forum vol. 1 agosto-1982-junio 1983

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    REVIST DEL COLEGIO UNIVERSIT RIO TECNOLOGICO DE RECI O

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    2/33

     :- :,:

    JVNTA

    EplTORA,

     ~

    Ameller Vaca tlor

    eberyl Blanco Duncan

    ot),dUlio Lebron Segur

    ~}leo Martin Duque - Director

    Sei Yando MQptaiia Pelaez

    ~~do Per~z Montijo <

    Mighel A. Rivera Rodriguez

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    UNIVE~SI(jA9~E pm:nJ. TO RIC; ~

    ADMINISTRACION DE COLEGIOS REGIONALES

    COLEGIO UNIVERSITARIO TECNOLOGICO DE ARECIBO

    Dr. Ismael Almod6var

    Presidente

    Ing. Carlos E. Reoyo

    Rector

    Lcdo. Marcos A. Morell

    Director y Decano

    Revista Forum

    Colegio Universitario Tecnol6gico de Arecibo

    Universidad de Puerto Rico

    Apdo. 1806 - Arecibo, P.R.

    REVISTA DEL COLEGIO UNIVERSITARIO TECNOLOGICO DE ARECIBO

    Af~C,, VOHtStOR1GO UpRA

    B t8\..\ O ,EC A

    VOLUMEN 1 - ARECIBO, PUERTO RICO

    AGOSTO, 1982 - JUNIO, 1983

    UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO

    ADMINISTRACION DE COLEGIOS REGIONALES

    COLEGIO UNIVERSITARIO TECNOLOGICO DE ARECIBO

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    ,,, ·; lUC : · .

    IN I E

    MARCOS A. MORELL: Presentacion ix

    I. INVESTIGACION

    JULIO AM ELLER VACAFLOR: Un nuevo ambito de experiencia

    social en la Europa Occidental del Siglo XII. 1

    FRANCISCO CATALA OLIVERAS: Vision de conjunto de la

    economla puertorriqueiia ; 15

    SERVANDO MONTANA PELAEZ: Las oscuras ralces

    de la metaflsica 31

    HECTOR OTERO BURGOS: Antecedentes dostoievskianos

    del concepto de superhombre en Nietzche 47

    MARGARITA AGOSTO DE FERNANDEZ: EI principio de

    relatividad lingiHstica de Benjamin Lee Whorf 51

    PRISCILLA ROSARIO DE FRANQUI: Ac~rcamiento a la

    estructura de La muerte de Honorio de Miguel

    Otero Si Iva 67

    OBDULIO LEBRON SEGUI: EI uso del tiempo en La muerte

    de Artemio Cruz de Carlos Fuentes 77

    MIGUEL BARROTO RECIO: Tres personajes femeninos: Pepita

    Jimenez Rosalia Pipaon de la Barca y la hermana

    San Sulpicio 91

    IRENEO MARTIN DUQUE: En torno a la Vision de Anahuac

    de Alfonso Reyes 107

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    THAN PORTER MCGINN: Venn diagram of n curves 191

    II. CRE CION L TER RI

    MARTITA RIVERA: EI caminante 195

    Las ilusiones 196

    ROSA GONZALEZ MUNIZ: Poemas I II III IV 197

    Renuevos 199

    DANTE PASQUINUCCI: From the sea cliffs in Arecibo 201

    Jlbaro 202

    The crest of young Luis Ponce de Le6n 203

    SERVANDO MONTANA PELAEZ: Canto de Gloria .............• 205

    ILKA ESTEVA TAVAREZ: Mariana alas seis 209

    aBOULIa LEBRON SEGUI: Silencio 211

    DANTE PASQUINUCCI: The face of Lolza Aldea 213

    III. RESEN S DE LIBROS

    PEDRO J. ARANA GARCIA: Critical Reasoning: Understanding

    .and Critizing Arguments and Theories 215

    SERAPIO FERNANDEZ MINGUEZ: La Economla en el Mundo:

    Ayer y Hoy 217

    aBOULIa LEBRON SEGUI: Comunismo en la Biblia 221

    Colaboradores .. 222

    PRESENTACION

    LArevista FORUM es una publicaci6n del Colegio Universitario

    Tecnol6gico de Arecibo de la Universidad de Puerto Rico. En este

    primer numero se manifiesta evidentemente su afan investigativo

    y creativo.

    En el presente ano academico nuestra instituci6n celebra su

    Decimoq/Jinto Aniversario de su fundaci6n. Tres lustros han pasado

    sin que nuestra facultad tuviese un vehiculo de expresion de carac

    ter profesional. Hoy aparece como una primicia de madU/:ez esta

    revista cientif ica con sus estudios formales sus articulos de cre

    acion literaria sus composiciones poeticas

    y

    sus resenas

    y

    criticas

    literarias.

    En nuestra revista FORUM dada la variedad de los programas

    academicos que se ofrecen en el colegio tienen cabida todos los

    trabajos ineditos de nuestros profesores en el campo de la Literatu

    ra LingOistica Humanidades Sociologia Educacion Cultura His

    toria Tecnologia y Ciencias.

    La variedad

    y

    excelencia de este primer numero de FORUM son

    una clara manifestacion de la creatividad

    y

    dedicacion de nuestros

    profesores quienes ademas de impartir la ensenanza en las aulas

    contribuyen a la divulgacion de los estudios realizados. Deesta for

    ma el estudio silencioso y dedicado de nuestra facultad -siguiendo

    ellema agustiniano de unidad dentro de la variedad - cobrara una

    mayor conciencia de su profesionalismo

    y

    de calidad intelectual.

    Esperemos que este reto de superacion academica sea algo

    inherente de todos nuestros profesores que laboran en la docencia

    a nivel universitario. Sabemos que todo comienzo es dificil pero no

    cabe duda que este esfuerzo inicial sera la semilla fructffera que

    germine nuevas ideas proyecte nuevas metas e inspire nuevos ani

    mos en la academia universitaria.

    iOjala que cada numero de FORUM que aparezca

    s

    convierta

    en un exponente indiscutible de ese profesionalismo

    y

    dedicaci6n

    de todos los integrantes de nuestra facultad. FORUM pretende ser

    extension educacion continuada catedra en el camino por medio

    de su consagracion al mundo de las letras ya la investigacion rigu

    rosa. Por eso damos hoy la bienvenida   FORUM y Ie deseamos el

    mayor de los exitos en los numeros venideros.

    Marcos A. Morell

    Director

    y

    Decano

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    5/33

    UN NUEVO AMBITO DE EXPERIENCIA SOCIAL

    EN LA EUROPA OCCIDENTAL DEL SIGLO XII

    Julio Ameller Vacaflor

    Puede afirmarse que hoy en dia 105 historiadores comparten un

    acuerdo general al considerar la decimosegunda centuria como

    una epoca durante la cual se manifiestan ciertos procesos conver·

    gentes que terminaron por configurar un tipo cultural de organiza-

    cion de caracteristica predominantemente urbana

    y

    con una base

    eco~nomica mercantil Se trata de un tipo de organizaci6n cultural

    que no solo sera caracteristico en Europa desde entonces en ade-

    lante sino que tambien ejercera una creciente influencia en otras

    regiones del mundo Nos referimos a ese tipo de organizaci6n

    cuando hablamos de un nuevo ambito de experiencia social en el

    siglo XII

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    6/33

    Los barones franceses y espanoles ampliaron su esfera de

    influencia al sur de

      5

    Pirineos haciendo retroceder a

      5

    musul-

    manes. Los reyes ingleses y sus huestes feudales se apoderaron de

    la mayor parte de Gales Irlanda y Escocia. Los escandinavos

    fueron cristianizados paulatinamente. La frontera germana se

    desplazo mas hacia el Este. Las Cruzadas aseguraron el Mediterra-

    neo para la navegacion y el comercio occidentales.

    Esto no constituyo tan solo un proceso politico militar sino que

    tuvo tambien dimension economica. EI comercio entre Europa Oc-

    cidental Bizancio y el Islam habra sufrido un desequilibrio que

    afecto las reservas occidentales de oro casi agotadas. Hacia el

    siglo XlIlse alcanzo un nuevo equilibrio debido al incremento gene-

    ral en la productividad de la economia occidental cosa que ya

    puede advertirse entre

      5

    siglos XI YXI1.2

    Durante este periodo no solo se consolidan las fronteras sino

    que desde el punta de vista economico el area circunscrita tam-

    bien resulta mas efectivamente aprovechada. Por el lo se ha dicho

    que el periodo que estamos tratando presencio una verdadera colo-

    nizacion interior.

    Puesto que la economra europea medieval era preponderante-

    mente agricola tuvo particular significacion economica el incre-

    mento de la superficie de los terrenos cultivables. EI incremento en

    la superficie cie labrantios en las regiones septentrionales se debio

    principal mente al despeje de nuevos terrenos mediante la tala de

    bosques y el drenaje de zonas pantanosas que sumaban asi re-

    cientes campos a las areas cultivadas ya existentes. En cambio en

    las regiones australes ello fue principal mente resultado de utilizar

    de un modo nuevo la tierra que exhausta habia sido dejada en bar-

    becho.

    EI uso intensificado de   5 recursos agricolas fue paralelo al

    proceso de urbanizacion. Las ciudades lIegaron a convertirse en

    mercados y proveedoras de servicios para la zona rural circundante

    que se volvfa cada vez mas productiva. Como resultado se funda-

    ron nuevos poblados y las ciudades de origen romano que se habian

    convertido en meros centros politicos y administrativos por la per-

    dida de sus funciones economicas distintivas como consecuencia

    de la crisis economica sobrevenida por la di slocacion del imperio

    recuperaron

     

    expandieron sus actividades mercanti les. EI creci-

    miento de la productividad del sector rural tendia a confirmar el

    proceso de urbanizacion 10 cual a su vez repercutia sobre la

     

    Southern R

    W.

    The making of the Middle

    Ages.

    Princetown: Arrow Books 1959

    2

    productividad agricola en aumento. Por 10tanto la conjuncion de

    ambos procesos se veia reforzada reciprocamente en una espiral

    creciente.

    No todas las ciudades tenian como funcion principal la de ser-

    virle de mercado alas campinas circundantes; tambien habia

    ciudades que se conectaron con el comercio de exportacion. Estas

    ciudadesalcanzaron un nivel aun mayor de desarrollo economico.

    Encontramos entre ellas a

    105

    emporios marit imos e industriales de

    Flandes e Italia.

    La interaccion y refuerzo mutuo entre la ciudad y la campana

    explica el hecho de que las ciudades y sus gobiernos comunales se

    transformaron en nuevos centros de poder politico en el seno de

    unasociedad que hasta ese entonces estaba dominada de manera

    exclusiva por la aristocracia terrateniente. Los nuevos grupos de

    influencia politica con base enlas ciudades y ala cabeza de

    105

    re-

    cursos economicos derivados de las actividades comercial y manu-

    facturera encrecimiento parecen haberse desarrollado sin pre-

    siones por parte de los grupos tradicionales de poder. Los nuevos

    grupos obtenlan su influencia polit ica de actividades econ6micas

    que entonces eran recientes. Esas actividades no solo les abrlan

    nuevas posibil idades a estos sino tambien a

      5

    grupos de poder

    tradicionales que tenlan su base en la posesion de la tierra preci-

    samerite a causa del caracter complementario que cobraba el cre-

    cimiento de las actividades economicas urbana y rural.

    No pasara mucho tiempo sin que se haga sentir la presencia de

    los nuevos grupos sociales en la escena politica. Los grupos

    nuevos iran organizando gradualmente nuevas estructuras poll ti-

    cas tales como la ciudad Estado italiana

     

    las Comunas municipa-

    res de Francia y   5 Paises Bajos estructuras que resultaban nove-

    dosas dentro de la organizacion poll tica de Indole feudal donde la

    posesion de la tierra era determinante de los derechos politicos y

    administrativos. Por esta razon

    105

    nuevos grupos burgueses

    secundaran la polltica antifeudal de

    105

    reyes que tenia por meta

    someter a los senores feudales a su autoridad regia y hasta apoya-

    ran losesfuerzos de algunos grandes senores feudales cuando se

    propongan obtener mas cohesi6n para sus propios dominios

    simplificando asi la en extreme complicada estructura social y poll-

    t ica de la sociedad feudal. Tal complej idad era funci6n del caracter

    hasta entonces aislado de las unidades sociales por entonces

    existentes tales como las aldeas y fundos. Caracter aislado que a

    su vez se relacionaba con la base economica de subsistencia.

    Losgrupos burgueses tend ran por objetivo principallograr tanto

    como fuera posible la mayor Iibertad y autonomia local respecto

    3

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    de las obligaciones feudales. Esta politica concuerda, de manera

    un tanto parad6jica, con la politica feudal tradicional, porque se

    trata de medidas que tienden a ladescentralizaci6n de la autoridad.

    Sin embargo, por otra parte, la funci6n de mercado que desempeiia-

    ba la ciudad ira a desembocar en un mayor grado de interdependen-

    cia social y econ6mica, cosa que a su vez dara curso a un proceso

    de centralizaci6n polltica conducente a configurar el Estado Na-

    cional. Como resultante, este fen6meno pondra fin a la autonomia

    local de que gozaban tanto el dominio feudal como las ciudades

    Iibres.

    Hemos bosquejado los efectos econ6micos y politicos del pro-

    ceso de urbanizaci6n dentro de la estructura feudal de la sociedad

    medieval. Debieramos ademas tener presente que este proceso hizo

    sentir sus efectos no solamente en el area de las mercancias, sino

    tambien en aquella donde circulan 10que cabria denominar ideas

    en sentido lato: las noticias, informaciones, modas como asi tam-

    bien las ideas propiamente dichas.

    Las ciudades, medios de vida nuevos y grupos sociales nuevos. Los

    grupos de poder nuevos: las comunas.

    Hemos descrito someramente los acontecimientos que condu-

    jeron a la expansi6n territor ial y econ6mica de Europa occidental

    durante los siglos XI al XIII. Losprocesos convergentes que dieron

    por resultado la consolidaci6n de Europa Occidental en cuanto en-

    tidad cultural distintiva fueron, entonces, el afianzamiento de las

    fronteras con las areas culturales circundantes y la ampliaci6n de

    las superficies cultivables dentro de esos Iimites, con el consi-

    guiente aumento del rendimiento agricola; el proceso de urbaniza-

    ci6n; fundaci6n de nuevos poblados y revitalizaci6n de las ciuda-

    des de origen romano; incremento consiguiente en el volumen de

    intercambio, tanto interior como exterior. Entre los siglos XI YXIII

    aparecieron en Inglaterra mas de un centenar de ciudades nuevas.

    Tal numero bastaria de suyo para autorizar la afirmaci6n de que en

    el lapso entre estos siglos se produjo un proceso de urbanizaci6n,

    siendo este un aspecto de la expansi6n territor ial y econ6mica del

    Occidente europeo.

    EI proceso de urbanizaci6n significa que entonces aparecieron

    comunidades netamente diferenciadas de la red de aldeas y domi-

    nios rurales sobre los cuales ejercia su seiiorio la aristocracia terra-

    teniente. La urbanizaci6n en curso determin6 que fuera configuran-

    dose un nuevo ambito urbano de experiencia social, diferenciado

    del conformado por la aldea rural, y que habra de ser el predomi-

    nante en Europa Occidental.

    La diferencia basica entre ciudades y aldeas rurales resulta del

    hecho de que las ciudades obtenian sus recursos principales del

    movimiento mercantil, la manufactura de mercancias y los servi-

    cios.

    Como resultado de los nuevos medios de vida aparecieron

    nuevos grupos sociales, tal el de los comerciantes, los artesanos y

    aun un incipiente proletariado industrial, en mayor medida rela-

    cionado con la industria textil. Se ha Ilegado a sostener que el im-

    pacto econ6mico que tuvo la industria textil a la saz6n es compa-

    rable al que provoc6 la industria del carb6n en la epoca de la revolu-

    ci6n industrial inglesa.

    EIefecto econ6mico que produjeron las ciudades, sin embargo,

    no es el unico fen6meno que debe tomarse en cuenta, pues en 10

    que concierne a la cultura no material, se dieron otros fen6menos

    dependientes de la urbanizaci6n en la sociedad del medievo occi-

    dental.

    Por dificil que sea medir el efecto que provoc6 en la cultura la

    urbanizaci6n de la Europa Medieval, se torna posible detectar la

    influencia que ejerci6 la atm6sfera urbana, si tomamos como refe-

    renCia los cambios operados en las costumbres usos Y mores Y

    las ideas. Este es el tema que precisamente.nos ocupa: el impacto

    que sobre las ideas y las opiniones tuvo por entonces el surgimien-

    to de ese nuevo domicilio de experiencia social.

    La significaci6n ideol6gica 0 cultural no material de la urbaniza-

    ci6n radica, ante toao,en~1 hecho de que las ciudades en cuanto

    plazas de mercado tienden a fomentar la integraci6n social en uni-

    dades cada vez mayores a medida que los centros urbanos tienden

    a quebrar el aislamiento de las aldeas rurales, con 10cual el inter-

    cambio de mercancias, modas y noticias se hace mas veloz y por

    canales mas vastos. De ahi que algunas ciudades atrajeron cre-

    cientes cantidades de estudiantes provenientes de diversas re-

    giones que iban a la busca de uno de los nuevos servicios que su-

    ministraba la ciudad, a saber, el medio de adquir ir una educacion

    formal superior.

    AI pronto se reconoci6 que las ciudades Iiberaban a los siervos

    de los vinculos obligados de servidumbre feudal. Los nucleos urba-

    nos eran espacios donde podian reemplazarse las relaciones

    feudales por nuevas modalidades de interacci6n social.

    A medida que se iba produciendo la urbanizaci6n, el desarrollo

    del movimiento comercial y la manufactura, aparecia un nuevo gru-

    po social, el de los burgueses, que diferia del grupo de poder tradi-

    cional, la aristocracia terrateniente Ytambien diferia del grupo que

    integraban los aldeanos rurales.

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    La Indole distintiva de las actividades de los burgueses impli-

    caba nuevos requerimientos que, a su turno, determinaban nuevas

    iniciativas de orden institucional. Tenian necesidad de seguridad

    para su capital, por pequeno que fuere; de un Derecho y una admi-

    nistracion capaces de reglamentar las operaciones de una comuni-

    dad comercial; necesitaban ser Iibres de trasladarse deun mercado

    a otro en procura de sus intereses mercantiles. Debian liberarse,

    pues, de las constricciones impuestas por la servidumbre. Encuanto

    estas actividades desbordaban los IImites de los feudos y domi-

    nios, se hizo sentir la necesidad de disponer de normas que pu-

    dieran aplicarse en jurisdicciones mas vastas. Tal necesidad explica

    la relevancia que entonces cobr6 el Derecho Romano, asi como la

    reglamentacion de normas de intercambio para las guildas cor-

    poraciones, y que compiladas mas tarde, formaron el Derecho

    comercial   codigo de usanza mercanti .

    Estas fueron buenas razones, al decir de Miller,3 para que la

    gente de la ciudad se procurara el poder de manejar sus propios

    asuntos segun criterios afines a sus noveles y part iculares intere-

    ses. Ello dio lugar a nuevos requerimientos polit icos que se refleja-

    ron en la institucion de los gobiernos municipales   comunas. Por

    medio de la compra, la persuasion

     

    aun de la revoluci6n, muchas

    ciudades lograron efectivamente asegurarse alguna medida de

    autogobierno. Tal autonomla se gan6, en la mayoria de los casos,

    contra el derecho feudal de la aristocracia terrateniente, ya fuera

    secular   rel igiosa. Las ciudades equipadas ahora con sus r lios

    tribunales y sus propios consejos municipales para asesorar y

    aconsejar al Alcalde y otros funcionarios civiles, elegidos por los

    burgueses, pudieron disponer la manera en que se gobernarian de

    un modo Que armonizara co/,, sus actividades distintivas.

    Este proceso poli tico (formaci6n de la Com una), del que existen

    ejemplos que datan ya desde la segunda mitad del siglo XI, consti-

    tuye las experiencias que, a nuestro juicio, dieron base a la creen-

    cia en la capacidad del hombre para desarrollar, por su propio es-

    fuerzo y guiado por la razon humana, un orden politico que no se

    fundara en un orden sobrenatural   trascendente. creencia que

    para Garcia Pelayo puede advertirse en el siglo XII 1.4

    Asi, pues, el proceso de urbanizaci6n fue tan creador en 10 poli-

    tico como enlo economico. Nuevos hombres participaron en el pro-

    ceso de toma de decisiones, compartiendo esas funciones con los

      Miller op cit

    4 GarcIa Pelayo M EI Reino de Dios arquetipo politico Estudios sobre las formas

    pol/ticas de la Edad Media Madrid: Revista de Occidente 1959

    representantes de los grupos de poder tradicionales: la aristocracia

    terrateniente, militar y eclesiastica. Esos nuevos hombres fueron

    capaces de crear un nuevo orden polit ico, a'veces en competencia

    con los grupos tradicionales de poder; por tanto, les fue posible or-

    ganizar la sociedad de acuerdo con sus intereses propios, expe-

    r iencia que a su tiempo se reftejara en el plano de la reflexi6n con el

    surgimiento de teorias tales como la del contrato social.

    EI impacto de la urbanizaci6n en los grupos de poder tradicionales

    Observemos ahora el efecto que tuvo el crecimiento de las acti-

    vidades econ6micas sobre el grupo tradicional de poder: la aris-

    tocracia terrateniente. EI efecto de tal proceso puede caracterizar-

    se diciendo que vio modificado su papel de tal modo que, de grupo

    principal mente rentista, paso a desempenar un papel administrati-

    yo. Para evitarnos el cargo de una generalizaci6n que podria pare-

    cer infundada, acaso sea mas apropiado decir que la situacion, tal

    como esta registrada, proporcionara a algunos de sus miembros la

    oportunidad de ejercer esas funciones administrativas.

    La expansi6n de la superficie cultivable y la mejora de las tecni-

    cas agricolas tuvo que repercutir en la adstocracia terrateniente.

    As pues, Miller nos dice que constituiael grupo social con capaci-

    dad para movilizar recursos que excedian las posibilidades de los

    aldeanos, puesto que los senores podlan movilizar mayores recur-

    sos que los disponibles para aquellos, siendo uno de tales recur-

    sos, la fuerza de trabajo combinada de los aldeanos mismos. Como

    ejemplo de aquellas actividades, recordemos la pollt ica de coloni-

    zacion agricola y desarrollo economico emprendida por el conde

    Adolfo de Holstein, el duque Enrique el Leon de Sajonia y el margra-

    ve Albrecht de Brandeburgo. Estos nobles alemanes participaron

    en el movimiento de expansion hacia et Este mediante la conquista

    de las tierras ocupadas por los Eslavos, todavia paganos. EIconde

    Adolfo y el margrave Albrecht favorecieron la diplomacia y la nego-

    ciacion con los jefes Eslavos antes que las operaciones estricta-

    mente militares, 10 cual hace decir a nuestro autor que esa actitud

    era menos tradicionalista en 10militar y mas racional en 10econ6-

    mico que la de Enrique el Le6n, cuya campana se realizo bajo el

    concepto feudal de cruzada.5 Los tres, empero,adoptaron una

    compleja poll tica de colonizaci6n y promocion econ6mica al punta

    de emprender, inclusive, una campana de propaganda tendiente a

     

    Marshall Klaget et al Twelve century Europe and and the Foundation of Modern

    Society Wisconsin: University Press 1964

    7

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    9/33

    asegurar el reclutamiento de campesinos de la Alemania y los

    Parses Bajos, asr como a urbanizar las nuevas tierras y el desarrollo

    del comercio. Para convencer a los siervos y campesinos de que se

    trasladaran a las nuevas tierras, les garantizaron la libertad en los

    nuevos asentamientos. Ello constituy6 un poderoso incentivo para

    el asentamiento en las nuevas tierras en un momenta en que la

    estructura feudal se iba consolidando en las zonas no perifericas,

    10 cual provocaba una disminuci6n del numero de campesinos

    libres en aquellas regiones donde el crecimiento demografico -uno

    de los aspectos del proceso de crecimiento que estamos

    esbozando- tambien ejercfa su presi6n sobre los recursos del

    suelo.

    Estos son ejemplos de polit ica e onomi esclarecida que di

    fiere del papel tradicional potrtico-militar desempei iado por la aris

    tocracia terrateniente. Papel que habfa hallado su consagraci6n en

    el tipo ideal de defensores de la sociedad cristiana, que a su vez

    justificaba el apropiarse de parte de las rentas territoriales sin que

    ello implicara funciones efectivamente econ6micas.

    La Iglesia, como parte que era de la aristocracia terrateniente,

    tambien particip6 en el proceso de colonizaci6n agrfcola: Los mo

    nasterios, en particular los pertenecientes a la orden del Cfster, de

    sempei iaron un descollante papel en tal proceso. En raz6n de su

    caracter corporativo, constitufan unidades econ6micas en las

    cuales los monjes, en su mayorfa de origen aristocratico  _y espe

    cialmente los que ocupaban puestos directivos tales como abades

    y otras autoridades en la instituci6n-- integraban un cuerpo geren

    cial que estaba a cargo de la administraci6n y racionalizaci6n del

    trabajo de numerosos campesinos Iigados a los monasterios en

    cali dad de hermanos legos, en el caso de los monasterios cister

    cienses,   en calidad de siervos en otros monasterios.

    La evoluci6n econ6mica de los monasterios, especial mente los

    de la orden del Cfster, se encarril6 por vias racionales desde el punto

    de vista economico, cosa que les garantiz6 el exito. Adaptaron su

    organizaci6n a la economfa mercantil en el sentido de que ten

    dieron a especializar y diferenciar su produccion. Construyeron

    tambien una compleja infraestructura de mercados y medios de

    transporte, medidas que les permitieron competir exitosamente en

    la creciente economia

    mercantil.6

    Para un monasterio, esas eran actividades desacostumbradas

    si se tiene en cuenta el tipo ideal del monasterio, definido como insti-

     

    Thompson W Economic History of the Middle Ages New York 1931

    8

    tuci6n concebida especfficamente para que los monjes pudiesen

    dedicarse de Ileno alas actividades del culto y a la contemplacion

    devota. Vale decir que se definian como instituciones que hacian

    factible la vida contemplativa (el ocio religioso) por oposicion a la

    vida activa mundanal.

    Si tenemos presente la politica de promocion economica IIeva

    da a cabo por los miembros de la aristocracia militar terrateniente y

    la racionalizacion de la actividad econ6mica en los monasterios,

    tal vez podamos afirmar que los acontecimientos relacionados con

    el proceso de expansion economica que se produjo entre los siglos

    XI YXIII, repercutieron en todos los grupos de la sociedad medieval,

    sea provocando un cambio efectivo en el papel de los miembros de

    los grupos sociales ya existentes u ofreciendo oportunidades para

    la formaci6n de nuevos grupos sociales distintivos.

    Acabamos de ver como el ri tmo acentuado de la actividad eco

    nomica en el Medievo Occidental a partir del siglo XI, poco mas  

    menos, dio lugar a que aparecieran oportunidades para el surgi

    miento de nuevos grupos sociales distintivos. Aun mas, vimos

    como esta coyuntura tuvo tambien su influjo sobre el papel social

    de los miembros de grupos sociales mas antiguos, tal es el caso de

    la aristocracia terrateniente. Sei ialaremos ahora, ateniendonos a la

    obra de Tellenbach acerca de la reforma de la Iglesia,7 el efecto que

    tuvo la mayor dinamica social de la epoca sobre la Iglesia desde un

    punta de vista institucional eclesiastico

    y

    no solo con referencia a

    la base economica de la instituci6n.

    Latesis de Tellenbach sostiene que la Iglesia adopta una politica

    activa de afirmacion institucional durante los siglos XI al XIII, poli

    tica que tuvo por resultado un cierto reajuste en la estimacion por

    parte de aquella, de la vida activa en cuanto diferente de la vida

    contemplativa (0, como se 10 expresaba entonces, en las actitudes

    tlpicas de Marta y de Maria).

    La Iglesia tenfa como funci6n institucional primordial, la de cris

    t ianizar la sociedad. Esa funci6n implicaba que la sociedad acepta

    se la creencia de que el mundo era esencialmente transitorio y

    que por consiguiente, los valores seculares no constituian la final i

    dad ultima. Asi pues, la vida mundanal debia orientarse hacia los

    valores etemos y ultimos. Alas actividades mundanas, los cris

    tianos debian anteponer una vida de castidad, humildad, caridad y

    contemplaci6n.

    7

    Tel/enbach

    G

    Church State and Christian Society at the Time of the Investi ture

    Contest Oxford: University Press 1979

    9

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    10/33

    Bh:m

    pronto la

    Iglesia

    se persuadi6 de que no. todos los cris

    tianos eran capaces de realizar el ideal cristiano de vida con el mismo

    grade de perfecci6n. Los monasterios, pues, se establecieron en

    calidad de instituciones sociales destinadas a posibil itar el ejerci

    cio de las virtudes cristianas a un grupo de individuos, sustrayen

    dolosa

    las

    preocupaciones de la sociedad secular. El lo origin6, a

    su vez, la divisi6n del clero en 6rdenes regulares y 6rdenes secula

    res, cada una con funciones propias. Se consideraba a los monjes,

    las 6rdenes regulares, como actores de la vida ascetico-monacal y

    como agentes especia/izados, por medio de la acumulaci6n de me

    ritos, en la salvaci6n del mundo. EI clero secular era la orden que

    debla actuar dentro del mundo, la sociedad misma; era conside

    rado tutor necesario de la debilidad humana y administrador de los

    sacramentos: medio magico a traves del cualla gracia de Dios con

    firmarla a los hombres en su fe y en sus intentos por lIevar una vida

    cristiana como miembros de una sociedad cristiana.

    Desde el punta de vista 16gico,a partir de las funciones de cada

    una de las 6rdenes, se desprenden dos actitudes con respecto al

    mundo: la de abandonar el mundo (actitud que podia extremarse

    hasta un contemptus mundi) y la de conducir el mundo hacia el

    ideal cristiano. De ambas actitudes hal/amos muestras en los sec

    tores de la reforma de

    la

    Iglesia como el clero regular, el

    c/ero

    secu

    lar y el Emperador.

    En 10basico, la reforma de la Iglesia constituy6 el esfuerzo por

    afianzar la preeminencia institucional de la Iglesia en el seno de la

    sociedad medieval. Este esfuerzo l/ev6 a la Iglesia a adoptar una

    politica activista por encima de las actitudes que la alejaban del

     mundo . Claro es que se trataba de una politica activista que iba

    en procura del ideal ascetico cristiano; dicho de otro modo, en pos

    de las virtudes contemplativas.

    Segun el encuadre dado a este trabajo, deseamos destacar el

    hecho de que esta politica activista por parte de

    la

    Iglesia esta en

    consonancia con el espiritu activista de la epoca

    0

    antes bien,

    consti tuye uno de sus casos concretos.

    Por una parte, debe advertirse que por definici6n de las actitu

    des y funciones basicas de la clerecia, tanto regular como secular,

    debiera esperarse que tanto el clero secular como el Emperador hu

    bierandesempefiado un papel predominante en el proceso de refor

    ma de la Iglesia; preeminente,

    vale

    decir, por sobre los miembros de

    la clerecia regular. Pero si tomamos en cuenta el papel hist6rico de

    sempefiado por estas fuerzas, veremos que 6rdenes monasticas

    tales como la de Cluni y la del Cister han estado comprometidas

    muy activamente en este proceso, y han respaldado resueltamente

    10

    los esfuerzos de los papas reformistas, a punto tal de dar Iideres

    tan renombrados como San Pedro Damiani, el Cardenal Humberto y

    San Bernardo. Por otra parte, muchos obispos (miembros del clero

    secular) y a veces en su mayoria, se opusieron alas tentativas de

    los Papas reformistas. Esta es una de las razones de que la clerecia

    regular, las 6rdenes monasticas, ganaran en prestigio social desde

    el siglo XI en adelante. Hecho que tuvo su repercusi6n en el desen

    volvimiento de las ideas durante el periodo que nos ocupa, porque

    el prestigio enaltecido de los vaiores ascetico-monasticos coinci

    di6 con un renacimiento del espiritu especulativo y racionaHsta.

    Esta coincidencia produjo choques de opini6n que, en los terminos

    de la epoca, dieron lugar a acusaciones de herej ia en general esgri

    midas por miembros de la clerecia reformista contra los intelec-

    tuales.

    Mas aun, reparemos en que la adopci6n de una polit icaactiva

    por parte de la Iglesia con miras a una afirmaci6n institucional, for

    zosamente tenia que provocar algunas contradicciones. Contradic

    ciones que se originaban en una combinaci6n de actitudes orienta

    das hacia el otro mundo

    0

    alejadas del mundo de la acci6n y de

    las necesidades dictadas por una politica que apuntaba a esta

    blecer un centro de poder. Estas contradicciones Y tensiones son

    especial mente visibles en Iideres monasticos tales como San Ber-

    nardo,

    Tambien cobran relevancia al tomar en cuenta el hecho de que

    el papado buscaba aliados entre los miembros de los nuevos gru

    pos sociales form ados sobre la base de la economia monetaria de

    las ciudades y que se dedicaban, por consiguiente, a ocupaciones

    mundanas . De otro lado, est a alianza no resulta tan sorprendente

    en terminos sociales y poli ticos si tenemos presente que la reforma

    de la Iglesia, en razon de sus tendencias central izadoras, fue anti

    feudal encierto modo. Asi, Gregorio VII tuvo que procurarse aliados

    en el mundo del dinero y el comercio, en los recientes grupos de

    poder, antes que en los grupos del poder tradicional feudal.6

    Debe recordarse que los comerciantes, y los prestamistas de di

    nero, en especial, carecian en esa epoca de un status cultural posi

    tivo dentro del marco de valoraciones que sostenia positivamente

    la cosmovision cristiana feudal. En el periodo que estamos estu

    diando, la sociedad era vista como un compuesto integrado sola

    mente por tres conglomerados sociales que gozaban de un rol que

     

    Le Goff

    J

    Mercaderes

    y

    Banqueros de Ja Edad Media Buenos Aires: Eudeba

    1961

    11

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    11/33

    la.vultura sancionaba de modo posit ivo: los clerigos; los militares y

    10s lervos (oratores, bellatores, laboratores). Los comerciantes y

    Igsartesanos ( Ias clases medias )no tenlan ubicaci6n distintiva

    dentrQ de la jerarqula social.

    AI serialar las nuevas funciones de la aristocracia terrateniente,

    lamilitar y la eclesiastica, asl como la polltica de la reforma de la

    Iglesia, nuestro prop6sito ha side poner de rel ieve que el esplri tu

    activista de la epoca repercuti6 sobre los grupos sociales que ya

    hablan adquir ido su propia identidad social con anterioridad a que

    se produjeran los procesos que estaban modificando la sociedad

    medieval, haciendo de el la una estructura social de tipo mas dife

    renciado. Los nuevos grupos sociales tuvieron que reflejar, desde

    luego, en su caracter social eil lamado espiritu activista de la epoca

    puesto que en gran medida estaba consti tuido por las propias acti

    vidades peculiares de esos grupos.

    Era de esperar, pues, que el esplritu activista de la epoca se

    dejara sentir tanto en los grupos sociales tradicionales como en los

    de formaci6n reciente, casi por definici6n, puesto que ambos gru·

    pos estaban inmersos en la misma situaci6n hist6r ica.

    Cabe recordar, a prop6sito, el concepto de Friedrich Heer sobre

    la sociedad abierta del siglo XII, a fin de resumir los procesos que

    hemos delineado mas

    arriba.9

    Apertura que era mas evidente en el

    siglo XII, nos dice Heer, que en los siglos XIII YXIV, pues en aquel

    entonces la sociedad medieval vio consolidada su estructura, des

    pues de una laxitud a que dieron lugar los cambios que, hasta el

    siglo XII, hablan provocado el caracter abierto de la sociedad me

    dieval.

    Este es, sin duda, un punto de vista novedoso que pocos alios

    antes se hubiese juzgado impropio 0 demasiado extremoso; no

    obstante, resume adecuadamente la situaci6n social derivada de

    los procesos mencionados. Asl y todo, sin menoscabo del valor

    esencial de tal concepto, tambien debieramos establecer algunas

    precisiones que 10hagan hist6ricamente mas cabal.

    En tal senti do, debemos recordar que la apertura de la Europa

    del siglo XII no es una caracteristica resultante de una elecci6n ra·

    cional. tomada en procura de tal resultado. Antes bien, es el efecto

    de una situaci6n fluida en que se desemboca por la novedad de

    ciertos desarrollos. 5i tomamos en cuenta la opini6n pubica de la

    epoca, puede verse que las pollticas culturales estaban dirigidas al

    logro de una situaci6n monolitica 0 cat61ica antes que a una si-

      Heer F. EI mundo medieval Europa 1100 1350.Madrid: Ediciones Guadarrama

    1963

    12

    tuaci6n plural ista. Por consiguiente, si existe algun grade de aper

    tura podemos afirmar que existe en contradicci6n con las ideas

    expllcitas predominantes.

    Ciertos procesos sociales hablan forjado el advenimiento de

    oportunidades aptas para emprender albures comerciales, habian

    favorecido la movilidad geogratica, asi como la movilidad social de

    la poblaci6n dentro de ciertos Iimites; pero todas estas circunstan

    cias no fueron producto de normas concebidas sistematicamente

    para fomentarlas, sino que ocurrieron aun a pesar de estar en

    contradicci6n con algunas expectativas sociales inculcadas.

    Como en cualquier otra situaci6n de cambio social ~eloz, no existia

    un conjunto de normas formales que sancionara activ idades que

    estaban convirt iendose en una posibil idad social pero que, por otro

    lado, todavia no resultaban culturalmente aceptables 0 institu

    cionalizadas.

    Por tanto, podemos afirmar que la sociedad del siglo XII era una

    sociedad abierta de hecho, pero no 1 era en idea   de derecho, tal

    como se proclaman las sociedades contemporaneas.

    13

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    VISION DE CONJUNTO DE LA ECONOMIA

    PUERTORRIQUENA

    Francisco Catala Oliveras

    EI Cuarto Piso

    Jose Luis Gonzalez el exceJente narrador puertorriqueno radi

    cado en Mexico ha escrito un interesante ensayo de interpretaci6n

    hist6rica ··EI pais de cuatro pisos ..

     

    que a nuestro juicio ha cobrado

    mayor pertinencia ante la agudizaci6n del desajuste estructural de

    nuestra economia.

    Segun Gonzalez el primer piso de Puerto Rico se asent6 sobre

    unas bases culturales afroantillanas que maduraron durante los

    primeros tres siglos de historia poscolombina. Luego durante el

    siglo pasado arribaron a nuestras costas dos olas inmigratorias

    que configuraron el segundo piso socio-econ6mico de la isla. La

    primera fue de refugiados peninsulares de las colonias que lucha

    ban por su independencia; la segunda ya de mediados de siglo en

    adefante estuvo compuesta de los corsos mallorquines y catala

    nes que protagonizaron la colonizaci6n de la montana convirtien

    dose en la clase forjadora de las haciendas de cafe.

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    13/33

    ~.~_,~JaiDlJ»'8C4ldentes: aJrededor de 28 por ciento

    aftueb~JtqtJ arae-f

    1970era de 1,658 millones, lIega para

    ekt9~. j,094 mUlones. Para el ano fiscal 1981ascendi6 a 7,511

    muA,ones(vease Tabla 3). EI 76 por ciento de esta deuda - 5,720

    I1JUJones- corresponde alas corporaciones publicas. Sin embar

    go, a pesar de este esfuerzo y de la inyecci6n de transferencias fe

    derales, la economia de Puerto Rico ha logrado una recuperaci6n

    real.

    Los hilos conductores

    Senalamos al comienzo que la economia de Puerto Rico es fun

    ci6n de dos hilos conductores: el de la dependencia y el de la

    extracci6n de ganancias.

    Por el primer hila fluyen los desembolsos del gobierno federal

    de Puerto Rico. Estos incluyen aportaciones federales al sector

    publico, transferencias a las personas y a los negocios, y gastos de

    operaci6n de la agencias federales. Valga aclarar, que no se debe

    establecer una ecuaci6n entre dependencia y beneficiencia. No pa

    semos por alto que estos desembolsos incluyen derechos ganados

    por los puertorriquenos como pensiones, beneficios de veteranos y

    segura social. Ademas, se incluyen los gastos de operaciones de

    agencias federales. No obstante, el grueso de los desembolsos

    corresponde a transferencias a las personas (Tabla 4).

    Estos desembolsos han aumentado considerablemente durante

    la decada de 1970. En el ano 1969-70, el coeficiente de desembol

    sos federales netos respecto al producto bruto era de 10.4 por cien

    to. Para el ano 1980-81, en que los desembolsos ascendieron a

      3,405 millones, dicho coeficiente se aproxim6 al 30 por ciento.

    EI otro' hilo, 0 el otro lado de la moneda, esta constituido por el

    sector productivo de Puerto Rico. Durante el198110s pagos a facto

    res externos 0 rendimientos de capital totalizaron 53,823 millones.

    Esto no es otra cosa que ganancias, dividendos e intereses

    extraidos de la economia puertorriquena. La mayor partida de este

    rengl6n corresponde a los rendimientos de inversiones directas, en

    particular ganancias retenidas por empresas que operan como su

    cursales 0 subsidiarias de casas matrices extranjeras. EI incremen

    to en los pagos a factores externos durante la decada del 1970 ha

    sido notable (vease Tabla 5). Claro esta, en esto esta montada la po

    Iitica de industrial izaci6n de Puerto Rico.

    EIrengl6n de rendimientos de capital aument6 de 593 millones

    para el ana fiscal 1969-70a 3,823 millones para el ana fiscal 1980

    81. Como coeficiente respecto al Producto Bruto, ha aumentado de

    12.6 por ciento a 32.5 por ciento.

     

    Hay que consignar tambh~n que los desembolsos, que citara

    mos al considerar el hila conductor de la dependencia, no se tradu

    cen integramente en estimulo productivo en el pals. Seescapan via

    las importaciones de articulos y servicios. Adviertase que el deficit

    en la cuenta comercial registrado en la balanza,de pagos aument6

    de 1,276 millones en el ano 1970 a 5,345 miliones en el1981 (ve

    ase Tabla 5). Como coeficiente respecto al Producto Bruto esto

    representa un 27.2 por ciento y un 45.4 por ciento respectivamente.

    EI deficit comercial es cancelado en la balanza de pagos por las

    transferencias unilaterales y poi' el movimiento deC8pltai hacia

    Puerto Rico (vease Tabla 5). Para el ano fiscal 1981estos renglones

    ascendieron a 3,252 millones y 2,07,1millones respeotivamente.

    Resulta significativo que durantelos ultimos anos, el movJrnien

    to neto de capital hacia Puerto Rico no ha dado senales dercreci

    miento yes, a diferencia de la situaci6n que prevalecla antes'del

    ana 1976, mucho menor que el pago a los factores extern08.=,Um

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    14/33

    de forma creciente, la inversi6n en el desarrollo del sector militar

    estrategico.

    Este programa de Reagan ya esta afectando directamente el

    hilo conductor de la dependencia. Baste citar la eliminaci6n del

    Programa C.E.T.A. y de la Administraci6n de Desarrollo Econ6mico

    Federal. EI Programa C.E.T.A., eliminado en octubre del 1981, IIeg6

    a emplear a 31,000 personas. Otro recorte de gran impacto es el del

    Programa de Cupones de Alimentos, en el que se vislumbran conti

    nuas reducciones. Anadase a estos 10que podriamos denominar

    recortes miscelaneos en programas de asistencia legal, educaci6n,

    salud y vivienda.

    Demas esta decir que el impacto de este cortocircuito sera ge

    neralizado. Adviertase que 10que es relativamente marginal en ei

    caso de Estados Unidos, donde, por ejemplo, en su estado mas

    pobre no estan acogidas al programa de alimentos mas del10 612

    por ciento de las familias, es de caracter inclusivo en Puerto Rico,

    donde mas del 50 por ciento de sus familias estan cobijadas por

    dicho programa. Definitivamente, si el ingreso promedio por fami

    lia, a precios constantes, ha disminuldo durante los ultimos anos

    -a pesar de la inyecci6n de transferencias-, mas va a disminuir

    ahora que ese hilo conductor esta siendo recortado. EI efecto mas

    palpabte va a ser en el crecimiento del desempleo. No pasemos por

    alto que el recorte de fond os afecta la infraestructura del pais, tan

    to en la dimensi6n de su conservaci6n como en la ampliaci6n. Esto

    no podra ser compensado por la emisi6n de deuda -tal y como se

    hizo en el primer quinquenio de la decada del 1970- porque ya se

    ha lIegado a niveles criticos en la misma, aparte de que tal medida

    no provee una soluci6n de fondo.

    Podrra argOirse que la alternativa es recurrir al otro hila conduc

    tor: el de la extracci6n de ganancias, 0 explotaci6n que, despues de

    todo, constituye el estimulo central para la industrializaci6n. Pero,

    como ya senalaramos, este hila tambien esta sobrecargado. Ade

    mas, no esta aislado de la polltica de cortocircuito de Reagan.

    EI atractivo de Puerto Rico oara los inversionistas extranjeros

    es funci6n del diferencial de ganancias con Estados Unidos. La in

    dustria manufacturera en Estados Unidos tiene una raz6n promedio

    de ganancias -ventas poco mayor de un 5 por ciento-. En Puerto

    Rico -como consecuencia de la exenci6n contributiva y del dife

    rencial salarial-3 dicho indicador de beneficios sobrepasa el 25

      EI jomal promedio por hora de los trabajadores de produccion para el ana f iscal980 fue de 13 85 cuando el mlnimo estatutario federal era de 13 10 Para el mis-

    mo ano el jomal promedio pagado en Estados Unidos fue de 16 94 EIde Puerto

    Rico equivalla al

    55 5

    por ciento de este

    por ciento. Las companias farmaceuticas generan los indicadores

    de rendimiento mas altos. Valga senalar que toda comparaci6n

    entre Estados Unidos y Puerto Rico debe considerar que en este ul

    timo, mas que corporaciones manufactureras, 10que tenemos son

    unidades de producci6n. Es por esto que la mayor parte de los gru

    pos industriales de Puerto Rico tienen una raz6n de obreros de pro

    ducci6n sobre total,de empleados mas alta que la prevaleciente en

    Estados Unidos.4 Ademas, el valor anadido por d61arde n6minas es

    mas alto en Puerto Rico que en Estados Unidos.

    De todas formas, los programas de Reagan, en particular las

    medidas de depreciaci6n acelerada de capital y las reducciones en

    las contribuciones corporativas, tienden a reducir el diferencial de

    ganancias entre Estados Unidos y Puerto Rico, disminuyendo asi el

    atractivo como patio industrial de este. Las posibles revisionesa la

    Secci6n

    9365

    -que permite la repatriaci6n de beneficios libres de

    impuestos- tambien afectarian adversamente este segundo hila

    conductor.

    EIcuarto piso comienza a derrumbarse y ya no basta con alterar

    la posici6n del mobiliario para dar con una soluci6n. Resulta lasti

    moso que, aunque esta situaci6n se habia anticipado hace varios

    anos, Ie haya correspondido al Presidente Reagan hacerla patente

    por via de sus programas de cortocircuito.

    Ahora resulta imperativo sentar las bases de un nuevo piso. No

    podemos quemar etapas. Estamos obligados a partir de donde es

    tamos. Pero, definitivamente, este piso sera falso si no son los

    puertorriquenos Ia clase trabajadora de Puerto Rico los gestores,

    los artifices, de su casa.

    La Crisis Economica y la Accion Sindical

    La voz de la clase trabajadora son sus sindicatos. Desafortuna

    damente, a juzgar por los indices de organizaci6n en nuestro pais,

    esta voz esta siendo ahogada. Esto no es un fen6meno extraordina

    rio en las fases recesionarias de las economias de mercado.

    La recesi6n empuja alas empresas a demandar menos fuerza

    de trabajo, y exigirle a la que emplea incrementos en su productivi

    dad. Los excedentes de fuerza de trabajo presionan sobre el merca-

      La situacion en las empresas ptiblicas

    es

    muy distinta Enestas

    se

    ha entronizado

    el control burocrat ico generandose un gran crecimiento en las IIneas de admi-

    nistracion

    y

    supervisi6n EI caso mas notorio tiltimamente

    es

    elde laAutor idad de

    Energla Electrica

    5

    Esta seccion del C6digo Federal de Rentas Intemas fue revisada durante e11982

    La revision redujo la proporcion del ingreso pasivo exento

    y

    establecio unas dis-

    posiciones mas estrictas en cuanto al manejo de los intangibles No nos deben

    sorprender futuras revisiones

    2

    do-evltando que aumenten los salarios en la medida en que aumen

    reconstruir nuestra economia y reducir la dependencia. Ya que la

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    15/33

    tan· los precios. Esta dinamica hace posible una redistribuci6n

    regresiva de los ingresos en favor del sector propietario de capital.

    Se convierte asi la inflaci6n en un mecanismo de defensa para sal

    vaguardar los intereses del propietario del gran capital.

    La crisis en los dos hilos conductores de la economia puertorri

    quena -dependencia y explotaci6n- tiene el efecto ya descrito:

    desempleo y exigencia de mayor productividad, conjuntamente con

    deterioro en el nivel de vida. Por

    10

    tanto, hay que insistir en las me

    didas reivindicativas para confrontar estos efectos inmediatos, e

    iniciar un esfuerzo de caracter mas trascendental para vencer el de

    sajuste estructural de nuestro sistema econ6mico. Esto, como anti

    ciparamos, es una tarea sumamente dificil, pues no se trata mera

    mente de atisbar la meta que se quiera alcanzar, sino de senalar

    medidas especificas para despegar.

    Las luchas reivindicativas -particularmente la salarial

    deben estar montadas en un cuadro real dela situaci6n econ6mica

    para asi evitar la ilusi6n monetaria de la fuerza trabajadora. De

    hecho,

    10

    ideal seria negociar a partir de unos ajustes de inflaci6n

    de suerte que el objeto de negociaci6n no fueran los ajustes nomi

    nales.

    Puesto que la mayor parte de las empresas manufactureras son

    mas bien unidades de producci6n, es imprescindible la comunica

    ci6n entre los trabajadores organizados de las otras unidades de

    producci6n y de la casa matriz. Esto podria generar una modalidad

    de negociaci6n coordinada que aumentaria considerablemente

    tanto el conocimiento sobre la corporaci6n como el poder de rega

    teo. Desafortunadamente, es precisamente en esas unidades de

    producci6n donde resulta mas baja la organizaci6n sindical.

    En adici6n alas medidas reivindicativas, hay que proponer y

    gestionar programas que trasciendan el marco sindical, al menos

    en su acepci6n mas estrecha. Hay que senalar opciones que viabili

    cen la economia puertorriquena en funci6n de los intereses de la

    clase trabajadora. Por

    10

    tanto, deben tener prioridad los mecanis

    mos que amplien la base productiva del pais. Por otro lado, deben

    combatirse aquellas medidas que, como los aumentos de las tari

    fas de la luz y el agua, tienen el efecto de reducir los ingresos reales.

    La ampliaci6n de la base productiva del pais debe ser una que li

    bere a nuestra economia de los dos hilos de la dependencia y la

    explotaci6n.

    Puesto que el flujo de fondos del gobierno federal es, todavia,

    una de las variables claves del sistema, deben iniciarse esfuerzos

    para definir una politica de uso de fondos federales encaminada a

     

    administraci6n del Presidente Reagan favorece la mecanica de las

    asignaciones en bloque, se deberia aprovechar la coyuntura para

    generar tal polit i ca.

    Las aportaciones del gobierno federal al sector publico se cana

    lizan alas agencias del gobierno central, las empresas publicas y

    los municipios. Estas aportaciones sumaron durante el ano fiscal

    1980-81 unos 1,338 millones. La mayor parte de los fondos recibi

    dos por el sector publico se destinaron a proyectos y programas

    -muchos de ellos a base de pareo de fond os por las agencias re

    ceptoras- que no se ajustan alas prioridades que exigiria una

    estrategia de reconstrucci6n y desarrollo econ6mico. Esto ha

    contribuido a encerrarnos en un circulo vicioso en el que la depen

    dencia genera mayor dependencia. Y como los recortes de Reagan

    demuestran: no hay status mas inseguro que la dependencia.

    En Puerto Rico nunca se ha definido una politica de adecuaci6n

    tecnol6gica que sinton ice las actividades socio-econ6micas con fa

    base de recursos del pais. Entendemos que esta es otra area que

    merece explotarse para salvar las dificultades actuales. EI norte

    debe ser una politica industrial que Ie de prioridad a aquellas

    empresas que requieran pocos recursos energeticos y que sean

    mas intensivas en el uso del elemento trabajo. Para salvar nuestras

    Iimitaciones energeticas y comenzar la soluci6n a nuestros proble

    mas econ6micos, se requiere explorar nuevos estilos de desarrollo

    compatibles con la dotaci6n de recursos, el medio ambiente y los

    valores del pais.

    Este nuevo estilo de desarrol lo debe vincular los sectores eco

    n6micos del pais, de suerte que no suceda como en el pasado, que

    el crecimiento de un sector manufactura) presumia el languideci

    miento de otro agricultura). La actividad agro-industrial debe ser

    prioritaria, orientando un margen mas grande de nuestra produc

    ci6n hacia el consumo interno v.g. sustituci6n de importaciones).

    La integraci6n de los sectores y un creciente financiamiento inter

    no son, en este momento, imperativos. Esto, aparte de ampliar la

    base productiva, reduce la fuga de capital via la balanza comercial.

    En fin, para que el movimiento sindical descargue sus respon

    sabilidades, ampliando su base organizativa y ganando el favor po

    pular, tendra que, aparte de definir los usuales esquemas reivindi

    cativos para su matricula, establecer una mejor sintonia con las ur

    gencias de toda la clase trabajadora y desarrollar programas que

    empujen al sistema en una direcci6n compatible con sus intereses.

    Esto exigira, cada vez mas, de mayores esfuerzos en las fases de

    formaci6n e informaci6n.

     

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  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    16/33

    ••••••• l1'lO$r,

    que las medidas aqu generalizadas se dan, al

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    permitir que nuestro sindicalismo se convierta en una pieza mas

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  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    17/33

    TABLA 2

    ESTRUCTURA LABORAL DE PUERTO RICO, 1976·80 en miles de personas

    1976

    977

    978

    979

    980

    - 79-8076-80

    890

    25617896

    1.8

    1.9

    71836

    8007

    27

    2.5

    5.2

    47

    3

    0

    9412.8 ·6.4

    133

    44

    56

    26057

    1.98.0 14044

    50

    55

    52-1.9

    8.5

    dm. Publica

    158

    67

    8089

    02

    6.9

    7.8

    Utilidades Publicas

    46

    9

    002

    4.0

    13.0 121

    26

    38

    42

    49

    4.93.0 5334

    9

    8

    -2.0-9.4

    1902139.521.0

    172

    89

    81

    71

    69

    1,975,047,146

    ,239

    ,300

    44.85.04.8

    3.73.3

    TABLA 3

    E PUERTO RICO, 1970·1981

     millones de d6lares

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    18/33

    L S OSCUR S R ICES DE L MET FISIC

    Servando Montana Pelaez

    EI titulo puede parecer pretencioso y ademas de preten

    cioso desproporcionado y sobre esto inexacto. Y quiza

    10parezca porque 10sea porque 10sea a propio intento

    porque pretenda atacar un problema descomunal desde

    las perspectivas de unas sencillas sugerencias muy bre

    vespor 10demas. Pero es que aunque solo sea quiero

    plantearmelo. Tal vez con la esperanza de obligarme a re

    pensarlo mas proporcionadamente en otra ocasion pos

    terior.

    AI contemplar uno desde esta atalaya de veinticinco siglos de

    altura la riada de la hechura filosofica se Ie pueden ocurrir un sin

    fin de preguntas

     

    reflexiones suscitadas por otro sinfin de impre

    siones.

    Se Ie puede ocurrir por ejemplo preguntarse: i Por que ese afan

    semisuicida del pensamiento de hurgar desesperadamente tras si

    mismo aver 10que hay? i Por que ese aire de satisfaccion reflejado

    en el rostro intimo de cada filosofo al otear tras los bastidores del

    so de estrujarlas hasta el punta de darles la vuelta, apurando su

    podriamos respondernos, como 10 hace Ortega en varias ocasiones

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    19/33

    quintaesencia y desechandolas a la vez?

    Las preguntas que nos asaltan son infinitas. Como si no hu

    biese mas que una sola pregunta infinita, inacabable, doblandose

    sobre si misma, retorciendose continuamente sobre sus propios

    goznes. Como si la vida, la verdad, el ser, las cosas, el hombre, Dios

    mismo, no fuesen mas que un pure interrogante.

    Pero, entre todas las preguntas que se me ofrecen, hay una que

    -ya digo- me quiero, al menos, plantear por esta vez,y de una forma

    explici ta. Es la de alguna manera formulada en el titulo.

    Y

    10

    primero que hay que hacer es precisar un poco su formula

    cion. No me pregunto sin mas por que ha nacido la metaffsica, ni

    tampoco donde esta su origen, sino, mas bien, por que tantas meta

    fisicas, y por que esta y la otra metafisica. Mas aun, me pregunto no

    por la razon 0 raiz total de tantas 0 de tal metafisica, sino, redu

    ciendo el campo, por las raices mas oscuras, solo por estas, si es

    que las hay distintas de las que de algun modo se Yen.

     Hay alguna oscura raiz que justifique la diversidad de las meta

    fisicas, la peculiaridad de tal metafisica?

    Y

    si la hay cual es? 0

     cuales son? Con esto pudiera ya considerarse planteada mi pre

    gunta, y, para este proposito, vale de momento, aunque se Ira preci

    sando a 10largo de estas cortas paginas. Ademas, no es necesario

    precisarla mas aqui y ahora, porque ello seria ya una forma de res

    puesta. Por otra parte, como casi siempre sucede, la formulacion

    de una pregunta, su forma especifica de formulacion, presupone

    que uno tiene guardada ya en el arcon del alma la respuesta aco

    modada. Aunque, en este caso concreto que me ocupa, habra que

    terminar -10se- con otra nueva pregunta: Es esta la respuesta?,

    con 10que el proceso, ya indicado arriba, seguira hacia adelante,

    siempre abierto sobre si mismo).

    Y

    hecho este toque de alarma, puestos ya en situacion de aler

    ta, vamos a esperar el toro en medio del redondel, por peligroso que

    esto sea. Aunque no sin dar antes unos capotazos de tiento, aver

    por donde embiste.

    AI preguntarnos por las ralces de la metafisica

    -0

    de un peculiar

    metafisiquear- podriamos respondernos, como muchos se han res

    pondido de alguna manera, que la raiz esta en el afan de encontrar

    un fundamento incondicionado al saber, al ser 0 a la vida, una

     arkhe anhypothetos al pensar 0 a la realidad. La metafisica -se

    diria- es ataque continuo, guerra declarada alas hipotesis, a los su

    puestos, a 10no consistente por si mismo.

    Avanzando mas, pOdriamos preguntarnos entonces el porque

    de este afan de busqueda del fundamento incondicionado.

    Y

    32

     aunque ahora estoy pensando en su libro La dea del Principia en

    Leibniz capitulo 271, que es la duda la perdida de una creen

    cia al confrontarse con otra creencia

    -0

    con otra afirmacion, valdria

    10mismo-, 10que hace surgir la duda, y, con ella, el naufragio inte

    rior, y, con el, el afan de encontrar, como Ortega mismo dice, un

    aparato ortopedico que supla est a quebradura 0 que la remedie.

    Siendo esto asi -precisamente si 10es-, no habra sorpresa al

    comprobar, mas tarde, que el nuevo aparato ortopedico en que uno

    sesiente instalado tam poco es fundamento seguro, y habra enton

    ces que buscar otro, y luego otro, y asi sucesivamente, hasta lIegar

    a dudar ya de la validez de todos los aparatos ortopedicos, aunque

    sin cejar por ello de seguir buscando, con tozudez, aver si por ca

    sualidad se encuentra alguno que pueda aparecer como ajustado,

    0 sencillamente, por el mismo afan  0 necesidad- de buscar y

    buscar.

    Pero nuestra pregunta no se queda aquf. No nos preguntamos,

    en este caso, por la razon del quehacer metafisico -ni por el gene

    ral ni por el peculiar de un determinado filosofo-, sino, mas bien -y

    mas alla-, por la raiz del contenido metafisico, de la peculiar

     hechura ortopedica de la metafisica, de tal metafisica: por que

    tal filosofo considera como suyo determinado aparato ortopedico.

    Y

    a esto podriamos contestar de momento, y casi asombrando·

    nos de que se nos haya podido hacer una pregunta tan ingenua,

    que porque

    10

    ha creido verdadero

    0

    valido. Porque su razon, su en

    tendimiento, su logica, su dialectica, su anal isis, su proceso men

    tal, Ie han lIevado a anclarse en el puerto de tal principio que,

    para el, es principio de verdad , 0 sea, en los dos sentidos de la

    palabra, principio de la verdad, y principio en serio. Respondiendo

    asi, desde luego, habriamos respondido con la misma ingenuidad

    con que pensamos que se nos hacia la pregunta, y habriamos res

    pondido bien.

    Pero es que, en realidad, esa pregunta, de tan ingenua, de tan

    transparente, no se queda en la mera superficie sino que esta refle

    jando el fonda del manantial. Pues podria retorcerse sobre si misma,

    o sobre la respuesta que hemos dado, y, agarrandonos por la sola

    pa del pensamiento, acuciarnos a ir mas alia: por que tal filosofo ha

    considerado a tal principio como principio de su filosofia, de su me

    taflsica. Sorprendidos, pero enseguida recuperados, podriamos -y

    normal mente podemos hacerlo con relativa facilidad-responder,

    1

    Ortega

    y

    Gasset Jose La Idea de Principio

    en

    Leibniz

    y

    la Evolucion de la teoria

    deductiva Buenos Aires: Emece Editores

    1958.

    cap

    27.

    p 310 318

    33

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    20/33

    asumiendo desde dentro el proceso mental del determinado fil6sofo

    -participemos 0 no de al- y explicar c6mo, de esa manera, se I/ega a

    tal principio como principio. Y, hasta si vemos alguna resquebradu

    ra en el proceso, podemos ser capaces de explicarla por razones de

    tipo hist6rico, de influencia del ambiente, de faltade poder analiti

    co 0 expresivo en ai, etc.

    Sin embargo, pienso que todavia nohemos respondido del todo

    ala pregunta. Pues podria decirse: Bien, por ese camino, y teniendo

    en cuenta esos tropezones, 0 ese coj~ar, se I/ega a tal tarmino. Pero

    i no habria que pensar que en la pregunta que hemos hecho esta

    implicada la de por qua se ha escogido tal camino? Porque i,es ver

    dad que s610hay un camino? i No es verdad que se hace camino _

    10hace cada uno, cada metafisico tambian- al andar ?   sea i,que

    10esta haciendo con su propia bUsqueda del tarmino 0 lameta 0 el

    principio? i No querra esto decir que la meta final del camino -su

    fundamento metafisico incondicionado- la ha hecho ai, consciente

    o inconscientemente -quiero decir, planeada desde el comienzo 0

    topada a la revuelta de una esquina, revuelta que ai, por la fuerza

    misma de sus pasos, ha realizado-? i No querra decir todo que el

    hallazgo se confunde con la bUsqueda? No, no estoy haciendo afir

    maciones. Sencillamente, me hago preguntas. Aunque es verdad

    que, al hacarmelas, estoy tambian yo pensando en una respuesta,

    respuesta a la que tal vez vaya a dejar yo mismo prendida en el en

    garce retorcido del interrogante.

    Por eso -y siguiendo con la imagen taurina- vamos a jugarnos ya

    el tipo con el toro, ensayando la faena de frente, al natural.

    Para realizar esta faena es necesario, de algun modo, ejemplifi

    car. En rigor, para realizar la faena completa habria que ejemplificar

    paso a paso fodos los procederes metafisicos, 0 sea, tener en cuenta

    la tensi6n hist6rica de toda la hechura filos6fica en todos y cada

    uno de sus momentos 0 aspectos. Porque, en verdad, no es el mismo

    el caso de Plat6n, por ejemplo, que el de Kant, por otro ejemplo, y

    no s610 porque Kant sea un aleman del siglo XVIII y Plat6n un

    griego del V A.C., sino por la bendita coincidencia de que entre Pla

    t6n y Kant hay otra no pequeria diferencia: la existencia de Plat6n.

    Pero, sin olvidar esto, vamos a dejarlo un poco de lado -si al al

    cance de la mano, por si acaso-, y miremos s610 el aspecto de la

    cosa al que nos estamos refiriendo. Sin que sea necesario hacer

    constar -desde luego- que la historicidad rezumara. casi sin

    quererlo -y /0 vamos aver enseguida- por todos los poros.

    Tomemos. pues. un ejemplo. Un ejemplo doble. porque asi se ve

    mejor la cosa, y porque es precisamente la doblez la que apunta

    la nuestra pregunta. EIejemplo de Parmenides y Heraclito. Ejemplo

    que tambian tom a Ortega en varias ocasiones, no s610 para expli

    car el origen de la filosofia, sino tambian para dejar constancia

    aunque sin ahondar en el problema aqui planteado- del hecho cu

    rioso de dos fil6sofos contemporaneos que, lejos el uno del otro,

    pero dentro de un ambito similar de familia, dan respuestas distin

    tas -si no queremos decir Ias dos formas mas aRtag6nicas que es

    dado imaginar 2 -para evitar el simplismo de las fOrmulas- a pre

    guntas similares.

    Asi pues, 10mismo Parmanides que Heraclito .y en este caso si

    que tenemos que ser simplistas- se preguntan por la verdad del Ser,

    o por el Ser verdadero, si queremos decirlo de otra manera. Y sus

    respuestas son ·ya digo- al menos contrarias. Uno ·Parmenides- ve

    el ser, 10verdadero, en eso que no cambia, que esta mas alia de la

    apariencias cambiantes. Da de lade a estas como cosa de la opi

    ni6n del vulgo, y se refugia -asumpto por el carro alado de las Hijafj

    del Sol- en el temple del ser inm6vil y eterno. EI otro -Heraclito

    impresionado por la contemplaci6n de la realidad que se presenta

    inasible y multiforme, piensa que si, que precisamente eso que se

    mueve es el ser, que el ser es cambiante.

    Teniendo en cuenta esta contrariedad de opiniones, teniendo

    en cuenta la contemporaneidad de ambos fil6sofos, aceptando

    tambien la genialidad del uno y del otro, no es facil que podamos

    explicarnos esta diversidad de soluciones diciendo sencillamente

    que uno de ellos se ha equivocado de medio a medio, 0 que ha res

    pondido asi por adversidad contra el otro, por surgimiento de la

     duda al desaparecer su creencia en las afirmaciones del otro.

    Y, al no contentarnos con esto, tenemos que ir mas alia.

    Tendremos que decir, al menos, que en esta bUsqueda de 10ver

    dadero, en esta cala del ser I/evada a cabo por dos grandes pensa

    dores al mismo tiempo, cada uno se ha sentido impresionado por

    un aspecto diverse de la realidad , cada uno ha mirado desde una

    perspectiva diferente, y que, a traves de un analisis -0de un conjun

    to de intuiciones categ6ricas, es 10mismo para el caso- ha conside

    rado su perspectiva como la autentica, y el aspecto de la cosa visto,

    como el verdadero.

    Pero  y las preguntas siguen incitando nuestra propia

    busqueda- i,por que? i,Por que Parmenides, a traves de su propia

    perspectiva, ha contemplado el Uno y 10Inm6vil como raiz del ser,

    como Ser radical mismo, y Heraclito ha tenido la garra poderosa

    2

    Ortega Origen   Epilogo de fa Filosof ia Mexico: Fondo de Cul tura Econ6mica

    1960 p 73

    como para no asustarse de que el Ser verdadero es 10Multiple y 10

    rio, y nada del subsuelo, pero, en el fondo de sus palabras ·que sin

  • 8/18/2019 Forum Vol. 1 Agosto-1982-Junio 1983

    21/33

    M6vil? (,No sera que cad a uno de el/os tenia el ojo acomodado para

    la visi6n -profunda todo 10que se quiera- de ese aspecto radical?

    (,No sera que la caja de resonancia que es la mente de cada uno es

    taba ya de antemano construida para vibrar ante una determinada

    cali dad de sonido emitido por la realidad 0 -haciendonos eco de

    otras formas de hablar- por sus propias cuerdas interiores? i,No

    sera que ya antes de encontrarse con 10Uno 0 con 10Multiple esta

    ban predestinados por una previa conformaci6n, a este en.

    cuentro?

    Yo dirla que sl, que la ralz visible de su metaflsica es el Uno 0 el

    Mult iple, pero que hay otra oscura ralz -quiza por eso mas verdadera

    ralz· que es la que amamanta su pensamiento y dirige su quehacer

    filos6fico y configura la hechura de su pensar. Hay, por debajo de

    su radicalismo antihipotetico, un supuesto, 0 una serie de supues

    tos, no estrictamente conceptuales -aunque tambien, sin duda

    sino de otro tipo. A estos supuestos, a fos que considero como os

    curas ralces de la metaflsica, es a los que voy a Ilamar ·al menos

    provisional mente- supuestos vitales , Y me atrevo a afirmar, gene.

    ralizando, que estos supuestos no 5610se dan en el ejemplo que he.

    mos tomado aqul, sino en todos y cada uno de 105fil6sofos, aun

    que la .tarea de des-velarlos sea, en cada caso, muy diffcil, y no

    digamos la de des-velarlos en todos y cada uno de 105fil6sofos.

    Pero 10que sl se puede hacer -yen este trabajo voy 5610a suge

    rirlo, porque la ocasi6n no se presta a mas- es apuntar su existen-

    cia, y, tal vez, delinear sus rasgos generales.

    Ya Ortega en varias ocasiones y de una forma indirecta -en es.

    tos parentesis orteguianos es donde frecuentemente se hal/an

    algunos de sus atisbos mas geniales-, se ha referido a esta cues

    ti6n. De una manera mas expresa, 10hace en su Origen

    y

    Epilogo de

    la Filosofia, al hablar precisamente de Parmenides y Heraclito.

    Dice alii:

    Enunciado con ultima sobriedad, se trata de esto: el pensamiento de

    un pensador t iene siempre un subsuelo, un suelo y un adversario. Nin

    guna de estas tres cosas son 10que, literal mente entendido, esta expre

    so en el pensamiento de un pensador. Queda fuera, y casi nunca el pen

    sador alude a ello. Sin embargo, actua en su pensar y forma parte de

    131

    Por eso, para entender a este hay que completarlo con aquello. Todo

    texto es fragmento de un contexto inexpreso

    3

    Es verdad que aqul Ortega se contenta con constatar el hecho,

    es verdad que 10aduce para explicar la comprensi6n de un texto,

    es verdad tambien, que, luego, habla algo del suelo y del adversa-

    3 bid p 76 77

    36

    duda se qued6 con ganas de ampliar, como se qued6 con ganas de

    tantas cosas- me parece percibir un atisbo de 10que estoy precisa

    mente tratando de decir aqui.

    Y digo esto, porque hay otros varios textos suyos que parecen

    abundar en la misma idea. Me refiero especialmente a uno de La

    Idea de Principio en Leibniz que, por ser mas largo, es mas explici

    to, y que, por el/o mismo, voy a reproducir integro:

    Una filosof ia es siempre dos: la expresa, const ituicta por 10que el f il6

    sofo quiere decir, y la latente; latente no solo porque el filosofo se la calle,

    no nos la diga, sino porque tampoco se la dice a si mismo, y no se la

    dice porque 131mismo no la ve. La razon de esta extrafia realidad doble

    es que todo decir es una accion vital del hombre; por tanto, que 10pro

    pio y ult imamente real en un decir no es 10 dicho 0 dictum  10 que he

    lIamado el ideoma-, sino el hecho de que alguien 10dice, y, por tanto,

    con ello actua, obra y se compromete (Us engage ). Ahora bien: una filo

    sof ia nos aparece primero como un pure sistema de ideomas, ajenos al

    tiempo y al espacio, con el caracter de dichos por un alguien anonimo

    que no es nadie, sino mere sustrato abstracto del decir. Asi es como

    sueIe estudiar las filosofias 10que por inocencia se ha lIamado Historia

    de la Filosofia. Perosi repensamos en su integridad ese sistema de ideo

    mas, encontramos que no termina en si mismo, que 105 ideomas expre

    50S en 131implican, sin que el autor 10 advierta, otros de que nunca se ha

    dado cuenta, pero que son precisamente 105 supuestos act ivos en 131

    como hombre, y que Iehan lIevado a decir y a decir precisamente esa

    su filosofia y no otra. De aqui que una filosofia tiene bajo el estrato de

    sus principlos patentes e Ideomaticos otros latentes que no son ideo

    mas mani fiestos a la mente del autor, justamente porque son el autor

    mismo como realidad viviente, porque son las creencias en que esta,

     en que es, vive y se mueve , como

    105

    cristianos en Cristo, segun San

    Pablo. Una creencia no es un ideoma, sino un draoma, una accion vi

    viente

    0

    ingrediente invisible de ella. Mirada desde sus causas latentes,

    una filosofia es, no un sistema de ideomas, sino un s istema de ac

    ciones vitales -de draomas-, y este t iene sus principios propios, distin

    tos de 105patentes, y que son por esencia latentes .4

    Como se ve, este texto es de 10mas revelador y mas explicito

    para nuestro prop6sito. Bastarla cambiar la expresi6n supuestos

    activos en el como hombre por la de supuestos vitales , y la de

     causas latentes por la de oscuras raices , y tendriamos expre

    sado por Ortega aqul 10que he venido diciendo hasta ahora.

    Partiendo, pues, de aqui -admitiendo esta segunda fi losofla

    como ralz de la primera-, habra que delimitar en que consisten 105

    supuestos vitales, est as oscuras ralces que soportan un determina

    do decir filos6fico.

    Ortega no 10hace mas que con f6rmulas. Y utiliza, en el texto ci

    tado, dos: el autor mismo como realidad viviente y Ias creencias

    en que esta . Dejando de lado, por un momento, la explicaci6n de

    4 Ortega La Idea   p 306 307

    la sinonimia de ambas f6rmulas -cosa que no interesa al desarrollo se desenvuelve el f il680fo; su misma popularidad u ostracismo; los

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    de este tema, aunque no faltara ocasi6n para relacionarlas-, voy a

    intentar delinear los rasgos de los supuestos vitales que, -estos sl-,

    pueden traducirse muy bien por Ia realidad viviente del autor mis

    mo , f6rmula de la que me voy a servir ahora como punto de par

    tida.

    l,Que es 10que constituye al autor mismo -al metaflsico, por

    tanto- como realidad viviente? Si cada hombre fuese una naturaleza

    ya constituida, cerrada en sl misma, perfecta , bastarla poner

    aqul los caracteres generales, especificos e individuales. Pero no

    es asl: el hombre no tiene naturaleza, es algo -alguien- construyen

    dose siempre. EI hombre es tambien una historia que no tiene

    mas corte -si esto es un corte- que la muerte. Sin embargo, puesto

    que una descripci6n fenomenol6gica completa -que serla 10mas

    adecuado a nuestro prop6sito- nos lIevarla demasiado lejos, hay

    que recurrir a un desarrollo de tipo sistematico, con todos los in

    convenientes que esto pueda traer, aunque sin olvidar del todo el

    aspecto fenomenol6gico.

    Y asl, comenzando por un momenta determinado de la vida del

    f il6sofo -que puede ser el momenta en que este esta diciendo su

    filosofla-, partiendo de esta situaci6n -como dirla Sartre-, yo dirla

    que entran en ella tres aspectos integrantes, que voy a lIamar, tam

    bien de momento: Contorno existencial, Talante, y Estructura psi

    cosomatica. Estos tres elementos estan perfectamente interrela

    cionados, cosa que iremos viendo en parte al hacer su descripci6n.

    I. Contorno existencial. Comenzando por el elemento mas inme

    diato -siguendo en esto tambien el metodo regresivo-progresivo

    postulado por Sartre en su Critica de la Raz6n Dialectica-, no es di

    ficil ver los condicionamientos, los supuestos vitales que estan

    constituyendo la realidad del f il6sofo al f ilosofar.

    Como elementos particulares de este contorno -y sin animo de

    querer agotarlos todos aqul-, entran, p.e., el peso que los rasgos

    de la epoca ejercen sobre el; las influencias de los pensadores

    que Ie rodean -maestros, representantes de tendencias contempo

    raneas, adversarios ... -; los problemas suscitados por los aconte

    cimientos hist6ricos del momento, en la medida en que Ie afectan

    personal mente; el hecho de su situaci6n espacial Ortega ha se

    nalado -quiza con demasiada virulencia- las razones del escanda

    10 de Kierkegaard, ahogado en la miseria ambiental de Copenha

    guen )5; las condiciones de vida -econ6micas, sociales, etc.- en que

      Ibid. p. 370-376.

     8

    compromisos adquiridos con su propia obra anterior, etc.

    AI hablar de esto, no quiero s610 decir que este contorno exis

    tencial influye en la vida del fil6sofo -serla una perogrullada-, sino

    que influye, por 10mismo, en su modo de filosofar, en la manera

    c6mo encuentra su arkM anhipothet6s , pues Ie va haciendo sen·

    sible a unos aspectos de la Verdad 0 el Ser mas que otros.

    Hay que tener en cuenta, ademas, que este contorno existencial

    es tambien una realidad hist6rica. Es decir, que no se da s610en el

    momento, en la situaci6n que hemos escogido, sino que viene

    ejerciendo su gravitaci6n desde el principio y en todos y cada uno

    de los momentos de la vida, y haciElndolo, no como una suma de rea

    lidades estaticas, sino como una tensi6n propiamente dialectica,

    de forma que un momenta del contorno existencial exige 0 provoca

    -prescindo aqul del papel de la libertad, pues no viene a nuestro

    caso- el siguiente, sin destruirse por eso, sino quedando absorbido

    en el.

    AsI, el contorno existencial como elemento de los supuestos vi

    tales tiene una importancia definitiva, sobre todo si se tiene en

    cuenta, p.e., su importancia en el perlodo de la infancia, cosa pues

    ta de relieve por las teorlas de Freud, que Sartre ha aplicado con

    sutil maestrla -aunque con innegable mala fe - al caso de algunos

    escritores:

    Beaudelaire6

    y Flaubert.7

    Mas aun, si fuera posible hacer un analisis fenomenol6gico

    total, casi habrla que decir que el contorno existencial -regresando

    a los padres, y los padres de los padres ... - es el unico determinan

    te, pues los otros dos elementos: talante y estructura psicosomati

    ca, estarlan, a fin de cuentas, condicionados por el. De todas las

    maneras, no se puede pasar sin definir a estos.

    II. Talante. Entiendo por

    talante8

    -como elemento de la realidad

    viviente del f il6sofo-, no su peculiar manera de querer decir 10

    que se dice -no es el porque me da la real gana , aunque 10

    integre-; tampoco la mera sensaci6n de gusto al decir 10que dice y

    como 10dice -el gusto puede estar desviado por una acomodaci6n

    a algo externo, Ia galerla , pongamos por caso-; sino la sintoniza

    ci6n de 10que dice, con su vida, con las cuerdas mas autenticas de

     

    En su libro sobre Beaudelaire y en Cr it ica de la Razon Dialect ica: Cuest iones de

    Mer/to. Buenos Aires: Losada passim.

     

    En Critica passim.

    8 La palabra esta tomada dellibro de Jose Luis L. Aranguren: Protestantismo y Ca·

    tolicismo como formas de existencia Madrid: Rev. de Occidente aunque asumida

    por mt en un sentido peculiar .

     9

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    I

    I

    II

    1·1I

    su sentir, con -aqul puede venir muy bien la expresi6n de Ortega

    las creencias en que esta y se mueve , aun sin ~aberlo .

    No hablo aqul de la conformaci6n y conformidadde pensamien

    to y costumbres , sino de esa especie de tendencia Intima que

    nos lIevarla a producirnos, a comportarnos de tal 0 tal manera si

    las circunstancias exteriores no nos presionasen, 0 si fueramos 10

    suficientemente valientes como para saltarnoslas a la torera .

    De 10que no hay duda es de que este talante existe, y existe en

    cada uno de una manera peculIar, que es la que Ie hace manifestar

    se como tal persona, en la medida en que sabe vencer las presiones

    de la masa social .

    o sea, que en el talante se integran, como elementos, 10mismo

    105

    aspectos que pudieramos lIamar autenticos que

    105

    que

    podrlan calificarse de inautenticos. Los primeros serlan 105 que

    dicen relaci6n con nuestro Intimo sentir, y

    105

    segundos

    105

    que di

    cen relaci6n con la real manifestaci6n de

    105

    primeros ante el con

    dicionamiento del contorno existencial.

    Entre

    105

    primeros pueden contarse -y no hay afan aqul tampo

    co de ser exhaustivo-: la tendencia ala alegrla

    0

    a la tristeza vitales;

    la inquietud

    0

    resignaci6n ante el acontecer hist6rico; la seguridad

    o inseguridad de 51mismo; el distanciamiento de la soledad

    0

    del

    orgullo, y la cercanla de la solidaridad 0 de la humildad; la angustia

    por la fugacidad del tiempo 0 el ingenuo asombro infantil por el es

    pectaculo circense de la vida; el sentido teleol6gico 0 de totaliza

    cion integradora de realidades - totalizacion tambien en el sentido

    sartriano-, 0 la sensaci6n de dispersi6n y caos del universe y hasta

    de las ideas; el sentido del orden y de la belleza, etc.

    Entre 105 segundos  105 que lIamo inautenticos- pueden enume

    rarse: el miedo a

    105

    resultados de un compromiso con determina

    das ideas

    0

    posturas; el afan de prestigio

    0

    popularidad; el miedo al

    ridlculo

    0

    la timidez; cualquier clase de complejos , y, en general,

    toda incapacidad -querida 0 no- de asimilar el contorno existencial a

    nuestra mas Intima manera de ser.

    Como se ve, nuestro talante esta integrado por una serie de ele

    mentos que tienen mucho que ver con el contorno existencial, 10

    mismo que con 10 que vamos a definir como estructura psicoso

    matica . En cierto modo es 10 mas indefinido y mas condicionado,

    y, por otra parte, es 10 que mas nos define y mas nos enfrenta con el

    contorno.

    De todas las maneras, este talante -ya sea autentico, ya

    inautentico en la medida necesaria para lIenar su vaclo de autenti

    cidad, con 10que, todo junto, se definirla la configuraci6n de deter-

     

    minado talante9-, es 10que digo que forma parte de la realidad vi

    .v iente de todo hombre, y por tanto del f ilosofo tambien, y que, en

    tal sentido, constituye un condicionamiento de su filosofar, una 05-

    cura ralz de su filosofla.

    III. Estructura psicoosomatica. Dejando a un lade tanto 10que el

    contorno existencial en sus ultimas ralces pueda tener de poder

    condicionante sobre este elemento de la realidad viviente , como

    la delimitacion de la interdependencia entre pslquico y somatico,

    vamos a tomar la expresi6n en su sentido mas inmediato, y, para

    ello, recurrir a 105 datos de la psicologla, aunque sea de forma muy

    elemental.

    En la estructura psicosomatica entra, en primer lugar, 10que la

    psicologla llama el temperamento, con esos cliisicos tres elemen

    tos dobles: emotividad-no emotividad, act ividad-no act ividad, y

    primariedad-secundariedad. Y no se diga que esta clasificacion no

    . es la mas cientlfica, pues 10mismo podrlamos valernos de otra.

    Lo que 51importa es seiialar que hay en la base de la constitu

    ci6n de cada persona una serie de elementos -hasta que punta he

    redados es otra cuestion que aqul no interesa- mas

    0

    menos fijos,

    que apoyan su peculiaridad. Si hubiese en el hombre 10que se lla

    ma una naturaleza , estes la constituirlan. Pero ya decimos que

    no, pues hasta estos elementos no son mas que una base, pero una

    base abierta a mil posibilidades de realizacion historica y, por tan

    to, nunca definida y perfecta .

    AI lade de estas caracterlsticas del temperamento -que no me

    detengo a detallar por consabidas-, se encuentran otros elementos

    integrantes de la estructura psico-somatica. Como estamos

    hablando de oscuras ralces, la atenci6n pudiera parecer dirigirse

    de una forma exclusiva hacia 10inst intivo. Pero no. Se trata tam·

    bien de algo mas luminoso, p.e.: la misma estructura de la inteli

    gencia 0 sencillamente, de la mente, ge su capacidad de intuicion,

    ode su especial aptitud para el analisis

    0

    para la slntesis, de su ma·

    yor conformaci6n para 10abstracto

    0

    para 10 imaginativo, de su

    poder de relaci6n integradora entre los diversos aspectos de una

    idea

    0

    entre todas las ideas, de su tendencia a

    10

    sistematico

    0

    a

    10

    sugerente, etc.

    A esto hay que afiadir la peculiar configuraci6n de la sensibili

    dad: podr ia definirse por la capacidad 0 incapacidad para ver el

      Si no me manif iesto ante todos como soy quiere decir que en mi ta/ante entra e/

    rasgo

    0

    /a

    nota de mi