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Universidad de la República Facultad de Psicología
Trabajo final de grado
Proyecto de investigación Estudio comparativo de la Teoría de la Mente entre niñas y niños con
TEA de alto funcionamiento
Tutor: Asist. Dr. Lisandro Vales Motta Revisora: Asist. Mag. Dinorah Larrosa Sopeña
Estudiante:
Melodie Olivera C.I: 4.432.013-3
Montevideo, Uruguay Febrero de 2020.
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ÍNDICE
ÍNDICE 2
RESUMEN 3
ABSTRACT 3
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA Y ANTECEDENTES 4 Clasificación del TEA 5 Características del TEA de AF 6 Epidemiología 6 Etiopatogenia del TEA 7 Comorbilidad 7 ¿Qué es el camuflaje? 8
TEORÍA DE LA MENTE 10 ¿Por qué en este trabajo se hace particular referencia a la teoría de la mente? 10 Teoría de la mente en el TEA 12 Instrumentos para la medición de la ToM 13
ANTECEDENTES 14 Antecedentes internacionales sobre el sesgo de sexos dentro del TEA 14 Antecedentes internacionales sobre ToM 16
PROBLEMA Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN 18 Hipótesis 19
OBJETIVOS 19 Objetivo general 19
DISEÑO METODOLÓGICO 19 Población 20 Variables 20 Instrumentos de evaluación 21 Instrumentos para la evaluación de la ToM 21
CONSIDERACIONES ÉTICAS 23
CRONOGRAMA DE EJECUCIÓN 24
RESULTADOS ESPERADOS 24
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 26
ANEXOS 31
3
RESUMEN
Más allá del gran aumento en el número de niños diagnosticados con trastornos del espectro
autista, ha surgido una brecha significativa en relación al sexo. Si bien los niños son
identificados en mayor número, no sucede igual con las niñas, ya que éstas son diagnosticadas
en edades posteriores en relación con los varones. Esto puede traer consecuencias negativas
que influyen en la salud y en la calidad de vida de las futuras mujeres.
El presente proyecto de investigación, pretende realizar una medición y posterior comparación
de la teoría de la mente entre niñas y niños con diagnóstico de TEA de alto funcionamiento. Se
parte de la hipótesis de que las niñas tienen una teoría de la mente más desarrollada; Esto les
permite contar con habilidades sociales superiores a la de los niños. Estas niñas pasan
desapercibidas mediante un "camuflaje social" que deriva en diagnósticos erróneos o tardíos.
Se pretende también, abrir nuevas interrogantes acerca de las particularidades de los sexos
dentro del TEA y que las mismas puedan ser tomadas en cuenta en el ámbito académico y
profesional.
Palabras clave: TEA de alto funcionamiento, teoría de la mente, camuflaje social,
diagnósticos erróneos o tardíos
ABSTRACT
Beyond the large increase in the number of children diagnosed with autism spectrum disorders,
there has been a significant gap concerning sex. Although boys are identified in greater
numbers it is not the same with girls, considering they are diagnosed at later ages concerning
boys. This can have negative consequences that influence the health and quality of life of future
women.
The next project aims to make a measurement and subsequent comparison of the theory of
mind between girls and boys with a diagnosis of high-functioning ASD. Starts from the
hypothesis that girls have a more developed theory of mind; this allows them to have superior
social skills. These girls go unnoticed through a "social camouflage" that leads to erroneous or
late diagnoses. This pre-research project is also proposed to open new questions about the
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particularities of the sexes within the ASD that could be taken into account in the academic and
professional field.
Keywords: High functioning ASD, mind theory, social camouflage, erroneous or late
diagnoses
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA Y ANTECEDENTES
"La historia de las ideas concernientes al autismo ha pasado desde hace un siglo por varios
periodos que reflejan las discusiones alrededor de la nosografía de los trastornos calificados
como autísticos y de su clasificación en los sistemas utilizados sucesivamente" (de Lara,
2012:257).
Según el autor anterior, el término autismo aparece por primera vez en la monografía
de Eugen Bleuler para el Tratado de Psiquiatría publicado en Viena en 1911. Este término,
tiene una etimología griega “autos” que significa “sí mismo”. Según Bleuler, el autismo
está caracterizado por el repliegue de la vida mental del sujeto sobre sí mismo,
llegando a la constitución de un mundo cerrado, separado de la realidad exterior y con
una dificultad extrema de comunicarse con el entorno. Hoy en día, los trastornos del espectro autista (TEA) se definen como una disfunción
neurológica crónica con fuerte base genética que desde edades tempranas se manifiesta en
una serie de síntomas basados en una tríada de trastornos en la interacción social,
comunicación y falta de flexibilidad en el razonamiento y el comportamiento. La gravedad y la
edad de aparición varía de un individuo a otro. A pesar de las clasificaciones existentes,
ninguna persona que presenta un TEA es igual a otra en cuanto a características observables
(Abad et al., 2010:29).
La población que se seleccionará para este trabajo, es la de gravedad más leve dentro del
espectro del autismo, los que se denominan como autismo de alto funcionamiento (AAF), TEA
de alto funcionamiento (TEA de AF) o síndrome de Asperger (SA). La versión anterior del
Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de
Psiquiatría (DSM IV), colocaba al SA como un trastorno independiente. La última versión de
este manual (DSM 5), incluye al SA dentro del espectro autista. Además destaca, que todas las
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personas que fueron diagnosticadas con Síndrome de Asperger o con Trastorno Generalizado
del Desarrollo no Especificado, bajo los criterios de la versión anterior (DSM lV), se les aplicará
el diagnóstico de TEA.
Por lo antes mencionado, en este trabajo nos referiremos a la población elegida como TEA de
AF.
Clasificación del TEA
Para la clasificación de la Organización Mundial de la Salud, (CIE-10, 1993) el autismo es
un tipo de trastorno generalizado del desarrollo que se define por: la presencia de un desarrollo
anormal o deteriorado que se manifiesta antes de los 3 años de edad, el tipo característico de
funcionamiento anormal en la interacción social recíproca; comunicación, y comportamiento
restringido, estereotipado y repetitivo. Además de esas características diagnósticas específicas,
es frecuente una variedad de otros problemas no específicos tales como fobias, trastornos del
sueño y de la ingestión de alimentos, rabietas y agresiones o autoagresiones.
Haciendo referencia a la última versión Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos
Mentales (DSM 5), las características principales del trastorno del espectro autista son el
deterioro persistente de la comunicación e interacción social, los patrones de conducta,
intereses o actividades restrictivos y repetitivos. Estos síntomas están presentes desde la
primera infancia y limitan o impiden el funcionamiento cotidiano.
En esta nueva versión de criterio diagnóstico, cada caso será evaluado según el nivel de
funcionalidad de cada persona en relación a la ayuda necesaria para poder desempeñarse.
-Grado 1: "Necesita ayuda"
-Grado 2: "Necesita ayuda notable"
-Grado 3: "Necesita ayuda muy notable" (Ver anexo 1).
El TEA de AF, estaría situado en el subtipo 1 uno de los trastornos del espectro autista dado
su grado de funcionalidad. Según González & Velasco (2011), este subtipo es el que cuenta
con un mejor pronóstico.
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Características del TEA de AF
Para Ruggieri & Valdez (2011), Ángel Rivière fue una de las personas que mejor
comprendió al síndrome de Asperger en el mundo de habla hispana, este autor destaca
algunas características para este trastorno:
-Trastorno cualitativo de la relación.
-Inflexibilidad mental y comportamental
-Problemas del habla y lenguaje
-Alteraciones de la expresión emocional y motora
-Capacidad normal de "inteligencia impersonal fría" pero limitada en las habilidades empáticas
y habilidades especiales en áreas restringidas (Ver anexo 2).
Epidemiología
En cuanto a datos epidemiológicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que se
calcula que uno de cada 160 niños padece TEA. Esta estimación representa una cifra media,
pues la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios. La
prevalencia de TEA en muchos países de ingresos bajos y medios es hasta ahora
desconocida. Según los estudios epidemiológicos realizados en los últimos 50 años, la
prevalencia mundial de estos trastornos parece estar aumentando. Hay muchas explicaciones
posibles para este aparente incremento de la prevalencia, entre ellas una mayor
concienciación, la ampliación de los criterios diagnósticos, mejores herramientas diagnósticas y
mejor comunicación. (OMS, 2019:párr 7).
Flórez (2014), en su revisión bibliográfica, afirma que la prevalencia exacta del Síndrome de
Asperger es difícil de estimar y que sólo se encuentran aproximaciones. Las tasas de
prevalencia para este síndrome han sido utilizando los criterios del DSM-IV y CIE-10. Se
estima una media de 36 por 10000, pero que hay una gran variación en los estudios debido a
las diferencias metodológicas. (p.94)
Valencia, Correa & Espinosa (2018), citan a Beltrán, Díaz y Zapata (2016), quienes
mencionan que la investigación realizada sobre la prevalencia del SA en niños y adolescentes
residentes en el área metropolitana de Bucaramanga y Medellín, corrobora la alta prevalencia
hallada en las dos ciudades, mostrando que el SA es más frecuente de lo esperado y supera
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los hallazgos reportados en otros países como Suecia, Estados Unidos, Inglaterra o España
(p.2).
Etiopatogenia del TEA
Rivas, López & Taboada (2010) postulan que si bien se desconocen las causas exactas del
autismo, existen evidencias científicas que plantean la existencia de una multicausalidad. Se
sabe que hay un componente genético que unido a condiciones ambientales, podrían ser
factores determinantes en el desarrollo de esta condición.
Se han identificado distintos trastornos genéticos y cromosómicos ligados a diferentes
comportamientos autistas.
A la vez, las teorías neuropsicológicas tratan de explicar la ceguera mental y los déficits
ejecutivos presentes en los sujetos autistas, identificando las posibles disfunciones del sistema
nervioso central, una disfunción de las neuronas espejo y de otros mecanismos
neuropsicológicos.
En la actualidad, la explicación más integradora sobre la etiología del autismo se
considerada desde una predisposición biológica y un número de factores genéticos,
neuropsicológicos y ambientales.
Comorbilidad
En general, cuando se habla de autismo sin otra especificación, se hace referencia al
autismo primario, sin síndromes asociados. En todos los casos de TEA el diagnóstico se realiza
a través de la observación directa de las alteraciones del comportamiento ya que no existe
ningún marcador biológico específico para el autismo. Las pruebas complementarias que se
solicitan vienen determinadas por la búsqueda de una etiología específica o síndrome
asociado, dando lugar a un portador de un “síndrome doble” (Abad, et al 2010:25).
Es reconocida la comorbilidad del TEA con otros desórdenes como los TDAH (trastorno por
déficit de atención e hiperactividad), otras afecciones psiquiátricas como la catatonía, mutismo,
trastornos del humor, ansiedad y depresión, trastorno obsesivo compulsivo, tics y tricotilomanía,
desórdenes en el control de la impulsividad, etc. (Arberas & Ruggieri, 2019:17).
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Sesgo de sexos en el TEA Mediante la búsqueda bibliográfica para la realización de este trabajo, se ha hecho evidente
que en los últimos años se viene abriendo camino a nuevas interrogantes en cuanto a la gran
diferencia en el número de diagnósticos, como también en la presentación de síntomas de las
niñas con TEA con respecto a los niños. El presente trabajo hace especial hincapié en la
población femenina con un diagnóstico de TEA de AF ya que las características propias de las
niñas, las aleja de un diagnóstico oportuno. Attwood (2006), plantea que según la experiencia
clínica, las niñas pueden ser buenas imitadores y usar el modelado para camuflar sus
dificultades en situaciones sociales, imitando gestos, el tono de la voz y la personalidad de sus
pares. De esta manera, adquieren una competencia social superficial.
¿Qué es el camuflaje?
Montagut et al (2018), hacen referencia a la teoría del camuflaje de Wing (1981), como
una capacidad que desarrollan las mujeres autistas para ocultar sus inseguridades sociales,
presentando una serie de “fortalezas” que pueden llegar a ocultar sus impedimentos y
contribuir a un diagnóstico tardío.
Lai & Baron-Cohen (2015), en su investigación para Identificar la generación perdida de
adultos con condiciones del espectro autista, afirman también que las niñas se diagnostican en
promedio, más tarde que los niños, y que una incorrecta interpretación de los síntomas del
espectro autista, puede derivar en algunos mitos como que si una mujer puede entablar
conversación y contacto visual o si una mujer está casada o es madre, no puede tener autismo.
Sin embargo, se pasa por alto que algunas mujeres tienen las habilidades sociales suficientes
para lograr el camuflaje.
Ruggieri & Arberas (2016), afirman que desde las descripciones originales de Kanner y
Asperger, se hizo evidente la preponderancia en los varones y que ambos autores tuvieron
algunas observaciones singulares respecto a las mujeres. Kanner describió a una de ellas
como "una mujer con desarrollo inusual que no comprendía el juego de los pares, ni le
interesaban las historias, aunque tenía gran interés en animales". Asperger, por su parte, refirió
que algunas niñas tenían conductas visuales peculiares y describió que las madres de muchos
niños con autismo tenían algunas "conductas autistas", aunque sin cumplir con los criterios en
su totalidad.
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Montagut, Romero, Andrés, Inmaculada, & Pastor (2018), en una revisión teórica acerca de
los sesgos de género dentro del autismo, concluyen que estas disparidades pueden ser debido
a la variabilidad en el tamaño de las muestras de algunos estudios o por la escasa
representación femenina. Esto limita el poder estadístico y la capacidad de extraer inferencias a
partir de los datos. En muchos casos, la aplicación de determinadas evaluaciones diagnósticas
está condicionada a una muestra predominantemente masculina, no incluyendo aspectos
relevantes para poder diagnosticar a las mujeres. Algunas pruebas dejan por fuera síntomas
leves o complejos. También, los diagnósticos pueden están basados en informes de maestros
o profesores, por lo que los resultados podrían estar influenciados por sesgos culturales.
Wilkinson (2008), afirma que más allá del gran aumento en el número de niños
diagnosticados con trastornos del espectro autista, ha surgido una brecha de sexos
significativa, sobretodo en los niveles más leves de autismo como el TEA de AF. Citando a
otros autores menciona que las estadísticas indican que si bien los niños son identificados en
mayor número, no sucede lo mismo con las niñas ya que éstas reciben sus diagnósticos en
edades posteriores en relación con los niños.
Las consecuencias de un diagnóstico omitido o tardío podrían incluir un gran número de
consecuencias que pueden derivar en un alto riesgo de problemas de salud mental y de
comportamiento, como ansiedad y depresión durante la adolescencia y la edad adulta.
Montagut et al (2018), mencionan que el TEA se diagnostica hasta tres o cuatro veces
más en el sexo masculino que en el femenino. Una de las hipótesis que se maneja, es
la teoría del camuflaje o de la compensación en las niñas y mujeres con TEA. Attwood
(2006), planteaba que cada persona con SA desarrolla sus propias estrategias para adquirir
habilidades específicas y mecanismos de afrontamiento. Basado en la experiencia clínica, el
autor concluye que al parecer, muchas niñas con SA, tienen el mismo perfil de habilidades que
los niños, pero una expresión más sutil o menos severa en relación a estos. Las niñas son más
capaces de verbalizar sus emociones y tienen menos probabilidades de usar actos físicamente
agresivos en respuesta a la frustración y el enojo. Los niños con SA, son derivados con mayor
frecuencia a un profesional cuando su agresión se ha convertido en una preocupación para sus
padres o maestros. En Simone (2010), se afirma que las personas del sexo femenino ya sean
niñas, jóvenes o mujeres adultas continúan quedando fuera de un diagnóstico apropiado y
muchas veces los síntomas se confunden con otras patologías como neurosis, esquizofrenia,
trastorno obsesivo compulsivo, trastornos de la personalidad, trastorno de ansiedad, fobia
social, etc. Si bien estos diagnósticos pueden ser pertinentes, es posible que el problema
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radique en la incapacidad de muchos profesionales para realizar un diagnóstico diferencial
entre el TEA y otras patologías.
Es probable que exista un subregistro de mujeres con trastorno del espectro autista, en
especial en las que tienen alto rendimiento cognitivo, posiblemente relacionado con las
técnicas de evaluación utilizadas e incluso con la falta de adecuados niveles de alerta en
las niñas. En general, las mujeres con autismo tienen mejor desarrollo lingüístico temprano,
mejores habilidades sociales y su juego puede incluso desarrollarse en la forma
pretendida. Sus intereses pueden ser similares a los de su grupo de pares, aunque en
general varían en intensidad y calidad. Se acepta que la diferencia en las habilidades
sociales se hace más evidente en la adolescencia. La teoría del cerebro masculino
extremo, el factor protector femenino, variantes en la plasticidad cerebral (menor umbral en
los varones con mayor susceptibilidad) y factores genéticos y epigenéticos, entre otros, se
evocan como posibles hipótesis que justifican esta menor prevalencia y las variantes
clínicas en ellas. (Ruggieri et al., 2016:21)
Halladay et al (2015), mencionan que si bien existen algunas disparidades en la
identificación de diferencias entre hombres y mujeres con este diagnóstico, se puede decir que
las mujeres con un coeficiente intelectual promedio, muestran un comportamiento social más
funcional y comportamientos menos repetitivos en comparación con los hombres. Se piensa
que los hombres pueden manifestar algunos comportamientos que facilitan una evaluación
clínica, mientras que las mujeres sufren un subdiagnóstico debido a la diferencia de los
síntomas. Otro factor que puede influir sobre el sesgo a la hora del diagnóstico según Kirkovski,
Enticott & Fitzgerald (2013), tiene que ver con las creencias culturales sobre cómo se deben
relacionar las niñas. Estas desarrollan un juego más tranquilo y sus conductas no suelen llamar
la atención, eso ha contribuido a que las niñas con rasgos autistas y potencialmente
diagnosticables pasen desapercibidas para los profesionales ya que cumplen con las
expectativas socioculturales.
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TEORÍA DE LA MENTE
¿Por qué en este trabajo se hace particular referencia a la teoría de la mente?
"El hombre es astuto porque no sólo tiene una mente formada por emociones,
deseos, intenciones y creencias, sino que sabe que la tiene y que los otros la
poseen también, por lo que su comprensión supone la adquisición de una potente
herramienta en las interacciones sociales." Rabazo y Moreno, (citado por Echeverry,
2010)
Si bien se desconocen las causas exactas del autismo, las teorías neuropsicológicas tratan
de explicar la ceguera mental y los déficits ejecutivos del mismo, identificando posibles
disfunciones. Existen algunas teorías que explican las causas del autismo. Según González &
Velasco (2011), las principales teorías explicativas son: Teoría del déficit en la función
ejecutiva, teoría del déficit en coherencia central, disfunción del hemisferio derecho, teoría de la
empatización sistematización y teoría de la mente (ToM).
El origen del concepto de ToM se encuentra en los trabajos pioneros de Premack y Woodruf
a finales de los años ochenta, cuando intentaron demostrar que los chimpancés podían
comprender la mente humana. Después de varias sesiones experimentales, los investigadores
discuten diversas interpretaciones de la conducta del chimpancé para finalmente concluir que
éste es capaz de atribuir al actor humano estados mentales como la intención y el
conocimiento. (Tirapu-Ustárroz, Pérez-Sayes, Erekatxo-Bilbao & Pelegrín-Valero, 2007)
El concepto de teoría de la mente se refiere a la habilidad para comprender y predecir
la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias.
Desde este punto de vista, este concepto se refiere a una habilidad
"heterometacognitiva", ya que hacemos referencia a cómo un sistema cognitivo logra
conocer los contenidos de otro sistema cognitivo (...) La terminología asociada a este
concepto es variada: se han utilizado diversos conceptos, como “ToM”, “cognición social”,
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“mentalización”, “psicología popular”, “psicología intuitiva” o “conducta intencional”.
(Tirapu-Ustárroz, et al., 2007:479)
Algunos autores como Baron-Cohen, Leslie & Frith (1985), afirman mediante sus
investigaciones, que los niños autistas tienen graves problemas para teorizar acerca de la
mente de los demás y por lo tanto la incapacidad predecir y explicar los comportamientos de
los otros. Téllez-Vargas (2006), menciona que el desarrollo de la teoría de la mente es crucial
en los seres humanos, cualquier alteración de la misma, se manifiesta en importantes
dificultades en la interacción social. Como se viene mencionando a lo largo de este trabajo,
existen características en las niñas autistas que les permiten desarrollar mejores habilidades
sociales que a los niños. En este proyecto, se tomará la ToM como objetivo de estudio, con el
fin de explorar si existe alguna diferencia entre la ToM de niñas y la de los niños.
Teoría de la mente en el TEA
Algunas de las limitaciones en la ToM de las personas con TEA serían la siguientes:
• Dificultad para predecir la conducta de los demás.
• Dificultad a la hora de explicar sus conductas y de cómo estas pueden afectar a los demás.
• Incapacidad para darse cuenta del nivel de comprensión e interés de su interlocutor, lo que a
veces conlleva a que utilicen conversaciones tipo monólogo.
• Dificultades en la anticipación.
• Dificultad en narrar la memoria autobiográfica.
• Dificultades para mentir y para comprender engaños , dobles sentidos, ironías, etc.
• Dificultad para comprender el uso de reglas en un acto comunicativo, no suelen respetar
turnos, no mantienen un contacto ocular adecuado (González & Velasco, 2011).
Para Téllez-Vargas (2006), la evolución de la teoría de la mente, se desarrolla en paralelo
con el proceso de maduración cerebral y requiere el desarrollo de estructuras cerebrales y de
redes neuronales precisas. Existen tres estadios fundamentales en el desarrollo de la teoría de
la mente del ser humano:
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• Teoría de la mente de primer orden: esta implica la identificación de lugares y contenidos
inesperados para otros sujetos, así como la identificación de una aparente realidad que los
demás conciben como cierta.
• Teoría de la mente de segundo orden: implica la atribución de las falsas creencias que
segundas personas atribuyen a terceras.
• Teoría de la mente avanzada o de orden superior: involucra la comprensión de los estados
mentales y la motivación en las acciones en los demás, así como una lectura compleja de los
estados mentales ajenos, haciendo atribuciones de tipo cognitivo y afectivo y combinaciones de
ambos (Alhucema, Figueroa, & Rozo, 2012:185).(Ver anexo 3)
Alhucema et al (2012), siguiendo el lineamiento de autores como Cashion, Dryer & Kiernan
(2005), plantean que en los niveles más complejos, la teoría es más efectiva en la predicción
de las conductas ajenas. También hacen referencia a Tirapu-Ustárroz et al (2007), quienes
proponen una estructura para evaluar la ToM, con 5 niveles de complejidad.
El primer nivel se refiere a la capacidad de lograr el reconocimiento facial de las
emociones. Esta capacidad es importante porque las emociones representadas en el
rostro del otro conforman la primera fuente de información que se tiene para generar una
teoría sobre su mente. El segundo nivel hace referencia a la capacidad de atribución de
falsas creencias, que se da en dos subniveles: la atribución de falsas creencias de primer
orden, en la que el sujeto atribuye estados mentales (pensamientos o puntos de vista) a
terceros, por ejemplo, prever que un sujeto buscará un objeto en el mismo lugar en que
lo dejó aun cuando este haya sido cambiado de sitio sin que el sujeto se haya dado
cuenta; y la atribución de falsas creencias de segundo orden, en la que un sujeto
atribuye los estados mentales que terceros hacen sobre otros sujetos, por ejemplo,
cuando un sujeto A atribuye que un sujeto B piensa que un sujeto C no se pondrá su
camisa amarilla porque el sujeto C cree que está sucia, ignorando que su mamá se la
lavó.
En el tercer nivel, se logra la comprensión de los significados no literales en la
comunicación (...) En el cuarto nivel, se tiene la sensibilidad social, de modo que el sujeto
está en la capacidad de detectar cuando alguien comete un error en determinadas
situaciones sociales, como por ejemplo cuando se hacen preguntas imprudentes o
comentarios hirientes sin intención. Finalmente, en el quinto nivel se encuentran la
empatía y el juicio moral. (Alhucema, et al 2012:185-186)
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Instrumentos para la medición de la ToM
Existen varios instrumentos para evaluar la teoría de la mente, entre ellos, las historias
extrañas (Happé, 1994), el test de insinuaciones o hinting task (Corcoran, Mercer & Frith,
1995), la tarea de paso en falso o faux pas (Baron-Cohen, et al 1999), el test de la lectura de la
mente en los ojos o test de la mirada (Baron-Cohen, et al 1997). (Pineda, Rubio, Aristizábal, &
Ossa, 2019).
Para este trabajo se seleccionan dos de ellas: El test del paso en falso y el test de la mirada,
con el fin de realizar una medición y posterior comparación de la ToM entre niñas y niños con
diagnóstico de TEA de alto funcionamiento, conocer si existe alguna diferencia que influya en
las habilidades sociales que tienen las niñas en relación a los niños, y las deriva en un
camuflaje social que retrasa o impide un diagnóstico oportuno.
A continuación, se exponen algunos antecedentes que permiten fundamentar las principales
preguntas que fueron el punto de partida para la elaboración de este trabajo.
ANTECEDENTES
En la búsqueda de antecedentes, no se obtuvieron resultados anteriores que realizarán una
exploración específica de ToM asociada al TEA y discriminada por sexos. Se realizó una
búsqueda tanto en español como en otros idiomas en Timbó, Colibrí, Google Académico, otras
fuentes como Academia.edu, Redalyc, Scielo, etc. No se hallaron investigaciones anteriores
con las particularidades que se pretende llevar a cabo en este trabajo. A nivel internacional, se
recogieron antecedentes relevantes para este estudio ya que en 2009, se realizó una
comparación de ToM, discriminada por sexos entre niñas y niños en edad preescolar. Si bien
este estudio fue realizado en una población neurotípica, resulta pertinente ya que evidencia una
diferencia entre sexos.
Según Sinclair (1998), el término neurotípico (NT) o típico, (...) se refiere a personas que no
tienen cerebros de tipo autista. Se utiliza en la comunidad autista para nombrar a las personas
que no padecen discapacidades del desarrollo.
Los demás estudios seleccionados, hacen énfasis en la diferencia de rasgos entre sexos
dentro del espectro autista. Todos estos hallazgos de la última década, arrojan resultados que
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marcan una clara diferencia entre sexos de las personas con TEA, lo cual resulta relevante
para fundamentar la presente investigación.
Antecedentes internacionales sobre el sesgo de sexos dentro del TEA
Lai et al (2011), estudian dos grupos, uno masculinos y otro femenino de edades
comprendidas entre 18 y 45 años, sin discapacidad intelectual y con un diagnóstico clínico
formal de trastorno autista o síndrome de Asperger. Según estos criterios, 83 participantes (45
hombres y 38 mujeres) se sometieron a una serie de evaluaciones conductuales y cognitivas
que dieron como resultado en términos de diferencias entre sexos, que las mujeres presentan
menos dificultades de comunicación social y más problemas sensoriales.
Wilson et al (2016), estudian una muestras de 1244 adultos (935 hombres y 309 mujeres)
de entre 18 y 75 años, con un diagnóstico de autismo en la edad adulta. Estas personas fueron
seleccionadas para explorar si el sexo influye en la evaluación diagnóstica en adultos. Como
primera observación, los autores mencionan la notoria diferencia de diagnóstico en hombres en
relación a las mujeres y creen que podría deberse a un diagnóstico insuficiente de las mujeres
y por lo tanto la necesidad de ajustar los criterios. La proporción de sexos en el grupo con TEA
de alto funcionamiento fue de 3,4 hombres por 1 mujer. Los hombres mostraron
comportamientos más restringidos e intereses repetitivos que las mujeres. Se concluye que el
sexo parece influir en la evaluación diagnóstica de los adultos, y la investigación adicional
debería investigar cómo esto afecta la atención clínica, en particular si los hombres y las
mujeres responden de manera diferente al tratamiento.
Lai et al (2017), realizan un estudio de exploración sobre el camuflaje en el espectro autista,
utilizando datos de hombres y mujeres de 60 años con un diagnóstico de autismo y sin
discapacidad intelectual. En los resultados de la investigación las mujeres con autismo
tuvieron puntajes de camuflaje más altos que los hombres con autismo con una variabilidad
sustancial en ambos grupos.
Boorse et al (2019), mediante un estudio sobre marcadores lingüísticos en el autismo,
midieron la frecuencia relativa en dos tipos de palabras en historias contadas por niñas y niños
autistas. Estas palabras eran sustantivos (narraciones dirigidas a objetos) y otras palabras en
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donde se ven involucrados los procesos cognitivos (que indican mentalización o estados
mentales de otras personas).
Este estudio se lleva a cabo en un grupo de ciento dos niños con TEA en edad escolar y
verbalmente fluidos. Estos niños fueron emparejados por edad. Los niños contaron una historia
a partir de una secuencia de imágenes, y se compararon las frecuencias de palabras. Los
resultados arrojan que las niñas autistas produjeron significativamente más palabras de
proceso cognitivo que los niños autistas. Por lo tanto, las niñas autistas mostraron un perfil
narrativo único que se superpone con los niños autistas y las niñas y niños típicos. Estos
hallazgos sugieren que los métodos de detección y de diagnóstico que tomen en cuenta las
diferencias entre géneros, pueden ser útiles para identificar a las niñas autistas y para el
desarrollo de futuras estrategias de tratamiento personalizado.
Sedgewick, Hill, & Pellicano (2019), en un estudio de métodos mixtos, se examinaron las
diferencias en las amistades y las experiencias de conflicto de niñas y niños autistas en
relación con sus pares neurotípicos.
En total 102 adolescentes (27 niñas autistas, 26 niños autistas, 26 niñas neurotípicas y 23
niños neurotípicos), con edades comprendidas entre 11 y 18 años. Los resultados demostraron
que las amistades y las experiencias sociales de las niñas autistas son similares a las de las
niñas neurotípicas. Los niños autistas mostraron patrones de amistad cuantitativamente
diferentes a todos los demás grupos. Estos hallazgos sugieren que los niños y niñas autistas
tienen experiencias sociales muy diferentes y destaca la importancia del género sobre el estado
diagnóstico en las experiencias sociales de los adolescentes autistas.
Antecedentes internacionales sobre ToM
Baron-Cohen, Leslie & Frith (1985), llevaron a cabo una investigación para saber si los niños
autistas poseían una ToM. La prueba se realizó con tres grupos conformados por 20 niños con
diagnóstico de autismo de AF, 14 niños con síndrome de Down y 27 niños neurotípicos en edad
preescolar. Una de las evaluaciones realizadas es a través del test de Sally y Anne. En los
resultados, los niños neurotípicos consiguieron realizar la prueba correctamente en una
proporción igual que los niños con síndrome de Down. El 80 % de los niños autistas, fallaron en
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ambas pruebas. Los resultados apoyan firmemente la hipótesis inicial de que los niños autistas
no emplean una teoría de la mente.
Padilla-Mora, González, Villagra, & Trias (2009), realizaron un estudio diferenciado entre
sexos sobre teoría de la mente y capacidad de memoria de trabajo en niños preescolares
neurotípicos. Se excluyeron aquellos que estuvieran diagnosticados con algún trastorno
psiquiátrico, neurológico o del desarrollo o bajo algún tipo de tratamiento farmacológico
relacionado con padecimientos de este tipo. El estudio incluyó un total de 60 participantes de
nivel preescolar entre 5 y 7 años de edad. El 48% de la población eran niñas. En las pruebas
aplicadas, se incluyeron 6 tareas de falsa creencia, tres correspondientes al primer orden y tres
al segundo orden. Como resultados, en la batería de primer orden, si bien hubo una diferencia
de las niñas sobre los niños, ésta no fue muy significativa. En cambio, la ventaja de las niñas
sobre los niños en los puntajes de la batería de falsa creencia de segundo orden alcanzó
incluso la significancia estadística. Los análisis de los resultados confirmaron, entre otras
cosas, que la ventaja de las niñas no se explica por las habilidades verbales, cómo se ha
argumentado en otras ocasiones para respaldar la ventaja de las niñas en algunas tareas de
cognición social.
Un estudio reciente llevado a cabo en Europa por Moessnang, Baumeister, Tillmann,
Goyard, Charman, Ambrosino & Crawley (2020), realizan una observación sobre la activación
del cerebro social durante la mentalización en el autismo. Se contó con una muestra
significativa de 205 personas con TEA y 189 típicamente en desarrollo. Con edades
comprendidas de los 6 a 30 años. Se realizó una tarea de formas animadas para evaluar la
activación del cerebro social durante la mentalización mediante imágenes de resonancia
magnética. En los resultados, se observó que si bien las personas con TEA , mostraron déficits
socioconductuales pero no se observó una activación cerebral alterada durante la
mentalización, como se creía. En ambos grupos, los participantes más jóvenes fueron menos
precisos en la categorización de videos, el efecto de la edad, no se reflejó en el nivel de los
circuitos sociales del cerebro. Por ello, este estudio sugiere otro tipo de evaluaciones o estudios
complementarios para poder evaluar las diferencias individuales de esta condición
heterogénea.
18
Antecedentes nacionales
No se registraron antecedentes nacionales que hagan referencia a la temática seleccionada.
De todas maneras, es pertinente realizar un paneo de la situación de nuestro país con lo que
respecta al TEA.
Otatti y Linke (2004), realizan en Uruguay un estudio de despistaje sobre TEA, dicho estudio
se realizó sobre una población reducida de 100 casos, lo que no permitió que este valor se
considere un dato epidemiológico.
En la guía Trastornos del espectro autista TEA, realizada por PRONADIS (Programa
Nacional de Discapacidad, 2015) se afirma que si bien en Uruguay no hay datos concretos, se
estima una prevalencia de 1 cada 88 niños dentro del espectro autista.
En una nota publicada en 2015 por Presidencia de la República, el presidente de la FAU
(Federación Autismo Uruguay), Andrés Pérez, afirma que entre 30.000 y 35.000 Uruguayos
presentan este trastorno y que si bien nuestro país no cuenta con un censo a nivel nacional, se
manejan estadísticas a nivel mundial que indican un 1% de la población con este trastorno.
Además agregan que es necesario realizar un estudio epidemiológico que de cuenta de la
situación en nuestro país.
PROBLEMA Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
Diversos estudios han demostrado las diferencias entre sexos en personas con diagnósticos
de TEA. Los mismos han dejado una puerta abierta a nuevas interrogantes acerca de la
temática como también acerca de los criterios utilizados para diagnosticar a esta población.
En la revisión de antecedentes, se pudo contar también con una investigación en donde se
explora la teoría de la mente en niñas y niños, realizando una diferencia de sexos, la cual
mostró una mínima ventaja de las niñas sobre los niños en las tareas de primer orden, pero una
significante ventaja en las tareas de segundo orden.
19
Si bien este estudio es llevado a cabo con una población de niños que no padecen trastornos
del desarrollo ni otras patologías, dicho resultado junto con los de las otras investigaciones que
sí fueron desarrolladas con poblaciones TEA, son de utilidad para generar hipótesis acerca de
las posibles diferencias en ToM de niñas con diagnóstico de TEA de AF en relación a los niños
con el mismo diagnóstico.
García (2017), hace referencia a Baron-Cohen, quien sugiere que existen diferencias
cognitivas básicas entre los sexos, argumentando que las mujeres son empáticas y los
hombres, sistematizadores. Aunque hoy en día se cree que existen excepciones para ésto,
González & Adánez (1993), nombran varias teorías (biológicas, hormonales, neuroanatómicas,
psicosociales, etc.), que afirman una diferencia biológica en el desarrollo evolutivo de niños y
niñas. En resumen, si bien son conocidas las diferencias entre sexos, es notorio que las
mismas no son tenidas en cuenta a la hora de realizar diagnósticos de TEA.
En la búsqueda de antecedentes, se percibe una carencia de investigación y de producción
académica en nuestro propio contexto acerca del autismo y aún más en aspectos tan
particulares como lo es la diferencia entre sexos.
Hipótesis
Luego de realizar una búsqueda de antecedentes y de fundamentos teóricos, la hipótesis
planteada es:
Las niñas con un diagnóstico establecido TEA de AF poseen una teoría de la mente
significativamente más desarrollada que los niños con TEA de AF.
La principal pregunta a responder es:
¿Existe alguna diferencia en la ToM entre niñas y niños con diagnóstico de TEA de alto
funcionamiento?
OBJETIVOS
Objetivo general
Observar el comportamiento de la ToM entre grupos de niñas con TEA de AF y de niños con
TEA de AF.
20
Objetivos específicos Analizar la relación entre habilidades de ToM socio-perceptivas y el sexo.
Analizar la relación entre la ToM según las habilidades de detección de errores en la
comunicación verbal y el sexo.
DISEÑO METODOLÓGICO
El presente proyecto será de carácter cuantitativo, no experimental y transeccional
correlacional/causal. Siguiendo a Sampieri (2006), sería no experimental ya que las variables
no serán manipuladas sino que estás serán variables con características ya existentes y
solamente serán medidas mediante las diferentes técnicas a aplicar. En cuanto a lo
transeccional correlacional/causal, según el mismo autor, las variables medidas serán
descriptas y luego relacionadas entre sí. (Teoría de la mente en niñas y teoría de la mente en
niños)
Población
Los participantes serán proporcionados por dos asociaciones: Asociación Asperger TEA en
Uruguay (ATU) y por la Asociación Autismo Uruguay (AAU). El tipo de muestra será no
probabilística ya que las unidades de estudio serán elegidas según las características
especificadas a continuación.
La población estará conformada por niñas y niños que ya cuenten con un diagnóstico
establecido de TEA de AF o de Síndrome de Asperger (como lo establecía la versión anterior
del manual diagnóstico de los trastornos mentales, DSM IV). Vale aclarar, que muchas
personas aún cuentan con diagnóstico de SA, aunque, como ya se mencionó anteriormente, se
les debería incorporar dentro de los TEA.
Se realizará un muestreo intencional, no probabilístico realizado por redes. Este tipo de
muestreo por redes, consiste en localizar a algunos individuos según determinadas
características. Se utiliza en poblaciones marginales o de difícil acceso. Se basa en redes
sociales, en las amistades. Cuando se encontró el primer representante, éste puede conducir a
21
otro, y ése a un tercero, y así sucesivamente hasta conseguir una muestra suficiente. (Rabolini,
2009)
La edad de estos niños estará comprendida en un rango que va desde los 9 años hasta los 14.
En esta etapa, ya se ha adquirido la fase 3 de desarrollo de ToM avanzada, necesaria para la
realización de las técnicas seleccionadas.
Variables
Las variables con las que se va a trabajar son:
•Variables independientes: Variables sociodemográficas (Edad, sexo, edad de los padres, nivel
de escolarización, otras patologías que coexisten, antecedentes familiares, edad del
diagnóstico, etc).
•Variables dependientes: ToM socio-perceptiva, ToM de contexto verbal.
Instrumentos de evaluación
Los instrumentos seleccionados son: entrevista semi estructurada, test del paso en falso y test
de la mirada.
En primera instancia se procederá a realizar entrevistas con el fin de obtener datos relevantes
de las variables sociodemográficas, así como también llevar a cabo la selección de los
participantes que cumplan con los requisitos para la misma. En este caso, se dará relevancia a
la recolección de ciertos datos como:
• Sociodemográficos: Sexo, edad, edad de los padres, nivel económico, nivel de escolarización,
composición familiar, servicios de salud.
• Clínicos: Antecedentes familiares de TEA o de otras patologías, comorbilidad con el TEA,
tratamientos farmacológicos actuales, etc.
• En relación al TEA: Edad del diagnóstico, derivaciones, asistencia a instituciones específicas,
etc.
El tipo de entrevista que se utilizará será la semiestructurada, con el fin de que no quede por
fuera ningún dato que los investigadores o los responsables del niño crean relevante u otra
observación que pueda surgir del caso particular. Según Díaz-Bravo et al (2013), este tipo de
entrevistas presentan una mayor de flexibilidad que las estructuradas, ya que parten de
22
preguntas planeadas que pueden ajustarse a los entrevistados. Su ventaja es la posibilidad de
adaptarse a los sujetos con enormes posibilidades para motivar al interlocutor, aclarar términos,
identificar ambigüedades y reducir formalismos.
Instrumentos para la evaluación de la ToM
Los instrumentos seleccionados para evaluar la ToM son: El test del paso en falso, para
medir las variables relacionadas al contexto verbal y el test de la mirada, para evaluar la
variable socio-perceptiva.
• Test del paso en falso: conocido también como "faux pas" o el test de la "metedura de pata",
fue creado por Baron-Cohen, et al (1999). Esta herramienta evalúa la ToM, mediante la
detección de errores sociales cometidos de manera accidental. El test cuenta con dos
versiones, una para niños y otra para adultos. Se diferencian en los contenidos de sus historias,
pero se mantiene la misma cantidad de estímulos. (Pineda, Rubio, Aristizábal, & Ossa,
2019). Tanto este test, como el test de la mirada, se encuentran disponibles y adaptados al
español en el Autism Research Centre (ARC) (Ver anexo 4 y 5). Pineda, et al (2019), realizaron
una adaptación al español (Ver anexo 6 y 7).
Pineda et al (2019), realizan una adaptación de este test al español. Se tradujo y se adaptó la
versión de Baron-Cohen, et al., (2001) que fue diseñada para niños. Esta versión cuenta con 28
estímulos que son fotografías del contorno de los ojos de un rostro humano, expresando
diferentes estados cognitivos y emocionales. Cada estímulo está acompañado de cuatro
opciones de respuesta de las cuales solo una es la correcta.
El test del paso en falso, actualmente ha sido empleado en diferentes estudios con población
clínica, como en el trastorno del espectro autista, esquizofrenia, demencias, trastornos de
la personalidad, etc. (Pineda et al., 2019). En Buenos Aires, Moyano & Daniel (2007), utilizaron
este test, entre otros para valorar las alteraciones en cognición social en padres de niños con
TEA.
• Test de la mirada: también se conoce como test de los ojos, o tarea de la lectura de
la mente en los ojos. Su nombre original es "the reading the mind in the eyes task"
(RME) o "the eyes task", fue diseñado por Baron-Cohen, et al (1997) y revisado
posteriormente por los mismos autores.(Baron-Cohen, et al 2001). Se le realizaron
modificaciones que aumentaron su validez (Ver anexo 6). Al igual que el anterior, fue propuesto
23
como una medida de teoría de la mente avanzada. Consiste en una serie de fotografías
de la región de los ojos de un rostro humano con diferentes expresiones y cuatro
opciones de respuesta, de las cuales solo una designa el correcto estado emocional o
mental. Existe una versión para adultos, que consta de 36 estímulos y otra para niños de
6 años en adelante, con 28 estímulos (Pineda et al., 2019).
Zabala, Richard's, Breccia & López (2018). Realizaron en Argentina un estudio para explorar
las relaciones entre empatía y teoría de la mente en niños y adolescentes, la versión que
utilizan es "the eyes task" en español de Baron-Cohen, Wheelwright, Hill, Raste y Plumb,
(2001). También fue utilizado, entre otras investigaciones, por Ortega, Tirapu-Ustárroz & López
(2012), para la valoración de la cognición social en la esquizofrenia; por Zuluaga, Correa &
Becerra (2018), para medir la teoría de la mente y la empatía en niños con diagnóstico de SA.
Román et al. (2012) realizaron una baremación en una muestra de 210 participantes argentinos
de Buenos Aires, esta baremación corresponde a la versión para adultos. Este test fue utilizado
en Uruguay por Vales, et al (2016), para medir la ToM asociada a la impulsividad, de niños y
niñas en situación de vulnerabilidad social.
Análisis de la información Luego de aplicadas las técnicas, se procederá a evaluar en primera instancia las variables
sociodemográficas obtenidas en las entrevistas. En segunda instancia, el análisis descriptivo
obtenido de las diferentes variables independientes a estudiar para realizar una comparación
con las variables dependientes. Por último, un análisis de las hipótesis y la elaboración de un
informe para la posterior difusión. El sistema que se utilizará para el análisis de los datos es el
programa estadístico SPSS.
CONSIDERACIONES ÉTICAS
El presente proyecto de investigación será sometido a la aprobación del Comité de Ética de
la Facultad de Psicología de la Universidad de la República, siguiendo las consideraciones para
la investigación con seres humanos establecidas en el Decreto N° 379/008, bajo la protección
de los datos personales descritos en la Ley N° 18.331 de “Protección de Datos Personales y
24
Acción de Habeas Data” y reglamentados por el Decreto N° 414/ 009 del Poder Ejecutivo
(Decreto N°379/008, 2008; Ley N° 18.331, 2008; Decreto N° 414/009, 2009).
Se informará a los participantes de este estudio y a los adultos responsables de los mismos, los
objetivos de la investigación y el carácter de su participación. Los padres o los responsables de
los menores deberán firmar el consentimiento informado a través del cual otorgarán el
permiso para llevar a cabo la investigación. Se les explicará que la participación de los
niños será totalmente voluntaria y por lo tanto podrán retirarse de la misma en cualquier
momento si así lo deciden. (Art.66 del código de ética profesional del psicólogo). Se les
informará que no serán juzgados por su desempeño, que no recibirá ningún tipo de beneficio
económico por participar en el estudio. Una vez obtenidas las autorizaciones correspondientes,
se dará comienzo con la investigación.
CRONOGRAMA DE EJECUCIÓN
Actividades Mes
1
Mes
2
Mes
3
Mes
4
Mes
5
Mes
6
Mes
7
Mes
8
Mes
9
Mes
10
Mes
11
Mes
12
Revisión del proyecto
Elaboración de pautas de la/s entrevista/s
Entrevistas y/o aplicación de técnicas
Análisis de los datos obtenidos
Redacción de informe
Difusión
25
RESULTADOS ESPERADOS
Con la presente investigación, se pretende conocer acerca de algunos aspectos
diferenciales entre sexos dentro del autismo de alto funcionamiento.
A partir de los resultados obtenidos, se espera generar nuevos conocimientos acerca de las
características femeninas de ToM dentro del TEA y que las mismas puedan ser tomadas en
cuenta para la elaboración de nuevas estrategias de intervención.
A la vez, dejar abierta una evidencia que incentive a continuar indagando sobre los aspectos
que se relacionan con el tema.
Contribuir al desarrollo de nuevos conocimientos a nivel profesional y académico.
26
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31
ANEXOS
1- Niveles de gravedad del TEA Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de
Psiquiatría (DSM 5:31,32),
2-Características de las personas con síndrome de Asperger o TEA de alto funcionamiento
32
Lorna Wing realiza una descripción de las principales características clínicas del Síndrome
de Asperger como:
•Carencia de empatía
•Interacción ingenua, sencilla, inapropiada y de una sola dirección
•Sin o con muy poca habilidad para tener amigos
•Lenguaje pedante y repetitivo
•Comunicación no verbal muy pobre
•Intensa absorción por determinados temas
•Movimientos torpes y poco coordinados, además de posturas extrañas (Attwood, 2010 cap.1)
• Tienen problemas para comprender las reglas complejas de interacción social.
• Presentan dificultades para compartir emociones.
• Fracasan en sus intentos para relacionarse con sus pares.
• Son parcialmente conscientes de su “soledad” y de su dificultad de relación.
• Conversaciones con contenido teórico de alto nivel (especialmente si versan sobre sus áreas
de interés).
• Vocabulario amplio, técnico, especializado y en ocasiones “erudito” o “enciclopédico” sobre
algunos temas.
• Memoria excepcional para los temas de su interés.
• En muchas ocasiones podrán tener un historial de hiperlexia (lectura mecánica precoz carente
de comprensión) o ser considerados hiperverbales, puesto que cuantitativamente su
producción lingüística puede ser muy abundante.
• Conversaciones lacónicas, breves, literales.
• Tienen dificultades para iniciar las conversaciones, para introducir un tema nuevo, para
diferenciar la información “nueva” de la ya “dada”.
• Presentan dificultades en los cambios de roles conversacionales y adaptan con dificultad a las
necesidades comunicativas de su interlocutor.
• Intereses muy centrados en algunas áreas en las que suelen convertirse en expertos.
• Los contenidos de su pensamiento suelen ser obsesivos y limitados, con preocupaciones
“raras”.
• Presentan intereses poco funcionales y no relacionados con el mundo social.
• Hacen preguntas repetitivas sobre sus propios intereses.
• Se muestran muy perfeccionistas (rígidos) en la realización de las tareas.
33
• Tienen dificultades para integrar información procedente de varias modalidades sensoriales
(por ejemplo, visual y auditiva).
• Tienen problemas en la planificación y control cognitivo de la conducta (funciones ejecutivas).
• Patrón inflexible de funcionamiento mental. (González & Velasco, 2011,pp.9-12)
3-Niveles de complejidad de ToM (Téllez-Vargas, 2006),
• La fase 1 (ToM1), se adquiere hacia los 4-5 años de edad y corresponde a la habilidad para
entender que otras personas pueden tener creencias falsas sobre el estado del mundo, que es
diferente a nuestro propio concepto del mundo.
• En la fase 2 (ToM2), que se alcanza entre los 6-7 años, y se denomina la fase de “creer en lo
creído” (belief about belief), hace referencia a la habilidad para reconocer que uno puede tener
una creencia falsa acerca de lo que los demás creen.
• En la fase 3 (Faux Pas, FP), se adquiere la habilidad para reconocer los errores (faux pas),
esta fase se alcanza entre los 9-11 años y corresponde a la capacidad de entender y reconocer
situaciones en las que alguien dice algo inapropiado, sin saber o entender que no debería
decirlo; es decir que la gente puede equivocarse en forma inconsciente. Para alcanzar la fase
FP se requiere que el individuo posea una representación mental de que la otra persona que ha
afirmado algo falso, no es consciente de que no debió haber dicho lo que está expresando y
una segunda representación, de que la persona que escucha puede sentirse insultado o herido
con lo que la otra persona está expresando. Ambas representaciones requieren de estados
cognitivos y de la capacidad de inferir cómo se va a sentir la persona.
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4-Adaptación del test de la mirada para niños (Baron-Cohen, Wheelwright, Spong, Scahill &
Lawson, J. 2001). Adaptación traducida al español en Argentina por Claudia Pezzuto. Versión
disponible en: http://www.autismresearchcentre.com/arc_tests.
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5-Adaptación del test del paso en falso (Baron-Cohen, O'riordan, Stone, Jones & Plaisted,
1999) Adaptación al español en Argentina por Nora Grañana. Versión disponible en:
http://www.autismresearchcentre.com/arc_tests.
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6-Test del paso en falso, adaptación al español (Pineda et al., 2019:15)
37
7-Test de la mirada, adaptación al español (Pineda et al., 2019:16,17).
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