la masacre delas bananeras

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United Fruit Company Masacre de las Bananeras Pliego de peticiones La United en Colombia

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United Fruit Company

Masacre de las Bananeras

Pliego de peticiones

La United en Colombia

La United Fruit Company (UFC) (1899-1970) era una multinacional estadounidense que destacó en la producción y el comercio de frutas tropicales (especialmente plátanos y piñas) en plantaciones del Tercer mundo, sobre todo en Iberoamérica, Estados Unidos y Europa. Sus intereses comerciales abarcaban grandes extensiones de Centroamérica y el Caribe donde la empresa era conocida como Mamá Yunay (Nótese que "Yunay" es una deformación del término "United").

Tenía muchísimo poder en los países centroamericanos ya que, con la colaboración del gobierno estadounidense, ayudaba al derrocamiento de sistemas democráticos y a la implantación de dictaduras represoras en aquellos países que presentaban hostilidades a su actuación empresarial. Es lo que se ha dado en llamar "república bananera", ya que apoyaban a un líder local para poder llevar a cabo sus intereses económicos.

En el año 1928, La United Fruit Company llevaba 30 años operando en Colombia y explotaba a los trabajadores aprovechando la falta de legislación laboral en el país, mediante la utilización de un sistema de subcontratación que le permitía hacer caso omiso de las peticiones obreras. Los trabajadores habían intentado huelgas en años anteriores para mejorar sus condiciones que terminaron sin resultados positivos.

En octubre de 1928 la Unión Sindical, reunida en Ciénaga, aprobó el siguiente pliego para presentárselo a la United: 1) seguro obligatorio; 2) reparación por accidentes de trabajo; 3) habitaciones higiénicas y descanso dominical remunerado; 4) aumento de 50% en los jornales; 5) supresión de los comisariatos; 6) cese de los avances por medio de vales; 7) pago semanal; 8) abolición de los contratistas; 9) mejora del servicio hospitalario.

En la tarde del 6 de diciembre de 1928, después de casi un mes de huelga de los diez mil trabajadores de la United Fruit Company, corrió el rumor de que el gobernador del Magdalena se entrevistaría con ellos en la estación del tren de Ciénaga. Era un alivio para los huelguistas, pues no habían recibido del gobierno conservador sino amenazas y ninguna respuesta positiva de la multinacional.

Desde el principio hubo brotes de violencia de todos los lados, los obreros, los agentes de la United y fuerzas armadas, pero no pasaban de escaramuzas aisladas. Por eso los huelguistas acudieron en masa a la estación de Ciénaga al encuentro con el primer funcionario gubernamental que se dignaba hablar con ellos. Como pasaban las horas y el funcionario no llegaba, los ánimos se fueron exacerbando, tanto entre los manifestantes como entre los soldados emplazados en el sitio.

Veía la revolución bolchevique a la vuelta de la esquina; y, su contraparte, la tozuda fe insurreccional heredada de las guerras civiles del siglo XIX y alimentada por las nuevas ideologías de izquierda. El resultado es que ni hubo la temida revolución, ni tampoco cuajó la ansiada insurrección. El aparente empate fue resuelto por un liberalismo reformista que tomó en sus manos el poder para intentar, sin mucho éxito, atemperar los espíritus e institucionalizar el conflicto laboral que era imposible soslayar.

Fue el que dio la orden, argumentó posteriormente que lo había hecho, entre otros motivos, porque tenía información de que barcos estadounidenses estaban cerca a las costas colombianas listos a desembarcar tropas para defender al personal estadounidense y los intereses de la United Fruit Company, y que de no haber dado la orden Estados Unidos habría invadido tierras colombianas

Conocida como la Flor del Trabajo, ésta mujer nacida en Medellín fue la primera en Suramérica que usó la palabra ante las multitudes.

Tras la masacre de las bananeras fue reprimida violentamente, y posteriormente llevada a prision. Estos hechos y la recesión de 1930, provocaron la terminación de las labores del Congreso Nacional Obrero y el fraccionamiento del PSR

Critico fuertemente en el, senado la posición del general Cortés Vargas y aseguraba que esas mismas balas debían haber sido utilizadas para detener al invasor extranjero.

Es, quizás, el líder obrero y antiimperialista colombiano más importante de los años veinte, comparable con figuras latinoamericanas de la talla de Farabundo Martí o Augusto César Sandino.

Una de las empresas bananeras más grandes del mundo accedió a declararse culpable de pagarle a un grupo paramilitar colombiano de derecha. Chiquita Brands International pagará una multa de 25 millones de dólares como parte de un acuerdo por haber realizado pagos a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

El Departamento de Justicia afirma que Chiquita pagó más de 1,7 millones de dólares entre 1997 y 2004. Casi la mitad de los pagos se realizó luego de que el grupo paramilitar fue designado organización terrorista extranjera en 2001.