samuel phillips huntington: un antiinmigracionista...

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I Samuel Phillips Huntington: un antiinmigracionista más Jesús Velasco De nueva cuenta, el connotado politólogo estadounidense, Samuel P. Hunting- ton, ha captado la atención de periodistas, académicos y políticos, tanto en Méxi- co como en los Estados Unidos. En su más reciente libro, WhoAre We'?: The Challenges to America's National Identity^ el profesor Huntington critica con dureza a los me- xicanos y a los méxico-estadounidenses. A su entender, debido a la peculiar natu- raleza de la inmigración mexicana y a las dificultades de nuestros connacionales para asimilarse a la cultura y a la vida polírica de ese país, los mexicanos y méxico- estadounidenses pueden alterar sensiblemente la identidad nacional de los Estados Unidos. Afirmaciones de este tipo no causan indiferencia, mucho menos cuando provienen de un afamado politólogo de la Universidad de Harvard. De inmediato, la publicación de V^hohre We-y en particulr la versión abrevia- da del libro publicada en Foreign Policy-^ provocó diversas reacciones. Peter Cari- son señaló en un artículo de The Washington Post "simplemente no puedo aceptar los argumentos de Huntington."^ En Los Angeles Times, Gregory Rodríguez ad- virtió que las ideas de Huntington no son nuevas, identificó lo anecdótico de mu- chas de sus evidencias, calificó su definición de asimilación como problemática y su visión respecto a los Estados Unidos como muy estrecha.'* Por su parte, en The New York Times, David Brooks escribió: "no existe una diferencia significativa en- ' Samuel P. Huntington. Wio Are We? The Challenges ¡o Amenriú S'alional lelenlity. Nueva York, Simón & Schuster. 2004. ' .Samuel P. Huntinpon, "'The Hispanic Challenge", en Foreign Poliry. marzo-abril, 2004. ' Peter Carlson, "Hey, Professor, Assimilate This". en The Washington Post. 9 de marzo de 2004. "* G. Rodríguez, "Mexican .^mericans are Building No Walls". en Los Angeles Times. 9 de febrero de 2004. 138

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  • I

    Samuel Phillips Huntington: un antiinmigracionista ms

    Jess Velasco

    De nueva cuenta, el connotado politlogo estadounidense, Samuel P. Hunting- ton, ha captado la atencin de periodistas, acadmicos y polticos, tanto en Mxi- co como en los Estados Unidos. En su ms reciente libro, WhoAre We'?: The Challenges to America's National Identity^ el profesor Huntington critica con dureza a los me- xicanos y a los mxico-estadounidenses. A su entender, debido a la peculiar natu- raleza de la inmigracin mexicana y a las dificultades de nuestros connacionales para asimilarse a la cultura y a la vida polrica de ese pas, los mexicanos y mxico- estadounidenses pueden alterar sensiblemente la identidad nacional de los Estados Unidos. Afirmaciones de este tipo no causan indiferencia, mucho menos cuando provienen de un afamado politlogo de la Universidad de Harvard.

    De inmediato, la publicacin de V^hohre We-y en particulr la versin abrevia- da del libro publicada en Foreign Policy-^ provoc diversas reacciones. Peter Cari- son seal en un artculo de The Washington Post "simplemente no puedo aceptar los argumentos de Huntington."^ En Los Angeles Times, Gregory Rodrguez ad- virti que las ideas de Huntington no son nuevas, identific lo anecdtico de mu- chas de sus evidencias, calific su definicin de asimilacin como problemtica y su visin respecto a los Estados Unidos como muy estrecha.'* Por su parte, en The New York Times, David Brooks escribi: "no existe una diferencia significativa en-

    ' Samuel P. Huntington. Wio Are We? The Challenges o Amenri S'alional lelenlity. Nueva York, Simn & Schuster. 2004.

    ' .Samuel P. Huntinpon, "'The Hispanic Challenge", en Foreign Poliry. marzo-abril, 2004. ' Peter Carlson, "Hey, Professor, Assimilate This". en The Washington Post. 9 de marzo de 2004.

    "* G. Rodrguez, "Mexican .^mericans are Building No Walls". en Los Angeles Times. 9 de febrero de 2004.

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    tre la forma de vida de los mxico-americanos y la forma de vida de los dems estadounidenses."'' La revista britnica TAe Economiscalic a la visin hunting- toniana de la identidad latina como "simplona".'' Finalmente, el profesor Daniel W. Drezner sostiene que los "argumentos de Huntington tienen deficiencias importantes".^

    "Mexicanos, al grito de guerra" fue la respuesta al unsono de los polticos e intelectuales mexicanos. El ex embajador de Mxico ante la Organizacin de las Naciones Unidas, Adolfo Aguilar Znser, consider la publicacin de Huntington como algo "ciertamente ofensivo y denigrante...".** Para Denise Dresser, Hun- tington "traslada a su propio pas el maniquesmo con el cual lleva aos analizan- do al mundo [resultando en] una visin polticamente peligrosa e intelectual- mente deshonesta". Dresser estima que Huntington se ha "convertido en un psimo analista [por lo cual] ya no debe ser ledo; debe ser combatido".^ Enrique Krauze calific a TAe Hispanic Challenge como un texto racista y afirm: "[Hun- tington] quiere enmascarar un poco el racismo, pero no le sale".'" En la misma te- situra, el afamado escritor Carlos Fuentes tacha al politlogo harvardiano de ra- cista enmascarado al presentar a los Estados Unidos "como un gigante tembloroso ante el embate del espaol. Es la tctica del miedo [...] tan favorecida por las mentalidades fascistas". El autor de Las buenas conenas concluye: "con todo ello, [los mexicanos] ganamos, no perdimos. El que pierde es Huntington, aislado en su parcela imaginaria de pureza racista angloparlante, blanca y protestante"."

    El objetivo del presente trabajo es analizar el texto de Samuel P. Huntington a la luz de los debates que sobre identidad nacional se desarrollan en los Estados Unidos. Pretendo analizar sus principales aseveraciones desde una perspectiva histrica. Con ello busco ir ms all de los nacionalismos ramplones o de los des- crditos simplistas, tratando de comprender la obra de este autor en su real-di- mensin. Contrario a la opinin de Denise Dresser, creo que Huntington s debe

    ^ David Brooks, "The American Dream", en The AVIE York Ttmes, 24 de febrero de 2004. *"A Question of Identir\ ", en The Economist, 4 de marzo de 2004. ' Daniel VV. Drezner. "Hash of Civilizations", en The .WE- Repubik. 3 de marzo de 20O4. " Adolfo Aguilar Znser, "Huntington y el patio trasero", en Reforma. .S de marzo de 2004. "* Denise Dresser, "El americano amenazado", en Reforma, 1 de marzo de 2004. '" "Entrevista a Enrique Krauze", en Mural, 14 de abril de 2004. " Carlos Fuentes, "El racista enmascarado", en Reforma. 11 de marzo, 2004.

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    ser ledo y valorado dentro de su propio contexto histrico y sin desconocer su trayectoria como acadmico e intelectual pblico. Sin duda, Huntington estudia un tema relevante no slo para la cultura poltica estadounidense, sino tambin para Mxico. En su texto, el profesor de Harvard genera preguntas importantes que deben ser valoradas con la debida seriedad. Desacreditar sin argumentos es tarea fcil; intentar comprender es el primer acto de todo esfuerzo de honestidad

    intelectual. Para ello, este trabajo se divide en cuatro apartados fundamentales. En el primero, presento las principales corrientes de pensamiento que estudian los problemas de identidad en los Estados Unidos. En segundo trmino ubico la obra de Huntington dentro de las perspectivas de identidad previamente seala- das. En tercer lugar destaco los principales argumentos ofrecidos en Who Are WeP, as como mis crticas al texto. Por ltimo, ofrezco algunas conclusiones.

    LOS ESTADOS UNIDOS Y LOS DEBATES SOBRE LA IDENTIDAD NACIONAL

    El debate sobre la identidad nacional de los Estados Unidos es tan viejo como esa nacin. Durante la poca colonial predominaban habitantes de origen ingls, pero tambin existan, entre otros, holandeses, alemanes, franceses e irlandeses. Se calcula que para 1790 la poblacin del entonces joven pas estaba compuesta por

    "19% de personas de ascendencia africana; 12% de escoceses e irlandeses-esco- ceses; 10% de alemanes y, en menor nmero, franceses, irlandeses y galeses. Los ingleses constituan el 48%. Por supuesto, todas estas cifras no incluyen a los in- dios".'^ Hace ms de treinta aos, John Higham subray que la inmigracin ori- ginal que conform a los actuales Estados Unidos, "no se compuso en exclusiva por los fundadores ingleses, sino fue convirtindose en una mezcla, no de razas, sino de rasgos tnicos estrechamente relacionados".'^ Esto condujo a la existencia de conflictos y diferencias entre ios diversos grupos de pobladores desde los pri- meros tiempos de la nacin estadounidense. La pugna pronto hizo surgir la pre- gunta: qu hace a esta poblacin tan diversa el ser estadounidense.''

    '^ Rudolph J. Vecoli, "The Significance of Immigration in the Formation of American Identiry", en The Historj Teacher, vol. 30, nm. 1, noviembre de 19%, p. 9.

    "John Higham, "La migracin", en C. Vann Woodward, Historia comparada de Estados Unidos, Mxico, Le- tras, 1971, p. 104

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    Este aejo cuestionamiento ha generado distintas respuestas y gran controver- sia en los Estados Unidos. Segn Rogers M. Smith, existen por lo menos "tres nociones distintas, aunque relacionadas, de identidad: liberalismo, republicanis- mo y etnocultural (la cual tiene varias expresiones, siendo la ms extrema de ellas el nativismo)". En su opinin, estas tres concepciones casi "siempre aparecen combinadas, tienen muchas variantes histricas, y se han manifestado junto con otras nociones caractersticas de ciertas pocas".''' Resulta pertinente comentar acerca de estas corrientes de pensamiento, al menos brevemente, con el fin de ubicar de manera ms adecuada la obra de Huntington.

    Cuando Smith habla de liberalismo se refiere fundamentalmente al pensamien- to de John Locke. Para este autor, en la esencia del liberalismo se encuentra la idea del "gobierno consensual y los derechos naturales", por lo que esta teora subraya

    su preocupacin por los derechos humanos universales, la tolerancia religiosa, la promocin del comercio y la ciencia, as como la oposicin al sistema teocrtico de valores medievales. La Declaracin de Independencia de los Estados Unidos es una clara expresin de esta tendencia. De acuerdo con Smith, la ideologa liberal, con su "nfasis en la igualdad y el respeto por los derechos de cada ser humano, est en lgica tensin con la vivida creencia en la importancia de una inherente membresa comn a ciertos elementos tales como la ciudadana". Por consiguiente, las ideas "liberales necesitan ser modificadas si no se desea rechazar el reclamo a la autoridad natural realizado por grupos etnoculturales, de gnero, clases econmi- cas, pequeas comunidades polticas y por el mismo Estado nacional".'''

    El republicanismo es una corriente que ha sido rescatada por autores como Bernard Bailyn, y J.G.A. Pocock. Para estos y otros especialistas, el pensamiento republicano tiene profundas races en los Estados Unidos, las cuales se remontan a la poca colonial y a la revolucin de independencia. Su influencia puede obser- varse en el pensamiento de personalidades como Guicciardini, Giannotti y Ma-

    "* Rogers Smith, "The 'American Creed' and American Identity: The Limits of Liberal Citizenship in the l'nited States", en Western Politkal Quarterh, vol. 41, nm. 2, junio 1988, pp. 228 y 229. Vase tambin del mismo autor. "Beyond Tocqueville, Myrdal and Hartz; The Mltiple Traditions in America", en The Amerkan

    PoliticalScience R/viete. vol. 87, nm. 3, septiembre de 1993. Esta seccin est basada fundamentalmente en las opiniones de Smith.

    '^ Rogers Smith, "The 'American Creed...", p. 230.

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    quiavelo. El aspecto medular del republicanismo es su "compromiso con las ver- dades civiles y el repudio al egosmo individualista"."^" El republicanismo es tambin una teora con la intencin de rescatar el comunitarismo. Segn Smith, esta corriente tiene como su principal objetivo el "consolidar instituciones y prc- ticas para posibilitar la bsqueda del bien comn por medio del autogobierno co-

    lectivo, beneficiando as a toda la comunidad en su conjunto". El republicanismo alienta la "hegemona social, [pero] una repblica viable debe tener un pequeo cuerpo de ciudadanos ligado a otras personas por medio de una dbil confedera- cin o dominio imperial". En opinin de Smith, la demanda por "homogeneidad puede ser usada para defender numerosos impulsos etnocntricos, incluyendo leyes ciudadanas que discriminan basndose en criterios de raza, sexo, religin y orgenes nacionales. El segundo requerimiento ayuda a generar y mantener el compromiso de los Estados Unidos con el federalismo, el Estado y la autonoma local -un compromiso a menudo usado para justificar consentimientos de desi- gualdad local"-. Asimismo, el republicanismo tambin enaltece el patriotismo y las virtudes cvicas.'^

    Finalmente, desde los albores de los Estados Unidos como nacin indepen- diente, ha existido una corriente de pensamiento y accin poltica que ubica al ca- rcter distintivo de ese pas en el mbito cultural. Denominada por Smith como etnocultural, esta corriente plantea la existencia de ciertos rasgos culturales pre- dominantes en los Estados Unidos desde su poca fundacional, los cuales, en conjunto, le dan un sello caracterstico a esa nacin. Los principales rasgos son: contar con ancestros anglosajones provenientes del norte de Europa, profesar el protestantismo, ser de raza blanca, favorecer familias patriarcales en donde la mujer se dedique a la vida hogarea, en suma, todo lo que incluye el tradicional ^'American way oflife"}^ En su manifestacin ms extrema, esta tendencia es co- nocida como nativismo, comprendiendo "cada tipo y nivel de antipata contra los extranjeros, sus instituciones, y sus ideas... Los nativistas creen que alguna in- fluencia originada en el exterior amenaza internamente la vida de la nacin, por

    " Sylvia R. Frey, "Republicanism: Sources, Meanings, and Usages in American Histor\", en TheHistorical Journal, vol. 35, nim. 2, junio de 1992, p. 472.

    " Rogers Smith, "The American Creed...", pp. 231-232. '" Ihtd.. p. 234.

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    lo cual puede ser definido como una intensa oposicin a una minora interna con base en sus conexiones (anti-estadounidenses) externas".'^ En resumen, esta perspectiva etnocultural define la identidad nacional de forma muy restrictiva. Slo aquel individuo perteneciente a un determinado grupo racial, tnico y reli- gioso puede considerarse como un verdadero estadounidense. Evidentemente, esta corriente con frecuencia ha impulsado tendencias antiinmigracionistas o re- chazado a minoras tnicas o religiosas porque, segn sus premisas, amenazan a los Estados Unidos y a la forma de vida de sus ciudadanos. Todo aquello no in- cluido en su propia definicin ser considerado como antiestadounidense. Los Estados Unidos han tenido varias expresiones nativistas a lo largo de su historia encarnadas en grupos como los Native Americans, los Know-Nothing, el Ku Klux Klan, el Nuevo Nativismo de George Wallace o, ms recientemente, la American Immigration Control Foundation, o la Federation for American Immigration Reform.

    Para Smkh, estas tres concepciones de identidad en los Estados Unidos se encuentran en conflicto y ninguna de ellas ha predominado a lo largo de la histo- ria estadounidense. Ello conduce a que frecuentemente convivan y se conjuguen entre ellas. Como intentar mostrar en las siguientes pginas, la visin de Hun- tington es una mezcla de las tres corrientes presentadas por Smith. Su perspecti- va es mucho ms compleja y difcil de desentraar, por lo cual tacharlo de racista tradicional es demasiado simplista e impreciso.

    SAMl'EL P. HUNTINGTON Y SI' VISIN DE [.A IDENTIDAD ESTADOUNIDENSE

    Hace poco ms de veinte aos, en 1981, Samuel P. Huntington ^\ih\\c American Politics: The Promise ofDisharmony. En este libro, Huntington plasm de manera ntida su visin sobre la identidad nacional de los Estados Unidos. Para l, la creencia por parte de todos los norteamericanos en un credo poltico bsico cons- tituye la fuente distintiva de la identidad nacional. Los valores de este credo son el ser "liberal, individualista, democrtico, igualitario y bsicamente antigobierno y antiautoridad". El credo ha desempeado y desempea un papel central en la

    '"Jolin H'igfam, Strangers ia lie Laiut: Paterns of American Nalivism. 1860-1925, Nueva York, .Ktheneum, 1978. pp. 3-4.

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    vida poltica estadounidense. Para este autor, la identificacin de la nacionalidad con el credo poltico hace de los Estados Unidos un pas nico. El credo es un elemento de cohesin, lo nico que tienen los estadounidenses en comn. Re- chazar las ideas contenidas en l simplemente es ser antiestadounidense.-"

    En los juicios de Huntington se funden las tres corrientes de identidad na- cional sealadas por Smith. Respecto al liberalismo, Huntington estima que los Estados Unidos son nicos en su compromiso con los "valores liberales, democr- ticos e igualitarios".^* En consecuencia, la ideologa liberal democrtica es la parte medular del credo estadounidense y, por ende, el componente central en la de- finicin de la identidad nacional de ese pas. Resulta pertinente recordar que Huntington es, acadmicamente hablando, producto de la segunda posguerra mundial, de los aos en que el discurso liberal se convirti en dominante. La uni- versidad y la realidad poltica de esos das lo conducirn a apreciar el liberalismo. Huntington ingresa al doctorado en 1948, gradundose slo dos aos ms tarde. En Harvard estudi con William Yandell Elliot, Arthur McCloskey, Samuel Beer y Louis Hartz. Este ltimo influir de manera significativa en su pensamiento y publicar en 1955 su famoso libro The Liberal Tradition in America,~^ el cual se con- vertir en texto y "Biblia" sobre la predominancia del liberalismo en los Estados Unidos. Durante su poca estudiantil ser influido no slo por Hartz sino tambin por Elliot, quien se opona con vehemencia a la Unin Sovitica, y por Reinhold Niebuhr, el telogo conservador protestante que, segn Huntington, tena una "convincente combinacin de moralidad y realismo prctico".^^

    En suma, la posicin de Huntington sobre el liberalismo proviene de pensa- dores como Tocqueville y, en su etapa ms reciente, de acadmicos como Richard Hofstadter, Seymour Martin Lipset y Louis Hartz. Estos autores, en especial Hartz, articularon lo que se conoce como la teora del consenso, la cual define a los Estados Unidos como un pas de clases medias, en donde los conflictos de

    ^'' Samuel P. Huntington, Amfrican PoHtics: ThePromiseofDisharmony, Cambridge, MassachusetB, Harvard Universit>- Press, 1981, pp. 4, li y 25.

    " Ibid., p. 42. " Louis Hartz, The Liberal Tradition in America, Harcourt, Brace & World, 1955.

    " Roben D. Kaplan, "Looking the World in the Eye", en The Atlantic, diciembre de 1981. En la versin electrnica aparece en la pgina 4: www.theariantic.com/cgi-bin/send.cgi.'

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    clase disminuyeron sustancialmente debido a la inexistencia de una poca de or- ganizacin feudal o del establecimiento del socialismo. En opinin de Hartz, los Estados Unidos son un fragmento de la historia europea donde el liberalismo se fue enraizando y desarrollando hasta convertirse en el sistema dominante. Esta perspectiva dio casi como conclusin natural -o como parte de la misma- el

    surgimiento de las visiones sobre el excepcionalismo estadounidense.^'' Las opi- niones de Hartz, aunque en ocasiones cuestionadas, permearon de forma impor- tante a la comunidad acadmica estadounidense. En la actualidad, a pesar de que autores como Karen Orren han sostenido la existencia de races feudales en los Estados Unidos,^'' las visiones de Hartz siguen teniendo influencia y seguidores.

    Los contextos nacional e internacional tambin influyeron en la obra de Hun- tington. A finales de los aos cuarenta y principios de los cincuenta, los Estados Unidos y el mundo transitaban por una poca bastante convulsionada. En el m- bito interno se vivan el macartismo, y las tendencias procomunistas en estados como Nueva York, Minnesota o Washington hacan pensar en serios riesgos para la estabilidad poltica y social de la nacin. Sin embargo, para mediados de la d- cada de 1950, los Estados Unidos gozaban de prosperidad econmica y sus insti- tuciones parecan ms slidas que nunca. En la arena internacional, el ascenso al poder de los comunistas apoyados por la Unin Sovitica en Checoslovaquia, en 1948, el bloqueo de Berln y la guerra de Corea, daban el banderazo inicial a la lla- mada guerra fra. Ante esta situacin, no fue extrao que, en 1948, Arthur Schles- singer Jr. considerara a los Estados Unidos como "el centro vital", ese espacio donde quedaban excluidos los totalitarismos, tanto de izquierda como de de- recha.^* En la dcada de los cincuenta, el liberalismo emergi en los Estados Uni- dos como una ideologa incuestionable.

    Polticamente hablando, Huntington siempre ha sido afn al Partido Dem- crata. Escribi discursos para Adlai Stevenson -quien fuera oponente de Dwight

    " Sobre el excepcionalismo estadounidense vanse: Seymour Manin Lipset, American Exceptiotialism: A Double EdgedSvrord, Nueva York, W.W. Norton, 19%; Byron E. Shafcr (ed). Is American Different? A S'cts: Look ar American Excepriona/ism. Nueva York, Oxford L'niversit\- Press, 1991; Michael Kammen, "The Probiem of American Exceptionalism: A Reconsideration", en American Quarteriy, vol. 45, nm. 1, marzo de 1993.

    " Karen Orren. Belated Feudalism. Labor, the Lav:, and tht Liberal Development in the United States, Nueva York, Cambridge Universit)- Press, 1991.

    ^' Arthur M. Schlessinger Jr., The Vital Centn ThePolitics ofFreedom, Boston, Houghton Mifflin, 1949.

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    Eisenhower en dos elecciones presidenciales-y, como la gran mayora de los neo- conservadores en ese periodo, particip activamente en la campaa de Hubert Humphrey rumbo a la Casa Blanca en 1968. Entre 1977 y 1978 trabaj en la ad- ministracin de Jimmy Crter, junto con su viejo amigo Zbigniew Brzezinski, como coordinador de planeacin en seguridad para el Consejo de Seguridad Na- cional {National Securiy Count), adems de tener una activa participacin en la poltica de! Partido Demcrata en Massachusetts.

    No obstante, el profesor de Harvard no admite clasificaciones simplistas. Si bien es un liberal, tambin su pensamiento incorpora principios del republicanis- mo, los cuales entran en conflicto cuando se confrontan con el liberalismo. En su perspectiva del credo estadounidense est presente la nocin del igualitarismo y el repudio al egosmo individual. Esta visin entra en conflicto cuando se registra un desplazamiento de los valores liberales por los del comunitarismo e igualita- rismo. Por ejemplo, durante los aos sesenta surgieron diversos movimientos so- ciales (afroamericanos, hispanos, feministas, homosexuales, estudiantiles, etc.), que buscaban mayor equidad social y jurdica para las minoras. Segn Hunting- ton, estos movimientos generaron una sobrecarga gubernamental detonante de una profunda crisis de gobernabilidad en los Estados Unidos;^'' demasiada equi- dad y exacerbado igualitarismo pueden ser dainos para la democracia. En su anlisis, la esencia del liberalismo es su libertad ante el control gubernamental. Cuando las masas demandan al gobierno su intervencin, el equilibrio se altera. La igualdad y la bsqueda de los valores comunitarios son encomiables, siempre y cuando no lleguen a un extremo capaz de modificar los principios prevalecien- tes en la cultura poltica. Por ello, el predominio de liberalismo lockeano se ve amenazado por el comunitarismo.^**

    Por ltimo, la perspectiva etnocultural -y en ocasiones el nativismo- tambin

    se encuentra presente en la obra de Huntington. Tradicionalmente este autor ha sostenido que la cultura estadounidense es y ha sido, de manera predominante, blanca, anglosajona y protestante. Las ideas polticas constituyentes del credo norteamericano tienen en Huntignton un componente tnico y cultural. Credo e

    -' Samuel P. Huntington, "The [Jemoctatic Distemper", en Nueva \brk, Basic Boolts, 1976, pp. 9-38. " .Samuel P. Huntington, Amencan Porirs..., op. rif.. pp. 329-2.50.

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  • I coincidencias y divergencias

    identidad van de la mano a fin de conformar el "estadounidismo" (Americanism). Esta nocin tendr un efecto polarizador, dando pie a diferenciar entre lo esta- dounidense y lo antiestadounidense. Cuando esta perspectiva se lleva al extremo nos encontramos en presencia de expresiones de extrema derecha de corte nati- vista. En organizaciones xenfobas como el Ku Klux Klan, la definicin de lo realmente estadounidense es mucho ms estricta, aceptndose slo aquello den- tro de una denominacin "100% estadounidista". Para el Klan de los aos veinte del siglo pasado, ello inclua la supremaca de la raza blanca anglosajona y protes- tante, as como el rechazo de este grupo a la inmigracin, a los catlicos y a los ju- dos. La definicin de un sector de la poblacin del "verdadero estadounidismo" ha sido la tradicional medida de exclusin de las minoras tnicas y religiosas en ese pas.

    A comienzos del decenio de 1980, Huntington no perciba ningn conflicto entre la llegada de inmigrantes y la asimilacin de stos al credo estadounidense. "Los grupos tnicos -seal- retienen su identidad tanto como ellos lo deseen, pero adoptando los valores polticos, los ideales y los smbolos [...] Los vnculos orgnicos se mantuvieron fundamentalmente en lo tnico; los lazos polticos o ideolgicos fueron estadounidenses".^*^ Hoy, el connotado profesor de la universi- dad de Harvard percibe una alteracin en ese equilibrio, ya que la naturaleza de la actual migracin de latinoamericanos -en especial mexicanos-, ha modificado el tradicional proceso de asimilacin de los extranjeros a la vida poltica de la na- cin. Es en este punto en particular donde se originan la preocupacin y el des- contento de Huntington con la migracin mexicana.

    En resumen, en el pensamiento de Samuel Huntington se funden de manera contradictoria los principios liberales, los republicanos y los etnoculturales. Ta- charlo nicamente de racista resulta de un simplismo atroz. A lo largo de su vida acadmica, este autor ha mantenido una constante preocupacin por la estabilidad de las instituciones democrticas y por la preservacin del credo estadounidense. En un mundo globalizado donde los cambios son abruptos y la sociedad estadou- nidense enfrenta modificaciones inexorables, el profesor Huntington identifica la presencia de tendencias con la capacidad de erosionar dicho credo. Su preocupa-

    '//..pp. 4, 25 y 27.

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    cin es legtima y sus preguntas relevantes. Analizar lo adecuado de sus respues- tas a las interrogantes que se plantea, es el propsito de la siguiente seccin.

    EL ARGUMENTO V LA RPLICA

    WhoAre H'J? muestra con claridad la influencia de las corrientes liberales, republi- canas y etnoculturales en Samuel P. Huntington. Sin embargo, debido a la tem- tica, en este texto hay un nfasis en los aspectos etnoculturales. Para Huntington, los Estados Unidos fueron creados en los siglos XVll y xviii, con valores e institu- ciones que marcaron su desarrollo. Desde aquellos remotos tiempos, estima, los Estados Unidos fueron definidos en trminos de "raza, etnicidad, cultura y, lo ms importante, religin".^" En el ocaso del siglo XIX, el componente tnico del credo estadounidense se ampli a fin de incorporar a individuos provenientes de otras latitudes, y la "identidad religiosa fue definida con mayor amplitud, cam- biando de protestante a cristiana". Para finales del siglo XX, la subsistencia de la cultura angloprotestante y del credo que la produjo se "vio amenazado por una nueva oleada de inmigrantes de Amrica Latina y Asia [en especial de Mxico], la popularidad en crculos intelectuales y polticos de las doctrinas de multicultu- rasmo y diversidad, la difusin del espaol como segunda lengua, y las tenden- cias hacia la hispanizacin en la sociedad estadounidense...".^' En pocas palabras, los mexicanos y mxico-americanos pueden alterar sensiblemente la identidad nacional de los Estados Unidos.

    En opinin de Huntington, la inmigracin de latinoamericanos, y en particular de mexicanos, tiene rasgos distintos respecto de anteriores oleadas de inmigran- tes. Seis son las diferencias fundamentales: contigidad, es decir, nuestra vecin- dad con los Estados Unidos; escala, en cuanto al copioso nmero de inmigrantes; ilegalidad, un estatus propio de una importante cantidad de mexicanos en los Es- tados Unidos; concentracin: la gran mayora de los inmigrantes se ubican en esta- dos como California, Texas o Nueva Cork -de acuerdo con Huntington, "entre ms concentrados estn los inmigrantes, mucho ms lenta e incompleta es su asi-

    '" Samuel P. Huntington, Who Are \Ve?, op. t., p, 38. " Ibid., p. xvi.

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  • I coincidencias y divergencias

    milacin"-; persistencia, ya que la inmigracin de mexicanos es constante, no ha parado a lo largo de muchas dcadas, y no hay perspectivas inmediatas de una disminucin de esta tendencia debido a las sustanciales diferencias en el ingreso

    percapita entre Mxico y los Estados Unidos, e historia, ya que existen razones histricas para un eventual reclamo de los mexicanos y mxico-estadounidenses sobre el territorio perdido por Mxico en la guerra de 1846-1848 contra los Esta- dos Unidos.^^ Asimismo, el tamao, la persistencia y la concentracin de los his- panos tiende a perpetuar el uso del espaol por generaciones. En suma, "los altos niveles de migracin de hispanos y mexicanos, ms los bajos niveles de asimila- cin de estos inmigrantes a la sociedad y a la cultura estadounidense puede, eventualmente, cambiar a los Estados Unidos en un pas de dos lenguas, dos cul- turas y dos tipos de gentes. Esto no solamente transformar a los Estados Unidos, tambin tendr profundas consecuencias para los hispanos, quienes estarn en los Estados Unidos pero no sern de ah".^^

    Es evidente que Huntington analiza un tema importante y realiza cuestiona- mientos relevantes. En su texto, implcita o explcitamente, se pregunta, cul es la identidad nacional de los Estados Unidos.', cmo se formaron.', cul ha sido el papel de los inmigrantes en la conformacin de dicha identidad.', cmo se incorporaron y se incorporan los inmigrantes a la vida poltica y social de los Es- tados Unidos.', cules son las diferencias entre antiguas oleadas migratorias y l inmigracin mexicana.', qu tanto los cambios en la composicin tnica en los Estados Unidos estn afectando las polticas migratorias, educativas o de salud.', existe un proceso de asimilacin parecido entre mexicanos y antiguos inmigran- tes.'; de no ser as, por qu no se asimilan los mexicanos.' Estas y otras preguntas no slo son relevantes en la actualidad, debido a que reflejan la preocupacin de algunos sectores de la sociedad, sino tambin porque constituyen una importante preocupacin histrica.

    Remitindose a la historia, en 1818 John Quincy Adams -quinto presidente de los Estados Unidos- declaraba: "[si los] inmigrantes no se adaptaban al carc- ter moral, poltico y fsico [de la Unin Americana], el Atlntico estara siempre

    " Ibid., pp. 222-230. " Ibid.. p. 256.

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    abierto para que regresaran a la tierra donde nacieron." Aos antes, Thomas Jef- ferson manifest su preocupacin por el "efecto de las masas de inmigrantes europeos sobre la naturaleza del gobierno y la sociedad de los Estados Unidos". Le inquietaba especialmente que los inmigrantes provenan de monarquas abso- lutistas y, por consiguiente, pudieran afectar la vida pblica del pas. A las lites del siglo XIX y principios del XX tambin les preocupaban los procesos de asimila- cin de los inmigrantes a la cultura estadounidense. Los trabajadores de la Ford Motor Company fueron obligados a tomar clases de ingls con la finalidad de "[hacer sentir a los trabajadores] como estadounidenses, y hacerles olvidar sus anteriores diferencias raciales, nacionales y lingsticas". As, entre 1914 y 1921 se graduaron cerca de 16 000 empleados en el marco de este programa. En 1918, el superintendente escolar de Nueva York defini la estadounidizacin (Americani- zation) "no slo como el aprecio a las instituciones de los Estados Unidos, sino adems al total olvido de todas las obligaciones o conexiones con otros pases por su ascendencia o nacimiento".^'* Paralelo a todos estos casos, otros sectores de la poblacin se pronunciaban por la aceptacin de los inmigrantes y por la incorpo- racin completa de stos a la vida nacional. Por tanto, como Rudolph J. Vecoli destac de forma acertada: "la identidad nacional ha sido un terreno disputado por mas de doscientos aos y contina sindolo en el presente."'''

    Asimismo, en la actualidad, la poblacin estadounidense tambin est intere- sada en el tema migratorio. A continuacin algunos datos. Se calcula que ms de un milln de personas cruzan a diario la frontera Mxico-Estados Unidos y, cada ao, ms de 600 000 son deportadas. En 2003, de acuerdo con cifras de la patrulla

    fronteriza de los Estados Unidos, murieron 340 inmigrantes al tratar de cruzar de manera ilegal hacia el norte. Segn el censo de 2000,35 306 000 estadounidenses se identificaron como hispanos o latinos. Esto representa un incremento de 142% en relacin con el censo de 1980. Los latinos representan actualmente el 13% de la poblacin,"^ siendo la minora ms numerosa en los Estados Unidos. En esta-

    " Lawrence \V. Levine, The Opening ofihe Amerifan Mind: Canons. Culture, atuHistory. Boston. Bacon Press, 19%, pp. KW-Ui.

    '' Rudolph J. \ecoli, op. al., p. 24.

    *^Cfr. PewResearch Center, "Generational DIfferences: About the 2(K)2 National Latino Suney", marzo de 2004.

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    dos como California, la presencia de los inmigrantes es evidente y en momentos es muy difcil valorar, para las personas no informadas, el verdadero impacto de estos individuos en la vida poltica, econmica y social del pas. Ante estas cifras no resulta extrao que algunos sectores de la poblacin se encuentren preocupa- dos por el problema migratorio y su repercusin en la vida del pas.

    El problema con el texto de Huntington no radica en la importancia del tema analizado, sino en lo inexacto de los datos que maneja. En 1996 los profesores Rodolfo de la Garza, Angelo Falcn y Chris Garca, con base en el Latino National PoliticalSurvey, estudiaron la incorporacin cvica -definida como el apoyo al in- dividualismo econmico y al patriotismo- de los mxico-estadounidenses. De acuerdo con su investigacin, casi no existe ninguna diferencia estadstica signi- ficativa entre el apoyo de los anglos y los mxico-estadounidenses al individua- lismo econmico. Adems, la etnicidad no afecta sistemticamente el patriotismo; incluso, de hacerlo, la mayora de las veces ese impacto es positivo y no negativo. En otros trminos, los mxico-estadounidenses pudieran ser ms patriticos que los anglos. Las razones de ello son diversas. Por ejemplo, las dificul-tades de los hispanos para convertirse en ciudadanos naturalizados podra ser un factor de ma- yor aprecio a su nacionalidad adquirida. Asimismo, es posible identificar una larga historia de patriotismo expresada a nivel individual y colectivo por varias orga- nizaciones hispanas. El trabajo de estos especialistas demuestra que "indepen- dientemente de la lengua materna, de haber nacido en Mxico o en los Estados Unidos, y de haber desarrollado o no una profunda conciencia tnica, los mxico- americanos apoyan los valores centrales [de los Estados Unidos] al menos de igual manera que los anglos"."^^

    Los datos de De la Garza, Falcn y Garca coinciden con un reciente estudio realizado por el Pew Research Center (PRC) con base en el National Survey of Latinos de 2002.^** El estudio divide a los latinos en tres grupos generacionales, siendo los de primera generacin quienes arribaron a los Estados Unidos ms reciente-

    " Rodolfo O. de la Garza, .\ngelo Falcn y F. Chris Garca, "Will the Real .\mericans Picase .Stand Up: An- glo and Mexican-American Support of Core .American Political Vales", en American Journal of PoticalSaena. vol. 40, nm. Z, mayo de 19%, pp. .146-348.

    " Pm Researrli Center, op. /., todos los datos estadsticos que se presentan a continuacin fueron tomados de este estudio.

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    mente, los de segunda seran los padres de los anteriores y los de tercera son los abuelos de los primeros. Segn las cifras presentadas por el PRC, 63% de los his- panos se identificaron como de primera generacin, 19% de segunda y 17% de ter- cera. As, el nmero de latinos de primera generacin es superior al total de his- panos de segunda y tercera generacin. Es un hecho que, coincidiendo con otras experiencias, los inmigrantes de cualquier origen no se asimilan en la primera ge- neracin, sino hasta la tercera, por lo cual la existencia de muchos latinos no asi- milados actualmente incide en la imagen pblica de esta etnicidad entre los nor- teamericanos, pero no muestran un comportamiento distinto a los procesos histricos de asimilacin de otros inmigrantes.

    Este diferente comportamiento generacional es consistente con el tema del idioma utilizado prioritariamente por los inmigrantes. Segn el PRC, el porcentaje de latinos que dominan el ingls en la primera generacin es de 4%, en la segun- da sube a 46%, y en la tercera llega hasta 78%. Respecto del manejo del espaol, en la primera generacin, 72% de los hispanos dominan dicha lengua, 7% en la segunda, y en la tercera PRC no ofrece datos. Los bilinges son el 24% en la pri- mera generacin, 47% en la segunda y 22% en la tercera. Estas cifras contradicen las aseveraciones del profesor Huntington de que los "hispanos tienden a per- petuar el uso del espaol a travs de sucesivas generaciones". Por el contrario, los datos ponen en evidencia la paulatina prdida del espaol entre los latinos conforme transcurren las generaciones y van adoptando el ingls como su princi- pal lengua. El estudio tambin reconoce las variaciones generacionales en cuanto a la forma en la cual los latinos se autoidentifican. Cuando se les pregunt qu trmino empleaban para autodefinirse, los de primera generacin seleccionaron en su mayora a su pas de origen (68%), mientras que los de segunda generacin apenas eligieron esa opcin en 38%. De acuerdo con PRC slo 6% de la primera generacin report usar el termino estadounidense {American), comparado con un 35% de la segunda.

    Huntington tiene razn en sealar que la inmigracin de mexicanos es cons- tante desde principios del siglo XX, acentundose desde la mitad del decenio de 1960. Tambin est en lo correcto al afirmar la continuacin de la creciente ten- dencia migratoria de Mxico a los Estados Unidos por lo menos en el futuro in-

    mediato. No obstante, este factor no necesariamente se traducir en problemas

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  • I coincidencias y divergencias

    de asimilacin, como no ha ocurrido con otras olas migratorias en la historia esta-

    dounidense. En suma, anlisis sistemticos demuestran de forma contundente que el pro-

    fesor Huntington est equivocado en varias de sus observaciones acerca de la na- turaleza de la inmigracin latina y mexicana a los Estados Unidos, as como sobre las dificultades de los mxico-estadounidenses para asimilarse. Los latinos y me- xicanos tienen un proceso muy similar de asimilacin al de otros migrantes. En realidad, el ciudadano comn y corriente, o el observador no especializado, pue- den confundirse porque siempre ha habido-en particular desde los aos sesenta- un cuantioso grupo de mexicanos no asimilados, es decir, de primera generacin. Este hecho se entrelaza con los cambios provocados por la segunda genera- cin. Segn un artculo publicado en The San Diego Union Tribune, en los prximos veinte aos y como resultado de las altas tasas de natalidad, los latinos de segunda generacin sern el componente ms numeroso de esta poblacin. Ello traer cambios muy significativos en la poltica pblica debido a las "diferencias sustan- ciales en ingresos, educacin y fluidez del ingls". Adems, "entre el 2000 y el 2020, el nmero de latinos de segunda generacin se duplicar, y su participacin en la fuerza laboral casi se triplicar", aunque temas como el bilingualismo o la ilegalidad son irrelevantes porque estos individuos ya han adquirido la ciudadana estadounidense.-*'

    Incuestionablemente, Huntington ha escrito una vez ms un libro controver- sial. Se vender como pan caliente, aunque muchos se indigestarn -o ya se indi- gestaron- Tampoco hay duda sobre la inconsistencia entre algunas pruebas que ofrece Huntington para sostener algunas de sus afirmaciones y los resultados de anlisis ms rigurosos. De igual manera, los datos son presentados de forma ter- giversada, posibilitando la confusin y alimentando el fuego de la controversia.**' Lo que resulta un hecho es la importancia del tema estudiado y de las preguntas formuladas en momentos en los cuales los Estados Unidos y el mundo enfrentan grandes transformaciones. Es cierto, dichas transformaciones no parecen agradar

    '"* R. Suro. "Hispanic Demographic Evolution", en The San Diego Vmon-Tribune, 26 de octubre de 2003. "' Rodolfo O. de la Garza me coment: "soy quiz la persona que ms cita a Huntington para afirmar cosas

    que yo nunca dije". Conversacin con Rodolfo O. de la Ginz. Mxico, CIDE, 20 de mayo de 2004.

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  • I coincidencias y divergencias

    mucho al profesor de Harvard. Como ha manifestado el historiador Lawrence \V. Levine: "cada generacin anterior de estadounidenses ha tenido profundas difi- cultades en aceptar a grupos tnicos y raciales que parecen no adherirse a mode- los previos [...] Y cada generacin de estadounidenses ha estado incorrecta en sus temores y sus certezas, porque cada generacin previa ha entendido slo de manera imperfecta el fenmeno de la inmigracin y de la asimilacin."'*' Si com- prendemos esto, entenderemos que Samuel Phillip Huntington ha escrito un libro antiinmigracionista producto de legtimas preocupaciones. Su texto no es tanto un trabajo acadmico donde la rigurosidad sea su principal atributo, sino ms bien podra catalogarse como un pronunciamiento ideolgico antiinmigracionista, uno entre los muchos registrados en los anales de la historia estadounidense. De eso a calificado ramplonamente como un racista hay un mundo de diferencia.

    A MANERA DE CONCLUSIN

    A lo largo de este trabajo he estudiado Wfio Are We^ de Samuel P. Huntington. En mi anlisis he intentado mostrar, siguiendo el pensamiento del profesor Rogers Smith, que en los Estados Unidos las corrientes liberales, republicanas y etnocul- turales se mezclan -con frecuencia de manera contradictoria- haciendo en ocasio- nes nebulosa la comprensin de este autor. Desentraar esta madeja ha sido uno de los propsitos al realizar este texto. Tratar de comprender a Huntington en vez de descalificarlo apriori, ha sido el espritu con el cual he escrito estas lneas.

    Huntington confunde en su anlisis dos temas muy relevantes, mezclndolos de manera desafortunada: la reproduccin de la cultura y el compromiso polti- co."*^ La cultura es una entidad cambiante que se forma, se transforma y se vuelve a transformar; es un ente vivo en continua evolucin. Como seal de manera acertada el bilogo evolucionista Stephen Jay Gould: "los primeros hombres de Cro-Magnon, con un cerebro ms grande que el nuestro, produjeron espectacula- res pinturas en las cuevas, pero no compusieron sinfonas o construyeron com-

    " Lawrence W. Levine, op. oA, p. \M. *' El haber detectado la mezcla de estos dos aspectos en la obra de Huntington fue resultado de una con-

    versacin que tuve con Rodolfo . de la Garza en el ciDK el 20 de mayo de (KM. Los dos aspectos fueron se- alados por Rodolfo, su desarrollo es mo.

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    putadoras. Todo lo logrado por los humanos desde entonces es producto de la evolucin cultural basada en un cerebro de invariable capacidad."'*' Indudable- mente, la cultura estadounidense se ha enriquecido con la presencia de los hispa- nos, tal y como antes fue vigorizada por los inmigrantes irlandeses o judos, o con el xodo forzado de los negros. Qu seran los Estados Unidos sin el jazz o el blues, o sin los intelectuales neoyorkinos judos.''; sin duda, algo muy distinto. Los inmigrantes siempre han dejado huella, una huella incrustada en el ser esta- dounidense. Segn manifiesta Lawrence W. Levine:

    No fui educado en este o aquel universo. Podra tener tanto a Moiss y a Lincoln como antepasados, a la Torah hebrea y a la Constitucin de los Estados Unidos como piedras angulares de la moral y la legalidad, a Josu y a Joe Louis como mis hroes guerreros, al judo i^a/y a la escuela pblica de los Estados Unidos como mis recintos de aprendizaje. Comprend desde muy temprano en mi vida que no era tan importan- te escoger entre dos lugares culturales, tanto como negociar o navegar entre ellos.''^

    La visin rgida de Huntington, el no aceptar este construir y reconstruir de la cultura estadounidense, lo hace un determinista cultural, pero jams un racista.

    Huntington confunde cultura con compromiso poltico, como si esto ltimo estuviera determinado por la cultura que se posee. Se puede ser armenio, chino o sueco, y estar comprometido firmemente con la democracia, con el respeto a los derechos humanos y con la proteccin de la soberana del pas en el cual se ha- bita. El aparentemente mayor patriotismo de los hispanos sobre el de los anglos da viva muestra de ello. Pero el profesor de Harvard va ms all, relacionando te- mas tales como el inters nacional con los problemas de la identidad nacional. "El inters nacional se deriva de la identidad nacional -seal en 1997-. Nece- sitamos saber quines somos, antes de saber cules son nuestros intereses.""*' Peter Trubowitz ha mostrado con contundencia la existencia de varios intereses

    *'Stephen Jay Gould, The Pandas Thumb: More Rfflections in NaturalHislorj, Nueva York, W.W. Norton & Company, 1980, pp. 56-57.

    ** Lawrence \V. Levine, op.nf.,p. 135. '*'' Samuel P. Huntington, "The Erosin of American National Intercsts", en Foreign Affairs, septiembre-

    octubre de 1997, p. 1 de la versin electrnica.

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    nacionales y no slo de uno. Adems, stos no estn basados necesariamente en un acuerdo sobre la identidad nacional, sino en los distintos intereses econmicos asentados en las diversas regiones del pas."^ Es esta obsesin por la "identitis", por tratar de encontrar la esencia de diferentes fenmenos polticos y culturales

    en una estricta y limitada definicin de credo e identidad, lo que provoca las contradicciones en el pensamiento de Huntington.

    Finalmente, me resulta muy intrigante tratar de comprender por qu un hom- bre tan brillante y con una trayectoria acadmica tan importante como Hunting- ton puede escribir un texto como Who Are We? Dos ideas me llegan de inmediato a la cabeza. Un factor podra ser su formacin en el marco de las transformaciones sufridas por los Estados Unidos desde la dcada de los sesenta, lo cual construy su percepcin -quiz infundada- de la vulnerabilidad del credo y de las institu- ciones estadounidenses por factores internos y externos. Como he destacado con anterioridad, Huntington es producto del decenio de 1950, de ese momento de prosperidad y de consenso en donde un sector de la poblacin -y slo un sector- viva en armona y tranquilidad. Poco tiempo despus, las cosas comienzan a cam- biar y los Estados Unidos se sumergen en varios lustros de profundas transfor- maciones, en particular durante los aos sesenta y noventa del siglo pasado. El 11 de sepriembre de 2001 terminar por estremecer a la Unin Americana en lo ms hondo de sus races.

    Para Huntington, la cada del muro de Berln signific-as como para muchos neoconservadores- un hecho de alegra y tragedia. Por un lado, fue el momento simblico de la debacle del comunismo, de ese enemigo al cual se opusieron con fervor durante dcadas. Por el otro, los confront ante un profundo vaco, en un periodo en donde ya no exista un enemigo tangible para enfocar su lucha. En 1997 Huntington se preguntaba: si no hay un imperio del mal amenazando los

    principios de libertad, individualismo y propiedad privada, "qu significa ser estadounidense y cul es el inters nacional.'". Desde su perspectiva, la existencia de un "enemigo comn, puede a menudo ayudar a promover idenridad y cohe- sin entre las personas". Asimismo, terminaba afirmando: "[el fin de la guerra

    '"' Cfr, Peter Trubowitz, Definingthe National Iitleresi: Conflkl and Change in menran Vomp Polity, Chicago,

    The l'niversirvof Chicago Press, 1998.

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    fra] probablemente debilitar o al menos alterar la identidad estadounidense".'*'' Si seguimos la lgica del pensamiento de Huntington podemos concluir que este problema se ha superado debido a la existencia de un nuevo enemigo: el terroris- mo islmico. Sin embargo, la llegada del nuevo enemigo, pero sobre todo el ma- nejo de la administracin del presidente George W. Bush al combate del terroris- mo, no ha carecido de problemas. Ms an, ha trado nuevas dificultades a los Estados Unidos en la arena internacional. La famosa frase del presidente Bush "estn con nosotros o estn en nuestra contra", la falsedad de las pruebas pre- sentadas para justificar la invasin a Irak, las dificultades para pacificar a los anti- guos dominios de Saddam Hussein y las espantosas violaciones a los derechos humanos de los prisioneros de guerra iraques por parte de los soldados estadou- nidenses, han agudizado un repudio internacional -y en menor medida interno- a la.conducta del gobierno de Washington. Recientes estudios revelan el incre- mento en la severidad y magnitud de las crticas mundiales contra los Estados Unidos. Incluso, algunas opiniones manifestadas por personas en muchas partes del globo llegan hasta el odio a la Unin Americana y sus gobernantes.'**'

    Internamente, en los ltimos cincuenta aos los Estados Unidos ha registrado importantes transformaciones. Los afroamericanos, hispanos, mujeres, homose- xuales y otras minoras han avanzado en sus aspiraciones por vivir en condiciones igualitarias. La composicin tnica se ha modificado, y algunas prcticas tradicio- nales tambin han sufrido cambios. La nacin se encuentra dividida en dos, tanto electoral como culturalmente. Los dos Estados Unidos {The Two Americas) es el trmino usado con frecuencia por los especialistas para referirse a la divisin exis- tente en el pas. Con espritu chusco pero revelador, un comentarista expres que la Unin Americana est dividida entre quienes componen la teleaudiencia de Sex andthe City, y el auditorio del 700 Club de Pat Robertson. Hoy en los Estados Unidos, las tendencias por la diversidad o el multiculturalismo viven quizs el momento de mayor auge en la historia reciente de ese pas. Los Estados Unidos se polarizan ante las avasalladoras transformaciones sociales, polricas y econmicas.

    " Samuel P. Huntington, "The Erosin of...", op. rit,. pp. 2 y 3 de la versin electrnica. ** Cfr., Mark Hertsaggard, IM sombra del guila:pijr qu Estados I 'nidos susrila odios y pasiones en el mundo, Bar-

    celona, Paids, 2002; Ziauddin Sardar y Merry Wyn Davis, ^Por qu la gente odia a Estados Unidos?, Barcelona,

    Gedisa, 2002.

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    Es este convulsionado momento por el cual atraviesan los Estados Unidos el que cimbra al profesor Huntington. En esta poca de cambios, el profesor de Har- vard se enfrenta ante la angustiante realidad de la agona de su mundo cincuen- tero. Este momento histrico posterior al "11 de septiembre" ha generado una percepcin de la Unin Americana como una fortaleza sitiada, una imagen que lleva a pensar a intelectuales como Huntington acerca de un nuevo riesgo contra el credo y la identidad nacional de los Estados Unidos. Hace casi dos dcadas, Robert D. Putnam defini a Huntington como "[una combinacin de] valores li-

    berales, instintos conservadores, y de una burkeana apreciacin de la estabilidad institucional, hacindolo especialmente sensible a los efectos erosivos del credo estadounidense sobre la autoridad y el poder de las instituciones".'*'^ Tal vez sea la percepcin del cambio como factor en la erosin del credo estadounidense lo que se encuentra en el fondo del pensamiento de Samuel Phillips Huntington en WhoAreWeP fj

    ' R. D. Putnam, "Samuel P. Huntington: An Appreciation", en FS, vol. 19, nni. 4, otoo de 1986, p. 844.

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