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    BIBLIOTECA BSICA

    DE AUTORES VENEZOLANOS

    Rajatabla

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    LUISBRITTOGARCA

    Rajatabla

    Prlogo

    JUDIT GERENDAS

    BIBLIOTECA BSICADE AUTORES VENEZOLANOS

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    1 edicin en Biblioteca Bsica de Autores Venezolanos, 20041 reimpresin en Monte vila Editores Latinoamericana C.A., 2007

    ILUSTRACIN DE PORTADA

    Bruja del tapiz amarillo,1951

    OSWALDO VIGAS

    leo sobre tela

    85 x 100 cm

    Coleccin particular

    DISEO DE COLECCIN

    Marisela Balbi

    DISEO DE PORTADA

    Helena Maso

    MONTEVILAEDITORESLATINOAMERICANA,C.A., 2007Apartado postal 70712, Caracas, Venezuela

    Telefax (58-212) 263.8508

    www.monteavila.gob.ve

    Hecho el Depsito de Ley

    Depsito Legal No lf 50020078003324

    ISBN 980-01-1224-3

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    BIBLIOTECABSICADE AUTORES VENEZOLANOS

    La coleccinBiblioteca Bsica de Autores Venezolanosseorigina en la necesidad de garantizar a nuestra sociedad elacceso al disfrute de la lectura. Su formulacin est en-marcada dentro de los objetivos estratgicos que se planteael Estado para alcanzar la democratizacin de la lectura, atravs del libro como un bien cultural esencial destinado

    a la formacin y el desarrollo de los ciudadanos. Por elloMonte vila Editores Latinoamericana, la editorial del Esta-do venezolano, presenta este conjunto de ediciones masivasconformado por una cuidada seleccin de ttulos consa-grados del acervo literario nacional.

    En este sentido, la Biblioteca Bsica de Autores Vene-zolanosacoge obras de la narrativa (serie verde), la poesa

    (serie roja), la dramaturgia (serie durazno) y la prosa en-saystica y documental (serie azul); que dan cuenta de larica y esplndida trayectoria de las letras venezolanas.

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    PRLOGO

    Rajatabla,de Luis Britto Garca, constituido por setenta y trescuentos breves, fue publicado por primera vez en 1970, luegode haber ganado ese mismo ao el prestigioso Premio Casade las Amricas, en la modalidad de cuento. La posicin ti-ca, la feroz negativa a vivir sin honor, la vertiginosa percep-cin del desvanecimiento de todo lo que va dejando de ser, y la

    no menos vertiginosa transformacin de lo que ya slo en apa-riencia pertenece al mundo de lo real, el descentramiento delescritor de su significativa posicin anterior, son algunas delas grandes lneas que caracterizan a estos ejemplares mini-cuentos, perfectos en su tensin interna, en su capacidad deconcentracin y de sntesis, en los giros inesperados que sur-gen en medio de situaciones aparentemente neutras, o, al me-

    nos, convencionales, tal como el horror inolvidable del cuentoCarne, donde, en una nueva vuelta de tuerca del tema deUnamodesta proposicin, de Jonathan Swift, clsico paradigma delejercicio de la irona, los nios se comen a los seres humanoscon entera naturalidad.

    Las frases finales de muchos de estos textos, restallantes,breves y espeluznantes, les dan un cierre brillante, una puesta

    en escena del horror diferente al de los cuentos fantsticos dePoe, igual de terribles, aunque pertenecientes a otro registro.

    Los cuentos de Rajatabla no estn lejos de la realidad,pero juegan con la ciencia-ficcin y con lo fantstico. En eso

    Rajatabla /IX

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    consiste su carcter sofisticado. Leyendo el titulado Pobla-

    cin, parecieran llegar a nuestros odos ecos de la tristementeclebre frase de Milln Astray dndole vivas a la muerte, en unrecinto universitario. Pero junto con ellas tambin nos llega elrecuerdo de las recias, duras y valerosas palabras de Unamu-no, levantndose solitarias en contra del horror que encierranlas del fundador de la legin falangista. El pensador vasco asu-ma sin reservas, y plenndolo de sentido, el trmino de intelec-

    tual, que no todos los que se atreven a usar tienen la talla paraalcanzar la medida que el mismo exige. El filsofo Unamunonunca se caracteriz por la serenidad, y, de acuerdo con las cir-cunstancias histricas que le tocaron vivir, que no fueron nifciles ni suaves, sus palabras, que expresaban con pasin suscreencias, fueron violentas, severas, crticas y polmicas.

    As son las de Luis Britto Garca tambin, desde este libro

    de juventud tan notable, el cual marc un hito en la narrativalatinoamericana de su momento. Cuando en el ya mencionadocuento, Poblacin, se le dan vivas a la peste, para acabar conlos habitantes de los pases subdesarrollados y as controlar laexplosin demogrfica, el autor est sometiendo a una ferozstira, con la misma pasin inteligente de Unamuno, actitudessimilares a las de Milln Astray:

    Y regresaron los tcnicos con los rayos que dan sobredosis y la

    vacuna que se pone con la de la viruela o sin la de la viruela por-

    que mejor, vivan las pestes, y tuvimos las escuelas sin nios y

    tuvimos los campos sin labradores y tuvimos las ventanas de los

    pueblos sin muchachas (...) (p. 79).

    X/LUIS BRITTO GARCA

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    EL HORROR

    El horror est en el centro de este volumen, cuyos setenta ytres textos configuran un conjunto coherente, orgnico, de unaarquitectura cuidadosamente estructurada, que ya anticipa elvasto universo deAbrapalabra,publicada diez aos despus,en 1980.

    Las torturas ms espeluznantes, llevadas a cabo cientfica-

    mente, los neutros informes que dan cuenta de ellas con carc-ter de observacin objetiva y tcnica, la ficcionalizacin deuna siniestra creatividad puesta al servicio del control del indi-viduo, todo ello nos da una imagen, al igual que enLa naranjamecnica, de Kubrick, de una devastacin total de los seres hu-manos observada por los que tienen el poder de autorizarsemejantes actividades con entera tranquilidad e indiferencia.

    Treinta aos despus de la aparicin del libro, los textos nossiguen hablando de horrores que son actuales, que suceden en elmundo diariamente, tanto en lo social como en lo poltico. Entreestos horrores uno de los no menores consiste en no controlar ala propia mente, sometida a todo tipo de intervenciones, narra-das aqu a partir de los recursos de la ciencia-ficcin, aunquelos mismos se parecen demasiado a las manipulaciones que se

    producen, con otros medios, en la realidad del da a da.Frente a todo esto se halla el individuo, con su grandeza y su

    vulnerabilidad, el ser humano enfrentado a su destino. Uno delos muchos aspectos dignos de destacar en Rajatabla es laimportancia que se le otorga al ser, al sujeto, a su orgullo, a sugrandeza y a su identidad, al individuo nombrndose a s mismo,como lo hace otro vasco, ste s desaforado y salvaje, el prota-gonista del cuento Lope, el Tirano Aguirre, cuya coartada,segn el cuento, es aceptar la derrota, aunque sabe que su triun-fo consiste en seguir siendo Lope, ms all del tiempo.

    Rajatabla /XI

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    Es el individuo el que asume con valor, con coraje, el inten-

    to de romper con la alienacin. En las circunstancias dadas nole queda otra opcin que hacerlo por medio de la violencia: talcomo se presentan las ecuaciones, no existe otra posibilidadpara salirse de la historia prefabricada por otros, aunque tam-bin, con demasiada frecuencia, la nica alternativa final seadar un paso hacia la nada.

    En otros textos nos hallamos frente a la derrota histrica de lamemoria y a la imposibilidad de fijarla, todo lo cual lleva al vr-tigo del vaco. La memoria deja de existir, se nos dice en Note laausencia de confinamiento, en el cual la percepcin misma hasido manipulada, abolida. En sentido contrario, a todo ello seopone el revolucionario que no delata, cuya fingida prdida dememoria es metaforizacin de la resistencia, la cual es tematiza-

    da en varias secciones de la obra, las de neta ndole poltica. Perodesde otras surge un ser humano que ya prcticamente no loes. El que emerge de los textos de ciencia-ficcin, en los cua-les las memorias se vuelven enchufables y desenchufables, avoluntad del que ejerce el poder, y aquel que fue un ser huma-no, y que a primera vista an parece serlo, se va desintegrandointernamente, se fragmenta en trozos incompatibles entre s.

    El arte tampoco escapa a este horror. As, nos encontramoscon el espanto de un arte que consiste en someter a torturas dedistinta ndole al artista, en una perversin cuyo objetivo finales lograr la creacin de una gran obra de arte, como es Lacasa de los muertos, de Dostoievski, nacida a partir del simula-cro de fusilamiento al cual el autor fue sometido.

    XII/LUIS BRITTO GARCA

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    EL ARTE

    El arte es un tema central en los cuentos, en los cuales uncierto tipo de esculturas y de otras obras contemporneas esobservado por el autor con una mirada burlona, con humor eirona, hasta que en el relato Etra (significante invertido querepresenta lo contrario de arte), todo el arte moderno es someti-do a una feroz crtica. En El monstruo un ser fantstico, el

    Urfal, un extraterrestre que ha llegado a laTierra por accidente,es confundido con una obra de arte y recibe el primer premio enuna exposicin, de la cual jurado y pblico creen que l formaparte. La stira toma cuerpo en una visin desaforada y fantsti-ca, claramente precursora, en poca tan temprana, de la crtica aconcepciones actuales que han declarado la muerte del arte y dela literatura. Los cuentos ironizan la deconstruccin de las obras

    y la opcin de verlas como productos indiferenciados, criticandola posicin que niega el valor esttico, la no diferenciacin entreobras de calidad y obras mediocres o epignicas, haciendo tabu-la rasa del concepto de valor. La mirada irnica lo ficcionaliza deuna manera implacable en Etra:

    Las acusaciones de gratuidad y de incompetencia fueron r-

    pidamente acalladas por la consideracin de que retirar del

    lienzo, separar los colores, y volver al tubo sobre todo vol-

    ver al tubo el leo que formaba las sonrosadas mejillas de

    un Whistler, es tarea no menos delicada, no menos exigente,

    que la de sacar del tubo, mezclar y aplicar sobre el lienzo el

    leo que forma las sonrosadas mejillas del Whistler. As, pudo

    verse en el Whitney Museum el estuche contentivo de los

    veinte tubos de blanco de plata y negro marfil que antes estu-

    vieron desordenadamente esparcidos sobre un lienzo llamado

    Guernica (p. 123).

    Rajatabla /XIII

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    De esta manera vemos que ya en 1970 el autor prev lo que

    se proclama hoy en da como la muerte del arte, algo que, segnla mirada irnica presente en este cuento, estara tan sujeto a laextincin como los dinosaurios, los cuales no tuvieron continui-dad alguna, ni una segunda oportunidad sobre la Tierra.

    De aqu a mostrar una fantstica agresividad de la obra dearte slo hay un paso. El pantomorfn, producto de la desafo-rada fantasa del escritor, genera agresividad en los objetos

    que lo rodean. El autor nos muestra a este tipo de obra de arteen una continua y atemorizante transformacin, como a un servivo que se modifica permanentemente a s mismo, asumiendoformas cada vez ms incontrolables.

    En oposicin a todo ello, la propuesta fundamental deBritto Garca en cuanto al arte es la de que ha de ser, necesa-riamente, un revulsivo, objetivo que Rajatabla ciertamente

    cumple con creces.

    EL TIEMPO

    La densidad de los conceptos que atraviesan estos textosnos muestra un combate que no es el tradicional entre bien y

    mal, sino el que se entabla entre este ltimo y la nada. La op-cin es sobrecogedora: frente a las alternativas de la desinte-gracin por la entropa y la eliminacin de toda coherencia apartir del caos, por una parte, es preferible lo que est en elotro extremo del eje: el mal, el cual, al menos, tiene su propialgica, una racionalidad que permite mantenerse dentro de l.

    De esta condicin slo el tiempo, una de las categoras

    ms abstractas que ficcionaliza el texto, permite liberarse.As, el ya mencionado Urfal, el extraterrestre, logra salir dela trampa en la que ha cado, la de ser confundido con una

    XIV/LUIS BRITTO GARCA

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    obra de arte, y evadirse de la prisin que representa para l

    la sala de exposiciones, al encontrar una configuracin del tiem-po que le permitir viajar al espacio ilimitado.El abstracto concepto de tiempo se convierte en algo

    material, en una sustancia que la escritura hace sensiblemediante el ritmo, las imgenes audaces y las posibilidadesofrecidas por la ciencia-ficcin. En el vrtigo perenne deesta escritura percibimos a la eternidad y al infinitesimal

    segundo confundidos en un solo tiempo.En Entropa, el ltimo ser humano, desamparado y aban-

    donado, tiene que adquirir nociones fundamentales como lasde tiempo y espacio, por s mismo, sin ayuda previa, sin expe-riencias ni teoras acumuladas al respecto, desde un grado cerode la existencia. Poco a poco ir descubriendo que el tiempo esregularidad, y que hay extraos fenmenos que van marcando el

    transcurrir; a la vez, descubre que el tiempo tambin marca supropio destino, el de l que es el ltimo hombre, en un universotrgico en el que la condicin humana se nos muestra patticay grandiosa, expresada en ese personaje que an cree en unaopcin heroica que ya le ser imposible cumplir. Viajero porel espacio infinito, ltimo representante del gnero humano,su gran lucha y su brillante ingenio llevan al fracaso y a la

    nada, en un final an ms cruel que el de 2001 Odisea delespacio, de Kubrick, una vez ms referencia inevitable.

    En un cuento igualmente angustiante, Locura, el tiempo dela demencia se materializa en desesperantes ciclos repetitivos. Laprosa, en correspondencia con la historia, se vuelve a su vezdesesperantemente repetitiva, pero luego el mundo se invierte y lalocura parece expresar su angustia en un tiempo lineal, ya no rei-

    terativo, momento en el cual los enunciados se vuelven tambinsimples y lineales, correctos y regulares, invirtiendo a su vez lalgica de la locura y dislocando a la realidad representada.

    Rajatabla /XV

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    En Guerras posibles / La guerra en el tiempo la explora-

    cin del tiempo es llevada a lmites extremos, hasta el absurdo,dentro del registro, una vez ms, de la ciencia-ficcin. Segn estecuento, se supone que ha sido demostrado matemticamente queel tiempo es capaz de detenerse y retornar al pasado. El obje-tivo ser, entonces, como en tantos otros textos del volumen,refinar el modo de hacer la guerra: en esta ocasin, demolien-do y restaurando el tiempo, para as poder matar a los nios

    que sern los soldados enemigos de maana, o destruir la ciu-dad en la que nacer Carlos Marx y as evitar su nacimiento,fulminar el pasado para, en el re-gistro del absurdo, evitar ladestruccin del presente.

    Finalmente, tambin el tiempo termina adquiriendo unefecto siniestro, cuando la obra de arte, en el ya mencionadoPantomorfn, se metamorfosea en un reloj que marcha ha-

    cia atrs, con lo cual el futuro queda clausurado y el sujeto seencuentra atrapado, una vez ms, en la agobiante repeticinincesante del tiempo y de los hechos ya transcurridos.

    LA DUPLICACIN

    Dentro de este universo, amenazante y absurdo, la duplicacin, laambivalencia, la fusin con el otro, aunque sin reconocerse en l,la prdida de los contornos del sujeto, la fragmentacin, la desin-tegracin y la convivencia de opuestos que debieran excluirse,contribuyen a intensificar la sensacin de caos y la presencia dela entropa. La exploracin de una realidad as percibida se dade una forma irnica en el cuento Primer manifiesto del arte

    realista, cuya propuesta es una delirante e hiperblica duplica-cin del mundo entero.

    XVI/LUIS BRITTO GARCA

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    Pero luego van sucediendo hechos ms espeluznantes. Las

    personas podrn ser intercambiadas las unas por las otras sinque se den cuenta, con lo cual se llega a la total prdida de laidentidad, tan cara para la propuesta fundamental del volumen,y a la imposibilidad de controlar al propio ser. De la misma for-ma se van sucediendo simbiosis y prdidas de lmites, en un disol-verse en la indiferenciacin, en una nueva vuelta de tuerca delvrtigo que producen estos cuentos. En un conjunto de ellos cada

    personaje es slo una apariencia de s mismo, una falsificacin,una puesta en escena ficticia para crearse una personalidaddiferente, tal como sucede en Ella l. En El hacedor de dio-ses tambin se inventa un personaje, se crea a un ser de burlaspara ser venerado, el cual terminar siendo un objeto de cultoreal.Aqu se produce una falsificacin cultural dentro de una cul-tura de la falsificacin, al crearse un dios del cual podrn produ-

    cirse efigies mercantiles que nada tendrn de sagrado, con locual se anticipa lo que ser luego uno de los temas centrales deAbrapalabra. El cuento, como tantos otros del volumen, girasobre s mismo, y la voluntad de duplicar, manifestada por el per-sonaje narrador, es sustituida por el objeto duplicado, el cualadquiere vida propia y se impone por s mismo, en sentido con-trario al previsto por su creador, el cual termina creyendo en el

    falso dios que l mismo ha inventado.Otros cuentos, ms siniestros, nos muestran la intervencin

    manipuladora en el ser de los personajes representados, su desin-tegracin por un poder invisible y no especificado, y su conver-sin en otra cosa. Los seres transformados son sujetos de unaalienacin, la cual toma cuerpo, en numerosos casos, como yahemos dicho, dentro del gnero de la ciencia-ficcin, sin que deje

    de remitir, al mismo tiempo, a lo social.

    Rajatabla /XVII

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    REPRESIN,LUCHA POLTICA,GUERRAS

    Estos relatos relmpago, que captan tanto la instantanei-dad como el infinito, estn marcados por la desmesura, por lacontradiccin, pero tambin por el asedio a la violencia, al cri-men, a la represin. Imgenes terribles, de una audaz poesa,dan cuenta del uso del poder para los crmenes ms atroces.La represin poltica de los aos sesenta, los lanzamientos de

    seres vivos desde helicpteros, las torturas y los asesinatos,son muchas veces narrados, dentro de la ficcin, por los pro-pios ejecutores de esos actos, en una especie de historia oraldel crimen como poltica de Estado.

    Los finales dramticos, los giros inesperados, las percep-ciones de las vctimas y, destacadamente, la normal existenciade todo ello para una sociedad que ha aceptado acrticamente

    lo atroz, caracterizan a estos textos. Personajes que van a sermatados nos hablan en primera persona, dando cuenta delhorror cotidiano, que irrumpe en existencias que intentan ig-norar la violenta lucha social desencadenada, pero que ter-minan siendo tragados por ella, como los personajes dePicnic interrumpido.

    En el cuento Nada de negocios, el asesor norteamericano

    de todos los candidatos presidenciales, y luego exclusivamentedel que resulta electo presidente, es Mister Godwin, quien ssabe de negocios, no como irnicamente pretende ignorarhacerlos el presidente del pas soberano. La novela ms recien-te de Luis Britto Garca,Pirata,de 1998, casi treinta aos pos-teror, es protagonizada por el pajecillo Hugh Godwin, el cualparticipa, desde una posicin lateral, en una historia de pillajey de saqueos, en una poca cruel y salvaje, con eventos en loscuales se confrontan inmisericordemente pueblos y culturas dife-rentes, todo lo cual ya vena prefigurado en Rajatabla,con el

    XVIII/LUIS BRITTO GARCA

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    cual se da tambin la notable coincidencia de nombres, cuya tra-

    duccin del ingls no deja de producirnos un asombro signifi-cante: quiere decir el triunfo de Dios.La guerra constituye tambin un tema central de estos

    cuentos. Se ofrecen imgenes sensibles y visuales de su horrory se dan feroces explicaciones acerca de su naturaleza. Semuestra su espantosa complejidad y se llega a afirmar que lonico que terminar permaneciendo en el universo ser la

    guerra. Dentro de la triloga de Guerras posibles asistimos,como ya vimos, al horror de matar en el pasado lo que no con-viene que llegue al presente. La domesticacin del espanto queproduce esta idea se recrea, pardicamente, en un discurso dendole fascista:

    El espanto de esta nueva guerra puede ser conjurado. No ms

    terrible los instructores te explican fulminar el pasadopara destruir el presente, que fulminar el presente para ahogar

    el futuro. No ms terrible reducir a pavesas Vinci e impedir

    que nazca Leonardo, que aplastar Hiroshima y abismar en la

    nada mil futuros Leonardos (p. 70).

    En Guerras posibles / La guerra continua se nos informa

    que el proceso vital no interesa, que lo nico que importa es tenerentes para la guerra, y que el nico objetivo de la existencia, lonico que despierta la motivacin, es el furor de la cosa-para-la-guerra. El perverso objetivo ideal es garantizar la continuidad delas actividades blicas, a travs del delirante hecho de la autopro-duccin de aquello que slo nace para ser destruido.

    Nos encontramos tambin con cuentos en los que una neu-tra voz narrativa desarrolla la cruel teora de perder la guerrapara as minar al potente enemigo. Esta postulacin de la

    Rajatabla /XIX

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    derrota incluye la monstruosa idea de calcular cuntos millones

    de personas, qu cantidad de la poblacin puede ser sacrifica-da. Es un asunto que en verdad el narrador en primera perso-na considera irrelevante.

    RAJATABLA

    Como ya dije en otra parte1, en Rajatabla lo que ms nosimpacta es su capacidad de dinamitar los valores convencio-nales, hacer rajatabla con ellos, tabula rasa. El humor cidocaracteriza a estos minicuentos, en los que se tematizan situa-ciones correspondientes a la represin poltica, a la margina-lidad extrema y a la violencia subversiva, a la vez que secrean mundos imaginarios que podemos ubicar dentro de la

    ciencia-ficcin. Una imaginacin desaforada se expresa a tra-vs de una prosa incisiva, concisa, brillante, que convierte entextos del absurdo, a veces humorsticos, otros ms irnicos yotras muchas ms an en espeluznantes, los graves temaspolticos y sociales que ficcionaliza. Todo ello se expresa enuna prosa sugestiva en su ritmo y desestabilizadora en su tonode neutralidad.

    Ya desde mediados de la dcada del setenta, diversas ge-neraciones de escritores, en distintos pases de lengua espao-la, manifestaron lo significativo que fue para ellos el hallazgodeRajatabla,y la influencia que ejerci en sus obras. La pode-rosa fuerza de estos textos sumamente breves se genera a par-tir de un excepcional dominio de la materia narrativa, y delhecho de que en el contexto de descripciones aparentemente

    inocuas se instala, de golpe y sin mediaciones, el detonantecrtico y sorpresivo. El ritmo narrativo, los desenlaces duros,despiadados, atemperados, o, ms bien, potenciados, por len-

    XX/LUIS BRITTO GARCA

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    guajes tomados de la tecnologa, de la burocracia o de la

    publicidad, llevan a estallar estos textos, cumpliendo su pro-mesa de hacer tabula rasa de los cnones establecidos.

    Eduardo Galeano afirm una vez que:

    Rajatabla sobresale por la destreza tcnica, la eficacia del

    estilo, la audacia de los propsitos, la asociacin hbil de ideas

    y de ancdotas, la lucidez penetrante, el poder de la fantasa,la capacidad de sntesis y, sobre todo, por su victoriosa mane-

    ra de arrojar cido al rostro de una civilizacin ultramoderna

    (...), injertada en un universo miserable y neocolonial, infier-

    no de la realidad que el Dante hubiera podido copiar, como

    propona Mart.2

    Algo que yo misma dije en relacin aAbrapalabracreo quevale tambin para este excepcional conjunto de relatos: el esti-lo fragmentario da cuenta de una fragmentariedad engaosa,puesto que el aparente mosaico de temas no es ms que un solotema. Luis Britto Garca recupera y coloca en el centro de suobra lo que gran parte del sistema literario institucionalizadohaba marginado y desplazado hacia el borde. La avalancha

    narrativa, la vorgine de los remolinos verbales, las formasneutrales de presentar el horror, generalmente con el leve nfa-sis de que se trata de hechos absolutamente necesarios, entodo ello ya estaba en germen el grandioso juego lingstico ycomposicional deAbrapalabra.

    JUDITGERENDAS

    Rajatabla /XXI

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    NOTAS

    1.- Judit Gerendas. Luis Britto Garca: la indagacin de la cultura frag-

    mentada, enAteneo,Los Teques, N 19, 2002, p. 26.

    2.- Citado por Emilcen Rivero en su entrevista al autor: Luis Britto

    Garca: En Venezuela ni morirse vale la pena, en: ob. cit., p. 19.

    XXII/LUIS BRITTO GARCA

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    Carne

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    HELENA

    Un papagayo se hace con papel y verada. Los dems nii-tos decan que yo estaba enamorado de Helena. Se tomanlas veradas, se ponen en cruz y se amarran con pabilo. Enrealidad lo que yo hice fue que no dej que le pegaran unavez que la encontramos en el cerro. En las puntas de lasveradas hay que hacer rajaduras con yil para que se pue-da amarrar el pabilo. Tirarle piedras y pepas de mango alas viejas y a las putas estaba bueno pero dgame usted

    pegarle a una carajita. El pabilo se amarra en las veradas yse forma como un cuadrado, y si uno le pone ms veradas,como un barril como una rueda. Entonces me cantabanRafucho tieneee novia. El papel mejor de seda pero hayque robarlo de la quincalla si no se puede mejor de peri-dico. Y taaambin es puuuuta. El engrudo se puede hacercon harina pero mejor robarle la goma a los niitos quevan a la escuela. A Manuelito le di un coazo y desdeentonces me cantaban nada ms hasta tienee novia. Mejorechar poca goma para que no forme grumos. A las putass pero que culpa tena la carajita de que la tuvieran en el

    burdel para que pasara la coleta. El papel que quede bienprensado sino al coger el aire se rompe. Mejor apedrearcarros robarse las gallinas de los ranchos espichar los cau-chos de los camiones. Hay que dejar huequitos para ama-rrar las guas. Aquel ao fue cojonudo el italiano de la

    bodega se volvi loco y apual al cuado todos vimos

    Rajatabla / 3

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    cuando se lo llevaron preso. Las guas se miden de lado a

    lado del papagayo y de la cola. La polica mat por laespalda a un obrero que le decan activista. La cola sepuede hacer de trapo. Ya me tena arrecho lo de Rafuchotiene novia. El largo de la cola depende del tamao del

    papagayo y del viento. En el faralln del cerro dondevolbamos papagayos estaban instalando los cables de laluz elctrica. Las yils se pueden instalar a los lados, pero

    son ms efectivas en la cola. En la tarde despus de men-tarle la madre al bodeguero subamos con los papagayos ycomenzbamos a esperar la brisa. Las yils se puedenrobar en la botica se pueden recoger las viejas que botanal suelo o se pueden comprar con la plata de los manda-dos pero entonces a uno lo pelan. Al soplar la brisa vol-

    bamos los papagayos y los hacamos embestirse para que

    las yils cortaran el pabilo. Instaladas las yils la cosa estener nocin de la maniobra. Aquella tarde tir mi papa-gayo contra uno de papel rosado, grandote. Es necesariosoltar guaral, recoger guaral, la cola da despus el latiga-zo. El papagayo rosadote cay y fue a dar al carajo sobrelos techos de la polica, yo entonces embest uno azul,muy movedizo. Dado el latigazo se debe coger altura otra

    vez, si no a uno tambin lo peinan. El papagayo azul caydando vueltas como sacacorchos como rabo de cochino eldueo me gritaba y yo deca trancao y recog una piedra

    por si acaso. La ventaja de la cola corta est en que comoondula mucho aumenta la movilidad del papagayo peroexiste el riesgo de que se corte ella misma. Cort otrosdos papagayos, el segundo muy difcil, un barril amarillo

    que casi me cort el pabilo a m pero que de todos modosse vino pabajo y le cay en la batea a una vieja. Si las hoji-llas se mellan, afilarlas dentro de un vaso. Cog altura, lecort el hilo a otro papagayo rosado pero ms chiquito y

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    maniobrero que cay cerca de los cables. Al aumentar el

    viento, soltar cabuya. Mi papagayo, solo sobre el cerro,haca ochos como un loco, todos los dems cortados orecogidos. Si el viento disminuye, recoger cabuya. Solono, mentira, una cosita blanca como una pantaleta volabamenendose como con calambrina a la derecha al reflejarel sol casi parpadeaba. El mejor ataque tirones largoscombinados con soltadas de cabuyas cortas. Seor, casi

    sin mirar hubiera podido decir que aquella basurita blan-ca la estaba volando Helena. El descenso debe ser rpidopero no mucho porque revienta el guaral. Aquel tironearel hilo aquel declarar que mientras los dems huan ellaestaba protegida aquel mirarme como si de verdadRafucho tiene novia como si de verdad. La maniobra eva-siva, soltar pabilo, descender lo ms posible, con sesgos.

    Di tirones fuertes, para que mi papagayo picara. El efectode la yil se multiplica por los tirones, trabaja como unltigo o mejor una guadaa. Helena, comprendiendo, mi-rndome an, comenz a soltar pabilo. Un ataque quefalla debe ser repetido inmediatamente utilizando el im-

    pulso para la nueva embestida. Aquel mirarme y soltarpabilo, mirarme y soltar pabilo, como si olvidara todo lo

    dems, hasta la tierra de los piececitos desnudos, hasta losmocos cuajados en las mejillas. El peligro de la maniobraevasiva es el cable elctrico. Fue un retorcerse, fue un sal-to. El perseguidor debe tratar de evitar caer en el cable endonde ha dado el perseguido. Pero no tir para elevar mi

    papagayo, solt el pabilo, corr hacia el cuerpecito ful-minado de Helena hacia el cual corran los dems nios,

    el papel fue a juntarse al papel en las lneas de alta tensin,hubo otra chispa fea, azul, un rumor, y los papagayos seconsumieron juntos en su alto nido, en una crepitacinde arrullo.

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    CARNE

    primero: esperar ques de nochie pegarnos del semaforojunto a los carro que frenan ensear la cajita de limpiarzapatos y deciror, medio p compr cremaaa hastaquel polica searrecha y dice que lestamos rrumpiendo eltrfico, segundo: correr asta el cinne en donde diceESTRENNIO PANAVISION LISA-BEST TAILORy decirle a

    los questacionan carros or se lo cuiidoo hasta quelmuchacho ques ms grande nos saca a carajasos, tercer:en la calle ms lejos pegarnos de los carros questacionany cuando cierran la puerta grita Ya Yuii aia uiii ydecir no noj me pis la mano no noj me pis la manocon la puerta y que otro valla y digaolmire l dise quele duele mucho qe si no le da algo le va a romp el vidrio

    con una piedraaa, cuarto: meternos en los bar kaf fuen-tesodas y deciror emealgo pa compr comaasta quelmesoniero rojito y cuchiao dise semesalen, semesalen,quinto: pegarnos detrs del ciego que pide en el cruce conel carajito que llora todo el tiempo porque le duele el culocuando el ciego de noche se lo coge y decirle ciego mari-co o quenosdelculo quenosdelculo que nosdelculo que le

    ase mal efecto con las seoras que pasan en los seicilin-dros asta quel que le alquila la zona al ciego nos cae a coa-zos, sesto: tocar en las casa y yo contar cmo me cortaron

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    la mano y queran alquilarme para pedir limosna pero

    melesfu y si mencuentran la otra me lacortan o el piepara que no corra, setimo: tocar en las casa y deciroraemealgoy mejor que lo diga Matildita quensea los ojitosy le pican ican y echa cosa por ellos y siempre le dancuando dice que no ve nadita y esverd no ve nadita y le

    pican ican, octavio: quitarle a Yuyito el medio que le qui-t a Matildita y ver como ago para quitarselo a Fuefe

    cuando me lo quita alomejor sancadiya alomejor piedrasoo no mejor no el ltimo piedraso me lo devolvi y me par-ti el labio, novenio: buscar una quinta sin cuidadoperro-

    bravo para guillarle la puerta y en la madrugada robarles elpan, la leche, desimo: debajio del puente aser cosita porquelsueo porquelfro y ojal fuera como lautra ves bueno y qenos toqe gordo bueno el primero qe viene sovre el puente es

    rejular pero biejo carrerita para que seche patrs carreritaporatrs paquesecaiga, este tamvin grita cuando le le-vantamos las piernias para qe caiga por la barandiyia yen cuanto cae pabajo pataps el cueyo se le dovla en unaforma mui rrara de todos modos ay qe darle el piedraso i el

    piedraso para que no hase como el otro qe corri i solo loagarramos porque enganch el pie en un cimiento entonces

    peleamos muchos por las cosas, yo en laoscurid creo qecasi le saq un ojo a Yuyito, pero no con la navaja, no, lanavaja es para cortar y darle las partes ms frezqesitas aMatildita qe las toca muchho pero come, los dems tamvin

    pero tratando no mancharse, y los huesos, como la ropa,antes de la maana, al ro i se unden muy rrapido, i nuncalos notan jamas.

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    USTED PUEDE MEJORAR SU MEMORIA

    Si le caen a carajazos durante diez das para que diga aquin le pasaba los papelitos subversivos pero en elrecuerdo slo flota que lo llamaban Julin o a lo mejor noera Julin sino Miguel y desde luego como quiera que fue-ra el nombre era un seudnimo y entonces alto? bajo?est en estas fotografas? no hay manera de saberlo, su

    cara se hincha y se deshincha como una anmona en lascorrientes de la improbabilidad, quiz nariz esta o bocaesta pero no me acuerdo en realidad qu mala memoria.

    Y lo peor es que con los golpes en la cabeza a uno loempeoran, claro, entregarlos le decan uno en el BloqueB-2 o a lo mejor en el C-6 o quiz el A-20, o quiz fueen la seccin uno o en la ocho pero carajo es como tra-

    tar de recordar la placa del carro del to de uno o el nmerode la lotera esa bailadera de nmeros que son y que no sony al fin cuando se clarifica alguno resulta que es el de la

    propia cdula de identidad y entonces patada por aqu ypatada por all.

    Si en el escondite estuvo o no estuvo un seor bajitocomo el de este dibujo, lo imposible de saber entre las

    muchas personas que van y que vienen por todos lossitios imaginables, menos si el hgado se lo desprendena uno porque ese hervor cerca del estmago es el hgado,

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    y el hgado tiene que ver con la fiebre alta con la memo-

    ria con que ya est se fijan no me acuerdo.No me arrecuerdo no me arrecuerdo qu nocinvoy a tener de listas de personas cmo voy a saber telfo-nos si les digo por ejemplo ahorita no me arrecuerdo si elseor que me hizo vomitar hace poco es Gonzlez oHernndez o mejor Gutirrez, cuanto ms de cosas demeses antes, cuanto ms de una casa a la que no fui sino

    que me llevaron en carro y no me fij en el camino y aho-ra cmo duele hasta tragar saliva si ni recuerdo cundo la

    patada en la garganta siSi de tan mala memoria que no me acuerdo de la cara de

    mi ta Rosario si de tan mala memoria que no s de dnde hasalido ese nombre, como la etiqueta de un vaco de variosaos; y, por ejemplo, no me acuerdo tampoco del nombre de

    la escuela, peor, ahora que digo escuela noto que hay all unhueco negro y slido, que eso se ha acabado y ay

    Tambin estaban all en algn sitio el nombre de mi pe-rro (olvidado) la casa de mis tos (olvidada) y un vaco delcarajo que ahora que me doy cuenta crece y se acaba de tra-gar lo anterior y mis catorce aos, crece y se acaba de tragaruna novia (quin era?). Pero no importa, es como perder un

    brazo y queda otro: acordarme por ejemplo de, entonces medoy cuenta de que el restante brazo tantea en el vaco quecrece y slo quedan mi detencin y estos diez das que

    Pero an puedo acordarme de lo que me hicieron s loque me hicieron fue que, no, ni eso, bueno, yo soy yo, tengocabeza brazos piernas tronco bolas que me les hicieron el

    bueno qu me les, mientras tenga esta nocin estoy vivo, yoestoy vivo slo los muertos no recuerdan, yo tengo porejemplo brazos, ahora qu cosa es un brazo, pero qu coo

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    va a ser, si un brazo es, si me acuerdo perfectamente de

    qu es, es algo como, si el resto, y qu cosa es el resto, y qucosa es qu cosa, y yo soy o yo era, y qu cosa es era ynegro y vaco y fue.

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    EXPLOSIN

    Que me traigan el cajn quel diputado lo quiere que metraigan el cajn quel diputado quiere evitar el compl sub-versivo que me traigan el cajn que hay que evitar el des-file en el cementerio la cantadera el agite que lo traigancomo al del otro con plomacera para que saliera corrien-do todo el mundo y dejaran la urna en medio de la calle o

    como al del otro con tumbadera de puertas y reunin pararobarle no slo el muerto sino tambin el osterizer que lotraigan y dejen desfondadas las sillas con asiento de paja

    para que la funeraria les cobre como a la otra familia quelcajn me lo traigan con coronas y todo que lo traigan seade roble y con vidrio para ver la cara como el del mucha-cho rubito que reparta volantes que lo traigan sea de car-

    tn piedra como el del que pasaba las medicinas que lotraigan que al diputado le da cosa si no se lo traen ojodecir trancao cuando empiecen las mentaderas de madreojo si los padres se arrechan peinilla con ellos ojo evitaragitaciones que pasa como la otra vez que al tratar demeter el cajn en la jaula tropiezan y se les cae y el muer-to rebota y al que lo tropieza diez aos de pava ojo no olvi-

    dar las coronas y las tarjetas-telegramas que dan losnombres de sospechosos ojo redactar el informe muy bienque le interesa al diputado lo que pas y qu dijeron ojo

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    omitir donde digan coos de madre lo matan y despus se

    lo roban ojo no fue que lo matamos fue intento de fugaojo cmo no fugarlo si el negro del carajo nos obstinabasi cuando no era la bomba en la embajada norteamerica-na era la bomba en el oleoducto si cuando no se empeabaen quedarse callado era que nos haca confesiones falsasy por un tris no allanamos una casa de la misma misinnorteamericana si es que el carajo despus que le salta-

    mos todos los dientes la coga de abrir la boca enseandolas encas y eso caa mal si es que el carajo se escapabacon cdula falsa o con tnel si es que por aqu por all eldiputado nosotros esperbamos la bomba el chispazo lacazabobos la de relojera si es que no quedaba ms reme-dio que fugarlo nimo la puerta tumbada a culatazos nimo

    planazo aqu peinilla all tiros al aire para dispersar tanto do-

    liente nimo las viejas que las encierran en el bao nimorotura de colchones de almohadas de ropero nimo no hacercaso de tantos manos arriba que no dice nada que nos miraque nos mira nimo hombro con la caja nimo pale que no

    pasa por el zagun nimo que dejen un momento las metra-lletas que se enredan en los cerrojos nimo que espanten elabejero que cuidado resbalan con tanta margarita espa-

    churrada en el suelo nimo y estos carajos que siempre lesllevamos los muertos y siguen haciendo velorio nimocatapln cuidado que el diputado lo quiere enterito ni-mo qu tranca de trfico carajo y el diputado que tienesesin en el Congreso nimo descargar en el garaje delstano cuidado resbalan con las coronas nimo el cuartitodonde espera el diputado que quiere ver personalmente elnimo todos en grupo con la pata de cabra porque el des-tornillador muy lento nimo oler? nimo dice el dipu-tado mejor con el hacha y en efecto astillas crujidos

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    el diputado que se pasa el pauelo por los labios nimo el

    homenajeado que aparece dentro del cajn los ojos ce-rrados, la boca sin encas, pero llena de algodn y con lamueca que cae mal y lo peor de todo ante el diputado, elalambre fino que va de la tapa que hemos movido a la

    pechera de la pechera a la garganta de la garganta a laspilas de las pilas al percutor elctrico y el percutor elc-trico que en este momento hace detonar la

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    PICNIC INTERRUMPIDO

    Seor seoras que me matan s estimados seores y seo-ras pblico presente me llevan para matarme de repenteustedes y que haciendo picnic se atraviesan en efecto mellevan para matarme en secreto abajo seor ser unos cienmetros ms al lado seora ser donde la espesura naturalconforme dirn los peridicos ocultaba la excavacin

    reciente y todas esas cosas bueno y ustedes haciendo pic-nic habrse visto y las caras del agente del comisionadodel inspector y van a matarme la mayonesa en un momen-to me matan el pan con mantequilla a lo mejor en otrolado no sea cosa que los testigos la lata de salchichitas lasaceitunas, no, vmonos, ser en otro sitio, pero ustedes en-tienden, no, seores, ustedes entienden qu es lo que pasa

    a qu venamos a qu me traan, la salsa de tomate, no ca-be la menor duda a un hombre que lo traen hecho un cris-to a un hombre que los mocos le bajan hasta el cuello

    porque la sangre ayuda a un hombre que vienen ya con laspalas porque la fosa era de poca profundidad dirn los pe-ridicos y lo conocido del occiso en los medios polticoshizo que los victimarios (la polica, carajo!) desconoci-

    dos intentaran ocultar el hecho.Ahora seor ahora seora ahora niita qu mal verdad

    esta nube sobre la ensalada de gallina sobre la mortadelael oficial que mira al sargento y el sargento que mira a los

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    rasos y los rasos que miran la camioneta con sirenas y luz

    roja, cmo, si el lugar era tan bueno si mariposas vuelan,si ser ahora necesario, porque esto es grave, eliminartambin al seor a la seora a las dos niitas que vieron,que podran contar, que podran decir, y lo peor salchichastermo plato de cartn, la expresin del seor gordo que hacomprendido y que ha comprendido que los agentes com-

    prenden, y la situacin que se plantea, y que no hay forma

    de saber cmo se decidir.

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    LA CALLE

    Es de tierra y tiene charcos muy quietos, de color verdepizarra. Al sur, la hilera de casas, definidas as: casa conpared de barro, franjas blancas y azul, techo de zinc; casacon pared de barro, rosado oscuro, techo de paja; casa con

    pared de bloques sin pintar, techo de asbesto; luego, tre-cho baldo con arbustos cubiertos de tierra, charco de

    color verde pizarra, caucho Firestone carcomido que aflo-ra en l; seguidamente, casa con pared de barro, pintadade verde perico con ventanas de tela de saco, techo de

    paja, dos grandes peladuras dejan ver el bahareque; des-pus casa con pared de bloque, techo de zinc herrumbroso,puertas pintadas de blanco y con candado, con aparienciade no haber sido movidas en mucho tiempo. Nuevo espa-

    cio libre, sin arbustos; empiezan nueve estacas con unmetro y medio de alto con tres (3) luego dos (2) luego un(1) hilo de alambre de pas que se retuerce y hace ovillos.El sol est alto. Hacia la izquierda, sobre el techo de zincde la casa blanca y azul, una nube pequea, muy blanca yquieta. En toda la calle, papeles, trozos de vidrio verde ymierda de perro, en nmero indefinible. Frente a la casa

    pintada de rosado oscuro, una lata volcada, color amarillocobre, invadida por el color pimienta de la herrumbre.

    Hacia la izquierda el aire ondula y no se distinguenbien ni el comienzo de la fila de casas ni varios cerdos

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    cubiertos de polvo. De all viene un perro pequeo, blan-

    co flaco. Tiene una mancha negra en la oreja. Huele condiligencia los papeles que emergen como una espesa natade los charcos, los que se apelmazan bajo el alambre de

    pas. Es minucioso, y hediondo. De cerca, se le notan elrosado borde de los prpados, el interior de las orejas,mechones de pelo que estuvieron embebidos en algnlquido que, al secarse, los ha dejado rgidos como pince-

    les endurecidos. El perro se aleja hacia la derecha y estmucho rato examinando el caucho roto. Despus pone r-gidas las patas, hace arcadas y vomita, escasamente. Miraa todos lados, se aleja y sigue husmeando.

    Todo este tiempo, un nio desnudo ha estado en elumbral de la casa pintada de verde, sentado en el suelo y

    pasando un dedo untado en saliva por la tierra.

    El sol se ha movido. Se oye el zumbido de una mosca,pero a la mosca no se la ve.

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    ELLA L

    l, que se acuesta con ella, l, que para atraerla fue po-niendo de manifiesto tan diversos rasgos de carcter, sudesilusin, entre otros, su manera de manejar a lo pase loque Dios quiera, entre otros, su capacidad de contar verda-des como si fueran embustes, entre otros. l que cuenta ensu haber los cien metros planos el gusto por las medias

    caras el paralelo y risible descuido por los zapatos el apre-cio por autores de los que llaman menores el tiro con riflela mana de no botar las camisas viejas el tabaco ingls laconfesin de que cualquier pendejada lo conmueve la cons-tancia llmenla si quieren testarudez irracional, lateora de que hablar con las mujeres es perder el tiempode que mejor las manos que adems siempre deben estar

    doblando tapas de refrescos monedas quebrando astillasaplastando nueces para hacerle sentir a ella una ciertaimpresin de peligro de inminente tenaza.

    Ella, que tan repetidamente ha puesto de manifiesto sumiedo por las ratas cierto sueo infantil de desamparo su aver-sin hacia las seoras gordas el gusto de que le hagan cosqui-llas en el tercer espacio intercostal derecho su indiferencia

    por la metafsica su inters en la hiperconductividad met-lica su compulsin de romper jarrones su amor por loscuartos encerrados y sin muebles su aversin por las jaulascon pajaritos su conviccin de que los caracoles arrastran

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    el invisible carro del olvido su risa por las seoritas que se

    platinan su propensin a crear lenguajes cuyas palabras sonciertos guios ciertas formas de relamerse los labios.l, ese carajo a quien invent atribuyndole las cuali-

    dades todas que cre que podran atraerla que en efecto laatrajeron y que en el fondo no tienen nada que ver conmi-go que soy otra cosa, que como sabrn ustedes soy ente-ramente otra cosa.

    Ella, que tantos antedichos rasgos invent para atraer,no a m, sino al monigote falso que yo haba creado, no am, sino a ese ser increble que todas las noches la posee yque tiene tan poca existencia como el que ella ha creado.

    Ella l quin pudiera reventarle los ojos decirles a lcabrn a ella puta levantarles la tapa de los sesos, quienentonces yo y t mirndonos con horror y con asco desde

    nuestra repentina verdad, nuestra extraeza.

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    EL HACEDOR DE DIOSES

    Fosca madrugada me encontr saliendo de lugar inconfe-sable, poniendo lamparitas de aceite ante la fiera estatuadel cacique a quien los historiadores llamaban Musubay aquien el escultor que todava est tratando de cobrarle a lamunicipalidad llama la pieza escultrica a quien los gua-sones llaman El Aguacate o El Pujido de Cemento u otra

    cosa peor que no s francamente qu ser.Suave luz de lamparita revelando el rostro que parecepor un lado el Hombre de la Emulsin de Scott y por elotro Benito Mussolini disfrazado de marica, rostro quemuestra las seales hondas de la mudanza de la placita por-que los concejales lo encontraron muy feo, y de la escuelita

    porque los nios le tiraban piedras, adems de eso la pol-

    mica cuando demostraron que Musubay no existi y quetodo fue un invento de un seor que hace aos redact unalmanaque para las petroleras, adems de esto el trasladohacia las afueras donde hace amistad con las palomas conlos carros que se escachapan en el cruce de la carretera, endonde est el cartel que dice Va en reparacin.

    Frecuentacin de sitios inconfesables me llev a multi-

    plicar lamparitas de aceites velas velones cirios, siemprepreguntndome cunto tardara en acompaarme el primeringenuo, cunto tardara en aparecer la primera vctima

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    de la broma. Yo que esperaba la primera velita no puesta

    por m, y una madrugada distingo, enroscada en una de laspiernas que les decan El Rinoceronte Griposo o El BurroHerniado, una guirnalda de flores de plstico sonriendo alalba inminente con sus puros colores verde guacamaya rosa-do enca de perro amarrillo hepatitis, primer himno de gloriaque, con mis dedos tmidos, acarici.

    Inventario de objetos que encontr durante los seis me-

    ses siguientes: en el pedestal de la estatua: lamparitas deaceite, treinta y seis, cabos de vela, ciento ochenta y uno; enla mano extendida que le decan El Guante de Qucher o AyMe Agarr: exvotos de nquel en forma de muleta, dos,figuritas de cobre en forma de ramos de novia, cuatro, cora-zn de coral, uno, ma-nitos de bano haciendo el signo de laguia, tres; en el poderoso pescuezo que le decan La Piroca

    o El Pavo Embuchado: exvotos en forma de cunita, cinco,dijes en forma de dedo, seis, todo ello en muestra de la

    potencia milagrosa de Musubay, que haca ya intil el pa-quete de velas que yo siempre llevaba en la maleta del carro.Mi triunfo fue completo cuando, saliendo de sitio inconfe-sable, esta vez en compaa de Lilianita la Platinada, ella medijo, ay, frena, que tengo que pagar promesa. Se baj del

    carro, prendi una velita ante Musubay y se persign, yomiraba sus zapatos dorados que enseaban las suelas al ella

    ponerse de rodillas.Dos crisis del culto, su degradacin cuando se corri la

    voz de que Musubay propiciaba los sueos que hacan ganaren los terminales, y el exceso de velitas incendi los mato-rrales de la carretera; su transmigracin, cuando el curalogr que trasladaran la estatua para la carretera del otrolado de la ciudad, sin saber, pobre, que all Musubay sal-vara nios atacados de gastroenteritis o mordidos por las

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    ratas y dara lugar a un remitido en el peridico que deca

    las gracias te doy Musubay, nima bendita, salvaste a miGabrielita pisada por el camin del Aseo, doy testimoniode las cosas grandes que hace la fe. Presa se llevaron auna seora que deca rezar la oracin de Musubay y luegoresult que era indocumentada; enorme result la ventade un retrato de Sab en taparrabos que apareci en los

    puestos de los buhoneros al lado de la efigie del Doctor

    de los Milagros, del Libro de San Cipriano y de los reci-pientes con piedra imn y limaduras de hierro. Yo hacarisibles planes para enriquecerme vendiendo a Musubayen estatuillas de yeso pintado y en calcomanas para los

    ptalos de las flores de papel, discuta si el historiador quehaba inventado a Musubay tena o no derechos de autor ysi exista o no registro para cobrar participacin en cancio-

    nes, cine y acuaciones, y Lilianita que me oy una vez noquiso verme ms nunca y tuve meses desventurados yalguna madrugada me dije solemnemente: no he hecho uncarajo en la vida.

    Exvoto que hago eminente publicando esta historiaen humillacin en arrodillamiento yo un hombre que merea destas cosas a cuenta de las leyes de la dialctica y

    de la negacin de la negacion, quin sino Musubay cuandoa Melecio a mi lado le volaron los sesos de la primerarfaga quin sino Musubay cuando al tanque de gasolinalo perforaron tambin y sali la azul candela en el asientode atrs, prendi los volantes clandestinos y cubri el vidriocon las calcomanas Maneje con Sentido Comn DonanteVoluntario de Sangre quin sino Musubay cuando debido alcaucho derecho agujereado la parrilla el motor el cap dieroncontra la radiopatrulla que cerraba el camino y sal volandohasta la cuneta quin sino Musubay en este palt que miren,

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    entr por aqu y sali por aqu y no me toc y despus se con-

    fundieron y dispararon para otro lado, oh nima digna y soli-taria a quien llaman La Ua de Caimn, este exvoto aceptapor tus milagros del primero que ilumin tu ara, seor delos terminales, de las flores hepticas, de los nios mordi-dos por ratas y de los zapatos dorados.

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    MUERTE DE UN REBELDE

    A m me dijeron que haba que enconcharlo y como yocasualmente me haba mudado al apartamento dije que s.Vino a la noche con un camarada que yo conoca, se pre-sent con el nombre de Cceres traa un paquete de papelde peridico con pijama y pantuflas era gordo calvo y yono lo haba visto nunca ni quise saber por qu lo buscaban,

    lo que siempre en definitiva es mejor. Las recomendacio-nes, que mientras yo sala a trabajar no hiciera ruido porquepoda tocar la puerta algn vecino, que en caso de peligrola toalla en la ventana del bao que se ve desde la esquina,las amabilidades, comprar yo muchas revistas y muchos

    peridicos porque mis libros los haba perdido casi todos sal-vo unos manuales de Estadstica, ponerse l a arreglar el

    cuarto porque a la gallega que vena a barrer dos veces a lasemana hubo que despedirla para no tener que explicarlequin era el seor en pantuflas, las precauciones, conver-sar de poltica pero sin entrar en detalles no fuera uno aenterarse de que, que nunca abriera la puerta no fuera a sercosa tambin de que.

    Le daban de cuando en cuando desvanecimientos y

    habl para que me consiguieran un mdico el mdico vinotarde en la noche y tom la tensin y el pulso y me pre-gunt si yo saba poner inyecciones entonces escribiunas recetas con bolgrafo y yo sal a comprar frasquitos

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    pero me demor mucho porque era tarde y no se conse-

    gua farmacia de turno. Como las inyecciones a veceshaba que ponerlas de hora en hora, por las noches habl-bamos mucho de las redadas de la polica, de cmo esta-ba la cosa de jodida y de gente que haba cado. Yo pensinventar una excusa para dejar de ir al trabajo y acompa-arlo pero l me dijo que estaba mejor; por el contrario, se

    puso muy dbil y pens en buscar un camarada que estu-

    viera junto con l. Localic a Aguirre, que estaba en malasituacin; estuvo viniendo algunas tardes; coma y se que-daba. Aguirre no saba poner inyecciones y yo le deca quedeba aprender pero no quise proponer que deba ensayarcon el escondido. Al fin Cceres se sinti mejor y no fuenecesario que Aguirre siguiera viniendo.Yo no s si de ver-dad se senta mejor o era simplemente que Aguirre era la-

    toso. Pens en comprar algunos libros para que Ccerespasara el rato.

    La noche del martes Cceres ley hasta tarde los pe-ridicos. Al da siguiente amaneci muerto. No habahecho ruido, estaba ya fro y yo me avergonc de haber enaquel mismo momento a lo mejor roncado y no odo minombre dicho muy bajito a lo mejor soado una banalidad.

    Llam a la pensin donde viva Aguirre por el telfono delalmacn y le dije que viniera porque haba sucedido algomuy importante. Me deca que tena que hacer, pero alfin pude convencerlo. Tard mucho. A las once de lamaana entr al apartamento, mir y se qued callado.Yo no haba querido cubrir a Cceres con una sbana por-que me pareca una pendejada hacerlo; pero tampoco me

    pareca bien dejarlo as. Aguirre dijo que hablara conalguna gente. Se fue, y tard todava ms. A las once dela noche me dijo que haba que esperar al da siguiente.

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    Dorm un rato, pero mal. El da siguiente fue fastidioso, y

    lo pas casi todo en un silln, dndole la espalda aCceres. Pens bajar las persianas y oscurecer el cuartopero me pareci tambin una pendejada. Al mediodacom algo en la esquina. La radio hablaba de bombardeosen alguna parte.

    A las ocho de la noche apareci Aguirre con un ami-go, vestimos el cuerpo, y esperamos. Seran las dos de la

    maana cuando bajamos las escaleras, con cuidado paraque no se fuera a despertar el conserje. Yo prefer nosalir a la calle para no ver el carro ni quin lo manejaba.Tampoco me esforc en adivinar cmo arreglaran todolo dems.

    En las hojitas clandestinas jams se dijo falleci elcamarada fulano ni tampoco la prensa dijo hallado cuerpo

    o ingres prfugo en clnica y falleci de inmediato. Yonunca le pregunt nada a Aguirre, y despus lo mandarona hacer trabajo en el interior y hace tiempo que no s del. Recog los frasquitos de medicina vacos y las agujasusadas. Tambin recog las pijamas y las pantuflas, y algu-nos pares de medias. Las revistas viejas no era necesario re-cogerlas, pens, pero de todos modos estaban viejas y no

    haba para qu conservarlas. Lo mismo el cepillo de dientesy la maquinita de afeitar. El paquete lo ech en la basura,lejos de la casa. Varios das despus encontr un papel congarabatos. Decan condiciones objetivas, inf. pol., ojo, noolvidar C.C., y cosas as. Como no poda entregrselo aAguirre, lo ech en el excusado. De todos modos no decanada. Cceres muri sin ver la revolucin.Yo haba faltadodos das al trabajo, y deb pedirle a un mdico que me certi-ficara bronquitis. Despus de eso trabaj sobretiempo algu-nos das. El calor comenzaba a pasar y venan las lluvias.

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    Calle ciega

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    UTOPA

    En el pas de Gerontia, ustedes no lo van a creer, funcionala Utopa. Nace un nio, se toma nio, se impide salgandientes nio, se arruga la piel nio, se implantan cataratasartificiales en los ojos nio, se arruga la piel nio, se enve-nenan huesos nio, se arrancan pelos nio, se le implantaasma artificial nio, se castra nio, se producen esclerosis

    artificiales nio, y es como un anciano, es viejo ya, slohay que quitarle la iniciativa, ponerle horror a lo nuevo yadoracin a lo que fue y en realidad quiz no fue as, comolo cuentan los manuales de historia, o nunca fue.

    La vida de estos nios que slo tienen segunda infanciaes breve y ellos lo saben, por eso se van corroyendo poco a

    poco de egosmo y de miedo y los entierran despus de ve-

    larlos en el paraninfo de no s qu cosa y decretan variosdas de duelo y dejan vacante el silln de la Academia.

    La Utopa de Gerontia se hizo siguiendo los consejosde ancianos. No hay all revoluciones, no hay organizacio-nes clandestinas, no hay faltos de respeto que se ran de losviejos, y, parece increble, no hay crisis de la juventud, niirresponsables, ni nada de eso. En las tardes, muchos ciu-

    dadanos salen en sillas de ruedas, pasean, pasean y se con-fortan pensando que el tiempo est tibio, que el reuma noduele, que todo est bien.

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    Ahora, se est pensando trasladar el sistema de Ge-

    rontia a otros pases, ahora se elogian sus virtudes, ahorase implantan parcialmente y a veces secretamente susreformas en otros sitios, ahora, de repente alguien lo com-

    prende, el mundo entero es ya Gerontia.

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    CONSRVESE JOVENCONSRVESE JOVENCONSRVESE JOVEN

    La vida eterna, no, la longevidad, tampoco, nada de estolo ofrece la ciencia pero s por lo menos el privilegio de lavejez controlada, envejecer por partes, concentrar el pro-ceso sobre miembros prescindibles, por ejemplo, todo elavejentamiento transcurrido entre los veinte y los veinti-cinco aos poder transferirlo al dedo pequeo del pie

    izquierdo, y as, ver cmo slo en cinco aos ste se arru-ga, se encorva, se infarta, se necrosa, se hincha, se retuerce,se desprende, y entonces, sentida pero ntima ceremonia,llevar las minsculas falange falangina falangeta hasta sultima morada despus de haberlas visto convertirse ma-terialmente en cenizas.

    Entre los veinticinco y los treinta el proceso acaso ms

    serio pero pronto se aprende a disimular la cojera y bastainventar pretextos para no baarse en pblico, al final,carpo metacarpo tibia y peron, goce seor el descansoeterno pero qu rapidez miren que de la noche a la maa-na agusanarse mejor empezamos por el otro lado.

    Segn y como el temperamento se puede luego elegirentre la silla de ruedas o los miembros artificiales, difciles

    de manejar pero sumamente prcticos. Ser diestro o zurdodecide la continuacin del proceso, dedo por dedo, hastaque, bueno, se concluye con las extremidades y la decisin

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    sobre cul parte del cuerpo debe envejecer se hace cada vez

    ms delicada y al tronco se conectan bombas, filtros y alam-biques que a veces funcionan bien y a veces no.Al fin, slo al fin, el proceso llega a la destroncada

    cabeza de adolescente, y sta, poco a poco un grito ge-neralmente acompaa la primera seal se libra de lahumillacin de la juventud, en breves das comienza su ace-lerada redencin, se va haciendo ya irreversiblemente ya

    indetenidamente ya declaradamente ya ptridamente yagaseosamente, respetable.

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    PERO NO VEN QUE HA SIDO EN BROMA

    Pero no ven que ha sido en broma, pero no ven que todoha sido en broma. Pero no se fijan que no es posible quetantas cosas puedan ser en serio, que no es razonable, no,que de nio escribiera yo el ensayo Problemtica y Her-menutica en Andrs Bello, que lo leyera en el auditorioy despus recitara Silva a la Agricultura de la Zona T-

    rrida ante el aplauso del seor director la seorita Po elbachiller frufr y despus emocin! recibiera la medallade la buena conducta el diploma del catecismo el premio dela colaboracin la cinta de la aplicacin la placa de la ex-celencia, cmo pueden creer ustedes que alguna vez pudecolaborar con esas perversidades en serio.

    Pero cmo han podido crerselo. Cmo han ledo mis

    artculos inspiradores en la revista Ideales Juveniles, cmohan dejado exenta de tomates la instalacin del Centro deEstudios que creamos en la Universidad, como han podi-do aceptar que yo leyera las palabras de un alumno enla jubilacin del doctor Pandorga y que ni el mismo doc-tor Pandorga se diera cuenta, cmo han podido darme la

    beca para estudiar en Europa, cmo han podido aceptar

    mi tesis, mil pginas sobre el principio de la BrevedadJurdica, cmo, cmo, cmo.

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    A veces he pensado que no, que saban, que ustedes sab-

    an y que fingiendo no darse cuenta era a m que me tomabanel pelo. Esta obsesin me asaltaba al hablar de la moral des-de mi ctedra al preparar los bellos discursos de orden alimprimir mi conocida obra sobre un poeta desconocido alentrar por causa de ella en la Academia al aceptar mi candi-datura como diputado independiente, aplauso, mis vibrantesartculos Orden o desorden, aplauso, O unimos nuestros

    esfuerzos o no unimos nuestros esfuerzos, aplauso, Heaqu la disyuntiva, aplauso, la condecoracin, aplauso,el Ministerio, aplauso, la Embajada, aplauso, mi procla-macin como maestro de juventudes, aplauso, aplauso,aplauso. No me digan que han credo que era serio. Ustedes,mis hijos. Ustedes, mis nietos. Ustedes, que me velarn en elParaninfo y recibirn placas conmemorativas y acuerdos de

    duelo y homenaje y todas esas varillas que en cuanto memueran me echarn mis enemigos.

    Pero qu importa lo que diga. Pero si todos los demstambin lo estn haciendo en broma. Mrenlos, mrenlos

    bien y vean que todos ellos tambin lo estn haciendo enbroma. No me encierren. No quiero morir encerrado. Nome pongan somnferos. No pongan esas caras, esas caras

    de que me van a dejar morir esta noche, dormido, solo.Pero si todo ha sido en broma. Pero si todo ha sido en bro-ma. Pero si todo

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    TRANSFORMACIN

    Ahora me dan con ms frecuencia los ataques, y en elmedio de ellos no s, no s si son malos porque ya soyotro, porque ya la mitad ma ve con los ojos del otro, hacecosas horribles como leerse los discursos de aniversario,leerse las sociales, creer que revolucin s, pero sin bo-chinche, todas esas cosas.

    Yo me pona a provocar estos ataques por burlarme deIrene, Irene que va a misa y que colecciona retratos de artis-tas, un da amaneca yo con deseos de sentir emocionesfuertes y haca alguna atrocidad como ir de visita a casa deunas tas de ella e impresionarlas hasta que decan ay qunovio tan prometedor, otras veces era que iba a los matins

    bailables del Club y le deca seorita me concede esta pieza

    a alguna amiga de Irene que se quedaba sin bailar, la amigame confiaba que senta inquietudes espirituales y que ira aEuropa para estudiar, de repente Irene descubra la bur-la eres un gran carajo me deca hasta para ponerte amableeres un gran carajo prefiero que sigas con tus atesmos por-que Dios perdona pero las cosas serias no.

    De repente por las noches me digo dnde iremos a

    parar el pas con esta juventud no puede verdaderamenteno puede. Una noche por ese camino descubr que la

    juventud est en crisis como en un sonambulismo escribun artculo sobre eso y lo mand a los peridicos y menos

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    mal que sal del trance y lo recog antes que lo leyeran.

    Otra vez me despert sudando y de alguna manera supe queen otro ataque haba botado la madsen y cuatro cacerinas yuna pia, y comenc a tener temor, otro temor distinto deese que nos hace coger la madsen, otro temor oculto ycomo sin nombre y contra el cual no hay armas. Ahora me

    preocupa mi carrera, me preocupa mi futuro, me preocupami familia, me preocupa el qu dirn. Ora me preocupan

    esas cosas, me preocupa el matrimonio, debe ser a todotrapo, con retrato en las sociales, numerosos invitados, losfelices contrayentes, las familias distinguidas, con obis-

    pos y champn. Doy discursos en los actos, me desvivo pormi ascenso, me coloco como ejemplo, soy excelso, soymoral. Soy eclctico, acadmico, soy asptico, dinmico,llegar hasta diputado, qu talento, qu carrizo, qu prome-

    sa, qu emocin.Yo, alguna vez me acuerdo del otro. Menos mal que

    no hay tiempo, no hay tiempo, aunque Irene me diga tesigues burlando, no hay tiempo para acordarse de las de-sorientaciones de la juventud en esta coyuntura urgida

    por los problemas trascendentales del clima de confianzapara las inversiones y sus repercusiones en la productivi-

    dad, y qu ir a opinar de estas cuestiones el Fondo Mo-netario Internacional.

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    EL HOMENAJE DE LA NOCHEDESANTAFLORENTINA

    Otra vez crepsculo fueme mortal. Palomas sobre el sol tir-ronse, como diciendo que cualquier infinitud equiprase afinitud cualquiera.Yo, bucear en el frasco de tinta que pare-ce que guardara muelas y slo este jugo negro para poemasmos que escribo con tiritas de tinta para relacionar mundosde ac con mundos de all o huecos en el queso con el mis-

    terio de las cosas que no se pensaron. Yo, tomar la plumaherrumbrada y escribir la palabra solferino y encontrar queguarda hebras del asma de los gatos, o que la palabra fuees un fuese y yo siendo soy un sido o pueblos que sernmees lo mismo que si nunca anduvimos. Todo esto para sentirel sol chorrearme el odo como una gotita de miel. Yo,

    ponerle migas de pan al canario, cagadas jubilosas, pajarito

    que musiquea ms por detrs que por delante y deja el pisode la jaula cielo estrellado o esferasmsica qu contempla-ciones y qu cosas hasta que Ninfa Flor me dice Jess qucochinadas no son cosas de hombre escribioso.

    Pantuflas nave de echado tiempo porque el suelo ca-lendario hecho momia y hay nubes que llueven minutos.Para qu decirles a las gentes que soy de peloenpecho

    para tener piojos all y qu enormes cosas bosque gris quecorazoncese y palpitnase y piojnase con bichitos arm-nicos y a veces vistanlo las tetas de Ninfa Flor.

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    Ninfa Flor como tiene nombre de teta, la de la derecha

    se llama Bonifacio la de la izquierda ms moradita se lla-ma Dionisia y anoche me propusieron las dos llamarsePantalen y saben que no se puede. Mis botines limpios,

    Ninfa Flor.Cosas de poeta estas que me pasan de que me confun-

    dan con poeta si en realidad yo no si en realidad yo nadatengo que ver con los escribiosos que hacen odas y miden

    el tropos o se postulan a lacademia donde es peligrosoporque las sillas pican el culo. Yo lo que soy es hombreque me acontecen todos los reveses de las cosas y en todolos filos de las oportunidades digo palabras que son enuna forma y tambin en otra cosas coladas en ciertas sus-tancias en donde no debe haber palabras sino hilos decobre bacinillas de peltre o parsitas. Ninfa Flor, los pan-

    talones planchados que el remiendo no se les ve porqueest arriba.

    Ya a buscarme vienen para elomenaje. Yo oir los dis-cursos y les dispensar tantas seoritas que se creen cultu-radas y lo que les pasa es el cors y el perodo y entoncesles soltar como un cohete el verso ese que les rechinchatanto los vuelve brincosos porque como pauelo de moco-

    so no saben por donde cogerlo porque como estrella es todapuntas porque como

    Pjaro que vas volandoparado en tu rama verdepas cazador, matte,ms te valiera estar duerme.

    Pjaro que poetas ellos el batir de los aos como ro-llos de pianolas que consagran en una misma cera mis

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    huesos y los ojos de quienes sabrn qu quera decir yo y

    un calamar que se comi Hipas y esta media con aguje-rito y Ninfa Flor que dice que no consigue hilo para re-mendarla. Abrir la ventana. Luz.

    Y ahora palomerapias en cielos tururturtrgidosfluararapfara fluara fluarparas qu duro ail de cielocomo para pintar labios de novia muerta. Curru paloma quecrrucu, huvecete y hazte vieja como mi barba total si da

    lo mismo o esos ojos de botn de acero: con ellos se aboto-nan las semanas y al fin. La camisa, Ninfa Flor.

    Yo si el boticario me regalara ms goma arbiga y xidohara un poco ms de tinta y as terminara mi magnaopus yengaara a mucha gente hacindoles creer que creo en mag-naopuses y en lo que otros digan de ellas. Dgame, inconve-niencia de dejar hojitas sueltas que son cartas para los

    hombres que sern totalmente lo contrario, entonces sealancon el dedo y dicen: sombrerero que se pretende musetoso.Viejo que quiere parnasearse y qu musaria ni qu parnaso-lancia slo esta gozadera de verse las rodillas y conversarles

    buenos das, qu dicen hoy los calzoncillos o pasar en el lan-d y gritarle a las putas mmms mmms y ellas re remira que le decimos a Ninfa Flor. Ninfa Flor, la corbata.

    Las maravillas de la poca como la mquina de vaporel heligrafo el biciclo el Canal de Suez vulquensetodas sobre los hombres y hganlos comprender las artesque yo propongo la domesticacin de grillos la destruc-cin de las palabras la msica que destripecer de gatosmaullficos la pintura de las mil cosas que es una cosa lasmongolfieras atrevidas que se traern al Polo Sur a lagran exposicin de Pars y lo exhibirn ante el Emperosoy a lo mejor ante nuestro Presidentoso que estar por alllleno de seoritas enagricas mentalimonosas fragantes,

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    olorosas de tanto comer jamn. Ninfa Flor el alfilestrn

    de corbata de cobre que tiene piedra de vidrio el que noquisieron en la casa de empeos.Yo en cuanto me presenten ante la concurrencia delo-

    menaje me parar en el escenario como un guapo alzar elbastn y declarar abolida la poca uno dos tres y no lesdir nada de la fusilada que estuvo a punto de abolirme enla batalla de Copl uno dos tres inversa bala poblada de amo-

    res renunci a poeta que como la bala sacude el encaje y lostraseros de las nias casaderas uno dos tres toda cosa esotra cosa y toda palabra otra palabra uno dos tres oh sino estuvieran a punto de romperse estos botines cmo lesenseara el nuevo gran salto mortal o dejara caer mimano que sera como de plomo, quedara en el suelo ysera muy viajada por caracoles uno dos tres cmo me

    quitara los ojos y hara malabarismos con ellos y loscambiara con alguna seorita y con Ninfa Flor uno dostres carga al machete tarar seores mis versos disuelventodo lo dems tarar la carga por el flanco y despusentren a lanza tarar hasta el Presidentoso hasta los edeca-nes hasta los palacios estilo imperio se harn gelatina encuanto sientan estallar estas palabras gargarientas que cre-

    an la inestabilidad cuidado la exposicin de Pars, cuidado elPresidentoso cuidado esqueletos de caucho cuidado el abatefrancs.

    Oh cmo me comportar durante elomenaje cmo lesdir de la posibilidad de una tierra donde cada repollo se

    peina los bigotes donde hay pianos que se comen a lasseoritas y pjaros que vuelan parados en ramas de sueovoraginoso. Oh qu poco podrn entender de la necesidadde este mundo en donde jams entrarn los Presidentososni los Emperosos ni los edecanes porque en las puertas se

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    los comern bombardinos con antenas de mariposa y en un

    desorden tal las tropas no evolucionan ni las alianzasresultan ni nadie impone nada sobre nadie porque cadauno puede ser poeta o tortuga o estatua o chorizo frito yeste siglo diecinueve es el veinte o el cuarto a c y el nortelo cambian por un elefante o qu cosas, seores, qu cosas.

    Ninfa Flor, el bastn, que tocan.En la sombra de esta noche de Santa Florentina tocan

    tocan en la puerta fosa. Tocan, digo, Ninfa Flor, cadasombra resbala llevando zarcillos o enredadera o vina-greras para la molienda del tiempo. Tocan, tocan para elo-menaje, y por ms que trates de que yo no lo adivine, se tenota que sabes, Ninfa Flor. Cmo ocultar a tus sulfreastetas que esta comisin que viene es de burlones, que elo-menaje es una belfa, que me prosceniarn y me parnasia-

    rn y me pondrn una corona de laurel que me resbalarhasta el cuello y que las aplauditorias sern como de gar-gajos y que lo que pasa es que como no se atreven a bur-larse del Presidentoso, se burlan de m, y que para lamemoria de todos ser slo el viejo que fue burlado por-que se crey poeta y qu bien la gente se sac de las tripaslos rolletes de la risa y qu bien hasta el fin resist, pero yo

    a insulto ofrezco pecho porque nadie sabe qu cosa esinsultar o qu cosa ensalzar y yo tampoco jams sabr, yni siquiera me bajar los calzones en pleno escenario, sinoque me llevar la mano al corazn y dir: Seoras!Seores!

    Ahora el trago de estos doce hombres de la comisin queme acompaar hasta elomenaje ahora este demasiadocaliente beso en la mejilla ahora un tirar de m la miseriala vejez la sombra hasta el da en que, vendedor de billetes delotera, el hambre me haga ver lluvias de gallos que cantan

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    pera, lagartos danzarines estatuas de Presidentes con las tri-

    pas luminosas curas vestidos de gallineta y crea que por fintodos los hombres han entrado en mi reino.

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    CUALIDADES

    Yo amaba a esa mujer o no s si a sus cualidades ella meamaba a m o no s si a mis cualidades y los dos insom-nibamos completas noches pensando la mentira de todo,yo, por ejemplo, si sus cualidades las tuviera un hombre,no lo amara, ella, por su parte, pensando, si mis cualida-des las tuviera una mujer, no por ello la amara, por lo tan-

    to, era otra cosa, pensbamos revolvindonos en la cama,era otra cosa, pensbamos con cada gota de sudor y coti-dianidad y noche. Ahora que el mundo como todos sabense ha hecho inestable y una maana despierto con unamanera de mirar que no era propiamente ma. Ella, por su

    parte, primero esos rizos en el pelo, luego el color de losojos, luego, que cambi de muslos y yo asombrado de tan-

    tas cosas. Luego, el paso de dos minutos que cambi misopiniones teolgicas, entonces, ella que cambi de senosmucho mejores ms firmes rosaditos pero menos amablesyo que adquir unas manos de clavecinista y una falsamemoria de un viaje al Asia. Problemas de irse al trabajo a lomejor a la vuelta compraba uno un poco de disposicinmelanclica como quien compra algodn de azcar, a lo

    mejor ella de paso se haba hecho instalar fobia, obsesin yangustia, veladas perennes que pasbamos el uno al lado delotro adivinndonos y ella probablemente un reproche perono te fijas la nueva depresin manaca de ahora, con el

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    tono de quien dice pero no te das cuenta de que el vestido

    es nuevo.Exploraciones ms ntimas en las que ella me expli-caba: es que he cambiado mis sabores, no quiero seguirsiendo la tonta que te saba a agrio limn o que en lasorejas la cera te recordaba naranjas secas, yo por mi par-te descubriendo la tontera de mi rostro de hace seismeses, ahora otro tan distinto pero ms mo. Variacin

    tambin de posiciones, de ritmos y de conciertos. Ahoralas largas noches en que nos estamos frente a frente ten-didos en el desolado lecho y mirndonos. Ahora la refle-xin de que todo ser amado que elegimos es el tiempo ysus sorpresas. Ahora la repulsin y la lstima para aque-llos dos tan diferentes que hace tanto se escogieron. Ahorael gusto de esta saliva sorbida golosamente sabiendo que

    maana podr ser azul saber a nueces podr ser verde sabera hierro podr saber a azufre ser escupida pero nunca el

    pasado instante pero nunca pero nunca.

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    LAS COSAS QUE ME PASAN

    Naturalmente no le pasan a nadie ms en el mundo. Yovine a l para descubrir el sentido de la vida, que consisteen leer el peridico por las maanas y en ir cambiando de

    preferencias. Me explico, niez la pgina deportiva juven-tud la pgina literaria vejez la seccin de los entierrosdonde siempre hay un conocido que se march antes que

    uno, se puede ir a verlo, darle una mirada a la urna llenade seda y terciopelo y decirle ves, tanto que presumas deque no se te caa el pelo y total te fuiste antes que yo otambin tan inflado que estabas porque leas BertoltBrecht despus el bufete el xito y el aneurisma te jodie-ron y hasta falleciste cristianamente.Yo consolaba muchoa las viudas y les inventaba historias de cuando el finado

    y yo estudibamos juntos y l era conocido por tal o cualcosa, por lo borracho o por los malignos versos que hacaen contra del profesor, cuando mentira, lo mejor que

    poda recordar de todos ellos era un hueco en un hueco, elvaco dentro de un vaco del hombre sin contornos queslo muriendo se convertir en algo slido al asumir esacara de viejo malvado esa consistencia que nos dan la

    rigidez y los anuncios con orlas negras y las flores.Entonces esta maana el maldito peridico que me

    dejaron silenciosamente bajo la puerta y el gran recuadroen la seccin de entierros que dice:

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    Ha fallecido cristianamenteLA HUMANIDAD ENTERA

    Se invita al acto del sepelio

    que tendr lugar a las 11 a.m.Y desde luego vaina entre tanto conocido cmo cum-

    plir con todos, no hay quien suba el desayuno, los panta-lones se ajaron en el velorio de anoche y tienen cogulosde esperma, y lo peor de todo ya es un cuarto para lasdoce y todo debe haber terminado.

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    LA CONQUISTA DELELAND

    Leland, por quien el caballero viaj a Tierra Santa, soportlos afanosos piojos de Judea, y por cubrirse de gloria atacmientras los dems huan, logrando slo cubrirse de tajosque, mal curados, dieron lugar a fiebres y a visiones.Leland, por quien el caballero estudi el laud la lecturael latn y otros afeminamientos a fin de cantar una pro-

    pia endecha que fuera recordada por los hombres, ycomo toda cosa de amor, burlada, reda y despreciada, veri-ficada en su defectuosa mtrica y finalmente perdonadacomo curiosidad con ese perdn erudito que equivale alms atroz insulto.

    Leland, por quien el caballero dobleg la carne despidibarraganas olorosas a glorioso ajo, expuls bastardos en

    quienes se reconoca como en hermanos desair vidasdamas renunci a pernadas exponindose al habla turbia delas gentes y a la reputacin de vicios secretos.

    Leland, por quien el caballero liber sus halcones y tiral manantial capirotes guantes y capihuelas, Leland, porquien no se mezcl a la humedad de los ojos del ciervo lahumedad de la sangre, Leland, por quien fue cambiado

    Dios a precio de filtro amoroso para mover el corazn delas mozas calladas.

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    Leland, por quien el caballero emprendi la guerra

    contra el duque su primo porque para recibir a Lelanddeba ser grande la heredad y para que la heredad fueragrande deba haber cien hombres, cien certeros flechazos,cien perforadas lorigas, cien viudas y cien tumbas y fren-te a ellas la del duque ahorcado y por encima de ellas loshuesos de las doscientas bajas de sus huestes esparcidos

    por doscientos cuervos.

    Leland, por quien el caballero lanz el guantelete y sefatig manejando la espada hasta que las melladuras en sucoraza dieron paso a un gran fro, una gran tibieza, un granvrtigo, una gran luz, una noche grande.

    Leland, quien al saber su muerte llor y dijo oh, estecaballero de quien me enamor al ver su pie, cmo era

    pequeo.

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    LOPE

    A m, vuecencia, me llaman Lope, y van a matarme. Hacemucho fro, es de madrugada, y mis hombres se me handesertado. Por todos los medios he querido atarlos a esteempeo de grandeza y se me iban, creyendo ellos que porsalvar sus vidas, sabiendo yo que por no tener que participarde la grandeza. No hubo cosa que no intentaran: perderse

    en la selva dando gritos, fingiendo la visin de torres fan-tsticas de oro, enloquecer diciendo que durante el sueodorados monarcas chupaban el humor de sus ojos con c-nulas afiladas, sublevarse contra m, porque antes la muer-te dada por Lope que el destino de grandeza al cual losconduca Lope, antes dar grandes vueltas con la boca lle-na de agua por el fondo de aquel ro infinito que, decan, un

    da caera en una hirviente sartn de oro, que intentar re-montarlo hasta el mar, un mar que nos imaginbamos llenode mareas de hojas y con abismos penetrados de las msintrincadas pudriciones de races y frutos. A unos pocos

    pude distraer del embeleco de dejarse morir en aquellasregiones donde la sustancia de los sesos se escapaba enamarillos vapores durante el sueo, a unos pocos pude

    distraer de su esperaza de morir en aquellos herviderosen donde antes que los gusanos las enredaderas devoraransus prpados, a unos pocos llev hasta el casi imposible

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    mar e hice construir las naos fantasmales que nos llevaran

    hasta la isla llena de cristianos, de pobreza y de piojos, yde la isla nuevamente al mar, y de ste a la tierra firmeincreble que nos ha herido los ojos como un dobladoespejo y nos ha comido botas traje piel corazn hasta quehemos credo caminar en un aire hecho de hormigas, demanera que los espaoles que hallbamos nos huan y nosllamaban alzados contra el rey y haba que estrechar sus

    gargantas y la caminata se haca sobre pescuezos cruzadosde trazos azules y casas llenas de arcones vacos e iglesiassin imgenes, y todo ha sido para que al final mis hom-

    bres uno a uno me fueran dejando por el rey, cambiaran lamajestad presente por la lejana, soportable como el solque alumbra otras regiones, que durante las noches dejaoh esa frescura.

    Ya el alba no me da ms plazo, cercado por la tropa delrey en la cual mis hombres humedecen sus ansiosos labiosde Judas, tomo el cuchillo y degello primero, con facilidad,a la Torralba, luego, ms trabajosamente, a Elvira, que s-lo repite muchas veces padre mientras en la hoja una san-gre se mezcla a otra y las dos gotean asombradas de salir aconocer este mal siglo y de no saber por qu. Tampoco lo

    saben estos que franquean la puerta y vienen a matarme, ymiran la sangre, y miran el cuchillo, y miran mis ojos. Slocomprenden, desconsoladamente, que ahora sus armas sonintiles contra m, que por esta atrocidad me he situado pormanera tal fuera del alcance de tantos aceros cobardes, queno podrn tocarme, y es como si otra vez los arrastrara elAmazonas, sobre l o por debajo de l en desmaadas pirue-tas de ahogados. Lo adivino: slo esperan mi voz de mando,los que crean venir a matarme. Cuando los vean obedecer-me, se pasarn otra vez a mi lado, fascinados, mis mara-

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    ones. A otros muchos arrastrar en este torrente y a los

    que no sean arrastrados uno a uno los ir matando y pa-ra que ninguno escape me pondr al frente de stos quealguna vez pensaron matarme y con ellos arrasar el pas,y el pas arrasado, cruzar los montes y pasar a la NuevaGranada donde habr ms gargantas y ms cobardes acerosy ms casas con vacos arcones y desde la Nueva Granada

    pasar a Panam y en Panam me har dueo de los bu-

    ques llenos de ratas y hecho dueo de los buques caersobre el Per, y dueo del Per ser dueo del oro delmundo y habr en los arcones, brocados, en las iglesias,

    bendicientes santos, en los cuellos, sarna de collares, enlos aceros, sangre de virreyes. Termina por fascinarme lainevitabilidad de todo esto, la seguridad con la que, dueode todo el oro del mundo, no tendr ms remedio que dis-

    putar tambin con viejos reyes de un mundo viejo y opo-ner a sus santos carcomidos santos dorados a sus cajas vacascajas que valen ms que cualquier cosa que en ellas puedaguardarse, a sus hierros herrumbrosos espadas que hanvencido la fiebre la insolacin la amargura, y al final po-ner en los cuellos de estos reyes largas sogas cuando haya

    tambin avasallado sus reinos y el poder de todos los

    tronos est concentrado en mi puo y los esquivos sobera-nos de El Dorado sientan su miseria de reyezuelos nfimosy fallezcan de una centenaria vergenza llamando en las

    puertas de mis fortalezas para ofrecerse como sbditos, sinser notados de nadie.

    A estas cosas me lleva mi destino as como yo llevabaa mis hombres. Pero ahora el cuchillo an lentamentegotea me rebelo contra l, que es slo otro lejano reydesobedecible, porque, me digo, para qu llevar a estas

    pobres bestias del corral del rey al corral de Lope, para qu

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    llevar estas olas de un lado a otro de indiferentes mares

    o apilar a mis pies granos de arena; para qu, si el imperiosobre todos los hombres ya nada podra aadir a la nicacosa que puede llenar de orgullo a un hombre, y que es, enesta cumbre de mi color lo acabo de descubrir y de elladisfruto hace cincuenta y cinco aos, la de ser Lope y nonecesitar de otra cosa que ser Lope, lo cual incluye tam-

    bin la falta de temor por dejar de ser Lope, de usar este

    cansado cuerpo, estos gestos rados.La he matado me encuentro diciendo para que

    no sea colchn de tanto bellaco. Y con estas palabras ob-tengo mi ltimo triunfo, oculto a mis sitiadores que se pue-de ser Lope, les regalo este motivo comprensible, queescondidamente da por cierta mi de otro modo imposiblederrota, que hace de Lope un hombre sujeto a humilla-

    cin o desdicha por cosas de las que ellos pueden ser cau-sa, una concertada desercin, el emputecimiento de unahija, y sin embargo, an temo que adivinen, su vacilacinme hace temer que alguno adivina, an debo espolearlosa matarme fingiendo que pido la merced de decir ltimas