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EL MARIDAJE PERFECTO

GASTRONOMÍA

por Azucena Pacheco

El Valle de Parras es un lugar de viñedos e historia que vale la pena visitar.

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Según el estudio El Mercado del Vino en Méxi-co, publicado el año pasado por la Oficina Econó-mica y Comercial de la Embajada de España en México, la industria mexicana del vino, integrada por más de cien bodegas que en conjunto ofrecen más de 1,000 etiquetas, está en franco crecimien-to, al generar más de 20,000 millones de pesos anuales en ventas, dentro y fuera del país.

El mercado se ha expandido rápidamente des-de 1998, y alcanzó su mayor pico entre los años 2010 y 2012, en los que se duplicó el consumo, pasando de 27 a 55 millones de litros anuales. En este momento alcanza los 8 litros anuales per cápita, por lo que los inversionistas locales y ex-tranjeros están interesándose cada vez más en este negocio, cuyos principales productores son Sonora y Baja California, seguidos, de Coahuila, Aguascalientes, Zacatecas y Querétaro.

HACE ALGUNOS AÑOS la película Entre Copas (Sideways), protagonizada por Paul Giamatti y Virginia Mad-sen, tuvo un buen impacto en la cartelera. En este largometraje, un par de cuarentones se lanzaba a un periplo bastante peculiar a través de los vi-ñedos del Valle de Santa Bárbara, en California, lleno de enredos y romance.

En ese tiempo, un panorama similar parecía casi imposible en nuestro país y generaba en los amantes del vino unas ganas casi nostálgicas de recurrir a los valles californianos para saciar su sed de conocimiento… y de vino.

Diez años más tarde, esta clase de turismo de primer nivel, que incluye paseos sibaritas, degus-taciones, maridajes y catas alucinantes, servicios de spa, así como hospedaje de primer nivel, ya forma parte de las tendencias turísticas que están ganando auge en la actualidad.

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Este importante crecimiento en cuanto a pre-sencia en el mercado también se debe a que el perfil del consumidor se ha ampliado.

El vino pasó de ser una bebida que ingerían mayormente hombres de mediana edad con un perfil socioeconómico medio-alto y alto, quienes recurrían a esta bebida para acompañar los ali-mentos, a convertirse en uno de los favoritos re-cursos de un segmento más joven y dinámico de la población, que lo degusta como bebida social. De acuerdo con esta tendencia, muchas de las ca-sas de vinos han empezado a dirigir algunas de sus etiquetas a este segmento.

También es importante destacar que el cre-cimiento del sector no sólo ha incrementado la venta al retail, sino que ha generado toda una industria que se basa en satisfacer los altos están-dares de estilo de vida que lo rodean: tiendas ex-clusivas, tanto físicas como online, clubes de vino, que muchas veces derivan de los mismos, ferias y exposiciones, catas y maridajes.

Las diferentes vinícolas han sabido aprove-char esta vorágine ofreciendo recorridos temáti-cos a través de sus instalaciones, generando un

La Hacienda de San Lorenzoha estado relacionada conel vino desde 1597.

ambiente similar al que de los viñedos california-nos, pero con un gran toque local y que tienen a sus mejores representantes en el norte del país.

Casa Madero: enoturismo, historia y tradiciónEntre todas estas vinícolas sobresale Casa Ma-dero, ubicada en el Valle de Parras, en Coahuila, donde el clima es extremadamente caluroso du-rante el largo verano, y con cambios bruscos de temperatura durante la corta temporada de in-vierno, condiciones que se ven reflejadas, según el prestigiado enólogo de la vinícola, el ingeniero Francisco (Paco) Rodríguez, en un producto con características únicas.

LA VISITA A LAS VIEJAS HACIENDAS VINÍCOLAS

TIENE UN SABOR ESPECIAL.

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¿Pero qué es lo que hace tan especial a este destino? En primer lugar, su historia. Ubicado en el legendario Valle de Parras, donde según la historia, los ancestros españoles, agotados por el calor del desierto tras un largo viaje desde la ciudad de México en busca de metales preciosos y nuevos territorios que colonizar, pudieron vis-lumbrar, prácticamente de la nada, un oasis lleno de manantiales y vides silvestres.

Ante tan espectacular visión, decidieron fun-dar aquí un asentamiento que más tarde se cono-cería como el Valle de Parras. Tres años más tarde, y bajo la Merced del Rey Felipe II de España, Don Lorenzo García, se fundó la Hacienda de San Lo-renzo el 19 de Agosto de 1597, con la encomienda de producir vinos y licores. Desde entonces, esta vinícola ha trabajado de manera ininterrumpida.

Al recorrer sus instalaciones llenas de historia e impregnadas de un aroma ancestral a uva, el visitante se sentirá literalmente transportado a la época colonial y casi se podrá imaginar rondando por sus pasillos a un sinfín de personajes vestidos a la usanza de todas esas épocas y generaciones que han pasado por aquí, durante más de 400 años de actividad ininterrumpida.

La Hacienda de San Lorenzo perteneció a va-rias familias antes de que Don Evaristo Madero, abuelo del expresidente Francisco I Madero, la adquiriera en 1893. Los dueños actuales son la

(Izq.) La casa grande, enla Hacienda San Lorenzo.

quinta generación de esta industriosa familia,.El genio de Don Evaristo le proporcionó la visión de explorar las técnicas vinícolas europeas y adap-tarlas al suelo Parreño, en una época en que el concepto de globalización ni siquiera existía, marcando un hito en la historia nacional.

Su tataranieto, Don José Milmo Garza Madero, fue considerado el padre de la enología moderna, así como el propio Francisco Rodríguez quien, con 35 años en esta empresa, ha obtenido 481 meda-llas en diferentes concursos a nivel internacional.

Una experiencia indispensable para cualquie-ra que se precie de ser amante del vino es pasar un par de noches en la Casa Grande, el casco de la hacienda bellamente conservado, donde se puede disfrutar del trato inmejorable de sus anfitriones, degustaciones, comida deliciosa, además de un silencio abrumador por las noches, que se puede aderezar con unas cuantas leyendas de las ánimas que merodean por sus pasillos.

Hay que disfrutar del atardecer a través de los viñedos infinitos, a caballo o en calandria y cono-cer los pormenores de la fabricación de esta bebi-da a lo largo de la historia, en el Museo del Vino que ostenta, entre otros importantes tesoros, de-licadas destiladoras de cobre, toneles del tamaño de una casa y la prensa más antigua de América. También puede disfrutar de catas y tratamientos de spa y darse un chapuzón en la alberca.

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No han sido pocas las ocasiones en que al-guien decide hacer suya esta experiencia al con-tratar al menos ocho habitaciones para un evento social importante o simplemente para disfrutarla con sus seres más queridos.

Una época para visitar los viñedos es la pri-mavera y el verano, cuando las vides están en flor y los paisajes se pintan de un verde brillante que contrasta con el cielo azul profundo. También es ideal la época de la vendimia, para poder disfru-tar de las festividades en honor del dios Baco, ins-tituidas por Don Evaristo Madero, y que ahora se llevan a cabo en casi todas las demás vinícolas.

El primer fin de semana de agosto suele ser la fecha en que se lleva a cabo esta sabrosa tra-dición, en la que se podrá observar el descenso de los Matachines, bailarines tradicionales que bajan del cerro de la Cruz iluminando su cami-no con antorchas, lo que otorga a este trayecto un aura mística; admirar sus bailes alrededor del fuego y disfrutar del tradicional pisado de uvas por parte de las vendimiadoras.

Casa Madero está a medio camino entre To-rreón y Saltillo, aproximadamente a hora y media de distancia de ambos destinos. Se puede llegar a través de Monterrey, a dos horas y media de ca-rretera. O bien, se puede solicitar el aterrizaje de un helicóptero o avioneta en la vinícola.

Así que, si al lector gusta del vino, ya sea ini-ciándose o como todo un experto y está pensando organizar unas vacaciones diferentes o invertir en una industria que se encuentra en pleno apogeo y con mucho futuro por delante, hay que tomar estos datos en consideración, y ¡salud!

Viñedos, capilla y casa grande de la Hacienda San Lorenzo.

LA IDEA DE TRAER A MÉXICO LA FIESTA DE LA VENDIMIA COMENZÓ AQUÍ.

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