virtudes teologales

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FACULTAD DE TEOLOGIA REDEMTORIS MATER DIPLOMADO DE CIENCIAS RELIGIOSAS CURSO : TEOLOGIA MORAL TEMA : VIRTUDES TEOLOGALES PROFESOR : CARLOS ELIAS ECHEVERRIA ALUMNO : JUAN JAVIER LUDEÑA SANCHEZ AÑO : II CICLO : IV

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trabajo de resumen sobre las virtudes teologales

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FACULTAD DE TEOLOGIA REDEMTORIS MATERDIPLOMADO DE CIENCIAS RELIGIOSAS

CURSO:TEOLOGIA MORALTEMA:VIRTUDES TEOLOGALES PROFESOR: CARLOS ELIAS ECHEVERRIAALUMNO:JUAN JAVIER LUDEA SANCHEZAO: IICICLO:IV

2014

VIRTUDES VirtudEtimolgicamente del Latn virtus que significa viril, fuerza de carcterLa Virtud es una propensin, facilidad y prontitud para conocer y obrar el bien. Virtud es un buen hbito que capacita a la persona para actuar de acuerdo a la razn recta. Hace de su poseedor una buena persona y hace sus actos tambin buenos. (Fr. John Hardon, Modern Catholic Dictionary.)A un mal hbito se le llama vicio. Las virtudes adquiridas no dependen de la fe. Una persona con el uso de la razn y con su esfuerzo natural puede llegar a ser virtuosa. Pero por la fe nos abrimos a la gracia que perfecciona las virtudes, capacitando la accin sobrenatural, el bien mas perfecto.El cristiano tiene el llamado de anunciar las virtudes de Cristo, no las propias Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nacin santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz (1P 2,9).Esto es posible, pues Cristo vive en el que cree y le ha dado el Espritu Santo para que le imparta la capacidad de mostrarlas .

En el Catecismo tambin podemos encontrar la definicin de virtud.1803 Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta (Flp 4, 8).La virtud es una disposicin habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no slo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de s misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a travs de acciones concretas. El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios. (S. Gregorio de Nisa, beat. 1).

VIRTUDES TEOLOGALESLas tres virtudes teologales son infusas por Dios en nuestra alma el da del bautismo: FE, ESPERANZA y CARIDAD.Las Virtudes teologales informan y vivifican todas las virtudes morales. As podemos encontrar en el Catecismo de la Iglesia Catlica lo siguiente: 1812 Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan las facultades del hombre a la participacin de la naturaleza divina (cf 2 P 1, 4). Las virtudes teologales se refieren directamente a Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relacin con la Santsima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino.

1813 Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales. Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. Son la garanta de la presencia y la accin del Espritu Santo en las facultades del ser humano. Tres son las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad (cf 1 Co 13, 13).

Resumen1840 Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en relacin con la Santsima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y amado por El mismo.1841 Las virtudes teologales son tres: la fe, la esperanza y la caridad (cf 1 Co 13, 13). Informan y vivifican todas las virtudes morales.1842 Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone como objeto de fe.1843 Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.1844 Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prjimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Es el vnculo de la perfeccin (Col 3, 14) y la forma de todas las virtudes.FEEtim: del latn: fides, creer."El acto de fe" es el asentimiento de la mente a lo que Dios ha revelado. Un acto de fe sobrenatural requiere gracia divina. Se da bajo la influencia de la voluntad la cual requiere la ayuda de la gracia. Si el acto de fe se hace en estado de gracia, es meritorio ante Dios. Actos explcitos de fe son necesarios, por ejemplo, cuando la virtud de la fe est siendo probada por la tentacin o cuando nuestra fe es retada o cuando estamos ante actitudes mundanas contrarias a la fe. Estas situaciones debilitaran nuestra fe si no recurrimos a un acto de fe. Un ejemplo de acto de fe: "Dios mo, yo creo en T y todo lo que nos enseas en Tu Iglesia, porque Tu los has dicho y tu palabra es veraz". El acto de fe no siempre se vocaliza. En muchas situaciones lo hacemos y est siempre latente en nuestro corazn. En le catecismo podemos referir lo siguiente1814 La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que El nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque El es la verdad misma. Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios (DV 5). Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. El justo vivir por la fe (Rm 1, 17). La fe viva acta por la caridad (Ga 5, 6).

1815 El don de la fe permanece en el que no ha pecado contra ella (cf Cc. Trento: DS 1545). Pero, la fe sin obras est muerta (St 2, 26): privada de la esperanza y de la caridad, la fe no une plenamente el fiel a Cristo ni hace de l un miembro vivo de su Cuerpo.1816 El discpulo de Cristo no debe slo guardar la fe y vivir de ella sino tambin profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: Todos vivan preparados para confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia (LG 42; cf DH 14). El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvacin: Todo aquel que se declare por m ante los hombres, yo tambin me declarar por l ante mi Padre que est en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negar yo tambin ante mi Padre que est en los cielos (Mt 10, 32-33).Resumen1842 Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que El nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone como objeto de fe.FE EN RELACIN A LA MORAL2087 Nuestra vida moral tiene su fuente en la fe en Dios que nos revela su amor. San Pablo habla de la obediencia de la fe (Rm 1, 5; 16, 26) como de la primera obligacin. Hace ver en el desconocimiento de Dios el principio y la explicacin de todas las desviaciones morales (cf Rm 1, 18-32). Nuestro deber para con Dios es creer en El y dar testimonio de El.2088 El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas maneras de pecar contra la fe: a) La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer. b) La duda involuntaria designa la vacilacin en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe o tambin la ansiedad suscitada por la oscuridad de sta. Si la duda se fomenta deliberadamente, puede conducir a la ceguera del espritu.2089 La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. Se llama hereja la negacin pertinaz, despus de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y catlica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasa es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujecin al Sumo Pontfice o de la comunin con los miembros de la Iglesia a l sometidos (CIC can. 751).

ESPERANZAEtim: Del latn: spes.El catecismo nos dice: 1817. La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyndonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espritu Santo. Mantengamos firme la confesin de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa (Hb 10,23). Este es el Espritu Santo que El derram sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por su gracia, fusemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna (Tt 3, 6-7).1818 La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazn de todo hombre; asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las purifica para ordenarlas al Reino de los cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el corazn en la espera de la bienaventuranza eterna. El impulso de la esperanza preserva del egosmo y conduce a la dicha de la caridad.1819 La esperanza cristiana recoge y perfecciona la esperanza del pueblo elegido que tiene su origen y su modelo en la esperanza de Abraham en las promesas de Dios; esperanza colmada en Isaac y purificada por la prueba del sacrificio. Esperando contra toda esperanza, crey y fue hecho padre de muchas naciones (Rm 4, 18).1820 La esperanza cristiana se manifiesta desde el comienzo de la predicacin de Jess en la proclamacin de las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas elevan nuestra esperanza hacia el cielo como hacia la nueva tierra prometida; trazan el camino hacia ella a travs de las pruebas que esperan a los discpulos de Jess. Pero por los mritos de Jesucristo y de su pasin, Dios nos guarda en la esperanza que no falla (Rm 5, 5). La esperanza es el ancla del alma, segura y firme, que penetra... a donde entr por nosotros como precursor Jess (Hb 6, 19-20). Es tambin un arma que nos protege en el combate de la salvacin: Revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvacin (1 Ts 5, 8). Nos procura el gozo en la prueba misma: Con la alegra de la esperanza; constantes en la tribulacin (Rm 12, 12). Se expresa y se alimenta en la oracin, particularmente en la del Padre Nuestro, resumen de todo lo que la esperanza nos hace desear.1821 Podemos, por tanto, esperar la gloria del cielo prometida por Dios a los que le aman (cf Rm 8, 28-30) y hacen su voluntad (cf Mt 7, 21). En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, perseverar hasta el fin (cf Mt 10, 22; cf Cc. Trento: DS 1541) y obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las obras buenas realizadas con la gracia de Cristo. En la esperanza, la Iglesia implora que todos los hombres se salven (1Tm 2, 4). Espera estar en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo:

Espera, espera, que no sabes cundo vendr el da ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo. Mira que mientras ms peleares, ms mostrars el amor que tienes a tu Dios y ms te gozars con tu Amado con gozo y deleite que no puede tener fin. (S. Teresa de Jess, excl. 15, 3)Resumen1843 Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.ESPERANZA EN RELACIN A LA MORAL2090 Cuando Dios se revela y llama al hombre, ste no puede responder plenamente al amor divino por sus propias fuerzas. Debe esperar que Dios le d la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la bendicin divina y la bienaventurada visin de Dios; es tambin el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.2091 El primer mandamiento se refiere tambin a los pecados contra la esperanza, que son la desesperacin y la presuncin:Por la desesperacin, el hombre deja de esperar de Dios su salvacin personal, el auxilio para llegar a ella o el perdn de sus pecados. Se opone a la Bondad de Dios, a su Justicia -porque el Seor es fiel a sus promesas- y a su Misericordia.2092 Hay dos clases de presuncin. O bien el hombre presume de sus capacidades (esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume de la omnipotencia o de la misericordia divinas (esperando obtener su perdn sin conversin y la gloria sin mrito).

CARIDADEtim: Del latn charitas.El catecismo de la Iglesia Catlica nos refiere lo siguiente:1822 La caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prjimo como a nosotros mismos por amor de Dios.1823 Jess hace de la caridad el mandamiento nuevo (cf Jn 13, 34). Amando a los suyos hasta el fin (Jn 13, 1), manifiesta el amor del Padre que ha recibido. Amndose unos a otros, los discpulos imitan el amor de Jess que reciben tambin en ellos. Por eso Jess dice: Como el Padre me am, yo tambin os he amado a vosotros; permaneced en mi amor (Jn 15, 9). Y tambin: Este es el mandamiento mo: que os amis unos a otros como yo os he amado (Jn 15, 12).1824 Fruto del Espritu y plenitud de la ley, la caridad guarda los mandamientos de Dios y de Cristo: Permaneced en mi amor. Si guardis mis mandamientos, permaneceris en mi amor (Jn 15, 9-10; cf Mt 22, 40; Rm 13, 8_10).1825 Cristo muri por amor a nosotros cuando ramos todava enemigos (Rm 5, 10). El Seor nos pide que amemos como El hasta a nuestros enemigos (cf Mt 5, 44), que nos hagamos prjimos del ms lejano (cf Lc 10, 27-37), que amemos a los nios (cf Mc 9, 37) y a los pobres como a El mismo (cf Mt 25, 40.45).El apstol san Pablo ofrece una descripcin incomparable de la caridad: La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engre; es decorosa; no busca su inters; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta (1 Co 13, 4-7).1826 Si no tengo caridad -dice tambin el apstol- nada soy.... Y todo lo que es privilegio, servicio, virtud misma... si no tengo caridad, nada me aprovecha (1 Co 13, 1-4). La caridad es superior a todas las virtudes. Es la primera de las virtudes teologales: Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad (1 Co 13,13). 1827 El ejercicio de todas las virtudes est animado e inspirado por la caridad. Esta es el vnculo de la perfeccin (Col 3, 14); es la forma de las virtudes; las articula y las ordena entre s; es fuente y trmino de su prctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. La eleva a la perfeccin sobrenatural del amor divino.1828 La prctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios. Este no se halla ante Dios como un esclavo, en el temor servil, ni como el mercenario en busca de un jornal, sino como un hijo que responde al amor del que nos am primero (1 Jn 4,19):O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposicin del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda... y entonces estamos en la disposicin de hijos (S. Basilio, reg. fus. prol. 3).1829 La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la prctica del bien y la correccin fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunin:La culminacin de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia l corremos; una vez llegados, en l reposamos (S. Agustn, ep.Jo. 10, 4).

Resumen1844 Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prjimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Es el vnculo de la perfeccin (Col 3, 14) y la forma de todas las virtudes.LA CARIDAD EN RELACIN A LA MORAL2093 La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligacin de responder a la caridad divina mediante un amor sincero. El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre todas las cosas y a las criaturas por El y a causa de El (cf Dt 6, 4-5).2094 Se puede pecar de diversas maneras contra el amor de Dios. La indiferencia descuida o rechaza la consideracin de la caridad divina; desprecia su accin preveniente y niega su fuerza. La ingratitud omite o se niega a reconocer la caridad divina y devolverle amor por amor. La tibieza es una vacilacin o negligencia en responder al amor divino; puede implicar la negacin a entregarse al movimiento de la caridad. La aceda o pereza espiritual llega a rechazar el gozo que viene de Dios y a sentir horror por el bien divino. El odio a Dios tiene su origen en el orgullo; se opone al amor de Dios cuya bondad niega y lo maldice porque condena el pecado e inflige penas.

FE, ESPERANZA Y CARIDAD EN LA PERSPECTIVA ECUMNICA Audiencia General, S.S. Juan Pablo II22 de noviembre, 2000

1. La fe, la esperanza y la caridad son como tres estrellas que brillan en el cielo de nuestra vida espiritual para guiarnos hacia Dios. Son, por excelencia, las virtudes "teologales": nos ponen en comunin con Dios y nos llevan a l. Forman un trptico que tiene su vrtice en la caridad, el agape, que canta de forma excelsa san Pablo en un himno de la primera carta a los Corintios. Ese himno concluye con la siguiente declaracin: "Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad, pero la ms excelente de ellas es la caridad" (1 Co 13, 13).Las tres virtudes teologales, en la medida en que animan a los discpulos de Cristo, los impulsan a la unidad, segn la indicacin de las palabras paulinas que escuchamos al inicio: "Un solo cuerpo (...), una sola esperanza (...), un solo Seor, una sola fe (...), un solo Dios y Padre" (Ef 4, 4-6). Continuando nuestra reflexin de la catequesis anterior sobre la perspectiva ecumnica, hoy queremos profundizar en el papel que desempean las virtudes teologales en el camino que lleva a la plena comunin con Dios-Trinidad y con los hermanos.2. En el pasaje de la carta a los Efesios antes mencionado el Apstol exalta ante todo la unidad de la fe. Esa unidad tiene su manantial en la palabra de Dios, que todas las Iglesias y comunidades eclesiales consideran como lmpara para sus pasos en el camino de su historia (cf. Sal 119, 105).Las Iglesias y comunidades eclesiales profesan la misma fe en "un solo Seor", Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, y en "un solo Dios y Padre de todos" (Ef 4, 5. 6). Esta unidad fundamental, as como la que brota del nico bautismo, se manifiesta claramente en los mltiples documentos del dilogo ecumnico, aunque sobre algunos aspectos quedan an motivos de reserva. Por ejemplo, en un documento del Consejo ecumnico de las Iglesias se lee: "Los cristianos creen que el "nico verdadero Dios", que se dio a conocer a Israel, se revel de modo supremo en "su enviado", Jesucristo (cf. Jn 17, 3); que en Cristo Dios reconcili consigo al mundo (cf. 2 Co 5, 19); y que, mediante su Santo Espritu, Dios da nueva vida, vida eterna, a todos los que por medio de Cristo se entregan a l" (Confesar una sola fe, 1992, n. 6).Todas las Iglesias y comunidades eclesiales se refieren a los antiguos smbolos de la fe y a las definiciones de los primeros concilios ecumnicos. Sin embargo, existen an algunas divergencias doctrinales, que es preciso superar para que el camino de la unidad de la fe llegue a la plenitud sealada por la promesa de Cristo: "Escucharn mi voz; y habr un solo rebao y un solo pastor" (Jn 10, 16).3. San Pablo, en el texto de la carta a los Efesios que hemos puesto como emblema de nuestro encuentro, habla tambin de una sola esperanza, a la que estamos llamados (cf. Ef 4, 4). Es una esperanza que se manifiesta en el compromiso comn, a travs de la oracin y la activa coherencia de vida, con vistas al establecimiento del reino de Dios. Dentro de este vasto horizonte, el movimiento ecumnico se ha orientado hacia metas fundamentales que se entrelazan, como objetivos de una nica esperanza: la unidad de la Iglesia, la evangelizacin del mundo, la liberacin y la paz en la comunidad humana. El camino ecumnico se ha beneficiado tambin del dilogo con las esperanzas terrenas y humansticas de nuestro tiempo, incluso con la esperanza oculta, aparentemente derrotada, de los "sin esperanza". Frente a estas mltiples expresiones de la esperanza en nuestro tiempo, los cristianos, aunque estn en tensin entre s y probados por la desunin, han sido impulsados a descubrir y testimoniar "una razn comn de esperanza" (Consejo ecumnico de las Iglesias, "Faith and Order" Sharing in One Hope, Bangalore 1978), reconociendo en Cristo su fundamento indestructible. Un poeta francs escribi: "Esperar es lo ms difcil (...). Lo fcil, la gran tentacin, es desesperarse" (Charles Peguy, El prtico del misterio de la segunda virtud, ed. Plyade, p. 538). Pero para nosotros, los cristianos, sigue siendo vlida la exhortacin de san Pedro a dar razn de nuestra esperanza (cf. 1 P 3, 15).4. En el vrtice de las tres virtudes teologales est el amor, que san Pablo compara casi con un lazo de oro que une en armona perfecta a toda la comunidad cristiana: "Y por encima de todo esto, revestos del amor, que es el vnculo de la perfeccin" (Col 3, 14). Cristo, en la solemne oracin por la unidad de los discpulos, revela su substrato teolgico profundo: "el amor con que t (oh Padre) me has amado est en ellos y yo en ellos" (Jn 17, 26). Precisamente este amor, acogido y acrecentado, constituye en un solo cuerpo a la Iglesia, como nos seala san Pablo: "Siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta aquel que es la cabeza, Cristo, de quien todo el cuerpo recibe trabazn y cohesin por medio de toda clase de junturas que llevan la nutricin segn la actividad propia de cada una de las partes, realizando as el crecimiento del cuerpo para su edificacin en el amor" (Ef 4, 15-16).5. La meta eclesial de la caridad, y al mismo tiempo su fuente inagotable, es la Eucarista, comunin con el cuerpo y la sangre del Seor, anticipacin de la intimidad perfecta con Dios. Por desgracia, como record en la catequesis anterior, en las relaciones entre los cristianos desunidos, "a causa de las divergencias relativas a la fe, no es posible todava concelebrar la misma liturgia eucarstica. Y sin embargo, tenemos el ardiente deseo de celebrar juntos la nica Eucarista del Seor, y este deseo es ya una alabanza comn, una misma imploracin. Juntos nos dirigimos al Padre y lo hacemos cada vez ms "con un mismo corazn"" (Ut unum sint, 45). El Concilio nos record que "este santo propsito de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de la una y nica Iglesia de Cristo excede las fuerzas y la capacidad humanas". Por ello debemos poner nuestra esperanza "en la oracin de Cristo por la Iglesia, en el amor del Padre para con nosotros y en el poder del Espritu Santo" (Unitatis redintegratio, 24).

Las virtudes teologalesFe, esperanza y caridad. Fueron infundidas por Dios en nuestra alma el da del bautismo.

Por: P Antonio Rivero L.C. | Fuente: Espiritualidad Renovada

INTRODUCCIN

Siempre que se comienza a hablar de virtudes teologales, quizs algunas personas se disponen a aguantar un discurso hecho de prescripciones, un sermn que perciben como alejado de los propios intereses. Las virtudes teologales parecen estar reservadas a pocos, mientras que la mayora no tiene ocasin de practicar ni de conocer a fondo, sobre todo si est ocupada en los asuntos de este mundo. Algo terico, pues, para la mayor parte de los comunes mortales, que toca muy poco el propio inters y la propia vida.

Y no debera ser as. Porque la vida de fe, esperanza y caridad debera ser el hbitat y la atmsfera en que respira el cristiano, so pena de asfixiarse y ahogarse con el smog materialista de nuestro mundo.

I. LAS VIRTUDES EN GENERAL

Las virtudes no son una cosa que uno se pone, ni un ttulo de estudios. Ni siquiera la virtud es un don natural con el que nacemos, porque si as fuera no sera virtud. Sin embargo, hay que aclarar que en la naturaleza humana existe una disposicin y la capacidad para la virtud que facilita la adquisicin de las mismas cuando se ponen los medios adecuados para ello.

Virtud es una disposicin habitual del hombre, adquirida por el ejercicio repetido de actuar consciente y libremente en orden a la perfeccin o al bien. La virtud para que sea virtud tiene que ser habitual, y no un acto espordico, aislado. Es como una segunda naturaleza a la hora de actuar, pensar, reaccionar, sentir.

Lo contrario a la virtud es el vicio, que es tambin un hbito adquirido por la repeticin de actos contrarios al bien.

II. VIRTUDES TEOLOGALES

Son tres: fe, esperanza y caridad. Fueron infundidas por Dios en nuestra alma el da de nuestro bautismo, pero como semilla, que haba que hacer crecer con nuestro esfuerzo, oracin, sacrificio.

1. Fin de las virtudes teologales:

Dios nos dio estas virtudes para que seamos capaces de actuar a lo divino, es decir, como hijos de Dios, y as contrarrestar los impulsos naturales inclinados al egosmo, comodidad, placer.

2. Caractersticas de las virtudes teologales

a) Son dones de Dios, no conquista ni fruto del hombre.b) No obstante, requieren nuestra colaboracin libre y consciente para que se perfeccionen y crezcan.c) No son virtudes tericas, sino un modo de ser y de vivir.d) Van siempre juntas las tres virtudes.

III. LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA FE

1. Definicin

Es un don, una luz divina por la cual somos capaces de reconocer a Dios, ver su mano en cuanto nos sucede y ver las cosas como l las ve. Por tanto, la fe no es un conocimiento terico, abstracto, de doctrinas que debo aprender. La fe es la luz para poder entender las cosas de Dios

2.Caractersticas:

a) La fe es un encuentro con Dios, con su designio de salvacin. Y con la fe el hombre responde libremente a ese encuentro con Dios entregndose a l, con la inteligencia y la voluntad.

b) La fe es sencilla, no est hecha de elucubraciones y discursos, sino de verdadera adhesin a Dios, como Mara, como Abraham.

c) La fe es vital, es decir, debe cambiar mi vida, demostrarse en mi vida. Por eso, hay que vivir de fe.

d) La fe es experiencial, es decir, es un conocimiento de Dios en la intimidad. Los que tienen fe gozan de Dios. No es un sentimiento, sino un conocimiento del espritu que Dios nos concede para intimar con l. Este conocimiento experimental de Dios tiene sus momentos privilegiados para manifestarse a las almas: en el sacrificio, el dolor, en los momentos de prueba, cuando se requiere de humildad y de un mayor desprendimiento de s mismos.

e) La fe es objetiva, es decir, no se queda a nivel subjetivo, intimista, sino que creemos en un Dios que se ha revelado a travs de la Palabra que hemos recibido de la Iglesia; Palabra que es preciso conocer, aprender y hacerla vida. Los dogmas de la Iglesia son luces en el camino de nuestra fe; lo iluminan y lo hacen seguro.

f) La fe termina en compromiso. Compromete mi vida con Dios en la fidelidad a su Ley y en la donacin total a l. Compromiso de defenderla con mi palabra y testimonio, alimentarla con la continua lectura y meditacin de la Biblia y difundirla a mi alrededor en el apostolado.

IV. LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA ESPERANZA

Cmo debe reaccionar un cristiano ante el mal, los problemas, las dificultades de la vida? Hay quienes caen en el desaliento y piensan que no hay nada que hacer, que todo es intil. Hay otros que dicen que nuestra esperanza es ingenuidad e idealismo. Hay quien nos dice que la esperanza es algo egosta.

Por qu no es propio de un cristiano el desaliento y la desesperacin? En verdad Dios acta en nuestras vidas? Cul debe ser la mayor aspiracin de un cristiano?

1. Definicin

Es la virtud teologal por la cual deseamos a Dios como Bien Supremo y confiamos firmemente alcanzar la felicidad eterna y los medios para ello.

2. Fundamento

Vivo confiado en esta esperanza porque creo en Cristo que es Dios omnipotente y bondadoso y no puede fallar a sus promesas. As dice el Eclesistico: Sabed que nadie esper en el Seor que fuera confundido. Quin que permaneciera fiel a sus mandamientos, habr sido abandonado por l, o quin, que le hubiere invocado, habr sido por l despreciado?Porque el Seor tiene piedad y misericordia (2, 11-12).

3. Efectos

a) Pone en nuestros corazn el deseo del cielo y de la posesin de Dios, desasindonos de los bienes terrenales.

b) Hace eficaces nuestras peticiones.

c) Nos da el nimo y la constancia en la lucha, asegurndonos el triunfo.

d) Nos proyecta al apostolado, pues queremos que sean muchos los que lleguen a la posesin de Dios.

4. Obstculos

a) Presuncin: esperar de Dios el cielo y las gracias necesarias para llegar a l, sin poner por nuestra parte los medios necesarios.

b) Desaliento y desesperacin: harta tentados y a veces vencidos en la lucha, se desaniman y piensan que jams podrn enmendarse y comienzan a desesperar de su salvacin.

5. La Eucarista, prenda del mundo venidero

La esperanza de la venida del Reino se realiza ya de manera misteriosa y verdadera en la comunin eucarstica. La comunin es el comenzar a gustar esa promesa del cielo y alimentar el deseo de la posesin eterna. Es una anticipacin de la vida eterna aqu en la tierra. Y es la seguridad y la certeza de nuestra esperanza.

V. LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA CARIDAD

La fe y la esperanza no tienen ningn sentido si no desembocan en el amor sobrenatural o caridad cristiana. Por la fe tenemos el conocimiento de Dios, por la esperanza confiamos en el cumplimiento de las promesas de Cristo y por la caridad obramos de acuerdo a las enseanzas del Evangelio.

1.Definicin

Es la virtud por la que podemos amar a Dios y a nuestros hermanos por Dios. Por la caridad y en la caridad, Dios nos hace partcipes de su propio ser que es Amor.

La experiencia del amor de Dios la han vivido muchos hombres. San Pablo dice: Me am y se entreg por m. Y quienes han experimentado este amor han quedado satisfechos y han dejado todas las seguridades de la vida para corresponder a este amor de Dios.

2. Caractersticas del amor de Dios

a) El amor de Dios es lo ms cierto y lo ms seguro: existi desde siempre, estaba antes que naciramos. Una vez que es encontrado, se llega incluso a tener la sensacin de haber perdido intilmente el tiempo, entretenidos y angustiados por muchas cosas por las que no mereca la pena haber luchado y vivido.

b) El amor de Dios es slido y firme, es como la roca de la que nos habla el evangelio. El amor humana hay que sostenerlo continuamente, alimentarlo constantemente...so pena de apagarse.

c) El amor de Dios es siempre nuevo, fresco y bello en cada instante. La experiencia de san Agustn es muy reveladora: Tarde te am, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te am! Y T estabas dentro de m y yo fuera, y as por fuera te buscaba; y deforme como era me lanzaba sobre las cosas hermosas que T creaste. T estabas conmigo mas yo no estaba contigo... Me llamaste y clamaste y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo aspir y ahora te anhelo; gust de Ti, y ahora siento hambre y sed de Ti; me tocaste y dese con ansia la paz que procede de Ti (Confesiones).

d) El amor de Dios es perpetuo, no se acaba, no se cansa, no tiene lmites. Si hay dificultades no es por Dios.

3.Caractersticas del amor

a) La sinceridad y la pureza: debe ser un amor que nace de la interioridad de la persona. No puede ser un amor de apariencias. Jess mira siempre el corazn de la gente y por eso alaba a esa pecadora arrepentida y echa en cara la hipocresa de los fariseos.

b) El servicio al necesitado: socorrer al que tiene necesidad en el cuerpo o en el alma. Cristo cura las enfermedades, da de comer, consuela a los tristes, ilumina la mente y el corazn, ofrece el perdn. Servir al otro, porque percibimos el valor de las almas y de su salvacin.

c) El perdn y la misericordia: son las expresiones ms exquisitas del amor que Dios nos ofrece, a travs del ejemplo de su Hijo Jesucristo. Posiblemente la faceta del perdn que ms cuesta es el olvido de las injurias y de la difamacin. Solamente la gracia de Dios puede conceder la paz, el perdn y el amor hacia el difamador.

d) Universalidad y delicadeza: Universal, porque tengo que amar a todos, por ser hijos amados de Dios. Delicada, porque busca manifestarse en las cosas pequeas, tiene en cuenta las caractersticas y sensibilidad de cada persona.

4. Himno a la caridad de san Pablo (1 Cor, 13, 1ss)

a) Es paciente, no se irrita: paciencia no es ese encogerse de hombros ante las contrariedades y aguantar hasta tiempos mejores, ni ese qu se le va hacer. Es aguante pero positivo -cara a Dios- que se sobrepone a la indiferencia, a las contrariedades, a los malos tiempos, a la ingratitud, porque descansa en Dios.b) Es benigna: engendra el bien, dulzura, bondadc) No es envidiosa, ni se hincha: porque se da.d) Todo lo tolera, no es interesadae) Todo lo excusa, no es descorts, todo lo esperaf) Se complace en la verdad.G) La caridad no pasar jams.

5. Resumen de la ley

Jesucristo en el Evangelio predica el amor a Dios sobre todas las cosas y el amor al prjimo como a s mismo, como el principal mandamiento. Predica las dos reglas como nico mandamiento. Esto quiere decir que el amor de Dios y a Dios, cuando es verdadero, hace brotar necesariamente el amor hacia los hombres, nuestros hermanos.

La caridad divina tiene la peculiaridad de vaciarnos del egosmo y de vivir en todo la entrega y la generosidad, es decir, el amor. Cuando hay discordias y egosmos, Dios no est en esa alma. Pero cuando hay apertura, sencillez, disponibilidad, desapego, servicio, perdn...entonces es seal de la presencia de Dios en esa alma.

El amor al prjimo significa bsqueda del bien de todos los hombres que estn al alcance de tus obras: tus familiares, amigos, compaeros de estudio o trabajo, todos aquellos que caminan contigo, an los que te han causado algn dao.

CONCLUSIN

En el amor de Dios se crece cada da, practicndolo y abnegndose. En el amor se camina, se crece, con la gracia de Dios. Este amor se demuestra cumpliendo la voluntad de Dios, observando sus mandamientos, poniendo atencin a las inspiraciones del E.S., siendo fieles a los deberes del propio estado.

El que tiene verdadera caridad es un apstol entre sus hermanos y es capaz de superar todo temor y respeto humano.