L. Villegas López

L o q u e h a y q u e s a b e r d e l

L i b r o d e

R e v e l a c i ó n (A p o k a l u p s i s)

San Fernando C. 2013

Í n d i c e

Prólogo…………………………………………………………………......6 Bibliografía………………………………………………………………...8 Introducción……………………………………………………………….11 Métodos de Interpretación………………………………………………...13 Futurismo…………………………………………………………………………..13 Histórico-Contínuo……………………………………………………………….. 15 Preterismo………………………………………………………………………….16 Simbólico…………………………………………………………………………. 16 Paralelismo………………………………………………………………………...17 ¿Qué método utilizamos nosotros?...........................................................................17 Consideraciones………………………………………………………….. 19 Mediciones Simbólicas…………………………………………………………….22 Números……………………………………………………………………………23 Estructura del Libro……………………………………………………….27 Introducción………………………………………………………………………..27 Desarrollo………………………………………………………………………….27 Epílogo……………………………………………………………………………..28

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La Interpretación………………………………………………………….29 Introducción…………………………………………………………29 Mensaje a las Siete Iglesias……………………………………………………32 Desarrollo……………………………………………………………36 El Trono de Dios y su Cordero………………………………………………. 36 Capítulo 4…………………………………………………………………… 36 Capítulo 5…………………………………………………………………… 37 Los Sellos y Las Trompetas (Capítulos 6-11)…………………………………40 Primer Sello…………………………………………………………………. 41 Segundo Sello……………………………………………………………….. 43 Tercer Sello………………………………………………………………….. 43 Cuarto Sello…………………………………………………………………..43 Quinto Sello…………………………………………………………………. 43 Sexto Sello……………………………………………………………………43 Interludio: Los 144.000 Sellados y La Gran Multitud (Capítulo 7)………44 Séptimo Sello…………………………………………………………………44 Primera Trompeta……………………………………………………….. 45 Segunda Trompeta………………………………………………………. 45 Tercera Trompeta……………………………………………………….. 45 Cuarta Trompeta………………………………………………………… 45 Quinta Trompeta………………………………………………………… 45 Sexta Trompeta………………………………………………………….. 47 Interludio: El Ángel con el Librito (Capítulo 10 y Los Dos Testigos (Capítulo 11:1-14)……………………………………………………………………...47 ¿Quiénes son los testigos?......................................................................... 48 Séptima Trompeta………………………………………………………...51

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La Mujer y el Dragón (Capítulos 12-14)………………………………………53 Las Dos Bestias (Capítulo 13)………………………………………………55 Primera Bestia…………………………………………………………….56 Segunda Bestia…………………………………………………………...57 ¿Cuál es el significado del 666?.................................................................59 Capítulo 14……………………………………………………………………..59 Los 144.000…………………………………………………………………60 El Mensaje de los Tres Ángeles…………………………………………….62 El Tiempo de la Siega……………………………………………………….63 Las Copas de la Ira (Capítulos 15 y 16)……………………………………….65 Un Cuadro de Comparación……………………………………………….. 68 Babilonia (Capítulos 17 y 18)…………………………………………………..69 La Caída de Babilonia………………………………………………………72 Las Bodas del Cordero……………………………………………………….. 74 El Rey de Reyes y Señor de Señores (Capítulo 19)………………………… 74 El Jinete del Caballo Blanco……………………………………………….. 75 Los Mil Años………………………………………………………………….. 77 El Juicio Final (Capítulo 20)…………………………………………………. 77 Epílogo………………………………………………………………. 80 Cielo Nuevo y Tierra Nueva (Capítulos 21 y 22)……………………………. 80 Conclusión………………………………………………………………………83

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P r ó l o g o Entre el día jueves 8 de noviembre del año 2011 y el jueves 24 de enero de 2013, llevé a cabo unos estudios sobre el Libro de revelación. Un jueves al mes, en promedio, durante el período que abarcó las fechas supra citadas, con un pequeño grupo de hermanos de la iglesia que se reúne en la Villa Esperanza, en San Fernando, nos dedicamos al estudio de este libro fascinante, en su contenido; pero que por la dificultad que presenta su interpretación, pudiera llegar a ser tediosa su indagación. Es la razón por la que traté de exponer en estas páginas sólo lo necesario –que no es poco- para comprender el libro, primeramente, y como materia de consulta, después. Mi deseo es que cada hermano que llegue a consultar esta obra, pueda obtener una guía clara –es ésta sólo su pretensión-, pero también confiable. Para ello se ha consultado las obras de los mejores intérpretes de este libro. No me he detenido a rebatir todas las falsas enseñanzas acerca de la Revelación, haría falta una obra especial para ello, salvo en pocas ocasiones, porque pienso que basta conocer bien la verdad para poder explicarla, y con ello descubrir el falso razonamiento. No hemos seguido un credo determinado, sobre los cuales los grupos religiosos más conocidos elaboran sus interpretaciones, sino a quienes han indagado con la diligencia y minuciosidad que este libro y cualquier otro que contenga la Palabra de Dios merece.

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B i b l i o g r a f í a

Las obras consultadas y algunas también reproducidas para esta exposición oral y escrita son las prescritas a continuación: -Apocalipsis, núm. 1 – 10, David Roper, Truth For Today, Ed. Eddie Cloer, Ar, EE.UU., 2001 -Apocalipsis, La Ruta del Fin; Efraín Valverde A., Pub. Worldwide Spanish Literature Ministry, Wichita Falls Tx., U.S.A., 1995 -Notas sobre Apocalipsis, Bill. H. Reeves, 1981 -Panorama de la Biblia, Jay Smith, Ed. Rev. 20th Century Christian, 1966 -The Interpretation of St. John’s Revelation by R.C.H. Lensky, Augsburg Publishing House, 1963 Obras en inglés recomendadas para el estudio del libro de Apocalipsis, algunas también he consultado y también serán citadas en esta obra: -Ray Summers, Worthy is the Lamb (Digno es el Cordero), Nashville: Broadman Press, 1951 -William Barclay, The Revelation of John (La Revelación de Juan), rev. ed. The Daily Study Bible Series, Philadelphia: Westminster Press, 1976

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-Bruce Metzger, Breaking the Code: Understanding the Book of Revelation (El código es descifrado: El libro de Apocalipsis puede ser entendido), Nashville, Abingdon Press, 1993 -Frank Pack, Revelation, Part I, II (Apocalipsis), The Living Word Series, Austin, Tx.: R.B. Sweet Co., 1965 -Leon Morris, Revelation (Apocalipsis), rev. ed., The Tyndale New Testament Commentaries, Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1987 -William Hendriksen, More Than Conquerors (Más que vencedores), Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1954 -Alfred Plummer, Pulpit Commentary, Vol. XXII, Revelation, Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1980 -James Burton Coffman, Commentary on Revelation, Austin, Tx.: Firm Foundation Publishing House, 1979 -G. B. Caird, A Commentary on the Revelation of St. John the Divine (Un Comentario sobre el Apocalipsis de San Juan el teólogo), London: Adam & Charles Black, 1966 -Homer Hailey, Revelation: An Introduction and Commentary (Apocalipsis: Introducción y Comentario), Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1979 -J. W. Roberts, The Revelation to John, The Living Word Commentary Series, Austin, Tx: Sweet Publishing Co., 1974 Igualmente, a modo de introducirse más en el conocimiento del error y poder combatirlo más eficazmente, se han consultado las obras publicadas por algunas organizaciones religiosas, como la interpretación de Revelación, publicada por la WatchTower and Tract Society (Testigos de Jehová) y el Seminario de la Iglesia Adventista del Séptimo Día: Revelaciones del Apocalipsis. A menos que se indique, las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera, 1960. La NVI corresponde a la Nueva Versión Internacional, 1999 y la BLA a la Biblia de las Américas, 1997.

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Para el texto original griego he utilizado dos obras reconocidas: -Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español de Francisco Lacueva. Ed. CLIE, Terrasa, Barcelona, 1984. -The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures, B. F. Wescott and F. J. A. Hort, 1881.

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I n t r o d u c c i ó n

“El libro de Apocalipsis es la gran “escena final” de la Biblia –un cuadro de la lucha de todas las fuerzas del bien y del mal, culminando en la victoria del bien y de la vindicación de los justos de todas las edades alrededor del trono de Dios. Este es el mensaje claro e inequívoco del libro…Apocalipsis (así como Daniel, Ezequías y Zacarías) es el tipo de literatura que entrega el mensaje en la forma de visiones, señales y símbolos. El problema de la interpretación es poder determinar el significado de los símbolos…(Los) indicios para interpretar el libro deben ser buscados en el libro mismo en vez de hacerlo en la historia, puesto que los cristianos primitivos tenían que entenderlo sin el beneficio de la historia que aún habría de suceder” (Jay Smith, Panorama, p.233, 234). Apocalipsis es una transliteración de la palabra griega Apokalupsis, que significa, literalmente “descubrir” o “quitar el velo” para ver el objeto con toda claridad. “…Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación (apokalupsis), tiene interpretación…” (I Corintios 14:26). “que por revelación (apokalupsis) me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente” (Efesios 3:3).

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“y a vosotros los que sois atribulados (con) reposo con nosotros en la revelación (apokalupsis) del Señor Jesús desde (el) cielo con (los) ángeles de(l) poder de él” (II Tes. 1:7, Fco Lacueva). “…´Revelation´ means: unveiling mistery which, except for proper unveiling, no one can know” (“Revelación” significa: un misterio revelado el cual, con excepción del propio revelador, ninguno puede conocer. R.C.H. Lensky, p.26). Esto quiere decir que Apocalipsis es un libro que puede ser entendido. “A mi juicio, 17:14 presenta el tema del libro: la victoria de Cristo y de los suyos sobre Satanás y los suyos…En medio de grandes persecuciones y tentaciones, parecía al cristiano del siglo primero que no ganaba nada con ser cristiano. Pero Apocalipsis revela que las cosas no son como parecen. Los cristianos son perseguidos, pero serán vengados (19:2)…Parece que están vencidos, pero en realidad reinan ahora (5.10)…A través de este libro se presenta Cristo como Vencedor y Conquistador” (B.H. Reeves, p.2). “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio,…y la significó enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan” (1.1, King James Version). El Interlineal Griego-Español de Francisco Lacueva traduce la palabra subrayada “dio a entender”. Significó es una de las maneras como se traduce la palabra griega que también se traduce por “signo”, y significa literalmente “indicar por medio de signos” (Bagster´s Analytical Greek Lexicon, 1971). Esta palabra en 1:1 “sugiere…aquello que se expresa por medio de signos” (W.E. Vine, The Expanded Vine´s Expository Dictionary of New Testament Words, p.1043, ed. John R. Kohelngerger III with James A. Swanson, Minneapolis, Minn.:Bethany House Publishers, 1984). Apocalipsis nos advierte sobre el final, el del juicio. Terrible para unos, los que rechazan el sello de Dios, y dirigen, a cambio, el sello o marca de la bestia; y glorioso para los que, a pesar de las persecuciones de la bestia, han conservado el sello de Dios. .

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Métodos de Interpretación Cito a continuación las tres reglas para interpretar el libro de Revelación, de acuerdo a Homer Hailey: I. Debe interpretarse a través de la percepción que tenían el apóstol Juan y los receptores de esta carta. II. Entender el Antiguo Testamento, especialmente los libros de Ezequiel, Daniel y Zacarías. Los eruditos han calculado que hay de 260 a 400 alusiones tomadas del Antiguo Pacto. III. La interpretación tiene que estar en perfecta armonía con el resto del Nuevo Testamento. Cualquier conflicto o contradicción entre los dos delata el error. (Citado por Tom Holley en su Estudio sobre Apocalipsis). Actualmente existen varias interpretaciones que rompen esa armonía. Y hay cuatro métodos o enfoques que agrupan todas las variaciones y combinaciones que existen de este libro: Futurista, Historicista, Preterista y Simbólico. También agregamos el llamado Paralelismo. Futurismo.- El punto de vista futurista tiene variaciones pero la más popular es el llamado premilenarismo, que enseña que Jesús regresará a la tierra y reinará en la ciudad de Jerusalén por un período de mil años. A través de los años, la Biblia Anotada de Scofield, ha sido el principal medio de propagación del punto de vista futurista (C.I. Scofield, La Santa Biblia Anotada de Scofield, ed. en castellano William H. Walker, Dousman, Wi.: Publicaciones Españolas, 1994, edición 26). Uno de los tratamientos más populares del punto de vista futurista ha sido el que se le dio a este enfoque en el libro The Late Great Planet Earth (La agonía del planeta Tierra) de Hal Lindsey (Grand Rapids, Mich.: Zondervan Publishing House, 1970).

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Los futuristas sostienen que la mayor parte del Apocalipsis (capítulos 4 al 19) tendrá su cumplimiento en el futuro en un período de siete años, que definen como “la gran tribulación”, la cual hacen corresponder con la septuagésima semana de Daniel 9:24-27. Con respecto al susodicho período, Lindsey señala: “Todo indica que poco antes de que empiecen los siete años de tribulación, el Anticristo recibirá una herida mortal, la cual será milagrosamente curada. Satanás morará en él; y tendrá poder sobre las diez naciones que nosotros conocemos como El Mercado Común Europeo (Apo. 13:3). Estas cosas deben ocurrir primero para darle la posición política y el asiento del poder, donde firma el pacto para proteger a Israel, lo cual viene a ser el comienzo oficial de la tribulación”. “Un falso profeta, o seudo Mesías de Israel (Apo. 13:11-17), se manifestará antes de que comience la tribulación porque él es el líder de Israel que hará el pacto con este Dictador Romano (el Anticristo)” (Hal Lindsey, The Rapture, p.5, New York: Bantam Books, 1983). Los futuristas también enseñan que estos siete años de tribulación corresponden al período comprendido entre el rapto de la iglesia para ser llamada al cielo, y la segunda venida de Cristo, acompañado de su iglesia, para derrotar al Anticristo –por medio del Armagedón- y establecer en la tierra un reino de mil años literales, cuya predicción, dicen, se registra en Apocalipsis 20. También predican que habrá dos resurrecciones literales: la de los justos, relacionada con la segunda venida de Cristo, y la de los injustos, al final de los mil años. El juicio del fin, sostienen, será al final de los mil años. Afirman que las siete iglesias (cap. 2 y 3) representan siete períodos históricos de la iglesia misma. Cierto diccionario bíblico, luego de exponer los cuatro métodos de interpretación, agrega respecto de la interpretación futurista que: “(es) la interpretación más coherente…por cuanto armoniza con todas las esperanzas proféticas de Israel en el Antiguo Testamento de una restauración final al arrepentimiento y a la dicha en los días del Mesías, en un sentido nacional…” (Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Samuel Vila & Santiago Escuain, Apocalipsis, p.65, Libros CLIE, 1985). Una clara descripción de la visión protestante, fundada más en un credo que en una investigación más erudita.

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Histórico-Contínuo.- Este método es la perspectiva que considera que el libro de Apocalipsis constituye un detallado bosquejo de la historia (especialmente de la historia de la iglesia), el cual abarca desde el siglo primero hasta el juicio final. “Los que sostienen este punto de vista ven en el Apocalipsis un cuadro simbólico de los eventos de la iglesia ocurridos a partir del día de Pentecostés, hasta el final de los tiempos. Ellos…creen ver en el libro menciones en concreto de batallas propiamente dichas (la Batalla de Tours), movimientos religiosos (el surgimiento del Islam y la Reforma Protestante), personajes de la historia (Napoleón, el Papa, Hitler), o eventos (el Edicto de Tolerancia de Constantino)” (J. W. Roberts, p.19). “Estos intérpretes, con asombrosa habilidad, mueven los eventos proféticos del Apocalipsis haciéndolos coincidir con los registrados por la historia…De esta manera, eventos históricos, tales como las grandes persecuciones contra la iglesia del Señor, la invasión de Atila contra Roma, la caída de Roma en el 476 d.C., el poder mahometano, la Reforma de Lutero y la Revolución Francesa, forman parte de su bosquejo profético, en el cual cada uno de estos eventos históricos cuenta con su propia profecía. Se trata, pues, de una cadena de profecíasdeterminadas, que ellos han ligado, ya a los sellos, ya a las trompetas, ya a las copas de la ira” (Valverde, p.4,5). Wycliffe y Lutero fueron exponentes de este tipo de enfoque. Por esta razón ha gozado de popularidad entre los protestantes. Se le presta especial atención al Catolicismo Romano en general, y al Papa en particular. E. B. Elliot y Carrol, también utilizan este método. Entre los más influyentes están los comentarios de Albert Barnes (Notes, Explanatory and Practical, on the Book of Revelation, London: Knight & Son, 1852) y Adam Clarke (The New Testament, vol 2, Romans to the Revelations, Nashville: Abingdon Press, n.d.). John T. Hinds siguió en gran parte el enfoque de Barnes en su comentario sobre Apocalipsis, el cual forma parte de la popular serie de comentarios del Gospel Advocate sobre el Nuevo Testamento (A Commentary on the Book of Revelation, New Testament Commentaries, Nashville: N. p.1937; reprint, Nashville: Gospel Advocate Co., 1973).

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Preterismo.- Considera que todos los eventos del libro, excepto la resurrección de los muertos y el juicio final, se cumplieron en los días del Imperio Romano, principalmente bajo Nerón y Domiciano, esto es, en el primer siglo de la iglesia. Una forma extrema de preterismo es la que ha sido llamada “teoría del 70 d. C.” y que enseña que la segunda venida de Cristo se produjo en el año 70 d. C. cuando Jerusalén fue destruida. Esta falsa doctrina se analiza en Studies in Biblical Eschatology, vol. 1 (Marietta, Ohio: Therefore Stand Publications, 1981). Algunos intérpretes identificados con esta corriente son Stuart y Swete. Foy E. Wallace Jr. También era un firme proponente de este punto de vista (The Book of Revelation, Forth Worth, Tx.: Foy E. Wallace Jr. Publications, 1966). El comentario de Apocalipsis de J. W. Roberts utiliza un enfoque preterista modificado (The Revelation to John). Este enfoque tiene un punto fuerte y es que se arraiga firmemente en la situación histórica del primer siglo. Y estima que el propósito del libro fue consolar y dar ánimo a la atribulada iglesia de aquellos días. Simbólico (Espiritualismo).- Es la perspectiva que considera que el libro de Revelación trata de modo simbólico el conflicto entre el bien y el mal en todas las eras. Y que el propósito de tales visiones es hacer ver el triunfo final del bien sobre el mal. No importa el ambiente histórico, ni los eventos, ni las personas o lugares mencionados en el libro. El enfoque de William Hendriksen, en su More Than Conquerors, es una modificación del enfoque simbólico. Para Jay Smith, el comentario de Hendriksen es uno de los mejores sobre Apocalipsis (Panorama de la Biblia, p. 235).

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Paralelismo.- “Este método estudia el Apocalipsis ordenando las visiones en secciones paralelas y buscando la relación que éstas mantienen entre sí y sus paralelos con otras escrituras del Nuevo y del Antiguo Testamento. Secciones paralelas son, por ejemplo, los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas de la ira de Dios. El método ha descubierto que cada sección cubre el mismo período: la edad tres en su totalidad, esto es, desde la primera hasta la segunda venida de Cristo; y que el juicio final, o por lo menos una alusión al mismo, constituye la culminación de cada una”. “El método considera además, que las series paralelas –los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas de la ira- son eventos simultáneos y no consecutivos” (Valverde, p.5,6). Otro ejemplo de paralelismo es el que constituye Apocalipsis 12-14 con la sección del capítulo 20. Ambas secciones muestran las acciones de Satanás y sus limitaciones durante el período entre la primera y segunda venida. De esta manera, el nacimiento de Cristo (cap. 12) equivale a la atadura de Satanás de 20:1 durante la dispensación simbolizada por los mil años. E. Valverde, que dedicó más de treinta años al estudio de este libro, utiliza el paralelismo en su interpretación y atribuye como exponente de este tipo de enfoque al mencionado William Hendriksen. Y considera un valioso aporte al paralelismo las interpretaciones de Lensky (St. John´s Revelation, 1963), Plummer (Revelation,1980) y Coffman (Commentary on Revelation, 1979). ¿Qué método utilizamos nosotros? Quiero citar a David Roper: “…como cada enfoque fundamental tiene sus propios puntos fuertes y débiles, lo más correcto sería elegir los mejores aspectos de varios enfoques. Muchos comentarios actuales tal como Leon Morris (Revelation, 1987), han seguido este procedimiento…Hendriksen, Pack y Roberts, combinaron las características de varios enfoques” (Apocalipsis, núm.1, p.21).

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Luego cita el comentario de Ray Summers, intitulado Worthy is the Lamb, como ilustrativo de este procedimiento sincretista, porque Summers, siendo preterista, “reconoce la necesidad de la aplicación para hoy día; así que utiliza elementos del enfoque simbólico para lograr que tenga influencia actual” (Ibid). Lo ideal es desarrollar nuestra propia forma de percibir el libro. No obstante, son recomendables, especialmente, los métodos simbólico, preterista y paralelista. Y se debe evitar el futurista porque es obviamente falso, y la división del tiempo del enfoque histórico contínuo. De esta manera es más factible lograr obedecer el mandamiento de usar “bien la palabra de verdad” (II Timoteo 2:15).

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E l L i b r o d e R e v e l a c i ó n

C o n s i d e r a c i o n e s En el libro de Revelación, el apóstol Juan nos presenta la visión profética que le fue dada para ver y oír en algún domingo del año 95 del primer siglo del primer milenio después de cristo, mientras se encontraba exiliado en la pequeña isla de Patmos (Patino), frente a la costa suroccidental de la provincia romana de Asia, a unos 48 kilómetros al sur de Samos, al final del reinado del gran perseguidor de la iglesia, el Emperador Domiciano. El apóstol escribió el libro de la revelación por orden del mismo Señor: “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas” (1.19). Juan había vivido y trabajado dentro y fuera de Efeso desde los días de la Guerra de

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los Judíos que destruyó a la nación judía (66-70 d.C). Domiciano murió el 18 de septiembre de 96. Esta fecha es necesaria para situar las visiones del libro en el año 95. Juan no fue exiliado por el mismo emperador, sino por el procónsul de la provincia de Asia, “quien no habría sido capaz, bajo autoridad propia, de castigar de esta manera a un predicador del evangelio y un adherente a la fe cristiana, si no se hubiera sentido autorizado de hacerlo bajo algún decreto emitido por el gobernador imperial, o alguna regulación tolerada por éste, bajo la cual la propagación de la religión cristiana iba a ser reprimida por las cortes o la policía” (Zahn, Introduction to the New Testament, III, p.409, Grand Rapids, Michigan: Kregal Publications, 1953). No sabemos cuanto tiempo se extendió este exilio. No hay nada que nos impida fechar el libro de Revelación en el año 96, el año de la muerte de Domiciano. Nerva reinó hasta el 98, y luego lo sucedido Trajano (r.98-117). Juan fue liberado después de la muerte de Domiciano y murió durante el reinado de Trajano. Del mismo libro aprendemos que, tanto las visiones como el acto de ponerlas por escrito, fueron simultáneos. Mientras las órdenes reiteradas: “¡Escribe!” (gr. graphon) en 1:19; 14:13;19:9 podría dejar el asunto abierto respecto de cuándo Juan iba a escribir, la propia afirmación de Juan en 10:4, “Una vez que hablaron los siete truenos, estaba yo por escribir”, y entonces una voz del cielo se lo prohibió, “Guarda en secreto lo que han dicho los siete truenos, y no lo escribas” (NVI) nos informa que él iba escribiendo, y que las otras órdenes “¡Escribe!” hacen referencia a un escrito inmediato. Juan escribe “en un libro” (1:11); en 22:6-19 vemos “este libro” completo salvo por las dos últimas frases. El ángel (22:7-15) y Jesús (22:18,19) hablan de “este libro” como si ya estuviera escrito, vea 22:19, Ton gegramménoon hen too Biblioo toutoo (Vaticanus mss.) Of the (things) having been written in the little book this (Wescott-Horts) De las cosas que han sido escritas en el rollo éste (Fco Lacueva) De las cosas que están escritas en este libro (RV, 1960) Es, por lo tanto, incorrecto creer que Juan escribió en Patmos algún tiempo después que él vio las visiones o que esperó hasta retornar a Efeso.

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La sucesión de los emperadores romanos: Tiberius, m. marzo 16, año 37. Calígula (Cayo César), marzo 16 de 37 a enero 24 de 41. Claudius, 24 enero de 41 al 13 de octubre de 54. Nero, 13 de octubre de 54 a 9 de junio de 68. Galba, m. en enero 15 del año 69. Otho, m. 16 de abril. Vitellius , m. 21 de diciembre de 69. Vespasiano, proclamado emperador en Alejandría el 1 de julio del 69. Titus, 23 de junio de 79 al 13 de septiembre de 81. Domiciano, 13 de septiembre de 81 al 18 de septiembre del 96. Nerva, 18 de septiembre de 96 a enero 25 de 98. Trajano , enero 25 del 98 a agosto de 117. Todo esfuerzo por datar el libro de Revelación durante el reinado de Claudius –como algunos han intentado- es insatisfactorio. Se dice que Martín Lutero lanzó este libro al río Elba y declaró que si uno no estaba “tocado en la cabeza” al comenzar a leerlo, lo estaría al terminar (Citado por Jay Smith, p.233). Lutero aplicó más bien un criterio subjetivo respecto de este libro y escribió en 1522, “Mi espíritu no puede adaptarse al libro”. Pensaba que los apóstoles debían escribir en lenguaje claro y no en términos simbólicos o visiones. En 1545 (Erlangen Edition, vol.63, p.158-159) él se corrigió de esto. Por su parte, Zwinglio fue radical y declaró sin reservas que “no es un libro de la Biblia”. Y aunque Calvino no comentó el libro, reconoce su autoridad apostólica. A pesar de esto, Tregelles (New Testament Historical Evidences) observa: “No hay otro libro del Nuevo Testamento que tenga testimonios tan claros, amplios y numerosos como lo es Apocalipsis. Mientras más cerca la conexión de los testigos con el apóstol Juan, más explícito es su testimonio”. Ya desde el principio, en pleno siglo segundo hallamos que hay unanimidad en asignar la paternidad de Apocalipsis a Juan el apóstol. Lo hacen Justino Mártir (140 d.C.); Mélito (170 d.C.); Teófilo (180 d.C.); Ireneo (180 d.C.), cuyo testimonio tiene un valor especial porque fue discípulo de Policarpo, quien a su vez, fue discípulo de Juan. Ireneo fue también instruido por Papías, “un oyente de Juan” y amigo y compañero de Policarpo. Es Ireneo, quien además menciona que Juan vivió hasta la época de Trajano (Adversus Haereses, III, 4, 4). Eusebio (Church History 5, 8) cita a Ireneo para efecto de que la Revelación estaba casi en la memoria de los hombres que vivían entonces, esto es “hacia el final del reinado de Domiciano”. En el siglo III, Tertuliano (200 d.C.), Clemente de Alejandría (200 d.C.), Orígenes (233 d.C.) e Hipólito (240 d.C.), mantienen el testimonio de la autoridad apostólica del libro.

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Mediciones Simbólicas En Revelación se emplean distintas frases de medición que, por lo general, todas significan el mismo período. Tres Días y Medio. Tres y medio son la mitad de 7, que es la perfección o lo completo. Por eso simboliza la obra de Satanás. Los cadáveres de los dos testigos de Dios fueron dejados “tres días y medio” en la plaza; y después de ese período, resucitaron (11: 9, 11). Mil Doscientos Sesenta Días. Equivalen a tres años y medio, es decir, la mitad de siete. Y miden un período de persecución realizada por Satanás durante la era cristiana (12:6). Un Tiempo, y Tiempos, y La Mitad de un Tiempo. También es la mitad del siete perfecto, y se utiliza para medir la acción insuficiente de Satanás para destruir lo que Dios protege. Cuarenta y Dos Meses. Son también la mitad de siete, tres años y medio, 1260 días. “También se le dio boca (a la bestia que subía del mar) que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses” (12:5). Es la acción de Satanás contra el pueblo de Dios por medio de la bestia durante la edad cristiana.

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Poco Tiempo. El “poco tiempo” (12:12) y el “breve tiempo” (17:10) significan cualquier período en que Satanás puede actuar a través de sus aliados y dar la apariencia de ganar la batalla.

Números Para interpretar correctamente el Apocalipsis, se debe tener en cuenta que entre los muchos símbolos del libro está el de los números, los que no tienen el significado literal y exacto que tienen en aritmética. Tres.- Identifica a la Deidad: “Santo, santo, santo…” (Isaías 6:3) “…en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19) “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo…” (II Corintios 13:14). “…Gracia y paz…, del que es y que era y que ha de venir (el Padre) y de los siete espíritus que están delante de su trono (el Espíritu Santo), y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra…(el Hijo)” Cuatro.- Identifica el mundo o la creación, considerando los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste. De ahí también lo de “cuatro ángeles”, “cuatro ángulos” y “cuatro vientos” simbolizando la tierra y todas sus direcciones (Apo. 7:1).

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Seis.- El 6 es lo imperfecto ya que antecede al 7 que es lo perfecto, o completo. Leemos que la bestia tiene número de hombre: 666 (13:18). Esto es, la imperfección, el mal, el engaño y el fracaso intensificados. Siete.- En Daniel 9:24-27 las setenta semanas simbolizan el período en el cual Dios ejecutaría su plan perfecto para con Israel. En Zacarías 4.10 los ojos del Señor están simbolizados por el 7. En Mateo 18:21, 22 el perdón perfecto Jesús lo simboliza con “70 veces 7”. Diez.- Simboliza el período mundano. La bestia escarlata sobre la cual va sentada la mujer que representa a Babilonia (Roma en tiempos de Juan), tiene 10 cuernos, los que representan 10 reyas (17:3-12). Doce.- Se obtiene al multiplicar 3 (la Deidad) por 4 (la creación perfecta). Representa al pueblo de Dios. Israel estaba constituida por 12 tribus. Por esta razón Israel es simbolizado por la mujer que lleva en su cabeza una corona de 12 estrellas. Cf. Apo. 12:1-5 y Génesis 37:9, 10. La iglesia del Señor está representada por 12 apóstoles: “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero” (21:14). Sumar 12 más 12 = 24, simboliza los salvos de Israel y de los gentiles unidos en un solo pueblo. La iglesia o reino del Señor. “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados… a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas…se postran…y adoran al que vive por los siglos de los siglos…y cantaban un nuevo cántico, diciendo….nos has

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hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apo. 4:4, 10; 5:9, 10). Mil.- En 20:1-6 representa el período comprendido entre Pentecostés y el “poco de tiempo” antes de la segunda venida de Cristo. En su primera venida, Jesucristo estableció su reino –la iglesia-; y desde entonces ha estado reinando “pero mi reino no es de aquí” dice Jesús a Pilato (Juan 18:36). Y los que somos parte de esta iglesia damos gracias al Padre: “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). Compara los siguientes versículos: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección (cuando pasamos de muerte a vida en el bautismo); la segunda muerte (castigo eterno) no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Apo. 20:6). “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (I Pedro 2:9). Esta misma numeración fue empleada en el Antiguo Testamento, también con carácter simbólico (Ex. 20:6; Dt. 7:9; Sal. 50:10; 105:8). Ciento Cuarenta y Cuatro Mil.- Es el resultado de 12 x12 x 1000. El 12 representa a Israel (12 tribus) y a la iglesia (12 apóstoles). Y 1000 es el tiempo en que la iglesia va a estar sobre la tierra. Si dice en los capítulos 7 y 14 que los 144.000 pertenecen a las doce tribus de Israel, es que somos linaje de Abraham: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois,…” (Gálatas 3:29).

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En Cristo somos un cuerpo, todos contados como cristianos, sin distinciones de género, nivel social o raza: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús…porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo…y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (Gál. 3:28 y I Cor. 12:13).

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Estructura del Libro

Esta división está considerada sólo para facilitar al oyente y/o al lector de este estudio la identificación de la introducción, el desarrollo y el epílogo.

A. Introducción. Está constituida por los tres primeros capítulos. Se establece el origen divino del libro: “la revelación de Jesucristo…” (1.1); se expone el motivo por el cual se debe guardar las cosas escritas (1:7, 8); y la orden al autor, Juan, que escriba las visiones y las envíe a las siete iglesias de Asia (1:11). Observa el simbolismo del número siete (1:20). Había más iglesias en Asia, por ejemplo, la de Troas, la de Colosas y la de Mileto.

B. Desarrollo Desde el capítulo 4 al 20.

1) El trono celestial y los siete sellos (4:1-8:1) 2) Las siete trompetas (8:2-11:19) 3) La mujer, el niño y los de la simiente de la mujer son perseguidos por el dragón

y las dos bestias 4) Las siete copas de la ira (15 y 16) 5) La ramera y la Gran Babilonia (17 y 18)

6) Alabanzas al Señor en el cielo, la cena de las bodas del Cordero y un relato del triunfo de Jesús sobre las dos bestias (cap. 19)

7) Los Mil Años y el juicio ante el gran trono blanco (cap. 20)

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C. Epílogo.

Incluye los últimos dos capítulos (21 y 22). Hay una promesa: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo” (21:7); pero: “…los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (la primera es la muerte física, esta muerte es espiritual y eterna, 21:8)” La Nueva Jerusalén, la habitación eterna para los redimidos, es decir, los que conservaron el sello de Dios. Finalmente una advertencia: “…Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitase de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (22:18b,19). .

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A p o c a l i p s i s

L a I n t e r p r e t a c i ó n

I n t r o d u c c i ó n “Aun cuando todos los libros del Nuevo Testamento fueron inspirados divinamente, de ninguno de ellos se dice que es “La revelación de Jesucristo”. Esta presentación que Jesucristo mismo hace de su libro distingue al Apocalipsis de los demás libros, y despeja cualquier duda en cuanto a la autenticidad de su inspiración” (Valverde, p.39). “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deban suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan…” (1.1) “Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas…” (22:8a) “Yo jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias…” (22:16a)

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Por lo tanto, la cadena de revelación se resume de esta forma: Dios >> Jesús >> Ángel >> Juan >> Pueblo de Dios “Juan, a las siete iglesias que están en Asia…” (1:4) “Estas iglesias simbolizan la iglesia del Señor en todo tiempo y lugar, y no siete períodos históricos de la iglesia misma como interpretan los futuristas” (Valverde, p.42). “Estas iglesias representan la iglesia en su totalidad” (Hendriksen, p.67). “El número siete aquí no es exacto, sino simbólico; ello excluye a otras iglesias, pero simboliza a todas” (A. Plummer, p.3). “Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre…” (v. 6). La promesa hecha a los israelitas: “…si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto…me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa” (Exodo 19:5-6), se cumple en el Israel espiritual, la iglesia (I Pedro 2:9): “He aquí que viene con las nubes…y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él…el que es y que era y que ha de venir”. Para algunos este es el tema del libro: que un día el Señor vendrá para emitir el juicio definitivo sobre toda persona. “La promesa se refiere principalmente a la segunda venida” (J. W. Roberts, p.31); pero agrega que no se limita sólo a eso. El Señor “vino” en juicio muchas veces en contra de las naciones inicuas: “Profecía sobre Egipto. He aquí que Jehová monta sobre una ligera nube, y entrará en Egipto;…y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él…” (Isaías 19:1-3). Los que perseguían a los cristianos harían lamentación igual que los egipcios. Así ocurrió con el Imperio Romano en 476, cuando fue desmembrado por las invasiones de los pueblos del norte. Luego Juan declara que “estaba en el Espíritu en el día del Señor”. Estar en el Espíritu significa que el espíritu de Juan se hizo receptivo al Espíritu Santo. Cf. Mateo 22:43 cuando Jesús le recordó a los fariseos que David “en el Espíritu le llama Señor” al Cristo. Es la misma construcción.

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En cuanto al “día del Señor”, es el primer día de la semana. La frase griega kuriake, que se traduce por “del Señor” es una manera especial para referirse a algo que “pertenece al Señor” (Walter Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Lietrature, p.459, 4th rev. Eds William F. Arendt and F. Wilbur Gingrich, Cambridge: University Press, 1952). “Es probable que los cristianos lo llamaran así para distinguirlo del “Día del César”, celebrado por los súbditos romanos una vez al mes” (Valverde, p.53). La palabra sólo se encuentra dos veces en el Nuevo Testamento, la otra cita es I Cor. 11:20, donde se refiere a “la cena del Señor”. Hoy día, nosotros participamos de la cena del Señor en el día del Señor (Hechos 20:7). En la visión y audición de Juan –Nótese: “oí detrás de mí una gran voz” (v.10) y luego “y me volví para ver la voz…y vuelto, vi” (v.12)-, Juan vio “en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre” (v.13) quien “tenía en su diestra siete estrellas” (v.16). La explicación la da el versículo 20: “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias” (1:20). Puede que los cristianos del siglo primero, se hubieran sentido abandonados; pero Jesús estaba en medio de las congregaciones. Esto es un recordatorio para nosotros también: “…he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo…” (Mateo 28:20) Hoy día, muchos buscan a Jesús en muchos lugares: líderes carismáticos, diversas comunidades y en la mística Nueva Era. Para hallar a Jesús hay que buscarlo en su iglesia. La frase “Hijo del Hombre” es una de las auto-designaciones favoritas de Jesús. Ante el Sumo Sacerdote Caifás lo expresó de una manera sublime: “…Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mateo 26:63,64).

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La designación tenía matices mesiánicos: “…y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hacia el Anciano de días,…Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran…” (Daniel 7.13).

Mensaje a las Siete Iglesias Con algunas excepciones, cada carta contiene siete elementos. El siguiente cuadro está de acuerdo al modelo de David Roper (Apocalipsis nº2): 1) Un Saludo 2) Una Descripción de Jesús (Y) Escribe al ángel de la iglesia en: Efeso : El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro…(2:1) Esmirna : El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió…(2:8) Pérgamo : El que tiene la espada aguda de dos filos…(2:12) Tiatira : El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido…(2:18)

Sardis : El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas…(3:1) Filadelfia : …el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre…(3.7) Laodicea : …el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios…(3:14)

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3) Un Elogio a la Congregación A Efeso : “Conozco…tu arduo trabajo y paciencia;…no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado…aborreces las obras de los nicolaítas…” (2:2,3,6) A Esmirna : “Conozco… tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico)…” (2:9) A Pérgamo : “…retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros…” (2:13) A Tiatira : “…conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras” (2.19) A Filadelfia: “…aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre…has guardado la palabra de mi paciencia…” (3:8,10) Ni Sardis ni Laodicea fueron objeto de elogio de parte del Señor.

4) Una Censura a la Congregación Excepto a Esmirna y Filadelfia que no la recibieron. A Efeso se le acusa de haber “dejado (su) primer amor” (2.4) A Pérgamo porque retenía a los que siguen a Balaam y a los nicolaítas (2:14,15) Contra Tiatira el Señor tiene que toleraba a esa mujer Jezabel, falsa profeta (2.20) A Sardis se le dice que tiene nombre de que vive, pero está muerta (3.1) Laodicea provoca náuseas por su tibieza y su convicción de creerse rico siendo pobre (3:15,16) 5) Una Advertencia y una Amenaza Excepto, nuevamente, Esmirna y Filadelfia. A Efeso se le advierte arrepentirse o si no se le quitará su candelero, es decir, “dejarán de ser considerados por Cristo como una verdadera iglesia suya” (J. W. Roberts, p.11)

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A Pérgamo se le insta, igualmente, a arrepentirse; “pues si no vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de ni boca” (2:16). Esto debería haber motivado a la iglesia a preocuparse por los que estaban a punto de ser castigados. A Tiatira llama a arrepentirse a los que siguen a Jezabel. De otra manera sufrirá “gran tribulación” (2:22) A Sardis se le advierte que si no vela por guardar las obras del Señor iban a ser malamente sorprendidos (3:3) A Laodicea se le aconseja renunciar a su indiferencia, a su autosuficiencia espiritual y a su orgullo. Esta es la iglesia que decía “soy rico”; pero no era más que un “miserable, pobre, ciego y desnudo” (3:17,18). También se le recuerda que el Señor castiga a los que ama, si éstos descuidan su fe (v.19) 6) Una Exhortación Efeso : 2:7a Esmirna : 2:11a Pérgamo : 2.17a “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” Tiatira : 2:29 Sardis : 3:6 Filadelfia : 3:13 Laodicea : 3:22 Esta también era una amonestación favorita de Jesús. Cf. Mateo 11.15; 13:4; Lucas 14:35. “Si alguno tiene oídos para oir, oiga” (Marcos 4:23).

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7) Una Promesa Efeso : “le daré a comer del árbol de la vida…” (2:7b) Esmirna : “no sufrirá daño de la segunda muerte” (2:11b) Pérgamo : “daré a comer del maná escondido…” (2:17b) Al o El que venciere, Tiatira : “…daré autoridad sobre las naciones…” (2:26,27) Sardis : “…no borraré su nombre del libro de la vida” (3:5) Filadelfia : “yo lo haré columna en el templo de mi Dios” (3:12) Laodicea : “le daré que se siente conmigo en mi trono” (3:21) Las obras mencionadas en cada una de las siete cartas, son un medio inconfundible para identificar a la iglesia del Señor en cualquier lugar (Valverde, p.63). La enseñanza que se encuentra en las cartas es muy práctica para la iglesia de hoy día.

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D e s a r r o l l o

El Trono de Dios y su Cordero

Capítulo 4 “Después de esto” Juan miró y había una puerta abierta en el cielo; y oyó una voz “como de trompeta”, probablemente la de Jesús (Cf. 1:10), que le va a mostrar las cosas que sucederían. Nuevamente Juan, “en el Espíritu” (Cf.1:10) y observa un trono y a uno que estaba sentado en él. Los receptores de la carta seguramente conocían los salmos y los profetas: “Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono” (Salmos 11:4a) “…vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime…” (Isaías 6:1) Por tanto, ellos sabían su identidad. Las piedras preciosas son inmutables, una característica de Dios y el arco iris simboliza un pacto en los días de Noé. Sólo que hoy la base del pacto que tiene con los discípulos de Cristo es la sangre del Cordero.

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“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo…por la sangre del pacto eterno” (Hebreos 13:20) El versículo 4 menciona veinticuatro tronos: 12 apóstoles + 12 tribus de Israel = pueblo de Dios, judíos y gentiles. Las ropas blancas son la pureza y las coronas, el hecho de que reinan ahora. Los siete espíritus de Dios = el Espíritu Santo. Los cuatro seres vivientes son ángeles. Los querubines están presentes en la caída del ser humano y también celebran su redención y triunfo del reino de Cristo. Un servicio constante al eterno Dios. Este capítulo resume la gloria y la honra que los redimidos darán siempre a Dios “que vive por los siglos de los siglos” (v.10).

Capítulo 5

En la mano derecha del que estaba sentado en el trono, Juan vio un libro (gr. Biblíon) o “rollo, escrito por ambos lados y sellado con siete sellos” (Nueva Versión Internacional, 1999). Y aparece en escena “un Cordero como inmolado” que estaba “en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos” (v.6), porque Cristo es el centro de esta revelación. La identificación que se hace de él en el v.5 como “el León de la tribu de Judá, la raíz de David” deja claro que Jesús era el Mesías anunciado (Gn. 49:9,10; Is.11:1). Y cuando el Cordero tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono, todos “se postraron delante del Cordero” (v.8). Fue adorado al dejar los cielos y venir al mundo (los magoi en Mateo 2:11) y al dejar el mundo y volver al cielo (Mt. 28:17). Ahora, en la obra consumada, en el cielo, todo y todos le adoran. El “nuevo cántico” (v.9) es de redención y había sido predicho por el profeta: “Cantad a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra” (Isaías 42:10a).

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“Y nos has hecho reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (v.10) “Para los premilenaristas, el uso del futuro en “reinaremos”, es prueba de un futuro reinado de Cristo sobre la tierra, durante el cual los cristianos “reinarán” con Él. Hay algunos problemas textuales que se desprenden de este pasaje. La ASV usó el presente en este pasaje. Sin embargo, su sucesora, la NASB, usa el futuro. Igualmente, la Biblia de las Américas (1997) utiliza “reinarán”, con una nota al margen que dice: “reinaremos”. G. B. Caird observó al respecto: “Cualquier insinuación en el sentido de que el reinado de los cristianos pertenece a una futura era, no viene…al caso, pues ya se nos ha dicho dos veces que ellos ya son reyes y sacerdotes” (A Commentary, p.77). Jim McGuiggan señaló que en 20:6, es el futuro lo que se usa refiriéndose a que los cristianos serán sacerdotes, y luego preguntó: “¿Significa esto que todavía no lo eran? Por cierto que no. Esta es simplemente la manera como Juan les aseguraba a los cristianos que su relación con Jesús no puede ser rota por la muerte ni la persecución” (The Book of Revelation: Looking Into the Bible Series, p.93, Lubbock, Tx.: International Biblical Resources, 1976). Bill H. Reeves comenta: “Los cristianos son sacerdotes ahora (I Pedro 2:5,9); por lo tanto son reyes ahora, y reinan (Col. 1:13; He. 12:28; I Tes. 2:12). Como es espiritual el sacerdocio de todos los creyentes en Cristo, así también es espiritual el reinado de los cristianos (Rom. 5:17)”. (Notas, p.23). El reconocido texto griego del Nuevo Testamento de B. F. Wescott y F. J. A. Hort (1881), traduce la frase “y reinaremos” en el tiempo presente de la tercera persona plural: B a s i l e ú o u s i n They are reigning Ellos reinan

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“Here we have the addition, “and they reign on the Earth”. There is no substantial difference between the present tense “they reign” and the variant Redding “they shall reign”. Both tenses signify what is the result of the Lamb´s making the Saints a kingdom. Chiliasts point to the future tense and date this reigning in their future millenium. But here we read, “he made them a Kingdom”, not, “he shall make them”. Does this Kingdom here to wait until its reigning begins? Is it not reigning now? But does not the devil and the world reign now?...(Cf) 1:6…” (“…No hay diferencia…entre el presente “reinan” y la otra lectura “reinarán”. Ambos tiempos dan ha entender que los santos del Cordero van formando un reino…¿Va a esperar este reino a que El comience a reinar? ¿No está reinando ahora?...” Lensky, p.208). “Para interpretar este pasaje correctamente hay que tomar en cuenta que el idioma, algunas veces, por razones de estilo, emplea un verbo en tiempo futuro con valor de presente. Y hay casos en los cuales hay que recurrir al contexto para obtener dicha significación. Este es el caso en “y reinaremos sobre la tierra”, en el cual “reinaremos” (futuro imperfecto del modo indicativo) adquiere significado de presente por el verbo compuesto de la oración que le antecede: “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes”. “Has hecho” (tiempo pretérito perfecto del modo indicativo), ofrece un “aspecto” perfectivo (acción acabada). Esto es claro, “reinaremos” ahora por cuanto ya “nos has hecho reyes y sacerdotes” (Valverde, p.107 ). Una frase donde se emplea el tiempo futuro con valor de presente: “Mi padre me ha heredado una gran fortuna. Viviré como un rey”. Es decir, “vivir” como un rey desde ahora mismo, y no esperar a un tiempo futuro. J. W. Roberts también explica la relación de los tiempos verbales: “Hay una variación textual en este punto del cántico. Algunos manuscritos leen el futuro (adoptado por la RSV, como una mejor evidencia textual) “y ellos reinarán sobre la tierra”. El contexto, sin embargo, parece exigir el tiempo presente. Ya Juan ha acentuado (1:5, y el presente pasaje) que los redimidos son ahora reyes y sacerdotes. Si Juan escribió el futuro, entonces él debe de referirse al futuro subsiguientemente inmediato al nombramiento de cada uno como rey y sacerdote. La referencia no es a un reino futurista con Cristo sobre la tierra (la promesa de 20:6 es privilegio especial de los mártires y no se dice que es sobre la tierra) ni al reino eterno de la Nueva Jerusalén en el cielo (22:5). Juan está hablando de la prerrogativa del servicio como reyes y sacerdotes para todos aquellos comprados por la sangre de Cristo (The Revelation to John, p.62).

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L o s S e l l o s

Y

L a s T r o m p e t a s

(Capítulos 6 – 11)

El Cordero, entonces, el único digno de hacerlo, comenzó a desatar cada uno de los siete sellos de este libro que él tomó de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. La secuencia es como sigue: Primer Sello (6:1, 2) Segundo Sello (6:3, 4) Tercer Sello (6:5, 6) Cuarto Sello (6:7, 8) Quinto Sello (6:9-11) Sexto Sello (6:12-17) Interludio: Visión de los 144.000 sellados (7:1-8) y la Gran Multitud (8:9-17) Séptimo Sello (8:1) Primera Trompeta (8:7) Segunda Trompeta (8:8-9) Tercera Trompeta (8:10-11) Cuarta Trompeta (8:12,13) Quinta Trompeta (9:1-12) Sexta Trompeta (9:13-21) Interludio: Visión del ángel con el librito (11:1-11) y los dos testigos (11:1-14) Séptima Trompeta (11:15-19)

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Explicación: Primer Sello (6:1,2) El caballo blanco.- Muchos autores creen que el que monta este caballo es Jesús, porque en el capítulo 19 se deja bien claro que es el Salvador quien monta el caballo blanco. Es un punto de vista muy popular. Plummer observa que: “La apertura del primer sello muestra el triunfo de Cristo y de su iglesia, para dar fortaleza y esperanza a quienes Juan les escribe, para edificación de los cristianos y sus conflictos en todo tiempo” (Revelation, p.182). Y muchos otros autores también identifican a Cristo con el jinete del caballo blanco. Entre ellos podemos citar a Hendriksen (More Than Conquerors) y a Coffman (Commentary on Revelation). Johnson, aun cuando no está convencido de que este jinete simbolice a Cristo, para señalar la preponderancia de esta interpretación sobre las demás, ofrece una lista de autores: “Antes de dar mi propio punto de vista, indicaré brevemente a los que encabezan los comentarios con respecto al significado de “El caballo blanco y su jinete”: “Un símbolo del poder victorioso de Cristo” (Godet) “Un símbolo de la conquista del evangelio” (Alford) “El jinete es Cristo” (Archdeacon Lee in Speaker´s Commentary) “Es nuestro Señor conduciendo la prosperidad” (Dr. Wm. Milligan of Aberdeen) “Cristo llevando a juicio” (Hengstenberg) “El jinete es Cristo” (Lange) (B. W. Johnson, The People´s New Testament With Notes, vol. II, The Epistles And Revelation, p. 434, Nashville, Tennessee; Gospel Advocate Company). Podemos agregar a esta lista: “El jinete del caballo blanco representa a Cristo como Conquistador” (E. Valverde, p.111).

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“El primer sello representa a Cristo en su obra conquistadora por medio del evangelio” (B. H. Reeves, p.24). Sin embargo, me parece más coherente seguir a Frank Pack, cuando compara: “El único parecido entre este caballo y jinete y el que se describe en 19:11…es el color del caballo” (Pack, p.64). El siguiente cuadro lo presenta D. Roper en Apocalipsis nº 3, p.47. El primer jinete Jesús (Ap. 6:2) (Ap. 19:11-16) Una corona Muchas diademas (v.12) Corona de victoria (gr. stephanos) Diademas de rey (gr. diademata) (v.12) Tiene un arco Tiene una espada (v.15) Seguido por tres jinetes Seguido por ejércitos celestiales (v.14) No se le da nombre Se le da nombre (11:13, 16) No se mencionan sus vestiduras Vestía una ropa teñida en sangre (vs.13, 16) Victorioso Administra justicia (vs.11, 15) Además de esto, el contexto favorece el punto de vista de que el primer jinete debe identificarse con los otros tres, es decir, es parte esencial de los poderes destructores que se desencadenan sobre la tierra. Y aunque este jinete parece victorioso, su victoria es una de corta duración. Se han presentado varios argumentos para apoyar la idea de que el jinete del caballo blanco no era Cristo. Un ejemplo es que parece incongruente que el Cordero (Cristo) abra el primer sello e inmediatamente salga cabalgando un caballo blanco. Esto coincide con lo que expresa Lensky: “Yet Christi is undoubtedly the Lamb that opens all the seals; would he, then, be only one of these viders? Would one of the living ones order him to go as the other horsemen are ordered to go?...Thus we are directed to even an antichristian symbol, to a false Christ, or to human culture, or science personified. The white color is then intended to deceive...” (St. John´s Revelation, p.221). Por estas y otras razones es que voy a favorecer el punto de vista que otorga a este primer jinete el significado de “codicia” y “ambición de poder”. También puede ser identificado como este “inicuo sistema de cosas” (Traducción del Nuevo Mundo), ya que éste provoca conflictos y engendra los males que simbolizan los otros tres jinetes: guerras, hambrunas y muerte.

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Segundo Sello (6:3,4) El caballo rojo.- El rojo representa la sangre derramada por causa de la guerra. Tercer Sello (6:5,6) El caballo negro.- El hambre. El vino y el aceite a precio elevado simbolizan la severidad de esta hambre. Cuarto Sello (6:7,8) El caballo amarillo.- Mortandad a causa del pecado. En Ezequiel 14:12-23 están los mismos cuatro elementos de muerte significando un severo castigo. Quinto Sello (6:9-11) Las almas de los mártires. La palabra “testimonio” traduce del griego martus, (mártir). Se lee que “clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor…”. Este clamor compatibiliza con el espíritu cristiano que sabe que la venganza le pertenece sólo a Dios (Hebreos 10:30). Sexto Sello (6:12-17) Fin de la era. Cualquiera que sea (incluida el fin del mundo). El mismo tratamiento simbólico se da en Mateo 24:29,30 y más literalmente en II Pedro 3:10-12.

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Interludio: Los 144.000 Sellados y la Gran Multitud (Capítulo 7) Los ciento cuarenta y cuatro mil y la gran multitud son uno y el mismo pueblo de Dios: la iglesia de Cristo. Primero es vista en la tierra, como 144.000, y luego en el cielo como una gran multitud. Los ángeles de Dios están a punto de llevar a cabo el juicio de Dios sobre la tierra, cualquiera que éste sea, en lo presente o en lo futuro; sin embargo, se detiene hasta que los elegidos sean sellados ¿Qué es este sello? “…fuisteis sellados con el Espíritu Santo” (Efesios 1:13) “teniendo este sello: conoce el Señor a los que son suyos” (II Ti. 2:19) La identidad del cristiano son sus obras, que demuestran que el Espíritu de Dios vive en él. Y si bien esto no lo exime de persecución; pero lo hace salvo de sus efectos. El 144.000 es el resultado de multiplicar 12 tribus de Israel x 12 apóstoles x 1.000, que es el período entre los dos advenimientos del Señor Jesús. ¿Por qué de las tribus de Israel? De acuerdo con Gálatas 3:27-29, todos los cristianos son simiente de Abraham; y como tales, constituyen “el Israel de Dios” (Gálatas 6:16). Al introducir la visión de la gran multitud no se utiliza la frase “después de estos”, dando a entender que son dos grupos distintos, sino “después de esto” (7:9). Séptimo Sello (8.1) El silencio anuncia la presencia de Jehová y sus juicios: “Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados” (Sofonías 1:7). “Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su morada” (Zacarías 2:13). “…Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra” (Habacuc 2:20).

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Se introducen las trompetas. El incienso, de acuerdo a 5:8, representa las oraciones de los santos. Aquí se añade a ellas. Siete ángeles, siete trompetas (8:6) Primera Trompeta Segunda Trompeta Tercera Trompeta Cuarta Trompeta (8:7-13) Estas primeras cuatro trompetas afectan la creación natural (la tierra, el mar, las fuentes de las aguas y la atmósfera). El que afecte a la tercera parte indica que no es el castigo completo y final de Dios. Son advertencias. V. 12. “Los cuerpos celestes son símbolos de luz, dirección y bienestar. La limitación de su función indica la carencia de esos beneficios. Puede simbolizar aquí la falta de luz y dirección de parte de los líderes de las sociedades que, consecuentemente conduce a la decadencia moral y la corrupción” (B. H. Reeves, p.32). V. 13. Las siguientes tres trompetas se introducen con ayes. Quinta Trompeta (9:1-12) “…vi una estrella que cayó del cielo” (v.1a) “…Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lc. 10:18). “y se le dio la llave del pozo del abismo” (v. 1b). Abismo es transliteración de la palabra griega abussou, que en Lucas 8:31 se refiere a la región del Hades donde están encarcelados los espíritus malos a la espera del Juicio Final. Este es el sentido que se usa en este pasaje, y en 13:1 donde se identifica a la bestia del mar como la que “sube del abismo” (11:7 y 17:8). El dragón es encarcelado por mil años en el abismo (20:1-3).

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El humo que sube en el v. 2 es la oscuridad moral y de esto salieron langostas (v. 3)

“y se les dio poder”. Casi todos los comentaristas coinciden en que el humo simboliza las tinieblas que se producen en el corazón por causa del pecado: “Es el humo de la decepción y la desilusión, del pecado y la aflicción, de la confusión y la desilusión morales…” (Hendriksen, p.145). “…el humo…la nefasta influencia del diablo que oscurece el entendimiento de los hombres,…” (A. Plummer, p.263). Estas langostas iban a dañar “a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes” (v. 4b). Dios permite que los incrédulos sufran las consecuencias de sus pecados. Es esto lo que representan las langostas, por esto es que a los “sellados”, es decir, los obedientes, se les exime de ellas. El tormento iba a durar “cinco meses”, es decir, iba a tener una intensidad o duración limitada. A la manera de una herida de escorpión, o sea, no mortal, pero sí dolorosa. El sello de los cristianos es el Espíritu Santo (Ef. 1:13) y su manifestación es las obras del Espíritu (Gál. 5:22, 23). Es la razón por la que ellos serán eximidos de las consecuencias del pecado, porque han experimentado el nuevo nacimiento y no lo practican (I Juan 5:18). Estas langostas representan las tinieblas que Satanás ha introducido en la mente de las personas sin Dios, las que sólo les conducirán a su propia destrucción. “Dios no está de acuerdo con la hambruna y la muerte…; pero ello es lo que… resulta cuando la gente se rebela contra…El…violéntense las leyes morales, y en el mismo instante la catástrofe,…sobrevendrá. Las…aflicciones…constituyen el resultado de no tomar en serio los mandamientos de Dios…El no quiere que ocurran; pero mientras sigamos teniendo libre albedrío, las permitirá” (Bruce Metzger, p.58). Hoy existen varias clases de “langostas” en forma de ideas políticas: comunismo, capitalismo, etc., o de filosofías como el positivismo y también las ciencias cognitivas, especialmente la psicología evolucionaria.

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Sexta Trompeta (9. 13-21) Fueron desatados “los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates” (v. 14) a una “hora, día, mes y año” (v. 15a) previamente establecidos por Dios que van a “matar a la tercera parte de los hombres” (v. 15b). Juan oye “el número de los ejércitos de los jinetes” que era doscientos millones (v. 16). Y el poder de los caballos de estos jinetes “estaba en su boca y en sus colas” (v. 19). En esta simbología están representadas todas las guerras de la edad cristiana. La quinta trompeta trajo tormento para los malos. Esta sexta trompeta trae la muerte de la tercera parte de ellos. El Eufrates nace en el Edén, origen de los males de la humanidad, después de la caída. Fue allí donde se pronunció la sentencia: “el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2:17). El poder de estos caballos estaba en su boca, lo que nos recuerda los discursos de los agentes de Satanás y que han originado las guerras. Las colas están, por supuesto, asociadas a los resultados desastrosos de estas guerras: destrucción, epidemias, hambre, pobreza, miseria, orfandad, etc. Pero a pesar de todo ello, los hombres que se han librado de morir por estas conflagraciones, “ni aún así se arrepintieron…de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (vs. 20, 21). Interludio: El Angel con el Librito (Cap. 10) y Los Dos Testigos (Cap. 11:1-14) Entre los sellos sexto y séptimo, hay dos interludios (cap. 7). Entre las trompetas sexta y séptima también hay dos visiones intermediarias (caps. 10 y 11). “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte,…” (10a). Igual al ángel fuerte de 5:2, que preguntaba: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” Juan ve aquí a otro ángel que “Tenía en su mano un librito abierto” (10.2a), y como “siete truenos emitieron sus voces” queda claro que es mensaje de Dios. Y es universal, porque este ángel tiene un pie sobre el mar y el otro sobre la tierra (vs. 5 y 8). Juan “iba a escribir”; pero una voz del cielo le dijo: “sella(las)…y no las escribas” (v.4). Y se le anticipó la caída del Imperio Romano al toque de la séptima trompeta (v.7).

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Luego se le dijo al apóstol que tomara el librito que estaba en la mano del ángel y al hacerlo este ángel le ordenó comerlo (vs.8,9). Al hacerlo era dulce en su boca, pero le amargó el vientre (v.10). Es cosa dulce saber de la victoria de los santos; pero cosa amarga hablar de los sufrimientos de ellos. “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir…mide el templo de Dios…pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas” (11:1,2). La palabra griega que se traduce por déjalo, Ékbale, significa literalmente “arrójalo”. Así lo traduce el texto griego de Wescott y Hort: E k b a l e Throw you out Déjalo aparte (Reina-Valera, 1960) Excluye (echa fuera) (Biblia de Las Américas, 1997) Esto comunica la idea de rechazo. El ser medido equivalía, entonces, a ser aceptado por Dios. El ser sellado es protección, el ser medido es aceptación. ¿Quiénes son los testigos? B. W. Johnson los identifica con el Antiguo y el Nuevo Testamento: “…el término testamento significa testigo. Esta palabra se deriva del latín, testor, que significa “doy testimonio”. Los dos testamentos, pues, son dos testigos. Tenemos, pues, en el Antiguo y el Nuevo Testamento, dos testigos, ya sean ellos descritos por Juan o no…” (op. cit. en p.39, pp. 459, 460). Hinds cree que simbolizan a la Biblia durante la Reforma protestante: “Varios expositores identifican a los dos testigos con la Biblia, que es, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Este punto de vista parece ser el más plausible de todos… armoniza con los hechos del poder de la Biblia e influencia durante la extensa y obscura noche del dominio papal que precedió a la Reforma,…este punto de vista es…el más correcto” (op. cit. en p.13, p.155).

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Hendriksen dice que los dos testigos son la iglesia del Señor misma: “La verdadera iglesia está ahora representada bajo el simbolismo de dos testigos. Estos testigos simbolizan a la iglesia militante, que hace correr su testimonio a través de sus ministros y misioneros durante la presente dispensación” (More Than Conquerors, p.155). J. B. Coffman sostiene que son la palabra de Dios y la iglesia del Señor: “…estos dos testigos son definitiva e innegablemente la palabra de Dios y la iglesia del Señor, pues estos dos testigos han sido en verdad, los únicos dos testigos de Dios durante toda la edad cristiana desde el momento mismo de la ascensión de Jesucristo nuestro Señor” (Commentary, pp. 239, 240). Valverde concuerda con esta última declaración, al señalar que: “…estos dos testigos representan la palabra de Dios y la iglesia del Señor, las cuales son indestructibles (I p. 1.25; Mat. 16:18)” (Apocalipsis, p.164). Así es como muchos comentaristas han hecho considerables esfuerzos por identificar a estos dos testigos. Nosotros seguiremos la primera regla según Halley: entender las cosas de acuerdo a los lectores de Juan (p.11. I)

1) Los dos testigos dieron testimonio (11:7) Juan estaba en Patmos “por causa de la Palabra de Dios y por el testimonio de Jesucristo” (1:9). Los santos que estaban bajo el altar “habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían” (6:9) El dragón del capítulo 12 hace guerra contra “los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (12:17b). El dar testimonio no era tarea exclusiva de unos pocos elegidos; era un privilegio de todos los miembros de la iglesia.

2) Los dos testigos fueron descritos como acaudalados (11:4)

“…y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias” (1:20)

3) Se les procuró hacer daño (11:5) “…y tendréis tribulación por diez días” (2.10) “Estos son los que han salido de la gran tribulación…” (7:14)

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4) Su muerte

“…Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros” (2.13) El quinto sello mostró a “los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían” (6:9) Por lo tanto, podemos concluir que estos dos testigos representan a todos los fieles del siglo primero, e incluso a los fieles de todas las épocas. “…la iglesia tiene algo más importante que hacer que simplemente sobrevivir. Está puesta en el mundo para testificar a los hombres, aun cuando el testimonio sea resistido por la fuerza. Entre más oscura sea la hora, más necesario es que las iglesias sean lo que son: lámparas, a través de las cuales la luz de Cristo resplandece” (G. R. Beasley-Murray, The Book of Revelation, The New Century Bible Commentary Series, p.181, Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1974). Se aborrecerá a estos testigos porque sus enemigos los acusaban de “(atormentar) a los moradores de la tierra” (v.10). Pero lo que atormentaba a los hombres era la verdad que los incomodaba porque les dañaba la conciencia. Otro tormento es el de las consecuencias del pecado, es el caso de las langostas del cap. 9:3,5. “¿Eres tú el que turba a Israel?” preguntaba Acab a Elías; pero el problema en Israel eran los propios pecados del rey (I R. 18:17). Pero el pueblo de Dios tiene su protección: “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos…tienen poder para cerrar el cielo,… sobre las aguas…y para herir la tierra…cuantas veces quieran” (vs. 5,6). Pareciera que “la bestia que sube del abismo”, a la que ya conocemos, “los vencerá y los matará” (v.7); pero sólo será por “tres días y medio” (v. 9,11) porque luego “se levantaron” (v.11). La visión de Juan prometía que, aunque fueran muchos miles los que el emperador romano (la bestia) enviara al circo a ser devorados por las bestias salvajes o quemados en la hoguera, el gobierno romano no detendría el avance de la verdad; no podría destruir a la iglesia.

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Séptima Trompeta (11:15-19) Después de la cuarta trompeta, Juan oyó a un ángel volar por en medio del cielo anunciando ayes (8:13). La quinta trompeta introdujo el primer ay: el de las terribles langostas que salieron del abismo. Luego, se oyó un segundo anuncio (9:12). Este anuncio fue sucedido por la sexta trompeta: cuatro ángeles que eran un ejército de jinetes (v.15). Cuando el ejército pasó, vino el interludio que ya estudiamos. Al final del cap.11 oímos el anuncio: “El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto” (11:14). Estos versículos 15-19 tenían como propósito consolar a los primeros, y están concebidos para fortalecernos a nosotros. Parece que 11:15-19 es un cuadro del triunfo de la causa de Dios sobre el Imperio Romano; pero parece el final de las cosas. En el libro de Apocalipsis somos conducidos una y otra vez al fin, y luego llevados otra vez al comienzo para verlo todo desde un punto de vista diferente. Después veremos que el capítulo 12 nos habla del nacimiento de Jesús. En el versículo 17 se lee lo siguiente respecto de Dios de acuerdo a la Reina-Valera y la King James Version: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderosos, el que eres y que eras y que has de venir…” En el capítulo 1 se describió a Dios como el “que es y que era y que ha de venir (v.4). En el cap.4 los cuatro seres vivientes alabaron a Dios, diciendo que Él es “Señor Dios Todopoderosos, el que era, el que es, y el que ha de venir” (v.8). En 11:17, sin embargo, la frase “que ha de venir” no está. La visión nos señala el momento en que el Señor ya ha venido para castigar a los inicuos y recompensar a los fieles.

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Theós ho pantokrátor, ho on kaí ho hen, oti eilephas tén dúnamín sou Dios el Todopoderoso el que eres y que eras pues has tomado el poder de ti (11:17, Interlineal, Fco Lacueva).

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L a M u j e r y E l D r a g ó n

La Historia se vuelve a Contar (Capítulos 12 – 14) En el capítulo 12 conocemos al que está detrás de la persecución: el diablo. En el capítulo 13 aparecen en escena los dos cómplices del diablo: la bestia y el falso profeta. Luego el capítulo 14 menciona brevemente a la seductora Babilonia, la gran ciudad. La visión comienza con una señal en el cielo de “una mujer vestida del Sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento” (12:1,2). ¿Quién es esta mujer? Plummer la identifica con la iglesia del Señor y al pueblo de Dios en general en cualquier tiempo y lugar: “La mujer es indudablemente la iglesia de Dios…la compañía de todos a quienes Dios reconoce, incluyendo los seres celestiales en existencia antes de la creación como también la creación misma” (Revelación, p.309). Jim McGuigan sostiene que esta mujer representa al pueblo de Dios: “…¡Ella es el pueblo de Dios!...No es ni la iglesia de Dios exclusivamente ni los creyentes del Antiguo Testamento exclusivamente. Más tarde representará a la iglesia de Dios, pero ahora se ha elegido como representación del pueblo de Dios” (The Book of Revelation, p.162, Lubbock, Texas: Montex PC, 1976). Coffman cree que esta mujer representa al pueblo de Dios en ambos testamentos: “La mujer, por supuesto, es símbolo de “la familia de Dios” (Efesios 3:15 AV), incluyendo al verdadero Israel del Antiguo Testamento y el del Nuevo Testamento. Incluye a los cristianos, porque más tarde en el capítulo, éstos son vistos como hijos de la mujer; e incluye al Antiguo Israel, porque fue a través de ellos que nació el Mesías” (Commentary, p.264).

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La interpretación de E. Valverde: “…nosotros creemos que esta mujer representa a Israel. Las analogías que podemos descubrir al estudiar Génesis 37:9,10 con el pasaje que se refiere a esta mujer, nos permite identificarla como la nación de Israel. El diablo siempre quiso destruir a esa nación, primero por medio de Faraón y después a través de Amán (Ester 3:1-9), con la finalidad de impedir el nacimiento del Redentor de la humanidad: Jesucristo, la simiente de la mujer (Génesis 3:15)” (Apocalipsis, p.177) La interpretación de Bill H. Reeves: “Ella no representa a María, la madre de Jesús, ni tampoco a la iglesia en el sentido limitado de la gente salvada desde el día de Pentecostés…Esta mujer…representa al remanente final del pueblo de Dios, con quien El ha tenido pacto desde el principio… Ella representa a todo el pueblo fiel de Dios (y no solamente al pueblo del Antiguo Testamento)…” (Notas, p.42). David Roper lo define de la siguiente manera: “La mujer es aparentemente uno de esos cambiantes símbolos muy comunes del libro de Apocalipsis que primero representan una cosa y después otra. Tal vez la manera más sencilla de eliminar la dificultad es que recordemos la relación que hay entre el Israel carnal del Antiguo Testamento y el Israel espiritual del Nuevo Testamento” (Apocalipsis nº 6, p.31). La siguiente señal presenta al “dragón escarlata…(que) se paró frente a la mujer…a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese” (3,4). La descripción que se hace de este dragón (el diablo): “siete cabezas y diez cuernos,…y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo…” (vs. 3,4), nos da a entender que es un enemigo poderoso y temible. Si no fuera por la ayuda de Dios no habría ninguna oportunidad para esta mujer de salvarse, ni a su hijo por nacer. Así, Dios le preparó un lugar en el desierto, adonde huyó la mujer (v.6). Este desierto simboliza la protección de Dios. Así fue cuando Israel salió de Egipto. Los 1260 días dan a entender las limitaciones que Dios impone a Satanás.

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Este episodio nos recuerda la matanza de los niños de Belén que fue llevada a cabo por Herodes (Mt. 2.16). Satanás continuó tratando de destruir a Jesús durante todo su ministerio terrenal, culminando con la muerte de Jesús (Lc. 22:53), exponiendo el fracaso de los esfuerzos de Satanás porque el hijo de la mujer “fue arrebatado para Dios y para su trono” (v.5b). “Después hubo una batalla en el cielo” (v.7). La lucha del arcángel Miguel (Judas 9) y sus ángeles contra el dragón es un evento simbólico que presenta el conflicto entre el bien y el mal. No hay nada que elimine la posibilidad de que haya tenido lugar mientras Jesús estuvo en la cruz. Por esta razón, el diablo “fue lanzado fuera” (v.9). Cristo, por medio de su muerte en la cruz, deshizo la obra destructora de Satanás. “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos” (v.12a). Desde ahora Satanás no pudo destruir a Israel para impedir el nacimiento de Jesucristo y tampoco darle muerte, “se llenó de ira contra la muerte; y se fue a hacer guerra…” contra la iglesia de Cristo (v.17).

L a s D o s B e s t i a s

(Capítulo 13) El capítulo 12 termina cuando el dragón (Satanás) empieza a perseguir a la iglesia. Y ahora, sus agentes: las dos bestias son comisionadas (12:17). “Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La primera era como león, y tenía alas de águila…Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso…Después…miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo…Después…he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte,…y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos” (Daniel 7:3-7). La cuarta bestia –que tenía diez cuernos- representa al Imperio Romano, al igual que la de Apocalipsis. Esta primera bestia que describe Juan en 13:2 resume a las tres primeras bestias de Daniel: leopardo, oso y león.

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P r i me r a B e s t i a Esta bestia que sube del mar tiene “siete cabezas y diez cuernos” (v.1), que representa inteligencia cabal y pleno poder. Las “diademas” representan, por supuesto, un reino. Tiene un “nombre blasfemo”. Claro, si es contra Dios. En el v.6 se dice que “abrió su boca en blasfemias contra Dios” Esta bestia recibió una herida en una de sus cabezas “como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada” (v.3). Coincide esto con el mito de “Nerón redivivo”, una superstición que enseñaba que Nerón retornaría de la muerte para castigar a los que lo habían traicionado. Algunos autores creen que Domiciano es a quien se hace mención en el pasaje, ya que él continuó con la persecución contra los cristianos.* A esta bestia “se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses” (v.5b), es decir, un tiempo limitado, “y se le permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos” (v.7), en una victoria aparente. La impresión que deja 13.1-8 es que la bestia podía hacer lo que quisiese y que nadie podría detenerla. Por eso las multitudes exclamaban: “¿…quién podrá luchar contra ella?” (4b). William Barclay hace una comparación entre 4b y Éxodo 15:11: “¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?” dando a entender una pésima parodia (The Revelation of John, p.89). Pero notemos: “se le dio boca” (5a) “se le dio autoridad” (5c) “se le permitió” (7a) Es Dios quien está al mando. Los “42 meses” (5b) confirman esto también. *Para un examen más detallado acerca de este mito y más sobre la bestia y su representación en los emperadores de Roma vea Los Cuatro Primeros Siglos, 1995, de este mismo autor. Se podrá apreciar mejor este simbolismo en su contexto histórico.

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S e g u n d a B e s t i a “Después vi otra bestia que subía de la tierra” (v.11) El que a esta bestia “se le (haya) permitido” (v.14) y que “se le (permita)” da a entender que nada puede hacer Satanás si Dios no lo permite. Se dice de ella que “hace grandes señales” (v.13) “Y engaña a los moradores de la tierra… ” (v.14). “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mt. 7:22-23). Este pasaje demuestra que la habilidad para hacer milagros “no es en sí misma una prueba de divinidad ni de aprobación divina” (Adela Yarbro Collins, The Apocalypse, p.96, Wilmington, Del.: Michael Glazier, 1979). De todas maneras, en II Tes. 2:10-12 se advierte que Dios enviaría “un poder engañoso” a los que no recibieron “el amor de la verdad”, “para que crean la mentira”. Ese poder engañoso lo constituirían los falsos maestros que vendrían “con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (v.9). Por tanto, concluyo que las “grandes señales” que esta bestia realiza son truculentos y engañosos. ¿Quién es esta bestia? Si la primera representa al Imperio Romano en los tiempos de Juan, entonces la segunda bestia representa las organizaciones responsables de hacer cumplir el culto al emperador, porque “ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella” (v.12a). “Su función primordial era persuadir a los hombres a adorar a la primera bestia (v.12). Le dimos a la primera bestia el título de “poder político anticristiano”. Bien podríamos darle a la segunda bestia el título de “poder religioso anticristiano” (D. Roper, Apocalipsis nº 7, p.13). “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente” (v.16)

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Esta “marca” es la contraparte –y falsificación- del “sello” de Dios (7:1). El sello de Dios fue puesto en 144.000, una cifra simbólica que representa a todos los fieles. Así también, la marca de la bestia fue puesta en todos (v.16). Los 144.000 fueron sellados en sus frentes (7:3), lo que representa su modo de pensar, y a los seguidores de la bestia se les puso “una marca en la mano derecha, o en la frente”, significando, o los hechos, o su pensamiento en oposición a Dios. El “seiscientos sesenta y seis” (v.18) es número de hombre, no de Dios. ¡Cuánto se ha dicho y escrito sobre este número! Se hace necesario explicar algunas cosas. No sería importante a no ser que se haya hablado de esto: Los enfoques más populares se basan en la gematria, el uso de letras en una palabra como valor numérico de modo que exprese un nombre o una idea. En tiempos de Juan no se usaban los números arábigos (que usamos nosotros). Los romanos usaban la conocida numeración romana, los griegos y hebreos daban un valor numeral a cada letra de sus respectivos alfabetos. Ejemplos: Alfa = 1 Beta = 2 Gamma = 3 Alef = 1 Beth = 2 Ghimmel = 3 A = 1 B = 2 C = 3 Romana: I = 1 II = 2 III = 3 IV = 4 V = 5 X = 10 L = 50 C = 100 D = 500 M = 1000 Ireneo (130-202), fue el primero en utilizar la gematria en relación al libro de Apocalipsis. La más famosa declaración es la que sostienen los que creen que la Iglesia Católica Romana representa a la segunda bestia. Y según se dice, la expresión Vicarius Filli Dei (en lugar del Hijo de Dios) está grabada en la corona papal. V I C A R I V S F I L L I D E I 5 1 100 1 5 1 50 50 1 500 1 Si sumamos vamos a obtener 666.

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Si bien esta postura es atractiva para los buscadores de lo que genera más expectación, ya hemos explicado lo que representa esta bestia o falso profeta. Además de esto, es consabido que se comete un error con el supuesto título papal. En realidad éste sería Vicarius Christi. ¿Cuál es el significado del 666? Los números son simbólicos: 3, 4, 7, 12, 144, 1000, etc. Al seis le falta uno para formar el siete = la perfección; por eso el seis es la imperfección. Además, la palabra para seis es ex, que llegó a significar un presagio maligno, es como el 13 hoy día. “Hay tres tríadas en la visión: santo, santo, santo (4:8); ay, ay, ay (8:13); y seis, seis, seis (13:18)…La naturaleza de la bestia, por lo tanto, es la “perfecta” (triple) imperfección (seises)” (M. Robert Mulholland Jr., Holy Living in an Unholy World: Revelation, p.239, The Francis Asbury Press Commentary Series, Grand Rapids, Mich.: Francis Asbury Press of Zondervan Publishing House, 1990). “…el número de la bestia, seis, seis, seis, representa el completo y total fracaso de todos los sistemas y esfuerzos humanos que se oponen a Dios y a su Cristo –todos marchan inexorablemente a la derrota y fracaso totales. Esta explicación armoniza con el tema y propósito de Apocalipsis” (Homer Hailey, p.299).

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C a p í t u l o 1 4 Este capítulo está dividido en tres secciones: 1 – 5 Los 144.000 6 – 13 El mensaje de los tres ángeles 14 – 20 El tiempo de la siega Los 144.000 (1 – 5) Los 144.000 están identificados como el pueblo de Dios (cap.7). Ellos habían sido sellados, lo cual era una señal de protección. Aquí los vemos triunfantes. El Cordero también está identificado (cap.5), como el único digno de abrir los sellos y al final del 6 en juicio y del 7 en medio del trono. ¿Por qué se vuelve a mencionar este número simbólico? Se desea afirmar que por más formidables que las dos bestias del capítulo 13 puedan parecer, todos los fieles serán victoriosos. En el capítulo 7, los 144.000 tenían un sello, aquí tienen el nombre del Cordero (v.1). Dos aspectos de la misma cosa: Sello = protección Nombre = propiedad “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí, y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo” (Apo. 3:12). El escenario es nuevo: el monte de Sión (v.1).

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Para los judíos era el lugar más sagrado del mundo, el lugar donde Dios se reunía con su pueblo: “Cantad a Jehová, que habita en Sión” (Sal. 9:11) “En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sión” (Sal. 76:2) “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes,…y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová” (Isaías 2: 2-3) “…os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial,…” (He. 12:22,23) Estamos ante la misma escena del capítulo 4, sólo que se introduce un “cántico nuevo” (v.3) “Cantad a Jehová cántico nuevo…” (Sal. 98:1a) Es un canto de victoria, sin duda. Y que “nadie podía aprender”, porque era exclusivo de los ganadores. Era necesario haber experimentado el triunfo. Respecto de la literalización que algunos hacen de la descripción del versículo 4, donde dice que “son vírgenes”, debemos recordar que en 7:4 dice que los 144.000 son judíos. Ahora dice que son varones que nunca tuvieron relaciones sexuales ¿Quién podría ser salvo así? Es obvio que aquí describe la pureza espiritual (14:4). La iglesia es presentada como la esposa de Cristo: “…pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo” (II Cor. 11:2b) A la Babilonia del capítulo 17 se le ha presentado, en contraste, como una ramera. En el capítulo 14:1-5 se muestra a los que no fueron seducidos por ella. El Imperio Romano consideraba a los cristianos como la escoria; sin embargo, para Dios eran primicias, es decir, los primeros frutos (v. 4c), la parte más selecta de la cosecha: “Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos” (Jer. 2:3) “Él,…nos hizo nacer…para que seamos primicias de sus criaturas” (Stg. 1:18)

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Para el mundo, los discípulos de Cristo, no son nada, o son lo peor; pero Dios los clasifica como lo mejor ¡lo más excelente! Y la razón la da el versículo 5: “y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios” El Mensaje De Los Tres Ángeles (6 – 13) En el versículo 6 se cumple lo de la comisión en Mateo 28: 18-20, en símbolos: “Vi volar…a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo…a toda nación, tribu, lengua y pueblo” Mientras que el versículo 7 nos llama a “(temer) a Dios”, comparable al mensaje de Eclesiastés 12:13, “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos;…” No adorar a la bestia que alardeaba de hacer grandes cosas sino a Dios que hacía grandes cosas. Luego, el versículo 8 añade al segundo ángel que anuncia con plena certeza: “Ha caído, ha caído Babilonia” Isaías 21:9 usó las mismas palabras para la caída de la Babilonia material. Ésta de Juan es la Babilonia espiritual. Es la primera mención de Babilonia la que analizaremos luego en el capítulo 17 y 18. Es la tercera agente del Dragón. La bestia trata de intimidar a los cristianos, el falso profeta (la segunda bestia) trata de engañarlos y Babilonia trata de seducirlos. Hablar de un evento futuro como ya ocurrido es una figura que se llama prolepsis. “¿Votaría Ud. Por algún candidato que ya ha sido derrotado?” (John Risse, Evil Beasts and the Victorious Lamb predicated sermon in Southern Hills Church of Christ, Abilene, Texas, May 5th, 1991).

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¿Qué había hecho la segunda bestia o falso profeta? 13 :12 “…que los moradores adoraran a la primera bestia” 13 :15 a su imagen 13 :16 que todos fueran marcados 13 :17 los había condicionado En resumen: beneficios a corto plazo. Ahora el capítulo 14 presenta las consecuencias a largo plazo y son expuestas por el tercer ángel. Nótese la diferencia de los que “no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen” (v.11), con los que “descansarán de sus trabajos” (v.13)

El Tiempo De La Siega (14 – 20) Jesús usó la figura de la siega en su explicación del trigo y la cizaña (Mt. 13:39-43). También la utilizó para animar a sus discípulos a evangelizar (Lc. 10:2). Juan el Bautista la usó para referirse al juicio: “…y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará” (Mt. 3:12) En el versículo 14 se dice que Juan vio, nuevamente, a “uno…semejante al Hijo del Hombre…”, lo mismo que en 1:13. Todo el texto nos recuerda que, aunque para algunos, el Señor “retarda su promesa” (II P. 3:9). El momento de la siega llegará. Hoy, mañana, en años –pero llegará (Stg. 5:7). A partir del versículo 17 se ve a “otro ángel…teniendo…una hoz aguda”, y se inicia la descripción del lado triste de la siega. Sólo observemos la comparación que hace el versículo 20:

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“Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios” Esto es para ilustrar la magnitud de la tragedia que significa el negarse a recibir la misericordia de Dios. Faraón hizo una pregunta. “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz…?” (Ex. 5:2). Hoy ya tendrá su respuesta. Al igual que muchos hoy día preguntarán con desprecio: “¿Quién es Jehová para que obedezcamos su voz?”. Sería aconsejable mirar detenidamente la carnicería del lagar de la ira de Dios y preguntarse lo mismo otra vez.

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L a s C o p a s d e l a I r a

( Capítulos 15 – 16 )

Como fue con los siete sellos y las siete trompetas, estas siete copas vuelven a darnos una visión de las condiciones del mundo entre los dos advenimientos de Jesucristo y agregaron otros detalles. Esta ira se manifiesta originalmente en 476 d.C. con la caída del Imperio Romano. También se da con la Revolución Francesa y la Revolución Bolchevique y la caída del Muro, en 1989. Hay un cumplimiento repetido en casi toda profecía. Compárese los textos de Oseas 11:1 y Mateo 2:15, “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo” (El hijo es Israel) “y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo” (El Hijo es Jesús) Así es que la caída del Imperio Romano es sólo un primer cumplimiento de todos los juicios que Dios ha establecido. Los siete sellos concluyen con un juicio (6:12-17) Las siete trompetas también (11:15-19) Y ahora las siete copas (16:17-21) En el capítulo 16 vemos a los ángeles vaciar estas copas; pero antes una visión de la iglesia triunfante (cap.15) Juan nos cuenta que vio algo “como un mar de vidrio” (v.1) que puede significar el triunfo después de la tribulación (el fuego). “Las arpas de Dios” (v.2) representan los cánticos de los cristianos en el cielo, así como el incienso representa las oraciones. El “cántico de Moisés” nos recuerda que Israel cantó después de pasar el Mar Rojo (Ex.15 y Dt.32).

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Finalmente se menciona que “el templo se llenó de humo” (v.8). “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo…y nadie podía entrar…” (Ex.40:34) “Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube…” (I R. 8:11) “…y la casa se llenó de humo” (Is.6:4b) Ha llegado la hora del fin de la oferta de Dios para salvación: Su gracia, que por el evangelio se ofrece durante la era cristiana. Antes del fin ya nadie podrá entrar en la iglesia de Cristo. ¿Dónde se derramaron estas copas? Primera Copa (v.2) “Sobre la tierra” El dolor y la angustia producidos por el pecado. Castigo divino contra la humanidad que ha endurecido su corazón. Segunda y Tercera Copa (vs.3-7) “Sobre el mar” y “ sobre los ríos, y las fuentes de las aguas” respectivamente. Cuarta Copa (vs.8,9) “Sobre el sol” Quinta Copa (vs.10,11) “Sobre el trono de la bestia”

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Sexta Copa (12-16) “Sobre el Gran río Eufrates” Ciro desvió el curso del río y así pudo pasar y tomar Babilonia (Daniel 5). Así se significa aquí que queda abierto el paso para el juicio divino sobre la Babilonia mística. La respuesta de Satanás fueron “tres espíritus inmundos a manera de ranas” que son “espíritus de demonios” que reúnen a los reyes de la tierra para hacer guerra contra Dios. El lugar de la batalla: Armagedón. Un lugar donde las ranas no podían ganar. Armagedón (heb. Monte Meguido) es una ciudad con aldeas (Jueces 1:27). Allí se llevó a cabo un par de batallas decisivas (5:19). Los eruditos han buscado un lugar que pudieran relacionar con el “monte de Meguido”; pero no existe. En lenguaje apocalíptico significa simplemente un lugar donde los que obedecen a Dios ganan y donde los que no obedecen pierden. Séptima Copa (17-21) “Por el aire” “…vuestros delitos y pecados en los cuales anduvisteis en otro tiempo,…conforme al príncipe de la potestad del aire…” (Ef. 2:1,2) Sin aire no se pude continuar, así es que llegó el final. Fijémonos en la frase: “Hecho está” (17b) Que la gran ciudad fuese “dividida en tres partes” indica que es juicio divino. Y la expresión “…vino del furor de su castigo” (v.19b NVI) es contundente. Pero nuevamente, y a pesar de todo ello, “ los hombres blasfemaron contra Dios”. Es sencillamente inexplicable.

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Un Cuadro de Comparación (De acuerdo a David Roper, Apocalipsis nº 8 , p.11 )

Trompetas Copas (Apo. 8 – 11) (Apo. 16) 8:7 la tierra v.2 tierra 8:8 el mar v.3 mar 8:10 los ríos y las fuentes de las aguas v.4 los ríos y las fuentes de las aguas 8:12 sol, los cuerpos celestes v.8 el sol 9:1 humo del abismo: tormento v.10 trono de la bestia. Dolor 9:13 Eufrates. Un ejército v.12 Eufrates. Ejército 9:17-21 El fin v.17 Aire. El fin

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B a b i l o n i a

( Capítulos 17 y 18 ) En 14:8 se nos anuncia que “ha caído Babilonia, la gran ciudad” Y en 16:19 se dice que esta “gran ciudad fue dividida en tres partes…” ¿Quién es? Se le identifica como “la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas”. Estas aguas son identificadas en 17:15, donde se explica a Juan que “las aguas…donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”. Jeremías describe a la Babilonia (originaria de Babel) y lo que significaba para el pueblo de Israel: “…Babilonia…que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos,…En un momento cayó Babilonia, y se despedazó;…Tú la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin…” (51:7,8,13). En Apocalipsis esta gran ramera es aquella “con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación” (17:2). Se le identifica como “ramera” por lo seductora que es para los hombres. Este es el tercer agente que Satanás utilizaría contra los hijos de Dios. Bestia (del mar). Imperio Romano. Intimidación. (Voluntad) Satanás Y Bestia (de la tierra). Falso Profeta. Engaño. (Intelecto) Sus Aliados Babilonia. Roma. Seducción. (Sentimiento)

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Es claro que se refiere a la gran ciudad de Roma. En 17:9 se nos dice que las siete cabezas (de la bestia escarlata sobre la cual está sentada la mujer) “son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer” Es sabido que después de la fundación de Roma, en 753 a.C., “durante 243 años, la ciudad fue desarrollándose alrededor de las siete colinas cercanas que eran: Capitolina, Esquilina, Viminal, Celia, Aventina, Palatina y Quirinal” (Historia de Roma, p.4, Historia Universal, Varios Autores, 1984). El Foro Romano se encontraba entre las colinas Palatina y Capitolina. Henry B. Swete escribió: “Ninguna duda razonable, acerca del significado de estas palabras, puede hallar cabida. Las siete colinas de Roma eran una (figura) común entre los poetas de lengua latina…” (The Apocalypse of St. John, p.220, Cambridge: McMillan Co., 1908). Homer Hailey coincide: “Las siete colinas que bordeaban el Tíber, sobre las cuales fue construida, fueron por mucho tiempo el tema de poetas y autores romanos…Roma hubiera sido la ciudad que de inmediato les habría recordado a los lectores de Juan” (Revelation, p.350). Muchos han tratado de dar complicadas explicaciones a esta sección del libro. Pero si ponemos atención puede ser más sencillo de lo que parece a simple vista. Este capítulo 17 trata sobre “la sentencia contra la gran ramera” (v.1). Es decir, la sentencia de Roma y cualquier rebelión contra los mandatos de Dios. “Babilonia la grande simboliza mucho más que la ciudad de la antigua Roma, a la que caracterizaba su inicua idolatría, y el culto al emperador, el cual era fuente de corrupción. Ella simboliza todas las influencias y poderes de un mundo que, de diferentes maneras, y a través de las edades, ha rechazado a Dios” (Frank Pack, Revelation, p.16). Mucho se ha especulado también acerca de la identidad de los “siete reyes” (v.10), también del “octavo” (v.11) y acerca de los “diez reyes” del versículo 12. Unos hablan de los antiguos imperios mundiales: Egipto, Asiria, Babilonia, Media-Persia, Grecia y Roma; y otros creen que se trata de emperadores romanos. Ambas posturas conllevan dificultades y arrojan dudas en el enfoque, las que han sido ampliamente analizadas y rechazadas por los mejores autores. Por tanto, al resolver la pregunta si 17:10-13 trata de imperios o emperadores nos quedamos con lo que dice Leon Morris: “Uno y otro punto de vista es posible, pero tal vez sea mejor el punto de vista en el sentido de que debemos tomar los números simbólicamente” (Revelation, p.204).

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Robert Mounce coincide: “Quizá la explicación más satisfactoria, acerca de los siete reyes, sea que el número siete es primordialmente simbólico, y que representa el poder del Imperio Romano como un todo histórico” (The Book of Revelation, p.315, The New International Commentary on the New Testament Series, Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1977). Lo más importante se relaciona con la idea clave del versículo 14: “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá…” Luego leemos en el versículo 16 que los diez cuernos de la bestia, es decir, los diez reyes que entregaron “su poder y autoridad a la bestia” (v.13), después que el Cordero los ha vencido: “…aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego” “Una de las debilidades más importantes de Roma era su incapacidad para amalgamar los diversos pueblos en uno solo. Roma podía conquistar y ejercer dominio haciendo uso de la fuerza, pero no tenía suficiente poder cohesivo, con el cual unir a los conquistados en un solo reino homogéneo” (Homer Hailey, Revelation, p.355). Esto demuestra que “la lealtad de los reyes para con la ramera y la bestia, no estaba motivada por un verdadero afecto, sino por el interés propio” (David Roper, Apo. nº 8, p.50). Ahora, el versículo 17 nos dice que es Dios el que “ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso” . Todo lo que el enemigo hace cumple lo que Dios quiere. Si hay enemigos de Dios ahora, hay que decirles lo que profetiza la Escritura. “el Altísimo gobierna el reino de los hombres” (Daniel 4:17).

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La Caída de Babilonia (capítulo 18) “Ha caído, ha caído la Gran Babilonia” (v.2) Este juicio ya había sido comunicado en 14:8, y ahora la sentencia ha de cumplirse. Isaías declara la caída de la antigua Babilonia: “Cayó, cayó Babilonia” (21:9) Y en Isaías 13:19-24; 21:9 se describe su caída en términos parecidos a los que utiliza Juan. “La caída de la Babilonia histórica fue uno de los mayores desastres de la antigüedad…en el siglo I d.C. apenas sobrepasaba el estatus de una aldea…rápidamente perdió su prominencia, y se convirtió en un montón de ruinas deshabitadas” (Merryll C. Tenney, Proclaiming the New Testament: The Book of Revelation, p.90, Grand Rapids, Mich.: Baker Book House, 1963). La razón porque debía caer: “Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación, y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han embriagado de la potencia de sus deleites” (v.3) En 14:8 y 17:2 se nos había dicho lo mismo. Aquí por primera vez se hace mención de los mercaderes. Se le hace un llamado a la iglesia: “Salid de ella, pueblo mío” (v.4) “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor” (II Cor. 6:17) Y como decía ella con soberbia: “Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto” (v.7), su calamidad le sobrevendría “en un solo día” (v.8). A esto le siguió, por supuesto, el llanto de los soberanos (v.9, 10), que no lloraban por Roma, sino por sus propias pérdidas. Rubel Shelley hizo notar que “por todo el mundo hubo pánico y desconcierto en la época de la caída de Roma” (The Lamb and His Enemies: Understanding th eBook of Revelation, p.89, Nashville: 20th Century Christian Foundation, 1983).

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Lo mismo ocurre con los mercaderes (11-17a) que habían perdido a su socio comercial más importante. La lamentación es su pérdida económica. Dice el versículo 15 que “se pararon lejos”. Claro, no querían compartir su ruina. A los reyes les preocupaba la pérdida de poder, mientras que a los mercaderes les angustiaba la pérdida de ganancias. Ahora bien, a los marineros estaban preocupados por su pérdida de posición (vs. 17b-19). Tres grupos que habían adquirido ganancias con Roma, gracias a que ostentaban la marca de la bestia (Cf. 13:15-17). Y mientras los marineros se lamentaban, una voz no identificada dice: “Alégrate sobre ella”, que es la respuesta de “¿Hasta cuándo, Señor?” de 6:9-11. “Y un ángel poderoso” –es el tercero después de 5:2 y 10:1-, dijo que esta gran ciudad “nunca más será hallada” (v.21). Aquí está la irrevocabilidad de la caída de Roma, en 476 d.C. “Nunca más” y sus equivalentes suman seis (vs. 21-23), lo que puede significar la idea total de fracaso. Las razones de esta ruina (vs. 23c, 24):

1. Mercaderes egoístas (La riqueza no es el problema) 2. Engaños en cuanto al culto al emperador 3. La sangre de los profetas y los santos. Esto era lo más importante y ahora debía

sufrir las consecuencias. El capítulo 18 no fue hecho sólo a Roma, sino a todos los que se oponen al Señor. “Es una advertencia para todas las naciones,…los vecindarios, las sociedades, los centros de filosofía humanística –para cualquiera que crea que puede vivir sin Dios” (D. Roper, Apo. nº 9, p.16).

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L a s B o d a s d e l C o r d e r o E l R e y d e R e y e s y

S e ñ o r d e S e ñ o r e s

(Capítulo 19)

La palabra clave de 19:1-6 es Aleluya, una palabra hebrea, transliterada al griego y después al español y que combina el vocablo hebreo halah (“alabanza”), con el nombre que se le daba a Dios Jah (una forma abreviada de “Jehová”). Su significado literal es “alabad a Jehová”. La razón por la que los “veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes” y “una gran multitud ” (v.6) alaban al Señor es: “porque sus juicios son verdaderos y justos, pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella” (v.2) Y el regocijo se debe a que: “…han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (v.7) ¿Cómo se ha preparado la esposa, es decir, la iglesia? Llegamos a ser parte de la esposa de Cristo por medio de la fe y el bautismo, y después debemos guardarnos “sin mancha del mundo” (Stg. 1:27). Pablo escribió: “Puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (II Cor. 7:1)

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Nótese sus vestiduras: “Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (v.8) Contrástese con la vestidura de la ramera: “Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación” (17:4) Luego hay una bienaventuranza para todos aquellos que han sido invitados a estas bodas (v.9). Luego de esta visión maravillosa, Juan, sobrecogido, se postró a los pies del ángel para adorarle, mas este vocero celestial le indicó inmediatamente: “…no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos…Adora a Dios…” Ya Jesús había declarado esto: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mt. 4:10).

E l J i n e t e del Caballo Blanco

“…He aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero…” William Barclay escribió: “He aquí uno de los momentos más dramáticos de Apocalipsis, la aparición del Cristo vencedor” (The Revelation of John, p.177). G. R. Beasley-Murray dijo: “La descripción que se hace de la venida del Señor en este pasaje, es una de las más impactantes e impresionantes de Apocalipsis” (The Book of Revelation, p.277). Más adelante se le identifica como “El Verbo de Dios” (v.13). Pero además “tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo” (v.12), dando a entender que en el carácter de Dios hay aspectos no revelados.

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“Podría ser interpretado –aun con todo lo revelado acerca de él- como el máximo misterio de su ser y naturaleza. El es inescrutable, aun como sus caminos y su amor van más allá de cualquier descripción” (J. W. Roberts, p.164). “Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de Reyes y Señor de Señores” (v.16) El reino de Jesucristo, desde su establecimiento en el siglo primero de la era actual (Mt.16:18,19; Col.1:13,14), vino a ser en todo sentido superior a los reinos de este mundo. Entre los versículos 17-21 hay una recapitulación del triunfo final de Jesucristo sobre las dos bestias (el emperador y el falso profeta, es decir, su culto). Aquí vemos representado, nuevamente, el Armagedón. Esta batalla no es entre dos ejércitos armados, sino que es el juicio de Jesucristo. Sobre Satanás, sus poderes y el mundo impenitente, a los que Jesucristo derrotará “con el espíritu de su boca y…el resplandor de su venida” (II Tes.2:8). “Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos” (19:21) Este macabro festín nos recuerda Mateo 24:28 cuando dice: “…dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”, lo que contrasta notablemente con la cena de las bodas del Cordero.

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L o s M i l A ñ o s y E l J u i c i o F i n a l

(Capítulo 20)

En el capítulo 20 se vuelve a contar la historia desde la primera venida de Cristo hasta el juicio final. Los mil años son la representación numérica del tiempo entre esta primera venida y el “poco de tiempo” después de estos mil años en que Satanás será desatado (v.3) de la cadena con la que se le prendió anteriormente (v.1,2). En 20:1-3 podemos ver a un ángel que desciende del cielo y ata al dragón, que es la serpiente antigua o Satanás, con una cadena que representa el evangelio, la Palabra de Dios, dada a conocer durante toda la llamada era cristiana, simbolizada aquí por mil años. El Diablo es arrojado al abismo (v.2), que llegó a ser la morada actual de Satanás. Podemos entender por qué los demonios que se habían apoderado de un hombre gadareno le solicitaban a Jesús que no los devolviese a tal lugar (Lc.8:26-31). Es interesante el hecho que nos recuerde que es la serpiente antigua, porque está relacionado con el engaño a Eva (Génesis 3). Jesucristo vino a salvar a los pecadores y para ello tuvo que atar o limitar a Satanás, porque “¿Cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata?” (Mt.12:29). Cristo vino a “deshacer las obras del Diablo” (I Jn.3:8), por eso “ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Jn.12:31). Este ángel de 20:1 también “puso su sello sobre él”, lo que quiere decir que su obra será manifiesta a través de las Escrituras. Luego, Juan divisa “tronos” y a los que recibieron facultad de juzgar, sentados ahí. También vio las almas de los que habían sido muertos por negarse a adorar a la bestia y recibir su marca, y en vez de eso, testimoniar a favor de Jesús. Este pasaje prueba que los cristianos reinan actualmente con Cristo en el reino que es la iglesia. “…son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo” (Pablo a los colosenses, 4:11) Esto lo confirman los discípulos cuando se reúnen cada primer día de la semana y se sientan a la mesa con Cristo a disfrutar la cena:

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“Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mt.26:29). Pero “los otros muertos”, es decir, no los que dieron testimonio de Jesús, los incrédulos, “no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años” (v.5). Se refiere este pasaje a la resurrección general que tendrá lugar al final, con la segunda venida de Cristo, respecto a “la primera resurrección”, se dice en el v.6 “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”, se refiere a una resurrección y muerte espirituales. Jesús habló de ambas resurrecciones en Juan 5:24, 28, 29, “…El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Primera resurrección) “…vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Resurrección física general) La segunda muerte es la condenación eterna: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda” (v.14) Todo lo que hemos visto está descrito en II Tes.1:5-9, “…para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios…daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo… para dar retribución a los que no…obedecen al evangelio…los cuales sufrirán pena de eterna perdición…”

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Entre los versículos 7-10 de Apocalipsis 20 se relata la condenación de Satanás: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones…a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla;…y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo…fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban las bestia y el falso profeta…” En Ezequiel 38:2 y 39:6 se puede apreciar que Jehová está “contra Gog” y envía “ fuego sobre Magog”. Por eso entendemos que estos lugares simbolizan a enemigos de Dios. Tampoco hay batalla alguna porque para concluir “de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió”, lo mismo que pasó a Sodoma y Gomorra (Gn.19:24). Finalmente el mundo se acaba y viene el juicio final (vs.11-15): “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos,…de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos,…y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,…cada uno según sus obras…Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” Los grupos religiosos tienen sus propios libros para registrar a sus miembros. Pero la única nómina que Dios tomará en cuenta es la suya. “…te ruego…que ayudes a éstas que combatieron…conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida” (Pablo a los filipenses 4:3) Con el juicio ante el trono blanco también vendrá la presentación de un nuevo cielo y una nueva tierra (21:1).

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E p í l o g o

C i e l o N u e v o y

T i e r r a N u e v a

(Capítulos 21 y 22)

O ú r a n ò n k a i n ò n k a ì g e n k a i n

C i e l o n u e v o y t i e r r a n u e v a

(21:1, Kingdom Interlinear, Wescott y Hort)

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Las Escrituras distinguen: El cielo atmosférico, en el cual se mueven las nubes y vuelan las aves (Gn.1:20; Job 38:29; Mt.6:26). El cielo sideral, donde se encuentran los cuerpos estelares (Gn.1:1; I Cor.15:40,41). El cielo espiritual, donde mora el Señor y sus ángeles. Pablo lo identifica como el tercer cielo en II Cor.12:2,4). Los dos primeros son físicos y perecerán y el tercero es espiritual y por lo tanto, es eterno. “Pero el día del Señor vendrá como ladrón; en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas” (II P.3:10, BLA) Este versículo es paralelo a Apocalipsis 21:1. Por tanto, los cielos y tierra son nuevos. La palabra “nuevo” que está en los versículos 1 al 8 traduce la palabra griega zainos, que significa “nuevo en calidad o clase” (Frank Pack, p.61). No era “una nueva edición de la misma cosa” lo que estaba anticipando Juan (Leon Morris, p.236). Existe otra palabra griega que se traduce “nuevo”, que es neos, palabra que no está en el libro de Revelación. “¡Es tanto lo que Dios ya ha hecho nuevo! Tenemos un nuevo pacto (II Cor.3:6…), con un “nuevo mandamiento” (Juan 13:34). En Cristo somos nuevas criaturas (II Cor.5:17…Gál.6:15…). Es por el “camino nuevo y vivo” que estamos andando (Hebreos 10:20). Algún día…¡todas las cosas serán hechas nuevas! (v.5)” (D. Roper, Apo. nº10, p.35). El hecho de que se describa a la Nueva Jerusalén “descender del cielo (v.2) indica que es de origen divino. En la nueva Jerusalén no habrá nada de aquello que provoque llanto, dolor, muerte (v.4) ¡Cuánto darían algunos por un lugar así! Es una lástima que existiendo este lugar, a muchos les da lo mismo ir o no ir allá.

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Estas promesas de bendición, “fieles y verdaderas” (v.5) son para los victoriosos (v.7), porque para los “cobardes, e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda” (v.8). Después de esto, Juan nos ofrece la descripción de la Nueva Jerusalén (21:9-27). Es interesante notar que “uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras” haya hablado con Juan. Compare: “Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera” (17:1) “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero” (21:9) Prevalece la simbología de las gemas preciosas y metales costosos para describir el esplendor de la ciudad: “Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima…” (11b) También se reitera el uso de algunos números, igualmente simbólicos: “Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel” (v.12) Luego dice que tenía tres puertas al oriente, al norte y al sur (v.13). “Y el muro…tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero” (v.14). La ciudad medía lo mismo a lo largo y ancho y también la altura: “doce mil estadios” (v.16). Asimismo, el muro medía 144 codos. “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (22,23) Y en esta ciudad sólo entrarán “los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (v.27b)

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En 22:5 se reitera que en la ciudad “no habrá más noche” y que los redimidos no tendrán necesidad de luz artificial ni la del sol, “porque Dios el Señor los iluminará”. Y así “reinarán por los siglos de los siglos”. En 22:2 se hace mención al árbol de la vida, que se había perdido para la humanidad por causa del pecado; pero aquí le es restaurado, produciendo “doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones” Algunos autores asocian el árbol de la vida de los cristianos con la cruz de Cristo. A veces en el Nuevo Testamento, la palabra griega que se traduce por “cruz” significa literalmente “árbol” o “madero” (Hch.5:30, 10:39 y 13:29). Hemos sido sanados espiritualmente por medio del sacrificio de Jesús: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5)

C o n c l u s i ó n A partir de 22:6 se repiten algunas frases. “Estas palabras son fieles y verdaderas” (6a, Cf. 21:5), por tanto podemos confiar en ellas. Nuevamente nos recuerda que lo escrito está para “suceder pronto” (6b, Cf. 1:1). La bienaventuranza para los que guardan la profecía (v7, Cf. 1:3). Juan se presenta como el testigo de las cosas descritas en el libro (vs.8 y 9, Cf. 1:9-11). Y nuevamente comete el error de postrarse ante el ángel que le recuerda no hacerlo, sino que debe adorar sólo a Dios (19:10). “Y me dijo”, escribe Juan, “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca” (v.10). Luego sigue la promesa por la que los seguidores de Cristo viven y mueren: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo” (v.12a). Por eso la esposa (la iglesia) y el Espíritu dicen a Cristo: “Ven” (v.17).

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Y a continuación se presentan algunas advertencias famosas; pero nunca bien ponderadas: “…Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida,…” (22:18b, 19a) El mundo religioso de hoy, y todos los tiempos, ha estado groseramente dividido, precisamente porque ha añadido y también quitado de la Revelación de Jesucristo y de todas las verdades descritas a través de toda la Escritura. No añadir, no quitar es el mandamiento. “La Biblia procede de Dios; ¡debe ser respetada!” (D. Roper, Apo. nº10, p.48). Al final se ofrece la promesa de Jesús, nuevamente: “Ciertamente vengo en breve. Amén”. Y se intercambia con la voz de su desposada, la iglesia: “Sí, ven, Señor Jesús” (22:20).

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Agradecimiento:

A todos los hermanos y hermanas que participaron de la audición de este estudio. Por su paciencia, al haberlos sometido por tantas jornadas

al difícil ejercicio de atender a la explicación de este libro difícil por parte de este humilde; y a veces, torpe e inclemente expositor. Gracias por sus intervenciones, que

me enseñaron bastante. Y a Claudio Villegas López, por su gran paciencia, en el tedioso trabajo de impresión. Dios nos ayude a seguir creciendo “en el conocimiento de

Nuestro Señor Jesucristo”. (03 de marzo de 2013)