8/17/2019 15-Dejours, Christophe - La Banalización de La Injusticia Social

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La banalización de la injusticia social1

Christophe Dejours

Este libro, de gran repercusión en Francia, publicado por Ediciones Seuil , es un hito en la obra de

que aborda la situación social actual desde una perspectiva novedosa.. 

Capitulo 1

¿Cómo tolerar lo intolerable?

Nadie duda que aquellos que han perdido su empleo, aquellos que no pueden encontrar unodesempleados primarios! o encontrar uno nuevo desocupados de larga duración! " que su#ren el

proceso de desociali$ación progresiva, padecen. Cada uno sabe que este proceso conduce a

en#ermedades mentales o #%sicas, o, a las dos a la ve$, por intermedio de un ataque a los cimientos dela identidad.

&o" en d%a todos comparten una sensación de miedo por s% mismo, por sus seres cercanos, por susamigos o por sus hi'os, #rente a los riesgos de la e(clusión. ) #in de cuentas, todo el mundo sabe que

cada d%a se agranda, en toda Europa, el n*mero de e(cluidos " las amena$as de e(clusión+ " nadie

puede esconderse honestamente tras el velo demasiado transparente de la ignorancia quedisculpar%a.

ero no todo el mundo comparte el punto de vista seg*n el cual las v%ctimas del desempleo, de lapobre$a " de la e(clusión social, ser%an tambi-n v%ctimas de una in'usticia. En otros t-rminos, ha"

aqu%, para muchos ciudadanos, un cliva'e entre padecimiento e in'usticia. Este cliva'e es grave. ara

quienes lo adoptan, el padecimiento es, por cierto, un malestar, pero este malestar no conllevanecesariamente una reacción pol%tica. uede 'usti#icar compasión, piedad o caridad, pero no

desencadena necesariamente indignación, cólera ni llama a la acción colectiva. El padecimiento no

suscita un movimiento de solidaridad " de protesta a menos que se estable$ca una asociación entre lapercepción del padecimiento " el hecho de una in'usticia. ien entendido, si el padecimiento de otro

no es percibido, el problema de la movili$ación en la acción pol%tica no se plantear%a, a*n menos el dela 'usticia.

ara comprender el drama que constitu"e la debilidad de la movili$ación contra el desempleo " lae(clusión, ser%a necesario estar en condiciones de anali$ar precisamente las relaciones " los la$os

que se tienden o deshacen entre el padecimiento de otros " la in'usticia o 'usticia!.

/as personas que disocian su percepción del padecimiento de otros del sentimiento de indignaciónque implicar%a el reconocimiento de una in'usticia suelen adoptar una postura de resignación .

0esignación #rente a un #enómeno23 la crisis del empleo, considerada como una #atalidad,comparable a una epidemia, a la peste, al cólera, o incluso al sida. 4e acuerdo a esta concepción, no

habr%a in'usticia, tan sólo un #enómeno sist-mico, económico, sobre el cual no tendr%amosincumbencia. Entonces, incluso si se tratara de una epidemia como la del sida, constatamos que las

1 http://www.topia.com.ar/editorial/libros/la-banalizaci%C3%B3n-de-la-injusticia-solcial 

http://www.topia.com.ar/autores/christophe-dejourshttp://www.topia.com.ar/editorial/libros/la-banalizaci%C3%B3n-de-la-injusticia-solcialhttp://www.topia.com.ar/editorial/libros/la-banalizaci%C3%B3n-de-la-injusticia-solcialhttp://www.topia.com.ar/sites/nuevo.topia.com.ar/files/libros/tapas/DejoursBanalizacion.jpghttp://www.topia.com.ar/editorial/libros/la-banalizaci%C3%B3n-de-la-injusticia-solcialhttp://www.topia.com.ar/autores/christophe-dejours

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reacciones de movili$ación colectiva son posibles, " que no estamos obligados a aceptar el #actum , ni

a adherir a la tesis de la causalidad del destino2 que aqu% ser%a m5s la consecuencia de una par5lisisde la capacidad de an5lisis 6 Fl"nn , 1789:!. Creer que el desempleo " la e(clusión son el resultado de

una in'usticia o concluir, por el contrario, que -stos resultan de una crisis de la cual nadie es

responsable no est5 incluido en una percepción, en un sentimiento o en una intuición, como es elcaso con respecto al padecimiento. El problema de la 'usticia o de la in'usticia implica en primer lugar

la pregunta por la responsabilidad personal3 ¿la responsabilidad de algunos dirigentes " nuestra

responsabilidad est5n o no implicadas en este malestar?/as nociones de responsabilidad, de 'usticia incumben a la -tica " no a la psicolog%a. El 'uicio de

atribución, por su parte, pasa en primer lugar por la adhesión a un discurso o a una demostracióncient%#ica, o incluso a una creencia colectiva, que se constitu"e en autoridad para el su'eto que 'u$ga.

 ) mi parecer, la atribución del malestar del desempleo " de la e(clusión a la causalidad del destino, ala causalidad sist-mica, no se desprende de una in#erencia psico ;cognitiva individual. /a tesis de la

causalidad del destino no es resultado de una invención personal, de una especulación intelectual o

de una investigación cient%#ica individual.

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nosotros, una parte involucrada. 4ebo agregar que si la banali$ación del mal no tiene nada de

e(cepcional, en la medida en que ser%a sub"acente al sistema liberal mismo, -sta estar%a implicadatambi-n en las derivaciones totalitarias tal como las comprendidas en el na$ismo. ero entonces, ¿en

qu- consisten las di#erencias entre totalitarismo " neoliberalismo? ¿or dónde pasa la l%nea divisoria?

En ausencia de una respuesta clara a esta pregunta, esta banali$ación parece mu" inquietante. Elpresente ensa"o se encamina, m5s all5 del an5lisis de dicha banali$ación , a identi#icar las

especi#icidades del #uncionamiento social ordinario en el sistema liberal. 4eber%amos poder sacar

algunas consecuencias para caracteri$ar las #ormas de banali$ación del mal en los sistemastotalitarios que no #ueron elucidadas de #orma satis#actoria, incluso por &. )rendt , seg*n me parece!.

/a banali$ación del mal pasa por muchos nudos intermediarios. Cada uno de ellos supone unaconstrucción humana. En otras palabras, no se trata de una lógica incoercible, sino de un

encadenamiento que implica responsabilidades. Este proceso2 puede entonces ser interrumpido,controlado, contrabalanceado o intervenido por decisiones humanas, que implicar%an tambi-n

responsabilidades. /a aceleración o el #reno de este proceso depende de nuestra voluntad " de

nuestra libertad. Nuestro poder de control sobre este proceso puede ser acrecentado a partir delconocimiento de su #uncionamiento. )l no poder inclinarnos en bene#icio de la acción, el an5lisis que

vamos a desarrollar podr5 al menos servir para la comprensión , sin poder evitar el riesgo ;que no esm5s que un riesgo; de una reconciliación tr5gica. )#irma en esencia &annah )rendt 3 comprender es

una actividad sin #in por la cual nos adaptamos a lo real, nos reconciliamos con esto " nos es#or$amospor estar de acuerdo o en armon%a con el mundo2 0evault d)llonnes , 177D!.En 178, #rente a la creciente crisis del empleo, los analistas pol%ticos #ranceses preve%an que no

podr%a superar el D de desempleados de la población económicamente activa sin que surgiese unacrisis pol%tica ma"or, debiendo mani#estarse en disturbios sociales " movimientos de car5cter

insurreccional, capaces de desestabili$ar al Estado " la sociedad en su con'unto. En Gapón, los

analistas pol%ticos preve%an que la sociedad 'aponesa no podr%a asimilar pol%tica ni socialmente unatasa de desempleo superior al D. 4e andt " SipeH , 17I7!.

or cierto, no sabemos qu- suceder5 con la situación pol%tica 'aponesa. ero sabemos que enFrancia somos capaces, desgraciadamente, de tolerar hasta un 1J de desempleo " probablemente

m5s. ¿/os analistas " quienes armaron las prospectivas se equivocaron? S% " no. S%, en la medida en

que sus previsiones #ueron invalidadas por la realidad. No, en la medida en que, probablemente, lasociedad #rancesa de los K8 no hubiese podido tolerar un D de desocupados, a*n menos un1J,

sin reaccionar mediante disturbios sociales " pol%ticos. Evidentemente, el progresivo crecimiento deldesempleo es lo que podr%a e(plicar esta tolerancia social inesperada. No porque este crecimiento

ha"a sido demasiado r5pido. Se trata probablemente de alguna otra cosa mu" distinta.

Nuestra hipótesis consiste en que, luego de 178, no #ue solamente la tasa de desocupación lo quecambió, ser%a toda la sociedad la que se habr%a trans#ormado cualitativamente , al punto de no tener

"a las mismas reacciones. ara ser m5s precisos, contemplamos, ba'o esta #órmula, esencialmente,una evolución de las reacciones sociales #rente al padecimiento, al malestar o la in'usticia. Evolución

que se caracteri$ar%a por una atenuación en las reacciones de indignación, de cólera " de

movili$ación colectiva para la acción en #avor de la solidaridad " la 'usticia, aunque se desarrollar%anreacciones de reserva, de duda " de perple'idad, incluso de #ranca indi#erencia, as% como tambi-n de

tolerancia colectiva hacia la inacción " de resignación #rente a la in'usticia " al padecimiento de otros.Ning*n analista impugna esta evolución. ) muchos los desespera. Solo las e(plicaciones de este

#enómeno divergen. Comprendemos de manera errónea cómo una mutación pol%tica de esta amplitud

pudo producirse en tan poco tiempo. /a interpretación m5s com*n consiste en asociar esta pasividadcolectiva insólita a la ausencia de perspectivas económica, social " pol%tica! alternativas . Esta

ausencia de perspectivas movili$antes es di#%cilmente cuestionable. ¿ero es -sta, como piensanmuchos analistas, la causa de cierta inercia social " pol%tica o su consecuencia? ersonalmente, no

creo que los movimientos colectivos de dimensión social sean habitualmente movili$ados por la

voluntad de marchar hacia un bienestar prometido por una ideolog%a estructurada. Creo que la

movili$ación encuentra su principal #uente de energ%a, no en la esperan$a de un bienestar "a quedudamos de los resultados de una convulsión pol%tica!, sino en la ira contra el padecimiento " lain'usticia 'u$gados como intolerables. En otros t-rminos, ser%a m5s una reacción que una acción,

reacción contra lo intolerable m5s que acción volcada hacia el bienestar .

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En esta perspectiva, nos #altar%a tratar de comprender de otra manera que por la ausencia de una

utop%a social alternativa la debilidad de la movili$ación colectiva contra el padecimiento. )s%, elproblema se convierte en el del desarrollo de la tolerancia a la in'usticia . Esto ser%a 'ustamente la

ausencia de reacciones colectivas de movili$ación que har%an posible la continuidad del desarrollo

progresivo del desempleo " de los desgastes psicológicos " sociales, hasta las tasas que conocemosen la actualidad.

Lue la era =itterrand 1781;1779! ha"a sido marcada por una abdicación ideológica con respecto a

los ideales socialistas, ba'o la #orma de un economicismo de i$quierda2, es indiscutible. ero estaabdicación pol%tica, que consiste en poner la ra$ón económica por delante de la ra$ón pol%tica, no es

la causa de la desmovili$ación.