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© Universidad de Salamanca Zephyrus, LXIII, enero-junio 2009, 105-134 ISSN: 0514-7336 ESTRATIGRAFÍAS, CRONOLOGÍAS ABSOLUTAS Y PERIODIZACIÓN CULTURAL DE LA PROTOHISTORIA DE LANZAROTE Stratigraphy, absolute chronology and cultural sequencing in the Protohistory of Lanzarote Pablo ATOCHE PEÑA Departamento de Ciencias Históricas. Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Plaza de la Constitución, s/n. 35003 Las Palmas de Gran Canaria. Correo-e: [email protected] Recepción: 2008-07-04; Revisión: 2008-09-16; Aceptación: 2009-05-18 BIBLID [0514-7336 (2009) LXIII, enero-junio; 105-134] RESUMEN: En este trabajo se analizan cuatro asentamientos de la isla de Lanzarote que presentan entre sí numerosos aspectos comunes tanto desde la perspectiva geológica como desde la arqueológica. De ellos se ha obtenido un considerable conocimiento tanto de los procesos de formación y destrucción de los paleosuelos de la isla como del contexto cronológico y cultural que lo envolvió, todo lo cual nos ha permitido elaborar una propuesta de secuencia estratigráfica, cronológica y cultural del Lanzarote protohistórico. Ha sido muy importante poder contar con una amplia serie de referencias cronométricas inéditas contextualizadas en varias secuencias estratigráficas, las cuales han sido calibradas y sometidas a índices de desviación homogeneizados. Las dataciones se han organizado en series basadas en el tipo de muestra analizada, el procedimiento de análisis empleado y el estrato de procedencia, lo que nos ha permitido aproximarnos a los valores cronológicos límite de cada estrato y establecer los promedios de calibración por series y estratos. En general, la totalidad de las series de fechas que hemos manejado han resultado muy afines entre sí, datando distintos momentos del devenir histórico de Lanzarote entre el siglo VI a.n.e. y el siglo XIV d.n.e., esta última muy cerca del inicio de la conquista normando-castellana responsable a la postre de la finalización de la Protohistoria de la isla. Palabras clave: Islas Canarias. Lanzarote. Protohistoria. Medio ambiente. Fechas C 14 . ABSTRACT : This work analyses four settlements on the island of Lanzarote which have many features in common, both from a geological and an archaeological perspective. From these settlements, we have gained knowledge of the processes of formation and destruction of the paleosoil on the island, as well as information about the chronological and cultural context surrounding these processes. This has enabled us to propose a strati- graphic, chronological and cultural sequence of Lanzarote’s protohistoric period. For this investigation we have used a wide range of unique contextualised chronometric references in various stratigraphic sequences which have been calibrated and subjected to standardised deviation indices. The dating is organised in series based on the type of sample analysed, the analysis procedure used and the strata from which the sample was taken, allowing us to estimate the chronological limit values for each strata and to establish the calibration averages by series and strata. All the dating sequences show a very similar general pattern, dating distinct moments of Lanzarote’s historical past between the 6 th century B.C. and the 14 th century A.D., the latter being very close to the beginning of the Norman-Castilian conquest which was responsible for bringing to an end the island’s protohistoric period. Key words: Canary Islands. Lanzarote. Protohistory. Environment. 14 C dates.

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  • © Universidad de Salamanca Zephyrus, LXIII, enero-junio 2009, 105-134

    ISSN: 0514-7336

    ESTRATIGRAFÍAS, CRONOLOGÍAS ABSOLUTASY PERIODIZACIÓN CULTURAL DE LA PROTOHISTORIADE LANZAROTE

    Stratigraphy, absolute chronology and cultural sequencingin the Protohistory of Lanzarote

    Pablo ATOCHE PEÑADepartamento de Ciencias Históricas. Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Las Palmas de GranCanaria. Plaza de la Constitución, s/n. 35003 Las Palmas de Gran Canaria. Correo-e: [email protected]

    Recepción: 2008-07-04; Revisión: 2008-09-16; Aceptación: 2009-05-18

    BIBLID [0514-7336 (2009) LXIII, enero-junio; 105-134]

    RESUMEN: En este trabajo se analizan cuatro asentamientos de la isla de Lanzarote que presentan entre sínumerosos aspectos comunes tanto desde la perspectiva geológica como desde la arqueológica. De ellos se haobtenido un considerable conocimiento tanto de los procesos de formación y destrucción de los paleosuelos dela isla como del contexto cronológico y cultural que lo envolvió, todo lo cual nos ha permitido elaborar unapropuesta de secuencia estratigráfica, cronológica y cultural del Lanzarote protohistórico. Ha sido muyimportante poder contar con una amplia serie de referencias cronométricas inéditas contextualizadas en variassecuencias estratigráficas, las cuales han sido calibradas y sometidas a índices de desviación homogeneizados.Las dataciones se han organizado en series basadas en el tipo de muestra analizada, el procedimiento de análisisempleado y el estrato de procedencia, lo que nos ha permitido aproximarnos a los valores cronológicos límitede cada estrato y establecer los promedios de calibración por series y estratos. En general, la totalidad de lasseries de fechas que hemos manejado han resultado muy afines entre sí, datando distintos momentos deldevenir histórico de Lanzarote entre el siglo VI a.n.e. y el siglo XIV d.n.e., esta última muy cerca del inicio de laconquista normando-castellana responsable a la postre de la finalización de la Protohistoria de la isla.

    Palabras clave: Islas Canarias. Lanzarote. Protohistoria. Medio ambiente. Fechas C14.

    ABSTRACT: This work analyses four settlements on the island of Lanzarote which have many features incommon, both from a geological and an archaeological perspective. From these settlements, we have gainedknowledge of the processes of formation and destruction of the paleosoil on the island, as well as informationabout the chronological and cultural context surrounding these processes. This has enabled us to propose a strati-graphic, chronological and cultural sequence of Lanzarote’s protohistoric period. For this investigation we haveused a wide range of unique contextualised chronometric references in various stratigraphic sequences which havebeen calibrated and subjected to standardised deviation indices. The dating is organised in series based on thetype of sample analysed, the analysis procedure used and the strata from which the sample was taken, allowing usto estimate the chronological limit values for each strata and to establish the calibration averages by series andstrata. All the dating sequences show a very similar general pattern, dating distinct moments of Lanzarote’shistorical past between the 6th century B.C. and the 14th century A.D., the latter being very close to the beginningof the Norman-Castilian conquest which was responsible for bringing to an end the island’s protohistoric period.

    Key words: Canary Islands. Lanzarote. Protohistory. Environment. 14C dates.

  • 1. Introducción

    Lanzarote se sitúa en el extremo oriental del ar-chipiélago canario lo que la convierte, junto a Fuer-teventura, en una de las islas más próximas al con-tinente africano, situación que ha propiciado que lainvestigación arqueológica le asignara una ciertaprioridad temporal frente a las restantes islas canariasen el proceso que condujo a su descubrimiento yposterior colonización, hipótesis que sin embargono se ha justificado con referencia cronométrica al-guna. Precisamente en este trabajo damos a conoceruna amplia serie de dataciones isotópicas que hanpermitido confirmar una cierta preeminencia tem-poral de Lanzarote en el citado proceso, al menoscon respecto a la mayor parte de las otras islas delarchipiélago. La razón que parece explicar esa situa-ción radica tanto en el patrón colonizador que seimplantó en las Canarias protohistóricas, el cualpriorizó las islas con mayores recursos, como en lasnotables carencias que presenta la investigación ar-queológica en islas como La Gomera o El Hierro,donde llama la atención las escasas referencias crono-estratigráficas que se poseen, aspecto que limita so-bremanera la posibilidad de perfilar el marco cro-nológico en el que se desenvolvieron las diferentesentidades arqueológicas insulares. En ese contextono resulta extraño observar como los hechos ar-queológicos se han venido fundamentando en cri-terios subjetivos anclados en la tradición de una in-vestigación muy arraigada en el positivismodominante desde el siglo XIX, lo que se ha reflejadoen la linealidad historicista y el singularismo culturalcon que se han tratado y en muchos casos se siguentratando las formaciones sociales canarias.

    Intentar paliar esa anómala situación, ampliandoy diversificando la muestra de referencias cronomé-tricas disponible sobre una amplia base estratigráfica,constituye uno de los objetivos prioritarios del pro-grama de investigación que venimos desarrollandoen Lanzarote. Así, hemos tratado de obtener unaserie lo más amplia posible de dataciones absolutas,procedentes del mayor número de sitios arqueoló-gicos que presentaran como característica común laexistencia de secuencias estratigráficas estables conel fin de extrapolar las filiaciones cronológicas a latotalidad de la isla y proponer una fasificación dela Protohistoria de Lanzarote. En ese sentido, laspropuestas estratigráfica, cronológica y de periodi-zación cultural que desarrollamos en este trabajo

    persiguen ser una herramienta útil con la que esta-blecer orden en los registros materiales recuperados,al tiempo que servir para evidenciar aquellas etapasde la secuencia protohistórica que requieren unamayor atención por parte de la futura investigación.

    2. Lanzarote: la secuencia estratigráfica

    Los yacimientos de los que procede la informa-ción cronoestratigráfica sobre la que basamos esteestudio1 son El Bebedero (Tiagua), Caldereta de Ti-nache (Tinajo), Buenavista (Tiagua) y Valle de Femés(Yaiza) (Fig. 1), sitios que desde la perspectiva geo-lógica presentan en común el poseer suelos aluvialesresultado del prolongado depósito de finos sedimen-tos a los que, al final de su desarrollo, se superponenestratos constituidos por el desmantelamiento de lossuelos de las laderas circundantes consecuencia deun incremento de la velocidad erosiva relacionadocon la implantación de un proceso económico deintensificación de la explotación de los recursosganaderos de la isla.

    En todos los casos se trata de lugares al aire libre,en su mayoría con registros arqueológicos, los cualescorresponden al más antiguo patrón de ocupacióndel espacio insular puesto en práctica por las pobla-ciones protohistóricas que colonizaron la isla deLanzarote, al que hemos denominado “patrón encaldera u hoya” (Atoche, 1993a: 85). Se trata de unpatrón locacional que engloba todos los asentamien-tos establecidos en el interior de calderas u hoyas deorigen volcánico, por lo general pertenecientes a laSerie Volcánica III, con potentes paquetes sedimen-tarios y donde las precipitaciones producen depósitosestacionales de agua (maretas). Precisamente la pre-sencia simultánea de suelos fértiles y pequeñas la-gunas estacionales convirtieron a esos sitios en en-tornos ecológicos muy favorables para unos gruposhumanos que tenían en la ganadería y la agricul-tura sus principales actividades subsistenciales. Esahí donde radica la razón principal que explica

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    1 En este trabajo reunimos una parte importante delos resultados obtenidos tras una década de investigaciónque, a nivel del trabajo de campo, ha implicado la realiza-ción de una prolongada e intensa búsqueda de yacimientosy, una vez seleccionados los sitios más apropiados, el desa-rrollo de siete campañas de excavación sistemáticas centradasen tres yacimientos: El Bebedero, Caldereta de Tinache yBuenavista.

  • los potentes estratos arqueológicos que se han de-sarrollado como consecuencia de las dilatadas ocu-paciones humanas detectadas en la mayor parte deeste tipo de yacimientos.

    En sitios que responden a esa tipología hemosllevado a cabo intervenciones arqueológicas en ElBebedero (1985, 1987 y 1990) (Fig. 2), la Calderetade Tinache (2005) (Fig. 3) y Buenavista (2006,

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    FIG. 1. Lanzarote. Localización de los yacimientos estudiados.

  • 2007 y 2008) (Fig. 4), trabajos que nos han pro-porcionado varias secuencias estratigráficas que,comparadas, presentan notables similitudes tanto des-de la perspectiva morfogenética (Tabla 1) comodesde la de los registros arqueológicos que contienen.De cada uno de los estratos reconocidos se han to-mado muestras de sedimentos con las que hemosseguido un protocolo analítico orientado a deter-minar el color Munsell, la pedregosidad (% > 2mm), la textura, la calcimetría, el pH en agua(1:2,5), la conductividad eléctrica (extracto 1:1), lamateria orgánica, la identificación mineralógica pordifracción de rayos X, la granulometría de la fracciónarenosa, los parámetros granulométricos y la pre-sencia de paleopólenes (Criado y Atoche, 2003; Ato-che, 2003). El objetivo principal que perseguíamosal poner en marcha ese procedimiento de trabajoera comprobar si el fenómeno de degradación pai-sajística observado inicialmente en la estratigrafía

    de El Bebedero también se evidenciaba en otras zo-nas de la isla y, en consecuencia, si nos encontrába-mos frente a la manifestación de un proceso gene-ralizado a nivel insular. En esencia, nuestro interéspor contrastar y ampliar los datos geoarqueológicosinicialmente obtenidos en El Bebedero nos condujoa la búsqueda de nuevos yacimientos, prioritaria-mente con estratigrafías, labor que nos permitió lo-calizar y excavar la Caldereta de Tinache y Buenavistaal tiempo que constatar que la actividad extractivarelacionada con la construcción de suelos de cultivoartificiales (enarenados) desarrollada durante las úl-timas décadas en numerosas vegas de la isla habíarevelado la presencia de potentes perfiles estratigrá-ficos en los que sin necesidad de efectuar excavacio-nes arqueológicas resultaba factible rastrear la historiageológica más reciente de Lanzarote. De todas lasvegas que hemos examinado decidimos muestrearla existente en el Valle de Femés (Fig. 5) debido a

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    FIG. 2. Yacimiento de El Bebedero (Teguise, Lanzarote).

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    FIG. 3. Yacimiento de la Caldereta de Tinache (Tinajo, Lanzarote).

    dos razones; la primera por tratarse de un lugar losuficientemente alejado de los tres yacimientosdonde habíamos efectuado excavaciones arqueo-lógicas como para permitirnos ampliar nuestrosconocimientos a una zona inédita de la isla y, en se-gundo lugar, por presentar unos potentes y completos

    depósitos sedimentarios, los denominados “suelosde vega” (Hernández et al., 1991; Tejedor et al.,1995), de carácter fluvéntico, los cuales fosilizanformaciones edáficas más antiguas, normalmenteantiguos vertisoles coronados por suelos argílicoscuaternarios.

    MUESTRA % SiO2 % Al2O3 % Fe2O3 % MnO % MgO % CaO % Na2O % K2O % TiO2 % P2O5 % LOl % TOTALB. E. V 48,50 14,47 8,79 0,114 2,69 3,51 0,79 3,58 1,609 0,84 15,36 100,26T. E. V 48,19 12,71 6,94 0,161 2,85 8,76 0,69 3,33 1,218 0,83 14,67 100,34B. E. IV 38,97 10,30 6,41 0,138 4,17 13,88 0,89 2,26 1,292 2,72 18,26 99,28T. E. IV 41,35 13,19 7,82 0,093 3,39 9,43 0,49 3,31 1,303 1,35 18,43 100,16B. E. III 44,18 12,07 8,23 0,167 4,47 8,98 1,00 2,26 1,60 2,95 13,12 99,01T. E. III 41,14 11,79 7,77 0,155 4,70 10,51 0,72 2,25 1,360 2,82 17,08 100,29

    TABLA 1. Análisis geoquímicos efectuados por el Activation Laboratories LTD (Ontario, Canadá). Se comparan los resultadosde la analítica geoquímica efectuada a muestras de sedimentos procedentes de los estratos V, IV y III de El Bebedero yla Caldereta de Tinache.Significado de las iniciales que contiene la primera columna izquierda: B = El Bebedero; T = Caldereta de Tinache;E = Estrato.

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    Como resultado de todo lo anterior hemos ad-quirido un notable conocimiento acerca de los pro-cesos de formación y destrucción de los paleosuelosde Lanzarote, una información que, conjugada conla serie de dataciones cronométricas obtenida y losdatos culturales derivados de los registros arqueoló-gicos recuperados, nos permiten llevar a cabo unapropuesta en relación con la secuencia estratigráfica,cronológica y cultural que se desarrolló en Lanzarotedurante los últimos cuatro mil años. Así, si partimosde los perfiles estratigráficos localizados en El Bebe-dero (Atoche, 1989, 1993b y 1997; Atoche y Ro-dríguez, 1988; Atoche et al., 1989 y 1995) (Fig.6), la Caldereta de Tinache (Atoche et al., 2007)(Fig. 7), Buenavista (Atoche et al., e. p.) (Fig. 8) y elValle de Femés (Fig. 5), el perfil combinado idealestaría constituido por la suma de las características

    comunes de los cuatro perfiles anteriores, generán-dose una secuencia estratigráfica integrada por ochounidades diferenciadas tanto desde el punto de vistageológico como desde el arqueológico. En concreto,si seguimos el mismo orden en el que se depositaron,la secuencia estaría conformada por las siguientesunidades estratigráficas:

    Estrato VII. Constituye la base sobre la que sedeposita todo el paquete estratigráfico y está formadapor una costra calcárea adosada a la roca madre (elvolcán), bien identificada en todos los sitios estu-diados si bien en El Bebedero se corresponde con elestrato VI y en Buenavista con el estrato IV. Esestéril desde el punto de vista arqueológico y su cro-nología está directamente relacionada con el instanteen que se produjo la erupción que dio lugar al edi-ficio volcánico sobre el que se asienta.

    FIG. 4. Yacimiento de Buenavista (Teguise, Lanzarote).

  • Estrato VI. Depositado inmediatamente sobreel anterior, está compuesto por un suelo encali-chado de coloración marrón (7.5YR-4/4) con in-clusiones de color blanco (10 YR-8/2)2. De los sitiosestudiados este estrato es muy potente en el Vallede Femés mientras que está ausente en Buenavista.A semejanza del estrato anterior es estéril desde laperspectiva arqueológica.

    Estrato V. Es un típico suelo marrón vertisol conun desarrollo muy estable y homogéneo. De colo-ración marrón fuerte (7.5YR-5/6), presenta una tex-tura arcillosa en la que se insertan, en el extremofinal del estrato, algunas rocas de pequeño y medianotamaño, manifestación de un episodio erosivo quehemos datado en el siglo I a.n.e. y que marca el ins-tante en el que se inicia la explotación extensiva delos recursos terrestres de la isla durante la fase romana.Hasta ese momento el equilibrio medioambiental

    era tal que el análisis granulométrico de una muestrade sedimentos obtenida en El Bebedero indicó quesólo un muy reducido 0,63% supera los 2 mm dediámetro, los carbonatos alcanzan el 3,33%, el pHes de 8,1 y la materia orgánica es inapreciable(Criado y Atoche, 2003). Las dataciones radiocar-bónicas disponibles sitúan la primera ocupaciónhumana de la isla al final del desarrollo de este es-trato, en el subestrato V-1, en una fecha ubicada enla segunda mitad del siglo VI a.n.e. (Buenavista).No obstante, para este estrato poseemos una data-ción aún más antigua obtenida en la Caldereta deTinache, la cual sitúa el subestrato V-2 en el II mi-lenio a.n.e., fecha que refleja un momento anterioral establecimiento humano en la isla.

    Desde la perspectiva arqueológica, los elementosmateriales registrados al final de este estrato se ca-racterizan por la presencia de amplios recipientescerámicos modelados a mano, con pastas de escasacalidad, sin decorar y con morfologías simples deparedes bajas, bases planas, amplios diámetros y

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    2 Los colores se han determinado en seco utilizandocomo referencia las tablas Munsell (1975).

    FIG. 5. Valle de Femés (Yaiza, Lanzarote): perfil estratigráfico.

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    FIG. 6. El Bebedero: perfil estratigráfico.

    formas de tendencia cilíndrica, troncocónica inver-tida, casquete esférico... Junto a esos elementostambién aparecen artefactos líticos pulimentados,fragmentos de ánforas romanas y objetos metálicosde cobre, bronce y hierro (Fig. 9). En el perfil delValle de Femés este estrato es estéril.

    La fauna silvestre está representada por varias es-pecies de micromamíferos, tales como la musarañaendémica (Crocidura canariensis) o el ratón fósil(Malpaisomys insularis), y diversas especies de aves(Tyto alba, Tyto sp., Columba sp., Turdus sp. y Anthusberthelotti). Esa fauna coexiste con varias especiesdomésticas: oveja (Ovis aries), cabra (Capra hircus),cerdo (Sus scrofa porcus) y perro (Canis familiaris).

    El análisis palinológico de muestras de sedimentosrecogidas en El Bebedero3, la Caldereta de Tinache

    y el Valle de Femés señala la presencia de diversostaxones arbóreos (Alnus, Cedrus, Fraxinus, Juniperus,Myrica, Pinus, Quercus caducifoli y Quercus perenni-foli), arbustivos (Rosaceae) y herbáceos (Artemisa,Asteráceas equinadas, Asteráceas fenestradas, Gra-míneas cereales, Gramíneas herbáceas, Polygonum,Quenopodiáceas, Espora Briófito, Espora helechomonoleta, Espora helecho trileta, Espora hongo,Quistes algales, Glomales…) (Tabla 2) los cualesplantean la existencia en esos momentos de un pai-saje vegetal marcadamente diferente al actual, enespecial por lo que se refiere al número de especiesarbóreas presentes en la isla.

    Estrato IV. Muy compacto, de color marrón ama-rillento (10YR-5/4) y textura franco-limosa (14,84%de arcilla, 49,87% de limo y 35,29% de arena). EnEl Bebedero la granulometría superior a los 2 mmde diámetro alcanza el 26,11%, presentando algunaspequeñas rocas irregularmente repartidas por la su-perficie del estrato; los carbonatos suben al 13,45%,el pH llega al 8,4 y la materia orgánica alcanza el

    3 Los análisis polínicos han estado a cargo de la Dr.ªJordina Belmonte Soler perteneciente al Laboratori d’AnàlisisPalinològiques-Xarxa Aerobiològica de Catalunya. Univer-sitat Autònoma de Barcelona.

  • 0,19%. En las estratigrafías de El Bebedero, la Cal-dereta de Tinache y el Valle de Femés este estratoaparece en los correspondientes perfiles estratigrá-ficos incluso con el mismo número de orden; porel contrario, en Buenavista se corresponde crono-lógicamente con el final del estrato II.

    Las dataciones radiocarbónicas disponibles sitúanel inicio de la constitución del estrato IV en el arran-que del siglo I d.n.e. y su momento final en un arcotemporal comprendido entre las postrimerías del si-glo IV y las primeras décadas del siglo V d.n.e. (ElBebedero), en un periodo marcado por el abandonode la isla por parte de los navegantes romanizadosque la frecuentaban.

    Su contenido arqueológico es, desde la perspec-tiva cultural, una continuación del que se halla enel estrato V, si bien cuantitativamente experimentaun notable incremento indicativo de que la actividad

    antrópica se intensificó considerablemente. Ademásde artefactos similares a los registrados en el estratoV, entre los que vuelven a estar presentes fragmentosde ánforas romanas y objetos metálicos elaboradosen cobre, bronce y hierro, junto con alguna pequeñacuenta de collar de pasta vítrea, otros elementos ma-teriales de interés los constituyen las cuentas decollar con forma bitroncocónica, realizadas sobreconchas de moluscos marinos (Spondylus), o conforma de tendencia cilíndrica y fabricadas sobre lasección hueca del metapodio de un ovicáprido, ade-más de varios fragmentos de molinos de mano cir-culares elaborados sobre roca basáltica.

    De nuevo el único sitio en el que se ha atesti-guado este estrato sin que haya proporcionado evi-dencias arqueológicas es el Valle de Femés, una cir-cunstancia que también se repite en otras muchaszonas de la isla, lo que resulta indicativo de que nos

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    FIG. 7. Caldereta de Tinache: perfil estratigráfico.

  • encontramos ante un estrato originado por un fe-nómeno antrópico que transformó globalmente elpaisaje lanzaroteño, dando lugar a que aparecieratanto en asentamientos humanos como en lugaressin evidencias de presencia humana.

    En El Bebedero y la Caldereta de Tinache losrestos de fauna doméstica registrados en el estratoIV son marcadamente numerosos, recuperándosemuy enteros; corresponden sobre todo a cabras, ove-jas y, en menor medida, a cerdos y perros. Junto aesas especies resulta muy significativa la presenciade la rata (Rattus cf. rattus), un roedor que parecehaber sido introducido en esos momentos en la isladesde las naves en las que gentes del ámbito culturalromano están frecuentando las aguas del archipié-lago. Las especies silvestres también están represen-tadas por algunas aves (Corvus corax y Buteo buteo).

    El análisis palinológico de muestras de sedimen-tos recogidas en El Bebedero, la Caldereta de Tina-che y el Valle de Femés vuelve a señalar la presenciade diversos taxones arbóreos (Alnus, Cedrus, Olea,

    Pinus, Quercus caducifoli y quizás Quercus perenni-foli), arbustivos (Cistus y Ericaceae) y herbáceos(Artemisa, Asteráceas equinadas, Asteráceas fenes-tradas, Fabáceas, Gramíneas herbáceas, Plantago,Quenopodiáceas, Espora Briófito, Espora helechomonoleta, Espora helecho trileta, Espora hongo,Quistes algales, Glomales…) (Tabla 2), los cualesresultan indicativos de una notable continuidaden cuanto al paisaje vegetal preexistente en el es-trato anterior, si bien se aprecia una disminuciónen la variedad e intensidad con la que aparecíanlos pólenes de algunos taxones, en especial los ar-bóreos y arbustivos.

    Estrato III. De color marrón muy pálido (10YR-7/4) y textura franco-limosa (15,25% de arcillas,54,47% de limo y 30,05% de arena). En El Bebe-dero la granulometría superior a 2 mm de diámetroalcanza el 21,5%, si bien es un estrato que presentaen su desarrollo numerosas rocas dispuestas de ma-nera irregular las cuales en zonas del citado yaci-miento, pero también de la Caldereta de Tinache y

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    FIG. 8. Buenavista: perfil estratigráfico.

  • Buenavista, tapizan la casi totalidad de la superficiede los cortes estratigráficos abiertos. Los carbonatosdescienden al 5,82%, el pH es de 8,3 y la materiaorgánica sigue subiendo hasta el 0,38%. En la se-cuencia estratigráfica de Buenavista corresponde alestrato I, mientras que en el Valle de Femés no estápresente, lo que refuerza la hipótesis de que se tratabásicamente de un estrato de carácter antrópico quese originó exclusivamente en aquellos asentamientosocupados por grupos humanos, una circunstanciaque lo diferencia de la manera en que se constituyóel estrato IV, presente en muchos lugares sin ocupa-ción humana.

    Las fechas cronométricas disponibles sitúan eldesarrollo del estrato III en un arco temporal queva desde las primeras décadas del siglo V d.n.e. enEl Bebedero, o el final del siglo VII d.n.e. en la Cal-dereta de Tinache, a los inicios del siglo XI d.n.e.(Caldereta de Tinache) o el arranque del siglo XIVd.n.e. (El Bebedero), datación esta última que coin-cide con las razzias esclavistas que llevaron a cabonavegantes europeos bajomedievales y que propi-ciaron el retroceso demográfico de la población in-sular y el final de la Protohistoria.

    A nivel del registro arqueológico el conjunto deelementos materiales contenidos en este estrato nosupone una ruptura drástica con la tradición tecno-lógica y cultural representada en los estratos V y IV,aunque hay cambios significativos tales como la au-sencia de elementos de adscripción romana. Conti-núan apareciendo los recipientes cerámicos sin de-corar modelados a mano, en algunos casos con mayorcalidad técnica que en los estratos anteriores, peroahora son característicos los vasos decorados con mo-tivos realizados con incisiones, impresiones o relieves.La carencia de artefactos metálicos se compensa conel inicio del empleo de artefactos líticos tallados(Martín et al., 2000); los elementos líticos pulimen-tados continúan apareciendo (bruñidores, molinos demano circulares, tapaderas de arenisca con formade tendencia circular...). En general se trata de unconjunto material que no puede interpretarse comoresultado de la llegada de nuevos pobladores a la islasino como consecuencia de un proceso de adaptaciónsurgido en un nuevo marco económico propiciadopor la ruptura de los contactos externos. El final delestrato ve la aparición de cerámicas modeladas atorno con superficies vidriadas del tipo que se localizaen el sur de la Península Ibérica y el norte de Áfricadurante la Baja Edad Media.

    El análisis palinológico de muestras de sedimentosrecogidas en El Bebedero señala la presencia de di-versos taxones arbóreos (Arecaceae, Cedrus, Juniperus,Pinus y Quercus perennifoli), arbustivos (Cistus yRosaceae) y herbáceos (Asteráceas equinadas, Asteráceasfenestradas, Gramíneas herbáceas, Quenopodiáceas,Espora Briófito, Espora helecho monoleta, Esporahongo…) (Tabla 2), los cuales reflejan claramente lacontinuidad del proceso de degradación de la cober-tura vegetal iniciado en el estrato IV.

    Estrato II. Constituido por piroclastos (rofe) degranulometría muy fina (sólo el 17,14% de la mues-tra analizada en El Bebedero tiene más de 2 mm dediámetro), color gris (10YR-6/1) y naturaleza ba-sáltica. La textura es arenosa (3,68% de arcilla,13,98% de limo y 82,42% de arena); los carbonatosalcanzan el 2,5%, el pH es 8,3 y la materia orgánicaes inapreciable. La existencia de este estrato hay querelacionarla con la moderna construcción de enare-nados, en los que suele ocupar la base con la finalidad

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    FIG. 9. El Bebedero: fragmentos de ánforas romanas.

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    TAXONESBEBEDERO TINACHE FEMÉS BEBEDERO TINACHE FEMÉS BEBEDERO

    ESTRATO V ESTRATO IV ESTRATO III

    ARBÓREOS

    Alnus + +

    Arecaceae +

    Cedrus + + +

    Fraxinus +

    Juniperus + + ? + +

    Myrica +

    Olea +

    Pinus + + + + + + +

    Quercus caducifoli + +

    Quercus perennifoli + + + ? +

    ARBUS.

    Cistus + +

    Ericaceae +

    Rosaceae + +

    HERBÁCEOS

    Artemisa + +

    Asteráceas equinadas + + + + +

    Asteráceas fenestradas + + + + + +

    Fabáceas +

    Gramíneas cereales +

    Gramíneas herbáceas + + + + +

    Plantago +

    Polygonum +

    Quenopodiáceas + + + + + +

    Espora Briófito + + +

    Espora helecho monoleta + + + +

    Espora helecho trileta + + +

    Espora hongo + + + +

    Quistes algales + + +

    Glomales + + +

    Indeterminados + + +

    TABLA 2. Resultados de los análisis polínicos. Taxones arbóreos, arbustivos y herbáceos identificados. Análisis a cargo de la Dr.ªJordina Belmonte Soler, perteneciente al Laboratori d’Anàlisis Palinològiques-Xarxa Aerobiològica de Catalunya.Universitat Autònoma de Barcelona.

  • de nivelar el suelo preexistente como acondiciona-miento previo a la colocación de la capa de tierravegetal, a la que serviría de drenaje. Su potencia ydesarrollo suelen ser irregulares ya que debe adaptarsecon frecuencia a las rocas que afloran del estratosubyacente.

    En El Bebedero este estrato se corresponde conel orden señalado, sin embargo, en el perfil del Vallede Femés se identifica con el estrato III. En este úl-timo caso se trata de una capa de piroclastos de escasapotencia cuyo origen se debe, con grandes probabi-lidades, a los fenómenos eruptivos producidos en elsiglo XVIII (1730-1736) o en el siglo XIX (1824). Enese sitio no incorpora ningún registro material, mien-tras que en El Bebedero y la Caldereta de Tinache elregistro arqueológico está representado por algunoselementos cuantitativamente poco importantes, entrelos que destacan algunos fragmentos de cerámicamodelada a torno de factura postconquista.

    Estrato I. De escasa potencia, está constituidopor tierra vegetal de color amarillo rojizo (7.5YR-7/6) con algunas piedras de pequeño tamaño. Latextura es franco-limosa (14,7% de arcillas, 51,2%de limo y 34% de arena); los carbonatos asciendenal 3,75% y el pH es de 8,3%. La materia orgánicasólo representa un 0,57. En esencia se trata de unacapa de suelo de vega depositada al tiempo que losestratos II y superficial para conformar un sueloartificial de cultivo. En consecuencia se trata deun estrato subactual que aparece allí donde se hadesarrollado esa práctica agrícola, lo que hace quelos registros arqueológicos que contiene no seanmuy numerosos, destacando la presencia de algunoselementos cerámicos pertenecientes a recipientesmodelados a torno de cronología postconquista. Enel Valle de Femés este estrato se corresponde con elII y en Buenavista con el superficial.

    Estrato superficial. Constituido por una capade rofe de granulometría muy regular (entre 0,5 y1 cm) y color gris (10YR-5/1), la cual conforma elestrato superficial del enarenado con el que se cubrie-ron numerosas tierras de cultivo en Lanzarote. El re-gistro arqueológico se caracteriza por su extremadapobreza ya que está constituido sólo por algunos ele-mentos poco significativos de cronología muy tardía.En Femés el estrato I o superficial lo forman mayori-tariamente arenas organógenas (jables) depositadaspor el arrastre del viento.

    En conjunto, los tres últimos estratos descritoscomponen un tipo de suelo agrícola de carácter

    artificial (enarenado) cuya implantación en Lanzarotese produjo a partir de la década de los años 40’ delpasado siglo XX y con el cual se fosilizaron en nu-merosas ocasiones niveles arqueológicos más anti-guos. Evidentemente, los registros arqueológicos queproporcionan los estratos superficial, I y II, en basea su carácter, suelen caracterizarse por la mezcla deelementos de muy diversa adscripción cronológicay cultural. De los yacimientos estudiados, tanto enEl Bebedero como en la Caldereta de Tinache y elValle de Femés se construyeron enarenados, mientrasque en Buenavista aunque existe éste no lo es ensentido estricto, es decir, conformado por tres es-tratos (arena, tierra vegetal y rofe) ya que en eselugar no se transportaron sedimentos ricos para pre-parar el suelo agrícola (nuestro estrato II), sino quese aprovechó el suelo preexistente cubriéndolo sim-plemente con una potente capa de rofe, la cual cons-tituye ahí el actual estrato superficial.

    Partiendo de la estratigrafía descrita y en términosmorfogenéticos, una aproximación a la evoluciónpaleoambiental acontecida en Lanzarote nos indicaque entre los siglos VI y I a.n.e. la presencia humanano parece haber supuesto grandes transformacionespaisajísticas y ello a pesar de que tenemos constanciade que ya se había puesto en marcha la explotaciónagrícola de la isla tal y como señalan los pólenesde gramíneas de cereales localizados en el estrato V dela Caldereta de Tinache. Por el contrario, a partirdel siglo I a.n.e. y hasta el siglo IV d.n.e. la isla estuvosometida a un considerable incremento de la energíacinética resultado de la destrucción de la coberturavegetal, hecho que se tradujo en un proceso de de-saparición de suelos, desprotegidos ante la acciónde los agentes atmosféricos, disminución de la bio-diversidad y posiblemente una ligera modificaciónde las condiciones climáticas locales... En conse-cuencia, con anterioridad a la explotación extensivade los recursos terrestres, iniciada a partir del finaldel estrato V en una fecha próxima al siglo I a.n.e.,Lanzarote presentaba una situación generalizada defitoestabilidad, como indican el carácter fino de lossedimentos y la buena clasificación y finura de lasarenas que componen ese estrato, reflejo de que lacobertura vegetal era capaz de impedir una eficazerosión pluvial y el posterior arroyamiento. De esamanera, el estrato V se depositó lentamente, en unentorno estable caracterizado por una cobertura ve-getal aún poco afectada por la actividad humana,situación que impidió la erosión extrema del medio.

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  • Por tanto, hasta el cambio de Era los sitios estudiadosfuncionaron como depósitos sedimentarios y cubetasendorreicas en los que se formaron potentes suelosde vega, sirviendo de receptáculos estacionales a lasaguas de lluvia, que se acumularían durante la esta-ción húmeda para desecarse a continuación, comolo demuestran las estructuras sedimentarias lamina-res resultado de los típicos procesos de deposiciónen charcas en régimen de baja energía bien registra-dos en el estrato V de la Caldereta de Tinache.

    Frente a lo anterior, en un momento en torno alcambio de Era la situación cambia, como lo reflejael notable incremento de la dinámica erosiva queafecta a los suelos y que dio lugar a la formación delestrato IV. Ése fue un proceso rápido vinculado a lagradual pérdida de la cobertura vegetal generadapor las actividades ganaderas del grupo humanoasentado en la isla. El incremento en los estratos IVy III de la fracción superior a 2 mm de diámetro,junto con el aumento del tamaño medio de la arenay su peor clasificación o la presencia de depósitosde rocas de notables dimensiones, constituyen clarossíntomas de un aceleramiento de la erosión de lossuelos que cubrían las laderas. De esa manera, laconstitución del estrato IV se enmarca en una si-tuación medioambiental sustancialmente diferentea la del estrato V; hombres y ganados interrumpieronla pausada formación del estrato V dando lugar alinicio del estrato IV en un entorno que refleja clarossíntomas de un aceleramiento erosivo, tal y comoseñala el brusco aumento del contenido en carbo-natos que se detecta con respecto al estrato V, indi-cativo de que la erosión terminó por afectar a losniveles más profundos de los suelos argílicos, ricosen carbonatos, dando lugar a la formación de hori-zontes Bca y Ca (Hernández et al., 1991; Magaritzy Jahn, 1992; Tejedor et al., 1995). Por tanto, elfactor humano fue responsable de que las laderas,hasta entonces protegidas y estabilizadas por la ve-getación, fueran sometidas a una rápida erosión cau-sada por el sobrepastoreo de cabras y ovejas, actividadque terminó por causar la exposición de los suelos ala acción erosiva de la lluvia permitiendo el arrastrede elementos cada vez más gruesos, como es el caso delas rocas que tapizan el estrato III.

    Desde la perspectiva cronológica, las datacionesdisponibles fijan ese acelerón erosivo entre los siglosI a.n.e. y IV d.n.e., periodo de tiempo en el que el ci-tado fenómeno va parejo a dos hechos arqueológicosde interés: por un lado la presencia de cuantiosos

    depósitos de restos óseos de ovicápridos, indicativosde que existió un pastoreo intensivo de ganadomenor y un prolongado sacrificio de esos animalesen diferentes asentamientos repartidos por la isla(p. e. El Bebedero o la Caldereta de Tinache), y ensegundo lugar la existencia de elementos materialesque evidencian tanto la presencia de gentes proce-dentes de ambientes culturales romanizados delMediterráneo occidental como el tipo de procesosproductivos que desarrollaron en la isla, equiparablesa los que se han descrito para los contextos de lasfactorías romanas de la cercana costa africana (p. e.Mogador, Sala...) entre los siglos I a.n.e. y IV d.n.e.(Ponsich, 1988). En consecuencia, la explotaciónganadera sistemática de los recursos terrestres deLanzarote se inició una vez que la Mauritania entróen el juego de intereses de Roma (Atoche et al.,1995), siendo gentes procedentes de los ambientesromanizados del Círculo del Estrecho los responsablesde organizar y poner en marcha la explotación eco-nómica de Lanzarote sobre la base de una intensaactividad ganadera generadora de unos productos(carne, cueros...) que fueron procesados en sitioscomo El Bebedero o la Caldereta de Tinache, au-ténticas factorías ganaderas con un funcionamientoestacional (Atoche, 2003).

    A partir del siglo IV-V d.n.e., tras el cese de lapresencia romana y de las actividades económicasque los condujeron a colonizar Lanzarote, la des-trucción paisajística de la isla es un hecho irreversible.Para entonces se inicia una nueva etapa cultural enun entorno marcado por una situación medioam-biental similar a la que se van a encontrar los con-quistadores normando-castellanos en los inicios delsiglo XV. La estructura económica que implanta lapoblación insular a partir de entonces, determinadapor el cese de la presencia de los navegantes roma-nizados, el aislamiento y la paulatina conformaciónde las culturas insulares canarias, se refleja a nivelmorfogenético en un descenso de las tasas de acu-mulación, que pasan de 1,3 mm/año en el estratoIV a 0,18 mm/año en el estrato III y en el casi totalagotamiento de los suelos que cubrían las laderas yalimentaban el proceso erosivo4. Para entonces se

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    4 Otro indicio de esa destrucción lo constituye la pro-gresiva prevalencia de los restos de cabras frente a los deovejas, hasta entonces con unos índices de presencia similares.Sin duda lo anterior debe estar relacionado con la mejoradaptación de las cabras a ambientes degradados, de ahí que

  • observa un uso decreciente de los asentamientostipo patrón en caldera u hoya frente a otros patronesimplantados a partir de entonces. Las calderas y ho-yas no dejaron de utilizarse, pero la ocupación fuemucho menos intensa al haberse interrumpido laprincipal actividad que motivó su uso, el sacrificiode ovicápridos y la transformación de los productosderivados. De hecho, en algún caso, como ocurreen la Caldereta de Tinache, el sitio se llegó a aban-donar temporalmente durante varios siglos (Atocheet al., 2007).

    La situación morfogenética descrita también seha atestiguado con la ayuda de la paleopalinologíay la reconstrucción de los paleopaisajes vegetales.Así, a partir del siglo IV d.n.e. son mayoría los suelospedregosos, decapitados, resultado del ramoneo delganado, existiendo un paisaje vegetal en el que sehan desalojado o desaparecido determinadas especiesy han sido sustituidas por una vegetación en la quepredomina la aulaga (Launaea arborescens) (Hanseny Sunding, 1993: 50). Por tanto, Lanzarote en tornoa los siglos IV-V d.n.e. ya ha experimentado la pérdidade importantes masas vegetales, al tiempo que lavegetación del piso basal, el cardonal-tabaibal, se haextendido a zonas hasta entonces ocupadas por bos-quetes y matorrales más o menos abiertos integradospor especies del bosque termófilo, formación quetenderá a aislarse en áreas marginales como las lade-ras de Famara.

    El análisis de la fauna también apunta en lamisma dirección; los restos faunísticos (Atoche etal., 1989; Martín et al., 1998) indican que conanterioridad a la arribada de los primeros pobla-dores se encuentran presentes en la isla varias es-pecies endémicas de micromamíferos, propias delos ecosistemas de las Canarias orientales (Croci-dura canariensis, Mus musculus...), junto con unanotable variedad de especies de aves. La introducciónde la rata negra (Rattus rattus) sería determinanteen la extinción del múrido fósil Malpaysomis in-sularis. Las restantes especies silvestres registradasresultan menos significativas, ya que su presenciaen la isla ha perdurado hasta la actualidad; ése esel caso de Tyto alba gracilirostris, Columba liviacanariensis y Anthus berthelotii berthelotii. No obstante,

    la presencia de Turdus sp. sí constituye un indiciode cierto interés para la cuestión que se analiza si setiene en cuenta que Turdus merula cabrerae (mirlocomún) habita áreas arboladas, por lo que encon-trarlo en Lanzarote sería indicativo de la pasada exis-tencia de bosques termófilos, hoy desconocidos enla isla, pero cuyos pólenes hemos evidenciado en lascolumnas polínicas estudiadas. Precisamente los re-sultados proporcionados por los análisis polínicosvienen a señalarnos la pasada existencia de ampliaszonas arboladas en la isla, un aspecto que P. B. Webby S. Berthelot (Kunkel, 1982: 11) ya señalaron enla primera mitad del siglo XIX, asegurando la pre-sencia de restos de laurisilva (laurel, faya, brezo...)en las cumbres del Macizo de Famara, en el extremonorte de Lanzarote; al parecer se trataba de una for-mación boscosa de carácter termófilo más abiertaque el auténtico bosque de laurisilva5.

    3. Lanzarote: la secuencia cronológica

    La evolución morfogenética que acabamos dedescribir para Lanzarote es posible correlacionarla,al menos para los últimos cuatro milenios, con unaamplia serie de referencias cronométricas recopiladasen el marco de un dilatado programa de trabajoque ha englobado durante la última década variosproyectos de investigación centrados en Canariasde forma general y en la isla de Lanzarote de maneraparticular. Esa prolongada continuidad en el tiempoha dado lugar a que nuestra labor se haya visto so-metida a algunos de los avatares que han afectadodurante ese periodo a la investigación arqueológicaen las islas, entre los cuales destaca por sus efectosespecialmente negativos la paralización por partedel Gobierno de Canarias de las intervenciones ar-queológicas sistemáticas a partir de 1993 y a lolargo de casi una década, circunstancia que inicial-mente impidió culminar algunos de los proyectosplurianuales que se hallaban en marcha en el archi-piélago o ralentizar los resultados finales de otrosmuchos. Ese último fue nuestro caso, de manera queun número importante de referencias cronométricas

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    su presencia mayoritaria constituya un indicio de que elpaisaje de la isla estaba sometido a una situación medioam-biental en la que la vegetación y los suelos habrían alcanzadoya un notable nivel de transformación.

    5 En la isla de Fuerteventura los estudios desarrolladospor C. Machado (1996 y 1999) sobre carbones de hogareslocalizados en la Cueva de Villaverde (Fuerteventura) apun-tan a la desaparición del bosque termófilo como fuente deleña a partir del siglo XI d.n.e.

  • obtenidas en la década de los años 90’ del pasadosiglo XX han debido esperar hasta ahora para darlasa conocer una vez que hemos podido completarlos trabajos en cuyo contexto se habían obtenido.A la larga esa situación negativa ha tenido de posi-tivo el permitir que a la serie inicial de datacionesse le haya podido sumar un importante número denuevas referencias cronométricas que completan elcuadro general y contribuyen a un mayor y máspuntual acercamiento diacrónico al proceso de co-lonización humana de la isla y al ajuste cronológicode los fenómenos culturales y medioambientalesque aquél trajo consigo.

    3.1. La información cronométrica disponible para lasentidades arqueológicas de Lanzarote

    Desde una perspectiva estrictamente metodoló-gica resulta indudable la importancia que tiene parala arqueología poder datar yacimientos a partir deseries de referencias cronométricas lo más ampliasposible. Si además lo que se pretende es datar todauna etapa, como es el caso de la Protohistoria deLanzarote, es aún más evidente la necesidad de podercontar con el mayor número posible de sitios data-dos. En cumplimiento de esas dos premisas, a lolargo de los últimos años hemos ido reuniendo unaamplia serie de referencias cronométricas inéditascontextualizadas en varias secuencias estratigráficaspertenecientes a diversos yacimientos de Lanzarote.Las fechas se han evaluado calibradas y sometidas aíndices de desviación homogeneizados con el fin deevitar uno de los tradicionales errores que han acom-pañado en Canarias al uso de datos cronométricos:el empleo de resultados singulares no calibradoscomo si se tratara de fechas en años de calendario.

    3.1.1. Material y procedimiento de análisis

    Si relacionamos el número total de referenciascronométricas conocidas para la Protohistoria canaria(165 dataciones) con el número total de sitios de losque proceden (59 yacimientos) (Atoche, 2008), re-sulta un promedio de casi tres fechas por yacimiento;es decir, tendríamos yacimientos con series de tresdataciones. Ello sería un dato positivo de cara a esta-blecer con cierta certeza la cronología de esos yaci-mientos siempre y cuando éstos sólo contaran con

    un único estrato arqueológico o nivel de ocupación,situación que en muy pocos casos coincide con larealidad. Precisamente para obviar esa anómala ygeneralizada circunstancia, a la hora de intentar es-tablecer la periodización de la Protohistoria de Lan-zarote hemos considerado indispensable contar conel mayor número de dataciones posible por yaci-miento y por estrato identificado, organizadas enseries coherentes establecidas en base a criterios ob-jetivos determinados por el estrato de procedencia,el tipo de muestra analizada y el procedimiento deanálisis utilizado. De esa manera, las referencias cro-nométricas permitirán no sólo acercarnos a los va-lores cronológicos límite entre los que se muevecada estrato sino también establecer los promediosde calibración por series y estratos (Plicht y Mook,1989).

    Datar por radiocarbono ha constituido una prác-tica poco habitual en la mayor parte de los arqueó-logos que han trabajado en Lanzarote, lo que impideque contemos con un sólido marco temporal queacote los límites del conjunto de manifestacionesmateriales objeto de estudio. Por otra parte, la notoriariqueza arqueológica de la isla no ha ido de la manode investigaciones rigurosas que permitieran obtenerel máximo provecho de los descubrimientos, másbien ha discurrido por el camino de la descripción yla clasificación; la casi total ausencia de estratigrafíaspublicadas también ha limitado la posibilidad decontextualizar los hallazgos más característicos, re-percutiendo negativamente a la hora de elaborar pe-riodizaciones fiables. La obtención de las primerasdataciones absolutas y la documentación de la po-tente secuencia estratigráfica de El Bebedero (Tiagua)a finales de los años 80’ del pasado siglo, sin dudael yacimiento que hasta el momento mejor testimo-nia la etapa protohistórica de la isla, propició ini-cialmente la elaboración de una propuesta de perio-dización (Atoche et al., 1989) que los datos que sedan a conocer en este trabajo vienen a consolidarmediante la aportación de una más profunda infor-mación estratigráfica y nuevas series de datacionesprocedentes de ese yacimiento y de nuevas excava-ciones arqueológicas realizadas en la Caldereta deTinache y Buenavista, las cuales dotan a la secuenciacronoestratigráfica de bases cada vez más sólidas.

    Los procedimientos de datación deben contenerprecisión y fiabilidad, de ahí que las muestras quehemos recolectado se hayan enviado a dos laborato-rios diferentes, un primer grupo (17 muestras) al

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  • Centrum voor Isotopen Onderzoek (Rijksuniversi-teit Groningen)6 y un segundo grupo (11 muestras)al Beta Analytic Radiocarbon Dating Laboratory(Florida); la finalidad era contrastar los resultadosobtenidos y verificar su grado de bondad. Pero ade-más todas las muestras datadas fueron recogidas porla misma persona siguiendo el mismo protocolo,siempre en entornos controlados y seleccionandoun material en el que no se hubiera producido lamezcla de elementos de distinta naturaleza para asíevitar la combinación de muestras de vida larga yvida corta que pudieran desvirtuar los resultadosobtenidos. Así y todo, de las muestras recolectadasse seleccionaron para analizar sólo aquellas que eransusceptibles de contener una mayor cantidad decarbono y procedían de una mejor ubicación estra-tigráfica, dándose en este último caso prioridad alas muestras que databan zonas extremas localizadasen el inicio y/o el final de los diferentes estratosdefinidos.

    Es conocido que en los resultados analíticos ra-diométricos proporcionados por los laboratorios in-fluyen diferentes parámetros determinados tantopor la calidad y la precisión de los datos estratigrá-ficos y contextuales recuperados durante la excava-ción como por el tipo de muestra analizada, su cali-dad y cantidad. De ahí que no sólo sea importantecontar con muestras sin contaminar recolectadas dela forma adecuada en los lugares más apropiados,sino también que éstas posean la suficiente cantidadde carbono, aspecto que determinará no sólo el pro-cedimiento de análisis que se les aplicará sino tam-bién la desviación tipo de la datación. En nuestrocaso, las muestras seleccionadas estaban compuestaspor distintas clases de materia orgánica (carbón

    vegetal, cenizas, huesos de ovicápridos y caracolesterrestres), con diferentes pesos y contenidos de car-bono, lo que determinó que los laboratorios optaranpor datarlas mediante dos procedimientos de análisisdiferentes: C14 estándar y AMS7. El resultado finalde la existencia de tantas variables fue que las data-ciones obtenidas no siempre resultaban equiparablesentre sí, al menos de una manera lineal. Por ello, ycon el fin de ordenar los resultados de forma cohe-rente, hemos optado por agruparlos por estrato deprocedencia en series que atienden en primer lugara la naturaleza de la muestra analizada (carbón ve-getal, cenizas, huesos de ovicápridos o caracoles te-rrestres)8 y a continuación al procedimiento isotó-pico empleado (AMS o C14 estándar) (Tabla 3). Estainicial discriminación permitió establecer orden ycoherencia a la hora de comparar los datos obtenidostanto en un mismo yacimiento como entre los dife-rentes sitios entre sí, lo que ha resultado muy escla-recedor de cara a comprobar cómo para el mismoestrato/subestrato las dataciones proporcionadas porel procedimiento de análisis AMS resultaban mástardías que las dataciones aportadas por el procedi-miento C14 estándar. Pero además, la comparaciónentre sí de los datos proporcionados por cada labo-ratorio nos ha mostrado un notable grado de proxi-midad y, por tanto, de fiabilidad, como hemos po-dido comprobar mediante el cotejo del grupo dedataciones obtenidas para las series huesos de ovi-cápridos (procedimiento C14 estándar) proporcio-nadas por Groningen y Florida para el subestratoIV-4 de El Bebedero el primero y de la Caldereta deTinache el segundo. Ambos laboratorios sitúan esesubestrato en torno al siglo I d.n.e. y los inicios delsiglo II d.n.e. También es notable la relación de con-tinuidad que se da entre las fechas proporcionadaspor las series carbón vegetal (procedimiento AMS) delos estratos IV y III de El Bebedero y la Calderetade Tinache (Tabla 4).

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    6 Doce de las muestras enviadas al Centrum voor Iso-topen Onderzoek (Rijksuniversiteit Groningen) debieronmantenerse en espera en el citado laboratorio hasta contarcon los fondos necesarios para hacer frente a sus costes,comprometidos por la Dirección General de PatrimonioHistórico del Gobierno de Canarias dentro de su programa100 fechas para la Prehistoria de Canarias. Diferentes cir-cunstancias hicieron que la citada institución nunca llegasea materializar su prometida colaboración económica, perosin embargo el laboratorio por error procedió a analizar lasmuestras, enviándonos los resultados sin facturarnos los cos-tes. En consecuencia, aproximadamente el 40% de las fechasinéditas que damos ahora a conocer en este trabajo se lasdebemos a la amabilidad del Centrum voor Isotopen On-derzoek (Rijksuniversiteit Groningen), al que desde estas lí-neas queremos reconocer su altísima profesionalidad.

    7 La Arqueología canaria ha hecho un escaso uso delprocedimiento AMS (14C-AMS Accelerator Mass Spectro-metry); de hecho, el mayor número de muestras datadasmediante ese procedimiento se reúnen en este trabajo y elloa pesar del elevado grado de precisión que supone podercontar con una amplia serie de dataciones AMS si se tieneen cuenta que sus desviaciones tipo son de amplitud redu-cida, un aspecto muy a tener en cuenta cuando se datanprocesos culturales con tan poca profundidad temporal comolos que se dieron durante la Protohistoria canaria.

    8 De esta manera las muestras se clasificaron en gruposatendiendo a si eran de vida larga o de vida corta.

  • Finalmente, el hecho de utilizar dos laboratoriosha dado lugar a que los resultados de los análisisproporcionados por cada uno llegaran a nuestrasmanos en dos formatos diferentes. Así, las datacionesde El Bebedero, obtenidas en su totalidad por elCentrum voor Isotopen Onderzoek (Rijksuniversi-teit Groningen), no fueron calibradas por el labora-torio lo que hizo preciso que lleváramos a cabo sucalibrado para lo cual optamos por emplear el pro-grama de calibración OxCal v3.10 (University ofOxford. Radiocarbon Accelerator Unit), seleccio-nando un nivel de confianza de dos sigmas (entre el90,7% y el 95,4%). Por el contrario, las datacionesproporcionadas por la Caldereta de Tinache, Bue-navista y el Valle de Femés sí fueron calibradas porel laboratorio que llevó a cabo el análisis, Beta Analy-tic Radiocarbon Dating Laboratory (Florida), paralo cual utilizaron las bases de datos de calibraciónINTCAL98 e INTCAL04 (Tabla 6) (Van der Plicht,1999).

    3.1.2. Las dataciones isotópicas

    Como ya hemos indicado, las referencias crono-métricas que ahora damos a conocer fechan tres ya-cimientos arqueológicos (El Bebedero, Caldereta deTinache y Buenavista) y un sitio no arqueológico(Valle de Femés). Son un total de 28 dataciones(Tabla 6), entre las cuales el grupo más amplio loforman 17 procedentes de El Bebedero (campañasde excavación de 1987 y 1990) de las cuales 12 soninéditas; al anterior le sigue en número el grupo dela Caldereta de Tinache (campaña de excavaciónde 2005) constituido por 7 referencias, de las cuales6 son inéditas, y el grupo procedente del estratomás profundo del yacimiento de Buenavista (cam-pañas de excavación de 2006 y 2007), constituidopor 3 referencias, todas inéditas. El total se completacon una datación también inédita obtenida de unamuestra tomada en el Valle de Femés, en un perfilestable sin evidencias arqueológicas.

    Las 17 referencias cronométricas de El Bebederoproceden de muestras recogidas en tres cortes estra-tigráficos (A7, A9 y B3), a las que hemos agrupadosegún se hayan obtenido de muestras analizadas porel procedimiento AMS (12 dataciones) o por el pro-cedimiento C14 estándar (5 dataciones). A su vez,las dataciones de cada uno de esos grupos se hanorganizado en series determinadas por el tipo de

    materia analizada, ya sea carbón vegetal (en total11 dataciones, de las que 10 fueron analizadas porAMS y 1 por C14 estándar) o huesos de ovicápridos(un total de 6 dataciones, de las que 4 se analizaronpor C14 estándar y las 2 restantes por AMS).

    Las 7 dataciones de la Caldereta de Tinache pro-ceden de muestras recogidas en dos cortes estrati-gráficos (Perfilación Este y Perfilación Norte), pu-diéndose agrupar en dos conjuntos, según se hayanobtenido por el procedimiento AMS (5 dataciones)o por el procedimiento C14 estándar (2 dataciones).Como en el caso de El Bebedero las fechas integradasen cada uno de esos dos conjuntos se han organizadoa su vez en series basadas en el tipo de muestra ana-lizada, ya sea carbón vegetal (en total 5 dataciones,todas analizadas por AMS), huesos de ovicápridos(una sola datación, analizada por C14 estándar) ocaracoles terrestres (1 datación analizada por C14estándar). Las dataciones obtenidas por el procedi-miento C14 estándar sitúan en un caso el subestratoIV-4 en el 110 AD cal. y en el segundo caso el su-bestrato V-2 en el 1690 BC cal. De esas dos data-ciones la primera resulta muy coherente con laserie carbón vegetal (procedimiento AMS) delmismo yacimiento, con la que mantiene una claracontinuidad. En general, la totalidad de las seriesde la Caldereta de Tinache resultan muy afinescon las dataciones obtenidas tanto en El Bebederocomo en Buenavista o el Valle de Femés.

    Las 3 dataciones procedentes de Buenavista seobtuvieron de otras tantas muestras de sedimentoorgánico (cenizas) recogidas en un caso del corteestratigráfico B6 (campaña de excavaciones de2006), y en los otros dos de los cortes E4 y F4 (cam-paña de excavaciones de 2007). Todas ellas se anali-zaron por el procedimiento AMS. Ese mismo pro-cedimiento se empleó para datar la muestraprocedente del Valle de Femés, si bien en este casoaquélla estaba constituida por caracoles terrestres.La datación del Valle de Femés procede de un estratoque, como ya vimos más arriba, si la correlacionamoscon las estratigrafías de El Bebedero o la Calderetade Tinache se correspondería con el subestrato V-1.Se trata de una datación que, siguiendo el esquemade organización aplicado a El Bebedero y la Calde-reta de Tinache, corresponde a una serie de caracolesterrestres (procedimiento AMS), la cual sitúa esesubestrato en el 190 BC cal.

    Desde el punto de vista de la secuencia estra-tigráfica propuesta más arriba, las 28 referencias

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    © Universidad de Salamanca Zephyrus, LXIII, enero-junio 2009, 105-134

  • cronométricas que estamos manejando datan dis-tintos momentos de la historia geológica más recientede los sitios estudiados, los cuales se han fijado sobrela base de la subdivisión en subestratos establecidacomo estrategia de trabajo durante su excavación.En general, y con independencia de que el desarrollode los acontecimientos obligara a adaptar la excava-ción a la aparición de suelos de ocupación o episodiospuntuales que marcaran la historia geológica del lu-gar, el procedimiento de extracción de los sedimentosadoptado en El Bebedero, la Caldereta de Tinache yBuenavista siguió las diferentes unidades sedimen-tarias naturales, en sentido inverso a como se depo-sitaron, utilizando tallas artificiales de aproximada-mente 10 cm de potencia. Como resultado final, ybasándonos en la propuesta estratigráfica descritamás arriba, en el estrato III se delimitaron dos su-bestratos, denominados subestratos 1 y 2; en el es-trato IV se delimitaron cuatro subestratos, denomi-nados subestratos 1, 2, 3 y 4, mientras que del estratoV se extrajeron sólo dos subestratos, denominados

    subestratos 1 y 2. Sobre la base de esta subdivisión,las 28 referencias cronológicas de nuestro estudiotienen la siguiente procedencia (Tabla 3).

    Estrato III:- Subestrato III-1: Posee una datación corres-

    pondiente al final del desarrollo del estrato III (ElBebedero, corte A9).

    - Subestrato III-2: Posee cinco dataciones pro-cedentes tanto del inicio como del final del subes-trato; dos para El Bebedero (corte A7) y tres para laCaldereta de Tinache (Perfilación Este).

    Estrato IV:- Subestrato IV-1: Posee una datación procedente

    de la zona de contacto entre el estrato IV y el estratoIII (Caldereta de Tinache, Perfilación Este).

    - Subestrato IV-2: Posee dos dataciones obtenidasen El Bebedero (corte A7).

    - Subestrato IV-3: Posee tres dataciones, de lasque dos proceden de El Bebedero (corte A7) y la

    P. Atoche Peña / Estratigrafías, cronologías absolutas y periodización cultural de la Protohistoria … 123

    © Universidad de Salamanca Zephyrus, LXIII, enero-junio 2009, 105-134

    ESTRATOSY

    SUBESTR.

    EL BEBEDERO CALDERETA DE TINACHE BUENA-VISTAVALLE DE

    FEMÉS

    CORTE A7 CORTE A9 CORTE B3 PERFIL. ESTE PERFILACIÓN NORTECORTES

    B6/E4/F4PERFIL

    SERIE CARBÓN VEGETAL

    SERIE HUESOS OVICÁPRIDOS

    SERIE HUESOS

    OVICÁPR.

    SERIE CARBÓN VEGETAL

    SERIE HUESOS

    OVICÁPR.

    SERIE CARBÓN VEGETAL

    SERIE HUESOS

    OVICÁPR.

    SERIE CARACOLES TERRESTRES

    SERIE CENIZAS

    SERIE CARACOLES TERRESTRES

    AMS C14 ESTÁNDAR AMS AMSC14

    ESTÁNDARC14

    ESTÁNDAR AMSC14

    ESTÁNDARC14

    ESTÁNDAR AMS AMS

    III

    1 1300 AD cal.

    2 415 AD cal. 540 AD cal.1010 AD cal.870 AD cal.690 AD cal.

    IV

    1 690 AD cal.

    2 385 AD cal.330 AD cal.

    3 345 AD cal.330 AD cal. 140 AD cal.

    4345 AD cal.335 AD cal.235 AD cal.220 AD cal.

    80 AD cal.0 BC/AD cal. 30 AD cal. 130 AD cal. 110 AD cal.

    V1 90 AD cal.0 BC cal.

    330 BC cal.380 BC cal.530 BC cal.

    190 BC cal.

    2 1690 BC cal.

    TABLA 3. Relación de dataciones calibradas (se recogen las dataciones resultantes de la intercepción de la edad radiocarbónicacon la curva de calibración) organizadas por yacimiento de procedencia, corte estratigráfico, serie y método isotópicode datación empleado en su obtención.

  • tercera de la Caldereta de Tinache (PerfilaciónEste).

    - Subestrato IV-4: Es el subestrato del que sehan obtenido un mayor número de dataciones, entotal diez, de las que ocho proceden de El Bebedero(seis del corte A7 y dos del corte B3) y una de laCaldereta de Tinache (Perfilación Norte).

    Estrato V:- Subestrato V-1: Posee seis dataciones, de las que

    dos proceden de El Bebedero (corte A7), tres de Bue-navista (cortes B6, E4 y F4) y una del Valle de Femés.

    - Subestrato V-2: Posee una datación obtenidaen la Caldereta de Tinache (Perfilación Norte).

    3.1.3. Las fechas isotópicas en el contextoestratigráfico

    La relación existente entre las dataciones y suposición estratigráfica nos proporciona unos resul-tados cronoestratigráficos que permiten acercarnosal marco cronológico en el que se desenvolvió laetapa protohistórica en Lanzarote. En ese sentido,

    los resultados que podemos manejar, atendiendo alos subestratos establecidos, son los siguientes:

    Subestrato V-2: Representa un momento anterioren un milenio al primer establecimiento humanoconocido en la isla de Lanzarote. Este subestratosólo lo tenemos datado con una fecha C14 estándarproporcionada por la Caldereta de Tinache, la cuallo sitúa en el 1690 BC cal.

    Subestrato V-1: Las tres dataciones AMS aporta-das por Buenavista sitúan por el momento la másantigua presencia humana en Lanzarote en el 530BC cal., datando también un instante más tardíodel mismo subestrato en el 380 BC cal. y el 330 BCcal. Esas tres fechas proporcionan una datación pro-medio para el nivel más profundo de Buenavistadel 414 BC cal. Las dos dataciones igualmente AMSproporcionadas por El Bebedero para el subestratoV-1 sitúan el contacto entre el final del estrato V yel inicio del estrato IV entre el año 0 BC/AD cal. y el año 90 AD cal. Para estas últimas dataciones lafecha promedio se sitúa en el 45 AD cal. Este su-bestrato también está datado por AMS en el Valle

    124 P. Atoche Peña / Estratigrafías, cronologías absolutas y periodización cultural de la Protohistoria …

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    ESTRATOS

    EL BEBEDERO CALDERETA DE TINACHE BUENAVISTA VALLE DE FEMÉSPROMEDIOS PARCIALES

    PROMEDIOS PARCIALES

    PROMEDIOS TOTALES

    CORTES

    A7/A9

    CORTES

    A7/B3PERFILACIÓN

    ESTEPERFILACIÓN

    NORTECORTES

    B6/E4/ F4PERFIL

    BEBEDEROTINACHE

    BUENAVISTAFEMÉS

    BEBEDEROTINACHE

    BEBEDEROTINACHE

    BUENAVISTAFEMÉS

    SERIESCARBÓN

    VEGETAL/HUESOS

    OVICÁPRIDOS

    SERIESCARBÓN

    VEGETAL/HUESOS

    OVICÁPRIDOS

    SERIECARBÓN VEGETAL

    SERIESHUESOS

    OVICÁPRIDOS/CARACOLES TERRESTRES

    SERIE CENIZAS

    SERIECARACOLES TERRESTRES

    SERIESHUESOS

    OVICÁPRIDOS/CARBÓN

    VEGETAL/CENIZAS/

    CARACOLES TERRESTRES

    SERIESHUESOS

    OVICÁPRIDOS/CARBÓN

    VEGETAL/CARACOLES TERRESTRES

    TODAS LAS SERIES

    AMS C14 ESTÁNDAR AMS C14 ESTÁNDAR AMS AMS AMS C14 ESTÁNDARAMS/C14

    ESTÁNDAR

    III1 1300 AD cal. 1300 AD cal. 1300 AD cal.2 540 AD cal. 415 AD cal. 856 AD cal. 698 AD cal. 415 AD cal. 556 AD cal.

    IV

    1 690 AD cal. 690 AD cal. 690 AD cal.2 357 AD cal. 357 AD cal. 357 AD cal.3 337 AD cal. 140 AD cal. 238 AD cal. 238 AD cal.4 284 AD cal. 60 AD cal. 110 AD cal. 284 AD cal. 85 AD cal. 185 AD cal.

    V1 45 AD cal. 414 BC cal. 190 BC cal. 257 BC cal. 257 BC cal.2 1690 BC cal. 1690 BC cal. 1690 BC cal.

    TABLA 4. Promedios de dataciones organizadas por yacimiento de procedencia, corte estratigráfico, serie y método isotópico dedatación empleado en su obtención.

  • de Femés en el 190 BC cal. Si promediamos las seisdataciones la fecha que resulta para este subestratoes el 257 BC cal. (Tabla 4).

    Subestrato IV-4: En El Bebedero la serie AMS(carbón vegetal) data este subestrato entre el 220AD cal. y el 345 AD cal., con dos fechas intermediaslocalizadas en el 235 AD cal. y 335 AD cal. Por elcontrario, la serie C14 estándar del mismo yacimiento(huesos de ovicápridos y carbón vegetal) lo sitúa enun momento más temprano ubicado entre el 0BC/AD cal. y el 130 AD cal., también con dos da-taciones intermedias situadas en el 30 AD cal. y el80 AD cal. En la Caldereta de Tinache la serie C14estándar (huesos de ovicápridos) sitúa el subestratoen el 110 AD cal., adjudicándole una antigüedadparalelizable con la observada en la misma serie deEl Bebedero. Si se analizan los promedios, en laserie AMS la fecha del subestrato se sitúa en el 283AD cal., mientras que en la serie C14 estándar lohace en el 85 AD cal.; si se combinan, el promediode todas las series estaría en el 184 AD cal.

    Los datos anteriores muestran que, para el mismoyacimiento (El Bebedero), las referencias cronológicasderivadas de la serie C14 estándar otorgan una mayorantigüedad a este subestrato, ponderable en unos200 años, independientemente de que las muestrasprocedan de dos cortes diferentes (cortes A7 y B3)frente a una misma procedencia para la serie AMS(corte A7). La razón que nos permitiría explicaresa considerable distancia entre los resultados pro-porcionados por la serie AMS y los resultadosproporcionados por la serie C14 estándar podría con-cretarse en dos causas que se refieren, por un lado, alcarácter de la muestra analizada (carbón vegetal y/ohuesos de ovicápridos) y por otro lado al procedi-miento de análisis utilizado (AMS o C14 estándar).En nuestra opinión la primera causa apuntada noconstituye la respuesta más apropiada a la cuestiónplanteada si se observa como para las muestras ana-lizadas por C14 estándar (3 de huesos de ovicápridosy 1 de carbón vegetal) la diferencia de carácter de lasmuestras no constituyó un inconveniente de cara aque los resultados obtenidos fueran coherentes entresí. Esa misma coherencia también puede observarseen los resultados obtenidos de las muestras analizadaspor AMS, si bien en este caso aquéllas tienen todasel mismo carácter (carbón vegetal). En consecuencia,la razón más plausible para explicar la diferencia deresultados entre la serie AMS y la C14 estándar debe

    estar en el diferente procedimiento de análisis utili-zado, cuestión responsable de que tengamos para elmismo subestrato unos resultados más tardíos si lasmuestras se han analizado por AMS que si se hanefectuado por C14 estándar.

    La circunstancia anterior la hemos podido ob-servar hasta en dos ocasiones, tanto en las series dedataciones procedentes del subestrato IV-4 comoen las series que datan el subestrato III-2.

    Subestrato IV-3: Tanto en El Bebedero como enla Caldereta de Tinache este subestrato está datadopor el mismo procedimiento AMS y a partir demuestras con el mismo carácter (carbón vegetal).En el primer yacimiento se fecha entre el 330 ADcal. y el 345 AD cal., lo que da un promedio del337 AD cal., mientras que en la Caldereta de Tina-che la datación es del 140 AD cal. A partir de esasfechas tope, el promedio conjunto para toda la seriese sitúa en el 238 AD cal.

    Subestrato IV-2: Sólo lo tenemos datado en ElBebedero, por AMS, entre el 330 AD cal. y el 385AD cal.; el promedio de esas fechas se sitúa en el357 AD cal.

    Subestrato IV-1: Datado en la Caldereta de Ti-nache por AMS en el 690 AD cal., fecha que sitúael final del estrato IV y el arranque del estrato III.En este caso no hay posibilidad de promediar.

    Subestrato III-2: La serie AMS (carbón vegetal)de la Caldereta de Tinache lo sitúa entre el 690 ADcal. y el 1010 AD cal., con una datación intermediadel 870 AD cal.; el promedio se sitúa en el 856 ADcal. En El Bebedero este subestrato presenta dos da-taciones, una AMS (carbón vegetal) situada en el540 AD cal. y otra C14 estándar (huesos de ovicápri-dos) que lo colocan en el 415 AD cal. Si promedia-mos las series AMS de ambos yacimientos el resultadosería 698 AD cal.; si ampliamos el cálculo del pro-medio a todas las series el resultado que nos da es556 AD cal. La comparación de los resultados de lasdos series permite observar de nuevo que las data-ciones AMS proporcionan unas referencias algo mástardías que las ofrecidas por el C14 estándar.

    Subestrato III-1: Datado en El Bebedero porAMS en el 1300 AD cal., fecha que sitúa los mo-mentos finales del estrato III.

    P. Atoche Peña / Estratigrafías, cronologías absolutas y periodización cultural de la Protohistoria … 125

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  • Si analizamos globalmente los resultados ante-riores se puede observar que la combinación de losdos grupos de dataciones procedentes de El Bebe-dero (AMS y C14 estándar) nos muestran una dia-cronía para la secuencia estratigráfica propuesta muycoherente (véase la última columna de la derechade la Tabla 4) y un marco cronológico para la Pro-tohistoria de Lanzarote bastante completo ya quepara ultimarlo sólo restaría situar dos momentos;por un lado, el representado por el subestrato IV-1,que delimitaría el instante en que se produjo la tran-sición entre la Fase romana y el inicio de la Fase ca-naria, y por otro lado el representado por el subes-trato V-2, que marcaría el instante anterior al iniciodel establecimiento definitivo de grupos humanosen la isla. Por tanto, si combinamos los resultadosde las series de dataciones obtenidas en todos losyacimientos y los promediamos (Tabla 4) obtendre-mos una secuencia cronoestratigráfica caracterizadapor seguir una clara línea ascendente desde el 1690BC cal. (subestrato V-2) hasta el 1300 AD cal. (finaldel subestrato III-1).

    De una manera más concreta, a partir de la con-textualización de los promedios totales de las fechasobtenidas con la secuencia estratigráfica propuesta,independientemente de la serie a la que pertenezcanlas dataciones o del procedimiento analítico utilizadopara obtenerlas, resultarían los siguientes hitoscronológicos:

    — Subestrato V-2: Datado en el 1690 BC cal. (Ti-nache).

    — Subestrato V-1: Datado entre 530 BC cal. (Bue-navista) y el 90 AD cal. (El Bebedero), con unadatación promedio del 257 BC cal.

    — Subestrato IV-4: Datado entre el 0 BC/AD cal. yel 345 AD cal. (El Bebedero), con una dataciónpromedio del 185 AD cal.

    — Subestrato IV-3: Datado entre el 140 AD cal.(Tinache) y el 345 AD cal. (El Bebedero), conuna datación promedio del 238 AD cal.

    — Subestrato IV-2: Datado entre el 330 AD. cal. yel 385 AD cal. (El Bebedero), con una dataciónpromedio del 357 AD cal.

    — Subestrato IV-1: Con una única datación del 690AD cal. (Tinache) que fecha el momento final delestrato IV en su contacto con el estrato III.

    — Subestrato III-2: Datado entre el 415 AD cal.(El Bebedero) y el 1010 AD cal. (Tinache), conuna datación promedio del 556 AD cal.

    — Subestrato III-1: Datado en el 1300 AD cal. (ElBebedero).

    4. Lanzarote: la secuencia cultural

    Los datos estratigráficos y las referencias crono-métricas recogidas en los apartados anteriores pue-den correlacionase con algunas de las etapas y fasesque hemos diferenciado en nuestra propuesta de fa-sificación para la Protohistoria canaria (Atoche,2008), siendo así posible llevar a cabo una aproxi-mación al proceso cultural que se desarrolló en elLanzarote protohistórico. Si analizamos las referen-cias cronológicas recogidas más arriba desde unaperspectiva cultural nos encontramos con que la fe-cha más antigua (Caldereta de Tinache) data unmomento a mitad del II milenio a.n.e. en el queaún no se ha registrado ningún tipo de actividadhumana en la isla. De hecho, habremos de trasla-darnos al yacimiento de Buenavista para encontrarel, por ahora, nivel arqueológico más antiguo de laisla, datado entre los siglos VI a.n.e. y IV a.n.e., unasfechas que permiten asegurar que en el siglo VI a.n.e.ya se había producido el establecimiento de pobla-ción en Lanzarote, si bien es muy probable que elproceso colonizador se hubiera iniciado con ante-rioridad; en ese sentido apuntan determinados asen-tamientos e infraestructuras de época fenicio-púnicalocalizados en puntos estratégicos de las costas deLanzarote y La Graciosa, como es el caso de Rubicóno El Descubrimiento, los cuales responden a enclavescoloniales del tipo factoría o punto de recalada9 re-sultado de un prolongado proceso de frecuentaciónmarítima iniciado probablemente por la cultura tar-tésica (García y Bellido, 1942: 177)10.

    126 P. Atoche Peña / Estratigrafías, cronologías absolutas y periodización cultural de la Protohistoria …

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    9 Con la etapa de colonización pero no de establecimientodefinitivo de población debe relacionarse la alusión que haceel Pseudo-Scílax a “siete islas habitadas” frente al continente.De tratarse del archipiélago canario tendríamos entoncesque presuponer que no sólo Lanzarote sino en general la to-talidad del archipiélago estaría colonizado entre los siglos VIy IV a.n.e.

    10 La ruta marítima que recorre la costa atlántica de losactuales Marruecos y Mauritania es conocida cuando menosdesde el Neolítico cardial, momento a partir del cual se es-tablecen unas fuertes relaciones culturales entre el sur de laPenínsula Ibérica y el noroeste africano que se hacen muyevidentes durante el Bronce pleno y final. De hecho somosde la opinión de que el impulso que llevó inicialmente aldescubrimiento y posterior colonización del archipiélago

  • A las fechas anteriores les siguen aquellas que si-túan estratos de El Bebedero y la Caldereta de Ti-nache en distintos momentos ubicados entre el sigloI a.n.e. y el siglo XIV d.n.e., en este último caso enun instante muy próximo al inicio de la conquistanormando-castellana responsable de la finalización dela Protohistoria en la isla. Fue en torno al cambiode Era cuando se inició la explotación extensiva delterritorio de Lanzarote, fenómeno que se sustentaráen un tipo de asentamiento que responde a un mo-delo de factorías agrarias (El Bebedero, Calderetade Tinache...) vinculadas a los intereses económicosdel mundo romano (Atoche et al., 1995). Hasta esemomento la isla sólo había sido objeto de una co-lonización de baja intensidad, representada tantopor algún enclave en la costa (Rubicón)11 como del

    interior de la isla (nivel más profundo de Buena-vista), dicotomía que también se refleja en la maneradiferencial de ocupar el territorio insular: hasta elsiglo IV d.n.e. mediante un patrón disperso basadoen asentamientos de pequeña entidad y funcionali-dad orientada a la realización de actividades agro-pecuarias y a partir de ese instante mediante un pa-trón concentrado en núcleos urbanos de diferenteentidad (Atoche, 1993a).

    4.1. Periodización de la Protohistoria de Lanzarote

    Sobre la base de lo señalado y tomando comopunto de referencia nuestra propuesta de fasificaciónpara las culturas protohistóricas canarias (Atoche,2008 y Tabla 5), tendríamos que en Lanzarote lasecuencia crono-estratigráfica se correspondería conlas siguientes etapas y fases.

    P. Atoche Peña / Estratigrafías, cronologías absolutas y periodización cultural de la Protohistoria … 127

    © Universidad de Salamanca Zephyrus, LXIII, enero-junio 2009, 105-134

    canario debió partir de la reactivación cultural y económicaque se produjo en la Baja Andalucía durante el Bronce final,un periodo en el que se amplió la ocupación del espaciomediante la reocupación de viejos asentamientos y el esta-blecimiento de otros muchos de nueva planta.

    11 Rubicón, en el extremo más meridional de Lanzarote(Atoche et al., 1999) y algún otro de Fuerteventura, seránel modelo para ese tipo de asentamiento, caracterizado porpresentar unas estructuras paralelizables a las que están

    presentes en las factorías ubicadas en la cercana costa africanaestablecidas en época fenicio-púnica y reactivadas por IubaII, manteniéndose en funcionamiento durante casi todo elperiodo romano-mauritano explotando los abundantes re-cursos marinos y terrestres de esa región atlántica.

    ETAPAS DEL POBLAMIENTO HUMANO

    FASES CULTURALES O MICRO-SECUENCIAS INSULARES

    VARIABLES QUE EXPLICAN EL CAMBIO CULTURAL MOTOR DEL CAMBIO ISLAS COLONIZADAS

    1.ª ETAPADESCUBRIMIENTO, COLONIZACIÓN Y ESTABLECIMIENTO

    (circa ss. x a.n.e.-iii d.n.e.)

    FASE FENICIA(ss. x-vi a.n.e.)

    FASE PÚNICA(ss. vi-ii a.n.e.)

    EXPANSIÓN COMERCIAL ATLÁNTICA

    Integración económica de las islas en los circuitos mediterráneos como

    productoras de materias primas(Cartago unifica la Fenicia occidental)

    Pobladas: las islas centralesColonizadas: las islas extremas

    (La Palma y Lanzarote)

    HIATUS (ss. ii-i a.n.e.)CRISIS DEL MODELO PÚNICO DE COLONIZACIÓN

    FASE ROMANA(ss. i a.n.e.-iii d.n.e.)

    INTENSIFICACIÓN ECONÓMICA EN EL ATLÁNTICO AFRICANO

    - Expansión económica en la Mauritania Tingitana

    - Intensificación económica: integración de la producción agrario-pesquera

    Se afianza la presencia humana en las islas pobladas y se produce el establecimiento

    definitivo de población en islas hasta entonces sólo colonizadas

    (p. e. Lanzarote, Fuerteventura o La Palma)

    2.ª ETAPAABANDONO

    (circa ss. iii-iv d.n.e.)FASE CANARIA

    (circa ss. iii-xiii d.n.e.)CONSTITUCIÓN Y DESARROLLO

    DE LAS CULTURAS INSULARES CANARIAS

    FIN DE LA DEPENDENCIA ECONÓMICA EXTERNA Y

    DESARROLLO DE PROCESOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

    AUTÁRQUICOS

    Crisis político-económica de las formaciones sociales paleocanarias

    Pobladas: todas3.ª ETAPA

    AISLAMIENTO(circa ss. iv-xiii d.n.e.)

    Readaptación y diversificación de las formaciones sociales paleocanarias

    4.ª ETAPAACULTURACIÓN

    (ss. xiv y xv)FASE DE DESTRUCCIÓN DE LAS

    CULTURAS INSULARES CANARIASEXPANSIÓN COMERCIAL

    ATLÁNTICACrisis generalizada de las formaciones

    sociales paleocanarias Pobladas: todas

    TABLA 5. Propuesta de periodización para la Protohistoria canaria y de explicación del registro material a partir de lastendencias observadas en base a variables socioeconómicas (Atoche, 2008).

  • 4.1.1. Primera etapa: descubrimiento, colonizacióny establecimiento (circa siglos X a.n.e. al IIId.n.e.)

    Esta primera etapa abarca casi un milenio y me-dio, espacio temporal durante el cual se sucederíanel inicio y posterior desarrollo de la exploración delos recursos del Atlántico africano, el descubrimientode los archipiélagos canarios12, su colonización y elposterior establecimiento de los primeros gruposhumanos. Es una etapa muy dinámica, pudiéndosediferenciar varias fases sucesivas:

    Fase Fenicia: Descubrimiento y colonizacióninicial (siglos X al VI a.n.e.)

    Desde la perspectiva cronológica el desarrollo deesta fase coincidiría con la exploración, valoración yexplotación de la fachada atlántica africana realizadaspor mercaderes y pescadores fenicios (gadiritas, lixi-tas...) asentados en el occidente mediterráneo. Porlo que a la isla de Lanzarote se refiere esta etapa su-pone el inicio de su colonización, proceso que seconcreta con la fundación por parte de marinos feno-púnicos de al menos un establecimiento costero, elde Rubicón (Atoche et al., 1999; Atoche, 2003).

    Fase Púnica: Colonización y establecimientodefinitivos (siglos VI al II a.n.e.)

    El cierre de los mercados del Próximo Oriente alos metales del occidente mediterráneo y la conse-cuente reorientación económica hacia las produc-ciones agrarias profundizan los contactos púnicoscon las poblaciones indígenas de Occidente incre-mentándose la actividad productiva, razón que mo-tivaría la necesidad de continuar e incluso incre-mentar el establecimiento de nuevos grupos depoblación no sólo en centros del Mediterráneo sinotambién del Atlántico y Canarias mediante la tras-plantación de comunidades de libiofenicios. Conesas poblaciones norteafricanas Cartago protagoni-zaría un proceso de colonización impulsado por ob-jetivos geoestratégicos y de explotación agraria.

    Durante esta fase13 se crearían en las islas las in-fraestructuras necesarias para la puesta en marcha

    de su explotación agraria mediante el estableci-miento en puntos estratégicos de asentamientos do-tados con los elementos necesarios para facilitar lacaptación de los recursos insulares. En Lanzaroteese hecho lo hemos documentado en el asenta-miento de Buenavista, con una primera fase activadesde el último tercio del siglo VI a.n.e. hasta almenos el siglo IV a.n.e., la cual se corresponde desdeel punto de vista de nuestra estratigrafía con el su-bestrato V-1.

    Fase Romana: Culminación de la colonizaciónde las islas (siglos I a.n.e. al III d.n.e.)

    Tras la caída de Cartago en el 146 a.n.e. los datossuministrados por la arqueología señalan que a partirdel siglo I a.n.e. la intensificación económica que seproduce en el Atlántico canario-norteafricano, de laque fue responsable Iuba II, reanudó y/o mantuvola presencia efectiva en Canarias de gentes ajenas alas islas. Navegantes romanizados procedentes delCírculo del Estrecho transitaron las aguas canariashasta finales del siglo III o comienzos del IV d.n.e.(Atoche et al., 1995; Atoche y Paz, 1999; Atoche,2006), tras la crisis del Imperio Romano y el aban-dono por éste de buena parte de la provincia Tingi-tana, lo que puso fin a las actividades de un amplionúmero de factorías de la costa atlántica marroquí(Ponsich y Tarradell, 1965: 116-117). Desde la pers-pectiva estratigráfica esta fase se corresponde connuestro estrato IV.

    4.1.2. Segunda etapa: abandono (circa siglos III-IVd.n.e.)

    A diferencia de la etapa anterior, ésta presenta undesarrollo cronológico muy corto. Viene determinadapor el final de la dependencia económica externa re-sultado de la crisis político-económica que afectó alImperio Romano en el siglo III, un fenómeno ajenoa las islas el cual sería responsable de su aislamientoy de la consecuente crisis de unas formaciones socialeshasta entonces volcadas al exterior. Se inicia así unode los procesos culturales más interesantes de la Pro-tohistoria canaria al generar en las islas el desarrollode endemismos culturales que permiten explicar mu-chas de las diferencias que son observables en lasculturas insulares del I milenio d.n.e.

    El desarrollo de esta etapa supone la paralizaciónde la actividad de las factorías agrarias existentes en

    128 P. Atoche Peña / Estratigrafías, cronologías absolutas y periodización cultural de la Protohistoria …

    © Universidad de Salamanca Zephyrus, LXIII, enero-junio 2009, 105-134

    12 Acerca de la visión geográfica que se tenía de las islasCanarias durante la Antigüedad tardía pueden consultarselos trabajos de A. Santana et al. (2002) y P. Atoche (2003).

    13 Si seguimos las tesis de F. López Pardo (1990: 61), elinicio de esta fase estaría muy próximo al proceso de creaciónde colonias de libiofenicios en la costa atlántica africana des-crito por el Periplo de Hannón.

  • Lanzarote (El Bebedero, Caldereta de Tinache...)14,interrupción bien documentada en Tinache al finaldel estrato IV, momento en que el lugar se abandonadurante un periodo de tiempo que discurriría entrelas postrimerías del siglo III o las primeras décadasdel siglo IV d.n.e. hasta los inicios del siglo VII d.n.e.(Atoche et al., 2007).

    4.1.3. Tercera etapa: aislamiento (circa siglos IV alXIII d.n.e.)

    El abandono generó el desarrollo de una nuevaetapa que se extenderá a lo largo de casi un milenio,en la que se asiste a la aparición de las denominadasculturas insulares canarias, cuyo origen está en laaparición de procesos económicos y sociales autár-quicos resultado de la readaptación y diversificaciónde las formaciones sociales insulares a las nuevascircunstancias ocasionadas por el aislamiento exte-rior. Constituyó una fase de auténtico aislamiento,un periodo oscuro como lo definimos en su momentodesde una perspectiva extrainsular (Atoche y Ramí-rez, 2001), pero en Canarias constituye la etapa me-jor documentada arqueológicamente. En ella hemosdiferenciado una sola fase:

    Fase Canaria: Constitución y desarrollo de lasculturas insulares canarias (circa siglo III al sigloXIII d.n.e.)

    La desconexión con los centros que dieron origenal descubrimiento y posterior colonización de Ca-narias obligaría a las poblaciones insulares a desarro-llarse en un relativo aislamiento, generándose unossistemas culturales caracterizados por hallarse inmer-sos en un estadio tecnológico que hemos denomi-nado Neolítico forzado (Atoche y Martín, 1999).

    Entre los aspectos culturales que por entonces de-bieron reorientarse se hallaba sin duda el subsistemaeconómico; de esa manera, durante la Protohistoria de

    las islas es posible observar al menos do