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Volumen I Jke Translations 1

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    Prólogo — El Fracaso

    En la esquina de una calle agrietada, un niño estaba sentado con

    sus brazos alrededor de sus rodillas, observando a las personas

    que pasaban por allí.

    Una estrecha carretera que estaba embarrada por la lluvia estaba

    sorprendentemente llena de gente, algunos estaban junto a él,

    otros estaban sentados en el suelo gritando como si estuvieran

    borrachos.

    Incluso mientras forzaba la vista, no podía ver bien lo que pasaba

    alrededor. En lugar de eso, veía personas de mediana edad que

    habían sobrevivido comiendo la corteza de los árboles. Sus ojos y

    gargantas lucían inusualmente hinchados. A juzgar por su propia

    experiencia, el niño sabía que la mayoría de las personas que sólo

    comían la corteza del árbol iban a morir de una enfermedad en un

    futuro próximo, pero no podía hacerle frente a esa realidad.

    Un hombre estaba caminando hacia una venta de galletas rotas

    que estaban a un precio exorbitante, sus bolsillos estaban repletos

    de billetes de diez mil yenes que no eran más que trozos de papel.

    Sin embargo, al parecer este hombre demacrado era quien más

    quería la comida.

    Justo detrás de él, cerca de un puesto de control improvisado,

    había una gran multitud de personas con pancartas gritando. No se

    podía ver desde allí, pero no había duda de que en esas pancartas

    estaba la palabra « ¡Vivamos!» escrita en ellas.

    Todas estas personas habían dejado sus pertenencias y casas

    evacuando aquí, a Tokio. Pero incluso Tokio no tenía la suficiente

    capacidad para albergar a los refugiados que llegaban aquí de

    todas partes del país.

    No había suficiente espacio libre, por lo que las tiendas de

    campaña estaban todas cercas unas de otras como si estuvieran

    acurrucadas. Era obvio que los lugares más eficaces para ponerse

    a cubierto de la lluvia y el viento eran los edificios, pero sería

    muy osado vivir en edificios medio destruido y grandes

    almacenes que podrían colapsar en cualquier momento.

    La escena se parecía al fin del mundo, uno podría haber pensado

    que tal cosa sucedería sólo en las películas, pero eso era

    exactamente lo que este niño contemplaba en este momento.

    Lo que todas estas personas tenían en común eran sus mortales

    rostros pálidos marcados por la desesperación y el temor de un

    futuro incierto.

    Un gran número de personas que se negaron a llevar vidas

    miserables, habían muerto con dignidad hace mucho tiempo

    suicidándose.

    Probablemente nadie creería si le dijeran que este lugar fue en

    algún momento los suburbios de la ciudad.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

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    De repente, una horrible languidez asaltó a su cuerpo y conciencia

    atenuada.

    Para este niño también era incierto lo que haría a partir de ahora,

    ya que no tenía un lugar al que volver.

    Grandes cantidades de personas morían cada día y la situación de

    la guerra que se había vuelto unilateral era peor.

    Los cadáveres estaban apilados y quemados, aunque

    recientemente todos comenzaron a negar el combustible, por lo

    que los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes.

    No pasaba un día en el que no se sintiera el olor a carne quemada

    y en descomposición.

    Este muchacho era sin duda afortunado. Agradeció la ayuda de

    los que organizaron los funerales y, aunque trataba de

    concentrarse en ese único pensamiento, el dolor continuó pesando

    sobre su corazón durante algún tiempo.

    Cerró los ojos y lo primero que llegó a su mente fue una voz

    normal pero monótona.

    El chico estaba en primera fila en una habitación escuchando a las

    personas cantar sutras* el canto de las cigarras y el sonido lejano

    de las campanas movidas por el viento.

    (*Sutras: Una Oración a Buda.)

    Delante del monje, que estaba cantando al nombre de Buda, se

    colocaron dos ataúdes. Justo después de ellos había un gran

    número de ofrendas florales y un poco más allá estaba las

    fotografías de los difuntos con caras sonrientes.

    El muchacho sintió un dolor en su estómago como si lo estuvieran

    torciendo. Él apretó los puños con fuerza y todo su cuerpo tembló.

    A pesar de que estaba tratando de soportar el dolor, las lágrimas

    comenzaron a gotear de la punta de su nariz, y de pronto sus

    pantalones estaban mojados.

    Hace apenas una semana, la zona donde este chico vivía fue

    invadida por los «Gastrea» y se convirtió en el sitio de una batalla

    feroz.

    Mientras las llamas de los motores a reacción de misiles y los

    morteros teñían el cielo de un brillante color rojo, el padre empujó

    a su hijo que se resistía obstinadamente al tren de la noche,

    dejándolo al cuidado de sus amigos en Tokio. Justo antes de las

    puertas del tren se cerraran, dijo con una cara seria: «Tu madre y

    yo nos uniremos pronto». Luego de eso, ellos se convirtieron en

    pequeños trozos de carbón.

    Un funeral masivo.

    A pesar de que entiende el significado de esas dos simples

    palabras, había estado recibiendo una explicación por horas.

  • Volumen I

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    Al principio no pudo creerlo, había agarrado el carbón que había

    recibido. Dado que era sólo un trozo de carbón vegetal, se

    desmoronó en su mano con una facilidad increíble convirtiéndose

    en trozos pequeños que caían de la mano.

    El muchacho abrió y cerró la mano teñida de negro tratando de

    relacionar la explicación que le dieron con la realidad.

    Simplemente no podía creer que hace unos días estas cenizas

    fueron su madre y su padre. Las cenizas no podían reír o dormir a

    su lado o hacer deliciosas comidas.

    Cuando volvió en sí, agarró el Sutra leído por el monje, pateó la

    tapa del ataúd y se volvió loco. Mostró un ataúd vacío a las

    personas que asistieron al funeral y gritó varias veces: «¡Mis

    padres no están muertos!». Golpeó las cortinas de rayas blancas y

    negras, y salió corriendo. El segundo día después de que salió de

    la mansión del hombre a su cuidado, se desvió a una tienda de

    campaña de refugiados.

    Sin embargo, él no tenía un «billete de ración»* y nadie mostró

    misericordia alguna ni le dio nada para comer. No había otra

    opción más que masticar las raíces de los árboles y la hierba sin

    savia, por eso en poco tiempo le llegó una diarrea explosiva, una

    intoxicación alimentaria y la deshidratación.

    (*Un cupón que, en casos de emergencia, te permite retirar algo

    de comida.)

    No hace mucho tiempo había comenzado a experimentar mareos

    cuando se levantaba demasiado rápido y la contracción de su

    campo visual.

    No fue capaz de ponerse de pie, por lo que sólo se sentó sin poder

    hacer nada en la calle con la espalda contra la pared.

    Cuando levantó la vista delante de él con ojos legañosos, lo único

    que pudo ver era un gran número de piernas. Las piernas de

    muchos miles de refugiados merodeando pasaban frente a sus

    ojos.

    Piernas delgadas, las piernas de los niños, de hombres y mujeres.

    Su boca estaba absolutamente vacía y seca. Estiró las manos y

    con todas sus fuerzas gritó en busca de ayuda con una voz débil,

    pero nadie se detuvo.

    Una lágrima corrió por su mejilla.

    No quería volver a la casa, a la casa de los Tendōs.

    Donde sus nuevos padres, sus muchos hermanos y una hermana a

    quien había conocido hace apenas una semana. Él no tenía la

    confianza de que sería capaz de convivir con ellos.

    Pero está bien. Era extraño, cuando pensaba así, el miedo a la

    muerte se iba debilitando.

    Incluso los niños entendieron que este era el final de este país.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

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    El ochenta por ciento de su territorio fue invadido por los

    Gastreas. La tierra, el agua, el aire. Las Fuerzas de Autodefensa

    también habían sufrido pérdidas catastróficas. Fueron asesinados

    un número increíble de personas.

    Si hubiera muerto allí mismo, ahora mismo no sufriría tanto

    dolor.

    Pero el muchacho se estaba aferrando al suelo con todas sus

    fuerzas.

    Incluso si había la más mínima posibilidad de que pudiera

    sobrevivir, él dedicaría el resto de su vida a encontrar a sus

    padres. Esas cenizas no podían ser sus padres. Si se las arreglaba

    para mantenerse con vida, definitivamente podía buscarlos en

    todos los rincones del mundo.

    De repente, un rugido sordo prolongado hizo eco en todo el

    barrio. Las personas que deambulaban por las calles se detuvieron

    e inclinaron sus cabezas. Un hombre que rápidamente evaluó la

    situación se subió al campanario de la iglesia y, con una mirada

    feroz, tocó el timbre.

    El muchacho levantó lentamente la mirada hacia el cielo y vio una

    gran sombra voladora sobre la cresta de la montaña. Cuando todo

    el mundo se dio cuenta de que se trataba de una criatura voladora

    gigante, el campamento cayó en la locura.

    Gritando, empujándose unos a otros, pisoteando a las mujeres y a

    los niños, todo el mundo empezó a correr al azar, tratando de

    alejarse al menos a un paso de esa criatura.

    Atrapado en un estado opaco, el muchacho siguió mirando al

    cielo con los brazos envueltos alrededor de sus rodillas. Estaba

    hambriento y deshidratado, por lo tanto no podía dar ni siquiera

    un paso.

    Varios segundos, después algo más sobrevoló las montañas, esta

    vez una especie de máquina.

    Era un avión de apoyo aéreo cercano de las Fuerzas de

    Autodefensa.

    El avión lo persiguió, causando una intensa mezcla de sonidos y

    la criatura gigante tratando de acabar con él, realizó maniobras

    acrobáticas en el aire. Hace diez años, una escena como esta sólo

    se podía ver en la televisión.

    El avión finalmente aprovechó una oportunidad y lanzó un Misil

    Sparrow. La llama del motor a reacción, se estrelló contra el

    costado de la criatura que estaba tratando de evadirlo y causó una

    flama que floreció en el cielo.

    Con una de sus alas arrancadas, la criatura gigante lanzó un largo

    grito en el aire. Al ver esto, la multitud se detuvo y levantó una

    ovación.

  • Volumen I

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    12

    Pero al instante siguiente, los aplausos se transformaron en gritos.

    —¡Viene hacia aquí!

    La criatura caía, cambió su trayectoria y el campo de visión del

    muchacho comenzó a expandirse.

    Los gritos y rugidos se volvieron dos veces más fuerte que antes y

    no se podía oír nada más que el grito.

    Cuando la criatura tocó la superficie del suelo, éste se sacudió con

    un violento temblor y la gente de la multitud cayó al suelo uno

    tras otro mientras gritaban. Como un avión tratando de aterrizar

    en una pista, esta misteriosa criatura ajustó su trayectoria, pero no

    pudo contrarrestar fácilmente el impacto producido por su peso.

    Con un sonido ensordecedor hizo un aterrizaje forzoso y comenzó

    a moverse hacia allí, derribando los edificios y tiendas de

    campaña improvisadas en su camino.

    Voy a ser aplastado.

    Había un olor estrangulador y alguien respiraba fuertemente, pero

    no era el muchacho.

    Sigue con vida...

    Abrió un poco los ojos y justo delante de él, la cabeza de la

    criatura voladora estaba lo suficientemente cerca como para

    tocarlo.

    —Gast...rea.

    El muchacho murmuró sin saberlo.

    Cerca de cuarenta metros de largo, se veía como un pájaro y tenía

    alas rojizas como las de un gran dragón antiguo. Pero también

    tenía esos profundos ojos rojos que sobresalían en semicírculos,

    brillantes como un cristal. Parecían similares a los ojos

    compuestos de una libélula.

    Era como el resultado del cruce entre un ave y un insecto.

    Una gran cantidad de sangre negra corría por su afilado pico y

    una luz roja era visible en el interior de su pecho hinchado.

    Gracias a él... no, por culpa de él…

    Como si reaccionara ante el odio del chico, el Gastrea reunió

    todas sus fuerzas y levantó la parte superior de su cuerpo. Un

    largo hilo de sangre caía hasta el suelo. El monstruo abrió su pico

    ancho y dio un grito desgarrador ante los ojos del muchacho.

    La sangre mezclada con saliva salpicaba por todo su rostro. El

    viento del mal aliento de la bestia jugaba con el pelo del chico. El

    cuerpo del monstruo se sacudió y un grito empezó a salir de su

    garganta.

    Ya se terminó.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    13

    En ese mismo momento, su mano fue jalada con una fuerza

    tremenda escapando apenas del afilado pico del Gastrea.

    —S–Señor.

    A pesar de que este hombre había llegado a una edad de sesenta

    años, tenía un físico robusto y una estatura imponente.

    Él era el único que estaba cuidando de este niño, el Jefe de la

    Familia Tendō: Tendō Kikunojō.

    ¿Él vino aquí buscándome? ¿A este lugar?

    Mientras el muchacho, un poco confundido, estaba pensando si

    sería una buena idea dar las gracias al hombre, la policía

    antidisturbios finalmente llegó y rodeó al Gastrea que apenas

    respiraba mientras apuntaban sus armas hacia él.

    Sin mirar en la dirección del joven, la persona que le salvó la

    vida, le dijo:

    —Si no quieres morir, sobrevive, Rentarō.

    A la señal del oficial al mando, los cartuchos vacíos comenzaron

    a girar en el aire y disparos secos resonaron en el cielo.

    ◇ ◇ ◇

    Once meses después, Japón reconoció la derrota después de que

    los «Monolitos» —que proporcionaban defensa independiente—

    se construyeran en todo el país.

    Por el bien de la supervivencia de Japón, como una medida

    temporal, las grandes potencias mundiales aisladas del país se

    encerraron en los Monolitos.

    Más de la mitad del territorio de Japón fue invadida, un gran

    número de personas habían muerto y muchas más habían

    desaparecido.

    En 2021 la humanidad fue derrotada por los Gastreas.

    Y, diez años después...

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    14

    Parte 1

    El comienzo de la primavera.

    Bajo el cielo nocturno de color rojo-purpura, el Jefe del

    Departamento de Homicidios con un rostro inquebrantable, una

    cara con rasgos fuertes y una mandíbula cuadrada comenzó a

    intimidar a un chico de aspecto débil.

    —¿Qué? ¿Tú eres ese miembro de «Seguridad Civil» que se

    apresuró a atendernos? ¡No seas ridículo! ¡Sólo eres un niño!

    Al ser abordado por un rostro energético, el muchacho Satomi

    Rentarō desvió su mirada que carecía de ambición, trasladó su

    mirada, y miró distraídamente los graznidos de los cuervos que

    volvían a sus nidos.

    Maldición, yo también quería volver a casa. Sólo puedo

    escabullirme de este detective.

    —Bueno, puedes llamarme así. Pero yo soy la persona que vino a

    atenderlos. También tengo una pistola y una licencia. La jefa de

    nuestra compañía me dijo que viniera aquí, así que no tuve otra

    opción. Si tienes algunas sospechas, entonces desapareceré.

    El detective chasqueó la lengua, entrecerró los ojos como si lo

    evaluara o algo así, y comenzó a dar vueltas alrededor de Rentarō.

    —Ese uniforme… ¿eres un estudiante?

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    15

    Rentarō miró su ropa. Su traje era completamente negro con el

    emblema de la Secundaria Magata bordeado en su pecho.

    —¿Eso es algo malo…?

    —Tch, recientemente incluso los niños juegan a la Seguridad

    Civil... Muéstrame tu licencia.

    Rentarō pasó su licencia. Cuando el detective comparó la

    fotografía adjunta a ella con la cara del niño, su cuerpo comenzó a

    temblar:

    —Aha-ha, por el rostro que tienes aquí veo que no eres

    fotogénico, ¿cierto?

    —Esto es parte de mi trabajo, por lo que debo mantener la calma

    —dijo Rentarō mirando al detective.

    —Tadashima —el detective se presentó brevemente y mostró su

    licencia.

    —La Compañía de Seguridad Civil Tendō ¿eh? Nunca he oído

    hablar de ella.

    —No somos muy conocidos. Oye lo siento por apurarte, pero

    ¿por qué no nos ponemos manos a la–

    Rentarō levantó los ojos y miró una vieja mansión de pie justo en

    frente de él. Era un edificio de seis pisos muy común que atraía la

    atención debido a que estaba dañado erosionado y lleno de

    grietas. Llamado «Gran Tanaka».

    —¿El incidente ocurrió realmente en este lugar?

    —Sí, eso es correcto. El chico de la habitación ciento dos nos

    llamó, y mientras gritaba nos dijo que sangre goteaba del techo de

    su habitación. Después de reunir toda la información que

    obtuvimos, no tenemos duda de que es un Gastrea. Bueno, vamos

    a entrar de inmediato ¿Eh?, por fin.

    Tadashima destacó el «por fin», lo dijo en voz alta y clara, y entró

    en el edificio.

    Este tipo de relaciones tensas entre la Policía y la Seguridad Civil

    no eran nuevas. Pero Rentarō estaba más sorprendido que enojado

    con tan mala educación. Se quedó quieto al lado del edificio por

    un rato pensando si sería mejor que se fuera. Pero luego, al no

    tener elección, siguió al detective.

    Poco después de la derrota, una ley había establecido que se

    prohibía la entrada a la escena de un incidente relacionado con los

    Gastreas sin un miembro de una compañía de Seguridad Civil. En

    otras palabras Seguridad Civil era una medida necesaria para

    reducir la tasa de mortalidad de los agentes de policía que se

    elevaba rápidamente, aunque sea un poco. Pero ningún policía

    aceptó amablemente la intromisión de Seguridad Civil que recibió

    la nueva jurisdicción.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    16

    En ese momento Tadashima notó algo y rápidamente acercó su

    cara dura más al chico.

    —¿Dónde está tu «Iniciadora»? ¿No tienen una regla que

    establece que todos los miembros de Seguridad Civil deben luchar

    en pares?

    —No pensé que fuera necesaria su ayuda.

    A pesar de que la pregunta realmente lo sorprendió, no le dijo que

    la había dejado atrás.

    «Eso no era cierto», se rascó la cabeza y miró por la ventana de

    un pasillo con luz tenue que venía de la calle.

    La jefa de la compañía de un solo miembro le informó del

    Accidente Gastrea que había ocurrido cerca. Recordó cómo se

    apresuró hacia aquí en su bicicleta, al enterarse de que si no

    tomaba el trabajo sería pasado a otra compañía.

    Y ese fue el momento en que abandonó a su compañera. Él

    esperaba que ella no se perdiera.

    Después de subir hasta la habitación ciento dos, hacia la escena

    del crimen, vio a una gran cantidad de agentes de la policía ya

    posicionados junto a la puerta.

    —¿Algún cambio?

    Al oír la pregunta de Tadashima, uno de los oficiales se dio la

    vuelta con su rostro pálido.

    —L–Lo siento. Hace un momento dos hombres treparon hacia el

    tejado e irrumpieron en la habitación por la ventana. No hemos

    podido establecer contacto con ellos desde entonces.

    El aire se congeló.

    —¡Ustedes idiotas! ¿Por qué no esperaron hasta que llegara

    Seguridad Civil?

    —Nosotros no queríamos que ellos llegaran y tomaran el lugar,

    ¡ellos se apresuran a tomar todo el crédito! ¡Apuesto que entiende

    claramente nuestros sentimientos!

    —¡Eso no importa por otra parte–

    —¡Salgan del camino, idiotas! ¡Voy a entrar!

    Tadashima miró a los ojos de Rentarō, sobresalía su barbilla y les

    ordenaba. Dos oficiales equipados completamente que esperaban

    detrás, se alinearon frente a la puerta y sujetaron los infractores de

    corte longitudinal* en las bisagras de la puerta.

    (*DCL: Herramienta para desprender las puertas)

    Rentarō sacó una Pistola Springfield XD de su cinturón. Tiró del

    seguro, preparando así la pistola.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    17

    Respiró hondo y aclaró su cabeza. Luego se limpió el sudor de las

    palmas de las manos con los pantalones y chasqueó la lengua.

    La situación había llegado a ser realmente molesta.

    —Vamos.

    Casi al mismo tiempo en que las dos escopetas emitieron una

    llama, Rentarō pateó la puerta.

    Sus ojos que ahora se exponen a la luz deslumbrante del sol

    poniente, se estrecharon inmediatamente.

    La pequeña habitación de seis esteras estaba teñida por el sol de la

    tarde como si emergiera de la luz del atardecer.

    Pero el piso de la sala de estar estaba cubierto con algo más rojo

    que el color del sol poniente. Y un denso olor a sangre no se podía

    ocultar. Dos policías estaban muertos, situados junto a la pared.

    Entonces Rentarō vio algo que no podía creer.

    Un hombre alto estaba parado en el centro de la habitación.

    Probablemente era más alto que 190 centímetros, con brazos y

    piernas muy finos. Era alguien muy misterioso que llevaba

    extrañas vestiduras, un Frac de vino rojo con rayas finas

    verticales, un sombrero de seda y una mascara auténtica.

    Eso no es un Gastrea. ¿Quién podría ser el...?

    Pronto el hombre enmascarado giró su cabeza y lo miró, una leve

    sonrisa apareció en sus labios. Le dio una mirada penetrante a

    Rentarō.

    —Oh, Seguridad Civil. Parece que llegó demasiado tarde.

    —¿Qué?... ¿Tú también estas en el negocio?

    —Bueno, estaba sin duda en busca del Gastrea, en busca de la

    fuente de infección, pero yo no soy como tú porque…

    El hombre abrió los brazos como si estuviera en un teatro.

    —Fui yo quien mató a esos oficiales.

    El cuerpo de Rentarō reaccionó al momento en que se dio cuenta

    de que la persona que estaba frente a él era un enemigo.

    Moviéndose de forma instantánea cerca del hombre, con fuerza

    envió un golpe. Fue un golpe decente con buen ángulo y

    sincronización.

    —Wow, no está mal.

    Tan pronto como el hombre enmascarado esquivó su golpe con

    alegría, golpeo devuelta. Su golpe se hundió en el pecho de

    Rentarō y lo envió volando. Él aterrizó de espaldas sobre la mesa

    de cristal en la sala de estar, Rentarō apenas podía respirar.

    ¿Quién demonios es este hombre?

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    18

    Con un ojo abierto, el chico que se retorcía de dolor vio al hombre

    enmascarado levantar su puño enfrente de él. Rentarō bajó de la

    mesa rápidamente y esta se hizo añicos con un fuerte crujido.

    Saltó hacia atrás y se levantó de un salto. Sin embargo, como si

    predijera en qué lugar iba a esquivar, el hombre lanzó una patada

    giratoria.

    Rentarō lo bloqueó con éxito, pero debido a su poder fue arrojado

    de vuelta a la pared.

    El hombre enmascarado olfateó con desdén.

    Aunque Rentarō se aferraba con valentía, parecía abrumado por la

    increíble diferencia en poder.

    En ese momento un tono inapropiado hizo eco en la habitación. El

    hombre enmascarado respondió a su teléfono.

    —¿Kohina?... Ah, sí bien, luego me reuniré contigo allí.

    —Mira, monstruo ¡esto es por nuestros compañeros!

    Varios agentes de policía estaban de pie junto a la puerta con

    rifles carabina preparados.

    El hombre enmascarado rápidamente sacó una pistola de la funda

    del cinturón y disparó sin mirar en qué dirección.

    La sangre brotaba en manantiales sobre los chalecos azules y

    manchaban las paredes.

    El hombre enmascarado disparó en repetidas ocasiones y, en un

    abrir y cerrar de ojos, tres personas más fueron derribadas,

    pintando lo que estaba detrás de ellos de rojo.

    Rentarō caminó con firmeza, cerrando la distancia entre él y el

    hombre enmascarado.

    Habilidad de Combate Tendō Número Dieciocho, Tipo Dos.

    «¡Inzen: Kokutenfuu!»

    Casi al tiempo que dijo eso, él giró realizando una patada. El

    hombre lo esquivó con sólo mover la cabeza, pero Rentarō

    cambió rápidamente de un pie al otro y desató un segundo golpe:

    «Inzen: Genmeika».

    Un remate alto certero golpeó directamente la máscara del

    hombre.

    A medida que Rentarō empezó a dar un grito victorioso, el

    hombre puso sus manos sobre la cabeza, que se movía hacia atrás

    después del impacto y, con todas sus fuerzas, cambió la cabeza de

    nuevo a su lugar. Sorprendentemente ni siquiera dejó caer el

    teléfono de su mano.

    —No, no es nada serio. Sólo está lleno de gente aquí. Voy a estar

    allí de inmediato.

    El hombre cerró el teléfono y se quedó quieto mirando fijamente

    al muchacho.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    19

    Rentarō sintió un escalofrío como si la sangre helara en sus venas.

    El hombre se ajustó la máscara y dejó salir una risa de su

    garganta.

    —¡Eso fue increíble! Aunque estaba con la guardia baja, no tenía

    la más mínima intención de dejar que me golpearas. Tengo

    muchos deseos de matarte aquí mismo, pero tengo algunos

    negocios que atender.

    Dicho esto, los ojos bajo la máscara miraron al muchacho

    entusiasmadamente.

    —Por cierto, ¿cómo te llamas?

    —Satomi Rentarō...

    Murmuro «Satomi-kun, ¿eh?» el hombre se dirigió a la terraza a

    través del cristal roto de la ventana y puso un pie en la barandilla.

    —Vamos a vernos de nuevo en alguna parte Satomi... No, tal vez

    debería ir a verte.

    —¿Quién eres?...

    —La persona que destruirá el mundo. No hay nadie que pueda

    detenerme.

    El hombre saltó desde el balcón.

    El cuerpo rígido del chico no se movió durante un buen rato,

    como si estuviera cosido al suelo. Rentarō abrió sus palmas

    sudorosas y luego las apretó con firmeza.

    ¿Hay personas tan fuertes como él en el mundo?

    Rentarō oyó los gemidos, se dio la vuelta y vio a los oficiales

    fuertemente heridos por ese hombre. Sus colegas ferozmente

    llamaron pidiendo ayuda y los heridos fueron llevados en

    camillas.

    El puño cerrado de Rentarō tembló. En ese momento alguien le

    puso una mano en su hombro y la sacudió con fuerza.

    —Vamos, estamos preparados para este tipo de situaciones ya que

    elegimos este trabajo. Lo que tienes que hacer ahora es–

    Rentarō chasqueó la lengua y sacudió la mano de Tadashima.

    —¡Lo sé, la prevención de la pandemia es nuestra primera

    prioridad!

    Rentarō miró el reloj que colgaba de la pared, reunió a sus

    pensamientos y se preparó para salir. Fue una gran pérdida de

    tiempo, pero el trabajo aún no había terminado. Él expulsó los

    pensamientos acerca de ese misterioso hombre de su mente. Con

    la pistola en la mano, examinó cuidadosamente el baño y el

    interior de la sala de cuatro y medio-mat*, después de abrir el

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    20

    armario. Finalmente abrió el último armario grande de madera,

    asegurándose de que no estuviera allí.

    (*Mat: Unidad de medida)

    Pero no había nada dentro excepto por la ropa.

    —Hey, ¿cómo podría ser esto? ¿Dónde está el Gastrea?

    Rentarō oyó la voz de Tadashima desde atrás. Entonces un poco

    confundido, colocó la pistola en la funda y regresó a la sala de

    estar.

    El problema era la sangre en el suelo, donde el hombre

    enmascarado se quedó antes. No era su sangre. Ese hombre no

    resultó herido en absoluto.

    Y además, aunque no quería pensar en ello, la cantidad de sangre

    en el suelo podría haber sido letal.

    Rentarō miró la fotografía sobre una mesa pequeña. Mostraba a

    una pareja amorosa y a su hija entre ellos.

    —¿El hombre vivía solo en esta sala?

    —Sí, vivía separado de su esposa e hija.

    Rentarō comprobó el techo.

    —¿Qué es?...

    Tadashima, que salió de la vista de Rentarō, hizo una mueca de

    disgusto. Había un objeto como un gel verde aferrado al techo.

    Rentarō saltó y tocó la sustancia adherida allí. La frotó con los

    dedos… era muy pegajosa.

    —No hay duda de que la víctima fue atacada aquí. Después

    probablemente huyó al exterior a través de la ventana en busca de

    ayuda. Y no quiero decir esto, pero me temo que una persona

    capaz de moverse mientras sangraba tanto es muy extraña...

    Tadashima golpeó nerviosamente su bolsillo y sacó un cigarrillo.

    —¿Así que estás diciendo que el origen de la infección, así como

    la persona infectada, se encuentran vagando en alguna parte?

    Rentarō asintió.

    —Inspector Tadashima dé una orden para evacuar

    inmediatamente a todos desde el área próxima y selle este lugar.

    Ellos no pueden haber ido muy lejos. También hay que unirnos a

    un equipo de búsqueda. Usted no quiere degradarse a causa de la

    difusión de la pandemia ¿verdad?

    ◇ ◇ ◇

    Él tenía una sensación de deriva, como si estuviera medio

    dormido y medio despierto. Pero después de regresar a sus

    sentidos, esa sensación agradable repentinamente desapareció.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    21

    En el momento en que se dio cuenta de que estaba vagando bajo

    el sol poniente, dejó de caminar.

    Miró hacia la izquierda y hacia la derecha:

    —¿Por qué estoy caminando aquí?

    Ese lugar estaba ligeramente separado de un lugar habitable, pero

    mirándolo desde un lugar conocido, no había duda de que estaba

    en algún lugar en el Área de Tokio. No podía decir dónde estaba

    exactamente, pero recordaba vagamente el paisaje circundante.

    Es poco probable que haya bebido tanto que perdí la conciencia,

    además de que estoy pensando con claridad y no he perdido mi

    sentido del equilibrio. Pero mi cuerpo todavía tiene algunos

    rastros de languidez.

    Él negó con la cabeza ligeramente.

    ¿Cuál es mi nombre? Por supuesto, es Sumiaki Okajima. Ha sido

    mi nombre durante cuarenta y cinco años, por lo que es algo

    difícil de olvidar.

    Ok, eso es bueno. Bueno, entonces, ¿qué estoy haciendo aquí? No

    importa lo mucho que piense en ello, no puedo entenderlo.

    No me siento como si estuviera sonámbulo y sólo hay una zona

    residencial por aquí, pero no creo que ningún amigo viva cerca.

    Así que es difícil creer que me dirigía hacia este lugar.

    ¿O tal vez di un paseo sin ningún propósito definido y vine aquí

    por la inercia?

    Repitió la palabra «inercia» en su cabeza e inconscientemente

    hizo una sonrisa irónica.

    Cuando la empresa para la que estaba trabajando quebró, había

    estado viviendo desde ese momento en la inercia. Estaba cansado

    del saldo de sus ahorros que continuaba disminuyendo, pensó que

    podía cubrir sus pérdidas al jugar mahjong y poker. Ese fue el

    comienzo de todos sus errores. En el momento en el que su delirio

    se calmó y pudo darse cuenta de su propia estupidez, ya había

    perdido una enorme suma de dinero.

    Después de la Gran Guerra Gastrea, Sumiaki miró con desprecio a

    las personas que perdieron su propósito en la vida y que fueron

    conducidos al suicidio. Pero ahora Sumiaki era exactamente como

    esas personas a quienes despreciaba en el pasado.

    No podía culpar a su esposa e hija que pronto lo dejaron.

    Sumiaki que ahogó su desesperación en las bebidas, incluso si era

    por educación, no podía ser llamado un buen padre. Ahora mismo

    apenas se mantenía un pensamiento honesto en su cabeza: «¿Qué

    iba a hacer cuando no tuviera dinero para comprar licor?».

    Su propia casa había sido embargada, por lo que pasó todos los

    días en una mansión en hacinamiento sin hacer nada. Ser incapaz

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    22

    de ser parte de la sociedad le molestaba, había veces en las que

    quería gritar.

    Sumiaki compró una botella plástica de alguna bebida deportiva

    en una máquina expendedora de pie junto a un poste de telégrafo.

    Tomó un sorbo, pero ni siquiera notó que era muy insípido.

    Vació el contenido de la botella, medio litro en un instante y aun

    así sentía más sequedad en la garganta que antes.

    —En serio… ¿qué estoy haciendo en este lugar?

    ◇ ◇ ◇

    —¡Rentarō es un desalmado!

    Sumiaki se sobresaltó cuando escuchó un fuerte grito. Vio a una

    chica, proyectando una larga sombra delante de sí misma

    caminando en su dirección. Ella era probablemente de diez años

    de edad, llevaba un abrigo con estilo de forro a cuadros y una

    minifalda. Tenía zapatos de cordones con suela gruesa,

    ligeramente temblorosas sus coletas gemelas fueron peinadas con

    enormes broches.

    Sintió oír su voz algo alterada, cuando ella pasaba.

    —Claro, teníamos prisa, pero lanzar a su prometida de la

    bicicleta… ¡¿En qué estaba pensando?!

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    23

    Aunque parecía que Sumiaki se había perdido, la niña pasó sin

    darse cuenta de su existencia.

    —Señorita, ¿me puede decir la dirección?

    Al oír las palabras de una persona sospechosa, como se había

    esperado de la joven: levantó la cabeza, se asustó y de repente dio

    un salto atrás.

    —E–Espera, por favor, yo no soy una persona extraña. Me llamo

    Sumiaki Okajima. Probablemente estoy viviendo en algún lugar

    cerca de este lugar, pero no puedo recordar el camino de vuelta a

    casa.

    La niña seguía mirándolo sin pestañear. Mientras el hombre

    estaba pensando en si debía decir algo más para aclarar el

    malentendido, la chica dio una mirada desconcertada… como si

    se diera cuenta de algo.

    —Señor, ¿comprende lo que le pasó?

    —¿Qué quieres decir?

    —No hay nada que pueda hacer al respecto. Nadie puede. Uhm...

    Bueno, ¿tiene algunas últimas palabras? ¿Para sus amigos, su

    familia o tal vez alguien más?

    —¿De qué demonios estás hablando?

    —Bueno, eso es todo. Ya no hay nada más que pueda decirte,

    aunque quisiera. Pero Rentarō me dijo: «Es tu deber transmitir el

    mensaje a las personas mencionadas», así que me comprometo a

    pasar sus palabras.

    Él era incapaz de comprender esta conversación. ¿Quién es ella y

    qué significa?

    La niña, que no era más alta que su pecho, dirigió una mirada

    compasiva.

    —Parece que usted no lo ha notado aún. En ese caso, sería mejor

    que le echara un vistazo a su figura. Aunque debería hacerlo

    despacio para que no entre en pánico. Si hace lo que digo, usted

    entenderá de lo que le estoy hablando.

    Sumiaki fue intimidado por el ambiente que se asentó después del

    monologo de esta extraña chica. Se miró a sí mismo.

    —¿Qué es esto…?

    Su abdomen estaba teñido de color rojo oscuro. No, no era sólo el

    abdomen. Una gran herida, como si estuviera desgarrado, se

    extendía hasta la punta de su hombro y cuello, la sangre fresca

    aún brotaba de ella. Un charco de sangre se había formado en el

    asfalto, donde Sumiaki estaba de pie.

    Mientras temblaba de miedo, tocó su abdomen y sintió una

    extraña sustancia babosa.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    24

    ¿Por qué no me di cuenta de esto antes? Y para empezar, ¿por

    qué no he sentido ningún dolor? ¿Cómo me paso esto?

    Un instante después, su visión colapsó como si el mundo

    estuviera al revés y Sumiaki cayó justo donde él estaba parado.

    —Ya recuerdo... Sí, me quede sin dinero y entonces...

    Sumiaki había estado en un sinnúmero de entrevistas de trabajo, a

    veces recibía rechazos de personas que parecían repudiar su

    personalidad y era asaltado por un disgusto insoportable.

    Después de algún tiempo recibió un trabajo en una empresa

    especializada en la limpieza de módulos de células solares. El

    trabajo era duro, pero tenía un salario garantizado, aunque no era

    grande. Estaba pensando que si su vida se estabilizaba, podía

    regresar con su esposa e hija.

    En ese momento era sólo un sueño y para lograrlo debía pararse

    firme de nuevo. Sin embargo, en el momento en que se dio cuenta

    de que iba a ser capaz de lograrlo, el cuerpo de Sumiaki fue

    engullido con una extraña agitación.

    «Sólo para escuchar su voz». Con ese pensamiento salió a la

    terraza y desde la mansión llamó a su esposa.

    Mientras esperaba que el receptor contestara la llamada, de

    repente miró hacia arriba. Tal vez fue el momento más

    desafortunado en toda su vida.

    Una gran criatura de tamaño humano se aferraba a la pared del

    cuarto piso de la mansión. Esa criatura, que estaba esperando a

    que Sumiaki lo notara, se lanzó hacia él mientras sus ojos rojos

    destellaban.

    —Yo estaba a punto de ser asesinado por ese Gastrea… así que

    corrí escapando de ese infierno y llegue hasta aquí.

    —Ese Gastrea dejó sus fluidos corporales en ti.

    Sumiaki miró las dos marcas de colmillos en la punta de su

    hombro.

    —Sí.

    La voz de la desesperación se filtró fuera de su garganta.

    Se acordó de la emisión de televisión que había visto varias veces

    durante la guerra. Las ratas de laboratorio, que fueron inyectados

    con el Virus Gastrea obtuvieron, una forma extraña a los pocos

    minutos y gritaban como niños recién nacidos dejando a los

    espectadores sin palabras.

    Como la chica señaló, sus pantorrillas comenzaron a picar, la

    temperatura de su cuerpo creció y sintió una presión como si sus

    entrañas se estuvieran hinchando.

    Tal vez en ese momento la información del ADN de Sumiaki

    estaba cambiando a una enorme velocidad.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    25

    Si se hubiera dado cuenta de eso, habría estallado en lágrimas.

    —Bueno, ¿entonces eres es de Seguridad Civil?...

    —Sí, mi nombre es Aihara Enju, soy una Iniciadora. Tengo diez

    años y ya soy una dama.

    Tenía la intención de reírse, pero en cambio su cara mal formada

    sólo se crispó. Parecía que no podría controlar más su cuerpo.

    —Tengo que pedirte un favor… ¿le puedes pedir perdón a mi

    esposa e hija por mí? Diles que estoy arrepentido de lo que he

    hecho.

    —Lo haré…

    Fue la última vez que Sumiaki observó este mundo.

    Todavía conservaba la forma humana, su temperatura corporal

    superó el punto crítico.

    Sus brazos y piernas se atrofiaron a una velocidad increíble y, en

    un momento, largas piernas de un tono negro aparecieron en su

    cuerpo.

    Junto con ocho largas patas cubiertas con pelo, cuatro pares de

    ojos bermellón compuestos aparecieron en su cara. Su abdomen

    se hinchó como una pelota, dos colmillos relucientes húmedos

    sobresalían de las comisuras de su boca. El patrón moteado

    amarillo y negro de su cuerpo, sin duda plantearía una aversión

    visceral en cualquier ser humano. Esto era una gran araña.

    Pero la niña no escapó, ni gritó, ella con mucha calma se preparó.

    De repente, se oyó una voz, viniendo de la nada.

    —Gastrea confirmado, Modelo: Araña Fase I. ¡Participando en la

    batalla!

    La chica giró hacia la voz.

    —¡Rentarō!

    —Enju, ¿estás bien?

    Enju comenzó a correr. Rentarō también corrió hacia la niña con

    los brazos extendidos.

    Bajo el sol de la tarde que se establecía poco a poco, esas dos

    personas que se separaron sólo por poco de tiempo, inundadas de

    emociones, se abrazaron mutuamente... bueno, en realidad no:

    Enju sólo pateo a Rentarō en su ingle.

    —Ghaaaaaa.

    Rentarō cayó de rodillas sosteniendo su entrepierna con ambas

    manos y tocando el suelo con la frente. Retorciéndose en el suelo

    en medio de grandes sufrimientos, totalmente desconocidos para

    las mujeres, Rentarō levantó la cabeza, apretando los dientes.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    26

    Aihara Enju, una chica de 145 centímetros de altura, con la mano

    en la cintura y con arrogancia lo miró.

    —¿Cómo te atreves a aparecer delante de mí, como si nada

    hubiera pasado después que me tiraste de la bicicleta?

    —¿E–Estás loca?

    —Por supuesto que sí.

    —Pero no tenía elección. Si no tomaba este trabajo, Kisara me

    hubiera pateado, ¿sabes?

    —Dado que me abandonaste, voy a patearte a ti también.

    —¿Entonces qué se supone que debo hacer?

    —Sólo debes asumir la responsabilidad como un adulto. Entonces

    serás pateado por las dos. Tal vez puedas elegir la forma en la que

    vamos a patearte.

    —Eres tonta, tiene que haber una alternativa.

    Un instante después, un disparo rugió como si rompiera su

    conversación. Tadashima finalmente llegó, mientras sostenía un

    revólver que desprendía humo por los disparos.

    —Hey, ustedes dos, ¿van a matar al enemigo con charlas

    cómicas? ¡Vamos a hacer nuestro trabajo como Seguridad Civil!

    La sangre comenzó a brotar a chorros de la piel del recién nacido

    Gastrea en el lugar en que había recibido disparos, pero en el

    momento siguiente la herida comenzó a sanar a una velocidad

    increíble. Por último, la bala calibre .38 del revólver de

    Tadashima salió de la herida. El Gastrea giró la cabeza hacia

    Tadashima e hizo un grito desgarrador. Eso era malo.

    Antes de que dejara escapar el grito, Rentarō rápidamente corrió

    hacia Tadashima, se estrelló contra él y lo derribó.

    —¿Q–Qué estás haciendo?

    La araña negra dio un salto y el lugar en donde él estaba hace un

    momento quedó destrozado. El rostro de Tadashima quedó en

    blanco.

    —Inspector, este es el Factor Gastrea: la Araña Saltadora.

    —¿La Araña Saltadora?

    —Originalmente se trata de una araña que podía saltar hacia su

    presa cubriendo una distancia varias veces mayor a su propia

    longitud corporal. Comprendí esto por su color característico y

    cuerpo.

    Rentarō tomó el revólver de Tadashima.

    —Las balas regulares son ineficaces contra Gastrea. Sólo logran

    agitarlos más, por lo que no deben usarlas.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    27

    —¿Entonces cómo se supone que vamos a acabar con él?

    En ese momento una sombra profunda pasó sobre ellos.

    Tadashima dejó escapar un grito.

    Sintiendo un olor a huevos podridos, Rentarō noto algo frío en la

    espalda y se dio la vuelta. Una araña gigante con las patas

    estiradas se encontraba detrás de él.

    Apuntó su cuerpo hacia Rentarō, abriendo y cerrando sus

    colmillos quelicerales con glándulas venenosas en su base.

    Vio el color de su gran cuerpo y oyó el sonido discordante de

    cuando masticaba sus hilos.

    El Gastrea notó algo cerca y rápidamente volteó su cuerpo, había

    una niña de pie delante de él. Ella debe haber estado temblando al

    ver los hilos de la araña. Entonces, de repente la chica estaba

    cubierta con algo así como una red de caza y su postura se

    sacudió.

    —¡¿Q–Qué es esto?! ¡Es muy pegajoso!

    Cuanto la chica más intentaba escapar, más se envolvía en estos

    hilos viscosos.

    En ese momento Rentarō observó sospechosamente esa sustancia

    verde irreal brillante en los colmillos de la araña. Esa fue la

    misma sustancia que había visto en la casa de Sumiaki Okajima.

    —¡Enju, en cuclillas!

    —¿Eh?

    La niña no pudo responder rápidamente a sus instrucciones. La

    araña lanzó su cuerpo delgado a un lado. Dejando arañazos

    violentos en el suelo, ella cayó de unos impresionantes veinte

    metros.

    —¡Enju!

    Rentarō sacó inmediatamente la pistola de su cinturón y disparó.

    Junto al intenso disparo, utilizó la fuerza de sus manos para

    resistir el retroceso de la pistola. Cuando la bala impactó en el

    Gastrea, la criatura dejó escapar un fuerte grito y retrocedió,

    protegiendo el cuerpo con sus piernas. Sin embargo, la herida no

    mostró signos de regeneración.

    «Muy bien» pensó Rentarō y continuó disparando. Las balas

    acribillaron el lugar donde su cuerpo estaba recostado y una de

    sus patas salió volando mientras vibraba. Triturando su cáscara

    dura, las balas de calibre 0,40 crearon un agujero negro y los

    fluidos corporales del Gastrea brotaron de la herida.

    Después de disparar diez balas, la corredera de la pistola se movió

    de nuevo y se detuvo indicando que estaba sin munición. El

    Gastrea se acurrucó a lo lejos y ni siquiera intentó atacar.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    28

    A medida que cuidadosamente se acercaba, se dio cuenta de que

    una de las balas voló una parte de su cara junto con los colmillos.

    Pero al momento siguiente, se dio cuenta de que menos de la

    mitad de las balas golpearon a la criatura. Por otra parte, ninguna

    de ellas alcanzó su principal punto vital.

    Con un mal presentimiento, tragó saliva.

    En un instante la araña elevó sus pies, abrió las glándulas

    venenosas y se lanzó hacia Rentarō.

    Siendo tomado por sorpresa, no fue capaz de reaccionar

    rápidamente. Rentarō endureció su cuerpo listo para enfrentar lo

    inevitable.

    En ese preciso momento, con el sonido de un terrible impacto, el

    cuerpo del Gastrea fue enviado volando paralelo al suelo. Rebotó

    una vez, aplastó una pared de piedra, destruyó los postes de

    telégrafo en su camino y cayó al suelo levantando una enorme

    nube de polvo. No podía comprender lo que acababa de ocurrir en

    ese instante.

    —¿Enju?

    Estaba de pie, triunfante en el lugar donde el Gastrea estaba

    momentos antes.

    —Uh, estaba desprevenido. No lo vi venir.

    Tadashima jadeó en busca de aire. No podía creer que hace un

    momento esa pequeña chica había lanzado lejos a una criatura de

    sesenta kilogramos. Sólo había una explicación:

    Los ojos negros habituales de la joven brillaban con un color rojo

    brillante.

    Tenía los mismos ojos carmesí profundos de un Gastrea.

    La sorpresa escrita en la cara de Tadashima lentamente se

    desvaneció, había comprendido.

    —Ya veo, esta mocosa es una Iniciadora.

    —Soy la socia de Rentarō: Aihara Enju. Recuérdelo, «Señor

    Funcionario Público».

    La chica dijo eso con ojos increíblemente tenaces. Tal arrogancia

    era inapropiada para su edad, pero era realmente cautivadora.

    Aunque Rentarō reconoció su impotencia que la chica de diez

    años felizmente señaló, insertó un cargador de repuesto y con

    cuidado se acercó al Gastrea.

    La araña estaba acostada sobre la espalda con sus piernas

    estiradas, su cuerpo convulsionó por última vez y la criatura

    murió.

    Rentarō ligeramente bajó la cabeza en dirección a Tadashima.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    29

    —Lo siento inspector. Pensé que su etapa era menor.

    —Oye ¿y qué pasa con ese largo discurso tuyo de «Las balas

    regulares son muy ineficaces contra Gastrea»? ¿Era todo

    mentira?

    Rentarō miró a Tadashima. No podía ocultar este hecho, así que

    mostró en silencio las balas insertadas en su cargador de repuesto.

    Los ojos rasgados de Tadashima se abrieron sorpresivamente

    cuando comprendió.

    —Ya veo, «Balas de Varanium».

    Rentarō asintió. Puso una bala en su mano y se la mostró. La

    punta del cartucho era de color dorado. La bala negra de

    Varanium reflejaba perfectamente la luz del sol.

    —Está hecho de Varanium, que impide la regeneración de las

    heridas de los Gastrea, como usted sabe.

    A la vez, el muchacho pensó que tener esto podría llegar a

    significar que la humanidad podría escapar de su exterminio. Los

    Gastreas odiaba extremadamente este metal. Se dijo que si una

    criatura se la coloca en una habitación llena de Varanium, se

    volvería débil y moriría muy pronto.

    —Así que también se usa en la fabricación de balas.

    —Tal vez los miembros de Seguridad Civil que usan espadas o

    lanzas como armas se destacan entre los demás, pero yo prefiero

    las balas.

    Dicho esto, Rentarō mostró su Springfield XD. Tadashima llevó

    una mano a la barbilla y se sorprendió.

    De repente, la manga de Rentarō fue jalada un par de veces. Giró

    su cabeza y vio a Enju, quien sonrió y vigorosamente se señaló a

    sí misma.

    —Sí, sí. Estaba descuidado por ahí y tú me salvaste…

    ¿Satisfecha?

    —También quiero decirte algo.

    Enju le hacía señas, por lo que no tuvo más remedio que

    inclinarse hacia ella haciendo contacto visual. Parecía que dejaría

    escapar un suspiro de tristeza, pensando que ella iba a decir algo

    así como «Aflojé hacia el final» o «Quiero ser más fuerte».

    Ella rápidamente envolvió sus manos alrededor de su cuello y de

    repente sintió un toque cálido en los labios.

    —¡Mwah!

    Su cuerpo se tensó y ella rápidamente se alejó. Avergonzada a la

    distancia, con las manos detrás de su espalda.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    30

    —Je je, este es mi «gracias». No has sido mi compañero durante

    mucho tiempo, pero te enfrentaste con valentía al enemigo por tu

    cuenta cuando estaba con la guardia baja.

    —T–Tu…

    —¿Eh, quieres más? Bueno, ya que eres tú, Te permitiré hacer

    otras cosas más.

    —¡E–Estúpida Deja de decir eso! Aunque se trate de una mera

    broma, ¿y si alguien le da una interpretación errónea?

    Sintiendo un repentino escalofrío en la espalda, Rentarō dio la

    vuelta. Tadashima tomó esposas de detrás de su espalda, y se

    acercó a él.

    —Tienes buen gusto, cerdo…

    Un sudor grasiento salía de él. Tadashima miró fijamente a

    Rentarō.

    —Recientemente un idiota empezó a jugar con las niñas de por

    aquí. Acerca de su estatura y constitución, ¿qué puedes decir al

    respecto…?

    —¡Lo has entendido todo mal, es una falsa acusación! ¡Me

    declaro inocente!

    —Vas a explicar eso en la estación de policía.

    —¡Desgraciada!

    Rentarō y Tadashima competían el uno contra el otro, como si

    estuvieran dibujando un círculo alrededor de Enju

    —E–Enju, te lo ruego, ¡dile algo!

    Enju infló su pecho, dándole las gracias por preguntar.

    —Tenemos una relación íntima que no puedo expresar con

    palabras.

    Tadashima ladeó su revólver.

    ¿Eh? ¿Va a dispararme?

    —¡Ella sólo está alojada en mi casa!

    —No puedo dormir por culpa de él.

    —¡Es porque ruedo alrededor mientras duermo!

    —¿Vas a prometer estar conmigo durante toda la vida?

    —¡De ninguna manera!

    Desde hace algún tiempo Tadashima miraba primero a Rentarō

    luego a Enju comparándolos. Después de un rato colocó las

    esposas a la distancia.

    —Tch. Debería haberle esposado ambas manos con estas

    elegantes pulseras.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    31

    —Oh, vamos inspector, esa broma me duele mucho.

    De repente Rentarō miró a la espalda de Enju y contuvo el aliento.

    La piel de su espalda se desprendió y se había vuelto roja

    brillante. Fue probablemente el resultado de su duro aterrizaje en

    la tierra.

    —Enju, ¿te duele?

    Sus ojos tenaces expresaron dolor, olfateó y firmemente le

    devolvió la mirada.

    —Está bien, se curará en poco tiempo. Estoy enfadada porque ha

    arruinado mi ropa. Está desgarrada hasta los tirantes de mi

    camiseta.

    Y como si confirmara las palabras de la niña, los arañazos en la

    espalda que parecían lamentables comenzaron a curarse justo en

    frente de sus ojos.

    Pronto las heridas habían cerrado como si no hubiese pasado

    nada, lo único que quedaba era el hermoso color de la piel de la

    niña sin bellos en el cuerpo y sus ropas rasgadas.

    Notando la boca abierta de Tadashima y su mirada de asombro,

    pensó que se trataba de una reacción muy natural.

    En el caso de un ser humano, se forma una costra sobre la herida

    y después de un cierto período de tiempo la herida se cura bajo

    ella. El hecho de que su herida sanara saltándose ese proceso, era

    porque ella no era un ser humano ordinario.

    Regeneración sobrehumana, ese era uno de los beneficios dados a

    las Iniciadoras, las chicas que fueron capaces de controlar el Virus

    Gastrea bajo ciertas condiciones. Entre otros beneficios estaban su

    fuerza física y su agilidad nada estándar. Además cuando no

    estaban usando su poder, sus pupilas eran de color negro intenso.

    Rentarō, al ser un «Promotor», supervisa a la Iniciadora para

    mostrarle el camino.

    —Por cierto Enju, tú hablaste con la víctima antes de que se

    cambiara su forma… ¿te dijo algo?

    —Sí, él pidió que le diera saludos a su esposa e hija.

    —Ya veo...

    Rentarō miró su reloj, luego enderezó la espalda y saludó a

    Tadashima.

    —Año 2031, 28 de abril a las 16:30 p. m. Iniciadora Aihara Enju

    y Promotor Satomi Rentarō. El Gastrea ha sido eliminado.

    —Buen trabajo, Seguridad Civil.

    Aunque era una formalidad como Jefe del Departamento,

    Tadashima le devolvió el saludo. Cuando sus ojos se encontraron,

    ambos sonrieron, pero era imposible saber quién sonrió primero.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    32

    Una voz inocente, incapaz de leer la situación, rompió el silencio.

    —Hey, ¿no crees que sería mejor ir a la venta temporal en lugar

    de todo esto?

    —¿Eh? Probablemente…

    Se apresuró a sacar un folleto plegado de su bolsillo. Rentarō se

    puso pálido.

    —¿Q–Que? ¿Quieres ir ahora?

    —Sí, si hay otro trabajo pasémoslo a otra persona.

    Por alguna razón Tadashima murmuró:

    —Uhm… bueno. Tú me salvaste antes así que... por cierto, ¿por

    qué la prisa?

    —¡Porque los brotes de Soja están a sólo seis yenes por paquete!

    En cuanto la sombra del chico corriendo y la pequeña sombra

    detrás de él como un perrito se alejaron, Shigetoku Tadashima

    murmuró:

    —¿Bolsas de soya…?

    Había estado pensando en darle las gracias al chico que lo había

    protegido antes, pero de repente se sintió estúpido.

    —Jefe, ¿estás seguro?

    Se dio la vuelta y vio que los subordinados del grupo de búsqueda

    que habían sido enviados finalmente habían llegado.

    —A pesar de que se ven como unos novatos, parece que eran

    bastante buenos, ¿eh?

    —Hmm… sí. Oh, me olvidé de preguntarle su «IP Rank»*.

    (Ranking basado en la fuerza combinada del promotor y la

    iniciadora)

    Casi inconscientemente, sacó un cigarrillo del bolsillo y lo

    encendió. Se dio cuenta de que su subordinado estaba mirando el

    cigarrillo.

    —Fumar, ¿eh?

    —No seas tan estricto, casi me muero hace un momento.

    El subordinado frunció el ceño, pero a Tadashima no le

    importaba, él sólo inhaló profundamente el humo del cigarrillo y

    lo apagó.

    ◇ ◇ ◇

    Dado que el tiempo era bueno, los Monolitos imponentes eran

    claramente visibles muy lejos en la distancia.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    33

    1,61 kilómetros de altura y un kilómetro de ancho, estas masivas

    barreras negras rectangulares fueron esparcidas en intervalos

    regulares como torres de alta tensión.

    Visibles en medio del paisaje de la naturaleza y vistos fuera de

    lugar, los Monolitos de alguna manera llamaban la atención de las

    personas con respeto.

    Estaban cercando completamente la llanura de Kanto.

    Su territorio interior era el último paraíso habitado por los

    humanos.

    Estas piedras de cromo negro que estaban muy juntas, eran en

    realidad trozos de Varanium.

    Los Monolitos se extendieron por toda la llanura de Kanto, la

    antigua Zona de Tokio, la antigua prefectura de Kanagawa, la

    vieja prefectura de Chiba y una parte de la antigua prefectura de

    Saitama.

    Los Gastreas odiaban extremadamente el Varanium. Debido al

    campo magnético único emitido que funcionaba como una barrera

    natural, el Área de Tokio fue capaz de evitar ataques a gran escala

    de los Gastrea.

    Por el contrario, todo lo que fue una de las cinco áreas de Japón

    incluyendo Área de Tokio era un hervidero de monstruos y

    monstruos que alguna vez fueron seres humanos. Si una persona

    débil diera un paso fuera de la frontera del Monolito, moriría

    instantáneamente o se convertiría en uno de ellos.

    Sin embargo, no sólo Japón se encontraba en tal situación.

    Se dio cuenta de que las unidades de la escena del crimen y otros

    agentes se habían reunido alrededor de él mientras estaba

    desapercibido. Confiscaron todos los elementos como prueba y

    rodearon el lugar con cintas que decían «Keep Out».

    Los Gastreas aparecieron hace diez años en todas partes del

    mundo al mismo tiempo. Empezaron a arrinconar a los seres

    humanos lejos con gran rapidez debido a su grado de infección.

    Una persona infectada se convirtió en dos, luego cuatro, ocho…

    El número de Gastreas aumentó en progresión geométrica.

    Finalmente los humanos comenzaron a sentirse desesperados,

    pero ya era demasiado tarde para hacer algo al respecto.

    Muchas bajas y sufrimiento dejó esa guerra a gran escala, todos

    los países utilizan los Monolitos que fueron usados finalmente en

    la etapa de uso práctico para construir barreras. Diez años han

    pasado, pero los seres humanos seguían frenéticamente

    encerrándose dentro de sus límites.

    La humanidad fue derrotada en la Primera Guerra Mundial

    Gastrea.

    El humo del cigarrillo en aumento se disuelve momentáneamente

    en los rayos del sol poniente.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    34

    Japón ha estado sanando sus heridas durante diez largos años y

    finalmente, el nivel de la civilización había sido restaurado a la de

    la primera mitad de la década del 2020.

    Tadashima, observando la colilla del cigarrillo, les dio una mirada

    de reojo a sus subordinados capaces que se movían rápidamente

    alrededor de la escena.

    De vez en cuando cazaban sin rumbo aparente Gastreas en sus

    primeras etapas, evitando así una pandemia. Al principio fue la

    policía y las personas bajo su mando, la policía antidisturbios, las

    Fuerzas de Autodefensa, etc. Pero ahora esta carga se impuso

    sobre la Seguridad Civil. Y la policía terminaba la limpieza

    después de los incidentes.

    Sintiendo un fuerte olor de primavera en su piel, Tadashima con

    un sentimentalismo atípico vio las espaldas de las dos personas

    que estaban casi desvaneciéndose en la distancia.

    Iniciadora y Promotor.

    Luchan por parejas.

    Luchar contra los Gastreas con el poder que han dominado, ellos

    son la última esperanza de la humanidad.

    Parte 2

    —¿Tienes algunas últimas palabras antes de morir, Satomi-kun?

    Un sudor frío recorrió las mejillas de Rentarō. Intentó retirarse,

    pero un momento después su espalda chocó contra un muro.

    Una chica con el rostro firme y los brazos cruzados estaba

    hablándole con voz perturbada pisando ruidosamente el suelo con

    sus botas.

    Había esperado algo así, pero ella parecía muy enfadada con él.

    Una belleza de cabello negro estaba de pie justo en frente de los

    ojos de Rentarō. Su piel suave y blanca como la nieve,

    contrastaba hermosamente con su sedoso pelo liso color negro

    azabache. Su piel blanca era visible sólo en su cara, cuello,

    manos, muslos, era también un poco visible entre la falda y las

    altas medias. Así que, a excepción de la cinta roja en la parte

    delantera de su traje de marinero desgastado de la Academia

    Miwa para chicas, sus ropas estaban completamente en blanco y

    negro.

    Sus estrechos ojos rasgados eran penetrantes, su rostro era lindo

    cuando ella reía, pero por lo general parecía tosco y ella sólo

    guardaba silencio, así que esto era sólo una pérdida de tiempo.

    Aunque Rentarō quedó consternado, estaba tratando

    desesperadamente de defenderse a sí mismo con una voz muy

    débil.

    —Pero ya es agua bajo el puente*.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    35

    (Expresión usada para referirse a que es parte del pasado)

    —¡Eso es absurdo!

    Un fuerte grito retumbó en toda la estrecha habitación. Cuando

    Rentarō esquivó un golpe feroz dirigido contra él a último

    momento, la chica con vehemencia le frunció el ceño.

    —¿Por qué estás esquivando? Es irritante.

    —¡Sé razonable!

    Rentarō le dio la espalda y comenzó a correr. La chica levantó sus

    puños y lo persiguió corriendo en círculos alrededor del salón.

    Maldita sea. Este día sólo ha estado lleno de problemas.

    —Tú estás... huyendo... me rindo....

    Al carecer de fuerza física, la chica pronto desistió. Ella trató de

    regular su respiración respirando profundamente.

    —Hey, voy a hacer mi mejor esfuerzo en el próximo trabajo que

    me des, Kisara-san.

    —¡No digas tonterías! ¡Era tu última oportunidad! Y…

    Ella continuó mirando a Rentarō.

    —Cuando estés en el trabajo, llámame «Jefa», no «Kisara-san».

    Ella movió su cabello largo y rápidamente volvió a su escritorio.

    Mientras decía: «Eres un bueno para nada», se sentó en un sillón.

    Rentarō dio un suspiro. Además de que había regresado agotado,

    al regresar a la oficina lo estaba esperando un castigo inhumano.

    Un enorme escritorio de ébano, del tamaño de un piano de cola y

    un sillón de cuero bien curtido.

    Extrañamente armonizaba con la imagen de la chica en traje de

    marinero que estaba sentada allí de manera calmada.

    Tendō Kisara, ella era la hija menor de la familia Tendō en cuyo

    cuidado Rentarō fue puesto hace diez años. Ella también era la

    Jefa de la Compañía de Seguridad Civil Tendō, donde Rentarō

    estaba trabajando.

    —¿Así que quieres decir que ibas de prisa dispuesto a comprar

    algo en venta por tiempo limitado y, cuando ibas, te olvidaste de

    recibir la indemnización de parte de la policía?

    —Sí…

    Rentarō apartó la mirada y murmuró sin rodeos.

    Antes cuando había notado eso, se apresuró a llamar al inspector

    Tadashima quien respondió: «¿Qué? Pero yo estaba seguro de

    que estabas haciendo esto de forma gratuita… Puesto que ya

    quedó en el pasado, vamos a hacer borrón y cuenta nueva, y la

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    36

    próxima vez que te llame te pagaré bien y estarás en mi entera

    disposición Mwahahahah» después se rio a carcajadas y colgó.

    Kisara continuó con su cara sombría.

    —Pero aun así, ¿sólo compraste dos paquetes de brotes de soja?

    —¡S–Sí!... Ellos estaban dando sólo un paquete por persona, ¡así

    que llevé a Enju conmigo y compramos dos paquetes!

    Pensándolo bien, ¿por qué demonios le estoy informando acerca

    de esto? Rentarō cambió apresuradamente el tema de la

    conversación.

    —¿Quieres un poco…?

    Ella tiró el paquete de brotes de soja en su rostro.

    —¿Sabes qué, Satomi-kun? El sueldo de este mes es cero. Así que

    piensa: ¿de quién es la culpa…? Es tuya, inútil, idiota, débil. ¡¿Y

    todavía crees que reportar los resultados de tu trabajo a tu jefa es

    menos importante que hablar de una venta limitada del

    supermercado?!

    De repente Kisara apretó los puños y se estremeció. Pero al

    momento siguiente se levantó sin quitar sus manos de la mesa.

    —Por otra parte, ¡¿por qué no me hablaste antes de esta venta de

    tiempo limitado?!

    Como si hubiera llegado el momento de comer, su vientre

    retumbó. Los ruidos de su estómago hicieron que Kisara perdiera

    el valor y bajara de la silla. Sus ojos estaban vacíos.

    —Uh... Me hubiera gustado tener un bistec…

    —Yo también quisiera comer uno…

    Debido a que Kisara se separó de su familia y estaba viviendo su

    propia vida, en ese momento ella estaba corta de dinero. Ese

    hecho, sin embargo, contradecía con su aspecto de celebridad.

    —Satomi-kun...

    —¿Qué?

    —Haz tu trabajo.

    —Ugh, ¿tienes problemas de estómago?

    —Mejoran cuando trabajo.

    La Compañía de Seguridad Civil Tendō ocupaba el tercer piso de

    un edificio que se llamaba «El Edificio Feliz». Kisara miró por la

    ventana a las personas que regresaban a casa después del trabajo y

    negó con la cabeza ligeramente dejando escapar un suspiro.

    —No imaginaba que manejar una compañía sería tan difícil.

    —¿Pensaste que sería fácil...?

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    37

    —Bueno, las bolsas de acciones y los giros postales son fáciles.

    Pero aquí sólo puedes obtener ganancias si eres capaz de hacer

    cosas extraordinarias, así que es realmente imposible. Además

    tengo a un idiota inútil como tú.

    —Aquí hay un cabaret en el segundo piso y en el primero un bar

    gay… ¿No crees que este no es un buen lugar…? Hm, ¿no hay

    tiburones de préstamo en el cuarto piso?

    —No tengo ni idea. Realmente no importa dónde se encuentra la

    oficina, mientras la compañía sea buena.

    Bueno, se puede decir eso.

    —¿Qué pasa con la distribución de folletos y de papel de seda?

    Así podremos anunciar constantemente a nuestra compañía.

    —Si sólo haces cosas regulares, sólo obtendrás resultados

    regulares. Yo quiero lograr un mayor impacto.

    —¿Qué pasaría si te pones un vestido de maid y distribuyes

    folletos?

    Lo que Rentarō le quería indicar era que si ella daba una buena

    imagen, diez de cada diez personas se darían la vuelta, pero

    parecía que esa matiz no fue transmitida a Kisara. Ella sólo se

    sonrojó y enderezó la espalda.

    ¡Soy una Tendō! ¿Quieres que me disfrace de una persona de

    clase baja como una maid? ¡No lo haré! ¡Tú deberías salir a la

    calle y prenderte fuego mientras gritas alrededor de la gente: «la

    Compañía de Seguridad Civil Tendō está aquí» y luego explotar!

    —Pero eso es terrorismo, sabes...

    Rentarō miró a su alrededor, sin habla.

    —Hey, Jefa. Estoy teniendo una conversación seria ahora. Vamos

    a contratar a alguien más.

    A pesar del hecho de que se necesitó un gran esfuerzo para

    reservar todo el piso para la Compañía de Seguridad Civil Tendō,

    era un verdadero desperdicio de espacio, ya que sólo había dos

    empleados: Rentarō y Enju.

    —Tengo personas que son de utilidad.

    Kisara dio una respuesta seca y chasqueó los dedos cerrando este

    asunto.

    —Satomi-kun, hazme un poco de té.

    —Hazlo tú misma.

    —¿Eh? ¿Qué pasaría si un idiota, que se olvidó de tomar la

    compensación por su trabajo, lo hiciera en mi lugar?

    —Tch, está bien. El té estará listo en un minuto, señorita.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    38

    ¿Por qué era tan engreída a pesar de llevar una vida tan pobre?

    Vertió agua caliente en una tetera y la puso sobre la mesa delante

    de Kisara.

    —Uhm, gracias.

    Kisara continuó tocando el teclado de un ordenador portátil sin

    mirar en dirección a Rentarō. Entonces, de repente, levantó la

    cabeza y sus ojos se encontraron.

    —Por lo tanto, ¿me estás diciendo que ese Gastrea que mataste

    era una persona infectada?

    —Así es —respondió sin rodeos y luego continuó prediciendo su

    siguiente pregunta.

    —No hemos encontrado el origen de la infección Gastrea, pero es

    probable que sea del mismo Factor Araña. Ya que no es un pájaro

    o un insecto, las otras compañías podrían ya haberlo encontrado y

    ocupado de él. Si su Fase es mayor a Tres, sin duda nos llamarían

    para pedir ayuda, pero de nuevo una advertencia de riesgo

    biológico no ha sido anunciada.

    Dado que un Factor Gastrea, como el que Rentarō había matado,

    era un animal enorme que habitaba la Tierra, todavía era

    encantador. Sin embargo, algunos Factores Gastrea,

    especialmente los que poseían más de cuatro ADNs diferentes,

    tenían apariencias tan horribles que sólo podrían ser llamadas

    mutantes.

    El tamaño de los Gastreas varía entre las Fases Uno al Cuatro iba

    aumentando proporcionalmente, pero como su etapa aumentaba,

    su fuerza también aumenta a una velocidad proporcional. Es por

    eso que los miembros de las diferentes Compañías de Seguridad

    Civil se tendían la mano con el fin de exterminar al Gastrea en

    caso de que sintieran que era una tarea más allá de su poder. Y lo

    hacían a pesar de que todas las Compañías se encontraban en muy

    malas relaciones con las demás.

    —Cuando no nos llaman, ¿significa que fueron capaces de

    manejar la situación por sí mismos, ¿no?

    Kisara bajó la mirada hacia la pantalla del portátil y negó la

    opinión de Rentarō.

    —No hay ninguna información al respecto. Además, ni siquiera

    hay algún reporte de testigos.

    —¿Eh?

    Kisara giro su portátil 180 grados. La pantalla mostraba un mapa.

    Era el sitio web de las Agencias de Seguridad Civil, donde se

    podían comprobar todas las batallas contra los Gastreas y los

    lugares donde fueron presenciados en los últimos noventa días.

    —Esto es...

    Rentarō arqueó las cejas y miró a Kisara. Ella asintió con la

    cabeza ligeramente.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    39

    —No hay ninguno, ¿verdad?

    —Sí... pero es imposible que no haya ni un sólo informe de

    testigos.

    —No hay ninguno aquí.

    Kisara empujó su cabello y lanzó una mirada sugestiva hacia

    Rentarō.

    Rentarō entrecerró los ojos y volvió a mirar los mapas y textos.

    —¿Por qué el gobierno no emite ningún aviso en el barrio? Esto

    es un asunto importante.

    —Satomi-kun, el gobierno no es incompetente, pero no puede

    recurrir a medidas coercitivas como las advertencias de

    evacuación. Así que no tiene sentido esperar algo en esta

    situación. Bueno, ese es realmente nuestro trabajo.

    ¡Qué horrible trabajo tenemos! Rentarō chasqueó la lengua y

    suavemente sacudió la cabeza.

    —Necesitamos un asesoramiento profesional. Voy a hablar con

    sensei.

    —También voy a tratar de averiguar indirectamente lo que la

    gente en la misma línea de negocios sabe. Satomi-kun, debemos

    perseguir ese Gastrea tan pronto como sea posible.

    —Lo tengo.

    Kisara cerró sus hermosas pestañas y tomó un sorbo de té.

    Rentarō miró de reojo furtivamente a su jefa. Él siempre había

    sabido que por alguna razón u otra ella había puesto la vida

    humana por encima de todo lo demás.

    Al no tener forma de saber los pensamientos de Rentarō, Kisara

    dejó de usar su portátil y la cerró. Se cruzó de brazos y estiró su

    cuerpo. Oyó un crujido en su espalda. Los ojos de Rentarō

    cayeron accidentalmente en sus amplios pechos que empujaban

    hacia arriba el traje de marinero, y se apresuraron a mirarlos.

    —Hm, por cierto, ¿dónde está Enju-chan?

    — Uh, sintió sueño y se fue a casa. Si también vas a casa te puedo

    acompañar hasta la mitad.

    —Lo siento, hoy tengo que someterme a una diálisis, así que voy

    a ir al hospital.

    —Entiendo.

    Kisara bebió un sorbo de té frío y miró hacia la oficina. Rentarō

    siguió su mirada con sus ojos.

    La recepción donde hablaban con los clientes estaba frente a una

    humilde mesa utilizada por los únicos empleados: Rentarō y Enju.

    En algunas ocasiones se quedaban durante la noche, por lo que

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    40

    también había una pequeña cocina detrás de la cortina donde

    podían cocinar.

    En esta estrecha habitación medio desmoronada hacía frío durante

    el invierno. La habitación no podía llamarse cómoda, pero

    sorprendentemente no la odiaba.

    —Ya ha pasado un año desde que te convertiste en Promotor y

    conociste a Enju-chan.

    —Todavía es mi primer año. Ambos no hemos alcanzado

    nuestros objetivos ni siquiera hemos llegado a la mitad.

    Kisara ladeó un poco la cabeza hacia un lado y sonrió.

    —Satomi-kun, realmente cambiaste desde el momento en que

    conociste a Enju-chan. Ahora sonríes más a menudo y aprendiste

    a cocinar. Nunca pensé que llegaras a ser así.

    Rentarō giro bruscamente su rostro.

    —No es la gran cosa.

    —Satomi-kun, me pregunto: ¿cuál podrá ser tu objetivo actual?

    —¿Eh?

    De repente, su corazón comenzó a palpitar fuerte.

    —¿Quieres buscar a los padres de Enju-chan? Pero qué hay de tu

    madre y tu padre… Satomi-kun cuando eras un niño, a menudo

    solías decir: «No hay duda de que mis padres están vivos así que

    voy a encontrarlos». Pero dejaste de decir eso recientemente.

    ¿Aun piensas así?

    Ella no estaba particularmente enojada con él o reprochándole,

    ella seguía mirando en su dirección. Pero Rentarō no pudo

    soportar eso, así que negó con la cabeza.

    —No es asunto tuyo.

    Tenía la intención de decirlo lo más tranquilo posible, pero lo

    escupió en un tono bastante hostil.

    —¡Deja de molestarme! Ya es suficiente. No hay duda de que mis

    padres están muertos.

    ◇ ◇ ◇

    Maldita sea. Rentarō se mantenía caminando pesadamente en la

    noche con la cabeza cubierta con sus brazos.

    En el camino, una mujer del cabaret del segundo piso le guiñó un

    ojo, diciendo: «¿Te gustaría venir acá?». Cuando descendió a la

    primera planta, un tipo fornido con una barba cortada hasta abajo

    del bar gay le guiñó un ojo también: «Ven, creo que eres un buen

    tachi». Entonces, no lejos del edificio de un usurero de

    Hiroshima, un Yakuza lo saludó diciéndole: «Oye, Rentarō, hace

    bastante calor hoy, ¿eh?». Pero Rentarō dio respuestas vagas a

    todas ellas.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    41

    Cuando la conversación se trasladaba al tema acerca de sus

    primeros años, era muy difícil para él controlar sus sentimientos,

    pero él no tenía la intención de actuar tontamente para desquitarse

    con otras personas.

    Rentarō, con ambas manos en los bolsillos, movió la cabeza hacia

    atrás y contempló el cielo nocturno estrellado.

    No me queda más opción. Mañana me disculparé con ella.

    El lugar a donde Rentarō se dirigía era un hospital afiliado a la

    Universidad Pública Magata. En el laboratorio cercano la luz

    siempre estaba encendida.

    El terreno de la Universidad Magata que iba desde el

    departamento de informática hasta el departamento de agricultura

    era enorme. La preparatoria Magata, a la que Rentarō asistía,

    parecía un jardín en miniatura en comparación a esta.

    El hospital de la Universidad se encontraba cerca del edificio de

    la escuela a casi trescientos metros más allá de ella para ser

    precisos.

    Rentarō era un visitante frecuente, por lo que pasó libremente por

    la recepción. Abrió la puerta de entrada del hospital, un olor a

    antiséptico impregnaba el aire. Al pasar junto el grupo de

    personas allí, todos lo miraron con rostros disgustados porque

    llevaba el uniforme de la escuela, que era al mismo tiempo su

    ropa de calle y su ropa de trabajo.

    ¿Y qué? ¿Tienen alguna objeción? A pesar de que pensaba de esa

    manera, se inclinó ante ellos en silencio y pasó de largo.

    Más adelante, el número de personas de repente se redujo y luego

    un agujero cuadrado apareció de repente en el suelo al final del

    pasillo.

    A primera vista podría parecer una trampa, pero si se lo miraba

    más de cerca, quedaba claro que había unas escaleras en un

    ángulo agudo.

    Mientras bajaba las escaleras, se preguntó cómo sería el rostro de

    las personas, que no tenían conocimiento de la situación real, si se

    les dijera que había un depósito de cadáveres allí construido y que

    una persona misteriosa vivía allí entre los cadáveres ellos

    probablemente sentirían escalofríos, pero no sería a causa de las

    bajas temperaturas.

    Se sentía un olor aromático después de abrir las puertas en las que

    estaba tallado el busto ostentoso de un demonio, cuyo propósito

    era asustar a las personas que venían dejando así al dueño solo. El

    área al interior estaba medio oscura y era sorprendentemente

    espaciosa. Todo el suelo estaba cubierto de tejas verdes, era

    inquietante, como en una sala de operación. Pero con una mirada

    más cercana, había ropa interior, una caja de comida, una pizarra

    totalmente cubierta con palabras que probablemente eran

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    42

    alemanas… se podría decir que el aroma de la vida diaria estaba

    en el aire.

    Sin embargo, la principal dueña de este lugar no estaba por

    ningún lado.

    —Sensei, ¿dónde estás?

    —Estoy aquí.

    Cuando giró hacia la voz, se sorprendió.

    Delante de él había un cuerpo musculoso desnudo de más de 180

    centímetros de altura con los zócalos de los ojos hundidos. No

    había ni un pelo en su cabeza, ni tenia piel, parecía que fue

    asesinado recientemente. Era el cadáver de un hombre

    desconocido.

    —¡Whoa!

    Parecía que el hombre le había hablado a Rentarō, pero los

    muertos no pueden hablar.

    Rentarō no era un fan de las historias de fantasmas.

    «¡Boo!» Una mujer familiar con una túnica blanca apareció detrás

    de él. Rentarō se sintió aliviado.

    —¡N–No me asustes así, Sensei!

    —Hola Rentarō-kun, bienvenido al Abismo.

    Abrió los brazos de una manera teatral.

    Llevaba una falda estrecha y una larga túnica blanca detrás.

    Su piel era pálida como si fuera poco saludable, su presencia era

    débil y daba la sensación de un fantasma. Sus mechones largos

    desordenados ocultaban parcialmente sus ojos, pero si la mirabas

    más de cerca ella era una verdadera belleza.

    Muroto Sumire, una investigadora de los Gastreas que dirigía un

    laboratorio de medicina legal.

    Ella era la reina de este sótano con poca luz, además de ser una

    hikikomori. Cuando ella se quedaba allí, se quedaba hasta que sus

    alimentos ahorrados se agoten.

    —¿Quién es este hombre?

    —Charlie, me olvidé de su nombre real. Es mi novio.

    —¿Pero qué pasa con esa mujer llamada Susan?

    —Desafortunadamente, ella se fue. Él es su reemplazo. Los

    cadáveres son geniales, ellos no preguntan cosas sin sentido. Son

    los únicos que pueden entender mis sentimientos.

    Al decir esto, ella tiernamente apretó su mejilla contra el cuerpo

    embalsamado.

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    43

    Aunque Rentarō no aguantaba eso, se frotó las manos y observó

    la escena con pensamientos tristes.

    A ella le desagradaba mucho el contacto con otras personas, por

    lo que en la Universidad fue despreciada por todos. Su lema era:

    «Sólo hay dos tipos de personas en este mundo: Los muertos y los

    que van a morir pronto».

    Terminaré rápidamente mis asuntos y saldré de aquí. Rentarō

    estaba a punto de abrir la boca, pero Sumire habló primero.

    —No hace mucho me entregaron al Gastrea Fase Uno que

    mataste. ¿No pudiste haberlo hecho de forma más limpia? Su

    carne fue dañada con impactos de bala. Sin mencionar que había

    balas por todos lados. Nobita-kun* es lascivo, perezoso y cobarde,

    pero aun así es un excelente tirador. Aunque también eres lascivo,

    perezoso y cobarde, eres un tirador sin puntería. ¿Me pregunto si

    esto podría ser peor? Bueno, podría ser algo duro, pero te lo voy a

    pedir de todos modos: ¿por qué no te matas de una vez? De todas

    formas probablemente no tienes ningún deseo de permanecer en

    este mundo.

    (*Nobita-Kun: Personaje famoso de Doraemon)

    —¿Tanto parezco una causa perdida?

    Rentarō dejó escapar un suspiro.

    A esta belleza deprimida le fue confiado por el Gobierno llevar a

    cabo la disección investigación de los Gastreas. Puede ser difícil

    de creer, pero ella en realidad tiene un coeficiente intelectual muy

    alto y hace algún tiempo ella era una niña mimada de la sociedad

    científica.

    —Por cierto, ¿aun no has cenado?

    —¿Eh?

    —Te estoy preguntando si ya cenaste.

    —No… no todavía.

    —En ese caso, debes cocinar primero.

    Se puso de pie, sacó una bolsa de un microondas y la desenvolvió.

    A primera vista parecía un atole* blanco puro, pero también tenía

    la forma de harina de avena sólida. Ella jaló una cuchara hacia

    arriba y produjo un sonido extraño propio de una sustancia

    pegajosa. Olía como si estuviese dañado. ¿Qué demonios es eso?

    (Atole: Bebida de origen prehispánico consumida principalmente

    en Mexico, Guatemala, Etc)

    Grandes gotas de sudor salieron de su rostro.

    —Sensei… ¿qué sabes del «Trigo Sabroso» de la película

    Matrix?

  • Volumen I

    Jke Translation’s

    44

    —Sí, parece delicioso. Los panqueques Guri y Gura, galletas

    Laputa y Trigo Sabroso son las tres comidas del mundo 2D que la

    gente más quiere comer.

    —¿Qué extraña mezcla es esa?

    —¿Hm? Mira, no importa que tan plana sea la pantalla del

    televisor, Matrix es una película de acción en vivo, así que ¿Qué

    pasa con el sistema 3D? ¿Qué piensas?

    —¡Mejor vamos a hablar del trabajo!

    —Come un poco. Si no comes, no voy a hablar.

    —¿H–Hablas en serio…?

    Rentarō miró al techo con poca luz. Mientras estaba en un dilema,

    miró el Trigo Sabroso. Como si se burlara de él, burbujas de aire

    aparecieron en su superficie.

    Rentarō tuvo que llevárselo a la boca. Para su sorpresa, era

    realmente bueno.

    Bueno no, no había ningún indicio de que fuera a pasar algo

    extraño. Al momento siguiente una atrocidad sucedió y sintió

    como si sus papilas gustativas fueran golpeadas por un dolor

    punzante.

    —Guooo, ¡mi garganta pica!

    —Entonces cómo está, ¿delicioso?

    —¿Parezco alguien que acaba de comer algo delicioso…?

    Sumire conectó los dedos índice y pulgar de ambas manos

    haciendo un marco de cámara improvisado. Mirando a través de

    él, tarareó:

    —Si fuera una fotógrafa, diría que esto es «La agonía entre el

    Infierno y el Purgatorio».

    —Además de ser extremadamente dulce, tiene un cierto sabor

    amargo desagradable. ¿Qué demonios es esto?

    —Ah, está casi derretida, pero e