indicaciones y efectos fisiologicos de las tecnicas manipulativas craneales

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  • Paloma Bota-Castillo. Indicaciones y efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

    Indicaciones y efectos siolgicos de las tcnicas mani-pulativas craneales.

    Indications and physiological eects of cranial manipulative techniques.

    Paloma Bota-CastilloDiplomada en Fisioterapia. Universidad de Murcia

    Correspondencia: Paloma Bota Castillo. Osteozen. Calle Cisne n. 6B 3D. Cdigo postal30009 [email protected]

    Recibido: 20 de junio de/2011Aceptado: 16 de septiembre de 2011

    Pgina 06

    RESUMEN

    Introduccin y objetivos: Desde sus comienzos, la osteopata craneal ha basado su conocimiento en la observacin y experimentacin. Son numerosas las indicaciones y los efectos siolgicos que se atribuyen a las tcnicas manipulativas craneales. Los objetivos de este estudio son determinar cules son las indicaciones teraputicas atribuidas a la osteopata craneal, as como comprobar si existen estudios que evidencien cules son los efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales. Material y mtodos: Se realiza una bsqueda bibliogr-ca en las bases de datos Medline (Pubmed), Biblioteca Virtual en Salud (BVS), Cochrane Plus y PEDro.

    Resultados: Los textos analizados reejan mltiples indicaciones para las tcnicas manipulativas craneales, en campos tan diferentes como la pediatra, oftalmolo-ga, obstetricia Relatan tambin multitud de bene-cios en el caso de tcnicas determinadas. Existen muy pocos estudios cientcos acerca de la ecacia de dichas tcnicas.

    Conclusiones: Existen mltiples indicaciones en diferen-tes campos para la osteopata craneal. Los estudios encontrados determinan que las tcnicas manipulativas craneales producen diversos efectos siolgicos.

    Palabras clave: Medicina osteoptica, Crneo, Craneosa-cro, Manipulaciones musculoesquelticas.

    ABSTRACT

    Introduction and objectives: From his origin, osteo-pathy in the cranial eld has based his knowledge in observation and experimentation. There are many indications and physiological eects attributed to cranial manipulative techniques. The aims of this study are to determinate which are the indications of osteopathy in the cranial eld and to check if there are studies that show which are the physiological eects of cranial mani-pulative techniques.

    Material and methods: We did a bibliographic review in Medline (Pubmed), Biblioteca Virtual en Salud (BVS), Cochrane Plus and PEDro databases.

    Results: The analyzed texts reect multiple indications for cranial manipulative techniques in as diverse elds as paediatrics, ophthalmology, obstetrics ... and also repor-ted numerous benets in the case of certain techniques. There are very few scientic studies about the eective-ness of these techniques.

    Conclusions: There are many indications in dierent elds to cranial osteopathy. Founded studies show that cranial manipulative techniques produce diverse physiological eects.

    Keywords: Osteopathic medicine, Skull, Craniosacral, Muscu-loskeletal manipulations.

  • Rev Fisioter (Guadalupe) 2011: 10 (1): 06/16

    Pgina 07

    INTRODUCCIN

    La osteopata craneal se inicia con los trabajos de William Gardner Sutherland (1873-1954) quien, tras nalizar su formacin en osteopata como alumno de Andrew Taylor Still, se siente profundamente interesado por la dinmica funcional del crneo. Comienza entonces, ayudado por su esposa, un proceso de experimentacin y observa-cin destinado a sentir sobre s mismo los movimientos del sistema seo del crneo, y tambin los posibles efectos derivados de las diferentes lesiones impuestas al mecanismo craneal (1). Sutherland, considerado padre de la osteopata craneal, sostena que el origen del concepto craneal se deba realmente a A. T. Still, padre de la osteopata, y que l haba extrapolado los concep-tos de Still a las estructuras craneales (2).

    El anlisis del diseo sutural del crneo le hizo concebir la idea de un crneo mvil, diseado por la naturaleza para mover o articular un hueso contra otro (2-4), chocando con los conceptos anatomo-biomecnicos del momento, idea que an hoy contina siendo motivo de controver-sia entre diversos sectores que, inuidos por la doctrina de Monro (1783) y Kellie (1824) arman que el crneo adulto forma una unidad inmvil, osicada y rgida (5). En esa idea se basa la perspectiva de Ferre (1990) (6), que argumenta que el lquido cefalorraqudeo (LCR), como el resto de los uidos, es incompresible, mientras que la bveda y la base del crneo, totalmente fusionadas en el adulto, constituyen un sistema cerrado resistente a la deformacin, con una duramadre inextensible, en el que cualquier incremento en el volumen del contenido craneal (cerebro, sangre o LCR) elevara la presin intra-craneal.

    Esta idea de un crneo como una caja rgida ha venido seguida de ciertas crticas. Los estudios realizados sobre animales y humanos, demuestran un pequeo potencial de movilidad (7-9).

    Jaslow (1990) demostr en crneos de cabra que las suturas craneales en animales adultos absorban del 16% al 100% ms de energa por unidad de volumen durante los impactos de lo que lo haca el hueso craneal (9), y que podran desempear un papel en la absorcin de impac-tos y redistribucin de fuerzas cuando stas son dirigidas al crneo y tambin durante los movimientos de mastica-cin.

    Byron (2004) (10) estudi en ratones los efectos de la potencia del msculo temporal en la morfologa de la sutura sagital, concluyendo que el tejido conectivo de la sutura craneal se adapta localmente a las demandas funcionales del entorno biomecnico de la sutura.

    Kostopoulos y Keramidas (11) examinaron los cambios en la elongacin de la hoz del cerebro durante la aplica-cin de algunas de las tcnicas de terapia crneo-sacra en el crneo de un cadver embalsamado, encontrando cambios en la elongacin relativa de la hoz del cerebro de 1,44 mm para el levantamiento frontal, 1,08 mm para el levantamiento parietal, -0,33 mm para la compresin esfenobasilar y 0,28 mm para la descompresin esfeno-basilar.

    Otros estudios han determinado una cierta movilidad craneal que vara dependiendo del tipo de sutura. As por ejemplo, la sutura parieto-temporal puede llegar a 800 micras de movilidad (7) o incluso 1,5 mm en el caso de la sutura intermaxilar (8). Asimismo, encontramos articula-ciones de tipo sincondrosis en la base del crneo, donde las supercies seas articulares se unen mediante un cartlago hialino (5), cuya edad de osicacin vara segn la articulacin. As, por ejemplo, la sincondrosis esfeno-etmoidal se osica entre los 1 3 aos de edad, la interes-fenoidal lo hace en el primer ao de vida, y la esfeno-occipital o esfeno-basilar a los 17-18 aos (12-14). Sin embargo, existen variaciones en la edad de osicacin (5).

    En el caso de la sutura metpica, ms del 70% general-mente osica hasta el extremo de quedar invisible en la mayora de los crneos adultos, por lo tanto, no conserva su exibilidad. Si esto ocurre con la sutura metpica, debera ocurrir lo mismo con el resto de suturas, a no ser que exista un requerimiento biolgico que las haga permanecer ligeramente ms dbiles que el hueso circundante. Una vez osicadas, las suturas mantienen una mayor viscoelasticidad que el tejido seo que las rodea (15).

    Sutherland describi tambin la existencia de un impul-so de expansin-contraccin cclica, con una frecuencia de 6-12 ciclos por minuto, proveniente del interior del crneo, y que denomin movimiento respiratorio prima-rio (MRP). Este impulso lo relacion con la uctuacin del LCR, la accin de membranas intracraneales e intraes-pinales y la movilidad de los huesos del crneo (2). Sutherland propona que este movimiento era rtmico y se transmita por los uidos o las fascias a travs del cuerpo, y por tanto poda ser palpado simultneamente en cualquier parte del mismo (16,17).

    Posteriormente, en 1961, Woods acu el termino impulso craneal rtmico (ICR) para referirse a la sensa-cin palpable del MRP en el crneo (16). El impulso craneal rtmico, se describe normalmente con una frecuencia de 6-15 ciclos por minuto. Este ciclo es menor que el latido cardaco, y Sutherland deca que no estaba relacionado con la respiracin, dado que no era sincrni-

    co con ella (17). Otros estudios han demostrado que el ICR no est relacionado con el latido cardiaco ni con la respiracin (18,19).

    Numerosos autores han tratado de dar una explicacin a este impulso rtmico, relacionando su origen con el movi-miento intrnseco del sistema nervioso (2,12,17,20,21), la respiracin costal (22,23), el LCR (4,24), el drenaje linfti-co central (24), la respuesta tnica de la musculatura extradural (4), la actividad venosa vasomotora (17,24,25), el latido cardiaco (26,27), el sistema arterial (17), las ondas de Traube-Hering-Mayer (THM) (16,17) o la activi-dad rtmica celular e intracelular (respiracin primaria) (28), siendo la hiptesis ms viable por el momento la accin de los mecanismos vasomotores arteriales (5).

    Maier (29) mostr en su estudio con resonancia magnti-ca que el cerebro y el LCR tienen un movimiento normal en relacin con la frecuencia del latido cardiaco. Durante la maniobra de Valsalva encontr que la protuberancia mostraba un movimiento inicial caudal y seguidamente craneal de 2-3 mm. Al toser se produca una pequea oscilacin del LCR en direccin ceflica.

    Enzmann (30), mediante resonancia magntica determi-n la existencia de un movimiento de las estructuras craneales durante el ciclo cardiaco, de manera que durante el principio de la sstole las estructuras centrales (el diencfalo, el tronco cerebral y las amgdalas cerebe-losas) se desplazan caudalmente, con un desplazamiento mximo en un rango de 0,1-0,15 mm, excepto las amg-dalas cerebelosas que mostraron un mayor desplaza-miento (0,40 0,16 mm). Como consecuencia, las estruc-turas perifricas (lbulos cerebrales y hemisferio cerebe-loso posterior) mostraron un movimiento ceflico.

    Al principio de la sstole, la mdula cervical se mueve caudalmente en sincrona con el tronco cerebral. Ligera-mente ms tarde en la sstole, mientras el tronco cerebral y la mdula cervical an se estn moviendo en direccin caudal, la mdula comienza a desplazarse en direccin ceflica. Este movimiento tambin ocurre en menor grado en las amgdalas cerebelosas. Esta movilidad parece determinar el ujo de LCR por las diferentes estructuras.

    Greitz (27) concluy que el tejido cerebral tiene un movi-miento pulstil, que durante la sstole cardiaca tiene un efecto a modo de pistn remodelando el cerebro, y que esta accin podra ser el motor de la compresin del sistema ventricular, y por tanto la fuerza motriz del ujo intraventricular del LCR.

    Los principios de tensegridad ofrecen una nueva visin acerca de la dinmica craneal, formulando stos que los

    huesos transmitiran las fuerzas de compresin, mientras que las membranas transmitiran las fuerzas de tensin, teniendo ambos componentes una relacin sinrgica. Por tanto, el crneo seo acomodara las presiones exter-nas y las compresiones internas tomando apoyo sobre sus supercies suturales. Igualmente, la hoz del cerebro y la tienda del cerebelo transmitiran las tensiones lateral-mente y antero-posteriormente. La duramadre actuara como un baln, acomodando las presiones internas (15).

    Las claves en la enseanza de la osteopata craneal no han cambiado demasiado desde los tiempos de Suther-land (17), y se basan en los siguientes principios:

    1. Existe una motilidad rtmica inherente del cerebro y la mdula espinal.

    2. La uctuacin del LCR que baa y nutre el cerebro y la mdula espinal.

    3. Los cambios de tensin de la envoltura membra-nosa que rodea el cerebro y la mdula espinal (duramadre). Toda esta estructura membranosa acta como una unidad, comportndose como un sistema de membranas de tensin recproca.

    4. El movimiento rtmico inherente de los huesos del crneo.

    5. La existencia de un movimiento involuntario entre el sacro y los iliacos sincronizado con el movimien-to craneal a travs de la duramadre espinal.

    La aplicacin de las tcnicas craneales se fundamenta en la creencia de que los huesos craneales ofrecen una movilidad compatible con un sistema en el cual puede producirse una disfuncin somtica, y por tanto, es posible aplicar tcnicas teraputicas (31) destinadas a su correccin. La enorme diversidad de opinin acerca de este concepto caracteriza los diferentes puntos de vista en cuanto a la anatoma y siologa craneal.

    Para la enseanza de la osteopata craneal, las tcnicas craneales se suelen clasicar en (23): a). Tcnicas circulatorias, dirigidas al drenaje de los senos

    venosos y al sistema arterial.

    b). Tcnicas funcionales, entre las que se encuentran las tcnicas clsicas, y las dirigidas a los puntos triggers suturales.

    c). Tcnicas estructurales:- Tcnicas de modelaje.- Tcnicas estructurales indirectas.- Tcnicas miotensivas.- Tcnicas a partir de los triggers suturales.- Tcnicas de thrust y de articulacin.

    Tcnica del martillo.

    Las tcnicas craneales se suelen utilizar con los siguien-tes objetivos (22):

    - Suprimir la irritacin del simptico perivascular respon-sable de la disfuncin neuro-arterial y de sus repercu-siones.

    - Romper la actividad reeja patgena que proviene de las suturas y repercute sobre la musculatura crneo-mandibular y cervical, as como sobre el crtex cerebral.

    - Drenar el estancamiento a nivel de los senos venosos.

    - Restaurar el juego articular siolgico y el equilibrio de las membranas de tensin recproca.

    Son numerosas las indicaciones teraputicas que se atribuyen a las tcnicas craneales, sin embargo, la mayo-ra de ellas no estn avaladas por pruebas cientcas que demuestren su ecacia, sino que se basan en la observa-cin y experiencia clnica subjetiva de los practicantes de osteopata craneal.

    Los objetivos de este estudio son:

    1. Determinar si existen indicaciones teraputicas atribuidas a la osteopata craneal.

    2. Comprobar si existen estudios que evidencien cules son los efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

    MATERIAL Y MTODOS

    Se realiza una bsqueda manual en la biblioteca de la Universidad Catlica San Antonio de Murcia (UCAM), la biblioteca del Ilustre Colegio Ocial de Fisioterapeutas de la Regin de Murcia (ICOFRM) y la Biblioteca Regional. Asimismo se efecta una bsqueda bibliogrca en las bases de datos Medline (Pubmed), Biblioteca Virtual en Salud (BVS), Cochrane Plus y PEDro, mediante los descriptores y lmites expuestos. [Tabla 1].

    Las bsquedas se realizan usando los trminos clave incluidos en el Index Medicus: Medicina osteoptica y Crneo, traducidas al ingls cmo Osteopathic medici-ne y Skull. Se combinan para la bsqueda con el trmi-no crneo-sacro, que si bien no est incluido en el Index Medicus, es de uso habitual en la terminologa osteopti-ca, traducindose al ingls cmo craniosacral.

    Los artculos encontrados se seleccionaron siguiendo los siguientes criterios:

    - Criterios de inclusin: aquellos artculos que traten sobre osteopata craneal.

    - Criterios de exclusin: artculos que no traten sobre las indicaciones y efectos de las tcnicas manipulati-vas craneales.

    Igualmente se realiz una bsqueda en abanico a partir de las referencias bibliogrcas de los artculos encontra-dos, as como a travs del vnculo de relaciones cruzadas de la base de datos Medline.

  • Paloma Bota-Castillo. Indicaciones y efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

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    INTRODUCCIN

    La osteopata craneal se inicia con los trabajos de William Gardner Sutherland (1873-1954) quien, tras nalizar su formacin en osteopata como alumno de Andrew Taylor Still, se siente profundamente interesado por la dinmica funcional del crneo. Comienza entonces, ayudado por su esposa, un proceso de experimentacin y observa-cin destinado a sentir sobre s mismo los movimientos del sistema seo del crneo, y tambin los posibles efectos derivados de las diferentes lesiones impuestas al mecanismo craneal (1). Sutherland, considerado padre de la osteopata craneal, sostena que el origen del concepto craneal se deba realmente a A. T. Still, padre de la osteopata, y que l haba extrapolado los concep-tos de Still a las estructuras craneales (2).

    El anlisis del diseo sutural del crneo le hizo concebir la idea de un crneo mvil, diseado por la naturaleza para mover o articular un hueso contra otro (2-4), chocando con los conceptos anatomo-biomecnicos del momento, idea que an hoy contina siendo motivo de controver-sia entre diversos sectores que, inuidos por la doctrina de Monro (1783) y Kellie (1824) arman que el crneo adulto forma una unidad inmvil, osicada y rgida (5). En esa idea se basa la perspectiva de Ferre (1990) (6), que argumenta que el lquido cefalorraqudeo (LCR), como el resto de los uidos, es incompresible, mientras que la bveda y la base del crneo, totalmente fusionadas en el adulto, constituyen un sistema cerrado resistente a la deformacin, con una duramadre inextensible, en el que cualquier incremento en el volumen del contenido craneal (cerebro, sangre o LCR) elevara la presin intra-craneal.

    Esta idea de un crneo como una caja rgida ha venido seguida de ciertas crticas. Los estudios realizados sobre animales y humanos, demuestran un pequeo potencial de movilidad (7-9).

    Jaslow (1990) demostr en crneos de cabra que las suturas craneales en animales adultos absorban del 16% al 100% ms de energa por unidad de volumen durante los impactos de lo que lo haca el hueso craneal (9), y que podran desempear un papel en la absorcin de impac-tos y redistribucin de fuerzas cuando stas son dirigidas al crneo y tambin durante los movimientos de mastica-cin.

    Byron (2004) (10) estudi en ratones los efectos de la potencia del msculo temporal en la morfologa de la sutura sagital, concluyendo que el tejido conectivo de la sutura craneal se adapta localmente a las demandas funcionales del entorno biomecnico de la sutura.

    Kostopoulos y Keramidas (11) examinaron los cambios en la elongacin de la hoz del cerebro durante la aplica-cin de algunas de las tcnicas de terapia crneo-sacra en el crneo de un cadver embalsamado, encontrando cambios en la elongacin relativa de la hoz del cerebro de 1,44 mm para el levantamiento frontal, 1,08 mm para el levantamiento parietal, -0,33 mm para la compresin esfenobasilar y 0,28 mm para la descompresin esfeno-basilar.

    Otros estudios han determinado una cierta movilidad craneal que vara dependiendo del tipo de sutura. As por ejemplo, la sutura parieto-temporal puede llegar a 800 micras de movilidad (7) o incluso 1,5 mm en el caso de la sutura intermaxilar (8). Asimismo, encontramos articula-ciones de tipo sincondrosis en la base del crneo, donde las supercies seas articulares se unen mediante un cartlago hialino (5), cuya edad de osicacin vara segn la articulacin. As, por ejemplo, la sincondrosis esfeno-etmoidal se osica entre los 1 3 aos de edad, la interes-fenoidal lo hace en el primer ao de vida, y la esfeno-occipital o esfeno-basilar a los 17-18 aos (12-14). Sin embargo, existen variaciones en la edad de osicacin (5).

    En el caso de la sutura metpica, ms del 70% general-mente osica hasta el extremo de quedar invisible en la mayora de los crneos adultos, por lo tanto, no conserva su exibilidad. Si esto ocurre con la sutura metpica, debera ocurrir lo mismo con el resto de suturas, a no ser que exista un requerimiento biolgico que las haga permanecer ligeramente ms dbiles que el hueso circundante. Una vez osicadas, las suturas mantienen una mayor viscoelasticidad que el tejido seo que las rodea (15).

    Sutherland describi tambin la existencia de un impul-so de expansin-contraccin cclica, con una frecuencia de 6-12 ciclos por minuto, proveniente del interior del crneo, y que denomin movimiento respiratorio prima-rio (MRP). Este impulso lo relacion con la uctuacin del LCR, la accin de membranas intracraneales e intraes-pinales y la movilidad de los huesos del crneo (2). Sutherland propona que este movimiento era rtmico y se transmita por los uidos o las fascias a travs del cuerpo, y por tanto poda ser palpado simultneamente en cualquier parte del mismo (16,17).

    Posteriormente, en 1961, Woods acu el termino impulso craneal rtmico (ICR) para referirse a la sensa-cin palpable del MRP en el crneo (16). El impulso craneal rtmico, se describe normalmente con una frecuencia de 6-15 ciclos por minuto. Este ciclo es menor que el latido cardaco, y Sutherland deca que no estaba relacionado con la respiracin, dado que no era sincrni-

    co con ella (17). Otros estudios han demostrado que el ICR no est relacionado con el latido cardiaco ni con la respiracin (18,19).

    Numerosos autores han tratado de dar una explicacin a este impulso rtmico, relacionando su origen con el movi-miento intrnseco del sistema nervioso (2,12,17,20,21), la respiracin costal (22,23), el LCR (4,24), el drenaje linfti-co central (24), la respuesta tnica de la musculatura extradural (4), la actividad venosa vasomotora (17,24,25), el latido cardiaco (26,27), el sistema arterial (17), las ondas de Traube-Hering-Mayer (THM) (16,17) o la activi-dad rtmica celular e intracelular (respiracin primaria) (28), siendo la hiptesis ms viable por el momento la accin de los mecanismos vasomotores arteriales (5).

    Maier (29) mostr en su estudio con resonancia magnti-ca que el cerebro y el LCR tienen un movimiento normal en relacin con la frecuencia del latido cardiaco. Durante la maniobra de Valsalva encontr que la protuberancia mostraba un movimiento inicial caudal y seguidamente craneal de 2-3 mm. Al toser se produca una pequea oscilacin del LCR en direccin ceflica.

    Enzmann (30), mediante resonancia magntica determi-n la existencia de un movimiento de las estructuras craneales durante el ciclo cardiaco, de manera que durante el principio de la sstole las estructuras centrales (el diencfalo, el tronco cerebral y las amgdalas cerebe-losas) se desplazan caudalmente, con un desplazamiento mximo en un rango de 0,1-0,15 mm, excepto las amg-dalas cerebelosas que mostraron un mayor desplaza-miento (0,40 0,16 mm). Como consecuencia, las estruc-turas perifricas (lbulos cerebrales y hemisferio cerebe-loso posterior) mostraron un movimiento ceflico.

    Al principio de la sstole, la mdula cervical se mueve caudalmente en sincrona con el tronco cerebral. Ligera-mente ms tarde en la sstole, mientras el tronco cerebral y la mdula cervical an se estn moviendo en direccin caudal, la mdula comienza a desplazarse en direccin ceflica. Este movimiento tambin ocurre en menor grado en las amgdalas cerebelosas. Esta movilidad parece determinar el ujo de LCR por las diferentes estructuras.

    Greitz (27) concluy que el tejido cerebral tiene un movi-miento pulstil, que durante la sstole cardiaca tiene un efecto a modo de pistn remodelando el cerebro, y que esta accin podra ser el motor de la compresin del sistema ventricular, y por tanto la fuerza motriz del ujo intraventricular del LCR.

    Los principios de tensegridad ofrecen una nueva visin acerca de la dinmica craneal, formulando stos que los

    huesos transmitiran las fuerzas de compresin, mientras que las membranas transmitiran las fuerzas de tensin, teniendo ambos componentes una relacin sinrgica. Por tanto, el crneo seo acomodara las presiones exter-nas y las compresiones internas tomando apoyo sobre sus supercies suturales. Igualmente, la hoz del cerebro y la tienda del cerebelo transmitiran las tensiones lateral-mente y antero-posteriormente. La duramadre actuara como un baln, acomodando las presiones internas (15).

    Las claves en la enseanza de la osteopata craneal no han cambiado demasiado desde los tiempos de Suther-land (17), y se basan en los siguientes principios:

    1. Existe una motilidad rtmica inherente del cerebro y la mdula espinal.

    2. La uctuacin del LCR que baa y nutre el cerebro y la mdula espinal.

    3. Los cambios de tensin de la envoltura membra-nosa que rodea el cerebro y la mdula espinal (duramadre). Toda esta estructura membranosa acta como una unidad, comportndose como un sistema de membranas de tensin recproca.

    4. El movimiento rtmico inherente de los huesos del crneo.

    5. La existencia de un movimiento involuntario entre el sacro y los iliacos sincronizado con el movimien-to craneal a travs de la duramadre espinal.

    La aplicacin de las tcnicas craneales se fundamenta en la creencia de que los huesos craneales ofrecen una movilidad compatible con un sistema en el cual puede producirse una disfuncin somtica, y por tanto, es posible aplicar tcnicas teraputicas (31) destinadas a su correccin. La enorme diversidad de opinin acerca de este concepto caracteriza los diferentes puntos de vista en cuanto a la anatoma y siologa craneal.

    Para la enseanza de la osteopata craneal, las tcnicas craneales se suelen clasicar en (23): a). Tcnicas circulatorias, dirigidas al drenaje de los senos

    venosos y al sistema arterial.

    b). Tcnicas funcionales, entre las que se encuentran las tcnicas clsicas, y las dirigidas a los puntos triggers suturales.

    c). Tcnicas estructurales:- Tcnicas de modelaje.- Tcnicas estructurales indirectas.- Tcnicas miotensivas.- Tcnicas a partir de los triggers suturales.- Tcnicas de thrust y de articulacin.

    Tcnica del martillo.

    Las tcnicas craneales se suelen utilizar con los siguien-tes objetivos (22):

    - Suprimir la irritacin del simptico perivascular respon-sable de la disfuncin neuro-arterial y de sus repercu-siones.

    - Romper la actividad reeja patgena que proviene de las suturas y repercute sobre la musculatura crneo-mandibular y cervical, as como sobre el crtex cerebral.

    - Drenar el estancamiento a nivel de los senos venosos.

    - Restaurar el juego articular siolgico y el equilibrio de las membranas de tensin recproca.

    Son numerosas las indicaciones teraputicas que se atribuyen a las tcnicas craneales, sin embargo, la mayo-ra de ellas no estn avaladas por pruebas cientcas que demuestren su ecacia, sino que se basan en la observa-cin y experiencia clnica subjetiva de los practicantes de osteopata craneal.

    Los objetivos de este estudio son:

    1. Determinar si existen indicaciones teraputicas atribuidas a la osteopata craneal.

    2. Comprobar si existen estudios que evidencien cules son los efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

    MATERIAL Y MTODOS

    Se realiza una bsqueda manual en la biblioteca de la Universidad Catlica San Antonio de Murcia (UCAM), la biblioteca del Ilustre Colegio Ocial de Fisioterapeutas de la Regin de Murcia (ICOFRM) y la Biblioteca Regional. Asimismo se efecta una bsqueda bibliogrca en las bases de datos Medline (Pubmed), Biblioteca Virtual en Salud (BVS), Cochrane Plus y PEDro, mediante los descriptores y lmites expuestos. [Tabla 1].

    Las bsquedas se realizan usando los trminos clave incluidos en el Index Medicus: Medicina osteoptica y Crneo, traducidas al ingls cmo Osteopathic medici-ne y Skull. Se combinan para la bsqueda con el trmi-no crneo-sacro, que si bien no est incluido en el Index Medicus, es de uso habitual en la terminologa osteopti-ca, traducindose al ingls cmo craniosacral.

    Los artculos encontrados se seleccionaron siguiendo los siguientes criterios:

    - Criterios de inclusin: aquellos artculos que traten sobre osteopata craneal.

    - Criterios de exclusin: artculos que no traten sobre las indicaciones y efectos de las tcnicas manipulati-vas craneales.

    Igualmente se realiz una bsqueda en abanico a partir de las referencias bibliogrcas de los artculos encontra-dos, as como a travs del vnculo de relaciones cruzadas de la base de datos Medline.

  • INTRODUCCIN

    La osteopata craneal se inicia con los trabajos de William Gardner Sutherland (1873-1954) quien, tras nalizar su formacin en osteopata como alumno de Andrew Taylor Still, se siente profundamente interesado por la dinmica funcional del crneo. Comienza entonces, ayudado por su esposa, un proceso de experimentacin y observa-cin destinado a sentir sobre s mismo los movimientos del sistema seo del crneo, y tambin los posibles efectos derivados de las diferentes lesiones impuestas al mecanismo craneal (1). Sutherland, considerado padre de la osteopata craneal, sostena que el origen del concepto craneal se deba realmente a A. T. Still, padre de la osteopata, y que l haba extrapolado los concep-tos de Still a las estructuras craneales (2).

    El anlisis del diseo sutural del crneo le hizo concebir la idea de un crneo mvil, diseado por la naturaleza para mover o articular un hueso contra otro (2-4), chocando con los conceptos anatomo-biomecnicos del momento, idea que an hoy contina siendo motivo de controver-sia entre diversos sectores que, inuidos por la doctrina de Monro (1783) y Kellie (1824) arman que el crneo adulto forma una unidad inmvil, osicada y rgida (5). En esa idea se basa la perspectiva de Ferre (1990) (6), que argumenta que el lquido cefalorraqudeo (LCR), como el resto de los uidos, es incompresible, mientras que la bveda y la base del crneo, totalmente fusionadas en el adulto, constituyen un sistema cerrado resistente a la deformacin, con una duramadre inextensible, en el que cualquier incremento en el volumen del contenido craneal (cerebro, sangre o LCR) elevara la presin intra-craneal.

    Esta idea de un crneo como una caja rgida ha venido seguida de ciertas crticas. Los estudios realizados sobre animales y humanos, demuestran un pequeo potencial de movilidad (7-9).

    Jaslow (1990) demostr en crneos de cabra que las suturas craneales en animales adultos absorban del 16% al 100% ms de energa por unidad de volumen durante los impactos de lo que lo haca el hueso craneal (9), y que podran desempear un papel en la absorcin de impac-tos y redistribucin de fuerzas cuando stas son dirigidas al crneo y tambin durante los movimientos de mastica-cin.

    Byron (2004) (10) estudi en ratones los efectos de la potencia del msculo temporal en la morfologa de la sutura sagital, concluyendo que el tejido conectivo de la sutura craneal se adapta localmente a las demandas funcionales del entorno biomecnico de la sutura.

    Kostopoulos y Keramidas (11) examinaron los cambios en la elongacin de la hoz del cerebro durante la aplica-cin de algunas de las tcnicas de terapia crneo-sacra en el crneo de un cadver embalsamado, encontrando cambios en la elongacin relativa de la hoz del cerebro de 1,44 mm para el levantamiento frontal, 1,08 mm para el levantamiento parietal, -0,33 mm para la compresin esfenobasilar y 0,28 mm para la descompresin esfeno-basilar.

    Otros estudios han determinado una cierta movilidad craneal que vara dependiendo del tipo de sutura. As por ejemplo, la sutura parieto-temporal puede llegar a 800 micras de movilidad (7) o incluso 1,5 mm en el caso de la sutura intermaxilar (8). Asimismo, encontramos articula-ciones de tipo sincondrosis en la base del crneo, donde las supercies seas articulares se unen mediante un cartlago hialino (5), cuya edad de osicacin vara segn la articulacin. As, por ejemplo, la sincondrosis esfeno-etmoidal se osica entre los 1 3 aos de edad, la interes-fenoidal lo hace en el primer ao de vida, y la esfeno-occipital o esfeno-basilar a los 17-18 aos (12-14). Sin embargo, existen variaciones en la edad de osicacin (5).

    En el caso de la sutura metpica, ms del 70% general-mente osica hasta el extremo de quedar invisible en la mayora de los crneos adultos, por lo tanto, no conserva su exibilidad. Si esto ocurre con la sutura metpica, debera ocurrir lo mismo con el resto de suturas, a no ser que exista un requerimiento biolgico que las haga permanecer ligeramente ms dbiles que el hueso circundante. Una vez osicadas, las suturas mantienen una mayor viscoelasticidad que el tejido seo que las rodea (15).

    Sutherland describi tambin la existencia de un impul-so de expansin-contraccin cclica, con una frecuencia de 6-12 ciclos por minuto, proveniente del interior del crneo, y que denomin movimiento respiratorio prima-rio (MRP). Este impulso lo relacion con la uctuacin del LCR, la accin de membranas intracraneales e intraes-pinales y la movilidad de los huesos del crneo (2). Sutherland propona que este movimiento era rtmico y se transmita por los uidos o las fascias a travs del cuerpo, y por tanto poda ser palpado simultneamente en cualquier parte del mismo (16,17).

    Posteriormente, en 1961, Woods acu el termino impulso craneal rtmico (ICR) para referirse a la sensa-cin palpable del MRP en el crneo (16). El impulso craneal rtmico, se describe normalmente con una frecuencia de 6-15 ciclos por minuto. Este ciclo es menor que el latido cardaco, y Sutherland deca que no estaba relacionado con la respiracin, dado que no era sincrni-

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    co con ella (17). Otros estudios han demostrado que el ICR no est relacionado con el latido cardiaco ni con la respiracin (18,19).

    Numerosos autores han tratado de dar una explicacin a este impulso rtmico, relacionando su origen con el movi-miento intrnseco del sistema nervioso (2,12,17,20,21), la respiracin costal (22,23), el LCR (4,24), el drenaje linfti-co central (24), la respuesta tnica de la musculatura extradural (4), la actividad venosa vasomotora (17,24,25), el latido cardiaco (26,27), el sistema arterial (17), las ondas de Traube-Hering-Mayer (THM) (16,17) o la activi-dad rtmica celular e intracelular (respiracin primaria) (28), siendo la hiptesis ms viable por el momento la accin de los mecanismos vasomotores arteriales (5).

    Maier (29) mostr en su estudio con resonancia magnti-ca que el cerebro y el LCR tienen un movimiento normal en relacin con la frecuencia del latido cardiaco. Durante la maniobra de Valsalva encontr que la protuberancia mostraba un movimiento inicial caudal y seguidamente craneal de 2-3 mm. Al toser se produca una pequea oscilacin del LCR en direccin ceflica.

    Enzmann (30), mediante resonancia magntica determi-n la existencia de un movimiento de las estructuras craneales durante el ciclo cardiaco, de manera que durante el principio de la sstole las estructuras centrales (el diencfalo, el tronco cerebral y las amgdalas cerebe-losas) se desplazan caudalmente, con un desplazamiento mximo en un rango de 0,1-0,15 mm, excepto las amg-dalas cerebelosas que mostraron un mayor desplaza-miento (0,40 0,16 mm). Como consecuencia, las estruc-turas perifricas (lbulos cerebrales y hemisferio cerebe-loso posterior) mostraron un movimiento ceflico.

    Al principio de la sstole, la mdula cervical se mueve caudalmente en sincrona con el tronco cerebral. Ligera-mente ms tarde en la sstole, mientras el tronco cerebral y la mdula cervical an se estn moviendo en direccin caudal, la mdula comienza a desplazarse en direccin ceflica. Este movimiento tambin ocurre en menor grado en las amgdalas cerebelosas. Esta movilidad parece determinar el ujo de LCR por las diferentes estructuras.

    Greitz (27) concluy que el tejido cerebral tiene un movi-miento pulstil, que durante la sstole cardiaca tiene un efecto a modo de pistn remodelando el cerebro, y que esta accin podra ser el motor de la compresin del sistema ventricular, y por tanto la fuerza motriz del ujo intraventricular del LCR.

    Los principios de tensegridad ofrecen una nueva visin acerca de la dinmica craneal, formulando stos que los

    huesos transmitiran las fuerzas de compresin, mientras que las membranas transmitiran las fuerzas de tensin, teniendo ambos componentes una relacin sinrgica. Por tanto, el crneo seo acomodara las presiones exter-nas y las compresiones internas tomando apoyo sobre sus supercies suturales. Igualmente, la hoz del cerebro y la tienda del cerebelo transmitiran las tensiones lateral-mente y antero-posteriormente. La duramadre actuara como un baln, acomodando las presiones internas (15).

    Las claves en la enseanza de la osteopata craneal no han cambiado demasiado desde los tiempos de Suther-land (17), y se basan en los siguientes principios:

    1. Existe una motilidad rtmica inherente del cerebro y la mdula espinal.

    2. La uctuacin del LCR que baa y nutre el cerebro y la mdula espinal.

    3. Los cambios de tensin de la envoltura membra-nosa que rodea el cerebro y la mdula espinal (duramadre). Toda esta estructura membranosa acta como una unidad, comportndose como un sistema de membranas de tensin recproca.

    4. El movimiento rtmico inherente de los huesos del crneo.

    5. La existencia de un movimiento involuntario entre el sacro y los iliacos sincronizado con el movimien-to craneal a travs de la duramadre espinal.

    La aplicacin de las tcnicas craneales se fundamenta en la creencia de que los huesos craneales ofrecen una movilidad compatible con un sistema en el cual puede producirse una disfuncin somtica, y por tanto, es posible aplicar tcnicas teraputicas (31) destinadas a su correccin. La enorme diversidad de opinin acerca de este concepto caracteriza los diferentes puntos de vista en cuanto a la anatoma y siologa craneal.

    Para la enseanza de la osteopata craneal, las tcnicas craneales se suelen clasicar en (23): a). Tcnicas circulatorias, dirigidas al drenaje de los senos

    venosos y al sistema arterial.

    b). Tcnicas funcionales, entre las que se encuentran las tcnicas clsicas, y las dirigidas a los puntos triggers suturales.

    c). Tcnicas estructurales:- Tcnicas de modelaje.- Tcnicas estructurales indirectas.- Tcnicas miotensivas.- Tcnicas a partir de los triggers suturales.- Tcnicas de thrust y de articulacin.

    Tcnica del martillo.

    Las tcnicas craneales se suelen utilizar con los siguien-tes objetivos (22):

    - Suprimir la irritacin del simptico perivascular respon-sable de la disfuncin neuro-arterial y de sus repercu-siones.

    - Romper la actividad reeja patgena que proviene de las suturas y repercute sobre la musculatura crneo-mandibular y cervical, as como sobre el crtex cerebral.

    - Drenar el estancamiento a nivel de los senos venosos.

    - Restaurar el juego articular siolgico y el equilibrio de las membranas de tensin recproca.

    Son numerosas las indicaciones teraputicas que se atribuyen a las tcnicas craneales, sin embargo, la mayo-ra de ellas no estn avaladas por pruebas cientcas que demuestren su ecacia, sino que se basan en la observa-cin y experiencia clnica subjetiva de los practicantes de osteopata craneal.

    Los objetivos de este estudio son:

    1. Determinar si existen indicaciones teraputicas atribuidas a la osteopata craneal.

    2. Comprobar si existen estudios que evidencien cules son los efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

    MATERIAL Y MTODOS

    Se realiza una bsqueda manual en la biblioteca de la Universidad Catlica San Antonio de Murcia (UCAM), la biblioteca del Ilustre Colegio Ocial de Fisioterapeutas de la Regin de Murcia (ICOFRM) y la Biblioteca Regional. Asimismo se efecta una bsqueda bibliogrca en las bases de datos Medline (Pubmed), Biblioteca Virtual en Salud (BVS), Cochrane Plus y PEDro, mediante los descriptores y lmites expuestos. [Tabla 1].

    Las bsquedas se realizan usando los trminos clave incluidos en el Index Medicus: Medicina osteoptica y Crneo, traducidas al ingls cmo Osteopathic medici-ne y Skull. Se combinan para la bsqueda con el trmi-no crneo-sacro, que si bien no est incluido en el Index Medicus, es de uso habitual en la terminologa osteopti-ca, traducindose al ingls cmo craniosacral.

    Los artculos encontrados se seleccionaron siguiendo los siguientes criterios:

    - Criterios de inclusin: aquellos artculos que traten sobre osteopata craneal.

    - Criterios de exclusin: artculos que no traten sobre las indicaciones y efectos de las tcnicas manipulati-vas craneales.

    Igualmente se realiz una bsqueda en abanico a partir de las referencias bibliogrcas de los artculos encontra-dos, as como a travs del vnculo de relaciones cruzadas de la base de datos Medline.

    MEDLINE (PUBMED) Resultados Art. utilizadosOsteopathic Medicine[Mesh] AND skull[Mesh] 31 6Craniosacral 54 7BVS Resultados Art. utilizadosMedicina osteoptica [Mesh] AND Crneo[Mesh] 13 5Craniosacral 63 9COCHRANE PLUS Resultados Art. utilizadosOsteopat* skull 0 0Osteopathic medicine skull 0 0Craniosacral 14 3PEDro Resultados Art. utilizadosCraniosacral 4 1Osteopathic medicine 16 1

    Tabla 1. Parmetros de bsqueda y resultados obtenidos en las distintas bases de datos.

  • Paloma Bota-Castillo. Indicaciones y efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

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    RESULTADOS

    Tras la bsqueda se encontraron 51 artculos.

    Indicaciones generales:

    Las indicaciones de las tcnicas craneales deberan estar bien denidas para conseguir buenos resultados teraputicos (23). En la bibliografa revisada encontra-mos las siguientes indicaciones: - Oftalmologa: (32,33) miopa, hipermetropa, astigma-

    tismo, presbicia, ambliopa, estrabismo, heteroforia, conjuntivitis, inamacin palpebral, inamaciones del aparato lacrimal, inamaciones de las tnicas del ojo, prevencin de retinopatas

    - Pediatra: plagiocefalia posicional (23,34,35), obstruc-cin del conducto lagrimal (23,32,36), otitis media aguda (23,36), estrabismos (23,32), tortcolis, trastornos motores, hiperactividad, parlisis de los nervios oculo-motores (23), parlisis cerebral espstica (37), regurgita-cin del beb (23), problemas de succin en bebs (38), asma infantil (39), clico del lactante (40)

    - Obstetricia: nuseas y vmitos, inercia uterina, disminu-cin del tiempo de parto, regulacin de los dolores del parto, postparto (4,41)...

    - Parkinson (42).

    - Demencia (43).

    - Insomnio (44).

    - Migraa y cefalea tensional (45-47).

    - Trastornos emocionales (4).

    - Escoliosis (4).

    - Problemas asmticos y bronquiales (48).

    - Problemas funcionales cardiacos (48).

    - Disfunciones digestivas debidas al nervio vago (48), inclu-yendo disfunciones biliares.

    - Lesiones cutneas de origen nervioso (48).

    Indicaciones especcas de las tcnicas manipulativas craneales:

    1. Tcnica de compresin del cuarto ventrculo (CV4): Upledger (4) arma que es beneciosa cuando lo indicado es una tcnica de bombeo linftico. Conside-ra que es un tratamiento en perdigonada muy senci-llo para multitud de problemas, porque mejora el movimiento mstico e hidrulico y restablece la exibilidad de la respuesta vegetativa. Entre sus efectos seala que relaja los tejidos conjuntivos del cuerpo, y por tanto es beneciosa para las lesiones msculo-esquelticas agudas y crnicas. Relata que se ha conseguido bajar la ebre 4 F en 30-60 min. Habla tambin de ecacia en los procesos artrticos degene-rativos, tanto para la congestin cerebral como pulmonar, para regular los dolores del parto, como medio para reducir el edema postural, y en disfuncio-nes del sistema nervioso vegetativo. Asimismo arma que las adherencias postoperatorias que afectan la movilidad del tubo dural se tratan con xito mediante mltiples repeticiones de la tcnica CV4 (a diario).

    2. La tcnica de liberacin de la base del crneo se utiliza para mejorar la movilidad libre del occipucio y los temporales como respuesta a las actividades del sistema hidrulico que se producen dentro del crneo y el conducto vertebral. Tambin libera el tejido que rodea a los agujeros yugulares, lo que mejorara el drenaje de lquidos de la bveda del crneo por las venas yugulares y reducira la congestin intracraneal de lquidos. La reduccin de dicha congestin contri-buye a su vez a favorecer la movilidad del sistema crneo-sacro. Tambin tiene un efecto benecioso sobre la funcin de los nervios glosofarngeo, vago y espinal (4). En disfunciones visuales motoras y disfun-ciones del crtex visual (33).

    3. El levantamiento frontal con tirn, se utiliza para diag-nosticar y tratar la lesin en direccin antero-posterior de la hoz del cerebro (4).

    4. El levantamiento parietal inuye favorablemente en los senos transversos, as como en episodios de isque-mia cerebral (4).

    5. La descompresin de la articulacin esfeno-basilar se utiliza para depresin, citica, alergias, autismo infantil, estiramiento de la tienda del cerebelo y drena-je del sistema de senos venosos en su relacin con la misma (4). Tambin se relatan benecios en dcits visuales, estrabismo, disturbios motores y de percep-cin visual, problemas de coordinacin motora ocular, sndromes dolorosos, cefaleas, desrdenes endocri-nos, sinusitis, alergias respiratorias nasales y de vas

    respiratorias altas, disfunciones de la articulacin tmporo-mandibular, maloclusin dental, desequili-brios msculo-esquelticos y problemas de aprendi-zaje y desarrollo (33).

    6. La equilibracin temporal produce un alivio frecuen-te, repentino y duradero del estrabismo. Se usa tambin en casos de dislexia y mejora ciertos aspectos del comportamiento autista. Se emplea tambin en sndromes de braquialgia u omalgia persistentes y/o recurrentes y en trastornos auditivos (4).

    7. La tcnica de Galbreath, se utiliza para el tratamiento de la otitis media. A travs de la articulacin tmporo-mandibular, produce un efecto de bombeo sobre la trompa de Eustaquio, favoreciendo el drenaje del odo (49).

    8. Las tcnicas de direccin de energa se indican para abscesos y diviesos, problemas lgicos crnicos, esguinces agudos o distensiones (4).

    9. La tcnica de reanimacin (Father Tom) (50) se indica para reactivar el movimiento del mecanismo craneal en caso de golpe grave con peligro de muerte (ahogos, lipotimia grave, colapsos) por un estmulo forzado de los temporales en rotacin externa.

    Efectos siolgicos de las tcnicas craneales:

    En la Tabla 2 se muestra un resumen de las caractersticas principales de los estudios revisados tras la bsqueda bibliogrca [Tabla 2].

  • Rev Fisioter (Guadalupe) 2011: 10 (1): 06/16

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    RESULTADOS

    Tras la bsqueda se encontraron 51 artculos.

    Indicaciones generales:

    Las indicaciones de las tcnicas craneales deberan estar bien denidas para conseguir buenos resultados teraputicos (23). En la bibliografa revisada encontra-mos las siguientes indicaciones: - Oftalmologa: (32,33) miopa, hipermetropa, astigma-

    tismo, presbicia, ambliopa, estrabismo, heteroforia, conjuntivitis, inamacin palpebral, inamaciones del aparato lacrimal, inamaciones de las tnicas del ojo, prevencin de retinopatas

    - Pediatra: plagiocefalia posicional (23,34,35), obstruc-cin del conducto lagrimal (23,32,36), otitis media aguda (23,36), estrabismos (23,32), tortcolis, trastornos motores, hiperactividad, parlisis de los nervios oculo-motores (23), parlisis cerebral espstica (37), regurgita-cin del beb (23), problemas de succin en bebs (38), asma infantil (39), clico del lactante (40)

    - Obstetricia: nuseas y vmitos, inercia uterina, disminu-cin del tiempo de parto, regulacin de los dolores del parto, postparto (4,41)...

    - Parkinson (42).

    - Demencia (43).

    - Insomnio (44).

    - Migraa y cefalea tensional (45-47).

    - Trastornos emocionales (4).

    - Escoliosis (4).

    - Problemas asmticos y bronquiales (48).

    - Problemas funcionales cardiacos (48).

    - Disfunciones digestivas debidas al nervio vago (48), inclu-yendo disfunciones biliares.

    - Lesiones cutneas de origen nervioso (48).

    Indicaciones especcas de las tcnicas manipulativas craneales:

    1. Tcnica de compresin del cuarto ventrculo (CV4): Upledger (4) arma que es beneciosa cuando lo indicado es una tcnica de bombeo linftico. Conside-ra que es un tratamiento en perdigonada muy senci-llo para multitud de problemas, porque mejora el movimiento mstico e hidrulico y restablece la exibilidad de la respuesta vegetativa. Entre sus efectos seala que relaja los tejidos conjuntivos del cuerpo, y por tanto es beneciosa para las lesiones msculo-esquelticas agudas y crnicas. Relata que se ha conseguido bajar la ebre 4 F en 30-60 min. Habla tambin de ecacia en los procesos artrticos degene-rativos, tanto para la congestin cerebral como pulmonar, para regular los dolores del parto, como medio para reducir el edema postural, y en disfuncio-nes del sistema nervioso vegetativo. Asimismo arma que las adherencias postoperatorias que afectan la movilidad del tubo dural se tratan con xito mediante mltiples repeticiones de la tcnica CV4 (a diario).

    2. La tcnica de liberacin de la base del crneo se utiliza para mejorar la movilidad libre del occipucio y los temporales como respuesta a las actividades del sistema hidrulico que se producen dentro del crneo y el conducto vertebral. Tambin libera el tejido que rodea a los agujeros yugulares, lo que mejorara el drenaje de lquidos de la bveda del crneo por las venas yugulares y reducira la congestin intracraneal de lquidos. La reduccin de dicha congestin contri-buye a su vez a favorecer la movilidad del sistema crneo-sacro. Tambin tiene un efecto benecioso sobre la funcin de los nervios glosofarngeo, vago y espinal (4). En disfunciones visuales motoras y disfun-ciones del crtex visual (33).

    3. El levantamiento frontal con tirn, se utiliza para diag-nosticar y tratar la lesin en direccin antero-posterior de la hoz del cerebro (4).

    4. El levantamiento parietal inuye favorablemente en los senos transversos, as como en episodios de isque-mia cerebral (4).

    5. La descompresin de la articulacin esfeno-basilar se utiliza para depresin, citica, alergias, autismo infantil, estiramiento de la tienda del cerebelo y drena-je del sistema de senos venosos en su relacin con la misma (4). Tambin se relatan benecios en dcits visuales, estrabismo, disturbios motores y de percep-cin visual, problemas de coordinacin motora ocular, sndromes dolorosos, cefaleas, desrdenes endocri-nos, sinusitis, alergias respiratorias nasales y de vas

    respiratorias altas, disfunciones de la articulacin tmporo-mandibular, maloclusin dental, desequili-brios msculo-esquelticos y problemas de aprendi-zaje y desarrollo (33).

    6. La equilibracin temporal produce un alivio frecuen-te, repentino y duradero del estrabismo. Se usa tambin en casos de dislexia y mejora ciertos aspectos del comportamiento autista. Se emplea tambin en sndromes de braquialgia u omalgia persistentes y/o recurrentes y en trastornos auditivos (4).

    7. La tcnica de Galbreath, se utiliza para el tratamiento de la otitis media. A travs de la articulacin tmporo-mandibular, produce un efecto de bombeo sobre la trompa de Eustaquio, favoreciendo el drenaje del odo (49).

    8. Las tcnicas de direccin de energa se indican para abscesos y diviesos, problemas lgicos crnicos, esguinces agudos o distensiones (4).

    9. La tcnica de reanimacin (Father Tom) (50) se indica para reactivar el movimiento del mecanismo craneal en caso de golpe grave con peligro de muerte (ahogos, lipotimia grave, colapsos) por un estmulo forzado de los temporales en rotacin externa.

    Efectos siolgicos de las tcnicas craneales:

    En la Tabla 2 se muestra un resumen de las caractersticas principales de los estudios revisados tras la bsqueda bibliogrca [Tabla 2].

  • Paloma Bota-Castillo. Indicaciones y efectos siolgicos de las tcnicas manipulativas craneales.

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    Sanders (2001) (45) utiliz un grupo de 60 sujetos con cefalea tensional a los que aplic la tcnica CV4, compa-rndola con el simple posicionamiento de la cabeza y el cuello en posiciones concretas o el grupo control, encon-trando una mejora estadsticamente signicativa en las escalas de intensidad y afectacin en el grupo tratado con CV4. Sergueef (2002) (51), en un estudio con 23 participantes, encontr que la manipulacin craneal afecta a las ondas de Traube-Hering-Mayer (THM), mediadas por la activi-dad simptica y parasimptica, y por tanto, concluy en su estudio que la manipulacin craneal afecta al sistema nervioso autnomo.

    Prez Martnez (2003) (52), aplic la tcnica CV4 en un grupo de 60 sujetos normotensos e hipertensos, conclu-yendo que esta tcnica produce una disminucin de la presin arterial y la frecuencia cardiaca, siendo mayor la disminucin en la variable de presin arterial sistlica en el grupo de sujetos hipertensos.

    King (2003) (41) recogi datos de cuatro centros mdicos acerca del tipo de parto (cesrea, instrumental, etc), rotura articial de membranas, de mujeres que recibie-ron o no tratamiento osteoptico prenatal, consistente en tcnicas de msculo-energa, liberacin miofascial, estiramiento ligamentoso, balanceo de las tensiones membranosas, manipulaciones de alta velocidad y corta amplitud (thrust), tensin-relajacin y osteopata craneal. El estudi revel que las mujeres que recibieron trata-miento osteoptico prenatal, tuvieron un mejor desarro-llo del trabajo de parto y un mejor alumbramiento.

    Mills (2003) (53) incluy en su estudio a un total de 57 nios con edades comprendidas entre los 6 meses y los 6 aos, que presentaban episodios de otitis media aguda recurrentes. El tratamiento osteoptico, de unos 25 minutos de duracin, consisti en tcnicas de articula-cin, liberacin miofascial, balanceo de las tensiones membranosas y ligamentosas, facilitacin postural y/o tratamiento antibitico. Encontr que el grupo de inter-vencin tuvo menos episodios de otitis media aguda, mayor frecuencia de timpanogramas normales y menor necesidad de intervenciones quirrgicas. No se registra-ron reacciones adversas.

    Cutler (2005) (54), en un estudio con 20 voluntarios concluye que la tcnica CV4 disminuye el tiempo de latencia del sueo, comparado con el simple contacto y el grupo control.

    Hayden y Mullinger (2006) (40) analizaron el caso de 28 bebs con clico del lactante tratados con manipulacin craneal osteoptica, hallando una reduccin signicativa

    en el tiempo de llanto y una mejora signicativa en el tiempo total de sueo, en comparacin con los casos control.

    Degenhardt y Kuchera (2006) (55) estudiaron el caso de 8 nios entre 7 y 35 meses que sufran episodios de otitis media aguda recurrente, tratados una vez a la semana, durante tres semanas, utilizando balanceo suave de la tensin membranosa craneal y tratamiento miofascial, combinado con manipulacin osteoptica de las disfun-ciones somticas, encontradas predominantemente en las regiones torcicas, costal y craneal. Cinco de los ocho sujetos tratados (62,5%) no rerieron ningn episodio de otitis media aguda en un ao de seguimiento posterior tras el tratamiento.

    Lancaster y Crow (2006) (56) relatan en su artculo el caso de una mujer de 26 aos con parlisis de Bell (parlisis facial) a quien trataron utilizando tcnicas osteopticas, entre las que se encontraban tcnicas dirigidas al campo craneal. Los autores reeren la resolucin de los sntomas de la paciente al cabo de 2 semanas, tras 2 sesiones de tratamiento osteoptico de unos 20 minutos de duracin.

    Nelson (2006) (57), aplicando la tcnica CV4 en un grupo de 26 sujetos encontr un aumento en la frecuencia en el componente de Traube-Hering (TH) de velocidad del ujo sanguneo.

    Santos y Nonaka (2007) (44), utilizando diversos recursos de osteopata craneal y observando los resultados tras 4 semanas de tratamiento, encontraron una mejora signi-cativa del insomnio primario crnico, sobre todo de aquel catalogado como leve.

    Amiel-Tison y Soyez Papiernik (2008) (34) basndose en estudios randomizados determinaron que la osteopata craneal reduce signicativamente el grado de asimetra en plagiocefalia posicional.

    Duncan (2008) (37) en un estudio realizado en 55 nios con parlisis cerebral espstica moderada o severa y con edades comprendidas entre 20 meses y 12 aos, conclu-ye que series de tratamientos usando osteopata craneal, liberacin miofascial o ambas tcnicas, mejoran signica-tivamente la funcin motora de estos nios.

    Gerdner, Hart y Zimmerman (2008) (43) aplicaron la tcnica CV4 a 9 sujetos con demencia diariamente durante 6 semanas. Los hallazgos indicaron una reduc-cin estadsticamente signicativa del inventario de agitacin de Cohen-Manseld total y de las subescalas. Esta reduccin se mantuvo durante el periodo post-intervencin para las subescalas de no-agresin fsica y agitacin verbal. Los participantes se mostraron tambin

    ms cooperativos durante las actividades de cuidado y en las interacciones.

    Gillespie (2008) (39) se reere en su artculo al caso de un nio de 9 aos con asma y la mejora que reri tras varias sesiones de tratamiento crneo-sacro.

    Wahl (2008) (36), compara la ecacia de 1 a 5 sesiones de tratamiento osteoptico manipulativo y de la echinacea purprea en la prevencin de la otitis media aguda en nios de 12 a 60 meses, concluyendo en su estudio que la osteopata no reduce signicativamente el riesgo de otitis media aguda, y que la echinacea purprea no slo no lo reduce, sino que incluso podra incrementar ese riesgo.

    DISCUSIN

    En nuestro estudio hemos encontrado numerosas referen-cias acerca de las indicaciones y los benecios de la osteo-pata craneal, as como de los mltiples campos en los que podra actuar, sin embargo, son escasas las pruebas cient-cas que avalen estas indicaciones. Son necesarias ms investigaciones que demuestren qu efectos podemos esperar de las tcnicas que aplicamos, para as denir con ms claridad en qu casos estara indicado aplicarlas.

    Son muy pocos los estudios que cuentan con un nmero suciente de sujetos, o una metodologa rigurosa, por lo que muchos resultados no son generalizables. La tcnica ms ampliamente estudiada por los diferentes autores ha sido la tcnica de compresin del cuarto ventrculo (CV4) (43,45,52,54,57), tal vez por ser una de las tcnicas ms extendidas y de uso ms frecuente en la prctica diaria de la osteopata craneal, as como una de las tcnicas a las que se le atribuyen mayor nmero de efectos.

    Los hallazgos de Sergueef y Nelson (51), en relacin con la alteracin del componente TH de las ondas vasomoto-tas del ujo sanguneo, mediadas por la actividad simp-tica y parasimptica, demostraran que la manipulacin craneal afecta al sistema nervioso autnomo, y aunque el mecanismo an no est claro, abre un campo muy amplio en este sentido.

    La disminucin del tiempo de latencia del sueo (54) y la mejora del insomnio primario crnico (44) sustentaran la indicacin de uso de la terapia manipulativa craneal en casos de insomnio, y junto con el resultado del estudio de Gerdner (43), la disminucin de la agitacin en perso-nas con demencia, conrmaran que este tipo de tcni-cas inducen a un estado de profunda relajacin, con lo que podran estar indicadas en estados de ansiedad, estrs, trastornos emocionales...

    La mejora de la cefalea tensional tras la aplicacin de la tcnica CV4 (45), nos rearmara en la utilizacin de la misma para este n.

    En el campo peditrico encontramos autores que ree-ren efectividad en casos de plagiocefalia (34), asma (39), otitis media (36,53,55) y clico del lactante (40). Parece demostrada su ecacia en el tratamiento de plagiocefalia y clico del lactante. En otitis media, mientras que Degenhart y Kuchera hablan de un 62,5% de resolucin de los sntomas, sin que se volvieran a producir nuevos episodios de otitis media aguda tras un ao de segui-miento posterior, y Mills encuentra una menor repeticin de episodios de otitis media y mayor nmero de timpa-nogramas normales, Wahl no encontr el tratamiento osteoptico efectivo en la prevencin de este tipo de patologa. Teniendo en cuenta estos resultados, podra-mos decir que existira efectividad en el tratamiento de esta patologa, pero no en la prevencin. El problema es que tanto los primeros como el segundo utilizaron una amplia gama de tcnicas entre las que se encontraba la osteopata craneal, siendo Wahl el nico que la utiliz de manera aislada.

    En el caso del asma (39), el artculo slo se refera a un sujeto, aunque el autor comenta haber tratado con xito a bastantes nios con el mismo problema, sin embargo, un solo caso no constituye evidencia suciente.

    Lo mismo ocurre con el estudio de Lancaster y Crow (56), referido a una sola paciente, en la que consiguieron una remisin de los sntomas de parlisis facial.

    El trabajo de King (41), encontrando un mejor desarrollo del trabajo de parto y del alumbramiento en mujeres que recibieron tratamiento osteoptico prenatal, nos conr-mara la indicacin del tratamiento en este sentido, y nos anima a realizar nuevos estudios en este campo. Sin embargo, tampoco se utiliz el tratamiento craneal como tcnica nica, sino que se emplearon todo tipo de tcnicas osteopticas.

    La mejora en la funcin motora de nios con parlisis cerebral espstica, de moderada a grave (37), abre un amplio espectro de posibilidades para el tratamiento de este tipo de trastornos con terapia manipulativa craneal, sola o combinada con induccin miofascial.

    CONCLUSIONES

    1. Existen numerosas indicaciones teraputicas atribui-das a la osteopata craneal.

    2. Existen diversos estudios que evidencian que las tcnicas manipulativas craneales producen mlti-ples efectos siolgicos.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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  • Rev Fisioter (Guadalupe) 2011: 10 (1): 06/16

    Pgina 13

    Sanders (2001) (45) utiliz un grupo de 60 sujetos con cefalea tensional a los que aplic la tcnica CV4, compa-rndola con el simple posicionamiento de la cabeza y el cuello en posiciones concretas o el grupo control, encon-trando una mejora estadsticamente signicativa en las escalas de intensidad y afectacin en el grupo tratado con CV4. Sergueef (2002) (51), en un estudio con 23 participantes, encontr que la manipulacin craneal afecta a las ondas de Traube-Hering-Mayer (THM), mediadas por la activi-dad simptica y parasimptica, y por tanto, concluy en su estudio que la manipulacin craneal afecta al sistema nervioso autnomo.

    Prez Martnez (2003) (52), aplic la tcnica CV4 en un grupo de 60 sujetos normotensos e hipertensos, conclu-yendo que esta tcnica produce una disminucin de la presin arterial y la frecuencia cardiaca, siendo mayor la disminucin en la variable de presin arterial sistlica en el grupo de sujetos hipertensos.

    King (2003) (41) recogi datos de cuatro centros mdicos acerca del tipo de parto (cesrea, instrumental, etc), rotura articial de membranas, de mujeres que recibie-ron o no tratamiento osteoptico prenatal, consistente en tcnicas de msculo-energa, liberacin miofascial, estiramiento ligamentoso, balanceo de las tensiones membranosas, manipulaciones de alta velocidad y corta amplitud (thrust), tensin-relajacin y osteopata craneal. El estudi revel que las mujeres que recibieron trata-miento osteoptico prenatal, tuvieron un mejor desarro-llo del trabajo de parto y un mejor alumbramiento.

    Mills (2003) (53) incluy en su estudio a un total de 57 nios con edades comprendidas entre los 6 meses y los 6 aos, que presentaban episodios de otitis media aguda recurrentes. El tratamiento osteoptico, de unos 25 minutos de duracin, consisti en tcnicas de articula-cin, liberacin miofascial, balanceo de las tensiones membranosas y ligamentosas, facilitacin postural y/o tratamiento antibitico. Encontr que el grupo de inter-vencin tuvo menos episodios de otitis media aguda, mayor frecuencia de timpanogramas normales y menor necesidad de intervenciones quirrgicas. No se registra-ron reacciones adversas.

    Cutler (2005) (54), en un estudio con 20 voluntarios concluye que la tcnica CV4 disminuye el tiempo de latencia del sueo, comparado con el simple contacto y el grupo control.

    Hayden y Mullinger (2006) (40) analizaron el caso de 28 bebs con clico del lactante tratados con manipulacin craneal osteoptica, hallando una reduccin signicativa

    en el tiempo de llanto y una mejora signicativa en el tiempo total de sueo, en comparacin con los casos control.

    Degenhardt y Kuchera (2006) (55) estudiaron el caso de 8 nios entre 7 y 35 meses que sufran episodios de otitis media aguda recurrente, tratados una vez a la semana, durante tres semanas, utilizando balanceo suave de la tensin membranosa craneal y tratamiento miofascial, combinado con manipulacin osteoptica de las disfun-ciones somticas, encontradas predominantemente en las regiones torcicas, costal y craneal. Cinco de los ocho sujetos tratados (62,5%) no rerieron ningn episodio de otitis media aguda en un ao de seguimiento posterior tras el tratamiento.

    Lancaster y Crow (2006) (56) relatan en su artculo el caso de una mujer de 26 aos con parlisis de Bell (parlisis facial) a quien trataron utilizando tcnicas osteopticas, entre las que se encontraban tcnicas dirigidas al campo craneal. Los autores reeren la resolucin de los sntomas de la paciente al cabo de 2 semanas, tras 2 sesiones de tratamiento osteoptico de unos 20 minutos de duracin.

    Nelson (2006) (57), aplicando la tcnica CV4 en un grupo de 26 sujetos encontr un aumento en la frecuencia en el componente de Traube-Hering (TH) de velocidad del ujo sanguneo.

    Santos y Nonaka (2007) (44), utilizando diversos recursos de osteopata craneal y observando los resultados tras 4 semanas de tratamiento, encontraron una mejora signi-cativa del insomnio primario crnico, sobre todo de aquel catalogado como leve.

    Amiel-Tison y Soyez Papiernik (2008) (34) basndose en estudios randomizados determinaron que la osteopata craneal reduce signicativamente el grado de asimetra en plagiocefalia posicional.

    Duncan (2008) (37) en un estudio realizado en 55 nios con parlisis cerebral espstica moderada o severa y con edades comprendidas entre 20 meses y 12 aos, conclu-ye que series de tratamientos usando osteopata craneal, liberacin miofascial o ambas tcnicas, mejoran signica-tivamente la funcin motora de estos nios.

    Gerdner, Hart y Zimmerman (2008) (43) aplicaron la tcnica CV4 a 9 sujetos con demencia diariamente durante 6 semanas. Los hallazgos indicaron una reduc-cin estadsticamente signicativa del inventario de agitacin de Cohen-Manseld total y de las subescalas. Esta reduccin se mantuvo durante el periodo post-intervencin para las subescalas de no-agresin fsica y agitacin verbal. Los participantes se mostraron tambin

    ms cooperativos durante las actividades de cuidado y en las interacciones.

    Gillespie (2008) (39) se reere en su artculo al caso de un nio de 9 aos con asma y la mejora que reri tras varias sesiones de tratamiento crneo-sacro.

    Wahl (2008) (36), compara la ecacia de 1 a 5 sesiones de tratamiento osteoptico manipulativo y de la echinacea purprea en la prevencin de la otitis media aguda en nios de 12 a 60 meses, concluyendo en su estudio que la osteopata no reduce signicativamente el riesgo de otitis media aguda, y que la echinacea purprea no slo no lo reduce, sino que incluso podra incrementar ese riesgo.

    DISCUSIN

    En nuestro estudio hemos encontrado numerosas referen-cias acerca de las indicaciones y los benecios de la osteo-pata craneal, as como de los mltiples campos en los que podra actuar, sin embargo, son escasas las pruebas cient-cas que avalen estas indicaciones. Son necesarias ms investigaciones que demuestren qu efectos podemos esperar de las tcnicas que aplicamos, para as denir con ms claridad en qu casos estara indicado aplicarlas.

    Son muy pocos los estudios que cuentan con un nmero suciente de sujetos, o una metodologa rigurosa, por lo que muchos resultados no son generalizables. La tcnica ms ampliamente estudiada por los diferentes autores ha sido la tcnica de compresin del cuarto ventrculo (CV4) (43,45,52,54,57), tal vez por ser una de las tcnicas ms extendidas y de uso ms frecuente en la prctica diaria de la osteopata craneal, as como una de las tcnicas a las que se le atribuyen mayor nmero de efectos.

    Los hallazgos de Sergueef y Nelson (51), en relacin con la alteracin del componente TH de las ondas vasomoto-tas del ujo sanguneo, mediadas por la actividad simp-tica y parasimptica, demostraran que la manipulacin craneal afecta al sistema nervioso autnomo, y aunque el mecanismo an no est claro, abre un campo muy amplio en este sentido.

    La disminucin del tiempo de latencia del sueo (54) y la mejora del insomnio primario crnico (44) sustentaran la indicacin de uso de la terapia manipulativa craneal en casos de insomnio, y junto con el resultado del estudio de Gerdner (43), la disminucin de la agitacin en perso-nas con demencia, conrmaran que este tipo de tcni-cas inducen a un estado de profunda relajacin, con lo que podran estar indicadas en estados de ansiedad, estrs, trastornos emocionales...

    La mejora de la cefalea tensional tras la aplicacin de la tcnica CV4 (45), nos rearmara en la utilizacin de la misma para este n.

    En el campo peditrico encontramos autores que ree-ren efectividad en casos de plagiocefalia (34), asma (39), otitis media (36,53,55) y clico del lactante (40). Parece demostrada su ecacia en el tratamiento de plagiocefalia y clico del lactante. En otitis media, mientras que Degenhart y Kuchera hablan de un 62,5% de resolucin de los sntomas, sin que se volvieran a producir nuevos episodios de otitis media aguda tras un ao de segui-miento posterior, y Mills encuentra una menor repeticin de episodios de otitis media y mayor nmero de timpa-nogramas normales, Wahl no encontr el tratamiento osteoptico efectivo en la prevencin de este tipo de patologa. Teniendo en cuenta estos resultados, podra-mos decir que existira efectividad en el tratamiento de esta patologa, pero no en la prevencin. El problema es que tanto los primeros como el segundo utilizaron una amplia gama de tcnicas entre las que se encontraba la osteopata craneal, siendo Wahl el nico que la utiliz de manera aislada.

    En el caso del asma (39), el artculo slo se refera a un sujeto, aunque el autor comenta haber tratado con xito a bastantes nios con el mismo problema, sin embargo, un solo caso no constituye evidencia suciente.

    Lo mismo ocurre con el estudio de Lancaster y Crow (56), referido a una sola paciente, en la que consiguieron una remisin de los sntomas de parlisis facial.

    El trabajo de King (41), encontrando un mejor desarrollo del trabajo de parto y del alumbramiento en mujeres que recibieron tratamiento osteoptico prenatal, nos conr-mara la indicacin del tratamiento en este sentido, y nos anima a realizar nuevos estudios en este campo. Sin embargo, tampoco se utiliz el tratamiento craneal como tcnica nica, sino que se emplearon todo tipo de tcnicas osteopticas.

    La mejora en la funcin motora de nios con parlisis cerebral espstica, de moderada a grave (37), abre un amplio espectro de posibilidades para el tratamiento de este tipo de trastornos con terapia manipulativa craneal, sola o combinada con induccin miofascial.

    CONCLUSIONES

    1. Existen numerosas indicaciones teraputicas atribui-das a la osteopata craneal.

    2. Existen diversos estudios que evidencian que las tcnicas manipulativas craneales producen mlti-ples efectos siolgicos.

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  • Sanders (2001) (45) utiliz un grupo de 60 sujetos con cefalea tensional a los que aplic la tcnica CV4, compa-rndola con el simple posicionamiento de la c