borisonik - polanyi, aristóteles

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Borisonik - Polanyi, Aristóteles

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  • 73 ENCRUCIJADAS. Revista Crica de Ciencias Sociales || no7, 2014, pp. 73-85

    Hernn BORISONIK

    Notas sobre Polanyi: el mercado y el legado de Aristteles

    Notas sobre Polanyi: el mercado y el legado de

    Aristteles

    Notes on Polanyi: the marketplace and the Aristotelian Legacy

    Hernn BORISONIK

    Universidad de Buenos Aires (UBA)

    [email protected]

    BIBLID [ISSN 2174-6753, n7: 73-85]

    Artculo ubicado en: www.encrucijadas.org

    Fecha de recepcin: noviembre de 2013 || Fecha de aceptacin: mayo de 2014

    RESUMEN: En el presente artculo se intentar

    dar cuenta de las posiciones adoptadas por Karl

    Polanyi respecto del mercado, a travs de sus lec-

    turas del pensamiento de Aristteles. Para ello,

    en primer lugar se realizar una relectura de los

    puntos de vista de algunos de los autores funda-

    mentales a la hora de recibir tal legado (el primi-

    tivismo, el modernismo, Finley, Weber). A conti-nuacin de ello se realizar un anlisis especico de algunas categoras vertidas por Polanyi. Final-

    mente presenta una visin crtica (en perspectiva

    polanyiana) de la naturalizacin del mercado que

    ha caracterizado en gran medida los tiempos mo-

    dernos y contemporneos.

    Palabras clave: Polanyi, Aristteles, mercado,

    dinero, Modernidad.

    ABSTRACT: This article will attempt to give an

    account of the positions taken by Karl Polanyi re-

    garding market, through his reading of Aristotles thought. To do this, irst we will re-read the ideas of some of the key authors in receiving such le-

    gacy (primitivism, modernism, Finley, Weber). Thereafter a speciic analysis of certain categories expressed by Polanyi will be performed. Finally a

    critical view (in Polanyian perspective) of markets

    naturalization that has characterized strongly to

    modern and contemporary times will be made.

    Keywords: Polanyi, Aristotle, market, money,

    modern mimes.

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    Notas sobre Polanyi: el mercado y el legado de Aristteles

    1. Un debate de largo alcance

    Es incontestable que en la Modernidad la economa ha adquirido un sitio cardinal en la vida de las personas y los Estados. En el campo de las ciencias sociales se ha abordado y se contina abordando tal cuestin desde diferentes pticas, lo cual pone de mani-iesto el fuerte inters de la poca por dar cuenta del fenmeno del mercado (y sus vnculos con lo estatal), de la categora dinero, y de la relevancia de los mismos en el discurso social actual.

    Por el contrario, no ocurre lo mismo en los autores pre-capitalistas. Si en la Antige-dad griega han sido esgrimidas, en forma de leyes y consejos, numerosas observacio-nes sobre los fenmenos econmicos, es, sin embargo, solamente en el pensamiento aristotlico donde se puede hallar una teorizacin sistemtica sobre estos problemas. Como muestran Parry y Bloch (1989), as como Polanyi ([1957] 1976) y Finley ([1973] 1986), Aristteles fue el primero en analizar el poder del dinero para estimular la co-dicia que socava las bases de la comunidad en pos de los intereses particulares. Pero mientras que los intrpretes de Aristteles (al menos desde Toms de Aquino en ade-lante) han tendido a retratar el dinero como un elemento que hace surgir transacciones econmicas donde existan relaciones sociales (es decir, como elemento de desperso-nalizacin), algunos autores han sealado contextos y sentidos en los cuales este tipo de planteamientos pierden fuerza. Lejos de realizar una diferenciacin categrica entre actividades econmicas, estticas o polticas es evidente que el dinero acta en contex-tos en los cuales estos dominios aparecen fusionados, indistinguibles.

    As, los breves textos aristotlicos dedicados a la economa, el mercado y el dinero, se han convertido en una suerte de pauta que fue tomada por todas las escuelas pos-teriores de pensamiento econmico (a favor o en contra) y que sirvi como gua cano-nizada sobre los comportamientos comerciales durante la Edad Media. Con el adveni-miento de las doctrinas modernas, el aristotelismo econmico fue dejndose de lado. No obstante, incluso el liberalismo ha tomado aspectos de estos textos, con intenciones crticas, adaptativas o reinterpretativas.

    Los albores del siglo XIX estuvieron signados por el interrogante acerca de los or-genes del capitalismo. En ese sentido, la primera teora moderna sobre la economa antigua fue la desarrollada por Johann Karl Rodbertus en 1899. Esta revitalizacin de un pensamiento que ya se consideraba superado u olvidado gener una importante controversia que surgi poco tiempo despus, a partir de las investigaciones de Karl Bcher y Eduard Meyer, continuada ms tarde por Michael Rostovtzeff y Max Weber. De ese modo comenzara un intenso debate entre primitivistas (encabezados por Rod-bertus y Bcher) y modernistas (alineados detrs de Meyer y Rostovztzeff). Mientras que la primera perspectiva airmaba el desarrollo del mercado en la Antigedad, y, por ende, la posibilidad de trazar analogas con el presente, la segunda sostena la idea de que el mundo antiguo no es comparable en absoluto con el moderno, a nivel econmi-co. Tal debate fue moderado, si no superado, por la intervencin de Weber a travs de su Historia econmica general, la cual, pese a no haber aportado herramientas tericas sustanciales para explicar los mecanismos econmicos antiguos, ha inspirado a pensa-dores econmicos de la talla de Polanyi o Finley.

    Durante el siglo XX, diversas obras han sido publicadas sosteniendo la tesis de la distancia insalvable entre la antigua Grecia y la Modernidad occidental, as como la inaplicabilidad de los anlisis econmicos o de mercado al mundo antiguo. Tal idea ha

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    sido defendida principalmente por Weber, as como por su discpulo Hasebroek. Por su parte, algunos autores incurrieron en el anacronismo de aplicar trminos y conceptos de la economa de su tiempo a la Grecia clsica, equvoco que fue perpetrado por gran parte de los analistas que se propusieron investigar o criticar el sentido de la economa en Aristteles.

    Por ello, algunos estudiosos han preferido utilizar trminos diferenciados para de-signar a la economa aristotlica, con el in de evitar la ambigedad y la creacin de neologismos. Moses Finley fue el principal portador de esta idea, diciendo que traducir oikonoma u oikonomike por economa acarreaba un grave riesgo de anacronismo:

    Ni la especulacin sobre los orgenes del intercambio, ni las dudas sobre la tica comercial guiaron a la elevacin de la economa (que no puede ser traducida al griego) a un estatus independiente como asunto de discusin o estudio; al menos no ms all de la divisin aristotlica del arte adquisitivo entre oikonoma y la tcnica para hacer dinero, y ese fue su lmite (Finley, 1970: 22).

    Frente a tal escenario, fue Karl Polanyi quien ha realizado el aporte ms novedoso, hasta entonces adeudado por la historia y la teora de la economa poltica, dado que formaliz un estudio acerca de las instituciones y del fundamento institucional de la economa. Si bien sus relexiones sern tratadas ms detenidamente a continuacin, baste por ahora expresar que, a travs de ellas, pudo superar las dicotomas pasadas, aportando una nueva perspectiva para comprender los fenmenos antiguos y su rela-cin con el capitalismo moderno.

    2. Los modelos econmicos de Polanyi y su lectura de Aristteles

    La preocupacin terica ms importante que acompa por lo menos a toda la primera mitad del siglo XIX era indagar en los orgenes de la economa capitalista, para com-prender su forma, desarrollo y posible mutacin o destruccin en el futuro. Karl Polanyi, siguiendo en un punto a Karl Marx, le negaba a la economa poltica de su tiempo la ca-pacidad de explicar la lgica profunda del capitalismo. Asimismo, fue un autor muy crti-co de la obra de Parsons lo cual era, tambin, un ataque velado o indirecto a Weber, en quien Polanyi bas algunas de sus ideas, ms all de compartir algunas cuestiones con l (fundamentalmente la mirada funcionalista de la sociedad y el rechazo metodolgico del individuo como objeto de estudio de la poca sistmica de Parsons).

    Polanyi sostuvo la idea de pensar diversos modelos de sistemas econmicos. Parti-cularmente, diferenci tres: uno de reciprocidad, uno de redistribucin y uno de inter-cambio. Para explicarlos, parti de la base de que en las economas pre-capitalistas el proceso econmico se encontraba disperso entre diversas instituciones. Dependiendo de cmo se organizaran las diferentes partes e instituciones sociales, el resultado, el modelo obtenido, variaba. De ese modo, Polanyi estaba procurando descubrir los efec-tos de cada organizacin en cada modelo econmico. Su postura radicaba en airmar que en todas las sociedades existen elementos de los tres mecanismos, aunque gene-ralmente uno es dominante y subordina al resto.

    En su artculo Aristteles descubre la economa, Polanyi ([1957] 1976) postul que la inluencia que el estagirita ejerci sobre la economa medieval ha sido tan importante como el que posteriormente Adam Smith o David Ricardo ejerceran sobre la economa mundial del siglo XIX. Segn este autor, es posible argumentar que a partir del surgi-

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    Notas sobre Polanyi: el mercado y el legado de Aristteles

    miento de un sistema de mercado de gran envergadura y de las escuelas clsicas de pensamiento econmico (la llamada economa poltica), las doctrinas de Aristteles sobre tales cuestiones fueron olvidadas. No obstante, ese no es el nico problema. Polanyi manifest que los economistas modernos parecen considerar que todo lo que Aristteles escribi sobre la economa adoleca de grandes debilidades. Por eso, las sec-ciones del corpus aristotelicum que versan sobre cuestiones econmicas han sido nor-malmente despreciadas y poco estudiadas. Tal cuestin es llamativa en un autor cuya inluencia ha sido de enorme magnitud y que ha sentado las bases de un importante nmero de disciplinas de la ciencia y la ilosofa occidentales.

    A diferencia de la ortodoxia moderna, Polanyi ha presentado una interpretacin que ha cobrado relevancia por su profundidad y por haber considerado no slo la letra es-crita, sino tambin el contexto en el que Aristteles produjo tales ideas. Por ello ha manifestado que las observaciones aristotlicas en el terreno econmico no pueden ser menospreciadas. Por el contrario, Polanyi apunt al espacio donde se encuentra el defecto que reside en la mayor parte de las crticas de los economistas modernos: lo que stos no han percibido es que en las observaciones de Aristteles con respecto a la economa est contenido todo el cuerpo doctrinal heredado de la Grecia clsica.

    Segn este autor, en las culturas ms antiguas, el impulso comercial naci como consecuencia del inters por importar bienes (mientras que el inters de las sociedades capitalistas est centrado en la exportacin). De ese modo, el comercio se constituye, bsicamente, de cuatro elementos, a saber: las personas (el comerciante puede tener diferentes motivaciones, como el estatus o el beneicio, dependiendo del lugar que le otorgue la sociedad en la que vive), los bienes (en su origen, el comercio era absolu-tamente especico, nunca general, es decir, los bienes intercambiados era esos y sola-mente esos), las rutas y, fundamentalmente, el carcter bidireccional de las relaciones. Por su parte, la moneda es deinida por Polanyi (al igual que el comercio) como un factor independiente al mercado, dado que sus usos y funciones principales son ser medio de pago y ser medio de intercambio. Finalmente, el mercado es expuesto como: el movimiento recproco de apropiacin de bienes entre diversas manos (Polanyi, [1957] 1975: 257), a tasas ijas o negociadas. En un mercado existen el grupo de la oferta, el de la demanda y el elemento de equivalencia, ndice o tasa de intercambio. A su vez, el precio designa las relaciones cuantitativas que determina el trueque o rega-teo entre los bienes de tipos diferentes (Polanyi, [1957] 1975: 259). Pero el precio o la tasa no son la nica funcin que comporta el dinero, que tambin es usado para pagar impuestos, dar salarios, ahorrar, etc. Por ejemplo, los precios en la antigua Grecia eran el resultado de equivalencias redistributivas.

    Ahora bien, de acuerdo con Polanyi, Aristteles no estaba analizando mecanismos reales de mercado (como lo intentaba sostener Schumpeter), dado que no lleg a co-nocer un mercado de gran desarrollo. Lo que el estagirita propuso fue una teora en los albores del mercado comercial, en el momento en el que, por primera vez, se estaba erigiendo (an muy incipientemente) un mercado con caractersticas cualitativamente comparables al moderno (si bien cuantitativamente era mucho menor). Para Polanyi, a pesar de las intensas actividades comerciales y de los usos monetarios bastante avan-zados (sobre todo en Atenas), la vida de los negocios en Grecia estaba an en los tmi-dos comienzos de sus transacciones mercantiles en la poca en la que vivi Aristteles.

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    Notas sobre Polanyi: el mercado y el legado de Aristteles

    Al respecto de tal cuestin, el desacuerdo de Polanyi con Finley es evidente. Segn el primero, los escritos aristotlicos contienen las descripciones que sirven de testimonio de algunas de las primeras caractersticas de la incipiente actividad del mercado en el momento propio de su aparicin en la historia de la civilizacin. La economa, cuando comenz a atraer la atencin conciente del ilsofo bajo las formas de transacciones co-merciales y diferencias de precios, ya estaba destinada a realizar su matizada trayecto-ria hasta su culminacin unos veinte siglos ms tarde. En su germen, Aristteles intuy al espcimen completamente desarrollado (Polanyi, [1957] 1976: 114). La tesis propuesta por Polanyi es que una de las diicultades que se presentan para la interpretacin y la distincin del concepto de economa en Aristteles para la moderna ciencia econmica reside en la falta de distincin entre una situacin condicionada y una situacin autnoma de la economa en relacin con la sociedad:

    La economa autnoma del siglo XIX estaba separada del resto de la sociedad y, especialmente, del sistema poltico. Al interior de una economa de mercado, la produccin y la distribucin de bienes materiales se efectan, en principio, a travs de un sistema (que se regula por s mismo) de mercados creadores de precios. Estn gobernadas por leyes propias, la llamada oferta y demanda, motivadas por el miedo al hambre y la esperanza de obtener lucro. Lo que crea las situaciones sociolgicas, que hacen que los individuos tomen parte en la vida econmica, no son los vnculos de sangre, las obliga-ciones legales, la idelidad del vasallo o la magia, pero s las instituciones especicamente econmicas, como la empresa privada y el sistema de trabajo asalariado. [] Esta es, pues, la versin del siglo XIX de una esfera econmica independiente de la sociedad. La misma es motivadamente diferente, de modo que recibe su impulso del deseo de lucro monetario. Ella est institucionalmente separada del centro poltico y gubernamental. Alcanza una autonoma que le coniere leyes propias. Tenemos, as, un caso extremo de economa autnoma, que tiene su origen en el uso generalizado del dinero como medio de intercambio (Polanyi: [1957] 1976: 114).

    Para Polanyi, cuando Aristteles se refera a las cuestiones relacionadas con la eco-noma, estaba aspirando a destacar su vinculacin con el conjunto de la sociedad. Al proyectar su campo de estudio, el estagirita relacionaba todas las cuestiones de origen y funcionamiento institucional con la totalidad social. Sus conceptos de referencia eran, justamente, la comunidad, la autosuiciencia y la justicia. De acuerdo con la interpreta-cin de Polanyi, tanto en el oikos como en la polis exista una especie de phila especica de la koinona, sin la cual no podra subsistir el grupo. Aquella phila se expresaba en una conducta de reciprocidad, es decir, en una disposicin tendiente a dividir y compartir las cargas sociales. As, todo lo que se necesitaba para la continuidad y manutencin de la comunidad, incluyendo su autosuiciencia, era considerado natural e intrnsecamente bueno. En ese contexto, la autarqua era concebida como la capacidad de subsistir sin recursos externos. Lo que garantizaba la justicia, tanto con respecto a la distribucin de los privilegios de la vida, como a la regularizacin de los servicios mutuos, era men-tado como bueno, dado que era necesario para la continuidad del colectivo social. Esto implica que, para Polanyi, la comunidad, la autosuiciencia y la justicia representan la base del pensamiento aristotlico sobre todas las cuestiones econmicas, fuesen estas tericas o relacionadas con el comportamiento prctico.

    De acuerdo con este autor, en un aspecto general, la consideracin errnea acerca de las argumentaciones aristotlicas sobre la temtica en cuestin se produce en el he-cho de que el comercio propiamente dicho se encontraba en su surgimiento en el siglo IV a.C. De hecho, segn Polanyi, sta actividad no tuvo su origen en la Babilonia de Hammurabi, sino en la margen griega del Asia occidental, as como en la propia Atenas. Tal hecho ocurri un milenio ms tarde de lo que muchas veces se supone. En conse-

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    cuencia, Aristteles no hubiera podido describir el funcionamiento de los mecanismos desarrollados del mercado ni analizar sus efectos sobre la tica de los negocios.

    Un gran mrito de Polanyi es haber partido, para analizar los textos econmicos de Aristteles, del contexto de la tica Nicomaquea, en el que el estagirita comenzaba a pensar los intercambios justos y el uso de la moneda. Asimismo, Polanyi ha sido prcticamente el primero en notar que la descripcin de la crematstica encerraba dos posibilidades: por una parte, la referencia y subordinacin a la administracin del oi-kos u oikonoma, y por el otro al arte de adquirir ilimitadamente como posibilidad por fuera de la mera subsistencia. Marx haba realizado una interpretacin muy similar a esta, aunque pasando por alto a la tica Nicomaquea y confundiendo a la crematstica natural con la oikonoma. Polanyi se ha opuesto irmemente a la posicin de Schumpeter, que opinaba que en Aristteles se encuentran slo mediocres rudimentos y un pomposo sentido comn en lo que al pensamiento econmico se reiere. Al contrario, este autor demostr que las apreciaciones del estagirita han sido fundamentales para toda la posteridad, tanto por su posicin histrico-geogrica privilegiada, como por la brillantez con la que sus pensamientos sobre las cuestiones econmicas se han desarrollado en tal horizonte de sentido.

    3. La perspectiva de Finley

    Habiendo sido uno de los helenistas ms destacados del siglo XX, Moses Finley se ha insertado tanto en la disputa entre el modernismo y el primitivismo (tomando partido por esta ltima postura), como en el anlisis de los escritos econmicos aristotlicos, desde una perspectiva decididamente histrica. Precisamente, una de sus principales tesis, propuesta en su artculo Aristotle and Economic Analysis, sostiene que ninguno de los escritos provenientes de la Antigedad clsica al respecto de lo econmico pue-de ser considerado como anlisis econmico. Esa misma discusin aparece, tambin, en su The Ancient Economy, libro en el que Finley airma que ni los griegos, ni los romanos posean algn concepto concreto de economa: Economa y econmico son, en su sentido corriente [del siglo XX], trminos y conceptos modernos, productos del capitalismo moderno que no pueden ser aplicados de manera automtica como si las actitudes prcticas que implican fuesen innatas en el hombre a otras formaciones so-ciales (Finley, [1973] 1986: 5-6).

    Lo que Finley intentaba establecer era, en primer lugar, una distincin entre el an-lisis econmico y las observaciones o la descripcin de las actividades econmicas. Por otro lado, tambin procur establecer una diferencia entre esos dos procedimientos y la conformacin de un concepto de economa.

    La hiptesis elaborada por Finley, tras examinar algunos pasajes del libro quinto de la tica Nicomaquea, es que Aristteles no estaba, bajo ningn concepto, intentando desarrollar una teora de los precios en el mercado. De hecho, segn Finley, fueron recin los telogos de la Edad Media quienes introdujeron tal consideracin en las dis-cusiones, desarrollando el fundamento de la doctrina del justo precio. En la opinin de este historiador, Aristteles en el libro quinto de la tica Nicomaquea se encontraba

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    relexionando acerca de la justicia en los intercambios al interior de la comunidad, esto es, aquel realizado entre individuos libres e iguales que viven en comunidad con miras a la autosuiciencia. A raz de ello, en ese caso, la ganancia en dinero no poda tener ningn lugar dentro de tales pensamientos. Es en el contexto de la autosuiciencia, y no en aquel de la ganancia de dinero, que la necesidad cons-

    tituye el instrumento de medida del intercambio justo (y que el uso propio de la moneda se torna tam-bin necesario y moralmente aceptable). En suma, en la tica [Nicomaquea], ms que un anlisis eco-nmico pobre o insuiciente, sera ms justo decir que no hay anlisis econmico (Finley, 1970: 14-15).

    En relacin con el libro I de la Poltica, Finley airmaba que Aristteles no ha examina-do las reglas o los mecanismos del intercambio comercial. Al contrario, siempre segn Finley, el estagirita insista en resaltar el carcter antinatural de las ganancias comer-ciales, excluyendo as la posibilidad de aquella discusin. Esta interpretacin constitua, evidentemente, una mirada en un todo coherente con la explicacin del carcter extre-madamente restrictivo del anlisis realizado en la tica Nicomaquea, llegando Finley, as, a concluir que no es posible sostener que existe en dicha obra ningn trazo de anlisis econmico.

    Asimismo, Finley alegaba que una de las principales razones para que no se pueda hablar de economa en la Antigedad clsica es la falta de pruebas materiales o do-cumentos que demuestren una interdependencia econmica en tal perodo. Para este autor, aquella idea se encontraba muy lejos de ser justiicable, por ejemplo, a travs de la existencia de una relacin estrecha entre los precios de los cereales que eran ne-gociados y las vinculaciones entre las poleis. Segn Finley, en ese perodo no exista ningn vnculo directo entre la produccin y los precios, ni en los centros productores, ni tampoco en los centros consumidores. As, aseverara que la mera existencia de un comercio de larga distancia no era una condicin suiciente (aunque s necesaria) para la existencia de la mencionada interdependencia econmica.

    En ese sentido, y con respecto a los precios, este autor realiz un anlisis del comer-cio de cereales para intentar dar cuenta de que la oscilacin de los precios no inlua sobre la produccin ni sobre el lucro de los productores: Los productores y los exportadores intentaban tambin inluir sobre los precios de las ventas locales

    por medio del acaparamiento, retirando mercancas del mercado durante perodos, y otras iniciativas similares. Sin embargo, ninguna de esas maniobras conduca a nada que no fuese la creacin de un desequilibrio temporario entre la oferta y la demanda; en s mismos no tenan efectos estructurales en la produccin de cereales, ni siquiera tampoco necesariamente en los lucros de los productores. En el caso de Atenas, para continuar con este ejemplo, no hay pruebas, que yo conozca, o incluso alguna ve-rosimilitud, de que la produccin de cereales de las estepas del sur de Rusia o de Egipto fuese afectada por los negociantes de cereales del Mar Egeo. La interdependencia econmica exige algo ms (cuali-tativamente) que lo que nos es posible observar en ese campo especico (Finley, [1973] 1986, 245).

    En resumen, a ojos de Finley, quienes pretendiesen llevar adelante un tratamiento de la economa antigua podran solamente investigar su historia poltica o su historia social, dada la falta de datos precisos y el sentido verdadero de actividades econmicas en tales circunstancias. Pensando especicamente en el caso aristotlico, existieron algunas crticas reali-zadas por Finley al pensamiento de Polanyi. Fundamentalmente, existen desacuerdos histricos con respecto al desarrollo del mercado comercial, as como a la llamada cuantiicacin de la economa (segn Finley, en Polanyi no hay ningn reconocimien-

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    to de ciertos tratados y clculos). Sucede que para Polanyi exista una razn de fondo sobre la cual se han basado sus airmaciones y sus omisiones de la cuantiicacin: l consideraba que solamente una economa de mercado generalizada (como la moderna) podra volver posible en el plano formal y necesario en el plano prctico al clculo econmico.

    Lo que ms abund, siempre segn este autor, fue el tipo de descripcin hecho por Jenofonte, ms similar a un manual sobre el oikos que a un verdadero anlisis. Si bien es cierto que aquello que fue denominado economa o ciencia econmica a partir del siglo XIX no tuvo una existencia real dentro de los escritos griegos clsicos (dado que sta se encontraba dispersa y formaba parte complementaria de otras disci-plinas) el mismo Finley reconoce a las relexiones aristotlicas el ms alto grado dentro de tales estudios.

    No obstante, el propio Finley reconoce en los griegos una mentalidad que empuj hasta el extremo la nocin de que lo que nosotros llamamos economa era prctica-mente un asunto exclusivo de los outsiders (Finley, 1970: 25). En otras palabras, Fin-ley confunde la mirada peyorativa hacia el comercio y quienes lo llevaban a cabo con la centralidad que esta actividad posea. De todas formas, es importante admitir que los estudios de Finley han sido un maysculo intento por comprender cules eran las concepciones y categoras que atravesaron las ideas y usos de la economa en Grecia.

    A diferencia de lo presentado por Finley, este trabajo no procura acabar con el debate acerca de la conciencia (o falta de ella) que los griegos tuvieran sobre las cuestiones econmicas. La evidencia es incontestable: existen, efectivamente, escritos de varios autores sobre la administracin del oikos, y textos aristotlicos que dan cuenta de un pensamiento alrededor de ideas econmico-polticas. De todos modos, un debate sobre la conciencia es absolutamente espurio. Ms importante es, sin duda, poder hallar, al menos, algunos de esos conceptos que dominaban la mentalidad griega y que se hicieron visibles en las relaciones econmicas concretas, tanto como en las ideas aristotlicas al respecto. Como se ver en el prximo captulo, la politicidad natural de los hombres, la centralidad de la comunidad y la intensidad de lo sagrado (cuya conse-cuencia principal es la forma adoptada por el uso, sobre todo a nivel jurdico) son, con certeza, factores que tuvieron ese signiicado.

    Por lo dems, y como ha demostrado Meikle (1979) la Atenas de los siglos IV y V a.C. se encontraba bajo un proceso de inmensos cambios econmicos, sociales y polticos, de los cuales el ms signiicativo era la aparicin y el desarrollo de varios elementos concretos vinculados a una economa de mercado. Al respecto, sera muy difcil airmar que Finley haya visto algo ms que una condena moral a determinadas prcticas eco-nmicas en los textos aristotlicos. Las conclusiones de Finley expresan, entonces que no existe contenido analtico en Aristteles, sino solamente censura y desdn frente a los cambios histricos. Parece claro, entonces, que el marco analtico weberiano que circunscribe a los estudios de Finley no es el ms adecuado para comprender la reali-dad histrica en la que Aristteles se encontraba situado, ni el pensamiento que aquella hubo de producir en l.

    En realidad, Finley estaba muy preocupado por combatir el anacronismo de algunos economistas contemporneos a l, que vean en Aristteles una versin prototpica de escuelas y autores de los siglos XIX y XX. No obstante, en ese plausible esfuerzo, Finley

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    cay en las redes del pensamiento matemtico, cuya concepcin de la economa estaba muy fuertemente ligada a la tradicin cientiicista y positivista. 4. Conclusiones

    El mayor problema que se presenta respecto de las investigaciones relativas a esta cuestin, as como a la economa antigua de un modo general, se encuentra vinculado con la prdida casi absoluta del sentido original de varios de los trminos implicados. El vocabulario econmico se ha adaptado de manera completa a las formas de relacin que ha impuesto el capitalismo, de modo que los trminos y conceptos ms arcaicos se han disociado de su sentido original. Esta situacin ha causado, en muchos casos, interpretaciones absolutamente diversas al sentido primigenio que stos portaban. El actual concepto de economa no se corresponde en nada con el sentido de la antigua oikonoma desarrollado por Aristteles en la Poltica. Por esta razn, los autores que se propusieron analizar o criticar el sentido de los escritos econmicos aristotlicos, basn-dose en la ptica que presentaba la ciencia de la economa de sus pocas histricas, han incurrido en errores, algunas veces muy graves.

    Aristteles fue considerado, segn Schumpeter, como el primer (y nico) autor de la Antigedad que logr desarrollar (aunque, para este autor, haya sido de manera rudi-mentaria) los fundamentos de un anlisis econmico. Desde ese momento, muchos trabajos sobre la historia de las doctrinas econmicas han comenzado a examinar las caractersticas de su pensamiento, empendose equivocadamente en la mayora de los casos en establecer analogas entre la oikonoma aristotlica y la economa con-tempornea. Por esa razn, conforme al juicio de Schumpeter, la intencin analtica de Aristteles habra sido doblemente incmoda: en primer lugar, sus supuestos esfuerzos en pos de un anlisis econmico habran sido fragmentarios, y no podran ser someti-dos a ninguna comparacin con las dems contribuciones aristotlicas, extraordinarias en otras materias; en segundo trmino, sus tentativas no habran producido nada ms que un sentido comn decoroso, prosaico, ligeramente mediocre y algo ms que lige-ramente pomposo (Schumpeter, 1959: 57).

    As, Schumpeter insistira, incorrectamente, en el argumento de que Aristteles ha-bra intentado, incluso habiendo fracasado, realizar un anlisis econmico y un esfuer-zo por investigar los mecanismos reales del mercado y de los precios justos, tesis que ha sido compartida por Soudek (1952). Schumpeter justiicaba el fracaso del anlisis econmico aristotlico basndose en las teoras de Marx. Sin embargo, en esa tentati-va, Schumpeter no hizo ms que excederse en intentar sostener argumentos errneos:

    Aristteles viva en una sociedad y respiraba el aire de una civilizacin adonde la esclavitud era algo esencial. Asimismo, l tambin vivi en una poca en la que tal institucin esencial se encontraba bajo el fuego de los tericos sociales. En otras palabras, la esclavitud comenzaba a tornarse un pro-blema. Aristteles intent resolverlo presuponiendo un principio que serva como explicacin tanto como justiicacin. Queda establecido de antemano que l pensaba como un hecho incontestable a la desigualdad natural entre los hombres, en virtud de una cualidad innata, algunos hombres estaban predestinados a la servidumbre, otros al mando (Schumpeter, 1959: 59).

    Fundamentndose en estos principios de interpretacin, Schumpeter resumira lo que l denomin como una economa pura embrionaria en Aristteles. En ese sentido, el es-tagirita habra estado pensando, en principio, en lo natural y en lo justo, incluso si tales

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    concepciones eran mentadas a travs del ideal de la vida perfecta y virtuosa. Tambin, los hechos econmicos y las relaciones entre tales habran sido considerados y pro-bados por Aristteles a la luz de los preconceptos ideolgicos propios de un hombre que viva y escriba para una clase ociosa que despreciaba al trabajo y la bsqueda de negocios y, por eso, apreciaba al campesino que la alimentaba y odiaba al usurero que la explotaba (Schumpeter, 1959: 60).

    As, para Schumpeter, estos hechos no superaban (al nivel de los intereses) a los correspondientes prejuicios e ideologas si bien diferentes en contenido de los pensa-dores modernos. Para l, aquellos constituyen los puntos ms interesantes del anlisis econmico aristotlico. Lo que existe de semejante entre el citado anlisis econmico y la economa moderna, segn esta ptica, residira, entonces en basar dicho estudio en la escasez y en las satisfacciones, comenzando con una economa de autosuiciencia de la casa, y con un punto de vista que incluye la divisin del trabajo, el intercambio, y, como modo de superar las diicultades del trueque, el dinero.

    Por su parte, Finley, buscando fundamentos en las tesis de Max Weber sobre la inaplicabilidad de un anlisis centrado en el mercado al mundo antiguo, defendi el argumento de que absolutamente ninguno de los escritos de la Antigedad clsica al respecto de la oikonoma puede ser considerado un anlisis econmico en el sentido schumpeteriano. De esa manera, la tesis de Finley radicaba en sostener que los mo-dernos trminos economa y econmico, en sus sentidos corrientes, son productos del capitalismo y no pueden ser aplicados de modo automtico a otras formaciones so-cioculturales, como si las actitudes prcticas que implican fuesen innatas en el hombre. Con esta aseveracin, Finley intentaba contestar las teoras de algunos autores que ha-ban realizado escritos acerca de la historia econmica occidental partiendo del prin-cipio de que el hombre realiza naturalmente actividades como el regateo, el clculo y la bsqueda de lucro a travs del comercio, y de la idea de que existe una continuidad entre la Antigedad y la Modernidad sosteniendo que la historia econmica europea, a partir de la Baja Edad Media y hasta la contemporaneidad, es nica y no tiene sus races econmicas en la Grecia clsica.

    Desde una ptica diferente, ms cercana a la de Marx, Polanyi confrontara tanto con Schumpeter como con Finley. Para este autor, Aristteles no tena inters alguno en analizar mecanismos reales de mercado, dado que nunca se ocup del modo en el que se forman los precios en el mercado comercial (institucin que, a propsito, Aris-tteles no pudo haber conocido en un estadio de gran desarrollo como el moderno).

    Pese a eso, Polanyi argumenta (en contra del planteo de Finley) que el estagirita, por haber presenciado el nacimiento mismo del mercado, analiz tericamente los elemen-tos de esta nueva forma relacional, desarrollada durante la declinacin de la polis. As y todo, el mercado se encontraba, segn demuestra Polanyi, en un estado aun embrio-nario y rudimentario, pero contaba ya con unas bases y un estatus cualitativo compa-rables al grado de crecimiento que alcanzara veinte siglos despus. As, presenciando el nacimiento y el germen, Aristteles pudo ver, o intuir, al espcimen completo.

    De todas formas, es posible encontrar en Polanyi un sesgo moralista que coloca en Aristteles una perspectiva conservadora. Tal vez inluido por un cierto clima epocal referente a la antropologa (particularmente los trabajos de Malinowski acerca de la centralidad del don en las economas no capitalistas), Polanyi centr toda su atencin

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    en mostrar cunto Aristteles se preocupaba por sostener relaciones de reciprocidad entre los hombres, pero omiti los intentos aristotlicos por asignar un valor intrnse-co o objetivo a los bienes, en relacin con la utilidad que cada uno de ellos aportara al colectivo. La frrea defensa de la polis sostenida por Aristteles no tena tanto una ligazn con la restitucin del don como forma normal de intercambio, como con una preocupacin ms profunda por regular la proporcin en los intercambios. Es decir, la idea de phila no estaba necesariamente ligada con un regreso al trueque, sino con la forma en que los bienes fueran comprados y vendidos con justicia y con miras a una vida polticamente activa. Por ende, mientras que Polanyi disocia su propio postulado (airma que Aristteles descubre la economa, pues el mercado naci durante su vida; pero al mismo tiempo planea que el estagirita defenda instituciones que no existan en la prctica haca por lo menos un siglo), Finley se excede en resaltar en demasa los aspectos morales del anlisis aristotlico.

    Asimismo, al considerar la cuestin acerca del sentido de la economa y lo econ-mico como conceptos modernos, productos del capitalismo, y, paralelamente, sostener que absolutamente todos los escritos de la Antigedad clsica (relativos a lo que los modernos reconocen como economa) nunca fueron ms all de la observacin ru-dimentaria, basada en el sentido comn y, generalmente, con errores groseros, Finley estaba poniendo en evidencia uno de los problemas centrales de sus propias conjeturas. Su negativa a identiicar la posibilidad de un anlisis econmico (schumpeteriano) en Aristteles estaba claramente relacionada con su discrepancia con aquellos que soste-nan que exista (al menos de forma incipiente) en la Grecia del siglo IV a.C. un merca-do comercial conmensurable con el moderno. En otras palabras, lo que Finley defenda era una tesis segn la cual no hubiera nunca sido posible hablar en Aristteles (o en cualquier otro autor del perodo) de anlisis econmico por la simple razn de que no exista ningn atisbo de una economa de mercado es decir, de un capitalismo, ni siquiera en su estado ms elemental.

    Ahora bien, en la argumentacin desarrollada para sostener estas ideas, el anlisis de Finley termina por tornarse un tanto impreciso, cuando no contradictorio. Si, por un lado, intent resistir con dureza a las ideas comparativas que existan en el debate con sus contemporneos (o sea, aquellos autores que, como por ejemplo Soudek, presen-taban puntos de comparacin entre las economas antigua y moderna, comenzando por el propio trmino oikonoma, cuya traduccin por economa es inexacta o peligro-sa), por el otro lado l mismo ha cado en el uso de criterios comparativos al tratar a la economa antigua de primitiva, a las observaciones sobre los hechos econmicos de rudimentarias, etc. En el momento en el que Finley argumentaba de este modo, se encontraba, tal vez sin ser consciente de ello, ubicando a la economa moderna en el lugar del canon, del modelo desarrollado, del extremo consumado a partir del cual se juzga a lo anterior. Si la intencin de Finley era airmar que ningn anlisis respecto de la oikonoma antigua se fundamentase en la ptica de la economa moderna, ms que primitiva Finley debera haber considerado a la economa griega como griega. Pues airmar que Aristteles fracas en intentar analizar mecanismos reales de mercado es equivalente a admitir que s existan formas de capitalismo en la Grecia del siglo IV a.C. Y lo mismo ocurre con pensar que el estagirita se encontraba cegado o impedido por prejuicios ideolgicos o morales, dado que ese razonamiento plantea, inalmente,

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    la idea de que de hecho haba una realidad (capitalista) de la cual Aristteles no poda dar cuenta por arrastrar conceptos arcaicos.

    Ahora bien, en la Grecia del siglo IV a.C., los esclavos y los trabajadores asalariados libres compartiran, en una interpretacin mecnica del concepto de clase, en una mis-ma clasiicacin, al igual que todos los propietarios. La igualdad de los hombres, as como de sus trabajos, es una construccin histrica, producida por y tambin produc-tora de el capitalismo. Por lo tanto no es preciso acusar a Aristteles de haber fraca-sado en observarla, dado que no se encontraba en condiciones en las que tal igualdad tuviese la posibilidad de existir (o de ser reconocida).

    Aristteles desarroll una investigacin poltica en la cual se pregunt sobre los fun-damentos de la polis y de la politeia, de las relaciones entre los hombres, del intercam-bio, del uso y de la justicia. Y, frente a una circunstancia histrica nica (el nacimiento del mercado), su inters en los pasajes analizados era regular las prcticas sociales en las cuales la moneda fuera de uso imprescindible. En otras palabras, Aristteles pretendi resolver el problema de cmo hacer que los hombres usaran el dinero en los procesos de intercambio sin ser dominados por l. Del mismo modo, el estagirita brind una compleja combinacin de herramientas tericas especicamente dirigidas a anali-zar y comprender los mecanismos del mercado comercial (ms all de que sus intentos hayan sido fructferos o no, y por qu razones).

    En la actualidad sigue dominando la visin del hombre como un homo oeconomicus, es decir, como propenso naturalmente al intercambio comercial y como objeto de es-tudio en s mismo, ms all de los marcos polticos, econmicos y sociales que lo en-cuadren. Esa mirada es la de la racionalidad utilitaria que busca encontrar siempre un sistema (aunque no sea ms que en su potencialidad) de oferta y demanda. Ante eso, es necesario aportar un nuevo punto de vista que conciba a la economa como proce-so social, pues como los expertos son unnimes en reconocerlo, todos los esfuerzos por justiicar algo as como una economa natural han quedado infructuosos (Polanyi, 1975: 236), sobre todo porque esta visin tiende a naturalizar el mercado, es decir a tomarlo como ahistrico y omnipresente.

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