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Introducción a la diabetes, la prediabetes, el síndrome metabólico y la reparación metabólica SUPLEMENTO DE Antidiabetes: El Protocolo de reparación metabólica del Dr. Pescatore

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Introducción a la diabetes, la prediabetes,

el síndrome metabólico y la reparación metabólica

SUPLEMENTO DE

Antidiabetes: El Protocolo de reparación metabólica del Dr. Pescatore

Angel Deblas
Page 2: Introducción a la diabetes, la prediabetes, el síndrome ... · Lo peor de todo es que, de ellas, más de 2 millones (el 43% del total) desconoce que pade-ce la enfermedad, con el

Introducción a la diabetes, la prediabetes, el síndrome metabólico y la reparación metabólica2

La prediabetes y la diabetes se han converti-do en una epidemia. El número de personas que padecía esta enfermedad ya en 2014 en todo el mundo alcanzaba los 422 millones (con una pre-valencia del 8,5% de la población)1, y se calcula que en 2015 esta enfermedad fue la causa directa de 1,6 millones de muertes a nivel global.

Pero es que la tendencia no muestra sínto-mas de frenarse. Según el estudio epidemiológico [email protected], en España cada año se diagnostican más de 300.000 nuevos casos, alcanzando el total de afectados por diabetes tipo 2 el el 13,8% de los ciudadanos mayores de 18 años (lo que equi-vale a más de 5,3 millones de personas).

Lo peor de todo es que, de ellas, más de 2 millones (el 43% del total) desconoce que pade-ce la enfermedad, con el agravante que eso supo-ne. Y es que estos perfiles tienen hasta un 50% más de probabilidades de fallecer que las perso-nas que no sufren la enfermedad.

Por otro lado, un dato también relevante y preocupante es que el 12,6% de la población -más de 4,8 millones de personas- tienen intolerancia a la glucosa o glucosa basal alterada, lo que se corresponde con situación de “prediabetes”3.

Y esto es especialmente grave porque, tam-bién sin saberlo, el paciente empieza a sufrir en su organismo y en su calidad de vida los estragos de la diabetes tiempo antes incluso de ser decla-rada la enfermedad.

Así, las últimas estadísticas muestran que la inmensa mayoría de los adultos mayores de 20 años diagnosticados de diabetes son mucho más propensos a4:

• Tener hipertensión en niveles de alto ries-go, de 140/90 mmHg o mayor.

• Sufrir un ictus.• Fallecer debido a una enfermedad cardio-

vascular.• Tener que ser hospitalizado a causa de un

ataque al corazón.• Recibir un diagnóstico de retinopatía dia-

bética (deterioro de los vasos sanguíneos de la retina con resultado de problemas de visión e incluso ceguera).

• Padecer insuficiencia renal relacionada con la diabetes (con necesidad de diálisis o de trasplante).

• Sufrir una amputación de los miembros inferiores a consecuencia directa de las complicaciones relacionadas con la enfer-medad (cientos de miles de pacientes se ven sometidos a ellas anualmente en todo el mundo).

Sumando todo lo anterior cualquiera puede darse cuenta de lo que cuesta a un país la gestión de esta enfermedad con visos de epidemia (en concreto, en España representa un gasto de cerca de 2.000 millones de euros).

Ahora bien, aunque estos terribles datos es-tadísticos son motivo de alarma no debe cundir el pánico. Los estudios más recientes demues-tran que es posible revertir la prediabetes antes de la aparición de la diabetes tipo 2 gracias a drásticos cambios en los hábitos y en el modo de vida.

En mi “Protocolo de reparación metabólica” se incluyen recomendaciones y explicaciones en relación con esos cambios, pero antes...

¿Qué es la reparación metabólica?

En resumen, la reparación metabólica y el equilibrio metabólico posterior son situaciones

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en las que el cuerpo obtiene exactamente el nivel de nutrición que le permite emplear los nutrien-tes eficazmente, para un funcionamiento óptimo. Por desgracia, hay demasiadas personas que están en situación de desequilibrio del metabolismo, sobre todo en lo que al azúcar se refiere.

Es posible que usted ya conozca los términos “síndrome metabólico” y “prediabetes”. Rela-tivamente nuevos, se emplean para referirse a personas en situación de desequilibrio del meta-bolismo. Y, si no se vigilan, tanto el uno como el otro pueden degenerar en obesidad y, más ade-lante, en diabetes tipo 2.

Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) e importantes informes internacionales5, el síndrome metabó-lico es una combinación de distintos factores de riesgo de la diabetes, entre ellos presión arterial alta, altos niveles de triglicéridos, bajo colesterol HDL (el denominado “colesterol bueno”), exceso de grasa abdominal o un perímetro de cintura pronunciado (en concreto, superior a los 110 cm en el caso de los hombres y a los 88 cm en el de la mujeres) y aumento de la resistencia a la insulina.

La función primordial de la insulina es meta-bolizar el azúcar en sangre, facilitando la entrada de la glucosa en la célula, para que pueda bien almacenarse, bien aportarnos energía. La resisten-cia a la insulina se da cuando el cuerpo necesita cada vez más insulina para obtener los mismos resultados, mientras se consideran “prediabetes” unos niveles levemente elevados de azúcar en sangre.

Las personas con síndrome metabólico pre-sentan un elevado riesgo de desarrollar predia-betes y diabetes, aunque también es posible que

aparezca la resistencia a la insulina sin que haya un alto nivel de azúcar en sangre.

Por último, la diabetes mellitus tipo 2 apare-ce cuando la producción pancreática de insulina desciende a niveles bajos y la acción de la insuli-na no es capaz de metabolizar adecuadamente la glucosa. En otras palabras: cuando el organismo ya no es capaz de producir suficiente insulina para metabolizar adecuadamente el azúcar.

En ciertos casos (aunque relativamente pocos), el cuerpo deja de producir insulina por completo. Un repunte del nivel de azúcar en san-gre demasiado alto supone un gran peligro, con riesgo de complicaciones importantes.

¿Qué es lo que se debe vigilar?

La mejor manera de saber si se padece resis-tencia a la insulina o un nivel alto de azúcar en sangre es acudir al médico y solicitar un análisis de sangre. Con esos resultados se puede obtener un diagnóstico fiable de prediabetes.

• Lo primero que necesitamos es una prueba de la hemoglobina glicosilada o HbA1C. Este análisis indicará si el nivel de azúcar en sangre de las últimas 6 semanas está bajo control. Un resultado de HbA1C por debajo de 5 es óptimo, entre 5 y 5,6 es bueno, entre 5,7 y 6,3 supone un indicio de prediabetes y, por encima de 6,3 supone oficialmente diabetes. En la fase de predia-betes el objetivo debe ser volver a un nivel de HbA1C por debajo de 5, que es el que garantiza la salud. No obstante, si ya se padece diabetes intentar recuperar ese nivel puede resultar peligroso. Según un estudio, los diabéticos con niveles de HbA1C por debajo de 7 presentaban el nivel más eleva-

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do de riesgo de fallecimiento6. Por tanto, el objetivo para los diabéticos será mantener-se, al menos, entre 6,5 y 7 puntos.

• Lo segundo que hay que evaluar es el nivel de glucosa en sangre en ayunas, que mide la cantidad de azúcar en sangre tras un período mínimo de 12 horas de ayuno. Si el nivel de azúcar en sangre en ayunas está entre 70 y 80, uno puede considerar-se sano. Entre 80 y 95, es el momento de encender la señal de aviso “en ámbar”: conviene empezar a tomar precauciones. Un resultado de entre 95 y 110 ya indica prediabetes y, por su parte, todo lo que pase de 110 es indicio de diabetes (mien-tras no se demuestre lo contrario).

Es preciso comprender qué significan estos datos para saber de verdad en qué punto se en-cuentra cada uno en el camino hacia la diabetes.

Con todo, también hay ciertas señales de alerta que se perciben con la simple observación. Por ejemplo, un aumento de la sed o que aumente la frecuencia de las micciones, sobre todo por las noches. Una sensación de fatiga poco habitual, los antojos continuos de carbohidratos o la visión bo-rrosa son también señales reveladoras. Y asimismo el aumento de la presión arterial es otro indicio de resistencia a la insulina (estado que en realidad no suele presentar ningún síntoma específico). A su vez, las jaquecas leves, los mareos o las hemorra-gias nasales son indicios de presión arterial alta (es decir, hipertensión arterial -HTA-).

Otros síntomas que tangibles son los altos niveles de triglicéridos, el descenso del colesterol HDL (el “colesterol bueno”) y el exceso de perí-metro abdominal. Como siempre, el médico es el más capacitado para medir estos niveles y adver-tirle si está en riesgo.

Quienes estén más preocupados y ya se hayan tomado la molestia de investigar un poco seguramente habrán encontrado algún test de riesgo de diabetes (como por ejemplo el Dia-betes Risk Test, del sitio web de la Asociación Estadounidense de la Diabetes). Estos emplean parámetros como la edad, el peso, los anteceden-tes familiares, la estatura, la presión arterial o el nivel de actividad física para establecer el riesgo de desarrollar diabetes.

1. ¿Consume azúcar?

2. ¿Consume alimentos procesados?

3. ¿Consume harina blanca?

4. ¿Bebe cerveza o vino?

5. ¿Le apetece a veces comer dulces o alimentos salados?

6. ¿Se salta a veces la rutina de sus ejercicios?

7. ¿Se siente o mareado o somnoliento por las tardes?

8. ¿Se ha sentido alguna vez deprimido?

9. ¿Pesa 5 kg más, como mínimo, que cuando era estudiante?

10. ¿Toma refrescos light?

11. ¿Toma refrescos no light?

12. ¿Cocina con aceite de colza?

13. ¿Consume margarina?

14. ¿Le cuesta perder peso, aunque haga ejercicio?

15. ¿Siente que tiene menos energía que hace años?

* Un sí en cualquiera de estas preguntas implica que usted podría estar en riesgo.

TEST DE RIESGO DE DIABETES

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Ahora bien, en concreto el Diabetes Risk Test no es eficaz por varios motivos. El primero y más importante es que no incluye ninguna pregunta sobre el consumo de azúcar ni sobre otros aspec-tos mucho más importantes que la edad o inclu-so que el peso. Por tanto, a quienes les preocupe el riesgo de padecer diabetes, o a quienes ya sean prediabéticos, les irá mejor contestar a la lista de preguntas que ha visto en la página anterior, con cuestiones bastante más útiles para llevar a cabo una autoevaluación.

Si responde afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, incluso si no se tiene sobrepeso, usted podría estar en riesgo de ser un futuro pre-diabético. Por desgracia, este test lo “suspende-rán” muchas de las personas que lo realicen. Pero lo bueno es que en eso yo puedo ayudarles.

Peligros y efectos secundarios de la prescripción de medicamentos para la diabetes y de los conse-jos dietéticos desfasados

Hoy por hoy muchos médicos, nada más diagnosticar “prediabetes”, lo que hacen es prescribir un tratamiento de medicamentos para tratar de prevenir el desarrollo de la enfermedad. Incluso se han presentado no hace mucho unas orientaciones “nuevas y mejoradas” para el diag-nóstico de la diabetes por parte de la Asociación Estadounidense de la Diabetes, que en realidad lo que han hecho no es más que bajar aún más el listón del nivel de azúcar en sangre considerado “saludable”, abriendo la puerta a que millones de personas que antes estaban “sanas” empiecen a tomar medicamentos potentes en tratamientos a largo plazo.

Habrá quien se pregunte: “¿Y por qué no puedo hacer lo que quiera y después tomarme las medicinas que hagan falta?”. Al fin y al cabo, la per-

cepción general es que los medicamentos son la solución más rápida y más sencilla para todo.

Pues bien, el mero hecho de que exista un medicamento para alguna dolencia no quiere decir que este sea beneficioso (ni que necesaria-mente vaya a funcionar). De hecho, según un estudio, la toma de medicamentos con receta para mantener un control excesivamente estricto del azúcar en sangre acarrea graves problemas de salud y prácticamente no conlleva ningún bene-ficio.

Pongamos que un día le diagnostican dia-betes (o prediabetes) y el médico le receta un medicamento común llamado Actos, aprobado desde el año 2000 por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés)7. En ese caso sería bueno que conociese un estudio de 2011 (convenientemente patrocinado por el fabricante del medicamento) que se llevó a cabo con el fin de comprobar si el Actos era capaz de prevenir el desarrollo de la diabetes en pacientes, varones y mujeres de prediabetes8..

Fue un éxito. El fármaco Actos reducía el ries-go de desarrollar plenamente la enfermedad en un porcentaje apabullante: ¡el 71%!

Y, por supuesto, los medios de comunicación más importantes publicaron artículos en los que loaban las proezas del medicamento “milagro-so”. Lo que callaron, en cambio, era que Actos puede aumentar el riesgo de cáncer de vejiga y que, cuanto más se tome, más aumenta ese riesgo (una relación que llegó a investigar la propia Administración de Alimentos y Medicamentos -FDA, por sus siglas en inglés- estadounidense9).

Por si eso no es motivo suficiente para recha-zarlo, permítame recordarle al gemelo malvado

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de Actos, el medicamento Avandia. Los estudios también demostraron que los prediabéticos que se trataron con Avandia reducían el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, pero que el fármaco aumentaba el riesgo de sufrir ataques al cora-zón10. De hecho, se considera tan peligroso que en Europa ya se ha prohibido.

Luego está la metformina, puede que el medicamento más utilizado frente a la diabetes. Se empezó a comercializar hace décadas y parece que es más seguro que el Actos o el Avandia. Los estudios demuestran que es capaz de reducir la progresión a diabetes tipo 2 en un 30%11. Y, en las contadas ocasiones en las que el “Protocolo de reparación metabólica” no es suficiente, este es uno de los fármacos a considerar.

Sin embargo, un estudio de 2002 publicado en el New England Journal of Medicine y patrocina-do por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) norteamericanos y la Asociación Estadounidense de la Diabetes comparó los beneficios de un cam-bio en el estilo de vida (dieta, pérdida de peso, ejercicio físico…) frente a la eficacia de la metfor-mina en la prevención de la diabetes tipo 212. Y, después de 3 años de investigación, los científicos comprobaron que el grupo de los cambios en los hábitos de vida presentaba casi el doble de proba-bilidades de evitar la diabetes tipo 2.

Y si eso sigue sin parecerle es una prueba sólida de que se puede prescindir de los medi-camentos siempre que se pueda, también puede acudir a otro estudio publicado en 2015 por el Journal of American Medical Association.

Unos investigadores de Yale descubrieron que la toma de medicamentos durante un perío-do de 10 años para controlar mejor el azúcar en sangre no aportaba ninguna mejoría real a los

pacientes diabéticos13. En realidad, sufrían más ataques de hipoglucemia (baja concentración de azúcar en sangre), la cual puede derivar en un rit-mo cardíaco anormal, mareos e incluso pérdida de la consciencia.

La buena noticia es que es posible evitar por completo estos peligros si se le presta al organis-mo la ayuda necesaria desde un principio (y sin tomar fármacos, salvo en casos particulares).

¿Cómo? En el “Protocolo de reparación me-tabólica” va a averiguarlo.

Ahora bien, incluso un método de preven-ción de diabetes presenta retos, sobre todo en el momento de acometer los cambios adecuados en la dieta.

“Sin grasa”, “bajo en calorías”, “con edulcoran-te” son etiquetas que vemos en los alimentos y que, en teoría, deberían ayudar a disminuir el perímetro de la cintura y librarnos de la obesidad y de la diabetes. Pero lo cierto es que los proto-colos convencionales y mayoritarios no ya solo perjudican más que benefician, sino que encima abocan al fracaso a quien los sigue.

Y es que lo que hacen los fabricantes de alimentos al eliminar las grasas es añadir azúcar y otros ingredientes nocivos. Además, las dietas bajas en grasas pueden causar una drástica reduc-ción del colesterol HDL (recordemos, el “bue-no”) y repuntes peligrosos del nivel triglicéridos.

Quizá lo peor de todo sea que no contienen suficiente grasa buena, dado que esta tiene una enorme importancia en el organismo. En realidad, la grasa ralentiza el paso de los azúcares a la sangre, lo que evita los picos bruscos de hiperglucemia (conocidos como “subidas de azúcar”) que apare-

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cen tras la ingesta de alimentos. En suma, la grasa saludable ayuda a que el metabolismo funcione de forma mucho más eficaz, que es lo que debe bus-carse en el caso del equilibrio metabólico.

En un estudio relativamente reciente publi-cado en los Annals of Internal Medicine los investi-gadores llegaron a la conclusión de que las dietas bajas en grasas, en realidad, podrían aumentar el riesgo de diabetes. Y además los participantes que consumieron productos lácteos con todo su contenido en grasas -natas, quesos…- presenta-ron un 60% menos de probabilidad de convertir-se en diabéticos14.

Asimismo, tenían:

• Menos grasa corporal.• Mayor nivel del colesterol HDL (“bueno).• Menores niveles de proteína C reactiva (un

marcador de inflamación).• Menor nivel de triglicéridos.

Resultados como los de este estudio echan por tierra la opinión generalmente aceptada de que hay que desterrar la grasa. La grasa buena es necesaria; lo que hay es que tener muy en cuenta su calidad.

En definitiva, todo pasa por reducir el consumo de azúcar sin eliminar por completo las grasas y las calorías; ¡incluso pueden ser incluidos en el menú cierto tipo de hidratos de carbono!

En el “Protocolo de reparación meta-bólica” encontrará todos los detalles. Por el momento, basta con recordar que todos estos productos bajos en grasa, bajos en hidratos de carbono, bajos en calorías… simplemente ¡no funcionan! Y que lo único que se necesita para la reparación metabólica, para revertir la prediabetes y, por tanto, para prevenir la diabetes es cambiar de dieta y de hábitos de ejercicio.

Fuentes:1. https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.0030442

2. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21987347

3. https://www.fundaciondiabetes.org/prensa/297/la-diabetes-en-espana

4. http://www.diabetes.org/diabetes-basics/statistics/?loc=db-slabnav

5. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19805654

6. http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0068008

7. https://www.ema.europa.eu/en/documents/overview/actos-epar-summary-public_es.pdf

8. http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1010949?query=featured_home&&

9. http://www.bmj.com/content/344/bmj.e3645

10. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25166288

11. http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa012512

12. http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa012512#t=article

13. http://archinte.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=2089233#ArticleInformation

14. https://annals.org/aim/article-abstract/1900694/effects-low-carbohydrate-low-fat-diets-randomized-trial

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FED PESCATORE, MD, es un médico fuera de lo común que lle-va más de treinta años inmerso en el objetivo de lograr la reversión de la diabetes. Ha escrito libros superventas y asesora a algunas de las instituciones médicas más innovadoras.Muchas personas recorren miles de kilómetros para acceder a su conocimiento y experiencia, y su protocolo antidiabetes ya ha ayudado a muchas personas a curarse de esta enfermedad.Desde que se licenció en la Facultad de Medicina de Columbia (EEUU), el Dr. Pescatore centró sus preocupaciones en la salud metabólica y amplió sus conocimientos estudiando en el sudeste asiático, India, Japón, África y Europa. Ha practicado la medicina junto a algunos de los médicos más respetados en la actualidad y las técnicas que ha reunido se han convertido en parte de su amplio conocimiento y experiencia.Gracias a su arduo trabajo y a su pasión por conseguir progresos reales frente a la pandemia de la diabetes en Estados Unidos, el Dr. Pescatore llegó a ser director médico asociado en The Atkins Center for Complimentary Medicine.Allí trabajó durante cinco años, creando sus técnicas, refinando sus métodos y descubriendo los factores ocultos asociados a la enfermedad. Pronto comprendió que en la diabetes, tanto para prevenirla como para revertirla, es necesario ir mucho más allá del azúcar que circula libremente por la sangre.Identificando estos factores, descubriendo sus causas y encon-trando soluciones, el Dr. Pescatore empezaba a vislumbrar la

posibilidad de revertir la diabetes. Finalmente se sintió preparado para abrir su propia consulta en uno de los círculos médicos más elitistas del mundo, en Nueva York. Quería lograr los máximos avances sobre la diabetes.

Era el “recién llegado”, pero en poco tiempo el Dr. Pescatore tenía la agenda repleta y llenaba las salas en las que impartía sus confe-rencias. Pronto se convirtió en el médico nutricionista de referen-cia y sus casos de éxito se difundieron por todo el mundo.

Debido al respeto que el Dr. Pescatore se ha ganado en la industria de suplementos nutricionales, también es consultor para muchas empresas y ha sido fundamental para el desarrollo y la prueba clínica de muchos productos nutricionales líderes. Es presidente de distintas asociaciones internacionales y americanas de nu-tricionistas, así como miembro del Colegio Americano para el Avance de la Medicina y pertenece a muchas otras organizaciones profesionales.

El Dr. Pescatore hace que la buena salud sea fácil de entender y alcanzable para cualquier edad y sea cual sea su condición física. Su enfoque natural para la curación se enfrenta a la obsesión mo-derna de curar todo con medicamentos y la cirugía, métodos que además causan innumerables efectos secundarios. Y no son solo sus pacientes los que están cosechando los beneficios. Además, interviene en tertulias televisivas, programas de radio e imparte se-minarios presenciales para pacientes y colegas explicando algunas claves de sus métodos metabólicos.

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