ruiz - la relevancia del texto digital

7/30/2019 Ruiz - La Relevancia Del Texto Digital

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9797INV ESTI GACI N BIBLIOTECOLGICA, VOL. 19, NM. 39, JULIO/DICIEMBRE, 2005

La relevancia del texto digital en

la investigacin en lingstica y li-

teratura del Instituto de Investi-

gaciones Filolgicas de la UNAM*

Ivn Ruiz **

Jane M. Russell***

Resumen

Este artculo parte de un cuestionamiento fundamen-tal referido al desarrollo cientfico y tecnolgico de lasdisciplinas humansticas, as como a la relacin entretextos digitales y textos impresos, y a la pertinenciade los primeros en los trabajos de investigacin de es-pecialistas en lingstica y literatura. Se trata de unareflexin que es fruto de una investigacin de camporealizada en tres centros de investigacin del Institutode Investigaciones Filolgicas (IIFL)de la UniversidadNacional Autnoma de Mxico (UNAM): el Centro deEstudios Literarios, el Centro de Lingstica Hispnica

Artculo recibido:

1 de diciembre de 2003.

Artculo aceptado:

15 de febrero de 2005.

* Este artculo fue escrito gracias al apoyo de la Academia Mexicana de Ciencias, lacual, en el programa XII Verano con un cientfico, le otorg a Ivn Ruiz Garca una becapara colaborar durante el verano de 2002 con la Dra. Jane M. Russell en el CentroUniversitario de Investigaciones Bibliotecolgicas (CUIB), de la Universidad NacionalAutnoma de Mxico. Los autores agradecen la valiosa participacin en las entrevistasde los siguientes investigadores del Instituto de Investigaciones Filolgicas (IIFL) dela UNAM: Mara ngeles Soler Arechalde, Csar Gonzlez Ochoa, Miguel RodrguezLozano, Rodolfo Mata Sandoval, Eduardo Serrato Crdova y Sergio Lpez Mena.

** Benemrita Universidad Autnoma de Puebla, Mxico. [email protected]*** Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecolgicas de la UNAM, Mxico.

jrussell @ser vidor.unam.mx


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2005 y el Seminario de Potica. Se indag acerca de la recep-

cin, el impacto producido y el futuro del texto di-gital en relacin con el texto impreso en estos centros.Presentamos entonces una interpretacin de sus pers-pectivas, lo cual, para nosotros, confirma la necesidad

de seguir reflexionando sobre una pregunta fundamen-tal de Roger Chartier: cmo se instala lo escrito enla pantalla? Nuestra respuesta, resultado del anlisise interpretacin de las encuestas aplicadas, consiste enexponer una propuesta integradora que d cuenta delos puntos de cruce necesarios entre lo digital y lo im-preso, para as poder comenzar a trabajar con mayor es-pecificidad sobre la arquitectura de los textos digitales.

Palabras clave: Libro; Hipertextualidad; Textodigital; Literatura; Lingstica

Abstract

Relevance of the digital text in linguistic and litera-ture research in the Philological Research Instituteof the National University of Mexico (UNAM)IvanRuiz and Jane M.Russell

The present article arises from a question fundamentalto the scientific and technological development of thehumanities disciplines, as well as to the relationshipbetween digital and printed text and, more specifically,the pertinence of the first to the research activity of lan-guage and literature scholars. Our reflection is based onfield research carried out in three centers of the Philo-logical Research Institute of the National University ofMexico (UNAM): Center for Literary Studies, Center forHispanic Linguistics and the Seminar on Poetics. Welooked at the response, impact and future of digitaltext in relation to print, in these centers. Our interpre-tation of their views leads us to confirm the need for

further reflection on the fundamental question posedby Chartier How to install the written word on thescreen?. Our reply to this question, which is based onthe analysis and interpretation of the responses to oursurvey, focuses on the necessary cross linkage of digitalwith print. In this way, we can begin to work more spe-cifically on the architecture of digital texts.

Keywords: Book; Hypertextuality; Digital text;Literature; Linguistics


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LA RELEVANCIA DEL TEXTO DIGITAL...

1 La presentacin de Ral Dorra al espaol del ltimo libro de Greimas,De la imperfeccin(FCE, BUAP: Mxico: 1990), expone las sucesivas transformaciones por las cuales la semi-tica de origen lingstico ha avanzado sobre la teora de la significacin, dando cuenta,por principio, de las estructuras profundas de los textos, las cuales estn organizadas bajoun formalismo lgico-semntico. A partir del estudio exhaustivo de esa dimensin formaldel estructuralismo lingstico, se ha comenzado a revalorar la dimensin sensible del dis-curso, donde se ha estudiado, con igual importancia, los estados de nimo que articulanal sujeto con su mundo. En este sentido, el libro fundamental donde se despliegan estasrelaciones esSemitica de las pasiones (Siglo XXI, BUAP, Mxico: 1993) del mismo Greimasen coautora con Jacques Fontanille. Tambin puede consultarse el l ibroSemitica, estesis,esttica de Landowski, Dorra y de Oliveira (eds.), EDUC, UAP: Sao Paulo, Puebla: 1999.

Introduccin

La vacilacin de un escritor frente a una hoja en blanco no es tan distintade la de un lector; ambos se confrontan visualmente con un cmulo degrafas cuyo significado tratan de desentraar por medio de su lectura. Lasdos experiencias comparten el horizonte de la representacin y sta no seencuentra limitada por el carcter lineal o la linealidad de los signos lings-ticos. Un examen ms minucioso mostrara la variedad de procesos fsicosque hacen que cierta interpretacin tome lugar en la lectura.

Si tomamos al discurso literario como objeto de estudio, podremos ob-servar que la competencia de un lector para con un texto de dicha naturalezano se limita a una comprensin inteligible de las oraciones que componencada sintagma verbal. Una lectura en ese nivel la cual tambin es posible,dejara de lado la relevancia de un aspecto que recientemente ha sido traba-

jado por la semitica de la Escuela de Pars;1 se trata de la dimensin sensiblede los textos, la cual ha subrayado que cuestiones tales como las pasiones y laexperiencia subjetiva cuya fuente son los sentidos, transforman, de maneradeterminante, las acciones lgicas de un sujeto con relacin a su universo ti-co y esttico en su quehacer narrativo. Si bien tales hechos ocurren al interiordel texto y se manifiestan a partir de un anlisis inmanente, estas operacioneslas podemos hacer extensivas, en otro nivel, a la experiencia de lectura, quese manifiesta cuando un lector se enfrenta a un texto de cualquier naturalezasensorial.

Nuestras prcticas sociales, e incluso culturales, estn orientadas haciacierta forma de coexistencia entre nosotros como sujetos lectores y el libromismo. La lectura tradicional nos obliga a adquirir competencia como re-ceptores de informacin y, al mismo tiempo, pone de manifiesto unapoticade la lectura misma, la cual impulsa una interpretacin determinada. Estosprocesos sensibles los podemos localizar, por ejemplo, en la relacin corpo-ral con respecto al libro impreso (postura rgida), en la lectura secuencial(de izquierda a derecha), en la distancia que separa nuestra mirada del libro,e incluso en los procesos fsicos y emocionales (sueo, excitacin, angustia,


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2 Como se ver claramente en este prrafo, la terminologa utilizada por Roger Chartier y lanuestra, con respecto al fenmeno virtual, difiere. Para Chartier, los textos que se produ-cen en la pantal la de una computadora son denominados electrnicos, mientras que paranosotros dichos textos perteneceran al orden de lo digital. De acuerdo con Codina (2000:96), las caractersticas de un libro digital, extensivas a todo texto digital, son las siguientes:puede contener todas las morfologas de la informacin, letra impresa, imagen esttica,imagen animada y sonido; requiere de aparatos adicionales para su lectura; tpicamente,un aparato de lectura, un ordenador, un sistema de visualizacin y un programa general(p.e., un navegador de Internet) o un programa especfico de lectura y navegacin. Gene-ralmente, en un libro digital la informacin se imprime en una superficie de visualizacinde dos dimensiones de un dispositivo informtico.

entre otros) que nos provoca la lectura de un pasaje narrativo determinado,dependiendo del gnero literario al que pertenezca, entre otras cosas.

Sucede lo mismo cuando leemos en la pantalla de una computadora?Esta cuestin no es posible afirmarla o negarla de modo contundente, pero lo

que s es evidente es que se origina todo un vuelco de estructuras, el cual serefiere primordialmente al cambio de un soporte impreso a uno intangible,y es en esta permuta donde se manifiestan significaciones particulares y for-mas de estar en el mundo discursivo virtual. En otras palabras,

el texto electrnico permite una relacin mucho ms distanciada, descorporeiza-da. El mismo proceso se da en el caso del que escribe. Quien escriba en la era dela pluma, de ganso o no, produca una grafa directamente asociada a sus gestoscorporales (Chartier, 2000: 17).

sta es una de las razones, entre muchas otras, por las cuales ha surgidoun rechazo crucial entre el libro impreso y el texto digital,2 ya que si bien am-bos comparten hasta cierto punto la misma clase de informacin, la forma yel soporte en que se manifiestan, se ha provocado un fuerte desajuste en lasestructuras de conocimiento de las diversas reas del saber y en la actitud derelacionarnos con los objetos de estudio. Chartier afirma que la revolucindel texto electrnico es tanto una revolucin de las estructuras del soportematerial de lo escrito como de las maneras de leer (dem., p. 16). Para otrosautores, como Llus Codina,

la novedad de la era digital (...) no consiste en el hecho de poder escoger entretexto o audiovisual, que es una opcin que tenemos desde hace un siglo, sino enpoder escoger entre publicar en papel o publicar en forma de bits y, ms exacta-mente, entre publicar en papel o en Internet (o en disco ptico). (2000: 65)

En esta encrucijada entre lo impreso y lo virtual, una de las reas con mayorgrado de desestabilizacin ha sido, sin lugar a dudas, la humanstica. El pro-blema radica en que la materia prima de su difusin ha sido, tradicionalmente,


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3 De manera convencional, entendemos por libro un volumen compuesto de un nmero depginas impresas fijadas por uno de sus lados el lomo, y cubiertas por una portada y unacontraportada. El contenido de esas pginas puede ser el resultado de una investigacin,de un anlisis, una compilacin de trabajos monogrficos, un cuadernillo de trabajo, deejercicios, un manual, un diccionario, entre otros. La forma en que se nos presenta un libroimpreso a modo de cuaderno, proviene de la nominacin arcaica que reciban los cdi-ces con respecto al nmero de pergaminos con que estaban constituidos. As, se llamabaduernos a los cdices con dos hojas dobladas por la mitad, lo cual daba un total de ochopginas; ternos, a los de tres pergaminos y cuadernos a los de cuatro, que tambin recibanel nombre de quaterniones (Martnez de Sousa, 1992: 40). Por ser los ms comunes y porconsecuencia los ms usados, los cuadernos fueron los cdices de cuyo modelo deriv la

forma bajo la cual se sustenta el libro impreso.4 Una razn propiamente prctica por la cual los medios digitales han sido acogidos confamiliaridad por las ciencias exactas y naturales (qumica, matemticas, fsica, entre otras),radica en la generacin del conocimiento y la comunicacin cientfica entre los investiga-dores, quienes familiarizados con los soportes digitales que forman parte de su materiaprima, se han visto en la necesidad de publicar sus resultados de forma rpida, optandoprincipalmente por la publicacin de artculos en revistas (electrnicas o impresas), msque por la edicin de un l ibro (Russell y Liberman, 2002: 368).

5 Es ms, en la encuesta que aplicamos a los investigadores del IIFL (la cual detallaremosms adelante), un gran nmero de ellos (83%), destac que aunque se conocen los benefi-cios que los medios virtuales les ofrecen, es poco frecuente su uso en la labor cotidiana deinvestigacin.

el libro impreso.3 No ocurre lo mismo, por ejemplo, con las reas de la inves-tigacin cientfica, ya que su familiarizacin con la tecnologa digital les hafacilitado una rpida aceptacin y explotacin exhaustiva de los beneficiosinmediatos que les otorgan esta clase de medios.4 Sin embargo, no podemos

comparar abiertamente la situacin de un rea con la otra, ya que si bien am-bas tienen como fin la produccin de conocimiento, es evidente que su de-sarrollo como disciplinas ha sido desfasado tanto en recursos tecnolgicoscomo en tiempo emprico. De hecho, un dato importante consiste en verificarlos procesos de generacin y aplicacin del conocimiento, ya que mientras su-ponemos que los investigadores de ciencias exactas y naturales publican tantoen medios digitales como en impresos, algunos del rea humanstica, recien-temente se han interesado por modificar su escritura propiamente impresapara ingresar as en el universo virtual que les ofrecen los medios digitales.5

Ubicarnos en una mirada anacrnica que determine que no existen vasoscomunicantes entre lo impreso y lo digital, no resuelve ni explica los proce-sos de esta problemtica contempornea de carcter sumamente polmico.La opcin ms viable, por lo tanto, es evaluar la participacin de los medioselectrnicos y digitales en el mbito humanstico, as como poner de mani-fiesto tanto los beneficios como los perjuicios que pueda generar la prcticade compartir al libro impreso con los textos digitales en un contexto de ri-queza para el desarrollo cientfico de las reas involucradas. En palabras deChartier, ya no se trata de oponer lo escrito a la pantalla, sino de compren-der cmo se instala lo escrito en la pantalla (dem., p.129). sta ser, propia-

mente, la reflexin que intentaremos trazar a lo largo de estas lneas.


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La perspectiva adoptada

La investigacin que hemos realizado con respecto a la relacin entre libroimpreso y texto digital se sustenta retomando la ltima consideracin de

Chartier en una perspectiva de dilogo entre lo que aparentemente se con-sidera como elementos antagnicos. Para nosotros, el problema radica pre-cisamente en los juicios de valor determinantes que se adjudican a la rela-cin entre lo impreso y lo digital. Estamos convencidos de que, ms que unaaxiologa consumada, el vnculo antes descrito requiere pensarse desde unadimensin hasta cierto punto didctica, es decir, tomando como eje centralla comprensin global de este fenmeno. De ah que el objetivo principal deesta investigacin no consisti en adjudicarle un valor negativo o positivo altexto digital frente al impreso (ni mucho menos a los sujetos y centros de in-vestigacin involucrados en esta investigacin), sino de desentraar el modoen que ambos tipos de soportes pueden enriquecer o facilitar la labor de in-vestigacin en el rea de las humanidades.

Por otro lado, esta investigacin se vincula con el campo interdisciplina-rio de estudio conocido como interaccin hombre maquina (HCI por sussiglas en ingls), el cual toma sus conocimientos y mtodos de distintas dis-ciplinas como son la filosofa, fisiologa, medicina, psicologa y, muy parti-cularmente, la ergonoma. En un periodo de un poco ms de tres dcadas elcampo ha visto un crecimiento exponencial (Shackel, 2000) y mucho tieneque ver con que los usuarios de las computadoras ya no se restringen a los

profesionales del campo de la informtica, sino que se extienden a especia-listas de otras reas y profesiones e incluyen a los cientficos (Shackel, 1997).Estos otros especialistas utilizan computadoras en la medida que les resultenapropiadas, tiles y usables para cumplir con sus tareas. Por lo tanto el fac-tor humano cobra importancia y el fracaso en el mercado de varios diseosorientados principalmente a los aspectos tecnolgicos ha creado concienciade la importancia que cobra el enfoque socio-tecnolgico en el desarrollo deaplicaciones. En el presente estudio examinamos la percepcin que tienenlos investigadores en lingstica y literatura acerca de los textos digitales y de

la utilidad de los mismos en sus tareas de investigacin.

Acerca del mtodo

Una de las cuestiones esenciales de cualquier investigacin que tenga comoreferente el juicio o la valoracin del sujeto sobre determinado fenmeno im-plica, necesariamente, un acercamiento con l. Los mtodos tradicionales


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6 Otra problemtica relacionada en el diseo del instrumento de investigacin, radica co-mo bien nos lo hizo notar una investigadora que respondi a nuestro cuestionario en lascategoras esquemticas y estereotipadas de la pregunta-respuesta, las cuales, la mayorade las ocasiones no dan cuenta totalmente de la produccin de conocimiento, la cual noconsiste, nicamente, en la publicacin final de un libro.

7 Algunos de los investigadores que respondieron a la encuesta que se formul para estainvestigacin, optaron por entregar sta de forma personal, mientras que un nmero msreducido lo hizo va fax.

de la investigacin de campo son la entrevista, el cuestionario y la encuesta.Sin embargo, la propia globalizacin de los medios electrnicos ha hecho re-plantearse y estructurar estos mismos mtodos en la infraestructura virtual.Actualmente las encuestas o cuestionarios va Internet (organizados estratgi-

camente de tal modo que en poco tiempo se conteste un nmero considerablede preguntas) son mecanismos que se presentan, comnmente, al momento deconsultar el correo electrnico (e-mail) o una pgina de la red (web), tanto enventanas pequeas en la pgina misma, como en ligas (links) relacionadas.Por nuestra parte, debido a la temtica central de la investigacin, nos incli-namos por trabajar con encuestas aplicadas va correo electrnico. Optamos,por las razones anteriormente citadas, en trabajar con investigadores del reade humanidades de la UNAM y, de este modo, elegimos, como una muestra re-presentativa, a tres centros del Instituto de Investigaciones Filolgicas (IIFL):Lingstica Hispnica, Estudios Literarios y el Seminario de Potica. En elloslabora un nmero aproximado de 70 investigadores, contando a los que gozande ao sabtico, de comisiones y de permisos.

Nuestra primer tarea consisti en disear un instrumento de investigacinabierto (Cf. Anexo), que comprendiera la valoracin sobre el uso, la recepciny la produccin de textos digitales, con la finalidad de enviarlo va correo elec-trnico (y recibirlo ya contestado del mismo modo).6 Esto, obviamente, impli-c un enfoque intencional por nuestra parte, ya que las dificultades que tuvie-ron los investigadores de estos centros con el uso de las nuevas tecnologas semanifestaron inmediatamente, y podramos enumerarlas en el siguiente orden:

Aproximadamente un 80% de los investigadores de estos centroscuentan con una cuenta de correo electrnico.

De dicho porcentaje, slo la mitad (un 40%) consulta su cuenta elec-trnica con frecuencia.

De ese cuarenta por ciento, un nmero considerable tiene problemaspara abrir un documento adjunto (attachment), contestar y enviarlonuevamente al remitente.7

Debido a esta tercer problemtica nos dimos a la tarea de contactar perso-nalmente a los investigadores y ellos mismos confirmaron que a pesar de haber


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8 A travs del cuestionario se pregunt a los investigadores si tenan inters en la opcin deentrevistarlos. Se procedi a contactar a seis de ellos.

9 Como dato valioso, habra que mencionar que el Centro de Estudios Literarios ha sido elnico, a la fecha, que ha publicado en formato electrnico la obra de Jos Juan Tabalada enuna serie de CD-ROM interactivos; aprovechando, tcitamente, lapotica modernista de esteescritor.

recibido la encuesta en su cuenta de correo electrnico, o bien tuvieron pro-blemas para imprimirla y reenviarla, o bien, de entrada, no les interes el tipode trabajo. Estas razones, obviamente, dificultaron el curso temporal de lainvestigacin; no obstante, fueron los mismos problemas los que nos confir-

maron la necesidad de plantear, como un tema de investigacin relevante, larelacin entre textos impresos y digitales y el papel determinante que stosjuegan en el desarrollo cientfico y tecnolgico de las disciplinas humanas.En otras palabras, fueron las problemticas mismas de algunos de los inves-tigadores del IIFL con respecto a los textos digitales, aquellas que demostra-ron la carencia y la necesidad de debatir con carcter cientfico el papel quedesempean los medios electrnicos y digitales en las ciencias humanas. Es-te aspecto lo pudimos constatar en las seis entrevistas que realizamos coninvestigadores de distintos centros del IIFL, quienes accedieron a plantearcon ms especificidad su postura frente al fenmeno.8 Las entrevistas estu-vieron guiadas por la importancia que detectamos en las respuestas de es-tos investigadores; es relevante dejar en claro, sin ninguna mala intencin depor medio, que casi todos ellos coincidieron en confirmar el rechazo al usode medios electrnicos por parte de algunos colegas en el IIFL; del mismomodo, corroboraron la escasez de renovaciones en el equipo de cmputo delos cubculos de los investigadores del IIFL. Esto, de entrada, constituye unaspecto crucial para una relacin estrecha entre lo impreso y lo digital.

La forma que elegimos para colectar datos sobre este fenmeno no resul-t cuantitativamente completa (trabajamos con las respuestas de 23 investi-

gadores, aproximadamente un 33% del total de investigadores en literaturay lingstica del IIFL); sin embargo, de forma cualitativa, nos proyect datosconcretos sobre la configuracin de este problema en las reas de lingstica,literatura y teora literaria que, incluso entre ellas mismas muestran diferen-cias notables en el uso y produccin de textos digitales.9 Finalmente, las fe-chas de trabajo de campo de esta investigacin abarcaron el periodo del 19 al31 de julio de 2002. Presentamos ahora este artculo, que se ha enriquecido apartir de reflexiones propias vistas a la luz de los avances de los universos vir-tuales en el devenir del desarrollo cientfico y humanstico, as como de los

comentarios y opiniones expresados por los seis especialistas entrevistados.


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Otros

Librera virtual

Biblioteca virtual

Libro-digital (e-book)

Coleccin digital

Revista digital

Catlogo en lnea

CD ROM

Art culo en lnea

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El punto de vista de los investigadores del IIFL

La encuesta aplicada a los investigadores del IIFL se organiz como un ins-trumento de investigacin dividido en tres secciones que se enuncian a

continuacin:

I. Relacin del investigador con los textos digitales.II. Valoracin sobre los textos digitales y los productos de investigacin.III. Aspectos relacionados con el libro.

La primera pregunta se refiri a la consulta de textos digitales en medioselectrnicos: artculos, catlogos en lnea, CD-ROM, revistas, libros, bibliote-cas virtuales, peridicos, entre otros. Tomando como un 100% el nmerototal de investigadores encuestados (23), los porcentajes quedaran del si-guiente modo: un 74% s consulta este tipo de documentos, mientras queun 22% no lo hace y un 4% no contest a la pregunta. Ahora bien, lafigura1 ilustra grficamente las preferencias de los investigadores del IIFL entre lasvariantes de textos digitales; a saber: artculos en lnea, CD-ROM, catlogos enlnea, revistas electrnicas, colecciones digitales, bibliotecas virtuales, entreotras. La pregunta especfica que se aplic en la encuesta fue: qu tipo detextos digitales consulta con mayor frecuencia?. Los resultados quedarandel siguiente modo:

Figura 1. Tipos de textos digitales y su frecuencia de consulta

Los porcentajes de cada tipo de texto digital son muy significativos;mientras que las colecciones digitales, los libros en este formato, las librerasvirtuales y la opcin de otros no obtuvieron ninguna mencin, el CD ROMobtuvo un 32%, seguido tanto por el artculo como por el catlogo en lnea


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10 Cf. Revista Electrnica de Literatura Mexicana:http://members.tripod.com/~IlianaR, y especialmente, el sitio electrnico Horizonte dePoesa Mexicana:http://www.arts-history.mx/horizonte/home1.html,del cual son responsables Malva Flores, Gustavo Jimnez Aguirre y Rodolfo Mata, estosdos ltimos, investigadores del Centro de Estudios Literarios del IIFL de la UNAM.

(ambos con un 26%). Estos datos son importantes ya que, como se ver msadelante en la figura 2, la cualidad ms importante para los investigadoresdel IIFL con respecto al texto digital es el menor costo econmico frente a lostextos impresos. Esto se relaciona directamente con la constante edicin de

distintos tipos de CD ROM que se distribuyen, a un bajo costo, con bastantefrecuencia en todo tipo de sectores comerciales. Por otro lado tambin esimportante destacar que uno pensara que para investigadores de esta rea laconsulta constante de bibliotecas virtuales es un hecho consumado; sin em-bargo, vemos que tal acontecimiento obtuvo un bajo porcentaje (11%) frentea los catlogos y los artculos en lnea.

A partir de este primer dato, se deduce que los investigadores de esta reaestablecen un contacto regular con los textos digitales por diversas razones;entre los argumentos ms citados se encuentran los siguientes:

rapidez en la obtencin de datos facilidad de consulta cada vez se publica ms material especializado posibilidad de contacto con los autores cuenta con informacin actualizada

Pese a todo es muy drstico el pasaje que corre de la consulta frecuenteo espordica a medios digitales, a la publicacin en s misma. A la preguntahapublicado textos digitales tales como libros, captulos de libros, artcu-

los, prlogos, entre otros? los porcentajes fueron los siguientes: un 31% deinvestigadores s ha publicado mientras que un 69% no lo ha hecho.

Es importante destacar que de ese 31% que s ha publicado alguna ocasintextos digitales, un 22% (5 investigadores) pertenece al cuerpo docente y deinvestigacin del Centro de Estudios Literarios del IIFL; esto se debe, segura-mente, al auge de revistas literarias que se editan igualmente en versiones di-gitales.10 Por otro lado, tambin es muy representativo que si bien ese 69% deinvestigadores no publica en medios electrnicos, ninguno de ellos argumentuna razn especfica. No fue sino ms adelante cuando se vislumbr, a travs

de las entrevistas personales a investigadores del IIFL, una preocupacin espe-cial referida a esta carencia de publicaciones digitales: el valor curricular quese le otorga al texto digital en los sistemas de evaluacin, especficamente en el


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PRIDE (Programa de Primas al Desempeo del Personal Acadmico de Tiem-po Completo de la UNAM) y los estmulos para acadmicos pertenecientes alpadrn del SNI (Sistema Nacional de Investigadores), no representan lo mismocuando se los compara con un documento impreso.

En la pregunta usted otorgara el mismo valor curricular a un textodigital (como producto de investigacin) que a uno impreso en su rea deestudio y/o investigacin?, los porcentajes fueron los siguientes: un 48%considera que ambos tienen el mismo valor, mientras que un 35% piensa locontrario; es significativo, igualmente, que un 17% dej sin contestar estapregunta. Estos porcentajes se contextualizaran mejor si atendemos a lasrespuestas de los mismos investigadores con respecto a una pregunta simi-lar: como recurso de informacin en su rea de estudio o investigacin, quvalor epistemolgico le otorga a un texto digital. Un 31% consider a estetipo de textos como una fuente secundaria, mientras que para un 17% lostextos digitales fueron considerados exclusivamente como documentos deconsulta efmeros. Como vemos, el problema se refiere nuevamente a la opo-sicin entre texto impreso y texto digital, ya que el primero goza de undeterminado valor en el mercado de la docencia y la investigacin, mientrasque el texto digital no slo se considera como su contrapartida, sino como unsubordinado del impreso. En otras palabras, es como si el texto digital, fren-te al impreso, perdiera valor en las tareas de docencia e investigacin entreespecialistas de lingstica y literatura del IIFL.

Precisamente, se considera que los sistemas de evaluacin antes mencio-

nados, no califican del mismo modo (es decir, con el mismo puntaje) a undocumento impreso en una revista arbitrada que a uno en formato de CD-ROM o artculo en lnea. De ah que algunos investigadores consideren que lapublicacin en medios digitales es el resultado de un trabajo carente de rigor,efmero y nada cercano a la investigacin metdica y estructural. No obstan-te, aunque se sea un factor primordial, la respuesta ms coherente se dirigehacia otro sentido, y es aquella que destaca que el valor del documento no de-pende del formato en que se encuentre, sino de la calidad de la investigacinen s misma. En esta pregunta, reiteramos que la problemtica de lo impreso

y lo digital debe entenderse en s misma como un fenmeno complejo que,una vez ya aceptado, puede ayudar a difundir ampliamente los avances de lasciencias humanas por medio de su publicacin en medios electrnicos.

Una de las preguntas centrales de la encuesta, fue aquella que cuestionlas eficiencias y deficiencias que puede ofrecer el texto digital en relacin conlos textos impresos. Se manejaron seis opciones en cada rubro, ms una don-de los investigadores podan especificar cualquier otro factor. De los veinti-trs encuestados slo respondieron dieciocho (un 80% aproximadamente),


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11 El hipertexto constituye una clase especial de texto. El prefijo hiperms que, excesiva-mente, caracteriza la capacidad de ligar un texto con otro(s) de una manera rpida y eficazpor medio de ligas (links) que vinculan palabras, oraciones, prrafos, imgenes, sitios re-lacionados o pginas web. El trmino hipertexto es una expresin acuada por Theo-dor H. Nelson en los aos sesenta y, de acuerdo con su autor, se refiere a una escritura nosecuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en unapantalla interactiva (citado en Landow, 1995, pg. 15). En este sentido, el hipertexto espropiamente un texto multimedia, ya que posee la capacidad de reunir y manipular textocon imgenes, sonidos o videos. Para Sorkina el hipertexto representa no slo la escritu-ra, en el sentido estricto, tambin personifica al l ibro y, con ste, el plano interpretativo, esdecir, la lectura (2001: 72).

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Otros

Manejo de imagen y sonido

Vinculacion con links

Facilidad de adquisicin

Menor costo

impresin por partes

Reorganizacin

lo cual nos dice que un 20% conoce los textos digitales pero no los manejafrecuentemente, ya que no identifica claramente (o no le interesa frecuentar)las ventajas posibles que ofrece este medio. Lafigura 2 muestra los porcen-tajes que obtuvo cada opcin.

Figura 2. Eficiencias del texto digital

En esta segunda figura las eficiencias del texto digital frente al impreso sepueden agrupar en tres rubros que se caracterizaran por aspectos especfi-

cos; por ejemplo, tanto la reorganizacin como la impresin por partes serancualidades intratextuales de los textos digitales; el menor costo y la facilidadde adquisicin, por oposicin al primer rubro, seran cualidades extratex-tuales de lo digital, mientras que los vnculos (links) y el manejo de imageny sonido seran aspectos intratextuales, pero que tienen que ver especfica-mente con el concepto de hipertexto.11 Pues bien, para los investigadores delIIFL el aspecto ms llamativo de un texto digital frente a uno impreso for-ma parte de un aspecto extratextual: el menor costo econmico (el 18% delos investigadores eligi esta opcin como nmero uno) que representa una


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12 El vnculo a partir de links o ligas slo obtuvo un 12.5% y ocup, de entre las opcionesposibles, el ltimo lugar. En la casilla otros, los investigadores aadieron tres ventajasque tiene el texto digital desde su perspectiva: no ocupa espacio fsico, tiene mayor difu-sin y debido a su propia naturaleza, es ms rpido hacerlo pblico.

13 Como una excepcin, podemos destacar que uno de los investigadores entrevistados del II-FL, seal que el uso adecuado de los multimedios permitira manifestar formas novedosasen la didctica de la literatura, para que as lo ldico forme parte integral de la enseanzade la literatura.

Otros

Carcter efmero del documento

Dificultad con derechos de autor

Menor capacidad de retencin mental

Dificultad de lectura en pantalla

Menor valor curricular

Menor validez epistemolgica

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opcin frente a los precios elevados de textos impresos especializados. Sinembargo, el segundo lugar lo ocuparon con el mismo porcentaje (16.7) laspropiedades que son inherentes al texto digital: por un lado la capacidad dereorganizar un texto de esta naturaleza y, por otro, la impresin por partes,

la cual permite tener impresas, a la mano, slo las partes de algn texto que aun usuario le interesan. Estos aspectos son llamativos para nosotros porqueconfirman la hiptesis generalizada con respecto a un investigador de huma-nidades, formado y educado en la tradicin del libro impreso. Para esta clasede investigador, es evidente que los links o el manejo de sonidos e imgenesno constituyen ninguna eficiencia,12 sino, al contrario, un exceso del textodigital.13 En cambio para un investigador formado en el campo de la ciencia,quien da a da convive con determinados aparatos tecnolgicos, estas cuali-dades hipertextuales parecen facilitar y enriquecer sus capturas cientficasen la investigacin.

La pregunta sobre deficiencias del texto digital frente al texto impresopresent un matiz ms interesante, ya que al esperar que la respuesta impli-cara el mismo nmero de investigadores que calific las ventajas, aqu se in-crement de dieciocho a veintiuno (91%). Esto nos muestra que una serie deinvestigadores de humanidades no analiza el fenmeno de lo digital frentea lo impreso de una manera equitativa, ya que antes de reconocer ventajas,encuentran deficiencias debido a su propia formacin con documentos im-presos. Lafigura 3 muestra los porcentajes que obtuvo cada opcin.

Figura 3. Deficiencias del texto digital


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14 Se puede vaticinar el desarrollo de programas de cmputo que reproduzcan esta tarea,incluso de forma ms rpida y eficiente.

15 Entendemos que esta expresin es sumamente connotada en distintos mbitos. Por nues-tra parte, nos referimos a la validez epistemolgica como el juicio que un grupo de per-sonas hace con respecto a un trabajo de investigacin. Es decir, si un trabajo es relevantetendr mayor validez epistemolgica para una comunidad intelectual (tendr valor, impor-tancia...) y si no lo es, ocurrir la situacin contraria.

El problema ms aludido por los investigadores del rea, y que ciertamen-te puede generalizarse a cualquier usuario, fue el correspondiente a la difi-cultad de lectura en pantalla (el 26% de los investigadores eligi esta opcincomo nmero uno). Algunos software como Adobe Acrobat han mostrado

una forma distinta de desplegar un texto digital en un soporte virtual; sin em-bargo, el problema sigue estando presente, ya que tanto las radiaciones quegenera la pantalla en el momento de su ejecucin, como los movimientos quesurgen al interior de sta, son molestos para sostener prolongadamente unalectura continua. El segundo lugar consisti en el carcter efmero del docu-mento (19%), lo cual puede explicarse debido a que al no tener un carcterpropiamente impreso, es posible que se pierda en el mar inmenso de la Inter-net. El tercer sitio, lo ocup el problema sobre los derechos de autor (14.9%);tema que abordaremos en el siguiente apartado; baste por ahora con sealarque justamente los investigadores del rea de humanidades, al estar formadosbajo un estricto rgimen de derechos de autor y de trabajo ciertamente indivi-dual (de modo contrario a lo que sucede en el rea de ciencias naturales, don-de el trabajo de investigacin suele involucrar grupos a veces numerosos deinvestigadores), consideran que es un peligro publicar textos digitales debidoal plagio de ideas y a la posibilidad de sustentar argumentos sin comprobar-los. Por esta razn, la vacilacin sobre si publicar en este formato obtendr unvalor epistemolgico o no, est a la orden del da como una amenaza virtual.

El cuarto lugar, con un porcentaje de 13.5, lo ocupa la menor capacidadde retencin mental y con esto queremos sealar que un texto digital, por su

misma naturaleza virtual, no permite que los usuarios trabajen sobre un m-todo de investigacin clsico: leyendo, fichando, haciendo acotaciones a piede pgina, subrayando y marcando puntos primordiales.14 Esto hace que seams factible que un documento de esta naturaleza no pueda retenerse comoobjeto de estudio cuya aplicacin ser posterior. El quinto lugar lo obtuvo elrubro de menor validez epistemolgica15 (12.2%), al que hemos caracteri-zado anteriormente como el riesgo de publicar un artculo especializado o unlibro producto de una investigacin en un medio virtual que al no poseer elcarcter de revista arbitrada de un sistema acadmico reconocido, es conside-

rado como un artculo de poca calidad. La sexta posicin la ocup el menorvalor curricular (10.8%), que est ligado al problema epistemolgico, ya que


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16 En la entrevistas personales, un investigador del IIFL destac que factores como el prome-dio de edad, la formacin con libros impresos y la falta de equipo renovado en los centros deinvestigacin, son slo algunos factores por los cuales los investigadores del IIFL no puedeninvolucrarse completamente con los medios electrnicos y las publicaciones digitales.

con una publicacin electrnica se corre igualmente el riesgo de no obtenerel puntaje correspondiente al rubro relacionado con los sistemas de evalua-cin sobre produccin acadmica como los del SNI o del PRIDE. En la opcinde otras deficiencias de los textos digitales, los investigadores sealaron tres

problemas: no hay informacin para conocer la fuente, la publicacin estsupeditada a factores externos como el software o el equipo especializado y,finalmente, a los prejuicios culturales del entorno humanstico.16

Con respecto a estos tres factores, el 96% de los investigadores encuesta-dos ubic al concepto libro como referente surgido a partir de los impresosmecnicos de Gutenberg; y slo uno e ellos eligi como campo asociativo alos manuscritos, y ninguno seleccion como referente del libro a los textosdigitales. Esto muestra claramente que a pesar de que hagamos una revalo-racin adecuada sobre este fenmeno, tanto la tradicin bibliogrfica comola costumbre, las connotaciones semnticas e, incluso, las convenciones so-ciales, han monopolizado un significado a un referente concreto, por locual es muy difcil sustentar el concepto de libro electrnico (en ingls,su equivalente e-book) o libro digital en el mbito de las humanidades. Labsqueda de una tipologa especial para los textos digitales, consolidada porun trabajo de metalenguaje, le otorgara al fenmeno una dimensin episte-molgica y pragmtica de la cual, ciertamente, carece.

En trminos generales, a pesar de las deficiencias sealadas, el 83% delos investigadores s percibe beneficios debido al uso de las tecnologas dela informacin en el rea lingstico-literaria. Por el otra parte, 11 de los 20

investigadores que respondieron a la pregunta, no consideran que las estruc-turas de conocimiento en el mbito humanstico hayan sufrido modificacinalguna a raz de la introduccin y el uso de tecnologas digitales en dicha rea(es decir, las formas de interaccin entre docentes, investigadores y alumnos,o la forma de estudiar, de ensear y de hacer investigacin con respecto aproblemas de lenguaje y de teora literaria, etctera).

Teniendo claro que enfrentamos un problema que involucra tanto facto-res externos como internos, pero que es de vital importancia para el cursode la investigacin, la comunicacin entre investigadores y la difusin de las

publicaciones en humanidades y otras reas, trataremos de esbozar una pro-puesta sobre cmo podra establecerse una equidad entre los textos impresosy los textos digitales, teniendo como centro de referencia los universos vir-tuales en que desarrollamos nuestras tareas.


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Entrecruzamientos

La aparicin del libro impreso en Occidente, y especialmente de la figura em-blemtica y ambigua de Gutenberg, nos ha hecho suponer que la introduccin

de la imprenta y la sustitucin de los manuscritos anteriores a sta (tela, cuero,lminas metlicas, tablillas de madera, entre otros), representa tcitamente unarevolucin de la poca moderna, donde los soportes escriptreos clsicos comolos pergaminos y los papiros fueron sustituidos por un material ms sofisticado:el papel. Con esta visin histrica y estereotipada, caemos en el lugar comn deconcebir que actualmente estamos ante una revolucin de los medios digitales,los cuales sustituirn e incluso harn desaparecer a los textos impresos.

Bajo esta perspectiva se ubica la mayor parte de los investigadores en hu-manidades, quienes a partir de determinaciones culturales tienen como refe-rente de los medios electrnicos la eliminacin inmediata de su materia pri-ma: el libro impreso. Sin embargo, si la analoga se sustentara en la historiahara falta revisar atentamente sendas historias del libro la de Millares Carlo(1986) y la de Dahl (1982) para poder constatar que en los tiempos antiguosexista una convivencia social entre los cdices y los libros impresos en el si-glo XIV, ya que uno no represent la sustitucin completa del otro, e incluso,los primeros libros impresos llamados incunables tenan un proceso manu-factural final semejante al que los monjes realizaban en los cdices. Por estasrazones es que, finalmente, resulta factible rechazar la visin histrica de queun medio sustituir al otro. Al respecto podemos aludir que en Oriente lo

fundamental es la notable continuidad entre el arte de la escritura manuscri-ta, la caligrafa y el carcter impreso (Chartier, 2000: 15).

Ahora bien, si no hay revolucin (sustitucin), qu significan entonceslos medios electrnicos y los textos digitales frente a los textos impresos?cul es su valor? Desde nuestra perspectiva los textos digitales constituyenuna opcin ms factible de publicacin y difusin de la investigacin; sin em-bargo, desde la perspectiva de los investigadores del IIFL de la UNAM (estaperspectiva es, por supuesto, una sincdoque que intenta ir de las partes altodo), los textos digitales significan un peligro en cuestiones de derechos de

autor, de autenticidad y de validez curricular para los sistemas de evaluacin;adems de las deficiencias que debido a su carcter virtual presentan (dificul-tad de lectura y carcter efmero del documento, entre otros).

La propuesta, por lo tanto, tendr que orientarse tomando en cuenta losbeneficios que los textos digitales han aportado a las otras reas de estudio,es decir, retomar stos con una perspectiva crtica para la investigacin enhumanidades. Dicha integracin entre lo digital y lo impreso tendra comoparmetro las siguientes consideraciones:


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17 Al respeto, vase el valioso trabajo de digitalizacin de distintos documentos novohispa-nos realizado por la DGSCA de la UNAM. Pgina web:http://www.coleccionesmexicanas.unam.mx.Tambin puede consultarse la pgina web del Seminario del Libro Antiguo, un grupo detrabajo dedicado al rescate, preservacin y difusin de libros antiguos a part ir de diferen-tes tcnicas de digitalizacin:http://www.libroantiguo.buap.mx

18 La cuestin se ha hecho necesaria en la investigacin lingstica, cuya preocupacin cen-tral radica en las formas de habla de los dist intos grupos sociales. Un proyecto ambicioso

como el Estudio coordinado de la norma lingstica culta de las principales ciudades deIberoamrica y de la pennsula ibrica, cuyo principal promotor es el Centro de Lingsti-ca Hispnica del IIFL de la UNAM (donde aplicamos nuestro instrumento de investigacin),ha mostrado la necesidad latente de computarizar el corpus de extensin notable, en discocompacto y en hipertexto en la Internet. Cf. Fuentes para la investigacin sincrnica delespaol: corpus computarizado del espaol culto (COCEC), Judith Martnez Hernndez,Mara ngeles Soler Arechalde, Alejandra Vigueras vila, enJornadas Filolgicas. Memo-ria, Mxico: UNAM, 1998, pp. 11-16.

19 Seguramente uno de los beneficios ms importantes desde la perspectiva fctica es lacomunicacin y colaboracin a distancia entre investigadores, quienes pueden intercam-biar opiniones, recibir o enviar artculos por correos adjuntos o, simplemente, poner enescena la comunicacin a distancia. Y, en este mismo sentido, el trabajo en conjunto.

1) El universo virtual y sus relaciones con medios electrnicos y textosdigitales (independientemente de su raz y manejo en reas tecnolgi-cas) mantiene abiertas las posibilidades de experimentacin con tex-tos impresos del rea de humanidades; una de ellas la ms utilizada y

aceptada hasta el momento consiste en la transferencia de documen-tos impresos a digitales; algunos con el fin de preservarlos (cuando setrata de libros antiguos, facsmiles)17 y otros con la finalidad de darlosa conocer de forma ms rpida y masiva (las revistas electrnicas, es-pecializadas y no disponibles en Internet).

2) Con la introduccin de estos medios se ha facilitado toda la aplicacindel aparato metodolgico con el cual una investigacin puede formu-larse; cuestiones tales como la aplicacin de una encuesta va correoelectrnico, cuestionarios por Internet, vaciado de datos en progra-mas especficos para graficar, son slo algunos de los beneficios queles ofrecen a los humanistas dedicados a la investigacin personaliza-da los medios digitales y electrnicos.18

3) Uno de los modos ms directos para que un humanista se haga de unjuicio valorativo sobre los medios digitales es enfrentndose directa-mente con ellos. La tarea no es sencilla, las complejidades son muchasy los beneficios considerables.19

4) Si para una divulgacin no prejuiciada sobre estos medios es necesariauna labor personalizada, sta tendr que efectuarse lo antes posible.La fuerza de la expresin oral que ratificamos en la comunicacin

diaria, tendr que manifestarse entre los investigadores de huma-nidades, organizando o solicitando a las instancias correspondientes


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20 Una forma perspicaz de dar a conocer las relaciones entre literatura y medios electrnicoses la que algunos de los investigadores de literatura eligieron en las Jornadas Filolgicasque organiza el Instituto de esta rea. Se organiz una mesa sobre Hipertexto, CD ROM eInternet dentro de las ponencias sobre filologa. De este modo, esta relacin se dio a co-nocer entre los propios investigadores del rea -quienes primordialmente asisten al even-to- y entre los asistentes. En la publicacin-memoria se pueden consultar las reflexionesal respecto de Rodolfo Mata (Horizonte de poesa mexicana), Esther Hernndez Palacios

(La crnica neoyorkina de Tablada enCD ROM

), Hctor Perea (El cuento en cinco dcadas),Gustavo Jimnez Aguirre (Poesa mexicana en Internet) y Manuel Zavala y Alonso (El fen-meno del cambio de milenio, Internet). Cf.Jornadas Filolgicas. Memoria, Mxico: UNAM,1998, pp. 291-320.

21 Chartier aclara muy bien el problema de los derechos de autor en los medios digitales dela siguiente forma: El concepto de copyright, entendido como un derecho de autor depropiedad sobre un trabajo original que es el producto de su genio creativo, es impropiopara los significados de composicin presentes en la base electrnica de datos (1995: 21;traduccin de los autores).

22 En el caso de los libros, el problema central de los documentos digitales consiste en la au-sencia de una validacin de calidad por parte de una casa editorial de prestigio o, en elcaso de las revistas, de una revisin rigurosa por pares.

cursos de actualizacin sobre textos digitales y, especialmente, sobrelos beneficios que les ataen. Igualmente debern solicitar la infraes-tructura necesaria a los centros de investigacin y no considerar a uninstituto de humanidades como un espacio donde lo electrnico y lo

digital no tienen nexo alguno con la labor literaria.20

Si pensamos deesta forma, volveremos a las discusiones obsoletas sobre la divisin ta-jante entre la ciencia y la literatura.

5) Ahora bien, la cuestin de los derechos de autor y el riesgo de publicaren medios electrnicos no es exclusiva de los textos digitales disponi-bles en la Internet. Estamos plenamente de acuerdo que

si no hay autor, significa que el material incorporado o a incorporar no esuna creacin original en su gnesis intelectual o, al menos, en su forma deexpresin (Desantes Guanter, 1998: 20)

pero es muy fcil que suceda lo mismo en las publicaciones impresasque s estn firmadas por el autor. Quin, si no el contenido y la formaen que ste se exprese, es el parmetro por medio del cual detectamosla calidad del escrito? La firma de un autor no siempre es sinnimo decalidad y claridad en la exposicin; ahora bien, si un documento noest firmado, no significa necesariamente que no tenga calidad. Po-demos juzgar a los annimos literarios bajo esta perspectiva?21 El pro-blema ms bien se dirige hacia dos direcciones. Por un lado tenemos

las comisiones dictaminadoras, que no necesariamente evalan delmismo modo la publicacin en medios impresos que en electrnicos;22sin embargo creemos que tendramos que dirigir nuestra mirada hacia


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el concepto de publicacin digital, es decir, pensar en documentosconfigurados especialmente para publicarse en medios digitales, quepuedan tener como caracterstica un trabajo sobre la brevedad, la or-ganizacin textual, el uso virtual del espacio, colores y sonido; preci-

samente una escritura hipertextual, distinta a la impresa. sta es unanecesidad inminente ya que, siguiendo el planteamiento de Landow,

el hipertexto exige nuevas clases o nociones de propiedad intelectual queprotejan los derechos de autor al mismo tiempo que permitan establecernexos con textos ajenos. Dicho de otro modo, el hipertexto requiere unreparto nuevo de los derechos que pertenecen a entes que podramos des-cribir como autores primario y secundario, autores y autores-lectores oautores y conectores (1995: 246).

Conclusiones

Bajo este panorama y de acuerdo con los resultados de nuestro estudio, qupodemos concluir de lo ocurrido realmente con los investigadores de lings-tica y literatura, quienes se enfrentan da a da con los avances de la tecnologa.En primer lugar, la consulta de textos digitales es numerosa un 74% de in-vestigadores, ya que ellos encuentran una serie de beneficios tales como fcilacceso, contacto con autores, informacin actualizada, fuentes rpidas y mate-

rial novedoso. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la publicacin en medioselectrnicos: slo un 31% ha publicado alguna vez en formato electrnico odigital, mientras que el 69% restante no ha encontrado la posibilidad o la ne-cesidad de hacerlo; incluso un investigador subray que si bien ya haba publi-cado en medios electrnicos, no haba sido por eleccin propia, ya que el asun-to fue decidido por la institucin que comision los libros. Esto tiene que ver,situados en otro nivel de percepcin del problema, con la apreciacin que losinvestigadores del IIFL tienen con respecto a las estructuras de conocimien-to de la lingstica y la literatura. Para una buena parte de los investigadores

(48%) la introduccin de recursos electrnicos y digitales en la investigacinde lingstica y literatura no repercute de ninguna manera en su quehacer co-tidiano. En cambio un 39% de ellos s consider relevante y desestabilizadorla emergencia de lo electrnico y lo digital en sus tareas. Estas oposiciones cla-ras entre un grupo y otro demuestran la contundencia del problema y la nece-sidad de afrontarlo en las tareas de la docencia y la investigacin en lingsticay literatura. Ahora bien, sobre la consulta de textos digitales habra que ha-cer un parntesis, ya que si bien todos los podemos englobar bajo el contexto


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2005 de lo digital, cada uno presenta diferencias notables en su forma, las cuales

cambian la percepcin de su contenido. El documento ms consultado es elCD-ROM (seis menciones en opcin uno), seguido por el artculo dispuestoen una revista electrnica y el catlogo en lnea (cinco menciones en op-

cin dos), el cual ofrece un repertorio o dossierde artculos monogrficos oespecializados. Esto nos dice, significativamente, que no todo lo digital tie-ne el mismo impacto en los usuarios y que, especialmente los humanistas, alconsultar un documento en cierto formato, desde su perspectiva, trazan unvalor sobre el mismo. Al no haber elegido como primera opcin la librera obiblioteca virtual (las otras dos alternativas en la lista) estn sugiriendo ques hay una nocin sobre qu tipo de documentos son los que estn ms vincu-lados con sus intereses. Finalmente estn otorgndoles (de forma virtual) untipo de valor, central o secundario, en su campo de trabajo.

Indiscutiblemente debe generarse una reflexin ms amplia sobre el fe-nmeno electrnico-digital en los investigadores del rea de humanidadesy, especialmente, entre quienes integran las reas de lingstica y literatura.La razn radica en que, siendo precisamente estudios que ponen como cen-tro de referencia al ser humano por supuesto que en distinto nivel que lafilosofa, es imposible que rechacen un fenmeno que ha desestabilizadoestructuras de conocimiento y formas de investigacin propias de su rea, lascuales estn relacionadas invariablemente con el quehacer humano.

Finalmente, podemos afirmar que la presente investigacin advierte ydemuestra la presencia inminente de los medios electrnicos y de los textos

digitales en el curso del desarrollo tecnolgico de la investigacin lingsticay literaria. En este sentido, se vislumbran los mltiples modos a travs de loscuales los universos virtuales enriquecen y facilitan la labor humanstica. Noobstante, su uso es an incipiente salvo con respecto a algunas tareas don-de la mayora de los investigadores encuentran una utilidad especfica y unaclara ventaja sobre los medios tradicionales. Esto demuestra que no existe unrechazo en s ante la incursin de los textos digitales en el quehacer humans-tico, ms bien se trata de ciertas preocupaciones, algunas de tipo tcnico, quecon el tiempo seguramente se podrn resolver; otras de mayor envergadura

estn relacionadas en su gran mayora con el valor que la propia comunidadacadmica le asigna al texto digital y a su carcter efmero.

Bibliografa

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Nombre:_______________________Grado Acadmico: _________________

Centro de Trabajo: _________ ___ _____

Lneas de investigacin: _____________

I.Relacin del investigador con los textosdigitales/Las preguntasPor qu? son op-

cionales.

1. Usted consulta documentos electrnicos

tales como: artculos, catlogos en lnea, CD-

ROM, colecciones digitales, revistas, libros, bi-

bliotecas virtuales, entre otros?

S No

Por qu? _________ _____ _____

Si la respuesta anterior fue s, indique con qu

frecuencia realiza dicha consulta

Frecuentemente

Algunas ocasiones

Casi nunca

2. Del siguiente grupo de documentos elec-

trnicos, indique cules son los que ms ha

utilizado (Favor de enumerarlos en orden de

prioridad)

Art culos en lnea CD-ROM

Catlogos en lnea

Revistas digitales

Colecciones digitales

Libros digitales

Bibliotecas virtuales

Libreras digitales

Otro(s) (especificar) _________ _

3. Ha publicado documentos electrnicos, ta-

les como: libros, captulos de libros, artculos,

prlogos, entre otros?

S No

Por qu? _________ _____ _____

Si la respuesta anterior fue s, indique el nme-

ro de documentos electrnicos que ha publica-

do en el transcurso de un ao

5 o ms

de 2 a 4

1 vez

II. Valoracin sobre los documentos digita-les y los productos de investigacin4. Qu valor epistemolgico le otorga a un

documento electrnico o digital (como recur-

so de informacin), en su rea de estudio y/o

investigacin?

Fuente primaria

Fuente secundaria

Documento de consulta efmero

Documento sin valor alguno

Otro (especificar) ______ _____

5. Usted otorgara el mismo valor curricular a

un documento electrnico o digital (como pro-ducto de investigacin) que a uno impreso en

su rea de estudio y /o investigacin?

S

No

Por qu? _________ _____ _____

6. En un orden de prioridad, enumere las efi-

ciencias que desde su perspectiva, posee un

documento electrnico en relacin con uno

impreso

Capacidad de reorganizar

el documento

Impresin por partes Menor costo econmico

Menor dificultad de adquisicin

Facilidad de ligas o links

Manejo eficaz de imgenes y

sonidos

Otra(s) (especifique) __ ___ ____

7. En un orden de prioridad, enumere las de-

ficiencias que desde su perspectiva, posee un

documento electrnico en relacin con uno

impreso

Menor validez epistemolgica

Menor valor curricular Dificultad de lectura en pantalla

Menor capacidad de retencin mental

Dificultad con los derechos de autor

Carcter efmero del documento

Otra(s) (especifique) _________ __

8. En el rea lingstico-literaria, usted ve

algn beneficio en el uso de tecnologas digi-

tales?

Anexo

Instrumento de investigacin aplicado a los investigadores

del Instituto de Investigaciones Filolgicas de la UNAM


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S

No

Por qu? _________ _____ _____

9. Con la introduccin y el uso de tecnologas

digitales en el mbito humanstico, usted ve

alguna modificacin en las estructuras de co-nocimiento de dicha rea?

S

No

Por qu? _________ _____ _____

III. Sobre el libro

10. Dentro de la siguiente red semntica,

dnde ubica, ms claramente, el soporte del

concepto libro? (Marque una sola opcin)

Manuscritos, papiros, etctera

Impresos mecnicos (a partir de

Gutenberg) Documentos digitales (libros, revistas

electrnicas, etctera)

Por qu? _________ _____ _____

11. Desde su perspectiva, podemos validar

como fuente de conocimiento al libro digital

o electrnico?

S

No

Por qu? __________ _____ _

Observaciones y/o sugerencias: _________

_____________________________

Nota: La segunda etapa de este proyectoconsiste en una serie de entrevistas persona-

les para profundizar sobre esta problemtica;

usted tiene particular inters en colaborar en

dicha etapa?

S

No

ruiz - la relevancia del texto digital

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