fundamentalismo y pentecostalismo como expresion de religiosidades antagonicas, y un significativo...

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    Fundamentalismo y pentecostalismocomo expresin de religiosidades

    antagnicas, y un significativolazo en comn*

    Felipe Orellana GallardoUniversidad Alberto Hurtado, Santiago, Chile. Email: [email protected]

    Resumen: El fundamentalismo y el pentecostalismo constituyen movimien-tos de gran importancia dentro del cristianismo moderno. Provienen de una ver-tiente religiosa comn y paulatinamente irn expandindose (a otras religiones,como el fundamentalismo) y diferencindose. Inicialmente, se establecen posiblespuntos de interrelacin; y se postula que tanto el fundamentalismo, como elpentecostalismo, son movimientos reaccionarios a una modernidad ilustrada ysecularizada que ha removido la centralidad de Dios (segn los postulados de latesis de la secularizacin); el primero reaccionando de una manera racional, re-mitindose a una lectura literal de las escrituras, y el segundo de una maneravivencial, experimentando la religiosidad de una manera directa, mediante laglosolalia, el xtasis u otras formas corporales. Para concluir, se afirma que ambosmovimientos constituiran versiones contrapuestas de experiencia religiosa; con laparticularidad de constituir comunidades firmemente establecidas y que reaccio-nan al mundo secular, segn la perspectiva de la incertidumbre moderna de ZygmuntBauman.

    Palabras clave: Fundamentalismo, pentecostalismo, modernidad, herme-nutica.

    Fundamentalism and pentecostalism as an expression ofantagonistic religiosity, and a significant common bond

    Abstract: Fundamentalism and Pentecostalism are major movementswithin modern Christianity. They come from a common religious aspect andwill gradually be expanding (to other religions, such as fundamentalism) anddifferentiating. Initially, possible points of interaction are established, and it ispostulated that both fundamentalism and Pentecostalism are reactionarymovements to an enlightened and secular modernity that has removed thecentrality of God (according to the tenets of the secularization thesis), the firstreacting in a rational manner, referring to a literal reading of the scriptures,and the second in an experiential manner, living the religious experience ina direct way through glossolalia, ecstasy or other body expressions. Inconclusion, it argues that both movements would be conflicting versions ofreligious experience, with the particularity of constituting communities firmlyestablished that react to the secular world, from the perspective of modernuncertainty of Zygmunt Bauman.

    Key words: Fudamentalism, pentecostalism, modernity, hermeneutics.

    Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 11, N 32, 2012, p. 441-459

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    Fundamentalismo e Pentecostalismocomo uma expresso de religiosidade antagnicas,

    e uma ligao significativa comumResumo: O fundamentalismo eo pentecostalismo so movimentos impor-

    tantes dentro do cristianismo moderno. De um aspecto religioso comum tem ex-pandido gradualmente e diferenciado (das outras religies, como ofundamentalismo). Inicialmente, estabelecem-se possveis pontos de interao, epostula-se que tanto o fundamentalismo eo pentecostalismo, so movimentosreacionrios para uma modernidade esclarecida e secular que retirou a centralidadede Deus (de acordo com os princpios da tese da secularizao), o primeiro a reagirem uma forma racional, referindo-se a uma leitura literal das escrituras, eo se-gundo em uma vivncia, a experincia religiosa em um directo atravs deglossolalia, ecstasy ou outras expresses corporais. Em concluso, argumenta-seque ambos os movimentos seriam verses conflitantes da experincia religiosa,com a particularidade que constituem comunidades firmemente estabelecidos quereagem com o mundo secular, a partir da perspectiva de incerteza moderna deZygmunt Bauman.

    Palavras-chave: Fudamentalism, pentecostalismo, a modernidade, ahermenutica.

    * * *

    Introduccin: modernidad secularizada, movimientosreligiosos y vinculacin impersonal

    Actualmente, el espritu religioso es ms fuerte que en el siglo XIX(Ernesto Sbato, Sobre hroes y tumbas)

    Los movimientos analizados en el presente artculo, fundamentalismoy pentecostalismo, tienen una raigambre comn dentro del cristianismo,concretamente el protestantismo norteamericano de finales del s. XIX ycomienzos del XX. Aunque temporalmente coinciden, y provengan de unaraz en comn, el intento de englobar a ambos movimientos en uno solo, esrefutado rpidamente como pudiese ser preguntarnos si el pentecostalismoes fundamentalista- por destacados investigadores. El pentecostalismo noes fundamentalista y hay una serie de caractersticas que diferencian a estosmovimientos y que demuestran que conforman dos maneras antagnicasincluso- de reaccionar a la modernidad secularizada. Esta ltima genera,conjuntamente con la urbanizacin, la alfabetizacin, la industrializacin;la denominada secularizacin que en los primeros anlisis generados desdelas ciencias sociales proponan que al unsono de los efectos modernizantesya sealados, se generaba un retroceso de la religin a un plano secundarioo a un plano privado, perdiendo la antigua omnipresencia social que habaostentado. La tesis de la secularizacin ha sido ampliamente discutida yrefutada (Donoso, 2008; Tschannen, 1991) y se ha evidenciado que tal de-clive religioso no es tal; ya que resurgen multitud de expresiones de religio-sidad en la modernidad, como los nuevos movimientos religiosos. El

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    fundamentalismo y el pentecostalismo corresponden a este tipo de movi-mientos que reaccionan a la inicial prdida de centralidad de lo divino; losprimeros de manera racional, es decir, retomando las escrituras de unamanera literal, y los segundos de una forma experiencial, centrndose enuna religiosidad que pone nfasis en vivenciar el hecho religioso, medianteexpresiones como la glosolalia, las posesiones, el xtasis, etc. Lo que aquse pretende postular es que ambos movimientos responden de forma anta-gnica a la modernidad, a travs de la dicotoma racional/experiencial yconstituyen maneras de reaccionar a la incertidumbre y al ocultamiento deDios en nuestro tiempo (Urs von Balthasar, 1960); tambin ambos se con-forman como comunidades que de cierta forma se escinden del mundo ytodo esto como una manera de combatir el individualismo y el desamparoque provoca la modernidad. En el presente artculo se analizarnfundamentalismo y pentecostalismo de manera separada, precedido de unasucinta referencia a la modernidad en su vertiente religiosa- como contex-to en el que emergen estos movimientos, para luego exponer posibles pun-tos de contacto entre ellos; evidenciando, eso s, la manera antagnica deconformarse y de combatir la incertidumbre.

    Con respecto a la modernidad se puede sealar, de forma genrica,que corresponde a los modos de vida u organizacin social que surgieronen Europa desde alrededor del siglo XVII en adelante y cuya influencia,posteriormente, los ha convertido en ms o menos mundiales. Esto asocia ala modernidad a un perodo de tiempo y a una inicial localizacin geogrfi-ca (Giddens, 1999: 15). La modernidad se presenta como una pocarupturista y cuyos rasgos caractersticos son los procesos de urbanizacin,la industrializacin, la democratizacin y el surgimiento de una concepcinemprica y analtica del conocimiento (Wagner, 1997: 27). Y estos mis-mos le otorgan un carcter diferenciador con respecto a las pocas prece-dentes, ya que la modernidad surgi en occidente como un concepto cul-tural que hace referencia a la base social de condiciones de vida revolucio-nadas que se experimentan como algo radicalmente nuevo, y al mismo tiem-po [determina] dichas condiciones de vida a travs de su poder de defini-cin (Habermas, 2008:10). Con respecto a la relacin entre sociologa ymodernidad hay un clara vinculacin desde los inicios mismos de la disci-plina ya que Qu otra cosa es la sociologa, sino un intento sistemticopor entender la sociedad moderna? (Wagner, 1997:11) y se concibe a lasociologa como la disciplina ms comprometida en el estudio de la vidasocial moderna (Giddens, 1999: 17).

    Hay dos aspectos modernos que se pretende resaltar aqu, primero elrol de la religin y segundo la incertidumbre existencial que la modernidadgenera. En relacin a la religin, se puede decir que la idea de modernidadreemplaza, en el centro de la sociedad, a Dios por la ciencia y, en el mejor delos casos, deja las creencias religiosas para el seno de la vida privada (Touraine,2000: 17) y con respecto al mbito existencial, se puede afirmar que

    Los progresos de las ciencias modernas, los triunfos de la tecnolo-ga y hasta los adelantos de la filosofa, las artes y la literatura han

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    producido un mundo donde el Hombre experimenta un desamparoexistencial, profundo e inescapable que no sinti en las comunida-des premodernas que le brindaban, a pesar de todos sus innumera-bles inconvenientes, la solidaridad inmediata de la familia extendi-da y del crculo de allegados, un sentimiento generalizado de perte-nencia a un hogar y una experiencia de consuelo y comprensin esdecir: Algo que daba sentido a su vida. Desde la segunda mitad delsiglo XX [sin embargo] esta situacin tiende a agravarse a causa deun sistema civilizatorio centrado en el crecimiento y el desarrollomateriales a ultranza, sistema que, por un lado, fomenta la soledaddel individuo en medio de una actividad frentica, y, por otro diluyelas diferencias entre lo pblico y lo privado, entre el saber objetivoy la conviccin pasajera, entre el arte genuino y la impostura de lamoda, entre el amor verdadero y el libertinaje hedonista. (Mansilla,2001-3: 64)

    Hay que sealar que la ubicua presencia que ostentaba la religinhasta la modernidad, se ve disminuida, o mejor dicho desplazada. En lugarde afirmar que la religin desaparecer de la sociedad, se podra sealarque hay una gradual deslegitimacin del nomos religioso que culminarcon el desalojo de la ubicacin central ocupada tradicionalmente por lareligin en el panorama social (Carretero, 2010: 126) o si se quiere serms precisos, siguiendo al telogo Karl Rahner (Rahner y Kning, 1969),acontece una separacin de la Iglesia del Mundo. Es la Iglesia la que vedesplazada su omnipotente presencia de antao, pero la religin continapresente. Eso s, la fuerza vinculante que haba ejercido desde el mundoclsico (Carretero 2010) como elemento constituyente de la comunidad, yano se presenta. Desde Grecia y Roma la religin haba servido para reunira los ciudadanos bajo un dios comn, haba servido para unificar a un pue-blo y, a su vez, diferenciarlo de otro, mediante el dios al cual rendan elrespectivo culto. Se puede afirmar que desde el mundo clsico la perspec-tiva mstico-religiosafavoreca ante todo el estar-juntos (Maffesoli, 2004:125) y durante muchos siglos, al menos en Occidente, la Iglesia personificla labor unificadora. Por otra parte, la poca moderna implicaruna ten-tativa de [traslado] del papel integrador antiguamente desempeado por laIglesia al Estado (Carretero, 2010: 127). El nosotros colectivo que la reli-gin forjaba, ahora es tarea del Estado constituirlo, apelando a una con-ciencia colectiva que integre elementos como un espritu nacional o unsentimiento comunitario de Nacin.

    Junto al rol de la religin, otro rasgo notorio de la modernidad, yque los clsicos de la tradicin sociolgica analizaron exhaustivamente, yasea mediante las trasformaciones acontecidas desde la comunidad a la so-ciedad, o desde la solidaridad mecnica a la solidaridad orgnica, es el dela relacin y vinculacin entre las personas. Autores como Marx pusieronen evidencia que los vnculos entre las personas, bajo el capitalismo, ad-quieren una impronta mercantil, contractual y dominada totalmente por elvalor del dinero. Los vnculos comunitarios de antao ya no existen, lasdimensiones de la sociedad, y del capitalismo, ya no permiten vnculos

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    fraternales, sino contractuales y se aprecia una paulatina racionalizacin delas ms variadas esferas de la vida, conducentes a lo que Jrgen Habermasdenomina la colonizacin del mundo de la vida por parte de los sistemas.El vnculo comunitario se ha debilitado y las personas ahora correspondena meros objetos intercambiables; paulatinamente la alienacin inicial setrasladar a otros mbitos como el entretenimiento, o lo que Adorno yHorkheimer denominan la industria cultural, y se generarn sociedadesunidimensionales carentes de crtica. Las relaciones entre las personas sedeshumanizan y se rigen por los criterios econmicos, la sociedad ha ad-quirido las caractersticas eficientes de una organizacin y todo esto por-que las tendencias a la burocratizacin que caracterizan a la sociedad glo-bal, se imponen tanto en una forma suprema de racionalizacin social, comoen la subsuncin ms completa y eficaz de los sujetos, bajo el poder objetivode un aparato autonomizado por encima de sus cabezas. (Habermas, 1992).

    Como se mencionaba recientemente, los elementos que aqu nos in-teresan se analizarn de manera separada; ya que todo intento de aglutinarfundamentalismo y pentecostalismo como componentes de un mismo mo-vimiento, por ejemplo, es rechazado de plano por algunos grandes estudio-sos de la religin. David Martin seala que el pentecostalismo no esfundamentalista porque no tiene una visin teocntrica del Estado y es amenudo apoltico (a diferencia del islam fundamentalista) (Martin, 1991).Harvey Cox es enftico en la misma manera, al indicar que existen visionesantagnicas entre ambos movimientos, ya que

    unos y otros defienden los mismos fundamentos doctrinales[pentescostales y fundamentalistas]. La diferencia radica casi total-mente en el modo que unos y otros tienen de relacionarse con loscristianos liberales y con la sociedad en general. Los evanglicossuelen considerar a los fundamentalistas como unos seres de mirasestrechas, intolerantes, tal vez hasta fanticos y en modo alguno dis-puestos a embarcarse en la accin socialmientras que casi todoslos fundamentalistas insisten en que los verdaderos creyentes debe-ran obedecer el mandato de San Pablo salid de entre ellos y apar-taos (Cox, 1985: 43)

    Incluso, estudiosos como Karen Armstrong, consideran que elpentecostalismo haba sido el polo opuesto de los fundamentalistas: des-preciaban la razn y destacaban la infabilidad de la verdad divina(Armstrong, 2009: 439); y algunos proponen que un movimiento rechazaabiertamente al otro, como nos seala Walter Hollenweger (2004) cuandoindica que uno no puede poner simplemente el pentecostalismo entre losfundamentalistas, ms an desde que los fundamentalistas han sido y sonlos adversarios ms acrrimos del pentecostalismo (p. 133). Afirmacionescomo las anteriores incitan a estudiar a estos movimientos de una maneraseparada, y a darles un tratamiento diferencial.

    El pentecostalismo tiene un alcance geogrfico asombroso, tienepresencia en las antpodas de nuestro planeta, como puede ser nuestro pas

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    y en Corea del Sur -donde se encuentra la congregacin cristiana msgrande del mundo (Anderson, 2007: 12). El fundamentalismo no tiene taldispersin, pero se encuentra presente en las grandes religiones monotestase incluso en las religiones provenientes de la India. El problema es enton-ces, cmo tratar un movimiento inherente al cristianismo con uno de algunamanera transversal a las religiones mundiales, cmo proceder con movi-mientos de una raigambre religiosa comn, pero que en la actualidad noslo se presentan en el cristianismo (como acontece con el fundamentalismo).Proceder comparativamente entre el pentecostalismo chileno, por ejemplo,y el fundamentalismo judo puede generar pocos puntos de conexin y laintencin del presente artculo no es realizar un anlisis desde la Historiade las Religiones, ni tampoco un ejercicio de Religiones Comparadas, sinoremitirnos estrictamente a la disciplina sociolgica; por lo que se procede-r a la manera de establecer uniformidades, formuladas como reglas gene-rales, con el propsito de lograr la explicacin de los fenmenos en suindividualidad (Rossi, 2006: 26), es decir a la manera weberiana clsicade los tipos ideales. La idea es esbozar algunas caractersticas centrales deestos movimientos y no centrarnos puntualmente en uno situado en tal ocual pas como sucedera con el pentecostalismo- o para el caso delfundamentalismo- en tal o cual religin.

    Una descripcin de los fundamentosdel fundamentalismo

    Procederemos primero con el fundamentalismo, este movimientoreligioso nace en Norteamrica en el siglo XIX y consigue alcanzar unconsenso sobre algunos fundamentals religiosos o hechos fundamentales;se constituye en diametral oposicin a la modernidad y sus componentes(la secularizacin, el modernismo y el darwinismo en ciencias naturales);frente al modernismo se remite a la Biblia y al dogma, casi siempre deforma irreflexiva (Kienzler, 2000). Las anteriores eran caractersticas pen-sadas especficamente para el cristianismo, pero estas se hacen extensivasa las otras religiones monotestas, e incluso al budismo, debido a que en elfundamentalismo est muy presente tanto la ortodoxia -la certeza de fe queposeen los fieles en cuanto a su saber religioso como a sus creencias- comola ortopraxis -velar por que la conducta dentro de una comunidad religiosasea la adecuada y est sometida a sancin- (Ibid) y esto porque en todoslos casos reprochan a la sociedad su desmembramiento, su anomia, la au-sencia de un proyecto comn al cual puedan adherirse. Ms que combatiruna tica laica que consideran inexistente, piensan que la modernidad pro-ducida por una razn sin Dios no ha sabido, en definitiva, engendrar valo-res (Kepel, 2005: 24). Los fundamentalismos buscaran, frente a una pocacomo la moderna, el establecimiento de una ortopraxis y una ortodoxia riguro-sa a las cuales atenerse y sitan a la religin como el leitmotiv de su accin:

    todas las tendencias fundamentalistas religiosas que hoy conoce-mos son en gran medida movimientos de protesta. Protestan contra

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    los tiempos modernos, contra las modernas formas de vida, especial-mente contra las occidentales. Lo que ofrecen a cambio son exigenciasreligiosas absolutas, convencidos de que la religin es la panacea paracualquier vicio y pecado de este mundo. (Kienzler, 2000: 26)

    El fundamentalismo (Marty, 1992), se caracteriza por otorgar a lostextos sagrados el status de normas o cdigos que sustentan la actitud deoposicin y antagonismo que los define. Esta oposicin se refleja, por ejem-plo, en su actitud anti-hermenutica; la teologa moderna est impregnadade postulados hermenuticos, como el que los prejuicios del sujetoinfluencian en su concepcin y comprensin del texto ledo (Gadamer, 2006),y por lo tanto la actitud fundamentalista es la contraria; se sustenta, msbien, en la idea de que un texto, por difcil y enigmtico que parezca, esaccesible a cualquier fiel y no admite ms que una sola interpretacin, por-que es revelacin de Dios (Marty, 1992: 23).

    Junto con rechazar la hermenutica, el fundamentalismo es un fuer-te opositor del pluralismo religioso; la nocin de que variadas confesionesreligiosas convivan simultneamente y que se genere una suerte de merca-do religioso en el que las distintas religiones compitan por adquirir su su-puesta clientela (Berger, 2005), trae consigo la enemistad delfundamentalismo; ya deben vrselas con la prdida del factor sagrado en lasociedad, como para tolerar, adems, confesiones extraas y forneas queno necesariamente conciben la infalibilidad del libro sagrado de la mismamanera. Tambin existe un rechazo del evolucionismo y cualquier interpre-tacin que no coincida con lo que el Gnesis menciona como la creacin dela tierra y la humanidad; hay una adherencia, ms bien, al creacionismo, esdecir, a las nociones indiscutibles que estipula la Biblia en el Gnesis. Comoya se ha indicado la oposicin principal y quizs ms visible que tienenlos fundamentalistas es hacia la modernidad y sus efectos. Tambin esdestacable que existe una reivindicacin pblica de la autoridad de unatradicin sagrada y venerable (Coleman, 1992: 70). A diferencia de laspretensiones utpicas de crear un nuevo orden social, los fundamentalistas re-nen a la gente en torno a tradiciones perdidas y abogan por valores, ahoraobsoletos, pero que forjaron la idlica etapa anterior. Existe una bsqueda, asi-mismo, por identificar los males que han generado la prdida de ese pasadoideal; y de ah que los diferentes elementos modernos sean objeto de una grananimadversin, como agentes de la decadencia moral que se vive hoy en da.Su rechazo expresa esencialmente una firme voluntad de configurar este mun-do de una manera distinta a la que propugnan las fuerzas de la modernidad(Ibid: 73) y hay una intencin explcita de crear un mundo diferente.

    El fundamentalismo (Farley, 2005) frecuentemente es identificadocon un literalismo textual, una moral absolutista, y cosmologassupernaturales provenientes de la necesidad de la religin de pervivenciaen las distintas generaciones; mediante discursos, instituciones y prcticasque se encarnan en estas. Los lderes religiosos fundamentalistas trabajanpara proteger permanentemente la autoridad de las mediaciones religiosas(lase: textos, iglesias, sacerdotes; elementos que median entre el hombre y

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    la divinidad) de la religin moderna (secularizada) y estas mediaciones sevuelven por s mismas el contenido religioso de la fe. El rasgo distintivodel fundamentalismo es que otorga a las mediaciones estatus religioso yconvierte a estas mismas en objeto de veneracin; actitud ligada a una pos-tura carente de crtica hacia estas, eliminando cualquier rasgo como la his-toria, el contexto, procesos o elementos que otorgasen un sentidohermenetico a la tradicin religiosa; hermenutica que los fundamentalistasrechazan categricamente, como ya se mencion. Cuando las mediaciones(principalmente las escrituras) y sus contenidos empricos/factuales sevuelven el objeto de fe, ellas toman el carcter de verdades eternas e infa-libles que deben ser defendidas contra todos los cambios que provoca lamodernidad. A esto mismo apunta Martin Marty (1992) cuando afirma queesa autoridad slo proviene de la Biblia, aunque se admite la mediacinde ministros reconocidos para que la trasmitan a los fieles que no pueden,por si mismos sin ayuda, acceder al significado literal de todos los librosrevelados (p. 33). La autoridad slo proviene de la principal mediacin, ellibro sagrado. Los resultados de esta actitud apologtica hacia las media-ciones, principalmente las escrituras y lderes de las comunidades, sonmuchos: la supresin de los elementos trascendentes; una desafiante aver-sin hacia la moderna ciencia y la academia y una agresiva campaa deproselitismo e influencia poltica (Farley, 2005).

    A partir del artculo de Edward Farley (2005), tituladoFundamentalism. A theory, surge la interrogante si los rasgos que pre-senta el fundamentalismo hoy en da, no han existido acaso desde que hayreligin; porque el literalismo, la divinizacin de eventos, figuras autorita-rias, etc. son elementos que la religin ha tenido desde siempre y sin loscules no podra haber sobrevivido a lo largo de las pocas. Para Farley, elfundamentalismo, a pesar de los rasgos en comn que pudiese tener con lareligin pretrita, es inherentemente moderno por el estatus que le otorga alas mediaciones, la supresin de los elementos profticos/trascendentales ypor la apropiacin, de forma antagnica, con la modernidad. Es un rasgototalmente moderno y que presenta una caracterstica un tanto ambigua,porque mientras proclama el rechazo a los tiempos modernos, no escatimaen utilizar los beneficios que entrega la tecnologa, por esto losfundamentalistas pretenden tener acceso a las ms avanzadas tecnologasdel mundo moderno al mismo tiempo que rechazan el sistema de valores deesa misma modernidad (Coleman, 1992: 74) y en el pentecostalismo tam-bin se puede apreciar una actitud similar, con respecto a la tecnologa, yaque las nuevas iglesias pentecostales parecen ms un estudio de TV queuna iglesia. El pastor pentecostal moderno es ms un moderador televisivo,que un telogo o un litrgico (Hollenweger, 2004: 128).

    Rasgos centrales, expansin y prctica pentecostal

    Con respecto al pentecostalismo, entre sus caractersticas centrales,hay que mencionar la inmensa diversidad que presenta. Existen grandesdiferencias dentro del movimiento a nivel mundial y

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    pueden ser observadas en la doctrina, liturgia, contexto socio-cultu-ral de las comunidades, [la] poltica, [la] organizacin de la iglesia,por mencionar slo las ms importantes. Las causas de esta varie-dad pueden ser encontradas principalmente en la heterogeneidadcontinental [recordemos que el pentecostalismo tiene presencia entodos los continentes], en el diverso origen de las comunidades (mi-sioneros extranjeros, movimientos indgenas, divisiones internas,etc.), el grado de desarrollo institucional, tipos de liderazgo, influen-cias religiosas, etc. (Chiquete, 2002: 30)

    El hecho de este desconcertante pluralismo, obedece a una falta debases hermenuticas comunes. Los pentecostales usan como baseshermenuticas su experiencia y la experiencia es coloreada por sus respec-tivas culturas, lo que se aplica tambin al corazn del pentecostalismo,concretamente el bautismo en el espritu, tambin a tpicos como lamonogamia, ritos de sanacin (Hollenweger, 2004: 130-131). No se apre-cia un rechazo a la hermenutica, como acontece en el fundamentalismo,sino ms bien una relativa carencia de ella, hay un nfasis en la experiencia,porque su propsito en la lectura de la Biblia es encontrar en ella algo quepuedan experimentar que es relevante para las necesidades que padecen(Anderson, 2007: 265); hay ms bien una hermenutica pragmtica queselecciona las partes de las escrituras que hay que tomar literalmente, yluego alegorizan el resto en base a sus experiencia, porque lo prioritario esexperimentar a Dios, ms que iniciar disputas teolgicas o dogmticas. Perosu actitud al abordar las escrituras no es una que rechace la interpretacin,en pos de una literalidad, sino ms bien se hace una interpretacin concor-de a la experiencia.

    La liturgia en el pentecostalismo, de este modo, tambin esexperiencial, es ms espontnea y no tan oral y narrativa como aconte-ce en las iglesias ms antiguas-, incita al xtasis, mediante elementoscomo hablar en lenguas, cantar con jbilo, orar de forma simultnea yen voz alta, aplaudir, levantar las manos y danzar en nombre de Dios(Anderson, 2007: 251). La importancia no est en tener un clero excesi-vamente intelectual en materia teolgica, lo que se busca es que la gen-te comn y corriente acceda a la liturgia y las caractersticas de estas,permiten hacerla disponible a grupos sin demasiada formacin acad-mica o instruccin, grupos que habitualmente se sitan en los sectoresms vulnerables de la sociedad. Desarrollan un tipo de liturgia oral yministerio en el cual los pobres toman una parte activa y, de este modo,encuentran una nueva dignidad humana (Hollenweger, 2004: 133).Mientras que no se puede afirmar que los grupos fundamentalistas de-sarrollan una liturgia de este tipo, o que siten a la experiencia como elelemento central de su cosmovisin religiosa, sino ms bien realizan unliteralismo irreflexivo y acrtico de tal magnitud, que ha llevado a auto-res como Harold Bloom (2009) a manifestar que estos ni siquieran hanledo el libro sagrado que profesan, sino que ms bien memorizan frag-mentos y los recitan reiterativamente, y sin mayor criterio, hasta el can-sancio.

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    El pentecostalismo, en sus inicios, se conform principalmente depersonas de sectores rurales y luego de las olas de inmigrantes del campo ala ciudad (Petersen, 2004), se convirti en una suerte de refugio para laspersonas desarraigadas y en situacin precaria (Lalive, 2009) y en una al-ternativa real de sustento existencial y vivencial para las personas situadasen los mrgenes de la sociedad y en definitiva se conform no [en] iglesiaspara los pobres, sino [en] iglesias de los pobres (Hollenweger, 2004: 133).Es muy probable que el pentecostalismo, como el metodismo en la Revo-lucin Industrial en Inglaterra, haya suministrado una opcin sumamenteviable a los pobres afligidos por el proceso de transicin de la sociedad(Bothner, 1994: 277) e incluso uno de sus rasgos distintivos como laglosolalia puede leerse a la luz de los pobres, porque las lenguas puedenfuncionar como la catedral de los pobres, pues suponen una desafo a latirana de las palabras en la liturgia y contribuiran a desmantelar losprivilegios de los cultos y bien educados, otorgando a los rudos el mismoderecho a expresarse (Macchia, 1996: 102). El pentecostalismo provienede los sectores menos favorecidos de la sociedad y en una regin comolatinoamericana, donde las desigualdades econmicas son habituales, seconvierte en el movimiento religioso por excelencia y adems es una partegenuina de la sociedad latinoamericana (Martin, 1991: 43), a diferenciade los fundamentalismos religiosos [que] se manifiestan en forma msindirecta y menos abierta que en otras partes del mundo (Caro y Fediakova,2000: 463). El pentecostalismo se interpreta como un importante factor deproteccin de los sectores ms vulnerables de la sociedad (Chiquete, 2002),y esto se vivencia claramente con ejemplos muy concretos, como en laprctica de las sanaciones, que traa solucin en materia de salubridad paraaquellos que no podan acceder a un sistema de salud pagado, e inclusopara aquellos que rechazaban la medicina por considerar que acudir a ella,era equivalente a una poseer una creencia dbil. El pentecostalismo(Anderson, 2007) pretende proveer ayuda para ms mbitos que los pro-blemas estrictamente espirituales. El importante papel de las sanaciones yel exorcismo, el nfasis en el poder del Espritu, pero igualmente los pro-yectos comunitarios integrales y su implicacin en organizaciones civiles ysindicatos representan un resguardo vigoroso y un gran sustento para losms necesitados; de ah su fuerte presencia en los sectores ms vulnerablesdel llamado Tercer Mundo.

    Contrapuntos fundamentalismo/pentecostalismo

    El rol de la mujer difiere en el pentecostalismo y el fundamentalismo,porque para muchas mujeres pentecostales, su decisin de convertirse haresultado en un sentido de igualdad que les ha permitido a ellas obtenercontrol de sus asuntos domsticos. Su conciencia, habilidades y roles apren-didos en el contexto de la congregacin, son transferidos a sus relacionesfamiliares en la casa y hacia opciones de liderazgo y funciones socialesdentro de sus comunidades (Petersen, 2004: 298-299). La mujer en elpentecostalismo adquiere un mayor estatus y posee la oportunidad de iradquiriendo puestos de importancia dentro de la comunidad (Ibid), a dife-

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    rencia de ciertos grupos fundamentalistas. Es ilustrativo en este punto men-cionar, por ejemplo, casos pertenecientes al fundamentalismo judo, comoel grupo ultraortodoxo Neturei Karta, ya que nos muestran un rol de lamujer bastante distinto, porque esta posee un lugar totalmente secundarioen relacin al hombre y relegado exclusivamente al mbito de lo domsti-co. En el fundamentalismo islmico puede acontecer de manera similar.

    El fin de los tiempos, la escatologa, tambin es distinta en ambosmovimientos; los pentecostales conciben que la inminencia del fin y de lasegunda venida puede acontecer en cualquier momento, por lo que estnpreparados y procuran obtener la salvacin de la mayor cantidad de almas.Tiene una visin del tiempo holista, es decir, [entienden] que la revelacinse desarrolla progresivamente y [en interrelacin] entre las distintas po-cas. Todos los acontecimientos, pasados, presentes y futuros, estn relacio-nados con un nico plan maestro de Dios que ser consumado en la segun-da venida de Cristoconsideran que el tiempo constituye un todo unitario.El pasado, el presente y el futuro se funden en una sola realidad (Johns,1996: 73). En cambio, en el fundamentalismo, la atencin est puesta en elpasado, en la veneracin de un tiempo pretrito inmaculado de los perver-sos efectos de la modernidad. Luchan por restaurar valores perdidos o, almenos, mantenerlos y resguardarlos al interior de sus comunidades. Comoel pentecostalismo se sita en las necesidades del aqu y ahora, y elfundamentalismo aora un pasado idealizado; se podra afirmar que el pri-mero constituye una suerte de solucin a la modernidad, mientras que elsegundo un rechazo categrico a esta.

    En sntesis, y para redondear la nocin de la experiencia que susten-ta al pentecostalismo, se podra afirmar que este movimiento tiene en subase categoras como

    - No es el libro, sino la parbola- No es la tesis, sino el testimonio- No es la disertacin, sino la danza- No son los conceptos, sino los banquetes- No es un sistema de pensamiento, sino historias y canciones- No es una definicin, sino descripciones- No son argumentos, sino vidas transformadas (Hollenweger, 2004: 130)

    En cambio, en el fundamentalismo estas mismas mediaciones tienenun valor inusitado. Los primeros elementos recin mencionados, y que sondescartados como bases del pentecostalismo, adquieren una gran impor-tancia y constituyen, a su vez, la base del fundamentalismo. Porque si parael pentecostalismo no es la tesis, sino el testimonio o no es el libro, sinola parbola o no es una definicin, sino descripciones, para elfundamentalismo la tesis, el libro o la definicin son los elementos quesustentan su cosmovisin de la religin y de la sociedad. En elpentecostalismo hay un encuentro directo con Dios a travs del EsprituSanto, por lo que se elimina cualquier mediacin sacerdotal (Anderson,2007) o de otro tipo.

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    Para finalizar con la revisin de ambos movimientos, se retomarun punto que ya se esboz. El de no agrupar o confundir directamentepentecostalismo y fundamentalismo; se afirma esto porque un anlisis rpi-do de estos movimientos podra inducirnos a pensar que abordan las escri-turas de manera similar (aunque aqu ya se ha manifestado que elfundamentalismo se aproxima a ellas de una manera literal y carente decrtica y el pentecostalismo las aborda como un sustento para las necesida-des que padecen, como una manera de experimentar lo que las escriturasestipulan, y tambin para resolver sus necesidades), pero podra decirseque los pentecostales, por lo general, tienen una manera literalista oconcordista de entender el mensaje cristiano[aunque] el pentecostalismono puede equipararse tan sencillamente con el fundamentalismo, ya que lospredicadores hacen [interactuar] de manera constante la Escritura con lavida contempornea y presentan el texto como un reflejo de su experienciacomn. Se puede decir que los pentecostales tienen un enfoque concordistaporque toman la Biblia tal como est y buscan puntos en comn con lassituaciones de la vida real. Al encontrar estas correspondencias, creen queDios les est hablando y que puede hacer las mismas cosas a favor suyo. LaBiblia, por tanto, tiene inmediatez y relevancia para las experiencias de lavida. Los pentecostales buscan la intervencin divina en estas situacionesde la vida diaria haciendo hincapi de continuo en los acontecimientos mi-lagrosos e inusuales dentro de la comunidad de la iglesia local. (Anderson,2007: 267).

    Incertidumbre moderna y consideraciones finales

    Aunque aqu se ha intentado diferenciar y oponer a ambos movi-mientos, hay que sealar que tambin tendran un elemento importante encomn. Ambos constituyen una suerte de reaccin a la modernidad ilustra-da que haba socavado el papel de la religin. Si bien los orgenes delfundamentalismo pueden rastrearse hace varios siglos, como lo hace KarenArmstrong (2009) en su anlisis que parte en 1492 con la expulsin de losjudos de Espaa, no es hasta fines del siglo XIX y comienzos del XXcuando este movimiento se constituye propiamente tal, al igual que elpentecostalismo. Ambos se conforman en una poca en que la religin paramuchos iba en franco declive, en una poca que los maestros de la sospe-cha Marx, Nietzsche y Freud- proclamados por Paul Ricoeur (Carretero,2010) haban afirmado sin vacilaciones que la religin iba a desaparecer.En una poca dominada por el espritu cientfico y en que lo religiosoera considerado un elemento anticuado y de retraso. Se conforman en elmismo horizonte temporal y ambos tienen un rasgo importante en co-mn, a pesar de las mencionadas diferencias. Aparte de reaccionar a laprdida religiosa, ambos son comunidades que buscan certezas en unapoca de incertidumbre.

    La modernidad es una poca en donde hay una exaltacin del indi-viduo y un aparente abandono de la presencia divina, por mencionar algu-nas de sus caractersticas. En palabras de Zigmunt Bauman hay en la mo-

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    dernidad una creencia en la autosuficiencia, se dio una mezcla de pode-mos y debemos. No podemos ser otra cosa que autosuficientes porquese nos ha abandonado a nuestra astucia y a nuestros recursos propios, aun-que escasos (Bauman y Tester, 2002: 106). Existe una autosuficiencia delindividuo en la modernidad -y tambin una ausencia de Dios- ya que lafrmula moderna de vida humana en la tierra [se ha articulado, segn que]los humanos son los nicos que cuidan de todo lo humano y, por lo tanto, lonico que importa a los humanos es aquellos de lo que los humanospueden cuidar (Bauman, 2001: 211). A estos elementos recin mencio-nados hay que aadir la incertidumbre inherente a la modernidad; quieredecir esto que el individuo moderno no tiene patrones fijos o estables a loscuales atenerse y sus vidas transcurren con elementos impredecibles o ines-perados; en contraposicin al individuo pre-moderno en los cuales sus vi-das tienen muy poca incertidumbre ya que su existencias estn labradas yformadas desde el nacimiento y slo la muerte presenta un elemento sor-presivo en una existencia claramente determinada1 (Ibid).

    Se hace alusin a la autosuficiencia, el nfasis en el individuo yla incertidumbre moderna porque son factores que inciden en la forma-cin de los fundamentalismos y el pentecostalismo, y en cmo los miem-bros de estos movimientos religiosos establecen su identidad en base ala pertenencia a estos movimientos. La modernidad provoca tensionesentre libertad y comunalidad (Bauman, 2003) o entre autonoma y so-metimiento (Wagner, 1997); se prefieren las certezas que entrega unacomunidad claramente establecida, aunque al optar por esta se disminu-ye la libertad dado los constreimientos que el grupo impone, puestoque la modernidad provoca que las emociones generadas por la incer-tidumbre existencial se canalicen en una frentica bsqueda de la se-guridad en la comunidad (Bauman, 2003: 139). Esta incertidumbre laseala Ulrich Beck como que la vida en nuestra sociedad en rpidaglobalizacin y desregulacines una Risikoleben, una vida de riesgo, unavida en la que se colapsa la idea misma de controlabilidad, certidumbre oseguridad (Beck citado en Ibid: 73).

    Esto acontece porque comunidad significa mismidad, en tanto quemismidad significa la ausencia del Otro, especialmente de otro obstina-damente diferente, capaz de desagradables sorpresas y malicias precisa-mente por razn de su diferencia (Ibid: 137). La conformacin identitariapor medio de la comunidad, trae consigo la diferenciacin con los otros,como ya se mencion, porque

    Despus de un largo proceso histrico, en el cual la Ilustracin, elracionalismo en todas las esferas y la democracia liberal han jugadolos roles determinantes, nos enfrentamos hoy en da con dilatadossectores sociales que alimentan comportamientos atvicos, rgidosy autoritarios: son incapaces de acercarse en cuanto individuos alas personas de los otros grupos y siguen percibiendo en stos alOtro por excelencia, es decir, al extrao, al adversario y al inferior(Mansilla, 2001-3: 72-72)

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    y en el caso del presente artculo, este punto adquiere un valor espe-cial porque tiene directa relacin con el rechazo a la modernidad y suscomponentes, por parte de ciertos grupos fundamentalistas. El insertarseen la comunidad permite diferenciarse, al mismo tiempo, de aquello quetanto rechazan, por ejemplo, los grupos fundamentalistas: la secularizacinmoderna que ha removido la centralidad de Dios. Bauman (2004), en elcontexto de la modernidad lquida, remite a esta diferenciacin entre lacomunidad y los otros al sealar que

    el aspecto en el que todos somos iguales es decididamente ms sig-nificativo que todo lo que nos distingue; basta para superar el im-pacto de las diferencias. Y tampoco es que ellos difieran de no-sotros en todos los aspectos, pero difieren en un aspecto que esms importante que todos los dems, que basta para impedir unapostura comn y para disolver cualquier posibilidad de solidaridad,a pesar de las semejanzas que nos acercan. Se trata de una tpicasituacin de opcin [la pertenencia al nosotros o al ellos] (Ibid:187)

    La volatilidad de las identidades, por as decirlo, es el desafo quedeben enfrentar los residentes de la modernidad lquida (Ibid: 189) y loque provocara la bsqueda de certezas en el comunitarismo, como se re-fleja en el caso de los movimientos aqu estudiados. La comunalidad pre-sente en la modernidad, puede responder a una reaccin a la incertidumbre,aunque tambin a una manera de protesta hacia los vnculos contractualesinaugurados por aquella (Carretero, 2010), una forma que las personas adop-tan, quizs a la manera de refugio en un mundo que ha inaugurado losvnculos impersonales, en donde las personas se vuelven objeto e intercam-biables, en la terminologa marxista. Habra una suerte de retorno a vncu-los fraternales, sino en la sociedad global, al menos en grupos acotados quelas personas intentaran perpetuar o lo que Michel Maffesoli denominacomo tribus. En palabras de este autor se podra afirmar que eltribalismoest impregnando cada vez ms los modos devida[recordando] la importancia del afecto en la vida social (Maffesoli,2004: 185). La incertidumbre y los vnculos impersonales, son elementosque determinan la conformacin de grupos comunitarios, se podra sumartambin la prdida de sentido a causa del pluralismo moderno que postulanBerger y Luckmann (1996), aunque la atencin est centrada en los dosprimeros, porque fundamentan mejor aqu la idea de la comunidad queotorga un sustento existencial. Idea, por ltimo y para finalizar, que escorroborada en el contexto nacional por dos investigadores de grupos dis-tintos y tambin en momentos distintos, en el mbito de lo religioso, quealuden a la prdida de libertad que impone el grupo y tambin de las certe-zas que este otorga. Christian Lalive dEpinay afirma que la asambleapentecostalista es una sociedad totalitaria que exige del individuo la en-trega total de s mismo, el abandono del libre arbitrio en provecho del gru-po (Lalive, 1983: 93) y Mara Anglica Thumala tambin afirma, a prop-sito de la elite econmica chilena, que la religiosidad [de estos] se fundamenos en la adhesin irreflexiva a dogmas o principios y ms en la gratifi-

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    cacin de la pertenencia al grupo (Thumala, 2007: 284) y que la elitechilena se ha armado de un conjunto de principios formales que protegen asus miembros de la incertidumbre (Ibid: 306).

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    Notas* Ponencia presentada con el ttulo de Fundamentalismo y pentecostalismo, en perspecti-va en el 6to congreso chileno de sociologa y encuentro PreAlas, Chile 2011. Valparaso13,14 y 15 de abril de 2011.

    1 Ejemplifica esto el tipo de vida adscrito a la casta de pertenencia.

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    Recibido: 02.06.2011 Aceptado: 21.03.2012

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