiada, dados los datos lingüísticos primarios. Como precondición para el aprendizajelingüístico, debe poseer, en primer lugar, una teoría lingüística que especifica la forma de lagramática de una posible lengua humana, y, en segundo lugar, una estrategia para seleccionar unagramática de la forma apropiada que sea compatible con los datos lingüísticos primarios.”

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    16 En Chomsky (1964:29-31) se distingue un nivel de adecuación previo a los dos mencionados;se trata de la adecuación observacional, que se alcanza al determinar cuáles son los datosprimarios pertinentes y al presentarlos correctamente. Este sería el nivel de adecuación logradopor la lingüística postbloomfieldiana.

    (Chomsky 1965:25-26)16. Así, si en Chomsky-A el problema de la justificación era en esenciael problema de la construcción de una teoría general de la estructura lingüística (ver Chomsky1955:85), ahora, en Chomsky-B, el “problema de la justificación interna - de la adecuaciónexplicativa - es, en esencia, el problema de construir una teoría de la adquisición del lenguaje,un dar cuenta de las habilidades innatas específicas que hacen posible este logro.” (Chomsky1965:27). Si la teoría general acierta a seleccionar una gramática descriptivamente adecuadapodrá decirse que satisface la condición de adecuación explicativa, es decir, que ofrecerá “unaexplicación de la intuición del hablante nativo sobre la base de una hipótesis empírica relativaa la predisposición innata del niño para configurar un cierto tipo de teoría para tratar los datosque le son presentados.” (Chomsky 1965:26). El interés por la adecuación descriptiva conduceal interés por la adecuación explicativa, pues ésta proporciona un medio para seleccionar unagramática descriptivamente adecuada. Es decir, la gramática propuesta por el lingüista recibejustificación en la medida que es compatible con la teoría de la adquisición del lenguaje, “en lamedida en que es un sistema descriptivamente adecuado fundamentado (en el sentido de que lateoría lingüística con la que está asociada selecciona esta gramática sobre las otras, (...)). “(Chomsky 1965:27)

    La diferencia entre adecuación descriptiva y adecuación explicativa serviría tambiénpara distinguir la tradición empirista de la tradición racionalista. Según Chomsky, en latradición empirista de estudio del lenguaje a lo más que se aspira es a la adecuación descriptiva(aunque podría dudarse incluso de si se pasa de la mera ordenación de los datos), mientras queen la tradición racionalista se aspira a la adecuación explicativa; esta diferencia provendría de queen la primera se ha supuesto “que sólo los procedimientos y mecanismos para la adquisición delconocimiento constituyen una propiedad innata de la mente. (...) [Mientras que en la segunda se]ha supuesto que la forma general de un sistema de conocimiento está fijada de antemano comodisposición de la mente” (Chomsky 1965:50)

    Valoraciones no ortodoxas¿Cómo evaluar la opinión de Chomsky según la cual Chomsky-A pertenece al mismo enfoquementalista que Chomsky-B? Para hacerlo se puede constatar que Chomsky (1955) no contienelos componentes característicos del mentalismo de Chomsky-B: no se menciona la facultad dellenguaje, ni el proceso de adquisición, ni el conocimiento innato, mientras que la proyección delhablante solo aparece de tal forma que para dar cuenta de ella no se apela a ninguna facultadmental sino a las características formales y operativas de la teoría lingüística. Es decir, no se trata

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    17 Ver Peris-Viñé (1996). En Bloomfield (1933:31) podemos encontrar también el reconoci-miento del uso proyectivo del lenguaje, al señalar que “in later life, we find that a speakerunderstands many speech-forms which he seldom or never employs in his own speech.” Peroni en Bloomfield-B ni en Chomsky-B el reconocimiento del uso proyectivo condujo a desarrollaruna lingüista mentalista.

    18 Ver Peris-Viñé (2002)

    de una proyección interna, mental, sino de una proyección externa, formal17. En contra de lo queafirma Chomsky, y de lo que lingüistas y filósofos suelen creer, en Chomsky-A no existe unadefensa, ni explícita ni implícita, del mentalismo. Antes bien, lo que se defiende de modoexplícito es la tesis sobre el lenguaje externalizado, no la tesis sobre el lenguaje internalizado.La siguiente cita es una muestra concisa de ello: “The notions that enter into linguistic theory arethose concerned with the physical properties of utterances, the formal arrangement of parts ofutterances, conformity of utterance tokens (as determined by the pair test), and finally, formalproperties of systems of representation and of grammars. Considerations of other kinds can beadmitted if shown to be clear and relevant. We will refer to linguistic analysis carried out in theseterms as "distributional analysis". This usage seems to me to correspond to the practice of whathas been called distributional analysis.” (Chomsky 1955:127)

    Pero no sólo es la opinión de Chomsky-B sobre Chomsky-A lo que está en entredicho,sino la imagen de Chomsky (1955) y (1957) que tienen los estudiosos, la imagen ortodoxa deesas dos obras, según la cual constituyen el inicio del giro mentalista característico de la corrientegenerativa transformacional. Pero hemos visto que un análisis reposado muestra que tales obrasno contienen los componentes mentalistas que más tarde encontramos en la concepción propuestaen Chomsky (1965). Además, la reconstrucción de Chomsky-A desde la filosofía de la cienciapuede mostrar que su tarea consistió en expresar el tipo de información ya expresada por lasgramáticas analíticas precedentes pero mediante instrumentos nuevos: los procesos generativos.En Chomsky-A las representaciones de las oraciones se obtienen aplicando reglas generativascuando antes se obtenían aplicando procedimientos analíticos sobre la distribución. Pero talesprocesos generativos no son expresión de una facultad mental del usuario sino de una capacidadformal de la teoría18.

    Por otro lado, y aunque aquí no me he ocupado de ello, esta conclusión sobre Chomsky-A puede afectar a la valoración de la concepción realizada en Chomsky-B: podríamosencontrarnos con que Chomsky-B es en cierto sentido equivalente a Chomsky-A, lo que indicaríaque la concepción realizada en Chomsky-B tampoco es mentalista. De hecho, Chomsky-B no halogrado ofrecer una realización efectiva de su concepción mentalista propuesta.

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