Project Gallery

DiegoBianchi

Español

Project Gallery: Diego Bianchi19 de febrero – 26 de julio de 2015

Diego Bianchin. 1969, Buenos Aires; vive en Buenos Aires WasteAfterWaste, 2015Instalación en técnica mixta, esculturas y performanceCortesía del artista

1103 Biscayne Blvd. Miami, FL 33132305 375 3000info@pamm.orgpamm.org

Acreditado por el American Alliance of Museums, Pérez Art Museum Miami (PAMM) es patrocinado en parte por el Estado de Florida, el Departamento de Estado, la División de Asuntos Culturales y por el Consejo de las Artes y la Cultura de la Florida. También recibe apoyo del Departamento de Asuntos Culturales del Condado de Miami-Dade, el Alcalde del Condado de Miami-Dade y la Junta de Comisionados del Condado. Apoyo adicional es provisto por la Ciudad de Miami y OMNI CRA – Agencia de Desarollo Comunitario. Pérez Art Museum Miami es una instalación accesible. Todo contenido © Pérez Art Museum Miami. Todos los derechos reservados.

WasteAfterWaste (2015) es una instalación a gran escala cuya producción el Pérez Art Museum Miami encomendó al artista residente en Buenos Aires, Diego Bianchi (n. 1969) para ser incluida en la Papper Family Project Gallery. El proyecto supuso varias visitas de investigación del artista a Miami, seguidas de seis semanas de intensa producción, tanto in situ en la propia galería como en un almacén fuera del predio. El ambiente envolvente, sensual, construido por el artista fue elaborado mediante el uso de diversos materiales de descarte. Ha sacado a estos desechos de su estado normal de invisibilidad dentro de la sociedad de consumo y los ha reposicionado como conjuntos de esculturas, transformando de ese modo a la basura en arte. Su proyecto aborda las tendencias consumistas específicas de los sitios turísticos como Miami, vinculándolas al mismo tiempo a cuestiones más amplias relacionadas con economías globales estructuradas en torno a compras compulsivas y la rápida utilización y eliminación de productos, que da por resultado cantidades masivas de desechos que se manejan fuera de la vista del público.

La práctica artística de Bianchi maduró durante el período posterior a 2001 en Argentina, cuando la divisa del país fue devaluada y éste entró en una dramática crisis económica. Habiéndose considerado con orgullo un país predominantemente de clase media, Argentina debió enfrentar nuevas realidades y la formación de clases sociales alternativas. Para muchos de los artistas más jóvenes, tuvo un impacto simbólico particularmente fuerte durante este período el incremento en el número de cartoneros–personas que recogen cartón y otros artículos de desecho para revenderlos–que se ven en la calle. La mayor visibilidad de estos materiales de descarte tuvo un impacto particularmente fuerte en Bianchi, quien venía adhiriendo cada vez más a una ética de la producción de arte que involucrara la reutilización de materiales, más que el empleo de materiales nuevos. La noción de lo abyecto es un tema central en el pensamiento de Bianchi. Término relacionado con el psicoanálisis, en las artes visuales lo abyecto involucra a la atracción y la repulsión simultáneas que provocan lo sucio, lo escatológico y las excreciones del cuerpo, que buscamos esconder, ignorar o reprimir. Los desechos que se encuentran en las esculturas del artista–que incluyen teléfonos celulares descartados, ropa de diseño exclusivo, zapatos, carteras, materiales orgánicos y muebles de plástico–representan “objetos abyectos” dentro de la lógica de nuestra economía de consumo, estructurada en torno a promover la adquisición de lo nuevo, lo limpio y lo brillante. Esta cultura económica transforma a cualquier producto en obsoleto o indeseable dentro de un lapso de tiempo de sólo unos pocos años. La instalación de Bianchi vuelve a poner a estos materiales indeseados ante nuestra vista, forzándonos a reconocer su existencia actualmente degradada. Los revitaliza y los anima, dotándolos de características humanas a través de sus inusuales experimentos formales. Sus métodos de estructuración son a menudo agresivos, al punto de evocar una sensación de crueldad: corta, quema, cementa o une los numerosos objetos que utiliza.

Las composiciones que Bianchi engendra exigen sus propios medioambientes, sus propios paisajes artificiales únicos. Una de las tensiones dinámicas que se crea en su obra es el juego entre el llamamiento de sus ensamblajes a ser interpretados como esculturas individuales y su desplazamiento hacia ser absorbidas visualmente por los espacios teatrales en los que los coloca. Estas instalaciones a menudo hacen referencia a dramáticas condiciones climáticas, tormentas o desastres naturales. En el caso de WasteAfterWaste, el artista ha bloqueado específicamente la vista de las palmeras, el parque y la bahía que ofrecen las dos gigantescas paredes de vidrio de la Project Gallery, pintando el vidrio con una pintura blanca y opaca utilizada tradicionalmente para cubrir escaparates de tienda abandonados. Esta superficie gestual es translúcida, pero encierra el espacio, forzando la mirada del espectador hacia el interior. Utilizando paredes retorcidas, quebradas y en ángulo (construidas con mampostería reciclada de una exposición museística anterior), el artista ha imbuido a la galería de un movimiento centrífugo y de energía. Todos los elementos y materiales arquitectónicos instalados en su interior parecen ser atraídos hacia una torre de desechos en la esquina delantera de la sala, creando un espacio que sugiere las fuerzas de un tornado o la estructura arremolinada de un huracán.

Para contrarrestar las energías caóticas generadas por estos elementos, Bianchi ha empleado postes separadores de acero inoxidable con bandas retráctiles de nylon negro como recurso para poner orden. Estos objetos se utilizan normalmente para el control del público en museos, donde estructuran las líneas de espera de las personas que desean ingresar a las galerías. En este proyecto, el artista ha utilizado estos postes separadores para movilizar a los espectadores a través de su pieza como en un laberinto, al tiempo que crea un dibujo geométrico tridimensional de líneas negras que atraviesa el espacio horizontalmente.

Los proyectos de Bianchi abordan continuamente el tema del cuerpo humano, de forma más directa a través del modo en que sus instalaciones coreografían el movimiento de los cuerpos de los espectadores y la manera en que sus variadas texturas, superficies y formas monumentales apelan a nuestros sentidos. Los maniquíes de exhibición, representaciones industriales de cuerpos masculinos y femeninos destinados a la industria de la moda, constituyen elementos recurrentes en sus obras, a menudo divididos en fragmentos que luego son reensamblados en formas extrañas y perturbadoras. Sus maniquíes recuerdan proyectos modernistas a los que se dedicaron artistas como Marcel Duchamp y Salvador Dalí, quienes estuvieron involucrados con los movimientos de arte Dadá y surrealista a principios del siglo XX.

En años recientes, Bianchi ha incorporado elementos de performance a sus proyectos de modo creciente, activándolos con la presentación de cuerpos en vivo durante el curso de sus exposiciones. Para WasteAfterWaste, ha recurrido a intérpretes que ostentan tatuajes en varias partes de su cuerpo. A estas personas se les requirió que permanecieran en la galería por un lapso de varias horas por día durante el fin de semana

inaugural de la muestra y que presionaran su piel tatuada contra áreas sin pintar en las paredes de vidrio pintadas, de modo que sus tatuajes fueran visibles desde el exterior del museo. El artista ve estas representaciones gráficas, dibujadas permanentemente sobre la superficie del cuerpo, como un paso hacia su cosificación; contribuyen a transformar el cuerpo en un objeto destinado a ser disfrutado, exhibido y consumido.

Crudas, toscas y a veces intencionalmente vulgares, las obras de Bianchi aspiran, sorprendentemente, a transmitir una belleza inusual. Una belleza que no surge de la armonía, la calma o de una elegancia natural, sino que emerge de lo inesperado, de la violencia como transgresión. Estas obras coquetean permanentemente con la seriedad del arte, y al mismo tiempo la historia del arte continua siendo un fuerte elemento de inspiración y atracción. La sofisticación formal de las obras se revela lentamente, a medida que uno pasa más tiempo con ellas. Sugieren un futuro distópico pero no carente de estética; más bien apuntan a un futuro que requiere de una nueva relación entre los seres humanos y los objetos que desean, utilizan, y luego rechazan.

Tobias OstranderCurador en Jefe y Director Adjunto de Asuntos Curatoriales

WasteAfterWaste

Diego Bianchi nació en 1969 en Buenos Aires, donde vive y trabaja. Entre 2003 y 2005, participó en el Programa de Becas Kuitca en la Universidad de Buenos Aires. Estudió en la Escuela de Pintura y Escultura Skowhegan, Maine, en 2006. Entre sus exposiciones recientes se cuentan Suspensión de la incredulidad, ARCOmadrid (2014); Into the Wild Meaning, Visual Arts Center, Universidad de Texas en Austin (2013); Ejercicios espirituales, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires (2010); La música que viene, Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Santa Fe, Argentina (2008); y Wake me up when the present arrives, Locust Projects, Miami (2007). Su participación en exposiciones colectivas incluye la Bienal de Estambul (2013); Slow Burn, an index of possibilities, Spoorzone 013, Fundament Foundation, Tilburg, Países Bajos (2013); Nuevas Tendencias, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2012); Bienal de Lyon, Francia (2011); y Bienal de La Habana, Cuba (2009). En 2013, presentó una representación teatral titulada Under de Si en colaboración con Luis Garay, en el Tacec de La Plata, Argentina y en el Festival de Malta en Polonia. Actualmente está al frente del Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires.

Biographía

Imágenes: Diego Bianchi, WasteAfterWaste (detalle), 2015. Cortesía del artista.