up - 04 - dejours c. - de la psicopatologia a la psicodinamica del trabajo
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P. (1< 94), " T
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il el sa n t é, i I l1p¡ l l t d e la rre Milé 1 1de lel
pré
nll"iSClLion au tra vail ",
Trarail,
30, 119· '124. ( lTddu( ciól1
1
es pañ«] en
esta
p l
bl icación]
I , ] JVI. ,
"Citoyens et lrav ailleurs (il
n
y a pa s de vraie liberté
pour les sans-tra vaíl) ", HOII IJ es ct l ibah 76 Pauoramique,
'Jé),
ene
ro,1
6-23.
De
la
psicopatología
la
psicodinámica
del
trabajo
hristoplte Dejours
Introducción
Trabajo
: desgaste
1II¡;llfal era
un ensayo. Pasaron doce
años
desde su publicación . ¿Era necesario ese plazo inhabitualrn ente
largo
para
proponer una segunda edición?
Quizás
es la contra
partida de un desarrollo demasiado rápido de la psicopatol ogta
del trabajo: el ajuste gradllado de las formulaciones del texto
inicial en función de los progresos alcanzados era delicado,
de
bido a la
misma turbulen
cia registrada en el campo de investi
gación. Si finalmente decidimos
realizar
una nueva
ed i
ción
del
libro, es porque, en nuestra opinión, hemos franqueado un um-
bral
y alcanzado
un terreno
más
firme
y
propicio donde dete
nernos a hacer
una
etapa.
E
ensayo
de 1980 tematizaba algunas intuiciones y
abría
al
gunas
pistas
a la investigaci ón. Pero
no constitu
ía
un
programa
científico strictoSCII SI/ En doce años,
las
vías abiertas
por
este li
bro, en lo esencial, se
exploraron
: por supuesto, en el plano teó
rico; porque
, en el
pl
ano clínico,
el campo
de investigación es ili
mitado
-y
no deja
de
renovarse con la transformación histórica
de las situaciones de trabaj o.
La psicopatologia del trabajo
ya
no está
en
el estadio del en
sayo. Al beneficiarse con
una
evolución
y
maduración, la pro
blemática teórico-clínica no
por
eso logró liquidar las
numero-
sas
cuestiones que se
plant
ean en el análisis de la relación s ub
jetiva de hombres
y
mujeres con sus situaciones de trabajo. Por
el contrario,
el
desarrollo de la disciplina hace su rgir
nuevos
in
terroga ntes, lo 'Jue, en resu men, no ti
ene nada
excepcional
y
sig
• "De Id psy
chop
athologíc a la psychologi > du travail", Add
endurn
,1 La 2° ed , de
Trauail,
11
51U(
II/CII/lllc. ES:'lII
de
y d l l l ~ l t l t o l o
du tmuai ,
1992.
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24
n ifica ún ica mente
que
no 1
1
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su
s posibilid
ad
es . Ac
tualme nte,s e
pu
eden pl
antear
más cu e
stiones
científicas quc en
198 :
este
en
sayo
es t é
supe rado
y
al mi
smo
ti
empo
to
dav
ía es
ac tua l, Está supera
do,
porque la psicopatolog ía del trabaj o es
d
em a
siado es trecha para a barca r las llu
evas
cuestiones, y es ta
mos oblig
ad
os él concebir un m
ar
co más a mp liado: el de la psi-
codi nárnica d el
trabajo.
Sigue
sie
n
do
ac
tua
l, sin embargo, por-
gue
lo
ese
ncial de
su
s
formul
aciones s igue si
endo
legítimo
y
po rq
ue
, s in a similar estas p ri
meras
inv est igaciones y s in referir
se a ellas, e l trabajo cien tífico no p ued e con tinua r. Con e l objeto
de
ayudar
al m
ovimiento
de reflex
ión
en
cur
so se volvió a
pu
blicar es te libro, ago tado desde hace varios a ños. Esta s e
gu
nda
ed ició n dema nda, en nue
stra
opinión, más qu e un prefacio,
un
come
nta
rio en form a de p
ostf
acio .En la
med
id a en
qu
e e l e
nsa
yo no
ti
en
e
una
significación
h
i
stóric
a
en
el campo
de
las dis
cipli
nas d el ho mbre en el tr abajo, sino qu e aún hoy es tá en los
fu nda
me
nt
os
d
el
enfoque , un complemento teóri co pod ría ayu
dar a
aq u
ellos des
eoso
s de t
en
er acceso a un a le
ctura
a
ctuali
za
d a y co nocer los argumentos de la di scu
sión qu
e hoy e n d ía ha
[levado a proponer
su s tituir
la ps
icop
at
olog
ía de l trabajo , por
la nu eva denominación de a
ná
lisis psícod.inámíco de las si-
tuacion
es de tr
abajo .
Una mirada retrospectiva sobre la psicopatologia del trabajo
De
las
prim
eras inv
estigacion
es en p
sicopatología
del
trab
a
jo se extraía un conflicto central, q ue va le
tant
o
para
las
inve
sti
gac io
nes
e mpíricas como
para
las
int
e r
pret
aciones y las co
ns-
trucciones teóricas a saber, el conflicto en tre la o rganización del
trabajo
y
el fun cion ami en to psíquico.
N ing ún argumento, hasta hoy, ha cu e
st
ionado es te núcleo de
la clínica del trabajo
qu
e llevaba a definir la psico patología de l
tr abajo como el análisis del su f
rimient
o psíquico
resultante
de
la con frontación de [os hom bres con la organización del traba
jo . Otra definic ón parec
ería
más apropiada hoy en d ía: an áli
sis psi
codinámi
co
de
[os procesos
in tersubjetivos
moviliz
ad
os
por las si
tua
ciones de trabajo . P
ero admitir
es t
e
cambi
o
de
de
[):. , r Í\ ppl,¡0Illt,il ,t t, psk\\dintími\ dd IfLl\'iO c.
n '·11ur >
5
fiuicion es reconocer la evo lució n de tod a la ti isciplina. de lo q ue
a hora
vamo
s a tratar de d ar cuenta .
La psi
cop
atologfa
de
l tr
ab
a jo es el n
ombr
e de un a
discipl
ina
que
fue
inau
gu rada en los a ños 1950-1960
por au
tar es como
l..Le Guillant.
CVeil
, P.Siva
do
n , A
.f ern á
n
dez
-Zo
il
, j .Bég
oin
...
A pesar de las d udas teóricas comprensibles en un
pe r
íodo de
fun da c ión, las m
ono
grafías clínicas publicad as ento
nce
s se refe
rían
i rnplícita o ex pJícil¡llllen te, se
gun
los c
aso
s, a un
mo d
elo
causa lista (no sin criticarlo, por o tra parte, pero sin poder libe
rarse
com pletamente): se postu l
aba
qu e las restricciones d e tra
bajo p
odían
prov
ocar
afecciones ps icopa tológicas. La investiga
ción etio l
óg
ica so bre las c
aus
as
y
Jos mec
anismo
s veía an tes
qu
e
nad
a a l
trabajo , esp ecialmente el
tr
ab
ajo
industrial, co mo un a
desgracia socialmente genera da , delet érca p
ara
la sa lud m
ent
al
de
los
trabajad
ore
s.
La inves tigación clínica estaba p olari zad a
por
la
preo
cu pación de iden tificar sí ndromes o enfe rmeda des
ment
ales car acteri
zad
as . El modelo de la patología
prof
esi on al
(e
sh
ld i
ado por
la medicin a del tr abaj o
y
la toxicologi a
indu
s
trial) eje rcía un a pod erosa influencia.
Mis
propi
os trabajos de los años
'70
,
qu
e lle
varon
a la
publi-
cación
ele
r b jo : desgnste mentol se
in
scrib
ían
en esta tradi
ci ón
y ap rovechaban es ta he rencia . En la comp rensión qu e tenía de
la r
ela
ci ón
ps íquica
d e los
h
ombr
es en
el
trabajo,
la
o
rga
ni
zac
ión
del
t
rab
ajo -co
nce
pto clave-
se
cons id eraba
un dat
o
pre
existente
a l enc
ue
n tro entre el hombre y e l tr abaj o, un co njunto de rest r ic
cio
nes
m asivas, monolíticas.
inquebrantabl
es , inclusive inexora
bies , con la pesad ez y la ri
gid
ez de la
mat
eria min eral. Es cierto
qu e tra tá
bamos
con el f
ormid
ab le
pode
río del fo rd is
mo
.
y qu
e
no os ába
mos
iruagin
ar n
os
al t
ernat ivas al laylori sm o m
eno
s rí
gi
das
(a pesar de los signos anticipa
do
res en el an álisis, qu e ya
es taba pro pues to, de las indust rias de pr oceso) . Esta visión de la
orga nizac ión del trabajo,
min
eralizad a bajo la forma de instala
ciones t
écni
cas i nd ustri ales d e la ép
oca
, carn bi ó fue r t
em ent
e,co
mo veremos.
Co
n
resp
ecto a e
sta orga
nización del trabajo, dada como un
hecho físico, pr
opon í mos ac t
itu
des y
cond uctas
hum ana
s,
un
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7
nln lJw. 'i<
l1
au á
lisis q
ue se
j'l parta
ba
scnsi
blerucn
del modelo psicopatolo
gico cau sat ísta: los
hombres
no
eran pasivos
frente a las
reslric-
cienes
o
rgil
n
izaciona
les, eran ca paces de proteg-erse
do
sus efec
tos nocivos
sobre
la
salud
mental
y
conjurar
la
salida natural
representada por
el
espectro
de
< enfermedad
mental. Sufrían,
pero podían
ejercer su libertad
en
la construcción de cstr tegt «
dcjen sious lll
iuidJln es
(por ejemplo, la
represión
pulsional en las
tareas
repe titiv as co n fes trice iones de tiern po) o es
t
mtegias
defe ¡¡ _
sioas
colectiu s
(por ejemplo, las defensas colectivas de los traba
jadores de la construcci
ón).
La referencia al modelo psicoanalí
tico del funcionamiento psíquico, donde
habíamos logrado in-
tercalar la oconomia entre la organización del trabajo (como
causa)
y
la
enfermedad
mental (como efecto). es portadora de
esta
clinica de las
estrategias defensivas
. No sin
obstáculos
teó
ricos
por
otra
parte
, q
UC,
a
pesar
de
no
haber
sido apartados
completamente
entonces,
han sido (moqueados
en gran
medida
desde ese momento. Si bien la libertad de los trabajadores se
reubicaba frente a la pesadez de las restricciones técnico-organi
zacionalcs, en
aquella concepción
no tenía
más
que un
espacio
limitado para desplegarse: el de la invención de modalidades de
adaptación
a las situaciones concretas.
Por más
sutil e inteligen
te que
fuera, no
podía apartar el
riesgo temible de alienación
que se perfilaba en un horizonte poco lejano (yeso, a pesar, una
vez
más, de
signo
s
contr
adictorios pero consistentes,
como la
detección de producción de trucos del oficio" como estrategias
defen
sivas
(ofensivas)
contra
el
miedo
en las
industrias
ele
pro
ceso). Así fue como desde esta primera fase de desarrollo de la
psicopatología del trabajo,
renuncié
a focalizar la investigación
en las enfermed
-
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9
IlIlmdll,-(i
brc I( lS cond iciones de tra bajo p ara adapta rlas
11
hombre con el
objeto de apartar 105 peligros
pa r
a su vid a
y
su salud, resp
etan-
do los objetivos de eficacia en el reg is t ro de la prod ucc i ón, la psi-
corllt gía de trabajo p
are
c ía
11
atu
rnlmen t
e
dedicada
al
anal
isis ,
a
la detección y eventualmen te a l tr atamiento de las
enfermed
a
des mentales.
Al
darse
11
normalidad
p
or
obj
eto
, la ps ícodin ámica
del tra
bajo abre perspectivas más
a m p lias
que,
com
o vamos a ve r, ya
no concie
rn
en ún icame nte a l s ufrimiento . s ino también al placer
en el trabajo; ya no so la
me
n te al hombre, s ino al trabajo; ya no
solamente a la
organi
zación del trabajo, s ino a [as s ituaciones de
trabajo en el detalle d e su di nám ica in terna . La p
sicodinámica
del
trabajo
ya
no puede
con sid
erar se como un a es pecialidad en
tre otras. ¿Alcanza
un
a dimensión antropológica s usceptible de
reformu
lar el ca m po de los sa beres? ¿Des pliega modalidades d e
acción capaces de cam biar p rofundamente las pr ácticas de inter
v
ención
co
nvenci
ona les en el
mundo
del trabajo? Tenia buenas
razones
para
se
r circunspecto; ver
em o
s más adelante por qué.
Re
spet
ar estas rese rvas no impl ica necesariamen te desdeñar
los
progr
eso s a lcanzados de
sd
e hace do ce a ños . En 1980 se plan-
teaba con insistencia una cues tión a la que yo
podía
responder
tan mal que aparecía co mo un a aporía de la psicopatología d el
trabajo
: ¿para
qué
sirve la ps icop
atolo
gía del trabajo?
¿Qué
so
luciones prácticas pu ed e proponer p ara e l
sufrimiento
de los
trabajadores ? (VILLAT I r-.
1985).
En la
me d
ida en qu e
fa o rga
nizac
i ón del
t
rabajo
es tá
dada
co
mo
un
bloque irred uctible, Jos a nálisis pr
od u
cido
s por la psico
patología del trab ajo es tán con denados
él
la
inutilidad.
Peor aú u.
pueden pa recer nefastos a veces. en la medida en qu e
revelan
la
v
erd
ad d e
un dram
a que
qui
zás es mej
or
gua r
da
r e n la
oscuri
dad. Los efectos de su devel ami ento
pu
eden ser afligenres, de-
salentadores, desmovilizadores y por esto, tener un peso agra
vante del sufrimie
nto
, s irvie ndo só lo para rev olver el cuchillo
en la
herida
.
Los eleme
ntos
ele re
sp u
e
st
a p
ar
a est as objecio
nes
de
os qu
e
d
isponía
eran los s iguientes:
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I
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orm
as co ncretas s u pon ia e nto nces la fal ta
de
con forl
que
implica no di sp oner de u n co r pus teórico
/ 1
hoc Mi
trabajo
con -
sistió
en e nfren
tar
, si n pod
er
res po nder, las criticas
surgid
as de
la co munidad cie ntífica q u e, sin se r h ostil
a]
enfoque, formulaba
opinion
es
dubitativ
as , inclu
siv
e irón icas.
Si pu de mantener esta
posición me tod ológica, es
evide
nteme nte g rac ias a la formación
de un colectivo de in vestigad
or
es qu e ace ptó du rante años
afrontar inerme
1
arena cie ntífica y s ocial, sin ves time n ta de
prot
ección t
eóri
ca
y
si n más a r
mas qu
e la bu
en
a fe
y
la voluntad
de conv encer. Si m e at revo a hacer esta con fes ión es porque re-
la n
posteriori
es ta fase co mo la más p
eligr
osa y la más costosa
intelectualmente, al mismo tiempo qu e la más d ecisiva. Sin
I
da porque sobre
vivió
a es ta e ta pa tumultuosa, la
psicopatoJogía
del trabajo
pued
e, bajo la nu ev a form a de ps icodinámica
de
l
tra
-
bajo, a
firma
r hoy la p rima cía d el
campo.
La co
nce
ptualización
part
e del campo,
de
l dr am a
y
de lo viv ido. se orig
ina
en la pra
xis
y
se esfue
rza
p or res p
etar
pa ra s u d
esa
rrollo mismo la lec-
ción fundamental qu e obtiene de la ex pe riencia clín ica: la inteli-
gencia y la ing e
niosi
da d e n la acc ión es tán ad elantadas a la
con
ciencia que de ellas tienen los agentes . De la misma manera, en
psi
codin
ámi
ca
de
l trabajo afi rma
mos
la
confi
anza en la inteli-
gencia de la prác
tica (C. OE)OURS,
1992b)
y
some temos la elabo-
ración conceptu
al a la prim acía de [a p raxis. Por es to, la
psicod
i-
nam ica del trabajo se u bica en la tradici
ón de
la so
ciolog
ía com-
prchen
siv
a abierta
po
r e l
de
bate Dil t
hey-
D
ur
k
he im,
con
orde
-
nam ientos metodológicos específicos
y
un a re lación en tre lo e m-
pírico y lo teórico
qu
e ge nera lme nte re un imos bajo la
ap
elación
epistemol
og
ía d el ca m
po
para des i
gnar
un a din
ámica
intelec-
tual as cen
de
n te
qu
e se o pon e
punt
o por
punt
o a la dinámica
de sc
endent
e d e las ciencias aplicada s .
Es te des arrollo de la psicopatolog ta del trabajo hacia la psi-
codinamica del trabajo es tá fun da
do
en un des cubrimiento
esen
cial
que
no es o tro
qu
e, una vez más, un rec
onocimiento
de
la realidad de las si
tuaciones
co
ncretas, el
sa
ber
qu e la relación
entre
lel
or ganización del trabajo y e l hom b re no es un bloque rí-
gid o s ino p
erp
etuam en te e n mo vimiento. En otras palabras, la
estabilid ad apare nte d e esta relación se basa en un equilibrio
abierto a la
ovol Uf
i ón y a las tr ns orm ciones
(:'5
dec
i
r
un Lq II i-
libr io dinámico un equilibrio qu e se desp l
az
a . C uando es tá diná-
m ica se ve obstacu lizad a o
bloquead
a, lo qu e s ucede a veces, la
si tuació n pu ede cons ide rarse extrao rdina ria, co n trar iame nte a
10 q
ue creía
mo s in ic talmente. La experi
en
cia mu estra
ad emás
que tal si tuaci ón no puede du rar, porq ue lleva a la ineficacia en
e l regist ro de la pr oducción,
qu
e se trad uce tar de o tem p rano e n
un a cr isis, es decir una ruptu ra d e es tab ilidad (C. D¡; URS,
1993). En es tas ocasiones,
por
otra
part
e, los in vestig ado res e n
psicodinám ica d el trabajo son convocados mas parti cul armente
para
in ter ven ir en e l terreno.
Así la organización del trabajo se revela menos monopoli
zan te de lo
qu
e pens áb
amos.
Su ev olución
pu ed
e lib
er
arse par-
cia lmente
de
la l
ógica
sistém ica e n la
qu
e p
ar
ece
qu
edar encerra-
da
p
or
los a ná lisis
apocalípti
cos de la tcm ologia (D.Bo URC,
1990).
Sin
e m bargo, no puede
esc
apar a la re
stri
cción
sis
témica.
Es ta ev o lución pu
ede
so meterse, sin embargo,
a
principios que
tienen qu e ve r con la sabiduría práctica y la acción racional. Pe-
ro para
qu
e es te ideal se formule, es neces
ar i
o t
ener
acceso a un
an álisis
r
igu
roso de los
proces
os subyac
en t
es a la d inámica de
las
situncioues
d e tr
abajo (para
la n
oción
de s i
tuación
d e trabajo ,
ve r
C. OF.JOURS, lntroductton ii In psydl dyn mn
iC¡f
r¡: du trmmil
en
pr ens a) . ¿Cómo fue posible esta modificación del punto de vis-
ta sobre la acc ión en el ámbito de la psicodinárnica del trabajo?
Es lo q ue vamos a examinar.
Pero a ntes d e
trazar
las
etap
as
de
la d isc
usió
n
consi
de
ra
das
desde e l interior (es decir desd e el punto d e v ista de Jos in ves-
ugad ores
in volucrados en el debate),
sin
d ud a hay qu e
em
itir a l-
gu nas res erv as. La mi sma evolución de la discus ión cie n tífica
tiene qu e ve r con un a din ámica cu yo s resor te s es capan en par te
a los propios investi gadores. Como Jos o
tros
trabajadores, los
in
ves
tiga
do
res
demuestran
a veces
un
a
int
eligen cia (en el se n ti-
do
d e
aptitud para
comprende r) adel
an
ta
da
a la co nciencia q ue
tiene
n de ella .
La di scusión s e d esplazó así por el ef ecto de fuer zas exterio-
res . Apa rición de nuevas técnicas de producc ión, carnbias rna-
1 '
-
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5
4
lnlrodu,
1 11
yores
socia
les y
polític os. q uc
favorecieron
roconoc
imicnto
de
ciertas corrientes de 1)(;' nsa
III
iento q
110
hasta el mornen o era n
oscuras
y alejadas de la
realidad,
corno 1 socJología de la etica:
que 1
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[I.'jnurs
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6
La
organ
izacióu
del trabajo él menudo
resu Ita
problema
tica
en las
invcstigaclones realizadas desde
el
ensayo
de 1980.
[1
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9
8
tersu bjetivos que hacen posible la gestión social de las interpre
taciones del trabajo I-'0r 105
sujetos (creadoras de
actividades,
de
Sil ber hacer" y
de
modos
oper
ato ríos nuevos).
na
nueva
definición
del
trabajo
Este enfoque,
notablemente
modificado,
de
1 1 organización
del
trabajo lleva a la psi
codiuaruica del
trabajo a identificar di-
mensiones
generalmente subestimadas
del
trabajo ya proponer
para el
mismo una
nueva definición : "El trabajo, es la
actividad
desplegada por los hombres y las mujeres para enfrentar 10 que
no
está
dado
por
la
organización prescrita
del trabajo"
P.DAVlc-
7[ [ '5, 1991).
- Lo niaquinal /Io huiuauo en el
trabajo
Esta definición insiste
en
el hecho de
que
el trabajo no puede
reducirse
a las relaciones sociales que 10 encuadran , ni a la rela-
ción asalariada,
ni
a las relaciones
de poder.
Lo
prescripto
nun
ca es suficient e.
Cuando
s610 hay
prescripción,
puede deshurna-
nizarse, automatizarse y
unirse
al
orden maquinal,
como en la
primera fase
del desarrollo
industrial.
Ciertas
actividades
de
manipulación fueron
reemplazadas
por máquinas. La robotiza
ción
desplaza
a los
hombres
en el campo del trabajo. Pero cada
nueva automatización hace surgír nuevas dificultades, no previ-
sibles y no estandarizadas,
que
exigen la
elaboración
de nuevos
saber hacer , como lo mostraron claramente Bochle y Milkau
(1991) a propósito de las nuevas tecnologías. La automación ge-
nera inevitablemente nuevos desafíos de actividad. En otras
pala
bras, la
nueva
mirada sobre la organizaci
ón
del trabajo lleva a
refutar la
división
tradicional entre
trab
ajo de
concepción y
tra-
bajo de ejecución. Todo trabajo es siempre
de
concepción. Lade-
finición del trabajo qu e se
desprende insiste
en la dimensión
hu
mana del trabajo .
El
tralmjo
es, por dl;fillicieíll
,
Innuauo
ya
que
se
convoca pr ecisamente ahí
donde
el
orden
tecnológico-maquinal
es insuficiente.
l D.1"
l.
i
I
('
-
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10/28
4
4
l
l tfL
- Cooperación y lmill jo
La coopera ción es
un.grado
su
plementario
en la complejidad
e
integración
de
la
organiza
ci ón
del
trabajo. Ya no
se
trata
uní-
camcntc, como para [a roordinaci ón, de garantizM 1(15 condicio-
nes l
ógicns
y cognitiuus de una articu laci ón exi losa de las activi-
dades singu
(ares,
sino
de la
uolnn
hu de las
personas
para
ITa
ba
jar juntas y superar colectivamente las contradicciones que na
cen
por
la esencia de la organizaci ón del trabajo.
Ahora bien,
en
relación con el problema
planteado
inicial
mente, de la brecha
entre
10 prescripto
y
lo real, In cooperación
es fundamentalmente no definible 11
priori.
Es imposible deter-
minar por adelantado en qu é debería consistir la cooperación,
Debido a que el contenido de la cooperación concreta
en una
si
tuación
de
trabajo
dada
escapa
a un a
d
escripci
ón
previa, tampo-
co puede prescribirse.
Por
otra
part
e, la cooperación tiene que
ver con la libertad de los sujetos
y
la formación de una voluntad
común . Si es un hecho
de
libertad, no
puede
prescribírse so
pe-
na
de
desembocar en una ex hortación paradójica.
Ahora
bien
, sin cooperación, [a situación es equivalente a lo
que se observa en un
paro de interés
: dicho de otra manera, co-
rresponde a una detención de la producción.
Precisamente, la investigación en psícodinámica
del
trabajo
se ha involucrado desde
hace
poco
en
el
análisis especifico de
esta cuestión, difícil pero decisiva, tanto
para
la eficacia
del
tra
bajo
como para
la
economía del
sufrimiento
y
del
placer
en el
trabajo.
- Coulia/lza
y
trabajo
En efecto, la cooperación ex ige. en primer lugar,
relaciones
de confiaum en tre los sujetos. Confianza en los colegas, en los
subordinados y e11 los jefes y mandos medios. ¡Lo que no es evi
dente
A menudo falta la confianza, y cuando ex iste, es frágil.
En
un universo de
trabajo
en
el
qu
e la misma
idea
de confianza
hace reír, cuando
no provo
ca ironías, r
eafirmar que
la confianza
es una dimens ión irreductible
del
trabajo,
de
la calidad,
de
la se
: .[ ,· r" r' ¡ k, I" "·"
-
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4
IntrodIIL j{ltl
hombres
sc
comprometon
en la dinrirn ira de la
construcción)'
la
evolución de
la org
-
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5
lntrnd,,,,·j,·m
mente
de
natu
ralt'7iJ
ói
lJl
húli Ul.
R
evist
e
una forma específica fá-
ci lmcntc
con¡
probable
por
estud
ios ern píricos :
se trata
del rCC¡l-
II(lc1l11i('II (I.
Reconocimiento
en
sus
do
s dimensiones:
• Reconoci
m
lento
en el sen
tido Je l lll/
.;tilltlLióll,
es decir recono-
cimiento
de
la realidad constituida por la contr ibu ción del su-
jeto a 1 organización del trabajo . Este primer aspecto del rero-
nocirn
iento
choca
con grandes resistencias por
parte
de las
je-
rarq
uías. porq ue impl ica el
rcconocinuento de
la im
perfecci
ón
de la ciencia
y
la técnica, de las falla s de la organización del
trab
ajo prescrita y del
indispensable
recurso a las contribucio-
nes de los trabajadores paw hacer r
uncionar
el proceso de tra-
bajo.
Se
duplica con otra fuente
de
resistencia: la constatación
de las imperfecciones inherentes < <
organizaci
ón del trabajo
a veces
desencadena en
los mandos medios y responsables el
miedo
especialm
ente
c uando el
proc
eso implica
riesgos
mayo-
res como en la
industria nuclear
.
La
negación
de
las contribu-
ciones obreras se inscribe
entonces
en una estra tegia
colectiva
.de defensa para Iuchar contra el sufrimiento propio de los
mandos medios de las
industrias
peligrosas (c.
DEJOURS,
1989). Así, el
anál
isis p
sicodín
ámico
del
trabajo no solamente
le permitió a la clínica desprender las
formas esp
ecíficas de las
estrategias
colectivas de
defensa
de los mandos
medios contra
su
propio
sufrimiento
en el trabajo, sino que permite proceder
al análi
sis
de la dinámica de las
relaciones
de
colectivo a
colec-
tivo, de mandos
medios
a
obreros,
cuando la comunicación es
perturbada
o
distorsionada por unos
u
otros
(c.
DE] OUJ,S,
1992a).
Reconocimiento en e l
sentido de gm tit ud por
el
aporte de
los
trabajadores a la organizaci
ón
del tr abajo. Se
gundo
as p
ecto
del reconocimiento que s610 se otorga con parsimonia en la
mayoría
de las
situaciones
que hemos estudiado, pero que si.n
embargo se otorga en algunos casos.
El defecto de reconocimiento es uno de los ternas recurren-
tes
del univer
so del trabajo. No se trata de
una
reivindicación
marginal, sino de una pieza maestra, parece, de la psicodin á-
mica de la cooperación. Se puede
proceder
-
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7
6
Inlrod,,,','¡(ill
• Así se
constru
ye un tri ángu lo (undamcn ta 1 el
de
la di ná mica
de
lel
identidad. que
debemos
a F. Sigilll{ (1990) ,
Re'll
gll Otros
• Este tri ángulo adquiere una forma particular en psicodinárn i
ca del trabajo, que Ilarnaremos triángulo
de
la psicodinámica
del
trabajo.
Trabajo
ufrimiento Reconocimiento
• La
retribución simbólica
acordada por
el reconocimiento
pro
cede de la producción de sentido que confiere a lo vivido en
el trabajo. El
sentido
al
que da
acceso el
reconocimiento
es el
sentido del sufrimiento
en el trabajo,
que
como
vimos,
es ori
ginario
y
consusbstancial
a
toda situación de
trabajo en
tanto
confrontación con
[as restricciones
sistémicas
y técnicas .
• La
construcción
del sentido
del
trabajo por el
reconocimiento,
a1gratificar al sujeto con respecto a
sus
expectativas sobre la
realización
de sí mismo
(edificación
de
la identidad en el
cam-
po social), puede
transformar
el sufrimiento en placer. Esta
transformación
del sufrimiento
en placer por
la
mediatización
del trabajo
se opone punto por
punto
a la
dinámica
del
maso-
quismo
(erorización directa
del
sufrimiento).
• La
problemática
de la identidtu adquiere al mismo
tiempo
un
lugar fundamental en
psicodínámica del
trabajo, en [a que
-
::
rl< IJ
. t h l : I 1 j ;l(1dul.ÚI1
d llr.'¡','io-
e r \ l l , , ~
reem plaza la referencia el [a r ~ ¡ 1 i 1 i ¡ { i ¡ I I / 1 que segll ía dorn inan-
do
la
psicopatologfa
del t rabajo en el
ensayo de
1980
(cr urro-
duction
ti 111
pS Jdwd Jllllllliqlli du
/{(lvlli/).
• Referirse
a
la
identidad
es
tocar
el núcleo, el
armazón mismo
de
la salud mental. Toda descom
pensación
psicopatol ógica
supone
vacilación o
una
crisis
de identidad
.
sí ,
la
dinámica
del
reconocimiento de
las
contribuciones
a la
organización
del
trabajo involucra
de
Indo
la
problemática
de la
salud
mental.
• La
conquista
de
la identidad
en
la
dinámica intersubjetiva del
reconocimiento en el trabajo concierne
esencialmente
la reali
zación de
sí
mismo
en el
campo de
las
relaciones
sociales ,
La
psicodinámica
del trabajo llega a la conclusión de que no hay
articulación directa entre sujeto del inconsciente
y
campo
so
cial. Esta relación
siempre
está
rned iatizada por
la referencia a
Una acción
sobre
lo real que. la
actividad de
trabajo
moviliza.
En esto, la psicodinárnica del trabajo confirma su diferencia
con respecto
a la psicología social,
que
generalmente
trata
de
captar
una
relación directa entre sujeto y sociedad apoyándo-
se en el
análisis de
los pequeños grupos.
• La realización de sí mismo en el campo social mediante la psi
codinámica
del reconocimiento constituye uno de los dos as
pectos de
la
construcci ón de
la identidad,
que
se
coloca
al la
do de la
construcci
ón de la identidad en la
economía
erótica.
Esta dinámica
del reconocimiento puede vincularse
a la
de
la
sublimación en el psicoanálisis c. DE/OURS, 1988c) .
• La
conquista
de
la
identidad en
el
cam
po social,
mediatizada
por la actividad de trabajo, pasa por la dinámica del reconoci
miento. Ahora
bien, el
reconocimiento implica
el juicio
de
los
pares,
que
sólo
es
posible
si
funciona
un
colectivo
o
una
co
munidad
de pares. De tal modo
que
el oie tio«
aparece
al (in
de cuentas como
el
eslabón fundamental y
el
punto sensible
de la
dinámica
intersubjetiva de la identidad en el trabajo (en
el
triángulo de
la
identidad, otros tiene
la
estructura de
un
colectivo). En el ensayo de 1980, no se hacia explícitamente re-
ferencia a un
concepto
de colectivo. El colectivo no nos
era
ac
cesible más que bajo los auspicios de [as estrategias colecti
vas
de
defensa.
De
hecho
, el
aporte
de
las
estrategias defen-
-
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8
9
n r r ion
s ivas el 1 \
con stru
cción de los colectivos aparece siem prt'
como
de
gran importan
cia. ¿Se
pued
e
admitir por es
o que el colee-
tivo sea esencialmente e l resultante de un a dinámica defensi -
va?
Cuestión
plantead
a en pa rticu lar
por
N .
Dodier
(1988).
Desde
enton
ces, es pecialmen te a
partir
de los trabajos de D
Cru
(1988)
se han
podido desp rend
er
o tros
aportes
específicos
a la construcción d e colectivos, propios de procesos orienta-
dos por
el
contr
a rio hacia la b úsqu eda de la calidad del traba
jo,
y del
pla cer en
el
trabajo.
El lugar cru cial de las reglas de trabajo (al
lado
de las estra
tegias defensivas guc tam
bi én
se pu eden
analizar
como reglas
defensivas)
llev ó
d espués a
asignar
un lugar esencial a la deón
tíca
en la constru
cci ón
de los colectivos. Finalmente, la función
del
lenguaje (y
de las
prá
cti cas del lenguaje)
apar
ece
cada vez
más
signif
icativa
y
constit
uye
ac
tua
lmente
un
a de las vías
de
in-
vestigación a explorar.
Afirmar
el lugar central d el colectivo y referirs E a un
concep
-
to
fuerte de col e
tivo en el
anál
isis p
sicodin
árnico de la realiza-
ción de sí mismo, es
tambi
én tener en cuenta el carácter inesta-
ble e
inclusive
si
empre
inacabado d el colectivo, como
dificultad
inherent
e a la
conquista
de la id
entidad
en el trabajo.
Este
resum
en de la
dinámica
del r
econocimiento en
las
situa
ciones de trabajo, s ugiere qu e la coo peración es indisocíable de
la economía de la identid
ad f de
la
salud mental
en el trabajo.
La movilizaci ón
subjetiva
necesaria a la gestión corriente de la
organización
del trabajo no
pued
e
pr
escribirse,
dijimos anterior
-
mente. Por otra p
arte
, es inútil pres
críbirla,
ya que se genera es-
pontáneamente mediante las e
xpe
ctati
vas
r
especto
de la realiza-
ción
de sí mi
sm o
. El
problema prá
ctico
con
el que se
trata
es
in-
verso. La ma yo ría de los s ujetos saludables esperan tener la
oportunidad, gradas al trabajo, de c onstruir su identidad en el
campo
social. Esta espera nz a es
tan importante que
se
traduce,
en el plano é tico, en la reiv ind
icaci ón
de un derechoa 11 couiriou-
ci
é -contribu
ci ón en (as r
espons
ab
ilidades de
la
ciudad
(P.PHA-
RO,
1991), o, en este caso, en las r
esponsabilidades en
la
organi
zación del trabajo. El problema práctico,
entonces,
consiste en
:!.D.,11 ('''¡''''I'''I (I!'I',i.l 11 psi< o,lill,írlllO
-
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5
5
Intl odu\\ IPn
Podemos elgregelr ahora que el trabajo 110 so desplicg'1
sólo
en el
m
undo
objetivo y en el mu ndo socia 1
sino
la bién en el
nHII1-
do su bjetivo (el del reconocimie nto). Sobre la base de estas con
sidcr
aciones
y
de
su
desarrollo
fu
i
llevado
a
plantear
11I
¡ i f ¡ Í I o : ~ i s
de que
CH
lo
gestiólI
de tilda situacion de
trabajo
es
l l í ~
prtulrntc te
ucr eH II IIW la mcienalídiu s/flije¡-¡ vil de
Ills
conduelas, que apurtnr-
111
eIJ nombre de
[,IS mcionalidades
Icleolúgh'lls
IlJúológiclls.
La
metodología
y
la
acción
Investigadores
y clínicos
piden
cuentas a los
especialistas de
la psicod inámica del trabajo sobre su
metodología
de investiga
ción. Pasa desde la administración de la prueba concerniente a
los datos clínicos
alegados,
a < discusión
epistemológica
de los
criterios
de
validación. Y es cierto
que en
tiempos
de
la
publica
ción del
ensayo
de
1980, el método
de investigación todavía
era
incierto. Bajo la presión de la
comunidad
científica,
principal
mente, se realizó un trabajo de elaboración metodológica
duran
te los anos s iguicntes, Se reg uirieron
siete
años para da r
un a
pri
mera formalización
aceptable
de
la
metodologfa.
Publicado en
1988 en la
obra
colectiva Plaisir et sOl/ffmuer dans le traoait (Semi
nario interdisciplinario
de
psicopatología
del trabajo), el texto
está
agotado actualmente.
Esta
metodología
ha sido
probada
desdo
entonces,
y en lo esencial, no es útil hacerle modificacio
nes importantes. Subrayaremos sin embargo algunos puntos,
que a posteriori
resultaron
de difícil manejo; y agregaremos un
cierto
número
de
observaciones
de naturaleza
epistemológica.
El método
de investigación
en psicodinárnica
del
trabajo es, en
nuestra opinión,
completamente original. Lo cual seguramente
no es una cualidad, sino más bien una dificultad para la discu
sión
teórica y epistemológica por una parte,
para su
transmisión
a los clínicos e investigadores por otra,
1) La primera particularidad de esta
metodología
es no recu
rrir a los
cuestionarios
ni a las
entrevistas. Pasa
en primer lugar,
por la implicación de los trabajadores, constituidos en colectivos
adhoc, en la investigación. Por lo tan to. no hay entrevista indivi
2.
0( 1 rSK01\,I,'I''I .i.1
,11
I ,, ,.d;n.lll' 1 d,·]ir,d\tIP- (' ~ i O l H
dual. Frente a los trabajadores, 105 investigadores no se involu
eran
ta m
roro
ind ividualmcn te r11tcrvicncn sicrn
pre
en colecti
vo, el cotectiro dI' iIllJC.ligll(Íl¡n, es decir, en número
restringido,
conserv
a
ndo
por
otra
pa rte lazos funcion ales con
el
coíecti vo
más amplio
constituido
actualmente por el equipo de investiga
ción den ues rro Iabar atorio. Este colectivo a IIIplio está cons titui
do
a la vez como recu rso y
como colcctiuo de con trol.
El uso
del
término control indica que la confrontación del colectivo de
investigación
que
interviene
en el
terreno
con el
equipo de
in
vestigación en su conjunto apunta a un trabajo reflexivo
amplia
do a la totalidad de la acción en curso. En efecto, se verá
que
la
investigación es
también
una acción y que exige un
espacio
es
pecffico de deliberación colectiva a lo largo de su desarrollo. Es
te trabajo reflexivo funciona,
por
otra
parte,
poniendo en juego
la teoría
psicodinámica
en su totalidad en la deliberación, con el
riesgo
de ponerIa
en peligro.
Cada
investigación hace evolucionar al conjunto de los in
vestigadores del colectivo de
investigación y
de colectivo de
control. El método de
investigación moviliza
entonces un colec
tivo de trabajadores y un colectivo de investigadores. No sorn os
capaces
aún
de explicar por
que ese
dispositivo -muy
pesado,
hay
que
reconocerlo- es necesario. Sólo pueden retemerse ac
tualmente dos pistas:
• El método de investigación no es un modo banal de observa
ción
o recolección
de datos. Fundamentalmente,
es un trabajo
específico,
en
el
sentido
que
hemos definido anteriormente del
concepto de
trabajo, basado en la discusión contradictoria en
tre trabajadores. Los hechos no existen en sí mismos, por eso
no
pueden
recolectarse, Los
hechos deben extraerse
ele la
dis
cusión, deben construirse y esta construcción deberá validar
se después (N.Dol)jER, 1988). Pero la discusión
contradictoria
lleva, ahí como en cualquier
otra situación de
trabajo, a
con
flictos de interpretación
.
También,
para poder
retomar
la dis
cusión inicada
en el campo, en el trabajo de análisis, resu Ita in
dispensable la
implicación de varios investigadores.
-
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5
1lI,otlu" jiJl
5 2
•
Por
otr» parte, como la " realida d" de los hechos cluu cos no es
tá d
ad
a por adelantado, sino
qu
e pr ocede de un a
di n
ámica in
ter subjetiva m
ed i
atizad a po r el lengu aje, es po sible qu e la in
ter vención de los investigado res en colectivo copie la es tructu
ra de tod o es pacio de discu sión or d inaria en situac ión real de
tr
aba
jo (espacio de discusi
ón
d
ebe
enten
de
rse a
quí
co n e l
sign ificado riguroso del concepto som etido
-
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54
InIT d ,'\'¡ 'll
palabra
no puede func iona r e n
esta
s ituaci ón corn o un o;impie
Oled io de tradu
cción de la
realidad
s ubjetiva. Eso
sucedería úni
carnen
te sí t
odos
los hechos
él
recol
ectar fueran concien tes. La
palabra
funciona más bi
en
c
omo
med io
para hacer
in teligible
lo
que
a ún
110 es conciente. Esta
propiedad
del lenguaje
se
debe
<
qu e hablarle a a lguien es un
medio
muy pod
eros
o para pensar;
pa ra p
ensar
la experi
encia vivida subj
eti
vam
en te. La pa labra es
el medio de la
per-elaboraci
ón,
como
lo han mo
strad
o los ps i
coanalistas a partir de
Freud
. P
ero
es te poder del lenguaje no es
au tomático. Se pu ede habl ar sin decir
nada.
El lenguaje adquie
re
es te poder cu ando la
palabra
se d irige
a
los otros . Existen
por
10
tan lo
condiciones iniersubictiuas esp
ecíficas
para
hacer
efectivo
e l
pod er del len guaje. Es lo qu e (os lingüistas estudian en parti
cular con el nombre de pragmática (A USTIN, 1962. Para e l
estatu
s
y
fun ci
ón
del l
engu
aje en el trabajo, ver
[osiane
Bourm.
1988
1989).
P
ero
la
dim
ensión
pragmáti
ca del l
enguaj
e no a
go t
a
nuestro
probl
ema
metod ológico.
Ha
y qu e pr ecisar aún dos
puntos
c
api
tales :
la
cuestión d e la nutenticidnd
de
fa palabra
y
la e xplicitacíón
de las
condiciones in tcrsubjetivas
p
ropicia
s p
ara
la construc
ción de los hechos clínicos
y
la elaboración de lo vivido subjeti
vo.
La autenticidad de la p l br
El sufrimiento, como vimos, no es accesible di r
ectamente
y
su expresión
por
m
edio del
len
guaj
e
cho
ca con (a b
arrera
de
prot
ección ele las es
tra
tegias
def
ensi
vas
.
Pero
hay
UJ
segundo
obstácu lo qu e tam bién ha
y
-
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--
7
6
Inlr du('
ion
/ 0 dCl//IIllda
Pero la
demanda
111 isrn a no es
obv
a.
¿
Bajoqué cond ci ón
se puede
consrderar
ti
ue una demanda es Jo
su ficientemen te
explícita
como par
autorizar
el
comienzo
de la
investiga-
ci
ón?
a
demanda
¿es
el resultado
de un proceso espontáneo
o debe ser solicitada, inclusive provocada? Esta cuestión es
delicada
y
es objeto de debate en cada caso tipo. En
todo Ca-
so, la demanda exige un riguroso trabajo
de
elaboración . Es
lo que Se [Jama el trab ajo
de
la demanda . Se
estudió
y pu-
blicó explícitamente un caso, con sus diferentes
etapas,
espe
cialmente la que toma el nombre de socialización de la de
manda
, es decir
de
la construcci ón
de
la demanda social
mente validada por los di ferentes actores de la empresa c.
D[jOURS, C. JAYEr, 1991).
Si el trabajo
riguro
so
de la
demanda
y los principios
deontológicos que [o
enmarcan
son
determinantes
con res
pedo al criterio de validez de la autenticidad, toda-la valida
ción de [os datos y su interpretación no se basa únicamente
en ella . Existen
otras
pruebas de validación,
especialmente
en el momento de las
dos
devoluciones, oral y escrita, que
concluyen
la fase de investigación propiamente dicha, según
las formas pr ecisadas en el anexo metodológico. Se verá que
desde 1987, fecha
de
la
primera
publicación
de
este texto me
todológico, se agregaron
otras pruebas
de validación
que
aseguran
globalmente
una credibilidad
bastante
sólida a los
resultados adquiridos en las investigaciones.
Sin embargo, antes de seguir, conviene subrayar que es
ta exigencia específica del enfoque de la psicodinámica del
trabajo en lo referente a la demanda constituye indudable-
mente la mayor dificultad para el manejo
de
este instrumen-
to, no sólo
desde
el punto de vista técnico (el trabajo de la de
manda es delicado), sino
sobre
todo
debido
a que el disposi
tivo así constituido,
como
implica
numerosos
actores, es pe
sado y exige
mucho
tiempo.
2 D ·'l.•
c l I , p
,1
1 1 I',;nld
in.ímk cI 1 1ai'JIO•e n
10ltT
La f:'SCIlc/1I1
La segunda cuestión a
contemplar
concierne a la explici
tación de las condicioue« i l l l c r s I l I J j l l i v J . ~ propicins rl1N1 1 1 c JO-
mcion
¡fe
/0
vivido
SIIl j¡:fiv[lllh
l
te CI ct
tm
oo
]«.
Para que
los
ac
tos de lenguaje
proferidos
por los sujetos produzcan
su
po
der perlab ora tivo con respec to a lo vivido , no bas ta con un
dispositivo dialógico sin otra precisión, es decir
alguien
que
habla y alguien que escucha. Suponiendo inclusive
que
no
ex is ta ninguna ambigüedad en la demanda de los trabajado
res, no basta
escuchar para
que se produzca el milagro de la
aparición de sentido. Eso también depende de la naturaleui
de Ia escucha. Para decirlo en algunas frases lapidarias, la es
cucha sólo produce efecto si es una escucha arriesgada, de la
misma 111 aneraque la to111a de pa la bra es una decisión arrics
gada. Escuchar
y
entender
, es decir
comprender
algo inédito
en la palabra
pronunciada
,
abre
la puerta
él
un
primer
riesgo
En primer lugar porque
escuchar
el sufrirnicnto de los de
más, penetrar en el drama, en el sentido politzeriano del ter
mino. es conmovedor
y
d
ese
stabilizante para el funciona
miento psíquico de los investigadores. Las investigaciones
en psicodinámica del trabajo
él partir
del trabajo de la de
manda resultan extremadamente costosas pa ra los investiga
dores . Otros investigadores, además de los de psicodinámi-
ca del trabajo,
tuvieron esta
experiencia,
especialmente
los
psicoanalistas y los etnólogos
(DEVCREUX,
1973) . El st. gllluio
riesgo para los investigadores concierne a su relación con el
saber
científico establecido. Uno investigación,
ya
lo se ñala
mas, no funciona más que si cada ve z la teoría de la psicodl
nárnica
del trabajo entera se somete a la
prueba
de la reali
dad, a riesgo de
perder
su legitimidad o su interés para los
investigadores debido a una confrontación con situaciones
vivida'> incompatibles con su corpus teórico. Por
otra
parte,
es por esta razón que se implementó el colectivo de con
trol del que
hablamos
anteriormente. El tercer
riesgo
toma
do por los inve stig adores es más decisi vo. Los investigado
res
1I0/WS
U ( P I e I l ~ se comprometen con
105
trab ajadores
que
participan
en la investigación . Porque plantear como princi
.. .........-
-
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19/28
59
58
Inlr..dwá 'll
pío
metodoló
gic
o la
necesidad
de
apoyar
la investigación en
una demand a,
implica
incluctablemenle
tomar
posición
(rente ,1 esta demanda. La
demanda,
recordemos, sólo es
ad
misible
cuando está formulada
e
xplícitamente
en
términos
de
d emanda de
COlll
prens íón
y de
a náli sis de la situación
de
trabajo, y no como demanda
terapéuti
ca ef anexo
metodo
lógico), pero no hay que engañarse . Si
el
colectivo de inves
tigación no se compromete a resolver Jos problemas
plantea
dos por la relación con 1 1 organización
del
trabajo,
com
promete
por
el
contrario
a hacer lodo lo posible
para acceder
a la
illtellgihilid d
de la
situación.
Ahora
bien
, este cornprorn i
so es gravl" e implica riesgos importantes, porque nunca se
está seguro
por
adelantado de llegar a conclusiones que sa
tisfagan
todos
los cri teríos de validaci
ón,
Así se
involucra
la
angustia
de investigador frente a
todo
problema científico.
Con
la diferencia
de que,
con respecto a
otros procedimien
tos de investigación, estamos
en
situación y tiempo reales, y
que de los éxitos o fracasos de los
investigadores
de p
end
e
también en parte el futuro subjetivo de los trabejadores, que,
po r su lado, tomaron el riesgo de
com
prometerse en la inve
s
tiga ción. El conjunto de estas
condiciones
caracteriza 10 q ue
convendremos en designar
con
el
término
de es
cucha
arriesgada . Los tres riesgo s aquí puestos en relieve, cu ando
se
reúnen efectivamente
, empujan
inevitablemente
al colee
tivo de investigación a un riesgo suplementario, en nue
stra
opinión más temible: en
alguna
s investigaciones en el
terr
e
no, la acción
desencadenada por
la
investigación prosi
gu
e
mucho más allá de la misma investigación,
en
condiciones
tales que los investigadores se convocan especialmente y les
resulta
rigurosamenle
imposible
liberarse de
una obligación
moral, inclusive legal, de atestiguar p úblicamente su trabajo
científico. Esta
situación adviene
cuando los problemas
planteados
por
la investigación sobre las con Indicciones in
herentes a la
organización
del trabajo desencadenan
debates
de gran amplitud inclusivo en el espacio público.
La
obliga
ción de atestiguar viene entonces de un a
doble
restricción:
por una parte, porque el rech azo al
testimonio
no es neutro
2- [J,' 1' .JI,) 1 S l ' dillclll1k " "ill 'lb"j(' •C Llqo r\
y puede juga r a fa vor de ciertos actores y en
contra
de otros,
lo qu e
impli
caría una
fidt,l
de
equidad
. Por otra, porque los
debates adquieren una forma polémica a veces,
y
la estrate
gia
de
ci
erto
s
actores
puede pasar por maniobras
de
descali
ficación del colectivo de investigación, inclusive del labora
torio entero, que alcancen hasta la comunidad cientffica. En
ese
caso
la abst
ención
puede volv erse insostenible C
DE-
)o u¡,s, 1992c).
En
otra
s pal abras, las tres d im
ensiones (y
eventualmente
la cuarta) de la "escucha arriesgada son indisociables de la
metodología
de
la
psicodinarnica del
trabajo. Es por
eso que
nos
vimos
llevados a deúnir, como dijimos al comienzo de
este texto, el análisis ps icodin árnico de las situaciones de tra
bajo como una prticticn de
intervención
en
primer
lugar, y no
solamente como ciencia básica, productora de conocimien
tos.
Es
también
la
razón
por Ja
que
la
metodología de
la in -
vestigación en
psicodinámí
ca del trabajo se inscribe
en
el
modelo de la
"i nvestigación-acrión".
Otras formas de inves
tigación en ciencias humanas y sociales se
consideran
inves
tigaci
ón-a
cción. Con la dif
erencia
de
que
en la mayoría de
los casos eso significa que la investigación, por su propia di
námica, provoca cambios en la
situación
de investigaci ón
con relación a lo
que
era an tes d e la
inv
estigación. En el
caso
de la psicodinámica del trabajo, los cambios en cuestión no
son únicamente efectos colaterales de la investigaci ón cientí
fica,
registrados para
la
memoria
c
on
fines
de
e
valuaci
ón
y
validación. En psicod inám íca d el trabajo. los cambios susci
tados
eventualmente por la investigación implican el com
promiso de la responsabilidad del colectivo de investigado
res hasta en la misma acci
ón,
porque se trata de
sufrimiento.
Sin embargo . la forma de esta
responsabilidad
y
la forma
de compromiso, estrictamente enmarcadas en el respeto de
la ética del testimonio , confieren a la
intervención
de los
investigadores
u.n cont
enido
y
una naturaleza radicalmente
di f
erentes
del contenido y naturaleza de los compromisos de
los
otros
sectores sociales
en
la acción en curso.
-
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6
inln,Ju,',¡C'
2. D.,l. I'Sk (lril[olo :i.l
,1 4 r s k , ~ l i n . i n l l
,1,,1 [r.L 'J ·e
D i un;
6 1
De todas maneras, la escucha a rri
esgada aparece
(ina 1-
rnen te como la contraparte, en los investigadores . de lo q
He'
C0115ti tu ye la demanda en los tra bajadores. Desde nuestro
punto de
vista
,
este dispositivo metodologicocstú en
11
busede lo
que 8e'
pUl'de
considerur con«:
relaciá»
de
eqnid.u
entre /11
pa-
labra
corgl dl
por filia demanda y la escucha arriesgada.
Esta
economía
de
las
relaciones intersubjetivas
en la
me
todología de la investigación en
psicodinamica
del trabajo es
decisiva
en relación con la efici
encia
de la dimensión prag-
mática del lenguaje
con
respecto él su poder perlaborativo
o
de su poder para hacer surgir el sentido de lo vivido.
El
pe11 snniirnto y a accián
U
n
comentario
más
para concJ uir esta parte: hemos
visto
cómo el
acceso
a la
inteligibilidad de
los vivido por los tra-
bajadores
propulsa
a los
investigadores
a la
misma
acción, lo
quieran o no. Pasa exactamente lo mismo
con
los trabajado-
res . La per-elaboración colectiva de Jo
vivido
en el trabajo,
gracias
a la
investigación, transforma
la
relación
subjetiva
de
los trabajadores con su s itu aci ón
de
trabajo. Lo
quieran
o no,
a su
vez, ya
no pueden intervenir en el es pacio de discu
sión
sobr
e la organización
del
trabajo
después de
la
inves-
tigación
de la misma manera que antes, porque no (a perci-
ben
ni la
piensan de
la misma
forma.
Así, la
acción
es
ind
iso-
ciable
de un
trabajo
de
elaboración,
que, sin
embargo
. sólo
ha convocado
el
pensamiento
y
las
palabras.
La pracnca
de
las investigacion
es en
psicodinámica del trabajo sugiere
que
el lugar teórico de la acción está en el
propio
trabajo del pen
samiento,
y que
no es
legitimo
mantener aquí la
distinción
fi-
losófica e ntre pensamiento y
acción
.
De la intersubjetividad a la prueba de objetivación
Esta larga disgresión metodológica nos permite
ahora
abor
dar suscintarnente algun as cuestiones epistemológicas. Plantea-
das
por el paso de la psi copatología
del
trabajo a la psicod
in á-
mica del trabajo, estas cuestiones
deben examinarse
si
se quiere
determinar el lugar posible de la nueva disciplina en el ca mpo
científico. A1Inq ue vana para algunos autores (l .C. PASSl}(ON,
1991),
esta
tarea nos pa rece inevitable. 1nacabada y torpe sin d u-
da,
la
discus
ión
se delinea aqu
í
para indicar
las
direccione
s
prin
cipales
de investigación que nos sugieren los debates emprendi
dos d esde
hace algunos anos con
los investigadores
de sociolo
gía
teórica. El
trabajo
del
análisis
en psicodinámica no lleva a la
observación o él la
puesta
en evidencia de hechos preexistentes
él la
inv
estigación,
como ya señalamos. La investigación
revela
UJ a
realidad por
el mismo proceso de interpretación de la pala -
bra. Toda
una
tradición de
investigación,
toda
una cultura
filo-
sófica se
construyeron
sobre las cuestiones planteadas al recu
rrir
a la interpretación
y
por el lugar de la interpretación en el
trabajo
científico . La
psicodinárnica del trabajo
es
una discipli
na
que
recurre
a
la técnica
de
interpretación, según
las
modali
dades metodológicas
precisadas más arriba. A este respecto,
tie-
ne
que
ver
con la epistemología de las ciencias histórico-herme-
néuticas, que
Habermas distingue
de las ciencias
empírico-ana
-
líticas
(las ciencias
experimentales) (HABERMAS, 1968). En la me-
dida en que se hace
referencia
a la concepción habermasiana.
debemos por
lo menos plantear la cuestión,
sin
discutirla, de sa-
ber si la psicodinárnica
del
trabajo no tiene que ver también con
las ciencias críticas, en la medida en que apu nta
fundamental
-
mente,
como
el psicoanálisis, a un trabajo de reapropiación y
emancipación
basado
en
la crítica de las distorsiones de la ac -
ción comunicativa (FLYNN,
1985).
En [a
me d
ida en
qu
e se está autorizado a
hablar
de método
hermenéutico J.
L¡\DRlÜ{ 2,
1991) a
pesa
r
de
las advertencias
de
Ha ns-Georg
Gadamer
sobre la oposición entre
verdad
y méto
do
y
s u
intención
de fundar una hermenéutica filosófica, y no
de
constituir las
bases de
una metodología para las
ciencias
huma -
nas
(G
AJ)A..MER
,
1960), estaría tentado de pensar que el
trabajo
efectuado e
stos
últimos años sobre la metodología en psicodiná -
mica del trabajo
contribuye a atestiguar la posibilidad
de cons
truir
UIl
método hermenéutico siricto SI?IISII La metodología en
psicodinérnica del trabajo
da
una forma posible
al
criterio de In
aplicacián
fundamental
según Gadamer
para
fundar la postura
' """"""
-
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2 ll,'I" l L 1 r ; l l l J L,
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,'¡','i" - C. L\'I"ur<
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lnl",lu,,
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6
65
lllf\.. duffi
t o
En la
expresión análisis psicodin
áuuco de las s ituaciones de
Irabajo" , el
concepto de
ps icod inárn ica Si l fri
rí,l
entonces una
distorsión,
en la
medida
en Ljue sólo se aplica en el
marco
del
psicoanálisis
del
proceso
de 1
-
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7
Intnxlu«. ¡
-
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68
9
nlr
du.vión
en el
sector de
la alienación social (A.
BENSAf .>
1990;
C.
~ J O U I \ S ,
1990; C. DEJOURS (coord.), 1986).
R('al
~ O t m
go
Alienación
cu. tuTal
Finalmente,
cuando el
sujeto hace
que los otros
reconozcan
sus actos, pero este reconocimiento se juega tanto
de
una parte
como de la otra en un
mundo
psíquico
que
ha perdido
sus vín
culos con
lo real, entonces,
según
Sigaut, se
habla
de
alienación
cultural .
Es el caso de las sectas. Pero también, a veces, es el ca
so de ciertas comunidades de investigadores, técnicos, inclusive
dirigentes políticos separados de su base, o de administraciones
cortadas
de la realidad" .
La alienación cultural, sin embargo, no concierne
únicamen
te a
situaciones
excepcionales. Toma también formas
más
comu
nes,
ti nunima,
y sin embargo de mucha
gravedad
a veces en las
situaciones
de trabajo. Obreros O capataces en una
de
nuestras
investigaciones tienen conocimiento
de anomalías
de montaje,
tareas
realizadas
sin cuidado, defectos de ciertas sondas o apa
ratos
de
medición,
faltas
graves
al
pliego
de
condiciones,
inclu
sive
de fraudes caracterizados en el cumplimiento de ciertas
eta
pas del trabajo,
que cuestionan
la calidad o la seguridad de las
instalaciones. La
jerarquía
se mantiene sorda a estas
alertas
re
petidas
que
vienen de la base.
Numerosos incidentes, los más graves
en particular,
no lle
-1
gan
siempre
a [a dirección. Lo real caduca, mientras la
dirección
y
los ejecutivos debaten
cuestiones de
gestión,
management y
doctrina, separados de lo real del trabajo, es decir en una posi
ción que tiene que
ver con
la alienación
cultural.
(Al mismo
tiempo, los
obreros
y
supervisores,
cuya relación con lo real no
2 ,. t, ,i,-o\,Jl ol"f,i" .,IJ psin,,jin imi . l dl' llr hol i · C.
~ , u r , ;
se
reconoce, por su parte, quedan remitidos al riesgo
de
aliena
ción social).
En esta concepción, la identidad siempre es el
resultado
de
una lucha
,
nunca
d
efinitivamente ganada, aún
en
el
mejor
de
los
casos, contra [os tres riesgos posibles de alienación. El análisis
psicodinárnico
de
las
situaciones de
trabajo sugiere que la rela
ción con
lo real nu rica está
dada
directamente. No es natural. Pa
sa siempre por la
mediación
de una acción sobre ese real en el
que
se descubren simultáneamente:
- la experiencia de Jo
que
todavía y siempre resiste
en
Jo real al
dominio de la técnica
y
[os conocimientos,
- las posibilidades,
sin embargo,
de acción sobre ese real que,
dejándose parcialmente
conquistar,
domesticar o evitar,
ates
tiguan el
poder
creador del pensamiento
imaginativo del
suje
to.
Conclusión:
el trabajo
y
el
amor
Esta
problemática de la identidad y de la
alienación,
con res
pecto
a
la
cuestión de
denominación
planteada por el
desarrollo
de nuestra disciplina, tiene
sobre todo
el interés de
mostrar
el
peligro
mental
para el sujeto de un reconocimiento por los
otros
que no
pa
se por un juício sobre el
hacer y
la acción sobre lo
real,
del suj eto en
busca
de reconocimiento, es decir por un juicio
so
bre su trabajo.
Ahora
bien,
este
riesgo no se
presenta
sólo
en
el
campo
clíni
co explorado específicamente por la psicodinamica
del
trabajo.
También
pende
sobre la clínica e xplorada por la
psicopatología
general. El
reconocimiento
otorgado por el amor
y
por el juego
de
los sentimientos únicamente, no
basta
al
niño
para construir
su identidad . Los ejemplos clínicos de fusi ón o de
erotizaci
ón
excesiva de la relación madre-hijo son frecuentes, y por medio
de un proceso bien
conocido
de idealización recíproca, apartan
do demasiado
10
real
en
beneficio
del
imaginario,
mientras
le
otorgan al
sujeto
el reconocimiento del
amor,
arruinan su iden
tidad y generan (as enfermedades mentales más graves (en par
-
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25/28
7 71
nIRI lu((it n
ticu lar las psicosis. forma c ardina I de la locura o
de
[a aliena
cí ón),
De la misma manera,
algunas curas
psicoanalíticas pueden
[levar a un reconocimiento recíproco
entre
paciente
y
analista,
en U
mundo
psíquico
compartido que
ha
perdido sus
lazos
con
lo real: delirio
de
a dos, análisis interminable en el que la inter
pretación
y
la inteligibilidad total, a falta de confrontaci ón con
la
prueba
de la realidad y
de
validación por sus efectos emanci-
padores, llevan a la alienación en el análisis (alienación cu
I
tu
ral) .
La psicodinámica del trabajo
amplía
el
campo
inicial ele la
psicopatologta del trabajo. La investigación de la patología
siempre
tiene que ver con su
campo,
pero se reubica en una pro
blemática más vasta, en la que se proponen conceptos utiliza
bles
para
dar
cuenta tanto
del
sufrimiento como
del
placer. de la
locura (y la
alienación
como
de la normalidad.
El
sentido
común dice que el trabajo ocupa materialmente
W1a parte
importante de
la
vid
-ocho horas
por
día. Esta eva
luación burda está por debajo de la realidad.
La
relación subje
tiva
con
el trabajo hace crecer
sus
tentáculos
mucho
más allá del
espacio del taller, la oficina o la empresa, y coloniza en profun
didad
el espacio fuera del trabajo, Los análisis de psicodinámi
ca
del
trabajo son elocuentes, a este respecto (A. BENSND 1990;
e
DEjOURS 1990
y
el
ensayo
de 1980). Y
sin
embargo, lo
son
me
nos
que
los análisis
adelantados
por la sociologia de las relacio
nes sociales de sexo,
cuando
se
arriman
a la problemática de la
división sexual del trabajo
(HIRATA y
KERGOAT 1988). La separa-
ción clásica
entre
trabajo y
1 que
está fuera del trabajo no tiene
significado en sociología del trabajo; tampoco en psicodinárnica
del trabajo. Separación
estrictamente
espacial, retomada, es cier
to,
por
la sociología y la psicología clásicas, se contradice radi
calmente en cuanto se
hace
referencia a la diiuuuice
de
los proce
sos psíquicos y sociales. E[ funcionamiento psíquico no es divi
sible. El hombre comprometido en estrategias defensivas para
luchar contra el sufrimiento en el trabajo no
abandona
su fun
cionamiento psíquico
en
el vestuario.
Por
el contrario, lleva
sus
2.O
141
I lo;h
111 p l l· ,J'lldllm·t Ir IMj ' . C.
restricciones mentales con él y necesita de la cooperación de su
prójimo para
rnan
t
ener sus
defensas en e
stado
de funciona r pa
ra el
momento
de retorno al trabajo. Así se puede
mostrar
que
toda la economía familiar se convoca para
ayudar
a
sus
miem
bros a enfrentar las restricciones de [a situación de trabajo.
Aún más, los chicos no
se
salvan de la
dinámica
de la rela
ción con el trabajo de los
padres,
al
punto que
su
propio
desa
rrollo queda profundamente marcado, hasta en la construcción
de su identidad sexual
c.
DEJOURS, 1988 e lntroduction ií la psy-
clwriYI/CIIlliqul
du
trcoail).
Al tratar de
ampliar
su campo de investigación a la normali
dad
, la psicodinámica del trabajo
descubre que
el trabajo no
ocupa
sólo un
lugar
marginal en la
constru
cción de la identidad.
Por el contrario, la clínica de trabajo lleva más bien a abogar
por
un desarrollo más exigente
y
sistemático de la problemática de
la situación en psicología general. No
solamente
la clínica de
la sublimación se
enriquece
notablemente, sino
que aparece
{I
posteriori
como una pieza por lo menos igual de
importante
que
la clínica de la
vida amorosa para dar
cuenta de los resortes de
la salud mental , La
sublimación quizás
no es
solamente un
pro
ceso facultativo reservado a los artistas, a los creadores y a los
investigadores científicos
de
talento, s ino un proceso esencial y
necesario para la construcción y el
mantenimiento
de la econo
mía psicosorn ática de todos. De tal
manera que
no se
puede
evi
tar e
xaminar
las consecuencias
de
una privación
duradera
del
derecho a la sublimación.
AhOJa
bien, la
desigualdad
social
mente construida respecto
de
los beneficios
simb
ólicos de la
su-
blimación para la salud mental nos parece, l postcriori más de
terminante
que
la
desigualdad
psíquica respecto de los
recursos
sublimatorios individuales. Para someter a rerIe;.; ión sólo
un
ejemplo, el acceso a la
dinámica
del reconocimiento en el
campo
dol trabajo se ofrece de manera profundamente desigual a los
hombres ya las mujeres. Intrusión brutal de lo real social e his
tóricamente
construido
en la clínica de la sublimación,
que
tien
de a volverse una de las cuestiones más
urgente
s
planteadas
al
análisis psicodinámico de las situaciones de trabajo.
-
-
8/16/2019 UP - 04 - Dejours C. - De La Psicopatologia a La Psicodinamica Del Trabajo
26/28
Inlr d
uL',iÓ
7 2
TOIl i r en conside ración la gravedad de lo real a l qu e da ac
ceso la
el
íuica de las s itua ciones de tr abajo
no
cues
tiona
la legi
timidad
de r
eivind
icar e l co
ncep
to de psicod inam ica para el
an al
isis
de las s itua ciones de tr
ab
ajo . Más
bien,
e n nu e
stra
op i
nión, actu
alm
en te se plantea la cuest ión inversa : la psicopatolo
gia ge nera l, que
se
ha edificado de
sd
e el s iglo XIX cerca del le
cho del enfer mo, en el es
pacio
d el asil o o en el es pacio privado
de la relación du al, ¿pu ede ahor rar las cues tiones planteadas
por la clínica de trabajo?
A cknou'ledgc
e11
IS
La
inv esti gación científica en psicodinarnica de l trabajo tam
bién es un trabajo. Sometida a s u
vez
al an álisis psicodin
ámico,
muestra CJu e el d esarrollo d e es ta di sciplina hu bie ra s ido impo
sible SUl la formación de co lec ti vos que no han r
enunciado
a
co
ns
truir sus propias reglas de trabajo,a poyán
dose
en lo qu e re
siste
en
el terr
en
o (lo real del trabajo) a las interpretaciones ofre
cidas po r las o tras disciplinas.
Co
m o una vez no hace
costum
bre, n os perm i ti remos utilizar el té
rmin
o inglés ockn IIlcdgc-
m
ent
s
mejor qu e
agrade
cimientos, porque es más co herente con
el espíritu del texto de este a rtículo. Los acku
OU l
edgemcllts que
formul
amos no son de con ven ie
ncia
o de co mplacencia . Est án
Iógicarn en te asociado s a la pr oblem ática del reconocirn iento qu e
resumim
os más a rriba co n su s dos d i
me
nsiones :
cons
tatación de
r
ealidad
por una
parte
,
gra titud
por la arra.
Esto s
nckllawlcdgelllcllts
va n a :
- todos los que fueron o son actu alm ente mis colegas en la A
CIP (As ociación p ara la ap ertura del cam po de inves tigación
psícopatologica): Mar
ie-Clai re Ca r
pe
ntier-Rov: Thibaut Co
llot:
Da m
ien Cru; Phíl ipp c Davezies: Dom iníque Dessors ;
Prancoise Dopplor: Philippe Co
da r
d: Ch ristian Jayet; Pierre
Logcay: Pascale Mo linier:[ ean Schar m; Virginie We ber;
- los que en la comunidad cientifica a portaron un a contribución
s ustancial a l desarrollo teórico de la psi
codin
érni ca del traba
jo él la confron tación con c
eptu
al: Ellzabeth Abd ouc heli-De
l . L' ••
1 ¡Si-
O nialadies
profoeslonncúes, Mass on , 52, p. 807-8 10.
8 0 EH LE F., MILKAU B. [J991] , V O l l Handrad ZW Il Brldsdrirm, Ca mpus,
Institut für Soz ialwissensc
ha f
tlíche Forschung e.v., ISF München.
BOU
C
HARD
S. [1988J, Du plaisir e t de la souffrance d 'etre rru ckeu r en
DUOURS
C. (cornp.).
Plaisi r
el souffrullce
dan s
le
travail,
CNRS,