el arte arte último del siglo xx

NOEMI I. IBARRA OBESO

En 1977, se redefinen los modos deexpresión creativa como el filme, lafotografía, el video y la performance. Lageneración de apropiacionistas fue nacidaen una época tecnológica para la que elmundo era antes que nada algo filmado yfotografiado, publicado en periódicos yemitido en TV. Se trataba de rehacer larealidad, no de sustituirla.

Se utilizaban también objetos de consumo apropiados de la vida cotidiana. Hubo un intercambio entre el mundo de las artes, la publicidad, la fotografía, el cine y los mass media. Los conceptos posestructuralistas eran la simulación, simulacro, hiperrealidad, cultura de la mercancía, etc.

Se concibe a la sociedadposindustrial, la del capitalismo deconsumo masivo, como un espectáculofantasmagórico en el que valor decambio de un objeto, dada lasaturación a la que ha llegado lasociedad, ya no obedece a cuestionesde orden económico, sino a criterios demoda y de prestigio vinculados allenguaje de la publicidad.

El objeto es más visible que lo visible. Elarte se ha convertido en un generadorde mundos simulados y ficticios, deigual manera que los videos, lainformática y la publicidad, mundosartificiales e ilusorios. Está en juego lasupervivencia de las imágenes. AndyWarhol de ser el genio de la simulaciónpasó a ser el genio de la publicidad.

El simulacionismo empieza a tener presencia pública en 1984-1985. El arte se convierte en

mercancía. Algún sector calificó a este arte como arribista, hipócrita y promocional de carreras huecas cuyo único objetivo era el

dinero fácil y rápido. Se empezaron a hacer presentaciones de artistas más nuevos y menos

expuestos y comprados.

La fotografía como una clara alternativa de la pintura. La fotografía también se decía era una copia falsa de la realidad desviando la

verdad del modelo. Con el uso de este medo creativo a partir de 1990, se obliga al

espectador a cambiar su rol de observador para poder captar el proceso de

contemplación del arte. Las fotografías no son representaciones de la realidad, sino otras

formas de realidad.

Los medios de la era electrónica (video, realidad virtual, láser, digitalización) ha derivado en

múltiples prácticas que hablan de una nueva materialidad de la obra de arte, de un nuevo

comportamiento de espectador ante el arte, utilizando un sistema inteligente, ya no se

limita a intervenir, intelectual o comporta mentalmente en la obra y participa

interactivamente en un rol determinante.

Una de las consecuencias más perceptibles de la tecnología y, en especial, de la velocidad, es el haber cambiado la visión del mundo. La fotografía, el cine y

la televisión han convertido el espacio público en imagen pública. Con este tipo de medios creativos

nace la estética de la desaparición, además del video y la infografía, no se permanece estática la

imagen, como en la pintura o la escultura.

“Allí donde está el peligro, allí crece también lo que salva”. El videoarte fue sucedáneo de la televisión, pero pronto definió su propio lenguaje y sus distintas expresiones: videoescultura, videoperformance, videoinstalación, etc

El video se inicia en los años sesenta cuando Sony empieza a comercializar cámaras de video portátil, cuando el video como aparto que registra y reproduce imágenes y sonidos por medio de cinta magnética, deja de ser monopolio de las cadenas de televisión y pasa a ser, como la cámara fotográfica, de uso común.

Pioneros en el videoarte como WolfVostell y Nam June Paik defendían que la televisión funciona como un medio que conforma los puntos de vista de la sociedad, sobre el mundo. Se iba a liberar al artista del triángulo taller-galería-coleccionista y permite subsistir no de la venta de la obra, sino de los derechos de autor (derechos de reproducción de sus videos en televisión).

Los años setenta. El tiempo es el material de base del video. El video se convierte en un doble permanente del paisaje de todo lo que la cámara observa en tiempo real. Bill Viola es uno de los pioneros en el viodeoarte, quien utiliza con frecuencia en las videoinstalaciones, la cámara lenta y planos a los que no están acostumbrados los espectadores de televisión, radicando en su particular concepción del tiempo.

Surge el espacio sin límites visibles, ese espacio es el mundo mental de pensamientos e imágenes.El desarrollo del videoarte. Los años ochenta.Un grupo de mujeres artistas se valieron del video para plantear problemas de identidad y revelar las contradicciones y enfrentamientos sociales y culturales de la mujer en cuestiones como el sexo y la política. Se cuestiona el rol social de la mujer-objeto. Se ve el video como un medio para trascender la realidad inmediata, siendo una creación más libre e imaginativa descubridora de realidades inexploradas.

Las videoinstalaciones como un cuestionamiento del cuerpo, del espacio y de la relación con el espectador, quien recibe activa y responsablemente los mensajes del artista. El video es un proceso mucho más cercano al pensamiento. La videoinstalación pretende despertar suavemente al espectador de sus hábitos tradicionales de contemplación, pero también de sus hábitos de consumo de video y televisión.

Se proyectan las reflexiones sobre la influencia de los media sobre la psique humana, las reflexiones sobre la tecnología y la sociedad, convirtiendo el video en un instrumento crítico. La contribución de los artistas españoles. En España, estuvo muy presente el video como instrumento de cuestionamiento político, mediático y social.

Se sitúan trabajos videográficos en los que se plantea cómo los media, como revistas y la televisión, no sólo manipulan, sino limitan y reducen la información, descubriendo el lenguaje de los anuncios comerciales y los estereotipos propios de la sociedad de consumo. Logrando modificar la percepción/opinión de las audiencias. Convierten la instalación en un laboratorio de ideas, donde el espectador negocia su posición dentro de la obra, implicándose en procesos de reflexión y pensamiento. Se resuelven los planteamientos conceptuales.