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    Mesa 4: Mundo del trabajo y procesos económicos

    Coordinadores y relatores: Pablo Ghigliani, Silvia Simonassi y Alejandro Schneider  

    Bianco, Diana y Brandolini, Carolina (UNL) Representaciones en torno a las relacionesentre capital-trabajo y la actividad sindical, los trabajadores de la aceitera Marconetti, SantoTomé 1951 – 1986.

    Di Palma, Gustavo (CEA - UNC) La crisis del sindicalismo de Estado: de la dictaduramilitar de 1976 al modelo neoliberal menemista.

    Mónaco, César (UNGS) Rebelión de las bases y disputa intersindical: el caso de lostrabajadores del gremio de la Construcción de la planta General Savio.

    Payo Esper, Mariel Ivonne (CONICET – IdIHCS - UNLP) La “gran huelga” petrolera de 1968en Ensenada. Crónica, prácticas y discursos de un conflicto laboral en la Argentina pre-cordobazo.

    Tonón, María Cecilia (UNL) “Una carpa…una lucha”, formas de acción colectiva de unsindicato municipal santafesino a mediados de los años 2000.

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    Representaciones en torno a las relaciones entre capital-trabajo y la actividad

    sindical, los trabajadores de la aceitera Marconetti, Santo Tomé 1951 – 1986.

    Diana Bianco y Carolina Brandolini

    Pertenencia Institucional: FHUC - UNL

    Palabras clave: representaciones – clase obrera – sindicato

    I. Introducción

    La ciudad de Santo Tomé se encuentra a pocos kilómetros de la capital provincial. Allí se

    desarrollaron en diferentes momentos del siglo XX seis empresas dedicadas a la

    elaboración de aceite (Bonfanti Hnos, Camuso, GEFA, Marconetti, IASF, y Óleos

    Argentinos), actividad productiva de gran relevancia para la localidad por el porcentaje de

    la población empleada y el volumen de la producción en relación a la producción regional y

    nacional. En esta ponencia centraremos la mirada en el caso de la empresa Marconetti que

    se desarrolló entre principios de la década del ’50 y mediados de los ’80.

    El presente trabajo se propone analizar un conjunto de testimonios orales de ex trabajadores

    aceiteros de la empresa Marconetti, obtenidos entre julio y octubre del 2011. Se examinan

    diferentes dimensiones del mundo del trabajo tales como los modos de ingreso a la fábrica,

    las distintas funciones desempeñadas dentro del complejo industrial, las marcas dejadas por

    la rutina del trabajo -elemento identitario de importancia-, los espacios de sociabilidad de

    los obreros, las relaciones entre trabajadores y entre trabajadores y empresarios -su caráctersolidario o conflictivo-, y algunas de las características de la participación sindical. Se

    aborda el análisis de estas dimensiones desde las representaciones de los actores,

    contextualizando los diferentes momentos a los que se refieren las entrevistas en función de

    algunas transformaciones significativas que tienen lugar en la estructura productiva y en la

    situación política local y nacional.

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    En el análisis se tomarán los recaudos derivados de la metodología utilizada -historia oral-,

     prestando especial atención a los cuidados que implica el trabajo con la memoria. Se

     pretenden poner de relieve riquezas y aportes como así también límites y problemas de los

    testimonios orales como fuentes para el estudio de la temática que nos interesa que es el

    mundo de los trabajadores en la segunda mitad del siglo XX.

    Para el proceso de reconstrucción historiográfica se utilizarán también fuentes escritas.

    Además de periódicos locales, se analizarán fuentes oficiales ubicadas en el Archivo

    Provincial de la Memoria (dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de laProvincia de Santa Fe), que cuenta con el fondo documental de la Dirección de

    Informaciones de la provincia, un organismo civil que realizaba “trabajos de inteligencia”

    entre los años 1966 y 19931.

    II. Las aceiteras en Santo Tomé: contextualización general. 

    La primera aceitera que empezó a funcionar en Santo Tomé fue una fábrica -pequeña al

     principio-, que hacia 1903 realizaba extracción de aceite a partir de una única prensa.

    Previamente -ya desde 1874- ese mismo establecimiento había funcionado como depósito

    de cereales. Nos referimos a la aceitera Bonfantti, arrendada y luego comprada por una

    familia de la localidad a principios de la década de 1920.

    Esta primera fábrica surgió en el marco del proceso de industrialización incipiente que se

    desarrolló en estrecha relación con el modelo agro-exportador en auge. La propia actividad

    agropecuaria fue creando las posibilidades de transformación de algunas materias primas y

    1  El Decreto Provincial Nº 04056 del 31 de Octubre de 1966, sostiene que se crea la Dirección deInformaciones de la Provincia de Santa Fe con el objetivo expreso de “sistematizar la información necesaria

     para la realización de la tarea de gobierno”, proponiendo que “por la naturaleza de las funciones a desarrollares conveniente que dicho organismo dependa directa y exclusivamente del señor Gobernador”. La misión dedicho organismo fue “proporcionar al gobierno de la provincia informaciones necesarias para la mejorconducción de los asuntos de Estado e intercambiar informaciones con la Secretaría de Informaciones deEstado, a los efectos anteriores, asegurando las comunicaciones y el secreto”.

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     pronto aparecieron en ese marco la industria aceitera y harinera. En ese contexto, fueron de

    vital importancia las radicaciones industriales de capitales extranjeros y locales que se

     produjeron en ramas alimenticias orientadas, algunas a la exportación, y otras, al mercado

    interno.

    Ya entrado el siglo XX, fueron instalándose otras aceiteras, aunque con características

    distintas en cuanto al tipo de empresa, producción y tecnología, y en un contexto diferente.

    Como plantea Oscar Videla2, la primera Guerra Mundial, y mucho más, la crisis de 1930

    evidenciaron los límites y problemas del modelo agro-exportador e iniciaron un período

    conocido como de “industrialización por sustitución de importaciones”. Surgieron algunos

    nuevos cultivos regionales como el algodón en el norte provincial y el arroz en la zona de la

    costa, pero en general la actividad agropecuaria destinada a exportación debilitó su

    importancia en términos relativos con respecto a otras nuevas actividades. La abrupta caída

    de los precios agropecuarios y la contracción de los flujos internacionales de bienes y

    capitales hizo imposible contar con las divisas necesarias para seguir abasteciendo a la

     población con manufacturas importadas en el grado en que se lo hacía anteriormente y esto

    abrió oportunidades a la actividad industrial nacional que, si bien se concentró en las

    ciudades portuarias, también se desarrolló en localidades pequeñas y medianas. La industriaaceitera, en particular, cobró fuerza en la provincia de Santa Fe en este período, apuntando

    a abastecer al mercado interno, ante la ausencia de los aceites importados. El crecimiento

    del cultivo de oleaginosas destinadas a la producción de aceite (como maíz, trigo y sobre

    todo, lino) fue uno de los más impactantes cambios productivos del agro santafesino, ya

    que desde un piso casi insignificante (400 hs, en 1934) llegó a un récord de poco más de

    200.000 has. diez años después.

    Fue en este contexto que, en la década de 1940, abrieron sus puertas las aceiteras Camusso-principios de la década- y GEFA (Grandes Establecimientos Fabriles Argentinos) -1948-.

    2 Oscar Videla. "Desarrollo agroexportador y conflictividad social 1912-1930" en El Siglo Veinte. Problemassociales, políticas de Estado y economías regionales (1912-1976), Nueva Historia de Santa Fe, Tomo IX,Prohistoria, Rosario, 2000. 

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    En Camusso, según nos cuenta uno de los entrevistados3, había alrededor de quince

    trabajadores y trabajaban por temporadas.

    Poco tiempo después, hacia 1951, en un contexto nacional, provincial y local en el que

    comenzaba a profundizarse un discurso que promovía la industrialización, se instaló una

    cuarta aceitera: la aceitera Marconetti.

    En este período coexistieron de ese modo cuatro aceiteras en la ciudad, entrando una de

    ellas -Bonfantti- en retroceso4.  En los periódicos locales, se evidencia un discurso que

    destacaba las potencialidades de la ciudad como lugar estratégico para la radicación de

    industrias, y de incentivar esto último, tal como puede observarse en el siguiente recorte periodístico:

    “Se reclama la radicación de industrias en Santo Tomé. (…) Para fundamentar el pedido,hace referencia a la situación especial de esta localidad, para que nuevas industrias ycomercios se establezcan, destaca que cuenta, nuestro pueblo con vías ferroviarias, rutasasfaltadas para distintos puntos del país, con vía fluvial en el puerto de la capital de la provincia, abierto a la exportación, (…) un buen servicio eléctrico, suministrado desde laciudad de Santa Fe (…) Santo Tomé cuenta con algunas industrias importantes que noestán aglomeradas, tiene espacios estratégicos para la radicación de nuevas fábricas, los

     precios de las tierras son razonables. (…) Santo Tomé está llamada, a breve plazo, ainiciar el camino ascendente de Avellaneda; para ello cuenta, como hemos afirmado contodas las comodidad que la industria necesita para su desarrollo potencial. La Comisiónde Fomento y el gobierno deben propagar por todos los medios las ventajas que ofreceSanto Tomé.”5 

    Los titulares de otras notas refieren también a lo señalado:   “Santo Tomé puede ser la

     Avellaneda de Santa Fe”6 ; “Las industrias deben instalarse en Santo Tomé”7 ; “Santo

    3 Entrevista a Salvador L. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 21 de julio de2011.4  “Es de lamentar que en estos últimos tiempos, este importante y prestigoso emporio industrial hayareducido notablemente su movimiento. Aunque desconocemos en absoluto lo que motiva tan prolongadoreceso, deseamos que muy pronto adquiera el ritmo intenso de trabajo febril que corresponde a unestablecimiento de su jerarquía que por su eficiente campaña cumplida ha ganado la simpatía y elbeneplácito del pueblo de Santo Tomé”. La Gaceta, Tomo II, 14 de diciembre de 1958. 5 La Gaceta, 29 de agosto de 1958. 6 La Gaceta, 29 de diciembre de 1958.7 La Gaceta, 29 de marzo de 1959.

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    Tomé necesita industrializarse.”8   Sin embargo, entre fines de la década de 1959 y

     principios de 1960, parecen haberse planteado una serie de problemas en las industrias

    aceiteras, que, en combinación con factores diversos, llevaron al quiebre de algunas de

    ellas, como Bonfantti, Camusso y, más tarde, GEFA –a pesar de los intentos por continuar-,

    que fue cerrando por secciones. Entre esos problemas pueden mencionarse la falta de

    materias primas para el abastecimiento de las industrias y el atraso en el equipamiento y

    tecnología de estas pequeñas y medianas empresas frente a otras grandes empresas.

    Marconetti, a diferencia de las otras empresas, se renovó en el aspecto tecnológico y logró

     persistir hasta mediados del ’80. 

    Hacia las décadas de 1970 y 1980, se fortalecieron un número reducido de grandes

    empresas, algunas de capitales extranjeros y otras de capitales nacionales, que con

    tecnologías más modernas disputaron a las pequeñas y medianas el mercado interno; tales

    son los casos de Arcor, Patito, o Tres Arroyos. En los periódicos del período se observan

     planteos referidos a la necesidad de reequipar nuevamente la industria frente a esta

    situación.9 Muchas empresas no lograron competir con esas grandes firmas, principalmente

    a causa del equipamiento tecnológico con el que contaban, y tendieron a achicarse y/o

    desaparecer. Marconetti podría ubicarse dentro de estos casos, aunque a los factoresmencionados, se sumaron otras causas vinculadas a especificidades de la empresa, tales

    como problemas administrativos derivados del cambio de dirigencia que se dio tras la

    muerte de Miguel Marconetti.

    Óleos Argentinos, surgida en 1983 por iniciativa del gerente de Marconetti antes del cierre

    de ésta última, es la única aceitera que queda en la ciudad; sus dimensiones son mucho

    menores y en la actualidad es propiedad de Tres Arroyos.

    ¿Cómo se organizaba el trabajo al interior de estas fábricas?, ¿Qué funciones y tareas

    realizaban los trabajadores?, ¿Cómo eran las relaciones entre los mismos?, ¿Y entre

    trabajadores y empresarios?, ¿Cómo se expresaba la conflictividad entre ambos grupos?,

    ¿Cuáles eran los espacios de sociabilidad de los obreros que trabajaban en estas fábricas?,

    8 La Gaceta, 29 de diciembre de 1959.9 Ver “El resurgimiento de nuestra industria”, Diario La Gaceta, Tomo I ,14 de mayo 1957.

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    ¿Qué carácterísticas presentaba la actividad sindical en esta rama de la producción?

    Pretendemos analizar las percepciones, interpretaciones y puntos de vista diversos de los

    entrevistados en torno a estas cuestiones a las que nos acercan las entrevistas realizadas,

    tomando el caso específico de los trabajadores de la aceitera Marconetti que en su momento

    de auge alcanzó a emplear a una cantidad aproximada de 120 empleados y además logró

     perdurar en el tiempo (respecto de las otras aceiteras). 

    III. Memorias en torno a la experiencia vivida. El mundo del trabajo y sus

    representaciones.

    Entre agosto y octubre del 2011 se realizaron nueve entrevistas a personas que trabajaron

    en la aceitera Marconetti. El universo de entrevistados es heterogéneo en diversos aspectos:

    no todos cumplieron iguales funciones dentro de la producción ni ingresaron a la empresa

    en el mismo momento, y algunos estuvieron más vinculados a la actividad gremial queotros.

    Consideramos que esta diversidad nos aporta información valiosa de dos tipos: por un lado,

    elementos que hacen a las características de la actividad productiva y a su régimen laboral;

    y por otro lado, elementos que dan cuenta de las representaciones generadas a partir de la

    experiencia vivida en el trabajo, cuestión que aparece mediada (y modificada) por el

    transcurso del tiempo y por la acción misma de rememorar.

    La información aportada por los testimonios sobre las características del mundo del trabajo

    intenta ser triangulada -en la medida de lo posible según la disponibilidad- con otro tipo de

    fuentes.

    a.  El trabajo al interior de la fábrica.

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    Una de las cuestiones que las entrevistas nos permiten reconstruir es la manera en que los

    empleados ingresaron a la fábrica y, estrechamente relacionado con este punto, la existencia

    o no de requisitos para el ingreso. La mayoría de los entrevistados ingresó siendo joven y

    sin poseer conocimientos previos al momento de ser tomados por la empresa: las

    capacidades prácticas y los saberes técnicos requeridos para desempeñarse en la producción

    fueron incorporados en el trabajo mismo:

    “Pedro: yo lo conocía [al gerente]…como siempre…Y bueno…entré ahí,directamente, …no pasé revisación médica, no pasé nada, me dijo “presentate” y me presenté ahí y empecé a trabajar…”10 

    “Juan: (…) hombreaba bolsas, cualquier cosa… (…) como éramos jóvenes (…) el primer día me pusieron a hombrear bolsas y después me sacaron y me llevaron aseleccionar herramientas de una fábrica que cerraba. (…) o sea… te seleccionaban, sieras trabajador, laburador.”11 

    “Elvio: Yo empecé ahí en Marconetti porque me enteré que estaban necesitando personal (…) Bueno, entonces me inscribí y al poco tiempo me llamaron. Y entonces

    entré como… ahí en la oficina (…) para cumplir varios cargos adentro viste; parahacer facturación, pesar en la balanza o ayudar en tesorería. Y bueno yo comencé atrabajar en Marconetti, (…) el cargo era auxiliar de oficina. (…) a la salida delservicio militar el hombre que estaba de tesorero se fue, y entonces quedé yo a pruebaun tiempito y después me quedé de tesorero.”12 

    Un rasgo significativo que se vislumbra en los testimonios es la caracterización positiva

    que los actores realizan a propósito de los aprendizajes incorporados. Lo aprendido en la

     práctica es fuertemente valorizado, como se desprende de la siguiente entrevista:

    10 Entrevista a Pedro C. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 28 de julio de2011.11 Entrevista a Juan Z. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 15 de agosto de2011.12 Entrevista a Elvio P. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 3 de agosto de2011.

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    “Entrevistadoras: Y la gente que trabajaba, que sabía manejar las máquinas, ¿teníaalgún título, había ido a una escuela industrial (…)?”

    Salvador: “No, no. Todo se aprendía. (…) Cuando fui ahí, trabajé unos días en lasmáquinas (…) Y había un hombre que atendía que… [decía] que no podía ser quemanejara la máquina a vapor, y le dice mi suegro que todavía no era mi suegro ytrabajaba ahí, “mirá” dice, “lo ponemos a Loggioco ahí” dice (…) “no”, dice el otro,“él no manejó todavía esas cosas, motor a vapor”, “no, dejalo, dejalo, vas a ver que vaa andar”, y estuve como diez años trabajando ahí. Y después mi suegro me contaba,“ha visto, ha visto, ha visto que anduvo [risas].”13 

    La valoración que realizan los propios actores sobre la capacidad adquirida, aparece

    muchas veces como un saber distinto y superior al saber experto que poseen los

     profesionales involucrados con la fábrica, derivado de su título:

    “Pedro: (…) no sabíamos nada, pero tuvimos que arrancar (…) Yo tendríaveinti…algo…habré tenido veintitrés, veinticuatro, no me acuerdo viste… Y ahí bueno, saltamos a refinería…Y a aprender, y ahí aprendimos, y ahí se arrancó y searrancó con tres turnos las veinticuatro horas…Y se fue aprendiendo, aprendiendo, a loúltimo sabíamos más nosotros que el químico. El químico… se recibían de químico y

    venían…y lo único que sabían era leer…, pero de práctica no sabían nada, no sabíannada… Si cuando ellos empezaron ahí, los primeros que fueron viniendo, (…) Stessenfue el primero, no estuvo mucho, se fue, bueno mejor dicho lo sacaron…era undesastre.”14 

    Luego de una larga y compleja descripción de los pasos del proceso de la producción de

    aceite que se llevaba a cabo en Marconetti, el entrevistado recién citado realiza una

    comparación con procesos productivos desarrollados en otras industrias, lo que puede serindicador del tipo de conocimiento adquirido en la experiencia. Lo aprendido implica algo

    más abarcador que un simple saber práctico sobre cómo desarrollar la tarea asignada. Los

    ex obreros poseen nociones acerca de la generalidad del proceso e incluso de las diversas

     posibilidades de producción de aceite. También dan cuenta de las implicancias que tiene la

    mecanización del proceso, relacionando la crisis de Marconetti a la falta de incorporación

    13 Entrevista a Salvador L. Op.Cit.14 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.

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    de tecnologías más modernas que las existentes en la planta, como puede apreciarse en el

    siguiente testimonio:

    “Pedro: y ahí iba [el residuo que genera la extracción] a otro depósito, y en el otrodepósito, lo tirábamos afuera con las bombas. (…) un proceso de ocho horas tenía elaceite antes. Ahora dicen que hacen por la…la centrífuga, neutraliza, va la soda, vacayendo…todo, todo, no se hace más esto que se hacía antes. (…) Patito tenía elmismo sistema que nosotros (…) Cuando empezaron a hacer algo ya más moderno,Marconetti se quedó en la historia y así terminó Marconetti, con treinta años, seismeses y doce días.”15 

    Las transformaciones que produjo la mecanización de la producción del aceite a partir de

    los avances tecnológicos característicos de los últimos años es también objeto de reflexión

    de algunos de los entrevistados, que comparan la manera en que se trabaja en las aceiteras

    que funcionan actualmente con la propia experiencia de trabajo. En el fragmento que se cita

    a continuación puede apreciarse cómo en el diálogo que se genera entre pasado y presente

    al rememorar, el entrevistado puede dar cuenta de la profundidad del conocimiento

    adquirido a lo largo de su experiencia:

    “Mateo: Entonces era todo todo… descargar y cargar bolsas era todo a fuerza detrabajo bruto. Hoy vos tenés todas las máquinas para cargar, para descargar. [Ahora] Eltrabajo es, viste, no por lo que pueda hacer el obrero, es por lo que puede hacer lamáquina. El obrero lo que tiene que hacer es vigilar que la máquina (…) es la máquinala que produce, el obrero está para vigilar. Antes era al revés. Antes tenías que poner ellomo vos porque, era todo podrido era… ahora no… se ha tecnificado ya, hace unosaños.”16 

    Las entrevistas también permiten apreciar otras problemáticas de interés para una

    reconstrucción historiográfica del mundo del trabajo en la aceitera Marconetti. Una de ellas

    es la percepción de los obreros sobre el salario que recibían y sobre lo que significaba para

    ellos la jornada de trabajo:

    15 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.16 Entrevista a Mateo B. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 4 de agosto de2011.

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    “Ovidio: No, a mí lo que me costaba eran los turnos de noche, de las diez de la noche alas seis de la mañana, eso me acobardó… pero me enloqueció (…).”17 

    “Pedro: Y ganabas…para vivir, para vivir…No sé si te habrá dicho Logiocco quetrabajábamos de lunes a lunes, no teníamos descanso. Porque el domingo cobrábamostriple, eso sí, cobrábamos triple…tres jornales, en negro eh…, en negro eh…y lossábados a partir de la una de la tarde, el cien por cien. Sábado a la noche, cien por cien, pero eso se ganó después como de quince años, se ganó eso…pero los domingostriple.” 18 

    Otra de las cuestiones relevantes que se presenta en los testimonios es la representación en

    torno a las condiciones laborales que existían en la fábrica. Llama la atención que ante la

     pregunta de las entrevistadoras sobre la existencia de riesgos físicos en la labor cotidiana

    los entrevistados coinciden en responder negativamente, pero del fluir de los relatos se

    desprende que los accidentes de trabajo eran frecuentes y de mucha gravedad.

    “Entrevistadoras: ¿Y eran frecuentes los accidentes laborales?

    Pedro: No, no, para nada. [pausa] A mí cuando fui a lavar un tambor se me cayó untambor en el pie…acá se me cayó…me llevaron al sanatorio Rivadavia…hmm, pordios…de punta, me lo largó la máquina (…) tenía…20 años…

    Y después otros accidentes, pavadas viste…Ah, ¡cuándo me quemé! …ahí prefería lamuerte…, prefería la muerte, era un monstruo. (…) voló todo…a mí [la llamarada] mesacó, me tiró abajo, me agarró el cuerpo, me agarró el fuego de abajo (…) Yo estuvequince días internado (…) no podía dormir, sentado, era un monstruo…, era unmonstruo, no comía, me querían dar de comer y yo no comía. (…)

    Y antes de esto…me pasó peor todavía…estábamos descargando germen de maíz, bolsas, y pego la vuelta en la cabeza, con una bolsa, y pateo y cae, y antes de caerse la bolsa, me golpeó y pasó por la espalda…la quinta vértebra está abierta. Hay sí mequedó cincuenta por ciento de columna. Un año estuve sin trabajar…” 19 

    17 Entrevista a Ovidio C. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 21 de julio de2011.18 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.19 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.

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    Consideramos que estas aparentes contradicciones contenidas en las fuentes orales nos

    llevan a ser precavidos a la hora de interpretarlas, ya que las respuestas a preguntas

    concretas a veces son contrarias al relato que luego encadenan, como puede observarse en

    la caracterización que hace quien brinda el testimonio sobre la dimensión de los accidentes

    sufridos (“pavadas”).

    Otro aporte que realizan las entrevistas es el de los espacios de sociabilidad que tenían los

    trabajadores. Las interacciones entre ellos no sólo se daban en el lugar de trabajo sino

    también en otros ámbitos externos a la planta. Siguiendo a Lobato20, y a partir de los datos

    que nos dan los entrevistados, podemos sostener que el espacio industrial no era sólo el

    espacio físico de la fábrica sino que se complementaba también con otro tipo de

    instalaciones como el “Club Alianza” o los almuerzos multitudinarios que se organizaban

    en diferentes ocasiones como el “día del aceitero”, el “día del trabajador” o las fiestas de fin

    de año.

    “Elvio: (…) Y de Marconetti surgió el “Club Alianza”, que todavía existe. Porque unade las marcas que tenía de harina eran los anillos viste. Entonces de ahí surgió el ClubAlianza y todavía está, era de Marconetti también el Club Alianza.

    (…) Cuando se hacía una fiesta de los aceiteros todos [íbamos], se hacían unas fiestasgrandes, era muy buena la relación.”21 

    Como sostiene Lobato para el caso de los frigoríficos ubicados en Berisso, el territorio de la

    fábrica era amplio: no incluía solamente el lugar de la producción sino que se extendía

    fuera de ella y se proyectaba en otras actividades.

    b.  Relaciones hacia el interior de la clase obrera y relaciones entre clases:

    solidaridades y conflictos en el mundo del trabajo.

    20 Lobato, Mirta Zaida. La vida en las fábricas. Prometeo Libros, Bs As, 2001.21 Entrevista a Elvio P. Op.Cit.

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    En este apartado nos interesa rescatar los aportes de las entrevistas en dos aspectos: por un

    lado lo que las mismas pueden reflejar en torno a las solidaridades y los conflictos

     presentes hacia el interior de la clase obrera y, por otro, en relación a las características del

    vínculo entre trabajadores y empresarios.

    La presencia de actitudes solidarias entre los trabajadores aparece mencionada en diversos

    testimonios, tanto en la vida cotidiana dentro de la fábrica como en los momentos de lucha

    contra la patronal:

    “Salvador: (…) el que trabajaba en la máquina a vapor tenía que ayudarle al de taller, yle ayudaba yo. Si a veces había unos troncos así que había que ponerle, cómo es, de

    leña, porque marchaba a leña y a petróleo.

    Entrevistadoras: Se ayudaban entre todos.

    Claro, no, andábamos bien. (…)”22 

    “Entrevistadoras: ¿Cómo era la relación entre los obreros?

    Elvio: Siempre buena, éramos todos compañeros. Muy buena era. Y lo que pasa es que

    era gente que… muchos años trabajando juntos.”23

     

    Coincidimos con el planteo de Schneider 24 cuando sostiene que muchas veces la solidaridad

    aparece reflejada en la utilización de un determinado lenguaje cargado de conceptos y de

    denominaciones que dan cuenta de ella, como lo es por ejemplo el término “compañero”:

    “Entrevistadoras: ¿Y cómo eran las relaciones entre los compañeros de trabajo?

    Ovidio: No…era buena, era buena…eran todos compañeros…paraba uno y parabantodos…, no había ningún contrario ahí…paraba uno, paraban todos…en general tetrataban muy bien los compañeros, todos se portaron, todos, todos…”25 

    22 Entrevista a Salvador L. Op.Cit.23 Entrevista a Elvio P. Op.Cit.24  Schneider, A.  Los compañeros trabajadores, izquierda y peronismo, 1955-1973, Imago Mundi, Bs As,2005.25 Entrevista a Ovidio C. Op.Cit.

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    Ahora bien, como sostiene Schneider, la presencia de la cultura del compañerismo no

     puede ocultarnos la existencia, al mismo tiempo, de actitudes distintas entre los

    trabajadores, porque “(…) las actitudes individualistas conviven, en tensión permanente,

    con las colectivas. En un contexto estructurado en clases, es inevitable que coexistan

    conflictos que provoquen normas múltiples y contradictorias”26. Esto, al igual que las

    evidencias de solidaridad, aparece también en los testimonios. Los siguientes fragmentos

    muestran con claridad estas otras posiciones:

    “Pedro: (…) [ellos] cuidaban la fábrica… ¿Y, cómo? Nosotros le paramos la fábrica para que no trabaje nadie, y ellos iban a cuidar la fábrica. ¡Ahí tenemos que pelear

    entre todos!(…) Los negros (…) estaban…nos trataban de alcahuetes a Sacco y a mí…que éramoslos dos que veníamos y poníamos la cara, que peleábamos con todos, porque pelábamos…cerrábamos, parábamos la fábrica, pero siempre…a los que íbamos adefenderlos nos trataban de alcahuetes.” 27 

    Allí la expresión “los negros” es utilizada en forma peyorativa para referir a aquellos

    miembros de la clase trabajadora que no apoyaban las medidas de lucha durante los

    conflictos. Resulta interesante entender que este entrevistado, a la hora de nombrar a

    aquellos trabajadores con los cuales existían fuertes diferencias, recurre a un término

    utilizado en el presente como modo de insulto y de menosprecio, cargado a su vez de un

    carácter racista. Estamos nuevamente frente a la compleja relación pasado-presente que

    implican las acciones de memoria.

    Con respecto a los aportes que las entrevistas nos brindan a propósito de las relaciones

    entre trabajadores y empresarios, cabe destacar que aparecen mencionadas acciones que

    dan cuenta de la existencia de una resistencia por parte de los empleados al vínculo

    asimétrico que existía para con los dueños de la fábrica:

    “Entrevistadoras: ¿Ustedes tenían una persona que los iba controlando?

    26 Schneider, A. Los compañeros trabajadores, izquierda y peronismo, 1955-1973, Op.Cit. Pág. 37727 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.

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    Salvador: Ah, sí. Sí, nos controlaban, el jefe vivía acá. Y a veces nosotros locanchereamos también. Cuando el jefe se iba a dormir, llevábamos comida, la

    hacíamos ahí, comíamos ahí, hacíamos un asadito, le robábamos los limones (risas).”

    28

     

    Se trata de pequeñas acciones presentes en la vida cotidiana en las fábricas a través de las

    cuales se desafiaba la autoridad poseída por los propietarios del capital:

    “Ovidio: Uy, yo me agarré con los Alevi, no una vez, ciento de veces…porque…por elsueldo…no nos pagaban la quincena, ni las quincenas nos pagaban, eransinvergüenzas…Un día estaba fumando yo…cae el hijo, tenía un hijo (...) Me dice

    “¿sabe que acá no se puede fumar?”. “¿Quién?” le dijo. “Mi papá”. “Andá decile a tu papá que me pague la quincena que me debe, después que venga a prohibirme el pucho.Andá. No me vengás a reprender más por el pucho, andá…”. Y vino, vino el padre.“Qué me manda a su hijo acá, págueme la quincena que me debe, después ponga lascosas en orden, ¿estamos?”29 

    Sin embargo, existía una distancia clara entre propietarios y empleados e, incluso, entre

    empleados de planta y jefes: la posición de superioridad material se corporizaba también en

    el trato y en el lenguaje, a pesar de los episodios de resistencia que se mencionaron. En elsiguiente fragmento se visualiza tal distancia en ambas relaciones: con el patrón y con el

     jefe. Si bien el entrevistado aclara que con éste último existía “confianza”, su recreación de

    un diálogo permite entrever que el trato no era “de igual a igual”. Probablemente esto se

    deba a que, aunque ambos percibían un salario, su monto no era el mismo, dado que la

     posición ocupada dentro de la fábrica poseía diferentes estratos en función del grado de

    responsabilidad de cada uno:

    “Pedro: Yo estaba envasando tambores de cien litros… [hace un gesto indicando quevienen y lo tocan en la espalda...y mira hacia abajo, a un hombre bajo de estatura…, seríe]. Yo no lo conocí… “Dígale a su jefe que le haga…que le ponga un tejido alembudo…porque puede venir un ratón y se va directamente a los tambores”…

    Entrevistadoras: él andaba ahí en la fábrica, él mismo…

    28 Entrevista a Salvador L. Op.Cit.29 Entrevista a Ovidio C. Op.Cit.

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    Los sábados venía…los sábados a la tarde nada más… venía él…tenía que estar elgerente, el jefe de refinería, el jefe de…producción, eran tres, más él. (…) Los sábados

    a la tarde, que venía…caminaba toda la fábrica…(…) le digo al jefe…yo con el jefe tenía confianza, porque el jefe vivía acá, meconocía….que yo había nacido acá y todo…, si yo vivía acá… Le digo “Jefe yo…”, porque yo lo respeté siempre, nada de ‘Chiche’, nada…’Jefe’. “¿Quién es ete petiso?”,le digo, “que anda ahí, con sombrero…” Y me miraba… “¿Cuál?” me dice. “El petisoese que anda con sombrero, que agarró pa’ allá ahora”. “¿Y vos no sabés quién es?” medice. “Y si te pregunto es porque no sé quién es…, por algo te estoy preguntando”.“Ese es tu patrón” me dice. “¡¿Qué?! ¿Ese es Don Miguel Marconetti? Bueno…” -ledigo- “dice que acá hay que ponerle un filtro, urgente…” 30 

    Los testimonios también permiten entrever que la posición ocupada en la producción

    imprimió marcas identitarias diferentes entre los trabajadores de la planta y los empleados

    administrativos. Posiblemente el tipo de funciones desempeñadas por estos últimos y por su

     papel activo en las tareas de planificación y de toma de decisiones cruciales para el

    funcionamiento de la empresa (tales como el manejo de dinero, la facturación y la

    realización de cobranzas y pagos) les hayan generado un sentido de pertenencia que no se

    encuentra en los demás obreros entrevistados:

    “Elvio: Teníamos  camiones que llevaban la mercadería constantemente a puerto SanMartín en Rosario y se cargaban los barcos. Y el aceite de girasol nosotros lorefinábamos, lo envasábamos porque teníamos envasadora, y lo vendíamos. Y elaceite de maní también y al aceite de girasol. Después empezamos a hacer aceite demaíz. Fuimos uno de los primeros en el país que nosotros empezamos a producir aceitede maíz, comestible.”31 

    La utilización de la primera persona del plural para referir a la empresa en la que se

    desempeñaba este trabajador da cuenta de una diferencia grande con la manera en que los

    obreros no administrativos hablan de la misma. La memoria de los entrevistados sin dudas

    es también un aporte significativo para un análisis de este tipo en relación a los vínculos

    identitarios generados por la experiencia del trabajo.

    30 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.31 Entrevista a Elvio P. Op.Cit.

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    III- Los trabajadores de Marconetti y el sindicato aceitero 

    Antes de realizar un análisis de los aportes de las entrevistas acerca del funcionamiento del

    sindicato aceitero y respecto de las representaciones que han ido construyendo y

    reconstruyendo los trabajadores en torno a la actividad sindical, nos parece necesario

    realizar algunas consideraciones generales.

    En primer lugar, coincidimos con Alejandro Schneider en afirmar que, durante el período

    1955 a 1976, formar parte de un sindicato era un hecho central y casi natural para la

    mayoría de quienes ingresaban a trabajar como asalariados a una fábrica, inclusive se

    afiliaban aquellos trabajadores que tenían calificación y cargos jerárquicos. Es decir que era

    característica de este período la existencia de una alta tasa de sindicalización en la mayoría

    de las ramas industriales. “La afiliación a una entidad laboral representó un hecho casi

    natural. El trabajador que se incorporaba en un establecimiento industrial (…),

    inmediatamente se enrolaba en un sindicato.”32 

    En segundo lugar, debe puntualizarse la necesidad de comprender las prácticas gremiales

    durante el período en cuestión como una parte integrante y esencial de la cultura de los

    trabajadores. Esto tiene como implicancia, por un lado, que las funciones y presencia del

    sindicato trascendieron la simple reivindicación económica, haciéndose presente en la vida

    cotidiana de los obreros, en sus reclamos diarios en los lugares de trabajo y en las

    actividades asistenciales, fundamentalmente la salud y educación. Y al mismo tiempo, que

    la actividad gremial debe ser analizada como un aspecto central pero de un mundo de los

    trabajadores que es más amplio, el cual incluye un abanico de prácticas y relaciones

    sociales y culturales entre trabajadores y entre trabajadores y empresarios que van más alládel sindicato, si bien éste las atraviesa en gran medida. En los apartados anteriores se

     pretendió hacer referencia a algunas de esas prácticas y relaciones sociales y culturales de

    los trabajadores a partir del caso analizado.

    Por otro lado, coincidimos con la idea de James, y también de Schneider, según la cual el

     proletariado industrial y sus organizaciones sindicales han desempeñado durante el período

    32 Schneider, A.  Los compañeros trabajadores, izquierda y peronismo, 1955-1973, Op.Cit. Pág. 362

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    1955-1973 un papel político sumamente relevante, además del rol meramente gremial y han

    conformado un “factor de poder indiscutido en esas décadas. Su fuerza social no

    solamente descansó en el número y en la capacidad de integrar a su esfera de acción a una

     proporción significativa de la población, también en el impacto de sus demandas

    económicas y políticas en el conjunto de la sociedad.”33 

    El contexto de la proscripción propició la configuración de ese papel por parte de los

    sindicatos. Ante la inexistencia para la clase trabajadora de una organización política legal

    que canalizara sus aspiraciones y reivindicaciones políticas, los sindicatos se convirtieron

    en las organizaciones institucionales encargadas de llevar a cabo dicha tarea.

    Teniendo en cuenta las consideraciones realizadas, presentamos a continuación un bosquejo

    de algunos de los aportes que resultan de un análisis de las entrevistas realizadas a

    trabajadores de la aceitera Marconetti en torno a la actividad sindical. Combinamos esto

    con aspectos metodológicas que nos parecen centrales a la hora del trabajo desde la historia

    oral.

    Al ingresar a la aceitera Marconetti, los trabajadores se afiliaban al Sindicato de Aceiteros y

    Afines, que ya existía en la ciudad de Santo Tomé, según nos comentaron los entrevistados,desde la década de 1940. Nos dijo el actual Secretario General del gremio:

    “Joel: Ese local tiene una placa de 1944, fue fundado en 1944 (…). Actualmente es unsindicato de primer grado que abarca aceiteras del Departamento La Capital, SantoTomé y todas las zonas aledañas.” 34 

    En esos primeros años, el sindicato había nucleado a los trabajadores de las aceiteras

    Bonfantti y, más tarde (década de 1940) a los de Camusso y GEFA. Cuando cerraron estas

    empresas el sindicato subsistió, reuniendo a trabajadores de la Bonfantti reabierta por un

     período breve de tiempo y a los de Marconetti (la empresa empezó a funcionar desde 1951).

    Informes consultados de la División General de Informaciones de la Provincia de Santa Fe,

    confirman esos datos. Uno de ellos, con fecha del 4 de julio de 1967, dice, respecto del

    33 Schneider, A.  Los compañeros trabajadores, izquierda y peronismo, 1955-1973, Op.Cit. Pág. 36134 Entrevista a Joel B. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 27 de julio de2011.

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    sindicato santotomesino, que para ese año reunía 165 afiliados. Ese sindicato pasó a formar

     parte, en 1947, de la Federación de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera y Afines

    del país creada en ese año. Dicha Federación de carácter nacional adquirió personería

    gremial en 195035.

    Las entrevistas realizadas, en primer lugar, nos permiten indagar acerca de cómo los

    trabajadores comenzaban a vincularse o, por el contrario, a cómo se mantenían alejados de

    la actividad sindical. Y también a representaciones que los actores han construido acerca de

    esos vínculos y acciones. Pedro, por ejemplo, nos contaba la función que había comenzado

    a desempeñar en el sindicato:

    “Entrevistador: ¿usted era delegado? 

    Pedro: No… tesorero…estaba con Sacco, porque después se fue el Secretario Generalque era Mateo Balieri, se fue a Buenos Aires y el quedó allá…y él se salvó…nosotrosquedamos en la calle, todos en la calle…” 36 

    Mateo nos comentaba también acerca de sus primeros pasos en el gremio hasta llegar a

    Secretario General de la seccional Santa Fe del gremio Aceitero y Afines y luego al

    secretariado a nivel nacional de la Federación Aceitera.

    “Mateo:(…) yo entré a trabajar en GEFA, la que estaba en la ruta diecinueve, en elaño 57. Después cerró y entré a trabajar en Marconetti hasta el 83. Después me fui deencargado al hotel de La Falda, pero siempre siendo secretario general del gremio. Ydespués me fui a la central allá en Buenos Aires, que es la madre del gremio aceiteroen todo el país, eso se llama Federación Aceitera y abarca a todos los aceiteros del país. Y ahí estuve 13 años. Después ya entré en el terreno de los jubilados, me jubiléallá en Buenos Aires, pero siempre dependiendo del gremio, dejé el gremio cuando

    me jubilé, ya hace… en el 87 más o menos me jubilé yo. (…)” 37 

    El fragmento citado pone de relieve la centralidad que ha tenido el gremio para este actor

    que se ha involucrado en la actividad sindical durante gran parte de su vida.

    35 Ver documento de aprobación de la solicitud de personería jurídica realizada por la Federación: Expedientedel Ministerio de Trabajo 11.953-A-48, 5 de octubre de 1950. Biblioteca Bialet Massé.36 Entrevista a Pedro C. Op.Cit.37 Entrevista a Mateo B. OP.Cit.

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    Cabe plantear aquí que, en el marco de las entrevistas, se lleva a cabo un proceso activo y

    dinámico de construcción y reconstrucción de la memoria, que el entrevistado realiza en

    interacción con el entrevistador para dotar de sentido el pasado y conectarlo con el

     presente. Laura Tornay y Natalia Vega sostienen que la memoria, en tanto construcción

    social narrativa, otorga el sentimiento de continuidad y de coherencia a una persona o

    grupo en la reconstrucción de sí mismo, siendo centrales en la constitución de la identidad.

    En el caso de Mateo, los sentidos que va reconstruyendo sin duda tienden a ir reforzando su

    identidad como dirigente gremial.

    Las respuestas que van elaborando los entrevistados frente a nuestras preguntas nos acercan

    también a información respecto de la elección de delegados gremiales por fábricas y de la

    comisión directiva del sindicato, así como también acerca de la existencia de diferentes

    secciones y roles dentro de la institución gremial. Los trabajadores elegían un delegado por

    fábrica (sólo había más delegados cuando se trataba de empresas grandes, y no era el caso

    de Marconetti ni el de las demás aceiteras de la ciudad) que mantenía contacto con la

    comisión directiva del sindicato, cuyos integrantes también eran votados por los

    trabajadores a partir de la confección de listas y candidatos.

    “Entrevistador: ¿Y cómo funcionaba, tenían delegados, ustedes votaban losdelegados?

    Salvador: Sí, sí. Bueno acá hay uno que está en la Alianza, un tal Balieri, ese fuedelegado. Manejaba todo, iba por todas las aceiteras del país. (…)

    Entrevistador: ¿Quién se convertía en delegado o miembro de la comisión directiva?

    Salvador: Se elegían por ejemplo el que era más capaz, el que se da cuenta, viste, puedeser Fulano, puede ser sultano, y se formaba una comisión.(…)”38 

    Al mismo tiempo se pone de relieve una constante dificultad para precisar fechas, para

    reconstruir una cronología y se evidencia una confusión temporal que lleva a mezclar

    hechos ocurridos hace muchos años atrás con la situación actual del sindicato. Los tiempos

    38 Entrevista a Salvador L. Op.Cit.

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    se superponen, se mezclan y se confunden en la rememoración, como se manifiesta en el

    siguiente ejemplo:

    “Mateo: Y de ahí estuve de secretario general del gremio hasta el 96. Treinta y…treinta y seis años estuve de secretario general.

    La mujer: No, treinta y ocho estuviste casi…

    Entrevistador: ¿Del gremio a nivel nacional?

    Mateo: A nivel nacional estuve 13 años, 13 años. Pero atendía también acá eh (…)” 39 

    Laura Tornay y Natalia Vega sostienen que las fuentes orales se basan en un tipo particular

    de veracidad ya que “no hay testimonios orales falsos; las afirmaciones ‘equivocadas’ [los

    ‘errores’, las discrepancias, etc.]  siempre son psicológicamente verídicas. Incluso, la

    importancia de un testimonio puede verse incrementada cuanto más se aparte de los

    hechos dejando entrever la imaginación, los temores y los deseos del actor”40, que necesita

    otorgar sentido al pasado desde el presente. 

    Las entrevistas nos permiten también indagar en torno a la heterogeneidad de posiciones

    respecto al sindicalismo. Por ejemplo Elvio –empleado administrativo, encargado de las

    tareas de contaduría y liquidación de sueldos–, manifiesta que a pesar de haberse tenido

    que afiliar por su ingreso a la fábrica, no se acercó a participar del gremio y en muchas

    ocasiones, no estuvo de acuerdo con su modo de funcionamiento.

    “Entrevistador: Usted como empleado administrativo, ¿podía sindicalizarse, estabadentro del sindicato? 

    Elvio: Yo nunca estuve metido en el sindicato, pero siempre estuve afiliado viste, sí,

    todos teníamos que estar afiliados. Yo venía a ser personal jerarquizado ya porque yono tenía horario de entrada ni salida, salía, porque a lo mejor yo tenía que ir al banco, atodos lados salía en el auto de la empresa (…).” 41 

    39 Entrevista a Mateo B. Op.Cit.40 Tornay, M. L. y Vega, N. Op. Cit. Pág.10. Como sostiene Jelín “La memoria es una fuente crucial para lahistoria, aún (y especialmente) en sus tergiversaciones, desplazamientos y negaciones, que plantean enigmasy preguntas abiertas a la investigación”. En Jelin. E. “Historia y memoria social”. En Internet:www.cholonautas.edu.pe , Módulo Virtual, Memorias de la violencia. Pág.1141 Entrevista a Elvio P. Op. Cit.

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    También es interesante contrastar esas posiciones con la mirada construida por los

    sindicalistas respecto de los compañeros que no se afiliaban y/o que no se solidarizaban con

    los demás en los momentos de conflicto y reclamos:

    “Entrevistador: ¿La mayoría era afiliada? 

    Pedro: Claro, pero había tres o cuatro que…había dos, uno el yerno del jefe de losmecánicos, otro un petisito y otro un viejo, los tres…ellos iban a cuidar la fábrica. Nosotros quedábamos en la calle y ellos iban a cuidar la fábrica. Si hacíamos un paroera para que nos paguen (…)”42 

    Varios fragmentos de las entrevistas realizadas nos permiten a su vez aproximarnos a datos

    y representaciones sobre la filiación política del sindicato y, vinculado a ello, a sus

    estrategias de acción (sobre las que luego haremos referencia).

    “Entrevistador: ¿Y en esos primeros tiempos cuál era la filiación política del gremio?

    Mateo: ¿Política?

    Entrevistador: Sí, ¿eran peronistas, o no…?

    Mateo: Bueno, yo te digo que sí. Yo te digo que sí, los sindicatos en aquel entonceseran casi el 99 por ciento peronistas. Y en la central obrera, cuando yo estaba, dela central te hablo, también, el 99 coma 9 (…)”43 

    Los informes de la Dirección de Informaciones consultados permiten corroborar la filiación

     política del sindicato en cuestión, pero además entrar a analizar e indagar en torno a cómo

    el Estado veía a este sindicato (y a los aceiteros en general), en comparación con otros, y

    acerca de la existencia de una estructura compleja dependiente del Estado que se dedicaba a

    la persecución ideológica de los sindicatos (entre otras agrupaciones), testimoniada por la

    misma existencia de este tipo de documentación:

    42 Entrevista a Pedro C. Op. Cit.43 Entrevista a Mateo B. Op. Cit.

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    “Los miembros de las comisiones directivas que se adjuntan no registran antecedentes

    ideológicos, atribuyéndoles a la mayoría inclinación peronista.”44 

    Retomamos a continuación las percepciones y representaciones resignificadas desde el

     presente que pone en palabras el ex Secretario General del gremio aceitero, en referencia a

    la experiencia vivida durante la proscripción y resistencia peronista. Hay que tener en

    cuenta que este trabajador entra al Secretariado recién hacia principios de la década del ’60.

    “Entrevistador: O sea que a toda la época de la  resistencia peronista  ustedes lavivieron desde adentro del gremio… 

    Mateo: Sí, sí. Yo estuve en la reclusión cuando fue la reclusión, y tuve mis problemastambién porque en ese tiempo no se podía… no… ni hablar se podía, ¡porque estabanlos militares!, porque esa es la verdad, estaban los militares. Yo casi casi me mandan a(señal de lejos) a los pingüinos. Porque existía la ley, la 21.400 de que vos no podíashacer paro, no podías hacer nada, esa es la verdad. Pero igual. Y bueno en la lucha vossabés que se pone a veces la cara y a veces no. Y bueno, nosotros hacíamos reunionesclandestinas hasta que se fue el golpe militar y bueno, se reorganizó otra vez todo.” 45 

    Mateo recuerda haber sido perseguido y controlado durante este período de los “militares”

    y también haber realizado reuniones “clandestinas” con sus compañeros del sindicato,

    reuniones prohibidas por ley. Podemos afirmar a partir de este caso que la “resistencia” se

    manifestaba en diferentes terrenos, no sólo al interior de la fábrica, sino también en otros

    espacios (como a través de reuniones clandestinas en domicilios particulares), teniendo

    como consigna última, el “Perón vuelve” y como objetivo la defensa de las condiciones

    laborales y de organización obrera. Si bien creemos que la persecución a los sindicalistas de

    este gremio puede haberse planteado en este período, también consideramos que es

    necesario tener en cuenta que esa idea es una construcción realizada por el entrevistadodesde el presente, por lo cual se trata de una resignificación realizada sobre la base de

    interpretaciones y sentidos posteriores acerca del período. No ponemos en duda la

    “veracidad” que para el entrevistado tiene su relato, pero al contrastar el testimonio con

    otras fuentes (por ejemplo documentación de la DIP en la que se plantea a los aceiteros

    44 Memorandum, 4 de julio de 1967. Dirección General de Informaciones. Archivo Provincial de la Memoria.45 Entrevista a Mateo B. Op.Cit.

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    como un sindicato no muy conflictivo, no muy “peligroso”), nos permitimos plantear como

    hipótesis que esa idea de Mateo puede ser más producto de una reinterpretación hecha a la

    luz de miradas más recientes sobre el período que lo que efectivamente tuvo lugar en la

    realidad vivida.

    Consideramos que el sindicato aceitero se caracterizó durante el período analizado por una

    lógica y modalidad de acción basada en el pragmatismo institucional, y fundamentalmente

    la negociación antes que la confrontación, alineándose en la llamada “corriente vandorista”,

    iniciada en los años ’60. Hacia el interior del gremio se observa también una progresivaconcentración del poder en la dirigencia, fundamentalmente en el Secretario General.

    Estas características quedan de manifiesto en diferentes fragmentos de los relatos que

    fueron construyendo nuestros entrevistados. Mateo nos contaba cómo ganó por primera vez

    las elecciones para delegado, su mujer planteó luego la idea de que “siempre ganaba él”.

    “Mateo: Entonces un día, convocan la asamblea para elegir el delegado ese que yo tedije hoy para la fábrica. Bueno, me dicen mirá, vos tenés que ir a la asamblea… ¿y a

    qué mierda voy a ir si yo no sé nada? Vos tenés que ir… La cuestión es que le digo ami señora, mirá, poné el reloj que mañana tengo la asamblea, y me fui. Y bueno…Justamente, los postulantes eran Quinino Ceballos, y por ahí me viene como un baldede agua cuando me nombran a mí de postulante también, y yo le dije que no, que estabade acuerdo con que sea él, que si él lo cambiaba que yo… levantan la mano y le ganoyo. Le gano yo (sonrisas) 

    Su mujer: Y siempre ganaba él 

    Mateo: Le gano yo. Pero, por supuesto, con la contra nos dimos la mano, y al pocotiempo me puse de tesorero después. Porque fue una elección sana, nomás que amí me apoyaron la gente grande viste (…)46 

    Por otro lado, otras partes de la entrevista a Mateo, nos acercan a la imagen que él

    rememora del dirigente sindical como “interventor” (mediador, negociador) en los

    conflictos obreros. Si bien en el siguiente fragmento nos habla de conflictos de trabajadores

    46 Entrevista a Mateo B. Op.Cit.

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    aceiteros sucedidos en otras localidades, hace referencia al rol que él desempeñaba como

    dirigente de la Federación Aceitera y también da cuenta de las estrategias de acción que

    caracterizaron a los sindicatos aceiteros nucleados en esa Federación, durante el período en

    cuestión (las cuales se detallaron anteriormente):

    Mateo: Y el conflicto más grande más grande fue en Santo Pipó, Misiones. Ahí sícasi… pierdo la vida cuando estuve ahí. Porque existía un conflicto entre dos bandosviste, los paraguayos azules y los paraguayos colorados, el colorado y el azul. Buenoera un sector que no podía entender que… yo estaba puesto por ley, era interventormandado por la central obrera. Bueno, y un día, se vinieron casi 50 o 60 a Posadas.(…)Y bueno hicieron… se llama asentadero en la puerta de la iglesia. Y bueno, me

    llama el gobernador, me llama para que solucionara el conflicto. Y le dije algobernador que yo no cruzaba la plaza porque peligraba, ¡la vida!. Bueno, que síque no, la cuestión es que nos mandamos. Y bueno, estaba amenazado de muerte,amenazado de muerte, tuve que poner los guardaespaldas, y bueno, tuve losguardaespaldas, los tuve por tres o cuatro meses hasta que ya calmó, terminó elconflicto, acabé el mandato, los acomodé a todos, los uní a todos, los uní, y llamé aelecciones… Pero ahí sí. Después lo demás, las otras más intervenciones que tuve, no,era todo pacífico (…)47 

    En muchas otras partes del relato, Mateo y otros trabajadores nos dejan en claro la

    estrategia y modalidad o repertorio de acción que caracterizaba al sindicato aceitero: la

    huelga acompañada de la negociación estratégica.

    Mateo: (…) yo pienso de que el problema que yo tenía lo quería arreglar yo, no que melo arreglara un tercero, porque es muy fácil (…) ser secretario de un gremio y porcualquier conflicto [ir] al ministerio de trabajo o a juicio. Y bueno, ¡para eso nonecesitás un gremio! El gremio, el secretario general o bien los de la comisión directivaque en especial siempre lo agarra el secretario general, es conversar con la parte

     patronal y hacerle entender que no tiene razón, y si tiene razón, tiene razón, esa es lamoción, porque si no es muy fácil, como dije recién. A vos te suspenden tres día,cuatro días, juicio. Te suspenden diez días, juicio. Y entonces vos decís ¿yo pa quéquiero gremio así? ¿para salir en televisión? ¿para cortar la ruta? Eso de cortar rutas esun delito criminal eso de cortar rutas.

    47 Ibidem.

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    Entrevistador: ¿Ustedes qué hacían por ejemplo cuando había conflictos, cómo los…?

    Mateo: Lo conversábamos, sí, sí, lo conversamos.  Bueno, si vos lo conversás diez

    días, quince días, veinte días y no hay arreglo, bueno, ya ¿qué vas a hacer? Tenés que ira… llevarla a juicio.

    (…) a veces, está bien, tenemos que ser sinceros, a veces nosotros y bueno… a vecesnos equivocamos viste, o hacemos alguna cosita que el empresario tiene razón también,no es cierto… no lo vamos a… no le voy a sacar el cuerpo. Pero vos tenés que pensarque si a un obrero lo suspenden ocho días o diez días, sí, vos lo llevás a juicio, se oganás, teniendo razón se lo ganás, pero tenés que esperar un año y medio, o tenés queesperar dos años.

    (…) Entonces la ventaja del dirigente es ir a conversar y que si vos sabés que tiene norazón el empresario tenés que hacerle entender que bueno, se equivocó, que tiene hijos,tiene la mujer y hay que darles de comer. Y bueno, que le levanten la suspensión enseis días como hacía yo… yo, esa era mi norma, esa era mi norma. No es lo mismollegar a fin de quincena y cobrar cuatro días que cobrar diez; no es lo mismo cobrar hoyque cobrar en dos años el juicio ¿te das cuenta? Esa es la función del dirigente gremial.(…)”48 

    Por último, los testimonios orales construidos a partir de las entrevistas, también nos permitieron abrir líneas de análisis respecto de la situación que atravesó el sindicato

    aceitero y los trabajadores de Marconetti durante la última dictadura militar y

     posteriormente, ya en el contexto de la transición democrática, los posicionamientos del

    gremio en el contexto del cierre de la empresa (septiembre de 1986). A estas dos cuestiones

    haremos referencia en este cierre del apartado.

    Mateo y Juan nos relatan algunas cuestiones en relación a esta coyuntura histórica, pero

    cabe señalar que muchos no se ven muy dispuestos a hablar de lo vivido en estos años yaparecen los silencios o los cambios de tema. Las narraciones de Mateo y de Juan, ambos

    involucrados con la actividad sindical, nos hablan acerca de las medidas implementadas por

    el gobierno para disciplinar a la clase obrera y sus sindicatos, leyes represivas que imponían

     por ejemplo: la prohibición del derecho a huelga, y la prohibición y la intervención de los

    sindicatos (Mateo nos menciona varias veces que le querían aplicar “la 21.400”). También

    48 Ibidem.

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     ponen de manifiesto el hecho de la persecución a aquellos sindicalistas que adherían a

    tendencias políticas de planteos más radicalizados. Ambos parecen coincidir en que no

    hubo trabajadores de Marconetti apresados ni desaparecidos, pero sí algunos que “tuvieron

    que disparar”. Y en el caso de Juan, se vislumbra un intento de dejar claro que él y sus

    compañeros “tenían esa ideología de monto o del ERP”.

     Nos parece también relevante el hecho de que las entrevistas dejan entrever que, a pesar de

    la situación, de las imposiciones y prohibiciones, se implementaron estrategias de

    resistencia: el seguir reuniéndose, haciendo asambleas e incluso huelgas, en defensa de los

    derechos de los trabajadores. Sostenemos, a partir del análisis del relato de nuestros

    entrevistados, que algunos de estos trabajadores pusieron en marcha una combinación de

    formas de resistencia abierta (las huelgas) con formas defensivas, a veces colectivas, otras

    veces individuales, de lo que Falcón y también Dicósimo denominan “resistencia

    molecular” (reuniones clandestinas, trabajo a desgano, etc.):

    “Entrevistador: (…) ¿durante los gobiernos militares hubo problemas?

    Mateo: Sí sí, sí

    Entrevistador: ¿Pero seguían haciendo huelgas? Mateo: Sí señor, y no se podía asambleas ni nada. Yo acá estoy en condiciones dedecirte que a veces inventábamos un cumpleaños… Y nos juntábamos diez, doce oquince

    Entrevistador: ¿La comisión directiva o distintos…?

    Mateo: No, no. La comisión directiva. Y sí, vos no podés comprometer gente que…algún activista también viste, pero… Y nos íbamos a la costa, o a la casa a mi casa oa la tuya, a la tuya, y siempre alguno cumplíamos años, ¡y claro! Entonces venía la

    policía, venía, había una excusa, ¿te das cuenta? Cuando se hizo un conflicto enMarconetti, existía la 21 400. A mí te digo que casi me mandan a los pingüinos,porque dicen que estaba violando la ley.

    Entrevistador: ¿Por qué época fue eso más o menos? Para ubicarnos en el tiempo…

    Mateo: Y en el 80… 84…. Cuando estaban los militares. Que acá estaba el tenientecoronel Aragona que era delegado del ministerio de trabajo. Era teniente coronelAragón, era militar.

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    Su mujer: El que había en la municipalidad era militar también

    Mateo: Acá estaba Toniolo

    Su mujer: Toniolo, militar era.

    Entrevistador: ¿Hubo algún dirigente o algún obrero que haya caído preso acá enSanto Tomé?

    Mateo: No, no no. Que hayan disparado sí. Una vez yo estaba en el sindicato con elpro estaba, y me avisa una vecina que estaban poniéndolo preso a un dirigentegremial de Santa Fe. Entonces yo me vengo, tenía una bicicleta acá y me voy alcampo, mi viejo estaba en el campo entonces me voy al campo. Era verano, y bueno,le digo a mi señora, deciles que “Salió y todavía no volvió”, y bueno, no dormítampoco en las piezas, dormí en… Aparecí al otro día a las 7 de la mañana acá, porqueque me lleven de día es una cosa y que me lleven de noche es otra cosa. Son dos cosasdistintas. Y bueno a mí nunca… Que sí que ya una vez me querían aplicar la 21400, escierto.”49 

    “Entrevistador: Y durante los gobiernos militares, ¿hubo problemas con los sindicatos?

    Juan: Ahí a la vuelta trabajaban unos chicos que después tuvieron problemas con la

     justicia, porque eran montoneros, y así…pero nosotros los de acá, no…nosotroséramos todos peronistas o radicales, pero no teníamos esa ideología de “monto” oel ERP. Por ahí te apuntaban como que eras de esos grupos, pero no…Nosotroséramos todos…si luchábamos por algo, éramos peronistas o antiperonistas perono, no…”50 

    Finalmente, retomamos dos fragmentos de entrevistas distintas que nos permiten mostrar la

    multiplicidad de puntos de vista con respecto al posicionamiento del gremio en el contexto

    del cierre de la fábrica. A continuación, la mirada del ex – Secretario General del sindicato:

    “Entrevistador: ¿Y acá el cierre de Marconetti cómo fue? 

    Mateo: Y… fue pa desgracia, porque ni cobraron acá la gente en el cierre deMarconetti. Porque Marconetti tenía todo prendado, y la gente habrá cobrado, nadahabrá cobrado. Cobró, un 20 por ciento de lo que le correspondía, un treinta por

    49 Ibidem.50 Entrevista a Juan .Z. Op.Cit.

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    ciento… porque era… ya te digo, todo prendado eso era, todo prendado por el bancoera.

    Entrevistador: ¿Y el gremio ahí no pudo hacer nada? 

    Mateo: qué va a hacer hija si en la ley primero están los bancos, estandoembargado, si hay un remate, el banco cobra primero. Los honorarios delpersonal son privilegiados también. Lo poco que quedó del juicio que se le hizo, ybueno, unos cobraron el 30 por ciento, otros el 20, otros el 40. El máximo el 40, nila mitad. (…)”51 

    Muy distinta es la mirada de algunos obreros que tenían una visión muy negativa del

    sindicato, tal es el caso del ya mencionado Francisco:

    “Francisco: ¿Cómo se llega? Digamos…a lo que yo te voy a contar…Nos debían tresmeses, tres meses de sueldo. Quisimos hacer un paro…viene este señor…Balieri yCaputta…No, no es momento muchachos, no…como vamos a hacer paro…

    Bueno, vienen los patrones y al poco tiempo arreglan, al poco tiempo empiezan a pagarnos más o menos parejo y quedaron…un mes adentro y un aguinaldo…con promesas de que lo iban a arreglar…el…Ya habían avisado que se iban, que tanto

    Arcor como (nombre de otra empresa que no entiendo) pero había un contrato firmado para cuatro años. Ellos ya tenían su fábrica de 3 mil toneladas, pero tenían que cumplirel contrato que tenían con nosotros, así que durante cuatro años nos tenían que dartrabajo.

    Viene un día, ‘Vamos afuera, vamos afuera, vamos afuera, qué se creen estoschoros de guante blanco’, Balieri, Caputta… ‘Estos choros de guante blanco’.‘Pero nos están debiendo esto…’. ‘No, vamos afuera’. Pero le digo ‘no salgan, nosalgan, porque ustedes van a salir a la puerta y le van a meter candado’. Metrataron de alcahuete…le digo ‘Yo de electricista voy a conseguir trabajo en la

    esquina, a ustedes los van a comer los piojos’. Salieron afuera, metieron candado,entonces levanatron el contrato porque no querían trabajar…

    ¿Quién salió ganando?, ¿Quién quedó bien parado?...Haber si me decís…Yotodavía no cobré…porque me echaron de Marconetti…

    Entrevistador: No le pagaron indeminización, nada… 

    51 Entrevista a Mateo B. Op.Cit.

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    Francisco: No…¿quién quedó con plata? Que vino de allá cierto…para hacer lagauchada para que cierre, para no tenerlos cuatro años…

    Entonces ese contrato se levantó para todos, ninguno pudo seguir trabajando…

    No, ninguno…y se cumplió lo que yo les dije…yo exactamente a los dos díasempecé a trabajar en la Tool y ellos andaban pidiendo limosna pocomás…andaban cortando pasto…se cumplió lo que yo les dije. Si estaba clarito a lalegua que querían hacer eso…Querían que salgan afuera, que haya un motivode…de problema, entonces…poder decir… ‘ah no, éstos no quieren trabajar,rompemos el contrato’… 

    (…) me trataron de alcahuetes todos a mí, que yo era alcahuete de los patrones,

    que yo les explicaba y les recontra explicaba lo que estaba pasando…pero tienenun poder de convencimiento el gremialista (…)”52 

    A modo de conclusión

    Diferentes puntos de vista sobre una misma cuestión. La construcción de estas

    representaciones mucho tiene que ver con trayectorias y vivencias distintas, formaciones

    diferentes, entre otros factores. Lo que nos parece relevante de puntualizar es la necesidad

    de analizar la multiplicidad de sentidos y apreciaciones que los sujetos atribuyen a sus

     prácticas y a los hechos en los que se han visto involucrados, a partir de los cuales muchas

    veces justifican y fundamentan esas prácticas o acciones. Se trata de recuperar la

    subjetividad de los actores y problematizar el análisis de la realidad vivida desde un

    determinado lugar, en este caso, la fábrica.

    Las interpretaciones, las evaluaciones y valoraciones que el actor hace de lo que está

    relatando y sus representaciones, son también elementos claves que constituyen objeto de

    conocimiento histórico. Esa es la dimensión “subjetiva” a la que, de manera privilegiada,

    nos dan acceso los testimonios con los que trabajamos desde la Historia Oral; además de

     permitirnos también acceder a datos explícitos sobre distintas realidades que difícilmente

    52 Entrevista a Francisco S. realizada por C.Brandolini y D.Bianco en la ciudad de Santo Tomé, 10 de agostode 2011.

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     podríamos encontrar en otro tipo de fuentes, pero que sin duda debemos analizar

    críticamente y poner en triangulación con el aporte realizado por otra documentación.

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    La crisis del sindicalismo de Estado: de la dictadura militar de 1976 al modeloneoliberal menemista

    Lic. Gustavo Di Palma

    Pertenencia Institucional: Adscripto en el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de laUniversidad Nacional de Córdoba (UNC).

    Palabras clave: sindicalismo de Estado, peronismo, movimiento obrero.

    Introducción

    Durante la dictadura militar y las dos primeras décadas de la etapa democrática iniciadaen 1983, el movimiento obrero organizado experimentó un dinámico proceso de

    reacomodamiento interno, situación que se intensificó durante el gobierno de Carlos

    Menem. Desde 1989 el sindicalismo mantuvo su vinculación con el peronismo como eje

    vertebrador, aunque la fórmula neoliberal combinada con prácticas clientelares de base

    territorial le hicieron perder espacio político y capacidad de intervención en las decisiones

    macroeconómicas del Estado, obligándolo a replantear sus estrategias.

    Las distintas posiciones frente a los sucesivos gobiernos de la etapa 1976-1999, y particularmente con relación a la política económica y la reforma laboral del menemismo,

     produjeron persistentes divisiones de la CGT pero también el surgimiento de espacios

    alternativos bien definidos, como el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA)

    dentro de la propia central obrera, o la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), fuera

    de esa estructura. La crisis del modelo sindical instaurado por el peronismo abrió de esa

    manera un profundo debate interno en el seno del movimiento obrero organizado.

    La estrategia dual de confrontación-negociación del poder sindical con el Estado, desde

    la dictadura hasta los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem, delimitan el problema

    sobre el que se indaga en este trabajo. El criterio de recorte temporal se basa en la hipótesis

    sobre el proceso de culminación del ciclo caracterizado como sindicalismo de Estado, con

    nuevas estrategias y formas de relación de la dirigencia tradicional y el poder político-

    económico que desembocaron en el modelo basado en el “sindicalismo de negocio” de la

    etapa neoliberal.

    1. Los setenta: apogeo y declive del sindicalismo peronista

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    A lo largo de la etapa en que los gremios se desarrollaron bajo la tutela estatal (iniciada

    a partir del ascenso de Juan Domingo Perón al poder en 1943 y que puede ser caracterizada

    como “sindicalismo de Estado”), las organizaciones gremiales más importantes llegaron a

    controlar una gran masa de afiliados y recursos económicos, incluyendo el manejo de las

    obras sociales, hecho que derivó en una creciente burocratización de las estructuras y creó

    condiciones para que los dirigentes se sintieran tentados por la corrupción, el clientelismo y

    hasta el uso de la violencia para mantener el control de sus dominios. Esta situación se

     profundizó entre las décadas del sesenta y setenta, un periodo en el que los gremios también

    demostraron ser la herramienta más eficaz para la subsistencia del peronismo proscripto,alentando una descarnada disputa de espacios de poder con la dirigencia política del

    movimiento. Los tiempos de violencia ubicaron al sindicalismo peronista en el ala derecha

    del movimiento, enfrentado a balazos con los sectores juveniles y de izquierda.

    A mediados de los setenta, los gremialistas alcanzaron el máximo grado de poder e

    influencia en la estructura del Estado y ocuparon un rol protagónico en medio del caótico

    escenario en el que se terminó hundiendo el tercer gobierno peronista, situación que

    erosionó notablemente su imagen frente a la sociedad. El alto nivel de adhesión de los

    trabajadores hacia el peronismo tenía como contexto un mercado laboral en condiciones de

     plena ocupación, que permitía a los aparatos gremiales captar altos niveles de afiliación (no

    siempre en forma espontánea) y negociar desde una posición ventajosa dentro de la puja

    distributiva en gran escala desatada en ese momento.

    La fuerte presión por aumentos salariales en la negociación colectiva convirtió a los

    gremialistas en colaboradores activos de la debacle que liquidó el delicado equilibrio

    macroeconómico logrado durante la presidencia de Perón, situación que terminó

    transfiriendo todo el poder político al establishment   financiero encaramado en el planeconómico de los militares.53  La ruptura del equilibrio comenzó en realidad con el

    “Rodrigazo”, brutal ajuste del tipo de cambio, las tarifas y los combustibles dispuesto el 4

    de junio de 1975 por el ministro de Economía Celestino Rodrigo.

    53  Palomino, Héctor, “Los cambios en el mundo del trabajo y los dilemas sindicales”, en Suriano, Juan, Dictadura y democracia (1976-2001). Colección Nueva Historia Argentina, Tomo X, Buenos Aires,Sudamericana, 2005, p. 381.

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    Por esos años, la negociación de los metalúrgicos operaba como “caso testigo” para los

    convenios colectivos de las restantes ramas de actividad, situación demostrativa del rol

    decisivo que tenía la actividad industrial hasta ese momento. En tal escenario aparecía la

    figura del hombre fuerte de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Lorenzo Miguel,

    heredero del legado vandorista estrechamente vinculado al gobierno y con decisiva

    influencia en el movimiento obrero organizado.

    El fuerte ajuste económico de orientación neoliberal, paralelo a las duras medidas

    represivas del gobierno militar contra la dirigencia gremial,54  dejó como resultado una

    drástica desarticulación del aparato productivo nacional. El efecto más contundente en el

    ámbito sindical provocado por el programa del ministro de Economía José AlfredoMartinez de Hoz fue la profundización de la pérdida de preponderancia de los grandes

    gremios industriales dentro del movimiento obrero.

    La acción represiva por un lado trató de eliminar a los sectores combativos o clasistas

    que actuaban particularmente en las comisiones internas de determinadas empresas

    (mediante secuestros o asesinatos clandestinos); por otro, puso en prisión y amenazó a

    dirigentes nacionales de los sectores moderados u ortodoxos bajo el cargo de corrupción.

    Según el informe elaborado por la CONADEP años después, el mayor porcentaje de

    víctimas de la represión proviene del campo del movimiento obrero.

    La dictadura derogó la Ley de Asociaciones Profesionales 20.615 aprobada en 1973 y

     puso en práctica la ley 22.105, que aunque reconocía la personería gremial para el sindicato

    único por actividad e incluía al régimen electoral dentro de los estatutos sindicales

    aprobados por el Ministerio de Trabajo (como la norma anterior), introdujo varios aspectos

    que atacaban los pilares fundamentales del modelo vigente hasta entonces. El nuevo

    instrumento contemplaba la posibilidad de más de un sindicato, la disolución de las

    confederaciones, el impedimento para intervenir en política partidaria y el recorte del podereconómico sindical al dejar de percibir los recursos provenientes de las obras sociales, a las

    que no podían conducir ni administrar. Además, se redujo a tres años el mandato de los

    cargos directivos, con limitaciones a la reelección.

    54 Estas medidas incluyeron suspensión de la actividad gremial, prohibición del derecho constitucional dehuelga, intervención militar a la CGT y a varias entidades gremiales, declaración de ilegalidad de las 62Organizaciones y embestida contra la legislación laboral a través de una serie de medidas regresivas. Variosdirigentes fueron detenidos, algunos incluidos en las denominadas “Actas de Responsabilidades Políticas” yotros puestos a disposición del Poder Ejecutivo o desaparecidos.

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    Pese a los embates de la dictadura, la dirigencia que formaba parte de las organizaciones

    gremiales intervenidas más poderosas buscaron acomodar el cuerpo para preservar sus

    intereses, lo que se reflejó a través de una actitud más permeable al entendimiento con el

     poder militar. En contraste con los gremios más importantes, los gremios menores no

    intervenidos adoptaron gradualmente un perfil confrontativo hacia el gobierno del proceso,

    lo que terminó motorizando, a la postre, una fractura cuyo antecedente inmediato se

    verificó durante otra dictadura, la de Juan Carlos Onganía.

    La metodología dual frente a un régimen represivo no fue entonces una novedad. La

     postura más combativa y antagónica fue ejercida por el “Grupo de los 25”, con Saúl

    Ubaldini (gremio cervecero) como figura sobresaliente, en contraste con la moderación y laactitud negociadora de la Comisión de Gestión y Trabajo, luego autodenominada Central

     Nacional de Trabajadores (CNT), donde Armando Cavalieri (empleados de comercio),

    Oscar Lescano (electricistas de Luz y Fuerza) y Jorge Triaca (plásticos) eran exponentes

     principales. Otra vez, la CGT quedó dividida en dos sectores que parecían irreconciliables:

    la CGT Brasil (con el tiempo denominada CGT República Argentina), liderada por

    Ubaldini y la CGT Azopardo, controlada por los “gordos” de la CNT.55 

    Más allá de esa fractura, ambas vertientes mostraron una coincidencia: ninguna exhibió

    un compromiso decidido con el reclamo por los derechos humanos, pese a que la mayoría

    de los desaparecidos provenían del movimiento obrero y en muchos casos habían sido

    dirigentes sindicales e integrantes de comisiones internas.56  Ni los dirigentes más duros

    quedaron al margen de la acusación sobre sus relaciones con la dictadura militar, aunque la

    imagen confrontativa de Saúl Ubaldini logró una importante proyección, que le sirvió, en

    términos políticos, para hacer sentir su poder durante los años de Alfonsín. Esto le sirvió

    también para capitalizar el apoyo de los “gordos”, cuya vigencia, lejos de diluirse, se

    acrecentó durante los primeros años de democracia.

    55 Los últimos paros generales en la dictadura fueron apoyados por las dos centrales obreras, coincidiendo enlas exigencias salariales y de reactivación productiva. La CGT Azopardo reclamaba la devolución de lossindicatos, asistencia a los desocupados y anulación de los regímenes de indexación; la CGT Brasil pedía laderogación de la legislación laboral y social de la dictadura, la explicación sobre el incremento de la deudaexterna y la devolución de los derechos civiles a los “ciudadanos marginados injustamente de la vida civil”.Ver Rapoport, op. cit ., p. 759.56 Rapoport, op. cit ., p. 759.

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    2. La derrota del proyecto sindical de Alfonsín y la unificación de la CGT

    El gobierno radical encabezado por Raúl Alfonsín se propuso modificar la composición

    de las organizaciones sindicales hegemonizadas por el peronismo. Para eso, impulsó un

     proyecto de ley que una vez divulgado provocó un efecto inmediato: los dirigentes que se

    desconocieron durante la dictadura terminaron unidos frente al flamante gobierno

    democrático y crearon una conducción colegiada de la CGT, integrada por Saúl Ubaldini,

    Osvaldo Borda, Ramón Baldassini y Jorge Triaca. La acción que desplegaron en el

    Congreso, especialmente a través del bloque peronista, logró que finalmente fracasara el proyecto del radicalismo, orientado a corregir las restricciones de los estatutos sindicales

    con relación a la participación de competidores.

    El sindicalismo tuvo un rol central en la reconstrucción del justicialismo con vistas a la

    elección de 1983, hasta el punto que Lorenzo Miguel fue designado vicepresidente primero

    del partido, aunque en los hechos ejercía la titularidad por la ausencia de María Estela

    Martinez de Perón, radicada en España. Muchos hombres vinculados al sindicalismo

     peronista ocuparon los más altos cargos partidarios y las candidaturas de peso a nivel

     provincial y nacional, obteniendo 35 bancas en el Congreso pese a la histórica derrota

    frente a la UCR. A los dirigentes gremiales no les quedó otra alternativa más que cargar

    con el peso del duro fracaso en las urnas, pero no tardaron en recomponer sus fuerzas hasta

    convertirse en la punta de lanza del principal partido opositor para esmerilar al gobierno de

    Alfonsín.

    Los agrupamientos que lograron mantener la unidad orgánica de la CGT hasta 1989

    respondían a diversos perfiles: el sindicalismo “de negociación”, el confrontativo o

     peronista ortodoxo y el peronista socialcristiano que creía en una economía social demercado desde una perspectiva nacionalista y latinoamericanista. Una de las principales

    estrategias sindicales durante la administración de Alfonsín fue el reclamo para volver al

    nivel de ingresos alcanzado antes del golpe militar.

    Las condiciones de pleno empleo, alto nivel de los salarios y concentración de poder por

     parte de los sindicatos, especialmente entre 1974 y 1975, proyectaron expectativas dentro

    de la dirigencia gremial y el movimiento obrero que el gobierno de Alfonsín no pudo o no

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    supo encauzar. Las crisis hiperinflacionarias de 1989 y 1990, el ajuste neoliberal que logró

    imponer el menemismo y el posterior incremento de los niveles de desocupación, se

    encargaron de frenar esas expectativas.

    Atento quizás a las dificultades que se avecinaban en el frente gremial, que encontraban

    caldo de cultivo en la explosiva situación económica, el líder radical, enfrentado con la

    vieja guardia sindical peronista durante la campaña electoral a causa de la famosa denuncia

    del pacto militar-sindical,57  decidió embestir abiertamente contra el statu quo que

     privilegiaba a esa dirigencia (considerada uno de los reductos fundamentales del antiguo

    régimen que había que democratizar). Con ese objetivo envió al Congreso la Ley de

    Reordenamiento Sindical, más recordada como “Ley Mucci”, en alusión al ministro deTrabajo Antonio Mucci, uno de sus principales mentores.

    El proyecto radical ratificaba la personería gremial para el sindicato más representativo

    (sindicato único por rama), pero abría la participación en la conducción para las minorías

    que obtuvieran el 25 por ciento de los votos, que los afiliados deberían emitir en forma

    directa, obligatoria y secreta. El mandato duraría tres años con una sola posibilidad de

    reelección inmediata (por única vez no se requería antigüedad para ser candidato en las

    elecciones previstas para el proceso de normalización). La Justicia Electoral Nacional

    garantizaría las elecciones, en vez del Ministerio de Trabajo.

    En cuanto a la diversidad de situaciones que presentaban los sindicatos en 1983, que

    estaban intervenidos por el gobierno militar, con autoridades electas prorrogadas por la

    dictadura o con comisiones provisorias designadas por el gobierno de facto, primaba la idea

    de que caducaran todas las autoridades sindicales establecidas hasta ese momento, para que

    la normalización la llevarán a cabo delegados del Ministerio de Trabajo. La “Ley Mucci”

    era presentada como un régimen para normar las elecciones, aunque atacaba aspectos de la

    Ley de Asociaciones Profesionales 20.615 del año 1973 derogada por la dictadura y cuyorestablecimiento exigían los dirigentes gremiales.58 

    57 Antes del 10 de diciembre de 1983, la recuperación de los sindicatos por parte de las conducciones previasal golpe militar de 1976 fue parcial, con lo que la situación de las organizaciones gremiales en el momento deretorno de la democracia mostraba cierta confusión. La estrategia acuerdista del último ministro de Trabajode la dictadura, Héctor Villaveirán, orientada a entregar los sindicatos intervenidos a comisiones integradas

     por sus anteriores conducciones, dio fundamentos a la denuncia del candidato presidencial del radicalismo para lanzar, en abril de 1983, su denuncia sobre el pacto corporativo establecido entre militares y sindicalistas.58 La Ley de Asociaciones Profesionales 20.615 reconocía el derecho de los gremios a fijar su posición enmateria política (apoyando a partidos o a candidatos a cargos electivos e incluso propugnando sus propios

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