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 85-102 LOS USOS DE Y UD.EN LOS ACTOS DE HABLA: UNA APROXIMACIÓN A LA PRAGMÁTICA DEL BILINGÜE The Uses of and Ud.in Speech Acts: An Approximation to the  Bilingual’s Pragmatics Carolina Gutiérrez-Rivas * Resumen La presente investig ación versa sobre el uso de los pronombres de tra tamient o y Ud. en la form ulac ión de peti ciones, por par te de bili ngü es cuban oame rica nos , de segu nda y t erce ra gene raci ón, res iden ciad os en el área de Miam i, Flor ida. Un anál isis cual ita tiv o dete rmin ó que el uso explícito de l os pron ombres dent ro del acto de h abla cumple con una d oble fun ción pra gmát ica : 1) la de ensa lza r al oyen te y ex pres arle empa tía y 2) la de marcar dis tanciami ento con el int erlocut or. Pala bras clav e: Cort esía , pronombres de tra tami ent o bilingües cuba noam eric anos . Abstract This paper explores how second and third generation Cuban Americans from Miami, Fl orida, us e the address p ronouns and Ud. when formulating speech acts such as re ques ts in S pani sh. A qu alit ativ e anal ysis show s that the e xpl icit use of th e pron ouns wh en utte ring a sp eech ac t fulf ills a doubl e purp ose: 1) to fla tte r the hea rer an d express solidar ity t owards her/him, and 2) to est ablish distance towards the interlocut or when the speaker is in a position of power. Key wor ds: Poli tene ss, addr ess pronoun s bili ngua l Cuban Ameri cans . INTRODUCCIÓN Nuestro objeti vo es describi r la variación, alter nancia y funcio nes pragm áticas de los pronombres de tratamiento y Ud. en actos de habla 1 ta l com o oc ur ren en las peticiones por parte de bilingües cubanoam ericanos. A través del análisis cualitativo de los datos, se mostrará que, en referencia a los actos de habla, los bilingües del área de Miami insertan uno u otro pronombre de tratamiento en la petición como estrategia para mostrarse solidarios o distantes en situaciones muy específicas, y que su uso de los pronom bres se diferen cia, en cierto s aspecto s, de la norma m onoling üe (tal como ha sido descri ta en varias regio nes del mund o hispánico) así como, tambié n, converg e en otros. Se verá que la dicoto mía defere ncia/so lidari dad, expres ada a través de los pronombres de cortesía, adquiere patrones particulares dentro de esta comunidad de 1 Se parte aquí de la definición dada p or Searle sobre los actos de ha bla: las unidades básicas o mínimas de la comunicación lingüística (1975:16, mi traducción). Explica Searle que la unidad lingüística de la comunica ción no es meramente el símbolo, la palabra o la oración, sino la producció n de todos ellos combinados en la emi sión de un acto de habla, que puede tener forma de afirm ación o pregunta y usarse para dar direcciones, pedir cosas, dar las gracias, etc.

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  • 85-102

    LOS USOS DE T Y UD. EN LOS ACTOS DE HABLA:UNA APROXIMACIN A LA PRAGMTICA DEL BILINGE

    The Uses of t and Ud. in Speech Acts: An Approximation to theBilinguals Pragmatics

    Carolina Gutirrez-Rivas*

    ResumenLa presente investigacin versa sobre el uso de los pronombres de tratamiento t

    y Ud. en la formulacin de peticiones, por parte de bilinges cubanoamericanos, desegunda y tercera generacin, residenciados en el rea de Miami, Florida. Un anlisiscualitativo determin que el uso explcito de los pronombres dentro del acto de hablacumple con una doble funcin pragmtica: 1) la de ensalzar al oyente y expresarle empatay 2) la de marcar distanciamiento con el interlocutor.Palabras clave: Cortesa, pronombres de tratamiento bilinges cubanoamericanos.

    AbstractThis paper explores how second and third generation Cuban Americans from

    Miami, Florida, use the address pronouns t and Ud. when formulating speech actssuch as requests in Spanish. A qualitative analysis shows that the explicit use of thepronouns when uttering a speech act fulfills a double purpose: 1) to flatter the hearer andexpress solidarity towards her/him, and 2) to establish distance towards the interlocutorwhen the speaker is in a position of power.

    Key words: Politeness, address pronouns bilingual Cuban Americans.

    INTRODUCCINNuestro objetivo es describir la variacin, alternancia y funciones pragmticas

    de los pronombres de tratamiento t y Ud. en actos de habla1 tal como ocurren enlas peticiones por parte de bilinges cubanoamericanos. A travs del anlisis cualitativode los datos, se mostrar que, en referencia a los actos de habla, los bilinges del rea deMiami insertan uno u otro pronombre de tratamiento en la peticin como estrategia paramostrarse solidarios o distantes en situaciones muy especficas, y que su uso de lospronombres se diferencia, en ciertos aspectos, de la norma monolinge (tal como hasido descrita en varias regiones del mundo hispnico) as como, tambin, converge enotros. Se ver que la dicotoma deferencia/solidaridad, expresada a travs de lospronombres de cortesa, adquiere patrones particulares dentro de esta comunidad de

    1 Se parte aqu de la definicin dada por Searle sobre los actos de habla: las unidades bsicas omnimas de la comunicacin lingstica (1975:16, mi traduccin). Explica Searle que la unidadlingstica de la comunicacin no es meramente el smbolo, la palabra o la oracin, sino la produccinde todos ellos combinados en la emisin de un acto de habla, que puede tener forma de afirmacin opregunta y usarse para dar direcciones, pedir cosas, dar las gracias, etc.

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    habla2 (por ejemplo, la alternancia de uno u otro pronombre dentro de un mismo acto dehabla para proyectarse, ms o menos, distante ante un oyente determinado). Se infiereque tales patrones de uso (que se vern expresados a lo largo del trabajo), podrandeberse, entre otros factores, a un cambio en marcha, no slo del espaol hablado en losEstados Unidos, sino del mundo. Adems, se revelar la diferencia que existe entre laautopercepcin del bilinge sobre su propia (in)formalidad a travs del uso de estospronombres y la produccin que hacen de stos en la realidad.

    Asimismo, esta investigacin ofrece una perspectiva nueva sobre el tema,al describir el comportamiento de una comunidad de habla cuyo uso (alternado)de los pronombres dentro de los actos de habla responde a variables distintas delas que influyen el habla monolinge. Dichas variables estn determinadas engran medida por el nivel de competencia lingstica y la frecuencia desocializacin de los bilinges en la segunda lengua, es decir, el espaol.REVISIN DE LA LITERATURA

    Estudios histricos sobre el uso de los pronombres de tratamiento revelan queen latn el t se usaba, al igual que en la actualidad, como una forma de tratamientosingular informal, que no ha variado con el tiempo (Cfr. Penny, 2002). El Ud., porel contrario, evolucion de vuestra merced: (...) en el siglo XV, la forma decortesa deferencial deriva en vuestra merced, con un verbo en tercera persona delsingular, vuessa merced y, en el siglo XVII, usted (Uber, 1985:388. Mi traduccin).

    Brown y Gilman afirman que, as como en espaol, en francs e italianosiguen activos dos pronombres de tratamiento singulares que derivaron del latn Ty VS. Partiendo de la base de que las relaciones humanas son asimtricas, esdecir, se basan en una jerarqua que se refleja en la lengua, Brown y Gilmanargumentan que ambos pronombres estn estrechamente relacionados con losconceptos de poder y solidaridad. Los autores denominan a este proceso semnticadel poder y afirman que es esta dinmica la que va a determinar el uso de lospronombres t y Ud. en la conversacin: (...) la semntica del poder sloprescribe el uso entre superior e inferior y propone una estructura social en la quecada individuo se ubica en un rango nico de poder (1997:256. Mi traduccin). Entoda comunidad de habla donde exista el uso de ms de un pronombre de tratamiento,la semntica del poder funciona de modos diferentes. Por ello, la alternancia de lasformas pronominales est estrechamente relacionada con la intencin del hablante demostrar deferencia o solidaridad ante su interlocutor, en algunos casos,independientemente de variables externas, como la edad y la distancia social con elinterlocutor. En el presente estudio se pone de manifiesto que la asociacin rgida de

    2 Usamos el concepto de comunidad de habla tal como lo definen Gumperz y Hymes: Una comunidadque comparte reglas de la conducta e interpretacin del discurso y reglas para la interpretacin de, almenos, una variedad lingstica (1972:54. Mi traduccin).

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    un pronombre u otro con la deferencia (Ud.) o la solidaridad (t) resulta errneaal aplicarla a ciertas comunidades lingsticas.

    En algunas variedades monolinges del espaol de Amrica se observanvariaciones respecto a la alternancia de los tres pronombres disponibles en estalengua, a saber t, Ud. y vos. Por ejemplo, en su investigacin sobre las formasde tratamiento en Bogot (Colombia), Uber asegura que existen dos tipos de Ud. enesa regin: el Ud. de no solidaridad se usa generalmente con desconocidos(policas, meseros, etc.) y el de solidaridad se usa con personas cercanas (miembrosde la familia, etc.). El t, por su parte, ocupa un lugar intermedio: puede utilizarsepara denotar cierta familiaridad o confianza, pero an as implica cierta distancia(1985:389. Mi traduccin). Las observaciones de Uber la llevaron a concluir que elt, a pesar de no ser la forma de ms solidaridad, es la que se est expandiendo mshacia ambos extremos del continuo, y que el uso del pronombre deferencial sermenos frecuente en el futuro. Igualmente, en otro estudio sobre el habla de Colombia,Murillo encontr que en el rea de Popayn el uso del pronombre vos predominasobre el del tuteo y el ustedeo.

    En Costa Rica, Hasbn y Sols hallaron una gran asimetra en las formas detrato, ya que en Costa Rica, pareciera existir un uso dual del usted: uno que reflejaformalidad y respeto y otro que implica una mayor intimidad y que es determinadopor la situacin (1997:145). Igualmente, Rey analiz el uso del vos y el Ud. enManagua, Nicaragua, y encontr que el voseo cumple diferentes funciones en estacomunidad: solidaridad, intimidad y familiaridad superficial (1996:113).

    En Cuba, Lipski observ que el ustedeo no es un rasgo lingsticopredominante, tal como lo es en otras culturas hispnicas como la costarricense,la hondurea, la mexicana o la colombiana. Lipski nota que: el espaol de Cubaemplea de modo uniforme t como pronombre familiar. En el uso actual, estetratamiento se extiende a las personas que se acaba de conocer en circunstanciasdonde el usted sera ms comn en otros dialectos del espaol (1996:258). Porsu parte, lo encontrado en los datos de esta investigacin sugiere que los bilingesse estn apartando de la norma para hacer uso de los pronombres de una maneraque se adapte ms a las necesidades de su contexto comunicativo y a la vez seaperfectamente aceptable dentro de su propia comunidad de habla.

    Existe adems, en el espaol moderno, un fenmeno lingstico conocidocomo polimorfismo que consiste en utilizar varias formas de tratamiento con unmismo interlocutor y en un mismo acto comunicativo, con una intencincomunicativa determinada (Murillo, 2003:11). En su estudio, Murillo se refiere ala mezcla y uso explcito de los tres pronombres de tratamiento disponibles en elhabla colombiana, a saber, t, vos, y Ud.. Es as como se considerar elconcepto de polimorfismo en el presente estudio, aunque incluyendo slo lospronombres t y Ud., ya que este fenmeno se asemeja en muchos aspectos alo observado en la comunidad de habla de cubanoamericanos de segunda y tercera

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    generacin de la ciudad de Miami, punto sobre el cual se volver ms adelante. Nose consideran como polimorfismo los casos en que se alteran los pronombres conlas formas verbales de segunda o tercera persona, puesto que tales casos no fueronconsiderados ni incluidos en la nocin de polimorfismo ofrecida por Murillo.

    En lo referente a la cortesa y el estudio de sus pronombres se entiende quesu uso est estrechamente relacionado con el trato y el tipo de relacin entrehablante y oyente, as como con las intenciones del uno para con el otro en el marcocomunicativo. En las lenguas en las que se cuenta con dobletes pronominales (o enel caso de algunos dialectos del espaol, tripletes) se produce una especie deproceso de retroalimentacin en el que, en un contexto dado, el estatus de ambosinterlocutores influenciar al hablante en la eleccin de un pronombre sobre otro;pero a la vez, el uso del pronombre elegido fungir como marcador de distanciasocial entre ambos. De igual modo, las formas pronominales de trato se usan paramoldear la propia imagen, o la que se pretende tener, ante el interlocutor de turno.Brown y Levinson postularon que, durante el curso de la interaccin comunicativa,los hablantes que necesiten la aprobacin de su interlocutor intentarn salvaguardarsu imagen positiva o usar las frmulas de solidaridad, y los hablantes que deseenlograr el respeto del oyente se dedicarn a salvaguardar su imagen negativa con eluso de frmulas deferenciales.3 Respecto a las formas de tratamiento, los autores,refirindose a lenguas como el francs, arguyen que la cortesa es el principalmotivador para el uso de ciertas formas pronominales.

    En espaol tambin se han llevado a cabo algunos estudios respecto a lavariacin de los pronombres en correlacin con variables como solidaridad y poder(Cfr. Ardila, 2005; Blas-Arrollo, 2005; Lavandera, 1984; Turell, 1989; Stewart,2003; etc.). Sin embargo, al parecer an no existen estudios que determinen qu usodan a los pronombres de tratamiento las comunidades bilinges de espaol e inglsde los Estados Unidos (en especial, la escogida para esta investigacin).LA METODOLOGA Y LOS PARTICIPANTES

    La muestra de la presente investigacin proviene de veinte hablantes que seescogieron intencionadamente tomando en cuenta factores como la edad, el lugar denacimiento y el lugar de residencia actual. La labor de reclutamiento de losparticipantes y las entrevistas se llevaron a cabo en la ciudad de Miami, Florida.Luego de contestar un cuestionario con su informacin personal (con datos como los

    3 Segn Brown y Levinson (1987) las estrategias de cortesa positiva son las usadas para satisfacer losdeseos de aprobacin del oyente y las estrategias de cortesa negativa son las que se usan para satisfacerla necesidad de respeto al espacio propio del oyente. Adems mencionan otros tres tipos de estrategiasque no fueron observadas en los datos. Por su parte, Scollon y Scollon (1983) establecen que lasestrategias de Brown y Levinson pueden denominarse estrategias de solidaridad para referirse a lacortesa positiva, y estrategias de deferencia para referirse a la cortesa negativa. Usaremos ambasterminologas indistintamente.

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    enumerados en las lneas anteriores), los participantes hicieron dramatizaciones desituaciones especficas (role-playing), las cuales fueron grabadas en audio.Posteriormente, realizaron una prueba de autoevaluacin oral sobre su percepcin deluso de los pronombres t y Ud.. Las situaciones a dramatizar fueron diseadassiguiendo los parmetros (Intercultural Comunication) propuestos por Scollon y Scollon(2001), quienes afirman que existen tres sistemas de cortesa aplicados a las normaspragmticas: jerarqua, deferencia y solidaridad. Estos tres sistemas pueden observarseen variados contextos y se basan principalmente en las diferencias de ms o menospoder (+P o P) y ms o menos distancia (+D o D) entre los participantes.4 En estetrabajo se toma en cuenta el concepto de bilinge tal como lo define Silva-Corvaln,quien considera bilinge a todo individuo que

    () tiene un cierto grado de competencia en el uso de dos lenguas comovehculos de comunicacin, sin que este grado de competencia tenganecesariamente que ser igual al que posee un hablante de la variedadestndar de las lenguas en cuestin (2001:270).

    Como se mencion, los veinte hablantes bilinges de segunda y tercerageneracin se seleccionaron tomando en cuenta el lugar de nacimiento (Cuba oEstados Unidos) y la edad en que llegaron a los Estados Unidos en covariacin con laedad cronolgica. El primer grupo, constituido por hablantes de segunda generacin,estuvo comprendido por cinco mujeres (RR2, MJ2, MR2, GB2, LK2) y cincohombres (LJ2, JG2, AP2, EL2, RS2) entre 40 y 53 aos de edad. En este grupo seincluyeron a aquellos bilinges que nacieron en Cuba pero llegaron a Miami antes dela edad de 12 aos, o que nacieron en los Estados Unidos de padres cubanos. Elsegundo grupo, constituido tambin por diez hablantes, cinco mujeres (EL3, DZ3,KS3, LM3, LP3) y cinco hombres (DR3, AR3, DP3, GD3, AC3), se conform depersonas nacidas en Miami, quienes tienen al menos un padre o una madre desegunda generacin. En este grupo se incluy a personas entre los 18 y los 28 aos deedad. Cabe destacar que, a pesar de que todos estudiaron espaol en algn momentode la escuela primaria, secundaria y/o superior, ninguno de ellos asisti a escuelasbilinges. Los nmeros 2 y 3, aadidos a los cdigos de identificacin de losparticipantes, indican si son de la segunda o la tercera generacin respectivamente.Como ya se acot, en el presente estudio el uso del trmino generacin secorrelaciona directamente con edad y, posteriormente, se ver cmo la variable

    4 Situaciones planteadas a los participantes para la dramatizacin:Situacin 1. Sistema de cortesa deferencial (-Poder, +Distancia): Debe hacer que su vecina/o lolleve al aeropuerto.Situacin 2. Sistema de cortesa de solidaridad (-Poder, -Distancia): Debe hacer que sucomadre/compadre o mejor amiga/o le preste dinero.Situacin 3. Sistema de cortesa segn la jerarqua (+Poder,+/-Distancia): Debe hacer que suempleada/o se ponga a trabajar en un proyecto que est pendiente.

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    externa de la edad es un factor influyente en la eleccin de una forma pronominalsobre otra, fenmeno que ya ha sido observado tambin en otras regiones de hablahispana (Cfr. Blas-Arroyo, 1994).

    Dado que la meta de esta investigacin era determinar el uso de lasestrategias pragmticas de los bilinges teniendo en cuenta variables socialescomo jerarqua, deferencia y solidaridad, se usaron principalmente dos de losmtodos ms aceptados en la recoleccin de enunciados que contienen actos dehabla, a saber, la dramatizacin de situaciones especficas y el protocolo deautoevaluacin oral. Es preciso aclarar que los participantes realizaron ladramatizacin pensando en un oyente imaginario, ya que el propsito del trabajose limit slo al anlisis del pedido y no a las respuestas. Se prefiri usar elmtodo oral frente al escrito (o el Discourse Completion Test usado por Blum-Kulka; House y Kasper; Curc; Curc y De Fina; Flix-Brasdefer, entre otros),puesto que se pens que los hablantes tendran menos tiempo de monitorear supropio discurso y hablaran, por ello, de manera ms espontnea.

    Por su parte, el protocolo de autoevaluacin oral es una tcnica que ayuda asustentar la investigacin pragmtica al examinar el proceso de pensamiento quesiguen los hablantes al producir los dilogos, y consiste en pedir al participante supropia opinin acerca de los enunciados que ha producido. Con esta prueba se tieneuna mejor idea de lo que piensan los hablantes acerca de las estrategias y tcnicasque utilizan para hacer pedidos, y de si se perciben a s mismos como individuos(in)formales a travs del habla.RESULTADOS Y DISCUSIN

    Blum-Kulka, House y Kasper sostienen que el grado de distancia social ypoder entre los hablantes determina en gran medida la variacin de los actos de habla.Ardila (variables sociopragmticas) seala que en buena parte de la bibliografa sobrelas formas pronominales se afirma que los hablantes suelen emplear el tratamientoformal para personas de rango superior o igual cuando existe una relacin distante,mientras que el tratamiento familiar lo aplican a los interlocutores de rango socialigual o inferior. Sin embargo, al observar la produccin de los pronombres detratamiento por parte de los bilinges cubanoamericanos de Miami, se hizo evidenteque la teora que se sustenta en el habla monolinge pierde su carcter estricto cuandose aplica al habla de los bilinges.

    A continuacin se detallan algunos casos en que los hablantes bilingesalternaron los pronombres Ud. y t con las formas verbales de la segundapersona, en las distintas situaciones en que se encontraban en una relacin verticalrespecto al oyente; es decir, cuando entraban en juego las variables 1) ms distancia,menos poder; y 2) ms poder en referencia al oyente. En los casos en los que tenanigual distancia e igual poder que el interlocutor, el uso explcito de los pronombres fuems uniforme, con una tendencia (aunque no exclusiva) a usar el pronombre informal

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    t, o a hacer omisin de este pronombre y a usar las formas de segunda persona. Sedebe destacar, antes de entrar de lleno en la reflexin, que los pronombres que seconsideraron para el anlisis son los que se encuentran cercanos al ncleo del acto dehabla, es decir, de la pregunta con que se formula el pedido propiamente dicho. Lasformas de tratamiento perifricas al ncleo del acto de habla se consideraron comoparte de los movimientos de apoyo a la peticin misma.DRAMATIZACIN DE LA SITUACIN 1: MS DISTANCIA/ MENOS PODER

    En este apartado se muestran los enunciados obtenidos de los participantesde segunda generacin en la situacin 1 (+distancia/-poder). En esta situacin loshablantes deban pedir a su interlocutor, en este caso una vecina o vecino con el quetuvieran poco trato, que los llevara al aeropuerto. Dada su posicin de desventaja,se observa cmo LK2 recurre al uso del pronombre Ud. para enfatizar respetohacia el oyente, a la vez que lo intercambia con marcadores del discurso en segundapersona (ej.: mira). MR2 omite el uso del pronombre al formular el pedido laprimera vez, y aunque usa una forma verbal en segunda persona, hace un intentopor mostrarse formal al usar el posesivo en tercera persona (ej.: su carro), y acabapor hacer explcito el pronombre formal al replantear la idea. MR2 muestraconsideracin e intenta reducir el peso de la imposicin al sugerir que sea elinterlocutor quien decida si puede prestarle el auto o llevarla al aeropuerto

    (1) LK2: Carlos, mira, tengo esta situacin que se me ha presentado, que elcarro no me est encendiendo y, me gustara que Ud. me hiciera el granfavor de llevarme hasta el aeropuerto, que tengo que recoger a alguien.(2) MR2: Carlos, por favor, tengo una emengencia [sic], el carro mo no me,no me prende. Por favor, me puedes hacer el favor de... prestarme su carro?O Ud. mismo me puede llevar al aeropuerto, porque de urgencia tengo queir a buscar mis amistades, familia, que llegan de un viaje.

    En el ejemplo (3), ms adelante, se observa un caso similar a los primeros dos,ya que RR2 refuerza su pedido con la repeticin del pronombre formal para mostrardeferencia hacia su interlocutor y, posteriormente, vuelve a hacerle el pedido usandoel pronombre informal t. RR2 produce lo que en el habla monolinge seconsiderara polimorfismo, o uso explcito de varios pronombres con un mismosujeto, con el propsito de mostrar respeto al plantear el caso y empata al hacer elpedido. En el ejemplo (4), EL2 alterna entre frmulas de respeto formales einformales, como disculpe y perdname, atenuadores que le sirven para moderarel grado de imposicin, pero se decide finalmente por el pronombre de solidaridadt para hacer el pedido. En ambos casos, los pronombres se usan como estrategiapositiva5 para mitigar el impacto a la imagen

    5 Dice Johnstone (2005) que algunas maneras de expresar mitigacin en la cortesa positiva sonproclamar un terreno comn, usar marcadores de identificacin con el grupo, expresar aprobacin o

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    (3) RR2: Mire, Carlos, Ud. cree que Ud. me pudiera hacer el favor derecoger cierta persona? Me urge recogerla. La persona no tiene cmo llegaraqu, y entonces no tengo carro, mi esposo no me puede llevar, no tengonadie que me pueda llevar, t crees que me pudieras recoger, me pudierasllevar a recoger el carro?(4) EL2: Mara, disculpe y perdname, pero tengo una emergencia, y porfavor, no se sienta mal si no puedas, pero si puede, me haras un gran favor.Necesito ir al aeropuerto en este momento, aqu en el aeropuerto de Miami.Tengo unos familiares que me estn llegando y el carro no me estfuncionando en este momento. T me haras el favor de dejarme, por lomenos, y despus yo me ocupo de traer, de venir en un taxi?

    Al pasar a la tercera generacin, sin embargo, se constat en ocasiones laomisin de los pronombres, como en el ejemplo (5), pgina siguiente, a pesar deque las formas verbales y los ttulos de tratamiento (ej.: seora) se correspondancon la tercera persona. La escasa competencia en espaol de DZ36 la llev acompensar la falta del pronombre con otras estrategias, como las explicaciones(tengo unos familiares que me van a estar esperando, mi automvil noenciende, etc.), los atenuadores (perdn, me da mucha pena, por favor) y elcompromiso de hacer un ltimo esfuerzo por poner a funcionar su propio auto,todas stas, estrategias de cortesa negativa. Ervin-Tripp (1972) menciona que, enlenguas con ms de un pronombre de tratamiento, es necesaria una exposicinintensa y prolongada a la lengua para conocer bien las reglas de alternancia por lasque se rigen los dobletes pronominales, si es que se quiere lograr total competenciacomunicativa en este aspecto. La autora menciona que existen casos en los que losindividuos bilinges pueden emplear el cambio de cdigos para evitar el uso de lasformas de tratamiento. Sin embargo, a pesar de la poca exposicin a la norma, lahablante logr su objetivo de mostrarse formal ante el oyente usando el espaolcompasin y complacer los deseos, intereses y necesidades del oyente. Las estrategias de mitigacin dela cortesa negativa son evitar hacer presuposiciones sobre el interlocutor, demostrar deseo de noimponer nada al oyente, ser indirecto, disculparse, minimizar la imposicin y hacer preguntas en vez deafirmaciones.6 Con los hablantes de todas las generaciones se mantuvo una conversacin informal despus de realizarlas dramatizaciones con el propsito de estimular la produccin de lxico y observar el uso de laconcordancia a todos los niveles, adems del manejo de las formas verbales. Las faltas de concordanciagramatical, densidad lxica y capacidad de elaborar oraciones complejas en espaol hicieron concluirque de todas las participantes de la tercera generacin, DZ3 era la que menor nivel de suficiencia tieneen espaol. Para medir el nivel de suficiencia se sigui lo hecho en investigaciones anteriores, como lade Said-Mohand (2006): observar y tener en cuenta los errores o violaciones a los tres aspectosmencionados anteriormente, considerando que error es todo aquello que difiera del espaolnormativo. Estudiosos como Zentella (1997) y Lynch (1998) afirman que un debilitamiento en elsistema verbal refleja, tambin, una disminucin en la capacidad de uso de otros aspectos del habla(entre ellos, el lexical y el morfosintctico).

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    (5) DZ3: Mira, seora, perdn, me da mucha pena, pero tengo unosfamiliares que me van a estar esperando en el aeropuerto y mi carro noenciende. Primero voy a chequear si mi carro tiene algo con la baterao algo pa arreglarlo. Por favor, si tiene un chance para llevarme alaeropuerto.

    En general se observ que los hablantes de tercera generacin prefirieron eluso del t, para dirigirse a un oyente con quien estaban en disparidad de poder ycon quien tenan ms distancia, como se observa en los ejemplos (6) y (7). Laexcepcin se encuentra en el enunciado (8) en el que la hablante s demostrmanejo de la forma deferencial como en el habla estndar

    (6) AC3: Mara, yo tengo unos familiares que vienen a visitarme porprimera vez y me hace falta que me hace falta llegar al aeropuerto, pero elcarro no me arranca. Entonces, si t me haces ese favor, te lo agradecera.(7) DP3: Mara, yo tiene un problema, mi familia viene, ellos estn en elaeropuerto, mi carro no est funcionando, si, por favor, me puede dar...hacerme un favor y me lleva al aeropuerto a coger mi familia. Y t tienes uncarro que est, t sabes, tiene suficiente espacio pa mi familia. T mepuedes llevar?(8) LP3: Ay, Carlos, es que tengo que ir al aeropuerto y, ah, el carro no meenciende, si Ud. puede llevarme o, quiz si me puede prestar el carro se lotraigo pa atrs.

    DRAMATIZACIN DE LA SITUACIN 2: MS PODER/ MS O MENOS DISTANCIAEn la situacin 2, (+ poder/+/-distancia), los hablantes deban pedir a su

    interlocutor, en este caso un empleado bajo su tutela, que acelerara el proyecto en elque se encontraban ambos trabajando. Cabe acotar que, segn Scollon y Scollon(2001), cuando los hablantes tienen ms poder que el oyente, la distancia entreambos no juega un papel importante.

    Se observ en la segunda generacin que el uso del pronombre Ud. sirvipara enfatizar la posicin de poder del hablante y coaccionar al oyente, como se ve enel ejemplo (9). Igual es el caso del ejemplo (10), donde si bien el pronombre noaparece implcito en la peticin, su uso dentro del enunciado es estratgico y cumplecon la funcin de ratificar la jerarqua del hablante frente al oyente

    (9) JG2: Carmen, lo siento mucho, pero Ud. tiene inmediatamente queempezar a hacer este trabajo y terminrmelo, no hay opciones. Tiene queestar terminado y hay que terminarlo y si no, no se puede ir para la casa. Ysi se va, tan amigos.(10) LJ2: Eh, mire, Carmen, estamos en, en una situacin que el proyecto setiene que terminar y veo que... Ud. est un poquito atrasada. La pudieraayudar para terminar o, o puede conseguir a alguien que la ayudara aterminar el proyecto?

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    En el ejemplo (11), abajo, la hablante comienza su enunciado siendoinformal y emplea primero el pronombre t, pero como se ver, inserta elpronombre formal en los momentos en que desea acortar la distancia con suinterlocutor y mostrarle que se identifica con sus problemas. Como se observar,la repeticin continua del pronombre Ud. a lo largo del enunciado sirvi deobjetivo doble a la hablante: el de reforzar su posicin de autoridad ante eloyente, y a la vez hacerle entender que existe un lazo de empata entre ambos

    (11) LK2: Hctor, cmo ests? Mira, Hctor, t sabes que este proyecto esalgo importante, y yo estoy de verdad lo ms embullada de poder trabajarcon Ud. Yo s que Ud. tiene buenas intenciones, yo s cmo es la vida enMiami, que todo el mundo est extremadamente ocupado, pero mire, le voya decir la verdad, me estoy preocupando un poco, porque todava no, no hapodido presentar los materiales y de verdad que ahora me urge que Ud. porfavor, eh, eh... me traiga los materiales, porque ya la fecha se aproxima, yquiero saber de qu forma yo puedo facilitarle para que Ud. me traiga lo queme hace falta, porque as podemos seguir adelante con el proyecto.

    Es preciso resaltar en este punto que, tal como refleja el ejemplo (11),algunos de estos bilinges estn haciendo un uso de los pronombres de tratamientoque no concuerda con lo afirmado por Ardila (2003) para quien el pronombreUd. est reservado a personas de rango superior o igual. Es decir, que en elespaol normativo, se esperara encontrar el uso de t frente a un subalterno oalguien de rango igual o inferior. En este ejemplo en particular, el uso de lospronombres tampoco se compagina con lo documentado por Lipski (1996) quienafirma que el tuteo ocupa el lugar del ustedeo en circunstancias de tipo formal en elespaol monolinge de Cuba. Contrariamente, en este caso, el uso del pronombreformal se asemeja a lo documentado por autoras como Uber (1985) y Hasbn ySols (1997), quienes describen un uso dual del pronombre Ud. con el propsitode reflejar formalidad con ciertos oyentes, e identificacin y solidaridad con otros.

    Por su parte, los hablantes de tercera generacin mostraron preferencia porel pronombre de solidaridad t. Si bien hubo un intento por parte de DZ3, en(12), de mostrarse formal con el interlocutor al emplear el pronombre Ud. enfuncin de vocativo, opt por realizar su pedido usando el pronombre t

    (12) DZ3: Mira, Ud., esto es muy importante y necesito que t me hagasesto.

    En el ejemplo (13), el hablante emplea el pronombre informal y haceuna repeticin enftica del pedido a la vez que ejerce coaccin sobre la oyentee impone su jerarqua o superioridad ante sta. En el ejemplo (14) se incluyeel enunciado de otro participante que tambin elige formular su pedido con elpronombre t. En ambos casos, el t funciona como un intensificador,estrategia usada cuando el riesgo a perder la imagen es muy bajo. Cabe

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    destacar que, probablemente, el uso de los pronombres en estos dos ejemplossean los que ms se asemejen a la norma monolinge del espaol de Cuba

    (13) DR3: Carmen, t tienes que trabajar un poquito ms porque esteproyecto es muy importante para m y para la comunidad y, estoy unpoquito bravo ahora, porque t no ests trabajando nada. Si t puedesayudarme un poquito... Id appreciate it... Lo voy a apreciar muchsimo.Y si no, yo tengo que encontrar a alguien que pueda hacer el trabajo,porque ahora t ests un poquito preocupada y desorganizada.(14) EL3: Carmen, t puedes darme el proyecto? Lo necesito ahora.

    DRAMATIZACIN DE LA SITUACIN 3: MENOS DISTANCIA/MENOS PODEREn la situacin 3, los hablantes no se encontraban en una posicin de

    desventaja ni de distancia con su interlocutor. En este caso, deban pedir a sucomadre, compadre o mejor amiga o amigo que les prestara un dinero hastafinales del mes. Las relaciones no verticales parecieron promover, entre loshablantes de segunda generacin, tanto el uso explcito del pronombre personalt (ejemplo (15)), como de las formas verbales de la segunda persona y/o laomisin del pronombre (ejemplos (16) y (17)). De igual manera, tal como seobserva a continuacin, en ninguno de los tres casos se dio la alternancia deformas gramaticales de la tercera persona con las de segunda, como s se vio enlas situaciones en las que los hablantes presentaban ms distancia y menos poderque el oyente. Ntese que, aparte del uso del pronombre de solidaridad y de lasformas de segunda persona, los hablantes tambin crearon nexos de empata conel interlocutor a travs de las explicaciones, justificaciones y atenuantes (comopor favor, etc.), con los que buscaban moderar la imposicin del pedido

    (15) LK2: Ay, Mara, mira, mira lo que me ha pasado. T sabes que yo soymaestra y yo no trabajo en el verano y estamos un poco cortos, eh, eh... conrespecto a la situacin econmica en este momento y me da mucha pena,pero me has, t te has brindado en el pasado a ayudarme si se me presentaalguna situacin econmica difcil, y ahora se me ha presentado, y yoempiezo a cobrar en septiembre. Yo te agradecera mucho porque tengo unpago ahora que tengo que pendiente, que tengo que pagar y no tengo eldinero en este momento, si t me haras el gran favor de, eh, de prestarme eldinero hasta que yo comience a trabajar. T sabes que yo soy buena paga.(16) RR2: Mira, tengo este problema donde tengo que pagar esta cuenta,eh, hoy es el ltimo da que lo puedo pagar, no tengo dinero, a lo mejorcobro el viernes y el viernes te doy el dinero para atrs. Me pudieraspara poder pagar la cuenta?(17) EL2: Gabriel, penosamente te voy a pedir un favor. Mira, en estemomento yo he pagado una cuenta y se me ha sobregirado la cuenta deahorros. Son cien dlares, a m me pagan el viernes. Por favor, si est a

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    tu alcance, me pudieras prestar cien dlares hasta el viernes para queesa cuenta no me sobregire?

    En la tercera generacin se observ preferencia por el pronombre t,como en (18), o por la omisin del pronombre y uso de las formas gramaticalescorrespondientes a la segunda persona (ejemplos (19) y (20)). En estos ltimos dosejemplos se llega a la atenuacin por medio de las explicaciones y las promesas

    (18) EL3: Carlos, mira, necesito dinero porque... tengo una deuda? Unadeuda y necesito dinero. T puedes darme cincuenta pesos?(19) LM3: Lizzie, Lizzie, por favor! Tengo un problema, que tengo quepagar unas deudas y no tengo dinero, y yo s que su, t, t eres unabuena amiga ma y... t sabes que yo te lo pago en, la semana que vieneo cuando quieras, pero por favor si me lo puedes prestar te lo agradezcomucho.(20) AC3: T sabes que yo nunca te pidiera dinero, y solamente unasituacin que no tengo otra opcin, si me lo pudieras prestar y yo te lodevuelvo cuando pueda.

    Sin embargo, se observ un caso, el (21), en el que, a pesar estar tratandocon un interlocutor de igual rango, la hablante emple el pronombre de deferenciaUd., alternado con formas gramaticales de segunda y tercera persona. En esteejemplo, la hablante no slo intenta salvaguardar su propia imagen, sino que damuestras de consideracin hacia su interlocutora al ofrecer explicaciones yconcretar una fecha para devolver el prstamo, puesto que comprende el peso queimpone su peticin sobre la oyente

    (21) DZ3: Kika, otra vez, me da pena, pero mira, que tengo esto que tengoque pagar... la deuda, lo que sea, si me lo puede prestar, y mira, me van apagar esta semana y vamos a ver si con tiempo te pago, entre dos meses o loque sea, si Ud. lo tiene ah..., pero si lo tiene sin usar, if you have it at hand,si me lo puede prestar para esto y yo te pago entre lo que sea el tiempo.

    En general, en sociedades ms solidarias, como la cubana, se esperaraencontrar el pronombre formal con personas con quien se tiene una relacin vertical(+/-poder), pero no en situaciones donde la distancia y el poder son iguales. BlasArroyo ha hecho notar que el corolario del poder en su aplicacin al sistemapronominal es la eleccin de formas diferentes segn la jerarqua relativa delinterlocutor: el superior dirige T al inferior mientras recibe V de ste (1994:24).Asimismo, el autor seala que variables sociales como las de relaciones deparentesco y las afinidades de grupo (sexo, edad, nacionalidad, aficiones,afiliaciones) promueven el trato de solidaridad. Lo que se observa en este grupo debilinges es que, por poseer una dimensin psicosocial diferente, su uso de lospronombres de tratamiento en espaol responde bsicamente al contexto particularde habla (muy diferente al monolinge) en el que stos interactan. Por la falta de

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    lo que Blas Arroyo llama experiencia intuitiva previa (1994:28), los bilingesusan el pronombre de deferencia para atenuar la peticin ante un interlocutor con elcual no tienen distancia social, pero frente a quien, dado el peso de la peticin,sienten un enorme riesgo a perder la imagen. Hay que recordar que Miami, comouna de las urbes ms cosmopolitas del mundo, es una ciudad cuya economa haflorecido gracias a las industrias tursticas, televisivas y disqueras, donde se daimportancia a las tiendas, la moda, las compras, a las mansiones de lujo de ricos yfamosos y donde, por ende, el dinero y las apariencias ejercen mucho peso,culturalmente hablando. Por lo tanto, no es de extraar que los bilinges que se hancriado en ella sientan la preocupacin de proteger la apariencia y salvaguardar laimagen frente a los dems, incluso ante personas que les son cercanas, cuando setrata de asuntos como el financiero.INFORME SOBRE EL PROTOCOLO DE AUTOEVALUACIN ORAL

    Al finalizar la dramatizacin de las situaciones especficas, se realiz, concada hablante, un protocolo de autoevaluacin oral, en el que se les pregunt a losparticipantes si al dirigirse a personas con quienes tuvieran poca confianza lohaca usando el pronombre t o Ud.. Se us slo la variable de ms distanciasocial en la pregunta asumiendo que con menos distancia el uso del t serainvariable, dado lo que se ha discutido anteriormente sobre la tendencia hacia lacortesa de solidaridad de la sociedad cubana, apoyado en autores como Lipski(1996) y Ruzickov (1998, 2006, 2007).

    Los resultados obtenidos ayudaron a enriquecer el anlisis con unaperspectiva sobre lo que opinan estos hablantes de su propio uso de lospronombres, y fueron los siguientes: 60% de los encuestados afirm que, al tratarcon personas con quienes tienen poca confianza, usan siempre el pronombreUd., 30% afirm usar el pronombre t, y 10% contest que no sabe. Lascifras sugieren que estos bilinges se perciben a s mismos como ms formales,ya que creen usar ms el pronombre de deferencia, Ud., que el pronombre desolidaridad, t. Sin embargo, al cuantificar el nmero de actos de habla en losque aparece el Ud. y en los que aparece el t, se observ que la tendencia eshacia el uso de este ltimo. Posteriormente, al comparar estas cifras con las de losenunciados que presentan omisin de pronombre, pero en los que A) predominanlas formas verbales de segunda persona, o B) predominan las formas verbales detercera persona, se concluy que, en general, la tendencia de este grupo dehablantes es a mostrar solidaridad a travs del pronombre t, o las formasverbales que concuerdan con este pronombre. A continuacin se muestra, en laTabla 1, la contabilizacin de los enunciados en los que se produjo cadapronombre, ms la omisin de los mismos con las formas verbales de la segundao la tercera persona. Se entiende por enunciado todo el discurso que contiene,comprende y rodea al acto de habla.

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    TABLA 1Cuantificacin del uso u omisin de los pronombres t y Ud. por

    parte de los bilinges cubanoamericanos de segunda y tercera generacin

    Segunda Generacinn (%)

    Tercera Generacinn (%)

    Totaln (%)

    Enunciados 30 (50) 30 (50) 60 (100)Uso explcito de t

    3 (5) 8 (13) 11 (18)Omisin de t(Uso de las formasde solidaridad)

    14 (23,3) 19 (32) 33 (55,3)

    Uso explcitode Ud. 5 (8,3) 2 (3,3) 7 (11,6)Omisin de Ud.(Uso de las formasdeferenciales) 8 (13) 1 (1,6) 9 (14,6)

    Como se observa en la Tabla 1, los porcentajes reflejan que, en el continuogeneracional, la tercera generacin presenta las frecuencias ms altas de uso delpronombre t, as como la omisin del mismo, pero con un elevado ndice deformas gramaticales correspondientes a la segunda persona. La segunda generacin,sin embargo, presenta poca diferencia entre el uso de los pronombres t y Ud.,aunque tambin muestra cierta tendencia a usar ms las formas de solidaridad, esdecir, las que corresponden a la segunda persona.

    De igual modo, al comparar lo obtenido en el conteo con lo informado porlos hablantes en el protocolo de autoevaluacin oral, se observ discrepanciaentre la percepcin de estos bilinges sobre su propio uso de los pronombres conla produccin real. Como se mencion, un 60% de los entrevistados consideraque usa siempre el pronombre Ud. con personas con las que la distancia sociales mayor, pero el anlisis cuantitativo revel que estos bilinges utilizan elpronombre t y las formas gramaticales correspondientes a la segunda personaen un 73% de las veces. Un anlisis tabular bivariado con Chi cuadrado, con unnivel de significancia predeterminado en 0,05 revel que el valor de P no essignificativo entre las dos generaciones (P = 0,20).RESUMEN Y REFLEXIN FINAL

    Hemos descrito la variacin del uso de los pronombres de deferencia ysolidaridad, Ud. y t, para efectos de empata y distanciamiento en los actos dehabla, por parte de un grupo de veinte bilinges cubanoamericanos residenciados enla ciudad de Miami, Florida. En un esfuerzo por ilustrar una faceta de la situacinpragmtica actual de esta comunidad, se incluy una cantidad sustancial deenunciados que mostraban que la insercin en la peticin del pronombre deferencial

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    Ud. y, en algunos casos, las formas verbales de tercera persona, sirven tanto deatenuadores como de intensificadores y tienen una intencin especfica: ayudar alhablante a establecer su estatus frente el oyente. En otras palabras, en el discurso delos bilinges, este pronombre cumple con una doble funcin pragmtica: la primeraes la de ensalzar al oyente y expresarle empata y consideracin, sin importar si lasrelaciones son de tipo simtrico o asimtrico. La insercin del pronombre formal enpuntos especficos del discurso se debe ms a la necesidad pragmtica y la intencinde fijar una postura de respeto y consideracin frente al oyente (recurdense ejemploscomo el (2), el (11) y el (21)); o la de marcar distancia con el interlocutor cuando seest en una posicin de autoridad (como por ejemplo en (9) y en (10)). En cuanto alpronombre de solidaridad, t, y las formas verbales correspondientes a la segundapersona, se observ que los bilinges los usan con ms libertad en los casos en losque la distancia no es importante, o bien porque el hablante tiene ms poder, o bienporque ambos interlocutores tienen una relacin no vertical. El uso del pronombreinformal sigue teniendo la funcin de mostrar solidaridad y empata (como se vio enejemplos como el (12), (15) y (18), entre otros).

    Igualmente, se produjeron casos que, en espaol monolinge, seranconsiderados como polimorfismo, y que consisten en el uso de ambospronombres con un mismo sujeto. Sin embargo, la alternancia de ambospronombres, as como de las distintas formas gramaticales de segunda y tercerapersona, no se puede atribuir exclusivamente al polimorfismo observado en elhabla monolinge, debido a que el espaol de los bilinges se ve afectado porfactores externos que poco interfieren con el habla monolinge, tales como uncontexto sociocultural con una lengua dominante distinta al espaol y la pocafrecuencia de uso del segundo idioma. Al respecto, Blas Arroyo (2005) hacomentado que si bien los empleos de t o Ud. responden a maneras deactuar ritualizadas que han sido postuladas innumerables veces por la tradicingramatical como una dicotoma conceptual (lo solidario y familiar vs. lo distantey corts), tales usos pueden diferir entre las diversas comunidades de habla, oincluso dentro de una misma comunidad de habla, con sociolectos diferentes. Loobservado en la presente investigacin sustenta la nocin de que lenguas como elespaol, cuyas gramticas reflejan las diferencias pragmticas y sociales de sushablantes, son objeto de cambio lingstico constante. Estos bilinges usaronexplcitamente las formas de tratamiento dependiendo de su posicin frente alinterlocutor y su deseo de salvaguardar su imagen o de crear un nexo con ste, sinacatar necesariamente la norma de t = (-deferencia/+solidaridad), Ud. =(+deferencia/-solidaridad). Se infiere que una razn de peso para el uso alternadode los pronombres y las distintas formas gramaticales se debe en gran medida aque la socializacin de los hablantes de segunda y tercera generacin ha ocurridoen los Estados Unidos, donde han recibido toda la escolarizacin en ingls(lengua que adems consiste de un solo pronombre de tratamiento para la

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    segunda persona (you)), y donde predomina ms el ingls que el espaol encontextos y dominios socialmente formales (la educacin, el gobierno, la prensa).

    Por ltimo, tambin se concluye que la variable externa de la edad tambin esotro factor que puede estar contribuyendo al favorecimiento de la forma pronominalinformal, t, sobre la formal, Ud.. Como se recordar, los bilinges de tercerageneracin (de edades comprendidas entre los 18 y los 28 aos de edad) tendieron ausar mucho ms el pronombre de solidaridad, lo cual puede deberse a un cambio enmarcha propio del espaol, que tambin se est observando en otras regiones del mundohispano. Blas Arroyo (T y Usted) explica que sus datos: confirman que el avance dela forma pronominal de solidaridad mxima (t) se desarrolla principalmente a partir delos grupos de edad ms jvenes (33). Ms adelante, el autor afirma que este fenmenoes una prueba de los cambios latentes que en torno a este fenmeno sociolingstico seestn produciendo en la sociedad espaola actual (39).

    Debido al auge que han cobrado ltimamente los estudios sobre los actosde habla y cortesa dentro de la lingstica hispnica, se sugiere que para futurasinvestigaciones se indague ms sobre el uso de los pronombres de tratamiento enotras comunidades de habla bilinges, as como tambin sobre otras diferenciaspragmticas que presentan los bilinges de origen hispano en los EE.UU.

    Universidad Simn Bolvar (USB)*Departamento de Lengua y Literatura

    Edif. EGE, oficina 306-A. Edo. Miranda, Apartado 89000Valle de Sartenejas, Caracas (Venezuela)

    [email protected]

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