presentacion clinica diagnostico por imÁgenes

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ANGIOMIOLIPOMA RENAL (AML) CASO 054 BIBLIOGRAFIA: 1. Katabathina V, Vikram R, Arpit N, Tamboli P, Menias C, Prasad S. Mesenchymal neoplasms of the kidney in adults: Imaging spectrum with radiologic-pathologic correlation. Radiographics. 2010; 30:1525---40. 2. Lienert AN. Renal angiomyolipoma. BJU International. 2012; 4:25---7. 3. Bestard Vallejo JE, Trilla Herrera E, Celma Domenech A, Pérez Lafuente M, de Torres Ramírez I, Morote Robles J. Angiomiolipomas renales: presentación, tratamiento y resultado de 20 casos. Actas Urol Esp. 2008; 32:307---15. 4. Froemming A, Boland J, Cheville J, Takahashi N, Kawashima A. Renal epithelioid angiomyolipoma: Imaging characteristics in nine cases with radiologic-pathologic correlation and review of the litera- ture. AJR. 2013; 200: W178---86. 5. Taneja R, Bhargava P, Cuevas C, Dighe M. Common and lesscommon renal masses and masslike conditions. Radiol Clin North Am. 2012; 50:245---57. 6. Kotis AL. Ultrasound and CT imaging assessment of renal angiomyolipoma. BMJ Case Reports. 2010;10:1136. 7. Rivero WP. Angiomiolipoma renal gigante y linfangioleiomiomatosis pulmonar esporádica no filia- da. A propósito de un caso. Urol Colomb. 2014;23:227---32. 8. Francis I. Imaging and management of the incidentally discovered renal mass. Cancer Imaging. 2009;9:30---7. 9. Yamakado KT. Renal angiomyolipoma: Relationships between tumor size, aneurysm formation, and rupture. Radiology. 2002;225:78---82. 10. Raman SH. Beyond renal cell carcinoma: Rare and unusual renal masses. Abdom Imaging. 2012;37:873---84. 11. Prando AP. Renal cell carcinoma: Unusual imaging manifestations. Radiographics. 2006;26:233---45. Fig. 1. Y 2 Paciente femenina, con presencia de nódulo refringente bien delimitado de 10,8 mm, sin evidencia de vascularización incluso con Doppler de poder. Fig. 3. Otra paciente que presenta un nódulo refrin- gente de 16 mm. , bien delimitado y escasamente vascularizado. Fig. 4. Otra paciente que presenta múltiples nódulos refringentes bien delimitados, de diferente tamaño, compatibles con angiomiolipomas. Fig. 5 y 6. La misma paciente en que se demuestran los múltiples nódulos de diverso tamaño y forma, uno de ellos con vascularización leve. Fig. 7 y 8. Otra paciente con varios nódulos refringentes, el mayor de 49 x 31 mm, sin señal vascular, localizado cerca de la pelvis, que deforma el contorno renal. Fig. 9 y 10. Otra paciente que presenta una masa refringente bien delimitada, compatible con angiomiolipoma de gran tamaño, de 6 x 4 x 2 cm, localizada cerca de la pelvis, que produce ligera ectasia por compresión extrínseca. Fig. 11 y 12. Misma paciente en la cual se observa escasa vascularización en la masa descrita, con registro Doppler de relativa baja resistencia con IR: 0,52. DEFINICION Es una neoplasia benigna de origen mesenquimal compuesta por cantidades variables de tejido adiposo maduro, músculo liso y vasos sanguíneos dismórficos. INCIDENCIA Y PREVALENCIA Representa el 1 al 3% de todos los tumores renales (1). Su incidencia en la población general es de aproximadamente el 0,3 al 3%, y como la gran mayoría de ellos suelen ser asintomáticos, se identifi- can principalmente en autopsias. Existen 2 subtipos histológicos, uno clásico y otro epitelioide, los cuales pueden tener diferentes comportamientos en las modalidades de imágenes diagnósticas. En 2004, la Organización Mundial de la Salud clasificó además los AML de tipo epitelioide como neopla- sias potencialmente malignas (2-4). Es más frecuente en mujeres que en hombres. Del 50 al 70% son de presentación esporádica, con una incidencia del 0,1 al 0,2%, y del 30 al 50% restante se asocian a síndromes genéticos, como el complejo de esclerosis tuberosa (CET) y la linfangioleiomiomatosis pulmonar esporádica. El 80% de pacientes con CET presentan AML renales en algún momento de su vida (5,6) y su etiología aún no es conocida. PRESENTACION CLINICA La mayoría son asintomáticos y su diagnóstico es incidental. Lesiones con diámetro mayor de 4 cm tienen mayor riesgo de ser sintomáticas y de presentar complicaciones. La triada clásica descrita con- siste en dolor abdominal agudo, masa palpable y hematuria, está presente hasta en un 40% de los casos (7). Sin embargo, por lo general la presentación es variable, con síntomas desde dolor abdomi- nal (40%), masa palpable (11%) y/o rotura con hemorragia retroperitoneal (síndrome de Wunder- lich). En los casos más severos, hasta en un 20%, la hemorragia puede conllevar a shock hipovolémi- co (3,7). DIAGNOSTICO POR IMÁGENES Cualquier lesión renal con grasa macroscópica demostrada en ultrasonido (US), tomografía compu- tarizada (TC) o resonancia magnética (RM) debe hacer sospechar el diagnóstico de AML. Aunque el diagnóstico radiológico usualmente es acertado y se cuenta con múltiples modalidades diagnósti- cas complementarias para la confirmación, en algunos casos se debe recurrir a la realización de biop- sia para estudio histopatológico. Los AML clásicos tienen una presentación típica en cada una de las modalidades diagnósticas; sin embargo, en las variantes con bajo contenido graso (1) y epitelioide, que tienen una presentación muy similar, los hallazgos pueden ser indistinguibles a los del carcinoma de células renales (CCR), por lo que la evaluación debe ser minuciosa (8). El tamaño (generalmente > 4 cm) y la formación de aneurismas se relaciona directamente con el riesgo de ruptura de los AML, por lo que su identifi- cación y descripción son de gran importancia. A medida que el tumor crece la vascularización es mayor y aumenta el riesgo de formación de aneurismas. Aneurismas mayores a 5 mm tienen mayor riesgo de ruptura y otras complicaciones (9). HALLAZGOS POR ULTRASONIDO La apariencia típica del AML clásico es de una masa focal ecogénica, bien delimitada. Las variedades con bajo contenido graso y epitelioide, que representan la minoría, suelen presentarse como masas isoecoicas con respecto al parénquima renal y representan un dilema diagnóstico por su similitud con el CCR, pudiéndose confundir hasta en un 12% de los casos (10). Aunque su diferenciación medi- ante US es difícil y poco precisa, en algunos estudios se ha sugerido que la presencia de un anillo ecogénico periférico y/o la presencia de lesiones hipoecoicas intralesionales son hallazgos sugesti- vos de CCR (10,11). A la valoración con Doppler color y Doppler de poder puede haber ausencia de flujo intratumoral o presencia de flujo central persistente que no se extiende a la periferia, a diferen- cia de los CCR, en los que sí hay flujo periférico. CONDUCTA Y TRATAMIENTO • Control y seguimiento en lesiones asintomáticas y < 4cm. • Cirugía o embolización selectiva en lesiones >4 cm (mayor riesgo de ruptura y hemorragia).

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Page 1: PRESENTACION CLINICA DIAGNOSTICO POR IMÁGENES

ANGIOMIOLIPOMA RENAL (AML)

CASO 054

BIBLIOGRAFIA:1. Katabathina V, Vikram R, Arpit N, Tamboli P, Menias C, Prasad S. Mesenchymal neoplasms of the kidney in adults: Imaging spectrum with radiologic-pathologic correlation. Radiographics. 2010; 30:1525---40.2. Lienert AN. Renal angiomyolipoma. BJU International. 2012; 4:25---7.3. Bestard Vallejo JE, Trilla Herrera E, Celma Domenech A, Pérez Lafuente M, de Torres Ramírez I, Morote Robles J. Angiomiolipomas renales: presentación, tratamiento y resultado de 20 casos. Actas Urol Esp. 2008; 32:307---15.4. Froemming A, Boland J, Cheville J, Takahashi N, Kawashima A. Renal epithelioid angiomyolipoma: Imaging characteristics in nine cases with radiologic-pathologic correlation and review of the litera-ture. AJR. 2013; 200: W178---86.5. Taneja R, Bhargava P, Cuevas C, Dighe M. Common and lesscommon renal masses and masslike conditions. Radiol Clin North Am. 2012; 50:245---57.6. Kotis AL. Ultrasound and CT imaging assessment of renal angiomyolipoma. BMJ Case Reports. 2010;10:1136.7. Rivero WP. Angiomiolipoma renal gigante y linfangioleiomiomatosis pulmonar esporádica no �lia-da. A propósito de un caso. Urol Colomb. 2014;23:227---32.8. Francis I. Imaging and management of the incidentally discovered renal mass. Cancer Imaging. 2009;9:30---7.9. Yamakado KT. Renal angiomyolipoma: Relationships between tumor size, aneurysm formation, and rupture. Radiology. 2002;225:78---82.10. Raman SH. Beyond renal cell carcinoma: Rare and unusual renal masses. Abdom Imaging. 2012;37:873---84.11. Prando AP. Renal cell carcinoma: Unusual imaging manifestations. Radiographics. 2006;26:233---45.

Fig. 1. Y 2 Paciente femenina, con presencia de nódulo refringente bien delimitado de 10,8 mm, sin evidencia de vascularización incluso con Doppler de poder.

Fig. 3. Otra paciente que presenta un nódulo refrin-gente de 16 mm. , bien delimitado y escasamente vascularizado.

Fig. 4. Otra paciente que presenta múltiples nódulos refringentes bien delimitados, de diferente tamaño, compatibles con angiomiolipomas.

Fig. 5 y 6. La misma paciente en que se demuestran los múltiples nódulos de diverso tamaño y forma, uno de ellos con vascularización leve.

Fig. 7 y 8. Otra paciente con varios nódulos refringentes, el mayor de 49 x 31 mm, sin señal vascular, localizado cerca de la pelvis, que deforma el contorno renal.

Fig. 9 y 10. Otra paciente que presenta una masa refringente bien delimitada, compatible con angiomiolipoma de gran tamaño, de 6 x 4 x 2 cm, localizada cerca de la pelvis, que produce ligera ectasia por compresión extrínseca.

Fig. 11 y 12. Misma paciente en la cual se observa escasa vascularización en la masa descrita, con registro Doppler de relativa baja resistencia con IR: 0,52.

DEFINICIONEs una neoplasia benigna de origen mesenquimal compuesta por cantidades variables de tejido adiposo maduro, músculo liso y vasos sanguíneos dismór�cos.

INCIDENCIA Y PREVALENCIARepresenta el 1 al 3% de todos los tumores renales (1). Su incidencia en la población general es de aproximadamente el 0,3 al 3%, y como la gran mayoría de ellos suelen ser asintomáticos, se identi�-can principalmente en autopsias. Existen 2 subtipos histológicos, uno clásico y otro epitelioide, los cuales pueden tener diferentes comportamientos en las modalidades de imágenes diagnósticas. En 2004, la Organización Mundial de la Salud clasi�có además los AML de tipo epitelioide como neopla-sias potencialmente malignas (2-4).Es más frecuente en mujeres que en hombres. Del 50 al 70% son de presentación esporádica, con una incidencia del 0,1 al 0,2%, y del 30 al 50% restante se asocian a síndromes genéticos, como el complejo de esclerosis tuberosa (CET) y la linfangioleiomiomatosis pulmonar esporádica. El 80% de pacientes con CET presentan AML renales en algún momento de su vida (5,6) y su etiología aún no es conocida.

PRESENTACION CLINICALa mayoría son asintomáticos y su diagnóstico es incidental. Lesiones con diámetro mayor de 4 cm tienen mayor riesgo de ser sintomáticas y de presentar complicaciones. La triada clásica descrita con-siste en dolor abdominal agudo, masa palpable y hematuria, está presente hasta en un 40% de los casos (7). Sin embargo, por lo general la presentación es variable, con síntomas desde dolor abdomi-nal (40%), masa palpable (11%) y/o rotura con hemorragia retroperitoneal (síndrome de Wunder-lich). En los casos más severos, hasta en un 20%, la hemorragia puede conllevar a shock hipovolémi-co (3,7).

DIAGNOSTICO POR IMÁGENESCualquier lesión renal con grasa macroscópica demostrada en ultrasonido (US), tomografía compu-tarizada (TC) o resonancia magnética (RM) debe hacer sospechar el diagnóstico de AML. Aunque el diagnóstico radiológico usualmente es acertado y se cuenta con múltiples modalidades diagnósti-cas complementarias para la con�rmación, en algunos casos se debe recurrir a la realización de biop-sia para estudio histopatológico. Los AML clásicos tienen una presentación típica en cada una de las modalidades diagnósticas; sin embargo, en las variantes con bajo contenido graso (1) y epitelioide, que tienen una presentación muy similar, los hallazgos pueden ser indistinguibles a los del carcinoma de células renales (CCR), por lo que la evaluación debe ser minuciosa (8). El tamaño (generalmente > 4 cm) y la formación de aneurismas se relaciona directamente con el riesgo de ruptura de los AML, por lo que su identi�-cación y descripción son de gran importancia. A medida que el tumor crece la vascularización es mayor y aumenta el riesgo de formación de aneurismas. Aneurismas mayores a 5 mm tienen mayor riesgo de ruptura y otras complicaciones (9).

HALLAZGOS POR ULTRASONIDOLa apariencia típica del AML clásico es de una masa focal ecogénica, bien delimitada. Las variedades con bajo contenido graso y epitelioide, que representan la minoría, suelen presentarse como masas isoecoicas con respecto al parénquima renal y representan un dilema diagnóstico por su similitud con el CCR, pudiéndose confundir hasta en un 12% de los casos (10). Aunque su diferenciación medi-ante US es difícil y poco precisa, en algunos estudios se ha sugerido que la presencia de un anillo ecogénico periférico y/o la presencia de lesiones hipoecoicas intralesionales son hallazgos sugesti-vos de CCR (10,11). A la valoración con Doppler color y Doppler de poder puede haber ausencia de �ujo intratumoral o presencia de �ujo central persistente que no se extiende a la periferia, a diferen-cia de los CCR, en los que sí hay �ujo periférico.

CONDUCTA Y TRATAMIENTO• Control y seguimiento en lesiones asintomáticas y < 4cm.• Cirugía o embolización selectiva en lesiones >4 cm (mayor riesgo de ruptura y hemorragia).