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AUTOPSIA D E UNA MUERTE ANUNCIADA
José Luis Ochm Reyes
Department of Hispanic Studies
McGill University, Montreal
Jdy, 1997
A Thesis submitted to the Faculty of Graduate Studies and Research in partial fulfillment of the requirements for the
degree of Master of Arts.
Copyright O Joçé Luis Ochœ Reyes 1997. AU rights reserved.
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Abstract
Since its publication in 1981, Crbniai de icm muerte anicnciada, has been in
general interpreted in terms of trageciy The death of Santiago Nasar, which is
due to the rigid observance of a code of honour concerning womenrs virginity
before mamage, appears to be absurd. Nonetheless, in my opinion, the death
of Santiago Nasar acquires meaning the moment the victun is symbolicaiiy
reborn in the love that eventually will join the disgraced couple.
My interpretation, which relies on both historiography and narrative, is
supported by an evduation of the narrator's role in this fictional world.
Significantly enough, the narrator is none other than Gabriel Garda Mdrquez
who, through a self-spütting fictïonalisation, appears as one more among the
0 many chacaders. Thus, Garda Mdrquez as the narrator and a character, relates
the events and organizes them into a chronicle. In this sense, he assumes the
role of "chronicler-narrator." Yet, he also assumes the role of "oracle-narrator,"
in the sense that he imbues Santiago Nasar's crime with a mythical dimension
which reveals the message of love suggested in the novel.
Another hermeneutic resource applied to my analysis is the analogy 1
draw between the novel and the Gospel, and rny view of Santiago Nasar as a
sort of Christ. In my o p i ~ o n , the characterrs death is not meaningless because
it appeals to give Me to the love of a couple and to open the possibility of love
for the other characters.
Resumen
Desde que Crbnica de unn muerte an unciada hie publicada en 1981, la
critica, en general, la ha interpretado en terminos de una tragedia. L a muerte
de Santiago Nasar, F e se debe a la rfgida observancia de un codigo de honor
relativo a la virginidad de la mujer antes del matrirnonio, no puede sino
catalogarse de absurda Sin embargo, la muerte de Santiago Nasar, en mi
opinion, cobra sentido en el momento en que la vfctima pareciera renacer
simbolicamente en el amor que, a la larga, unira a la pareja que presuntamente
61 mancilld.
Mi interpretacion, relacionada con la historiografia y la narratividad, se
apoya en un examen del papel que el narrador hace en el interior del mundo
Eiccional. Significativamente, el narrador no es otro que Gabriel Garcia
Marquez quien, en una suerte de desdoblamiento, se ficcionaliza a si mismo
como un personaje mas. De este modo, Garda Miirquez, asumiéndose como
personaje y narrador, relata los hechos y los organiza como cr6nica. E n este
sentido asume el papel de narrador "cronista." Sin embargo, también asume el
de narrador "oraculo" en el sentido que, al narrarlo, reinterpreta el hecho de
sangre y le da una dimensi611 mftica que revela el mensaje de amor sugerido
en la novela.
Otro recurso hermenéutico empleado en mi andlisis es la analogia que
establezco entre la novela y los evangelios, pues considero que Santiago Nasar
se presenta como una especie de Cristo. Su muerte, en mi opinich, no es
absurda, ya que pareciera dar vida al amor de una pareja y abrir la posibilidad
de amor para los derna.
Depuis la parution de Crbnica de una muerte anunciada, la critique, en
générale, en a fait une interprétation à caractère tragique. La mort de Santiago
Nasar qui est due h ~'obsewation rigoureuse d'un code de honneur concernant
la virginité de la hmme avant le mariage, ne peut que être cataloguee
d'absurde. Toutefois, à mon avis, la mort de Santiago Nasar prent tout son
sens au moment où, de f q o n symboiique, la victime semble renaître dans
l'amour, qui à long terme unira le couple qui lui a supposément déshonoré.
Mon interprétation, relié h l'historiographie et la narrativi té, s'appuie
sur un examen du rôle que le narrateur tient l'interieur du monde fictionel.
De toute évidence, le narrateur ntest nul autre que Gabriel Garda Marquez qui,
a par un dédoublement, entre dans la fiction comme personnage additionel.
Ainsi, se considérant à la fois comme personnage et narrateur, Garda Mdrquez
relate les faits et les organise en une chronique, en ce sens qu'il assume le rôle
de narrateur "choniqueur." Toutefois, il incarne aussi un rôle de narrateur
"oracle" dans le mesure où, dans sa narration, il interprete le fait sanglant et
lui donne une dimension rnytique qui Bvoque un message d'amour qui
transpire d'ailleurs le roman dans son ensemble.
Un autre recours henneneutique utilise dans mon analyse se retrouve
dans l'analogie entre le roman et les evangiies, puisque je consid&re que
Santiago Nasar est comme une sorte de Christ. A mon avis, sa mort n'est
absurde, car elle donne naissance a l'amour d'un couple et ouvre la possibilite
d'aimer pour les autres.
Agradecimiento
Para la realizaaon de esta tesis, 10 digo con toda gratitud, hubo
colaboradores directos e indirectos. Todos imprescindibles, todos generosos.
Indiredos fueron mi madre, mis hermanos y mis amigos que me apoyaron
moralmente. Tarnbién 10 fueron los autores de libros y artfculos que pusieron
al alcance de mis manos sus conocimientos; asi como los directores de cine que
me inspiraron con su talento; y toda la gente que, -6s sin saberlo, propicio
toda esta empresa. Duectos sdlo hubo dos: Z. Nelly Martfnez y Janusz
Przychodzen que dedicaron parte de su valioso tiempo a guiarme y
aconsejarme. A ellos les debo toda mi admiraci6n y respeto.
Resumen
Abstract
Résumé
Agradecimiento
INTRODUCCI~N .................................................... 1
1. El narrador cronista y ordculo, arnigo de la vicüma. ................. 11
Ilustraah de la portada.
II. Autopsia de una muerte anunciada: historia y novela policiaca. ..... 24
III. La Pasion de Santiago Nasar se@ Gabriel Garda MArquez. ....... .65
- I ........................................................ Conclusion 80
Dès lots, puisque nous srniris tous jugés, nous sannies tous cou a btes tes urrs devant les autres, tou~diri* à " 0 ~ &ne mamRe.mà "nm'5fi&, et toujours sans savoir.
Albert Camus, La chute
La exitosa apariadn de Crbnica de i<nn muerfe anunciadal en 1981 pone
fin al siiencio literario que seis aiios antes se habia impuesto Gabriel Garda
Marquez en protesta contra el régimen dictatorial del general Augusto
Pinochet. Este éxito se debe en parte a la tremenda campaiia publicitaria con
que aparece la primera edicïdn del libro y en la que se destaca, entre oiras cosas,
la estrecha relaci6n que existe entre el acontecimiento narrado dentro de la
novela y la vida personal del escritor colombiano.
Esta relacih queda dara poco tiempo despues de la publicacih de
Cr6tricn cuando aparece casi sirnultaneamente toda una serie de articulos,
reportajes y entrevistas en los que se busca demostrar la participacion real de
Garaa Marquez como testigo ocular de un suceu, sangriento que ha ocurrido 30
afios antes y que sirve de inspiracisn para su novela? Es tan notorio el énfasis
puesto en esta relacidn que el mismo Garda Mdrquez asegura en un articulo
titulado "El cuento del cuento" que ese singular hecho de sangre fue
determinante para su carrera como escritor:
UtilizarQ, en adetante el término C r h i c a al referirme al titufo complet0 de la novela y d o induiré las referenaas de paiguia a continuaah de cada cita para aligerar la lectura de este s tudio .
Entre los a r t i l o s y reportajes mbs destacados se hdla el de dos periodistas colomûianos Julio Roca y Camiio Calderon que, siguiendo la iniciativa de Gabriel Garcia Mhpez, realizaron ui seguimient0 minuam que los axdrjo a determinar las cimmstanaas cpe rodeatm el asesinato de Cayetana Gentile, nombre verdadem del personaje garcïmarquecino Santiago Nasar.
Como consecuencia del repudio, un grande y muv querido amigo de mi juventud, seiialado como autor de un agravio que nunca se probo, habia sido muerto a cuchilladas en presencia de todo el pueblo por los hermanos de la joven repudiada. Se Uamaba Santiago Nasar, y era alegre y gallardo, y un miembro prominente de la cornunidad 6abe del lugar. Esto ocurri6 poco antes de que yo supiera qué iba a ser en la vida, y senti tanta urgencia de contarlo, que - ta1 vez fue el acontecimiento que defini6 para siempre - mi vocacion de esaitor ("El cuento del cuento" 7; el subrayado es mfo) .
Esta declaracion parece tan aerta que en su novela Garda Mdrquez no
5610 se limita a contar el suceso ocurrido, que supuestamente marc6 su vida,
sino que inclus0 se las ingenia para crear uns estructua narrativa que, de
rnanera ficticia, le permite participar activamente en la reconstituci6n
minuciosa de los hechos que relata en el texto?
En efecto, Garda Marquez vuelve a la escena literaria de los aiios ochenta
con una cunosa novela que parece de tipo popular en la que recurre al empleo
del antiguo método historiogrd fico de los griegos llamado a u topsia O
testimonio ocular. Se entiende por autopsia la observacion persona1 de
acontecimientos por parte del historiador a quien se considera como fuente real
de conocimiento? Ademhs, explota recursos literarios como la manipulacidn
Este punto ya ha sido sefialado por varios criicos entre eUos Ange1 Rama en el apartado numen> 4 de su articulo titulado "Carda Mdrquez entre la trageâia y la policial ocrdnica y pe~qltisa de l a cdnica de unrt muerte anunaada." Lo misrno hace Jorge Ruffinelli en su arttado. Tambih Isabel Rodriguez-Vergara dedica mcapitulo entero a Crhica de una muerte anunciado y expone, ademds de la participacion fidicia del autor en la novela, algunos puntaç interesantes acerca del aspect0 mitico de la obra. Amque disiento de aigunos de ellos, los tomo ai consideraadn para l a elaboracion de este estudio.
G Schepens expiica cp el empleo de la autopsia axm método historiografico desapareci6 to talmen te del vocabulario de los historiadores del siglo XIX pot c o n s i d ~ l e su bjetiva y poa, confiable. Sin embargo, la autopsia ha vuelto a cobrar inte& entre los historiadores contempotdneos después de la II Guerra Mundial, por el ernpleo de nomias de veraadad hist6rica
del tiempo y el espacio, y la inclusi6n de enigmas y suefios en algunas
secuencias narrativas, etc De este modo, el escritor colombiano logra pmducir
un efecto narrativo, al que denomino desdoblamiento, pues Garda Marquez
busca, como en la historiografia, que el cronista se considere como fuente real
de conocimiento; este efecto consiste en provocar en el lector la ilusion de ver a
Gabriel Garda Marquez, autor, convertido en wrador y a la vez personaje
activo dentro del relato de una 'a6nica' de un asesinato. Todo esto tiene como
finalidad dar la impresi6n de que el hecho de sangre que 61 nos cuenta - ademas de ser real y digno de ser contado- ha sido trascendental en s u vida
personal.
Este propuesta me lleva a emprender un estudio en el que intento
descubrir uno de los sistemas organizacionales que priman en la novela. Este
revela, mediante la funcion diegética de un narrador omnisciente encarnado,
de manera ficticia, por el mismo autor, las dimensiones historica y mftica en la
que se mueven los personajes dentro del relato.
Entiendo por dimension historica la description de un acontecimiento
que, situado en un tiempo y un espacio, y teniendo car6cter de "mernorial," (es
de& de una narracion que hace presente al pasado), el narrador, a fuer de
cronista, nos cuenta en orden cronol6gico los porrnenores del relato de un
hecho de sangre. En el caso de Crbnica, el narrador/aonista, tratando de
reconstituir la historia, no acepta cabalmente como verdadero este hecho pues
este revela s610 m a verdad aparenciaL Al fuial del relato y a pesar del empeiio
que, ante nu- *, pueden parecer insolitas, pem que, en los Limites de una investigacibn hist6rica basada en la kadicion oral, ap-n aano funaonafes (26).
0 en dilucidar el entuerto de ese crimen, el narrador en tanto cronista no
consigue justificar la acusacion que se le imputa a la victima.
La dimension rnitica, a su vez, la defino como la desfiguracion del relato
histbrico en cuanto que trasaende su sentido literai para cargarlo con una
significaci6n mas amplia de fndole filoshfica y aun religiosa como veremoss En
esa dimension, el mismo narrador, a hier de or;ido, profetha un cambio
Liberador para un pueblo sufnente insaito en un contexto de incomprensi6n y
esc6ndalo luego de descubrir la verdad de fondo que se oculta tras el crimen
atroz cometido contra Santiago Nasar, victima propiciatoria de la novela. Esta
verdad de fondo revelard, por medio del anuncio de la buena nueva dei
narrador en tanto ordcdo, la decadenüa del obsoleto codigo de hono+ y el
acceso al mensaje cristiano del amor. En este sentido Crbnica evocad la buena
nueva bi%lica.
Luego, la buena nueva, analoga a la de los documentos bfblicos del
Nuevo Testamento, sugiere, mediante la debilidad, la incomprension y el
fracas0 aparente de la victima, la necesidad inexorable de s a d c a r a alguien
para romper con la ley y el orden establecido y asi dar paso al deseo de u n
cambio social. Esta vez, anuncia el oriiculo, le toca a Santiago Nasar tomar el
Graaela Mahiro sefiala, en su estudio sobre las daves simboücas de Garda MaFquez, que a 1 ubicar a Garcia Mdrquez en una lhea simb6lica que Io conecta al mrrndo del espiritualismo religioso, no le impide asumir vigorosamente la historia de su pueblo, cuya preçenaa w advierte viva y contïmuamente en todm srrs libros. Y anade: "Es que, en el fondo, Io histdrico social n, es ajeno al mundo mitico ni, merios a h , clelega a éste a la categoria de "fica6nn, [..] por el contrario, ambos scm niveles de la total realidad, siendo Io histdrico y mnueto su nivel fenoménïco y aparente, y Io esotenco y espiritual su nivel profundo, cpe da a aquél susentido" (65).
Este aspect0 del caügo de honor en C h z i c n ya ha sido analizado por Arnold M. Peiiuel. Alginos de sus valiosos cornentarios los ire citando gradualarente en este estudio.
relevo de Cristo, traiaonado por unos y abandonado pot todos7, para seguir la
senda que lo conducird a la muerte a la hora fi~ada por la providencia, digamos
por antonomasia Dios, sin que nadie del pueblo haga nada para impedirlo. De
este modo, el relato de Cronica como historia pasada que se hace presente
irnplicard, en el lector, tomar conaencia de que Santiago, como Jesus, cumple
por medio de su tragedia una mision redentoram.
Asi, pues, la intrincada dimension mftica de Cr6nica, siguiendo una
narrativa con intenaon kerigrnitica, es deai. que de algiin modo apunta a
poner en relieve el alcance esencialmente salvador del mensaje cristianog, se
presentard ante el lector mediante la mptura del orden aonol6gico sucesivo del
relato, es de&, mediante el empleo constante de anacronismos, iteraci6n de
escenas narrativas y o b s recursos mas. Ademds, intercalard secuencias
La importancia de este paradigma biblico de Cristo ha sido senalado magistralmente por Borges al referirse a la complicidad cp compartimcs t d m en el rnomento del sacrificio. Asi 10 expresa Borges:
En la tragedia de la auz -10 esaibo am debida ceverenci* hubo adores volun tarios e inooluntarios, todos imprescindibles, todos fa t a les. involuntarios fuenwi loç sacerdotes que entregaron los dineros de plata, involuntaria fue la plebe que eligi6 a Barrabas, involuntario fue el procuradm de Judea, involuntarios fuercm los mmianos qm erigieron 1 a Cruz de Su martirio y davaron los davos y echamn suertes. Voluntarios d o hubo dos: El Redentor y Judas. [.-]
No hay un solo culpable; no hay uio que m sea m ejecutor, a sabiendas O no, del plan que trazc5 la Sabiduria. T o h cornparten ahora la Gloria (85)
Graciela Matum ya observa en la novela La Hojarasca de Garda Marquez publicada en 1%9, es deàr, 12 anûs antes de la aparici6n de Crhica, la presenaa de la simbologia cristiana en la que el tema de la iniciaadn O despertar interior es consustanaal a todas las tradiaones religiosas. Maturo Made queesta ~ i r n b o l ~ a se le aulouecumocamino haaa Cristo, oencuentroumel Hombre Nuevo. (78)
El ténnino kerigma, segin el dicaonario de teologia, es la prodamaâ6n hecha por la Iglesia, enviada por Cristo (- apostolado), del acontecirniento salvffico que encuentra en É1 mis- su cumplimiento. Se llarna asi kerigrnatica, en o p i a 6 n a la puramente especulativa, a toda teologia qw apunta directamente a poner en relieve el alcance esenaalmente saivador del mensaje cristiano. Se pueâe detir, pues, que toda teologia cp sea fiel al sentido de Ia palabra divina por elia explicada, es kerigmdtica (392).
narrativas tales como acontecimientos y circunstancias llenas de €enornenos
sobrenaturales inscritos dentro de 10 enigmiftico y lo onirico, que trastrocardn la
narracion puramente cronoldgica.
El término de narrador "cronista y orddofr 10 tom0 prestado del estudio
semi6tico escrito por el crftico ALfonso de Toro acerca de Cien arios de Soledad.
De Toro explica que, gracias a los recursos narrativos empleados por Garaa
Mdrquez, el narrador de CAS -Melquiades a su parecer- coadyuva a la
aeacion de un mundo mitico "en el que -afirma de Toro- o s d a entre
omnisciente y divinidad, ya que es él, el que antes de haber comenzado la
historia, ha escrito la crdnica de los Buendia y su vida en Macondo hasta su fin"
(103).
En el cas0 de Crbnica, cuando vearnos que se produce el desdoblamiento
de Garcia Marquez, autor, en el narrador que cuenta el hecho de sangre del que
supuestamente fue testigo ocuiar, el narrador asumird dos funciones, una de
"cronista" y otra de "ori5cul0," pro, sobre tocio, se hard manifiesta la de
cronistal@. Esto ocurre cuando nos enteramos, mediante las fuentes
documentales, de que Garda Mdrquez ha conservado los datos mas valiosos de
un suceso criminal que reconstituiria 30 aiios después, es decir que Garcia
Mdrquez, al igual que el narrador de Cien aiios de soledad, sabra de antemano el
modo en que se desamollard y terminarii la historia de la muette de su supuesto
l a Graaela Mahm explica, al hablar de la relation entre la novela y el mit0 en la obra de Garcia Marquez, las caracteristicas del narrador en ese tipo de relato que concuerda, de a1gii.n modo, am el narrador cronista en Cr6nica Asi cornenta Matun>: "El narrador de rnitos, mm el novelista, a m la actitud de unnmador épico. Es, al mms aparentemente, el "cronista" (y esta palabra indica temporal idad) de acontecers de los cuales dé fe ante oyentes O lectores. Pero al misno tiempo, tanto el mito cpmo el relato mlticcmovelesco pueden ser leidos en forma atempod. Se dan en ellos como saiala Lévi Strauss para los rnitos- mdeçanollo irreversible (el acontecer) y otm reversible (la fumi6n semhtica pura)." (55)
amigo Santiago Nasar mucho antes de escribu la Crbnica de una muerte
art irnciada.
En cuanto al pape1 de narrador "or&uioJ', &te Io reladono con ei hecho
de que Garda Marquez no s61o es testigo ocular del acontecimiento que relata
en la novela, sino que queda a ta1 grado marcado por Io que atestigua que debera
contarlo irremediablemente no solo como testigo, sino como m a suerte de
autor omnisciente (consema todos los pormenores del suceso) y m a suerte de
profeta que anunüa un hecho inexorable (un hecho decidido de antemano por
la divinidad) que contiene, sin embargo, un mensaje i mpücito de salvaci6n. La
necesidad de contar este hecho d e h e la vocation de Garda Mdrquezll. Por eso
cuando el autor asegura que la muerte de su amigo Santiago Nasar ocurri6 poco
antes de que supiera Io que iba a sec en la vida, -y &ad- "y senti tanta
urgencia de contarlo, que ta1 vez fue el acontecimiento que definid para
siempre mi vocaci6n de escritor" (Garda Maquez, "El cuento del cuento" 7; el
subrayado es d o ) , no puedo sino relaaonarlo con el hecho de sangre acaecido
hace casi dos mil aiios que no sdlo marc6 la vida de los cuatro aonistas del
Nuevo Testament0 sino la de una buena parte de la humanidad.
Me estoy refiriendo obviamente al relato de la anunciacidn de la pasion y
muerte de Cristo cuyas cïrcunstancïas no habrian trascendido a la historia
universal de no haber sido por los evangelistas que sintieron la urgencia de
La recidn apareada biograf?a de G d a M&quez esaita por el periodista espaiiol de origen colombiano Dasso Saldlvar ms cordora en el capRuIo dedicado a la mnoepcidn de la novela Crbnica y el paralelo am la vida del autor, la huella profunda <lue deja en su mernoria el asesinato de su amigo Cayetano Gentile Chimento (httum Santiago Nasar), ocunido en Suae la madrugada del 22 de enero de 1951. De esta suerte, Daso Saldfvar nos cwnta que "esta muerte introdujo en si mernoria, noya [as piedteallas qw le habfan dejado la pérdida del abuelo y la infanàa fabulosa de Aracataca, sino verdadems pednisPs de mortificaci6n que &Io exorcizaria treinta aibs después en Crhica de una muerte an u nciada." (255).
contar 30 O 40 aiios después de haber ocurrido, los pormenores del crimen atroz
cometido contra su gran amigo y maestro, Jesus, mediante las crhicas
llamadas evangelios cuyo trascendencia hist6rica ha permi tido difundir
durante siglos la doctrina aistiana akededor del mundo.
Sin embargo, de entre todos los cronistas del Nuevo Testamento, Lucas
es el que mejor consigue aear, se* opinan te6logos e histotiadores, la
dimension mitica que abviesa el paso del Mesias por el mundo. Este logro,
como veremos mas adelante, obedece al empleo del método historiogriifico
llamado autopsia O testimonio ocuiar el cual favorece la captacibn de la
veracidad del hecho narrado y permite la presencia ficticia, por un lado, del
"cronistaf' que narra y actiia dentro del celato, y por otro, del " o r ~ d o " que,
movido por una urgencia personal, profetiza'2 -mediante el spoyo de las
sagradas escrituras que son hientes documentales extemas- no s61o el fin del
drama sino las promesas divinas de la muerte y resurrecci6n que dan sentido a
la inmolacion de Cristo. Los teblogos suelen llamar a este acontecimiento
kerigtna.
En el caso de Crbnica, Garda Maquez siente la urgencia de contar u n
hecho de sangre, de cuyas circunstanaas revela la verdad pcoMtica que se oculta
tras el fin trtragico de Santiago Nasar similar al de Cristo. Es de&, la victoria de
* Segun el dicaonario de la RAE profetizat significa anunaat O predecir las cosas distantes O
futuras, en virtud del dari de profecia. Este dan consiste en amocer por inspiraadin divina las asas distantes O futuras (1674). Sin embargo, en el dicaonario de teologfa la palabra profeta significa, ante todo, <caque1 que habla por otros>~ b s @egos empleaban corrientemente esta voz a m referencia a los ordculos que daban amtjm mi& cpe predicaones. En Israel, el profeta es simplemente el que habla en nanbm de Dios para expresar srrs exigenaas O sus promesas (- palabra de Dios). [..l El objet~ de todas las profedas de Israel, es el designio de Dios sobre su pueblo. Por esto los profetas se dirigen haaa d porvenir y sus profedas contienen siempre m elemento de predicàon (554-556)-
Santiago, por medio del sacrifia0 de la muerte, sobre la ley punitiva impuesta
por una Iglesia decadente que obliga a rendir culto a la virginidad. El codigo de
honor del pueblo se centrara, sobre t d o , en ver que se cumpla esa ley. De esta
suerte, Santiago pagaczi con su vida el preao de una inlracci6n nunca probada.
Sin embargo, su muerte cobrard sentido no s61o al cuestionar la doctrina
inaicanzable de la Iglesia, sino al dar paso al mensaje de redena6n cristiano que
es el a rnorl? En el relato de Crbnica, el triunfo del amor ocurre en el moment0
en que, 25 &os después de la tragedia de Santiago Nasarp Bayardo San Romiln,
convencïdo por la insistencia de m6s de 2000 cartas de amor, decide romper con
la kadiaon, es decir, con la observanaa rigurosa del cddigo de honor y la idea
tergiversada que la gente del puebio tenta del amor: "La honra es el amof (85),
para volver con el deseo de reconciliarse con la esposa repudiada Angela
Vicario.
Creo importante sefialar que, para poder dar con la verdad oculta tras ese
hecho de sangre, por medio de la incursi6n de profedas dentro de un texto
literario como Crbnica, es necesario que, siguiendo la hermenéutica de Paul
Ricoeur, se provoque una ruptura en la estrudura temporal de la tradiah; es
dech que, la estructura temporal de la profeaa no se considere una prediccion
sino la mptura de la historia real, O dicho en boca de Ricoeur, "the
confrontation of an ideological use of the tradition with a truthfd discernment
of historïcal actuality" (Figuring 174). Desde esta peapectiva, el relato del hecho
de sangre en Crbnica se volverd proleda cuando la reconaliaci6n de Angela y
Bayardo, causantes involuntarios del sacrificio de Santiago Nasar 25 ailos antes
de su reencuentro, confronte la absurda aplicaci6n a ultranza del codigo de
l 3 Utilizo como fundamento te6"co para aiticar la actitud opresiva de la Iglesia frente a la mujer, el interesante estudio de Mary Daly ti tulado 77ze Church md the Second sa.
honor avalada por una Igiesia en plena decadencia con el cuestionamiento
serio y aduai de todos los atavismos morales que restringen, de algiin modo, la
vida de los individuos que componen una determinada sociedad.
Asi, pues, considero que del mismo modo en que el narrador "cronista y
ordcdo" ocupa un lugar preponderante en el relato lucano, también Io oclipa el
narrador de la a6nica garcimarquecina justo en el moment0 en que la
presenaa ficticia de Garda Maquez -a fuer de cronista- cuenta y actiia dentro
del relato de Crbnica, al mismo tiempo que profetha -a fuer de or6cu.h-
mediante testirnonios y pruebas fidedignas que acumula por 30 aiios, el cambio
social que promete el asesinato de su amigo Santiago Nasar.
Luego, el paralelo que s-urge entre el texto de Lucas y la Crbnicn de Garcia
Marquez no s61o yuxtapone la funcion de ambos narradores dentro del relato
sino que incluso, me atreveria a sugerir que establece, como intentaré
demostrar m6s tarde, una analogia entre la tragedia lucana de la muette
anunciada de Jesus y la puesta en escena de la muerte anunciada de Santiago
Nasar. Esta analogia, que extiendo al orden sin6ptic0, es de&, comparable no
s61o con el Evangelio de Lucas sino con los demdis Evangelios, me seMrd para
hacer destacar a priori la dimension rnitica que airaviesa la novela
garcimarquecina, sobre todo, cuando observernos tanto el papel que juega el
personaje principal Santiago Nasar como victima propiciatona en una sociedad
necesitada de justicia y redenah, como el proceso de deifkacion al que Garcia
Marquez 10 somete en su interpretacich de los hechos y en su papel de
narrador / oraculo.
a 1. El narrador cronista y orbculo, amigo de la victima
Explicar la intrincada mision del narrador "cronista y or~culo" en
Cronica requiere que descubra, en primera instancia, el modo en que funciona
el mecanismo de desdoblamiento m a d o por Garaa Matquez. El
funcionamiento de este recurso narrativo, empleado en otros tiempos por los
cronistas del Nuevo Testamento, consiste, sobre todo, en el uso del metodo
historiogrzifico llamado nutopsk O testimonio ocular el cual permite identificar
la personaiidad y funci611 del autor/narrador dentro del relato con el fin de
reforzar la verdad del hecho narrado, sobre todo, cuando se trata de un relato
que se abre a caraderlsticas miticas. Uno de los r e m o s mds vaüosos prestado
de la historiografia es el empleo de las fuentes documentales que respaldan la
veracidad del relato en Crhica .
En efecto, la diegesis de la exitosa novela garcimarquecina no s61o se
apoya en un hecho real ocurrido y conservado por el autor por mds de treinta
afïos, sino que se apuntala desde hiera del texto, mediante entrevistas,
reportajes y articulas periodisticos relaaonados con el origen y la concepcion de
Crotzica. De este modo, Garda Matquez utiliza estas fuentes documentales
como herramientas heuristicas para crear el efecto narrativo de desdoblamiento
en el que él misrno desempeiia la huici6n de narrador "cronista y oriiculo"
dentro del relato, todo est0 con el objeto de dar la impresion de que todo 10 que
Garaa Marquez nos cuenta ha sido tan real y tan trascendente en s u vida
personal que siente la urgente necesidad de contdrnoslo.
Asi 10 asegura el mismo Garda Mdrquez en una entrevista sostenida con
P k o Apuleyo Mendoza "la solua6n hie introducïr un narrador - q u e por
a primera vez soy yo mismo- que estuviera en condiciones de pasearse a s u
gusto al derecho y al revbs en el tiempo estructual de la novela" (27; el
subrayado es mio). Esta cita corrobora, en seguida, la identidad de Garda
Mdrquez, autor, desdoblado en narrador, y da sentido a la funcic5n de movüidad
temporal y espacid que adquiere dentro del texto para que, a hier de "cronista,"
pueda llevar a cabo la labor escnipulosa de recoger pruebas fidedignas:
testirnonios, notas y sumarios, por ejemplo, que apoyen la veracidad del suceso
criminal acaecido en la 6poca en la que Garda Marquez acui ejerda su carrera
Creo importante incluir el fragment0 completo de esta entrevista y
tenerlo bien presente, pues en éI haliaremos dgunas pistas que Carda Marquez
introduce para que con un poco de perspicaaa descubramos, ademas del
a mecanismo de la estructuta narrativa que hace que el autor participe como
narrador "cronista y ordculo," el significado profundo que encierra el relato del
crimen en Crhzica, est0 es, el paralelo que surge entre Santiago Nasar y Cristo
en las cr6nicas biblicas . Asi los plantea Garaa Mdrquez en los didlogos con
Pluuo Apuleyo Mendoza:
Cuando ocurrieron los hechos, en 1951, no me interesaron como material de novela, sino como reportaie. [..] Empecé a pensa el caso en términos literarios varios &os después, pero siempre tuve en menta la contrariedad que le causaba a mi madre la sola idea de ver a tanta gente amiga, e inclusive a algunos parientes, metidos en un libro escrito por un hijo suyo. Sin embargo, la verdad de bndo es que el tema no me arrastro de veras sino cuando desabri, despues de pensado muchos &os, 10 que me pareci6 el elemento esencial: cpe los dos homicidas no querian cometer el crimen y habian hecho todo 10 posible para que alguien se 10 impidiera, y w i e r o n . Es esto, en filtirna instancia, 10 unico cealmente nuevo que tiene ese drama, por 10 demas
bastante corriente en América Latina. Una causa posterior de la demora h e de carActer estructural. En realidad, la historia termina casi 25 aiios después del crimen, cuando el esposo regresa con la esposa repudiada, pero para mi Eue siempre evidente que el final del libro tenia que ser la descripaon minuciosa del crimen. La soluci6n hie introducir un narrador -que por primera vez s w vo mism- que esfuviera en condiciones de pasearse a su gusto al derecho y al rev& en el tiempo estructural de la novela. Es decir, al cabo de treinta aiios descubrf algo que muchas veces se nos olvida a los novelktas: que la meior f6rmula literaria es siem~re la verdad (27-28; el subrayado es d o ) .
El primer paso dado para que Garda Marquez logre dar este efecto
narrativo de desdoblarniento aparece en la portada del libro cuando
observamos el nombre y apellido del autor de la "cr6nica," quedando seiialada a
priori la estrecha relation autorl narrador que se establecerd dentro del texto:
Gabriel Garda Maquez Crbnica de rrna muerte anirnciada
Luego, dentro del texto, la pcesencia del yo autor/narrador se confirma al
referirse a su relato como cr6nica numerosas veces. Asi Lo notamos cuando el
autor/ narrador trata de recorda algunos aconteamientos &dos antes del
funesto crimen:
Yo conservaba un recuerdo muy confuso de la fiesta antes de que hubiera - decidido rescatarla a pedazos de la memoria ajena. [..] En el curso de las indagaciones para esta cr6nica recobré numerosas vivencias marginales, y entre ellas el recuerdo de graaa de Bayardo San Romdn ... (41; el su brayado es mio) .
Otra prueba fehaciente es también la inclusion en la Lista de personajes de
su madre Luisa Santiaga Marquez, de su tfa Wenefrida Marquez, de su abuelo el
coronel Marquez, de su esposa Mercedes Bardia y de otros familiares m6s, y la
alusi6n directa del parentesco que todos ellos tienen con el autor/ narradorl4.
Cito enseguida algunos de los pbrafos de la novela en los que se revela el
estrecho vincdo entre el autor/ narrador y los personajes centrales de la novela:
Aquella mala noticia era un nudo cïfrado para mi madre. A Santiago Nasar le habian puesto ese nombre por el nombre de ella [Luisa Santiagal% y era adernds su madrina de bautismo, pero también tenia un parentesco de sangre con Pura Vicario, la madre de la novia devuelta
(24).
En la siguiente cita, Garcia Maquez no s61o establece el fazo familiar que
0 existe entre el autorfnarrador y su madre sino que, ai hablar de su abuelo el
coronel, aprovecha para intertextualizar su otra novela Cien afios de solednd
dentro del relato de Crbnica al intercalar en ésta el nombre de uno de tos
personajes de aquélla. Asf 10 vemos cuando el narrador "cronista y oraculo"
describe al padre de Bayardo San Romdn:
Pero la carta grande era el padre: el general Petroncio San Romdn, héroe de las guerras civiles del siglo anterior, y una de las glorias mayores del régimen conservador por haber puesto en fuga al coronel Aureliano Buendia en el desastre de Tucurinca. Mi madre Eue la Suca que no fue a saludarlo cuando supo quién era. "Me pareda muy bien que se casaran",
l4 Toda la informaci6n biografica de Garda h4Aquez la obtengo de la mbf reâente biografia de Garcia Mhpez escrita por Saldivar, asl a x m del capildo titulado «La realidad a x m anécdota» del libro de Mario Vargas Llosa, Garcia Marquez: Hisfon'a de un deicid io.
l 5 Saldivar ms propomona el mmbre y la fecha de nacimiento de su rnadre. "La rnadre del escritor, Luisa Santiaga, nacen'a en Barrancas el 25 de julio de 1905," (30)
me dip. "Pero una cosa era eso, y otra muy distinta era darle la mano a un hombre que orden6 disparade por la espalda a Gerineldo Marquez0' (33; el subrayado es mfo).
Sin embargo, La ata que expongo a continuacidn refleja a h mds la
relaci6n intima que se establece entre uno de los personajes y el autor/ narrador.
Se trata de la declaracion de matrimonio que supuestamente Garda M6rquez le
hizo a su esposa el dia de la boda de Angela Vicario y Bayardo San Romdnl'.
Asi 10 confiesa el misrno autor/ namador:
Muchos sabian que en la inocencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara conmigo, cuando apenas habfa temûnado la escuela primaria, ta1 como ella rnisma me Io record6 cuando nos casamos catorce afios después (42).
Por otro lado, la prueba fidedigna m6s impactante que propicia el efecto
narrative de desdoblamiento, fuera del texto, se da a conocer en mayo de 1981,
un mes después de la publicacï6n de Cronica. Se trata de un articulo escrito por
Garaa Marquez titulado "El cuento del cuento", y aparecido simultdneamente
en varios peri6dicos del mundo con tan notables cualidades novelisticas que
bien podrfa considerbsele como parte dei libro. En este afficulo, Garaa
Marquez intenta, por un lado, reforzar la veracidad de las fuentes empleadas en
la elaboraaon de la novela, y por el otro, revelar la importanaa que ese crimen
sangriento tuvo en el iniao de su carrera como escritor.
16 Daçso Saldivar ms cuenta que Garcia Miirquez habfa conocido a M d e s Barcha durante m baile de estudiantes. 'Su familia -rios cuenta el periodista- vida en una de las casas de l a plaza, fiente a la de Cayetano Gentile (el futun, Santiago Nasar) . [..j En realidad, par estas fechas coinadian t d o s Mercedes, Gabriel y çlis herrnanos; José Palenaa y Cayetano Gentile (sus mejores amigos del pueblo, amquienes hacia el viaje de ida y vuelta por los rios Magdalena, San Jorge y La Mojana); los Salazar y los S e m ; todos." (259)
El lapso entre el suceso criminal y la aeacibn de Crbnica toma casi treinta
aiios; algunos de los motivos que impiden a Garda Marquez escribir la novela
muchos &os antes son, por un lado, el respeto a la voluntad de su madre de no
esaibir nada acerca de parientes y conoadas de su pueblo mientras éstos estén
vivos; por al otro, el dato de su amigo Alvaro Cepedal7 de que el reencuentro
de la mujer repudiada y su esposo, 25 &os después de squel trilgico incidente,
sea de verdad la "soluci6n hai" de una Yarga biiqueda" de hechos
conduyentes que armen la historia y pongan en marcha la aeaa6n de la
novela. La soluci6n que Garda Marquez paiece encontrar es el sentido que el
reencuentro de la pareja por amor da a la muerte de su amigo Santiago Nasar.
Asi 10 explica el propio Garda Mdrguez en 'Tl cuento del cuento:"
Poco antes de morir, Alvaro Cepeda Samudio me dio la soluci6n final de Cr6nica de i tna tnuerte an unciah . [..J «Teng0 una vaina que te interesa~, me dijo de pronto, d3ayardo San Romdn volvi6 a buscar a Angela Vicario». Ta1 como él Io esperaba, me quede petrificado. « E s t h viviendo juntos en Manaure -prosigui& vieios v iodidos, pero felices». No tuvo que decirme m6s para que yo comprendiera que habia Uegado al final de una larga busqueda (El Pais 7; el subrayado es rnio).
Y en seguida presenta los elementos que componen el relato, al mismo
tiempo que expone sucintamente el tema central del Libro. Notese el enfasis con
que Garaa Marquez establece el lazo de amistad entre 61 y la victima:
' Segun Da- Saldlvar, Garda MA.quez amxi6 a Alvaro Cepeda Samudio ha& septiembre de 1948 en unencuentro am elos mamadores de gallo de La Cuevaw, çus grades amigus del Gmpo de Barranquillas. No est6 muy dam -cwnta Saldfvar- cuando tuvo lugar el primer contacto de Garcia Marquez cni çis amigos de Barranquilla. Cemxh Vargas reiteraria a Io largo de su vida que 61 y Alvaro Cepeda Samudio Io habian d d o primero ai la redaccion de El Nacional. (208)
Lo que esas €rases querian decir era que un hombre que habfa repudiado a su esposa la noche rnisma de la boda, habia vuelto a vivir con ella a1 cabo de 23 aiios. Como consecuencia del repudio, un grande y muy querido arni~o de mi iuventud, sefialado como autor de un amavio que - nunca se prob6, habia sido muerto a cuchïiladas en presenaa de todo el pueblo por los hermanos de la joven repudiada. Se Uamaba Santiago Nasar, y era alegre y gaiiardo, y un miembro prominente de la cornunidad h b e del lugar. Esto ocurri6 POCO antes de que vo supiera que iba a ser en la vida, y senti tanta urgencia de contarlo, que ta1 vez hie el acontecimiento que defini6 para siempre mi vocacidn de escritor (El Pais 7; el subrayado es mio) .
A la luz de las dedaaaones impiicitas en este tiltimo pba fo se revela
pues la extraordinaria gestaci6n de Garda Marquez como autor desdoblado en
narrador a partir de un caso de la vida real ocutrido en su pueblo treinta afios
atr6s y recuperado del olvido en su novela. En resumen, Cronica esta inspirada
a en un suceso criminal que, por un lado, genera al autor, ya que es un factor
importante que determina su vocaci6n de escritor; y por el otro, permite la
gestation de la novela y el rescate del hecho pasado. Gracias a este rescate, Garcia
Marquez no s61o logra que el crimen pasional de Santiago Nasar no pase
inadvertido de entre las notiaas de un peri6dico sensaâonalista, sino que,
como veremos mds tarde, 10 hace trascender en la historia cotidiana, es de&
que convierte a un individu0 cualquiera, en este cas0 Santiago Nasar, en un
actor social que, bien que involuntariamente, interviene en un determinado
acontecimiento hist6rico para que, como victima del crimen, propiâe una
ruptura en la estructura temporal de la tradicion y propicie la posibüidad de u n
cambio social en su entorno. Evidentemente, este cambio queda representado
en el feliz reencuentro de la pareja.
Esta trascendencia hist6rica se apreciaa mucho mejor al abordas el
aspect0 mitico en la mision del narrador, en calidad de oraculo, pues si
observamos de nuevo los cornentarios de Garda Mdrquez en el fragment0 de la
entrevista sostenida con Mendoza (ver supra) veremos impkîtas una serie de
pistas que dejan diiucidar el nive1 de la historia narrada, asf como el sipifkado
profundo que encierra el relato del crimen en Cronicu, esto es, el paralelo que
surge entre Santiago Nasar y Cristo en los evangelios.
A la luz de la ifltima hase de ese fragment0 que dice que "la mejor
formula literaria es siempre la verdad" (Mendoza 28), creo descifrar, de primera
instancia, 10 que Garda Mdrquez entiende por la 'f6rmula Literaria' de la
verdad. No se refiere a la description de la verdad factual de un suceso
apareado en aigin periodico sensaaonalista sino a la verdad de fondo que nos
a revela la trascendencia hist6rica del personaje al asumir el pape1 tragico de
victima propiciatoria oculto trds la dimension mitica de la novela.
En efecto, Garcia Mdrquez, guiado por esa verdad de fondo, d i a haber
descubierto el elemento central que da sentido a la creaa6n de la novela al
poner en evidencia un detalle particular ocurrido antes del asesinato atroz, est0
es, la puesta en duda de la inocencia O culpabilidad de su amigo Santiago Nasar
con respedo al conflicto que se gesta entre la observanaa a ultranza del
decadente c6digo de honor y el necesario proceso de transformacidn de valores
en el pueblo. Esto ocurre justo cuando los dos homicidas, renuentes-asegura
Garda Marquez- "no querlan cometer el crimen y habian hecho todo Io
posible para que alguien se lo impidiera, y no 10 consiguieron" (Mendoza î.7).
Esta f6rmula üteraria de la verdad a la que se refiere Garda Marquez
parece extraida de la antigua irorira tagica de los griegos, asi como la entiende
Northrop Frye, en la que se recurre a la utilizacion de una victima
predestinada.
En Crbnicn se perabe ese modo ir6nico con el que el autor trata de hacer
resaitar el cardcter arbitrario y absurdo de la situaci6n trdgica expuesta
literaimente en el relato. Esto es, la oerdnd de fondo que Garda Marquez
descubre tras la desgracia de Santiago Nasar de haber sido indpado de haber
violado el c6digo de honor, cosa que 'nunca se prob6' ("EL cuento del cuento"
7), en primer lugar, por el designio fatal de la esposa repudiada Angela Vicario;
luego por el azar que se encarga de lograr que los hermanos de Angela acaben
matando10 a pesar suyo; y par ultimo que Santiago, no mas que cuaiquier otro
en su pueblo, no merecia acabar sus dias con tan funesto destino. Sea que haya O
no motivos validos para su muerte, se descarta de cualquier manera la
posibilidad de que estos puedan realmente satisfacernos O parecernos
oportunos.
En esencia, la ùonia que se desprende de esta tragedia dibuja el perfil de
Santiago Nasar como personaje que representa mds claramente a la victima,
conocida con el nombre de p harma kos O vfctima expiatoria. Esta vktha , segun
Frye, es tan inocente como es culpable. Es inocente pues todo 10 que tiene que
suftir rebasa infinitamente las consecuencias normales O 16gicas de sus actos; es
culpable por pertenecer a un grupo social rechazado O por vivir en un mundo
en donde este tipo de injusticia forma parte de la existentia. Asl pues, dice Frye,
"culpabilité et innocence appartiennent ici h deux ordres de faits ironiquement
et absurdement sans relations communes" (58).
Por desgracia, Santiago Nasar vive en un mundo en el que aCui perduran
los prejuicios raciales y los recalcitrantes valores morales pregonados por la
Iglesia autora de la doctrina de la renunaa a los instintos observada a W por sus
feligreses. Cito dos ejemplos en los que se observa la severa actitud del pueblo
frente a la vfctima. El primero se da cuando el narrador "cronista y oriiculo," en
busca de la verdad que dé sentido a la muerte de Santiago Nasar, recoge el
testimonio de uno de los personajes que, sepro de las intendones homicidas
de los hemanos Vicario, etiqueta a Santiago Nasar con un prejuicio social que
Cree justificar absurda e ir6nicamente el derecho a matarlo:
Faustino Santos hie el dnico que percibi6 una lumbre de verdad en la amenaza de Pablo Vicario, y le pregunt6 en bronza por qué tenian que matar a Santiago Nasar habiendo tantos ricos que merectan morir primero (50; el subrayado es mio).
El segundo pbafo, se manifiesta cuando el narrador, tratando de
ordenar las casualidades encadenados que hicieron posible el asesinato de
Santiago, nos deja ver la cerrazon del pueblo al comentar la frialdad con que la
gente intenta justificar su parsirnoniosa actitud frente al crimen. Esta actitud se
cifie siempre a la obsewancia ciega del recalcitrante codigo del honor:
Pero la mayorfa de quienes pudieron hacer algo por impedir el crimen y sin embargo no lo hicieron, se comolaron con el pretexto de que - los asuntos de honor son estancos sagrados a los cuales s61o tienen acceso los duenos del drarna. ''La honra es el amor", le oia decir a mi madre (85).
Luego, Santiago Nasar asume el pape1 del phnrmakos, pues aunque quiza
se pudiera haberlo defendido; el s61o hecho de que se reconociera su inocencia
volveria imposible, en el temno moral, la comprensi6n de ta1 infortunio.
Es por eso que cuando examinamos las circumtancias de la muerte
violenta de Santiago, &tas parecen relacionarse mas con 10 que Frye denomina
la ironia de 10 injustificable. Ta1 uonia, representada idealmente por Cristo,
revela que todo intento de indpar a la victima no consigue sino otorgarie la
dignidad de la inocencia (58). En el o s o de Santiago, asi Io estima el narrador de
Cr6nica en el moment0 en que describe el desconcierto con el que el juez de
instrucci6n revisa la circunstancia de los hechos:
Para 61, como para los amigos mas cercanos de Santiago Nasar, el propio comportamiento de este en las iiltimas horas fue una prueba determinante de su inocencia [..] Ademds, cuando supo por €in en el ultimo instante que los hermanos Vicario Io estaban esperando para matado, su reaccion no hie de pdnico, como se ha dicho, sino que fue mas bien el desconcierto de la inocencia (û8-89; el subrayado es mio).
Santiago Nasar se halla entonces c e m del paradigma de la victima
inocente, personaje tragico que a pesar de su condici6n humana no deja de
evocamos la figura de Cristo. Por eso Frye considera que el perH de la victima
inocente es como, "[un] être humain qui, du fait de son attitude héroïque,
apparaît éclairé parfois d'un reflet de la nature divine" (58).
Asi, pues, comenzamos a constatar el paralelo entre el relato lucano y el
garcimarquecino desde el m omento en que en Crhica se trata de representar
esa verdad de fondo que se apoya en la Ma observacion de un hecho real pero
que se orienta al rnismo tiempo hacia una dimension mitica, en la que poco a
poco se evocan de nuevo los rituales de los saviticios y las escenas de la muerte
de un dios. Esta evocaaon mitica la interpreto corno el drama del esfueno
humano de siempre querer dotar la vida de un signiîïcado profundo que
muchas veces no puede representarse mas que a través de fendmenos
sobrenaturales sacados del pensamiento sirnbdico. Luego, la aetdnd de fo n do
en Cr6riica no s61o reside en la fiabilidad de los hechos ocurridos en la vida de
Santiago Nasar O de su colecfividad, sino, sobre todo, en la fidelidad con que la
vision simb6lica de la vida humana interpreta un drama como el que se
describe en Cr6n ica.
Un primer intento de pasar de la verdad factual a la verdad de fou do del
hecho de sangre Io obsewamos en el uso de nombres de personajes biblicos que
reemplazan el de los verdaderos protagonistas del drama, asi tenemos que
0 Cayetano Gentile es el nombre verdadero de la vlctima Santingo Nasar apeiiido
que, por cierto, nos sugiere el apelativo de Nazareno; que Margarita Chia es en
realidad la esposa repudiada Angela Vicario; que el esposo engaiiado se llama
Miguel Reyes y no Bayardo San R o m un; que los asesinos de la victima no son
gemelos ni se llaman Pedro y Pablo sino Victor Manuel Chica y Joaquui Chica;
que el padre de Angela se Uama Poncio Vicario y que Cristo Bedoya es uno de
los mejores amigos de Santüzgo Nasar y asf otras tantas sustituciones mds18.
Aunque desde la aparicidn de la novela en 1981, la critica se ha percatado
del nive1 mioco en el que se mueven los personajes no 5610 en Crbnica s h o en
Entre los artlculos que apoyan la veraadad del nwa, narrado en Crhica aparece rn reportaje escrito por Julio Roca (Al d io, 1981) m mes después de la publicaab de la novela en el que se reconstituyen tods los hechos males ocumidos el dia de la muerte de Cayetano Gentile. Este es une de tantos artfados en los que se puede obtener mu- de los detalles telacionados am el aimen que sirvi6 de inspiraci6n a Garcia MArquez en su novela.
varios de los libros del escritor colombiano, poco se ha dicho, hasta ahora,
acerca de la estrecha relacidn que existe entre la estruchira narrativa y la
dimension mitica que atraviesa toda esta novela. Por esta raz6n y volviendo de
nuevo a La f6rmula literaria de la verdad propuesta pot Garda Mdrquez, trataré
de explicar en el siguiente capihilo, el carActer estmctural de la novela similar al
de las cr6nicas del Nuevo Testament0 y el motivo por el mal el autor decide,
como Lucas, introducir un narrador que dice ser 61 mismo y puede "pasearse a
su gusto al deredio y al revés en el tiempo estructutal de la novela" (Mendoza
28), y asi emprender una lechia englobante del texto que explique mas
claramente la dimension mitica de la obra, est0 es, que de-ba una narrativa
con intenci6n kerigmutica.
a II. Autopsia de una muerte anunaada: historîa y novela polidaca
En primer lugar y al obsewar el tftulo del libro Crhica de u m m uer te
anuttcindn, nos damos cuenta de que la elecabn del térrnino Crbnica no es
fortuito. Segiin el diccionario de la Real Academia Espaiiola, aquel se refiere ya
sea a u n aaiculo periodistico O informaci6n radiof6nïca O televisiva sobre
temas de actualidad, O a una historia en que se observa el orden de los tiempos
(599). Aunque la definiadn del vocablo 'adnica' causa problemas en el
moment0 en que se intenta encasiiiar la novela en algin género Literario,
ninguna de las dos acepciones del vocablo se contradice al referirse al relato del
texto pues Crbnica se basa en hechos reales que en un principio "no interesaron
[al autor] como material de novela, sino como reportaje" (Mendoza 27). Esos
mismos hechos a la vez se narran siguiendo el estilo antiguo de las cr6nicas O
anales de hechos hist6ricos, es decir, observando el orden de los tiempos.
Creo importante mencionar que, como sefiala el historiador y tedogo
americano Jacob Jerveil, escribir historia en la antigüedad significaba
literalmente escribir la historia de los eventos en los que el historiador tomaba
parte activa. De este modo, la escritura de la historia par excellence, remitia a la
historia contempordnea (115). Luego, los aonistas y reporteros de periodicos de
hoy en dia han venido a asumir una buena parte de las funciones que antes les
tocaba desempefiar a aquellos histonadores. Al recuperar cada dia la resefia de
la historia cotidiana, es dear, de las notiaas locales, nacionales e
internacionales que ocurren altededot del mundo, los cronistas demuestran
que no han perdido ese sempiterno ahin del historiador de reproducir
fielmente la realidad de los hechos.
La carrera periodistica de Garda Marquez nos deja, pues, relauonar la
estruchira narrativa de Crbnica tanto con las cr6nicas perïodisticas como con los
anales hist6ricos de la antigüedad, ya que en ambos textos se describen eventos
reales ordenados cronol6gicamente en los que se hace hincapie en la verdad de
Io que se narra, aunque, en la prdctica, ese empeiio de contar la verdad resulte
infmctuoso no s61o por los limites que impone la escrima sino, sobre todo, por
el manejo arbitrario de los elementos que componen el acontecimiento
narrado. Por eso, aeo que vale la pena tomar en consideracion Io que Hayden
White afirma al hablar de las caracterlsticas de las a6nicas de la antigüedad:
"For the Chronicle of events, out of which the historian fashions his story of
'what really happened', already cornes precoded" (Writing 44).
No obstante, puede ser que en algunos casos el criterio de cronistas e
O historiadores coincida con el de G a i Mdrquez para quien, segin Io sefialamos
antes "la mejor f6rmula literaria es siempre la verdad (Mendoza 27-28). No se
trata, sin embargo, de la verdad factual de los hechos sino, de nuevo, aquella
verdad de fo n do que autoriza al aonista a manipular la ïdormacï6n de un
suceso obtenido de antemano, a fin de darle una interpretacidn que responda
m6s a sus urgenaas personales. En el cas0 de C r h i c a , Garda Maquez siente la
urgencia no 5610 de contar los pormenores de la muerte atroz de Santiago
Nasar sino inclus0 de deiücarlo pues ve en Santiago, al i y a l que en Cristo, a la
victima inocente condenada por la sociedad injusta a la que hay que redirnir.
Ahora bien, para que Garda Marquez pueda extraer de la verdad factual
del hecho de sangre la oerdnd de fon do, que dé un sentido mitico a la muerte
de Santiago sin que por el10 se pierda el sentido original del relato, requiere un
principio metafisico que le permita traducir la diferencia en similaridad. En
otras palabras, Garda Marquez tiene que valerse de una entidad cornun a todas
las reterencias temporales y espaciales de las varias semencias narrativas que
registran el suces0 criminal ta1 y como ocurri6. Si ta1 sujeto existiese, diria que,
inspirado en Hayden White, se tratarfa de "Dios" cuyo control omnipresente
del tiempo se consideraria como la manifestacion de "su poder" para provocar
los acontecimientos que ocurren en esa manifestacion (Content 16). Pero si esa
entidad del relato no existe en el tiempo, no puede hincionar como entidad de
una narrativa.
Al tratar de dar con la clave de ese dilema de cardcter hermenbutico,
White me proporciona una respuesta al proponer la (inica entidad capaz de
servir como prinapio organizador central de un discurso que, como en el caso
de Crbnica, pueda reproducir en términos narrativos un hecho de la vida real.
a Esta entidad se haila en el modo de la representacion hist6rica conocida como
'cronica'. Segrin White, por consens0 cornth entre historiadores, la cronica es
la forma mas alta de la conceptualuaci6n hist6rica y reproduce un modo de
representacion superior a la de la forma de los anales. Su superioridad consiste
en su gran daridad, su organizaci6n de materiales por "t6picos y reinos", y su
gran coherencia narrativa. La a 6 ~ ~ a tiene también un tema central: la vida de
un individuo, Ciudad O region; las grandes empresas, tales como guerras O
cnizadas; O la historia de instituciones como monarquias, episcopados O
monasterios. El enlace entre la cr6nica y los anales se perabe en la observancia
fiel de la cronologfa como p ~ c i p i o organhador del discurso, y esto es 10 que
hace que la cr6nica sea algo menos que una historia completa. Ademas, la
cr&nica, como los anales, y a diferencia del texto hist6ric0, carece tipiamente de
conclusi6n8 que resumirla el "significado" de una cadena de acontecimientos
con los que trata aquélla y que esperamos normalmente de una historia
0 elaborada de prinapio a fin. La abnica promete tfpicamente una conclusi6n
pero no ia proporciona (Content 16).
Hasta donde podemos ver, las caracteristicas que describen una cr6nica se
ajustan bien al texto de la novela de Garda M-uez: el relato de la vida de un
individu0 que muere en las manos vengadoras de dos gemelos asesinos, hente
a la parsirnonia de un pueblo c6mpüce. También se ajusta el cigor del
seguimiento cronol6gico con que se narran las Qlthas horas de vida de la
victima e induso el modo en que Garda Marquez sigue el relato de la historia
para luego suspenderlo i n medias res, dejando cosas sin resolver e intentando
apenas "recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto de la mernoria"
(11). Sin embargo, la ai3iaci6n de la novela de Garda Maquez con la cc6nica no
debe desconcertamos, ya que los sistemas de produca6n cornpartidos por la
a historia, la Literatura y el mito revelan la experiencia hist6rica de un pueblo, de
un grupo, de una cultura. Por eso vuelvo a White cuando asegura que, "in the
historical narrative, experiences distilied into fiction as typitications are
subjected to the test of their capaaty to endow 'real' events with meaning"
(Con terz t 45).
Ahora podemos comenzar a entender parte de la estructura narrativa del
texto, con tan s61o ver el titulo capcioso de la novela Crbnica de unu rn uerte
munciada en el que el autor -ademAs de obtener y manipular de antemano
los detailes de un acontecimiento real con todos los elementos temporales y
espaciales que constituyen el relato de una muerte efectivamente anunciada
después de 30 aiios- se induye artificiosamente como narrador "cronista y
or6culo" dentro de ella para refonar, por un lado, la autenticidad del hecho
narrado, y por otro, la dimension mitica de la novela.
Este ardid literario no es nada novedoso; la historiografia registra un
sinnumero de cr6nicas y anales hist6ricos de todo tipo de eventos en los que
apenas si se puede distïnguir entre 10 que es verdad y fiction, historia O novela.
Entre ese tipo de documentos hist6ricos se haiian los evangelios cuya
alambicada estructura narrativa se confunde con la de las cr6~cas O anales
hist6ricos O con la de la novela antigua, ya que, como expiica el historiador y
te6logo americano Richard. I P e ~ o en su lïbro Profit roifh delight, los cronistas
del Nuevo Testamento buscaban por todos los medios narrativos posibles no
s61o legitimar un simple hecho hist6rico ocurrido en la antigüedad sino sobre
todo hacer notar, en el lector, de la manera nias atrayente posible, que se trataba
ni mas ni menos que de la historia del paso de Dios por la tierra.
Sin embargo, de todos los documentos b~blicos del Nuevo Testamento,
s61o aquellos dos atribuidos a San Lucas, es decir, el tercer evangelio y los
Hechos de los ap6stoles, tambibn Uamados textos alejandrinos, gozan del
reconocimiento en tanto literahira de historiadores como de teologos,
especializados en los relatos lucanos, aunque, debido a la mezcla de estilos
narrativos, existen entre estos estudiosos ciertas disaepanaas en cuanto a
deterrninar si el evangeiista helénico Eue tealmente un historiador ma10 O un
escritor bueno19.
Esta disyuntiva se debe precisamente a la mezcla intencionada de estilos
narrativos empleados por Lucas que me permite asoaarla con la estructura
1 9 Jacob Jervell es M de varios te6Iogos e historiadores que se dedican exdusivamente al estudio de los textos l u w o s . Ben Witherington, IU, es el editor del übro History, Literuture, m d Society in 7ize Book of Acts en el qw cetinen una serie de articulas ai los cp se hace destacar la calidad historica y literaria del evangelista San Lucas.
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narrativa y la dimension mitica de Crhica. En efecto, Lucas, hace casi dos mil
aiïos, conse w6 - a l igual que Garda Marquez y salvando la distancia- por casi
treinta aiïos los datos y las tuentes mas importantes que 10 llevarian a escribu la
crhica de la tnuerte anunciada mas impactante que ha vivido la humanidad
entera, es de&, la anunciaci6n de la pasion y muerte de Cristo O kerigma. De
&ta, junto con los demds apbstoles, hie Lucas testigo presencial.
Ahora bien, para que Lucas pudiese mostrar F e la causa real de la
muerte de JesCls era la voluntad de Dios, pero no s61o de Dios visto como
divina providencia sino del Dios que actuaba continuamente en todos los
procesos de esa historia requeria de una dimension mitica (que en mi opinion
prefigura la que desarroUaria Garda Marquez en su novela) que enfatkase la
accion divina en la historia. Lucas recurri6, entonces, a fen6menos
0 sobrenaturales que iba insertando en todas las fases de esta historia: milagros,
curaciones, liberaciones extraordinarias, portentos, visiones y suefios. Este
ejercicio literario que apuntaba a la dimensi6n mitica obviamente excedi6 las
condiciones historiograficas propuestas por los historiadores de la antigüedad.
Jervell explica que Lucas hie un hombre educado al que quizds se le habia
entrenado en la retorica y la historia. Su apostolado con Jesus, junto con su
expenenaa y conocimientos personales, 10 llevaron a comprender que relatar la
pasion y muerte de Cristo no significaba esaibù la historia de un nuevo
movimiento religioso O secta sino conduir la Qltima parte de la historia del
pueblo de Dios en Isael. Asf, para poder llevar a cabo esta importantisima
mision escogib como mejor herramienta heurhtica de su época, la
historiograffa aun a sabiendas de que muy probablemente trascenderfa sus
limites (125-126).
Un ejemplo de ese traspaso de limites es el criterio de Lucas en relation
con el carActer estético de su cr6nica con el cual buscaba afectar la mente del
lector placenteramente. El cambio y la variedad en la anügüedad, asegura
Jervell, eran vistos como placenteros y el medio para lograrlo se Io ofredan los
recursos estilisticos contenidos en la novela de la antigüedad*.. Pero esa
cudidad no debta acenhiarse en detrimento de la verdad. Aparentemente, el
objetivo de Lucas era convertir al lector/a la lectora en espectador y, de al@
modo, implicarlo en los acontecimientos relatados.
Habia, pues, dos pasos iniciales que tomar en el trabajo historiogrdfico,
con los males establezco inmediatamente la analaGa con la estruchira
narrativa de Crbnica. El primer0 cowistra en recoger el material y darle la
forma de aide-metnoire cuya primera fuente, hathdose de la historia
contemporanea, era el mismo historiador, es decir, el encargado de la aiitopsia,
ténnino empleado por Jerveii y extraido de la historia antigua de Herodoto,
Tucidides y Poübio que signifïcaba que el autor era testigo ocula. del evento
descrito, y como afirma Jervell, "not only an eyewitness, but one capable of
undertanding and interpreting what had been seen" (116). La presencia Cictiaa
del historiador dentro del relato hist6rico es 10 que equiparo con la
participaci6n activa del narrador "cronista y orAculoff dentro de la novela de
Crbrrica. La segunda Euente era la informaci6n obtenida de gente confiable que
habia estado presente en los acontecimientos que se daban a conocer. El
segundo paso era el estudio de las fuentes, es decir, de los documentos
2a Al respedo, Pervo dediu unestudio cmpleto al empleo de los reairsos estilisticos de la novela antigua por parte de san Lucas cuya finalidad pedagogica consistia en proporiaonar una lectura Io m& placentera posible para que transmitiese mejor cl memaje del origen de la cristiandad a los lectores.
hist6ricos con los que el evangelista contaba para autentificar al acontecimiento
que esiaba describiendo.
La fuente principal de Lucas eran las Sagradas Escrituras cuyos relatos n O
solo trataban de la historia de Israel antes de Cristo, sino de las promesas
ofrecidas por Dios en las que El antiapaba no solo los hechos que iban a pasar
sino también la manera en que iban a suceder. Las Sagradas Escrituras son,
pues, las fuentes que mejor refuenan el pape1 del aonista dentro y fuea de los
textos lucanos. Jervell asegura que "if anything in the Jesus story or the history
of the church did not tdy with Scripture, it had not happened at ali" (117).
Esta revisibn esquemdtica del cardcter estructural del relato lucano que
acabamos de ver me faditard la tarea de presentar el paralelo que establezco con
el relato garcimarqueano de Crbnica. E n primer lugar, la regla de la antigua
historiograffa, la autopsia, es seguida de cerca por Garda Marquez al tomar parte
activa en el relato del hecho de sangre que nos narra, como 10 demuestro en el
primer capitula. El mismo se anunàa, por medio del desdoblamiento de
autor / narrador, como testigo ocular, colega y amigo intimo de Santiago Nasar.
Asi Io vemos cuando el autor/narrador, describiendo los uItimos momentos
que pas6 con la victima antes del asesinato, deja estableudo el estrecho lazo de
amistad y camaraderia que existfa entre elios dos. su hermano y Cristo Bedoya.
Yo estuve con 61 t d o el tiempo, en la iglesia y en la fiesta, junto con Cristo Bedoya y mi hermano Luis Enrique, y ninguno de nosotros vislumbr6 el menor cambio en su modo de ser. He tenido que repetir est0 muchas veces, pues los cuatro habiamos aecido juntos en la escuela y luego en la misma pandiila de vacaciones, y nadie podfa creer que hiviéramos un secret0 sin cornpartir, y menos un seaeto tan grande (40).
Induso me atrevecfa a dech que el afecto entaiiable entre estos cuatro
personajes en el interior del mundo ficcional ya empieza a compenetraae en la
dimension mitica de la novela desde el momento en que nos enteramos que
juntos cornparten la relaci6n intima de la duefia del burdel Ya casa de
misericordias" (43) cuyo nombre Marta Alejnndrina Cerva n tes establece, de
manera algo irreverente, un vfncuio, sobre todo, en el cas0 del narrador
"cronista y ordcuiogf con la labor misionera de los aonïstas del Nuevo
Testamento. Asi 10 sugiere el autor/naaador al reposar "en el regazo apost6lico
de Maria Alejandrina Cervantesfr (IO), pues como he mencionado en este
capitula, los relatos lucanos son Uamados también textos ale jandrinos2'.
E n cuanto al rigor aonol6gico con que el narrador/cronista en C r h i c a se
empeiia en describir cada uno de los detalles circunstancïales ocurridos antes y
a después del crimen, éste obedece a otra de las reglas inherentes a la autopsia.
Es ta exigencia, aunque cequerida por la metodologla historiogrdfica, ces ulta
inoperante para el narrador/cronista en el momento de buscar una explicacih
*' En el estudio de los evangeüos sin6pticos de Monasteno A g d e se seWa que tanto el tercer evangelio amw, los Hechos de los ap6stoles atribuidos a Lucas "fueron escritos en @ego y han liegado hasta nosotros en dos tipos de texto, uno, conaïdo axm alejandrin O, hesiquiano O neutro, que es el amthmente aceptado, y otro conocido c ~ m o oriental." (283), la cursiva es d o ) . Para Arnold P&uel el nombre de Alejandrina sugiere, sobre todo, pot el adjetivo "apost6lic0," los siete papas que ai ta historia de la cristiandad llevaron el nombre de Alejandro. Sin embargo y a pesar de cuaiquier interpretaci6n que se pretenda hacer de este nombrie, Mariiz Alejmdfina Ceraantes, se* la informaci6n proporchada por Dasso Saldivar, n, es niq&n personaje fictiao inventado por el autor sino la authtica due- del burde1 del pueblo llamado Suue en el que Garda Mdquez vivirfa parte de su juventud- Cito a continuaah m m e n t 0 de esta revelacih:
[A finales de lWS] Fue entonces que apareci6 Maria Aiejandrina Cervantes, amm amante de un ofiaal de polida. Con el tiempo, el amante se fue, ella se quai6 y mont6 el burdel del lugar. Por su carna y sis artes amatorias pasananan Gabriel y tdos los muchadios de Sucre. [..] M& arin: siguiendo cl itinerario de las fiestas patronales, l a Cervantes cogia sus muchachas del burdel y se iba am Gabriel, Jmx5 Placenaa [Cuturo Bayardo], Cayetano [futum Santiago], y otnis amigos p r Majagual, Guaranda, San Marco6 y Caimito a torear en las corcalejas, poque Maria Alejandnna Cervantes fue, ademais, la primera torera de la Costa Athtica. (264)
a toda la serie encadenada de coinadenaas que hacen posible el desenlace del
hecho de sangre. Sin embargo, el fracas0 aparente del cnrnista, ahora como
or6cul0, se ampara, como ya mencioné antes, en la voluntad de Dios cuyo
control omnipresente del tiempo manifiesta su poder para provocar los
acontecimientos tai y como ocurren en la historia. La manera en que Garda
Marquez logra pronunüar a Dios como la fuerza activa y aeadora de la historia
coincide con algunas de las expresiones de temporalidad favoritas de Lucas,
tales como: "cuando se cumpiieron los dias'' (Lx 1,23); "en aqueiiod &as" (Lx 1,
39); "por aquellos dias" (Lc 2 10). As& tenemos que en el relato de Crbnicn el
narrador, a h e r de or6d0, recurre a ese tipo de expresiones similares a las del
relato Lucano: "por aquella época" (20), "en aquellos tiempos" (22) O aquélla
cuando la madre del narrador hace referenaa a los designios de Dios, diciendo
"en aquel tiempo -me e x p l i c b Dios entendfa esas cosas" (40) O aquklla
expresih todavia m6s impactante cuando el narrador, como Lucas (Lc 18, 31),
anuncia la voluntad de Dios "para que [se] cumpliera sin tropiezos una muerte
tan anunciada" (87; el subrayado es mio)
Este cumplimiento de la palabra de Dios se manifiesta, a 10 largo del
relato, mediante la convention eclesiastica del tiempo llamada aiio Liturgico, es
decir, mediante las fechas de las celebaciones m6s importantes de la Iglesia que
aparecen marcadas en los calendarios. El drama, por ejemplo, ocurre en el mes
de febrero cuando empieza la cuaresma que es el periodo de dfas resewado a la
preparacion de la pascua que, con el mernorial que pervive en su celebracion,
evocard la intemencion redentora tipica por la que Dios ha salvado y
reconstruido a su pueblo. Asi, pues, el narrador nos ratifica el mes en que
muri6 asesinado Santiago Nasar al tomar el testimonio de Victoria Guzmiin
a quien "estaba segura de que no habf Uovido aquel dia, ni en todo el mes de
febrero (13; el subrayado es d o ) . La fecha de la desgracia, coincide tambiLn con
la visita del Obispo quien, como veremos mas tarde, representard el pape1 de
una Iglesia que t rataa en 10 posible, de mantenerse al margen de los
acontecimientos. Sin embargo, 10 que mds me interesa poner en reüeve con
respect0 a esta fecha es el elemento premonitorio de la muerte de la victima
que concuerda con el dia de la Uegada del prelado, un cifa lunes, y la vestimenta
alba con la que Santiago Nasar, evocando la imagen de Cristo, espera la llegada
del obispo:
El dia en que 10 iban a matar, su inadre aeyd que él se habia equivocado de fecha cuando 10 vio vestido de blanco. "Le recordé que era lunes", me dijo. Pero 61 explic6 que se habla vestido de oontificial por si tenia ocasion de besarle el anillo al obispo (13; el subrayado es mio).
Otras alusiones importantes a las fies tas religiosas celebradas durante el
ciclo del aiio liturgico son aquellas dos en las que el narrador nos cuenta las
premoniciones que tuvo su hermana Margot. Una relata que el paso del buque
que transportaba al obispo y su sequito, le dio la impresion a Margot de que
"estaba haciendo un tiempo de Navidad" (20). Y la otra que cuenta que, al
pensar en la buena suerte de Flor Miguel comprometida en matrimonio, para
navidades, con Santiago Nasar, Margot insisti6 en que Cristo Bedoya se llevase
a Santiago a desayunar a su casa. Asi nos Io cuenta el narrador:
Mi hermana sinti6 pasar el angel. Pens6 una vez m8s en la buena suerte de Flor Miguel, que tenfa tantas cosas en la vida, y que iba a tener ademas a Santiago Nasar en la Navidad de ese aAo. "Me di cuenta de pronto de que no podia haber un partido meior que el", me dijo. "Imaginate: belloL formal, y con una fortuna propia a los 21 aiios". [,]
Ean las 625. Santiago Nasar tom6 del brazo a Cristo Bedoya y se 10 ilev6 hacia la plaza.
-Dentro de un cuarto de hora estoy en tu casa -le dijo a mi hermana.
Eila insisti6 en que se fueran juntos de inmediato porque el desayuno estaba servido. "Era una insistencia rara", me dijo Cristo Bedoya. 'Tanto, que a veces he pensado que Margot ya sabia que 10 iban a matar y queri& esconderlo en tu casa" (21; el subrayado es d o ) .
Estas dos alusiones a la Navidad, a mi juicio, sugieren junto con la
proximidad del sacriLido de la victima, la iteracion del ciclo de fa vida y de la
muerte. El afio liturgico repite este a d o por continu0 al celebrar, primer0 la
pascua de advient0 y después la pascua de resurreccion. Luego, el paralelo que
establezco entre Cristo y Santiago Nasar no parece limitarse a reproducir el
perfil de victima propiaatoria sino a representar, como 10 hace cada ai50 la
iglesia, la muerte y el nacimiento de Jesus a Io largo dei relato.
Por otro lado, los recuerdos que, después de 30 aiios, Garcia Marquez
guard6 en su memoria del hecho de sangre fueron limitados y parciales. Es
muy posible, entonces, que, tomase notas y que luego las completase aiios
despuOs siguiendo, por asi decirlo, los estandares de la historiografia, por 10
menos formalmente. Asi nos 10 da a entender Garda Marquez en una
entrevista sostenida con Jesus Ceberio cuando este ultimo le pregunta corno
naci6 esta Crbnica de unn muerte an u nciado. el autor responde:
Esta novela es de hace treinta d o s . El punto de partida es un episodio real, un asesinato que ocum6 en un pueblo de Colombia. estuve muv cerca de los ~ c o t a ~ o ~ s t a s - del drama en un moment0 en que habfa escrito algunos cuentos, pero no habia pubücado atin mi primera novela. Inmediatamente me di cuenta que tenia entre mis manos u n material sumamente importante, pero mi madre 10 supo y me pidi6 que
nunca esaibiera ese libm mientras estuvieran vivos algunos de los protagonistas. Y me diio los nombres. Yo 10 fui dejando. Entonces pensé que el drama estaba terminado, pero sigui6 evolucionando, Y siguieron sucediendo cosas. Si Io hubiera escrito entonces, hubiera quedado fuera una gran cantidad de material que es esencial - para comprender meior la historia (29; el subrayado es mio).
Como podemos obsewar en este iiltimo pbrsfo, la fuente principal de
Garaa Marquez hie la tradition oral= que resume la historia del crimen
estancada en la mente de los habitantes del pueblo para luego, como dice el
autor / narrador en Crbnica, "rescatarla a pedazos de la memoria ajena" (41). En
el caso de la cita anterior, la madre del autor proporcion6 algunos de los
primeros datos que se hallan insertos en la novela. Este es otro aspect0 de la
antigua regla de la autopsia: la primera fuente es el autor mismo; la segunda es
la informacion o b t e ~ d a de gente confiable que habia presenaado junto con el
cronista, el asesinato de Santiago Nasar. Eso es Io que Garda Marquez anuncia
al principio del ultimo capitula, al tratar de asignar infructuosamente el pape1
que a cada uno de los habitantes del pueblo, incluido el cronista, le toca hacer
cuando ocurre 10 inevitable, el desenlace fatal. N6tese c6mo el narrador
enfatiza mediante la inclusi6n de portentos y enigmas en la dimension mitica
del relato, el impact0 que causa la muerte de su amigo Santiago Nasar en la
cornunidad:
Durante afios no pudimos hablar de otra cosa. Nuestra conducta diaria, dominada hasta entonces por tantos habitos Iineales habia empezado a girar de golpe en tom0 de m a misma ansiedad comçui. Nos socprendfan
22 Schepensafirma que la autopsia amométoâo historiografico ucupa rnlugar dentro del sistema de valores propics a la cn2ica histdrica, "système 4 a d e cl historiador, titando a Momigliano- élaboré en fondion d'un type d'investigation historique <<which Herodotus managed to pduce mainiy ai the basis of sightseeing and oral traditionab "(25)
los gallos del amanecer tratando de ordenar las numerosas casualidades encadenadas que habfan hecho posible el absurdo, y era evidente que no lo haciamos por un anhelo de exlarecer misterios, s h o porque ninauno de nosotros podia seguir viviendo sin saber con exactihid cual era el sitio y la mision que le habfa asignado la fatalidad (85; el subrayado es mio).
Garda Marquez esaibe pues un informe hist6rico de las cosas que se han
cumplido providenualmente en toda la cornunidad. El es tesügo, como
también 10 son aquéllos que facilitaron, voluntaria O involuntariamente la
culminacion del crimen de Santiago Nasar, testigos originales y stibditos de la
palabra en cuanto que su testhonio se subordina a la oralidad. Todos ellos,
farniliares y conocidos del pueblo, son por definicion fidedignos; luego no es
necesario que el autor/narrador se informe de su confiabilidad a pesar de
tropezar con aertas contradicciones. Estas, sin embargo. no tergiversan la
informacion factual del hecho. Cito como ejemplo un fragment0 del primer
capitulo en el que el narrador expone la opini6n variada de la mayoria de los
habitantes del pueblo con respect0 a las condiciones dimiiticas el dia de la
tragedia. (Aqui también podemos apreaar c6mo el narrador describe el tiempo
insertando fen6menos sobrenaturales de cardcter enigmatico y onfrico):
Muchos coincidian en el recuerdo de que era una mafiana radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que 10 fuera en un buen febrero de aquella época. Pero la mayoria estaba de acuerdo en que era un tîempo fiinebre, con un de10 turbio y bajo y un denso olor de amas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que habfa visto Santiago Nasar en el boçque del sueiio (S5; el subrayado es mio).
Luego, para ser un testigo ocular confiable hay que ser capaz no s61o de
asegurar que el hecho reportado ha tenido lugar sino tambien de dar cuenta del
cambio que ha sufrido su conducta a causa de la huella que el hecho de sangre
ha dejado en su conaencia. Esta experiencia transfomadora la corrobora el
narrador al contarnos el trastorno provocado por la muerte de Santiago Nasar
en dos de los testigos. (Ndtese, de nuevo, la inseraon de fen6menos
sobrenaturaies en este phafo):
Hortensia Baute, cuya unica partiapaudn hie haber visto ensannrentados dos cuchillos que todavfa no 10 estaban, se sinti6 tan afectada por - la ahcinacion que cay6 en dsis de penitencia y un dia no puedo soportarlo m6s y se ech6 desnuda a las calles. Floa Miguel, la novia de Santiago Nasar, se hg6 por despecho con un teniente de fronteras que la prostituy6 entre los caucheros del Vichada (86; el subrayado es mfo).
Recordemos también que esa huella indeleble que deja ta muerte de la
victima perdura mas de 25 dos, justo cuando Alvaro Cepeda Zamudio, testigo
y amigo del autor, le da la soluci6n final de Crbnica: ~Bayardo San Roman
volvi6 a buscar a Angela Vicario» -le comenta Cepeda Zamudio- e est an
viviendo juntos en Manaure -prosigui& viejos y jodidos, pero hlicesm
(Garda Marquez, El cuento del c uen to 7). Este altirno testimonio, decisivo para
la czreaci6n de la novela, nos revela, pues, un gran cambio (quizds algo lento) de
aaitud frente a la vida, por parte de la pareja, al deshacerse del cumplimento a
la observancia del codigo de honor impuesto por las tradiciones de su entorno
social que les obiigaban a rendir tribut0 ai a l t o a la vüginidad y al matrimonio
de conveniencia, es decir, sin amor. Ese impedimenta 10 obsecvamos cuando el
narrador nos dice que "Angela Vicario se atrevid apenas a Uisinuar el
inconveniente de la falta de amor, pero su madre la demolid con una sola frase:
-También el amor se aprendre" (34). Esta imposici6n tergiversada del amor
0 fue 10 que, a h l de cuentas, desat6 la cadena de casualidades que hicieron
posible el crirnen justo cuando Angela, repudiada por el esposo y asediada por
su hermano Pedro, dicta la inexorable pena de muerte. Asi Io indica el narrador
al poner énfasis en el factor providencial que determina el trdgico Ein de la
vfctima propicïatoria:
Ella se demord apenas el tiempo necesario para de& el nombre. Lo buscd en las tinieblas, lo encontr6 a primera vista entre los tantos y tantos nombres conhindibles de este mundo v del otro, y Io dei6 clavado en la pared con su dardo certero, como a una manposa sin albedno cuya sentencia estaba escrita desde siempre.
-Santiago Nasar d i j o (45; el subrayado es mio).
Por otro lado y siguiendo de cerca la regla historiogrdfica de la autopsia,
todo Io que los testigos han reportado debe estar en concordancia con 10 que se
ha asentado por escrito. En efecto, Garda Marquez legitima los detalles
expuestos en su a6nica con un documenta legal tan valido como las Sagradas
Escrituras empleadas por Lucas, al que curiosamente llama sumario, termino
judicial empleado tambibn por los estudiosos de las cronicas del Nuevo
TestamentozJ. Este sumario toma mdcter legal cuando un juez instructor que,
se@ el narrador, "acababa de graduarse, y Uevaba todavia el vestido de pafio
negro de la Escuela de Leyes" (86), se encarga de recabar oficialrnente los
testirnonios del pueblo encaminados a preparar el juicio criminal. Asf nos Io
asegura el narrador cuando dice:
Doce dias después del crimen, el instrudor del sumario se encontr6 con un pueblo en came viva. En la s6rdida oficina de tablas del Palacio Municipal, [..] tuvo que pedir refuerms para encauzar a la
23 En el estudio exegético de la Bibl ia se u tiliza el misrno temino sumariemuncio p a a inhodutir de forma general lo que se va a narrar. (Monasterio 104)-
39
muchedumbre que se precipitaba a dedarar sin ser Hamada, ansiosa de exhibir su propia importanaa en el drama (86).
For otro lado, creo que vde la pena seiialar algo importante en relaci6n
con la dimension mitica que envuelve las hentes documentales empleadas
por el narrador a 10 largo del relato. Se trata del origen y ubicaci6n del sumario
que extraviado "20 afios después del crimen en el Palacio Municipal de Justicia
de Riohacha" (86), sugiere el hailazgo histdrico de cierto numero de püegos que
cornponen los documentos b~bücos que hoy conocemos como los evangelios en
los aiios 65 y 90 de esta era y que fueron reunidos en una coleccidn alrededor
del aiio 225 (Aguirre 17). Un fragment0 del relato del narrador evoca la
sensacion de misterio que enaerra la busqueda del sumario perdido y le
confiere especificidad de enigma. Incluso se haila inserto el nombre de un
personaje hist6rico que refueaa la autenticidad del sition en que se hallaba el
documento. Asi nos 10 explica el narrador:
No existia dasitïcaci6n alguna en los archivos, y m6s de un siglo de expedientes estaban amontonados en el suelo del decrépito edificio colonial que hera por dos dtas el cuartel general de Francis Drake. [...J Yo mismo exploré muchas veces con las aguas hasta los tobillos aquel estanque de causas wrdidas, y s61o una casualidad me permiti6 rescatar al cabo de cinco dios de busqueda unos 322 pliegos salteados de los mds de 500 que debi6 de tener el sumario (87; el surayado es mio).
24 Wiepens explica que en el método historiogrfico ernpleado por Herodoto, la autopsia de vestigios visibles de la historia del pasado seMa cx>mo aiterio objetivo para verificar 1 a credibilidad de tal O mal tradicih y aiiade 'Surtout en terre étrang&reO où les traditions historiques sûres, et entre autres aussi les traditions écrites0 ont dû pour la plupart lui rester inaccesibles, et cela pour de raisons d'ordres dives, cm constate cpe l'historien a eu spécialement m u r s aux monuments. (42)
Otro elemento enigmiitico relaaonado con las iuentes documentales es
el hecho de que, segcin el narrador, "el nombre del juez no aparecio en
ninguno [de los pliego& pero es evidente que era un hombre abrasado por la
fiebre de la Literaturar' (87). Esta revelaci6n nos permite establecer de nuevo u n
paralelo con el hallazgo de los evangelios, ya que estos eran, en su mayorfa,
obras anhimas. La atribuci6n de estos documentos biblicos a los nombres de
los evangelistas toma muchos siglos y se basa en una tradia6n antigua (Aguirre
17). Sin embargo, es curioso que en el caso de Crbnica, aunque no sabemos el
nombre del juez de uistrucci6nf su desaipci6n se ajuste m6s al perfii de un
escritor como Garda Mbrquez25 que, como cuenta el narrador, "sin duda habia
leido a Los cldsicos espaiioles, y algunos latinos, y conoda muy bien a
Nietzchez" (W), que a un magistrado de esa época. Sobre todo, cuando el
narrador nos cornenta, insertando de nuevo fen6menos sobrenaturdes como
0 portentos y enigmas celacionados con la dimension mitica, el modo en que el
juez, al ir asentando por escrito los detaiies del criaien , pierde la objetividad
que exige su cargo cuando busca dar una expücaci6n a las casualidades que
hicieron posible el desarroilo del drama27. He aqui un fragment0 de ese pasaje:
2s Saldivar nai cuenta que, hablando de la época en la que surge la idea de Crbnicu, que Garcia MArquez se dedicaba a enviar ~ U L I U I ~ ~ S y editoriales al periodico El Heraldo, daba dases de castellano ai el Colegio Departamental de la Universidad y "andaba am la ventolera tardia de volverse a matricular para termina los estudios de Derdo , amque mds por presi6n familiar que por voluntad propia." (255)
26 Creo importante senalar el comentario que hace Peiiuel q e c t o a la nada casual insetà6n del nombre del filosdo Nietzche en Crh ica amm lectura preferida de los estudiantes de Derecho contempodneos del autor y su celaah aoti la en6rgica contestaah a la nefasta postura ideologica que pugna por la renunciaah a lm instintos adoptada por ia Iglesia hasta nu- dias. Ad versa el comentario del mîico: 'The allusion to Nietzche serves as a clue to the importance of the polarity of denial-celebration of the body dichotomy: the mo& insistent theme in Nietzche's philosophy is the desirability for man of the uninhibited expression of his instinc Anticïpating Freud, he iIluminates the axwxpenaes and implications of instindual renunciation. Mo-v~~ , he viewed Chnstianity as the chief advocate of instinctual renunciation and the originator of a "slave rnorditv"" (200) a a - -
27 La descripcibn del juez de instniccion en Crbnica am si referenaa a los d5sicos y si empeilo ei
Las notas marginales, y no s61o por el color de la tinta, parecfan escritas con sanme. Estaba tan perplejo con el enigma que le habia tocado en suerte, que muchas veces incurri6 en distracciones liricas contrarias al rip;or de su oficio. Sobre todo, nunca le pareci6 legtimo que la vida se
sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura, para que cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada (€37; el subrayado es mio) .
Existen otras fuentes documentales que revisten cierta importanaa y de
las que se vale el narrador para dar fe de 10 que nos relata. Asi tenemos, por
ejemplo, las cartas que la madre del narrador le envfa meses antes de la tragedia
en las que le describe la rara personaiidad de Bayardo San Roman, y le da
cuenta de la leyenda que se crea alrededor de 61 y la raz6n de su Uegada al
pueblo. Asi, pues, el narrador extrae de cada carta la informacion necesaria para
a que el lector se forme una idea del cardcter del extraiio forastero. Esta
descripci6n demonizard gradualmente la imagen del enigmdtico forastero y
futuro marido de Angela Vicario, prefigurando el pape1 de verdugo
involuntario que luego jugara en el curso del hecho de sangre. Asi nos 10
cuenta el narrador:
Mi madre me escribi6 al colegio a fines de agosto y me deda en una nota casual: "Ha venido un hombre muv raro". En la carta siguiente me deda:
descifrar enigrnas nos recuerda al juez Arcadio en la novela La Muia Hora tarnbién de Garcia Marqu6z. He aqui tmfragmento de esta novela en el que podanas establecet m pardelo entre los dos jueces:
-Este es m caso senciliisimo de novela polidaca 4 i j o [el juez j. El subalteno movi6 la cabeza. El juez Arcadio amt6 p en la universidad
perteneci6 a una organizaci6n consamada a desifrat eninmas - noliciacos. Cada ur, de los rniernbm leia UM novela de misterio hasta una dave deteminada, y se reunfan los sabadas a descifrar el P-- N o fdlé ni una v a 4 j o . P a supwsto me favoredan mjg oonocimientos de los d&icos, que habfan deçcubierto UM Iogica de la vida capaz de penetrar cualquier misterio (33; el subrayado es mio).
"El hombre raro se llama Bayardo San Romiiq y todo el mundo dice que es encantador, pero yo no 10 he visto." [..] "Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien casarset' [..] "Parece que también estd nadando e n dinero". Esto respondia a la levenda vrematura de aue Bavarda San Roman no 5610 era capaz de hacer todo, y de hacerlo bien, sino que
ademils disponia de recursos interminables. [..] Mi madre la dio la bendicion final en una carta de octubre. ' l a gente 10 guiere mucho" - me deda-, porque es honrado y de buen corar6n, y el domingo pasado
comul~6 de rodïlias y ayud6 a la misa en laün." [..] Sin embargo, después de ese veredido consamatorio me esaibi6 dos cartas mas en las que nada me deda sobre Bayardo San Rombn, ni siquiera mando era demasiado sabido que queria casarse con Angela Vicario. S61o mucho después de la M a desmacïada me confeso que Io habia conocido cuando va era muy tarde para corregir la carta de octubre, y que sus ojos de Oro le habfan causado un estremecimiento de espanto.
-Se me pareci6 al diablo- -me dijo-, pero tii mismo me habias dicho que esas cosas no se deben de& por escrito (27-29; el subrayado es mio).
Sin embargo, la fuente documental empleada por el narrador que mas
me llama la atena6n son las notas que se anexan al sumario en las que se
describe el examen pos t-mur tem de rutina llamado "autopsia" practicado en el
cuerpo sin vida de Santiago Nasar. En efecto, estas notas neaol6gicas revisten
una importancia centrai, pues la prdctica e inforrnaci6n que contienen
condensan los detalles del asesinato. El contenido de estas notas, como
veremos, no s61o resume el desenlace hbgico sino que también se compenetra
tanto en la dimensi6n historica como en la dimension mftica de la novela.
Por el lado histhrico, las notas de la autopsia aparecen como una mise e n
abîme28, con un dis& cllnico, que reproduce en escaia menor el mdtodo
20 Segiin el dicaonario de ret6ricaf el término h c é s d e m k m dîme empleado por la semiotica iiteraria es un profedimiento de reduplicdah espectadarf por el mal se mpduœ en forma
historiogriifico empleado como reçurço hennenéutico por Garda Maquez.
Desde esta perspectiva, cada capftdo es una version variada de Io que ocurre en
los demas, reproduciendo de este modo algo parecido al sistema sinoptico del
estudio de los cuatro evangelios. Este sistema consiste en disponer en columnas
paraleias Los fragmentos de dos O m6s textos analogos, de modo que se peiciba
con rapidez y clandad sus semejanzas y diferencias. Es posible tambien que
Garda Marquez sugiera mediante estas notas, la necesidad de practicar una
escnipulosa diseccion de t d a la novela para poder as< dar con la verdad d e
f o n d O que encierra la muerte trdgica de la victima.
De esta suerte, la inforrnaci6n recabada en las notas después de la
autopsia es el testimonio c b c o "anunciado" que nos deja corroborar,
mediante la sinopsis, el modo en que tanto el representante de la Iglesia, de
manera simb61icaf como los hermanos Vicario, de manera fiteral, acaban por
cornpleto con la vida de Santiago Nasar. Por eso y gracias a la notas, nos damos
cuenta que la autopsia fue practicada por manos inexpertas y aunque "caretia de
valor legal" el informe del padre Amador "pareda correcto, y el instructor Io
incorpor6 al sumario como pieza Citil" (67).
A continuacion presento un cuadro sinoptic0 en el que se constatan
concordancias muy grandes entre Los detalles asentados en las notas necr6pticas
del capfhilo cuarto y la descripci6n del asesinato de Santiago Nasar en manos
de Los hermanos Vicario en el uItimo capitula.
reduada, en un punto estra tégico de la obra y por homologia, el ciaijunto -+J lo esenaal- de las estructuras de la obra en que se inserta. El aabismcm puede ser considerado onn, una çccuencia mode10 que r e p d u e en escala reduada el argument0 entero, a ireces <ni alteriaciones cpe sirvan de conhpunto (Marchesse 269).
Capitula IV
Tenfa tres incisiones en el estdma~o, y una de eiias tan prohuida que 10 atraveso por completo y le destruy6 el pancreas. Tenia otras seis perforaciones menores en el colch transverse, y miiltiples hendas en el i ntes tino delgado.
La cavidad toraxica mostraba dos perforaciones: una en el segundo espacio intercostal derecho que le alcanz6 a interesar el pulm6n, v otra muy cerca de la d a izquierda. Tenia ademhs seis heridas menores en los brazos y las manos, y dos tajos horizontales: uno en el mus10 derecho y otro en los m~sculos del abdomen.
Tenia una punzada profunda en la palma de la mano derecha. El informe dice: "Pareda un estigma del Crutificado" (67-68; el subrayado
El cuchiilo le atraves6 la paima de la mano derecha, y luego se le hundi6 hasta el fondo en el costado. Todos oyeron su grito de dolor.
Pablo Vicario, que estaba a su izquierda con el cuchillo curvo, le asest6 entonces la unica cuchiUada en el lomo, y un chorro de sangre a alta presi6n le empap6 la camisa.
Tratando de acabar para siempre, Pedro Vicario le busc6 el coraz6n pero se 10 busc6 casi en la axila, donde 10 tienen 10s cerdos.
Pablo le dio un tajo horizontal en el --
vientre, y los intestinos completos afloraron con una expiosibn. Pedro Vicario iba a hacer 10 &srno, pero el pulso se le torcid de homr, y le dio un taja extraviado en el mus10 (102; el subrayado es d o ) .
es mio).
Por el lado mitico, la autopsia practicada en el cuerpo de Santiago Nasar
aparece como una metafora del rito de la misa catolica que se le encomienda al
cura del pueblo y que no celebra. Ir6nicamentef la necropsia que pracüca
pareciera emular a la misa tradiaonal y, al mismo tiempo, subvertirla. En
efecto, el examen post-mortem efectuado par el presbitero del pueblo se
presenta como un acto cruento que, como 10 describe el narrador "fue apenas el
principio de la autopsia inclernente que el Padre Carmen Amador se vio
obligado a hacer por ausencia del doctor Dionisio IguardnL" (65; el subrayado es
Z9 Creo que el cornentario de Arnold Peiiuel acerca de la alusidn al mmbe de Dionisio Ingua* me permite reforzar el terrible pape1 simboliw que se le asigna al cura del pueblo. Pduel cornenta que el elemento dionisiaco representa el iado instintivo e inconsciente de la naturaleza humana
4s
mio). Este gesto carnavdesco del relato de la autopsia garcimarquecina que se
orienta a destruir por completo el cuerpo sin vida de Santiago Nasar por haber
violado el c6digo de honor, volcard la percepci6n tradicional que tenemos de la
misa catdlica entendida como el Agape simbbüco instituido por Cristo, en el que
el sacerdote realua el sacrificio incruento de ofrecer, bajo las especies de pan y
vino, al Eterno Padre el cuerpo y sangre de Cristo resuatado, para luego
cuestionar, mediante el exterminio del cuerpo de Santiago Nasar, la consabida
repulsi6n que la IgIesia siente por el cuerpo y sus instintos reflejada, sobre todo,
en el impetu semal que desvirtua el ideal del culto a la virginidad. Luego, esta
macabra subversion del rito de la misa en la autopsia que el cura Amador llama
"masacre consumada" (67) es, a mi juicio, el punto neurdlgico en el que se
resume el ataque velado pero rnordaz a los prinapios e hipoaesias de la
institution eclesiastica de los que procede el atitvico c6digo de honor y por el
cual se sacrifia injustamente a la victima propiciatoria3..
El vuelco del rito eucaristico en Cronica comienza a gestarse cuando nos
enteramos que se ha frustrado la visita del obispo y con ella la celebracidn de la
misa que el cura de ir6nico nombre "Amador" tenia prevista en el pueblo. Asi
--
as[ axm Ia hiente primaria de la vitaiidad humana. Y Made: "My chef amœm at t his point is the role the positive manifestations of the Dionysiac plays in the novel. Reflecting the novelist's meaning fmm their referents, the name of the town physiaan, Dionisio inguarih, as indicated above, serves to alert the reader to the importance of the novel's Dionysiac element. The positive aspects of this efements are frrrind subtle, but unmiskikeable juxtaposition to its negative fonris throughout the novel. (197)
30 Creo pertinente induir el atinado cornentario de Arnold M P&wl en relacih am la W a 6 n de la autopsia por parte del cura dei pueblo. Para P&uei, la intervenaon del cura en la practica necrol6gico representa m ataque directo y motdaz a io que el mûco Uama, y ato, "the Church's ideal of instinctual renunaation" O rnejor a h "the Church as a author of the doctrine of instinctual renunciation" (192). La autopsia simboliza, pues, la negaaoii de cualquier manifestaa6n de los inçtintos sexuaies (de ahi el culto a la virginidad) y por ende de la vida y en conçecuencia adquiere m actihtd nefasta que Peiiuel llama the "Church's hostility toward the body, and its cuit of death." (195)
10 constata el testimonio de Cristo Bedoya cuando &te, indagando
afanosarnente el parader0 de Santiago Nasar, le pregunta al cura si habia visto a
su amigo. He aqui el fragmento de ese pasaje:
En la plaza se encontrd [Cristo Bedoya] con el padre Amador que regresaba a la iglesia con los ornamentos de la misa frustrada, pero no le parecib que pudiera hacer por Santiago Nasar nada distinto de salvarle el alma (94; el subrayado es rnio).
Esta ata, si obsewamos bien, no s61o muestra que la misa no se lieva a
cabo sino que tambien nos revela la ausencia del obispo, aqui interpretada &ta
como la traici6n de la Iglesia a la misi6n cristiana de predicar el amor justo
cuando el pueblo se prepara a celebar la boda de la pareja y a cornpartir e l
banquete comunal. El obispo no se une a la celebraaon N se alimenta del
cuerpo eucaristico en una relation convivial, sino que traiaona, est0 es,
apmeba simb6lica y tacitamente el sacrificio de la victima, provocando asi una
ruptura entre la Iglesia y la cornunidad. Cito a continuacion un fragmento del
texto en el que se aprecia el consentimiento del obispo refonado por el alboroto
de los gallos. Estos evocan, por un lado, la traici6n de Pedro, üder de los
discipulos y primer papa de la Iglesia; y por el otro, la resurrecaon de Cristo. Asf
nos menta el narrador:
Fue una ilusion fugaz: el obispo empezo a hacer la seilal de la cniz en el aire frente a la muchedumbre del muelie, y después sigui6 haciendola de - mernoria, sin malicia ni inspiraci&n, hasta que el buque se perdio de vista y s6lo qued6 el alboroto de los galios JI (20; el subrayado es rnio).
Graciela Maturo, al desaibrir la imagen de la victima sacrifical en El c a m l no h'ene quim 1 e escriba escrita tambi6n porGmCa Marquez, explica la presenaa de ui g d o ai el relato aano 1 a expiaa6n de los pecadoç y al hombre muerto que debe renacer. Y Made "Ei gallo es pues esa semilla de salvaaon, esa encarnaab de vida nueva --el Cristo rcsucitad- cpe dard finalmente sen tido a la vida del personaje contra toàa soliàtaà6n del d e n superfiaal" (1 10)
El juicio erroneo de Cristo i3edoya de p e n w que el Padre Amador no
podia hacer nada por Santiago sino destruir su cuerpo (94) presagia el rito
subvertido, es decir, la autopsia que el cura del pueblo estard obügado a reaüzar.
En efedo, el Padre Amador quien por ordenes del alcalde del puebb, realiza e l
examen necr6ptico en el cuerpo sin vida de Santiago Nasar, nos confiesa su
complicidad en la misa/autopsia: "Fue como si hubiéramos vuelto a matarlo
después de muerto" (65; notese en el nibrayado el catacter colectivo de la
expresion). Esta terrible confesion vuelca la hncidn que el representante de la
Iglesia, por su aprendida renunciacion a los instintos, curnple en su cornunidad
al asumir el pape1 de verdugo encargado de exterminar sea a quien sea antes
que perrnitir la transgresicSn al culto a la virginidad. Esto no parece tan
exagerado si leemos lo que el narrador nos cuenta sobre el estado del cuerpo de
0 la victima después de la autopsia practicada por el padre Amador. He aqui el
fragment0 de ese pasaje:
Nos devolvieron un cuerpo distinto. La mitad del cr;lneo habfa sido destrozada con la trepanaaon, y el rostro de gakn que la muerte habia consemado acabo de perder su identidad (68).
Sin embargo y a pesar del aniquilamiento Hsico de Santiago, la presencia
del inmolado se hace manifiesta en la autopsia realizada por el cura como se
hace por continu0 en el acto eucarlstico de la misa en el moment0 en que se
evoca el nombre de Crïsto. Este acto que repite el pacto de Cristo con sus
disclpulos funciona, siguiendo a Ricoeur, "as marked by absence as by presence.
"This is my body"; 'This is my blood of the covenant" -indications of
presence. "Truly, 1 say to you, 1 shall not dnnk again of the fruit of the vine
until the day when 1 drink it new in the Kingdom of G d " -absencew
(Figuring 194). Luego, la iteraaon del sacrifiao de Santiago en manos del padre
Amador evocar4, de al+ modo, el recuerdo de su muerte trdgica. De esta
suerte, el paralelo que establezco entre Santiago y la figura de Cristo como
victima propiciatoria se extiende hasta el limite de deificar al personaje, es
de&, de evocar los rituales de sacrificios y las escenas de la muerte de un dios.
Esto se realiza, en este caso, mediante la subversion de la misa que es el
memorial de la muerte y resurrecci6n de Cristo y su reemplazo por la autopsia
que es el memorial de la muerte de Santiago en manos de una Iglesia opresora
que se obstina en renunciar a los iwtintos, y la resurreccion como el
nacimiento de u n hombre nuevo, consciente de la necesidad de operar un
cambio y cenovacion en los valores y costumbres de la cornunidad.
Para reforzar a a mas el proceso de deificaci6n que Garda Marquez
realiza en el personaje, la autopsia que "hie una masacre -nos cuenta el
narrador- consumada en el local de la escuela publica con la ayuda del
boticario que tom6 las notas, y un estudiante de primer aiio de medicina que
estaba aqui de vacaciones" (67) alude a una anaiogia del sacrifia0 de Santiago
en manos de los gemelos Vicario con el de Jesus en la m. 'Tenfa una
punzada profunda en la palma de la mano derecha. El informe dice: "Pareda
un estigma del Cruàficado" " (68; el subrayado es mio).
Sin embargo, me sorprende ver que todo este acto grotescoJ* de la
autopsia implica UM segunda subversion que, a p a r de la total exthcion de la
32 Empleo el témino grotesio cano Io entiende Bajtin, s decir, anm UM exageracion premedi tada, UM iwxmstnrcâdn desfigurada de la naturaleza, UM ut\i6n de objet- imposibles en principio tanto en la naturaleza aimo en nuestta experienaa cotidiana, am una gran insistencia en el aspect0 material, perceptible de la forma asi aeada para asi dar mefecto &CO osatirizar l a politica O la filosofia. (Culhrra popular, introd)-
persona de Santiago Nasar, evoca de nuevo la presenaa de la vfctima. Esta
segunda subversion queda representada en el suntuoso Agape con que Maria
Alejandrina Cewantes honra la memoria de su amado Santiago Nasar en su
"casa de misericordias" (43)a Lr&nicamente, la mujer es una prostituta,
antitesis de la virgen. Este Agape Io interpreto como verdaderas exequias que
evocan de nuevo el sacrifido, esta vez, incruento del rito eucarbtico. Luego,
estas fastuosas pompas hinebres, a mi parecer, son una contestacida a la
violencia ocasionada por la Iglesia opresiva y encarnada por el cura que pracüc6
la necropsia. Son ademas una propuesta a un mejor tipo de vida representada
por la abundancia de alimentos y cornidas que es 10 que en realidad Jesiis,
mediante su sacrificio, habia prometido: «Yo he venido para que tengan vida y
la tengan en abundanda» (Juan 10, 10). Sigamos junto con el narrador la
description de este gran banquete. (Notese la alusion que hace al apocaifptico
nombre de Babilonia):
Encontré a Maria Alejandra Cervantes despierta como siempre al amanecer, y desnuda por completo como siempre que no habla extrafios en la casa. Estaba sentada a la turca sobre la cama de reina frente a un platon babilonico de cosas de corner: costillas de ternera, una gallina hervida, lomo de cerdo, y una guarnicion de platanos y legumbres que hubieran alcanzado para cinco. Corner sin medida hie siempre su unico
33 El nombre del burdel "la casa de las misericordias" me atreveria a sugenr que también representa una subversi6n de la idea que tene- de la Iglesia, supuesta casa de Dios, en la que se deberfan perdonar los pecados y miserias de sas feligreses. La descripci6n qtœ hace el narrador de eçe prostibulo y de la sibarita tpe 10 dirige es totalmente antagonica al poçtulado de 1 a renunaacion a los instintos adoptado pcx al Iglesia. Sigamos de cerca esta desuipaon del narrador:
Maria Aiejandrina Cewantes, [..] fue la mrrja m i s elegante y la mb tiema cpe conod jamds, y fa m& servicial en la cama, pero tambidn la m6s severa. Habfa mado Y aeado qui, y aqui vida, en u m casa de ~uertas abiertas am varios cuartos de alqdler y ui enome patio de baile [J Fue ella quien amas5 am la viranidad de mi veneraa6n- (60; el subrayado es mio)
modo de Ilorar, y nunca la habia visto hacerlo con semejante pesadumbre (69; el subrayado es mlo).
El ultimo gesto de solemnidad a todo este ritual eucarlstico culmina con
el comentario del narrador quien, acongojado por la terrible desgracia de s u
entraiable amigo, reflexiona acerca del sentido escatol6gico que tuvo la muerte
de Santiago Nasar. Sin embargo, esta ceflexion parece mas bien un reproche a la
Iglesia que, no contenta del asesinato de la viaima, se siente obiigada a
destrozar el cuerpo y dispersar sus fragmentos hasta que no queden rastros de la
victima. Es qui26 por eso que desde el interior de la novela Garda Mbquez
busca rescatar esa presencia y elevarla a la de arquetipo: la de victima sacrificada
por los pecados de la cornunidad. He aqui el comentario del narrador:
Me acostd a su lado, vestido, sin hablar apenas, y llorando yo también a mi modo. Pensaba en la feroadad del destin0 de Santiago Nasar, que le habia cobrado 20 afios de dicha no s61o con la muerte, sino adem& con el descuartizarniento del cuerpo, y con su dispersi6n y exterminio (69).
Antes de acabar con la descripcih de la estnichira narrativa de este texto,
hablaré del cambio y variedad empleados por Garda Mdrquez para lograr que,
como Lucas en sus relatos, y sin menoscabar el significado protundo que
encierran las escasas 200 pdguias de su novela, C r h i c a sea placeniera para el
lector. En efecto, la exitosa aparici6n de Cr6nic.u de una muerte anunciuda en
1981 no parece obedecer a la riqueza simbolica de su contenido sino, mas bien, a
su fachada de novela popular acompaiïada de una tremenda campafis
publicitaria que logra alcanzar un impact0 cornercial desde el primer dia de su
publication. Al respect0 Juan Ceberio dedara en un articulo aparecido en un
Crbnica de urza muerte an zinciada ya es, al margen de sus valores iiterarios, el acontecimiento editorial mas importante del mundo de habla castellana. El pasado lunes salh a la venta simultihteamente en Bogota, Buenos Aires y Madrid un mill6n y medio de ejemplares, cifra que incluso parece inusual en el mercado norteamericano (l%l, 29).
De hecho, la primera impresion que causa el tipo de discurso y el estilo
narrativo de Cr6nica desata entre la dtica una poldmica en tom0 a la caüdad
literaria de la obra. Algunos crfticos colombianos, se* Io reporta Cristina de la
Torre, llegaron incluso a afirmar que:
Ya se ha dicho en la prensa, en la radio y en la television que el libro es una cr6nica periodistica, que no tiene nada de artlstico y que, por 10 tanto, no puede considerdrsele una obra literaria. Otros han dicho al contrario que si se trata de una obra Literaria (39)M.
Garcia Marquez, por su parte, dedar6 en una entrevista sos te~da con
Jesus Ceberio que, a pesar de 10 que piense la crftica, Crbnica de iinu rnuerte
atzirtzciada es su mejor novela, pues en ella lova mantener el control absoluto
de todos sus elementos, y aiiade:
Probablemente por el tema y por la extension. Es un tema muy riguroso, estnidurado, casi como una novela polidaca, y un iibro muy corto. Estoy satisfecho del resultado. Yo aeo que mi mejor novela anterior era El coronel no tiene quierr le escriba, no Cien afios de soledad,
J4 En m articula aparecido a> um de los periodicos de Bogotd, Nestor Madrid-Ma10 elogia el talento artistico del esaitor dombiano y el éxito alcanzado pot su nueva novela. Sui embargo, cornenta que "no hay duda que esta Crhica de una muerte anunciada que acaba de publicar Gabriel Garcia Marquez en La Oveja Negra, es m a obra valida, aunque mena denbu, dei am@nto narrativo" (12).
y est0 10 he dicho muchas veces. Ahora creo que mi mejor es &ta [Crhica de m a muerte anunciada ] (Ceberio 29).
Yo le concedo la raz6n, pues, anaüzando el contenido de la obra, me
percato que tanto la dimension histdrica como m i c a se hallan ocultas tras una
especie de trompe-1 'œil novelesco muy bien estrudurado que no contradice el
sentido prolundo que enaerra la novela. En efecto, el relato de Crbnica se
presenta ante el lector como un tipo de novela poliaaca que, por poseer
alusiones miticas y reiigiosas casi obvias a Io largo de todo el relato, se resiste a
ser integrada en un mode10 de signilicacidn primordialmente literals?
Ahora bien, descubro que la eleca6n de una fachada novelesca en
C r h i c a no es gratuits, sobre todo si se la considera novela polidaca, f6rmula
m ejemplar de la busqueda de la eliminaci6n del pharmakos. En efecto, Northrop
Frye en su Anatomie de In critique explica que desde la aparici6n de Sherlock
Holmes, la novela policiaca surge como la afirmaci6n mas neta de las
tendencias de la m im es is inferior, por una atenci6n a los minimos detalles, 10
que reviste a los hechos mas menudos de la existenaa cotidiana de una
signficiacion a la vez misteriosa y fatal. De esta suerte, cuando rnds avanzamos
en la lectura de la novela, vemos dibujarse las formas de un tipo de drama
35 O t a de las caracteristicas que penniten considerar el paralelo de Crhica de una muerte an u nciada cm la "novela popular" es el hecho de que el relato del Libro haya sido adap tado faidmente para un guiori de cine. De esta suerte, la pelicula am el mîsmo titulo en itaiiano Crmata di una morta annunciata aparece en 1987 bajo la direca6n de Francesca Rosi. También se presenta en [os Estados Unidos una adaptaah de la novela al teatro am el miscm b'tulo en ingiés Chronicle of a death foretold dirigida por Graciela Daniele (19%)- En el Libro lntrductim a 1 a paralittérature, Daniel Couég"aS explica que el campo paraliterario de donde deriva la "novela popular" es mais vasto de Io cp se cree y considera que "dans une première aproche, m pourra noter que le théâtre « parali ttêrairem (cornedie dell'art, mélodrame du XIXe siède, grand guignol, théâtre policier du XXe si&&), les oeuvres lyriques Iég&res (opérettes), la chanson populaire, le ciné d'aventure, de mvsteie, pornographique, la bande dessinée ont en airrrrui avec l a paralitterature romanesque la prédORVnance de l'action, le rieanus aux stéréotypes situatiormels, le souci de la «transparence» du langage et la polarisation idéologique." (24; el subrayado es ho) .
ritual, concentrado alrededor de un crimen. La eleca6n de un culpable entre u n
gmpo de sospechosos suscitard un vivo interes, ya que no resulta mds que de la
interpretacih posible de diversos indicios36 (64). Curiosamente, en el caso de
Crbnica, la designacion del dpab l e es realmente inevitable, 10 que nos sitiia,
como vimos en el primer capitula, frente a una ironfa trdgica en la que el
crimen imputado a Santiago esta tan ligado a 61 que ni siquiera a b e
preguntarse quien fue el verdadero culpable. Luego, la tragedia de Santiago nos
presenta un drama en el que se hace enfasis en el t r i d o de la virtud, en este
caso, en la aplicaci6n tiguroso del codigo de honor contra el vicio que encarna
la presunta trasgresihn del culto a la vuginidad.
El éxito publicitario de la novela de Garda Marquez corresponde,
entonces, a las intenciones que Frye llama las dos grandes formas artisticas del
a periodo irdnico: la publicidad y la propaganda. Tanto una como la otra, explica
el criticor se dirigen seriamente a un pubiico potenaalmente incuito. u n
public0 que ta1 vez no existe, pero que suponemos bastante ingenuo para creer
todo 10 que se le cuenta. Otros mas advertidos, a sabiendas de que lo propio de
la ironia es s u g e ~ otra cosa que Io que se dice, apreaa- este género de
ejercicio O intentardn descubrir un tipo de juego cargado de ironia (65) 37.
36 Charles Grivel, cniico Crantés espeaalizado en el estudio de la novela popular, comenta cpe 1 a dexripa6n de incrimen en una novela policiaca proviene de m decto de entusiasmo desbordante de la comunicaah romanesca lograda mediante la representaa6n y la hipecbolizaa6n. Grivel explica asi: 'Raconter le crime, exhiber le cadavre, dessiner Lénigme qu'ii impose et le pourchas (implacable, quoique vain) auquel il introduit, c'est ouvrier pour la axnmunicatim swale, çarrs
doute, mais c'est, pour awnnienar? émouvoir et exciter -provisoirement tant qu'an voudra! -les lecteurs. Nous scnnmeç conviés 1 la cène et regardons ensemble œ de quoi il s'agit: la mise à mort, 1 a mise mal, ainsi qrie tout spectacle délétère possible. Ceç spectateurs-1% n'ont pas la foi, mais l e regard! Ils ne considèrent pas le fi 1s de Dieu sur sa croix, mais la victime anonyme obligée sans transcendance au- mn semblable, mn frke, lui, moi, quelqu'un, elle." (33)
37 No rias extraiie entonae que Garda M&tpez haya dedarado a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza que detrds de suç obras se hallan siempre pdundos significados ocultos. Asi Io afirma Garcia Mbquez -"Si, apo que la novela es UM representaah &ada de Ia realidad , una espeae de adivinanza del mundo" (48)
Por otro lado, el reconocirniento en la Literatura de la relativa estabilidad
de un orden social dado se asocia estrechamente a la relativizaaon de los
elementos novelescos en relaaon con la ficci6n ir6nica. Asi, pues, vemos c6mo
Crbnica se ajusta al orden convenciond de la novela popular al presentarnos
los personajes como cualquiera de nosotros los podrfa ver: con su ropa de
diario, sus attitudes, su comportamiento en la vida cotidiana. De este modo, si
en el relato el narrador nos cuenta que "Santiago Nasar se puso un pantalon y
una carnisa de Lino blanco, arnbas piezas sin almidbn, iguales a las que se habia
puesto el dia anterior para la Ma" , (10) no serd faQl adivinar que estamos en
presenaa de un relato abierto a interpretaciones miticas y mucho menos que
Santiago Nasar se representa como un espectro que deambula entre seres vivos,
aunque el narrador nos cuente que uno de los personajes tiene esa impresion:
Clotilde Armenta, la dueiia del negocio, fue Ia primera que Io vio en el resplandor del alba, y tuvo la impresi6n de que estaba vestido de aluminio. "Ya pareda fantasma", me dijo (18; el subrayado es mio).
Sin embargo, me gustarfa poner en relieve uno de los recursos
novelescos empleados por Garda Marquez y, en un sentido, por su editor al
que, a pesar de hacer el libro mas atractivo y sugestivo para el publico, menos
atencion se le ha puesto en el analisis de C r h i c a y que, sin embargo, coadyuva
a reforzar la estructura narrativa, sobre todo, en 10 relativo a la segmentacion
editorial del libro y de soslayo a la dimension mRica encerrada en el relato. Se
tra ta del llamado peritexto editorial que Daniel Couégnas, critico francés,
define, citando a G6rard Genette, como toda zona del peritexto que se encuentra
bajo la responsabilidad directa y principal ( p ro no exdusiva) del editor. La
0 palabra zona indica que el rasgo caracteristico de este aspect0 del peritexto es
esencialmente espaad y material (31).
En efecto, el avasallador exit0 de Crbnica, considerado por les* Ceberio
como "el acontecimiento editorial mbs importante del mundo de habla
castellana" (B), se debe en gran parte a la distribucion masiva del iibro que no
s61o se venderia en librerias, sino en quioscos y supermercados. Sin embargo,
esto ha sido posible, explïca el mismo Ceberio, "por las especiales caracterLsticas
de esta novela, que tiene una gran cantidad de ingedientes que permiten
popularizarla mucho mas que las anteriores" (29; el subrayado es mio). Sin
lugar a dudas, la populandad de Crbnica obedece al empleo de recursos
editoriales que llaman, en seguida, nuestra atenabn. En primer lugar, las tres
primeras ediciones de Crbnica publicadas por Editorial Oueja negra se editaron
m como libro de bolsillo de aproximadamente 20 cm x 12 cm, de escasas 100
paginas y con una sugestiva portada üustrada a colores en la que aparece como
encabezado el nombre del autor Gabriel Garda Marquez y el sugestivo titulo de
la novela Crbnicn de unn muerte ntrunciada. Al revers0 del iibro, en la
contraportada aparece la fotograffa poiicromada del autor que, de este modo,
reafirma, por asi decirlo, su presencia ficticia dentro del texto JI.
El nombre del autor y el tftulo como ya expliqué en el primer capitulo no
son fortuitos pues juntos mantienen una relaci6n ltidica con el contenido de la
obra, sobre todo, en 10 que respecta al desdoblamiento del autor en narrador.
Debido al gran Wto alcanzado por Crhica , el übm se sigue pubiicando continuamente no solo en castellano sino en varias idiomas diferentes De la version castellana han aparmdo diferentes ediaones que presentan portadas diferentes. Sin embargo, la portada original es la editada por 1 a casa de edia6n "Owja Negra" y que empleo para este estudio.
Gabriel Garda M&quez Crbnica de una muerte anunclada
El titulo Crbnica de una muerte anzrnciada no solo se refiere al contenido
de la obra sino que hnciona dentro del universo diegético al que Garda
Marquez Io ha introducido, es decir, que el relato en tanto 'crdnica' se apega
formalmente a las reglas de la metodologia historiografica. Ademds, nos
proporciona, mediante la kase muerte anunciada, 10 que Couégnas llama,
citando a Genette, ia "terndtica" del libro. De esta suerte, el contenido del titulo
no s610 implica una intertextualidad interna reconocida fikihente por el lector
sino que tambih deja entrever el género al que pertenece la novela. Por esof
resulta que a Crbnica se le sitiie algunas veces dentro del genero novelesco por
10 que muchos criticos la clasifican como novela polidaca O detectivesca?
En cuanto a la portada ilustrada de Cronica, debo comenzar por explicar
que las ilustraaones que aparecen en los iibros populares tienen como funcion
esencial, fuera de toda consideracion estetica. la de atraer 10 mas posible la
atencion del lectoc. Couégnas aEirma que las caracteristicas de un buen
fabricante de portadas ilustradas de novelas populares son la "Lisibilidad", la
"precision" y el "dominio de estereotiposfW sobre todo, en la representacion de
personajes. Un buen disefiador de portadas, aiiade Couégnas, debe leer
atentamente la obra que debe iiustrar y seguir todas las indicaciones que le
proporciona el autor (46).
39 Couégnas, ai hablar de la referenaa del titulo am el contenido en la novela popular, se apoya en la ex pl icaa6n de Genette sobre la funci6n del tfiulo: «Les titres indiquant, de quelque manigre que ce soit, le «contenro, du texte seront dits, le plus simplement p d b l e , thématiques (cette simplicité ne va pas sans nu-, qw nxs retrouverons); les autres pourraient sans grand dommage être qualifiés de formels, et bien souvent de génériques, <R qu'ils çont plpscllles toujam en fait, surtout h l'âge dasique>. Finalement, Genette opte pcnu l'expression«titres rhémat iq uem (41
Este parece ser el caso en Crbnica, pues las tres primeras ediciones de la
Oveja Negra del Libro aparecen ilustradas con un diseiio elaborado por el pintor
colombiano Hernando Vergara en el que se describe el estereotipo de un
hombre postrado aparentemente asesinado cubierto con una dbana blanca
mandiada en el centro de sangre. Aunque ç610 se le ven las piernas, se nota que
viste un pantaMn de color azd, que lleva una bota en el pie derecho y esta
descalzo del pie izquierdo en el que reposa una mariposa de color amariilio.
(Ver ilustracion, supra) De esta suerte, esta imagen algo m6rbida encabezada
por el titulo del iibro Crbnica de una muerfe an uticiada y un fondo opaco logra,
condensando al mikirno el contenido de la novela, captar la atenaon del ledor.
Ademds, Io predispone psicol6gicamente a la que Couégnas llama la "temdtica"
del libro. Sin embargo, el talento artistico del disefiador no parece limitarse
m exclusivamente a reproducir el esteretipo de uno de los personajes de la novela
sino que, compenetrihdose en la dimension mitica del relato, retrata, de
manera ludica, a quien, a final de cuentas, resulta sec la verdadeta Vcctima del
relato de Crbnica de IIM muerte nnunciadn: Bayardo San RomAn40.
En efecto, Hernando Vergara logra, mediante la lectura de la novela y las
indicaciones del autor, captar la verdad de fondo que se oculta tras la muerte
tragica de Santiago Nasar al retratar Io que, a primera vista, suponemos que es
el cuerpo sin vida de Santiago Nasar. Sin embargo, si leemos atentamente el
texto y Io cornparamos con la imagen disefiada por Vergara, comprobaremos
que el cuerpo que el pintor sugiere en la portada es en realidad el de aquél que
habia devuelto a la esposa repudiada y que, por consens0 general, se considera
4m Doy el &dito de esta interpretaaon a mi amigo Janus P'zychodzen, dodor en Letras Francesas de la Universidad McGiIl.
58
la verdadera victima de la tragedia. Asf 10 a f i i a el narrador cuando dice que
"[plara la mayorfa s61o hubo una vfctima: Bayardo San Roman (74). A esta
altura del relato el crimen de Santiago se habfa consumado y con el alboroto,
nos cuenta el narrador, "nadie se habia acocdado de él [Bayardo San Roman]
hasta después del edipse de luna, el dbado siguiente" (74). M6s tarde, cuando el
alcalde acompaiiado de una patrulia Io encuentra en su casa, el narrador,
contando el terrible estado de ebriedad en que Bayardo San Roman se hallaba,
nos describe al personaje de ta1 modo que su figura evoca la imagen de la
portada. He aqui el primer fragment0 de la description:
Bayardo San Roman estaba inconsciente en la cama, todavfa como 10 habfa visto Pura Vicario en la madmgada del martes, con el pantalon de fantasia y la camisa de seda, pero sin los zapatos. [..] "Estaba en el ultimo gado de intodcacih etilica" (74-75; el subrayado es do).
Si cotejamos esta cita con la imagen de la portada veremos que concuerda
bastante con el tipo de pantalon color azul "fantasia'" que Uevaba Bayardo el
martes en la madmgada. También esta sin los zapatos, aunque en el dibujo solo
aparece descalzo del pie izquierdo. Ajustiindonos, entonces, a la descripci6n de
la indumentaria de los personajes tanto en el texto como en la ilustraci6n de la
portada notaremos que Santiago Nasar viste, se* el narrador, a 10 largo de
todo el relato "un pantalon y una camisa de lino blanco, arnbas piezas sin
ahidon" (10) Io que nos Ueva a deducir que no se trata de Santiago sino de
Bayardo San Roman.
41 Segun el diccionario de la RAE, la locuac5n adjetival "de fantasia" se refiere, en temùnas de moda, a Ias prendas de vestir y adornos cpe no sai de forma ogusto corriente- (951)
59
Pero los indiaos no se agotan en esa d a cita. El mirrador, prosiguiendo
con la desaipci6n de Bayardo, la otra victuna, nos cuenta el deplorable estado
fisico en que este seguia cuando sus parientes cercanos fueron a recogerlo ai
pueblo.
Cuando se alivi6 el sol, dos hombre del muniapio bajaron a Bayardo San Roman en una hamaca colgada de un palo, tapado hasta la cabeza con una manta y con el séquito de pla~deras. Magdalena Oliver crey6 que estaba muerto. - j C d h s de d é u ! - e x d m b , que desperdiao! Estaba otra vez postrado por el alcohol, p r o costaba trabaio creer que 10 iievaran vivo, porque el brazo derecho le iba arrastrando por el sue10 [..] Eso fue 10 cltirno que nos qued6 de 61: un recuerdo de vfctima (76; subrayado es do).
Si revisamos de nuevo la ilustracion de la portada, corroboraremos que
a el cuerpo también aparece "tapado hasta ta c a b con una manta" (76) O sdbana
y que, al igual que Magdalena Oliver, podriamos aeer que Bayardo San Roman
"estaba muerto" (76). Ahora bien, esta revelacï6n se abre a una interpretacibn
todavia m6s profunda cuando vemos que en la imagen hay aiin dos elementos
que hacen que el disefio de Vergara se compenetre miis en la dimension mitica
del relato. En efedo, uno de los elementos mas enigmiiticos de la ilustracï6n de
la portada es, sin duda, la mancha de sangre que aparece en la sdbana que cubre
el cuerpo "postrado por el alcohol" (76) del presunto Bayardo San Romiin.
Luego, si convenimos en que se trata del cuerpo de Bayardo que no est&
muerto, podemos suponer que la sangre en la sabana no es de é1 pero tampoco
de Santiago Nasar. Esto me sugiere, entonces, que se trata de la representacidn
simb6lica de la sangre no vertida por Angela que habria probado su virginidad
y la inocencia de Santiago Nasar. La mancha simbblica en la sdbana seiiala pues
a como victimas no 40 a Santiago y a Angela sino, sobre todo, a Bayardo San
Roman por someterse voluntariamente a las costumbres atdvicas del pueblo.
Efedivarnente, la ilustraa6n de Vergara retrata a Bayardo San Roman
como victima de la obsewancia ai a l t o a la virginidad. Bayardo es, como
afirma el narrador, el unico que 10 pierde todo por sujetar su vida al
cumplimiento estricto del decadente codigo de honor. Creo que vale la pena
citar el p h a f o completo en el que el narrador asigna a Bayardo San Rombi el
papel que, junto con Los demds protagonistas, le toca jugar en la tragedia
garcimarquecina:
Para la b e n s a mayoria s61o hubo una victima: Bavardo San Roman. Suponian que los otros protagonistas de la tragedia habian cumplido con dignidad, y hasta con cierta grandeza, la parte de favor que la vida les tenia sefialada. Santiago Nasar habla expiado la injuria, los hermanos Vicario habian probado su condiaon de hombres, y la hermana burlada estaba otra vez en posecion de su honor. El unico que Io habia perdido todo era Bayardo San Roman. "El pobre Bayardo", como se le record6 durante aiios" (74; subrayado es mio).
El segundo y ulümo elemento enigmdtico de la ilustraci6n que,
yuxtapuesto a la victima del honor, simboliza a Santiago Nasar, es la mariposa
de alas amarillas que reposa al lado del pie descalzo de Bayardo San Roman. De
esta curiosa mariposa se habla una sola vez en el texto; el narrador la menciona
cuando Angela Vicario, sometida al tremendo interrogatorio de su hermano
Pedro, se ve obligada a revelar el nombre del que la desWg6. He aquI el
fragment0 de ese pasaje:
Ella se demord apenas el tiempo necesario para dech el nombre. Lo busc6 en las tinieblas, 10 encontr6 a primera vista entre los tantos y
tantos nombres conhndibles de este mundo v el otro, y Io dejo davado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrfo cuva sentencia estaba escrita desde siempre.
-Santiago Nasar-dijo (45; subrayado es mio).
Este icono en la ilustracion de la portada representa entonces a Santiago
Nasar, ya no como vfctima propiciatoria, pues la mariposa amarilla sigrufica
resurreccih, se@ el dicaonario de simbolos de Chevalietc2, sino como el
hombre nuevo que, yuxtapuesto a la victima dei honor, es dech a Bayardo San
Roman, cumple su misian con dignidad. Esto es, su misi6n de actoc social cuyo
sacrificio, aunque invoiuntario, propicia un cambio social en su entorno. Este
cambio se manifiesta en Bayardo San Roman 25 &OS después cuando,
renunciando al pape1 de vlctima, se reconcilia con su esposa Angela Vicario.
a Antes de conduir este capitulo, creo pertinente seiialar una ultima
caracteristica peritextual llamada segmentaci6n editorial que consiste en
determinar la division del reiato dentro del texto. Esta division no es arbitraria
y se sujeta seguido al acuerdo mutuo del autor y el editor. Garda Marquez en su
Crbnica, propone una segmentaci6n editorial de cinco capitulas en los que,
como ya mencioné antes, se repite el modelo sinoptico de los evangelios, es
decir, que cada capitulo es una variacion de la misma historia, todo esto con la
intencidn de refonar la autenticidad del relato, haciendo reiterativo el anuncio
anticipado de la muerte de Santiago. De esta suerte, las deciaraciones recabadas
42 Creo qw vale la pena induir la descripci6n completa del iaxm (FP aparece en el dicaonario de simbolos de Chevalier, pues se apega de maraviiia a la interpretacion que hago de la mariposa representada en la portada de Cronica, &le todo, en Io relativo a la transicion de la muerte a 1 a vidaque sufre el persmaje. He aqui el fragrnento:
Le symbolisme du papillon est fondé sur ses metamorphoses: la chrysalide est l'oeuf qui contient la potentialite de l'être; le papülon qui ei sart est in s_vmbok de résurrection. C'est encoreI si l'on préreieC la sortie du tmbeay. (356; el subrayado es do)
a por el narrador en un capftulo coincidùdn con las que aparecen mas adelante
en otro de los capituios, dando asi le al testimonio de cada uno de los
protagonistas del drama. Cito a continuacion a maners de sinopsis tan 6 1 0 dos
ejemplos en los que se corroborzi el propdsito del autor.
En el primer capfhilo, cuando el narrador, iniàando el relato del dia en
que iban a matar a la victima, hace alusi6n al suefio premonitorio de Santiago
que su madre no supo interpretar. En el quinto, el narracior vuelve a referir ese
rnismo sueiio al dar Plhada Linero su propio testimonio de los hechos. He aqui
esas dos citas:
[Santiago Nasar] Habfa sofiado aue atravesaba un bosque de higuerones donde caia una liovizna tierna, y por ui
a instante hie feüz en el suet'$ +ro al despertar se sinti6 por completo salpicado de cagada * de pai'aros. "Siempre sofiaba con &boles", me dijo Pl Acida Linero, su madre, evocando 27 afios despues los pormenores de aquel lunes ingrato. [..] Tenla UM reputaci611 muy bien ganada de uit de suefios ajenos, pero --F- no a viertid rWigCui au-0 aciago en esos dos suenos de su hqo, ni en los otros suefios con drboles que él le habia conta= las mananas que precedieron ni muerte (9; el subrayado es &O).
Placida Linero habfa cerrado esa puerta en el i51timo instante, pero se h i a tiempo de la culpa. "La cerrt! poque Divina Fior me jur6 que habia visto entrar a mi hijo -me cont6-, y no era ~erto. Por el contrario, nmca se uerdon6 el haber confundido el a u m o &gnifico de los ilrboles con el infausto de los pdjaros, y sucumbi6 a la pemiciosa coshunbre de su tiempo de masticar semillas de cardamina (85-86; el subrayado es mfo).
En el capftulo tercero de la novela, cuando el narrador menciona,
tomando el testimonio de los hermanos Vicario, el deslumbramiento de
Hortensia Baute al ver pasar a los gemelos con los cuchillos en las manos,
vuelve a hablar de ese aluanaci6n en el capftulo quinto. Asi Io refiere el
narrador:
La noticia estaba entonces tan bien Hortensia Baute, cuya Wca participaci6n repartida, que Hortensia Baute abri6 La hie haber visto - e n s a n h t a d ~ ~ dos puerta justo cuando ellos pasaban cuchillos que todavfa no Io estaban, se fiente a su casa, y fue la primera que sinti6 tan afectada por la alucinaci6n que Nor6 por Santiago Nasar. "Pensé que ya cay6 en una aisis de penitencïa y m &a no 10 habfan matado - m e dij*, pocque udo soportario m& y se ech6 desnuda a vi los cuchillos con la iuz del poste y me
I,
E l s calles (8566; el subrayado es do). pareci6 que iban chorremdo sngre (57; el subrayado es do).
III. La pasion de Santiago Nasar se@ Gabriel Garda Maquez
En este ultimo capftulo, comenzaré por expiicar la trama que articula los
reiatos de los cuatro evangelios y que permite que la narracion de la pasion y
muerte de Cristo O kerigma se uoüce como lugar corniin O topos en la literatura
universal. Luego, trazaré brevemente una analogia entre la pasion de Cristo y la
pasion de Santiago Nasar en Crbnica. La comparacion entre estas dos tramas no
s61o corroborara el pape1 de Santiago como victima expiatoria, sino que
también pondra en evidencia la peripecia de la traici6n y apuntard al ataque
tacito pero virulent0 contra la Iglesia. El concept0 de trama lo entiendo como el
enlace interno que relaciona a los personajes, a sus motivadones y actuaciones;
a las relaciones entre ellos, y a sus confüctos. La trama impfica, pues, una
relacih causal entre los acontecimientos vimiales, aunque también
a contingentes, por ser hist6ricos y por basarse en hechos de la vida real4J.
El tedogo espaiiol Rafael Monasterio Aguirre expüca en su estudio acerca
de los evangelios sinbpticos que, de entre las narrativas traciicionales sobre la
vida de Jesus se destaca, ante todo, la pasion, que es un relato muy antiguo, de
carActer unitario y que quUa fue 10 primer0 que se pus0 por esmito. Por tratarse
de una narracion continua y unitana, afiade Monasterio Aguirre, la pasion
posee una trama que es similar en los evangelios sin6pticos y que involucra u n
numero b&ico de personajes (Jesus, los disdpulos, los fariseos, y autoridades
43 b e l dicaonario de retorica se explica adem6s que la trama çe separa de la fAbula sobre todo por las distoriciones temporales a m las cp el autor dispone los hechos: algunos epiçodios, por ejemplo, pueden ser antiapados, (prolepsis narrativa), otros propuest06 O antados wolviendo para atrds» (analepsis oflash bac k) La trama deforna artjsticarnente el men, reflejo del orden naturai de los hechos, mezdando, por asi d e d o , de manera mds O niaios atrevida, tanto las secuenaas de la historia (acontecïmientos, peison4es, etc) a ~ m o las instanaas del narradot (punto de vista, voz, etc). (Marchese 410)
judias, Pilatos, la multitud). La trama presupone un inicio (el ministerïo de
Jesiis en Galiiea), un desamollo (el eco popular que suscita, incomprensiones,
hostilidad aeciente por parte de las autondades, agudizacion del conflicto,
probdizaci6n en la ensefiama, decision de ir a Jerusalén, viaje y
confrontacion en la audad), y un deseniace (el confiicto desemboca en la pasi6n
y muerte de Jesus en la auz, a las que sigue de su resurreccih). Esta trama capta
el interés del lector, que se encuentra ante conexiones contingentes, ante
sorpresas y ante personajes que le amen O le provocan rechazo (43).
La idea de que se repita esta misma trama en los diferentes evangelios,
explica Monasterio Agukre, obedece al deseo de provocar en el ledor -aunque
ya conozca el desenlace- la experiencia del interés O del rechazo respect0 a los
personajes. Adernas, favorece la labor proselitista de cada uno de los cronistas.
a Esto concuerda, de algtin modo, con la segmentacion editoral de Cr6nica.
dividida en cinco capihilos, en la que, siguiendo la l e m a , se cuenta la misma
historia del asesinato en cinco versiones diferentes.
Por otro lado, la trama de la pasion que, a diferencia del resto de las
narraciones induidas en la kadicion evangélica, tiene un cadcter
eminentemente narrative se presta favorablemente a la adaptacion como
t6pico "cristiano" en los textoç literarios. En efecto, en la pasion se hallan
relacionados, desde el comienzo, el proposito de las autoridades judias de
eliminar a Jesus, la traicion de uno de sus seguidores, el abandono de los
disapulos, las actitudes de los sacerdotes y del prefecto romano, las oscilaciones
de la multitud judfa. las burlas de los soldados y la muerte en la w. La trama
capta asi el interés del lector.
Este esquema narrative se ajusta sin mucha dificultad a la trama
garcirnarquecina en la que tambikn se enlazan los siguientes elementos: el
deseo renuente de los Vicario de eliminar a Santiago Nasar por violar el codigo
de honor, la traicibn no s61o de Angela al denunciarlo sino de todos los
protagonistas -c6mplices- que pudieron de algiin modo evitar el asesinato, el
abandono y cadiaza de la gente del pueblo, la actihid desinteresada de las
autoridades locales de la cornunidad, la partiapaci6n de la chusma en el
sangriento espectiiculo y el asesinato en si de Santiago Nasar.
Asimismo, a e o que vale la pena mencionar el interés teolbgico que
encierra la narracion de Jesiis cuya trama desemboca prerisamente en la cruz,
pues la descripaon narrativa de la cruafiui6n es, para los creyentes de hoy en
dia, un testimonio sobre la presenaa actual del Sefior Resucitado. De esta
suerte, el cardcter de mernorial que tiene el relato biblico es de& el de una
narracion que hace presente el pasado tiene mucha importancia para la
analogia que intento establecer con el relato de Crbnicn. Esto ocurre cuando el
narrador se propone contarnos, en el presente de la novela, el recuerdo de las
uttimas horas antes del asesinato de Santiago Nasar. En los evangelios, explica
Monasterio Aguirre, habla el Sefior resuatado hoy a la cornunidad, pero a
traves de la vida y de las palabras del Jesus del pasado, que acabo en la cruz. La
luz de la Pascua ilumina todo el relato evangélico, pero s61o el camino que
desemboca en la cruz -la narracion de la pasibn de Jesiis- permite llegar a la
Pascua y comprender al Resudtado (45).
Se logra, pues, una compenetraci6n entre el pasado de Jesiis y el presente
del Sefior cesucitado y, por eso, el discurso evangelico pretende producir la
a presencia de Io narrado en el hoy de la narracion. En Cr&rica, como ya sabernos,
se intenta también traer del pasado al presente un hecho ocurrido 30 ailos aMs.
En el curso del relato, hay un empeiio constante por rescatar de la memotia las
tradiciones y costumbres del pueblo, &tas se traducen en la observancia a la
decadente doctrina de la Iglesia respect0 al culto a la virginidad. Todo el10
desernboca en el asesinato de Santiago Nasar que, puesto en relieve dentro del
relato, se hace relevante en el presente narrativo. En el relato de Crhica,
entonces, se constatan dos preocupaciones sirnultaneas: una, evocar la tragedia
pasada de Santiago Nasar; otra, actuaüzar para el presente el estado de cosas en
el que se hallaba el pueblo. El signi6icado actual de ese hecho de sangre revestird
un gran inter&, pues la muerte de Santiago del pasado, propiaardi el
reencuentro - e l renacer- feüz de la pareja en el presente de la novela.
Antes de comenzar a trazar el esquema de la pasion de Santiago Nasar,
0 creo necesario sefialar la similitud que existe entre las cuatro versiones de los
cuatro evangelios y la celacion literaria que existe entre eiios. En la lglesia
primitiva, explica Monasterio Ayirre, se reescribfan las natraciones de jesds,
pero no eran simples copias, sino reelaboraciones fieles y actualizadas de su
propios testirnonio. Los textos y tradiciones se influian reciprocamente y es
probable, piensa el tedogo, que tanto Mateo como Lucas trabajaran sobre el
texto de Marcos y Io volvieran a esaibir, con nuevas aportaciones, en funcion
de las necesidades de sus cornunidades (51).
Obviamente, el paralelo que establezco del relato de Crbnica con los
evangelios no persigue de ninguna manera demostrar que la novela de Garda
Marquez es una nueva version del evangelio. En mi opinion, la novela se
ajusta a la trama mds antigua del evangelio, aquéUa de Marcos que siMd de
base para las de& versiones que conocemos del Nuevo Testamento. Aunque
Crbnica, como 10 menciono antes, se ajusta al m6todo hist6riogrzlfico llamado
autopsia empleado por Lucas, se inspira en la antigua version del evangelio de
Marcos, en ultima iristancia.
En la trama de Crbnica, siguiendo el plano narrativo de Marcos, la
peripecia mas destacada es la traici6n a Santiago Nasar orientada hacia la
exterminacion de su persona. Esta haici6n se traduce a su vez en la negacion, el
abandono y la parsirnonia de los miembros de la cornunidad tespecto a la
tragedia que vive el personaje. Marcos coloca a Judas como traidor de Cristo,
pero también como herramienta imprescindible para que &te cumpla con la
mision a la que se siente encornendado. E n Crcinica, este papel de traidor 10
asumen, sobre todo, dos protagonistas: Victoria Guzmiin y Angela Vicario.
Victoria Guzman, cochera de la casa y antigua amante del padre de
Santiago Nasar, hace el papel de traidora pues busca desahogar la vieja y amarga
fmstracion, segim cuenta el narrador, de haber sido seduada por el padre de
Santiago "en la p l e ~ t u d de la adolescencia y relegada mas tarde a seMr en su
casa cuando se le acab6 el afecto" (14). Por eso cuando Santiago que, como su
padre, no pone ken0 a su apetito semal y trata de propssarse con Divuia Flor, la
hija de Victotia Guzmbn, esta ultirna reacaona violentamente. Asi nos 10
cuenta el narrador. N6tese la aiusion al arma blanca con que la victima sera
asesinada:
Santiago Nasar la agarr6 por la muîieca cuando ella iba a recibùle el t a z h vacfo. -Ya estas en tiernpo de desbravar -le d ijo. Victoria Guzmh le mostr6 el cuchillo ensangrentado. -Sueltala, blanco -le orden6 en seri*. De esa agua no beberds mientras yo esté viva (14; el subrayado es do).
La reaca6n iracunda de Victoria en esta escena me llama particdamente
la atenaon, pues, de algiin modo, nos anticipa d e d e el primer capftdo de la
novela no s61o el motivo de la muerte de Santiago Nasar en tanto violador del
culto a la virginidad, sino el precio que debe pagar por su infracah. De esta
suerte, Victoria Guzmdn 10 traiciona pues, corno nos cuenta el narrador, "tenia
tantas rabias ahasadas la maiiana del crimen" (14) que no le previno
intencionadamente de la amenaza de muerte anunaada por Los Vicario. Asi
nos Io informa el narrador.
Victoria Guzmdn, por su parte, fue terminante en la respuesta de que ni ella ni su hija sabfan que a Santiago Nasar 10 estaban esperando para matarlo. Pero en el curso de sus aiios admiti6 que ambas 10 sabfan cuando 61 entr6 en la cocha a tomar caf& Se 10 habia dicho una mujer que pas6 despues de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y les revel6 ademiis los motivos y el lugar donde lo estaban esperando. [..] No obstante, Divina Hor me codes6 una visita posterior, cuando ya s u madre habfa muerto, que esta no le habia dicho nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma querla que Io mataran (16).
Sin embargo, el pape1 principal de traidor 10 encarna Angela Vicario
quien sentencia a muerte a Santiago Nasar por haberla despojado de su
virginidad. Pero, a mi juiao, la traici6n de Angela, quien a 10 largo de todo el
relato no revela ninguna animosidad en contra de la victima, responde mas
bien a un rechazo inconsciente al autoritarisrno en el que, como veremos mds
adelante, sus padres la habian sumido. En efecto, si analizamos la acusacidn de
Angela que suponemos que es aerta pues induso '23 ailos despues del drama"
(78) ella no se retracta ante el narrador de haber denunaado a Santiago Nasar,
0 podemos advertir que detrds del silencio que observa Angela hasta el moment0
de la denunàa, se esconde el desarroilo de una actitud que la Ueva a cuestionar
la observancia al culto a la visginidad. Esto es soprendente, daro esta,
tratdndose, sobre todo, de una chica educada bajo las severas reglas de esa
doctrina decadente. He aqul un fragment0 en el que el narrador, ademds de
revelarnos la renuencia a la prdctica del d t o a la Mrginidad entre la gente del
pueblo, busca hfructuosamente desmentir a Angela y redunir a Santiago del
crimen que se le imputa:
La version mds comente, ta1 vez por ser la mas perversa. era que Angela Vicario estaba - protegiendo a a la ien a quien de veras arnaba, y habia escogido el nombre de Santiago Nasar porque nunca pens6 que sus hermanos se atreverlan contra 61. Yo mismo traté de arrancarle esta verdad cuando la visité por segunda vez con todos mis argumentos en orden, pero ella apenas si levant6 la vista del bordado para rebatirlos.
-Ya no le des mds vueltas, primo -me d i j w . Fue 61 (79; el subrayado es mio).
Luego, la denunaa de Angela, como la traicion de Judas, es un mal
necesario, por asi deculo. A pesar de sefialar la "hora" de la pasion que " vie ne "
para Santiago Nasar, propiciara en ella, por un lado, una toma de conaencia
con respecto a la autoridad de sus padres; y por otro, un cambio substancial que,
de al@n modo, redimir6 su imagen de traidora.
Esta concienciaci6n de Angela obedece a una repentina revelaa6n que
experimenta respecto a la personalidad de su madre que la hace renacer
subitamente y que, a la larga, la Ueva a creane nuevos valores. Esta revelacion
ocurre cuando Angela desabre la trivialidad de su madre reflejada en la
vanidad de sus gafas nuevas. Asi nos 10 cuenta el narrador:
Pura Vicario habfa acabado de beber, se sec6 los labios con la manga y le sonri6 desde el mostrador con los lentes nuevos. En esa sonrisa, por primera vez desde su nacimiento, Angela Vicario la vio ta1 como era: una pobre muier consaarada - al culto de sus defectos. '%fierda", se dijo. Estaba tan trastomada, que hizo todo el viaje de regreso cantando en voz alta, y se tir6 en la cama a îlorar durante tres dias.
Nacid de nuevo. "Me volvi loca por él [Bayardo San Romdn] -me dijo-, loca de remate" (81; el subrayado es mio).
En efecto, Angela Vicario se da cuenta, graaas a este choque bmtal con la
realidad, de la contradiction en la que su msdre la tenia sumida. A partir de ese
momento se da la oporhinidad de rebelarse y nacer de nuevo en el amor. Esto
lo logra, primero, al emancipaae del autoritarisrno de su madre y segundo, al
tomar pleno control de sus sentimientos y emociones. En ese momento no s61o
decide abrirse al amor de Bayardo sino que, con la persistencia desaforada de
0 m6s de 2000 cartas sin respuesta, también logra que su esposo vuelva con ella
después de 25 aiios de espera. Asi nos Io asegura el mismo narrador.
Un medio d h de agosto, mientras bordaba con sus amigas, sintid que alguien Uegaba a la puerta. No tuvo que mirar para saber quien era. Tstaba gordo y se le empezaba a caer el pelo, y ya necesitaba espejuelos para ver de cerca", me dijo. "jPero era el, carajo, era el!' [..] Bayardo San Romiln dio un paso adelante, sin ocuparse de las otras bordadoras atonitas, y puso las alfo j a s en la maquina de coser. -Bueno d i j o - , aqui estoy.
Llevaba la maleta de la ropa para quedarse, y otra maleta igual con casi dos mü letras que eUa le habfa escrito. Estaban ordenadas por sus techas, en paquetes cosidos con chtas de colores, y todas sin abrir (83).
Asf, pues, la transformaci6n que experhenta Angela Vicario quien se
niega al deseo de su madre "de enterrarla en vida0' (7ï) le ha abierto las puertas
del amor y ha convocado al amante. El narrador nos explica esa maravillosa
transformacion:
DueRa por primera vez de su destino, Angela Vicario desabri6 entonces que el odio y el amor son pasiones redprocas. Cuantas mas cartas mandaba mds encendia las brasas de fiebre, pero mds calentaba tambibn el rencor feliz que sentia contra su madre. "Se me revolvian Las tripas solo de verla -me di+, pero no podfa verla s in acordanne de W. [..] Se volvio Iuada, imperiosa, maestra de su albedrfo, y volvib a ser virgen s61o para 4 y no reconocî6 otra autoridad que la suya ni m6s servidumbre que la de su obsesion (82).
Desde una peapectiva moral, podemos decir que la muerte de Santiago
Nasar adquiere sentido en la novela, ya que luego de ese sacrificio, Angela
Vicario logra paulatinamente romper con las costumbres atdvicas del pueblo y
0 hacerse cargo de su destino. En un sentido, Santiago renace en Angela al
entregarse ella al amor de Bayardo San Roman.
En cuanto a la negacidn representada por Pedro en el evangelio de
Marcos que pone en relieve la debüidad de la condicion humana, es el padre
Amador quien la asume. Como sabernos, este se encarga simb6iicamente de
destruir, mediante la autopsia, el cuerpo sin vida de Santiago Nasar. Tambien
la representa la familia Vicario cuyo curioso apellido nos recuerda,
ironicamente, la mision apost6lica de la Iglesia como sucesoa de San Pedro.
Sin embargo, Dura Vicario es, sin duda, de todos los miembros de esta familia,
quien mejor ejernplifica el respeto a la obsewancia del codigo de honor y el
modo en que se transmite a sus hijos y, en especial, a Angela dicha doctrina.
Sigamos de cerca la descripcibn que nos hace el narrador.
Purisirna del Carmen, su madre [de Angela Vicario], habia sido maestra de escuela hasta que se cas6 para siempre. Su aspect0 manso y un tanto afügido disimulaba muy bien el riaor de su caracter. "Pareda una monia", recuerda Mercedes. Se consagr6 con tal espfritu de sacrincio la atencion del esposo y a la crianza de los hijos, que a uno se le olvidaba a veces que q u i a existiendo. [..] Los hermanos fueron criados para ser hombres. Eiias hablan sido educacias para casarse (31; el subrayado es mio) .
De este modo, la rigide2 de costumbres y la observancia a dtranza de los
Vicario al culto a la virginidad negani el perdon y vengara la fdta de Angela
aniquilando, mediante la aca6n violenta pero renuente de Pedro y Pablo
Vicario, al violador del codigo de honor. Por eso, a los gemelos, despubs del
crimen, solo "los reconfortaba el prestigio de haber cumplido con su 1ey"U (70).
El abandono que el pueblo hace de la victima y la parsirnonia ante la
tragedia de Santiago Nasar, la encarna la mayoria del pueblo: los fadiares y
conoados cuyas acuones voluntarias O involuntarias facilitan que se produzca
Io inevitable; las autoridades locales que reaccionardn con desmido y apatfa
ante el peligro inminente en que se halla la fuhira victima; y la chusma que, al
final, no hara m6s que acercarse cachazudamente a presenaar la ejecucih de
Santiago Nasar.
41 La elecaon del nanbrede Pablo axm mode los verdugs enargados de ejecutar ai violador del c6digo de honor no parece tan descabellado cuando leemos Io que Mary Daly cornenta acerca del modo en que San Pablo busca çometer a la rn+ a las 6rderres del hombrp. En los textos pauünos, comenta la m'tics, se puede observar 46m, la muja no s61o se le consideraba inferior al hombre, e 1 varh nodebe cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios; m<ir la mujeres gloria del varon, pues noprocede el v m h de la mujer, sino la mujm del varth; nifice creado el vmcirt para la mujer, sino la rnujer para el varon. (1 C o ~ t i o s 11:7-9)., sino que, a d e d , se le obligaba a ser sumisa y abnegada, exduyéndola completamente de la partiàpaabn en la vida piiblica. La mujer aprenda en silencio, con pletra sumision. No consienf o que la rnujer ensene ni domine al marido, sino que se mantenga en silencio, pues el primero fite fonnado Adh, despries €va. Y ncfue A d h el seducido, sino Eva, que, seducida, incum3 en la transgresion. (ITiunoteo 211-15).
a Clotilde Armenta, la duefia de la tienda, es uno de los pocos peaonajes
que junto con Cnsto Bedoya tratan idruchiosamente de hacer algo para evitar
la tragedia. Induso el narrador nos cuenta c6mo Clotilde pone en relieve la
cachaza del pueblo al pedir a Cnsto Bedoya que haga algo para que los gemelos
no maten a Santiago:
Clotilde Armenta apa red detrds de Pablo Vicario, y le gritd que se diera prisa, porque en ese pueblo de maricas sdlo un hombre como 41 podla impedir la tragedia (95).
Vale la pena mencionar aquf que la iCinica escena denho del relato en la
que al mismo tiempo que apreciamos la proximidad entre Cristo Bedoya y
Santiago Nasar al caminar juntos rumbo a la plaza del pueblo, notamos el
paralelo con uno de los pasajes de la pasion llamado viacnicis que es cuando
a Jesus sube con la cruz al Calvario. En esta misma escena se destaca también la
parsirnonia del pueblo que esperaba ansioso el momento de la ejecuci6n. Asi
nos describe fa escena el narrador. Notense todas las alusiones miticas
contenidos en la cita:
. . .inddecio Pardo encontrc5 a Santiago Nasar Uevado del brazo por Cristo Bedova entre los p p o s que abandonaban el Puerto, y no se
atrevio a prevenirlo. [..] La gente se dispersaba hacia la plaza en el mismo sentido que ellos. Era una multitud apretada, pero Escoliistico Cisneros crey6 obsewar que los dos aminos caminaban en el centro sin dificultaci, dentro de un &Cu10 vacio, porque la gente sabia que Santiago h a a morir, y no se atrevlan a tocarlo. Tambien Cristo Bedoya recordaba una actitud distinta hacia ellos. '%os miraron como si Llevbamos la cara pintada", me dijo. Sara xoriega abri6 su tienda de zapatos en el momento en que ellos pasaban, y se espant6 con la ~ d i d e z de Santiago Nasar (90; el subrayado es rnfo).
Una vez que Cristo Bedoya se entera del peligro en que se halla su amigo
Santiago Nasar, trata de dar con su parader0 y de prevenir al alalde del pueblo
para que intente detener a los gemelos asesinos. Sin embargo, el esfuerzo de
Cristo Bedoya es in€ructuoso. Asi nos 10 cuenta el nmador en este pasaje en el
que se destaca la negligenaa de las autoridades locales:
Cristo Bedoya les pregunt6 a varios conoados por Santiago Nasar, pero nadie 10 habia visto. En la puerta del Club Social se encontc6 con gJ coronel LAzaro Aponte y le cont6 10 que acakba de ocumt frente a la tienda de Clotilde Armenta. [J
Prornetio ocuparse de eso al instante, pero entro en el Club Social a confirmar una cita de domin6 para esa noche, cuando volvie a salir va estaba consumado el crimen. Cnsto Bedoya cometi6 entonces su unico error mortal: pens6 que Santiago Nsar habia resuelto a uItima hora desayunar en nuestra casa antes de cambiarse de ropa y d d fue a buscarlo
(95).
El tiltimo personaje que sin ninguna mala intendon faalita la ejecucidn
de Santiago Nssar es su propia madre, Pldada Linero, la que desde el comienzo
de la novela "no habia advertido ningiin augurio aaago en esos dos suefios de
su hijo" (9). De hecho, el e m r de Pliiada Linero hie haber echado por tierra la
buena aca6n de Divina Roc, la hija de Victoria Guzmiin, cuando en el iiltimo
instante en que Santiago intenta escaparse de la muerte, Pldada Linero cierra la
puerta que, aposta, Divina Fior habia dejado abierta. Asi nos 10 confirma el
narrador en esta cita que por cierto revela el deseo que, a p a r de su madre,
Divina Flor sentia por Santiago:
Lo h i c 0 que ella [Divina Flor] pudo hacer por el hombre que nunca habia de ser suvo, hie dejar la puerta sin trama, contra las ordenes de Placida Lineros, para que 61 [Santiago Nasar] pudiea entrar otra vez en caso de urgenaa (17; el subrayado es d o ) .
El colmo de la fatalidad ocurre, entonces, cuando Plaada Linero,
creyendo que Santiago Nasar se hallaba a salvo en casa pues asi se 10 habfa
asegurado Divina Flor, corre a cerrar la puecta en el momento en que ve a los
gemelos, cuchillo en mano, aproximarse a su casa. En el fragment0 que cito a
continua~6n, el narrador nos cuenta, con detalles, la alucinacidn de Divina
Flor de haber visto a Santiago Nasar en casa minutos antes del crimen.
Ademas, este pasaje evoca, de a i e modo, La imagen inocente de Cristo.
También se describe en esta cita, el momento en que Plikida Linero comete el
maso y funesto error. N6tew todos los alusiones a la dimension mitica del
relato:
Cinco minutos antes, [..] en la sala, [..] Divina Flor vio al mismo tiempo que Santiago Nasar entr6 por la puerta de la plaza y subi6 por las escaleras de buque de los dormitorios. 'Tue una vision nitida", me conto Divina Flor. "Llevaba el vestido blanco, v algo en la mano que no pude ver bien, pero me pareci6 un rarno de rosas". De modo que cuando Placida Linero le p r e p t 6 par 61, Divina Fior la tranquilizo.
-Subi6 al cuarto hace un minuto- le dijo. 1-1 A trav6s de la puerta vio a los hermanos Vicario que venfan corriendo haaa la casa con los cuchiiios desnudos. Desde el lugar en que ella se encontraba podia verlos a eiios, pero no dcanzaba a ver a su hijo que coda desde el otro ihgulo hacia la puerta. "Pensé que querian meterse para matarlo dentro de la casarf, me dijo. Entonces corri& haaa la puerta y ce& de un golpe. Estaba pasando la tranca cuando oy6 los gritos de Santiago Nasar, y oy6 los puiietazos de terror en la puerta, pero crey6 que éI estaba arriba, insultando a los hermanos Vicario desde el balcon de su dormitorio. Subi6 a ayudarlo (101; el subrayado es do).
La trama culmina con el tan esperado sacrifiao de Santiago Nasar. Pedro
y Pablo Vicario cumplen, a pesar suyo, con la terrible misibn que la observancia
a los atavismos del pueblo les ha encornendado. Esta Qltima escena no deja de
hacer alusion al mit0 aistiano que nos recuerda los filtirnos momentos de la
cruafixidn, sobre todo, aquel instante cuando Cristo moribundo, a la hora del
juicio de Dios, vive la plena soledad, shtiéndose abandonado del Padre e
incomprendido por los hombres (Mc 15, 33-36). Sin embargo, en Crbnica, la
alusion no es directa al padre; hay un vuelco en el que el grito de abandono de
Santiago Nasar delante del pueblo se dirige a su macire quien, como sabernos, es
la que pone la tranca a la puerta, invalidando de ese modo el ultimo recurso
que pudo haber salvado la vida de su hip. He aqui ese fragment0 en el que por
medio del testimonio de los gemelos se aprecia la dimension mitica que
atraviesa el samficio de Santiago Nasar. Asi nos 10 cuenta el narrador:
Santiago Nasar necesitaba apenas unos segundos para entrar cuando se cerr6 la puerta. Alcanz6 a golpear varias veces con los pufios, y en seguida se volvi6 para enfrentarse a manos Limpias con sus enemigos. "Me asuste cuando Io vi de frente -me dijo Pablo Vicario-, porque me pareci6 como dos veces mds mande de Io que era". Santiago Nasar levant6 la mano para parar el primer golpe de Pedro Vicario, que Io atac6 por el flanco derecho con el cuchülo recto.
-iHijos de puta!- grito. El cucMo le atravesd la palma de la mano derecha, y luego se le
hundi6 hasta el fondo en el costado. Todos overon su Rrito de dolor, -iAy mi madre! (101; el subrayado es mio).
Al final, el sacrifïcio de Santiago, como la cruatin6n de Cristo, nos deja
ver que el drama no s61o se determina por la traicion, la negacion O la
parsirnonia del pueblo, sino m6s bien por el abandono total O la plena soledad,
tan reiterada en la o b a de Garda Mikquez, en la que se queda la vfctima, y que
opaca a las otras tres categorias, conduyendo asi la redaccih del relato. Sin
embargo, entre todos esos protagonistas que propician voluntaria O
involuntariamente el desenlace de la tragedia, se destaca Angela que, iiberada
de prejuiaos y abierta al amor, descubre la capaadad que tiene de poder forjarse
su propio destino s61o en apariencia. Al asf hacerfo ella renace y en ella renace
Santiago Nasar. La Ciltirna implicaci6n es que potentialmente todo el pueblo
puede redimirse como Angela. Luego, el sacrifia0 de Santiago no ha sido en
vano: todo el pueblo puede eludir un destino ineluctable y fo jarse su propio
destino.
Crbnica de rina muerte anunciada es quizds, como 10 a h n a el mismo
Garda Marquez, la mejor novela que ha escrito (Ceberio 29); 11ama la atencion
la economia de recursos y el poder de suitesis con que el escritor colombiano ha
logrado aunar distintos niveles de significado. Garda Mdrquez teje una forma
de crdnica, verdadera historia que puede ser leida en dos niveles, ya sea como
un relato de tipo novelesco O como un relato con dimensibn mitica en e l que
las misteriosas circuntancias que rodean la muette de Santiago Nasar hacen eco
de la narracion de la pasion de CNto.
Con respect0 al tiempo de la narracion, el asesinato de Santiago tiene
lugar 30 aiios ah&. Se asienta en testimonios recogidos por el escrupuloso
a narrador los que, aunque remotos, no solo describen los pormenores del
crimen, sino que revelan el estado de cosas que prevalece en el pueblo. Esto es,
sobre todo, el sometimiento a la obsewanda al c6digo de honor por el que tiene
que padecer no s610 la victima que viola la 1% sino todas las personas que se
sujetan a ella. Es bien perceptible, por un lado, la crftica de Garda Marquez a la
rigide2 de la Iglesia, a la negligencia de las autoridades locales y a la parsimonia
del pueblo en general; por el otro, su toma de partido? explicita O
im plici tamente, contra la injusticia social. Sin embargo, el narrador nos
propone, paralelamente, un salto hacia la atemporaiidad mftica de los hechos al
proponer en la pareja y, por inferencia. en el supuesto violador, una suerte de
redencion por amor.
En efecto, a 10 largo del relato, hay una actitud no previsible en la
a conducta de Angela y, menos marcada aun, en su esposo Bayardo San Roman.
Si a ambos los contemplamos como victimas de la obsewanaa del codigo de
honor, también los vemos paulatinamente hansfomarse en nuevos seres
capaces de deshacerse de prejuiaos y tomar control de sus destinos al entregarse
al amor que acaban descubriendo ellos. Ese renadmiento de amor en la pareja
alcanza inclus0 a Santiago Nasar, se@ la interpretaaon de los hechos de
Garcia Marquez/narrador a hier de ordculo. De esta suerte, 10 que parece una
tragedia ineludable se convierte en el triunfo de la esperanza mediante la
redenaon, pues si se l o g dar en dos O tres personajes, puede darse en otros.
Luego, la labor del narrador en tanto ordculo cobra sentido cuando nos
damos cuenta que detr& del relato cronol6gico se halla esa buena nueva que se
oculta tras la trdgica muerte de Santiago Nasar: la de un cambio &al que
aunque s61o se refleja en la pareja de Angela y Bayardo, abre la esperanza para
el pueblo con una fuerte potenciaiidad de redencidn en el amor. De este modo,
Garda Marquez a m p l e con el cornpromiso que se ha impuesto, aquél de
negarse a admitir el fin del hombre y el de inventar fabulas en las que se abran
las posibilidades de redirnir a la especie hurnana. El 10 de diciembre de 1982,
Garcia Mdrquez rekenda ese cornpromiso cuando agradeciendo el honor de
haber sido distinguido con el Premio Nobel de Liieratura, declara el derecho de
emprender la aeacion de la utopia contraria, aquella, y cito textualmente el
ultimo pairrafo del discurso de Garda Marquez:
[Nlueva y arrasadora utopia de la vida, donde nadie puede decidir por otros hasta la forma de moru, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la feliadad, y donde las estirpes condenadas a cien &os de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra (Soledad 12).
Obras y articulos de Gabriel Garda Marquez:
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. La Mala Hora. Buenos Aires: Sudamericana, 1968.
. La Soledad de América Latina: brindis por la poesia. Cali:
Corporaci6n Editorial Universitaria de Colombia, 1983.
Articulas y entrevistas relacionados con Crbnica de una muerte an unciada* y
otras obras del autor::
Mendoza, Plinio Apuleyo y Gabriel Garda Marquez. El olor de la -aba.
Conversaciones con Pünio Apuleyo Mendoza. Barcelona: Bmguera,
1982.
Ceberio, Juan. "Gabriel Garda Marquez: « Crbnica de unn muerte an unciadas
es mi mejor novela»." El Pais. Madrid (1 de mayo de 1981), 29.
Debido a la cnotme cantidad de arti'culos esaitos acerca de esta Crhica de una muerte anunciada, esta bibliografia la he Iimitado a los estudios que sai particulrnente relevantes a 1 anaisis que rcalizo de la novela-
0 . "El m6s grande acontecimiento editorial del mundo
hispAnico." El Pais. Madnd (1 de mayo de 19û1), 29.
De la Torre, CNtina. "Controvesia Literaria en torno a Garda Mdrquez".
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