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DirectorMario Albornoz

Secretario EditorialAlfonso Buch

Consejo EditorialCarlos CorreaRenato DagninoPablo JacovkisPablo KreimerIvan LavadosGustavo LugonesJacques MarcovitchEduardo MartínezCarlos Martínez VidalLeonardo MoledoEnrique OteizaJuana PasquiniCarlos PregoJean-Jacques SalomonJesús SebastiánFélix SchusterLeonardo VaccarezzaHebe Vessuri

Equipo de redacciónJuan Pablo ZabalaLeandro Pauloni

Diseño originalRonald Smirnoff

Diagramación y armadoSilvana Ferraro

Editorial: El Genoma es ajeno(las penas son de nosotros) 5

Abstracts 11

PerspectivasLas estrategias de desempeño de la profesión académica. Ciencia periférica y sustentabilidad del rol de investigador universitarioLeonardo Vaccarezza 15

Sistemas locales de innovación y el desarrollo de la capacidad innovativa de las firmas: las evidencias del cuasi distrito industrial de RafaelaGabriel Yoguel y María Lopez 45

Dossier: Redes de Cooperación Internacional

Las Redes de Cooperación como modelo organizativo y funcional para la I+D

Jesús Sebastián 97

Redes regionales de Cooperación en CyT

en el Mercosur Léa Velho 112

Cooperación Universitaria en Redes TelemáticasJaime Echeverría 131

Redes de InnovaciónMarta Zam 139

Notas de investigaciónLas incubadoras universitarias de empresas en la Argentina: reflexiones a partir de algunas experiencias recientes Mariana Versino 151

La cooperación científico-tecnológica entre la Unión Europea y América Latina: el actual contexto internacional y el programa marco de la Unión EuropeaAlberto Bonfiglioli y Eduardo A. Mari 183

Comentarios bibliográficos 209

Informaciones 231

índice

REDES

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Universidad Nacional de Quilmes

RectorJulio M. Villar

Vicerrector de Gestión y PlaneamientoMario Greco

Vicerrector de Asuntos AcadémicosAlejandro Villar

Vicerrector de InvestigacionesJulián Echave

Vicerrector de PosgradoDaniel Gómez

Vicerrector de Relaciones InstitucionalesErnesto López

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El Genoma es ajeno (las penas son de nosotros)

El presente número de REDES es editado en el contexto de una situa-ción de la ciencia en la que predominan los claroscuros. Imágenescontradictorias se imponen con fuerza. Por una parte, luces de un mo-mento de esplendor de la ciencia mundial, del que el “mapa” del geno-ma humano es apenas un logro emblemático. Por otra parte, sombrasde presupuestos reducidos, jóvenes científicos forzados a emigrar ycolumnas de investigadores marchando por las calles en defensa de laciencia, en un marco saturado de protestas sociales. Sombras de laciencia argentina, que atraviesa una de sus peores crisis históricas. Pe-ro si bien el caso argentino es particularmente grave dada la tradicióncientífica de este país, en toda América Latina, salvo contadas excep-ciones, se vive un momento de gran perplejidad acerca de los caminosposibles para la investigación científica y tecnológica.

Entre luces de gala, la ciencia acaba de asombrar al mundo conuna contribución histórica que ha sido además universalmente consi-derada como un éxito político y económico. El nuevo logro alcanzadopor la investigación científica surge como resultado de un emprendi-miento que incluyó, además de a los propios investigadores, a las másaltas esferas de decisión política y poderosos intereses empresarios.La fotografía publicada en todos los diarios del mundo, que reúne alpresidente de los Estados Unidos, el primer ministro inglés, un empre-sario y un científico, merecería ser incorporada sin más trámite al textoen el que Bruno Latour describe la nueva oración del hombre moderno:abrir el periódico para encontrar embrollados asuntos que mezclan co-nocimiento y poder; ciencia y sociedad.

Los hechos actuales guardan cierta simetría con los de la inme-diata posguerra. Entonces, como ahora, el conocimiento científico en-traba en escena exhibiendo una íntima vinculación con las políticascentrales de los países líderes. La ciencia mostraba como credencialsu capacidad de garantizar el logro de objetivos estratégicos. Más allá

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editorial

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de las diferencias señaladas por quienes destacan que en los últimosaños se habría desarrollado un nuevo modo de producción de conoci-miento, el diálogo entre Roosevelt y Vannevar Bush revive en el encuen-tro de Clinton y Blair con líderes científicos y empresariales. También ladisputa entre John Bernal y Michael Polanyi, entre la libertad de inves-tigación y la posibilidad de formular políticas para la ciencia, cobra nue-va actualidad. La tensión entre el ethos de la ciencia básica, consistenteen la desinteresada búsqueda de nuevos conocimientos, y el interéspuesto en la ciencia en función de su valor económico y estratégico, nu-tre gran parte de los debates contemporáneos acerca de la relación en-tre la ciencia y la sociedad.

Desde todos los ángulos, el establecimiento del “mapa” del geno-ma humano constituye un logro muy representativo de nuestra sociedadcontemporánea. Ciencia, política y economía se entrelazan íntimamen-te. Sin embargo, los panegiristas que entonan el himno al conocimientoy a las fronteras casi infinitas que éste ofrece a la humanidad parecenolvidar que la realidad social es más compleja y encierra intereses con-trapuestos. Los beneficios de la ciencia no son iguales para todos. Laciencia reproduce la estructura social y se convierte en un instrumentoque hace más ricos a los ricos, más fuertes a los fuertes y más pobresa los pobres. Finalmente, en la realidad prevalece el “efecto Mateo”:Dios le da más al que más tiene.

Las luces que refuerzan ante la opinión pública mundial el papeldecisivo de la ciencia constituyen un marco que, por contraste, acen-túa las vacilaciones de la mayor parte de los países de América Lati-na con respecto a la importancia que deben asignar a las políticascientífica y tecnológica, el estilo que deben adoptar dichas políticas ylos objetivos que es razonable establecer para ellas. La ciencia lati-noamericana contribuye con poco más de un dos por ciento a la “co-rriente principal” de la ciencia mundial. El promedio de la inversiónregional en ciencia y tecnología, en relación con el PBI, es una cuartaparte de la que realiza la Unión Europea y menos de una quinta partede la del Japón y los Estados Unidos. Solamente el Brasil, Chile yCosta Rica están realizando un esfuerzo sostenido para aumentar losrecursos y alcanzar el casi mítico nivel del 1% del PBI. Aun en los trespaíses mencionados, la inversión privada en I+D es extremadamentebaja. El sector público, las propias universidades y –en algunos paí-ses– la cooperación internacional constituyen la fuente de recursosmás importante.

Con todo, el problema no es solamente cuantitativo. Muchos diag-nósticos ponen de manifiesto aspectos negativos tales como la esca-

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sa cooperación científica intrarregional, la vulnerabilidad de la infraes-tructura científica, los débiles lazos con la industria en materia de tec-nología y el brain drain. Es llamativa, además, la obsolescencia de losconceptos e instrumentos básicos de la política científica y tecnológi-ca. América Latina no sabe qué hacer hoy con la ciencia. ¿Fortalecela débil capacidad científica local, o ensaya un camino orientado ex-clusivamente a la adaptación de tecnología importada?

Fundamentalmente se trata de la crisis de un modelo, ya que lapreocupación por las políticas de ciencia y tecnología surgió muy po-cos años después de que los países industrializados tomaran concien-cia acerca de su importancia. Una peculiaridad de esta región ha sidola íntima vinculación entre estas políticas y la problemática del desa-rrollo, bajo la inspiración de CEPAL y en el marco de la industrializaciónpor sustitución de importaciones. Al cabo de algunas décadas, estemodelo alcanzó cierto éxito en impulsar el crecimiento de la industriade manufacturas en muchos países de la región, pero fracasó en re-solver el problema de la producción local de tecnología.

La crisis de la década de los ochenta, a la que se conoce comola “década perdida” por los países latinoamericanos, produjo una rup-tura en la confianza acerca de que existía un camino hacia el desarro-llo endógeno y dio lugar, en cambio, a las políticas neoliberales deajuste, estabilización y apertura de las economías, que fueron presen-tadas como un paso necesario para intentar la vía alternativa ofrecidapor la globalización.

A falta de un modelo de desarrollo capaz de unificar expectativas,el escenario de quienes debaten sobre política científica y tecnológicaen América Latina se caracteriza por el desconcierto y está atravesa-do por distintos actores, con culturas, intereses y conductas encontra-das. Este proceso de decantación da lugar a ciertos enfoques en losque predominan los elementos básicos de la cultura científica, econó-mica y burocrática.

Un enfoque científico tradicional defiende la necesidad de una po-lítica cuyo eje sea asignar recursos al fortalecimiento de la investiga-ción básica, siguiendo criterios de calidad. Este enfoque es sostenidofundamentalmente por sectores de la comunidad científica, pero tieneescaso apoyo en otros actores sociales. Razones históricas explicanesta situación. En la práctica latinoamericana, el vacío dejado por lademanda del sector productivo fue ocupado por la comunidad científi-ca. Ella jugó, en el diseño de las políticas latinoamericanas de cienciay tecnología, un papel de casi exclusivo protagonismo. El reiterado fra-caso de las políticas de ciencia y tecnología derivó en la marginación

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de los investigadores y reforzó las tendencias más corporativas. Noobstante ello, en la Argentina y en otros países latinoamericanos la co-munidad científica emerge hoy como el actor social más comprometi-do (más allá de la retórica) en la demanda de políticas que apoyen ala ciencia y en reivindicar su carácter estratégico.

Una debilidad básica de este enfoque es que en la experiencia delos países de América Latina los conocimientos producidos localmenteno han llegado a aplicarse en la producción o los servicios. Por este mo-tivo resulta muy difícil que las políticas basadas en este enfoque gene-ren aliados a la hora de discutir la agenda de las decisiones políticas.

Un enfoque económico de innovación postula la necesidad de unapolítica cuyo eje sea el estímulo a la conducta innovadora de las em-presas. Ciertos sectores que impulsan una modernización industrial–entre ellos los pequeños y medianos empresarios– respaldan esta po-lítica. En sus versiones más modernas, se aplica el enfoque de “siste-mas de innovación” y se diseñan políticas destinadas a estimular lademanda de conocimientos y fortalecer los vínculos entre las institucio-nes que integran la red sistémica. Una debilidad de esta posición deri-va de que los sistemas de innovación son más un postulado teóricoque una realidad en el sector productivo latinoamericano. Otra debili-dad es el reduccionismo, ya que pretende abarcar todo el procesocreativo de conocimiento científico desde la óptica innovadora. Por es-to hay sectores de la comunidad científica que suelen rechazar su as-pecto “economicista”.

Un enfoque burocrático (en el sentido de una racionalidad de me-dios que tiende a ganar autonomía con respecto a los fines) ha con-quistado espacio últimamente en algunos gobiernos latinoamericanos.Este enfoque cuestiona, desde una racionalidad modernizadora naif, lautilidad de los esfuerzos orientados a lograr una capacidad científica ytecnológica endógena. Se basa en la suposición de que las tendenciasglobales producen una nueva distribución internacional del trabajo y delsaber. En idéntico sentido, cree en la disponibilidad universal de los co-nocimientos. Este enfoque, que se ha visto reforzado por el deslumbra-miento que en ciertos sectores políticos despierta Internet, confundelos procesos de creación y transmisión de conocimientos. Ignora, ade-más, que la renuncia a producir localmente conocimientos afecta la ca-pacidad de apropiarse de los que son generados fuera de la región.

Finalmente, un enfoque de fortalecimiento de capacidades enciencia y tecnología postula la necesidad de implementar políticas queno sólo tengan en cuenta la I+D, sino todas las etapas o modalidadesdel proceso social del conocimiento; esto es, la capacitación científica

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y técnica, la adquisición de conocimientos, su difusión y su aplicaciónen actividades productivas u orientadas al desarrollo social. En ciertosentido, este enfoque es ecléctico, ya que rescata de las diferentespolíticas de ciencia y tecnología e innovación el respeto por la culturapropia de la ciencia y el cuidado por la formación de investigadores ytecnólogos, así como el establecimiento de vínculos entre los centrosde I+D y las empresas, el gobierno y otros actores sociales. Si bien to-ma elementos de enfoques anteriores, procura adaptarlos a las condi-ciones del nuevo contexto.

Este enfoque carece de certidumbres ideológicas, ya que ni cuen-ta con el marco de una “teoría del desarrollo” ni postula la necesariaexistencia de un sistema nacional de innovación. Paradójicamente,cree en la incertidumbre, como un rasgo de la época, y su única cer-teza es que los países latinoamericanos deben fortalecer las capaci-dades en ciencia y en tecnología para mantener opciones de futuro.La educación superior tiene un papel más amplio en este enfoque queen los anteriores. El respeto a la lógica propia de cada actor es otrorasgo que lo caracteriza.

Debido a su carácter ecléctico, este enfoque no se correspondecon ningún grupo determinado. Por el contrario, su mayor debilidad de-riva de que puede recibir la oposición de intereses corporativos coliga-dos. No asigna a la I+D el papel hegemónico que la comunidad científicatradicional cree que le corresponde; reconoce la importancia de la inno-vación pero no le concede el lugar del nuevo prisma centralizador de to-das las perspectivas; reconoce la utilidad de Internet pero no la mitifica;por último, carece de promesas de logros a corto plazo que satisfaganla ansiedad de algunos políticos. Probablemente, su mayor fortaleza ra-dica en que es el único enfoque que hace uso intensivo de uno de losrasgos característicos de la ciencia: su sentido crítico.

El debate entre los cuatro enfoques señalados aún no ha decan-tado. Por otra parte, no ocupa el lugar central en la agenda política delos países, ya que (salvo excepciones) predominan las políticas deajuste que se traducen en una baja inversión en ciencia y tecnología.

Si bien hay indicios de que en la región muchos actores relevan-tes están tomando conciencia de los riesgos implícitos en el actual or-den político y económico hegemónico, tanto en lo que se refiere a losprocesos de exclusión, como a la degradación ambiental, entre otrosaspectos, hay poca convicción en quienes toman las decisiones polí-ticas con respecto a la utilidad de fortalecer una capacidad científica ytecnológica local. Las teorías del capital humano como motor del de-sarrollo también están en crisis frente a le evidencia de que se está

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produciendo una nueva oleada de exilio latinoamericano, aunque es-ta vez no se deba a persecuciones políticas: la migración de muchosprofesionales jóvenes hacia los países industrializados.

Las penas y el desconcierto son de nosotros. La ciencia lati-noamericana trata de recuperar la atención pública pero nadie haarticulado todavía un discurso social y políticamente convincente. Pa-radójicamente, a falta de un nuevo discurso que justifique el impulso ala política científica y tecnológica, los logros de la ciencia internacional(como, en este caso, el descubrimiento de la cadena completa del ge-noma humano) parecen actuar como refuerzo de los enfoques burocrá-tico y económico. A los ojos de algunos dirigentes políticos, la distanciacon respecto a la frontera mundial llega a ser tan grande que desalien-ta la decisión de asignar recursos crecientes a la ciencia local. La ma-gia de Internet y una lectura acrítica del modelo coreano parecen quitarlegitimidad a quienes proclaman la necesidad de reforzar la capacidadlocal de crear conocimiento científico y tecnológico. Es responsabili-dad de quienes pensamos que tal enfoque es suicida, dar una batalladialéctica para que se tome conciencia acerca de los riesgos de re-nunciar a invertir en ciencia.

Es una hora difícil y el destino de nuestros países está en juego.No se trata de “defender” a la ciencia sino de comprender que la es-tructura social y económica emergente a escala internacional deman-da que las sociedades (países y regiones) sean capaces deadministrar el flujo del conocimiento científico y tecnológico para po-nerlo al servicio de sus objetivos de producción y calidad de vida. Nin-guna sociedad puede desarrollar esta capacidad sin una educaciónsuperior del más alto nivel de calidad y sin estimular la creatividadcientífica, fortaleciendo las instituciones dedicadas a la investigación.No es momento de consignas, ni de intereses corporativos, ni de so-luciones milagrosas. El debate que se está instalando en forma pro-gresiva, aunque todavía débilmente, no puede agotarse en fuegos deartificios mediáticos. Por el contrario, debe ser participativo y con re-glas de juego que permitan sumar todas las perspectivas y estableceracuerdos básicos que permitan dotar de contenido a lo que, muchasveces sin mayor reflexión, suele denominarse como “sociedad del co-nocimiento”. ❏

Mario Albornoz

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This article describes university researchers strategies aimed at preservingtheir role or status as such within the framework of existing conflicts/ tensionsbetween the academic profession and scientific research in Argentine universi-ties. The strategies applied in the quest for it cannot always be reconciled withthe most widely perceived image of scientists as devoted to the pursuit of know-ledge, an image deeply rooted in popular imagery and which also provides thebackground for the sociology of mainstream science. On the basis of interviewsto university researchers, the present paper discusses different aspects of re-searchers’ role-maintenance strategies: model courses of action taken in res-ponse to role expectations, merit acknowledgement mechanisms used, devicesemployed to obtain financing and conflicts which arise within the departments’scientific staff. We therefore expect our study will contribute to define patternsof action found in a number of university research sectors, one of whose featu-res is a low degree of institutionalization of their scientific activity.

Globalization, open regionalism added to the emergence of new techno-orga-nizational paradigms are redefining the environment for the development ofeconomic agents’ competitive processes. Systematic competitive factors andthe non-price elements of competitiveness are gaining increasing importance.This is a consequence of factors such as: the rising level of “strategic uncer-tainty”, demand segmentation, market volatility, changes in the concept of ef-ficiency and the possibility to combine bothmultiple supply) and scaleeconomies. These phenomena have galvanized in the form of new state regu-latory and deregulatory measures which have enabled and improved interna-tional exchange between businesses and productive sectors. In this newscenario agents responses which focus on product differentiation, incrementalimprovements (in products processes and organization) new ways to reach

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abstracts

Career development strategies for the academic profession. Peripheralscience and sustainability of university researchers’ roleLeonardo Vaccarezza

Local Systems of Innovation. Development of firms’ innovation capacity: as evinced by the quasi-industrial district of Rafaela (Sta.Fe Province, Argentina) Gabriel Yoguel & María Lopez

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markets and quality assurance are earning increasing recognition. That is tosay in the search for differentiation, which is now assumed to be a part of thecompetitive process, agents aimed at increasing what shall be referred to ascapacity for innovation. In this given context the goal of our study is to introdu-ce a proxy indicator for economic agents potential for learning, creating “com-petences“, transforming generic into specific knowledge and hence theirpotential for innovating. This indicator for agents’ innovative capacity has beenapplied to a panel of Argentine firms representative of the quasi-district of Ra-faela, where the given conditions generate a combination of externalities veryrarely found in other locations throughout the country. The proposed indicatorhas been defined in absolute terms so as to allow comparisons among diffe-rent environments and isolation of differences among firms’ capacity for inno-vation which may be ascribed to microeconomic differences among theiragents. These differences, in turn, stem from the fact that the agents belong inlocal systems with differing externalities.

Dossier: Networks for international cooperation

International cooperation has progressively been permeating all knowledgegeneration, technology development and innovation processes, to the extentthat it has become a given component within them. The great impact of inter-nationalization can be duly appreciated by analyzing a number of indicatorsranging from bibliometric values to those related to strategic alliances amongcompanies. The expanding role of international cooperation in scientific andtechnological development as well as in corporate and institutional internatio-nalization has acted as a catalyst for profound changes and models for coope-ration, their implementation methods and instruments. Among suchinstruments, cooperation networks have emerged powerfully throughout thelast ten years and - being remarkably versatile and efficient- have been esta-blished as a mainstream instrument, highly valued by both promotion agentsand actors of international cooperation. Recent progress in the ways of con-ceptualizing and in cooperation networks’ functions leads to the conclusionthat such networks not only constitute instruments for cooperation but are in-creasingly perceived and applied as organizing models for institutional strengt-hening, implementation of national systems of innovation and theirinternationalization

Abstracts

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University incubators, as well as science parks or technopoles, have been th-roughout the last two decades widely disseminated in the international realmas instrument for the promotion of innovation. Incubators managed by univer-sities are conceptually conceived as innovation policy instruments since theiraim is to create science based technology firms originated from ideas develo-ped within the academic sector. Whereas in developed countries an importantexpansion of these mechanisms took place in the eighties, in Latin America itshould rather be considered as a nineties phenomenon. This paper analysesthe emergence of the first two experiences whith university incubators that we-re developed in Argentina. Our analysis is based on a study of the projectsbeing run by two National Universities: Universidad Nacional de La Plata andUniversidad Nacional de Lujan. The paper opens with a brief description of theuniversities institutional characteristics and the processes that have enabledthe emergence of the initiative studied. This is followed by a review of the gui-ding model for the conception of the projects, as well as the actions carried outto implement them in each case. Finally, it is also examined the way in whichthe different actors involved (universities, governmental institutions, enterpri-ses) participate in the experiences is also examined so as to investigate intothe relations among them. This is followed by a review of the guiding model forthe conception of the projects.

The scientific and technological cooperation between the European and theLatin American countries, although having positive effects, has not favouredthe interaction with the local productive systems regarding their needs of tech-nology, and the contributions to the innovative process and to the socioecono-mic development of the latter have been both qualitative and quantitativelyscarce. In the present work the new situation created by consequence of the

Abstracts

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University incubators in Argentina: reflections on some recent experiencesMariana Versino

The scientific and technological cooperation between the EuropeanUnion and Latin AmericaAlberto Bonfiglioli & Eduardo A. Mari

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start of the Framework Programmes on the part of the UE, and particularly withthe FP5 for 1999-2002, is analyzed. The role that the cooperation could play infront of the emerging economies of Latin America, and in particular in the ca-se of the Small and Medium Enterprises, is specially discussed. ❏

Abstracts

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Un dato evidente de la producción de conocimientos científicos enla Argentina es la relevancia (siquiera cuantitativa) que tiene en ella launiversidad pública. El 47% de los investigadores pertenecen a esainstitución. De igual modo, la proporción de los productos científicosmedidos por las publicaciones internacionalmente reconocidas corres-pondiente a universidades alcanza a más del 60%. Estas afirmacio-nes, por supuesto, no son sorprendentes en términos comparativoscon lo que ocurre en otros países latinoamericanos, donde la univer-sidad resulta la institución más relevante en el campo de la investiga-ción científica.1

La relevancia de la universidad en el conjunto de instituciones deproducción científica no es sinónimo de relevancia de la investigaciónen el ámbito de la universidad. De hecho, en su conjunto, la universi-

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* Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.1 Cf. RICYT, 1999, Principales indicadores de ciencia y tecnología, 1990-1997, Buenos Aires, CYTED-OEA. El dato sobre proporción de publicaciones proviene de estimaciones propias a partir del Scien-ce Citation Index correspondiente al año 1992.

Las estrategias de desempeño de la profesión académica. Ciencia periférica y sustentabilidad del rol de investigador universitarioLeonardo Silvio Vaccarezza*

En el marco de la tensión entre profesión académica e investigación científica en lasuniversidades argentinas, el artículo describe las estrategias de los investigadores uni-versitarios en torno al mantenimiento de su rol o estatus en tanto que tal. Estas estra-tegias no siempre se compadecen con la imagen más difundida del científico comoperseguidor de conocimientos, imagen enraizada en el imaginario colectivo y que fun-ciona como trasfondo de la sociología de la ciencia dominante. Sobre la base de entre-vistas realizadas a investigadores universitarios se discuten distintos aspectos de laestrategia de mantenimiento del rol de investigador: los modelos de acción adoptadosen términos de expectativas de rol, los mecanismos de reconocimiento empleados, losdispositivos utilizados para la obtención de recursos y los conflictos generados en elámbito de la cátedra. El trabajo pretende, por lo tanto, contribuir a caracterizar patronesde acción de algunos sectores de la investigación universitaria, caracterizada por la ba-ja institucionalización de la actividad científica.

perspectivas

REDES, Vol. VII, No. 15, agosto de 2000, pp. 15-43

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dad argentina ha sido señalada con frecuencia por su carácter profe-sionalista, por la alta proporción de docentes con muy bajas dedica-ciones horarias y débil integración laboral a la institución, por lalimitada oferta de doctorados y de experiencias de investigación entrelos estudiantes y graduados. Y aunque esta imagen no hace justicia asectores de la universidad pública que poseen grados de excelenciaen la investigación, algunos datos la confirman: la proporción de do-centes con dedicación exclusiva es de sólo el 12,6%, la de docentescon tareas de investigación, del 19,5% y la producción de artículoscientíficos por docente es de sólo 0,19.2

Diversos hitos en la historia de la universidad argentina han impul-sado, con mayor o menor éxito, la incorporación de la investigacióncientífica a la vida universitaria.3 Desde otra perspectiva, este procesode esfuerzos más o menos aislados, intermitentes y de éxito relativo enel refuerzo de la investigación universitaria, puede ser entendido comoun proceso de constitución de la profesión académica. Podemos definirla profesionalidad académica en términos de la competencia por el pres-tigio asignado por la comunidad académica, y la competencia entre aca-démicos por cargos universitarios y entre universidades por la captaciónde académicos para tales cargos (Brunner y Flisfisch, 1989, p. 174). Entanto el prestigio es el criterio de asignación de posiciones académicas,es evidente que en la universidad moderna dicho prestigio está consti-tuido por la producción de conocimientos científicos. Como dicen los au-tores citados, “en términos del binomio docencia/investigación, es unhecho ya suficientemente documentado que la investigación ha relega-do a la docencia a un lugar secundario en la conformación del prestigioacadémico […]” (Brunner y Flisfisch, 1989, p. 175).4

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2 El primero y el segundo indicador fueron tomados de Ministerio de Cultura y Educación, Secreta-ría de Políticas Universitarias, Anuario 1996 de Estadísticas Universitarias. El tercer indicador, deSecretaría de Ciencia y Tecnología, Indicadores de Ciencia y Tecnología, Argentina 1997.3 La contratación de profesores extranjeros como una política explícita en la etapa de formación delestado nacional en el último cuarto del siglo XIX, la creación de la Universidad Nacional de La Plata(Myers, 1992), la institucionalización de cátedras “científicas” como la de Houssay en 1919 (Buch,1994), la reorganización de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Bue-nos Aires a fines de los cincuenta, el equipamiento científico en universidades en el período sesen-tista, la creación de la carrera del investigador científico del CONICET, muchos de sus beneficiariosadscriptos a universidades, y, recientemente, el Programa de Incentivos a docentes-investigadores(Fernández Berdaguer et al., 1996) son algunos de los acontecimientos que se dirigieron al refuer-zo de la investigación académica.4 Cf. el estudio clásico de Ben-David (1974) acerca del proceso histórico de constitución de esta pro-fesión académica en Alemania y los Estados Unidos de América.

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Pero por lo dicho, el prestigio académico, vinculado con el ejerci-cio de cargos correspondiente al mercado de trabajo en universidades,al basarse en la producción de conocimientos es asimilable y depen-diente del prestigio de la comunidad científica. De hecho ambas esfe-ras institucionales pueden no coincidir en el proceso de distribución deprestigio, y constituirse, por lo tanto, como campos profesionales inde-pendientes. Así, la historia del desarrollo científico en la Argentina pue-de ser entendida también como una tensión entre la disociación yasimilación entre la profesión científica y la profesión académica. A ladisociación propia de los gobiernos dictatoriales (especialmente la últi-ma dictadura militar), se opone la presión por introducir la investigaciónentre las incumbencias del docente universitario (discurso houssayano,carrera del investigador científico del CONICET inserto en la universidad,estímulos o incentivos monetarios a los docentes investigadores, ex-tensión de la dedicación exclusiva con obligación de realizar investiga-ción, por ejemplo), reforzando la tendencia hacia la constitución de laprofesión académica en sentido moderno. Naturalmente, estos esfuer-zos de fusión entre universidad y ciencia, entre prestigio académico yprestigio científico, requieren dos dispositivos: la ampliación de un mer-cado de posiciones académicas (ampliación de cargos de dedicaciónexclusiva, disposición de facilidades para la investigación) y la incorpo-ración de la comunidad universitaria a los mecanismos de asignaciónde prestigio de la ciencia (adaptación al medio universitario de los me-canismos de evaluación de producción de conocimientos por parte delas comunidades científicas). Justamente estos dos dispositivos fueronlos que intentaron instrumentarse en cada esfuerzo de constitución dela profesión académica: mecanismos de estabilidad laboral, exclusivi-dad (o cuasi exclusividad) de la actividad académica como fuente deingreso para el docente, refuerzo de credenciales profesionales espe-cíficas, redefinición de derechos y obligaciones de la actividad en launiversidad. Definitorio entre estas credenciales para dar cuenta de lapertenencia a la profesión es el ejercicio de actividades de investiga-ción, expresado con frecuencia en la participación en proyectos de in-vestigación convertidos en certificados administrativos de actividad.

En el marco de este estado de tensión en la profesionalización dela vida académica nos interesa indagar sobre las estrategias de acciónde los investigadores universitarios en su desempeño como tales. De-senvolver su vida laboral y profesional en la universidad y hacer inves-tigación es, entonces, la definición misma de la profesión académica.Veremos sin embargo que en muchas circunstancias la producción deconocimientos a través de la investigación no es el núcleo estratégico

Las estrategias de desempeño de la profesión académica

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de la acción individual. Así, en una situación no consolidada de la pro-fesión académica (con patrones de valoración, promoción y asignaciónde autoridad y prestigio débiles) los investigadores universitarios tien-den a maximizar esfuerzos en torno al mantenimiento del rol del inves-tigador universitario con estrategias que no siempre se compadecencon la imagen más difundida del científico perseguidor de conocimien-tos, imagen que forma parte tanto del imaginario colectivo de la comu-nidad científica y de la sociedad moderna, como del paradigma deanálisis de la sociología de la ciencia dominante. La acción individualen relación con los marcos institucionales supone siempre el desplie-gue de relaciones variadas que sostienen los esquemas formales deaquélla: de esta forma, las credenciales de la profesión académica seactualizan permanentemente a través de relaciones que refuerzan elcontenido instituido de la profesión. En este sentido, el objetivo delpresente trabajo consiste en explorar estas relaciones en la peculiari-dad de situaciones de institucionalización débil de la profesión acadé-mica, como espacio profesional de la investigación científica.

El estudio se llevó a cabo, sin embargo, sobre la base de entre-vistas a profesores universitarios que definen su papel en la universi-dad como investigadores científicos plenos, esto es, aquellos quehacen de la investigación un componente clave de la profesión acadé-mica. Y aún más, se trata de integrantes de una unidad académicacon una tradición densa de investigación en el país y casos relevan-tes de prestigio internacional.5 Sin embargo, sus estrategias de acciónno están siempre orientadas de manera privilegiada a la producciónde conocimientos y a la acumulación de reconocimiento a través deéstos, sino hacia otras oportunidades legitimadas que le ofrece uncontexto de institucionalización débil de la profesión académica y quese localizan en distintas áreas de relación: el mercado profesional, laorganización de la universidad, los organismos de promoción de laciencia, la cátedra. De esta forma, la comprensión de la conducta de

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5 Tal unidad es la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA). LaUBA es la más grande del país en términos de matrícula, magnitud del personal docente, cantidadde investigadores y producción. En 1994 contaba con 2.662 docentes-investigadores, representan-do el 14% del total de docentes. Posee el 27% de las carreras de posgrado del país y produce el44% de las publicaciones científicas del sistema universitario público. La Facultad de Farmacia yBioquímica contaba en la misma fecha con casi 400 investigadores, o sea el 14% del total de inves-tigadores de la UBA. Por otra parte, es una de las facultades con mayor incidencia de la investiga-ción ya que aquéllos representan el 40% del total de docentes de la Facultad, superada sólo por laFacultad de Ciencias Exactas y Naturales. Cf. Estébanez, 1998.

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los investigadores académicos requiere un marco conceptual más am-plio que el que ofrece la actual sociología de la ciencia.

Un breve comentario sobre las limitaciones que ofrece la sociolo-gía de la ciencia para la comprensión de estas situaciones es lo quese trata en el primer punto. El mismo, combinado con el siguiente, sir-ven de introducción conceptual a la posterior relación de las estrate-gias de acción de los investigadores universitarios. Seguidamente, enpuntos sucesivos, se considera el mantenimiento del rol de investiga-dor como el objetivo estratégico de los investigadores universitarios, ylos distintos elementos de acción empleados para este fin: los mode-los de acción adoptados en términos de expectativas de rol, los meca-nismos de reconocimiento empleados, los dispositivos utilizados parala obtención de recursos y los conflictos generados en el ámbito de lacátedra. Se contrasta esta estrategia de mantenimiento del rol con es-trategias más orientadas al logro de reconocimiento y autoridad enfunción de la producción relevante de conocimientos.

El estudio social de la conducta de los científicos remite a una largatradición en la que se intercalan diferentes orientaciones teóricas yque se reconoce en el espacio disciplinario de la sociología de la cien-cia. Aun cuando un fuerte trazo divisorio invita a diferenciar entre latradición mertoniana (más calificable como una sociología de los in-vestigadores científicos) y la “nueva sociología de la ciencia” surgidadurante los años setenta y ochenta (mejor denominada como sociolo-gía del conocimiento científico), puede postularse un reconocimientode identidad disciplinaria compartida. Ambas tradiciones adolecen deperspectivas que restringen el campo de análisis de la actividad cien-tífica. La tradición mertoniana gira en torno de la integración normati-va de la ciencia como institución social y la comunidad científica comoespacio social de referencia para los científicos.6 Conocida es la au-toexclusión de Merton respecto de la posibilidad de la sociología paraanalizar el conocimiento científico mismo. Esto ha sido abordado porla nueva sociología de la ciencia arrancando en un diálogo con la epis-temología positivista a partir de la ruptura kuhniana (Latour, 1992).

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6 Aunque toda la obra de Merton en sociología de la ciencia gira en torno del paradigma normativo,el trabajo más relevante es Merton (1977).

El enfoque de la sociología de la ciencia

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En este sentido, el estudio del comportamiento de los científicospor parte del mertonianismo se resuelve en las determinaciones nor-mativas de la comunidad científica, obviando el papel de otros ámbitosinstitucionales en la orientación de los investigadores –por ejemplo, launiversidad, la profesión académica, el mercado de consultorías profe-sionales, el gobierno o la política–. En el caso de la nueva sociología,la agencia de los científicos se enmarca y se explica en la construccióndel conocimiento, quizá no como un fin en sí mismo, pero sí como con-junto de estrategias de dominación en un espacio social más o menosdiferenciado u homogéneo.7 Cualquiera sea el caso, el análisis de lasestrategias del actor (investigador) está centrado en la producción deconocimientos como objetivo de la acción. El científico, en esta pers-pectiva, es un homo conocens (Lamo de Espinoza, 1996) por cuantosu acción se fundamenta en torno de las estrategias de conocimiento,cualquiera sea la “motivación” de dominio que pretende adquirir a tra-vés del dominio del conocimiento. Son las estrategias de conocimientolas que permiten producir bienes intercambiables por reconocimiento(Hangstrom, 1975), acumular capital social en la forma de autoridad enel campo disciplinario (Bourdieu, 1994), fijar pasos obligados que per-mitan manejar a distancia los desplazamientos estratégicos de losotros científicos (Callon, Latour, Law).

La relevancia otorgada por Merton al ethos normativo de la comu-nidad y a su integración interna es coincidente, históricamente, con larelevancia y prestigio social de la ciencia en el momento de la formula-ción de estas ideas, paralelo a los peligros que entrañaban experienciashistóricas de desintegración de la comunidad por fuentes externas depoder (la Alemania nazi, la Unión Soviética y las fórmulas de planifica-ción de la ciencia desde el Estado). La comunidad científica comomarco normativo de referencia de la acción para el científico podíaagotar la razón de ser del científico. En el caso de la nueva sociologíade la ciencia ya hemos señalado que arranca del giro kuhniano (Pre-go, 1992). Esto de por sí configura la matriz de reflexión y análisis dela acción, e inclina la investigación sobre el tema hacia las historias decreación de conocimiento: en este sentido, Collins ordena su análisishacia el core set de la especialidad en el cual se resuelven las contro-versias cognitivas, Latour (1983) analiza el caso de Pasteur en su

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7 Por ejemplo, Collins acotaría el análisis a la interacción de especialistas científicos en sus contro-versias cognitivas, en tanto la teoría del actor-red, por una parte, o Knorr-Cetina con su conceptode “arenas transepistémicas” atienden la heterogeneidad de actores en los procesos cognitivos.

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campaña contra la enfermedad propia de la especie vacuna, el Antrax,o estudia laboratorios de punta en la especialidad, o estudia científi-cos que se encuentran comprometidos en una carrera de conocimien-to en la que las cuestiones de frontera son las fundamentales.

Si adoptáramos una mirada a la actividad científica en términosde profesión (más que de estrategia cognitiva), la imagen que tendría-mos del científico se modificaría en cierta manera. Esto parecería im-portante si el interés no consiste en dar cuenta de la evolución delconocimiento científico en la que se desenvuelven las élites internacio-nales de las disciplinas, sino en describir el amplio panorama de la“ciencia normal” en su dimensión, si se quiere, más rutinaria. ¿Es queen realidad el grueso de los investigadores actúa principalmente enfunción de estrategias de construcción de conocimientos como fuentesde dominio del campo? ¿Existe una lucha constante por la prioridad?¿La actividad corriente de los investigadores es sumergirse en polémi-cas y controversias? ¿La vida cotidiana del laboratorio se ordena prin-cipalmente en términos de dar cuenta de inscripciones denominadasresultados de experimentación y de relatos de tales inscripciones de-nominados conocimientos? ¿Se mueve estrechamente el científico enlos límites del campo y en términos de ellos desarrolla su lucha sociale invierte el capital que le otorga su posición? Si toda profesión supo-ne un habitus específico, ¿refiere este habitus principalmente a la pro-ducción de saberes?

Knorr-Cetina (1996), en un artículo ya clásico, parece respondera estas preguntas. Contra las concepciones que ponen a la comuni-dad científica (o al campo científico en el caso de Bourdieu) como elmarco exclusivo de referencia e interacción de los científicos, ella pos-tula enfáticamente que éstos mantienen una variada red de relacionesa través de arenas transepistémicas que escapan del espacio estre-cho de la comunidad de especialistas, en las cuales abrevan recursosde conocimiento (paradigmas, modelos, financiamiento, oportunida-des de investigación, materiales, etc.). Sin embargo, esta visión másabierta de las relaciones significativas de los científicos también giraen torno de la producción de conocimiento como el foco central delanálisis. Aquí pretendemos descentrar esta mirada partiendo de unavisión de la actividad científica en términos de profesión y, como tal,destacando una mayor variabilidad de compromisos y oportunidadesprofesionales que la exclusiva producción de saberes. Ésta no deja deinfluir, necesariamente, en las estrategias de los investigadores cien-tíficos, pero nos interesa explorar otros significados que pueden seratribuidos a la conducta de éstos, privilegiar otros marcos de referen-

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cia como la organización en la que se desempeñan como académicosy, por cierto, intereses de acción para cuya satisfacción son útiles losrecursos de la profesión científica y académica, pero no necesaria-mente la dominación cognitiva del campo.

La profesión académica

Un punto de partida es considerar al trabajo de investigación comouno de los componentes de la profesión académica. En este sentido,la investigación –si bien tiene como objetivo declarado la producciónde conocimientos–, a) se encuentra “situada” en un régimen profesio-nal determinado, b) comparte con otras funciones y actividades el es-pacio profesional del investigador o científico, c) remite a distintossignificados (objetivos y subjetivos) de la función de producción de co-nocimientos. El concepto de trabajo de investigación resulta estratégi-co en nuestro análisis por cuanto nos permite desprendernos de lacuestión del conocimiento. En vez de caracterizar universalmente a laactividad del científico como productora de saberes, parece más útilpensar en él como el que realiza determinadas prácticas, denomina-das (en su conjunto) investigación, y que tiene diferentes objetivos al-ternativos, complementarios, agregados, etc.8 Es así que el objetivode la actividad de investigación puede ser, en un determinado momen-to, brindar una solución práctica a un cliente singular, y en otro mo-mento publicar algo para hacer un agregado al curriculum vitae o alformulario de evaluación de la carrera como científico, en tanto que silas circunstancias resultaren propicias (esto es, se tiene un resultadoexperimental promisorio o se logra el insight que interpreta de mane-ra novedosa ciertos resultados) se dinamizan expectativas en torno ala relevancia que puede alcanzarse en determinada dimensión del co-nocimiento especializado y el investigador puede convertirse en un ca-zador de “verdades” que otros no alcanzaron (y por tanto de prestigio,en el sentido más clásico con que lo ha definido la sociología de laciencia desde Merton).

Por lo tanto el trabajo de investigación forma parte de la profesiónacadémica. ¿Cuáles son los principales componentes de ésta? Des-tacamos los siguientes: a) saberes establecidos cuya posesión se ex-

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8 Entiendo que es en este sentido como debe interpretarse la idea de Vessuri (1995) respecto a quela mayor aproximación de la ciencia a la producción aconseja calificar a sus actores como investi-gadores más que como científicos.

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presa a través de credenciales definidas; b) desempeño de roles insti-tucionalizados (investigador, ayudante, jefe de laboratorio, encargadode curso, tesista, etc.) y la institucionalización de una carrera que enla-za esos roles; c) un régimen de trabajo (más o menos formal o infor-mal) que absorbe gran parte de la vida cotidiana del sujeto; d)vinculado con ello, un sistema de remuneraciones que permite la repro-ducción del sujeto en cuanto ocupante del rol; e) un mercado de posi-ciones profesionales adonde concurren demandantes (empleadores) yofertantes de capacidades o saberes profesionales; f) una organizaciónen la cual se ejerce el rol profesional.9

El trabajo de investigación se desenvuelve en relación con estasnotas de la profesión académica: supone una posición lograda en laprofesión y en la organización, implica la posesión de credencialesque dan cuenta de saberes; forma parte de una de las actividades delos roles instituidos en la organización y su dinámica se inscribe en lavida cotidiana de los sujetos, en la que abundan las rutinas, el entre-cruce de intereses y deseos de los sujetos en las diferentes esferasde su vida, y por lo cual el rol específico de investigador académico (ypor cierto el trabajo mismo de investigación, las prácticas cognitivas olas estrategias de logro profesional) se ve inundado por los condicio-nantes de variada naturaleza que congrega la vida cotidiana. Porejemplo, una mayoría de los casos estudiados señalan la esfera fami-liar y la estructuración de la vida cotidiana como impedimentos u op-ciones fuertes a la hora de decidir en lo que sería un aspecto clavepara una visión unidimensional de la actividad científica: la formaciónposdoctoral en el extranjero.

Si la premisa del análisis consiste en destacar la importancia del de-sempeño profesional en tanto académico para dar cuenta de las estra-tegias de los investigadores universitarios, una afirmación importanteindicaría que el mantenimiento del rol académico es el foco privilegia-do de la orientación profesional y que los procesos de construcción deconocimientos –y los méritos que de ello se derivan– quedan subordi-nados como estrategias particulares para el mantenimiento de la po-

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9 Por cierto, no obviamos otras notas que son centrales para otros fines de indagación: ethos pro-fesional, ideología elitista, comunidad profesional con su jerarquía y régimen de autoridad. Cf. Brun-ner y Flisfisch (1989).

El mantenimiento del rol profesional

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sición, no siempre la más importante y siempre en combinación conotras estrategias. Esto diluye la imagen del científico como tenaz per-seguidor de conocimientos y forjador de su propia “vocación” de inves-tigador, haciendo de su carrera y de su trayectoria un sendero másafectado por oportunidades más o menos casuales que por propósitosférreos del sujeto.

Es así que los relatos de los investigadores entrevistados refierenal acceso a la posición de investigador académico como el resultadode una cantidad de acciones propias y condiciones favorables queconfiguran lo que podríamos llamar el éxito de instalación del rol o po-sición. La resultante que ha llevado a dicha instalación no deriva ne-cesariamente de una voluntad primigenia del sujeto de convertirse eninvestigador académico (aunque, por cierto, ello no está ausente), si-no de una sucesión de oportunidades en parte buscadas y en partepresentadas más o menos casualmente. El éxito de un buen examende una materia de grado puede ser el inicio de la carrera académicaque comienza con la invitación a formar parte de una cátedra en cali-dad de ayudante docente ad-honórem. Sin embargo, la carrera puedecortarse y el sujeto deberá derivar a otros mercados laborales. Las re-laciones académicas que el estudiante o graduado ha logrado estable-cer es una condición clave para el inicio de una tesis de doctorado yla consecuente construcción paulatina de la carrera académica.

El rol profesional académico configura una serie de mecanismos(algunos institucionalizados formalmente como rutinas de la organiza-ción y otros consistentes en prácticas estratégicas del sujeto) de re-producción del rol. En el desempeño de estas rutinas o prácticas elagente académico gasta gran parte de su potencialidad de agencia.Podemos diferenciar, sin embargo, dos tipos de pautas de manteni-miento de rol: unas corresponden al cumplimiento de determinadosdeberes, tales como el dictado de determinado número de cursos, lapublicación de determinado número de papers, la atención de algunosbecarios y tesistas, contar con proyectos de investigación aprobadosy, por lo menos, mínimamente financiados; otras sugieren logros queimplican cambios en las relaciones de poder y autoridad del sujeto enla organización, como es la consecución de una carrera académica entérminos de ascenso en la escala de cargos, ampliar el espacio del la-boratorio, aumentar el número de investigadores a cargo, obtener fi-nanciamiento y equipamiento de valor significativo. Ambos tiposimplican el progreso del curriculum vitae, y aunque la última suponeinteracciones competitivas y desplazamiento de competidores en laorganización, en ambos casos se trata de mecanismos de manteni-

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miento del rol. Dado determinado umbral de integración y ascensoacadémicos (que podemos fijar en la obtención de un cargo de jefe detrabajo práctico con dedicación exclusiva por concurso académico, locual –al igual que el ingreso a la Carrera del Investigador del CONICET–constituye la credencial de logro de la profesión académica), el desen-volvimiento de la carrera académica está determinado por un balancede logros en el cual tiene cabida no solamente aquel que asciende demanera neta en la profesión, sino también quien se mantiene en posi-ciones relativamente estáticas a lo largo de su ciclo vital. Una perspec-tiva de la actividad académica científica en términos de profesiónpermite aprehender, entonces, el significado subjetivo y social de es-ta estrategia de mantenimiento del rol.

La diferencia entre las estrategias o pautas más y menos compe-titivas es, por lo tanto, poco relevante. La supervivencia del actor en laorganización no depende de las estrategias de logro por encima de laexigencia mínima de mantenimiento. Esto es así por cuanto la univer-sidad no es una organización orientada hacia la productividad. Consi-deremos el caso de un investigador o experto bioquímico empleado enlos laboratorios de la industria farmacéutica. En este puesto, el actordebe responder por los intereses de los directivos de la organizacióny a una lógica de funcionamiento que maximiza los logros de ésta. Es-to configura un sistema de competencia interna que está en orden ala maximización de resultados coincidentes con aquellos intereses. Eneste caso, la lucha de poder se constituye en una empresa cotidianade los miembros de la organización, en la medida en que los logros semiden por comparaciones mutuas entre los miembros. En el caso dela universidad no podemos hablar en la misma medida en términos deintereses de la organización.10 Por cierto, la universidad reconoce unaserie de funciones y éstas deben ser cumplidas a través de las obliga-ciones de sus miembros; sin embargo, no existe una pauta definida deproductividad en cualquiera de estas funciones más allá de un umbralmínimo (que, por otra parte, siempre es objeto de discusión y someti-do a múltiples factores de determinación). El investigador académicodebe producir determinada cantidad de papers o brindar un mínimo decursos o servicios docentes para conservar –formal o informalmente–su estatus de tal. Pero para ello no necesita entrar en un juego de in-

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10 Justamente, en la Argentina, uno de los cambios –y conflictos– que están emergiendo en las uni-versidades (especialmente en las de reciente creación) conjuntamente como la consolidación de po-siciones y roles de gestores universitarios, deriva de los esfuerzos de éstos por definir e imponerintereses institucionales frente a la libertad de intereses de sus miembros académicos.

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teracciones competitivas directas con los miembros de la comunidad.Un ejemplo de ello, en las entrevistas, lo brinda un investigador a car-go de un laboratorio creado con orientación tecnológica, quien puedeaducir “falta de éxito” en nueve años de actuación para la transferen-cia de conocimiento aplicado a la industria. En su expresión:

Comparado con mis colegas, yo entiendo más la mentalidad de los in-dustriales. Sé de antemano qué es lo que va a decir el empresario.Ellos quieren un producto y saber cuánto vale. Pero eso difícilmente selo puedo decir, y el riesgo de la investigación no está en la mentalidadde nadie. Es posible que la falta de éxito del laboratorio de no venderningún desarrollo se deba a que no tenemos ningún producto totalmen-te finalizado, o quizá se deba a que lo nuestro no sea tan interesantepara la industria, como nosotros creemos.

El sistema científico no mide, por cierto, el tipo de productividad queexigiría una empresa. Por ello ofrece una serie de pautas difusas paraconformar la satisfacción del cumplimiento de rol. Un curso puede re-sultar en un fracaso total en materia de egreso o aprendizaje, pero nonecesariamente eso debe ser atribuido de manera directa al investiga-dor responsable. Un paper será publicado en una revista con referato,pero el mercado de publicaciones ofrece una gama amplia de presti-gios; en última instancia, para el mantenimiento del rol académico el in-vestigador deberá publicar un número adecuado de artículos, pero noes obligatorio que éstos sean lo suficientemente relevantes como parafundar autoridad científica al autor. La imagen que estamos conforman-do desemboca –no cabe duda– en el reino de la medianía del logro.Esto no significa que no existan actores de la escena académica quese orienten de manera más decidida hacia la conquista de una mayorhegemonía en su contexto organizacional y comunitario, pero formanparte de una minoría que posiblemente se defina a sí misma como laélite de la disciplina, de la especialidad o de la organización (Facultad).

Partimos entonces del hecho de que gran parte de las conductasdel investigador académico se explican por la necesidad de cumplircon las incumbencias y obligaciones que suponen el ejercicio de su rolacadémico. Entre éstas no están sólo las de producir conocimiento yganar créditos en términos de tal conocimiento, sino de producir deter-minado capital simbólico (líneas de curriculum vitae) o capital social(relaciones sociales significativas). Pero este capital de uno y otro tipono estará necesariamente orientado a reforzar o maximizar su autori-dad y credibilidad, sino a satisfacer el umbral de mantenimiento quecorresponde al grado académico. En este sentido, no será necesario

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publicar en la mejor revista, lograr ser citado abundantemente, consti-tuirse en la voz autorizada de la especialidad, demostrar relacionesfluidas con los centros internacionales más importantes de la discipli-na, acumular premios o llegar a conformar un instituto de investigacio-nes tan importante en el número de miembros como en la resonanciaque tiene en el medio o la magnitud del equipamiento del que dispone.Tampoco será necesario el logro de un descubrimiento significativo quele otorgue dominio sobre los pasos de los restantes investigadores delárea problema. Bastará, entonces, que se asegure su posición acadé-mica formal (profesor concursado o interino), que se le reconozca ca-pacidad de investigación y se le otorguen medios suficientes, quepublique lo suficiente y reúna un número adecuado de discípulos (pre-ferentemente no demasiados, porque como dice una investigadoraentrevistada esto equivale a mayor trabajo y responsabilidad, cuyorendimiento para el investigador es dudoso si no se encuentra embar-cado de manera plena en una carrera por la autoridad científica).

Frente a esta situación de medianía en el ejercicio del rol académi-co pueden observarse, en el ámbito universitario, investigadores queparecen responder a un modelo de conducta más acorde con estrate-gias de acumulación creciente en materia de autoridad científica, quebuscan constituirse en referentes destacados de la especialidad, quecultivan con mayor énfasis relaciones sociales en el campo de la espe-cialidad que le garantizarán un mayor reconocimiento. Un investigadorentrevistado aduce que la adopción de un modelo de este tipo se debea “características de personalidad del investigador”. Sin embargo, unahipótesis plausible es que determinada dimensión de la vida académicaencuentre una vía de maximización para que este modelo comience aser intentado. Por ejemplo, una línea experimental desarrollada por lar-go tiempo por un investigador se enriquece, en determinado momento,ya sea por un hallazgo de relevancia, ya sea porque aparece como im-portante para otras áreas problema. Aquí podemos hablar de una resig-nificación de la rutina del conocimiento: en tal caso, la línea deinvestigación experimental ya no es una rutina del rol profesional, sim-plemente, que permite cumplir con el umbral de cumplimiento de la po-sición, sino un tema de interés que tiene potencialidades tantocognitivas como de reconocimiento social y que puede maximizar la au-toridad del investigador en el campo. Puede ocurrir con otras dimensio-nes de la vida académica un proceso equivalente a esta revalorizacióndel objeto de conocimiento: en uno de los casos estudiados, el investi-gador adquiere una interacción con un centro internacional de referen-cia en la especialidad. Esto lo ha logrado, en realidad, un discípulo que

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accedió a una estancia de doctorado en aquél, pero califica al laborato-rio en su conjunto y a su director, en particular, con lo cual excede en lo-gro el umbral establecido para la profesión académica. En este caso, elgrupo adquiere un reconocimiento por su asociación con el grupo inter-nacional, con el cual se aúna el reconocimiento social, la generación denuevas ideas y la participación en una línea de investigación (o un pro-yecto) de alto dinamismo relativo en el contexto de la disciplina o la es-pecialidad. Aquí pueden iniciarse estrategias de acción por parte delinvestigador que ya no estén referidas solamente a la reproducción sim-ple del rol. Maximizará, posiblemente, otras dimensiones de su agenciaacadémica, por cuanto aquello constituye un logro que valdrá la penaoptimizar en términos de mayor autoridad científica dentro de la discipli-na y/o la organización.

Oponemos, entonces, una racionalidad de mantenimiento del roly posición académicos a una racionalidad de incremento de autoridady dominación en el campo científico. Denominamos a lo primero “re-producción simple del rol” y a lo segundo “reproducción ampliada”.Ambas son racionalidades coexistentes en el espacio heterogéneo dela universidad. Su coexistencia es posible en tanto la universidad nose constituye, en general, como actor colectivo del cual pueda predi-carse una racionalidad unívoca.11 Asimismo, sostenemos como hipó-tesis plausible que, si bien uno y otro tipo de estrategia pueden derivarde orientaciones electivas de los sujetos, puede producirse el pasajede uno a otro como efecto de acontecimientos eventuales de la activi-dad de investigación.

Representaciones de rol en una situación cambiante

No es novedad que la actividad científica ha experimentado, en los úl-timos años, cambios significativos que sugieren la emergencia de nue-vos modos de producción de conocimiento (M. Gibbons et al., 1994).Las olas de cambio también llegaron a las sociedades periféricas, porlo menos en lo que refiere al discurso de los organizadores de la cien-cia y la tecnología.12 En cierta forma ello comienza a incidir en las nor-mas y prácticas de la profesión académica.

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11 Cf. Scott (1995) con respecto a esta cuestión. En relación a la misma cuestión sobre universidad,Vaccarezza (1999).12 Con relación a un tema profusamente tratado en América Latina –la vinculación entre la univer-sidad y la empresa– Dagnino, Thomas y Davyt se refieren al neo-vinculacionismo como un discursohegemónico en la esfera de los administradores científicos. Cf. Dagnino, Thomas y Davyt (1997).

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En esta situación se produce una tensión para el investigador uni-versitario con respecto a la representación de su rol académico. Unaspecto de tal representación es el grado de libertad del investigadorpara elegir sus temas de investigación. En ello los gobiernos y buro-cracias universitarias inciden con mayor o menor presión para la reo-rientación de la investigación o la puesta en servicio al mercado decapacidades científicas y tecnológicas en manos de los académicos.La posición de los investigadores es variable. En las entrevistas efec-tuadas hallamos respuestas que pueden ser tipificadas de la siguien-te manera:

a) la rutinización de la línea de investigación básica. Una investi-gadora declara lo siguiente:

Yo no creo mucho en los investigadores genios. Para mí es una tareade trabajo y estudio, y con una línea de trabajo que es capaz de se-guirla y seguirla durante años sin tener que irse a otra línea. Ése es uninvestigador genio. En cuanto a transferir a la industria, bueno hayquienes lo hacen y está bien; para mí eso no encaja con mi personali-dad. Si viene alguien a quien puede servirle lo que hago, bueno, ahíveremos qué es lo que se puede hacer. Pero ése no es mi trabajo. Si-guiendo de manera constante mi línea de investigación contribuyo aconstruir al conocimiento y también, seguramente, al aplicado.

En este modelo se mantiene una concepción del conocimiento comoacumulación cuyo fin es ajeno a la voluntad del sujeto individual. Estosupone una funcionalidad inmanente del proceso de conocimientoque, sin embargo, se construye con la persistencia e idoneidad de ca-da científico, sin referencia a los fines últimos de la acción. Con refe-rencia a una orientación aplicada de la investigación, ello es cuestiónde otros actores: los demandantes de tecnología, otros investigadoresacadémicos “más agresivos” en materia de transferencia, las autorida-des de la organización universitaria.

b) la investigación como actividad lúdica. Un entrevistado describesu propia actividad científica como parte de un inmenso “juego de aba-lorios” dentro del cual cada uno desarrolla su propio trabajo de investi-gación sin saber para qué. En este caso no existe una justificación delconocimiento por medio de la funcionalidad inmanente del sistema, si-no por el placer personal del investigador. Esto supone una situaciónde tensión con los fines explícitos de la ciencia y la tecnología: en lamedida en que no existan exigencias institucionales de producir un co-nocimiento dirigido a objetivos de utilidad, se puede seguir jugandoguiado por las exclusivas preferencias del actor individual. Si la organi-

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zación lograra la “racionalidad suficiente” para orientar la investigaciónhacia objetivos determinados, cada uno deberá reorientar sus objetivosde conocimiento y posiblemente habrá finalizado el juego.

c) Otros investigadores entrevistados definen su trabajo de investi-gación en términos de producción de tecnologías. Esto podría sugerir,obviamente, una orientación directa hacia el terreno de la aplicación yla transferencia a la industria. Sin embargo, la matriz de producción deconocimientos es equivalente a la del conocimiento básico: a diferen-cia de un concepto de tecnología en uso, los objetos de investigaciónparecen definirse como una “tecnología abstracta y potencial”. El al-cance de la investigación queda limitado a la determinación de labo-ratorio, sin que se alcancen los desarrollos más cercanos a la esferaproductiva. Los temas están inspirados en revistas “científicas de tec-nología”, más que en medios vinculados a usuarios de tecnología. Losobjetos no surgen de una interacción social entre tales usuarios yotros actores significativos de la innovación tecnológica, sino de la ma-triz básica de conocimientos a partir de la cual se pretende proyectaral campo virgen de la aplicación.

Esta concepción de la tecnología como producto cognitivo (de he-cho se la somete a una economía de signos equivalente al conocimien-to básico, incluyendo los mecanismos de publicación, la utilización derecursos, el ordenamiento del laboratorio, etc.) explica, en parte, el es-caso éxito en la transferencia y ventas que ha tenido el grupo de inves-tigación. Además, fomenta una situación de conflicto de expectativasde rol con las autoridades de la organización. En efecto, los investiga-dores esperan que éstas organicen la venta de productos tecnológi-cos a partir de roles específicos, en tanto aquéllas pretenden unadedicación de los propios investigadores a las tareas de venta. En rea-lidad, lo que se plantea es una concepción errónea de ambos térmi-nos respecto de la dinámica tecnológica y de la innovación. Unos yotros parten del producto terminado y su colocación en el mercado sinatender a la necesidad de generar espacios de interacción en los quepuedan desenvolverse redes de innovación. De todas formas, el con-texto de tensión de la universidad actual (bajos presupuestos, presiónhacia el mercado, restricciones a la libertad individual de conocimien-to) supone cambios en las notas de la profesión académica, particu-larmente para los grupos de investigación con mayor potencialidad deaplicación. La irresolución de estos cambios genera tensiones e inde-finiciones estructurales (organizacionales) en las expectativas de rolde la investigación.

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La sociología de la ciencia, particularmente la de origen mertoniano,ha puesto en la idea de reconocimiento el valor de eje articulador en-tre la funcionalidad del sistema y la motivación del actor individual. Enla versión más elaborada, Hangstrom (1975) encuentra en el recono-cimiento por parte de la comunidad científica la moneda de pago delas contribuciones de conocimiento, de tal forma que el deseo del su-jeto se corresponda con una función de producción necesaria al desa-rrollo del sistema. En la mirada de Bourdieu, autoridad científicaconlleva legitimidad, aun cuando la misma lo sea como consecuenciade procesos de lucha por el dominio del campo. De todas formas, elcapital social que ostenta una posición equivale, en parte por lo me-nos, a una cuota de reconocimiento de autoridad.

Quisiera aquí relativizar la idea de reconocimiento o de prestigiocientífico, sea como motivación del sujeto en la elección de sus estra-tegias de acción, sea como dimensión de ordenamiento social de laactividad científica en el mundo académico y, especialmente, comocriterio de distribución de autoridad en la actividad científica. Un entre-vistado dice:

[...] el hecho de tener reconocimiento o no tenerlo es una cuestión depersonalidad. Yo me pregunto –y les digo a mis becarios– por qué ra-zón hay investigadores que transitan toda una vida haciendo investiga-ción y todo el mundo los ignora, y cuál es la razón por la cual otrosinvestigadores son como reconocidos en una comunidad. Es una cues-tión de personalidad. Hay quienes saben tener presencia y otros no.Por ejemplo, hay una cosa que es clave, me da la impresión, en estepaís y es cuando el individuo se va al exterior y vuelve. Si no le de-muestra a la comunidad que trajo algo, ese individuo transita su vidade manera totalmente opaca. A lo mejor alguien nunca fue al exterior(yo, por ejemplo, no estuve afuera), pero tenés posibilidades de con-ducirte con mucha presencia si sabés hacerlo. Por ejemplo, hay uncongreso en el país, y ahí uno puede tener presencia o no. Puede irsolo al congreso o llevar a su grupo de colaboradores. Si son poco par-ticipativos, no tienen presencia.

Tener presencia no es sólo una dimensión del reconocimiento, sinouna dimensión de la acción. El término reconocimiento alude a la re-cepción de una recompensa como consecuencia de la acción (porejemplo, haber hecho un descubrimiento significativo). Pero si enfoca-mos la atención en una dinámica más cotidiana de la vida académica(y no en términos de estructura de posiciones o funciones sistémicas,

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Reconocimiento social o dinámica presencial del actor

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como sugiere el término reconocimiento), deberemos tener en cuentalas acciones desarrolladas por el sujeto para “atraer” la atención de losdemás. En este sentido, la atención de los otros es una condición dela interacción, y como tal está más sujeta a la fragilidad de las situa-ciones de interacción. El ejemplo del congreso es típico como fuentede “presencia”: no solamente la participación intensa en cuanto conci-liábulo pueda desarrollarse en él, sino también conseguir actuar comomoderador de una mesa, organizador de un comité o proponente dela próxima reunión. Esto puede repetirse en variados ámbitos: desdelos medios masivos, las asambleas o reuniones universitarias, las ac-tividades políticas, el cultivo de relaciones de recursos (Knorr-Cetina,1983). Agregaríamos que “tener presencia” refiere no solamente alámbito de la comunidad científica, sino a las distintas esferas institu-cionales que configuran la profesión académica. Por cierto tener pre-sencia universitaria puede ser clave para la atracción de becarios deinvestigación, aun cuando el reconocimiento como atributo de las con-tribuciones al avance del conocimiento en la especialidad no sea des-tacable. En este caso, la presencia estará dada por las vinculacionesdel investigador con la estructura de poder de la organización, su visi-bilidad como “hacedor” de eventos (congresos, reuniones, etc.), suimagen pública que trascienda la esfera de la organización, etc. Nue-vamente, estamos subrayando que la dinámica del conocimiento y delprestigio dado por la comunidad o por el campo científico no es lo úni-co relevante (ni lo principalmente relevante). Esto en dos sentidos: poruna parte, porque la presencia implica una dimensión de la acción (yla estrategia) del sujeto, quien orienta su “presencialidad” en distintosámbitos de relación (comunidad, universidad, facultad, medios masi-vos, organismo nacional de ciencia y tecnología). Por la otra, quienesotorgan “presencialidad” (esto es, aceptan la atracción que sobre ellosejerce el sujeto) lo hacen en la búsqueda de un beneficio vinculadocon la ubicación o el posicionamiento en el campo científico y en fun-ción de las varias dimensiones que constituyen la profesión académi-ca: en particular, la obtención de un cargo docente, de adquirir unapráctica e incluso, en muchos casos, de obtener ventajas en el mer-cado de consultorías.

Podemos sistematizar la relación entre estos términos conside-rando que reconocimiento y presencialidad son dos recursos de auto-ridad. Y que con frecuencia éstos varían concomitantemente. Sinembargo, si tenemos en cuenta que ambos términos son graduados,uno y otro pueden actuar de manera relativamente independiente so-bre la autoridad del sujeto. Un investigador que hizo un gran aporte de

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conocimiento puede tener alto reconocimiento pero baja presencia y,por lo tanto, baja autoridad para ordenar el campo: será una voz auto-rizada (escuchada) para definir el derrotero del campo –qué investigar,por ejemplo–, pero no necesariamente estará en los comités de eva-luación que dirimen la suerte de los individuos en las organizaciones.Formará parte de escenas de alto contenido simbólico en términos deautoridad de la ciencia, pero no necesariamente tendrá capacidad pa-ra imponer los intereses más concretos de la evolución de su profesiónacadémica y de los miembros de su equipo o grupo de investigación.

Es decir que aunque un investigador pueda gozar de prestigio co-mo vocero autorizado de la fracción de conocimiento que domina, es-to no garantiza una misma medida de presencialidad en el medioacadémico. En parte, este desacople entre los dos términos se entien-de en el marco de la inserción de los individuos en las organizaciones.Toda acción de conocimiento se desenvuelve en organizaciones quemarcan los pasos de su profesión académica. Su cuota de reconoci-miento cognitivo no es suficiente para asegurar capacidad de determi-nación en la dinámica de la especialidad, por lo menos en el seno dela organización.13 Como su profesión se desenvuelve en la intersec-ción entre la especialidad (y los ámbitos de sociabilidad de la misma,como la sociedad científica, los congresos, las comisiones internacio-nales) y la organización, pueden existir incompatibilidades entre el re-conocimiento logrado en la primera (a través de las publicaciones, porejemplo) y la presencia alcanzada en la segunda. Pero también en elterreno de la comunidad de especialistas los dos términos juegan co-mo dos dimensiones no del todo dependientes: tener prestigio por lascontribuciones cognitivas realizadas no es suficiente para otorgarle alsujeto el cetro de mando de la especialidad. Asimismo, un actor quehace suficiente “acto de presencia” en los procesos organizacionalesde la especialidad y/o la universidad, puede ejercer una fuerte atrac-ción en el resto de los colegas, aun cuando su prestigio por las contri-buciones cognitivas no sea particularmente importante. Éste tendráuna demanda relativamente mayor de parte de tesistas y becarios porpertenecer a su laboratorio, será un efectivo canalizador de graduadosal mercado ocupacional de la profesión, será invitado a actuar en co-misiones de diversos órdenes de evaluación y formulación de políti-

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13 O de las varias organizaciones vinculadas con el campo: distintas universidades, el organismo depromoción científica (CONICET). Sin embargo, puede tener autoridad internacional y manejar cuotasde poder en publicaciones de primera línea, por ejemplo. Pero esto es una dimensión alejada de laprofesión académica que se constituye en las organizaciones locales concretas.

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cas, recibirá ofertas de consultoría por parte del gobierno, empresas uorganismos de financiamiento internacional.

Dispositivos de recursos

Todo enfoque de la conducta social basado en la agencia14 no puedeobviar el concepto de recursos. Esto es así por cuanto la acción aludede manera más o menos explícita a la idea de estrategia del actor, quesiempre significa la asociación entre medios y fines. De todas formas,bajo el término recursos se han ido agolpando tantos elementos comodimensiones de la interacción social, hasta el punto de absorber a losmismos elementos fundantes de una visión opuesta de la realidad so-cial: las normas sociales.15 En el tema que nos ocupa, Knorr-Cetinaformuló el concepto de “relaciones de recursos”, a lo cual ya aludimos,para significar que los medios de la acción se abrevan a través de lainteracción que el científico establece con una variada gama de ámbi-tos o arenas institucionales y organizacionales. En efecto, identificarlas arenas que brindan los recursos para la producción de conocimien-tos es una condición importante del éxito en la actividad científica. Nosólo es necesario encontrar la mejor provisión de drogas o reactivos delaboratorio, sino identificar las fuentes más promisorias de ideas quepuedan ser utilizadas en el trabajo propio o el mejor comentarista queactúe como vocero del trabajo del científico en el congreso de la espe-cialidad, o la agencia de financiamiento con la cual será más factible nosolamente obtener dinero sino también una negociación más conve-niente en cuanto a los objetivos del proyecto a realizar.

En nuestras entrevistas, las arenas transepistémicas de Knorr-Cetina tienen una menor relevancia para entender la economía de re-cursos de los investigadores que lo que propone esa autora. Es difícilresistir a la tentación de explicar esta diferencia por el mayor aisla-miento de la actividad científica en un país periférico como la Argenti-na comparado con la funcionalidad y la dinámica del conocimientocientífico en los países desarrollados. Para el desempeño de la inves-tigación en la profesión académica de los casos estudiados, en cam-bio, los recursos son captados, con mayor exclusividad, en el ámbitomás cerrado de la misma especialidad y/o la misma organización aca-

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14 Preferimos este término –extraño al sentido habitual en castellano– al de acción, en tanto aquélalude al desenvolvimiento de la capacidad de acción del sujeto. 15 Cf. Giddens (1993); Elster (1989).

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démica. Difícilmente los objetivos de investigación son objeto de ne-gociación con quien financiará el proyecto. Asimismo, con frecuenciano podemos hablar de recursos financieros específicos para un pro-yecto sino de una corriente de financiamiento de base para el grupode investigación.16 El fuerte predominio del “modo disciplinario” de in-vestigación17 hace que los investigadores no trasciendan los límitesde la especialidad para captar recursos significativos de ideas, comotampoco interesará conocer las cuestiones que se están jugando enla industria, ni se intentará captar referencias a estos problemas demanera directa a través de los laboratorios industriales.

Creo útil emplear dos conceptos para describir la dinámica decaptación de recursos para la investigación en el mundo académico:los denominamos rutinas de recursos y dispositivos de recursos. Lasrutinas son los mecanismos institucionalizados por el sistema o la or-ganización: los concursos de subsidios para proyectos de investiga-ción, los programas de becas de investigación que permite la provisiónde discípulos, los congresos de la especialidad como fuente de rela-ciones, las revistas, actualmente las facilidades de Internet, etc. Losdispositivos de recursos, en cambio, son construcciones del mismoactor para generar recursos. Para la captación de recursos financieros,un dispositivo actualmente difundido en el medio académico es la rea-lización de cursos de actualización o especialización para profesiona-les y empresarios. Esto se ha convertido en un dispositivo bastanteeficaz para la captación de fondos, si no de gran magnitud, suficientecomo para contar con algún “dinero fresco” para el laboratorio o algúnrefuerzo salarial para los docentes.

De todas formas, el recurso más estratégico y de difícil resoluciónes el humano, que se expresa en posiciones ocupacionales (cargosdocentes y becas). En términos de recursos directos para investiga-ción, la competencia más álgida se observa en la obtención de cola-boradores del laboratorio. Uno de los casos entrevistados refiere a undispositivo de recurso referido a este rubro: la posibilidad de tornarobligatorio un curso de grado que previamente fue optativo, o vicever-sa, modifica drásticamente la magnitud de la matrícula a ser atendida

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16 En efecto, a pesar de la escenografía armada en torno al concurso de proyectos por parte de agen-cias de financiamiento gubernamentales, universitarias o, incluso, privadas (fundaciones) o de orga-nismos de cooperación internacional, los proyectos se acercan más a una ficción administrativa quepermite justificar una corriente más o menos estable de fondos para el funcionamiento del grupo deinvestigación. El colmo de la ficción se da cuando un mismo proyecto es financiado varias veces.17 Con referencia al denominado Modo 1 de Gibbons et al., 1994.

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y, como consecuencia, la estructura de cargos docentes necesaria. Enel caso referido, un curso obligatorio fue convertido en optativo, lo queprovocó un descenso importante de alumnos, con el consecuente reti-ro de cargos de ayudantes y jefes de trabajos prácticos interinos, y laconsiguiente pérdida de recursos humanos del laboratorio. Por ciertoeste hecho es interpretado por su protagonista como un caso de pérdi-da de poder/favor en la organización, explicable por un cambio de po-sición política de aquél frente al grupo gobernante de la facultad. Laconstrucción de un dispositivo de recursos depende, pues, de relacio-nes de poder organizacional del sujeto, si bien esto es gradual: la rela-ción de poder en el último caso analizado reclama relaciones de podermás cruciales que en el caso del dictado de cursos de actualización pa-ra empresarios. Además, según cual sea el dispositivo pretendido, se-rán más convenientes relaciones de poder organizacional en el interiorde la facultad (o la universidad) o relaciones de poder “disciplinario”:esto último es significativo, por ejemplo, para construir un dispositivorecurrente como la organización de reuniones anuales de la especiali-dad o de tipo permanente como la edición de una revista.

Ambos tipos de mecanismos –rutinas y dispositivos– integran laeconomía de la agencia del investigador académico, cualquiera seasu fase de reproducción. Podríamos suponer que quienes se encuen-tran en una fase de reproducción ampliada generan más dispositivos,relativamente, que quienes se encuentran en la dinámica de simplemantenimiento del rol. Sin embargo, ello no parece necesario. Un in-vestigador con posibilidades de incrementar significativamente su ca-pital social a partir de la dinámica de su producción encontrará másoportunidades de recursos en instancias institucionalizadas del cam-po científico específico (invitaciones a universidades de países centra-les, integración a proyectos internacionales, etc.) pudiendo reducir suesfuerzo en la búsqueda de recursos en el plano de su organizaciónacadémica o de los mecanismos institucionalizados más próximos aella (en general, rutinas de promoción de la investigación en el mediolocal). Hace falta más indagación empírica para explorar la significa-ción que estos mecanismos, por una parte, y las distintas alternativasde recursos, por la otra, tienen para actores académicos con estrate-gias diferenciales respecto a su rol profesional.

Los conflictos de poder en el ámbito de la cátedra

Ya hemos indicado que un problema crucial del investigador académi-co es la constitución de su grupo de investigación. Los medios finan-

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cieros directos no son, en general, una fuente de problemas gravespara el horizonte de actividad perseguido. En cambio, la posibilidad decomponer un grupo de investigación que permita el desenvolvimientoadecuado del laboratorio es el problema más serio –y la fuente de ma-yor competencia– entre los investigadores. La razón de la importanciaque reviste el grupo de investigación es múltiple: por una parte, lo exi-ge la pauta de mantenimiento de la posición en la medida en que for-ma parte de los criterios de evaluación de permanencia, tanto para ladefinición de la profesión académica por parte de la organización enla cual se ejerce, como de la institución de la ciencia y las organiza-ciones de fomento locales de la investigación. Además, la organiza-ción del trabajo de laboratorio exige una división de tareas quereclama la participación de una planta múltiple de agentes. Por último,la existencia de discípulos es una garantía de seguridad y permanen-cia en el medio científico, como veremos luego. Dada la crucialidad delos recursos humanos en el laboratorio, éste es un tema en el que lasrelaciones de poder aparecen de la manera más descarnada, particu-larmente en la medida en que la estructura de laboratorio –como uni-dad organizacional de la investigación– resulta cada vez másincompatible con la estructura de cátedra –que ordena las relacionesde poder en la organización–.

Lo que podríamos modelizar como un proceso de división celularde laboratorios dentro de las cátedras es un patrón típico de creci-miento de la investigación universitaria. Dado que la investigaciónpuede asentar su economía fuera de la cátedra (recursos financierosexternos, de reconocimiento, presencia y autoridad en la esfera disci-plinar, de capacidad de orientar el campo desde organismos científi-cos ajenos a la universidad y, más recientemente, el poder y recursosdistribuidos desde el rectorado de la universidad acotando la autono-mía de la facultad y la cátedra),18 el crecimiento de la investigación sedesarrolló descentrado de la estructura de autoridad de la cátedra. Sinembargo, la regulación de los puestos académicos (docentes) siguedependiendo de aquella estructura, de tal manera que el jefe de labo-ratorio, a pesar de su autonomía en materia de investigación (y mu-

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18 En efecto, a partir de mediados de los años ochenta el rectorado de la universidad incrementósignificativamente su papel en la orientación, financiamiento y regulación de poder en materia de in-vestigación. Una consecuencia de ello fue la apertura de posibilidad de investigación –mediante elotorgamiento de subsidios– a investigadores jóvenes, hasta el momento dependiente de los inves-tigadores consagrados y titulares de cátedra. Ello aceleró el crecimiento del sistema, generandonuevos laboratorios o espacios independientes en laboratorios preexistentes.

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chas veces su mayor prestigio o relevancia científica que el titular dela cátedra), carece del poder para captar posiciones académicas (car-gos docentes) o facilidades de equipamiento, mantenimiento, cons-trucciones, etc., que son de administración directa de la cátedra.

Una cátedra es una estructura lo suficientemente compleja y abier-ta como para que no sea frecuente una fuerte integración entre susmiembros. El análisis de la integración corresponde a varios niveles: enel plano cognitivo se suman tradiciones, estilos de investigación, espe-cialidades, áreas problemas que impiden una indentificación del con-junto como unidad cognitiva. En última instancia, los temas dedocencia forman parte de una rutina de enseñanza básica que es in-dependiente de las líneas de trabajo de la mayoría de los integrantesy no incide de manera importante en la dinámica de investigación delos distintos grupos. Tampoco la cátedra es, necesariamente, un espa-cio integrado de ideología política. Dada la importancia de la políticapartidista en la universidad, esto no es un aspecto menor de las rela-ciones académicas. Además, ello influye decisivamente sobre aspec-tos más específicos e institucionales de la política, sea universitaria ocientífica. Así como las cátedras se han conformado a través de pro-cesos complejos en los que las historias personales inciden de mane-ra relevante, no debe esperarse que sea un ámbito de lealtadeshomogéneas hacia el titular que refuerce la integración de la jerarquíaformal. Por cierto, suelen existir marcadas divisiones de lealtad quemantienen una situación permanente de tensión con raptos momentá-neos de conflictos abiertos.

De esta forma, la cátedra no se organiza en términos de una ra-cionalidad colectiva. A diferencia del instituto (que suele estar identifi-cado plenamente con el director, quien tiene mucha más capacidad deregular la selección de miembros del staff que en el caso de la cáte-dra), en ésta se puede hablar de un conglomerado de grupos indepen-dientes que compiten en un espacio común. Pertenecer a la fraccióndel titular tiene indudables beneficios en términos de recursos y de ca-rrera. Sin embargo, por propia voluntad o por “cómo se ha desarrolla-do la historia” un integrante de la cátedra puede caer en el bandoopuesto. Esto puede ser resultado de una estrategia del actor (y enesto recordaríamos la dicotomía planteada por Bourdieu entre estrate-gias de subordinación y estrategias subversivas), pero muy probable-mente será un resultado de la forma de inserción, las oportunidadesde relación halladas en la cátedra a lo largo de su historia en la mis-ma, las posiciones ideológicas o partidistas que se han ido desarro-llando con el tiempo, etc. Las historias de los entrevistados, en esta

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cuestión, combinan la situación de pertenencia a bandos más o me-nos fijos con etapas de diferente grado de tensión y posibilidades decolaboración entre los mismos. El resultado es que los actores quedanmás sumidos a las circunstancias no siempre controlables de mayor omenor conflicto que a la propia determinación estratégica de adoptaruna u otra posición en función de intereses explícitos. Por otra parte,como ya hemos señalado, los conflictos (o las estrategias de sumisióno subversivas) están más referidos a las oportunidades de recursospara el mantenimiento del rol académico (profesión académica) –en-tre ellos, las facilidades de investigación– que a esfuerzos de domina-ción en el espacio cognitivo de la disciplina.

El proceso de división celular de laboratorios puede ser interpreta-do como una resultante funcional del sistema científico, como una con-secuencia de conflictos de independencia o como dispositivoestratégico de los jefes de laboratorio. Entre estas dos últimas opcio-nes, los entrevistados marcan posiciones claras. Para ellos, la posibili-dad de que un investigador joven pueda crear su laboratorio formaparte del código de derechos y obligaciones de la vida académica. Co-mo ya fue dicho, la política institucional de la universidad, de promociónde la investigación en los últimos doce años, tendió a favorecer los pro-cesos de independencia de los jóvenes científicos. Sin embargo, seacusa al autoritarismo de cátedra de generar fuertes restricciones, es-pecialmente para la composición de nuevos grupos de investigación.

Es interesante que los jefes de laboratorio promueven, sin embar-go, este rasgo de independencia. El mecanismo tradicional para ello,que consistía en enviar al joven científico a doctorarse o posdoctorarseen el exterior, encuentra actualmente algunas restricciones. Una deellas es el número elevado de mujeres en los niveles iniciales de la ca-rrera académica y la menor autonomía familiar para definir un cambiode vida tan drástico como la migración que supone aquella estrategia.Otra restricción –quizá más significativa– es la inestabilidad laboral enel mundo académico. La gran proporción de interinos en los cargos ba-jos de la estructura docente supone la inexistencia de garantía de reten-ción del cargo hasta el regreso del posdoctorando externo. La estrategiaes ir componiendo caminos más o menos tortuosos para lograr la inde-pendencia del discípulo. Esto puede comenzar con la definición de pro-yecto propio con préstamo de insumos por parte del jefe del laboratorioy asignación de tiempos parciales de becarios y ayudantes que trabajanen proyectos de aquél. En el caso de un entrevistado, el jefe de labora-torio pretende obtener por concurso la titularidad de otra cátedra de for-ma tal de contar con el poder de convocatoria suficiente como para

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generar cargos y laboratorios autónomos dentro de la nueva cátedra,aun cuando ello lo obliga a variar su línea de investigación.

La división armónica de los laboratorios o, en términos más gene-rales, la independencia de los discípulos estimulada por sus maestrostambién forma parte de una estrategia de conservación de la vida aca-démica. En efecto, la autonomía de los jóvenes es aprovechable porellos como fuente de nuevos recursos que asegure la fase declinantede los investigadores veteranos. En efecto, en caso de no pertenecera la élite disciplinaria (o haber logrado eternizarse en cargos políticosde la organización), las posibilidades de mantener “presencialidad” porparte de un investigador que está superando la edad media son cadavez menores. Los investigadores jóvenes aprovechan, en cambio, lasnuevas oportunidades que ofrece la internacionalización de la cienciao las nuevas modalidades de gestión científica que puedan generarseen el país. Si la independencia del discípulo ha sido fomentada y apo-yada por su maestro, aquél suele incorporar a éste a relaciones de re-cursos que permiten su supervivencia activa: se ha observado, porejemplo, la inclusión de viejos jefes en redes internacionales de inves-tigación gracias a la gestión de discípulos independizados.

Conclusiones

La profesión académica se resuelve en el espacio de interacción en-tre distintos contextos institucionales y organizacionales. En tantoejercicio profesional, se resuelve en la integración del sujeto a una po-sición laboral en el seno de una organización. Pero a diferencia deotras profesiones en las que la organización del trabajo lleva la princi-pal parte de los determinantes en el logro profesional, en la académi-ca, las organizaciones (universidades) tienen un peso menor en elcondicionamiento y la determinación de los recursos, deberes y obli-gaciones. La comunidad de la especialidad, los mecanismos guberna-mentales, internacionales y privados de apoyo a la investigación, elmercado de consultorías, los órganos de política científica y hasta elpapel de los medios de difusión, contribuyen de manera relevante a laconformación de la estrategia profesional del científico.

Sin embargo, la imagen de científicos que ordenan tales posibili-dades de recursos en términos de dominios de campos cognitivos, te-niendo como principal objetivo (y recurso) de dominación a laautoridad en materia cognitiva, no es, necesariamente, la imagen úni-ca ni más frecuente en el vasto panorama de la ciencia normal, parti-

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cularmente en un país periférico. Hemos destacado, al respecto, quelo que podríamos llamar el rationale de la agencia del científico aca-démico es la conservación de su rol de investigador universitario. Pa-ra ello se desenvuelve a partir de una serie de mecanismos y recursosde rutinización que pueblan su vida cotidiana en la universidad. No es,necesariamente, por una búsqueda frenética y estratégicamente con-cebida que la vida académica del científico universitario sufre una cier-ta aceleración y pasa de un proceso de reproducción simple a otro dereproducción ampliada. Más bien ello es efecto de la resignificaciónque pueda lograr su producto de conocimiento en la comunidad cien-tífica o sus oportunidades de relaciones políticas y organizacionalesen su contexto más inmediato.

Estos dos momentos dibujan, entonces, dos modelos de agenciaen la profesión académica: a) el primero parte, como fue dicho, dedeterminados éxitos de instalación de la posición donde se enfatizala “conservación del nicho”, un nicho que implica una combinación deespacio temático, identificación de una especialidad en el campo dis-ciplinario, un cierto estatus que supone satisfacer el umbral de admi-sibilidad académica y una posición formal e informal dentro de laorganización. En este modelo de agencia predomina la rutinizaciónde funciones y procesos: la producción resulta asegurada en un mo-vimiento rutinario que incluye una magnitud dada de publicaciones,cursos, tesistas, etc.; la formación y reproducción del grupo de inves-tigación –así como los mecanismos de independencia y “división celu-lar” de laboratorios– también están rutinizados sin que se modifiquenesencialmente los parámetros de tamaño, composición, flujo de per-sonal, etc. En este modelo, la organización inmediata (la cátedra, lafacultad y la universidad) constituyen los espacios estratégicos rele-vantes para el actor. Se optimizan, entonces, las relaciones y oportu-nidades a ese nivel y la profesión académica tiende a desenvolverseen un escenario organizacional; la profesión académica está más cer-ca de la posición laboral en la universidad que de la dinámica de la dis-ciplina científica.

b) El segundo modelo está regido por una dinámica de ampliacióndel espacio de dominación del actor. Aquí el modelo cognitivo no serestringe a mantener por años una determinada línea de investigacióncomo camino seguro, invariable y autosuficiente; por el contrario (po-siblemente por la relevancia acordada a los hallazgos realizados) sepretende posicionar a éstos como recursos de valor para otras líneasde investigación u otros productos cognitivos. En este sentido, se in-tenta diferenciar y multiplicar salidas de colocación de productos (co-

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nocimientos) acordando con otros grupos, otras especialidades y po-siblemente entrando en redes dirigidas a la resolución de problemasde aplicación complejos. Para este modelo de acción, la organizacióndel trabajo (la facultad, la cátedra y la universidad) son recursos y obs-táculos pero no el ámbito privilegiado en que se ejerce la profesión. Enella intervienen con más fuerza los factores, las relaciones externas,particularmente de la comunidad científica internacional, y son estosfactores empleados como recursos para motorizar los recursos inter-nos o salvar los obstáculos y conflictos de la organización. De todasformas, ganar el espacio interno es una necesidad tanto mayor quepara el modelo anterior, a fin de asentar la reproducción ampliada enlas bases concretas de la posición laboral. Ello, por lo menos, mien-tras la oportunidad de la dinámica perdure, en tanto el proceso de co-nocimiento resulte estratégico para los otros y el reconocimiento y laautoridad fluya desde fuentes externas. Cuando esto acabe, es posi-ble que la rutinización del primer modelo sea lo dominante.

La imagen que transmite el primer modelo aconseja reorientarnuestros conceptos para comprender la dinámica de la ciencia (parti-cularmente en un país periférico) con la multiplicidad de condicionan-tes que impone la vida cotidiana del investigador académico. Noparece ser la cuestión del conocimiento como estrategia principal loque nos permitiría describir la agencia de los investigadores, sino losdistintos componentes relacionales de la vida académica que les per-mite mantenerse e identificarse (reproducirse) como profesionalesacadémicos. ❏

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La globalización, el regionalismo abierto y la emergencia de nuevosparadigmas tecno-organizacionales están redefiniendo el marco enel que se desarrollan los procesos de competencia de los agentes.Como consecuencia del aumento de las “incertidumbres estratégi-

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* Este trabajo se basa en un desarrollo ulterior de Boscherini et al.,1998. Se agradecen los comen-tarios de Francisco Gatto a versiones previas de este trabajo.** Instituto de Industria de la Universidad Nacional de General Sarmiento.*** Fundación Potenciar, Rafaela, Provincia de Santa Fe.

Sistemas locales de innovación y el desarrollo de la capacidad innovativade las firmas: las evidencias del cuasi-distrito industrial de Rafaela*Gabriel Yoguel**y María Lopez***

La globalización, el regionalismo abierto y la emergencia de nuevos paradigmas tecno-organizacionales están redefiniendo el marco en el que se desarrollan los procesos decompetencia de los agentes económicos. Como consecuencia del aumento de las “incer-tidumbres estratégicas”, de la segmentación de la demanda, de la volatilidad de los mer-cados, de los cambios en el concepto de eficiencia y de la posibilidad de combinareconomías de escala y de variedad, comienzan a ser crecientemente importantes los fac-tores competitivos sistemáticos y los elementos no precio de la competitividad. Esto se hamaterializado en la introducción de regulaciones y desregulaciones estatales que han faci-litado una mayor interrelación internacional de las empresas y de los sectores productivos.En este nuevo escenario destacan crecientemente las respuestas de los agentes queapuntan a diferenciar productos, desarrollar mejoras incrementales (en productos, proce-sos y en la organización), buscar nuevas formas de vinculación con el mercado y tenderhacia un creciente aseguramiento de la calidad. Es decir, en la búsqueda de diferenciación,implícita en el proceso de competencia, los agentes apuntan a aumentar lo que denomina-remos la capacidad innovativa. En el contexto señalado el objetivo de este trabajo es pre-sentar un indicador proxy de la potencialidad de los agentes económicos para aprender,crear “competencias”, transformar conocimientos genéricos en específicos y por lo tanto in-novar. El indicador de la capacidad innovativa de los agentes se aplica a un panel de fir-mas argentinas representativo del cuasi-distrito de Rafaela, provincia de Santa Fe, en elque se generan externalidades poco frecuentes en otras localizaciones en la Argentina. Elindicador propuesto es definido en términos absolutos y por lo tanto permite efectuar com-paraciones entre diversos ambientes y aislar las diferencias de capacidad innovativa de lasfirmas explicadas por diferencias microeconómicas de los agentes de aquéllas derivadasde la pertenencia a sistemas locales con desigual generación de externalidades.

Introducción

REDES, Vol. VII, No. 15, agosto de 2000, pp. 45-94

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cas”, de la segmentación de la demanda, de la volatilidad de losmercados, de los cambios en el concepto de eficiencia y de la posi-bilidad de combinar economías de escala y de variedad, comienzana ser crecientemente importantes los factores competitivos sistemá-ticos y los elementos no precio de la competitividad. Esto se ha ma-terializado en la introducción de regulaciones y desregulacionesestatales que han facilitado una mayor interrelación internacional delas empresas y de los sectores productivos.

En este nuevo escenario destacan crecientemente las respuestasde los agentes que apuntan a diferenciar productos, desarrollar mejo-ras incrementales (en productos, procesos y en la organización), bus-car nuevas formas de vinculación con el mercado y tender hacia uncreciente aseguramiento de la calidad. Es decir, en la búsqueda de di-ferenciación, implícita en el proceso de competencia, los agentes apun-tan a aumentar lo que denominaremos la capacidad innovativa.

Este concepto alude a la potencialidad de los agentes para trans-formar conocimientos genéricos en específicos a partir de sus stocksde competencias y de su acumulación dinámica, la que involucraaprendizajes formales e informales tanto de tipo codificado como táci-to (Ernst y Lundvall, 1997; Lall, 1992). Estas competencias, tanto destock como de flujo, pueden ser definidas como el conjunto de cono-cimientos, rutinas y habilidades tecnológicas y organizativas –forma-les e informales– que las firmas generan para llevar a cabo losdesarrollos mencionados.

A su vez, debido al carácter sistémico de la competitividad y a lanaturaleza interactiva de la innovación (Morgan, 1997) –concebida co-mo un proceso de aprendizaje en el que se introducen nuevos cono-cimientos o se combinan conocimientos existentes para generarnuevas “competencias” (Lundvall,1994; Gregersen y Johnson, 1996)–se produce una resignificación de la función del “ambiente local” y desus instituciones en el desarrollo de las capacidades innovativas delas firmas. Desde esta perspectiva, el “ambiente local” es entendidocomo el conjunto de instituciones y agentes locales y sus interrelacio-nes. Se trata de un “espacio publico” que, en el extremo positivo, pue-de dar lugar a procesos de eficiencia colectiva definidos como lasventajas competitivas derivadas de economías externas y de la acciónconjunta de los agentes (Bianchi y Miller, 1994). Así, la presencia deun ambiente favorable se manifiesta en las acciones de los agentesque componen la sociedad civil, los que a partir de la cooperación, lacompetencia y la presión mutua, generan una tensión colectiva que fa-vorece el desarrollo de estrategias innovadoras.

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La experiencia internacional sugiere que cuando estos ambientestienen un comportamiento sinérgico y articulado actúan como un opera-dor de cuasi-mercado que disminuye las incertidumbres dinámicas, con-trarresta las debilidades de la cultura organizacional, potencia losprocesos de aprendizaje, suministra las competencias faltantes a losagentes y contribuye al proceso de difusión de conocimiento codificadoy tácito (Camagni, 1991). De esta manera, en este tipo de ambientes seva generando un “capital social” construido a partir de vinculacionescomplejas que derivan en el desarrollo de confianzas recíprocas entrelos agentes (Morgan, 1997) que facilitan la reducción de las incertidum-bres y la circulación de conocimientos codificados y tácitos (Putnam,1993). Sin embargo, si bien un “ambiente sinérgico” tiende a ecualizaren una tendencia proactiva las conductas de los agentes, el aprovecha-miento de las externalidades generadas requiere de umbrales mínimosde competencia que no todos los agentes locales poseen y que no sepueden adquirir sin el desarrollo de un proceso evolutivo de creación ydestruccción de rutinas y convenciones (Gregersen y Johnson, 1996).En ese sentido, a diferencia de otras experiencias, el ambiente localsuele tener en la Argentina una escasa influencia sobre el proceso deformación de competencias de las firmas

Es interesante señalar que, en el contexto definido por las nuevascondiciones de producción y de mercado, los procesos innovativos pa-san de ser un fenómeno de carácter individual (y a menudo de natu-raleza incremental) a otro que incluye además un plano colectivo en elque resulta fundamental tanto la capacidad de interactuar y cooperar,como la presencia de una estructura institucional adecuada y capazde promover las actividades innovativas de los agentes económicos.Es importante señalar que la capacidad individual de los agentes esuna condición necesaria, la que está aún más desarrollada en ambien-tes sinérgicos.

En esa dirección se han realizado algunos trabajos recientes quehan utilizado en la Argentina un indicador de capacidad innovativa queapunta a medir las competencias de las firmas y el desarrollo de pro-cesos de aprendizaje que les permiten transformar conocimientos ge-néricos en específicos y tácitos (Boscherini y Yoguel, 1996; Boscheriniet al., 1998; Moori-Koenig y Yoguel, 1998; etc.). Las principales eviden-cias que surgen de estos estudios es que el desarrollo de la capacidadinnovativa en las firmas requiere un umbral mínimo de capacitación,uso de técnicas e indicadores, personal calificado, involucramiento deoperarios, interacción con otros agentes y un equipo informal de desa-rrollos continuo y estable. La capacidad innovativa de las firmas está

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así fuertemente asociada a la formalización escrita de procedimientosproductivos, al número de personas involucradas en los equipos de de-sarrollo y al tamaño de las firmas, medido tanto en términos de empleocomo de facturación. Esta asociación puede ser interpretada como unindicador de las debilidades del ambiente local en la Argentina.

En el contexto señalado, el objetivo de este trabajo es presentarun indicador proxy de la potencialidad de los agentes para aprender,crear “competencias”, transformar conocimientos genéricos en espe-cíficos y por lo tanto innovar. El indicador de la capacidad innovativade los agentes se aplica a un panel de firmas argentinas representati-vo del cuasi distrito de Rafaela, provincia de Santa Fe, en el que segeneran externalidades poco frecuentes en otras localizaciones en laArgentina. El indicador propuesto es definido en términos absolutos ypor lo tanto permite efectuar comparaciones entre diversos ambientesy aislar las diferencias de capacidad innovativa de las firmas explica-das por diferencias microeconómicas de los agentes de aquéllas, de-rivadas de la pertenencia a sistemas locales con desigual generaciónde externalidades.1

Para evaluar estas cuestiones se parte de algunas premisas bá-sicas. En primer lugar se considera que los agentes operan con racio-nalidad acotada e información imperfecta y que enfrentan unescenario económico con incertidumbre que no se puede modelar.Además, si bien se acepta que existen diferencias sectoriales en eldesarrollo de las competencias de las firmas, se parte de una posiciónteórica que prioriza las diferencias en los senderos evolutivos de lasfirmas tanto inter como intrasectoriales. Es decir, las firmas decodifi-can de distinta forma las incertidumbres en función de su historia pre-via, de sus competencias iniciales, del grado de vinculación que tienencon el entorno con el que trabajan y del grado de desarrollo –en tér-minos de generación de externalidades– del ambiente en el que ac-túan. En cuarto lugar, se quiere enfatizar que, como se apreciará, apesar de que el ambiente local puede, en los casos positivos, favore-cer el desarrollo de las capacidades innovativas de los agentes, las di-ferencias en el sendero evolutivo importan. Por lo tanto, es de esperarque incluso en las áreas más virtuosas existan fuertes diferencias enel desarrollo de las capacidades innovativas de los agentes.

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1 El desarrollo de esta metodología se sustenta en trabajos previos efectuados en el marco de lared de innovación coordinada por la Universidad Nacional de General Sarmiento, que ha sido be-neficiada por su participación en la red de sistemas locales de innovación coordinada por la Univer-sidad Federal de Río de Janeiro.

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En la primera sección se efectúa una rápida descripción del perfilproductivo del área y del grado de articulación de las instituciones lo-cales. Luego de presentar los elementos centrales del indicador de ca-pacidad innovativa propuesto, en la tercera sección se efectúa unaprueba del método propuesto en un conjunto de firmas representati-vas de Rafaela y se testean las principales hipótesis de trabajo. Final-mente, se discuten las reflexiones finales.

El sistema local de Rafaela, ubicado a mas de 500 km del Polo Metro-politano, constituye un caso especial de desarrollo manufacturero fue-ra de las áreas industriales tradicionales de la Argentina. La exitosaperformance de la industria de Rafaela se asienta en un conjunto di-námico de empresas, con mayoría de PyMES, que ha logrado posicio-narse eficientemente tanto en el mercado interno como en el externo,alcanzando coeficientes de exportación significativamente superioresal promedio de las PyMES argentinas. En esa dinámica diferencial delas empresas de Rafaela respecto de la mayoría de las PyMES argen-tinas durante la etapa de economía semicerrada, el sendero evolutivoy la historia previa de las firmas fueron determinantes. En consecuen-cia, el nuevo escenario de reformas estructurales y profundización delproceso de apertura de los noventa no las sorprendió con estructurasobsoletas, ni con capacidad ociosa muy alta, pudiendo mantener unadinámica diferencial.2

El desempeño que ha tenido la industria local en los últimos años(véase Box 1) se explica también por el dinamismo y el rol protagóni-co que han tenido las instituciones y agentes que constituyen el entor-no próximo del cuasi-distrito3 (Ascúa et al., 1993; Costamagna y

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2 Esto se explica además porque a pesar de su reducido tamaño el tejido industrial de Rafaela es muydiversificado, y no fue afectado de forma integral por ninguna crisis sectorial (Ascúa y Worcel, 1991).3 Entre las instituciones públicas y privadas que constituyen el sistema local destacan por orden cro-nológico la creación de la Escuela Técnica “Guillermo Lehman” en 1912 –de la que fueron alumnoscasi todos los empresarios metalúrgicos del área– y la fundación del Centro Comercial e Industrialdel Departamento Castellanos en 1932. El importante rol de este Centro en el desarrollo institucionallocal se manifestó en los sesenta con la creación de la Cámara de Industriales Metalúrgicos, a princi-pios de los setenta con la formación de la Universidad Tecnológica Nacional y a fines de la década conla creación de la Cámara de Comercio Exterior, que constituyó una anticipación estratégica significa-tiva para las condiciones de entorno de la Argentina (Costamagna y Boscherini, 1999). En efecto, an-

1. Características básicas del sistema local de innovación y el grado deutilización de las instituciones por parte de las firmas

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Boscherini 1999; Sepúlveda, 1999). A lo largo de su sendero evoluti-vo, la sociedad local ha venido estimulando actitudes empresarialesinnovadoras y acciones comerciales arriesgadas, y protegiendo valo-res éticos muy arraigados en las costumbres de los inmigrantes. Estose manifiesta en la identificación de objetivos globales a nivel local yen un proyecto básico de desarrollo regional compartido. En ese sen-tido, el desarrollo empresarial institucional y el nivel institucional alcan-zado por el sector público local constituyen un proceso difícil deseparar. Así, las instituciones públicas y privadas se fueron desarro-llando en forma interactiva con fuerte participación e involucramientocruzado de los agentes intervinientes.4

Como consecuencia, la participación y apoyo de las empresas alaccionar del gobierno municipal y provincial y el involucramiento deestas instituciones en las necesidades de los agentes fueron creandouna atmósfera industrial que constituye un hecho relevante en la zonay contrasta con las experiencias de otras localidades.

Así, el sendero evolutivo de las instituciones locales y las relacionesy acuerdos preexistentes entre los agentes constituyeron elementos bá-sicos que permitieron generar un espacio público que favoreció el desa-rrollo endógeno de la región. Esto se manifiesta en que la política dejó deser pensada como un simple diseño instrumental estático, para pasar aser una construcción social continua que incluye en su configuración tan-to elementos de la demanda como de la oferta (Sepúlveda, 1999).

• La industria local contaba a mediados de los noventa con 449 em-presas que ocupaban 8.300 personas y generaban una producción

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tes de la apertura fallida asociada con el enfoque monetario del balance de pagos y con la profundi-zación del proceso de apertura desde mediados de los ochenta y en especial con el comienzo de laconvertibilidad en los noventa, un conjunto de empresarios de Rafaela ya encaraban en forma con-junta tareas vinculadas con el comercio exterior. El desarrollo institucional mencionado tuvo un fuer-te impulso en los noventa a partir de la conformación de una task force informal de alrededor de 12personas que “desde distintos ámbitos de la sociedad civil busca nuevas oportunidades para la ciu-dad” (Costamagna y Boscherini, 1999). Así, en la década del noventa se crean la Secretaría de Pro-gramación Económica de la Municipalidad, la Fundación para el Desarrollo Regional, y comoculminación de ese impulso institucional el Centro de Desarrollo Empresarial financiado por el BID.4 En esa dirección, existen múltiples ejemplos de agentes del sector privado que participaron en elsector estatal y viceversa.

Box 1. Algunos rasgos característicos de la industria manufacturera deRafaela

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equivalente a alrededor de 450 millones de dólares anuales: 18 per-sonas por firma con ventas medias anuales de un millón de pesos.

• Excluyendo las firmas con ventas anuales inferiores a 700 mil mi-llones de dólares, la estructura industrial local estaba conformadapor algo más de 100 empresas que ocupaban alrededor de 7.000personas y producían bienes por un valor cercano a los 430 millo-nes de dólares anuales. En promedio, esto se manifestaba en es-calas y tamaño por firma equivalentes a 70 ocupados y 4 millonesde dólares anuales respectivamente.

• Entre mediados de los ochenta y de los noventa el empleo indus-trial aumentó un 20% mientras se redujo en una proporción simi-lar en la provincia de Santa Fe y en el país. Asimismo,aumentaron significativamente tanto la producción industrial comoel stock de firmas (13%) denotando una tasa de creación de fir-mas muy superior a la mortalidad.

• El tejido productivo, con fuerte peso de pequeñas y medianas em-presas, se estructura sobre la base de los subsectores: frigorífico(25%), lácteos (17%), curtiembres (16%) y el complejo metalme-cánico (más del 20%) centralmente compuesto por productos me-tálicos, implementos y maquinaria agrícola, bienes de capital paraagroindustrias y autopartes. La estructura se completa con firmasproductoras de productos plásticos, envases y equipamiento delos hogares.

• El mercado local y el nacional resultan claves para las firmas delcuasi-distrito industrial. Sólo el 1% de las firmas industriales tie-nen un coeficiente de exportación superior al 20%.

• Para algo más de la mitad de las firmas, el mercado de aprovisio-namiento nacional explica más del 70% del total de sus compras.En casi dos tercios de las firmas el cuasi-distrito explica hasta unquinto de sus compras (Ascúa y Kantis, 1999).

Por lo expresado anteriormente, la localidad de Rafaela constituye uncaso que pudo reaccionar activamente frente al cambio de escenarioeconómico en los noventa debido a la historia institucional previa, a laamplia descentralización institucional y a la participación del sector pri-vado en el diseño e implementación de acciones. En ese marco, la in-tervención de la Municipalidad local –clave en buena parte de ladécada del noventa como factor impulsor y activante– se fue desarro-llando bajo la figura de un facilitador, que puede ser considerado untrabajador social productivo (Costamagna y Boscherini, 1999).

A partir de 1991 la Secretaría de Programación Económica llevaadelante instrumentos de coordinación y apoyo a los actores de la ac-

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tividad productiva y de articulación de la política municipal con el de-sarrollo económico de la zona. En esa dirección, ha venido trabajan-do con las gremiales empresarias en la generación de externalidadespositivas para la industria de la región, en programas de apoyo a em-prendimientos tecnológicos,5 en la búsqueda de nuevos mercados yen programas de capacitación de los recursos humanos. De esta ma-nera, se generaron las condiciones necesarias para el desarrollo deun espacio público local. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la imple-mentación de un Programa para la Pequeña y Micro-empresa que tra-bajó con alrededor de 80 firmas que previamente operaban aisladas,carecían de vínculos con entidades de tipo gremial empresaria y po-dían ser caracterizadas por una escasez de inversiones, ausencia deinformación y reducida capacidad de gestión. A lo largo del programase fueron generando espacios de reflexión y apoyo para sensibilizar aestas unidades productivas acerca de la necesidad de mejorar sus ni-veles de competitividad y se organizaron cursos de capacitación y se-minarios que apuntaban a la búsqueda continua de mercados, através de ferias y misiones dentro y fuera del país. Estas acciones de-sembocaron en una construcción institucional posterior: la agremia-ción de estas empresas, a través de la creación de una Cámara de laPequeña Industria de Rafaela, que funciona dentro del Centro Comer-cial e Industrial del Departamento Castellanos.6

Otro ejemplo de vinculación positiva entre instituciones ha sido el es-fuerzo realizado entre la municipalidad y la universidad para generalizarel régimen de pasantías estudiantiles que moviliza a más de trescientosalumnos en empresas de la ciudad. Además, dentro de un programa deinternacionalización del área, se realizan intercambios de estudiantescon la región de Baden-Würtenberg, Alemania, por períodos de seis me-ses durante los cuales estudiantes extranjeros y rafaelinos desarrollanactividades en firmas de ambos países.7 El rol clave de la Secretaría deProgramación Económica de la Municipalidad en la construcción del en-tramado institucional local se manifestó también en el desarrollo de pro-

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5 El reciente Programa para Innovadores Tecnológicos (ProGeTec), cuyo objetivo es brindar apoyologístico, técnico y financiero para la realización de investigaciones, innovaciones, desarrollo o per-feccionamiento tecnológico, se desarrolla en forma conjunta entre la Municipalidad de Rafaela, laUniversidad y la Escuela Técnica. 6 La evaluación reciente de este Programa refleja que la dinámica tecnoproductiva de las empresasasociadas fue superior a la correspondiente a los agentes que continuaron operando en forma ais-lada y no utilizaron los servicios ofertados por la cámara (Boscherini, Quintar y Gariboldi, 1997). 7 En esa dirección, también se desarrollaron proyectos para ampliar la vinculación internacional conotros países, tales como Italia y los Estados Unidos.

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yectos conjuntos con la mayor parte de las instituciones públicas y priva-das locales, prevaleciendo las temáticas vinculadas con la capacitacióny la formación de recursos humanos (Sepúlveda, 1999).8

Como resultado del sendero evolutivo que han venido recorrien-do las instituciones y empresas de Rafaela, en 1997 comenzó a fun-cionar el Centro de Desarrollo Empresarial Convenio BID-UIA (CDE), unode los tres Centros de Servicios Empresarios que el BID ha financiadoen la Argentina. Sin embargo, es interesante señalar que este progra-ma fue ideado y concertado por los agentes económicos de la regióna partir de la formación de una Fundación integrada por el Centro Co-mercial e Industrial del Departamento Castellanos, la Municipalidad deRafaela, la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional,la Cámara de Comercio Exterior y la Fundación para el Desarrollo Re-gional, instituciones que actualmente se encuentran en proceso deadaptación y reestructuración de sus roles y funciones.9

El elevado grado de dinamismo y adaptación a los cambios delentorno macroeconómico de los noventa ha sido recientemente con-firmado (Sepúlveda, 1999) a partir de la construcción de un conjuntode indicadores cualitativos y cuantitativos que dan cuenta de la capa-cidad de las instituciones locales para transferir y circular informacióny conocimientos y para cooperar formal e informalmente.10 En el estu-dio mencionado se destaca también la importancia alcanzada por lacooperación registrada en el interior de las instituciones. Otra cuestióninteresante estudiada en el trabajo al que se hace referencia es que“la gran mayoría de las instituciones reconoce tener un lugar asigna-

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8 Las otras dos instituciones que tienen un elevado grado de cooperación en proyectos conjuntoscon las restantes son el Centro Comercial e Industrial del Departamento de Castellanos y la Escue-la de Educación Técnica No. 460. 9 El objetivo principal de este centro es la generación de un proceso dinámico de desarrollo de lacapacidad competitiva de las empresas de la región, en especial PyMES, por medio de la oferta deservicios horizontales de información, asesoramiento sobre mercados y tecnologías y otros queapuntan a la introducción de innovaciones incrementales en la gestión y administración. Se desta-ca también la implementación de programas de calidad total y de promoción exterior que parten delreconocimiento del potencial y las iniciativas de los recursos humanos involucrados. En el caso delas empresas con potencial exportador se ofrece un servicio de información y capacitación que in-cluye el asesoramiento y el acompañamiento a lo largo de todo el proceso. Entre los servicios sec-toriales, se incluyen seminarios estratégicos y la oferta de sistemas de gestión y direcciónempresarial exigidos por la presión competitiva que genera la globalización. 10 En esa dirección, en Sepúlveda (1999) se han construido índices de capacitación sectorial, de trans-misión de información, de circulación de la información y participación institucional, de cooperación in-ter e intrainstitucional, de liderazgos territoriales, etc. En el caso del cuasi-distrito es muy relevante lacooperación interinstitucional en proyectos vinculados con la capacitación y formación de recursos hu-manos, investigación aplicada, apoyo a nuevos emprendimientos, pasantías e infraestructura.

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do en la trama institucional del territorio, que está directamente vincu-lado a las competencias (calidad, capacitación y, en menor grado, ge-neración de conocimientos y tecnología) por las que son reconocidasen el entorno”. En este proceso de construcción de la política local jue-gan un rol muy importante los diferentes liderazgos institucionales. És-tos hacen referencia a la identificación de las instituciones concapacidades para generar y motorizar ideas e iniciativas estratégicasfuturas y discutir con agentes ubicados fuera del sistema local.

En ese proceso de generación de liderazgo –que se “fue desarro-llando como una construcción de hegemonías articuladoras y abiertasa la participación y a la generación de políticas de consenso”– desta-can el rol de la municipalidad local y el Centro Comercial e Industrialdel Departamento Castellanos (Sepúlveda, 1999).

A pesar de este importante desarrollo institucional, el sistema lo-cal de Rafaela enfrenta también algunas dificultades que condicionansu dinámica de expansión. Algunas de estas restricciones correspon-den al plano macroeconómico o sectorial y otras al ámbito local o mi-croeconómico. Por una parte, el pequeño tamaño del tejido industrialconspira contra la posibilidad de aumentar la división del trabajo entrelos agentes, generar mayores niveles de especialización productiva yposibilitar ganancias de productividad. Esto repercute también en lacapacidad asociativa local para atender demandas de mayor enverga-dura o ganar la penetración en mercados en forma agrupada. Ade-más, si bien aún se mantiene un cierto grado de movilidad social,motorizado en gran medida por el “efecto demostración” y por un sis-tema de valores que premia el éxito a través del trabajo, a lo largo delos noventa esta movilidad ha ido decreciendo y se ha profundizado ladiferenciación entre las diversas capas sociales.

Por otra parte, la dinámica de la expansión de las empresas indus-triales de Rafaela fue elevando la barrera de entrada a nuevos empre-sarios y nuevas firmas debido al aumento de la inversión mínimarequerida para el inicio y a la escasa subcontratación. Así, si bien cabeesperar que la incorporación de una nueva generación de empresariosen las actividades ejecutivas de las empresas renovará el dinamismo yel espíritu de negocios en la estructura industrial, no resulta de claraevaluación si esa nueva impronta impulsará actitudes más individualis-tas o si, por el contrario, también estimulará el proceso de cooperacióninterempresarial y el fortalecimiento de la atmósfera industrial colecti-va. Por último, si bien a principios de los noventa la tarea fundamentalen el sistema local era la construcción de un entramado institucionalcon organizaciones externas a las firmas que permitiera generar un

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medio de incubación de nuevos negocios externos, las tareas futurasdeberán incluir vinculaciones comerciales, productivas y tecnológicas,de mayor envergadura y complejidad que las logradas hasta el presen-te. En esa dirección, una de los elementos críticos diagnosticados re-cientemente (Sepúlveda, 1999) es la necesidad de lograr una mayorcoordinación del trabajo institucional y una mayor profesionalidad enlos agentes involucrados. Otro desafío, de importancia estratégica, esla posibilidad de que esta experiencia pueda evolucionar hacia una ma-yor complejidad técnica e institucional del sistema (profundización de lainternacionalización, identificación de las demandas de los sectores demayor dinamismo en el mercado mundial, etc.) sin generar tensionescon las modalidades de vida, formas de trabajo, tamaño e identidad lo-cal que fueron construyendo en las últimas décadas.

En la construcción del indicador de la capacidad innovativa de losagentes que se presenta en esta sección, se parte de la idea de quela generación y circulación de conocimientos tanto interna a la firmacomo la existente entre firmas constituye un proceso complejo cuya in-tensidad depende de a) la necesidad de resolver problemas concretosen situación de incertidumbre; b) de la demanda de soluciones no co-dificables; c) del grado de complejidad técnica de los equipos de tra-bajo; d) del tipo de competencias básicas de los agentes; e) de lacapacidad de relacionarse y de trabajar en forma grupal y f) del gradode aprovechamiento de los saberes técnicos y organizacionales de lostrabajadores de la firma.

En particular la generación y difusión del conocimiento codificadoy tácito estaría positivamente asociado con las características del capi-tal humano de la firma, con la forma como se organiza el proceso detrabajo,12 y con el grado de importancia que tiene para la firma la in-terpretación y adaptación del conocimiento codificado externo. Es de-cir, se apunta a evaluar cuál es el desarrollo adicional que la firmahace a partir de los bienes y servicios que compra u obtiene en formacodificada y de los recursos humanos que contrata. Este conjunto de

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11 Esta sección se basa en Boscherini et al. (1998) y en Yoguel y Boscherini (1999). 12 Grado de flexibilidad, tipo de jerarquía, existencia de células, grado de vinculación de salarios in-dividuales con la performance del grupo al que pertenece.

2. La estimación de un indicador de la capacidad innovativa de los agentessusceptible de testeo empírico11

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factores convierten los saberes tácitos en elementos particulares, es-pecíficos y no apropiables por otros agentes.

En el caso especial de la difusión de conocimiento tácito en el in-terior del ambiente el factor clave está constituido por la existencia deredes y distintos tipos de vinculaciones entre agentes. Por lo tanto, da-da la conceptualización efectuada de la capacidad innovativa de losagentes en el diseño del indicador, se apunta a estimar: a) el desarro-llo de las competencias de los agentes y b) el grado de circulación delconocimiento a partir de vínculos formales e informales desarrolladoscon otros agentes e instituciones.

Dado que se parte de la idea de que los agentes tienen racionali-dad acotada –lo que es también considerado al evaluar las respues-tas– y de que la mayoría de las PyMES concentran la dirección y lapropiedad en la figura de una sola persona –el dueño– se consideraque la precisión de las mediciones que se sustentan en variables cuan-titativas no continuas es significativamente mayor que la que resulta deutilizar variables continuas. Es decir, se asume que los empresarios tie-nen una idea global acerca de las cuestiones abordadas que es muchomás precisa al evaluar el intervalo en el que cae una cierta variable (ho-ras de capacitación, número de personas involucradas en cursos decapacitación, ventas, peso de los nuevos productos en la facturación,etc.) que cuando se intenta conocer el valor exacto de la misma.13

Como corolario, en la construcción de los factores que forman partedel indicador que se describirá se asumió que era preferible utilizar varia-bles cuantitativas no continuas. Se trata entonces de transformar datoscualitativos en cuantitativos no continuos a los efectos de a) disminuir elerror no muestral presente en las observaciones y b) poder testear hipó-tesis de trabajo usando técnicas econométricas y no paramétricas.

Se considera también que por las características que asume el pro-ceso de innovación las firmas pueden identificar un núcleo de recursoshumanos difundido en la organización que tiene a su cargo la mayorparte de los desarrollos de tipo incremental. Si bien la importancia cuan-titativa y cualitativa de este núcleo, así como el grado de calificación delos recursos humanos, es clave, también influyen en el tipo de desarro-llos llevados a cabo por la firma los procesos de aseguramiento de la

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13 Esta consideración va mucho mas allá de cuestiones vinculadas con el secreto de la información.En ese sentido se efectuaron pruebas en distintos relevamientos a un conjunto de firmas entrevis-tadas en distintos momentos del tiempo respecto de diversas cuestiones vinculadas con su funcio-namiento. En la mayor parte de los casos las ventas de un mismo año caían en un mismo intervalode confianza pero diferían en el valor absoluto informado.

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calidad, el grado de difusión que tienen los procesos de capacitación ylas posibilidades de especificar conocimiento codificado proveniente dela participación de la firma en diversas redes de agentes.

El indicador de capacidad innovativa de los agentes constituye unpromedio ponderado de 6 factores. Por un lado se estiman 4 factoresasociados al desarrollo de competencias: aseguramiento de la cali-dad, esfuerzos de capacitación, alcance de actividades de desarrollo,participación de ingenieros y técnicos en el equipo de desarrollo. Seconsidera adicionalmente un factor que apunta a medir el producto in-novativo, estimado a partir del peso de los nuevos productos introdu-cidos por la firma en la facturación. Por último se incluye una variableproxy del grado de circulación de conocimiento codificado y tácito ydel nivel de desarrollo de confianza reciproca entre los agentes. Estefactor estima el grado de articulación de los agentes a través de pro-cesos de cooperación tecnológica formal e informal.

Así, el indicador de capacidad innovativa del agente j (ICIj) se pue-de expresar de la siguiente forma:

ICIj= S ai*Fij

donde ai son las ponderaciones asignadas a cada uno de los factores(Fi), que adoptan los valores presentados en el Box 2. La elevada pon-deración agregada asignada a los 4 factores asociados al desarrollode las competencias de los agentes (77%) se desprende en forma di-recta del marco teórico desarrollado en la sección anterior. Asimismo,pudo comprobarse que el ordenamiento de las firmas según capaci-dad innovativa no se modifica significativamente ante cambios en lospesos asignados a los factores (Yoguel y Boscherini, 1996).

Factor Ponderación

Esfuerzos de capacitación del personal 0.25Aseguramiento de la calidad 0.25Alcance de las actividades de desarrollo 0.20Peso de ingenieros en equipos de desarrollo 0.07Peso de nuevos productos en la facturación 0.08Cooperación tecnológica formal e informal 0.15

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Box 2. Ponderaciones de los factores del índice de capacidad innovativa

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Así, cada uno de los factores que componen el índice de capacidadinnovativa se estima en términos absolutos utilizando una variablecuantitativa no continua cuyo recorrido –determinado exógenamente–está comprendido entre un nivel mínimo (1) y un nivel máximo que enla mayor parte de los casos equivale a 5. A continuación se hace ex-plícita la forma de construcción de cada uno de los factores compo-nentes del indicador de capacidad innovativa, diferenciando entreaquellos asociados con a) el desarrollo de competencias, b) el produc-to innovativo y c) la circulación del conocimiento codificado y tácito.

a) Los factores asociados con el desarrollo de las competencias

El factor “esfuerzos de capacitación del personal” efectuados por lasfirmas orientados al desarrollo de “competencias” técnicas evalúa laproporción del personal involucrado en cursos orientados al asegura-miento de la calidad y a la búsqueda de nuevos desarrollos. Los valo-res asignados al indicador son los siguientes:

• 4. más del 50% de los ocupados en la empresa estuvieron involucra-dos en cursos orientados al desarrollo de la calidad e hicieron cursospara llevar a cabo actividades de desarrollo en el último trienio;

• 3. entre el 21 y el 49% de los ocupados en la empresa estuvieroninvolucrados en cursos orientados al desarrollo de la calidad e hi-cieron cursos para llevar a cabo actividades de desarrollo;

• 2. entre el 21 y el 49% de los ocupados en la empresa estuvieroninvolucrados en cursos orientados al desarrollo de la calidad perono hicieron cursos para llevar a cabo actividades de desarrollo;

• 1. menos del 20% de los ocupados en la empresa estuvieron invo-lucrados en cursos orientados al desarrollo de la calidad.

La evaluación del proceso de capacitación de las firmas es comple-mentado con el análisis de la intensidad que alcanza el mismo en tér-minos de las horas involucradas en él, la existencia de personalexterno contratado y de las áreas temáticas principales. A efectos deestimar la proporción de ocupados involucrados en actividades de ca-pacitación se estima el cociente entre el promedio de los recursos hu-manos que efectúan esas actividades para el aseguramiento de lacalidad y los que las efectúan para realizar desarrollos de distinto tipoen relación con el total de ocupados de la firma.14

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14 Como se verá en la próxima sección, el grado de asociación existente entre el número de perso-nas involucradas en cursos de capacitación y la cantidad de horas correspondiente es muy elevada.

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El factor grado de aseguramiento de la calidad alcanzado por lasfirmas se evalúa a partir de un conjunto de elementos secuencialesque hacen referencia a la existencia de controles de calidad a lo largodel proceso de producción, la utilización de instrumentos de control decalidad en los productos en elaboración, el empleo de formularios decontrol en los puntos de control y la complejidad de los “estadísticos”que estiman (preguntas 1 a 4 del Box 2). A partir de esto se define elsiguiente gradiente de situaciones:

• 4. Elevado nivel de aseguramiento de la calidad. Las firmas efec-túan control de calidad con instrumentos a lo largo del proceso deproducción, tienen puntos de control en la línea de producción y lle-van registros de control usando formularios con los que estimandistintos estadísticos (i.e. histogramas, diagramas de causa y efec-to, control estadístico de atributos, etcétera).

• 3. Intermedio nivel de aseguramiento de la calidad. Las firmas efec-túan control de calidad con instrumentos a lo largo del proceso deproducción, tienen puntos de control en la línea de producción y lle-van registros de control usando formularios con los que estiman al-guno de los siguientes estadísticos: histogramas, diagramas decausa y efecto, control estadístico de atributos, etcétera.

• 2. Reducido nivel de aseguramiento de la calidad. Las firmas efec-túan control de calidad con instrumentos a lo largo del proceso deproducción pero no utilizan formularios de control en los puntos decontrol o bien no tienen puntos de control.

• 1. Ausencia de aseguramiento de la calidad. Las firmas no efectúancontrol de calidad de productos en proceso o bien realizan contro-les de calidad de productos en proceso pero no utilizan instrumen-tos de medición.

En forma complementaria, se efectúan un conjunto de preguntas de con-trol que permiten chequear el grado de confiabilidad de las respuestas.15

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15 Este método de estimación del grado de aseguramiento de la calidad resultó más efectivo que elutilizado a partir de preguntar en forma directa a las firmas el grado de utilización de indicadores dedesempeño productivo (porcentaje de desperdicios en la producción, porcentaje de tiempo de retra-bajo de productos terminados y en proceso en el total del tiempo de producción, porcentaje de pro-ductos finales descartados por no cumplir con estándares mínimos, plazo medio de entrega, rotaciónde stocks, evolución de productos en proceso y evolución temporal de la productividad) y de técni-cas de organización de la producción muchas veces influidas por propaganda y/o la moda (herra-mientas de análisis de problemas, gráficos de control, técnicas de muestreo, diagramas de Pareto,control estadístico de procesos, círculos de calidad, mantenimiento preventivo, ISO 9000, Kan-ban,Just in time, análisis de modo y efecto de falla, producción por celdas , etcétera).

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El grado de importancia de los ingenieros y técnicos en el grupodedicado a desarrollos, tanto formales como informales, constituye unfactor de la calificación del team de desarrollos y de la complejidad delas tareas en las que puede estar involucrado.16 En ese sentido, seconstruye un gradiente de situaciones que va desde la inexistencia deeste tipo de calificaciones a los casos en los que dan cuenta de unaproporción significativa del team de desarrollos:

• 5. Elevada proporción de profesionales y personal técnico en el gru-po de desarrollo (superior al 58%).

• 4. Mediana proporción de personal técnico (superior al 29%).• 3. Mediana-baja proporción (superior al 11%). • 2. Reducida proporción (superior al 4%). • Muy reducida proporción (hasta el 4%).

En esa dirección se estima el cociente entre el número de ingenierosy técnicos dedicados a tareas de calidad y a desarrollos en la ocupa-ción total de los equipos formales o informales dedicados a esas ta-reas en la firma.

El grado de alcance de las actividades de desarrollo apunta a eva-luar el número de áreas en las que la empresa realiza desarrollos, lacantidad de técnicos y profesionales técnicos (ingenieros, químicos, fí-sicos, etc.) involucrados y el grado de exclusividad del personal dedi-cado a desarrollos. En ese sentido, constituye un indicador compuestopor el producto del a) número de áreas en las que las firmas realizaninnovaciones,17 b) el peso de ingenieros y técnicos en el total del per-sonal involucrado en actividades de desarrollo y un factor de correcciónque considera el grado de exclusividad del personal involucrado.18 Deesta manera, se apunta a asignar mayor relevancia a las firmas en las

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16 En todos los casos las firmas pudieron identificar un grupo informal –con desigual importancia re-lativa– dedicado a desarrollos y a resolución de problemas. Una característica de este grupo es queno estaba concentrado en un área específica de la firma sino difundido a lo largo de la organización.Esta verificación empírica coincide con lo que en la literatura se denomina procesos de innovacióndifundida (Lassini, 1992). 17 Las alternativas consideradas son el desarrollo (mejora) de productos y procesos, los cambiosorganizacionales (JIT interno, Kanban, etc.) , las nuevas formas de vinculación con el mercado y losavances en el aseguramiento de la calidad. 18 En esa dirección, cuando no existe personal exclusivo en actividades innovativas, el factor equiva-le a un cuarto, y adopta un valor equivalente a la unidad cuando la totalidad del personal es full-time.En los casos intermedios se adopta el siguiente criterio: el factor es un tercio cuando la proporciónes inferior al 30%, un medio cuando están comprendidos entre el 31 y el 50%, dos tercios entre el 51y 80% y tres cuartos cuando la proporción está comprendida entre 81 y 99%.

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que el equipo estable involucrado en actividades innovativas tiende aser exclusivo. Cuando el producto de los tres factores (número deáreas, porcentaje de ingenieros y técnicos en el grupo de desarrollo ygrado de exclusividad del mismo) es 0, el indicador equivale a 1, loque significa casi inexistencia de actividades de desarrollo. Por el con-trario, cuando es superior a 3 se considera que las empresas tienen elmáximo alcance de las actividades innovativas. Dado que esta varia-ble se compone en parte por la variable “peso de los ingenieros y téc-nicos en el equipo de desarrollo”, las competencias de los recursoshumanos incluidos en actividades innovativas tienen una ponderaciónsuperior a la que se explicita. Como variable de control se evalúa laexistencia de registros y tabulaciones de las actividades desarrolla-das. Los niveles absolutos que adopta el indicador son los siguientes:

• 5. Máximo alcance de las actividades innovativas (producto supe-rior a 3).

• 4. Intermedio (entre 1.5 y 3).• 3. Reducido (entre 0.4 y 1.5).• 2. Mínimo alcance (inferior a 0.4).• 1. Inexistencia de actividades innovativas (producto igual a cero).

b) El factor que considera el producto innovativo

El peso de los nuevos productos en la facturación constituye una apro-ximación de lo que se denomina en la literatura el producto innovativo(Meyer-Krahmer, 1984). Este factor apunta a evaluar la importancia al-canzada por la introducción de productos que contienen mejoras téc-nicas y/o son nuevos para la firma. En esa dirección se estima el pesode los nuevos productos introducidos por la firma desde la apertura enla facturación del último año. En consecuencia, cada empresa es cla-sificada en alguno de los siguientes grupos:

• 5. Elevada participación (mayor al 75%). • 4. Media, entre 50 y 75%.• 3. Baja, entre 25 y 50%.• 2. Mínima participación de nuevos productos, menor a 25%. • 1. Inexistente.

c) El factor proxy de la circulación de conocimientos

El grado de cooperación tecnológica es un factor clave en la estima-ción del ICI que expresa en qué medida los elementos que permiten

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definir distintos “ambientes” contribuyen a la circulación de conoci-miento codificado y tácito, posibilitan el desarrollo de competencias yde la capacidad innovativa de las firmas. Dado que una parte signifi-cativa de los conocimientos requeridos para llevar a cabo las activida-des de desarrollo tienen un componente tácito importante, sucirculación y su internalización por parte de los agentes necesita unsoporte de vinculaciones formales e informales El desarrollo de estasvinculaciones, que contribuyen al cambio de rutinas, a la circulaciónde conocimiento informal y al desarrollo de competencias, puede servisto como un proceso evolutivo. El punto de partida para el desarro-llo de este proceso que facilita la difusión de conocimientos es la exis-tencia y/o la potencialidad de generar confianza reciproca entre losagentes. En esa dirección, el indicador de cooperación tecnológicaconstituye una variable proxy que intenta medir el grado de desarrollode las interacciones de los agentes locales orientadas a la generaciónde competencias tecnológicas, empresariales y de aprendizaje (Mor-gan, 1997).

En ese sentido, resultan indicadores proxy del funcionamientodel ambiente tanto los vínculos formales como los informales queefectúan las firmas con otros agentes (empresas, consultoras, institu-ciones públicas y privadas, universidades, etc.) para: a) desarrollar ymejorar productos y procesos, b) realizar cambios en la organizacióny en la gestión de la empresa, c) modificar los canales de distribución,d) mejorar y desarrollar la gestión de calidad. Así, los factores queconforman el indicador de cooperación adquirirían distintos valoresen ambientes con desigual grado de generación de externalidades.Por ejemplo, pueden diferenciarse en un extremo los ambientes po-co articulados, en los que los agentes tienen escasos vínculos, de ba-ja complejidad, discontinuos y en los que no se desarrollan relacionesinformales entre los agentes que apuntan a la búsqueda de activida-des conjuntas; y en el otro extremo los ambientes sinérgicos caracte-rizados por la existencia de un número importante de interacciones,en general complejas y regulares y por el desarrollo de relaciones in-formales de cooperación que pueden dar lugar a procesos dinámicosde desarrollos de competencias. Entre estos extremos ideales, exis-te una amplia gama de alternativas a las que apuntan los factoresque se describen a continuación.

Así, el indicador de cooperación tecnológica se define como elpromedio ponderado entre el índice de cooperación formal (80%) y elíndice de cooperación informal (20%).

El índice de cooperación informal realizada por las empresas es

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un promedio ponderado de las siguientes variables:19 a) Frecuenciade los vínculos informales (30% de ponderación), b) Complejidad delas áreas temáticas en las que mantiene vínculos informales (50%); c)Número de agentes con los que mantiene este tipo de vínculos (10%)y d) Estabilidad de los vínculos informales (10%).

En relación con la “frecuencia de los vínculos”, se asigna un Nivel4 cuando el vínculo informal mencionado es diario, Nivel 3 cuando essemanal, Nivel 2 cuando es mensual y trimestral, Nivel 1 cuando esesporádico.

Para evaluar el “grado de complejidad” de los temas en los quelas empresas desarrollan vínculos con otros agentes se consideraron19 alternativas. En ellas se mezclan temáticas simples y otras máscomplejas. Por lo tanto, se evalúan las frecuencias relativas de las 8alternativas más complejas: problemas vinculados con la cámara em-presarial, mejoras de productos, negocios en el MERCOSUR, búsquedade mercados externos, canales de comercialización externos, posibili-dad de desarrollar negocios conjuntos, problemas vinculados con lagestión de calidad, búsqueda de socios para realizar acuerdos. Siesas alternativas figuran en más del 70% de las respuestas se le asig-na un Nivel 4; Nivel 3 entre 50 y 69%; Nivel 2 entre 30 y 49% y Nivel1 menos del 30% de las alternativas. En relación con el “número deagentes” se asigna un Nivel 4 a los casos en los que este tipo de vín-culos informales se mantienen con muchos agentes, Nivel 2 con algu-nos y Nivel 1 con 1 o 2 agentes.

Por último, en relación con “la estabilidad de los vínculos” se con-sidera una estructura dicotómica: Nivel 4 conversaciones estables yNivel 1 inestables.

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19 La secuencia de preguntas para evaluar la existencia de cooperación informal fue la siguiente: enprimer lugar se planteó a las firmas si mantenían conversaciones y/o charlas informales con otros co-legas para discutir distintas cuestiones vinculadas con la marcha de la actividad económica en gene-ral y el funcionamiento de la empresa en particular. En caso de respuesta positiva se analizó lacantidad de agentes con los que interactúa y la frecuencia y estabilidad de la interacción. Adicional-mente, se evaluó si existía alguna institución que coordina estas actividades y se analiza la comple-jidad temática de este tipo de vinculaciones. En ese sentido, las temáticas de conversaciónanalizadas fueron las siguientes: situación general del país, situación de la provincia, canales de co-mercialización internos, dificultades en los trámites aduaneros, relaciones con los bancos, posibilida-des de financiamiento, dificultades con la fuerza de trabajo, búsqueda de mercados internos,temas/problemas, etc. Vinculados con la cámara empresarial, mejoras de los productos, negocios enel MERCOSUR, búsqueda de mercados externos, canales de comercialización externos, racionalizacióndel proceso productivo, racionalización de la organización/gestión de la empresa, posibilidades dedesarrollar negocios conjuntos, problemas vinculados con la gestión de calidad, búsqueda de sociospara realizar acuerdos. Por último, se evaluó el efecto de esas conversaciones sobre la firma.

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Desde la perspectiva de la cooperación formal, se considera elnúmero de objetivos por los que los agentes se vinculan (desarrollo ymejora de productos y procesos, cambios en la organización, cambiosen la vinculación con el mercado, etc.), la complejidad de los mismos(el tipo de instituciones y agentes con los que se vinculan), el númerode agentes con los que interactúan y la frecuencia de los vínculos. Así,el índice de cooperación formal es la resultante del promedio ponde-rado de las siguientes variables: número de agentes con los que lasfirmas interactúan (35%), complejidad de la interacción (30%), fre-cuencia de la interacción (25%) y vínculos (10%).

La variable número de agentes con los que interactúa la firmaconsidera un máximo de 21 alternativas (tres alternativas para cadauno de los siete objetivos). En ese sentido– se clasifica a las firmasentre 1 y 4 de acuerdo con los siguientes criterios: Nivel 4 más de 10agentes; Nivel 3 entre 8 y 10 agentes; Nivel 2 entre 5 y 7 y Nivel 1 me-nos de 5.

En relación con la “complejidad de la Interacción” se considera unpromedio ponderado de las áreas en las que las firmas interactúan,asignando un peso más reducido a las que desde la perspectiva deldesarrollo de actividades innovativas resultan menos relevantes: i)mejora y/o desarrollo de gestión de calidad (0.25); ii) desarrollo de pro-ductos y procesos (0.25); iii) cambios organizacionales (0.20); iv) me-joras de productos y procesos (0.10); v) cambios en los canales dedistribución (0.08); vi) cuestiones especificas (0.06) y vii) intercambiode información (0.06). En consecuencia, el factor tiene un Nivel 4 si elpromedio ponderado es superior a 0.80; Nivel 3 cuando se ubica en-tre el 0.50 y 0.80; Nivel 2 entre 0.25 y 0.50 y Nivel 1 menos de 0.25.

La variable frecuencia de la intervención considera el promedioponderado de vínculos, asignando un peso distinto a cada frecuencia:diario 0.30; semanal 0.25; mensual 0.20; trimestral y esporádica0.10%. En ese sentido, las firmas que tienen un promedio ponderadosuperior al 50% del valor máximo (7) pertenecen al Nivel 4, a las quetienen un promedio ponderado entre 40 y 49% se les asigna un Nivel3, entre el 26 y el 39% Nivel 2, e inferior a 25% Nivel 1.

La variable vínculos refleja el nivel alcanzado en los siete objeti-vos potenciales explicitados por las firmas en sus interacciones conotros agentes: desarrollo y mejora de productos y procesos, cambiosorganizacionales, nuevas formas de vinculación con el mercado y me-joras en la calidad. Así, a las firmas que tienen más de 3 se le asignaun Nivel 4, cuando el número de vínculos es 3 le corresponde un Ni-vel 3, 2 vínculos Nivel 2 y hasta un vínculo Nivel 1.

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Dado que los intervalos de confianza asociados con cada valordel factor corresponden a distintas alternativas contempladas ex ante,los resultados del indicador pueden ser comparados en los diversospaneles utilizados y con paneles estimados en otras investigaciones.

A cada firma se le asigna un nivel de capacidad innovativa que re-sulta equivalente al promedio ponderado de cada uno de los 6 facto-res considerados. Este indicador agregado tiene un rango de variacióncomprendido entre 1 (valor mínimo) y 4.5 (valor máximo).20 Finalmen-te, a efectos de construir una taxonomía de firmas de desigual capa-cidad innovativa se construyeron 5 clases a partir de los valoresextremos de la distribución y un intervalo estimado como la diferenciaentre los extremos dividida por cinco.21 Este procedimiento tiene im-portantes implicaciones en la determinación de los grupos de distintacapacidad innovativa estimados. De esta forma, a diferencia de las de-terminaciones exógenas que surgen de considerar intervalos fijadoscomo proporción de la distribución de datos (i.e. el 20% de mayor/me-nor capacidad innovativa) las proporciones se determinan en funciónde la amplitud de las diferencias existentes entre las firmas de mayory menor capacidad innovativa.

En suma, a cada firma se le atribuye algún valor comprendido en-tre 1 y 5 para cada uno de los 6 factores considerados, lo que da co-mo resultado una variable continua. Para distribuir las firmas del panelpor nivel de capacidad innovativa se seleccionaron 5 grupos, conside-rando como intervalos de clase la diferencia entre el valor máximo y elmínimo dividido cinco. Este procedimiento se adoptó explícitamentepara que la construcción de los estratos fuera independiente de la for-ma que adopta la distribución del indicador.

Debe señalarse por último que en el diseño de los indicadores separte de la idea de que los datos relevados son mucho más confiablescuando se analizan intervalos de clase en lugar de variables de tipocontinua. Esto se explicaría por dos razones. Por un lado, en las firmasmedianas y pequeñas la conducción y la propiedad están en generalunificadas en la figura del dueño, por lo que el empresario-propietariomaneja un volumen de información muy superior al de los directivosde empresas más grandes que tienen una mayor delegación de fun-

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20 Esto se explica porque en algunos casos la variable adopta valores comprendidos entre 1 y 4. 21 El indicador de capacidad innovativa fue estratificado en 5 grupos. Sin embargo, en los cuadrospresentados en la próxima sección y a efectos de estilizar el análisis se considera el nivel 5 comode máxima capacidad innovativa, los niveles 3 y 4 como intermedios y los niveles 1 y 2 como de ca-pacidad innovativa reducida.

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ciones. A esto se suma el hecho de que los agentes operan con racio-nalidad acotada e información imperfecta y que por lo tanto sus ideassobre las variables fundamentales que componen cada uno de los 6factores son aproximadas.

El indicador de capacidad innovativa presentado permite testear algu-nas hipótesis que se discuten habitualmente en la literatura con la uti-lización de un conjunto de variables auxiliares (Meyer-Krahmer, 1984;Santarelli y Sterlachini, 1990; Lassini, 1992; Malerba, 1993; Acs y Au-drescht, 1995; Rothwell y Dodgson, 1994; etc.). Algunas de las hipó-tesis evaluadas en la próxima sección son las siguientes:

H1. Cuando el ambiente local no tiene un adecuado grado de desarro-llo, la capacidad innovativa está asociada al tamaño de las firmas, tan-to en términos de facturación como de ocupación. Por el contrario,cuando el ambiente local tiene un adecuado grado de desarrollo, estenivel de asociación es más bajo o bien inexistente. En ese sentido, el“ambiente” disminuye el peso negativo que el tamaño pequeño de lasfirmas tiene en el acceso a factores innovativos (información, recursoshumanos calificados, etc.). En el caso del cuasi distrito de Rafaela, eltamaño no constituye una variable de diferenciación significativa.

H2. La capacidad innovativa de las firmas de Rafaela es relativamen-te independiente de la existencia de laboratorios formales de investi-gación y desarrollo.

H3. Debido a los desafíos competitivos del escenario de globalización,la capacidad innovativa está asociada con la dinámica en el mercadode las empresas.

H4. Si bien el desarrollo de las capacidades innovativas de las firmas nonecesariamente requiere un esfuerzo inversor importante, su sustenta-bilidad en un período largo debería estar asociada al flujo de inversiónen activos tangibles e intangibles durante un período de tiempo.

H5. La mayor presión competitiva de la globalización requiere un ma-yor desarrollo de la capacidad innovativa de las firmas con importanteinserción externa.

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Algunas hipótesis de trabajo que se discuten a partir de la muestra de firmas

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H6. La capacidad innovativa de los agentes es independiente del sec-tor en el que actúan.

El panel de firmas de Rafaela entrevistadas está constituido por 33agentes industriales de Rafaela que ocupan alrededor de 5.000 per-sonas y generan ventas anuales equivalentes a 350 millones de dóla-res. Se trata de firmas, con predominio de medianas, con un promediode ventas de 10.8 millones de pesos anuales por firma. La muestra deempresas seleccionada es ampliamente representativa de la industriade la ciudad, pues da cuenta de casi un tercio de las firmas (excluyen-do las microindustrias), del 81% del empleo y de una proporción simi-lar de las ventas industriales.

La mayor parte de estos agentes elaboran productos tradiciona-les (52% del total),22 un 24% fabrica bienes que pueden clasificarsecomo difusores de progreso técnico23 y una proporción similar estáconformada por autopartistas.24

En promedio las firmas del panel exportan un quantum de 1.3 mi-llones de pesos anuales, tienen un coeficiente de exportación (12.6%)similar al promedio de la industria manufacturera y significativamentesuperior al de las PyMES industriales, que oscila entre el 6 y el 7% delas ventas del estrato. En ese contexto, el 60% de las firmas o no ex-portan o tienen un coeficiente de exportación inferior al 6%, algo me-nos de un décimo exportan menos del 13% de sus ventas y el 30%supera significativamente ese nivel y determina en gran medida el ele-vado promedio del cuasi-distrito.

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22 La clasificación de productos utilizada (alimenticios, tradicionales, difusores de progreso técnicoy complejo automotriz) se basa en la taxonomía elaborada por Ferraz et al. (1996) Se trata de agen-tes que producen bienes de muy distinto tipo entre los que destacan alimentos (embutidos, carame-los y golosinas, lácteos), productos de madera, cueros curtidos, artículos de goma, envases(flexibles, de polietileno y de cartón corrugado), colchones, aberturas de chapa, tinglados, compre-sores, radiadores y máquinas para la industria de la madera. 23 Los agentes incluidos en este grupo elaboran diversos bienes de capital para la industria láctea,plantas para alimentos balanceados, máquinas seleccionadoras de semillas, instalaciones frigorífi-cas, tanques silos, laboratorios de lentes oftalmológicos y equipos de refrigeración industrial. 24 Entre los agentes del complejo automotor se incluyen empresas que elaboran válvulas de distin-to tipo, bombas de agua, aros e insertos, autopartes de dirección y suspensión, crucetas y tricetas,poleas y partes de motor.

3. El desarrollo de la capacidad innovativa en el cuasi-distrito de Rafaela

3.1. Los principales rasgos de las firmas del panel

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La asociación existente entre el número de ocupados de las fir-mas del panel y sus ventas es muy elevada (véase Cuadro 1). Ade-más, en el panel de firmas tienen un escaso peso los agentes demenor tamaño relativo: algo menos de un cuarto de las firmas ocupanmenos de 50 personas, un tercio entre 50 y 200 personas y el restomás de 200 personas.

Cuadro 1. Distribución de las firmas del panel por ocupación según ventas anuales

Estrato de ocupación

Ventas Menos Entre Entre Entre Más de Totalanuales de 10 10 y 50 50 y 100 100 y 200 200

Menos de 1 millón 0.83 0.33 0.00 0.00 0.00 0.14

Entre 1 y 3 0.17 0.42 0.40 0.00 0.00 0.18Entre 3 y 7 0.00 0.25 0.40 0.50 0.00 0.21Entre 7 y 18 0.00 0.00 0.20 0.50 0.14 0.17Más de 18 0.00 0.00 0.00 0.00 0.86 0.31

Total 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00 1.00

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

Es interesante notar que la mayor parte de las firmas del panel tienealgún grado de inserción externa. Así, sólo el 16% de los agentes noexportan, aumentando significativamente la proporción entre los demenor tamaño relativo. Como se aprecia en el Cuadro 2, el quantumexportado por las firmas del panel está equidistribuido: un quinto delas firmas tiene una incidencia baja, un porcentaje similar exporta en-tre 0.3 y 1 millón de pesos anuales, un cuarto entre 1 y 5 millones ycerca de un quinto exporta más de 5 millones. La asociación entremonto exportado y ventas es relativamente importante en los extre-mos de la distribución. Es decir, el 80% de las firmas con ventas infe-riores a 1 millón no exportan, mientras que dos tercios de las firmascon ventas superiores a 18 millones exportan más de 5 millones depesos anuales. Entre ambos extremos, la situación es más ambigua.

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Cuadro 2. Distribución de las firmas del panel por monto exportado según ventas anuales

Monto exportado (en millones de pesos)

Ventas No Menos Entre Entre Más Totalexportan de 0.3 0.3 y 1 1 y 5 de 5

Menos de 1 millón 0.80 0.20 0.00 0.00 0.00 1.0

Entre 1 y 3 0.25 0.13 0.38 0.25 0.00 1.0Entre 3 y 7 0.00 0.42 0.16 0.42 0.00 1.0Entre 7 y 18 0.10 0.20 0.30 0.40 0.00 1.0Más de 18 0.00 0.08 0.13 0.17 0.63 1.0

Total 0.16 0.20 0.19 0.25 0.19 1.0

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

La mayor parte de las firmas del panel tuvieron un muy adecuado dina-mismo, más allá de su tamaño. Entre las firmas que tienen un elevadodinamismo, el monto exportado no se diferencia significativamente deltotal del panel. Por el contrario, las de dinamismo negativo destacanpor una ausencia de exportaciones y por ventas externas menores a 1millón de pesos anuales.

Cuadro 3. Distribución de las firmas del panel por dinamismo según ventas

Dinamismo

Ventas anuales 1a 2b 3c Total

Menos de 1 millón 0.56 0.11 0.33 1.00Entre 1 y 3 0.29 0.69 0.14 1.00Entre 3 y 7 0.86 0.14 0.00 1.00Entre 7 y 18 1.00 0.00 0.00 1.00Más de 18 0.67 0.33 0.00 1.00

Total 0.64 0.24 0.12 1.00

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.Nota: 1a. Aumentaron sus ventas a lo largo de la década y sus exportacionesy no tuvieron caídas luego de la crisis mexicana. 2b. Idem 1a pero con caídasde ventas en el ultimo período. 3c. Caída de las ventas en la década.

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Cuadro 4. Distribución de las firmas por dinamismo según monto anual exportado (en millones de pesos)

Dinamismo

Exportaciones 1 a 2 b 3 c Total

0 0.14 0.09 0.50 0.16Menos de 0.3 0.29 0.09 0.00 0.20Entre 0.3 y 1 0.12 0.26 0.50 0.19Entre 1 y 5 0.24 0.35 0.00 0.25Más de 5 0.20 0.22 0.00 0.19

Total 1.00 1.00 1.00 1.00

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafae-la

Alrededor del 9% de las firmas de Rafaela pueden ser caracterizadascomo de elevada capacidad innovativa, mientras proporciones iguales(45.5%) pueden ser consideradas como de capacidad innovativa me-dia y baja.25 Esta situación resulta particularmente positiva cuando escontrastada con los resultados que se desprenden de un panel que in-cluye, además de las firmas rafaelinas, agentes que pertenecen a unsistema local avanzado (Mar del Plata), un área de escaso desarrollorelativo (Tres de Febrero) y firmas medianas del Polo Metropolitanocon sesgo exportador (Yoguel y Boscherini, 1999).26 Así, por ejemplo,en promedio la capacidad innovativa de las firmas de Rafaela es 44%

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25 En el grupo de elevada capacidad innovativa se consideran las firmas del grupo 5, en el de ca-pacidad media se agrupan los niveles 4 (15.5% del total) y 3 (30% del total), mientras que en el gru-po de reducida capacidad innovativa se agrupan los niveles 2 (24.2%) y el más reducido (21.3%).26 En el extremo negativo (Tres de Febrero) el 71% de las firmas pueden ser caracterizadas comode baja capacidad innovativa, un 29% como de capacidad innovativa intermedia, mientras que nose registran casos de elevado nivel. En el panel de firmas exportadoras, tampoco se registran ca-sos de elevado nivel de capacidad innovativa, el 60% adquiere un nivel reducido y el 40% restanteintermedio. Por el contrario, las firmas de Mar del Plata tienen una distribución más parecida al cua-si-distrito de Rafaela: 12% de elevado nivel, 49% de nivel intermedio y 39% de reducido nivel.

3.2. La capacidad innovativa de las firmas del panel. Una visión global

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superior a las localizadas en el partido de Tres de Febrero (Yoguel yBoscherini, 1999). A pesar de ello, los datos ponen de relieve que sibien en Rafaela la proporción de firmas con elevada capacidad inno-vativa es mayor, existe un porcentaje no despreciable de casos conreducido nivel. Es decir, el sendero evolutivo de los agentes pesa alevaluar las diferencias en su capacidad innovativa.

La distribución de las firmas del panel de acuerdo con los nivelesalcanzados en cada factor determinante de la capacidad innovativa:aseguramiento de la calidad, esfuerzos de capacitación, cooperacióntecnológica, grado de alcance de las actividades de desarrollo, parti-cipación de ingenieros y técnicos en los grupos de desarrollo y pesode los nuevos productos en la facturación se presenta en el Cuadro 5.

Cuadro 5. Distribución de las firmas de Rafaela según importancia alcanzadaen los factores que determinan la capacidad innovativa

Nivel de la variable

Factor Elevado Mediano Reducido Total

Capacitación 33 9 58 100Calidad 25 50 25 100Nuevos productos 12 39 49 100Alcance act. desarrollo 12 36 52 100% Ing. equipos desarrollo 6 30 64 100Cooperación tecnológica 37 47 16 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta especial a firmas deRafaela.Nota: El nivel 1 del factor se corresponde con el estrato elevado, los niveles 2y 3 se asignan al estrato medio y los niveles 4 y 5 (en los casos de los facto-res peso de ingenieros y alcance) se asignan al estrato reducido.

Como puede apreciarse, la proporción de firmas que alcanzan el me-jor nivel en cada una de estas variables difiere significativamente. Así,mientras el 37% (33%) de las firmas tienen el máximo nivel en el indi-cador de cooperación tecnológica (capacitación), las proporciones dis-minuyen significativamente en los restantes, dando cuenta de sólo el6% en el factor “peso de ingenieros en los equipos de desarrollo” y del

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12% en los factores “peso de nuevos productos en la facturación” y enel “alcance de las actividades de desarrollo”. El elevado nivel que al-canza el indicador de cooperación tecnológica es una manifestaciónde ciertas características positivas de este “ambiente” que permitencaracterizarlo como cuasi-distrito.

Por el contrario, la mayor “informalidad” y el carácter idiosincrási-co de estas actividades explica por qué no existen firmas que dispon-gan de la mayor proporción contemplada de ingenieros en el equipode desarrollo. Cuando se analizan los indicadores que tienen un nivelmuy reducido destacan los esfuerzos de capacitación (58% de las fir-mas),27 el alcance de las actividades de desarrollo (52%) y el peso delos ingenieros en el equipo de desarrollo (64%). Una evidencia de quela preocupación por el aseguramiento de la calidad ha estado muchomás presente como objetivo de las firmas de Rafaela que la búsque-da de competencias orientadas al desarrollo de capacidades innovati-vas se manifiesta en que la proporción de firmas que tienen el nivelmás reducido en el indicador de calidad es de sólo el 25%.

3.3 Los elementos diferenciadores del “ambiente local”

a) La asociación entre laboratorios de investigación y desarrollo y lacapacidad innovativa

La mayor parte de las firmas del panel carecen de laboratorios de in-vestigación y desarrollo, por lo cual llevan a cabo sus actividades in-novativas de modo difundido a lo largo de la organización. En esecontexto, la proporción de firmas que cuentan con laboratorio está po-sitivamente asociada con el nivel de ventas anuales (véase Cuadro 6).

El grado de formalidad de las actividades de desarrollo guardaasociación con el nivel alcanzado en la capacidad innovativa de las fir-mas (véase Cuadro 7). Así, mientras la totalidad de las firmas de ele-vada capacidad innovativa tienen laboratorio de I+D, la situación esopuesta entre las de reducida capacidad innovativa.

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27 La asociación entre el factor de capacitación medido por la proporción de personas involucradasy un indicador de la cantidad de horas implicadas en temáticas vinculadas con desarrollos y con elaseguramiento de la calidad es muy elevado. Así, mientras el 82% (73%) de las firmas de mayor ni-vel de capacitación en temas de desarrollos (calidad) tiene una dedicación promedio superior a las30 horas, la proporción alcanza al 36% (26%) entre las firmas con la menor proporción de personasinvolucradas.

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A su vez, mientras el 38% de las firmas que tienen laboratorio se ca-racterizan por una elevada capacidad innovativa y el 62% restante porun nivel medio, entre las firmas que carecen de laboratorio no existencasos de elevada capacidad innovativa, el 40% tienen un nivel medioy el 60% restante pueden ser caracterizados por un reducido nivel. Esdecir, a pesar de que los procesos innovativos tienen un carácter di-fundido en la organización, la formalidad tiene alguna importancia.

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Cuadro 6. Distribución de las firmas del panel por nivel de ventas según existencia de laboratorio de investigación y desarrollo

Ventas anuales (en millones de pesos)

Laboratorio Menos Entre Entre Entre Más Totalde 1 1 y 3 3 y 7 7 y 18 de 18

No 67 100 86 67 50 72Sí 33 0 14 33 50 28

Total 100 100 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta especial a firmas deRafaela.

Cuadro 7. Distribución de las firmas por capacidad innovativa según disponibilidad de laboratorios de I+D

Capacidad Tienen No tienen Totalinnovativa laboratorio laboratorio

Elevada 100 0 100Media 33 67 100Baja 0 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

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Cuadro 8. Distribución de las firmas por disponibilidad de laboratorios de RyD según capacidad innovativa

Capacidad Tienen No tienen Totalinnovativa laboratorio laboratorio

Elevada 38 0 9.0Media 62 40 45.5Baja 0 60 45.5

Total 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

A su vez, si bien el quantum del personal dedicado a desarrollos pa-rece ser un elemento directamente asociado con la capacidad innova-tiva de las firmas de Rafaela y una variable proxy del desarrollodiferencial de “competencias” en el interior de las mismas, el grado deexclusividad de estos recursos humanos no constituye una variable decorte entre las firmas de distinta capacidad tecnológica, lo que ponede manifiesto la preponderancia de los procesos de innovación infor-mal e incremental.28

b) El tamaño de las firmas y el desarrollo de la capacidad innovativa

Pese a que cuando se contrasta el panel de las firmas de Rafaela conel resto de las áreas (Tres de Febrero, Mar del Plata y firmas exporta-doras del Polo Metropolitano) no muestra una asociación entre el nivelde ventas de las firmas y el nivel de capacidad innovativa, la situaciónes diferente cuando se analiza el panel de Rafaela en forma aislada29

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28 Como se mencionó anteriormente, esta tendencia aparece contrarrestada a la vez debido a queel grado de disponibilidad de laboratorios específicos para desarrollar estas tareas constituye unavariable diferenciadora, revelando la existencia de factores formales ausentes en las otras experien-cias comentadas (r2=0.5).29 Para el total del panel de 245 firmas la capacidad innovativa está asociada con el tamaño de losagentes. Sin embargo, al utilizar variables censuradas el tamaño no es una variable significativaen Rafaela y Mar del Plata y sí lo es en el caso de las firmas de Tres de Febrero (Yoguel y Bos-cherini, 1999).

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(véanse cuadros 9 y 10). Así, por ejemplo, cierta asociación positiva en-tre ambas variables se aprecia al observar que mientras un tercio delas firmas con ventas superiores a 7 y a 18 millones de pesos anualestienen elevada capacidad innovativa, no existen firmas con ventas in-feriores que alcancen ese nivel de capacidad innovativa. Asimismo, laproporción de firmas de reducida capacidad innovativa va aumentandoal pasar de las firmas con mayor nivel de ventas (17% de los casos) alos agentes más pequeños (56% del total).

Cuadro 9. Distribución de las firmas del panel por tamaño según capacidad innovativa

Capacidad innovativa

Ventas anuales(millones de $) Elevada Media Reducida Total

Menos de 1 0 44 56 100Entre 1 y 3 0 38 63 100Entre 3 y 7 0 57 43 100Entre 7 y 18 33 33 34 100Más de 18 33 50 17 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta especial a firmas deRafaela.Nota: El nivel 1 del factor se corresponde con el estrato elevado, los niveles 2y 3 se asignan al estrato medio y los niveles 4 y 5 (en los casos de los facto-res peso de ingenieros y alcance) se asignan al estrato reducido.

Esta vinculación también se puede apreciar cuando se observa quedos tercios de las firmas de reducida capacidad innovativa tienen ven-tas inferiores a 3 millones de pesos mientras que una proporción simi-lar de los agentes de elevada capacidad innovativa tienen ventassuperiores a 18 millones de pesos anuales (véase Cuadro 10).

A pesar de la existencia de asociación entre la capacidad innova-tiva y el tamaño de las firmas de Rafaela, esta correlación es signifi-cativamente menor que en los casos en los que el sistema local nogenera sinergias positivas (Moori-Koenig y Yoguel, 1998).

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c) La cooperación tecnológica formal e informal

Las diversas formas bajo las que se manifiesta la cooperación empre-sarial constituyen múltiples y heterogéneas formas intermedias entrelas opciones tradicionales de gobierno de las transacciones, jerarquíao mercado. Desde esa perspectiva, son estrategias desplegadas porlos agentes tendientes a disminuir los riesgos del ambiente, a dar ma-yor seguridad a las funciones externalizadas, a flexibilizar las estruc-turas internas y sobre todo a aumentar las competencias necesariaspara llevar a cabo actividades innovativas. En el caso especial del pa-nel de firmas de Rafaela se aprecian importantes vínculos tanto for-males como informales con otros agentes e instituciones. Estasinteracciones resultan especialmente significativas cuando se lascompara con otros sistemas locales en la Argentina (Yoguel y Bos-cherini, 1999).

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Cuadro 10. Distribución de las firmas del panel por capacidad innovativa según tamaño

Capacidad innovativa

Ventas anuales(millones de $) Elevada Media Reducida Total

Menos de 1 0 27 33 27Entre 1 y 3 0 20 33 24Entre 3 y 7 0 26 20 21Entre 7 y 18 33 7 7 9Más de 18 67 20 7 18

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta especial a firmas deRafaela.Nota: El nivel 1 del factor se corresponde con el estrato elevado, los niveles 2y 3 se asignan al estrato medio y los niveles 4 y 5 (en los casos de los facto-res peso de ingenieros y alcance) se asignan al estrato reducido.

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La proporción de firmas del panel que registran un nivel elevado y me-dio del “factor de cooperación informal” con otros agentes es muy signi-ficativa: sólo en el 28% de los casos este factor es reducido (véaseCuadro 11). Los vínculos informales de las firmas del cuasi-distrito con-trastan cuando, utilizando una metodología similar, se los compara conlos resultados de estudios de caso efectuados recientemente en otraslocalidades. De tal modo, la proporción de firmas pequeñas y medianascon reducida cooperación informal localizadas en Capital Federal y elGran Buenos Aires duplicaba a las de Rafaela, y era aún más grave lasituación en el resto de los casos considerados (véase Cuadro 11).

Cuadro 11. Comparación entre los niveles de cooperación informal de Rafaela y de otras áreas urbanas

Cooperación Rafaela Capital GBA Córdoba Santa Mar del Bahía Campanainformal Fe Plata Blanca

Elevada 15 5 7 2 3 3 0 2Media 56 40 38 33 41 21 23 33Baja 28 55 55 65 56 76 77 65

Total 100 100 100 100 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta especial a firmas deRafaela.Nota: El índice de cooperación informal correspondiente a las localidades deCapital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mar del Plata, BahíaBlanca y Campana fue estimado para un panel de 600 empresas.

A su vez, a pesar de que el “factor de cooperación informal” tiene unaponderación de sólo un 3% en el indicador de capacidad innovativa(véase segunda sección), guarda alguna asociación con el nivel alcan-zado por el índice (véanse los cuadros 12 y 13). Así, mientras ningu-na firma de elevada capacidad innovativa tiene escasa cooperacióninformal, la proporción va aumentando del 22% en el caso de las decapacidad innovativa media al 40% entre las de baja capacidad inno-vativa. Asimismo, mientras alrededor del 40% de las firmas en las que

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Cooperación informal

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la cooperación informal es elevada o media tienen una capacidad in-novativa reducida, la proporción alcanza al 60% en el caso de las fir-mas con escasa cooperación informal (véase Cuadro 12).

Cuadro 12. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún temas en los que desarrollan vínculos informales

Capacidad innovativaCooperacióninformal Alta Media Baja Total

Elevada 34 14 13 15Media 66 64 47 56Baja 0 22 40 28

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

Cuadro 13. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún temas en los que desarrollan vínculos informales

Capacidad innovativaCooperacióninformal Alta Media Baja Total

Elevada 20 40 40 100Media 11 50 39 100Baja 0 33 67 100

Total 9 44.5 44.5 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

El estudio permite apreciar también la desigual vinculación existenteentre la capacidad innovativa de los agentes y cada uno de los ele-mentos que forman parte del indicador de cooperación informal. Así,

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por ejemplo, en el caso de Rafaela la mayor parte de los agentes man-tiene algún tipo de cooperación informal de características estables,más allá de la capacidad innovativa alcanzada (véase Cuadro 14).

Cuadro 14. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún estabilidad de los vínculos informales

Capacidad innovativaCooperacióninformal Alta Media Baja Total

Estables 67 57 60 60Inestables 33 43 40 40

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

Asimismo, un tercio de los agentes –más allá de su capacidad innova-tiva– mantienen vínculos semanales o diarios, lo cual refleja un gradode interacción importante (véase Cuadro 15).

Cuadro 15. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún frecuencia de los vínculos informales

Capacidad innovativa

Frecuencia Alta Media Baja Total

Diaria 33 0 0 3Semanal 0 36 33 31Mensual o trimestral 67 50 40 47Esporádica 0 14 27 19

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

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Las diferencias son importantes, sin embargo, cuando se analiza elnúmero de los agentes con los que se vinculan las firmas. Así, la pro-porción de firmas que se vinculan con muchos agentes disminuye sig-nificativamente al pasar de las firmas de mayor capacidad innovativaa las de menor nivel (véase Cuadro 16).

Cuadro 16. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún número de agentes con los que desarrollan vínculos informales

Capacidad innovativaNúmerode agentes Alta Media Baja Total

Muchos 100 36 7 28Algunos 0 64 66 59Uno o dos 0 0 27 13

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

A pesar de la importancia alcanzada por los vínculos informales, en lamayor parte de los casos las temáticas involucradas son poco impor-tantes o de escasa trascendencia. En esa dirección, es interesante se-ñalar que ninguna firma de elevada o mediana capacidad innovativadesarrolla vínculos con una complejidad temática muy importante(véase Cuadro 17).

Si bien puede considerarse embrionaria, la cooperación informal delas firmas de Rafaela alcanza niveles significativamente más importan-tes que la correspondiente a otras áreas geográficas de la Argentina.Esto pone de relieve, además, la importancia alcanzada por el plano derelaciones circunscrito al ámbito privado que en general es tenido encuenta en el diseño de acciones de política en el interior del cuasi-dis-trito. Así, en el caso de Rafaela el carácter articulado del ambiente localse manifiesta en el desarrollo de vínculos formales e informales orienta-dos a efectuar desarrollos. En ese sentido, el “ambiente” local puede ac-tuar como un operador de cuasi-mercado que facilita el desarrollo de lascompetencias faltantes, cataliza los procesos de aprendizaje, contra-

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rresta las debilidades de la cultura organizacional y disminuye las incer-tidumbres dinámicas que enfrentan las firmas (Camagni, 1991).

Es interesante señalar que el fenómeno de cooperación informal sepuede generalizar también a los agentes de menor tamaño relativo delcuasi-distrito. Así, un trabajo reciente que ha estudiado las relaciones in-formales de 202 firmas del cuasi-distrito, entre las que predominan lasmicroindustrias, ha puesto de manifiesto la significatividad que alcanzaeste fenómeno (Ascúa y Kantis, 1999). De esta manera, el 87% de lasfirmas cuenta con vínculos institucionales en el interior del cuasi-distritoindustrial de Rafaela, lo que se potencia si se tiene en cuenta que el60% de las firmas registran 3 o más vínculos institucionales.30

Si bien los mecanismos de cooperación informal son muy importantes,en el cuasi-distrito también se destaca la cooperación formal de losagentes con otras firmas e instituciones, en especial cuando se compa-

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30 Estos vínculos informales se han estudiado a partir de una metodología que apunta a evaluar laconformación de tramas productivas adaptando un software utilizado en distritos industriales sue-cos (Johannisson, 1995).

Cooperación formal

Cuadro 17. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún temas en los que desarrollan vínculos informales

Capacidad innovativa

Complejidad temática Alta Media Baja Total

Muy importantes 0 0 7 3Importantes 33 50 33 41Poco importantes 67 29 47 41De escasa trascendencia 0 21 13 15

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

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ran los resultados con otras áreas. En el desarrollo de esos vínculos re-sultan significativas las relaciones ubicadas en el plano privado-privado.Así, por ejemplo, para efectuar desarrollos de productos y procesos, lamitad de las firmas que se vincula con otros agentes priorizan a losclientes y proveedores (65%) y en mucha menor medida a las institucio-nes tecnológicas (15%) y a consultores externos (12%). En esa direc-ción, los agentes más significativos con los que las firmas se vinculanson los nacionales (61% de los casos), mientras que la importancia delos agentes locales es significativamente menor (15% del total). La fre-cuencia de los vínculos desarrollados por las firmas es significativa: enel 31% de los casos era mensual y en el 12% semanal o diaria.

La proporción de firmas que se vinculan con otros agentes aumen-ta cuando se consideran las mejoras de productos y procesos (55% deltotal). Nuevamente el peso de clientes y proveedores es significativo(62% del total), mientras que resulta más reducida la importancia de lasinstituciones tecnológicas (8%) y la de los consultores externos (12%).En este caso aumenta la importancia de los agentes locales (27%) y delos localizados en el exterior (23%), aunque los ubicados en el resto delpaís dan cuenta de la mitad del total. En casi un tercio de los casos loscontactos tienen una frecuencia mensual o menor.

La cooperación empresarial tendiente a conseguir o intercambiarinformación es significativamente más importante, ya que involucra al68% de las firmas. En este caso, la importancia de los clientes y pro-veedores es menor, ya que da cuenta de algo más de un tercio de loscasos los agentes que se vinculan con cámaras empresariales (16%de los casos), con centros de servicio u otras empresas (16%) y enmucha menor medida con consultores externos (3%). En este casoaumenta la importancia de los agentes locales (32%) y los localizadosen el MERCOSUR o en el resto del mundo (30%). La frecuencia de lasinteracciones formales también aumenta: 22% en forma mensual y32% semanal o menos.

d) El tipo de producto elaborado

En el caso de Rafaela las diferencias de capacidad innovativa de losagentes no están vinculadas con el tipo de producto elaborado porlas firmas y con los rasgos de los mercados a los que concurren. Porun lado, dos tercios de los agentes locales que producen bienes difu-sores de progreso técnico pueden ser caracterizados como de redu-cida capacidad innovativa, mientras que ninguno pertenece al grupode capacidad innovativa elevada. Asimismo, la proporción de firmas

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que alcanzan una elevada capacidad innovativa y que elaboran bie-nes tradicionales y autopartes es relativamente similar, poniendo demanifiesto que en el cuasi-distrito algunas firmas emprenden desa-rrollos que sobresalen por sobre los niveles medios en bienes en ge-neral no asociados a desarrollos tecnológicos importantes. Estoconstituye una característica compartida por el cuasi-distrito y algu-nos distritos industriales italianos que alcanzan una elevada posicióncompetitiva elaborando bienes tradicionales (zapatos, cerámicas,textiles). Así, en el marco del debate que existe acerca de las posibi-lidades de introducir innovaciones en actividades calificadas ex antecomo maduras, los resultados de este trabajo van en la dirección dela conveniencia de hablar de empresarios innovadores o pasivos másque de sectores con potencial innovador.

Asimismo, es interesante destacar que dos tercios de las firmasautopartistas tienen un nivel de capacidad innovativa medio y que lasfirmas de este sector son las que registran una menor proporción decasos en el grupo de reducida capacidad innovativa.31 Por el contra-rio, entre las firmas de muy baja capacidad innovativa tienden a pre-dominar las que producen bienes difusores de progreso técnico (50%)respecto de los bienes tradicionales (37,5%) y los destinados al com-plejo automotriz (12.5%). A su vez, mientras que más de la mitad delas empresas que elaboran bienes tradicionales y dos tercios de lasdel complejo automotriz tienen una capacidad innovativa elevada omedia, la proporción es de sólo el 14% entre los difusores de progre-so técnico. Por el contrario, el 57% de las firmas que producen bienesdifusores de progreso técnico tienen un índice muy bajo de capacidadinnovativa, proporción que alcanza a sólo el 27% de los productoresde bienes tradicionales y a un tercio de los que destinan bienes alcomplejo automotor (véase Cuadro 18).

e) El dinamismo de las firmas

En el marco de un dinamismo significativo de la mayor parte de losagentes a partir de la apertura de los noventa existen algunas diferen-cias de performance en el mercado interno entre las empresas de dis-tinta capacidad innovativa. Así, mientras la totalidad de las firmas de

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31 Por el contrario, en el estudio efectuado en el área de Tres de Febrero los resultados son opues-tos: la capacidad innovativa va aumentando al pasar de las firmas productoras de commodities ybienes tradicionales hacia los del complejo automotriz y los difusores de progreso técnico (Moori-Koenig y Yoguel, 1997).

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elevada capacidad innovativa registraron un aumento significativo desus ventas desde el plan de convertibilidad, la proporción –si bien sig-nificativa– cae a alrededor del 60% de las empresas de capacidad in-novativa media y baja. Asimismo, mientras sólo el 7% de las empresasde capacidad innovativa media tuvieron un dinamismo negativo, laproporción alcanza el 21% de las empresas de reducida capacidad in-novativa (véase Cuadro 19).

Cuadro 19. Distribución de las firmas por capacidad innovativa según dinamismo en el mercado

Capacidad innovativa

Dinamismo en el mercado Alta Media Baja Total

Aumento 100 60 57 63Estable 0 33 22 24Disminución 0 7 21 13

Total 100 100 100 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

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Cuadro 18. Distribución porcentual de las firmas por capacidad innovativasegún tipo de producto elaborado

Capacidad innovativa

Tipo de productos Alta Media Baja Total

Tradicionales 12 41 47 100Complejo automotriz 13 63 25 100Difusores de progreso técnico 0 38 62 100

Total 9 45.4 45.4 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela,y Ferraz et al., 1996.

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Debe señalarse, sin embargo, que la mayor parte de las firmas de ele-vado dinamismo pueden ser consideradas como de media y reducidacapacidad innovativa (véase Cuadro 20). Por lo tanto, la relativamenteescasa asociación existente entre la capacidad innovativa y la perfor-mance de las firmas del cuasi-distrito constituye un elemento interesan-te que refleja la existencia de un ambiente que estimula las dinámicaspositivas y la de mercados con distintos niveles de exigencia.

La heterogeneidad existente en el dinamismo de las firmas dealta y media capacidad innovativa está fuertemente asociada con lascaracterísticas de los productos elaborados y con el grado de concu-rrencia de los mercados en que operan. Por un lado pueden diferen-ciarse firmas que producen bienes tradicionales y que han mostradouna dinámica positiva en sus exportaciones; productoras de bienesdifusores de progreso técnico con retrocesos en el mercado externoe interno, y firmas que elaboran bienes relacionados con el comple-jo automotor que muestran un aumento en sus ventas externas ba-sando sus ventajas competitivas en un alto grado de especializaciónproductiva.

Cuadro 20. Distribución de las firmas por capacidad innovativa según dinamismo en el mercado

Capacidad innovativa

Dinamismo en el mercado Alta Media Baja Total

Aumento 15 45 40 100Estable 0 63 37 100Disminución 0 25 75 100

Total 9 45.5 45.5 100

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a firmas de Rafaela.

Para efectuar una discusión acerca de la vinculación existente entre lacapacidad innovativa de las firmas y el conjunto de factores y varia-

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3.4 Una visión sistémica de los resultados obtenidos

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bles discutidos hasta ahora se estimó una matriz de coeficientes decorrelación de Kendall (véase Cuadro 21).32

En esa dirección, los resultados permiten apreciar que el indicadorde capacidad innovativa de las firmas de Rafaela está fuertementeasociado con dos de los factores constitutivos: el grado de asegura-miento de la calidad y los esfuerzos de capacitación efectuados por lasfirmas,33 áreas en las que estuvo concentrada la mayor parte de la po-lítica pública dirigida hacia las PyMES argentinas. En tercer lugar, desta-ca el factor que mide el peso de los nuevos productos en la facturacióny la proporción de ingenieros y técnicos en el equipo de desarrollo(0.40) y el peso de los nuevos productos en la facturación. Por último,el nivel de cooperación tecnológica y el alcance de las actividades dedesarrollo tienen menores niveles de asociación.

Los datos del panel permiten afirmar también que la capacidad in-novativa de los agentes y su tamaño tienen una asociación positiva,aunque menor a la que se registra en las áreas de menor desarrollorelativo (Moori-Koenig y Yoguel, 1998). La mayor capacidad innovati-va de las firmas con ventas más elevadas podría ser la respuesta deestos agentes frente a la mayor presión competitiva existente en losmercados en los que concurren. Esta evidencia, que ya se había dis-cutido en la sección anterior, no permite confirmar la primera hipótesisdel trabajo.

A pesar de que en Rafaela se llevan a cabo actividades innovati-vas con fuerte grado de informalidad, la presencia de laboratorios deinvestigación y desarrollo constituye una variable diferenciadora entrefirmas de desigual capacidad innovativa. En ese sentido, la causalidadexistente entre ambas variables podría hacer pensar que las firmas demayor capacidad innovativa deben resolver crecientemente proble-mas más complejos que las obliga a ir incorporando una estructuramás formal de investigación y desarrollo. Se rechaza por lo tanto la se-gunda hipótesis del trabajo.

Es interesante notar que si bien la presencia de laboratorios de in-vestigación y desarrollo no está asociada con el tamaño de las firmas,

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32 El análisis de correlación no paramétrica considera todo el rango de variación definida para lasvariables, factores e indicadores. En especial, en el caso de la capacidad innovativa se toman encuenta los 5 intervalos para los que se define el indicador. Sin embargo, en la mayoría de los casosla aceptación o rechazo de la hipótesis de asociación es independiente del nivel de agregación dela capacidad innovativa, lo que refuerza las conclusiones alcanzadas anteriormente. 33 En todos los casos la hipótesis nula de ausencia de asociación se acepta para probabilidades su-periores al 5%.

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es determinante para explicar las diferencias en el aseguramiento dela calidad de las firmas el grado de alcance de las actividades de de-sarrollo y el peso de los nuevos productos en la facturación. En menormedida, la existencia de laboratorios es mayor en las firmas con ma-yor presencia de ingenieros en el equipo de desarrollo y en las quedespliegan mayores acciones de cooperación tecnológica formal.

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Cuadro 21: Cuasi-distrito de Rafaela. Coeficientes de correlación de Spearman entre las variables y los indicadores considerados

(sólo se indican los valores estadísticamente significativos con una probabilidad inferior al 5%)

A B C D E F G H I K L M

A – 0.47 0.55

B 0.47 – 0.42 0.39 0.77 0.38 0.32 0.51

C 0.42 – 0.35 0.39 0.39 0.40 0.42 0.33 0.36 0.35

D 0.39 0.35 – 0.40 0.44

E 0.39 0.27 0.40

F 0.39 0.35 0.39 0.28 0.36

G 0.55 0.77 0.40 0.40 0.27 0.35 0.32 0.32 0.26 0.44

H 0.38 0.42 0.32 0.61

I 0.33

K 0.39 0.32

L 0.32 0.36 0.28 0.26 0.61

M 0.51 0.35 0.44 0.40 0.36 0.44

Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Encuesta a un panel de firmasdel cuasi-distrito de Rafaela.Nota: A. Esfuerzos de capacitación. B. Grado de aseguramiento de la calidad.C. Participación de ingenieros y técnicos en el equipo de desarrollos. D. Par-ticipación de los productos desarrollados desde comienzos de los noventa enla facturación de la firma en 1996. E. Alcance de las actividades de desarro-llo. F. Cooperación tecnológica. G. Índice de capacidad innovativa. H. Factu-ración anual en 1996. I. Dinamismo en los noventa. K. cooperación informal.L. Monto exportado. M. Laboratorios de investigación y desarrollo.

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El tamaño de los agentes (ventas anuales) no sólo está asociadopositivamente con el nivel de la capacidad innovativa, sino tambiéncon dos de sus factores constituyentes: el aseguramiento de la calidady el peso de los ingenieros en los equipos de desarrollo, y en menormedida con el monto exportado por las firmas.

Se puede apreciar asimismo que el factor de cooperación no es-tá asociado con el tamaño de los agentes, poniendo de relieve en elcaso de Rafaela la fuerte generalización de estas actividades al con-junto de los agentes. En ese marco, las firmas que efectúan mayorescooperaciones con otros agentes e instituciones son las que tienenuna mayor proporción de ingenieros en los equipos de desarrollo, lasque tienen los mayores niveles de exportaciones y las que suelen te-ner laboratorios de investigación y desarrollo.

A su vez, la cooperación informal efectuada por los agentes semanifiesta por igual en firmas de muy desigual tamaño, sector y mon-to exportado. Es interesante notar que el nivel alcanzado por la coo-peración informal de las firmas no depende del peso de los ingenierosen los equipos de desarrollo y que no se refleja en diferencias en el al-cance de las actividades de desarrollo, en el peso de los nuevos pro-ductos en las ventas, en el aseguramiento de la calidad alcanzado yen el desarrollo diferencial de actividades de capacitación.

Debe señalarse, además, que los factores que determinan el ín-dice de cooperación informal (frecuencia de los vínculos, estabilidad,número de agentes y complejidad de las relaciones informales) no sevinculan en general con ninguno de los indicadores y variables consi-derados. Así, con la excepción de las firmas que se vinculan con unmayor número de agentes que alcanzan un mayor aseguramiento dela calidad, tienen una mayor proporción de ingenieros en el equipo dedesarrollo o tienen un mayor alcance de las actividades de desarrolloy una mayor capacidad innovativa, ni la frecuencia de los vínculos in-formales, ni la estabilidad y complejidad alcanzada por los mismos pa-rece ser una variable diferenciadora de las firmas.

Por último, si bien no existe una asociación lineal entre el coefi-ciente de exportación y la capacidad innovativa de los agentes,34 de-be señalarse que mientras que algo más de la mitad de las firmas de

Gabriel Yoguel y María Lopez

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34 La probabilidad de aceptar la hipótesis nula de ausencia de asociación entre el coeficiente de ex-portación con la capacidad innovativa y la ocupación de las firmas es muy elevada: 45% y 46% res-pectivamente. Debe señalarse que el coeficiente de exportación sólo guarda una asociación positivacon el monto exportado por los agentes, no existiendo vinculación alguna con el resto de los facto-res y variables considerados en la investigación.

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reducida capacidad innovativa no exportan, la proporción es de unquinto entre las de capacidad innovativa media, y nula entre las de ca-pacidad innovativa elevada. A su vez, un tercio de las firmas de eleva-da capacidad innovativa tienen un coeficiente de exportación superioral 30%, proporciones que descienden al 20% en los casos de las decapacidad innovativa media y al 7% de las de capacidad innovativa re-ducida. Esta evidencia confirma la sexta hipótesis del trabajo.

La industria manufacturera de Rafaela ha tenido una mejor adaptaciónfrente a los aumentos de la presión competitiva del nuevo escenariorespecto de la evolución industrial de la provincia de Santa Fe y delpromedio industrial nacional. Este desempeño se explica no sólo por elsendero evolutivo y la conducta microeconómica de los agentes, sinotambién por el dinamismo y el rol protagónico de sus instituciones. Eneste sentido, el área de Rafaela constituye un ejemplo de que la inte-racción mutua de agentes económicos e instituciones es un requisitopara el desarrollo local, para el desarrollo de procesos de innovación ypara la creación de externalidades.

La exitosa performance de la industria del cuasi-distrito tambiénse explica debido a que el tejido industrial logró compensar diferentesdesventajas de localización, a partir de algunas características del“ambiente local” que han contribuido a determinar sus estrategias ypotencialidades de desarrollo productivo. Entre los principales ele-mentos se destacan la existencia de recursos humanos calificados, re-ducido nivel de conflicto laboral, prácticas de flexibilidad interna y lapresencia de instituciones que dan lugar al desarrollo de externalida-des positivas. Un hecho relevante es la forma de participación de lasempresas en el apoyo de la acción del gobierno municipal y de las au-toridades provinciales. En la concreción de esta atmósfera industrialconvergen acciones desarrolladas por las empresas y otras implemen-tadas por un conjunto muy amplio de instituciones y agentes que cons-tituyen el environment o entorno próximo del cuasi-distrito, elementosque han fortalecido el ambiente local y han posibilitado la maduraciónde un proceso de internacionalización. Esto se ha manifestado en elparalelelismo existente entre el desarrollo empresarial institucional y elnivel institucional alcanzado por el sector público local, que en este úl-timo caso se manifiesta en el rol alcanzado por la figura del denomi-nado “trabajador social productivo”.

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4. Conclusiones

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En este trabajo se desarrolló un indicador que apunta a medir lacapacidad innovativa de las firmas colocando especial énfasis en eldesarrollo de competencias, en el impacto de los nuevos productos enla facturación y en la cooperación tecnológica. Los factores que cons-tituyen el indicador de capacidad innovativa han sido la resultante demúltiples pruebas de simulación y han sido adaptados en diversos es-tudios, si bien tenían un sendero evolutivo previo. En la investigaciónse muestran las ventajas de estimar un indicador cuyos elementosconstituyentes puedan ser definidos en términos absolutos. A su vez,se analiza la conveniencia de diseñar un indicador de capacidad inno-vativa cuyos intervalos de clase se construyan a partir de un conjuntode casos que luego pueden ser susceptibles de comparación. El indi-cador de capacidad innovativa presentado se puede completar con unconjunto de indicadores desarrollados recientemente para estudiar elgrado de desarrollo institucional y su impacto sobre la dinámica de lasfirmas (Sepúlveda, 1999).

Es interesante subrayar que la ampliación del panel de firmas res-pecto del estudio de caso previo (Boscherini et al., 1998) permitiócomplejizar el análisis y modificar algunas de las hipótesis planteadasanteriormente. En primer lugar, debe señalarse que dos hipótesisplanteadas en la investigación (ausencia de asociación entre la capa-cidad innovativa tanto con el tamaño de los agentes como con la exis-tencia de laboratorios formales de I+D) no pudieron ser corroboradas.Por el contrario, el tamaño parece ser una variable diferenciadora defirmas de desigual capacidad innovativa y por otro lado las firmas conlaboratorios tienden a mejores niveles relativos de capacidad innova-tiva. Pese a ello, el tamaño constituye una variable menos diferencia-dora de la capacidad innovativa que en áreas con menor generaciónde externalidades. Así, la consideración de una base de datos que in-cluye la presentada en este estudio junto con firmas localizadas enáreas con menor generación de externalidades permite modelizar elvínculo entre el tamaño de los agentes considerada como variable ins-trumental y la capacidad innovativa de los mismos. En esos modelosel tamaño de los agentes de Rafaela y de la localidad de Mar del Pla-ta no constituye una variable de corte significativa de diferenciación(Yoguel y Boscherini, 1999). La vinculación entre la capacidad innova-tiva y la presencia de laboratorios no se aleja de lo prescripto por lateoría y estaría indicando que, más allá del carácter incremental de losprocesos de innovación, existe un umbral mínimo de formalidad re-querida para que los conocimientos se puedan codificar en el interiorde la firma.

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El estudio de caso pone de relieve la importancia que alcanza enel cuasi-distrito la cooperación informal entre agentes. En especial, es-tos niveles son muy significativos cuando se los compara con los ob-tenidos recientemente en otras áreas urbanas. En ese sentido, lainterrelación de los planos privado-privado en Rafaela constituye unelemento diferenciador de este sistema local. A su vez, a pesar de lamuy reducida ponderación de la cooperación informal en el índice decapacidad innovativa, existe una fuerte correlación positiva entre am-bos elementos, expresión de que estos procesos informales son im-portantes. Sin embargo, se trata de un fenómeno aún embrionario quese manifiesta en la aún escasa complejidad que alcanzan estas inte-rrelaciones informales.

Más allá de que las firmas de Rafaela tienen en promedio una ele-vada capacidad innovativa, el estudio también ha puesto de manifiestoque en el interior del cuasi-distrito existen algunas heterogeneidades.El sendero evolutivo y la historia previa cuentan y se constituyen enfactores diferenciadores que no pueden ser sustituidos por las exter-nalidades generadas en el sistema local. Así, en el interior de un sis-tema local sería posible identificar clusters de agentes de distintacapacidad innovativa, cuyos desarrollos diferenciales pueden ser ex-plicados por algunos de los elementos ensayados en esta investiga-ción: grado de aseguramiento de la calidad, perfil de calificación delpersonal ocupado, esfuerzos de capacitación, grado de cooperacióntecnológica y de internalización de conocimientos genéricos y tácitosde otros agentes, tipo de productos elaborados, alcance de las activi-dades de desarrollo.

En esa dirección, debería evaluarse desde la perspectiva del di-seño de acciones de política el efecto madurativo de este tipo de vin-culaciones, aún embrionarias, sobre el desarrollo competitivo delsistema local. Adicionalmente, debería explorarse la posibilidad de di-señar instrumentos de política que partiendo de las interrelacionesexistentes apunten a profundizar la vinculación privado-privado entrefirmas e instituciones y la vinculación privado-pública a partir de la in-tervención del conjunto de instituciones que funcionan en el área.

La fuerte vinculación entre el monto exportado y la capacidad in-novativa de las firmas es un punto interesante que contradice los ha-llazgos de otras investigaciones en el caso argentino, efectuadas enPyMES exportadoras localizadas en el Polo Metropolitano (Yoguel yBoscherini, 1996). En ese sentido, ello sería congruente con un perfilde inserción externa de Rafaela significativamente más complejo, conun menor peso de bienes intensivos en recursos naturales en la ca-

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nasta de productos exportados y en los que el desarrollo de procesosde aprendizaje tácito y codificado tienen una importancia menor.

Esta investigación ha generado también un conjunto de interro-gantes que requieren de ulteriores desarrollos teóricos y estudios decaso específicos. Una de las cuestiones alude a entender cómo sonincorporadas las externalidades por las firmas, cuáles son las com-petencias mínimas necesarias y cuál es el rol del tejido social en lacirculación de conocimiento codificado y tácito. Otro de los interro-gantes es tratar de conceptualizar cuáles son los límites de un sen-dero acumulativo de formación de competencias alimentado porvínculos informales.

Por último, la vinculación entre la capacidad innovativa de las fir-mas y el tipo de productos elaborados sugerida por el trabajo de cam-po requiere de avances adicionales para analizar las vinculacionesentre el desarrollo de la capacidad innovativa y las características delos mercados en los que compiten estas firmas. En ese sentido, unpunto que requiere un ulterior desarrollo es la relación entre las exi-gencias específicas de los mercados, la necesidad de incorporar com-petencias y la utilización del ambiente local. ❏

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Gabriel Yoguel y María Lopez

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Redes de CooperaciónInternacional

DOSSIER

REDES, Vol. VII, No. 15, agosto de 2000, pp. 95-150

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La cooperación internacional se haincorporado progresivamente en losprocesos de generación deconocimientos, desarrollo detecnologías y de innovación, hastaconvertirse actualmente en uncomponente intrínseco de estosprocesos. El impacto de ladimensión internacional puedeapreciarse analizando multitud deindicadores, desde losbibliométricos hasta losrelacionados con las alianzasestratégicas de las empresas (Childy Faulkner, 1998; Zander, 1999;Gómez et al., 1999).

El creciente papel de lacooperación internacional en eldesarrollo científico y tecnológico,así como en la internacionalizaciónde las instituciones y de lasempresas, ha catalizado cambiosprofundos en los modelos decooperación, en sus modalidades yen sus instrumentos. Dentro de losinstrumentos, las redes decooperación emergen con fuerza enlos últimos diez años, destacandopor su versatilidad y eficacia, y seconsolidan como un instrumentogeneralizado y valorado por losagentes promotores de la

cooperación internacional y por susactores (Albornoz y Estébanez,1998; Sebastián, 1998).

La evolución en la forma deconceptualizar y en las funciones delas redes de cooperación permiteconcluir que las mismas no sóloconstituyen un instrumento para lacooperación, sino quecrecientemente se perciben y seutilizan como un modelo organizativopara el fortalecimiento institucional,para la articulación de los sistemasnacionales de innovación y para lainternacionalización de los mismos.

Naturaleza de las redes de cooperación

Las redes de cooperación sepueden definir como asociacionesde interesados que tienen comoobjetivo la consecución deresultados acordados conjuntamentea través de la participación y lacolaboración mutua.

Las redes implican laexistencia de asociados, que sonlos actores o nodos, vinculadossobre la base de sumar esfuerzospara la consecución de objetivos

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* Centro de Información y Documentación Científica, Consejo Superior de Investigaciones Científi-cas, España.

Las Redes de Cooperación como modelo organizativo y funcionalpara la I+D

Jesús Sebastián*

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compartidos, la complementaciónde sus capacidades y la sinergia desus interrelaciones. La vinculaciónse sustenta en una estructurahorizontal de coparticipación,colaboración y corresponsabilidadde cada uno de los asociados conrelación a un plan de acción.

Las redes pueden entendersecomo incubadoras de cooperación,donde las interacciones,colaboraciones y transferenciasentre los asociados contribuyen agenerar multitud de productos yresultados, tanto tangibles comointangibles.

El concepto de red decooperación así definido puedeaplicarse de una manera amplia auna gran diversidad deorganizaciones, existiendo unafrontera difusa que permita delimitarel mismo. Quizá la acotación quepuede realizarse con relación alconcepto de redes de cooperación serefiere a la existencia de objetivoscomunes bien definidos y a laexistencia de un plan de acción quecompromete a cada uno de losasociados de una manera activa.Estas condiciones pueden diferenciarlas redes de cooperación de otrasmodalidades organizativas, donde lageneralidad de los objetivos y lavinculación más o menos laxa de losasociados no implica un compromisoactivo en un proyecto común.

Tipología de las redes de cooperación

La tipología de las redes varía enfunción del criterio que se utilice

para su clasificación. Existen, almenos, cuatro criterios que sepueden utilizar: ¿Quién se asocia?,¿Para qué se asocian?, ¿Cuál es elámbito de la asociación? y ¿Cuál esla naturaleza de la asociación?

Con relación a quién seasocia, los nodos de las redespueden estar constituidos porindividuos: profesores,investigadores, tecnólogos,gestores, etc. Pueden estarconstituidos por grupos deinvestigación y, en tercer lugar, porinstituciones, centros de I+D,empresas y cualquier otro tipo deorganización.

La tipología de las redes conrelación al objetivo de la asociaciónes muy variada. Se puedenconsiderar, entre otras, las redes deinformación y comunicación, lasredes académicas, las redestemáticas, las redes de investigación,las redes de innovación y las redesde servicios tecnológicos.

Las redes de información ycomunicación se basan en redeselectrónicas a través de las cualeslos asociados intercambianinformaciones y datos. Suelen estarimplícitas en todos los otros tipos deredes, pero también pueden existirpor sí mismas, sin que exista uncontacto personal entre losasociados, sino simplemente uninterés común en intercambiarinformación en un ámbito de la I+D.Estas redes son muy generalizadasentre los investigadores yespecialistas de múltiples campos,puesto que permiten unapermanente actualización deinformaciones, conocimientos y

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DOSSIER

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resultados científicos, más difícil demantener a través de otros mediostradicionales, como las publicacionescientíficas o los congresos. Este tipode redes puede tener una granamplitud de asociados, los cualespueden ser más o menos pasivos,tanto en la utilización de la red,como en las contribuciones a losespacios para la discusión quepueden abrirse en las mismas.

Las redes académicas suelenestar centradas en la educaciónsuperior, con una tendenciacreciente a implicarse en lamovilidad y el intercambio deestudiantes y profesores, así comoen los estudios de posgrado y enlos intercambios de experiencias ymodelos de gestión universitaria.Estas redes pueden estarconformadas por universidades, pordepartamentos o por profesores einvestigadores universitarios.Actualmente existe una granproliferación de redes académicasmotivada por la generalización delobjetivo de la internacionalizaciónentre las universidades de todos lospaíses. Sin embargo, es precisoconsiderar el riesgo de que lasredes institucionales universitariasse conviertan en un simple espaciopara las relaciones internacionalesde las autoridades académicas, enlugar de constituir espacios para lacooperación en los que segaranticen las interacciones yactividades conjuntas dedepartamentos universitarios yprofesores a través de la concreciónde objetivos y de loscorrespondientes apoyosfinancieros.

El programa ALFA de la UniónEuropea está siendo especialmenteactivo en la proliferación de redesacadémicas eurolatinoamericanas,facilitando los intercambiosacadémicos y la organización deactividades de posgrado. Algunasredes académicas, como CINDA y elGrupo de Montevideo, han sidoespecialmente activas en laconcreción de estos espacios parala cooperación internacional.

En las redes temáticas elinterés común está centrado en untema científico, tecnológico o degestión de la I+D, y se sustenta enla adscripción de asociados que seidentifican con este tema. Lavariedad de estas redes es casiinfinita, como lo es la diversidad yespecificidad de los temas quepueden concitar el interés de losactores de los sistemas deinnovación.

Existe gran cantidad deejemplos de redes temáticas,ampliamente desarrolladas por elPrograma CYTED en el ámbitoiberoamericano a partir de 1991.

En las redes temáticas nosuele haber un proyecto deinvestigación común, sino que losintereses de los asociados en tornoa un tema se explicitan a través deuna amplia gama de actividades,como el intercambio de informacióny experiencias, la creación debases de datos, el intercambio ymovilidad de los investigadores, laformación de recursos humanos ysu especialización, la capacitación yhomologación metodológica, lacoordinación de las líneas deinvestigación, la transferencia de

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REDES DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL

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conocimientos y tecnologías y lageneración de proyectos conjuntosde investigación.

Las redes de investigación,también llamadas laboratorios sinparedes, constituyen un tipo de redque está en plena expansión,motivada por la incorporación de lacultura de la cooperación en losgrupos de investigación y por laexistencia de instrumentosespecíficos que favorecen lacreación de este tipo de redes,como son en el ámbito europeo elPrograma Marco de I+D de la UniónEuropea y, en el ámbitoiberoamericano, el Programa CYTED.

Las redes de investigación sonasociaciones de grupos de I+D parael desarrollo de actividades deinvestigación y desarrollotecnológico, generalmente a travésde proyectos conjuntos. Compartencon las redes temáticas muchos desus planteamientos y modalidadesde actividades, pero se diferencianen que existe un proyecto deinvestigación común, en el quecada nodo de la red aportacomplementariedad para laconsecución de los objetivos. Lofundamental en las redes deinvestigación es lacomplementariedad de capacidadesy un adecuado reparto de tareas.

Las redes de investigaciónestán transformando los modos deproducción del conocimiento y de latecnología al revalorizar lacolaboración, posibilitar latransdisciplinaridad, colaborar a lainternacionalización de lascomunidades científicas y permitirabordar objetivos de I+D de mayor

amplitud. Las redes de investigaciónno solamente facilitan el desarrollode proyectos conjuntos, sino quefavorecen otros procesos quecontribuyen al beneficio mutuo delos participantes, como es el casode la mejora de las capacidadespropias en el dominio de métodos ytécnicas experimentales, el acceso auna instrumentación másdiversificada, la rápida transferenciade resultados, la sinergia que seproduce al aumentar la masa críticay una mayor visibilidad internacionalde los grupos de I+D.

Las redes de innovación secaracterizan por la heterogeneidadde los actores que las componen,reflejando la complejidad y lanecesidad de interacciones quesuelen requerir los procesos deinnovación. Con una mayor o menoramplitud, se están desarrollando demanera creciente, especialmente enlos países de mayor desarrollotecnológico.

Las redes de innovacióncontribuyen a facilitar lasinteracciones entre los entornoscientíficos, tecnológicos,industriales, financieros y demercado, mostrando su utilidadtanto en el ámbito de la innovaciónde productos, procesos y servicios,como en el de la difusióntecnológica en diferentes sectoresproductivos. Las redes deinnovación se inscriben dentro delconcepto de redestecnoeconómicas definidas porCallon y colaboradores (1992) ymuestran la importancia deinstituciones de interfase implicadasen estos entornos.

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Una variante de las redes deinnovación, pero que tienecaracterísticas propias, son lasredes de servicios tecnológicos. Enestas redes se asocianorganizaciones que ofertanservicios tecnológicos y que através de la red amplían la oferta deservicios, facilitando la satisfacciónde las demandas de los usuarios.

Los diferentes tipos de redesmuestran solamente la diversidadasociada a los objetivos de lasmismas, existiendo redes quecomparten diferentes objetivos yque son combinaciones e híbridosde los tipos que se han definido. Enrealidad las redes son uno de losinstrumentos que mejor se puedenadaptar a las modalidades decooperación “a la carta”, que estándominando el escenario de lacooperación internacional.(Sebastián, 2000).

El tercer criterio para laclasificación de las redes se refiereal ámbito geográfico. Se puedendiferenciar redes nacionales,regionales e internacionales.

El concepto de red nonecesariamente requiere tener unadimensión internacional. Las redesnacionales constituyen uno de losmejores instrumentos para facilitarla coordinación de los grupos de I+D

y de las instituciones para optimizarlas infraestructuras para la I+D ypara poder abordar temascientíficos y tecnológicos deenvergadura e interés nacional.

El fomento de las redesnacionales no ha estado presenteen los esquemas habituales definanciación de la I+D en la mayoría

de los países. Estos esquemas sehan basado más en la cultura de lacompetitividad que en la cultura dela cooperación. Sin embargo, elreconocimiento del papel de lasredes nacionales y su fomentoserán probablemente en el futurouno de los objetivos de las políticascientíficas y tecnológicas parafavorecer la complementariedad delas capacidades científicas ygarantizar una mayor eficacia yeficiencia en los sistemasnacionales de innovación.

Las redes regionales, bien enun ámbito nacional o internacional,tienden también a generalizarsepara potenciar los recursosexistentes y mejorar la cohesiónterritorial. Constituyen un importanteinstrumento para compensar losdesequilibrios en la distribución delos recursos y capacidades para laI+D que existen en todos los países,independientemente de su nivel dedesarrollo científico y tecnológico.

Las redes internacionales decooperación incluyen actores dediferentes países, revalorizando lamultilateralidad en la cooperación yfavoreciendo los procesos deinternacionalización, codesarrollo ytransferencia internacional detecnología.

Con relación a la naturaleza delas redes, éstas pueden serformales e informales, dependiendodel marco en el que se constituyen.En el primer caso existe un marco através de acuerdos, convenios ocontratos de diferente tipo, biencomo consecuencia de inscribirselas redes en programas de ofertade cooperación de agencias y

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organismos internacionales o bienen convenios intergubernamentaleso interinstitucionales.

Las redes informales se basanen el acuerdo voluntario de losparticipantes sin que exista unmarco formal explícito. La mayoríade las redes de información ycomunicación son de naturalezainformal, mientras que los otrostipos de redes suelen requerir algúntipo de formalización, especialmenteal implicar la necesidad de recursosfinancieros propios o externos parael desarrollo de sus actividades.

La naturaleza de los asociadosen las redes implica tanto que éstaspuedan ser de organismos delsector público, privadas o mixtas.Con relación a la dimensióntemporal, las redes pueden teneruna vocación permanente otemporal en función de lanaturaleza de los objetivos.

Oportunidades y limitaciones delas redes de cooperación

El éxito de las redes comoinstrumento para la cooperación sefundamenta en una serie deventajas derivadas de su carácterflexible y transitorio. Estascaracterísticas confieren a las redesuna gran versatilidad y no plantean,en general, los problemas desustentabilidad posteriores a lafinalización de su existencia comoorganización formal, presentes enotras modalidades de cooperacióninternacional.

Otra ventaja es el carácterhorizontal de la organización, lo que

confiere el protagonismo a todos losactores y permite múltiplesliderazgos en función de losdiferentes tipos de actividad que sedesarrollan. Las actividades segeneran por mecanismos de "abajoa arriba", lo que es una garantíapara su viabilidad. Lacomplementariedad de losasociados permite una asociaciónen la que se sumen capacidades,se faciliten procesos detransferencia de conocimientos enel interior de la red y se garanticenbeneficios mutuos.

Desde el punto de vistafinanciero, las redes requierenfinanciamientos relativamentemenores que otras modalidades decooperación, puesto que losasociados pueden haceraportaciones basales que se ponenen común. De igual modo, las redespermiten una diversificación defuentes de financiamiento externocon relación a las diferentesactividades que desarrollan,constituyendo organizaciones queestán en buenas condiciones paraoptar a otras oportunidades definanciación, además de lasprevistas inicialmente para laconformación de la red.Probablemente las redesconstituyen el instrumento decooperación que tiene una mejorrelación costo/beneficio. A pesar deestas ventajas, las redes no debenconsiderarse como el instrumentoque puede ser de mayor utilidad entodas las circunstancias y paratodos los objetivos de lacooperación. La generalización y lamoda de las redes no deben incitar

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a las instituciones a participar enellas de manera indiscriminada ypoco selectiva. Como paracualquier otro instrumento decooperación, la participación debeser una decisión que se adoptadespués de evaluar su utilidad eimpacto desde el punto de vista delos objetivos institucionales.

Para determinadas actividadesde cooperación académica ycientífica, la bilateralidad siguesiendo una alternativa válida y quese acomoda mejor a determinadosobjetivos que la creación forzada deuna red con la complejidad quesupone el incremento del númerode contrapartes.

Las redes de cooperaciónplantean una serie de dificultadesque deben analizarse en elmomento de la organización de lared y durante su desarrollo. Laprimera dificultad suele relacionarsecon la idoneidad de la red, comoestructura organizada, con losobjetivos planteados y los resultadosesperados. Adicionalmente, lasdificultades aumentan con laexcesiva amplitud y generalidad delos objetivos. Estas circunstanciaspueden conducir a la dispersión yatomización de actividades con unaescasa eficacia.

La segunda dificultad seplantea cuando existe una excesivaheterogeneidad entre los asociados,siempre que no haya unajustificación para estaheterogeneidad, como ocurre en lasredes de innovación. Laheterogeneidad se relaciona con lasasimetrías en las capacidades yaportaciones de los asociados. Las

redes tienen una cierta elasticidad ypueden absorber ciertos grados deasimetría pero, cuando ésta esexcesiva, puede dar lugar a lapérdida gradual del interés de losparticipantes, con la consiguienteseparación de algunos de ellos o ladilución de la red.

La cuestión de la simetría/asimetría en la composición de lasredes es especialmente relevantecuando se asocian grupos de I+D oinstituciones con desigual nivel dedesarrollo. Si bien las redes sonuna buena opción para mejorar lacohesión y aumentar los niveles delos asociados a través deactividades de capacitación ytransferencia, se debe, en estoscasos, considerar explícitamenteeste objetivo entre los miembros dela red, para que no se generenconflictos por la progresivaaparición de velocidades doblesdurante su desarrollo.

La tercera dificultad suelesurgir del desigual compromiso delos participantes, incluyendo el delcoordinador o gestor de la red. Elincumplimiento de los compromisoserosiona el interés de losparticipantes y destruye lasposibilidades que ofrece un espaciopara la cooperación que seconstruye sobre la base de lavoluntariedad y el beneficio mutuo.

Condiciones para el éxito de lasredes de cooperación

El análisis de las redes decooperación muestra la existencia deuna serie de factores que determinan

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la buena marcha de las mismas y surendimiento. Las condiciones quefavorecen el éxito de las redes sepueden resumir en las siguientes:

• Concreción en la definiciónde los objetivos de la red. Estacondición es fundamental paraasegurar la elaboración de un plande acción focalizado, para facilitar elseguimiento y para identificar losproductos y resultados.

• Selección apropiada de losparticipantes. La idoneidad ycalidad de los asociados es lo quegarantiza el desarrollo de la red. Lacapacidad, motivación ycompromiso de los participantesconstituyen los elementosesenciales para garantizar unacultura de cooperación en el interiorde la red. Por ello, una adecuadaselección sobre la base de lacomplementariedad entre losasociados y un balance que eviteexcesivas asimetrías constituyenuna de las claves para el éxito delas redes. Algunas redes tienen undesarrollo inadecuado comoconsecuencia de un proceso deselección no riguroso de losparticipantes y basado enrelaciones coyunturales, en algunasocasiones establecidas a través detriángulos de relaciones personales,así como la creencia en laimportancia del número o el gradode multilateralidad, valorando en unmenor grado la complementariedady capacidad de integración de losasociados.

• Coparticipación y consensoen el diseño de la red. Las redesson organizaciones básicamentehorizontales, cuyo diseño debe

fundamentarse en la coparticipacióny el consenso para asegurar unsentido de pertenencia y no lasimple asociación formal sinmayores vinculaciones ycompromisos.

• Existencia de un plan deacción “a la carta” con unadefinición clara del reparto detareas. Puede asegurarse que nohay dos redes iguales. Losobjetivos, intereses y el conjunto departicipantes definen la identidad delas redes y son la base de sudiferenciación. Por ello, el plan deacción y las correspondientesactividades deben elaborarse “a lacarta” con una ampliacoparticipación de los asociados.Los planes de acción deberándefinir muy claramente lasresponsabilidades y tareas de cadauno de los asociados, tanto en laejecución como en la coordinación.

• Coordinación eficiente de lared complementada con unagestión conjunta efectiva. A pesarde su carácter horizontal, las redesrequieren de un liderazgo que seareconocido por todos losparticipantes. Este liderazgo nodebe ser incompatible con lanecesaria corresponsabilidad de losasociados en la gestión de la red. Elequilibrio entre liderazgo y gestiónconjunta facilita un clima favorable yde entendimiento en el interior de lared. Adicionalmente a la existenciade una coordinación efectiva de lared se pueden desarrollar, como seha señalado anteriormente,múltiples liderazgos entre losparticipantes con relación a lasdiferentes actividades que se

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contemplen en el plan de acción.Esta posibilidad contribuye acompartir el protagonismo ysatisfacer las aspiraciones dereconocimiento y estima de losparticipantes.

• Actitud proactiva ycumplimiento de los compromisos.Esta condición es fundamental paramantener el clima de trabajo,colaboración y confianza mutua, asícomo para la consecución de lasmetas y objetivos de la red. Lasredes requieren para su desarrollouna actitud proactiva, que puedecontrarrestar deficiencias en eldiseño de las redes e, incluso,reconducir su desarrollo en funciónde nuevas motivaciones yoportunidades. El cumplimiento delos compromisos es tambiénfundamental para que no se relajela corresponsabilidad del conjuntode los asociados.

• Existencia de un esquema definanciación claro y aceptado por losasociados. Las diferentesmodalidades de financiación de lasredes, donde generalmente secomplementa la financiación propiade los asociados con financiacionesexternas, las cuales, a su vez,pueden provenir de diferentesfuentes, requiere el establecimientode esquemas de cofinanciaciónestablecidos claramente. Estosesquemas deben asegurar tanto eldesarrollo del plan de acción de lared como la transparencia financieraentre el conjunto de los asociados.La gestión financiera de la red debeser responsabilidad del coordinadorde la misma, entre cuyas tareasdebe figurar la búsqueda de fuentes

alternativas de financiación y sunegociación para actividadesespecíficas. La financiación obtenidade programas de oferta decooperación, que puede suponer elnúcleo central del presupuesto de lared, puede utilizarse como fondosde contrapartida para negociarfinanciaciones adicionales de otrasfuentes.

• Acuerdo previo sobre lautilización de resultados. Este temaes importante en algunos tipos deredes, como las de investigación. Sibien puede ser difícil predecir laobtención de algunos resultados,los participantes en las redes debentener reglas claras sobre lapropiedad y utilización de losresultados que son producto de lacolaboración. El establecimientoprevio de algún tipo de reglas dejuego, incluyendo la forma depublicación de los resultados,puede evitar posibles problemas enla finalización de las actividades delas redes.

• Sentimiento de compartirbeneficios. Esta condición está enel ámbito de las percepciones delos participantes, pero se puedereforzar sobre la base de un trabajode análisis del coordinador de la redcon los participantes para laidentificación de los beneficios eimpactos como consecuencia deltrabajo colectivo. La existencia deeste sentimiento es probablementeel motor que asegura laparticipación proactiva y lacorresponsabilidad previamentemencionadas.

• Buena disposición asobrellevar las diferencias culturales.

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La cooperación supone siempreabrir espacios para compartirlos,debiendo asumirse con tolerancialas diferencias culturales yprocurando aprovechar estasdiferencias para ampliar el ámbitode las experiencias personales einstitucionales. Las redes suelencrear ambientes propicios para laconfraternización y el conocimientomutuo, que figuran entre susmejores resultados intangibles.

El conjunto de condicionesmencionadas puede servir de guíapara asegurar el éxito de las redesde cooperación, el que, en cualquiercaso, siempre dependerá delinterés de los asociados.

Las redes de cooperación y lanueva multilateralidad

Las redes de cooperación estánreivindicando un nuevo tipo demultilateralidad basada en lafuncionalidad y la flexibilidad. Frentea la visión tradicional de lamultilateralidad en el ámbito de lacooperación internacional,cristalizada fundamentalmente através de organismosintergubernamentales, con el pesode sus burocracias y la complejidaden la toma de decisiones, las redesde cooperación suponen unaalternativa que se caracteriza por lasimplicidad organizativa y ladiversificación en los objetivos yprocedimientos.

Algunas de las particularidadesde la nueva multilateralidad,además de su carácter funcional yno estructural, se relacionan con la

capacidad para generar una ampliagama de modalidades flexibles decooperación basadas enmecanismos de “abajo-arriba”, elrespeto al protagonismo de laspartes en la toma de decisiones y laexigencia de una mínima burocraciade gestión.

Los impactos de la nuevamultilateralidad impulsada por lasredes de cooperación internacionalson muy amplios. Entre ellos, sepuede destacar el fomento de lacultura de la cooperación entre losactores de los sistemas deinnovación, incluyendo larevalorización de la cooperaciónhorizontal sur-sur, la viabilización deobjetivos en temas transnacionales,la internacionalización de los gruposde I+D, de las instituciones y de lasempresas y la contribución a laarticulación de una comunidadcientífica y tecnológica globalizada.Adicionalmente se mejora lacohesión entre los países conrelación a sus capacidadescientíficas y tecnológicas y sefavorecen los procesos deintegración regional, a través deuna mejor coordinación yarticulación de sus potencialidadesen el ámbito de la ciencia, latecnología y la innovación.

El análisis de las redes decooperación internacional ponetambién de manifiesto otro impactoque debe evaluarse. Las redescrean espacios propios decooperación que en muchos casosson independientes y autónomoscon relación a las políticasnacionales e institucionales. Estefenómeno, que podría interpretarse

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como negativo, al contribuir a lacentrifugación de la cooperacióninternacional de un país o unainstitución, tiene su vertiente deoportunidades al abrirse espaciospara la cooperación, a través de losparticipantes en las redesinternacionales con países einstituciones con los que no existenmarcos formales de cooperación.La multilateralidad, propiciada asípor las redes, amplifica el númerode interacciones y contrapartes, yse convierte en un vivero para lafutura cooperación bilateral y parael impulso de nuevas relacionesinternacionales.

Análisis de las redes de cooperación

El conocimiento de lasmotivaciones, organización,dinámicas e impactos de las redeses una condición necesaria paraoptimizar los esquemas quefavorecen la constitución de redes ysu eficacia como instrumento parael desarrollo científico y tecnológico,así como para la cooperacióninternacional. El estudio de lasredes de cooperación es todavía uncampo abierto para la investigacióny requiere desarrollosmetodológicos para la identificaciónde criterios e indicadores queayuden a conocer los factorescríticos que favorecen la eficacia yeficiencia de cada uno de los tiposde redes.

El análisis de las redes sepuede efectuar desde tresdimensiones: naturaleza y

constitución, desarrollo y dinámica yresultados e impactos. La primeradimensión contempla los aspectosque caracterizan la conformación deredes y sus propiedadesintrínsecas. La segunda se refiere alos aspectos relacionados con elfuncionamiento de la red,especialmente referidos a laorganización, los procesos decolaboración, las interaccionesentre los asociados y la dinámicade los grupos. La tercera dimensiónconsidera los productos yresultados, tanto tangibles comointangibles.

La proliferación de programasde fomento para la constitución deredes y el creciente número deredes de cooperación, tantoformales como informales,constituye un ámbito de estudio queseguramente tendrá en el futuropróximo un espacio importante enlos estudios sociales de la ciencia yla tecnología, incluyendo lacienciometría.

Para el estudio de lanaturaleza de las redesinternacionales de investigación,formalizadas dentro de un programade fomento de la cooperación, sepueden utilizar siete criterios:amplitud, composición,heterogeneidad, liderazgo, temática,simetría y complementariedad.

El criterio de amplitud serefiere a la diversidad de grupos deI+D participantes en las redes ypuede medirse atendiendo alnúmero de países y/o gruposdiferentes de I+D. El primerindicador señala el grado demultilateralidad de las redes y la

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combinación de los dos indicadoresproporciona información adicionalsobre la cooperación entre gruposnacionales de I+D en un contextointernacional.

El criterio de composición esde tipo cualitativo y se refiere a lospaíses concretos y a lasinstituciones a las que pertenecenlos grupos de I+D. Este criteriopermite obtener información sobrelos ejes de la cooperacióninternacional de los países y elgrado de internacionalización de lasinstituciones.

El criterio de heterogeneidadalude a la diversidad de la tipologíainstitucional de los grupos de I+D

participantes en las redes. En elcaso de las redes de investigación,la mayor parte de las institucionesparticipantes se encuentran entrelas universidades, los organismosde I+D, los centros tecnológicos ylas empresas.

El criterio de liderazgo sedefine por el país y la instituciónque asume la coordinación de cadared. La selección del coordinador enlas redes de investigación suele serel resultado de quien tomó lainiciativa en la generación de la redcon la aceptación tácita de losparticipantes, en muchos casoscooptados por el grupo promotor, ode un proceso de consenso en elinterior de la red comoreconocimiento al mayor prestigiocientífico y/o a las mayorescapacidades de gestión.

El criterio de la temática serefiere al ámbito científico ytecnológico de las redes. Estecriterio proporciona información

sobre los temas en los que hay unamayor cooperación científica, sibien este dato está condicionadopor las áreas temáticas definidascomo prioritarias por los programasde fomento de las redes.

Un sexto criterio que se puedeutilizar en la caracterización de lasredes de investigación es el de lasimetría. La simetría de las redesse refiere a la diversidad en el nivelde desarrollo científico y/otecnológico de los gruposparticipantes. El grado desimetría/asimetría de las redespuede condicionar el desarrollo delproyecto, las relaciones entre losgrupos asociados y la distribuciónde los beneficios de la colaboración.

Relacionado con el criterioanterior se encuentra el criterio decomplementariedad, que considerala especificidad de los papelesasignados a cada uno de los gruposde I+D en la ejecución de losproyectos.

Las redes de cooperación como modelo de organización de los Sistemas Nacionales deInnovación

En la actualidad, las redes estánevolucionando desde ser uninstrumento para la cooperaciónhasta constituirse en un modeloorganizativo en el ámbito de laciencia y la tecnología (Albornoz ySebastián, 1993; Gibbons et al.,1994). Las ventajas y oportunidadesque ofrecen las redes se puedenaplicar en el interior de los SistemasNacionales de Innovación, tanto

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para la organización del entramadoinstitucional como para laorganización funcional de lasactividades de I+D. Previsiblementela política científica y tecnológica secentrará en el futuro en adoptar elmodelo de las redes de cooperacióny establecerá acciones prioritariaspara su desarrollo.

Las redes constituyen unadecuado instrumento para lacoordinación institucional y de lasinfraestructuras científico-tecnológicas. La organización enred contribuye a potenciar lasinfraestructuras existentes y amultiplicar el número de usuarios.

La organización de Institutos yCentros de I+D en redes temáticaspermite unos mayores flujos deintercambio de información y detransferencia de conocimientos ypotencia las posibilidades decomplementación y de cooperaciónintrainstitucional. Las redesacadémicas de investigación y deinnovación en el ámbito nacionalintroducen un componente dinámicoal favorecer las interacciones entrelos diferentes actores, contribuyendoa la articulación de los elementosinstitucionales que conforman anivel sectorial o multisectorial lossistemas nacionales de innovación.

Como se ha señaladoanteriormente, las redesproporcionan un modeloorganizativo no sólo para laconformación de polos científicos,sino también para la articulación alos organismos de I+D que seencuentran más aislados enregiones que tienen un menordesarrollo científico y tecnológico

con estos polos ya desarrollados.El problema de la asimétricadistribución de las capacidadescientíficas y tecnológicas estápresente en mayor o menor medidaen todos los países, existiendo unacierta tendencia al incremento de laconcentración de estas capacidadesen áreas geográficas determinadas.Por ello, las redes que asociencentros de I+D de los polosdesarrollados con centros de otrasáreas constituyen una alternativapara aliviar este problema.

Desde el punto de vistafuncional, las redes representanuna modalidad muy adecuada paraorganizar las actividades de I+D,especialmente en países y en áreascientífico-técnicas donde existenmasas críticas insuficientes ydebilidades en los grupos de I+D.

Las redes permitencomplementar las capacidadesexistentes e incrementar la masacrítica en los proyectos deinvestigación. Igualmenteaprovechan las sinergias de lacolaboración entre los grupos paraabordar temas y problemas demayor envergadura e impactocientífico, tecnológico, económico ysocial. La organización sobre labase de redes de investigaciónpermite aprovechar mejor losrecursos existentes que laorganización basada enmicroproyectos, con unaparticipación muy reducida derecursos humanos.

Los modelos de financiaciónde la investigación establecidossobre esquemas competitivospueden asegurar la calidad de los

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proyectos, pero tienden a atomizara la comunidad científica y afragmentar los grupos deinvestigación, con la consiguientepérdida de las sinergias y lasubutilización de una parte de lacomunidad científica. Laorganización de los proyectos entorno a redes de investigación noestá reñida con el criterio decalidad, siempre que seestablezcan adecuadamente losobjetivos, los liderazgos y losesquemas de seguimiento deldesarrollo de los proyectos. Por otraparte, los criterios de oportunidadpueden aconsejar fomentar laelaboración de proyectos integradosde interés estratégico y derelevancia científica y tecnológicaque sean ejecutados por redes deinvestigación.

El desarrollo de nuevas áreascientíficas y el fomento de lamultidisciplinaridad, así como elabordaje de temas transectorialestambién se benefician con unaorganización en forma de red de lasactividades de I+D, incluyendo redesque estimulan la colaboración entregrupos de diferentes instituciones.

Las redes cumplen de igualforma también un importante papelen los procesos deinternacionalización de lascomunidades científicas y de lasinstituciones nacionales. Conrelación a este punto esconveniente enfatizar la importanciaque tiene hacer rentable laparticipación en redesinternacionales, tratando deamplificar sus beneficios en elcontexto nacional. Para ello es

aconsejable organizar redesnacionales asociadas a lasprincipales redes internacionales enlas que se participa. Las redesnacionales, especialmente las redestemáticas, cumplen un doble papel.Por una parte, son un instrumentopara la coordinación en el nivelnacional y, por otra, conectan y sebenefician, a través de losasociados en la correspondiente redinternacional, de las actividades yresultados que se producen enéstas. La vinculación entre redesnacionales y redes internacionalesconstituye una forma organizativaespecialmente valiosa en países demenor desarrollo científico.

El peso creciente que tienenlos procesos de innovación en eldesarrollo de los países estáplanteando una nueva generaciónde políticas científicas ytecnológicas basadas en elfortalecimiento de los sistemasnacionales de innovación y en suinternacionalización. Las redes decooperación constituyen unelemento organizativo nuclear enestas políticas por su capacidad dearticulación y dinamización demúltiples actores.

Previsiblemente la nuevageneración de políticas científicas,tecnológicas y de fomento de lainnovación dará en el futuro unmayor peso a los valores de lacooperación que a los de lacompetitividad en el ámbito de laI+D. Este planteamiento otorgaráuna mayor prioridad a las formas deorganización que estimulan lacolaboración y a los programas yproyectos integrados, incluyendo la

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presencia de una dimensióninternacional. En este escenario, lasredes de cooperación ocuparán unlugar estelar. ❏

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Las redes regionales decooperación en CyT, en cuantoobjeto y producto de políticasgubernamentales específicas,constituyen un fenómeno reciente.Las mismas se basan en laracionalidad según la cual talesredes tienen un papel importante enel desarrollo conjunto de laseconomías involucradas en lacooperación, con beneficiosequitativamente distribuidos entrelas naciones que participan de talcooperación. Intereses tantopolíticos como económicos motivanfundamentalmente la aglutinaciónde los países en bloques, en elintento de superar deficienciasindividuales que tornaríanimpracticable la supervivencia decada uno de los países por sí solos,en su carrera en pos del desarrolloy la “autonomía” tecnológica. Enotras palabras, las redes regionales

de cooperación en CyT procuranhacer realidad el viejo dicho de“todos juntos somos fuertes”.

Evidentemente, es mucho másfácil decir esto que ponerlo enpráctica. El ejemplo más exitoso quese conoce es el de los países de laUnión Europea y, aun así, lasdificultades que se presentan desdela propuesta hasta el establecimientode las redes de cooperación hansido, de hecho, bien claras. Cuandose habla de obtener los objetivos, losproblemas que deberán enfrentarseserán más graves, y lasevaluaciones de lo que se consiguióresultan bastante controvertidas(obviamente, dependen de losvalores, intereses y perspectivas dequien realiza la evaluación, al igualque de la metodología y de losindicadores utilizados).

Puede imaginarse que lasituación es mucho más compleja

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* Este artículo se basa en los diversos estudios realizados en el marco del Proyecto “Ciencia y Tec-nología en el Mercosur”, financiado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), bajo lacoordinación administrativa de la Secretaria de Seguimiento y Evaluación del Ministerio de Cienciay Tecnología del Brasil, y bajo la coordinación científica de esta autora. Una síntesis de los resulta-dos puede encontrarse en Velho (1997), así como la referencia completa de la totalidad de los es-tudios realizados y de la metodología adoptada.** Departamento de Política Científica y Tecnológica, Instituto de Geociencias, Universidad Estadualde Campinas.

Redes regionales de cooperación en CyT y el MERCOSUR*

Léa Velho**

Introducción

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cuando el modelo es aplicado alcontexto de los países menosdesarrollados. Esto se da por variasrazones, las cuales van desdedificultades financieras que estospaíses enfrentan (obviamente no seestablecen redes sinfinanciamiento), hasta la situaciónde dependencia en que tales paísesse encuentran (en relación con lospaíses más desarrollados) y quelimita considerablemente suaccionar. Un obstáculo más directoes el hecho de que en los paísesmenos desarrollados el sistema deinvestigación científica es aúnincipiente y el sistema de desarrollotecnológico es inexistente. Lasredes de cooperación de CyT enestos países, por lo tanto, tienencomo punto de partida una situaciónno muy alentadora.

Aun así, la configuración deredes de cooperación en CyT es unode los objetivos de los paísesmiembros del MERCOSUR. Existenvarias maneras de contribuir a laconsecución de este objetivo y esteartículo explora dos de ellas. Laprimera es comprender, de maneramás general, las razones y lascircunstancias en que,históricamente, se han establecidolas actividades cooperativas en CyT.Y cómo éstas se relacionan con elcontexto y el orden internacional.Estas cuestiones son presentadas ydiscutidas, de manera sintética, enla sección siguiente. La segundamanera es conocer las iniciativas decooperación que ya existen entrelos países del MERCOSUR. Estosignifica identificar la extensión, losmecanismos, las instituciones, las

áreas del conocimiento y lossectores económicos de lasactividades actuales de cooperacióncientífica y tecnológica que serefieren a estos países. Ese cuadrogeneral se presenta en la segundaparte de este artículo, con laesperanza que el mismo puedaservir como punto de partida para elestablecimiento de políticasrelativas a esta problemática.

Cooperación Internacional enCyT: pasado y presente

La colaboración científica es unfenómeno tan antiguo como lapropia ciencia, y los esfuerzos decolaboración en los que se hallaninvolucrados investigadores depaíses diferentes fueron detectadosya en el siglo XIX (Beaver y Rosen,1978). Bajo las más diversasformas, la colaboración científica seda, frecuentemente, en el ámbito delos llamados colegios invisibles(Price, 1963). Estos grupos secaracterizan por “su productividad,por compartir criterios en cuanto aprioridades de investigación, porentrenar estudiantes, por compartir,efectuar el seguimiento ymonitorear el conocimiento en sucampo” (Crane, 1972). Susmiembros se encuentran encongresos, conferencias, reunionessobre sus especialidades, se visitanpor medio de intercambiosinstitucionales o realizan trabajos encolaboración. Este tipo deorganización trasciende tanto loslímites del departamento y de lainstitución, como de un país, y en

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ella participan científicos de todoslos lugares del mundo donde existaactividad científica relevante en elárea o en la especialidad encuestión (Price y Beaver, 1966).

Tales interacciones entre losinvestigadores varían asimismo enintensidad: pueden ser desdesustantivas hasta prácticamenteinexistentes. Algunas veces uninvestigador puede ser consideradocomo colaborador, y aun figurar comocoautor, simplemente por habersuministrado material sobre el cualtiene control o por realizar algunaoperación de rutina. En otroscasos, investigadores de diferentesorganizaciones pueden colaborar através del uso colectivo de datos ode ideas, o de la ejecución, demanera separada, de diferentespartes de un proyecto, integrandoposteriormente los resultados y elanálisis. Se han registradoasimismo ocasiones en las que unasugerencia brillante hecha por uninvestigador en el curso de unadiscusión informal acabó teniendomayor impacto en la orientación yen los resultados de un proyecto deinvestigación que las que ejercieronsemanas de actividad intensa decolaboración entre científicos en ellaboratorio (Subramanyam, 1983,p. 35).

Dada la variedad decolaboraciones que es posibleestablecer, no es extraño que lasrazones que llevan a los científicosa colaborar entre sí sean tambiénde la más diversa naturaleza,siendo ciertamente la más obvia lanecesidad de la contribuciónespecializada de otros para

alcanzar los objetivos de lainvestigación, la que tambiénincluye la necesidad de trabajar enla proximidad de otros científicospara adquirir en tal contexto lashabilidades y el conocimientotácitos, como es típicamente el casode las relaciones entre maestro ydiscípulo (Beaver y Rosen, 1979).Las colaboraciones son tambiénmotivadas por la necesidad decompartir el uso de equipos cadavez más caros y complejos, y porlos nuevos esquemas definanciamiento adoptados por lasagencias (Katz, 1994). El deseo delos investigadores de aumentar suvisibilidad y, consecuentemente, sureconocimiento por los pares,también ha sido señalado como unfactor que estimula la colaboracióncientífica (Lawani, 1986; Pravdic yOluic-Vukovic, 1986; Narin yWhitlow, 1991). Tales factores–frecuentemente clasificados encognitivos, económicos y sociales–tienen importancia relativa diversapara explicar las frecuencias decolaboración observadas en lasdiferentes áreas del conocimiento yen los diferentes países (Luukonenet al., 1992).

No sólo varían las razonespara colaborar en ciencia, sinotambién los niveles de agregaciónen que la colaboración puededesarrollarse. Es decir, lacolaboración puede darse entreindividuos, grupos, departamentos,instituciones y sectores, en las másdiferentes combinaciones de estasunidades, dentro de una mismanación o involucrando nacionesdiferentes (Katz y Martin, 1997).

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Independientemente de lasrazones que llevan a lacolaboración, e independientementeasimismo de las unidades que lasejecutan, se asume frecuentementeque sus resultados finales seránpublicados de tal modo que permitaidentificar a los investigadoresinvolucrados, al igual que a susinstituciones y a sus países deorigen. Sobre la base de estapremisa, varios autores definen lacooperación científica como elconjunto de trabajos cooperativosdesarrollados entre dos o másinvestigadores e identificados pormedio de artículos firmados encolaboración (Medows y O’Connor,1971; Beaver y Rosen, 1979;Leclerc et al., 1992). Esta relacióndirecta entre colaboración ycoautoría ha sido cuestionada sobrela base de evidencias de quediferentes países, áreas delconocimiento, instituciones, gruposde investigación e individuos tienentradiciones y criteriossignificativamente diferentes paracalificar a alguien como coautor(Stefaniak, 1982).

Mientras tanto, aunreconociendo las limitacionesanteriormente mencionadas, elnúmero de artículos en coautoría hasido la medida más comúnmenteusada para detectar la ocurrencia,la extensión y los participantes delas colaboraciones científicas. Estosucede por varias razones. Enprimer lugar, porque buena parte delos otros productos de lacolaboración –conocimiento tácito,aprendizaje de determinada técnica,etc.– resultan intangibles, esto es,

prácticamente imposibles de sercuantificados. En segundo lugar,porque el número de artículos encolaboración es invariable yverificable, es decir, cuando existeel acceso a una misma base dedatos, diferentes investigadoresdeberán encontrar resultadosidénticos. Además, es un métodorelativamente barato y práctico paracuantificar la colaboración, ypermite el análisis de muestrasbastante grandes, generandoresultados estadísticamente mássignificativos que aquéllos de losestudios de ocurrencia(Subramanyam, 1983).

Consecuentemente, buenaparte de lo que se sabe sobrecolaboración científica ha sidoinvestigado a través del uso detécnicas bibliométricas. Entre otrasrevelaciones, tales estudiosproporcionan evidencia para algoque ya se suponía intuitivamente: elgrado de cooperación varíasignificativamente entre las diversasáreas del conocimiento en funciónde sus características cognitivas yorganizativas. De modo general, lasciencias básicas y las cienciasnaturales presentan un índice mayorde cooperación que aquel quepresentan las ciencias aplicadas ylas ciencias sociales (Storer, 1970;Herzog, 1975; Frame y Carpenter,1979). Este hecho es generalmenteatribuido al carácter universal de lasciencias básicas y al grado demadurez y consenso paradigmáticode las ciencias naturales. Éstas secontraponen al carácter localizado ycontingente de las cienciasaplicadas, que generan resultados

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más fácilmente apropiables, y a lafalta de consenso paradigmático delas ciencias sociales, que dificulta elproceso de negociación entre losinvestigadores, así como las tomasde decisión (Lodahl y Gordon, 1972).

En las últimas décadas, laintensificación de las actividades dela Big Science, a través de suimpacto en la organización social dealgunas áreas del conocimiento, sevio reflejada en cierto modo en lospatrones de coautoría científica. Deeste modo, el establecimiento yfuncionamiento de los grandeslaboratorios y research facilities(como los aceleradores departículas y telescopios), así comolos grandes proyectos biológicos(como el proyecto genomahumano), exigen la participación degrupos de investigación localizadosen países diferentes –no tan sólopor la complejidad científica, sinoprincipalmente por los costosinvolucrados– y han provocado unaumento de los índices decooperación internacional. Mientrastanto, las áreas científicasafectadas por estas modificacionesorganizativas en la ciencia no sonmuy diferentes de aquellas dondeesta práctica ya se dabaanteriormente, es decir las áreas deinvestigación básica y en cienciasnaturales.

Más recientemente, dosacontecimientos han contribuido amodificar este modelo decooperación científica internacional.Por un lado, preocupaciones porproblemas que trascienden lasfronteras geográficas, tales como elefecto invernadero o la destrucción

de la capa de ozono, o derivadosde la necesidad de tomar parte desistemas tecnológicos modernos,ya sea comunicaciones, transporteo comercio, demandan trabajosconjuntos supranacionales. Esto seha visto reflejado en el aumento detrabajos de investigación realizadosen coautoría en áreastradicionalmente “resistentes” a lacooperación, como por ejemplo lasdiversas disciplinas de laingeniería. Por otra parte, elcrecimiento de los sectoresindustriales de alta tecnología,frecuentemente referidos comoscience-based, ha estimulado lacolaboración científica entreempresas y entre paísesdesarrollados también en áreasaplicadas, como la ingeniería y latecnología. Tal tipo de acuerdospermite a las grandes empresastransnacionales, a partir deinversiones conjuntas eninvestigación científica, generar,también conjuntamente, nuevasoportunidades tecnológicas y,además, capacitarse paraexplorarlas. Debidamenteincentivada por los gobiernos através de la creación de programasespeciales de apoyo al desarrollotecnológico, esta nueva forma decooperación se está convirtiendoen típica entre los paísesavanzados (Humbert, 1993;Dickson et al., 1996).

Los efectos de estos dosacontecimientos se hacen sentir enlos datos bibliométricos,específicamente en el índice deautoría de artículos firmados porinvestigadores de diferentes países.

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Es decir, los estudios hanevidenciado que a pesar de haberocurrido un crecimiento de esteíndice en todas las áreas delconocimiento en el período que vade 1976 a 1990, la tasa decrecimiento fue considerablementemayor en las ingenierías/tecnologíaentre los países de la OCDE (Miquel,1992). Además, se puede percibirclaramente que este aumento enlas colaboraciones entre los paísesavanzados ha sido una respuesta alas iniciativas políticasgubernamentales en esta dirección,evidencia de lo cual es el hecho deque, aunque la cooperación entrelos países de la Unión Europeahaya aumentado en todas las áreasde CyT, la misma ha crecido a unatasa significativamente mayor enaquellas áreas que fueron objeto deprogramas especiales, tales comolas manufacturas de hierro y aceroy la agricultura (Narin et al., 1991)así como en la tecnología de lainformación (Mytelka, 1993).

Mientras tanto, ni las formastradicionales ni las nuevas formasde colaboración internacionalinvolucran a todos los países delmundo de igual manera, porrazones de orden práctico. Es decir,como regla general, sólo se buscauna colaboración cuando seconsidera que existe algo paraganar. De tal modo, lascolaboraciones científicas seconcentran en algunos paísesespecíficos, obviamente entreaquellos más desarrollados. Lascolaboraciones en las queparticipan países del Norte y delSur siguen también la regla general.

En lo que respecta a los países delSur, es evidente que elestablecimiento de colaboracionescon sus colegas del Norte implicaacceso a conocimiento, recursosfinancieros y materiales,reconocimiento y reputación. Lospaíses del Norte, por su parte,también tienen sus motivos.

Desde el comienzo de estesiglo las cooperaciones en el Norte-Sur han sido usadas comoherramientas diplomáticas paraalcanzar objetivos específicos depolítica externa (Dickson, 1988). Elcarácter “neutral” que esfrecuentemente atribuido a lascuestiones científicas permite unaaproximación entre paísesdespojada de las connotaciones de“colonialismo”, “imperialismo”, etc.La evidencia de que talaproximación es de interés para lospaíses del Norte es el númerosignificativo de agencias yprogramas creados por losgobiernos de tales países,específicamente para financiar lainvestigación cooperativa entre suspropios investigadores y los depaíses del Sur (Pakdaman, 1994).Evidentemente, tales colaboracionesinteresan también a los países delSur, y no tan sólo por razonescientíficas (Ezrahi, 1990). Por otrolado, para los colegas interesadosdel Norte la asociación coninvestigadores del Sur es la únicamanera de explorar científicamenteambientes específicos, de altarelevancia científica, que sólopueden ser encontrados en el tercermundo. Éste es el caso, porejemplo, de las investigaciones en

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astrofísica, geología y biodiversidaden que las buenas condiciones deobservación y la existencia demateriales y ecosistemasespecíficos y peculiares convierten alos países del Sur enparticularmente atrayentes parafinalidades de investigación (Okubo,1989; Ailes, 1988).

Los países del Sur, a su vez,no han demostrado, históricamente,interés “espontáneo”, sistemático ysignificativo de cooperar entre elloscientífica o tecnológicamente, loque se debe, en gran parte, al yamencionado aspecto práctico de lasituación. Es decir, losinvestigadores del Sur tienen poco(o se cree que tienen poco) paraofrecer a sus colegas del Sur, entérminos de acceso a recursosintelectuales, materiales yfinancieros. Además de ello, lacooperación internacional presentauna tendencia “al mantenimiento delazos establecidos durante elperíodo de colonización”, lo cualimplica una relación Sur/Norte. Deeste modo, los países del ÁfricaNegra, colonizados por los ingleses,presentan altos índices decolaboración con el Reino Unido ylos del Norte de África con Francia(Eisemon et al., 1985), al tiempoque Holanda tiende a mantenerrelaciones científicas estrechas conIndonesia, Surinam y AntillasHolandesas (Spaaden, 1997).

Se sabe también que lospaíses menos desarrolladostienden a permanecer bajo elliderazgo científico-tecnológico delpaís líder de una determinadaregión. Así, el bloque económico

central, formado por EuropaOccidental, los Estados Unidos y elJapón, tiene a su alrededor elmercado marginal de los paísesatrasados, y cada uno de los trespolos tiene su región de mayorinfluencia. El Japón ejerce undominio político-económico, y,consecuentemente, tambiéncientífico y tecnológico, sobre Asia,así como Europa sobre el África ylos Estados Unidos de Américasobre América Latina (Ohmae,1985; Chesnais, 1990). Lacooperación científica, entonces,tiende a seguir esta lógica. Datossobre la actividad científicainternacional del Japón demuestranque este país tiene una vinculaciónmuy fuerte con sus vecinos,principalmente en las áreas debiología, donde la producciónconjunta Japón-Asia (36%) yasobrepasó las existentes entreJapón-Europa (31%) y Japón-Estados Unidos (20%) (Okubo yMiquel, 1990). Los países deAmérica Latina, a su vez,presentan a los Estados Unidoscomo principal asociado científico,aunque, por razones históricas, loslazos con la Unión Europea seantambién bastante fuertes (Narváez-Berthelemot et al., 1992; Lewisonet al., 1993; Russell, 1995;Fernández et al., 1998).

Lo que se desprende de loexpuesto anteriormente es que lasnuevas circunstancias creadas porel mercado global no tienden amejorar la participación de lospaíses del Sur en las actividadescooperativas en CyT. Por elcontrario, entregados a merced de

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los vientos neoliberales, talespaíses serán cada vez másexcluidos de los nuevos procesos ydel nuevo orden mundial. La salidavislumbrada ha sido la organizaciónde tales países en bloquescomerciales, sobre la base de lapremisa de que por medio de laintegración regional es posiblefortalecerse y conquistar unaposición menos desfavorable en elpanorama internacional. Comoreflejo de la experiencia exitosa dela Unión Europea, este camino seha convertido en la tendencia queguía la reorganización geopolíticamundial, a la cual los países del surde América Latina tampoco seráninmunes.

Así, el Mercado Común delSur-MERCOSUR fue creado a travésdel Tratado de Asunción suscrito el26 de marzo de 1991 entre laArgentina, el Brasil, el Paraguay yUruguay. Se produjo un período detransición que duro tres años, hastala firma del Protocolo de Ouro Pretoen diciembre de 1994, en que seadoptaron decisiones de relevanciaextrema, tales como elestablecimiento de una estructurainstitucional. Desde 1996, Chile yBolivia participan en calidad demiembros asociados del MERCOSUR,conformando con éste una Zona deLibre Comercio, con procesospropios de adecuación.

En el caso particular de lospaíses del MERCOSUR, agotado elmodelo de desarrollo basado en lasustitución de importaciones, una delas motivaciones principales de laorganización en bloque comercialera superar obstáculos existentes,

particularmente para el desarrollo denuevas tecnologías en los paísescentrales. De este modo, laconformación del MERCOSUR terminacaracterizándose como una tentativade superación de barrerastecnológicas colocadasparticularmente, si bien noexclusivamente, por lasmultinacionales de los paísesavanzados que, dificultando elacceso de las economías periféricasa las nuevas tecnologías, terminancomprometiendo todos y cualquieresfuerzo de los países menosdesarrollados, volviéndolos cada vezmás dependientes.

Como consecuencia, desde sucreación, el MERCOSUR haprivilegiado, por lo menos en elnivel del discurso oficial y de lasacciones propuestas, lasactividades de cooperación en CyT.De hecho, los esfuerzos de lospaíses miembros del MERCOSUR parafortalecer, a través de programasoficiales conjuntos, suscolaboraciones en CyT, sonanteriores a la creación formal delbloque. Éste fue particularmente elcaso de la Argentina y el Brasil que,ya en la década del ochenta,habían establecido comisionesconjuntas de desarrollo eintegración de sectores estratégicos(como el aeronáutico/espacial y ennuevas tecnologías). Por ejemplo,fue suscrito un protocolo para elárea de Biotecnología y seorganizaron EscuelasArgentino/Brasileñas de Informática,en un intento deliberado de uniresfuerzos de los dos países enestas áreas.

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Dentro del marco institucionaldel MERCOSUR, el foro específico dedebate y coordinación de lascuestiones de CyT es la ReuniónEspecializada en Ciencia yTecnología (RECyT). La totalidad delas líneas directrices enumeradaspor la RECyT como Estrategias paraCiencia y Tecnología para lospaíses que la constituyen incluyenactividades de cooperación. Deimplementarse, talesrecomendaciones deberían tener unimpacto considerable en el perfil ytendencias de la cooperación enCyT entre los países miembros.

En vista de este cuadro, esrelevante preguntar: ¿en quémedida han tenido lugar y estánteniendo lugar colaboracionescientíficas y tecnológicas entre lospaíses del MERCOSUR? ¿Han idomodificándose a lo largo del tiempoel enfoque, las áreas delconocimiento, los sectoreseconómicos, las instituciones, lafrecuencia, amplitud y alcance detales asociaciones? En casoafirmativo, ¿qué modificaciones sehan verificado?¿Pueden talesmodificaciones ser atribuidas a lasacciones e instrumentos específicosque fueron adoptados comoconsecuencia de la implementaciónde políticas de los gobiernos localesu organismos regionales en funcióndel establecimiento del bloquecomercial?

Para responder a estaspreguntas se realizó un proyectobastante comprehensivo,constituido por una serie derelevamientos y estudiosespecíficos, todos ellos con la

participación de investigadores delos diferentes países del bloque(Velho, 1997). Los resultadosobtenidos, al mismo tiempo deconfirmar empíricamente algunasintuiciones, revelaron tambiénfacetas bastante nuevas, algunasde ellas en desacuerdo con lasabiduría convencional. Aquéllasmás relevantes se presentan acontinuación.

Iniciativas de cooperación en CyT en el MERCOSUR: redes decooperación embrionarias

Las instituciones directa oindirectamente ligadas a lasactividades de CyT en los países delMERCOSUR, ya se trate deorganismos gubernamentales,universidades, institutos deinvestigación o empresas (estataleso privadas) aún no ven comoprioritaria la cooperación con sussocios del bloque. La gran mayoríade las redes de cooperaciones seestablecen con institucionessimilares de los países europeos ynorteamericanos, y los programasde cooperación existentes sonmucho más abundantes con lospaíses avanzados. Esto indica quela importancia relativa de los paísesdel MERCOSUR en el esfuerzocooperativo de sus propiasinstituciones es bastante modesta, yno se diferencia de la que existecon los demás países de AméricaLatina. Esta situación fueevidenciada tanto en losrelevamientos realizados porentrevistas como en estudios

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bibliométricos (Fernández et al.,1998; Narváez-Berthelemot yRussel, 1997).

La preferencia por lacooperación con los paísesdesarrollados se explica por unconjunto de factores que incluyendesde la mayor capacitacióncientífica de éstos hasta ladisponibilidad de financiamiento.Consecuentemente, la colaboracióncon los países centrales es muchomás motivadora para lasinstituciones y para losinvestigadores de los países delMERCOSUR que la asociación coninstituciones o grupos deinvestigación de la región y, másespecíficamente, del bloque.Adicionalmente, las asimetríasintrarregionales tienden a desanimarla cooperación horizontal entre lospaíses del MERCOSUR. Este hecho nollega a ser sorprendente dada laconocida orientación de losinvestigadores de la región hacia laspautas teóricas y metodológicas delos grandes centros científicosmundiales, además del hecho deque una proporción significativa delos investigadores líderes localesfueron entrenados por y mantienenlazos estrechos con investigadoresde los países avanzados. Esbastante conocida la importancia delos vínculos establecidos entreprofesor y estudiante, maestro yaprendiz, orientador y orientando enel establecimiento de colaboracionesen ciencia (Prime y Beaver, 1966).

Por otra parte, un resultadoinesperado fue la revelación de quealgunos programas concebidos enlos países centrales y coordinados y

financiados por tales países acabandesempeñando, por vía indirecta,un papel de aproximación y nexoentre instituciones de unos y otrospaíses de la región, quecasualmente pueden pertenecer alMERCOSUR. Tal es el caso delPrograma Alfa, promovido por laUnión Europea; del ProgramaIberoamericano de Ciencia yTecnología para el Desarrollo–CYTED–; del Pro-Antar, y de variosotros. De hecho, el estudiobibliométrico realizadoespecíficamente dentro de esteproyecto evidenció que en elperíodo de 1980 a 1995, deacuerdo con la base de datos delScience Citation Index, fueronpublicados 710 artículos encoautoría por investigadores demás de un país del MERCOSUR. Entreéstos, cerca de 200 (30%)contaban, también en calidad decoautor, con un investigadoreuropeo o norteamericano(Narváez-Berthelemot y Russel,1997). Entretanto, es precisodestacar que, más allá de que losprogramas financiados pororganismos internacionales o depaíses avanzados representen unmecanismo viabilizador de losacuerdos de cooperación, esprobable que exista una orientaciónde la agenda de investigación porparte de las institucionesfinanciadoras. Es decir, el hecho deque diferentes países miembros delMERCOSUR participen de un mismoproyecto no significa,necesariamente, que los interesesde investigación del bloque esténsiendo atendidos. En realidad, y de

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acuerdo con lo consignado endiversas entrevistas, muchas veceslos investigadores del MERCOSUR

tienen intensa comunicación con elfinanciador y participante europeo, yprácticamente ninguna con sucolega de bloque que participa delmismo proyecto.

En términos de qué países delMERCOSUR cooperarán entre sí, lasinformaciones obtenidas dejaron enclaro que los emprendimientosconjuntos se concentran entre elBrasil y la Argentina. Sin embargo,aun estas asociaciones no puedenser consideradas comoconsecuencia al establecimiento delbloque comercial –es el casoparticularmente del CABBIO y de losconvenios en el área aerospacial yde energía nuclear que involucran aestos dos países, anteriores a aquelevento–. Éstas son debidas más alretorno de los regímenesdemocráticos en ambos países amediados de la década del ochenta,lo que permitió mayor aperturainternacional, un mayor tráfico deideas e intercambio deexperiencias. Hasta entonces, lacooperación en el área nuclear, porejemplo, se hallaba dificultada porlas diferentes políticas adoptadas:el Brasil y la Argentina estabanempeñados en obtener elenriquecimiento de uranio pormétodos diferentes (el Brasil, encooperación con Alemania, utilizabael método por centrifugación y laArgentina, el de difusión gaseosa).A través de la firma del ProtocoloNuclear en 1985, los presidentesSarney y Alfonsín se reunieron,iniciándose un mayor acercamiento

en esta área, tal como con comprasmutuas de componentes yequipamientos.

Paradójicamente, y debido arazones de orden financiero, en losúltimos años estas cooperaciones,particularmente en el caso delCABBIO, en lugar de fortalecerse sedebilitaron. Los protocolos deacuerdo entre el Brasil y laArgentina para el mantenimiento delprograma han dejado de cumplirsesistemáticamente, sea por un lado,sea por el otro, y en todos los casosaduciendo falta de recursos.

Desde el punto de vista de lanaturaleza de las instituciones queintegran la cooperación, las másactivas son las universidades. Lasmismas establecen básicamenteasociaciones en investigacióncientífica originadas de manera“espontánea”, esto es, se originanen el conocimiento personalexistente entre quienes luegoformarán la cooperación y, engeneral, están fuera del área decontrol y aun de conocimiento delas instituciones. Mientras tanto,más que el desarrollo conjunto deproyectos de investigación, lamodalidad más evidente decooperación entre las universidadesdel bloque se da en la formación derecursos humanos en el nivel deposgrado, y tiene un flujo invariableen dirección a las universidadesbrasileñas. Esto se debe al hechode que, con preeminencia para elsudeste del país, existe en el Brasiluna estructura consolidada deinvestigación y posgrados queconstituye un fortísimo polo deatracción para estudiantes de otros

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países de América Latina engeneral, y del MERCOSUR enparticular. Evidencia de ello son losdatos del PEC/PG (el programa debecas y subsidios para estudios deposgrado para estudiantesextranjeros) que, entre 1994 y 1997,otorgó 82 becas para la Argentina,48 para Chile, 70 para el Paraguayy 79 para el Uruguay, totalizando279 becas (Costa y Velho, 1997).Se sabe que estos números sonconsiderablemente conservadoresdado que una cantidad nadadespreciable de estudiantes realizasus posgrados con otras fuentes definanciamiento.

Las empresas privadas de losdiferentes países del MERCOSUR, a suvez, establecen relaciones decarácter tan sólo comercial, noincluyendo prácticamente nuncadesarrollos conjuntos de tecnología,sino tan sólo apenas transferenciade conocimientos específicos degestión o de asistencia técnica deposventa. Desde la perspectiva delos brasileños, el flujo deinformación siempre se da desde elBrasil hacia los demás países delBloque, tanto en el caso deEMBREAR, de USIMINAS y FIAT, o aunen el de SOFTEX Mercosur. La únicaexcepción consignada en el casodel Brasil (esto es, en el que seprevé que exista absorción detecnología generada en otro país delMERCOSUR por el Brasil) es elproyecto de fruticultura irrigada,cuyos productores reunidos en elSINDIFRUTA están interesados en lavasta experiencia de los chilenos enel gerenciamiento de empresasagrícolas y agroindustriales. Visto

desde la perspectiva de laArgentina, simultáneamente, seconsigna que en el sector deBiotecnología existen empresasargentinas con filiales y licenciasconcedidas a empresas brasileñas,indicando un flujo de conocimientocientífico y tecnológico en direcciónArgentina-Brasil. De igual modo, elEstado uruguayo consignó ejemplosrelevantes de flujo directo o indirectode tecnología de empresasuruguayas a sus filiales en otrospaíses: Sudamtex para el Brasil y laArgentina, Malteria Oriental para elBrasil y Unidad Coronaria Móvil paraChile. Existe consenso, asimismo,en el sentido de que la cooperacióndetectada entre empresas tambiénse da fuera del marco institucionalde políticas específicamentediseñadas para este fin, bajo lasoportunidades comerciales abiertaspor la simple creación del MERCOSUR,más a partir de la iniciativa eincentivo individuales de las propiasempresas.

Tal vez el resultado más directodel impacto del MERCOSUR en laconformación de una red regional decooperación en CyT sea la modalidadde colaboración que aprueba laarmonización de normas técnicas,estandarización, normalización yreglamentación de productos yprocesos. Las instituciones queactúan en esta modalidad decooperación son varias y diversas:desde universidades, a través de laparticipación de sus investigadoresen las comisiones y subcomisionesTécnicas del Subgrupo denominadoNormas Técnicas, hasta empresasestatales, pasando por institutos de

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investigación, autarquías delgobierno federal y órganos estatalesde control y fiscalización. Este tipode actividad de cooperación en elmarco de Metrología, normalizacióny calidad se refleja en una renovadaactividad de interrelación entre loslaboratorios responsables en todoslos países, en lo que se refiere aacreditación. Dada la crisis financieray de identidad que afectó de maneraindiscriminada a los institutostecnológicos gubernamentales devarios países del MERCOSUR, aquéllosperdieron mucho de su legitimidad yapoyo oficial en el campo deldesarrollo tecnológico. Comocontrapartida, los institutos estánhallando nuevos nichos deactividades en los serviciostecnológicos industriales, deimportancia fundamental a la luz delas normas ISO de calidad, CalidadAmbiental y para certificación delaboratorios. Estas actividades estánlogrando recuperar la motivación yestímulo de los investigadores ytécnicos de tales institutos, quesienten que su capacitación estásiendo solicitada para tareasimportantes para el desarrollo delpaís y futuro del bloque.

En lo que respecta a las áreasdel conocimiento científico osectores económicos específicos enque se establecen las relaciones decooperación, no se han detectadopreferencias relevantes. De hecho,un resultado bastante interesante yde gran interés para la política serefiere al hecho de que lasactividades de colaboraciónparecen tener lugar más en funciónde temas-problemas, de interés

para las actividades económicas delos diferentes países (tales comorecursos hídricos, mastitis bovina, laplaga del picudo del algodón) quepropiamente en disciplinas o áreasespecíficas del conocimiento. Así,llevados por la necesidad deresolver algún problema común,particularmente en las regiones defrontera, los países se sienten másmotivados para cooperar (encomparación con áreas en las queno compiten económicamente demanera directa). En este sentido, elproyecto de colaboración conocidocomo PROCISUR, anterior a lacreación del MERCOSUR, fuesistemáticamente indicado como elmodelo de cooperación científica ytecnológica que debería seradoptado por el MERCOSUR. Formadopor organismos de los cuatro paísesdel MERCOSUR, esta cooperación seda principalmente a través delintercambio de información, denormas bromatológicas yfitosanitarias.

A la luz de los resultadosobtenidos, ¿qué se puede decir delpresente y de las posibilidadesfuturas de establecimiento de redesregionales de cooperación de CyT

con participación de países delMERCOSUR?

Rumbo al establecimiento deRedes Regionales de Cooperaciónen CyT en el MERCOSUR: explorando los puntos fuertes yeliminando obstáculos

Pese a ser incipiente, lacooperación en CyT entre los países

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del MERCOSUR tiene chances defortalecerse y consolidarse. Esteoptimismo se justifica por una seriede razones. En primer lugar, laregión cuenta con un númerobastante significativo deinstituciones de enseñanza einvestigación, y ya existen diversasiniciativas individuales por parte delos investigadores para el desarrollode actividades conjuntas que hantenido bastante éxito; el estudiobibliométrico, por ejemplo, identificó40 casos de continuidad en lacolaboración bilateral entreinvestigadores del MERCOSUR

(Narváez-Berthelemot y Russel,1997). Esto significa casos en quedos equipos (con los mismosinvestigadores) publicaron juntosmás de dos veces en añosdiferentes, durante un período de16 años. La mayor parte de lacontinuidad se detectó entre laArgentina y el Brasil (36 casos) ymás de la mitad de éstas enCiencias de la Vida (seguidas por laFísica). Como se sabe por laexperiencia de los países de laUnión Europea, un buen comienzopara una política regional deincentivo a la cooperación esincentivar a los grupos einstituciones que ya se encuentrancolaborando entre sí. Ciertamente,tales grupos deberían ser llamadosa participar en los procesos denegociación para la creación delíneas de financiamiento específicaspara actividades de CyT en elámbito del MERCOSUR. En realidad,varios de estos grupos ya actúan entemas considerados fundamentalespara el desarrollo de la región, tales

como: bioseguridad, medioambiente, metodología para elcontrol de calidad (de productospara salud animal y humana, entreotros), cambio climático, tecnologíaaerospacial.

La segunda razón radica en laintensa relación que, en añosrecientes, se ha establecido entrelas universidades en el MERCOSUR

en términos de formación deinvestigadores. Tal como ya fueramencionado, la literaturaespecializada consigna que lasrelaciones que se establecen entreorientador y orientando tienden apersistir en el futuro y a evolucionarhacia colaboraciones mássimétricas. Aun en el caso de lasuniversidades, en especial aquellasque cuentan con programas deposgrado ya consolidados, existeun fuerte potencial y un espacio deactuación institucional para laestructuración de cursos conjuntosde extensión, entrenamiento yprogramas de posgrado entre lospaíses del MERCOSUR. Ese tipo decooperación se constituye en unamodalidad de doble vía, quecontribuye directamente a laelevación de la calificación de losrecursos humanos del paísreceptor, proporcionando beneficiosa los que participan de los cursos,como, por ejemplo, experiencia,posibilidad de nuevas orientaciones,investigaciones conjuntas, etc., parano mencionar los impactos a máslargo plazo, formando una nuevageneración de investigadorescapaces de establecer una pautaconjunta de investigación convínculos institucionales más

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estrechos y desarrollo de temasmás pertinentes a la realidad de lospaíses de la región.

La tercera razón para eloptimismo tiene más que ver con el“estado de ánimo” de losinvestigadores locales. Existe unaexpectativa general en el sentido deque la creación del MERCOSUR

consiga revertir la tendencia actualde preferencia por la cooperacióncon países avanzados; talesinvestigadores, particularmente losde las universidades regionales,ven el surgimiento del Bloque comouna oportunidad de ruptura de lazosde dependencia con los grandescentros; vinculados con lasinstituciones pequeñas y frágiles envarios aspectos, perciben quepueden reunir esfuerzos y compartirlo que tiene de positivo el objetivode crecer juntos. De hecho, elestudio argentino, particularmente,evidencia que esta expectativapuede confirmarse: en este país secalcula que la relación intra-MERCOSUR alcanza en la actualidadaproximadamente un 40% delesfuerzo de colaboración en CyT

(Mari, 1997). Si bien este datopodría estar sobrestimado dado quese privilegió un relevamiento de lasinstituciones donde se sabía quetales colaboraciones existían, elmismo es bastante significativo. Ysin duda, desde la perspectivapolítica, deberían diseñarse líneasde financiamiento específicas paraincentivar la colaboración entretales instituciones de frontera que,reconocidamente, están más alertaspara los problemas específicos queafectan a las regiones en las que se

localizan y menos motivadas paraacompañar las pautas de la cienciamainstream.

Tal recomendación se vuelveaún más relevante cuando serecuerda que ya existe también unatendencia hacia la cooperación entemas que pueden contribuir a laresolución de problemas que afectana todos los países del bloque, comoes el caso de problemas del áreafitosanitaria (por ejemplo, la plagadel picudo del algodón), laproblemática de la salud (humana,relacionada con diagnósticos yaprobación de medicamientos, yanimal, relativo al control de lamastitis bovina) así como decuestiones relativas a preservacióndel medio ambiente, entre otras.Tales temas pertenecen a lacategoría de aquellos que son deinterés de todos los países pero enlos cuales los países no compitenentre sí con vistas al mercado.

También resulta alentador elhecho de que la creación delMERCOSUR, si bien reciente, yamostró resultados concretos deincremento de colaboración dentrode la modalidad de armonización denormas técnicas, establecimiento depatrones y reglamentación deproductos y procesos. El número yla variedad de instituciones que seencuentran involucrados en estasactividades son considerables, y losresultados de los trabajos conjuntoshan sido evaluados comoextremamente positivos. Así, losinvestigadores que se hallanparticipando de estascolaboraciones ciertamente cuentancon opciones para participar.

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Un polo más débil para elestablecimiento de redes regionalesde cooperación en CyT entre lospaíses del MERCOSUR es ciertamenteel empresarial. En este caso, lacooperación se ha dado sobre todoen el área comercial, probablementecon la finalidad de permitir el ingresode la producción de empresasnacionales en el mercado regional.En raras ocasiones la cooperaciónentre empresas es vista como unaoportunidad para ponerse al día entemas de tecnologías de produccióny de gestión. Además, no sedetectaron casos de empresas quese encuentren apoyando enconjunto proyectos de investigacióno desarrollo. Evidentemente, esto noes más que la continuidad de unestado muy anterior a la creacióndel MERCOSUR. Es bastante conocidoel hecho de que las empresasprivadas establecidas en los paísesmenos desarrollados no realizaninvestigación porque utilizan latecnología desarrollada en suscasas matrices (en el caso de lastransnacionales) o importantecnología (en el caso de lasempresas nacionales). Ciertamente,es necesario mucho más que lacreación de un bloque comercial conel MERCOSUR para modificar estasituación. Y, en la medida en que lasredes regionales de cooperación enCyT apuntan, en última instancia, aldesarrollo conjunto de laseconomías participantes por mediode la innovación tecnológica, lasredes no se establecen de hecho sinla participación de las empresas.

Finalmente, es necesario muchomás que un acuerdo firmado entre

gobernantes de diferentes paísespara que se cree un bloque regional.El MERCOSUR es aún muy reciente ylos actores comienzan ahora aorganizarse y a reflexionar sobre elsignificado de ser/pertenecer a unbloque. A medida que el bloquecomercial se solidifique, se esperaque tenga lugar una ampliación ointensificación de los proyectos y delos intereses con una región, desdeque la existencia de un proyectoMERCOSUR sea explicitada einternalizada por los diferentessegmentos de la sociedad. Esto,evidentemente, no significa que elestablecimiento de colaboracionesentre los países del MERCOSUR puedaser abandonado al gusto de la “manoinvisible del mercado” (tanto en CyT

como en otros sectores). Esnecesario explicitar tantooportunidades como interesescomunes e identificar a los actorescapacitados, crear los incentivosfinancieros y los instrumentos queposibiliten verdaderamente alcanzarlos objetivos de creación delMERCOSUR. ❏

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Las nuevas tecnologías de lainformación y de lastelecomunicaciones (NTIT) posibilitanla creación de un nuevo espaciosocial para las interrelacioneshumanas al que denomino tercerentorno, para distinguirlo delentorno natural y del entornourbano, es decir del campo y de laciudad.1 Dicha transformaciónpuede ser comparada con lasgrandes revoluciones técnicas quese produjeron a lo largo de lahistoria e incide sobremanera en loque atañe al conocimiento humano.Así como la imprenta transformóprofundamente los métodosuniversitarios medievales (lectio,dictatio, disputatio, etc.), asítambién las NTIT (redes telemáticas,televisión, videojuegos, tecnologíasmultimedia, etc.) están modificandola actividad universitaria.

En relación con las NTIT suelehablarse de sociedad delconocimiento, de sociedad de la

información y de globalización. Lasdos primeras denominaciones sonsugerentes, pero a mi modo de veres preferible el modelo del tercerentorno, como trataré de mostrar acontinuación. Por otra parte, dichomodelo supone una alternativateórica al concepto hoy en díadominante, la globalización. Eltercer entorno puede serconsiderado como un espacio queengloba todo el planeta: la idea deTelépolis responde a esaperspectiva global.2 Pero el nuevoespacio social no sólo es global,sino también regional, local,profesional, disciplinar e inclusodoméstico.3 En lugar de pensar queestamos destinados a serdevorados por la globalización, lahipótesis del tercer entorno muestraque es posible crear organizacionesy grupos sociales de todo tipo en eltercer entorno, siempre que dichasiniciativas se adapten a laestructura del nuevo espacio social.

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* Instituto de Filosofía, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España.1 Véase J. Echeverría (1999), Los señores del aire. Telépolis y el tercer entorno, Barcelona, Destino.2 J. Echeverría, Telépolis, Barcelona, Destino, 1994. Edición de bolsillo en Destino, 1999.3 Véase J. Echeverría, Cosmopolitas domésticos, Barcelona, Anagrama, 1995 para un análisis delimpacto de las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones en los ámbitos do-mésticos.

Cooperación universitaria en redes telemáticas: tres propuestas parauna Tele-Universidad IberoamericanaJavier Echeverría*

La educación en el entorno telemático

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Como ejemplo de ello trataré demostrar cómo pueden adaptarse lasuniversidades iberoamericanas altercer entorno, cooperando a travésde redes telemáticas.

Las aulas que conocemos enlos pueblos y en las ciudades(segundo entorno) son recintuales,presenciales, proximales, etc., aligual que las escuelas, colegios yuniversidades. De hecho, se hablade campus universitarios y deciudades universitarias,entendiendo por tales recintosnaturales o urbanos delimitados porun contorno, a los que acudendurante el curso escolar profesoresy estudiantes para, con ayuda deuna serie de instrumentos docentessituados en esos recintos,desarrollar las diversas actividadespropias de la universidad (docencia,estudio, investigación, lectura, vidauniversitaria, etcétera).

La emergencia del nuevoespacio social transforma loscampus en telecampus y las aulasen aulas-red. Conectadas a lasredes telemáticas, las personaspueden desarrollar prácticamentetodas las actividades universitarias,e incluso otras nuevas. El tercerentorno posibilita nuevos procesosde aprendizaje, investigación,transmisión del conocimiento einterrelación universitaria, y por ellola cooperación universitaria adoptamodalidades distintas en el tercerentorno. Lo importante es tener encuenta que los escenarios

universitarios del tercer entorno noson físicos, sino electrónicos, no sonproximales, sino distales, no sonrecintuales, sino reticulares. Estánbasados en la digitalización detextos, imágenes, sonidos y datosque pueden ser transmitidosinstantáneamente a cualquierdistancia, y por ello hay que pensaren tele-universidades, es decir enredes telemáticas universitarias.Hoy por hoy, las redes telemáticasson la expresión más desarrolladadel tercer entorno, debido sobretodo a su carácter multimedia (muyimportante a los efectoseducativos) y al grado deinteractividad que están alcanzandoprogresivamente.4

En este artículo me ocuparédel tipo de cooperación entreuniversidades iberoamericanas queconsidero que hay que promover.Para ello haré tres propuestas quetienen que ver con la adaptación delas universidades al tercer entorno.Las tres pueden parecer utópicas,pero son realizables. De hecho, yahay universidades latinoamericanasy españolas que están dando pasosdecididos en tal sentido. Es precisodiseñar una política universitaria enesa dirección, que tiene que serllevada a cabo sobre la base de lacooperación voluntaria entreinstituciones y universidades ycoordinada por algún tipo deorganización intergubernamental,como la propia Organización deEstados Iberoamericanos.

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4 Aunque no analizaré este punto, conviene dejar claro que por interactividad entiendo simetría es-tricta entre emisores y receptores, no capacidad de opción entre varias alternativas.

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Primera propuesta: laInfraestructura Iberoamericanade la Información (III)

Tras haber propuesto la metáforade las autopistas de la información,que tuvo como respuesta el InformeBangemann sobre la Sociedad de laInformación, Al Gore y laAdministración Clinton han puestoen práctica el proyecto de construirla infraestructura mundial de lainformación (IMI) paralelamente a lainfraestructura nacional de lainformación (INI). El segundoproyecto avanza en los EstadosUnidos sobre todo gracias alimpulso de la iniciativa privada,mientras que el primero estáralentizado, aunque la recienteresurrección del programa de laGuerra de las Galaxias creado porReagan muestra que tampoco estáolvidado. La construcción del tercerentorno, en efecto, tiene comorequisito previo la creación de estetipo de infraestructurasinformacionales en los diversosniveles de intervención social(mundial, continental, nacional,regional, local, doméstico,profesional, empresarial, etc.). Paraconstituir una teleuniversidadiberoamericana y, lo que es más,para posibilitar una eventualsociedad iberoamericana de lainformación, es requisitoindispensable la construcción de lasinfraestructuras informacionalesprecisas (satélites artificiales,canales digitales de contenidosdiferenciados, cableados ópticos yde cobre, telepuertos, protocoloscomunes, etc.). La Organización de

Estados Iberoamericanos tiene antesí un desafío, que puede sersintetizado en tres letras: I.I.I.,Infraestructura Iberoamericana de laInformación, Iberoamérica en eltercer entorno. Una actuación asírequiere una planificación, un niveltecnocientífico elevado,considerables inversiones (para lascuales hay que contar conaportaciones de grandesempresas), procesos de consensoy, last but not least, un profundocambio de mentalidad social. ElJapón y la Unión Europea haniniciado procesos similares, al igualque otros muchos países delmundo. Para adaptarse al tercerentorno los países y las culturashan de disponer de lasinfraestructuras tecnológicasadecuadas.

Pues bien, volviendo a nuestrotema concreto, para que lasuniversidades latinoamericanas,españolas y portuguesas puedancooperar en el entorno telemáticoes preciso construir la triple I. Paraello puede comenzarsesectorialmente. Una de las posiblesvías de arranque sería construir unatriple I operativa para aquellasuniversidades iberoamericanas quequisieran participar en un programade este tipo.

Una iniciativa como éstaplantea importantes problemasfinancieros, tecnológicos, científicosy políticos, pero no hay que olvidarlas cuestiones legales, culturales ysociales involucradas por dichoprograma. A nuestro modo de ver,lo más importante sería acordar losvalores sobre la base de los cuales

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se promueve una actuación así: porejemplo, la multiculturalidad y lademocratización, pero también eldesarrollo del conocimiento, lainterrelación a distancia, laalfabetización digital y la oposicióna la globalización unidimensional.Esta breve muestra de lascuestiones a debatir no trata de sercerrada ni mucho menosexhaustiva. Simplementeintentamos mostrar la enormeenvergadura de las cuestionespolíticas, culturales y socialessuscitadas por la construcción de latriple I, con el fin de que no sólo setengan en cuenta los aspectostecnológicos, financieros yempresariales.

No insistiremos más en estaprimera propuesta, pero síseñalaremos un pequeño detalleque puede dar idea del sentido de lamisma. A nuestro modo de ver, estared informacional iberoamericanadebería de tener nodos en Europa(España, Portugal y Bruselas), enAmérica Latina y también en losEstados Unidos de América, porejemplo en Nueva York, Chicago,Los Ángeles, Florida y Texas. Lacoordinación de la triple I deberíaestar a cargo de la Organización deEstados Iberoamericanos, encolaboración directa conuniversidades, empresas y agenciasgubernamentales, como mínimo. Suconstrucción sería un buen ejemplode adaptación de América Latina altercer entorno y supondría, sinduda, una alternativa concreta a laglobalización unidimensional ysubyugante que hoy en día tiende adominarnos.

Segunda propuesta: la Tele-Universidad Iberoamericana (TUI)

Nuestra segunda propuestapseudo-utópica es la creación,construcción, puesta en marcha ymantenimiento de la Tele-Universidad Iberoamericana (TUI).Como tal, sería un telecampustransatlántico que conectaría através de redes telemáticas a todasaquellas universidades quelibremente quisieran asociarse adicha red. Las posibilidades decooperación universitariaaumentarían considerablemente,permitiendo, por ejemplo:

• Compartir equipamientos deinvestigación de alto coste:ordenadores, laboratorios,aceleradores de partículas, satélitesy sondas científicas, etc. Ellopermitiría aminorarconsiderablemente los gastos definanciación y mantenimiento dedichas infraestructuras deinvestigación.

• Compartir recursos humanosen investigación y en docenciauniversitaria: programas dedoctorado, formación continua,proyectos de investigación,programas de I+D, redesacadémicas, serviciosadministrativos, gestión académica,asignaturas comunes, etcétera.

• Compartir y transferirconocimiento multidireccionalmente,por ejemplo a la hora de elaborarmateriales docentes multimedia,programas de teleformación,recursos bibliográficos, revistaselectrónicas, etcétera.

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• Crear espacios informales deinterrelación entre universitarios, yello no sólo entre académicos (nimucho menos entre autoridadesacadémicas), sino también entre elpersonal administrativo y losestudiantes. La vida universitaria esmucho más que el estudio, ladocencia y la investigación, y porello se precisa la creación de esosescenarios telemáticos para unainterrelación informal. Laexperiencia muestra que las redespersonales que se forman a lo largode la estancia en las universidadesse revelan altamente efectivas ypoderosas en el ejercicio ulterior dela actividad profesional.

• Desarrollar programas deextensión universitaria dirigidos a lapoblación en general, y no sólo alos estudiantes inscritos en lasUniversidades. Uno de los objetivosprioritarios de dichos programassería la alfabetización digital deAmérica Latina.

• Promover el intercambiocultural a través de las redestelemáticas, desarrollandoactividades multiculturales en eltercer entorno universitario.

La creación de la TUI requiereun diseño preciso y una estrategiade actuación. Nos limitaremos aseñalar uno de los aspectos quenos parece más importante y queconstituye la base misma delfuncionamiento de Internet: laelaboración de protocolos comunesde identificación y defuncionamiento de las redestelemáticas que sustentarían lasdiversas actividades de la TUI.

Tercera propuesta: el Tele-ColegioMayor Iberoamericano (TCMI)

De las dos propuestas anteriores sederivan otras muchas, pero aquípondremos el acento en una que, aprimera vista, puede serconsiderada menor, y sin embargonos parece la prueba de fuego delbuen funcionamiento de la TUI: lacreación de un Tele-Colegio MayorIberoamericano. Ello equivale adecir que los estudiantes de la TUI

deberían tener acceso pleno a susredes telemáticas y podríanconstruir en ellas escenarioselectrónicos similares a los decualquier Colegio Mayor de uncampus o ciudad universitaria, conexcepción de los dormitorios. Cadaestudiante, en efecto, seguiríadurmiendo en su casa, o dondequisiera. El tercer entorno no es unespacio habitable, sino un ámbitopara la interacción. El TCMI sería unconjunto de escenarios electrónicosque permitirían las relacionesdirectas entre los estudiantes,fueran públicas, privadas o íntimas.Por decirlo en términos un tantojocosos: no hay que olvidar quemuchos estudiantes van a lasuniversidades a ligar, a divertirse ya conocer gente. La Tele-Universidad Iberoamericana deberíahabilitar espacios telemáticos paraese tipo de interacciones, que sonfundamentales para una vidauniversitaria entendida en el plenosentido de la palabra. El sector delos videojuegos, por ejemplo,debería ser especialmente cuidadopor el TCMI, al igual que todo lo quetiene que ver con las actividades

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deportivas y culturales, con losdebates políticos o simplementecon la creación literaria y artística.

No especificaremos más estatercera propuesta, porque la ideageneral es clara, y serían lospropios estudiantes los encargadosde darle contenidos concretos. Alelegir el TCMI como tercerapropuesta frente, por ejemplo, a laconstrucción de una telebibliotecauniversitaria iberoamericana, quetambién parece una iniciativa muysensata, enfatizamos un punto quesuele ser olvidado: lasuniversidades se construyen antetodo para los estudiantesuniversitarios, no para losacadémicos ni para las autoridadesque las dirigen.

Algunos escenarios de las teleuniversidades

Hechas las tres propuestasanteriores, terminaremos poniendoalgunos ejemplos concretos del tipode escenarios universitarios quehabría que construir para que la IIIfuera utilizada provechosamente porla TUI, y en particular por el TCMI.Distinguiremos cinco escenariosdiferentes, pero podrían ser más.Nuestra pretensión se limita apresentar un esbozo concreto de lahipótesis del tercer entorno en elmedio universitario y a suscitar undebate, sin pretender cerrar ni agotarde ninguna manera la cuestión.

Hablaremos pues deescenarios para el estudio, lainvestigación, la docencia, laadministración y la interrelación.

• Escenarios para el estudio. Elpupitre y la mesa de trabajo tienenuna nueva expresión en el tercerentorno: son la pantalla delordenador y la consola con susdiversos aparatos periféricos. Lanovedad principal estriba en quepueden estar ubicados en casa oen cualquier otro emplazamientogeográfico. Si llamamos teleestudioa ese nuevo escenario educativo, lomás novedoso es su ubicación. Eltelepupitre puede ser portátil y estarconectado a una red telemáticaeducativa. Se puede acceder a éldesde casa, desde el campusuniversitario o desde cualquier otrolugar físico. Siempre ha de estardisponible para ser utilizado, porquela teleuniversidad funciona 24 horasdiarias y 365 días al año. Elloimplica un cambio muy importanteen los hábitos y en la organizacióndel tiempo educativo. Por otra parte,los materiales educativos cambianpor completo. Frente al libro detexto tradicional, las universidadeselectrónicas utilizarán cada vez másmateriales multimedia. La creaciónde estándares, protocolos ysistemas informáticos comunes ycompatibles es una necesidad deprimer orden para elestablecimiento de redestelemáticas interuniversitarias. Ladigitalización de los textos es unacondición necesaria, pero nosuficiente. Es preciso adoptar unformato y protocolos electrónicoscomunes para los diversosmateriales educativos (libros,artículos, fórmulas, gráficos, tablasde datos, imágenes, sonidos, etc.),

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que sean operativos en dichasredes.

• Escenarios para lainvestigación. La mayoría de lascomunidades científicas estánprofundamente imbricadas en lasredes telemáticas en su actividadinvestigadora (teleciencia), hasta elpunto de que algunos nuevosescenarios para la investigación yaexisten en el tercer entorno:telelaboratorios, revistaselectrónicas, acceso remoto para eluso de grandes infraestructuras deinvestigación, experimentosconjuntos interuniversitarios, etc. Enlugar de multiplicar los grandesequipamientos de investigación, lasuniversidades iberoamericanas deltercer entorno compartirían esasinfraestructuras, distribuyéndose lashoras de uso, como ahora sucede.No hay que olvidar que el WorldWide Web fue creado por el CERN

europeo para mejorar lacomunicación entre investigadores.Los grupos transatlánticos deinvestigación pueden ser unarealidad en el tercer entorno,disminuyendo considerablementelos viajes y el turismo académico.

• Escenarios para la docencia.Son las aulas o campus virtuales, acuyos escenarios se accedeconectándose a una red educativatelemática. Aparte de ser aulasdistales, lo más notable es quedejan de ser recintos con interior,frontera y exterior, convirtiéndoseen redes telemáticas en las que sedesarrollan las diversas accioneseducativas. El teletutor puedeproponer una serie de cuestiones yproblemas previamente diseñados,

controlar a distancia lo que hacenlos alumnos en su telepupitreescolar o doméstico, corregirlesentrando en su ordenador,sugerirles ideas, motivarlos, etc.,pero todo ello en un nuevo medioque no es físico, sino electrónico.Incentivar el trabajo en equipo en elnuevo entorno telemático es uno delos mayores problemas de laactividad docente.

• Escenarios para lainterrelación. Las actividadesinformales son una componenteesencial de cualquier corporación, ylas universidades no son unaexcepción. Las redes telemáticasuniversitarias deberán incluirescenarios en los que se puedandesarrollar actividades informales(chats, cafeterías virtuales, aficionescomunes, actividades sindicales ypolíticas, grupos culturales y deopinión, espacios para la críticadesenfadada, etc.). Asimismo, esimportante enseñar a losuniversitarios a diseñar su propiaimagen digital, a moverse, adirigirse a otras personas en loscampus virtuales, a respetar lasnormas de comportamiento en lasredes. Una tele-universidad no sóloestá formada por aulas,laboratorios, despachos ybibliotecas. Los espacios virtualesde distensión son tan importantesen el tercer entorno como en losactuales campus universitarios.Algunas universidades ya hancomenzado a desarrollar sistemasde teleenseñanza (campusvirtuales) que han de serconsiderados comocomplementarios de los ya

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existentes. En esos campusvirtuales se insiste ante todo en elestudio y en la transmisión deconocimientos. Sin embargo, igualde importantes son los escenarioselectrónicos en los que pudieradesarrollarse una vida universitaria(actividades comunes, tele-reuniones, trabajo en equipo, etc.).Aquellos campus virtuales quesepan ofrecer las múltiples facetasde la vida universitaria, y no sólo larelación docente, tendrán un éxitomayor.

• Escenarios para laadministración. Las universidadesrequieren un complejo aparatoadministrativo cuyo buenfuncionamiento es tan importante omás que el de los profesores,estudiantes e investigadores. Eldiseño de sistemas informáticos dematrícula y gestión académica haavanzado mucho en los últimosaños. Se trata ahora de hacer otrotanto con sistemas telemáticos, lo

cual implica una convergencia entresistemas de gestión administrativamuy distintos. Otro tanto cabe decirde la convergencia legal entre losdiversos sistemas educativosiberoamericanos.

Todo ello requiere laconstrucción de las infraestructurasuniversitarias de la información. Sinembargo, siendo condiciónnecesaria, la I.I.I. no basta. Por esoproponemos dotar de contenidouniversitario a la infraestructuraiberoamericana de la informacióncreando la tele-universidadiberoamericana con su telecolegio otelecolegios mayores y, porsupuesto, con el conjunto deescenarios adicionales que sonprecisos en una universidad. Enuna palabra, se trata de construir lateleciudad universitariaiberoamericana del tercer entorno.Ni más ni menos. ❏

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Las “Redes de Innovación” son larespuesta a la tendencia mundial detransnacionalización delconocimiento, a partir de alianzasestratégicas que permiten lacooperación entre los diferentesagentes involucrados en el procesode innovación.

El cambio de siglo y milenioestá presenciando el surgimiento deuna sociedad del conocimientobasada en la ciencia global y en lacapacidad de interactuar y participaren los grandes desarrollos,situación que obliga a todos lospaíses y a las empresas areplantear sus estrategias. De lasempresas se reclama una mayorcapacidad de gestión tecnológicainternacional para manejarinformación sobre mercados,productos y tecnología, y paraadoptar una organización flexible enla cadena de producción.

La inserción exitosa de lasempresas y centros tecnológicosnacionales y centros deinvestigación en redes mundiales deinnovación es uno de los propósitosfundamentales de las nuevaspolíticas de innovación que se estándesarrollando a todos los niveles.

En consecuencia, el trabajo enred es crecientemente considerando

como el modelo adecuado parahacer que la innovación seincorpore en la estructuraorganizativa de las empresas.

La innovación no se puedeconsiderar como un eventoocasional, es el resultado de unproceso complejo e interactivo en elque intervienen tecnologías,formaciones profesionales,capacidades organizativas, diseñosy otros factores intangibles de laactividad empresarial.

En suma, la innovación es elarte de transformar el conocimientoen riqueza y calidad de vida. Portanto, la innovación “cristaliza” enlas empresas, siempre comoconsecuencia de múltiplesinteracciones entre numerosos ydiversos agentes: los grandesgrupos industriales y las PyMES, loscentros tecnológicos, lasuniversidades y los organismospúblicos de investigación, losusuarios, las entidades financieras ylos poderes públicos.

En este entorno deinterconexiones variadas ymúltiples, las PyMES, como elementofundamental del tejido empresarial yproductivo, avanzan relativamentepoco en los aspectos formales de laInvestigación y Desarrollo (I+D), y,

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* Ministerio de Educación y Cultura de España.

Redes de InnovaciónMarta Zan Valdivieso*

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en consecuencia, no aparecen enlas frías estadísticas, pero estáncomprometidas con un volumenimportante de innovación.

Las PyMES,1 y en especial demicropymes,2 son las entidades quesoportan las mayores desventajas altratar de innovar. A menudo carecende recursos esenciales, tales comodinero, tiempo, experiencia,habilidades básicas y equipoespecializado, y, con frecuencia,están sometidas a intensaspresiones derivadas de la gestióndiaria de los problemas, actuandocomo “apagafuegos” para mantenerfuncionando el negocio, lo que laslleva a abandonar una cuestión tanimportante como la planificaciónestratégica de los nuevos productosy procesos que contribuirán aproteger el futuro de la empresa.

Innovar es la única opción quese puede permitir cualquierorganización sea cual sea sutamaño o la actividad de sunegocio. Las PyMES se están dandocuenta rápidamente de laoportunidad que tienen ante sí yestán respondiendo con agilidad ala llamada de la innovación.

En este contexto, el problemade este tipo de empresas no estanto su tamaño como suaislamiento. Un importante númerode historias de éxito indican que lafalta de recursos en el interiorpuede superarse accediendo a ellos

externamente. Para ello, esimprescindible conectarse,vincularse a fuentes de ayuda yapoyo existentes en el entorno.

Innovación tecnológica,innovación en la gestión, innovaciónen el servicio, potenciación de lacreatividad de las personasconstituyen un grupo decapacidades que suponen lasverdaderas ventajas competitivasde una organización empresarial.Por tanto, la innovación es un factorfundamental para la competitividadindustrial, el crecimiento sostenible,el desarrollo social y la creación deempleo, este último uno de losprincipales problemas que acosan alas economías emergentes.

Con objeto de hacerlo de laforma más eficaz, las empresas nosólo dependen del desarrollo de suspropias capacidades, sino tambiénde un entorno más favorable a lainnovación en el ámbito, por ejemplode las condiciones jurídicas yfiscales, y de una mejora de la“cultura de la innovación” en general.

Según se ha señalado en lospárrafos anteriores, parecededucirse que para afrontar lasdificultades que supone enfrentarsea los “mercados globales” serequiere un trabajo conjunto entreactores con los mismos problemas ocon las mismas deficiencias. Nosignifica esto que haya quefusionarse sino que se puede

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1 Consideramos PyMES independientes a aquellas empresas que se ajustan a la definición europeade mediana y pequeña empresa: menos de 250 trabajadores, con un volumen de negocios anual in-ferior a 42 millones de dólares o cuyo balance general anual sea inferior a 28 millones de dólares yque no esté participada por otra empresa que no sea PyME en más de un 25% de su capital social.2 Consideramos micropymes a aquellas empresas de menos de 10 trabajadores.

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cooperar en el seno de redes, más omenos formalizadas, para superardesventajas intentando explotarfuerzas innovadoras –flexibilidad,adaptabilidad, sencillez-, disponiendode mecanismos y cauces de relacióneficaces y adecuados al tipo deagentes con los que se va acooperar, así como de estructurasque promuevan la cooperación y losflujos de información generadores deinnovaciones.

Nos vamos a centrar ahora entres tipos de redes de apoyo a lainnovación, dirigida principalmente alas empresas, que operanfundamentalmente en Europa,aunque la tercera de ellas tieneámbito mundial de actuación. Sonlas siguientes:

• Red de Centros de Enlacepara la Innovación. IRC Network3

• Red de Centros Europeos deNegocios e Innovación. EBN4

• Asociación Internacional deParques Tecnológicos (IASP)5

La Red de Centros de Enlacepara la Innovación fue creada en elseno del Programa de Innovacióndel IV Programa de I+D de la UniónEuropea, en 1994, y coordinada porla Dirección General XIII de laComisión Europea. Tiene la misiónde estimular la transferencia detecnología, especialmentetransnacional, así como mejorar laparticipación de empresas y centrosde investigación en los programas

comunitarios de I+D. Esta redposibilita también el intercambio deresultados tecnológicos entre lasempresas y centros de serviciostecnológicos europeos. A través dela Red se facilita el acceso directo anuevos socios, a usuarios de latecnología y a proveedores denuevas tecnologías.

La filosofía con que opera estaRed consiste, fundamentalmente,en responder a las necesidadesespecíficas de las empresas en elámbito donde el Centro de Enlaceactúa. La detección de necesidadesde innovación es previa al posteriormatching con el catálogo deresultados transferibles procedentesde toda Europa.

La prioridad principal de losmiembros de esta Red es ayudar alas empresas locales a identificarsus necesidades tecnológicas,mediante la asistencia deherramientas como los diagnósticostecnológicos; identificar lastecnologías adecuadas que seadecuen con esas necesidades,asistir a dichas empresas en lasnegociaciones de transferencia detecnología y promover nuevosdesarrollos tecnológicos entreempresas, centros tecnológicos ycentros de investigación ydesarrollo de varias regiones. Paraconseguir esto los Centros deEnlace, gracias a su trabajo enRed, posibilitan la circulación deresultados de investigación y

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3 IRC Network: Innovation Relay Centres. Representa la nomenclatura inglesa de la Red de Centrosde Enlace e Innovación.4 EBN: European Bussiness Network.5 IASP: International Association of Science Parks.

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tecnologías susceptibles de seraprovechadas en otras regiones yfacilitan servicios de formación yconsultoría a requerimiento de lasempresas locales. Los Centros deEnlace realizan también actividadesde sensibilización y formaciónrelativas a técnicas de gestión de lainnovación, la oferta tecnológicaexistente y otros programaspúblicos mediante la organizaciónde encuentros sectoriales entreproveedores y demandantes detecnología o preparando encuentrosespecíficos de difusión de losprogramas públicos de apoyo a lasacciones de innovación tecnológica.

Los Centros de Enlace fueronestablecidos en organizacionesindependientes, ya existentes, y conexperiencia avalada por actividadesprevias en áreas como la consultoríatecnológica, servicios de apoyo a latransferencia de tecnología,consultoría en innovación, etc. Laselección de estos Centros fuemediante una convocatoria pública yabierta, eligiéndose la mejorpropuesta por regiones. Los Centrosestán constituidos por uncoordinador al que está unido ungrupo de asociados seleccionadospor criterios tales como tener unpersonal con amplios conocimientosde las necesidades industrialeslocales, extensa experienciatecnológica, proactivos y orientadosal servicio y a la asesoría deempresas locales.

Las tareas recomendadas a losCentros de Enlace e Innovación enel V Programa Marco de I+D

europeo, es decir, en su futuropróximo, son las siguientes: a)

suministrar información sobre lasacciones de innovación en elPrograma Marco; b) promover latransferencia transnacional detecnologías de cualquier origen,según las necesidades del tejidoeconómico y social de cada lugar; c)promover la difusión y explotacióntransnacional de resultados de lainvestigación comunitaria, queincluyen los que las unidades deinnovación de los correspondientesprogramas temáticos declarenadecuados para la explotación porterceros; d) fomentar la capacidadde asimilación de nuevastecnologías de las empresasdeterminando sus necesidades y sucapacidad de cooperación yasociación transnacionales entreellas; e) promover las iniciativastransnacionales comunes deinnovación de las regiones europeasy los sistemas de apoyo en ámbitosprioritarios del programa, como lafinanciación de la innovación, lasnuevas empresas, etc; f) canalizarhacia otros servicios a losparticipantes potenciales quenecesiten ayuda, por ejemplo, parala participación en los programastemáticos del Programa Marco deI+D europeo.

Después de casi cinco años deoperación los Centros de Enlacehan desarrollado, probado,intercambiado y optimizado unaserie de metodologías, deherramientas prácticas y detécnicas de apoyo a la transferenciade tecnología transnacional. Estoconstituye una prioridad para losCentros, es decir, extender suscontactos y profundizar los enlaces

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entre las empresas de todos lospaíses participantes. Lasherramientas que se utilizan estánorientadas a desarrollar un amplioportfolio de servicios deinformación que respondan a lasnecesidades de las empresasclientes del Centro de Enlace encada región. Para ello disponen deun sitio de encuentro virtual(http://www.cordis.lu/irc/home.html)en Internet al que pueden accedertodos los coordinadores de centrosy sus socios. A través de este sitiolos centros pueden ayudar a lasempresas a encontrar socios através de la red, se puedenencontrar historias de éxito de cómoalgunos centros han proporcionadoeficaces servicios a sus empresasclientes y sus métodos de trabajoen red.

Otra de las herramientas quela Red proporciona es elintercambio de personal entre loscentros asociados a la Red con elpropósito de formación, intercambiode experiencias y el establecimientode contactos con diferentes culturasempresariales en otras regiones.

Los Centros de Enlace tambiénse organizan en grupos temáticosque responden a las necesidadesde sus empresas clientes, con elobjetivo de que estas industrias seintegren en redes transnacionalesde cooperación. Los grupostemáticos refuerzan los lazos deunión entre empresas de sectoresindustriales de las regiones deEuropa. En estos grupos seidentifican oportunidades de realizarproyectos conjuntos, se establecenacuerdos de cooperación y se

participa de forma unitaria en feriasinternacionales y en los eventosrelacionados con el sector industrialal que se dirige el grupo temático.

La Red de Centros de Enlaceestá constituida por 53 miembrosdistribuidos en los 15 países de laUnión Europea, además de Islandia,Noruega, Suiza e Israel, que sonmiembros asociados a la UniónEuropea en las actividades de I+D eInnovación, junto con otros centrosde Europa Central y del Este. Estosúltimos se encuentran bajo la tutelade un Centro propio de los países dela Unión Europea mediante unacuerdo de cooperación. En total losCentros agrupan a alrededor de 175organizaciones involucradas entemas de innovación y asistencia aempresas.

El desarrollo de la actividad delos Centros de Enlace essupervisado por la ComisiónEuropea cada ocho meses,mediante informes de actividad quecada centro debe presentar segúnun esquema predefinido. Comoresumen de las actividades que sedesarrollan a través de la Red deCentros de Enlace, se puede decirque en el período que va de enerode 1997 a diciembre de 1998, loscentros asesoraron en cuestionesde transferencia de tecnologíatransnacional a 16.000 clientes,colaboraron en la preparación dealrededor de 5.000 propuestas deproyectos de I+D presentadas al IVPrograma Marco de I+D de la UniónEuropea, y participaron en lanegociación de 1.200 acuerdos detransferencia de tecnología, de loscuales 175 llegaron a firmar un

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contrato de transferencia detecnología transnacional.

La Red Europea de Centros deEnlace pretende funcionarcoordinadamente con la Red deregiones que están desarrollandosus proyectos de planificaciónestratégica de la innovaciónregional como eje fundamental desus políticas regionales dedesarrollo económico. Estosproyectos, conocidos con elacrónimo de RITTS (RegionalInnovation and Technology TransferStrategies), suponen un análisisintrospectivo de cada región,analizando las infraestructurascientíficas y tecnológicas de apoyoa las empresas disponibles, lasnecesidades de innovación de lasempresas regionales, y proponiendoun plan de acción para mejorar lacapacidad de innovación y eldesarrollo económico general de lasregiones europeas.

Ambas redes están avaladaspor la Dirección General XIII de laComisión Europea y seráncoordinadas en paralelo paramejorar su eficacia y asegurar almáximo las sinergias entre ellas.Tanto el proyecto de Centros deEnlace como los proyectos RITTS

están enraizados en las regiones ytienen la obligación de conectarse ycooperar a nivel europeo. Elparalelismo entre ambas redestambién viene dado por quefrecuentemente la instituciónregional donde se gestiona elproyecto RITTS también participa enlos trabajos de Centro de Enlace yasea como institución anfitriona delmismo o como socio.

La Red Europea de Centros deEmpresa e Innovación es unaasociación internacional creadapara desarrollar y coordinar losCentros de Empresas e Innovación(Business Innovation Centres, BIC

en terminología anglosajona),proporcionando apoyo para mejorarsu eficacia ya sea individual ocolectivamente, asegurar lacompleta explotación de beneficiosde la red compartiendo experienciasy conocimientos y estableciendocolaboraciones entre sus miembrospara trabajar conjuntamente entemas de investigación y desarrollo,en tecnología y en marketing.

Los Centros de empresasinnovadoras que pertenecen a la redEuropea de Centros de Empresa eInnovación (EBN) pueden: a) accedercon mayor facilidad a intercambio deinformación entre centros; b)coordinarse en actividades deformación y desarrollo de métodos einstrumentos normalizados detrabajo; c) facilitar lainternacionalización de lasempresas y proyectos apoyándoseen otros centros.

Un Centro Europeo deEmpresas e Innovación es unenclave para apoyar la creación depequeñas y medianas empresasinnovadoras e impulsar la puesta enmarcha de actividades nuevas enpequeñas y medianas (PyMES)empresas existentes. Estos centrosfueron creados a partir de 1984 poriniciativa de la Comisión de lasComunidades Europeas.

En una definición un poco másextensa se podría decir que estosCentros son enclaves para

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promover la generación endógenade riquezas y empleo en un áreaconcreta, mediante la promociónindustrial activa, la movilización derecursos y la aportación competitivade valor añadido para la creaciónde empresas innovadoras y laincorporación de la innovación enlas PyMES.

Cada uno de estos Centrostiene su propia entidad jurídica y seenmarca en las legislacionesadecuadas de cada país, en el casode España la mayoría de los 21 BIC

existentes en este momento sonsociedades sin ánimo de lucro,apoyadas por entidades públicasregionales (gobiernos regionales,ayuntamientos), entidades privadas(entidades financieras, de capital-riesgo, centros tecnológicos,centros de servicios a empresas),centros de formación y apoyo(escuelas de negocios, serviciosjurídicos) que proporcionan unanutrida red de relaciones al serviciode los emprendedores.

Esta Red está apoyada por laUnión Europea a través de laDirección General XVI de PolíticaRegional y Cohesión de la ComisiónEuropea, mediante su línea de apoyocon Fondos Estructurales y Fondosde Cohesión, ya que, como se hamencionado anteriormente, losCentros de Empresas e Innovaciónhan demostrado ser un eficazinstrumento de la política dedesarrollo industrial y tecnológico delas regiones, así como un adecuadoinstrumento de apoyo a las PyMES, talcomo se ha demostrado en elseguimiento y en las evaluacionesexternas que la Comisión Europea ha

efectuado tanto a los Centros comoglobalmente a la asociación EBN.

Entre los principales serviciosque los Centros prestan a lasempresas y a los emprendedoresfiguran los siguientes: a) asesoría degestión integral permanente; b)implantación y alojamiento deempresas (éste es un servicio muyinteresante porque el BIC alquila porun período de tres años a losemprendedores y empresas el local,servicios de telefonía, recepcionista,secretaría, mantenimiento de locales,servicios de telecomunicaciones,salas de reunión y equiposaccesorios, biblioteca y centro dedocumentación, alquiler de mobiliarioy equipos informáticos); c)estrategias de negocios, colaborandoen los procesos de análisis yplanificación empresarial, en laelaboración del plan de empresa y enla valoración de empresas ynegocios; d) asesoramientocomercial evaluando la eficienciaglobal de la función de marketing,colaborando en la realización deestudios de mercado que permitanconocer tendencias de la demanda yevaluar la posición competitiva de laempresa en el mercado; e)asesoramiento financiero; f) gestiónde subvenciones; g) servicios decooperación empresarial; h) gestiónde transferencia de tecnología,estudiando las necesidadestecnológicas y científicas de lasempresas, asesorando en laexplotación de resultados y latransferencia de tecnología; i)asesoramiento administrativo delnegocio; j) formación; k)asesoramiento y proyectos.

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La Red EBN agrupa a 150centros distribuidos por todaEuropa. Como resultados másdestacados se puede decir que elconjunto de los BIC ha contribuido ala creación o desarrollo de más de8.000 empresas en las regioneseuropeas, generando o preservandomás de 50.000 puestos de trabajo.Estos resultados, junto a la fuerzaque implica el trabajo en Red, hanhecho que los BIC adquieran unimportante protagonismo en lapolítica regional europea.

La red mundial IASP agrupa aparques científicos y tecnológicos ya incubadoras de empresasinnovadoras existentes o en fase dedesarrollo, instituciones de I+D,expertos, consultores y ejecutivosen los campos de actividadrelacionados con la innovación, latransferencia de tecnología y laciencia. Los socios, en un númeroaproximado de 170, de esta red deámbito verdaderamente mundialpertenecen a 46 países y funcionancon contactos en muchos otros más.

Los principales objetivos deesta asociación son: a) crear redesactivas que propicien la colaboraciónentre los distintos agentes queintegran los parques científicos ytecnológicos e incubadoras deempresas innovadoras; b) facilitar loscontactos entre sus miembros,apoyar el desarrollo de nuevosparques científicos y tecnológicos eincubadoras y fomentar lacooperación entre ellos; c)intercambiar experiencias y facilitar asus socios los conocimientosacumulados, contactos y

asesoramiento nacional einternacional; d) promover todo tipode iniciativas que añadan valor a lasempresas instaladas en los parquese incubadoras; e) representar a susmiembros ante los forosinternacionales, tales como la ONU,UNESCO, UNIDO, UE, etc., y establecervínculos con otras asociaciones desimilar ámbito de actuación yafinidad de actividades.

Antes de pasar a la descripciónde la asociación internacional deparques científicos y tecnológicos,se describirá qué se entiende porParque científico y tecnológico.

La definición generalmenteaceptada de Parque Científico oTecnológico es la de un proyectodotado de un espacio físico que tienevínculos de colaboración conuniversidades, centros deinvestigación u otras instituciones deeducación superior. Su objetivo esfomentar la creación y el desarrollode empresas innovadoras,industriales o de servicios,generalmente instaladas en el propioparque, disponiendo de un equipo degestión permanente, y directamenteinvolucrado en favorecer latransferencia de tecnología y lamejora de la competitividad de lasempresas instaladas en el parque.

Los parques constituyen unespacio pensado para satisfacer lasnecesidades específicas de lasempresas de nuevas tecnologías.Su misión es facilitar un entornoasequible y rico en recursos, dondeempresas ya establecidas amplíensus actividades, donde jóvenesempresas desarrollen su potencial ydonde nazcan nuevas iniciativas.

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Los parques se consolidancomo entornos con fácil acceso a lared de recursos científicos,industriales, personales, educativos,culturales y financieros, en primerlugar de la región en la que seubican y, a través de las redes a lasque están unidos los parques, aestos recursos procedentes detodas las partes del mundo.

Un parque tecnológiconormalmente es un proyectopromovido por el departamento deindustria del correspondientegobierno regional o local, en el queparticipan universidades de laregión, centros de investigación ytecnológicos, instituciones deformación superior, algunasinstituciones financieras, municipiosdel área y organizacionesempresariales, en suma, un parquetecnológico representa para susmiembros un proyecto con ampliopotencial tecnológico e innovador ycon gran fuerza integradora.

Al igual que los Centros deEmpresas e Innovación el parqueproporciona a las empresas que sequieran instalar en su recinto, apoyologístico: recepción general,mantenimiento, seguridad,transporte público, serviciosmédicos, agencias bancarias,agencia de viajes, hotelería,reprografía, instalaciones deportivas,servicios de traducción. Tambiénproporcionan otros servicios conmayor valor añadido, tales como: a)telecomunicaciones: mediante unainfraestructura telemática queproporciona conectividad de altacalidad a la empresa y acceso aproveedores de servicios avanzados

de telecomunicaciones; b) apoyo ala investigación y desarrollo(generalmente en los parques seinstalan centros tecnológicossectoriales que son de gran apoyopara las empresas en el ámbito dela transferencia de tecnología o delos desarrollos tecnológicosadaptados a un determinado sectorindustrial); c) promoción empresarial(se promueve la cooperación conotras empresas y CentrosTecnológicos a través de las redesinternacionales); d) formacióncontinua: se establecen planes deformación continuada para lasempresas instaladas en los parques,generalmente subvencionados porlas entidades regionales que apoyanal parque; e) servicios deorientación tecnológica, sobreaquellas cuestiones de interéstecnológico prioritario y de carácterhorizontal como son la informática,las comunicaciones avanzadas, laingeniería y las tecnologíasrelacionadas con el medio ambiente.

Los parques científicos seasientan alrededor de universidadesy centros de investigación, tienenpequeñas diferencias de carácterrespecto a los parques tecnológicos.Parten de un punto diferente. Laciencia básica se considera como elprimer peldaño que inicia la cadenade avances tecnológicos que danlugar a un producto nuevo. En estesentido, las universidades o centrosde investigación son tradicionalmenteuno de los mayores creadores deinnovación. Los parques científicosconstituyen un paso interesante paraque los avances científicos setransformen en nuevos productos y

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en nuevas empresas. Asimismo, lainvestigación constituye uno de loselementos principales de losprocesos de innovación de lasempresas. Esta necesidad deinnovación se percibe cada vez demanera más clara como una piezaclave de la competitividad de lasempresas. Una de las nuevastendencias mundiales para potenciarla vinculación entre la innovacióngenerada por las universidades y lasnecesidades de los sectoresproductivos es la creación de parquescientíficos. Esta tendencia se inició enlos Estados Unidos, después enEuropa y actualmente en el SudesteAsiático. En los parques científicosse crean las nuevas estructurascientíficas y socioeconómicasbasadas en el conocimiento, lasideas y la cooperación entre ambospolos, el académico y el productivo.Ejemplos de este tipo tenemos en losEstados Unidos, donde la mayorconcentración de empresas de altatecnología está en un parquecientífico o cerca de un parquecientífico, y, en cualquier caso,próxima a universidades o centros deinvestigación: Sillicon Valley, próximoa la Universidad de Stanford y deBerkeley; Research Triangle Park,unido a las universidades de Carolinadel Norte, Duke University;Massachussetts-128, área de fuerteconcentración de empresas de altatecnología cercana al MassachusettsInstitute of Technology, a lasuniversidades de Harvard, Brandeisy Boston.

Los parques científicos seconciben como espacios deexcelencia, donde se pretende

impulsar una atmósfera queincentiva la creatividad, lasactitudes emprendedoras, lafilosofía de la innovación junto conotros objetivos también importantespara los parques, como son lapreservación del medio ambiente, laracionalización de recursos básicos(agua, energía...), el apoyo a lasociedad del bienestar (la salud, elocio, la educación...) y el desarrollode la cultura y la formacióncontinuada.

La asociación mundial deparques científicos y tecnológicos,en su parte más cercana a cada unode los parques, pretende ayudardirectamente a las empresas de lasiguiente manera: a) dotando a cadaparque y sus empresas de accesoRDSI a Internet con todos susservicios; b) dotar a cada parque deun frontal de comunicaciones parapermitir accesos remotos a susservicios telemáticos (teletrabajo); c)mejorar las infraestructuras decomunicaciones internas de cadaparque y la conectividad entreempresas; d) elaboración de basesde datos distribuidas (Web) con losproductos y servicios desarrolladospor las empresas; e) programas deformación específica para permitirque las entidades gestoras de cadaParque mantengan operativas lasinfraestructuras creadas y losservicios telemáticos.

La asociación mundial pone enmarcha herramientas para poderayudar a cada uno de los parques ylas empresas en ellos instaladas ensu interrelación y con los usuariosexternos. Este servicio on linepermite a los usuarios externos a la

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red encontrar empresas, personas,productos o servicios y localizarproveedores de calidad en todo elmundo. Los suscriptores de esteservicio disponen además deinformación sobre los proyectos quela asociación acomete. Estaconexión en red de informaciónconocida con el nombre de IASPNetfunciona a través de cuatro ejesservidores situados en el ParqueTecnológico de Andalucía (Málaga,España), Amsterdam Science Park(Holanda), Tecnopolo de Madeira(Portugal) y Technology ParkWestern Australia (Perth, Australia).

Otra de las herramientaspuesta en marcha a través de la redes un programa de formaciónmediante el intercambio depersonas y de experiencias deformación entre las empresas de losparques, con el objetivo decontribuir a la adaptacióntecnológica de los empleados de laspequeñas y medianas empresas ennuevas áreas tecnológicas.

Además del contacto queproporcionan estas herramientastelemáticas, la IASP mantiene yestimula el contacto entre susmiembros a través de cuatroreuniones anuales, una por cadauno de los sectores mundiales enlos que se subdivide la asociación:Europa, Asia-Pacífico,Latinoamérica y Norteamérica.

Conclusiones

A la vista de cómo funcionan lasredes presentadas anteriormentepodemos concluir que los

requirimientos que tiene que reuniruna red para tener éxito son lossiguientes.

Se requiere un compromisoentre todos los miembros de la Red,identificando claramente lasnecesidades de las empresas paralas que se pretende trabajar, porqueson el fin último de todos losesfuerzos que supone la creaciónde redes de trabajo.

Se requiere también un enfoquemultidisciplinar en todo lo que rodeaa la innovación y la transferencia detecnología, de forma que sea posiblefacilitar a los responsables de lasempresas informaciones dealternativas, fuentes de financiación,legislación internacional,asesoramiento sobre temas fiscales,etc., es decir, información completaque permita tomar rápidamentedecisiones de fuerte impacto en elfuturo de la empresa.

Se necesita también unseguimiento sistemático de lasactividades e iniciativas paraasegurar que ninguna oportunidadse pueda perder, así como unacuidadosa atención a la gestión dela Red y a la necesidad defrecuente información. Este puntova unido a la dedicación depersonal especializado dedicado aestimular e incentivar el trabajo delos miembros de la red.

Es importante tambiéncentrarse en un número limitado ycuidadosamente seleccionado deproyectos, trabajando desde el ladode la demanda. Estos proyectosdeben ser ejemplares y tanescrupulosamente guiados quepermitan a los miembros de las

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redes darse cuenta rápidamente desu beneficio.

Es interesante disponer demecanismos y cauces de relacióneficaces y adecuados al tipo deagentes con los que van acooperar. Los actuales sistemas detelecomunicaciones permiten unrápido contacto y fácilcomunicación, pero en muchoscasos el contacto por medioselectrónicos no es del todo efectivo,se debe buscar un contactoprofesionalizado y personal y en lasintonía de las entidades quepretenden interrelacionarse.

Se debe de disponer deestructuras que promuevan lacooperación y los flujos deinformación generadores deinnovaciones.

En suma, las personasinvolucradas en un trabajo en reddeben tener la preparación técnicasuficiente y una elevadamotivación para desarrollartrabajos en equipo. ❏

Bibliografía

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DOSSIER

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En la base de la actual dinámica de crecimiento económico se en-cuentra el origen de dos características reiteradamente señaladas enlas reflexiones asociadas a la necesidad de estrechar los vínculos en-tre las universidades, los gobiernos y las empresas. Una de ellas es laimportancia adquirida por el conocimiento como factor económico de-

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* Este artículo está basado en el trabajo presentado como Tesis Final de la Maestría en Política yGestión de la Ciencia y la Tecnología del Centro de Estudios Avanzados (UBA), realizada bajo la di-rección de Judith Sutz. Deseo agradecer a Leonardo Vaccarezza los comentarios realizados a di-cha versión. Asimismo, agradezco a todos los entrevistados por haber dedicado su tiempo a brindarla información solicitada, eximiéndolos de responsabilidad por los resultados obtenidos.** Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata.

notas de investigación

REDES, Vol. VII, No. 15, agosto de 2000, pp. 151-181

Las incubadoras universitarias de empresas en la Argentina: reflexiones a partir de algunas experiencias recientes*Mariana Versino**

Las incubadoras universitarias de empresas, al igual que los parques o polos científicosy tecnológicos, se han constituido a lo largo de las últimas dos décadas en instrumen-tos de promoción de la innovación altamente difundidos en el ámbito internacional. Enel caso de las incubadoras gestionadas por una universidad, ello es así en tanto sonconcebidas conceptualmente como arreglos institucionales que facilitan y promueven lautilización productiva del conocimiento generado en el ámbito académico a través delapoyo que brindan para la creación de pequeñas empresas innovadoras. Si en los paí-ses centrales los años ochenta fueron testigos de una importante difusión de este tipode iniciativas, en América Latina puede decirse que dicha expansión se produce princi-palmente durante la década del noventa. El presente trabajo tiene por objeto reflexionaracerca de las características adoptadas en sus momentos iniciales por las primeras ex-periencias de incubadoras universitarias desarrolladas en la Argentina. Se trata del es-tudio de los proyectos llevados adelante por las universidades nacionales de La Plata yde Luján, los cuales fueron inaugurados en 1997. A partir de la descripción de los pro-cesos que deron lugar en ambas universidades al surgimiento de estas iniciativas, seanalizan tanto el modelo que guió la concepción de los proyectos como las diferentesacciones que se llevaron a cabo para ponerlos en práctica en cada universidad. Asimis-mo, se indaga sobre la modalidad de participación de los distintos actores involucrados(universidades, organismos gubernamentales, empresas) con el objeto de establecer laforma en que se configuraron las relaciones entre ellos.

1. Introducción

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terminante en el desempeño exitoso de las firmas. La otra es el acor-tamiento progresivo de los tiempos que separan los resultados obteni-dos en la etapa de “investigación básica” y el momento en que losmismos son puestos en valor en el mercado a través de su incorpora-ción en el proceso productivo. Así, la interrelación entre producción yconocimiento aparece como la clave del éxito económico, siendo elconcepto de “innovación” aquel que define desde la teoría económicalos procesos en los cuales dicha vinculación es alcanzada.

En este contexto, las universidades (en tanto instituciones encar-gadas por definición de la producción de conocimiento científico-tec-nológico) pasan a ser consideradas actores centrales de los procesossociales de innovación y son revalorizadas en función de su potencialcontribución al desarrollo económico de la sociedad. Por su parte, losgobiernos, en virtud de la nueva agenda de política pública introduci-da por las denominadas “políticas para la innovación”, adquieren unpapel activo con relación al fomento del establecimiento de una mayorinteracción entre las empresas y las instituciones de I+D públicas. A suvez las empresas, impulsadas por la necesidad de introducir nuevosproductos y procesos en el mercado para poder obtener ventajas fren-te a sus competidores, buscan a través de dicha interacción tercerizarsus tareas de investigación y desarrollo aprovechando asimismo elpotencial de recursos humanos existente en los organismos públicosdedicados a la investigación científico-tecnológica. No hace falta acla-rar que estos procesos adquieren diversas formas de estructuraciónsocial de acuerdo con los contextos en que se desenvuelven. Así, entérminos generales, si para los países desarrollados lo dicho hastaaquí puede considerarse un diagnóstico de situación, para los paíseslatinoamericanos esta caracterización se presenta antes bien como undiscurso normativo.

Las incubadoras universitarias de empresas, al postularse comoinstrumentos para promover la creación de pequeñas ‘empresas debase tecnológica’1 surgidas de los resultados de investigación genera-dos por la comunidad científica, por definición, aparecen como uno delos mecanismos elegibles parar llevar adelante las mencionadas polí-

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1 El término “empresas de base tecnológica” (EBT’s) generalmente se asimila al de empresas de “al-ta tecnología”, “de tecnología de punta” o “high tech”, que son aquellas que utilizan tecnologías quese encuentran en la frontera del ‘estado-del-arte’ internacional en su área o sector. En términos dela tipología de Pavitt (1984), serían las empresas pertenecientes a las industrias “de base científi-co/tecnológica” que se caracterizan por hacer un uso intensivo de conocimientos.

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ticas de innovación.2 Con relación a ello cabe señalar que si en la ba-se del cambio producido en la fundamentación discursiva de las polí-ticas de fomento de la innovación se encuentran los aportesrealizados desde el campo de la economía por la denominada “co-rriente evolucionista” acerca del cambio tecnológico, la incubadora deempresas puede verse como un instrumento de política que se orien-ta teóricamente en función de dichos aportes. Así, Sutz sostiene que

Los objetivos de las incubadoras de empresas, más allá de aquellos ex-plícitamente reconocidos por sus impulsores, se inscriben dentro deuna línea de pensamiento muy relevante de la teoría económica con-temporánea. En efecto, la “teoría evolucionista” del cambio técnico y delcambio económico se basa en el reconocimiento explícito del carácterazaroso de la innovación y, por ello, de la reluctancia a embarcarse enella “naturalmente” por parte de las organizaciones, particularmente lasproductivas [...] En ese sentido, la incubadora de empresas, iniciativaorganizacional dirigida precisamente a estimular la creación de activida-des productivas innovativas, responde ajustadamente a esta orienta-ción de la teoría económica (Sutz, 1996, p. 90).

En su conjunto, los trabajos que se engloban dentro de la perspectivaevolucionista de análisis del cambio tecnológico han proporcionadouna aproximación más ajustada sobre los procesos y actores involucra-dos en la generación de la innovación (Nelson y Winter, 1982; Nelson,1990; Metclafe, 1993; Freeman y Soete, 1997). Su conceptualizaciónen tanto proceso interactivo que atañe a diferentes y múltiples actoresy en el que los aspectos institucionales y organizacionales cumplen unpapel determinante, se encuentra en el centro del abordaje proporcio-nado por esta vertiente. En este sentido, el giro producido en las fun-damentaciones de las políticas de ciencia y tecnología puedecaracterizarse como orientado hacia la búsqueda de instrumentos degestión adecuados a la nueva comprensión del fenómeno tecnológicoque se deriva de este enfoque (OCDE, 1992, 1996, 1998; ComunidadEuropea, 1995).

En función de estas consideraciones derivadas tanto de los cam-bios operados en la dinámica de funcionamiento del capitalismo en las

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Las incubadoras universitarias de empresas en la Argentina

2 En lo que atañe a las experiencias que analizaremos en el presente trabajo, su inclusión dentrodel ámbito de dichas políticas se pone de manifiesto en la denominación de los Documentos Co-lumbus sobre Gestión Universitaria elaborados en el marco del Programa a partir del cual fueron ori-ginadas (véase Bolton et al., 1996; y Monds, Stringer y Toal, 1996).

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últimas décadas, como de la nueva comprensión acerca de los proce-sos de innovación, se plantea que

[...] la política de innovación ha emergido sólo recientemente como unaamalgama entre la política de ciencia y tecnología y la política indus-trial. Su aparición señala un reconocimiento creciente acerca de que elconocimiento en todas sus formas juega un rol crucial en el progresoeconómico, que la innovación es el corazón de esta “economía basa-da en el conocimiento” y también que la innovación es un fenómenomás complejo y sistémico que lo que se pensaba previamente (OCDE,1996, p. 7).

Desde esta perspectiva, las incubadoras universitarias de empresasno pueden dejar de ser conceptualizadas como una herramienta másde las políticas industriales y tecnológicas desarrolladas en el ámbitolocal y regional en el que se implantan.

Por su parte, en el marco de las reflexiones que intentan modeli-zar la nueva dinámica de interacción entre “academia, industria y go-bierno”, las incubadoras universitarias de empresas son señaladascomo ejemplo de uno de los espacios en los cuales dicha interaccióntiene lugar. En este sentido, son entendidas como referentes de aque-llo que el denominado “modelo de la Triple Hélice” busca representar.Desde esta mirada se afirma que constituyen innovaciones organiza-cionales representativas de la nueva estructura de relaciones trilatera-les en que se vinculan dichos actores, estructura de la cual se postulaque establece un nuevo “modo de producción” y de generación de lainnovación (Etzkowitz, 1994; Etzkowitz y Leydesdorff, 1997). Asimismo,las consecuencias vinculadas con las modificaciones que dichas trans-formaciones imponen a la lógica de producción del conocimiento cien-tífico y tecnológico forman parte del contexto en que estas experienciasadquieren hoy su legitimación y su sentido (Gibbons et al., 1994).

El presente trabajo busca reflexionar –en el marco de las proble-máticas recién referidas– acerca de las características adoptadas, ensus momentos iniciales, por dos proyectos de incubadoras universita-rias de empresas puestos en funcionamiento en la Argentina a finesde 1997. Para ello fueron analizadas las iniciativas de las universida-des nacionales de La Plata y de Luján, que se desarrollaron en el mar-co del Programa de Incubadoras de Empresas Productivas y de BaseTecnológica (Unidad Generadora de Empleo-Ministerio de la Produc-ción de la Provincia de Buenos Aires). Las mismas daban cuenta, has-ta mediados de 1998, de la totalidad de iniciativas existentes en el

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país –si consideramos exclusivamente a las incubadoras “de tipo uni-versitario”–.3

El análisis de dichas experiencias se planteó como un estudio decarácter exploratorio en tanto buscó familiarizarse con un fenómenonuevo para la realidad argentina, a partir del relevamiento de informa-ción proveniente de iniciativas de origen muy reciente. No se trata, en-tonces, de una evaluación en términos de mediciones acerca de losimpactos producidos por la implementación de los proyectos, sino deun trabajo orientado principalmente a la descripción de los procesos apartir de los cuales tuvo lugar su emergencia. Para ello, la vía de en-trada privilegiada ha sido la del seguimiento de los actores individua-les directamente vinculados con su ejecución, sobre la base delintento de comprender sus acciones en el marco del conocimiento me-diante el cual ellos enfrentan y controlan sus circunstancias. La ob-tención de información para los estudios de caso se realizó, por unlado, a través de la recopilación de la documentación escrita queconsta en las universidades seleccionadas con relación al tema4 y, porotro, a partir de la realización de entrevistas semiestructuradas a losdiferentes actores vinculados con los proyectos: los gestores de lasiniciativas y las autoridades universitarias que las apoyan indirecta-mente, los funcionarios y técnicos gubernamentales que dirigieron ycoordinaron el Programa Provincial en el marco del cual son llevadas

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3 El criterio de clasificación más común para identificar las características básicas que diferencian alos distintos tipos de incubadoras es aquel que se establece con relación al origen institucional dequienes las dirigen. Dicho criterio permite hablar de incubadoras de origen gubernamental, privado(con o sin fines de lucro), universitario o asociativo. Cabe mencionar que no hemos encontrado tra-bajos que sistematicen ningún tipo de información sobre incubadoras de empresas en el ámbito na-cional; los datos que hemos relevado fueron obtenidos durante las entrevistas realizadas para lapresente investigación. Desde 1997, la Universidad Nacional de Córdoba participa de un proyectode incubadora asociativa juntamente con la Municipalidad y la Universidad Tecnológica Nacional.Existió un proyecto de incubadora universitaria en la Universidad Nacional del Comahue, que ac-tualmente no se encuentra operando. En función de ello, el curso del Programa Columbus realiza-do en la Argentina en 1995 (véase punto 2.1) tuvo lugar en dicha universidad. Por su parte, existen,desde 1994, algunas experiencias de incubadoras de origen gubernamental gestionadas por unospocos municipios en la provincia de Buenos Aires.4 Dichas fuentes incluyen: Convenios Marco en función de los cuales se establecieron las condicio-nes para la elaboración y ejecución de los proyectos; proyectos presentados para la solicitud desubsidios; resoluciones del Consejo Superior de las universidades con relación al tema; reglamen-tos internos de funcionamiento de las incubadoras; trabajos presentados en jornadas, publicacioneso documentos elaborados por los gestores de las experiencias; informes de gestión de los equiposde trabajo involucrados.

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adelante y los empresarios o “proto-empresarios” instalados o con in-tenciones de instalarse en las incubadoras.

Las dos universidades que constituyen los casos que han sido objetode este estudio presentan características y perfiles institucionales ne-tamente diferenciados. Mientras que la Universidad Nacional de LaPlata fue creada a fines del siglo XIX y se caracteriza por haber sidoconcebida en el marco de un proyecto de universidad “moderna” y deorientación “cientificista”, la Universidad Nacional de Luján fue funda-da en 1972 como una universidad con una oferta educativa acotada ydiferenciada con relación a la del resto de las universidades naciona-les y con una “vocación regionalista”, en términos de la definición deobjetivos institucionales vinculados con el fomento del desarrollo pro-ductivo y cultural de la comunidad local.

Tan sólo a modo indicativo de las actuales dimensiones de ambasuniversidades presentaremos los siguientes datos.5 La UNLP se en-cuentra entre las universidades argentinas consideradas “grandes”,6

con un total de 72.203 alumnos. Es la segunda universidad del paíscon relación a la cantidad de proyectos de investigación aprobadosdentro del Programa de Incentivos a los Docentes-Investigadores delMinisterio de Educación después de la Universidad de Buenos Aires,dando cuenta del 14,3% del total nacional. Se registran en ella un to-tal de 165 unidades de CyT7 (Bisang et al., 1995). Por su parte, la UNLuse encuentra entre las universidades consideradas “medianas”, yatiende a un total de 14.245 alumnos. La cantidad de proyectos de in-

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5 Salvo mención en contrario, los mismos fueron extraídos del Anuario de Estadísticas Universita-rias (1996), con el objeto de utilizar información de una misma fuente para ambos casos.6 Según el Anuario 1996 de Estadísticas Universitarias, las universidades “grandes” son aquellascon más de 10.000 nuevos ingresantes, las “medianas” tienen entre 10.000 y 3000, y las “peque-ñas”, aquellas con menos de 3.000. 7 Consideradas sobre la base de la definición utilizada en el Relevamiento de Recursos Humanosy Actividades de Ciencia y Tecnología (1988) como “un centro permanente de actividades científi-cas y tecnológicas que organiza y ejecuta sus tareas bajo su propia dirección y responsabilidad sinperjuicio de la observación de normas generales emanadas del organismo del que pueda formarparte, o de la coordinación de otras dependencias del mismo” (SECYT, 1989, citado en Bisang, Ber-covich, Chprinker y Ramos, 1995, p. 5).

2. Los proyectos de incubadoras universitarias de empresas de la UNLP

y la UNLu: su descripción

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vestigación de esta Universidad aprobados dentro del Programa men-cionado es de 120, lo que da cuenta del 1,8% del total nacional. Susunidades de CyT ascienden a un total de 22.

Las experiencias de incubadoras de estas universidades compar-ten un origen común tanto en lo que hace a la forma en que fueronconcebidos los proyectos como a la vía mediante la cual se obtuvie-ron los fondos que permitieron su implementación. Dichos elementosestructuran relaciones semejantes entre los actores participantes enellas, aun cuando existen diferenciaciones en la ejecución de los pro-yectos, que pueden comprenderse, en gran medida, si se tienen encuenta sus características institucionales. Sobre la base de estas con-sideraciones presentaremos en forma conjunta ambas iniciativas apartir de la descripción y el análisis, en primer lugar, del modelo queguía la implementación de los proyectos, en segundo lugar, de las ca-racterísticas del Programa Provincial en el marco del cual se desarro-llan, y, por último, de la forma que adoptó su puesta en funcionamientoen cada uno de los casos.

Tanto en el caso de la Universidad Nacional de La Plata como en elde la Universidad Nacional de Luján, los proyectos de incubadorasuniversitarias de empresas surgen a raíz de la participación de algu-nos de sus miembros en las actividades de capacitación del ProgramaConsortium de Incubadoras Columbus. Este Programa se desarrollaen el marco del Proyecto Columbus del Foro de Rectores de Univer-sidades Europeas (Conference of Rectors of European Universities-CRE) y tiene como principales objetivos promover la creación deempresas de base tecnológica desde las universidades a través de laimplementación de incubadoras de empresas, para crear, posterior-mente, una red latinoamericana de incubadoras universitarias.

El Programa se inicia a partir de la realización de las “Jornadassobre el Programa para el Desarrollo de Incubadoras” que tuvieron lu-gar en el Brasil en el año 1991. Como resultado de esta reunión y dela consideración de que el “papel del gerente de incubadora es crucial”(CRE-COLUMBUS-UNESCO, 1996, p. 7) se generó la realización de un ta-ller de capacitación cuyas actividades se orientaron a la formación degerentes de incubadoras. Dicho taller se realizó en México y dio lugara la elaboración de la denominada “Carta de Cuernavaca”, que se

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Las incubadoras universitarias de empresas en la Argentina

2.1. En el origen de la concepción de los proyectos: el Programa Consortium deIncubadoras Columbus (CRE-Columbus)

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constituye como “una declaración general de la misión de cooperaciónpara el desarrollo de incubadoras en América Latina” (CRE-COLUMBUS-UNESCO, 1996, p. 7). En la misma se aprueba la creación del Consor-cio de Incubadoras Columbus con el fin de “fomentar la creación deincubadoras de base tecnológica, que propendan a la formación de re-cursos humanos emprendedores con poder multiplicador respecto dela generación de empleos” (Carta de Cuernavaca, 1992).

Las actividades del Taller mencionado consistieron específica-mente en cursos de entrenamiento –training– para líderes de proyec-tos –project champion–. Estos cursos, realizados en los años 1992/93,1994 y 1995, en México, el Brasil y la Argentina, respectivamente, seorganizaron sobre la base del desarrollo de los conceptos teóricos vin-culados con la idea de incubadora de empresas y con la formulaciónde un proyecto para la universidad de pertenencia de cada asistente.Los Documentos Columbus sobre Gestión Universitaria, “Políticas deinnovación. La Gestión de Incubadoras de Empresas Universitarias” y“Gestión de la innovación. Compendio para Gerentes de Incubadorasde Empresas” constituyen parte del material didáctico de los cursos.En ellos se establecen, al modo del denominado discurso de las bestpractices, las recomendaciones y guías prácticas a tener en cuentapara la implantación de una incubadora universitaria de empresas.

Fundamentos conceptuales que sustentan el modelo de incubadorauniversitaria de empresas del Programa Columbus. La definición ini-cial de incubadora que se establece en los Documentos Columbus esde carácter general y define a la incubadora como:

[...] el espacio o el medio en el que puede albergarse una nueva inicia-tiva empresarial, de modo que le sea posible acceder a los instrumen-tos, recursos y relaciones que necesite para que pueda crecer ydesarrollar su capacidad para sobrevivir en un mercado abierto (Boltonet al., 1996, p. 6).

A continuación se plantea, en función del interés por el carácter uni-versitario de estas iniciativas, que:

El significado del concepto de incubadora está basado en la necesidadde un mecanismo en el que los investigadores puedan probar el poten-cial comercial de su trabajo, decidir si prosiguen con el proceso detransferencia, y puedan explotar oportunidades potenciales (Bolton etal., 1996, p. 6).

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En forma complementaria, la conceptualización del “proceso de gene-ración de empresas” desarrollada por William Bolton es utilizada comomodelo para la comprensión de los fenómenos que se busca fomen-tar. Dicho proceso se plantea en términos de los inputs requeridos ylos outputs obtenidos durante el mismo, y se postula que tiene su ini-cio en la existencia de “ideas” y “gente”. De tal modo, son dos las “ma-terias primas” que se requieren como insumo para el denominado“Módulo de Generación de empresas”: por un lado, las “ideas” y, porel otro, la “gente”. Dichos “insumos” deben ser “procesados” para sertransformados, en el primer caso, en “oportunidades comerciales” y,en el segundo, en “potenciales emprendedores”.

Esto implica que las acciones a seguir para generar nuevas em-presas están orientadas, por un lado, a buscar “buenas ideas” a partirde distintas fuentes y evaluarlas en cuanto a su posibilidad de consti-tuirse en oportunidades de negocios. Por otro, a encontrar y capacitar“emprendedores” a través de programas de educación y entrenamien-to orientados tanto a transmitir los conocimientos básicos necesariospara posibilitarles desarrollar una empresa, como a fomentar las cua-lidades que constituyen el perfil de personalidad que los definiría co-mo tales. Operativamente esto deriva en la necesidad de crear una“unidad de transferencia de ideas de negocios” que se ocupe de la re-colección y evaluación de ideas para transformarlas en oportunidadescomerciales y de “cursos de entrenamiento para emprendedores”(Bolton, 1994, p. 14).

A continuación se establece un segundo “Módulo de Crecimientoy Desarrollo de Empresas” en el marco del cual se desarrollan las eta-pas por las que atraviesa una empresa hasta poder ser consideradacomo “establecida”. Dichas etapas en orden sucesivo son: la etapa“embrionaria”, la “de nutrición”, la “de despegue” y la “de maduración”.Cada una de ellas puede asimilarse con un determinado “estado delproducto”. Así, el arranque de una empresa supone una “unidad dedemostración” que al finalizar la etapa embrionaria se transforma enun “prototipo”. Luego de finalizada la etapa de nutrición se obtiene co-mo resultado un “primer producto comercializable” y, concluida la eta-pa de despegue, se tiene una “gama de productos”. Una vezconsolidada la etapa de maduración se puede hablar de una “posiciónestablecida en el mercado” para el producto y la empresa.

A este proceso de generación y desarrollo de nuevas empresasse lo enmarca “dentro de la realidad de un Ambiente Operacional yuna Infraestructura de Apoyo”. Mientras que el “Ambiente Operacio-nal” se considera como dado y no puede ser modificado al menos en

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el corto plazo, la “Infraestructura de Apoyo” se considera que puedeser cambiada mediante políticas regionales. El Ambiente Operacionales entendido como “el mercado, lo económico, lo legal, lo político y locultural”, mientras que la Infraestructura de Apoyo incluye las “instala-ciones (laboratorios de investigación, incubadoras, parques tecnológi-cos, etc.), el apoyo financiero (capital semilla, apoyo bancario, etc.),comodidades de comunicación (transporte, alojamiento, escuelas, ne-gocios, etc.), recursos (técnicos, proveedores, subcontratistas, consul-tores, etc.) y redes (cámaras de industria y comercio, asociaciones,redes informales, etc.)” (Bolton, 1994, p. 16).

Este planteo, pensado para procesos de generación de empresassurgidas como spin-offs de las universidades, atribuye a cada etapaevolutiva en el desarrollo de la empresa un tipo de infraestructura deapoyo, un período de tiempo de permanencia determinado en cadauna, un espacio físico estimado como necesario, el requerimiento o node asesoramiento para la gestión y una forma de capital específico pa-ra el financiamiento. La incubadora de empresas se constituye, dentrode este esquema, en la infraestructura de apoyo correspondiente aldesarrollo de una empresa en su “etapa de nutrición”, una vez supe-rada su “etapa embrionaria” en el laboratorio universitario. Dicha eta-pa, se estima, tiene una duración de un año, requiere de un espaciopara la empresa de hasta 56m2, de apoyo gerencial obligatorio y de fi-nanciamiento en forma de ‘capital semilla’ (Bolton, 1992, p. 8).

El modelo de interpretación que William Bolton construye tantopara la comprensión del proceso de generación de empresas comopara el proceso de desarrollo de parques de la ciencia (incluidas enellos las incubadoras de empresas) se deriva, como él lo señala, desu experiencia como director del St. John’s College Innovation Centerand Park de Cambridge. Dicho modelo se propone como apto para“construir (build-in) el nivel de dinámica requerido para hacerlo funcio-nar en cualquier ambiente en particular” (Bolton, 1990, p. 2).

La efectiva puesta en marcha de los proyectos de incubadora en lasdos universidades analizadas tuvo también un origen común: un subsi-dio otorgado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires destinadoal acondicionamiento de la infraestructura edilicia de las incubadoras.

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2.2. En el origen de la implementación de los proyectos: el Programa de Incubadoras Productivas y de Base Tecnológica (Ministerio de la Producción de la provincia de Buenos Aires)

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Dicho subsidio fue entregado en el marco del Programa de Incubado-ras Productivas y de Base Tecnológica (Unidad Generadora de Em-pleo-Ministerio de la Producción). La existencia de este Programa tienesu origen en las actividades conjuntas realizadas entre organismos gu-bernamentales provinciales y las universidades nacionales con sedeen la provincia a través de la Red Científico-Tecnológica de la provin-cia de Buenos Aires creada en 1986.8 El Programa es creado, en 1995,a partir de la firma del Convenio de Creación, Apoyo e Implementaciónde Incubadoras de Empresas de Base Tecnológica entre el gobiernoprovincial y cada una de las once universidades nacionales radicadasen la provincia.

Dicho Convenio establece que las universidades deben “aportarel lugar físico donde funcionará la incubadora” y “presentar un Plan deDesarrollo que contemple: instalaciones, servicios a prestar, estudiode prefactibilidad y reglamento de funcionamiento”. La provincia, porsu parte, asigna $50.000 como “aporte para la primer etapa de insta-lación y montaje de la infraestructura básica” a partir de la aprobacióndel proyecto por parte de una Comisión Evaluadora. Del total de uni-versidades que adhirieron al Convenio, fueron siete las que presenta-ron proyectos para ser evaluados y, de ellas, sólo cuatro recibieron elsubsidio que el mismo estipulaba. De los cuatro casos en que fueronotorgados los subsidios (UN del Centro –sede Tandil–, la UNLP, la UNLuy la Universidad Nacional de Quilmes) sólo las dos universidades ana-lizadas avanzaron en su implementación. La Universidad Nacional deQuilmes y la Universidad Nacional del Centro no concretaron la insta-lación de la incubadora. En el primer caso, cambios en las autorida-des a cargo de su ejecución y la falta de consenso para continuar conla iniciativa hicieron dejar de lado el proyecto. En el segundo, la utili-zación por parte de la Universidad del predio en donde se iba a insta-lar la incubadora para otros fines impidió que el proyecto se pudieseimplementar. Dicho subsidio es hecho efectivo en los casos mencio-nados a fines de 1996.

La participación del gobierno de la provincia se opera administra-tivamente a través del Instituto Provincial del Empleo (IPE). Ello se vio

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8 Esta Red, integrada por la Comisión de Investigaciones Científicas (Ministerio de la Producción),la Dirección General de Escuelas (Ministerio de Educación), el Instituto Provincial del Empleo (Mi-nisterio de la Producción) y las universidades nacionales (Ministerio de Cultura y Educación de laNación) de este distrito, fue concebida con la intención de generar una “institución virtual” de la queparticiparan todos los organismos de la provincia vinculados a la promoción del desarrollo produc-tivo, la educación y la producción científico-tecnológica.

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facilitado por el hecho de que el concepto de “incubadora de empre-sas” ya estaba “instalado” en dicha institución a partir de la existencia,desde 1992, del Programa Provincial de Incubadoras de Microempre-sas. Este Programa también consiste en el otorgamiento de subsidios–en este caso a los municipios de la provincia– para la instalación deincubadoras de empresas denominadas “de base productiva”. Cuan-do se logran los acuerdos para extender el apoyo a iniciativas a serpromovidas por las universidades, se establece la denominación deincubadoras “de base tecnológica” para designar a las mismas.

El papel de la provincia a partir de la entrega de los subsidios sehace difuso en función de los cambios provocados, en el año 1997,por un reemplazo de autoridades en el Ministerio de la Producción de-bido a razones de carácter político. Este hecho produce una reestruc-turación institucional al nivel de distintos organismos provinciales quehace que el Programa de Incubadoras de Empresas Productivas y deBase Tecnológica se encuentre en una situación de parálisis debido ala falta de una dependencia administrativa que se haga cargo del mis-mo durante aproximadamente un año. A partir de 1998, con la reincor-poración a dicho Ministerio de las autoridades políticas que se habíantrasladado a otras esferas del gobierno provincial, el Programa de In-cubadoras –aunque ahora subdividido– vuelve a depender del Institu-to Provincial del Empleo.

El modelo descripto en el punto 2.1 enmarca discursivamente las ex-periencias analizadas. No ha existido un trabajo de adaptación teóricadel mismo en función de las características de la realidad local. En elcaso de la UNLP se publicaron trabajos en los que se introducen algu-nas modificaciones a partir de la combinación del modelo de genera-ción y desarrollo de empresas desarrollado por W. Bolton con unanálisis sistémico de corte biologicista basado en los trabajos de M.Bunge. En función de ello, el “clima operacional” es analizado sobre labase de cuatro subsistemas: biológico, económico, político y cultural(Willis y Plastino, 1996). No obstante, las modificaciones mencionadasno introducen cambios en relación con las posibles consecuenciasque de ellas se deriven para la puesta en práctica de las iniciativas.

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2.3. La forma de implementación de los proyectos de incubadoras de empresasen las universidades nacionales de La Plata y Luján

2.3.1. Modelo conceptual que guía la implementación de los proyectos

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Aun así cabe señalar que si bien el modelo desarrollado por W.Bolton es tomado como base para la racionalización discursiva de lasexperiencias analizadas (por lo cual en gran parte determina las accio-nes llevadas a la práctica), existen muchos aspectos que los actoresconocen acerca de su entorno y que utilizan constantemente en la to-ma de decisiones cotidianas, aun cuando ello no se refleje en la con-ceptualización teórica que las guía. En este sentido, en el marco deldiscurso ya analizado, la forma en que parte de las acciones fueronllevadas adelante, y las justificaciones brindadas por los mismos acto-res para su realización, puede decirse que reflejan el conocimientoacerca de las restricciones impuestas por las características de la rea-lidad local para la aplicación del mismo. El modelo analizado restringeel ámbito de acciones posibles a ser desarrolladas por los actores, pe-ro a la vez dicho modelo no explica en un sentido normativo todas lasacciones que fueron desarrolladas en los casos estudiados.

Con respecto a lo que se considera el primer requisito para la decisiónde la implantación de una incubadora, en ninguno de los dos casos serealizaron estudios de factibilidad previos que estimaran el flujo “real”de futuros incubados a ser captados por las incubadoras. Los estudiosde factibilidad realizados y aceptados por las autoridades de la provin-cia para la aprobación de los subsidios otorgados se basaron en esti-maciones que no resultaron de análisis previos fundados en larecolección de datos empíricos representativos. En este sentido, enambas universidades se operó en función de la consideración de queera importante la concreción de las iniciativas como paso previo re-querido para la aparición de futuros interesados por sus servicios, aunreconociendo y conociendo –en función de experiencias anteriores–las dificultades que ello conllevaría en el contexto local. La hipótesissubyacente explicitada por los gestores de los proyectos consideraque “deben existir ideas que pudieran llevar a la concreción de nego-cios” y que “esto podía ser algo reprimido y latente porque no habíaestructura que le diera cobertura”. También es reconocido el hecho deque, en caso de haberse realizado un estudio de estas características,los proyectos no hubiesen sido llevados a la práctica. En este sentido,el objetivo de “instalar el tema” dentro de la comunidad universitariaaparece como un factor tenido en cuenta para decidir la efectiva pues-ta en marcha de los mismos.

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2.3.2. Estudios de factibilidad previos

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En cuanto a las misiones y objetivos que se plantean ambas experien-cias son prácticamente los mismos y muy similares a los propuestospor los Documentos Columbus. En ambos casos, la “contribución aldesarrollo económico local, regional y nacional” aparece como el mar-co en el que se establecen las misiones de las incubadoras. Y dichacontribución se pretende lograr sobre la base de la “generación deempresas de base tecnológica” en el caso de la UNLP y “de empresasde base tecnológica y productivas” en el caso de la UNLu. Así, la incu-badora se plantea como una “infraestructura para la transferencia ycomercialización del conocimiento” en la UNLP y “para la transferenciade conocimientos” en la UNLu. Las diferencias en la formulación de lasmisiones de las incubadoras son indicativas de la influencia que lascaracterísticas institucionales y la opinión de otros sectores de la uni-versidad imponen en el perfil adoptado por ellas. Así, por ejemplo, elhecho de que la “comercialización de conocimientos” no esté incluidacomo parte de dicha formulación en el caso de la UNLu, da cuenta an-tes bien del intento de preservar al proyecto de la fuerte resistenciaque algunos grupos de dicha Universidad históricamente han opuestoa las actividades de vinculación de la Universidad con el sector priva-do, que de una definición en contrario por parte de sus gestores.

Los objetivos generales planteados en ambos casos son exacta-mente los mismos. En el caso de la “creación de oportunidades de tra-bajo” podría pensarse que se deduce no sólo de la propuestaestipulada por el Programa Columbus para los países de América La-tina, sino también del Convenio existente entre las universidades y elgobierno provincial, que se plantea en gran medida en función de es-ta problemática. A este objetivo se suman los de “aumentar y fortale-cer la investigación en la universidad” y el de generar una “culturaemprendedora en los estudiantes y graduados”.

A su vez, la idea de la incubadora como interfase para la vincula-ción universidad-empresa/sector productivo se enuncia como un obje-tivo explícito. En este caso, la especificación de las características delos destinatarios de la vinculación se hace necesaria para darle conte-nido. En particular, se puntualiza un sector (definido en términos de sutamaño) como destinatario de la misma, en tanto se agrega como unobjetivo diferenciado el de “mejorar las ventajas competitivas de la pe-queña y mediana empresa”. Sin embargo, no existe en ninguno de losdos proyectos una definición explícita del tipo de empresa o de secto-

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2.3.3. Características de las misiones y objetivos propuestos. Definición de losdestinatarios de los proyectos

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res de actividad a los que se dirigen las medidas a ser tomadas comoparte de la política de la incubadora.

El discurso que orienta estas experiencias, como vimos, refiere alos casos paradigmáticos en que un investigador o grupo de investiga-dores o graduados se transforman en empresarios al frente de su pro-pia firma. Con relación a ello, se plantea cierta contradicción entre elmodelo adoptado (que representa de modo casi exclusivo esta alter-nativa) y el reconocimiento explícito por parte de los gestores de losproyectos de la dificultad para el logro de este objetivo. Aunque con unmatiz más optimista en el caso de la UNLP (explicable en relación conel mayor potencial en investigación de esta Universidad y a casos his-tóricos de algunas empresas creadas por investigadores de la misma)en ambas universidades es reconocido el hecho de “que no vamos apoder cambiar la concepción de los investigadores y de la gente queestá comprometida con la investigación...”.

En función de los documentos analizados y de lo planteado porlos gestores de los proyectos, si excluimos los objetivos de tipo másgeneral y abstracto, y dejamos de lado los que derivan del modelo deincubadora adoptado, estas experiencias estarían dirigidas central-mente a “la transferencia de tecnología hacia los sectores de peque-ñas y medianas empresas”. Al respecto, sólo encontramos una ciertaespecificación con relación al tipo de firmas que se pretende apoyarreflejada en la formulación de las misiones de ambos proyectos. Así,como vimos, mientras que en el caso de la UNLP la experiencia se di-rige sólo a empresas “de base tecnológica”, en el de la UNLu se hablade emprendimientos “de base tecnológica y productiva” y se prefieredenominar a los proyectos a ser incubados con el término de “empre-sas innovadoras” antes bien que de “base tecnológica”. Con relacióna ello, podría pensarse nuevamente que tanto el perfil institucional co-mo el potencial de investigación de la UNLP lleva a establecer a susmiembros criterios de selección que restrinjan el tipo de empresas aser incubadas a aquellas pertenecientes a sectores que hagan un usointensivo de conocimientos.9 Por el contrario, la menor cantidad de re-cursos acumulados en investigación de la UNLu (así como su perfil ins-titucional que históricamente ha valorado –al menos a partir de ladefinición de sus objetivos originarios– el carácter ‘regional’ de las ac-

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9 Aun así, dicho criterio puede entenderse que se flexibiliza dado que el indicador establecido porlos gestores de la incubadora para la definición del tipo de empresa a ser seleccionada y que la de-finiría en términos operativos como “de base tecnológica”, establece centralmente como condiciónel “estar integrada por profesionales”.

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ciones que desarrolla), se traduce en el reconocimiento de la dificultadque conllevaría limitar el flujo de empresas incubadas a las de “basetecnológica” y hace preferir, a quienes llevan adelante el proyecto enesta Universidad, hablar de “empresas innovadoras”.10 En el marcode la contraposición establecida por el Programa Provincial entre “em-presas productivas” y “empresas de base tecnológica”, contraposiciónconocida y utilizada frecuentemente por los actores universitarios, es-ta apelación al término “innovador” puede leerse como un intento deampliación de los potenciales interesados en el proyecto.

Estas orientaciones diferenciales con relación a la definición delos destinatarios a los que se orientan las actividades en cada univer-sidad se ponen de manifiesto, a su vez, en las características de laspolíticas de difusión adoptadas. En este sentido, el análisis de las mis-mas permite una percepción más ajustada de las estrategias adopta-das y del sentido asignado a las diferenciaciones realizadas en cadacaso. Si en la UNLP no se estiman necesarias (por el tipo de empresasque se busca incubar) políticas de difusión ampliadas, para la UNLu, ladifusión de los servicios ofrecidos por la incubadora a amplios secto-res de la comunidad constituye una parte relevante de las actividadesabordadas por sus gestores. También en función de ello se establecenexpectativas diferenciadas en relación con la evolución futura de losproyectos. Así, mientras que la UNLu se plantea un esquema de traba-jo que tiene como principal meta ocupar los espacios disponibles de laincubadora en el menor tiempo posible, la UNLP, por el contrario, espe-ra una evolución en este sentido más lenta.

Las experiencias analizadas surgen del accionar de grupos de docen-tes e investigadores que se diferencian en los casos estudiados por ellugar que ocupan dentro de la estructura organizacional de cada uni-versidad. En La Plata el proyecto surge como iniciativa de un grupoubicado dentro de un Laboratorio de Investigación de una dependen-cia particular: la Facultad de Ingeniería. Antes de que fuese creada enel Rectorado una instancia institucional dentro de la cual las activida-des de la incubadora pudiesen incluirse, esto es, la Gerencia de Pro-moción de Servicios, las actividades relacionadas con el proyecto sólo

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10 Lo “innovador” para los gestores de la incubadora en la UNLu estaría dado por el aporte que launiversidad haga a los proyectos presentados, aun cuando no es un tema definido de qué tipo deaporte se trate.

2.3.4. Origen, forma de aprobación y dependencia institucional de las iniciativas

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se desarrollaban desde dicho ámbito. Por su parte, en el caso de Luján,el grupo que dio origen y gestionó la incubadora ocupa cargos ejecuti-vos en el Rectorado. Ello, desde un comienzo, facilitó comparativa-mente la capacidad para adoptar decisiones vinculadas con elproyecto, aunque la necesidad de obtención de consenso por tratarsede una universidad más pequeña impuso otro tipo de restricciones re-lacionadas con el esfuerzo por lograr su aprobación en los órganos tri-partitos de gobierno.

Con relación a ello la forma en que los proyectos fueron aproba-dos y puestos en marcha en cada universidad difieren. Mientras queen la UNLP el proyecto no fue aprobado por instancias colegiadas degobierno, en la UNLu las decisiones relacionadas con la efectiva imple-mentación del mismo fueron aprobadas por el Consejo Superior. En elcaso de la UNLP, por tratarse de una universidad de dimensiones ma-yores, el intento por lograr la aprobación de un proyecto de estas ca-racterísticas hubiese requerido complejos acuerdos políticos quepodrían haber originado una demora en su implementación e inclusoel riesgo de un posible rechazo. Asimismo, y justamente por tratarsede una universidad grande, fue posible implementar la iniciativa a par-tir de una decisión del ejecutivo sin generar resistencias mayores porparte de sectores no vinculados con el proyecto. En el caso de la UNLu,se logró la aprobación del Consejo Superior de todas las medidas quese fueron adoptando. Este hecho puede comprenderse si se tienen encuenta las características de dicha universidad, que, además de teneruna menor dimensión, está organizada departamentalmente con elobjeto de establecer una lógica en la toma de decisiones que evite lasdecisiones unilaterales por parte del Rectorado. Cabe mencionar, noobstante, que en la Reunión del Consejo Superior en la que se apro-bó la Reglamentación de la INCUEI la discusión giró en torno de las res-ponsabilidades legales a ser asumidas por la Universidad para con losterceros que se instalarían en ella, y no así en relación con la signifi-cación de la iniciativa y sus implicaciones para la definición de un pro-yecto institucional.

Por su parte, en ambos casos, el origen de las dependencias ins-titucionales con las que se vinculan los proyectos analizados es parti-cularmente indicativo de las motivaciones originarias que enmarcanen las universidades el interés en la realización de este tipo de proyec-tos. Así, la Gerencia de Servicios de la UNLP es creada con el fin de co-mercializar los conocimientos de la universidad sobre la base de unanueva conceptualización de las ‘tradicionales’ funciones de la exten-sión universitaria. La revisión de la idea de la extensión como difusión

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gratuita de los conocimientos generados por la universidad llevó a lacreación de un ámbito específico orientado a la venta de conocimien-tos a las empresas privadas. También, con el fin de obtener recursosadicionales para la universidad, se crea el Centro de Asistencia Téc-nica de la UNLu, instancia dependiente de la Subsecretaría de Vincu-lación Tecnológica (Secretaría de Ciencia y Técnica) en la quetrabajaron y a la que siguen estrechamente vinculados quienes geren-cian actualmente la incubadora. Aun cuando los proyectos analizadosno buscan constituirse en iniciativas rentables en sí mismas (aunquesí en autofinanciables), en función del origen de las instancias institu-cionales de las que dependen, puede concluirse que una de las me-tas esperadas se relaciona con la posibilidad de incrementar losrecursos provenientes del sector privado a partir de los contactos quese puedan establecer con las empresas instaladas en ellas.

En ambas universidades los proyectos se concretaron a partir del he-cho de que pudo destinarse a los mismos algún sector de la universi-dad que no estuviese adjudicado previamente a otro uso y querequiriese de cierto acondicionamiento para ser efectivamente utiliza-do.11 En el caso de la UNLP, la adquisición de un predio en la localidadde Florencio Varela cubrió sin problemas las necesidades del proyec-to dada la inexistencia de grupos instalados previamente en el mismoy debido a que la distancia que separa el predio de la ciudad de LaPlata (30 km) genera cierta resistencia por parte de los investigadoresde la universidad a trasladarse a sus instalaciones. Por su parte, lascaracterísticas del predio en relación con sus dimensiones (13,5 ha) einstalaciones edilicias permitieron transformar al proyecto original deuna incubadora en uno de Incubadora y Parque de la Ciencia. En elcaso de la UNLu, se considera que la obtención del espacio físico fueuno de los obstáculos más importantes a salvar y el hecho de destinartoda una planta de la universidad para un solo proyecto, entre los mu-chos que existen en desarrollo, se plantea como una “decisión impor-tante en el ámbito del Rectorado”.12

Con relación a la cantidad de personal destinado a los proyectos,también en ambos casos, derivó de la capacidad preexistente de ca-

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11 De allí que el subsidio de la provincia actuase como determinante para la efectiva implementa-ción de los proyectos.12 Este tema es señalado como de particular importancia en vistas a lo acontecido en el caso yamencionado de la Universidad Nacional del Centro.

2.3.5. Infraestructura física y de personal y servicios ofrecidos por las incubadoras

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da grupo para lograr cierta acumulación de recursos humanos vincu-lados a los mismos. Así, en la UNLu, al depender el proyecto de unaSubsecretaría del Rectorado, contó con una mayor cantidad relativade personal disponible para reorientar en sus funciones a las tareasrequeridas por la incubadora. Mientras que en la UNLP, el proyecto só-lo cuenta con los docentes-investigadores vinculados con el grupo ori-ginario que lo concibió. En este mismo sentido puede hablarse de lacapacidad operativa de cada proyecto para brindar los distintos servi-cios ofrecidos.

Respecto de las empresas instaladas o en vías de instalación en lasincubadoras analizadas durante los primeros seis meses de inaugura-das, distintas eran las experiencias en cada una de las universidades.Aun así, puede afirmarse que en ninguno de los casos existían empre-sas “en incubación” definidas en términos de los modelos que dancuenta de las características que se deberían cumplir para ello.13 Laúnica empresa con contrato firmado que se encontraba instalada en laincubadora de la UNLP era una firma ya existente, que recibió por par-te de la incubadora asesoramiento en temas de gestión empresarial.

En el caso de la UNLP, las tres empresas instaladas en la Incubado-ra y Parque de la Ciencia pertenecen al sector de servicios de la indus-tria del petróleo y fueron creadas como resultado de las políticas detercerización de la empresa YPF. Se trata de empresas integradas poregresados universitarios, con lo cual cumplen con la condición estable-cida por los gestores del proyecto para considerarlas “de base tecnoló-gica”, pero sus requerimientos por nuevos conocimientos se vinculantan sólo a la actualización requerida por la actividad profesional que de-sarrollan. La vinculación con la universidad, en los dos casos en que ellaexiste, consiste en la prestación de servicios normalmente denomina-dos como rutinarios. En el caso de la UNLu, entre las empresas que seencontraban en vías de su instalación en la incubadora (también tres),dos de los proyectos cuentan con la participación de alumnos y gradua-dos de la universidad. El caso de una empresa de mercadeo de produc-tos con la marca de la universidad surgió y continúa formando parte de

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13 Ello puede reflejar tan sólo el hecho de que se trate de iniciativas de muy reciente puesta en fun-cionamiento. En cualquier caso, ello confirma la definición tomada por parte de sus gestores de po-nerlas en funcionamiento aun sin tener una demanda inicial asegurada.

2.3.6. Tipo de empresas que participaron en el inicio de las experiencias analizadas

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un proyecto educativo. Contó con el aporte del capital inicial para el pro-yecto de la universidad y, si bien tiene asignado un espacio en la incu-badora, ya existía previamente y este hecho no modificó su manera deoperar. Respecto de la “proto-empresa” de producción de dulces orgá-nicos, tampoco había comprometido capital de los graduados integran-tes del proyecto, dado que tanto el equipamiento como el espacio físiconecesario para su futuro funcionamiento fueron obtenidos a través delaporte de la universidad y de un subsidio de la Comisión de Investiga-ciones Científicas de la provincia. Por su parte, en dicho caso, tanto elinterés real de sus integrantes en continuar realizando investigación(antes que en dedicarse al gerenciamiento de su propia empresa) comola desconfianza en relación con la continuidad en el tiempo del proyec-to de incubadora dentro de la universidad, han sido factores que contri-buyeron a que la empresa aún no haya iniciado sus actividades. Elúltimo caso de un proyecto de comercialización de productos alimenti-cios fue en principio pensado como complementario del de producciónde dulces y tampoco fue concretado hasta el momento. Se trata, en to-dos los casos, de proyectos pertenecientes a actividades de sectorestradicionales de la industria o los servicios que, en principio, no requeri-rían de los aportes del conocimiento generado por investigaciones cien-tíficas para su funcionamiento.

Distintos aspectos pueden ser considerados en función de las conse-cuencias derivadas de la aplicación de un proyecto de incubadora uni-versitaria de empresas conceptualizada en los términos planteados enel punto 2.1. Algunos refieren a los supuestos subyacentes con rela-ción a la imagen del cambio tecnológico que se deduce de ella y que,en este sentido, pueden contraponerse a la formulación de una políti-ca tecnológica que parta de una aproximación evolucionista en lo quehace a la comprensión de este fenómeno. Otros refieren a las deriva-ciones posibles en términos de la adecuación de este modelo a las ca-racterísticas del contexto económico y social en el que intenta llevarsea la práctica.

En primer lugar, la concepción derivada de la definición estándarde incubadora universitaria en tanto infraestructura de apoyo para lacreación de spin offs surgidos de los resultados de la investigación

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3. Análisis de las iniciativas presentadas

3.1. Una aproximación crítica al modelo que guía las experiencias estudiadas

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académica (por su parte reafirmada por la conceptualización susten-tada por W. Bolton respecto del proceso de generación de empresas)la constituye en una herramienta que se estructura sobre la base deun “modelo lineal” para concebir los procesos involucrados en la inno-vación.14 Con relación a ello, sin negar la posibilidad de la existenciade un desarrollo de este tipo en el surgimiento de algunas empresas,es inevitable referir en este punto a la ya conocida crítica al “modelolineal de innovación” y a las políticas e instrumentos de gestión funda-dos en éste. En segundo lugar, se encuentran aquellos aspectos rela-cionados con las problemáticas derivadas de las características de lospotenciales clientes de una incubadora de este tipo en función delanálisis de los diferentes contextos en los que pretenda ser aplicada.En este sentido, obviamente, las restricciones relacionadas con lasposibilidades de supervivencia del tipo de empresa que se busca in-cubar hacen a la factibilidad de un instrumento así definido.15

Otro aspecto vinculado con la conceptualización de la generacióny desarrollo de empresas planteada por Bolton se relaciona con el he-cho de que brinda una representación de dicho proceso que resultamás adecuada para la descripción de un cierto tipo de empresas. Elanálisis en términos de etapas definidas en función del “ciclo del pro-ducto” para la comprensión de la evolución por la que atraviesan losspin-offs surgidos de las universidades limita el universo consideradoespecialmente a las empresas innovadoras en productos. En este sen-tido, no sólo se plantea la inadecuación de esta representación pararealidades como las de países menos desarrollados en las que este ti-po de empresas son las de más difícil desarrollo,16 sino que resulta in-suficiente como abordaje para una comprensión más amplia de losprocesos de cambio tecnológico del cual dan mejor cuenta los análisisen términos de los “ciclos de las tecnologías” y de las “redes tecno-in-dustriales” de las que los spin offs forman parte (Stankiewicz, 1993).

Es de interés señalar el proceso de estilización que subyace almodelo analizado, el cual se pone de manifiesto tanto en la simplici-

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14 Una crítica en este sentido referida a la visión de cómo es generada la tecnología subyacente enel modelo de los “science parks” británicos es planteada en Massey, Quintas y Wield (1992).15 El contexto local no es muy alentador en este sentido si se tiene en cuenta que las industrias debase científico-tecnológica “[...] atraviesan por una etapa de escaso dinamismo, si no de franca con-tracción...” (Bisang, Bucharik y Katz, 1995, p. 302).16 Para el caso de la Argentina, según una encuesta reciente “las firmas tienden a priorizar sus es-fuerzos innovativos endógenos hacia las áreas de comercialización, organización de la producción,reorganización general e investigación aplicada, respecto de los desarrollos básicos de nuevos pro-ductos o procesos o de asistencia a la producción”. (INDEC, 1998, p. 34).

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dad como en el grado de abstracción con el que es formulado. Estosatributos le otorgan una racionalidad que lo hace universal y, por en-de, con una pretensión de validez que lo presenta como aplicable encualquier tipo de contexto. La simplicidad se obtiene, por su parte,planteando a los factores contextuales como exógenos al procesomismo de generación de empresas. El “Ambiente Operacional” en elque se desarrollan las firmas aparece como un marco inmodificableexterno que no influye más que paramétricamente en el proceso deformación de una nueva iniciativa empresarial. Obviamente, como es-te modelo lo plantea, existen características de contexto que no pue-den ser influidas por actores individuales aislados; sin embargo, suexclusión del análisis como “factor externo” impide dar cuenta de lacomplejidad que dicho proceso conlleva. En este sentido, se podríaplantear que esta exclusión permite obviar el tratamiento de la incuba-dora como un elemento necesariamente incluido dentro de una políti-ca tecnológica regional más amplia.

La resultante de la estilización mencionada le otorga a este mo-delo cierto atractivo derivado tanto de la facilidad para su aprehensión,como de lo concretas y viables (aun en contextos de relativa escasezde recursos) de las acciones que devienen en reglas prácticas para suconsecución. Como vimos, por un lado, la constitución de un “bancode ideas” a partir de la ideal transformación del conocimiento existen-te en las universidades en una suerte de stock a ser transferido, locual reafirma la lógica lineal concebida desde la oferta que sustentaeste modelo. Y, por otro, la realización de “cursos para emprendedo-res” orientados a investigadores y graduados universitarios a quienesse supone sujetos pasibles de adquirir una cultura empresarial a tra-vés de cierto entrenamiento o capacitación.

Por último, se puede afirmar que, en su conjunto, las acciones de-rivadas de este modelo se constituyen en una política de apoyo a lamicroempresa que se basa en una comprensión de la misma centra-da en el “empresario innovador” como determinante primordial de suéxito o fracaso. En este sentido, el énfasis puesto en la figura del “em-prendedor” permite pensar en búsquedas individuales, antes bien queen soluciones productivas integradas en función de desarrollos secto-riales locales y regionales.17 La misma concepción de la empresa ydel empresario innovador subyacente en esta conceptualización de

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17 Para una contraposición entre distintos enfoques de apoyo al sector de las micro y pequeñas em-presas véase Arocena, 1987.

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las firmas se pone de manifiesto en el análisis elaborado desde estaperspectiva respecto de la incubadora. Así, considerada como unaempresa en sí misma, se piensa en la figura del gerente como la cla-ve para el éxito de la misma y a las acciones tendientes a su forma-ción como el eje de la políticas para su difusión y consolidación.

Como vimos, el gobierno de la provincia de Buenos Aires interviene enlas iniciativas analizadas desde una institución cuya incumbencia sevincula con la problemática del empleo y se dedica, desde que fuecreada, al diseño y ejecución de programas para su promoción. Si bienlas incubadoras de empresas pueden ser conceptualizadas y de hechosurgen históricamente como una herramienta para la generación defuentes de trabajo, no es precisamente el objetivo que se plantean co-mo primario las incubadoras de empresas de base tecnológica.18 Esteseñalamiento respecto de la ubicación institucional del Programa inten-ta reflejar la falta de un marco de política estatal orientado hacia el sec-tor de las EBT’s o guiado por una política tecnológica regional dentro dela cual el apoyo a las iniciativas de incubadoras universitarias sea uninstrumento más de gestión. En este sentido, hay que señalar que noexisten políticas públicas orientadas a la promoción de EBT’s en la pro-vincia, ni políticas industriales o tecnológicas que generen un espaciode desarrollo propicio para este tipo de empresas. Existe un ProgramaProvincial destinado al sector microempresarial, pero centrado en elotorgamiento de créditos de muy bajo monto que no contemplan las ca-racterísticas específicas de este tipo de empresas.

En relación con el Programa en sí mismo, es particularmente indi-cativo del tipo de participación aceptada por parte de los actores guber-namentales el hecho de que se hayan financiado exclusivamente losgastos en infraestructura de las incubadoras apoyadas. En función deello, los proyectos fueron evaluados sobre la base de la presentaciónde un presupuesto que indicara los rubros de infraestructura en queiban a ser ejecutados los fondos asignados. Aun cuando se tuvieron encuenta aspectos relacionados con la coherencia de los proyectos, enningún caso se pidieron estudios de factibilidad basados en datos “rea-

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18 Una política orientada a este tipo de empresas busca sólo complementariamente alcanzar un au-mento del empleo y, si lo incluye entre sus objetivos, lo hace destacando la calidad del tipo de em-pleos generados, antes bien que sus posibles efectos en términos cuantitativos.

3.2. El tipo de participación gubernamental en las experiencias reseñadas

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les” (no sólo estimados) acerca de las potenciales empresas a ser in-cubadas. Asimismo, una vez asignados los fondos, la provincia no seadjudicó ningún papel en el seguimiento de los proyectos más allá delcontrol de la correcta ejecución de los subsidios otorgados.19 Comocomplemento de este tipo de participación, la implementación del Pro-grama se deja totalmente en manos de las universidades por conside-rarse que, a diferencia del Estado, son ellas las que poseen lascompetencias necesarias para llevar adelante este tipo de proyectos.

Por su parte, en lo que hace al papel del gobierno provincial a lolargo de la existencia del Programa, vimos que estuvo sujeto a discon-tinuidades relacionadas con cambios de tipo político-administrativoque produjeron el alejamiento y posterior reincorporación de quienesocupaban los lugares ejecutivos dentro de la estructura ministerial co-rrespondiente (aun cuando durante todo el tiempo considerado el par-tido político en el gobierno fue el mismo). En este sentido, hubo unaestrecha vinculación entre la permanencia de las mismas personasocupando los cargos político-ejecutivos del gobierno y la existencia decierta continuidad en las medidas implementadas. Ello, obviamente,habla de una vulnerabilidad bastante alta de las iniciativas estudiadasen relación con la existencia de financiamiento y apoyo ininterrumpidopor parte del sector gubernamental.

En función de lo descrito, respecto de las características adoptadaspor los proyectos en cada una de las universidades estudiadas, pue-de concluirse que existen importantes similitudes en lo que hace a lalógica de participación de los diferentes actores involucrados. Aquellospertenecientes a las universidades asumen el papel protagónico en laimplementación de los proyectos analizados. No obstante la participa-ción del gobierno provincial en la promoción de las incubadoras uni-versitarias, tanto las dificultades expresadas por los gestoresuniversitarios para lograr que se concretase la implementación delPrograma, como el papel meramente complementario que se asignana sí mismos los técnicos y funcionarios gubernamentales con relacióna los proyectos, hablan de un claro protagonismo por parte de las uni-

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19 Dicho seguimiento fue realizado tan sólo parcialmente en los inicios de la primera convocatoria.

3.3. La forma en que fueron implementados los proyectos y sus consecuenciaspara la estructuración de las relaciones entre universidad, gobierno y empresas

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versidades en su desarrollo.20 Esta forma de participación subsidiariaadoptada por parte del organismo estatal que lleva adelante el Progra-ma hace que el sentido de su intervención se vea debilitado. Y ello seconfirma a partir de la justificación explicitada por funcionarios y técni-cos gubernamentales con relación a que los objetivos de fomento delempleo que persigue dicho organismo no permiten abordar tareasmás amplias orientadas al establecimiento de programas de políticaindustrial o tecnológica regionales.

Por su parte, los representantes universitarios promotores y ges-tores activos de los proyectos, llevan adelante sus acciones desde po-siciones que no permiten hablar de la participación de “la Universidad”como una institución comprometida en su conjunto con los mismos.Como es sabido, las universidades públicas se han constituido histó-ricamente en instituciones complejas en las que los individuos y losgrupos que las componen responden a intereses variados derivadosde las diferentes posiciones y roles que desempeñan en su interior. Entanto organizaciones atravesadas por diferentes estructuras de poder,operan diversas formas de legitimación, regulando las condiciones deestablecimiento del prestigio de sus integrantes. Lógicas relacionadascon los desempeños profesionales, académicos, docentes, políticos yburocráticos de los distintos sectores influyen de diversa manera en laposibilidad de establecer consensos acerca del establecimiento deproyectos institucionales explícitos en los que sus miembros se sien-tan involucrados. La forma en que fueron aprobados los proyectos enlos casos analizados y, vinculado con ello, que en la universidad enque se intentó consensuar políticamente el proyecto haya sido vistocomo un obstáculo importante el lograr la “instalación de la idea en lacomunidad universitaria” (y fuese aprobado como resultado de unadiscusión acerca de las responsabilidades legales asumidas por lainstitución), dan cuenta de la inexistencia de proyectos institucionalesconsensuados con relación a la significación de una iniciativa de es-tas características.

Por último, respecto de la participación del sector privado en lasiniciativas, a partir de los pocos casos de empresas vinculadas a losproyectos en sus momentos iniciales, puede afirmarse que se trató deuna inclusión en principio tardía. En la UNLP, que ya contaba con em-presas instaladas tanto en la incubadora como en el parque de la cien-

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20 Un indicador en este sentido está dado por el hecho de que los proyectos sean reconocidamen-te de tipo ‘universitario’ y no pueda decirse que se constituyan en ‘asociativos’ a pesar de la partici-pación del Estado provincial financiándolos parcialmente.

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cia, los empresarios manifestaron que el conocimiento de los objetivosdel proyecto se adquirieron una vez iniciadas las tratativas para alojar-se en sus instalaciones. El acercamiento de las empresas a esta uni-versidad se derivó, en todos los casos, del deseo de instalarse en unpredio cuyas ventajas ya les eran conocidas. A ello se sumó, según loexpresado por sus integrantes, la importancia que para la imagen delas empresas otorga el prestigio de la universidad. Al finalizar esta in-vestigación no existían aún empresas participando formalmente de lainiciativa (salvo en el mencionado caso de la iniciativa originada en lapropia universidad). Y en ninguno de los dos casos existía una deman-da potencial numéricamente importante por parte de futuras empresasa ser incubadas. Tampoco existió un compromiso con representantesdel sector privado previo a la puesta en marcha de las experienciasbajo análisis, ya sea en términos de la consolidación de acuerdos congrandes empresas de la región que avalasen el proyecto, con cáma-ras empresariales representantes de los distintos sectores productivoslocales y regionales o con organizaciones financieras que pudiesencontribuir a su financiamiento.

De esta manera, las experiencias analizadas se desenvuelven enel marco de una fuerte escasez de recursos financieros. Desde el ám-bito universitario, una de las principales razones que permitió la efec-tiva implementación de los proyectos estuvo dada por el hecho de queno se comprometieron recursos adicionales (además de infraestructu-ra física y recursos humanos ya existentes) para su puesta en funcio-namiento. De allí lo determinante del subsidio provincial, aun cuandosea visto como “una señal de apoyo simbólico” antes bien que deefectivo aporte financiero. El aporte del gobierno provincial, por su par-te, aparece asimismo aislado de otras transferencias que desde el ám-bito estatal podrían realizarse en términos de políticas de fomento alsector productivo. Asimismo, la escasez de recursos comprometidospor parte de las universidades no sólo refiere a las dificultades opera-tivas que deben afrontar los proyectos en función de tratarse de suprincipal promotor, sino que da cuenta de lo dicho respecto del compro-miso institucional involucrado. En este sentido, el resto de la comuni-dad universitaria no vinculada directamente con las iniciativas no seopone a su desarrollo, pero adopta una actitud de “indiferencia” con re-lación a ellas.21 La resultante de estas condiciones de funcionamiento

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21 Uno de los entrevistados califica de “fidelidad indiferente” la actitud adoptada ante los proyectospor el resto de los integrantes de la universidad.

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establece que no existan “perdedores” si los proyectos “fracasan” enfunción de que no existen recursos comprometidos, más allá de unareorientación de los existentes previamente, respecto de los cualeshaya que dar cuenta. Desde el ámbito nacional tampoco se realizanaportes específicos. El sector financiero, débilmente involucrado enlos proyectos, carece de ofertas de financiamiento para el tipo de em-prendimientos en teoría promocionados. El sector empresarial, por suparte, no aporta financiamiento a los proyectos y participa, como vi-mos, evaluando centralmente las condiciones del espacio ofrecido ylas ventajas derivadas de la imagen que la universidad otorga.

Así, la dinámica de participación de los actores establecida impi-de la concreción de acciones proactivas de tipo sistémico orientadasa la búsqueda de la generación de procesos de innovación en el en-tramado productivo local. En este sentido, desde el Estado por atribuira las universidades la responsabilidad de la gestión y desde las uni-versidades en parte por la justificación discursiva que otorga el mode-lo adoptado (pero a su vez por las limitaciones que la escasez derecursos impone a sus posibilidades de acción), no se estructuran lascondiciones de posibilidad para un abordaje complejo de los procesosque se busca promocionar. De esta forma, los proyectos se limitan aofrecer un espacio virtual para la interacción de los distintos actoresen el que se establecen tan sólo las pautas a partir de las cuales pue-de ser utilizado.

4. Conclusiones preliminares

Hemos intentado reflejar la forma en que dos iniciativas de incubado-ras universitarias de empresas buscan fomentar la interacción “univer-sidad-industria-gobierno” con vistas a generar procesos de innovación,basándonos en el accionar desarrollado por los actores intervinientes.Puede decirse que las experiencias analizadas responden a tenden-cias universales en lo que hace a la aparición de una nueva estructu-ración de las relaciones que se entablan entre universidad, gobierno ysectores productivos. No obstante, los diversos elementos identifica-dos, tanto a partir de la descripción de los procesos involucrados ensu emergencia como en función de las características que adoptan da-do el tipo de intervención de quienes participan de ellas, condicionande tal modo la dinámica que adquieren en el contexto local que hacenimposible el intento de dar cuenta de ellas sobre la base del discursoque les da origen y las justifica.

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Con relación a ello, no podemos afirmar, a partir de lo hallado,que nos encontremos ante la implementación de instrumentos quepuedan ser considerados como incluidos dentro de las denominadaspolíticas de innovación. Ni basándonos en el diseño de los modelosconceptuales que guían la puesta en práctica de las iniciativas, ni ana-lizando las acciones de los actores que participan de las mismas, esposible afirmarlo. Por su parte, tampoco nos enfrentamos a situacio-nes que permitan ser entendidas como referentes de la nueva estruc-tura trilateral en que, se postula, se vinculan actualmente la academia,las empresas y el gobierno para facilitar un intercambio permanentede conocimientos. En este sentido, no se encontró entre los actoresparticipantes una interacción en la que se verifique el desenvolvimien-to de procesos innovativos en los cuales el conocimiento científico ha-ya sido apropiado productivamente. Tampoco se trata de experienciasresultantes de una transformación en la racionalidad y en la forma or-ganizacional en que son generados los conocimientos. El reconoci-miento explícito por parte de los gestores de los proyectos acerca dela necesidad de fomentar cambios en dicho sentido indicaría que lanueva lógica, que se señala guía la dinámica organizacional de la pro-ducción del conocimiento científico, no puede decirse que haya esta-do operando en forma previa a la implementación de los mismos.

Obviamente, contrastar las experiencias llevadas a la práctica enel ámbito local con el discurso normativo generado a partir de lo acon-tecido en las realidades de los países desarrollados conllevará a iden-tificar “anomalías” o “desviaciones” respecto de dicho funcionamiento.Ahora bien, ¿podía esperarse otro resultado inmediato conociendo lasrestricciones que las condiciones económicas, sociales, político-insti-tucionales y culturales imponen al desarrollo de este tipo de iniciati-vas? Trabajos que analizan las posibilidades de generar procesosinnovativos sinérgicos en el contexto latinoamericano estiman cuandomenos dificultosa la tarea de poder revertir la escasa dinámica inno-vativa de dicho contexto a partir de la movilización de uno solo de losactores en teoría involucrados, léase la universidad (Dagnino, Thomasy Davyt, 1997). Incluso los propios promotores de los proyectos anali-zados adhieren, como resultado de su participación en experienciasprevias con objetivos similares, a un diagnóstico poco optimista acer-ca de la posible modificación de las condiciones que deben enfrentar.

Ante este panorama surgen múltiples interrogantes con relaciónal sentido que puede asignarse al surgimiento de estas experienciasen la realidad local. En los casos presentados, las incubadoras univer-sitarias de empresas reciben un impulso exógeno que puede conside-

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rarse determinante para su efectiva implementación. Las actividadesde difusión promovidas por el Programa Columbus en el ámbito de lospaíses de América Latina generaron no sólo la aparición de la idea enel contexto local, sino que contribuyeron a otorgarles una legitimidadde tipo internacional que operó de manera clave para su consolidaciónen el ámbito universitario y también en el gubernamental. En este sen-tido, podría atribuirse este fenómeno a la “orientación isomórfica”,emuladora de experiencias desarrolladas en los países desarrollados,que caracteriza a las instituciones de educación superior de la región(Vessuri, 1997) o a nuevas formas de “transferencia de modelos insti-tucionales”, utilizando un término aplicado para analizar el complejocientífico-tecnológico argentino (Oteiza, 1992). El hecho de que la“moda” de ciertos temas en el ámbito internacional sea vista por algu-nos de los protagonistas como uno de los factores que contribuyeronal desenvolvimiento de iniciativas de este tipo en el ámbito local pue-de contribuir a sostener una lectura en este sentido.

La creencia y la convicción de que los objetivos que guían la crea-ción de estas nuevas estructuras organizacionales justifican su puestaen funcionamiento es, en términos del análisis de las conductas de losprotagonistas, un elemento central para la concreción de las mismas.El esfuerzo que supone llevar adelante acciones de intervención en lamateria en el ámbito local parece imponer el aprovechamiento de lasoportunidades en que distintos elementos confluyen para generar laposibilidad de su existencia. Por su parte, la importancia que adquierela adhesión a modelos estandarizados para cumplir con dichos objeti-vos (tanto en el discurso explícito de los gestores de los proyectos co-mo en la definición de los documentos institucionales que orientan lasexperiencias analizadas) puede verse como complementaria de la ne-cesidad de legitimar una tarea excesivamente compleja en función delas condiciones preexistentes para su desarrollo. Investigaciones futu-ras deberán abordar la evolución de estas experiencias con el objetode arribar a nuevas conclusiones acerca de su funcionamiento. ❏

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La cooperación científica tiene su origen histórico en un proceso casiespontáneo, que se ha traducido en el intercambio de conocimientose información, experiencias y personas. La organización del mundocomo lo conocemos hoy ha llevado a consolidar de hecho formas decooperación entre países desarrollados y países con menor grado dedesarrollo que son unidireccionales de manera prevaleciente. Es de-cir, los primeros “ayudan” a los sistemas científicos y universitarios delos segundos a través de diversos mecanismos directos (encuadradosen estrategias y políticas no siempre explícitas) o bien a través de or-ganizaciones internacionales. La mayoría de las veces ello ocurre sinuna apropiada consideración de las necesidades reales del país re-ceptor ni de los efectos sobre su desarrollo socioeconómico, derivandofrecuentemente en relaciones entre personalidades o grupos científi-cos de los países cooperantes.

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* Consultor en gestión de la investigación industrial y de la innovación, Italia.** Director del Centro de Investigación y Desarrollo de Materiales del Instituto de Tecnología Mine-ra, Argentina.

REDES, Vol. VII, No. 15, agosto de 2000, pp. 183-208

La cooperación científico-tecnológica entre la Unión Europea yAmérica Latina: el actual contexto internacional y el ProgramaMarco de la Unión EuropeaAlberto Bonfiglioli* y Eduardo A. Mari**

Aunque ha tenido efectos positivos, la cooperación científico-tecnológica entre los paíseseuropeos y los latinoamericanos no ha favorecido la interacción con los sistemas produc-tivos locales en lo que respecta a sus necesidades tecnológicas, y las contribuciones alproceso de innovación y al desarrollo socioeconómico de estos últimos han sido cualita-tiva y cuantitativamente escasas. En el presente trabajo se analiza la nueva situacióncreada en dicha cooperación a raíz de la puesta en marcha de los programas marco porparte de la Unión Europea, y en particular con el PM5 para 1999-2002. Se discute espe-cialmente el papel que podría jugar dicha cooperación para las economías emergentesde América Latina, en particular en el caso de las pequeñas y medianas empresas.

1. Introducción: objetivo, características generales y límites del presente análisis

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Esta forma de cooperación ha tenido sin duda efectos positivos.Ha contribuido en particular a la constitución de muchos grupos cientí-ficos latinoamericanos que han alcanzado en no pocos casos nivelesde excelencia que los ubican a la altura de los mejores centros interna-cionales. Por el contrario, no ha favorecido las interacciones con lossistemas productivos locales en lo que respecta a sus necesidades tec-nológicas. Las contribuciones al proceso de innovación y al desarrollosocioeconómico han sido cualitativa y cuantitativamente escasas.

Tanto en las economías industrializadas como en los países lla-mados genéricamente “en vías de desarrollo” se están verificando ac-tualmente cambios sociopolíticos y económicos de largo alcance querequieren una reorientación radical de la cooperación científico-tec-nológica (CCT). En el presente trabajo se analiza la CCT entre la UniónEuropea y América Latina1 en el contexto de la actual situación inter-nacional y sobre la base de las iniciativas previstas en el 5° ProgramaMarco de la Unión Europea. Se trata del instrumento específico de im-plementación de las políticas comunitarias de la ciencia, la tecnologíay la innovación, que incluye la cooperación internacional con paísesexternos a la Unión.

El campo del análisis quedará limitado a la CCT de interés directopara los respectivos sistemas productivos. La CCT y cultural sin fineseconómicos directos, sin duda importante, no será incluida. Por otraparte, el análisis se concentra en las llamadas “economías industrialesemergentes” (típicamente Argentina, Brasil, Chile, México y Venezue-la). Sin embargo, las conclusiones y recomendaciones concernientes ala necesidad de una mayor integración entre el sistema de ciencia ytecnología y el sistema productivo tienen validez general para los de-más países de América Latina.

2. El contexto latinoamericano

2.1. El pasado reciente 2

A lo largo de las décadas del cuarenta y del cincuenta es posible re-conocer en el desarrollo latinoamericano la existencia de dos proce-sos paralelos y que carecieron prácticamente de contactos entre sí:

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Alberto Bonfiglioli y Eduardo A. Mari

1 En lo sucesivo, y por tratarse de problemáticas similares, la expresión América Latina involucrarátambién a los países del Caribe.2 Para una revisión de este proceso véase J. Sábato (ed.), El pensamiento latinoamericano en laproblemática Ciencia-Tecnología-Desarrollo-Dependencia, Buenos Aires, Paidós, 1975.

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la industrialización organizada de las economías y la estructuraciónde sistemas científico-tecnológicos nacionales. Ambos procesos con-tribuyeron a disociar la creación científica de las realidades socioeco-nómicas de estos países. La industrialización, que se llevó a caboprincipalmente sustituyendo importaciones, no dio origen a una de-manda científico-tecnológica significativa, y las necesarias medidasde protección a las producciones locales frecuentemente fueron exa-geradas, contribuyendo a que la innovación no se viera motivada. Laintegración económica entre países latinoamericanos a través deacuerdos como la ALALC y el Pacto Andino (que habría permitido laconstitución de mercados de mayores dimensiones, más eficientes einnovativos), quedó fuertemente limitada.

Los sistemas científicos en América Latina se organizaron a imageny semejanza de los sistemas homólogos de los países más desarro-llados, sobre la base de la creencia de que el desarrollo científico-tec-nológico habría producido un desarrollo industrial y socioeconómicoequivalente al de esos países. Esta creencia (sintetizada en lo quehoy se llama “modelo lineal” de la innovación), que, aunque carecía decualquier base real aún hoy mantiene un considerable nivel de con-senso en ambientes científicos y en algunos órganos de gobierno, tantoen América Latina como en el mundo industrializado, fue preconizadapor muchos organismos internacionales. Algunas iniciativas tendientesa la integración entre la investigación científica y el desarrollo tecnoló-gico a nivel regional (como el Programa Multinacional de Metalurgia dela OEA) han tenido un impacto significativo pero no han cambiado signi-ficativamente la situación general.

Así, en las economías emergentes de América Latina (como prác-ticamente en todos los países que se rotularon como “en vías de de-sarrollo”), el lado de la oferta de conocimientos (universidades yorganismos de CyT) y el lado de la demanda de innovación por partedel sistema productivo han convivido como esencialmente “separadosen la propia casa”. Al mismo tiempo, cada uno por su lado, mantuvie-ron una estrecha relación con los lados homólogos de los países in-dustrializados, lo que llevó no sólo a un perjudicial desconocimientomutuo sino que en su conjunto dio origen a sistemas científicos extre-madamente frágiles.

En estas condiciones, desde los países más desarrollados la CCT

no podía sino llevarse a cabo mediante acciones más o menos aisla-das entre personalidades e instituciones científicas de los países coo-perantes. En otras palabras, la CCT era una cooperación que noconsideraba que la demanda de innovación en las economías latinoa-

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mericanas era cualitativa y cuantitativamente diferente respecto de lade las economías desarrolladas.

2.2. La nueva situación 3

Aunque con indiscutibles contradicciones, actualmente se está desa-rrollando un proceso de profunda modernización y liberalización de laseconomías latinoamericanas (abolición de las barreras proteccionis-tas, privatización de empresas estatales o reestructuración de gran-des empresas privadas excesivamente protegidas por los estados orígidamente ligadas a grandes grupos privados nacionales o extranje-ros, etc). Por otra parte, el mercado latinoamericano, que ha sidosiempre potencialmente importante, se está convirtiendo en uno de losmercados realmente importantes del mundo. En este panorama sedestaca el MERCOSUR, con una masa de población de alrededor de 200millones de habitantes y de alrededor del 50% del PBI de América La-tina, el cual constituye el cuarto mercado del mundo, después del NAF-TA (Estados Unidos + Canadá + México), la Unión Europea y el Japón.Pese a su importancia, el MERCOSUR es sólo una parte de la economíalatinoamericana: países como Colombia, Chile, Venezuela y otros máspequeños representan en su conjunto un elevado potencial económi-co. El interés internacional en estos mercados se evidencia por el nú-mero de empresas europeas o de otras áreas industrializadas queestán potenciando las inversiones existentes y concretando otras en-teramente nuevas (ya sea de grandes dimensiones como las mineraso automovilísticas, o empresas pequeñas y medianas).

Aunque la nueva situación latinoamericana presenta sin duda as-pectos positivos, no pueden dejar de comentarse ciertos efectos ne-gativos que requieren una urgente consideración en materia científicay tecnológica. La política de privatizaciones no ha tenido en cuenta lanecesidad de potenciar o cuando menos conservar las estructuras deinvestigación y desarrollo que con grandes dificultades habían comen-zado a crear algunas grandes empresas públicas y que habrían debidoejercer una función de asistencia técnica a los entes reguladores de laactividad en las áreas privatizadas. Se debe señalar además la existen-cia de un proceso de reestructuración de las grandes empresas trans-nacionales con cierre de plantas y laboratorios en los países de origen

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3 A. Isuani y D. Filmus (eds.), La Argentina que viene, Buenos Aires, Editorial Norma, 1998. R. Fe-rraro, La marcha de los locos, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1999.

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y, consiguientemente, en las subsedes periféricas. Una vez más, pues,existe el riesgo real de una pérdida irrecuperable de recursos humanosaltamente capacitados, indispensable para llevar a cabo un proceso dedesarrollo socialmente equitativo y económicamente sano.

En todo caso, el actual proceso de industrialización no se basa enuna cruda sustitución de importaciones (tanto en hardware como ensoftware): el incremento efectivo del valor agregado de las produccio-nes locales (incluyendo el contenido intelectual) no es sólo un objeti-vo político frecuentemente declarado sino una necesidad impuestapor la realidad político-económica internacional, que requiere nuevasrelaciones entre economías desarrolladas y emergentes. En efecto,rápidamente está surgiendo un sector manufacturero dinámico y di-versificado que presenta exigencias técnicas y de gestión similares alas de las economías industrializadas. La globalización de los merca-dos, entre otros efectos, tiende a deslocalizar las producciones, inclu-so las más innovativas, las cuales, independientemente de los lugaresen los que se desarrollen, deben responder a criterios cada vez másseveros de calidad entendidos en el sentido más amplio del término(calidad de los productos y de los servicios asociados, compatibilidadambiental, seguridad e higiene en el trabajo). La contribución conti-nuada y creciente de las capacidades científico-tecnológicas localeses pues una necesidad insoslayable aun para comunicarse aceptable-mente con las casas matrices de las empresas transnacionales, acce-der a nuevos mercados protegidos frecuentemente por barrerasparaarancelarias asociadas con normas de calidad de todo tipo y conla constitución de alianzas estratégicas y operativas con organizacio-nes industriales y de investigación.

La CCT no podrá pues limitarse a acuerdos tácitos o explícitos en-tre organizaciones científicas en los cuales personas e institucioneslocales son receptoras fundamentalmente pasivas de subsidios, con-tratos de investigadores, becas o instrumental.4 La CCT deberá incluirademás (o sobre todo) acciones que permitan la interacción fructíferacon los sistemas productivos de los países cooperantes. Esta nuevaorientación de la CCT presenta dificultades en muchos aspectos simi-lares a las de las alianzas entre empresas que se proponen cooperarcon determinados objetivos. Los cooperantes potenciales pueden sercompetidores y es necesario descubrir y negociar puntos de común in-

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4 A. Bonfiglioli, Orientaciones sectoriales de la cooperación científica y tecnológica con América La-tina. Estudio comisionado por la D.G.1 della CEE, Bruselas, 1997.

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terés de modo tal que se logre una distribución ecuánime de las ven-tajas y los riesgos.

En cualquier caso, es claro el potencial económico de AméricaLatina tanto como región de consumo como por sus exportaciones, yano sólo de materias primas, sino de productos industriales a veces al-tamente sofisticados. Una potencialidad de tales características com-porta en particular una consolidación de condiciones favorables paranuevas formas de CCT que valoricen las capacidades científico-tecno-lógicas locales en beneficio del desarrollo socioeconómico.

3. La situación de las economías industrializadas5

La fuerte expansión de las economías industrializadas, que se verificódesde la inmediata posguerra hasta aproximadamente la mitad de ladécada del setenta, generó una demanda masiva y siempre crecientede bienes y servicios, incluidos los de investigación científica y de for-mación superior. De tal modo, las empresas aumentaron sus capacida-des productivas, dando por descontada la existencia de una demandasostenida. Proliferaron así grandes establecimientos industriales queprivilegiaban las economías de escala a expensas de la flexibilidad.Esta tendencia se exportó a los países emergentes, donde se realiza-ron fuertes inversiones en la producción minera y en establecimientosindustriales de grandes dimensiones, aprovechando la tolerancia localen materia laboral y ambiental.

Un crecimiento desmesurado de la oferta se manifestó tambiénen el campo de la investigación científico-tecnológica y en la forma-ción superior, dando por descontada la existencia de una demandasiempre creciente de conocimientos y de personal calificado. Losgrandes proyectos militares, nucleares, espaciales o similares, conefectos internacionales de gran importancia (contratos de I+D distri-buidos en los principales países desarrollados o en vías de serlo,

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5 Existe una abundante bibliografía sobre las transformaciones estructurales de las economías indus-trializadas. Para una idea de conjunto pueden consultarse: C. Freeman, L. Soete, The Economics ofthe Industrial Innovation, Londres, Pinter, 1997. Tidd, J. Bessant, K. Pavitt, Managing Innovation. In-tegrating Technological, Market and Organizational Change, Chichester, Wiley, 1997; OCDE, Employe-ment and Growth in the Knowledge-based Economy, París, 1996. Pueden verse también lossiguientes artículos periodísticos especializados: P. Woodall, “The Hitchhiker’s Guide to Cyberno-mics. A Survey of the World Economy”, The Economist, 28 de septiembre de 1996, pp. 2-50; Carson,“Meet the Global Factory, A Survey of Manufacturing”, The Economist, 20 de junio de 1998, pp. 3-22;N. Valery, “A Survey of Innovation in Industry”, The Economist, 20 de febrero de 1999, pp. 1-28.

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atracción de recursos humanos calificados de todo el mundo) contri-buyeron a consolidar esta concepción en las economías industrializa-das más grandes. En particular, la abundancia de fondos disponiblespermitía una intensa CCT con un activo intercambio de investigadoresy docentes universitarios.

A partir de mediados de la década del setenta se hicieron cada vezmás evidentes ciertas tendencias de largo plazo que tradujeron cam-bios estructurales y que alteraron profundamente las economías indus-trializadas, incluyendo, evidentemente, la investigación científica, laformación a nivel universitario y la cooperación internacional. Por unaparte, se evidenció una tendencia recesiva que se manifestó dramáti-camente en los grandes sectores industriales tradicionales de base,con pérdidas masivas de puestos de trabajo y el abandono de gran par-te de la capacidad productiva. Al mismo tiempo, se hicieron cada vezmás severos los límites presupuestarios de las universidades y los or-ganismos públicos de CyT, y se constató una fuerte reestructuración delas actividades de I+D en la gran industria, con una fuerte concentraciónde las mismas en pequeñas unidades orientadas a sectores de nego-cios específicos. Pero por otra parte, se manifestó con creciente nitidezuna tendencia expansiva en otras esferas de la actividad económicaque se expresó en la aparición de nuevas oportunidades derivadas deuna demanda cada vez más diferenciada de bienes y servicios, inclu-yendo los de investigación científica y de formación universitaria. Secomprobó en particular la presencia de una demanda nueva de cono-cimientos avanzados y de nuevas figuras profesionales (potencialmen-te elevada pero generalmente no explícita), proveniente de sectoresque hasta el momento no habían evidenciado una necesidad de inno-vaciones con un contenido científico elevado.

La superposición de estas dos tendencias produjo fuertes dese-quilibrios: hay exceso de lo que se sabe producir y escasez de lo quese necesita. En particular, mientras el sistema productivo alcanza ni-veles de tecnificación inimaginables pocos años atrás, y en los am-bientes empresariales se lamentan las dificultades para encontrarmano de obra especializada, es cada vez más numeroso el número delos jóvenes que después de haber adquirido una costosa formaciónsuperior deben orientarse hacia actividades poco relacionadas con laformación adquirida.

En las economías industrializadas (y particularmente en la UniónEuropea) se evidencia de tal modo una dicotomía. Por una parte, laspolíticas económicas tienden a restringir en límites muy severos el dé-ficit de los estados, especialmente en los países de la Unión Europea,

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que deben adecuarse a los parámetros establecidos por el tratado deMaastricht. Por otra parte, las políticas nacionales y comunitarias dela ciencia y de la tecnología, aun cuando formalmente enfatizan apli-caciones y beneficios sobre la competitividad y el sistema social en suconjunto, siguen tendiendo a reforzar la oferta de conocimientos sinuna apropiada consideración de la demanda, fuertemente modificadarespecto de la del pasado reciente.

De manera análoga, la oferta de CCT no toma suficientemente enconsideración la demanda que deriva de las necesidades, oportunida-des y conveniencias de los sistemas socioeconómicos de los paísesque se vinculan a estas redes de cooperación y que no pertenecen ala Unión Europea. Las mismas, por otra parte, no son sostenidas (y engeneral ni siquiera expresadas con la necesaria claridad) por parte deesos países, que, frecuentemente, continúan comportándose comoreceptores pasivos del esfuerzo de cooperación.

4. La políticas en ciencia y tecnología de la UE6

Aunque los distintos países que componen la Unión Europea debennecesariamente adecuarse a líneas políticas, estratégicas y normati-vas comunes, cada uno de ellos mantiene un amplio margen de auto-nomía. En particular, las políticas en ciencia y tecnología, así como lasmedidas que deben implementarlas, varían de país en país.

A los efectos de ilustrar de manera concreta las políticas de laUnión Europea en materia de investigación CyT y de innovación (que in-cluyen la CCT con países externos a la Unión Europea), se describirá elprincipal instrumento de implementación de las mismas, el llamado“Programa Marco” (PM). El diseño de este instrumento es un notableejercicio de programación mediante el cual se canalizan considerablesrecursos financieros hacia una variedad muy amplia de acciones es-tablecidas en función de las directivas políticas. La originalidad de es-te diseño reside en que es un resultado de laboriosos acuerdos entrepaíses muy diferentes que sienten la necesidad de considerar la in-

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6 Las políticas de la Unión Europa en materia científico-tecnológica, que es parte orgánica del cua-dro político-estratégico general, se describen en numerosos documentos, además de los textos nor-mativos a los cuales se hace referencia. De particular importancia son: “Commission desCommunautés Européennes”, Livre Vert sur l’Innovation, vol. 1 y 2, COM (95) 688 final, Bruxelles,20/12/95. Véase tambien: “Commission of the European Comunities”, Inventing Tomorrow, Europe’sresearch at the service of its people, Communication from the Commission, COM(96) 332 final, Bru-sels 10/04/1996.

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vestigación científico-tecnológica, la innovación y la formación supe-rior como un medio fundamental para la integración, en beneficio deldesarrollo cultural y socioeconómico conjunto.

El PM es un instrumento de programación que traduce las directivaspolíticas concernientes a la ciencia y la tecnología en acciones espe-cíficas con la respectiva asignación de recursos. Éstos provienen delpresupuesto comunitario, alimentado por la contribución de los paísesmiembros. El período programado es generalmente cuatrianual. Ac-tualmente está en vigencia el 5° Programa Marco (PM5), establecidopara el período 1999-2002.

El primer Programa Marco (PM1) fue adoptado para el período1984/1987. Con anterioridad a este período, las actividades comunita-rias de investigación y desarrollo eran objeto de acciones más o me-nos aisladas que no obedecían a un diseño orgánico bien definido. En1987, con la modificación de los tratados comunitarios y la adopcióndel llamado “Acto único”, se establecieron las bases jurídicas de unapolítica de la ciencia y de la tecnología. En el título VI de este Acto, “In-vestigación y Desarrollo Tecnológico” (artículos 130F y 130G), se for-malizó la política de la investigación científica y tecnológica, y deestímulo de la innovación, con igual jerarquía respecto de otras políti-cas de interés inmediato (i.e: política agrícola, financiera, laboral, in-dustrial). El artículo 130F define el objetivo de la política comunitariaen la materia: “reforzar las bases científicas y tecnológicas de la indus-tria europea y favorecer el desarrollo de su competitividad internacio-nal”. Este objetivo específico se inscribe en otro más amplio que es elde favorecer el desarrollo económico y social.

El tratado de Maastricht de 1992 ratifica y amplía la política de in-vestigación científica y tecnológica, integrándola a todas las otras po-líticas de la Comunidad como instrumento estratégico. El tratadointroduce, además, un importante cambio en los procedimientos: laadopción de cada PM, que hasta entonces era objeto de una decisióndel Consejo de Ministros Europeos, debe ser objeto de una co-deci-sión del Consejo de Ministros y del Parlamento, reforzando así el pa-pel de este último.

Las acciones de estímulo previstas en el PM comportan una con-tribución financiera a proyectos de diferente tipo propuestos por las or-ganizaciones interesadas (empresas, universidades, organismos

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4.1. El Programa Marco: aspectos generales y contexto jurídico-institucional

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científicos), según las líneas prefijadas en el mismo PM. Para accedera los beneficios previstos es generalmente necesario responder a lla-mados a concurso publicados periódicamente en la Gaceta Oficial dela Comunidad Europea. Para la mayor parte de los proyectos es con-dición de elegibilidad la participación de empresas industriales, univer-sidades y/o entes de CyT públicos y privados de al menos dos estadosmiembros o bien de un estado miembro y un estado asociado (por elmomento Islandia, Liechtenstein, Noruega e Israel). Es un factor demérito la participación de un número relativamente grande de paísesmiembros y/o asociados. Se prevén además condiciones particularespara favorecer la participación de países de Europa centro-oriental(este y ex Unión Soviética), de países del área del Mediterráneo y depaíses en vía de desarrollo en general (véase parágrafo 5).

Las propuestas evaluadas positivamente reciben una financiacióna fondo perdido de hasta un máximo del 50% de los costos admisibles(personal, equipos específicos para el proyecto, servicios de cálculo yde grandes máquinas, gastos de consumo, servicios varios –e.i: con-sultoría, talleres especializados, viajes y estadías y gastos generales–).

4.2. El PM5 1999-2002 7

Como fue establecido en el tratado de Maastricht a partir del PM4(1994-1998), los programas marco comprenden todas las acciones co-

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7 Los textos normativos del V Programa Marco son los siguientes: “Decisión nº 182/1999/CE delParlamento Europeo y del Consejo del 22 de diciembre de 1998, relativa al V Programa Marco delas acciones comunitarias de investigación, desarrollo tecnológico y de demostración (1998-2002)”, Gaceta Oficial CE L 026 01.02.99, p. 1. Para los programas específicos véase: Decisión delConsejo del 25 de enero de 1999, No. 167/1999/CE, que adopta un programa específico de inves-tigación, desarrollo tecnológico y demostración titulado “Calidad de vida y gestión de los recursosbiológicos” (1998-2002).G.O. CE L 064 12.03.99, p. 1; Decisión del Consejo del 25 de enero de1999 No. 168/1999/CE que adopta un programa específico de investigación, desarrollo tecnológicoy demostración titulado “La sociedad de la información de uso fácil” (1998-2002).G.O. CE L 06412.03.99, p. 20; la Decisión del Consejo del 25 de enero de 1999 No. 169/1999/CE, que adopta unprograma específico de investigación, desarrollo tecnológico y demostración titulado “Crecimientocompetitivo y sostenible” (1998-2002).G.O. CE L 064 12.03.99, p. 40; la Decisión del Consejo del25 de enero de 1999 No. 170/1999/CE, que adopta un programa específico de investigación, desa-rrollo tecnológico y demostración titulado “Energía, ambiente y desarrollo sostenible” (1998-2002).G.O. CE L 064 12.03.99, p. 58; la Decisión del Consejo del 25 de enero de 1999 No.171/1999/CE, que adopta un programa específico titulado “Confirmar el papel internacional de la in-vestigación comunitaria” (1998-2002). G.O. CE L 064 12.03.99, p. 78. Ibid. 172/1999/CE, que adoptaun programa específico de investigación, desarrollo tecnológico y demostración titulado “Promover

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munitarias relacionadas con investigación y desarrollo, incluso aquellasque precedentemente estaban comprendidas en otros instrumentos.Incluyen por lo tanto una variedad muy amplia de acciones, además delos proyectos de investigación y desarrollo propiamente dichos (estu-dios de factibilidad, evaluación de impacto, transferencia de tecnologíay propiedad industrial, actividades demostrativas, cooperación interna-cional, etcétera).

El PM5 establecido para el período 1999-2002 es sin duda máscomplejo que los anteriores y hace explícita la orientación hacia eltratamiento multidisciplinario e integrado de los aspectos científico-tecnológicos, económicos y socioculturales de algunos de los gran-des problemas que afligen a la sociedad moderna. La dotaciónpresupuestaria total es de 14.960 millones de Euros, con un aumen-to de alrededor del 15% bruto (inflación incluida) respecto de la dota-ción del PM4.

La organización de las acciones previstas en el PM5, con indica-ción de las respectivas dotaciones presupuestarias, se resume en laTabla No. 1. El PM5 está organizado en: cuatro programas temáticosmás un programa específico para el EURATOM,8 que en conjunto absor-ben el 79% del presupuesto; tres programas “horizontales ” más unprograma específico de apoyo a los centros de investigación de laUnión Europea, y el EURATOM, que absorben en conjunto el remanen-te 21% del presupuesto.

Los programas temáticos constituyen la parte cuantitativamentemás importante del PM5. Cada uno de ellos comprende dos tipos deacciones:

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la innovación y estimular la participación de las PyMEs” (1998-2002). G.O. CE L 064 12.03.99, p. 91;la Decisión del Consejo del 25 de enero de 1999 No. 173/1999/CE, que adopta un programa espe-cífico de investigación, desarrollo tecnológico y demostración titulado “Aumentar el potencial hu-mano de investigación y la base de conocimiento socioeconómico” (1998-2002). G.O. CE L 06412.03.99, p. 105; la Decisión del Consejo del 25 de enero de 1999 No. 174/1999/CE, que adoptaun programa específico de investigación, desarrollo tecnológico y demostración que será realiza-do mediante acciones directas de los centros comunes de investigación para la Comunidad Euro-pea (1998-2002). G.O. L 064 12.03.99, p. 127; la Decisión del Consejo del 22 de diciembre de1998 No. 165/1998/CE, relativa a las normas para la participación de empresas, centros de inves-tigación y universidades y para la divulgación de los resultados de la investigación realizada den-tro del V Programa Marco (1998-2002). G.O. CE L 026 01.02.99, p. 46, reglamentado por 399R0996(G.O. CE L 122 12.05.99, p. 9).8 Se trata del primer órgano de integración científico-económica europea focalizado en la energíanuclear. El mismo ha dado origen a grandes centros comunitarios de investigación y está actual-mente orientando a las formás más innovativas de esa energía.

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Tabla 1. Estructura esquemática y dotación presupuestaria del PM5

Programas temáticos Presupuesto(MEURO)

1. Calidad de vida y gestión de los recursos vivos 2.413 16%AC1. Salud y alimentación 290AC2. Control del las enfermedades infecciosas 300AC3. La “fábrica de la célula” 400AC4. Ambiente y salud 160AC5. Gestión sostenible en agricultura, pesca y silvicultura 520AC6. Envejecimiento de la población e invalidez 190• Investigación genérica e infraestructuras de investigación 553

2. Sociedad de la información 3.600 24%AC7. Sistemas y servicios a la población 646AC8. Nuevos métodos de trabajo y de comercio electrónico 547AC9. Instrumentos multimediales 564AC10.Tecnologías e infraestructuras básicas 1.363• Investigación genérica e infraestructuras de investigación 480

3. Crecimiento competitivo y sostenible 2.705 18%AC11. Productos, procesos y organización innovativos 731AC12. Movilidad sostenible e intermodalidad 371AC13. Transportes terrestres y tecnologías del mar 320AC14. Nuevas perspectivas para la aeronáutica 700• Investigación genérica e infraestructuras de investigación 583

4. Energía, ambiente y desarrollo sostenible 2.125 14%AC15. Gestión sostenible y calidad del agua 254AC16. Cambios globales, clima y biodiversidad 301AC17. Gestión sostenible de los ecosistemas marinos 170AC18. La ciudad del futuro y el patrimonio cultural 170AC19. Sistemas de energía limpia y fuentes renovables 479AC20. Energía económica y eficiente para Europa competitiva 547• Tecnologías genéricas e infraestructuras de investigación 204

EURATOM 979 7%AC21. Fusión termonuclear controlada 788AC22. Fisión nuclear 142• Tecnologías genéricas e infraestructuras de investigación 49

Programas horizontales1. Rol internacional de la investigación comunitaria 475 3%2. Innovación y PyMEs 363 2%4. Capital humano e investigación socioeconómica 1.280 9%AC23. Mejoramiento de la base de conocimientos socioeconómicos 165Centros Comunitarios y EURATOM de Investigación 1.020 7%

Presupuesto total del PM5 14.960

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1) Acciones clave (designadas AC en la Tabla No. 1). Éstas con-forman la novedad más importante respecto de los PM precedentes, enlos cuales se tendía a privilegiar la “investigación pre-competitiva”(concepto mal definido por sí mismo). En cambio, el PM5 se construyecon una explícita orientación challenged led hacia necesidades socio-económicas específicas y una investigación más próxima a la utiliza-ción de los resultados. Así, dentro de cada programa temático, setiende a afrontar, por ejemplo, los problemas de la agricultura en terri-torios cada vez más limitados, el envejecimiento de la población, lagestión cotidiana de los servicios a la ciudadanía mediante instrumen-tos informáticos accesibles (servicios sanitarios y de administraciónpública, servicios de la industria complementarios de los productos fi-nales, y otros); la organización de la ciudad del futuro y la tutela delpatrimonio cultural; el transporte y la producción industrial innovativa.

2) Acciones a favor de las tecnologías genéricas y de las infraes-tructuras científicas. Las actividades relacionadas con las “tecnologíasgenéricas” comprenden investigaciones, tanto las fundamentales co-mo las de aplicación directa de sostén o en sustitución de las accio-nes clave. Constituyen de hecho una reserva presupuestaria en casode que se presente la necesidad de financiar sectores o actividadesno contemplados en la programación (por ejemplo, la experiencia delPM4 ha mostrado la necesidad de cambiar prioridades cuando fue ne-cesario financiar las investigaciones sobre la encefalopatía espongi-forme trasmisible –TSE– que no habían sido previstas en 1994).

En lo que concierne a las infraestructuras, se prevén acciones decoordinación y funcionamiento en red de las estructuras existentes,particularmente las que incluyen grandes equipos, para favorecer unamejor utilización de los recursos y la explotación de los resultados dela investigación. No se prevé la creación de nuevas infraestructuras.

Los programas horizontales contienen acciones específicas con-cernientes a aspectos de interés común a los programas temáticos,como es el caso de la promoción de la innovación y la participación delas PyMEs, la cooperación con países extracomunitarios y la formaciónde capital humano. Entre los programas horizontales se prevé una re-serva financiera de soporte a los centros de investigación de directapropiedad de la Unión Europea y del EURATOM.

Puesto que los programas horizontales tienen una función decoordinación, complemento y asistencia a los programas temáticos,sus dotaciones presupuestarias son lógicamente inferiores a las deestos últimos. Por ejemplo, el programa horizontal destinado a promo-ver la innovación y la participación de las PyMEs, con un presupuesto

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de 363 millones de Euros (2% del presupuesto total), incluye sólo ac-ciones tendientes a favorecer la transferencia de tecnología, a promo-ver los programas comunitarios entre las PyMEs y a facilitar laparticipación de las mismas. Sin embargo, la financiación de los pro-yectos de I+D de estas empresas, que siguen procedimientos adminis-trativos simplificados con concursos permanentemente abiertos,proviene de los programas temáticos pertinentes a través de los llama-dos “premios explorativos” (estudios de factibilidad de un proyecto deI+D, incluyendo la búsqueda de socios) y los proyectos de investiga-ción cooperativa (CRAFT). Se estima que alrededor del 10% de la dota-ción presupuestaria de los programas temáticos debería destinarse alos proyectos de las PyMEs. Si esto se verificase realmente, las PyMEspodrían contar con una reserva presupuestaria de 1.500 millones deEuros, superior a la de cualquiera de las acciones clave. De maneraanáloga, el programa “Rol internacional de la investigación europea”(al cual se hará referencia en el parágrafo 5), prevé solo una dotaciónde 475 millones de Euros, o sea el 3% del presupuesto total. Esta su-ma está destinada a medidas que favorezcan la cooperación científi-co-tecnológica internacional, pero la cooperación propiamente dichase lleva a cabo mediante proyectos específicos financiados en el ám-bito de los programas temáticos que realizan conjuntamente organiza-ciones europeas y extraeuropeas, con las restricciones de las normascomunitarias vigentes (cf. parágrafo 5).

Casi todos los países que hoy integran la Unión Europea han mante-nido programas de cooperación científico-tecnológica con países ex-

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9 La política europea de cooperación puede verse en el documento oficial “Overview of INCO2”,http://www.cordis.lu/inco2/. En lo que concierne al caso específico de América Latina véase A. Bonfi-glioli, op. cit., referencia No. 4. Para una comparación de los puntos de vistas europeos y latinoameri-canos véase Edith Cresson, “La Cooperation Scientifique et Technique avec l’Amérique Latine”, textode la conferencia pronunciada en la reunión de Madrid del 27/10/95 como presentación del Documen-to Orientaciones para la Cooperación Científica y Técnica de América Latina con la Unión Europea,preparado por los responsables de la política científico-tecnológica de América Latina, La Habana, el22/10/1996. En lo que respecta al convenio firmado por la Argentina con la Unión Europea, se puedeencontrar una información completa en el sitio Internet: http:// www.secyt.gov.ar/ceu.

5. La cooperación científico-tecnológica con los países externos a laUnión Europea9

5.1.Las líneas políticas de la Unión Europea en materia de CCT

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traeuropeos y en particular con países latinoamericanos. Esta coope-ración, que no es por cierto un fenómeno reciente, es bien conocida.Desde principios de siglo la cooperación ha contribuido al nacimientode institutos científicos y grupos de investigación, ha consentido el in-tercambio de docentes e investigadores y la formación en países eu-ropeos de muchas generaciones de estudiosos de las más variadasdisciplinas. No faltaron donaciones de diferente tipo que han contribui-do al equipamiento de universidades y laboratorios de investigacióncientífica y tecnológica.

En épocas recientes, a la CCT con países como Francia, Inglaterray Alemania (que tradicionalmente se habían destacado por sus progra-mas de becas y otras formas de asistencia a las economías en desarro-llo), se ha agregado también España, cuyo esfuerzo se materializaprincipalmente en su activa participación al programa CYTED.10 Este pro-grama (en el cual intervienen también Portugal y 19 países latinoameri-canos), comprende la iniciativa IBEROEKA, que, siguiendo loslineamientos generales del programa EUREKA, tiende a promover la inno-vación industrial en el área iberoamericana. CYTED, que prevé sólo la fi-nanciación de los gastos de coordinación, por el número de países einvestigadores involucrados y el número de proyectos que se realizan,es una de las mayores iniciativas de cooperación científico-tecnológicainternacional (poco menos de 10.000 investigadores, alrededor de 70proyectos de investigación “precompetitiva” y 65 proyectos IBEROEKA).

El hecho nuevo de la última década es que a las políticas de CCT

de los países que integran la Unión Europea (explícitas o no) se agre-gan acciones encuadradas en un programa orgánico, el PM, que ade-más de facilitar una coordinación de las iniciativas de los distintospaíses, contiene acciones según las políticas de la Unión Europea ensu conjunto.

En estas políticas la CCT no reviste sino una prioridad marginal yno es por cierto un instrumento del desarrollo internacional en un sen-tido ecuménico. Se trata en cambio de un instrumento establecido, ex-plícitamente, en función de los intereses y prioridades de la UniónEuropea. En efecto, la política de cooperación científica internacionales parte integrante de la política comunitaria de la ciencia y la tecno-logía, y responde a los mismos objetivos de reforzar la competitividadde la industria europea, promoviendo las actividades científicas nece-

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10 A. Bonfiglioli, Orientaciones sectoriales de la cooperación científica y tecnológica con América La-tina, Bruselas, Estudio comisionado por la D.G.1 della CEE, 1997.

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sarias para lograr los objetivos de otras políticas comunitarias (comolo establece el artículo 130f del Tratado, cf. parágrafo 4.1.).

La consideración de la CCT en el PM4 (1994-1998) ejemplifica lasprioridades y los modos de actuación. La CCT estaba incluida en elprograma designado con la abreviatura INCO, que preveía un presu-puesto de 540 millones de Ecus, igual al 4,4% del presupuesto totaldel PM4 (12.300 millones de Ecus). De éstos, 230 millones (menos de60 millones por año) se destinaron a los países en vías de desarrollode todo el mundo (los países del Este Europeo tuvieron una prioridadmás alta). Un 90% de esta suma se concentró principalmente en laasistencia científica en el campo de la salud (sobre todo en enferme-dades tropicales), y en el desarrollo de los recursos naturales y de laagricultura tropical. Sólo el 10% remanente (20 millones, o sea 5 mi-llones al año) estuvo destinado a la investigación industrial y a la in-novación tecnológica.

La transferencia de conocimientos al sistema productivo y a la in-novación, de gran importancia para la modernización de los sistemasproductivos, tuvo en el programa INCO un lugar marginal y de todosmodos centrado en los campos prioritarios (salud, agricultura tropical,etcétera).

Un aspecto fundamental, aunque no explícito, que puede explicarlas cifras mencionadas y las líneas directrices de la CCT es que la ma-yor parte del sistema productivo europeo está constituido por peque-ñas empresas que operan en sectores considerados hoy tradicionales(cf. parágrafo 6),11 en competencia con producciones de las econo-mías emergentes. Si debe darse un sostén al desarrollo, el mismo seconcentrará principalmente en áreas que puedan complementar losintereses europeos sin entrar en competencia con los mismos.

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11 En 1994, la Comunidad Europea de 12 países (las estadísticas para los 15 países actuales de-ben ser aún homogeneizadas) contaba con alrededor de 16 millones de empresas de las cuales el98,5% tienen menos de 250 empleados y representan en conjunto alrededor del 65% de la factura-ción y la ocupación. Las empresas con menos de 20 empleados representan el 91% del número to-tal de empresas (14.300.000) y más del 60% del facturado y de la ocupación. En Italia, donde laimportancia económica de las PyMEs es particularmente alta, operan casi 4 millones de empresas,con una densidad media en el territorio nacional de 68 empresas/1000 habitantes (contra una me-dia europea de 52 empresas/1000 hab.); las empresas con menos de 250 empleados representanel 70% de la ocupación total en el conjunto de empresas (contra una media europea del 65%) y lasempresas con menos de 10 empleados representan el 50% de la ocupación total en las empresas(Fuentes: EUROSTAT e Istituto Nazionale de Statistica-ISTAT, 1994).

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En el PM5 la CCT es objeto de un programa horizontal específico llama-do “Rol internacional de la investigación comunitaria”, designado conla abreviatura INCO2, que pone en evidencia la continuidad con el pro-grama equivalente INCO citado más arriba. Los objetivos estratégicosde este programa son coherentes con las líneas generales de políticadescriptas en el párrafo anterior y pueden resumirse así:12

a) Promover la cooperación científica y tecnológica entre investi-gadores y organizaciones de los países de la Unión Europea con losde países externos, con la perspectiva de obtener beneficios mutuosequilibrados, considerando las necesidades y características de gruposde países o regiones y respetando siempre la propiedad intelectual.

b) Facilitar el acceso de personas y organizaciones de países dela Unión Europea al conocimiento científico y tecnológico disponiblefuera de los mismos.

c) Reforzar la posición y el papel de la investigación comunitariay promover una cultura científica y tecnólogica europea, teniendo encuenta las necesidades sociales y culturales de los países con loscuales se coopera.

d) Preparar el acceso de nuevos estados miembros (por ejemplo,promoviendo la asociación de los mismos al PM); estabilizar el potencialde investigación y desarrollo de los países del centro y del este europeo(CEEC) y de los nuevos estados independientes de la ex Unión Soviéti-ca (NIS); sostener y desarrollar las partnership euromediterráneas; con-tribuir al desarrollo sostenible de los países en vías de desarrollo.

e) Ayudar a los actores científico-tecnológicos europeos a obtenerinformación y experiencia concerniente a las capacidades científicas yprioridades de los países industrializados externos a la Unión Europeay de los países de economía emergente, con el objetivo de mejorar lacompetitividad y reforzar la presencia de la industria de los países dela Unión en nuevos mercados.

INCO2 cuenta con un presupuesto de 475 millones de Euros,equivalente al 3% del presupuesto total del PM5 (véase Tabla No. 1),inferior al ya modesto presupuesto de INCO (véase parágrafo prece-dente). La cifra mencionada, sin embargo, está destinada sólo a las

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12 Los objetivos mencionados son transcriptos, con ligeras modificaciones idiomáticas, del docu-mento oficial “Overview of INCO2” .Véase: http://www.cordis.lu/inco2/

5.2. La Cooperación Científico-Tecnológica en el PM5: el programa INCO2. Objetivos, presupuesto e indicaciones operativas

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medidas específicas de promoción y cooordinación de la CCT, la cualse considera como un componente “horizontalmente” distribuido en to-dos los programas del PM5. La cooperación por lo tanto puede incluirtambién actividades de I+D y transferencia al sistema productivo, asícomo la formación de investigadores, previstos en los programas indi-cados en la Tabla No. 1. Los objetivos enunciados más arriba, sin em-bargo, imponen condiciones y prioridades para la inclusión de todasesas actividades en la CCT, que varían según los países o grupos depaíses no comunitarios con los que se establece la cooperación (parael caso de América Latina, véase párrafo siguiente). Los grupos depaíses considerados son los siguientes:

• Países candidatos a integrar la Unión Europea;• Países de Europa centrooriental (CEEC) que no son candidatos a

integrar la Unión Europea y los nuevos países independientes (NIS) dela ex Unión Soviética;

• Países del área euromediterránea;• Economías emergentes y países industrializados;• Países en vía de desarrollo (iniciativa “Investigación para el de-

sarrollo”).En lo que concierne particularmente a la formación de investiga-

dores se prevén dos esquemas de becas destinados a:a) jóvenes investigadores de nivel doctoral provenientes de paí-

ses del Mediterráneo, de países en vía de desarrollo y de las econo-mías emergentes para trabajar en laboratorios europeos, en proyectosdel PM5;

b) jóvenes investigadores de países de la Unión Europea para tra-bajar en países industrializados;

c) laboratorios de investigación industrial de reconocida calidadde países no europeos en proyectos que poseen particular interés pa-ra la Comunidad.

Además de las modalidades establecidas para la CCT con estosgrupos de países se prevén acuerdos bilaterales con algunos paísesen particular, entre los que se incluyen a la Argentina y al Brasil.

Las actividades de coordinación, propias del programa INCO2, a lascuales se atribuye una gran importancia, son complejas. Incluyen nosólo la coordinación con las iniciativas de cooperación de todos los pro-gramas del PM5 sino además la coordinación de esas iniciativas con or-ganismos internacionales y otros programas de I+D que operan en uncontexto político-geográfico más amplio que el exclusivamente comu-nitario (por ejemplo: EUREKA, COST); iniciativas de cooperación estable-cidas en función de otras políticas comunitarias (relaciones exteriores,

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industriales, financieras, agrícolas, etc.); cooperación internacional delos países miembros.

Los países de América Latina, más allá de los acuerdos bilaterales en-tre algunos de ellos y la Unión Europea, se encuadran, según el gradode desarrollo alcanzado, en dos de los grupos de países mencionadosmás arriba. Los países con un grado de industrialización suficiente-mente elevado, bien reconocible, se encuadran entre las economíasemergentes. Los otros, considerados en vía de desarrollo (países deAmérica Latina, África, Asia, Caribe, Mediterráneo y Pacífico), son ob-jeto de la iniciativa “Investigación para el desarrollo”. Conviene recor-dar que en todos los casos, las prioridades de INCO2 se orientan alconjunto de los países candidatos a integrar la Unión Europea, a otrospaíses de Europa centrooriental y a los países euromediterráneos.

Para las economías emergentes el programa INCO2 no prevé la fi-nanciación de proyectos. Las acciones previstas se orientan segúndos líneas paralelas: a) acciones generales de promoción de la CCT,como la realización de estudios sobre las capacidades científico-tec-nológicas existentes en esas economías con las cuales se favorece lacooperación (estudios que se podrán adjudicar mediante concursospúblicos o contrataciones directas); b) acuerdos bilaterales como losfirmados con la Argentina y previstos con el Brasil (un acuerdo equi-valente ha sido firmado con China y otro está negociándose con la In-dia). Sobre la base de estos acuerdos, las organizaciones de dichospaíses podrán participar de los proyectos del PM5 sin transferencia defondos ni de una parte ni de la otra y, recíprocamente, las organizacio-nes europeas podrán participar en programas de la Argentina y el Bra-sil en las mismas condiciones.

Para los países considerados en vías de desarrollo, el INCO2 de-be considerarse como un complemento a las políticas comunitarias decooperación y por lo tanto no financiará proyectos o brindará asisten-cia de ningún tipo que esté incluida en las ayudas al desarrollo. Se fi-nanciarán en cambio, a través de distintos mecanismos previstos en elPM5 (con fechas límite para la presentación de propuestas), investiga-ciones con un fuerte componente socioeconómico según las siguienteslíneas prioritarias: a) políticas y condiciones para el desarrollo sosteni-

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5.3. Aspectos de particular interés para América Latina

5.3.1. Formas de intervención previstas en INCO2

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ble (incluye políticas de: I+D en la sociedad del conocimiento global yde la información; satisfacción de necesidades básicas, como agua,alimentación, saneamiento, cuidado de la salud); b) instrumentos pa-ra el desarrollo sostenible (mejoramiento de la sanidad, tecnologíaspara la producción animal y vegetal sostenible –para ésta se conside-ran prioridades regionales, que en el caso de América Latina incluyenlas producciones de maíz, trigo, papas, leguminosas–); investigacio-nes sistemáticas sobre recursos naturales, ambiente humano y salud.

Tanto las economías emergentes como los países en vía de desa-rrollo están incluidos entre las naciones que podrán beneficiarse conbecas para jóvenes investigadores con el fin de trabajar en centros eu-ropeos. Sin embargo, el número de las mismas será muy limitado, conla ulterior restricción de que podrán utilizarse exclusivamente en pro-yectos del PM5 aprobados para su financiación.

Cualquier razonamiento sobre la CCT, en particular en relación con laUnión Europea, debe tener presente que:

• Salvo casos muy excepcionales, los programas de CCT no sonun acto de generosa solidaridad internacional sino que forman partede las políticas de los distintos países en función de los propios inte-reses, ya sea inmediatos o de mediano y largo plazo. Los beneficiospara los países que se consideran “receptores” pueden ser importan-tes, pero son siempre un subproducto de esas políticas.

• Los recursos destinados a la CCT son siempre muy limitados y laadministración de los mismos es generalmente compleja, con las con-siguientes dificultades para utilizarlos con eficacia.

La CCT Unión Europea/ América Latina no puede ser vista comouna fuente de recursos financieros. Debe considerarse en cambio co-mo un instrumento estratégico cuyos potenciales beneficios derivanprincipalmente de la posibilidad de integrar las actividades científico-tecnológicas de los países latinoamericanos en un contexto interna-cional amplio y organizado cuya representación es el PM5. Esteprograma no es sólo un conjunto de acciones de carácter científico-académico de limitado efecto socioeconómico en tiempos previsibles.En el PM5 participan numerosas empresas industriales y de serviciosde Europa, de todas las dimensiones, incluyendo las más importantesen términos de dimensiones, capacidad financiera y capacidad inno-

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5.3.2. Algunas consideraciones sobre el papel de la CCT en las economías emergentes de América Latina y la Unión Europea

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vativa. Una participación activa en el programa, aun sin contribucionesfinancieras significativas, puede abrir canales de comunicación y faci-litar alianzas que permitan la utilización eficaz de las capacidadescientífico-tecnológicas locales en un nuevo proceso de industrializa-ción, por cierto diferente a la tradicional sustitución de importaciones.

La UE ha definido con suficiente claridad sus objetivos de políticade la ciencia y de la tecnología y los instrumentos para lograrlos, y lospaíses que aspiran a establecer relaciones de CCT deberán por lo tan-to negociar sobre bases igualmente claras una distribución ecuánimede los beneficios entre los cooperantes.

Hoy las economías emergentes de América Latina están en con-diciones de establecer líneas políticas, estratégicas y de acción paranegociar la CCT desde una posición más fuerte que en otras épocas.En efecto, América Latina es hoy uno de los mayores mercados mun-diales de bienes y servicios, incluyendo tecnologías y productos avan-zados, reconocido por todas las grandes potencias industriales.América Latina es, asimismo, una región que registra una inversiónmuy importante y creciente de los más importantes grupos empresa-rios europeos, tanto en actividades primarias como industriales y deservicios. La competencia entre las empresas de esas potencias, quedeben enfrentar situaciones estructuralmente difíciles en los países deorigen, se jugará en buena medida sobre la capacidad de operar enáreas geoeconómicas diversificadas. Es posible por lo tanto negociarformas de CCT con esos países orientándolas de tal modo que, sin per-der de vista la indispensable creación científica de conocimiento, favo-rezca la utilización efectiva de las capacidades científico-tecnológicaslocales en las empresas innovativas que se radiquen en países lati-noamericanos. Ello requiere, indudablemente, una política de ciencia,tecnología e innovación asentada sobre bases firmes por parte de losgobiernos de los países de América Latina.

El PM y en particular el PM5, actualmente en vigencia, representa unenorme esfuerzo de programación que permite dar operatividad a laspolíticas comunitarias en materia de ciencia, tecnología y formaciónasociada (incluida la CCT), integradas al cuadro político general de laUnión Europea. Este cuadro político (y los instrumentos a través de los

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6. Límites y dificultades con el actual diseño de los instrumentos europeos de estímulo a la investigación industrial y la innovación. Reflejossobre la CCT

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cuales es implementado) es el resultado de complejas negociacionesentre los 15 países que componen la Unión. Se está pues en presen-cia de un instrumento destinado al desarrollo científico-tecnológicoque, por los recursos que moviliza, la variedad de acciones coordina-das que contiene y las bases culturales, políticas y económicas en lasque se apoya, constituye un hecho único en el mundo. No existen puespuntos de comparación sobre sus virtudes, defectos y limitaciones.

Entre las virtudes se debe destacar la claridad con la que se tra-ducen las directivas políticas de la ciencia y la tecnología en accionesconcretas, orgánicamente estructuradas y coordinadas tanto dentro dela Unión Europea y de los países que la componen, como con progra-mas y organismos internacionales. Entre los defectos y limitaciones ca-be señalar que el instrumento de programación presenta una mayorrigidez que un conjunto menos orgánico de acciones sin objetivos cla-ramente definidos. Por lo tanto, deben esperarse dificultades en el ac-ceso a las acciones del PM, inherentes a las complejidad del mismo,dificultades que en su mayor parte no podrán ser simplificadas.

Se debe reconocer a la administración comunitaria la voluntad defacilitar el acceso a los instrumentos de estímulo del PM. Se han dise-ñado procedimientos relativamente simplificados que son especialespara las PyMEs europeas, se ha creado el sitio Internet CORDIS13 a tra-vés del cual se puede obtener información detallada sobre programas,procedimientos, llamados a concurso, un road map con las fechas delos llamados en todo el período programado y formularios e instruccio-nes para presentar propuestas tanto sobre papel como por vía telemá-tica. Por otra parte, la revista mensual Cordis, editada en variosidiomas y con informaciones complementarias al sitio homónimo, sedistribuye gratuitamente. En cada país miembro, además de las ofici-nas ministeriales competentes, existen agencias y los llamados cen-tros “relay” (IRC, Innovation Relay Centres), que dan asistencia a losinteresados en participar en los programas comunitarios (particular-mente si son PyMES) con asistencia logística, informativa y financiera.La Unión Europea estimula igualmente a otras organizaciones comocámaras de comercio, asociaciones de empresarios y parques cientí-ficos a promover la participación de esas empresas.

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13 Toda la documentación sobre el V Programa Marco, incluyendo los programas de trabajo de losprogramas específicos, las fechas de los llamados a concurso público, las instrucciones y los for-mularios para presentar propuestas y los criterios de evaluación de las mismas pueden obtenerseen el sitio http://www.cordis.lu/. El número de la revista Cordis-Focus del 1° de julio de 1999 presen-ta una clara sinopsis del V Programa Marco, con todas sus formas de intervención.

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Pese a estos esfuerzos, grandes porciones de los sistemas pro-ductivos, incluyendo las más necesitadas de innovaciones para podermantener la competitividad en los mercados internacionales, encuen-tran dificultades para acceder a los programas comunitarios. Las Py-MES que participan en estos programas comunitarios en particular sonuna parte poco significativa del número de empresas que necesitanurgentemente de innovaciones radicales, las cuales difícilmente po-drán desarrollarse sin una robusta asistencia.14

En realidad, existen problemas de principio que derivan de la difi-cultad de superar esquemas culturales que resultan hoy inadecuadospara una realidad socioeconómica fuertemente transformada respectodel pasado reciente, y que permanecen subyacentes a las políticas deciencia y de tecnología, en abierta contradicción con los enunciadosexplícitos de las mismas. Así, mientras se enuncia enfáticamente lapromoción de aplicaciones al servicio del desarrollo socioeconómico, laorientación real de esas políticas y de los instrumentos que deben im-plementarlas continúan privilegiando la oferta de conocimientos, reto-cando más o menos superficialmente los conceptos del modelo lineal.No existe por lo tanto una consideración apropiada de la demanda deinnovación, que es hoy cualitativa y cuantitativamente diferente de ladel pasado. De manera análoga, mientras se multiplican las declaracio-nes enfáticas en favor de las PyMES (que, a diferencia del pasado, cons-tituyen hoy una fuente de demanda masiva de innovaciones deconsiderable contenido científico-tecnológico), las medidas de estímu-lo se continúan diseñando sobre la base de las posibilidades de lasgrandes empresas capaces de sostener inversiones estratégicas en la-boratorios y otras estructuras.15

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14 Se estima que sólo en Italia existen entre 50.000 y 100.000 empresas (1,2-2,5% del total de em-presas, cf. nota 4) que tienen necesidad inmediata de innovaciones con un componente científico-tecnológico significativo. Cualquiera sea el margen de error de esta estimación, está fuera de dudaque ese país cuenta con un subsistema de empresas fuertemente competitivas, necesariamente nu-meroso para generar un volumen de actividad económica que contribuye de manera fundamental ala economía nacional y al saldo positivo de la balanza comercial. Estos niveles de competitividadson difícilmente concebibles sin una considerable capacidad innovativa tanto tecnológica como or-ganizativo-gestional y de desarrollo de mercados, que debe sin embargo mantenerse a través de unesfuerzo continuado en el desarrollo de innovaciones avanzadas.15 Se puede citar por ejemplo el diseño de las acciones clave indicadas en la Tabla No. 1, que tien-den a implementar el trabajo de las Task-forces, creadas por iniciativa de los ministros comunitariosCresson, Bangemann y Kinnock. Las mismas han definido los objetivos estratégicos prioritarios delas políticas de la investigación científico-tecnológica de tal modo que puedan dar respuestas efica-ces al mercado y a los utilizadores finales de los resultados (aviones de nueva generación, softwareeducativo multimedial, intermodalidad de los transportes, ambiente y agua, vacunas y enfermedades

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Nadie podría negar el papel esencial de las grandes empresas enel proceso innovativo y en el desarrollo de la economía europea mo-derna, pero tampoco es posible limitar la consideración de las PyMEsa declaraciones retóricas e ignorar las características y realidades delempresariado menor, que deberían tenerse particularmente en cuen-ta en el diseño de los incentivos a la innovación, que frecuentementeresultan poco funcionales, ineficaces e implican en todo caso afrontarengorrosos procedimientos administrativos.

Las grandes empresas, que en cierta medida han tenido participa-ción en el diseño de algunos instrumentos nacionales y comunitariosde estímulo a la innovación, pueden en todo caso superar sin grandesdificultades la escasa funcionalidad y la viscosidad burocrática de losmismos, lo cual resulta mucho más difícil para las PyMEs, que no dispo-nen de recursos financieros, de gestión y operativos, equivalentes.

Los esquemas culturales subyacentes en las políticas de la cien-cia y la tecnología se reflejan también en la CCT. Pese a la retórica delos textos, la vieja concepción de “países donantes” y “países recep-tores” se mantiene aún vigente, tanto por una parte como por la otra.Las políticas nacionales y las estrategias de las organizaciones cien-tífico-tecnológicas de los últimos promueven (o simplemente aceptan)la cooperación entre laboratorios públicos y/o privados, el intercambiode estudiantes, profesores e investigadores de universidades y cen-tros, sin una consideración clara del posible impacto socioeconómicoen su país. Estos países “receptores” de la cooperación, que deberíanser los más directamente interesados en tal impacto, por lo general notienen políticas al respecto, ni explícitas ni implícitas, y en muchos ca-sos ni siquiera tienen capacidad para definir adecuadamente el tipo deayuda que necesitarían, y –menos aún– de elaborar proyectos coope-rativos. El hecho de que se trata de una cooperación entre una comu-nidad de países europeos y países individuales de América Latinadificulta por ambos lados la comprensión del significado de la coopera-ción y del verdadero provecho que es posible obtener de ella. Las difi-cultades en la consolidación del MERCOSUR hacen que la participaciónde la Argentina y el Brasil en el PM5 sea vista más como una cuestión

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virales, automóvil, trenes y sistemas marítimos del futuro). En estas Task forces participaron repre-sentantes de grandes empresas que desempeñan evidentemente un rol insustituible en las áreasconsideradas. Los representantes de las PyMEs y de sus asociaciones no sólo no han participado enesas Task forces (en las que existe también un interés del empresariado menor) sino que tienen unrol menos que marginal en la definición de programas y acciones del PM5 específicamente destina-das a esas empresas.

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competitiva que como una oportunidad de mostrar mayor fuerza en lasnegociaciones. Los organismos gubernamentales latinoamericanosresponsables deben tener en cuenta las necesidades y característicasde los sistemas productivos y el previsible impacto socioeconómico, yplantear la cooperación como un ejercicio de negociación y de enrique-cimiento de la experiencia en la elaboración de proyectos nacionales.

Los cambios estructurales en la economía mundial afectan inevitable-mente las actividades científicas y tecnológicas y de formación supe-rior y, en particular, la cooperación internacional en este campo. No espues posible continuar procediendo según estrategias y políticas (im-plícitas o explícitas), concebidas para una situación radicalmente dife-rente de la actual. Sin embargo, el Programa Marco en vigencia, queconstituye el mayor instrumento de las políticas de la Unión Europeaen materia de ciencia, tecnología e innovación, demuestra la existen-cia de barreras culturales (además de las políticas y económicas) quedeben ser superadas para lograr que las acciones previstas en favorde la investigación industrial respondan a las presentes necesidadesde los sistemas productivos.

Existe hoy una necesidad real de orientar las políticas y las medi-das de implementación hacia la satisfacción de la demanda latente oimplícita de innovación en tales sistemas. Es evidente que será difícilsatisfacer la nueva demanda de conocimientos mediante incentivos uotras iniciativas diseñadas por expertos iluminados de universidades,organismos de CyT, ministerios u oficinas comunitarias. Es indispensa-ble la participación efectiva de representantes de las empresas pro-ductoras de bienes y servicios, tanto grandes como PyMEs, utilizadorespotenciales de esos conocimientos e incentivos como forma para lo-grar una adecuada comprensión de las necesidades y elaborar conellos las posibles propuestas.

Las finalidades, estrategias, criterios y procedimientos de la coo-peración científico-tecnológica no pueden seguir basándose en unarelación donador-receptor, sino que debe establecerse una partenershipentre los países cooperantes según sus necesidades e intereses recí-procos. El centro de gravedad de la CCT, actualmente colocado del la-do de la oferta de conocimientos, debe desplazarse hacia el lado dela demanda de innovación, teniendo en cuenta, en particular, la diver-sidad de las economías de los países de América Latina, estimulando

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7. Comentarios conclusivos

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los procesos de integración regional en curso y optimizando el uso delos recursos disponibles. La CCT no debe continuar siendo unidireccio-nal sino que debería establecerse sobre la base de relaciones bidirec-cionales: grupos de I+D o inclusive empresas de los países de la UniónEuropea que puedan aprovechar desarrollos llevados a cabo en lospaíses de América Latina.

Desde un punto de vista operativo inmediato, a través de la CCT

se debería promover la creación y el sucesivo desarrollo de “estructu-ras de interfase” eficientes y eficaces, tanto a nivel oficial como priva-do, para favorecer el encuentro entre oferta de conocimientos ydemanda de innovación, catalizando la participación activa de autén-ticos representantes del sistema productivo (empresas, cámaras decomercio, asociaciones profesionales, etc.). Se debería promoverigualmente la creación de empresas de alta tecnología por parte de jó-venes graduados en ciencias e ingeniería, procurando de distintasfuentes el respaldo financiero necesario. Un aspecto importante es lacreación de becas para realizar viajes de estos jóvenes graduados agrandes laboratorios científicos y empresas de alta tecnología de laUnión Europea, buscando la transferencia de tecnologías sofisticadasy personal especializado al sistema productivo.

El V Programa Marco ofrece, a través de la cooperación con paí-ses externos a la Unión Europea, oportunidades potencialmente inte-resantes. Se debe tener en cuenta sin embargo que todo el PM ha sidoconcebido en función de los intereses y las necesidades de los paísesmiembros, los cuales pueden no ser igualmente prioritarios en paísesextraeuropeos. Éstos, como regla general, deberían además financiarla propia participación, a diferencia de los participantes europeos, quereciben una financiación proporcionada al respectivo papel en proyec-tos particulares. La posible participación en los proyectos europeosdebe por lo tanto ser evaluada de manera crítica caso por caso, y ne-gociada en función de intereses y necesidades recíprocas.

En este sentido, resultará sin duda muy interesante analizar losresultados de la CCT alcanzados a través de la aplicación de las ver-siones anteriores de los PM, y en especial los que se logren con el PM5,en relación con los países de América Latina y en particular con la Ar-gentina. ❏

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El libro Culturas epistémicas. Cómo las ciencias producen conoci-miento es la más reciente obra de la socióloga alemana Karin KnorrCetina, profesora de Estudios de la Ciencia y la Tecnología de la Uni-versidad de Bielefeld, Alemania.

Las culturas epistémicas a las que refiere el título son las “amal-gamas de arreglos y mecanismos –alcanzados a través de la afinidad,necesidad y coincidencia histórica– que, en un campo dado, determi-nan cómo conocemos lo que conocemos. Las culturas epistémicasson las culturas que crean y garantizan el conocimiento, y la principalinstitución del conocimiento alrededor del mundo es, aún, la ciencia”.

La utilización de la noción de “cultura epistémica” para definir lapráctica de una disciplina aparece como uno de los aciertos del libro. Eltérmino es utilizado en un sentido decididamente amplio, y quizás allí ra-dique su fecundidad analítica. La cultura, en el sentido utilizado porKnorr Cetina, refiere al campo de producción del conocimiento, e inclu-ye tanto los aspectos prácticos como los simbólicos y organizacionalesde la actividad científica. Esto permite a la autora evitar una disociaciónentre las influencias simbólicas o de creencias y las determinacionestecnológicas que influyen sobre la actividad científica, por lo que el aná-lisis planteado gana en complejidad sin caer en el relativismo cognitivo.

“Cultura, como yo uso el término, refiere al conjunto de patronesy dinámicas que están en juego en la práctica experta, y que varíansegún la disposición de cada expertise.”

En esta obra, la autora continúa en cierto sentido la línea de inves-tigación en laboratorios de trabajos anteriores, pero su enfoque adquie-re una nueva dimensión. El interés no está puesto aquí en cómo seconstruye el conocimiento desde el punto de vista de las estrategias delos científicos en cuanto al manejo del poder o de sus decisiones den-tro de los laboratorios, o de las relaciones en las que se ven inmersosen el proceso de investigación, sino en realizar un análisis comparati-vo del funcionamiento y la forma en que se construyen dos culturasepistémicas: la física de altas energías y la biología molecular.

El interés por el estudio de las culturas epistémicas se basa en lafalta de conocimiento actual sobre el funcionamiento de lo que la au-tora llama “las modernas máquinas de conocimiento”. En este sentido,

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comentarios bibliográficos

Epistemic Cultures. How sciences make knowledge, Karin Knorr Cetina,Cambridge, Harvard University Press, 1999, 329 páginas

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el libro puede leerse como un pormenorizado estudio del funciona-miento de dos disciplinas científicas de un alto grado de desarrollo. Laintención de la autora, por cierto, sobrepasa estas expectativas.

A partir del análisis de estas dos culturas epistémicas, Knorr Ce-tina desafía la idea de la unidad de las ciencias naturales como uncampo de conocimiento monolítico con un método único. Las diferen-cias existentes entre las disciplinas estudiadas en relación con el pa-pel que adquiere el significado de lo empírico, de las distintas formasen que se establecen las relaciones con los objetos y de la particula-ridad de las relaciones sociales que se construyen en el interior de ca-da una de las disciplinas, nos hablan más de la convivencia demonopolios cognitivos escindidos que de un cuerpo científico unitariocon un método único.

La autora hace una reflexión acerca de la forma en que funcionanlas ciencias y del papel que cumple el laboratorio en esos procesos.El concepto de reconfiguración es una de las ideas que recorre todala obra: la actividad científica moderna se basa en la posibilidad detrasladar los objetos estudiados de su medio natural al ambiente dellaboratorio. En este proceso los reconfigura de manera tal que puedanser estudiados. Pero este proceso implica una relación simétrica conrespecto al orden social vinculado con el laboratorio. En el interior delmismo, los científicos deben adaptarse –o reconfigurarse–, en cuantosujetos epistémicos, para poder estudiar esos objetos, adquiriendo ca-pacidades que los califiquen como sujetos idóneos para la investiga-ción. Por otro lado, la presencia del laboratorio en aspectos cotidianosimplica reconfiguraciones en el orden social. Como ejemplo de esto,Knorr Cetina menciona el proceso de “laboratorización” de la prácticamédica y las implicaciones que tuvo en cuanto al aumento de la auto-ridad social de la medicina y al cambio en la concepción de las enfer-medades, entre otras consecuencias.

Estos procesos se dan de una manera específica en cada campode la ciencia, de acuerdo con el tipo de trabajo que se realiza en ellos.De hecho, las reconfiguraciones en el orden social y natural están en-carnadas y responden al tipo de experimento que realizan y al tipo detecnologías que utiliza cada una de las culturas.

Las culturas epistémicas son estudiadas a partir de tres dimensio-nes: la construcción de los objetos de estudio y las “estrategias empí-ricas” de cada sistema, los conjuntos de símbolos que dan cuenta delas reconfiguraciones en el interior de cada cultura y las relaciones so-ciales que se establecen en cada una de ellas. Las diferencias entrelas dos ciencias se verifican en los tres niveles de análisis.

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Juan Pablo Zabala

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En cuanto a la relación que cada una de las ciencias establececon los objetos estudiados, se indican diferencias entre la física de al-tas energías y la biología molecular. Mientras que en la física la bús-queda y la construcción de los datos está fuertemente orientada por lateoría, en la biología molecular se verifica un estrecho contacto conlos objetos estudiados.

El análisis de las clasificaciones simbólicas también es una fuen-te para señalar diferencias entre las dos culturas. Knorr Cetina preten-de dar cuenta de las reconfiguraciones y las relaciones que seestablecen en el interior de los laboratorios a partir de la forma en queéstas se expresan en el plano simbólico. Si el trabajo de laboratorioimplica una serie de reconfiguraciones, tanto de los objetos estudia-dos como de los científicos y las máquinas involucradas, es en el pla-no de las clasificaciones simbólicas donde esto queda expresado. Eneste sentido, el lenguaje utilizado para clasificar los elementos en elinterior de los laboratorios permite sacar conclusiones acerca de cuá-les son los componentes de la actividad que adquieren un significadorelevante dentro de cada cultura.

En la física de altas energías, cuya práctica está dominada por unalto componente tecnológico, se produce lo que la autora llama “efec-to de humanización” de las máquinas, que se hace visible a través dela atribución por parte de los científicos de propiedades humanas co-mo edad o moral. A su vez, la estrecha relación que se establece en-tre hombre y máquinas se traduce en un proceso de simbiosis, que semanifiesta en la identificación de las personas con las máquinas queoperan, y en las relaciones personales y la comunicación basadas enforma prácticamente exclusiva en la actividad científica.

Mientras los físicos “humanizan” objetos tales como detectores,aceleradores o computadoras, entre los biólogos moleculares se pro-duce un efecto inverso: el trato de organismos como máquinas. Estose expresa en las relaciones que se establecen con las cadenas deADN (tomadas como los ladrillos que construyen la vida), o en el casode los ratones, tratados como dispositivos mecánicos.

Otra de las dimensiones en las que se basa el análisis entre lasdos ciencias es en las prácticas organizacionales y otras dimensionessociales de las áreas estudiadas que se establecen en cada una. Elénfasis está puesto en las diferencias entre el tipo de organización dela física de altas energías, basada en la cooperación internacional en-tre científicos, y en la construcción colectiva del conocimiento y el dela biología molecular, donde prima una concepción individual de lapráctica científica y la cooperación se torna prácticamente nula.

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Comentarios bibliográficos

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En el caso de la física de altas energías el foco está puesto en laforma en que los experimentos de gran escala se establecen como es-tructuras colectivas y comunitarias. En este sentido, el tamaño de losexperimentos (cientos de institutos y científicos distribuidos alrededordel mundo, y una duración de 20 años) conlleva un tipo de organiza-ción y cooperación novedosa entre los científicos. Knorr Cetina llamaestructuras comunitarias post-tradicionales a este tipo de organiza-ción, que no pueden ser definidas por las nociones de altruísmo y co-munidad, típicas características utilizadas para describir unacomunidad científica.

En contraste con la forma en que se organizan los grupos de físi-ca de altas energías, los laboratorios de biología molecular se organi-zan en unidades individuales, con el foco puesto en los líderes, ydonde el trabajo está estructurado a partir de proyectos individualesque identifican a la vez las divisiones dentro del laboratorio. En esecontexto, las diferencias con la forma de organización de la física dealtas energías son significativas: no se verifican prácticamente relacio-nes de cooperación, las carreras científicas se desenvuelven en térmi-nos individuales, existe una mayor dificultad para acceder ainformación acerca de las actividades de otros científicos.

A partir del estudio del funcionamiento de los sistemas expertos,Knorr Cetina pretende brindar elementos que permitan pensar la for-ma en que se estructuran las modernas “sociedades del conocimien-to”, uno de cuyos aspectos distintivos es la existencia de sistemas yprocesos expertos. En este punto, el análisis pierde la sistematicidadobservada a lo largo de todo el texto, dejando lugar a una serie de es-peculaciones que no siempre resultan convincentes. No queda del to-do claro de qué forma el estudio del funcionamiento de las culturasepistémicas permite conocer más acerca de la forma en que se es-tructura la sociedad, más allá de que se puedan encontrar ciertas ana-logías entre algunos aspectos observados y algunas característicasde otras organizaciones.

Si bien este aspecto del libro puede ser uno de los menos riguro-sos, cabe destacar la honestidad intelectual de la autora, cuya intenciónes proponer ideas que permitan pensar a las sociedades modernas apartir de la sociología de la ciencia, intentando llevar los estudios so-ciales de la ciencia a un nivel de análisis de la sociedad en su conjun-to. Como muestra de esta actitud abierta encontramos un diálogo quese incluye a modo de cierre del libro, donde se entabla una discusiónacerca de la validez de extrapolar las conclusiones de las caracterís-ticas de los sistemas estudiados a otros aspectos de la sociedad. Más

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Juan Pablo Zabala

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allá de las dudas que puedan despertar las conclusiones propuestas,es destacable la actitud de la autora para avanzar en un terreno he-cho más de sombras que de luces. ❏

Juan Pablo Zabala

Desde las últimas tres décadas, las migraciones de personal altamen-te calificado –especialmente del sur hacia el norte– se instalaron co-mo tema relevante en la agenda internacional.

Hasta el momento el proceso fue estudiado según el esquema depérdida (para los países de origen) y de ganancia (para los de llegada).Sin embargo, lo limitado de este enfoque impide observar la compleji-dad del proceso, que se desarrolla en el marco de la internacionaliza-ción del intercambio científico y técnico.

Teniendo en cuenta el nuevo contexto que imprime la globaliza-ción, en el libro Los desafíos de las migraciones científicas internacio-nales. De la búsqueda de saber a la circulación de competencias seanalizan las principales características de la “fuga de cerebros” a tra-vés de estudios de caso y reflexiones teóricas. Se advierte ademásque, en la actualidad, las características de estas tendencias migrato-rias presentan al proceso más como brain drain (drenaje de cerebros)que como brain gain (ganancia) para los países receptores.

A partir de 1968 la polémica en torno de la “fuga de cerebros” sepuso de manifiesto en el debate entre nacionalistas e internacionalis-tas. Los primeros, asociados con la corriente neomarxista, vieron la in-migración de intelectuales del sur al norte como la continuación de ladepredación ejercida por éste. Los internacionalistas, en cambio, ana-lizaron el fenómeno desde una mirada de libre mercado donde las mi-graciones eran una expresión más de la libertad humana.

El debate se prolongó largo tiempo ya que los nacionalistas con-sideraban a la ciencia como un capital nacional y veían las migracio-nes de sus élites intelectuales como una pérdida para los países de

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Comentarios bibliográficos

Les enjeux des migrations scientifiques internationales. De la quête du savoir à la circulation des compétences, Anne Marie Gaillard, JacquesGallard, París, L’Harmattan, 1999, 233 páginas

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origen. Por su parte, los internacionalistas se apoyaron en el universa-lismo de los desplazamientos para justificar que algunos individuos ta-lentosos dejen su país para obtener mayor prestigio y mejor calidad devida en otro.

A pesar de lo álgido del debate, los autores consideran que ac-tualmente estas dos percepciones no se invalidan completamente,porque la migración permanece y seguirá siendo un fenómeno univer-sal, motivado por intereses individuales, y sin embargo, a pesar de laglobalización y del crecimiento de los intercambios científicos, la cien-cia siempre representa un capital nacional.

Si bien la polémica sobre la fuga de cerebros se instaló en las úl-timas décadas, no se trata de un fenómeno reciente. Desde la anti-güedad, muchas ciudades e instituciones florecieron gracias aldesplazamiento de hombres eruditos y estudiantes que permitieron lainternacionalización de la educación. La búsqueda de ambientes inte-lectualmente estimulantes, así como la necesidad de lograr mejorescondiciones de vida y un mayor prestigio, llevaron a muchos despla-zamientos que en ocasiones fueron cruciales para la creación de cen-tros de estudio y universidades. Tal es el caso de la Universidad deCambridge, fundada en 1209 por profesores y estudiantes que emi-graron desde Oxford.

Desde entonces, las migraciones fueron un tema recurrente, aun-que sus motivos no siempre fueron similares.

Por lo general, estos desplazamientos son consecuencia directadel crecimiento de sistemas de educación primaria y secundaria en lospaíses en desarrollo, arrastrando una demanda del sector superiorque éstos no podrían satisfacer, el exceso de personal muy calificadoque no puede insertarse en el mercado laboral, la rigidez burocráticaen las instituciones académicas y la ausencia de vínculos entre la uni-versidad y el sector productivo.

Por otra parte, el mayor prestigio que adquieren los títulos extran-jeros y la variedad de planes de estudio en el exterior también son ele-mentos de importancia. A esto se suma, además, la posibilidadconcreta de incorporarse en el mercado laboral del país de llegadacon las consiguientes mejoras de las condiciones de vida.

Las inquietudes personales influyen también en la decisión de sa-lir del país de origen y, aunque se intentó definir un perfil de los poten-ciales emigrantes, se comprobó que estas características varíannotablemente en cada país y período específico.

Desde la década del setenta se realizaron diversas tentativas pa-ra medir la magnitud del proceso e intentar remediarlo. Sin embargo,

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Daniela De Filippo

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la falta de cifras confiables y el fracaso para el diseño de estrategiasapropiadas generó a comienzos de los ochenta un declive del interéspolítico y académico en el tema.

En la actualidad, las nuevas características de las migraciones,como el desplazamiento e ingreso de personal altamente calificado enpaíses recientemente industrializados y los flujos de científicos y téc-nicos provenientes de la ex unión Soviética y de Europa del Este, otor-gan al proceso un renovado interés.

Muchos son los que hoy afirman que las migraciones no represen-tan una pérdida para el país de origen. En el contexto de internaciona-lización presente, que anima la circulación de posesiones así como lamovilidad de personas y la fluidez de informaciones e ideas, existe ungran número de científicos que si volviera a su país se encontraría ais-lado dentro de una comunidad científica muy reducida. Es por esto másventajoso que permanezca conectado con sus pares mediante redesde comunicación electrónica desde su lugar de residencia.

Hay países, como la India, que encuentran positivo el éxodo desu personal calificado pues consideran que este grupo permanece co-mo una reserva para utilizar en caso de necesidad. Además, lo ven co-mo un refuerzo de su imagen a nivel internacional y como extensiónde la comunidad científica nacional.

Estas tendencias a privilegiar los aspectos positivos de las migra-ciones son cada vez más frecuentes, hasta el punto de que algunosde los países con altas tasas de emigración se pronuncian hoy a favorde la expatriación de sus élites. Ven allí una posibilidad para éstos dedistinguirse y contribuir a la gloria de su país.

Por las características actuales de la movilidad, muchos conside-ran que ya no resulta adecuado hablar de “fuga de cerebros”, sino quela noción de “diáspora”, entendida como dispersión de individuos, pa-rece la más apropiada.

Se acepta, además, el nuevo carácter que adquiere el proceso alformar parte de un sistema de internacionalización del conocimientoen el que las redes de comunicación electrónica adquieren un rol es-pecial. Es por esto que las nuevas políticas tienden a fomentar y regu-lar estas redes. En este sentido, la creación de bases de datos paraidentificar a las élites intelectuales es un elemento central pues permi-te registrar toda la información relativa al personal altamente califica-do y poder recurrir a él para el desarrollo de determinados sectores.

Las primeras tentativas surgieron en la India durante 1957, cuan-do el Consejo de Investigación Científica e Industrial creó un registrode científicos y técnicos para identificar los recursos disponibles en el

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Comentarios bibliográficos

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país y en el exterior. En 1987 la Academia de la Ciencia de AméricaLatina lanzó también un programa regional de cooperación que apun-ta a la consolidación de redes de cooperación entre investigadores la-tinoamericanos residentes en el país y en el exterior. Cuatro añosdespués, la Asociación Latinoamericana de Científicos y la UNESCO

crearon una red global de cooperación para la innovación en AméricaLatina y el Caribe, elaborando una base de datos con información so-bre todo el personal científico y técnico de la región. Otros proyectossimilares fueron desarrollados también por países como Colombia(con la red Caldas), Chile, Venezuela y África del Sur.

Para los autores, hablar de pérdida o ganancia no parece actual-mente apropiado para caracterizar el proceso. Sin embargo, si bien esevidente que estamos ante un nuevo contexto de internacionalizacióndel conocimiento, no podemos negar que mientras existan amplias di-ferencias estructurales entre los países de origen y los de llegada, lanoción de “libre circulación de saberes” no resulta del todo adecuadapara describir las migraciones.

Desde la periferia, sería iluso creer que estos desplazamientos nosignifican una pérdida, ya que si bien los estudios en el exterior pue-den representar un mayor prestigio individual, a nivel global están le-jos de ser un beneficio para el país.

Es innegable, además, que la inversión realizada en educación enlos diferentes niveles carece de validez si no se realiza en el marco deuna política global. Financiar la educación de una masa de estudiantesque luego emigra incorporándose a mercados laborales foráneos nopuede resultar una ganancia. En especial cuando esas élites se inte-gran a sectores de punta que luego nos exportan sus productos.

Indudablemente, la visión de “dispersión” de élites intelectualesse adapta mucho más a la circulación entre países desarrollados.Desde el contexto de los países en desarrollo, en cambio, la falta depolíticas científicas nacionales y regionales claras, la escasa inversiónen ciencia y tecnología y las escasas estrategias para la inserción la-boral de técnicos e ingenieros hace que aún hoy la emigración sigaimplicando grandes pérdidas.

Para que estas migraciones puedan desarrollarse en el nuevo con-texto de circulación de saberes, es indispensable que se refuercen lossistemas de educación superior y se creen centros de investigación deexcelencia para que la oferta no sea tan desigual. Es central, además,que exista una estrecha colaboración entre las instituciones científicasreceptoras de los emigrados y las del país de origen para establecer la-zos que faciliten la movilidad en condiciones de mayor equidad.

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Daniela De Filippo

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Es esencial además tener en cuenta que la “fuga de cerebros” noes un fenómeno pasajero y que sus características implican que la or-ganización de los sistemas de ciencia y tecnología deben cambiar. ❏

Daniela De Filippo

Es poco común encontrar estudios sobre temas tecnológicos en la re-flexión académica latinoamericana. En particular, es raro encontrar es-fuerzos de sistematización conceptual. Más aún, prácticamente no esposible registrar, en América Latina, producción de teoría en la temá-tica. Más allá de las posibles especulaciones sobre esta autolimitaciónde la reflexión local –tal vez emparentada con la misma dinámica so-ciotécnica que hace más racional la importación de tecnologías que laactividad innovativa– el trabajo de Tomás Buch se presenta como unarealización singular.

Tal singularidad no radica, simplemente, en su carácter pioneroen la región, sino en una serie de características que lo diferencian detextos similares de la literatura especializada en la temática: su enfo-que de lo tecnológico en sentido amplio, su abordaje sistémico, el tra-tamiento exhaustivo del material conceptual, el rigor argumental y lamúltiple utilidad del texto. A continuación se analizará brevemente ca-da uno de estos aspectos.

El enfoque de lo tecnológico en sentido amplio. Buch adopta unaperspectiva amplia de lo tecnológico –identificándolo con el mundo de“lo artificial”, en oposición con el mundo de “lo natural”–: “Al contem-plar un fenómeno tan complejo como la artificialidad, nos vemos inme-diatamente tentados de separar lo tecnológico de los demás aspectosde lo cultural: lo artístico, lo religioso, lo ético, lo sociológico, etc. Sinembargo, este intento de clasificación es en sí mismo una distorsiónde una realidad inseparable” (p. 69).

La alta inclusividad de esta perspectiva implica la incorporaciónde los humanos dentro de los Objetos Tecnológicos: “[...] lo que llama-

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Comentarios bibliográficos

Sistemas tecnológicos. Contribuciones a una Teoría General de la Artificialidad, Tomás Buch, Buenos Aires, Aike Editores, 1999, 424páginas

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remos Objeto Tecnológico –siempre y en todas las circunstancias– de-berá entenderse con inclusión del humano, su creador y destinatarioúltimo” (p. 70).

Los objetos tecnológicos pierden así su unidimensionalidad mate-rial o funcional, resignificándose al incorporar la intencionalidad y ac-cionar de los humanos –creadores o usuarios: “[...] la conjunción de unhumano, un objeto y una representación mental de un propósito trans-forma el objeto: detrás hay una idea de lo que el humano quiere ha-cer. También transforma la acción: el simple acto de emplear un objetose transforma en Acción Tecnológica” (p. 21).

Más adelante veremos cómo esta inclusividad aproxima el abor-daje de Buch (sin ser ésta su intención, al menos explícita) a la líneade análisis adoptada por la sociología constructivista de la tecnología(en particular, en relación con el concepto de “tecnología como seam-less web”).

El abordaje de la tecnología como sistema complejo. El estilo deconstrucción del texto es marcadamente tecnicista, aunque no res-ponde por ello a una racionalidad tecnocrática. El abordaje propuestopor el autor se vincula directa y explícitamente con la Teoría Generalde los Sistemas. Es más, podría plantearse que estas “Contribucio-nes” constituyen una extensión de la Teoría General de Ludwig VonBertalanffy, de origen biológico, al campo de la artificialidad, a partir deconsiderar a las tecnologías como sistemas complejos.

En este plano, el título resulta modesto. Las “Contribuciones” deBuch no se limitan, simplemente, a aportar algunos elementos singu-lares para una teoría a generar en el futuro, sino que proponen tantolos conceptos basales para una construcción teórica coherente comola lógica de tal construcción.

El tratamiento exhaustivo del material conceptual. El estudioconstituye un ejercicio tendiente a explotar las potencialidades del de-sarrollo argumental sistémico, así como a mostrar su capacidad expli-cativa, superadora de las simplificaciones lineales. Esta intención serefleja en una estructuración del texto orientada a explorar ordenada yexhaustivamente las puertas abiertas por el abordaje sistémico.

El texto se inicia con una breve revisión de diferentes reflexionessobre la Artificialidad en el pensamiento filosófico, desde Bacon has-ta, prácticamente, la actualidad. Entre los capítulos segundo y cuarto,se define y despliega el alcance del concepto Objeto Tecnológico. Apartir de la utilización de una serie de conceptualizaciones de la Teo-ría de Sistemas, los Sistemas Tecnológicos van tomando forma y arti-culación. En los capítulos quinto y sexto, particularmente ilustrativos,

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Hernán Thomas

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una serie de ejemplos permite comprender el alcance del abordaje sis-témico propuesto, en un interesante viaje que conduce al lector desdealgunas herramientas simples hasta sistemas tecnológicos altamentecomplejos (la ciudad como Objeto Tecnológico).

Los capítulos séptimo y octavo aportan nuevos elementos –for-mas de modelización y conceptualizaciones de cibernética– funciona-les para la comprensión de niveles incrementalmente complejos de lateorización sistémica propuesta. Los tres últimos capítulos se dedicanal análisis, respectivamente: a) de las acciones tecnológicas en tantoprocesos complejos; b) de las dimensiones espacial y temporal comoconsecuencia de acciones tecnológicas; y, finalmente, c) de la particu-lar acción tecnológica de 'diseño' de Objetos Tecnológicos –actividadque adquiere una nueva perspectiva a la luz del abordaje sistémico–.

El rigor argumental. El cuidado del texto no se limita al despliegueexhaustivo del abordaje sistémico, sino que se extiende a la coheren-cia interna de la argumentación. La intención didáctica se refleja enexplicaciones step by step –de lo simple a lo complejo– y en la incor-poración de una cantidad de ejemplos, funcionales para la compren-sión de la argumentación (historias sistémicas de la escritura y laimprenta, el automóvil, el correo, la calefacción, y, aun, la ciudad y lafábrica entendidos como objetos tecnológicos complejos).

El texto consigue mantener el rigor argumental aun frente al de-safío de la convergencia de conocimientos heterogéneos –filosofía, ci-bernética, ingeniería– combinados, en ocasiones, con know howacumulado por el autor en su experiencia con sistemas artificiales.

La múltiple utilidad del texto. Pese a su declarada intención filosó-fica, el texto de Buch no es simplemente un ensayo. Responde, al mis-mo tiempo, a la búsqueda de una utilidad didáctica múltiple. Por unaparte, parece de interés para diferentes actores vinculados al desarro-llo de objetos tecnológicos: ingenieros, tecnólogos y tomadores de de-cisión en política científica y tecnológica. Por otra, parece concebidocomo un insumo para la programación de “Tecnología” como área deenseñanza media. Aunque, en este sentido, es necesario aclarar queno se trata de un texto destinado a los alumnos sino a la formación deprofesores y planificadores.

Frente a la actual escasez de materiales pertinentes, Sistemastecnológicos. Contribuciones a una Teoría General de la Artificialidad,constituye un aporte fundamental para la transformación de la ense-ñanza media (y también podría serlo para el nivel superior).

Tal vez el principal interés, en tanto insumo para la planificacióndocente, está dado por la forma en que “lo social” aparece en el plan-

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Comentarios bibliográficos

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teo de Buch: los humanos son un elemento constitutivo (no “externo”)de los procesos de conformación y evolución de los Objetos Tecnoló-gicos. Esta perspectiva supone una vía de reconfiguración de la formade integrar la tecnología en el estudio de disciplinas “sociales” (histo-ria, geografía, economía), así como la posibilidad de replantear la es-trategia de enseñanza de disciplinas “científico-técnicas” (química,física, biología, matemática). En particular, esta perspectiva permitearticular instancias sociales que aparecen clásicamente separadas enlos programas de estudios: generación de conocimientos científicos yproducción de bienes y servicios.

Potencial convergencia con abordajes constructivistas. A diferen-cia de visiones excluyentemente técnicas, los Sistemas Tecnológicospropuestos por Buch incluyen, como ya se ha dicho, humanos. Estainclusión no se limita, por otra parte, a considerar a los humanos co-mo componentes de los sistemas, meras partes de grandes mecanis-mos, sino que los humanos son considerados como iniciadores y finesúltimos de tales sistemas, como actores creativos conscientes. Estaforma de integrar a los humanos en los Sistemas Tecnológicos apro-xima este abordaje teórico a los planteos sociotécnicos propuestospor la sociología constructivista de la tecnología.

Así, los Sistemas Tecnológicos de Buch resultan afines, al menosparcialmente, a los Large Technological Systems de Thomas Hughes.Al entender tales sistemas como redes desplegadas en espacios to-pológicos (formando parte sustancial de lo que habitualmente se de-nomina la infraestructura de una sociedad o de un país) la propuestade Buch se aproxima a las redes tecnoeconómicas de Michel Callon.Al entender los Objetos Tecnológicos como resultantes de un procesoen el que intervienen humanos, converge con las teorizaciones de so-cial shaping of technology de Susan Cozzens o Donald Mckenzie.

En ocasiones, la convergencia resulta particularmente llamativa,por ejemplo, obsérvese el siguiente párrafo: “Un Objeto Tecnológicorecorre un proceso de concepción, diseño, distribución, o puesta enservicio, uso y desafectación y desguace o disposición final. En cadauna de las etapas de este proceso intervienen personas que tienenante el objeto actitudes diversas. La mirada que sobre el objeto lanzael fabricante no es la misma que la del usuario, porque sus intencio-nes y finalidades –sus causas finales– son diferentes [...] para anali-zar las acciones tecnológicas vinculadas a un Objeto Tecnológicodeterminado se puede tomar su autoproceso y estudiar en detalle lasacciones y actitudes de todos los sectores en cada una de las etapasde ese proceso” (pp. 117-118).

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Hernán Thomas

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Más allá de diferencias nominales, el planteo parece perfectamen-te compatible con las propuestas de “flexibilidad interpretativa” a partirde la intervención de “grupos sociales relevantes” de Trevor Pinch yWiebe Bijker, la constitución de Technological Frames, de este último,o, aun, con los procesos de “translation” de Bruno Latour y M. Callon.

No se trata de señalar aquí una simple coincidencia de la pro-puesta de Buch con los desarrollos conceptuales de la sociologíaconstructivista de la tecnología, sino de resaltar la posibilidad de con-vergencias teóricas generada por el seguimiento de diferentes trayec-torias conceptuales, proceso, de hecho, mucho más interesante queuna mera identificación de ideas. En el plano de la producción teórica,la exploración de tales convergencias implica la posibilidad de diálogointerteórico, profundización conceptual y fertilización cruzada.

Algunas sugerencias. Frente a la posibilidad de explorar los di-sensos, resulta más pertinente, en este caso, celebrar los consensos.Suele ocurrir que la crítica de un texto apele al mecanismo de “objetarlo que no es, lo que no vio, o lo que no dijo” para tomar distancia delas posiciones de un autor. Lejos de esta intención, las siguientes lí-neas constituyen, en todo caso, modestas sugerencias para continuarla reflexión.

La consideración de las organizaciones como Objetos Tecnológi-cos y la incorporación de las nociones de “complejidad” y “enantio-poiesis” enriquecen la propuesta de Buch, al permitir incorporar en elabordaje conceptual de los Sistemas Tecnológicos el análisis de suconstitución y evolución mediante procesos sistémicos. Si bien el tex-to es exhaustivo en su despliegue de la concepción de Tecnologíascomo Sistemas, es de extrañar la escasa explotación de la dimensión“complejidad”. La exploración de las nociones de “sistemas auto-orga-nizados” y “endo y exo-causalidad”, en particular, no sólo permitiríaenriquecer el abordaje, sino que posibilitaría profundizar la dimensiónsociohistórica del análisis al mismo tiempo que quitaría cierto tinte“mecánico” de algunos de los procesos planteados (por ejemplo, lasexplicaciones “cibernéticas” de los capítulos séptimo y octavo).

Si bien parece responder a una posición filosófica claramenteadoptada por el autor, es necesario puntualizar que la oposición “na-tural versus artificial” que atraviesa el texto resulta innecesaria para lacomprensión de los Sistemas Tecnológicos, tal como están enuncia-dos. De hecho, tal oposición puede considerarse, en todo caso, un po-sicionamiento ideológico particular de los actores sociales en unmomento sociohistórico dado. Y en tal sentido, si la propia definiciónde Sistema Tecnológico propuesta por el autor torna innecesario –e in-

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conveniente– oponer sociedad a tecnología, ¿por qué mantener laoposición “tecnología-naturaleza”, o, aun, “sociedad-naturaleza”?

En tanto la conceptualización propuesta en las “Contribuciones”posibilita un análisis complejo y diverso de los Objetos Tecnológicos,resulta menos eficaz a la hora de explicar procesos de cambio tecno-lógico, otorgando al conjunto un aire relativamente estático. En otraspalabras, a pesar de incorporar conceptos como “diseño” o “desafec-tación” de Objetos Tecnológicos, es de extrañar un apartado dedicadoespecíficamente a la dinámica de los Sistemas Tecnológicos.

Finalmente, tal vez sería conveniente reducir el poder explicativootorgado a la noción de “caja negra”. Si bien puede ser útil para darcuenta de la racionalidad ingenieril en el diseño de artefactos, tiendea circunscribir el análisis de los Objetos Tecnológicos a esa misma vi-sión situada, induciendo la adopción de la perspectiva “interna” de al-gunos de los actores implicados como herramienta del análisis.

Sobre la noción de autor. Existe aún otra dimensión en este libroque es necesario enunciar: el texto consigue reflejar el goce de pensary desplegar un cuerpo de ideas, la tentativa de revelar la urdimbre conque están hechas las cosas, la aventura de abrir “cajas negras”. Acom-pañar esta tentativa resulta, en este caso, un ejercicio placentero parael lector de Sistemas Tecnológicos. Contribuciones a una Teoría Gene-ral de la Artificialidad. No es un texto de un sociólogo o un historiador, nide un ingeniero o un filósofo. Parafraseando la idea de Callon acerca delos ingenieros-sociólogos en la construcción del automóvil eléctrico, es-te libro parece obra de un tipo particular de intelectual, el tecnólogo-filó-sofo. O, tal vez, simplemente, de un tecnólogo en sentido estricto. ❏

Hernán Thomas

Goéry Delacôte es físico de origen. Fue director del Departamento deComunicación del Centre National de Recherche en Sciences Socia-les. Es cofundador del Museo de las Ciencias La Villette (París) y diri-ge actualmente el Exploratorium de San Francisco, uno de los museoscientíficos interactivos más famosos del mundo. Tiene, además, una

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Hernán Thomas

Enseñar y aprender con nuevos métodos. La revolución cultural de la eraelectrónica, Goéry Delacôte, Barcelona, Gedisa, 1997, 251 páginas

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vasta trayectoria como especialista en didáctica de las ciencias natu-rales y de la matemática. Delacôte desarrolló el primer tramo de su ca-rrera en museología y didáctica de las ciencias en su país natal,Francia. Luego fue invitado a dirigir el Exploratorium y a participar enla redacción de las normas nacionales de enseñanza de los EstadosUnidos de Norteamérica (K-12).

En esta obra describe con vivacidad sus impresiones al recibir elprivilegio de dirigir esa prestigiosa institución situada en uno de los po-los tecnológicos más dinámicos del planeta, donde empresas podero-sas conviven en contextos multiculturales con los sin techo, el racismoy la violencia urbana. Ese contraste entre ambos países, entre una he-terogeneidad compleja y dinámica, y una cultura más cartesiana ycentralizada, ocupa un lugar importante en la obra. Por esa razón, és-ta puede entenderse, en parte, como una propuesta del autor, fascina-do por la cultura del Exploratorium y de su entorno, hacia sus paresfranceses y hacia la Unión Europea.

La obra está estructurada sobre la base de un conjunto de capítu-los algo heterogéneos, tanto en sus contenidos como en lo que respec-ta al perfil del hipotético lector al que están dirigidos. Esto puededesorientar al que comience a leer, como indica la tradición, desde lapágina 1 hacia adelante. Pero se gana en coherencia si se consulta, enprimer lugar, el último capítulo (el 7: “Hacia una reconstrucción del sis-tema educativo”) y luego se abordan los otros, no necesariamente enun orden determinado aunque es recomendable dejar el primer capítu-lo para el final. La razón de esta táctica de lectura es simple: el primercapítulo, que abarca más de 40 páginas, es una descripción de la po-tencialidad que encierran los multimedia para favorecer los aprendiza-jes y en ese sentido todo el peso de la argumentación respecto de uncambio educativo parecería empezar y acabar en lo que puedan lograrlos medios tecnológicos aun cuando el autor, no sin cierta ambigüedad,critica más de una vez la tendencia a privilegiar las tecnologías y losmedios de aprendizaje sobre la situación de enseñanza misma. Encambio, si además de leer la Introducción se comienza por el capítulo7, se puede llegar a comprender el papel que juega cada capítulo yasistir a una postura más prudente y compleja respecto de las posibili-dades reales de realizar un cambio educativo en profundidad.

Delacôte coloca en la base de una transformación profunda ypaulatina de la educación la necesidad de reorganizarla completa-mente. En ese sentido, se extiende en la mención pormenorizada y enel análisis de las normas nacionales norteamericanas (K-12) referidasa la enseñanza de las matemáticas y de las ciencias naturales (quizás

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el capítulo más interesante de la obra para el colectivo docente), con-siderándolas el primer esfuerzo sistémico por sacar a la educación dela crisis en que se encuentra. Opone esta modalidad de innovación ala basada en Proyectos (PSSC, CHEM, etc.) y que constituyera la res-puesta a la crisis educativa en las décadas del sesenta al ochenta. Seenfatiza el contraste entre el valor y el significado de estas normas conrespecto a los programas franceses. Se destaca la concepción sisté-mica y la flexibilidad que supone enunciar normas generales en un sis-tema educativo descentralizado, a diferencia de la rigidez de losprogramas dentro de un contexto educativo centralizado, como el fran-cés. El autor no se ahorra expresiones fuertes para manifestar su en-tusiasmo por la reforma en marcha: “Tenemos la impresión de que,frente a una situación catastrófica de la enseñanza en general y de laenseñanza de la matemática en particular, que se ha ido deteriorandoen los últimos quince años [...] se perfila una revolución tranquila y ne-gociada que evita los defectos habituales propios de semejantes ope-raciones, a saber, el enfoque parcial de las cuestiones, una visiónpartidista, una moda, el acento puesto en el corto plazo, etcétera”.

A partir de la presencia de un sistema normativo sistémico, el au-tor privilegia las investigaciones cognitivas y lo que denomina interacti-vidad para reformular tanto la educación formal como la potencialidadeducativa de cualquier organización.

Delacôte vincula básicamente la interactividad con las nuevas re-des electrónicas que dan lugar al rico universo de los multimedia actua-les. En el primero de los capítulos las referencias técnicas sobreInternet, dedicadas seguramente a los no iniciados, se combinan conlas consideraciones sobre las ventajas y desventajas de los programasde computación que recurren a la inteligencia artificial (muy costosospara ser masivos) y con la descripción de programas más sencillos si-milares a algunos de los empleados en el Exploratorium. Mencionar talvariedad de actividades tiene sus riesgos: junto a propuestas intere-santes se presentan otras que no solamente dejaron de ser novedosassino que tienden a recrear en el lector la impresión, iniciada por la edu-cación asistida por computadoras, de que el centro de las futuras inno-vaciones educativas sólo puede asentarse sobre tecnologías de últimageneración. Aunque en varios pasajes el autor previene contra estasdistorsiones y reconoce, por ejemplo, que algunos aspectos originalesde algunos materiales no requieren del soporte electrónico y podríanser igualmente desarrollados en la escuela bajo la forma de simplesjuegos de roles, lo cierto es que esa impresión perdura en función delénfasis puesto sobre las tecnologías. El autor subraya además el error

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frecuente de la educación de emplear las tecnologías de red en funciónde una educación tradicional centrada en el acopio de información.

Asociado con el concepto de interactividad y con los avances delcognitivismo se incluye una amplia referencia al Exploratorium de SanFrancisco como una modalidad más compleja de la interactividad, quetanto puede concretarse presencialmente como a distancia. Se repre-sentan y comentan algunas de las instalaciones con que cuenta el mu-seo. En varios pasajes de la obra el Exploratorium será contrapuesto,como una importante instancia complementaria, con los aprendizajesreglados y sistemáticos de la escuela: “Un centro científico abierto alpúblico que ofrece a todo visitante manipulaciones, demostraciones einstrumentos de demostración representa un modelo de magnitud realen el que es posible experimentar diferentes aspectos del acto deaprender: desarrollar el deseo de aprender, aprender solo, en familia oen grupo [...] aprender a aprender”. Se consigna que el Exploratoriumno se limita a sus funciones de Museo sino que, además, es un centrode formación por el que pasan 600 profesores al año y donde más de100 alumnos de liceos son formados para guiar a los visitantes.

Delacôte señala a lo largo de la obra las diversas innovacionesposibles sobre las formas tradicionales del enseñar y del aprender. Eneste sentido, las redes electrónicas y los materiales que circulan porellas (“Aprendizajes electrónicos”, capítulo1) como los aprendizajes yenseñanzas no convencionales del Exploratorium (“Invitar a los igno-rantes a la acción: el ejemplo del Exploratorium”, capítulo 2) deben serentendidas, en el contexto de la obra, como aportes a las situacionesde aprendizaje reguladas, en última instancia, por las normas nacio-nales K 12 analizadas en el último capítulo.

Los capítulos 3 y 4 (“En primer lugar, la inteligencia de los nova-tos” y “Los métodos; estudiante y compañero”) presentan los soportesteóricos en los que se apoya el autor cuando se refiere a la otra revo-lución en marcha: la cognitiva, pero tratados con cierta informalidad ysin detenerse en profundidad en ninguno de ellos. Delacôte no se pro-pone la construcción de un marco teórico estricto sino que se sirve deaportes variados (y, a veces, difíciles de conciliar entre sí), para pro-mover formas novedosas de enseñar y de aprender. La mayor partede las informaciones, datos y teorías expuestos en estos capítulos sonconocidos por psicólogos y educadores y se refieren a los enfoquesde resolución de problemas surgidos del cognitivismo a partir de la fa-mosa obra de Newell y Simon, Human problem solving. Entre otrascuestiones, se mencionan las referidas a los análisis fin-medio, a losdos tipos de memoria, al papel de los procesos metacognitivos en el

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aprendizaje, a la línea de análisis del aprendizaje en términos de ex-perto y novato y a otras cuestiones vinculadas con estos enfoques.

Dos capítulos de la obra, el 5 (“La educación, un trabajo de Sísi-fo”) y el 6 (“Comprender la mecánica”) abordan las formas concretasque puede asumir en el aula la aplicación de métodos basados en losaportes del cognitivismo ya que, como afirma el autor, “un conocimien-to mejor de los mecanismos cognitivos desplegados por los alumnoslleva a los educadores a imaginar prácticas nuevas”.

En el capítulo 5 se propone, sobre una situación figurada, el cam-bio producido en la práctica de un docente al remplazar los métodos dela enseñanza tradicional de las ciencias (preocupación por el diseño delestímulo, enseñanza previa de los contenidos teóricos antes de plantearcuestiones experimentales, etc.) por el “aprendizaje por la experiencia”,al que el autor califica como “un avatar moderno de la vieja y popularlección de cosas”. Se presentan diálogos entre los alumnos y el docen-te que permiten apreciar el desarrollo de clases activas donde el docen-te trata de comprender y valorizar las ideas previas de sus alumnos,plantearles interrogantes y preguntas desestabilizadoras, recuperar yverbalizar las ideas de los alumnos que parecen anticipar formas decomprensión más refinadas, etc. En suma, se presenta una situaciónáulica donde sin apelar a ninguna tecnología educativa, exceptuando unsencillo material experimental, se da lugar al despliegue de las indaga-ciones infantiles mediante las que logran, con los “andamiajes” elabora-dos por el docente, apropiarse de algunas ideas básicas. El autorseñala que “este tipo de enseñanza está poco difundido pero no escompletamente nuevo” y subraya algunas de las dificultades para gene-ralizarla: “todavía hay pocos procedimientos canónicos para organizaruna enseñanza centrada en el aprendizaje: enseñar para hacer apren-der es un problema complejo que carece de un método universal”. Poreso lleva a poner la atención en la forma en que los docentes puedenser sensibilizados y capacitados respecto de estas modalidades de en-señanza. Se describe un proyecto donde los docentes, gracias a con-tratos financiados por industrias locales, se integran a equipos deespecialistas que investigan acerca del aprendizaje infantil de maneraque las experiencias desarrolladas en clase son luego discutidas y ana-lizadas por el equipo conjunto de investigadores y docentes.

Al finalizar el capítulo 5 el autor se interroga acerca de cuál es lafinalidad actual de la iniciación científica y técnica, qué debe saber y va-lorizar un ciudadano, a quiénes deberá estar destinada y otras pregun-tas de importancia semejante. Como el mismo autor lo reconoce, “lareflexión sobre estas cuestiones es ardua y está plagada de falsas pis-

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tas”. Por eso, probablemente, la obra solamente menciona éstas yotras preguntas análogas sin intentar un análisis más riguroso y limitán-dose a recomendar una mayor interacción entre escuelas y museos, yel mejoramiento de los laboratorios y los medios informáticos. El capí-tulo finaliza, nuevamente, con una apelación a la computación: “¿Có-mo no tener en cuenta la nueva disposición informática anunciada porprimera vez al presidente Clinton en público en nuestra sede del Explo-ratorium por el presidente de Oracle...?” para pasar luego a referirse auna computadora en red que costaría unos 500 dólares, capaz deaprovechar datos y recursos de otros sistemas accesibles desde la red,para concluir afirmando que será “Una verdadera revolución que des-centraliza la inteligencia de los ordenadores y permitirá a Oracle y aSun afianzarse, y a Apple extenderse en el mercado de la educación”.Finalmente, se pregunta cómo lograr que coexistan el aprendizaje porla experiencia y las redes informáticas, pero las posibles respuestasquedan en suspenso.

El capítulo 6 agrega como problema adicional el de precisar la“naturaleza de la cognición humana” en dominios específicos caracte-rizados por conocimientos “ricos y estructurados”. Al igual que en elcapítulo anterior, el autor parte de un ejemplo, en este caso orientadoa mejorar el aprendizaje de la mecánica en primer año de la universi-dad mediante un método instruccional. El referente propuesto por elautor es Fred Reif, de la Universidad de Carnegie Mellon, quien desa-rrolla investigaciones tendientes a lograr una “enseñanza de la físicamás eficaz”, mediante el mejoramiento de la comprensión de los pro-cesos de pensamiento necesarios para practicar la física.

Delacôte describe diversos aspectos del trabajo de Reif, aunquesin referirse a otras investigaciones, hasta que manifiesta: “Es im-portante aclarar que las investigaciones de referencia no pertenecenúnicamente al propio Reif. Una serie de investigadores francesescontribuyeron en gran medida a desarrollarlas”, y cita a varios deellos (entre los que se incluye) como iniciadores de esa especiali-dad. Sin embargo, en el capítulo se aborda solamente el trabajo deese autor. Lo que se echa de menos en este caso es la ausencia deanálisis comparativos entre diferentes corrientes y líneas de investi-gación que permitan situar correctamente el problema teórico al quese hace referencia, en lugar de proponer un ejemplo paradigmáticoque hace innecesaria esa comparación. Sobre todo porque algunasde las definiciones de Reif sobre la instrucción presentan al aprendi-zaje humano desde un reduccionismo estrecho y sería importante,teóricamente, confrontarlas con otras, como cuando afirma que “una

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Comentarios bibliográficos

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instrucción (en física o en otras disciplinas) [es] un proceso de trans-formación del estudiante E de un estado inicial Ei a un estado final Efen el cual el estudiante E puede realizar lo que no lograba hacer en elestado inicial”. Aunque se presentan con cierto detalle las propuestasde Reif para un curso de mecánica básica, es difícil articular estasideas montadas sobre una instrucción fuertemente controlada por eldocente con las del aprendizaje por la experiencia y, sobre todo, po-der imaginar experiencias alternativas.

Como ya se señalara, en el capítulo 7 y en las conclusiones Dela-côte revisa los aportes desarrollados en cada capítulo y matiza las con-clusiones parciales de cada uno introduciendo nuevas variables queenriquecen y equilibran el conjunto de la obra. Subraya con realismolas reformas e innovaciones fallidas y señala como uno de los factoresprincipales de esos fracasos la tendencia de la educación a “encerrar-se dentro de una lógica de los medios” como la que opera cuando seprivilegia “el interés en el acto de enseñar, que es un medio, hacia elacto de aprender, que es un resultado”. Es particularmente significati-vo, sobre todo pensando en defensores locales de la “productividadeducativa”, su debate con las industrias y sus resistencias a considerara la enseñanza ateniéndose a un criterio de productividad en sentidoestricto: “verdad es también que hay que emprender proyectos de re-forma y concretarlos. Pero la industria debe reconocer que, teniendo encuenta la dificultad de captar los resultados esperados, que son engran medida cognitivos, la tarea en este terreno es intrínsecamente di-fícil y por cierto más complicada que la de la propia industria”.

Los aportes de esta obra se suman a la gran saga de innovacio-nes que se proponen, realizan o simplemente se vaticinan sobre laeducación, que, a lo largo de este siglo, ha visto incrementar sus pro-blemas como resultado de la masividad, heterogeneidad y desinteréscreciente de las poblaciones escolares. Las expectativas puestas poralgunos sectores sociales en las tecnologías de la información comoun camino para revertir esta crisis se fueron sucediendo, y magnifican-do, junto con la aparición de nuevas tecnologías que eclipsaban a lasanteriores sin que lograran alterar el cuadro. Algo análogo ocurría tam-bién con los múltiples proyectos educativos de enseñanza de las cien-cias, ensayados y en parte descartados desde aquel lejano día en queel lanzamiento del Sputnik hizo sonar en las potencias occidentales untoque de alarma que las impulsó a replantear a fondo la enseñanzacientífico-tecnológica.

Aunque es indiscutible el papel revolucionario que producen lasgrandes redes como Internet en el manejo de la información, sus efec-

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tos sobre la educación básica y la formación sistemática son aún difí-ciles de precisar, y no solamente porque su presencia en las escuelastodavía sea muy reducida. En este sentido, la obra comentada tiendea reforzar, en alguna medida, la idea de que una revolución educativase avecina como resultado, inevitable en el mediano o largo plazo, dela confluencia de las tres “revoluciones” comentadas: interactividad,cognición y gestión de sistemas educativos. Pero más allá de la cer-teza en el crecimiento explosivo de los negocios informáticos que tie-nen a la educación como meta, parece difícil, inclusive, generalizaralgunos de los logros alcanzados en la enseñanza de las matemáticasy de las ciencias al resto de la educación. En ese sentido, es signifi-cativo un señalamiento del autor en los tramos finales de la obra: “Lasnormas [nacionales] no se convertirán en obligaciones legales perolas financiaciones dependerán de que se haga referencia a la aplica-ción de ellas. Así podrá desarrollarse progresivamente una prácticaque se verá apoyada por un marco coherente. Y esto es lo que ya haempezado a producirse en el terreno de la enseñanza de la matemá-tica, sólo que fracasó en el ámbito histórico, ¡Caso especial en el querepublicanos y demócratas, a principios de 1995, manifestaron en elSenado su desacuerdo sobre los contenidos propuestos!”. ❏

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• Del 23 al 26 de octubre de 2000 se realizarán las IV Jornadas Latinoamerica-nas de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología en la Universidad deCampinas, Brasil. Se trata de un evento bianual que reúne a la mayor cantidadde investigadores en los Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología de laregión, así como una gran cantidad de participantes europeos y norteamerica-nos. Los encuentros anteriores se realizaron en la Argentina, Venezuela y Mé-xico. Para mayor información dirigirse a www.ige.unicamp.br/esocite/index.htm

• La ciudad de México será la sede del XXI Congreso Internacional de Historiade la Ciencia que tendrá lugar del 8 al 14 de julio de 2001. El tema del encuen-tro será sobre Ciencia y Diversidad Cultural. Los interesados pueden solicitarmayor información dirigiéndose al profesor Juan José Saldaña, presidente delComité Organizador del XXI CIHC: Apartado postal 21-873, 04000, D.F. México;E-mail: <[email protected]> o bien visitando la página web de la UniónInternacional de Historia y Filosofía de la Ciencia: www.cilea.it/history/DHS.

• Del 25 al 29 de septiembre de 2000 se realizará en la ciudad de Morelia, Mé-xico, el 1er. Congreso Iberoamericano de Filosofía de la Ciencia y la Tecnolo-gía. El mismo tendrá como tema central “El conocimiento y el desarrollo en elsiglo XXI”. Para mayor información dirigirse a www.oei.org.co/cts/morelia.htm

• Del 22 al 27 de octubre de 2000 se realizará en las universidades de Évoray de Aveiro (Portugal) el Primer Congreso Luso-Brasilero de Historia de laCiencia y de la Técnica. El tema central del encuentro será “Ciência modernana periferia-uma perspectiva historiográfica”. Para mayor información dirigirsea www.eventos.uevora.pt/clbhct

• Del 16 al 18 de noviembre de 2000 se realizará en la Universidad de Morón,Argentina, el VII Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico. Para ma-yor información dirigirse a Diana Cazaux, [email protected] o a Car-los Ontiveros, [email protected]. Dirección postal: Av. Rivadavia 3320,piso 9, dep “C”, 1203 Buenos Aires. Argentina. Te/Fax: (5411) 4863-1902.

• La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) es-tá dando a conocer sus diversas actividades a través de publicaciones impre-sas y por medios informáticos. Los interesados pueden consultar la página web<http://www.coneau.edu.ar> o dirigirse al e-mail [email protected]

• Se ha constituido recientemente el Secretariado de Género, Ciencia y Tec-nología para América Latina (SEGECYT), en representación del Gender Advi-sory Board de la Comisión de Naciones Unidas de Ciencia y Tecnología parael Desarrollo (UNCSTD). Esta iniciativa, entre otras cosas, apunta a trascenderla separación conceptual e institucional que tradicionalmente ha persistido en-

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Informacionesinformaciones

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tre el campo de los estudios de género y el de la ciencia y tecnología. Paramayor información comunicarse con [email protected]

• Del 14 al 17 de septiembre de 2000 se realizará en Mar del Plata, Argentina,el Congreso Argentino de Antropología Social. El evento contará con una me-sa sobre Ciencia, Antropología y Universidad. Para mayor información dirigir-se a [email protected]

• Se encuentra abierto el llamado a presentación de artículos para la VIII Con-ferencia Internacional de Cienciometría e Infometría que se desarollará entreel 16 y el 20 de julio de 2001 en la ciudad de Sydney, Autralia (The SydneyISSI 2001 Conference). Para mayor información dirigirse a http://sistm.web.unsw.edu.au/conference/issi2001

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Informaciones

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Por la presente solicito la suscripción anual (tres números) a REDES. Revistade Estudios Sociales de la Ciencia.

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Colaboraciones

1. Debe enviarse una copia del trabajo en papel y otra copia en disketepor correo postal. Para agilizar el procedimiento de evaluación puedeenviarse también una copia por correo electrónico a [email protected]. El formato de las páginas no deberá exceder las treinta líneas de se-tenta espacios. Los artículos centrales no excederán las 30 páginas,las notas de investigación las 15 páginas, las reseñas bibliográficas las4 páginas.3. Los cuadros, gráficos y mapas se incluirán en hojas separadas deltexto, numerados y titulados. Los gráficos y mapas se presentarán con-feccionados para su reproducción directa.4. Toda aclaración con respecto al trabajo se consignará en la primerapágina, en nota al pie, mediante un asterisco remitido desde el título deltrabajo. 5. Los datos personales del autor, pertenencia institucional, áreas de tra-bajo y domicilio para correspondencia se consignarán al final del trabajo.6. Las citas a pie de página se numerarán correlativamente y observa-rán el siguiente orden:a) apellido y nombre del autor; título de la obra, en bastardilla o subra-yado; c) volumen, tomo, etc.; d) lugar y fecha de publicación; e) edito-rial; f) número de página. Cuando se trate de un artículo se lomencionará entre comillas, subrayando la revista, libro o publicación enla que se haya publicado. 7. Si además se insertara bibliografía se la incluirá al final del trabajo,ordenándola alfabéticamente por autor y colocando primero el apellidoy luego la inicial del nombre.8. Los trabajos son sometidos a una evaluación del Consejo Editorial yde árbitros anónimos. La revista no asume el compromiso de mantenercorrespondencia con los autores sobre las decisiones adoptadas.9. En ningún caso serán devueltos los originales.

Los trabajos deberán enviarse a:REDES, Revista de Estudios Sociales de la Ciencia

Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología/UNQ

Av. Rivadavia 2358, 6º piso, derecha, 1034 Capital FederalTels: (54-11) 4951-8221 / 2431

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167CONTENIDO

MAYO-JUNIO 2000

Director: Dietmar DirmoserJefe de Redacción: S. Chejfec

COYUNTURA: Manuel Antonio Garretón, Chile. Cambio, continuidad yproyecciones. Luis E. Lander/Margarita López Maya, Venezuela. Lahegemonía amenazada. Víctor Gálvez Borrell, Guatemala. Una demo-cracia sinuosa.APORTES: Marco Negrón, La catástrofe del estado Vargas. O sobre laconstrucción de los desastres. Isidoro Cheresky, Argentina. Hacia unademocracia modesta. Marina Sansostri Ratchford, Manejo del medioambiente y desarrollo en la Argentina.TEMA CENTRAL: Rosa del Olmo, Ciudades duras y violencia urbana.Luis González Placencia, La concepción sistémica de la seguridad pú-blica en México (o la secreta adscripción del discurso preventivo a la ra-zón de Estado). Cesar Caldeira, El crimen organizado en Brasil.Tendencias del control penal. Juan S. Pegoraro, Violencia delictiva, in-seguridad urbana. La construcción social de la inseguridad ciudadana.José Miguel Cruz, Violencia, democracia y cultura política. Marco Vini-cio Fournier, Violencia y juventud en América Latina. Luis FernandoVélez, El mito de vivir en un mundo más violento.SUMMARIES.

SUSCRIPCIONES ANUAL BIENAL(Incluido flete aéreo) (6 núms.) (12 núms.)América Latina U$S 50 U$S 85Resto del mundo U$S 80 U$S 145

PAGOS: Cheque en dólares a nombre de NUEVA SOCIEDAD. Rogamos no efectuar transferen-cias bancarias para cancelar suscripciones. Dirección: Apartado 61712-Chacao-Caracas1060-A. Venezuela. Telfs.: (58-2) 267.31.89/265.99.75/265.53.21/266.16.48/265.18.49, Fax:267.33.97; @: [email protected]; [email protected]ágina digital: www.nuevasoc.org.ve

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Se terminó de imprimir en el mes de agosto de 2000 en

Talleres Gráficas y Servicios, Santa María del Buen Aire 347,

Capital Federal.