pierre chaunu as
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editorial labora s ̂^̂̂^̂̂
Barcelona -Madrid -
B o g o t á
- Buenos.Aires \ Caracas
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Lisboa - M é x i c o - Montevdeo • -Quito - . R í o de « l a r t é i r o
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2/186
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bis
el p r ó x i m o
oriente
a s i á t i c o ,
l o s i m p e r i o i mesopotámi
-
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3/186
NUEVAtCLIO^ La Historia y sus problemas
ole ión fundada por
ROBERT BOUTR UCHE y PAUL LEM ERLE
y dirigida por
J EAN
DELUMEAU y PAUL LEME RLE
expansi
europea
siglos
X
al xv)
Plerre Chaunu
Profesor en la Facultad de Letras
y iencias
humanas
de aen
BIBLI O E.
.
f S . F D N9 1:1
' ' A ' n o
INVENTAR.o \
EDITORIAL
LABOR S. A
Calabria
235-239 Barcelona-29
1982
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
4/186
Tr a du c c i ó n po r
AWA M.»
MAYENCH
Licenciada
en Historia
2/ edic ión, 1. r e impr es ió n: 1982
Con 16 mapas
y 6 figuras
Tí tu lo de la obra original:
L'expansíon e u r o p é e n n e d u Xlll
-
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ín i e de m teri s y m p s
-
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I
índice
de
materias
Prólogo V
índice de mapas y figuras xv iii
Abreviaturas
xix
Introducción xxi
P R I M E R A
P A R T E
E S T A D O A C T U A L D E N U E S T R O S
C O N O C I M I E N T O S
C A P Í T U L O P R I M E R O P r o b l e m á t i c a . L í m i t e s
y
d e f i n i c i o ne s . ¿P o r
qué
E u r o p a ? 3
U na
historia escrita siempre conforme
al
presente
3
1. Los universos cerrados
1. To do empezó en el siglo x i i i 4
2. El motor de la
apertura
5
3. El Extremo Oriente rechazado 5
4. Las culturas rechazadas 6
2. El
Mediterráneo
T
1. T o d o se jugó alrededor del Mediterráneo 7
2. La dialéctica del número y del espacio 10
3. La ruptura del
Islam
10
4. El Egipto encrucijada 11
3. El Atlántico 11
1. Las mutaciones fundamentales de la Cristiandad latina . . . . 12
2. Una
aventura
marginal.
Una
germinación
de
frontera
. . . . 12
3. El Atlántico Norte v ikingo 12
4. El más mediterráneo de los Atlánticos 13
4. Una problemática del tiempo 14
1. Coyuntura 14
2. 1200-1350 Los medios y los pensamientos 15
3. 1350-1500
Contracción
e
invención
16
Notas
al
Capítulo Primero
19
-
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7/186
C A P Í T U L O i L ) L e n t o m a d u r a c i ó n de los m e d i o s y de los p e n s a m i e n -
tos en la C r i s t i a n d a d oc c i d e n t a l , n u m e r o s a y por e n d e
r i c a y próspera 22
1. Cristianda d numerosa 22
1. «Mahoraa y Carlomagno» 22
2. Un Mediterráneo empujado al Norte bajo el signo de la
Cristiandad 24
3. El invento fundamental de la E d a d M e d i a 24
4.
Alimentos
25
5. Y hombres 25
2. Los movimientos de A s i a 26
1. El punto de equilibrio frágil del siglo xn 26
2. La conmoción motor 27
3. En el punto de partida de la efímera C hina mongol . . 28
4. E l
Asia mongol
y sus
testigos
o) Marco Polo , 31; 6) Y los otros, 31.
3. Los equilibrios en el Mediterráneo • ^4
1. Un Mediterráneo atlántico: un Atlántico mediterráneo 34
2. El destino p articular de la Península ibérica 34
3.
Italia
y la
«Romanía»
35
4. Las
cuatro rutas
de
Asia
35
5. Los
medios com erciales italianos
36
6. Fi n del
siglo
x i i l : el
comercio marítimo ita liano
en el
Adántico
37
4. Falsa salida hacia el Atlántico 38
1. El fracaso de Genova 38
2. El fracaso también de los catalanes 39
3. Las razones técnicas de este doble fracaso 40
4. El cambio reconquistador de la «Hispania christiana» 42
5. Privilegio de Portugal y de Castilla 45
Notas del Capítulo II
C A P Í T U L O
III. E l d e s c u b r i m i e n to en fase B. Las i s las y A f r i c a 50
1. Las condiciones previas 50
1. La peste de 1348 50
2. Las razones del privilegio ibérico 51
o) La proximidad de Italia, 62; b El Cantábrico, 52;
c) Los marinos cántabros en la Reconquista, 52; d Los
marinos portugueses, 53; e) El Adántico del paralelo 40, 53.
3. Los horizontes geográficos 54
o)
El
hallazgo
de los
archipiélagos,
54; í>) La
localización;
el descubrimiento, 55; c E l M a g r e b , 55; d El oro afri
cano,
58.
4. Las condicion es económ icas go
a La geopolítica de los precios, 60; 6) La baja de los
precios, 6 L
2. De las
islas
a las
costas
de Afr ica 62
1. El archipiélago Canario . Mad era y las Azores 62
2. Archipiélagos y punto de partida de la navegación de
altura 63
3. La cita del segundo tercio del siglo xv 64
4. Del Magreb hacia A f r i c a : Ceuta 65
5. Enri que el Navegante 67
3. Las
etapas
del
descubrimiento africano
69
1. La pr imera eUpa de Ceuta 1415) al cabo Bojador 1434) . . 72
2. La segunda etapa 1434-1444) 75
a El Algarve en vanguardia , el Magreb a un lado, 75;
¿>) Franque ar Bojador, 77; c) La carabela; los esclavos, 79;
d La desembocadura del Senegal, 79.
3. La tercera etapa 1444-1475) 80
a) La interrupción de mediados del siglo, 80; b ¿Por qué
este intervalo?, 81; c) Un Africa menos fácil, 84; d Los
tanteos de los años 1460 y siguientes, 85; e) Guinea , 87.
4. La cuarta etapa 1482-1499) 88
a)
Más
allá
de
Afr ica ,
91; 6) De
Afr ica
al
océano Ind ico.
Vasco da G a m a , 92.
Notas del Capítulo III 9
C A P Í T U L O ^
La e x p l o t o c i ó n en fase A. C o l ó n y las i s las de
A m é r i c a 105
1. Génesis de la gran empresa 106
1. Genova y el Mediterráneo 106
2. En Portugal 107
3. Toscan elli, Colón y la cercana Asia 109
4. Portugal no se dejaba convencer 111
5. En Castilla 3
6. Las capitulaciones 115
2. El
primer viaje
119
1.
¿Por
qué
N iebla? I I9
2. A toda vela -. 120
3. Las peripecias de la ruta 122
4. Una primera- mirada etnológica 123
5. A través del mundo arawak 125
6. El momento de un mal pensamiento 126
7. La catástrofe de la noche del 25 al 26 de diciembre
de 1492 126
X I
-
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8/186
8. Las dificultades del regreso 127
j 9. La memorable entrevista 128
3. Los comienzos
de la
ocupación
129
1. De la
bula
al
tratado.
El
reparto difícil.
En
busca
de la
verdadera relación
de
fuerzas
130
2. La
mutación dim ensional:
el
segundo viaje
132
3.
La
explotación
de
Santo Domingo
133
4.
«La
destruición...
de la
isla Española»
135
5.
El
tercer viaje
136
4.
Las
Indias escaparon
a
Colón
137
1.
Tres tipos
de
viajes
137
2.
Dificultades
y
conflictos
141
3.
El
cuarto viaje
144
Notas del Capítulo IV 146
S E G U N D A P A R T E
D E B A T E S
E N T R E
H I S T O R I A D O R E S Y D I R E C T R I C E S
P A R A L A I N V E S T I G A C I Ó N
C A P Í T U L O P R I M E R O
Los
gr a n d e s d e s c u b r i m i e n t o s . E s b o z o
de una
p r o bl e m á t i c a
167
1.
Historia
y
representación
167
1.
La historia
de
una palabra
167
2. La historia de una imagen 168
3. El camb io tardío del exotismo 170
2. La
historia
de una
historia
170
1. La historiografía de los descubrimientos en la encruci jada
de los siglos X V I I I y xix 170
2. Europa y Estados 172
La coyuntura Humb oldt, 172; b Los problemas historio-
gráficos de P o r t u g a l , 174; c Una historia siempre escrita
conforme al presente, 175; d Los legados del pasado en la
historiografía actual: Europa ante todo y temática, 176.
3. U na puerta abierta al porvenir: La historia geográfica . . , 178
3. P a r a una problemática nueva y objetiva de la puesta en comu
nicación
180
1. Sal ir de Europa 181
2. El peso de Ch in a 181
3. Rebasar la polarida d China-Mediterráneo .• 183
4. ¿Cómo cuantificar?
187
Notas del Capítulo Primero 189
x
C A P Í T U L O II. Los medio s 199
1. La
tierra
y el
agua
200
1. La
tierra
200
a Mutación ayer,
201; 6 El
camello,
el
dromedario,
201;
c Mutación mañana,
201.
2. La
tierra
o el
agua
, 202
2. El m a r : el navio 202
1. La
galera
203
2. El
velero
206
El
problema
del
timón,
207; b
Los mástiles,
la
vela,
210.
3.
El
utensilio
del
descubrimiento.
La
carabela
212
Características,
212; b La
utilización para
el
descubri
miento,
213.
3.
La
navegación
215
1.
Datos
del
problema
215
La
navegación astronómica.
Un
gran debate,
215; b La
tesis
del
secreto,
216; c
Reencuentro con
las
etapas. Inscri
birse en la larga duración, 217; d Los antiquísimos emp i
rismos, 217.
2. La segunda época de la navegación. El rumbo. La aguja.
El portulano 218
a De la aguja a la brújula, 218; b M a p a s , 219; c El mag
netismo,
219; d Las
tablas
de
«martelogio»,
220; e La
rosa azimutal s ideral ,
220.
3.
En la
cúspide
de la
segunda época. Navegación preastro-
nómica
222
o
En
busca
de una
solución media,
222: b La
discutible
cronología
de las
primeras observaciones,
222; c
Ciencia
universitaria. Nivel práctico de las utilizaciones en el
m a r , 224.
4.
La
mutación astronóm ica.
Los
progresos
del
siglo
xvi . . . . 225
La
aportación
de los
humanistas,
225; b
Mercator,
225;
c Instrumentos y medidas , 225; d La observación y la
estima, 227.
5. Los niveles 227
El
Mediterráneo,
228; 6 El
Norte ,
228; c El
giro
de l siglo X I I I , 228.
4.
El
capitalismo.
La
moneda.
El
estado
229
1. En los orígenes del capitalismo comercial 229
Todo comenzó
en la
Italia del siglo xi,
229; 6
Las reglas
antiguas de la asociación, 230.
2. El
metal monetario
232
La
importancia
de los
cambios.
La
amplitud
de los
cre
cimientos,
232; b El
mundo
del oro y el
mundo
de la
plata, 232; c La gran permutación del siglo x i i i , 233;
d
La plata de la Europa central. El oro del M a g r e b , 234.
XIII
-
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9/186
3.
La banca
y el
cambia
235
El
pago
en
escritura, 235
; 6 La
letra
de
c a m bi o ,
236;
c Las compañías con sucursales múltiples, 238.
4. El capitalismo de Estado 239
Notas del Capítulo II 241
C A P Í T U L O III. Las motivaciones 247
1.
Fuentes
y
aproxiniaciones
247
1. U na aproximación indirecta a las motivaciones 247
U na problemática de los grupos, 250; b E n c o n t r a r un
método,
251.
2. El
gran debate alrededor
de
P o r t u g a l
253
La
complejidad
de lo
real vivido,
253; b
Recurrir
a los
^ modelos, 254.
2. Un modelo macroeconómico. El espacio planetario 254
1. El espacio discontinuo de las civilizaciones y de las culturas 255
2. ¿ P o r qué Europa a pesar dj todo? 256
Rica en duración, 256;
b
Rica en proteínas animales,
257;
c
B ien provista
de
motores,
257; d
U n nuevo balance
China-Europa,
259.
3. Un «modelo» macroeconómico. E l tiempo planetario 260
1. El siglo X V o la coyuntura 260
¿Nuevas variables temporales?,
261; b La
estrategia
de
las
series nuevas,
261; c
Las tres Europas
de la
historia
de los precios, 262
2. Un
contenido
más
ambicioso para
la
coyuntura
261
Demografía ante todo, 266; b El verdadero balance de
la época de los muertos, 266.
3. H u i r hacia delante 267
Situar de nuevo los temas tradiciona les, 267; 6 El oro,
268; e La trata de hombres, 270.
Notas del Capítulo
III 274
C o n c l u s i ó n 279
1. Última mirada a las cristiandades latinas 279
2. Otra vez
P o r t u g al
281
3. E l príncipe Enrique
282
4. ¿Cuánto
y a qué
prec io?
283
Notas de la Conclusión 285
X V
T E R C E R A P A R T E
D O C U M E N T A Ü Ó N
F u e n t e s 289
Fuentes manuscritas
289
A Portug al ••••• 289
B España 290
C Ital ia 290
D
Fr an cia 290
E
Otros países 290
2. Fuentes impresas 291
A A n t e r i o r e s a Africa y las islas 291
B Conquista portuguesa 291
C España 294
D Las grandes colecciones 295
E
El ciclo de fuentes colom binas 295
n .
E s t u d i o s
Guías bibliográficas y bibliografías 297
2.
H istorias nacionales
298
3. Histo rias generales y particulares 298
4. H istoria de la expansión europea 299
5. H istoria
de la
expansión europea. Lo s precedentes medievales
. . . 300
6. La
historia
de la
historia
301
7.
Navegación, arte náutico, técnicas marítimas
303
A
El
navio
304
B
El
arte náutico
304
C
La
cartografía
305
8.
H istoria
del
pensamiento
306
9.
La
cruzada
306
10.
El
marco,
la
economía g eneral
de la
Edad Media occ idental
. . . 307
11. El m a r c o , la economía maritima 307
12. El marco económico. Pre cios, coyunturas, rutas, movimientos
seculares
308
13.
El
marco población. Dem ografía histórica.
La
peste
309
14.
El
marco. Climas crisis
del
siglo
xiv. La
«evaluación global
en
historia»
310
15.
El
marco económico, origen
y
técnicas
del
capitalismo
312
16.
La
Península ibérica
y el
M a g r e b
314
17.
Los
antiguos m undos lejanos.
El
A s i a
de las
estepas. Extremo
Oriente , India
y Chin a, el
Océano índico,
Africa 315
18. América
316
.NDICE A L F A B É T I C O
X V
-
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10/186
índice de mapas y figuras
M A P A S
1. Los universos cerrados de mediados del siglo
x i i i
8-9
2. Las com upicacio nes a través del continente asiático en la época
de Marco Polo 32
3. La mutación reconquistadora de la «Hispania christiana» en la
encrucijada del siglo
x i i i
44
4. E l Mediterráneo y el África sahariana. Las caravanas 57
5. E l Atlántico africano antes del paso del cabo Bojador 1434) .. . 70-71
6. La costa occidental de África:
M )
Las corrientes 72
b )
Las etapas del descubrimiento 73
7. Las imágenes sucesivas de Africa según la cartografía de los
siglos XI V y XV 76
8. E l descubrimiento de las costas del África guineana y e c u a t o r i a l . . . 86
9. La última etapa africana: de Angola a El Cabo 90
10. De África al océano índico
94-95
11. L a geografía de Cristóbal Colón, la fructuosa acumulación de
errores
110
12. Los vientos y las corrientes en agosto en el Atlántico de Colón . . 116-117
13. Los viajes de Colón y la
Carrera
de Indias 139
14. El balance. La «A mérica» de Cristóbal Colón
142-143
15. E l Sudeste africano 184
16. Civilizaciones, culturas y pueblos primitivos del mundo
248-249
F I G U R A S
1 Tablazones con tingladillos
y
i ¡e bordes libres 203
2. Las «Kogge» del Norte estaban trabadas como drakkars 204
3. Navio largo. Nav io redondo 206
4. Timón de codaste. Timón axial con pivote 209
5. Las naves de Cristóbal Colón 211
6. La geografía de los precios en Europa 264
XVI
i
(
M
M
(
H
Abreviaturas
t i
A . A .G A f d e l i n g A g r a r i s c h e G e sc h i e d e n i s B i j d r a g e n — Lana- *^
bouwhogeschool
Wageníngen (Países Bajos ). ||
A £ . S .C A n u a l e s . Éc o n om i e s . S o c iéé. C i v i l i s a t i o n s .
j
A M £ . S A r m a l e s d ' H i s t o i r e éo n o m i q u e e t s oc i a l e .
I [
A.G .I Archivo General de Indias,
Sevilla.
'
A . H .
Madrid Archivo Histórico Nacional ,
M a d r i d .
*^
A . N .
. Arch ivos Nacion ales, París. |j
A.S Archivo General de Simancas , Simancas (Vallad olid). ,
A .D
Arch ivos departamentales. I i
A . M
Archiv os mun icipales. ' ;
B. N .
Lisboa Biblioteca Nacional, Lisboa.
B . N .
Madr id Biblioteca Naciona l, Madrid .
BJÍ. París Biblioteca Naciona l, Paris. (
B .
R . A J I
Bo l e tín de l a Rea l A c a d e m i a d e l a H i s t or i a , Madrid .
^ | [
C O D O I N
Co l e c c i ó n d e
documentos
i né i t o s p a r a l a h i s t o r i a d e (
E s p añ . * ( :
C O D O I N Ind . I Co l e c c i ó n d e
documentos
i né i t o s r e l a t i v o s a l d e sc u b r í <
mien to c o n q u i s t a y o r g a n i z a c i ó n d e l a s a n t i g u a s
pose-
I
siones es p añ l a s d e A mé i c a y O c e a n i a .
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C O D O I N Ind. II . . .
Co l e c c i ó n d e documentos i né i t o s r e l a t i v o s a l d e sc u b r í
mien to
c o n q u i s t a y o r g a n i z a c i ó n d e l a s a n t i g u a s pose-
siones e sp añ l a s d e U l t r a m a r . (
C.
N . R . S Centre Natio nal de la Recherche Scientifique , París. *
C.S. l .C Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid . '
E c H . R
E c o n o m i c H i s t or y Review. y
E . E . H . A
Escuela de Estudios Hispano-A mericano s, Sevilla. |
E J i . R
E n g l i s h H i s t o r i ca l Review. (
E . P . H . E
École Pratique des Hautes Études, V I' section,
Paris.
I
H i s p H i s p a n i a .
H .
A .H . R
H i s p a n i c A m e r i c a n H i s t o r i ca l
Review.
^
I.
F . A . N
Instituí Frangais d 'Afr ique Noire. |
R . B . P . H Revue
be lge
d e P h i l o l o g i e e t d ' H i s t o i r e . (
R .H
Revue h i s t o r i q u e . \
R . H . E . S Revue d ' H i s t o i r e éon om i q u e e t s o c i a l e . '
R J R e v i st a d e I n d i a s , M a d r i d . I
S . E . V . P . E . N
Servicio de Edición y Venta de las publicaciones de
l'Éducation Nationale, 13, rué du
F our ,
París (VI ) . ,
(
X V I I ' t '
-
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12/186
L a expansión
europea es la
explosión
plan etar ia de l a Cr i s t ian dad
latina
en det r im ento de la m is m a E urop a , o m ás exac tam ente , ; e l
gran
cam bio acaec ido en e l
diálogo
del hombre y del espacio. Se ha
h a b l a d o d e u n p r i m e r
b o s q u e j o , débil
y vago, de
economía mundó
a
f ines de l s i g l o x v i ; y m ás allá de la economía , o por enc im a de
ella ,
de la p rogres iva ent rada en comunicación —cier tam ente a l
n i ve l
de
u n
número
m uy r educ ido— de cas i t odas las c iv i l i zac ion es , en p í o -
m es a , ya , una h i s t or ia
«única»
de la
f a m i l i a
de l os hom bres . La
am pl i tud
y p o r
ende
la d i f i cu l tad de
este
extenso tema no ha
escapado
a
los h i s t or iadores . Más b ien han t end ido a h inchar lo . Y a q ue la
h i s to r i a
de la
expansión
europea (se la ha puesto demasiad as veces
en p lura l ) e s
todavía
má s ri ca de f uturo q ue de rea l idad . D igam os
que se escribe m ejor en futuro que en pasado o en presente. Es la
h i s to r i a
de una
invención
q ue l o c ond i c i ona
todo ,
es decir , de una
invención
de hom bres y de es pac ios. E n e l s i g l o X I I I n i n g u n a
c i v i l i
zación conocía
m ás de un t er c i o de l p lan eta . E l hor i zonte de O cc i
dente
cubr ía ,
a
través
de
espesas
brum as, 30 de la super f ic ie de
la s
tierra s , y de 4 a 5 de la super f ic ie de los mares . E l horizo nte
chino era a lgo m ás res t r ing ido . E l Is lam pr iv i l eg iado de Eg ip td s e
encont raba en una situación análoga . Las br i l lantes c iv i l i zac iones
m es oam er i canas de Teotihuacán o de l Yucatán m a y a jamás l l e g a r o n
a conocer más de 1 de las t ierras eme rgida s ;
prácticamente
nada
de los mares . Las más amp lias redes de intercam bios efect ivos , en
C h i n a
y en las dos o r i l l a s hos t i l e s de l
Mediter ráneo, jamás
abarcaron
más de dos a tres mil lones de
kilómetros
cuadrados . Los
éxitos
del
s ig l o
X I I I
f ueron
éxitos
en pro f und idad ; por l o tanto , c e r rados . Los
cuat ro s ig l os q ue s igu ieron a Las Navas de To los a 1212) vieron
int roduc i r s e , de un modo im percept ib le durante m ucho t i em po , un
proceso irrevers ib le de aper tura .
Esta
revolución de espacio, al igual que más tarde la revolución
i n du str i a l ,
se hizo a
pa rt i r
de un sector
geográfico
p r i v i l e g i a d o •
entre el norte de
Ita l i a
y l a
ispania atlántica
(apenas de 200 000
X X
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
13/186
a 300 000 km^ ) . E s t a revolución fue ante todo invención y, por lo
t anto ,
p r i v i l eg i o de u na minoría. A menud o, la historiografía, en
el
t ranscurso
de estos últimos años, ha perdido de v i s ta , por haber le
dado en otro t iempo demasiada i m p o r t a n c i a , este aspecto e senc ial :
la explosión p l ane tar i a del occidente c r i s t i ano no atañó nunca, antes
de 1520, en E u r o pa , a much o más de alguna s decenas de mi l l ares de
ho m b re s ; mac i za
en el
futuro,
un a historia fina en el pasado se
enriqueció progres ivame nte en la
encruc i jada
cuant i ta t i va de los
princ ipios d e l s i g l o X V y del x v i (costa de África y continente amer i
c an o ) . L a
s a l i da
de la
C r i s t i andad
l a t ina
por mar en busca de o tras
humanidades
e s asunto dp motivac ión y de m edios . E l paso del
Ec u ad o r , la búsqueda de las Indias en el Oeste, la p o s i b i l i d a d de los
antípodas, el miedo vencido del mundo al revés, la navegación pre-
astronómica, pertenecen al orden de los pensam ientos. Y ta mbién el
deseo de 1^ misión y e l otro, menos pu ro y más
an t i guo,
de la
c r u z ad a ;
es también a l orden de los pensamientos , a l i gua l que al orden
inerte
de las cosas, a l que pertenece la h i s tor i a paradójica de la expansión
única, la del Oeste c r i s t i ano , no por t i e rra , en cont inuidad de presen
ci a detrás de un frente pionero de colonización, en una marcha hac i a
adelante
qu e
R u s i a
reemprendió a fines del siglo x v s ino por e l g ran
s a l t o hac i a
lo desconocido de la exploración marítima. E s t a historia
viene a
insertarse
no sólo en el flujo de una r ea l idad económica
que empezamos a discernir , s ino en la única h i s tor i a , verdaderamente
esenc ial ,
que es l a del pensamiento .
L a
expansión marítima, la expansión erudita, s i queremos l l a -
m a r l a
así, tomó cuerpo con la p r imera de la s grandes revoluciones
intelectuales que todo lo hizo p o s ib l e . E l g ran desafío de f inales del
s i g lo X I I el del asal to turbador de l pensam iento ar is to tél ico o lv ida do,
es
decir,
un a mi rada vue l ta
hac i a
las cosas y, pese a sus límjtes, el
saber
c ientífico de l a Antigüedad, llegó tam bién de Es paña,
Aris tó
teles,
pues, pero a la a l tura de los años 1260, con
A l b e r t o
M ag n o y
santo Tomás de A q u i n o ; una respuesta se precisó en rebasa miento
f lamígero , a la
medida
de un gótico que se dejaba acechar por la
tentac ión del v ir tuos ismo.>D urante cuatro s ig los , a pesar de las
críticas puramente negativas de la escolástica scot ista y nominal i s ta
—no hablemos del
in s ign i f i cante humanismo—,
santo Tomás dirigió
el
ord en de los pensam ientos de la C r i s t i andad la tina en proceso de
expansión p l ane tar i a . X e suministró los
instrumentos
de la conquis ta
y
lo s medios para ordenarían?; M u y pron to , la T ie rra , a l a
hora
de
M ag a l l an e s y de L e g a z p i , se midió en años-distancia como el
universo
de la as tronomía moderna. Con la di ferencia, s in embargo , de que
nuestros años-luz son pensamiento puro , y las carabela s-vectores del
s i g lo X V I e s taban pobladas de hombres . Y as í hasta la segunda revo-
X X I I
juc ión intelectual que se situó en la
hora
de l
m i l ag r o
de la matemati-
zación i n tegra l , entre 1620 y 1640.
La~lírstoriografía presenta ba en otro tiem po la p r imera fase de la
expansión europea en términos de política; hace poco en la
lengua
marav i l l osamente
c l ara de l economis ta .
Asunto
de hombre, donde el
hombre se comp romet e .por com pleto , debe ser t ratado en térmmos
de historia g l obal .
X X I I I
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
14/186
P R I M E R P R T E
E S T D O C T U L
D E
N U E S T R O S C O N O C I M I E N T O S
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
15/186
C A P Í T U L O P R I M E R O
Problem ática Límites y definicion es
¿Por qué Eu ropa ?
H e
aquí una cuestión apasionadamente
estudiada.
L a bibliografía
qu e v er emos en la
tercera parte , para l imitarnos
a lo
esencial
y a lo
útil, sólo nos ofrece de ello un vago eco.
U n a
historia siemp re escrita
confor m e
al presente
A l e j a n d r o
de
H u m b o l d t
£í2íltgHip-oráneo_del canibi a-de _L os-jná s
antiguos imp erio s colqnjíales nacido s en A mérica de^ la e xpansión.
europea, da el paso i n i c i a l . D esde u n
p r i nc i p i o ,
esta
h istoria
está
escrita conforme al presente con todo el
a r dor
de las pasion es. E l
vizconde de Santarem
responde a f irmando la_p_rÍQr¡dad^ portuguesa
y la primacía
intelectual
ibérica en la E d a d M e d i a . A l m i sm o ti e m p o ,
un
gran
t r abaj o de
h istoria
empez ó-en -Pó r tu g al,
d o nd fr l a -h i sto r i a
nacional
se confundió
durante
mu c h o t iempo r n n la
h U i nr i a
de los
descubrimientos.
P a r a e l
P o r t u g a l he r i do , para
la España en la
hora
c r ue l
de la
interminable guerra
c u ban a pr edec esor a del c h oqu e
de 1898, el esfuerzo historiográfico se confundía con la defensa de
un pasado , e l der ec h o al r ec u er do . P a r a las potencias situadas más
al
N o r te ,
domin an tes en la h o r a del reparto de África, cuando el
der ec h o
i nte r na c i o na l ,
un de recho puram ente europeo, dud aba entre
la
anterioridad
y la ocupación efectiva, la_historia._de. . la_jxpansión.
e ja también„cppcretarnenteja_defensa.del presente y un embargo sobre
el futuro..
3
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
16/186
Después
de l medio s ig lo s in comple jos de la Eu r opa co lon iz a dora
y domin an te , v ien en los dramas de la
desco l oni zac ión.
E l c a m b i o d e
c l i m a
se en cu en tra en e l p lan o de la
h i s t o r i a ;
a u n a h is tor ia abu s iva
men te europeocéntrica en f orma de leyen da rosa , sucede u n a h i s t o r i a
igu almen te europeocéntrica en f orma de leyen da n egra, Eu ropa es taba,
?inteayer, en los
orígenes
de todos los bienes; fue, ayer, el freno
único
a l
c rec imien to de los con t in en tes su midos en e l abismo. Lo verdadera
men te importan te , en es ta breve perspect iva , es qu e con serva s iempre
e l
mon opol io de los mot ivos y de los ac tos . E l debate , n o lo o lv idem os ,
empezó en los s ig los xv y X V I con la trata de negros y el balance
demográfico
de África, con la brut a l
desaparición
en
mérica
t r o p i c a l
de uno de los cinco núcleos densos de población h u m a n a . H i s t o r i a
con forme al presen te , entre todas , u n a h is tor ia apas ion adamen te con s
tru i da
con u n lu jo , a veces molesto, de intereses más que de medios:
u n a
h is tor ia qu e
debe
desmit i f i carse .
P a r a
e l l o , u n a
problemática
n u eva
debe
gan ar terren o con
relación
a l a p u n t a p r i v i l e g i a d a d e l
ex tremo occ iden tal c r i s t ian o.
1 Los universos cerrados
E l
s ig lo
X I I I
se impon e
como
pu n to de part ida por raz on es qu e
afectan a todas las f ormas de act iv ida d hu ma n as , desde e l cambio
político
de la
Hispania christiana
has ta la
transformación
r a d i c a l del
hor iz on te fi l osóf i co , pasan do por la
demograf ía ,
la econ omía, la d i
námica
soc ia l , la h is tor ia de los con oc imien tos
técnicos
y científico s.
Pero estas razones
están
pu ramen te l igadas a la
C r i s t iand ad
occ i
d ent a l ,
o sea a la mitad qu e ya es la más n u merosa de la
C r i s t iand ad ,
donde se piensa en
latín
y donde se reconoce l a
primacía
j u r i s d i c
c ion al
de l obispo de Roma.
L
T O D O
E M P E Z Ó
E N E L
S I G L O X I I I
A
p r i n c i p i o s d e l s i g l o
x i i i
l a ocupación hu man a del p lan eta era
in completa y d is con t in u a.
Existían
a lgu n os
núcleos
de fuerte densidad
que concentraban todas las ventajas, mucho
inás
res tr in g idos en n ú
mero y en
extensión
qu e en l a actu al id ad , e in men sos vac íos , ya sea
recorr idos por l os g ru pos d ispersos de c iv i l i z ac ion es i iómadas , ya
sea constituidos en sectores refugio de los dejados-de-lado-por- la-
evolución pen samos en la es tru ctu ra de l poblami^n to de los con
t in en tes af r i can o y amer ican o) .
S a l i d a
s in lu gar a du das de u n hogar ú n ico , la espec ie hu man a,
ven c ida po r la d is tan c ia , v iv ió , por l o tan to , a l o largo de la in ter -
4
m i n a b l e p r e h i s t o r i a ,
lo s
destinos
utónomos de las culturas y de las^ ^
civilizaciones.
L a
expansión
eu ropea de los s ig los
x i i i
a l xv i no es
sino un capítulo, un capítulo mu y importan te de un proceso pluri-
milénari^ de apertura,
el paso de un
p l u r a l
a l s in g u la r : en es te ord en ,
e l cambió f u n d a m e n t a l , e l t ke of f s i recu rr imos al l en gu aje de los
econ omis tas , es dec i r , la pu es ta en marcha de u n proceso i r revers ib le
y au toal imen tado.
2 . E L M O T O R D E L A A P E R T U R A
L a
en trada en
comunicación
de masas de den so poblamien to pu do
resultar,
en su punto extremo, del encuentro de dos frentes de colo
n iz ac ión :
ocupación
con t in u a del su elo
detrás
de un frente pionero,
u n a «frontera»
a la amer ican a. En e l s ig lo
x i i i
l a
C h i n a
densa
mordía
e l
Oeste y desde
hacía
ya u n mi l en io , e l Su r de l Yan g - tse P ero
entre el
núcleo
de los 120 mi l lon es de ch in os y la In dia
indogangética
numerosa... se
extendían
v a r i o s m i l l a r e s d e
kilómetros
poblados
apen as por i t in eran tes de la edad de la p ied ra. En cu an to a la Eu r opa
agr í co la , n o aven tu raba su s ex tremos a men os de mi l kilómetros del
U r a l . M ás allá de
C h i n a ,
de la
l l a n u r a indogangética,
de Irán, de
A n a t o l i a ,
a l Es te de los
núcleos agrícolas
eslavos sedentarios, se
d i b u j a b a u n
vacío
e n o r m e : 3 5 m i l l o n e s d e
kilómetros
cu adrados ,
men os de dos mi l lo n es de homb res . S i n embargo , en apar ie n c ia , e l
s ig lo
X I I I
v io e l
pogeo
de los mongo les. P ero fue una tentativa
arcaica y s in porven ir . Es tos imper ios de la es tepa tenían l a f r a g i l i d a d
de la caravan a qu e los de l im itaba . Nu n ca lograron so ldar de u n
modo duradero el destino de los sedentarios que sufrían en su
p er i
f e r ia .
La apertu ra de las hu man idades n u merosas , por e l proceso
m i l e n a r i o
del lento avance de los frentes de
co l oni zac ión, todavía
se
haría
esperar . Fu e u n asu n to de los s ig los x ix y x x . An te imp rev i
s ib les cambios ,
debía
reali zar lo la vía marítima.
3 . E L
E X T R E M O O R I E N T E R E C H A Z A D O
priori, podemos esperar la aven tu ra de la pu es ta en comu n i
cac ión , de la sal ida de l a i s lamien to de u n a de las compactas
c i v i l i z a
ciones de sedentarios. Ante todo, el conjunto
China-Japón,
el más
n u meroso .
Según
un a
hipótesis
raz on able * , s in embargo u n poco
generosa.
C h i n a había
a l can z ado de 120 a 130 mi l lon es de hombres
y a
a pr in c ip ios de l s ig lo x i y
continuaría
subiendo a lo largo de este
siglo hasta el
c h o q u e
provocado por la
invasión
m o n g o l E l pr im er
censo completo cu yo detal le poseemos
^
data de 1393. De él podemos
dedu c ir u n a p o b l a c i ó n , pon derado e l f rau de
f iscal ,
de unos 65
m i l l o -
5
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
17/186
nes de a l m a s ^. Una C h i n a cuyo centro de gravedad desde pr inc ip ios
de la era cr ist iana
ha descendido m i l k i lómetros más
h a c i a
e l Sur .
E l bajo Ya ng-tse (40
m i l l o n e s
h a c i a 1400) reemplazó la l l anura
loésica (15
mi l lones ) , mientras
que una C h i n a d e l S u r n u m a o s a a su
ve z
(10 m illo nes) * se construía a or i l l as del mar (el FukierpTnarítimo
reunía po r sí so lo 4 0 % de la poblac ión de l Sur de C h i n a ; e l Y u n -
nan,
ta n só lo 2 , 5 % ) . S e trataba, pues, de una C h i n a mucho más
costera que la C h i n a
actual .
En cuanto a Japón, según Y o k o y a m a
Yuse i debió de
alcanzar
5 750 000
a l m a s
a
p r i n c i p i o s
de l s ig lo
x i i i
¿Podemos, pues, extrañarnos de que en dos ocasiones se
produjeran ,
en
l a h i st or ia ch ina grandes empujes de exploración lejana? Según
lo s
razonamientos audaces, turbadores y
po o
convincentes de Heine
Geldern navegantes chinos e indoch inos debieron de a lcanzar n u me
rosas veces, de l s ig lo i i a l x i i , las costas pací fi cas de Méx i co ; y a
p r i n c i p i o s de l s ig lo X V es i n d i s c u t i b l e — p enetraron en el océano
índi co , hasta las puertas del cabo de las Tormenta s. S i n embargo ,
fu e
un portugués
quien,
menos de un siglo más
tarde,
d io e l
gran
paso .
C h i n a intentó la apertura. Poseía casi todos los medios para
el lo
Los medios de una aventura a i s lada , sí ; la vo luntad , los
medios
de una l arga empresa , aparentemente , no . N a d a l e e mpu ja ba
a e l l o . Tenía una frontera doblemente abierta un pro fund o des
prec io de l mundo exterior, un a apt i tud para rec ib i r a los misi oneros,
no
para env iar los .
E l budism o venía de la
Ind ia ,
y desde
C h i n a
avanzó
hasta
Japón.
Menos numerosa y más aferrada a l a tierra, l a
Ind ia
debe dejarse
a u n lado . Desde 712, la conquista árabe del
S i n d h ,
desde la invasión
de los afganos bajo
autor idad
turca, sobre todo a
part i r
d e l a ño m i l ,
la Ind ia fu e
d o m i n a d a ,
d iv id ida , ar ro l l ada , saqueada. En los mo
mentos
frágiles de estabilización
re l at i va ,
por dos veces, en 1257 y
en
1398 (invasión de T i m u r ) la invasión mo ngol vo lv ió a poner lo
todo sobre el tapete.
4 . L A S C U L T U R A S R E C H A Z A D A S
L a
Ind ia estaba demasiado ocupada en
v i g i l a r
e l pe l igro que
regularmente
descendía de la montaña,
para
poder
m a d u r a r
un a
gran
empresa más allá de los mares.
La s Áfricas negras, demasiado
d iseminadas ,
vo lv ían la espalda
al m a r .
Eran po o
num erosas y técnicamente estaban ma l equip ada s.
Queda
Amér i ca . Actualmente , ya cas i no hay dudas: el continente
americano agrupó una masa humana comparable a la de C h i n a ; en
ciertos momentos, a la de la
I n d i a ;
en el mejor de los casos, a la de
E u r o p a .
Nosotros sostenemos, siguiendo a la Escuela de Berkeley
la
c i f ra
de 80 m i l l o n e s omo posible en e l momento de la C o n
quista :
H e n r y
F. Dobyns ® ha reunido recientemente, en apoyo
de la h ipótesi s , un haz verdaderamente
aplastante
de convergencias.
Desde
e l s ig lo X la poblac ión
amer icana
sobrepasíiba verosímilmente
lo s
70
m i l l o n e s
de
a l m a s
p a r a a lcanzar , s i n
duda,
los 80
mi l lones
que son un mín imo a f ines de l s ig lo X V cuando se produjo e l ch oque
de l encuentro con el Mediterráneo (de los cuales 25 m i l l o n e s de
hombres con una
dens idad
m e d i a de 45 a 50 habitantes por ki lómetro
cuadrado
en la estrecha meseta de l Anáhuac , a l Sur de Méx i co) . ¿Es
necesario
recordar e l punto excepc ional de l progreso de los conoc i
mientos
mayas en e l orden del cálcu lo y de la astronomía? Pero
el número , la r iqueza , los éxitos
parc ia les
no deben hacemos caer
en
e l
error .
Lejos de rea l i zar l a apertura de las humanidades dis
persas,
n inguno de los cuatro pr inc ipa les núcleos culturales amer i
canos logró ponerse en comunicación con el conjunto del con
tinente .
2 E l Mediterráneo
A
l a
h u m a n i d a d
circunmediterránea perteneció el
car i sma
de l gran
v ia je .
Es científ icamente úti l el que aún podamos extrañamos de
ello.
E n
efecto, i nterroguem os las razones del número. Son razones de peso,
puesto
que conducen hasta e l l ími te las posib i l idad es de una
c i v i
lización.
1. T O D O S E J U G Ó A L R E D E D O R D E L
M E D I T E R R Á N E O
L a h u m a n i d a d circunmediterránea no parece haber sobrepasado
jamás una cuarta parte de la h u m a n i d a d . Considerándolo b ien, un
po o
menos que C h i n a , a lrede dor de 60 % de los dos núcleos
unidos,
relativamente
próx imos, de l A s i a de los monzones. Por dos veces, al
menos,
la cuenca oriental enlazó una red asiática
lejana
de
comuni
cac iones :
en la época de
A l e j a n d r o
(f 323 a. J. C.) y bajo l os pr i *
meros
Lágidas desde Alejandría; en la época de los Anton inos , en
el
s i g l o I I d . J . C .
M o v i d a
entonces por la sed de exotismo y las
necesidades de las clases dirigentes en productos de l u j o , la cuenca
de l
Mediterráneo perdió allí una parte de las reservas metálicas de
su economía
monetar ia .
L as invasion es bárbaras, entendiéndose p or
el lo
l a
entrada
en comunicación con el As ia de las estepas, no com
pensaron
la reducción del horiz onte marítimo a l Este.
7
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
18/186
P 1.
- Los
u n i v e r s o s c e J
'
m e d i a d o s
del
s i g l o
x iu
i .
La
c r i s t i a n d a d l a t i n a v
sus
p r o l o n g a c i o n e s
a
m e d i a d o s
de l
s i g l o
x „ . :
i m p o r t a n t e
en
el c o n j u n t o
de los -'¡versos-i.la no
2, La
c r i s t i a n d a d o r i e n t a l : 3,
El Atlántico
no r t e
de los
v i k i n g o s ; 4,
El mundo'áí
'^ÍP^ ^ '^
u n i v e r s o de Alejandría;
5,
L l
m u n d o
de la
c a r a v a n a ,
el As.a de
las
es t epas
a la
h o r a de
la
Pax Mongól i ca ( 1 2 2 5 - 1 2 5 0 ) - 6
E l
m u n d o c h i n o h a c i a 1225
>̂ ^ '
m u n d o c h m o .
z o n a de la
e x p i . ,. , J
- u
p r i n c i p i o s
del
s i g l o
xv; 8, La
I n d i a
drávida
9 l i ' I n d i a
¡rdogangí^^^^
Síótê se
^ f / ^ l -
s u p e r p o s i c i o n e s p a r c i a l e s e n t r e
lo s
- ' l - . y ^ , - ^ 2
z o n a
e g i p c i o .
Las Áfricas: una
c i n c u e n t e n a de m u n d o s c e r r a d o s
de
d e s i g u a l
extensión i '^̂
e j e m p l o s ; 10 , Z o n a s a h a r i a n a
y
s a h e l . a n a ; 11 , Z o n a
BajO N
.ger, 12, Z o n a
B a k o n g o ; 13, Z o n a
S u d e s t e
a f r i c a n o ; 14 A b i s i n i a i u d e o w i s t i a n a
La s
A
d« • ^ ^ ^
c e r r ados . . . c a s i
si n
comunicación
e n t r e
e l l o s ; 15,
Z o n a xicai
Teotihuacán;
16,
Z o n a ^ i í i
( Z o s ) ; 17?Zô ^^^̂ Zo na J H ? - > - ^ ^ ^ ^ ^ ^ • •̂^̂ ^^ x u i - p r i n c i p i o s
x v i ) ;
19,
Proliferación de
m u n d o s c e r r a d o s .. .
en América, en África...
-
8/18/2019 Pierre Chaunu as
19/186
j 2 . L A
D I A L É C T I C A
D E L N Ú M E R O Y D E L
E S P A C I O
Des de e l ángulo de una dialéctica de los núcleos
densos
de pobla
miento , dos
hechos
d o m i n a n l a h i s t o r ia m e d i e v a l : l a s t ra n s f o r m a
ciones de los territorios al Este del
R h i n
y a l N o r t e d e l D a n u b i o .
A p r inc ip ios de l s ig lo X I I I l as s uper f i c i es de poblamiento
denso
(o
sea más de cinco habitantes por kilómetro cuadrado , en g enera l 10 ,
15 , e inc lus o 20) añadieron u n poco más de dos millones de kiló
metros cuadrados a los
sectores germánicos ,
es lavos ,
húngaros ,
r u m a
nos , c r i s t ianizados por l os mis ioneros de Roma y de B izanc io .
Este des l i zamiento hac ia e l Nor te , ¿compensó p lenamente la rup
tura p rov ocada por e l más g rande c i s ma de t oda la h is tor ia re l ig ios a?
A es ca la p lanet ar ia , e l I s lam no f ue s ino un c i sma^del monoteísmo
abrahámico . Jud íos ,
c r i s t ianos y mus ulmanes par t i c iparon de un mis
mo m undo , e l de la v erdad más es enc ia . E l
o d i o
s upone un mínimo
de
comunicación
y por
ende
de
compren.sión.
Este
mínimo
es un dato,
en s u punto de par t id a , y a en e l s ig lo V l l entre cr i s t ianos y mus ul
manes.
A d e m á s ,
para la Cr i s t ianda d l os mus ulmanes s on
apóstatas.
Frente
a l I s lam y a la C r i s t ian dad , f rente a estos par t i c ipantes des g arrados
en la
Revelación
d e l D i o s
único
y t ras cendente , incomunicable de no
mediar e l A cto que Él hace
Reve lándose ,
s e l ev anta , a l E s te , e l mundo
pro f ano de las re l ig iones , me jor sería decir de las sabidurías, e l
mundo de l d ios inmanente que s e a l canza en e l fondo de las
cos s
y en sí , por el ascetismo, por la med itac ión , p o r l a r e f lex ión . E ntre
estos dos univ ers os hay más ig noranc ia que
od io
3 . L A
R U P T U R A
D E L I S L A M
A veces se ha exag erado la ruptu ra prov ocada por e l I s lam .
H e n r i
P i r e n n e sacó
las consecuencias
económicas .
Desde entonces, el
interés
por l os
árboles
no de ja v er e l
b o s q u e ;
de mat iz en mat iz ,
de correcciones en correcciones se l leg a a perde r de v ista lo esen
c i a l .
L a ruptura no f ue t o ta l —¿cómo h u b i e r a p o d i d o s e r l o ? — , p e r o
s í pro f unda. E s ev idente que s ubs i s t i eron comunicac iones . Pero tam
bién
debe
pensarse en lo que era la densidad de las redes de inter
cambios Nor te - Sur y E s te - Oes te a través de l Mediterráneo hasta el
s i g l o v i l . L a f r o n t e ra I s l a m - C r i s t i a n d a d f u e f r a n q u e a d a n o r m a l m e n te
y cada vez más desde l os s ig los x i y x i i . S in embarg o , f ue
i n f i n i ta
mente
m e n o s
penetrada de lo que la
geograf ía ,
la
e c o n o m í a ,
la s
t rad i
c iones ant ig uas , e l interés de
estos
v ecinos a le jados po r un p lan repul
s iv o , un «ecuador religioso» hubieran permit ido es p 'erar . V i to r in o
M . God inho t i ene razón, después d e A . M . L y b y e r y F . B r a u d e l
10
a l r educ i r e l mi to de l a ruptu ra o tomana de las rutas or ienta les . S in
embarg o , la expresión s obrepas a e l pens amiento E l interés m a
ter i a l
no fue suf iciente para soldar el corte. A
a m b o s
lados de un
p lano inc l inado Nordes te - Sudoes te , a l r i tmo de una f rontera mov ed iza ,
se encontraron dos s istemas de comunicaciones en algunos puntos
p r i v i l e g i a d o s
p a r a u n
mínimo
de intercambios l imi tados y aprov e
chables , v
A p r inc ip ios de l s ig lo x i i i l a mas a humana que , de una y o t ra
p a r te d e l p l a n o d e r u p t u r a I s l a m - C r i s t i a n d a d ,
constituyó
e l
núcleo
denso
de
población
s edentar ia de un
Mediterráneo
p rod ig ios amente
d i latado a l No r te , se mantuv o t a l v ez en l os a l rededores de 70 m i l l ones
de a lmas .
P o c o
más o
m e n o s
2 0 m i l l o n e s p a r a e l m u n d o m u s u l
m á n , 3 5 p a r a l a C r i s t i a n d a d l a t i na y e l r es to , una quincena , para la
Cr i st i andad
oriental y sus excrecencias eslavas. Es ésta una mas a
escasamente inferior al so lo núcleo ch ino y ro ta por la mi ta d .
4 . E L E G I P T O E N C R U C I J A D A
E l Mediterráneo musulmán constituido en detrimento de una Cr i s
t i andad
o r i enta l mut i lada fue , durante mucho t i empo , e l s ector de
poblamiento ev o luc ionado más apto para la
comunicac ión .
E n
p r i
mera fila,
un E g ipto encruc i jada , a f r i cano y
asiático,
mediterráneo
e i n d i o , e n u n a p a l a b r a , l a España de l E s te . E n e l s ig lo
x i i i
los nave
gantes tenían t r i l la das las rutas de enlace entre e l mar R o jo , la Ind ia ,
M a l a s i a e I ns u l ind ia , g rac ias a l aprov echamiento de la a l t ernanc ia
de los monzo nes Este enlace reforzó de un modo dec i s iv o la pr im a- '
c ía de l camino
marítimo sobre
los caminos de caravanas terrestres en
e l comercio de las especias y de las drogas orientales . En
unión
directa
con la Ind ia e Ins u l ind ia , E g ip to , tanto antes
como después
de la dominación de l os mamelucos , turcos selyúcidas, llevó su red de
comunicac iones has ta la España mus ulmana y e l Mag reb occ identa l .
H a b i e n d o
empezado
antes , E g ip to f ue e l Por tug al de l E xtremo Or iente
mediter ráneo . A dec i r v erdad , ¿acaso no heredó algo de la posición
de la Alejandría lágida C o m o antaño
A le jandr ía ,
E l C a i r oa b r i ó
ampl iamente , a p a r t i r de entonces, el horizonte de un grupo humano
numeros o y r i co : apenas
m e n o s
de un tercio del orbe.
3 E l
tlántico
A pesar de lo prestig ioso que fue su pasado, a pesar de la belleza
de s us rea l i zac iones inmediatas , la cuenca or ienta l de l
Mediterráneo
no fue protagonista de la
mutac ión .
11
-
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20/186
1 . L A S M U T A C IO N E S
F U N D A M E N T A L E S
D E
L A
C R I S T I A N D A D L A T I N A
L a mutación incumbió a l a
C r i s t i a n d a d l a t i n a ,
q u e a c a b a b a d e
t e r m i n a r
u n a revolución s i l e n c i o s a , p r o f u n d a y c a p i t a l . Existió l a
p r e p a r a c i ó n ,
e n a l g u n o s p u n t o s p r i v i l e g i a d o s , d e u n m a t e r i a l
agrícola
n u e v o : l a c o l l e r a , e l a r a d o c o n r u e d a s y r e j a m e tá l ic a , l a p e s a d a
h a c h a d e
t a l a r ,
l a
difusión
d e l
m a t e r i a l ,
l a s r o t u r a c i o n e s y l a s a r a d a s
p r o f u n d a s , e l a u m e n t o d e l a
producción
d el
bled
e l p a n s o b r e l a
m e s a e n l u g a r d e l o s a n t i g u o s p i s t o s , p o r l o t a n t o u n m a y o r número
de hombres más robu s tos Y pronto se prod u jo e l paso de u na
economía c e r r a d a d e n t r o d e l g r a n d o m i n i o a u n a economía más
a b i e r t a
d e i n t e r c a m b i o s : u n a m o n e d a , m e r c a d o s , u n a c l a s e d e e sp e
c i a l i s t a s
y ya , a f ines de l s ig lo X I I en
I t a l i a ,
e n G e n o v a , l a s m e s a s
u
o f i c i n a s d e c a m b i o , a r q u e t i p o s d e l b a n c o d e
depósito
y d e t r a n s
f e r e n c i a .
F i n a l m e n t e , e n e l s i g l o
x i i i nació
e l i n s t r u m e n t o d e l a
letra
d e c a m b i o . E l c r e c i m i e n t o h u m a n o e s p a c i a l , l o s p r o gr e s o s t é c
n i c o s , e l c a m b i o d e l número de hombres , qu e lo resu me y cond ic iona
t o d o , f u e r o n m a y o r e s d e l s i g l o X a l xiíl que en ningún o t ro m omen to .
A h o r a
b ien , l o qu e cu enta es menos e l
n i v e l
a l c a n z a d o q u e l a o r ie n
tación
y e l r i tmo de c rec imiento .
2 . U N A
A V E N T U R A M A R G I N A L .
U N A
G E R M I N A C I Ó N
D E
F R O N T E R A
S i n
e m b a r g o , e n E u r o p a , l a g r a n a v e n t u r a
marítima
no fu e , desde
el
p r i m e r m o m e n t o , u n a s u n t o c e n t r a l . D u r a n t e m u c h o t i e m p o s e p r o
du jo en l as márgenes ; es u n asu nto de ma rgen , u na
germinación
de
f rontera .
3 . E L
A T L Á N T I C O
N O R T E V I K I N G O
M u c h o a n t e s q u e l a Península ibér ica , veamos l a Península es can
d i n a v a ,
antes de su
tardía conversión
a l c r i s t i a n i s m o . D e l a s c o s t a s
d e N o r u e g a a l S p i t zb e r g y a l a s o r i l l a s d e l m a r B l a n c o ; d e I r l a n d a a
G r o e n l a n d i a .
L o s p r i m e r o s e s t a b l e c i m i e n t o s e s c a n d i n a v o s e n G r o e n
l a n d i a
d a t a n d e l s i g l o x . D e a l l í , l o m á s t a r d e e n e l a ñ o 1 0 0 0 , s e
p r o d u j o e l d e s c u b r i m i e n t o d e
V i n l a n d ,
u n a f r a n j a d e
t i e r r a
a m e r i c a n a
e n t r e l a d e s e m b o ca d u r a d e l S a n L o r e n z o y e l S u r d e l a c t u a l e s t a d o
d e M a s s a c h u s e t t s . U n a g i g a n t e sc a y p o b r e t a l a s o c r a c i a a c a b a l l o d e
un
e je Nordes te -Su does te
— omo
l o ex ige e l
régimen
de l as cor r ientes
y de los v ientos , y la
disimetría climática
de los cont inentes—
ligó
a l as cos tas es cand inavas e l des t ino de
I r l a n d a ,
de u na par te de
1 2
l a s i s l a s B r it á n ic a s , d e l a G r o e n l a n d i a ú t i l, d e i m a e s t r e ch a f a j a
c os t er a d e l L a b r a d o r , de T e r r a n o v a , d e
«Nueva Escocia»
y de
«Nueva
I n g l a t er r a » . E n e l m o m e n t o e n q u e
empezó
l a g r a n a v e n t u r a
marítima
d e E u r o p a , d o s m i l q u i n i e n t o s
kilómetros
m á s a l S u r , e l r e p l i e g u e
marítimo
e s c a n d i n a v o e r a u n h e ch o c o n s u m a d o e i n c l u s o se
desvaneció
su
r e c u e r d o . E l r e p l i e g u e e s ca n d i n a v o d e l o s s i g l o s x i i i y i v fue
debido quizá m e n o s a l h o m b r e q u e a l e m p e o r a m i e n t o s e c u l a r d e l a s
cond ic iones c l imát icas . «Un breve retomo xerotérmico marcó e l pe
ríodo
d e l s i g l o v a l X d e n u e s t r a e r a ^ °.» D e s d e e l s i g l o x i l , p o r e l
c o n t r a r i o , y h a s t a e l
x v i i i ,
a pesar de l as t ib iez as de l xv y de
p r i n
c i p i o s d e l
X V I
u n
pequeño período
g l a c i a l
comprometió
p e l i g r o s a
mente l as
frágiles
conqu is tas de l a
ocupación
de l su elo en e l Nor te .
T o d a l a h i s t o r i a d e lo s n o r m a n d o s s e e x p l i c a p o r e l peso dec is ivo de l
t r a s t o r n o climático s e c u l a r e n u n a z o n a p o r c o m p l e t o m a r g i n a l .
E n t r e
1 3 4 1 y 1 3 6 4 I v a r B a a r d s o n vivió e n G r o e n l a n d i a e n c a l i d a d d e
in t en
d e n t e d e l o b i s p o d e C a r d a r . «Señala qu e se ha hecho impos ib le
r e m o n t a r l a c o s t a E s t e e n
razón
d e l a c r e c i e n t e a b u n d a n c i a d e l o s
h i e l o s p r o c ed e n t e s d e l N o r t e : h a c e
po o
qu e ha s ido necesar io
sust ituir
el
i t i n e r a r i o c o s te r o s e g ui d o desde
u
p r i n c i p i o p o r l o s n a v i o s q u e
i b a n
d e I s l a n d i a a G r o e n l a n d i a , p o r o t r o
—según
p r e c i s a — q u e p a s a
mu cho más le jos de l a costa *.» Los h ie los f l o tantes , a p a r t i r de este
c a m b i o c l i m á t i co , d e s m a n t e l a r o n la s r ut a s marítimas d e l i m p e r i o
e s c a n d i n a v o ; e l a v a n c e d e l a s m o r r e n a s arrasó p r a d o s , c a m p o s y
c a s a s e n l a s z o n a s c o s t er a s d e G r o e n l a n d i a , q u e
dejó
de ser el
país
v e r d e p a r a c o n v e r t i r s e e n e l
país
b l a n c o .
«La colonización normand a de Islandia —precisa E. Le Roy Lad uri e— , y
sobre todo de Groen landia, donde los vikingos desarrollaron la ganadería e
incluso
rudimentos de agricultu ra en orillas menos obstruidas por los hielos
que en la época moderna, ha sido considerada durante mucho tiempo como la
prueba clásica de st recalen tamien to. Las investigaciones arqueológicfis, polí-
nicas y glaciológicas efectuadas en las costas de G roenlandia confirman sobre
st punto las primeras intuiciones de los historiadores escandinavo s .»
4 . E L M Á S M E D I T E R R Á N E O D E L O S
A T L Á N T I C O S
L o q u e e l N o r t e n o
realizó
hu bo de hacer lo e l Su r . E l s ec tor
p r i v i
l e g ia d o d e l E x t r e m o O c c i d e n t e c r i s t i a n o s e en c o n t r a b a e n e l p un t o d e
unión
d el
Mediterráneo
y d e l O c é a n o . E l
Mediterráneo aportó
sus
lajrgas
t rad ic ion es , las neces idades y l as s o lu c iones de - su s h ombre s
n u m e r o s o s ; e s t a b a r e p r e s e n t a d o p o r l a s
repúblicas
i t a l i a n a s — G e n o v a
m á s q ue V e n e c i a — , p o r Cataluña y
M a l l o r c a
( reconqu is tada en 1 2 2 9 ) ,
p o r l a s c o l o n i a s d e m e r c a d e r e s i t a l i a n o s q u e se i n s t a l a r o n detrás de l
1 3
-
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21/186
f rente reconq u is ta dor de la Hispania cr is t ia na en la s p la za s l ib era da s ,
pero vacías, de la España del Su r y ha sta en F la nde s . E l Atlántico
aportó
su ruda escuela y la exper ienc ia de los pescadores de b a ca la o
en m a res f r íos ; toda una trad ic ión, e n P o r t u g a l , en
G a l i c i a ,
en el
Cantábrico, en las
repúblicas marítimas autónomas
d e l
País
V a s c o .
L a s tres Españas atlánticas, es deci r, Por tu gal , la España cántabra,
m á s la a nda luza l ib era da por l a Reconq u is ta (Ta v ira én e l A lga rv e
en 1238, S e v i l l a en 1248, Cádiz en 1265, T a r i f a en 1292) y el Nor te
de
I ta l i a
( en resum en , e l Extrem o Occ identa l de la pr im era fa se de la
expansión europea ) no sob repa sa b a n los 3 0 0 0 0 0 km ^ . Allí todo se
enlazab a, se jugaba , y por lo tanto se ganaba.
4 U n a problemátic del t iempo
H e aquí los grandes rasgos de una problemática del espacio.
Queda lo esenc ia l en m a ter ia de h i s t or ia , e l t i e m p o . L a
expansión
p lanetar ia del Occ idente cr is t ia no
está
extrem a da m ente l iga da a una
coyuntura
determ ina da : la de la Cr i s t iandad occ identa l . Coyun tura
par t i cu lar ,
todavía no había ca m b ia do en coyuntura dom ina nte . Lo
que no impedía s im i l i tude s b a stante sorprendentes , ya a pa rt i r del
s ig lo
X I I I ,
entre los grandes
núcleos
densos de pob la m iento hum a no
S e a lo q ue fuere , la coyuntura de la Cr i s t iandad occ identa l fue sufi
c iente en a q uel m om ento . Y , c i rcunsta nc ia fa vora b le , es ta coyuntura
es bastante bien conocida.
1. C O Y U N T U R A
Coyuntura la pa la b r a es a m b ic iosa , pero la rea l ida d q ue a b a rca
en ese período a nter ior a l preestadístico es re la t iva m ente s im ple y
c lara . C o y u n t u r a : a n te todo los pre c ios y los sa la r ios , cuya s ser ies ,
a m enudo contra dicto r ia s , se a la rga n en
España
de un modo denso
desde m edia dos del s ig lo x i v ^ * ; fragme ntadas y episódicas, acá y
acullá , desde e l s ig lo x i i l ; l u e g o , l a e n f er m e d a d de l a m o n e d a ;
coyuntura funda m enta l ta m b ién , e l
número
de hom b res , la super f i c ie
de suelo rotura do y ocupa do, un dom in io c ierto a n ive l de las me
jores monografías regionales '*^ sobre los recursos, o sea, la rique za,
e l b ienesta r , c ierta m ejora en e l n i v e l de v i d a , algún eco muy
a m ort igua do de la producción en relación a l número de hombres.
Sólo
tenemos fragmentos sobre e l mov imie nto de las mercancías, de
los produ ctos y de las manu facturas Desde hace
poco
por e l con
t rar io ,
poseemos e l a d m i r a b l e
barómetro
de los pueblos abando-
14
na dos ** . E l va lo r de estos indic i os es ev idente , ya q ue no ex is te coyu n
tura fuera del hom b re q ue exprese su a ct iv id a d, su sa lud, su en fer
m eda d y su m uerte . Es necesa r io reco rda r lo a
través
de la gran ola de
peste de 1348 y de las cuatro olead as devastadoras de l a segunda mita d
d e l s i g l o X I V la coyuntura del s ig lo x i v es , a nte todo , una coyun
tu ra de m uerte , L a Peste Negr a sepa ra dos la rga s épocas de la eco
nomía a lrededor de un foso q ue va r ios s ig los no pudieron co lm a r .
F u e necesario na da menos que el oro de América, a princ ipi os del
s ig lo
X V I ,
pa ra co ntr ib u ir a t ra er la s pr im era s sonr isa s de una nueva
p r i m a v e r a . Sí, sabemos bastante sobre ello p ara apl ica r a un
período
más alejado, más allá del s ig lo xv i donde h ic iero n sus prueb a s ,
los m odelos de coyuntura .
2. 1200-1350 L o s M E D I O S Y L O S P E N S A M I E N T O S
Tod a la h is tor ia de la expansión europea
desde
p r i n c i p i o s d e l
s ig lo X I I I has ta f ines del xi v se organi za perfectamente alr eded or de
la s t res pr im er a s fa ses la rga s f i ja da s por F . S i m i a n d De 1200
a 1 3 5 0 , f in , apogeo y culminación de una fa se la rga A de prosp er ida d,
por lo ta nto de conq u is ta en super f i c ie , en
número
y e n p r o f u n d i d a d ;
este
período
es, con much o, el más larg o de las fases A discernible s.
L o s
p r i m e r o s
síntomas
de hu ndim iento preceden a la Peste Negra .
Inc luso se ha pretendido ver en e l lo , a unq ue eq u ivoca da m ente , e l ca s
t igo del superpob la m iento una consecuenc ia m ás q ue una ca usa
S i e l c l i m a c o y u n t u r a l empeoró h a c i a 1 3 2 0 - 1 3 3 0 , u n a fantástica
ruptura se produ jo por toda s pa rtes , s in término de comparación
posible, tanto en el pasado
como
en e l fu turo , a la a l tu ra del aconte
c im iento
único
de 1348-1350 que barrió , en algunos meses, menos de
l a mit ad, pero seguram ente más de un tercio, de la
población
europea .
B u r l a p erpetua a los m odelos m a ltus ia nos , le jos de a porta r la so lu
ción a la s d i f i cu l ta des de un m undo q ue se ha pretendido superpo
b la do, la gra n estación de los muertos arrastró tras de sí cincuenta
años de espantosas mis erias y todo un cortejo de nuevas épocas de
m uertos . La rea l id a d es q ue en 1 4 0 0 la p o b l a c i ó n , en todas partes,
e r a inf eri or a la de 1350. E n los alrededores de 1320-1330, en algunas
partes,
indiscut iblem ente , y en 1348 por todas partes,
empezó
una
fase B que se prolongó hasta f inales del sigl o xv en el Su r, hasta
pr inc ip ios del s ig lo xv i en e l centro y en e l norte de la Crist iandad
latina. Éstos fueron , prec isa m ente , con la recuperación demográf ica ,
l os f ru tos inespera dos y la s consecuencia s involunta r ia s de la expa n
sión u l t ramar ina . E n círculos concéntricos desde S e v i l l a — r e c e p
táculo
e u r o p e o de la r iq ueza a m er ica na —, la fa se A m á s
caracterí stica
empezó
a
través
del Atlántico, Eu ro pa entera y, consecuencia del
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efecto a d q u i r i d o de dominación, pronto, al menos
par a
una delgada
c a p a
de
a c t i v id ad ar r as tr ad a
el mundo.
L a
h i s to r ia de la expansión europea viene a i nc l u i r se en esta cro
nología, de la que recibió el i m p u l s o antes de ser su motor.
N a d a
aparente, ni
p os i t ivo
ni duradero se produjo antes de me
d iad os
del siglo
X I V .
C ont rar iame nte a h a b i t u a l que quiere
que l a s _ f a s e s - A . - s e a n v u l g a r i z a d o r a s mult ip l i cadoras
~e n
su p e r f i c i e
de las maduraciones en p r o f u n d i d a d de Fas fases B, as i s t imos en el
triñicürso del largo y fructuoso siglo xiíi, a la creación de los i n s t ru
mentos
de la exploración y de la
c o n q u i s t a :
en una
p a l a b r a
el navio
de la exploración del mundo, la brújula, y el modo de u t i l i z a r la
los
in s t ru me ntos vac i l ante s
de un c a p i t a l i s m o naciente. Y sin embargo,
ap arte
del largo y fecundo remontar de las costas atlánticas de España,
de P o r t u g a l de F r a n c i a y de los Países Bajos por la navegación
mediterránea de las ciudades i ta l i anas esta
p r i m e r a
época fue la de
los
fracasos. F r a c a s o de los hermanos V i v a l d i (1291); fracaso en
G e n o v a ; fracaso, en Cataluña, de Jau me F e r r e r (1346), que franqueó,
sin
regresar jamás, el cabo Bojador.
3.
1350-1500
C O N T R A C C I Ó N
E
I N V E N C I Ó N
Más allá de 1350, más allá sobre todo de la Revolución portuguesa
de 1382-1383, había comenzado en dos etapas el camino decisivo. E l
centro
de gravedad de las empresas atlánticas pasó del Mediterráneo
i ta l i ano y catalán al Atlántico mediterráneo, i ta l i ani zad o y ca ta l ani -
zado
de la Península ibérica. Tímida exploración de las
i s l as
de 1350
a
1400, conquista y exploración de las costas de África a p a r t i r de la
t o m a
de
Ceuta
en 1415. E l descenso a lo largo de las costas de África
obedeció a v a r i o s motivos, ante todo ecoiiómicos aunque sin ser
todos económicos. E s t e descenso estuvo ligado no por una correlación
p o s i t i v a como se ha afirmado excesivamente, sino ne g at iva con los
m o v i m i e n t o s demográficos de la Cr i s t iand ad occidenta l. Tendió a
res o lver
probleinas sociales al pa l iar mediante ~él recurso directo
a
las fuentes a f r i canas las d i f i cu l tade s de aprovisionamiento de oro
de la economía europea, sustrato de una ambiciosa economía mone-
t a i i a . _ A y e n t u r a puramente
a f r i cana
y europea, er descenso a lo lá íg o
de las costas de África no se convirtió en asunto asiático
h asta
des
pués de la jn_uerte d e E i i r iq u e eIJÍayeg§nte_(1460), cuando se v i s l um
b r a b a la
p o s i b i l i d a d
de una unión oceánica
d i re cta
entre el Atlántico
y
el Océano ín dico, y por consiguiente, la
p o s i b i l i d a d
de crear una
ruta
suplente y
r i v a l
de las que contr olaban conjuntamente el E g i p t o
selyúcida y su a l i a d o veneciano. A l término de esta fase
l a r ga
de
contracción y de d i f i cu l tad se sitúa, además, la maduración, con
16
Colón e rrante entre Genova, P o r t u g a l la navegación de las
is las
de
África y España, de la unión occidental directa con las especias extre-
morientales. Toda^^la invención técnica fue,
poco
más o menos, an
terior a 1350. La invención e sp ac ia l v ino después. La preparación
en
el espacio se sitúa
du rante
este siglo y medio de la
l a r ga
contrac
ción que va de la Peste N e g r a a los brotes de sab ia de los primeros
decenios del siglo xvi.
4. U N S I G L O XV I V U L G A R I Z A D O R Y
M U L T I P L I C A D O R
E n
fase A
— u n a
fase A que contribuye a mantener — se pro
dujo
el descubrimiento de América, la conquista y la construcción
de la I n d i a portuguesa, la explotación a par t i r de 1540 y de 1550 del
i m p e r i o comercial de P o r t u g a l y del i m p e r i o minero de España en
América. C o m p a r a t i v a m e n t e a las r iqu e zas creadas por el trabajo
cont inuo de 50 m i l l o n e s de campesinos europeos, la fracción de ri
quezas desviadas en provecho de la economía de los pueblos de E u r o
pa
por el comercio
o r i enta l
obtenidas por el trabajo forzado de los
ind ios sobre los stocks humanos acumulados por las c iv i l i zac ione s
p r e c o l o m b i n a s
representó muy poca cosa. Poca cosa, cuyo orden
de i m p o r t a n c i a será necesario
i ntentar
ave r ig u ar Pero este
poco
es
un
más: un más permanente. En posición m a r g i n a l pesa de un
modo decisivo
como
fuente de
de se qu i l ib r io
orientado
h ac ia
el cre
c imie nto . En el siglo
X V I
la p r i m e r a fase l a r ga mejor caract e r izada
del
crecimiento europeo hunde sus raíces ante todo en la
aventura
ame r icana y,
se cu ndar iame nte
en la aventura
o r i enta l .
Por otra parte
también forma el telón de fondo ine lu d ib l e de la construcción de
U l t r a m a r por los ibéricos.
A
par t i r de 1590-1620, disgregaciones consecutivas y cambio de
c l im a
Pero había nacido la economía-mundo. M o d e s t a ya que tan
sólo afectaba a una r e du cida capa de hombres, de r iqu e zas de espacios
costeros. Inco rporada a la economía europea, entró a su vez en la
respiración se cu lar . Contribuyó i n c l u s o por r uptur a de a r r as tr e al
paso,
una vez más, de A a B
¿Era necesario presentar, ya desde un p r i n c i p i o lo hipotético y
mold ear
esta
ind iscu t ib l e
r e a l i d a d :
la expansión europea, en el es
quema
conceptual de las hipótesis de coyuntura? E l esquema, en
r ea l id ad
es muy incompleto. Nos hemos esforzado,
p a r a
la América
del
siglo
X V I
en demostrar que los cuatro tiempos fundamentales de
la
economía' ̂ n a c i e r o n ya, sobre el más imp ortante de los tráficos
que reunía las economías recién sometidas a E u r o p a que tenían desde
allí tendencia a imponerse. E s t a gestión arr ie sg ada nos ha parecido
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pre f er ib le
a
c u a l qu i e r
o t r a :
permi te
por lo menos ev i tar los marcos
nac ionales y sus peligrosas
m i t i f i cac i ones .
Grac ias a la anónima c o yun tu r a he aquí pues l a aven tura en su
verdadera dimensión: la del núcleo numeroso de la C r i s ti andad occi-
denta l
en busca de los fragmentos diseminados de l a descendencia
de Adán.
18
N O T A S
D EL CAPÍTULO
P R I M E R O
1. E x amen c r i t i qu e de VH is t o i r e de la Gégrapk i e , París, 1 8 3 6 - 1 8 3 9 [ 1 7 7 ] .
2. M emor i as
sobre
a p r i o r i dade d os Des cob r imen tos
Port ugu eses, París, 1842.
Es sa i s u r l h i s t o i r e de l a c osmog raph ie e t de la c a r t og r a ph ie du Moyen Age,
[ 1 9 5 ] ,
París, 3 vols., 1 8 4 9 - 1 8 5 2 .
3. Pmc-Ti -Ho [352] ; F. B R A U D E L C i v i l i s a t i o n matéiell e [3 65] ; L. DER-
M i C N Y [484] t. L
4. M. R E I N H A R D y A . A R M E N G A U D [354] pág. 107.
5.
Los primeros ataques contra Corea datan de 120 9; la resistencia en el sur
de
C h i n a
continuó hasta 1279.
6 .
Durante el reinado del emperador
M i n g
T ai-tsu
1 3 6 8 - 1 3 9 8 ) ,
asistimos a
la
elaboración de los registros fiscales llamados Registros Amaril los, que
permiten
tener anualmente — a pesar de algunas lagun as— el reparto
re gi o na l
de la población
ch i na .
7 . P m c - T i - H o [ 3 5 2 ] ,
págs. 9-10.
8. M. R E I N H A R D y A. A R M E N G A U D [354] pág. 101.
9 . P i N G - T l - H o [ 3 5 2 ] ,
cálculos según el cuadro de la pág. 10.
10. Gtado por A Y A N O R I O K A S A K I [350] pág. 33.
11 . atado
por W . K R I C K E B E R C [575] ,
págs.
410-415.
12 .
J .
N E E D H A M
S.°Co loqu io [ 2 0 9 ] , Li s bo a ,
págs.
113 -13 5 .
13 . Grosso modo
podemos adherimos al juicio de V. M .
G O D I N H O
sobre todo,
aplicado
a
C h i n a
(Econ omía [ 1 3 7 ] ,
pág. 5 1 ): «Si comparamos el