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El Neolítico en el Bajo Vinalopó (Alicante, España) Editado por Francisco Javier Jover Maestre Palmira Torregrosa Giménez Gabriel García Atiénzar BAR International Series 2646 2014

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó (Alicante, España)

Editado por

Francisco Javier Jover Maestre Palmira Torregrosa Giménez

Gabriel García Atiénzar

BAR International Series 26462014

Published by

ArchaeopressPublishers of British Archaeological ReportsGordon House276 Banbury RoadOxford OX2 [email protected]

BAR S2646

El Neolítico en el Bajo Vinalopó (Alicante, España)

© Archaeopress and the individual authors 2014

ISBN 978 1 4073 1285 9

Printed in England by Information Press, Oxford

All BAR titles are available from:

Hadrian Books Ltd122 Banbury RoadOxfordOX2 7BPEnglandwww.hadrianbooks.co.uk

The current BAR catalogue with details of all titles in print, prices and means of payment is available free from Hadrian Books or may be downloaded from www.archaeopress.com

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09. El Alterón y los inicios de la explotación agropecuaria del entorno del Fondo del Crevillent-ElxJulio Trelis Martí, Francisco Andrés Molina Mas, Inmaculada Reina Gómez, José Ramón Ortega Pérez, Marco Aurelio Esquembre Bebia y Yolanda Carrión Marco

10. Excavaciones arqueológicas en la Platja del Carabassí (Elche)Jorge A. Soler Díaz, Juan A. López Padilla, Gabriel García Atiénzar, Carlos Ferrer García y Alicia Luján Navas

11. Galanet (Elche): un nuevo yacimiento prehistórico en la margen izquierda del barranco de San AntónPalmira Torregrosa Giménez, Francisco Javier Jover Maestre y Eduardo López Seguí

12. El yacimiento de Galanet en el contexto geomorfológico del Bajo VinalopóJuan Antonio Marco Molina, Pablo Giménez Font, Ángel Sánchez Pardo y Ascensión Padilla Blanco

13. Aportaciones al estudio del IV-III milenio cal BC en el Bajo Vinalopó desde la palinologíaJosé Antonio López Sáez, Francisca Alba Sánchez y Sebastián Pérez Díaz

14. Breve nota sobre el estudio carpológico y antracológico del yacimiento de GalanetLeonor Peña-Chocarro, Mónica Ruiz Alonso y Diego Sabato

15. El repertorio cerámico de Galanet: análisis tipológico, tecnológico y petrológicoFrancisco Javier Jover Maestre, Palmira Torregrosa Giménez y Sarah B. McClure

16. El instrumental lítico de GalanetFrancisco Javier Jover Maestre

Introducción

01. Las unidades de observación en el estudio de las sociedades neolíticasFrancisco Javier Jover Maestre y Gabriel García Atiénzar

02. El medio físico y los recursos naturales en el Bajo Vinalopó Francisco Javier Jover Maestre, Palmira Torregrosa Giménez y Eduardo López Seguí 03. Un siglo y medio de investigaciones sobre las primeras comunidades agrícolas en el tramo final de la cuenca del río VinalopóFrancisco Javier Jover Maestre, Gabriel García Atiénzar y Palmira Torregrosa Giménez

04. Hipótesis sobre el proceso de implantación de los primeros grupos neolíticos en las comarcas centromeridionales valencianasGabriel García Atiénzar y Francisco Javier Jover Maestre

05. La Alcudia y el Neolítico antiguo en el Bajo VinalopóSergio Martínez Monleón

06. El yacimiento prehistórico de Los Limoneros II (Elche)Virginia Barciela González, Gabriel García Atiénzar y Eduardo López Seguí

07. La Cova de les Aranyes (o del Frare) del Carabassí (Santa Pola)Antonio P. Guilabert Mas y Mauro S. Hernández Pérez

08. Análisis químico de una muestra sedimentaria procedente del nivel 3 de la Cova de les Aranyes (Santa Pola)Frutos C. Marhuenda Egea y Ricardo Ibanco Cañete

Índice

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39

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55

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17. Galanet: los adornos personalesVirginia Barciela González

18. Galanet: el estudio de la malacofaunaVirginia Barciela González

19. La edificación con tierra: las evidencias constructivas en GalanetFrancisco Javier Jover Maestre y María Pastor Quiles

20. Galanet: análisis químico instrumental de los materiales de construcciónEduardo Vilaplana Ortego, Isidro Martínez Mira, Ion Such Basañez, Jerónimo Juan Juan y Mª A. García del Cura

21. El asentamiento de Galanet y el poblamiento neolítico en el Bajo VinalopóGabriel García Atiénzar

22. Del VI al III milenio cal BC: la configuración de nuevos espacios sociales en el valle del VinalopóFrancisco Javier Jover Maestre y Gabriel García Atiénzar

Abstract. The Neolithic in Lower Vinalopó valley (Alicante, Spain)

Bibliografía

Pies de figuras

Pies de tablas

Indice de autores

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275

303

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311

215

del asentamiento seguirían también patrones similares a los yacimientos coetáneos de la misma área con construc-ciones de estructuras endebles hechas a partir del uso de entramados de ramas y fibras vegetales recubiertos por un mortero de barro. En esta técnica, denominada manteado, la tierra se mezcla con agua y materias vegetales formando un amasado plástico que sirve para recubrir un entramado hecho de maderas o cañas que constituiría el armazón de las cabañas (Sánchez García, 1999: 164-167). Estos mate-riales eran poco resistentes a la erosión, al agua o al mis-mo paso del tiempo, pero, a cambio, las cabañas se podían reconstruir sin grandes costes de material o combustible (Sánchez García, 1999: 177).

La situación de las construcciones, al realizarse en lla-nos, ha propiciado una mayor destrucción antrópica que si hubieran estado situadas en promontorios. En el caso específico de Galanet, hay que señalar que en la actuali-dad la zona adyacente del Barranco de San Antón, donde posiblemente se situaría el área residencial del yacimiento, es una zona que se ve afectada por desbordamientos de su cauce cuando se producen episodios de gota fría o lluvias intensas, siendo catalogada como de riesgo 1-4-6 (PATRI-COVA, Documento 1, Volumen 2, Memoria Apéndices de la memoria, Apéndice 3, 18), es decir con una probabili-dad de que se produzca un desborde con inundación de entre un 0 y un 4% anual pero con un nivel de calado alto (calados por encima de 80 cm) lo que produciría daños de gran importancia en la zona (PATRICOVA, Documento 1, Volumen 1, Memoria, 13). Por tanto, hemos de considerar que este hecho ha contribuido a agravar la pervivencia de los restos constructivos del poblado además de las cons-trucciones actuales realizadas en la zona.

Todo lo anteriormente descrito ha propiciado que sólo hayan llegado hasta nosotros una serie de pequeños frag-mentos cuya función dentro de las construcciones es difícil intuir debido a su estado de conservación. En el caso del yacimiento de Galanet sólo se han documentado 15 frag-mentos de este tipo. Con estos condicionantes, y a partir del análisis instrumental de tres de estos fragmentos in-tentaremos, dentro de los posible, responder a una serie de cuestiones que algunos autores (De Chazelles y Poupet, 1989: 10-11; Sánchez García, 1995: 350; 997: 142) han

Introducción

El yacimiento arqueológico de Galanet toma el nombre epónimo de la finca en donde se ubica, en la partida de Altabix de Elche (Alicante), cerca del camino viejo de Ali-cante que divide la excavación en dos sectores: sector 1 al norte del camino y sector 2 al sur del mismo. Su descubri-miento y excavación fueron el resultado de las prospeccio-nes llevadas a cabo durante la construcción de la Ronda Sur de la ciudad (Figura 20.1).

En el área afectada por las obras se documentaron más de 300 estructuras negativas, en su mayoría, fosas, cubetas y silos empleados como áreas para el vertido de desechos. Esta zona parece situarse fuera del área de residencia del asentamiento.

Por el conjunto del material hallado y una datación abso-luta obtenida a partir de una muestra de vida corta se ha datado el yacimiento a inicios del III milenio cal BC y tan-to su ubicación como las estructuras y materiales hallados son similares a los de los yacimientos del mismo período situados en la misma área geográfica. Como hemos apun-tado anteriormente, no se ha excavado la zona de residen-cia, por lo que debemos suponer que las construcciones

20. Galanet (elche):análisis químico instrumental de los

materiales de construcciónEduardo Vilaplana Ortego

Isidro Martínez Mira Ion Such Basañez

Jerónimo Juan Juan Mª. A. García del Cura

Figura 20.1. Vista aérea del área del yacimiento de Galanet anterior a su excavación y a la construcción de

la circunvalación de la Ronda Sur de Elche.

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

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señalado como básicas para poder comprender el nivel técnico de una época o cultura y la evolución de sus téc-nicas constructivas, en este caso, aplicadas al yacimiento de Galanet:

- Determinar la procedencia del material utilizado.- Saber si la elección del material utilizado se debe

a imperativos geológicos o prima en ella una de-cisión antrópica.

- Si el material se ha usado en bruto o ha sufrido algún tratamiento previo.

- Si la mayoría de las estructuras analizadas pre-sentan una misma composición o por el contrario se utilizan diferentes composiciones en función del tipo de estructura.

- Si la técnica utilizada es propia de una cronolo-gía, etapa cultural o área geográfica determinada, con lo que se constituiría en un indicador cultural, o por el contrario es inespecífica.

- Si las soluciones técnicas empleadas son fruto del desarrollo interno de las fuerzas productivas o se deben a influencias foráneas.

Es evidente que parte de estas cuestiones no se podrán contestar dado que solo contamos con unos pequeños fragmentos de material constructivo de apenas unos pocos centímetros y, sobre todo, que desconocemos cualquier de-talle sobre el área de habitación del poblado de Galanet. Pero, al menos, intentaremos contribuir a conocerlo mejor.

Muestra UE 250

Bajo la denominación de Unidad Estratigráfica UE 250 se engloba el contenido de la estructura negativa UE 249 hallada en el sector 2 de la excavación. Dicha estructura presenta una planta de tendencia circular con un diámetro aproximado de 1,45 m y una profundidad conservada de 0,64 m. Siendo su sección rectangular y su fondo plano.

La UE 250 se compone de un estrato de tierra homogénea de textura arenosa y color grisáceo que rellenaba la es-tructura negativa UE 249. En ella se hallaron 467 elemen-tos materiales, entre los que se encontraban los tres frag-mentos constructivos objeto de nuestro estudio. Debemos recordar que en toda la excavación solo se detectaron 15 fragmentos de este tipo, todos ellos con medidas bastante reducidas y aparentemente sin huellas de vegetales, ramas, ángulos, etc que nos permitieran adscribirles una función determinada.

Muestra UE 250-1

Con esta nomenclatura identificamos un fragmento cons-tructivo que presenta una cara lisa con un color grisáceo (Figura 20.2A). Su cara opuesta tiene una morfología más rugosa con un color gris más intenso (Figura 20.2B). Su forma tiene una tendencia rectangular y sus dimensiones son 8,81/8,72 y 6,60 cm siendo su cuarto lado de forma

Figura 20.2. A) Cara lisa de la muestra sin limpiar y B) Cara rugosa.

Figura 20.3. Detalle ampliado de la cara rugosa que muestra improntas de materia vegetal/orgánica sin

especificar.

rece tener materia orgánica/vegetal, sin especificar, en la parte más interna de la muestra (Figura 20.3).

Por su tamaño se podría clasificar en el grupo T.2 (frag-mentos con dimensiones comprendidas entre 5 y 10 cm) y por su morfología en el grupo 1.3 (fragmentos que presen-tan una cara enlucida y por la opuesta marcas de ramaje, en este caso de materia orgánica/vegetal sin especificar) de la clasificación realizada sobre los 158 fragmentos cons-tructivos hallados en el yacimiento vecino de Caramoro II durante las excavaciones llevadas a cabo en 2005 (García Borja et alii, 2010: 49-51).

Una vez realizado un corte transversal para obtener una lámina delgada de la muestra, pudimos observar que se-gún su tonalidad se distinguían cuatro capas diferentes en la misma y constatamos que debajo de la capa de color grisáceo que cubría exclusivamente la cara lisa, había otra capa de unos 0,3 cm de un color ocre/blanquecino, por ello procedimos a retirar mecánicamente la capa gris dejándo-la al descubierto (Figura 20.4). Ese recubrimiento, sólo aparecía en la cara plana. Por debajo de la primera capa ocre-blanquecina, que da la impresión de ser un enfoscado que sirve para regularizar la superficie, se pueden observar otras dos con una coloración grisácea que se diferencian entre sí por el tono: más débil cerca del posible enfoscado y más fuerte cuanto más nos alejamos de él (Figura 20.5).

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20. Galanet (Elche): análisis químico instrumental de los materiales de construcción

217

Muestra UE 250-2

Presenta las dos caras lisas, sin improntas vegetales (Figu-ras 20.6A y 20.6B). Su color es amarillo pálido (2,5Y 7/3) y su forma rectangular con unas dimensiones de 3,12 x 3,04 cm siendo su espesor de 1,5 cm y su peso de 12,42 g. Con estas características lo integraríamos en el grupo T.1 (tamaño menor de 5 cm) de Caramoro II. Su textura es are-nosa con pequeñas piedrecitas observables a simple vista, alguna de ellas de hasta 8 mm (Figura 20.7). Por su tamaño se consideraría como grava (Belarte, 2002: 12). También presenta varios orificios con diámetros que oscilan entre 1 y 5 mm. Su presencia podría relacionarse con pequeñas ramas o material vegetal ya desaparecido o bien con agu-jeros producidos por anélidos. Al realizar la molienda de una parte de la muestra para su posterior análisis, apareció

ondulada. Su espesor máximo es de 2,60 cm y su peso de 216,55 g. No presenta improntas visibles de grandes hojasSe procedió, mediante un taladro Dremel, a extraer mues-tras de todas las capas quedando su nomenclatura de la siguiente manera:

- UE 250-1.0: Se corresponde con la tierra adhe-rida a la cara lisa de la muestra. Su color es gris (10YR 6/1).

- UE 250-1.1: Es la capa que forma la cara lisa de la muestra, cuyo espesor es de unos 0,3 cm y su color es marrón muy pálido (10YR 8/3). Esta co-loración es fruto de la combinación de material ocre y blanquecino detectado en la capa y que du-rante el proceso de extracción se mezcló siendo imposible su separación.

- UE 250-1.2: Capa de color grisáceo claro (10YR 7/1) que está en contacto con la capa UE 250-1.1, su espesor está entorno a 0,6 cm.

- UE 250-1.3: Última capa de la muestra. Se co-rrespondería con la capa más interna del frag-mento, su color es gris oscuro (10YR 4/1).

Figura 20.4. Cara lisa de la muestra tras su limpieza.

Figura 20.5. Corte transversal de la muestra UE 250-1.

Figura 20.6. Caras lisas de la muestra UE 250-2.

Figura 20.7. Vista transversal de la muestra UE 250-2, con presencia de una grava de unos 8 mm de longitud.

Figura 20.8. Corte transversal de la muestra UE 250-2.

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

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1,82 cm y su peso de 43,61 g. Este fragmento también se podría adscribir al grupo T.1 de Caramoro II (dimensiones entre 5 y 10 cm). A simple vista no parece presentar ningún enfoscado en su cara más alisada como la muestra anterior.Observando un corte transversal (Figura 20.11) vemos que su estructura granulométrica es bastante uniforme aunque presenta una serie de huecos que se hacen más numerosos conforme nos acercamos a la zona más cercana a la cara rugosa lo que podría deberse a la presencia de material ve-getal ya desaparecido. Tampoco en este caso parece existir una capa bien definida de enfoscado.

Técnicas experimentales

Dado que las muestras objeto de análisis son consideradas como fragmentos constructivos, pensamos que las técnicas propuestas por Middendorf, Hughes, Callebaut, Baronio, y Papayianni, (2005: 761-779), para la caracterización mi-neralógica de morteros históricos y que, previamente, ha-bíamos utilizado en el estudio de dos fragmentos construc-tivos procedentes del yacimiento de La Torreta-El Monas-til (Martínez y Vilaplana, 2010: 119-137; Martínez Mira et alii, 2009: 111-133), en los estudios del recubrimiento de las paredes interiores de dos estructuras negativas (si-los) (Martínez Mira et alii, 2011: 277-300) y también en el de un probable fragmento constructivo del yacimiento neolítico postcardial de Benàmer (Vilaplana et alii, 2011: 257-276), son la técnicas instrumentales más adecuadas.

Una ventaja de utilizar las mismas técnicas y condiciones de análisis usadas en los estudios anteriores es que los resultados se pueden comparar. En esta ocasión hemos incorporado una nueva técnica EGA (Gas Evolved Ana-lisys): la de termogravimetría acoplada a un espectrómetro de masa (TG-EM), técnica que nos permitirá seguir con una mayor precisión la evolución de los gases emitidos por las muestras durante su descomposición térmica.

La toma de muestras se realizó, en todos los casos, me-diante el raspado de una pequeña zona con un bisturí. Las muestras no fueron sometidas a ningún tratamiento previo como pudiera ser un secado, sólo fueron molidas manual-mente en un mortero de ágata, así como tampoco se efec-tuó un tamizado para homogeneizar su tamaño, todo ello debido a que se contaba con una porción de muestra muy pequeña.

Todos y cada uno de los análisis de las muestras fueron llevados a cabo en los Servicios Técnicos de Investigación de la Universidad de Alicante.

El análisis químico elemental, tanto cualitativo como cuantitativo, fue realizado mediante Fluorescencia de Ra-yos X (FRX) en un equipo Phillips Magic Pro equipado con un tubo de rodio y una ventana de berilio. Con un espectrómetro secuencial, el PW2400, que cuenta con un canal de medida gobernado por un goniómetro que cubre la totalidad del rango de medida del instrumento: los ele-mentos comprendidos entre el oxígeno (O) y el uranio (U).

un fragmento de concha de molusco bivalvo de unos 3 mm de longitud.

Observando un corte transversal de la muestra (Figura 20.8) vemos que su distribución granulométrica es bastan-te uniforme salvo por la presencia de pequeñas piedreci-llas.

Muestra UE 250-3

Su forma es casi romboidal, si no fuera porque los lados más largos del rombo se disponen en forma de dientes de sierra. Presenta una cara alisada (Figura 20.9A). En la cara opuesta (Figura 20.9B) se pueden observar una zona que contiene posibles improntas vegetales sin especificar (Fi-gura 20.10). Su color es marrón muy pálido (10YR 7/4). Siendo sus dimensiones unos 7,7 cm de longitud máxima por 4,9 cm en la zona más ancha. Su espesor máximo es de

Figura 20.9. A) Cara lisa y B) cara rugosa de la muestra UE 250-3.

Figura 20.10. Detalle de la cara rugosa de la muestra UE 250-3 mostrando probables improntas vegetales sin

especificar.

Figura 20.11. Corte transversal de la muestra UE 250-3.

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20. Galanet (Elche): análisis químico instrumental de los materiales de construcción

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ratura ambiente. Finalmente, una vez pegadas las láminas se rebajaron hasta alcanzar un grosor de 30 µm mediante una aproximadora Discoplan TS con muela de diamante y posteriormente se realizó su pulido manual con carburo de silicio de diferentes valores de grano (SiC grano 320, 600 y 1000).

Análisis y discusión de los resultados

Fluorescencia de Rayos X

Con los resultados de los análisis de Fluorescencia de Ra-yos X (XRF) podemos establecer una primera aproxima-ción a la composición de las muestras analizadas, para ello hemos tabulado los resultados, expresados en porcentaje en peso normalizados, tanto por elementos como por óxi-dos. También hemos consignado el total del peso de cada muestra antes de su normalización.

Los datos de las pérdidas de peso por ignición (LOI a 900 ºC) han sido obtenidos mediante el análisis térmico de las muestras. No consignamos los datos de pérdida de peso debidas a la humedad de las muestras (tomados a 105 ºC) porque, como veremos en el apartado de TG-EM, la pre-sencia de arcillas hace que se solapen estas pérdidas con las del agua de hidratación de estos compuestos siendo im-posible su individualización y cuantificación.

A la hora de analizar y tabular los datos los hemos dividió en dos grupos: el primero estaría comprendido por todos los resultados correspondientes a los análisis de la muestra UE 250-1 y en una segunda tabla se presentan los resul-tados de lo análisis correspondientes a las muestras UE 250-2 y UE 250-3.

a) Muestra UE 250-1:

En las siguientes tablas se recogen los resultados de los análisis de las diferentes capas que forman la muestra UE 250-1. En la Tabla 20.1 se muestran los datos normaliza-dos por elementos químicos y, después, en la Tabla 20.2 sus correspondientes óxidos.

En primer lugar, hemos de resaltar que la técnica utilizada mide la presencia en la muestra analizada de los elemen-tos químicos comprendidos entre el Oxígeno y el Uranio, por lo que quedan fuera elementos como el Carbono o el Hidrógeno presentes en la materia orgánica y el agua, esto explica que en los análisis sin normalizar la suma de los pesos de los elementos o de sus óxidos no lleguen al 100 %. En los cuatro casos la cuantificación del peso de los ele-mentos/óxidos detectados oscila entre el 78,70 % (Muestra UE 250.1.1) y el 82,30 % (Muestra UE 250 1.2).

A 900ºC, se pierde todo tipo de agua (humedad, enlazada, estructural), materia orgánica, CO y CO2. Por tanto, la pér-dida por ignición (LOI) a esta temperatura cuantifica las pérdidas debidas al agua presente como humedad o como integrante de los compuestos químicos que forman parte

Para identificar los componentes mineralógicos de las muestras mediante su cristalografía por difracción de rayos X (DRX) se utilizó un equipo Bruker D8-Advance, equi-pado con un generador de rayos X KRISTALLOFLEX K 760-80F, usando una radiación Cu Kα (λ = 1.54Å), con una energía de 40 kV y 40 mA de corriente. Todos los ex-perimentos de difracción de Rayos X se realizaron en un rango de amplitud de 2θ de 4 a 70 grados, con un paso an-gular de 0.025 grados y un tiempo de paso de 3 segundos. Los análisis se realizaron a una temperatura ambiente de 25 º C.

La espectroscopia infrarroja (ATR-IR) de ambas muestras se realizó en un equipo Bruker IFS 66 con una resolución de 4 cm-1, con un divisor de haz de KBr y un detector DLaTGS. Un accesorio ATR Golden Gate con cristal de diamante permite la obtención de espectros ATR (Reflec-tancia Total Atenuada) de sólidos pulverulentos entre 4000 y 600 cm-1 sin ninguna otra preparación que su moltura-ción previa en un mortero de ágata.

Para los análisis de termogravimetría acoplada a un espec-trómetro de masa (TG-EM), se ha usado un equipo de TG-EM de la marca METTLER TOLEDO modelo TGA/SD-TA851e/LF/1600 que se encuentra acoplado a un espectró-metro de masas cuadrupolar de la marca PFEIFFER VA-CUUM modelo THERMOSTAR GSD301T con un rango de masas de hasta 300 uma. Mediante esta técnica se sigue, simultáneamente, la evolución de la masa de una muestra (TG), analizando por EM (Espectrometría de Masas) los gases consumidos o emitidos por dicha muestra cuando es sometida a un programa de temperatura en una atmósfera controlada. El rango de temperatura de los experimentos fue de 25ºC a 900ºC, siendo la rampa de calentamiento de 10ºC/min y la velocidad del flujo del gas de 100 ml/min. La atmósfera de reacción fue de helio y se siguieron me-diante EM las masas 18 (H2O), 28 (CO) y 44 (CO2).

Los análisis de la morfología de la superficie de las mues-tras mediante microscopia electrónica de barrido (SEM-EDX) fueron obtenidos mediante un equipo Hitachi S-3000N equipado con un detector de electrones secun-darios tipo centelleador-fotomultiplicador con una resolu-ción de 3,5 nm, un detector de electrones retrodispersados tipo semiconductor con resolución de 5 nm y un detector de rayos X (EDS) tipo XFlash 3001 de Bruker capaz de detectar elementos químicos de número atómico compren-dido entre los del carbono (C ) y el uranio (U). La energía del haz de electrones utilizada fue de 20 KeV.

Para el análisis mediante la técnica de lámina delgada, las muestras fueron seccionadas con una cortadora Discoplan TS, de Struers, mediante un disco de corte diamantado, posteriormente fueron consolidadas utilizando una resi-na epoxi de dos componentes (Epofix Resin de Struers) y un sistema de impregnación a vacío Epovac también de la marca Struers. Una vez consolidadas, las muestras se adhirieron a un portaobjetos de vidrio mediante una resina epoxi de dos componentes Microtec, de Struers, a tempe-

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

220

En cuanto a la composición de cada una de las muestras el óxido prevalente en todas ellas es el CaO, triplicando y cuadruplicando su porcentaje en peso al del SiO2, el se-gundo óxido presente en porcentaje de peso. Su presencia en estas cantidades nos indica que el compuesto principal de todas las muestras sería el carbonato cálcico (CaCO3) habida cuenta del porcentaje tan bajo de SO3 de todas las muestras que nos indica la escasa presencia de sulfatos y entre ellos del sulfato cálcico (yeso, CaSO4.2H2O). En por-centajes destaca la muestra UE 250.1 con prácticamente un 10% más de CaO que las demás que presentan porcen-tajes similares.

El segundo óxido en importancia es el SiO2 que presen-ta un comportamiento similar, aunque de signo contrario, al del CaO: la muestra UE 250-1.0 presenta un valor de un 10% en peso menor que las demás, mientras que las otras tres muestras presentan valores similares entorno a 24,50%.

La presencia de Al2O3 (con valores máximos de 7,55 %) y Fe2O3 (valor máximo de 4,13) y de otros óxidos minorita-rios como el TiO2, K2O, SrO, MgO, etc.., que son habitua-les en la composición de las arcillas (Nayak, Singh, 2007, 236) hace que debamos plantearnos la presencia de estos compuestos en la composición de todas las muestras. Dado que la relación SiO2/Al2O3 de todas ellas (Tabla 20.3) pre-senta valores superiores a 3 podemos intuir la existencia en todas ellas de sílice libre (los valores teóricos de esta relación para la kaolinita son de 1,16, para la montmori-llonita de 2,59, para la biotita 2,61, etc. (valores tomados de Anthony, Bideaux, Bladh, Nichols: http://www.hand-bookofmineralogy.org/).

El valor del Fe2O3 se situa por debajo del 5 % en todas las muestras, aunque en la UE 250-1.0 llega al 4,13%, por su parte, la presencia de MgO puede indicarnos la presencia de dolomita en cantidades menores, sobretodo en la mues-tra UE 250-1.1, cuyo porcentaje supera a las demás en un 1 % en peso.

Los restantes óxidos se sitúan casi todos en porcentajes inferiores al 1 %. Destaca, como ya hemos hecho notar anteriormente, la presencia de Cromo en la muestra UE 250-1-0.

Como resumen podríamos decir que en todas las mues-tras analizadas el compuesto mayoritario sería la calcita seguido a distancia del cuarzo, contando con arcillas, óxi-dos/hidróxidos de hierro, dolomita, etc, en pequeñas can-tidades. Según la composición química de cada muestra la UE 250-1.0 se desmarca completamente de las otras tres, mientras que las capas UE 250-1.2 y UE 250-1.3 muestran grandes similitudes que nos hacen plantearnos un origen

de la muestra analizada (por ejemplo las dos moléculas de agua que tiene el yeso o las aguas presentes en las arcillas) y las pérdidas, sobre todo, de CO y CO2 que se producen al descomponerse los citados compuestos (por ejemplo el CaCO3) por efecto de la elevación de la temperatura. A la vista de los datos podemos decir que sólo las muestras UE 250-1.2 y UE 250-1.3 tienen una gran similitud entre sí en cuanto a la pérdida total de peso (33,51% y 33,48% res-pectivamente). Es de destacar que la muestra UE 250.1.0 es la que mayor pérdida de peso sufre.

Por lo que respecta a la composición química, podemos observar que los valores de la muestra UE 250-1.0 difie-ren completamente de los de las otras tres muestras, esto, más la presencia de cromo (no presente en las otras) con unos valores apreciables (Cr/Cr2O3: 0,21/0,31%) hace que podamos asegurar un origen diferente del de las otras muestras analizadas. Por el contrario, las restantes mues-tras presentan unos valores de los óxidos principales muy similares (teniendo en cuenta el margen de error del equi-po de medida) y solo existen diferencias puntuales en la presencia de elementos que aparecen como trazas o en ele-mentos como el SO3, MgO, K2O, etc por lo que en princi-pio podríamos pensar en una composición muy parecida, en especial cuando comparamos las muestras UE 250-1.2 y UE 250-1.3.

Tabla 20.2. Resultados de los análisis mediante FRX de la muestra UE 250-1 expresados en porcentaje en peso

normalizados de los óxidos presentes en ella.

Tabla 20.3. Relación SiO2/ Al2O3 de las muestras analizadas.

Tabla 20.1. Resultados de los análisis mediante FRX de la muestra UE 250-1 dados en porcentaje en peso

normalizados de los elementos presentes en ella.

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20. Galanet (Elche): análisis químico instrumental de los materiales de construcción

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mente más altos que los hallados en la UE 250-1, lo que indica una presencia de cuarzo superior en estas y en espe-cial en la UE 250-3.

Como en las muestras anteriores, también pueden estar presentes, aunque en pequeñas cantidades, dolomitas, ar-cillas, óxidos/hidróxidos de hierro, etc.

A nivel general tenemos que destacar la ausencia de Na2O en todas las muestras analizadas.

Como resumen podemos decir que las dos muestras difie-ren en su composición de las UE 250-1 y también entre sí con el nivel de calcita más bajo de todas las muestras para la UE 250-2 y el nivel más alto de SiO2. En cuanto a la UE 250-3, presenta niveles de CaO parecidos a las muestras UE 250-1.1, 1.2 y 1.3 pero por el contrario presenta un nivel superior de SiO2 libre.

Difracción de Rayos X

Mediante la Difracción de Rayos X (DRX) identificamos la composición mineralógica de una muestra. Los análisis mediante esta técnica nos informan de las fases cristali-nas que se encuentran presentes en ellas, aunque no nos proporcionarán información acerca de aquellas fases de naturaleza amorfa. Hemos de resaltar, con respecto a los resultados obtenidos, que la identificación de las sustan-cias cristalinas se hace difícil cuando éstas se encuentran en porcentajes inferiores al 5 % en peso, por otra parte y debido a la escasez de muestra y que la misma muestra fue utilizada para realizar diferentes análisis, ésta no fue trata-da al objeto de detectar la presencia de arcillas dado que estos tratamientos eliminan los carbonatos, sílices, yesos o materia orgánica. (Moore y Reynolds, 1997: 204-226)

a) Muestra UE 250-1:

En la Figura 20.12 se representan las diferentes capas que hemos analizado de la muestra UE 250-1 y en la Tabla 20.6 la asignación de los picos detectados a la estructura más probable salvo mejor interpretación.

La asignación de picos se ha realizado mediante el pro-grama informático DIFRACPLUS que cuenta con la base de datos JCPDS. Para la calcita se ha utilizado la ficha 05-0586, para el aragonito la 41-1475, para el cuarzo la 46-1045 y la 83-2467, para el rutilo la 34-0180, para la hematita la 33-0664, para la illita la 09-0343, para el óxido de silicato alumínico la 74-1976, para la dolomita la 36-0426 y la 79-1345, y para la dolomita ferroan la 34-0517.En la Tabla 20.7 podemos observar un resumen de la pre-sencia de estos compuestos en las diferentes capas de la muestra UE 250-1.

De acuerdo con estos datos la probable composición de las diferentes muestras analizadas es la siguiente:

común. Por último, la muestra UE 250-1.1 presenta valo-res similares a las UE 250-1.2 y UE 250-1.3 pero con leves diferencias en algunos óxidos que hacen que pensemos en un origen diferente para esta capa.

b) Muestras UE 250-2 y UE 250-3:

En la Tabla 20.4 se presentan los resultados en porcentajes normalizados tanto de los elementos como de sus óxidos de los análisis de FRX efectuados sobre las muestras UE 250-2 y UE 250-3.

En cuanto a la pérdida de peso por ignición vemos como la muestra UE 250-3 pierde un 2,16% más que la UE 250-2 lo que, unido a la composición de ambas muestras, parece abonar la idea de que estamos ante dos muestras de com-posición diferente. Con respecto a las muestras UE 250-1, y en lo concerniente a la pérdida de peso, hemos de señalar que la muestra UE 250-3 se sitúa al nivel de la UE 250-1.1, mientras que la UE 250-2 es la que menos peso pierde de todas las muestras analizadas.

Como en el caso de las muestras UE 250-1, el CaO y el SiO2 son los dos óxidos predominantes en la composición química de ambas muestras. Sin embargo, mientras la muestra UE 250-3 presenta niveles similares a UE-250-1.1, 1.2 y 1.3, la UE 250-2 es la que menos porcentaje en peso de CaO presenta de todas aunque, por el contrario, es la que más porcentaje en peso de SiO2 tiene. En la Tabla 20.5 se pueden comprobar los valores de la relación CaO/SiO2 de todas las muestras analizadas.Los valores de la relación SiO2/Al2O3 de ambas muestras son de 3,99 y de 4,43 respectivamente, valores sensible-

Tabla 20.4. Resultados de los análisis mediante FRX de las muestras UE 250-2 y UE 250-3 dados en % en peso,

normalizados y sin normalizar, de los elementos presentes en ellas.

Tabla 20.5. Relación CaO/SiO2 de todas las muestras analizadas.

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Tabla 20.7. Resumen de los diferentes compuestos detectados mediante DRX en las diferentes capas de la

muestra UE 250-1.Figura 20.12. Difractogramas de las diferentes capas de

la muestra UE 250-1.

Tabla 20.6. Identificación más probable de los ángulos (2θ) que aparecen en los difractogramas de las diferentes capas de la muestra UE 250-1.

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el cuarzo la 46-1045, para la dolomita la 79-1342, para la dolomita ferroan la 34-0517, para la calcita magnésica la 71-1663, para la nontronita la 02-0026 y para el óxido de silicato alumínico la 74-1976. En la Tabla 20.9 podemos observar un resumen de la presencia de estos compuestos en ambas muestras.

Con estos datos la composición de las dos muestras que-daría como sigue:

- UE 250-2: Calcita, Cuarzo y óxido de silicato alumínico.

- UE 250-3: Calcita Cuarzo, Dolomita, Dolomita ferroan, Calcita magnésica, óxido de silicato alu-mínico y Nontronita.

Como vemos, su composición no es la misma, diferencián-dose incluso de las distintas composiciones vistas para la muestra UE 250-1. También en estas muestras los picos más prominentes corresponden a la calcita y ya con me-

- UE 250-1.0: Calcita, Cuarzo, Dolomita, Dolomi-ta Ferroan y Hematita.

- UE 250-1.1: Calcita, Aragonito, dos tipos de Cuarzo y Dolomita.

- UE 250-1.2: Calcita, Cuarzo, dos tipos de Dolo-mita, Óxido de silicato alumínico y Rutilo.

- UE 250-1.3: Calcita, Cuarzo, Dolomita ferroan e Illita.

Todas las muestras tienen calcita, cuarzo y dolomita, sien-do los picos más prominentes los de la calcita, seguidos a distancia de los del cuarzo. Como nota distintiva hemos de destacar la presencia de aragonito (un polimorfo del car-bonato cálcico) en la muestra UE 250-1.1. La presencia de hematita, rutilo, óxido de silicato alumínico o illita se basa en la identificación de unos pocos picos con alturas muy bajas lo que hace que su presencia en las muestras sea baja. En el caso del óxido de silicato alumínico (Al2SiO5) es un ortosilicato que tiene tres polimorfos: la andalucita, la sillimanita y la cianita, de todos ellos sólo la sillimanita ha sido descrita en la provincia de Alicante a nivel petro-gráfico en algunas rocas subvolcánicas asociada a feldes-patos (Casanova et alii, 2002: 181). Su pico de DRX más prominente se sitúa alrededeor de 26,63 2θ y además es el polimorfo que menos impurezas presenta en su composi-ción química (Valores tomados y comparados en Anthony, Bideaux, Bladh, Nichols, http://handbookofmineralogy.org/), por todo ello pensamos que el óxido de silicato alu-mínico que hemos detectado en la muestra UE 250-1.2 es la sillimanita.

Estos resultados están en consonancia con los comentados en el apartado de FRX.

b) Muestras UE 250-2 y UE 250-3:

En este apartado analizaremos conjuntamente las muestras UE 250-2 y UE 250-3 siguiendo las directrices utilizadas en el análisis de la muestras UE 250-1. En la Figura 20.13 se muestran los difractogramas de ambas muestras y en la Tabla 20.8 las asignaciones más probables (salvo mejor interpretación) de los picos que aparecen en ellos.Para la identificación de los distintos compuestos presen-tes en las muestras se han utilizado las siguientes tarjetas de la base de datos JCPDS: para la calcita la 05-0586, para

Figura 20.13. Difractogramas de las muestras UE 250-2 y UE 250-3.

Tabla 20.8. Identificación más probable de los ángulos (2θ) que aparecen en los difractogramas de las muestras

UE 250-2 y UE 250-3.

Tabla 20.9. Resumen de los diferentes compuestos detectados mediante DRX en las muestras UE 250-2 y

UE 250-3.

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caradas lo que hace necesario recurrir a un algoritmo de segunda derivada para su identificación.

De acuerdo con los análisis anteriores, el compuesto domi-nante en todas las muestras es la calcita seguida en menor cantidad por el cuarzo y, ya a mayor distancia, por arcillas y dolomita. Esta relación de preponderancia queda clara-mente evidenciada en los espectros en donde la intensidad de las bandas se corresponde con este mismo orden.

Según la bibliografía al uso, las bandas asignables a la calcita son las siguientes: 712, 874, 1425, 1798, 2514, 2625 y 2873 cm-1. (Gunasekaran et alii, 2006: 892-899; Gunasekaran y Anbalagan, 2007b: 656-664; Gunasekaran y Anbalagan, 2008: 1246-1251; White, 1974: 233). En las medidas mediante ATR, estas bandas se mantienen prác-ticamente igual, excepto la banda de 1425 cm-1 que por efecto de la forma en la que se efectúa la medición en esta técnica y por ser la banda más intensa tiende a bajar de número de onda situándola algunos autores en 1392 cm-1 (Kendix, 2009, 104) aunque en nuestras mediciones esta banda aparezca en torno a 1405-1408 cm-1.

nos intensidad al cuarzo. Basándonos en los mismos argu-mentos que hemos empleado en el caso de la muestra UE 250-1 identificamos a la sillimanita como el polimorfo del óxido de silicato alumínico presente en estas dos muestras. También en este caso los resultados están en consonancia con los datos de FRX.

Como elemento de comparación con las muestras aquí analizadas, podemos utilizar los resultados publicados de los análisis de DRX efectuados a tres fragmentos cons-tructivos del cercano yacimiento de Caramoro II (Elche, Alicante) en los que en todos los difractogramas se iden-tificaron calcita, cuarzo y dolomita (García Borja et alii, 2010: 51). Estos tres elementos están presentes en todos las capas de la muestra UE 250-1 y en la UE 250-3, fal-tando la dolomita en la UE 250-2. Parece pues existir una cierta relación geológica entre alguno de los materiales utilizados para la construcción en ambos yacimientos de épocas culturales diferentes, lo que también, en parte, esta-ría relacionado con la relativa cercanía de ambos.

Espectrocopía Infrarroja

Mediante esta técnica obtenemos los espectros de ATR-IR de las muestras analizadas en el rango de medida de 600 a 4000 cm-1. Al respecto, hemos de hacer notar que las ban-das que aparecen en la región comprendida entre 1850 y 2400 cm-1 se corresponden con una zona de ruido debida al cristal de diamante del accesorio Golden Gate, utilizada para la medición, por lo que no se deben tener en cuenta a la hora de interpretar los espectros. Su uso pretende com-pletar los datos suministrados por los análisis de DRX, de-tectando, si es posible, la existencia de compuestos orgáni-cos, amorfos o arcillas no detectados anteriormente. Por el contrario, los elementos minoritarios de las muestras como rutilo, cromo, etc., que aparecen en los citados análisis no se verán reflejados en los espectros debido a su escasa can-tidad en el total de las muestras analizadas.

Como en los análisis anteriores, agruparemos en un aparta-do los comentarios de la muestra UE 250-1 y en un segun-do apartado los correspondientes a las muestras UE 250-2 y UE 250-3.

a) Muestra UE 250-1:

En la Figura 20.14 se muestran los espectros comparados de las cuatro capas de la muestra UE 250 1, recogiéndose en la Tabla 20.10 las bandas de infrarrojo identificadas y su asignación más probable.

Como podemos observar en la Figura 20.14, los espectros de las cuatro muestras son bastante similares, solamente se aprecian unas ligeras variaciones en la intensidad relativa y la posición de algunas bandas. En donde más divergen-cias parecen existir es en la zona comprendida entre 3000 y 3800 cm-1, zona gobernada por los iones hidroxilo (OH-) y que en los espectros aparece como una amplia meseta en la que las bandas que la conforman aparecen enmas-

Figura 20.14. Espectros ATR-IR de las diferentes capas de la muestra UE 250-1.

Tabla 20.10. Bandas de IR detectadas en las diferentes capas de la muestra UE 250-1.

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225

Según los análisis de DRX la muestra contiene una pe-queña cantidad de dolomita que podríamos rastrear en el espectro en el pequeño hombro que aparece a 843 cm-1, las demás bandas (726, 1446, 1881, 2525 ó 2923 cm-1) se si-tuarían en el área ocupada por las bandas más prominentes de la calcita que las enmascararían.

El agua adsorbida estaría representada por la banda detec-tada a 1637 cm-1, sin embargo esta banda tiene una con-figuración ancha y aplanada por lo que denota su escasa entidad, lo que se relacionaría con la forma muy aplanada que presenta la región comprendida entre 3300-3600 cm-1 y que no nos muestra ninguna banda individualizada, si-tuándose su mayor intensidad a unos 3400 cm-1.

Las arcillas están representadas por las bandas 908, 1007, 1024, 3613, 3658 y 3697 cm-1. Hemos de apuntar que la banda de mayor intensidad (1024 cm-1) alcanza solo la mitad de la intensidad de la banda υ2 de la calcita (872 cm-1) y que las bandas superiores a 3600 cm-1 apenas tie-nen entidad, todo ello nos hace pensar que la cantidad de arcilla presente en la muestra no sea muy elevada. Normal-mente no suele aparecer una sola arcilla sino que pueden estar presentes varias en diferentes cantidades y a veces en forma interestratificada lo que hace que sea complicado identificarlas. En el caso que nos ocupa, pensamos que las bandas podrían deberse a la presencia de caolinita cuya banda a 789 cm-1 estaría solapada con el doblete del cuar-zo (Kendix, 2009: 106, Madejová y Komadel, 2001: 416; Socrates, 2000: 278, Vaculíková et alii, 2011: 62). Pero también podría estar presente una parte de montmorilloni-ta, dado que esta arcilla presenta bandas compartidas con el cuarzo: 687, 779 y 797 cm-1. El pequeño hombro que aparece a 843 cm-1 también podría pertenecer a esta arcilla y no a la dolomita como hemos supuesto anteriormente. Otras bandas que se pueden atribuir serían a 908, 1007, 1637 y 3400 cm-1 (Madejová y Komadel, 2001: 416).

En cuanto a la presencia de hematita su banda superior (662 cm-1) queda por debajo de las bandas que hemos detectado (la banda más baja es 692 cm-1) (Cornell y Schwertmann, 2006: 145). Por lo que muy posiblemente nos esté indican-do su bajo porcentaje en el total de la muestra lo que está en consonancia con los datos de FRX. Hemos de resaltar que la técnica de IR no es la más adecuada para el análisis de óxidos de hierro en matrices complejas y con baja pro-porción de estos óxidos.

- Espectro UE 250-1.1

El espectro de esta capa muestra una tendencia similar a la anterior dado que también su componente mayoritaria es la calcita que presenta las bandas más acusadas y definidas (712, 872 y 1406 cm-1, con sobretonos a 1795, 2515, 2653, 2866 y 2979 cm-1). Como ocurría con la muestra UE 250-1.0, la banda que aparece a 2866 cm-1 podría relacionarse también con la existencia de material orgánico.

La presencia de cuarzo se detectaría por las bandas situa-das alrededor de 694 cm-1, un doblete que aparece a 798 y 780 cm-1 que ha sido utilizado tanto para su identificación como para su cuantificación (Drees et alii, 1995: 939), sir-viendo a la par para diferenciar las formas cristalinas del cuarzo de las formas amorfas que presentarían un único pico en lugar de un doblete (Shillito et alii, 2009: 135), y las bandas situadas a 1084, 1150 y 1172 cm-1 (Moenke, 1974: 366, Soda, 1961: 1494; Socrates, 2000: 278; Saikia et alii, 2008: 775-779). El cuarzo natural puede contener cantidades significativas de SiOH, iones OH- y agua aso-ciada con metales alcalinos, con Al reemplazando Si y zo-nas de tipo gel, la existencia de esta variedad de formas contribuyen significativamente a la absorción en la región de 3200-3600 cm-1 (Moenke, 1974: 369).

Por su parte, la dolomita presenta bandas de absorción a 726, 853, 1446, 1881, 2525 y 2923 cm-1 (Gunasekaran y Anbalagan, 2007a: 847; Gunasekaran y Anbalagan, 2007b: 656-664, White, 1974: 253).

Hemos de reseñar que el agua adsorbida por las muestras se refleja en las bandas que aparecen alrededor de 1635 cm-1 (H-O-H bending) y en la región de 3300-3600 cm-1 (O-H stretching) (Strens, 1974: 307). Los números de onda a las que aparecen se hallan influenciadas por la cantidad de agua adsorbida, el tipo de mineral y el catión intercam-biable al que está enlazada el agua. En la región de 3300-3600 cm-1 pueden solaparse las vibraciones (hydroxyl stretching vibrations) del agua con las de las arcillas. En la región de 1635 cm-1, si las bandas aparecen por encima de este valor nos indican la existencia de agua coordinada y enlazada químicamente, si por el contrario aparecen por debajo nos indican que las moléculas de agua no están en-lazadas estrechamente. Así, tendríamos que para valores de 1630 cm-1 habría agua adsorbida, para valores de 1650 cm-1 estaría el agua de la esfera de hidratación de los ca-tiones y a 1680 cm-1 aparecería el agua de coordinación de los cationes en arcillas (Frost et alii, 2000: 69; Frost et alii, 1998: 227-228; Frost et alii, 1998: 216-217).

Con los datos anteriores pasaremos a comentar cada es-pectro de la muestra UE 250-1.

- Espectro UE 250-1.0:

El espectro de la muestra UE 250-1.0 nos muestra el pre-dominio de la calcita, con bandas bien definidas a 712, 872 y 1406 cm-1 y sobretonos a 1796, 2516,2652, 2870 y 2976 cm-1. La banda que aparece a 2870 cm-1, con una mínima intensidad, podría estar relacionada con restos de material orgánico puesto que la vibración del enlace C-H en CH2 también aparece alrededor de 2860 cm-1. Como segundo elemento, aunque con bandas menos definidas encontra-mos al cuarzo que aparece con el doblete a 779-798 cm-1, estas dos bandas presentan una altura muy débil lo que está en consonancia con la no aparición del hombro a 694 cm-1 que sí aparece en las restantes muestras, también aparecen pequeños hombros a 1079 y 1163 cm-1.

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226

Como en la muestra precedente aparecen también unas bandas muy pequeñas a 3658, 3676 y 3693 cm-1 que junto a las de 906 y 1005 cm-1 podríamos asignarlas a la caolinita aunque sin olvidar que también podría estar presente la montmorillonita.

- Espectro UE 250-1.2:

También en esta capa se repite el esquema de las anterio-res, con las bandas pertenecientes a la calcita ocupando los lugares más prominentes (712, 872, 1405 cm-1 y los sobre-tonos 1797, 2519, 2653, 2860 y 2974 cm-1). También se le puede aplicar el comentario realizado en las anteriores muestras a la banda que aparece a 2860 cm-1 apuntando la posibilidad de que exista material orgánico. La dolomita podría reflejarse en el pequeño hombro que aparece a 847 cm-1, si esta banda no pertenece a la montmorillonita.

Las bandas del cuarzo aparecen más perfiladas que en las muestras anteriores, lo que indica una mayor cantidad de este compuesto, a 693 cm-1, un doblete a 779-798 cm-1, a 1082 cm-1 y a 1159 cm-1. El agua adsorbida aparece a 1637 cm-1 también como una banda ancha y poco marcada. Por su parte, la zona de los iones hidroxilo, aparece con un per-fil similar a la capa anterior aunque más redondeado sien-do su banda más intensa la de 3403 cm-1, apareciendo unas bandas muy pequeñas a 3220, 3606, 3654 y 3695 cm-1.

En los análisis de DRX aparecen también:

• Rutilo, que no aparece en los espectros debido a quesu presencia es muy minoritaria.

• Óxido de silicato alumínico identificado anteriormen-te como sillimanita, ninguna de sus bandas situadas a1195, 1177, 960, 898, 819, 747 y 687 cm-1 aparece enel espectro de la muestra lo que nos indica su baja pre-sencia en ella lo que estaría también en consonanciacon la poca intensidad de sus picos en el difractogra-ma de DRX.

Por último quedarían por asignar las bandas que aparecen a 908, 1007, 3220, 3220, 3402.3606, 3654 y 3695 cm-1 (Van der Marel y Beutelspacher, 1976: 286-287) y que como en las muestras anteriores se podría asignar a la caolinita y/o a la montmorillonita.

- Espectro UE 250-1.3:

Como en las capas anteriores, la calcita es la que presenta las bandas más definidas y más intensas (712, 871 y 1406 cm-1 con sobretonos a 1796, 2514, 2652, 2866 y 2974 cm-1. Al igual que en las muestras anteriores la banda de 2866 cm-1 podría asignarse también a material orgánico.Sigue apareciendo el pequeño hombro a 847 cm-1 que po-dría ser tanto de dolomita como de montmorillonita y, el cuarzo, con unos perfiles más definidos que la capa an-terior presenta bandas a 692 cm-1, un doblete a 779-798 cm-1, y pequeños hombros a 1083 y 1163 cm-1. El agua

Según los análisis de DRX, en esta muestra, además de calcita existe aragonito, que es otra forma cristalina del CaCO3, éste puede presentar bandas a los siguientes núme-ros de onda según la bibliografía: 699, 712, 870, 875, 1085 y 1490 cm-1 con un sobretono a 1750 cm-1 (Donner y Lynn, 1995: 282; White, 1974: 242). En el espectro sus bandas pueden quedar enmascaradas tanto por las de la calcita (712, 870 y 875 cm-1) como por algunas del cuarzo (699 y 1085 cm-1). El aragonito presente en yacimientos arqueo-lógicos se debe mayoritariamente a caparazones de mo-luscos o bien, si se halla en sedimentos, a la evaporación de agua marina, lo que nos indicaría su procedencia de un medioambiente marino (Weiner, 2010: 283). La calcita y el aragonito procedentes de caparazones de animales, ma-rinos o de aguas dulces, pueden aparecer tanto mezclados como representando a un mineral singular específico de un organismo particular. Estos carbonatos serían carbonatos de origen biológico y la ratio de sus bandas en los espec-tros estaría en función del tanto por cien de aragonito pre-sente en la muestra (White, 1974: 273; Adler y Kerr, 1962: 700-717). En nuestro caso posiblemente estemos ante una mezcla de carbonatos de este tipo o incluso de aragonito procedente de sedimentos marinos, en donde la cantidad de aragonito no debe ser muy elevada, produciéndose enton-ces la prevalencia de las bandas de la calcita sobre las del aragonito por este motivo podríamos asignarle el hombro que aparece en el espectro a 1.438 cm-1 aunque esta banda también podría ser asignada a la dolomita (υ3-Asymmetric CO3 stretching).

La dolomita, al igual que en la muestra anterior, podría estar representada, en principio, solamente por el pequeño hombro situado a 856 cm-1 que en este caso presenta la mayor intensidad y definición de todas las muestras anali-zadas, aunque ya hemos visto que esta frecuencia también podría pertenecer a montmorillonita. Como acabamos de comentar, la banda de 1438 cm-1 también le podría perte-necer.

El cuarzo estaría representado por un hombro muy peque-ño situado a 696 cm-1, un doblete muy débil a 778-796 y dos pequeños hombros situados a 1078 y 1157 cm-1. En el análisis mediante DRX aparecen dos tipos de cuarzo lo que quizás pueda explicar el que estas bandas presenten una ligera variación en su posición con las de la UE 250-1.0 aunque también hay que tener en cuenta el margen de error de la medida (4 cm-1).

El agua adsorbida aparece a 1637 cm-1 con una banda un poco más marcada que la de la UE 250-1.0 pero también con una cierta amplitud y el área de los iones hidroxilo aparece de forma más redondeada que en la UE 250-1.0, con una banda ancha sin prominencias acusadas y cuya banda máxima se situaría a 3398 cm-1. A 3223 cm-1 apare-ce un pequeño hombro poco marcado que nos habla de la existencia de agua coordinada al catión de las arcillas pre-sentes en la muestra (Frost et alii, 2000: 69; Frost et alii, 1998: 227; Frost et alii, 1998: 217). Esta muestra parece tener una presencia de agua mayor que la muestra anterior.

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te hemos atribuido a la dolomita/montmorillonita pero, dado que en esta muestra no ha sido detectada mediante DRX la existencia de dolomita debemos asignarla enton-ces a la montmorillonita y, muy posiblemente, tener que replantearnos las anteriores adscripciones a la dolomita. El agua adsorbida aparece a 1637 cm-1 como una banda débil y ancha. Y la zona de los iones hidroxilo aparece con una meseta redondeada en donde solo podemos adivinar unas pequeñas bandas a 3230, 3396 y a 3616 cm-1.

El material arcilloso, representado por las bandas que apa-recen a 911, 996, 3230, 3396 y 3616 cm-1 lo identificaría-mos como caolinita/montmorillonita. Por último el óxido de silicato alumínico (sillimanita) que aparece con picos de débil intensidad en los análisis de DRX no se halla re-presentado en el espectro de esta muestra lo que en princi-pio indica que su presencia en ella es escasa.

- Espectro UE 250-3:

Los análisis de DRX de esta muestra detectan la presen-cia de calcita, cuarzo, dolomita, dolomita ferroan, calcita

adsorbida se sitúa en la banda de 1637 cm-1 presentando también una morfología, similar a la de las muestras ante-riores, redondeada y ancha. La región de los iones hidroxi-lo presenta un perfil diferenciado con respecto a las demás muestras que me hemos visto hasta ahora presentando un perfil redondeado sin grandes bandas con una altura máxi-ma a 3398 cm-1 , dicho perfil termina en una banda situada a 3618 cm-1. Se pueden rastrear bandas muy leves a 3230, 3398, 3622, 3631 y 3683 cm-1.

Según los análisis de DRX, esta muestra contiene illita cu-yas bandas se situarían a 3629, 3622, 3438, 3265, 1635, 1027, 791, 753 y 722 y 668 cm-1 (Álvarez-Puebla et alii, 2005: 43-44) parte de estas longitudes de onda son las mis-mas o se engloban en las del cuarzo, el agua adsorbida o la región de los hidroxilos, siendo quizás las más característi-cas las situadas a 3622 y 3631 cm-1. La banda de 1027 cm-1

se correspondería con un hombro poco marcado y no rese-ñado en la Figura 20.13 que estaría solapado con la banda más ancha de la caolinita/montmorillonita que aparece a 1005 cm-1. La muestra también tendría caolinita/montmo-rillonita con bandas que aparecen a 912, 1011 y 3683 cm-1.

b) Muestras UE 250-2 y UE 250-3:

En la Figura 20.15 se agrupan los espectros de ATR-IR de las muestras UE 250-2 y UE 250-3. Como se puede observar, los espectros son similares variando las inten-sidades relativas y la posición de muy pocas bandas. Las diferencias más significativas aparecen en el perfil de la zona comprendida entre los 3000 y los 3700 cm-1.

En la Tabla 20.11 se recogen las bandas de ATR-IR detec-tadas de ambas muestras y su asignación más probable. Como en las muestras anteriores, se analizará cada una de ellas por separado.

- Espectro UE 250-2:

En base a los análisis de DRX, esta muestra estaría com-puesta de calcita, cuarzo y óxido de silicato alumínico que al igual que en la muestra UE 250-1.2 englobaría a las arci-llas presentes en la muestra. En el espectro de esta muestra los pico de la calcita siguen siendo los más prominentes pero el pico situado a 996 cm-1, perteneciente a las arcillas supera por poco en intensidad al pico υ2 de la calcita (872 cm-1), es la única muestra de todas las analizadas en la que sucede este hecho, también se perfila mejor el doblete del cuarzo (781-796 cm-1) y por último la zona de los iones hidroxilo aparece con un perfil muy redondeado en donde no destaca ninguna banda especialmente.

La calcita está representada por las bandas situadas a 712, 872 y 1406 cm-1 y los sobretonos 1796, 2509-2516, 2648, 2870 y 2981 cm-1. Como en todas las anteriores muestras la frecuencia de 2870 cm-1 podrían asignarse a materia or-gánica. El cuarzo aparece a 690, 781-796, 1076 y 1155 cm-1. Sigue existiendo el pequeño hombro que aparece en todas las muestras a 852 cm-1 y que sistemáticamen-

Figura 20.15. Espectros ATR-IR de las muestras UE 250-2 y UE 250-3.

Tabla 20.11. Bandas de IR detectadas en las muestras UE 250-2 y UE 250-3.

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

228

cambio que se produce en el material de partida, lo que nos permite tener una visión más exacta de su composición.

La mayoría de las reacciones, tanto de cambios polimórfi-cos como de pérdida de peso, que afectan a los componen-tes de los materiales de construcción prehistóricos cuando son sometidos a un proceso de calentamiento controlado tienen lugar dentro del rango de temperatura entre 25ºC y 900 ºC. En general, las pérdidas de peso que sufren estas muestras son debidas a la expulsión, en forma de gas, de H2O y CO2 y esta es la razón por la que en la técnica de EM se sigan las evoluciones de las masas 18 (H2O), 28 (CO) y 44 (CO2) en el presente estudio, ello nos permitirá cubrir todo el rango de posibilidades mencionadas anteriormente además de detectar la presencia de materia orgánica en la muestra ya que su proceso de descomposición generaría también CO2.

Para sistematizar y poder comparar las pérdidas de peso relacionadas con el aumento de temperatura, en la biblio-grafía relacionada con la aplicación del análisis térmico al estudio de morteros antiguos, estas pérdidas se suelen distribuir en rangos de temperatura no siempre coinci-dentes (Tabla 20.12). Estos intervalos, como veremos más adelante al comentar las gráficas TG-EM, se pueden considerar un tanto arbitrarios dado que los procesos, en la mayoría de las ocasiones, suceden a temperaturas no siempre coincidentes con ellos debido a las variables de análisis empleadas, que pueden desplazar a mayores o me-nores temperaturas las pérdidas de peso e incluso en otras muchas los procesos se solapan siendo prácticamente im-posible diferenciar que pérdida de peso que corresponde a cada proceso (Mackenzie y Mitchell, 1970: 101-122). Por lo tanto, la utilización de la EM junto al análisis térmico nos permitirá seguir con un mayor rigor las reacciones que se suceden al calentar las muestras.

Al final de este apartado compararemos los datos aporta-dos por los análisis de TG-EM de todas las muestras con los datos que se extraerían al utilizar los rangos anterior-mente citados, en concreto con el propuesto por Moropou-lou, Bakolas y Bisbikou (1995: 779-795):1. Tª<120ºC: En general, pérdida de peso debida a la hu-

medad.

2. 120ºC<Tª<200ºC: Pérdida de peso asignada a agua dehidratación.

magnésica y nontronita. Como en los anteriores espectros también en esta muestra las bandas de calcita son las do-minantes y las pertenecientes al material arcilloso (1014 cm-1) no superan la intensidad de la banda υ2 de la calci-ta (872 cm-1). La zona de los iones hidroxilo muestra una morfología más acusada con bandas más definidas.

La calcita, como en las anteriores muestras, presenta sus bandas a 712, 872 y 1408 cm-1 con sobretonos a 1796, 2510-2519, 2652, 2876 y 2985 cm-1. También aquí es vá-lida la posible identificación de la banda 2876 cm-1 con material orgánico. Vuelve a aparecer el pequeño hombro asignado anteriormente a la dolomita/montmorillonita a 852 cm-1 y el cuarzo aparece a 690, 781-800, 1074 y 1153 cm-1. El agua adsorbida aparece a 1637 cm-1 con una banda débil y ancha y en la zona de los iones hidroxilo aparecen las bandas a 3395, 3550 y 3614, 3664, 3689 cm-1. Las arcillas están representadas por las bandas situadas a 912, 1014, 1577, 3395, 3550 y 3781 cm-1. Hemos de señalar que la nontronita es una esmectita dioctahédrica como la montmorillonita de la que le separa solo el contenido en Fe, para las montmorillonitas la cantidad de Fe3+ <1% y en cambio en las nontronitas el Fe sustituye totalmente al Al. (Frost y Kloprogge, 2000: 2178). Las bandas asignadas a estas arcillas son las siguientes: 693, 788, 793, 880, 1039, 1077, 1628, 3047, 3232, 3432, y 3597 cm-1 , hemos de apuntar que existen algunas variaciones en estas frecuen-cias según el autor que se utilice (Frost y Kloprogge, 2000: 2181; Frost et alii, 2002: 1881-1894). Como vemos parte de estas frecuencias se solapan con las del cuarzo, las del agua de adsorción y las de la zona de iones hidroxilo. Si realizamos una ampliación de esta zona podemos obser-var unas pequeñas bandas que se ajustan a las frecuencias anteriormente citadas pero también a las de la caolinita/montmorillonita porque creemos que estamos ante una mezcla de estas tres arcillas o caolinita/esmecitas. Como en las anteriores espectros, tampoco en éste se detecta la presencia del óxido de silicato alumínico –sillimanita– que aparece con picos de débil intensidad en los análisis de DRX.

Análisis Térmico acoplado a Espectrometría de Masas.

El análisis térmico acoplado a un espectrómetro de masas es una de las técnicas denominadas EGA (Evolved Gas Análisis), en las que los gases generados durante la des-composición térmica de un compuesto al ser sometido a un calentamiento controlado son analizados por otra técnica como la espectrometría de masas, la espectroscopia infra-rroja, etc. Su utilización cumple ya más de cuatro décadas (Rouquerol, 1997: 247-253) y ha sido utilizada para el es-tudio de muy diferentes tipos de materiales (Plante et alii, 2009,1–10; Materazzi et alii, 2006a, 489–496; Materazzi et alii, 2006b, 781–794, Morgan, 1993: 81-89; Morgan et alii, 1988: 207-212).

Mediante esta técnica es posible identificar los gases emi-tidos durante los procesos que se producen durante un análisis térmico correlacionándolos exactamente con cada

Tabla 20.12. Rangos de temperatura utilizados por diferentes autores para analizar termogramas de

morteros antiguos.

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20. Galanet (Elche): análisis químico instrumental de los materiales de construcción

229

ción del agua adsorbida en su superficie externa. La pérdida de agua por deshidroxilación será el segundo y más importante proceso que sufre la caolinita. Este proceso se inicia hacia los 330ºC, evoluciona rápidamente hacia los 450ºC y acaba hacia los 750ºC cuando se transforma en meta-caolinita. Las temperaturas de estos procesos, como ya hemos apuntado anteriormente, varían con el grado de desorden de la estructura de la arcilla y la cantidad y tipo de impurezas que pre-sente (Cheng et alii, 2010: 106-114; Hatakeyama y Liu, 2000: 324, Mackenzie, 1970: 524-527).

- Montmorillonita: Presenta dos pérdidas de peso: la primera entre 100-300ºC debida a la salida del agua de adsorción y la segunda a 500-600ºC pro-ducto de su deshidroxilación ( Sudo y Shimoda, 1970: 546; Hatakeyama y Liu, 2000: 325).

- Illita: También esta arcilla sufre dos procesos de pérdida de peso debidas a la salida del agua de hi-dratación, proceso que se produce entre 80-140ºC y a su deshidroxilación que sucede entre 280-580ºC . (García Guinea et alii, 2004: 26-29; de Araújo et alii, 2004: 359-361; Mackenzie, 1970: 517-518; Hatakeyama y Liu, 2000: 327).

- Óxido de silicato alumínico (sillimanita): Este ortosilicato además de tener una escasa presencia en las muestras no sufre ninguna pérdida de peso o transformación dentro del rango de temperaturaanalizado, sólo cuando se alcanzan los 1600 ºC se transforma en mullita (Hatakeyama y Liu, 2000: 323).

a) Muestra UE 250-1.0:

Basándonos en los análisis anteriores, la muestra UE 250-1.0 estaría compuesta por calcita, cuarzo, dolomita, hema-tita y arcillas. Los procesos térmicos que sufren tanto el cuarzo como la hematita no llevan asociados ningún cam-bio en el peso, tan sólo cambios de fase, de ahí que no aparezcan en las curvas de TG. En el caso de la hematita la transformación polimórfica de α-Fe2O3 a γ-Fe2O3 se produ-ce a unos 830ºC (Hatakeyama y Liu, 2000: 273).

De la curva de TG incluida en la Figura 20.16 podemos interpretar 3 procesos de pérdida de peso, una primera que abarca el rango de temperaturas entre 25ºC y unos 120ºC, una segunda leve y continua entre 170 y 560ºC y para fina-lizar otra que comienza un poco antes de los 560ºC y que finaliza alrededor de los 805ºC.

Observando las señales debidas a la EM, y si prestamos atención a la señal proporcionada por la masa 18, podemos señalar la presencia de 4 procesos asociados a la emisión de agua: Inicialmente desde 25 a 172ºC, observamos 2 contribuciones, una primera hasta unos 77ºC, que podría justificarse como humedad, y posteriormente una segunda

3. 200ºC<Tª<400ºC: Pérdida de peso asignada al aguaenlazada en compuestos hidráulicos

4. 400ºC<Tª<600ºC: Pérdida de peso asignada al aguaenlazada a otros compuestos hidráulicos.

5. Tª>600ºC: Pérdida de peso debida a la descomposi-ción de los carbonatos.

Como hemos comprobado con los análisis anteriores, tan-to la calcita como el cuarzo y las arcillas son los compues-tos que están presentes en todas las muestras analizadas. Su comportamiento tanto en la curva de TG como en la EM debería ser el siguiente:

- Calcita: En la curva de TG se debería observar una pérdida de peso debida a la descomposi-ción del CaCO3 en CaO y CO2. Los intervalos de temperatura de este proceso para una calcita natural estarían en torno a 625 ºC, para el inicio del proceso, 890 ºC para su final y una tempera-tura de inversión alrededor de 840 ºC (Cuthbert y Rowland, 1947: 112). Sin embargo, estas tem-peraturas varían según las diferentes condiciones de análisis empleadas: velocidad de calentamien-to, peso de la muestra, tamaño de partícula de la muestra, atmósfera empleada, etc. (Wendlant, 1986: 12; Bish y Duffy, 1990: 116-118). Así Smykatz-Kloss, (1974: 44) sitúa la temperatura de inversión en 898 ºC y Hatakeyama, Liu, (2000, 296) lo sitúan a 960 ºC. Si la calcita proviene de la recarbonatación de un hidróxido cálcico –cal hidratada–, su temperatura de descomposición será inferior que la del carbonato cálcico original de partida. Esta variación parece estar relacio-nada con que tras la recarbonatación, el tamaño de los cristales del nuevo carbonato formado es inferior al del carbonato de partida (Webb y Krü-ger, 1970: 317). Moropoulou, Bakolas y Bisbikou (1995: 781) sitúan la temperatura de inversión para un CaCO3 recarbonatado alrededor de los 750 ºC. El proceso de descomposición se puede seguir a través de EM siguiendo la evolución de las masas 28 (CO) y sobretodo 44 (CO2).

- Cuarzo: El cuarzo no presenta pérdida de peso en el TG. En el rango de temperatura estudiado se produce la transformación polimórfica del α-SiO2 a α-SiO2 a unos 573ºC (Hatakeyama y Liu, 2000: 273) aunque en nuestro caso dicho proceso se produciría sobre 578 ºC al haber utilizado para el experimento una atmósfera de helio (Dawson y Wilburn, 1970: 483). Esta transformación sola-mente se podría seguir mediante la aparición de un pico endotérmico en una curva de ATD que no está representada en nuestras gráficas.

- Caolinita: Esta arcilla sufriría una primera peque-ña pérdida de peso a 45-62ºC debida a la elimina-

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

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balagan; 2007c: 339-334; Shahraki et alii, 2009: 35-44):

1) CaMg(CO3)2 -------------à MgO + CaCO3 + CO2

2) CaCO3 ------> CaO + CO2; o bien:

3) CaMg(CO3)2 ---------à MgO + CaO + CO2

Como vemos, en la primera opción el carbonato mixto pierde el CO2 para dar como producto carbonato cálcico y óxido de magnesio. Y con posterioridad el CaCO3 des-compone a óxido cálcico emitiendo CO2. En la segunda posibilidad, el carbonato mixto descompone directamente a los óxidos de calcio y magnesio liberando CO2.

En nuestro caso se produce la segunda posibilidad (reac-ción 3), debido a las condiciones de análisis y a la escasa cantidad de dolomita que contiene la muestra.

Por otro lado, cabe mencionar el caso de la dolomita fe-rroan que contiene esta muestra, en este caso las reaccio-nes que se producen se incluyen a continuación (Dubraws-ki y Warne, 1988: 627-635):

• Ca(Mgl,Fe)(CO3)2 à CaCO3 + x FeO + (1- x- y) MgO+ y MgCOa + (1-y) CO2 (2)

• 2FeO + CO2 à Fe2O3 + CO (3)

• MgO + Fe2O3 à MgO. Fe2O3 (4)

• FeO + Fe2O3 à FeO. Fe/O3 (5)

• 2 CaCO3 + MgO. Fe2O3 à 2CaO Fe2O3 + MgO + 2CO2 (6)

Finalmente el CaCO3 descompone dando como producto CaO y liberando CO2:

• CaCO3 --> CaO + CO2 (7)

El primer paso en la descomposición térmica de la dolomi-ta da como resultado la formación de la magnesio-calcita ((CaMg) CO3) y periclasa (MgO), para liberar CO2. En el caso de la dolomita ferroan, la reacción inicial es similar, excepto por la formación de la ferroan periclasa ((Mg,Fe)O), aunque esta fase es rápidamente oxidada por el CO2 resultando la magnesioferrita (MgFe2O4). También se pue-de formar una espinela ferrosa (Fe3O4 - MgFe2O4) como producto intermedio durante la oxidación, en función de cuáles sean las condiciones experimentales. Como resulta-do se libera CO debido a la reducción del CO2. El segundo paso es una reacción de estado sólido entre la calcita y la magnesioferrita, cuyo producto es la ferrita cálcica (2CaO Fe2O3) y perioclasa con la consecuente liberación de CO2. El carbonato cálcico que ha quedado sin reaccionar lo hace liberando CO2 y dando CaO como producto final (Warne

que sugeriría la presencia de agua adsorbida en arcillas, en este caso ambos procesos se solapan. Con posterioridad, se presenta otra contribución de la masa 18, esta vez el rango se extiende desde 172 hasta 377ºC, proceso este cuyo final se confunde con el inicio en la evolución de la masa 44. Además, en todo este rango de temperatura y hasta casi 800ºC, la masa 18 sigue de forma tenue una constante dis-minución de su señal, lo que sugiere que se esta liberando agua a la par que se emite CO2 (masa 44) procedente de los carbonatos. Este solapamiento de procesos en las señales de EM hace difícil la cuantificación de las cantidades de agua y dióxido de carbono emitidos. La emisión de CO2 se produce en el rango de temperaturas que va desde 485ºC hasta 815ºC.

En general y a partir de las curvas TG-EM, podemos ex-traer las siguientes cuantificaciones, las cuales han de ser tomadas con precaución debido a que muchos de los pro-cesos que las producen se ven solapados:

- Pérdida por ignición (LOI) a 900ºC: 32.34 %.

- Pérdida debida a la contribución del H2O: 0.71 % debida a humedad, agua de adsorción 0.42 % de 77 a 172ºC. Una tercera contribución de agua de coordinación (1.25 %) en un rango de 172 a 377ºC. A partir de este punto y hasta 800ºC se aprecia otro proceso asociado a evolución de agua que no podemos cuantificar conveniente-mente porque solapa con la descarbonatación de la muestra. Estas pérdidas de agua se relaciona-rían con la existencia de caolinita/montmorilloni-ta y posiblemente illita.

- Pérdida atribuida a la descarbonatación de CaM-g(CO3) y de CaCO3 : 28.63 %. Esta pérdida de peso engloba también a la pequeña pérdida de peso debida al agua que se emite en este rango de temperatura, y que hemos señalado previamente. Si sólo se atribuye a CaCO3, esta pérdida equivale a un 65.07 % en peso de muestra. En el caso par-ticular de que la muestra contenga dolomita, se puede esperar que el proceso de descarbonatación sea de 2 posibles maneras (Gunasekaran y An-

Figura 20.16. TG-EM de la muestra UE 250-1.0.

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bución de la masa 18, esta vez el rango se extiende desde 250 hasta unos 650ºC, proceso este que se produce simul-táneamente con la evolución de la masa 44, dicha emisión de CO2, comienza alrededor de 425ºC para finalizar a unos 805ºC. Además, en todo este rango de temperatura y hasta casi 800ºC, la masa 18 sigue de forma tenue una constante disminución de su señal, lo que sugiere que se está liberan-do agua a la par que se emite CO2 (masa 44) procedente de los carbonatos.

En cuanto a la forma del perfil que produce la masa 44, ve-mos una primera zona que abarca el rango de 425 a 653ºC, en la que parece emitirse el CO2 de forma casi lineal. A partir de este punto cambia la forma en cómo evoluciona la masa 44, produciéndose la salida de una forma completa-mente diferente. Este distinto comportamiento de la señal de la masa 44 podría estar relacionada con la existencia de dolomita en la muestra, así como, con la forma en que el aragonito una vez convertido en calcita descompone emi-tiendo el CO2.

Las cuantificaciones que podemos extraer de la Figura 20.19 son las siguientes:

- Pérdida por ignición (LOI) a 900ºC: 34.80 %.

- Pérdida debida a la contribución del H2O: De hu-medad y agua de adsorción 3.24 % de 25 a 178ºC. Otro contribución de agua de coordinación (0.43 %) en un rango de 178 a 240ºC. A partir de este punto y hasta unos 700ºC se aprecia otro proce-so asociado a evolución de agua que no podemos cuantificar convenientemente porque solapa con la descarbonatación de la muestra. Estos proce-sos se deben a la descomposición de la caolinita/montmorillonita.

- Pérdida atribuida a la descarbonatación de CaM-g(CO3) y del CaCO3 procedente tanto de calcita como de la transformación de aragonito en calci-ta: 29.35 %. Esta pérdida de peso también incluye las pérdidas debida a la cantidad de agua que se emite en este rango de temperatura y que no po-demos cuantificar Si sólo se atribuye a CaCO3, esta pérdida equivale a un 66.70 % en peso de muestra.

c) Muestra UE 250-1.2:

La muestra que nos ocupa, formada principalmente por calcita, cuarzo, dolomita, aluminio silicato óxido (arcillas) y una mínima cantidad de rutilo, presenta un perfil de TG-EM, en donde se aprecian tres liberaciones de agua (señal de la masa 18), que no quedan tan claras en el perfil de TG.

Por otro lado, en la curva de TG de la Figura 20.18, sólo se aprecia una pérdida de peso, bien definida, relativa al carbonato, aunque su inicio, reparando en la señal de la masa 44, presenta un ligero ascenso a partir de unos 450ºC siendo ya clara alrededor de 635ºC. El primer tramo desde

et alii, 1981: 105-111; Milodowski y Morgan; 1989: 279-297).

En nuestro caso y dada la escasa cantidad que existe de este compuesto su descomposición se confunde con la de la calcita.

b) Muestra UE 250-1.1:

El análisis por TG-EM de la muestra UE 250-1.1 es en general muy similar al de la muestra UE 250-1.0, en lo que al perfil de TG-EM se refiere. La muestra está principal-mente constituida por calcita, aragonito, cuarzo, dolomita. y arcillas. En el caso del aragonito, se produce su trans-formación a calcita durante su proceso de descomposición térmica a unos 440ºC, aunque este proceso no lleva aso-ciada una pérdida de peso (Rao y Mehrotra; 1978: 32-35, Hatakeyama y Liu, 2000: 296).

De la curva de TG presentada en la Figura 20.17 podemos interpretar 4 pérdidas de peso, una que abarca el rango de temperaturas entre 25ºC y unos 185ºC, una segunda leve y continua entre 185 y 400ºC, la tercera entre 400 y 660ºC y para finalizar la cuarta entre 660ºC y 805ºC. En un prin-cipio, las dos primeras pérdidas de peso se asignarían a procesos relacionados con la pérdida de agua. La tercera pérdida, que se produce de forma algo más rápida que la segunda, podría incluir la descomposicón de la dolomita, que en esta muestra se encuentra en mayor cantidad que en otras. Además, en el rango de temperatura en que se produce la tercera perdida de peso, es donde se produce la transformación de aragonito a calcita (Rao et alii, 1978: 32-35, Hatakeyama y Liu, 2000: 296), por lo que parte de ese aragonito que ya ha pasado a calcita podría estar ya descomponiendo. La ultima pérdida, que es la que se da de forma más clara y en un rango de temperatura mas corto, se debe a la descarbonatación del carbonato cálcico.

Observando los evoluciones de las señales debidas a la EM (ver Figura 20.17), la masa 18 presenta tres claros picos asociados a la emisión de agua: Inicialmente desde 25 a 85ºC, observamos una contribución que podría justificarse como humedad, y posteriormente una segunda que suge-riría la presencia de agua adsorbida cuyo máximo se pro-duce a 200ºC. Con posterioridad, se presenta otra contri-

Figura 20.17. TG-EM de la muestra UE 250-1.1.

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la salida del agua y posteriormente la descomposición de la calcita liberando CO2. Sin embargo, prestando atención a las señales proporcionadas por la EM, podríamos hablar de 2 contribuciones de agua y una contribución de la masa 44 (CO2) que parece darse en 2 tramos como comentába-mos anteriormente en la muestra UE 250-1.2. Además en este caso la pérdida de peso que se produce de forma conti-nuada entre 200 y 800ºC, parece ser menos acusada en esta muestra si la comparamos con la muestra anterior. Todo esto se puede apreciar analizando los perfiles y las curvas que aparecen en la Figura 20.19.

- Pérdida por Ignición (LOI) a 900ºC: 33.48 %.

- Pérdida debida a la contribución del H2O: De humedad y agua de adsorción de la illita presente en la muestra 0.44 % de 25 a 170ºC. A partir 248º C y hasta unos 800º C se aprecia otro proceso asociado a evolución de agua que no podemos cuantificar convenientemente porque solapa con la descarbonatación de la muestra. Esta emisión de agua englobaria la deshidroxilación de las capas octaédricas de la illita (De Araújo et alii, 2004: 359-360).

- Pérdida atribuida a la descarbonatación que abarca el intervalo de 500 hasta 840ºC asignada a calcita y algo de dolomita ferroan: 31.45 %. Esta pérdida de peso también incluye las pérdidas debida a la cantidad de agua que se emite en este rango de temperatura y que no podemos cuantificar Si sólo se atribuye a CaCO3, esta pérdida equivale a un 71.48 % en peso de muestra.

e) Muestra UE 250-2:

Según los resultados obtenidos mediante las técnicas ante-riormente aplicadas a la muestra está principalmente cons-tituida por calcita, cuarzo y arcillas.

De la curva de TG (Figura 20.20), podemos interpretar dos pérdidas de peso, una que abarca el rango de temperaturas entre 25ºC y unos 200ºC, y otra que comienza un poco antes de los 500ºC y finaliza alrededor de los 800ºC. Apre-

450 y hasta 635ºC podría deberse a la pequeña cantidad de dolomita con la que cuenta la muestra, y que su descom-posición en forma de CO2 tuviese una cinética más lenta. Además en esta muestra se aprecia una pérdida de peso continuada (curva TG, ver Figura 20.18) que se produce entre 200 y 650ºC. Dicha pérdida de peso engloba diferen-tes procesos que solapan entre sí. De hecho, si reparamos en las señales proporcionadas por la EM, vemos que entre esos proceso se produce la emisión de algún tipo de agua y la liberación de CO2 procedente de la calcita y también posiblemente de la dolomita. De esto podemos inferir la dificultad a la hora de cuantificar cada uno de estos proce-sos de forma independiente. La cuantificación de estos procesos es la siguiente:

- Pérdida por Ignición (LOI) a 900ºC: 33.51 %.

- Pérdida debida a la contribución del H2O: De humedad y agua de adsorción 1.84 % de 25 a 176ºC. Otro contribución de agua de coordinación (0.20 %) en un rango de 176 a 225ºC. A partir de este punto y hasta unos 700ºC se aprecia otro proceso asociado a evolución de agua que no podemos cuantificar convenientemente porque solapa con la descarbonatación de la muestra. Estas pérdidas se relacionan con la descomposición de caolinita/montmorillonita.

- Pérdida atribuida a la descarbonatación de CaMg(CO3) y de CaCO3 procedente tanto de calcita como de la transformación de aragonito en calcita: 30.18 %. Esta pérdida de peso también incluye las pérdidas debida a la cantidad de agua que se emite en este rango de temperatura y que no podemos cuantificar Si sólo se atribuye a CaCO3, esta pérdida equivale a un 68.59 % en peso de muestra.

d) Muestra UE 250-1.3:

La muestra UE 250-1.3 según los análisis anteriores esá formada principalmente por calcita, cuarzo, dolomita e illita. De la curva de TG (Figura 20.19) sólo podemos ob-servar claramente 2 pérdidas de peso. Una inicial debida a

Figura 20.18. TG-EM de la muestra UE 250-1.2.

Figura 20.19. TG-EM de la muestra UE 250-1.3.

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inicio hasta llegar a unos 370ºC, en donde esta pérdida se hace más plausible para acelerarse a partir de los 650ºC, finalizando el proceso a unos 825ºC. Prestando atención a la evolución de los gases asociados a las masas 18, 28 y 44 en el EM vemos como las pérdidas de peso se pueden asignar de la siguiente manera:

• Siguiendo la masa 18 (H2O) y relacionándolo con las pérdidas de peso que se aprecia en la curva de TG, ve-mos la evolución del agua desde temperatura ambien-te hasta unos 160ºC. Este proceso estaría relacionado con la humedad de la muestra, con la pérdida de agua adsorbida y finalmente con la salida del agua de coor-dinación de la nontronita. Estas arcillas son esmec-títas dioctaédricas, que contiene Fe3+ en cantidades superiores a un 3% molar, este hierro (III) sustituye al Alumnio en la capas octaédricas (Ding y Frost, 2002: 185). Las etapas de deshidratación de las nontronitas son complejas pudiendo tener más de tres etapas en las que pierden H2O, dichas etapas se suelen super-poner por lo que es difícil su separación, como hemos podido ver en los perfiles de evolución de la masa 18 en la Figura 20.21. Ding y Frost (2002: 187) sitúan estás pérdidas de peso a 62 y 97 ºC para el agua adsor-bida y a 151ºC para el agua de coordinación.

• Siguiendo con lo que ocurre en la masa 18, la emisión de agua vuelve a aparecer sobre los 230ºC y ya no deja de salir hasta cerca de los 800ºC, presentando un máximo cerca de los 450ºC. En este amplio rango de temperatura se solapan varios procesos, por un lado la deshidroxilación, y por otro la pérdida de agua debido a aguas de hidratación –deshidratación– y coordina-ción en cationes intercalados entre capas. Estas pérdi-das de agua son típicas de nontronitas con Fe3+.

Con respecto a las masa 28 y 44 solo existe un proceso que se inicia a unos 486ºC y termina hacia los 835ºC pre-sentando el proceso un máximo en la descarbonatación a 763ºC. El proceso tiene un inicio con una pérdida de peso (TG) suave hasta los 520ºC, temperatura a la que se incre-menta la pérdida de peso para pasar a partir de unos 650ºC a una rápida pérdida de peso.

Como podemos observar en el tramo de temperatura que se inicia en 486ºC y finaliza en 835ºC conviven dos pro-

ciándose entre 200 y 485ºC una leve y continua pérdida de peso.

Siguiendo la señal del TG, la primera pérdida se asignaría a humedad y agua de adsorción de las arcillas presentes en la muestra, y la segunda a la descomposición del CaCO3. Por otro lado, siguiendo las señales del EM, la primera pér-dida de peso queda reflejada en el aumento de la señal de la masa 18, que sigue la evolución/emisión del agua. Dicha señal empieza a mostrar un aumento perceptible a partir de 30ºC, para decrecer alrededor de 250ºC. Posiblemente la pérdida continua de peso que se observa en la curva TG, tras la salida del agua, se deba a aguas asociadas a las ar-cillas, que cuantificada por diferencia es inferior a un 0.81 % en peso. En el caso de la segunda pérdida de peso detec-tada por el TG, y observando como se incrementa la señal de la masa 44 (correspondiente al CO2 que proviene de la descomposición del carbonato), esta se produce a partir de unos 485ºC finalizando alrededor de 830ºC.

Utilizando los perfiles de TG-EM, los resultados que se pueden extraer se presentan a continuación:

- Pérdida por Ignición (LOI) a 900ºC: 31.47 %

- Pérdida debida a la contribución del H2O: 1.21 %, que incluye humedad, y aguas de, adsorción: 0.81% entre 200 y 485% se podría relacionar con la presencia de illita.

- Pérdida atribuida a la descomposición del CaCO3: 29.36 %. Esta pérdida de peso equivaldría a un 66.73 % de la composición de la muestra en peso.

d) Muestra UE 250-3:

Según los análisis anteriores esta muestra está formada por calcita de forma mayoritaria, cuarzo y en menor cantidad nontronita. En cuanto a la calcita cabe esperar un proceso importante de pérdida de peso al que se añadirían los pro-cesos de pérdida de peso de la nontronita inherentes a su deshidratación y posterior deshidroxilación.

En el análisis de la curva de TG (Figura 20.21) observa-mos que hay una leve pérdida progresiva de peso desde el

Figura 20.20. Perfil de TG-EM de la muestra UE 250-2.

Figura 20.21. Perfil de TG-EM de la muestra UE 250-3.

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todas las muestras según los rangos de temperatura pro-puestos por Moropoulou, Bakolas y Biskontin (1995: 786-787) y en la Tabla 20.14 las mismas pérdidas de peso pero agrupada dentro de los rangos de temperatura detectados mediante TG-EM para cada proceso.

Como conclusiones podemos decir que:

• Si la muestra contiene arcillas, sus procesos de des-hidratación y deshidroxilación no se individualizanbien, solapándose en la mayoría de las ocasiones conprocesos como la pérdida de agua por humedad o ladescarbonatación y haciendo, por tanto, imposible suexacta cuantificación.

• La descarbonatación del CaCO3 parece iniciarse atemperaturas cercanas a 485ºC en la mayoría de lasocasiones finalizando el proceso por encima de los800ºC. Este rango de temperatura hace que si solomedimos como de carbonato las pérdidas que sucedena partir de 600ºC estamos dejando de contabilizar unaparte del mismo. Como se puede observar las cantida-des de este compuesto que aparecen en la Tabla 20.14son superiores a los que aparecen en la Tabla 20.13.

• Dado que, como hemos visto en todas las gráficas, losprocesos de deshidroxilación de las arcillas y los pro-cesos de descarbonatación de CaCO3 se solapan debe-

cesos de pérdida de peso uno debido a la masa 18 y el otro debido a las masas 28 y 44. Esto incide a la hora de cal-cular la pérdida de peso debida a la descarbonatación del CaCO3, ya que este proceso se produce de forma simultá-nea a la parte final de la deshidroxilación de la nontronita. Por tanto, lo que se cuantifica como pérdida de peso debida a CO2 incluye una pequeña contribución debida a H2O.

Utilizando los perfiles de TG-EM, los resultados que se pueden extraer se presentan a continuación:

- Pérdida por Ignición (LOI) a 900ºC: 34.63 %.

- Pérdida por la contribución del H2O: 2.10 %, que incluye humedad, y aguas coordinación, adsor-ción y deshidroxilación de la nontronita, siendo difícil cuantificar la contribución de cada una de éstas aguas debido a que los procesos se solapan.

- Pérdida atribuida a la descomposición del CaCO3: 32.45 % (incluye una mínima cantidad de agua que se aprecia en la evolución de la señal de la masa 18, pero que no puede ser concretada con los datos de TG). Esta pérdida de peso equival-dría a un 73.75 % de la composición de la mues-tra en peso.

Como hemos señalado al principio de este apartado, en la Tabla 20.13 se agrupan las pérdidas de peso sufridas por

Tabla 20.13. Datos de pérdida de peso en tanto por ciento de las muestras analizadas aplicando el criterio de Moropoulou, Bakolas y Bisbikou (1995: 786-787).

Tabla 20.14. Datos de pérdida de peso en tanto por ciento de las muestras analizadas los intervalos de temperatura extraídos de los TG-EM.

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La muestra UE 250-1.0 queda excluida en este apartado ya que como hemos advertido anteriormente se trata de una capa de material adherida a la cara lisa de la muestra y que fue removida mediante métodos mecánicos, por tanto los comentarios se centrarán sobre el resto de las muestras de este fragmento constructivo.

Un aspecto que debemos resaltar es que toda la muestra presenta una gran uniformidad en cuanto al tamaño de sus componentes lo que nos induce a pensar en que la muestra ha sufrido un cribado antes de su formación.

La capa más externa forma la muestra UE 250 1.1, en ella se puede apreciar, como ya hemos comentado anteriormen-te, una mezcla de dos coloraciones. Una más amarillenta y otra más blanquecina que nos ha sido imposible analizar por separado. Esta capa presenta una gran uniformidad en cuanto al tamaño de sus componentes. La identificamos como un enfoscado con una triple función:

A) Regularización de la superficie de la pared/muroa la que se aplica, esta regularización podría tam-bién obedecer a un proceso de refacción de la pa-red/muro.

B) Protección frente a la humedad

C) Dado su color diferente al resto de la muestratambién podría tener una función decorativa.

Como se puede observar en la Figura 20.23a, la capa pre-senta grietas de retracción debidas al secado del material y áreas de discontinuidad en la zona de contacto entre esta muestra y la UE 250 1.2 (Figura 20.23b) lo que atestigua que esta capa se extendió cuando el material subyacente ya se había secado.

La Figura 20.24 presenta diferentes zonas de la muestra UE 250-1.1:

A) Zona de contacto entre la muestra analizada y lasubayacente UE 250-1.2, mostrando planos dediscontinuidad entre ambas. Se realizan dos aná-lisis EDX, uno por cada muestra (Tabla 20.15).

B) Vista de la zona externa de la muestra identifica-ble en la Figura 20.22 con una estrecha banda decolor ocre. Se realizan tres análisis EDX (Tabla20.15).

C) Vista de la zona amarillenta que se sitúa por de-bajo de la anterior banda en la Figura 20.22. Serealizan tres análisis EDX sobre diferentes ele-mentos (Tabla 20.15).

D) Banda más blanquecina en contacto con la UE250-1.2. Se realiza un análisis EDX (Tabla 20.15).

mos tener en cuenta este hecho a la hora de hacer las correspondientes interpretaciones que se extraen de estas pérdidas de peso y, en concreto, cuando se trata de morteros antiguos y queramos calcular su hidrau-licidad puesto que se toman en cuenta datos como las pérdidas por humedad, la cantidad de agua hidráulica y el CO2 emitido (Moropoulou et alii, 2005: 295-300).

Por tanto, y gracias a la EM, podemos señalar que los cin-co intervalos de temperatura recogidos en la Tabla 20.13 cambian en función de las composiciones de las muestras y, sobre todo, de sus contenidos en arcillas. Por lo que su aplicabilidad es restringida a muestras muy determinadas que puedan ajustarse a pérdidas de peso concretas en in-tervalos claramente delimitados, lo cual no se produce, por ejemplo, en las muestras aquí analizadas.

Microscopía: Electrónica de Barrido (SEM-EDX) y Ópti-ca de Transmisión (MOT)

En este apartado comentaremos conjuntamente las infor-maciones que no suministran los análisis mediante micros-copía electrónica de Barrido (SEM-EDX) y microscopía óptica de transmisión (MOT) a partir de lámina delgada. Como en los anteriores análisis comentaremos los resulta-dos de cada muestra individualizada.

a) Muestra UE 250-1:

En la Figura 20.22 podemos observar una imagen escanea-da y ampliada de una preparación de lámina delgada de la muestra UE 250.1. Sus dimensiones reales son 1,8 cm de altura x 2,3 cm de ancho. En ella se aprecian las diferentes tonalidades que motivaron su división en diferentes sub-muestras. Sin embargo, podemos observar que la estructu-ra de las zonas atribuidas a las muestras UE 250 1.2 y UE 250 1.3 son idénticas, variando únicamente su tonalidad por lo que en base a esta identidad, además de las coinci-dencias en la composición ya comentadas en los análisis anteriores, creemos que se trata de una única capa y que las diferencias de coloración podrían explicarse por un di-ferente estado de oxidación del material relacionado con su posición relativa respecto a la superficie de la muestra.

Figura 20.22. Imagen escaneada y ampliada de la lámina delgada de la muestra UE 250-1.

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Figura 20.24. Muestra UE 250 1.1, SEM-EDX sobre lámina delgada: a) Zona de contacto entre UE 250 1.1 y UE 250 1.2. b) Banda estrecha de color ocre situada en

la parte más externa de la muestra. c) Banda de color anaranjado situada por debajo de la anterior de color ocre. D) Banda de color más blanquecino en contacto

con la muestra UE 250 1.2.

Figura 20.23. (A) imagen MOT de la muestra UE 250 1.1 mostrando fisuras de retracción, nicoles paralelos. Nicoles cruzados. (B) imagen MOT de la zona de contacto entre las muestras UE 250 1.1 y UE 250 1.2 en el que se aprecian diferentes zonas de discontinuidad en el contacto entre ambas capas. Nicoles cruzados.

Tabla 20.15. Resultados de los análisis EDX efectuados sobre la muestra UE 250 1.1 expresados en porcentaje en

peso de los elementos presentes en ella.

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5) Los datos anteriores muestran diferencias zonales en cuanto a las concentraciones de los diferentes compuestos que forman la muestra analizada. En cualquier caso la identificación, mediante análisis de DRX, de aragonito en ella sería el elemento diferenciador frente a todas las demás muestras analizadas.

La presencia de aragonito en esta capa permite realizar va-rias consideraciones:

a) Este polimorfo es menos estable que la calcita y gradualmente se transforma en ella en las condi-ciones normales de la superficie terrestre (Durand et alii, 2010: 150) por lo que su presencia es indi-cativa de que los materiales originales presentan una buena conservación (Weiner, 2010: 81).

b) Es un mineral formado por la calcificación de conchas de gasterópodos, algas rojas y verdes, corales, etc. A su vez es típico del Triásico, lo que permite localizar su lugar de procedencia.

De los análisis de la Tabla 20.15 podemos extraer algunas conclusiones:

1) En cuanto a las zonas de contacto parece en la capa UE 250-1.0 existe mayor cantidad de car-bonato cálcico, menos cuarzo y menos arcillas. Por el contrario, en la UE 250 1-2 hay menos car-bonato cálcico –un tercio–, menos cuarzo y más arcillas y óxidos de hierro.

2) El análisis se realiza sobre tres zonas, en principio diferenciadas entre si por lo que parecen corres-ponderse con el algún tipo de material biogénico calcificado. Los valores obtenidos son bastante similares aunque el punto 2 tiene menos carbo-nato y oxígeno y más carbono, lo que nos puede inducir a pensar en restos de material orgánico.

3) En estos análisis aumenta la cantidad de carbo-nato y disminuye el cuarzo, manteniéndose las arcillas.

4) En este análisis el carbonato disminuye a la mi-tad, al igual que el cuarzo, y aumentan las arcillas.

Figura 20.25. UE250 1.2 y 1.3. A) MOT lámina delgada. Moldes de material vegetal, la flecha indica la presencia de un foraminífero planctónico. B) SEM lámina delgada. Corte longitudinal de un foraminífero en donde se aprecian las paredes de su concha formadas por calcita. C) MOT lámina delgada. Moldes de material vegetal con restos del mismo

en su interior. D) SEM. Moldes de material vegetal con algunos restos en su interior.

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También hemos podido apreciar la existencia de algún foraminífero planctónico (señalado con una flecha en la Figura 20.25a) que pese a la dificultad de su identificación sobre una preparación de lámina delgada creemos poder atribuirlo al género globigerina (Corbí, 2010: 65-78). En la Figura 20.25b aparece el corte longitudinal de un fora-minífero (probablemente del género miliolina (bentónico) (Corbí, 2010: 93-95) mostrando la estructura nacarada de su caparazón formado por calcita.

Por último, indicar que en los análisis de lámina delgada se ha podido constatar la presencia de feldespato potásicos detríticos e illitas de tamaño aleurítico (0,007-0,010 mm). En la Figura 20.26 podemos apreciar el pequeño tamaño de los componentes de este fragmento. En la Figura 20.26a aparecen biomineralizaciones de calcita y en la Figura 20.26b, un grano de cuarzo.

b) Muestra UE 250-2:

En la Figura 20.27 podemos observar una imagen esca-neada y ampliada de una preparación de lámina delgada de la muestra UE 250-2. Sus dimensiones reales son 1,0 cm de altura x 3,0 cm de ancho. La muestra presenta una gran uniformidad en cuanto a la distribución y dimensiones de sus componentes con la excepción de un grano de arena cortado transversalmente. La lámina delgada de la muestra presenta una serie de vacíos producidos, como ya hemos comentado anteriormente, por la presencia de material vegetal de pequeño tamaño (como tallos de paja) que ha desaparecido y han dejado su hueco o bien a la acción de gusanos anélidos. En el primer caso podríamos estar tam-bién ante una situación semejante a la de la muestra UE 250 1, aunque en este caso no tenemos ninguna constancia gráfica del supuesto material vegetal.

En relación con la composición de la muestra llama la atención la concentración y variedad de foraminíferos, tanto planctónidos como bentónicos (Figuras 20.28 y 20.29). Con anterioridad ya hemos comentado la dificultad de identificar a los foraminíferos mediante lámina delgada pero pese a ello podemos intuir las siguientes atribuciones:

c) Su presencia nos indica que la muestra no ha su-frido ningún proceso pirogénico por lo que su uti-lización ha sido en estado natural.

En cuanto a las muestras UE 250 1.2 y 1.3 el rasgo dis-tintivo que se observa en la Figura 20.22 es la existencia de una serie de huecos que parecen seguir una orientación preferente. Estos huecos se corresponden con moldes de material vegetal que en algunos casos todavía conservan restos más o menos calcificados de este material en su inte-rior como se puede apreciar en las Figuras 20.25a, 20.25c y 20.25d.

La existencia de estos moldes en negativo de restos vegeta-les en el interior de esta muestra nos atestigua su amasado con material vegetal fragmentado en pequeñas porciones por lo que estaríamos ante un tipo de material de construc-ción conocido como Tahun (Aurenche, 1981: 54; Wright, 2005: 91-92) paso previo a la utilización de los adobes de los que se diferencia en que estos están moldeados y que se aplican una vez secados mientras que el Tahun no presenta una forma definida y se aplica de forma manual cuando todavía está húmedo.

Figura 20.27. Imagen escaneada y ampliada de la lámina delgada de la muestra UE 250-2.

Figura 20.26. UE 250-1.2 y UE 250-1.3: A) SEM agujas de calcita formadas a partir de biomineralizaciones. B) Grano de cuarzo con los cantos redondeados por

disolución y fricción.

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• Figura 20.29b: Posible foraminífero bentónico del gé-nero ammonia (Corbí, 2010: 141-143).

• Figura 20.29c: Probable foraminífero bentónico delgénero textularia (Corbí, 2010: 88-94).

• Figura 20.29d: Varios foraminíferos y un fragmentode concha de bivalvo pectínido.

La presencia de estos foraminíferos hace que podamos si-tuar su origen en terrenos pertenecientes al Mioceno-Plio-ceno –Neógeno–. Hipotéticamente se incluirían en la uni-

• Figura 20.28a: En la parte superior aparece un fora-minífero bentónico del género miliolina (Corbí, 2010:93-95) y a la izquierda aparece un foraminífero planc-tónico del género globigerina (Corbí, 2010: 65-70).

• Figura 20.28b: Aparecen probables foraminíferosplanctónicos, en la parte superior del género globo-rotalia (Corbí, 2010, 41-60) y en la parte inferior delgénero globigerina (Corbí, 2010: 65-70).

• Figura 20.29a: Probable foraminífero bentónico delgénero textularia (Corbí, 2010: 88-94).

Figura 20.28. UE 250-2, MOT sobre lámina delgada. A) foraminíferos, parte superior género miliolido (bentónico), a la izquierda de la imagen género globigerina (planctónico). B) foraminíferos planctónicos, parte superior género

globorotalia, parte inferior globigerina.

Figura 20.29. UE 250-2, SEM sobre lámina delgada. Diversas imágenes de foraminíferos bentónicos. A) Probable foraminífero bentónico del género textularia. B) Posible foraminífero del género ammonia. C) Probable foraminífero

del género textularia. D) Varios foraminíferos y un fragmento de concha de bivalvo cardial.

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la muestra para su análisis vendría a poyar el origen mari-no de la muestra. La Figura 20.31a nos muestra una ima-gen SEM de este fragmento y en la Figura 31b podemos observar el entrecruzamiento de sus líneas de crecimiento, formadas por calcita, que forman la concha. Un análisis EDX sobre este fragmento de concha nos dio la siguiente composición:

- Ca: 26,12%- C: 26,08%- O: 47,80%

Es decir CaCO3, en este caso se trataría de calcita.

c) Muestra UE 250-3:

La imagen escaneada y ampliada de la muestra UE 250-3 se puede observar en la Figura 20.32. Sus dimensiones reales son 3,7 cm de ancho x 1,8 cm de alto. En ella pode-mos apreciar que hay una gran homogeneidad en cuanto al tamaño y la distribución de los elementos que la forman. La muestra presenta una textura general nodulosa con pre-sencia de microvénulas y una zona con huecos apreciables. Como se puede observar en la Figura 20.33 estos huecos se corresponden con moldes de moluscos bivalvos en don-

Figura 20.31. UE 250 2. Imágenes SEM de un fragmento de concha de bivalvo glycimeris. A) Detalle de la superficie de la concha. B) Detalle de la disposición de las fibras de calcita que forman la concha.

dad denominada como P1 del perfil Elche situado en las cercanas estribaciones de la sierra de Crevillente (Caracuel et alii, 2005: 191-194) a la altura del yacimiento de Gala-net (a unos 4,5 km en línea recta) sin poder precisar más y catalogar a la muestra como una marga sedimentaria ma-rina. Los caparazones de estos foraminíferos están com-puestos de calcita y, por tanto, su origen es biogénico. En este caso también podemos descartar la existencia de cual-quier proceso pirogénico que pudiera afectar a la muestra al estar presentes estos foraminíferos. Si aceptamos que los huecos que presenta la muestra se deben a tallos de paja, u otra especie vegetal de similar diámetro, ya desapa-recidos estaríamos ante un amasado de barro con pequeño material vegetal aunque de dimensiones más grandes que la empleada en la muestra anterior.

En la Figura 20.30a se puede observar la presencia de hon-gos con sus correspondientes hyphas. Éstas suelen minera-lizarse en forma de calcita que según los análisis llevados a cabo sobre esta muestra es el compuesto más abundante (66,73%), seguido del cuarzo y la dolomita –en la Figura 20.30b se puede observar un cristal de dolomita–.

La presencia de un pequeño fragmento (3 mm de longitud) de concha de un bivalvo glycimeris que apareció al raspar

Figura 20.30. Muestra UE 250-2: A) Imagen SEM en la que aparecen hongos con hyphas. d) Imagen SEM de un cristal de dolomita.

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La calcita magnésica detectada, mediante análisis de DRX, es un mineral común en los sedimentos marinos de aguas poco profundas donde se forma a partir de los esquele-tos de diferentes organismos como algas rojas calcáreas, foraminíferos bénticos, briozoos o equinoides y también por precipitación directa de cementos marinos (Morse y Mackenzie, 1990: 202). Su presencia en esta muestra po-dríamos relacionarla también con el proceso de disolución de estos moluscos.

Como se puede apreciar en la Figura 20.33d, también re-gistramos en esta muestra la presencia de foraminíferos planctónicos, en este caso posiblemente del género glo-bigerina (Corbí, 2010: 65-70). Hay que resaltar que tanto esta muestra como la UE 250-1 presentan concentraciones muy bajas de foraminíferos en relación con la que presenta la muestra UE 250-2. En la misma figura podemos obser-var grietas de retracción –debidas al secado– con cemen-tación calcítica. Con respecto a la composición se observa también calcita como calcita microcristalina matriz siendo el compuesto que predomina en el conjunto de la muestra pero también aparece bastante cuarzo, dolomita, oxihi-dróxidos de hierro –flechas negras en la Figura 20.33a–, feldespatos potásicos y micas con tamaños de arena fi-na-aleurita.

de se aprecian detalles correspondientes a su charnela (fle-chas en la Figura 20.33a, podemos observar la misma zona vista con el microscopio electrónico en la Figura 20.33b). En la Figura 20.33c aparece una de las conchas que no ha sufrido una alteración apreciable. Una imagen similar per-teneciente al Triásico (Muscheskalk) en donde las conchas de los moluscos se han disuelto y después su hueco se ha rellenado de calcita esparítica se puede observar en Scho-lle y Ulmer-Scholle (2003: 162).

Figura 20.32. UE 250-3: Imagen escaneada y ampliada.

Figura 20.33. UE 250-3 Lámina delgada. A) Imagen MOT se observan los huecos dejados por la disolución de las conchas de moluscos bivalvos. B) Imagen SEM de la misma zona anterior. C) Imagen SEM, se observa una parte de

la concha de un molusco que no ha sido disuelta. D) Imagen MOT de un foraminífero planctónico, probablemente una globigerina.

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Figura 20.35. UE 250-2. A) MOT lámina delgada pequeño resto vegetal calcificado. B) SEM lámina

delgada, pequeño resto vegetal calcificado.

En la Figura 20.34a podemos ver dolomita, en la 34b el tamaño de la calcita y la mica. En las siguientes figuras (20.34c y d) podemos comprobar la existencia de al menos dos tipos de cuarzo de origen diferente.

En el primer caso vemos un grano de cuarzo con un tama-ño cercano al mm y una superficie modelada por procesos de disolución y erosión que claramente se pueden relacio-nar con aportes fluviales. En el segundo caso estamos ante un minúsculo Jacinto de Compostela –mide poco más de 110 micras de arista–, con hábito bipiramidal –combina-ción de prisma hexagonal y rombohedro–, que es típico de la fácies Keuper del Triásico Superior. Este mineral apare-ce en el interior de yesos y arcillas yesíferas de color rojo aunque también es habitual hallarlos sueltos en el suelo como consecuencia de la descomposición de estas rocas por lo que si es arrastrado puede aparecer descontextuali-zado (Casanova et alii, 2002: 202-20).

Por último, y como en las muestras precedentes, también encontramos con pequeños restos de vegetales calcifica-dos dentro de la muestra (Figura 20.35 a y b) aunque no en la cantidad y concentración que mostraba la muestra UE 250-1.2 y UE 250-1.3.

Sobre la Figura 20.35b se realizaron tres análisis EDX cu-yos resultados se muestran en la Tabla 20.16. El análisis 2 se corresponde con el resto de vegetal cuya composición mayoritaria es calcita, es decir, está calcificado. La zona del análisis 1 también presenta una composición casi idén-

Figura 20.34. UE 250-3, SEM: A) Dolomita. B) Calcita más mica y cuarzo. C) Grano de cuarzo con la huellas de procesos redisolución y erosión en su superficie. D) Cuarzo hematoideo (jacinto de Compostela).

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tica por lo que no habría que descartar que también pudie-ra ser un resto de vegetal calcificado. Por su parte, en el análisis del punto 3 vemos como la presencia de carbonato cálcico decrece y por el contrario sube la del cuarzo y se mantiene la de un posible feldespato potásico.

Con estos datos también podemos intuir que estamos ante un barro amasado con vegetales. Además de los escasos vegetales que hemos detectado mediante la microscopía debemos recordar las improntas de restos vegetales que esta muestra mostraba en su cara posterior (ver apartado de muestras UE 250-3).

Conclusiones

Antes de proceder a redactar las conclusiones queremos realizar algunas precisiones en torno al yacimiento de Ga-lanet que consideramos necesarias para su interpretación.Puesto que no se han descubierto las estructuras de habi-tación del poblado, se conjetura sobre su posicionamiento entre el barranco de San Antón y la zona excavada. Es un área que en la actualidad tiene la consideración de inunda-ble (PATRICOVA) pero desconocemos si también lo era en el momento en que se habitó el poblado. La topografía de la zona ha cambiado bastante, sobretodo en su línea de costa (Barrier et alii, 2004: 231-245; Blázquez y Usera, 2004: 129-132; Seva y Vidal, 2004: 309-312; Simón Gar-cía, 1999: 257-267). El yacimiento se ubica dentro de un abanico aluvial con aportes de sedimentos a lo largo del tiempo lo que ha contribuido a la variación de su paleo-geografía.

La posición del poblado en las inmediaciones del barranco nos estaría indicando que éste poseía un caudal mínimo regular que permitiría obtener el agua necesaria para el consumo, la agricultura y también para ser utilizada en la elaboración de los materiales constructivos. Ahora bien, también desconocemos cuál era su paleocauce y si pudo tener alguna variación, como la detectada para el vecino río Vinalopó (Tent et alii, 2004: 181-184).

El mantenimiento de un mínimo caudal constante en el ba-rranco de San Antón lo podríamos relacionar con un clima más húmedo que el actual aunque con una tendencia ya hacia la aridez (Cacho et alii, 2010: 14). Este clima húme-do, sumado a que es una zona de riesgo sísmico (Alfaro García, 1995), nos sitúa ante dos de los mayores peligros que afectan a la pervivencia de las construcciones realiza-das con barro: la lluvia y los terremotos.

Con estas premisas y a partir del conjunto de resultados de los análisis llevados a cabo sobre todas las muestras inten-taremos, a modo de conclusiones responder, en la medida

de lo posible, a algunos de los interrogantes que nos plan-teábamos en la introducción de este trabajo.

Tipo de materiales

La característica común a todos los materiales analizados es que, básicamente, son barros amasados a mano con más o menos cantidad de materia vegetal troceada en porcio-nes muy pequeñas. Sus reducidas dimensiones y la falta de improntas pertenecientes a ramas, cañas o material leñoso de este tipo, hace que no podamos identificar las muestras analizadas con la técnica constructiva del Bahareque en la que una estructura de material vegetal sirve como esquele-to de la construcción con barro (Guerrero Baca, 2007: 195-198) y que ha sido documentada en yacimientos cercanos como La Torreta-El Monastil (Elda-Alicante), (Martínez y Vilaplana, 2010: 119-137), o el más cercano geográfi-camente de Caramoro II (Elche-Alicante) perteneciente a Bronce Final (García Borja et alii, 2010: 49-51).

Así pues, debemos considerar que estos materiales cons-tructivos están realizados con la técnica denominada como tahun. Esta técnica es la más antigua de las que se utilizan en la construcción con tierra –desde circa 8000 aC– y to-davía está en uso en algunas zonas de Arabia. En ella, la tierra se mezcla con los aditivos que le pueden dar una ma-yor cohesión y después se le añade el agua. El proceso se realiza a pie de obra y el material se usa en estado plástico en el mismo momento en el que se mezcla, no se alma-cena. Con esta técnica los muros se suelen levantar hasta unos 30-50 cm por tanda, una vez llegados a esta altura se deja secar in situ, su tiempo de secado depende del clima de la zona –oscila entre 1 y varios días–. Esta forma de construir confiere un aspecto característico al muro/pared que parece estar formado por grandes bloques superpues-tos además de presentar fisuras verticales que no afectan a su estabilidad. Esta característica prácticamente es im-posible de identificar en los restos que han llegado hasta nosotros debido, sobre todo, a su exiguo tamaño. Todo el proceso se realiza a mano y supone el paso anterior a la invención de los ladrillos secados al sol (Aurenche, 1981: 54-57; Wright, 2005: 91-93).

A partir de este denominador común, cada una de las muestras analizadas presenta unas características propias que las hacen diferentes entre sí:

UE 250-1: Se trata del fragmento constructivo que presen-ta una mayor elaboración técnica. Como ya hemos señala-do anteriormente, la capa denominada UE 250-1.0 no per-tenece al fragmento constructivo. En esta muestra se pone de manifiesto el uso de la tierra como material de construc-ción primario y también como material secundario.

• Como material primario: lo constituiría las muestrasUE 250-1.2 y UE 250-1.3 que como también hemoscomentado serían una misma unidad con una grada-ción de su tonalidad en función de su posición relativadentro de la muestra producida por un grado diferente

Tabla 20.16. UE 250-3.- Análisis EDX de la Figura 35B.

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

244

el trazado de microfisuras que no afectan a la estabilidad del conjunto (Guerrero Baca, 2007: 189). Las fibras vege-tales se deben secar con anterioridad a su uso para evitar que se pudran y generen microorganismo que afecten a la construcción. El tipo de fibras utilizadas dependerá de su disponibilidad regional, una de las más utilizadas es la paja de trigo. En nuestro caso no hemos identificado qué tipo de fibras se utilizaron.

Otro estabilizador, en este caso de carácter químico, sería la cal –hidróxido de calcio– que añadido en una pequeña proporción aumenta su resistencia a la compresión, dismi-nuye los niveles de adsorción hídrica y funciona como un sistema natural de control higrotérmico durante su proceso de carbonatación que le llevará a convertirse en carbonato cálcico. La adición de este estabilizador se puede lograr mediante dos métodos de origen pirogénicos: por una par-te, a partir de la producción de la cal en sí misma y por otro con la adicción de cenizas vegetales procedentes de combustión a alta temperatura. En el caso de las muestras analizadas no aparecen restos que delaten el empleo de al-guno de estos procesos, sin embargo todas las muestras analizadas presentan un nivel de carbonato cálcico supe-riores al 60% en peso, lo que pensamos que haría innece-saria la adición de estabilizadores químicos. Existen muy pocos datos en cuanto a la composición química de este tipo de materiales de construcción en la península Ibérica. Para el período ibérico, Bonet y Pastor (1984: 165) dan un intervalo de entre un 50 y 76% de presencia de carbonato cálcico en las muestras analizadas de materiales construc-tivos de naturaleza térrea del poblado ibérico del Puntal dels Llops (Olocau, Valencia), lo que trazaría una línea de continuidad temporal en el empleo de materiales térreos con un alto porcentaje en peso de carbonato cálcico dentro de su composición química.

En cuanto a la presencia de arcillas en todas las muestras, diferentes autores dan una serie de porcentajes para fijar la presencia de estos compuestos en la mezcla. Estos por-centajes suelen oscilar entre un 15 y un 20%, el problema es que ninguno especifica si el porcentaje es en peso o en volumen. En nuestro caso parece que la cantidad de arcilla presente en las muestras entraría dentro del rango permiti-do –si el porcentaje es en % en peso– aunque no podemos dar una cifra exacta pero si la podemos intuir a partir de los datos de FRX y de TG. Otro problema es la identificación en ellas de arcillas expandibles –del grupo de las esmecti-tas: nontronita, montmorillonia, etc–. Estas arcillas tienen la particularidad de absorber mucha agua entre las láminas de su estructura lo que se traduce en un hinchamiento que pone en peligro la estabilidad de las construcciones. Su efecto negativo se vería matizado por su poca entidad al tiempo que se compensaría por la existencia de una gran cantidad de carbonato cálcico en ellas (Guerrero Baca, 2007: 186-187, Aurenche, 1981: 47).

Por último, queremos referirnos en este apartado a la detección, mediante DRX, de la presencia de sillimanita. Este mineral aparece en esquistos con un alto grado de

de oxidación de sus componentes. Pertenecería a un muro realizado con la técnica del Tahun. En este as-pecto es la muestra que mayor presencia y densidad de material vegetal tendría de las tres analizadas.

• Como material secundario: lo formaría la muestra UE250-1.1, identificada como un enfoscado que cumpli-ría una triple función: regularización de la superficieconstruida, impermeabilización del muro al que estáadherida y, por último, una función estética dado quepresenta una coloración que no tiene nada que ver conlas demás muestras. También cabría la posibilidad deque esta capa se hubiera extendido como capa repara-dora frente a un posible deterioro de parte del muro.Su existencia parece avalar que estamos ante la carainterna de un muro, aunque no podemos precisar si setrata de un muro interior o exterior.

UE 250-2: La presencia en esta muestra de huecos im-portantes compatibles con material vegetal de pequeño tamaño hace que pensemos que también fue elaborada mediante la técnica del tahun pero a diferencia de la an-terior muestra, ésta no conserva material vegetal calcifi-cado en su interior. Su principal característica es la inusi-tada concentración de foraminíferos, tanto planctónicos como bentónicos, que presenta. Además también contiene fragmentos de conchas de bivalvos que denotan un ori-gen sedimentario marino. Su escaso tamaño –es el menor de los tres analizados– y un relieve anodino hace que sea imposible asignarle una función determinada dentro de la construcción a la que pertenecería.

UE 250-3: Este fragmento presenta una cara alisada pero no existe una capa diferenciada que permita suponer la existencia de un enfoscado como en la muestra UE 250-1. En la cara posterior de la muestra hemos podido observar la presencia de huellas del material vegetal que formaba parte de ella. Por tanto, también estaríamos ante un amasa-do de barro con pequeños vegetales. Sin embargo, cuando vemos un corte transversal, podemos observar como estas huellas sólo aparecen de forma marginal por lo que po-demos conjeturar que el amasado con vegetales formaría el núcleo de la pared pero hacia su exterior se constituyó una zona en la que no aparece este material. Esta zona –de circa 1 cm– protege al muro/pared de problemas con la humedad al impedir que esta acceda a la zona en donde se ubican los pequeños trozos de material vegetal; si se pro-dujera dicho contacto el material vegetal se descompon-dría afectando a su estabilidad y cohesión. El alisamiento manual que presenta la muestra en una de sus caras tam-bién contribuiría a esta protección.

Como acabamos de ver, es común la presencia de fibras vegetales en la composición de las muestras. Su función es estabilizar la mezcla conformando una especie de red a la que se adhieren las partículas del suelo controlando su desplazamiento, dilatación y retracción durante el fragua-do. También modifican los patrones de agrietamiento deri-vados de los cambios de humedad y temperatura mediante

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20. Galanet (Elche): análisis químico instrumental de los materiales de construcción

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• Valor máximo permitido <100 mg/kg

• Investigación recomendable 100-250 mg/kg

• Investigación obligatoria 250-450 mg/kg

• Tratamiento necesario obligatorio>450 mg/kg

Por tanto, esta capa tendría la consideración de suelo con-taminado. Al respecto, hemos de apuntar que esta contami-nación se puede deber tanto a causas geogénicas como an-tropogénicas. En el primer caso la contaminación puede ser debida a la propia roca madre en la que se formó el suelo, a la actividad volcánica o al lixiviado de mineralizaciones. Por el contrario, la contaminación antropogénica se pro-duce por los residuos peligrosos derivados de actividades industriales, agrícolas, mineras, etc. y de residuos sólidos urbanos. Dado que la movilidad de los metales pesados es muy baja, éstos se acumulan en los primeros centímetros del suelo, y sólo son lixiviados a los horizontes inferiores en muy pequeñas cantidades. Por eso, la presencia de altas concentraciones en el horizonte superior decrece drástica-mente en profundidad cuando la contaminación es antrópi-ca (Galán y Romera, 2008: 52-57; Belmonte et alii, 2010: 45-54). . Así pues creemos que estamos ante un suelo que sufre una contaminación de origen antrópico y que su pre-sencia en la cara lisa del fragmento estaría causada por un episodio de inundación que al evaporarse el agua depositó el suelo contaminado en ella, debiendo hallarse, dentro de la UE 249; muy cercana al nivel base del suelo. Esta capa no sería contemporánea del fragmento analizado.

2) UE 250 1.1: El mineral más característico de esta capa es el aragonito. Este polimorfo del carbonato cálcico apa-rece en la provincia de Alicante asociado a materiales de la facies Keuper del Triásico Superior y en ambientes se-dimentarios marinos, en donde su formación se debe a mi-neralizaciones de algas verdes como la Halimeda, algunos tipos de corales, gasterópodos, algas calcáreas, etc (Morse y Mackenzie, 1990: 189).

Puede aparecer incluido en yesos aunque lo más habitual es hallarlo en forma de cristales prismáticos sueltos en sue-los arcillosos como consecuencia de fenómenos de des-composición de esta roca. Su color más común es el rojo aunque también puede ser gris o blanco, pero, en general, no presenta una coloración uniforme. Algunos autores ci-tan su existencia en el término municipal de Elche asocia-dos al Keuper (Castro Barea, 1919; Casanova y Canse-co, 2002: 125). El Triásico más cercano al yacimiento de Galanet aparece en la zona del Pantano de Elche (Figura 20.36, número 12). Hemos de indicar que en esta zona po-demos encontrar tanto materiales del Triásico como una zona arrecifal formada por corales y algas fósiles (Català et alii, 2004: 95-116). Creemos que el material con el que se hizo esta capa proviene de esta zona distante unos 6 km en línea recta desde Galanet.

metamorfismo, gneiss y más raramente en pegmatitas (Anthony, Bideaux, Bladh y Nichols: http://www.handbookofmineralogy.org/). También puede aparecer como un mineral detrítico, que es el caso de nuestras muestras, donde aparece junto a cuarzo y feldespatos potásicos. El motivo de referirnos a él es que en la provincia de Alicante se han hallado algunos útiles de pequeñas dimensiones, principalmente cinceles, formones y azuelas, elaborados con este mineral y que han sido considerados como exponentes del intercambio de larga distancia en época neolítica al no haberse detectado afloramientos de este mineral tanto en la provincia como en sus alrededores (Barrera et alii, 1987, 87–146; Orozco, 2000; Rosser, 1994: 37-44).

Procedencia de los materiales

Para poder responder mejor a esta cuestión es necesario precisar que el yacimiento de Galanet se asienta sobre un sustrato mio-plioceno de origen marino formado por are-niscas, calcarenitas, margas, limos y arcillas, que afloran actualmente en las cercanas sierras de Crevillente y del Colmenar, y sobre el que durante el Pleistoceno y el Ho-loceno se depositaron abanicos aluviales originados en la sierra de Crevillente con una dirección NO-SE (Blázquez et alii, 1999: 310; Blázquez, 2001: 55-56). En la Figura 20.36 se muestra un detalle del mapa geológico a escala 1:50.000 de la zona en donde se ubica el yacimiento de Galanet y en donde se han remarcado el cauce actual del barranco de San Antón y las diferentes adscripciones geo-lógicas de los terrenos que lo circundan con el fin de tener una mejor comprensión de las conclusiones de este apar-tado (Mapa Geológico Nacional. Escala 1:50.000. Hoja 893-Elche. Magna50, 2ª série).

-UE-250.1

Esta muestra presenta tres capas con materiales diferentes:

1) UE 250-1.0: El material de esta capa, de color pardo y textura arenosa, creemos es el mismo que rellena la estruc-tura negativa UE 249 que contenía a los tres fragmentos constructivos analizados. Tanto el color como su textura se asemejan a los denominados suelos pardo-calizos de Elche (Matarredona, 1986: 97-127). También su contenido en carbonato cálcico (65,07%) es similar a varios análi-sis publicados de este tipo de suelo de Elche (Lax Muñoz, 1968: muestra 71: 69%, muestra 72: 66,5% y muestra 73: 70%). La presencia de cromo en su composición (0,21%) en cantidad superior a la admisible para un suelo agrícola nos hace conjeturar que estamos ante un suelo contamina-do por “elementos traza”, en este caso el cromo. No existe una legislación estatal que fije los límites de contamina-ción de los suelo por elementos traza pero sí existen varias normas autonómicas. La norma autonómica de Andalucía fija unos límites de actuación con respecto a la contamina-ción del suelo por este elemento:

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

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Figura 20.36. Detalle de la zona geológica donde se centra el estudio del yacimiento de Galanet. Extraído del Mapa Geológico Nacional. Escala 1:50000. Hoja 893-Elche de la segunda serie del Magna 50. (http://www.igme.es/

internet/cartografia/cartografia/magna50.asp?hoja=893). 1.- Cuaternario. 2.- Cuaternario. 3.- Plioceno Superior. 4.- Andaluciense. 5.- Andaluciense. 6.- Andaluciense. 7.- Plioceno Medio e Inferior. 8.- Mioceno Inferior-Burdigaliense. 9.- Tortoniense Superior. 10.- Tortoniense Inferior. 11.- Cretácico Superior Prebético 12.- Triásico – Muscheskalk –Keuper.

NOTA: La línea gruesa negra índica por donde transcurre el Barranco de San Antón.

tre este nivel de tierra orgánica y la roca madre, capa que dependiendo de las variedades del suelo se halla entre los 50 cm y los 2 m de profundidad (Guerrero, 2007: 185, Au-renche, 1981: 48-49).

En relación con la extracción de tierra con finalidades constructivas queremos apuntar una cuestión arqueológi-ca, puesto que una de las características de los poblados de este momento es la aparición de múltiples estructuras negativas: foso, silos cubetas, etc. A la hora de interpretar estas estructuras habría que tener en cuenta la posibilidad

3) UE 250 1.2 y UE 250 1.3:

En este material no tenemos ningún elemento que nos permita intuir su procedencia, aunque podría pertenecer perfectamente al subsuelo del yacimiento. Llegados a este punto hemos de puntualizar que el nivel actual de la tierra no se corresponde con el nivel del yacimiento y que a par-tir de este nivel habría que descontar la capa de tierra fértil que debido a su alto contenido en materia orgánica no está indicada para ser utilizada en construcciones de barro. Así pues, la tierra debería extraerse de la capa intermedia en-

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20. Galanet (Elche): análisis químico instrumental de los materiales de construcción

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Material utilizado:

1. Imperativos geológicos o decisión antrópica.

Como hemos podido comprobar, existe una gran compo-nente de decisión antrópica a la hora de elegir los com-ponentes que se usarán como materiales de construcción. Quizás el caso más emblemático sea el de la tierra que presenta aragonito en su composición –muestra UE 250-1.1–. Esta tierra seguramente se eligió por sus caracterís-ticas y por su coloración. Ahora bien, también existe un componente geológico que no puede ser obviado: los altos porcentajes de carbonato cálcico son habituales en las tie-rras de la zona de Elche como lo prueban los análisis de la muestra UE 250-1.0. Otra decisión antrópica podría ser la utilización de materiales del Triásico pero sin el yeso que los acompaña.

2. Usado en bruto o con tratamiento previo.

A la vista de la distribución granulométrica de todas las muestras pensamos que todas ellas han sufrido un tamiza-do previo a su utilización, buscando los tamaños de grano más adecuados para su función.

En el caso de los vegetales también vemos un tratamiento previo al ser cortados en porciones muy pequeñas y, aun-que no lo podamos comprobar, su empleo requeriría un se-cado previo para evitar los procesos de su descomposición por efecto de la humedad.

3. La composición del material está en función de su uti-lidad

Dadas las dimensiones de los fragmentos constructivos analizados es difícil atribuirles una función determinada dentro de las construcciones. Por otra parte las composi-ciones de todas las muestras son, según los resultados de FRX, bastante similares entre sí, variando sólo las propor-ciones de SiO2 o de CaCO3 en algunas de ellas. Por todo ello no podemos asegurar que la composición de las mues-tras varíe en función de su utilidad.

4. Cronología de la técnica utilizada

Como ya hemos apuntado anteriormente, la técnica de construcción con tierra denominada tahun es de las más simples y de las primeras en utilizarse en la construcción de muros hacia el 8000 a.C. en la zona del Israel-Palesti-na. Esta técnica todavía se sigue utilizando actualmente en determinadas zonas de Arabia. En el área de la cuenca del río Vinalopó es una de las zonas de la península Ibérica en donde primero se documentan los asentamientos sedenta-rios al aire libre durante el VI-V milenio cal BC. De las construcciones de este momento se han conservado fon-dos de cabaña y, sobretodo, pellas de barro endurecido de pequeñas dimensiones y que en muchos casos presentan improntas de cañas, ramas, etc. Lo que les relaciona, como ya hemos comentado con el tipo de construcción en barro

de que alguna de ellas se correspondiera con zonas de ex-tracción de la tierra empleada en las edificaciones de los poblados.

-UE-250.2

La característica principal de esta muestra es la gran con-centración de foraminíferos, tanto planctónidos como bentónidos, que presenta. Éstos nos han permitido iden-tificarla como una marga sedimentaria marina originada en terrenos del Mioceno-Plioceno (Neógeno) y que muy probablemente perteneciera a terrenos de edad y localiza-ción similares a la unidad P1 del perfil Elche situado en las cercanas estribaciones de la Sierra de Crevillente. Esta zona está marcada en la Figura 20.36 con el número 7-8 y dista del yacimiento de Galanet unos 4,5 km. La concen-tración de foraminíferos indica que la tierra se cogió de esta unidad. Si procediera de arrastres o de aluvión su con-centración sería muy esporádica, similar a la de las otras muestras que hemos analizado. Puesto que lo normal es extraer la tierra de un lugar lo más cercano posible al de su utilización para ahorrar trabajo y tiempo, solo nos que-da pensar en que pudieran haber extraído la tierra en una unidad similar a la P1 en el cauce excavado por el barranco de San Antón.

-UE-250.3

Los elementos que nos pueden permitir saber el origen de esta muestra es la existencia en ella de Jacintos de Com-postela cuya procedencia de la facies Keuper del Triásico Superior es indudable, y la aparición tanto de los restos de moluscos bivalvos como de los huecos dejados por su disolución, que también se pueden datar en la fácies Muscheskalk también del Triásico Superior. (Cuaderno del Mapa Geológico de España. Escala 1:50.000, Hoja 893-Elche, 2ª serie, 1993, 8-9). Las dos facies aparecen de forma superpuesta en la zona del pantano de Elche (Figura 20.36, punto 12).

La distancia que separa esta zona de la zona de Galanet (unos 6 km) sumado a la ausencia de yeso en la mues-tra, presente en ambas facies del Terciario, y la presencia del grano de cuarzo con signos de erosión fluvial hace que pensemos que estamos ante un material extraído probable-mente de una zona aluvional sin precisar.

Ya hemos podido comprobar como parte del material uti-lizado en la elaboración de las muestras analizadas ten-dría su procedencia primigenia en la zona de la Sierra de Crevillente y en la zona de el Pantano de Elche-Tabaià-el Castellar. Esta área seguirá siendo a lo largo de la historia posterior una fuente de materiales de construcción para los habitantes de la zona de Elche, por ejemplo, parte de los materiales utilizados en la construcción de la Alcudia y los utilizados en el tallado de su estatuaria –como, por ejemplo, la Dama de Elche– proceden de las tres canteras localizadas en esa zona: el Ferriol, Altabix y el Castellar (Gagnaison et alii, 2007: 59-78).

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El Neolítico en el Bajo Vinalopó

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denominado bahareque. Es en este momento cronológico cuando se desarrolla el poblado de Galanet y, como hemos visto, su técnica constructiva está en consonancia con el grado de desarrollo de las técnicas de construcción en ba-rro imperantes en el IV-III milenio cal BC en el área de la cuenca del Vinalopó.

5. Las soluciones técnicas empleadas son fruto del desa-rrollo interno de las fuerzas productivas o se deben a in-fluencias foráneas.

La simplicidad de los procesos tecnológicos implicados permite considerar que todos los procesos de elaboración de los materiales constructivos se podrían desarrollar por los mismos miembros del grupo doméstico.

Agradecimientos

Queremos agradecer al siguiente personal de los Servicios Técnicos de Investigación de la Universidad de Alicante: A. Amorós, J. Bautista, J. Bautista Peña, A. Jareño, y V. López. Así como a los profesores P. Alfaro y H. Corbí del Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Am-biente de la Universidad de Alicante su ayuda y sus co-mentarios a la hora de elaborar este trabajo.

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