josué y jueces
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JOSUÉ Y JUECES JOSUÉ Y JUECES
INTRODUCCIÓN.
l libro de Josué forma parte de la obra
deuteronomista, la cual, inicia su relato
desde la víspera de la entrada de Israel en
Canaán, continuándolo hasta el destierro en Babilonia.
En él hace gala, el pueblo de Israel y sobre todo su Dios,
de un militarismo y crueldad extrema; ya que según los
relatos, ciudades enteras eran masacradas, citándose
preceptos divinos que exigían el exterminio de las
poblaciones locales, todo en el proceso de la conquista
de la tierra prometida.
ESTRUCTURA.
El libro de Josué se encuentra estructurado por dos
partes que se cierran a la vez con tres conclusiones:
La conquista de la tierra Josué (1 -2).
Josué envía espías a Jericó los cuales son hospedados
y a la vez reciben apoyo en la casa de Rahab, una
prostituta de aquella ciudad (2). Luego los israelitas
cruzan el Jordán y acampan en Guilgal (3-4) y es aquí
donde procede la circuncisión y la celebración de la
primera pascua en Canaán (5). La conquista comienza
por la ciudad de Jericó (cap.6) y continúa con la de Ay
(8). Luego de una serie de guerras por la conquista de
la tierra, la primera parte del libro termina con una
lista que enumera a los reyes vencidos y las ciudades
conquistadas. (12)
La segunda parte comprende el reparto de la tierra (13 -
21) en un determinado orden: primero las tribus de
Transjordania, Gad, Rubén y la media tribu de Manasés
(13); luego las tres grandes tribus, Judá, Efraín y
Manasés (14-17), y las siete restantes (18-19).
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Finalmente se enumera los lugares de asilo y las
ciudades levíticas (20-21). Todo lo anterior viene a ser
el cumplimiento de las órdenes contenidas en el libro
de Números donde se abordan los criterios para el
reparto y los nombres de las personas que lo realizarían
(Nm 33,50-56).
Cierran el l ibro tres conclusiones:
La despedida de las tribus de Rubén, Gad y la media de
Manasés que regresan a Transjordania (22), el discurso
de despedida de Josué (23) y la asamblea de Siquén
(24).
INTRODUCCIÓN ( CAPÍTULO 1)
1 Discurso de instalación
1,1-9 YHWH a Josué: Sucesor de Moisés
1,10-26 Josué al pueblo: Compromiso
RELATOS DE CONQUISTA (CAPÍTULOS 2-12)
2-5 Prolegómenos
2 Los espías de Jericó
3-4
Travesía del Jordán, erección de 12
piedras, apl icación catequética
5,1-12 Primeras ceremonias en Guilgal
5,13-15 Conclusión y transición
6,1-10,27 3 Relatos de conquista ejemplares
6 Conquista de Jericó
7,1-8,29 Conquista de Ay
8,30-35 Interludio: ceremonia en Siquén
9,1-10,27 I srael y Gabaón
10,28-12,24
Ampliación de la conquista y
epílogo
10,28-43 Expedición en el Sur
11,1-15 Expedición en el Norte
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11,16-23 Conclusión
12,1-24 Lista de los reyes vencidos
REPARTO DEL PAÍS (CAPÍTULOS 13-22)
13 Introducción
14-19 Distr ibuciones hechas por Josué
14 Caleb en Guilgal
15 Judá
16-17 Efraín y media tr ibu de Manasés
18,1-8
Interludio: nuevo envío de espías a
Si ló
18,11-28 Benjamín
19,1-9 Simeón
19,10-16 Zabulón
19,17-23 I sacar
19,24-31 Aser
19,32-39 Neftal í
19,40-48 Dan
19,49-50
Josué (atr ibución de una ciudad de
Efraín)
19,51 Conclusión de Josué 18-19
ASPECTOS TEOLÓGICOS DEL LIBRO DE
JOSUÉ.
El libro de Josué es principalmente un libro teológico,
encontramos que toda la doctrina de la alianza es
presentada de diferentes maneras, tanto en relatos,
ritos, discursos y guerras. Se puede ver la f idelidad de
Dios hacia un pueblo que guarda sus estatutos y leyes,
en consecuencia de esto Dios se mantiene propicio
hacia ellos. Hay muchos mensajes que podemos
encontrar en este l ibro y detallaremos algunos.
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Fidelidad de Dios.
La antesala al libro de Josué según Dtr. es la
destrucción de la ciudad santa y el destierro. En medio
de esa crisis se empezó a tildar a Dios de infiel, cuando
en realidad eran los reyes y el mismo pueblo quienes
eran infieles. Dios siempre es la f idelidad
personificada, él siempre cumple.
La tierra.
Todo el eje central del l ibro de Josué es la tierra
prometida, Canaán. Pero esta tierra, tanto durante su
conquista y el reparto de la tierra conquistada, no se
debe tomar como un espacio geográfico sino como una
dimensión teológica. La tierra es identificada como un
regalo gratuito por parte de Dios en cumplimiento a la
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promesa dad por él a sus padres, el libro de Josué es el
cumplimiento o conquista de la tierra de parte de Dios
a su promesa.
Unidad.
Que hubiera una reunificación de todos los deportados
bajo el liderazgo de un gran líder no es otra cosa más
que la intención Dtr. de plasmar sus anhelos durante el
tiempo del destierro y trae estas aspiraciones hasta los
orígenes del pueblo y de la tierra prometida.
Guerra Santa.
Es común encontrar en todo el libro de Josué las
muchas guerras narradas, también la presencia del arca
de la alianza en las batallas. Todo esto tiene un gran
significado teológico pues son las batallas de Dios, un
Dios que siempre está con su pueblo, cada combatiente
está seguro de la victoria porque él va con ellos; aquí la
fe es algo esencial, deben tenerla y no deben de temer.
También se pone en práctica el “herem” que era la
ejecución de todos los vencidos y de sus bienes, podían
arrasar con ciudades enteras, y esto por dos posibles
razones: la primera, como una forma de consagración
a Dios y el sacrificio de todo el botín. La segunda, para
evitar contaminarse de los dioses y cultos de los
idólatras.
La ley.
Toda la teología del libro de Josué está inspirada en la
ley (el “libro de la ley”). Podemos mencionar algunos
ejemplos: el discurso inaugural (Jos. 1:7 -9), la liturgia
sobre el monte Ebal (Jos. 8:34-35), a la hora despedir
a las tribus (Jos. 22:5) y el discurso final (Jos. 23:6).
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Una nueva etapa de la historia.
Para Dtr. cada una de las etapas de la historia ha tenido
una figura emblemática que es una representación de
la obra salvífica de Dios; primero Abraham, luego
Moisés y ahora Josué. Él representa la obediencia como
ejemplo a seguir del pueblo hacia Dios, las vi ctorias y
conquistas son la prueba de que Dios está con su pueblo
escogido y con aquellos que cumplan con su ley.
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INTRODUCCIÓN.
l nombre de dicho libro (sofetim) proviene de
safat “juzgar”, en el sentido de tomar una
decisión. Esto indica que un juez es el que
decide por un clan, una tribu, un conjunto tribal. El
libro presenta una sucesión de doce jueces que se
reparten en dos grupos:
Seis de ellos (Sangar, Tolá, Yaír, Ibsán, Eló n y Abdón)
aparecen en cortas notas acerca de su origen, familia,
sepultura y algunas notas están centradas en una
función del gobierno que estos practicaban. Se les
denomina como “Jueces Menores”.
Los otros seis (Otoniel, Ehud, Débora -Barac, Gedeón,
Jefté y Sansón) son objeto de un relato más
desarrollado que pone en escena las hazañas guerreras
y las circunstancias en las que salvador a Israel. Son
conocidos como los “Jueces Mayores”.
Existen dos textos redaccionales de procedencia
deuteronomista: El primero, de carácter histórico-
doctrinal, sirve de introducción (Jueces 2:6 -3:6), el
segundo, en forma de discurso, hace de bisagra entre el
período de los jueces y la monarquía (1 Samuel 12).
El período de los jueces no coincide exactamente con
los límites del libro del mismo nombre, sino que los
desborda. Ejemplo de ello es que no es hasta el primer
libro de Samuel, en su capítulo doce, que comienzan la
monarquía ya que antes Samuel y sus hijos aparecen
como los últimos jueces, incluso Elí recibe el t ítulo d e
Juez.
En el libro de Jueces constantemente encontramos el
paradigma de “Pecado-Castigo-Conversión-Salvación”.
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Siendo el pecado el primer tiempo de la secuencia
teológica, en el l ibro de Jueces vemos que los Israelitas
hicieron lo malo ante los ojos de D ios, abandonaron al
Señor por Baal y Astarté, y se prostituyeron ante otros
dioses.
Luego el castigo, algo que encontramos en todo el
Antiguo Testamento, y en el caso de Jueces vemos que
la ira del Señor se encendió contra Israel, el Señor los
entregó en manos de sus enemigos y también la
prosperidad e incursiones de los pueblos vecinos
contra Israel fueron permitidas por Dios para probar la
fidelidad del pueblo de Israel.
Por otro lado está la conversión, en la que vemos la
pedagogía del castigo y la gracia de Dios que como lo
vemos en Jueces, hacía que los Israelitas se
arrepintieran a Dios ya que ellos clamaban al Señor y
el Señor se compadecía de ellos al oírlos gemir bajo la
tiranía de sus opresores.
Por último, llega el tiempo de la salvación en el cual el
Señor responde a las súplicas del pueblo mandándoles
“jueces-l ibertadores” que los salven. Lamentablemente
esto es efímero, ya que pasadas una, dos o media
generación, el pueblo volvía al pecado y nuevamente
comenzaba el ciclo de “pecado -castigo-conversión-
salvación”, repetido seis veces a lo largo de los Jueces,
por los seis jueces mayores que llegaban como enviados
de Dios para salvar al pueblo de Israel, siendo esta una
característica muy propia de dicho libro al mostrar
ambos tiempos de fidelidad e infidelidad, alternados en
toda la obra, por parte de Israel.
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ESTRUCTURA DEL LIBRO.
La estructura de este libro comienza con dos
introducciones (Jueces 1:1 -3:6), le sigue la historia de
los jueces “mayores” y los jueces “menores” que son el
cuerpo central de la obra (Jueces 3:7 -16:31) y culmina
con dos apéndices (Jueces 17-21).
El primero de estos apéndices son los capítulos 17 y 18,
donde es descrita la migración del pueblo de Dan desde
su territorio inicial, situado al oeste de Benjamín, h acia
el norte del país, en la parte alta del valle de Jordán.
La centralidad de estos capítulos radica en la en la
fundación del santuario de Dan y el origen de su
sacerdocio, ambos aspectos enjuiciados negativamente
(el ídolo del santuario es fruto de un doble robo y el
sacerdocio se remonta a un levita, que se contrata con
el mejor postor).
El segundo parte desde el capítulo 19 hasta el 21. Tiene
como tema la guerra contra la tribu de Benjamín, sus
causas y sus consecuencias. Existen tres tiempos: El
primero, narra el motivo de la guerra, el crimen de
Guibeá (Capítulo 19); el segundo, describe el desarrollo
de la guerra: la convocatoria de las tribus y las
operaciones militares, con sus reveses iniciales, así
como la emboscada y la victoria f inal de los I sraelitas
(Cap. 20); el tercero, reseñan las consecuencias de la
guerra, juntamente con la decisión de los israelitas de
rehabilitar a los supervivientes y proporcionar mujeres
a los benjamitas, con el fin de asegurar la supervivencia
de la tribu.
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FORMACIÓN DEL LIBRO.
Existen tres momentos principales en la formación de
dicho libro:
El primer momento explica que a lo largo del período
premonárquico y monárquico se habían formado
tradiciones populares de carácter épico sobre héroes
locales, que se habían hecho célebres por haber
“liberado” a su clan, a su tribu o a varias tribus, de los
ataques de los cananeos, f ilisteos, amorreos,
amalecitas, moabitas, o amonitas. Estas historias se
fueron convirtiendo en patrimonio de todo Israel, hasta
integrarse y ser consignadas por escrito en una
recopilación que Walter Richter bautiza como el “l ibro
de los l ibertadores” donde estaban las hazañas de los
jueces.
El segundo momento coincide con la hora de la
redacción deuteronomista, ya sea por uno o varios
editores. Estos son los que integran en una sola obra
tanto los jueces mayores como los menores, dándole
sentido y alcance nacional a todo el conjunto al
encuadrarlos en un marco cronológico y teológico. Esto
quiere decir que los autores deuteronomistas son los
creadores de figuras como la de Otoniel, al igual que la
adición de de Sangar, la introducción del ciclo de
Sansón. Los autores deuteronomistas introdujeron este
libro como una segunda etapa entre las conquistas de
la tierra (Josué) y el inicio de la monarquía (Samuel).
En este tercer momento, ya sea en el exilio o postexilio,
se añaden tradiciones que habían sido ignoradas y
descartadas por los deuteronomistas. Tanto al inicio
del l ibro como al final notamos añadidos acerca de
tradiciones relativas al asentam iento de Canaán, y
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tradiciones de las tribus de Dan y Benjamín,
respectivamente. Parece muy claro el hecho de que en
la edición deuteronomista el l ibro de Jueces tiene su
inicio en el capítulo 2:6, y lo que está antes de ello es
una adición posterior. A partir de Martin Noth la crítica
moderna ve a Jueces 1:1-2:5 como una versión de la
conquista cercana a los hechos y favorable a la tribu de
Judá, por lo cual no se considera que estos añadidos
sean tardíos. Por otro lado, los capítulos 17-21 tienen
opiniones muy variadas ya que algunos piensan que
estos capítulos no formaban parte de la edición
deuteronomista original, otros no creen que Jueces
termine de forma tan grotesca como con la historia de
Sansón (13-16), y así se dispersan muchas teorías
referente a estos últimos capítulos existentes en el
libro de los Jueces.
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ASPECTOS TEOLÓGICOS DEL LIBRO DE
JUECES.
En el libro de los jueces encontramos que
Deuteronomista ha querido definir bien su teología en
el marco de la historia, usando las diferentes historias
y personajes para transmitir sus mensajes doctrinales.
Jueces se ha valido de las historias de doce jueces, en
especial los seis mayores, para plasmar su doctr ina
teológica. Y veremos tres de ellas.
Teología de las historias particulares
y teología oficial.
El escritor deuteronomista al presentar a cada uno de
los jueces mayores desarrolla los elementos de
tradición con los que cuenta agrupándolos al mismo
esquema en el que se basa el libro: pecado, castigo y
salvación. El l ibro como tal presenta una visión
teológica de los recuerdos de las tribus acerca de su
establecimiento en la tierra de Canaán escrita a la luz
de la teología de la alianza. Podría decirse qu e todo el
libro es una llamada a la fidelidad. Sin ella no es
posible mantener la alianza y el pecado es una grave
ruptura de esa fidelidad que introduce un desorden en
las relaciones con Dios. Pero, frente a la fragilidad del
pueblo se marca bastante la p aciencia de Dios que
siempre vuelve a manifestar con su protección el amor
que tiene a sus elegidos. El libro hace un llamado a que
se lleve a reconocer los propios pecados e infidelidades
y a tener confianza en Dios, que siempre es f iel y está
dispuesto a traer la salvación cuando se le invoca con
un corazón sincero.
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Doctrina de la gracia.
En libro de los Jueces podemos ver bastante
ejemplificada la doctrina de la gracia, cuando habla 1ª
Cor. 1:25-28 que Dios escoge lo más bajo para llevar a
cabo sus planes. Tal es el caso de Gedeón, él está
conocedor de su situación y estatus pues pertenece a
una familia insignificante de la tribu de Manasés, sin
embargo Dios lo escoge para ser el triunfad or sobre
Madián (Jue. 6:15-16). También podemos mencionar
que estaban en una situación similar Otoniel, Ehud,
Débora, Jefté y Sansón; no se trata de quien sea el
hombre sino Dios se manifiesta a través de ellos.
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El espíritu del Señor, fuerza de salvación.
Por primera vez en el AT se hace presente el espíritu de
Dios como esa fuerza de salvación, en este l ibro se usa
con mucha frecuencia la referencia al espíritu de Dios,
por eso también al libro de Jueces se lo podría llamar
“el l ibro del espíritu”. Este espíritu es quien salva a
Israel y lo hace triunfar en las batallas. Cuando este
espíritu poseía a alguno de estos jueces eran capaces de
realizar hazañas sobre humanas y así lograr grandes
victorias, como en el caso de Otoniel, Gedeón, Jefté y
Sansón. Algunas de estas historias pueden recurrir a la
historia épica y la leyenda pero para poder expresar esa
fuerza de salvación.
FUENTES CONSULTADAS.
1- Römer, Thomas, (2008) Introducción al Antiguo
Testamento, Descleé de Brouwer, Bilbao.
2- Gonzalez Lamadrid, Antonio, (2000), Historia,
Narrativa, Apocalíptica, Verbo Divino, España.
3- Abadie, Philippe, (2005) El libro de los Jueces,
Cuadernillo Bíblico 125, Verbo Divino, España.