perspectivas - trabajo social
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REVISTA de TRABAJO SOCIAL
Ao XIV / N 20 / 2009 ISSN 0717-1714perspectivas
Departamento de Trabajo Social de la Universidad Catlica Silva Henrquez
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PERSPECTIVASAO XIV / NO 20 / 2009
Directora:M Daniela Snchez Strmer
Representante Legal:Sergio Torres Pinto
Consejo Editorial: Adela Bork Vega
Trabajadora Social. Sociloga. Magister en Sociologa. Doctora en Sociologa.Acadmica Pontifica Universidad Catlica de Valparaso. Chile.
Alfredo Juan Manuel Carballeda.Trabajador Social. Magister en Trabajo Social. Doctor en Servicio Social.
Acadmico Universidad Nacional de la Plata y Universidad de Buenos Aires. Argentina.
Leandro Seplveda ValenzuelaAntroplogo Social. Doctor en Estudio de las Sociedades Latinoamericanas. Acadmico Centro de
Investigacin y Desarrollo de la Educacin (CIDE). Universidad Alberto Hurtado. Chile.
Mara Lorena MolinaTrabajadora Social. Magster en Ciencias de la Administracin Pblica.
Acadmica Universidad de Costa Rica. Costa Rica.
Nora Cristina AqunTrabajadora Social. Docente e investigadora Universidad Nacional de Crdoba. Argentina.
Ricardo Ziga Burmester.Psiclogo Social. Doctor en Psicologa Social. Profesor asociado Universidad de Montreal. Canad.
Rosa Mara CifuentesTrabajadora Social. Licenciada en Ciencias Sociales y en Educacin Familiar y Social. Magster en Educacin Comunitaria. Acadmica Universidad de La Salle. Colombia.
Editora: Sandra Iturrieta Olivares
Normalizacin bibliogrfica y documentalClaudia Celis Gonzlez
Diseo y Diagramacin:Fabiola Hurtado Cspedes
Impresin:LOM ediciones
PerspectivasEs editada por el Departamento de Trabajo Social de la
Universidad Catlica Silva HenrquezGeneral Jofr 462 - Santiago - Chile - Telfono 56-2-460 1222 - ISSN: 0717-1714
Las colaboraciones aparecidas en esta pubicacin son responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente el pensamiento de la Revista y/o de la Universidad Catlica Silva Henrquez. Se autoriza la reproduccin total o parcial de los artculos aparecidos haciendo la debida mencin de la fuente.
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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Identidad y Propsitos
La Revista Perspectivas es una publicacin de carcter anual
editada por el departamento de Trabajo Social de la Universidad
Catlica Silva Henrquez, con sede en la ciudad de Santiago de
Chile.
Dentro de sus propsitos estn: Difundir reflexiones y
experiencias sobre intervenciones sociales realizadas en el pas
y en extranjero; dar a conocer resultados de investigaciones en
torno a temas y problemticas sociales; ofrecer un espacio de
intercambio de puntos de vista relativos al Trabajo Social, su
evolucin, transformaciones y desafos actuales que enfrenta
la disciplina ante la creciente complejizacin de lo social, y
finalmente, contribuir al fortalecimiento y desarrollo del Trabajo
Social y al mejoramiento de la intervencin y accin social en
un sentido amplio. Es esta lnea, la Revista abre sus pginas
a trabajos elaborados desde otras disciplinas vinculadas
al mismo objeto de preocupacin, buscando establecer un
espacio fecundo de encuentro, dilogo y creacin acadmica.
Estos textos pueden tener el carcter de: artculos acadmicos;
informes de investigacin; reseas crticas; conferencias
o entrevistas. En el caso de estos dos ltimos gneros,
ellos debern contar con la autorizacin explcita del (la)
conferencista o entrevistado(a).
Asimismo, se contempla la publicacin de debates sobre
temas generales de las Ciencias Sociales, que contribuyan a
profundizar la comprensin e intervencin de y en lo social,
y problemticas de Trabajo Social cuya divulgacin sea
considerada de inters.
Salvo expresa mencin en contrario, los trabajos que se
publiquen representan siempre los puntos de vista de sus
propios autores(as), sin involucrar las posiciones de la
Revista, su Consejo Editorial o la Universidad Catlica Silva
Henrquez.
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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Identidade e PropsitosA Revista Perspectivas uma publicao de carter anual editada
pelo departamento de Trabalho Social da Universidad Catlica
Silva Henrquez, com sede na cidade de Santiago do Chile.
Dentro dos seus propsitos esto: Difundir reflexes e
experincias sobre intervenes sociais realizadas no pas e
no estrangeiro; dar a conhecer resultados de investigaes en
torno a temas e problemticas sociais; oferecer um espao de
intercmbio de pontos de vista relativos ao Trabalho Social,
sua evoluo, transformaes e desafios atuais que enfrenta
a disciplina perante ao complexo crescimento do social, e
finalmente, contribuir para o fortalecimento e desenvolvimento
do Trabalho Social e ao melhoramento da interveno e ao
social num sentido amplo.
Nesta linha, a Revista abre suas pginas a trabalhos elaborados
a partir de outras disciplinas vinculadas ao mesmo objeto de
preocupao, buscando estabelecer um espao fecundo de
encontro, dilogo e criao acadmica.
Estes textos podem ter o carter de: artigos acadmicos;
informes de investigao; resenhas crticas; conferncias ou
entrevistas. No caso destes dois ltimos gneros, eles devero
contar com a autorizao explcita do (a) conferencista ou
entrevistado (a).
Assim mesmo, contempla-se a publicao de debates sobre
temas gerais das Cincias Socias, que contribuam para
aprofundar a compreenso e interveno de e no social,
e problemticas de Trabalho Social, cuja divulgao seja
considerada de interesse.
Exeto menso expressa do contrrio, os trabalhos que se
publiquem representam sempre os pontos de vista de seus
prprios (as) autores (as), sem envolver as posies da
Revista, seu Conselho Editorial ou a Universidad Catlica Silva
Henrquez.
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Identity and PurposesPerspectives Magazine is an annual issue published by the
Department of Social Work at Universidad Catolica Silva
Henrquez, with the main headquarters in Santiago, Chile.
The magazines main aims are: to extend reflections and
experiences on social interventions carried out throughout the
country and abroad, to present research results about social
problems and to offer tolerance for sharing viewpoints regarding
Social Work, its present evolution, changes and challenges that
the discipline faces before the increasing complexity of the
social factor. Finally, also to contribute to the strengthening
and development of Social Work and the improvement of
the intervention and social action in the broad sense. In this
guideline, the current Magazine opens its pages to articles and
papers elaborated from other disciplines linked to the same
concern, aiming at establishing a productive meeting point,
dialogue and academic creation.
These texts can have the category of: academic articles,
research information, review criticism, and conferences or
interviews. In the case of the two latter types, they will have to
consider having the explicit authorization of the lecturer or the
interviewee.
In addition, the publication of debates is considered only when
referred to general subjects of Social Sciences that contribute
to deepening the understanding and intervention of and in
social affairs, and the situation of Social Work whose increase
is considered to be of interest.
Except for other specific statements, the works to be published
will always represent the points of view of their own authors,
without involving the positions of the Magazine, its Publishing
Directory or Universidad Catolica Silva Henrquez.
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ndice
Presentacin 13
ARTCULOS
Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena.
Pablo Rivera Vargas 29
Las contradicciones de la modernidad y la pregunta por el
individuo en las ciencias sociales contemporneas
Pamela Caro Molina 49
Individuacin del individuo: una posibilidad de resignificar las
relaciones de intimidad.
Karina Arias Daz, Natalia Hernndez Mary 65
Nuevas subjetividades sociales e implicancias ticas
Yanina Ferreyra y Eliana Jaime 79
Entre el orden objetivo y las subjetividades imaginadas:
reflexiones para el trabajo social
Claudia Garrido Carrasco 91
INTERVENCIN
La vulnerabilidad como economizacin de lo social en el campo de
polticas sociales vinculadas a familias
Mnica de Martino 103
La estrategia de educacin permanente en salud como posibilidad
de intervencin social
Marina Arruda, Geraldo Locks, Fernando Pagliosa, Aliete Arajo 115
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Organizaciones de desocupados, un espacio de redefinicin para la
poltica asistencial
Carina Sabeti 129
MATERIALES PARA LA DISCUSIN
Los programas de transferencia de renta desde la perspectiva de
derechos: El caso de Chile solidario
Ana Mara Contreras Duarte, Mara Anglica Rodrguez Llona 145
Programa recuperacin de barrios: una experiencia de urbanismo
ciudadano
Alejandra Vio, Claudia Bustos, Daniela Aguirre, Nelson Morales 163
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ndice
Apresentao 17
ARTIGOS
Tradio e identidade na conformacin da sociedade chilena.
Pablo Rivera Vargas 29
As contradies da modernidad e a pergunta pelo indivduo nas
cincias sociais contemporneas
Pamela Caro Molina 49
Individuacin do indivduo: uma possibilidade de resignificar as
relaes de intimidai.
Karina Arias Daz, Natalia Hernndez Mary 65
Novas subjetividades sociais e implicancias ticas
Yanina Ferreyra y Eliana Jaime 79
Entre o ordem objectivo e as subjetividades imaginadas: reflexes
para o trabalho social
Claudia Garrido Carrasco 91
INTERVENO
A vulnerabilidad como economizacin do social no campo de
polticas sociais vinculadas a famlias
Mnica de Martino 103
A estratgia de educao permanente em sade como
possibilidade de interveno social
Marina Arruda, Geraldo Locks, Fernando Pagliosa, Aliete Arajo 115
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Organizaes de desocupados, um espao de redefinicin para a
poltica asistencial
Carina Sabeti 129
MATERIAIS PARA A DISCUSSO
Os programas de transferncia de renda desde a perspectiva de
direitos: O caso de Chile solidrio
Ana Mara Contreras Duarte, Mara Anglica Rodrguez Llona 145
Programa recuperao de bairros: uma experincia de urbanismo
cidado
Alejandra Vio, Claudia Bustos, Daniela Aguirre, Nelson Morales 163
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Index
Presentation 21
ARTICLES
Tradition and identity in the formation of Chilean society.
Pablo Rivera Vargas 29
The contradictions of modernity and the question of
the individual in contemporary social science.
Pamela Caro Molina 49
Individuation of the individual meanings to the possibility
of intimate relationships.
Karina Arias Daz, Natalia Hernndez Mary 65
New social and ethical implications subjectivities.
Yanina Ferreyra y Eliana Jaime 79
Enter the command target and imagined subjectivities:
Exploring the social work.
Claudia Garrido Carrasco 91
INTERVENCION
The vulnerability and economization of the social in the field
of social policies related to families.
Mnica de Martino 103
The lifelong learning strategy in health and social intervention can.
Marina Arruda, Geraldo Locks, Fernando Pagliosa, Aliete Arajo 115
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Unemployed organizations, an area of redefinition for welfare
policy.
Carina Sabeti 129
TOPICS FOR DISCUSSION
The income transfer programs from the perspective of rights:
The case of Chile Solidario.
Ana Mara Contreras Duarte, Mara Anglica Rodrguez Llona 145
Neighborhood recovery program: an experience of urban citizen.
Alejandra Vio, Claudia Bustos, Daniela Aguirre, Nelson Morales 163
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Presentacin
Cada ao, el Departamento de Trabajo Social de la Universidad
Catlica Silva Henrquez presenta Perspectivas, Revista de
divulgacin acadmica, bajo la particular mirada disciplinar y
desde el entramado interdisciplinar analiza diversos temas relativos
a la cuestin social; teniendo como eje permanente la preocupacin
por la intervencin social histricamente situada y sustentada
en bases tericas, ticas y epistemolgicas. Del mismo modo, la
formacin profesional y el desarrollo disciplinar han sido reas
presentes a lo largo de los catorce aos de vida de esta Revista.
Siguiendo la tradicin de Perspectivas y su inquietud por: las
preguntas contemporneas del Trabajo Social, la subjetividad, la
preocupacin en torno al individuo en el actual contexto, la discusin
sobre programas y polticas sociales, y en concordancia con lo dicho
por Guattari y Rolnik1, referido a que aquellos que desarrollan
cualquier tipo de trabajo pedaggico o cultural actan de alguna
manera en la produccin de la subjetividad, se presenta el nmero
veinte de la Revista, el que formalmente ha sido estructurado en tres
partes: artculos, intervencin y materiales para la discusin.
En cuanto a los artculos, en primera instancia presentamos un
anlisis de la conformacin de la sociedad chilena, en que Pablo
Rivera aborda la asimilacin de algunos rasgos tradicionales y
de costumbres, con que actualmente nuestra sociedad enfrenta
la modernidad. El autor concluye su artculo dejando abierta la
discusin referida a si los ejes trabajados en su texto, efectivamente
seran los rasgos constitutivos de la identidad nacional.
Seguidamente, Pamela Caro se centra en el anlisis de las
contradicciones de la modernidad en Chile, teniendo como eje
analtico la pregunta por el individuo en las ciencias sociales
contemporneas; la autora concluye que los nuevos modos de vida,
producidos por las ambigedades de la modernidad, son posibles
1 Guattari, Flix y Rolnik, Suely (2006) Micropoltica: Cartografas del deseo. Ed. Traficantes
de Sueos. Madrid.
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Presentacin
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de conocer a travs de la relectura de la teora social bajo el prisma
del debate en torno al individuo presente en dichas teoras.
Las relaciones interpersonales al interior de los ncleos privados,
son abordadas por Karina Arias y Natalia Hernndez, quienes
a travs del concepto de individuacin, se centran en develar las
resignificaciones de los espacios de intimidad en las sociedades
modernas, concluyendo sobre bases sistmicas, la existencia y
valoracin actual de este tipo de relaciones.
Por otra parte, las nuevas subjetividades sociales y sus implicancias
ticas son analizadas en el contexto argentino, por Yanina Ferreyra y
Eliana Jaime, a travs de la descripcin del caso de la Cooperativa de
trabajo de la salud Junn. Sobre la base de las relaciones existentes
entre la construccin de identidades y de poder, las autoras
concluyen sobre aspectos tico-institucionales y su incidencia en
las decisiones de los trabajadores.
Entretanto, la complejidad que hoy desafa las compresiones desde
el Trabajo Social, son trabajadas por Claudia Garrido, en la doble
dimensin de lo objetivo y las subjetividades presentes en las
polticas sociales chilenas, en que las nuevas formas de participacin
ciudadana no consideraran tales subjetividades.
Respecto de los escritos que tienen como eje la intervencin
social, presentamos en una primera instancia el texto de
Mnica de Martino, quien sobre la base de la realidad uruguaya,
aborda las polticas sociales vinculadas a las familias e infancia,
problematizando las categoras rectoras presentes en el diseo e
implementacin de tales polticas y concluyendo respecto de la
razn instrumental y la vulnerabilidad social subyacente en algunas
formas de concebirlas.
A continuacin, se presenta una experiencia de intervencin social en
el contexto brasileo, en que se trabaj teniendo como fundamento
la educacin permanente como estrategia de capacitacin a
profesionales de la salud. El esfuerzo de transformacin de algunas
prcticas de tales profesionales, es descrito por Marina Arruda,
Geraldo Locks, Fernando Pagliosa y Aliete Arajo, quienes desde
una mirada interdisciplinar, buscan compartir algunas directrices y
posibilidades de intervencin social en esta rea.
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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A su vez, Carina Sabeti analiza el modo en que se fueron conformando
nuevos escenarios y actores en el marco de las transformaciones
socio-econmicas, producidas en Argentina en la ltima dcada.
La autora concluye respecto de las organizaciones de desocupados,
como un espacio de redefinicin de la poltica asistencial y de las
maneras en que el Estado se vincula con la poblacin en materia
asistencial.
Seguidamente, presentamos en calidad de materiales para la
discusin, dos reflexiones que desde el contexto chileno, abordan
por una parte los programas de transferencia de renta, analizando
el caso especfico del Chile Solidario; y por otro lado, se discute
respecto del Programa de Recuperacin de Barrios.
En cuanto al anlisis del Programa Chile Solidario, Ana Mara
Contreras y Mara Anglica Rodrguez centran su discusin en
la capacidad de los programas de este tipo, como componentes
fundamentales del actual sistema de proteccin social chileno, para
superar la pobreza. Las autoras desde una perspectiva de derechos,
concluyen respecto del algunos criterios que permitiran establecer
la existencia de una propuesta normativa y operacionalmente
fundada, para la promocin y garanta de los derechos civiles,
econmicos-sociales y culturales.
Por su parte, Alejandra Vio, Claudia Bustos, Daniela Aguirre y
Nelson Morales, analizan el Programa de Recuperacin de Barrios,
del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile, sobre el eje de que
ste sera un nuevo tipo de relacin entre el Estado y la ciudadana
en la construccin de ciudad, en tanto trabajo conjunto bajo la
forma de proyectos colectivos.
Esperando contribuir al debate propiciado por quienes trabajan
sobre la base del inters en los discursos de las otras personas, en
que se plantea la subjetividad como elemento de naturalizacin y
por tanto de reproduccin de los modelos sociales, o por el contrario
como sustento bsico para la deconstruccin de las naturalizaciones
con las que se enfrenta la vida cotidiana, lo que interpela adems
a la reflexin a cerca de una supuesta neutralidad analtica y en la
relacin profesional, invitamos a leer las pginas siguientes, con la
finalidad abrir discusiones sobre los temas que nos convocan en la
presente edicin de Perspectivas, y con la clara intencionalidad de
abrir la Revista a otras disciplinas de las Ciencias Sociales.
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Presentacin
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Finalmente, deseamos plasmar nuestro reconocimiento a la obra de
Carlos Eroles, a cuya memoria dedicamos el presente nmero de
Perspectivas. Agradecemos profundamente a su hija Daniela Eroles
quien gentilmente accedi a enviarnos la nota que presentamos a
continuacin.
Sandra Iturrieta Olivares M Daniela Snchez Strmer Editora Directora
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Apresentao
Cada ano, o Departamento de Trabalho Social da Universidad
Catlica Silva Henrquez apresenta Perspectivas, Revista de
divulgao acadmica, sob o particular olhar disciplinar e da
estrutura interdisciplinar interdisciplinar analisa vrios assuntos
ligado questo social; tendo como eixo permanente a preocupao
pela interveno social historicamente situado e sustentada em
bases tericas, ticas e epistemolgicas. Do mesmo modo, a
formao profissional e o desenvolvimento disciplinar foram reas
presentes ao longo dos quatorze anos de vida desta Revista.
Seguindo a tradio de Perspectivas e sua inquietao por: as
perguntas contemporneas do Trabalho Social, a subjetividade, a
preocupao em torno ao indivduo no atual contexto, a discusso
sobre programas e polticas sociais, e em concordncia com o dito
por Guattari e Rolnik1, referido a que aqueles que desenvolvem
qualquer tipo de trabalho pedaggico ou cultural atuam de alguma
maneira na produo da subjetividade, se apresenta o nmero
vinte da Revista, o que formalmente foi estruturado em trs partes:
artigos, interveno e materiais para a discusso.
Quanto aos artigos, em primeira instncia apresentamos uma
anlise da conformao da sociedade chilena, em que Pablo Rivera
aborda a assimilao de alguns traos tradicionais e de costumes,
com que atualmente nossa sociedade enfrenta a modernidade. O
autor conclui seu artigo deixando aberta a discusso referida a se
os eixos trabalhados no seu texto, efetivamente seriam os rasgos
constitutivos da identidade nacional.
Em seguida, Pamela Caro se concentra na anlise das contradies
da modernidade no Chile, tendo como eixo analtico a pergunta pelo
indivduo nas cincias sociais contemporneas; a autora conclui
que os novos modos de vida, produzidos pelas ambigidades da
modernidade, so possveis de conhecer atravs da releitura da
1 Guattari, Flix y Rolnik, Suely (2006) Micropoltica: Cartografas del deseo. Ed. Traficantes de Sueos. Madrid.
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Presentacin
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teoria social sob o prisma do debate em torno ao indivduo presente
em ditas teorias.
As relaes interpessoais ao interior dos ncleos privados, so
abordadas por Karina Arias e Natalia Hernndez, que atravs do
conceito de individuao, se centram em revelar as significaes
dos espaos de intimidade nas sociedades modernas, concluindo
em base sistmicas, a existncia e valorao atual destas relaes.
Por outra parte, as novas subjetividades sociais e seus implicncias
ticas so analisadas no contexto argentino, por Yanina Ferreyra
e Eliana Jaime, atravs da descrio do caso da Cooperativa de
Trabalho da Dade Junn. Com base nas relaes entre a construo
de identidade e do poder, as autores concluem sobre aspectos tico-
institucionais e sua incidncia nas decises dos trabalhadores.
Enquanto, a complexidade que hoje desafia as compresses do
Trabalho Social, so trabalhadas por Claudia Garrido, na dupla
dimenso do objetivo e as subjetividades presentes nas polticas
sociais do Chile, em que as novas formas de participao cidad no
considerariam tais subjetividades.
Respeito dos escritos que tm como eixo a interveno social,
apresentamos em uma primeira instncia o texto da Mnica de
Martino, quem sobre a base da realidade uruguaia, aborda as polticas
sociais vinculadas s famlias e infncia, desafiando as categorias
reitoras presentes no design e implementao de tais polticas e
concluindo respeito da razo instrumental e a vulnerabilidade social
subjacente em algumas formas de conceber.
A seguir, se apresenta uma experincia de interveno social no
contexto brasileiro, em que se trabalhou tendo como fundamento a
educao permanente como estratgia de capacitao a profissionais
da sade. O esforo de transformao de algumas prticas de tais
profissionais, descrito por Marina Arruda, Geraldo Locks, Fernando
Pagliosa e Aliete Arajo, que desde um olhar interdisciplinar, buscam
compartilhar algumas diretrizes e possibilidades de interveno
social nesta rea.
Por sua vez, Carina Sabeti analisa o modo em que se foram
conformando novos palcos e atores no marco das transformaes
scio-econmicas, produzidas na Argentina na ltima dcada.
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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A autora conclui respeito das organizaes de desempregados,
como um espao de redefinio da poltica assistencial e das
atitudes em que o Estado se vincula com a populao em matria
assistencial.
Seguidamente, apresentamos em qualidade de materiais para a
discusso, duas reflexes que desde o contexto chileno, abordam
por uma parte os programas de transferncia de renda, analisando
o caso especfico do o Chile Solidrio; e por outro lado, se discute
respeito do Programa de Recuperao de Bairros.
Logo anlise do Programa o Chile Solidrio, Ana Mara Contreras
e Mara Anglica Rodrguez centram sua discusso na capacidade
dos programas deste tipo, como componentes fundamentais do
atual sistema de proteo social chileno, para superar a pobreza.
As autoras desde uma perspectiva de direitos, concluem respeito
do alguns critrios que permitiriam estabelecer a existncia de uma
proposta normativa e operacionalmente fundada, para a promoo
e garantia dos direitos civis, econmicos-sociais e culturais.
Por sua vez, Alejandra Vio, Claudia Bustos, Daniela Aguirre e Nelson
Morales, analisam o Programa de Recuperao de Bairros, do
Ministrio da Habitao e Urbanismo do Chile, sobre o eixo que
este seria um novo tipo de relao entre o Estado e a cidadania na
construo de cidade, em tanto trabalho conjunto baixo a forma de
projetos coletivos.
Na esperana de contribuir ao debate propcio por que trabalham
com base no interesse nos discursos das outras pessoas, em que se
coloca a subjetividade como elemento de naturalizao e portanto
de reproduo dos modelos sociais, ou pelo contrrio como um
meio para a desconstruo das naturalizaes os que enfrentamos
todos os dias, o que chama mais reflexo a cerca de uma suposta
neutralidade analtica e na relao profissional, convidamos a ler
as pginas seguintes, com a fim de abrir discusses sobre os temas
que nos convocam na presente edio de Perspectivas, e com a clara
intencionalidade de abrir a Revista a outras disciplinas das Cincias
Sociais.
Finalmente, ns traduzimos o nosso apreo pelo trabalho de
Carlos Eroles, a cuja memria dedicamos o presente nmero de
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Presentacin
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Perspectivas. Agradecemos profundamente a sua filha Daniela Eroles
quem gentilmente acedeu em enviar a nota que apresentamos a
continuao.
Sandra Iturrieta Olivares M Daniela Snchez Strmer Editor Diretora
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
21
Presentation
Each year, the Department of Social Work at Universidad
Catlica Silva Henrquez presents Perspectives, journal of
academic divulging, under the particular gaze and from the
supporting interdisciplinary, discusses various issues relative to
the social question; having like permanent axis the worry by the
social intervention historically situated and based on theoretical
foundations, ethical and epistemological. Similarly, the professional
training and the development discipline have been present areas
along the fourteen years of life of this Magazine.
Following the tradition of Perspectives and his interests by: the
contemporary questions of the Social Work, the subjectivity, the
concern the individual in the current context, the discussion on
social programs and policies, and in line with the said by Guattari
and Rolnik1, referred to those who develop any type of pedagogical
or cultural work act of some way in the production of the subjectivity,
presents the number twenty of the journal, the one who formally has
been structured in three parts: articles, intervention and material for
the discussion.
Regarding the articles, in first instance presented an analysis of the
forming of the chilean society, in that Pablo Rivera addresses the
assimilation of some traditional shots and of habits, with that at
present our society faces the modernity. The author concludes his
article leaving opened the discussion refered to if the axes worked in
his text, sure enough would be the shots constituent of the national
identity.
Then, Pamela Caro focuses on the analysis of the contradictions
of the modernity in Chile, having like analytical axis the question
by the individual in the contemporary social sciences; the author
concludes that the new ways of life, produced by the ambiguities
of the modernity, are possible to know through the rereading of the
1 Guattari, Flix y Rolnik, Suely (2006) Micropoltica: Cartografas del deseo. Ed. Traficantes
de Sueos. Madrid.
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Presentacin
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social theory under the prism of the debate on the individual present
in such theories.
The interpersonal relationships to the interior of the private cores,
are addressed by Karina Arias and Natalia Hernndez, who, through
the concept of individuation, focus on unveil the resignifications
of the spaces of privacy in the modern societies, concluding on
systemic foundations, the existence and current assessment of this
type of relations.
Moreover, the new subjectivities social and his ethical implications
are analyzed in the context of Argentina, by Yanina Ferreyra and Eliana
Jaime, through the description of the case of the Work Cooperative
Health of Junn. On the base of the existent relations between the
building of identities and of power, the authors conclude on ethical
appearances-institutional and his incidence in the decisions of the
workers.
Meanwhile, the complexity that today defies the compressions
from the Social Work, are worked by Claudia Garrido, in the double
dimension of the objective and the subjectivities present in the
social policies chilean, in that the new forms of citizen participation
would not consider such subjetivity.
Concerning the writings that have like axis the social intervention,
presented in a first instance the text of Mnica de Martino, the one
who on the basis of the Uruguayan reality, addresses social policies
relates to the families and children questioning the categories
governing in the design and implementation of such policies and
concluding concerning the instrumental reason and the social
vulnerability underlying in some forms to conceive them.
To continuation, presents an experience of social intervention in
the Brazilian context, in that it worked having as the foundation
the permanent education like strategy of training to professional
of the health. The transformation effort of some practices of such
professional, is described by Marina Arruda, Geraldo Locks, Fernando
Pagliosa and Aliete Arajo, who since a gaze interdisciplinary seeking
share some guidelines and possibilities of social intervention in this
area.
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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To his time, Carina Sabeti analyses the way in which ware shaping
new stages and actors in the frame of the transformations partner-
economic, produced in Argentina in the last decade. The author
concludes with regard to organizations of the un employed, as a
space of redefinition of the aid policy and of the ways in that the
State is linked with the population with care.
Then, presented in quality of materials for the discussion, two
reflections that from the chilean context, covered by a part, the
programs of transfer of income analyzing the specific case of the
Chile Solidario; and on the other hand, is discussed on the Program
of Recovery of Neighbourhoods.
Regarding the analysis of the Program Chile Solidario, Ana Mara
Contreras and Mara Anglica Rodrguez center his discussion in
the capacity of the programs of this type, as key components of the
current system of social protection chilian, to surpass the poverty.
The authors from a perspective of rights, conclude concerning
the some criteria that would allow to establish the existence of a
normative proposal and operationally founded, for the promotion
and guarantee of the civil rights, economic-social and cultural.
By his part, Alejandra Vio, Claudia Bustos, Daniela Aguirre and
Nelson Moral, analyzed the Program of Recovery of Neighbourhoods,
of the Ministry of Housing and Urban development of Chile, on the
axis that this would be a new type of relation between the State
and the citizenship in the building of city, in so much conjoint work
under the form of collective projects.
Expecting contribute to the debate led by those who work on the
basis of the interest in the speeches of the others people, in that it
poses the subjectivity like element of naturalization and therefore
of reproduction of the social models, or by the contrary as basic
sustenance for the deconstruction of the naturalization with which
face the daily life, what challenges in addition to the reflection to
near of a supposed analytical neutrality and in the professional
relation, invited to read the following pages, with the purpose open
discussions on the subjects that summon us in the present edition of
Perspectives, and with the clear intentionality to open the Magazine
to other disciplines of the Social Sciences.
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Presentacin
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Finally, we wish to reflected our recognition to the work of Carlos
Eroles, whose memory devoted the present number of Perspectives.
We are deeply grateful to her daughter Daniela Eroles who graciously
accessed to send us the note that presented to continuation.
Sandra Iturrieta Olivares M Daniela Snchez Strmer Editor-in-chief Director
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25
Homenaje
Carlos Eroles, naci en Buenos Aires el 22 de junio de 1940. Fue ante todo
el esposo de Ada con quien
recorri la mayor parte de su
vida desde que comenzaron
a caminar juntos en 1960.
Padre de cuatro hijos y
abuelo de nueve nietos.
Hermano, to, padrino; buen
amigo de sus amigos, con los
que comparti las alegras y
penas de la vida.
Se plant, mir y vivi
la vida desde la fe en un
Dios encarnado en la
historia y desde la defensa de los derechos de los excluidos: los
pobres, los perseguidos polticos, los migrantes, las personas con
discapacidad.
Luchador, firme en sus convicciones hasta la tozudez, honesto,
comprometido, lleno de esperanza en los seres humanos y en
la posibilidad de construir una sociedad ms justa y fraterna.
Latinoamericano ms que argentino y ecumnico ms que catlico.
Como Trabajador Social, am su profesin a la que defini y practic
como una profesin de derechos humanos centrada en la defensa y promocin
de la vida y de la dignidad humana. Ejerci su quehacer profesional
en distintos mbitos: organizaciones sociales, centros de estudios
sociales y formacin; organismos defensores de los derechos
humanos; en la pastoral social de la iglesia argentina; en la docencia;
desde el Estado, en la Secretara de Desarrollo Humanos y Familia,
el Consejo del Nio y la Familia; la Secretara de Derechos Humanos.
Fue por muchos aos Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y
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dos veces director de la Carrera de Trabajo Social de la Universidad
de Buenos Aires. Autor de muchos libros en temas de trabajo social,
derechos humanos, familia, infancia y discapacidad.
En los ltimos aos fue Coordinador del rea Discapacidad de la
Secretara de Derechos Humanos de la Nacin, integrante de la
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Argentina,
Coordinador del Comit de Evaluacin Convencin Interamericana
Contra la Discriminacin de Personas con Discapacidad y
Subsecretario de Extensin de la Universidad de Buenos Aires.
Recibi numerosos premios y reconocimientos, entre ellos, la
Medalla Andrew Mouravieff-Apstol de la Federacin Internacional
de Trabajo Social (FITS), el ao 2008 y la Medalla del Bicentenario
otorgada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en octubre
de 2009.
El sbado 7 de noviembre de 2009 falleci. Su cuerpo muy dbil
por una artritis que sufri por cuarenta aos ya no lo estaba
acompaando y hasta las tareas ms simples le costaban cada vez
ms. Parti a la Casa del Padre. Los sueos y esperanzas que sembr
seguirn floreciendo en quienes trabajan por un mundo ms justo y
solidario. Esa ser su presencia para siempre.
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Artculos
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena
Pablo Rivera Vargas*
RESUMENLa construccin de una sociedad se hace no slo evaluando el presente o planificando el futuro. Un ejercicio natural que la mayora de las sociedades desarrolladas ya ha realizado, ha sido indagar sobre qu tipo de tradiciones y costumbres que van surgiendo en el tiempo, se van poco a poco asimilando, y cmo estas a la larga condicionan la forma en que los pases se enfrentan a los nuevos desafos de la modernidad. En el caso de Chile, no existe un consenso respecto a qu rasgos tradicionales nos conforman como sociedad, incluso muchos se han atrevido a decir, dada esta situacin, que somos un pas sin identidad. El presente artculo es una reflexin que busca aportar al debate antes planteado, a travs de una revisin de la bibliografa que existe al respecto en nuestro pas. Si bien no se sostiene una tesis final respecto de la problemtica, se plantea un estado de la situacin.
Palabras clave: Tradicin cultura - armona social - modernidad
Tradio e identidade na conformacin da sociedade chilena
RESUMOA construo de uma sociedade, faz-se no s avaliando o presente ou planificando o futuro. Um exerccio natural que a maioria das sociedades desenvolvidas j realizou, foi indagar sobre que tipo de tradies e costumes que vo surgindo no tempo, se vo pouco a pouco assimilando, e como estas longa condicionan a forma em que os pases se enfrentam aos novos desafios da modernidad. O caso de Chile, no existe um consenso com respeito a que rasgos tradicionais nos conformam como sociedade, inclusive muitos se atreveram a dizer, dada esta situao, que somos um pas sem identidade.
Palavras chave: Tradio cultura - harmonia social - modernidad
* Chileno. Socilogo. Magster en Ciencias Sociales. Docente Departamento de Trabajo
Social Universidad Catlica Silva Henrquez.
Correo electrnico: [email protected]
REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009 ISSN 0717-1714 pp. 29-48
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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Tradition and identity in the formation of Chilean society
ABSTRACTThe building of a society is done not only by evaluating the present or planning the future. A natural exercise that the majority of developed societies have already realized has been to inquire about the type of traditions and customs that surge through time, assimilating little by little, and how these end up conditioning the form in which countries confront the new challenges of modernity. The case of Chile in this sense is garish, considering that a consensus doesnt exist with respect to which traditional features lead us to conform as a society, in fact many have dared to say, given this situation, that we are a country without identity.The present article is a reflection that looks to support the debate raised beforehand through an exhaustive revision of the bibliography that exists with respect to our country. Even if a final thesis cannot sustain itself in regards to the problem, at least the state of the situation will be discussed, which will eventually allow for an organized continuation of the current presentation. Key Words: Tradition culture - social harmony - modernity
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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AntecedentesNos encontramos en un escenario prolfico para la reflexin
acadmica sobre la trascendental temtica del nosotros social,
dado el prximo e inminente contexto Bicentenario que vivi(re)
mos. Por lo mismo, analizar la gnesis de la identidad social,
en conjunto con nuestras tradiciones, resulta fundamental para
determinar el escenario inicial en el que se posiciona el proceso de
modernizacin en nuestro pas.
En funcin de lo anterior y para adentrarnos en esta reflexin,
podemos mencionar lo planteado por Giddens (1998), quien sostiene
al respecto que una sociedad muy afianzada a sus tradiciones, con
un rol activo de los guardianes de las mismas y una reproduccin
permanente de los rituales por parte de la comunidad, se transforma
en una sociedad difcilmente permeable a la implantacin de
modelos sociales exgenos. Por otro lado, aquellas sociedades
que no identifican claramente sus tradiciones y por lo tanto, no
tienen un vnculo estrecho hacia ellas, s resultaran permeables a la
implantacin de este tipo de modelos.
Para comenzar podemos plantear que la discusin y la bsqueda
de informacin respecto a las tradiciones resulta en ms de algn
sentido compleja. Con esto intentamos decir que no se establece
con absoluto consenso, cules son nuestros rasgos tradicionales.
Segn Garretn (1994) esto tendra relacin con una tarea inconclusa
de nuestra sociedad respecto a pensarnos como pas y a definir
nuestros rasgos identitarios.
Por lo tanto, se propone una lnea de reflexin sustentada en el
intento de debatir (y no establecer) qu aspectos forman parte o no
de nuestras tradiciones en Chile.
Debate sobre la identidad Chilena: En bsqueda de las tradicionesIndagar sobre quines somos los chilenos en el concierto
latinoamericano y mundial, significa justificar de alguna forma
nuestro pasado y nuestro presente, pero sobre todo es responder
a la pregunta: qu hemos deseado ser como pas? Esto ltimo es
parte fundamental del debate.
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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Para Larran, la identidad es un conjunto de bienes culturales
que permiten distinguir una sociedad de otra, y cuyo origen es
preferentemente histrico. Tal identidad es propia de los sujetos y no
impuesta desde afuera, por tanto, nace de un auto-reconocimiento
de la pertenencia a un grupo humano en particular y de toda la
herencia que de ste se adquiere. El autor agrega que el proceso de
construccin de la identidad cultural, debe entenderse como algo
que no se detiene ni puede detenerse en alguna etapa supuestamente
privilegiada, es ms, debe comprenderse como un proceso discursivo
que permite una variedad de versiones (Larran 1994: 84).
Larran plantea que existen perodos en los cuales el tema de
la identidad aflora con inusitada relevancia. Estos momentos
coinciden con etapas de cambio y de crisis en nuestras sociedades.
Para el caso de Latinoamrica, detecta al menos cuatro momentos
bien diferenciados (Larran 2004)
El momento de la conquista y colonizacin de Amrica.
El surgimiento de los Estados nacionales a principios del s.
XIX.
Durante el perodo de entreguerras (1919-1930).
A fines de la dcada de los sesenta y el fin de los regmenes
populistas en Amrica Latina.
Estas cuatro coyunturas habran dado origen a respuestas diferentes
en torno al tema de la identidad. La crisis social y poltica es
entonces, un catalizador de la pregunta sobre las caractersticas de
nuestra cultura (obviamente asumiendo que compartimos un origen
comn). Por tanto, las respuestas existentes para estas cuatro
coyunturas, constituyen un pensamiento sociopoltico respecto a las
caractersticas de su propia sociedad, y el anhelo de configurar una
identidad acorde con este pensamiento. Resulta de todo esto que
la pregunta por la identidad no es un cuestionamiento puramente
especulativo, sino que tambin corresponde a una variante no
explcita de pensamiento poltico, y en algunos casos tambin de
respuesta ideolgica ante los problemas de la sociedad y la cultura.
Incluso por medio de esta temtica, se abordan problemas como el
del autoritarismo poltico y los problemas de la modernizacin en
nuestro continente:
Del encuentro original entre la cultura espaola e indgenas, emergi
un nuevo modelo cultural fuertemente influenciado por la religin
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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catlica, ntimamente relacionado con el autoritarismo poltico y no
muy abierto a la razn cientfica. Este modelo coexisti fcilmente
con la esclavitud, el racismo, la inquisicin y el monopolio religioso
(Larran 1994: 40).
Siguiendo el patrn de anlisis de este autor, nos encontraramos en
una quinta etapa de cuestionamiento sobre nuestra identidad; etapa
que est marcada por los procesos de modernizacin acelerada
que ha vivido nuestro continente desde fines de los aos ochenta
(neoliberalismo, democracia, redefinicin del Estado, etctera)
hasta el da de hoy. La influencia de la cultura norteamericana,
la globalizacin, el cambio tecnolgico y la nueva sociedad del
conocimiento, presentan una serie de nuevos desafos para nuestros
pases, pero a la vez nos vuelve hacia la pregunta de quines somos
y qu queremos ser:
El agotamiento de los sueos de industrializacin y modernizacin
rpida en los 60, el colapso de los sueos de independencia
econmica y socialismo ahogados en un mar de sangre en los golpes
militares de Brasil en 1964, Argentina en 1966 y 1976, Uruguay
y Chile en 1973, y los aos bajo terribles dictaduras de derecha,
necesariamente pusieron una vez ms en el tapete la pregunta
acerca de la verdadera identidad latinoamericana y de la naturaleza
de las teoras que haban inducido esos sueos (Larran 1994: 48).
Actualmente la discusin en torno al tema de la identidad se centra
en torno a dos posiciones tericas: La primera (esencialista) plantea
que existe una esencia latinoamericana en nuestro pasado histrico,
la cual se encuentra congelada en el mundo indgena o bien en una
fusin mestiza originada en el Barroco americano del siglo XVII.
Por otro lado, existe tambin una corriente de pensamiento que
destaca el carcter problemtico de la identidad, situndola como
una constante bsqueda en la cual conviven las diferentes herencias
culturales que hemos recibido y continuamos absorbiendo.
Los estudios esencialistas son cuestionados por Larran, ya que
parten del supuesto de que los problemas actuales de Amrica
Latina podran resolverse con una vuelta a los valores y prcticas
de comunidades indgenas o mestizas; existe una esencia o matriz
cultural sepultada y olvidada que hay que recuperar. Las posiciones
esencialistas adoptan dos vertientes: una que rechaza el carcter
hbrido de nuestra cultura, resaltando su veta hispnica, indgena
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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o racionalista (Bengoa), y otra que reconociendo la fusin, fija la
identidad en un cierto perodo de nuestra historia (Morand).
Para Larran, los escritores esencialistas, persiguen la idea de que el
futuro de Chile y de Latinoamrica depende de su lealtad para con
algunas antiguas tradiciones o principios indgenas o mestizos, los
que fueron olvidados por la razn instrumental, la lites alienadas,
y por los intentos modernizadores neoliberales. Sin embargo, Larran
otorga a Morand (1990) la singularidad de haber elaborado una
tesis que prioriza los elementos de fusin espaol-indgena, ms
que la relacin dominador-dominado, que claramente identifica a la
corriente neoindigenista. Pero, de todas maneras, cae en la tentacin
de congelar la identidad latinoamericana en un punto de la historia
determinado por el surgimiento de un ethos mestizo oral-religioso.
El error, segn Larran, estara en considerar que todo aquello que
sucedi despus de la independencia americana (1810), constituye
un proceso de alienacin racionalista que no hizo ms que atentar
contra la verdadera estructura del ser americano. Es decir, nuestra
historia sociopoltica contempornea es parte de nuestra identidad,
con sus fracasos e ilusiones, e incluso determina mayormente
nuestra cultura que un pasado remoto casi mtico.
A continuacin, centraremos la reflexin de las tradiciones y de la
identidad chilena, en funcin del anlisis de variables centrales,
analizadas por distintas fuentes de informacin tericas, relevantes
a la hora de establecer las bases de la conformacin de la sociedad
chilena.
La imitacin como rasgo tradicional en la construccin de la sociedad chilena en los siglos XIX y XXExiste un consenso sociohistrico a la hora de sostener que Chile se
construy como pas, a partir de la imitacin de modelos occidentales
y no de la construccin de un orden social en funcin de todos los
rasgos culturales propios de la sociedad del siglo XIX.
Al respecto, Morand sostiene que son las elites de la poca
(principios del siglo XIX) las que toman la decisin unilateral de
construir la sociedad a nivel constitucional y jurdico tal cual deja
el legado de la colonizacin espaola en Chile (Morand 1990:
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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85). Esto se habra dado con el fin de sacar dividendos que slo
favorecieran a los grupos de criollos y europeos, dejando en vilo
a la ciudadana mestiza e indgena. En este sentido, fue ms bien
la incapacidad de los dirigentes de la poca la que los llev a la
imitacin. En el PNUD (2002) se sugiere que esta imitacin se da por
el miedo o incertidumbre que genera el proceso de independencia
del pas, por lo que la clase dirigencial de la poca opta por
mantener el orden legal y jurdico establecido en la colonia, y as
evitar el desorden (PNUD 2002: 78). Bengoa (1996) va ms all y
considera que es justamente en este hecho donde se legitima la
sociedad de clases en Chile, paradjicamente desde su inicio como
pas e histricamente privilegiando a las elites. Su comprensin
respecto a cmo construir una sociedad posibilit que fueran (las
elites) quienes se beneficiaron por sobre el resto de la poblacin.
Mestizos e indgenas tardaron aos en comprender el sentido y
lgica de esta organizacin social (Bengoa 1996: 120).
Si bien, el sustento de esta afirmacin de carcter hipottico, es
bsicamente subjetivo, podramos decir, que en gran medida existe
un consenso en afirmar que la imitacin fue un rasgo tradicional de
la poca en Chile (Siglo XIX), en la formacin de un Estado legal
constitucionalmente, lo que a la vez facilit la estabilidad y el orden
social.
Sin embargo, donde surgen los disensos entre las fuentes de
informacin, es respecto a la trayectoria histrica de la accin
imitativa de nuestra sociedad. A juicio de Larran, por ejemplo, la
imitacin solamente cambia de modelo, pero siempre se mantiene,
durante el siglo XIX hacia Francia y Espaa, y en el siglo XX a Reino
Unido y USA (Larran 2004: 134). Complementando a esto, Bengoa
plantea que esta imitacin, que en principio se da en la formacin
del Estado, en el tiempo termina siendo parte de las ms diversas
y variadas aristas de la sociedad, estructural y comunitaria, seguira
una especie de cultura de la imitacin, que se sustenta en la
idea de que lo mejor est afuera, en Occidente, y que por lo tanto
debemos permanentemente luchar por parecernos a ellos (sociedad
occidental capitalista) (Bengoa 1996: 145).
En una posicin contraria, Garretn sostiene que la imitacin solo
se puede ver en una fase de nuestra historia, ya que en el desarrollo
y evolucin de las sociedades predominan los sucesos histricos
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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internos (Garretn 2005: 38), es decir, Chile s se construye en
base a la imitacin, pero desde mediados y fines del siglo XIX y
todo el siglo XX, todos los sucesos sociales seran consecuencias
de fenmenos internos en nuestra sociedad, no externos. La vida
social por tanto, toma vida propia y no sera adecuado acomodarla
permanentemente y con exactitud a lo que externamente se sugiere.
Finalmente Garretn plantea que por ms imitacin que pueda
haber, los resultados de la implantacin de un modelo externo
en determinada sociedad nunca sern homogneos, producto del
componente cultural.
El PNUD de 1998, complementa la postura de Garretn, al plantear
que lo que mueve a Chile a lo largo de su historia, esencialmente es
la bsqueda del orden y evitar el caos social y que la imitacin es
ms bien una herramienta para lograr el orden.
Si tomamos la idea de que la imitacin es un rasgo histrico y distintivo
en la construccin de nuestra sociedad y que slo cambia el modelo
a imitar, no la accin de hacerlo, y considerando la emergencia de
una cultura de la imitacin y lo tambin sugerido en el PNUD (1998),
en funcin de que nuestra sociedad, en la bsqueda del orden est
dispuesta a todo, inclusive a imitar, nos damos cuenta que en chile,
se presenta un escenario propicio a la instauracin de un modelo
social exgeno, como es la conceptualizacin de la modernizacin
en el lenguaje y accin occidental. Por ah pasara la trascendencia
de considerar a la imitacin como un rasgo tradicional.
El Estado como imaginario social del orden y la estabilidadEste es uno de los hbitos donde surgen las mayores coincidencias
reflexivas y analticas entre las distintas fuentes consultadas. Lo
planteado por Garretn, bien define y representa al resto de los
informantes: ningn pas latinoamericano parece tan marcado
como Chile, por su matriz Estado cntrica (Garretn 2005: 43).
El Estado es un elemento que incluso se superpone a la soberana
ciudadana segn el PNUD (1998), al plantear que su legitimidad
radicara en la importancia que tiene la soberana sobre el territorio
nacional y eso inducira a la poblacin hacia la cohesin social y
la identidad colectiva. Garretn aade que la ciudadana estara
orgullosa de lo chileno, es decir, la identidad poltica estatal
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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hacia afuera, nos unifica como pas, ya que nos permite sentirnos
distintos y a la vez superiores al resto de los pases latinoamericanos
la ciudadana chilena, est orgullosa de su Estado y de su historia,
lo que ms le importa es que exista y que funcione; slo hay una
excepcin de 17 aos, cuando se rompe la matriz sociopoltica, que
luego se reestructura (Garretn 2005).
Lo anterior nos sugiere la idea de que el Estado (y las elites que
lo conforman) cuenta con cierta libertad civil, para elegir cmo
proceder y cmo se estructura, lo que explica el hecho de que
gran parte de las decisiones que se tomaron en el siglo XX, y en la
actualidad (modelo econmico, jurdico, poltico, camino hacia la
modernizacin) no sean del todo asimiladas por ella.
En el PNUD (2002) se habla de la presencia de un alma estatal, cuya
existencia ha sido en el tiempo garanta de orden y estabilidad,
con salvedad, desde luego, del perodo de la dictadura militar.
Dicha centralidad del Estado en las sucesivas configuraciones de
la sociedad chilena, guarda un estrecho nexo con el imaginario del
orden.
La historia se ensea desde la primaria como Historia y Geografa,
porque la idea que la gua es la soberana sobre un territorio, que la
ejerce el Estado, no la soberana popular, que la ejerce en principio
la nacin entera (PNUD 2002: 60).
A la reivindicacin de la soberana popular (el acto de modernidad
en que nace Chile), se sobrepone la afirmacin de la soberana
nacional, y la importancia del territorio y de las fronteras empieza
a desplazar a la voluntad ciudadana. Se anuncia aqu el vaco de
sociedad que tantas veces se esconde tras el protagonismo del
Estado (PNUD 2002: 60-70).
Ya desde la eleccin de Alessandri y las reformas de 1924-1925,
pasando por el primer gobierno de Ibez, hasta el frente popular,
queda consagrado el imaginario estatal que predomina a lo largo
del siglo XX. En todo este perodo, la convivencia social tiene por
referente principal el Estado en sus diversas facetas. l es el motor
de las estrategias de industrializacin y desarrollo econmico, as
como el propulsor de las reformas sociales () El alma estatal de
Chile, sera una metfora de la experiencia de integracin social
(PNUD 2002: 61).
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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La extensin del imaginario estatal va acompaada de una
expansin de lo pblico. La sociedad se vuelca a un espacio pblico
mediado por el Estado, el que abarca tanto a los partidos polticos y
la administracin pblica, como a los servicios de educacin, salud
y vivienda. Incluye la universidad pblica y la previsin social,
adems de la promocin de organizaciones comunitarias (PNUD
2002: 61).
Slo en las ltimas dcadas del siglo XX se observa una ruptura con
la construccin poltico-estatal de un imaginario pblico desplazado
por un imaginario privado. Tal privatizacin obedece asimismo a
una construccin poltica (PNUD 2002: 61).
La pobreza como rasgo tradicional de controlabilidad social en ChileEste es un aspecto central en la reflexin sobre las tradiciones.
En general, plantear como hiptesis que la pobreza es un rasgo
tradicional de nuestra sociedad, de por s puede generar controversia.
En el fondo se afirmara que la pobreza es producida como medida
de orden y control, propio del funcionalismo. Sin embargo, segn las
fuentes consultadas, el manejo histrico que ha existido respecto
al tema de la pobreza, inducen a pensar que tal afirmacin no
necesariamente es un sinsentido. Esto es producto principalmente,
de que siempre ha estado presente en nuestra historia, como un
elemento promotor de la armona social, lo que implica que hay
un reconocimiento e identificacin de la poblacin hacia ella, su
presencia no generara miedo ni asombro, tal cual plantea Larran:
La pobreza no surge como un foco potencial de conflicto producto
de su larga existencia y de su histrico tratamiento por parte de la
clase poltica (Larran 2004: 233).
La pobreza es ms bien funcional, ya que su presencia hace que la
ciudadana tenga temor a ella, lo que a la larga facilita el orden y la
cohesin social. La ciudadana sera proclive a aceptar mltiples
procesos de modernizacin ya que propiciara una salida a la pobreza.
(Larran 2004: 233). Segn se expone en el PNUD (2002), la pobreza
es una tradicin, sustentada en una demanda, el nacionalismo del
relato popular aparece como exigencia de pertenencia a lo que se les
niega. Pertenencia que no se formula en trminos abstractos (PNUD
2002: 34).
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La accin compulsiva que genera la necesidad de superar la pobreza
en la ciudadana chilena, la hace vulnerable y permanentemente
dispuesta a experimentar y aceptar nuevos modelos de desarrollo
que prometan la superacin de la misma, pero que a la larga no por
esto lo cumplen.
Para Morand (1990), la pobreza en s no es un mal de la
modernidad que afecte a Chile y Amrica Latina, sino que ms
bien es el resultado de una herencia cultural determinada, llamada
economa de subsistencia y la tica del trabajo tributario. Tal
visin del trabajo habra limitado el desarrollo del capitalismo en
Latinoamrica tal como ocurri en Europa y los Estados Unidos,
pues lo importante no era la acumulacin de la riqueza, sino que
el esfuerzo y la satisfaccin de la ofrenda. A pesar de lo anterior,
las lites americanas impusieron modos de produccin modernos a
partir de la segunda mitad del siglo XIX, lo que alter notablemente
las estructuras productivas coloniales. Sin embargo, la dualidad
continu subterrneamente existiendo, al punto de que hoy en da
podemos encontrar economas informales paralelas funcionando en
todos los pases de nuestro continente:
La legitimacin tributaria y sacrificial del trabajo, la que se expresa en
una organizacin econmica dualista que opera monetarizadamente
hacia afuera, integrndose a los mercados internacionales a travs
de los medios de pago habituales, y no monetarizadamente hacia
adentro. En otras palabras, la economa de subsistencia hacia
adentro y la economa de exportacin hacia afuera representan
los dos polos que tempranamente se estructuraron en Chile y que se
mantienen hasta el da de hoy, aunque con distintas modalidades,
como es el caso actual de la cohabitacin de un sector exportador
altamente competitivo y de un sector de economa informal de baja
productividad que abarca casi a la mitad de la poblacin de Chile.
(Morand 1990: 43).
Entonces, para Morand la pobreza no constituye la enfermedad de
la sociedad, sino que ms bien es la resultante de un modelo cultural
originado en un modo de produccin cuyo fin no era la riqueza, sino
que la subsistencia, y donde el trabajo se constituye ms en una
carga obligatoria, que en una forma de consumar la existencia.
Para Bengoa (1996), la pobreza si bien es un factor tradicional, de
identidad chilena y latinoamericana, no constituye una estructura
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inmvil. A su juicio, existen por lo menos dos tipos de pobreza: una
heredada del modelo colonial hispnico y arraigada en los campos, y
otra (la ms perjudicial de las dos) que se origina a partir del propio
desarrollo econmico. Estos ltimos son los pobres modernos
que forman la fraccin de los excluidos permanentes; lo que hoy
se conoce como pobreza dura y que es fruto de generaciones de
frustracin alimentada por el desarrollo industrial del capitalismo
(Bengoa 1996, 38).
Bengoa seala que los sectores dirigentes latinoamericanos an no
comprenden el hecho de que el crecimiento econmico de por s
no soluciona la pobreza, incluso es productor de pobres. De nuevos
pobres, diferentes de los que quedaron rezagados en los pueblos,
caseros y campos apartados. En las ciudades principalmente, surgen
de la atraccin producida por la modernizacin urbana y tambin,
de modo creciente, por el deterioro de los medios urbanos. Pero
la pobreza moderna no es slo caracterstica de las ciudades, sino
tambin de las actividades agrcolas, mineras y forestales, todas
ellas orientadas hacia la exportacin, generan nuevos bolsones de
pobreza asalariada en las inmediaciones de los centros productivos
(Bengoa 1996).
En resumen, segn el PNUD (2002), la pobreza tiene un carcter
funcional, y se ejerce como accin de control social. Bengoa
entiende que la pobreza siempre ha sido un factor constitutivo de
la identidad latinoamericana, pero que sin embargo, hoy ha perdido
toda dignidad. Incluso el Estado, cuando determina que una zona es
de extrema pobreza, no hace otra cosa que crear un ghetto donde
las personas se sienten estigmatizadas dentro de una categora sin
salida.
El autoritarismo y la cultura mestizaAl hablar de la cultura mestiza en Chile y Latinoamrica, Morand
niega que el principio fundacional de los pueblos americanos sea la
violacin de la mujer indgena en manos del conquistador espaol.
Niega la relacin amigo-enemigo entre naturales y europeos. Ms
que choque hay encuentro, y por tanto, no es necesaria una supuesta
liberacin:
El mestizo tiene necesariamente que explicarse su propia existencia
a partir de ese acontecimiento. No le basta decir abstractamente yo
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soy heredero de lo mejor de Grecia, del mundo clsico, traspasado
por el medioevo cristiano o decir yo soy heredero de la grandes
culturas de Teotihuacan y Meso Amrica. No, el mestizo est
obligado a decir yo soy hijo del acontecimiento, del encuentro,
que est fechado, y por lo tanto mi conciencia histrica surge de la
aceptacin de la realidad del acontecimiento. Que Amrica Latina
sea mestiza no slo es un hecho; el reconocerlo es tambin una
clave de interpretacin de su propia historia (Morand 1990:11).
Segn este autor, asumir la dialctica hegeliana en la conquista
de Amrica, es superponer una categora decimonnica a una
realidad anterior e infinitamente ms compleja. No hubo lucha,
sino la aceptacin (por parte del mundo indgena) de una catstrofe
determinada por el cosmos. Respecto del mestizaje, Morand
rechaza el paradigma de la mujer violada y lo contrasta con el de la
ofrenda amistosa:
As por ejemplo, en el mundo Guaran no tendra sentido hablar del
mestizaje con la figura de la madre violada, como se plantea Octavio
Paz en El Laberinto de la Soledad. En las sociedades de parentesco
eran los jefes de familia quienes entregaban a sus hijas en alianza y
as sucedi tambin con el mestizaje (Morand 1991: 50).
Tomando lo anterior como base, para Morand, el autoritarismo
americano surge de una doble vertiente. La primera est determinada
por el predominio de la cultura oral por sobre la escrita, lo que a su
juicio fomenta la figura del hombre fuerte de discurso paternalista:
Recuerden a Velasco Ibarra, que fue tantas veces Presidente de
Ecuador, y al que derribaron cuatro veces... l deca denme un
balcn y vuelvo al poder. El poder del carisma de los lderes es algo
que ha operado en Chile y que opera en Amrica Latina. El que sabe
hablar, crear un espacio de comunicacin, tiene una clave para el
poder; mucho ms que el que dispone del argumento demostrable.
Hoy da este poder persuasivo de la palabra se ha potenciado
para quienes tienen, junto a este carisma, acceso a la televisin
(Morand 1990:16).
La segunda vertiente autoritaria se encuentra en los Estados
nacionales surgidos a principios del siglo XIX, en los cuales se neg la
herencia mestiza y se impuso una mentalidad racionalista extranjera,
cuyo origen estaba en la Revolucin Francesa, pero que en Amrica
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fue encarnada por gobiernos Ilustrados, pero claramente elitistas y
autoritarios. Bengoa considera al mestizo, como un ser despreciado
tanto por los indgenas como por los espaoles y criollos, por tanto,
forja una identidad a partir de la negacin, y con los estigmas y
prejuicios provenientes de ambos grupos. Su espacio de asentamiento
es la ruralidad, donde histricamente ha estado sometido al poder
de los dueos de la tierra, aunque tambin ha sido el espacio donde
ha construido una forma de ser campesina. El campo es la mayor
fuente de identidades en Chile, pero a la vez constituye la base del
mayor de todos los autoritarismos: el paternalista.
La falta de una cultura democrtica es atribuida al hecho de que, por
ejemplo, en Chile no se desarroll una cultura urbana, sino que ms
bien se trasplant el campo a la ciudad, con todas sus relaciones
de poder: Muchos de los primeros empresarios no agrarios, se
agrarizaron apenas lograron enriquecerse. As lo hicieron los
mineros del norte, los del carbn, e incluso familias poderosas
del mundo financiero, como los Edwards, que junto con dirigir el
peridico ms liberal, comercial y representativo de lo que sera una
burguesa en Chile, El Mercurio, han presidido las sociedades de
criadores de caballos criollos y numerosas actividades relacionadas
con la tradicin rural (Bengoa 1996:38).
Incluso, Bengoa liga esta identidad con el gobierno militar que rigi
Chile entre 1973 y 1990: Durante dieciocho aos, sin embargo, la
voz fuerte, caporal, rural agraria sigui sonando en la poltica criolla.
An hoy en da suenan las voces autoritarias de la identidad rural en
el concierto discursivo criollo, en los debates de lo que debe ser y
lo que no es. La identidad rural autoritaria se saca a relucir como la
identidad natural de los chilenos (Bengoa 1996:38).
Para Bengoa, la ciudad y slo la ciudad, puede generar una identidad
diferente fundada en la participacin y no en la aorada comunidad
perdida de los campos.
Comparativamente, ambos autores reconocen la matriz autoritaria
en la configuracin de nuestra identidad, pero Morand nuevamente
culpa principalmente a las elites y su discurso modernizante,
mientras que Bengoa defiende una aplicacin ms fuerte de la
urbanizacin y los ideales democrticos, culpando a las tradiciones
rurales de nuestra tendencia hacia soluciones poltico-sociales de
corte autoritario.
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La tradicin de la religiosidad de la sociedad chilena La religiosidad, y particularmente la forma de expresarla por parte de
los/as chilenos/as, es reconocida tambin como un rasgo tradicional
de nuestra sociedad.
De acuerdo a lo expresado en el PNUD, los chilenos creen
masivamente en la existencia de Dios, o de realidades msticas.
La no creencia es minoritaria (PNUD 2002). Para Larran (2001) la
creencia en alguna religin es lo tradicional, no la iglesia catlica
en s misma; sin embargo reconoce en ella, su importante rol
institucional y estructural en la conformacin de la sociedad, al
igual que Garretn (2007), que plantea que su aporte se sustenta
en su rol educativo en la ciudadana, y su permanente vnculo con
la clase poltica. En este ltimo aspecto hay coincidencia entre las
distintas fuentes.
Todas consideran a la iglesia catlica como una tradicin en s, pero
esta tradicin se sustenta en el permanente vnculo que ha tenido
esta con las elites dominantes, tanto polticas como econmicas. Lo
que a la larga legitima moralmente el actuar del Estado y de la clase
poltica ante la ciudadana, segn lo plantea Bengoa: La iglesia
catlica es y ha sido un elemento aglutinador, pero a la vez coercitivo
en ciertos aspectos de las conductas sociales, legitimando muchas
veces lo que en un Estado de conciencia real, pareciera ilegitimable
(Bengoa 1996:36).
La religiosidad y particularmente la ligada a la iglesia catlica,
sera un rasgo tradicional de nuestra sociedad, pero es un rasgo al
igual que los anteriores muy peculiar, ya que ms que buscar un
vnculo entre la ciudadana y sus races, es visto como un elemento
legitimador del poder de las elites. El rol del Estado nacional en
la conformacin y eventual degradacin de la identidad, presenta
mltiples variables, al igual que el anlisis de la influencia de la
iglesia catlica.
Morand considera al Estado Nacional decimonnico (heredero
de los ideales dieciochescos) como el principal responsable de la
alienacin de la cultura mestiza barroca surgida en los siglos XVII
y XVIII americanos (Morand 1990): El Estado nacional es por
definicin la imposicin de una cultura del texto. El Estado dicta
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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la Constitucin, el Cdigo Penal, el Cdigo Civil, toda la legislacin
correspondiente. Pero lo novedoso es que aqu a diferencia de
Europa se contrapone la cultura del texto a los tres siglos previos de
cultura mestiza de la oralidad (Morand 1990: 13).
Los Estados Nacionales habran sentido como misin eliminar todo
vestigio de la cultura mestiza barroca, la cual asociaban directamente
con Espaa. Ahora todos por igual eran ciudadanos de sus pases,
no importando si eran parte de pueblos indgenas o sociedades
mestizas. Toda diferencia estamental se consider como un
privilegio antidemocrtico. El problema es que esto era una Amrica
multicultural y no la Europa de las luces. La Iglesia en Amrica,
segn Morand, estableci un derecho de gentes que permita
diferenciar identidades y fomentar una convivencia armnica de
los distintos pueblos que habitaban el continente. Todos formaban
parte de una misma ecmene, pero como agrupaciones de origen y
trato diferenciado.
Concretamente respecto de la Iglesia, Morand (1991) considera
que representa la mxima reserva de identidad latinoamericana,
pues a travs de ella se gener la fusin mestiza que une lo europeo
y lo indgena por medio del rito popular y la veneracin mariana. Lo
americano se encuentra en la cultura oral y mstica que se gener
durante el barroco de los siglos XVII y XVIII. Los Estados Nacionales
trataron de negar esta identidad, pero ella sobrevivi en la religin
mestiza popular. Slo la Iglesia posee la llave para volver a conducir
esta conciencia y entregar una respuesta original al tema de nuestra
eterna pregunta sobre los orgenes.
El barroco, que es propiamente el estilo cultural con el cual se
desarrolla la consolidacin de Amrica Latina, tena como idea
matriz la de formar una ecmene universal de pueblos. Esta idea se
pierde, en mi opinin, con la Ilustracin, y recin se recupera, en el
caso de la Iglesia, con el Concilio Vaticano II (Morand 1991:50).
Bengoa, por el contrario, no se explaya mayormente sobre el tema
de la Iglesia Catlica, pues la considera como parte fundamental de
la cultura autoritaria de nuestros pases, sin embargo, se opone a
la religin popular que defiende Morand, la cual forma parte de la
cultura de la dominacin impuesta en los campos. Adems, piensa
que la religiosidad mestiza no es otra cosa que la superposicin
de smbolos catlicos sobre ritos indgenas: esto explicara la
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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importancia del culto mariano en Amrica, como continuacin del
ritual a la madre tierra (Bengoa 2006).
Nio, deca la patrona del fundo, anda a avisar a los peones que
esta noche rezamos el rosario. All llegaban todos, obligados a rezar
y cantar:
Un pecado sin cesar me atormenta noche y da,
Ay, Seor del alma ma, que me tengas que salvar...
Se cant por aos, cre costumbre. Vena de Espaa, se adapt
a estas tierras; se hizo parte nuestra, de nuestro mestizaje, de
nuestro colorido, de la identidad de los hijos de esta tierra (Bengoa
1996:37).
La tradicin histrica de la bsqueda de la seguridad y el orden de parte de los grupos de poder y de la ciudadana Fundamentalmente se plantea en el PNUD (1998) la tesis de que
la sociedad chilena desde su origen y durante toda su historia, se
ha construido y sustentado en la bsqueda del orden y de evitar el
caos, vale decir, un rasgo distintivo de nuestra idiosincrasia sera el
miedo a que las cosas no funcionen y que generen desorden. Esto
llev a la primera elite dirigencial, para conservar la armona y la
estabilidad, a preservar la nocin de Estado, segn los preceptos
occidentales establecidos en la colonia.
La sociedad chilena por tanto, codifica su incertidumbre bajo la
forma de un dilema, orden versus caos, algo que se presentar por
los prximos dos siglos.
La alteracin violenta de la paz social y la reinsercin social
del pas, la prdida de los marcos de referencia habituales y la
imprevisibilidad del nuevo rumbo, todo ello genera incertidumbre
(PNUD 1998: 68).
Toda la historia de Chile, puede leerse como una continua tensin
entre orden y desorden. El orden se legitima de cara a la amenaza
de la anarqua; precisamente el miedo profundamente arraigado
al caos nutre la veneracin del orden (PNUD 1998: 68). Este orden
tiene como fin promover el cambio social, un cambio que permitir
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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mayor desarrollo y evolucin del pas. En Chile, siempre estar en
juego la relacin orden y cambio:
Cuanto mayor es la confianza en el orden, mayor es la disposicin
al cambio; por el contrario, cuando crece el temor al desorden,
prevalece la defensa del orden establecido (PNUD 1998: 69).
La sociedad chilena desde su origen, enfrenta los retos de
toda sociedad moderna: Cmo lograr un cambio social, una
modernizacin, sin destruir el orden?
Despus de varias revueltas sociales a fines de la dcada del veinte
del siglo XIX, la elite chilena llega pronto a un consenso en torno a
la nocin de orden. A juicio del informe, este principio fundacional,
tiene doble cara (PNUD 1998: 69):
Institucionalizacin del orden republicano
Conservacin inalterable del orden heredado
Desde los inicios, se instala una modernidad hbrida, en la cual
prevalece la imitacin del modelo de desarrollo social precedente y
se consolida la colonialidad del poder en base a la lgica occidental.
A la vez, coexisten innovacin y tradicin, produccin deliberada
del orden institucional y defensa del orden natural de las cosas:
existe una complementariedad espontnea que descansa sobre el
peso de la noche, una inercia que asegura la paz social (PNUD
1998: 68).
ConclusinRespecto al objetivo referido a identificar qu rasgos tradicionales
forman parte de la construccin social actual de Chile, podemos
decir que en nuestro pas como en la mayora, existen tradiciones,
pero stas no vinculan a la sociedad chilena con sus rasgos
endgenos identitarios, sino ms bien, son instrumentos de las
elites para adaptar y readaptar modelos de desarrollo social a su
conveniencia.
Por tanto, las tradiciones de nuestra sociedad actual son ms
bien tradiciones de las elites, no de la poblacin; stas si es que
existieron, a juicio de Garretn, murieron con la dictadura militar de
los aos setenta y ochenta, por lo que escenario del advenimiento
de la modernizacin occidental, se hizo favorable.
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REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009
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Entre los aspectos tradicionales mencionados ms relevantes, est
en primer trmino el anlisis de la prctica de la imitacin a otros
modelos de desarrollo exgenos en la construccin de la sociedad
chilena. Seguidamente influye el Estado y todo lo que implic su
construccin y legitimidad, tambin la religiosidad de los chilenos,
la superacin de la pobreza, el autoritarismo y la bsqueda de la
seguridad y el orden.
Respecto a la imitacin, se la consider como una accin fundamental
y reiterativa en la formacin de la sociedad chilena del siglo XIX,
que se mantendra hasta nuestros tiempos actuales. Garretn no
comparte del todo esta idea, al plantear que si bien hubo imitacin
del modelo occidental a la hora de constituir legal y jurdicamente
al pas, en el tiempo la evolucin interna de la sociedad es la que ha
determinado su futuro.
En lo relativo al Estado, se considera un elemento tradicional en
nuestra sociedad principalmente por el respeto y permanente
legitimidad que desde la sociedad civil existe hacia l.
Tambin se describe como un rasgo tradicional la religiosidad de los
chilenos, es decir, su forma de expresar la fe, y su mayoritario vnculo
con lo divino. Se resalta ac particularmente el rol permanente de
la iglesia catlica como constructora de la moral social y como un
componente vital en el rol formativo de la sociedad. Eso s, siempre
vinculado a las elites de poder.
La superacin de la pobreza es entendida como un rasgo tradicional
producto de que en la bsqueda del orden y la armona social,
organiza a la sociedad permanentemente en funcin de perseguir
objetivos comunes, principalmente su superacin y la satisfaccin
de las necesidades.
Finalmente, la bsqueda de la seguridad y el orden, que si bien es
mencionada explcitamente slo en el IDH del PNUD (1998), todas
las fuentes consultadas hacen referencia a ello, como un elemento
distintivo y tradicional de nuestra sociedad, y que a la vez se vincula y
agrupa al resto de los elementos tradicionales antes mencionados.
Ahora bien, ms all de esta categorizacin lo interesante de
mencionar es que en su gran mayora, se considera que las tradiciones
que forman o han formado parte de nuestra historia como pas, se
vinculan de una u otra forma, a los rasgos distintivos de las elites y
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Tradicin e identidad en la conformacin de la sociedad chilena / Pablo Rivera Vargas
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los grupos de poder, con la excepcin de un rasgo tradicional que
desaparece con la dictadura militar: nos referimos al actor social
activo y su estrecho vnculo con el Estado, que ha desaparecido y
no se vislumbra su vuelta prxima.
Podemos finalmente afirmar por tanto, que Chile s es un pas de
tradiciones, pero a diferencia de otros pases de la regin (Per,
Bolivia, Mxico, Brasil), stas no nos aferran a nuestros rasgos
culturales ni a preservar una identidad esencialista, sino que nos
hacen vulnerables a los modelos exgenos, donde la ciudadana
solo debe asumir y adaptarse, como es el caso actual del proceso de
modernizacin que vive el pas.
Referencias bibliogrficasBengoa, J. (1996). La Comunidad perdida. Ensayos sobre identidad y cultura: los
desafos de la modernizacin en chile. Santiago, Chile:
Ediciones SUR.
Garretn, M. (2005). Como pensar al Chile del Bicentenario? Ponencia
presentada en Conferencias Presidenciales de
Humanidades. Palacio de La Moneda, 30 de
marzo, Santiago, Chile.
Garretn, M. (2007). Distancias que crecen entre la cultura y la fe.
Recuperado el 10 de mayo. De http://www.
redescristianas.net/2007/05/28/distancias-
que-crecen-entre-la-cultura-y-la-fe-manuel-
antonio-garreton/
Larran J. (2001). Identidad Chilena. Santiago, Chile: LOM.
Larran, J. (1994). La Identidad Latinoamericana: Teora e Historia.
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Morand, P. (1990). Latinoamericanos: Hijos de un dilogo ritual. Creces
11/12.
PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO
(1998). Informe de Desarrollo Humano. Las paradojas
de la Modernizacin. Santiago de Chile: AUTOR.
__________ (2002). Informe de Desarrollo Humano. Nosotros los chilenos: Un
desafo cultural. Santiago de Chile: AUTOR.
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Las contradicciones de la modernidad y la pregunta por el individuo en las ciencias sociales contemporneas
Pamela Caro Molina*
RESUMENEn este artculo se abordan perspectivas tericas sobre las caractersticas de la modernidad y su articulacin con los debates contemporneos sobre el individuo en la teora social. Se afirma que la modernidad avanzada tiene ambigedades que se expresan en nuevos modos de vida, los que son posibles de conocer a travs del tamiz del individuo y de una comprensin crtica y no polarizada.
Palabras clave: Modernidad teora social individuo - riesgo
As contradies da modernidad e a pergunta pelo indivduo nas cincias sociais contemporneas
RESUMONeste artigo abordam-se perspectivas tericas sobre as caractersticas da modernidad e sua articulacin com os debates contemporneos sobre o indivduo na teoria social. Afirma-se que a modernidad avanada tem ambigedades que se expressam em novos modos de vida, os que so possveis conhecer atravs do tamiz do indivduo e e de um entendimento crtico e no polarizada.
Palavras-chave: Modernidad teoria social indivduo - risco
The contradictions of modernity and the question of the individual in contemporary social science
ABSTRACT This article discusses the features of modernity and its links with contemporary debates about the individual in social theory. One affirms that the advanced modernity has ambiguities which are expressed in new ways of life, which can be known through the sieve of the individual and a critical understanding and not polarized.
Key words: Modernity - social theory - individual - risk
* Chilena. Trabajadora Social, Magster en Ciencias Sociales. Docente Escuela de Trabajo
Social Universidad Santo Toms. Correo electrnico: [email protected]
REVISTA PERSPECTIVAS N 20, 2009 ISSN 0717-1714 pp. 49-64
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Las contradicciones de la modernidad y la pregunta por el individuo en las ciencias sociales contemporneas / Pamela Caro Molina
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Introduccin A travs de la revisin y anlisis crtico de cinco autores que tratan
la temtica de los cambios de poca y desafos tericos, se abordan
algunas interrogantes que devienen de las caractersticas del proceso
de modernidad, del impacto en la teora social y de la relevancia
de la pregunta por el individuo. Cules son las caractersticas
ms importantes de la poca histrica de la modernidad?, cules
son los nuevos modos de vida que el proyecto de la modernidad
trae?, qu elementos aportan al debate contemporneo sobre el
sujeto e individuo en la teora social? Los autores revisados son
principalmente occidentales (de Europa y Norteamrica)1.
La tesis central de esta artculo es que la modernidad como proceso,
tiene ambigedades y contradicciones que se expresan en nuevos
modos de vida individuales y sociales, a nivel familiar, laboral y
poltico, lo que ha generado nuevos desafos para la teora social,
y que no pueden ser mirados como parcelas, sino que requieren
ser comprendidos desde las ciencias sociales