premio internacional 2005 guardas del rey

La CoronelíaGuardas del Rey

Año IV NUMERO 20 2006Año IV NUMERO 20 2006

“Hijos somos del ínclito Marte”

PremioInternacional 2005

Acto imposición de condecoracionesActo imposición de condecoracionesmarzo 2006marzo 2006

La Coronelía Guardas del Rey 2

La Coronelía

Guardas del Rey

“ Hijos somos del ínclito Marte”

DIRECTORCoronel D. Pedro Berzal Fernández

COORDINADOR Y REDACTORTeniente D. José Román del Álamo Velasco

COLABORACIÓN ESPECIALProfesor Dr. D. Guillermo Calleja Leal

COLABORADORESCoronel D. Alejando Hernández MartínezTeniente Coronel D. Carlos Ruiz LaprestaCapitan D. Juan Medrano FernándezSoldado 1ªª D. Óscar Sevillano Vergara

FOTÓGRAFOSubteniente D. Jesús Portero Cobeńas

CORRECTOR DE ESTILOCapitán D. Jesús María González del Saac

DISEŃO GRÁFICO Y MAQUETACIÓNTeniente D. José Román del Álamo Velasco

Desposito Legal: M-54.655.2002

Http://www.et.mde.es/inmemorial/

RedacciónRegimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Esta revista está abierta a todo el per-sonal que desee colaborar en lamisma. Los trabajos publicados repre-sentan, únicamente, la opinión personalde los autores.

Desde aquí pedimos disculpas por la tardanza en la edición de este número, pero las cir-cunstancias así lo han demandado.

Este mes disponemos de unos artículos muy interesantes en especial el de nuestro querido profe-sor Calleja que nos presenta un extenso artículo sobre la muerte de José Martí y las diversas versionessobre la misma, este artículo nos adentra en la batalla de Dos Ríos y nos detalla cómo se produjeron esoshechos históricos, desde luego es un excelente artículo.

SSuummaarriioo


Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Colaboraciones ... 5

El PersonajeAgustina Zaragoza.... 15

Nuestra historiaLa muerte de Martí.... 32

Tecnología ........ 76

Cine .................... 78

WWW y Juegos ... 80

Cuando ............... 83

Humor ................ 85

Regimiento ... 4

Acto deImposición de

Condecoraciones

Tte. D. José Román del Álamo Velasco

El pasado 17 demarzo se llevó acabo la imposición

de condecoraciones al personalque les fue concedido con motivode la Pascua Militar. El acto sellevó a cabo en el Acuartela-

miento Alfonso XIII y el mismofue presidido por el 2º JEME,Teniente General Tamarit, asistiótodo el personal del Regimientoasí como nuestros ReservistasVoluntarios. Entre los condecora-dos estaba el Alférez ReservistaVoluntario D. Jorge FernándezOrdás el cual es el primerReservista Voluntario en recibiresta distinción. El acto consistióen la imposición de condecora-

ciones, homenaje a los que dieronsu vida por España y desfile de lafuerza. Posteriormente se ofrecióun concierto de la Unidad deMúsica en la cual interpretaronSuspiros de España, La Cancióndel Soldado, El Sitio de Zaragoza,Relevo de la Guardia, Legiona-rios y Regulares, Fiesta en Españay The Beatles in Concert, comobises interpretaron Las Corsarias.

Regimiento



LOS OTROSREGIMIEN-

TOS DEL REY(I)

Tcol. D. Carlos Ruiz Lapresta

Nuestro regimientose llama Regi-miento de Infante-

ría “Inmemorial del Rey “ nº 1pero ha habido a lo largo de nues-tra dilatada historia otras unida-des que también han llevado elnombre de Rey y hoy vamos aacercarnos a esta cuestión.

En principio, existen dosunidades en Caballería que hanllevado el nombre del Rey. ElRegimiento de Lanceros del Reyy el Regimiento de Dragones del

Rey1, uno de ellos continua vivoa través de la Brigada deCaballería Castillejos, en tierrasde Zaragoza que tiene como escu-do el los lanceros del rey y el otroque fue disuelto en los años vein-

te del siglo XIX, en 18232, parano recrearse jamás.

En primer lugar vamos atratar el tema del regimiento deLanceros del Rey.

El Regimiento deCaballería del Rey fue creado en1763 al fusionarse los antiguos

regimientos de Milán y Flandes3,ambos nacidos en el siglo XVII.Cuando finalizó la Guerra de laIndependencia, absorbió a losHúsares de Castilla y al Segundo

Regimiento de Santiago en lareorganización del ejército quetuvo lugar.

Ese Regimiento deLanceros del Rey que en 1931 sefunde con el de Cazadores deCastillejos tiene tras sí una largahistoria, plenamente asumida porla actual Brigada de Caballería“Castillejos”. Tal identificación

llega hasta el punto de ostentarcomo blasón el de la ciudad italia-na de Milán, origen del másremoto antecedente del quedurante siglo y medio fue el pri-mer regimiento del Arma deCaballería como ahora es elInmemorial del Rey en Infantería.

Al acabar la Guerra de losSiete Años, con unos deplorablesresultados para España tras lafirma del Tratado de Paris, CarlosIII reorganiza el ejército con lafinalidad de estar en condicionesde mantener los intereses nacio-nales en el extranjero. En estareorganización los diecinueve

regimientos de Caballería queexistían se reducen a doce por loque los regimientos de Caballeríasalieron reforzados pasando atener 480 soldados y 24 sargen-tos, con cuatro escuadrones a trescompañías. El 30 de noviembrede 1763 el regimiento Milán sefusiona con el de Flandes toman-do el nombre de Rey ostentando

siempre el número 1 del Arma deCaballería.

La primera campaña en laque participa el Regimiento deCaballería del Rey es la expedi-ción mandada por el generalO’Reilly para escarmentar a lospiratas de Argel. El regimiento sebate en la playa en una pelea esté-ril que acaba con el repliegue dela fuerza sin haber conseguido elobjetivo.

En enero de 1780 vemoscomo el Regimiento del Reyenvía un escuadrón organizadocon personal de las nueve compa-ñías para participar en el asedio

CCoollaabboorraacciioonneess



Representación de un almuerzo en la corte de Carlos III por Luis Paret

de la plaza de Gibraltar hasta1782 en el que todo el regimientoparticipa en la operación.Acordada la paz con GranBretaña el regimiento quedaacantonado en Andalucía dondeen 1786 sufre una gran reformapor lo que se suprimen los cuartosescuadrones.

Presta servicios de guar-nición en Extremadura y Castillala Vieja. En 1792 dos escuadronesse integran en el ejército deGuipúzcoa, situándose en SanSebastián y allí se encuentrancuando comienza la guerra contralos revolucionarios franceses.Este año se forma la primera grancoalición contra el gobierno revo-

lucionario francés4 dada la granalarma que provocó en todaEuropa los acontecimientos deFrancia y la actuaciones de losrevolucionarios. El RegimientoRey se integró en uno de los tresejércitos que se formaron enEspaña para luchar contra laConvención, concretamente en elde Guipúzcoa y Navarra cubrien-do la frontera y participando en laacción de Sara la compañía decarabineros del regimiento asícomo en las márgenes delBidasoa y todo el regimiento enUreña e Irún.

Tras los éxitos consegui-dos en 1793, Rey pasa a al ejérci-to de Cataluña donde combate enel Rosellón tomando San Lorenzode Cerdá, Arlés y Ceret. La pusi-lanimidad del gobierno y la muer-te de Ricardos y de su sucesorO’Reilly cambia el panorama vic-torioso por el contrario. Los ejér-citos franceses entran en

Cataluña. Rey realiza las accionesde sacrificio que caracterizan alacaballería y protege la retirada aFigueras.

En 1795 el ejército espa-ñol se constituye en defensiva ya

que tras los desastres el año ante-rior, los ejércitos de laConvención habían llegado a ocu-par Guipúzcoa y Bilbao y amena-zaban Pamplona. En Cataluña lle-garon hasta Rosas que fue ocupa-da pero la reacción del pueblocatalán permitió rehacerse a las

tropas españolas5 que emprendie-ron una contraofensiva que expul-so a los franceses al otro lado delos Pirineos. El Regimiento Reyse distinguió en el apoyo al replie-gue del ejército de la línea deFigueras.

Sabido es que las unida-

des militares en esta época paranpoco tiempo en sus guarnicionesy los cambios son una constanteque puede aburrir al lector.

Tras la firma de la paz, elregimiento marcha a tierras deCastilla la Nueva, en CiudadReal, enviando un escuadrón aAndujar y otro a Sevilla acudien-do posteriormente a la Isla deLeón para aliviar el bloqueo quela escuadra inglesa estaba efec-tuando contra Cádiz como conse-cuencia de haber firmado España,el Tratado de San Ildefonso conFrancia.

Durante la guerra de laNaranjas contra Portugal, se inte-gra en el ejército de operacionesdel teniente general Iturrigaraypasando posteriormente de guar-nición a Madrid en 1803.

Manuel Godoy empren-dió una serie de reformas queafectaron a todo el Ejército, y quepretendían hacer de la Caballeríaun «Arma moderna y eficaz».Estas reformas no afectaron alregimiento más que en lo que serefiere a uniformidad y armamen-to aunque la Caballería españolasiguió siendo la menos armada deEuropa y trataron de paliar ellamentable estado de laCaballería cuya causa principalera la ausencia de caballos y lainexistencia de una política de

remonta6. Con esta reorganiza-ción el regimiento quedó con cua-tro escuadrones de tres compañíasmás uno de depósito.

Manuel Godoy firmocon Napoleón el 19 de octubre de1803 el Pacto de Neutralidad loque nos llevó a la guerra con




Inglaterra en la que sufrimos elgrave quebranto de Trafalgar.Bonaparte en su necesidad de ais-lar a Gran Bretaña precisaba con-trolar las costas de Portugal y ladel mar del Norte por lo que exi-gió el envío de un cuerpo de ejér-cito español a Dinamarca. Estecuerpo de ejército se formó conseis regimientos de Infantería,cinco de Caballería y gran canti-dad de Artillería e Ingenieros.Entre los regimientos deCaballería elegidos está Rey consus 540 hombre y sus 540 caba-

llos7.En marzo de 1807 el

regimiento del Rey sale deBurgos formando parte del ejérci-to del Marqués de la Romana.Cruza el Rin y el Elba y se acan-tona en Attengaun donde perma-nece hasta que en septiembremarcha a Tatenberg, en las proxi-midades de Hamburgo.

El 5 de marzo de 1808pasa a Dinamarca y toma la direc-ción de Lübeck y a través delducado de Holstein pasa por el deSchlewig y se acantona enHolding. En abril recibe la ordende vigilar las costas del Categatpara lo que ocupa Horsens,Aarhus, Randers y otros pueblosde la zona.

De España llegan rumo-res de lo que en realidad estásucediendo por lo que el Marquésde la Romana trata de salvar suejército para lo que se pone deacuerdo con el Almirante de laflota inglesa para trasladar lasfuerzas a España. Rey recibe laorden de reunirse en el puerto deNjeborg donde en agosto tras

abandonar caballos y bagajesembarca en cuatro paluchas dane-sas que le conducen a la isla deLangeland donde embarcan ennavíos ingleses que les traerán aEspaña donde desembarcan enSantander, en octubre de 1808.Cinco oficiales y sesenta jinetesquedaron prisioneros enDinamarca ya que habían sidoelegidos para la guardia personal

del mariscal Bernadotte por laexcelente impresión que le habíancausado las tropas españolas.

En Santander recibennuevo armamento y equipo y afinales de febrero de 1809 recibelos caballos en Sevilla siendo des-tinados los dos escuadrones deveteranos el ejército deExtremadura. Participa en múlti-ples acciones hasta julio cuandose dirige a Talavera de la Reinadonde se está concentrando elejército aliado y participa en labatalla distinguiéndose y cubrién-

dose de gloria al destrozar a unadivisión de siete mil granaderosque ocupaban unos olivaresdonde había emplazadas dos pie-zas de artillería. Este es el relatoque hace de la actuación de Rey elconde de Clonard en su Historiaorgánica de las Armas deInfantería y Caballería desde lacreación del Ejército permanentehasta el día:

“Los jinetes tomarontodas las piezas único trofeo cap-turado a los franceses durante labatalla de Talavera y enganchan-do unos tiros se las trajeron hacialas líneas aliadas, mientras algu-nos jinetes continuaban acuchi-llando a los artilleros y a losinfantes de Hesse y Frankfort. Lacarga de los jinetes del Rey fuealabada en todos los partes debatalla y elogiada en los debatesde la Cámara de los Comunes.Sin lugar a dudas, constituyó laacción más lograda de la




Caballería española durante elprimer año de la guerra.Nuevamente, y aun a riesgo deresultar reiterativos, se confirmalo que ya hemos señalado desdeel principio: un regimiento vete-rano, como era el del Rey, man-dado por sus oficiales de siemprey con su antiguo coronel al frente,era capaz de llevar a cabo accio-nes como las que acabamos dedescribir. Sin embargo, apenasiban quedando regimientos así”8

A finales de septiembrepasa a formar parte del ejércitodel Centro con el que participa enla batalla de Ocaña donde a pesarde los titánicos esfuerzos que rea-

liza9 para repeler a los franceseséstos se hacen con la victoria acausa de la deficiente disposiciónde las tropas españolas, por lo quese retira para reorganizarse ycompletarse en Jaén.

Como quiera que los fran-ceses seguían avanzando hacia elSur, el regimiento combate enSierra Morena a principios de1810 y luego se disgrega envarios destacamentos.

Estos actúan por todaAndalucía, Alicante y Murcia ennumerosas acciones. Hay quedestacar su participación en labatalla de la Albuela por la quesus efectivos son declaradosBeneméritos de la Patria y se lesconcede una cruz de distinción.

En 1812 nos encontramosal regimiento en la división deCaballería del general Freyre ypasa a actuar en la Mancha vigi-lando los movimientos de JoséBonaparte. En 1813 sale con ladivisión hacia tierras de Murcia y

ese mismo año tras firmarse laPaz de Valençay, en diciembre, daescolta a los diputados de lasCortes, en Madrid.

En 1815 se acantona enYepes y antes de acabar el añomarcha a Valencia donde continuahasta 1822. Tristes años del rey

nefasto, aunque alguien vendráque lo superará.

Dejamos para otro día lanarración de los avatares delRegimiento de Caballería del Reyen el intenso siglo XIX.

Para concluir esta prime-ra parte, hay que resaltar que aca-bada la guerra de Independencia,el ejército estaba desarticulado. El1 de abril de 1815 se publica unreglamento que pretendió adaptarla Caballería a las enseñanzas quela recién terminada guerra habíaaportado. Se incrementaba la

Caballería de Línea contando conunidades de coraceros, extendien-do el uso de la lanza y disminuirel número de regimientos de dra-gones sustituyéndolos por unida-des aún más ligeras. ElRegimiento del Rey se convierteen regimiento de coraceros concuatro escuadrones de dos com-pañías, más una tercera de flan-queadores.

BIBLIOGRAFÍA:

ALBI, J., SILVELA, J., STAM-PA, L. La Caballería española.Un eco de clarines. Tabapress,Madrid, 1992.

CLONARD, Conde de. Historiaorgánica de las Armas deInfantería y Caballería desde lacreación del Ejército permanentehasta el día. Madrid, 1855. TomoXIV

GIL ÁLVARO, Antonio. Gloriasde la Caballería española ó rese-ña histórica de sus Cuerpos.Madrid, 1896. Edición facsímilde Librerías París (Valencia)

Historial orgánico delRegimiento del Rey, desde su cre-ación hasta fin del 1908.Zaragoza, 1909. ServicioHistórico Militar, ed. facsímil de1989, p. XVII.

VVAA Zaragoza y Castillejos.Una relación centenaria.Institución Fernando el Católico.DPZ. Zaragoza 2004

NOTAS




1 Una muy escueta explicación sobrequé son los dragones es que se tratade hombres que marchan a caballo ycombaten a pie. Mezclan elementosde la caballería ligera y de la pesa-da, “chicos para todo” desde sunacimiento, en el siglo XVII.Actualmente el Regimiento Pavía 4,de guarnición en Zaragoza, es elmás antiguo de los Regimientos deDragones de España.2 El Regimiento fue disuelto en1823, cuando Fernando VII liquidótodo el Ejército como represalia porla limitación a su poder absoluto quehabía supuesto el Trienio Liberal. Enaños posteriores fueron recreándosealgunas unidades pero no fue el casodel Regimiento de Dragones del Rey3 Para saber más sobre los regi-mientos Milán y Flandes ver la obraZaragoza y Castillejos: UnaRelación centenaria .InstituciónFernando el Católico. DPZ.Zaragoza. 20044 Austria, Prusia, Inglaterra,España, Rusia, Holanda, Nápoles,Toscana, Venecia, Piamonte, Turquíay los Estados Pontificios.5 Este aspecto seguramente es des-conocido para quienes dudan de laespañolidad de Cataluña.6 Compra, cría y cuidado de loscaballos o mulas destinados a cadacuerpo del ejército. RAE7 Para proveer de los cinco milcaballos necesarios para la expedi-ción a Dinamarca el resto de losregimientos de Caballería tuvo queentregar su ganado.8 Sin embargo no se encuentra men-ción alguna de que el regimientofuera condecorado con la Cruz deTalavera.9 GIL ÁLVARO, Antonio. Glorias dela Caballería española ó reseña his-tórica de sus Cuerpos. Madrid,

1896. Edición facsímil de LibreríasParís (Valencia), p.37.

HASTA SIEMPRED. RICARDO

Stte. D. José Luís Morejon Alcázar

Hace un año, quetristemente, nosdejó Don Ricardo,

como yo acostumbraba a tratarle,a él, no le gustaba, y siempre mehacía un cariñoso reproche.

D. Ricardo Fernández deLatorre y Moreno, Nace enMálaga en el año 1927, cursaestudios de Bachillerato, BellasArtes y Música. Abogado delIlustre Colegio de Madrid.Escritor y Guionista de TV, miem-bro del Instituto de Historia yCultura Aérea desde su funda-ción, miembro de la RealAcademia de Bellas Artes de SanTelmo, Málaga. Aunque habíacomplacido a su padre, por lasvenas de Don Ricardo, corrían laMúsica, la Milicia y la Historia. Persona abierta, afable y deinagotables recursos le llevan almundo de la Comunicación,donde se adentra en los camposdel periodismo televisivo. A losdieciséis años colabora con eldiario “Arriba”, en los años 50inicia sus trabajos en el diario”Pueblo”, siendo Jefe de la sec-ción de Extranjero y la críticamusical. En 1957 es corresponsalde guerra en Sidi Ifni, Cabo Jubyy el Sahara Español, enviado

especial a la Exposición deBruselas, época en la que publicasu primer libro “Media hora”,cerrando su andadura periodísti-ca.

Descubre el manuscrito"Libro de Ordenanza de lostoques de pífanos y tambores quese tocan nuevamente en laInfantería Española de ManuelEspinosa en 1761", importantísi-mo documento que demuestra laespañolidad de la "MarchaGranadera" o "Marcha Real",hoy nuestro "Himno Nacional deEspaña", que figura en el mencio-nado Libro de Ordenanza.

Su incansable labor deinvestigación, durante más detreinta años sobre la MúsicaMilitar, le llevan a inmortalizar,

las dos obras maestras sobremúsica militar más importantesde nuestra Patria: "Antología dela Música Militar de España"(1972), compendio fonográfico dediez discos que abarcan lasobras más representativas com-puestas entre los siglos XII y XXI,y la "Historia de la MúsicaMilitar de España" (1999).

A estas obras hay que




añadir la "Historia de la MúsicaMilitar de Española", serie dediez capítulos para Televisión en(1978), sufriendo un accidente ensu rodaje, mientras realizaba unacarga de Caballería, lo cuál leacarreó secuelas para siempre.También es autor de " LaAviación española, su música ysus músicos" (2004), última con-tribución a la historiografíamusical castrense.

Colaboró entusiasta ydesinteresadamente con laSección de Música de laAsociación de Amigos de losMuseos Militares, junto alCapitán Mena Calvo, progra-mando, organizando y coordina-do los conciertos que realizadicha Asociación entre 1991 y1998, para el concierto,"Homenaje a los soldados y mari-neros de 1898", fué autor de lacantata "Poema de EloyGonzalo", con música delTeniente Coronel Abel Moreno.Como malagueño y andaluz, eraun profundo conocedor del canteflamenco y de la música tradicio-nal, tan vinculada a la militar. Encolaboración con Torregrosa, fueautor de "Misa Flamenca", que levalió el Premio de la cátedra deFlamencología de Jerez de laFrontera.

Contribuyó como guionis-ta de TVE desde 1959-1992, con3800 trabajos, principalmenteculturales, con treinta y cincoseries de programas históricoscomo: “España Siglo XX",“Treinta Años de Historia”,“Aviación Ayer y Hoy”,“Flamenco" (1963), "SuiteFlamenca" (1968), Por los cami-

nos del folklore”(1978), ”Sucedióayer”. Para Antena 3 en colabo-ración con Jaime Peñafiel,"MisBodas Reales" y “Anillos yCoronas”, "El vuelo del PlusUltra", "Cincuenta Años de LaLegión Española". Incansableviajero por Europa, América yAsia, donde ha recopilado cuan-tiosos documentales de la época,sobre nuestra Historia Militar yMusical. En el año 2000, elMinisterio de Defensa edita sulibro "Historia de la MúsicaMilitar de España". En 1987Publicó “La Aerostación yVives”, participó en la redacciónde “Historia de la AviaciónEspañola”, en 1993 con J. SalasLarrazábal y J. Warleta, “LaIngeniería Aeronáutica Españolay de Ultrama”.. En 2001, Desdelas otras orillas”, evocación delos vuelos del “Plus Ultra” yMadrid-Manila. En 2003,“Crónica del MadridAeronáutico”, donde en la histo-riografía local, se exponen losglobos aerostáticos, los dirigiblesy aviones, que navegaron por loscielos de nuestra capital entre1792 y nuestros días. Falleció, sinpoder terminar un trabajo, parala ceremonia de entrega de los“Premios Ejército 2006”.

Fue galardonado con cua-tro “Premios Ejército deLiteratura”, “Premio Día de lasFuerzas Armadas”, “PremioEjército del Aire”, dos “PremiosOndas”, en 1970 y 1972,“Premio Nacional de Televisión”,“Antena de Oro”. Comendadorde las Órdenes de Isabel laCatólica y Alfonso X El Sabio,estaba en posesión de las

Grandes Cruces al Mérito Navaly Aeronáutico, 6 Cruces al MéritoMilitar, Naval y Aeronáutico de 1ªy 2ª clase, Legionario de Honor.Falleció en su querida Marbella(Málaga), el día 7 de abril de2005, nos ha dejado su cariño, suespíritu y su ingente legado;España, las Fuerzas Armadas y lamúsica militar, han perdido a unode sus Ilustres e Insignes hijos,gracias Don Ricardo.

Los onubenses tie-nen su himno, la

música compuestapor nuestro

Teniente CoronelAbel Moreno

Tte. D. José Román del Álamo Velasco

El pasado mes deenero Huelva estre-nó himno, era una

de las ciudades que aún no teníanun himno que reflejase su propiaidentidad. Nuestro TenienteCoronel Abel, natural de




Encinasola, ha sido el compositorde la música del mismo, el autorde la letra ha sido el ilustre poetamoguereño y Premio Nacional deLiteratura. Francisco Garfias.

La presentación del himnose realizó en la Casa Colón y tuvouna gran acogida de personal, fueinterpretado por el tenorGuillermo Orozco junto a laBanda de Música y el OrfeónOnubense. Un emocionado alcal-

de reconoció que “en los diezaños de gobierno este es el actomás emocionante que he tenido”.Días antes el Teniente CoronelAbel había sido galardonado conla Medalla de Huelva, otorgadoen Pleno Municipal. Tras la entre-ga de las Medallas de la Ciudad,la directora de la EscuelaUniversitaria de Enfermería,Olivia Castaño, habló en nombrede todos los distinguidos, y seña-ló que esta distinción “nos reco-noce como ciudadanos deHuelva. Sentimos y queremos anuestra ciudad y participamos enla construcción de la misma”.Doña Olivia Castaño tuvo pala-

bras para cada uno de los premia-do, del Teniente Coronel AbelMoreno destacó que es el compo-sitor “de las mejores marchasprocesionales y militares”, a loque añadió que ahora se incorpo-ra a la simbología de la ciudadcon el himno de Huelva y de JoséLuís Ruiz recalcó que “gracias asu esfuerzo ha conseguido que elFestival Iberoamericano seaidentificador de la ciudad”.

Los autores del himno deHuelva hicieron entrega de la par-titura y letra al alcalde, PedroRodríguez, que les dio a cambioel escudo y la bandera de la ciu-dad. El Teniente Coronel AbelMoreno afirmó sentirse recom-pensado por la buena acogida delhimno por parte de los ciudada-nos el día de su estreno. Por suparte, Don Francisco Garfias, através de bellos versos, manifestóque “mi corazón se siente másonubense que nunca porque hepuesto palabras a vuestro canto”.

Destacada partici-pación de reservis-tas del RegimientoInmemorial del Reynº. 1 en el V RaidTáctico “Iberlinx

2006”

Sgto. Reservista VoluntarioD.

Manuel Flores Díaz

Entre los días 10 y 12 delmes de febrero del 2005, tuvolugar en la localidad de

Hornachos, Badajoz, el V RaidTáctico Iberlinx 2006. Este even-to fue organizado por laAsociación de Veteranos BoinasVerdes de Extremadura junto conla Asociación de SuboficialesReservistas de España.

En sus primeras convocatorias, seideó esta actividad para organizarun encuentro anual de antiguossoldados que hicieron su serviciomilitar obligatorio en distintoscuerpos o unidades de las FuerzasArmadas españolas o portugue-sas, mayoritariamente de opera-ciones especiales, con la finalidadde potenciar la reserva en sus res-pectivos países.

En el encuentro de este año, elúltimo que se celebrará según laorganización, con el actual forma-to, se transformó en un encuentroabierto de personas próximas a lamilicia vinculadas a las asociacio-nes cívico-militares. Igualmenteeste año ha sido abrumadora lacondición de reservistas volunta-rios entre los participantes.

Según los datos de la organiza-ción participaron un total de 140personas, entre participante,voluntarios, invitados y miembrosde la organización. Los partici-pantes estaban integrados en untotal de 13 patrullas de 4 o 5miembros.

Los Reservistas del Inmemorialdel Rey, participaron en la patru-lla Ares Bravo. La misma estabaconstituida por los sargentos del




Inmemorial Manuel Flores Díazcomo jefe de patrulla, RafaelCalleja Merino y Antonio GalánOrtiz. Completaba la patrulla eltambién reservista sargentoRafael Doña. La patrulla rozó unagran altura en la competición pesea que sus componentes eran laprimera vez que participaban jun-tos y para tres de los mismos erasu primera experiencia en unevento de tales características.Obtuvo una merecida séptimaplaza por delante otras patrullasque contaban entre sus filas oestaban constituidas por vetera-nos boinas verdes, legionarios yparacaidistas. Las tres primerasposiciones fueron para PatrullaVeteranos Boinas VerdesGranada y Asturias. Dos de suscomponentes reservistas de laEMMOE. La segunda posiciónfue para la Patrulla VeteranosBoinas Verdes de Málaga yHuelva. El tercer puesto corres-pondió a la Patrulla VeteranosParacaidistas de Extremadura,siendo uno de sus cuatro compo-nentes soldado en activo de laBRIPAC.

Desarrollo del Raid

La que según la organización fueel Raid físicamente más duro detodos los celebrados hasta enton-ces, se inició con la llegada de losdistintos participantes al punto dereunión, en el puesto de CruzRoja de la localidad deHornachos, durante la tarde delviernes 10 de febrero. Después se

trasladó todo el personal al puntode acampada, en el pabellón poli-deportivo de esta localidad.Posteriormente se procedió a unbriefing a las 22:30 horas. En elmismo se dieron las coordenadasde siete puntos que luego habríaque localizar en un plano. Seexplicó que el desarrollo del raidconsistiría en una marcha queempezaría en cualquier momentoa partir de las 00:00 horas. Unavez llegados a cada uno de esospuntos, numerados del 1 al 7, setendría que realizar en los mismosuna serie de pruebas. Igualmentese suponían que a lo largo de surecorrido, las patrullas podríanverse hostigadas por una patrullahostil. El raid finalizaba a las18:00 horas del sábado 11 defebrero. El domingo 12 quedabareservado para actos de homenaje

a los caídos, entrega de condeco-raciones y recompensas de laAESOR (Asociación Europea deSuboficiales de la Reserva) y unacomida de confraternización.Así, las pruebas que se realizarona lo largo del día 11 de febrero enlos diversos puntos fueron: supe-rar una prueba de boga con trans-porte de herido; el arrastre de unremolque que pesaba unos 500kilos, prueba conocida como el“suicidio australiano”, con losintegrantes del equipo por tantouna máscara antigás; asalto tácti-co a un puente, con réplicas eléc-tricas de fusiles de asalto; recono-cimiento de terreno para la locali-zación de artefactos explosivos;lanzamiento de granadas inertes;reconocimiento de plantas comes-tibles para una supuesta supervi-vencia; trato con prisioneros para




la obtención de información; unaascensión a la cota más alta de lazona; demostración de conoci-mientos de primeros auxilios ytraslado de uno de los miembrosde la patrulla a modo de herido;ascensión y descenso de unapared con técnicas de escalada.Previamente, hacia las 02:30 yhasta aproximadamente las 04:30,se procedió a una prueba en la quelos participantes eran hechos pri-sioneros, se les vendaron los ojos,sometiéndoles a un trato supues-tamente vejatorio. En un momen-to dado los miembros de cadapatrulla debían fugarse y teníanque llegar a una cota, una de lossiete puntos que se dieron al prin-cipio, que se encontraba vigilado,y hacerse con un objetivo.

La patrulla Ares Bravo y losreservistas del Inmemorial

Inició su participación hacia las06:30 horas y en el plazo tempo-ral dado para llegar a los puntos y

realizar las pruebas, lograron lle-gar a cinco de los mencionadospuntos y completar las pruebaspertinentes.En el desarrollo de la prueba pre-via, la fuga, llegada a un punto ylocalización de un objetivo, dosde los componentes de la patrullafueron nuevamente capturados, loque no impidió que otros doslograran su objetivo.A partir de las 06:30 horas, unavez puestos en ruta y llegados alpunto oportuno, lograron identifi-car la mayoría de las plantas sil-vestres presentadas e introdujerondieciocho de las veinte granadasinertes lanzadas dentro del objeti-vo. La prueba más curiosa fue elinterrogatorio de un prisionero ycomprobación de los elementosque transportaba. La prueba fueexplicada en francés y el interro-gado solo hablaba alemán. Lamisma fue superada satisfactoria-mente con la retención del inte-rrogado y su supuesto traslado adependencias más adecuadas para

su mejor interrogatorio.El traslado al siguiente puntosupuso el ascenso a una cota a932 metros sobre el nivel del mar.En este recorrido ocurrió otra cir-cunstancia destacada. Así, tenien-do en cuenta la amenaza mencio-nada de patrullas hostiles, se loca-lizó a un elemento que se encon-traba efectuando un descenso porla ladera. Rápidamente la patrullaAres Bravo montó un dispositivoy de forma sorpresiva se tomócomo prisionero a dicho elemen-to. El capturado se negó a identi-ficarse y trató de avisar a otrostres elementos no identificadosque se aproximaban. El prisionerofue rápidamente reducido y silen-ciado y se montó un nuevo dispo-sitivo de emboscada entre lasjaras con el que se logró eliminara los tres elementos que se aproxi-maban. Una vez concluida laacción se comprobó como eranmiembros de otra patrulla partici-pante compuesta por alférecesreservistas voluntarios. Puestanuevamente en marcha la patrullaAres Bravo poco después localizónuevamente otras figuras que seocultaban entre la vegetación. Enun avance táctico se logró nueva-mente hacer dos capturas, queresultaron ser igualmente inte-grantes de otra patrulla de alfére-ces de la Reserva. Todas estasacciones fueron llevadas a cabopor la patrulla Ares Bravo con elúnico concurso de una “pistola deairsoft” y el empleo eventual deun “arma” de circunstancia, una




linterna.En el descenso desde elpunto anterior habíaque llegar a otro de losobjetivos. Las pruebasa realizar en el mismoeran de carácter sanita-rias. Así, en una prime-ra había que localizar ytransportar en camilla aun supuesto heridoinconsciente. La segun-da coincidía en la loca-lización de otro afectado con múl-tiples heridas, consistiendo laprueba en su diagnóstico y valora-ción así como la estabilización delmismo previa a su evacuación.De los otros tres puntos, la patru-lla Ares Bravo solo tuvo tiempopara llegar a uno de ellos. En elmismo, las pruebas a realizar fue-ron la conocida como “suicidioaustraliano” y la boga con trans-porte de herido. Ambas fueronrealizadas de manera plenamentesatisfactoria. De hecho, la prime-ra de ellas fue realizada en untiempo record por los integrantesde la patrulla Ares Bravo, que fue-ron quienes la realizaron en unmenor tiempo de entre todas laspatrullas. Igualmente realizó laprueba de boga en un tiempo des-tacado, ligeramente por encimade los ocho minutos. Con estaspruebas finalizaba la participa-ción en de la patrulla Ares Bravoy de los reservistas delInmemorial del Rey en lo quepodríamos definir como la fase deconcurso del Raid.

A modo de conclusión

El domingo 12 tuvo lugar una for-mación inicial seguida por un des-ayuno posterior a base de migas ycafé con leche. En dicha forma-ción se explicó el desarrollo delos acontecimientos para el restode la mañana y se procedió ahacer entrega de diplomas acredi-tativos individuales para todos losparticipantes excepto para los deaquellas patrullas que habían que-dado entre las tres primeras posi-ciones. A las mismas se les daríaposteriormente en los actos quetendrían lugar en otra ubicación ycon los que finalizaría el Raid.Para dichos actos se realizó unanueva formación y se efectuó unbreve pero emotivo acto de home-naje a todos aquellos que dieronsu vida por España.Posteriormente se entregaron losdiplomas acreditativos para lostres mejores equipos clasificados.Tras esto, se dio lugar a la entregade una serie de condecoraciones yrecompensas a diversos reservis-

tas que participaron en elRally de la AESOR(Asociación Europea deSuboficiales de la Reserva)que se celebró hace pocasfechas en Bélgica.No podemos finalizar sindecir que fuera de la com-petición los reservistas delInmemorial del Rey eranrápidamente identificadospor el resto de participantespor su característica prenda

propia de cabeza. Igualmente lapatrulla destacó por su altura, nosolo física, sino por la calidadhumana de sus integrantes Noqueremos finalizar sin manifestarel espíritu de sacrificio y camara-dería con el que se afrontó la jor-nada de pruebas, ya que en algunade ellas se sufrió mucho para surealización satisfactoria.De hecho la patrulla Ares Bravosufrió la “baja” de uno de suscomponentes, que asistió a losactos del domingo pero no pudoformar. Lo que si prometen todoses que para un próximo encuentrode estas características, los reser-vistas del Inmemorial procuraránquedar entre las cinco mejoresposiciones, para lo cual necesita-rán de esfuerzo y sacrificio perso-nal destinados a lograr una mejorpreparación. Quizás se puedanapreciar el próximo octubre, Diosmediante, fecha en la que el ejér-cito suizo organiza una competi-ción de tiro para reservistas euro-peos. Pero esa ya es otra cuestión.




AAgguussttiinnaaZZaarraaggoozzaa

¡¡QQuuee vvaalloorr!!Capitán D. Juan Vicente Medrano

FernándezCía. de Vehículos (Unidad de

Automóviles)

Han pasado 220años desde elnacimiento de

Agustina Zaragoza Doménech ypuede ser un buen motivo paradedicar un breve artículo quesirva de homenaje, dentro de la

revista de la Coronelía Guardasdel Rey, a la mujer española quedurante la Guerra de laIndependencia y posteriormente,más ha inspirado los sentimientospatrióticos, y en la que se hanreflejado muchas de los virtudesmilitares que perduran en nues-tros días.

Efectivamente Agustina deAragón fue uno de los personajesmás importantes de la resistenciadel pueblo aragonés y por endedel pueblo español, contra las tro-pas francesas durante la Guerrade la Independencia y comoglosa Don Miguel Beltrán Lloris,“ .. su popularidad a partir delepisodio del Portillo fue enorme,convirtiéndose en el gran símbolohispano ante el ataque de las tro-pas napoleónicas, junto a otrosmuchos héroes de la mitologíapopular, considerados como losnumantinos de los tiemposmodernos al decir de PérezGaldós: Aquellos paisanos mediodesnudos, con alpargatas en lospies y un pañuelo arrollado en lacabeza..”.No entraré a valorar las posiblesdeformaciones y exageracionesque motivaron sus hazañas, ni lasidealizaciones de aquellos que debuena fe se encargaron de trans-mitir los hechos y que unas vecespor el boca a boca y otras por lanecesidad de ensalzar comporta-mientos heroicos en los que refle-jar la férrea oposición del puebloespañol ante la invasión extranje-ra, pudieran deformar la realidad.

ORIGENES Y JUVENTUD

Agustina Raimunda MaríaZaragoza Doménech, que así escomo se llamaba nuestro persona-je, aunque hay quien opine quedebería respetarse como primerapellido el de “Saragossa”, basán-dose en que así aparece en diver-sos documentos y publicaciones,nació en Barcelona (aunque otros

autores lo fijan en Reus) el día 4de marzo de 1786, posiblementeen el domicilio paterno encuadra-do en la parroquia de Santa Maríadel Mar.Sus padres se llamaban PedroJuan Francisco Ramón SaragossaLabastida y Raimunda DomenechGasull , naturales del pueblo deFulleda donde realizaban laborestípicas de un pueblo de payeses ydonde habían contraído matrimo-nio el 8 de agosto de 1772.Fulleda es municipio de laComarca de Les Garrigues, en laprovincia de Lérida, rodeado pornumerosos bosques de pinos,robles y encinas y en el que seerige un monumento a Agustinade Aragón, heroína muy estimaday considerada como si fuera hijanatural del pueblo.No obstante la vida es difícil enel pueblo de Fulleda y las penali-dades se acrecientan, día a día conla llegada de nuevos vástagos alos que alimentar lo que determi-nará que sus padres busquen unamejor situación laboral en la ciu-

EEll PPeerrssoonnaajjee



Escudo de Fulleda

dad de Barcelona e instalen suresidencia, probablemente en unavieja casa de la calle Sombrerersesquina a la de Montcada ydonde seguramente vio la luznuestro personaje.El 6 de marzo de 1786, fue bauti-zada en la Parroquia de SantaMaria del Mar de Barcelona, sitaen plaza del mismo nombre ymuy próxima al domicilio, deján-

donos constancia de tal evento elpárroco Ramón Albert y Julianaen los correspondientes libros deBautismo y entre los que se resca-ta lo siguiente:“ 6 de marzo 1786:En dicho día, mes y año he bauti-zado a Agustina RaymundaMaría, hija legitima de Pedro

Juan Saragossa, obrero, y deRaymunda Domenech, cónyuges.Fueron sus padrinos JuanAltarriba, armero, y AgustinaVilumara, mujer del padrino. Lesinstruí de las obligaciones quecontraen. Ramon Albert yJuliana, presbítero Subvicario”.De los primeros años de su vida,poco se puede aportar.Seguramente acompañaría en los

juegos a sus tres hermanos, dosmayores, José y Elena que con-traerá matrimonio con el capitánDon Vicente Bacit y uno menor,Mariano del que aparte de suparecido físico con Agustina,poco se conoce.Como se acostumbraba en laépoca, la joven Agustina siente

desde muy joven, la llamada delamor y comienza en los alboresdel siglo XIX una relación conJuan Roca Vilaseca, en aquellosmomentos Cabo 2º del PrimerRegimiento del Real Cuerpo deArtillería, destinado en la guarni-ción de Barcelona.Juan Roca Vilaseca, nacido en1779, era natural de Masanet deCabrenys, correspondiente alpartido judicial de Figueras, sien-do sus padres Ferriol Roca y RosaVilaseca y que habiendo sentidola llamada de las armas desdemuy joven, ingresó en el ejércitoen 1895 manteniendo orgulloso eldesempeño de su profesióndurante toda su vida. Antes de conocer a Agustina, sutrayectoria militar irá ligada a lasvicisitudes de su Regimiento quefue trasladado a Portugal paracombatir en la conocida “Guerrade las Naranjas” campaña militarque apenas dura dieciocho díasentre mayo y junio de 1801 y enla que entrará en combate en lasbatallas de Arranches, el sitio deCampo Maior, en las acciones dePuerto Alegre y Castelldevy,regresando nuevamenteBarcelona, donde el artillero JuanRoca Vilaseca alcanzará elempleo de Cabo 2º.Después de un noviazgo de dosaños, el 17 de abril de 1803 JuanRoca Vilaseca y AgustinaZaragoza contraen matrimonio,en la Parroquia barcelonesa deSanta Maria del Pi (Santa Maríadel Pino por árbol que ya existíaen el siglo X), situada actualmen-te en la calle Cardenal Casañas yque posiblemente sea la parroquia




Basílica de Santa María del Mar

con más relación con personassantas de las de la Ciudad Condal(San José Oriol, Santa Joaquinade Vedruna, Beata Angela MaríaAstorch, Beata Mercedes Prat yBrígida Terré). El matrimonio fue oficiado por elcapellán castrense, Don ManuelJordana, en quién ha delegado elpadre Esteve Oms, párroco deaquella iglesia del Pino, siendolos testigos de la ceremoniaAlberto Dalmau Perxer y JaimeMotas Sastre.Al mes siguiente de la boda JuanRoca ascenderá a cabo primero ymientras se reparten las horasentre su carrera militar y la vidahogareña, en 1804 Juan Roca espromovido a sargento segundo yen ese mismo año nacerá el pri-mer hijo del matrimonio quemorirá, como ya veremos, cincoaños después a consecuencia delas innumerables penalidades quetanto la madre como el hijo,deberán afrontar durante los sitiosde Zaragoza y su posterior cauti-verio. Una vez en Zaragoza Agustinasufrirá las penalidades de dosangustiosos sitios al igual quehicieron aragoneses, ciudadanosde otras procedencias y militaresentre mediados de 1808 y princi-pios de 1809.

PRIMER ASEDIO (15-06-1808 AL

14-08-1808)

El 15 de Junio por la tarde y trasnumerosos encuentros en los alre-dedores de la ciudad, las tropasfrancesas atacan por primera vezlas Eras del Rey y las puertas deSanta Engracia, Carmen y

Portillo, aunque al anochecer ydespués de 9 horas de luchas, elresultado se decanta a favor de losdefensores.El día 16 es una fecha clave paralos defensores ya que se incre-menta su número con los refuer-zos que procedentes de diferenteslugares, sobre todo de Belchite.Luis de Rebolledo de Palafox yMelci, Marqués de Lazan y her-mano de José, se hace cargo de ladefensa de la plaza ante la ausen-cia del Brigadier, que la habíaabandonado en busca de refuer-

zos, lo que a la larga será funda-mental para la resistencia de laplaza.Durante toda la segunda quincenade Junio, ambos bandos van acu-mulando medios y organizándosepara la lucha, al tiempo que sesuceden escaramuzas y duelosartilleros.Los franceses deberán acumularmás fuerzas para intentar llevar acabo el asedio. Estos refuerzos nollegarán hasta pasado el 24 de

junio, fecha en la que los france-ses derrotan a los españoles enTudela y permite que el MariscalVerdier, militar de alta experien-cia dirija las hostilidades y acu-mule más material de sitio, yaumente a 10.500 hombres lastropas francesas destacadas en lasafueras de la plaza.Los defensores estaban formadospor una mezcla de voluntarioszaragozanos, del resto de Aragóny provincias limítrofes y de mili-tares que conformaban un EstadoMayor con 113 jefes y oficiales alo que había que sumar la tropa ,formada por una CompañíaFusileros de 178 hombres, conuna partida de 383 soldados y 157reclutas que estaban repartidos enpueblos y puntos de la provincia ynumerosos militares de los dis-persos cuerpos huidos de losfranceses, no sumando mas de3.000 hombres.

LA ACCION DEL PORTILLO

La madrugada del 1 de Julio,comenzó el bombardeo desde lasalturas de Torrero y Bernadona,donde los franceses habían insta-lado 30 cañones de sitio, 4 morte-ros y 12 obuses. En 27 horas queduró el cañoneo se contaron másde 1.400 disparos y se abrierongrandes brechas en los muros dela Aljafería y en toda la zona delPortillo y puertas Sancho y delCarmen.La resistencia es feroz en todoslos puntos y los franceses sonrechazados una y otra vez excep-to en la zona de la puerta delPortillo en la que se produjeron




José de Rebolledo de Palafox

muchos destrozos debido al largobombardeo de las horas preceden-tes y donde las baterías de losdefensores cesaron las descargas.Creyendo los franceses que laentrada por ese punto sería fácil,dirigen todos sus esfuerzos allugar donde ya no quedan artille-ros para manejar las piezas, por loque avanzan decididos hacia elPortillo. Cuando solo quedan apenas cienmetros para alcanzar el objetivo,surgirá de entre los escombros lafigura de una mujer que prendien-do la mecha de uno de los caño-nes de 24, con bala y metralla allíemplazado, dispara contra la van-guardia de la columna francesaque se acerca, mientras llega elrefuerzo de otra batería, obligan-do ambas juntas a que el enemi-go emprenda una precipitadaretirada hostigados por tropas delregimiento de Extremadura quehabían acudido a taponar la bre-cha.Así nos lo relata la propiaAgustina en carta dirigida a suamiga Antonia Rosa Arrabal.“Me hallaba una mañana, lamemorable del 2 de Julio del añoque te he dicho, haciendo losmenesteres de mi casa, cuando unterrible ruido hizo retemblar eledificio. Lo había producido unagranada tremenda. Los zara-gozanos corrían por las calles entodas direcciones y los francesesintentaban entonces un ataquegeneral. ...Yo me acordé que mihombre, mi querido Juan, estabaen el Portillo de San Agustín. Eldeber de esposa, el deber depatriota, pensaba, me exigen

poner aprecio mi vida. ¿Dóndemejor puesto que en las bateríasde San Agustín? Pensado yhecho. Animé a algunas vecinas y,como tocada por Dios en el cora-zón, dirigíme presurosa alPortillo. La metralla enemigaabría brecha en la muralla y lossitiadores tenían ventaja sobrenuestros soldados y el pueblo...Un artillero gallardo, de arrogan-te figura surge de aquella masade sangrante carne humana; peroal aproximarla mecha al cañón,muere gloriosamente por unabala enemiga. Los franceses seaproximan más y más a la brechay yo, enardecida, como subyuga-da por una fuerza extraña ysobrenatural, me lanzo con fiere-za sobre el cuerpo del artilleroagonizante, le arranco de susmanos la ensangrentada mecha yal grito de ¡Viva España! la apli-co al cañón y una carga de metra-lla hace verdaderos estragos en

las filas de los sitiadores”.Sobre la misma acción y estandoen Sevilla describe en un memo-rial dirigido al rey el 12 de Agostode 1810 lo acontecido en esa glo-riosa jornada “... atacada con lamayor furia, pónese entre losArtilleros, los socorre, los ayuday dice: ¡Animo Artilleros, queaquí hay mugeres cuando nopodáis más!. No había pasadomucho rato quando cae de unbalazo en el pecho el Cabo quemandaba a falta de otro Xefe, elqual se retiró por Muerto; y caentambién de una granada, y abra-sados de los cartuchos que volócasi todos los Artilleros, quedan-do por esta desgracia inutilizadala batería y espuesta a ser asalta-da: con efecto, ya se acercabauna columna enemiga quandotomando la Exponente un bota-fuego pasa por entre muertos yheridos, descarga un cañón de a24 con bala y metralla, aprove-




chada de tal suerte, que levantán-dose los pocos Artilleros de lasorpresa en que yacían a la vistade tan repentino azar, sostienecon ellos el fuego hasta que llegaun refuerzo de otra batería, yobligan al enemigo a una vergon-zosa y precipitada retirada. Eneste día de gloria mediante elparte del Comandante dela batería el Coronel queera de Granaderos dePalafox, la condecora elGeneral con el título deArtillera y sueldo de seisreales diarios...”.Animados por su acto, re-surgen junto a las baterí-as, algunos soldados heri-dos y otros militares ypaisanos que se hallabanparapetados en las callespróximas. Agustina, cadavez más enardecida, losarenga, los anima a rea-nudar con mayor ardor lapelea y vuelto a cargar elcañón, lo dispara de nuevo cuan-do ya los franceses empiezan a re-troceder.Enterado el general Palafox quehabía regresado ese mismo díacon refuerzos, de lo ocurrido en elPortillo y asombrado por lo quede la mujer artillera se decía en laciudad, mandó llamar a la joven asu presencia. Agustina se muestracontraria al abandono de su pues-to de combate y rechaza las órde-nes del emisario de Palafox ale-gando que “Agustina Zaragozano abandonará su puesto mien-tras que la batalla continúe”.Palafox decide presentarse enpersona donde Agustina se

encuentra y sobre el campo debatalla felicitó a “La Artillera”de forma que toma entre susmanos las jinetas de un sargentomuerto y las coloca sobreAgustina, cuya misión habíadesempeñado de forma tan glo-riosa y realiza la siguiente procla-ma:

“Zaragozanos el día de hoy oshará inmortales y en los fastos devuestra historia y todas las nacio-nes admirarais con envidia vues-tro heroísmo vosotros habéissabido despreciar gravísimosriesgos con invencible constan-cia, y vuestro patriotismo ha lle-gado en esta ocasión a tan altopunto de valor que, lejos de inti-midaros la crueldad inaudita devuestro enemigo, no se ha oído devuestras bocas ni de las de vues-tras mujeres, ni habéis permitidoel triste consuelo o alivio de pro-nunciar un ay. Vosotros peleáis lajusta causa, defendéis vuestrareligión, vuestra patria y vuestro

rey, seréis invencibles y triunfa-reis siempre de un enemigo quefunda todo su derecho en laseducción, en la mentira y el enga-ño. El cielo protege vuestras ope-raciones visiblemente, el Dios delos ejércitos pelea a vuestro fren-te; vuestra amantísima patronaha fijado sus piadosísimos ojos

sobre vosotros; Vuestrasesforzadas tropas solo aspi-ran al honor de dividir convosotros la corona de laurelcon que el cielo ceñirá a sussienes en premio de sus bri-llantes acciones militares.¿Qué, pues, debéis esperarcon tan favorables auspi-cios? El completo triunfo devuestro enemigo, la prospe-ridad y la deseosa paz quedisfrutareis llenos de gloriaen el dulce seno de vuestrasfamilias después de habercumplido vuestros sagradosdeberes en beneficio de lareligión, el rey y de la

patria”.Se otorgará igualmente dos escu-dos de distinción con el lema deDefensa de Zaragoza yRecompensa del Valor yPatriotismo.La Junta Central de Defensapublicará posteriormente, el 30 deAgosto de 1809, una resolucióndonde se otorga a AgustinaZaragoza el empleo Honorario deSubteniente, en atención a losméritos contraídos el 2 de Julio de1808 defendiendo a la Patriadurante el primer sitio deZaragoza. De tal nombramientoqueda constancia en el expedientepersonal que de Agustina




Doménech permanece en elArchivo militar de Segovia.El primer sitio continuará ymientras los franceses reanu-dan los intentos para quebrarla resistencia de la plaza, losdefensores empeñan sus vidasen la defensa de la mismalogrando resistir todos los ata-ques enemigos. Durante elasedio el general Verdierdeseoso de minimizar las pér-didas, exigió la rendición de laplaza pronunciando la conoci-da frase ¡ Capitulación!, a laque contestó Palafox con iguallaconismo la no menos cono-cida, ¡Guerra y cuchillo!La resistencia continúa hastamediados de agosto, perocuando en el lado francés lle-garon noticias de la derrota enBailén y la huida de José Ihacia Vitoria, no se sienten confuerzas para continuar el asedioya que disponen de pocas muni-ciones con las que bombardear laplaza.Simultáneamente los defensores,con la moral más elevada, comen-zará a realizar salidas desde laplaza en las que hostigarán a lossitiadores, haciéndoles perdertoda esperanza en conseguir for-zar la resistencia y lo que forzaráal Mariscal François JosephLefebvre, Duque de Dantzig alevantar el sitio hacia la ciudad deTudela no sin antes hacer estallar,el día 14, el monasterio de SantaEngracia .

SEGUNDO ASEDIO (21-XII-1808

AL 21-II-1809)

No entraré a pormenorizar losacontecimientos del segundositio, muy diferente del primero yen el que las tropas defensorastuvieron mucho más tiempo paraprepararse, muchos más medios ymucho más personal, pero que ala larga pudo resultar contrapro-ducente.En efecto los paisanos aún defen-diendo la ciudad con gran valen-tía, no lo hicieron con la determi-nación del primer sitio, y a pesarde que hubo más tiempo para lospreparativos de la resistencia losresultados fueron adversos.La defensa planteada, en esta casodirectamente por José Palafox,no fue la más apropiada a pesar deque se acumularon muchosmedios materiales como fusiles,cañones, municiones y una grancantidad de alimentos.

Las fuerzas que resistierondurante el segundo asedio secifran en unos 15.000 volun-tarios y unos 35.000 soldadosregulares, provenientes de losejércitos de reserva y del ejér-cito del Centro, y destacadospara colaborar en la defensa.En frente se encontraron conunas tropas imperiales muybien instruidas y dispuestas aconseguir aquello que seismeses antes y al mando delgeneral Verdier, no lograron yfueron reunidos más de35.000 hombres de a pie y2.000 de caballería, al mandodel mariscal Jean Lannes.Durante los dos meses de ase-dio se demostró que la grancantidad de hombres reuni-dos, unos 50.000 a los quesumar los paisanos de

Zaragoza, otros 30.000, fue posi-blemente un lastre que dificultó ladefensa de la ciudad, unido a laaparición de la peste, que ante talaglomeración de personas se pro-pagó con enorme rapidez, diez-mando terriblemente a muchos delos combatientes y a la mayoríade los ciudadanos.En el momento de la capitulaciónse cifran los defensores en unos40.000, de los cuales 18.000 erancombatientes y de estos unos14.000 se encontraban enfermos,entre ellos Palafox y AgustinaZaragoza.Agustina permanece en la ciudaddurante la totalidad del segundositio, participando de una formamuy activa en su defensa, desta-cando el valor demostrado en lasacciones del día 31de diciembre.




Asalto al Monasterio de Santa Engracia

Participa, con gran arrojo y ocu-pando un puesto decisivo en lasbaterías que defienden el conven-to de la Trinidad Descalza, lugaremblemático de la resistenciadonde a pesar del empeño mostra-do por los aragoneses, hubieronde retroceder al ser sorprendidospor la espalda por un enemigomuy numeroso que amenazabaacabar con toda resistencia.Agustina deberá refugiarse en unfoso de cañón situado en frentedel convento, concretamente en laMisericordia en el será rescatadapor otros artilleros y donde conti-nuará la lucha, unas veces llevan-do municiones, otras acercandocartuchos a los defensores y otrasmuchas disparando directamentesobre el enemigo, al que consiguearrebatar varios fusiles y un tam-bor que serán entregados alcomandante de su batería.Agustina sigue luchando, perofinalmente y como muchos otrosdefensores, será derrotada, no porlos franceses, sino por la peste.Debe de ser trasladada herida, alconvento de San Agustín dondeserá cuidada por sus compañerosy según algunos autores, por sumarido Juan Roca, que participa-

ba en la defensa de laciudad y será allí, enla parroquia agusti-niana, donde conocela noticia de la rendi-ción de la plaza.Enferma, intentarásalir de la ciudad,acopiando las escasasfuerzas que dispone yllevando entre susbrazos a su hijo tam-

bién enfermo, recorrerá las callesde una ciudad destruida hasta quelas fuerzas les abandonan y caenprisioneros de los franceses.

ACTA DE CAPITULACION

Acta de Capitulación de la ciudadde Zaragoza redactada por JeanLannes, Duque de Montebello,Mariscal del Imperio procedentedel Archivo Histórico Nacionalde París.“ La Junta de Zaragoza compues-ta por los miembros cuyos nom-bres siguen, don Pedro María Sic,Presidente: don Juan de Butler;el duque de Villahermosa; el mar-qués de Fuente Olivar; el barónde Purroy; Mariano Domínguez;don Joaquín Ignacio Escala;Miguel Dolz, Secretario; donMariano Cerezo y don ManuelForcés, se ha presentado el 20 defebrero a las cuatro del mediodíaen el cuartel general de SuExcelencia, monseñor el mariscalduque de Montebello, para ofre-cerle la rendición de la ciudad deZaragoza.Monseñor el mariscal ha mani-festado siempre su intención y susentimiento de salvar esta ciudad.Ha acordado, en consecuencia,

en nombre de su Majestad elEmperador y Rey Napoleón 1º, yde Su Majestad Católica el ReyJosé Napoleón 1º, un perdóngeneral para todos los habitantesde Zaragoza en las siguientescondiciones:Artículo primero: La guarniciónde Zaragoza saldrá mañana 21,al mediodía, de la ciudad, por lapuerta del Portillo con sus armas,y las depositará a cien pasos dedicha puerta,Artículo segundo: Todos los ofi-ciales y soldados españoles queprestarán juramento de fidelidada Su Majestad Católica el ReyJosé Napoleón 1º.Artículo tercero: Todos los oficia-les y soldados españoles quehubieran prestado juramento defidelidad quedarán libres deentrar al servicio de la defensa deSu Majestad Católica.Artículo cuarto: Los que de entreellos no quisieran entrar al servi-cio, quedarán (serán conducidos)como prisioneros de guerra aFrancia.Artículo quinto: Todos los habi-tantes de Zaragoza y los extranje-ros que en ella se encuentren,serán desarmados por los alcal-des, y las armas depositadas en laPuerta del Portillo el 21 almediodía.Artículo sexto: Las personas y laspropiedades serán respetadas porlas tropas de Su Majestad elEmperador y el Rey.Artículo séptimo: La Religión ysus ministros serán respetados. Secolocarán guardias en las puertasde los principales edificios (tem-plos).




Ruinas Monasterio Santa Engracia

Artículo octavo: Las tropas fran-cesas ocuparán mañana a medio-día todas las puertas de la ciu-dad, el castillo y el Coso.Artículo noveno: Toda la artille-ría y las municiones de toda espe-cie se entregarán a las tropas deSu Majestad el Emperador y Reymañana al mediodía.Articulo décimo: Todas las cajasmilitares (tesorerías) y civiles se

pondrán a disposición de SuMajestad Católica.Artículo undécimo: Todas lasadministraciones civiles y todaclase de empleados, prestarenjuramento de fidelidad a SuMajestad Católica. La justiciaserá las misma y se rendirá(impartirá) en nombre de suMajestad Católica el reyNapoleón 1º.Hecho por duplicado en el cuar-tel general delante de Zaragozael 20 de febrero de 1809”.Reintegrada la junta de Zaragozay constituidos todos sus miem-

bros, excepción hecha de donPedro Miguel de Goicoechea,ratificaron el acta, bajo las firmasde Lannes, Pedro María Ric,Mariano Domínguez, el marquésde Fuente Olivar, el barón dePurroy; Mariano Cerezo y MiguelDolz, los siguientes zaragozanos:Juan de Butler; el duque deVillahermosa, Felipe de Saint-Marcq, Joaquín Ignacio Escala,

Alejandro Borgas, JoaquínGómez, Francisco Barbín, JudasEzquerra, José de Larrumbide,Santiago Piñuela, Pedro Ruiz,Pedro Anastasio.

EL HORROR DE LA GUERRA

Recordemos ahora algunoscomentarios vertidos por los sitia-dores sobre la férrea resistenciade los defensores.“ He asistido a muchas escenasde carnicería; he visto el granreducto de la Moscowa, uno delos más célebres horrores de la

guerra... en ninguna parte he sen-tido la emoción que allí. Y es queel espectáculo de la tortura esmucho más doloroso que el de lamuerte “. Brandt- General fran-cés.“ Los primeros días después de latoma de Zaragoza, antes de queverificase su entrada el Mariscal,era casi imposible transitar porlas calles de la ciudad. Un airepútrido e infecto nos sofocaba,las calles cerradas por los escom-bros o las piezas de artillería,obstruidas por las barricadas ylos fosos que las cortaban; y portodas partes cadáveres de hom-bres y de animales...” Daudevardde Ferussac, - General francés.Diario histórico del Sitio deZaragoza“ La ciudad ofrecía un aspectohorrible. Respirábase en ella unaire infecto que ahogaba. Elfuego, que aún consumía variosedificios, llenaba la atmósferacon una espesa humareda. Losbarrios atacados no presentabansino montones de ruinas mezcla-das con cadáveres y restos huma-nos esparcidos por ellas...”Belmás - General francés.“ Que guerra ! ! Que hombres !.Un sitio en cada calle ; una minabajo cada casa. ! Verse obligadoa matar a tantos hombres, omejor, a tantos furiosos !. Aquellaguerra es horrible: se lo he escri-to al emperador; la victoria dapena...” Lannes - Mariscal fran-cés“¡Todo pasa! Sobre los escom-bros de vuestras casas, bravosaragoneses, se levantarán nuevosedificios y el tiempo los echará




por tierra del mismo modo:Zaragoza no existirá y la hierba ylos matorrales cubrirán sus rui-nas. ¡La gloria de vuestras haza-ñas se cernerá, sin embargo,como un espíritu inmortal sobreaquel solar funerario” Lejeune –General francésNo sería justo que cayeran en elolvido destacados personajescomo el cura Sas, el padreBoggiero, el Tío Jorge, la condesade Bureta, Casta Alvarez,Manuela Sancho y una enormelista de héroes anónimos com-puesta por militares, campesinos,nobles y burgueses, ancianos yniños que opusieron sus cuerposal disciplinado y bien pertrechadoejército francés.

EL PRIMER CAUTIVERIO

La artillera cautiva, en compañíade su hijo de cinco años, es tras-ladada como el resto de los prisio-neros a un lugar denominadoCasablanca, donde afrontará elinterrogatorio de los captores,más duro si cabe, conocedoresque esa figura femenina, con suhijo enfermo ha sido la responsa-ble de la retirada del invencibleejército imperial en la acción delPortillo.Nada se sabe de la conversaciónpero no es difícil de imaginar queno hubo ningún tipo de compa-sión ante la mujer enferma y quecomo el resto de los reos formaráparte de la larga columna que almando del general Morlot,Comandante de la 3ª división del3er. Cuerpo de Ejército saledesde Zaragoza en dirección a

Francia.Durante la dura marcha encontra-rá cierta compasión delAyudante de Artillería Don Pedrode Bustamante, que le cede laposibilidad de marchar sobre losmachos que llevaba aunque por

poco tiempo ya que en el pueblonavarro de Caparroso, mientrasdescansaban de las largas jorna-das de marcha, al pie las murallasy del castillo construidos porAlfonso I el Batallador en el sigloXII, le roban el macho, la ropa yel dinero que llevaba.A continuación describimos elrelato:“... La llevaron con otros muchosa Casablanca. Estiéndese la vozentre los Comandantes francesesque la Artillera Zaragoza estabaprisionera y se le presentan dos,cuya maldita lengua no entendió,y se dexa comprender por la cari-dad que después dispensaron.Esta no fue otra que hacerlaandar, sin consideración a suenfermedad, con todos los demás

Prisioneros y su hijo, hasta queapiadado uno de éstos, elAyudante de Artillería Dn. Pedrode Bustamante, le cedió uno delos dos machos que llevaba,donde fue con su criatura hastaque en Caparroso le robaron elmacho, ropa y dinero que llevaba.“La larga fila de presos reanudaráel camino y Agustina y su hijoprosiguen la marcha en direccióna Puente la Reina, ahora nueva-mente a pie, aunque finalmente,debido al lamentable estado demadre e hijo, la compasión de loscaptores permite que la artillerafinalice el viaje montada en unacarreta. No debemos descartarque no fuera la compasión la quemoviera a los franceses a tannoble reacción, sino que temieranla reacción de los lugareños de lospueblos que atravesaban lacolumna y que en buena lógicaapoyarían a los presos, dentro desus posibilidades y más aún situvieran conocimiento de que laheroína del Portillo sufría cual-quier tipo de penalidad.En la primavera de 1809 encon-tramos a nuestro personaje enPuente la Reina, junto con muchí-simos heridos y atendida con losescasos recursos que el hospitaldispone, edificio abierto por lacofradía del Crucifijo en 1469,para atender a los peregrinos quese dirigen a la tumba del ApóstolSantiago.Se desconoce si Agustina conti-nuó la marcha en dirección aFrancia logrando escapar duranteel trayecto, o si por contra, apro-vechando la confusión del




General Antoine Morlot

momento y mezclada entre tantosheridos, se evade con su hijoextremadamente enfermo, delmismo hospital de Puente laReina.Las crónicas los sitúan en el pue-blo de Aguilar de Codés, lugar enel que debió ser muy bien acogidapor los paisanos y donde muyprobablemente pidió por la salva-ción de su débil hijo en la Ermitarománica levantada en el sigloXII en advocación de SanBartolomé y en cuyo dintel pudoleer:“Introibo in domum tuam,Dómine, adorabo ad templumsanctum tuum, in timore tuo” …Entraré en tu casa, Señor, teadoraré en el santo templo,temeroso de Ti.A pesar de la delicada de salud desu hijo, continuará la marcha endirección del pueblo soriano deOlvega, localidad que sufre lassecuelas derivadas del transitar delas tropas francesas, requisandocebada, avena y paja, para abaste-cer a su ejército y las del ejercitoespañol igualmente necesitado dehombres, víveres y otros medioscon los que luchar contra el inva-sor.La agonía del hijo de la artilleraterminará en esta villa originariadel siglo V, como queda reflejadoen una partida de defunción en elLibro 8º del archivo parroquial,fol. 2 vto.Recuperada de las terribles secue-las que la enfermedad le causa yno tanto de la terrible pérdida desu hijo de cinco años, Agustinasiente ansias de vengar la muertede su pequeño, pero al no consi-

derar oportuno dirigirse aZaragoza, ya que se encuentre enmanos los franceses, se trasladahasta Teruel.

DE PLAZA EN PLAZA

Poco se sabe de la estancia deAgustina en la ciudad de Teruel,pero no es difícil de imaginar queal conocerse la presencia de laheroína del Portillo, los ciudada-nos quisieran conocer todos losdetalles de los sitios de Zaragoza

y de las peripecias del cautiverio,más aún si cabe, de boca de unode los más ilustres defensores.A pesar de que su estado de saludno es todo lo bueno que cabríaesperar, por las venas deAgustina, discurre la sangrecaliente y está ansiosa de partici-par en la defensa de la ciudad o deprestar sus servicios allí donde seconsiderasen necesarios. Estando en Teruel, le será revela-do que la Junta Suprema deGobierno ha firmado el decretopor el que se reconocen loshechos gloriosos de los defenso-

res de Zaragoza en sus dos valero-sos sitios y por el que se les otor-ga, tanto a ellos en persona comoa sus descendientes, la considera-ción de “nobleza personal”, títu-lo que se otorgará en cualquiermomento en el que sea reclamadopor los acreedores al mismo.En esta situación Agustina solici-ta ser presentada a los máximosresponsables de la ciudad y másen concreto a don Luis Amat, noconfundirlo con D. Luis Amat yTerán, tercer barón de La Linde yMariscal de Campo (1762-1837),que participó durante el 1° Sitiode Zaragoza, con el segundoBatallón de Voluntarios deAragón, del que era Coronel jefe,ascendido a Brigadier el 28 deagosto de 1808 y tras la capitula-ción es llevado a Francia, dedonde vuelve en 1814.Agustina conseguirá que elgobernador le otorgue una autori-zación para incorporarse a ladefensa, autorización que será fir-mada por Luis de Rebolledo dePalafox y Melci, Marqués deLazan (1772-1843), y JoaquínBlake (1759-1823), militar espa-ñol de origen irlandés.Al conocerse en España que laheroína de Zaragoza se encuentraviva y que ha logrado escapar delcautiverio de los franceses,comienzan a circular las peticio-nes para que se traslade a otrasciudades y así conseguir que lapresencia de Agustina incrementeel espíritu de lucha y sirva comoejemplo a los veteranos comba-tientes y de estímulo a otrosmuchos nuevos.De este modo, se traslada en




Joaquín Blake (1759-1823)

dirección sur recorriendo las ciu-dades más importantes que seencuentran libres de la opresióninvasora desde la victoria de lastropas españolas al mando delgeneral Castaños en BailénPasará por Sevilla donde el reci-bimiento es impresionante paradirigirse finalmente a Cádiz,donde son innumerables loshomenajes que se le dispensan.El 12 de agosto de 1809 redactauna instancia al rey Fernando VII,en la que no se concreta clara-mente las peticiones y en la quefinaliza “¿Qué no debe esperarde la generosidad con que V.M.sabe premiar el valor y el patrio-tismo más hacendado? Interesa aV.M., interesa a la nación, intere-sa a la exponente, y en vuestramajestad confía”.Deberá concretar sus peticiones el26 de agosto y lo hará solicitando“ Atendidos los motivos que vanexpuestos anteriormente, y en lanecesidad en que me hallo perdi-do todo siendo prisionera, suplicoa V.M. se sirva concederme elsueldo de capitán efectivo, librán-dome en su virtud el correspon-diente despacho”. Al final deldocumento y con la fecha de 30de agosto de 1809, puede leerse:“ S.M. concede sueldo y grado deAlférez de Infantería “A pesar del cariño de los gadita-nos y del reconocimiento de losgenerales británicos Doyle yWellington, Agustina no encuen-tra la tranquilidad en Cádiz ynecesita volver nuevamente allado de su marido Juan Roca,sigue llorando la pena de su hijo yespera encontrar el consuelo

cerca de su esposo. El Regimiento de Juan Rocalucha en Cataluña y Agustinaembarca rumbo a sus costas,haciendo una breve parada enGibraltar. Alcanzada Barcelona,se reúne con su esposo pero elperiodo de convivencia será brevey volverán a separarse para parti-cipar cada uno por su lado, en lasdefensa de las plazas deTarragona y Tortosa.

ULTIMAS ACCIONES

Agustina participará en la defensade Tortosa, ciudad en la que con-sigue entrar a pesar de que se

encontraba bloqueada desde juliode 1810 y que no sufrirá un asedioreal hasta el 15 de Diciembre. La defensa fue organizada por elGeneral Miguel de Lili eIdiaquez, Conde de Alacha, cuyocomportamiento no fue todo loejemplar que cabría esperar y quea pesar de la disciplina de los másde 7.000 hombres que componíanla guarnición de la plaza, de susganas de resistencia y del valorderrochado, vieron como su jefe

se apresuraba a firmar la capitula-ción de la ciudad, sobre una cure-ña, temeroso de que la tropa seopusiera a tal decisión. No obs-tante el Mariscal Louis GabrielSuchet, duque de la Albufera,reconoció el valor de los defenso-res y permitió que la guarnicióndesfilase el día 2 de Enero de1811 con todos los honores.La presencia de Agustina en laciudad quedará refrendada por elmismo Conde de Alacha y certifi-cada del modo siguiente:“Hallándome de comandantegeneral del cantón de Tortosa ygobernador de la plaza en comi-sión se presentó en ella, por elmes de noviembre del año 1810,doña Agustina Zaragoza, y supli-cándome le permitiera permane-cer en dicha plaza de Tortosa,pues anhelaba continuar en hacerservicios a la Patria, a cuyo findeseaba emplearse en ella.Conviene en su solicitud, y duran-te el sitio estuvo empleada en unade las baterías hasta la rendición,correspondiendo con su sereni-dad y valor a la ventajosa opiniónque había adquirido en los dos yasitios de Zaragoza, hasta cuyaciudad siguió la suerte de losdemás prisioneros”.Asistimos a un nuevo cautiverio,pero Agustina consigue que nosea trasladada a Francia con elresto de los prisioneros y fingien-do una enfermedad, permaneceráen la ciudad en la que surgió sufama consiguiendo finalmente unsalvoconducto hacia Madrid, trasun intercambio de prisioneros.Juan Roca entre tanto, participa-rá en la defensa de Tarragona bajo




Mariscal Louis Gabriel Suchet

las órdenes del general marquésde Campoverde. La defensa fuelamentable y los responsables dela misma, de todo punto incompe-tentes, consiguieron que la coor-dinación brillara por su ausencia.No habrá defensa eficaz y los ciu-dadanos desconocedores de larealidad lucharán por libre, lo quesupondrá el inútil precio de más6.000 muertos y la destrucción dela ciudad, ya que el generalSuchet dará libertad total a sussoldados para el pillaje.Pocos datos se encuentran sobrelas actuaciones de Agustina hastala finalización de la Guerra de laIndependencia, aunque si cabedestacar que movida por su afánde lucha y no contenta con formarparte del ejército regular, decidiócontinuar la lucha incorporándosea una de las numerosas partidasde guerrilleros que por la zona dela Mancha realizaban acciones dehostigamiento al ejército invasor. Podremos verla participar en lasacciones de la partida deFrancisco Abad (1788-1827),apodado por sus contemporáneoscomo “Chaleco”, famoso guerri-llero que inició sus andanzas aresulta de la destrucción deValdepeñas, su ciudad natal y quepor la venganza del general fran-cés Ligier-Belair, fue reducida aescombros encontrando la muertelos padres del guerrillero.El final de la contienda se acercay Agustina se incorpora al ejérci-to que manda Pablo Morillo yMorillo (1778-1837), Conde deCartagena y Marqués de laPuerta, promovido a Brigadier,por decreto del Consejo de

Regencia y que el 3 de julio de1813, a propuesta de lordWellington, es ascendido aMariscal de Campo por los méri-tos obtenidos en la batalla deVitoria, al asaltar al mando de la1ª Brigada la posición de la mon-taña de La Puebla.El propio Morillo deja constanciade la valerosa participación deAgustina en la batalla de Vitoriacon las siguientes palabras “ …ha continuado después sus bue-nos servicios en el ejército queestuvo a mi mando, e hizo prodi-gios de valor en la tambiénmemorable batalla de Vitoria,justificando, de este modo nadacomún, el concepto universal yque tanto la honra.. “.

LA GUERRA LLEGA A SU FIN

Encontrándose en Zaragoza, consu marido Juan Roca, cuandofinaliza la contienda, un calurosodía de Agosto recibirán una cartadel General Palafox en la quecomunica a que el rey Fernando

VII desea conocerla. “... Noticioso el Rey NuestroSeñor de su esforzado heroísmoen esta guerra, cuyos hechos hasabido con admiración, ha mos-

trado deseos de conocerla a Vd. y,por tanto, esta Vd. precisada acomplacer a nuestro Monarcapasando a la Corte: creo que nose negará Vd. a recibir tantohonor. Es de Vd. affmo. Amigoq.b.s.m. José Rebolledo dePalafox y Melci”.Al día siguiente toma el camino ala capital para ser recibida, en elPalacio Real por el monarcaFernando VII. Fue el 25 deAgosto de 1814 y tuvo lugar laconfirmación en el empleo deSubteniente de infantería, con loshaberes correspondientes al cita-do empleo y con un sobresueldode 1.200 reales anuales. Tambiéntendrá la oportunidad de conocera Doña María Josefa de laSoledad Alonso Pimentel, duque-sa de Osuna, la mujer más distin-guida de Madrid por sus talentos,mérito y gusto. También será laoportunidad en el que Franciscode Goya tome contacto conAgustina, para posteriormenteinmortalizarla en su serie de losDesastres de la Guerra, con elgrabado titulado ¡Qué valor!, enel que aparece la joven Agustinajunto a la pieza de artillería dispa-rada. Los años siguientes, ya superadala contienda, los vivirá Agustinasegún le van marcando los desti-nos militares y la salud de sumarido. En un primer momento regresa aZaragoza, ciudad en la que esmuy querida y en la que permane-cerá por poco tiempo, ya que elascenso de Juan Roca al empleode subteniente de artillería, moti-vará un nuevo cambio de destino




¡Que valor! (Francisco de Goya)

esta vez a Barcelona.No pasarán más de dos años paraque un acontecimiento que ini-cialmente colmó de satisfaccionesal matrimonio, obligue a otrocambio de lugar de residencia yme refiero al nacimiento de susegundo hijo, de nombre JuanRoca Doménech.Efectivamente instalados en unapequeña casa de Barcelona, sededican a criar al hijo recién naci-do que les hace olvidar aquelpequeño que los rigores de la gue-rra se llevaron hacía de cincoaños, pero también el pequeñoJuan se muestra de salud muyendeble y no siéndole muy propi-cio la humedad del clima deBarcelona y llevados de una lógi-ca preocupación, buscarán tierrasmás altas y secas en las que lasalud del vástago mejore.La ayuda que le brinda un compa-ñero de armas de Juan Roca, conel que realiza un cambio de guar-nición, hará que la familia se tras-lade a la ciudad de Segovia en laprimavera del año 1817. Será allí,en la cuna de la Artillería españo-la donde la familia vivirá losmomentos más felices y tranqui-los de su vida y en donde la saludde su hijo consiga recuperarse deforma definitiva.La vida familiar continúa su cursoen la ciudad castellana cuandosobreviene un nuevo cambio deresidencia y como siempre mar-cado por el devenir de la carreramilitar de Juan Roca. El ascensoel 26 de Septiembre de 1819 ateniente de artillería hará que lafamilia se traslade a Valencia.

MUERTE DE JUAN ROCA

Durante dos años y medio elmatrimonio con su hijo Juan per-manecen en la ciudad del Turia,pero la desgracia vuelve a cernir-se sobre la pareja y esta vez en lafigura de Juan Roca. Parece serque el teniente de artillería,comienza a sentirse enfermo aprincipios de 1822 y la situaciónno tiende a mejorar, por lo queJuan Roca enfermo y deseoso dedescansar intentará retirarse delservicio activo y trasladarse aBarcelona, su ciudad natal. El 12 de Mayo de 1822 vuelven ala ciudad Condal, pero la enfer-medad, una terrible tuberculosispulmonar, se ha apoderado delcuerpo de Juan, lo que unido a unclima inapropiado hará que elorganismo se dañe deforma irreversible.Agustina ve como pocoa poco la vida de sumarido se va apagando,proporcionalmente alaumento de los gastosque se generan al inten-tar paliar los sufrimien-tos del enfermo, pero laheroína no ceja en elempeño y solicitaráayuda que le es conce-dida según lo reflejado en la RealOrden de 16 de enero de 1823, enla que por sus excepcionalesméritos se accede a lo solicitado.No obstante no pasaran seismeses hasta que Juan Roca victi-ma de la tisis expire el 1 deAgosto de 1823, en la camanúmero 4 de la sala de oficialesdel hospital militar del Seminario

de Barcelona, en compañía de sumujer.La vida de Agustina cambiarádrásticamente, ya que la penosaenfermedad ha sumido a la fami-lia en la pobreza y los gastosgenerados obligarán a que losatrasos de las últimas pagas deteniente de artillería de JuanRoca, así como las joyas, mueblesy pocos ahorros que dispone,deban ser entregados a una cono-cida prestamista de Barcelona lla-mada Teresa Ferrando, que les fueadelantando el dinero necesariodurante la enfermedad

SEGUNDO MATRIMONIO

La muerte de Juan Roca ademásde volver a revivir en Agustina latristeza por la pérdida de un serquerido, como ya ocurriera 14

años antes, también letraerá un periodo depenuria económicadifícil de superar.Efectivamente laenfermedad de sumarido ha generadounos gastos imposi-bles de soportar y lapequeña paga militarserá lo único que dis-ponga Agustina paraliquidar las deudas y

seguir alimentando a su hijo Juan.Posiblemente esta situación des-esperada, sea la razón que expli-que un nuevo matrimonio, apenaspasados unos pocos meses de viu-dedad.Agustina con 37 años conocerá alque será su segundo marido JuanCobos y Mesperuza, un médico




Agustina Zaragozapor Lucio Rivas

de 26 años, nacido en Almería ycon el que contraerá matrimonioal poco tiempo, en Barcelona, enel mes de Marzo de 1824.Es digno de mencionar que eneste matrimonio se produce unaspecto que suponía un quebrantode las normas que regían los casa-mientos del personal militar.Agustina no solicitará la RealLicencia que autoriza la celebra-ción del nuevo matrimonio, cir-cunstancia que algunos autoresatribuyen a la necesidad imperio-sa de solucionar su situación eco-nómica, a un afán de asentar suvida sentimental y a ofrecer unfuturo más esperanzador a su hijoJuan.Será en 1830 cuando Agustinasolicite la aplicación del Realindulto de 17 de Diciembre por nohaber pedido a su debido tiempola Real Licencia para contraer susegundo matrimonio.El matrimonio se traslada al pocotiempo a la ciudad de Valencia,donde Juan Cobos ejerce la profe-sión y donde nacerá en julio de1825 la segunda hija de Agustina,a la que dieron el nombre deCarlota. Serán tiempos tranquilosen la vida de Agustina al cuidadode su esposo y de sus dos hijos.No está claro el momento en elque la familia abandona la ciudadde Valencia y se traslada aSevilla, ni si el traslado fue debi-do al desarrollo de la profesión deJuan Cobos, pero lo que si estádocumentado es que la familiapermanece unida por lo menoshasta el año 1847.Durante este periodo Juan Cobosejerce la medicina mientras que

dedica mucha parte de sus esfuer-zos, tanto económicos como detiempo, al apoyo de las causasCarlistas, en contra de los segui-dores de la Reina Isabel II.Posiblemente esta dedicaciónhace que las circunstancias eco-nómicas de la familia comiencena resentirse y vuelvan a revivirseen Agustina las dificultades pasa-das a la muerte de su primer mari-do.En 1847 se producen los matri-monios de los dos hijos deAgustina, primero se celebra el desu hija Carlota Cobos conFrancisco Atienza. Se trata de unOficial del Cuerpo deAdministración militar, asimiladoal cuerpo de artillería, nacido enRona y es hijo de un capitán delmismo arma y que ingresó comoun joven aprendiz en las fundicio-nes de bronce da la RealMaestranza de Artillería deSevilla.Francisco Atienza es trasladado aCeuta, donde fija su residencia,pero viaja frecuentemente aSevilla donde conocerá a Carlota,comenzando una relación amoro-sa que desembocará en un matri-monio por poderes, celebrado enla Iglesia parroquial de San Juande la Palma y en el que oficia derepresentante del novio el herma-nastro de Carlota, Juan Roca.Posteriormente el matrimonioserá refrendado el 6 de junio de1847 en la ciudad de Ceuta.Ese mismo año el hijo del primermatrimonio Juan Roca, médicocomo su padrastro y que habíasido criado por éste como si de supropio hijo se tratara, se casa con

una sevillana de nombre RitaJurado, también en Sevilla, lugardonde se establecerá de formadefinitiva y donde desarrollará laprofesión hasta su muerte en1885, dejando como descenden-cia dos hijas que permanecieronsolteras, Remedios y Helena.

CEUTA

Desde 1847 hasta 1853, año en elque se establecerá definitivamen-te en la plaza Africana, Agustinavivirá a caballo entre las ciudadesde Ceuta y de Sevilla, ayudando

en lo posible a su hija Carlota yatendiendo a sus nietos.Establecen el domicilio familiarprimero en un modesto domicilioen el nº 10 de la calle de laMuralla, para trasladarse poste-riormente a una casa mucho másespaciosa situada en la calle Realy que era conocida debido a sutamaño como la Casa Grande.Se trata de una espaciosa estanciacuyo dueño era el GeneralO´Donnell que con anterioridadhabía pertenecido a los Duques deMedinaceli y que fue derribada alprincipio del siglo XX para edifi-carse en el solar la colonia catala-na de la ciudad de Ceuta, que en1913 colocó una lápida con la




Recibo del Regimiento Fijo de Ceuta

siguiente inscripción:“En esta casa falleció cristiana-mente el 29 de Mayo de 1857Doña Agustina ZaragozaDoménech, natural de Barcelona,heroína de los Sitios de Zaragoza(1808-1809). La colonia catalanade Ceuta le dedica esta memo-ria”.Después de seis años de idas yvenidas a Sevilla visitando a sumarido, hijo Juan y nietas, se esta-blecerá definitivamente en Ceutadonde permanece a las órdenes delas autoridades militares, ejer-ciendo el empleo de subtenientede infantería y siendo agregada alRegimiento Fijo de Ceuta, queguarnece la ciudad, quedandoreflejo documental en un recibodel Regimiento fechado en 1855y que con la firma de AgustinaZaragoza, confirma el empleo y eldisfrute vitalicio de su correspon-diente sueldo de 511 reales devellón.Se aproxima a los 70 años yAgustina goza de la compañía desu familia y de los recuerdos de sudilatada vida, reuniéndose con suscompañeros de armas y comen-tando el día a día. Parece quetodavía le quedan fuerzas parasofocar un intento de rebeliónacaecido en el presidio de la ciu-dad, que con solo la presencia dela artillera finaliza rápidamente.

LA HORA DE LA MUERTE

La edad no perdona y la salud deAgustina se va quebrando con eltiempo y las fuerzas le van aban-donando poco a poco, aunquetodavía le quedan energías para

considerarse capaz de empuñarlas armas o disparar el cañón sifuera necesario. No obstante deci-de pedir licencia para viajar aSevilla en 1855, buscando mante-ner el contacto, con la otra mitadde su familia. Asimismo elambiente de la ciudad la permiterecuperarse de sus dolencias yvolver a Ceuta con mejor estadode salud.En 1857, en el mes de Mayo,Agustina caerá muy gravementeenferma, victima de una afecciónpulmonar de la que no podrá recu-perarse. La noticia correrá deboca en boca por toda la ciudadque reza en la Iglesia de losRemedios por la recuperación dela heroína y la acompaña en susúltimos momentos

El día 29 de Mayo de 1857 yhabiendo recibido los últimosSacramentos, muere Agustina encompañía de sus seres queridos yarropada por toda la ciudad deCeuta.El párroco firmará acta de defun-ción quedando registrada en laparroquia de Santa María de losRemedios del siguiente modo:

“Certifico: Que en el libroSéptimo de defunciones al foliotreinta y cinco vº de este ArchivoParroquial de mi cargo, seencuentra la siguiente partida:En la fidelísima ciudad y plaza deCeuta, el día veinte y nueve demayo del año mil ochocientoscincuenta y siete, murió de unaafección pulmonar, en la casa desu morada y Comunión deNuestra Santa Madre Iglesia, deedad setenta y un años, DoñaAgustina Zaragoza Doménech,natural de Barcelona, agraciada porS. M. El Rey Don Fernando(Q.E.P.D) con el carácter y pre-rrogativas de Oficial del EjércitoVivo y Efectivo, condecorada convarias cruces de distinción porhechos heroicos de guerra en lacélebre de Independencia, hijalegítima de Don Pedro Zaragozay Doña Raimunda Doménech,naturales de Juneda, en la provin-cia de Lérida. Fue viuda de DonJuan Roca Vilaseca, de cuyomatrimonio deja un hijo, y siendocasada en segundas nupcias conDon Juan Cobo Belchite yReperma, natural de Almería, decuyo matrimonio ha dejado unahija. Recibió los SantosSacramentos de la Penitencia,sagrado Viático y extremaunción.Hizo testamento. Su cadáver fuesepultado hoy, día siguiente alexpresado de su muerte, en elCementerio General de SantaCatalina, extramuros de esta ciu-dad”Agustina será enterrada con todoslos honores militares, vestida consu uniforme de gala, con sumorrión y sable, en el cementerio




Santa María de los Remedios de Ceuta

de Santa Catalina, departamentode San Cayetano en el nicho nº 1y con una lápida en la que sereflejaba la siguiente inscripción:“A la memoria de doña AGUSTI-NA ZARAGOZA. Aquí yacen losrestos de la ilustre Heroína, cuyoshechos de valor y virtud en laGuerra de la Independencia lle-naron al mundo de admiración.Su vida, tipo de moral cristiana,terminó en Ceuta en 29 de mayode 1857 a los setenta y un años deedad: su esposo Don Juan Cobos,su hija doña Carlota e hijo políti-co don Francisco Atienza, dedi-can este recuerdo a los restosqueridos”.

TRASLADO DE LOS RESTOS

Enterado el Ayuntamiento deZaragoza de la muerte deAgustina en Ceuta, emprenderásegún lo aprobado en el plenoextraordinario de 14 de julio de1857, las medidas necesariaspara que los restos de la heroínadel Portillo sean trasladados a laciudad donde comenzó sus gestasmilitares, aunque deberán pasar13 años para que dicho objetivose vea cumplido.En 1870, en el mes de junio unarepresentación oficial se harácargo de los restos de Agustina ycon honores de Capitán Generalson embarcados en el vapor“Colón”, cruzando el estrecho endirección a Cádiz. Seguidamentellegarán a Madrid, no sin antespasar por Sevilla donde son aga-sajados por sus familiares y losciudadanos.A su paso por Madrid los restos

son depositados en la Basílica deAtocha, muy cerca de dondereposan otros héroes de la Guerrade la Independencia y finalmenteel 14 de Junio de 1870 los restosllegan a Zaragoza y son deposita-dos en la Basílica de NuestraSeñora del Pilar.En 1908 y coincidiendo con elcentenario de los Sitios deZaragoza es construida una capi-lla dedicada a la Asunción de laSantísima Virgen en la Iglesiaparroquial de Nuestra Señora del

Portillo que fue inaugurada por laReina Doña Victoria Eugenia,esposa del rey Alfonso XII el día29 de octubre de ese año.La capilla de la Anunciación estáenteramente dedicada a honrar lamemoria de las heroínas. Losgrandes medallones a izquierda yderecha, en lo alto, atestiguan eldeseo de la Junta del PrimerCentenario de los Sitios, de con-sagrar y dedicar este monumentoen prueba del agradecimiento dela ciudad y de la Patria

El 15 de junio de 1909 se trasla-darán, en presencia del reyAlfonso XIII, los restos deAgustina a una tumba de alabas-tro con dos monumentos lateralesen el que se encuentra una lápidacon la siguiente inscripción:“Aquí yacen los restos mortalesde AGUSTINA ZARAGOZA,CASTA ALVAREZ y MANUELASANCHO. Descansen en paz lasheroínas defensoras de Zaragoza.Este monumento les consagra ydedica la Junta del centenario delos Sitios 1808 y 1809.”De los dos monumentos laterales,el de la izquierda de bronce, con-tiene cuatro nichos, simétrica-mente dispuestos dos a dos aizquierda y derecha, donde sólose hallan ocupados tres, CastaÁlvarez, Manuela Sancho yAgustina Zaragoza. El cuarto sesupone iría destinado a MaríaAgustín, cuyo paradero se desco-nocía hasta que hace pocos añoslo descubrió Nuria Marín y que seencuentran en el fosal de la iglesiade San Pablo.El de la derecha de mármol negrosobre el que lleva en letras de oro,los nombres de todas las mujeresque destacaron en la épica defen-sa de Zaragoza durante los Sitios:A LAS HEROINAS / defensorasde Zaragoza en los Sitios / de1808 y 1809 / María ConsolaciónAzlor y Villavicencio, Condesa deBureta / Agustina Zaragoza -Manuela Sancho / Casta Alvarez -María Agustín / Madre MaríaRafols / Josefa Vicente de Cerezo- Rita López de Obispo / ClaraD´Alzú - Engracia D ´Alzú /Josefa Amar y Borbón / Joaquina




Capilla de la Asunción Nª Sª del Portillo

Plazas - Estefanía López / MaríaLostal de Sola - Benita Portolés /María Blánquez (la del SantoCristo) / Juliana Larena - Lamujer de Foj / CatalinaMondragón - María Artigas / .....y muchas otras. / Dedican esteMonumento / con ocasión del 1er.Centenario del / glorioso sacrifi-cio. / LA PATRIA Y LA CIUDAD /agradecidas.Y en la parte central una lápidarecuerda la inauguración del mau-soleo de la siguiente forma:Presidiendo S.M el Rey /D.ALFONSO XIII / y escoltadospor numerosísimo concurso / fue-ron trasladados a este mausoleoel día 15 de junio de 1908 / losrestos mortales de las heroínasAGUSTINA ZARAGOZA / CASTAALVAREZ / MANUELA SAN-CHO. / La Reina Dª MARÍA VIC-TORIA / en 29 de octubre delmismo año / inauguró solemne-mente esta Capilla / erigida por /la junta del Centenario. /MCMVIII.

DISTINCIONES Y MONUMENTOS

El Rey Alfonso XIII quiso pre-miar las acciones valerosas des-arrolladas durante los sitios de1808 y 1809 creando según Realdecreto de 19 de julio de 1908 laMedalla Conmemorativa de losSitios de Zaragoza (1808-1809),autorizando su uso sobre el uni-forme al personal descendiente delos defensores de la ciudad.Tras el fallecimiento de Agustina,su viudo, Juan Cobos yMesperuza, recibió quizás a susolicitud expuesta ante el preten-

diente Carlos VII, una RealCédula del siguiente tenor:Su Majestad, deseando premiarlos constantes servicios prestadosen beneficio de Mi Patria y enfavor de Mi Dinastía durante pro-longados años por don JuanCobos y Mesperuza, viudo de lainvicta heroína de la Guerra de laIndependencia, AgustinaZaragoza. Vengo en concederlepara sí y sus descendientes legíti-mos, el Título de Barón de Cobos

de Belchite.Mi Secretario de Estado tomaránota de ésta Mi Real Resolución.Dado en Mi Cuartel Real deTolosa, a 5 de febrero de 1876.Yo el Rey.También en la conmemoracióndel Centenario los reyes deEspaña, D. Alfonso XIII y DªVictoria Eugenia inauguran elmonumento a la heroína, en laplaza del Portillo, obra del escul-tor Mariano Benlliure en el quese representa a Agustina en lo

alto, con uniforme de sargento deArtillería y con los nombres de lasheroínas más destacadas. En laparte de atrás del basamento elautor ha simbolizado al león delescudo de Zaragoza, dando unasevera lección a la orgullosa águi-la napoleónica, aunque la realidadfue bien distinta.Pero quizás la mejor distinción yel mejor monumento que sepuede otorgar a AgustinaZaragoza, sea simplemente recor-dar su figura y ver en ella refleja-da, el valor de tantos y tantosespañoles que a lo largo de la his-toria y de forma anónima, hanconsagrado su vida en defensa denuestra querida España.




Lapidas y tumbas de las heroínas

19 DE MAYO DE1895. LA MUERTEDE JOSÉ MARTÍ

EN EL COMBATEDE DOS RÍOS

Dr. Guillermo Calleja Leal

INTRODUCCIÓN

José Martí, el poeta e ide-ólogo de la Revolución en la últi-ma guerra de la independencia deCuba (1895-1898), murió el 19 demayo de 1895 en el campo debatalla. Pero aunque su muerte encombate es uno de los episodiosmás importantes y de mayor tras-cendencia de la última de las gue-rras de Cuba, aún se encuentraenvuelto tras el velo del misterioy continúa siendo un enigma quesuscita controversias. Por otraparte, su trágica muerte resultaincomprensible para la generali-dad de los historiadores, precisa-mente por tratarse de un hombretan valioso para la causa indepen-dentista cubana y que jamás habíarecibido instrucción militar algu-na; y sobre todo, por su propiaforma de morir, sobre su caballoal galope, sin haber disparado niun solo tiro con su revólver yenfrentándose al enemigo en soli-tario, sólo acompañado por sujoven ayudante.

La figura de José Martí(La Habana 1853 / Dos Ríos,Oriente, 1895) es inmensa. Nosólo por ser uno de los autores

más importantes de la Literaturaen lengua castellana y uno de losiniciadores del Modernismo juntoal gran escritor nicaragüenseRubén Darío, sino también por-que fue el luchador civil más des-tacado del continente americano,un verdadero “apóstol” de la gue-rra. Los otros forjadores de laemancipación de la América his-pana, como Simón Bolívar y JoséFrancisco de San Martín, fueron

militares, y de ahí que no resulteextraño que vieran en las armas elúnico camino válido hacia laindependencia. Pero Martí por elcontrario fue un antimilitaristadeclarado y enemigo de la violen-cia, de ahí que no puede compren-derse su gestión bélica si no fuerapor su convencimiento pleno deque la guerra era la única vía parael restablecimiento de la libertady la justicia en su tierra.

Precisamente esto constituye unparadoja en un hombre que amóprofundamente España comopocos y muy a pesar del trasno-chado régimen colonial impuestopor los Gobiernos de España enCuba, en la que se daba la cir-cunstancia de ser una provinciaespañola, como Córdoba,Barcelona o Soria, carecía inex-plicablemente de representaciónen Cortes desde que sus tres dipu-tados fueron expulsados el 16 deabril de 1837.

José Martí había dicho:“Una revolución es necesariatodavía, el levantamiento detodos los hombres pacíficos, unavez soldados, para que ellos ninadie vuelvan a serlo jamás”.

En definitiva, Martí erauno de los cubanos pesimistasque pensaban que la guerra erainevitable, creía que jamás se pro-duciría el cambio en la situaciónde Cuba mientras estuviera bajola soberanía española. Además,desde los inicios de la Guerra delos Diez Años (1868-1878) yahabía perdido toda esperanza enun posible diálogo.

Carlos Ripoll, prestigiosohistoriador y martiano, sostienecon razón que la vida pública deMartí estuvo marcada por dosacciones de guerra: un combatefingido que es su gran drama poé-tico Abdala, que escribió cuandosólo tenía 15 años; y un combatereal en Dos Ríos, que fue en elque perdió su vida. Ambos com-bates parecen el principio y el finde un mismo drama: el de su pro-pia biografía.

NNuueessttrraa HHiissttoorriiaa



En el poema, el Guerreroilustre y patriota de Nubia exhor-ta a su ejército con estas palabras:“¡A la carga corred! ¡A la bata-lla, y de escudo te sirva, oh Patriamía / el bélico valor de nuestrasalmas!”. Y su madre, que intentadetenerle, le advierte: “Quien asu Patria defender ansía / ni en lasangre ni en los obstáculos repa-ra”. Más tarde, al caer herido enel combate, confiesa ante la muer-te: “¡Oh, que dulce es morircuando se muere / luchandoaudaz por defender la Patria!”. 1

Abdala, el personaje deficción, se adelantó a su autor lite-rario aquel trágico 19 de mayo de1895, quien el día 26 de febrerode 1895 al recibir un cable deNueva York por el que se le noti-ficaba que el alzamiento del día24 se había llevado a cabo, escri-bió pesaroso: “Yo evoqué la gue-rra: mi responsabilidad comienzacon ella, en vez de acabar… paramí la Patria nunca será triunfo,sino agonía y deber”.

Más tarde, cuando yahabía regresado a Cuba, Martíanotó el 25 de abril en su“Diario”: “… ¿cómo no me ins-pira horror, la sangre que vi en elcamino? ¿Ni la sangre a mediosecar, de una cabeza que estáenterrada, con la cartera que leopuso de descanso un jinete nues-tro?”. 2

En su última e inconclusacarta, que fue la que escribió eldía 18 de mayo a su amigo meji-cano Manuel Mercado, le dijo:“Estoy todos los días en peligrode dar mi vida por mi país y por

mi deber de impedir a tiempo conla independencia de Cuba que seextiendan por las Antillas losEstados Unidos y caigan, con esafuerza más, sobre nuestras tierrasde América…”.

Pocas horas después, aldía siguiente, se produjo el com-bate de Dos Ríos. José Martí,revólver en mano, se lanzó en sucorcel blanco que le había regala-do el general José Maceo yGrajales en Jarahueca, contra lacolumna española que estaba almando del coronel José Ximénezde Sandoval y Bellange. Lo hizocon su reloj de oro, sus espuelasvaqueras y un fajo de papeles.Más tarde, al ser identificado sucadáver, se examinó su revólverColt de gran calibre y culata denácar, y pudo comprobarse que¡no había disparado ni una bala!

La trágica muerte de Martíen el combate de Dos Ríos ha sidoun tema que ha suscitado debates

apasionados y formulado muymuchas preguntas, como lassiguientes:¿Por qué cayó en solitario ante lastropas españolas acompañadosólo por su ayudante Miguel de laGuardia, un muchacho que tam-bién recibía su bautismo de fuego,si minutos antes había estadorodeado de soldados mambises 3

con el general en jefe MáximoGómez al frente?¿Se desbocó su caballo ante laprimera línea de fuego española ysu mano de poeta no pudo domi-narlo? ¿Se marchaba al exilio y por des-conocimiento del terreno se extra-vió y fue a parar ante la columnaespañola por puro azar del desti-no?¿Se trató de un suicidio heroico?¿Fue traicionado por el vaquerocubano Carlos Chacón y luegoasesinado por el práctico tambiéncubano del 2º Batallón PeninsularAntonio Oliva?¿Murió realmente en una embos-cada de los soldados españoles?

Ezequiel Martínez Estradaafirma, con razón, que su formade morir en solitario y el posteriorreparto de sus pobres pertenen-cias nos recuerdan las muerteslegendarias recogidas en las obrasde la Grecia Antigua. 4 Resultapor tanto necesario hacer unareconstrucción de los hechosacaecidos aquel 19 de mayo de1895, pero antes vamos a versomeramente: los antecedentes;qué ocurrió en la famosa entrevis-ta que Martí, Gómez y AntonioMaceo mantuvieron solos en La




Mejorana; y algunas de las ver-siones más conocidas de la muer-te de Martí.

I. ANTECEDENTES

La fecha del alzamiento de laúltima guerra de Cuba y loslevantamientos en Oriente yOccidente

El 29 de enero de 1895 sedictó desde Nueva York la ordendel alzamiento. Estaba autorizadapor tres firmas: la de José Martí,como Delegado del PartidoRevolucionario Cubano (fundadopor él tres años antes); la delgeneral Mayía González, comorepresentante personal del mayorgeneral Máximo Gómez, nombra-do por Martí general en jefe (ogeneralísimo) del denominadoEjército Libertador por los insu-rrectos; y la del comandanteEnrique Collazo, enviado por laJunta Revolucionaria de LaHabana como representante de lamisma.

La orden especificaba queel alzamiento se haría “con lamayor simultaneidadposible…durante la segundaquincena y no antes, del mes defebrero”. 5

El documento fue dirigidoal periodista matancero JuanGualberto Gómez, principal hom-bre de confianza, corresponsal eintermediario de Martí en Cuba, ya todos los grupos de la parteoccidental de la Isla; y en cuantoa los grupos de Oriente, éstos yahabían manifestado que acatarían

cualquier fecha que se les diera.Tan pronto como llegó la orden aLa Habana, se reunieron los jefesque habrían de encabezar losalzamientos de Occidente y acor-daron que se efectuarían el día 24de febrero, por ser Domingo deCarnaval. 6

Una vez aceptada la fechaen Las Villas y Oriente y recibidoaviso que “el Camagüey no podíainiciar el movimiento, pero que losecundaría a poco que se inicia-se”, Juan Gualberto Gómez seenvió el histórico cable a Martí(que lo esperaba en Nueva York),en el que bajo su aparienciacomercial significaba que el perí-odo preparatorio para la guerrahabía concluido: “Giros acepta-dos”.

Aquel 24 de febrero de1895, numerosos grupos de inde-pendentistas amanecieron en el“monte” o se dirigieron almismo. 7 El mayor generalGuillermo Moncada, por su jerar-quía militar y su experiencia delas dos guerra anteriores, 8 tuvo la

dirección de los grupos del SE dela provincia oriental.

Guillermón Moncada (asíse le conocía familiarmente) eraun negro de cuerpo hercúleo, bue-nas maneras y de gran simpatíapersonal. Se había hecho famosoen la Guerra de los Diez Años trasconseguir copar y dar muerte aMiguel Pérez, el jefe más famosode las guerrillas leales a Españapor su tenacidad y agresividad. Lesecundaron montañeses de colorque se enorgullecían de ser de sumisma raza y la juventud doradade Santiago de Cuba, que se sen-tía arrastrada por su leyendaheroica.

Con la astucia propia delos viejos combatientes mambisesy los pulmones destrozados por latuberculosis, tras dictar las órde-nes oportunas para el alzamientoa los jefes de los grupos que leobedecían, Guillermón Moncadadio cumplimiento a su promesaabandonando la capital oriental yesperó la alborada del día 24 defebrero entre las sierras que se




hallan al norte de aquella pobla-ción. Al caer el día, su cuartelgeneral estaba en la loma de LaLombriz, en el barrio deJarahueca, del municipio de AltoSongo; centro de una región queconocía palmo a palmo y dondepodía mantenerse de forma inde-finida con sólo un puñado dehombres.

En la tarde de aquelmismo día, cumpliendo órdenesde Moncada, salieron de Santiagode Cuba al frente de pequeñosgrupos de soldados mambises: elcoronel Victoriano Garzón,rumbo al término de El Caney; elteniente coronel Quintín Bandera,hacia el de San Luis; y el coronelAlfonso Goulet con el licenciadoRafael Portuondo Tamayo, dele-gado del Partido RevolucionarioCubano en Oriente, hacia el de ElCobre. En cada una de estascomarcas había mambises queconcurrieron a los puntos conve-nidos de antemano para incorpo-rarse a los jefes designados. Almismo tiempo, un pelotón almando del sargento veteranoSilvestre Ferrer asaltó y quemó elpueblo de Loma del Gato, en eltérmino de Songo. 9

También por la tarde selibró el primer combate de estanueva campaña en la comarca deGuantánamo. Sucedió queEnrique Tudela asaltó y tomó conuna docena de hombres el puestomilitar de Hatibonico (sobre lacosta, al oeste del gran puerto),dando muerte a dos soldados,hiriendo a tres y tomando prisio-nero a uno. Mas luego Tudela

intentó en vano apoderarse delfuerte de Cayo Toro, en la bahíade Guantánamo.

El entonces teniente coro-nel Periquito Pérez 10 tenía elmando en la zona deGuantánamo, aunque bajo la jefa-tura de Moncada. Desde media-dos de 1894, Pérez había recibidoinstrucciones del general AntonioMaceo para que arrasara los fuer-tes de la costa guantanamera encuanto se produjera el alzamiento,para así facilitar los desembarcosexpedicionarios en dicha zona(entre ellos, el suyo propio); ypara iniciar dicha tarea fue esco-gido Enrique Tudela.

Mientras Tudela atacabael destacamento español deHatibonico, Periquito Pérez reu-nía en la finca La Confianza, asólo 5 kilómetros deGuantánamo, a numerosos mam-bises; quienes, a iniciativa deEmilio Giró (enviado personal deMaceo) firmaron un acta hacien-do constar que se había reanuda-do la guerra de la independenciade Cuba. Por otra parte, en elingenio Santa Cecilia, de lamisma comarca, se presentóEnrique Brooks con más de ciensoldados para exigir la entrega delas armas que allí estaban destina-das para la defensa de la propie-dad.

Si Guillermón era el jefesuperior de todos grupos mambi-ses de las comarcas del sudeste deOriente, los del oeste y el nortesecundaban al general BartoloméMasó y Márquez, terrateniente deManzanillo. Pese a que carecía de

la aureola legendaria deMoncada, Masó era admirado portodos debido a que él había sidouno del grupo que el 10 de octu-bre de 1868 se había alzado en lafinca de la Demajagua junto aCarlos Manuel de Céspedes,había ocupado elevadas posicio-nes en la Guerra de los Diez Añosy había organizado y armado alEjército para esta nueva campaña.11

Al igual que Moncada,Masó abandonó la poblacióndonde vivía antes de la fecha delalzamiento. El día 24 se hallabaacampado en el poblado deBayate, término de Manzanillo,donde dictó dos proclamas conlas que anunció que había estalla-do la guerra: una dirigida a losespañoles y la otra a los cubanos.12 Aquel mismo día, AmadorGuerra, siguiendo las instruccio-nes de Masó, requisó las armasque halló en el pueblo de Calicito;




y en la comarca de Bayamo sealzaron, por distintos rumbos, loscoroneles Joaquín Estrada,Esteban Tamayo y José ManuelCapote, a la cabeza de gruposrelativamente nutridos de mambi-ses. Además, no lejos de Jiguaní,un grupo de mambises, entre losque estaba José Reyes Arencibia,tirotearon al anochecer a las tro-pas españolas que estaban acuar-teladas en el barrio de Jamaica.

Sin embargo, como para-doja, ninguno de los lugares ni delos hechos mencionados dio nom-bre al nuevo movimiento revolu-cionario. De forma incomprensi-ble lo dio el gesto de un oficialsubalterno llamado SaturninoLora, que se presentó con variosparientes y amigos en el pueblode Baire, anunciando que habíaestallado la guerra; pero lo curio-so es que el “grito de Baire” nofue a favor de la independencia,sino de ¡la autonomía para Cuba!Además, no tuvo nada de heroico,puesto que en Baire no había sol-dados españoles el día 24 defebrero, puesto que el día anteriorhabían evacuado para concentrar-se en la cabecera comarcal, queera Jiguaní. 13

En cuanto a los gruposindependentistas occidentales,éstos no tuvieron éxito en aquellevantamiento general porquecarecían de un núcleo de oficialesveteranos capaces de reunirlos deforma oportuna.

El líder más destacado deLa Habana y las provincias inme-diatas era Julio Sanguily, quecompartía la gloria militar del

general Ignacio Agramonte ydesde la Paz del Zanjón (1878)vivía retirado y rodeado de la

admiración de la juventud haba-nera. Al carecer de una organiza-ción que creía indispensable,vaciló a última hora sobre si debíao no alzarse el mismo día 24 defebrero, por lo que fue detenidopor la mañana en su domicilio.Además, el coronel José MaríaAguirre, que también en la Guerrade los Diez Años había estado alas órdenes de Ignacio Agramontey Máximo Gómez, fue detenidoasimismo por la mañana cuandose dirigía a la estación de ferroca-rril de La Habana para marchar aMatanzas e incorporarse alEjército revolucionario cubano.

En Pinar del Río, la pro-vincia más occidental, la conspi-ración era muy popular; pero norecibió la orden de alzarse al care-

cer de jefes veteranos. Se optó porseguir la consigna personal delgeneral Máximo Gómez (anteriora la orden de levantamiento deNueva York): esperar a que hubie-ra combates en la zona central yoriental de la Isla, para aprove-char el traslado del grueso delEjército español a comarcas leja-nas.

Pese a todo, se dieronalgunos alzamientos en occidente,siendo el de Ibarra, en Matanzas,el más importante.

En Matanzas, el jefe de laconspiración era el doctor PedroBetancourt, a quien citó el men-cionado periodista JuanGualberto Gómez en Ibarra parael pronunciamiento. De acuerdocon el plan, Betancourt deberíallevar unos 400 hombres en lanoche del 23 de febrero, que seríacuando se produciría dicha con-centración militar en espera delamanecer del día 24. Pero cuandoJuan Gualberto Gómez llegó aIbarra acompañado por el tam-bién matancero Antonio LópezColoma y algunos jóvenes, pudocomprobar que no había llegadoningún grupo. Luego, pasaron lashoras y al amanecer aún seguíansolos. 14 Fue entonces cuando sevieron de pronto atacados y per-seguidos por las fuerzas españo-las. Antonio López Coloma cayóprisionero y aunque JuanGualberto Gómez y otros logra-ron escapar, tras varios días deintensa búsqueda de algunas delas partidas que deberían de haberacudido a Ibarra, tuvieron queentregarse.




Pedro Betancourt

López Coloma fue fusila-do. En cuanto al doctorBetancourt, éste se presentó conPedro Acevedo hacia el mediodíadel 24 y ambos comprobaron quesus compañeros habían abando-nado el lugar unas horas antes.Cansado de andar escondido yhuyendo, Betancourt decidió vol-ver unos días después a Matanzas,siendo detenido y deportadocomo Gómez a España. 15

Por último, sólo añadirque el doctor Martín Marrero sealzó el 24 de febrero con 36 hom-bres en el potrero La Yuca, cercade Jagüey Grande; y que el hacen-dado Joaquín Pedroso se pronun-ció en Los Charcones, en Aguadade Pasajeros, término municipalde Las Villas occidentales. 16

Crecimiento de la insurrecciónen Oriente y regreso de Maceo

Mientras los pequeñosgrupos alzados en Matanzas erandisueltos y los de las demás pro-vincias occidentales se manteníana la expectativa, la insurreccióncontinuó extendiéndose enOriente.

Inmediatamente despuésdel Alzamiento general, las direc-tivas de los tres partidos políticosoficiales existentes (elAutonomista, el Unionista y elReformista) declararon su repulsaa la lucha armada. Aunque laJunta Central del PartidoAutonomista (el principal)emprendió una serie de acerca-mientos con los jefes independen-tistas de Oriente, todo resultó en

vano. El mayor general Masó

recibió una carta del autonomistaJesús de León, paisano suyo deManzanillo, anunciándole que iríaa verle junto a unos amigos de LaHabana, y él le citó el día 6 demarzo, a las 10:00 horas, en lahacienda de La Odiosa, propiedadde Salvador Ríos. Masó reunió las

tropas disponibles: un escuadrónde Caballería, al mando del coro-nel Amador Guerra; la fuerza deJiguaní enviada por el brigadierJesús Rabí; la del coronel Bellito;17 la del coronel Joaquín Estrada,de Bayamo; y otro escuadrón almando del comandante Jiménez,al que en su marcha a la haciendase había incorporado la fuerza delcoronel Esteban Tamayo.

Aquel 6 de marzo, a las10:30 horas, tuvo lugar la primeraconferencia de La Odiosa. Se pre-sentó una Comisión del PartidoAutonomista, cuyo portavoz eraHerminio Leyva, 18 quien le instóa que depusiera las armas y ennombre del Gobierno le ofreció

garantías si así lo hacía; además,quiso hacerle ver que enOccidente la sublevación habíafracasado; y que en Oriente, ade-más de no haber armas, no habíauna unidad entre los alzados:unos pedían la autonomía, otros laindependencia y el resto no sabíapor qué luchaba. Masó le contes-tó que al menos se había alzadoOriente, que su dignidad lo sos-tendría en guerra y que le dejaraunos días de tregua para recorrerOriente y poder así comprobar sien realidad había triunfado o no lasublevación. Pero Masó en reali-dad sólo quería ganar tiempo parael ansiado arribo de los generalesGómez y Maceo, logrando almenos no se atacado en su corre-ría por Oriente.

Al día siguiente se presen-tó en La Odiosa otra ComisiónAutonomista, aunque esta vezestuvo presidida por JuanBautista Spotorno. 19 Masó lesrecibió y Spotorno insistió en queabandonara las armas; pero Masórechazó su sugerencia de some-terse al gobierno español y le dijo:“Váyase antes de que nos obliguea aplicarle a usted y a sus acom-pañantes su mismo Decreto”. 20

Así terminaron las dos inútilesconferencias de La Odiosa. 21 Aligual que Masó, Periquito Pérezen Guantánamo, el brigadierJesús Rabí en Jiguaní, el coronelJoaquín Estrada en Bayamo yotros jefes de comarcas mantuvie-ron su decisión de combatir hastaalcanzar la independencia.

A finales de febrero había




Juan Bautista Spotorno

ya unos 2.500 soldados mambi-ses, aumentando su número enmarzo. Fue entonces cuando seacumularon fuerzas militaresespañolas en Oriente para intentarsofocar la insurrección y se nom-bró capitán general a ArsenioMartínez Campos, muy queridoentre los cubanos y artífice de laPaz del Zanjón (1878). Además,se dispuso en España el embarquede 8.000 soldados y se preparóotros contingentes de tropas paraenviarlos también a la Isla.

Antes de la llegada deAntonio Maceo (1 de abril), laRevolución careció de unidad ypor ello aún no hubo combatesimportantes. GuillermónMoncada, enfermo de gravedadpor tuberculosis, permaneció enla manigua como símbolo de launidad; mas viendo próxima sumuerte, 22 entregó el mando desus fuerzas a Masó, que se convir-tió entonces en el jefe superior deOriente.

Hubo acciones aisladasque contribuyeron a levantar lamoral en la zona de Santiago deCuba, capital de Oriente:La de Jucaibama, en el camino deVeguitas a Bayamo. El coronelEsteban Tamayo hizo 45 prisione-ros.La de El Guanábano, en la queSantocildes, uno de los generalesespañoles de mayor fama, fuederrotado y perseguido por losmambises hasta que halló protec-ción en los fuertes de Bayamo.Las de la ocupación de El Caneypor Luis Bonne y Ramón de lasYaguas por Victoriano Garzón.

En la madrugada del día 1de abril llegó a las costas deBaracoa la goleta inglesa Honor,que conducía a la expedición en laque iba Maceo junto a 22 oficiales

de distintas graduaciones, muchosde ellos veteranos de la Guerradel 68: los mayores generalesAntonio Maceo y Grajales, FlorCrombet, 23 José Maceo yGrajales y Agustín Cebreco ySánchez; los brigadieres SilverioSánchez Figueras y Adolfo Peña;los coroneles Patricio Corona,Alcides Duverger, José M.Arseno y José C. Palacios; elteniente coronel Alberto Boix; loscomandantes Juan Fustiel Oliveray Juan B. Limonta; los capitanesJoaquín Sánchez, Francisco J.Agramante, Jesús M. Santini,Isidoro Noriega y Asprilla,Manuel J. de Granda y Odio yDomingo Guzmán; el teniente:Jorge Trave Estrada; y los subte-

nientes Luis Henríques y LuisSoler. El desembarco se realizó enla playa de Duaba. 24

Al cabo de tres semanasde incesantes y duras jornadas apie (en las que el grupo expedi-cionario fue dispersado y el día 10se produjo la muerte de FlorCrombet), 25Antonio Maceo seincorporó a las fuerzas mambisasen la jurisdicción de Mayarí. Actoseguido, dirigió una circular confecha de 21 de abril a todos losjefes comunicándoles que asumíael mando de Oriente y que cual-quier emisario de paz sería ahor-cado. Dos días después su herma-no José apareció y se unió a lasfuerzas mambisas en territorio deGuantánamo.

El Manifiesto de Montecristi

Al día siguiente de firmarla orden del levantamiento gene-ral en Nueva York, el 30 de enerode 1895, José Martí embarcó allíen el vapor Athos (de la líneaAtlas) hacia Montecristi (SantoDomingo), acompañado de MayíaRodríguez, Enrique Collazo yManuel Mantilla, para reunirsecon el general dominicanoMáximo Gómez, general en jefedel llamado Ejército Libertador,en la pasada Guerra de los DiezAños. Aquel día escribió: aHernández y Pedroso: “Yo, uste-des lo saben, estoy levantando laPatria a manos puras”; 26 aPoyo: “Que se oiga bien en Cuba.Que nos vean la vida”) 27 y aTomás Estrada Palma:




Antonio Maceo

“¿Volveré? Ni lo deseo ni lo espe-ro”. 28 Luego, el día 3 escribió aGonzalo de Quesada: “Va veloz elvapor, sin duda a una nueva ago-nía mía, que harto sé y temo; peroaún siento, dulcemente, el bálsa-mo de aquella amistad”. 29

El día 6 de febrero, Martíllegó a Cabo Haitiano (SantoDomingo), y al día siguiente arri-bó en un pueblo del noroeste lla-mado Montecristi, donde le reci-bió Máximo Gómez. Luego, eldía 11, partió con Gómez hacia lahacienda que este último tenía enLaguna Salada, y el día 14 salie-ron de la finca La Reforma haciaSantiago de los Caballeros, alo-jándose en la casa de un médicocubano llamado Nicolás Ramírez.

El día 15, la población deSantiago de los Caballeros cele-bró una fiesta en honor de Martí;el día 16, Gómez y Martí partie-ron hacia la Vega y se entrevista-ron con Eleuterio Hatton enHatico; y el día 19 volvieron aSantiago de los Caballeros, dondeMartí escribió a Gonzalo deQuesada: “Ya usted sabe quellevo los ojos claros por estecamino sangriento; si me dejanponer vivo el pie en nuestro país,¿quiere que le diga desde ahoracómo y de quiénes, de una regióna otra, odiándose entre sí, y sólounidos en celarme, se están afi-lando los dientes. Aquí está lacarne. Mi gusto está en el deber;y en cumplirlo sin fatiga y sinira…”. 30

El día 24 Gómez y Martíregresaron a Montecristi. Ese

mismo día se produjo el levanta-miento general en Cuba, comovimos; pero ellos no se enteraránhasta el día 26, que fue cuandoMartí recibió un cable de NuevaYork por el que se le notificó que,en efecto, había estallado la gue-rra, y se le ordenó que regresara aNueva York para continuar sustrabajos con la emigración, locual aceptó. 31 Fue entonces,como antes reseñamos, cuandoMartí escribió: “Yo evoqué laguerra: mi responsabilidadcomienza con ella, en vez de aca-bar… Ahora hay que dar respetoy sentido humano y amable alsacrificio”; y escribió al generalAntonio Maceo: “Cuba está enguerra, General. Se dice esto y yala tierra es otra. Lo es para ustedy lo sé yo”. 32

El 1 de marzo Martí partióhacia Dajabón en compañía deFrancisco Panchito Gómez Toro,el hijo menor de Gómez, quien eldía 2 regresó a Montecristi. Martícontinuó el viaje con un guía y sedirigió hacia Cabo Hatiano, per-noctando en Fort Liberté (Haití).

El día 3, Martí llegó a

Cabo Haitiano y se reunió conUlpiano Dellundé, con quien dis-cutió la necesidad de conseguirarmas para la próxima expedi-ción. También escribió a su hijaMaría Mantilla: “Yo voy sem-brándote por donde quiera quevoy, para que sea amiga la vida.Tú, cada vez que veas la nocheoscura, o el sol nublado, piensaen mí”. 33

El día 4, Martí regresó aMontecristi en lancha, reuniéndo-se de nuevo con Gómez. No obs-tante, el día 9 leyó en un periódi-co local que el diario New YorkHerald aseguraba que Gómez y élestaban ya en Cuba, por lo quedecidió rechazar la orden deregreso a Nueva York y marchar aCuba. Gómez intentó convencerlede que su deber era quedarse en elexilio dirigiendo la propagandapolítica y el aprovisionamiento dela insurrección; pero él le contes-tó que “un pueblo se deja servir,sin cierto desdén y despego, dequien predicó la necesidad demorir y no empezó por poner enriesgo su vida”. Es decir, nopodía moralmente exigir a los




cubanos que fueran a la guerra ypusieran sus vidas en peligro,manteniéndose él a salvo en elextranjero. Precisamente esteplanteamiento lo repetirá Martí enla famosa entrevista de LaMejorana (05-05-1895) y será loque le empuje unos días despuéshacia la muerte en Dos Ríos.

El día 10 escribió al presi-dente del Club 10 de octubre enlos siguientes términos: “Que seavea en nosotros a americanos edi-ficadores, no a rencorosos vanos.Ésa es nuestra guerra; ésa es laRepública que reanudamos”. 34

Más tarde, el día 16, lo hizo aEstrada Palma: “En mí, no pien-so; tendré que tener de lado ente-ramente a mi persona para logrartal vez, con la supresión de ella,alguna forma menos odiosa eimprudente. En todo lo de mi per-sona cederé, y ya la doy pormuerta”. 35

El día 18 Martí compró lagoleta Mary John a J. Poloney,comisionista de Montecristi, que-dando éste al cargo de conseguircapitán y tripulación. Ese díaescribió a Carmen Miyares: “Tú

me volverás a ver. Aún me quedamucho por sufrir”. 36 Pero el día25 las cosas se complicaron pormotivos económicos y no pudorealizarse la expedición conPoloney. 37

Aquel día 25 de marzo,Martí redactó el famosoManifiesto de Montecristi. Ambosjefes de la Revolución, el civil yel militar firmaron este extensodocumento con el que quisierondar a conocer al mundo cuáleseran los propósitos de laRevolución, anunciando las basespolíticas de la guerra contraEspaña y las de la futura repúbli-ca. 38

El Manifiesto comienzadeclarando que “La revolución deindependencia iniciada en Yara39 después de preparación glorio-sa y cruenta, ha entrado en Cubaen un nuevo período de guerra”.A continuación señala que estaguerra “no es el insano triunfo deun partido sobre otro”, ni “tenta-tiva caprichosa”, sino “la demos-tración solemne de la voluntad deun país harto probado en la gue-rra anterior” y “el producto dis-ciplinado de la reunión de hom-bres enteros que en el reposo dela experiencia se han decidido aencarar otra vez los peligros queconocen, y de la congregacióncordial de los cubanos de másdiverso origen, convencidos deque en la conquista de la libertadse adquieren mejor que en elabyecto abatimiento, las virtudesnecesarias para mantenerla”.

Después de formular la

tesis de la superación del pueblocubano por el sacrificio, mejorque por la revolución pacíficadentro del régimen colonial espa-ñol, como sostenían los autono-mistas, el Manifiesto asegura quela guerra iniciada no es una cruza-da de odio contra los españoles nicontra los cubanos tímidos oequivocados (en referencia a losautonomistas) y sólo será inflexi-ble “con el vicio, el crimen y lainhumanidad”.

El Manifiesto deMontecristi asegura la capacidadcubana “para salvar la patria deraíz de los desacomodos y tante-os, necesarios a principios desiglo, sin comunicaciones y sinpreparación, en las repúblicasfeudales y teóricas deHispanoamérica”; y también des-taca con vivas expresiones el con-traste existente entre la civiliza-ción del pueblo cubano, formadoen “el crucero del mundo” y laincultura de “las masas llaneraso indias con que, a la voz de loshéroes primados de la emancipa-ción, se mudaron de hatos ennaciones las silenciosas coloniasde América”.

El documento se alzaluego contra “el temor insensato,y jamás justificado a la razanegra”, con el cual siempre sequiso levantar, “por los benefi-ciarios del régimen de España, elmiedo a la revolución”; 40 pro-mete el respeto a la libertad y lapropiedad de los españoles “detrabajo y honor”; y acaba afir-mando que la guerra de la inde-pendencia de Cuba “es suceso de




Carmen Miyares

gran alcance humano”. Y ade-más, Martí, autor del texto, escri-bió a continuación: “Honra yconmueve pensar que cuando caeen tierra de Cuba un guerrero dela independencia, abandonado talvez por los pueblos incautos oindiferentes a quienes se inmola,cae por el bien mayor del hombre,la confirmación de la repúblicamoral de América, y la creaciónde un archipiélago libre donde lasnaciones respetuosas derramenlas riquezas que ha su paso hande caer sobre el crucero delmundo”. 41

Finalmente, el Manifiestode Montecristi contiene una evo-cación “a los magnánimos funda-dores, cuya labor renueva el paísagradecido” y la ratificaciónenfática de la identidad de la obrade dos generaciones y de la “uni-dad y solidez de la revolucióncubana”, como prueba de lo cual,firman dicho documento “el dele-gado del partido RevolucionarioCubano, creado para ordenar yauxiliar la guerra” y “el generalen jefe electo en él por todos losmiembros activos del ejércitolibertador”. 42

El mismo día 25, Martíescribió en Montecristi tres car-tas: a su madre, la tinerfeñaLeonor Pérez; a Henríquez yCarvajal; a Gonzalo de Quesada ya Benjamín J. Guerra; y a CarmenMiyares y a su hija María.Veamos algunos párrafos:

A su madre: “Usted seduele, en la cólera de su amor, delsacrificio de mi vida; ¿y por quénací de usted con una vida que

ama el sacrificio? Palabras, nopuedo. El deber de un hombre esestar allí donde es más útil. Peroconmigo va siempre, en mi cre-ciente y necesaria agonía, elrecuerdo de mi madre”. 43 AHenríquez y Carvajal: “De míespere la deposición absoluta ycontinua. Yo alzaré el mundo.Pero mi único deseo sería pegar-me allí, al último tronco, al últimopeleador: morir callado. Para mí,ya es hora. Pero aún puedo servira este único corazón de nuestrasrepúblicas. Las Antillas libressalvarán la independencia denuestra América y el honor esdudoso y lastimado de la Américainglesa, y acaso acelerarán y fija-rán el equilibrio del mundo…”.44 A Gonzalo de Quesada y aBenjamín Guerra: “Yo soy uncomino. Haré lo que mi tierra memande y jamás se podrá decir quela impedí por mi aspiración o micapricho”. 45 Y a CarmenMiyares de Mantilla y a su hijaMaría: “No tengo que mandarles,

más que los brazos”. 46

Unos días después, el 30de marzo, Martí compró la goletaBrothers a John Bastian, quien secomprometió a llevar la expedi-ción a Cuba.

Martí y Gómez regresan aCuba

El 1 de abril, el mismo díadel regreso del general AntonioMaceo, Martí y Gómez embarca-ron en la goleta Brothers, tripula-da por cuatro hombres. Les acom-pañaron: Francisco Borrero yÁngel Guerra, veteranos de lacampaña del 68, y los dominica-nos César Salas y Marcos delRosario. Antes de partir, Martíescribió a Gonzalo de Quesada sutestamento literario: “Ni ordenelos papeles, ni saque de ellos lite-raturas: todo eso está muerto, yno hay ahí nada digno de publica-ción, en prosa ni en verso: sonmeras notas… ¿Qué habré escri-to sin sangrar, ni pintado sin




Leonor Perez Cabrera

Gonzalo de Quesada

haber visto antes con mis ojos?...De Cuba ¿qué no habré escrito?Y ni una página me parece dignade ella: sólo lo que vamos a hacerme parece digno… En la cruzmurió el hombre un día: no se hade aprender a morir en la cruztodos los días”. 47

También escribió a su hijo, JoséMartí y Zayas Bazán: “Hijo: estanoche salgo para Cuba: salgo sinti, cuando debieras de estar a milado. Al salir, pienso en ti. Si des-aparezco en el camino, recibiráscon esta carta la leontina que usóen vida tu padre. Adiós, sé justo”.48

El día 2 la goleta llegó aGran Inagua, isla situada al nor-oeste de Montecristi, donde dosde los tripulantes se dieron debaja. Ante la baja de la tripula-ción, Martí logró que le capitánJohn Bastian le devolviera eldinero (400 pesos) por la goletaque había comprado para el tras-lado a Cuba. Tras este incidente,logró convencer a HeinrichLoewe, capitán del carguero ale-mán Nordtrand, para que llevasela expedición de forma clandesti-na hasta cerca de la Punta deMaisí, en el extremo oriental de laisla de Cuba.

El día 5 Martí y sus com-pañeros subieron a bordo delNordtrand con pasaportes falsoscon destino a Cabo Haitiano, adonde arribaron el día 6 y perma-necieron hasta embarcar haciaCuba. El día 9 escribió a su hijaMaría Mantilla: “Y si no me vuel-ves a ver, haz como el chiquitíncuando el entierro de Frank

Sorzano: pon un libro - el libroque te pido – sobre la sepultura.O sobre el pecho, porque ahíestaré enterrado yo si muerodonde no lo sepan los hombres.Trabaja. Un beso. Y espérame”.49 Y el día 10, el Nordtrand zarpóde cabo Haitiano con destino aInagua; y desde allí Martí envió aCarmen Miyares y a su hija Maríasu Diario hasta la fecha.

El día 11, el Nordtrandarribó Inagua. Martí compró allíun bote frutero que hizo subir alvapor alemán. Luego, zarparondefinitivamente hacia Cuba a las2 de la tarde y tres horas despuéslos expedicionarios avistaron porfin la costa cubana. Poco después,a las 6, el Nordtrand se detuvofrente a los acantilados de la costameridional de Baracoa, enOriente. Pese a la distancia,Martí, Gómez y sus cuatro com-pañeros fueron dejados en el boteen medio de un fuerte temporal.

Máximo Gómez escribió en su“Diario de Campaña” cómo erala situación mientras remaban:“Martí y César a proa, remanmuy mal, a la desesperada; perolos demás al centro; yo he aga-rrado el timón, que apenas loentiendo, que al fin se zafa y sepierde… La oscuridad es profun-da y el chubasco arrecia… LaProvidencia no nos desampara, elchubasco calma, la noche seaclara y la luna empieza a alzar-se en Oriente”.

Aquel día 11 de abril, a las10 de la noche, lograron por findesembarcar en La Playita, muni-cipio de Baracoa, al pie deCajobabo. Acto seguido se aden-traron y caminaron hacia las afue-ras de un poblado, donde durmie-ron a la intemperie.

El día 12, Martí, Gómez ysus compañeros de expediciónllegaron a una casa en Cajobal,siendo muy bien acogidos. De allípartieron con un muchacho lla-mado Secundino, que les sirvió deguía, hasta el monte de El Mesón.Allí un viejo cubano se negó adarles refugio en su casa y tuvie-ron que continuar a orillas delarroyo Cataré. Finalmente sonacogidos en la casa del cubanoGonzalo Leyva, tras una travesíade 11 kilómetros.

El día 13, Martí y suscompañeros salieron de la casa deGonzalo Leyva, y tras cruzar elrío Tacre llegaron a Sao deNagicial, siendo acompañadospor Fernando Leyva, hermano delanterior. El día 14, en la finca ElNagicial, se incorporó la guerrilla




Maria Mantilla Manigua

del baracoense Félix Ruenes.Martí y Gómez arengaron a aque-llos hombres, luego se dirigieronal rancho de Tavera y tras caminar14 kilómetros en aquella jornadallegaron a Vega Batea.

El día 15, MáximoGómez, tras conferenciar con susoficiales acompañantes, concedióa José Martí el nombramiento deMayor General. Aquel día Martíescribió su primera carta en Cubaa Gonzalo de Quesada y aBenjamín J. Guerra: “En Cubalibre les escribo, al romper el soldel 15 de abril, en una vega de losmontes de Baracoa… Hasta hoyno me he sentido hombre. He vivi-do avergonzado y arrastrando lacadena de mi patria toda mivida”. 50

El día 16 los expediciona-rios llegaron a la casa de JoséPineda, en El Jobo. 51 Más tarde,el día 18, orillaron el río Jojó;subieron a la loma de Pavano, unade las más altas de aquella zona; yllegaron a Palmarito, a 11 kilóme-tros. Al día siguiente vadearon elrío Guayabo y continuaron hastallegar a una legua de Imía, acam-pando cerca del alto de la Yaya, aorillas del río Yacabo.

El día 20, reanudaron lamarcha y llegaron a un palmar delpoblado de Palenque, a orillas delrío del mismo nombre, dondesupieron que tropas españolasestaban siguiendo su rastro; el día21 se dirigieron hacia SanAntonio, recibieron la noticia dela muerte del general FlorCrombet (ocurrida el día 10) yacamparon a orillas del río

Sabanamar; el día 23 llegaron a laloma Cabezada de los Ciguatos,donde establecieron su nuevocampamento; y el día 24 llegaronal rancho La Yuraguana, propie-dad de Valentín, el mayoral delingenio Santa Cecilia, tras reco-rrer 30 kilómetros por la maniguaespesa del monte Acosta.

El día 25, tras soportardurísimas marchas por riscos ydespeñaderos con armas y muni-ciones, se adentraron en la regiónde Guantánamo. Hacia las 11 dela mañana, escucharon numerososdisparos procedentes de ArroyoHondo. Resultó que los generalesJosé Maceo (hermano deAntonio) y Periquito Pérez,sabiendo que Martí y Gómezhabían desembarcado y se dirigí-an hacia Arroyo Hondo, partieronhacia allí con sus tropas para dar-les protección. Una vez en ArroyoHondo las fuerzas de AntonioMaceo entablaron combate conuna columna al mando del coro-nel Juan Copello y Codevilla, pri-mer jefe del Regimiento deInfantería de Simancas nº 64.

La columna española fuederrotada y tras sufrir numerosasbajas se replegó haciaGuantánamo, siendo perseguidapor aquellas tropas mambisas. 52

Luego, por la tarde, los expedi-cionarios se encontraron por elcamino al general José Maceo y asus hombres. Gómez le presentó aMartí y aquel general musculoso,quien llevado por su entusiasmo,lo cargó en brazos y le regaló elcorcel blanco que montará hastasu muerte. Después, Martí ayudó

a curar a los heridos; y finalmen-te partió con sus compañeros yllegó a orillas del río Jatibo, pro-siguiendo hasta la finca Malabé.

El día 26 llegaron aIguanabo, a 11 kilómetros. Martíy Gómez redactaron tres circula-res: una “A los Jefes”, en la queordenaron que las propuestas desumisión que se reciban delgobierno español sean persegui-das y severamente castigadas;otra, abierta, instando a que elcampesinado proporcionara suayuda al llamado EjércitoLibertador; y la otra, “A loshacendados”, pidiendo tambiénsu colaboración en la guerra.

El día 27 arriban a VueltaCorta, a sólo 4 kilómetros; y eldía 28, Martí arengó a las tropas yrealizó trabajos de organizaciónde la guerra. Desde entonces, losexpedicionarios intentaron infruc-tuosamente reunirse con el gene-ral Antonio Maceo. Aquel día,Martí redactó la Circular Políticade la Guerra, que nos recuerda la




Maximo Gómez y Marti

“guerra amorosa” que propugna-ba en el Manifiesto deMontecristi: “La guerra debe sersinceramente generosa, libre detodo acto de violencia innecesa-ria contra personas y propieda-des, y de toda demostración deodio al español… Todos los actosde (la Revolución) deben ir inspi-rados en el pensamiento de dar laconfianza de que podrá vivirtranquilo en Cuba, después de lapaz”. 53 Y a W. Kirpatrick leescribió: “No hay hombres quesean más agradecidos que loscubanos. Un favor a nuestracausa es una deuda personalpara ser pagada totalmente porcada uno de nosotros”. 54

El día 30 Martí escribió aGonzalo de Quesada y aBenjamín J. Guerra: “Ya no hayFlor (se refiere al general FlorCrombet, muerto en combate), 55

de un balazo en el pecho… Conmimo más que con cariño trata elDelegado (del PartidoRevolucionario Cubano, él) alGeneral en Jefe (Gómez), y elhombre al hombre, que es el deunir representantes de todas lasmasas cubanas alzadas para queellos, sin considerarse totales nidefinitivos, ni cerrar el paso a losque han de venir, den a laRevolución formas breves ysolemnes de república y viables…acaso el gobierno se pueda com-poner de modo que reúna diver-sas personas, y unidad de direc-ción en su forma primera lo queél y los sucesos en sacar máspaís, y todas las fuerzas revolu-

cionarias a la revolución”. 56

El 1 de mayo, los expedi-cionarios pasaron por Fontana yel cafetal Kentucky, cortaron lalínea telefónica, hicieron un brevedescanso, continuaron por laregión de Ti Arriba y acamparonen la finca Leonor, situada en loalto de Santa María (o Leonor),no lejos del mencionado cafetal.Aquel día llegó George EugenBryson, corresponsal del diarioNew York Herald, quien entrevis-tó a Martí hasta las 3 de la madru-gada. También Martí empezó aescribir su “Carta de los líderescubanos” al editor de dichoperiódico; aunque no se publicaráhasta el mismo día de su muerte:“Nada piden los cubanos almundo, sino el conocimiento yrespeto de su sacrificio; y dan aluniverso su sangre… A los pue-blos de la América española nopedimos aquí ayuda, porque fir-mará su deshonra aquel que nosla niegue”. 57 Dicha “Carta” fueel famoso manifiesto con el queMartí expuso al pueblo norteame-ricano cuáles eran los motivos dela Revolución.

El día 3 acamparon en la

finca Las Mercedes, en Jarahueca,un cercano cafetal donde recibie-ron la visita de su dueño, el coro-nel Benigno Ferié. Allí Martí ter-minó su “Carta de los líderescubanos”, que firmó con Gómez,y entregó el documento a Bryson.Por otra parte, escribió al generalAntonio Maceo: “Ante laAsamblea depondré, ya en estanueva forma, la autoridad queante ella cesa”. 58

El día 4, víspera delencuentro de La Mejorana, elcorresponsal Bryson se marchó; yluego, Martí y Gómez asistieronal Consejo de Guerra contra elbandolero Pilar Masabó, quehabía violado y robado, y por talmotivo se le juzgaba como traidoral ejército mambí. 59 Mientrasque Goméz declaró con firmezaque no le quería en sus filas, por-que no admitía a soldados que lessobrara valor y les faltara digni-dad, Martí pidió clemencia paraél. Al final fue ejecutado ante unpelotón de fusilamiento.

La entrevista de La Mejorana

El 5 de mayo de 1895,Antonio Maceo citó a MáximoGómez y a Martí a las 12 delmediodía en la localidad deBocucy, por lo que éstos tomaronel camino de Zamora. Pero comoles resultaba imposible llegar conpuntualidad, enviaron aviso aMaceo para que les aguardara ensu campamento, ubicado cerca enun ingenio en ruinas llamado LaMejorana. Maceo decidió enton-ces no esperarlos y salió a su




Jose Martí

encuentro, que se produjo en elcamino a La Yaya, a 14 kilóme-tros, marchando después todos almencionado ingenio, situado aotros 10 kilómetros y en las proxi-midades del pueblo Dos Caminosde San Luis. Allí, en LaMejorana, los tres jefes principa-les de la Revolución celebraronsu primera y polémica entrevista,en la que trataron los planes de laguerra.

Roberto López Goldarásentrevistó en 1948 a Ramón

Garriga, ayudante de MáximoGómez, quien describió así ellugar: “La entrevista se desarro-lló en la casa de la colonia decaña, la casa de don GermánÁlvarez. Sólo participaron en ellaMartí, Gómez y Maceo (detallemuy importante, como veremos).Ellos estaban en el aposento, enla sala. La casa era amplia concuatro habitaciones. Un hermosopatio al fondo, donde había unframboyán. A la sombra delmismo tuvo lugar después unacomida de un grupo de oficialesde los Estados Mayores… unas18 personas”. 60

Martí apuntó en su

“Diario” todos los detalles de laentrevista:

“… Vamos con toda lafuerza. De pronto, unos jinetes.Maceo, con un caballo dorado,en traje de holanda gris: ya tieneplata la silla, airosa y con estre-llas. Salió a buscarnos, porquetiene a su gente de marcha; elingenio cercano, a Mejorana, vaMaspon a que adelanten almuer-zo para cien. El ingenio nos vecomo de fiesta: a criados y traba-jadores se les ve el gozo y laadmiración: el amo, ancianocolorado y de patillas, de jipijapa61 y pie pequeño, trae vermouth,tabacos, ron malvasía. “Matentres, cinco, diez, catorce galli-nas”. De seno abierto y chanche-tas viene una mujer a ofrecernosaguardiente verde, de yerbas:otra trae ron puro. Va y viene elgentío”.

Pero escribe a continua-ción:

“De ayudante de Maceolleva y trae, ágil y verdoso,Castro Palomino. Maceo y G.(Gómez) 62 hablan bajo, cerca demí: me llaman a poco, allí en elportal: que Maceo tiene otro pen-samiento de gobierno: una juntade generales con mando, por susrepresentantes, y una SecretaríaGeneral: la patria, pues, y todoslos oficios de ella, que crea yanima el ejército, comoSecretaría de Ejército. Nos vamosa un cuarto a hablar. No puedodesenredarle a Maceo la conver-sación: “¿pero usted se quedaconmigo o se va con Gómez?”. Yme habla, cortándome las pala-

bras, como si fuese yo la conti-nuación del gobierno leguleyo, ysu representante. Lo veo herido“lo quiero - me dice – menos delo que lo quería” por su reduc-ción a Flor (Crombet) en elencargo de la expedición, y gastode sus dineros. Insisto en depo-nerme ante los representantes quese reúna a elegir gobierno. Noquiere que cada jefe de operacio-nes mande el suyo, nacido de sufuerza: él mandará los cuatro deOriente: “dentro de quince díasestarán con usted y serán gentesque no me las puedan enredarallá el doctor Martí”.

Tal como anotó Martí ensu “Diario”, Maceo y Gómezquerían que dimitiera comoDelegado del PartidoRevolucionario Cubano y que seformara un gobierno militar queno se supeditara a ningún gobier-no civil, quedando el propioMaceo al frente de los cuatro ejér-citos de Oriente y Gómez deGeneral Jefe de todo el llamado




Playa donde desembarcó Martí en 1895

Ejército Libertador. ContinuóMartí escribiendo:

“En la mesa, opulenta ypremiosa, de gallina y lechón,vuélvese el asunto: me hiere, y merepugna: comprendo que he desacudir el cargo, con que meintenta marcar, de defensor ciu-dadanesco de las trabas hos-tiles al movimiento militar.Mantengo, rudo: el Ejército,libre, y el país, como país ycon toda su dignidad repre-sentado. Muestro mi descon-tento de semejante indiscretay forzada conversación, amesa abierta, en la prisa deMaceo por partir. Que se vaa hacer la noche sobreCuba, y ha de andar seishoras. Allí cerca están susfuerzas: pero no nos lleva averlas: las fuerzas reunidasde Oriente: Rabí, de Jiguaní,Busto, de Cuba (Santiago deCuba), las de José (Maceo)que trajimos”.

Las conversacioneshabían terminado y Martí conclu-ye en su “Diario” sus anotacio-nes de aquel histórico día 5 demayo de 1895:

“A caballo, adiós rápido.“Por ahí se van ustedes”, y segui-mos, con la escolta mohína; yaentrada la tarde, sin los asisten-tes, que quedaron con José(Maceo), sin rumbo cierto, a ungalpón del camino, donde no des-ensillamos. Van por los asisten-tes: seguimos, a otro rancho fan-goso, fuera de los campamentos,abierto a ataque. Por carnemanda G. (Gómez) al campo de

José (Maceo): la traen los asis-tentes. Y así, como echados, y conideas tristes, dormimos”. 63

Aquella entrevista de LaMejorana se había efectuado sinacuerdo previo sobre los asuntosa tratar. Pese al regocijo inicialdel encuentro y al disfrute de un

almuerzo abundante y muyameno, los primeros resultados nofueron halagüeños en modo algu-no.

Martí expuso la necesidadurgente de reunir en asamblea a larepresentación del pueblo enarmas y dar forma republicana ala Revolución. Pero Maceo, talcomo Martí señala en su“Diario”, le rebatió expresandosu gran temor al predominio deorganismos civiles durante la gue-rra y que era partidario de que secreara un gobierno militar forma-do por “una junta de generales

con mando, por sus representan-tes, y una secretaría general”.

En definitiva, se produjoel enfrentamiento de José Martícon Máximo Gómez y AntonioMaceo, su lugarteniente y elgeneral de mayor prestigio delejército cubano. Ambos generales

se opusieron a la convoca-toria de elecciones y alsometimiento del podermilitar al poder civil, talcomo había ocurrido en lapasada Guerra de los DiezAños. Se trató de la defen-sa por ambas partes de dosformas antagónicas deconducirse en plena gue-rra: la de dos generales,partidarios de una junta degenerales y que no esta-ban dispuestos a obedeceral poder civil, considerán-dolo como un estorbopara alcanzar la victoria; yla del político, partidariode una asamblea demo-crática y que exigía el que

todos los asuntos cubanos teníanque estar dirigidos por un gobier-no civil y no por uno de caráctermilitar, lo que significaba elsometimiento del Ejército a dichogobierno que era la representa-ción del Pueblo, libre y soberano.

Pero también convienedestacar que ha escrito verdade-ros ríos de tinta sobre este enfren-tamiento. Se ha llegado a asegurarde forma categórica que Maceoinsultó a Martí llamándole cobar-de y “Capitán Araña”. Peroconociendo el respeto que Maceoobservó siempre hacia Martí (lo




General en Jefe Máximo Gómez

mismo que Gómez),no parece en modoalguno creíble aunquese trate de una leyen-da que ha sido acepta-da por la mayoría delos historiadorescubanos. Convienerecordar que quien lodivulgó fue el generalJesús Rabí, incondi-cional de Maceo, quepermaneció acampado con susfuerzas de Jiguaní en las tierrasdel ingenio, pero que no estuvopresente aquella reunión de LaMejorana porque como manifestóRamón Garriga (ayudante deGómez y por tanto un excelentetestigo) a Roberto LópezGoldarás en 1948, en ella sóloparticiparon tres personas y apuerta cerrada: Gómez, Maceo yMartí.

Al margen de esta leyendacreada por el general Jesús Rabí,partidario fanático del generalAntonio Maceo, otra cosa muydistinta y que no admite ningúngénero de duda es que Maceoestaba muy resentido con Martíporque le había pedido un mayorapoyo económico para la tan pre-caria expedición que le llevaríadesde Costa Rica a Cuba (igno-rando la escasez de recursos) y,sobre todo, porque Martí le habíadado la dirección de la expedicióna Flor Crombet y no a él. Estosegundo fue demasiado para suelevado orgullo.

Después de la entrevistade La Mejorana, Antonio Maceodejó de pedir instrucciones a

Máximo Gómez, pesea ser su superior. Talfue así que Gómez nodejó de intentar restau-rar su autoridad yatraérsele; como porejemplo, en la poste-rior Asamblea deJ i m a g u a y ú(Camagüey), celebra-da en el mes de sep-tiembre del mismo

año, 64 cuando al arengar a lastropas quiso enaltecer la figuradel general Antonio Maceodiciendo: “La Revolución sólo hacontado hasta ahora con tresgrandes acontecimientos: el pri-mero, el combate de Peralejo; 65

el segundo, el desembarco de laexpedición a los generalesSánchez y Roloff; el tercero, laAsamblea de Jimaguayú que hacreado el Gobierno de Cuba”. 66

También después de aque-lla reunión, la relación de Gómezy Martí se fue enfriando cada vezmás. El propio Martí, muy dolidopor este cambio de actitud deGómez, el 9 de mayo escribirá ensu “Diario” con amargura y pre-ocupación: “Me sorprende, aquícomo en todas partes, el cariñoque se nos muestra, y la unidaddel alma, a que no se permitirácondensación, y a la que se des-conocerá, y de la que se prescin-dirá, con daño, o por lo menos eldaño que demora, de la revolu-ción, en su primer año de ímpetu.El espíritu que sembré, es el queha cundido, y el de la isla, y conél, y guía conforme a él, triunfarí-

amos brevemente, y con mejorvictoria, y para paz mejor. Preveoque, por cierto tiempo al menos,se divorciará del encanto y gusto,y poder de vencer de ese consor-cio natural, se le robará el bene-ficio de esa conjunción entre laactividad de estas fuerzas revolu-cionarias y el espíritu que lasanima. Un detalle: presidente mehan llamado, desde mi entrada enel campo, las fuerzas todas, apesar de mi pública repulsa, y acada campo que llego, el respetorenace, y cierto suave entusiasmodel general cariño, y muestras delgoce de la gente en mi presencia ysencillez. Y al acercarse hoy uno:presidente y sonreír yo (Gómezdijo): “No me le digan a Martípresidente: díganle general: élviene aquí como general: no me

le digan presidente”. “¿Y quiénsostiene el impulso de la gente,general?”, le dice Miró: “eso lesnace del corazón a todos”.“Bueno: pero él no es presidentetodavía: es el delegado”. Callabayo, y anoté el embarazo y des-agrado en todos, y en algunoscomo el agravio”. 67

Un aspecto muy impor-tante y esencial, que nos permiti-rá explicar el misterio de la insó-lita muerte de Martí en el comba-




Carta de Martí

te de Dos Ríos, fue que en aquellaentrevista de La Mejorana, cuan-do Gómez y Maceo intentaronhacerle ver que su mayor contri-bución a la Revolución consistíaen quedarse en los EstadosUnidos para defender los dere-chos de beligerancia ante elgobierno de Grover Cleveland,Martí les dio la razón, pero no sinantes haber participado al menosen un combate. Tal exigencia deMartí se debió a que él queríarecibir el bautismo de fuego parademostrar a todos que no sólopronunciaba discursos y hacíaescritos animando a los cubanospara ir a la guerra, sino que tam-bién era un convencido que lleva-ba a la práctica lo que predicaba.Además, pensaba que sólo asínadie podría echarle en cara queera un cobarde o que jamás habíaarriesgado la vida en el campo debatalla como hacían los soldados.Como dice Homero en la Ilíada:“Las palabras conmueven, peroel ejemplo arrastra”. Tal conven-cimiento de Martí fue lo que leconducirá unos días más tarde amorir en Dos Ríos.

En La Mejorana se acordóel plan de campaña. Se trazó lafutura marcha de la campañamilitar, acordándose llevar acabo, cuanto antes, la invasióndesde Oriente hasta Occidente;Martí fue reconocido como jefesupremo de la Revolución yGómez como general en jefe; ytambién se convino la reunión dedelegados de todas las fuerzasinsurrectas cubanas. Por otraparte, Martí y Gómez acordaron

seguir la marcha hacia el oeste endirección a Camagüey, donde seproponían encender laRevolución, y encontrarse por elcamino al general Masó. En cuan-to a Maceo, su misión sería enton-ces emprender operaciones mili-tares muy activas para atraer laatención de las tropas españolas yasí evitar el que Gómez y Martípudieran ser atacados y caer pri-sioneros. 68

De camino hacia Camagüey,antes de llegar a Dos Ríos

Al día siguiente, 6 demayo, volvieron a reunirse lostres jefes de forma fortuita.Sucedió que Gómez y Martí en sumarcha pasaron por Banabacoa,sin saber que Maceo estaba allíacampado. Un joven periodistapartidario de la causa indepen-




Fortificación al Norte de Santiago

dentista escribió una breve cróni-ca sobre este encuentro, por laque se sabe lo que aconteció.Según esta crónica, Maceo lesrecibió con gran alegría y ambospasaron revista a unos 2.000 hom-bres; y además, ambos fueronvitoreados por el propio Maceo. Acontinuación, Martí pronunció undiscurso ante las tropas, que fueseguido por todos “con adora-ción bíblica, con fanatismo deidólatras”. Luego, los tres con-versaron brevemente a caballosobre “el giro que habían detomar las primeras operacionesen Oriente y en el Príncipe(Camagüey)”. Finalmente, trasabrazarse con efusión en presen-cia de las tropas, Martí y Gómezreemprendieron su marcha haciael oeste. Como ambos llevabanuna escolta muy pequeña (unos60 hombres), a pesar de sus ran-gos, Mariano Corona, uno de losayudantes de Maceo, le preguntó:- “General, ¿cómo es que elgeneral Gómez va hastaCamagüey con tan poca fuerza?

Maceo se volvió hacia suayudante y le contestó con unafrase que será celebre:- “El general Gómez lleva consi-go un gran ejército: su estrate-gia”.

Es más que posible que larazón por la que llevaron tan esca-sa escolta fue el propio resenti-miento que albergaba Maceohacia Martí por la forma y las cir-cunstancias en que se desarrollóla expedición que desde CostaRica le llevó a Cuba, como quedóantes reseñado, y quizás tuvo

mucho que ver el enfrentamientoen La Mejorana, porque tambiéna partir de entonces su relacióncon Gómez fue inexistente en lapráctica.

La jornada del día 6 termi-nó en Jagua, a 20 kilómetros deLa Mejorana, donde acamparonlos expedicionarios. Martí fue allíentrevistado por William ShawBowen, corresponsal del diarioNew York World, al que dijo: “Losnobles patriotas de la raza decolor se están levantando enarmas por todas partes… Nopodemos aceptar que la guerra selimite a ellos. Hay muchos blan-cos en la manigua, pero su núme-ro no se acerca al de los soldados

de color de la República”. 69

El día 7 partieron de Jaguapor el camino de Bajaragua y elde Palama hacia Holguín.Llegaron después a las sabanas dePinalito, Bío y por fin a la de Hatodel Medio, donde se encontraroncon las fuerzas de QuintínBanderas. Allí acamparon todos.Al día siguiente, Martí redactó lacircular “A los cubanos deHolguín”, que firmó ÁngelGuerra, por la que instó a lapoblación holguinera a que seuniera a la lucha.

El día 9, se despidieron deQuintín Bandera y pasaron cercade Los Mangos de Baraguá,donde en 1879 se inició la GuerraChiquita 70 Tras cruzar el ríoCauto se encontraron con JoséMiró al frente de sus fuerzas hol-guineras, y finalmente acamparonpara pernoctar en casa de ManuelVenero, en Altagracia, tras reco-rrer 24 kilómetros.

El día 10, partieron deAltagracia y se dirigieron haciaTravesía, situada a 20 kilómetros.Una vez allí, continuaron su mar-cha hacia Jiguaní con el propósitode reunirse con el general Masó,antes de tomar la ruta haciaCamagüey. Se les unieron 12hombres del campamentoTravesía. Los mambises empeza-ron a llamar “Presidente” a Martíy Gómez protestó por ello.

Finalmente, el día 12 demayo, al mediodía, entraron enlos campos de Dos Ríos y llega-ron a Vuelta Grande, atravesandoBoca de Dos Ríos. Ese día, Martíredactó una circular “A los Jefes yOficiales de la Comarca deJiguaní”.

Trece días después de laentrevista de La Mejorana tuvolugar el combate de Dos Ríos, enel que Martí murió. Antes de tra-tar sobre el combate y reconstruirlos hechos de aquel 19 de mayo,veamos a continuación algunasversiones sobre su muerte.

II. ALGUNAS VERSIONESSOBRE LA MUERTE DEMARTÍ




Captura de los alzados en el Escambray

Primera versión: José Martí“traiciona” a la Revolución alintentar negociar con el capitángeneral Arsenio MartínezCampos

Esta versión aparece refle-jada en la documentación militarespañola correspondiente a losdías anteriores al combate de DosRíos. Se presupone que Martí, porlos motivos que fuesen,abandonó por su cuenta elcampamento cubano de laVuelta Grande con el fin deentrevistarse con el generalde división español JuanSalcedo y Mantilla de losRíos y escuchar las ofertasde autonomía para Cubaque habría de ofrecerle ennombre del capitán generalMartínez Campos. Cuandose dirigía al campamentoespañol situado cerca deDos Ríos, los centinelas le dispa-raron sin saber quién era y cuálera su propósito, que no era otroque firmar un nuevo “Pacto delZanjón” análogo al de 1878 acambio de una autonomía razona-ble para Cuba.71

En realidad, esta versiónformó parte de una intensa propa-ganda de guerra dirigida especial-mente a confundir y a desmorali-zar al enemigo cubano, ya quepresentó a Martí como un “trai-dor” a la causa independentista.Baste recordar que para los mam-bises, en aquellos días, el merohecho de hablar con militaresespañoles o con autonomistas eraun acto de “alta traición” y se cas-

tigaba con el fusilamiento. 72

Segunda versión: Martí se sui-cida heroicamente

Es cierto que la idea del“suicidio heroico” estuvo siemprepresente en la mente de Martí a lolargo de su vida. Pero los sucesosde La Mejorana no pudieron pro-vocarlo, porque quería demostrar

a todos que no sólo era capaz dearengar a las tropas mambisas,sino que también podía combatircomo un hombre. Precisamentepor eso, en la entrevista de LaMejorana convino que regresaríaa Estados Unidos cuanto antespara luchar por los derechos debeligerancia ante el Gobiernonorteamericano de GroverCleveland, pero que no abandona-ría Cuba sin antes haber recibidoel bautismo de fuego.

Martí no sabía combatir,algo lógico en alguien que jamáshabía recibido instrucción militaralguna; y además, a través de su“Epistolario”, sabemos que eraconsciente de que podría perder la

vida en combate. También lo erade que podría hacer mucho máspor la independencia de Cuba enEstados Unidos que en un campode batalla, donde resultaba unestorbo para todos. Si Martí sehabía entregado en cuerpo y almaa una causa por la que aún teníatanto por hacer, ¿qué sentido ten-dría su suicidio? Además, aún enel caso de admitir que tuviera

realmente tendencias suici-das y no “literarias”, su“suicidio heroico” se hubie-ra producido una vez quehubiera terminado la guerray se hubiera instaurado laRepública de Cuba.

También se ha planteadoque en el transcurso delcombate Martí se vio rodea-do por el enemigo y prefirióla muerte antes de caer pri-sionero. Es decir, que seprodujo de forma análoga al

suicidio del depuesto presidentede la República en armas, CarlosManuel de Céspedes, el 27 defebrero de 1874 en San Lorenzo;o el intento de suicidio del gene-ral Calixto García en 1869.

La teoría del “suicidioheroico” siempre ha tenidomuchos seguidores, sobre todoporque la idea del suicidio estuvosiempre presente a lo largo de suvida (aunque sólo fuera como unaimagen literaria y tan propia delromanticismo). Pero si bien elsuicidio heroico resulta muchomás comprensible que el casoanterior, el conocimiento de cómose produjo el combate y de larazón por la que Martí se quedó




Recreación sobre la muerte de Martí

solo ante el enemigo nos permitendescartar tal posibilidad.

Tercera versión: Martí marchao huye al extranjero

Esta versión se basa enque Martí, muy presionado porMáximo Gómez y AntonioMaceo, había decidido marchar ohuir al extranjero; y cuando partiódel campamento de la VueltaGrande, se extravió por descono-cer el terreno y no llevar ningúnpráctico, y por azar del Destino,

fue precisa-mente a darante lac o l u m n aespañola delcoronel JoséXiménez deSandoval.

En las primeras diligen-cias judiciales realizadas al morirMartí, se levantó acta de todas suspertenencias, entre las que figura-ba un nombramiento de laCámara de Representantes. Peroaunque se había enfrentado a losgenerales Gómez y Maceo en LaMejorana, como vimos, nadiepuede dudar que Gómez siemprele estimó y le profesó una granadmiración y respeto; y prueba deello es que durante muchos añoslloró amargamente por su muertey sobre todo por no haber podidosalvarle. De ahí que resulte impo-sible pensar que Máximo Gómezpermitiera su nueva marcha alexilio, sin escolta ni prácticos,dejándole expuesto a ser matadoo hecho prisionero por el enemi-

go.Por otra parte, Martí

jamás hubiera sido tan insensatode ir sin ningún práctico y sinescolta a través de un territoriotan peligroso por la presenciamilitar española.

Cuarta versión: La visión delcombate reproducida por laprensa en 1895

Según creemos, RafaelGuerrero fue el primero en dar aconocer extensamente cómo tuvolugar del famoso combate de DosRíos. Lo hizo a través de su obra“Crónica de la Guerra de Cuba”,publicada en Barcelona en elmismo año del suceso.

Guerrero explica el com-bate con los datos que le facilita-ron los corresponsales de guerraacreditados en La Habana y enNueva York; es decir, periodistasque no presenciaban ningún com-bate y sólo se limitaban a escribirlo que les contaban o se imagina-ban. Con todo, se trata de unaobra muy importante por losnumerosos documentos que apor-ta; y aunque su descripción deta-llada del combate resulta muyemotiva e incluso preciosa, enrealidad carece del mínimo rigorhistórico. Tal es así que llega adecir, por ejemplo, que el comba-te duró hora y media, e inclusoque entre los mambises (a los quellama “filibusteros”) 73 combatíaMartí al lado de Máximo Gómez.

Según esta versión, en eltranscurso del combate, el prácti-co cubano Antonio Oliva levantó

su rifle y disparó con precisióncertera, hiriendo mortalmente aMartí en medio del pecho y derri-bándole del caballo.74 Acto segui-do, los mambises se arremolina-ron en derredor de Martí y Gómezlo defendió a machetazos, hirien-do en una mano a un soldadoespañol y resultando herido degravedad en el cuello, por lo quetuvo que ser trasladado por lossuyos. Finalmente, los cubanosabandonaron el cadáver de Martíante una formidable carga a labayoneta de los españoles con elcoronel José Ximénez Sandovalal frente, sable en mano. Porsupuesto, tal cúmulo de erroresratifica el que se trata de un com-bate imaginario; no obstante, estaversión de Rafael Guerrero hasido tomada de forma parcial oíntegra por la mayoría de los his-toriadores. 75

III. DOS RÍOS: EL ESCENA-RIO DEL COMBATE

Para la reconstrucción delcombate de Dos Ríos, acontecidoel 19 de mayo de 1895, hemosempleado fuentes cubanas y espa-ñolas. Concretamente, los testi-monios de testigos presenciales;los “diarios de campaña”; lasdeclaraciones de Enrique Loynazdel Castillo en su ponencia quepresentó en el Congreso deEscritores Martianos, celebradoen La Habana del 20 al 27 demayo de 1953 con motivo delcentenario del nacimiento deMartí; y los estudios muy detalla-dos que en 1922 realizó una




Comisión de Historia creada porla Academia de la Historia deCuba, cuando todavía vivíanalgunos testigos y aún se podíainvestigar sobre un terreno queconservaba las pruebas de cómofue en realidad este combate tanfamoso como polémico para loscubanos. Antes proceder al análi-sis del combate y de la muerte deMartí, creemos menester describirprimero el escenario bélico, estoes, Dos Ríos.

Dos Ríos es una vasta lla-nura de varios kilómetros cubier-ta de pasto y con un gran monte.Allí se halla la confluencia de losríos Contramaestre y Cauto, sien-do el segundo el más largo deCuba. Por entonces había variasfincas con algunas viviendas, delas que aquí sólo citaremos tresporque son las que verdadera-mente nos interesan: La Jatía, LaBija y la Vuelta Grande. Peroretrocedamos ahora a la marchade José Martí y Máximo Gómez,que tratamos en los antecedentes.

Martí, Gómez y unos 60mambises, en su marcha e caballohacia el interior de la Isla, trascruzar los términos de Santiagode Cuba y Holguín, se dirigierona la jurisdicción de Jiguaní parareunirse con el general Bartolomé

Masó, antes de tomar la ruta haciaCamagüey para llevar allí laRevolución. Iban asimismoacompañados por 12 hombres delcampamento Travesía cuando el12 de mayo, al mediodía, llegarona los campos de Dos Ríos.

El general Masó, quesabía que Martí y Gómez habíandesembarcado el día 11 de abrilen Playita de Cajobabo, habíapartido a su vez en su búsqueda.Se habían incorporado a su tropalas fuerzas que estaban al mandode los coroneles Esteban Tamayo,Joaquín Estrada y Masó Parra, asícomo las del teniente coronelAmador Guerra. En realidad,Masó ignoraba que tambiénGómez y Martí le andaban bus-cando, y cuando supo que sehallaban en Hato del Medio, sedirigió directamente hacia allí,aunque no los encontró porque yase habían ido. 76 Las noticiasdudosas y las órdenes contradic-torias fueron las que retrasaron elencuentro.

La Jatía

Los expedicionariosentraron en Dos Ríos por la fincaLa Jatía y acamparon en unaamplia casa de cedro abandonada,propiedad del español AgustínMayán, y que disponía de uncorredor de zinc. Martí recoge ensu “Diario” que aquellos hom-bres estaban desmoralizados por-que, tras la entrevista de LaMejorana, el general AntonioMaceo no les había proporciona-do una escolta apropiada de

acuerdo con sus rangos y catego-rías, a pesar de contar con unos3.000 hombres; y además, paracolmo, Máximo Gómez no habíahecho nada al respecto.

En aquella casa se dedica-ron especialmente a labores decorrespondencia, escribiendo car-tas a Camagüey; y a los generalesBartolomé Masó, Antonio Maceoy Rafael Portuondo Tamayo.También escribieron una“Circular a los Jefes y Oficialesde la comarca de Jiguaní”.

Cerca de aquella casaabandonada había otra ocupadapor su dueño, el prefecto JoséRosalía Pacheco, casado con unaandaluza llamada Modesta, quienprestó importantes servicios a losexpedicionarios. En esta finca seencontraba el gran bosque quehabía en esta llanura de Dos Ríos.

La Bija

El día 13 de mayo, al ama-necer, la comitiva partió a caballohacia una finca que tenía pornombre La Bija (o Las Bijas),situada un poco más al Norte quela anterior. Se trataba de un lugarmenos abierto ante un posible ata-que del enemigo. La acampada serealizó en la casa de RafaelPacheco (hermano del prefecto),ubicada en las cercanías de laconfluencia de los ríosContramaestre y Cauto y muypróxima al vado del primero. Allídecidieron esperar la llegada delgeneral Masó, que desde la juris-dicción de santiago de Cuba sedirigía con rapidez a su encuen-




Combate de Dos Rios

tro. 77

El día 17, el generalMáximo Gómez partió con unos40 hombres en busca de un con-voy militar español para tenderleuna emboscada. Según informa-ciones recibidas, dicho convoyhabía partido de Palma Sorianopara avituallar diversos puestosmilitares hasta las Ventas deCasanova, y que con toda seguri-dad pasaría cerca de aquel lugar.Martí se quedó mientras tanto tra-bajando y encargado del campa-mento con unos 20 hombres,entre ellos, los ayudantes deGómez Augusto Feria y RamónGarriga.

El día 18, el generalBartolomé Masó llegó al campa-mento de La Bija con 300 solda-dos de Caballería, sorprendiendoa Martí mientras escribía aManuel Mercado. Entre las mues-tras de júbilo de los mambises,Masó y Martí se fundieron en unabrazo; no obstante, Martí explicóa Masó su deseo de corresponderal día siguiente para así esperar elregreso de Gómez. Tal actitud deMartí viene explicada por susrelaciones con Gómez, cada vezmás frías y distantes, y porqueconocía muy bien su carácter difí-cil, a veces muy violento; esdecir, quiso evitar cualquier sus-ceptibilidad por parte de Gómez,al no estar presente en el recibi-miento oficial a Masó.

Aquella famosa carta deJosé Martí a su amigo mejicanoManuel Mercado quedará parasiempre inconclusa, al morir aldía siguiente, y fue una de las más

importantes de su epistolario, sino fue la que más:

“Yo estoy todos los díasen peligro de dar la vida por mipaís y por mi deber - puesto quelo entiendo y tengo ánimos con

qué realizarlo – de impedir atiempo, con la independencia deCuba, que se extiendan por lasAntillas los Estados Unidos y cai-gan, con esa fuerza más, sobrenuestras tierras de América.Cuando hice hasta hoy, y haré, espara eso. En silencio ha tenidoque ser, y como indirectamente,porque hay cosas que paralograrlas han de quedar ocultas,y de proclamarse en lo que son,levantarían dificultades demasia-do recias para alcanzar sobreellas el fin. Las mismas obligacio-nes menores y públicas de lospueblos - como ése de usted y mío-, más vitalmente interesados enimpedir que en Cuba se abra, porla anexión de los imperialistas deallá y los españoles, el camino,que se ha de cegar, y con nuestrasangre estamos cegando, de laanexión de los pueblos de nuestraAmérica del Norte revuelto y bru-tal que los desprecia, les habríanimpedido la adhesión ostensible y

ayuda patente a este sacrificioque se hace en bien inmediato deellos. Viví en el monstruo y leconozco las entrañas; y mi hondaes la de David… Bryson me contósu conversación con MartínezCampos, al fin de la cual le dio aentender éste que sin duda llega-da la hora, España preferiríaentenderse con los EstadosUnidos a rendir la isla a los cuba-nos… Y México, ¿no hallarámodo sagaz, efectivo e inmediatode auxiliar a tiempo, a quien lodefiende? Sí lo hallará, o se lohallaré… La revolución deseaplena libertad en el ejército, sinlas trabas que antes le opuso unaCámara sin sanción real, o la desuspicacia de una juventud celosade su republicanismo, o los celosy temores de excesiva prominen-cia futura, de un caudillo punti-lloso, o previsor… En mí, sólodefenderé lo que tenga yo porgarantía o servicio de la revolu-ción. Sé desaparecer. Pero nodesaparecería mi pensamiento, nime agriaría mi oscuridad”. 78

La Vuelta Grande

En la madrugada del día19, los expedicionarios y la caba-llería de Masó vadearon elContramaestre y se dirigieron auna finca llamada La VueltaGrande, situada a 7,7 kilómetrosde La Bija. Esta marcha se debióa varios factores:La caballería del general Masóvenía agotada, necesitaba un des-canso y allí había pasto abundan-te.




Carta de Marti invitando a tomar parte enla guerra.

Había una gran casa de madera yla finca reunía mejores condicio-nes para una concentración detropas.Su situación estratégica era exce-lente para repeler un ataque ines-perado del enemigo.

Precisamente de esta fincapartiría la carga de la caballeríamambisa en la que perdería lavida José Martí aquel mismo día.

Como curiosidad podría-mos añadir que Martí, Gómez ysus compañeros habían recorrido375 kilómetros desde su desem-barco en Playita de Cajobabohasta La Vuelta Grande, de loscuales 161 kilómetros los habíanhecho a pie hasta Arroyo Hondo,y el resto a caballo. Habían reali-zado dicho recorrido en 38 días yse habían establecido en 25 cam-pamentos diferentes. 79

Último discurso de José Martí

Aquel domingo día 19 demayo, alrededor de las nueve dela mañana, el general en jefeMáximo Gómez regresó trashaber intentado tender unaemboscada al mencionado con-voy militar español durante los

días 17 y 18; pero al final el con-voy no apareció como se espera-ba. Al toque de “formación a lacarrera”, la caballería de Masó sedispuso en dos filas. Al centro,junto a la bandera tricolor, Martí yMasó (sable en mano) saludaron aGómez. La oficialidad y las tro-pas presentaron armas.

Tras sonar los vítores, elgeneral Masó, ceremonioso comoera en él habitual, saludó con unbreve discurso al general en jefe.Luego, se dirigió a Martí paradarle la bienvenida y cedió cor-tésmente la palabra a Gómez. Elviejo militar dominicano arengóla tropa con la arrogancia en élparticular y luego habló sobre losgrandes méritos contraídos porMasó, de su conducta acrisolada yde su patriotismo ejemplar.Aquella tropa, compuesta princi-palmente por rudos guajiros(campesinos), se mostraba enar-decida por la presencia del gene-ral Gómez, cuyas hazañas de lapasada Guerra de los Diez Añoscorrían desde entonces de boca enboca.

Tras la arenga de Gómez,le siguió Martí. Cuentan quienesle oyeron aquel día, que de pie,sobre los estribos de su corcelblanco, dio el discurso más elo-cuente, más brillante y más con-movedor que jamás habían escu-chado. Martí se dirigió a las tro-pas arengándolas, enardeciéndo-las e impresionándolas hastahacer derramar lágrimas a losveteranos de la pasada campañamilitar del 68. Todos comprendie-ron por qué aquel hombre, desco-

nocido para la mayoría de ellos,era mirado con tanto respeto porlos generales.

Desde el principio, surgí-an de aquel desbordamiento deelocuencia las palabras nerviosas,indicadoras de la gran lucha inter-na que sufría Martí. Primero porlas contradicciones de LaMejorana, donde se había enfren-tado como vimos a los generalesAntonio Maceo y MáximoGómez, al ser éstos contrarios alsometimiento del poder militarrespecto al poder civil durante laguerra. Y segundo, por la visiblefrialdad creciente que notaba enGómez, quien como reseñamosquería ganarse a toda costa la sub-ordinación de Antonio Maceo.Pero a la hostilidad de ánimo deGómez, Martí respondió con unade las expresiones más brillantesde su discurso: “Por la causa deCuba me dejaré clavar en lacruz”.

Luego, en proyección delporvenir, Martí trazó el panoramaluminoso de la joven Repúblicade Cuba, libre y feliz, “con todosy para el bien de todos”; y unaRepública “que tendría por leysuprema el decoro del hombre y elbienestar de los cubanos: laRepública trabajadora en la quevivirán sin estorbos y sin odios,sus hijos, y donde el español serárespetado, y aún amado, cuandoel cubano no vea entre la mano desu padre y el beso de sus labios lasombra aborrecida delopresor”.80

Manuel Piedra, un jovenrecluta, comparó su estado de




Playita de Cajobabo

ánimo escuchando a Martí aque-lla mañana con el de los judíosescuchando a Moisés en el desier-to; y una evocación análoga hizoMariano Corona, el novel ayu-dante de Maceo antes menciona-do.

Loynaz del Castillo en susMemorias de la Guerra describeeste último discurso de Martí ytermina con este comentario: “Latropa, vibrante de entusiasmo yde fe en el ideal de la nuevaCuba, rompió filas para acampar.La impresión deslumbradora queen las almas producía la presen-cia de José Martí era el tema detodas las conversaciones: lomismo en la tienda de campañadel general Masó que en los ran-chos de los soldados. Se sentíafeliz el general Masó, más quepor el nombramiento que le con-fió el general Gómez de MayorGeneral, Jefe del 2º Cuerpo delEjército Libertador, por haberescuchado el verbo de laRevolución en José Martí”. 81

En síntesis, Martí reiteróentonces los sentimientos y lospropósitos que ya había expresa-do anteriormente en el Manifiestode Montecristi. Fue su último dis-curso al sobrevenir poco despuéssu muerte en combate.

IV. EL COMBATE DE DOSRÍOS Y LA MUERTE DEMARTÍ

La llegada de las tropas españo-las del coronel José Ximénez deSandoval

Mientras se desarrollabanlos festejos en el campamento deLa Vuelta Grande, una columnaespañola al mando del coronelJosé Ximénez de Sandoval yBellange se hallaba ya en DosRíos y lista para entrar en comba-te con los insurrectos cubanos.

Esta columna estaba com-puesta por fuerzas de Caballeríadel Regimiento Hernán Cortés nº29, por tanto soldados de élite, yestaba reforzada por dos compa-ñías de los BatallonesPeninsulares 2º, 5º y 9º. El coro-nel había cumplido la misión quese le había ordenado, consistenteen conducir un convoy militardesde Palma Soriano hasta LasVentas de Casanova para abaste-cer diversos puestos militares y laguarnición del pequeño fortín (25hombres) que se había construidoen esta última localidad.

Cuando Máximo Gómezpartió el día 16 para tender unaemboscada a la columna, su infor-mación sobre la presencia de unconvoy militar español había sidocorrecta. Sin embargo sucedióque Ximénez de Sandoval,hallándose en el fortín el día 18,fue informado de que no lejos de

allí había grupos de mambises;por tanto, decidió partir con sustropas para presentar combate sincomunicárselo a nadie.

Al día siguiente, 19 demayo, a las 4 de la mañana,Ximénez de Sandoval formó lacolumna. Allí en Las Ventas deCasanova, todos creían que elcontingente español iba a salir deregreso hacia Palma Soriano;pero el coronel español ordenóque prosiguiera la marcha haciaDos Ríos, aunque permitiendoque los acemileros que habíansido embargados pudieran regre-sar a Palma Soriano.

Una vez que la columnallegó a Dos Ríos, recorrió la orillaizquierda del río Contramaestrehasta el llamado Paso de losLimones (o del Limón), luegocruzó el río, y poco después lasavanzadas apresaron a un vaqueromambí llamado Carlos Chacón.

Carlos Chacón partido delcampamento de La Vuelta Grandepara comprar café y otras cosas enla cantina de Las Ventas deCasanova con unos dólares deplata que le había entregadoMáximo Gómez; pero además,cumplía órdenes de información:tenía que averiguar todo cuantopudiera sobre el esperado convoymilitar español. Durante el inte-rrogatorio al que fue sometido,primero ocultó su misión, masluego al ser registrado y hallárse-le una extensa lista de efectos quedebería comprar con los dólares,terminó confesando que venía deLa Vuelta Grande, donde se halla-ban Máximo Gómez, José Martí y




Mapa del recorrido de Martí en Cuba entre el11 de abril y el 19 de mayo

otros jefes de la insurreccióncubana.

Rafael Guerrero, en sumencionada obra “Crónica de laGuerra de Cuba”, narra la captu-ra de Chacón y su interrogatoriodel siguiente modo:

“Lentamente marchaba lacolumna que mandaba el coronelSandoval…conduciendo un con-voy desde Palma Soriano a Ventade Casanova, para la fuerza queguarnece el fortín construido enaquel poblado, cuando de repentelas avanzadas descubrieron unhombre que al ser intimidadopara que se detuviera, se dio a lafuga.

Perseguido de cerca pornuestros soldados que le acosa-ban a tiros, el desconocido sedetuvo y después de suplicar queno le hicieran daño, se entregó,encontrándosele una cantidad dedinero y unos documentos.

Llevado a presencia delcoronel Sandoval, éste entablócon el desconocido el siguientediálogo:- ¿Cómo te llamas?- Carlos Chacón.- ¿Qué oficio tienes?- Vaquero.- ¿Y a dónde ibas?

Chacón no quiso contes-tar en los primeros momentos,pero en vista de la insistencia delcoronel Sandoval y no teniendootro recurso que hablar claro,exclamó:- Señor, yo iba a la Venta de casa-nova a comprar víveres paraMáximo Gómez.- ¿Luego eres tú de su partida?

- ¡Líbreme Dios! - contestó ato-londrado - Yo soy vaquero comole tengo dicho, y me encontrabadándole de comer al ganadocuando aparecieron Martí,Máximo Gómez y Massó. Martíme obligó a darle un cántaro deleche y lo hice, y después me dioun caballo, dinero y esos papelespara que comprara los víveres.- ¿Quieren víveres? Pues vamos allevárselos – contestó el coronelSandoval, con una tranquilidadpasmosa -. Guíanos tú Chacón yasí llegaremos antes”. 82

Tras confesar su misión einformar con detalle la situaciónde las tropas mambisas y susjefes, fue hecho prisionero y con-ducido a la retaguardia de lacolumna. 83 Conviene destacarque lo más importante de aquelinterrogatorio fue que Ximénezde Sandoval supo a partir deentonces que los mambises sehallaban acampados justo al otrolado del río Contramaestre, en lafinca de La Vuelta Grande. 84

La columna españolallegó a Dos Ríos sin hallar resis-tencia. Había sido una jornadalarga y muy dura, por lo que aque-llas tropas necesitaban un mereci-

do descanso. El coronel ordenóentonces un breve alto en el bateyde Dos Ríos para que sus hombreshicieran un ligero rancho y prosi-guieran la marcha durante latarde. Con muy buen criteriopensó que si los mambises querí-an combatir, podría esperarlos;pero si esa no era su intención,resultaba absurdo fatigar aún mása sus soldados para llevarles acombatir cansados y por tanto encondiciones desfavorables.

Los cubanos salen al encuentrode la columna española

En el campamento de LaVuelta Grande, tras el vibrantediscurso de Martí, los jefes mam-bises se sentaron tranquilamente aalmorzar hacia la 1 de la tarde einiciaron una animada conversa-ción de sobremesa. En aquellosmomentos, el capitán Ramos sepresentó e informó a MáximoGómez que se habían escuchadounos disparos y que una columnaespañola, al mando del coronelJosé Ximénez de Sandoval y conmás de 1.000 hombres de todaslas armas, se hallaba acampada alotro lado del Contramaestre.

En realidad aquellos dis-paros no se trataban de ningúnataque. El contingente español sehallaba muy tranquilo y acampa-do a más de una legua de LaVuelta Grande, en pleno almuer-zo del rancho rápido que allí sehabía preparado. Los disparos alos que se refería el capitánRamos no habían sido otra cosaque dos o tres tiroteos efectuados




hacia las 11 de la mañana entreuna avanzada española que seguíael rastro dejado por Gómez y sus40 hombres en su regreso al cam-pamento y unos pequeños gruposde soldados mambises. Luego,hacia las 12 del mediodía, en lamisma dirección, también sehabían escuchado algunos dispa-ros españoles contra el vaqueroChacón. 85

Tras ser informado por elcapitán Ramos de tales tiroteos,Gómez ordenó reforzar la primeraguardia avanzada y al instante seescucharon nuevos disparos.

En el campamento de LaVuelta Grande había entonces319 soldados, todos deCaballería. 86 Se tocó llamada yel teniente coronel AmadorGuerra partió hacia la primeraguardia avanzada con los prime-ros que ensillaron para cumplir laorden de Gómez; pero sucedióque no vieron a ningún soldadoespañol y quedaron a la espera dela llegada del resto de la caballe-ría cubana.

“¡A caballo!”, gritóGómez, y éste en un arranquefogoso ordenó a Masó: “¡Sígamecon toda su gente detrás de mí!”.

Máximo Gómez, Borrero,Bartolomé Masó, Juan MasóParra y José Martí, junto a lacaballería mambisa, cabalgaronen confuso tropel a lo largo de laorilla del río Contramaestre haciael vado, mientras los clarinestocaban “a degüello”. Después,una vez incorporado AmadorGuerra un kilómetro antes de lle-gar a la avanzada española, los

insurrectos cubanos pudieroncomprobar con gran disgusto queel río Contramaestre estaba lige-ramente crecido. Fue entoncescuando Gómez vio a Martí yexclamó: “Le ordené a Martí quese quedara atrás”. 87 Pero Martíhabía desobedecido, pues ansiabaardientemente participar en aquelcombate que sería su gran ocasiónpara recibir su bautismo de fuego,condición innegociable que habíaimpuesto en La Mejorana antesde regresar a los Estados Unidos.En cuanto a Máximo Gómez,naturalmente no pudo preocupar-se más de la presencia de Martí,reacio a irse a retaguardia.

Las tropas cubanas se dis-pusieron a cruzar el río por elvado pese a la resistencia de losprácticos, ya que lo considerabanpeligroso porque el nivel del aguahabía crecido por las lluvias deaquellos días. Frente al vado, la

confusión era tremenda. Por otraparte, salían del mismo dos cami-nos: el de la derecha, a un kilóme-tro del campamento español,seguía el curso del Contramaestrepor escarpada margen; y el de laizquierda flanqueaba a sólo unos600 metros la posición de dichocampamento enemigo.

Máximo Gómez, con losdivisionarios Masó, Borrero,Amador Guerra y una fracciónnada numerosa de la caballeríacubana, cruzó el vado y tomó laruta de la izquierda; sin embargo,no tuvo la precaución de dejar allíalgún ayudante o algún soldadoque indicara el camino a los queaún se hallaban cruzando el río.Fue un grave error, puesto queotro grupo tomó la ruta de la dere-cha creyendo que seguía al gene-ral en jefe. Precisamente en estesegundo grupo estaba la tropa delcoronel Bellito, 88 junto con otrosmiembros de las fuerzas deManzanillo, entre ellos, el oficialJosé Lara Miret, y a la cabeza deeste segundo grupo galopaba JoséMartí hacia la muerte.

Sin restar mérito alguno alos magníficos y muy disciplinassoldados españoles que estaban alas órdenes del coronel Ximénezde Sandoval, aquel combate ya lohabían perdido los cubanos antesde producirse. Un gran número dejinetes mambises no pudieroncruzar el río debido a que suscaballos eran de menor alzadaque los anteriores, por lo queestuvieron cabalgando errantes deun lugar a otro buscando en vanootro vado, hasta que finalmente




retrocedieron.Poco después de que los

dos grupos cubanos vadearon elrío Contramaestre siguiendo rutasdiferentes, se produjo el famosocombate de Dos Ríos.

El inicio del combate

La columna española,muy disciplinada y magistralmen-te dirigida por el coronel JoséXiménez de Sandoval, esperó enposición escalonada el ataque dela caballería mambisa. Una pri-mera línea de tiradores se situótras la ramazón seca de un daga-me gigantesco a modo de parape-to, mientras que la otra línea de

fuego, cruzado con la anterior, seposicionó en la misma barrancadel Contramaestre, lugar inaccesi-ble para la caballería mambisaaunque en clara desventaja anteun ataque de infantería que no seprodujo. Por otra parte, un grupode soldados españoles se apostódetrás de la cerca del potrero de lacasa del prefecto José RosalíaPacheco, como pequeña fuerza deapoyo.

La fuerza que marchabacon Máximo Gómez, esto es, laque había tomado el camino de laizquierda del vado del río, se divi-dió en tres cuerpos. Gómez orde-nó a Borrero que atacara al con-tingente español por la derecha,

mientras él lo haría por la izquier-da y Amador Guerra por el centro.

Máximo Gómez en su“Diario de Campaña” sostuvoque el coronel español habíasituado 40 soldados al frente desus cuadros “en lugar enmatoja-do”, y que dichos hombres murie-ron macheteados, excepto los sol-dados que cayeron prisionerosante la carga realizada porAmador Guerra en su ataque porel centro. No obstante, tal infor-mación de Gómez sobre el com-bate ha sido desmentida por elpropio comandante de la columnaespañola, Ximénez de Sandoval,quien señala con gran precisión:




Primero. La vanguardia de lacaballería de Amador Guerra noarrolló ninguna emboscada espa-ñola. En realidad, cayó al galopesobre una avanzada formada porun sargento y 12 hombres, a losque sorprendió el ataque inespe-rado de la caballería cubana,matando tres o cuatro soldados ehiriendo a otros tantos. Dichacarga fue detenida mediante elfuego por descargas cerradas de lacompañía formada en línea quecubría aquella parte del campa-mento cuyo flanco izquierdo esta-ba apoyado en el ríoContramaestre, y sin que lacolumna tuviera que formar elcuadro para rechazar las cargas dela caballería mambisa.Segundo. Los españoles recibie-ron a las vanguardias de los cuer-pos de Gómez y Borrero con des-cargas cerradas de fusilería, obli-gándoles a retirarse rápidamente.Tan sólo bastó su formación encompañías escalonadas pararesistir ambas cargas, por laizquierda y por la derecha.Tercero. La columna española notenía dos frentes ofensivos, nitampoco se hallaba apoyadaen ningún bosque. 89

Resulta absurdo queMáximo Gómez hable deemboscada, cuando elcampo donde se entabló elcombate era limpio.

Enrique Loynaz delCastillo, al analizar el com-bate de Dos Ríos, señalóque si Gómez no hubieraordenado retirada, la colum-na española, al tener libre el

camino de la margen del ríoContramaestre, hubiera podidoocupar el vado del río y empujadoa la caballería cubana sobre lasescarpadas márgenes del río. Portanto, asegura que hubiera resul-tado un desastre para las armascubanas. Pero todo parece indicarque el coronel español no pensóen ningún momento lanzar uncontraataque ni tampoco ocuparel vado, situado a tan sólo un kiló-metro de sus posiciones.

Muerte de José Martí

Tras ser rechazada lacarga de la caballería de MáximoGómez, veamos ahora cómo seprodujo en realidad la muerte deJosé Martí. Como antes hemosreseñado, Martí había quedadomomentáneamente detenido porla orden tajante de Gómez, perofinalmente desobedece negándosea marchar a la retaguardia de lasfuerzas cubanas. ¿Qué pensa-mientos, qué ideas, qué recuerdospasarían en aquellos momentoscruciales por la mente privilegia-da de Martí? Él había dicho desde

su exilio en Estados Unidos: “Yaes mi hora”, tras enviar la ordendel levantamiento general alperiodista matancero JuanGualberto Gómez, su represen-tante en Cuba. ¿Se recordaría dela desafortunada carta de EnriqueCollazo del 12 de enero de 1892?¿Recordaría que el 18 de agostode 1888 escribió en el diario LaNación de Buenos Aires su anhelode morir en una buena carga decaballería?

Conviene insistir en queMartí había exigido en la entre-vista de La Mejorana su bautismode fuego antes de regresar aEstados Unidos, y precisamenteaquella era una buena ocasión.Por eso se había puesto al frentede la exigua fuerza que, al mandodel coronel Bellito, había tomadola ruta derecha que partía del vadodel río Contramaestre.

Tras producirse la cargade Gómez, los hombres del coro-nel Bellito llegaron al potrero delprefecto José Rosalía Pacheco poraquel camino ancho y recto. Lacerca fue arrollada al pecho de loscaballos. Los soldados españoles

de infantería que estaban allíparapetados 90 y que seresistieron cayeron valerosa-mente macheteados en lalucha; otros en cambio,huyeron precipitadamentedel potrero en dirección a lacasa del prefecto. Allí se des-arrolló entonces una escenadantesca. La esposa del pre-fecto, que se hallaba con sushijos almorzando en el salón,corrió con ellos para refu-




Representación de la muerte de Martí

giarse debajo de una cama de sudormitorio. La mesa - con elalmuerzo - fue volcada en la luchacuerpo a cuerpo de fugitivos yperseguidores. Un jarrero - con sutinaja y piedra destiladora – tam-bién rodó por el suelo al tropezarlos españoles que huyeron de lacasa por la barranca del río hacialas líneas españolas. En el marcode la ventana del salón quedaronmanchas de sangre y la huella deun fuerte machetazo. Tambiénhabía sangre abundante en lapuerta de la cerca de la casa. 91

Mientras la casa de losPacheco se llenaba de humo, dis-paros, gritos y machetazos, Martí,afuera, advirtió el fuego de la pri-mera línea de Infantería española,posicionada detrás de la ramazónseca del mencionado dagamecaído. 92 Acto seguido, partehacia allí revólver Colt en manoseguido por el coronel Bellito yotros; sin embargo, este coroneldominicano cae del caballo heri-do de muerte y es recogido porsus soldados, que emprenden deinmediato la retirada para intentaren vano salvarle.

Pese a todo cuanto se haescrito sobre la muerte de Martí,ésta fue la verdadera causa por laque se quedó solo junto a su jovenacompañante Miguel de laGuardia, sin advertir la retirada delos hombres de Bellito. Perodetengámonos en este precisomomento del combate. ¿Por quélos soldados del coronel se detu-vieron para recoger a su jefe heri-do y dejaron solo a Martí?

En un ejército regular

cuando cae herido el jefe siemprese produce su relevo inmediato ypuede incluso que ello provoqueun ataque aún con más energía;mientras que en un ejército irre-gular y compuesto por tanto deguerrilleros, la pérdida del jefe,cuyo rango lo da su propia valíapersonal, siempre produce unenorme desconcierto y por logeneral la lógica retirada. ¿Fue enrealidad lo que ocurrió de formaespontánea? ¿O aquel abandonode Martí se trató de una acción“criminal” meditada? Ante talespreguntas sólo podemos decir quedifícilmente puede interpretarsetal retirada como un acto decobardía; y también que Loynazdel Castillo asegura que Bellitoera incondicional de Martí, locual descarta dicha acción deabandono meditado por sus hom-bres. ¿Pero quizás Loynaz delCastillo al decir que Bellito eraincondicional de Martí, quiso enrealidad evitar que aquella retira-da fuera considerada como un“asesinato” intencionado de aque-llos hombres de Bellito? Tambiénpodría añadirse que, por un lado,el coronel Bellito era dominicanocomo Máximo Gómez y le profe-saba una lealtad que llegaba al

fanatismo, al igual que sus hom-bres; y por otro, todos conocíanlas profundas diferencias entreMartí y el General en Jefe. O tam-bién, que no existe ninguna prue-ba documental ni testimonio algu-no que indique que se hubiera for-mado un Consejo de Guerra aaquellos hombres para liquidarresponsabilidades, como cabríaesperar en aquel ejército cubanocuya disciplina militar era tanextrema, o un simple regaño ver-bal pese a la gravedad del suceso.¿Por qué?

En fin, son muchas laspreguntas que podríamos hacer-nos para intentar comprender laretirada de aquellos hombres,dejando de forma incomprensiblea Martí y al joven Miguel de laGuardia cabalgando en solitariohacia la muerte. En cuanto a lasrespuestas, siempre resultaríandifíciles e insuficientes parapoder establecer una teoría quesea medianamente sólida; pero nohay duda en cuanto a que ciertasrespuestas podrían arrojar som-bras y dudas muy comprometedo-ras.

Pero regresemos ahora aaquellos momentos cruciales.Martí iba ya herido. Tenía unaherida de bala en el tercio inferiordel muslo derecho y hacia suparte interna. En aquella galopadafrenética y con la vista puesta alfrente, Miguel de la Guardia sedirigió a él y le dijo: “Presidente,usted está herido”. Pero Martí lerespondió: “No importa, adelan-te”. Y la temeridad de su ayudan-te, quien tampoco pudo percatarse




de que se habían quedado solos,puso fin a la tragedia cubana:“Pues vamos”.

Un segundo después, en elímpetu de aquella carga, Martígalopó hasta desembocar frente ala primera línea de tiradores espa-ñoles. Con su caballo puesto endos patas ante las bayonetas espa-ñolas y herido por una bala queentró por el vientre y le salió porel lomo, Martí recibió dos balazoscerteros que le derribaron mortal-mente herido. Ya no sintió más ypoco después expiró.

¡Martí, en efecto habíamuerto! Una bala le traspasó elpecho, penetrando al nivel delpuño del esternón, el cual fractu-ró, y salió por la parte posteriordel tórax, en el cuarto intercostalderecho, a unos 10 centímetros dela columna vertebral. La otra balale destrozó la garganta, penetran-do por debajo de la barbilla, comoa unos 15 centímetros de lamisma y a cuatro de la rama dere-cha del maxilar inferior, saliendopor encima del maxilar superior,lado derecho, destrozándole porcompleto el labio. 93

Por tanto, Martí murió enDos Ríos, en los terrenos de lafinca La Jatía, donde anterior-mente había acampado. A unos 20metros de la orilla del ríoContramaestre, entre dos árboles,un enorme dagame caído con laramazón seca y un fustete 94

derribado en parte con la mitad delas raíces en tierra y que conser-vaba verde su copioso ramaje; 95

junto al camino real de

Remanganaguas. Murió como élquería y tal como pedía en susconocidísimos versos:“No me pongan en los oscuroa morir como un traidor:¡Yo soy bueno, y como bueno,moriré de cara al sol!”. 96

Así ocurrió el primer grandesastre de la revolución cubanaen la última guerra independentis-ta. Más tarde, cuando Gómezintentó reagrupar sus tropas paraemprender una nueva carga, fuesorprendido por Miguel de laGuardia, que logró llegar con sucaballo malherido para darle lainfausta noticia: “Martí ha que-dado herido por allí”. Gómez ysus hombres se lanzaron de inme-diato en una galopada frenéticapor el camino real, pero cuandollegaron a los mencionados árbo-les caídos, una descarga cerradales hizo retroceder y comprenderque Martí había muerto allí ynada se podía hacer.

El General en Jefe anotóen su “Diario de Campaña”:“Cuando Martí cayó se encontra-ba solo con un niño que jamás sehabía batido, Miguel (sic) de laGuardia y esto no obstante quecuando ya íbamos a enfrentarnoscon el enemigo le ordené que sequedara atrás, pero no quiso obe-decer mi orden y no pudiendohacer otra cosa que marchar ade-lante para arrastrar a la gente,no pude ocuparme más de Martí.A poco me encuentro solo a cin-cuenta varas del enemigo pornuestro flanco izquierdo y alCentro, encuentro a Guardia que

se retiraba con su caballo heridoy me dá la triste noticia de Martímuerto o herido”. 97

La conmoción entre losmambises fue enorme. El tenienteManuel Piedra, ayudante de Masó(antes lo había sido de AntonioMaceo), propuso marchar deinmediato al rescate del cadáver;pero Gómez, seguro de la inutili-dad de tal sacrificio, prefirió espe-rar y le contestó: “Eso se harácuando se ordene”. 98

V. DESPUÉS DEL COMBATE

Identificación del cadáver deMartí y los intentos que hicie-ron los mambises para recupe-rarlo

Según el relato de un cabosanitario llamado Juan Trujillo, elcadáver de Martí fue muy prontoidentificado por el prácticoAntonio Oliva; y el corneta deórdenes del coronel, el soldadoManuel Melero, registró sus bol-sillos y todas sus pertenencias,




adueñándose ambos de un relojde oro con sus iniciales entrelaza-das y leontina que tenía en un bol-sillo del chaleco, un revólver Coltcon culata de nácar (que se quedóOliva) y dinero; 99 aunque luego,de ser cierta dicha información,casi todo fue recuperado y entre-gado al coronel Ximénez deSandoval. 100 Poco después deque Oliva identificara el cadáver,el prisionero Carlos Chacón hizolo mismo. También lo identificóel capitán Enrique SatuéCarbonell, quien había conocidopersonalmente a Martí en NuevaYork.

En 1911, el propio coronelespañol escribió una carta aEnrique Ubieta, amigo suyo, en laque hizo una descripción detalla-da de las prendas y utensilios quellevaba Martí, todos ellos robadosy más tarde recuperados: “Unreloj de oro - se lo regalé alExcmo. Sr. General Don Marcelode Azcárraga. 101 De la leontinanada supe ni sé. Un revólver (sis-tema Colt, de gran calibre) deculata de nácar - se lo regalé alExcmo. Sr. Gral. ArsenioMartínez Campos. Un machetepero no con las señas que me dan,lo reservo yo en mi poder. Unasalforjas de cuero. Se quedó conellas un práctico que regresó aEspaña… Planos; papel timbra-do y relaciones y distribucionesde fuerzas, menos algunos que yoretuve… Un pañuelo de seda debolsillo, con iniciales bordadascon hilos verdes… Una cartera debolsillo, con notas, retratos, y

otras cosillas. Se lo distribuyeronlos oficiales de la columna comorecuerdo. Yo conservo un corta-plumas manchado de sangre. Unrifle relámpago cogido a la inme-diación del cadáver. Lo conservoyo. Una escopeta cubana borda-da con mostacilla y que llevabaen el bolsillo de la americana. Laconservo yo. Un librito muy chi-quito, manuscrito con letra de

Carlos Manuel de Céspedes y quedijeron que era el código cubanoque se encontró en la cartera debolsillo. Lo conservo yo. Unacinta de seda azul hallé en unpapel con una dedicatoria entu-siasta alusiva al color de la cintay a la guerra, de una hermana deDon Máximo Gómez a Martí, enque le decía: H:… La conservo yotambién. Unas espuelas vaquerasque me entregó un práctico y queme dijo las tenía el difunto.Firmado José X. Sandoval”. 102

En la misma carta,Ximénez de Sandoval describiósu propia visión del combate deDos Ríos y qué sintió cuando vioel cadáver de Martí:

“Cuando en el campo deacción vi en el suelo el cadáver enposición supina, sin sombrero,luciendo la amplia frente en cuyo

seno tantas ideas brillantes bulle-ron, entreabiertos sus ojos azulescon la expresión del que mueredulcemente por su Patria - sentípena profunda y mi pensamientose elevó a Dios para pedirle fuerasu alma por Él acogida -. ¡Quémenos podía hacer por él que sien la vida fue mi enemigo, yamuerto merecía todo mi respeto yconsideración!

… mis soldados le dieronmuerte gloriosa en noble comba-te y su cadáver en mi poder se lerodeó de cuantas consideracionesmerecen los muertos y en especiallos que fueron en vida genioscomo José Martí”. 103

Tras comprobar que losmambises se habían retirado, elcoronel Ximénez de Sandovaldispuso que se curara a los heri-dos y se diera sepultura a losmuertos. Una vez cargadas lasacémilas y debidamente colocadoel cadáver de Martí, ordenó a sushombres que emprendieran lamarcha hacia el poblado deRemanganaguas, donde los restosmortales del líder independentistacubano recibieron su primerasepultura.

La retirada de la columnaespañola se inició a las 5 de latarde y no fue precipitada portemor a que los mambises realiza-ran un ataque para recuperar elcadáver de Martí, tal como asegu-ra Máximo Gómez en su “Diariode Campaña” y lo pretendedemostrar a partir de los cacha-rros del rancho que algunos sol-dados españoles dejaron abando-nados junto al río. En realidad, la




Manbises

columna marchó de forma orde-nada y sin prisa alguna, precisa-mente por la impedimenta quellevaba y, sobre todo, por el cui-dado que requería el traslado delos heridos.

El 20 de mayo, a las 9 dela mañana y bajo una copiosa llu-via, llegó la columna española alpoblado de Remanganaguas.Luego, a las 3 de la tarde, se le diosepultura a los restos mortales deMartí en el cementerio, sin ataúd.El cadáver siempre estuvo custo-diado por fuerzas del Ejército yfue conducido a la fosa porcuatro soldados. 104

Aquel mismo día 20,Máximo Gómez envió a suayudante Garriga con unacarta para Ximénez deSandoval, preguntándole porMartí o sus restos, pero notuvo respuesta. Gómez escri-bió en su “Diario deCampaña”: “El día 20,mando mi ayudante RamónGarriga, con una carta mía, aljefe enemigo a indagar si Martí esmuerto o vive con herida grave, olo que sea. A las cinco de la tardeenvía Garriga noticias esperan-zadoras de que Martí va herido ybien atendido. El jefe enemigo,coronel Sandoval, deja un papelescrito en manos de la señoraModesta, que da a entender quecomo H. (hermano masón) deMartí, está bien atendido”.

Los cubanos no se cruza-ron de brazos. Gómez, planeó ata-car la retaguardia de la columnaespañola con nutrido fuego y porsorpresa para apoderarse del

cadáver; no obstante, tuvo quedesistir ante el temor de recibir unfuerte castigo en el intento, pues-to que el camino real resultó sermuy estrecho y derecho, y ade-más las fuerzas españolas eranmuy superiores.

Finalmente, Gómez partiócon Masó tomando un caminotransversal para adelantarse a lacolumna española y hacer un ata-que conjunto en un lugar idóneopara la caballería mambisa. Perosucedió que los cubanos tuvieronque pasar por un territorio muy

cenagoso debido a las lluvias ypor ello perdieron mucho tiempo.Así, al llegar al camino real, lacolumna española se encontrabademasiado lejos y en terreno muyaccidentado. Tal circunstanciaexplica el misterio por el que loscubanos nada pudieron hacerentonces para rescatar el cadáverde Martí, aunque lo intentarán denuevo.

Reconocimiento de la victoriade las armas españolas en DosRíos

Tras la entrega del prisio-nero Carlos Chacón a las autori-

dades militares de Santiago deCuba, el día 26 de mayo, se leinterrogó de nuevo. Luego, elgeneral de brigada Jorge Garrichy Alló, entonces gobernador mili-tar, envió un informe del combatede Dos Ríos al capitán generalMartínez Campos. Pero por laspreguntas que le hicieron aChacón y por el texto del informe,todo indica que las autoridadesmilitares de Santiago no sabían nisospechaban hasta qué punto eraimportante Martí para la causaindependentista cubana; y ade-

más, nos sorprende que inclusose hubiera llegado a pensar enalgún momento que ¡Martífuera sevillano! 105 El informedecía:

“… En manos de nuestrastropas quedaron quince cadá-veres enemigos y entre ellos eldel cabecilla Martí, uno de losprincipales agitadores y direc-tores de esta desgraciada insu-

rrección… Los documentos quese encontraron en el bolsillo deChacón, eran manifiestos a loscamagüeyanos, haciéndoles verque la guerra no era de raza. Latrascendencia de este combatefue bien pronto reconocida por elgeneral en jefe del ejército, quienpublicó una breve y entusiastaorden del día encomiando el bri-llante hecho de armas realizadopor el coronel Sandoval y sugente, como puede verse en ellugar oportuno. Aquel triunfo fuemás importante aún por la muer-te del famoso agitador que por laderrota que sufrieron los insu-rrectos, sin embargo de ser tan




grande para la importancia deesta guerra.

A pesar de haber perdidoel Gobernador Militar de LaHabana a Sevilla la partida debautismo de José Martí, no pare-ce que el cabecilla muerto a ori-llas del río Contramaestre seaandaluz”. 106

El coronel José Ximénezde Sandoval, un hombre muycaballeroso y muy digno oficialdel Ejército español, sentía unenorme respeto hacia Martí por supersonalidad y por su portentosaobra literaria, al igual que muchosespañoles, aunque se trataba deun enemigo de la soberanía espa-ñola en Cuba. Además de todoello, que es muy cierto, tampocohay que olvidar que ambos eran“hermanos” en la Masonería y talcondición obligaba al coronelespañol a la adopción de no pocasdeferencias hacia Martí, inclusodespués de muerto. Él mismo ensu mencionada carta de 1911expuso de este modo su opinióndel combate de Dos Ríos:

“La acción de Dos Ríos esun hecho de mi historia militar, enla que halló muerte gloriosaaquel genio dotado de hermosaelocuencia, tan hermosa como lossentimientos de su bien templadaalma. Su arrojo y valentía, asícomo el entusiasmo de sus idea-les, le colocó frente a mis solda-dos y más cerca de sus bayonetasde lo que su elevada jerarquíacorrespondiera; pues no debiónunca exponerse a peder la vidade aquel modo, por su representa-ción en la causa cubana, por los

que de él dependían y por la sig-nificación y alto puesto que ocu-paba como primer magistrado deun pueblo que luchaba por suindependencia”. 107

El combate de Dos Ríosfue muy duro y se sucedieronactos heroicos en ambos bandoscontendientes. Baste recordar, por

ejemplo, al corneta del segundobatallón peninsular, MiguelUrbaneja y Torres, quien recibiódos heridas graves en el brazoizquierdo. Cuando sus compañe-ros quisieron retirarlo de la lucha,se negó en rotundo diciéndoles:“¡No me voy, que todavía mequeda un brazo!”.

Después de aquella acciónmilitar, el coronel José Ximénezde Sandoval dispuso que se abrie-ra juicio de votación para lossiguientes:Capitán del 2º batallón peninsu-lar, don Fernando IglesiasExpósito.Segundo teniente, don VicenteSánchez de León.Sargento, don francisco GarcíaCarrasco.

Figuraron en la parte de

distinguidos:Teniente coronel del 2º batallónpeninsular, don ManuelMichelena Moreno.Capitán del mismo, don AntonioSerra Orts.Segundo teniente, don JoséCañizares y Gómez de Humaran.Primer teniente del 9º peninsular,don Manuel Montoro.Capitán de Estado Mayor, donAlfredo de Escario y SferraDávila.Capitán de infantería a las órde-nes del coronel Ximénez deSandoval, don Enrique SatuéCarbonell.Primer teniente a las órdenes delmismo, don Armando Mantilla delos Ríos.Capitán de Caballería, donOswaldo Capaz.Médico mayor, don Juan Gómezy Valdés.Cabo, don Eustaquio DuranteSánchez.Propietario y práctico de lacolumna, que se presentó volunta-rio para acompañarla, donRogelio Cigarreta, vecino depalma Soriano.Propietario y práctico de lacolumna, también voluntario yvecino de Palma Soriano, donManuel Passos.Práctico del batallón, don AntonioOliva. 108

El día 22 de mayo, elcoronel Ximénez de Sandoval diola siguiente alocución a sus hom-bres:

“Orden de la columna quemanda el coronel J. X. Sandovaldel 22 de mayo, en San Luis:




Soldados: He tenido laocasión de observar vuestro com-portamiento en la acción del 19del actual en Dos Ríos. No sé quéadmirar más, si vuestro valor yserenidad en el combate o lagallardía y la prueba de discipli-na y confianza que en vuestrosjefes, oficiales y clases habéisdemostrado tener.

La primera vez que enacción reñida os habéis halladoha sido ese día, y la victoria máscompleta fue el justo premio avuestras virtudes militares.

Sobre el campo de laacción, cuando entusiasmadosvitoreasteis a SS. MM. y Generalen Jefe, tuve ocasión de elogiarvuestro comportamiento, que portelégrafo expuse a nuestros gene-rales de División y Brigada (JuanSalcedo y Jorge Garrich), pidien-do para vosotros la recompensa aque os consideraba acreedores.

Ambos generales os felici-tan con expresivas frases, y S.M.la Reina Regente (q. D. g.) y suGobierno responsable, por con-ducto del General en Jefe, que noha escatimado en elogios, tam-bién han tenido para vosotros,que os halláis lejos de la Patria ya gran distancia de vuestras fami-lias, palabras halagüeñas, queinundarán vuestros nobles cora-zones de alegría y agradecimien-to.

Pronto el premio será unhecho; perseverad en vuestraconducta, no desmayéis jamás yque vuestros hechos sucesivosdemuestren que sois dignos delaprecio y estima de vuestro coro-

nel.J. X. de Sandoval”. 109

Por aquella victoria de lasarmas españolas en el combate deDos Ríos, se otorgaron entre loscombatientes las recompensassiguientes:

Dos ascensos:Empleo de comandante al capitánde Infantería don FernandoIglesias.Empleo de primer teniente alsegundo de Infantería, donVicente Sánchez de León.

Seis cruces de MaríaCristina:

Capitán de Infantería don AntonioSierra.Segundo teniente de la mismaArma don José Cañizares.

Capitán de Caballería donOswaldo Capaz.Primer teniente coronel deInfantería don Manuel Michelena.Capitán de la misma Arma donEnrique Satué Carbonell.Médico mayor don Juan GómezValdés.

Tres cruces rojas al MéritoMilitar, sin pensión:

Capitán de Estado Mayor donAlfredo Escario.Teniente de Infantería donManuel Montoro.Paisano don Rogelio Cigarreta.110

Además, la Corona quisoconceder al coronel Ximénez deSandoval el título de marqués deDos Ríos; sin embargo, éste lorechazó y explicó tal supremoacto de hidalguía con estas pala-bras: “No acepto el título poraquella acción, porque lo de DosRíos no fue una victoria: allímurió el genio más grande que hanacido en América”. 111

Traslado del cadáver de JoséMartí a Santiago de Cuba

En los días siguientes alcombate, telegramas oficialesespañoles aseguraban que Martíhabía muerto en aquella acciónmilitar. La noticia causó una granconfusión general y no se le diodemasiado crédito en los sectoresindependentistas de Cuba y delexilio, como tampoco en los pro-pios sectores españoles. No podíaser cierto que Martí, cuya vida eratan valiosa para la causa revolu-cionaria cubana y que además no




Cruz de tropa de la Orden Militar de María Cristina

era militar, pudiera haber muertoen un campo de batalla. Era algoabsurdo por completo.

Como a pesar de los tele-gramas oficiales no se daba crédi-to a la noticia de la muerte deMartí, tuvo que ocuparse la pren-sa extranjera. Lo hizo con motivode que una empresa de seguros,llamada New York Life, se negabaa indemnizar a la viuda de Martí,Carmen Zayas de Bazán, quienhacía tiempo había asegurado suvida. Por otra parte, la viuda pidióaudiencia al general Arderius,para suplicarle que se le entregarael cadáver de su esposo parapoder enterrarlo en el panteón desu familia en La Habana, pero elgeneral Arderius se negó a reci-birla. 112

Al mismo tiempo enJiguaní (Oriente), el general dedivisión Juan Salcedo y Mantillade los Ríos ordenó a uno de susayudantes que comprobara si lanoticia era cierta. Una vez confir-mada, envió desde Santiago eltelegrama oficial siguiente:

“Santiago de Cuba, 21 demayo.- Ayer combate consideroresultado político de gran tras-cendencia. Por confidencias supegruesa partida enemiga se halla-ba entre Palma (Soriano) yRemanganaguas, y dispuse salidacolumna coronel Sandoval en subusca, encontrándola entre Bijasy Dos Ríos, orilla derechaContramaestre, en número 700hombres, con Martí, MáximoGómez, Masó y Borrero.Marchaban, según se asegura, apasar Cauto, para seguir Tunas y

Príncipe (Camagüey).Combate duró hora y

media, siendo enemigo desaloja-do sus posiciones y rechazado,huyendo subdivididos tres frac-ciones, siendo perseguido.Muerto titulado PresidenteRepública Cubana, José Martí,cuyo cadáver ha sido recogido eidentificado, a pesar empeño reti-rarlo. Enemigo tuvo además 14muertos vistos y muchos heridos,cogiéndosele las armas y corres-pondencia de Martí, del tituladocomandante de Estado Mayor, 37caballos muertos y 11 útiles paramonturas. Por nuestra parte,cinco muertos y siete heridos.Aseguran que Máximo Gómez yEstrada han sido muertos o heri-dos, faltando comprobación deesto, que procuraré obtener pormedios posibles.- Salcedo”.

Aquel mismo día 21 demayo, Salcedo ordenó al doctorPablo Aureliano de Valencia,licenciado en Medicina y Cirugía,que fuera de inmediato aRemanganaguas para exhumar el

cadáver de Martí, embalsamarlo yllevarlo después a Santiago deCuba. El doctor Valencia partió

aquel mismo día, a las 11 de lanoche.

El día 22, por la mañana,el doctor Valencia se encontró conla columna del coronel Ximénezde Sandoval cerca de PalmaSoriano, que desde entonces leacompañó. Aquel mismo día, elcadáver de Martí fue exhumado yel doctor Valencia hizo este pri-mer dictamen:

“A la sazón en que desem-barcó en esta Isla para ponerse alfrente del movimiento revolucio-nario estaba regularmente nutri-do, constitución regular y tempe-ramento bilioso.

Aunque delgado, bienconformado; de estatura regular;pelo castaño-oscuro rizado; unapequeña calvicie en la coronilla yentradas muy pronunciadas enlas sienes; frente ancha y despe-jada, cejas de igual color que elpelo y no muy pobladas; ojos cla-ros; nariz aguileña; orejas peque-ñas; boca regular; bigote fino ypoco poblado; buena dentadura,sólo le faltaba el segundo incisivode la mandíbula superior del ladoderecho, y los dientes, en sumayor parte, eran puntiagudos;cara de forma oval. Que presen-taba en las piernas señales dehaber llevado grillos”. 113

Al día siguiente, 23 demayo, el doctor Valencia realizóla autopsia:

“Dicho cadáver pareceser el de un hombre cuya edadfluctúa entre los 45 y 50 años, demusculatura firme y algo enjutode carnes… Que presenta ademásen la pierna derecha y en su ter-




Martí en el cementerio de Santa Ifigenia

cio superior, una hendidura espe-cial en la piel, correspondiendo adicha hendidura un color algomás oscuro que el del resto delcuerpo, pruebas evidentes dehaber sufrido en aquella parte,durante algún tiempo, una pre-sión con la contusión consiguien-te, producida por un anillo de hie-rro colocado en dicho punto.

Que presentaba lassiguientes heridas: una herida debala penetrante en el pecho, cuyoorificio de entrada parecíacorresponder a la parte anteriordel pecho a nivel del puño delesternón, el cual había sido frac-turado, presentando al parecerdicha herida su orificio de salidapor la parte posterior del tórax,en el cuarto espacio intercostalderecho, como a diez centímetrosde la columna vertebral.

Otra herida de bala en elcuello, cuyo orificio de entradaestaba debajo de la barba, comoa unos quince centímetros de lamisma, y a cuatro de la ramaderecha del maxilar inferior ycuyo orificio de salida se encon-traba por encima del maxilarsuperior, lado derecho, cuyo labioestaba destrozado. Otra herida,igualmente de bala, en el tercioinferior del muslo derecho yhacia la parte interna. Ademáspresentaba algunas contusionesen el resto del cuerpo”. 114

A partir del reconocimien-to facultativo de los restos morta-les de Martí, pudo comprobarseque había recibido en el combatede Dos Ríos cinco heridas debala: una en el pecho, otra en la

región anterior del cuello y lasrestantes en las extremidadesinferiores; y de éstas, las dos pri-meras fueron las que resultaronmortales. El traje que llevaba erade rayadillo azul, sombrero decastor y polainas de chagrén.

Tras ser tratado el cadávercomo buenamente pudo el doctorValencia, porque su avanzadoestado de descomposición impe-día un embalsamamiento en con-diciones, fue metido en un toscoataúd de madera, forrado denegro, con adornos de metal blan-co y ventana al rostro. Luego, elataúd fue colocado sobre unasparihuelas, y éstas sobre dosmulos. Después, el doctorValencia emprendió su viaje conel ataúd, desde Remanganaguashasta Santiago de Cuba. Le acom-pañó el 5º Batallón Peninsular, almando del teniente coronelManuel Michelena.

La comitiva llegó a PalmaSoriano el día 24, pero de caminose vio sorprendida por un grupode mambises que les tendió unaemboscada para apoderarse de losrestos mortales de su líder; perotuvieron que retirarse ante elfuego nutrido de los soldadosespañoles. En aquel encuentro,resultó herido en el cuello elteniente de Infantería Jorge de laTorre y Morales, nacido en Cubay bravo militar español que se dis-tinguió por su valor y arrojo en lacampaña de Melilla. Una vez enPalma Soriano, el ataúd fue colo-cado en un parque y exhibidopúblicamente, aunque ignoramospor qué dado el estado de los res-

tos. Quizás con la intención deque corriera la voz de que, enefecto, Martí estaba muerto.

El día 26 partieron dePalma Soriano dos columnas conel cadáver de Martí, la primera alas órdenes del teniente coronelJuan Tejada y Valera, y la segun-da a las del teniente coronelManuel Michelena. Poco despuésse separaron. Sin embargo,encontrándose la segunda cercadel ingenio Hatillo, fue atacadapor fuerzas mambisas, por lo queMichelena envió aviso a Tejada yéste acudió en su auxilio.

Continuaron las doscolumnas juntas hasta San Luis,llevando en el centro el féretro.Una vez en San Luis, éste fuecolocado en un vagón de ferroca-rril y conducido con fuerte escol-ta a Santiago de Cuba. El trenllegó a Santiago a las 6 de la tardey el ataúd fue trasladado alcementerio por la noche.

Discurso fúnebre del coronelJosé Ximénez de Sandoval

Al día siguiente, lunes 27de mayo, a las 8 de la mañana,tuvo lugar el entierro definitivode Martí en el CementerioGeneral de Santiago de Cuba,Santa Ifigenia. Una multitud decubanos acudió desde muy tem-prano a ver por última vez los res-tos mortales de su líder, tan admi-rado por los suyos como pormuchos de sus enemigos. Entrelos concurrentes había algunaspersonalidades como Antoniobravo Correoso, Joaquín Castillo




Duany, Ramón RegüeiferosTristá, y una nutrida representa-ción del Ayuntamiento.115 Elalcalde Bartolomé Vidal, poracuerdo tomado aquel mismo díaen el Ayuntamiento, ofreció gratisel nicho nº 134 de la galería surdel cementerio; y los propiosespañoles de la localidad regala-ron la lápida. 116

Como cabía esperar, elcementerio fue ocupado militar-mente por unidades del Ejército(una compañía del PrimerBatallón del Regimiento de Cubanº 65, al mando del comandanteManuel Tejerizo Cabero) y unida-des de la Guardia Civil, que vigi-laron el lugar para evitar cual-quier disturbio o politización deaquel acto fúnebre.

El acta del entierro deMartí decía:

“En el cementerio generalde la ciudad de Santiago deCuba, a los 27 días del mes demayo de 1895, constituidosen el mismo, a las ocho dela mañana, el señorCoronel don José Ximénezde Sandoval, jefe de lacolumna que dio la acciónde Dos Ríos el 19 delcorriente mes, comandantede infantería del primerbatallón del regimiento deCuba nº 65. Don ManuelTejerizo Cabrera, el coman-dante capitán de Caballeríaayudante del Excmo. Señorgeneral don Jorge Garrich, donEnrique Ubieta Mauri, el capitánde Infantería don Enrique Satué yCarbonell, a las órdenes del cita-

do señor coronel Ximénez deSandoval y el doctor en medicinay cirugía don Pablo A. deValencia Fons, se procedió, segúnorden del Excmo. Señor generalGobernador militar de esta plaza,a la identificación y enterramien-to del cadáver del titulado presi-dente de la cámara insurrectadon José Martí. En tal virtud yverificada la identificación, dis-puso el señor coronel antes citadose procediera a darle cristianasepultura, como así se verificó apresencia de los antes citadosseñores y numeroso grupo devecinos de esa ciudad, en el nº134 de la galería Sur.

Y cumpliendo lo ordenadopor S.E. firmamos esta acta paralos efectos que procedan y cons-tancia en lo porvenir. ManuelTejerizo. Enrique Ubieta Mauri.Enrique Satué. Pablo A. deValencia. José X. de Sandoval”.117

Puede decirse que aquelegregio patriota cubano y granpoeta hispanoamericano al queRubén Darío llamó “maestro”

(trato cortés muy frecuente enaquella época), tuvo un entierrotan sencillo como sus hermososversos. 118 Aquel hombre genial,que nadie discute que fue uno delos más grandes que España, laMadre Patria, ha dado enAmérica, tuvo un entierro 119 quesólo costó 7 pesos al Estado:. Por 3 tablas de madera decedro……………………… 3 . Por 5 libras de cera amari-lla……………………….. 1 . Por 3 libras de clavos dora-dos……………………... 0,45. Por dos paquetes de puntas tipo“París”………………… 0,40. Por dos paquetes develas………………….. 0,15. Por una gratificación a los queconstruyeron el ataúd…………2

TOTAL.………… 7 ,00 pesos

En una capilla en cons-trucción y sobre un sencillo túmu-

lo se colocó el ataúd. Selevantó luego la tapa delféretro para levantar elacta del enterramiento,antes reseñada, y pudoentonces comprobarse queel cadáver de Martí estabacompletamente putrefactoy despedía un hedor into-lerable, a pesar del exce-lente pero tardío trabajorealizado por el doctorValencia. El silencio en elcementerio era absoluto,

pese a la gran tensión existenteentre la multitud que se agolpabaen torno al cadáver.

El coronel Ximénez de




Sandoval rompió aquel silencioexpectante y se dirigió al públicoasistente con estas palabras:“¿Hay aquí algún pariente oamigo del que en vida fue JoséMartí? Pregunto esto por sialguien quiere tributarle los últi-mos honores”.

Los partidarios de laRevolución cubana se miraronunos a otros sorprendidos, peronadie se atrevió ni a susurrar pala-bra alguna. El coronel hizo unapausa, pero al comprobar quenadie se atrevía a responder a sugentil invitación, 120 continuócon un breve y muy sencillo dis-curso fúnebre:

“Señores, ante la muerte,cuando pelean hombres de hidal-ga condición como nosotros, des-aparecen los odios y rencores.Nadie que se sienta inspirado denobles sentimientos debe ver enestos yermos despojos, un enemi-go, sino un cadáver. Los militaresespañoles luchan hasta morir,pero tienen consideración para elvencido y honores para el muer-to”. 121

Allí en el cementerio deSanta Ifigenia, cuando los cuba-nos callaron por miedo, tan sólohabló un noble coronel español.Lo hizo precisamente el oficialque estaba al mando de la colum-na española que dio muerte aMartí en Dos Ríos. Fue un discur-so fúnebre muy merecido, ya quesi bien es cierto que José Martíhabía luchado y dado su vida porla independencia de Cuba, nadiepodía negar su profundo amor aEspaña, la Madre Patria, y que

precisamente él era el adalid de laHispanidad en el continente ame-ricano. Tal como él decía, fue lamala política de los gobiernos enCuba los que motivaron aquellaguerra y no el odio de los cuba-nos.

Las palabras del coronelJosé Ximénez de Sandoval en elentierro de José Martí no sóloengrandecieron su figura en aquelacto de suma hidalguía, sino quetambién constituyó la voz del pro-pio Ejército español inmerso enaquella terrible guerra fraticida:

“LOS MILITARESESPAÑOLES LUCHAN HASTAMORIR, PERO TIENENCONSIDERACIÓN PARA ELVENCIDO Y HONORES PARAEL MUERTO”.

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NOTAS

1 RIPOLL, Carlos: “Martí y la guerrainevitable”. En: Diario de lasAméricas. Miami. 10-10-1992, pág. 4-E.

2 MARTÍ, José: Diarios. Madrid,Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores,1997, pág. 99.3 Se llamaban “mambises” a los cubanosinsurrectos que combatían contra elEjército español en el campo y en lamanigua. La voz “mambí”, de origenbantú, se había empleado desde hacíamuchos años en Santo Domingo a losesclavos rebeldes como insulto, puessignificaba “cruel” o “malvado”. Losmilitares españoles que habían servidoallí fueron quienes llevaron dicha pala-bra a Cuba, en la Guerra de los DiezAños, y con ella denominaron despecti-vamente a todos los rebeldes que comba-tían en el campo y en la manigua. Con eltiempo, los independentistas se llamarona sí mismos mambises con orgullo.4 MARTÍNEZ ESTRADA, Ezequiel:Martí revolucionario. La Habana, Casade las Américas, 1974.5 PORTUONDO DEL PRADO,Fernando: Historia de Cuba 1492-1898.La Habana, Instituto Cubano del Libro,Editorial Pueblo y Educación, 1975, pág.515. 6 Según Juan Gualberto Gómez, esta

fecha obedecía a dos motivos: caer en elúltimo domingo de mes y ser el primerdía de carnavales y por tanto un festivomuy señalado. El primero facilitaba elque los emisarios fueran a donde estabanlos líderes y regresaran con respuestaspara avisar a Nueva York; y el segundopermitía la reunión en el campo y transi-tar a caballo en pequeños grupos sin lla-mar la atención, puesto que en dicha fes-tividad las reuniones y el tránsito a caba-llo eran frecuentes.7 Monte. Expresión muy común enOriente para designar el campo.8 Las guerras independentistas de Cubafueron tres: la Guerra Grande, Larga ode los Diez Años, o también Revoluciónde Yara (1868-1878); la GuerraChiquita, del Camagüey o de CalixtoGarcía (1879-1880); y la Guerra del 98(1895-1898). 9 El pueblo Loma del Gato había servi-do de base de operaciones a los españo-les en campañas anteriores.10 Su nombre verdadero era PedroAgustín Pérez, pero se le conocía comoPeriquito Pérez. 11 Bartolomé Masó será nombradoPresidente en 1897, siendo por tanto elúltimo presidente de la República deCuba en armas (1897-1898).12 El grito independentista de Bayatefue el más importante de todos cuantosse dieron el 24 de febrero de 1895. Talsuceso tan poco conocido merece unestudio detallado, puesto que al términode la guerra (1898) siempre se intentóminusvalorar el grito de Bayate porrazones políticas. Masó, candidato a lasprimeras elecciones presidenciales fren-te a Estrada Palma, fue contrario a laEnmienda Platt, puesto que no queríaque la República que nacería en 1902quedara endeudada a los EE.UU. Enaquellas primeras elecciones amañadas,Estrada Palma (candidato de EE.UU.)ganó a Bartolomé Masó. 13 El 27 de febrero, el ComitéAutonomista de Oriente visitó alGobernador Militar de Santiago de Cubapara manifestar su protesta debido a que

en Baire se había tomado el nombre desu partido. BACARDÍ Y MOREAU,Emilio: Crónicas de Santiago de Cuba.Tomo VIII. Torrejón de Ardoz (Madrid),Breogán, 1973, 2ª edición, pág. 76.14 Manuel García, famoso bandido inde-pendentista, se ofreció a unirse al movi-miento junto a su partida; pero finalmen-te murió aquel día por la madrugada.15 Pedro Betancourt huyó de España yen 1896 regresó a Cuba en una expedi-ción. Acabó la guerra como general yjefe de la División de Matanzas.16 Los historiadores siempre incorporaneste alzamiento a los de Matanzas, por-que se realizó en combinación con éstos.17 El coronel dominicano FranciscoBlanco era conocido como el coronelBellito.18 Miembros de la primera Comisióndel Partido Autonomista Cubano:Herminio Leyva (portavoz), José LuisRamírez Vila, Virgilio Chávez, Jesús yJuan de León, Ramón Romagosa y loscomerciantes peninsulares ManuelMuñiz, Marcelino Vázquez, RamónFernández, Ríos y otros. LOYNAZ DELCASTILLO, Enrique: LOYNAZ DELCASTILLO, Enrique: Memorias de laGuerra. Editorial de Ciencias Sociales,La Habana, 1989, pág. 145.19 Miembros de la segunda Comisióndel Partido Autonomista: Juan BautistaSpotorno (portavoz), Jesús de león,Manuel Romagosa, José Guerra, TanoGuerra y los jóvenes Eleusipio de León,Merconchín, Esteban Varona Pronesta,Durán Batista, Estrada, Alonso Rivero,Ramón Hernández, Ríos y otros. 20 Juan Bautista Spotorno fue temporal-mente presidente de la República deCuba en armas en la Guerra de los DiezAños. Promulgó entonces el famosoDecreto Spotorno, por el que se estable-ció la pena de muerte a todo emisarioque propusiera la paz en terreno insu-rrecto.21 LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: Memorias de la Guerra, Ob.cit., pp. 145-146.




22 Guillermón Moncada murió el 5 deabril de 1895 en Mucaral (Alto Songo),víctima de su enfermedad.23 El general Flor Crombet fue el jefe dela expedición por orden de José Martí, locual irritó de sobremanera al orgullosogeneral Antonio Maceo.24 BARCARDÍ Y MOREAU, Emilio:Ob. cit., tomo VIII, pp. 94-9525 El día 10 de abril, se produjo unencuentro armado entre una fracción dela expedición de la Honor (generalesJosé Maceo y Flor Crombet, comandan-te Fustiel, capitanes Noriega y Sánchez,y el teniente Sainz) y los famosos gue-rrilleros voluntarios “Indios de Yateras”,al mando de los tenientes Garrido yCasado. Flor Crombet murió de un tirode rifle en la frente, también murió elcapitán Joaquín Sánchez, y varios caye-ron prisioneros: el comandante Fustiel(herido), el capitán Noriega y el tenien-te Sainz. El cadáver de Flor Crombetfue conducido, ataco encima de uncaballo, al cafetal Felicidad, donde esta-ba el campamento del Regimiento deInfantería de Simancas, al mando delocoronel Joaquín Bosch y Abril. El cadá-ver de Flor Crombet fue enterrado endicho cafetal. Ibidem, tomo VIII, pp.98-99.26 MARTÍ, José: Epistolario. Editorialde Ciencias Sociales, La Habana, 1993,tomo V, pág. 45.27 Ibidem, pág. 48.28 Ibidem, pág. 51.29 Ibidem, pág. 59.30 Ibidem, pág. 70.31 Ibidem, pág. 79. 32 Ibidem, pág. 79.33 Ibidem, pág. 90. Tras varios años deruptura definitiva de su matrimonio conCarmen de Zayas Bazán, Martí habíatrabado relaciones en Nueva York conCarmen Miyares, viuda de ManuelMantilla y cubana, con quien tuvo unahija, que se llamó María MantillaMirayes. Un hijo de Carmen Miyares,Manuel Mantilla, colaboró estrechamen-

te con Martí en el exilio y le acompañóen el vapor Athos, cuando partió deNueva York hacia Santo Domingo parareunirse con Máximo Gómez.34 Ibidem, pág. 96.35 Ibidem, pág. 105. Estrada Palma seráel primer presidente de la República en1902.36 Ibidem, pág. 108.37 En esos días llegaron tropas derefuerzo desde España. El jueves día 22llagó a Caimarena el trasatlánticoAlfonso XIII con dos batallones proce-dentes del puerto de Barcelona, queluego continuaron su travesía en el vaporSanto Domingo hasta Santiago de Cuba:el Batallón Peninsular nº 4, con 896 pla-zas y al mando del teniente coronelRosendo Cifredo; y el BatallónPeninsular nº 5, con 586 plazas y almando del teniente coronel HilarioSantander Rodríguez. Dos días despuésllegó a Santiago de Cuba el vaporAntonio López, con el BatallónPeninsular nº 1 y al mando del tenientecoronel Patricio Giralt.38 Aquel mismo día, Martí escribió sucarta testamento político a FedericoHenríquez y Carvajal.39 Yara, pueblo de Oriente. Se refiere alalzamiento del 10 de octubre de 1868,que tuvo lugar en la finca de CarlosManuel de Céspedes y con el que se ini-ció la Guerra de los Diez Años oRevolución de Yara.40 A lo largo del siglo XIX, las autorida-des españolas de Cuba siempre mantu-vieron el slogan que decía “Cuba serásiempre española o africana”, pararecordar a los criollos cubanos la san-grienta y salvaje revolución de Haití yhacerles ver que la soberanía de Españaen Cuba no sólo era necesaria, sino esen-cial para evitar un levantamiento de losesclavos y de toda la gente de color de laIsla. En definitiva, se trataba de explotarel miedo al negro para asegurar el man-tenimiento de la soberanía española en laIsla.41 Como señala Miguel Ángel Serrano,

Martí era partidario de que los cubanosdebían de luchar por su independencia,aunque no descartaba cierto apoyo porparte de las repúblicas hispanoamerica-nas. SERRANO MOTEAVARO, MiguelÁngel: Fernando Villamil. Una vidaentre la mar y el dolor. La Guerra deCuba. Madrid, Arnao Ed., edición de laAsamblea Amistosa Literaria, 1988, pág.394.42 PORTUONDO, Fernando: Ob. cit.,pp. 523-524.43 MARTÍ, José: Epistolario. Ob. cit.,tomo V, pág. 116.44 Ibidem, pág. 11845 Ibidem, pág. 124.46 Ibidem, pág. 127.47 MARTÍ, José: Epistolario. Ob. cit.,pp. 138-140.48 Ibidem, pág. 142.49 Ibidem, pág. 149.50 Ibidem, pág. 160.51 El día 16 de abril, el capitán generalArsenio Martínez Campos llegó aSantiago de Cuba en el vapor ReinaMaría Cristina, para relevar a EmilioCalleja en el mando de la CapitaníaGeneral de Cuba. 52 En el combate murió el teniente coro-nel Alcides Duverger, expedicionario dela Honor.53 Ibidem, pág. 183.54 Ibidem, pág. 189.55 Martí se equivocó. Flor murió de undisparo de rifle en la frente. Puedenverse los detalles de su muerte en com-bate en la nota nº 25. 56 MARTÍ, José: Epistolario. Ob. cit.,pp. 200-201.57 Ibidem, pp. 206 y 213.58 Ibidem, pág. 227.59 MARTÍ, José: Diarios. GalaxiaGutenberg, Círculo de Lectores, Madrid,1997, pp. 108 y 165.60 Ibidem, pp. 165-166.61 Tipo de sombrero.62 Los paréntesis son nuestros.




63 MARTÍ, José: Ob. cit., pp. 109-111.64 La Constitución de Jimaguayú esta-bleció como la de Guáimaro (1869) ungobierno centralizado de la repúblicacubana en armas; pero en vez de hacerlodescansar en una cámara de la quedependía el ejecutivo, aunque con ciertasprerrogativas, juntó en un solo organis-mo los poderes legislativo y ejecutivo.Este organismo, designado con el nom-bre de Consejo de Gobierno, estuvo for-mado por: un presidente, un vicepresi-dente y cuatro secretarios de Estado parael desempeño de los asuntos de Guerra,de Interior, de Relaciones Exteriores yHacienda.65 El combate de Peralejo (13-07-1895)fue uno de los más famosos de aquellaguerra. Acampaba Maceo entreManzanillo y Bayamo cuando tuvo noti-cia de que hacia este último lugar, proce-dente del primero, se dirigía una fuertecolumna al mando del famoso brigadierSantocildes, convoyando provisiones yescoltando al capitán general ArsenioMartínez Campos. Maceo emboscó suinfantería entre los peralejos que bordea-ban el camino por donde habitualmentese hacía el trayecto de Manzanillo aBayamo y dispuso la caballería de modoque cayera en lugar descubierto sobre lacolumna, la cual caería antes bajo elfuego de la fusilería de la infanteríamambisa. Pero el general Santocildesfue informado de la trampa que habíatendido Maceo y tomó un camino pocousual, paralelo al escogido por Maceopara el combate. Al saber que el enemi-go español se le iba, Maceo cambió ladisposición de sus fuerzas y se lanzó alataque para obligar a los españoles acombatir. Varias brillantes cargas decaballería se estrellaron contra el formi-dable y macizo cuadro español. Al final,Martínez Campos se vio casi completa-mente envuelto por las fuerzas mambi-sas y por suerte pudo escapar del caminoque se le había cortado, y a marchas for-zadas logró llegar a Bayamo, dejandoatrás a numerosos muertos, heridos ypertrechos. En este combate murió elheroico general Santocildes, uno de los

mejores del Ejército español. Conocíabien al general Antonio Maceo, puestambién le había derrotado en el comba-te de San Ulpiano (muy parecido al dePeralejo), uno de los últimos de laGuerra de los Diez Años. Martínez cam-pos quedó en Bayamo creyendo queestaba cercado por numerosas fuerzasenemigas, hasta que por fin llegaron allívarias columnas españolas de refuerzo.Tan mal se vio Martínez Campos, queaños más tarde reconoció que aquelcombate, en el que estuvo a punto decaer prisionero de Antonio Maceo, fuesu pesadilla durante mucho tiempo.66 LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: Memorias de la Guerra. Ob.cit., pp. 163-164.67 MARTÍ, José: Diarios. Ob. cit., pp.

124-125.68 PÉREZ LANDA, Rufino: BartoloméMasó y Márquez. Estudio biográficodocumentado. Academia de la Historiade Cuba, La Habana, 1947, pág. 100.69 MARTÍ, José: Diarios. Ob. cit., pág.166.70 El Pacto del Zanjón (1878) puso fin ala Guerra del 68. Pero Antonio Maceo yun grupo de jefes y oficiales no lo acep-taron. En Mangos de Baraguá, Maceolideró este movimiento y protagonizó lacélebre Protesta de Baraguá, con la seinició la llamada Guerra Chiquita (1879-1880) o Guerra de Camagüey.71 El Pacto del Zanjón fue el que pusotérmino a la Guerra de los Diez Años(1868-1878).72 El escritor catalán Josep Pla (1897-1981) en su obra Un señor de Barcelonaexpone esta versión extraída de losarchivos militares españoles. Uno de loscontertulios del biografiado en la obra esprecisamente el general Juan Salcedo,del que siempre se decía en las tertulias:“Este hombre tuvo en sus manos la suer-te de Cuba”. PLA, Josep: Un señor deBarcelona. Barcelona, Destino, 1945.73 En España y en EE.UU. se llamaban“expediciones filibusteras” a las queiban de forma clandestina a Cuba para

transportar combatientes, armas, muni-ciones, pertrechos, etc. Por lo generalsalían desde varios puertos de Florida ysolían estar financiadas por el PartidoRevolucionario Cubano en el exilio.Durante el mandato del presidentedemócrata Grover Cleveland fueronmuy perseguidas por la Secretaría(Ministerio) de Justicia; pero luego notanto en el de su sucesor, el republicanoWilliam McKinley. Los “filibusteros”eran los miembros de las tripulacionesde los barcos que realizaban tales expe-diciones a Cuba. Existe abundante infor-mación sobre dichas expediciones en losArchivos Públicos de la Biblioteca delCongreso, en Washington. Guerrerocomete un gran error al llamar “filibuste-ros” a los mambises, porque no eran lomismo. Lo único que tuvieron en comúnfue que los “filibusteros” proporciona-ron un apoyo logístico esencial a losmambises desde el exterior de la Isla. 74 Existe también otra versión que man-tiene que Martí fue interceptado por unapatrulla española que le disparó. Luego,el práctico cubano Antonio Oliva, alhallarlo aún con vida, lo remató de undisparo. MARTÍ, José: Diarios. Ob. cit.,pág. 168.75 GUERRERO, Rafael: Crónica de laGuerra de Cuba. Barcelona, Libreríaeditorial de M. Maucci, 1895, pp. 111-124, 208, 309, 318, 131-133. 76 PÉREZ LANDA, Rufino: Ob. cit.,pp. 101-102.77 El encuentro de Masó con Martí yGómez se retrasó debido a noticiasdudosas y a órdenes contradictorias. 78 MARTÍ, José: Epistolario. Ob. cit.,pp. 250-252.79 La Comisión creada por la Academiade la Historia de Cuba en 1922 realizó lareconstrucción de la ruta seguida porMartí desde su desembarco en Playita deCajobabo hasta el mismo lugar dondemurió en Dos Ríos. Pudo entonces com-probar que aún quedaban los horconesde las dos casas mencionadas de La Jatíay los de la casa de Rafael Pacheco en LaBija. La casa grande de madera de La




Vuelta Grande aún seguía en pie.LUBIÁN Y ARIAS, Rafael: “Primerhomenaje a Martí en los campos de DosRíos”. Artículo en: Diario de lasAméricas. Miami, domingo 19 de mayode 1991, pág. 8-E. 80 Enrique Loynaz del Castillo (padrede la poetisa Dulce María Loynaz,Premio Príncipe de Asturias de lasLetras) afirma que Máximo Gómez,enfadado con Martí por sus diferenciasen La Mejorana y por comprobar lasmuestras de simpatía del pueblo hacia él,llegó a decir: “Me lo tienen giro eso dellamarle a Martí presidente… Martí noserá presidente, al menos mientras yoviva; porque todos los presidentes sonmalos, con pocas excepciones”. LOY-NAZ DEL CASTILLO, Enrique: “Laúltima etapa de la vida de Martí”. En:Memoria del Congreso de los EscritoresMartianos (febrero 20 al 27 de 1953). LaHabana, Publicaciones de la ComisiónNacional Organizadora de los Actos yEdiciones del Centenario y delMonumento de Martí, 1953, pp. 222-232. LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: Memorias de la Guerra. Ob.cit., pp. 166-167.81 LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: Memorias de la Guerra. Ob.cit., pág. 167.82 GUERRERO, Rafael: Ob. cit., pp.115-119.83 Días más tarde, será conducido aSantiago de Cuba y entregado el día 26del mismo mes al brigadier JorgeGarrich, que entonces era el gobernadormilitar. 84 El propio Máximo Gómez en su“Diario de Campaña” cuenta que latraición de Chacón previno a los españo-les de la emboscada que había tendido alconvoy militar, por lo que tuvo queregresar en la mañana del día 19 con sus40 hombres, sin saber que los soldadosespañoles seguían su rastro.85 LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: Memorias de la Guerra. Ob.cit., pág. 167.86 PÉREZ LANDA, Rufino: Ob. cit.,

pág. 102.87 GÓMEZ, Máximo: Diario deCampaña. La Habana, 1940, pág. 336.88 El coronel dominicano FranciscoBlanco era conocido por todos como“Bellito”. 89 Loynaz del Castillo afirma que existí-an “arboledas y maniguas”. LOYNAZDEL CASTILLO, Enrique: Memoriasde la Guerra. Ob. cit., pág. 168.90 Loynaz del Castillo se equivoca alcreer que dicha fuerza de apoyo eranunos 50 soldados fugitivos. LOYNAZDEL CASTILLO, Enrique: Memoriasde la Guerra. Ob. cit., pág. 168.91 LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: “La última etapa…”. Ob. cit.,pp. 225-226.92 Dagame (Calycophyllum candidissi-mum). Árbol viscoso. 93 Datos procedentes del dictamen de laautopsia realizada el 22 de mayo de 1895en la localidad oriental deRemanganaguas por el doctor PabloAureliano de Valencia. Más adelante tra-taremos sobre la autopsia. MARTÍNEZESTRADA, Ezequiel: Ob. cit., pp. 301-302.94 No hemos encontrado el nombrebotánico de este árbol tan común enCuba, como lo es el dagame.95 Cuatro meses después del combate,Salvador Cisneros, Marqués de SantaLucía y presidente del Consejo deGobierno de la República de Cuba enarmas, creado por la Constitución deJimaguayú, encomendó Enrique Loynazdel Castillo que fuera al lugar exactodonde murió Martí. El prefecto JoséRosalía Pacheco (entonces capitán) lellevó allí, donde precisamente habíaenterrado un frasco con tierra recogidadel charco de sangré que dejó Martí en elsuelo. Mientras Pacheco buscó dosmaderas para hacer una cruz sencilla ydejarla en el lugar, Loynaz del Castillohizo un hoyo con su machete, colocó elfrasco y una botella con un acta queescribió y firmó, y encima clavó unposte de madera de corazón para señalar

el lugar donde exactamente murió, entrelos dos árboles mencionados, el dagamey el fustete. Un año más tarde, los gene-rales Máximo Gómez y Calixto Garcíacon sus estados mayores y escoltas estu-vieron allí guiados por el prefecto, pararendir homenaje a Martí y levantar unpequeño obelisco en lugar del poste,rodeado por cada piedra que fue llevadapor cada uno de los congregados. Añosdespués se erigió allí mismo el monu-mento. LOYNAZ DEL CASTILLO,Enrique: “Última etapa…”. Ob. cit., pp.229-231.96 El 3 de diciembre de 1935, en lacueva del restaurante Or-Kon-Pon, seencontraban: José Antonio Primo deRivera, Dionisio Ridruejo, Agustín deFoxá, Pedro Bolarque, JacintoMichelena, Rafael Mazas, y José MaríaAlfaro. También estaba Agustín Aznar yAguilar en la puerta, para evitar la posi-ble huida de los poetas, y el maestroJuan Tellería al piano. José AntonioPrimo de Rivera distribuyó unas cuarti-llas entre todos y les encargó a cada unoque escribiera una estrofa. Así nació elhimno de la Falange Española y de lasJONS. Pero se dio el caso de que JoséAntonio Primo de Rivera y DionisioRidruejo tenían una gran admiración a lafigura y a la obra de Martí, e inspiradosen la imagen poética de los versos mar-tianos que hemos expuesto, quisieron serquienes escribieron la primera estrofa yque es la que da nombre al propio himnofalangista.97 GÓMEZ, Máximo: Diario deCampaña. La Habana, 1940, pág. 336.98 Según Loynaz del Castillo, el jovenoficial que se dirigió a Gómez propo-niéndole el rescate de Martí fue el jovenoficial Ramón Garriga, a lo que Gómezcontestó: “Eso se hará cuando se pueday se ordene”. LOYNAZ DEL CASTI-LLO, Enrique: Memorias de la Guerra.Ob. cit.., pág. 169.99 REVUELTA HATUEY, Francisco:José Martí y Santander. Unos centavosde Historia. Santander, AsambleaRegional de Cantabria, Gráficas Calima,1994, pág. 169.




100 Según el coronel Ximénez deSandoval, lo único que no se recuperófue la leontina de oro del reloj.101 El general Marcelo de Azcárraga erael ministro de la Guerra del gobierno deentonces, presidido por AntonioCánovas del Castillo. 102 MARTÍNEZ ESTRADA, Ezequiel:Ob. cit., pág. 299. REVUELTAHATUEY, Francisco: Ob. cit., pp. 169-170. La carta que el coronel escribió el24 de mayo de 1895 en Santiago deCuba al Ministro de la Guerra, estáreproducida en: BARCARDÍ Y MORE-AU, Emilio: Ob. cit., tomo VIII, pp. 137-138.103 BAQUERO, Gastón: “Versiones yprecisiones en la muerte de Martí”.Artículo publicado en 1965 y reproduci-do como capítulo en su obra: Indios,blancos y negros en el caldero deAmérica. Madrid, Ediciones de CulturaHispánica, 1991, pp. 178-179. 104 BACARDÍ Y MOREAU, Emilio:Ob. cit., tomo VIII, pág. 133.105 José Martí nació en La Habana, el28 de enero de 1853.106 REVUELTA HATUEY, Francisco:Ob. cit., pág. 171.107 Ibidem, ut supra.108 GUERRERO, Rafael: Ob. cit., pág.119.109 BACARDÍ Y MOREAU, Emilio:Ob. cit., tomo VIII, pág. 135.110 GUERRERO, Rafael: Ob. cit., pág.318.111 BAQUERO, Gastón: Ob. cit., pág.179.112 El diario La Lucha publicó la noticiade que la viuda de Martí, Carmen deZayas Bazán, había solicitado entrevis-tarse con el general Arderius, a lo que élse negó. Por ello escribió al director dedicho periódico para pedirle que inclu-yera el motivo de su entrevista: pedir eltraslado de los restos de su marido alpanteón de su familia. Más tarde, solici-tó permiso para trasladar el cadáver desu marido a La Habana, a lo que el capi-

tán general Martínez Campos accedióuna vez que hubieran pasado cinco años;es decir, en 1900. Dicho traslado nuncase realizó y los restos mortales nuncasaldrán de Santiago de Cuba. Por otraparte, la viuda presentó una copia certifi-cada del enterramiento y declaracionesde la identificación del cadáver a la com-pañía de seguros New York Life.Ignoramos si finalmente cobró el segurode vida de su esposo. GUERRERO,Rafael: Ob. cit., pp. 123 y 309.113 El 4 de octubre de 1869, un año des-pués de estallar la Guerra de los DiezAños, un grupo de Voluntarios pasó pordelante de la casa de los hermanosValdés Domínguez, en La Habana, yacusaron a Eusebio y a Fermín ValdésDomínguez, a Manuel Sellén, aAnastasio Portier, a Santiago Balvín y aJosé Martí de haberse burlado de ellos.Luego, en un registro realizado en dichacasa, los Voluntarios hallaron una cartafirmada por José Martí y Fermín ValdésDomínguez, dirigida a su condiscípuloCarlos de Castro y de Castro, a quien til-daban de “apóstata” por haberse alista-do en el Ejército español y pelear contrasu Patria; por tanto, ambos fueron dete-nidos bajo la acusación de infidencia. El21 de octubre, Martí ingresó oficialmen-te en la cárcel. Al año siguiente fue con-denado a seis años de presidio político yFermín Valdés Domínguez a seis mesesde arresto, ya que en el juicio Martí asu-mió toda la responsabilidad. Por tanto, el4 de abril de 1870 ingresó en el presidiocon el nº 133, brigada 1ª de Blancos, lle-vando desde entonces grilletes en lostobillos. Luego estuvo algún tiempo enla cigarrería departamental y en la forta-leza de La Cabaña por enfermedad. Mástarde, el 13 de octubre, fue trasladadopor indulto a Isla de Pinos y el 15 deenero de 1871 salió deportado haciaEspaña. De aquel tiempo que estuvo enpresidio, le quedaron las marcas de losgrilletes.114 MARTÍNEZ ESTRADA, Ezequiel:Ob. cit., pp. 301-302115 El alcalde Bartolomé Vidal; lostenientes de alcalde Manuel Peinado,

Antonio Balart, José Sirgo y GabrielSolá; y los concejales Francisco P.Caballero, Gabriel Ferrer, BartoloméMestre, Joaquín Zambrano y Luis deHechaverría. BACARDÍ Y MOREAU,Emilio: Ob. cit., tomo VIII, pág. 146.116 Ibid., pág. 304. GUERRERO,Rafael: Ob. cit., pág. 132.117 GUERRERO, Rafael: Ob. cit., pp.123-124.118 El 24 de febrero de 1907, los restosde Martí fueron trasladados a un modes-to panteón. Desde el mes de septiembrede 1947 hasta el 29 de junio de 1951,reposaron provisionalmente en el llama-do “Retablo de los Héroes”. Finalmente,el 30 de junio de 1951 volvieron a serexhumados y depositados en un nuevo ydefinitivo mausoleo. REVUELTAHATUEY, Francisco: Ob. cit., pág. 235.119 Lista de gastos firmada por un talCañete en Santiago de Cuba a 7 de juniode 1895. GUERRERO, Rafael: Ibidem,pág. 208. Si bien en la relación de gastosfigura que el ataúd era de madera decedro, otro documento dice que era depino pintado de negro. Ibidem, pág. 132.120 Mi entrañable e inolvidable amigoGastón Baquero fue un gran periodista,subdirector del tan señero Diario de laMarina, un portentoso poeta cubano delGrupo Orígenes y, sobre todo, un grancaballero que rebosaba sabiduría yhumanidad. En cierta ocasión, comen-tándome el entierro de “Aquella fue unagran ocasión para que cualquiera delos allí presentes pasara a la Historia,pero estaban todos atenazados y muer-tos de miedo”




Tecnología



Sony Ericsson W950, el Walkmanultradelgado con 4GB

Gran pantalla táctil de 2,6 pulgadas

El W950 es un nuevo integrante de la familia de móvi-les Walkman de Sony Ericsson, que impresiona por-que es un UMTS con 4GB de memoria flash, tiene unagran pantalla táctil y es extremadamente delgado.

Se podría decir que el W950 es el miembro de la familiade teléfonos Walkman de Sony Ericsson, más Walkman,es decir más enfocado hacia la idea de móvil-reproductorMP3, ya que es el integrante con mayor capacidad dealmacenamiento interno: 4GB de memoria flash (hasta4.000 canciones).

Sus 4GB le ponen a competir directamente con reproduc-tores de la fama del iPod nano de Apple (de 2 y 4GB) o

el Zen Micro de Creative (de 5 y 6GB), entre otros, contando con la ventaja de ser además teléfono móvil,reproductor de vídeo, visualizador de imágenes y poseer una pantalla táctil de gran tamaño: 2,6 pulgadas.

Todo un dispositivo multimedia portátil reducido a un terminal delgadísimo (1,5 cm.) y que cuenta con lasvirtudes del UMTS, como es la descarga de datos y navegar por Internet a alta velocidad.

El sexto de la familia

El W950 es el sexto miembro de la familia Walkman y fue presentado en el 3GSM celebrado en Barcelona.Es el tercer Sony Ericsson basado en el nuevo Symbian v9.1 y plataforma UIQ 3.0. Integra navegador HTMLOpera 8 y permite mandar y recibir emails.

Este móvil además destaca por su diseño fino y liso, y su acabado morado mate, a prueba de huellas, y conmatices en naranja. El teclado se encuentra nivelado a ras de la superficie.

El terminal estará disponible en septiembre y costará 600 euros. Algún usuario echará en falta la cámara defotos, algo que muchos consideran ya imprescindible en teléfonos de este precio, y a la que Sony Ericssonnos tenía bastante acostumbrados con sus móviles de doble frontal (por un lado cámara y por otro teléfono),pero es que con este modelo, la compañía ha apostado por un potente reproductor y por reducir en grosor.

Para nutrir de contenido multimedia a este teléfono desde el PC, el usuario puede hacerlo usando el softwa-re de gestión de música Disc2Phone que viene de serie, o bien gracias a su capacidad UMTS, transfiriendolas canciones directamente desde servicios de descarga online.

Tecnología



Especificaciones técnicasRedes Modo Dual UMTS (2100MHz) - GPRS 900/1800/1900.Memoria 4 GB flash. No soporta tarjetas de memoria.Dimensiones y peso 106 x 54 x 15 mm. 112 gr. Pantalla Táctil. QVGA TFT 2,6 pulgadas, 262.000 colores.Batería Tiempo de llamada: hasta 2,5/7,5 horas (UMTS/GSM). Tiempo Standby: hasta250/340 horas (UMTS/GSM). Cámara No. Conectividad Navegador de Internet Opera 8.0. RSS Feeds. Bluetooth 1.2. Infrarrojos. USB 2.0.MODEM. WAP 2.0 XHTML/HTML. Modo Dual UMTS 2100 – GSM/GPRS 900/1800/1900. Mensajería SMS, MMS y e-mail. Reproductor digital Sí. Soporta: MP3, AAC, AAC+, E-AAC+, WAV y m4a. Tiempo de repro-ducción musical 10 horas. Otros Radio FM con RDS. Java MIDP 2.0. Juegos 2D y 3D. Modo de vuelo. Precio y disponibilidad 600 euros y saldrá a la venta en septiembre.

Cine



INSTINTO BÁSICO 2: ADICCIÓN AL RIESGO

Sinopsis

Catherine Tramell deja San Francisco por Londres,donde iniciará una nueva vida centrada en su actividadde escritora en Europa. Al volante de un deportivo tieneun accidente con su novio y la fiscalía le acusa de lamuerte del mismo. Se ve obligada a ser evaluada por elpsiquiatra Andrew Glass y de aquí va a nacer un tremen-do juego de amor y muerte en una relación apasionante,que les confrontará con su pasado.

Duración: 115’País: Estados UnidosClasificación: MAYORES 18Género: ThrillerFicha artísticaDAVID MORRISSEYSHARON STONECHARLOTTE RAMPLINGFicha técnicaDirector:

MICHAEL CATON-JONESProductores:

MARIO KASSARGuionistas:

LEORA BARISH

Cine



ICE AGE 2. EL DESHIELO

Sinopsis

Manny, Sid y Diego vuelven con otra increíbleaventura con nuevos personajes y más diversiónque nunca. La Edad de Hielo está llegando a su finy los animales están encantados en su nuevomundo: un paraíso de parques acuáticos, géiseres ypozos de brea. Pero cuando descubren que la grancantidad de hielo derritiéndose arrasará el valle,tendrán que alertar a todos sus habitantes y buscaruna forma de escapar de la inevitable inundación.

Duración: 91’País: Estados UnidosClasificación: APTAGénero: ComediaFicha técnicaDirector:

CARLOS SALDANHAProductores:

CHRISTOPHER MELEDANDRIGuionistas:CARLOS SALDANHA

WWW y Juegos



La mayoría de los ciberataques son con fines lucrati-vos, no destructivos

Según el ‘Informe sobre Amenazas’ de Symantec

La novena edición del “Informe sobre Amenazas a la Seguridad de Internet” de Symantec revela quelos ataques actuales se centran cada vez más en obtener información confidencial, para lograr benefi-cios económicos, y ya no tanto en amenazas diseñadas para destruir datos. El 80% de los 50 principa-les códigos maliciosos detectados habría dejado al descubierto información confidencial.

Symantec ha dado a conocer el IX Informe sobre Amenazas a laSeguridad de Internet. Un estudio semestral, que abarca el periodo com-prendido entre el 1 de julio y el 31 de diciembre de 2005.

El Informe muestra un gran aumento de los delitos cometidos a través deInternet. Además revela que mientras los ataques efectuados hasta la fechaestaban diseñados “para destruir los datos, las amenazas actuales se centrancada vez más en obtener información confidencial de manera encubierta,para generar con ella beneficios económicos sin producir daños visibles ysin avisar al usuario de lo que sucede”.

El estudio ha registrado que el 80 por ciento de los 50 principales códigos maliciosos detectados habría deja-do al descubierto información confidencial. Un 6 por ciento más que los detectados en el anterior informe,que situaba la cifra en el 74 por ciento.

Las vulnerabilidades registran la cifra más alta

Los datos señalan que en los últimos seis meses se han documentado 1.896 vulnerabilidades de sistemas, lacifra más alta desde 1998 y un 40 por ciento más que hace un año. Las aplicaciones web han sido las másafectadas. Además el Informe señala que el fabricante tarda 49 días en disponer del parche correspondiente.

El explorador web más afectado es Internet Explorer de Microsoft con 24 vulnerabilidades.

España, origen del 3% de los ataques

España, según el Informe de Symantec, es el país de origen de un 3 por ciento de los ataques a nivel mundial,

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ocupando la séptima posición. Estados Unidos continúa encabezando la lista con un 31%. En comparacióncon la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África), España se sitúa en el puesto 4 con el 9 por ciento delos ataques de origen, por detrás de Reino Unido (18%), Francia (16%) y Alemania (12%).

Sober X, el peor

Se han detectado en el periodo que comprende el estudio un total de 10.992 nuevos virus Win32 y gusanos,en el anterior informe se registraron 10.866, lo que refleja un ligero aumento. Se observa una disminución decódigos maliciosos graves y un aumento de los considerados de nivel bajo o muy bajo. El código maliciosoque más ha afectado a EMEA ha sido el gusano Sober.X, seguido de Netsky.P, Spybot, Tooso.L y Jeefo. Hahabido un incremento del 91 por ciento de códigos maliciosos que atacan los servicios de mensajería instan-tánea.

Por otra parte, la media de los ataques diarios ha disminuido en los últimos seis meses de los 57 a los 39. Esde destacar el incremento de los ataques de negación de servicio. Se han producido 1.402 ataques diarios, loque supone un aumento de un 51 por ciento en comparación con el semestre anterior.

En cuanto a los equipos infectados con ‘bots’ (programas que proporcionan a los atacantes un control no auto-rizado de un ordenador), Estados Unidos encabeza el ranking de países con el 26 por ciento, seguido de ReinoUnido con un 22 por ciento. España ocupa el puesto octavo (sube uno con respecto al anterior informe) conun 3 por ciento de equipos infectados. En la región EMEA,España ocupa el tercer puesto con un 6 por ciento, por detrásde Reino Unido y Francia con un 49% y 10% respectivamen-te.

El Phishing sigue imparable

Los ataques mediante técnicas de Phishing han seguidoaumentando. Symantec ha contabilizado un promedio de7,92 millones de ataques de phishing al día, lo que indica uncrecimiento del 39% de este tipo de amenazas respecto alsemestre anterior.

En cuanto al Spam, correo electrónico no deseado, 1 de cada119 emails que discurren por Internet lo son. El 56 por ciento tiene su origen en Estados Unidos. El porcen-taje del Spam originado en España representa un 2 por ciento del total mundial y se sitúa en el puesto 9.

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La Commandos Strike Forcees una unidad de elite, conmiembros seleccionados de lasunidades mas duras de los ejér-citos aliados. Especialmenteentrenados en fortaleza física,supervivencia, armamento ytácticas, y equipados con elarmamento mas moderno,deben cumplir misiones estra-tégicas tras las líneas enemigaspara desestabilizar las opera-ciones Nazi antes del asaltodefinitivo de las fuerzas alia-das. La Commandos Strike

Force es la vanguardia del contraataque aliado, con sus métodos irregulares y no convencionales para acabarcon el enemigo.

1942: La SGM se encuentra en pleno apogeo. Europa cae de rodillas ante la acometida nazi de Hitler. Franciay Noruega han caído. Inglaterra ha sido destrozada. Rusia esta bajo fuertes bombardeos. La libertad de Europay el destino del mundo están en la cuerda floja.Commandos Strike Force es un shooter en primera persona que cuenta con tres personajes cada uno con dife-rentes características y habilidades. Acciones encubiertas, misiones de infiltración y sigilo, enfrentarse al ene-migo con un variado arsenal de armas y utilizar intrincadas tácticas. Sabotea, secuestra oficiales y haz fraca-sar los planes enemigos con incursiones tras las líneas enemigas. Lucha en Stalingrado, Noruega y Franciacomo un Boina Verde, Francotirador o Espía. Abre la lucha en escenarios abiertos no lineales. Entra en com-bate solo o con 7 amigos online en PS2 y 15 en Xbox Live y PC.

Cuando .........



...apareció el primer periódico?

El primer periódico impreso salio a la luz en laciudad belga de Amberes en 1605. TituladoNieuwe Tijdingen, Ultimas Noticias, daba cuentade la batalla de Eckeren, en la cual las tropas delmarques de Spínola derrotaron a las de MauricioNassau. Este nuevo sistema de dar noticias sepopularizó, y los editores de Nieuwe Tijdingendecidieron en 1617 que empezara a salir regular-mente. En aquella misma época aparecieron perió-dicos en Hamburgo, Viena, Berlín Augsburgo yotras ciudades centroeuropeas. Tras ellos vinieronlas relaciones y las gacetas. Por ultimo, no hay queolvidar que en realidad los orígenes de los periódi-cos se remontan al reinado de Julio Cesar.Concebidas en el año 59 a. de C., las acta diurnarecogían las principales noticias del día.

...surgió In vida en nuestro planeta?

Si nos remitimos exclusivamente a las evidenciasfósiles, se puede afirmar que los primeros organis-mos aparecieron en el periodo precámbrico, hacecasi 4.000 millones de años, unos 600 millones deaños después de que la Tierra se formara.Los paleontólogos han hallado fósiles microscópicosparecidos a las bacterias actuales de hasta 3.500millones de años de antigüedad en Sudáfrica y en eloeste de Australia. Incluso los estratos más arcaicosde nuestro planeta, que se localizan en Isua,Groenlandia, y que tienen una edad de 3.800 millo-nes de años, albergan trazas de actividad biológica.Todo esto hace suponer que la vida apareció en laTierra muy pronto.

...se lanzo la primera bomba?

Cuando los mongoles asediaron la capital chinaPien-king, el emperador Tung-kian-kang-king orde-no al general Wei-shing que lanzara al enemigo laprimera bomba de la historia. Esta consistía en unabola de hierro rellena de yo, una mezcla de salitre,nafta y resinas, que explotaba tan pronto como ardía.El ruido que producía el chin-tie’n-liu, como se lla-maba este arma, era muy parecido al del trueno y se

podía escuchar a 35 kilómetros a la redonda.

...se invento In olla a presión?

En 1679, 17 siglos después de que el ingeniero grie-go Heron construyera una esfera hueca que girabaimpulsada por el agua que hervía en su interior, elfísico francés Denis Papin fabricó la primera olla apresión. Esta consistía en un recipiente con una tapa-dera fuertemente ajustada en la que el agua a sobrepresión alcanzaba el punto de ebullición. La olla lo-graba en su interior una temperatura tan elevada quelos alimentos se cocinaban antes de lo usual.

...nos sube la bilirrubina?

La bilirrubina es un pigmento verde rojoanaranjadoresponsable del color pardo de las heces. Esta sus-tancia se forma a partir de la degradación de la he-moglobina -proteína capaz de captar el oxigeno- trasla destrucción de los glóbulos rojos muertos, princi-palmente en el bazo, el hígado y la medula ósea.La hemoglobina así liberada se transforma en bili-rrubina, que es vertida en la Sangre para ser captadapor otra proteína, la albúmina. Tras un largo viaje porel torrente sanguíneo, el complejo proteico llega alhígado. Allí, las células hepáticas o hepatocitos sepa-ran la bilirrubina de su acompañante, y la conducenhasta los canalículos biliares, para ser incorporada enla bilis, un líquido amarillo verdoso que intervieneen la digestión. Aunque la mayor parte de la bilirru-bina se origina siguiendo esta vía metabólica, tam-bién puede surgir de la hematina, sustancia presenteen los hematomas.Generalmente, la cantidad de bilirrubina que fabricanuestro organismo permanece constante; entre 0’5 y2 gramos diarios, aunque esta cifra puede fluctuar.La síntesis en exceso del pigmento es capaz de des-encadenar serios trastornos, como la formación decálculos biliares y la aparición de ictericia, enfer-medad que se caracteriza por una coloración amari-llenta de la piel y las mucosas, debido a la acumula-ción de dicha sustancia. Además, se sabe que la bili-rrubina en determinadas situaciones resulta altamen-te toxica para el cerebro de los recién nacidos.Algunos bebes nacen afectados por un trastorno

Cuando .........



metabólico que es conocido como ictericia fisiológica,enfermedad causada por la masiva degradación de gló-bulos rojos.

...son peligrosos los lunares?

Los nevus o lunares son unas manchas pardas, mas omenos oscuras, que salpican nuestra piel en numeroque puede llegar hasta los 15 o 20. Los lunares, queestán constituidos por células nérvicas unidas a modode ramillete o nido, van apareciendo progresivamente alo largo de la infancia y adolescencia, llegan a su máxi-mo en la etapa adulta, y empiezan a borrarse en lavejez.Generalmente, estas manchas -que a veces resultanatractivas y en ocasiones desagradables- no son peli-grosas. Pero en casos excepcionales, uno de los inocen-tes puntitos evoluciona hacia una forma de cáncer depiel bastante grave, el melanoma. Aunque existentumores melánicos benignos, son frecuentes las neo-plasias pigmentarias de evolución clínica maligna,como el melanosarcoma. Pero, ¿como podemos sabercuando un lunar es peligroso?AI inspeccionar un nevus debemos tener en cuenta sutamaño, que normalmente no excede de 5 milímetrosde diámetro. Según los dermatólogos, a partir de los 10milímetros, el lunar empieza a ser sospechoso. La colo-ración es otro indicador de la salud de la mancha. Si sucolor es uniforme, estamos fuera de peligro; pero sipresenta distintas tonalidades o contiene puntitos decolor rojo, azul o blanco, es recomendable visitar alespecialista.La forma del lunar, que debe de ser de límites biendefinidos y marcados, y su naturaleza también puededarnos algunas pistas. Si es congénito, o surge en losprimeros meses de vida, conviene extirparlo. Por ulti-mo, hay que tener en cuenta la localización del lunar.Los nevus acrales, ubicados en las piernas, pies, Brazosy manos, es recomendable que sean examinados por eldermatólogo, así como los situados en el aparato geni-tal, cuello y articulaciones, que están sometidos a fre-cuentes traumatismos.

....se secó el mediterráneo?

Por increíble que nos parezca, hubo un tiempo en elque se podía ir de Málaga a Melilla, o de Marsella aTrípoli paseando tranquilamente por el fondo del

Mediterráneo, sin tener que sortear ni un solo charco deagua. Pero de esto hace muchísimo tiempo, muchoantes de que el primer hombre apareciera sobre la fazde la Tierra.Esta enorme balsa de agua salada de 3.800 kilómetrosde longitud y una extensión de 2.966.000 kilómetroscuadrados, que para los antiguos constituía el centrodel universo, y que nosotros estamos convirtiendo enuna cloaca, prácticamente se secó en la Era Terciaria.Esto ocurrió exactamente a finales del Mioceno, haceunos trece millones de años. Según el profesor K.J.Hsu, durante este período geológico, el Mediterráneoexperimento un drástico cambio, pasando de ser unmar abierto y profundo -actualmente llega a los 4.632metros de profundidad a la altura del Peloponeso- aotro rico en evaporitas, un tipo de formación sedimen-taria cuyos componentes, antes de ser depositados,estaban disueltos en agua salada (es el caso de la salgema o el yeso). Según confirma el profesor Hsu, lapresencia de evaporitas en los fondos mediterráneosconstituye una prueba de que el Mare Nostrum sequedó sin una gota de agua.De esta forma, las cuencas del levante español y lasislas Baleares se transformaron en vastos lagos, enunas bellas zonas lacustres; que luego volvieron a serinundadas por el mar.

...apareció el derecho de pernada?

Contra lo que comúnmente se cree, el derecho de per-nada nada tiene que ver con la potestad del señor feu-dal de beneficiarse a cuanta moza casadera circularapor su feudo.En algunos lugares de España la pernada era una cere-monia feudal que consistía en poner, el señor feudal osu representante, una pierna sobre el lecho de los vasa-llos el día en que se casaban. En otros lugares, posible-mente más amplios, este derecho consistía en recibir -siempre es el señor feudal el que recibe- un cuarto tra-sero de los animales sacrificados por sus vasallosdurante la ceremonia nupcial; según consta en el fueroconcedido al lugar de Gosol, en el año 1273.A pesar de tratarse de un símbolo del vasallaje quedebían los siervos y su futura descendencia a los amos,es mas que probable que algunos de estos caballeros seacostaran realmente con la recién casada la noche debodas

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premio internacional 2005 guardas del rey

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