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POEMAS DE ANDRES OLIVER

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P o é t i q apoemas

ANDRÉS OLIVER

(2005 - 2011)

6

Diseño de tapa: Gastón AlfaroEdiciones Culturales de MendozaSecretaría de Cultura - GOBIERNO DE MENDOZAAvenida España y Gutiérrez, segundo piso - Mendoza (5500).Tel.: 0261 - 44958460261-155321372E-mail: [email protected]

Impreso en ArgentinaPrinted in Argentina

Dirección Nacional del Derecho de AutorExpediente Nº: 850317Formulario Nº: 190905

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P o é t i q a

poemas

ANDRÉS OLIVER

(2005 - 2011)

Ediciones Culturales de MendozaSecretaría de CulturaGobierno de Mendoza

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Andrés Oliver

9

"Todas las lenguas están muertas.

Muertas en manos del vecino trágico

Hay que resucitar las lenguas...".

Vicente Huidobro

A: Claudia Fava

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A: Mariana Cárdenas Cubha, Godo, Lucas, Michelle y Graciela.

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Permanecerá mi palabra su piedra...

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Permanecerá mi palabra su piedra.

La paloma y el infierno.

La mujer que navega mi nostalgia.

El incesto de acero que es morir de lluvia.

Memoria de abismo y soledad.

Al quedar iguales las penumbras en las manos.

El amor será al pie del corazón, vidrio.

Erecto de muerte en sacramento.

Función donde quiebra la luz.

Permanecerá la sombra, subirá a la sangre como oro.

Al pan si vacila hombres y maldice.

Bajo el olvido que es campana.

Beso en la frontera de ausencia.

Tempestad de cárcel en sed.

Permanecerá la vida sin punto cardinal.

Ni agua.

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Como ruina de mar.

Oración al humo, ardor de pájaros.

La muralla será el espejo sumergido en mi puñal.

La piedra.

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Después la imagen…

18

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Después la imagen.

La piel en geometría.

La sed y el escombro

repitiéndose

sin huesos.

El árbol mata jaulas en la sangre.

La telaraña.

Tu corazón de abismos que sufren.

La marea sobre la distancia como papel arado.

Mi amor bajo bandera de puerto.

La neurona que sacude leche.

La tuerca del pensar.

El hambre.

El océano en puertas.

El capítulo animal.

La voz frente a tu sombra.

La libertad en esfera del silencio.

La soledad de tinta prematura.

El hastío.

Las mierdadas de la infancia. Y el progreso.

Terminado

sobre el cuerpo que sepulta pan.

20

En gorrión hecho pedales. Lento

como arena entre las ciencias.

Me sostengo de la médula

que funebrea mientras lloro.

De las venas que caen en el viento.

Me sostengo

de esta página mientras sangra su ventana,

de los últimos cristales donde quiebran los espíritus.

Del pájaro que defiende mis pasillos.

De la madre atormentada, por supuesto,

y la otra en elementos inclonables.

Seco

como eternidad interrumpida,

como ladrillo abandonado en mi cerebro.

A la orilla de nacer sin mis naufragios.

A la diestra de la herida en escalera.

Elijo mi dolor, la lluvia

cuando se ahogan cadenas en mi pecho.

21

No habrá ventana en la lluvia...

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23

No habrá ventana en la lluvia. Ni mujer de auxilio

que divida la ausencia en pájaros.

No habrá poema. Jamás

entre vida y palabra, la muerte.

Entre sombra y fe, el cielo apagándonos.

No caminará padre bajo el hielo en que vivo. Nunca.

En soledad la sepultura será digna.

Entre el reloj y el dolor de la tierra,

golpeará en racimos la lápida de Dios.

No tendré ángel que encienda otoños.

Los límites caerán antes de la luz.

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25

Mi guerra entre los muertos…

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Mi guerra entre los muertos.

¡Cuántos que redoblan son bandera!

El centímetro humano en desventaja con mi tinta.

¡Cuántos de madera gota a gota!

¡Cuántos elementos desarrollan el efecto calavera!

Sólo en el espejo y vertical en la campana.

¡Cuántas aves arrastrándose en los ojos como lágrimas!

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Deberé mi luz, la envergadura…

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Deberé mi luz, la envergadura.

El otro encierro, el de los pájaros

sin venas y sin patria. El otro

que flagela en la madera,

en el hielo del lenguaje, el reloj.

La puerta del sustento.

Quebraré mi lágrima, esta herida

que no ama pero firma,

estos sueños alambrosos

sombríos eslabones

que respiran.

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33

El despueblo. La sombra del despueblo…

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35

El despueblo. La sombra del despueblo

bajo acero tribunal.

Éstos vértigos. La palabra de estos vértigos

sin hijos.

Mi esfinge. El canto de mi esfinge.

La voz. El camino de la voz

sin ángulos.

La tumba. Los tiempos de la tumba

entre mi nombre y tu futuro.

La célula. La marca de la célula

que divide materiales.

El ángel. La vértebra del ángel

se arrodilla sin sus llaves.

El adiós. El alimento del adiós

hasta los clavos.

El regreso. La espalda del regreso

bajo el concepto de los márgenes.

La herida. El peso de la herida.

El cuerpo.

36

37

Queda el silencio…

38

39

Queda el silencio.

Navega mi lágrima sin luz.

Se reencarnan los pasados en telones indirectos.

Del corazón caen de espaldas los relojes.

La magia como sopa.

El pan como martillo.

Huesos en campana.

Herramientas del olvido.

Retrato de sangre y pensamiento.

Cemento entre laureles

que retorna del lenguaje.

Ataúd con pájaros y trigo.

Amor sin plegaria ni recuerdo.

El viento en epitafios.

La vida como escombro.

40

41

La palabra…

42

43

La palabra

mi último derecho sin muelle.

La palabra mi soldado.

Ojo en pólvora.

Alfabeto sin cerebro ni dios.

He matado. Las manos son nudos perras.

El árbol alcohol espina sienes.

Soy un moribundo que alimenta candados.

Cortina de huesos.

La enfermedad sin vientre.

Sombra que flagela sexo.

Soy sin nacer química.

Descontrol de acero y puertas.

Máquina que ruega hasta la vida.

Cabeza sobre el miedo tu veneno.

Tijera en la memoria.

La velocidad del pan y la muerte…

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45

Si me matan sin mundo…

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Si me matan sin mundo

ni peligro de poblarme.

Sin mar.

Ni luz de naufrago.

Bajo tu piel.

Ahora lenguaje y bandera en el vacío.

Borracha mi ciencia

entre fantasmas con manos.

Si me matan. Tu vientre si me matan.

Si me matan

detienen la pólvora en mis besos,

el corazón de un árbol.

No tengo una nación rota, evangelios.

Una vez nación

con ojos.

Si me matan.

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Asumo la vida…

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Asumo la vida

la extensión del hielo

las semillas como fin de relojes

la poesía

los diccionarios que callan por mí

por los otros se rompen antes de las bóvedas

el amor y la melancolía en llaves

el pan ante la sombra

los retratos del hambre

el vino de mi muerte se derrama sin estrellas.

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Sin sombra…

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55

Sin sombra,

detrás de las venas como humo.

Desde el corazón ni lámpara.

Tu beso contra mis insomnios.

Bebo del ángel que envenena.

La huella sin sustento.

La víbora que he protegido en pan.

Y terminan las uniones, mi eje,

el daño armado,

intransferible,

que no busca orilla.

El reloj que espanta mi destierro.

La libertad del dios que he robado.

Termino, entonces, de cadena.

Vestido de tierra y leyenda.

56

Condenado y agua como el tiempo.

Espejo que explota en cenizas.

Angustia. Sagrado.

Huésped que ignora la palabra.

Voy, simplemente, de escalón en muerte

que reparo hereje.

Ahora, sin totales, oscuro,

dividido como pulso, lloro.

Mato el banderazo del amor,

Los besos que deforman el adiós.

Sueño contenido, injusto.

Cielo hasta la espuma.

Sangro sin sonido.

57

Mi arte sin ojos…

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Mi arte sin ojos

escucho tu cuerpo

es orilla quebrada en mi espalda

no maldigo

la red en mi lengua

tu serpiente deslizándose no maldigo

soy arena desquiciada en los ojos

el niño asesinado

como pez ilegítimo del agua

soy ceniza arrojada

en ningún mar

ni ola que llegue a los labios

mi pecado

el cuerpo principal

las tetas infinitas

el olvido a la izquierda

sin huella

el despertar.

60

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Bebo asesino…

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63

Bebo asesino.

Retiro mi nombre. He pagado

por caminar asfixia y escuchar a Dios.

No hay nación, los pies en la industria del acero.

Está anterior al hombre la acción que llora nómade.

La boca, mi beso.

Matar.

No amaré el mismo suicidio.

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Mentir…

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Mentir

crear sangre

salvarse de los muertos

que necesitan puertas

perder

los pies doblados

los hijos de favor

la voluntad donde hay nada

escapar

de los huesos

entre la sombra donde hallo luz

bajar

los manicomios

después las copas como armas

entender

la palabra condenada a dientes

cambiar

la herida por pequeños inmortales

sufrir

de cantidad póstuma

cansar

la paz

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el punto cardinal en su eje necesario

detener

la libertad en el espejo que naufraga

entregar

las manos

vacilar las llaves

vengar

al sol con sueños

tener

hambre

crecer

de frio como hilo

criar

al mundo

avanzar.

69

Se reemplazará al mar por telaraña…

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Se reemplazará al mar por telaraña.

Las paredes dejarán de respirar para escuchar un piano.

Las llaves morirán por decisión de puerta.

La sangre lenta.

El frío como tierra en los ojos.

La música no sostendrá mi cuerpo.

El amor será el intruso más ilustre el más hambriento.

La sed no alcanzará las estrellas porque los besos mueren.

Es seguro que nunca dejaré una palabra en paz.

Dios se ahogará en un ciego y caerá vidrio en las heridas.

Las fotografías entrarán como balas o sueños desaparecidos.

Entonces sellado de carne río y casi viento.

Yo mi revés.

Mi parecido.

El doble de mi frente en silencio.

Ahora ahogado puedo enloquecer al vino que besa.

A estar de pie sin cielo y quebrar la tinta indefendible.

De golpe espejo en concepto de cadena.

Con horario y huesos que vuelan sin hastío.

En el trazo del acero.

En la angustia alta y sin causa.

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La noche.

La tristeza.

Mi soledad despierta…

73

Renunciaré a la tierra para no ser sepultado…

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75

Renunciaré a la tierra para no ser sepultado

porque el poder de la memoria es la muerte.

Yo respiro como llanto o papel

o juguete aparecido en el vientre de mi madre.

Soy la idea de matar antes de existir.

Mi olor está en la humanidad.

El perfume indomable que desentierra vivos.

El aroma duro de sangre.

La repetición de sonreír a mis finales.

76

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siempre ahogado vertical…

78

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siempre ahogado vertical

en el puñal reglamentario

en la bandeja rebanada

sin padre ni madre para viento

con estatura de pan que es oxígeno y expira

con abismo de regreso

hundido como planta

desnudo con la víctima en tu boca

enamorado del difunto que te mide para extraña

con lámparas y féretros destinados al derrumbe de la luz

siempre ahogado he besado al mundo

porque los labios serán hielo

he besado hasta tu muerte

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Intranquilo como mar…

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83

Intranquilo como mar

devuelvo la foto de mi infancia.

La primavera moría

cuando murió mi padre.

Padre y trigo

sin tabaco,

con esperma hecho desierto.

La extraña respiración

que no devolvía el mundo.

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85

Pensé que todo había terminado cuando

Dios decidió crear al mundo…

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Pensé que todo había terminado cuando Dios decidió crear al

mundo. Pero no, la acción imprecisa del destino, la especulación

del origen de la humanidad predestinó los sucesos que acontece-

rían antes de la creación del hombre. En aquellos momentos que

dependían de la única espiritualidad de no haber nacido aun, la

necesidad innata instaló, por deber o gracia divina una deuda opor-

tuna; en el momento del inicio del pensamiento referido o consa-

grado a un progreso lógico. La piel avanzó como la creación de la

tierra, el cielo, el agua, la respiración y el universo. Dios y su polí-

tica de igualdad solo comprendió que la razón de vivir es la justi-

ficación de la muerte. Pero la ciencia del Supremo no resigno los

principios que están antes que El, la soledad, la tristeza como

número primario de su cuenta insensata. Desde que las sumas o

restas numéricas existen Dios se presenta como una asignación a

la ignorancia, porque aun no ha sido evaluada la libertad de elegir

haber nacidos vivos o muertos. Alguien contiene sangre y es duro

pensar si las venas transitan nuestra mirada. El cuerpo es la raíz

inconsciente de la acción única de la verdad. Nada ha sido engen-

drado, es arrogante el crimen de desear Todo lo que ha sido

consensuado es el dolor y, en la mínima cavidad de existencia las

heridas son naciones mortales completadas por el hambre y la

desesperación de respirar. Antes y ahora de beber lo que yace

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suspendido la sed nos sepulta. La lectura es la defunción de tan-

tos bosques. Las épocas eran la etapa interrogada por la historia.

Después vinieron remando las ideas contra aguas y, quemaron

nuestros versos, se crearon los poemas como heridas no san-

grantes, entintadas. Desterraron versos de poetas, mataron nues-

tros hijos sin familias, excomulgaron sepultureros porque espe-

raban la respuesta de la tierra acantilada.

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Si tuviera que resignar el destino

de mis lágrimas…

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Si tuviera que resignar el destino de mis lágrimas, algo me

asustaría, una puerta abierta, un candado castrado, la cerradura

de la memoria entre mis llaves derramándose como lluvia. Pero

ninguna lágrima sería la última. La muerte arrepentida, completa de

cadáveres sin lágrimas navegaría sin rumbo en su mar seco. Todo

llora, mi ropa, las huellas que repentinamente desaparecen como

crepúsculos. Esto es lo que quiere el mundo, ver la tierra húmeda

al servicio de la luz del día. No, nunca optaría la conciencia el he-

cho de cavarse los extremos hasta encontrar los puntos cardina-

les. Nunca sería yo la pluma, la palabra que desentierra alas que

son lágrimas adversas, lágrimas mojadas, como debe ser, en litros

cuestionando las facciones, los secretos que arden en los ojos

como náufragos. Se ha secado mi sangre, ya no llora, el cuerpo

es una cadena mal cosida. El espíritu ciego, el cansancio, la nada.

Estoy culpado de existir, de poner mis pies sobre los ángeles.

Entenderme vertical y respirándome las lágrimas como insectos. Y

respirándome pensar que han robado vocales a las palabras que

tanto he amado. Mi amada se refleja en lágrima cuando despierto

entre las sombras. Mi amada es una lágrima, la ahogada que nunca

vio la tierra y es de piel, de sombra y huesos anteriores a morir.

Hay que estar antes que la muerte, permanecer sin puertas, sin

motivos. Ser de ser y transpirar, levantarse en el mundo, llorando,

empapar el pan de cada día hasta el hambre. Y amar.

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93

Escribo víctimas, innacidos…

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Escribo víctimas, innacidos. Las palabras cosechan el mapa impuro

donde no hay partos ni tumbas. La respiración es ocaso de an-

gustia. El aire quiere cuerpo, sombra y aguas. Pero la tinta después

envenenada y, antes como vida nunca tuvo una razón para nacer

y otra para morir. Lo escrito no se detiene ni late. Nada fue pensa-

do, destinado al pasado. En esta geografía, el derramamiento de

mi tinta, sangre inmortal, que ha presenciado el nacimiento y la

muerte de todos los límites asesinados. Nadie sostendrá la oscu-

ridad de resucitar razonable. Nacerá la luz, el principio, el final, lo

incompleto, una verdad. La tranquilidad de no sepultar a Dios. Es-

cribo omitiendo la historia del hombre y la eternidad de Dios. A

pesar de la voz, la palabra subsiste al pensamiento. La palabra

debe ser escrita, creada como acero, sin más aire que los labios,

sin hogar, prostituida por un mundo o un sueño permanente, que

da lo mismo. La realidad es el exceso de querer lo propio, abusar

de los objetos como si no tuvieran alma. La imaginación técnica-

mente duele porque usa clavos. Yo quisiera estar bien sin escri-

bir, sin derretir un lápiz, sin recibir mi vocabulario con los núme-

ros. Quisiera ser el innacido y no el escriba, el mapa y no la tumba,

el veneno y no las huellas. Quisiera defenderme como realidad o

sueño pero no he inventado coordenadas, continentes, ni espe-

jos. Mi tinta y yo sobrevive acantilados, el orden de la cosa que

96

somos y restablecemos en figuras, de humanidad, el orden lógico

de la poesía o el tiempo. Después del abismo, la acción del hom-

bre maltrata poetas. La paz y esta guerra son poesía.

97

Perseguido por los ojos…

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99

Perseguido por los ojos, el vino que desarrolla las encías. De cre-

cer por delante de una idea. Pisando el corazón, las calles, los colo-

res huérfanos de manos. Creando cuando la mugre es violenta

porque viola y da el derecho al sexo que flagela. He guardado más

de lo que existo. Escribo entre mis uñas la piel del amor asesinado.

Yacen dos existencias en mis manos, la piel de mis actos, y otra, la

muerta de hambre. Me sigue la voz, golpea su motor herido como

tinta. Me sigue el alma sin saber que tiene peso comprimido. Pero

en la caída del árbol que desprendo, en la resistencia de la tierra

que decidió liquidarse siendo agua; me he suicidado para ser pája-

ro o reja con llaves inseguras. Me he suicidado, desde siempre,

para no recordar mi nombre.

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Con los pies violados de geografía…

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103

Con los pies violados de geografía.

Sin geografía de morir y acantilarse.

Para el poeta es una la cena sin discípulos.

Quemado por el llanto que gesta prostitutas,

Brutalmente en el incendio del destino amo borracho

la cavidad inaceptable de las vírgenes,

el puterío materno,

la piel donde asesinan las estrellas.

Para el poeta es uno el color que se retracta.

Existo en la carne y en la calle,

en cuadernos bombardeados de vacío,

en la tristeza y no del hambre.

Para el poeta es uno el dolor de las miradas.

Los labios reclaman versos, la unidad de letras sin idioma,

la sangre sorprendida por números solitarios.

Sangre para nacer perjudicado.

104

Para el poeta es una la vela que se extingue.

Enamorado de los muros

estoy alimentado de la sed que mean,

de mapas y amores derramados como pelos.

Para el poeta es uno el dios que se retrasa.

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Grito para nadie…

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Grito para nadie.

Una palabra y padre.

Tantas veces nadie.

Calculo armas que piensan huellas.

Manos sin cerebro en las entrañas.

Se derrumba mi voz en el índice,

en el levantamiento de mi hambre.

Tengo un día, el derecho a la existencia de las rosas.

No tengo aplausos donde morir con alarma.

Nada. Ni agua ni mapa ni peso de sombra

con músculos finales.

Tengo la máscara de Dios.

Geografía que observa cicatrices.

Ceguera desencadenada como tinta.

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Regreso. Me suicido de pie...

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Regreso. Me suicidio de pie.

No regreso de época y me suicido.

Exhuman mi existencia.

Reclaman esta sangre que jamás fue mía.

Rechazan la oración que ahoga cantos.

La paz y la poética que inventan inútil pensamiento.

Tenerme en la vida y en la muerte.

Amar me clausura a voces,

al límite del hombre y la tierra.

Regreso. Resucito en la lesión del verbo.

No regreso y resucita mi ojo ajeno.

Vuelve hacia adelante el destino.

Se desprende la piel hecha cenizas, migas de tacto.

La piel derrochada en la totalidad de un día sin huellas.

Ya no hay tacto.

Ya no hay poesía, ni siembra, ni hambre

que huya de los labios temblando.

Cerrándose como goteo o llanto.

Cerrando manos como máquinas que desesperan.

Cerrando colores hasta ciego.

Regreso. Me suicido hasta nacer de frente.

No regreso y me suicido en el destierro.

112

113

ÍNDICE

POÉTIQAANDRÉS OLIVER(2005 - 2011)

Páginas

Permanecerá mi palabra su piedra ............................................................. 13

Después la imagen ........................................................................................ 17

No habrá ventana en la lluvia ........................................................................ 21

Mi guerra entre los muertos .......................................................................... 25

Deberé mi luz, la envergadura ...................................................................... 29

El despueblo. La sombra del despueblo ..................................................... 33

Queda el silencio ........................................................................................... 37

La palabra ....................................................................................................... 41

Si me matan sin mundo ................................................................................ 45

Asumo la vida ................................................................................................. 49

114

Sin sombra ..................................................................................................... 53

Mi arte sin ojos ............................................................................................... 57

Bebo asesino .................................................................................................. 61

Mentir .............................................................................................................. 65

Se reemplazará al mar por telaraña ............................................................ 69

Renunciaré a la tierra para no ser sepultado .............................................. 73

siempre ahogado vertical .............................................................................. 77

Intranquilo como mar .................................................................................... 81

Pensé que todo había terminado cuando Diosdecidió crear al mundo ................................................................................ 85

Si tuviera que resignar el destino de mis lágrimas ..................................... 89

Escribo victimas, innacidos .......................................................................... 93

Perseguido por los ojos ................................................................................. 97

Con los pies violados de geografía ............................................................ 101

Grito para nadie ........................................................................................... 105

Regreso. Me suicido de pie ........................................................................ 109

115

Este libro se terminó de imprimiren los talleres gráficos deGRÁFICOS ASOCIADOS

Cooperativa de Trabajo - Limitadaen el mes de diciembre de 2011