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UNIVERSIDAD DEL TURABO
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y COMUNICACIONES
LA RELACIÓN ENTRE VARIAS MODALIDADES DE EJERCICIOS Y LOS
TRASTORNOS DE ANSIEDAD: MANUAL DE PSICOLOGÍA
DEL EJERCICIO Y DEL DEPORTE
Por
Gregory Ocasio, M.A., M. Ed.
PROYECTO DOCTORAL
Presentado como Requisito para la Obtención del Grado de Doctor en Psicología con
Especialidad en Consejería Psicológica
Gurabo, Puerto Rico
Junio, 2015
UNIVERSIDAD DEL TURABO
CERTIFICACIÓN DE APROBACIÓN DE PROYECTO
El proyecto doctoral de Gregory Ocasio fue revisado y aprobado por los
miembros del Comité de Proyecto. El formulario de Cumplimiento de Requisitos
Académicos Doctorales con las firmas de los miembros del comité se encuentra
depositado en el Registrador y en el Centro de Estudios Graduados e Investigación de la
Universidad del Turabo.
MIEMBROS DEL COMITÉ DE PROYECTO
Dra. María del Carmen Santos
Universidad del Turabo
Presidenta
Dra. Jessica Velázquez Rodríguez
Universidad del Turabo
Miembro
iv
LA RELACIÓN ENTRE VARIAS MODALIDADES DE EJERCICIOS Y LOS
TRASTORNOS DE ANSIEDAD: MANUAL DE PSICOLOGÍA DEL
EJERCICIO Y DEL DEPORTE
Por
Gregory Ocasio, M.A., M. Ed.
Dra. María del C. Santos Aponte
Presidenta del comité de proyecto
RESUMEN
Existe evidencia que el ejercicio físico ayuda positivamente en la prevención y el
mejoramiento de los síntomas de ansiedad y los problemas de salud mental. Los
hallazgos de los estudios plasmado en este trabajo es solamente una muestra del potencial
del ejercicio físico que los psicólogos y profesionales de la salud mental pudiesen utilizar
como herramienta con el fin de ayudar a sus clientes. La importancia de este trabajo es
concienciar sobre la importancia de realizar ejercicios y cómo los psicólogos y psicólogas
pudieran utilizar o recomendar alguna modalidad de ejercicios físicos como herramienta
adicional para tratar a sus clientes a manejar la ansiedad. Como aportación a la
psicología el autor crea un Manual de Psicología Deportiva, como guía para psicólogos y
profesionales de la salud mental que ayudan a atletas, entrenadores técnicos y
entrenadores físicos en su desempeño.
v
DEDICATORIA
Les dedico este trabajo a varias personas que le he robado el tiempo por la justa
causa de lograr esta meta, por eso, deseo honrarlos con mi trabajo doctoral.
Primeramente a mi hija. Lilia Michelle Ocasio González, eres y serás el amor más
grande que tengo y tendré en mi vida, gracias por ser el motor motivador de mi alma…
¡Te Amo! Lilia, sé la mejor en lo que hagas, pero lo más que deseo para ti es que seas
siempre feliz. A mis padres Migdoel Ocasio y Felícita Rodríguez, por amarme y por la
educación inigualable que me dieron, gracias a ustedes estoy aquí. Mami y Papi, ahora
espero compensarlos con mi presencia. A mis maravillosos hermanos y hermanas, pero
en especial a Yessenia E. Ocasio, gracias por aceptar mi rigidez, aislamiento y entender
mis procesos de vida con sensibilidad… serás una excelente psicóloga. A mi abuela
Asunción Ocasio que pudo anticipar que yo lograría está meta aun cuando apenas era un
niño y no logró ver el resultado físicamente, sé que me acompañas. ¡Mamá gracias, te
amo! A Don Raúl González Carrión, por quererme como a su propio hijo, sé que me
sonríes desde otro lugar, te extraño. A mi amigo Joseph I. Nelson, por brindarme un
techo y alimento cuando no lo tuve, pero más aún por tu amistad. A Luis A. González
Rodríguez, por ser mi compañero de mil batallas y las que aún nos faltan, eres mi
hermano eterno. A la Dra. Jessica Velázquez, que además de ser una profesora y
psicóloga de excelencia; me enseño que la mejor psicología se aplica con humanidad…
no existe libro que pueda enseñar dicha lección. A la Dra. Ruth L. González Días,
gracias por ser parte de mi proceso, por los muchos años y por mi hija. A mis sobrinos y
sobrinas, espero ser parte de sus vidas activamente, los quiero un mundo. A todos y
todas mis amigas… ¡Gracias!
vi
AGRADECIMIENTO
El autor de este trabajo doctoral desea expresar su agradecimiento a la doctora
María del Carmen Santos por su dirección y motivación en este proceso. De igual
manera desea agradecer a la Dra. Jessica Velázquez por su tiempo, enseñanzas y
paciencia. Al doctor Jorge Garófalo por brindar al autor la experiencia de realizar su
internado en psicología deportiva bajo el programa Centro de Excelencia Atlética (CEA)
en la Universidad del Turabo. A todos los estudiantes atletas de la Universidad del
Turabo, por trabajar con el autor por dos maravillosos años. A mis compañeros y
profesores por ser parte de mi formación profesional, gracias.
vii
TABLA DE CONTENIDO
Página
Introducción ..................................................................................................................1
Argumento ....................................................................................................................6
Plan ...............................................................................................................................7
Descripción Sumaria .....................................................................................................10
Conclusión ....................................................................................................................33
Recomendaciones .........................................................................................................34
Manual de psicología del ejercicio y del deporte ..........................................................35
Referencias ....................................................................................................................42
viii
APÉNDICES
A. Contrato de Excelencia .................................................................................52
B. Registro de actividades individuales observadas .........................................53
C. Registro de actividades de equipo observadas .............................................56
D. Establecimiento de metas deportivas individuales .......................................59
E. Cuestionario de satisfacción de Atletas GO .................................................61
1
INTRODUCCIÓN
Este proyecto doctoral discute estudios que se han realizado y que han destacado
los beneficios del ejercicio, en varias modalidades, para tratar la ansiedad. Además, se
evaluará si existe alguna contraindicación en términos de ejercicios que pudiesen ser
perjudiciales para una persona que tenga algún trastorno de ansiedad. Se incluirá en este
trabajo doctoral un manual guía para el psicólogo deportivo para intervenir con atletas y
deportistas. La importancia de este trabajo es concienciar sobre la importancia de realizar
ejercicios y cómo los psicólogos y psicólogas pudieran utilizar o recomendar alguna
modalidad de ejercicios físicos como herramienta adicional para tratar a sus clientes a
manejar la ansiedad. La versatilidad del tema incluye, cómo afecta la ansiedad a
diferentes poblaciones y cómo el ejercicio pudiese ayudar en el tratamiento de la
ansiedad, los aspectos fisiológicos que ocurren en el cuerpo mientras se realiza ejercicio,
algunas modalidades de ejercicios físicos que han sido efectivos en la reducción de
ansiedad y como la ansiedad afecta a los atletas cuando no es manejada efectivamente.
La ansiedad es una emoción rigurosa de miedo y aprensión escoltado por un
incremento en la excitación fisiológica (Davison & Neale, 2000). El DSM-IV-TR (2000)
establece seis categorías principales de trastornos de ansiedad: trastornos fóbicos,
trastorno por angustia, trastorno por ansiedad generalizada, trastorno obsesivo
compulsivo, trastorno por estrés postraumático y trastorno por estrés agudo. En el DSM
5 (2013), hace una distinción entre el miedo y la ansiedad aunque guardan alguna
relación. El miedo está asociado con una activación automática de huida o lucha y la
ansiedad está asociada con la tensión muscular y vigilancia preparatoria de un peligro
futuro. Las sintomatologías de los trastornos de ansiedad no son por completo
2
específicos ya que comparten criterios entre sí, tales como sudoración y ritmo cardiaco
acelerado (Davison & Neale, 2000).
La ansiedad puede tener resultados desfavorables a la salud. Se ha descubierto
una relación entre los síntomas reactivos de excitación por altos niveles de ansiedad (e.g.,
palpitaciones) y consecuencias inmediatas (e.g., ataque al corazón), mientras que en los
sujetos con tendencias hipocondríacas se ha encontrado una relación entre los síntomas
de excitación no-reactivos de ansiedad (e.g. hinchazón) y efectos tardíos, como el cáncer
(Lefaivre, Watt, Stewart & Wright, 2006). Según la Asociación de Trastornos de
Ansiedad de América, distinguido por sus siglas en inglés ADAA (ADAA, 2012) se ha
encontrado, además, que el no tratar los trastornos de ansiedad puede llevar a una persona
a desarrollar otras condiciones secundarias, tales como depresión y abuso de sustancias.
Por otro lado, ADAA (2012) también menciona que el trastorno de angustia (“panic
disorder”) usualmente es descrito como la razón principal por la cual las féminas
abandonan los estudios universitarios y que el 11% de la población universitaria padece
de ansiedad.
Los beneficios de la actividad física han sido ampliamente estudiados por
diferentes profesiones con el propósito de investigar el efecto que pudiera tener en el
individuo, la sociedad y cultura. El Colegio Americano de la Medicina Deportiva
(ACSM, 2000), establece que algunos de los beneficios de realizar ejercicios
regularmente son mejorar la función cardiorrespiratoria y reducir los factores de riesgo de
enfermedades arteriales y coronarias. También, se ha encontrado mejoría en la
autoestima de los individuos que realizan algún tipo de actividad física (Maltby, Day,
2001; Boyd, Weinmann, Yin, 2002; Kerner, Grossman, 2001) y beneficios positivos en
3
pacientes psiquiátricos (Paluska, Schwerk; 2000). La actividad física o ejercicio físico es
definido como movimientos corporales que son producidos por la contracción músculos
esqueletales que aumenta el gasto energético sustancialmente (ACSM, 2000). Por otro
lado la recreación es definido por Theodorson & Theodorson (1969), como una actividad
que no requiere trabajo y que las personas la realizan por placer. Según el ACSM (2000),
la eficiencia física es el conjunto de atributos que las personas poseen o realizan que se
relaciona a la habilidad para desempeñarse en una actividad física.
Se ha encontrado que los ejercicios físicos tienen un impacto positivo en la salud
mental de los individuos (Anshel, 2006). Según Anshel (2006), esto es así, tanto en los
programas de ejercicios a corto plazo, como en aquellos que se extienden por tiempo más
prolongado. Anshel (2006) destaca la importancia de los beneficios de todos los
ejercicios, tantos los de corto plazo como los de largo plazo, porque la actividad física es
una forma válida y confiable para tratar y mejorar la salud mental de las personas.
Anshel (2006) indica que la ansiedad está catalogada como una característica y la define
como un rasgo de la personalidad en donde el individuo está predispuesto a percibir una
situación que aparenta no ser de gravedad, a una amenazante, o un estado emocional
inmediato a percibir una situación cercana como amenazante.
Estudios han presentado evidencia cómo el ejercicio físico y la actividad física se
pueden incluir en el tratamiento de la depresión y los trastornos de ansiedad, pero aún no
se comprende en su totalidad cuáles son los mecanismos responsables para mejorar la
depresión y la ansiedad por su complejidad psicológica y neurobiológica (Strohle, 2009).
En otras palabras, de forma general las personas reaccionan de forma distintas antes la
4
intensidad del ejercicio, aunque se hayan encontrado un efecto positivo en el manejo de
ansiedad y depresión en alguna modalidad de ejercicio físico.
En Cartagena, Murcia realizó un estudio con doscientas (200) mujeres entre las
edades de dieciocho (18) a sesenta y cinco (65) años de edad para medir múltiples
factores sociodemográficos que se correlacionan con ansiedad y depresión (Olmedilla
Zafra, Ortega Toro & Madrid Garrido, 2008). De los numerosos hallazgos de los
investigadores, Olmedilla Zafra, Ortega Toro & Madrid Garrido, (2008), resaltaron que
las mujeres que realizaban alguna forma de actividad física, como caminar con amigas o
ir al gimnasio en un programa formal, tenían menos niveles de ansiedad de aquellas
mujeres que no realizaban ningún tipo de actividad física. Según Olmedilla Zafra, Ortega
Toro & Madrid Garrido (2008), se descubrió que aunque estadísticamente no fue
significativo, las mujeres que salían a caminar con sus amigas tenían menores niveles de
depresión comparadas con las mujeres que eran sedentarias. Donde hubo una
significancia estadística fue en los grupos de mujeres que asistían al gimnasio o que
participaban de algún programa de actividad física, las cuales tuvieron bajos niveles de
depresión versus el grupo de mujeres sedentarias que tuvieron niveles de depresión más
altos.
Un estudio realizado por Blanchard, Rodgers, Wilson, & Bell (2004), descubrió
que al realizar ejercicios físicos a unas intensidades de hasta un 80% del VO2 Max,
producía beneficios de sentirse positivo y tener una sensación de bienestar. Los
investigadores deseaban examinar dos condiciones de ejercicios, uno basado en baja
duración y alta intensidad y la otra, condición de ejercicio de baja intensidad y larga
duración y cómo estos interactuaban con los estados emocionales de la muestra
5
(Blanchard, et. al. 2004). Según Blanchard, et al. (2004), no se encontraron cambios
significativos de las variables estudiadas, no obstante, aquellas personas que aumentaron
sus capacidades de aptitud física demostraron tener menor distrés psicológico y fatiga y
mejor bienestar comparado con el grupo control y el otro grupo experimental. A pesar de
que los atletas deportivos realizan ejercicios físicos no están exentos de experimentar
ansiedad.
Se pudiera asumir que las personas que están más físicamente activas pudieran
estar menos propensas a tener menos ansiedad basada en los estudios antes mencionados.
Los atletas sufren de ansiedad y son personas que realizan ejercicios físicos de forma
rigurosa. Según Murphy (1988) citado en Parnabas, Mahamood, Parnabas & Abdullah
(2014), indicó que más del 50% de los atletas olímpicos o en eventos deportivos
realizaron consultas sobre ansiedad o estrés. El atleta puede manifestar la ansiedad de
dos formas ansiedad somática y cognitiva. Jarvis (1999) explica que la ansiedad
somática es la experiencia que un atleta refleja fisiológicamente cuando el atleta se sobre
activa experimentando así, un ritmo cardiaco y presión arterial alta, sensación estomacal,
cara sonrojada y frecuencia respiratoria rápida. Ansiedad cognitiva se refiere a
pensamientos que producen ansiedad como preocupaciones, dudas de si mismo e
imágenes de perder y el pensamiento de pasar por una humillación (Jarvis, 1999). La
importancia de un psicólogo y psicóloga de ofrecer herramientas psicológicas y
recomendaciones de ejercicios físicos pudiese ser necesaria para ayudar tanto a la persona
sedentaria, una persona físicamente activa y a un deportista.
6
ARGUMENTO
A través de la revisión de literatura, el argumento que se presenta es que existe
una relación entre la realización de ejercicios físicos y el bienestar emocional.
Específicamente se revisará cómo el ejercicio físico tiene un impacto positivo en la
disminución de los trastornos de ansiedad. Existe amplia literatura que evidencia que los
ejercicios físicos tiene un efecto terapéutico y preventivo con relación a la ansiedad. En
adición se expondrá a través de la revisión de la literatura como la ansiedad afecta a los
deportistas en su desempeño y como se puede manejar efectivamente.
Un artículo crítico de Scully, Kremer, Meade, Graham & Dudgeon (1998) citan
los hallazgos de Martinsen (1990), el cual encuentra que el ejercicio aeróbico es igual de
efectivo que los medicamentos antidepresivos por los efectos positivos que encontraron
en el grupo experimental. Se menciona, como diferentes modalidades de ejercicios han
sido efectivas para manejar la ansiedad y cuáles actividades físicas no lo son. Por otro
lado, Paranabas et al. (2014), encontraron que existe una alta correlación entre un buen
desempeño deportivo y la meditación; mientras más frecuente la meditación mejor el
desempeño deportivo. Se puede contemplar como el ejercicio físico y otras modalidades
para manejo de ansiedad pueden ayudar tanto a una persona particular y a una persona
que se desempeña deportivamente.
7
PLAN
Una revisión de literatura es una evaluación crítica de investigaciones y trabajos
que se han publicado previamente, en este trabajo se organiza, integra y evalúa trabajos
investigativos de un mismo tema (APA, 2001). La revisión de literatura es significativa
para la consejería psicológica porque brinda información valiosa de diferentes
perspectivas sobre un argumento y también se puede resaltar las similitudes y diferencias
en los hallazgos. Este proyecto doctoral es una revisión crítica de literatura que utilizará
como referencia libros e investigaciones científicas que discutan el tema de la relación
entre el ejercicio físico y la ansiedad. En adición se ausculta como la ansiedad afecta al
deportista y cuáles son los hallazgos relacionado al tema. Se discutirán estudios
realizados por investigadores que esbozaron cómo el ejercicio físico mejora o alivia los
niveles de ansiedad. El propósito es esbozar las investigaciones realizadas para que
psicólogos y profesionales de la salud mental, pudiese tener la oportunidad de escudriñar
el ejercicio físico como herramienta en el tratamiento del cliente y como los atletas que se
ejercitan constantemente lidian con la ansiedad.
Los investigadores contemplan los beneficios de realizar ejercicios físicos, que
mujeres sedentarias que padezca de ansiedad generalizada (Herring, Jacob, Suveg,
Dishman, & O’Connor, 2012). En este trabajo se examinarán los aspectos fisiológicos
cuando alguna persona realiza ejercicio y cómo los niveles de ansiedad disminuyen
(DeBoer, Powers, Utschig, Otto, & Smits 2012). La importancia de reconocer los
aspectos fisiológicos que ocurren al realizar ejercicios físicos es porque se pudiese
analizar qué ocurre al nivel celular para entender cómo las hormonas ayudan a interactuar
con la ansiedad. Ottati y Ferraro (2009), sugieren una teoría psicológica y otra teoría
8
fisiológica de cómo el ejercicio puede ayudar en el Trastorno de Estrés Post Traumático.
Es importante mencionar cómo la ansiedad afecta a diferentes poblaciones específicas y
cómo el ejercicio físico, la actividad física y ejercicio recreacional los ayuda a
disminuirla.
Pasco, Williams, Jacka, Henry, Coulson, Brennan, Leslie, Nicholson, Kotowicz,
& Berk, (2011), descubrieron en un estudio longitudinal que los ejercicios, ejercicio
recreacionales y actividades físicas sirvieron de forma protectora ante los trastornos de
ansiedad y depresión en personas mayores de sesenta (60) años o más que no padecían de
los mencionados trastornos. La pregunta es, ¿si el ejercicio es tan efectivo para manejar
la ansiedad, por qué razón no se utiliza como herramienta para manejarlo? Burton,
Pakenham & Brown (2010) explicaron que muchos psicólogos no invitaban a sus
pacientes a realizar ejercicios físicos como parte de su práctica, por falta de experiencia o
por la falta de competencia y por temor de entrar en un conflicto ético.
El alcance de este proyecto doctoral es de resaltar la importancia del ejercicio
físico y sus modalidades y la actividad física como un método efectivo para manejar la
ansiedad. Se resaltó las modalidades de ejercicios que se hayan estudiado en ser efectivo
para el manejo de la ansiedad en diferentes poblaciones. La revisión de literatura estuvo
basada en estudios que se realizaron para medir la efectividad del ejercicio físico y la
actividad física con relación a la ansiedad. También se utilizaron libros de textos de
referencia para definir y resaltar algunos términos de importancia. Dentro de las
poblaciones señaladas en esta revisión de literatura, se incluye a los atletas y como
manejan la ansiedad. Finalmente, como aportación a la psicología se crea un Manual de
9
Psicología Deportiva, como guía para psicólogos que ayudan a atletas, entrenadores
técnicos y entrenadores físicos en su desempeño.
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DESCRIPCIÓN SUMARIA
Según Herring, Jacob, Suveg, Dishman, & O’Connor, (2012), indicaron que
estudios previos que han relacionado el ejercicio físico y la ansiedad, han sugerido de
forma indirecta algunos beneficios para personas que padecen de ansiedad generalizada.
Algunas sugerencias indirectas mencionadas por los autores son: (a) personas con el
trastorno de ansiedad generalizada son individuos que son sedentarios, (b) ejercicios
físicos reducen la ansiedad en individuos adultos que son saludables, al igual que en
personas que tienen alguna condición crónica, (c) el entrenamiento físico es beneficioso
para pacientes que padecen del trastorno de depresión mayor y ansiedad generalizada, los
cuales son comórbidos, (d) el ejercicio físico ha tenido unos beneficios saludables en
otros aspectos y/o síntomas como la fatiga y poca concentración, lo cual es característico
de una persona con ansiedad generalizada (Herring, et al. (2012). Estas sugerencias
indirectas son muy generales para poder llegar a una conclusión y observar otras
variables de vida que afectan a las personas que padecen de ansiedad generalizada. Es
indiscutible que el ejercicio físico y la actividad física tengan un efecto positivo a la salud
es por eso se debe contemplar las modalidades de ejercicios y sus intensidades para el
manejo de ansiedad. Una herramienta útil es el cuestionario Behavioural Regulation in
Exercise Questionnaire (BREQ-2, Markland & Tobin, 2004), que es una escala integrada
hacia el ejercicio que mide la motivación intrínseca y la extrínseca hacia el ejercicio.
McLachlan, Spray Hagger (2011), validaron el instrumento en un estudio de correlación
y sugieren que ayuda a predecir el comportamiento hacia el ejercicio del individuo y
puede ayudar a determinar la intensidad en que la persona debe realizar dicha actividad.
11
En un estudio en donde los investigadores deseaban auscultar la posible diferencia
entre las modalidades de los ejercicios aeróbicos, versus los ejercicios de resistencia
variables y sus posibles efectos, encontraron que ambos fueron igualmente efectivos
(Herring, et al., 2012). Los hallazgos de Herring, et al. (2012), indican que el ejercicio
físico es una forma segura de tratar el trastorno de ansiedad generalizada en mujeres
sedentarias y se pudiese considerar como una forma de tratamiento o pudiese ser unida a
algún tratamiento psicoterapéutico. También, los autores sugieren que el entrenamiento
físico es igualmente comparable, en términos de costo efectividad, a un tratamiento
psicoterapéutico. Es evidente que la terapia cognitivo conductual y los ejercicios físicos
son costo efectivos que el tratamiento farmacológico (Herring, et al. 2012). La relevancia
de este estudio es que los autores destacan la importancia de integrar la psicoterapia con
el ejercicio. Tanto el ejercicio físico de resistencia y ejercicios aeróbicos tuvieron efectos
beneficiosos, en términos del tiempo de la remisión en los síntomas asociados al trastorno
de ansiedad generalizada en la muestra utilizada en este estudio (Herring, et al. (2012).
Se debe resaltar que ambas modalidades son efectivas para el manejo de la ansiedad
donde el individuo puede seleccionar entre los ejercicios con resistencia variada o los
ejercicios aeróbicos. Bartholomew & Linder (1997), realizaron dos experimentos para
auscultar los efectos de los ejercicios de resistencia y el estado de ansiedad. En el primer
experimento se utilizaron diez (10) varones y diez (10) féminas universitarios que
realizaron veinte (20) minutos de ejercicios de resistencia con una intensidad percibida
por ellos mismos. Se utilizaron tres (3) cuestionarios, el PANAS, el Spielberger’s State
Anger Scale (SSAS; Spielberger et al., 1983) y el Spielberger’s State Anxiety Inventory
(STAI; Spielberger, 1983). Los hallazgos del primer estudio fueron (1) que en los
12
varones la ansiedad aumento cuando la intensidad del ejercicio aumentó y disminuyó la
ansiedad cuando se disminuyó la intensidad del ejercicio y (2) en las féminas no hubo
cambio en el estado de ansiedad (Bartholomew & Linder ,1997). En el segundo estudio,
se utilizó la misma metodología del primer experimento, pero en el segundo, los
investigadores manipularon la variable de la intensidad del ejercicio. Los investigadores
encontraron que cuando aumentaron la intensidad del ejercicio a un 75-85% de 1 RM por
veinte (20) minutos ambos géneros experimentaron ansiedad y luego su ansiedad
disminuyó cuando la intensidad del ejercicio de resistencia fue de 40-50% de 1 RM
(Bartholomew & Linder, 1997). En estos estudios los investigadores no aclararon la edad
de los sujetos, si los sujetos investigados estaban activos realizando alguna modalidad de
ejercicio. No estuvo claro en la investigación de cómo se determinó si los sujetos sabían
diferencial ansiedad versus activación, o si los instrumentos utilizados tenían sub escalas
que diferenciaban la activación versus ansiedad de estado. En un estudio previo Lau, Yu,
Lee & Sung (2004), realizaron un estudio con niños obesos y auscultaron si existía un
cambio significativo fisiológicamente y psicológicamente cuando realizaban ejercicios de
resistencia variable. Según Lau et. al., (2004), no hubo cambios significativos
fisiológicamente y no hubo cambios psicológicos. Este estudio tuvo una duración de seis
(6) semanas donde los adolescentes realizaban tres (3) veces ejercicios a la semana. La
recomendación de los autores (Lau, et. al., 2004), sugieren que se aumente la intensidad y
aumentar el tiempo de estudios. En el área psicológica se intentó de medir ansiedad y
depresión con un instrumento para pacientes del hospital pediátrico. El nombre del
instrumento es Hospital Anxiety and Depression Inventory (HADI), que contiene catorce
(14) items con subescalas de depresión y ansiedad, y es auto administrable, pero no se
13
describió el instrumento en comparación con los equipos para medir el aspecto
fisiológico. Aunque en el estudio Lau, et. al., (2004), indican que el instrumento HADI
está validado para la población china, sin embargo, los autores se limitaron en
argumentar sobre la confiabilidad y validez del instrumento HADI en la población obesa
pediátrica. Tal vez por esta razón no se encontró ninguna diferencia en el componente
psicológico del estudio.
Los investigadores DeBoer, Powers, Utschig, Otto, & Smits (2012), resaltaron en
una literatura, investigaciones de diversos estudios relacionados con aspectos
fisiológicos, hormonales, neurofisiológicos, entre otros factores múltiples, sobre cómo el
ejercicio físico disminuye la ansiedad y cómo mejora los síntomas de las personas que
padecen de este trastorno. DeBoer et. al (2012), despuntan los estudios confiables que
demuestran cómo los individuos que están activos físicamente tienen menos estrés,
menos síntomas de ansiedad y mejor bienestar de aquellos que no lo realizan. Las
personas que realizan ejercicios diariamente son significativamente menos probables de
cumplir con los criterios diagnósticos de trastornos de pánico, agorafobia, fobia social,
trastorno de ansiedad generalizada y fobias específicas. Según Moya-Albiol y Salvador
(2001), los protocolos experimentales clasifican dos tipos de estresores que son el físico y
el psicológico. En la revisión de la literatura Moya-Albiol y Salvador (2001), destacan
varios beneficios del ejercicio agudo. La respuesta cardiovascular del ejercicio agudo
son uno psicofisiológico que tienen un impacto en la frecuencia cardiaca, la presión
arterial y la resistencia periférica (Moya-Albiol y Salvador, 2001). El ejercicio tiene
efectos fisiológicos positivos que redundan en mejorar la calidad de vida de la persona.
Dudgeon, Phillips, Bopp & Hand (2004), resaltan la importancia de que una persona
14
infectada con VIH que realicen ejercicios con resistencia por el incremento de la masa
muscular. La combinación de ejercicios aeróbicos y ejercicios de resistencia es
recomendada en combinación con sesiones de consejería para manejar la ansiedad y
depresión que es común en los pacientes de VIH (Dudgeon, Phillips, Bopp & Hand,
2004). Bartholomew, Laffrey, Kilpatrick & Spina (2004), inquirieron en un estudio
como mujeres respondían en el estado emocional después de a una sola sección de
ejercicio a la semana. La muestra estudiada eran mujeres méjico-americanas entre las
edades de sesenta (60) y setenta y nueve (79) años de edad cronológica. Un total de
cuarenta y dos (42) participantes realizaron veinte (20) minutos de ejercicio en una
trotadora o participaban de un grupo de discusión por veinte (20) minutos. Se utilizó la
traducción al español del instrumento Possitive Affect-Negative Affect Schedule
[PANAS; Laffrey, Bartholomew, Lee & Hernandez-Spina, 2000] un cuestionario de
veinte (20) ítems con una escala tipo Likert. El Spanish-English Exercise-Induce Feeling
State Inventory [EFI; Gauvin & Rajeski, 1993] que pretende medir las emociones del
participante hacia el ejercicio. En este estudio se encontró que hubo una mejoría
significativa en el estado emocional de las participantes, no obstante, los resultados
fueron paralelos con la interacción social cuando se compararon ambas actividades
(Bartholomew, Laffrey, Kilpatrick & Spina, 2004). Por otro lado, Barnard, Broman-
Fulks, Michael, Webb & Zawilinski (2011), auscultaron como la activación impactaba el
desempeño de las destrezas psicomotoras en estudiantes universitarios. Para la
investigación se identificaron ciento cinco (105) estudiantes universitarios (69 féminas y
36 varones) entre las edades de dieciocho a veinticuatro (18- 24) años. Los instrumentos
que se utilizaron fueron Anxiety Sensitivity Index (ASI) para seleccionar a la población a
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ser estudiada, el Acute Panic Inventory (API) para evaluar los síntomas clínicos de
pánico, la sub-prueba de los dígitos regresivos de la Wechsler Adult Intelligence Scale
(tercera edición, WAIS-III; Wechsler, 1997). También se incluyó la sub-prueba de la
fluencia matemática de la Woodcock-Johnson III Test of Achievement (WJ III ACH;
Woodcock, Mcgrew & Mather, 2001). Los resultados en este estudio demostraron que
individuos que tenían una alta sensibilidad hacia la ansiedad pudieron desempeñarse
comparativamente en tareas cognitivas y psicomotoras sin importar el nivel de activación,
en comparación con personas con baja sensibilidad hacia la ansiedad (Barnard et al.,
2011). Los hallazgos de Barnard et al. (2011), no son congruentes con otras
investigaciones que los sujetos con alta sensibilidad hacia la ansiedad tienden a
desempeñarse menos con las personas con baja sensibilidad hacia la ansiedad. Las
explicaciones que ofrecen los autores (Barnard et al., 2011) es que los hallazgos pudiese
ser un indicio que la activación no influye en la sensibilidad hacia la ansiedad, o tal vez
los investigadores fueron muy liberales en la selección de la muestra estudiada. La
importancia de esta investigación es que la activación, la ansiedad y la sensibilidad hacia
la ansiedad son tratados como términos individuales medibles y no identificado bajo la
ansiedad únicamente.
En un estudio, los investigadores Smits, Berry, Rosenfield, Powers, Behar, & Otto
(2008), apoyan la recomendación del ejercicio físico para tratar la sensibilidad de la
ansiedad, esto es, lograr que las personas sean más tolerantes ante la ansiedad. Los
resultados del estudio indican que al reducir la sensibilidad de ansiedad a través del
ejercicio, mejoran significativamente los niveles de ansiedad y el estado de ánimo
depresivo (Smith et. al, 2008). El resultado de esta investigación es relevante para el
16
tratamiento del trastorno de pánico ya que niveles altos de ansiedad suelen ser la génesis
y la postergación de este trastorno, por consiguiente, la intervención del ejercicio físico
tiene el potencial de emerger como una estrategia adicional para el tratamiento del
trastorno de pánico (Smith et. al, 2008). En una revisión de literatura O’Connor, Smith &
Morgan (2000), destacaron que uno (1) en noventa y nueve (99) pacientes del trastorno
de pánico que participaron en estudios de laboratorio tuvieron un episodio de ataque de
pánico mientras realizaban ejercicio moderado y en adición, solo cinco (5) episodios de
pánico ocurrió en cuatrocientos cuarenta y cuatro (444) sesiones de ejercicios por
cuatrocientos veinte (420) pacientes del trastorno de pánico. Una explicación que se
pudiera analizar porque se pudiera cuestionar que el ejercicio no pudiera beneficiar a una
persona con el trastorno de pánico, es debido que los efectos fisiológicos de realizar
alguna modalidad de ejercicios son parecidos a un ataque de pánico. El aumento de la
frecuencia cardiaca, el aumento de la frecuencia respiratoria y el sudor son algunas de las
variantes que una persona que realiza ejercicio y los síntomas de una persona con el
trastorno de pánico comparten (O’Connor, Smith & Morgan, 2000). Una persona que
sufra un trastorno de pánico que esté físicamente inactiva pudiese sufrir más ansiedad y
más frecuencia de ataques versus un paciente que este activamente realizando ejercicios.
Smits & Zvolensky (2006), realizaron un estudio con treinta y nueve (39) adultos de
ambos géneros, entre las edades de dieciocho (18) y cuarenta y cinco (45) años de edad
cronológica que padecían de ataques de pánico o sufrían del trastorno de pánico, con o
sin agorafobia y su relación con el ejercicio físico. Se utilizaron tres (3) instrumentos: el
Exercise Health Survey [EHS; Zvolensky, 2002], el Panic Disorder Severity Scale
[PDSS; Shear et al., 1997] y el Anxiety Sensitivity Index [Reiss et al., 1986] (Smits &
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Zvolensky, 2006). En el análisis, los investigadores descubrieron que hubo una relación
entre la inactividad física y los síntomas severos del trastorno de pánico, los altos niveles
de sensibilidad hacia la ansiedad y la frecuencia de ataques de pánicos (Smits &
Zvolensky, 2006).
Ottati y Ferraro (2009), proponen dos (2) teorías, una fisiológica y otra
psicológica, para proponer la el ejercicio como un tratamiento efectivo para tratar al
Trastorno de Estrés Post Traumático (TEPT). En la teoría fisiológica, Ottati y Ferraro
(2009) explican que el método por el cual el ejercicio físico logra aliviar algunas
condiciones médicas y psicológicas, pero el mecanismo biológico que parece
desregularse en pacientes con TEPT es el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). El
HPA provee unas funciones opiáceas endogénicas que, al ser hiperactivas, aumentan los
niveles de cortisol, el cual es un glucocorticoide que es responsable de activar las
hormonas relacionadas al estrés (Ottati y Ferraro, 2009). Según Ottati & Ferrero (2009),
se han encontrado estudios que apoyan que a través del ejercicio físico han aminorado los
efectos del TEPT, regulando el eje del HPA y que la disminución del neurotransmisor de
dopamina juega un factor importante en el Trastorno de Estrés Post Traumático. La
hipótesis psicológica que presenta Ottati & Ferrero (2009), envuelve unos conceptos de
que la persona que realiza ejercicios adquiere un sentido de bienestar, auto eficacia y
mejoramiento de la autoestima. La teoría a la que Ottati & Ferrero (2009) hacen
referencia es la Teoría de la Distracción, que explica que la persona que realiza ejercicios
físicos se distrae de pensamientos negativos y pensamientos intrusivos.
Lutz, Lochbaum, Carson, Jackson, Greenwood & Byars (2008), encontraron en su
estudio que la percepción de energía de los participantes que se sometieron a ejercicios
18
aeróbicos, aumentó en el punto medio del ejercicio físico, mientras el sentimiento de
tranquilidad disminuyó. Lutz, et.al. (2008) sugiere que el ejercicio tiene un efecto directo
sobre los niveles de energía de los sujetos e influye temporeramente en la impresión de
tranquilidad de los mismos. Este hallazgo es importante debido a que la sensación de
energía que la persona experimenta al realizar ejercicios aeróbicos influye directamente
con la sensación de tranquilidad. Después de 15 minutos de post ejercicios, la sensación
de calma regresa a su estado normal mientras que los niveles de energía percibido
disminuye (Lutz, et.al., 2008). En otros estudios antes mencionado en este trabajo, los
investigadores sugieren que bajas intensidades en los ejercicios están asociados con
menos percepción de ansiedad (Smith et. al, 2008). Netz & Lidor (2003), estudiaron a
ciento cuarenta y siete (147) féminas estudiantes y maestras de educación física las cuales
les dieron a escoger entre cinco (5) actividades. La muestra pudo escoger entre yoga,
Feldenkrais, natación, aeróbico bailable y clases de computadora. Los investigadores
administraron el State and Trait Anxiety Inventory (STAI; Spielberger, 1972) que miden
la ansiedad de rasgo y la ansiedad de estado, el Depression Adjective Checklist (DACL;
Lubin, 1981) y el Subjective Well-Being Scale un cuestionario que representa el
bienestar del sujeto. Las participantes realizaron los cuestionarios antes y después de
realizar la actividad que ellas seleccionaron en la semana catorce (14) del estudio. El
propósito del estudio fue examinar la efectividad de cuatro (4) modalidades de ejercicios,
en donde se esperaba que el ejercicio de mindfulness (Feldenkrais), obtendría resultados
igualmente positivo que los ejercicios aeróbicos en el manejo de emociones (Netz &
Lidor, 2003). Chow & Tsang (2007), define la modalidad de ejercicios de mindfulness
como un tipo de ejercicio con un enfoque de auto consciencia interpersonal alineando a la
19
mente y cuerpo, que tiene poca contracción muscular y una meditación no estructurado.
En este estudio se encontró que las féminas que realizaron Feldenkrais, natación y yoga
obtuvieron mejores resultados en concepto de bienestar y en la alteración positiva del
estado de ánimo versus las participantes de aeróbico bailable (Netz & Lidor, 2003).
Dentro de las modalidades de los ejercicios de mindfulness no se obtuvo mucha
información, pero los ejercicios que pudiesen estar en esta categoría y merecen ser
auscultado para medir el efecto en la ansiedad serían Tai Chi, Qigong, Yoga, Chan Mi,
entre otros. Wei, Kilpatrick, Naquin & Cole (2006), condujeron un estudio con
estudiantes universitarios para medir respuestas psicológicas en las modalidades de
ejercicios de caminar, aeróbicos acuáticos y yoga. La muestra fue de treinta y siete (37)
estudiantes universitarios, once (11) del género masculino y veintiséis (26) del género
femenino y la media de la edad fue de 22 años. Los instrumentos usados fueron el SAI,
el Rating of perceived Exertion (RPE) para poder medir el dolor del ejercicio, el Felt
Arousal Scale (FAS) para medir la activación y estado de ánimo se midió con el Feeling
Scale (FS). El estudio consistía que los sujetos realizaran la modalidad del ejercicio a
una intensidad baja por cuarenta (40) minutos en un ambiente atmosférico controlado y
agradable. El resultado es que las tres (3) modalidades redujeron la ansiedad, se encontró
que tanto el yoga y los aeróbicos acuáticos obtuvieron una puntuación alta en ansiedad
antes de realizar la actividad (Wei, et al., 2006). Se encontró que la yoga fue la más
efectiva en las tres (3) modalidades de ejercicios en reducir los niveles de activación
produciendo así un estado de tranquilidad y relajación (Wei, et al., 2006). Según
Streeter, Whitfield, Owen, Rein, Karri, Yakhkind, Perlmutter, Prescot, Renshaw, Ciraulo
& Yensen (2010), en un estudio para auscultar si los niveles reducidos de GABA,
20
reducción de ansiedad y estado de ánimo es exclusivo de la modalidad de la yoga o estos
resultados son de la actividad física. Se tomaron treinta y cuatro (34) sujetos y se
adjudicaron en dos grupos diecinueve (19) en yoga y quince (15) en un grupo de
caminata. Ambos grupos realizaron sesiones de sesenta (60) minutos por tres (3) veces
por semana por un periodo de doce (12) semanas. Los investigadores administraron a la
muestra los instrumentos que miden niveles de ansiedad y de estado de ánimo antes de
tomarles la resonancia magnética que fueron en las semanas 0, 4, 8 y 12. Se descubrió
que la ansiedad y el estado anímico en los sujetos que practicaron yoga fue mejor del
grupo que caminó (Streeter, et al., 2010). Streeter, et al. (2010), resaltan que la
importancia de su investigación reside en que, es el primer estudio en demonstrar que el
incremento talámico en niveles GABA están asociados con el mejoramiento con el estado
anímico y la disminución de la ansiedad. En estos estudios se ha encontrado que los
ejercicios de modalidad de mindfulness son efectivos para manejar la ansiedad y mejorar
el bienestar del individuo. Sin embargo en un año previo Kraemer & Marquez (2009),
descubrieron que en adultos de 50 años o más que practicaron yoga se encontraban más
deprimidos, percibían más obstáculos para realizar ejercicios y menos calidad de vida
comparado con personas que caminaron. Khalsa, Shorter, Cope, Wyshak & Sklar (2009)
indagaron como la yoga pudiera ayudar a músicos profesionales a manejar su ansiedad.
La muestra fue de treinta (30) músicos profesionales que se dividieron en dos grupos,
quince (15) participaron en el grupo de intervención de estilo de vida basado en la yoga y
el otro grupo de quince (15) a un grupo de yoga y meditación. Los sujetos del estudio
participaron por un periodo de dos meses y fueron adiestrados a practicar yoga Kripalu o
meditación 3 veces por semana. Los investigadores administraron los siguientes
21
instrumentos, The Performance Anxiety Questionnaire una escala Likert que mide
síntomas asociados con ansiedad cognitiva y somática asociadas al desempeño. El
Profile of Mood States (POMS) es un cuestionario para identificar diferente estados de
ánimo. El Performance-Related Muscoleskeletal Disorder (PRMD) se utiliza para medir
la percepción del esfuerzo musical usando una escala Borg y el Perceived Sress Scale
(PSS) es un instrumento psicológico para medir en el grado de estrés situacional del
individuo. Finalmente, el Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI), que evalúa la calidad
de sueño y trastornos de sueños. Estos instrumentos se le administraron a la muestra al
comienzo del estudio, ha mediado del estudio, ha final del estudio y un año después del
estudio. Los hallazgos fueron que ambos grupos demostraron haber bajado las
ansiedades cognitiva y somáticas aunque no se demostró haber ayudado en el
mejoramiento de calidad de sueño y en el trastorno músculo-esqueletal relacionado al
desempeño (PRMD) (Khalsa et al., 2009). Los estudios relacionado con el yoga con
otras modalidades de ejercicios físicos, se pudiera considerar la edad, el interés del
cliente, la población a que pertenece y su estado anímico antes de sugerirle alguna
actividad física.
Olmedilla, Ortega & Candel (2010), realizaron un estudio en España con mujeres
universitarias que realizaban ejercicios formales o no formales y las compararon con las
estudiantes sedentarias. Los hallazgos fueron que las estudiantes que realizaban alguna
modalidad de ejercicio obtuvieron un nivel más bajo de depresión y ansiedad comparadas
con las estudiantes que eran sedentarias (Olmedilla, Ortega & Candel, 2010). La
importancia de este estudio es que Olmedilla, Ortega & Candel, (2010) realizaron su
investigación con una población que está siendo afectada por la ansiedad ya que, según
22
los autores, la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), la mayor
frecuencia de sufrir trastornos de ansiedad generalizada se ha observado durante la edad
adulta joven (20 - 35 años), sobretodo en mujeres. Al analizar estos datos se puede llegar
a la conclusión de la importancia de prestar atención a los resultados de esta investigación
acerca de la relación entre práctica de actividad física y ansiedad y depresión en mujeres
en edad adulta joven (Olmedilla, Ortega & Candel, 2010). Los autores Ruiz-Montero &
Baena-Extremera (2011), explican en su investigación con mujeres mayores de edad (60-
79 años) que realizan ejercicios aeróbicos y su estado de ánimo que la percepción
positiva que las personas mayores poseen de sus propios estados de ánimo a la hora de
realizar actividades físico-deportivas aeróbicas, incrementándose la sensación de vigor y
siendo menos visible las sensaciones de fatiga o tensión entre otras. A través de los años
se ha promovido a que las personas se mantengan activa, sin embargo, algunas personas
deciden no realizan ninguna actividad física. Sabourin, Hilchey, Lefaivre, Watt &
Stewart (2011), tenían la hipótesis de las personas con mayor sensibilidad hacia la
ansiedad que realizaban menos ejercicios y estaban en menos condición física en
comparación con las personas que tuvieran una sensibilidad menor hacia la ansiedad.
Sabourin et al (2011) estudiaron a 154 féminas universitarias donde la edad media fue de
19 años. Se utilizó el Anxiety Sensitivity Index (ASI; Peterson & Reiss, 1992) para
poder clasificar a la muestra entre sensibilidad alta y baja hacia la ansiedad, el Physical
Activity Measure para determinar la intensidad y la participación activa de alguna
modalidad de ejercicio. El cuestionario Decisional Balance Scale (DBS; Marcus,
Rakowsky & Rossi, 1992), se utilizó para determinar el beneficio percibido de la muestra
sobre el ejercicio y las barreras asociadas con la participación con la actividad física
23
(Sabourin, et al., 2011). Los hallazgos acertaron con la hipótesis de los investigadores,
dado que se descubrió que el grupo de las féminas que se clasificaron como el grupo de
sensibilidad alta hacia la ansiedad realizaron menos ejercicios comparado con el grupo de
féminas que fueron clasificadas con menos sensibilidad hacia la ansiedad (Sabourin, et
al., 2011). Según Sabourin, et al. (2011), existe una correlación entre la alta sensibilidad
hacia la ansiedad con la percepción de barreras al realizar ejercicios físicos, con estar
menos acondicionado físicamente y estar menos involucrado en actividades físicas. Las
personas al concretizar y adjudicarle un valor cognitivo a las barreras para realizar los
ejercicios, pudiesen pensar que no estarán aptos para estar en buena condición física, por
lo tanto, creando inmovilidad en la persona. En España el Ministerio de Sanidad y
Política Social-Instituto de Información Sanitaria realizaron un estudio transversal y
encontraron que practicar actividad física existe una menor prevalencia de indicadores
negativos de salud mental (De la Cruz-Sanchez, Moreno-Contreras, Pino-Ortega &
Martinez-Santos, 2011). Hubo una relación entre las personas que realizaban ejercicio
vigoroso con menos indicadores de problemas de salud mental en ambos géneros que los
sujetos que realizaban ejercicio a menor intensidad y las personas sedentarias (De la
Cruz-Sanchez et al., 2011). Este estudio realizó su estudio utilizando el cuestionario
General Health Questionnaire (GHQ-12), diseñado para el diagnóstico de trastorno
psiquiátricos internacional y válido para la población española, según De la Cruz-
Sanchez et al. (2011). A pesar que el estudio realizado por De la Cruz-Sanchez et al.
(2011), embarca una gamma de trastorno psiquiátricos, señalan que la intensidad del
ejercicio disminuye la probabilidad de tener indicadores de problemas de salud mental.
Estos hallazgos son contrario con lo que Smith et al., (2008) que encontró que las bajas
24
intensidades en los ejercicios están asociados con menos percepción de ansiedad. Según
Blanchard, et. al., (2004), no encontraron cambios significativos en las variables
investigadas, sin embargo, aquellas personas que aumentaron sus capacidades de aptitud
física demostraron tener menor destres psicológico y fatiga y mejor bienestar comparado
con las otras muestras. A pesar de que pudiese contradecirse, crea la necesidad de
continuar investigando la relación entre la intensidad del ejercicio físico y la ansiedad.
Por otra parte, Biçer, Asghari, Kharazi, & Asl (2012), encontraron en su estudio
que no hubo diferencia significativa entre la reducción de niveles de ansiedad y de
depresión tanto en varones y féminas que practicaban balonmano. Los expertos y los
profesionales envueltos en la salud mental, deberían tomar medidas necesarias para
recomendar a los jóvenes una vida activa con el propósito de minimizar la ansiedad y
depresión en esta población (Biçer, Asghari, Kharazi, & Asl, 2012; Gutiérrez Calvo,
Espino, Palenzuela, & Jiménez Sosa 1997). En un estudio longitudinal en Australia,
Pasco, Williams, Jacka, Henry, Coulson, Brennan, Leslie, Nicholson, Kotowicz, & Berk,
(2011), descubrieron que los ejercicios, recreacionales y actividades físicas previnieron o
sirvieron de forma protectora a la muestra de los trastornos de ansiedad y depresión en
personas mayores de 60 años o más que no padecían de los mencionados trastornos. Los
resultados obtenidos en este estudio longitudinal, también sugieren que las actividades
físicas recreativas son un componente importante de patrones de actividades físicas que
funcionan de forma protectora en contra del desarrollo de trastornos mentales comunes y
otras enfermedades comunes (Pasco et. al. 2011).
Scully, Kremer, Meade, Graham & Dudgeon (1998) resaltaron en su artículo que
ha sido de gran dificultad establecer una guía con respecto a la duración y la intensidad
25
del ejercicio físico necesario para disminuir la ansiedad, particularmente por las
metodologías inconsistentes que envuelven estudios de ejercicios físicos, ya que reflejan
diferencias en sus modalidades y funciones psicológicas siendo evaluadas. En el artículo
crítico de Scully, Kremer, Meade, Graham & Dudgeon (1998) citan los hallazgos de
Martinsen (1990), el cual encuentra que el ejercicio aeróbico es igual de efectivo que los
medicamentos antidepresivos. En la reducción de ansiedad ha sido más que evidente que
el ejercicio físico tiene un efecto positivo, no obstante, los autores señalan que hace falta
distinguir la modalidad del ejercicio, la duración y la intensidad, para evidenciar los
efectos de los ejercicios aeróbicos versus los ejercicios anaeróbicos (Scully, Kremer,
Meade, Graham & Dudgeon ,1998). A pesar de que los ejercicios físicos en sus
diferentes modalidades tienen efectos positivos que repercuten en la salud, se desconoce
cómo cada modalidad o régimen de ejercicio y sus intensidades interconectan con el
aspecto psicológico. Wolff, Gaudlitz, Von Lindenberger, Plag, Heinz & Strohle, (2011)
explican que los cambios que ocurren a nivel bioquímico y fisiológico en una persona
que realiza ejercicios tienen un efecto directo con el estado de ánimo por mecanismos de
endorfinas y serotoninas. Se ha encontrado que las funciones neuroprotectivas, como por
ejemplo la normalización, es un derivado del factor neurotrópico que simula un
ansiolítico (Wolff et. al., 2011). Wolff et. al., (2011) indicaron que varios estudios han
propuesto mecanismos psicológicos tales como: cambios de los esquemas del cuerpo y
comportamientos de actitudes saludables, aprendizaje y extinción, refuerzo social,
dominio de experiencia, intercambio de locus de control externo a locus de control
interno o mejoramiento de destrezas de manejo. Los autores reseñan, mediante varios
26
estudios, cómo las diferentes modalidades de ejercicios físicos ayudan a diferentes
trastornos psicológicos y psiquiátricos (Wolff et. al., 2011).
Vancampfort, De Hert, Knapen, Wampers, Demunter, Deckx, Maurissen, &
Probst, (2011), explican que los síntomas de esquizofrenia se exacerban cuando la
persona confronta ansiedad o estrés, porque los pacientes que padecen de esquizofrenia
no tienen destrezas de manejo para lidiar con situaciones estresantes. El estudio realizado
por Vancampfort et al., (2011), revelaron que pacientes de esquizofrenia bajaron sus
niveles de ansiedad, realizando yoga o ejercicios aeróbicos y que ambas modalidades
fueron efectivas para manejar la ansiedad. En un estudio realizado por Jazaieri, Goldin,
Wener, Ziv & Gross (2012), pudieron comparar el ejercicio aeróbico como una
modalidad para manejar la ansiedad social versus el tratamiento de reducción para reducir
el estrés basado en el mindfulness (MBSR). Los resultados obtenidos en ambos grupos
fueron similares donde la muestra mejoró sus síntomas de ansiedad social y depresión,
aun en una intervención de 3 meses después que el experimento fue concluido. Ambos
grupos obtuvieron resultados significativos en su calidad de vida y en síntomas clínicos
cuando estos fueron comparado con el grupo que no recibió ningún tratamiento (Jazaieri
et al., 2012). En un estudio para auscultar la ansiedad y los cambios de ánimo en
personas que padecen de esclerosis múltiples se encontró que al realizar la modalidad de
ejercicio de ciclismo estacionario, se disminuyó la ansiedad de estado significativamente
(Petruzzello, Snook, Gliottoni & Motl, 2009). La muestra del estudio fue de veinticinco
féminas pacientes de esclerosis múltiples, se determinó su VO2 peak para determinar el
60% de intensidad para que pudieran realizar 20 minutos en la bicicleta estacionaria. Se
le administraron los cuestionarios State-Trait Anxiery Inventory (STAI; las formas Y1 &
27
Y2) y la Profile of Moods States (POMS). El hallazgo significativo es que el ejercicio de
ciclismo estacionario a una intensidad moderada reduce los trastornos de estado de ánimo
y en la ansiedad en los pacientes de esclerosis múltiples (Petruzzello, Snook, Gliottoni &
Motl, 2009).
Stohle (2009) resalta que estudios sugieren secuencias biológicas y metabólicas
que incluyen un aumento de la neurotransmisión central de norepinefrina y cambios en el
sistema andrenocortical en el hipotálamo. A pesar de que algunos estudios sugieren que
el apoyo social no es crítico en el proceso terapéutico de los efectos vinculados al
entrenamiento físico, se han sugerido varios factores psicológicos como el aumento de la
auto eficacia, un sentido de dominio y cambios de auto concepto, relacionados con el
ejercicio físico (Strohle, 2009). Anshel (2006) realiza varias hipótesis, explicando que
las endorfinas que son neuropéptidos se segregan en el cuerpo cuando se realizan
ejercicios físicos, lo cual puede ser un factor para que las personas tengan menores
niveles de depresión y ansiedad. Otra hipótesis envuelve la serotonina y la norepinefrina,
que son ambas mono-amino oxidasa, teniendo como una de sus funciones alterar los
neurotransmisores cerebrales, y por consiguiente, la forma en la que se sienten las
personas, provocando sensación de bienestar. Se especula que cuando las personas
realizan ejercicios físicos se aumenta la cantidad de serotonina y norepinefrina producida,
o se segrega en la sinapsis entre las neuronas, de esta forma aumentando la comunicación
entre las neuronas (Anshel, 2006). Se ha demostrado que el cambio estructural en el
hipocampo, amígdala, en el srtriatum y la corteza frontal están asociado con la depresión
(Carek, Laibstain & Carek, 2011). Un posible mecanismo del porque el ejercicio mejora
el estado anímico, es porque aumenta los niveles de endocannabinoides que está asociado
28
con analgesia, anxiolisis y un sentido de bienestar (Carek, Laibstain & Carek, 2011). En
adición, los cambios que ocurren en el hipotálamo y la pituitaria incluyen un aumento en
la hormona adrenocorticotrópico y una disminución en la producción del cortisol (Carek,
Laibstain & Carek, 2011).
Okonski (2003), destaca la importancia en la consejería de salud mental si el
profesional integrara recomendaciones de ejercicio físico a los clientes para así impactar
el bienestar del mismo. Según Okonski (2003) muchos consejeros no entrarían a realizar
recomendaciones sobre ejercicios físicos a sus clientes porque entienden que no es parte
de su formación académica. Un 72% de los psicólogos encuestados indicaron que
tendrían el interés de recibir adiestramientos para adquirir herramientas para brindar
consejerías sobre ejercicios (Burton, Pakenham & Brown, 2010). Burton, Pakenham &
Brown (2010) explicaron que una de las causas por la cual muchos psicólogos no
recomendaban ejercicios como parte de su práctica es por falta de experiencia o por la
falta de competencia y entrar en un conflicto ético. La necesidad de conocer sobre los
beneficios de los ejercicios físicos y la salud mental no se limita únicamente para
psicólogos, si no se extiende para los profesionales de la salud mental. Dixon, Mausey &
Hall (2003), señalan la necesidad que existe en ofrecer cursos para consejeros sobre
salud, bienestar y fisiología del ejercicio en relación con la salud mental. Es
recomendable que los consejeros consideren el ejercicio físico como un tratamiento
alterno, costo efectivo y viable para tratar depresión y ansiedad (Dixon, Mausey & Hall,
2003). El ejercicio físico se ha comprobado más de un siglo que ha sido efectivo para
mejorar la salud física y mental. Matinsen (2008), realizó un documento en donde
plasma la recopilación de datos que señalan el ejercicio físico como un tratamiento
29
efectivo y preventivo para la ansiedad y la depresión. Se han realizado estudios que
comparan la efectividad del ejercicio aeróbico versus la psicoterapia individual en donde
el ejercicio fue más efectivo, no obstante, psicoterapia grupal versus ejercicio aeróbico no
hubo cambio significativo (Matinsen, 2008). En las comparaciones entre la efectividad
de medicamentos para tratar depresión versus ejercicios físico, se encontró que el grupo
que tomó los medicamentos mejoraron en un periodo de doce semanas más rápido que el
grupo que realizaba ejercicios físicos, sin embargo, en un periodo de 10 meses el grupo
que realizaba ejercicios físico obtuvo mejor resultados (Matinsen, 2008). En cuanto el
ejercicio físico como tratamiento para manejar la ansiedad, se encontró que los
investigadores han enfocado sus estudios en la ansiedad de estado y sugiere que se
investigue más sobre la ansiedad de rasgo (Matinsen, 2008). Según Carek, Laibstain &
Carek (2011), indican que aunque existen estudios que apoyan el uso del ejercicio físico
como tratamiento para tratar la depresión y la ansiedad, la postura de la Asociación de
Psicología Americana (APA) establece que el ejercicio físico pudiese ser de valor pero no
se debe considerar como un tratamiento de primer orden. La depresión y la ansiedad son
de los trastornos más prevalentes en Estados Unidos y los ejercicios físicos han
demostrado reducir los síntomas y tiene el potencial de reducir la dependencia en la
farmacoterapia (Carek, Laibstain & Carek, 2011). Burton, Pakenham & Brown (2010),
realizaron un estudio para auscultar si los psicólogos estaban dispuestos a promover la
actividad física como tratamiento psicológico. El estudio consistió en enviar
cuestionarios por correspondencia con la asistencia de la Sociedad Psicológica
Australiana (APS). La muestra fue de 236 psicólogos desglosados en 200 féminas y 36
varones. El cuestionario fue creado para auscultar la actitud para ofrecer consejería sobre
30
ejercicio, actitud sobre la actividad física y confianza sobre brindar consejos de la
actividad física. Los resultados es que el 53% de los psicólogos encuestados en este
estudio recomendaban ejercicios físicos a sus clientes consistentemente y en adición un
30% lo hacían ocasionalmente (Burton, Pakenham & Brown, 2010). Un 93% de los
psicólogos encuestados estuvieron de acuerdo que el consejo y la consejería pudiese ser
un componente del tratamiento psicológico, se encontró una correlación positiva en
aquellos psicólogos que realizaban ejercicios físicos con ofrecer consejería sobre
actividad física (Burton, Pakenham & Brown, 2010). La ética profesional sobre
competencia y la eficacia de los psicólogos pudiese ser un factor por la cual los
profesionales de la salud mental no realizan consejería sobre actividad física aun
conociendo los beneficios generales que pudiese tener con sus clientes. La falta de
cursos, talleres y exposición sobre el tema de como ofrecer consejos sobre actividad
física, fisiología del ejercicio, estilos de vida saludables entre otros temas para psicólogos
pudiese cambiar la perspectiva sobre aconsejar a sus clientes. Hyman & Andres-Hyman
(2013), proponen un lenguaje común entre la psicoterapia, el ejercicio y la fisiología del
ejercicio, introducir nuevos conceptos al campo de la psicoterapia que beneficiaría e
integrar puentes de encuentro entre la psicoterapia y el ejercicio físico. El propósito de
crear este modelo es porque los psicoterapeutas pudieran beneficiarse al poder aplicar los
conceptos del ejercicio físico y la fisiología deportiva para ofrecer consejería sobre la
actividad física en su práctica privada (Hyman & Andres-Hyman, 2013).
Según Murphy (1988) citado en Parnabas, Mahamood, Parnabas & Abdullah
(2014), indicó que más del 50% de los atletas olímpicos o en eventos deportivos
realizaron consultas sobre ansiedad o estrés y encontraron que existe una alta correlación
31
entre un buen desempeño deportivo y la meditación; mientras más frecuente la
meditación mejor el desempeño deportivo. En este estudio se tomó la muestra de 122
estudiantes-atletas universitarios a los que se les administraron varios cuestionarios. Los
cuestionarios utilizados fueron: The Questionnaire of Imagery, The Questionnaire of
Meditation, The Questionnaire of Progressive Muscle Relaxation y The Questionnaire of
Techniques of Breathing. Se realizó un ejercicio estadístico en donde se correlacionó el
desempeño positivo de los atletas con ejercicios de relajación y meditación (Parnabas, et
al., 2014). Humara (1999), en una revisión de literatura resalta que atletas que asisten a
terapia cognitiva conductual en forma grupal manejan la ansiedad cognitiva y la
somática, sin embargo los atletas que realizan terapia cognitiva conductual de manera
individual manejan la ansiedad cognitiva y la somática y aumenta su auto confianza.
Singh & Gaurav (2010), investigaron a estudiantes atletas intercolegiales de volleyball
para auscultar la ansiedad precompetitiva y pos competitiva. La muestra fue compuesta
de 85 estudiantes atletas varones y 85 estudiantes atletas femeninas de varias
universidades de la India, entre las edades de 18-25 años, a los cuales se les
administraron el cuestionario Sport Competition Anxiety Test (SCAT) antes de competir
y luego de competir. Los hallazgos fue que las féminas obtuvieron mayor niveles de
ansiedad precompetitiva que los varones. En ambos grupos la ansiedad precompetitiva
fue más elevada que la ansiedad pos competitiva, aunque la ansiedad pos competitiva fue
elevada. Se ha encontrado que el ejercicio disminuye los niveles de ansiedad, sin
embargo, la población deportiva que realizan ejercicio físico de manera rutinaria se puede
aventajar de la psicoterapia, ejercicio de relajación, ejercicio de mindfulness, yoga entre
otros según la literatura expuesta.
32
Como parte del proyecto doctoral y aportación a la psicología se integra un
manual para la psicología del ejercicio y el deporte. Este manual fue creado utilizando la
literatura y la experiencia del interno trabajando bajo el programa Centro de Excelencia
Átletica (CEA) del departamento atlético de la Universidad del Turabo bajo la dirección
del Dr. Jorge H. Garófalo Pastrana. El CEA es un programa que ayuda al estudiante
atleta en el desempeño deportivo, académico, médico y psicológico. El propósito del
manual es facilitar una estructura al psicólogo deportivo para trabajar con los equipos,
atletas de forma individual, entrenadores, directores de programas, padres y delinear
estrategias de fortaleza mental.
33
CONCLUSION
Está más que evidenciado que el ejercicio físico ayuda positivamente en la
prevención y el mejoramiento de los síntomas de ansiedad y los problemas de salud
mental. Los hallazgos de los estudios plasmado en este trabajo es solamente una muestra
del potencial del ejercicio físico que los psicólogos y profesionales de la salud mental
pudiesen utilizar como herramienta con el fin de ayudar a sus clientes. Aunque existe
cautela en la prescripción de ejercicio y sus intensidades, podemos utilizar guías
generales, recomendaciones de investigadores que proponen modalidades de ejercicio
según la población y estado anímico para ayudar a los clientes en su dilema como
sugerencia. En adición, en todos los estudios esbozados en este trabajo concurren que el
ejercicio en baja intensidad ayuda a disminuir los síntomas de la ansiedad. La psicología
del ejercicio y del deporte es un campo relativamente joven en Puerto Rico, por lo tanto,
no se encontró referencias relacionado al tema escogido. No obstante se debe considerar
los estudios de otros países para aplicar, investigar y crear modalidades de intervenciones
para ayudar a los atletas a manejar la ansiedad efectivamente.
34
RECOMENDACIONES
Existe una necesidad de crear, traducir y validar instrumentos para realizar
investigaciones con relación a como el ejercicio afecta a una persona con algún tipo de
ansiedad para la población puertorriqueña. Auscultar cual es la percepción de los
psicólogos y psicólogas de Puerto Rico con relación al ejercicio físico, estilos de vida
saludables y en adición, si realizan algún tipo de consejería de bienestar a sus clientes.
Basado en los estudios de otros países, existe la necesidad que los psicólogos y
psicólogas deben adiestrarse en las áreas de bienestar, conceptos de ejercicios y salud,
para ofrecer consejerías en estas áreas. Investigar como los atletas canalizan su ansiedad
precompetitiva y postcompetitiva en una temporada. Debido a que la psicología del
ejercicio y del deporte es relativamente joven en Puerto Rico, brinda la oportunidad de
auscultar temas que vinculen la conducta humana, su salud mental y el ejercicio,
actividad física y el deporte.
35
MANUAL DE PSICOLOGÍA DEL EJERCICIO Y DEL DEPORTE
Índice
Definición de psicología deportiva 43
Funciones de un psicólogo en psicología deportiva 44
Pasos 45
1. Entrevista con Director Atlético 45
2. Entrevista (reunión individual) con entrenador 46
3. Administrar el cuestionario de satisfacción o algún instrumento
evaluativo a los atletas 46
4. Reunirse con los atletas de manera individual y/o grupal 46
5. Observar a los atletas en sus prácticas y/o competiciones deportivas 47
6. Formalizar una evaluación (“assessment”) basadas en las observaciones y
cuestionario 47
7. Establecer un plan de trabajo para intervenir con el atleta y/o equipo 47
8. Implantar el plan de trabajo 47
Técnicas sugeridas 47
Anejos 49
A. Contrato de Excelencia
B. Registro de actividades individuales observadas 58
C. Registro de actividades observadas del equipo 58
D. Establecimiento de metas atléticas individuales 58
F. Cuestionario
Referencias
36
¿Qué es psicología deportiva?
Existen varias definiciones de psicología deportiva propuestas por la Asociación
Americana de Psicología (APA, 2013), división 47:
“La psicología del ejercicio y del deporte envuelve el estudio científico de los
factores psicológicos que están asociados con la participación y el desempeño en
los deportes, ejercicio y otros tipos de actividad física. Los psicólogos deportivos
están interesados en dos áreas principales: (a) ayudar a los atletas a usar principios
psicológicos para alcanzar una salud mental óptima y mejorar el desempeño
deportivo y (b) lograr entender cómo la participación de las personas en deportes,
ejercicios y actividad física afecta al individuo en su desarrollo psicológico, su
salud, y el bienestar a través de la vida.”
La división 47 de APA propone una nueva definición para la psicología deportiva:
“La psicología aplicada al deporte es el estudio y aplicación de los principios
psicológicos para ayudar al desempeño humano, especialmente a los atletas para
que puedan alcanzar el potencial máximo de sus capacidades y que puedan
disfrutar plenamente del proceso del desempeño deportivo. Psicólogos deportivos
tienen adiestramiento especializado para enfrentar un amplio espectro de
actividades que incluye la identificación, el desarrollo, la ejecución del
conocimiento de aspectos de la mente y emociones, destrezas y habilidades
requisitos para la excelencia en los dominios deportivos. El entendimiento sobre
los temas como, los diagnósticos, la prevención de aspectos psicológicos,
cognitivos, emocional, comportamiento humano y los inhibidores
37
psicofisiológicos que son consistentes con el desempeño. El mejoramiento de los
contextos atléticos para facilitar el desarrollo efectivo, la ejecución consistente y
las experiencias positivas en los deportistas”.
La profesión de la psicología del ejercicio y del deporte, según la Asociación de la
Psicología del Deporte Aplicada (AASP, 2010), involucran las teorías e investigaciones
en el campo para educar a entrenadores técnicos, atletas, padres, personas que se
ejercitan, entrenadores físicos y terapeuta atléticos, sobre los aspectos psicológicos de su
deporte o actividad. Una meta primordial para los psicólogos del ejercicio y del deporte
es facilitar el involucramiento óptimo del individuo, su desempeño en su disciplina y
también el disfrute pleno en los deportes y ejercicios físicos.
Algunas Funciones de una Psicología del ejercicio y del deporte:
Ayudar al atleta a desempeñarse exitosamente y consistentemente en sus
ejecutorias deportivas de una perspectiva psicológica.
Aumentar los niveles deseados de concentración del deportista durante las
prácticas y competiciones.
Adiestrar a los entrenadores y atletas a manejar la ansiedad durante la
competencia.
Ofrecer estrategias para aumentar la concentración.
Adiestrar al entrenador y a los atletas sobre el concepto de motivación.
Servir como consultor para los técnicos deportivos en aspectos deportivos
y en aspectos psicológicos.
Consultar para el equipo de reclutamiento de talento.
Intervenir y minimizar la frustración individual y/o de equipo.
38
Promover liderazgo proactivo.
Brindar apoyo y herramientas al atleta que está lesionado para sobrellevar
el proceso de estar lastimado.
Realizar talleres, según las necesidades encontradas en la comunidad
atlética.
Maximizar la cohesión de equipo.
Consulta para crear un programa efectivo de psicología del ejercicio y el
deporte.
Asistir a toda la población deportiva sin discriminar por género, raza,
discapacidad física o cognitiva, etc.
Pasos iniciales
1. Entrevista con Director Atlético/Apoderado/Directivo:
Necesidades reales y necesidades percibidas.
Expectativas de cómo el Psicólogo puede ayudar a la comunidad
deportiva.
Delinear funciones.
Establecer metas generales.
2. Entrevista (reunión individual) con entrenadores:
Explorar cuáles son las expectativas del entrenador con el psicólogo y
orientarle sobre las funciones del psicólogo del ejercicio y del deporte.
Auscultar cuáles son las necesidades percibidas por el entrenador.
Establecer un plan de trabajo con el propósito de identificar las metas
preliminares de las necesidades.
39
Explicar los límites de la confidencialidad y la relación entre el atleta y
el psicólogo.
Establecer cuantas veces a la semana se reunirán.
Reunión después de temporada para contemplar las metas alcanzadas y
áreas a mejorar.
3. Administrar el cuestionario de satisfacción o algún instrumento evaluativo a
los atletas (ver anejo):
Administrar, interpretar los resultados y discutirlo con los atletas,
entrenadores y directivos.
4. Reunirse con los atletas de manera individual y/o grupal:
Explicar los documentos ético-legales y obtenerlos firmados.
Auscultar cómo el atleta cree que un psicólogo del ejercicio y el
deporte puede ayudarlo a desempeñarse mejor (disposición).
Explicar cuáles son las funciones del psicólogo del ejercicio y del
deporte.
Adiestrar y establecer metas deportivas y personales en las tres fases
(corto, mediano y largo plazo).
Firmar “contrato de compromiso” simbólico.
Coordinar y calendarizar citas.
5. Observar a los atletas en sus prácticas y/o competiciones deportivas:
Tomar anotaciones describiendo hechos.
Anotar posibles sugerencias para mejorar, desde la perspectiva
psicológica.
40
Grabaciones antes y después para comparaciones.
6. Formalizar una evaluación (“assessment”) basadas en las observaciones y/o
cuestionarios.
7. Establecer un plan de trabajo para intervenir con el atleta y/o equipo:
Intervenciones prácticas y cortas.
Intervenciones largas.
8. Implantar el plan de trabajo:
Horarios para atender atletas para mejorar su desempeño individual.
Intervenciones programadas para el desempeño de equipo durante
horarios de prácticas.
Calendarizar reuniones semanales y/o mensuales con técnicos.
Fomentar trabajo en equipo y cohesión.
Técnicas sugeridas y destrezas mentales:
a. Ejercicios de visualización
b. Ejercicios de imaginería (“imagery”)
c. Destrezas para manejar ansiedad
d. Ejercicio de respiración diafragmática para manejar ansiedad
e. Relajación Progresiva Sistemática de Jacobson
f. Creación de ritos individuales y grupales
g. “Team Chants”
h. Actividades que promuevan cohesión de grupo
i. Comunicación asertiva y efectiva
j. Desarrollar el IPS (“Ideal Performance State”)
41
k. Establecimiento de metas
l. Aumentar la auto confianza en el deportista
m. Manejo de emociones
n. La comunicación corporal y el desempeño
o. Destrezas mentales para deportistas
p. Desarrollo de liderazgo
42
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52
Apéndice A
CONTRATO DE EXCELENCIA
Nombre: Edad:
Deporte: posición/evento:
Yo, entiendo que mi experiencia como atleta es una
responsabilidad única de ser embajador de toda la comunidad y compañeros de equipo.
Por lo tanto, mi comportamiento dentro y fuera del deporte será reflejo directo de mi
equipo, por lo que será esta siempre una honorable. Hoy me comprometo más que nunca
a que mi desempeño en el deporte que practico será de excelencia. Mi responsabilidad de
estudiar las técnicas, entrenar y trabajar en equipo se notará desde el día de hoy en mi
comportamiento y disciplina. Reconozco que desde ahora en adelante daré más de mí
para alcanzar la medalla más preciada, ¡LA EXCELENCIA!
Este contrato refleja un deber directo con la organización a la que pertenezco, con mis
compañeros deportistas, con y sobre todo, representa un acto de honor y compromiso
conmigo mismo.
Firmado en el de de 20 .
Deportista Testigo
53
Apéndice B
REGISTRO DE ACTIVIDADES INDIVIDUALES OBSERVADAS
Código o nombre del atleta:
Deporte: Fecha:
Psicólogo deportivo: ________________
Hora de inicio: _________________ Hora de terminación:
Tiempo total observado:
OBSERVACIONES
Postura: _________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________
Comunicación: __________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
Interacción con compañeros: __________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
Preparación antes de ejecución:_______________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
Durante de ejecución deportiva:_______________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
Después de ejecución deportiva:______________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
CONDUCTA
Socialmente reservado
Tímido durante la práctica o competición
Líder
Respetuoso
Serio
Alegre
Comprometido
Resistente a la crítica
Ausencia de autocontrol
Presencia de autocontrol
Otro:
Otro:
Otro:
Otro:
Otro:
Otro:
INTERVENCIÓN REALIZADA
56
Apéndice C
REGISTRO DE ACTIVIDADES DE EQUIPO OBSERVADAS
Equipo: ____________
Psicólogo Deportivo: ________________________ Entrenador:_______________________
Hora de inicio: Hora de terminación: ____________
Tiempo total observado: Fecha: _____
Observaciones
Uniformidad
Estructura
Dinámica
59
Anejo C
ESTABLECIMIENTO DE METAS DEPORTIVAS INDIVIDUALES
Código o nombre del deportista:
Deporte: Fecha:
Psicólogo Deportivo: ________________
Deportista
Metas Corto
plazo
Mediano
plazo
Largo
plazo
Académicas
Atléticas/Deportivas
Mental
Equipo
Personales
60
Técnico / Entrenador
Metas Corto plazo Mediano plazo Largo plazo
Táctica
Técnica
Atléticas/Deportivas
Equipo
Otras anotaciones:
Firma
61
Apéndice E
Cuestionario de Satisfacción de Atletas GO©
Este cuestionario fue desarrollado con el propósito de conocer tu nivel de satisfacción
como deportista. Tu participación es totalmente anónima. Tu opinión nos ayudará a
realizar un mejor trabajo. Favor de circular la letra y el número con el que te identificas
en el cuestionario
A. Datos sociodemográficos
1. Deporte que practicas:
A-Baloncesto I-Volleyball
B-Natación J-Atletismo/Justas
C-Béisbol K-Fútbol
D-Softball L-Tenis de Mesa
E-Campo Traviesa M-Halterofília
F-Héptalo/Décalo N-Judo
G-Lucha O-Relevo/Atletismo
H-Tenis de Campo P-Otro
2. Años practicando el deporteA- Menos de 1 año
B- 1 a 5 años
C- 6 a 10 años
D- 11 a 15 años
E- 15 años o más
3. Edad
A- 13 a 18 años
B- 19 años
C- 20 años
D- 21 años
E- 22 años
F- 23 años
G- 24 años
H- 25 años o más
4. Género
A- Masculino B- Femenino
62
B. Ennegrece la clasificación que mejor describa tu opinión con relación a los siguientes aspectos:
Preguntas Totalmente
de acuerdo
De
acuerdo
Ni de
acuerdo, ni
en
desacuerdo
En
desacuerdo
Totalmente
en
desacuerdo
1. Mi desempeño
deportivo es
excelente.
5 4 3 2 1
2. Cuando recibo
una
instrucción
durante el
entrenamiento
, entiendo lo
que se me
dice.
5 4 3 2 1
3. Cuando voy a
competir me
siento
nervioso/a.
5 4 3 2 1
4. El equipo al
cual
pertenezco es
el mejor en su
disciplina de
todo Puerto
Rico.
5 4 3 2 1
5. Mi
entrenador/a
toma buenas
decisiones
durante la
competencia/
juego.
5 4 3 2 1
6. Mi
entrenador/a
me trata con
respeto.
5 4 3 2 1
7. Mi aportación
al equipo es
vital para
lograr la
victoria.
5 4 3 2 1
63
8. La
organización
deportiva a
que
pertenezco
atiende mis
necesidades
como
deportiva.
5 4 3 2 1
9. Comparando
con otros
deportistas de
mi disciplina,
sobresalgo.
5 4 3 2 1
10. Mi equipo
será campeón
este año.
5 4 3 2 1
11. Comparado
con otros
entrenadores,
mi
entrenador/a
es mejor.
5 4 3 2 1
12. Recibo con
frecuencia,
retroalimentac
ión
(“feedback”),
de mi
entrenador/a
que me
motiva a
mejorar mi
desempeño.
5 4 3 2 1
13. Mi
entrenamiento
es efectivo
para lograr la
victoria.
5 4 3 2 1
14. Este año, mi
aportación al
equipo será
clave para
ganar.
5 4 3 2 1
15. La organi-
zación a que
pertenezco es
la mejor para
mí.
5 4 3 2 1
64
16. Entiendo que
mi desempeño
deportivo ha
mejorado
desde que
comencé a
entrenar con
la
organización
por la que
compito
5 4 3 2 1
17. La
organización
colabora
activamente
con el éxito o
los equipos
deportivos
5 4 3 2 1
18. Necesito
manejar mi
ansiedad
cuando voy a
competir.
5 4 3 2 1
19. Considero que
mi aportación
es
significativa al
equipo de mi
disciplina.
5 4 3 2 1
20. Creo que otras
organizacione
s tienen
mejores
equipos
deportivos,
que el equipo
a la cuál
correspondo.
5 4 3 2 1
21. Las tácticas
utilizadas
durante la
competencia
deportiva son
un factor
importante
para ganar o
perder las
competencias
5 4 3 2 1
65
B. Comentarios:
22. El
comportamien
to del(la)
entrenador(a)
impacta
negativamente
al equipo.
5 4 3 2 1
23. La
comunicación
en el
entrenamiento
entre mi
entrenador(a)
y yo, es
efectiva.
5 4 3 2 1
24. Mi desempeño
no influye en
la victoria del
equipo.
5 4 3 2 1
25. Este año seré
el mejor. 5 4 3 2 1
26. La disciplina
y el
compromiso
de mi equipo
es mejor que
otros equipos.
5 4 3 2 1
27. Tengo
compromiso
con la
organización a
la que
correspondo.
5 4 3 2 1