edición no 1
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Edición 2014, "La Guatemala que quiero..."TRANSCRIPT
CO
NTENID
O
Carta del Editor
Hacia la utopía
Realidad
Guatemalteca
La Guatemala
que quiero
Quiero
Un cambio para
Guatemala
Un solo
Corazón
Fundated News
Kelly Jaco (Participante de la 22° fase de SPOR)
Edgar Montenegro (Equipo FUNDATED)
Jorge Mario Sosa (Escritor Fundated News)
Ana Silvia García (Participante 22° fase de SPOR)
Antonio Oxlaj (Escritor Fundated News)
Nátaly Molina (Ex – participante del Programa
SPOR)
Damaris Tujal (Equipo FUNDATED)
Roberto Acosta (Participante de la 22° fase de SPOR)
Heidy Reyes (Participante de la 22° fase de SPOR)
“La Guatemala que quiero” Hablar sobre el país en el cual a todos nos gustaría poder vivir; un país en donde se pueda convivir (y no sobrevivir) sin temor a ser víctima de la violencia social imperante; un país en donde la Democracia sea una realidad y no una bandera política; un país en donde se asegure que nuestros hijos van a poder tener las oportunidades de vivir en forma civilizada; un país en donde no exista injusticia y discriminación; un país sin corrupción; un país sin desnutrición; un país con acceso a educación de primer nivel; un país humanamente habitable en todo el esplendor de la palabra, se ha convertido en el caso de los guatemaltecos, en toda una aventura; aventura que va atravesando cada día por distintos tropiezos que hacen ver a la Guatemala que todos queremos como un sueño que raya en lo imposible. El país de la eterna primavera; la sociedad rica en cultura y tradiciones; la naturaleza envidiable por su gama de riquezas y ecosistemas; la nación con gente amable y cálida que hace al turista siempre tener ese sentimiento de ser bienvenido; todo lo que nos caracterizaba se ha ido evaporando a través de los tiempos gracias a la preocupación que los guatemaltecos tenemos cada día por tratar de recobrar lo que alguna vez tuvimos o por lo menos soñamos tener. Las condiciones actuales del país, nos obligan más que nunca a luchar contra esas cadenas que nos atan; que nos hacen olvidar quiénes somos y lo mucho que valemos. La Guatemala que todos queremos se ha transformado en más que un sueño, en una obsesión! La cicatrización social se vuelve indispensable. Debemos aprender a perdonar y a no olvidar un pasado que se ha ido convirtiendo más que en nuestro presente, en nuestro futuro. Evidentemente, el ser guatemalteco nos coloca en una posición obligatoria por aportar a la creación de esa sociedad que todos soñamos. El sólo soñar con ella no es suficiente, debemos empezar por cambiar lo malo que cada uno sabe que tiene. No importa si estamos dentro del país o fuera de él. El nacer como guatemaltecos nos obliga a ser de éste el lugar en donde realmente nos gustaría siempre estar porque nos provee lo necesario para vivir dignamente a nosotros y a los nuestros. Malas acciones, malas decisiones, falsas esperanzas, falta de motivación personal…..un sin fin de cosas que hemos dejado de hacer o aportar influyen inevitablemente en la sociedad que todos hemos creado. Somos en consecuencia, los únicos responsables del lugar en donde vivimos y del lugar en donde vivirán nuestras generaciones futuras. No debemos olvidar que el Gobierno, a quien siempre responsabilizamos de lo malo que está nuestra sociedad, es el reflejo de lo que somos en realidad. Muchos dirán que no es así si comparan las malas decisiones y actuaciones de nuestras autoridades con su dinámica familiar; sin embargo, encontrarán mucho de parecido si lo comparan con el rol que cada uno de nosotros tiene en las decisiones que tomamos o que no asumimos como convivientes del mismo entorno. Por quien votar, que leyes hay, ignorar cuales son mis obligaciones como ciudadano, la falta de empatía social, el creer que la violencia ya es normal en nuestro día a día, etc., son acciones u omisiones de las cuales somos igualmente responsables y que van
Carta
del Editor
construyendo con nuestro actuar en lo que podríamos denominar nuestra “dinámica social guatemalteca”. Sin embargo, la Guatemala que todos queremos no es imposible de alcanzar. Aún siguen existiendo en nuestro país más aspectos a favor que en contra para poder construir esa nueva Guatemala que todos anhelamos. Las noticias que contaminan cada día a los guatemaltecos son solamente aquellas que se publican pero no son las que más nos representan como nación. Somos más los guatemaltecos que afrontamos positivamente el reto de transformar nuestra sociedad en un espacio de oportunidades para todos en forma justa y en donde los principios y valores deben de ser la base de esa nueva construcción social. Tal vez, lo que haga falta sea solamente encontrar de nuevo el adhesivo que una a todos en un solo bloque de tal manera que sea imposible poderlo fragmentar de nuevo. Desde Fundated News queremos motivar a cada uno de los guatemaltecos comprometidos con su país a sumarse a éste movimiento que busca crear un frente unido que siente las bases de la construcción del país que todos anhelamos, el de la Guatemala que todos queremos!
HACIA LA UTOPÍA
“La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.”
Anatole France
Por: Kelly Jaco
Debemos dar por seguro la inexistencia de un país perfecto. Tanto el propio como
alrededor del globo, no hay siquiera uno exento de grandes o de pequeños
defectos dentro de su estructura política o social. Aunque hay países que pueden
destacar por brindar a sus habitantes un grado de bienestar, desarrollo y ciertas
oportunidades individuales, también hay otros como es el caso de Guatemala que
lleva una línea de desarrollo un tanto lenta y nos hace pensar en un futuro muy
incierto; sin embargo, esto no nos impide pensar o soñar en una nueva
Guatemala.
La Guatemala con la que sueño para esta y para generaciones venideras es
aquella que descanse en una base en la que predomine la educación, el diálogo,
la igualdad, el desarrollo y las oportunidades. De una década hacia el presente,
realmente se ha notado el desinterés y la falta de participación dentro de la política
por parte de la población en general; quizá el grupo que más preocupación causa
por la apatía y conformidad muestra ante nuestra realidad es la de los jóvenes. Es
realmente un pequeño sector de dicha población la que realmente desea un
cambio dentro de nuestra sociedad. Realmente el deseo de una población joven
con un criterio propio, crítico y analítico es muy profundo, pues desde allí se
comienza con una generación consciente de la realidad en que vivimos y enfocada
en objetivos para lograr cambios a largo plazo. Comenzando por la educación de
nuestra actual generación, yo visualizaría no por una educación enfocada al
individualismo sino a una que integre el trabajo en equipo, sin métodos
pedagógicos tan ortodoxos que matan la curiosidad y criterio del estudiante.
Para mí eso sería una educación realmente de calidad, una educación que no
excluya a aquel cuyos recursos son pocos y que vele por desarrollar las
capacidades intelectuales de nuestra juventud.
Una Guatemala justa sería aquella en la que tanto pobres como ricos tengan
acceso a la justicia, en la que ni uno tenga la justicia como un privilegio y otro la
vea inalcanzable o inclinada al mejor postor, una donde tanto hombres como
mujeres conozcan los derechos que, como miembros de esta nación, adquieren
desde el día de su concepción.
Una Guatemala de ensueño sería aquella en la que el que tiene mucho sea
consciente que de lo mucho que tiene puede dar una mínima parte a quien está
desprovisto, y donde el desprovisto no se aproveche de sus carencias para ser un
individuo que se victimiza y no se esfuerza por mejorar su situación o brindarle
oportunidades de empleo dignas para su pleno desarrollo. Una sociedad
pluricultural y multiétnica y que en su mayoría se compone por indígenas, es
diariamente golpeada por situaciones discriminatorias y de desigualdad. Que
diferente sería si como sociedad progresáramos hacia el diálogo y la revaloración
de la identidad indígena; imaginar una sociedad en la que se respetan esas
diferencias culturales y donde no se le empuja al indígena a una “ladinización” que
pretende acabar con su identidad y costumbres que nos dejaría como un pueblo
sin cultura y sin pasado. Un pueblo consciente de su diversidad es un pueblo
que se desarrolla como sociedad y que da igualdad de oportunidades a cada uno
de sus individuos.
El hecho de soñar o pensar que cambios como estos son utópicos nos hace
pensar que somos impotentes y que nada se puede hacer para cambiar la
situación que enfrentamos a nivel nación. No toda la culpa recae en nuestros
gobernantes, pues si alguna vez nos hemos preguntado ¿Qué hemos hecho por
mejorar nuestro país?, la pregunta sería olvidada y posiblemente se quede sin
respuesta. Es difícil comprender a una sociedad realmente dividida, y en una
sociedad dividida ganan aquellos que se aprovechan de dichas debilidades. Es
realmente ofensivo conocer las cifras que se manejan cada año con actividad
política debido al proceso electoral y aún más molesto, el saber que ni siquiera
aquellos que se supone deben velar porque la población acate las leyes y reglas
impuestas, rompan dichas reglas, aprovechándose de la ignorancia que la
mayoría de guatemaltecos mantenemos respecto al tema.
Llegar a un puesto público o burocrático dentro del gobierno, no por capacidades,
sino por camaradería y consanguinidad nos hace conformarnos con la idea que
somos y seremos siempre un país corrupto, con gobernantes que cada cuatro
años nos prometen miles de cambios y que hasta ahora no se ha visto uno
realmente claro.
Un país seguro no se combate con más armas, con más cárceles; se combate con
oportunidades educativas, laborales, retomando los valores y la educación en
nuestro núcleo familiar, pues de nada sirve un sistema educativo de calidad,
cuando la familia no se integra a dicho sistema, las escuelas no tiene por qué
imponer los valores que nunca se han aprendido en casa, porque simplemente no
se puede enseñar algo que en casa nunca se puso en práctica.
No todo es utopía, pues de esas mismas ideas utópicas han nacido cambios en
otras sociedades como la nuestra; todo es cuestión de no solo soñar, sino de
entrar en acción, teniendo en claro de donde somos, de dónde venimos y que
queremos ser, dejando de desear pertenecer a naciones lejanas o dejándonos
absorber por otras culturas a las cuales no pertenecemos. Hay que reconstruir
nuestra identidad, dejar de lado todos aquellos ideales criollos y discriminatorios
que desde época de la colonia nos hemos ido formando como individuos, dejar las
ideas conformistas que nos hacen pensar que no vale la pena intentar algo, que
será inútil tener ganas si no hay unidad. El cambio de toda esta ideología
sumisa, en la que permitimos muchas veces que nos pasen por encima debe
terminar y visualizar una Guatemala ideal y trabajar poco a poco, pero sin
descanso por una Guatemala, para muchos utópica o imposible. Para mí una
Guatemala que si es posible si se logra generar una unidad entre cada uno de sus
individuos, volviéndonos colectivos. Y tú, ¿Qué tipo de Guatemala quieres que
sea? ¿Qué estás dispuesto a hacer para que esto cambie?
REALIDAD GUATEMALTECA
Por: Edgar Montenegro
El ambiente en que se vive en el país de la Eterna Primavera, no es más ni menos
que el de la violencia, que tiene entre otros los siguiente orígenes: la creciente
delincuencia común, la actividad incontrolable de maras y pandillas, las
estructuras del crimen organizado y la narcoactividad, la acción de grupos
privados que reprimen con la violencia movimientos sociales, particularmente a
indígenas y campesinos, la acción de grupos que con o sin apoyo de aparatos y/o
agentes estatales se encargan de eliminar a personas indeseables por la
sociedad.
Causa impresión la cantidad de expertos en seguridad que han surgido
presentando un programa completo para mejorarla, saben cómo manejar el
Ministerio de Gobernación, saben cómo mejorar la Policía, saben cómo mejorar
las cárceles, saben cómo mejorar la justicia, y así en cada una de las cuestiones
que impiden la seguridad de la población.
Para el pueblo de Guatemala es evidente que el tema de la seguridad ha sido un
fracaso. La administración de justicia da como resultado impunidad y más
impunidad, reflejada en la ausencia de castigo penal por la gran mayoría de
crímenes que se cometen. A todo esto se le suma la angustia económica
generada por la falta de empleo por los efectos de la crisis mundial. La ciudad
de Guatemala está llena de una multitud de personas con apariencia de
pertenecer a la clase media baja, personas que sus niveles de ingreso son de
supervivencia y que va en crecimiento cada vez más, y la gran cantidad de
mendicidad en todas partes sube continuamente, algunas veces de apariencia.
Para encontrar solución a esta situación crítica estructural que avanza, es
necesario:
Superar la debilidad histórica del conflicto armado interno. Realizar programas y
proyectos que atiendan a niños y jóvenes formando una nueva generación
que provoque cambios en el país. La capacitación y la educación son
necesarias en las nuevas generaciones.
La ineficacia en el sistema de justicia. Es necesario que exista una verdadera
voluntad política para cambiar esta situación. Enseñar a la población sobre
sus derechos humanos y sus formas de defenderlos es fundamental.
La infiltración del crimen organizado y el narcotráfico dentro de la estructura
gubernamental. Esta situación no es nada aislada, por lo que los países
centroamericanos deben unirse y aplicar medidas necesarias para evitar ese
mal.
Solo así podemos pedir y desear una Guatemala prospera y fecunda, donde exista
paz, justica y bienestar de todos los guatemaltecos. Donde exista educación,
respeto y amor al prójimo.
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Jorge Mario Sosa
Cuando busco respuesta a la interrogante
¿Cuál es la Guatemala que quiero?, vienen a mi
mente un sinfín de imágenes donde no aparece
la sombra de la maldad del hombre, veo un
país libre de racismo, de violencia, de
corrupción, sin delincuencia alguna, donde se
consagra lo que alguna persona quiso en su
momento llamar a la reflexión con la conocida
letra del Himno a la Alegría y que gracias a la
magistral habilidad de Ludwig von Beethoven,
hoy es un anhelo más, sobre todo cuando
literalmente dice “vive soñando el nuevo sol,
en que los hombres volverán a ser
hermanos”
La Guatemala que deseo es aquella en la cual se tome consciencia de nuestros
recursos naturales, que son los pulmones de nuestro mundo, el cual es tan frágil y
que sin pensarlo lo seguimos deteriorando a pasos agigantados, como si fuera un
cáncer. Aunque claro está, esto conlleva a otro deseo… la educación. Un país
sin educación es un país arcaico tratando de subsistir en esta era contemporánea
y que algunos le llaman, la era de las redes.
Pero, cómo lograrlo si el año 2013 nos trajo malas noticias. Según fuentes
periodísticas, algunos de los números nos dejan fríos en el recién pasado año y
es que apenas se obtuvo un 3.5% de crecimiento económico. Otro dato alarmante
es que un 40% de la población vive en pobreza y un 13% en pobreza extrema. A
lo anterior sumemos que de cada 10 niños, 5 padecen desnutrición crónica.
Guatemala fue ubicado en el primer lugar de Centroamérica en corrupción,
mientras que en desarrollo humano, nuestro país presentó un rezago
posicionándose en el puesto 133 de 183 países evaluados. Un país donde solo
un 20% de nuestros jóvenes graduados, encuentra un empleo. (Fuente: Diario El
Quetzalteco)
Así de difíciles son los sueños… pero ¿quién dijo que lo bueno era fácil? YO
quiero a mi GUATE, como un país donde se practican los buenos valores en cada
uno de los hogares que le conforman; veo a jóvenes con empleo, dando su
talento y energía, encausados en la búsqueda del desarrollo en nuestras
comunidades.
Veo a mi GUATE como un país en hermandad, donde se trata y respeta por igual,
donde la tolerancia es parte del actuar y en la que el cielo azul nos recuerde
siempre que Guatemala es el país de la eterna primavera.
Este anhelo, sumado a los miles de sueños de los guatemaltecos de querer
tener un país en paz, será más fuerte, siempre y cuando sea nuestro objetivo
y lo demostremos con nuestro actuar en el día a día. Porque somos los que
marcamos la diferencia de ahora en adelante. TE AMO GUATE!
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Ana Silvia Marín
“Los buenos somos más”. ¿Pero y entonces? ¿Por qué estamos tan mal? ¿Por
qué vivimos en un país donde las minorías que tienen el poder se aprovechan
del resto del país? ¿Por qué lo permitimos?
Es lamentable decir que cada día aumenta el creciente empobrecimiento de la
mayoría de la población, el incremento de violencia, la degradación de los valores
humanos, la destrucción del medio ambiente.
Es por ello que se busca un lugar en donde la política solo sea un complemento
de toda una sociedad; de nada sirve si colaboramos para que este sistema siga
siendo malicioso y manipulador. Este sistema que responde a las necesidades
de funcionarios que solo entienden de poder y no de hacer el bien. Se requiere
tener opiniones propias, sueños cumplidos por la propia labor y el esfuerzo del
trabajo, no del regalo de un gobierno de turno, de gente de paso; se buscan
pensadores y que tengan verdadera cultura, verdadero respeto; necesitamos
luchar por un desarrollo integral para nuestro país. Pensar, en vez de
resignarnos.
Se buscan líderes que nos guíen sin campaña, sin comprar a la gente, con el
único interés de que seamos mejores personas. Tenemos la libertad de
expresarnos, de crecer, de sentirnos vivos, que nos quede claro que la unión es lo
único que nos dará fuerza.
Que exista gente que piense, que ame, que entienda que todos los días deben
luchar por sus sueños, escalando acuerdos y amistad a pesar de ser contrarios,
teniendo entendimiento y menos violencia.
Quiero una Guatemala libre y llena de oportunidades. Debemos tomar conciencia
que cada uno es responsable de la Guatemala que va formando; es por ello que
nos debemos involucrar y dejar la indiferencia; es tiempo ya que formemos un
equipo y ya no seamos solo un grupo. Debemos comprender que nuestro sistema
será funcional solo si todas las partes de su estructuran funcionan de una manera
correcta.
Recordar siempre que las diferencias serán virtudes para otros, no discriminar por
el tamaño, por la cultura, por la lengua, por el color de la tez, por la ideología, por
la religión etc. Lo importante es siempre respetar y ser parte de un mismo país
donde el objetivo en común sea tener una Guatemala sin violencia, con educación,
donde todas las personas tengan una vivienda digna donde vivir, donde no exista
corrupción y donde la igualdad y el cumplimiento de derechos y obligaciones ya no
sea un conflicto.
¿Cuál será tu aporte?
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Antonio Oxlaj
Como Maya K’iche.
El País que Queremos much@s, es un lugar donde quepamos tod@s.
Para esto tenemos que seguir luchando, ya que desde la llegada de los invasores
a nuestros territorios lo único que han hecho es saquear nuestros territorios,
aprovecharse de nosotr@s, llevando a nuestra gente a trabajar para ellos en sus
fincas, para sus empresas con un sueldo mediocre…
El país que queremos es un lugar donde tod@s tengamos los mismos derechos,
derecho en tener y velar por lo que nuestr@s abuelos y abuelas nos han heredado
de generación a generación, nuestros territorios, bienes naturales, nuestras
costumbres, derecho a salud, educación, seguridad, justicia, nuestra
autodeterminación en todos los aspectos de nuestra existencia.
Una Educación acorde a los pensamientos de nuestros abuelos, acoplar el
sistema occidental a lo nuestro, no como la que existe ahora donde nos imponen
ideas, donde la educación es individualista, egoísta…etc.
En Salud lo mismo; en nuestras comunidades existen todas las especialidades,
que haya más prioridad por lo nuestro que por lo del occidente.
Que cada País que existe en este Territorio pueda decidir cómo quiere su Buen
Vivir.
En otro término, no a la explotación de nuestros territorios (recursos naturales).
No a los Megaproyectos (Minería-Hidroeléctrica-Monocultivos y otros) que intentan
contra nuestra Existencia. Por el bien de nosotros y de las generaciones que
vendrán…No a las empresas transnacionales…
Que seamos Personas Solidarias…Consecuentes con las luchas que han
empezado nuestr@s [email protected] no nos vendamos por una bolsa con
productos chatarra que brinda la oligarquía…que cada un@ sea consciente de
nuestra realidad y luchar.
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Nátaly Molina
El ser humano nace en un lugar y una familia que no elige. Nadie te pregunta
antes de llegar al mundo en qué lugar te gustaría nacer y vivir. Naces en un lugar
donde existen reglas y una sociedad ya estructurada; de hecho con el solo hecho
de nacer en el planeta tierra ya llegas a un mundo que se encuentra estructurado
de tal manera que al que le toque verte nacer lo llamara País. Es así como
funciona; vienes y te vuelves parte de un país que aprendes a amar y a respetar,
ese lugar se vuelve tuyo y forma parte de tu identidad, pero si nos detenemos a
pensar por un momento, nunca tuvimos la oportunidad de elegir el país que sería
nuestro.
Es algo que en realidad nunca estuvo como posibilidad elegir, pero cuando tienes
una vida, empiezas a gozar de esa capacidad de elegir, de decir, de proponer, de
opinar; a eso se le llama libertad. El tema de la libertad es complejo, por
supuesto, porque a pesar de que sea tu derecho nato, a muchas personas les es
vedada; sin embargo, a muchas otras no y simplemente no la utilizan. ¿A qué me
refiero? A que tendemos a vivir muchas veces pensando en lo que tenemos, en
lo que podemos, pero no en lo que queremos. Querer, poder y tener son tres
cosas muy distintas. Nos acostumbramos a vivir con lo que tenemos y a hacer lo
que podemos, dejando de lado lo que queremos, y al hablar de cosas que
queremos, nos limitamos a pensar únicamente en cosas materiales o muy
básicas: ¿Qué quieres comer? ¿Qué color quieres vestir hoy? ¿Qué película
quieres ver? ¿Qué libro quieres leer? Siempre cosas muy rutinarias las que nos
ponemos a pensar que queremos. Tal vez porque nos acomodamos a que nos
pregunten únicamente que queremos en ese tipo de cosas, pero no crees que
sería bueno darnos cuenta que podemos decir que queremos con respeto a todo,
sin necesidad de esperar que alguien te empuje con la pregunta. ¿Qué pasaría si
alguien te pregunta el titulo de este artículo? ¿Tú que Guatemala quieres? No cual
tienes, o en cual puedes vivir, sólo cual quieres.
Guatemala es mi país, yo no lo elegí, como bien expuse en el primer párrafo. Me
enviaron aquí, Dios, el destino, el universo, el amor o quién sabe quién. El asunto
es que no me preguntaron, pero llegué a este lugar porque así tenía que ser, estoy
segura. Para mi suerte, resulta que mi país me encanta, mi Guatemala es un
divino tesoro natural escondidito entre dos océanos enormes.
Es un lugar bello, lleno de tanto potencial y lleno de gente linda. Amo a mi país,
pero también hay algunas cosas que no me gustan, hay ciertos males que lo
enferman y le hacen mal. Al hablar de la Guatemala que quiero, debe aclararse
que no es que la que tengo no sea buena y la quiera cambiar por otra, no, la que
tengo es mía y la amo. Es ahí donde surge la posibilidad de querer algo más,
porque cuando amas a alguien o algo, quieres que siempre sea mejor, que crezca
más, que tenga cambios que le hagan bien y lo vuelvan mejor y feliz. Es eso a lo
que me refiero cuando hablo de la Guatemala que quiero. Quiero que los males
que la achacan se vayan, que esté sana otra vez.
Quiero una Guatemala con una sociedad más humana y un sistema más justo.
Una Guatemala donde la belleza de los corazones de su gente sea lo que más
brille, no los males, no lo feo. Una Guatemala donde la gente trabajadora salga
tranquila de su casa sin miedo a perder todo por lo que ha trabajado, o la vida, una
Guatemala con líderes reales y auténticos, líderes que busquen hacer un lugar
mejor para todos, no solo para ellos, un lugar donde los Guatemaltecos vivamos
en un marco de respeto y armonía entre nosotros mismos y con el mundo.
Quiero una Guatemala libre, quiero una Guatemala donde su gente viva feliz,
donde se pueda vivir en paz, que se aniquile la plaga del crimen organizado,
donde exista equidad y justicia. Quiero una Guatemala donde se note que las
buenas personas son mas, donde las cosas positivas hagan más ruido que las
cosas negativas. Quiero una Guatemala que luche día tras día como lo hace,
pero que sí vea los frutos de su esfuerzo. Quiero que la belleza de nuestros
paisajes sea proporcional a la belleza del guatemalteco; una Guatemala unida,
integrada, multicultural y tolerante. Quiero que mi Guatelinda sea feliz.
Esto suena utópico e irreal, pero es lo que quiero. Es importante decir lo que
quieres, que lo tengas claro primero, organiza lo que quieres para después poder
trabajar para conseguirlo. Este es el primer paso, no se te olvide. Debes
recordar siempre que es solo el primero y aquí no termina, que si lograste ya
identificar lo que quieres, no te sientes y te quedes esperando a que un milagro te
lo traiga, levántate con tu lista de lo que quieres y empieza a moverte para
alcanzar eso que tú quieres.
Comienza por un quiero y transfórmalo en puedo para que al final puedas decir “lo
tengo”.
QUIERO
Por: Damaris Tujal
Quiero un país con justicia, equidad, igualdad, donde podamos salir a las calles
sin tener terror, sin tenerle miedo al que vea pasar, donde la gente tenga
confianza entre sus vecinos, un país con libertad de expresión, un país unido sin
divisiones porque uno tenga más que otro o porque sea indígena o no indígena,
quiero un país con un gobierno que gobierne.
Para ello, Guatemala necesita ciudadanos comprometidos a aportar a ese país
que quiero, donde ya no se culpe a nadie por los problemas sociales, sino que nos
veamos frente al espejo y aprendamos a asumir las consecuencias de nuestras
decisiones y que éstas nos ayuden a ser mejores constructores de un mejor país y
aprendamos a aprender.
Reconociendo siempre que para lograr estos cambios significativos para el país
que queremos, es necesaria la participación activa de todos y todas, niños, niñas,
jóvenes, mujeres y hombres, indígenas y no indígenas sin distinción, sabiendo que
cada uno de nosotros y nosotras jugamos un papel muy importante en la
sociedad guatemalteca.
Es necesario que tomemos la decisión de sumarnos al proceso del cambio para
lograr el país que queremos. Guatemala es un país rico, multicultural, multilingüe
capaz de rescatar valores que hemos dejado a un lado y no le hemos dado
importancia, haciéndose necesario que nos eduquemos para que impulsemos
ese motor del cambio, no olvidando que tenemos el derecho, los medios, el
espacio y la oportunidad, quizá en muchas ocasiones, escasas oportunidades.
Sin embargo, es necesario formar parte de esas acciones encaminadas a construir
una mejor sociedad y por ende un mejor país.
“Querer es poder”… es una famosa frase que muchos sin duda alguna utilizamos
diciéndole a alguien más o simplemente para nosotras y nosotros mismos, y si
queremos un país desarrollado, con justicia, con equidad, con igualdad, un país
íntegro, entonces “Si se Puede”. Es solo querer para poder actuar y yo… “Si
Quiero”.
UN CAMBIO PARA GUATEMALA
Por: Roberto Acosta
En la actualidad Guatemala está viviendo una
ola de violencia y delincuencia, que está
afectando gravemente a la población. Es cierto
que se necesitan medidas urgentes para frenar
esta ola, pero de que nos servirá pensar en
formas de detenerlo, si no se piensa en la causa
del problema, solo se piensa en las
consecuencias.
Desde la familia se inicia un proceso de aprendizaje acerca de los valores
fundamentales para llevar una vida plena, así que se debe iniciar un proceso de
ayuda a las familias más necesitadas. Esto es una opinión personal del problema
que afecta a Guatemala. Si desde la infancia se le crean ideas erróneas al niño,
este crecerá y se convertirá en lo que aprendió.
El cambio en Guatemala inicia cuando se crea una buena educación familiar.
Una educación que contenga valores cívicos, morales, religiosos, entre otros, que
ayuden al niño a desarrollarse en un entorno de buenas decisiones. Es posible
que no cuente con las oportunidades necesarias para desarrollarse en una vida
plena, una vida que cuente con todos los servicios básicos o necesarios. Es ahí
donde debe entrar el apoyo del Gobierno, preocuparse por brindar todas estas
oportunidades a todos los pobladores del país.
Un cambio es necesario para mejorar el país, pero de que servirá si las personas
no cambiamos nuestra forma de pensar, se puede dejar de pensar que dialogar es
imponer mis ideas ante un grupo de personas, se puede dejar de pensar que la
unión hace la fuerza sea tomada como una frase trillada, es posible pensar en una
Guatemala donde los habitantes piensen en apoyarse unos a otros sin pensar en
beneficiarse en el proceso.
Un cambio en Guatemala es posible, si somos tan “chispudos”. Por qué pensar
que somos mejores unos de otros, por qué avergonzarnos de nuestra diversidad
cultural. Una Guatemala mejor, para mi es posible, trabajando en conjunto,
dejando las diferencias a un lado, tratando de llevar una vida plena, todos los
habitantes.
Si esto se llevara a cabo, la gente podría darse cuenta de que Guatemala cuenta
con todos los recursos necesarios para ser una sociedad desarrollada.
Como ciudadanos, debemos preguntarnos, ¿Cuál va a ser el legado que dejemos
a nuestros hijos? Pensamos dejar una sociedad con problemas, una sociedad
con corrupción. Estos son problemas muy graves que están afectando en la
actualidad, y a la población se le es muy fácil quedarse callada y aceptar todas
estas injusticias. Es hora de realizar un cambio en la forma de pensar, es tiempo
de hacerle entender a la población que tienen derechos y que no deben quedarse
callados ante todas las injusticias que están pasando. Hay que demostrarles que
“Todos dependemos de Todos”; no debemos sentirnos superiores por las
diferencias que existen, debemos trabajar
para que exista una convivencia pacífica
entre todas las culturas.
Se puede soñar que estos cambios
pueden realizarse, o se puede tener el
valor de iniciar una nueva causa que esté
a favor de un desarrollo sostenible para
todos.
Al principio no se verá un cambio notable,
pero esto moverá a las personas que
estén dispuestas a cambiar la cosmovisión
de su país.
Se puede soñar con cambios que sean para beneficio de todas las personas de
Guatemala, pero es solo una pequeña cantidad de personas las que se atreven a
cambiar lo que les rodea para tener una Guatemala igualitaria para todos.
Si todos necesitamos de todos, debemos empezar a realizar cambios desde las
personas más cercanas, hasta brindar ayuda a diferentes organizaciones que se
encarguen de brindar apoyo a todos los problemas que existen en Guatemala.
UN SOLO CORAZÓN
Por: Heidy Reyes
Algo que hace a los hermanos ser inseparables es su unión, su lealtad, esa
sangre que corre por sus venas y que los convierte en familia, en uno solo.
Porque de eso se trata ser hermanos, o por lo menos ese es el concepto que
tenemos acerca de la hermandad. Pero también es aquello que nos une sin
importar la cultura, el color de piel, la posición económica, o en qué familia
hayamos nacido. La hermandad va más allá de todo eso. Podemos ser
hermanos de sangre, de familia, pero también podemos ser hermanos de corazón,
tener un solo corazón.
Como dirían algunas personas “… no somos hermanos de sangre, pero sí de
corazón”, y yo me pregunto ¿Existirá acaso la hermandad de un solo corazón?, y
luego de mucho pensar, llegué a la conclusión de que si existe; quizás es muy
poca, ya que nosotros no estamos acostumbrados a ser hermanos, nos hacemos
llamar hermanos solo cuando creemos que es conveniente y después lo
olvidamos. Una hermandad de corazón es la que no discrimina, la que ama sin
medida, es aquella que nos hace estar unidos en todo momento, en la situación en
la que nos encontremos. Tenemos un solo corazón cuando oímos y escuchamos
a los demás antes de hablar, cuando aceptamos nuestras diferencias y ante todo
tenemos un solo corazón al luchar por cambiar y hacer de nuestro entorno un
mejor lugar.
Busquemos ser hermanos de un solo corazón; recordemos que necesitamos el
apoyo mutuo, así lograremos cambios a nuestro alrededor. Durante varios años
nos hemos pasado el tiempo criticado a los demás, buscamos defectos y
olvidamos vernos al espejo y darnos cuenta que más que los demás, nosotros
también nos equivocamos. Como diría una frase célebre: “Es de humanos
equivocarse, pero de sabios reconocer el error”. No perdamos el tiempo viendo a
los demás, busquemos soluciones, se los dice la voz de la experiencia, que en
varias ocasiones solo ha visto el error de los demás y se ha olvidado de los de
ella. No lograremos avanzar si cada vez somos como los cangrejos en la cubeta,
vemos que alguien triunfa y rápidamente lo jalamos para que vuelva a caer. No
nacimos en una misma familia, ni en el mismo país, ni todos tenemos los mismos
apellidos, pero si nacimos en un mismo planeta, y esa es la razón por la cual
somos hermanos de un mismo corazón. Cambiemos la mentalidad de que
alguien es mejor por las diferencias; esas diferencias deberían unirnos pues nos
hacen ser un planeta diverso. Que mal hubiera sido si todos pensáramos igual,
no habría ningún avance en la tecnología, ni tendríamos todo aquello que hoy
tenemos, porque todos nos dedicaríamos a hacer lo mismo, a pensar igual.
Como lo dice la siguiente frase: “No creo en la llamada de la sangre”. La sangre
no hace hermanos ni hijos. Conozco hermanos de sangre y padres e hijos que no
se hablan o no se respetan, y también conozco gente que sin tener la misma
sangre pareciera que son hermanos o hijos. Hagamos que nuestra mentalidad
sea distinta, que no sea la misma que tuvieron nuestros padres o abuelos, porque
ellos ya vivieron y conocen mucho. Usemos sus consejos para mejorar el nuestro,
no para hacer una copia de lo que ellos ya vivieron, porque también ellos pasaron
tiempos malos y les aseguro que no quisieran que los pasáramos nosotros.
Todos merecemos oportunidades, ser felices y lograr el desarrollo. Unamos
nuestro corazón y recordemos nuestra hermandad, porque desde el día en que
nacimos hasta que morimos, perteneceremos a la misma familia, y seremos
siempre hermanos de un solo corazón. Empecemos con nosotros, en nuestra
familia y luego vayamos transmitiendo ese sentimiento de hermandad en los
medios más cercanos. El cambio no se hace de la noche a la mañana, y eso me
hace recordar a un buen amigo que un día me dijo: “Que no te llene ser como
alguien, que te llene superarlo. Ser igual a alguien no te hace mejor, te hace
igual. Uno tiene que ser diferente; la diferencia no es necesario que alguien la
note, lo más importante es que uno lo sienta.” He tratado de recordarlo siempre.
Bien dicen que lo más difícil de aprender son las cosas buenas mientras, que las
cosas malas se nos impregnan tan rápido, es difícil sacarlas de la mente.
No soy nadie para decir aquello que la gente debe hacer, solo trato de escribir lo
que para mí significa tener un mismo corazón, porque de eso he tratado de
escribirles ahora. Busco que con pocas palabras, mi mensaje llegue a varias
personas; solo quisiera que todos entendiéramos lo importante que es ser
hermanos y tener un solo corazón, por qué debemos hacer de menos a los
demás, todos nacimos en un mismo planeta. Está bien ser diferentes, y de eso
se trata la vida. Miramos con los ojos humanos y no con los ojos del alma,
encontramos diferencias insignificantes, cosas sin sentido. Tenemos los mismos
derechos y las mismas responsabilidades. Quizás existan algunas personas que
tengan más responsabilidades que otras, pero eso es camino de cada uno,
camino que forja con el tiempo. Dime acaso, por qué no puedo valer lo mismo que
los demás. Una razón que sea verídica y comprobable, solo así sabré que es
verdad.
Quiero finalizar escribiéndoles que por mucho tiempo pensé y me sentí inferior, no
porque me hayan mostrado discriminación. Tal vez en algún momento, pero fue
en mínima parte, me sentía inferior porque no entendía el valor que como persona
tenia. Creía que eso de las diferencias me hacían ser menor que las demás
personas, que ellas eran mejores que yo, y no digo que yo lo sea, solo pienso que
durante tanto tiempo yo misma me hice esclava de una idea errónea, una idea sin
fundamento. Valorémonos como personas y valoremos a los demás, porque
tarde o temprano necesitaremos unos de otros y sería fatal si en esos momentos
no nos uniéramos y viviéramos nuestra hermandad. Somos uno solo, tenemos un
solo corazón… espero no lo olvidemos y más que escrito en papel pueda ser
puesto en práctica.