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Abel Kirui, maratonista de renombre mundial ¿Por qué un profeta moderno? 14 William Ward Simpson 24 Dios ¿Dónde está cuando sufrimos? 27 Publicación internacional de los adventistas del séptimo día Vol. 9 No. 3 CORRE

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Abel Kirui, maratonista de renombre mundial

¿Por qué unprofeta moderno?

14 WilliamWard Simpson

24 Dios¿Dónde estácuandosufrimos?27

P u b l i c a c i ó n i n t e r n a c i o n a l d e l o s a d v e n t i s t a s d e l s é p t i m o d í a

Vol. 9 No. 3

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Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Vol . 9 No. 3

www.spanish.adventistworld.orgwww.adventistworld.org: Disponible en línea en trece idiomas

3 I N F O R M E M U N D I A L

3 Noticias breves 6 Informe de noticias 10 Iglesias de un día

11 S A L U D M U N D I A L

El dengue

N O T A D E T A P A

16Así correClaude Richli

Abel Kirui obtuvo la plata en la maratón de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Pero sus triunfos trascienden lo deportivo.

8 P A N O R A M A M U N D I A L

El síndrome de la rana Ted N. C. Wilson ¿Cómo nos daremos cuenta de que el

calor es excesivo?

12 D E V O C I O N A L

Lágrimas Larry Yeagley Son parte inevitable de la vida, pero no

siempre será así.

14 C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

¿Por qué un profeta moderno? Alberto R. Timm Por qué lo tenemos; por qué lo necesitamos.

20 V I D A A D V E N T I S T A

En el lugar menos pensado Judy Aitken Los campos de refugiados reciben el evangelio.

24 H E R E N C I A A D V E N T I S T A

William Ward Simpson Glúder Quispe Antes de que existieran los

proyectores, sus reuniones de evangelización contaron con efectos especiales.

22 E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Es hora de brillar

26 R E S P U E S T A S A P R E g U N T A S b Í b L I C A S

¿Son reales?

27 E S T U D I O b Í b L I C O

¿Dónde está Dios cuando sufrimos?

28 I N T E R C A M b I O D E I D E A S

D E P A R T A M E N T O S

2 Adventist World | Marzo 2013

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■ Cuando dos personas sin hogar entraron a la iglesia adventista de Minlak, a unos veinte kilómetros al norte de Seúl (Corea del Sur), esto marcó el comienzo de un ministerio que creó una congregación especial en esta ciudad de más de cuatrocientos mil habitantes.

Las visitas se acercaron a la iglesia hace cuatro años. Era evidente que hacía tiempo que no se bañaban, y hedían a suciedad y alcohol. Al comienzo, los miembros se mantuvieron a distancia, a pesar del mandato bíblico que dice: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».

Sin embargo, la situación ha cambiado completamente. Los feligreses de Minlak se entienden, aman y cuidan mutuamente. En 2012, la «Iglesia del amor» celebró diecisiete bautismos, veinte en 2011 y veintidós el año anterior. Los miembros dicen: «Esto se debe al mensaje de Dios y al amor de los feligreses».

La congregación de Minlak ahora cuenta con ciento setenta miem-bros que se hicieron amigos de las personas sin hogar, las escucharon y las ayudaron de maneras prácticas.

Los miembros dan recomendaciones para empleos, y estudian con ellos las lecciones del curso «Fe para hoy». Poco a poco, la vida de los nuevos miembros ha sido transformada. Cuando estudian la Biblia con el pastor, expresan su deseo de ser bautizados y ser cristianos. Llevan a sus amigos a la iglesia, lo que hace que la noticia se pase de boca en boca.

I N F O R M E M U N D I A L

D E P A R T A M E N T O S

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Ajustemos las escalas

adventistas inician una

CONGREGACIÓN FIEL: Cada sábado, más de cincuenta personas asisten a los cultos de «Iglesia del amor» en la iglesia adventista de Minlak (Corea del Sur). La mayoría de los presentes son personas sin hogar, y los demás son voluntarios.

En Corea del Sur,

«Iglesia del amor»para los sin techo

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El remanente suele considerarse a sí mismo como un grupo separado,

pequeño y minoritario. Los remanentes son precisamente eso.

Y aunque los diecisiete millones de miembros de la Iglesia Adventista mundial son por cierto un pequeño porcentaje de los siete mil millones de habitantes del planeta, el movimiento adventista ya no es pequeño dentro de las religiones cristianas.

Pocas denominaciones cristianas com-parten la conexión internacional de fe, organización y misión que tenemos los adventistas; casi ninguna opera en más de doscientos países, como es el caso de la Iglesia Adventista. Nuestros sistemas educativos y de salud son los más grandes de su clase dentro del mundo protestante, y ofrecen instrucción y sanidad a millones de personas. Hay millares que aunque no figuran como miembros bautizados, se consideran adven-tistas. Son acaso las «ovejas de otro redil», quienes, dijo Jesús, habrían de oír su voz.

No debería sorprendernos entonces que estén comenzando a aparecer adventistas fieles en puestos de alto perfil dentro de las artes, los medios de comunicación, el gobierno y los deportes. Jesús tiene seguidores en todo tipo de obra honesta. Son los que trabajan para promover la justicia, alimentar a los pequeños, cantar sus alabanzas en público y mostrar al mundo los beneficios del estilo de vida adventista.

La nota de tapa de este mes cuenta la historia de Abel Kirui, el maratonista adven-tista que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Esta es solo una ilustración de muchas excelentes historias que podrían escribirse. La excelencia permanece. Y cuando se lleva a cabo en nombre de Jesús y como testimonio para su reino, el mundo lo nota.

Al leer esta edición de Adventist World, lo invito a orar por aquellos a quienes Cristo está llamando a estar en el ámbito público, ¡o a correr por este! En el corazón de cada integrante del remanente fiel arde el deseo

de extender su reino y apresurar su venida.

Y quién sabe: la próxima historia de excelencia bien po-dría ser la que el Espíritu está escribiendo ahora en su vida.

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En el presente, unas cincuenta y cuatro personas asisten cada semana a la «Iglesia del amor». Entre ellos, muchos han decidido dejar el pasado atrás y comenzar una vida nueva.

El propósito de la «Iglesia del amor» es mucho más que repartir alimentos y prendas de vestir. Su verdadero objetivo es la fe y la educación, para incentivar-los a ser nuevas personas dentro de la sociedad coreana.

Lee Young Hwa, el anciano de iglesia a cargo de ese servicio, afirma que la «Iglesia del amor» necesita aliento y también responsabilidad. Cada semana toma asistencia y registra el progreso de cada persona. También toma una fotografía del rostro de cada uno y deja registro de sus consultas, contribuciones, educación, etc. Su preocupación y cariño son uno de los principales elementos de éxito a la hora de evangelizar a las personas sin hogar. Es por ello que la gente respeta a Lee.

En el pasado, Lee se desempeñó con éxito en el área de mercadeo hasta que perdió su trabajo. Sus propias experien-cias le ayudaron a comprender y ayudar mejor a la gente en sus momentos de fracaso y desesperación. Su testimonio es: «En mis peores momentos, leí El Deseado de todas las gentes, y finalmente pude salir de esa terrible condición».

A los que asisten a la «Iglesia del amor», ahora les dice: «Los ayudaremos sin recibir nada a cambio, y les daremos nuestro cariño y nuestras oraciones. Por la gracia de Dios, pónganse de pie y disfruten del amor de Cristo. ¡Nuestra existencia es preciosa para Jesús!».–informe de Noticias de la División de Asia-Pacífico Norte

Se nombra nuevo líder de ADRA Australia

■ Mark Webster, un australiano con amplia experiencia en el desarrollo comunitario y el liderazgo internacional,

ha sido nombrado gerente general de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Australia.

Webster cubre el puesto que hace poco dejó vacante Jonathan Duffy, quien ha asumido el liderazgo de ADRA International.

«Jonathan ha hecho crecer a ADRA Australia de diversas maneras durante sus años de liderazgo –dijo Webster–. Mi visión es continuar con esa obra transformadora en Australia y en el mundo, y que la Iglesia Adventista siga desarrollando su voz y participación en los temas que enfrentan las personas que luchan contra la pobreza y la injusticia».

Desde 2011, Webster había sido director de Planificación y Efectividad de Programas de ADRA Australia. Antes de ello, ocupó varios puestos, incluido el de vicepresidente de programas de ADRA International. Webster también ha trabajado en lugares distantes duran-te diez años, en las sedes de ADRA en Laos y Nepal.

«Creo verdaderamente que como cristianos del mundo desarrollado, tenemos la responsabilidad de extender el ministerio de compasión de Cristo

por los pobres –dijo Webster–. Es un desafío apasionante asumir el liderazgo de una organización que encarna esta visión».

Se conmemora a Elena White en San Pablo (Brasil)

■ Elena White, una de las pioneras fundadoras del movimiento adventista, ha sido conmemorada en San Pablo (Brasil). Su imagen pasó a formar parte de una galería de retratos de la Univer-sidad del Medio Ambiente y Cultura de la Paz (UMAPAZ) de esa ciudad brasileña.

La galería expone a aquellos cuya obra ha contribuido al bien de la socie-dad, en particular en áreas de desarrollo sustentable y paz, así como de justicia social y bienestar. Entre los recordados se encuentra el abolicionista brasileño André Rebouças.

El pasado 20 de diciembre, en una ceremonia llevada a cabo en la Escuela Municipal de Astrofísica del Parque Ibirapuera, se recordó la historia, misión y compromiso de los principios de salud de Elena White.

I N F O R M E M U N D I A L

RETRATO DE ESCRITORA: El retrato de Elena White, una de las pioneras fundadoras del movimiento adventista, fue añadido a una galería de destacados reformadores en la Universidad del Medio Ambiente y Cultura de la Paz en San Pablo (Brasil).

NUEVO EJECUTIVO: Mark Webster, experimentado líder de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), es el nuevo presidente de la entidad en Australia.

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Durante la ceremonia, Renato Stencel, un adventista que es director del Centro Nacional de la Memoria en Brasil, compartió aspectos de la bio-grafía y obra de Elena White, y dijo que muchos de sus principios se relacionan con la salud.

Jorge Eduardo, funcionario de salud médica de la Municipalidad de San Pa-blo, especificó las obras publicadas por la autora que promueven el desarrollo sustentable, una cultura de paz y la preservación de la salud.

Cada uno de los presentes en la cere-monia recibió un ejemplar del libro La ciencia del bienestar, que fue entregado por la Casa Publicadora Brasileña.–informe de Rosemeire Braga Lopes y Murilo Bernardo, División Sudamericana

En África del Sur, los adventistas reafirman su lucha contra el abuso infantil

■ Varios líderes de la Iglesia Adventista en la División de África Meridional y Oceáno Índico han reafirmado su posición contra el abuso infantil. Busi Khumalo, director de Ministerios Jóvenes del territorio, expresó: «Tenemos que implementar procesos rigurosos de análisis antes de designar empleados o voluntarios que trabajen con niños. Jamás deberíamos dejar de tomar las precauciones pertinentes».

Durante la asamblea anual 2012, se tomó un voto para fortalecer la posición de la iglesia y enviar un claro mensaje de que los adventistas no tolerarán el abuso infantil, y no «protegerán» a los culpables.

Goodwell Nthani, gerente financiero del territorio, dijo: «No tenemos que mantener silencio cuando es necesario hablar. El abuso infantil jamás debería ser tomado a la ligera».

La directora de Ministerios de la

Mujer, Caroline Chola, declaró: «Tenemos que cambiar de actitud, aceptar que el abuso es real y hacer algo al respecto. Hemos tomado un voto, pero es tiempo de actuar». Chola también destacó “enditnow”, una campaña mundial para crear conciencia y defender el fin de la violencia contra las mujeres y las niñas en el mundo. Esta campaña es un esfuerzo asociado de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), una organización humanitaria, y el Departa-mento de Ministerios de la Mujer de la Iglesia Adventista.

Al cerrar la discusión, Paul Ratsara, presidente del territorio, expresó: «Tenemos que ser la voz de los que no la tienen. Como líderes, tenemos que producir cambios».

Novo Tempo inaugura los estudios Milton Afonso

■ Se calcula que los adventistas de Sudamérica podrán triplicar la produc-ción en la sede de la red Novo Tempo en Jacareí (San Pablo, Brasil), como resul-tado de la apertura el pasado diciembre, de cuatro nuevos estudios de produc-ción televisiva y otras instalaciones, en un edificio nombrado en honor al empresario adventista brasileño Milton Soldani Afonso.

Afonso, fundador de la compañía de seguros de salud Golden Cross, celebró su 91° cumpleaños el 12 de diciembre de 2012, el día en que se dedicaron los estu-dios, y estuvo presente en la ceremonia.

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FELICITACIONES: Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana, entrega una placa a Milton Afonso, patrocinador de las comunicaciones adventistas en Brasil, por sus contribuciones a los ministerios de transmisión de la iglesia. Los nuevos estudios de la Red Novo Tempo, en Jacareí (San Pablo, Brasil), han sido nombrados en su honor.

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Antonio Tostes, pastor y director general de Novo Tempo elogió a Afonso «no solo por su apoyo, sino también por su influencia y ejemplo».

De manera similar, Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana, enfatizó la diferencia que puede hacer un hombre en la sociedad, destacando el apoyo de Afonso en los ámbitos de educación, comunicación, capacitación profesional y construcción de iglesias.

Köhler, dijo que Afonso era «un hombre usado por Dios», y destacó que aunque la mayoría de los empresarios invierten solo en ámbitos que les repor-tan beneficios, Afonso fundó una opción de inversiones diferente: La obra de Dios.

La ceremonia concluyó con la proyección de un documental de Novo Tempo sobre la vida de Afonso, donde se sigue el camino que recorrió desde ser un muchacho que vendía golosinas en la calle, hasta alcanzar los niveles más altos del éxito empresarial. Por su parte, el homenajeado simplemente expresó: «Me puse en las manos de Dios. ¡Y él hizo la obra!»–informe de Lisandro Staut, Márcio Basso Gomes y Franciele Mota, Noticas de la ASN

Jóvenes de todo el Pacífico Sur recibieron la comisión de compartir su fe y cambiar el mundo, en la

última noche del Congreso de Jóvenes de la División del Pacífico Sur. El pasado 5 de enero de 2013, más de mil cien jóvenes respondieron a un llamado para comprometerse, y reenfocar sus vidas en Cristo y su misión, a lo que siguió un día de adoración, comisionado y celebraciones.

«La ceremonia de comisionado fue un punto destacado, porque involucró a todos los líderes y jóvenes en la misión transformadora de la iglesia –dijo Nick Kross, director de Ministerios Jóvenes de la iglesia en el Pacífico Sur–. Muchos jóvenes expresaron su gratitud y placer por lo que experimentaron. Para los líderes ha sido muy gratificante».

El congreso de jóvenes, que se lleva a cabo cada ocho años, reunió jóvenes y líderes de catorce países del 1 al 6 de enero, en el Centro de Convenciones de Watson Park. Los delegados partici-paron de cultos, talleres, actividades de servicio a la comunidad y sociales.

El principal orador del evento fue Sam Leonor, capellán de la Universidad de La Sierra (California, Estados Unidos).

Leonor desafió a los participantes para que no solo sean discípulos de Jesús sino también apóstoles. «Espero que estos jóvenes vean el contexto local como un lugar donde Dios los ha puesto para hacer algo realmente grande –dijo–. También espero que vean que cuando adoramos juntos a Dios y actuamos juntos, podemos cambiar el mundo».

«Este evento ha representado a una gran “porción” de la iglesia –añadió Leonor–. Hemos tenido muchas clases de jóvenes y culturas, representados en el grupo. Creo que es algo sagrado. Es bueno que estos jóvenes miren a su alrededor y vean qué es realmente la iglesia. Vivir una semana juntos como iglesia tiene que capacitarlos y darles poder».

Los más de mil participantes tra-bajaron conjuntamente una vez más en la última tarde del congreso, en la que escribieron toda la Biblia a mano durante unas dos horas. Esas páginas serán encuadernadas como recordatorio del evento. «Los presentes realmente se compenetraron con la tarea; fue un gran logro de este congreso –dijo Kross–. Nos dedicamos a la Palabra de

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cambiar el mundo Más de mil cien jóvenes son comisionados para compartir su fe y cambiar el mundo

Nathan Brown, desde Brisbane (Queensland, Australia)

Congreso de Jóvenes del Pacífico Sur

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EXHIBICIÓN: Un conjunto de imágenes y objetos conmemora la vida y obra de Afonso.

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Dios, y esta fue una manera de enfati-zarlo y hacer que todos participen».

Junto con la actividad de comisiona-do, otro punto destacado fue la marcha contra el hambre. Después de un sermón basado en Amós 5:24 a cargo de Joanna Darby, el evento fue testigo de una inundación de camisas azules que el 3 de enero ingresaron a Brisbane, mar-chando desde la Plaza King George hasta el Jardín Botánico, para pedir mayor acción para combatir el flagelo del hambre. «Es significativo que semejante número de jóvenes se pronuncie sobre algo que los trasciende –dijo Kross–. Esto significa pensar como contribu-yente y siervo de otras personas antes que como mero consumidor».

Los delegados también llevaron a cabo un «almuerzo de pobreza», en el que pasaron por alto la comida usual para identificarse con los hambrientos. También recolectaron diez mil dólares para la obra de lucha contra el hambre de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA). En-tregaron entonces el cheque a Jonathan Duffy, presidente de ADRA Internacio-nal, junto con una petición que apoya la obra de esa agencia humanitaria.

Una declaración de los participantes reconoció la realidad del hambre en el mundo, aun en Brisbane. Los jóvenes agradecieron a las agencias que ayudan a los necesitados, e hicieron un llamado para que otros se unan a esta obra urgente y continuada de poner fin al flagelo.

«El adventismo ha perdido su voz pública, y necesitamos estar preparados para reingresar al ámbito público para hablar de lo que creemos –dijo Kross–. Miqueas 6:8 resume lo que Dios quiere que hagamos, y esta es una manera de poner este versículo en acción».

Por su parte el presidente de ADRA dijo: «Anima ver que los jóvenes realmente quieren hacer una diferencia en el mundo, y me sentí motivado por lo genuino de su deseo. No hemos entendido el poder de la voz que podemos tener en el mundo. Proponer cambios es algo poderoso. Esta fue también una demostración significa-tiva de lo que puede lograrse. Al hacer un cambio pequeño, como lo es pasar por alto una comida, se puede hacer una diferencia significativa cuando trabajamos juntos».

Grupos de jóvenes también traba-

jaron en los suburbios de la ciudad de Brisbane donde recolectaron más de tres mil quinientas latas de comida para que ADRA las distribuya entre los nece-sitados de la ciudad. «Para las agencias que ayudan a los individuos y familias necesitadas, esta es una época crítica –dijo Matthew Siliga, coordinador de actividades comunitarias del congreso–. Por ello, como visitas en esta ciudad, esperamos alimentar a miles de residen-tes de Brisbane, gracias a las generosas donaciones de la comunidad, que entregamos a estas agencias locales».

Con la compañía de una escolta policial, la marcha de los participantes detuvo el tráfico y motivó el diálogo de los transeúntes, que querían saber quién era el grupo y qué estaba haciendo. «En cierto momento, me detuve y miré a los que venían marchando. Al ver a todos esos jóvenes con estandartes y banderas que se extendían por casi un kilómetro, me sentí orgulloso de nuestros jóvenes y lo que están haciendo», dijo Kross.

A pesar del éxito del evento y las respuestas positivas, Kross manifestó que muchos de los logros importantes del congreso están por verse. «Es difícil medir o explicar la inspiración. El resultado real del congreso no es necesariamente lo que vemos sino lo que se verá en las cosas grandes y pequeñas que se producirán a lo largo de todo el Pacífico Sur –dijo–. Hemos capacitado a estos jóvenes, y los seguire-mos apoyando en su participación en la misión de la iglesia en el mundo». ■

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Arriba: CAMBIAR EL MUNDO: Cartel del Congreso de Jóvenes 2013 de la División del Pacífico Sur anima a los jóvenes adventistas a trabajar por el bien del mundo. Abajo: PALABRA PERFECTA: Los delegados al congreso demostraron su compromiso con la Palabra de Dios al copiar a mano toda la Biblia, la última tarde del congreso.

Congreso de Jóvenes del Pacífico Sur

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Dice una anécdota muy conocida que si uno arroja una rana en un recipiente de agua

hirviendo, esta da un salto y se salva. Por el contrario, si colocamos la rana en un recipiente de agua tibia y vamos calentando el agua lentamente, su cuerpo se adapta a los cambios y va ajustando la temperatura corporal. La rana no se dará cuenta de que el agua está caliente hasta que sea demasiado tarde.

Aunque esta ilustración es usada a menudo en el contexto de los negocios, la política, el medio ambiente y otros ámbitos, por largo tiempo ha sido aplica-da a la iglesia, donde posee una significa-ción especial si analizamos la relación de los creyentes con los eventos del fin.

Si usted es adventista de larga data, como es mi caso, sin duda habrá escuchado del «tiempo de angustia, cual nunca fue» (Dan. 12:1) que se producirá justo antes de la venida de Cristo. Acaso de niño tuvo pesadillas pensando en ese tiempo y, como adulto, se preguntó cómo sobreviviría.

No obstante, parece que como iglesia y como individuos se nos hace fácil dejar de lado los pensamientos de persecución en el tiempo del fin y seguir haciendo lo que hacemos cada día, semana y año. Mientras pasan las estaciones, nosotros, junto con el resto del mundo, pasamos por las etapas de la vida hasta que nos llega la hora de pasar al descanso hasta la venida de Cristo.

Tiempo de despertarSin embargo, creo que Cristo quiere

que despertemos de nuestro sueño espiritual. Él sabe que ahora es tiempo de prepararnos para lo que está ade-lante. Es necesario que se produzca un enorme resurgimiento de predicaciones adventistas sobre la escatología y los eventos de los últimos días; y sin sensa-cionalismo, sin buscar una conspiración en todos lados.

¿Creemos aún que «El “tiempo de angustia, cual nunca fue […]” se inicia-

rá pronto; y [que] para entonces necesi-taremos tener una experiencia que hoy por hoy no poseemos y que muchos no pueden lograr debido a su indolencia» (El conflicto de los siglos, p. 607)?

Como adventistas no tenemos otra opción que ser testigos de la culmina-ción de este movimiento. Si pensamos que esta iglesia es tan solo una «co-munidad de fe», una de muchas, por cierto que minimizaremos cualquier futuro catastrófico. Por otro lado, si entendemos que este movimiento es el cumplimiento de Apocalipsis 12, 14 y 18, tendremos una visión mucho más clara respecto de nuestro mandato de retornar a la verdadera adoración a Dios. También comprenderemos con mayor claridad la persecución que se

produce cuando la verdadera adoración a Dios choca con la falsa comprensión de la verdad.

No podemos ignorarloAlgunos creen que no deberíamos

hablar sobre temas del tiempo del fin como el «tiempo de angustia» y otros eventos previos a la segunda venida, porque estos pueden generar temor entre los creyentes y adelantar precisa-mente ese período. Pero esos mismos eventos enfatizan por qué es tan impor-tante que tengamos la bienaventurada esperanza del pronto regreso de Cristo.

Aunque no es saludable quedar fijados en el tiempo del fin de modo que estemos ansiosos o paralizados por el temor, no podemos ignorarlo. Las

Ted N. C. Wilson

Disfrutando de la tibieza

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Escrituras confirman que en el tiempo del fin la persecución será inevitable. No obstante, no debemos temer: el Dios que protegió y caminó junto a millones de cristianos perseguidos por su fe, también estará a nuestro lado. No podemos saber qué clase de poder sobrenatural recibire-mos entonces, pero sí sabemos que Dios ha prometido estar siempre con noso-tros. No nos dará más de lo que podamos soportar (Heb. 13:5; 1 Cor. 10:13).

Preparémonos ahoraLos creyentes del tiempo del fin ne-

cesitan saber lo que dicen las Escrituras sobre el tema. Necesitamos prepararnos diariamente, sabiendo que un día en-frentaremos una persecución real. Cada día es una oportunidad de desarrollar nuestra fe en Dios. Si se lo permitimos, el Señor nos ayudará para que confie-mos aún más en él.

Se nos dice: «Los que solo ejercitan poca fe, están en mayor peligro de caer bajo el dominio de los engaños satáni-cos y del decreto que violentará las con-ciencias. Y aun en caso de soportar la prueba, en el tiempo de angustia se ve-rán sumidos en mayor aflicción porque no se habrán acostumbrado a confiar en Dios […]. Deberíamos aprender ahora a conocer a Dios, poniendo a prueba sus promesas» (ibíd., p. 606).

Seguros en las manos de DiosCreo que un punto destacado del gran

conflicto es aprender a depositar nuestra seguridad en las manos de Dios, recono-ciendo que lo que nos toque enfrentar no superará más de lo que podemos soportar gracias a su poder (Fil. 4:13). No debemos angustiarnos por nada (vers. 6), sino sentirnos felices de que vivimos en una época en que veremos la conclusión del gran escenario que nos muestran los libros de Daniel y Apocalipsis.

¡Será apasionante! Oremos por una visión que supere lo inmediato, para enfocarse en los valores verdaderos y eternos.

Sabemos que el diablo no va a detener su obra mientras haya un creyente fiel en Cristo. El enemigo hará todo lo posible para distraernos con lo inmediato, para que nos enfoquemos tan solo en los honores temporarios de este mundo. Procurará tranquilizarnos con un falso sentido de seguridad, determinado a demoler toda conciencia de la verdad presente, toda indicación de que su gobierno está condenado al fracaso. Su recurso es causar confusión –«Babel», por así decirlo– y sabe bien cómo hacerlo. Si Satanás puede confun-dir a los adventistas para que crean que no habrá persecución, entonces habrá destruido la necesidad de prepararse para ella.

Los que descartan la validez del Espíritu de Profecía porque no pueden ver el cumplimiento de lo predicho, descubrirán finalmente que la visión que presenta del futuro es absolutamen-te exacta. El respiro momentáneo en la persecución activa de los fieles no debería confundirnos: ¡Hasta un huracán tiene un «ojo» pacífico!

Cambios instantáneosLa vida puede cambiar en un ins-

tante. Reconocemos que las catástrofes naturales –huracanes, incendios, terremoto e inundaciones– pueden afectarnos en forma instantánea. Lo mismo sucede con los poderes humanos.

Pienso en nuestros hermanos de Togo, que han estado encarcelados falsamente durante un año. El 15 de marzo de 2012, el pastor Antonio Mon-teiro regresó a su casa después de dar un estudio bíblico, y allí lo aguardaba la policía para llevarlo a la cárcel. Fue desnudado y puesto en confinamiento solitario durante dos semanas antes de que le dieran alguna ropa. Bruno Amah, un miembro de iglesia activo, también fue falsamente acusado y encarcelado.

No hay evidencias contra ellos, y casi todos reconocen que deberían ser libe-rados. Fueron arrestados con acusacio-

nes completamente falsas. Cuando me reuní con ellos en noviembre pasado, me dieron testimonios reconfortantes sobre la obra y el testimonio que gracias a Dios podían compartir con otros prisioneros.

Dios sabe cuándo serán liberados, y ellos creen que el Señor tiene una obra para ellos en la prisión. Están leyendo la Biblia, orando, cantando, aconsejando y estudiando la Palabra de Dios con otros. Dan testimonio del Señor, llevando paz a la prisión, como «Josés modernos», en condiciones sumamente difíciles. Me contaron que los prisioneros dicen que desde que ellos llegaron, las peleas han disminuido. Allí en la prisión oramos con ellos, por ellos y por los demás prisioneros.

Al regresar a mi hogar en libertad, no pude olvidar esos preciosos herma-nos y sus familias. Cristo mismo dijo que los creyentes en la verdad serán falsamente acusados (Mat. 5:11, 12; 1 Ped. 4:12, 13). Seremos colocados en las circunstancias más inusuales para dar la verdad a los que jamás han oído hablar de ella. Si vivimos o morimos, lo haremos para el Señor (Rom. 14:8).

Durante momentos de relativa paz y prosperidad, es fácil llegar a ser como la rana en el agua tibia, que disfruta el momento sin percibir que el calor aumenta lentamente.

Aunque vemos muchas atrocidades naturales y humanas, la vida continúa, proyectando la ilusión de que «todas las cosas permanecen así como desde el principio» (2 Ped. 3:4).

Las profecías bíblicas revelan la verdad

Sin embargo, como adventistas cono-cemos la situación real. Las profecías nos abren los ojos y nos cuentan la verdad. Daniel y Apocalipsis descorren el velo, revelando lo que ha sucedido y lo que pronto sucederá. «Las cosas secretas pertenecen a Jehová, nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para

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nuestros hijos para siempre» (Deut. 29:29).Tenemos que saber quiénes somos y

dónde nos encontramos en el espectro de los eventos del tiempo del fin. En la metáfora del sueño de Daniel 2, nos hallamos en la punta de los dedos de la imagen. Los animo, si aún no lo han hecho, a retornar a la creencia y com-prensión proféticas. Las libertades que hoy gozamos no durarán para siempre: el diablo y sus secuaces se encargarán de que lleguen a su fin. Solo los que estén bien cimentados en la Biblia y el Espíritu de Profecía y disfruten de una relación de fe con Cristo, entende-rán claramente los tiempos en que vivimos.

La buena nuevaSi aún no lo ha hecho, lo insto a

cultivar una conexión sólida y personal con el Señor empezando hoy mismo. Solo mediante esa relación con Cristo podrá enfrentar los desafíos futuros. No todos tendrán la misma experiencia, pero todos serán llamados a dar testi-monio de su fe.

No tenemos que aguardar hasta que llegue el tiempo de angustia para compartir nuestra fe. Ahora es momen-to de cultivar amistades con vecinos, colegas y otros que aún no saben lo que les aguarda el futuro. Comparta con ellos un ejemplar de El conflicto de los siglos, o la edición abreviada La gran esperanza. Ore por la dirección del Espíritu Santo. Dígales cuánto ha significado ese libro para usted. Su testimonio los preparará tanto a usted como a ellos para los grandes desafíos que, nos dicen las Escrituras, están cercanos. ■

Ted N. C. Wilson es presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Historia de una «escuela de un día»En 2008, la escuela adventista Rood Noordenhaal, en Curazao, quedó des-

truida y vacía después de un tornado. Solo era usada como punto de llegada para las familias que vivían demasiado lejos de la escuela «temporaria».

Muchos padres se dieron por vencidos, porque se veían obligados a levantar a sus hijos a las cinco para llevarlos a la vieja escuela, donde aguardaban que los autobu-ses del gobierno llevaran a los niños a la otra escuela.

«Nos cansamos de viajar –dijeron–. O cons-truyen una escuela más cerca o enviaremos los niños a una escuela pública».

Entonces se sumó la voz del gobierno: «Desde el 1 de enero, ya no habrá más autobuses subsidia-dos para los niños».

El enojo de los padres, el cansancio de los niños y la ausencia del gobierno produjeron una verdadera emergencia escolar.

Los líderes de la igle-sia en Curazao llamaron

al presidente de la División Interamericana y le pidieron ayuda. «Necesitamos una escuela temporaria –dijeron–, para remplazar a la otra escuela tempora-ria; de lo contrario, Curazao se quedará sin escuelas adventistas».

El presidente llamó a Maranatha Volunteers International y les pidió una «escuela de un día» temporaria para la isla.

Fue un milagro que el gobierno les dio un terreno.Fue un milagro que se consiguió el acero moldeado para doce aulas.Fue un milagro que el gobierno les otorgó el permiso de construcción.Fue un milagro que Dios envió a Maranatha los voluntarios apropiados en

el momento justo.Desde enero 2013, los padres pueden olvidarse de la vieja escuela y

llevar a sus niños directamente a la nueva escuela primaria adventista Rood Noordenhaal. ¡Ese es el milagro más grande!

«Iglesias de un día» es un proyecto en colaboración entre la Iglesia Adventista, Servicios e Industrias de Laicos Adventistas (ASI) y Maranatha Volunteers International. Estas historias llegan hasta usted gracias a Dick Duerksen, el «narrador» de Maranatha.

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d i c k d u e r k S e N

Iglesias de un díaEl milagro más grande

ANTES Y DESPUÉS: La vieja escuela Rood Noordenhaal (recuadro) y el nuevo campus conseguido con la ayuda de Maranatha Volunteers International.

P A N O R A M A M U N D I A L

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He oído que en algunas partes del África hay una enfermedad llamada dengue. ¿Podría informarnos más al respecto?

El dengue es una enfermedad causada por un virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti.

En esa familia de virus hay cuatro tipos o «flavivirus». El mosquito llamado Albopictus también puede ser portador del virus. En las zonas boscosas, la enfermedad se transmite entre los primates, pero debido a las densidades crecientes de la población, predomina la transmisión entre humanos.

El aumento de los viajes ha hecho que personas infectadas se trasladen con más rapidez. El comercio y los viajes han incrementado la diseminación del mosquito responsable. El comercio de neumáticos usados que quedan a la intemperie y tienen huevos y larvas del mosquito, junto con la rápida urbanización de Asia, han incrementado dramáticamente la forma de esparcir la enfermedad. Datos de la Organización Mundial de la Salud y de los Centros para el Control de las Enfermedades indican que el sur de los Estados Uni-dos, América Central y gran parte de la región amazónica de Sudamérica, así como la región tropical de África, gran parte de la India, Malasia, Indonesia, Tailandia, las Filipinas y el noreste de Australia, son zonas de riesgo de den-gue. Las epidemias recientes en África están poniendo la enfermedad una vez más en el centro de atención.

Para la mayoría de la gente, los síntomas se parecen a los de la gripe; experimentan fiebre, malestar general, dolores musculares, de cabeza y acaso algunos vómitos y un sarpullido. Los

casos severos, sin embargo, pueden poner en peligro la vida. El virus puede combinarse con una capa de los vasos capilares menores y hacerlos sangrar profusamente. En ese caso pueden dis-minuir las plaquetas, perderse proteínas de la sangre y el paciente puede caer en estado grave. Cuando los sacos de aire se llenan de fluidos sanguíneos, se pro-ducen serios problemas respiratorios y el sangrado puede tornarse severo.

El patrón usual implica de tres a siete días de incubación, dos a tres días de síntomas ligeros, tres a cuatro días de síntomas más severos, y otros tres días para recuperarse.

La gente que vive en zonas endémi-cas está en riesgo, a menos que ya haya sufrido la infección de los cuatro tipos. Debido a los viajes, las personas que acaban de regresar de zonas endémicas están en riesgo y, si presentan síntomas, debería tratárselos como infectados.

Para hacer el diagnóstico se usan pruebas para el virus, proteínas estruc-turales del virus o respuestas de los anticuerpos a este.

En el presente, no existe un medicamento que destruya con éxito el virus. Ha resultado difícil producir una vacuna contra el dengue, aunque hay una en etapa de prueba. Los esfuerzos de limitar los mosquitos han mostrado escaso éxito ya que depositan sus huevos en el agua retenida en latas, botellas, neumáticos vacíos y algunas plantas como el agave sisal. Para controlar los mosquitos en las zonas urbanas, es clave limpiar los alrededores de las casas o las ciudades.

Se están haciendo pruebas con nue-vos métodos, incluidos los «mosquitos machos modificados genéticamente, que esterilizan el tipo salvaje femenino,

reduciendo así la producción de huevos y el tamaño de la población en la siguiente generación».1 Se busca así interrumpir el ciclo reproductivo del mosquito.

Una bacteria llamada Wolbachia ha sido usada para infectar los mosquitos Aedes aegypti. Esta parece proteger al mosquito de la infección del virus del dengue. Tiene posibilidad de diseminar-se naturalmente entre los mosquitos y provocar un grupo más resistente de ellos.

En el presente, la mejor protección es limitar la infestación de mosquitos y el riesgo de ser picado. Los mosqui-teros impregnados de permetrina y las paredes saneadas con ese insecticida reducen la viabilidad de mosquitos en la casa. También son importantes además de los mosquiteros en las ventanas, las puertas que calcen bien y el uso de repelente de insectos.

Como en muchas situaciones, es esencial la prevención, en especial dado que no existe una cura. ■

1 Cameron P. Simmons et al., «Dengue»,” New England Journal of Medicine 366 (2012): 1423-1432.

Allan R. Handysides es ginecólogo certificado y director del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Peter N. Landless es cardiólogo certificado especialista en cardiología nuclear y director asociado del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Allan R. Handysides y Peter N. Landless

F o t o g r a F í a : l o r e N z o g o N z á l e z

S A L U D M U N D I A L

El

Vol. 9 No. 3 | Adventist World 11

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«Desde el Trono, oí una voz de trueno: “¡Miren! ¡Miren! ¡Dios se ha mudado al vecindario, y ahora vive con los hombres y las mujeres! Son su pueblo, y él es su Dios. Enjugará él toda lágrima de sus ojos. La muerte ha desaparecido para siempre: no hay más lágrimas, ni llanto, ni dolor. Todo el sistema anterior ha desaparecido”» (Apoc. 21:3, 4, Message).1

Con cada rostro anegado por las lágrimas, se hace más intenso mi anhelo de que Dios se mude al vecindario para vivir con los hombres y las mujeres. Las imágenes

que comparto a continuación son una mera fracción de las personas que hacen mayor ese anhelo.

Imágenes de lágrimasUna niña hambrienta de ojos hundidos languidece por

falta de alimento. Su cuerpo deshidratado está inmóvil. En sus párpados se reflejan pequeñas lágrimas. Su madre derrama lágrimas copiosas. La vida se va apagando. La esperanza se marchita.

Las lágrimas de una madre caen en la manta rosada que envuelve a su bebé ya sin vida. Su llanto parece no tener fin. La misteriosa muerte en la cuna se ha llevado a su angelito. Mientras busca una explicación, se expresa mediante lágrimas que no dejan de fluir.

Un padre se deja caer sobre el volante de su vehículo y comienza a sollozar. Minutos antes, un juez sentenció a su único hijo a prisión perpetua. Derrama lágrimas por su hijo y por tantos sueños rotos.

Un esposo casado durante sesenta años está junto al lecho de su amada agonizante. No se escuchan sollozos, pero lágri-mas saladas se deslizan por sus mejillas arrugadas. Cuando la enferma finalmente da el último suspiro, el anciano deja escapar un llanto audible desde lo más profundo de su ser.

Un niño de siete años solloza en el asiento trasero del vehículo de un trabajador social. Acaban de sacarlo de su hogar abusivo y ahora lo llevan a un lugar desconocido. Se siente solo y abandonado. Tiembla de miedo, y no puede ocultar sus lágrimas.

Mientras me atiende, puedo ver lágrimas en los ojos de la cajera del supermercado. Me cuenta que su matrimonio está llegando a su fin. No pregunto la razón; solo la dejo llorar.

Los horrores de la guerra se repiten una y otra vez en la mente del veterano. No puede compartirlos con su familia. Durante el día contiene el llanto, pero en la tranquilidad de la noche, su almohada se humedece por las lágrimas.

Años después de un homicidio sin sentido, las vacaciones familiares se ven arruinadas por el anhelo de que la familia estuviera completa. Las lágrimas y los recuerdos siguen frescos.

Un matrimonio se abraza mientras ve que su hogar es reducido a cenizas. Los recuerdos de una vida juntos desapa-recen. Entre sollozos se preguntan qué harán ahora.

A otro matrimonio, un choque de frente le quitó la vida del

Larry Yeagley

D E V O C I O N A L

Todos anhelamos ir al hogar

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hijo mayor. Ahora, un año después, el menor se ha suicidado. A los ochenta y seis años, la anciana me dice que trata de

arreglárselas sola, pero sus copiosas lágrimas me dicen que es tiempo de que Dios se mude al vecindario para morar con los hombres y mujeres que viven allí.

Una madre de México me pidió que hablara en el funeral de su bebé mortinato. Nos reunimos con la familia en la habitación del hospital. Mientras compartía palabras de con-suelo, ella miraba hacia arriba con los ojos llenos de lágrimas. Yo quería enjugar esas lágrimas, pero no había pañuelos en la habitación. Sabía que derramar lágrimas es una liberación saludable cuando existen angustias abrumadoras, pero tam-

bién entendía el valor terapéutico de que otro nos enjugue las lágrimas. Lo viví en carne propia cuando me tocó ser paciente.

Lágrimas enjugadasMis niveles de temor se habían disparado al pensar en el

resultado de la cirugía a la que me sometería en la mañana. Un anciano capellán entró a mi habitación. Se rio y desestimó mis temores. Cuando se fue, pedí a la jefa de enfermeras que solicitara que una monja viniera a verme. Ella acercó una silla a la cabecera de la cama, me tomó de la mano y me invitó a compartir mis sentimientos. Las lágrimas que tenía guardadas comenzaron a rodar. En ese momento, esa piadosa monja sacó un pañuelo y consoló al que escribe estas palabras.

Me doy cuenta de que no podemos evitar las lágrimas. Son parte de nuestro mundo quebrantado. Pero hay algo que podemos hacer: hasta que Dios se mude al vecindario, podemos enjugar las lágrimas de otros. Enjugar lágrimas en nombre de Jesús. ¡Qué misión!

Bien lo expresó el apóstol Pablo: «Bendito sea el Dios […] de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios» (2 Cor. 1:3, 4).

Enjugar lágrimas y consolar a los afligidos no siempre implica una acción física. Lo descubrí cuando visité a Jennifer. Durante diecinueve años, atendió a un hijo discapacitado que necesitaba cuidados constantes. Luchó contra el sistema

escolar hasta que su hijo terminó la escuela secundaria. Su esposo le delegó todo el esfuerzo a ella. No podía expresar sus sentimientos con palabras o lágrimas. La muerte de su hijo le produjo lágrimas que no podía compartir con sus amados.

Durante una hora me senté sin decir nada en la sala de su casa y le di permiso para llorar las lágrimas guardadas duran-te tantos años. Al día siguiente, apareció en mi puerta con un obsequio. El permiso de derramar lágrimas le había abierto las puertas de la esperanza.

El Consolador a menudo habla por nosotros. Sucedió cuando ingresé a la habitación de un abuelo agonizante. Su hijo y nieta lloraban, porque el fin estaba próximo. Me senté

con ellos durante unos minutos. Fui hasta la cama del pacien-te, me acerqué a su oído, y oré. Salí de la habitación en silen-cio. Una semana después, el hijo me paró en el pasillo. «Solo quiero decirle cuánto apreciamos las palabras de consuelo que compartió con nosotros antes que papá muriera», dijo. Quedé atónito al pensar que al visitar a esa familia doliente, Dios había estado hablando por mi medio.

¡Tantas lágrimas! ¡Tantos corazones quebrantados! Me anima tanto saber que nosotros no iniciamos el proceso de enjugar las lágrimas. Solo nos ponemos a tono con lo que el Consolador Maestro ya ha estado haciendo.

¿Cómo hará Dios para enjugar las lágrimas? ¿Cómo hará para sanar todos los corazones quebrantados? ¿Cómo hará para que esto sea permanente? El Señor que «dijo, y fue hecho», que «mandó, y existió» (Sal. 33:9) se mudará al vecin-dario y, con una palabra, desterrará las lágrimas para siempre.

Hasta que llegue ese día, somos llamados a enjugar lágri-mas en nombre de Cristo. ■

1 Este texto ha sido traducido de la versión en inglés The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Usada con permiso de NavPress Publishing Group.

Larry Yeagley ha sido docente, pastor y capellán, y actualmente disfruta de una activa jubilación en Arizona, Estados Unidos.

Me senté sin decir nada en la sala de su casa y le di permiso para llorar las lágrimas guardadas durante tantos años.

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En enero de 1997 fui a la Universidad Adventista del Plata en Argentina, para enseñar una clase del Docto-rado en Teología. Desde el avión, vi por primera vez el

inmenso delta del río Paraná con sus innumerables canales e islas, que se extienden por más de trescientos kilómetros. El sábado por la tarde, el director del programa me llevó hasta la ribera del río. Me contó que cuando un barco extranjero navega por allí, es necesario que un «piloto» local llamado «práctico», que conoce bien el río, guíe al barco por canales más profundos que permiten la navegación sin riesgos.

Imaginemos la historia de nuestro planeta como un río turbulento que pasa por rápidos y saltos peligrosos y forma un gran delta antes de fluir hacia el océano de la eternidad. En los puntos más críticos del río, Dios envió pilotos especia-les para advertir a su pueblo de los peligros que enfrentaría durante la travesía. A esos «pilotos especiales» los llamamos profetas.1 Por ejemplo, envió a Noé para advertir acerca del diluvio; a Moisés para liberar a los israelitas de la cautividad en Egipto; a Elías y Eliseo para apartar al pueblo de la idola-tría de sus días; y a Juan el Bautista para anunciar la primera venida de Cristo. Cuando el pueblo de Dios llegó al gran delta religioso e ideológico –los desafíos espirituales– de los últimos días, Dios envío a otro piloto especial para ayudar a guiar a su pueblo con seguridad hasta el puerto de la vida eterna.

Necesidad de un profeta modernoLos adventistas aceptamos «la Biblia y la Biblia solo, como

piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas».2 Si es así, ¿por qué los adventistas también acep-tamos a Elena White (1827-1915) como profetisa verdadera? ¿Necesitamos realmente la manifestación moderna del don profético? Al responder estas preguntas tenemos que reco-nocer, en primer lugar, que aun en los tiempos bíblicos hubo varios profetas verdaderos cuyos escritos no fueron incluidos

en la Biblia (1 Crón. 29:29). Para los adventistas, Elena White es otra profetisa verdadera no canónica, llamada por Dios para un momento crucial de la historia: el tiempo del fin.

Si el cristianismo moderno fuera un ente religioso homo-géneo, cimentado sólidamente en la autoridad de la Palabra de Dios, no habría necesidad de una manifestación del don profético en estos últimos días. Pero en un mundo donde el cristianismo está más dividido que nunca respecto de su comprensión de la Biblia,3 se necesita ese don para denunciar las interpretaciones erróneas de las Escrituras, causadas por la vasta cantidad de presuposiciones antibíblicas que derivan de tradiciones, la razón humana, la experiencia personal y la cultura moderna. Por ello, en lugar de remplazar a la Biblia, el moderno don de profecía ayuda a que los lectores dejen que la Biblia se interprete a sí misma sin verse distorsionada por los sesgos humanos.

Función de un profeta modernoLos adventistas creemos que al fin de los 2300 días

proféticos (Dan. 8:9-14), la verdad sería restaurada por la predicación de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12. Al igual que en otros momentos cruciales descritos en las Escrituras, esta restauración del tiempo del fin contó también con la asistencia profética, que ayudó a «(1) dirigir la atención a la Biblia, (2) ser un auxilio para entender la Biblia, y (3) colaborar para aplicar los principios bíblicos a nuestra vida».4 Esas funciones no se limitan a los primeros tiempos del movimiento adventista, sino que siguen asistiéndonos hasta el fin de la historia humana.

Jesús describió bien la situación en su parábola de la gran cena (Luc. 14:15-24). Hoy día, muchas personas están sumamente distraídas por sus posesiones materiales (vers. 18), actividades laborales (vers. 19) y sociales (vers. 20). Asimismo, los medios modernos de comunicación y la industria del

profetaNÚMERO 18

¿Por qué un

c o r t e S í a d e l p a t r i m o N i o W h i t e

C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

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entretenimiento absorben gran parte del tiempo que debe-ríamos dedicar a la Palabra de Dios. Por más importantes que puedan ser esas potenciales distracciones, nada debería remplazar nuestras prioridades espirituales. Como expresó alguien: «No tener tiempo para Dios significa desperdiciar la vida». Sin duda, necesitamos recordar constantemente nuestras prioridades espirituales (Mat. 6:33). Se nos dio una manifestación moderna del don de profecía para que dirija-mos nuevamente nuestra atención a la Biblia.

Aun los que pasan tiempo con la Biblia son tentados a distorsionar su verdadero significado. Como ya se mencionó, Dios nos dio a Elena White como profetisa para ayudarnos a ser libres de las tradiciones humanas que tienden a distorsio-nar nuestra comprensión de la Palabra de Dios. Sus escritos son «un filtro profético divino que nos ayuda a remover los

escombros humanos que la tradición ha impuesto artificial-mente sobre la Biblia, de manera que el mensaje divino de las Escrituras pueda fluir en forma pura y limpia hacia nuestros corazones».5

Da miedo pensar que aun Satanás puede entender la Palabra de Dios sin permitir por ello que transforme su vida (Sant. 2:19). Elena White advierte que «muchos aceptan una religión intelectual, una forma de santidad, sin que el corazón esté limpio».6 Y añade: «Una persona puede oír y aceptar toda la verdad, y sin embargo puede no saber nada en cuanto a la piedad personal y a la verdadera religión de la experiencia. Puede explicar los caminos de la salvación a otros y sin embargo él mismo ser un desechado».7 La manifestación mo-derna del Espíritu de Profecía nos fue dada para ayudarnos a someternos a la influencia santificadora de la Palabra de Dios (Juan 17:17; Mat. 5:13-16). ■

1 En 1863, Urías Smith usó la analogía de un «piloto» adicional prometido para la última parte del viaje en referencia al don profético de Elena White. Véase U. Smith, «Do We Discard the Bible by Endorsing the Visions?» Advent Review and Sabbath Herald, 13 de enero de 1863, p. 52.2 Elena White, El conflicto de los siglos, p. 595.3 Ya en 2001 una fuente confiable mencionaba la existencia de 34 mil diversas «denominaciones cristianas» en el mundo. Véase David B. Barrett et al., World Christian Encyclopedia: A Comparative Survey of Churches and Religions in the Modern World, segunda ed. (Oxford: Oxford University Press, 2001), vol. 1, p. vi.4 T. Housel Jemison, A Prophet Among You (Boise, Idaho: Pacific Press Pub. Assn., 1955), p. 371.5 Alberto R. Timm, “Ellen G. White: Prophetic Voice for the Last Days,” Ministry, February 2004, p. 20.6 Elena White, El camino a Cristo, p. 35.7 Elena White, El evangelismo, p. 494.

Alberto R. Timm, oriundo de Brasil, se incorporó hace poco al Patrimonio White en la Asociación General, como uno de sus directores asociados. Está casado con Marly,

y juntos tienen tres hijos.

Uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía. Este don es una de las características de la iglesia remanente y se manifestó en el ministerio de Elena White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una permanente y autorizada fuente de verdad, y brindan consuelo, dirección, instrucción y corrección a la iglesia. También establecen con claridad que la Biblia es la norma por la cual tienen que ser evaluadas todas las enseñanzas y toda experiencia. (Joel 2:28, 29; Hech. 2:14-21; Heb. 1:1-3; Apoc. 12:17; 19:10).

profetaAlberto R. Timm

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Abel Kirui es mucho más que un atleta olímpico.

RETRATO FAMILIAR: Abel y su madre Romana Jeptum y su abuela Jemaiyo Koech.

Es el último día de los Juegos Olímpicos de Londres. Ciento cinco corredores de casi setenta países compiten en uno de los eventos más prestigiosos de los juegos: la maratón. Pocos minutos antes de alcanzar la línea de llegada, Ste-

phen Kiprotich, de Uganda, logra pasar al líder de la carrera –el keniano campeón mundial de maratón– y obtiene el oro. El keniano se queda con la plata, a veintiséis segundos del ganador.

Sin embargo, cuando el keniano pasa la línea de llegada, sucede algo inusual: mientras la multitud aclama a los corredores y cientos de millones de espectadores siguen la escena en todo el mundo, se envuelve en la bandera de su país, se arrodilla, junta las manos e inclina la cabeza. Está agradeciendo. Es evidente que es cristiano.

En efecto, no es solo cristiano: es adventista del séptimo día. Su nombre es Abel Kirui, dos veces campeón mundial de maratón (Berlín, Alemania 2009; Daegu, Corea del Sur 2011), miembro de la iglesia adventista de Namgoi, en Kenia. Los comentaristas lo describen como un hombre de energía explosiva; los que lo cono-cen en privado, dicen que es un individuo muy sociable.

Un hombre disciplinadoDe hecho, cuando me reúno con él en su hogar cerca de Kapsabet, en las eleva-

das mesetas del occidente de Kenia, viene hacia mí con energía, como si caminara sobre resortes, listo para su carrera matutina. Se coloca rápidamente el calzado para correr, y vamos en automóvil hasta el punto de largada. Habla con la misma velo-cidad que corre: de sus objetivos, sus proyectos, su familia, su fe, su gran respon-sabilidad hacia Dios y su país. Cuando no habla, comienza a tararear una melodía

y a cantar: «¿Vives débil y cargado de temor y tentación? A Jesús tu amigo eterno, cuenta todo en oración».

«El año que viene va a ser un gran año: media maratón en España en febrero; en abril será Londres –dice Kirui–. Va a ser la carrera de mara-tón más grande de la historia: Kiprotich va a estar allí; Wilson Kipsang va a estar allí; y por supuesto, yo estaré allí; quiero ganar. Entonces, viene el campeonato mundial en Moscú, y quiero ser el primer maratonista de la historia en obtener tres campeonatos mundiales».

Es un objetivo difícil, pero se está esforzando para lograrlo. Antes de cada carrera dedica cuatro meses al entrenamiento intensivo. Los maratonistas solo corren dos o tres carreras grandes al año, pero durante la etapa de preparación, se trata de un entrenamiento intensivo. Kirui corre veintiún kilómetros por la mañana y quince por la tarde; se acuesta temprano, se levanta muy temprano, y pasa una hora con el Señor. Ingiere comidas equilibradas, evita los alimentos de alto contenido graso y vive según el lema: «Las casualidades son oportunidades que favorecen a los que están preparados para aprovecharlas».

Así C ORREN O TA D E TA PA

Claude Richli

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Abel Kirui es mucho más que un atleta olímpico.

RITMO DE CARRERA: Kirui (izquierda) es una figura conocida que suele entrenarse en las cercanías de su hogar.

Así C ORRE

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BENEFICIOS DE CORRER: Además de entrenar dos veces al día, Kirui apoya la educación en su aldea natal y usa su profesión como plataforma para testificar de Cristo.

«Correr es una disciplina, como dice la Biblia», añade. Pero cuando le pregunto si fue una gran desilusión no ganar el oro, responde: «No, estoy muy feliz también con la plata. Agradezco a Dios por ello». Para enfatizar que no deja nada librado al azar, me muestra cómo se ata los cordones de su calzado. «Hago nudos triples, para que si un nudo se desarma durante la carrera, pueda seguir corriendo sin perder el calzado ni perder tiempo tratando de atarlo».

Un corredor velozKirui deja el vehículo de un salto, aprieta su cronó-

metro y comienza a correr. No es el único que corre en Kapsabet y sus alrededores, esa mañana. El sol apenas ha salido, y el aire aún está espeso por el rocío, pero aquí y allí, trotando sobre el pavimento desparejo o la sucia superficie de los caminos rurales, decenas de aspirantes a campeones buscan desarrollar su resistencia y velocidad. Después de un par de kilómetros Kirui alcanza a un corredor de chaqueta naranja. El hombre, sorprendido, comienza a acelerar para seguirle el paso.

Sus zancadas son elegantes, enérgicas e increíblemente veloces. Sus pies apenas parecen tocar el suelo. Los movi-mientos de brazos parecen impulsarlo. De vez en cuando, en el rostro de Kirui se dibuja una sonrisa, y de su puño cerrado surge el índice, que apunta hacia arriba. Medio kilómetro después el corredor de chaqueta naranja queda definitiva-mente atrás, incapaz de mantenerse a la par. Kirui le hace un ademán de despedida y sigue corriendo.

Es tarea de la iglesiapastorear a los campeones

Abel Kirui no es el único maratonista exitoso de la iglesia. Hace algunos años, mientras estaba en el campo de entrena-miento de Iten, conoció a Priscah Jeptoo, una maratonista prometedora, de su misma región. La personalidad contagiosa y dinámica de Abel la motivó a aceptar la invitación de visitar su iglesia. Pronto comenzó a asistir con regularidad.

Allí conoció al amor de su vida, se bautizó y contrajo matrimonio. Entonces su carrera despegó. En el Campeonato Mundial de Daegu 2011, obtuvo la plata. En los Juegos Olímpicos de Londres también obtuvo la plata. Llegó cinco segundos

después de Tiki Gelana, de Etiopía, en lo que fue la maratón más peleada en la historia de la competencia.

Estos y otros éxitos han hecho que Jeptoo sea la tercera mejor fondista del mundo. Ahora, la congregación de 175 miembros cuenta con dos medallistas olímpicos, además de otros maratonistas destacados, como es el caso de Amos Matui, que ganó maratones en cuatro continentes. Todos son amigos de Abel Kirui.

Noah Kipkoeth Chumo, el pastor de la iglesia, dice que hasta han comenzado una Asociación Atlética Adventista con

nueve miembros de su iglesia y varios más de otras congregaciones. Antes de que los atletas salgan para un evento, tienen un culto especial de consagración, durante el cual Chumo les recuerda que no corren por su propio poder sino por el de Dios. «Animamos a todos nuestros miembros a correr por su blanco en la vida, y hacer del blanco eterno su prioridad. Entonces, cuando regresan los atletas, organizamos un sábado de acción de gracias para celebrar lo que Dios hizo en sus vidas. Cuando Abel y Priscah regresaron, cientos de visitas vinieron a la iglesia. Nuestros atletas son reales embajadores de Dios y la iglesia. Es muy importante darles una función en la iglesia y reforzar su deseo de ser embajadores y de apoyar el evangelismo. Queremos estimular eso».

18 Adventist World | Marzo 2013

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N O TA D E TA PA

su ingreso a las grandes competencias. En 2008 ganó plata en el mismo evento. En 2009 se convirtió en el campeón mundial en Berlín. También ganó en la Maratón de Viena 2008, marcando un nuevo récord. Su marca personal en el evento es de 2:06:51.

Dos minutos después del fin de la carrera y a pesar del aire de la altura (estamos a 2200 metros sobre el nivel del mar), su respiración ya es normal. Bebe con energía agua de una botella.

Al entrar en la vivienda, nos saludan su madre, abuela, hermano y un par de primos. Lo abrazan con afecto y corren a mostrarnos las lagunas que ha instalado para criar peces, con la intención de complementar su dieta e ingresos. Al sentarnos para tomar algo caliente, Kirui dice: «Corro por Dios, mi familia y mi país. Es una gran responsabilidad. Si gano cincuenta mil dólares en premios, me doy cuenta que ahora puedo apoyar a veinte personas».

No obstante, Abel quiere hacer más que apoyar a su familia. Quiere contribuir a su iglesia y sociedad. En una entrevista telefónica, su pastor confirmó que cuando la iglesia estaba embarcada en un proyecto de construcción, Kirui los apoyó generosamente. Además, financió una escuela en Eldoret, el centro regional que ofrece educación hasta el octavo grado. La institución cuenta con ochenta y cinco alumnos. Participa asimismo de un proyecto de construir residencias estudiantiles para otros 224 estudiantes, y está haciendo planes para que en cinco años pueda albergar a mil niños. «Quiero que salgan médicos, científicos, empresarios y deportistas», explica.

Sueña con patrocinar algún día un centro oncológico en el hospital de la Universidad de África Oriental, en Baraton. «En África hay una epidemia de cáncer, y quiero hacer algo al respecto. Cada carrera me lleva más cerca de mi objetivo de apoyar estos proyectos –dice–. Comencé mi vida con la Palabra de Dios, y me gustaría terminarla con ella. Por eso trabajo con dedicación para no desilusionar a la gente, tanto en términos profesionales como en relación al carácter y mis contribuciones. El dinero tiene que servir para hacer realidad una causa; es un medio para mejorar las cosas. Si se convierte en un ídolo, no nos queda nada».

Esa tarde saldrá para el campo nacional de entrenamiento para atletas de elite en Iten. Pasará dos meses allí, entrenándo-se en doble turno. Pero cada viernes regresará a su hogar para pasar el sábado con su esposa y dos niños pequeños porque, como dice, «ellos aún no poseen raíces espirituales». ■

Claude Richli es editor asociado de ADVENTIST WORLD. Este artículo fue escrito con contribuciones del fotógrafo Tor Tjeransen y la Red de Noticias Adventistas.

Al fin se detiene y mira su cronómetro. Está feliz: acaba de correr 5,7 kilómetros en diecisiete minutos, lo que representa solo medio kilómetro más lento por hora, que la velocidad promedio récord en maratón. No está mal para un entre-namiento de rutina en una superficie despareja. Entonces le pregunto:

–¿Puedes seguir corriendo a esa velocidad si continuaras durante una hora?

–¡Por supuesto! –dice entre risas.Kirui comenzó a correr de niño. Corría para no llegar

tarde a la escuela: dos kilómetros por la mañana, dos al mediodía al regresar, y dos más a la tarde. A los doce años podía correr diez kilómetros sin parar, e ingresó en sus primeras competencias. Los premios eran algunas bananas, carne asada o caña de azúcar.

Corre para DiosMientras estaba en la escuela secundaria, Kirui comenzó

a destacarse en otro ámbito: el liderazgo espiritual. Era el encargado de dirigir las meditaciones y los cultos. Como resultado, sus compañeros pronto comenzaron a llamarlo «pastor Kirui». Cuenta que una noche hacia el fin de sus estudios, alrededor de la medianoche, le pidió a Dios que le ayudara a correr «para poder ser un testigo». Al describir su ambición, cita el Salmo 35:18: «Te confesaré en la gran congregación; ¡te alabaré en medio de numeroso pueblo!».

«Los salmos han sido mi inspiración –dice–. Cada carrera es una oportunidad. Le digo a Dios: “Donde me coloques, te compartiré con los demás”. Por eso, cada vez que termino una carrera, digo: “Gracias, Dios”».

Desde pequeño aprendió a depender de Dios. Su madre era su influencia espiritual más destacada. Ella lo animaba para que asistiera a la iglesia los sábados. «Mi hermano me llevaba a la iglesia, y la bondad de mi madre me convenció». Hoy día, su hábito de orar temprano en la mañana es herencia de ella. «Recuerdo que se levantaba de madrugada para orar, pidiendo que escogiéramos a quién serviríamos –recuerda–. Ahora, cada mañana me levanto muy temprano y le pido a Dios que me dé fuerzas para correr».

Al terminar la secundaria, Kirui participó de una carrera organizada por la administración de policía. El premio era un puesto en la policía. Kirui ganó, por lo que desde entonces ha sido policía. Después de su actuación en los Juegos Olímpicos, fue promovido a inspector. En 2005 comenzó a ganar carreras en Kenia y ganó sus primeros diez mil metros en Polonia, estableciendo un récord en el circuito de Gdansk que aún no ha sido superado.

El compromiso y entrenamiento llevaron muy lejos a ese humilde muchacho de aldea. En 2006 fue escogido para correr en equipo con su modelo, Haile Gebrselassie, uno de los más grandes fondistas de todos los tiempos. En esa carrera en Berlín ganó Gebrselassie, y Kirui terminó noveno. Ese fue

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El evangelio de Cristo se esparció muy lentamente durante comienzos y mediados del siglo

XIX en Camboya, Laos y Vietnam. Aunque Dios envió individuos visionarios y de fe, que poseían un espíritu misionero similar al de los pioneros de la iglesia en otras partes del mundo, los progresos fueron lentos. Los gobiernos se resistían al cristianismo, y las profundas creencias budistas formaban parte de la cultura y la misma trama social.

A fines de la década de 1970, el co-munismo y la guerra hicieron que mu-chos hombres, mujeres y niños huyeran solo con lo puesto. Muchos fueron

Judy Aitken

en botes, escapando por poco de los saqueos piratas y los naufragios. No sobrevivieron por casualidad; Dios quería revelárseles.

La decisiónComencé a pensar en esta parte

del mundo y orar por ellos, después de ver un demacrado niño camboyano ya sin vida, en los brazos de su madre. La fotografía fue publicada en la tapa de la revista Time del 12 de noviembre de 1979. La mirada de angustia y horror de la madre halló eco en mí, que tam-bién soy madre. El Espíritu Santo me impresionó para que decidiera ayudar

Las semillas de amor sembradas de manera práctica motivaban preguntas tales como: «¿Qué significa “adventista del séptimo día”?» «¿Quién es ese Jesús al que usted ora?» Estas preguntas derivaron en estudios bíblicos, los que se convirtieron en grupos pequeños de estudio. Gracias a la milagrosa ayuda divina, en los campos de refugiados se establecieron quince iglesias adventistas, y entre 1980 y 1987 se bautizaron más de diez mil personas.

Para apoyar a los nuevos creyentes, espiritual y físicamente, dejé de trabajar como enfermera y comencé a colaborar con la entidad Volunteers International.

testigos de los horrores de la guerra, y vieron morir a sus amados. Comenza-ron entonces a preguntarse: «¿Dónde está Buda, ahora que lo necesitamos?».

Campos de refugiadosEra casi imposible alcanzar los

campos de refugiados en la frontera tailandesa, pero algunos lo lograron. Los camboyanos abandonaron los cam-pos de trabajos forzados y las matanzas del régimen de Pol Pot. Durante la travesía, apenas consiguieron alimento y agua para subsistir, mientras esqui-vaban a cada paso las minas terrestres. Los laosianos nadaron por horas en el río Mekong, procurando aguantar bajo el agua todo lo posible, para evitar las balas que les disparaban desde la costa. Los vietnamitas llegaban a menudo

a ese pueblo sufriente. Era enfermera, y prometí al Señor que iría allí si él me abría las puertas. Una semana después me enteré de un urgente llamado de Servicios Mundiales Adventistas (que hoy es la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, o ADRA), por el que solicitaban volunta-rios para ir al sudeste asiático y ayudar a los refugiados que atestaban sus cam-pamentos. Muchos estaban muriendo de desnutrición, heridas de guerra y enfermedades. Mi familia y yo respon-dimos, e ingresamos así a un mundo de increíble sufrimiento. Lo que comenzó como un viaje misionero a corto plazo se convirtió en una pasión que sigue viva hasta el presente.

Ser enfermera en ese ambiente era muy distinto a lo que había hecho antes.

Más tarde, junto a otras personas, co-mencé un ministerio sin fines de lucro llamado «Proyectos Asia». Dios envió voluntarios de diversos países para compartir a Jesús con gente deseosa de oír el mensaje del evangelio. Mi familia y yo nos sentimos privilegiados de ser testigos de un milagro tras otro, cuando Dios usó la falta de libertad política y el confinamiento de los campos para anular la esclavitud de Satanás y brindar libertad espiritual.

Efecto dominóEntre 1986 y 1987 los campos de

refugiados fueron cerrados, y los que no habían sido repatriados a los Estados Unidos tuvieron que volver a sus países de origen. Estos nuevos creyentes regre-saron transformados. Con el ardiente

V I D A A D V E N T I S T A

La Palabra de Dios germinó en los campos de refugiados de Asia.

en ellugarmenos

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amor de Jesús en el corazón, comenza-ron a dar su testimonio en sus aldeas. En el país surgieron espontáneamente grupos que se reunían para adorar a Dios. Yo ya había regresado a los Estados Unidos, pero mi corazón seguía en Asia.

En 1991, la Unión Misión del Sudeste Asiático estableció el territorio de Camboya. Como colaboradora de la organización Adventist Frontier Missions inicié, con mucha oración, proyectos de refugiados. Una vez más podría apoyar la obra en el país.

Fuimos hasta su oficina, pero estaba cerrada. Preguntamos a un guardia de seguridad si conocía a Hang Dara. Lo conocía y nos indicó dónde vivía. Cuando llegamos, sin embargo, la casa estaba vacía. Los vecinos nos dijeron que la familia se había mudado la semana anterior, pero que no sabían adónde.

Mary Ann y yo oramos ahí mismo en la atestada calle, frente a la casa, pidiéndole a Dios que nos guiara hasta Hang Dara y su esposa Bun Sokhom. Cuando abrimos los ojos, vimos que

inglés), que sigue apoyando a la Iglesia Adventista en la tarea de esparcir el evangelio en Tailandia, Camboya, Laos, Vietnam y Birmania. Esto fue resultado del pedido de Robin Riches, por en-tonces presidente de la Misión. Desde entonces, el evangelio se ha esparcido a un ritmo asombroso, en particular en Vietnam, un país aún cerrado. En los últimos veintitrés años, ASAP ha incrementado incesantemente el apoyo al movimiento de hogares-iglesia en Vietnam, mayormente mediante Isaías Duong, pastor y orador de Paz y feli-cidad, un programa de Radio Mundial Adventista. Los misioneros de ASAP evangelizan con valor en este país y el número de miembros de los hogares-iglesia sigue creciendo.

Al reflexionar en la historia de la Iglesia Adventista en el sudeste asiático, me maravillo al ver que Dios escoge in-dividuos que están en situaciones muy difíciles, para hacer lo imposible para su gloria. En esa región hay muchos fieles hermanos y hermanas que soportaron mucho sufrimiento, pero que ahora tra-bajan para la iglesia y están unidos con su misión. Algunos de ellos aceptaron al Señor muchos años atrás en los campos de refugiados. Otros son el fruto del trabajo de esos primeros conversos.

Aún hay una gran obra que hacer, pero al recordar cómo Dios nos guio en el pasado, obtenemos esperanza para el futuro.

Los lectores pueden unirse para orar por los millones de personas de esa región que aún no conocen a Cristo como su Salvador, si se anotan como socios de oración en el sitio web de ASAP en www.asapministries.org. ■

VISITA A REFUGIADOS: Judy Aitken, directora de ASAP (derecha), durante una visita al pueblo de Odem (Camboya)

c o r t e S í a d e a S a p

Judy Aitken es fundadora y directora de Proyectos Adventistas del Sudeste Asiático (ASAP). Judy siente

pasión por ayudar a salvar a los perdidos, no solo en esa región sino en su propia comunidad de Míchigan (Estados Unidos).

Dirección providencialSe nos pidió a Mary Ann McNeilus

(una médica que había trabajado en el hospital del campo de refugiados) y a mí, que ayudáramos a ubicar líderes, maestros y feligreses adventistas que hubieran regresado de los campos. Oramos con fervor para que Dios nos llevara hasta ellos, para así hablarles de la nueva misión y ofrecerles Biblias y diversos impresos. El Señor nos guio milagrosamente a cada paso de esa tarea.

En cierta ocasión, Hang Dara, exlíder de la iglesia en el Campo de Refugiados II, estaba trabajando para las Naciones Unidas en Kompung Cham (Camboya).

Hang Dara venía hacia nosotros en su motocicleta. Pasaba justamente por allí y nos vio. ¡Qué encuentro gozoso tuvimos! El Señor habló al corazón de él y su esposa, y los convenció para que se unieran a la Misión Adventista. Hoy día, Hang Dara es director de la Asociación Ministerial de la Misión de Camboya, y su esposa es directora de Ministerios de la Mujer.

Crecimiento constanteHace diecisiete años Dios abrió

las puertas para que se iniciara el ministerio Proyectos Adventistas del Sudeste Asiático (ASAP por su sigla en

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brillarhoraReflejemos los recursos divinos

Elena White

de

Cuando el Espíritu Santo transforma el corazón de los creyentes, cuando la verdad es apreciada, los siervos de Dios no trabajarán en vano. Cristo se vuelve una

presencia perdurable en el corazón, y captamos la gran misericordia y bondad divinas.

Al repasar, no los capítulos oscuros de nuestra existencia para expresar quejas, sino las manifestaciones de su gran misericordia y amor y poder constantes que reveló al libe-rarnos, nuestras alabanzas superarán las quejas. Hablaremos de la amorosa fidelidad de Dios como verdadero, tierno y compasivo Pastor de su rebaño que, ha declarado, nadie quitará de su mano. El lenguaje del corazón no tendrá quejas y murmuraciones egoístas. Al igual que arroyos que fluyen cristalinos, en los verdaderos creyentes nacerá la alabanza. «El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días». «Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra».

La pérdida del primer amor¿Por qué no despertamos la voz de cánticos espirituales en

los viajes de nuestro peregrinaje? ¿Por qué no regresamos a la simpleza y la vida ferviente? La razón es que hemos perdido el primer amor. Seamos entonces celosos y arrepintámonos, para que el candelero no sea removido […].

En el cielo, el templo de Dios está abierto, y su entrada

brilla con la gloria destinada a cada iglesia que ama a Dios y guarda sus mandamientos. Necesitamos estudiar, meditar y orar. Entonces tendremos la visión espiritual para discernir los atrios internos del templo celestial. Captaremos los temas de los cánticos y la acción de gracias del coro celestial que rodea al trono.

Alabanza y acción de graciasCuando Sion se levante y resplandezca, su luz será pene-

trante, y preciosos cánticos de alabanza y acción de gracias serán oídos en la congregación de los santos. Se perderán de vista las murmuraciones, las quejas y los lamentos por los pequeños desengaños y desilusiones. Al ponernos el colirio dorado, veremos las glorias del más allá. La fe atravesará la sombra infernal de Satanás, y veremos a nuestro Abogado que ofrece el incienso de sus propios méritos en nuestro favor. Cuando veamos esto así como sucede y el Señor lo desea, seremos llenos de un sentido de la inmensidad y diversidad del amor de Dios.

Al apreciar el amor y el carácter de Dios, los corazones insensibles se verán avivados, y la luz brillará hacia el alma. Nuestra breve visión pasará, y discerniremos maravillosas cosas de la Palabra.

Mientras los que profesan la verdad sirvan a Satanás, su sombra infernal obstruirá la vista de ellos de Dios y el cielo. Serán como los que han perdido su primer amor. No pueden ver las realidades eternas. Lo que Dios ha preparado

E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Es

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para nosotros está representado en Zacarías, capítulos 3 y 4, y 4:12-14: «Y aún le pregunté de nuevo: “¿Qué significan las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten su aceite dorado?” Él me respondió: “¿No sabes qué es esto?”. Yo dije: “No, Señor mío”. Y él me respondió: “Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”».

Levántate y resplandeceAl Señor le sobran recursos. No le falta capacidad. Es

por la falta de fe, la mundanalidad, las pláticas frívolas y la incredulidad manifestadas en nuestras conversaciones, que densos nubarrones nos rodean. Cristo no es revelado en palabra o carácter como el codiciable, distinguido entre diez mil. Cuando el alma se contenta con la vanidad, poco puede hacer el Espíritu de Dios por ella. Nuestra visión reducida contempla las sombras, pero no puede ver la gloria que está más allá. Los ángeles están sosteniendo los cuatro vientos que, como un caballo enfadado, busca romper ataduras y arremeter sobre la faz de toda la tierra, sembrando a su paso destrucción y muerte.

¿Hemos de dormir en el umbral mismo del mundo eternal? ¿Nos mostraremos sordos y fríos y muertos? ¡Oh, que en nuestras iglesias el Espíritu y el aliento de Dios fueran insu-flados en su pueblo, para que pudieran pararse sobre sus pies y vivir! Necesitamos ver que la senda es estrecha y la puerta angosta. Pero una vez que pasamos por la puerta estrecha, su anchura es ilimitada.

Ahora necesitamos levantarnos y resplandecer, porque ha venido nuestra luz, y la gloria del Señor ha nacido sobre nosotros. No tenemos tiempo para hablar del yo, ni para ser como una planta sensible que no puede ser tocada sin enco-gerse. Nuestra suficiencia está en Cristo. ¿Pronunciaremos palabras de fe? ¿Hablaremos de la gloriosa esperanza, de la justicia plena y abundante de Jesucristo que se provee a cada alma? Os digo en el nombre del Señor Dios de Israel que to-das las influencias injuriosas y desalentadoras son contenidas por invisibles manos de ángeles, hasta que todo el que obre con el temor y el amor de Dios sea sellado en su frente.

Dios es nuestro ayudadorTodo el universo celestial está interesado, y la Ley de Dios

es ejercida en favor del pueblo fiel que guarda los manda-mientos. Hemos de confiar en Dios. Solo un gobierno de mente estrecha puede legislar para suprimir la Ley de Dios. El Señor tiene el mundo en sus manos. Dios está de nuestro lado. Todo el cielo aguarda y anhela nuestra cooperación. El Señor es supremo: ¿por qué hemos de temer? Es todopode-roso: ¿de qué hemos de atemorizarnos? En el pasado Dios ha librado a su pueblo, y él será nuestro ayudador si nos levanta-mos y avanzamos con su fuerza.

La Biblia y solo la Biblia tiene que ser nuestro refugio. Dios está en su Palabra. «Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho». Con eso nos basta.

«Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará sobre sí las iniquidades de ellos». El gran corazón amante de Dios está satisfecho con el resultado de su misión al ver las almas salvadas. Ese tiene que ser motivo de regocijo. Trabajemos como nunca antes. Dejemos de lado el yo, y aferrémonos por la fe de Cristo. Revelémoslo al mundo como

el codiciable y distinguido entre diez mil. «Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. Clamaban a gran voz, diciendo: “¡La salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!”». Comencemos a alabar a Dios aquí en la tierra. Y unámonos a la compañía celestial. Entonces representaremos la verdad tal como es: poder para todo aquel que cree. ■

Este artículo es una selección extraída de una carta que Elena White escribió a su hijo Guillermo el 10 de junio de 1897 (carta 138). La carta fue publicada en su totalidad en Manuscript Releases, tomo 20, páginas 215-217. Los adventistas creemos que Elena White (1827-1915) ejerció el don bíblico de profecía durante más de setenta años de ministerio público.

brillar Dios será nuestro ayudador si nos levantamos y avanzamos con su fuerza .

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Los que visitan el Centro de Investigación Adventista de la Universidad Andrews, suelen quedar fascinados por siete estructuras tridimensionales de papel maché

que representan las bestias de los libros bíblicos de Daniel y Apocalipsis. ¿Quién creó esas excelentes ilustraciones? ¿Cuándo y cómo fueron usadas? Las respuestas a estas preguntas exploran uno de los legados destacados de la evangelización en nuestra iglesia.

Primeros añosWilliam Ward Simpson, de ascendencia inglesa, nació en

Nueva York el 1 de agosto de 1872. Tiempo después sus padres regresaron a Inglaterra donde permanecieron once años, antes de trasladar a toda la familia nuevamente a Estados Unidos. El padre de William se enfermó de neumonía durante la travesía en barco, y falleció poco después de llegar. William fue el único de los seis niños de la familia que alcanzó la adultez.

Los Simpson eran ateos, pero en cierta ocasión en que William se enfermó, una familia de apellido Maxon aconsejó a su madre que lo llevara al Sanatorio de Battle Creek.1 Cuando se restableció, el doctor John Kellogg lo contrató para trabajar como encargado de los recados del sanatorio. Durante ese tiempo y más tarde en un trabajo similar para la Good Hope Publishing Company, su incredulidad se mantuvo firme.

A los dieciocho años, observó con menosprecio un aviso de conferencias sobre las profecías de Daniel y Apocalipsis y se acercó al lugar con intenciones de burlarse; pero el Espíritu Santo estaba obrando. Esa misma noche comenzó a ser cautivado por las profecías bíblicas. Poco después comenzó a asistir todas las noches y pronto aceptó la verdad.

Colportor y predicadorCon el tiempo, Simpson llegó a ser operador en la impren-

ta Review and Herald, en Battle Creek. El extrovertido joven sintió la convicción de que Dios lo estaba llamando para esparcir su Palabra. Le comunicó a su jefe que iría a colportar. La venta de libros religiosos le dio mucha satisfacción y éxito, y la Asociación de Míchigan le otorgó la licencia de predicador.

Simpson predicó su primer sermón en Kings’ Mills (Míchigan) el 29 de abril de 1894, y se sintió atraído por el ministerio de John Ballenger, un vigoroso pionero que ilus-traba de manera creativa las verdades bíblicas. Ballenger había construido una réplica del Santuario en escala. Simpson que-ría ver sus ayudas visuales y aprender más sobre sus métodos ministeriales, y por eso fue a visitarlo. Los dos hallaron mucho de qué hablar, y pasaron todo el día conversando. Nellie, la hija de Ballenger, se les unió a la hora de la cena.

A comienzos de 1895, a los veintidós años, Simpson viajó

William Ward SimpsonEl primer evangelista

adventista urbano de éxito

Glúder Quispe

H E R E N C I A A D V E N T I S T A

OBRA DE ARTE: William Ward Simpson (arriba) usó representaciones dramáticas

de los símbolos proféticos para atraer a las audiencias e ilustrar sus conferencias

de evangelización.

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a Canadá para abrir la obra en nuevos lugares. Organizó una iglesia en Ontario, pero la presión de parte de las iglesias metodistas y las leyes de descanso religioso, hicieron que el 2 de mayo de 1896 fuera condenado a cuarenta días en la cárcel por «profanación del día de reposo».

Ingenioso e indomable, Simpson usó su tiempo en la cár-cel y los materiales a su disposición para preparar un folleto de veinte páginas sobre libertad religiosa, colorido y bien documentado. Sus emotivos y lógicos llamados hicieron que el folleto alcanzara gran repercusión. En junio fue liberado de la prisión. En noviembre, llevó a cabo reuniones para toda una reserva indígena del oeste de Ontario.

La cena de 1894 con Ballenger siguió dando sus frutos cuando la Asociación de Míchigan los puso a trabajar juntos en unas conferencias. Nellie estaba a cargo de la música. Aunque Simpson regresó a trabajar en Canadá y Nellie tra-bajó como preceptora e instructora bíblica de sostén propio en el Colegio Superior Walla Walla (estado de Washington), siguieron comunicándose por carta. Simpson, que tenía una licencia de joyero, estaba arreglando el reloj de Nellie. La cena, la música en las conferencias, la reparación del reloj y la conti-nua correspondencia terminó en boda el 10 de mayo de 1899. Nellie se unió a Simpson en el campo de labor canadiense y fue testigo de su ordenación al ministerio ese mismo verano. El matrimonio se vio bendecido con la llegada de tres niños.

Evangelista urbanoDespués de sufrir su primera hemorragia pulmonar en

octubre de 1902 mientras vivía en Canadá, se le aconsejó que se mudara a un clima más templado. Un mes después la familia se mudó a California, donde Simpson trabajó por cinco años (1902-1907) al frente de exitosas campañas de evangelización en las ciudades de Redlands, Riverside, Los Ángeles, San Diego, Pasadena, Santa Ana y Oakland, entre otras.2 William Ward Simpson fue un orador persuasivo e imaginativo, un evangelista adventista único para su tiempo.

Durante el tiempo que trabajó en California, E. Franke llevó a cabo reuniones en Nueva York, pero Elena White condenó rotundamente su estilo y métodos. En contraste, informó ella: «W. Simpson ha estado llevando a cabo reunio-nes en el corazón de la ciudad de Los Ángeles […]. Noche tras noche, la gran tienda, donde caben dos mil personas, ha estado colmada […]. El pastor Simpson presenta la verdad como era presentada en el pasado […]. Explica las profecías con suma claridad, mostrando sencillamente que el fin de todas las cosas está cerca». Y añadió: «El Señor ciertamente obra con él, y es mi deseo que hubiera cientos de esos obreros en el campo, proclamando con la misma sinceridad y el mismo entusiasmo el último mensaje de advertencia».3

Las dos mil personas en Los Ángeles en 1905 hacen que uno se pregunte cuál habría sido el curso del evangelismo adventista si Simpson hubiera vivido más tiempo. Antes de

fallecer a los treinta y cinco años, introdujo innovaciones significativas al evangelismo adventista. Cuando llegó a Pasadena a comienzos de 1906, encargó a una compañía de Hollywood que preparara bestias de papel maché. En 1976, su nieta, Lavon Ramsey, y su esposo Fred, las donaron (junto con otros artículos personales del abuelo) a la Universidad Andrews. La Colección William Ward Simpson consiste en dos cajas que incluyen correspondencia, información sobre las bestias de papel maché, materiales sobre la familia Ballenger, y la obra y los escritos de evangelización de Simpson, así como materiales de su hija Winea.

Una influencia duraderaAunque provenía de un hogar sin Dios, Simpson llegó

a ser uno de sus voceros por excelencia. Elena White le escribió al menos ocho cartas, una de las cuales decía: «Tengo un mensaje para usted de parte del Señor. Cultive sus órganos vocales».4 Elena White lo animó a continuar con sus campañas de evangelización, diciéndole: «Los ángeles están a su alrededor».5 También lo felicitó por sus notables resultados.6 Por último, cuando estaba enfermo, le aseguró: «El Señor ha bendecido sus esfuerzos, pero la obra aún no está terminada. Siga el mejor tratamiento que le sea posible conseguir».7

A pesar de ello, su obra sigue inconclusa. El 28 de abril de 1907, el trabajo excesivo, la salud deficiente, y quizá la influencia perjudicial de la apostasía de Ballenger, llevaron a Simpson al descanso.

Esta pintoresca cita suya aún resuena entre nosotros: «Agradezco a Dios desde la profundidad de mi alma por la humilde parte que me toca en su causa, y con vosotros dedico todo lo que tengo o espero tener alguna vez para ayudar a dar el gran clamor del mensaje del tercer ángel a toda la tierra, en esta generación».8 ■

1 Nellie Ballenger Simpson, «Notes», citado en Fred M. Ramsey, «A Study of William Ward Simpson’s Evangelistic Personality» (trabajo preparado para Historia de la IASD, Universidad Andrews, Mayo 1971), p. 5.2 Los resultados de esas campañas de evangelización se encuentran en G. W. Reaser, «Southern California: New Items», Pacific Union Recorder, 28 de diciembre de 1905, p. 5; ídem, «Southern California», Pacific Union Recorder, 15 de marzo de 1906, p. 4; William W. Simpson, «Pasadena», Review and Herald, 21 de junio de 1906, p. 4. Elena White a John Burden, Sanitarium, California, 12 de abril de 1905.3 Elena White, «Notes of Travel–No. 5: Los Angeles, Cal.», Review and Herald, 2 de marzo de 1905.4 Elena White a William Simpson, 18 de septiembre de 1904.5 Elena White aWilliam Simpson, 14 de octubre de 1905; Elena White a William W. Simpson, 30 de junio de 1906; Elena White a William Simpson, 20 de agosto de 1906; Elena White a William Simpson, 27 de octubre de 1906.6 Elena White a William Simpson, 4 de diciembre de 1906.7 Elena White a William Simpson, 9 de abril de 1907.8 Simpson, «Pasadena», Pacific Union Recorder, 21 de junio de 1906, p. 4.

Glúder Quispe es profesor de Teología en la Universidad Peruana Unión, y candidato doctoral en Estudios Adventistas en la Universidad Andrews.

William Ward Simpson

Vol. 9 No. 3 | Adventist World 25

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¡Nada! Por supuesto. Hay quienes han afirmado que sí son mencionados (por

ejemplo en 2 Reyes 2:11), aunque difieren de

lo que algunos afirman ver en la actualidad. A pesar de ello,

algunos adventistas –creyentes emocio-nal y espiritualmente equilibrados– me han infor-mado que han visto esos objetos y que les gustaría

saber cómo relacionar este hecho con las Escrituras. Se suele creer que los objetos voladores provienen de otros mundos o planetas, por lo que se asume que hay allí vida inteligente. A continuación, algunas ideas.

1. Vida inteligente en otros planetas: La Biblia afir-ma que hay vida extraterrestre inteligente. El ministerio de los ángeles de Dios entre los seres humanos (Mat. 18:10; Sal. 91:11) y la declaración de que los hijos de Dios se regocijaban cuando el Señor creó el mundo, indican que existen seres in-teligentes y que existían antes de la creación de la humanidad (Job 38:7). El Hijo de Dios –un extraterrestre, por así decir-lo– descendió al mundo, se hizo uno de nosotros y ascendió al cielo victorioso sobre las fuerzas del mal (Juan 1:1-3, 14; Hech. 1:9; Col. 2:15). Es también importante recordar que las fuerzas del mal no pertenecen a esta tierra, sino que vinieron del espacio exterior para oponerse a Dios y engañar a los seres humanos (Apoc. 12:7-9).

2. ¿Y si son reales? ¿Qué podemos decir a los que creen que los ovnis son reales y que provienen de otros planetas? En primer lugar, la Biblia deja en claro que la comunicación entre los humanos y las formas extraterrestres de vida es posible solo mediante la mediación de Cristo, que envió al Espíritu Santo y a sus ángeles para ministrar en nuestro favor (1 Tim. 2:5; Juan 14:16, 17, 26).

En segundo lugar, por medio de Cristo, Dios ha revelado cómo se resolverá en toda su expresión el dilema humano. Debemos sospechar de cualquier desviación del plan divino.

En tercer lugar, Cristo ha establecido claramente cómo regresará (Mat. 16:27; 24:30, 31; 1 Tes. 4:14-17). Por lo tanto, podemos afirmar que no usará los ovnis que algunos afirman haber visto.

En cuarto lugar, los poderes del mal también participan del conflicto cósmico y buscan engañar a los humanos ofreciéndoles un plan alternativo para la solución del dilema humano. Al aproximarnos al fin del conflicto cósmico, se volverán especialmente activos por medio de milagros y ma-nifestaciones sobrenaturales (Apoc. 13:13, 14). Las Escrituras nos dicen que irán a los reyes de la tierra para unirlos contra Dios y su pueblo (Apoc. 16:14). Hasta procurarán imitar el retorno de Cristo (2 Tes. 2:8, 9). Estas creencias bíblicas fun-damentales deberían ser usadas para evaluar toda supuesta manifestación de vida extraterrestre en nuestro planeta por medio de ovnis o de cualquier otra forma similar.

3. ¿Evidencia adicional? Algunos adventistas han usa-do una declaración de Elena White para afirmar que ella anti-cipó el fenómeno de los ovnis y los identificó como de origen demoníaco: «Pronto aparecerán en el cielo signos pavorosos de carácter sobrenatural, en prueba del poder milagroso de los demonios. Los espíritus de los demonios irán en busca de los reyes de la tierra y por todo el mundo para aprisionar a los hombres con engaños e inducirlos a que se unan a Satanás en su última lucha contra el gobierno de Dios» (El conflicto de los siglos, p. 608). Que cada lector decida cómo interpretar esta interesante declaración. Sobre las evidencias bíblicas, podemos declarar inequívocamente que las manifestaciones demoníacas se incrementarán en intensidad y naturaleza.

El tiempo dirá qué son los ovnis, si es que realmente exis-ten. Y de ser reales, cuáles son sus intenciones. Nuestra seguri-dad está en las Escrituras. No permitamos que este fenómeno nos distraiga de lo más importante: el cumplimiento de la misión que Dios nos ha encomendado. Los adventistas no deberíamos obsesionarnos con esas cosas, aun si afirmamos haberlas visto. Es más importante el plan divino y nuestra participación en él. ■

Ángel Manuel Rodríguez vive en Texas (Estados Unidos), después de haber servido a la iglesia como pastor, profesor y director del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la

Asociación General. Actualmente está jubilado.

¿Qué dice la Biblia de los

objetos voladores no identificados?

reales?¿Son

R E S P U E S T A S A P R E g U N T A S b Í b L I C A S

26 Adventist World | Marzo 2013

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Desastres naturales devastadores, actos terroristas sin precedente, violencia generalizada y homicidios sin sentido, nos llevan a hacernos preguntas difíciles.

Por ejemplo, el 14 de diciembre de 2012, un joven ingresó a los tiros en una escuela primaria de Newtown (Connecticut, Estados Unidos) y asesinó brutalmente a veinte niños y seis adultos antes de quitarse la vida.

Después de ese horrible acto, se vio una mujer que lloraba desconsoladamente y caminaba sin rumbo por los alrededores mientras exclamaba: «¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?»

Al enfrentar las tragedias y dolores de la vida, puede ser que nos hagamos esa misma pregunta y debemos admitir que no existen respuestas fáciles.

La Biblia, sin embargo, nos brinda esperanza y ánimo en estos tiempos de dolor. En la lección de este mes, descubriremos qué esconde el sufrimiento de nuestro mundo, y dónde hallar consuelo cuando azota la tragedia.

1 ¿Dónde se originó el mal? Lea Apocalipsis 12:7-9; Juan 8:44; Mateo 13:13.Puede parecer extraño, pero el mal se originó en el cielo, en la mente de un ángel hermoso. Dios dio a sus criaturas la posibilidad de elección. El Señor valora nuestra libertad. Quitarnos la posibilidad de elegir para que no la usemos mal, significa quitarnos la capacidad de amar, porque el amor jamás puede ser forzado.

2 ¿Creó Dios un ángel demoníaco decidido a hacer el mal? Lea Ezequiel 28:12-15.El profeta Ezequiel enfatiza dos veces que Lucifer fue creado perfecto (Eze. 28:12, 15). El profeta entonces añade: «Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor» (vers. 17).

La Biblia es clara: Dios no creó un diablo; creó un ángel hermoso que escogió rebelarse contra su Creador y se corrompió.

3 ¿Cuál era la motivación de Lucifer? Lea Isaías 14:12-14. ¿Qué pasó en su mente que lo llevó a rebelarse contra Dios?

4 Lea Génesis 1:27, 31; 3:1-7. ¿Por qué la tierra quedó involucrada en el conflicto? ¿Creó Dios este mundo para sacarse de encima a Satanás?Dios creó un mundo perfecto. Nuestros primeros padres Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios. Ellos también recibieron la capacidad de elegir. Al enfrentar las tentaciones del maligno, decidieron escucharlo y desobedecer a Dios. Dado que la paga del pecado es muerte, habrían muerto inmediatamente si Jesús no les hubiera asegurado su amor y prometido volver como el Mesías (véase Rom. 3:23; 6:23; Gén. 3:15; Apoc. 13:8).

5 Aunque Jesús murió para garantizarnos la vida eterna, ¿dónde está cuando sufrimos? Lea Isaías 41:10; 43:1-3; Hebreos 13:5, 6.

6 Lea 1 Pedro 5:7; Hebreos 2:14-17; 4:14-16; Mateo 11:28-30. ¿Entiende realmente Dios lo que estamos pasando en esta tierra? ¿Le importamos en forma individual?Jesús experimentó la amplia gama de emociones que experi-mentamos nosotros. Sufrió dolor físico, mental y emocional. Fue tentado «en todo», al igual que nosotros. Comprende nues-tro dolor y nos ofrece consuelo y fortaleza cuando sufrimos.

7 ¿Durará para siempre el mal? ¿Cuándo terminará? Lea Ezequiel 28:17-19 y Apocalipsis 21:1-4.El dolor, el sufrimiento y la angustia no durarán para siem-pre. En momentos de desesperanza, tenemos que mirar hacia arriba: Jesús regresará y pondrá fin al pecado. Un día cercano, la enfermedad, la angustia, el hambre, la violencia y la muerte dejarán de ser. El amor reinará en el universo, y Dios enjugará nuestras lágrimas para siempre. ■

Mark A. Finley

¿Dónde estáDiossufrimos?cuando

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E S T U D I O b Í b L I C O

Vol. 9 No. 3 | Adventist World 27

Page 28: AW Spanish 2013-1003

Mi esposa tiene un cáncer inoperable. Necesitamos con urgencia sus oraciones, dado que aparentemente, solo un mila-gro puede prolongar su vida más allá de los próximos meses. ¡Gracias!

Norman, Australia

Es mi oración que enfrentemos este año con esperanza, gozo y amor, mientras trabajamos juntos para compartir palabras de verdad con los que aún no forman parte de la grey de Dios. ¡Qué maravi-lloso será cuando nos encontremos en el cielo con nuestros amigos y digamos: «Ustedes me invitaron a estar aquí»!

Sheena, Filipinas

Por favor, oren por mí. Me aparté de Dios, pero ahora estoy regresando. Oren para que pueda entregarme por completo a Cristo.

Charles, Kenia

Oren por favor por nuestros miembros y ministerios de la iglesia. Estamos enfrentando diversos problemas.

David, Birmania

orando por el tema. Dios me sostiene continuamente. Creo que todo va a salir bien, pero aunque así no fuera, el Señor estará conmigo.

Huldah KikaatuUganda

Del campo al estradoLeí una historia interesante en Adventist World sobre A. Worku en «Una educación como ninguna»

(Mayo 2011). Nosotros también estamos trabajando para apresurar la segunda venida con un ministerio independiente formado por evangelistas laicos adventistas llamado «El único llamado genuino del ministerio de amor de Dios». La Iglesia Adventista representa ese llamado genuino en todo el mundo.

Tarekegn WorknehHawasa, Etiopía

Quedarse paradoLes escribo para decirles que disfruté mucho del artículo «Quedarse parado» (Noviembre 2012), de L. Caesar.

Hay un tiempo para todo: después de estar de pie, los israelitas tuvieron que avanzar, ejercitar su fe (o en el caso de ellos, la desesperación y la falta de opciones), y entrar al Mar Rojo. La Biblia abunda en frases tales como «levantaos», «id», «salid», «paraos» (aun esta última implica una acción).

Jennifer PhilippiadisGeelong West, Victoria, Australia

Un mensaje de Dios para míAcabo de leer la carta de K. Kaunda titulada «Guardo cada número»

(Agosto 2011). Concuerdo con Kaunda, que escribe que Adventist World tiene un «mensaje de Dios para todo momento». Escribo para compartir mi experiencia cuando Dios me dio el mensaje correcto para mi situación espiritual.

De pronto y sin advertencia, surgió una situación muy compleja; me resultaba difícil manejarla. Durante ese período vacilé entre momentos de paz y confianza en Dios, y momentos de intensa ansiedad, estrés y preocupación.

Una mañana, tomé al azar la revista Adventist World de Agosto 2011 (que había guardado por mucho tiem-po sin realmente analizar sus mensajes). Leí la última página, «El rincón de las personas» mientras viajaba en autobús al trabajo.

Me animó mucho leer «La cita del mes», que mencionaba que Dios conoce nuestros límites y jamás nos deja a merced de las circunstancias. Sentí como si Dios me estuviera diciendo que la situación compleja que atravesaba no era problema para él. Eso me animó, y dejé de angustiarme. Sigo, no obstante,

Cartas

–Huldah Kikaatu, Uganda

I N T E R C A M B I O D E I D E A S

Creo que todo va a salir bien, pero aunque así no fuera, el Señor estará conmigo .

agradecimientosPedidosy

28 Adventist World | Marzo 2013

Page 29: AW Spanish 2013-1003

Revista multifacéticaDisfruto de leer Adventist World. La revista es multifacética e interesante. Me inspira leer cada vez las noticias sobre la misión de la iglesia. Gracias por la oportunidad de contribuir con la revista.

Waltraud Rühling-HuberBogenhofen, Austria

Acceso a ADvENTIST WoRLD

Hallé por casualidad un número de Adventist World, que disfruto de leer una y otra vez. Tiene un mensaje maravilloso. ¿Dónde puedo hallar esta revista mensual? ¿Envían la revista solo a los miembros de su iglesia, o a otras personas? Me gustaría recibirla.

Austin NamuchanaKusaka, Zambia

Adventist World es una publicación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se distribuye sin costo entre los miem-bros. Nuestro consejo para este lector y otros con un interés similar es que se contacten con la Unión o División de la Iglesia Adventista en su territorio. Nos gratifica que la revista esté llenando esta importante necesidad. –Los editores.

Pautas para las cartas: Envíelas por favor a [email protected]. Las cartas tienen que ser claras, con una extensión máxima de cien palabras. Incluya el nombre del artículo y la fecha de publicación. Coloque también su nombre, el pueblo o ciudad, el estado o provincia y el país desde donde nos escribe. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todas las cartas serán publicadas.

Recibí una beca para estudiar en el extranjero, pero me está costando conseguir los fondos para costearme el viaje. También necesito una visa de la embajada. Oren por favor por mí.

Cesario, Guinea-Bissau

Soy misionero y tengo seis hijos. Por favor, oren para que los pueda criar bien en todas las áreas.

Sadrac, Haití

Oren por favor por mi esposa, que dio a luz a una niña prematura. Oren para que la niña pueda crecer sana. Y les pido que también oren para que podamos pagar la cuenta del hospital.

Clyde, Filipinas

Les solicito que oren por una amiga que ha dejado la iglesia para participar de

un movimiento reformista. Por favor, oren para que regrese.

Eduardo, Perú

Oraciones y alabanzas: Envíe sus pedidos de oración y agradecimientos por las oraciones contestadas a [email protected]. Sea breve y conciso; dígalo en cincuenta palabras o menos. Los envíos serán editados por razones de espacio y claridad. No todos serán publicados. Incluya por favor su nombre y su país. También puede enviar sus pedidos por fax a: 1-301-680-6638; o por correo a ADVENTIST WORLD, 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600 U.S.A.

ParaRECORDAR

NUTRICIONAlcoNSejo

No hay nada como ganar una medalla olímpica para asegurar-se un lugar en la historia. Las medallas están hechas de plata (las de oro son de plata enchapada en oro), y una mezcla de cobre, estaño y zinc en el caso de las de bronce. Las medallas entregadas en Londres tienen 85 milímetros de diámetro y siete milímetros de espesor.

Lea “Así corre” en la página 16.

Los que ingieren algún tipo de nueces en lugar de otros bocadillos, pesan, en promedio, dos kilos menos. En lugar de galletas, coma almendras o pistachos. Fuente: Good Housekeeping

Vol. 9 No. 3 | Adventist World 29

Page 30: AW Spanish 2013-1003

Dijiste que me amas.

Dijiste que nunca me fallarías.

Dijiste que me tienes grabada en la palma de tu mano.

Lo sé, Señor.Dijiste que conoces el número de mis cabellos.

Dijiste que estarías siempre conmigo.

Dijiste que me amas con un amor eterno.

Lo sé, Señor.Ayúdame a recordar

–Cuando todo es gris,

Cuando la grama se seca,

Cuando las hojas se caen,

Cuando mis ojos lloran y la vida anda mal,

Cuando quiero gritar: «¡Vanidad! ¡Vanidad!

¡Todo es vanidad!»–

Que tú me amas,

lo sé, Señor.

–Imabong Faminu, Lagos, Nigeria

Señor

Amoren práctica:

Ayude a otros

No se preocupen por nada. Busquen a Dios en todo, y esperen algo de él .

RESPUESTA: Ramani Kurian corta la cinta de un nuevo templo adventista para los que se unieron a la iglesia en Rayapuram (Chennai, India) como resul-tado de un programa de alfabetización para adultos. La observan el pastor M. Anbalagan, presidente de la zona; Hepzibah Kore, directora de Ministerios de la Mujer de la División de Asia Pacífico Sur; y varios de los miembros.

n Las personas que ayudan a otros son más felices.n Las personas que donan a organizaciones benéficas

son más empáticas.n Las personas que cuentan con apoyo social tienen

presión sanguínea más baja y menos estrés, y viven más tiempo que los que carecen de él.

Fuente: Men’s Health

–Carlton Byrd, en la Semana de Énfasis Espiritual de la Asociación General.

Lo sé,

F o t o g r a F í a p o r c o r t e S í a d e r a m a N i k u i r a N

se encuentra?mund

lugar¿En qué del

I N T E R C A M B I O D E I D E A S

30 Adventist World | Marzo 2013

Page 31: AW Spanish 2013-1003

Las Naciones Unidas tienen seis idiomas oficiales: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso.

F o t o g r a F í a : c o r t e S í a d e l p a t r i m o N i o W h i t e

Ese día falleció el escritor y editor Urías Smith en Battle Creek (Míchigan, Estados

Unidos). Smith brindó cincuenta años de servicio a la causa adventista como escritor y editor.

Había nacido en West Wilton (New Hampshire, Estados Unidos) en 1832, y de niño se interesó en el movi-

miento adventista de 1843-1844. Cuando tenía unos trece años, una infección hizo que le tuvieran que amputar la pierna izquierda por encima de la rodilla. Inventó y patentó entonces una prótesis para su pierna.

La primera contribución de Smith a la literatura adventista fue un poema de treinta y cinco mil palabras titulado «La voz de advertencia del tiempo y la profecía», publicado en serie en 1853 en la Adventist Review and Sabbath Herald. Smith mantuvo una conexión casi inquebrantable con la institución hasta el momento de su muerte.

En 1855, cuando tenía veintitrés años, su nombre apareció por primera vez como editor. Los primitivos equipos usados en ese entonces hubieran intimi-dado a un espíritu menos decidido. Al ayudar a preparar los primeros folletos, usó una regla y una navaja para recortar los bordes. «En el proceso nos salían ampollas y, a menudo, la forma de los folletos distaba mucho de la perfección de las doctrinas que enseñaban».

Acaso Urías Smith es más recordado por su libro Las profecías de Daniel y Apocalipsis.

¡Esoficial!

“He aquí, vengo pronto . . .”Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

EditorADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista.

Editor ejecutivo Bill Knott

Editor asociado Claude Richli

Gerente editor internacional Chun, Pyung Duk

Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vicepresidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley- Hardy; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal.

Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Lee, Jairyong, presidente; Akeri Suzuki; Kenneth Osborn; Guimo Sung; Chun, Pyung Duk: Han, Suk Hee

Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Lael Caesar, Gerald A. Klingbeil (editores asociados), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Wilona Karimabadi, Mark A. Kellner, Kimberly Luste Maran

Editores de Seúl, Corea Chun, Pyung Duk; Chun, Jung Kwon; Park, Jae Man

Editor en línea Carlos Medley

Coordinadora técnica y Servicios al lectorMerle Poirier

Editor invitadoMark A. Finley

Consultor E. Edward Zinke

Gerente financiera Rachel J. Child

Asistente administrativa Marvene Thorpe-Baptiste

Asistente del editor Gina Wahlen

Junta administrativaJayriong Lee, presidente; Bill Knott, secretario; P. D. Chun, Karnik Doukmetzian, Suk Hee Han, Kenneth Osborn, Juan Prestol, Claude Richli, Akeri Suzuki, Exoficio: Robert Lemon, G. T. Ng, Ted N. C. Wilson

Dirección y diseño gráfico Jeff Dever, Brett Meliti

Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari, Bertil A. Wiklander.

A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638

E-mail: [email protected] Web: http://www.adventistworld.org/

A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995.

ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos e Indonesia.

Vol. 9, No. 3

6 de marzo 1903años

Hace

Vol. 9 No. 3 | Adventist World 31

Page 32: AW Spanish 2013-1003

Una familia. Un mundo. Adventist World.

*La Honorable Mary Ang’awa ha cumplido funciones como jueza del Tribunal Superior de Justicia de Kenia durante 19 años. Es presidenta de la Asociación de Juezas de Kenia, y Ciudadana Ilustre de la ciudad de Harrisburg (Pensilvania, Estados Unidos) por su dedicación al servicio civil destacado.

Cada mes, Adventist World

llega a las manos de esta jueza.

Mary Ang’awa* lee Adventist World

para estar en contacto con la familia

adventista de diversas partes del

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