culturas y mestizajes...

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Ministério de Ciencia e Innovación Proyecto Referencia: CSO2010-09720-E PREFACIO PRESENTACIÓN BLOQUE I Génesis y crítica del concepto de Iberotropicalismo BLOQUE II Antropología política en el área iberotropical BLOQUE III Aspectos religiosos del área iberotropical BLOQUE IV Festividades mestizas ibero- tropicales BLOQUE V Antropología del género en el área iberotropical BLOQUE VI Temas de Antropología Apli- cada en el área iberotropical I. Cultura Organizacional II. Métodologías III. Migración IV. Salud V. Educación BLOQUE VII Mestizajes culturales en el área iberotropical CULTURAS Y MESTIZAJES IBEROTROPICALES Ángel B. Espina Barrio (ed.) Consejo Editorial Antonio Motta de Lima Eloy Gomez Pellón Rodrigo Simas de Aguiar Iñigo Gonzalez de la Fuente Daniela di Salvia Comisión Editorial Ángel B. Espina Barrio Mario Helio Gomes de Lima Sonia Bartol Sánchez GOBIERNO DE ESPAÑA MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACILN INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICAS DE CASTILLA Y LEÓN Ministério da Educação

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  • Ministrio de Ciencia e Innovacin Proyecto Referencia: CSO2010-09720-E

    Prefacio

    Presentacin

    BLoQUe iGnesis y crtica del concepto de iberotropicalismo

    BLoQUe ii antropologa poltica en el rea iberotropical

    BLoQUe iiiaspectos religiosos del rea iberotropical

    BLoQUe iVfestividades mestizas ibero-tropicales

    BLoQUe Vantropologa del gnero en el rea iberotropical

    BLoQUe Vitemas de antropologa apli-cada en el rea iberotropical

    i. cultura organizacionalii. Mtodologasiii. MigraciniV. saludV. educacin

    BLoQUe Vii Mestizajes culturales en el rea iberotropical

    Culturas y mestizajes iberotropiCalesngel B. Espina Barrio(ed.)

    Consejo Editorial

    Antonio Motta de Lima

    Eloy Gomez Pelln

    Rodrigo Simas de Aguiar

    Iigo Gonzalez de la Fuente

    Daniela di Salvia

    Comisin Editorial

    ngel B. Espina Barrio

    Mario Helio Gomes de Lima

    Sonia Bartol Snchez

    GOBIERNODE ESPAA

    MINISTERIODE CIENCIAE INNOVACIN

    GOBIERNODE ESPAA

    MINISTERIODE CIENCIAE INNOVACIN

    INSTITUTO DE INVESTIGACIONESANTROPOLGICAS DE CASTILLA Y LEN

    SOCIEDADIBEROAMERICANADE ANTROPOLOGIAAPLICADA

    GOBIERNODE ESPAA

    MINISTERIODE CIENCIAE INNOVACIN

    INSTITUTO DE INVESTIGACIONESANTROPOLGICAS DE CASTILLA Y LEN

    SOCIEDADIBEROAMERICANADE ANTROPOLOGIAAPLICADA

    GOBIERNODE ESPAA

    MINISTERIODE CIENCIAE INNOVACIN

    INSTITUTO DE INVESTIGACIONESANTROPOLGICAS DE CASTILLA Y LEN

    SOCIEDADIBEROAMERICANADE ANTROPOLOGIAAPLICADA

    Ministrioda Educao

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    prefCIO PrefacioPaulo Csar de oliveira CamPosembajador de Brasil en espaa

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    de desigualdades que combatir... Pero no son, sin em-bargo, un conjunto homogneo. Cada uno es el resul-tado de procesos histricos, econmicos y sociales muy diferentes. aunque esto pueda parecer evidente, parece no estar claro para muchos medios de comunicacin y analistas, que elijen la simplificacin y que acaban equi-vocndose en sus diagnsticos. Y eso es especialmente grave cuando se trata de pases que deberan conocer mejor nuestra realidad.

    somos un pas de dimensin continental: ocho millo-nes de kilmetros cuadrados. eso corresponde a ms del 40% del territorio latinoamericano. o a diecisis veces la superficie de Espaa. Y tenemos casi doscientos millones de habitantes. Nos quedamos atrs de China, india, es-tados unidos e indonesia.

    es de sobra conocido que toda esa extensin territo-rial est dotada de abundantes recursos naturales, como agua dulce, florestas, selva, biodiversidad, minas, tierras cultivables... Hay otras informaciones, sin embargo, que suelen destacarse menos. Brasil tiene una de las matri-ces energticas ms limpias y diversificadas del mundo. a pesar de la gran importancia de Brasil como exporta-dor de productos agrcolas, tan slo un 5% del PiB del pas proviene de la agricultura. otro 31% es resultado de actividad industrial. el 64% corresponde al sector de servicios.

    somos un pas en desarrollo. un pas que todava lu-cha con una fuerte herencia de desigualdad econmica y social. Pero tambin somos un pas con una economa muy diversificada y sectores muy pujantes, avanzados y competitivos: desde la biotecnologa hasta la aeronuti-ca. Con cerca de 25.000 solicitudes de patentes al ao, Brasil se acerca a pases como la india y el reino unido

    en primer lugar, me gustara agradecer la amable in-vitacin de haber inaugurado el Congreso de antropo-loga iberoamericana. Fue un honor y un placer hablar sobre mi pas: Brasil.

    antes de abordar directamente el tema, me gustara aclarar que, evidentemente, no voy a profundizar en an-tropologa, ni tampoco en ibero- tropicalismo. voy a que-darme ms cerca de los temas que conozco y sobre los cuales creo que puedo ofrecer una contribucin. siempre que tengo oportunidad, me gusta explicar - aunque sea con unas pinceladas muy generales un poco de lo que es Brasil. sus puntos fuertes y sus puntos dbiles. sus particularidades y sus aspectos comunes con nuestra re-gin y con otros pases del mundo.

    Como muy bien saben los europeos, identidad no es sinnimo de homogeneidad. sa es una nocin muy im-portante cuando se observa amrica latina y amrica del Sur. Los pases de la zona comparten una serie de identidades que dan sentido a su expresin colectiva: su pasado colonial, su lucha por el desarrollo, la existencia

    prefaCio

    Paulo Csar de oliveira Camposembajador de Brasil en espaa

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    en lo que a desarrollo de tecnologa se refiere. Segn la prensa, ya hay estimaciones de que vamos a ultrapasar a alemania en la produccin de automviles.

    Tenemos una democracia consolidada, con institucio-nes slidas, lo que tambin se aplica a casi todos los pases latinoamericanos. a mi me gusta recordar a mis amigos europeos que nuestro pas tiene ms aos de democracia, o de gobiernos en moldes ms o menos de-mocrticos, que la gran mayora de los pases europeos. eso se aplica incluso a espaa. Y explica, entre muchos otros factores, nuestra actual estabilidad y situacin en el escenario internacional.

    otro gran triunfo de nuestro pas resulta de sus exce-lentes relaciones con sus vecinos y con todos sus socios. Vivimos en paz. Resolvemos nuestras eventuales dificul-tades por la va del dilogo y de la negociacin. Nuestra diplomacia tiene una larga tradicin de no injerencia y de respeto a la soberana de los dems pases.

    asimismo, es importante recordar que somos un pas lusfono, ibrico, de matriz portuguesa. Y Brasil es, qui-zs, uno de los pases ms ricos del mundo en lo que a diversidad cultural y tnica se refiere. Somos una socie-dad altamente interracial, la ms mestiza e interracial del mundo. una cultura que naci a partir del dilogo y de la convivencia (forzados o no) de indgenas, por-tugueses y esclavos africanos. ms tarde, fundamental-mente en el siglo XiX, se sumaron muchos inmigrantes europeos entre los cuales numerosos espaoles y de otras partes del mundo, como Japn y oriente medio.

    Creo que estas pistas no son exhaustivas pero s son importantes para delinear la especificidad de Brasil. Que tiene una dimensin continental y se enfrenta a desafos y tiene posibilidades proporcionales a su tamao. Que

    es, hoy por hoy, una de las principales y ms promete-doras economas del mundo: por su diversidad y por el potencial de su estructura productiva. Por el volumen de su mercado.

    Nosotros, brasileos, somos conocidos por nuestro optimismo. Las condiciones de nuestro pas hoy justifi-can este sentimiento. Finalmente hemos dejado de ser el pas del futuro. El futuro est aqu. Pero esto no significa, de ninguna manera, la prdida de contacto con la reali-dad. los retos que tenemos por delante, tanto positivos como negativos, son muy significativos y urgentes.

    el combate contra los problemas que aquejan a los brasileos debe de ser tarea inmediata. Pero el ataque a los problemas globales que nos afectan a todos tambin, porque esos dos desafos estn interconectados. Y es su-ficiente leer los peridicos para darse cuenta de que eso es verdad: no basta solo que uno haga su deber de casa. uno tiene que asegurarse que los otros tambin lo estn haciendo. Y trabajar en conjunto en muchos temas.

    se caracterice como se caracterice a Brasil - pas emergente, BriC creemos que podemos contribuir, en conjunto con los dems pases en desarrollo, a resolver los desafos de nuestro tiempo. Una de las razones es nuestra propia especificidad; las dems razones las voy a intentar a resumir en este texto.

    al pensar en lo que quera escribir, se me ocurri un hilo conductor. Una idea de fuerza que, en cierta mane-ra, sintetizara y ayudara a explicar el actual momento de gran transformacin en Brasil y la actual distribucin de poder poltico en las relaciones internacionales. ese concepto central, que orienta y organiza todo lo dems, es el combate a la desigualdad.

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    voy a intentar, por lo tanto, enfocar los temas a partir de ese objetivo central del Gobierno brasileo. en primer lugar, la crisis econmica internacional y lo que explica que Brasil haya salido tan rpidamente de ella. asimis-mo, hablar sobre la poltica exterior de Brasil y sobre nuestras relaciones con europa y, en especial, con es-paa.

    se ha hablado mucho sobre la crisis y sobre sus orge-nes. lo que creo importante es considerarla en perspec-tiva. el Presidente lula, desde el principio de su Gobier-no, en enero de 2003, vino alertando sobre la naturaleza insostenible del patrn de desarrollo mundial, sobretodo desde el punto econmico y social. un patrn que se ca-racteriza por la desigualdad y por las injusticias.

    La otra cara de esta moneda, que se hizo an ms visible a partir del ao pasado, es la concentracin de la riqueza y la especulacin financiera sin lmites. La pro-liferacin de excesos que han afectado a un sin numero de personas y de pases que no estaban involucrados en la creacin de los problemas que estamos sufriendo.

    La crisis financiera es el tema del momento, pero no debemos olvidar que, ms all de ella, hemos tenido va-rios otros ejemplos de prcticas insostenibles. Y mencio-nar solamente dos.

    uno fue la crisis de los precios de los alimentos. Tema muy mal explicado aqu en europa. en realidad, y al con-trario de lo que se dijo en la ocasin, no existi una crisis de disponibilidad de alimentos. Hay alimentos suficientes para todos nosotros en el mundo. lo que hubo fue una crisis generada por la especulacin con los precios y con los stocks. Pero se habl de crisis de disponibilidad de alimentos porque era ms conveniente. Porque resulta mucho ms difcil explicar lo que est por detrs de la

    falta de granos y de harinas: temas como el impacto muy negativo de los subsidios de los pases desarrolla-dos sobre la produccin agrcola de muchos pases po-bres.

    Y todos hemos estado con los ojos puestos en lo que pas en Copenhague. Preocupados por el cambio clim-tico y por el medio ambiente. Por la necesidad de cam-biar el modelo energtico y los patrones de produccin y de consumo. La gran dificultad estuvo y sigue estando en decidir cmo repartir la cuenta. en dividir responsa-bilidades. desde nuestro punto de vista, el problema es que los pases desarrollados quieren que los que sola-mente picaron aceitunas los pases en desarrollo- ayu-den a pagar por toda la cena. Y ms grave an: que nos quedemos sin cenar o sea, sin desarrollo--, en nombre de un supuesto bien comn. Evidentemente, aqu hay un claro ejemplo ms de desigualdad y de falta de equidad. Brasil present un compromiso voluntario de reduccin de emisiones en el lmite de nuestras posibilidades. estu-vo en la mesa de negociaciones hasta el ltimo momen-to. An as no fue posible llegar a un acuerdo justo. Los pases desarrollados deben de ser capaces de presentar claramente sus posiciones. si queremos llegar a un en-tendimiento es necesario que todos tengamos la certeza de que estamos haciendo el mayor esfuerzo posible.

    menciono estos temas porque ilustran muy bien cmo la desigualdad est en el centro de la agenda internacio-nal, y no puede ser ignorada ms. ahora, me gustara explicar las respuestas dadas por Brasil a sus desafos internos. mostrar que esas respuestas inspiraron para orientar nuestras posturas en las negociaciones y en los debates internacionales sobre la crisis y sobre los dems retos que tenemos por delante.

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    el Gobierno del Presidente lula ha basado toda su agenda en los temas centrales de la lucha contra la po-breza y la desigualdad. La estabilidad y el crecimiento de la economa se han considerado fundamentales para asegurar mayor bienestar para la poblacin. el control de la inflacin, junto con polticas sociales innovadoras, ha permitido garantizar y mejorar el poder de compra de los salarios de los trabajadores. la expansin del mer-cado interno ha posibilitado ms inversiones productivas y empleos.

    al mismo tiempo, el Gobierno saba que el crecimien-to tena que ser para todos. Que modelos anteriores, de fuerte crecimiento y gran concentracin de renta haban fracasado. esto llev a la creacin de una serie de po-lticas sociales para disminuir la desigualdad. Para dar oportunidades a la gente. Para generar una verdadera ciudadana. la combinacin de la poltica econmica y las polticas sociales result en un nuevo ciclo de creci-miento para el pas. Y una de las razones es que estas polticas fueron complementarias.

    el ejemplo ms claro es el impacto de las polticas sociales sobre el cambio de nuestro mercado interno. al disminuir la pobreza, crear oportunidades de trabajo y aumentar los salarios, se produjo un impresionante pro-ceso de movilidad social. aument nuestra clase media hasta un 53% de la poblacin (un crecimiento del 24% entre 2003 y 2009). Ms de 10 millones de brasileos se han incorporado a la fuerza laboral y unos 30 millones de personas salieron de la pobreza absoluta.

    No es mi pretensin indicar muchas cifras, pero creo que algunas son especialmente significativas. Desde enero de 2003, por ejemplo, se crearon 13 millones de oportunidades de trabajo. la Bolsa Famlia, principal

    instrumento de poltica social, benefici a 1,7 millones de familias con transferencias directas de renta. en este mismo periodo, el salario mnimo tuvo un incremento real del 64%.

    La importancia de este fenmeno se hizo ms visible justamente cuando estall la crisis financiera internacio-nal.

    No hay duda de que estbamos bien preparados para el embate de la crisis. Y que muchos otros elementos explican lo que se llama la diferencia brasilea. Puedo mencionar, por ejemplo, la fortaleza de nuestro sistema bancario. De nuestros bancos pblicos. El nivel de nues-tras reservas. el paso de pas deudor a pas acreedor. el rendimiento formidable de nuestro sector exportador, que rompi sucesivos records en trminos de supervit comercial. O nuestra experiencia en crisis financieras an-teriores, que nos ha llevado a crear mecanismos espec-ficos de defensa.

    sin embargo la verdadera explicacin reside en el cambio de modelo econmico. En la bsqueda de creci-miento con justicia social. esto es lo que explica que, en medio de una crisis mundial sin precedentes, los brasi-leos continuasen consumiendo. Y que nuestro merca-do todava creciera. son nuevas personas que llegan al mercado y que buscan bienes de consumo antes fuera de su alcance.

    El Gobierno hizo su parte. Adopt una serie de medi-das anticclicas. Puso en marcha incentivos para facilitar el crdito y para favorecer la produccin, el consumo y las exportaciones. Continu apostando, tambin, en las inversiones pblicas y en las financiaciones. En este ltimo caso, destac el proyecto de financiacin para la construccin de un milln de casas populares.

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    Todas estas medidas permitieron que Brasil diese se-ales de retomar el crecimiento ya en marzo de 2009. Y las previsiones de crecimiento para 2010 oscilan entre el 3,5 y el 7% - banco JPMorgan .

    Ya antes de la eclosin de la crisis, estaba clara la necesidad de comenzar una nueva etapa en nuestro pro-ceso de desarrollo, con base en las conquistas ya rea-lizadas. Fue esto lo que llev a la creacin del Plan de aceleracin del Crecimiento el PaC. un gran abanico de proyectos de infraestructura logstica, energtica, social y urbana, con base en inversiones pblicas y privadas. estamos hablando de un total de 346 mil millones de euros. Para dotar al pas de las condiciones para crecer de forma an ms rpida y sostenible.

    Podra citar una serie de otros programas comple-mentarios al PAC, que muestran la bsqueda de solu-ciones innovadoras, pero voy a mencionar dos ejemplos ms de polticas nacionales.

    El primero es el Plan Amazonia Sostenible. Cuando se habla de la Amazonia, se piensa inmediatamente en la lucha contra la deforestacin y en la proteccin del medio ambiente. estas son prioritarias. Pero no se puede olvidar que la Amazonia es el hogar de ms de 20 millo-nes de personas. estas personas precisan tener acceso a actividades econmicas dinmicas e innovadoras, com-patibles con el uso sostenible de los recursos naturales y la preservacin de los biomas. Y es esto lo que el Plan busca crear. si no damos actividad productiva y ciuda-dana, no tendremos xito en la proteccin de la selva y de su patrimonio.

    El segundo se refiere a la promocin y uso de los biocombustibles. Gracias al desarrollo de la industria del etanol, que ya ha cumplido 30 aos en Brasil, tenemos

    hoy una de las matrices energticas ms limpias y diver-sificadas del mundo. Las fuentes renovables representan el 46% de nuestra matriz energtica. El promedio mun-dial es de 13%. el etanol y la bioelectricidad derivados de la caa de azcar son ya responsables de casi el 17% de toda nuestra oferta energtica. esto tambin es un enorme patrimonio para Brasil en trminos de lucha con-tra el cambio climtico.

    Nosotros tambin creemos que nuestra experiencia con los biocombustibles puede ser adaptada a la realidad de otros pases. ayudar a naciones en frica y en am-rica Central, por ejemplo, a generar nuevas oportunida-des de empleo y aumentar su seguridad energtica de forma sostenible. Y estamos involucrados en iniciativas de cooperacin para trasladar nuestros conocimientos, como mencionar ms adelante.

    el descubrimiento de nuevos yacimientos de petrleo en la llamada capa pr-sal no cambia los planes de Brasil. Continuamos apostando por una matriz diversi-ficada y limpia. Queremos utilizar los nuevos recursos generados por el petrleo para mejorar la calidad de vida de la gente, invirtiendo en educacin.

    Creo que no necesito insistir en el impacto positivo del mundial de 2014 y de los Juegos olmpicos de 2016, pero las estimaciones indican cerca de 11 mil millones de euros y 30 mil millones de euros, respectivamente, en inversiones pblicas y privadas.

    ahora, Brasil no tiene ninguna ilusin autrquica. Ni tiene ningn inters en el mantenimiento del actual mar-co externo. Como ya he mencionado, sabemos que todos los problemas que estamos enfrentando tienen que ser resueltos mediante la accin conjunta de la comunidad internacional.

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    Creemos que muchos de los instrumentos utilizados hasta el momento estn obsoletos. Que necesitamos de nuevas instancias decisorias internacionales. instan-cias ms democrticas y representativas. Que reflejen las nuevas realidades. Y que descarten ideas y prcticas que resultaron inadecuadas. Por eso estamos trabajan-do junto con otros pases, como espaa, por la reforma del sistema financiero internacional, para que haya ms transparencia y control.

    Esas reformas, sin embargo, no sern suficientes. Los problemas actuales van mucho ms all de las prcticas financieras, de los problemas ambientales y de la espe-culacin con los precios de los alimentos.

    desde nuestra ptica, todo ello son manifestaciones de problemas ms amplios en el sistema internacional. a pesar de la insistencia del Presidente lula y de muchos otros lderes, varios de los principales actores del siste-ma internacional todava no han entendido que, con la persistencia de la pobreza y de la desigualdad, no puede haber una autntica seguridad. Ya sea sta poltica, eco-nmica, social, energtica o ambiental. O quiz, lo que es ms grave, lo han entendido pero no estn dispuestos a asumir sus responsabilidades.

    en amrica del sur, y amrica latina en general, con-tinuamos apostando por la profundizacin del proceso de integracin. No se trata de la integracin estricta-mente comercial. Hemos llegado a la conclusin de que hay tareas ms urgentes, como la integracin fsica. de nada servir liberalizar el comercio si no hay carreteras y puentes entre nuestros pases, si no hay vuelos directos. Y la liberalizacin comercial pura y simple tampoco es suficiente. Es necesario corregir las asimetras. Garanti-zar que todos estamos creciendo juntos. No disponemos

    de la cantidad de fondos estructurales que ayudaron a espaa, Portugal y Grecia a desarrollarse y a disminuir la distancia en relacin a los dems socios de la Comunidad europea. Pero ya tenemos algunas experiencias de fon-dos y mecanismos de financiacin, como el Fondo para la

    Convergencia estructural del merCosur y estamos trabajando para implementar el Banco del sur.

    La bsqueda de medios para reducir la pobreza y la desigualdad tambin nos lleva a insistir en la necesidad de mecanismos financieros innovadores. Como los que ya nos han permitido, en conjunto con otros pases, comprar y distribuir medicamentos esenciales en frica.

    Tenemos mucho inters en incentivar, cada vez ms, la cooperacin bilateral y la cooperacin triangular. en esta ltima modalidad, hemos contribuido con recursos humanos y con nuestra experiencia ms adaptada a las necesidades de pases en desarrollo, y a su vez los pa-ses desarrollados entran con la financiacin. La idea es dar a los pases menos desarrollados las herramientas que permitan su desarrollo econmico y social. esa coo-peracin ha sido especialmente importante en el rea de la agricultura tropical y de formacin de cargos tcnicos.

    en todos los campos que he mencionado, y en mu-chos otros, el dilogo con la unin europea es funda-mental. se trata de una relacin que se despliega en varios niveles. Tenemos el sistema de Cumbres amrica latina-Caribe- unin europea. Participamos en asocia-ciones subregionales como las reuniones Grupo de ro-unin europea. Tambin existe una dimensin bilateral Brasil-unin europea. Finalmente, estn las relaciones bilaterales estatales, entre las que destaca el entendi-miento entre Brasil y espaa.

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    En estos varios niveles, podemos construir alianzas para atacar los problemas globales. Como afirm el Pre-sidente Lula en el lanzamiento de la asociacin estrat-gica Brasil-unin europea, la dimensin verdaderamente estratgica de nuestra asociacin reside en la capacidad de realizacin en beneficio de terceros pases. Podemos asumir un papel relevante en el establecimiento de un sistema global ms democrtico e inclusivo.

    en trminos de cooperacin trilateral, la agencia Bra-silea de Cooperacin y la Unin Europea actan en con-junto en Hait y en frica. Ya desarrollan proyectos en las reas de salud, medio ambiente, educacin, deportes, agricultura, administracin pblica y fortalecimiento del Poder Judicial.

    el acuerdo comercial entre mercosur y la unin eu-ropea es uno de los asuntos en que hay expectativa de progresos. siento que hay disposicin espaola para re-tomar las negociaciones durante su presidencia de turno de la unin europea. debemos buscar un acuerdo que, aunque no sea perfecto, demuestre la voluntad de alcan-zar un nuevo hito en las relaciones comerciales.

    No me gustara acabar sin hacer alusin a las relacio-nes Brasil-Espaa. Por el nivel que hemos alcanzado de integracin puedo afirmar que se trata de una relacin ejemplar en el contexto de las relaciones amrica latina unin europea.

    muchas veces, la diplomacia es un ejercicio retrico. es la tentativa de transformar la realidad exclusivamente mediante la palabra. Y, en muchas ocasiones, no se va ms all de eso. ms all de la promesa, del discurso, del texto de un acuerdo.

    la relacin entre Brasil y espaa es una excepcin y, a buen seguro, una de las ms positivas. aqu, la

    realidad es la que nos est obligando permanentemen-te a reconstruir los parmetros de nuestras relaciones diplomticas. mucho de lo que hacemos hoy en nues-tras Cancilleras es seguir y apoyar un flujo creciente de intercambios, iniciativas y proyectos que surgen en todas las reas y que no atienden necesariamente a la dinmica de la relacin entre estados, como la presen-cia de las grandes empresas espaolas en Brasil. una presencia tan importante que, en palabras de muchos de los representantes de esas firmas, ha hecho ya que su desempeo en Brasil sea ms significativo que en el propio mercado espaol.

    el desafo, por tanto, es conseguir que nuestro dilo-go poltico bilateral, regional y multilateral est a la altu-ra de nuestras relaciones en otras reas, sobre todo que corresponda a la densidad de las relaciones econmicas.

    Y sa no es tarea difcil. Compartimos visiones y diag-nsticos sobre los grandes desafos globales. Creemos que nicamente las respuestas multilaterales pueden solucionar problemas que afectan a todos. Queremos un nuevo orden internacional, con estructuras que reflejen las realidades actuales y que tengan en cuenta el papel que cada uno de nuestros pases puede desempear.

    Tenemos un valioso instrumento de accin diplomti-ca a nuestra disposicin: la fraternidad. una fraternidad que deriva de nuestros lazos histricos y humanos. Ms de 750 mil espaoles llegaron a Brasil en los siglos XIX y XX. 15 millones de brasileos son de origen espaol. Y aqu, en espaa,

    somos cerca de 120 mil brasileos. se trata de un enorme patrimonio de convivencia e integracin que fa-cilita nuestro entendimiento.

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    ese sentimiento de fraternidad tambin se extiende a otras naciones. desarrollamos varias iniciativas de coo-peracin triangular. adems de la cooperacin tcnica compartida en pases como Hait y Bolivia, estamos jun-tos en el proceso de desarrollo de Timor oriental. apoya-mos conjuntamente el fortalecimiento del dilogo entre culturas y pueblos, partiendo de nuestras ricas experien-cias histricas. Espaa lanz la Alianza de Civilizaciones, a la que Brasil se uni y cuyo iii Foro albergar en 2011.

    Brasil y espaa tienen una relacin dinmica y sin contenciosos. Con amplio margen para crecer y profun-dizarse. Necesitamos, no obstante, la ayuda de todos para alcanzar resultados que reporten crecientes bene-ficios comunes. Y es por esto que tuve especial gusto de inagurar el congreso Culturas y mestizajes ibricos en amrica, frica y oriente. Fue una oportunidad para estar con intelectuales, acadmicos. Con personas que se dedican a observar y buscar comprender su tiempo y su sociedad sean o no su objeto directo de estudio. es a partir de la reflexin que lograremos erigir un futuro menos desigual. Tambin necesitamos la comprensin mutua para acercar nuestras regiones y pases. Y ese trabajo nadie puede hacer mejor que ustedes, los aca-dmicos.

    la economa brasilea cre entre 340.000 y 360.000 puestos de trabajo el pasado abril, lo que marc un re-cord histrico, como pronostic el ministro de trabajo Carlos Lupi. Estos cambios comenzaron con el hecho de que, en conjunto, Brasil, rusia, india y China ya con-tribuyen con el 15% del PiB mundial. somos pases en donde todo es a gran escala. representamos casi la mi-tad de la poblacin mundial, el 20% de la tierra y po-seemos abundantes recursos naturales. si hacemos una

    lista de los diez primeros pases del mundo en territorio, poblacin y PiB, slo tres pases estaran en esas tres listas simultneamente: estados unidos, China y Brasil. el potencial de Brasil est muy lejos de ser plenamente utilizado. Y esta es una tarea de construccin nacional extraordinaria, la construccin de infraestructura, tanto en su aspecto fsico, ms tambin de una infraestructura humana: cualificar la poblacin brasilea y el sistema empresarial brasileo.

  • 21presentaCIn: Culturas y mestIzajes IbrICOs en amrICa, frICa y OrIente

    aNGel B. esPiNa Barrio

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    presentaCin: Culturas y mestizajes ibriCos en amriCa, friCa y oriente

    angel B. espina Barrio

    en una de nuestras discusiones en torno a los aspec-tos cambiantes de nuestros compartidos rasgos cultura-les iberoamericanos, varios antroplogos oriundos prin-cipalmente de espaa, Brasil y Portugal, observbamos la continuidad de algunos de los rasgos aludidos, fuera de la Pennsula ibrica y de amrica. esto, unido a la emer-gencia de reas culturales africanas y orientales, en las que, en algunos casos, podan rastrearse mestizajes de origen ibrico, en sus diversos cruzamientos y variantes, nos llev a pensar en la necesidad de ampliar nuestro tradicional campo de estudio en el rea iberoamericana (Pennsula ibrica, Hispanoamrica y Brasil), a otras re-giones del Planeta, de alguna forma asociadas al mismo. Nos referimos concretamente, en frica, a Cabo verde, Guinea Ecuatorial, Sahara occidental, Angola y Mozam-bique; y en Oriente, a Macao y Filipinas, principalmente.

    el primer problema que se nos planteaba era que no queramos asociar en manera alguna nuestra reflexin al mbito del colonialismo, aunque ste fuera lejano, y hoy, poco vigente. Nuestro trabajo, para ser realmente antro-

    polgico, deba desligarse de esa polmica historia, aun-que tampoco poda obviarla sin ms. el pasado histrico siempre conlleva relaciones y races, pero asimismo pro-blemas y recelos. Con el tiempo suelen quedar las pri-meras y atemperarse los ltimos, pero en esta ocasin no sabamos si ya haba pasado el tiempo suficiente. En los casos africanos esto podra resultar ms dudoso. re-curdese, por ejemplo, que la irregular descolonizacin del sahara ocurri coincidiendo con la muerte de Franco en 1975 y que las guerras de Angola y Mozambique, estn muy presentes an en Portugal. Pese a las dificul-tades nos pareca que no podamos desistir de investigar las tradiciones culturales compartidas y, por supuesto, las no compartidas. Y lo primero era acotar, concretar, nombrar lo ms exactamente posible nuestro campo de pesquisa antropolgica. de manera operacional esto era relativamente fcil, se trata de todos los pases del mun-do en los que tiene presencia e importancia (en el caso de Filipinas esto es muy relativo) la lengua espaola o la portuguesa. en todos ellos hubo en alguna poca, im-portante emigracin, as fuera elitista, de espaoles y portugueses, que llevaron tambin su administracin, su religin, su forma de entender la familia, las fiestas y la vida. Por supuesto que estas tradiciones se mezclaron, en cada lugar de manera diferente, con otras autcto-nas de raz indgena amerindia, africana u oriental. Pero lo que no puede negarse, a riesgo de caer en negacin compulsiva, es que dejaron una huella importante que llega hasta nuestros das. una huella tan fuerte que in-cluso movimientos intelectuales de la actualidad desean aminorar con procesos de reindigenizacin o de requi-lombizacin, que se pretenden imprescindibles para lo-grar una descolonizacin adecuada, aunque tengan en

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    algunos casos un componente de utopa arcaica, por no decir de dudosa autenticidad.

    De esta manera, sin pretender neocolonizaciones, ni descolonizaciones, el objetivo era estudiar la realidad socio-cultural de tales pases, inmersos desde luego y como todos, en fuertes procesos de globalizacin, pero que podan aglutinarse, o asociarse de manera intra-continental pero tambin trasversal e intercontinental, con la advocacin del iberotropicalismo. Y ah surgi la palabra, acuada en su origen por Gilberto Freyre, que quiz nos sirviera para los objetivos propuestos. Freyre habl, primeramente de lusotropicalismo y tal vocablo tuvo un eco, moderado como explicaremos, en el pas lusitano y en Brasil. Posteriormente lo ampli refirin-dose a iberotropicalismo, y tal ltima designacin, que estimamos ms comprehensiva, no tuvo prcticamente seguimiento ni en Portugal, ni en amrica. Y en espaa, ambas denominaciones ya sabemos fueron totalmente desconocidas. Sera til entonces recoger aquella intui-cin de Freyre?

    los recelos de los colegas portugueses, y de los supuestamente lusotropicales, especialmente africa-nos1, eran fuertes. Para ellos el trmino iberotropical, ya tena problemas desde su origen (que los lusos podan asociar o tildar por un lado de iberista), y en su desa-rrollo, que recordaba las heridas an no cerradas, no desde luego de la independencia de Brasil2, cuanto de

    1. No as tanto para los brasileos. los espaoles e hispanoamericanos

    estaban ms perplejos, explorando nuevas polmicas

    2. Por cierto que en este punto los brasileos, no sin cierta gracia, decan

    que deba de hablarse de procesos de independencia de Portugal, ms

    las guerras africanas. la historia del trmino no era muy alentadora y a algunos les pareca irremediablemente li-gado a posturas conservadoras, incluso imperiales. es cierto que lo ms reticentes eran los portugueses afri-canistas, que parecan mostrar con ello una especie de mala conciencia, por un pasado, que ya hemos dicho, ms reciente, de imposiciones y enfrentamientos. No s si la propia antropologa en general es, como algunos han afirmado, fruto ltimo de ese arrepentimiento occi-dental posterior a los desastres del colonialismo. Quiz haya algo de eso pero an as no se descalifica su labor ni se desestima su necesidad. lo cierto es que los tr-minos o las designaciones integrativas no tienen porqu entenderse de manera impositiva o dominante. o como siempre contrarias a los micronacionalismos. ah tene-mos el ejemplo del concepto de europa. Por qu en nuestro mbito ibrico, o iberoamericano, o iberotropi-cal, no puede ser as? se precisan palabras para referirse a hechos; si no existe la denominacin de alguna forma no existe el hecho social, o este solo subsiste en el mbi-to de lo tcito. o se convierte en lo innombrable, que es mucho peor que lo criticable. las denominaciones tienen su importancia, y su dimensin ideolgica, pero tampoco tenemos que tenerlas excesiva prevencin, ni es bue-no estigmatizarlas, solo tenemos que preocuparnos de explicarlas. la mala intencin estar en todo caso en la mala intencin del intrprete. este tipo de argumentos lograron salvar las cautelas referidas de algunos sobre el trmino iberotropical. Con l queramos referirnos y aco-tar el innegable hecho socio-cultural de la existencia de unas culturas y unos mestizajes culturales, con compo-

    que de independencia de Brasil

  • 27 28

    nente ibrica, que se dan en algunos pases de amrica, de frica y de oriente. Y a su estudio se decidi dedicar el congreso anual de antropologa de iberoamrica, sub-titulado con la frmula que hemos subrayado, evitando todava el trmino iberotropicalismo, que ya queremos proponer en el ttulo de esta publicacin, a una acade-mia, principalmente espaola e hispanoamericana, que prcticamente nunca lo ha contemplado3. Tambin lo hacemos como homenaje al propio Gilberto Freyre, que tambin merece ser ms conocido en espaa, y cuyas teoras etnolgicas siguen siendo reveladoras, indepen-dientemente de su supuesta posicin poltica. Por cierto que el simposio, podemos decir, seguramente pecando de inmodestia, tuvo una acogida muy alentadora y reu-ni, entre otros, a los autores de los trabajos que siguen, que ofrecen un rico panorama de las investigaciones et-nogrficas y antropolgicas, tericas y aplicadas, sobre el rea iberotropical.

    Las mismas se hallan encabezadas por el discur-so de un privilegiado representante de uno de los pases lderes dentro de la referida rea, me refiero al texto del sr. embajador de Brasil en espaa, d. Paulo Csar de oli-veira Campos. al que sigue un apartado de artculos de encuadre, que desde Brasil y desde Freyre como puntos de partida, hacen referencia a temticas iberotropicales. seguidamente encontramos investigaciones de antro-pologa poltica centradas en mxico, Taiwn, o Colom-bia, realizadas por doctores y doctorandos de nuestro programa de posgrado. a las mismas siguen pesquisas

    3. lo ms prximo que encontramos en los aos 60 fue alguna reunin

    celebrada en espaa con el largo ttulo de Congreso Hispano-luso-ame-

    ricano-filipino, de carcter ms bien histrico.

    sobre religiosidad popular (esta vez en Mxico, Per, Es-paa y Brasil); y sobre festividades iberotropicales (car-navales, samba, rituales indgenas). Importante desde hace aos est siendo el apartado llamado de gnero, cuya antropologa encontramos enfocada en espaa y Brasil, principalmente. Y despus de estos artculos in-troducimos un amplio apartado, ya clsico en nuestras publicaciones, sobre antropologa aplicada en esta rea geo-cultural recin ampliada. en el presente caso, pes-quisas sobre: cultura organizacional (Brasil y Colombia); sobre metodologa (con referencias cubanas, norteafri-canas y brasileas); sobre Migracin (Argentina, Per y Ceb); sobre Antropologa de la salud (con casos de Es-paa, Mesoamrica y Brasil); y finalmente sobre Antro-pologa de la educacin con ejemplos tambin hispanos y mexicanos. Cierra la publicacin un ltimo y tambin amplio apartado dedicado a diversos tipos de mestizajes iberotropicales, estudiados en espaa, Cuba, mxico y Brasil. No alcanzaron a enviar sus textos los ponentes que trataron de Cabo verde, Portugal y otras reas, lo que es de lamentar, pero la difusin de los seleccionados no poda esperar ms tiempo.

    lo fundamental que se segua del evento es que en nuestros futuros congresos, o en los estudios de pos-grado y doctorado de antropologa, aun manteniendo el reconocido rtulo de antropologa de iberoamrica, ten-dran desde ese momento cabida, trabajos, redes, inves-tigaciones y tesis de toda el rea cultural ahora nombra-da, y de alguna manera reconocida, puesta en contacto y hermanada.

    estamos, por lo tanto, ante una publicacin que, por encima de ser el primer texto en Espaa y quiz en el mundo, que tiene por ttulo la referencia al iberotro-

  • 29

    picalismo, es el fruto del trabajo continuado de ms de una cuarentena de especialistas de las ciencias sociales, mayoritariamente antroplogos, y que se concreta en investigaciones etnolgicas de gran importancia para el conocimiento de las culturas e identidades de sus pases y tambin las de esa macrorea cultural, que no aspira a ser un macronacionalismo, si no una comunidad inserta y relacionada con otras muchas; una sealada, aunque no nica, expresin de las mediaciones, mestizajes y las adaptaciones socio-culturales posibles del ser humano.

    madrid, 12 de febrero de 2011.

  • 31 32

    I.I

    ms all De lo moDerno. raCionaliDaD, antropoloGa y tiempo en la obra De Gilberto freyre.Carlos montes prez

    I.II

    Gilberto freyre e a formao patriarCal portuGuesa: notas sobre seu floresCimento e Desapariomatheus silveira lima

    I.III

    o mtiCo rei sebastio e o mistiCismo nos movimentos Que marCaram sua presena no brasilreGina Clara De aGuiar

    BLoQUe iGnesis y crtica deL concePto de iBerotroPicaLisMo

  • 33 34

    II.I

    el sistema De CarGos en varias ComuniDaDes tlaXCalteCas. el Desplazamiento De las formas De partiCipaCin De usos y Costumbres por las formas ConstituCionales en mXiCoiGo Gonzlez De la fuente

    II.II

    la ConCepCin Del orDen soCial entre los taiyal De taiWnya-ju shin

    II.III

    sistema De Gobierno inDGena en la sierra tarahumara, al norte De mXiCoeDuarDo rubn sauCeDo snChez De taGle

    II.IV

    resistenCia al mestizaje Como ConseCuenCia De la resistenCia a la DominaCin. el CauCa inDGenasantiaGo snChez jimnez

    BLoQUe iiGnesis y crtica deL concePto de iBerotroPicaLisMo

  • 35 36

    BLoQUe iiiasPectos reLiGiosos deL rea iBerotroPicaL

    III.I

    lenGuaje reliGioso mestizo en el Chilam balam De Chumayelmanuel alberto morales Damin

    III.II

    reliGiosiDaD anDina e influjos Coloniales en el CuzCo: la visin De los Cronistas De los siGlos Xvi y XviiDaniela Di salvia

    III.III

    la Ceremonia Del DesCenDimiento. orGenes y evoluCinjos manuel roDrGuez roDrGuez

    III.IV

    esQuizofrenia Cultural e possesso DemonaCa na amriCabertulino jos De souza

    III.V

    elementos espeCtaCulares Del CanDombl De brasil. una miraDa sobre los siGnos esttiCos, sus siGnifiCaDos y sus DesDoblamientoselizabeth firmino pereira

  • 37 38

    BLoQUe iVfestiVidades Mestizas iBerotroPicaLes

    IV.I

    Carnaval: raz europea y floreCimiento ameriCano (el Carnaval De olinDa y reCife).nGel b. espina barrio

    IV.II

    os samba De umbiGaDa ressiGinifiCaDos na CiDaDe De so paulo: um estuDo De Casorenata De lima silva

    IV.III

    ConCepes naCionais e ps-naCionais na mpb: vrios brasis possveisthiaGo thiaGo De mello

    IV.IV

    el sisKru tara- la fiesta mGiCo- reliGiosa viGente en la memoria De los misKitos.rubn Daro paz

  • 39 40

    BLoQUe VantroPoLoGa deL Gnero en eL rea iBerotroPicaL

    V.I

    hombres por la iGualDaD: para una masCuliniDaD no heGemniCasCar fernnDez

    V.II

    retazos De la mujer latinoameriCanarafaela noroGranDo

    V.III

    historia y CriminaliDaD femenina: apuntes soCio-histriCos para un estuDio Del serto brasileovanessa spinosa

    V.IV

    DraG Queen, Do tnis ao salto alto- uma etnoGrafia sobre os bastiDores Deste universopaula Camila leal Chittolina

  • 41 42

    BLoQUe ViteMas de antroPoLoGa aPLicada en eL rea iBerotroPicaL

    i. cULtUra orGanizacionaL

    VI.I.I

    inGeniera ritual en la ComuniCaCin De masas. a propsito De los jj. oo. De ro De janeiro 2016nGel aGuirre baztn

    VI.I.II

    Cultura orGanizaCional. un Contraste entre antropoloGa y aDministraCinroDriGo muoz Grisales

    ii. MtodoLoGas

    VI.II.I

    el intrinCaDo Debate aCerCa De los Campesinos y Del CampesinaDo

    eloy Gmez pelln

    VI.II.II

    la orGanizaCin teXtual De lo visible bajo la perspeCtiva De la DiGitaliDaD y De la virtualiDaDantonio Motta

    VI.II.III

    a bioGrafia Como aCesso privileGiaDo ao fazer e pensar antropolGiCochristina de rezende rUBiM

    VI.II.IV

    nostalGia De las Colonias. la CinematoGrafa norteafriCana De julian Duvivier Como sntoma CulturalJos antonio GonzLez aLcantUd

  • 43 44

    iii. MiGracin

    VI.III.I

    aprenDizajes y frustraCiones en torno a la inteGraCin CiuDaDana: los Casos De la antiGua y nueva miGraCin De arGentinos a maDriD susana sChmiDtfernanDo o. esteban

    VI.III.II

    miGraCin reGional y Cambio De iDentiDaD: el ejemplo De iQuitos en la amazona peruanaCarlos junQuera rubio

    VI.III.III

    los bajau De Ceb: Gitanos Del marKent b. albriGht

    iV. saLUd

    VI.IV.I

    etnoGrafa De las enfermeDaDes minoritarias en espaajess rivera navarro

    VI.IV.II

    antropoloGa apliCaDa a la saluD y al eQuilibrio De los esColares

    alfonso j. apariCio mena

    VI.IV.III

    meDiCina y GeoGrafa saGraDa: ConsiDeraCiones al mestizaje teraputiCo en mesoamriCa

    esteban orDiano hernnDez

    VI.IV.IV

    anlisis De la revista eDuCativa atot. saniDaD pbliCa en los Cultos afro-brasileos.sonia bartol snChez

  • 45 46

    V. edUcacin

    VI.V.I

    la reDuCCin De prejuiCios soCiales en personas mayores universitarias.isabel luis riCo. huGo Gonzlez Gonzlez. jos luis lvarez Del

    Castillo. Carmen palmero Cmara. alfreDo jimnez eGuizbal

    VI.V.II

    relaCiones intrafamiliares en la atenCin a las personas mayores. anlisis Comparativo De Dos reGiones De mXiCo y espaa

    saGrario anaut. Guillermo CarrasCo. josu mnDez

  • 47 48

    BLoQUe ViiMestizaJes cULtUraLes en eL rea iBerotroPicaL

    VII.I

    amriCa latina: De la visin De los venCeDores a la visin De los venCiDos en el siGlo XXijos a. alonso herrero

    VII.II

    el leGaDo inDiano en la montaa Central y oriental leonesamiGuel nGel CimaDevilla suero

    VII.III

    hombre De frontera, DereCho De frontera: espaa e inDiasemiliano Gonzlez Dez

    VII.IV

    mestiaGem frente lei 11.645/08telma Gonalves santos

    VII.V

    el larGo final Del mestizaje CubanonGel Cerrato lvarez

    VII.VI

    De fomes e mCulaszuleiDe Duarte

    VII.VII

    pesCaDores Da praia De mira: um estuDo De Caso sobre a arte XveGamaria Da ConCeio salazar Cano

    VII.VIII

    el inDiGenismo en mXiCo Como Debate CrtiCojos luis anta flez

    VII.IX

    el sujeto barroCo Como sintesis Del mestizaje meXiCano e iberoameriCanomara GuaDalupe Daz tepepa

  • 49 50

    BLoQUe i

    GnesIs y CrtICa del COnCeptO de IberOtrOpICalIsmO

  • 51 52

    i.1

    MS ALL DE LO MODERNO. RACIONALIDAD, ANTROPOLOGA Y TIEMPO EN LA OBRA DE GILBERTO FREYRE

    carLos Montes Prez

    i.i

  • 53 54

    cial que ha dedicado gran parte de su obra a anticipar el funcionamiento de los distintos grupos humanos creando y enfatizando conceptos y mtodos nuevos, la valoracin a travs del tiempo es necesaria. Por tal motivo, nos ha parecido oportuno revisar cuarenta aos despus los re-sultados de esta indagacin social. Como comentaremos posteriormente, el resultado es sorprendente, su obra ha ganado en los ltimos aos inters y actualidad.

    el objeto de su anlisis es la cultura humana en todas sus facetas y dimensiones, en todos sus usos y acep-ciones, desde la creatividad hasta la violencia, desde la moda hasta la arquitectura ms futurista, en una esca-la que supone una superacin de lo local, optando, en principio, por una visin nacional, para ir posteriormente avanzando hasta una interpretacin ms amplia y trans-nacional en la que tiene cabida lo hispnico, por un lado, y lo africano por otro.

    el inters tan variado que muestra el autor por los productos de las acciones humanas, por sus formas y regulaciones se encuentra relacionado con una nocin de cultura muy abierta, demasiado general y poco con-creta que despista, y a veces vuelve su anlisis un tanto confuso desde el punto de vista estrictamente antropo-lgico.2

    la importancia de este texto va ms all de la pura casustica, se encuentra justificada, en gran parte, por la sugestin de sus intuiciones de extraa originalidad que

    2. el carcter introductorio del presente trabajo impide un desarrollo

    mayor de las distintas versiones y usos del trmino cultura. Para ello

    remito a un estudio clsico como es el de Clifford Geertz,(1973) y a dos

    importantes estudios ms modernos, como son el de Adam Kuper(1999)

    y el del profesor ngel Daz de Rada.(2010).

    Cuatro buenas razones para volver sobre la obra de Gilberto Freyre.

    la obra de Gilberto Freire es tan amplia y sugerente, y son tan numerosos los temas que aborda a lo largo de su vida que abren nuevos caminos tanto a las ciencias sociales como a las humanas. en concreto, en este breve trabajo nos vamos a ocupar de alguna de las reflexiones que propone en uno de sus ltimos escritos publicados en castellano con el ttulo: ms all de lo moderno1 Esta obra escrita entre los aos 1972-1973 lleg a Espa-a con una inusual celeridad ya que aparece en la edito-rial Espasa-Calpe en el ao de 1977.

    Nos parece que esta obra compleja, asistemtica y llena de erudicin merece un reconocimiento que en nuestro pas no ha tenido. Presenta aspectos variados del conocimiento social y de su proyeccin hacia el fu-turo, en definitiva, anticipa el deseo de la ciencia social de utilidad para el bienestar humano; aunque tambin pone de manifiesto lo arriesgado e interesado de las pro-yecciones de los expertos. de modo que toma un rumbo no informativo o descriptivo, sino que parte de una in-tencin prospectiva, para culminar en lo que l mismo denomina Futurologa.

    La primera de las razones para volver a reflexionar so-bre el pensamiento del socilogo brasileo tiene que ver con la necesidad de llevar a cabo un balance de alguna de sus prospecciones. Para un experto en la ciencia so-

    1. la mayor parte de las ideas de Gilberto Freyre aqu citadas estn to-

    madas de su obra alm do apenas moderno, cuya edicin espaola, bajo

    el ttulo ms all de lo moderno, traducida por mara Josefa Canellada,

    fuera publicada por la editorial Espasa-Calpe en Madrid en 1977.

  • 55 56

    les procesos de globalizacin que provocan fenmenos como el replanteamiento creativo de la territorialidad identitaria. Como no poda ser de otro modo, el particu-lar desbordamiento de lo local y su expresin conviven en una tensin permanente con el lenguaje cientfico. resulta necesario, por tanto, abordar desde el punto de vista conceptual el problema de las escalas identitarias y descriptivas. en este sentido resultan muy novedosas las aportaciones de Freyre, cuando propone identida-des definidas de un modo genrico a travs de trminos como lo ibrico, lo hispnico, el ibero-tropicalismo, el luso-tropicalismo, etc

    El ltimo de los motivos goza de la misma actuali-dad que los precedentes. Ha despertado nuestra curiosi-dad el acercamiento a la modernidad cultural que desde los aos treinta y hasta sus ltimas obras lleva a cabo. aborda la modernidad como un proyecto europeo, hist-rico pero necesitado de una profunda crtica. desde este punto de vista sus ltimos escritos muestran la intencin de ir ms all con la modernidad, de superarla en sus aspectos ms controvertidos para gestar un momento cultural distinto por novedoso. Esta aspiracin enlaza a travs del tiempo con los nuevos trabajos de la ciencia social actual que se proyectan tambin hacia una rede-finicin de la idea y del concepto de modernidad. Sirvan como ejemplo de esta aspiracin los trabajos del soci-logo G. Baumann.

    CinCo asuntos reCurrentes.

    Una vez justificado el inters por la obra de Freyre presentamos cinco de sus temas de anlisis y de re-flexin. El socilogo brasileo, a juicio de Julian Maras, siempre volva sobre sus mismos temas, a los cuales

    anticipan algunas de las ideas dominantes en el pensa-miento antropolgico actual.

    La segunda de las razones afecta a un mbito ms cercano y tiene que ver con la recepcin que la obra del socilogo brasileo ha tenido en la pennsula ibrica. si exceptuamos algunos pequeos crculos muy minorita-rios, el conjunto de sus ideas ha pasado desapercibida, a pesar de los puntos de conexin que mantiene con el pensamiento espaol, levemente reseados. la obra de Freyre llega a nuestro pas de la mano de Julin maras el pensador perteneciente a la escuela de madrid. rpida-mente se produce entre los dos intelectuales una afini-dad que se consolida, poco a poco, a travs de un inters mutuo por sus respectivos trabajos e interpretaciones. Freyre se sinti atrado por la obra Estructura Social a raz de su publicacin en Brasil, y puede decirse lo mis-mo de maras a tenor de la publicacin en espaa de la obra Casa Grande y Senzala. esta relacin se mantiene hasta el final de la vida del pensador brasileo. La obra que principalmente nos ocupa, Ms all de lo moderno fue publicada y prologada en Espaa por el filsofo ma-drileo quien sinti una profunda admiracin por el pen-sador y socilogo brasileo y a quien acompa a travs de su reconocimiento hasta el final de su vida.

    La tercera de las razones se encuentra motivada por la temtica de sus reflexiones que expone basadas en la observacin y en el trabajo de campo antropolgico y que versan en su gran mayora sobre la identidad local y la superacin de la misma teniendo en cuenta elemen-tos que no se encuentran vinculados exclusivamente a la territorialidad. Nos ha resultado estimulante comparar la superacin de lo local como elemento identitario, tal y como aparece en la obra de Freyre, con los actua-

  • 57 58

    dan bajo la lente cultural categoras esenciales humanas como el espacio, el tiempo o la modernidad.3

    A medida que el hombre se desarrolla en cultura, mayor es la importancia que adquiere el tiempo para l (Freyre, 1977, pg 25)

    Y as, de este modo, es esencial la forma de vivir culturalmente el tiempo en el Brasil. ahora bien, qu tiempo?, el dominado por el pasado, la eterna presen-cia permanente del presente, o bien, el futuro. resulta significativo el afn con el que el pensador y socilogo brasileo toma los conocimientos adquiridos de la vida social con la intencin de proyectarlos, como si fuera un antecedente de lo que entendemos actualmente como intervencin social, antropologa aplicada o desarrollo. es en este contexto en el que hay que entender su no-cin de tiempo trivio.

    De un modo claro el mero pasado resulta insuficien-te. el pasado del Brasil es fecundo, pero si una cultura se liga al pasado meramente se vuelve arcaica. Pero si solamente mira hacia el futuro olvidando en el proyecto lo ya vivido se torna utpico, de modo que, como no es posible la presencia dinmica en un eterno presente, la solucin para esta compleja relacin del hombre con el tiempo se plantea de un modo trivio, podramos decir que tridimensional. el futuro, como lugar privilegiado del tiempo cultural no sera, en ningn caso improvisado en

    3. entre algunos de los antroplogos contemporneos ms destacados

    se encuentra la idea de superacin de la modernidad no slo desde el

    punto de vista econmico, poltico o social, sino tambin desde el punto

    de vista cultural a travs de los fenmenos de globalizacin y su resis-

    tencia. esta idea de Freyre de ir ms all de lo moderno se proyecta en

    el proyecto antropolgico contemporneo de Appadurai o de Ulf Hannerz.

    daba vueltas hasta que consegua enfocarlos de otro modo distinto, descubrir en ellos una nueva variante o una nueva perspectiva, por eso son para nosotros temas recurrentes.

    Situamos en primer lugar una reflexin cultural so-bre el tiempo. No se trata, como veremos de un tiempo cientficamente determinado, sino de un tiempo social determinado culturalmente. a travs de esta idea del tiempo nos adentraremos poco a poco en la idea que el socilogo brasileo desarrolla sobre la cultura humana en general y la brasilea en particular, para concluir dan-do luz a un modo particular de entender la racionalidad moderna y la necesidad manifiesta de ir ms all de la misma. Nos preguntaremos al final si hay alguna antro-pologa aplicada contempornea que tenga que ver, en alguna medida, con este proyecto futurolgico que nos presenta el pensador de recife.

    la Cultura y el tiempo trivio.

    el escritor brasileiro, como l mismo gustaba llamar-se, asume la corriente intelectual prospectiva de los se-tenta y lleva a cabo unas reflexiones sobre la cultura y el tiempo humano dentro de la poderosa tradicin hispni-ca sobre este particular. autores como amrico Castro, lan entralgo, amado alonso e incluso el pensador Julin maras, son algunos de los referentes a los que alude en el tratamiento de esta categora humana que dar lugar a la nueva ciencia social llamada futurologa social.

    desde nuestro punto de vista lo ms interesante del pensamiento social de Freyre es la potencialidad que ofrece para traspasar su poca y servir de referente en el incierto presente. en algunos de los ms relevantes an-troplogos resuena el eco de sus palabras cuando abor-

  • 59 60

    Hay tiempos que mueren, no solo para cada indivi-duo, sino tambin para las colectividades. a pesar de que parezca que la modernidad tecnolgica ha dotado a la humanidad de herramientas para el control del tiem-po, no es en absoluto as.

    El tiempo mata a los hombres, gasta a los hombres, supera al hombre, sobrepasa a los hombres. Y lo que sucede con los individuos, sucede con las generaciones: grupos enteros de hombres que viven en el tiempo una vida colectiva (op.cit. pg.143)

    de modo que este poder del tiempo sobre los hom-bres marca la narratividad cultural de un modo cuasi-evolucionista a travs de una inercia histrica. Por eso es tan importante convertir la ciencia social en futurologa, si bien, caminando con paso cauteloso, con parsimonia disciplinando la imaginacin y la empata. es meritorio el intento de Freyre de proponer una evolucin social ale-jada de la idea ilustrada y moderna del progreso lineal. Cmo percibir esta diferencia entre dos elementos que parecen muy semejantes? en la modernidad social, in-cluso en la visin antropolgica, cada momento anterior era condicin indiscutible para el desarrollo, como si am-bos momentos estuviesen unidos por el invisible hilo de la teleologa. Para Freyre no hay hilo fino, sencillamen-te no hay material ninguno de unin. el futuro, en este contexto, es producto de la comprensin que el presente haga de l, no est en absoluto definido.

    Al presente le toca, empleemos aqu trminos con-vencionales, procurar ms comprender el futuro que prolongarse en el futuro con sus actuales actitudes y su actuales escalas de valores. (pg.145)

    Cundo podemos decir que esta comprensin es acertada, cundo est disciplinada?

    el vaco, sino que seran proyecciones de tiempos ya vi-vidos y de tiempos vivientes. mientras que el presente ha de ser un tiempo siempre en expansin para atrs y para adelante, tanto evoca como profetiza. El escri-tor de recife reivindica el nacimiento de esta idea en el Brasil mucho antes de su presencia en espaa a travs de algunos ilustres pensadores como ortega o el profe-sor amado alonso, y forma parte, por tanto, del peculiar modo de ser brasileiro.

    El tiempo general sera as siempre trivio, siempre plural, siempre compuesto y complejo, siempre snte-sis de tres vidas colectivas. Nunca singular y simple ( pg.15)

    las consecuencias para el pensamiento social y an-tropolgico son de enorme calado en un momento en el que el objeto antropolgico ha desaparecido tal y como fue originariamente. la sociedad indgena prstina ha muerto y la sociedad campesina, rural tambin. Qu ha de quedar de ese pasado? Nada?

    en cambio el mundo que los antroplogos han ano-tado y reseado, que el propio Freyre document forma parte no slo de lo memoria local, sino tambin de la pro-pia memoria civilizatoria, y, por eso, ha de proyectarse, de una manera o de otra hacia el futuro. Creo que este es uno de los sentidos con el que hay que interpretar la futurologa que Freyre coloca ms all de lo moderno y que l mismo concreta bajo la idea de una voluntad de anticipacin que domina el periodo intermedio del siglo XX en los principales lugares de la tierra. esta voluntad genera incertidumbres a las cuales ya se anticiparon al-gunos socilogos de recife desde la dcada de los aos 30 y que van configurando, rasgo a rasgo, la concepcin tan peculiar que desarrolla el pensador brasileo.

  • 61 62

    sin de la modernidad cultural. Como elemento prime-ro resaltamos su insistencia en el menor inters por la preocupacin referida a conflictos entre clases. Es ms, considera esta categora social como diluida, superada por la atencin que se dispensa cada vez ms a proble-mas que tienen que ver con la falta de armona entre sociedades y ecologas, y entre etnias y culturas. ello obligar, sin duda, a una reorientacin de las ciencias sociales en sus anlisis sobre los lugares perifricos y el llamado Tercer mundo. Nuevas realidades sociales que van a exigir conceptos y mtodos de anlisis nuevos, y, al mismo tiempo, nuevas fuentes de valores.

    Describe con gran nitidez la intervencin sustanti-va que ha tenido la tcnica a lo largo de la modernidad cultural que ha mediado en la natural relacin entre el hombre y el ambiente. Esta ruptura de la inmediatez va alejando a los hombres de su medio volvindoles suscep-tibles y desconfiados en algunos casos, y desvalidos en otros muchos. Freyre vislumbra ya en los aos setenta el nacimiento de nuevos miedos muchas veces irracionales que alteran el tradicional sistema de valores y creencias.

    otro de los rasgos que sutilmente se cuelan en el dis-curso del socilogo brasileo hace referencia al triunfo m-dico-social de una forma de entender el cuerpo humano que ha alargado espectacularmente la media de vida. la ancianidad se dilata y se sita al mismo nivel que otras etapas de la vida alterando las relaciones sociales arcaicas.

    Como un elemento destacado de la modernidad se observa la creciente desaparicin de fronteras tnicas y el contacto cada vez mayor entre culturas distintas ha-ciendo del mestizaje un proceso ms visible y natural. Qu dira Freyre si contemplara el acelerado proceso de globalizacin que l mismo intuy?

    en relacin a esta cuestin aparece una de las intui-ciones ms meritorias del pensador de recife. la com-prensin ha de hacerse sobre los universales humanos, sobre los elementos que conforman la estructura huma-na sin olvidar alguno. as, por ejemplo, no resulta una comprensin adecuada del presente el no reconocer la importancia que para las colectividades humanas tie-nen los elementos irracionales y misteriosos tal y como aparecen en los smbolos religiosos. Forman parte de la necesidad humana de sentido y avergonzarse de ellos como irracionales proyecta hacia el futuro una idea equi-vocada de la humanidad que ser rellenado, sin duda, por otros elementos de carcter esotrico que modifican significativamente la idea inicial de sentido.

    Y son esas ultra-racionalidades los espacios que estn siendo tomados actualmente por un lado por la astrologa, una cartomancia, una grafologa, un espiri-tismo, un teosofismo, un yoguismo, y entre nosotros un umbadismo (pg.146)

    La aparicin de estos elementos, segn Freyre, se encuentra determinada por la usurpacin de los tradi-cionales espacios simblicos a travs de la racionalidad abstracta, creando con ello una enorme e insalvable dis-continuidad entre la tradicin, el presente y el futuro.4

    la moDerniDaD o la revoluCin biosoCial.

    Poco a poco, entre digresiones eruditas y alusiones a cientficos norteamericanos y europeos Freyre va des-granando los elementos que componen su peculiar vi-

    4. En este sentido conviene poner de manifiesto la semejanza de este plan-

    teamiento de Freyre y la interpretacin que de la modernidad social ofrecen

    dos de sus ms importantes analistas como son Giddens y ulrick Beck.

  • 63 64

    sente conforma el contexto desde el que Freyre critica a la sociologa presentocentrista, la sociologa clsica y pretendidamente cientfica.6 es muy probable que en el fondo de esta crtica a la ciencia tradicional y al conoci-miento tradicional se encuentre una extensin de su idea del mestizaje, desde el mbito de lo social y cultural al terreno de la ciencia para, a travs de la interdisciplina-riedad diluir el purismo cientfico como elemento indis-pensable para el progreso.

    el DesborDamiento De lo loCal.

    una de las cuestiones sociales que despiertan mayor inters en el mbito antropolgico es la articulacin en el mundo moderno de los conceptos de raza y de nacin. son numerosos los estudios llevados a cabo sobre este asunto en los ltimos tiempos, y en ellos, las referen-cias al socilogo y antroplogo brasileo son mnimas. en cambio consideramos relevante el modo cmo a tra-vs de su teora del ibero-tropicalismo se avanza en el mestizaje y en la hibridacin cultural. Freyre parte de la consecucin histrica de una armona social originaria en Brasil fruto del contacto entre la cultura portuguesa, africana y originaria, lo que algunos autores llaman mes-

    6. un estudio interesantsimo para hacer sera el que considerase ese

    choque entre los imperialismos en el tiempo. el pasado que pretende

    en varios casos ser presente con los muertos gobernando a los vivos,

    del positivismo comtiano; el presente queriendo en otros tantos casos

    dominar al pasado, adems de ser futuro, y el futuro procurando ser el

    tiempo-rey desde el instante matemticamente exacto en que el presen-

    te se vuelve pasado, que es el instante actual. rigurosamente se podra

    decir del presente que no existe: apenas deja de ser pasado, ya es futu-

    ro Opus cit, pg 317.

    a pesar de todos estos rasgos es el tiempo y su trans-formacin cultural el rasgo distintivo de esta modernidad que se pretende superar con la voluntad de anticipacin. La automatizacin y las nuevas formas productivas ge-neran un creciente tiempo libre que provoca en el Brasil un movimiento romntico de vuelta hacia lo arcaico que l mismo denomina saudosismo.

    el ConoCimiento soCialprospeCtivo.

    el inters por el conocimiento social es uno de los ras-gos ms sobresalientes del pensamiento de Freyre, y su valor recae, no tanto en el anlisis que lleva a cabo del presente, sino su carcter prospectivo. el conocimiento que con tanto anhelo busc durante toda su vida deba tener un fin social vinculado, como veremos con el pro-yecto ilustrado de progreso y bienestar social.5

    Estas reflexiones tardas del socilogo brasileo se encuentran en consonancia con los numerosos estudios que en la dcada de los aos 70 y 80 otorgaron al co-nocimiento social un papel proyectivo hacia el futuro. en este sentido el tiempo proyectado no se encuentra de ningn modo determinado por las condiciones previas, sino que el tiempo social presente ofrece futuribles que se harn o no realidad dependiendo de las intervencio-nes humanas sobre el rumbo de aquellos mismos futu-ros. desde luego en la base de esta interpretacin sobre el conocimiento social se encuentra una ms profunda, ms radical y antropolgica relacin que el autor relata entre el ser humano y el tiempo trivio. la importancia concedida al futuro, y al pasado y el menoscabo del pre-

    5. Ver: Pallares-Burke, M.L. (2006) Raza, mestizaje e identidad en Ar-

    bor, 722, Madrid, pgs 831-843.

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    no puede hacernos olvidar que tambin tuvo una lectura poltica de desgraciado recuerdo. la idea de desborda-miento de lo local como componente de la identidad bra-silea, lo que Freyre describe como lusotropicalismo fue usada como fuente de legitimacin durante la dictadura salazarista para justificar la presencia colonizadora de Portugal sobre el continente africano, la india y el Timor.9

    lo hispniCo. el iberismo.

    Como hemos visto son tres los elementos ms im-portantes que conforman el mestizaje brasileo segn la interpretacin de Freyre. la base indgena constituye el elemento ms ancestral, ms escondido y menos visible actualmente. Fueron precisamente estas poblaciones las que generaron el debate sobre la humanidad moderna, y as los europeos, blancos, portugueses fueron desarrollan-do, a trompicones, la idea de la tercera humanidad tal y como aparece descrita en lev-straus. a estos dos elemen-tos comunes en casi toda la amrica latina hay que unir el modo de vida que llevaban consigo la enorme cantidad de esclavos llegados de frica. de este modo, lo indgena, lo blanco y lo africano son las categoras iniciales sobre las cuales, a partir de mltiples generaciones, se va con-formando la identidad brasilea. es obligado resear que cada uno de estos elementos merecera un tratamiento in-dividualizado y extenso, pero debido a las caractersticas de este trabajo nos vamos a centrar de forma exclusiva en la forma de vida que el autor brasileo describe como ibri-ca o hispnica, referida a la presencia portuguesa en Brasil.

    9. En este tiempo se invit a Freyre a realizar un viaje por las colonias,

    fruto de este viaje surgi el texto Um brasileiro en terras portuguesas.

    tizaje trfido.7 esta armona inicial se ha convertido en parte de la imaginacin pblica legitimadora de la identi-dad nacional. Sus aportaciones comienzan otorgando al mestizaje valores positivos en un contexto y circunstan-cias que lo asociaban a rasgos y caractersticas negativas que dificultaban el progreso. Estos valores asociados al mestizaje como la pereza, la indolencia, la falta de rigor, la debilidad intelectual, etc. condicionaban en los aos 30 la visin del Brasil como nacin hasta tal punto que algunos intelectuales brasileos los llamaron los vicios de nuestro origen mestizo.8

    Desde que se aboli la esclavitud en 1888 hasta prin-cipios de los aos veinte cuando las elites intelectuales brasileas imponen un nuevo discurso, la mezcla racial fue percibida como un impedimento gentico a cualquier intento de creacin de una identidad nacional. de hecho, como ha sido puesto de manifiesto en numerosas oca-siones, el mestizaje era entendido como un debilitamien-to del autntico espritu nacional. sin embargo fue el movimiento modernista de la dcada de los veinte el que cambiara definitivamente la percepcin sobre el valor de la mezcla racial y la forma de ser brasilea. Para ello haba que traspasar las fronteras geogrficas, territoria-les y viajar a travs de la historia portadora de formas culturales hacia frica y Portugal. esta visin tan con-tempornea del mestizaje como tema de nuestro tiempo

    7. Lobo, Luiza, (2009): Somos todos mestizos en Brasil. Taller de Letras

    N 44: 55-70, Universidad Federal de Ro de Janeiro, Brasil

    8. Ver: Prado, P.(2006): Retrato do Brasil - Ensaio sobre a tristeza bra-

    sileira - digitalizao da 1a. edio em papel de 1928 - Oficinas Grficas

    Duprat-Mayena (Reunidas) - So Paulo.

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    no es inteligible desde el punto de vista social y cultu-ral sin la referencia hispnica, pero tampoco el mundo hispnico es comprensible si no se incluye al mismo las formas culturales propias de Brasil.

    En el contexto de la modernidad globalizada, donde las identidades son hbridas y el mestizaje es el aspecto social ms destacado, la obra de Freyre se encuentra ms viva que nunca para acercar de nuevo a estas dos realidades culturales como la hispnica y la brasilea.

    Qu entiende Freyre por hispnico? Qu rasgos ca-racterizan esta forma cultural? De todo el conjunto de elementos destaca uno de un modo muy sobresaliente. Nos referimos a la forma y manera de entender y repre-sentar en la tradicin hispnica al ser humano. esta for-ma peculiar, destacada por el socilogo brasileo resulta de la combinacin peninsular de saberes orientales, y occidentales fruto de largos aos de convivencia. esta fusin entre el oriente y occidente, lo rabe y lo europeo, lo romano y lo germnico conforma lo hispnico que los portugueses llevaron a Brasil, y que pueden entenderse como una peculiar forma de adaptacin no slo al terri-torio y a la vida, sino tambin a hombres con tradiciones culturales muy diferentes de enorme influencia en los trpicos.11

    El modo de ser hispnico se manifiesta en una forma especial, como hemos visto, de relacionarse con el tiem-

    11. los hispanos decidironse por una interpretacin de la nueva rea-

    lidad antropolgica que los trpicos haban ofrecido a sus ojos en un

    incisivo desafo a su inteligencia, que abri a las poblaciones tropicales

    con las que haban entrado en contacto, un futuro susceptible de ser

    considerado sociolgicamente cristocntrico, futuro anticipado o previsto

    casi sociolgicamente por los hispanos. Pg.33

    el elemento que de un modo general llamamos con Freyre luso-ibrico constituye una forma de designar a aquellos rasgos ms significativos que determinan el modo de vivir de una colectividad determinada, y que forma parte integrante de la estructura social brasile-a no sin grandes tensiones. en la interpretacin que Freyre lleva a cabo respecto de la identidad no tiene en cuenta de un modo significativo estas tensiones de raz histrica y que se presentan en formas especficas de dominio y de poder. Parte de una postura neutra respec-to a cada uno de los elementos que conforman la iden-tidad sin cuestionarse la relacin real entre cada uno de ellos como s hizo en su primera obra significativa Casa Grande e Senzala. Esta forma de entender la estructura social ha sido puesta en relacin con la forma expresiva de la vida humana descrita en unas fechas parecidas por Ortega y Gasset, en concreto lo que el filsofo madrileo describe como la razn vital o la razn histrica.

    Para entender el Brasil, comenta Freyre hay que ir ms all de sus lmites geogrficos, no termina en s mismo, ni en sudamrica. Contiene rasgos culturales propios de lo que l mismo describe como cultura his-pnica, o si se prefiere ibrica. Estas races remiten al pasado histrico, tienen su fuente en Portugal en un momento de una estrecha unin a espaa en los aos decisivos de 1580 a 1640. Con una monarqua compar-tida y con escritores espaoles y portugueses convivien-do lingsticamente las diferencias quedaban claramente reducidas.10 Por tanto el Brasil contemporneo de Freyre

    10. en esta poca Jorge de montemar traduca al castellano los poemas

    del poeta Ansias March como ha puesto de manifiesto Julin Maras en

    la obra anteriormente citada ya bajo el ttulo Freyre y el hispanismo.

  • 69 70

    1. Cabe sealar un rasgo cultural propio que desta-ca sobre los dems y que comparten todas las culturas hispnicas. se encuentra alejado de races mticas o de historias compartidas. se trata de una forma propia de entender y de vivir el tiempo, el ocio y lo festivo. al co-nocimiento de este rasgo recurrente en el pensamiento de Freyre contribuyen los numerosos estudios que com-paran los modos de vivir y de sentir el tiempo de un lado y otro del atlntico, su forma de interpretar el ocio o su manera de vivir el carnaval.

    2. muy destacable es en este balance la anticipacin que se observa en la obra de Freyre a la hora de hablar de mestizaje como elemento destacado de la realidad cultural contempornea. anticipa la desaparicin de la pureza cultural y la condicin de hibridacin de las for-mas de vida y estilos de pensar actuales. adems intuye y reflexiona sobre el asunto referido a la pureza perdida y su condicin de recurso ideolgico y mecanismo polti-co muchas veces enmascarado.

    3. An contina viva la forma tan particular de en-tender el conocimiento social que el pensador de recife presenta. el tratamiento de los distintos problemas se convierten en verdaderas aventuras intelectuales porque le pasan, son vividos. Es capaz de llevar a la escritura la condicin dramtica que presenta la vida humana, tanto de forma individual como colectiva. Toda la obra de Fre-yre incide en la condicin intrnsecamente histrica de la estructura social, aspecto resaltado magistralmente por Julin maras, su amigo espaol.

    4. se ha agrandado, a nuestro juicio con el tiempo la descripcin que realiza del agotamiento de una mo-dernidad que ha arrinconado la esencia de lo hispnico. El fracaso de la razn abstracta y la bsqueda incesan-

    po. una valoracin del tiempo que llevan a cabo, gentes saudosas se pasado y esperanzadas de futuro y no slo apegadas al presente. en este modo singular de vivir el tiempo toman sentido actitudes como la espera y la esperanza tal y como han sido descritas en la tradicin hispnica por lan entralgo. en este asunto el socilogo brasileo deja entrever de un modo ms claro el pun-to de vista ms filosfico, no slo en la temtica, sino tambin en los conceptos que usa para su explicacin social, en este caso, resulta significativo el uso filosfico del trmino cultura.12 este modo de hablar indica una connotacin universalista del trmino cultura, que supo-ne la generalizacin ms amplia del conjunto de rasgos culturales de un colectivo. Y es en esta generalizacin donde se encuentra uno de los aspectos ms relevantes de su pensamiento en relacin al hispanismo. No busc Freyre la esencia de este modo de vivir en ciertas condi-ciones mticas o en las referencias al pasado, ni tampoco en formas compartidas de economa o poltica, sino que encontr lo ms profundo del modo de ser y de vivir his-pnico en algo profundamente antropolgico como es el sentido del tiempo.

    seis ConClusiones. ltima parte Del balanCe.

    Como habamos previsto inicialmente se trataba en este trabajo de hacer un balance del tiempo transcurrido desde el inicio de esta ciencia que l llama futurologa. las conclusiones de la valoracin son las siguientes:

    12. es evidente que, a estas alturas estamos desvindonos en una un

    tanto arbitraria consideracin de valores socioculturales que, en vez de

    conservarnos en el sector de la sociologa, o de la antropologa cientfica,

    estamos en el de la antropologa filosfica, lo cual es inevitable pg 32.

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    te de causalidades para entender la cultura humana da paso a lo que se encuentra ms all de lo moderno. se abre paso una nueva racionalidad que pruebe con otros modelos explicativos y desarrolle la imaginacin como condicin previa para la comprensin del otro.

    5. la conclusin siguiente tiene que ver con otro ele-mento anticipador como es la genial intuicin de lo que llamamos el desbordamiento de lo local. el actual pro-blema de las escalas de identidad asume una multilo-calidad o translocalidad en el estudio de los fenmenos identitarios. Freyre lo denomina la instalacin en distin-tos niveles. Para ello hay que forzar el lenguaje, como buen escritor, y germinar conceptos con nuevos sentidos semnticos. lo hispnico, lo ibrico, el tropicalismo. el ejemplo del pensador brasileo es un foco de inspiracin para el futuro de la ciencia social.

    6. La conclusin final tiene que ver con el propio pro-yecto, la futurologa. observamos una demanda crecien-te de aplicacin del conocimiento social y cultural. Todo conocimiento, por tanto, tiene que ser prospectivo de una y otra manera. ahora bien, qu hacer con el pasado cultural cargado no solo de herramientas, de tcnicas, o de formas de produccin, sino tambin de valores?

    Haremos museos etnogrficos de valores?

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    i.1

    GILBERTO FREYRE E A FORMAO PATRIARCAL PORTUGUESA: NOTAS SOBRE SEU FLORESCIMENTO E DESAPARIO

    MatheUs siLVeira LiMa

    i.ii

    o presente trabalho parte de um captulo da tese de douto-ramento em desenvolvimento na UNESP (Brasil), intitulada O vivido e o pensado: a sociologia poltica brasileira e a questo da herana portuguesa.

    Professor assistente da universidade estadual do sudoeste da Bahia, uesB, Brasil. Correo eletrnico: [email protected]

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    Gilberto Freyre (1900-1987) , sem dvida, o que mais escreveu sobre Portugal, em todos os nveis de inter-pretao e analisando-o em diferentes momentos de sua histria. H, por certo, uma sentimento, a priori, de simpatia do autor pernambucano pela trajetria dos portugueses e pela aventura pica que os levou ao es-pao brasileiro, comandando, dal, a formao de uma sociedade com valores bastante singulares.

    J no seu primeiro livro, Casa-grande & Senzala, de 1933, e j nas primeiras pginas, Portugal emerge com significados que o autor, algumas milhares de pginas e mais de uma centena de livros depois, jamais aban-donar: qual seja, a de um Portugal como pas multi-tnico, caldeado por contatos com diversas matrizes civilizatrias responsveis pela singularidade do mundo portugus, em permanente contraste com a europa e definidora, ainda, de seu trao mais profundo, ligado capacidade portuguesa de adaptao, revelada em toda a sua extenso atravs dos contatos propiciados pelas expanses ultra-marinas, dentre as quais, a mais desa-fiadora tendo sido a colonizao do Brasil.

    Descrever em mincias o que Gilberto Freyre escre-veu sobre a formao portuguesa, suas instituies e sua cultura poltica, tarefa que encontra imensas di-ficuldades, sendo a principal delas por onde comear, uma vez que o tema emerge em diversas obras e a partir de muitos enfoques, trazendo consigo, ainda, elementos que se contradizem em muito momentos e outros tan-tos que estariam ligados apenas aos rasgos ideolgicos que resultavam da empatia do autor com o estado Novo portugus, que o teriam levado a escrever obras de luso-tropicologia, tais como o mundo que o portugus criou e aventura e rotina.

    Gilberto Freyre o autor brasileiro que mais escreveu sobre Portugal e tambm o mais simptico ao tema. Para ele, Portugal define-se como uma cultura bi-continental e hbrida, o que leva a uma definio do Brasil, por con-seguinte, como pas miscigenado. depois do rompimento de Portugal com os rabes, os portugueses revivem na amrica seu passado agrcola, atravs de uma vida ru-ral organizada de forma patriarcal e escravocrata. Duas questes tericas de vulto margeiam a obra de Freyre: a questo do escravismo e o debate sobre o paradoxo entre a raa e a cultura. ambas esto relacionadas com a conceituao de patriarcalismo, desenvolvido como for-ma da cultura poltica portuguesa, que o autor entende como a referncia fundamental da formao social do Brasil at a chegada da Corte em 1808. A partir da, a passagem da Casa Grande para o Sobrado modifica as matrizes civilizatrias do Brasil cada vez mais em direo ao ocidente, iniciando o desmoronamento da socieda-de patriarcal de matriz portuguesa. Se o europesmo burgus encontra condies de penetrar no Brasil e em Portugal no, porque tal se d no bojo da poltica de fixao que sempre existiu no Brasil, que leva a uma problematizao valorativa sobre a europeizao do Bra-sil: o ponto de partida comercial e atinge o mago dos valores da sociedade brasileira. Portanto, a continuidade portuguesa no Brasil d-se por uma das linhas bifurcadas de sua sociedade: a de fixao e no a de transporte. E tais mudanas se operam no Brasil pela contingncia da mudana de uma Corte que prepara a metrpole para as mudanas que realiza no Brasil. Perdendo o Brasil em 1822, tais mudanas se inviabilizam em Portugal.

    dentre todos os autores brasileiros e de todas as po-cas, que se dedicaram ao ensaio histrico e sociolgico,

  • 77 78

    se seguem so organizados no interior da vida rural, pa-triarcal e semi-aristocrtica.

    A vida rural assim revivida organizando e preenchen-do imensos espaos, enquanto que a vida social se confi-gura tendo em conta a ao de dois tipos sociais caracte-rsticos, o senhor e o escravo, que predominaro sobre os demais, tendo-lhes reservado lugares distintos em plos opostos construdos pelo modo-de-produo escravista.

    a leitura de Freyre sobre a escravido no Brasil ponto alto da aplicao de seu modelo de interpretao sociolgica , seguramente, o tema mais controver-so de sua obra. a leitura freiriana desta temtica vem sendo bastante debatida nas cincias sociais brasileira, buscando compreender o alcance, a repercusso e a lei-tura dialtica do autor sobre o tema, de onde emergem os pontos formadores do patriarcalismo luso-brasileiro, anti-moderno (contra o progresso) mas organicista (e articulador de uma ordem).

    Convm iniciar a abordagem das teses de Freyre so-bre o escravismo a partir da rediscusso do autor pelo debate mais atual em torno de temas pouco discutidos de sua obra, que remeteria tanto leitura do autor feita por Costa lima em Aguarrs do tempo e depois por Ben-zaqum de Arajo em Guerra e Paz: a obra de Gilberto Freyre nos anos 30, quanto a que lhe sucede imediata-mente, presente no estudo de Jess Souza em A moder-nizao seletiva. Neles, ocupa o primeiro plano do deba-te se havia permanecido diluda na cosmoviso do autor sobre a cultura uma leitura ainda assentada na noo de raa, confundindo ambas e preservando, de forma camuflada, elementos importantes do racismo cientfi-co. Tese que Costa Lima afirma e Benzaqum e Souza negam, ressignificando a obra Casa-grande & Senzala

    Convm comear, ento, pelo caminho mais bvio: em Casa-grande & Senzala, aonde a anlise de Freyre sobre o tema da formao social portuguesa traz ao pri-meiro plano a diversidade de influncias recebidas pe-los portugueses numa Pennsula ibrica dividida entre o mundo ocidental europeu e a presena do mundo rabe, a que ele chama de bi-continentalidade do povo portu-gus, por isso, um povo, por definio, miscigenado e que reproduzia valores de diversos povos, a includos tambm os judeus. a pedra angular da presena por-tuguesa no Brasil estaria, ento, em termos culturais, nessa fluidez identitria, fruto da plasticidade e da capa-cidade de adaptao a valores e caractersticas distintas da sua, portuguesa, porque seu passado apontava-lhe para a relativa naturalidade desses contatos.

    Nessa linha, o autor rememora, em Casa-grande e Senzala, os episdios ligados expulso dos rabes da pennsula ibrica e a conseqente decadncia da agri-cultura portuguesa, bastante dependente da engenho-sidade rabe. da por diante, segundo Freyre, os por-tugueses vo dedicar-se, cada vez mais, aos ofcios do comrcio, desmoronando em pouco tempo a outrora rica agricultura de seu pas.

    Nessa linha, quando da chegada dos portugueses no continente americano e da imediata frustrao de no encontrar metais preciosos e, ainda, sob intensa cobia de outros povos sobre sua colnia, a contingncia do momento os faz reviver, na Amrica, o seu passado de povo agrcola, que comandaria, a partir da, uma colo-nizao litornea e rural, baseada no trabalho escravo e no pacto com os diversos povos amerndios, alm do domnio pela via da fora fsica. assim, os sculos que

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    donismo excessivo, seja entre o povo, com seu messia-nismo caracterstico.

    Todavia, o que aparece de forma mais recorrente, tanto em Casa-grande & Senzala quanto em Sobrados e Mucambos, mas tambm em Ingleses no Brasil, a explicitao de uma concepo, cara ao autor, de que os escravos brasileiros recebiam um tratamento nas re-laes de trabalho, o que inclui a alimentao, muito su-perior quela recebida pelo operariado ingls da primeira metade do sculo XiX. da insistncia com que esse tema aparece na obra de Freyre, aparecem as crticas mais contundentes mas tambm eivadas por uma disputa ideolgica de fundo- a esse aspecto tido como profunda-mente reacionrio de sua obra, crtica articulada em es-tudos realizados pelo que Morse (1986) chama de Esco-la Paulista de sociologia, nomeadamente os estudos de roger Bastide e Florestan Fernandes13, mas tambm nas leituras de Fernando Henrique Cardoso14 e depois por octvio ianni, que sempre voltou ao tema do adoa-mento da escravido brasileira, em diversos ensaios, como tema recorrente de Freyre.

    Essa querela levada s ltimas conseqncias foi sem dvida uma tentativa de marginalizao da obra de Fre-yre, como se ela se resumisse a essa temtica, que importante, verdade, mas que seria apenas uma co-luna de um edifcio muito maior e que s se manteve de p, como referncia importante das cincias sociais

    13. e que resultariam em livros importantes como A integrao do negro

    na sociedade de classes, e Pretos e Brancos em So Paulo.

    14. em sua tese de doutorado intitulada Capitalismo e Escravido no

    Brasil Meridional

    como depurao, ainda que com breves lapsos e resqu-cios, do conceito de raa para a explicao da formao social do Brasil.

    essa temtica fundamental para a compreenso da obra de Freyre na medida em que permite situ-lo como autor verdadeiramente revolucionrio do ponto de vista estritamente terico, ou ento perceb-lo como mais um dos autores brasileiros que ficaram presos s armadilhas das concepes racializantes e falsas que eram a cons-tante do pensamento social brasileiro at o aparecimen-to da obra mais famosa de Freyre em 1933.

    Como a preocupao do presente trabalho no posi-cionar o lugar de Freyre no pensamento social brasileiro, mas entender como o autor leu a histria e a formao de Portugal em seus aspectos mais significativos; em seus valores e instituies, convm, antes de esmiuar um pouco mais essa temtica, posicionar Freyre em re-lao a outro debate, estritamente sociolgico, sobre a real extenso e significado do escravismo, para, a partir da, poder avanar.

    muito embora haja, como mostra o antroplogo Her-mano Vianna (2000) em diversas passagens de Casa-grande & Senzala, um elemento de denncia das atroci-dades e do carter violento da escravido no Brasil, tal temtica aparece de maneira fortuita e em funo da prpria massa de fatos histricos que o autor apresenta, dentre os quais no havia como e o prprio Freyre no o quereria escamotear a violncia presente no escra-vismo. Jess Souza tambm retoma o assunto, ao ca-racterizar a violncia dessas relaes em sua motivao sado-masoquista, rastreando as repercusses polticas dessas iniciativas, seja entre as elites, com o seu man-

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    ticas de Gorender sobre o tema, especialmente porque ela emana do mais importante estudo realizado sobre o escravismo, e especialmente aquele escravismo articula-do numa conjuntura poltica marcada pelo colonialismo, pesando de maneira ainda mais forte para a rearticu-lao indefinida do sistema a dominao poltica de uma sociedade sobre a outra, no caso da portuguesa sobre a colonial brasileira.

    nesse contexto que pode ser esclarecido de ma-neira mais congruente o papel do patriarcalismo como instituio poltica que, associado a um modo-de-pro-duo explica, em grande medida, em que termos d-se a transmisso, de forma contnua e associada, das insti-tuies portugueses para sua colnia.

    Gilberto Freyre afirma, de forma tcita, que o patriar-calismo o elemento fundamental que explicaria, em ltima anlise, a coeso poltica do mundo portugus, o que muitos dos estudiosos de sua obra percebem. (