Download - Segunda Republica
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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIN
ESCUELA DE HISTORIA
BOLVAR Y LA SEGUNDA REPBLICA: Un ensayo de historia militar y
poltica.
TESISTA: Br. Richard Jos Lobo Sivoli TUTOR: Prof. Ebert Cardoza Sez
MRIDA VENEZUELA
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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIN
ESCUELA DE HISTORIA
BOLVAR Y LA SEGUNDA REPBLICA Un ensayo de historia militar y
poltica.
TESISTA: Br. Richard Jos Lobo Sivoli TUTOR: Prof. Ebert Cardoza Sez
MEMORIA DE GRADO PRESENTADA ANTE EL CONSEJO DE
ESCUELA PARA OPTAR AL TITULO DE LICENCIADO EN HISTORIA
MRIDA VENEZUELA 2005
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INDICE Dedicatoria / V Agradecimiento / VI Ilustraciones / VIII
INTRODUCCION / 1
CAPITULO I
BOLIVAR ANTE EL LLAMADO DE LA PATRIA
1. Bosquejo general. / 4
1.1. El Precursor y El Libertador. / 14
1.2. Prdida de la Primera Repblica. / 25
1.3. El Coronel Bolvar prepara el contraataque. / 30
CAPITULO II
LA CAMPAA ADMIRABLE
2. Ascenso de El Libertador. / 41
2.1. Bolvar en la ciudad de los Caballeros. / 46
2.2. Decretada la Guerra a Muerte. / 56
CAPITULO III
BOLIVAR Y LA SEGUNDA REPUBLICA
3. Bolvar en Caracas. / 64
3.1. El Teatro de la Guerra. / 70
3.2. Bolvar y Mario: dos mando, una sola
Repblica. / 95
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CAPITULO IV LA SOMBRA DE BOVES Y LA CAIDA DE LA
SEGUNDA REPUBLICA
4. La tragedia del ao de 1814. / 109
4.1. La sombra de Boves. / 122
4.2. Fin de la Segunda Repblica. / 144
CONCLUSIN / 159
Fuentes Bibliogrficas / 164
Fuentes Documentales / 166
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DEDICATORIA
Dedicada a todos aquellos Prceres y Heronas que quedaron sembrados en los inmortales
campos de Batallas durante nuestra gesta emancipadora. A mis tres amores, mis padres Luis Felipe y Carmen Andrea,
a mi esposa Ilka Kathleen.
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AGRADECIMIENTOS
Mis agradecimientos muy especiales
a mi Tutor, Profesor Ebert Cardoza Sez, gracias por su paciencia y constancia para
poder llevar a cabo esta investigacin. Al Profesor de Historia
Dr. Ral Lombana de la Universidad de Santa Clara por haberme dado la idea de realizar este proyecto.
A mi maestro, el Profesor Nelson Barrolleta por ensearme a cultivar el amor por la patria.
Al Liceo Bolivariano Libertador, mi eterna gratitud por haberme abierto sus puertas y llevar el
Pensamiento Bolivariano a sus aulas. A la Universidad de Los Andes y, especialmente,
a la Escuela de Historia por forjar en mi el espritu historiador.
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Y t padre, que exhalas suspiros
al perder el objeto ms tierno, interrumpe tu llanto, y recuerda,
que el amor a la patria es primero. Estos son los sentimientos
que deben animar a todo republicano, que no tiene ms padres, ni ms hijos
que su libertad y su pas.
Simn Bolvar. Cuartel General de Araure, 25 de julio de 1813.
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ILUSTRACIONES
Fig. 1 / Bolvar en Madrid. Fig. 26 / Francisco Morales.
Fig. 2 / Simn Bolvar (1804-1806). Fig. 27 / Pablo Morillo.
Fig. 3 / Montaje de Prceres. Fig. 28 / Emigracin de Oriente.
Fig. 4 / Bolvar en Londres. Fig. 29 / Pedro Zaraza.
Fig. 5 / Francisco de Miranda. Fig. 30 / Manuel Cedeo.
Fig. 6 / Rafael Urdaneta. Fig. 31 / El Libertador.
Fig. 7 / Jos Flix Ribas.
Fig. 8 / Francisco de Paula Santander.
Fig. 9 / Vicente Campo Elas.
Fig. 10 / Cristbal Mendoza.
Fig. 11 / Mapa de la Campaa Libertadora de 1813.
Fig. 12 / Proclama de Guerra a Muerte.
Fig. 13 / Narciso Coll y Pratt.
Fig. 14/ Muerte de Girardot.
Fig. 15 / Mapa de Puerto Cabello.
Fig. 16 / Batalla de Araure.
Fig. 17 / Batalln sin Nombre.
Fig. 18 / Orden de Los Libertadores de Venezuela.
Fig. 19 / Juan Bautista Arismendi.
Fig. 20 / Santiago Mario.
Fig. 21 / Manuel Piar.
Fig. 22 / Carga de Caballera.
Fig. 23 / Antonio Ricaurte.
Fig. 24 / Arco del Triunfo de Carabobo.
Fig. 25 / Jos Toms Boves.
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INTRODUCCIN
Basta con el hecho de sentirse americano y, en especial, venezolano para
identificarse con el hombre reconocido actualmente con el calificativo de
Padre de la Patria y, mundialmente, como El Libertador. Desde luego, nos
referimos a Simn Bolvar. Y al hablar de Bolvar en estos tiempos,
recordamos como este milenio entr deslumbrando a la humanidad, trayendo
consigo el sonar de campanas de libertad, anunciando cambios significativos
para los pueblos pobres de Amrica. Somos testigos de los nuevos escenarios
donde se escucha el sonido del indomable galope libertador, alzando su espada
redentora para hacer justicia y dignificar a las naciones explotadas durante
tantos siglos por los ms oscuros intereses de los mismos opresores de siempre.
Por ello, la necesidad de hacer una Memoria de Grado basada en un
captulo trascendental en la vida de nuestro Libertador Simn Bolvar. Esta
idea naci luego de una serie de reflexiones sobre la vida y obra de Bolvar con
mi profesor de Pensamiento Bolivariano, Dr. Ral Lombana, Catedrtico de
Historia de la Universidad de Santa Clara (Cuba), cuando tuve la oportunidad
de cursar estudios de Trabajo Social en la Universidad de La Habana.
En nuestras conclusiones observamos con preocupacin cmo nuestra
historia tradicional no le ha prestado suficiente atencin a la maduracin del
pensamiento de Bolvar durante los hechos acaecidos durante el periodo
histrico conocido como la Segunda Repblica. Adems, nos llama la atencin
el problema de la perdida de valores en la educacin y en la cultura, lo cual ha
transcendido a todos los sectores de la vida nacional.
Nuestro objetivo con esta investigacin es aportar un grano de arena
para realzar aquella Identidad Nacional perdida, a travs del estudio de la vida
de El Libertador en uno de los momentos ms intenso de su vida, como lo fue
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crear una Repblica, nacida de los infortunios y desastres dejados por el
experimento de emancipacin acaecido el 19 de abril de 1810 y materializado
con el Acta de la Independencia. Hoy da se habla mucho de Bolvar, pero
poco se conoce sobre l, pero sera importante recordarlo con el estudio propio
de aquellos acontecimientos que nos dieron la gracia de ser un pas
formalmente libre y soberano.
En este trabajo de investigacin abordaremos los hechos acaecidos desde
inicios de 1812 hasta finales de 1814, con especial hincapi en los diez y seis
meses que dur la Segunda Repblica.
El estilo utilizado para abordar el tema es eminentemente descriptivo y
narrativo, por la necesidad de contar con un material dirigido especialmente a
los jvenes, pues observ con asombro cuando fui Coordinador de las
Sociedades Bolivarianas Estudiantiles del Estado Mrida, el inters despertado
en los nios, nias, jvenes y adolescentes de Venezuela por las hazaas
libradas por nuestros hroes y heronas durante el proceso de lucha por
conseguir nuestra emancipacin.
Esta experiencia fue altamente gratificante al ver cmo estudiantes de
todos los niveles educativos (Inicial, I, II, III Etapa y Diversificada), realizar
obras de teatro, poesa, dibujos, cuentos, peridicos-murales y trabajos de
investigacin, donde describan los hechos ms importantes de nuestra historia
patria, dndole especial valor al pensamiento bolivariano. Por otro lado, he
visto la preocupacin demostrada por las comunidades al querer conocer ms
sobre su historia regional. Con esto quiero hacer referencia al trabajo que
venimos haciendo desde hace algunos aos atrs en la Fundacin Bolvar
Vuelve, con la reedicin del Paso de Bolvar por Mrida, y donde el principal
protagonista es el propio pueblo merideo, cuando lo vemos esperar el 23 de
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mayo para sentir la misma pasin que vivieron sus antepasados al recibir al
Libertador por las calles de la ciudad.
A ellos, al pueblo comn, a quienes mucho o poco leen, est dirigido
este trabajo, aspirando que cada pgina despierte en ellos algn tipo de inters,
avivando su curiosidad por nuestra historia patria.
Las fuentes utilizadas en esta investigacin han sido de ndole netamente
bibliogrfica y documental, pues fueron tantos los acontecimientos vividos por
El Libertador en el orden poltico, militar y social, que existe una amplia
informacin sobre el tema, la cual es renovada cada ao por historiadores
debido al valor de su contenido y su vigencia. Para esto fue necesario hacer una
investigacin minuciosa buscando la veracidad en el contexto histrico. En
virtud de ello se ha seleccionado a un grupo de escritores especializados en el
tema e, incluso, algunos de ellos testigos presnciales de los hechos acaecidos
durante este periodo, como fue el caso de Jos de Austria y Jos Flix Blanco.
Como tambin fue necesario recurrir a la las fuentes primarias, esto es, los
propios documentos escritos por Simn Bolvar, los cuales reposan en los
volmenes de sus Obras Completas y las Memorias del General OLeary.
No se pudo ir ms all por las limitantes cruzadas en el camino al no
poder investigar en el Archivo General de la Nacin o el Archivo Histrico del
Libertador, y a la poca o casi nula informacin existente sobre el tema en
nuestros propios Archivos estadales. Pero esto ms que una debilidad se ha
convertido en una fortaleza, pues deja el camino abierto para continuar con la
investigacin.
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CAPTULO I
BOLVAR ANTE EL LLAMADO DE LA PATRIA
1.- Bosquejo General.
En estos tiempos cuando, aparentemente, sobre Bolvar se ha dicho todo
y sobre sus epopeyas se ha escrito demasiado, es cuando lo ledo se debe releer,
lo escrito se debe analizar y encontraremos, que sobre el pensamiento y obra
del ilustre caraqueo actualmente reivindicado en toda la Amrica y el mundo,
cobra cada vez ms vigencia.
El Libertador tuvo la fortuna de haber nacido en el seno de una de las
familias ms acaudaladas de la Venezuela colonial, cuya procedencia era
espaola, especficamente Vasca, de donde proviene su apellido Bolvar, el
cual etimolgicamente significa Pradera de Molinos. Su abuelo, Juan de
Bolvar y Martnez de Villegas, haba sido un hombre prominente en la
entonces Capitana General de Venezuela y su padre, Don Juan Vicente Bolvar
y Ponte, un notable propietario y militar.
Tal como se sabe tradicionalmente, Bolvar naci el 24 de julio de 17831
en la ilustre ciudad de Caracas, del vientre de su madre Doa Mara de la
Concepcin Palacios y Blanco, siendo bautizado el 30 de julio de 1783 en la
santa iglesia Catedral de Caracas, con el nombre de Simn Jos Antonio de la
Santsima Trinidad Bolvar y Palacios.
Desde nio denot una firme testarudez y rebelda, sin imaginarse su
familia que se convertira en el genio poltico-militar ms grande nacido en
1 En su libro Naci Simn Bolvar el 28 de octubre de 1782?, el cronista de San Mateo (Edo. Aragua), Germn Freytas cuestiona apoyado en fuentes documentales, la fecha del 24 de julio de 1783, la cual fue establecida por el General Juan Vicente Gmez, segn Gaceta Oficial del 19 de mayo de 1919.
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estas tierras del nuevo continente. Hurfano a muy temprana edad, se le confi
su educacin a ilustres maestros quienes lograron inculcarle valores y profundo
conocimiento, tales fueron: Francisco Andjar, el padre Negrete, Guillermo
Pelgrn, Andrs Bello, Fernando Vides, Carrasco, el Marqus de Ustriz, entre
otros. Pero, tuvo la oportunidad de contar con una educacin revolucionaria
para su tiempo, como fue la impartida por Simn Rodrguez, adems de ser su
maestro predilecto, fue su incondicional amigo.
El 14 de enero de 1797, con tan slo 14 aos de edad, comenz su
carrera militar en el Batalln de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua,
demostrando destacado carcter militar, como lo consta su hoja de servicio
cuando fue ascendido a sub-teniente al ao siguiente con la siguiente
evaluacin: VALOR: conocido, APLICACIN: Sobresaliente, CAPACIDAD:
buena, CONDUCTA: buena. (Castillo Mchez, A., 1996:17)
Desde muy temprana edad Bolvar realiz largos viajes por el viejo
continente europeo, lo cual aparte de otorgarle placeres sirvieron, adems, para
continuar su educacin. En ausencia de su suelo natal, en esos andares de la
vida conoci a su amor eterno Mara Teresa Josefa Antonia Joaquina
Rodrguez del Toro y Alayza Medrano (1781-1803). Empero, el impredecible
destino la alej de su lado a tan slo ocho meses despus de su boda.
Para el 2 de diciembre de 1804 tuvo la oportunidad de presenciar la
Coronacin de Napolen Bonaparte en la catedral de Notre Dame. El Papa Po
VII, a quien correspondi oficiar el acto fue adelantado por Napolen, quien
personalmente tom la corona y se la coloc sobre la cabeza, gesto con cierto
tono de irreverencia realizado antes slo por Carlomagno. (Alas, A., 1985: 46).
Bolvar sinti una profunda decepcin al ver a Napolen coronarse como
Emperador y convertir as a Francia de Repblica en Imperio.
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Bolvar en Madrid.
Miniatura de 1804 1
Simn Bolvar. Miniatura en marfil de autor desconocido, hecha en Pars entre 1804 y 1806.
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Durante su adolescencia fue celebre su viaje a Italia en 1805, y en la
antigua Roma jur en el Monte Sacro, el 15 de agosto de 1805, consagrar su
vida y sus esfuerzos para darle libertad a su patria, librndola del imperio
espaol. Aquel juramento pudo cumplirlo, ms no as sueo de ver constituida
a una Colombia que ira desde el Ro Grande hasta el extremo austral del Sur.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, las constantes
conspiraciones e insurrecciones fueron creando las condiciones subjetivas y
objetivas para desencadenar un proceso de luchas por las reivindicaciones
sociales, que logran desencadenar los acontecimientos para la independencia en
Venezuela. Desde la rebelin de los Comuneros (1781), la insurreccin de Jos
Leonardo Chirinos (1795), la conspiracin de Gual y Espaa (1797), la conjura
de Francisco Javier Pirela (1799), la Expedicin Libertadora de Francisco de
Miranda (1806), as como la conspiracin de los mantuanos (1808), sirvieron
para preparar el camino a la independencia y a la libertad, no slo de
Venezuela, sino tambin de otros pueblos hermanos. (Cf. Magallanes, V.,
1982).
Aquel torbellino revolucionario, sin duda, encendi la vida de Bolvar,
pero fue desde 1810, al fragor de los enaltecidos nimos de libertad, cuando
comenz a expresar sus pensamientos y convicciones independentistas, lo cual
lo llev a encaminar una larga peregrinacin en busca de los ms profundos
ideales de libertad, unidad y emancipacin. Ello nos indica, con tan slo veinte
aos de su vida, que El Libertador pudo dejar plasmado en la historia universal
un pensamiento, an vigente en los pueblos de la Amrica, los cuales evocan a
gritos el regreso de su espada libertadora.
A lo largo de nuestro recorrido por esta disertacin sern abordados
aspectos cruciales para comprender el tema planteado en esta investigacin: el
acercamiento de Bolvar y Miranda, la cada de la Primera Repblica, el exilio
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de Bolvar en Curazao, su incursin en las tropas neogranadinas, su Manifiesto
de Cartagena, la Campaa Admirable, su Decreto de Guerra a Muerte, su
Manifiesto de Carpano, la reorganizacin del ejrcito republicano, su anhelo
de buscar la unidad de la patria, el amor de su pueblo agradecido al proclamarlo
como El Libertador, y las aguerridas batallas suscitadas durante los diecisis
meses de duracin de la Segunda Repblica. En medio de aquellos
acontecimientos se gest la maduracin del pensamiento poltico, militar y
social de un Bolvar, mutndose el joven soldado en Libertador.
Estudiar a un Bolvar, menos como sper hombre que como un ser
humano, un sujeto de la historia, es til para entender cmo todas sus glorias
fueron conquistadas producto del ensayo y el error, de los aciertos y fracasos,
aprovechando cada instante de su vida para ver materializado parte de su ideal,
logrando despertar a un pueblo subyugado por el colonialismo durante
trescientos aos.
Esta monografa comienza con el encuentro de los dos hombres
alentadores del despertar de los pueblos de la Amrica del Sur: Bolvar y
Miranda, entre quienes se gener una controversial amistad. Por una parte, un
Miranda con una concepcin poltica y militar de la vieja guardia
revolucionaria; y un Bolvar con un encendido inters por aprender y una
juventud sacudida por el torbellino independentista que slo haba aprendido de
los libros.
En medio de la difcil situacin raz del terremoto y la invasin de
Monteverde, los sucesos se generaron uno tras de otro trayendo como
consecuencia la capitulacin firmada por el Generalsimo el 24 de julio de
1812, la cual daba por terminada la Primera Repblica. Fueron muchos los
errores cometidos durante este primer intento de crear una Repblica, entre las
cuales podramos sealar: la adopcin del Sistema Federal, la falta de firmeza
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en el Gobierno exceso de tolerancia , la falta de unidad entre los mandos
militares, la ausencia de una conciencia clara en el pueblo y la anarqua e
indisciplina existente entre las milicias patriotas.
Con la tristeza y la derrota sobre sus hombros, ms con fe inquebrantable
en la victoria, observamos a un Bolvar salir de su pas en exilio, procurando no
dejarse abatir por los infortunios. Vive penurias en Curazao; pero parte a la
Nueva Granada con la esperanza de volver a su tierra natal empuando la
espada de la libertad. El 15 de diciembre de 1812, en tierras neogranadinas,
public el Manifiesto de Cartagena, donde analiz las causas fundamentales de
la cada de la primera Repblica, derrota del ensayo de crear una repblica
independiente y soberana.
Sin embargo, el momento exiga reagrupamiento y contraofensiva. A tal
efecto organiz un ejrcito expedicionario libertario y, una vez ungido del
mando de tropas sali a cumplir con su proyecto independentista. Fueron
clebres sus hazaas militares en suelo neogranadino como las de Tenerife, El
Plato, Sambrano, Tamalamaque, Ccuta, entre otras, logrando el apoyo del
Congreso Neogranadino autorizndolo a salir a libertar a su patria.
Es preciso sealar que las tcticas militares utilizadas por Bolvar no
correspondan a las de sus compaeros de armas, pues la de estos eran de corte
ortodoxas, de simple defensa. El Libertador pronto supo entender que ms que
la defensa era el ataque lo apremiante, utilizando una tctica conocida como
guerra de guerrillas2, las cuales son aquellas operaciones militares
2 Las tcticas de las guerrillas son las propias de una estrategia basada en el continuo hostigamiento. Mediante golpes de mano rpidos e inesperados, atacan instalaciones y depsitos enemigos, tienden emboscadas a patrullas y convoyes y cortan las lneas de comunicacin, con el propsito de obstruir la actividad enemiga y conseguir equipos y suministros para su propio uso. Gracias a su movilidad, a su fcil dispersin en pequeos grupos y a su habilidad para desaparecer entre la poblacin civil, las guerrillas resultan muy difciles de neutralizar.
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desarrolladas en un territorio ocupado por el enemigo, por fuerzas irregulares
muy familiarizadas con la naturaleza de la zona y su poblacin.
Pronto Bolvar se embarc en una ambiciosa empresa conocida en
historia como la Campaa Admirable, atravesando los Andes venezolanos
hasta llegar a la ciudad de Caracas, donde comenz la segunda repblica.
Fueron prominentes los hechos acaecidos durante esta Campaa, batallas como
Los Horcones, Niquitao, Cerritos Blancos, Vigirima, Brbula y Taguanes,
dieron a conocer la calidad guerrera de Bolvar y los libertadores, quienes
demostraron a los usurpadores de nuestra soberana la tenacidad de una
verdadera guerra revolucionaria y no una simple aventura.
El Libertador supo entender que no solamente su trabajo era de dirigir a
un ejrcito hacia la victoria, sino lograr explicar y hacer comprender al pueblo
su proyecto de emancipacin. Algunos pueblos los reciban con beneplcito y
admiracin como el caso de la ciudad de Mrida, donde el 23 de mayo de 1813
en medio de elogios, lo aclamaron como su Libertador; otros, como en el caso
de Trujillo, se mantuvieron expectantes ante el inters de recuperar la
Repblica, desde donde Bolvar lanz su contundente Decreto de Guerra a
Muerte, criticado por muchos por cruel y sanguinario, pero efectivo para
romper de una vez por todas con el cordn umbilical que una a la nacin con
la metrpoli y as radicalizar el conflicto contra los espaoles y canarios.
Estos acontecimientos se extendieron hasta su llegada a Caracas en
agosto de 1813, para dar el crucial paso de la creacin de la Segunda Repblica
nacida del genio mismo de Bolvar, quien evitando cometer los mismos errores
de la Primera Repblica, comenz a realizar una reorganizacin administrativa
en la cual todos los funcionarios pblicos se deban al pueblo y a sus
necesidades, cuyos sueldos no seran exorbitantes sino lo justo por su trabajo.
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Los militares deban poner sus armas al servicio de la Repblica,
restableciendo el orden y procurando la defensa de la soberana de la nacin.
La naciente Repblica no naci con la sancin de una nueva constitucin
sino con la elaboracin de un Plan Provisorio de Gobierno confiado al jurista
Francisco Javier de Ustariz, quien debi dar garantas a los ciudadanos y
proporcionar al General en Jefe facilidades para disponer de todo lo referente a
los asuntos militares sin ningn tipo de trabas.
En el orden econmico, saba El Libertador de la necesidad del sacrificio
del pueblo, pues an la nacin se mantena en guerra con la potencia europea.
En virtud de ello, se necesitaba la creacin de una serie de impuestos para
aliviar la carga del naciente Estado en la manutencin de las tropas, como
tambin decidi abrir, literalmente, las fronteras para el comercio exterior.
Entre sus rdenes entiende que las tropas del Ejrcito Republicano no
podan ser las mismas indisciplinadas de la disuelta Repblica de 1811 y
resolvi dictar medidas para la creacin de reglamentos de sueldos y salarios,
de uniformes, divisa y graduaciones, as como tambin instaur la Orden de los
Libertadores, para aquellos Generales y altos oficiales caracterizados por su
arrojo en la conquista de las victorias necesarias para liberar la patria.
Empero, desgraciadamente, el devenir de los acontecimientos durante
estos diecisis meses cuando se mantiene en pie la Segunda Repblica, El
Libertador ocupara la mayor parte de su tiempo en los asuntos de la guerra,
pues fueron innumerables los enfrentamientos con las tropas realistas, las
cuales trajeron como consecuencia un bao desmedido de sangre en el suelo
venezolano. Muchas vidas de hombres ilustres y leales a la causa republicana
se perdieron, entre quienes vale la pena resaltar a Girardot, Campo Elas, Rivas
Dvila, Villapol, Ricaurte, entre otros valerosos patriotas annimos, pero
igualmente inmortales en los anales de nuestra historia patria. Ellos pasaron a la
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inmortalidad en batallas decisivas, pues cada una de ellas tenan un valor
estratgico y de las cuales puedo mencionar: Cuman, Cao Santa. Catalina en
Gurico, Las Trincheras, Yaritagua, Mosquiteros en Gurico, Tierrita Blanca
en Barquisimeto, Vigirima, Araure, La Puerta, La Victoria, San Mateo,
Ocumare del Tuy, Bocachica, Valencia, Sabana de Arao, Carabobo, Aragua de
Barcelona, Maturn, Los Magueyes, Urica, entre otras.
Buena parte de dichas batallas fueron ganadas por los patriotas, pero la
reaccin de los realistas no se dej esperar, apareciendo en el teatro de las
operaciones terribles caudillos como Boves, Ceballos, Yez, Morales, Rosete
y otros no menos sanguinarios, junto a Monteverde, quienes acabaron con los
ejrcitos patriotas, reconquistando Venezuela y poniendo fin a la Segunda
Repblica.
En aquel contexto fueron muchos errores los cometidos por las fuerzas
patriotas, lo cual trajo como consecuencia el trgico desenlace. Por un lado, no
se logr la unin efectiva entre los republicanos. Durante algn tiempo, Mario
y sus tropas orientales se mantuvieron al margen de los sucesos en el occidente,
lo cual degener la desarticulacin total de las tropas victoriosas y oblig a
Bolvar tomar funestas decisiones en el mando del ejrcito, producto de la
indisciplina, la insubordinacin, e incluso, la cobarda tambin hizo estragos en
las filas militares patriotas. Por ltimo, las maniobras ejecutadas por Boves en
el reclutamiento de nacionales para engrosar las fuerzas realistas, resultaron
desventajosas para el ejrcito republicano.
Fue as como observamos el culminar del periodo conocido como el de la
Segunda Repblica, la cual dara paso a la independencia definitiva, diez aos
despus (1824), no slo a nuestra patria sino tambin de naciones hermanas
como la Nueva Granada (la cual inclua a Panam), Ecuador, Per y Bolivia,
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legado imperecedero del pensamiento de Bolvar y los libertadores de la Patria
Grande: Colombia.
Es menester llamar la atencin, con slo leer el ttulo de este trabajo de
investigacin, al referirme a la Segunda Repblica, debo aclarar a los lectores
que la enumeracin de las Repblicas en Venezuela responde a
denominaciones formuladas por la historiografa tradicional, es decir, parten de
esquemas periodizantes para una mejor comprensin de la historia venezolana.3
Bolvar, Miranda, Ribas, Mario, Urdaneta y Mendoza, juntos a la
Orden de los Libertadores. Montaje de imgenes realizado
3 por Richard J. Lobo Sivoli.
3 Parte de la Primera y la Segunda Repblica se explican claramente aqu. El periodo denominado
como la Tercera comenz con la restauracin de las instituciones republicanas en Guayana en 1817, despus de su definitiva liberacin por El Libertador y termin en diciembre de 1819 con la creacin de la Repblica de Colombia por el propio Bolvar. Con el objeto de ubicarnos en el tiempo, podramos destacar como los hechos ms importantes en el contexto histrico de este periodo: la liberacin de Guayana, la Campaa del Centro (1818), la creacin del semanario Correo del Orinoco (1818), la llegada de los voluntarios britnicos y su unin al Ejrcito Libertador (1818-1819), la reunin del Congreso de Angostura (1819), la Campaa Libertadora de la Nueva Granada (1819) y la creacin de la Repblica Colombia (1819).As, pues, como Cuarta Repblica solemos designar al breve perodo inicial del restablecimiento del Estado venezolano al desintegrarse la Gran Colombia, aunque podemos considerar que sta haya perdurado hasta nuestros das, el concepto es utilizado por los historiadores para referirse especficamente al ao 1830 y los inmediatos siguientes. Aunque es muy controversial el hecho del establecimiento de una Quinta Repblica, queda para nosotros los historiadores hacer un exhaustivo estudio para poder ubicar su nacimiento, aunque en nuestra historia republicana qued marcado el suceso de la derogacin de la Constitucin de 1961 y el nacimiento de una carta magna aprobada mediante referndum por el pueblo venezolano en 1999, la cual intenta sentar las bases para la construccin de una democracia participativa y protagnica bajo los preceptos del Pensamiento Bolivariano.
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1.1.- El Precursor y El Libertador.
El primer encuentro de estos dos genios de Amrica, a quienes
posteriormente la historia los reconocera como el Precursor y El Libertador, se
produjo en Inglaterra. En esa oportunidad, Bolvar funga como Jefe de la
delegacin diplomtica ante el gobierno britnico, acompaado del comisario
ordenador Don Luis Lpez Mndez y el oficial primero de la Secretara de
Estado Don Andrs Bello, ste ltimo conocido como uno de los maestros de
Bolvar.
La misin del futuro Padre de la Patria ante el Imperio Britnico era la de
estrechar lazos de amistad y alianza con aquella potencia mundial y hacer de su
conocimiento el repudio compartido hacia el opresor de Europa, Napolen
Bonaparte. Los emisarios sudamericanos gozaban de sus credenciales de
plenipotenciarios, las cuales aparecan conferidas por una Junta de Gobierno
conservadora de los Derechos de Fernando VII de Espaa4.
Fue en esta gran isla milenaria, an dolida por la prdida de su ms
importante colonia en Amrica (Estados Unidos de Amrica, 1776), donde se
juntaron quienes redefiniran la historia venezolana, dos hombres compartiendo
el mismo torbellino revolucionario dentro de sus corazones, pero por dems
muy diferentes: Miranda era el hombre ya maduro, en cuyo espritu las experiencias de una vida rica en toda clase de convulsiones haban enfriado un tanto la fuerza de esa voluntad que en otras pocas hizo posibles heroicas empresas; Bolvar, en cambio, era el joven audaz, inexperto, y cuya voluntad tenda, sin obstculos, haca sus ilusiones que, en el crisol de su imaginacin, le abran
4El 19 de Abril de 1810, un grupo de criollos caraqueos aprovech la excusa de que en Espaa estaba mandando un francs, para convocar una reunin del cabildo y proclamar un gobierno propio hasta que Fernando VII retornara al trono de Espaa. Al efecto, se nombr una "Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII". Las primeras medidas que se tomaron fueron las de liberar el comercio exterior, prohibir el comercio de esclavos negros, crear la Sociedad Patritica (para fomentar la agricultura y la industria), as como la Academia de Matemticas.
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continuamente nuevos mundos de gloria.() Miranda no tena las ignorancias que labran los caminos del error, pero tampoco la fe que realiza lo imposible; en la energa presuntuosa de Bolvar estaban las semillas de todas las equivocaciones, pero tambin las fuerzas volcnicas que engendran las victorias decisivas. Para Miranda, los laureles del xito eran ya un peso sobre sus sienes medio cubiertas por los cabellos canos; para Bolvar, un estmulo que despertaba las mejores energas de su personalidad. Miranda empezaba a vivir de los encantos de su pasado y Bolvar slo pensaba en el porvenir. (Livano, I., 2001: 73) Empero, sera conveniente hacernos una pregunta que, sin duda,
repercutira aos ms tarde : Cmo vea Miranda a Bolvar?. En su primer
encuentro en el Morins Hotel de Inglaterra, el joven esperaba con entusiasmo
y nerviosismo a su hroe, pero ste al llegar lo mir con tal indiferencia que le
caus gran desconcierto, rpidamente se incorpor y trat desde entonces
ganarse su amistad.
Miranda, cuya personalidad gozaba de particulares dotes de cordialidad,
no tard en alagar a tan distinguidos visitantes y los ayud a establecer
relaciones en Inglaterra: invitando a tomar t a sus paisanos en compaa de Ricardo Wellesley, el hijo de Wellington. Y no se van a privar ellos, sobre todo el inquietsimo Coronel Bolvar, de la compaa de un hombre tan extraordinariamente interesante. Con su conocida cortesana, trata de mezclar Miranda lo til y lo agradable en los servicios que presta a sus huspedes. Le prepara una entrevista con el duque de Gloucester, quien los convida a comer; los lleva a Hyde Park, a la pera, a los campestres alrededores de Londres donde en las tardes de ese verano se bebe tan buena cerveza. Y estar atento a lo que conversan y negocian, con el ministro Wellesley. (Picn Salas, M., 1966: 159) Ante las peticiones de la delegacin venezolana y, en especial, las del
propio Bolvar quien no vacil en expresar sus ideas de ver a su pas como una
nacin libre e independiente, el gobierno ingls decidi mantenerse al margen
de los acontecimientos acaecidos en las colonias espaolas y, ms an, cuando
comparta con Espaa a un enemigo comn.
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25
Bolvar en Londres 1810. leo hecho del natural por Gill.
4
Francisco de Miranda. (1793) Obra del grabador y dibujante francs Charles Etienne Gaucher.
5
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El joven caraqueo, decepcionado por la negativa de los ingleses, debi
regresar a su pas, no sin antes expresarle a su nuevo amigo la necesidad de
acompaarlo y ponerse a la cabeza (por lo menos se lo insinuaba) de la noble
empresa de consolidar la libertad en su patria.
Aunque Miranda no era visto con buenos ojos en algunos sectores de la
mantuanidad venezolana, quienes lo catalogaban de hereje o traidor,
decidi volver a su tierra natal contando slo con la proteccin brindada por la
acaudalada familia Bolvar.
El 25 de septiembre de 1810 el joven Simn parti de la isla a bordo de
la corbeta Sapphire y, por razones de seguridad y otros intereses, Don
Francisco de Miranda parti en otra embarcacin, el Avon, el 10 de octubre del
mismo ao.
A su llegada a Caracas, a mediados de noviembre, el coronel Bolvar
saba de la difcil entrada de Miranda a la capital. El manto protector de su
familia tena sus limitaciones. Sabemos, incluso, que la recin constituida Junta
de Gobierno no confiaba plenamente en l. Por ello, debi utilizar como tribuna
para desplegar su campaa a favor de Miranda, a la Sociedad Patritica de
Agricultura y Economa, la cual era un grupo de personalidades con
pensamientos revolucionarios y reformistas, quienes en sus reuniones discutan
sobre los problemas enfrentados por la naciente repblica, entre ellos la forma
de gobierno a adoptar. Desde esos espacios, Bolvar comenz a vislumbrar con
sus dotes de orador lo que al pas le esperaba, logrando llevar a la palestra de
las discusiones la problemtica suscitada por el retorno al pas de Don
Francisco de Miranda. Admirador sincero de la personalidad de su defendido, habl con brillo y emocin de sus mritos, de su historia gloriosa, de todo lo que la causa de Amrica le deba, y sin reserva hizo resaltar sus victorias internacionales y sus xitos militares. De esta manera contribuy a crear un criterio favorable
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a ese regreso, que la Junta no se atrevi a contrariar de manera franca. (Livano, I., 2001: 78) Una vez Miranda en suelo patrio, los acontecimientos se terminaron de
precipitar. Sin embargo, la sociedad de la nueva repblica estaba plagada de
contradicciones. El Congreso pareca virar hacia rumbos distintos al pregonado
por los integrantes de la Sociedad Patritica5. Cada vez se haca ms notorio el
peligro que entraaba la aplicacin del modelo federalista, cuya formalidad se
hizo palpable el 21 de diciembre de 1811, cuando se sancion la primera
Constitucin.
Por su parte, Bolvar y Miranda lo advirtieron, conscientes del riesgo
implcito de la naciente repblica siendo federal. No obstante, sus esfuerzos en
evitarlo fueron en vano. Incluso, por expresar sus ideas disidentes muchos los
llamaban, de manera despectiva, caraqueo a Bolvar y extranjero a
Miranda. Como consecuencia de tal situacin, el 13 de agosto de 1811, en la
ciudad de Valencia, se produjo un motn, donde negros y pardos alentados por
espaoles gritaban vivas al Rey Fernando VII y a la Religin Catlica.
Esto permiti, en un intento desesperado por parte del gobierno
republicano, nombrar a Miranda como Generalsimo de los Ejrcitos para, de
esa manera, su reputacin y gloria lograran elevar la moral y restablecer el
orden entre la escasa tropa disciplinada y sin experiencia.
Empero, el hecho ms notorio del distanciamiento entre ambos
protagonistas fue cuando Bolvar, quien posea el grado de coronel de las
milicias de Aragua, fue a ponerse al servicio de Miranda, quien en medio de la
amenazada situacin de la repblica lo consideraba un joven alocado y
5 La Sociedad Patritica estaba compuesta por insignes patriotas como Coto Pal, Miguel Pea, Jos Flix Ribas, Muoz Tebar, los Carabaos, los Salias, los Buros, los Ynez, los lamos, entre otros insignes personajes.
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peligroso, tal como lo testimoni el Dr. Cristbal Mendoza. (Citado por
Mijares, A., 1967: 214)
Pero ello no detuvo a Bolvar en su afn de tomar las armas y luchar por
una patria libre. Aunque dolido por el desaire de su emblemtico amigo,
protest lo incorporaran en la lucha o de lo contrario lo sometiesen a consejo de
guerra. Por su tenacidad, logr asistir a tan importantsima campaa6 al lado de
Fernando Toro demostrando un extraordinario derroche de valenta, lo cual
provoc admiracin del mismo Miranda.
Ahora bien, a pesar de ello, porqu Miranda mantuvo su posicin de
desconfianza sobre Bolvar?, si bien ste hizo lo imposible para traerlo de
nuevo a su patria sin peligros. Cul fue el fondo de la situacin entre ambos?.
En este punto es conveniente valorar la opinin del historiador Augusto
Mijares: si recordamos que los dirigentes del 19 de abril no se sentan, en absoluto, inclinados a darle a Bolvar puestos en la revolucin; que Ribas fue separado del gobierno a raz de aquella fecha y que muchas veces se intent relegarlo al comenzar la guerra; y que a Miranda, an despus de habrsele confiado la dictadura, el gobierno le discuta tozudamente el derecho de dar grados y puestos militares, no sera ms lgico suponer que Miranda, Bolvar y Ribas eran el blanco de una misma intriga poltica? Roscio sealaba con malignidad, en su carta a Bello, que estaban unidos y formaban un grupo poderoso; sabemos, adems, que los tres eran de esos militares capaces, expeditivos y a veces excesivamente severos, que los hombres civiles ven con desconfianza y temor. (1967: 215) A pesar de las divergencias existentes entre aquellos dos insignes
prceres de la independencia, Miranda le entreg a Bolvar la responsabilidad
de comandar la Plaza de Puerto Cabello. Para Mijares (1967), apoyado en el
testimonio de Cristbal Mendoza, supone se trat de una estrategia del
6 A la campaa que hago referencia es la de Valencia de 1811. Por rdenes de Miranda, el brigadier Fernando Rodrguez del Toro y el coronel Simn Bolvar con un cuerpo de infantera, caballera y artillera atacaron los dos reductos ms fuertes de los rebeldes, que eran el cuartel de los milicianos pardos y el convento de San Francisco. All recibi Bolvar su bautismo de fuego, pues sta fue la primera accin de guerra en la cual particip; el brigadier Rodrguez del Toro result gravemente herido y qued lisiado de las piernas.
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Generalsimo para alejarlo de las operaciones de la capital y as condenarlo a la
inactividad (p. 216). Sean cual fueren las diferencias entre El Libertador y el
Precursor, ello no detuvo la marcha de los acontecimientos, aunque
lamentablemente la naciente Repblica se enfilaba poco a poco a su
resquebrajamiento.
En medio de tal situacin, la participacin de Simn Bolvar fue
predominantemente militar y de poca figuracin poltica. As, lo observamos
ejecutando en la prctica lo aprendido en la teora, desde aquel 14 de enero de
1797, cuando ingres como cadete del Batalln de Milicias de Blancos en los
Valles de Aragua donde su padre Don Juan Vicente Bolvar y Ponte haba
sido coronel . Ese ao fue nombrado alfrez y el 4 de julio de 1798 el Rey
Carlos IV le otorg el grado de sub-teniente. (Lecuna, V., 1983: 73).
El 4 de mayo de 1812 tom posesin de la Plaza de Puerto Cabello como
comandante poltico - militar y sub-delegado de las rentas nacionales. La Plaza de Puerto Cabello est situada sobre una pennsula en cuyas alturas haba un fortn dice Rivas Vicua llamado Solano, y guarnecan sus costas dos bateras, habiendo adems unos barrancos, fciles de fortificar. Comunicaba la pennsula, por medio de un puente levadizo, con el islote artillado, que era la plaza propiamente dicha, y en la que haba construido el fuerte de San Felipe en un pen en aguas ms profundas que la plaza, reducto bien fortificado para la poca y que abrigaba, junto con los almacenes de armas y municiones, las bvedas que servan de crcel. Completaban los recursos de la plaza los bergantines Celoso y Argos, la goleta Venezuela, un pequeo buque apostadero y un nmero muy reducido de embarcaciones menores. (Livano, I., 2001: 6) El Castillo de San Felipe era utilizado como prisin por los espaoles y
as los traidores detenidos por los patriotas, en especial los sublevados en
Valencia, debieron pagar condena all. Para la poca, aquella Plaza estaba
plagada de sectores adeptos al Rey.
Para Bolvar result difcil ganarse la simpata de los pobladores del
puerto, algo jams logrado, pues debi adoptar medidas de rigor hacia los
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habitantes a fin de someterlos a las leyes de la nueva Repblica. El efecto de
aquella actitud, asumida por El Libertador, no tard en revelarse ya que los
mismos pobladores lo comenzaron a apodar como el tirano, y pronto le
cobraran su trato.
En virtud de ello, el 20 de junio ocurri algo gravsimo, lo cual perjudic
ms an al jefe de la Plaza: el comandante de artillera Domingo de Taborda, a
la cabeza de un partido contrario a la causa patriota, incurri en
insubordinacin contra la autoridad. Tal situacin condujo a un incidente entre
el mencionado comandante y Bolvar, quienes llegaron a cruzar las espadas, un
delito grave y severamente castigado. Finalmente, Taborda fue enjuiciado a
seis meses de prisin, comenzando una campaa de difamacin contra Bolvar,
escribindole constantemente a Miranda.
El 30 de junio sucedi lo inevitable. Los presos all recluidos se
levantaron en armas enarbolando una bandera roja, ayudados por oficiales
patriotas. A la cabeza, un oficial traidor de nombre Francisco Fernndez
Vinoni, quien contaba con 100 hombres de la guarnicin, el apoyo de los
presos y de muchos partidarios realistas en la Plaza, logr reunir ms de 200
combatientes. En medio de tal situacin, Bolvar orden la rpida accin de las
tropas aun leales a su mando, pero militarmente era difcil o casi imposible
resistir a tan feroz embate, pues el Castillo de San Felipe estaba bien fortificado
con poderosos muros, adems, serva de almacn para los vveres, armas y
municiones de la Plaza. (Livano, I., 2001: 86)
Este captulo de la historia republicana nos demuestra el valor irrefutable
de Bolvar, quien durante siete das combati da y noche por defender la Plaza,
a pesar de la eventual disposicin de desercin a la menor oportunidad posible,
por parte de sus soldados leales. El fuego enemigo se torn cada vez ms
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intenso, simultneamente, reciban los alzados refuerzos desde Valencia, la
cual haba sido tomada por el Jefe realista Domingo Monteverde7.
Como consecuencia de estos sucesos, Bolvar escribi una carta el 1 de
julio de 1812 solicitando ayuda a Miranda para poder resistir el ataque y poder
sofocar la rebelin. En la misiva se lee lo siguiente: Un oficial indigno del nombre venezolano se ha apoderado, con los prisioneros, del Castillo de San Felipe, y est haciendo actualmente un fuego terrible sobre la ciudad. Si V.E. no ataca inmediatamente al enemigo por la retaguardia, esta plaza es perdida. Yo la mantendr entre tanto todo lo posible.(Bolvar, S., s.f.: 32.) Como un oficial indigno Bolvar se refera al Teniente de milicias
Francisco Fernndez Vinoni, del Castillo de San Felipe. Ahora bien, por qu
Miranda no fue en auxilio de Bolvar?, pues en Caracas se comenzaba a
restablecer el orden y su ejrcito era ms disciplinado. Una posible explicacin
de ello la da Mariano Picn Salas: Est Miranda la noche del 5 de julio celebrando en un banquete con sus oficiales y altos personeros del gobierno el aniversario de la declaracin de la independencia, cuando llega un propio con el angustioso mensaje de Bolvar. Lo lee el Generalsimo y dominando la emocin pronuncia una frase clebre: Venezuela dijo en francs est blesse au coeur. Y recuperando el castellano: Vean Uds. agreg lo que son las cosas de este mundo. Hace poco lo tenamos todo seguro; ahora todo es incierto y azaroso. Ayer no tena Monteverde ni plvora, ni plomo, ni fusiles; hoy puede contar con cuatrocientos quintales de plvora, plomo en abundancia y tres mil fusiles. Se me dice que ataque al enemigo; pero ste debe estar ya en posesin de todo. El oficio es de 1 del corriente y hoy es 5, ya puesto el sol. Veremos lo que se hace maana. (Picn Salas, M., 1966:209.)
Ahora bien, si Puerto Cabello era el corazn de Venezuela8 como el
propio Miranda sostuvo al exclamar dramticamente : Venezuela est herida en
7 Naci en San Cristbal de La Laguna (Islas Canarias) el 2 de abril de 1773 y muri en Cdiz (Espaa) el 19 de septiembre de 1832. Oficial de la Real Marina de Guerra de Espaa. Activo en Venezuela durante la Primera Repblica, tuvo el cargo de Capitn General y jefe poltico de Venezuela. 8 Ciertamente, la Plaza de Puerto Cabello ocupaba un lugar preponderante en el sistema defensivo de Venezuela durante la dominacin espaola, es decir, era una de las llaves estratgicas del gran comercio de exportacin con la Metrpoli o factora fortificada de la Costa de Venezuela. (Surez, Santiago-Gerardo, 1971: 22)
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el corazn, volvemos a preguntarnos por qu no prest el auxilio que reclam
Bolvar?. Aunque los historiadores han tratado de explicar este hecho, an no
se entiende el verdadero motivo del silencio del Generalsimo en contestar las
cartas del Coronel Bolvar. Para los detractores del joven oficial este incidente
signific un suceso deseado, pues la culpa recaera sobre sus espaldas, y al
anciano hroe la oportunidad perfecta para convencer a sus tropas sobre lo
intil de continuar luchando y buscar una salida pacfica a travs de un
armisticio honroso.
Ciertamente, Puerto Cabello signific la prdida de otra Plaza cualquiera,
pero para el joven Bolvar esto representaba, adems, la derrota moral ms
aplastante de su vida. El futuro padre de seis naciones se encontraba en tal
estado depresivo, que muchas veces soaba con el generalsimo reprochndole
lo ocurrido.
Producto de tales acontecimientos, Bolvar logr huir hacia La Guaira y
escribi una segunda carta dirigida a Miranda con fecha de 12 de julio de 1812,
donde, entre otras cosas, expuso: A pesar de la cobarda con que, al fin, se han portado los habitantes de aquella ciudad, puedo asegurar que no por eso han cesado de tener los mismos sentimientos, creyeron nuestra causa perdida porque el ejrcito estaba distante de sus cercanas. El enemigo se ha aprovechado muy poco de los fusiles que tenamos all, pues la mayor parte de ellos los arrojaron a los bosques los soldados que los llevaban, y los otros quedaban muy descompuestos: en suma creo que apenas lograron doscientos por todos.()
Mi general, mi espritu se halla de tal modo abatido que no me siento con nimo de mandar un solo soldado; mi presuncin me haca creer que mi deseo de acertar y mi ardiente celo por la patria, supliran en m los talentos de que carezco para mandar. () Yo hice mi deber, mi general, y si un soldado me hubiese quedado, con ese habra combatido al enemigo; si me abandonaron no fue por mi culpa. Nada me qued que hacer para contenerlos y comprometerlos a que salvasen la patria, pero ah! sta se ha perdido en mis manos. (Bolvar, S., s.f.: 32-33. El subrayado es nuestro)
Ante esta carta, Miranda no se tom la molestia de contestar, pero se
pueden observar tres puntos sealados muy bien por Bolvar: el primero, la
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clara posicin de un pueblo dispuesto a resistir y a tener una nacionalidad
propia, aunque tal vez para ese entonces no se tena bien claro el significado de
la identidad nacional del ser venezolano, o aquella otrora identidad ancestral
que se opusieron a perder los antiguas poblaciones originarias, para ese
entonces con cerca de trescientos de transculturacin y dominacin espaola.
En segundo lugar; el profundo dolor de la derrota, era algo irreparable. La
tercera, las prensilla de coronel llevada sobre sus hombros no eran ddivas
producto del capricho de algunos o por su condicin social, sino a su alto grado
de espritu militar que encierra su honor, valenta, disciplina y liderazgo.
Existi una tercera carta dirigida a Miranda, fechada el 14 de julio de
1812, donde le expresa amargamente su desdicha por los acontecimientos
ocurridos. Esta situacin no poda durar mucho tiempo, pues la actitud ruda y despiadada de Miranda, al destacar con su pertinaz silencio ante Bolvar su fracaso, s agudiz por algn tiempo su honda pena, al cerrarle todas las salidas y esperanzas de reivindicacin, poco a poco le fue dejando ms tranquilo, y un nuevo sentimiento, alimentado por el recuerdo de los desaires de que fue objeto, dio paso a una pasin furiosa contra Miranda. La admiracin por el dolo de ayer se convirti en odio profundo, que extraa sus combustibles de las ms sensibles fibras de esa alma soberbia, afrentada por la ms seria humillacin. Por eso no tardara en llamarlo jefe aborrecido y dspota arbitrario hasta el exceso. (Livano, I., 2001: 88) As, pues, podramos suponer que el generalsimo, ciertamente, sinti sus
reservas en contra de Bolvar, pero es menester comprender, adems, la
madurez y agotamiento de Miranda, un hombre con grandes batallas a cuesta,
habituado a los grandes ejrcitos disciplinados, protagonista de revoluciones
cruciales en la historia del mundo contemporneo. En virtud de ello, al
encontrarse con tropas sin entrenamiento riguroso, mal dotadas y oficiales
jvenes y bisoos, sin duda, le debi causar indignacin y su audacia,
capacidad y fuerzas se vieron prontamente desvanecidas.
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1.2.- Prdida de la Primera Repblica.
En aquella hora crucial el desenlace final de la Primera Repblica se
estaba consumando en Maracay. El 24 de julio de 1812 se daba el toque final
de la Capitulacin de San Mateo, armisticio aconsejado a Miranda por el
Marqus Casa Len y llevado a sus ltimas consecuencias por sus designados
Jos Sata y Bussy y Manuel Aldao. El generalsimo la acepta tal cual como
Domingo Monteverde lo esperaba.
Seguidamente, Miranda orden llevar sus pertenencias hacia La Guaira,
por donde pensaba abandonar el pas a bordo del Bergantn Sapphire o Zafiro,
paradjicamente la misma embarcacin donde vino Bolvar desde Inglaterra,
trayendo consigo el sueo de darle la libertad absoluta a su pueblo con la ayuda
del Precursor.
Sin embargo, la noticia de la eventual huida de Miranda hizo exaltar los
nimos de los enardecidos patriotas, quienes lo consideraban traidor a la causa
y lo inculpaban de haberlos vendido a Monteverde. Al efecto, se reunieron en
La Guaira, donde lo esperaran para aprehenderlo, no sin antes ponerse en
contacto con el comandante Militar de la regin, coronel Manuel Mara Casas y
con el Gobernador Civil, Don Miguel Pea.
El 30 de julio, el generalsimo se enter que las tropas de Monteverde se
encontraban a pocos kilmetros de la Capital, y se puso en marcha hacia La
Guaira. Segn el insigne merideo Mariano Picn Salas, fiel admirador del
precursor, en su obra Miranda, publicada en 1966, nos describe cmo fueron
las ltimas horas de Miranda, quien para el atardecer, huyendo de Monteverde,
lleg a La Guaria donde le brind el hospedaje su propio comandante Casas,
mientras que el Sapphire, barco donde pretenda su huida estaba dispuesto
esperndolo, pero no lo abord de inmediato a pesar de las reiteradas peticiones
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de su capitn, el ingles Haynes, y prefiere quedarse en tierra firme para conocer
los ltimos detalles de la suerte de la Repblica.
Por su parte, Casas les ofreci una cena en su hogar, la cual se vio
envuelta en una acalorada discusin entre Pedro Gual y el coronel Juan Paz del
Castillo, concurrentes tambin a la cena. Estos le solicitaron a Miranda les
explicara hasta donde los protega la Capitulacin. El viejo General se sinti
ofendido por tal interrogatorio. El capitn Haynes le pidi de nuevo abordase el
barco, pero Miranda insisti respondindole con una negativa, y decidi pasar
la noche en aquel sitio.
El plan conspirador contra Miranda se puso en marcha encabezado por
Bolvar, Chatillon y Montilla. Inmediatamente, ordenaron a un grupo armado
apostarse al frente de la casa donde pernoct esa noche. El coronel Casas se
retir al Castillo del Colorado para hacer la guardia. Empero, en su mente
estaba tramando una doble traicin: la primera, a su husped para hacerle
preso; la segunda, a los captores, pues una vez consumado el hecho, entregara
a Miranda al invasor Monteverde.
La violenta entrada de los asaltantes despert al Generalsimo y al
incorporarse de su sueo observ a sus apresadores. Entendiendo los hechos, se
dirigi a su joven edecn Soublette y expres la clebre frase: Bochinche,
Bochinche, esta gente no sabe hacer sino Bochinche. (Cova, J., 1940: 69)
Para la maana del 31, los autores del hecho se reunieron con el
doblemente traidor para decidir la suerte del prisionero. Bolvar propuso el
fusilamiento. Para ese momento, lo vea como el nico culpable de la cada de
la Repblica y responsable de la prdida de Puerto Cabello, por la falta de
auxilio. Por otra parte, Casas, ejerciendo su autoridad decidi no entregar a
Miranda a los deseos de los patriotas sino a la justicia espaola, y cumpliendo
con parte del armisticio, a ninguno de ellos se les permitira salir del pas.
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Fue una situacin sumamente complicada para los patriotas y ms para
aquellos directamente comprometidos con la causa, como es el caso del coronel
Bolvar. Por ello, decidi no abandonar el pas huyendo, sino dirigise a
Caracas y se puso en contacto con un viejo amigo de nacionalidad espaola
llamado Francisco Iturbe. Este cercano amigo de la familia Bolvar demostr
siempre especial aprecio por el joven Simn y le ofreci su ayuda en el acto,
logrndose poner en contacto con el propio Monteverde y le explic la
situacin del joven, resaltando, entre otras cosas, la opinin del oficial sobre
Miranda y haber sido uno de los cabecillas de su aprehensin. El caudillo
espaol, quien an se encontraba bajo el xtasis de su podero sobre Venezuela,
no prest mayor atencin y decidi darle la entrevista a uno de los lderes de la
causa patriota.
As pues, los recibi muy amablemente, y mientras los dos ibricos
conversaban, Bolvar, muy apartado de ellos, escuchaba con detenimiento sus
palabras sin dejar de admirar las dotes de mando, la mirada penetrante y la
sonrisa cruel del invasor realista quien logr desvanecer, momentneamente,
sus sueos de libertad. Yo fui presentado a Monteverde por un hombre tan generoso como yo era desgraciado. Con este discurso me present Iturbe al vencedor: Aqu est el comandante de Puerto Cabello, por quien le ofrec mi garanta; si a l toca alguna pena, yo la sufro, mi vida por la suya Monteverde contest diciendo a su secretario Muros: Se concede pasaporte al seor (sealando a Bolvar), en recompensa del servicio que ha hecho al rey con la prisin de Miranda () Bolvar haba permanecido silencioso, pero al or las palabras de Monteverde repuso en el acto: He apresado a Miranda para castigar a un traidor a su patria, no para servir al rey () Tal respuesta descompuso a Monteverde; pero Iturbe insisti en que se le haba ofrecido el pasaporte y que su garanta estaba empeada, terminando por decir a Muros: Vamos, no haga usted caso de este calavera; dele el pasaporte y que se vaya. (Cova, J., 1940: 73-74)
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Jams se imagin Monteverde que, al firmar aquel pasaporte, estaba
firmando su futura derrota. El hombre a quin le haba permitido su salida del
pas estaba destinado a convertirse en El Libertador de su patria. Solo bastara
un ao ms para convertir todo su fracaso en un canto de victoria y de gloria.
La prdida de la Plaza de Puerto Cabello y la Capitulacin de Miranda,
eran hechos an no superados por el joven patriota. Sin embargo, en medio de
la confusin y la calamidad, ocurri un episodio igualmente lamentable en su
existencia como fue la prdida de su hermano, y quien en vida fue tambin su
apoderado Juan Vicente Bolvar9, quien muri ahogado cerca de Las Bermudas
al naufragar el bergantn americano San Felipe Neri, en el cual navegaba desde
los Estados Unidos de Amrica, donde se desempeaba en una misin
diplomtica, explicando la causa independentista de su patria y solicitado
apoyo a los hermanos de la Amrica del Norte.
Pero la mayor tristeza sufrida por Bolvar fue ver a su amada Venezuela
en manos del temible Domingo Monteverde quien, como era de suponerse, no
cumpli con el armisticio. Por el contrario, muchos hombres, mujeres y nios,
nobles y honrados patriotas fueron pasados por las armas. Tal era dice Bolvar el infeliz estado de Caracas, cuando revent en los Valles de la Costa, al Este, la revolucin de los negros, libres y esclavos, provocada, auxiliada y sostenida por los emisarios de Monteverde. Esta gente inhumana y atroz, cebndose en la sangre y bienes de los patriotas, de que se les dio una lista en Curiepe y Caucagua, marchando contra el vecindario de Caracas, cometieron en aquellos valles y, especialmente, en el pueblo de Guatire los ms horrendos asesinatos, robos, violencias y devastaciones. Los rendidos, los pacficos labradores, los hombres ms honrados, moran a pistolazos y sablazo, o eran azotados brbaramente an despus de haberse publicado el armisticio. Por todas partes corra la sangre y los cadveres eran el ornato de las plazas y calles de Guatire, Calabozo, San Juan de los Morros y otros pueblos habitados por gente labradora y pacfica que, lejos de haber tomado las armas, huan, al acercarse las tropas,
9 En su libro Catlogo de Errores y Calumnias en la Historia de Bolvar 1983, Vicente Lecuna afirma que en octubre de 1803 Bolvar otorg amplio poder general a su hermano Juan Vicente Bolvar, ante el escribano don Pedro Antonio Cobin. Dato tomado de un documento de 7 de enero de 1807 existente en el archivo de Manuel Segundo Snchez.
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a los montes de donde los conducan atados para quitarles la vida sin ms formalidad, audiencia o juicio que hacerlos hincar de rodillas. Cualquier oficial o soldado estaba autorizado para dar impunemente muerte al que juzgaba patriota. (Livano, I., 2001: 107-108)
Con este profundo dolor en su alma parti el joven caraqueo el 12 de
agosto de 1812 en el velero Jess, Mara y Jos, con destino a Curazao,
dejando atrs las costas venezolanas. Renunci de todo cuanto disfrut al ser un
joven de la alta sociedad caraquea, una vida llena de recuerdos, viajes,
banquetes, amigos, amores y riquezas; pero tambin dejaba atrs sus martirios
para darle paso a la principal ocupacin de su vida en los aos sucesivos: darle
la libertad a su patria.
Su llegada a Curazao no fue diferente a la situacin vivida en Venezuela,
un manto de desventuranza lo segua acompaando. El 10 de septiembre de
1812 le escribi una carta a su benefactor Don Francisco Iturbe, donde le relat
la crisis experimentada en Curazao. Su equipaje fue confiscado por causas, para
l, muy extraas, pues, supuestamente, sus pertenencias haban estado en la
misma casa donde se aloj Miranda y, la otra presuncin esgrimida, era por las
deudas contradas por el bergantn Celoso en Puerto Cabello donde l era
comandante y, por ende, tena la responsabilidad de pagarlas.
Debido a esta penosa situacin y aunque no era de su agrado, Bolvar
trat de sobrevivir a expensas de favores de algunos amigos. Por ello, solicit a
Iturbe ponerse en contacto con Don Domingo Ascanio, a quien haba confiado
sus bienes y del cual no tena noticias para, de alguna manera, lograse enviarle
dinero.
Desesperado, Bolvar volvi a escribirle a Iturbe, explicndole la misma
situacin crtica, aunque con elevada moral, en los siguientes trminos: Es verdad que me han quitado inicuamente mi poco dinero y equipaje, pero yo estoy conforme en mi corazn, porque se que cuando el infortunio persigue por algn tiempo, todo se conspira contra el infeliz. Pero como el
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hombre de bien y de valor, debe ser indiferente a los choques de la mala suerte, yo me hallo armado de constancia, y veo con desdn los tiros que vienen de la fortuna. Sobre mi corazn no manda nadie ms que mi conciencia: sta se encuentra tranquila, y as no le inquieta cosa alguna. Qu importa tener o no tener cosas superfluas?. Lo necesario nunca falta para alimentar la vida. Jams se muere el hombre de necesidad en tierra. Jams falta un amigo compasivo que nos socorra y el socorro de un amigo, no puede ser nunca vergonzoso el recibirle. (Bolvar, S., s.f.: 36-37)
Agotado Bolvar de sus das en la Isla, a principios de noviembre se
embarc rumbo hacia Cartagena, acompaado de algunos amigos que tambin
haban encontrado refugio all, como Ribas, Briceo Mndez, Tejada, entre
otros. Fueron largos das y noches donde lidi contra el hambre y la miseria,
pero su mente y espritu estaban cargados de pensamientos y reflexiones sobre
lo ocurrido en su patria. As nacen las primeras ideas de su extraordinario
Manifiesto de Cartagena.
1.3.- El Coronel Bolvar prepara el contraataque.
Bolvar arrib a Cartagena de Indias en octubre de 181210 y de
inmediato, como hombre de armas, ofreci sus servicios militares a los
neogranadinos, quienes haban seguido el ejemplo de Caracas abrazando la idea
independentista.
Al habrsele hecho un estudio de sus mritos y la validez de su grado de
coronel, el jefe del Poder Ejecutivo de la provincia, Don Manuel Rodrguez
Torices, lo design para ocupar una plaza como oficial bajo las rdenes del
coronel francs Pedro Labatut. De inmediato pas a comandar las guerrillas de
Barrancas, a orillas del ro Magdalena (Cova, J., 1940: 77). Pero la formacin
10 Vinicio Romero afirma que fue esta la fecha del arribo de Bolvar a Cartagena, otros historiadores como el caso de Indalecio Livano Aguirre sostiene que fue a mediados de Noviembre de 1812.
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del carcter del futuro genio de Amrica, an debi soportar nuevas pruebas,
pues su jefe Labatut conoca de los sucesos en Venezuela y, para colmo de
males, era amigo personal de Miranda, con quien haba llegado al nuevo
continente ejerciendo por algn tiempo la piratera en el Caribe. El coronel
Labatut, de inmediato, sinti el recelo heredado de Miranda y su desconfianza
por el joven caraqueo.
El 15 de diciembre de 1812 public en Cartagena de Indias su primer
documento poltico escrito, dirigido a los neogranadinos, donde explic las
causas de la prdida de la primera Repblica en Venezuela. De este clebre
documento podemos resaltar lo siguiente:
- Destaca la excesiva tolerancia asumida por el gobierno con la ciudad
subalterna de Coro, la cual no acept la legitimidad del nuevo orden
republicano, declarndose como ferviente enemiga de la causa libertadora.
- La falta de voluntad de los gobernantes para aplicar las leyes fue otro
factor determinante contra la salud de la patria, pues se cometieron atroces
delitos acompaados de un perdn indigno.
- La deficiente organizacin del Estado afectaba directamente a la
formacin de una fuerza armada bien adiestrada, pues existan cuerpos de
milicias indisciplinadas en lugar de ejrcitos de soldados instruidos para la
batalla y la vida castrense. Bolvar pensaba que la Repblica no necesitaba de
hombres pagados, sino de ciudadanos bien dispuestos y preparados para
protegerla cuando sta estuviese en peligro.
- La falta de unidad entre los venezolanos hizo que las provincias se
distanciaran an ms. El congreso federal le concedi a Caracas el noble puesto
de ser la capital, lo cual despert recelo entre las otras, en especial la provincia
de Valencia.
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- La naciente Repblica se vio ahogada por el incremento desmedido de
la burocracia, de las rentas pblicas, pues se deba pagar a infinidad de
funcionarios entre oficinistas, secretarios, jueces, magistrados, legisladores,
etc., cuyo monto fue imposible cancelar a pesar del establecimiento del papel
moneda que los pueblos se vieron reacios a aceptar.
- La naturaleza tambin jug un papel significativo como causa del
desmoronamiento de la Repblica, cuando el 26 de marzo de 1812, un
terremoto azot cruelmente las tierras venezolanas, siendo Caracas una de las
ms afectadas. Esto repercuti indiscutiblemente en la moral de los ciudadanos
quienes fueron objeto de la ms vil manipulacin del clero, pues unos curas
aptridas y otros extranjeros, utilizaron este trgico momento para avivar el
descontento del pueblo y llevarlos a la sublevacin. Pero esto se hubiese podido
evitar si se hubiese contado con un gobierno slido, que actuase rpido,
dndole respuestas al pueblo en tan grave situacin.
- El Libertador insisti en criticar al sistema federal adoptado. Sin duda,
este rgimen, poda brindar la mayor suma de felicidad a cualquier sociedad,
pero en nuestro caso sus postulados resultaban contrarios para un Estado
naciente. La nueva Repblica deba organizarse sobre bases slidas que
solamente podra ejecutar un Estado unitario y articulado con todas las
provincias. (Bolvar, S., s.f.: 41-48)
Bolvar hizo ver a los neogranadinos lo ocurrido en Venezuela,
advirtiendo sobre la posibilidad de repetirse, tarde o temprano, tal experiencia
en cualquier otra provincia o Virreinato, instndolos a no permitir el avance de
Espaa, pues posea el control de su patria y no se detendra hasta someter de
nuevo a las colonias rebeldes.
Una vez en Barrancas, el coronel Bolvar reuni a la tropa bajo su mando
y observ de inmediato el deplorable estado en el cual se encontraba por falta
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de mando. Puso a sus hombres en actividad para organizarlos, los someti a un
rpido e intensivo adiestramiento e, incluso, asombr a los pocos habitantes de
este humilde poblado, el cual nunca haba presenciado tanto movimiento.
Para el 27 de diciembre de 1812, cuando su tropa compuesta de 200 a
250 hombres (de la original de 70 hombres de la guarnicin, logrando esta
cantidad gracias a los voluntarios y reclutas del pueblo) estaba preparada,
abandon el pueblo rumbo a Tenerife, con la intencin de expulsar a los
espaoles all acantonados.
Su tropa se traslad sigilosamente por el ro Magdalena hasta llegar a un
pueblo llamado Salamina, para descansar y recargar sus provisiones. Bolvar
dej reposando a orillas del ro a sus soldados, quienes despertaron curiosidad
entre los pobladores. Luego se dirigi con algunos oficiales a la taberna del
pueblo para recaudar entre los habitantes del lugar informacin sobre el
enemigo. Entre tragos, cuentos, chistes y otras cosas propias de estos lugares,
logr su cometido e, incluso, cuentan a Bolvar con gran alboroto sobre la
sensacin del pueblo: una bella joven que haba llegado de Francia junto a su
padre, un comerciante de apellido Lenoit.
Al atardecer abandon la taberna, no sin antes preguntar donde viva tan
hermosa dama, de quien tanto le haban hablado. Sin embargo, conocemos el
sentimiento que ocupa el corazn del joven viudo11, pero atribulado por su
tormentoso pasado dej espacio para nuevas pasiones. Su curiosidad lo llev
hasta las puertas de la morada de la joven Anne Lenoit, pronuncia algunas
palabras en buen francs y la joven sali a su encuentro, comprobando el
acierto de los rumores escuchados en la taberna. Ciertamente, Anita era una
rubia hermosa, quien de inmediato qued impregnada de la galantera 11 Bolvar se caso el 26 de mayo de 1802 con Mara Teresa Josefa Antonia Joaquina, hija de don Bernardo Rodrguez de Toro y doa Benita de Alayza y Medrano. Pero lamentablemente falleci el 22 de enero de 1803, producto de haberse contagiado de la fiebre amarilla.
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caracterstica de El Libertador. Sorprendida por escuchar su lengua materna en
estos sitios lejanos y salvajes, rompi el hielo y comenzaron a entablar una
larga conversacin sobre Paris, pero tambin acerca de la peligrosa campaa a
emprender. (Livano, I., 2001: 100-101) Esta ancdota, como otras ms, nos
permiten conocer ms a fondo su espritu, ms humano y ms sensible, no ese
al cual estamos acostumbrados: verlo en el lomo de un caballo brioso
empuando su sable.
El 23 de diciembre de 1812 llegaron las tropas a Tenerife. Bolvar
decidi diplomticamente enviar una clusula de rendicin, la cual no fue
aceptada por las tropas realistas.
Demostrando sus dotes de estratega militar desembarc su pequeo
ejrcito en diversas posiciones estratgicas sitiando al enemigo, donde se
escenificara un reido y sangriento combate. Los realistas no pudieron
contener por ms tiempo el ataque de El Libertador, temiendo ser sitiados en
aquella plaza. Fue entonces cuando decidieron abandonarla, dejando atrs
piezas de artillera y algunas embarcaciones pequeas, tomndolas como parte
del botn de guerra. Al da siguiente entraron en la villa de Barrancas y
proclamaron la libertad de navegacin del ro Magdalena. Triunfante, Bolvar
reuni al Cabildo, y con gran entusiasmo hizo una apologa del gobierno
republicano.
Aqu logr aumentar sus tropas, derrotando a su paso vencedor los
destacamentos situados en Plato y Zambrano. Entr el 26 de diciembre de 1812
a Mompox y sali de all el 29 de diciembre con 500 hombres, entre los cuales
se anexaron animados voluntarios mompoxianos, mientras el espaol Campani
decidi evacuar el Banco, donde haba tres compaas realistas.
Fue as como los acontecimientos se fueron dando uno tras otros,
trayendo consigo los laureles de la victoria emancipadora. Bolvar haba
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aprendido no detenerse a disfrutar de la embriaguez del triunfo; mientras tanto
los espaoles pensaron errneamente que l hara esto y que consolidara su
triunfo en el Magdalena. Pero estratgicamente Bolvar: abandon sus mrgenes y se intern en la provincia enemiga por el ro Cesar hasta caer sorpresivamente, el 1 de Enero de 1813, sobre Chiriguan. Luego regres al Magdalena, se present ante el Tamalamaque, lo rindi y avanz sobre el Puerto Nacional, que se le entreg despus de intensa lucha. Estos xitos despertaron enorme alegra y sorpresa en Cartagena, en medio de las cuales se ahog la protesta de Labatut y se frustr su empeo de someter al caraqueo a Consejo de Guerra por su desobediencia. (Livano, I., 2001: 102.)
Gracias a estos primeros hechos quedaron restablecidas las
comunicaciones de Cartagena con el interior del Virreinato. Por otro lado,
Bolvar recibi noticias del entusiasmo existente entre los pobladores de Ocaa,
sitio de excelente posicin estratgica para el avance hacia Venezuela. Al
deducir esto, el Coronel dej parte de su tropa en el Magdalena y se dispuso
avanzar en campaa para ocupar la ciudad de Ocaa el 8 de enero de 1813,
donde rindi a las tropas espaolas y triunfante decidi instalar un cuartel
general en esa poblacin. Ahora, silenciosamente dirigi su mirada hacia la
provincia de Ccuta, la cual estaba sometida por la presencia enemiga.
Para su sorpresa, recibi una comunicacin del Congreso de Tunja,
anuncindole sobre lo avanzado que estaban las tropas de Monteverde en las
fronteras neogranadinas, al mando del coronel Ramn Correa12. Aunque esta
noticia caus temor entre sus tropas y oficiales, no obstante, le trajo cierta
expectativa, pues adverta que las autoridades le confiaran la defensa de sus
fronteras, lo cual le permiti continuar con su avanzada.
12 Naci en Ceuta (Marruecos) en el ao de 1770 y muri en Puerto Cabello (Edo. Carabobo) en el ao de 1821. Militar del ejrcito espaol, activo en Venezuela durante las 2 primeras dcadas del siglo XIX. Gobernador de las provincias de Maracaibo (1814-1815) y Barinas (1816), gobernador y capitn general de Venezuela (1819 y 1821) y jefe superior y poltico de Venezuela (1820). Miembro de la comisin que concluy los Tratados de Trujillo en 1820.
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Monteverde contaba con un poderoso ejrcito para pacificar a la Nueva
Granada, compuesto por 2.500 infantes regulares y adiestraban a 500 para
reunir 3.000, ms 1.700 jinetes bajo las rdenes de Ynez y Nieto, todos ellos
dirigidos por el capitn de fragata Antonio Tizcar, y agregando las tropas de
Correa sumaban ms de 6.000 hombres en armas. Ante tan avasallante
contingente, Bolvar pudo imponer su liderazgo para evitar la desmoralizacin
entre sus subalternos.
Al acercarse los espaoles a Pamplona, obligaron al coronel
neogranadino Manuel Castillo y Rada13 a solicitar auxilio al Libertador. Una
vez otorgada la autorizacin respectiva por el gobierno de Cartagena, ste sali
de inmediato en su ayuda. Con esta amenaza a sus espaldas, Correa no se
atrevi a invadir Pamplona. Como bien explica Cova: La mayora de los soldados de Bolvar, acostumbrados a las temperaturas del trpico, en las regiones de la costa, sufran cruelmente por el aire helado de la cordillera, y slo el cario y la admiracin que haba podido inspirarles su jefe le impeda sucumbir bajo el peso de las miserias. El espaol Correa trata de sorprender a Bolvar a la salida de las montaas; pero ste, dando ya pruebas de su habilidad guerrillera, ha hecho correr la noticia de que llega con l un verdadero ejrcito; y en el desfiladero de La Aguada destruye las primeras tropas enemigas que le salen a su paso y en retirada van desocupando todos los puntos fuertes que mantenan en el camino de Pamplona, ciudad que ocupa Bolvar, reunindose a Castillo, mientras que Correa, siempre en retirada haca alto en San Jos de Ccuta. (Cova, J., 1940: 84)
Con estas acciones, Bolvar estaba consagrndose como un audaz jefe
militar, pero como era de esperarse, sus compaeros neogranadinos tuvieron
sus diferencias con l. Planteaba, como la nica manera de liberar a Ccuta, un
rpido ataque conjunto. Pero Castillo, encastillado en las viejas tcticas,
prefiri inmovilizar sus tropas manteniendo solo una lnea defensiva. Esto nos
13 Naci en Cartagena de Indias (Colombia) no conocemos el ao y muri en Cartagena de Indias (Colombia) 24.2.1816. General de brigada. Abraz la carrera de las armas en 1810, cuando Nueva Granada inici su movimiento revolucionario.
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recuerda a las tcticas utilizadas por Miranda, las cuales generaron fuertes
controversias con Bolvar. Este entiende de plano la decisin de su compaero
y no gast su tiempo en discusiones, despreocupndose de las objeciones del
coronel neogranadino. As las cosas, decidi dividir su ejrcito en dos cuerpos
buscando el Valle de Ccuta.
Las tropas libertadoras comenzaron su ascenso por la serrana andina.
Venci una primera resistencia el 22 de enero de 1813 en el alto de La Aguada,
luego avanz sobre las posiciones enemigas del ro Zulia, las tom por sorpresa
y prepar su embate final. Para al amanecer del 28 de febrero sus tropas
estaban prestas para avanzar hacia la ciudad de Ccuta, donde se encontraban
las tropas realistas, las cuales en una accin desesperada trataron de tomar por
sorpresa la retaguardia de los hombres de Bolvar, quienes los repelieron con
una fuerte descarga de fusilera. Luego de horas de encarnecido combate
orden a Jos Flix Ribas, su segundo al mando y to poltico14, atacar por el
centro con la difcil maniobra de carga a la bayoneta, movimiento de ataque
que slo lo puede ejecutar un aguerrido y adiestrado ejrcito. Ribas cumpli la
orden a cabalidad, logrando producir la derrota del enemigo. Los realistas
decidieron retirarse, pero Bolvar quiso ver a sus enemigos totalmente
diezmados, ordenando entonces se les persiguiese sin contemplacin alguna.
En esta operacin se puso en evidencia las diferencias, en cuanto a tcticas
militares se refiere, entre la concepcin de Bolvar y la vieja guardia de
Miranda o Castillo.
La noticia de su triunfo lleg al Congreso Neogranadino, llenndose
todos sus miembros de entusiasmo. Presidido por el prcer Camilo Torres,
decidi como recompensa a tan nobles servicios prestados, otorgarle al joven
14 Jos Flix Ribas se cas con doa Josefa Palacios Blanco nacida en 1774, considerada por la historia como la segunda madre de Bolvar, puesto que ella cuid de l despus que qued hurfano de madre.
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caraqueo el ttulo de ciudadano de la Nueva Granada y el rango militar de
Brigadier de la Unin. El Libertador, extasiado por su indiscutible triunfo, no
vacil en solicitarle al honorable Congreso la autorizacin de invadir a
Venezuela y devolverle su derecho a ser libre y soberana; pero ante tan
ambiciosa peticin encontrara numerosas trabas, como por ejemplo, su
compaero el coronel Castillo, quien haciendo revuelo de sus diferencias, lo
acus ante el Congreso de ser un hombre arrastrado slo por las pasiones,
alocado e inexperto, considerndolo incapaz de llevar a cabo tan grande
empresa y quien slo traera prdidas a la Nueva Granada. Castillo, con sus intrigas, ha logrado que el congreso no responda a las peticiones de Bolvar, quien desesperado por poner en ejecucin sus planes de reconquista, escribe de nuevo al soberano cuerpo: La suerte de la Nueva Granada, est ligada con la de Venezuela: si sta contina en cadenas, la primera la llevara tambin: porque la esclavitud es una gangrena que empieza por una parte, y si no se corta, se comunica al todo y perece el cuerpo entero.() Adems del Congreso escribe particularmente a Camilo Torres, a Nario, a Torrices y hasta al mismo Castillo, a quien en carta del 15 de abril le ofrece la jefatura del ejrcito.() Pero a tales ofertas responde Castillo proponiendo al Congreso escoger entre l y Bolvar y que si se le propone al venezolano est dispuesto a solicitar la baja en el ejrcito. (Cova, J. 1940: 85-86.)
Ante la controversia reinante en el Congreso neogranadino, el coronel
Rafael Urdaneta, fiel amigo de El Libertador y compatriota, le dice General: si
con dos hombres basta para emancipar la patria, pronto estoy a acompaar a
usted, hecho que sin duda qued marcado en la historia como muestra de la
ms sublime e irrevocable lealtad.
Bolvar persever entonces en buscar la anhelada autorizacin. Fue
entonces cuando Camilo Torres, quien tena fe en l, logr aprobar dicha
licencia para acceder a su peticin de invadir a Venezuela, mediante un
documento de instrucciones fechado el 27 de abril de 1813. (Cova, J. 1940: 86).
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El 7 de mayo Bolvar recibi en Ccuta el ambicioso permiso, no tan
amplio como l lo esperaba, solo lo facultaban para ir en campaa hacia las
provincias fronterizas de Mrida y Trujillo. Castillo, al conocer la noticia, se
separ poco despus del ejrcito como lo haba prometido y dej su cargo al
mayor neogranadino Francisco de Paula Santander, hombre de probada
admiracin por Castillo y quien, sin duda, acatara sus lineamientos.
Sin embargo, nada detuvo a Bolvar en su arriesgada empresa. Para tal
efecto, reuni sus tropas en San Antonio, a los que ley una proclama: en el momento de abrir marcha, hizo leer la siguiente proclama, que era su inmortal cartel de reto a Monteverde: Soldados del Ejrcito de Cartagena y de la Unin. Vuestras armas libertadoras han venido hasta Venezuela, que ve respirar ya una de sus villas al abrigo de vuestra generosa proteccin. En menos de dos meses habis terminado dos campaas y habis comenzado una tercera, que empieza aqu y debe concluir en el pas que me dio la vida. Yo he tenido la honra de combatir a vuestro lado, conozco los sentimientos magnnimos que os animan a favor de vuestros hermanos esclavizados, a quienes pueden nicamente dar salud, vida y libertad vuestros temibles brazos y vuestros pechos aguerridos. El solo brillo de vuestras armas invictas har desaparecer en los campos de Venezuela las bandas espaolas, como se disipan las tinieblas delante de los rayos del sol. La Amrica entera espera su libertad y salvacin de vosotros, impertrritos soldados de Cartagena y de la Unin! No, su confianza no es vana, y Venezuela bien pronto ver clavar vuestros estandartes en las fortalezas de Puerto Cabello y La Guaira. Corred a colmaros de gloria adquiriendo el sublime renombre de libertadores de Venezuela. (Livano, I., 2001: 105)
Con esta proclama Bolvar defini el futuro de su vida, la cual entreg a
la noble empresa de libertar a sus compatriotas, de destruir todo vestigio del
imperio espaol y construir una Repblica basada en los nobles ideales de
justicia, hermandad y soberana.
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PRCERES VENEZOLANOS Y NEOGRANADINOS.
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Rafael Urdaneta. Jos Flix Ribas. 7 leo de Martn Tovar y Tovar (1874) Dibujo de L. Tavernier, Palacio Federal de Caracas. Litografa de Thierry Frres.
Francisco de Paula Santander. Dibujo de L. Tavernier, Litografa de Thierry Frres. Libros Raros Biblioteca Nacional Caracas.
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