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EDUCACION ABIERTA, I02 CONSEJO EDITORIAT,: Directu': Tomds Escudero Escorza, Director del I.Cl.E I'ocales: Barrios Ad{n, Cristina. Bernad Mainar, Juan Antonio. Blanco Lorente,Fernando. Bueno Garcia, ConcepciSn. Garcds Campos,Ram6n. Heredia Manrique, Alfonso. Palacidn Gil. Ernilio. Ubieto Arteta, Agustin. Redactitin: I.C.E. Universidad de Zaragoza. IDEAS PARA COMENTAR TEXTOS HISTORICOS INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA EDUCACION UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA ZARAGOZA 1992

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EDUCACION ABIERTA, I02

CONSEJO EDITORIAT, :

Directu':Tomds Escudero Escorza, Director del I .Cl.E

I 'ocales:Barrios Ad{n, Crist ina.Bernad Mainar, Juan Antonio.Blanco Lorente, Fernando.Bueno Garcia, ConcepciSn.Garcds Campos, Ram6n.Heredia Manrique, Alfonso.Pa lac idn Gi l . Ern i l io .Ubieto Arteta, Agustin.

Redacti t in:I .C.E. Universidad de Zaragoza.

IDEAS PARA COMENTARTEXTOS HISTORICOS

INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA EDUCACIONUNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Z A R A G O Z A

1 9 9 2

Dise f lo de cub ie r ta : Jose i l - t r i s ( ' r r r ro

f . S . B . N . : 8 , 4 1 1 9 | O l J I l

D e p 6 s i t o l - e g a l : Z - 1 . 6 6 { ) ( ) ]

INDICE

TNTRODUCCION

PRIMERAPARTE

DOCUMENTOS Y TEXTOS

1. Qu6 es un documento . . . . . . . . . . . .

a) Los documentos y la historia

b) Utilizaci6n del documentos con fines diddcticos .................

2. Qu6 es un texto

a) Posibilidades diddcticas de un texto hist6rico

1.") La explicaci6n extema

2.") La explicaci6n parafraseada

3.") La redacci6n literaria

4.') El l ir ismo

b) Qui es comentar un texto

t lt ]1 92 la A

252626272728

5

Zur usozu l 99lCometa, S. A. - Ctra. Caste l l6n. Krn. l . -1(X)

SEGTJNDA PARTE

COMO COMENTAR TJN TEXTO HISTORICO

1. Aspectos tet i r icos

2. Trabajopreliminar

3. Elecci6n del m6todo de expl icac i6n . . . . . . . . . . . . . . '

a) El mdtodo literal .........

l . ' ) Descr ipc i6n . . . . . . . . . . . .

2.o) Ejemplo de texto adecuado para seguir un m6todo literal

3.") C6mo se nos Presenfa el texto

4.") Organizacidn de las ideas del texto

b) El m6todo l6gico y el mdtodo l6gico-literal

l .o) Descr ipc i6n . . . . . . . . . . . .

2.') Ejemplo de texto adecuado para seguir un mdtodo l6gi-

co-literal

3.") C6mo se nos Presenta el texto

4.") Organizacidn de las ideas del texto

c) El m6todo literal .........

1 . " ) Descr ipc i6n . . . . . . . . . . . .

2.") Ejemplo de texto adecuado para seguir un mdtodo de

apoyo

3.") C6mo se nos presenta el texto

4.") Organizaci6n de las ideas del texto

4. Elecci6n de un esquema inicial

a) Textos con propuesta de cuestionario ..... ' ........

b) Textos sin propuesta de cuestionario ...............

1.") Esquema simPle

2.") Esquema bdsico

3.o) Esquema estructurado

J J

J J

3 t

38393939A '

424343

444646, n+ I

41

4849505 l5 l5 15 l5252

b)

c)

3.") Circunstancias generales .............. 564." ) El autor del texto . . . . . . . . . . 57

5.o) Fecha concreta de redaccidn 60

6.") Lugar de redaccidn u origen 62

Fase analft ica: Explicaci6n .............. 63

1.") Localizaci6n de las ideas principales del texto &

2.') Analisis sucesivo de cada idea principal o directriz ....... 70

Fase sintetizadora y valorativa: Conclusi6n ............ 72

1.") Reagrupamiento de los rasgos esenciales del texto .......

2.') El grado de credibilidad en funci6n del autor

3.") Alcance del texto4.") Interds del texto

6 . Mds allS del comentario convencional

t - )

t )

787980

TERCERA PARTE

coMo EJEMPLO, ALGUNOS COMENTARTOS DE TEXTO .... 95

1. Comentariosiguiendounm6todoliteral ......... 95Texlo: "Trata.dos de Basileay Campoformio" ............ 95

2. Comentarios siguiendo un m6todo l6gico-literal .. 110

Texto 1: "Visi6n de un golpe de estado: la tomu del poder por

los caro l ing ior" . . . . . . . . . . . . . l l0

Texto 2. "Arancel de los portazgos de Jacay Pamplona (1076-

1094)" t25

Texto 3: "Frsncia tras ls liberaci6n: Informe remitido al gene-

ral De Gaulle 137

3. Comentariosiguiendounm6tododeapoyo 150

Texto: "2Asisti6 Sancho el Fuerte de Navarra a la tercera5. El comentario del texto y sus fases 53

a) Fase descriptiva: Introducci6n 53

1.") Naturaleza del texto .......... 54

2.o) Origen del texto 55

6

Cruzada? "

- - - -

150

CUARTAPARTE

BIBLIOGRAFIA1. Normas e ideas sobre c6mo se comenta un texto hist6rico . . . ... .2. Antologias y selecciones de textos

165165168

INTRODUCCION

Hace ya diecisdis aflos que aparecid en Valencia (en Editorial Anubar,

uno de tantos logros importantes de mi hermano Antonio) la primera edi-

ci6n de mi libro C6mo se comente un texto hist6rico, profusamente utili-zado por alumnos (sobre todo universitarios), opositores y profesores.

Desde 1976 han ocurrido muchas cosas, las suficientes como para reflexio-

nar sobre lo entonces escrilo. No obstante, antes de pasar a analizar e indi-

car las modificaciones o reafirmaciones que el paso del tiempo han obli-gado a una puesta al dfa, me gustaria recordar la "introducci6n" que encabe-

zaba la ed ici6n valenciana. Escribia entonces :

"Ls tarea del profesor, al contaio dc lo que la mayor[a de Ia gente es-

tima, es dura, ingrata y agotadora tanto ftsica como mentalmente. Y s6lo

en ocasiones esporddicas satisfactoiamente recompensada por el simple sa-

lu.da en plena calle de un alumno de hace muclns anos, del quz tan siquiera

recuerda c6mo se llama, porque eran muchos los grupos encomendados y

6stos, a su vez, numerosos.

Bastantes horas de explicaci6n diaria ante los alwnnos, ejercicios es-

critos que se amontonan, preparaci6n de clases, evaluaci6n dcl aprendizaje,

consulta de libros que han de mantenerle al dia, son actividades que llenan

la vida del docente ruis $ortunado porqrc, despuds de todo, puede destinar

unos minutos a la lectura.

--

A veces, por desgracia las mds, el trabajo de un profesor ilnicamente

se reduce a Ia exposici6n rutinaria de la lecci6n y a Ia cotidiana califica-

ci6n, m{nima expresi6n profesional, como consecuencia de horarios sobre-

cargados y necesidadcs econ6micas perentoias qut resolver.

Pero en cualquiera de ambos casos ha carecido lwsta alnra dc estimulo

para que programe su propio curso por imperativo de unos cuestionarios y

programos rlgidos y pdtreos, aparte dc una deficiente distribuci6n temporal

de su actividad. En este ospecto, el nucvo Bachillerato sbre un portillo a la

esperanza. 1Podrdn en Ia realidad los Seminarios diddcticos progrunsr sus

tabajos?

El 6xito de un curso, independientemente de los conocimientos su'

puestos en todo profesor, dependc en un elevado porcentaje de wta buena

programaci6n inicial del mismo. Si de antemsno se seftalan objetivos, de'

Iimitan contenidos, proponen sugerencias y actividades; si se eligen los

medios audiovisuales adecuados y el material de paso y soporte, las prue-

bas y ejercicios, las posibles medidas correctoras que faciliten la recupera-

ci6n, la bibliografla, etc., el profesor estctrd en condiciones 6ptimas de al-

canzar el iito final.

Al efectuar toda una programacidn, larga o corta, el profesor de

Ilistoria deberd prever anticipadtmente los textos y docurmentos a presenlqr

en ceda caso como soporte de su propia explicaci6n y como motivo de lra-

bajo por parte del alwnrw.

El comentario de textos es ejercicio prdctico inevitable a cwilquier ni'

vel quz se quiera explicar la historia, y tiene reservado un lugar destacado

en todt programaci6n, indtpend.ientemente dc Ia tdcnica diddctica utilizada

para Ia presentacidn de cada tema.

A travis del comentario de textos y de documentos de indole varia, se

consigue que el alwnrc lleve a efecto toda la gama dc operaciones menta-

les que desde un mero refrenda de los corccimienlos ha de llevarle hasta la

evaluaci6n del texto o documento, pasando Fnr su comprensi6n, su aplica-

ci6n, su andlisis y su sintesis.

l 0

Ahora bien, el comentario de textos hist6ricos requiere una cierta dis-

ciplina y una mlnima normativa, aparte y con independencia de la inspira-

ci6n persond del coruentaista; de ahi quc Ia primera parte dcl presente tra-

bajo se dediqrc a plantear esta problemitica, aportando un esquemo que en

ningin caso pretende ser axiomdtico.

La bibliogr$ta al respecto es bastante corta. Abunda la relativa a me-

todologia y critica textual, pero faka la referida al simple comentario. Y

aun la mayoria de aqrcllos ctutores que aconuten este asrycto lo hacen muy

someranunte. Y no es extafio, pues, dada la variedad dc textos posibles, se

hace muy dificil idear un esquema vdlido para todos ellos.

Si para ls "introducci6n" y la "conclusi6n" de cualquier comentario

cabe, en cierto moda , la aplicaci6n de un csframazo previo , el " comentario

propiamente dicho" o la "explicaci6n" no lo permiten en absoluto. De aht

que hayamos tenido quc idear una base atnplia en virtu.d dc la aplicaci6n de

una conocida taxonomia de los objetivos cognoscitivos, superponible a

cualquier docurnento. Aqui radica, creemos,la uuintica rcvedad dc nue stro

planteamiento.

La segunda parte del trabajo presento una concepci6n eminentementeprdctica. De un lado, enseftar al alumno a organizar la,s ideas de un texto

antes dc proceder a su comentario, en virrud del mitodo a seguir que, a su

vez, estd condicionado por la naturaleza dc cada teno.

Por otro lado, se incluyen algunos comentarios de textos enfunci6n

de los posibles mitodos. Hubiera sido deseable realizar el comentario de

cada texto a los tres niveles (bdsico, medio y superior) a los que se lwce re-

ferencia en la primera parte, pero el trabajo hubiera resultado excesiva-

mente reiterativo. Por ello se ha preferido realizar los comentarios a un ni-

vel intermedio (mediolsupeior). Cada profesor sabrd adzcuar los comenta-

rios al nivel de sus propios alumnos.

Pensamos, ssimismo, que serb interesante aplicar la tdcnica del co-

mentario de textos a otros docurnentos eligiendo, entre los miltiples posi-

bles, una mapa hist6rico, un mapa topontmico, unos grdficos y un gra-

bado.

l l

Por illtimo, se ha incluido un apdndice bibliogrdfico no exhaustivo dzlque destacariamos el punto dedicado a "Antologias y selecciones de textos

hist6ricos", tratando con ello de posibilitar a cualquier profesor la adquisi-

ci6n de una biblioteca basica de la que extraer los textos de cada clase, cu-

briendo todas las etapas hist6ricss.

En conjunto, pues, se trata de una aportaci6n que pretende de alguna

maners llenar un lweco eistente, dado quc no consiste en una antologta de

textos -4c las que ya eisten varias-, sino en wr inlento de acometer el tra-

zado mds o menos amplio dt unus ideas claras y fundamentales para co-

menlqr esos teflos. Tiene, en deftnitiva, un cardcter auxiliar para el desa-

rrollo dc cualquier clsse da historis que en su progranuci6n preveq la reali-

zaci6n de actividades por parte de los alurnnos".

En el lapso de tiempo ranscurrido desde 1976 hasta la actualidad, han

ocurrido muchas cosas en nuestro pais. Desde el punto de vista educativo,

la LOGSE ha sustituido a la Ley de 1970; los sucesivos planes de perfec-

cionamiento del profesorado -sea desde los Institutos de Ciencias de la

Educaci6n, sea desde los Centros de Profesores- han creado una nueva

consciencia entre los profesores; la demanda de lzs did6cticas especiales, en

este caso de la Historia, ha crecido progresivamente. La situaci6n de partida

no es, pues, en este sentido id6ntica: ha cambiado.

Asimismo, en este mismo lapso de tiempo, han aparecido, aunque es-

casas, nuevas aportaciones en el campo del comentario de textos. Excepto

una de ellas, que parece ser una copia o plagio de buena parte de mi pro-

puesta {omo pone de manifiesto Julio RODRIGUEZ FRUTOSI- las dem6s

aportan perspe.tivas y enfoques loables e interesantes que el estudiante y el

profesor deben conocer (por eso se incluyen en el apdndice bibliogr6fico de

este libro), pero, en conjunto, me han reafirmado en que mi propuesu ini-

cial sigue siendo viilida en su mayor parte.

Por riltimo, en ese lapso de riempo, quien mds ha evolucionado sobre

su propia propuesta es uno mismo, como consccucncia de las crft. icas

I Cf.. La comprensiLn deen "Aula Abierta", 46.

t 2

lextos en el marco corricular: el iexto histitrico,

Ov iedo , ICE ( l 9 l t 6 ) , p r l gs . 27 43 .

constructivas, por una parte, y, por otra, merced a una profunda reflexidn

individual y colectiva, pues las modificaciones que en esta nueva versi6n

se incluyen han sido contrastadas con la prdctica docente, debiendo advertir

que mis alumnos o han sido profesores de todos los niveles (primaria, se-

cundaria y universitaria) o recidn licenciados, lo cual implica que posefan

"conocimientos" hist6ricos al menos mfnimos, necesarios siempre que se

pretenda acometer cualquier comentario propiamente dicho.

El resultado de todo ello est6 en las pdginas siguientes. Para ver las di-

ferencias, fundamentalmente estructurales, baste la comparaci6n de ambos

fndices. Para analizar las diferencias de contenido y concepci6n de la pro-

puesta, hay que meterse de lleno en el texto.

Afortunadamente, esta propuesta compite hoy con otras, no como

hace diecisdis aflos. Pero hoy como ayer, este libro tiene vocaci6n de ser-

vicio.

l 3

f'-l-

Ftw.

lt-

tv.f-ll--l-

f-tvHAl-l

DOCTJMENTOS Y TEXTOS

1. Qud es un documento

* De una manera muy simple, podriamos decir que la Historia se ela-

bora a partir de una materia prima llamada documento.

* De una forma u otra, lo que sucede deja una huella, una sefial, una

impronta mds o menos evidente, y esa huella, impronta o seflal constituye

lo que denominamos documento, fuente hist6rica o prueba histdrica.

* Podemos aquilatar un poco m6s:

- rrf)6isslento lo es toda fuente informativa de la que el ingenio del

historiador sabe sacar algo para el mejor conocimiento del pasado

humano considerado en el aspecto de la pregunta que se le ha he-

cho. Es evidente que no puede decirse d6nde empieza o acaba el do-

cumento: poco a poco, su noci6n se va ampliando hasta llegar a

abarcar textos, monumentos y observaciones de toda clase"2.

La palabra "documento" tiene, pues, para MARROU un sentido

amplio.

Mrnnou, H-I., El5 9 .

cotwcimiento hist6rico. Barcelona, Labor, 1969, pr{g.

t 7

3^l

"Todo aquello que, en la herencia del pasado nos quede, pueda in-

terpretarse como un indicio revelador por algrin concepto de la pre-

sencia, la actividad, los sentimientos y el modo de pensar delhombre que nos precedi6, todo entrard a formar parte de nuestra do-

cumentaci6n"3.

"En la Historia, pregunta y prueba histdricas son correlativas.

Cualquier cosa que le permite a uno contestar a su pregunta -la

pregunta que hace ahora- es prueba hist6rica"a.

"Indudablemente la Historia se hace con documentos escritos. Pero

tambi6n puede hacerse, debe hacerse, sin documentos escritm si es-

tos no existen. Con todo lo que el ingenio del historiador pueda

permitirle utilizar para fabricar su miel, a falta de las flores usua-

les. Por tanto, con palabras. Con signos. Con paisajes y con tejas.

Con formas de campos y malas hierbas. Con eclipses de luna y

cabestros. Con ex6menes periciales de piedras realizados por ge6-

logos y andlisis de espadas de metal realizados por qufmicos. En

una palabra: con todo lo que siendo del hombre depende del hom-

bre, sirve al hombre, expresa aI hombre, significa la presencia, la

actividad, los gustos y las formas de ser del hombre"5.

"Puede ser fuente de la historia, en el sentido mds amplio de la pa-

labra, todo lo que nos proporciona el material para la reconstruc-

ci6n de la vida hist6rica. Desde el momento en que el historiador

tiene que recorrer un camino que ha quedado atrds debe buscar la

clave siempre en el efecto y partir de 6ste para llegar a la causa, no

hacer nunca lo contrario, y son, precisamente, los efectos de la

vida actual y pret6rita, en la medida que le ilustran, los que le sir-

ven de fuentes de conocimiento. El concepto de fuente hist6rica no

es algo de contornos perfectamente dibujados. Un trozo de tejido

antiguo no ha sido considerado desde siempre como una fuente his-

t6rica. Pero puede serlo para el historiador de la tdcnica textil y

ManRou, H-1., El conocimiento hist6rico. (Op. cit.), pdg. 60.CoLLINGwooD, R.G., Idea de la Historia. M6xico, FCE, 1912, p6g. 270FrtvRr, L., Combates por la Historia. Barcelona, Ariel, 1974, p6gL . t z -

puede proporcionarle, en la medida en que avancen los progresos

del microscopio, de la qufmica, etc., esclarecimientos sobre la

composici6n, el colorido y las particularidades de los hilos que lo',6

componen

* Los documentos, en conclusi6n, pueden ser de muchas clases y de

fndole y naturaleza muy variada. Las palabras de MARROU,

COLLINGWOOD, FEBVRE y BAUER precisan notablemente el concepto

amplio que debemos tener del contenido de la palabra documento que, en

definitiva, es todo Io que permite contestar a una pregunta actual sobre el

pasado de la presencia del hombre que nos precedi6.

a) Los documentos y la historia

* No existe historia sin documento. Ia historia nace de la interpreta-

ci6n de los documentos.

- "No existe historia sin documento; inversamente, la interpretaci6n

de todo documenl,o da nacimiento a la historia"T.- rrl-a historia se hace con documentos hs documentos son las hue-

llas que han dejado los pensamientos y los actos de los hombres de

otros tiempos. Entre los pensamientos y los actos, muy pocos hay

que dejen huellas visibles, y esas huellas, cuando existen, son ruas

veces duraderas, bastando cualquier accidente para borrarlas. Ahora

bien, todo pensamiento y todo acto que no ha dejado huellas, direc-

tas o indirectas, o cuyils huellas visibles han desaparecido, resulta

perdido para la historia, es como si nunca hubiera existido. Por

falta de documentos, la historia de inmensos periodos del pasado de

la humanidad no podr6 ser nunca conocida. Porque nada suple a los

documentos, y donde no los hay, no hay historia"8.

B.queR, W., Introducci6n al estudio de Ia Historia. Barcelona, Bosch,1970, p6g. 218.BRUNET, I. P. y PI-rssls, A., Expl icat ions de textes historiques: de la

Rdvolution au XXe siicle. Col. "U2", Paris, A. Colin, l9?0.

LeNcI-ols, C.Y., Introducci6n a los estudios hist6ricos- Buenos Aires,

La Pleyade, 1912, pi,g. 17.

r8

- -

l 9

* RANKE haria sin duda una restricci6n al afirmar que "la historia co-mienza alli donde los documentos empiezan a ser inteligibles, alli donde se

nos ofrecen datos escritos dignos de confianza".

r Unas veces tenemos pocos documentos (generalmente en las Edades

Antigua y Media) y, en ocasiones, demasiados (Moderna y Contempo-r6nea). Los dos extremos son peligrosos y, desde luego, casi nunca sehalla el documento ideal o soflado. Por eso mismo, en el caso de existirpara el estudio de un tema, hay que tratar de sacarles el mayor partido

posible, dominarlos, apreciando su valor y comprendi€ndolos, d6ndolesvueltas, sometidndolos a preguntas variadas y agudas.

* La familiarizaci6n con los documentros conduce al historiador a to-mar contacto con el pasado, e inmediatamente a compararlo con el tiempopres€nte.

* Existe una autdntica necesidad de educar a nuestros historiadores enel respeto a los documenbs legados por el pasado y en la necesidad de unainvesl.igaci6n con base documenhl. A este respeclo, recuerdo una confe-rencia pronunciada por el entraf,able y malogrado Juan REGLA cuando, alhablar de este tema. decia:

- "Y hago hincapid en todo ello porque indudablemente puede resul-tar m6s atractivo, 'a priori', moverse en el mundo de las discusio-nes te6ricas, de los planteamientos doctrinales, que enfrentarse conlos polvorientos legajos. En todo c:rso, el camino debe ser simul-tdneo, esto es, el encuadre de nuestras investigaciones en una teoriade conjunto"9.

r En definitiva, de todo documento se puede extraer una enseflanza delpasado vivido e historiado.

9 Conferencia pronunciada en

20

Al ican te , en 1971.

l 0

- - -

b) Utilizaci6n del documento con fines did6cticne

* El documento puede ser utilizado con fines cientificos o con fmes di-d6cticos10. Dejando aparte el primer aspecto, cada d(a es mds inconcebiblela explicaci6n de un tema hist6rico sin echar mano de documentos.

Existen buenas razones para su utilizaci6n en el aula, aunque no se nosocultan al gunas dific ul tades e inconvenienles.

El documento utilizado por el pedagogo debe ser fiel, si bien ha de serpresentado a los alumnos de manera inteligible, adecudndolo a su edadmental y al grado de sus conocimientos.

* Existen mriltiples razones para ia utilizaci6n didSctica del documentode cara al logro de unos objetivos educativos concretos, consustancialescon la formaci6n hist6rica e integral de los escolares:

- Tratar de conseguir la participaci6n activa del alumnado en clase,sirviendo de vehfculo motivador.

Despertar el inter6s y la curiosidad aI rcercarle al hecho hist6rico.

Desterrar la memoria mecdnica y su consecuencia principal, el ver-balismo.

Desarrollar el espiritu critico escalonadamente, mediante el cono-cimiento, comprensi6n, aplicaci6n, an6lisis, sintesis y emisi6n dejuicios de valor sobre el hecho histdrico.

Mostrar la complejidad de esos hechos hist6ricos, luchando contrael esquematismo deformador y engafloso.

Acercar al alumno a la metodologia histdrica, haci€ndole compren-der c6mo trabaja el historiador, cuAles y cu6ntos son los inconve-nientes a salvar.

Mostrarle c6mo las afirmaciones hist6ricas tienen el valor de lometodol6gicamente establecido.

E,s interesante a este resp€cto el nimero dedicado al'histoire. II: MCthodes, en "Cahiers Pddagogiques",pdgs . 7 -38 .

L'enseignerncnt de66 ( f6vr ie r ,1966) ,

21

- Conseguir reconstruir el clima de una 6poca haciendo de la hismriauna autdntica resurrecci6n del pasado, concretiindolo aI mdximo enimSgenes vivientes.

* Asimismo, existen inconvenientes y dificultades para la utilizaci6ndel documento con fines diddcticos:

- Se debe huir de la utilizaci6n indiscriminada y de su acumulaci6nmasiva, pues se corre el riesgo innecesario de anegar la mente delalumno, con la Srdida de la necesaria visidn global de la materia.

- El uso aun adecuado de documenms en la exposici6n de los temasorigina no pocas veces retrasos considerables en la explicaci6n delprograma, porque generalmente este programa --elemento del pro-ceso educativo- no est6 ordenado en funci6n del producto de la edu-caci6n, la informaci6n y los conocimientos.

- 56lo caben dos convicciones: la de que el programa id6neo es aquelque trata de convertir a los alumnos en mds inteligentes y la quenos muestra la necesidad de reformar los ex6menes.

* [-os documentos pueden ser presentados a los alumnos de varias ma-neftN:

El documento debe ser parte integrante del proceso educativo, in-sertdndolo razonablemente a lo largo de la explicaci6n del pro-gmma.

Todo profesor tiene la obligacidn de programar previa y detalla-damente su curso, incluyendo, por supuesto, los documentos his-tdricos adecuados para cada caso, que vendrdn presentadm en:

a) El manual del alumno, sistema que coarta mucho la liberuddel profesor, aparte de que supone que el alumno deba llevarlosiempre al aula.

b) Multicopia, cuando se trate de documentos escritos, lo cualimplica que el centro cuenta con servicio de reproduccidn ypresupuesto suficiente para material.

22

lr---t-t.

l l V6ase "Cuarta Parte", punto 2. "Antologias y selecciones de textos"

23

Antologias documentales, propias o del centro, de las que vahabiendo bastantes espaflolas en el mercado del libro, comomuestra el ap€ndice incluido al final de este librol I .Series fotogr6ficas, filminas o diapositivas de documentos fi-gurados, que requieren un mfnimo servicio de tecnologfa au-diovisual en los centros.Peliculas y videos cientfficos no comerciales, bien alquilados ala Filmoteca Nacional o a TVE, bien realizados en el propiocenro.

- Todo profesor de historia deberia, pues, conocer y dominar lasm6s elementales tdcnicas audiovisuales para presenlar al alumnolos m6s variados documentos. Asimismo, seria preciso que estu-viera en condiciones de procurarse personalmente las fotografias,diapositivas, filminas, pelfculas, multicopias, etc. necesarias parael desarrollo del acto did6ctico. Pero todo ello conlleva la necesi-dad de que los centros docentes proporcionen a profesores y alum-nos medios audiovisuales adecuados y un elemental servicio tec-nol6gico y de publicaciones (laboratorio fo0ogr6fico, biblioteca,m6quinas reproductoras, material de paso, ciimaras, mesa de pro-ducci6n, erc.).

* El documento puede ocupar lugares diversos en el proceso didiictico,segfn los fines que se pretendan alcanzar.

- Antes del estudio del tema, al cual inroduce y para el que sirve deincentivo o motivaci6n.

- A lo largo del estudio del tema, como instrumento de tesis o hip6-tesis de trabajo.

- Tras el estudio de un tema hist6rico, para tratar de fijar los cono-cimientos ya adquiridos o para mejorar su comprensi6n.

- Despu6s de un periodo mds o menos largo de consolidaci6n, con elfin de raar de controlar y evaluar la informaci6n y/o la formaci6nque debiera haber sido adquirida

c)

o

e)

r El documento, utilizado con finalidad did6ctica, puede ser tanto basede estudio (tratando de que de su andlisis se derive el logro de nuevos cono-cimientos), cuanto de ilustraci6n de cada uno de los aspectos principalesque se van presentando a lo largo del acto didiictico, la clase.

2. Qu6 es un texto

* De acuerdo con cuanto llevamos dicho, por lo tanto, el texto escritono es el fnico documento existente. Una iglesia, un plano, una fotografia,

un gr6fico estadfstico, una vasija, un vehfculo, son documentos hist6ricos.Asimismo, lo pueden ser un paisaje humanizado, una mina abandonada, el

cauce desviado de un rio, los rieles de un tranvia bajo el asfalto...

- Todo lo que constituya un vestigio, resto o recuerdo del pasado vi-vido, de un pasado activo, es documento. Los textos escritos, sinembargo, son considerados como los documentos por excelencia,tanto que se ha llegado a decir err6neamente que sdlo cuando elhombre comienza a escribir comienza la Historia.

- A este respectro, Lucien FEBVRE, comentando la frase de que la his-

toria se hace con textos (atribuida a Fustel de Coulanges), escribi-ria:

"F6rmula c6lebre: todavia hoy no ha agotado su virtud. Que fuegrande, claro. Sirvi6 de consigna y compromiso a los buenos traba-jadores legftimamente orgullosos de su consciencia de eruditos, queluchaban contra obras f6ciles y cobardes. F6rmula peligrosa si no setiene cuidado con ella y que daba la impresi6n de querer tachar defalso, brutalmente, el movimiento general de las investigacioneshumanas estrechamente solidarias. La f6rmula ligaba la historia a laescritura con estrecho lazo...".

"... De golpe parecia desvanecerse Ia penetrante observaci6n delos parajes, la aguda comprensi6n de las relaciones geogr6ficaspr6ximas y lejanas, el examen de las huellas dejadas sobre la tierrahumanizada por el encarnizado trabajo de las generaciones desde lostiempos en que los hombres del neolitico, realiz.ada la separaci6n delo que seria bosque o se convertiria en tierra de labor, establecian

. 1 4 25

para tiempos futuros los primeros tipos hist6ricos conocidos de las

instituciones primordiales de la humanidad" I 2.

Pero, "1qu6 decir de la depreciaci6n progresiva, a travEs de los

siglos, de la libra de Tours?. try cuando los salarios han bajado o ha

subido el costo de la vida a lo largo de una serie de aflos? Sin dudq

son hechos hist6ricos y, en nuestra opini6n, m6s importantes que la

muerte de un soberano o la conclusi6n de un tratado efimero. Esos

hechos, 1se advierten de una manera directa? Est6 claro que no: los

fabrican trabajadores pacientes, relevdndose, sucedi6ndose, de forma

lenta, penosan apoy6ndose en miles de observaciones juiciosamente

planteadas y millares de datos num€ricos extrafdos laboriosamente de

mriltiples documenlos (datos que, en realidad, nunca lxoporcionan los

documentos de modo directo;"I3.

* El texto escrito es el mds codiciado de los documentos histdricos, lo

cual no significa que sea el mds veraz:

"Cada cual sabe que, sin el soporte del documento escrito, el his-

toriador es como un navegante sin brrijula. 56lo el documento escrito

le aporta sefiales hdispensables para el establecimiento de una cro-

nologia carente de la cual no hay historia; solamente 6l suministra el

armaz6n de los hechos... Una historia sin textos carece de base"l4.

t Existen, pues, numerosas fuentes de informacidn hist6rica; lo que

ocure es que los textm escritos son, entre esas fuentes, los m6s aprecia-dos, precisos y deseables. Tambi6n los mds utilizados.

a) Pmibilidades did6cticas de un trxto escrito

* Desde el punto de vista diddctico, el comentario es el ejercicio mds

completo que se puede acometer, pero no el fnico.

Por circunstancias diversas (gado de madurez insuficiente en lageneralidad de los alumnos por no tener todavia desarrolladas lascapacidades de andlisis, sintesis o valoraci6n; desconocimiento de

17 Frsvne, L., Combates... (Op.13 FEBvRE, L.,Combates... (Op.14 HlLpnsN, l-olis, Introduction

cit.), p6gs. l?-18.cit.), p6gs. 20-21.d l'histoire. Paris, PUF, f948, p6g. 14.

fundamentos histdricos su{icienres, etc.), puede interesar rearizaraproximaciones diversas a un texto sin tener que comentarlo.Esas aproximaciones persiguen objetivos distintos: motivadores,en unas ocasiones ("explicacidn externa"); sistematizadores delcontenido, en ohas, como ejercicio preparatorio de la fase analfticadel comentario ("explicacidn parafraseada"); a veces, in0eresa quelos alumnos aprendan a emitir juicios de valor, aunque s6lo seadesde el punlo de vista intemo del texm propuesto ("redaccidn lite-raria"); con determinados textos, muy bien elegidos por el profe_sor, se puede comenzar a ensef,ar al alumno a distinguir entre tex-tos objetivos y textos subjetivos ("lirismo"). Aunque de manerasomera, veamos estas posibilidades de acercamiento a un texto_

1.") La explicaci1n externa

I Ejercicio consistente en no hablar del texto propuesto sino en referirhechos aprendidos en un libro de hisoria (manual o no) y que tienen rela-ci6n con el texto propuesto. Es decir, hablar -por ejemplo- de todas lasbatallas de Napole6n ante la contemplaci6n de un texto sobre los Tratadosde Basilea y campoformio. Esto es la invasi6n de una idea externa sobreun c:rmpo concreto, sobre un texto definido, el cual posee asideros (fechas,ideas, personajes, etc.) mds que suficientes como para servir de base a unaexplicaci6n interna. Esto es defecto cuando suplanta a un pretendido co-mentario, cuando el texto no significa nada mds que un pretexto para ha-blar de un tema hist6rico. Pero eso no es un comentario. Sin embargo,como ejercicio deliberado, puede constituir un buen medio motivador, inte-resanE para que el alumno ponga en contacto su acopio limitado de datoshist6ricos con textos especfficos e importantes del periodo estudiado.

2.") ta explicaci6n paraf,raseafu

* Esta tarea diddctica viene originada por un inrcnb de interpretacidnamplificadora del texto con vistas a aclararlo y hacerlo mds inteligible. Setrata de efectuar una mera repetici6n, pero reelaborada, presentada de otra

26

forma, sin afladir el m6s mfnimo matiz. El ejercicio debe pretender que elalumno procure sisEmatizar de forma m6s ordenad a, clara y coherente losdatos y las ideas entremezcladas del l,exto. Este ejercicio es interesante convistas a la realiz.aci6n del comentario propiamente dicho. No obstanre.como no es de fdcil realizaci'n para el alumno que se enfrenta wr vezprimera con un ejercicio semejante, procede que el profesor redacte un re-pertorio signi ficati vo de preguntas-gufal 5.

3.1 ta redacci1n literaria

* consiste en una composicidn o redacci6n literaria, m6s o menospcrfilada estilfsticamente, con meros juicios est6ticos o formales y no defondo. Si el texto a estudiar contiene valores literarios (puede tratarse de undiscurso, un canlar de gesta, un poema social), cabe referirse en el ejercicioal valor estilfstico, pero siempre se tratar6 de un aspecto secundario res-pecto a un verdadero comentario. Lo que interesa es lo que el texto tieneante todo de informativo, ver cdmo dice las cosas.

4.') El l ir ismo

t El lirismo -de cardcter laudatorio o peyorativo-, con apreciacionescargadas de tintes agresivos o circunspectos, hirientes o inofensivos,pol6micos o incontrovertibles, condenatorios o llenos de incienso, perogeneralmente faltos de objetividad, sin entrar en el ani{lisis del texto en sio sin tener en cuenh que un "fragmento de historia", aislado de toda unaobra de conjunto, puede conducir a conclusiones falsas. Interesa. en defini-tiva, que el alumno aprenda a distinguir la diferencia existente entre textosobjetivos y textos subjetivos.

r con estos cuatro ejercicios que, en ningrin caso constituyen un co-mentario, el alumno habrd acumulado escalonadamenle destrez-q que le se-rdn fundamentales para acometer en su momento el comentario propia-

15 Para ello, vdase el apartadol ib ro .

5. b, lo), de la "Segunda parre" de este

21

mente dicho: habrd aprendido a valorar el texto como instant6nea de unproceso m6s amplio; se habituard a reordenar datos e ideas para facilitar elaniilisis posterior; adquirird el hdbito evaluador. Estas tres destrezas le ser5nnecesarias a Ia hora del comentario.

b) Qu6 es comentar un texto

* Comentar un documento, y mds concretamente un texto, significaextraerle la m6dula hist6rica, los m(nimos vestigios de vivencias pasadas;el cu6ndo, el porqu€, el c6mo, el d6nde, el qui6n; antecedentes y causas,efeclos y consecuencias. comentar un texto supone:

- Aproximarse a la realidad pasada y dasarrollar el espirinr crftico.

- Comprender la esencia de una 6poca y, asimismo, tratar de com-prender el pensamiento del hombre que la vivi6 y la cre6, inclusocotejdndolo y compar6ndolo con el de otros hombres coetdneos,por si aqudl falld en sus propias apreciaciones y convicciones.

- Contar lo que nos ofrece a simple vista, pero tambi€n desentraRarlo que no nos proporciona meridianamente, es decir, hay que saberleer entre lineas y no perrnanecer pasivos ulte su posible enigma.Es preciso, por lo tanto, hacer una llamada a la historia externa allexto mismo.

* La Historia necesita de la memoria, tan vilipendiada riltimamenl.e,pero necesita, asimismo, del buen sentido, de un cierto "ojo clfnico" y dela inteligencia, lo cual se consigue, en su mayor parte, a trav6s de la utili-zaci6n de un buen mdtodo para el comentario y an6lisis de textos.

- I-o que ha ocurrido es importante a secas, pero que el comentaristalo sepa desenraflar merced a su "sexto sentido", a su oportunismo,a su saber y a su habilidad es vitalmente interesante. Sin esu laborno llegarfamos a desentraflar la historia vivida por el hombre quefue. Pero esa labor depende, en parte, de un mdtodo, como vere-mos, pero tambi6n de su personalidad, sus cualidades...

28

* El talento y la originalidad del comentarista son primordiales para re-construir o, al menos, entender el hecho hist6rico.

- "Un determinado almacenamiento de documentos representa uncrimulo inagotable de datos, pues hay un nfmero indefinido de cues_tiones diferentes a las que, blen lnterrogados, estos documentos soncapaces de responder: la originalidad del historiador consistir6 en mu_chas ocasiones en descubrir la manera de dar tal sesgo a un grupo dedocumentos considerados ya acaso como suficientemente explotados,que puedan incorporarse al expediente de una cuesti6n nueva".

- "La selecci6n de los documentos utilizables para tal o cualcuesti6n planteada no es, pues, una operaci6n puramente mec6nica, yel talento del investigador encuentra aquf ocasi6n de ejercitarse"16.

r El comentario de un documento y, por ende, de un texto, se puedeacnmeter dede dos pun0os de vista diametralmente opuestos:

- Desde una postura de metddica desconfianza hacia la fuente. fon6n-dola con nuestras dudas aprioristicas, y

- Desde una posicidn de comprensit6n y de confianza, dejando que eltexto se nos present€ tal cual es, lo cual no significa renunciar a de_terminar la autenticidad y veracidad de su mensaje.

r cada historiador y cada comentarista toma posiciones ante un textodeterminado. Por citar sdlo algunos ejemplos, LANGLOIS y SEIGNOBOSse alinean en la primera corriente; MARROU, sin embargo, estima que esmds propio llamar "comprensi6n" que crftica del documento o textolT, en-casilli{ndose en el grupo siguiente.

r Personalmente, entendemos que quizds m6s que comentar un texto setrata de cnmprender ese trxto:

"Comprender" un texto para comentarlo significa razonar el pasadoa partir de unas preocupaciones actuales y teniendo a la vez una

l: MARRou, H.-L., EI conocimiento hist6rico. (Op. cit.), pdgs. 56-57.17 L.q,NcLors, C.V. y SercNonos, C., Introducci6n a los estudios hist6ricos

(Op. cit.); MARRoU, H.-I., El coracimiento hist6rico. (Op. cit.), p6g.8 0 .

29

c la rav i s i 6nde lpo rven i r , s i ncae ren lasub je t i v i dad ,unode los

riesgos del trabajo del historiador, de forma que el resultado de este

rabajo llega a convertirse en una cuesti6n de decencia intelectual,

de 6tica Profesional.''Comprender''undocumentoeshacer|ehab|arabasedepreguntas'

sin resignarse ante su aparente mudez. Y para eso hace falta algo de

ingenioymuchodeimaginaci6n,apartedehumildadparacontras-

tar esa imaginaci6n necesaria con las criticas mds agudas y profun-

das.Y,sobretodo,snimoparareemprenderlatareafraslaequivo-

caci6n Posible.' 'No ,e lh i s to r i ado rnoesun juez .N is iqu ie raun juezde ins t ruc -

ci6n. La historia no es juzgar; es comprender y hacer compren-

der"l8.

* Todo comentario de texto debe abordarse desde dentro, tralando no de

repasar la historia sabida para enfocar el texto, sino de exprimir el legado

para tratar de reconstruir hechos histdricos. Pero, asimismo, conviene bus-

car datos e ideas fuera de 61, los necesarios para perfilar y completar el

texto objeto de comentario.

* Un comentario de texto no se repentiza. Tampoco se le puede sefialar

un limite mdximo de tiempo para desentraflar su mensaje: una frase o una

sola palabra pueden originar una paralizaci6n indeterminada temporalmente

hablando. Por todo ello, les es tan dificil el comentario de texto a los estu-

diantes, que se estAn formando. Del mismo modo, les es especialmente

complicado a los opositores, que han de enfrentarse desarmados, sin ins-

trumentos de ayuda, ante el texto desconocido, por mucha historia que co-

nozcan.

l8 Fesvrs, L., Combates por Ia historia (Op' cit'), p6g' 167'

30

SEGUNDAPARTE

COMO COMET..{TARUN TEXTO HISTORICO

l. Aspectos te6ricos

* Una cosa es una explicaci6n externa, una explicaci6n parafraseada,

una redaccidn literaria o el puro lirismo, y otra muy distinu el comentario.

* Todo comentario exige tanto la realizaci6n de operaciones mentales

superiores (ademds de conocer, comprender y explicar los tdrminos del

texto, hay que analizarlos, sintetizarlos y, si es posible, evaluarlos) como

saber historia. La carencia del conocimiento hist6rico lleva inevitable-

mente a la pardfrasis.

El comentario del contenido de un texto hist6rico debe tender

siempre a aclararlo, nunca a repetirlo de manera distinta. Y aclarar

significa explicarlo en detalle, analftica y sintdticamente, apor-

lando nuevos enfoques y evaluando el mensaje.

LATREILLE din{ que "explicar es, en el sentido etimol1gico de lapalabra, desdoblar, desplegar dc forma que revele el contenido, en

el sentido en el que un capullo despliega sus hojas replegadas de

J J

las quc estdforrnado, para producir, revelar $uera lo que contiene

y promete"lg.

* En definitiva, comentar cualquier texto hist6rico requiere conoci-

mientos sufrcienteg capacidad cnmprensiva, disposici6n para aplicar, apti-

tud analitica, capacidad sint6tica y criterio valorativo. Veamos algunos

ejemplos:

a) Entre otros, son necesarios conocimientm suficientes para:

Situar el texto en su contexto hist6rico en virtud de lo que

nos es conocido.

Reconocer los criterim mantenidos por el autor.

Distinguir con claridad las convenciones aparecidas en el

texto.

Precisar las tendencias y pnresos que se pueden inferir de los

prcsupuestos establecidos por el texto.

Saber si el autor ha utilizado m6todos vdlidos para la obten-

ci6n de los datos histdricos expresados.

Establecer si las teorias expuestas en el texto son correctas o

no.

b) La capacidad comprensiva es precisa para:

Aquilatar lo que se pretende con el mensaje del texto.

Aclarar las alusiones de tipo hist6rico que el texto pudiera dar

como poco didfanas.

Afladir fnicamente aquello que sea preciso para hacer mds in-

teligible el texlo.

Compaginar la historia que nos es conocida con las novedades

que nos pueda aportar el documento escrito objeto del comen-

tario.

Actualizar en lo posible el fragmento de historia narrada.

Descifrar las verdaderas intenciones del autor. muchas veces

veladas.

l9 Llrrrtu-e, A., L'explicuion...

34

(Op. cit.).

35

c) La disposici6n para aplicar supone:

Continuar las ideas que quedaron abortadas o a medio desano.llar.

Reflexionar sobre las consecuencias de lo verdaderamente es-

tablecido.

Predecir resultados l6gicamente desprendibles de las condicio-

nes establecidas por el texto, en virtud de situaciones simila-res conocidas.

Aplicar a hechos histdricos concretos la ley, tratado, decreto odocumento que los han motivado.

O Es imprescindible una aptitud analitica para:

Entresacar lo que del texto tiene verdadera relevancia

Clasificar las lineas maestras o esenciales del pensamiento del

autor.

Analizar hasta qu6 punto el testimonio es importante y por

qu6.

Explicitar el pensamiento del autor y las razones que le hanllevado a decir lo que ha dicho.

Detectar los m6viles inconfesados.

Inquirir el porqu6 de silencios evidentes en el texto.

Discemir entre hip6tesis y tesis del autor.

Es necesaria una cierta capacidad sintetizadora par-a:

Resumir, simboliz6ndolo si es posible, a trav6s de mapas,

griihcos, diagramas, estadfsticas e incluso chistes el contenido

del texto.

Compendiar las ideas directrices del pensamiento del autor del

texto.

Formular. de acuerdo con el contenido del texto. una idea de

conjunto del pensamiento de quien lo escribi6.

Relacionar hechos hist6ricos diversos de toda indole en fun-

ci6n de una base comdn invisible que los ligue.

e)

0 Se requiere, por riltimo, criterio valorativo o evaluador para:

Medir el alcance de los fen6menos estudiados por comparaci6ncon situaciones similares.

Deducir consecuencias vdlidas y objetivas.

Testifrcar la validez de los contenidos con aportaciones docu-mentales o bibliogrdficas extemas al texto.

Filtrar los contenidos a la luz de la verdad hist6rica conocida.

Modificar lo que no sea verdadero, fundamentindolo.

Contradecir al autor si estii en un error.

Comparar los asertm del autor con los de otros autores y tex-!os, lo que llevard probablemente a criticarlos.

Valorar la coherencia de las ideas o hip6tesis defendidas.

Aventurar h ip6tesis razonadas.

* De la adecuada conjunci6n de estas capacidades o aptitudes, se deri-vard un bueno o mediocre comentario del contenido del texto. Pero, ade-mds, se requiere un mdtodo y un esquema previos, de los que se habla mdsadelante, aunque ahora no estardn de mds algunas indicaciones pr6cticas:

Deberdn evitarse las digresiones y las reiteraciones, peligro quepuede obviarse con un buen esquema inicial.

Se cuidar6 que las ideas y la secuencia de la explicaci6n sean orde-nadas y comprensibles,y "quc el lector pueda en cada instante darsecuenta en qud punto del desarrollo se encuentra; los t[tulos(intercalados) son a esle respecto indispensables en un trabajo es-crito"zo.

Deberdn evitarse a toda costa las expresiones vagas, fatando de serconcisos en la exposici6n de las ideas y en los tdrminos emplea-dos.

Se procurard dar al comentario un tinte personal en cuanto a la ex-plicaci6n y enfoque, pero impersonal en cuanto a la utilizaci6n deexpresiones como "yo", "conozco", erc.

20 BRUNET, J.P. y Pmssls, A., Exptications...(Op. cit .) , p6g. 2t.

36

* En resumen, para comentar un texto se requieren tanto conocimien-trn hist6ricos como la utilizaci6n de operaciones mentales superiores ade-cuadas y, ademiis, un mdtodo de rabajo. En adelante, hablaremos de esterilt imo.

2. Trabajo preliminar

* Antes de lanzarse al comentario, hay que familiarizarse con el texto,lo que implica:

a) Numerar en el margen izquierdo las lineas del texto. Generalmentese contabilizan de cinco en cinco. En adelante, al referirse a cual-quier fragmento del mismo, se deberd hacer menci6n al nfimero delfneas, indicando la primera y riltima palabras afectadas: "Casi...perd6n" (1618).

b) Leer el texto anotando aparte las palabras, giros y/o expresiones queno se comprendan en esa primera lectura. Todo lo anotado ser6 ob-jeto de una nueva lectura, hasta eliminar al m6ximo las dudas.

El comentario y la historia misma no pueden elaborarse sin unbagaje minimo de conocimientos del hecho hisr6rico por partedel comentarista.

Deben conocene las posibilidades de ayuda que pucdan aportarlas l lamadas "ciencias auxil iares" o "colaboradoras" de laHistoria.

Aun para historiadores formados cientificamente, el comentariopuede llegar a pre.sentar, en ocasiones, grandes dificultades. por

eso debe valerse de instrumentos de ayuda, de medios auxilia-res: d iccionarios, enciclopedias, atias, co lecc iones documenta-les, monograffas de todo tipo, anuarios estadisticos, censos,cr6nicas, antolog(as, obras de cardcter topogrdfico, escritos so-bre instituciones, articulos y tratados sobre lingtifstica y topo-nimia, obras de polfiica, obras religiosas, revistas especializa-

- - - .

) I

das, etc. Se necesita, en definitiva, una bibliografia amplia y

precisa alavez, apafie de prdctica.

Se aclaran las dudas surgidas. Si fuera totalmente imposible di-lucidar todas ellas, incluso porque el documento pucde presen-

tamos problemas hasta ese momento desconocidos, habrd que

fiarse en principio del contexto general, hasta que, en virtud

del estudio global, los puntos oscuros puedan ser sustituidospor sus correspondienles aclaraciones. En riltimo caso, deberdn

aportarse hipdtesis razonadas.

* Ahora bien, de alguna forma, quiz6s ayuddndose de un rotulador ama-rillo, deben subrayarse las expresiones o palabras gufa, las cuales nos ofre-cerSn el armaz6n o esqueleto del comentario a realizar; nos permitir6n re-

dactar el esquema con el que sentirnos seguros.

* Cuando los textos sean preparados para el uso de lm alumnm, dcbenelegirse aquellos que sean representativos y comprensibles, es decir, tradu-

cidos y recortados en lo esencial, evirando, asimismo, los problemas exce-sivamente diffciles y que puedan ser origen de digresiones inritiles y pocopedag6gicas. El texto deberS, en todo caso, elegirse con cuidado: debe serrico sin ser largo y de acuerdo con el nivel del alumnado, aparte de signifi-cativo dentro del periodo hist6rico al que se refiere.

3. Elecci6n del mdtodo de explicacidn

I Tras el rabajo preliminar, debe elegirse el m6todo de explicaci6n aseguir.

I Existen varios m6todos para organizar un texlo a la hora de abordar elcomentario: a) literal;b) l6gico; c) l6gico-literal o mixto; d) de apoyo2l.Vienen determinados por la estmctura del texto o por la dificullad mayor omenor que entrafla el comenl.ario.

2l BRUNET, J.P. y Plessrs , A., Expl icat ions...tinguen los tres primeros; el cuarto supone

38

(Op. c i t . ) , pdgs . 17-19 , d is -una propuesta personal.

a) El mdtodo literal

I .") Descripci6n

* El mdtodo literal se utiliza ante textos densos y muy elaborados,simples en su articulacidn, pero complicados en el pormenor. Consiste enseguir el orden seflalado por el texto, de forma progresiva, palabra por pa-labra, explicando todo lo relevante a cada paso. Se prestan para seguir estem6todo los tratados de paz, de amistad, las leyes, los decretos, etc. En ge-neral, los textos articulados.

r Es bastante comfn y se presta a reiteraciones, pudiendo conducir ainsistir sin ton ni son en hechos evidentes o sobre aspectos que no necesi-tan explicaci6n alguna.

* La ventaja m6s importante consiste en no alejarse del texto, origi-ndndose con ello cieru seguridad en el comentarista. Nada se queda en eltintero. Por ello es el mdtodo preferido por el estudiante y por quien velasus primeras armas como comenlarisl,a.

* Es aconsejable seguirlo, aun teniendo prdctica, si los t6rminos a ex-plicar son numerosos o si se trata de abundantes expresiones tdcnicas.

2.") Ejemplo de texto adccuado para seguir wr mitodo literal

TEXTO

TRATADO ENTRE NAPOLEON Y FERNANDO VII PARAPONER FIN A LA GUERRA DE ESPANA O DE LA

INDEPENDENCIA

"Art[culo ].".- Habrd en lo sucesivo y desde lafecha de la ratificaci6nde este Tratado, paz y amistad entre Su Majestad Fernando VII y sus suce-sores y Su Majestad el Emperador y rey y sus sucesores.

39

Articulo 2.".- Cesardn todas lss hostilidades por mar y tierra entre lasdas Naciones.

Articulo 3.".- Su majestad el Emperador de los franceses, rey dc ltalia,

reconoce a don Fernando y a sus sucesores segin el orden de sucesi6n es-tablecid.o por las leyes fundarnentales de Espafia, como rey de Espafia y delas Indias.

Articulo 4.".- Su Majestad el Emperador y rey reconoce la integidad delterritorio dc Espafia, tal cuol eistia antes dz la gucrra sctuaL

Articulo 5.o.- Las provincias y plazas sctualmente ocupadas por lastropas francesas serdn enffegadas en el estado en quz se encwnlran a losgobernadares y a las tropas espafiolas quc sean enviadas pr el rey.

Articulo 6.".- Su majestad el Rey don Fernando se obliga por su parte amontener la integridad dcl tenitorio de Espafta, islas, plazas y preidios ad-yacentes, con especialidad Mah6n y Ceuta. Se obliga tambi'n a evactavlas provincias, plazas y territorios ocupados por los gobernadores y ejdr-

cito britdnico.

Articulo 7.o.- Se hard un convenio militar entre w comisionado francdsy otro espafiol, para que simultdneamente se haga la evacuacidn de lasprovincias espaftolas,u ocupadas por losfranceses o por los ingleses.

Articulo 8. ".- Sa Majestad Catdlica y Su Majestad el Emperador y rey

se obligan reciprocunente a mantener la independtncia dc sus dereclns na-

ritimos, tales como han sido estipulsdos en el Tratado de Utrech, y comolas dos Naciones lo habian mantenido hasta el ano de 1792.

Articulo 9.o.- Todos los espafioles adictos al rey Josi, que le han ser-

vido en los empleos civiles o militares y quc le han seguido, volverdn asus honores, derechos y prerrogativas de quc gozaban: tod.os los bienes deque hayan sido privad.os les serdn restituidos. lns qu.e quieran permane cer

fuera de Espaia tendrdn un ftrmino de diez afios para vender sus bienes y

tomar todas las medidas necesarias a su nucvo domicilio. Les serdn con-

servados sus derechos a las sucesiones que puedan pertenecerles y podrdn

disfrutar sus bienes y disponer de ellos sin estqr sujetos al dzrecho de lfisco

o de detracci6n o cualquier otro derecho.

40

Articulo 10.o.- Todas las propiedades muebles o inmuebles, pertene-

cientes en Espafta afranceses o italianos, les serdn restituidas en el estado

en que las gozaban antes de la gucrra.Todas las propiedades secucstradss ocorfrscadas en Francia o en ltalia a los espafioles antes de la gucrra, les se-rdn tambi{n restituidas. Se nombrardn por ambas partes emisarios que

arreglardn todas las cuestiones conlenciosas qw puedan suscitarse o sobre-venir entre franceses, itslianos o espainles, ya por discusiones de interesesanteiores a la guena,ya por los qrc la lwbido despucs de ella.

Artlculo 11 .o.- Los pisioneros hechos dc wna y otra parte serdn devuel-

tos, ya se hallen en los dep6sitos, ya en cualquiera otro paraje , o ya hayantomado partido; anvnos qE inmedistafttente dcsptds fu la paz no declaren

ante un comisario de su Naci6n quc quieren continuar al servicio de laPotencia a quien irven.

Articulo 12.'.- Ld gutrnici1n de Parnplona,los prisioneros de Cd'diz, dela Corwa, de las islas del Mediterrdneo y los de cualquiera oto depdsitoque hayan sido entegados a los ingleses, serdn igualmente devueltos,ya

est4n en Espafra o ya lwyan sido enviados a Amirica.

Arthulo I3.".- Su Majestad Fernando VII se obliga igualmente q ltacerpagar al rey Carlos N y a la Reina su esposa,la cqntidud dc treinta millo-nes dc resles, que serd satisfecln pmtu.almcnte por ctuvtos partes dc ffes entres meses. A la muerte del Rey , dos millones de francos formardn la viu-dedad de la Reina. Todos los espafroles que est4n a su servicio tendrdn lslibertad de residir fuera del territorio espafiol todo el tiempo que susM uje stade s lo j uz guen conve niente.

Articulo 14.".- Se concluird un Tratado de comercio entre ambasPotencias, y hasta tanto, sus relaciones comerciales quedardn bajo elmismo pie que antes de la guerra de 1792.

Articulo 15.o.- It ratificacifn de este Tratado se veriJicard en Parls enel tdrmino de un mes o antes si fuere posible.

Fecho y Jirmado en Valencey, a once de diciembre de I 81 3" .

CANTILLO, Tr atado s..., pfigs. 7 26-7 2T .

4 l

3.') C6mo se nos presenn el lexto

* El texto transcrito como ejemplo est6 articurado. consiste en un u?-tado de paz signado entre Napoledn y Fernando VII de Espafia, en lgl3.

- Es un ejemplo tfpico de texto constituido por articulos, como loson los tratados de paz,de alianza, de comercio, de cooperaci6n in_ternac ional, leyes, decretos, 6rdenes ejecutorias, 6rdenes min isteria_les, etc.

- Los articulos suelen encadenarse de manena ordenada, siguiendo ar-grin criterio. Normarmente unos articulos son consecuencias de losanteriores.

- varios articulos pueden referirse a un mismo aspecto, aun cuandoles distingan matizaciones, por lo que aparecen generalmente situa-dos juntos, dispuestos correlativamente.

* Las ideas y noticias histdricas del documento que nos ocupa vienenorganizadas rinearmente; basta, pues, con seguir por orden de redaccidn losarticulos para proceder a su andlisis.

- Es decir' un texto de esta fndore admite un comenario siguiendoun m6todo literal.

- Puede optarse por coment;ar cada articulo considerado globalmenrco, por el contrario, tratar de explicarlo palabra por palabra. EI pri_mer sistema es m6s r{gil; el segundo desemboca en reiteraciones.

4.") Organizaci6n de las ideas del texro

* Tras lo que se acaba de exponer, las ideas del texm aparecen ya orde-nadas linealmente. No es preciso organizarras de no mediar una finaridadconcreta. En efecto:

- Los art(culos I y 2 muestran el deseo de que hayapazentre Franciay Espafla, para lo cual deben cesar las hostilidades.

- El articulo 3 implica el reconocimiento de Femando vll como reyde Eqpafla por pafle del Emperador franc6s.

42

Los artfculos 4, 5, 6, 7 y 8 estipulan el reconocimiento de la inte-

gridad territorial y maritima de Espafla

- Los articulos 9 y 10 salen en defensa de la integridad penonal y de

los bienes de los espafloles afrancesados seguidores dcl rey Jos6 y

de los fianceses e italianos que los tuvieran en Espafla.

- L6gicamente se prev6 la devoluci6n de prisioneros' aspeclo reco-

gido en los articulos ll Y 12.

- El articulo 13 trata de garantizar a Carlos IV y a su mu1er una sa-

tisfacci6n econ6mica para acallar los derechos que pudieran esgri-

mir.- El art(culo 14, una vez lograda la paz, pre@nde garantizar la cola'

boraci6n e intercambio econ6mico entre ambos paises hrmantes'

- Por riltimo, el articulo 15 obliga a la ratificaci6n del Tratado, cir-

cunstancia que no se llev6 a efecto.

* En definitiva. nos hallamos ante un texto en disposici6n de ser co-

mentado, porque sus ideaS es6n suficientemente ordenadas para ser tratadas

mediante un m6todo litr,ral22.

b) El m6todo l6gico y el mdtodo l6gico'literal

1.") Descripci6n

* El m€todo l6gico se utiliza ante textos no bien esquematizados, des-

ordenados o confusos en su redacci6n, o que no siguen un desarrollo lineal,

y ante los cuales el m6todo literal comportarfa un ir y venir de una idea a

otra, originando quiz{s mayor confusionismo todavfa. consiste, pues, en

explicar el contenido reagrupando previamente los temas afines y presen-

tando estos reagrupam ientos encadenada y secuencialmente'

- Es un m6todo racional, "l6gico" y estetico, aunque entrafla el peli-

grodecaerenexplicacionesextemasextraidasdelibrosomanua-

les, lo que hace que a veces se pierda de vista el documento a ex-

Dlicar.

En la "Tercera Parle",mentario siguiendo un

punto l, de este libro se podrd encontrar un co-

mEtodo literal.22

43

- El no iniciado deberd comenzar por el mdtodo literal dejando dstepara mils adelante.

* El mdtodo l6gico-literal o mixto consiste en reagrupar primeramcnteel contenido del texto por temas, lineas o ideas b6sicas ("m6todo l6gico") yluego, dentro de estos reagrupamientos, desmenuzar al mdximo su conte-nido linealmente ("m6todo literal"). Es, sin duda, el procedimiento m6sperfecto, pero requiere bastante pn{ctica.

2.') Ejemplo de texto adecuado para seguir un mitodo l6gico-literal omixto

TEXTO

PANORAMA DE LA BUROCRACIA OFICIAL ESPANOLA AFrNES DEL SrcLO XVrr (1688)

"La infinidad de ministros y empleados no necesarios, in-troducidas y mantenidos s6lo porquc los Grandes quieren beneficiara sns dcpendientes a expensas del Rey, es un mal de tan dificil curaque eige uno mano resuelts y EE sery cortar con franqueza. En la

5 casa real, los empleos, las ocupaciones y los oficios se hallan in-convenientemente multiplicados. Hay muchos Consejos super-

fluos e initiles, y alguno de ellos con rruis consejeros que no te-ntan todos juntos cuando fueron instituidos. En particular, el deHacienda tiene mds personas empleadns en sus despachos que, por

l0 decirlo asi,vasallos pecheros tiene el Rey. En las venas de istosclwpan los Grandes, como arpfas,la sangre mds pura destinada ssostener la monarquia. Su administracifn es intincadisima, mane-jada por infinidad de persoruts y con tanta distincihn de cuentas qucpor la misma raz6n de ser demasiqdo distintas llevan consigo unu

15 increible confusiSn. Corre Ia voz de que a expensas de laContadurfa se mantienen dc treinta a cruventa mil personas o mds,cuando a juicio de muchos bastarian poco m<is de dos mil sin tan-

20

tos oficiales superiores, subalterrws y subalternos de los subalter-

nos, todos ellos multiplicadas...Todo esto es dinero (sin tener en

cuenla el que se robq a los particulares) que sale de la bolsa del

Rey para engordar a gente ociosa y merurda, en mala hora uswpada

del trabajo dcl carnpo...

En lo iltimo que piensan es en moderar un inconveniente

tan manifiesto. Se quiere, en realidad, dar empleo a un nrtmero in-

finito de gente dada a la poltonerta de la pluma, y en vez de su-

primirlos, se inventan nucvos puestos pors apacentar mayor canti-

dad de unigos y clientes. De esta forma, los ingresos del Rey son

miserablemente disipados por los grondes,Ios medianos,los chi-

cos y finalmente por tobs , concertdndose todos, con tal que ellos

vivan, en deiar vivir.

De sobras conocen los ministros la situqci6n piblica, pero

recurren al acostumbrado refugio del tiempo: se consuelnn de un

mal con otro mal, y con la aprensi6n de un peligro mds remolo se

conforman con el mds pr6imo; lwsn tal punto que por la dilaci6n

dcl doin se crcen constitu{dos en estado fu seguridd.

Son muy amigos de dilapidar el tiempo y de responder

como ordculos, o con equ{vocos, cuando no quieren llegar a una

conclwi6n, y Wrece realmente -no sabria comprender con qul P-

t{tica- que practiquen el arte de bwlarse de todos' A prop6sito de

esto, me acusrdo que duranle mi embaiada, el Conde Ballati, en-

viado de Hannover,venido para reclamar el pago de los socorros

prestdos,llevado &sante atns fu esperanzo en esperanzct, er{erm6

de pena y finalmente regresd con las manos vacias '

De modo parecido, me confes| el enviado de Inglaterra que

sobre asuntos corrientes y llanos habia cursada mas de veinte me-

moriales sin haber podido obtener una respucsta cateS6ica, por lo

que se vio obligado a resumirlos todos, sefialando los d[as, con

instancia apremiante para que respondiesen s tono. Pero siempre

firmes en su inveterda mdxima de rc dar sino dejar coger los dc-

sengaiws, no quitan las esperanzas a tadie y procwando satisfacer

con palabras cuidan dc descansarse asf de las molestias de quienes

25

30

35

40

45

44

50

45

les importunan en las penurias de la Corona, sin reflexionar quemds se resienlen las personas del incumplimiento de las prome-sasque d.e las mismas neg.ativas".

Relazione di Giovanni Andrea Spinola, arnbasciatorestraordinario presso il Re Catolico, agosto 16gg, en ,,Istru_

zioni e Relazioni degli Ambasciarori Genovesi". vol. V(Roma, 1957), p6gs. 175_181.

3.") C6mo se nos presenta el rcxto

* El texto propuesto es asequib le y f i ic i lmente comprensib le.cualquier alumno serta capaz de sintetizar en una frase m6s o menos epit^6-fica su contenido: "comrpci6n de la burocracia espafrola a fines del sigloxvII", "el erario nacional, dilapidado en prebendaq pafticulares", "visi6nextranjera de la Espafia de carlos II", "panorama de la burocracia oficialespaflola en 1688", etc.

Sin embargo, el documento puede dar mucho m6s de sf: refiere va_rios aspectos de un mismo rsunto, con graduaciones y matizacio-nes. Habla de los males de la burocracia espafiola del momenn yde sus orfgenes, de posibles remedios y de las resistencias que seoponen a esos remedios.

Pero ocurre, asimismo, que todo lo que cuenta no lo hace de unamanera secuencial, mezclando -por el contrario- ideas y conceptosa lo largo de sus lineas, sin seguir un orden "l6gico".

* Este texto, por su disposici6n, no es id6neo para explicarlo o co-mentarlo siguiendo un m6todo literal. Se impone previamente esquemati-zarlo y organizarlo o, mejor dicho, "reorganizarlo" l6gicamente.

4.o) Reorganizacihn dc las ideas del texto

* Una vez le(do el texto con detalle, se observa que todos sus datos gi-ran en lomo a tres ideas: a) La Administraci6n se halla en estado de podre-

46

24

47

dumbre; b) Existen unos males que originan tal estado; c) Se vislumbran

rcmedios, pero tambi6n se oponen resistencias a esos remedios.

* A cada una de estas tres ideas b6sicas habria que unirle los datos,

conceptos e ideas del texto que les pertenecen. Habr(amos, asf, reordenado

su contenido y estariamos, por lo tanto, en disposici6n de aplicar un"m6todo l6gico" o, mejor arin, un "mdtodo l6gico-literal" o "mixto"23.

Bastaria completar los datos, conceptos e ideas que ofrece el texto con

otros datos, conceptos e ideas extraidos de la historia que nos es conocida

para hallarnos en disposici6n de comentar el textda.

c) El m6todo de apoyo

1.") Descripci6n

* El mdtiodo de apoyo suele aplicarse con textos escasos en datos his-

t6ricos, con independencia de la importancia intrfnseca de los mismos, que

puede ser muy grande. Generalmente se trata de textos de cardcter literario

en los que se enfremezclan dalos hist6ricos.

* El comentarista debe tratar de extraer el mayor fruto posible de estos

escasos datos, los cuales deben servir de "apoyo" a la comprensi6n, pero

procurando no caer en una explicaci6n meramente externa, uno de los de-

fcctos corrientes que se suelen producir. t a llamada externa a datos, con-

ccptos e ideas del campo hist6rico requiere una preparacidn profunda en

este terreno, pues los datos internos son escasos. Todo ello hace que el m6-

todo de apoyo sea de dificil aplicaci6n, y que sea mds un trabajo de histo-

riador que de simple comentarish.

Al tratar de la fase analitica del comentario, se propone un ejerciciopara realizar con detalle este proceso reordenador. (V6ase 5, b, lq).En la 'Tercera parte", punto 2, de este lib'ro se pueden encontrar tres co-mentarios sisuiendo un "m6todo mixto".

2.") Ejemplo de texto adecuado para seguir un mltodo & apoyo

TEXTO

DE LO QUE ACAECIO AL CONDE FERRAN GONZALEZ Y DELA RESPUESTA QLrE DrO A SUS VASALLOS

"Unavegada venia el condc Lu.carwr dc una lweste, muy cansado ymuy lazdrado y polre; y ante qtu hobiese afolgar nin descansar,lleg6le mandado muy apresurado de otro fecho que se movi6 denueyo, y las mds de sus gentes consejdronle que folgase afurtn

5 tiempo y dcspuis que farla lo quc fuese guisado. y el conde le pre_gunt6 a Patronio Io qucfaria en aquelfecln,y patronio le d.ijo:

- Seftor, para que vos escojades en esto lo mejor, placermey a que supidsedes la respuesta que dio una vez el conde FerrdnGonzdlez a sus vosallos.

l0 El conde pregunt1 a pstronio c6mofuera aqtzilo e qucfariaen aquclfecho.

E Patronio dijole:- El conde Ferrdn Gonzdlez venci1 a Almanzor en Hacinas

y murieron y muchos de los suyos, y €t y todos los d,em6s qrc fin_15 caron y vivos fueron muy mal feridos. y ante qrrc viniesen a gua_

recer, supo que le entraha el rey de Navarra por la tierra, y mand6 alos suyos que enderezasen a tidiar con los navarros, y rodos los su-yos dijironle qui ten{an muy cansados ros cabailos y aun ros cuer-pos, y aunque por esto non lo dejasen, que lo dcbisn dejar porque

20 6l y todos los suyos estaban muy mal feridos, que dejase ta tid yesperase fasta que dl y los suyos fuesen guarid.os. y cuando elcondc vio que todos querian partir de aquel camino, sinti1se mds dela honra que del ctnrpo y dijoles: "Amigos, por las feridas que ha_bemos non dejemos la batalla; ca estas feridas nuevas que ahora

25 nos dardn nos fardn que olvidemas las que nos dieron en la otralid".Y desque los suyos vieron quc se non dotia det su cuerpo pordefender su tierra y su honra,fueron con dl y venci| la tid y fue

48

muy bien andante.Y vos, seiar conde Lucanor, si queredesfacer loquc debi4redes, cuudo viiredes quc cu.mple para defendimiento dc

30 lo nuesto y de los vuzstros y de vuzsta honra, nuncsvos sintadespor laceria nin por trabajo nin por peligro, e faced en guisa que eltrabajo e la lacer{a rweva vosfaga olvidar lo pasado.

El conde tuvo iste por buen consejo, y fizolo asi, y fall6seende bien.

35 Y entendi6 don Juan que 6ste era buen ejemplo, y f{zolo es-cribir en este libro, y ademds fizo estos versos, que dicen asi:

Tened esto por cierto, ca es verdod probadaquc lwnray icio grandc rnn lwn una morada".

D. Ju,,\N M,qNurl, El Corde Lucanor. "Col. Austral".6?6, M6xico, Espasa Calpe, 1957, capfrulo 22, p6gs. 8l-82.

3.") C6mo se nos presenta el texto

t El texto de D. Juan Manuel s€ nos present,a, como es norrna en sulibro "El conde Lucanor", de donde estd tomado, con visos de conseja dePatronio.

El texto elegido, al igual que toda la obra, es eminentemente na-rrativo y literario, un exponente mds de los sencillos'exempla'decarActcr diMctico que, generalmente basados en leyendas o rerrzosde historia de dudosa veracidad, constituyen la obra.

Por lo demds, el texto expone ordenada y secuencialmente lasideas que contiene, de manera que podria aplicdrsele de entrada uncomentario siguiendo tanto un md.todo literal como l6gico omixto.

Sin embargo, el contenido hist6rico en nrimero de lfneas es muypobre. Son prccisamente esas pocas lineas y las ideas que transmi-ten las que habrfa que tomar como simple "apoyo" del comenta-rio, desechando el resto por falta de contenido hist6rico.

49

* En definitiva, pues, se naa de un documento de carScter literario que

aporta entre sus lfneas unas escuetas noticias con sabor hlst6rico, cuyo

grado de autenticidad queda por demostrar, y cuyo contenido puede ser ob-

jeto de comentario.

Mas esas lfneas aprovechables son tan esc:ls:ls que fnicamente nos

pueden servir de apoyo para realbar un comenhrio basado en apor-

taciones de fuera del texto, extratextuales, que nos ayuden a com-

prender su contenido.

De ahi que hayamos denominado de apoyo al mdtodo en el que

concurren estas carac terf sticas.

4.") Organizaci6n de las ideas del texto

* Las ideas y noticias o datos de cardcter hist6rico contenidos en el

texto se reducen a cuatro:

- "El conde Ferniin GonzAlez venci6 a Almanzor en Hacinas", aunque

sus hombres quedaron malheridos (lineas 13-15).

- Antes de rehacerse de esta batalla, "supo que le entraba el rey de

Navarra por la tiena" (lfneas l5-16).

- Ferndn Gonz[lez, a pesar del agotamiento, condujo a la lucha a sus

vasallos, tras arengarles (lfneas 16-25).

- Fernan Gonzdlez "venci6 la lid y fue muy bien andante" (lfneas 26-

21).

* Pero lo de menos es su ordenaci6n, aun cuando en este texto sea se-

cuencial, encadenada. La mayor parte del mismo debe ser olvidada, no te-

nida en cuenta, por no ser de car6cter hist6rico ni condicionar los hechos

narrados.

- Habremos de acudir a la historia conocida y contrastada y/o a las

fuentes coet6neas para, apoy6ndonos en esas cuatro ideas, efectuar

el comentario25.

, <'r En la "Tercera parte",mentario siguiendo un

50

punto 3, de este libro se puede encontrar un co-"m6todo de apoyo".

4. Elecci6n de un esquema inicial

r Cuando se propone un texto para comentar como ejercicio didSctico

a realizar, o como control del aprendizaje, ese texto puede ir o no acompa-flado de un cuestionario. Ambas son situaciones totalmente diferentes.

a) Textm con propuesta de cuestionario

* En el caso de que el texto a comentar vaya acompaflado de cuestiona-

rio, quien ha de realizar el ejercicio dispone no s6lo de una ayuda inesti-mable, sino tambi6n de criterios para saber qu6 se espera de 61.

Las preguntas que se le formulan acerca del texto funcionan como

autdnticas "palancas" para desentraflar y ordenar el comentario.

Unicamente dcber6 analizar si ese cuestionario esti o no estructu-

rado, es decir, si esas "palancas" guardan entre si un orden o algdntipo de relacidn, pues, de no ser asf, deberd reordenarlas antes devalerse de ellas. Asimismo, deberd completar el cuestionario si es-

tima que estf incompleto.

- Casi con seguridad que ese cuestionario servir6 como sistema, es-quema inicial o "estrategia de ataque" al texto.

b) Textos sin propuesta de cuestionario

r Si el texto a comentar no fuera acompaflado de un cuestionario, unavez aclarados los obst6culos y el m6todo a seguir, conviene establecer unesquema inicial (breve y conciso, escrito e incluso mental) de las lfneas

maestras del texto. Veamos algunos ejemplos.

L") Esquema simple

El esquema mds elemenhl podrfa ser el propuesto en su dia por

t {ryp}ffg26, tratando de contestar a cinco preguntas esenciales: .

z6 LAFUENTE, Georges A., Lc comentaire de texte(f6vrier, 1967), dedicado a L'enseigncment depdgs. 25-21.

"Cahiers P6dagogiques"I'histoire. II : Mdthodes.

5 l

a) Qu€: naturaleza del texb.

b) Qui6n: autor y origen; proximidad del acontecimicnto, veraci-

dad, caprcidad de transmisi6n.

c) A qui6n: destinatario (s).

0 CuSndo: momento de su composici6n y circunstancias que ro-

dean al hecho.

e) Por qu€: las intenciones del autor.

2.o) Esquema bdsico

BRUNET y PLESSIS2T proponen el siguiente esquema, algo m6s

elaborado y profundo:

a) Naturaleza y rigen.

b) Fecha e identidad del autm.

c) Identidad del destinatario.

0 Secuencia de las ideas principales, reagrupdndolas por temas.

e) Sentido de los tdrminos mds caracteristicos (nombres de lugar,

hidr6nimos, onomdsticos, instituciones, expresiones juridicas,

etc.).

D Grado de exactitud y sinceridad del autm.

g) Alcance e influencias del texto y su inter6s denro del contexto

hist6rico del periodo estudiado.

3. o) Esqrcma e structwado

Por nuestra parte, proponemos el esquema inicial siguiente, sobre

el que basamos el resto del presente trabajo.

I. Fasedescriptiva:Introducci6n.a) Naturaleza del texto.

27 BRUNET, J.P. y Plessts , A., Explicatioru.

52

(Op. cit .) , p6g. 8.

53

b) Origen del texto.

c) Circunstancias generales.

d) El autor del texto.

e) Fecha concreta de redacci6n.

l) Lugar de redacci6n u origen.

II. Fase analftica: Explicaci6n.

a) I-ocalizaci6n de las ideas principales o directrices del texto.

b) Andlisis sucesivo de cada idea principal o direcriz.

III. Fase sintetizadora y valorativa: Conclusi6n.

a) Reagrupamiento de los rasgos esenciales del texto.

b) Credibilidad del texto.

c) Alcance del texto.

d) Inter6s del texo.

- Como veremos, la "introduccidn" y la "conclusi6n" se prestan apensar en una estrategia previa, en un esquema preconcebido. Sinembargo, la fase analftica, "explicaci6n" o "comprensi6n" deltexto, su nfcleo central, es el aspecto mds variable, puesto que de-pende de cada texto, y, por lo tanto, el mAs dificil de encasillar aprionl

* Cualquiera que sea el esquema inicial elegido, el fin primordial con-

siste en aclarar el lexto, teniendo en cuenta, por otra parte, que "la explica-ci6n es un proceso discontiruto: determinados pttrtos merece la pena de serresaltados: otos, no. Hacer esta seleccifn revela ya un cierto entendi-miento del texto'Z8.

5. El comentario de texto y sus fases

a) Fase descriptiva: Introducci6n

t El esquema inicial que tracemos, tras la lectura atenta del texto, nosproporcionar6 la guia y el modo de ataque al mismo. En todo plan de tra-

28 FonuN, C. y Sun,rrrr,cu, J.R., Textes d'histoire contemporairc. "Re-gards sur l ' t r istoire", l . Paris, Sedes, 1967, p{g.22.

bajo es imprescindible contar con una "introducci6n", acomodaticia a tenor

del texto a comentar, es decir, lo suficientemente flexible como para po-

derla aplicar sn gualquier caso.

* Pero sea cual fuere la clase de texto, ineviublemente hay que tratar

de alguno o de todos de los aspectos siguientes: 1.o) Naturaleza del texto;

2.") Origen del texto; 3.o) Circunstancias generales; 4.") Autor del texto;

5.o) Fecha concreta de redacci6n; 6." Lugar de redacci6n. Veamos, a conti-nuaci6n, cudl puede ser la referencia en cada caso.

1.") Natwaleza del texto.

* Parece imprescindible decir de d6nde se ha tomado el texto, a qud

obra pertencce, cu6l es su origen... No se puede ni debe estudiar de igual

modo:

- Un texto juridico y legislativo (constitucidn, ley, decreto, orden

ministerial, tratado, resoluci6n, etc.), cuya redacci6n ha debido ser

cuidadosamente pensada y que tiene un cardcter rfgido, impersonal

y perenne.

- Textos mfs circunstanciales (discursos, artfculos de prensa, decla-

raciones de principios, etc.), "textos concebidos eminentemente

Wra un efecto determinado, tendiendo a conseguir el asentimiento

o a preionar sobre la imaginaci6n o la sensibilidad de wr auditorio

definido, por consiguiente enteramente organizados, ideados para

ese resultado'29.

- Textos literarios, filos6ficm, teol6gicos o hist6ricos, que tratan de

expresar un pensamiento, una idea.

- Textos testimoniales, relatos pe.rsonales, quizds carentes de'objeti-vidad, pero interesantes por lo que tienen de testimonio o de decla-

raci6n espontdnea (relatos de viajes, memorias, recuerdos, cartas,

etc.).

LntngtlLr, A., L'expl icat ion1944, p6g. 8.

54

des texles historiques. Paris, Hachette,

55

- Textos documentales (censos, libros de impuestos, catastros, li-bros de fuegos, descripci6n de dominios, rentas eclesiiisticas) y do-cumentos contables: generales (de un soberano), parciales (de unministro) e individuales (de una familia).

- Listas y repertorios flistas de la gente que accedia a la burguesfa oa un oficio; matrfculas, registros parroquiales, obituarios, necrolo-gios, etc.), textos todos ellos tenidos hasta ahora como secunda-rios, pero ricos en datos apretados, de interpretaci6n delicada.

- Textos o fuentes narrativas (anales, genealogias, gestas, cr6nicas,historias, epopeyas, biografias, autobiografias, etc.)30.

- Textos de carScter econ6mico (compraventas, donaciones, docu-mentos de cr6dito, prdstamos, avales, testamentos), de dificil inter-pretacidn si nos aparecen solos, aislados de un conjunlo.

t "Definir Ia nqturaleza de un documento e investigar laforma en (lue

rws ha llegado es ya delimitar el valor: de que manera su autor es digno de

fe, en qui sentido pudo obtener la veidad, quc obstdculos debe soslayar elhistoriador'81.

2.') Origen del texto

* En la "introducci6n" debe distinguirse, asimismo, si son textosemanados de la autoridad pdblica, originados entre personas privadas o tex-tos de cardcter religioso.

a) Textos emanadm de la autoridad ptblica:

- Unos pueden ser textos fundamentales, de gran alcance, impor-tantes para una gran comunidad, emanados de una cancillerfaimperial, de un parlamento o de una organizaci6n internacio-

nal: constituciones, leyes, tratados, ordenanzas, pactos intema-cionales.

30 DELoRT, R., Introduction aux scierrces auxiliares de I'histoire. ""Collec-t ion U". Paris, Colin, 1969, p6gs.31-74. Recoge rodos estos r ipos detex tos .

31 Bnuurr, I .P. y Plrssts, A., Expl icatrons...(Op. cit .) , p6g. 10.

- Otros son de aplicacirin m6s restringida temporal y espacial-mente, aunque tambi6n emanados de una autoridad soberana:

capitulares, decretos, diplomas, 6rdenes, ejecutorias, manda-mientos, requisitorias, sentencias, etc.

- En ocasiones, son textos surgidos de asambleas generales olocales: actas de cortes, acuerdos de la diputacidn, estatutos,planes municipales.

b) Textos originadm entre personas privadas:

- Su amplitud y alcance en su conjunto son inconmensurables y

variados: testamen tos, documentos probatorios, documentos defndole econ6mica, actas notariales, etc32 .

c) Textos de cardcter religioso:

- Los podemos hallar de amplitud universal (enciclicas, actasconciliares), m6s restringida (pastorales) e incluso local(proclamas, amonestaciones, matrimonios, etc.).

* Se deberd, pues, hacer menci6n a este origen y tipificar las relacio-nes surgidas entre las partes interesadas.

3 . o) C ircunstan cias ge ner al e s

* Determinados la naturalez.a y el origen del texto, es preciso ubicarlodentro de un contexto hist6rico m6s amplio que le confiera su propia di-mcnsidn como documenlo del pasado. El texto puede referirse a:

- Una persona pfblica o a una instituci6n determinada, en cuyo c:lso

conviene hilvanar una somera biografia o unos minimos antece-

dentes para poder seguir el hilo conductor que enlace con lo expre-

sado en el texto y le pueda dar sentido para relacionarlo con otrospersonajes u otros acontecimientos.

- Un momento cumbre de la historia de un pafs o conjunto de paf-

ses, referido a su estructura (una guerra, un cambio econ6mico ra-

32 Delonr, R., Introduction...

56

dical, la adopci6n de un sistema de gobiemo determinado, una re-voluci6n, una cat6strofe). Deber6 ensamblarse en ese marco, deta-llando sucinta pero precisamente el ambien[e en el que se redact6;las fuerzas sociales, econ6micas, culturales o religiosas que moti-varon su aparici6n.

- Un aspecto m6s coyuntural, m6s reducido en su base y en sus efec-tos, y referido a un periodo hist6rico corto (un discurso polfticoque trata de atraerse electores, un editorial periodfstico), en cuyocaso, para poder comprenderlo, habrd que apuntar un bosquejo ge-neral, pero preciso, del momento en el que se redactd.

- Un espacio de tiempo tan largo que disefiar un encuadre preciso pu-diera significar un oscurecimiento del problema. En este caso, lom6s indicado es comenanr con una breve innoducci6n aclaratoria.

* Se trata, por lo tanto, de convocar a la historia que nos es conocidapara hacer comprensible el mensaje del texto, situarlo de manera conve-niente.

4.1 El autor del texto

t Las notas a perfilar sobre el autor de un texto determinado estardn enrelaci6n inversa a su notoriedad o fama. Serfa superfluo extenderse para ha-blar de Man, Napole6n o el Papa Luna; sin embargo, es necesario dete-nerse ante Gelmirez o Mor de Fuentes.

- En muchas ocasiones, la comprensidn de un texto, aparte del cono-cimiento de la 6poca, presupone poseer una visi6n clara de su au-tor: sus ideas, sus vinculaciones, su grado de compromiso o de li-bertad, las vicisitudes m6s sobresalientes de su vida priblica.

* Ahora bien, es necesario formular una precisi6n:

- Si el texto estd pensado para que un estudiante realice un ejerciciode comentario, dede un punto de vista did6ctico, conviene propor-cionar siempre el nombre del autor, si es conocido; este aspecto nodebe convertirse en una especie de acertijo.(Op. cit .) , pAgs. 14-90.

-, l.

57

- Sin embargo, cuando un texto es de objeto de comentario a altonivel, el documento puede proporcionar o no el nombre de su au_tor. A veces es cuesti6n de azar.

- En el segundo caso, er comentarista o historiador debenl valerse demedios auxiliares para lograr la identificaci6n del autor, cuya tiareapuede ennaflar serios problemas.

* Identificar un autor puede, por lo tanto, originar no pequefros pro-blemas metodol6gic's, con independencia de que aparezcao no su firma osu nombre en el texto.

a) En el caso de que aparezca su firma, pueden darse sil,'rciones diver-SAS:

El firmante, en primer lugar, es el autor autdntico, es decir.quien redactd a su vez el texto.

Pero pueden ser distintas la persona que redactd el texto y laque lo firm6. Se considerard autor a esta dltima, porque ,,Je

puede suponer que el redactor lw interpretado fielmenfe el pen_samiento y las intenciones del ,,autor',... En la prdctica, Ia dis_tinci6n entre redactor y autor no tiene interis; se les confun_dird, salvo indicaciones contrarias,'33.

"Podrd ser diferente cuanto se trate de qctos priblicos: lasnueve ddcimqs -hoy dfu999 de mil- de las'actas, de un sobe_rano,y actualmente de wr ministro,lun sido redactadas en susdespachos yfirmados por 6l sin que las laya leido',3a.

En ocasiones, la firma que suscribe un texto puede ser unafalsificacidn mejor o peor lograda.

Por dltimo, la firma puede ser aut6ntica, pero arrancada por lafuerza, como consecuencia de una estado de violencia, o puedeestar motivada por un estado de debilidad men[al o fisica. En

33

3 4

MARIcHAL, R. La critique des tettes,(Encyclop6die de la Pl6iade). paris,1 .366, p6g ina 1 .306.M.lntcH,Ar-, R., La critique... (Op. cit.),

en "L'Histoire et ses m6thodes".Gall irnard, 1961, p6gs. 1.247-

p6g. 1.306.

5ti 59

estos casos, el autor no hubiera suscrito el texto en circuns-

tancias normales.

En el supuesto de que no conste la firma, las posibilidades son di-

versas y merecen considerarse:

Nos podemos encontrar con un texto de autor an6nimo, cuya

identidad puede lograrse muchas veces mediante la critica in-

terna y externa del propio texto (lengua, giros y expresiones,

actitudes e ideas). T6ngase en cuenta que en determinadas 6po-

cas no se experimentd el deieo de darse a conocer: Edad

Media.

An6nimas suelen ser las leyes, tratados de alianza y paz, cons-

tituciones, pero, sin embargo, podemos sefialar a los inspira-

dores, a quienes en un comentario interesa identificar.

Pueden aparecer como an6nimos textos firmados en origen,

tanto en manuscritos antiguos (cuyo autor aparecia reseflado

en el 'incipit' o 'explicit', insertos en folios ahora perdidos),

como en libros recientemente editados (a los que se les hu-

biera perdido o arrancado la primera p6gina).

Cabe la posibilidad de una atribuci6n de autorklad. Se rata de obras

alribuidas, secularmente o no, a personas que no son autores, bien

con intencionalidad manifiesta y premeditada (para que la obra al-

cance relieve, por ejemplo), bien debido a atribuciones eruditas ba-

sadas en concomitancias estilisticas o ideol6gicas.

Es posible, asimismo, encontrzunos ante un pr6stamo de pluma,

circunstancia dificil de precisar, dado que a ambas partes implicadas

les interesa el silencio.

* En resumen, si el autor es conocido no existe mayor problema para

el comentario. Pero "si realizadas las averiguaciones, ocune que el autor es

desconocido, o que las atibuciones propuestas son inconsistentes, serd

preciso buscar en el texto elementos de identificaci6n; prdcticamente se

confunden con los que se habrdn utilizado para Ia dataci6n y la localiza-

b)

c)

0

ci6n, ya que la identificaci6n del sutor no es otra cosa que et rtmite hacia elq ue tie nde n e stas avei gunc io ne s' 85 .

* cualquiera de las circunstancias posibles en torno a la identidad delautor deberl ser tenida en cuenla y manifestada en el comentario.

5.") Fecha concreta dc redacci6n

* Concretar la fecha de un texto es tarea propia de la critica externa.Este trabajo puede resultar puerilmente sencillo, pero tambidn muy dificil.

La data de un lexto formard o no pafie del mismo, pero su inclu-si6n o su carencia no implica necesariamente conocerla con exacti-tud o desconocerla por completo, respectivamente. Tampoco sepuede pensar que texto fechado es igual a texto autdntico, y t€xtosin data igual a texto falso. Ia fecha autdntica ha podido ser modi-ficada o ha podido desaparecer.

* Aun cuando un texto se nos presente con fecha,6sta puede ser co-tejada y sometida a critica, para lo cual es preciso servirse de una buenacronologia y poseer los conocimientos indispensables de critica extrerna eintcrna de textos.

- En cualquier caso, de no ser eminentemente literario, un textosiempre presentard acontecimientos datables por si mismos, loscuales serviriin de base de contraste con la fecha declarada en el do-cumento.

* En ocasiones, por causas diversas (olvido, negligencia, pdrdida de lapi{gina datada, intencionalidad manifiesta, etc.), un texto nos puede haberllegado sin data.

- Si se trata de un documcntio original, paleografia y diplomdtica nospueden permitir centrar el texto en su 6poca merced a su escritura,clase de papel, filigranas, signos de validaci6n, etc.

35 M,cnlcHnr-, R., La cri t ique... (Op. cit .) , pdg. 1.310.

60

- Pero vayamos a una copia o, mejor afn, a una copia impresa' en

la que nada se nos dice de esos elementos externos. Entonces cual-

quier texto, sea cual fuere su naturaleza, encierra noticias y elemen-

tos hist6ricos, palabras, instituciones, nombres... lo suficiente-

mente expresivos, datables y localizables como para aproximarnos

mucho a su fecha exacta de redacci6n.

* Entre otros elementos que nos pueden ayudar a la fijaci6n de una

data, m6s o menos aproximada, destacarfamos:

La aparici6n de palabras, cuya evoluci6n se ha seguido bien de

cerca en el campo de la filologia. La lengua y su grado de evolu-

ci6n permiten dar fechas limite.

Los top6nimos constituyen, asimismo, una gran ayuda dado su

mriltiple origen, su evoluci6n y expansi6n geogr6fica.

las instituciones citadas de todo tipo, las cuales aparecen y desa-

parecen dentro de unos marcos temporales generalmente controla-

dos y conocidos.

las personas citadas en cualquier texto pueden ser objelo de identi-

ficaci6n cronol6gica, con independencia de la facilidad en conse-

guirlo.

Las referencias a fen6menos naturales (eclipses' terremotros, erup-

ciones volcdnicas, riadas, etc.) constituyen una pista preciosa.

Las cat6strofes que zvotaron a la humanidad (epidemias, plagas,

guelras, bombardeos) han dejado huella cronol6gica suficiente

como pant ser del dominio del comentarista.

La aparicidn de nuevas tdcnicas (p6lvora, mdquina de vapor, tel6-

fono, tranvfa, avi6n, transplantes, dominio de las enfermedades,

plSstico, etc.) marcan hitos seflalados, aunque, como dird

MARICHAL36, "los hechos de civilizaci6n son engairosos: no sa-

bemos nunca con una precisi6n sr$ciente cudndo o d6nde apare-

cieron por primers vez el estribo,la herrsdura, el molino de agua,

el tim6n".

36 M.cnIcHAI-, R., La critique des textes (Op. cit.), p6g- l-297 '

6 l

Los fen6menos sociales m6s significativos tienen eco suficiente

para el historiador y el comentarista (revoluciones, revueltas, le-

vantamientos, desamortizaciones, etc.).

Fen6menos econ6micos (quiebras, endeudamientos priblicos, esta-

dos de colonizaci6n financiero, sfntomas y procedimientos de so-

ciedades capitalistas).

Las costumbres y modas, aunque son mds dificiles de precisar.

* En cualquier texto, insistimos, aparecen mezcladas referencias a es-

tos u oEos muchos aspectos, todos ellos datables. Unicamente el trabajo

consisLir6 en hallar el t6rmino "ante quem" y el tdrmino "post quem". Sin

duda alguna, entre ambos podremos hallar un periodo de tiempo, mds o

menos amplio, en el cual encasillar cronol6gicamente nuestro texto.

6.") Lugar de redaccidn u origen

* Es importante determinar no s6lo el lugar geogrSfico en el que se es-

cribi6 un documento, sino tambi6n, y sobre todo, el lugar "social": mo-

nasterio, departamento, administraci6n, c6rcel, destieno, palacio, corte...

Si el texto calla estos extremos, habremos de acudir a medios indireclos:

- Mds que el tipo de escritura (para ello debe ser un documento ori-

ginal) el lenguaje usado en el texto permitird quiz6s su localiza-

ci6n: los localismos y los giros, por ejemplo.- La toponimia reflejada en el texto puede ser reveladora a este res-

pecto.- El lugar de hallazgo o inserci6n del documento puede, asimismo,

aportar pistas.- tas ideas vertidas en el texto -que ubican al autor y a su producto

a un lado u otro de la linea divisoria entre la legalidad o legitimidad

politica, social, religiosa o del pe.nsamiento- tambi€n pueden ayu-

dar en la tarea.- El medio vehicular de expresi6n -+asi siempre cenado o abierto a

gupos de presi6n determinados por razones de ideologia polftica o

credo religioso- puede dar pistas sobre el lugar de origen.

62

* En resumen, la introducci6n de todo comentario debe precisar almdximo posible de qu6 clase de texto se trata, de qui6n emana, a qu€

asunto se refiere, qui6n lo redact6, cudndo y d6nde se escribi6, aspectosque, en conjuntro, constituyen una especie de caflamazo o plantilla, aplica-ble a cualquier tipo de texto.

El desarrollo de la "comprensi6n", "explicaci6n" o "comentario"

propiamente dichos del texto sigue a esta introducci6n, lo cual noimplica que una parte sea consecuencia de la otra. Es m6s, la"comprensi6n" del texto facilitard frecuentemente la fijaci6n demuchos de los aspectos introductorios. Se trata, pues, de una cues-

ti6n de m€todo y de claridad de exposici6n.

b) Fase analitica: Explicaci6n

I La "explicacidn" o "comprensi6n", es decir, la parte analftica delcomentario, el nricleo principal, constituye la parte esencial del mismo y,

sin embargo, es la que menos se presta e un esquema, caflamazo o planpreconcebido o a encasillamientos previos, dada la variada naturaleza de losposibles textos.

- El comentario propiamente dicho consiste en comprender y expli-

car la esencia del mensaje histdrico conrcnido en un texto.

- La comprensidn o explicacidn debe referirse tanto a los tdrminos,

datos, conceptos e ideas contenidos en nuestro texl.o, como a aque-

llos otros necesarios a los que hay que invocar y llamar y que for-

man parte del acervo histd,rico.

- Conviene aclarar, no obstante, que venimos utilizando el tdrmino"comprensidn" como sin6nimo de "explicaci6n" o "comentario"

propiamente dicho, o sea, como segunda fase del tratamiento de

cualquier texto.

* Sin lugar a dudas, un mismo texto admite improntas personales en

su comentario, en virtud de variables personales: distinta formacidn hist6-

rica de base, diversidad de aptitudes personales, diferencias de actitud ante

- ! - . -

63

un mensaje, variedad en el grado de madurez intelectual, multiplicidad de

criterios selectivos e incluso desigualdades metodol6gicas y 6ticas.

- A esra carencia de homogeneidad respecto a los posibles comenta-

ristas se une la heterogeneidad y variedad de los propios textos his-

tdricos.

- Ambas circunstancias dificultan, como se ha indicado, un plan o

esquema preconcebido en esta segunda fase del comentario. No

obstante, intentaremos proporcionar algunas ayudas.

* Esta fase analftica requiere, en primer lugar, la localizaci6n de las

ideas esenciales o directrices del texto y, en segundo tdrmino, el anflisis

sucesivo de cada una de ellas

1.o) Localizaci6n de las ideas principales del texto

* Como se ha indicado, los textos, aun los m6s sistematizados y orde-

nados en su redacci6n, suelen entremezclar las ideas y lm datos de su men-

saje, de modo que, antes de acometer el comentario propiamente dicho, se

hace imprescindible reagruparlm de manera ordenada. I-a tarca es sencilla,

pero requiere una tdcnica adecuada y, sobre todo, prdctica.

Al hablar del rabajo preliminar, se indicaba la necesidad de que se

subrayaran las expresiones o palabras guia, que habr6n de ayudar a

constituir el armaz6n del comentario.

t Para quien comienza a ejercitarse en el comentario de textos, puede

serle titil el ejercicio siguiente:

En primer lugar, una vez lefdo minuciosamente el texto, se debe

reflexionar sobre cu6les son las ideas principales (o lineas direcri-

ces) que mantiene el mismo.

A continuaci6n, a cada una de las ideas bdsicas o direclrices detec-

tadas conviene dedicarle una ficha o parte de una hoja; luego, sevierten en cada ficha abierta aquellos aspectos del texto (datos, con-

c€ptc) que tienen que ver con cada idea fundamental. En cada ca.s,

&

37 V6ase "segunda parte", punto 3, b).

65

se indicard el nfmero de las lineas del texto que han sido tomadas,haciendo la salvedad que de una linea pueden extraerse varias ideaso datos y que, por lo tanto, pueden distribuirse en varias fichas.

- Una vez disribuidos y repartidos todos los datos del texto entre lasideas direcnices, es conveniente:. Ordenar sistem6ticamente dentro de cada frcha o idea los distin-

tos aspectos recogidos, siguiendo algfn tipo de criterio: de ma-yor a menor o viceversa; cronoldgicamente, conceptualmente;de lo general a lo particular o al revds, erc.

. Comprobar que todos los datos relevantes del texto han sido te-nidos en cuenta. Para los escolares, es eficaz el sistema consis-tente en otorgar a cada ficha o idea un color distinto, subra-yando con ese mismo color todas las lfneas o datos del textoque han sido tomadas.

r Veamos un ejemplo prdctico de reordenaci6n, buscando las ideasprincipales que contiene el texto y c6mo se hace la distribuci6n de los da-los en cada una de ellas, para llamar, en riltimo t€rmino, a la historia ex-terna, a la memoria hist6rica, lo cual nos permitir6 analizar cada idea porseparado.

EIERCICIO

* Tomando como base el texto ya utilizado relativo al "Panorama de laburocracia oficial espaflola a fines del siglo XVII (1688)"37, veamos unejercicio prdctico de recogida, vertido y sistematizaci6n de los datos deltexto tras determinar las ideas directrices que contiene.

r Cada comentarista reorganizarS el texto de acuerdo con su personali-

dad. Ello es deseable, no cabe duda. Por eso nuestra ordenaci6n es s6loorientadora.

* Para nosotros, a lo largo del texto en cuesti6n subyacen tres ideas

fundamentales: 1r) La administraci6n se halla en estado de podredumbre;

2q) Hay unos males que originan tal estado de cosas: 3!) Habla de posibles

remetlios y de las resis@ncias a los mismos'

- Se precisar6, por lo tant'o' prepamr tres fichas grandes (tamaflo fo-

lio o cuartilla), una para cada idea bdsica' o tres series de fichas-pe'

queflas (de 105 x 75 mm' por ejemplo)' varias' las necesanas' para

cada idea b6sica'

* Si al trabajo se le desea dar un contenido did6ctico (en funci6n de la

edaddelosalumnosodesuimpericia),podrfaescribirsecadafrchagrande, o cada serie de fichas pequeflas' con tinta de color distinto

(uno para cada idea)' para ir subrayando con cada color elegido las

lineas o daOs del textro que se vayan tomando'

- En cada ficha grande (o en las fichas pequeflas de cada serie)' se de-

ben anour u'p""to' relativos a la idea b5sica que la errcabeza' pri-

meramente en el orden en que aparecen en el texto' es decir' lite-

ralmente, para pasar a reoriena'las despuds de acuerdo con algrin

dPo de criterio'

- Si se urilizan fichas pequef,as' en cada una de ellas se debe anotar

solamente un dato o aspecto relativo a su idea bdsica'

IVeamoslal|fichagrande(o1!seriedefichaspequeflas):

1!ideab6sica:,Adminisrraci6nenestafudepo&edumbre-

Subrayemoscondntadecolorazul,porejemplo'laslineasodaosque tgngan que ver con ella'

Hacen referencia a esta idea bfuica o direcriz:

1. "La infinidad"' franqueza" Qineas 1-4)'

2. "Porque"' del reY" (2-3)'

3. "En la casa real"' multiplicados" (4-6)'

4. "Hay muchos"' instituidos" (6-8)'

5. "En particular"' tiene el Rey" (8-10)'

6' "Su adminisracidn"' confusi6n" (12-15)'

7. "Corre la voz"' multiplicados" (15-19)'

6

8. "Se quiere." de la pluma" (U'25)'

9. "Se quiere"' por todos" Q4-29)'

* Veamos, a condnuaci6n' la 2r ficha grande (o 2t serie de fichas pe-

qucflas):

Idea b6sica: Males qttz originan tal estada dc cosas'

Anotemoscontintadecolorrojo'porejemplo'laslineasodatosque Engan que ver con ella'

Hacen referencia a est'a segunda ideab6sictl:

10. "Chupan"' monarquia" (l(neas ll-12)'

1 1 . "Manejada" ' confusi6n" (12- l5)'

12. "Todo eslo..' del campo" (19-22)'

13. "Se quiere"'de la pluma" (A-25)'

14. "De esta forma"' dejar vivir" (27-30)'

15. "Son muy amigos"' el tiempo" (36)'

16. "De responder como"' burlarse de todos (36-39)'

17. "A prop6sito"' manos vacias" (39'43)'

18. "De modo parecido"' mismas negativas" (44-54)'

19. "Pero siempre"' mismas negadvas" (48-54)'

* Por fltimo, pasemos a la $ ficha grande (o 3! serie de fichas peque-

fras):

- Idea bdsica: Posibles remedios y resistencias a los mismos'

- Anorcmos con tinta de color verde' por ejemplo' las lineas y datos

que tienen que ver con esta idea'

- Hacen referencia a esta ideadirecgiz:

20. "Es un mal"' franqueza" (lineas 34)'

21. "Gente ociosa"' del campo" Ql-22)'

22."Enlo riltimo"' de la pluma" (23-25)'

23. "Los grandes"' vivir" (28-30)'

24. "Desobras"' seguridad" (3 I -35)'

* Nos hallamos, asi, con lodo el texto subrayado: sus datos e ideas se-

cundarias han sido distribuidm en tres bloques'

67

- No cabe duda de que cada idea b6sica admite matizaciones y com-

partimentaciones, de manera que lo logrado hasta ahora es s6lo el

primer paso hacia la reorganizacidn del texto. De momento, cada

idea bdsica tiene ya, aunque desordenados (u ordenados tal como

han ido saliendo), los datos que le son afines.- Pero ahora estaremos en disposicidn de reordenar esos datos dentto

de cada una de las tres ideas. Para ello deberemos seguir algfn cri-

terio de reagrupamiento o reordenador.

r Para el reagrupamiento l6gico (o nuevo orden a establecer de los da-

tos asimilados a cada idea) que se propone a continuaci6n, hemos seguido

el criterio de ir de lo general a lo particular; de lo abstracto a lo concreto;

de lo mayor a lo menor. Indudablemente, cada comentarista elegird el sis-

tema que crea mds conveniente. Veamos el resultado.

* Reorganizaci6n l6gica de los datos acumulados a la 1r ficha grande (o

de las 9 fichas pequeflas que le corresponden):

I. Administraci6n en estada de podredtmbre.

I . Aparici6n y multiplicacidn de cargos superf'htos e initiles:

a) En general (fichas l, 3, 6 y 8).

b) En los Consejos, en puticular (ficha 4).

c) Destaca el Consejo de Hacienda (ficha 5)

d) Dentro de Hacienda, suContadwia (ficha 7).

2. La adninistrsci1n es intrincado (ficha 6 bis).

3. Origen de este lamentable estado:

a) Los Grandes quieren benficiar a srts dcpendientes (ficha2).

b) Para colocar a amigosy clientes (ficha 9).

* Reorganizaci6n l6gica de los datos acumulados a la 2! ficha grande (o

de las 10 hchas pequeflas que le corresponden):

II. Males quc originan tal estado de cosas.

I . Confusionismo entre los administrdos (fictln Il).

2 . D e smoralizaci6 n e ntr e lo s a.dtninis trqdo s:

68

a) Haci4ndales perder el tiempo (ficha l5).b) Respondiendo siempre con evasivas (ficha 16).c) No diciendo nuncaque no (ficha 19).

3. Cultivo de la mcdiocridad (ficha I3).

4. Gastos inrttiks y empobrecimiento:

a) Sangrando a los vasallos del Rey (ficha 10).b) Empobreciendo sl Rerno (fichas 12y t4).

5. Desprestigio ante el exteior:

a) Caso del condc Ballati (ficta l7).b) Caso del enviado dc Inglaterra (ficha l8).

* Por riltimo, reorganizaci6n t6gica de los datos acumulados o asigna-dos a la $ ficha grande (o de las 5 fichas pequeflas que le conesponden).

IIL Posibles remedios y resistencias a los mismos.

I . Parte de los empleados defurtanvolver al campo (ticha 2l).

2. Resistencias e impedimentos a los posibles remedios:a) Los intereses de los Grandzs (ficha22).

b) Cor{abulaci6n de los Grandes y sus beneficiados (ficha 23).c) l,os ministros quieren ganar tiempo (ficha 24).

3 . Faka dc autoridad (ficha 20).

* Reagrupados, como se acaba de exponer, los datos que son afines acada idea principal, estaremos en condiciones id6neas para emprender elan6lisis de cada una de ellas, siguiendo un m€todo "l6gico-literal" o"mixto", aunque naturalmente tendremos que hacer una llamada al exterior.a la Historia, solicitdndole a 6sta los datos e ideas subordinadas que nossean precisos para acabar de perfilar dicho an6lisis. Hace falta, por lotanto, saber Historia.

El comentario propiamente dicho comienza ahora: ello supone elan6lisis sucesivo de cada idea principal y sus datos.Este proceso de reagrupamiento y ordenaci6n puede parecer, enprincipio, una pdrdida de tiempo: a la larga y en el fondo, supone

69

todo lo contrario, un ahono considerable, sobre todo para aquel que

no es muy ducho en la pr6ctica de comentar un texto.

- Por otra parte, se facilita la comprensi6n del texto ya que no queda

recoveco alguno sin haber sido tenido en cuenla, ademds de que

confiere al comentario unicidad, secuencialidad y orden.

* Naturalmente, cuando se ha adquirido el mdtodo de trabajo, esta tarea

se hace de manera automdtica. Basta con tomar una simple hoja aparte, tal

como se indica en el grdfico adjunto.

2.") Analiis sucesivo de cada idea principal o directiz

* Una vez que se han delimitado las ideas principales o directrices del

texto, y tras haber reunido en lorno a cada una de ellas las que les estin su-

bordinadas y los datos m6s relevantes, tendremos que completar la infor-

maci6n precisa rebuscando en la Hbtoria.

* Comienza ahora el proceso analitico de cada idea directriz por sepa-

rado, una tras otra, sucesivamente.

Cuando tomemos prestados ideas y datos del propio texto, se har6

referencia expresa de ello, indicando la palabra, dato o frase corres-

pondientes, inscribiendo, entre pardntesis, las lineas afectadas, tal

como se ha hecho en el ejercicio anterior.

Si se han reordenado de manera adecuada ideas subordinadas y da-

tos del texto (de mayor a menor, de lo general a lo particular; de

lo concreto a lo abstracto, etc.), estaremos siguiendo un "m6todo

l6gico", primero, y un "m6todo literal", despu6s.

r No obstante, este proceso analitico de cada idea directriz da como re-

suludo una cierta dispersi6n en la redacci6n, por lo que al finalizar el an6-

lisis de todas ellas, se impondr6 inmediatamente una sintesis de los logros

alcanzados, ademds de una valoraci6n de 6stos. Nos adentraremos, asf, en la

tercera fase del comen[ario: la conclusi6n.

10 7 1

GRAFICO

HOJA DE RECOGIDA DE DATOS POR CADA IDEA PRINCIPAL

II IDEA

DATOS DEL TEXTO

PRINCIPAL

LLAMADA A LA HISTORIA

Dato I

Dato2

Idea i

Dato 3

Dato 4

l&^2

Dato IIdea IDato 2Dato 3ldea2

2IIDEA PRINCIPAL

DATOS DEL TEXTO LLAMADA A LA HISTORIA

Idea I

l&^2

Dato I

DatoZ

Dato IDato 2Dato 3Idea IDato 4

} IDEA PRINCIPAL

DATOS DEL TEXTO LLAMADA A LA HISTORIA

Idea I

Dato I

Dato2

l&^2

Dato 3

Idea I

Dato I

Dato2

Dato 3

c) Fase sintetizadora y valorativa: Conclusidn

* Tras la "introducci6n" (fase descriptiva) y la "explicaci6n" (fase ana-

litica) del comentario de cualquier texto hist6rico, nos adentramos en su

parte final: la "conclusi6n" (fase sintetizadora y valorativa).

* Segrin FOHLEN y SURATTEAU, la conclusi6n debe servir para lograr

un doble efecto:

- "De wta parte, neagruryr en pocas plabms bs camcteres esenciales

del texto, precisar su interis, indicar lo que qporta de nucvo. Pero

es preciso ante todo dc guardarse de emitir rn juicio sobre el texto,

pues esto no es el objeto de la explicacihn".

"De otra parte, colocar el texto en su cuadro histdrico, mostrar lo

quc nos aporta para el conocimiento dcl periodo, o de ciertos per-

sonajes, o de ciertos problemas histdricos. Una explicaci6n no es

completa verdaderamente mds que si termina abriAndose amplia-

mente a lq historia, sirviendo de pucnte entre el texto y los aconte-

cimientos que en il se refieren"38.

- De acuerdo con ambos aulores, excepl.o en la prohibicidn de emitirjuicios de valor sobre el texto, que nos vendr6n dados por la

"explicaci6n".

* La conclusi6n se presta, al igual que la inroducci6n, a pensar en un

€squema previo, lo cual no implica carencia de flexibilidad para desarro-

llarlo, Este esquema debe basarse cuando menos en los cuatro aspectos si-

guientes: a) Reagrupamiento de los rasgos esenciales del texto; b) Grado de

credibilidad del texto en funcidn de su autor; c) Alcance del texto; y d)

Inter6s del texto.

* [: fonnulaci6n de una conclusi6n adecuada admite graduacioneg en

virtud de niveles de formaci6n hist6rica:

l8 Foul-eN, C. y Sunnrreau, J.R., Textes d'histoire contemporaine.gards sw l"histoire", l . Paris, Sedes, 1967, ptg.23.

I L

A nivel b6sico, rinicamente se puede pretender que los alumnos

concluyan el comentario cumplimentando el primer aspecto: rea-

grupamiento de los rasgos esenciales del texto.

A nivel medio, con alumnos en fase de formaci6n, el comentarista

deber6 tener en cuenla previamcnte alguna lectura o explicaci6n

propuesta por el profesor que le permita alcanzar perspectiva sufi-

ciente como para tratar, ademds del reagrupamiento, de perfilar la

credibilidad. alcance e interds del texto.

A nivel superior, la conclusi6n supone todo un reto a la prepara-

cidn remota o previa del comentarista. Ahora pone a contribuci6n

todos sus saberes y los contrasta con el texto objeto de comentario.

1.") Reagruparniento dc los rasgos esenciales del texto

. * A lo largo de la "explicaci6n" -parte analftica-, el texto nos ha

mostrado sus entrafras. Todos sus componentes han sido tratados a fondo,

tan intensa y extensamente que, en realidad, la idea de conjunto ha quedado

desvaida. Se hace imprescindible, por lo tanto:

Reagrupar en pocas palabras las partes esenciales del texto y su es-

tructura ftrmal.

Resumir escuetamente las ideas bfsicas que contiene, encadendndo-

las ordenada y secuencialmente.

y relacionarlas, si es posible, con otras ajenas al mismo, si pre-

ciso fuere para aclararlo.

Condensar con claridad las lagunas, deficiencias o erores objeti-

vamente advertidos.

2.") El grado de credibilidad enfunci6n del auor

* A la hora de formular el balance final, parece imprescindible, asi-

mismo, concluir con un repaso de las intenciones y m6viles del autor del

texto.

"Re -

- ' -

73

"El histoiadar debe descordiar dc toda afirmaci6n dz un autor, por-que ignora si es mentirosa o err6nea", dk6 SEIGNOBOS3g.

Evidentemente, no siempre hay que partir de esta desconfianza,pero si fuera asf, procederia entonces someter al texto a verifica-ciones objetivas para establecer su grado de credibilidad, en fun-ciSn del autor.

* Puede importar, en primer lugar, determinar el grado de sinceridad delautor, en funci6n de sus posibles intereses personales o como integrantede un grupo social concreto:

"El valor de la afirmaci6n de un autor depende inicamente de lascondiciones en las que ha trabajado. La critica no tiene otro re-cwso que examinar estas condiciones. Pero no se trata de recons-truirlas todas, basta con respondcr a uns sola cuesti1n, si el autortw trabajada o tn como es dcbido'N.

Piene SALMON, siguiendo fielmenre a SEICNOBOS, nos dice que"la critica de sinceidad pretende comprobar si el autor no desJiguraintencionadamente los hechos de su relato. En efecto, el autorpuede decir rn laverdad., sirc lo que quiere quc pqse por la verdad.Esta critica es absolutamente necesaria para dcscartar las afirma-ciones engafiosas quc frguran en un dacurnento"4l.

Un aulor ha podido mentir o ser inexacto por causas muy diversas;segrin SALMON42 y MARICHAL43, que a su vez se fundamentanen SEIGNOBOS, esas causas principales por las que un autor puedealterar la verdad podrian sena) Porque le interesa mentir, cual es el caso de la mayorfa de las

actas oficiales, como salvaguarda de un "status" a mantener.

3 9

404 l

424 3

1 A

Cfr. L,tNct-ols, C.V. y SrrcNonos, C., Introducci6n a los estudios hist6-ricos. Buenos Aires, La Pl6yade, 1972, p5g. 118.Ibidem, p6g. 122.SaluoN, Piene, Historia y critica. Introduccihn a Ia m,etodologta hist6-rica. Barcelona, Teide, 1972, pAg. 102.I b i d e m , p d g s . 1 0 3 - 1 0 7 .M.qntcHA,r-, Robert, La critique des textes... (Op. cir.), p6g. 1.342.

b) Porque existen algunas circunstancias que le rodean en el ins-

tante de redactar el texto, las cuales le obligan a mentir o de-formar por coacci6n o imperativo.

c) Por antipatia o simpatia personal hacia un grupo de hombres(secta, partido, pais), o hacia un conjunto de docrinas o insti-

tuciones, con las que comulga o no.

0 Por salvaguardar su propia vanidad, bien individualmente bien

como parte integrante de un grupo constituido.

e) Por agradar y seguir contando para un priblico o destinatarios

a los que se dirige.

f) Por conformismo, impotencia o falta de valor para escribir la

verdad tal cual es.

Por lo tanto, la credibilidad de un texto esti, en parte, en funci6n

del grado de sincerklad de su autr.

_ * En segundo lugar, interesa tener en cuenta el grado de exactitud his-

t6rica del texto comentado. Si se han cometido errores de apreciaci6n y la

naturaleza y causits de los mismos.

L-a cr(tica de exactitud persigue el descubrimiento de los erroresinvoluntariamente cometidos en la redacci6n de un texto al narrarun hecho histdrico concreto44. De entre las posibles inexactitudes,interesa destacar, sobre todo, aquellos casos en los que el autor:

a) Piensa haber visto y entendido bien, pero en realidad ha sidoimpedido o dificultado por un motivo personal interior in-

consciente: una ilusi6n, una alucinaci6n o un simple prqui-

cio.

No se hallaba bien ubicado para ver, ok y/o entender aquelloque luego nos relata consecuentemente deformado.

Nos afirma acontecimientos y hechos que, si bien los pudo

observar directamente, no se molest6 en hacerlo y habla por

boca de tercercs.

b)

c)

44 V6anse las obras de SgtcNonos, M,cRrcHnL y S,lt-uoN ya citadas.

1 5

0 Ahrma y expone un hecho de tal natural eza qrre no pudo habersido conocido por la simple observacidn, puesto que se le pu_dieron pasar por alto aspectos ocultos o secrelos.

Los errores de un texto, incluso los involuntarios, y su grado deinexactitud histdrica deben ser tenidos en cuenta a la hora de efec-tuar el balance final de todo comenario-

Pero no basta con estre doble control de sinceridad y de axactitud.El comentarista, si estd en condiciones de ello, debe asegurar to-dav(a miis el grado de credibilidad del texto comentarto.

* Es decir, en tercer lugar, es preciso indicar si ra fuente es aut6ntica ono, si es lo que parece ser o si ha sufrido algrin tipo de falsificaci6n:

- Ante un texto originat, sus caracteres externos poddan aliviar estatarea: tinta, tipo de letra, clase de papel, filigranas, erc.

- lv1as, generalmente, se fatard de textos impresos no originales, de-biendo tener en cuenta entonces sus caracteres intemos, de entre loscuales algunos pueden referine "a contradicciones de contenido, qtuse encuentran en oposici6n: l.o, con la 6poca de quc se quiere lwcerproceder lafuente;2.", con el lugar de quc Wrece procedcr; 3.", conla persona que porece ser su ctutor. Es posible, ademds,4.", la con_tradicci6n con los caracteres y la etapa evolutiva en que dcba en-contrarse el ginero de fuentes al que lafakif;caci6n pertenece. 5.",puede escapdrsele tambi4n al falsiftcador alguna equivocaci6n noPrevista"45 '

-_ El hecho de que un textro resultase haber sido manipulado o fal-seado puede entraflar tanto interds como si se tratara de uno autdn-tico, debiendo indagar los motivos del fraude o, cuando menos.apuntar hipdtesis razonadas.

* En cuarto lugar, conviene aplicar una minima critica de interpreta-

45 Brurn, Wilhelm,Bosch, 1970, pdgs.

16

Inroduccihn al estudio de la historia. Barcelona.290-292.

ci6n a travds de la que ge "analiza el contenido de un documento para de-terminar qr6 ln dicln y quc lw querido decir eI uttor"6:

- Es decir, el comentarista debe intentar comprender no s6lo el sen-

tido literal (qu6 dice el autor), sino tambidn el sentido real (qu6

quiso decir). Para ello es imprescindible el conocimiento exacto dela lengua que utiliza el autor; saber el significado concreto de cadapalabra, de cada modismo, de cada giro...

- Cuando se ha captado el aut6ntico sentido del texto comentado,

descubrimos plenamente al autor, "el historiador llega entonces cl

aislar las convencioncs sociales, los idcas recibidas, Ios modos quz

son como pantallas, Jiltos, como dicen los fot6grafos, que se in-

terponen entre los hechos y el escritor, entre la realidad y lo que de

ella pensaban los contemprfurcos'fr .- Pr6cticamente ningrin texto del pasado escapa a estas posibles de-

formaciones receptivas que el comentarista deberfa tener presentes

en este momenlo de su nabajo intelectual.

r Por fltimo, en toda conclusi6n debe tratarse de aclarar c6mo pudo

conocer el autor el hecho que relata y si se hallaba en condiciones iddneas

o no para conocerlo bien, es decir, es preciso determinar, hasta donde seaposible, su competencia.

"Es preciso emmirwr la calidad del tcstimonio relatado, quz debe

se directo (sin inermediarios), completo (es fucir, referirse a la to-

talidad del hecho observado y no a uta solo fu sus aspectos) y de-purado (es decir, sin los comentarios subjetivos quz a veces Ie en-

vuelven1"48.

Sin duda alguna, importa tener en consideraci6n detalles, a veces

nimios, que determinan gradm diversm de competencia para narrar

un hecho histdrico: eestaba cansado?, efue testigo directo o al-guien le narrd los hechos?, 4cont6 con fuentes id6neas de informa-

ci6n?, icopi6 de un tercero sin citarlo?, etcctera.

46 SALMoN, Pierre, Hisroria y crttica... (Op. cit.), pdgs. 90-97.47 M^q,nIcH.AL, Robert, La critique des textes... (Op. cit.), pilg. 1.327.48 SrLuoN, Piene, Historia y crltica...(Op. cit.), pilg. 97.

77

* Todavia, si es factible, aparte de someter texto y autor a los cincoprocesos precitados, convendria una verificaci6n del testimonio:

Se trataria de comparar "el contenido del documento con otros tes-

timo nio s inde pe ndie ntes'Ag .

* Determinar el grado de credibilidad de un autor y su obra puede ser

dificultoso, puesto que requiere amplios conocimientos del momento his-

t6rico recogido en el texto, de sus posibles enfoques, de sus mfltiples

puntos de vista, de la bibliografia adecuada y del estado de la cuesti6n.

- Por lo tanto, la calidad de esta parte de la conclusi6n estard en fun-

ci6n directa a la preparaci6n personal de cada comentarista. No obs-

tante, cdmo no, caben matizaciones, estados intermedios, simples

pinceladas, notas sueltas, comentarios aislados.

Sea como fuere, el paso siguiente consistir6 en determinar el al-

cance del texto.

3.o) Alcance del texto

* Denfo de la "conclusi6n", debe hacerse menci6n a las consecuencias

l6gicas que se han derivado o pudieron derivarse del contenido del texto

propues!o:

- Si se trata, por ejemplo, de los bienes recibidos por una familia a

trav€s de un legado testamentario, interesaria indicar de qu6 modo

influyeron aqudllos en el desarrollo posterior de la misma.

Importa, asimismo, determinar c6mo las reformas arancelarias

aprobadas en un Consejo de ministros (ese es el contenido de nues-

tro texto) han logrado y en qu6 medida el aumento de las exporta-

ciones.

El tratado de paz signado entre dos Estados soberanos (de eso habla

el texto objeto de nuestro comentario, por ejemplo), ide qu6 forma

se cumpli6 y hasta qu€ punto t€rmin6 con la disputa entablada?

49 SnruoN, Piene, Historia y cr{tica... (Op. cit.), p6g. 90.

78

* Por lo lanto, el alcance de un texto est6 en relaci6n con los logros

positivos o negativos obtenidos en un momento determinado, y en raz6n

de las presiones, resistencias y obstdculos que sus disposiciones o sus

ideas hayan tenido que vencer. El conocimientio de los hechos hist6ricos

es, pues, imprescindible para poder realizar con cierto 6xito esta parte del

comentario.

4.o) Interds del texto

* Por dltimo, conviene determinar qu6 aporta el texto al acervo hist6-

rico del pasado, y calcular, asimismo, de qu6 modo condiciond el ritmo de

la Historia; c6mo refleja las necesidades de una clase social; de qu6 manera

recoge las ideas de un grupo humano; de qud forma se opone a otros pun-

tos de vista coet^6neos; hasta qud punto representa la expresi6n de una mi-

noria o de todo un pueblo, etc.

I Los textos que el hombre o las m6quinas manejadas por 6l producen

son de indole y origen diversos: administrativos, contables, religiosos, li-

terarios, de evasi6n, econ6micos, sociales, juridico-econ6micos, satiricos,

polit icos...

Su inter6s podr6 estar determinado por gradm de parcialidad o im-

parcialidad, de libertad o sometimiento, de lealtad o deslealtad, de

presi6n o de laxitud, de espontaneidad o c6lculo frfo, de agradeci-

miento o de despecho. Podremos hallar cronistas a sueldo de la co-

rriente frente a narradores perseguidos; constituciones liberales

frente a leyes restrictivas; para unos, libelos, para otros, catecis-

mos. Para los de hoy, propaganda ilegal; para los de ayer o ma-

flana, tal vez justas reivindicaciones. Frfos-confratos nouriales

frente a jugosos textos literarios; poemas frente a estadfsticas; re-

latos de viajes junto a sentencias judiciales. Todos son lextos

cuyo inter6s conviene determinar.

El problema del historiador, primero, y del comentarista, en su

lugar, consiste en la dificultad de discernir la verdad entre tanto

l9

cfmulo de noticias escritas y frente a tal diversidad de opiniones.Y determinar su inter€s.

Los textos escritos interesan m6s o menos en funci6n de la calidade importancia del mensaje que aportan para la discusidn de unproblema concreto de cualquier faceta de la actividad humana.

* Una vez reagrupadm los rasgos esenciales del texo; despuds de indi-car hasta donde haya sido posible el grado de credibilidad del mismo; de-lerminado su alcance y valorado su inter6s, la "conclusi6n" (fase sintetiza-dora y valorativa de todo comentario) estard finalizada. Y tambi6n la totali-dad del trabajo intelectual que comporta un comentario convencional. Noobstante, quizds las pdginas siguientes puedan servir para ayudar a dar unsalto hacia adelante, para ir mds all6 de ese comentario convencional.

6. M6s all6 del cnmentario convencional

* La t6cnica del comentario que se ha p,ropuesto hasta aquf funcionaperfectamente y es suficiente siempre que el comentarista tenga conoci-mientos histdricos, por una parte, y ejercite de manera conveniente las ca-pacidades mentales que conducen a la aplicaci6n, al andlisis, a la sintesis y

a la valoraci6n, por otra.

- No obstante, para quienes deseen profundizar todavia m6s en este

terreno, o cuando el comentario ha de realizarse sobre un texto ex-

tenso y complejo, de car:dcter y aplicaci6n muy universal, con im-plicaciones diversas y, sobre todo, si se trata de una serie o colec-

ci6n documental, se requiere la utilizaci6n de una t6cnica m6s

compleja que abarque todo el espectro de posibilidades de interpre-

taci6n.

* Resulta muy dif(cil esquematizar todo el entramado de ope.raciones

mentales que un comentario de texto comporta a un nivel superior y, por

serlo as(, se ha cre(do conveniente y posible aplicar una de las varias taxo-

nomias referidas solamente al campo de los objetivos cognoscitivos, ha-

80

biendo elegido por su claridad la elaborada por Benjamin S. BLOOM y sus

colaboradores5o.

* Siguiendo, pues, a Bloom, y siempre que no se trate de un comenta-

rio convencional como el que se acaba de describir hasta este instante, a 1o

largo del presentre trabajo, interesa desarrollar las siguientes actividades:

i.o) Comentrrio dirigido a los mriltiples conocimientos requeridos por el

texto; 2.") Comentarios sobre aspectos del texto que implican grados dis-

tintos de comprensi6n; 3.") Aplicaci6n de las ideas contenidas en el texto;

4.") Todo texto a comentar a nivel superior debe ser sometido a un rigu-

roso y variado proceso de an6lisis; 5.") Todo texto debe ser sometido, asi-

mismo, a un profundo proceso de sfntesis: 6.') Todo textio debe ser suscep-

tible de ser evaluado.

a) Comentario profundo dirigido a los conocimientos requeridos por el

t€xto

r Implica el reconocimiento y recuerdo de cnnocimientos y hechos ais-

lados de tdrminos, de principios y de reliaciones.

* El tipo de conocimientos que requiere el comentario profundo de un

texto puede referirse a: 1.") Datos especificos o concretos; 2.o) Modos,

formas y mdtodos de tratar conocimientos; 3.") Principios universales.

l.o) Se precisa el conocimiento de datos especificos o concretos que

son bdsicos y fundamentales dentro del comentario profundo de un texto:

nombres, batallas, reyes, fechas, tratados, lugares, caracterfsticas, aconte-

cimientos. Constituyen, pues, el material primario. Pueden referirse, a su

vez, a:.

50 BLooM, Benjamfn S.,Taxorwmy of Educatiotnl Objetives, Handbook I:

Cognitive Domain. New York, Davic McJay, 1956 y 1966. Traducci6ny edici6n espafrola por las editoriales "El Ateneo" (Buenos Aires' l97l)y "Marfil" (Alcoy, 1973), con el titulo de Taxonomia de los objetivos

de Ia educaci6n.

8 l

Conocimientos term inol6gicos:. Obtenci6n del vocabulario de base de los posibles contextos

hist6ricos que se nos presenten.. Definici6n de los t6rminos hist6ricos que se nos den: democra-

cia, cesaropapismo, sufragio universal, sitrapa, tirano, tratado,

decrelo, etc.

Conocimienlo de hechos especifi cos:. Recordar fen6menos sociales, econdmicos, politicos, cultura-

les, hist6ricos que afecten al texto objeto de comentario.. Recordar los acontecimientos a los que se refiere el texto.. Conocer las disposiciones legales que aparecen en el texlo.

2.") Se precisa, en segundo lugar, el conocimiento de los modos, for-

mas y m6todos de tratar cnnocimientos especfficu o concretos. Es esencial

que el comentarista de un texto que desea profundizar conozca los mdtodos

y t6cnicas para la obtenci6n de daros, que conozca los m6todos histdricos,

los criterios de ordenacidn de los hechos hist6ricos, las clasificaciones,

procesos y tendencias de las etapas hist6ricas, etc. Todo ello implica:

- Conocimiento de las convenciones:

. Utilizaci6n, por su conocimiento previo, de los signos conven-

cionales que puedan d6rsenos en un texto. O saber que"democracia" puede ser una convenci6n equivalente a "libertad";

"nazismo" = "autoritarismo"; "Esparta" = "estado guerrerc"...

. Conocer el empleo de los modos de representar en datos num6-

ricos los aspectos cuantificables de un texto.

- Conocimiento de las tendencias y procesos (o secuencias):

. Conocer los efectos que un hecho polftico o econ6mico (una

deportaci6n o una emigraci6n en masa) puede producir.

. Conocer las tendencias polfticas subsiguientes a un proceso

violento (guena, levantamiento, morfn) o a un proceso pacfhco

(traspaso de poderes politicos constitucionales, elecciones,

nansmisi6n hereditaria).

82

. Conocer el proceso seguido en su desarrollo por las institucio-

nes a las que pueda referirse un texio.. hecisar las causas originadoras de las transformaciones socio-

culturales del periodo hist6rico concreto recogido en el texto.. Conocer las etapas organizativas de las distintas comunidades

sociales.

Conocimieno de las categorias y clasificaciones:. Conocer la divisi6n administrativa, polftica, judicial, etc. del

pa(s, regidn o conjunto de pafses a los que se refiere el texto, si

fuera preciso.. Conocer los diversos partidos polfticos de un pafs democrdtico

para centrar al que concretamente pueda referirse el texto.

Conocimiento de lm criterios:. Conocimiento de los criterios que permiten apreciar la objetivi-

dad del autor de un texoo.. Conocer la informacidn precisa para seleccionar adecuadamente

la bibliografia apropiada para profundizu en la entrafla de un

texto.. Conocer los criterios esenciales para discernir la autenticidad de

los vestigios del pasado.. Conocer los criterios que evalfan la idoneidad de los distintos

reg(menes politicos en relaci6n con el grado de libertad conce-

dida a los ciudadanos.

Conocimiento de la metodologia:. Saber sobre los m€todos vdlidos para la obtencidn de datos de

cardcter hist6rico a travds de encuestas. entrevistas. cuestiona-

rios, etc.. Conocer las tdcnicas organizativas de la informaci6n de datos

hist6ricos.. Conocer, para descubrirlas en el texlo propuesto, las tecnicas de

acci6n social encaminadas al logro -por parte de las autoridades

o grupos de presi6n- de objetivos sociales, politicos o econ6-

micos determinados.

83

3.") Por riltimo, se precisa del conocimiento de los principios univer-sales. Se trata del nivel de mayor abstracci6n dentro de este primer obje-tivo cognoscitivo, a tener en cuenta en cualquier comentario de texto pro-fundo. Implica el conocimiento de las teorias, ideas, sistemas, esquemas yestructuras por los que se organiza el estudio de fendmenos, la resoluci6nde problemas y laorgnizaci6n de las ideas. Pueden referirse a:

- Conocimientos de principios y generalizaciones, extraidos del de-tenido examen de hechos acaecidos con anterioridad:. Reconocer c6mo de la observacidn de las acciones y reacciones

de un grupo humano frente a un hecho determinado se puedenextraer norrnas generales del comportamiento humano, y apli-car al texto objeto del comentario, si es pertinente.

. Conocer las leyes y preceptos que determinan las acciones ydecisiones fundamentales entre los hombres: el sentido del de-ber, el honor, la fuerza de la sangre y delaraz4etc.

. Conocer los principios estratCgicos, econ6micos, politicos oimperialistas que pueden originar una expansi6n armada.

- Conocimiento de teorias y estructuras:. Conocer la teorfa politica de un pa(s determinado y c6mo oca-

siona una organizaci6n estructural determinada de sus 6rganosde gobiemo.

. Conocer las teorias que originan los distintos sistemas eco-n6micos (colbertismo, librecambismo, autarquismo, diri-gismo, socialismo, el.c.).

. Conocer alguna teor(a sobre: a) la evolucidn de la cultlra; b)c6mo incide en la economfa humana la influencia del mediogeogrdfico.

. Conocer la estructura y organizaci6n de los servicios priblicos:gobiemo nacional, provincial, municipal.

* El primer objetivo a desarrollar, por lo tanto, en el comentario pro-piamente dicho de todo texto a un nivel superior o profundo debe ir enca-minado a fijar los meros conocimientos hist6ricos que encierra, desde sunivel m6s elemental hasta el mdximo grado de abstracci6n.

84

b) Comentario profundo sobre aspectos del texto que implican com-prensi6n

* AdemSs de conocer, por memorizaci6n o consulta, los aspectos deltexto que acabamos de tener en cuenta, es preciso comprenderlos, auncuando no sea necesario ni imprescindible relacionarlos con otros datos.Aparte la memoria, pues, entran en juego ahora otros procesos mentalesmds complejos. Se trata, en definitiva, de demostrar que el texto hist6ricopropuesto ha sido comprendido hasta su mds nimio detalle.

* La comprensi6n profunda de un texlo puede ser manifestada mediantetres tipos de comportamiento: 1.") Traducci6n;2.") Interpretacidn; y 3.o)Extrapolaci6n.

1.") Il traducci6n de un conjunto de simbolos a otro implica el pasode un lenguaje a otro, de un texto a un resumen, de un texto a un dibujo, oa una fdrmula, de un texto a un mapa. Veamos algunos ejemplos:

- Capacidad para representar gr6fica o esquemdticamente mediante ta-blas, croquis, grdficos, etc. el contenido de un texto hist6rico.

- Capacidad para traducir un documento histdrico no escrito a tdrmi-nos verbales.

- Capacidad para condensar un texto a t6rminos m6s simples.

z.")la interpretaci6n del texlo implica que comprendido su signilicadopueda establecerse un nuevo puntro de vista o enfoque de acuerdo con un re-ordenamienlo de los elemenlos que constituyen dicho texto:

Habilidad para saber interpretar la informaci6n que encierra un do-cumento estadfutico.

tlabilidad para exraer y expresar conclusiones de documentos pre-sentados en formas porcentuales o dalos numdricos referidos a as-pectos histdricos, socio-econdmicos, etc.

Aptitud para interpretar el posible mensaje politico, econ6mico,etc. de una caricatura. de un chiste.

- t - - r -

85

Capacidad para saber distinguir dentro de un texto lo verdadero de

lo falso, lo accesorio de lo importante.

Suficiencia para discemir entre conclusiones de tipo hist6rico acer-

tadas o err6neas teniendo en cuenla una serie de datos obietiva-

mentre establecidos como verdaderos.

3.') La extrapolaci6n de los datos de un texto supone sacar conclusio-

nes, consecuencias, deducciones, implicaciones y corolarios que no est5n

incluidos manifiestamente en el texto objen de comentario. EIlo requiere

previamente traducir e interpretar a la vez y extender las tendencias m6s

allS de los datos:

- Una vez conocidqs las variables de uru situaci6n (depreciacidn de la

moneda, descenso de la bolsa, etc.), ser capaz de seflalar las medi-

da\ a tomar para solucionar un problema econ6mico, social, polf-

tico. etc. conocidas situaciones similares.

* El segundo objetivo del comentario de un texto a nivel superior o

profundo va encaminado a manifestar la comprensi6n del mismo en los as-pectos a los que se refiere.

c) Aplicaci6n de las ideas contenidas en el texto para hacer viable el co-

mentario

* ta aplicaci6n supone la capacidad para transferir a casos concretos y

reales los conocimientos manifestados en el texto. Desde este momento, el

comentarista comienza a situarse en el primer peldaflo que lleva al plano

del historiador.

* La aplicaci6n requiere una serie de habilidades mentales de nivel me-

dio de abstracci6n, algunos de cuyos ejemplos, referidos al comentario de

textos hist6ricos, podrian ser los siguientes:

- Vista la distribucid,n politico-territorial de Europa en un momento

determinado, saberla encajar en el tratado de paz conespondiente, en

virtud de las cldusulas que lo conformaron.

86

- Flabilidad para, znte un texto que narra el secuestro de un periddico,

aplicar el articulo de la Ley de prensa que ha podido motivarlo.

- Habilidad para predecir resultados ante la evidencia de ciertas condi-

ciones.

* El objetivo tercero de todo comentario de texlo en profundidad debe

conducir ineludiblemente a la utilizaci6n adecuada de generalizaciones his-

t6ricas concretas.

d) Todo texto debe ser sometido a un profundo proc€so de anStisis

* El anSlisis presupone la descomposici6n, divisidn, desmembraci6n o

disociaci6n de un documento o serie de documentos en cada uno de sus

elementos constitutivos,.en cada una de sus partes integrantes, detectando,

ademSs, las interrelaciones existentes entre esas partes, y tratando de hallar

las causas originadoras de los posibles efectos recogidos en el texto.

r El aniflisis de un texto puede hacerse en tres niveles: 1.") De elemen-

tos; 2.") De relaciones; y 3.") De principios de organizaci6n. Ve6moslos:

1.") El an6lisis de elementos consiste en la identificaci6n y clasifica-

ci6n de los que aparecen tdcita o explicitamente en un texto histdrico, dis-

tinguiendo causas de efectos, antecedentes de consecuentes, presupuestos de

conclusiones, tesis de hip6tesis:

Habilidad para hallar, en consecuencia, las lagunas o deficiencias

que pueda presentar un texto hist6rico.

Habilidad para identificar los motivos diversos que han podido dar

origen a un texto determinado.

Capacidad para discernir una conclusi6n de los elementos o argu-

mentos que la motivan.

Discemir los elementos implfcitos y explfcitos que pueda haber en

un texto.

2.") En segundo lugar, es preciso efectuar un an6lisis de relaciones, es

decir, de las que pudieran darse entre dos o m6s hechos hist6ricos que en

I

? - ' -

8l

apariencia no tienen concomitancia alguna o que, tenidndola con claridad,haya que determinar hasta qud extremo. Deben hallarse las interacciones en-t^re hip6tesis y pruebas, presupuestos y conclusiones, etc.

Habilidad para descubrir en un texto las causas que originaron unarevuelta, un cambio de gobiemo, una declaraci6n de guerra o paz.

Reconocer las relaciones causa-efecto de un hecho socio-econ6_mico presentado en un texto.

Relacionar las constantes hist6ricas de un periodo de depresidn oexpansi6n econ6mica.

3.") Por fltimo, el anflisis de principios de organizaci6n consiste en laidentificacidn de los m6viles, criterios o principios que han originado elnacimiento de una instituci6n, obra humana, organizaci6n social, econ6-mica o polftica a travds de la estructura de sus elementos constitutivos.

- Deducir la posrura ideoldgica de un estadista, milirar, diplomdrico,etc. merced a la totalidad de las acciones o elementos de su travec-toria polftica.

- Establecer los punl.os de vista de un personaje o autor en virtud desu obra.

r Todo anSlisis, en consecuencia, presupone la descomposici6n de unacomunicaciSn en sus partes y obliga al esu,rdio de todas sus interrelaciones.Es parte esencial de cualquier tipo de comentario de textos histdricos, y esexigible con modulaciones a nivel medio y superior.

e) Todo texto debe ser sometido a un profundo proceso de sintesb

* La sintesis supone el ensamblaje y reuni6n de las partes que integranun [odo, constituyendo una operaci6n mental superior que permite la adi-ci6n de elementos nuevos, originando la producci6n de algo distinto.

* Dentro del comentario de cualquier texto, la sfntesis de su mensajesupone un momento decisivo, que se puede efectuar a tres niveles, en vir-tud de los diversos matices que se pueden presentar 1.o) produccidn de una

88

comunicaci6n 6nica; 2.o) Producci6n de un conjunto de operaciones; y 3.")Realizaci6n de relaciones abstractas.

1.") Una primera meta supone la producci6n de una comunicaci6nrinica relativa a las ideas, sentimientos y conceptos que encierra un texto.Se trata de conseguir Ia compresi6n sintetizada de todo el documento convistas a informar, impresionar, persuadin

Resumir en un esquema, plano, mapa, gr6fico o chiste toda laesencia del contenido de un texto dado.

Compendiar en una frase las ideas bdsicas de un mensaje histd-rico.

2.o) Con la producci6n de un conjunto de operaciones o de un plan detrabajo se trata de elaborar un plan o prognrma de actuaci6n ulterior, parademostrar algo:

- Cagacidad para formular, partiendo del texto base, algrin tipo de te-or(a sobre la tarea repobladora de un monasterio en una comarca, elnacimiento de la burguesfa, los problemas sociales, etc.

Habilidad para compendiar las caracterfsticas del Romanticismo,los problemas de la desamortizaci6n, erc., de acuerdo con el textoque se nos propone.

3.o) Por riltimo, procede la realizaci6n de relaciones abstractas que -en

virtud de los elementos concretos y bdsicos del texto- nos permita llegar ahip6tesis, conclusiones o generalizaciones.

Llegar a determinar c6mo en dpoca.s de depresi6n econdmica se re-lacionan hechos tan varios como enfriamiento de las relaciones in-ternacionales, intransigencia polftica y religiosa, autarqu(4 litera-tura moralizant€ y nacionalista, alteracidn de la ley de la moneda,control del pensamiento, etc.Habilidad para relacionar hechos tales como expansidn econ6mica,tolerancia religiosa, literatura de evasi6n, transigencia politica,buenas relaciones intemacionales. moneda saneada. etc.

89

* Este proceso sintetizador quizds escape del marco del simple comen-tario de un texto, carente por lo general de suficiente perspectiva en fun-ci6n de su parcialidad y unicidad. Este objetivo es m6s propio de una obraque contemple un conjunto diversificado de textos, es decir, una colecci6ndocumental.

I Todo texto es susceptible de ser evaluado

* Evaluar un texto histdrico, objetivo supremo de todo proceso cog-noscitivo, consiste en emitir juicios sobre el valor y utilidad del mismo,en relaci6n con su mensaje, sus ideas, sus soluciones y planteamientos, ypresupone indefectiblemente las operaciones anteriores: conocer, compren-der, aplicar, analizar y sintetizar. Es el nivel fltimo, mds alto y m6s com-plejo de la actividad mental.

t La emisi6n de juicios sobre un textJo se puede acometer en funci6nde: l.o) Evidencias internas o,2.") Criterios externos:

l.o) Juicios emitidos en funci6n de evidencias internas. En este caso,los elementos de juicio estdn insertos en el propio texto:

Presupone la habilidad para comprobar la veracidad o inexactitudde los datos aportados y emitir un juicio sobre ello.

Habilidad para enjuiciar el grado de idoneidarl de una medida de go-

bierno con criterios objetivos, a la vista del contexto politico re-flejado en el texto.

Valorar la coherencia de un programa elecloral.

2.") Juicios emitidos en funcidn de criterios externos, de forma que loselementos evaluables se dan en el exterior:

- Supone aplicar al texto o conjunlo de textos comentados modelosestereotipados aceptados como id6neos para ver c6mo responden.

' Se trata, por lo tanto, de comparar y contrastar opiniones, juicios,

criterios y teorfas preestablecidos con los contenidos de nuestro documentoescrito.

90

t Por lo tanto, para que podamos concluir que un texto hist6rico es

"quimicamente" puro, 6ste debe ser capaz de permitir que el historiador y el

comentarista conozca sus contenidos, los comprenda, aplique, analice, sin-

tetice y evalfe.

. En definitiva, las sugerencias o ideas propuestas para la explicaci6n

o comentario convencional son id6nticas a las necesarias para una mayor

profundizaci6n, en virtud de una semejanza de capacitaci6n intelectual del

alumno respectivo, pero difieren substancialmente en la gradual dificultad

de los m6todos empleados para su aplicaci6n:

A nivel convencional, se pretende alcanzar, aparte de rigurosidad,

una agilidad e imaginaci6n s6lo medianamente controladas. El

comentarista a este nivel abarca todos los objetivos cognosciti-

vos, pero sin caer en el rigorismo de las subcategorias y subdivi-

siones formales.

A un nivel m6s profundo, se pretende alcanzar un m6todo riguroso

que prepare al alumno para empresas mds lejanas: articulos, tesis

de licenciatura o doctorado, rabajos extensos.

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COMO EIEMPLO,ALGTJNOS COMENTARIOS DE TEXTO

1. Comentario siguiendo un m6todo literal

TEXTO

TRATADOS DE BASILEA Y CAMPOFORMIO

I) Tratado de Basilea (5 de abril de 1795), entre Francia y Prusia.

"Articulo 1.".- Habrd paz, arnistd y bucna inteligencia entre

b Reprtbhca Francesa y el Rey de Prusiq, tanto considerado como

tal cuanto en calidad de elector de Brandeburgo y de coestado del

Imperio Germinico...

5 Arttculo 4.".- lns tropas de la Repiblica Francesa evacuo-

rdn, dentro dc los quince dlas siguientes a la ratificaci6n... las par-

tes de los estados prusianos qrc pudieran ocupar en la oilla dzreclw

del Rhin.

95

Articulo 5.o.- Las tropas de la Repil,blica Francesa conti-

l0 nuardn ocupando la parte fu los estados dcl Rey de Prusia situados

en la orillsizquierda del Rhin.Tofu arreglo definitivo con resrycto

a estas provincfuu serd posprcsto lwsta la pacificaci6n general ente

Franciuy el Imperio Germdnico...

Articulo 7.o.- Las disposiciorus del articulo 6 (continuacidn

15 de las relaciones comerciales enue ambos Estados) no pudiendo te-

ner pleno efecto en tanto que la libertad del comercio no se haya

establecido por todo el norte de Alemania, las dos potencias con-

tratantes tomardn nudidcs para alejarse del escerwrio dc la guzna...

Artfculo 1I .- La Repiblica Francesa acogerd los buenos ofi-

20 cios de su Majestad el Rey de Prusia en favor de los principes y

estados del Imperio Germdnico qrc deseen entrar directamente en

negociaciones con ella y que, por ests causa, han reclamado o re-

clamen la intervenci6n dcl Rey".

II. Tratado de Campoformio (17 de octubre de 1797), entre Francia y el

Imperio Germ6nico.

"Articulo I.o.- Habrd, en el fururo y por siempre, uno paz

25 s6lida, inviolable, ente su Majestad el Emperador de Romanos,

rey de Hungria y de Bohemia, archiduquz de Austia... y la Repi-

blica Francesa.

Artfculo 3. '.- Su Majestad el Emperador renuncia, por 6l y

sus sucesores, enfavor de la Repilblica Francesa, a todos sus de-

30 rechos y titulos sobre las antiguas provincias belgas, conocidas

bajo el nombre de Paises Bajos austriacos. La Repfiblica Francesa

poseerd estos patses a Wrrytuidad, con toda soberaniay propiedad,

y con todos los bienes tenitoiales qw dependcn de ellos.

Articulo 5. ".- Sr Majestd el Emperafur consiente en qru la

35 Repilblica Francesa posea soberanarncnte las islas hasta ahora ve-

necianas de Levante, a saber: Corfil, hnte, Cefalonia, Santa

Maura, Cerigo y otras islas dyacentes, asi como Butinto,larta,

Venizzay en general todos los establecimientos hastaahoravene-

cianos en Albania, Etc estdn mds abajo del golfo de Lodrino.

40 Articulo 6.".- La Repiblica Francesa consienle en que su

Majestad el Emperador y rey posea en toda soberania y propiedad

los pa{ses de Istria, Dalmacia, las antiguas islas venecianas del

Adridtico,las bocas de Cdtaro,la ciudad de Venecia,las lagurus y

los pafses comprendidos entre los estados lrcreditaios dc su Majes-

45 tad, el Adridtico y una linea que partird dcl Tirol... hasta la orilla

izquierda fo la desembocadura dcl Po en el mar.

Articulo 7.".- Su Majestad el Emperador renuncia o per-

petuidad por sfy sru sucesores y derechohabientes, enfavor de la

Repiblica Cisalpina, a todos los derechos y titulos provinientes de

50 los dcrecllos quc S.M. pudiera pretender sobre los paises quc poseia

antes de la guerra y que forman porte actuolmente dc la Repiblica

Cisalpina, la cwl los poseerd con todo soberania y propiedad.

Artfculo 8. ".- Sr Majestad... recotace a la Repiblica Cisal-

pina como potencia independiente..." .

COMENTARIOsI

INTRODUCCION

fFase descrip$va)

* Los objetivos de la guerra en la Francia revolucionaria variaron entre

l79l y 1793: de propaganda, de exportaci6n de la Revoluci6n, defensiva...

Todos se justificaron convenientemente. Asimismo, la diplomacia francesa

tampoco tuvo un norte fijo: politica expansionis[a, tranquilizadora luego,

nacionalista y expansionista de nuevo. Lo cierto es que al tdrmino de

1793,la Convenci6n habfa logrado alcanzar las fronteras de seguridad so-

fladas por Richelieu.

51 Puede verse un comentario a estos textos en FogleN, C. y Sun.lrrElu,l.R.,Textes d'histoire contemporaine "Regard sur 1'tristoire", l. Paris,Sedes, 1967, pigs. 25-49.

96 97

El pais, sin embargo, se habia dividido. Una buena parte instaba a con-

tinuar la expansi6n armada para defender las esencias de la Revoluci6n; la

oua, los contrarrevolucionarios, ansiaba lapaz a toda costa. Cualquiera de

ambas soluciones era diffcilmente practicable. Ademr{s, el ejdrcito se hab(a

convertido en rirbitro y protagonista alavez de la situaci6n. L-a inactividad

de las tropas podria ocasionar problemas de absorci6n de los soldados deso-

cupados y los mandos no estaban dispuestos a pe.rder los terri[orios con-quistados con tanto esfuerzo.

* Se pensri en la soluci6n intermedia de ocupar nuevos territorios sin

anexionarlos. La anexi6n s6lo deberia producirse en casos extremos deprevisibles reacciones por parte de los pueblos ocupados. Se daba asf paso

al t6rmino medio: pequeflas modificaciones tendentes al logro de zonas deprotecci6n, aut6nticas "marcas" fronterizas de seguridad, al modo carolin-g io.

Tras la derrota de Dumouriez en Neerwinden y la entrada de GranBretaf,a, Espafla y Holanda en la Primera Coalici6n, que encabezaban aus-

triacos y prusianos, Francia organiz6 la movilizaci6n general, sobre la

base de una reflorma del ejdrcilo efectuada por Carnot. I as consecuencias

no se hicieron esperar; Jourdan invadh B6lgica por segunda vez (viclorias

de Wattignies -1793- y Fleures -1794-) y se conquistaba Holanda, que

pas6 a convertirse en Repriblica Bdtava.

* La firmeza francesa hizo que, desde 1793, la situaci6n de los coaliga-

dos contra Francia se deteriorase por momentos:

Los austriacos tienen problemas en el mosaico italiano y ven coninquietud la politica orientalista de Prusia, temiendo no llegar alreparto que se prevd de Polonia.

Los prusianos estdn m6s pendientes de germanizar el Este que delos asuntos del Oeste. Su derrota en Valmy (1792) parece haberlesconvencido de la necesidad del cambio de rumbo, aun cuando ofi-cialmente siguen dentro de la coalici6n, solicitando dinero de GranBretafla para continuar unas acciones bdlicas que, en realidad, nodeseaban.

- Gran Bretafla recelaba de los prusianos que, al no recibir la ayuda

econ6mica, desguarnecen el Rin. ta propia Austria se vuelve hacia

Rusia, acci6n que cristaliz6 en el tratado bilateral de enero de 1795.

- El bloque coaligado, pues, s€ resquebraja. Es mds, Prusia contesta

al tratado austro-ruso con el inicio de conversaciones con Francia,

que se concrelaron en el Tratado de Basilea, de 5 de abril de 1795,

parte de cuyo texto se trata de comentar.

r Lapaz franco-prusiana de 1795 termin6 por romper totalmente el

bloque coaligado. He ah( su imporlancia. En menos de tres meses, las grie-

tas son irrestaflables:

- El 16 de mayo de 1795, Holanda, que habia quedado inerme con la

retirada de Prusia, se ve forzada a firmar el duro Tratado de I-a llaya

con Francia, entregdndole el Flandes holandds, Venloo y

Maestricht, y obligdndose a satisfacer una gravosa indemnizaci6n y

a mantener un ejdrcito franc6s de ocupaci6n.- El 22 de lulio de 1795, es Espaia la que se ve obligada a claudicar

en el Tratado de Basilea, a pesar de la altivez del embajador lriarte;

y si bien se recuperan los territorios conquistados por Francia

(Guiprizcoa) se pierde la parte espaftola de la isla de Santo

Domingo. En 1796, el primer Tratado de San Ildefonso reafirmaba

la paz hispancifrancesa.- NSpoles, Portugal y Toscana signar6n, asimismo, la paz con

Francia.

Fuera de combate Prusia, Holanda y Espafla, el archiduque aus-triaco Carlos prosigui6 la guerra con la ayuda de Gran Bretafia.

En Francia, si bien la opinidn pfblica desea ansiosamente la paz,

los acontecimientos interiores precipitan al gobierno hacia la gue-

rra anexionista. [a Convencidn termidoriana pens6 en la posibili-

dad de la paz, pero en el Directorio, tras el 13 de vendimiario (5 deoctubre de 1795) triunf6 la tesis anexionista, con miras a llegar a

una vicloria total en el continente que aislara totalmente a Londres.

El mayor obst6culo era Austria, y se comenzaron a estudiar las po-

sibilidades de alcanzar Viena"

98 99

* Napole6n libr6, entre abril y junio de 1796,la fulgurante primera

parte de la campafra de ltalia, expulsando a los austrfacos de Mil6n y

I-ombardia, en tanto que el ejdrcito franc6s del Norte estd a punto de su-

cumbir. Napoledn aprovechd la ocasi6n y, en una interpretaci6n personal

de la guena que se libra, se dirige en solitario hacia Viena (1797).

- Asustados los austriacos de la progresi6n de Napole6n, aceptan el

personal juego de €ste y llegan a la firma que supone el primer

paso hacia el cese de las hostilidades: la paz de l-oeben (7 de abril

de 1791), refrendada por el tambaleante Directorio, dnico obstdculo

en la carrera de Bonaparre.

- Napole6n manipulaba poco despuds el golpe de esudo de 18 de

fructidor (4 de septiembre de 1797), significando, asimismo, la

victoria sobre el Gobierno. Las armas y la pol(tica le sonrefan.

- En adelante. el Directorio no se atrevid a enfrentarse abiertamente

con 61, urdiendo una sutil estratagema militar contra Austria en la

que Napole6n no lleg6 a caer, de forma que 6ste se decidi6 a actuarpor su cuenta, y el 17 de octubre de 1797 (28 de vendimiario del

aflo VI) firmaba con Austria el Tratado de Campoformio, parte de

cuyo texto vamos a considerar tambi6n.

EXPI-ICACION

lFase analftical

* Los Tratados de Basilea (5 de abril de 1795) y Campoformio (17 deoctubre de 1797) constituyeron, por lo tanto, dos eslabones importantesdentro del marco de la politica militar de la Francia revolucionaria enEuropa, y mds concretamente denro de los lfmites de la Primera Coalicidneuropea contra los ej6rcitos franceses.

* Veamos concretamente cada uno de ellos:

I) TRATADO DE BASILEA (5 de abril de 1795), entre la RepilblicaFrancesa y el rey Fedeico-Guillermo II de Prusia.

100

I Las conveniencias francesas y prusianas se aunaron y se lleg6 a la

paz. Los franceseS, ansiosos de la paz tOtal, se desilusionaron al conocer el

contenido exacto de los tdrminos del Tratado, puesto que no significaba, en

dcfinitiva, otra cosa que una garantfa prusiana de neutralidad.

* Los articulos m6s interesantes son los transcritos:

a) Articulo 1.": "Ilabrd paz... Germdnico" Q(neas l-4):

* En primer lugar, interesa la precisi6n de los titulos otorgados a

Federico-Guillermo II que, por su parte, firma:

- Como "rey" de un estado independiente, destacando que se trata de

algo distinto del Impcrio, porque a su vez dentro de 6ste actfa:

- Como "elector" de Brandeburgo y de coestado del "Imperio

Germdnico", por cuanto que pertenece a la casa imperial de los

Hohenzollem.

r Deshca el hecho de que no se trata de una alianza, sino de un simple

cese de hostilidades, de forma que Prusia seguini "de facto" unida a los coa-

li gados antirrepublicanos.

b) Articulo 4.o: "Las tropas de la Repiblica.'. orilla derecha del Rhin"

(lineas 5-8):

* Este art(culo esui intimamente ligado con el siguiente. Ambos reco-

gen las disposiciones territoriales del Tratado:

- Evidentemente, Francia salfa beneficiada en conjunto, por cuanto

que los territorios ocupados a la derecha del Rin que ahora debfa

abandonar nunca habian sido ni numerosos ni importantes, reduci-

dos pr6cticamente a cabezas de puente en la zona de Colonia, en

Coblenza y Diisseldorf y alguna, todavfa menos importante, aguas

arriba del Rin.

- Se trata de un rasgo mds efectista para Prusia que efectivo para

Francia, de un signo externo de buena voluntad republicana y de un

logro conseguido por la diplomacia prusiana' Los franceses, no

obstante, continuaban en Alemania.

r0r

c) Articulo 5.": Consta de dos partes netamente diferenciadas entre sf:

* En primer lugar, se lee: "Las tropas de la Repiblica... izquierda delRhin" (lineas 5-8). Es la imposici6n de la potencia que se sent6 a lirmaren condiciones de superioridad. Prusia entregaba a Francia los territoriosalemanes al aeste del Rin, incluyendo en el lote ciudades importantes: las

alemanas de Aquisgriin, Colonia, Maguncia, Trdveris y las actualmentebelgas de Malmedy, Eupen o SainrVith, etc. Francia las ocupard s6lo entanto en cuanto se espera el final de la guerra.

* Porque, efectivamente, en segundo lugar, prosigue el texto, "todo

arr e glo definilivo... I mpe rio G ermdni c o " (lfneas I 1 - I 3).

- La guerra de la Repriblica era total y habia que esperar hasa el finalpara dccidir la suerte de estas tierras de "ocupaci6n", en definitiva,partes integrantes del Imperio Germdnico, con quien afn se lucha.

Estos territorios, en un futuro que se suponia pr6ximo, podian

transferirse a sus legftimos dueflos, ser anexionados por Francia oconstituir con ellos un Estado tapdn independiente.

- En segundo lugar, el cardcter de provisionalidad que se le habfa

dado al Tratado al referirse a sus cldusukn teritoriales dejaba en

buen lugar a Federico-Guillermo II como prfncipe imperial res-pecto del jefe electo del Santo Imperio Romano Germdnico, puesto

que nada referente al Imperio habia sido objeto de negociaci6n deh-

nitiva.

d) El articulo 7." presenta, asimismo, una doble faceta:

* Por un lado, reahrmaci6n del contenido del artfculo precedente, con

el deseo t6cito de que se solventen las dificultades existentes para que pue-

dan llevarse a efecto: "Las disposiciones del articulo 6... norte de

Alemania" (lineas 14-17).

* Por otra parte, representa el reconocimiento de la neutralidad admi-

tida por ambos lados, de la Alemania del Norte, ya que "las dos potencias

contratantes tomardn medidas para alejarse del escenario de la guerra"

flfneas l7-18):

102

- Prusia sale beneficiada en suma, puesto que, guardado ahora su.

flanco Oeste, puede dedicarse al Este, donde tiene, en potencia, la

posibilidad de resarcirse econ6micamente de los gastos de la guerra

que ahora concluye para ella.

- Para Francia, sdlo el Hannover inglds puede representar un atisbo

de peligro, pero este territorio queda con la neutralidad demasiado

aislado como p:ua desempeflar un papel imporranrc.

e) Dice el articulo 11." que "La Repiblica... intervenci6n del rey" (lineas

19-23).Interesante texto. Y dos realidades a tener en cuenta:

* [.a mayor carga de la guerra la habian soportado, aparte de los electo-

rados renanos ahora neutralizados, glan parte de los minrisculos ducados,

landgraviatos y principados del sur y centro de Alemania, pertenecientes

todos ellos al mosaico imperial. Por solidaridad con el Emperador, prose-

guian una lucha agotadora, aun cuando muchos de ellos ya habian mos-

trado deseos de finalizarla bien solidaria bien independientemente. Este art(-

culo dfuimoprimero ef no s6lo un alarde propagandistico, sino una incita-

ci6n, un intento disgregador de la diplomacia francesa.

* Como la guerra entre Francia y el Emperador -cabeza visible de ese

mosaico imperial- todavia continria, se abre asi una posibilidad pacifica-

dora para los pequeflos Estados, pero negociada a travds de un tamiz: el rey

de Prusia, que salta de la categoria oficial de enemigo a la de no s6lo

amigo, sino de intermediario. Golpe de efecto moral, de poder y de presti-

gio contra el Emperador austriaco.

II) TRATADO DE CAMPOFORMIO (17 de octubre de 1797), entre la

Reprtblica Francesay el Emperador dc Awtria, Francisco II.

r De hecho, el Tratado se firm6 en el castillo Passariano, en el cuartel

de Napole6n. Los artfculos m6s importantes, los transcritos:

a) El articulo 1." refiere que "Habrd paz... Repiblica Francesa" (lineas 24-

27\:

103

* Se trata de la exposici6n general de un tratado de paz, cuyas condi-

ciones recogen los siguientes art(culos. De entre todos los tftulos reales

atribufdos a Francisco II, interesa resaltar los de "rey de Hungrfa y de

Bohemia", ya que en calidad de tal se le habfa declarado la guerra en 1792.

Se pretende desligar asf del contexto a los numerosos prfncipes que, sin

embargo, habian participado como coaligados en la contienda.

b) Articulo 3.o: "St Majestad el Emperador... que dependen de ellos"(lfneas 28-33):

* Bien diferente de la redacci6n del Tratado de Basilea. Entonces la

ocupaci6n era hasta que se firmara un arreglo definitivo; ahora la posesi6n

de las provincias belgas imperiales lo es "a perpetuidad", si bien ya hab(an

sido ocupadas previamente.

c) Articulo 5.o: 'Sr Majestad el Emperador consiente,. golfu de Lodrino"(lfneas 34-39):

* Continria el desmembramiento del Imperio, pero m6s sobre el papel

que en la realidad, ya que de momento no podr6n ser ocupadas estas tierraspor las tropas republicanas al estar controladas por Inglaterra, naci6n toda-

v(a no doblegada, de forma que habr6 que esperar al Tratado de Amiens(1802) para que esta cldusula pueda cumplirse efectivamente.

d) Articufo 6.": "La Repiblica Francesa coniente... dcsembocadura del Po

en el mar" Qfneas 40-46):

* La Reptiblica Francesa habfa borrado unilateralmente del mapa pol(-

tico europeo a la Repriblica Veneciana. Ahora, tanto en el art(culo anterior

como en 6ste y en los dos siguientes, se desarticula dicho Estado. Francia

enEega al Emperador austrfaco algo que no es suyo, en contra del derecho

internacional y de gentes en uso. Se ran m6s bien de un acto de piraterfa

polftica.

* Vencida por Napoleon, Austria admite una especie de donativo terri-

torial (Tiena Firme y Dalmacia) sin tener en cuenta los deseos del pueblo

dividido y repartido, ensanchando su salida al mar Adridtico y convirtdn-

dose en algo que siempre habfa deseado: una potencia maritima.

I M

e) Articulo 7.": "Su Majestad el Emperador... con toda soberania y propie-

tud" Qineas47-52):

* El Emperador austriaco, sin embargo, debe admitir el nacimiento no

s6lo de Ia nueva Repfblica Ligfrrica (G6nova), sino de la Cisalpina, con

MilSn por capital, con algunos territorios venecianos.

* Esta Repriblica Cisalpina redondear6 sus lfmites con parte de los te-

nitorios concedidos por el Papa a Francia en el Tratado de Tolentino (21 de

febrero de 1797\.

* Realmente, el Tratado impuesto por Napole6n estuvo en buena parte

originado por el logro y nacimiento de esta Repriblica Cisalpina, recono-

cida por el Emperador austriaco en el artfculo 8 de este mismo Tratado:

"Su Majestad... potencia independiente" (lineas 53-54).

CONCLUSION

[Fase sintdtica y valorativa]

a) Importancia del Ttatado de Basilea frmado entre Francia y husia

* Ya se ha insistido en los aspectos concretos de este Tratado, el pri-

mero de los considerados de cierta importancia, dentro de los que la

Repriblica Francesa se verfa precisada -voluntaria o involuntariamente- a

firmar con el resto de Europa hasta la caida de Napole6n.

i Para Prusia, el Tratado es trascendental. Ninguna de sus secuelas y

conseruencias le son desfavorables:

Econ6micamente, le supone un triple efecto: poner en ordcn sus

depauperadas finanzas, soltar amarras de la servidumbre econ6mica

respecto de Inglaterra y posibilitar nuevos ingresos en las tierras

polacas del Este que persigue.

Politicamente, le supone un despegue de la secular Srbita imperial,

por un lado, y, por otro, terminar con el aislamiento de la Prusia

del Oeste al conseguir soldarla con la del Este como consecuencia

del reparto polaco al que el Tratado le posibilita acceder.

I05

- Diplom6ticamente, tres hechos favorecieron, asimismo, a prusia.

En primer lugar, el reconocimiento agradecido de la Alemania delNorte a lapazlogradaen dichas tierras con la neutralizaci6n: en se-gundo lugar, la promesa francesa (recogida en articulos secrelos) deapoyar a Prusia para una reorganizaci6n de esa Alemania del Nortebajo la dirccci6n de Berlfn, cuando se firmara la paz definitiva ygeneral; por fltimo, el espfritu del artfculo l l del Tratado, queproponia a Prusia como mediadora entre la Repriblica y los peque_flos principados imperiales, intentando asf sustraerlos de la influen-cia del Emperador austrfaco.

* Austria es la gran perjudicada por er rratado francn-prusiano al res-quebrajarse el bloque continental antirrepublicano, de forma que elEmperador vien6s tachar6 el rratado como un acto de Imici6n por parte deBerlin. La capacidad militar de Francia se ve automdticamente agrandada.

* El Tratado de Basilea supone, asimismo, un duro golpe al bloque co_aligado. Ademds de Prusia, Holanda, Espafla, N6poles, portugal y Toscanasignardn tratados independientes de paz con Francia, durante el pardntesisque va de Basilea a Campoformio, de manera que s6lo quedan en lid dospotencias de importancia: el Imperio Germ6nico y Gran Bretafla, a las quepronio se unir6 Rusia, pero el cardcter de la guerra ya habfa cambiado.

* Por fin, el Tratado de Basilea para Francia supone varias cosas:

- El t6rmino de las hostilidades con prusia es utilizado por laConvenci6n Termidoriana como arma propagandistica politica,como si se tratara delapaz general ansiada por casi todos los fran_ceses, cuando en realidad la pacificaci6n total estaba arin muy lejosde lograrse.

- Desde el punto de vista de la defensa nacional, la fijaci6n de lafrontera en la orilla izquierda significa el logro de una vieja aspira-ci6n francesa. Ia guena jacobina defensiva se habira mutado en gue-rra de anexiones y conquistas. Basilea es un ejemplo.

- Francia, al posponer la soluci6n definitiva respecto de los territo-rios alemanes a una paz general, se reservaba una posible baza di-

r06

plomStica de dos caras: podia presionar a la misma Prusia elimi-

n6ndola de las expectativas territoriales renanas; podia presionar a

Austria bajo amenazas de entendimiento con Prusia.

Desde el punto de vista t^6ctico, Basilea encierra el germen de la

desmoralizaci6n en el mermado bando coaligado, circunslancia que

gravitar4 sobre las cancillerfas no doblegadas.

Por riltimo, personalmente la de Basilea es la paz de Barthdlemy'

embajador franc6s, como gestior directo de las cldusulas articuladas

de la misma. Ello le aupard como candidato de la mayoria realista

en las elecciones de l'197, si bien verd cortada su carrera politica

tras el golpe de estado de l8 de fructidor (4 de septiembre de 1797),

amparado por Napole6n Bonaparte, la otra individualidad del

Tratado de Campoform io.

b) Importancia del Tratado de Campoformio, firmado entre Francia y

Austrh

* En este caso, la firma del Tratado se debe rinica y exclusivamente a

la personalidad de Napole6n, a quien los ejecutivos polfticos de la

Revoluci6n no se atrevieron a contradecir. Campoformio marca un hito en

la carrera politico-militar del general corso.

t Para Francia, Campoformio supone:

- Territorialmente, la anexi6n de tierras muy diversas: a) Las provin-

cias belgas, hecho ya consumado; b) I-a posesi6n de Ia orilla iz-

quierda del Rin, arrebatada a los principes alemanes, y Maguncia; y

c) Las islas J6nicas.

- Politicamente, el Directorio se halla en una via expansionista que

iba a generar ineludiblement€ nuevas confrontaciones armadas, so-

bre todo como consecuencia de la polftica italiana napole6nica;

porque la defensa de las Repfblicas hermanas italianas que van a

nacer en Campoformio comporta nuevas adquisiciones territoriales,

alimentadas por el espfuitu conquistador y el ardor revolucionario

107

de los "jacobinos". Siendo esto as(, Suiza y el resto de Italia esta-ban condenadas. Poco despuds de Campoformio, Bema y Roma se-rian ocupadas por los ej6rcitos franceses.

- Econ6micamente, las "Repriblicas hermanas" van a aportar alDirectorio el dinero que salve a Francia de la catjsrofe.

* Para Austria, la paz supone, aparte de las perdidas territoriales dcnrodel Imperio (provincias belgas) y el reconocimiento de la independencia enla Iralia del Norte de las Repriblicas Ligur, Cisalpina y Cispadana, la in-corporacidn de Venecia y su propia convenidn en polencia maritima al po-sibilitiirsele la salida al Adriritico.

* Italia es, sin embargo, el principal escenario diplomdtico y polfticonas el Tratado:

[,os componentes del Directorio tenfan puestas sus miras y espe-ranzas en Alemania, donde aspiraban a obtener tributos obligato-rios, dejando que los problemas italianos los solventaran sus pro-pios dirigentes. Pero Bonaparte no participaba de estas previsiones.Napole6n decide en Campoformio que los problemas relativos alas condiciones a imponer a los principes alemanes de la regi6n re-nana se solventen en un pr6ximo Congreso a celebrarse en Rastatt(septiembre de 1797).

En cambio, Napoledn decide la creaci6n de "Repriblicas hermanas"en el Norte de ltalia. A la effmera Repfblica Cispadana se le fu-sion6 Lombardfa y retazos de los antiguos territorios venecianos ypontificios (adquiridos esros flrimos por el Tratado de Tolentino,de 2l de febrero de 1797), surgiendo asi la Repriblica Cisalpina.Tras €sta nace, alrededor de G6nova, la Repriblica Ligur, a la queot6rgase una Constituci6n en el mismo aflo 1797, reflejo de lafrancesa.

En febrero de 1798, deportado el papa Pio VI a Siena-Florencia,nacer6 la Repriblica Romana, bajo contnol militar francds.

Once meses despu6s, enero de 1799, la buena acogida que losBorb6n napolitanos dispensaron a Nelson y su alianza con los aus-

tr(acos, inducirian a Napole6n a proclamar la Repfblica Parte'

nopea, todo ello a espaldas de un Directorio impotente.

* La defensa del mosaico italiano obligd a la creaci6n en Suiza de la

Repriblica Helvdtica que, en 1798, recib(a una Constitucidn unitaria y de-

mocrdtica, si bien las reformas no llegaron a su plena aplicaci6n. I-os can-

tones centrales se sublevaron y Suiza se convertir6 , en 1199 ' en teatro de

la guerra entre la Repriblica Francesa y la Segunda Coalici6n.

t En Holanda (Repiblica B6tava), los republicanos sofocaron un in-

tento de sublevacidn de los Orange, de forma que, en enero de 1798, se le

concedia una nueva Constituci6n.

r No olvidemos, sin embargo, que la guerra no ha terminado: Ingla-

tena no ha sido sometida y la Casa de Austria, sin entrar oficialmente en la

contienda, dejard que las tropas rusas atraviesen el territorio austriaco.

Ndpoles y el Imperio otomano no tardar6n en aurutr tambi€n esfuerzos'

- En resumen, pues, Basilea y Campoformio significan solamente

un par6ntesis diplomAtico' como otros varios. Es m6s, incluso

Austria no aceptarA las cldusulas del segundo hasta la paz de

Lundville (febrero de 1801).

- Los Tratados y/o Paces de San Ildefonso (1800)' de Lundville

(1301), Amiens (1802), Schdnbrunn (1805 y 1809), Presburgo(1805), Posen (1806), Tilsit (1807), Fontainebleu (1807), Kalisch

(1813), Reichenbach (1813), Chaumont (1814), Paris (lr, 1814;

2t, 1815), Viena (1814-1815), enre otros, son varios de los hitos

de un periodo histdrico que va de 1789 a 1815.

108 109

2. Comentarios siguiendo un m6todo l6gico

TEXTON." I

VISION DE L]N GOLPE DE ESTADO:LA TOMA DEL PODER POR LOS CAROLINGIOS

Versi6n latina

I.- Gens Merovingorum, de qtn Franci reges sibi creare so_liti erant, usque in Hildricwn regem, qui jussu Stephani RomaniPontificus depositus ac deronsus atquc in monasteriwn trusus est.durasse putotur. Quae licet in illo finita possit videri, tamen iamdudum nullius vigoris erar nec quicquam in se crarum praeter inaneregis vocabulum praeferabat. Nam et opes et potentia regni penespalatii praefectos, qui maiores domus d,icebantw et ad quos sutnmaimperii pertinebat, tercbantur; naqya regi aliud relinquebarur quamut, regio tantum nomine contentus, crine profuso, barba submissa,solio resideret ac speciem dominantis efingerer,legatos undecum_que venientes sudiret eisquc abeuntibus responsa quse erat edoctusvel etiam iussus ex velw potesrate redderer; cum proeter inurile re-gis nomen et precarium vitae stipendium, quod ei praefectus aulaeprout videbatur exhibeat, nihil aliud proprii possideret qusm unamet eam praeparvi reditus villam, in qua domum et ex quafamulossibi necessaria ministrantes atque obsequium exibentes paucaenumerositatis habebat. Quocumque eundem erat, carpenlo ibat,quod bubus iunctis et buhulco rustico more qgente rrahebatur. Sicad palatium, sic ad publicum populi sui conventum, qui annuatimob regni utilitatem celebrabatur, ire, sic domum redire solebat. Adregni administationem et omnia qua vel domi vel foris agenda acdisponenda erart praefecnu aulae procwabat.

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2.- Quod fficio tum, cwn Hildricus deponebatur, Pippinus

pater Karoli regis iamvelut hereditariofiurgebatur. Nam pater eius

Karolus, qui tyrannos per totqm Franciam dominatum sibi vindi-

cantes obpressit et Sqrracerns Galliarn occupare temptantes dwbns

magnis proeliis, uno in Aquitania apud Pictavium civitatem, al-

Iero iuxta Narbonam apud Birram fluvium, ita devicit ut in

Ilispaniam eos redire compelleret, eundem magistratum a patre

Pippino sibi dimissum egregie sdministravit. Qui honor non aliis

a populo dari consueverst quom his qui et claritate generis et opum

ampliadine caeteris eminebant... Pippinus autem per auctoritatem

Romani Pontificis ex praefecto palatii rex constitutus-.-

EGINHARD, Vita Karoli Magni Imperatoris, l-21

TFaducd6n

I.- Lafamilia de los Merovingios, de la cual los Francos

acostumbraban a elegir sus reyes, se considerq que habfa durado

hasta el rey Childerico, el cual, por orden del Romano ponttfice

Esteban,fue depuesto, tonswoda y encerrado en un monasterio. I'a

cual (familia) parece no haber finalizado hasta il, sin embargo,

desde hacia mucho tiempo lwbta perdido ya todo vigor y no se dis'

tinguia mds que por el vano titulo de rey. Porque lafortuna y el

poder piblico estaban en matns de los iefes ('praefectos') de su pa-

lscio, a los cwles se les llama nwyordomos dc palacio y a los cua'

les pertenecta el poder supremo. Al rey no le quedaba,fuera de su

titulo, mds quc la satisacci6n de sentarse en su trono , con su larga

cqbellera y barba colgante , desempefiar la figura de soberano, dar

uudiencia a los embajadores de los diversos paises (que ven{an) y

encargarles, cuando regresarnn, dt transmitir en su nombre hs res'

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puestas que le habian sido sugeridas o incluso ordenadas. salvoeste titulo real iniltil y los precarios medios de existencia que Ieconcedtq (a su antojo) el mayordomo de palacio,6l no tenta comopropio mds que un {nico dominio (,villa,), de muy d€bil rendi_miento; con una casa y algunos servidores, pocos en ruimero, a sudisposiciSn para proveerle de lo necesario. ctundo tenia que des_plazarse, iba en un camtaje tirado por bueyes, que wt boyero con_ducia a la moda rfistica: de este nndo n1a ir al palacio, a la asam_blea pilblica de su pueblo, reunida arualmente para tratar los asun-tos del reino, y volver a continuacihn a su casa. La adtninistrqcifiny todas las decisiones y medidas a tomar en el reino tanto del inte_rior ('domi') como del exrerior (foris'), las procuraba el mayor_domo de palacio ('praefectus aulae').

2.- Este cargo, en la 6poca en la que Childerico fue de_puesto, estaba ocupado por pipino, padre del rey Carlos, por de_cirlo ast ya hereditariunente. En efecto, rwbta sido ejercido brittan-temeile anrcs de 6l por otro Carlos, del cual era hijo, y quz se dis_tingue abatiendo a los tiranos, cuyo poder buscaba implantarse entods Francia, y forzando a ros sarracenos en dos grandcs victorias -wa en Aquitania, en Poitiers,y otra cerca de Narbona- a renunciara la ocupaci6n dc la Galia y a replegarse en Espafia; y iste to lwbtarecibido asimismo de manos de su propio pad,re,llamado igrul_menrc Pipino. Porquc el prcbto tenia la costumbre de no confiar lalnnor (el cargo) rnda rruis qru a los qtc destacaban pr el esplendorde su nacimiento, la amptitud de sus riquczas. pipino

firc elevado,por la autoridad del Romano pont(fice, de mayordomo de patacio ala dignidad real.

COMENTARId2

INTRODUCCION

[Fase descriptiva]

a) Circunstancias que rodean al autor

* El texto que nos ocupa s€ debe a la pluma de Eginardo, hombre de

leuas de la corte de Carlomagno (768-814), y pertenece a su obra principal

ritulada Vitu Karoli Magni Imperatoris, deAicada a su protector.

Porque, en efecto, Eginardo deberd cuanto alcanz6 a ser a la dinas-

tia carolingia, aun cuando 6l naciera ya en el seno de una familia

arisloc16tica.

- No es extraflo, pues, que dedique su obra a magnificar al hombre

que le acogi6 en su palacio y, a su vez, a la dinastfa a la que perte-

nec(a tal meceruN.

Aunque lenta, la ascensidn de su carrera se deber6 al conocimiento

del latin, de forma que Alcuino se interesd por sus servicios. Y de

consejero literario en Aquisgr6n alcawar| a ser secretario particular

y hombre de conftanza de Luis el Piadoso (814-840).

r Eginardo, simple hombre de leras en un principio, re mezcl6 luego

en la politica imperial, no pudiendo sustraerse totalmente a la misma ni

incluso cuando decidi6 retirarse de la corte, en el momento de plena efer-

vescencia de las luchas entre el emperador Luis y sus descendientes (828).

- Si no intervino directamente en la politica desde su apacible retiro,

al menos redact6 una obra biogr6fica de Carlomagno en la que se

vierten conceptos laudatorios, poco criticos quizds, buscando la

exaltaci6n del emperador.

52 Un comcntario de este texto Puede verse en P. Rtctc y O' T,lrr, Textes

et docune4ts d'histoire d.e Moyen Age, V-Xesiicles' "Regards sur l'his-

toire", 16. Paris, Sedes, 1972. Texto nrjm. 79, p6gs. 266-278.

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n2l l l

- Pero aun cuando su obra no sea eminentemente polftica, el tiempo,al darle perspectiva hist6rica, le confiere un valor testimonial y do-cumental de primera magnitud al ser redactada por un contempord-neo de los hechos relatados o nacidos inmediatamente despu6s deproducidos, como en el caso del texto que nos (rupa.

- Habrd, sin embargo, que manejar esta "Vita Karoli" con precauci6ndada su parcialidad como autor, cotejdndola con otro tipo de docu-mentos y textos.

b) Consideraciones a tener en cuenta para cfinprender el texto

L") La Francia legitimista

* Interesa hablar, en primer lugar, de la tegitimidad de ta dinastia me-rovingia citada en el texto, del sentimiento nacional de su legitimidad, ba-sado en el hecho de que Clodoveo y slls sucesores habian creado una nuevaFrancia, nacida de la fusi6n racial, social, administrativa, militar, jurfdicay politica de dos grupos de hombres y elementos: el latino y el germ6nico.

- la dinastfa y el reino merovingio habian logrado una unificaci6ndesconocida en el resto del Occidente europeo ex-romano, ante lasinvasiones de sajones y musulmanes.

- Frente a la unificacidn franco-merovingia, la Espafla visigoda es-taba troccada en dislinlos compartimentos y la Italia lombarda de-bi6 aguantar en su suelo a los bizantinos.

* Sobre todo, en las regiones del sur, centro y oeste la fusi6n entrefrancos y galo-romanos fue completa, sirviendo de elemento galvanizadorel episcopado franco.

Incluso en la regi6n del este, en Austrasia, de la que saldria la di-nastia usurpadora de esta legitimidad, encontraremos elementos le-gitimistas, encabezados por Carlomdn, hermano del primer usurpa-dor carolingio.

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2. ") La fuerza r evo lucionaria

t La oposici6n a la dinastia merovingia tenia su centro en Austrasia,

dos tercios de cuyos territorios, aproximadamente, eran germdnicos, al ca-

balgar sobre los rfos Rin (superior y medio), Mosa, Mosela y Main.

- Estas tierras germiinicas no habian pertenecido a la Galia romana

de forma que, dentro del reino merovingio, los austrasianos repre-

sentaron la "barbaria" frente a la "romania" restante.

- l-a forma de ser, de vivir y de pensar distintas de los austrasianos

fueron alentadas por su alta aristocracia, miis romanizada, alimen-

l,ando una fuerza revolucionaria permanente que termin6 por impo-

ner en el trono merovingio a los "mayordomos de palacio" de

Austrasia.

E)(PLICACION

lFase analitical

a) Merovingios y Plpinidas, frente a frente

* El fragmento de la obra de Eginardo que comentamos nos relata, con

una sencillez pasmosa, el cambio de la dinastia merovingia por la de los

pipinidas, origen de la carolingia.

- Se Eata del primero de una decena de cambios de rdgimen franc6s,

del cambio de una legalidad a manos de una fuerza revolucionaria y

la creacidn de otra legitimidad.

- Es decir, nos hallamos ante un golpe de estado que Eginardo trata

no de justificar, sino de presentar como una simple y natural evo-

luci6n polftica. He aqui la intencionalidad del texto, dejar bien pa-

rada a la nueva dinastia, a la que debe todo cuanto lleg6 a ser.

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l.') La debilidad de los merovingios

I Desde 639, a la muerte de Dagoberto I, la dinastfa merovingia entr6en un periodo profundo de decadencia, que contrasta con el reafirmamientodcl poder de Ia casa de su mayordomo de palacio, pipino de L,anden.

Si el cambio de una casa por la otra no lleg6 hasta 751 _cientodoce aflos m6s hrde_, se debid al problema planteado por la legi_timidad de ese cambio.

- Desde 639, se suceden ininte.rrumpidamen* diez reyes de ra cRsa deNeustria, que hubieron de gobemar en condiciones muy precarias acausa de dos circunstancias: l.o) La divisi.n del reino

"n do, gr"n_

des bloques: la Francia de Este (la Austrasia germdnica) y laFrancia del Noroeste (a Neustria galorromana) y sus prolongacio_nes; y 2.o) El paso de una gran parte del poder de la dinasria rei_nante a manos de los mayordomos de palacio, tanto en Austrasiacomo en Neustria, generalmente denFo del seno de las mismas fa_milias, en cada caso. una de esa familias era la austrasiana de lospipinidas.

2.") Lafamitia merovingia se tnb6a empobrecido

* clodoveo (481-51l), vencedor del arrianismo, habia logrado ros fun-damenbs polfticos der reino franco.merovingio y Ia riqueza del patrimoniofamiliar merced a sus conquistas en ra Galia y a ra confiscacidn de ros do-minios imperiales.

- Pero el reparto der reino €ntre sus descendientes y la defrciente ges-ti6n de dstos hizo que la mayor part€ de esos bienes se hubiera di_sipado en la 6poca a la que se refiere el texto.

* Eginardo nos dice que',salvo este tttulo real initil y los precariosnudios de existencia que le conced,la el mayordomo de palacio,6l no tenlacomo propio mds que un rtnico dominio, de muy dibil rend.imiento, conuna casa y algunos servidores, pocos en nrimero, a su disposici,n paraproveerle dc lo necesaio,,(i,neas 15_20).

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3.") Los pipinidas lwbian atusorqdo grandes iquezas

* Las diversidades territoriales del reino merovingio y el debilita-miento del poder real reflejan una profunda transformaci6n sociar:

- r-a vieja aristocracia galo.romana desapareciri y nacieron otras nue-vas aristocracias regionales al servicio del rey, a cos[a del cual !er-minaron por agigantarse, debititando al mdximo la corona.

- Los reyes merovingios murtipricaron ros priviregios a favor deesta nueva arlstocracia. Ebroin, I-eger y los primeros pipinidas fue-ron los ejemplos m6s represen[ativos en el siglo VII.

* Este proceso ascendente de la aristocracia presentd caracteres mdsacentuados en Austrasia, donde sus mayordomos de palacio, los pipinidas,representaron la fuerza mayor.

- Pipino II de H6ristal, por ejemplo, unid a sus ya inmensos bienespatrimoniales los de la familia de Amulfo, vencid a los neustrasia-nos en Tertry y restableci6 la unidad de los francos bajo el go_biemo ficticio de los reyes merovingios. .

- carlos Martel, otro mayordomo austrasiano, salvaguard6 esa ri-queza familiar con la confiscacidn de gran parte de los bienes ecle-si6sticos galos para distribuirlos entre una importante red de"fideles" que le proporcionaron apoyo militar, y, aunque pipino IIIel Breve restituy6 oficialmente estas tierras a la Iglesia, en la reali-dad siguieron siendo explotadas por los "fideles". Era un aut6ntrcosistema de ahono der acrecentado patrimonio familiar pipfnida.

- En consecuencia, a la indigencia de los merovingios, Eginardocontrapone en su texto el poder econrimico de los pipinidas, reco-nocido por el pueblo, "porque el puebto tenta la costumbre de nocorfar ls honor (el cargo) nada mds que a ros que desncaban por eresplendor de su nacimiento, la amptitud de sus riquezas', (lfneas37-39).

* Eginardo refiere, a continuacidn, cdmo los pipinidas se apoderaron,asimismo, de las propiedades del rey, cuando nos relata que ,'laforttna y et

ttl

poder pilblicos estaban en manos de los jefes de su palacio, a los cuales seles llama mayordomos de palacio y a los crkrles pertenecia el poder su-premo" (lfneas 7-10).

- Irgalmente, los bienes pertenecian al monarca merovingio, peroen la realidad era el mayondomo de palacio el que dbponia de ellc.

* En resumen, por lo tanto, frente al atesoramiento de bienes territo-riales (fuente de poder en esta €poca) por parte de los mayordomos de pala-cio pipfnidas, los reyes merovingios vieron empobrecer su erario y, enconsecuencia, su influencia no s6lo econ6mica sino tambi6n polftica.

b) El traspaso del poder politico

1.") Causas del ixito de los piphidas

* El 6xito de la restauraci6n de la autoridad franca -alcanzado por lospipinidas a fines del siglo VII y primera mitad del VIII-, s6lo pudo conse-guirse a base de una amplia red de "fideles" y guereros ganados a truequede entregas territoriales, cuya factura pagaron la monarquia merovingia y,sobre !odo, la Iglesia cat6lica.

* Ahora bien, esta red de "fideles" se hizo muy selectiva. Los pip(ni-das favorecieron solamente a los nuevos nobles leales, pero sometieron porlas armas a los nobles disconformes con su polftica monopolizadora de po-der.

Con el mayordomo Pipino de Hdristal, Provenza se habfa conver-tido en un pequeflo estado aut6nomo y Borgofla se dividi6 en mi-nfsculos poderes locales: el ducado de Lyon y varios principados

eclesidsticos que fueron cayendo en manos del obispo de Auxerre.Eudes, duque de Aquitania, extendi6 su autoridad a todo este territo-rio. En fin, la mayor parte de h Francia meridional y septentrionalse habia emancipado dd poder pipinirla.

Pero Carlos Martel, otro mayordomo austrasiano, logr6 rehacer launidad de la Galia. En efecto, en719 sometid la Galia seprentrio-

nal neustrasiana; Lyon cay6 en 733; en 736, recuperaba la

Aquitania de Eudes, ya fallecido; Provenza, entre 736 y 739:

Auxerre, en74l. Sin duda alguna, el texto se refiere a esta polftica

unifrcadora cuando dice que "Carlos... se distingue abatiendo a los

tiranos, cuyo poder buscaba implantarse en toda Francia" (l(neas

3l-33). La aristocracia gala secesionista habfa sido sometida por el

mayordomo de palacio austrasiano.

* Adem6s, los mayordomos de palacio pip(nidas lograron detener,

concretamente Carlos Martel, a los musulmanes en Poitiers (732), desalo-jdndolos a Septimania , en 737 , tras la toma de Narbona:

- Eginardo se hace eco de esta victoria cuando dice que "Carlos... se

signifrc6...forzcndo a los sarracenos en dos grandes victorios -un{t

en Aquitania, en Poitiers, y otra cerca dz Narborw- a rerunciar a la

ocupaci6n de la Galia y a replegarse en Espafia" (lineas 3 I -35).

- Indudablemente, Eginardo exagera de manera intencionada el papel

desempeflado por Carlos Martel poque, en primer lugar, la victoria

de Poitien lo fue sobre un pequeflo grupo de musulmanes lanzados

en busca de borin; y, en segundo lugar, los musulmanes continua-

ron en Francia, en la regi6n de Septimania.

* En resumen, los pipinidas debieron su 6xito al sometimiento de la

nobleza levantisca, a la creaci6n de una red de "fideles", nobles y guerreros,

y a la detenci6n del exiguo empuje musulm6n en la Galia.

2.") Los reyes merovingios representaban w papel pasivo y secundario

* Todo el proceso que acabamos de observar fue suficiente como para

que los mayordomos de palacio ausfasianm, los pipfnidas, se ahanzaran y

llegaran a constituir una aut6ntica monarquia de hecho denno de una mo-

narquia de derecho, la merovingia.

- De ahi que Eginardo nos relale c6mo "este cargo, en h 6poca en la

que Childcrico (III)fitz fopucsto, estfu ocupado por Pipirc, Ndredel rey Carlos, pr decirlo asi ya hereditariarnente" (fneas 28-30).

r r81 1 9

* Efectivamente, desde la muerte de Dagoberto I (639), los reyes me-rovingios que le sucedieron no fueron duef,os ni del poder ni de sus deci-siones. La familia austrasiana de los pipi,nides se hizo con el cargo de ma-yordomo de palacio y, amparada en la debilidad que ella misma foment6 dela monarqufa legitima, tratd de apoderarse de la corona.

- El rey merovingio habia visto reducir su papel al de mera figuradecorativa, de forma qve "no le quedaba fuera de su titulo mis quela satisfacci6n de sentarse en su trono, con su larga cabellera ybarba colganre" (ineas lGl2).

- Por otra parte, si el rey merovingio concedfa todavia audiencia alos embajadores era para "transmitir en su nombre las respueslasque le habian sido sugeridas o incluso ordenadas,'(lineas 14-15),nos dir6 Eginardo.

c) La creaci6n de una nueva legitimidad

1.") Realmente el podcr es detentado por los mayordomos de p.Iacio

* Legftimamente, por lo tanto, la dinastia de los merovingios subsis_tia, pero en la realidad el poder estaba en manos de lm mayrdomm de pa_lacio, hereditariamente perpetuados.

- El rey merovingio conserva el tftulo, concede audiencia a los em_bajadores e incluso convoca al llamado 'campo de Marte', es decir,"a la assntblea pilblica de su puebto, reunida aruulmente para tratqrlos asuntos del reino y volver a continuaci6n a su casa', (lfneas 22-24).

- Pero ya en la 6poca de Childerico nl "ls administqci6n y todas lasdecisiones y medidas a tomar en el reino, tanto del interior comodel exterior, las procuraba el mayordomo de palacio,, (lineas 24_27).Al rey merovingio no le quedaba, pues, aparte del titulo, "mis quela satisfacci6n dz sentsrse en su trotn" (lfnea 1l).

1 2 0

* Esta ambigua situaci6n se prolong6 hasta que se hizo con el poder elmayordomo de palacio Pipino III el Breve (752-768), que se decidi6 a ter-minar con tal ficci6n.

- No obstante, para hacerlo posible, tuvo que luchar por el logro deun principio legitimador no f6cilmente conseguible. Conoch per-fectamente intenlos anteriores fracasados de sus predecesores, comoel del mayordomo Griomaldo -que colocd como rey a su propiohijo Childeberto, en 656-, o de Carlos Martel, quien, a la muertede Teodorico lY , en 737 , intent6 dejar vacante el trono, vidndoseen fltima instancia presionado a nombrar a Childerico lll (742-7s2).

2.o) En busca de unaf6rmula que legitime a los pipinidas como reyes

* Si repasamos el texto de Eginardo, parece como si la transici6n deuna dinastia a otra -de la merovingia a la pipfnida- se hubiera realizadocomo si de una evoluci6n natural se tratase, sin resistencias y sin que-branto ni menoscabo de las leyes vigentes.

- Pero la realidad es que se trata de un autdntico golpe de estado, trasel cual Pipino el Breve, un mayordomo de palacio austrasiano, seapoder6 de la corona real merovingia.

* El traspaso de la corona de una a otra dinastfa se efectu6 en dm eta-pas

la primera tuvo lugar cuando, en 750, Pipino III el Breve logr6

que el papa Zacarias (741-752) le contestara (a una consulta previa)

que merecia s€r rey aquel que ejercfa efectivamente el poder y no

quien ostentaba el tftulo real sin otro m6rito. Childerico III fue

desposefdo del trono y Pipino III el Breve se hizo elegir rey por la

asamblea de los francos y ser consagrado por san Bonifacio. Los

ataques inmediatos de los legitimistas trat6 de acallarlos con una

accidn subsiguiente, que dio lugar a:

t2l

- La segunda etapa, en 754, cuando el papa Esteban II consagr6 per-

sonalmente a Pipino III el Breve, haciendo del rey asf nacido unapersona sagrada, alavez que confer(a a la monarquia recidn nacida

un nuevo carScter religioso que antes no tenfa: el rey recibia de

Dios -"gratia Dei"- una gracia especial que le permitia reinar.

3.") El texto caracteriza a los tres personajes principales del golpe de es-

tado

. El Papa:

* Para Eginardo, que no habla para nada de golpe de estado, el Papa re-

present6 el principal papel en este proceso, y prdcticamente el cambio de

dinastia se lo achaca aZacarias y a Estebn II:

"Childerico (lll), el cual, por orden del Romano pontifice Esteban(lI),frc depuesto" (lineas 34).

- Luego afladird que "Pipino (III el Breve) fue elevado, por la antori-

dad del Romano Pontifice, fu mayordomo de palacio a la dignidad

real" (lineas 3941).

* Sin embargo, Eginardo, en la brevedad de su relato y en su parcial

representacidn del tema, confiere al Papa una importancia excesiva, que

no coincide exactamente con h realidad, p(rque:

- En primer lugar, la iniciativa del golpe de estado ha pailido, en rea-

lidad, del propio Pipino el Breve, quien, a cambio de su reconoci-

miento personal como rey de los francos, se comprometia a prestar

al Papa la ayuda militar que a 6ste le habfa negado el emperador

Consuntino V para luchar contra los lombardos.

- En segundo lugar, Eginardo presenta la decisi6n pontificia como

un hecho aceptado por todos sin discusi6n, como emanada del re-

conocimiento universal de la autoridad moral del Papa, pero la rea-

lidad es, asimismo, muy otra. Ia aristocracia franca se opuso a la

intervenci6n militar en Italia en socorro del Papa, y 6ste intervino

122

en los asuntos francos con una autoridad que no todos le recono-

cfan en este asunto. Carlomdn, por ejemplo, hermano de Pipino III

el Breve, encabezaria la reacci6n legitimista, circunstancia que le

costar(a la libertad.

-En te rce r l uga r ,e |Papano in te rv ino tanasdp t i can i l an impar -

cialmente como el texto hace suponer, puesto que le movfan inte-

reses personales concretos que le llevaron a pactar con el hombre

fuerte del reino merovingio.

. Childerico III:

* Eginardo minimiza en su texlo la persona y el poder efectivo de

childerico III, pero cuida, a su vez, de ponor de relieve aquellos sfmbolos

y atributos que le caracterizaban corno rey de los merovingios y que desea

fueran transmitidos a Pipino III el Breve:

"Al rey no le qrcdaba,fiura de su t[tulo, mds que la satisfacci6n de

senrcrse en su tono, con su larga cabellera y barba colgante"

(l ineasl0-12),insistiendoenestaideaalseguirrelatandoque"la

familia dc los merovingios de la cutl los francos acostumbraron a

elegir sus reyes se considera qut habia durado hasta el rey

Chitderico (lll), el cu.al... no se distinguia mds que por el vano t[-

rulo de rey" (lfneas l-7).

- l-adinastfa merovingia habfa llegado hasta Childerico III, pero "sin

embargo, desde lwcta muclw tiempo, labia perdido ya todo vigor"

Qineas 5-6).

I Childerico III es presentado en el texto como algo tolerado por la

fuerza de la costumbre y que, por su misma inutilidad, debe ser sustitufdo,

puesto que s61o merece ser rey aquel que posee el poder'

. Pipino el Breve:

* Eginardo evita al mSximo hablar de Pipino rII el Breve' como si no

hubiera intervenido absolutamente en el golpe de estado, incluso como si

no hubiera existido un cambio brusco de poder.

. - r -

123

- Cuando, por fin, se decide a citarlo, lo hace de una manera candcrosa y linealmente sencilra: "pipino fue erevado, por ra autoridaddel Romano Pontiftce, de moyordomo de paracio a ra dignidad real,,Qineas 39-41). No cabe mayor disimulo de cara a la posteridad.

- Porque Pipino III el Breve tuvo que reprimir con celeridad la reac-ci6n legitimista contra la que, sin duda, se habia preparido, e, in_cluso, a la hora de saldar la cuenta contra(da con el papa, lo hace deuna manera prudente y limitada, tanto por la habilidad personalcomo a consecuencia de la oposici6n encontrada entre parte de sus"fideles" a luchar en contra de los lombardos, sus hermanos denva-

t A pesar de todo, pipino III el Breve intervino en ltaria en pago de laconsagracidn que acababa de conseguir. Una nueva dinastia habfa nacido.

CONCLUSTON

lFase sintdtica y valorariva]

I El relato de Eginardo significa, aun con deformaciones inmensas,una visidn del ambiente politico de la 6poca a la que se ref,reren los hechos.Pero no cabe la menor duda de que en ningrin caso recoge la realidad delgolpe de estado que rata de disfrazar a toda costa, como agradecido al nuevordgimen.

I Eginardo comete varim errores pam tratar de disfrazar lo que, en rea-lidad, supuso la utilizaci6n, por parte de pipino III el Breve, de la autoridadmoral del Papa para lograr una legitimacidn a su usurpaci6n:

- Por una parte' todo su testimonio parece indicar que no habfa exis-tido revoluci6n arguna, es decir, que no habra existido gorpe de es-tado, porque una accidn violenta de este tipo no favorecia en nacia ala fama ni al prestigio del padre de su mecenas ni a a la dinastia ca-rolingia que introducla.

- Por eso mismo, todo el proceso de mutacidn se lo achaca a la quemuestra como autoridad superior del papa, otvidando que, desde

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Carlos Martel, los mayordomos de palacio habfan venido ejer-

ciendo una fuerte presi6n sobre el pontificado, confiscando incluso

los bienes eclesidsticos en la Galia.

- Y, por dltimo, el texto no cita en absoluto la consagraci6n de

Pipino III el Breve a manos del Papa, la primera consagraci6n pon-

tificia habida entre los francos, silencio que tiene, sin duda, una

explicaci6n l6gica. Silencia el hecho porque supone que, como

consecuencia de esa consagraci6n, el rey se convierte en superior al

Papa, y entonces cae por su base todo el montaje legitimador,

puesto que se lo achaca al Papa como autoridad superior. Sin duda,

Eginardo est6 pensando en la realidad de las relaciones Estado-

Iglesia en la €poca de Carlomagno, dando origen a un grave ana-

cronismo.

r Es obvio que Eginardo comprendi6 perfectamente c6mo se habia

originado el "reajuste" politico a trav6s del golpe de estado que, a toda

costa, trata de disfrazar, pero cae en el "error" de aplicar hechos y circuns-

tancias ocurridos en el primer cuarto del siglo tX a una situaci6n planteada

a mediados del siglo VIIL

TEXTO N.'2

ARANCEL DE LOS PORTAZGOS DE JACA Y PAMPLONA(107G1094)

Versi6n latina

Hec est carta quom ego Sancius rex, Regimiri filius, feci

facere de illos portaticos de laca et de Pampilona secundum usati-

cos meorwn parentum. Que prendant portagerii:

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De trapo dc lana, dc triginta cubitis, unum.De quindccim capas, wwm.De trapo brugeso et de scarlata et de galabrun et dc camsil,

solidum et dimidium.

De pallio de Constantinopoli, solidum et dimidium.De amoto, dc prupura, de tirazii,VIII denarii.De pimento, et metollo, et coloribus, de triginta libris,

unum.

De triginta spcttcts, unom.De lorica et moro captivo,XII denarii.De lino adfilare, et de ferrk, et cutellis, et lanceis, decima.De XXX mancusos de awo de Scilla,XII denarii.De trapo de lino, de decem cubitis, ttnum.De asno et equr et bove, dttos dcnarios.De carnc de porco,lll medailas.De equo dc Castella,XII denarii.Et lac dc mcrcadan.

De romeo rnn prendant ullam causam. Et de tres capas deromeo non prendant ullam causam. Et si fircrint tres compaierosqui portanl unum trossellwn pro sua viatico aut septem compa-nieriis, portagerii non prendant ullam causam. Et sifuzrint romeimercatores qui levent trossellos, pensetw in ita et in venita quan-twn dispensant, et de hoc nichil accipiatur. De residua autem quodiustum fuerit portage rii accipiant.

De mantello et pellizon vario et pardo et azingab, solidumet dimidium.

De minuciis que meschini romei levant pro viatico, ports-gerii rwn accipiant ullam cutsam.

Comitem et episcopum et abbatem et bonum hominemnon tangant.

COMENTARId3

INTRODUCCION

lFase descriptival

* El texto que nos ocupa es una arancel. Es mds, por la indole de los

productos inclufdos en el mismo -de uso no muy frecuente y las mils de

las veces extraf,os el pafs-, se Eata de una aut6ntica tarifa de aduanas' es

decir, de una tarifa para gravar su introducci6n y exportaci6n, m6s que su

circulacidn interior o su venta en el mercado.

* Como los territorios de Sancho Ramirez, 6poca en la que eslS fe-

chado, constituian tan s6lo una pequena zona que separaba dos regiones tan

d.iversas econ6micamente, como eran las Espafla musulmana y Castilla -

que econdmicamente depend(a de aqudlla-, de un lado, y la Europa conti-

nental, de otro, estas aduanas controlaban el intercambio de los productos

m6s selectm -fnicos sobre los que cabia una exportaci6n de manera apre-

ciable- de estas dos economias.

- Por eso, a diferencia de otros aranceles de la 6poca -como los caste-

llanos de Villavicencio (siglo XI) o de Sahagfn (siglo XIII), etc.'

por ejemplo- que incluyen, y aun predominan, los productos agd-

colas o ganaderos para una circulaci6n a cortas distancias, de nues-

tro arancel puede decirse que s6lo se refiere a mercancias de lujo'

fabricadas en territorios disuntes, y que servfan unas para el abas-

tecimiento de Castilla, -y talvez de la Espafra musulmana- y otras

para los mercados de Francia o quizfs de tierras m6s alejadas.

- Los pequeflos territorios de Navarra y Arag6n, con mayor motivo

que los reinos de Castilla y Le6n, no pod(an fabricar ni apenas

consumir los utensilios y las prendas de vestir de alto precio que

frguran en estos aranceles. ta deducci6n, por lo tanto, es l6gica.

53 Este comentario est6 basado en el articulo de Jos6 M. L.ccaR.nn' Un

arancel de aduanas del siglo X1, publicado en "Actas del I Congreso

Internacional de Pirenefstas" (San Sebasti6n, septiembre de 1950).

r26 121

r En cuanto al sistema de percepci6n del impuesto, es mixto. Unas ta-rifas se hjan en monedal otras, en especie, a proporci6n (una treintava, unaquinceava o una d6cima parte), y, finalmente, los trosse//as de los peregri-nos mercaderes se aprecian al peso a la ida y a la vuelta. Ia retenci6n de untanto por ciento de los productos como pago del arancel podrfa ponernossobre la pista de qu6 mercancfus del mismo, entre las que se estimaban mdsnecesarias o de uso m6s comdn, escaseaban en el pais: "paflos de lana" y"capas" de la misma materia (lfneas 4-5); "pimenro", ',metallo",

"coloribus" (linea l0); "espadas" (l(nea l2); "lino" para hilar, "hierro',,"cuchillos", "lanzas" (lfnea 14) y "paflos de lino" (linea 16).

EXPLICACION

lFase analitical

LAS MERCANCIAS

a) Mercancias procedentes det Norte

1.") Pafios

* Fijdmonos sumariamente en algunas partidas de estos aranceles.Aunque en ellos no se especifica h direcci6n que llevaban ras mercancias,las hay que sin duda procedfan del Norte y otras que seguramente deb€natribuirse a la exportaci6n peninsular.

- Entre las mercancias procedentes del Norte, estdn, sin duda, los pa-flos de lana, de brugeso (de Brujas), de scarlata (paflo de lana), degalabruny de camsil (tela fina de camisas) Qfnea 6).

- I-a existencia de un comercio de paflm flamencos con Espafla estdbien documentada en el siglo XIII, llegando por los puertos delgolfo de Y'zcaya.lNo pudo haber un comercio anterior por tierra,precisamente por la ruta comercial del "Camino de Santiago"?

- En el siglo XI, los mercaderes italianos comenzaron a remontar lasrutas del Norte y, en los riltimos aflos del siglo XI, vemos a loslombardos llegar a Randes. Esta corriente se encuentra con el mo-

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vimiento expansivo del comercio de Flandes hacia Francia y hacia

Italia.- A fines del siglo X, hay en Italia del norte un mercado frecuentado

por comerciantes extranjeros que acuden a vender los troselli lanei

y las telae. Este comercio se hacfa por rutas telrestres, primero, y

por mar, despu6s. Las relaciones comerciales de Flandes con

lnglaterra, por una parte, y con el mundo escandinavo y eslavo,

por otra, son en esta 6poca muy activas.

I La ruta de santiago no ha sido todavfa bien estudiada por quienes se

han ocupado del comercio de paflos en Francia y B€lgica, pero hay que re-

conocer que para la 6poca m5s activa y decisiva de la peregrinaci6n jaco-

bea -segunda mitad del siglo XI y comienzos del XII-,la documentaci6n

de cardcter econ6mico es escasisima, lo mismo en Espafla que fuera de

ella.

- Sin embargo, junto a los productos de origen espaiol Qtannos

sp ani s c o s, o maw is c o s, tir aze s cor dobe se s ) u oriental ( p anno s dox'

touies, greciscos), empiezan a apareoer en el reino dek6n otrc de

indudable origen franc6s que, si bien algunos entrar[an por mar -

por un rudimentario comercio de cabotaje-, otros seguirfan, sin

duda, la ruta terrestre del "Camino de Santiago".

- En 1003, un documento gallego nos habla de capasfranciscas' alu-

diendo probablemente a estas mismas capas de lana que cita nues-

tro arancel; en 1092, un documento portuguds menciona unas scias

franciscas.- A los peregrinos franceses, que son los primeros que sabemos que

acuden a Santiago procedentes del extranjero, les siguen -dentro del

segundo tercio del siglo XI- los flamencos y los alemanes. Estos

peregrinosactuarian,sinduda,depionerosdelcomercio,llevandoasus paises las novedades hispanas y anotando la posibilidad de co

locar aquf sus ProPios Producos.

Si a esto se aflade los matrimonios de los reyes de Arag6n @amiro

I, Sancho Ramirez y Pedro I) y de Castilla (Alfonso VI y sus hi-

129

jas) con borgofionas, champaflesas o italianas, se explicariia f6cil-mente que entre las clases altas de la sociedad se pusieran de moda _junto a los pannos grecricos o spanissos_ los trapos de burgeso, descarlata, de galabrw o de cansil.

2.") Armas

* Tambi6n procederian del Norte las armas ciadas en nuestro arancel:"espadas" (linea 12), "lorigas" (linea l3), "cuchillos", "lanzas" y otras pie-zas de hieno (lfnea l4), pues no es de creer que los musulmanes favorecie-ran el comercio de armas hacia Francia a trav6s del territorio cristiano y,por lo tanto, enemigo, de Sancho Ramirez.

- Los documentos espafloles conocidos nos citan argin scutwnfran-ciscum, y sabemos que en la batalla oscense de Alcoraz (1096), elrey Pedro I de Arag6n se vio socorrido por un vasallo desterradoque aport6 trescientos peones y diez cargas dg ',pazqs" de Gascufla.

- Que en Arag6n los personajes de calidad llevaban "lorigas" france-sas lo vemos por er nombre de brunias ("brunie") con que suelenser conocidas en los documentos de la regi6n. Las lorigas importa_das eran, sin duda, piezas de lujo, pues en la tarifa de nuestro aran-cel cotizan igual que un caballo de Castilla, el cual sabemos que,en 1034, vafa el doble que una loriga.

b) Mercancias de origen oriental

I otras mercancfas, de indudable origen oriental, podrian venir a laPeninsula por la ruta de Saint-Giiles, aunque es m6s probable que pesataaa Francia desde al-Andaluq dande ya eran conocidas de antigrn.

- Recordemos las numerosas menciones en documentos leoneses delos siglos X y XI de palleos ('.tejidos de trama de tapiz"), de origengrecisco, es decir, bizantino, que equivalen a pailio de constanti-nopoli (linea 8 del arancel); el unato (lamatista?), purpura, tirazii

130

(inea 9); el mantello ("manto"),

azingab o "piel de ardilla" (linea

textos hispanos.

pellizon uario et pardo Y el

28), que suelen citar muchos

c) Mercancias procrcdentes del Sur

* Indudablemente procedian del Sw las piezas de oro musulmanas que

menciona el arancel: mancusos de auro de Scilla (lfnea l5), probablemente

dinares de los reinos de taifas espafloles.

- l-a moneda de oro que circulaba en el siglo XI por los reinos de

Navarra y Arag6n procedia de las parias que pagaban los reyes de

taifas. Ramiro I de Arag6n percibia parias de Taragoza y Tudela.

Sancho de Peflaldn, rey de Navarra (1054-1076), habia pactado, en

1069, con Moctddir deZaragoza que 6ste le pagar(a "mille numos

de auro bono" al mes, a cambio de su alianza. En 1073, la cifra

que debe pagar el musulm6n al navarro se fija en doce mil

"mancusos de oro al aflo".

- El tributo que satisfacia el rey moro de L6rida al conde de

Barcelona es cedido, en 1078, al conde Berenguer por su hermano

Ram6n, etc.

* Asi, hasta el Pirineo, habia una circulaci6n normal de "mancus6"

musulmanes, de mizcales o mancusos que acuflaban los condes de

Barcelona (almetekares dc Barcinona) y, en ocasiones, de piezas bizantinas'

que pasaban hacia Francia a cambio de armas y tejidos de lujo, contribu-

yendo de esta forma a remediar la escasez de oro que se sentia en la Europa

cristiana.

Aqu( encontramos una aclaraci6n a la acuciante pregunta que se ha-

cia Marc Bloch hace unos afios al plantear el problema del oro en

hBdadMedia:

Al contemplar la llegada constante de oro de Bizancio y de los pai-

ses musulmanes, se decia" "1Qu6 mercancias podfa ofrecer la cris-

13r

tiandad latina a los musulmanes?", y tan s6lo hallaba las caravanasde esclavos -€unucos "fabricados" en Verdrin, especialmente_, que,a trav6s del Pirineo, pasaban a C6rdoba.

- Ahora vemos que la contrapartida, al menos en el siglo XI, podianser, entre otras cosas, tejidos de lujo y arin m6s corrientes, y armasvendidas a los reinos cristianos, que asf dirigfan hacia Francia elbuen oro que cobraban por las parias.

* La exportaci6n de "mancusos" -voz que emplean los textos latinosen el siglo XI para designar los dinares 6rabes, y que a fines de ese sigloempieza a ser reemplazada por la de mmaved.i- nos confirma, una vez m6s.en la aribuci6n al siglo XI de estos aranceles.

LAS PERSONAS

* La alusi6n a los romeros era forzosa en un arancel que afectaba a losdos accesos principales y casi rinicos de la ruta terrestre de la peregrina-ci6n, tanto de los que de la Europa cristiana venian a Santiago -que era lamfs important€-, como los que de la peninsula se dirighn a Roma o a lossanlos Lugares. Y estaba tanto m6s indicada la alusi6n si, como supone-mos, el arancel se redacta en el momento de apogeo de la peregrinacidncompostelana.

- I.a exenci6n de peajes -y precisamente en el pirineo- esti atesti-guada por la "Guia de los peregrinos" que figura en el c6dicecalixtino, aun cuando allf se reconoce la ineficacia de esras disoo-siciones.

* la dificultad de distinguir a hs aut€nticm peregrinc de hs mercade-res, y el hecho de que muchos peregrinos aprovechaban la peregrinaci6npara comerciar, hacfa que los encargados de su cobranza procedieran a equi-pararlos a la hora del pago del peaje.

- No obstante, nuestro arancel distingue y acwaperfectamente arn-bas situaciones- El principio es que nada se cobre al peregrino,

I J L

aunque lleve tres capas o vayan tres o mds compafleros con su

fardo "pro suo viatico" (lineas 2l-24).

- Pero, si se trataba de peregrinos mercaderes, debian pesarse sus far-

dos a la ida y a la vuelta, de modo que s6lo deberian pagar por la

diferencia existente en la segunda (lineas 24-?5).

- De las pequeflas cosas que los peregrinos pobres llevaran para su

viaje, los p<lrtaleros no debian cobrar nada (lineas 30-31).

EXENCIONES DELIMPUESTO

r Con el desarrollo de la vida urbana, los vecinos de las grandes ciuda-

des van paulatinamente eximi6ndose de pagar el impuesto que confusa-

mente llaman los tsxtos "theloneo", "portaticum" o "lezdatt.

- Pedro I lo concedia, en 1097, a los monjes de San Ponce de

Tomeras, que empezaban a frecuentar Arag6n al recibr en donaci6n

el monasterio de San Pedro el Viejo en Huesca.

- Aparece esta exenci6n en algunos fueros municipales del siglo XI,

y a principios del Xtr se considera como privilegio de los infanzo

nes de Arag6n.

- En el fuero de Calatayud (af,o l13l), se exime expresamente de

lezda a todo vecino que a la ida o a la vuelta "passarat per los por-

tos de Pampilona vel per ipsos de laca".

I Los burgueses de Jaca, a quienes mds directamente podia afectar csa

exencidn por su proximidad a los puertos y vivir en gran parte del comer-

cio entre Gascufla y Arag6n, fueron liberados de su pago en I 135.

LUGAR DE PERCEFCION

Los portazgos, ajuzgar por su nombre, se cobrarian en un principio

en las puertas o a la entrada de las ciudades, y en Espafla, adem6s, en lo

que se llamaban "puertos secos", es decir, en el paso de las altas montaflas:

I -).)

el rcloneum comenzaria siendo un impuesto sobre las cosas vendidas en elmercado, y con la palabra lezda se alude en el NE de Espafla a todo im-puesto sobre la circulaci6n de los productos, tanto los que se pagaban enlos puerlos, a las puertas de las ciudades o en el mercado. pero en el uso deestas voces, como se indicaba, hay gran confusi6n en los documentos de la6poca.

t Posiblemente, en esta zona del pirineo comenzaria cobr6ndose en lasciudades de Jaca y Pamplona, por lo q'e impuesto gravariatanto la circu-laci6n -entrada y salida del pais- como la venta en estos mercados.

- Pero pronto, al aumentar la circulaci6n por estas rutas, se estabre-cerian otros puestos m6s pr6ximos a los puertos. En Canfranc yen Candanchd, para Aragdn; y en Ostabat, San Juan de pie dePuerto y San Miguel el Viejo, para el reino de Navarra.

* Entonces, los portazgm de pamprona y Jaca se convierten en verda-deros impuestos del mercado (telorcum), aunque cabe pensar que, al igualque en el siglo XIII, mercancias que pagaban en canfranc y en candanchrino pagaban en Jaca y viceversa; y, asimismo, como ocurria hasta tiemposrelativamente recientes, muchos productos se verfan gravados en un exce-sivo nfmero de puestos o peajes, con gr:rn encarecimiento de la mercancfa.la arbitrariedad en la percepci6n de esos gravdmenes, de que se lamentabaen el siglo XII la "Gufa de los Peregrinos", serfa fruta de todos los tiem-pos.

CONCLUSION

[Fase sintetizadora y valorativa]

* la primera duda que viene a la mente al estudiar el texto del aranceles la de su autenticidad, ;Ilabr6 que aribuir su contenido, efectivamente, alos tiempos de Sancho Ramirez (1026-1094), o ser6 posrerior? por la fe-cha, ser(a uno de los aranceles de aduanas m6s antiguos, y, por su conte_nido, algunas partidas nos obligarian a remontar el comercio de paflos fla-mencos con Espafla a una 6poca hasta ahora no sospechada.

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t Entre los aranceles mds antiguos suelen citarse las Consuetudines

thelonei de la abadia de Sant-Vaast de Arras (1024-1036), que afectaban al

comercio de paflos; y, dentro de Espafla, en el fuero de Villavicencio hay

un pequeflo arancel, tambidn del siglo XI, pero se refiere tan s6lo al co-

mercio de productos agricolas dentro de un dmbilo estrictamente local.

- I.os aranceles no empiezan a ser relativamente abundantes hasta el

siglo XIII, y de esta €poca se suelen recordar en Espafla, para el

comercio exterior, la tarifa acordada por Jaime I, en l22l; la de los

corredores de la lonja de Barcelona (1271); los aranceles de

Perpifldn (128a); y los de los puertos castellanos de Santander,

Castro Urdiales, Laredo y San Vicente de la Barquera, igualmente

de finales del siglo XIII.- De la zona pirenaica, se conocian los aranceles de Canfranc y

Candanchri, del atlo lU9.

I Nuestro texto, mucho m6s antiguo, corresponde a la ruta de comer-

cio terrestre mds utilizada en la Edad Media -seguida por los peregrinos de

Santiago-, y precisamente en €l aparecen cldusulas relativas al tr6nsito de

Krmeros simplemente devotos y de romeros que a la vez ejercian el comer-

cio.

* la copia utilizada se conserva en un pergamino del Archivo Catedral

de Pamplona, de letra que podriamos suponer de los comienzos del siglo

XIII. Es una simple copia, sin cerrar el contexto, que guardaba el Cabildo

en sus archivos por la participaci6n que 6ste tenia en los ingresos del por-

I3-z$o.

- Por lai,ndole del documento, no hay motivo para sospechar en una

falsificaci6n ni de sus cl6usulas dispositivas ni del breve pre6m-

bulo que atribuye dichas tarifas al rey Sancho Ramirez, pero sf ca-

bria suponer una rcomodaci6n de las mercancfas mencionadas o de

sus tarifas a una 6poca posterior, mds o menos pr6xima a la de la

copia, lo cual no dejar(a sin embar.go, de resultar un tanto extraflo.

- Por otra parte, hemos visto c6mo el cuadro de mercancias que

menciona nuestro arancel responde a lo que sabemos del posible

l 3 s

intercambio de productos en la segunda mitad del siglo XI, entrenuestra Peninsula y la Europa cristiana. pero el documento quenos lo ha conservado aparece otorgado por Sancho Ramirez"secundum usaticos meorum parentum" (lineas 2-3). iF{asta qu66poca habria que remontrar la fijaci6n del mismo?

I Hemos de seflalar, ante todo, un dato curioso observado al repasar di-vcrsos anmceles aragoneses: la gran continuidad en lm puestos designadcpara percibir los portazgm o lezdas y, lo que resulta mds extraflo, en las ta-rifas que en ellos se aplicaban:

- Asf, la tarifa del peaje de Candanchri (en el paso del Somport) escasi iddntica en1294 yen 1436.

- Tres eran los puestos de percepci6n en el corto trecho del Somporta Jaca: el cindo de Candanchri -en el que la "carga o bala de drape-ria" pagaba cuatro sueldos en 1294 y en 1436-; el de Canfranc -donde ni en 1294 ni en 1436 "de draperias o de otras cosas que ve-nien de pafl de Gascuenna no se costumna dar portazgo enCanfranc-; y, finalmente, el de Jaca -donde los paf,os de lana y detoda clase, algunos lujosos que indudablemente proceden del Norte,pagan peaje en 1436, al igual que vemos que se cobra en el arancelde Sancho Ram(rez-.

* Sabemos que en tiempo de Ramiro I (1035-1063) se cobraban unospeajes en Jaca y en Canfranc, cuyo diezmo dio el monarca para la cons-trucci6n de la catedral de Jaca. iHabrd que remontar la organi"aci6n de unoy ouo portazgo de Jaca y Pamplona- al momento en que ambas plaz-s es-trin regidas por el mismo momrca, es decir, bajo Sancho el Mayor (100G1035)? Es muy probable, si pensamos en que este monarca amplfa el radiode sus relaciones politicas y personales hacia el otro lado del pirineo y sepreocupa de dirigir por el mejor camino la ruta de Santiago, ruta, no olvi-demos, de comercio a la que vez que de devoci6n. l-o que resuha mds pro-blemdtico es afirmar que en su tiempo se aplicaran estas mismas tarifas enlos portazgos del Pirineo.

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TEXTO N." 3

FRANCIA TRAS LA LIBERACION:

INFORME REMITIDO AL GENERAL DE GAULLE

"Toulouse,6 dc sePtiembre de 1944'

He visitado las regiones de Clermont-Ferrand, Limoges y

Montpellier. No he hecho mds que pasar rapidamente por la de

Toulouse...Situaci6n politica

En conjunto,la liberaci6n se lw efectuado sin los graves de -

s6rdenes que algnnos tem[an... IIan sido raras lls efitsiotws de san-

gre. Se esilma en torno a doscientas las eiecuciones sumarias que

han tenido lugar en Limoges... Pero este eiemplo pqrece inico' En

casi todos los sitios, los taidores y delatores han sido llevados

ante tribunales militares. Los francotiradores y partisanos, en el

Haw-Vienrc , Conize, Gard se lwn lwcho entregar por los bancos,

bajo la unenaza de las armas, sunas considerables de dinero, pero

estos casos, por desastrosos que sean, son aislados y, habidndose

producido en el tumttlto de los primeros momentos, no se han re'

prducido.

A excepci6n de laregi1n de Limoges, donfu el proceso se ha

retrssado, los comisarios de la Repiblica..- se emplean en osegwor

su poder preeminente sobre el mando denominado'militar'impro-

visado por las Fuzrzas dcl Interior-

En todt Is zons sw, el cardcter politico de la resistencis es al

menos tan acusado como stt aspecto militar' Asf es que los

Comitis Deparlannntoles de la Liberaci6n hacen gala de wv Sran

actividad. Han manifestafu Ia intenci1n y, en ocasiones,la volun-

tad de gobernar el Departanento directamente' Frecucntemcnte' to

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se resignqn sin dificultades a la toma del poder por el prefecro.Mqs, en todos los lugares donde el prefecto, apoyado por elComisario de la Reprtbtica, ha hecho muestra de energia... ha po-dLl.o hacer prevalecer su autaridod,.

Los Comitis de la Liberaci6n... no representan mds quemuy imperfectsmente la variefod de opiniones de su Departamentoo de su comurut. Prdcticamente,figuran siempre en ellos los dele_gados del Partido comunista, der partido sociarista, der FrenteNacional, del Movimiento de Liberaci6n Nacional y de laC o nfe der a c i 6 n G e ne r al de t T rabaj o, ctunq ue e s tas o r g a ni z a c i o ne stengan o no una eistencia real sobre el rcrreno. Asl es como enAveyron, Departamento de opini1n moderada en su mayoria, losmodcrados, awque muy resistentes, brilla,n por su ausencia, mien_tras que, en los Pirineos-Orientales, el Frente Nacional, que noestd introducido allt, ha impucsto la presencia de un delegado. Afavor de la libertad de ros comit4s departamentares y der restabre-cimiento dc las nucvas municipalidades, parece necesario qtu losComisarias de la Repiblica y los prefectos exijan una mds impar-cial representacihn de ros diversos matices de ra opini6n resistente.

Tras lafiebre de las primeras ltoras,la poblacihn pasa prunafase dc tregua. Estd entregada a la alegrta de ta tibertad encon-trada y, al mismo tiempo, no da cridito a sus ojos. Estd aturdidapor lo sibito de la operaci6n. Instintivatnente,las masas popularesconfian en el general de Gaulle. Los elementos que podrtan serlehostiles, a saber, la minorfa dominante que ha seguida o sostenidoVichy, son presa de la mayor confusi1n. No se han recuperado to_davfa. Ignoran lo que dcben esperar d,e estos lwmbres nuevos d,e losque no saben nada. Estdn, en general, muy inquietos y la presenciaen todas las ciudades de frcrzas armadas del maquis no es ckrta_trrc nte par a tr anq uilizar I e s...

Para el pr6imo irunediato, todos los trabajadores esryren yya reclaman una subida de los salarios. He invitado a loscomisaios de la Repiblica a dsrres in demora ras pimcras satis

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facciones en el plarc local, en esryra dc las medidas de ordcn gene-

ral que va a tomar el Gobierno". Convendrd igualmente dar sin

demoru a los Comisarios de la Reptblica instrucciones precisas en

lo concerniente a Precios...Los Comisarios de lu Repiblica de Clermont-Ferrand' de

Toulouse, de Montpellier han tomado ya contacto con los indus-

triales de sus respcctivas regiones. Han sacado la impresi6n de quc

la mayor parte dc ellos previn profunfus reformas en la gesddn dc

sus empresas y se resignan a estafatalidad' De este lado' la resig-

naci1n es, en efecto,la rnta dominante del momento' Por eiem-

plo, el director del Banco de Francia en Nimes rw la opuesto resis-

rcncia alguna a cuttro Francotiradores (guerrilleros) y Partisanos

arrnados quc acababan de arrancarle bscientos teinta y tres millo-

nes de francos...

Situaci6n militar

a) Las Fuzrzas Francesas del Interior no estdn mandadas'

Tienen jefes hasta eI nivel de compafi{a o de batall6n; por encima'

no iencn. La indisciptina estd tan extendida que a merutdo conduce

a wr estado vecirw a la arurquia- Swgen algwos iefes de banda quc

se aseguran una clientela- A estas bardas les es preciso Wn y iue'

gos. Sw iefes les diestran en las ciud&s liberadu pard encontrar

esto o aqrcllo. Por lo demds, crundo se presenta la ocasi6n' tratan

fu apoderarse dc su podcr (eiemplo: Linnges)'

b ) Lo s c oma ndant e s t er r i tor i al e s, de p ar tame nt al e s' r e gi o na-

les, fu las Fucrzas dcl Interior no ejercen mls que una awoidad dc

factada. Este sisrcma impide toda movilidod a las fuerzas del inte-

ior.

c) La fusiln de las diferentes categor(as en el seno de las

Fuerzas del Interior es muy completa' Las Fuerzas del Interior no

poseen colusi6n.

d) A menrdo, en las regiones al oeste del Rddano' las

Fucrzas del Interior Wecen prefeir el combate, o la bisqwda dcl

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combate,la ocupaci1n de las ciudades re.ciin aband.onad,as por elenemigo.

... Me parecen necesarias dccisiones urgentes. pero duda deque el general De Gaulle puzda tomarlas antes de haber viitado las

95 regiones de la zona sw,'.

Ds Ger.rrt-e, Charles, MCmoires de guerra..., t. lIl,p6,gs.297_299.

COMENTARIO

INTRODUCCION

[Fase descriptiva]

l. Naturaleza del texto

* Nos hallamos ante un informe de urgencia emitido ,,in situ,, por unalto funcionario, cuyo nombre desconocemos, en el que se rinden cuenr"sal general De Gaulle -€n ese momento Jefe del Gobiemo provisional de laRepriblica Francesa instalado ya en par(s- de un viaje rearizado para obser-var y valorar la situaci6n potitica y militar en la que se hallan inmersas rasregiones de Limoges, Clermont-Ferrand, Toulouse y Monpellier, poco an_tes de entrar en la regi6n que encabeza la ciudad de Bordeaux, cuando roda-via se est6n replegando las ropas alemanas del suelo francds.

- El texto es sencillo en su estructura: ros dos primeros p6rrafos es-tdn dedicados a presentar los aspectc generares de ra Liberaci6n; ertercer. y el cuarto se refieren a la situaci6n poritica creada por losriltimos acontecimientos Mlicos; ros tres siguientes nos muestranlos aspecros sociares y econ6micos en los que se desenvuelve rapoblacidn liberada; por riltimo, el resto del texto hace referencia ala actitud adoptada por ros militares y las formaciones partisanasdel interior.

1.10

- El informe est6 datado el 6 de septiembre de l94/,' momento en el

que la liberaci6n de Francia por los aliados estd en marcha. En

efecto, han tenido lugar ya loe desembarcos aliados de las playas de

Normandia (6 de junio) y de las costas de Provenza (6 de agosto)'

cuyas unidades avanzan con rapidez inusitada, de modo que las

principales ciudades francesas van a ser liberadas en quince dfas:

Marsella y Grenoble, el 23 de agosto; Parfs -roto el frente de

Avranches (30 de juliof, se ver6 libre el 25 de agosto; Lyon caer6

en manos aliadas el I I de septiembre.

- Las tropas nazis -al verse amenazadas por este avance incontenible

en forma de tenaza- se repliegan y retroceden por los macizos

montaflosos del Jura hacia el Nordeste, sometidas a una constante

persecuci6n.

* Detrds, en el territorio francds liberado, a falta de un ejercito regular

franc6s o aliado, las autoridades locales, en unos casos' y el'maquis', en

otros, han tomado et poder, de modo que el incipiente gobiemo, rasladado

a toda prisa de Argel a Paris, tiene dificultades para imponer su autoridad.

Precisamente a esas dificultades es a las que se refiere el 'informe'. Pero,

;por qu6 suceden as( los acontecimientos?

2. Aspectm de una resistencia franctsa multiforme

* Antes del desembarco aliado en el Norte de Africa, Francia estuvo iu-

tificialmente dividida en dos zonal; la ocupada por los alemanes y la inde-

pendiente "tolerada" de Vichy, donde se instal6 un gobierno francfs titere

de Berlin. Tras el desembarco norteafricano, la ficci6n termin6, y todo el

territorio galo fue ocupado por los nazis.

- Esa divisi6n del suelo francds fue importante' pues desde 1940

tuvo lugar el desarrollo de un intenso movimiento de resistencia.

- En la "zona no ocupada", tres fueron los movimientos que se des-

tacaron de todos los dem6s:

. Por un lado, el ''Mouvement de Lib€ration National'' Qinea 34)

-luego denominado "Combat"-, muy jerarquizado, aunque, en

l . i I

rearidad era una federaci6n de movimientos de resistencia en lazona Sur, que sirvieron de contrapeso el ,,Front

National,, (FTr{)del None

. Por otra partle, vemos a rlib6ration", organizaci6n en la que se

agruparon el socialismo y el sindicalismo galos, y dentro decuyo m:'co intentaron constituir los futuros cuadros que lleva-ran adelante un levantamiento popular.

. En tercer lugar, hallamos los ',Francs_tireurs y partisanos,,

(conocidos como FTp), formaci6n de combate de los grupos deextrema izquierda, partido Comunista y Confederacidn Generaldel Trabajo (CGT), a los que se refiere el texro (tfneas I I y35). Muy numerosos y activos en las zonas en las que los par_tidos de izquierda eshban solidamente implantados, sobre todoen el Limousin y sur del macizo Central, los FTp organizaronmf ltiples'maquis' en las regiones montaflos:ts.

En la "zona ocupada", la resistencia, naturalmen@, tuvo mayoresproblemas y dificultades para actuar, de modo que los primerosgrupos aislados fueron diezmados, hasta que aparecieron otros demayor alcance y con mriltiples ramificaciones:. El socialismo y el sindicalismo cristiano se aglutinaron en

ttrno a " Libdration-Nord".' Por otro lado, aparte de la "organisation civile et Militaire,',

alcanzf suma importancia el "Front National" (FN) _al que ellexto se refiere en las lfneas 33_34_, has(a extenderse al con-junto del pafs. Aunque de inspiraci6n comunista, inrent6 ac_tuar como "frente" (no como partido) y dese6 ser ,,nacional,,,

es decir, destinado a representar todas las opiniones, de modoque en el interior del FN se encuadraron elementos moderadose incluso de derecha, pero su orientaci6n no dej6 de ser de iz-quierda, como muestra su instrumento militar, los ',Francs-ti-

reurs et Partisans Frangais" (Frp), ros primeros en organizarde manera sistemdtica atentados y sabotajes.

. En vfsperas de los desembarcos aliados normando (6 de junio)y provenzal (6 de agosto), todos estos movimientos _a la ma-

142143

yor parte de los cuales se refiere el informe- distribuian m6s de

un mill6n y medio de ejemplares de periddicos entre la pobla-

ci6n francesa. En conjunto' estas formaciones de la Resisten-

cia constituian las "Fuerzas Francesas del Interior" (las FFI) a

las que se refiere el texto (linea 20), por oposici6n a las fuer'z-s regulares francesas y aliadas

- Por otra parte, la carencia de una estructura departamental del

Gobierno de Vhhy fue suplida por una autoridad colectiva, enuma-

ci6n de la Resistencia local, dando lugar a los "Comit6s Departa-

mentales de Ia Liberaci6n" a los que se refiere el texto (linea 23),

que entrardn en colisi6n con los Prefectos y Comisarios de la

Repriblica, sobre todo en el momento en el que se cree el vacfo

tras la huida de las tnopas alemanas. Todo ello dio origen a ciertos

momentos cadticos que era preciso encauzar, para lo que se nom-

bran los "Comisarios de la Repfblica, que se emplean en asegurar

su poder preeminente sobre el mando denominado 'militar'impro-

visado por las Fuerzas del Interior" (lfneas 18-20), y que fueron

prontamente designados por el Gobiemo Provisional de Argel

hasta un total de dieciocho para tda Francia.

* No obstante, mientras los pol(ticos franceses en el exilio estaban

divididos (incluso en Argel, donde se cre6 el "ComitC de Libdration

National"), los movimientos metropolitanos de resistencia se fueron de-

cantando sucesivamente hacia un simbolo, el general De Gaulle' al que

lograron imponer en la capital argelina, y al que se le entreg6, el 2 de ju-

nio de l94y', la jefatura del "Gobierno Provisional de la Repriblica

Francesa", en funci6n de la cual recibe el presente "[nforme".

EXPIICACION

lFase analitical

r El "Informe" relata las condiciones de la "Liberaci6n" y las dificulta-

des encontradas para ello en una parte de Francia muy perturbada por las

luchas partisanas

- En efecto, los odios se habian exarcebado en las regiones en lasque la Resistencia se hab(a politizado o en las que la ausencia detropas francesas o aliadas habian conducido a la toma del poderefectivo por las FFI ("Fuerzas del Interior"), dando origen a des6r-denes que, en general, para el informante, son menos graves de loque se podian temer ("En conjunto...reproducido", lfneas Gl6).

- A pesar de todo, hubo casos verdaderamente graves, como ocurrieraen la regi6n del Limosfn, donde un 'maquis'del FTp, dirigido porGuingouin (autodenominado "prefecto del maquis") se convirti6 enel dueflo de Limoges, oponi6ndose a la instalacidn de las autorida-des nombradas por De Gaulle, de modo que no s6lo se dieron entorno a 200 ejecuciones sumarias (lineas g-9), sino que, ademds,fue uno de los sitios donde no se pudo instalar el "comisario de laRepfiblica" (li,neas l8-20), nanscurriendo car,orce dias desde la libe-raci6n de la ciudad (22 de agosto) hasta la instalaci6n del comi-sario republicano (5 de septiembre).

* La tarea de normalizaci6n del pa.fs era, por lo tanto, mrirtipre y difi-cil, preseniando aspectros politicos, socio-e,condmicos y militares diferen-tes que resolver.

l. Aspectos politicos planteados por la liberaci6n

I Desde el punto de vista politico, dos eran los problemas acuciantes asolucionar para normalizar la sinraci6n: el de la justicia y el de las relacio-nes entre el poder militar y el poder civil.

En primer lugar, el problema de la justicia era perentorio, y a 6l serefiere todo el primer p6nafo (lineas 5-16). Aunque no se conocencon exactitud datos precisos, el nuevo Gobierno se encuentra an[ela acr.uaci6n sumaria de algunas cortes marciales y tribunares mili-l.ares, emanados de las "Fuerzas del Interior,', que, por procedi_mientos rdpidos y poco objetivos a veces, conducen a penas demuerte irreparables.

144

En segundo lugar, las relaciones entre el poder militar y el civil

(reflejado en las lineas 2l-29 del texn) constituyen un problema

cldsico de tiempos de guerra, porque no olvidemos que la guerra

continria todavfa. En realidad, se trata de una autdntica prueba de

fuerza entre las tropas del 'maquis', muy politizadas, y el mismo

Gobierno Provisional.. Este problema se pone de manifiesto en el p6rrafo tercero

(lineas 2l-29>, en el que se dejan entrever las dificultades sur-

gidas entre los "Comit6s locales" -salidos directamente de la

Resistencia, muy orgullosos de su importancia y envalentona-

dos por los 6xios alcanzados- y los funcionarios "impuestos"

por el Gobierno de la Repriblica llegados del exterior'

. En cuanto a los "Comit6s de la Liberaci6n" (l(neas 30-44),

vemos c6mo s6lo estdn representados en ellos miembros de

los partidos de izquierda, ya que fueron 6stos los que habfan

confiscado en su propio provecho las organizaciones de la

Resistencia Las organizaciones " moderadas" tambi6n habian

pertenecido a esa Resistencia, pero sus miembros fueron me-

nos reivindicativos, como son los casos de Ia "Armada Secreta

Militar" (AS), "Combat", "Libdration", etc. que, aunque muy

activos en algunas regiones, como el Midi, se sometieron a la

autoridad de De Gaulle.

I Ante esta situacidn, el aulor del "Informe" se permite aportar algunas

sugerencias de actuaci6n inmediata: "parece necesario que los comisarios de

la Repriblica y los prefectos exijan una mds imparcial representaci6n de los

diversos mat^ices de la opini6n resistente" en los "Comit6s departamenta-

les" y en los municipios (l(neas 4144).

En efecto, tras la primera sorpresa y la toma del poder por las nue-

vas autoridades locales, los "Comitds" serian modificadm ante la

presi6n de la nueva Adminisraci6n.

Por otra parte, urgia la preparaci6n de nuevas elecciones municipa-

les, pues los "Consejos" previstos por el Gobierno de Vichy ha-

1 4 5

bfan sido ya eliminados ya depurados. Con las miras puestas enuna nueva Constituci6n, era urgente proceder, como asi se hizo, alreemplazo de las autoridades municipales, primera etapa en el ca_mino hacia la restauraci6n de la legalidad.

- En ambos casos, la maniobra del "Gobierno provisional" era clara:tratar de aislar a las autoridades demasiado comprometidas por supertenencia politica anterior, maniobra que iba dirigida, fundamen_talmente, contra los comunistas.

2. Principahs aspectos socio-econ6micts reflejados en el "Informe"

* El autor del "Informe" dedica una buena parte del texto a los aspectmsociafes y econ6micos (lineas 45-'12),destacando dos actiurdes opuestas, lade la poblaci6n, en general (lfneas 45-62), y la de la minoria poderosa, enpartic ular (lf neas 63 -7 2\.

- Por un lado, el informante vuelve a abordar un tema ya expresadoal comienzo del texto, el de la confianza popular en el general DeGaulle, en quien se personifica la "liberacidn" y la "libertad". Lapoblaci6n "estd entregada a la alegrfa de la libertad encontrada"(lfneas 4647) y "las masas populares conffan en el general DeGaule" (l(neas 4849), mientras "los elementos que podrfan serlehostiles, a saber la minoria dominante que ha seguido o sostenidoa Vichy, son presa de la mayor confusi6n" (fneas 49_51).. A esta poblaci6n ilusionada es preciso darle argumentos para

unirla, para lo cual el autor del "Informe,' se permite disefrar yrecomendar un bosquejo de politica econ6mica (lineas 5G62).En efecto, ante el bloqueo de los salarios, entre 1940 y 1944,por presi6n de los alemanes, y ante el errcarecimiento progre_sivo del coste de la vida, el informante propone que, con ur_gencia, se adopten medidas de contenci6n, por un lado, y seeleven los salarios, por otro.

El texto nos muestra el car6cter de la urgencia al invitar a los"Comisarios de la Repriblica" a adoptar estas medidas, que fue-

ron inmediatamente tenidas en cuenta por el Gobierno, que au-

torizd un alza de los salarios del 45 al 52Vo, en provincias, y

del 30 al 517o, en Paris.

No obstante. estas medidas fueron totalmente carentes de rea-

lismo e incluso demag6gicas pues, al no contener los precios

(tal como seflala el texto en sus lineas 6l-62) se origin6 una

inflaci6n que no dej6 de hacerse notar a lo largo de la IV

Repfblica.

Por otra parte, la actitud de la minoria poderosa e influyente fue

muy distinta (lineas 63-72). Se trata de las clases acomodadas que

habian sostenido al Gobierno de Vichy y que, por ello, ahora te'

men ser las victimas de la Liberaci6n. "De este lado, la resigraci6n

es, en efecto, la nota dominante del momento" (lfneas 67-68).

. En efecto, en eslas clases acomodadas se cre6 una gran incerti-

dumbre, pues los hombres del nuevo Gobierno eran gentes

nuevas, poco conocidos, cuando para ellos la continuidad habia

tenido lugar entre la III Repfblica y Vichy, de cuyo gobierno

no qued6 ni un solo funcionario.

. Por otra parte, la actitud de los industriales era espectante y

temerosa, porque iqu6 debfan entender por "profundas reformas

en la gesti6n de sus empresas"? (lineas 66-61). Ellos sabfanpedectamente que una de las reivindicaciones de los partidos de

izquierda era la participacidn de los obreros en la gestidn de las

empresas y, por lo tanto, i,qud cabia esperar? Lo cierto es que

el Gobierno cre6, el 22 de febrero de 1945, los "comitds de

empresa", cuyas funciones quedaron limitades a la gesti6n de

las obras sociales de las mismas, de modo que el resultado lo-

grado era muy diferente a las reivindicaciones populares.

1 4 6 141

I El texto refrata, pues, dos realidades a las que el nuevo Gobierno de-bia tratar de manera diferenciada procurando la integracidn conjunla.

3. Aspectos de la situaci6n militar

* Por fltimo, el "Informe" dedica una buena parte de su contenidoQineas 73-95) a reflejar la situaci6n en la que se encuentran las "Fuerzasdel Interior" (las FFI), fnicas existentes en las regiones visitadas ante laausencia de ropas regulares francesas o aliadas.

- El panorama no puede ser mds sombrio, pues, aparte de la carenciade mandos,la ausencia de cohesidn (lineas 8688) y la falta de mo-vilidad (ineas 84-85), "la indisciplina estd tan extendida que a me-nudo conduce a un estado vecino a la anarquh" Oneas 7G77).

- Realmente, parecen buscar, mds que la persecucidn del ej6rcio nazique huye, "la ocupaci6n de las ciudades recidn abandonadas por elenemigo" (lineas 9l-92). En realidad, "surgen algunos jefes debanda que se aseguran una clientela... Susjefes les adiestran en lasciudades liberadas para encontrar esto o aquello. por lo demds,cuando se presenta la ocasi6n, tratan de apoderarse de su poder"

Qineas 77-81).

t la situaci6n es extramadamente grave, a juicio del informador, demanera que le ttparecen necesarias decisiures urgentes Pero dudo que el ge-neral De Gaulle pueda tomarlas antes de haber visitado las regiones de lazona sur" (lfneas 93-95).

CONCLUSION

lFase sintetizadora y valorativa]

* No cabe la menor duda de que el texto aclara, de manera cruda y sindisfraz alguno, h situacidn en lir que se encuentra h FYancia Liberada

r 4 8

- Por una parte, expresa el punto de vista de un alto funcionario fielal gobierno de De Gaulle del confusionismo y el caos que reina enlas regiones del Sur, de ahi que se exprese con dureza respecto a loselementos politicos de la Resistencia, inclufdos los 'maquis'.

- Por oro lado, el texto constituye un an6lisis certero y seguro delas tensiones politicas, scciales y militares que convierten a laparte meridional del pa(s en objetivo prioritario del nuevoGobiemo Provisional.

- Por riltimo, la situaci6n aludida permite plantear un problema: iEsque hubo un complot por parte de los elementos avanzados de laResistencia para hacene con el poder politico? Si existi6 esa ame-n zay se lleg6 a correr tal riesgo, el "Informe" muestra la rapidezcon que se actu6 para abortarlo. En definitiva, el resultado fue que

el 28 de octubre de 1%4 se decretd la disolucidn de todos los gru-pos armados, sin que hubiera reacciones comunistas, los mds afec-tados por la medida.

r En definitiva, a pesar de los problemas internos que se derivaron trasel vacfo originado por la marcha precipitada de las ropas alemanas en suhu(da hacia el Nordeste, cuyos matices recoge el texto, la actuacidn de la"Resistencia" francesa permiti6 al pais no se tratado por los aliados comouna especie de sat6lite alemdn, como podiia haber sucedido, dado el grado decolaboracionismo del Gobierno de Vichy, lo que permiti6 al nuevo"Gobierno hovisional" de De Gaulle intervenir, aunque modestamenle, enla lucha decisiva y final contra el Eje.

I!

It

149

3. Comentario siguiendo un m6todo de apoyo

TEXTO

;ASISTIO SANCHO EL FTIERTE DE NAVARRA

A LA TERCERA CRUZADA?

"El dngel le dijo que sopiese que el rey de Francia y el rey

de Navarra y el rey dz Inglaterra posaran a Ultramar, y el dia que

llegaron al pucrto, yendo todos armados para tomar tierra, vieron

en la ribera tanta muchedumbre de moros qte tomcvon duda si po-

drian salir a tierra. Entonces el rey de Frqnciu envi6 dccir al deInglaterra quc viniese a quclla rwve funde 6l estabay que entende-

risn c6mo lnbian de facer. Y el rey de Inglaterra, que estaba en su

caballo, cuonb esto oy6 dccir al mandadcro del rey dc Frsncia, di-jole que le dijese de su parte quc bien sabia il en como il habiafe-

cho Dios muchos enojos e muchos pesares en este mundo, y quc

siempre le pidiera merced que le trajese a tiempo que ficiese en-

mienda por el su cuerpo,y que, loado Dios, que vefu el dfa quc co-

diciaba mucho; ca si alli muriese, pues habiafecho la enmienda

Etc pidiera ante Et dc su tiena partiese y estaba en verdadera peni-

tencia, que ers cierto que le habria Dios merced al alma, e si los

moros fuesen vencidos, que tomorit Dios mucho servicio y serian

todos dc muy buena ventura. E, desputs esta raz6n hubo dicho, en-

comend6 el cuerpo y el alma a Dios, e pidi6le merced que le aco-

rriese e sign6se del signo de la cruz e mand6 a los suyos quc le

ayudasen. El luego dio de las espuelas al caballo e salt6 en la our

contra la ribera do estaban los moros. E, comoquier que estabsn

cerca del puerto, no era la mar tan baja qw el rey y el caballo rc se

metiesen so el agu.a, en guisa de que no pareci6 de ellos ninguna

cosa. Pero Dios, asi como sefior tan piadoso e dc tan gran poder,

25

30

35

40

acorddndose fu lo qw dijo en el Evangelio, que no qucrla la mucrte

del pecador sirc quc se conviertay viva, acorri6 entonces al rey dc

Inglaterra e libr6le de nwerte para este mwrdo y di6le vida perdura-

ble y escap6le de aqucl peligro del agua. E enderez6 s los moros:

cuando los ingleses vieronfacer esto a su sefior, saltaron todos en

la mar en pos dc 61, e enderezaron tofus a los moros.

Y cuando los navanos y franceses vieron esto, tovieron que

les ser{a gran mengut, lo que ellos nunca solian sofrir, y saltaron

todos en la mar contra los moros, e , desque los vieron venir contra

si e vieron que non dudaban la mtrerte y que venian contra ellos lun

bravarnente, no los osaron esperar, e dejdronles el puerto dc la mar

y comenzaron afoir hacia ls tierra. Y de sque los cristiarws llegaron

al pucrto, mataron muchos de los que pudieron slcqnzar, e fueronmuy bien andantes y ftcieron de este camino mucho servicio a

Dios. E todo este bien vino por aquel salto que fizo el rey Richtrte

de Inglatena".

D. Juex M.c,Nusl-, El Conde Lucanor. "Col. Austral",

676. M6xico, 1957, p6gs. 26-27.

COMENTARIO54

INTRODUCCION

lFase desriptiva]

I Leyendo el Conde Lucanor, de D. Juan Manuel, dan mucho que pen-sar la serie de relatos, casi siempre en forma de consejos de Patronio, queel precunor de nuestra novelistica encarna en personajes hist6ricos o, porlo menos, presumiblemente hist6ricos.

54 Este comentario se basa en un articulo mio del mismo titulo, publicadoen la revista "Principe de Viana", 118-l19 (Pamplona, 1970), p6gs.l7l-179. Se ha adaptado para la ocasi6n, eliminando todas las notas apie de pdgina y buena parte del texto.

l 0

l 5

20

150l 5 l

- Indudablemente, estas narraciones histdricas poseen algo de verdad,aunque -habiendo sucedido en la realidad bastante antes de llegar aD. Juan Manuel, algunas de ellas mds de doscientos aflos_ apare_cen ciertamente desfiguradas.

- Es precisamente ese "algo" de historia ro que preocupa, lregandoincluso a dudar si, en algunas ocasiones, las an€cdotas no fueranpor entrero ciertas, aunque adaptadas al contexlo literario de la obra.

t Los temas hist6ricos tratados por D. Juan Manuel son variados. Trestienen que ver con la historia de Navarra: el referente al conde don Rodrigoel Franco, casado con una duefla hija de D. Garch de Azagra (capfrulo III);el capftulo siguiente, donde se interpola la historia relativa al rey "Richartede Inglaterra" y los de Francia y Navarra que pasaron a ulramarl y el XX[,trocante aI conde Femdn Gonzillez y al "rey de Navarra',.

- El mds sugestivo, el segundo. De ser cierto lo puesto en boca deParonio, significaria nada mds que er rey de Navarra habia acudidoah terceraCruzada

- Conviene adelantar el argumento inicial del texto, puesto que eltranscrito no es la totalidad. Se trata de un ermitaflo al que re co-rresponde como compaflero de viaje al cielo al rey Ricardo deInglaterra. No parece muy conforme el eremita con tal compafiiaya que "sabia que era home muy gturrero y qru habia mucrtss yrobadas y deste*adas muchas gentes y siempre re vierafacer vidamuy contraria de lu szya". pero el seflor le tranquiliza dicidndoleque, con s6lo una acci6n, habfa merecido su compaflia y un sitioen el cielo. El texto a comentar nuura esa accidn del rey deInglaterra.

* Segrin D. Juan Manuel, "el rey de Francia y el rey de Navarra y elrey de rnglaterra pasaran a ultramar" 0ineas l-2) a luchar contra los mo-ros, aseveraci6n escrita en un texto eminentemente literario, en la conecastellana y ciento veintitanlos aflos despuds de que pudo haber ocurrido elhecho.

Indudablemente, este relato s6lo p'ede referirse a un episodio de ratercera cruzada, y los reyes respectivos serian Ricardo coraz6n de

r52

Le6n -"Richarte", dice Patronio-, rey de Inglaterra, Felipe II

Augusto, rey de Francia, y Sancho VI el Sabio, rey de Navarra.

- En el caso concreto que. nos retiene, podemos intentar buscar algo

de verdad, y decimos "algo" porque Patronio parece que sabia un

poco de verdad, pero desfigurada.

EXPLICACION

[Fase analitica]

a) Lm actores y el escenario

* De los tres reyes del texto, dos son personajes reales de la tercera

Cruzada: Ricardo Coraz6n de Le6n y Felipe II Augusto. El tercero' el de

Navarra, tendria que ser Sancho VI eI Sabio, pero nos consta documental-

mente que por esas fechas est6 bastante atareado en la Peninsula. Nos ha-

llamos entre 1190 y 1191.

* Si seguimos a D. Juan Manuel al pie de la letra, podemos ya desistir

del empeflo. Ahora bien, si el autor ha recogido oralmente este relato cabe

pensar que la gente corriente no sabe historia ni cronologia y que, al cabo

de ciento veintitantos aflos de sucedido el hecho, el colocarlo un lustro an-

tes o despuds no tiene importancia.In mismo les da en 1190 que en 1194.

Si encima, como en esta ocasi6n, se suceden por estos aflos dos monarcas

naviuros que generalmente se confunden, incluso con frecuencia ahora, al

llamarse ambos Sancho y sucederse uno al otro, podrfamos aventurarnos a

corregir al autor de El Conde ltcanor y decir que " el rey de Francia y el'principe' de Navarra y el rey de Inghterra pasaron a Ultramar a ludtar cln'

tra los moros". Dicho de otra manera: que el infante Sancho, luego e in-

mediatamente Sancho VII el Fuerte fue a la tercera Cruzada. O, mejor arin'

por similitud con los textos coetAneos, "el hijo del rey de Navarra" fue a la

tercenCruzada

* Naturalmente, la pregunta siguiente es si este hecho se pudo llevar a

cabo. En busca de alguna luz habremos de acudir a los textos y trabajos

153

que tratan de Sancho el Fuerte, pero el m6s absoluto silencio llena estosaflos. Como prfncipe dicen muy poco de este personaje que, como rey, vaa dar origen a las m6s variadas controversias. Y, sin embargo, es en estaetapa "meritoria" cuando anda bien cerca de los cruzados, si no mezcladocon ellos.

- Anduvo bien cerca porque los negocios de Navarra al otro lado delos Pirineos estdn en consonancia con los de ingleses y franceses,sobre todo de aqu6llos, capitaneados desde ll89 por RicardoCoraz6n de Lr6n, que pronto se va a convertir en su cuflado.

- Sancho el Fuerte, primero como prfncipe y luego como rey, va aayudar a Ricardo en varias ocasiones por el sur de Francia, dondelos ingleses son duef,os de Guyena. Quizds una de estas ayudas seconcrete en la tercera Crvada-

- La t&rcera Cruzada estd en marcha. Se ha efectuado la propagandasuficiente. Se ha recaudado dinero a base de arbirar algunos im-puestos indirectos, tanto en Francia como en Inglaterra. y aunqueambos reyes recelan el uno del otro, se ven forzados por sus res-pectivas naciones a capitanear la expedici6n, cuyo primer trdgicoaccidente lo habia representado ya el emperador alemdn.

* Mas volvamos al texto: el autor asegura, en resumen, dos cosas: l.o)Que los tres reyes estaban juntos cuando ocurri6 el hecho narrado; y 2.o)Que los tres van juntos a luchar contra los moros, que estdn ante unpuerto guardado por moros. Analicemos m6s detenidamente cada uno de es-los aserlos.

b) Los asertos del texto

1.") Que los tres reyes estabanjuntos cuando ocurri6 el hecho narrafo

* En principio, hay que ver en qu6 momentos de la III Cruzada est6njuntos los dos reyes asistentes con certeza: Ricardo y Felipe, y tratar luegode averiguar si Sancho el Fuerte pudo estar con ellos. El inglds y elfrancds estuvieron juntos en dos ocasiones: a) En Mesina; y b) En SanJuandeAoe

154

a) EnMesina (de 3lIXl1190 a30llllllI9l)

I En 1190, el 3 de septiembre, Ricardo y Felipe s€ unen por fin en

Mesina, en el reino normando de Sicilia, donde decidirdn esperar la llegada

de la siguiente primavera. Desde septiembre de 1190 hasta el 30 de marzo

de 1191, por lo tanto, estdn juntos ambos reyes cruzados' lEstuvo Sancho

el Fuerte con ellos? Nos inclinamos a creer que sf.

-sabemosporZur i raquee lTdesept iembrede l l90 ,SanchoestS

con su padre en Borja (zaragoza),entrevist6ndose con Alfonso II de

Arag6n.Apartirdeentoncesnosevuelvenatenernoticiasdequeel pr(ncipe Sancho estuviera en la Peninsula. Tampoco fuera de

ella, es cierto, pero el sentido comfn nos dice que se tuvo que reu'

nir en Mesina con los dm reyes cruzadm.- Efectivamente, el cronista Guillermo de Neubrigge recoge en su

crdnica c6mo, cuando estaban los reyes invernando en Sicilia,

I-eonor.lareinamadredelnglaterra-llegaalaisla.'secumaddu-cens nupturam illi regis Navarrorum filiam" para desposarse con

su hijo Ricardo corazdn de l-edn. Para poder efectuar este matri-

monio, el monarca inglds tendr6 anies que enfrentarse a Felipe para

rc*tnzar la mano de su hermana, Alicia, con quien estaba compro-

metido merced a los deseos de su padre, Enrique II'

- Era el mes de octubre de 1190 cuando Ricardo solicitaba a su ma-

drequeBerenguela,laprincesanavarrahermanadeSancho,sereu-niese con 6l en Sicilia.

- Es de suponer que una comisi6n inglesa tramitara en Navarra este

matrimonio, beneficioso para ambas partes' Inmediatamente, la

princesa Berenguela efectu6 el recorrido que nos relata en cronista

ingl6s. Pero es de imaginar, asimismo, que la princesa no iria sola

a Sicilia con un sdquito ingles con el que no comparte su lengua,

sino que llevar(a ademds su propia compaflia, enEe la cual es f6cil

adivinar a su hermano Sancho.- corre el mes de febrero de 1l9l cuando las relevantes damas llegan

aN6poles,donde-porrazonesdeavinrallamientoypoliticas-es-perar6n algrin tiempo. trEstd Sancho con ellas?

155

- Aunque ambas damas no entraron en Mesina hasta que Felipeabandond el puerto, el 30 de marzo, Sancho tuvo mes y mediopara entrevistarse en Mesina con Ricardo y ultimar todo lo relativoal matrimonio de su hermana y sus consecuencias subsiguientes.Es un mes y medio en el que los dos reyes y el principe navarropudieron cnincirlir.

* Luego, mientras Felipe se encamina hacia Tiro, Ricardo saldrd el l0de abril de Mesina. Uno de sus barcos -donde viajan su hermana Juana, ex-reina de Sicilia, y Berenguela, todavfa novia-, fue desviado por una tor-menta hacia la isla de chipre. y allf recald Ricardo una semana mds tardepara tcrminar conquistando la isla y efectuando en Limasol el proyectadomatrimonio con la navarra Berenguela, el 12 de mayo de I 19l, fecha en laque Sancho debia estar presente. Este, desde luego, es ignorado en laPenfnsula.

- Coronada Berenguela reina de Inglatena por el obispo de Eweux, els6quito navarro de la infanta Berenguela, hasta ahora s6lo com-prometida, estaba de m6s. Er retorno pudo realizarse en cualquierade los mriltiples barcos que surcaron el Mediterrdneo de un conffnal otro durante la primavera y el verano de l 19l.

* cuando el 5 de junio la flota inglesa ponga proa a la costa siria,Sancho el Fuerte no estar6 alli. Habfa cumplido su misidn especffica y es-taba de retromo a la Peninsula.

- Es bien cierto que todo lo expuesto en relaci6n con Sancho notiene, por ahora, una firmeza documental, pero encaja perfecta_mente con la laguna informativa existente en la documentacidnnav:ura del momento respecto al pri,ncipe, del que se denen nod_cias concretas el 7 de septiembre de l190, como ya se ha indicado,y se vuelven a tener s6lo a partir del 24 de junio de I I 91.

* En resumen, por lo tanto, sancho pudo haber coincidido durante mesy medio en Mesina con ambm reyeg participando luego indirectamente dela escaramuza chipriora de su nuevo cuflado, el rey ingl6s.

156

b) En Acre (de \lVIl1I91 a 31|VIIlI191)

* El 8 de junio de 1191 se volvian a reunir los monarcas inglds y

franc6s ante la ciudad de Acre, fortaleza que cay6 en sus manos el I I de ju-

lio. Veinte dfas m6s tarde, habiendo cumplido como cristiano, d6bil por la

enfermedad y reclamado por asuntos graves de su reino, Felipe II reem-

prendi6 viaje hacia Tiro -31 de julio de 1191-, y tres dias mds tarde zarp6

hacia Francia.

- Desde luego, en este intervalo de tiempo en que los monarcas cru-

zados estuvieron en torno a San Juan de Acre, Sancho' prfncipe to-

davia, no pudo estar alli.

- El 24 de junio de I191 Sancho acompaflaba a su padre aZwagoza

para buscar la colaboraci6n del rey aragonds frente a Castilla, como

sabemos por unos viejos anales de 1089-1196.

* Asi, pues, de los dos periodos en que Ricardo y Felipe estuvieron

juntos -en Mesina y en Acre-, s6lo en el primero de ellos Sancho el

Fuerte tuvo oportunidad de acompaflarles durante mes y medio, con lo que

se cumpliria una de las afirmaciones de D. Juan Manuel en EI Conde

Lucanor. El motivo para esta comunicaci6n, el matrimonio aludido.

2.o) Que los tres van a luchar contro los moros, que estdn nnte un puerto

guardado por maros

t Es la segunda afirmaci6n de Patronio. Pero la realidad, en este caso,

es que los tres no tuvieron ocasi6n de hacerlojuntm nunca. Porque aunque

Ricardo luch6 en Sicilia hasta hacerse dueflo de la isla, no lo hizo contra

musulmanes -ahora una minoria 6tnica-, sino contra el nuevo rey

Tancredo, quien tenfa confinada a Juana, ex-reina de la isla y hermana de

Ricardo Coraz6n de L,e6n.

- Asimismo, luch6 el monarca inglds en Chipre, donde debia estar

presente Sancho, pero aquella lucha era contra los griegos, contra

el emperador Isaac Ducas Comneno. Y, adem6s, aqui faltaba

Felipe.

157

- Y, en la tercera ocasi6n de guerra, esta vez si contra los musulma-nes de Saladino, cuando el francds y el inglds combaten juntos enAcre, falta decididamente el concurso de Sancho el Fuerte.

* Sin embargq Sancho afn tuvo ocasi6n de luchar en Tierra Santa. I:laguna informativa que le rodea (por segunda vez) en lo que resta de l19l,tras su aparici6n enZ,nagoza, puede deberse a un segundo abandono penin-sular. Pudo estar en Tiena Santa ala vez que la dejaba Felipe II Augusto.Si es asf, tal vez fuera testigo participe de la victoria de Arsuf (7 de sep-tiembre de 1l9l), aunque los cronistas ingleses -que describen la composi-cidrn y distribuci6n de las tropas cristianas en la batalla- no citan, desdeluego, al "cuflado del rey", al principe navaro.

- En realidad, el contacto de Sancho con los cruzados en esta segundaetapa parece menos probable (ahora no existe un motivo como nosea exclusivamente el piadoso), aunque tambi6n podria explicaresta segunda laguna o hueco referente a las actividades de Sanchoen la Peninsula.

- Desde la batalla de Arsuf hasta la de Jaffa (l-5 de agosro de I191),ambas victoriosas contra Saladino, hay una serie de gestiones depaz, que cristalizarian en una tregua de cinco aflos, signada el2 deseptiembre de ll9l.

I No obstante, Ricardo Corazdn de Le6n desespera ya de tomarJerusal6n y prepara el retorno con bastante antelaci6n, poque los asuntosde su corte no marchan nada bien, mezclado como estd en ellos Juan SinTierra

Por otra parte y mientras tanto, en Francia, Felipe II no cumplidlotalmente el acuerdo que signara en Acre con Ricardo al acqdar surebrno, acuerdo por el que se comprometia a no aacar los territo-rios franceses de Ricardo hasta que 6ste regesara.

Si Sancho estuvo en Arsuf (recu6rdese que su hermana sigue conlos cruzados), debi6 de acceder a la solicitud de su cuflado para vol-ver a Navarra y ayudarle en el Mediodia franc€s. Esta ayuda deSancho el Fuerte a Ricardo queda constatada documentalmente en

1 192, cuando 6ste afn continfa en Tiena Santa, y en I 194, cuando

es prisionero del emperador alem6n. Ias noticias de esta ayuda de

Sancho, todavfa principe, son varias y conocidas, recogidas docu-

mentalmente:. Pala I192: Santos Garcfa I^arragueta nos proporciona una para

el 8 de agosto de ll92; Hoveden, en su Cr6nica, nos relata

otra ayuda del navarro al ingl6s, con ochocientos soldados,

hasta terminar con el ataque a Toulouse.. Para 1194: El propio Hoveden nos lo muestra ante la toma de

Luches, en mayo; Radulfi de Diceto, refieridndose tambi6n a

fines de este mes; y Guillermo de Neubrigge, estos dos rilti-

mos en relaci6n con la ayuda del principe navarro contra

Godofredo de Rancon y el conde de Angulema. Precisamente el texto de este riltimo cita a Sancho, que estaba

alli, en Aquitania, "cwn forte paterni decessus nunciutn acce-

pisset, successionis gratia ad propria remeavit", muerte patema

que ocurri6 el 27 dejunio de 1194. El prfncipe Sancho pasaba

asl a convertirse en el rey Sancho el Fuerte de Navarra.

CONCLUSION

lFase sintetizadora y valorativa]

* En resumen, Sancho pudo y debi6 estar con los cruzados en Sicilia'

e incluso debi6 embarcar hacia Acre, formando parte del s6quio navarro de

Berenguela, aunque recalara en Chipre accidentalmente, desde donde debi6

rcgrcs:u a la Peninsula una vez desposada su hermana.

- Igualmente, tuvo oportunidad de luchar contra Saladino' ausencia

de la Pen(nsula durante el aflo 1191 (despu6's del Z de junio), que

explicarfa la segunda laguna de noticias en tomo a 6l en la docu-

mentaci6n coetdnea.- Y, en 1192 y I194, ayud6 a su cuilado inglds en el Sur de Francia,

dada la ausencia de 6ste bien por estar luchando en Jaffa, bien por

ser prisionero del emperadu alem6n.

r58 159

* A los tres personajes no lm encontramos luchando nunca juntos,aunque coincidieran los tres en Sicilia.

- Entonces, lde ddnde se szrca D. Juan lvlanuel el detalle de que lu-charon juntos contra los moros? Por una raz6n muy sencilla, por-que piensa la gente que cuando se ha embarcado con los cnrzados espara luchar contra quienes iba dirigida la expedicidn, aunque la rea-lidad de los hechos le convirtieron en un mero componente de uns6quito nupcial.

- Ahora bien, de que Sancho el Fuerte guerre6 contra los musulma-nes en ocasiones varias no cabe la menor duda, por eso la tradici6nlo enfrenta a Saladino. Acude a Alarcos (l195), colabora en lasNavas de Tolosa (1212) y, por si fircra poco, ahf esta toda la reali-dad y la fdbula de su real y curioso viaje a Mamrecos.

- Es un hombre que enamua a una doncella musulmana, atraida porsu fama, casi por correspondencia. Su asistencia a la terceraCruzada pudiera ser uno de los motivos en ayuda de esa mitifica-ci6n.

* No ser(a extrano, por lo tanto, que D. Juan Manuel, al recoger latradici6n oral que pone en boca de Patronio, ciento veintitantos aflos des-puds, hubiera unido en una varias verdadeg originando una fatsedad:

- Que Sancho el Fuerte fue a la tercera Cruzada, hecho m6s que pro-bable.

- Que Sancho el Fuerte luch6 junto a Ricardo Corazdn de lr6n yFelipe II Augusto, cuando en realidad debi6 ser un mero acompa-f,ante que, sin duda, hubiera luchado si no hubiera sido desviadohacia Chipre, donde finalizd su principal cometido.

- Que luch6 contra los musulmanes, certeza que debia anidar en lamente de los cristianos espanobs del siglo XIV, sin que pudieranespecificar ddnde, pues lo hizo en lugares diversos.

I Quizds estd en relaci6n con la actuaci6n de Sancho el Fuerte enTiena Santa la carta que le escribiera fray Gaufrido, maestre del Hospital de

160

Jerusaldn, d6ndole interesantes noticias de c6mo habia quedado la situaci6n

fias la marcha de Ricardo y la firma de la tregua entre 6ste y Saladino.

* Respecto a la originalftlad de D. Juan Manuel en esta obra, expr6sase

asi Men6ndez y Pelayo, en *s Or{genes de la rwvela:

"Entre los varios aunque no discordes elementos que entraron en

la composici6n del Lib'ro de Patronio, no fue el riltimo ciertamente

la radici6n castellana ya oral, ya cantada, que revive en las an6cdo-

tas relativas al conde Fern6n Gonzdlez, vencedor de Hacinas; d pru-

dente y sagaz Alvar F(frez y a las hijas de D. Pedro Ansrlrez; al

Adelantado de Le6n Pero Men6ndez de Vald6s, el de la pierna que-

brada; al conde Rodrigo el Franco, riltimo seflor de las Asturias de

Santillana, que muri6 de la lepra en Palestina, y a los tres fieles

compafleros que le siguieron en su postrera y dolorosa peregrina-

ci6n, asisti6ndole con caridad heroica y trasportando sus huesos a

Castilla; a los adalides de la conquista de Andalucia Garcf P€rez de

Vargas y Lorenzo Sufrez Gallinato, el que descabez6 en Granada al

capelldn renegado; a Garcilaso de la Vega el que cataba mucho en

sgueros y a otros personajes no legendarios, sino hist6ricos, que se

mueven en estos lindos relatos con la misma bizarrfa y duende que

en la cr6nicas, pero al mismo tiempo con cierto gracioso y familiar

desenfado".

"Y otras historietas como aquellas en que suenan los nomb'res de

Saladino y Ricardo Corazdn de Le6n, nos transportan al gran ciclo

de las Cruzadas, cuya popularidad era grande en Espafia y est{ atesti-

guada por la traducci6n de la gran conquista de Ultramar".

- Esta opini6n poco aventurada en cuanto a la autenticidad total de la

obra de D. Juan Manuel la recogerd el bi6grafo del noble escritor,Andrds Gimdnez Soler, en su obra D. Juan Maruel. Biogr{n y es-

tndio crttico, sin aportar nada nuevo al respecto.

- Es decir, que tanto Men6ndez y Pelayo como Gimdnez Soler no

aventuran mucho sobrc la autenticidad hbt6rica de hs hechm qe

D. Juan ldanuel pone en boca de Pagonio. Ilablan ambos de tradi-ci6n oral o cantada, como 6nica fuente de inspiraci6n, pero la rea-fidad del personaje que es D. Juan Manuel, por sus negocios poli-

ticos, pm sus cont&tos con todos los reyes peninsulares coetdneos

161

estuvo en circunstancias inmejorables de acceder a algunas noticiasque, a pes:u de todo, se habr(u desfigurado tras los muchos aflosranscurridos desde el momento de suceder el hecho hasta ser reco-gido por el noble castellano.

- Si Men€ndez y Pelayo y Gimdnez Soler dudan de esa total autenti-cidad, esnrdiando uno el origen de la novela espaflola, y, el otno, lapropia biografia de D. Juan Manuel, nosotros no vamos a desautorizar tales criterios.

* De cualquier manera, la noticia que D. Juan Manuel divulga en sunarraci6n no puede ser confirmada satisfactsiamente, pero tampocodene-gada, y menos cuando Sancho el Fuerte de Navarra urvo motivos para an-dar entre los cruzados.

- la importancia del texto descansa en la noticia misma, puesto que

narra un hecho desconocido por otros cauces y sobre el que no

existe documentacidn al guna.

r62

CUARTAPARTE

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