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La tarea es ampliar nuestra razón para hacerla capaz de comprender lo que. en noso- tros y en los otros. precede y excede a la razón (M. Merleau-Ponty) Edgar Roy Ramirez B. Tecnología y calidad según Robert M. Pirsig 1 Summary: Robert M. Pirsig lalls within the literary tradition 01philosophy 01technology ini- tiated by Samuel Btaler: This paper explores some ituerretationships among the concepts 01 "technology", "raüona- lity" and "quality" and some 01 the conceptual tensions as present in his book Zen and the Art of Motorcycle Maintenance. Resumen: Robert M. Pirsig es un exponente literario de lafilosofla de la tecnologfa en la tra- dición iniciada por Samuel BUller. En este articulo se exploran los conceptos de "tecnologla", "racionalidad" y "calidad" en algunas de sus interretactones. Se destacan algunas de las tensiones conceptuales presentes en su obra Zen and the Art of Motorcycle Maintenance. La novela Zen and lhe Art 01 Motorcycle Maintenance ofrece una perspectiva poco habi- tual entre los autores que se ocupan de la tecnolo- gía como objeto de reflexión. Se interesa en las dimensiones que surgen cuando alguien es capaz de reparar o darle mantenimiento a la motocicle- ta, la que a su vez puede tomarse como una metá- ...cqmbiar la tecnología de modo que sirva al hombre en lugar de destruirlo requiere princi- palmente un esfuerzo de imaginación y un aban- dono del temor (E. F. Schumacher ) fora para toda la tecnología. Un artefacto tecnoló- gico abre la ventana para un enfoque que analiza la racionalidad, los valores, las formas de filoso- fía, formas de vida con un punto de vista que mezcla las visiones de un artista, de un científico, de un filósofo y de un sabio. Según Pirsig la motocicleta permite una visión y una conciencia del paisaje sin penurbaciones, sin distorsiones, porque no hay ventanas que enmarquen el paisaje, como sí ocurre con el auto- móvil; se está en una mayor cercanía con la cafre- tera dado que no hay un piso que aísle. En moto- cicleta se es parte del paisaje, no hay distancia- miento. De la misma manera, Pirsig nos va haciendo partícipes de sus reflexiones tratando de reducir al mínimo el distanciamiento entre temas a ratos bastante abstractos y la vida cotidiana, en algún sentido nuestra vida cotidiana. En primera instancia cabe plantearse el tema de las actitudes frente. a la tecnología. Un momento inicial es lo que Pirsig llama la "huída de la tecnología" (p.14). Los Sutberland, sus compañeros en una etapa del viaje en motocicle- ta, rechazan afectivamente la tecnología. Se van al campo, buscando el aire fresco y el sol, en motocicleta: utilizan un objeto tecnológico para Rev. Filosdla Univ. Colta Rica, xxxn (17), 51-59.1994

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Page 1: Tecnología y calidad según Robert M. Pirsig1inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...Lo que sí es obvio es que el campo depende menos que la ciudad de la tecnología,

La tarea es ampliar nuestra razón parahacerla capaz de comprender lo que. en noso-tros y en los otros. precede y excede a la razón

(M. Merleau-Ponty)

Edgar Roy Ramirez B.

Tecnología y calidad según Robert M. Pirsig1

Summary: Robert M. Pirsig lalls within theliterary tradition 01philosophy 01technology ini-tiated by Samuel Btaler:

This paper explores some ituerretationshipsamong the concepts 01 "technology", "raüona-lity" and "quality" and some 01 the conceptualtensions as present in his book Zen and the Art ofMotorcycle Maintenance.

Resumen: Robert M. Pirsig es un exponenteliterario de lafilosofla de la tecnologfa en la tra-dición iniciada por Samuel BUller.

En este articulo se exploran los conceptos de"tecnologla", "racionalidad" y "calidad" enalgunas de sus interretactones. Se destacanalgunas de las tensiones conceptuales presentesen su obra Zen and the Art of MotorcycleMaintenance.

La novela Zen and lhe Art 01 MotorcycleMaintenance ofrece una perspectiva poco habi-tual entre los autores que se ocupan de la tecnolo-gía como objeto de reflexión. Se interesa en lasdimensiones que surgen cuando alguien es capazde reparar o darle mantenimiento a la motocicle-ta, la que a su vez puede tomarse como una metá-

...cqmbiar la tecnología de modo que sirva alhombre en lugar de destruirlo requiere princi-

palmente un esfuerzo de imaginación y un aban-dono del temor

(E. F. Schumacher )

fora para toda la tecnología. Un artefacto tecnoló-gico abre la ventana para un enfoque que analizala racionalidad, los valores, las formas de filoso-fía, formas de vida con un punto de vista quemezcla las visiones de un artista, de un científico,de un filósofo y de un sabio.

Según Pirsig la motocicleta permite una visióny una conciencia del paisaje sin penurbaciones,sin distorsiones, porque no hay ventanas queenmarquen el paisaje, como sí ocurre con el auto-móvil; se está en una mayor cercanía con la cafre-tera dado que no hay un piso que aísle. En moto-cicleta se es parte del paisaje, no hay distancia-miento. De la misma manera, Pirsig nos vahaciendo partícipes de sus reflexiones tratando dereducir al mínimo el distanciamiento entre temasa ratos bastante abstractos y la vida cotidiana, enalgún sentido nuestra vida cotidiana.

En primera instancia cabe plantearse el temade las actitudes frente. a la tecnología. Unmomento inicial es lo que Pirsig llama la "huídade la tecnología" (p.14). Los Sutberland, suscompañeros en una etapa del viaje en motocicle-ta, rechazan afectivamente la tecnología. Se vanal campo, buscando el aire fresco y el sol, enmotocicleta: utilizan un objeto tecnológico para

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cia, sensibilidad y razón. Tal actitud diferencia alos buenos tecnólogos de los malos tecnólogos.

En este contexto de las actitudes respecto de latecnología, Pirsig contrasta la actitud de unos fm-queros con su nueva camioneta con la de losSutherland (pp.40-41). Los finqueros valoran latecnología, aprecian su camioneta.,su lavadora.,sutractor. Se relacionan con la tecnología no solopor el uso, sino que además, cuentan con herra-mientas para darles mantenimiento. Aquí quiereresaltar Pirsig que el poder arreglar da una cerca-nía y una familiaridad especiales: la tecnología noes algo ajeno, amenazador. Pirsig llega a afirmarque los finqueros aprecian la tecnología sin nece-sitarla tanto, ya que son los menos expuestos si latrama tecnológica dejara de funcionar odesapareciera. Saldrían adelante. Aunque esto esclaro en el contraste entre la gente de campo y lagente de ciudad, es, no obstante, difícil ver cómoun fmquero, un "campesino" acostumbrado a unaagricultura sumamente tecnologizada puedasobrevivir, ya que quizá ya haya perdido el cono-cimiento pretecnológico y no se imagine una vidadestecnologizada o con tecnologías tradicionales.Lo que sí es obvio es que el campo dependemenos que la ciudad de la tecnología, pero elgrado en que depende puede ser tan importante yproporcional al grado que depende la ciudad. Esposible, entonces, que un cierto nivel de bienestarno se alcanzaría sin tecnología aunque no baste latecnología para lograrlo.

La tecnología no había sido explícita y cons-cientemente cuestionada por algunos de sus efec-tos, porque los saldos positivos en relación con laproducción de alimentos, vestimenta, viviendahabían opacado los resultados negativos ("acci-dentales" los denomina Pirsig). Mientras la preo-cupación fuera conseguir tales bienes, la reflexiónen tomo a la tecnología se redujo a verla comoinstrumento para lograr la satisfacción de necesi-dades básicas (p.149). Esta es la situación típicaen este momento de los países subdesarrollados.Por lo apremiante de la situación no hay percata-miento de que la tecnología no se reduce a la ins-trumentalidad y de que sus repercusiones no sonsin más positivas. La urgencia a veces no permitever claro. Empero, también es cierto que hay queabonarle a la tecnología tales logros.

Ahora bien, después de cruzado cierto umbralse toma casi inevitable que nos interroguemossobre el precio que se paga por satisfacer lasnecesidades materiales. El agradecimiento no

EDGAR ROY RAMIRFZ B.

huir de la tecnología. El rechazo se manifiestaporque se resisten a saber cómo darle manteni-miento y aún a discutir el tema, su idea es quefuncione sin tener que ocuparse de ella. Pero laactitud no es consistente, porque se mezcla conuna aceptación no explícita por cuanto se la utili-za para huir de la ciudad y sus trampas tecnológi-cas; y, se ven en la imposibilidad de renunciar a latecnología como proveedora de vida: la vida en laciudad sería imposible sin la tecnología.Viven con la tecnología y la dan por supuestamientras funcione. La tecnología parece parte delentorno mientras no ofrezca resistencia, no serepara en ella hasta que no aparezcan los proble-mas de funcionamiento.

Se da, por un lado, la dependencia de la tramaque hace posible una vida llevadera, sin exposicióna los altibajos del clima, la tecnología provee segu-ridad; y, por otro lado, se condena a su vez a la tec-nología. Poca posibilidad de una posición interme-dia: se detesta aquello de lo que se depende.

Pirsig considera que la condena total de latecnología es ingratitud (p.41) por cuanto lavida tal como la conocemos, sobre todo en laciudad, no se daría sin tecnología. El sosteni-miento de la vida, los mecanismos de sosteni-miento de la vida, están provistos por manifesta-ciones tecnológicas. La casa es un enjambre demanifestaciones tecnológicas. .

Ahora bien, de una actitud de gratitud o reco-nocimiento de la tecnología, no puede seguirseque cualquier despliegue tecnológico ha de seraceptado como una bendición. Una actitud críticano excluye la gratitud como tampoco acepta lainevitabilidad. Valorar la tecnología suponeponerla en perspectiva, apreciarla en lo que valesin exageración y sin disminución. Hacer otracosa es confundir la gratitud con idolatría.

También cabe ocuparse de la tecnología man-teniéndose distante, desligado, sin identifícación,sin involucramiento, sin prestarle suficiente aten-ción (p.24). No hay esmero, cuidado involucra-miento (care). El cuidado no es gratuito o espon-táneo, se opone a la actitud espectadora, distante,que no logra involucrar intelectual y emotivamen-te, que separa a la tecnología del creador y delusuario. Esta actitud se manifiesta en los manua-les de instrucciones. Es la tecnología aislada.Pirsig le opone el cuidado, el esmero, porque paraSUpeFdI'el aislamiento es preciso conceder valor oimportancia a lo que se hace, es preciso hacerconverger armoniosamente emoción e inteligen-

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puede excluir la dimensión crítica de análisis yevaluación. ¿Tiene que haber dolor, despojo,empobrecimiento? ¿Debemos sufrir siempre -sepregunta Pirsig- espiritual y estéticamente a fin desatisfacer las necesidades materiales? Se podríapensar que el precio pagado ha sido una cuestiónmás bien de hecho que de derecho, que lo históri-co podría haber sido de otra manera y, sobre todo,que no tiene por qué seguir siendo como ha sido, .para que no haya sufrimiento a cambio de satis-facción de necesidades. Es obvio que este cambioha de hacerse conscientemente.

La tecnología parece mostrar un rostroambiguo. Por un lado, la tecnología de la produc-ción ha modificado las ciudades y las ha hechohostiles. Los seres humanos parecen estar al ser-vicio del funcionamiento de la tecnología, lamayoría de las veces sin entenderla. Y quienes síla entienden, los tecnólogos, y la hacen funcionarhablan en un lenguaje especializado que tomadistante a la tecnología y no genera familiaridad.Por otro lado, la tecnología puede ser objeto dereflexión y contemplación de la misma maneraque un objeto natural, lo bello también puedeestar en lo artíficíal. El circuito de una computa-dora digital, las marchas de una motocicleta aligual que la cima de una montaña o los pétalos deuna flOl' pueden provocar sentimientos contem-plativos así como esfuerzos reflexivos (p. 16). Lonatural no es sin más superior o inferior a lo arti-ñcial, ni lo artíñcíal está devaluado por el merohecho de no ser natural ni sobrevaluado por irmás allá de las posibilidades naturales.

Como vemos, no se trata de aceptar la tecnolo-gía tal como se nos da. Ahora bien, una perspecti-va diferente respecto de la tecnología, que superela idolatría o el aborrecimiento, puede contribuira consbUir las dimensiones positivas de la tecno-logía cuando no se le ve como una fuerza avasa-lladera, ineluctable, sino resultado de decisioneshumanas y en respuesta a aspiraciones igualmentehumanas.

Si el arte de reparar o darle mantenimiento a latecnología se generalizara, la tecnología seríavis&ade manera diferente, habría mayor familiari-dad o menor distanciamiento. ¿Por qué habla de"arte" el autor? Me parece que Pirsig utiliza eltérmino "arte" para dar o entender por lo menosdos ideas, a saber, la creatividad involucrada y,por ello, la ausencia de reglas fijas. Aunque talarte es un ejercicio noble de la racionalidad, la

. racionalidad dista mucho de convertirse en la

aplicación de pasos tipo receta que algunas ver-siones del método científico sugieren. La versiónque da Pirsig del método científico más que unaserie de pasos que podría llevar a cabo una com-putadora (lo que haría la tarea del conocimientofácil y tediosa), apunta más bien a una labor devigilancia crítica del conocimiento: "el objetivopropio del método científico es asegurar que lanaturaleza no nos ha llevado a pensar que conoce-mos algo cuando realmente no lo conocemos"(p.94).

Lo interesante del enfoque de Pirsig es querelaciona la racionalidad con cuestiones cercanas-como reparar la motocicleta- y, no la restringe alas grandes teorías. Por ello, reparar la motocicle-ta o cualquier otro objeto tecnolégíco' es un pro-ceso racional, en el que se establecen hipótesis yse ponen a prueba: "un mecánico que suena elpito para ver si la batería funciona está informal-mente llevando a cabo un verdadero experimentocientífico" (p.95); un proceso en que se trabajacon conceptos abstractos ("precisión") y con rela-ciones causales. La motocicleta es transparente ala razón.

Por ono lado, la razón también genera institu-ciones (pp.87-88). Por ejemplo, la fábrica. Unafinalidad exige unos medios. El problema es quea veces los productos se desorbitan. El que lagente haga tareas tediosas, rutinarias sin sentidoaparente, día tras, día, sin prestarle la menor aten-ción, sin cuestionarse (aunque pagando un pre-cio), tan solo porque así se lo exige la organiza-ción de la fábrica, es un caso de tal desorbitación.No hay responsabilidad ubicable: no hay quien loplanee, quien lo quiera conscientemente, el sin-sentido se va generando quizá porque "la ecologíade la acción nos muestra que, una vez dentro delmundo social, nuestras acciones son implicadasen un juego de interacciones/retroacciones en elque son desviadas de su sentido, tomando en oca-siones un sentido contrario". Parece haber ciertainercia con el cómo son las cosas porque se hanvenido dando de esa manera, porque así han evo-lucionado, sin que su concreción actual fuera pen-sada por alguien a quien atribuirle la responsabili-dad. El sinsentido parece funcionar mientras nose agoten las posibilidades productivas de lafábrica.

Nada se logra, según Pirsig, reaccionando encontra de los productos de la racionalidad. El pro-blema no se soluciona destruyendo la fábrica orebelándose contra un gobierno, ya que el ataque

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nológica para un problema de origen principal-mente tecnológíco). Contrario a lo que planteaPírsig, es difícil ver el mayor nivel de justifica-ción moral de algunas guerras modernas. algunasparecen tan arbitrarias como las de tiempos pasa-dos. amén de su mayor destructividad. En la ide-alización del pasado. según Pírsig, también seolvidan las condiciones tan difíciles de mantener-se en la existencia dadas las amenazas constanleSde enfermedad. hambrunas, trabajo excesivo.dolor, Frente a tal descripción la vida modernapuede verse como un progreso frente a formasprimitivas de existencia.

El agente de tal progreso es la razón. La razónse ve como generadora de progreso frente a con-diciones de vida difíciles y en buena parte hosti-les. Obviamente. en esta comparación. la razónsale triunfante. por la serie de superaciones de lasque somos conscientes. Es progreso frente a unacomparación en algún sentido débil. Los proble-mas seftalados no desaparecen porque haya habi-do progreso: aquí el progreso tiene que ser de lasociedad moderna comparada consigo misma. asaber. es necesario que esta civilización no mate amultitudes en la guerra y que no sea necesariorecurrir a "justificaciones morales" para ir a laguerra; que el entorno no se vea altamente empo-brecido por la contaminación. aunque la tecnolo-gia nos ofrezca la esperanza de hacerse cargo delos desechos; que los seres humanos puedan lle-var a cabo vidas más ricas y que el precio de lalibertad no sea la mecanización de otros aspectoso sectores de la existencia. Entonces. los gradosde progreso podemos medirlos frente a metas másexigentes que en algún sentido también postula laracionalidad De esa manera. se puede superar lacondena romántica de la racionalidad y enfrentarla desorbitación de la racionalidad. que por suéxito en la superación de condiciones difíciles dela existencia, ha pasado a ser una fuerza dominan-te y excluyente de otras dimensiones humanas.

Por ello. en el replanteamiento que hace Pirsigde la tecnología y en su intento de una razónampliada, se juzga equivocado que en la tecnologíavayan disociadas la razón y los sentimientos. el quela tecnología no esté' vinculada con cuestiones delespíritu y del corazón. Según I>frsig.una tecnologíavinculada a la belleza. vinculada al arte comoexpresión creativa de una subjetividad. se reorienta-ría y dejaría de producir cosas feas y ciegas (p.149).

La racionalidad ha mostrado sus limitacionesporque todavía no ha dado con una respuesta a la

BOGAR ROY RAMIREZ B.

se cmcentta en los efectos y no en lo que le dioorigen. El vezdadero villano es la racionalidad enuna de sus funciones. contra ella ha de ir dirigidala rebelión. Si no se revisa o replantea la raciona-lidad. esta volverá a producir los mismos frutos.esta volverá a producir instituciones muy seme-jantes a las cuestionadas porque no se cambian lasformas de proceder. los patrones de pensamientoy acción se mantienen. entonces las mismas crea-ciones vuelven a surgir.

Aún más. según el autor la causa de las crisissociales radica en la racionalidad (p.l02). Porello. es preciso replantear la racionalidad peequela racionalidad en sus manifestaciones actuales noes conducente a un mundo mejor. Más bien pare-ce alejar a la sociedad de tal mundo. No conduce.exttavía. Considera Pirsig que tales manifestacio-nes o modos de la racionalidad surgiezon vincula-dos a la producción de alimento. vestimenta yvivienda. Pt"Zouna vez satisfechas tales necesida-des se nota la insuficiencia de la racionalidad. Noes productora de sentido para quienes han satisfe-cho sus necesidades primarias de sobrevivencia.Por ello. se le evalúa como emocionalmentehueca. estéticamente carente de sentido y espiri-tualmente vacía.

Para salir de tal embrollo es preciso buscar unaforma de pensar unificadora que vaya más allá delos problemas generados por los modos particula-res de ver la tecnología y de ver la realidad. Unacomprensión distinta y abarcadora para reorientarlas soluciones. para que no haya más tecnología sino la acompafta una mayor sabiduría.

En esta reflexión en tomo a la racionalidad.Pirsig se plantea (p.112) si tiene sentido hablar deprogreso si las guerras altamente tecnologízadascontinúan con sus claros resultados de matanzasel! masa; si el deterioro del entorno es notoria; sila dignidad humana está en entredicho; si unabuena mayoría lleva una existencia mecanizada.

Hay respecto del pasado por lo menos tres acti-tudes: t-todo tiempo pasado fue mejor; 2-todotiempo pasado fue tan malo como el presente;3-todo tiempo pasado fue peor. Pirsig se enfrentaa la primera y presenta, a su vez una versión ate-nuada de la última. Se idealiza el pasado cuandono se toma en cuenta que las posibilidades delibertad son mayores en las sociedades modernas.que las guerras se hacían con menos justificaciónmoral. que la tecnología productora de desechostambién puede encontrar medios ecolégícamentesensatos de deshacerse de estos (una solución tec-

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situación del sufrimiento implícito en la tecnolo-gía. Es parte del problema por ser una racionali-dad restringida. Lo interesante es que la propuestano es una renuncia a la racionalidad, no se declarala racionalidad en bancarrota. Se la convierte enobjeto de crítica y se sugiere que es precisoexpandirla para que sea capaz de producir solu-ciones a problemas inéditos y a problemas que hacontribuido a generar. Es preciso, por ello, ver lascarencias y los problemas generados para enten-der cuál es el origen de estos y para buscar solu-ciones a respuestas. Si los problemas surgen deuna razón restringida, la solución las buscaría unarazón ampliada" La apuesta en favor de la razónse da porque no hay sustituto mejor. La razónpuede ser limitada pero es lo mejor que se tiene.Se plantea aquí una autocritica: es la razón que seexamina a sí misma. La ampliación de la razónsupone no excluir otras dimensiones importantesdel ser humano. Solo nos queda ser racionales sinconcederle a la razón más de lo que puede hacerpero sin restringirle sus posibilidades y repensan-dola a partir de sus límites para ampliar sus alcan-ces. Solo se puede criticar a la razón a partir deella misma (razón-metarazón).

La razón y la tecnología se replantearán a par-tir de la noción de calidad, eje central de la obrade Pirsig. A la luz de la calidad todo se modificaporque cambian los modos de ver y. entender larealidad

Respecto de la noción de "calidad", Pirsigcomienza diciendo que se sabe qué es la calidad(p.163): porque distinguimos que unas cosas sonmejores que otras, que una tecnología es mejorque otra, que una situación es mejor que otra -queposeen más calídad-: pero, por otro lado, no sesabe qué es porque no se la puede definir, La cali-dad se hace presente cuando valoramos, cuandocalificamos.

Pirsig intenta vincular la definición con laexistencia de aquello que se define, y todo ellocomo un rasgo importante de la racionalidad.Ahora bien, con decir qué es algo no se suponeque exista, o la imposibilidad de decir qué es algotampoco impide que este algo exista: "los concep-tos más interesantes no pueden ser elucidadosmediante definiciones explícítas'". Podemos mos-trar cosas con mayor calidad que otros. Ademáses posible pensar criterios de calidad que nos per-mitan hacer las comparaciones para juzgar tecno-logías. En suma, podemos captar el uso del térmi-no y comprenderlo aunque no podamos defmirlo.

La calidad escapa a la definición, pero esto no lahace irracional como en cierto momento pretendePirsig (p.191).

Pirsig renuncia a defmir la "calidad", pero pro-pone una forma indirecta de mostrar su existen-cia. Aunque defmir algo y mostrar su existenciason cosas distintas. Hay que insistir que Pirsig seequivoca al equiparar irracional con mdeñnído,aquí su critica a la racionalidad no da en el blan-co. ¿Cúal es la vía indirecta propuesta por Pirsig?La vía es la siguiente (p.193): ¿Qué le ocurriría almundo que conocemos -se pregunta el autor- si seprescinde de la calidad? El mundo posible sincalidad sería muy distinto y no funcionaría noe-malmente. En un mundo sin calidad desaparece-rían muchas cosas.

Podeinos concebir mundos posibles substra-yendo cosas del mundo real; no obstante, aunquesu funcionamiento varíe es posible que no se alte-re mucho (claro que todo dependerá de 10 quesusttaigamos). P<r su lado, la alteración introdu-cida por la ausencia de calidad transfonna aspec-tos importantes del mundo. Tal mecanismo y susconsecuencias muestran no solo la existencia dela calidad, sino también su importancia. Sustraídala calidad, desaparecerían las bellas artes. No ten-dría sentido hablar de bellas artes, ni tampocopodrían hacerse las distinciones entre bueno ymalo en relación con las artes. No habría diferen-cia entre una pintura y una pared vacía, ni entreuna composición musical y el ruido producidopor la aguja cuando resbala en un disco. Perderíasentido la poesía. Pirsig no explica por qué no semantiene el humor si por otro lado, sí permanecela lógica Aunque si nos fijamos bien las cosasque desaparecen son las que tradicionalmente nose consideran racionales y que, más bien, estmtvinculadas con la emoción y el sentimiento. Elque el humor desaparezca coincide con esta posi-ción de Pirsig, aunque también puede explicarseporque en mundo sin calidad no tiene mucho sen-tido la novedad, la sorpresa y la variedad queparece introducir el humor. También desaparecerí-an los deportes, ya que los resultados no mediríannada significativo, perdería sentido la distinciónentre jugar bien, jugar mal y jugar mediocremente.Desaparecería el refinamiento de los productos,estaríamos reducidos a la sobrevivencia, bastaríavivir Yno cabría vivir bien. La danza, el cine, lasobras de teatro, las ñestas también desaparecerían.ya no habría diferencia entre la monotonía y lavariedad. La tecnología, a su vez, seña diferente.

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ser buenos" '. El parentesco del texto de Skutchcon el de Pirsig es notable, bastaría sustitutir elténnino "belleza" por el de "calidad".

Utilizando el método de Pirsig, quizá podríadecirse otro tanto si sustrajéramos de la actividadracional la noción de "verdad", a saber, desapare-cería una gran cantidad de actividades. En unmundo sin verdades se desplomaría el conoci-miento común, el conocimiento científico, laexploración del entorno y la mentira. Sufriría lasociabilidad, ya que esta depende de un mínimode verdades (información fidedigna). Tambiénsería muy distinto o quizás nos sea imposible ima-ginamos un mundo posible sin la posibilidad deverdades.

La existencia de la calidad se muestra empíri-camente -resume Pirsig- con objetos, ensayos,aparatos comparables; o mostrando que el mundoque conocemos sería muy diferente o no funcio-naría tal como sabemos que funciona.

No lo hace Pirsig, pero también cabe imaginar-se un mundo con más calidad que el que conoce-mos. Un mundo posible con mayor calidad seríatambién muy diferente y funcionaría de otramanera. No es muy difícil concebirlo. Tambiénhabría cosas que desaparecerían, ya que unaumento de calidad supone una mejora en el fun-cionamiento. La calidad obliga a replantearse losesquemas conceptuales, intelectuales, a variar losenfoques.. Segundo momento de la calidad. La calidad nopertenece al mundo material (objetivo); tampocopertenece a la mente (subjetivo). Es una terceraentidad independiente de las dos anteriores(p.213).

Ahora bien, si desaparecieran el mundo objeti-vo y el mundo subjetivo, es de suponer que nadaquedaría; por ello, en lugar de una entidad inde-pendiente tiene que ver con la relación entreambos mundos. "La belleza, al igual que otrosvalores, es el producto de la interacción de ungenerador de valor, tal como una flor, y un disfru-tador de valor u órgano de apreciación tal comoun espectador humano sensitivo" ",

Contrariamente, en este momento (p.215)Pirsig plantea no ya la calidad como calidad dealgo sino como el origen o la causa de las demáscosas, como arjé: "La calidad es la causa de losobjetos y los sujetos que erróneamente se les pre-supone como causa de la calidad" (p.215). Dosproblemas se presentan aquí: 1. si volvemos ahacer el experimento de substraer la calidad, ya

EDGAR ROY RAMIREZ B.

Empero, la ciencia, la fllosofía y la lógica se man-tendría inalteradas. Aquí me parece que Pirsig ensu intento de criticar la racionalidad convencionalexagera su afán crítico y no da en el clavo. Sincalidad no cabría distinguir entre teorías, hipótesisY experimentos alternativos, elegantes, armonio-sos, perspicaces. Los criterios estéticos desapare-cerían de la ciencia y la lógica. En lógica nopodríamos hablar de una demostración elegante.Desaparecerían los criterios de valoración.Tampoco cabría quejarse de las consecuenciasque pueden tener las posiciones filosóficas, posi-ciones que nos permiten valorarlas y aceptarlaso rechazarlas. Para ilustrar esto último con unejemplo provisto por el propio Pirsig (p.l26), sepuede afirmar que la naturaleza del mundo esilusoria; pero, tal posición no es indiferente(tiene consecuencias) en relación con aconteci-mientos cuya repercusión es grande y palpablepor el dolor que causan. Afirmar que las bombasque cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki fueronilusorias, que la destrucción fue ilusoria no dejade ser chocante para cualquier persona con unametafísica menos encubridora. También podríanser ilusorios otros males y sufrimientos. Perocabe preguntarse si hay mucha diferencia, paraquien lo experimenta, entre un dolor ilusorio yun dolor real. Es obvio, no obstante, que nadie seve i1usoriadamente volatilizado o pulverizado, nisufre destrucciones ilusorias.

En suma, cabe juzgar por su calidad a las cien-cias, las lógicas y las filosofías. Por ello, si en elexperimento imaginario de Pirsig se sustrae lacalidad, también tales quehaceres se verían afec-tados. Las actividades donde más claramente semanifiesta la racionalidad también sufrirían oquizá también desaparecerían tal como las cono-cemos. La racionalidad no quedaría intocada.Quizá una de las ampliaciones importantes de laracionalidad es acoger y reconocer la calidad ensu seno.

El mundo funcionaría, pero la vida sería abu-rrida, chata, que difícilmente merecería ser vivida:una vida sin calidad. Sería un vivir sin valores, niobjetivos."La razón de que la belleza sea el másesparcido y fundamental de los altos valores,parece obvia. Si el proceso creativo no hubieraprimero enriquecido nuestro planeta con belleza,00 habría podido éste mostrar el camino hacia laverdad y la bondad moral porque en un mundodesprovisto de belleza, podemos tener pocoincentivo para descubrir la verdad o para llegar a

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no nos quedaría un mundo sin calidad que no fun-ciona bien, sino que nos quedaríamos sin nada;con substracción de la calidad eliminamos lafuente de lo existente; 2. por otro lado, si substra-jéramos lo subjetivo y lo objetivo, ¿qué sentidotendría seguir hablando de que queda la calidad?Un mundo posible de solo calidad-sin objetos ysin sujetos- es imposible de concebir. En unmundo posible sin objetos y sin sujetos no ten-dríamos ya un mundo. Por otro lado, si la calidad"surge" del encuentro de lo subjetivo y lo objeti-vo, esta no tiene por qué reducirse a uno o al otro.Este primer encuentro no es un momento elabora-do, sino que es a partir de él se construyen loshechos. En otras palabras, los sujetos y los obje-tos de cuyo encuentro surge la calidad, son a suvez modificados por ella. De ahí que enconformidad con Pirsig y para salir del callejónsin salida, podemos decir que, una vez surgida, lacalidad modifica, o causa, los objetos que identi-ficamos y los sujetos que somos.

Porque consideramos (se nos aparece) bello elmundo es por lo que intentamos conocerlo. Si elmundo nos fuera indiferente no haríamos elesfuerzo por conocerlo. Recordemos que dondehay indiferencia no hay calidad, o la calidad estáausente. Según Pirsig, la calidad es un estímuloconstante que el entorno nos pone (otra vez laidea de encuentro) para crear el mundo que vivi-mos. Es interesante, no obstante, tener presenteque no toda creación del mundo es de igual cali-dad, o igualmente bella, atractiva, acogedora,hospitalaria. De aquí que quepa imaginarse unmundo donde la presencia de la calidad fuesemayor.

A pesar de la condición del arjé que le da elautor a la calidad al emparentarla con el Tao(p.226), surge la pregunta de por qué la gente dis-crepa en tomo a la calidad. Pirsig sugiere que ladiversidad de experiencias que cada uno tiene,hace que vea diferente a la calidad y cree "mun-dos" distintos. Esto parece mostrar que el sujetono es indiferente ni es pasivo frente a la calidad.En este sentido podemos decir también que lacalidad se cultiva

El reconocimiento de la calidad y otras dimen-siones, supone una ampliación y una revisión dela idea de razón, que previamente las excluíadenominándolas irracionales. Pirsig considera quela exclusión de tales dimensiones muestra el desa-sosiego espiritual, la mala calidad y la condicióncaótica del siglo XX. Es preciso ampliar la razón

y profundizarla para que se percate de que laemoción, el arte, la literatura y otros discursospueden incluirse en la racionalidad sin violentarsu naturaleza

Por otro lado, la desesperación tecnológica laasocia Pirsig a la ausencia del cuidado (involucra-miento, esmero, atención) de parte de los tecnólo-gos y antitecnólogos. Aquí volvemos a unanoción de "calidad" manejable: "el cuidado y lacalidad son el aspecto interno y externo de lamisma cosa Una persona que capta la calidad yla siente en su trabajo es una persona que se invo-lucra. Una persona que se involucra con lo quecapta y hace es una persona destinada a poseercaracterísticas de calidad" (p.247). La calidadvuelve a estar vinculada con el encuentro entre elsujeto y el objeto (su quehacer). Por ello, la desa-tención, la indiferencia y la prisa son ausencia decalidad.

Al haber ausencia de cuidado, no se capta lacalidad; y, al no captarse la calidad, se producedesesperación. Los tecnólogos sin más no se rela-cionan de la mejor manera con la tecnología -lohacen con descuido, sin suficiente esmero- y losantitecnólogos no reconocen las dimensiones decalidad en la tecnología. Ambas posiciones sondefectuosas en su evaluación. También es claroque hay formas de tecnología de las cuales essumamente difícil descubrir la calidad de que sonportadoras: la tecnología perniciosa

Reconocer la función de la calidad supone verque no somos pasivos respecto de los hechos. Elcuidado puesto es el que permite que los hechosse presenten o nos percatemos de los hechos per-tinentes. En otras palabras, no hay hechos brutos.La superación del dualismo sujeto-objeto se dapor medio del cuidado y la calidad. Por ello, laobjetividad de la razón tradicional es inlograble siel observador, el científico, el mecánico no seinvolucran, no se interesan, porque los hechos noson dados, sino que son tomados, la percepción esselectiva, privilegia aspectos, o son construidos.

El cuidado y la calidad hacen insuficiente einnecesario el dualismo sujeto-objeto. Aquí notenemos la calidad dándoles origen a los sujetosy a los objetos, sino más bien mostrando las limi-taciones de tal distinción cuando nos referimos,aunque no exclusivamente, a la tecnología.Precisamente se supera el dualismo cuando setrascienden los sentimientos de separatidad("separateness") mediante el cuidado. En esoconsiste el cuidado, en la identificación con 10

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que se hace. Se supera el dualismo (la separati-dad) mediante la fusión de naturaleza y espírituhumano (p.262). Es preciso un sentimiento decalidad del trabajo que se hace, un sentido de loque es bueno, una valoración orientadora. Lo quese hace está cargado de valores y como tal ha deverse y aceptarse; la asepsia valorativa, las activi-dades libres de valores tienen que rechazarse(p.231) porque dejarían por fuera la calidad Ynoayudarían a la superación de la desesperación tec-nológica. El cuidado supone todo 10contrario.

La superación del dualismo asume una dimen-sión normativa: será otra nuestra relación con latecnología y la tecnología que se produciría si taldimensión se acepta. El dualismo (la separatidad,la falta de identificación) no deja surgir lasdimensiones que modifican a ambos, sujeto yobjeto. Esta noción de calidad, este sentimientopor el ttabajo bien hecho, se le conoce en todotaller- nos dice Pirsig-.

Si la tecnología es una fusión de la naturalezay el espíritu humano en una creación que los tras-ciende a ambos (p.262), es obvio que unas formasde ttascendencia son mejores que ottas. Pirsig noparece sugerir que cualquier forma tecnológica esequivalente a cualquier otta. Porque hay tecnolo-gías que alientan más la cercanía, la familiaridad,el arte del mantenimiento; porque la trascenden-cia respecto de la naturaleza no entrafta una des-trucción de esta y porque la trascendencia respec-to del espíritu humano no es negador de este. Porello, no cabe la huída de la tecnología cuandonotamos fisuras en la fusión de 10 natural y 10humano en la tecnología. Claramente plantea elautor que el conflicto entre los valores humanos ylas necesidades tecnológicas no se resuelverenunciando a la tecnología. Para ello es precisouna superación del pensamiento dualista quesepara la tecnología del ser humano, la independi-za hasta tal punto que es imposible reconocerseen ella. Ahora bien, la esfera tecnológiCa,lo arti-ficial, lleva la huella de lo humano que es precisorecuperar.

Los objetos tecnológicos no producen por símismos soledad (p.323). No son la televisión, losaviones. las autopistas, las computadoras los cau-santes de la soledad de la gente. El problemasegún Pirsig yace en la tendencia de la tecnologíaa aislar a la gente en actitudes solitarias de objeti-vidad. El mal está en la objetividad. en el pensa-miento dualista que separa, aísla, porque excluyela identificación, el involucramiento. Por ello.

agrega Pirsig, quien sabe reparar motocicletas concalidad no estará exento de amigos. La tecnolo-gía, el saber reparar, puede ser una vía para supe-rar la soledad por el involucramiento. Para ello esnecesaria una razón vinculada a la calidad, supe-radora de los dualismos y de la razón tecnológicadualista con su tendencia a hacer aquello que esrazonable aunque no sea bueno. Tal razón se pre-tende libre de valores. Semejante tendencia sub-yace todo el mal de nuestra tecnología(pp.323-324). Aquí parece plantear Pirsig 10queotros autores denominan el imperativo tecnológi-co y sugiere que no cualquier hacer tecnológicoes equivalente. En este sentido, no es el objetotecnológico, es la tendencia tras él la problemáti-ca, pero cabe decir que el objeto tecnológicopuede ayudar a perpetuarla.

Para terminar, se puede decir que en últimainstancia cómo valoremos la tecnología, cómonos relacionemos con ella, cUaldominio o formade interacción se estimule, todo ello está relacio-nado con cómo conduzcamos la propia existencia.La forma cómo se vive es decisiva para evitar lastrampas en el camino hacia la realidad:

"La paz mental produce los valores correctos, estosproducen los pensamientos correctos. Los pensamien-tos correctos producen las acciones correctas y lasacciones correctas producen obras que serán la refle-xión material que otros verían que la serenidad fue elcentro de todo" (p.292).

Lo interesante del enfoque de Pirsig es queapunta a la relación de la tecnología con la vida yla vida con la tecnología, no es una visión desdefuera que se limita a evaluar impactos, sino quebusca penetrar y rescatar la huella humana un tantodesdibujada por no prestarle atención a la presen-cia o la ausencia de calidad. En un mundo posiblea la Pirsig tendríamos sin duda una tecnologíamenos destructiva de la naturaleza y formas másricas de convivencia, una tecnología que no serestringe a ser mero instrumento, donde se haya

... integrado la dimensión de techné y la belleza nosea ajena ni agregado. Posiblemente se planearíauna tecnología que los usuarios pueden repararcon esfuerzo, entusiasmo e involucramiento, tec-nología que no sería objeto de rechazo. Claro quepuestos ante dos tecnologías alternativas Pirsig noprovee criterios concretos, solo líneas generalesde orientación.

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En tal mundo ya no se culparía a los frutosdel quehacer humano por sus efectos, sino quese les evaluaría a la luz de la concepción deracionalidad que los hizo posible. Una razónampliada que dé cabida a la calidad y a losvalores, y que no los remita a lo irracional,posiblemente no sea la solución a todo pero en,todo caso es un experimento digno de realizar-se sobre todo si se tiene en cuenta que: "lamotocicleta sobre la que se trabaja es una moto(tecnología) llamada uno mismo. La máquinaque parece estar "allí afuera" y la persona queparece estar "aquí dentro" no son dos casosseparados. Ambas crecen juntas hacia la cali-dad o se alejan juntas de ella (p.293).

Notas

1. Todas las referencias a la obra de Pirsig han sidotomadas de Pirsig, Robert M. len and the Art o/

Motorcycle MainJenance. New York: Bantam Books,1989.

2. "De ser posible, la manipulaci6n de unam~uina cualquiera ha de resultar clara como elagua para quienes han de utilizarla. Podemos ayudara conseguido por medio del diseño y empaquetadode la misma, y por medio de la educaci6n de losusuarios. El corolario, un corolario importante, esque cualquier máquina debería poder ser reparadapor el propio usuario." Goodman, Paul. Btica,Ciencia y Tecnologta, Cartago: EditorialTecno16gica, 1991:47.

3. Morin, Edgar. Ciencia con consciencia,Barcelona: Anthropos, 1984:92.

4. Véase "Incompleta racionalidad, racionali-dad completa". Ciencia, responsabilidad y valo-res. Cartago: Editorial Tecno16gica, 1985: pp.79-88.

5. U.C. ''Tune''. Encyclopedi4 o/ Philosophy. Vol7-8 New York-London: Macmillan-Collier Macmillan,1967:126.

6. Skutch. Alexander F. El ascenso tÜ la vida. SanJosé: Editorial Costa Rica, 1991: pp. 212-213.

7. Skutch.lbidp.217.

Edgar Roy Ramírez B.Instituto de Investigaciones Filosóficas

Elcuela de FilOlofiaUniversidad de Costa Rica